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Bermúdez Cañete y Baena

Diario de Córdoba | sus vivencias en la localidad - Editorial Actas

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10 / CANCIONERO JULIO 2008<br />

PRESENTACIÓN DE LA OBRA DE ANTONIO BERMÚDEZ CAÑETE<br />

sus vivencias en la localidad<br />

<strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong> y <strong>Baena</strong><br />

Durante más de siete décadas ha pasado casi<br />

inadvertido entre los baenenses, a pesar de que<br />

Antonio <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong> puede considerarse<br />

como uno de los grandes intelectuales de la localidad<br />

en el primer tercio del siglo XX<br />

Periodista, economista y político, <strong>Bermúdez</strong><br />

<strong>Cañete</strong> es recuperado ahora en un amplio libro<br />

que se presentará en <strong>Baena</strong> el 26 de septiembre.<br />

En las próximas líneas se analiza su<br />

gran vinculación con la ciudad<br />

Francisco Expósito<br />

El próximo 26 de septiembre se<br />

presentará en <strong>Baena</strong> el libro Antonio<br />

<strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong>. Periodista,<br />

Economista y Político. El acto, promovido<br />

por el Grupo Cultural Amador de los Ríos,<br />

la editorial Actas y con la colaboración<br />

de la almazara Núñez de Prado, pretende<br />

recuperar la figura de un ilustre personaje<br />

que tuvo siempre en su mente la localidad<br />

que le vio nacer un 23 de abril de<br />

1898, una semana antes, curiosamente,<br />

que el otro gran periodista baenense<br />

del primer tercio del siglo XX, Fernando<br />

Vázquez Ocaña. <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong> trabajó<br />

en el periódico El Debate y defendió<br />

su ideología de derechas, de católico<br />

practicante, mientras que Vázquez Ocaña<br />

pronto se acercó al Partido Socialista<br />

y dirigió periódicos como El Sur, El<br />

Mercantil Valenciano o La Vanguardia.<br />

Ambos tuvieron siempre como vínculo<br />

espiritual a <strong>Baena</strong>, y ambos sufrieron<br />

el drama de la Guerra Civil. <strong>Bermúdez</strong><br />

<strong>Cañete</strong> fue asesinado el 21 de agosto de<br />

1936 y Vázquez Ocaña tuvo que exiliarse<br />

en 1939 y no regresó jamás a <strong>Baena</strong>.<br />

Ambas trayectorias fueron las de dos<br />

periodistas de acción, comprometidos<br />

con sus ideologías y con el sueño de<br />

cambiar una realidad que no aceptaban.<br />

La presentación del libro editado ahora<br />

por Actas se produce 72 años después<br />

de la muerte de Antonio José <strong>Bermúdez</strong><br />

<strong>Cañete</strong>, del que pronto conoceremos<br />

de su existencia en la prensa local, pues<br />

el periódico El Defensor de <strong>Baena</strong> daría<br />

fe de su nacimiento en la edición del 28<br />

de abril de 1898: “Natalicio. En la noche<br />

del 23 del corriente dio a luz con toda<br />

felicidad un hermoso niño, la Señora de<br />

nuestro apreciable y distinguido amigo<br />

D. Eduardo <strong>Bermúdez</strong> Ariza; tanto el<br />

niño como la madre se hallan en muy<br />

buen estado. Reciban nuestra cordial<br />

enhorabuena”. Estudió en el colegio<br />

San Antonio y el bachillerato lo cursó<br />

en Málaga.<br />

El siguiente momento importante<br />

en su vida ocurrió cuando tenía 14 o<br />

15 años. Él mismo lo describirá en una<br />

breve biografía que prepararía en 1930<br />

para solicitar participar en un concursooposición<br />

de ascenso entre oficiales<br />

comerciales. El conocimiento de las<br />

grandes diferencias sociales que vio<br />

en <strong>Baena</strong> en su infancia y juventud lo<br />

llevaron a estudiar economía. “A los 14<br />

o 15 años de edad, impresionado por<br />

el problema social agrario de aquella<br />

Antonio <strong>Bermúdez</strong>, vestido con el uniforme del servicio militar.<br />

