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ISSN 0379-6922<br />

REVISTA DE ESTUDIOS LATINOAMERICANOSL<br />

EL ESTADO CUARTEL<br />

EN EN <strong>VENEZUELA</strong><br />

<strong>VENEZUELA</strong><br />

Instituto de Altos Estudios<br />

de América Latina<br />

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR<br />

Caracas, Venezuela. Año VI, Nº 15 (Julio-Diciembre) 2014


DATOS DE LA PORTADA<br />

Nombre del mapa: AMERICAE SIVE NOVI DESCRIPTIO<br />

Año de ejecución: 1570<br />

Original:<br />

Gabrado en cobre<br />

Dimensiones: 35,3 x 48,4 cm<br />

Mapa elaborado por el cartógrafo holandés ABRAHAM ORTILIUS (1527-1598)<br />

pertenece a su obra; Theatrum Orbis Terrarum. considerado como el primer “Atlas<br />

Moderno” editada por primera ver en 1570. De 1571 a 1598 tuvo varias reediciones.<br />

El mapa reproducido en la portada de la revista “Mundo nuevo” posiblemente fue tomado<br />

de la edición de 1587 titulada: Treasurus Geographicus, ya que si observamos el<br />

extremo derecho inferior de cualquier número de dicha revista leemos la fecha de 1587.


Revista de Estudios Latinoamericanos<br />

Es una idea grandiosa pretender formar<br />

de todo el Mundo Nuevo una sola nación<br />

con un solo vínculo que ligue sus partes<br />

entre sí y con el todo<br />

Simón Bolívar<br />

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR<br />

INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS DE AMÉRICA LATINA<br />

Caracas, Venezuela. Año VI, Nº 15 (Julio-Diciembre) 2014


UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR<br />

Rector:<br />

Enrique Planchart<br />

Vicerrector académico:<br />

Rafael Escalona<br />

Vicerrector administrativo:<br />

William Colmenares<br />

Secretario:<br />

Cristian Puig<br />

FUNDACIÓN BICENTENARIO<br />

DE SIMÓN BOLÍVAR<br />

Junta Directiva:<br />

Enrique Planchart<br />

Guillermo Álvarez<br />

Héctor Maldonado Lira<br />

María de la Fe López<br />

Guillermo Aveledo<br />

Oscar Vallés<br />

Aníbal Romero<br />

DIVISIÓN DE CIENCIAS<br />

SOCIALES Y HUMANIDADES<br />

Directora:<br />

Sandra Pinardi<br />

INSTITUTO DE ALTOS<br />

ESTUDIOS DE AMÉRICA LATINA<br />

Director:<br />

Héctor Maldonado Lira<br />

Centros adscritos al IAEAL:<br />

Centro de Estudios Estratégicos (CEE)<br />

Centro Latinoamericano de<br />

Estudios de Seguridad (CLES)<br />

Centro de Investigaciones Críticas<br />

y socioculturales (CICS)<br />

Centro de Estudios de Género (CEG)<br />

Centro de Estudios e Investigaciones<br />

para la Integración Regional (CENIR)<br />

“MUNDO NUEVO”<br />

REVISTA DE ESTUDIOS<br />

LATINOAMERICANOS<br />

Director:<br />

Héctor Maldonado Lira<br />

Consejo Editorial:<br />

Eleonora Cróquer (Venezuela)<br />

Makram Haluani (Venezuela)<br />

Christine Hunefeldt (EE.UU.)<br />

Francine Jácome (Venezuela)<br />

Alberto Navas (Venezuela)<br />

Orlando Pérez (EE.UU.)<br />

Sandra Ornés (Venezuela)<br />

Alfredo Ramos (Venezuela)<br />

Carlos Romero (Venezuela)<br />

Andrés Serbin (Argentina)<br />

José E. Übeda-Portugés (España)<br />

Edgard Yerena (Venezuela)<br />

Coordinación Editorial:<br />

Daniela Díaz Larralde


Revista de Estudios Latinoamericanos<br />

Luis Alberto<br />

Buttó<br />

Jo-ann Peña<br />

Angulo<br />

La construcción del Estado Cuartel en Venezuela<br />

(1999-2014)<br />

El Estado Cuartel, el enemigo interno y el asedio<br />

ciudadano en Venezuela (1999-2006)<br />

José Raimundo<br />

Porras Pérez<br />

Rosaura Guerra<br />

Pineda<br />

Alejandro Gámez<br />

Morales<br />

El giro ideológico de la Fuerza Armada Nacional<br />

Bolivariana: la concepción marxista-leninista<br />

de guerra revolucionaria y el nuevo pensamiento<br />

militar venezolano<br />

El “Hombre Nuevo” nace en la escuela:<br />

el Programa de Instrucción Premilitar<br />

y la formación de milicianos<br />

en la Revolución Bolivariana<br />

Venezuela siglo XXI: la democracia acuartelada<br />

Alejandro<br />

Cardozo Uzcátegui<br />

El imaginario pretoriano: cultura política y sistemas<br />

de representación en el Estado Cuartel (1952-1958)<br />

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR<br />

INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS DE AMÉRICA LATINA<br />

Caracas, Venezuela. Año VI, Nº 15 (Julio-Diciembre) 2014


El Instituto de Altos Estudios de América Latina de la Universidad<br />

Simón Bolívar realiza actividades de investigación,<br />

docencia y extensión referidas a la realidad de América Latina<br />

y a la que, fuera del área, afecta a su desenvolvimiento.<br />

Mundo Nuevo Revista de Estudios Latinoamericanos es una publicación<br />

cuatrimestral del Instituto y, si bien difunde los resultados<br />

de sus propias investigaciones y actividades académicas, acoge con<br />

beneplácito los aportes científicos que le sean enviados en forma<br />

de artículos o notas. Las opiniones en ellos vertidas no comprometen<br />

necesariamente la del Instituto.<br />

La correspondencia deberá dirigirse a: Instituto de Altos Estudios<br />

de América Latina. Universidad Simón Bolívar. Campus<br />

universitario. Edificio Básico II. 3º piso. Oficina CB2-235.<br />

Los artículos en su versión electrónica deben ser enviados al<br />

siguiente correo: mundonuevo-iaeal@usb.ve. Para cualquier información<br />

adicional puede comunicarse a los teléfonos: 0212-<br />

9064857, 9064853.