tierra y la pobreza de muchos de sus<br />

habitantes, se decidió a dedicar su vida<br />

a estudios de Economía que pudiesen<br />

proporcionar un medio para tratar de<br />

solucionar aquellos problemas”, escribe.<br />

Era difícil permanecer ajeno a una<br />

realidad tan dura, aunque él nació en el<br />

seno de una familia acomodada de la<br />

localidad. Inmerso en sus estudios de<br />

Letras y Derecho, comenzó a publicar<br />

sus primeros trabajos sobre el paro andaluz<br />

y el problema agrario español en<br />

el periódico madrileño El Día.<br />

Su gran relación con <strong>Baena</strong> la veremos<br />

con motivo de la organización de las fiestas<br />

del centenario del nacimiento de José<br />

Amador de los Ríos. <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong><br />

fue una de las personas que participaron<br />

en la celebración. Incluso, en su biografía<br />

recoge que fue organizador de las fiestas<br />

que tuvieron lugar el 30 de abril de 1918.<br />

Tanto El Defensor de Córdoba como Diario<br />

de Córdoba incluirían en sus páginas<br />

su brillante intervención en estos actos.<br />

Ambos diarios resaltarían las capacidades,<br />

que ya mostraba <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong>,<br />

en las crónicas de sus corresponsales. El<br />

primero de ellos habló, en su edición del<br />

1 de mayo, de las grandes perspectivas<br />

personales del entonces titulado en Derecho:<br />

“... Don Antonio <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong>,<br />

joven baenense y de porvenir halagüeño<br />

por sus excelentes condiciones para el<br />

estudio, pronunció un vibrante discurso,<br />

enalteciendo la figura de Amador de los<br />

Ríos y considerando que es lo menos que<br />

puede hacerse en estos actos en honor<br />

del hombre ilustre, por lo que todos debemos<br />

vanagloriarnos. Amador de los<br />

Ríos se crió con nuestros abuelos y hoy<br />

es llorado y ensalzado por nosotros”. El<br />

periodista indica que <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong><br />

disertó sobre la trayectoria del polígrafo<br />

baenense y resaltó que <strong>Baena</strong> le debía<br />

mucho a José Amador de los Ríos: “En<br />

vida, la Universidad es su morada, en<br />

la muerte, la Universidad fue su tumba.<br />

Introdujo la filosofía en el arte, así resultará<br />

que mientras el mundo existe, habrá<br />

que consultar en sus obras. Todos sus<br />

trabajos fueron de divulgación científica.<br />

¿A quien 40 años no dejó de trabajar, qué<br />

menos le vamos a dedicar que un día?<br />

Para ello no debe escatimarse cantidad<br />

alguna. Debemos procurar una biblioteca<br />

y escuela popular que lleve su nombre<br />

y dispuesto estoy a que fundemos”. Su<br />

intervención fue culminada con una gran<br />

ovación de los asistentes.<br />

El Diario de Córdoba incluiría la crónica<br />

del corresponsal de <strong>Baena</strong> en su<br />

número del 3 de mayo. Como el narrador<br />

de El Defensor de Córdoba, también remarcaría<br />

las posibilidades de <strong>Bermúdez</strong><br />

<strong>Cañete</strong>: “Habló más tarde el que hoy es<br />

una esperanza y mañana será una realidad,<br />

Antoñito <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong>, joven<br />

baenense de dieciocho años (realmente<br />

tenía 20 años), que ha hecho en tres dos<br />

carreras, la de Derecho y la de Filosofía<br />

y Letras, con brillantes notas, y ahora<br />

parece que hace oposiciones al premio<br />

extraordinario en la licenciatura. Es un<br />

joven de grandes esperanzas, habla con<br />

la mayor corrección y elocuencia, tiene,<br />

como todo hombre joven, arrestos de<br />

sinceridad y un alma diáfana dispuesta<br />

para el bien. Estudió la obra de Amador<br />

de los Ríos bajo todos sus aspectos, demostrando<br />

gran erudición y condiciones<br />

envidiables de orador. Fue aplaudidísimo<br />

y yo vuelvo a felicitarlo...”. Con motivo<br />

de la inauguración del Ateneo Popular<br />

de <strong>Baena</strong>, <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong> también<br />

intervino disertando en una conferencia<br />

sobre economía y sociedad. “El Sr. <strong>Bermúdez</strong><br />

pronunció un correcto discurso,<br />

excitando a la juventud a que se sume a<br />

esta obra de cultura y de enseñanza que<br />

debe dejarse llegar a las mesas, para que<br />

sea un hecho el engrandecimiento de<br />

la patria chica. Dice que este centro se<br />

compondrá de tres secciones, Ciencias,<br />

Letras y Artes. Defiende que los obreros<br />

tienen derecho a pedir pan y educación<br />

para sus hijos. Se extiende en otras<br />

consideraciones siendo muy aplaudido<br />

a su terminación”, recoge El Defensor<br />

de Córdoba.<br />

Esta colaboración con el Ateneo de<br />

<strong>Baena</strong> la mantendría en los siguientes<br />

años. Un artículo de Alfonso Torrico<br />

Lomeña, que dedicó mucho tiempo a conocer<br />

la trayectoria de <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong>,<br />

refleja esta relación con la asociación vinculada<br />

al movimiento obrero: “Durante<br />

la época de la Segunda República, <strong>Baena</strong><br />

tenía un Ateneo Popular, centro eminentemente<br />

obrero. Pues bien, durante el<br />

tiempo que permaneció abierto, en sus<br />

visitas a <strong>Baena</strong> solía visitarlo y alguna<br />

conferencia pronunció ante su auditorio.<br />

No se limitó solo a esto, sino que, también,<br />

su biblioteca se enriqueció con sus<br />

aportaciones de libros...”. Alfonso Torrico<br />

Lomeña lo calificó como un “hombre de<br />

contrastes, de fuerte personalidad y de<br />

acreditado valor, fue un adelantado de<br />

su tiempo”. Sin embargo, reconoce que<br />

entre la población de su clase social no<br />

llegó a confraternizar, quizás por su adelantado<br />

pensamiento que promovía un<br />

cambio social: “Con los pocos contemporáneos<br />

suyos, baenenses de su clase<br />

social, con los que pude hablar, no saqué<br />

la conclusión que fueran entusiastas amigos.<br />

De hombre “raro” llegó a calificarlo<br />

alguno. Y ello porque, cuando visitaba


JULIO 2008<br />

CANCIONERO / 11<br />

PRESENTACIÓN DE LA OBRA DE ANTONIO BERMÚDEZ CAÑETE<br />

nuestro pueblo y cumplía con el precepto<br />

dominical, seguía la Eucaristía con un<br />

Misal”, escribe Torrico Lomeña.<br />

Poco después del homenaje a José<br />

Amador de los Ríos, iniciaría su formación<br />

en el extranjero y sus viajes a<br />

Alemania. La estancia en este país se vio<br />

interrumpida por el servicio militar. Con<br />

veintidós años, el 26 de noviembre de<br />

1920, se casa en <strong>Baena</strong> con María Antonia<br />

Bujalance Santaella. Sin embargo, el<br />

matrimonio duró poco al enviudar muy<br />

pronto. En esta etapa de su vida, antes<br />

de regresar a Alemania, fundará el 1<br />

de mayo de 1921 el periódico Trabajo,<br />

que dirige durante más de un año en<br />

<strong>Baena</strong>. Ese primer número es una clara<br />

declaración de intenciones: “Nos dirigiremos<br />

siempre a los que tengan sus<br />

sentimientos limpios. A los que crean<br />

que hay en el mundo algo superior a las<br />

pesetas, a los que sepan comprender y<br />

perdonar y para ellos y para nosotros<br />

adaptaremos este lema: ‘Toda sociedad<br />

que no quiera caminar a su ruina ha de<br />

ser en lo económica progresiva, en lo<br />

moral conservadora”.<br />

Su siguiente acto público le traería a<br />

Córdoba en abril de 1924. El 14 de abril<br />

de ese año diserta sobre la economía de<br />

España en la Real Academia de Ciencias,<br />

Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.<br />

Esta conferencia se ha incluido en el libro<br />

publicado ahora. El intelectual baenense<br />

había continuado desde 1922 su formación<br />

en Alemania y en el archivo de los<br />

Fugger de Augsburgo estudió la historia<br />

de los primeros capitalistas en España.<br />

Entonces conoció al profesor Strieder y<br />

marcha a la Universidad de Munich, en la<br />

que trabaja hasta 1926 bajo la dirección<br />

de los profesores von Zwiedieneck, Weber,<br />

Lotz, Strieder y otros, en cuestiones<br />

de historia y teoría económica. Un año<br />

antes conoce al director de El Debate y<br />

comienza a escribir en el periódico madrileño<br />

como colaborador.<br />

<strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong> se prodigaría como<br />

conferenciante y en <strong>Baena</strong> tendría un<br />

foro que siempre le mostró admiración.<br />

Eso sucedió el 11 de enero de 1927,<br />

cuando disertó sobre economía en el<br />

Teatro Principal. El periódico Regeneración<br />

reseñaría su intervención en su<br />

número del 23 de enero: “En el Teatro<br />

Principal de esta Ciudad, y ante un público<br />

numeroso, la noche del día 11 disertó<br />

nuestro distinguido amigo don Antonio<br />

<strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong>, con la competencia<br />

que le caracteriza en materia económica,<br />

acerca del tema ¿Qué es más difícil,<br />

saber ganar, saber ahorrar o saber gastar<br />

el dinero?”. El periódico resaltaba sus<br />

propuestas, algunas de las que, en una<br />

sociedad tan clasista como la baenense,<br />

seguro que encontraría opiniones contrarias:<br />

“Exhortó con alteza de miras a todos<br />

para que, considerándose solidarizados<br />

con la gran obra de resurgimiento económico<br />

en la que ricos y pobres son como<br />

socios de la misma empresa, aporten su<br />

esfuerzo al bien común, y apoyándose<br />

mutuamente, huyan de gastar el dinero<br />

en caprichos suntuarios y lo inviertan<br />

en negocios que a todos den vida y<br />

aumenten la riqueza nacional, imitando<br />

lo que hacen pueblos grandes como los<br />

Estados Unidos de América y otros que<br />

forman la hegemonía económica, para<br />

hacer la gran España del porvenir. El<br />

orador fue ovacionado largamente tanto<br />

al final como en distintos momentos de<br />

su disertación”.<br />

<strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong> aumentaría su formación<br />

en Inglaterra, donde trabajará<br />

en la London School of Economics. Sin<br />

embargo, en febrero de 1929 regresaría<br />

a España para dirigir la sección financiera<br />

Antonio <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong>, montado en la moto que adquirió en mayo de 1932.<br />

Antonio <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong> y Augusta Orth, en la Semana Santa de 1931. A la derecha, con la familia en el cortijo.<br />

de El Debate. En el verano de ese año<br />

hizo las oposiciones e ingresó en el Ministerio<br />

de Industria y Comercio.<br />

<strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong> se volvió a casar.<br />

El 30 de diciembre de 1930 contraía<br />

matrimonio en Alemania con Augusta<br />

Orth, poco después de fallecer su padre.<br />

Este suceso retrasó el enlace previsto<br />

inicialmente para el día 15. En El Debate<br />

se recogía en la edición del 24 de octubre<br />

de 1930 la petición de mano: “Por doña<br />

Pura <strong>Cañete</strong>, viuda de <strong>Bermúdez</strong>, y para<br />

su hijo don Antonio <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong>, ha<br />

sido pedida a la señora viuda de Orth la<br />

mano de su bellísima hija Auguste”.<br />

Durante su viaje de novios, <strong>Bermúdez</strong><br />

<strong>Cañete</strong> visitó <strong>Baena</strong>, tal y como señala<br />

el periódico La Defensa el 29 de enero<br />

de 1931: “Igualmente hemos tenido la<br />

satisfacción de saludar a nuestro culto<br />

paisano Dr. Don Antonio <strong>Bermúdez</strong><br />

<strong>Cañete</strong>, que se encuentra en esta en<br />

viaje de bodas”. En su diario personal,<br />

Antonio <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong> resalta que<br />

el 28 de enero estuvo en <strong>Baena</strong> y que<br />

fue al cortijo de Las Beatas, donde taló<br />

almendros pequeños. Al día siguiente<br />

salió para Córdoba. En la Semana Santa<br />

de ese año también visitaría, junto a su<br />

esposa, la localidad. El 2 de abril de 1931<br />

inició el viaje a las 4 de la madrugada.<br />

Tras varios incidentes con el vehículo,<br />

llegó a <strong>Baena</strong> a las 19.00 horas. Era<br />

Jueves Santo e hizo las Estaciones. El<br />

Viernes Santo lo dedica a presenciar los<br />

dos desfiles: “Vamos a la procesión con<br />

Guillermo. Cuadro magnífico, a Guggy<br />

(así llama a su mujer) le gusta mucho.<br />

Por la tarde vamos a casa de Ascensión.<br />

Es magnífica aquella y la procesión con<br />

mucho orden”. El Domingo de Resurrección<br />

va a misa a la iglesia de Guadalupe.<br />

Sin embargo, se muestra crítico con el<br />

comportamiento de algunas personas:<br />

“Por la mañana, a misa a Guadalupe.<br />

Nada respetuosos y desordenados. Por<br />

la tarde vamos a Córdoba...”.<br />

Cuando se proclama la II República se<br />

encuentra en Madrid. El día 15 de abril,<br />

con motivo del exilio de la Reina, decide<br />

marchar en el mismo tren hasta San<br />

Sebastián. “Viaje lo más emocionante de<br />

mi vida. Lloro. Me presentan al Infante<br />

don Gonzalo”, escribirá en su diario. En<br />

el regreso de San Sebastián coincide<br />

con Franco y Queipo del Llano. Asegura<br />

que tiene un incidente con “secuaces”<br />

de Franco. Dos meses después lo eligen<br />

como candidato de Acción Nacional a<br />

las Cortes. Entre el 18 y el 22 de junio<br />

permanece en <strong>Baena</strong>. Sin embargo, no<br />

es elegido diputado.<br />

El 29 de diciembre de 1931 vuelve a<br />

dar una conferencia en <strong>Baena</strong>. En esta<br />

ocasión, la reseña la incluye el periódico<br />

local Todos el 10 de enero de 1932: “En<br />

la tarde del 29 del pasado dio en el salón<br />

de actos del casino de <strong>Baena</strong> su anunciada<br />

conferencia nuestro culto paisano<br />

Antonio <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong>. El local se encontraba<br />

completamente ocupado, y a la<br />

hora anunciada comenzó su disertación,<br />

en forma de charla íntima el conferenciante”.<br />

Ese mismo año, en noviembre<br />

de 1932, fue nombrado corresponsal<br />

de El Debate en Berlín, ciudad en la<br />

que permanecería hasta enero de 1935,<br />

cuando fue expulsado por la Alemania<br />

nazi. Entre febrero de 1935 y marzo de<br />

1936 ocupó la corresponsalía de este<br />

periódico en París, aunque fue enviado<br />

a la guerra italo-abisinia en diciembre de<br />

1935. En su segundo intento de acceder<br />

a las Cortes es elegido diputado por la<br />

CEDA en la convocatoria de febrero de<br />

1936, donde tuvo varias intervenciones,<br />

algunas marcadas por la polémica al<br />

enfrentarse a los posicionamientos del<br />

gobierno del Frente Popular.<br />

Una década después del final de la<br />

Guerra Civil, el 5 de febrero de 1949, fue<br />

nombrado hijo predilecto de <strong>Baena</strong> y al<br />

año siguiente, junto a sus dos hermanos<br />

asesinados en 1936, José Luis y Ramón,<br />

el Ayuntamiento le rotuló una calle que<br />

lleva el nombre de Hermanos <strong>Bermúdez</strong><br />

<strong>Cañete</strong>. Antonio <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong>, que<br />

sí tiene una calle en Madrid, ha pasado<br />

a la historia por ser uno de los grandes<br />

intelectuales que surgieron de la localidad<br />

en el siglo XX, no sólo por su gran<br />

preparación académica, sino también por<br />

el impulso e inquietud constante por el<br />

conocimiento. A su trayectoria económica,<br />

que ya habrá momento de analizarla,<br />

hay que unir sus vivencias periodísticas.<br />

Antonio <strong>Bermúdez</strong> <strong>Cañete</strong> vivió en primera<br />

persona momentos clave de la<br />

historia de Europa y siempre tuvo tiempo<br />

para mostrar su visión de la economía y<br />

la política ante sus paisanos.

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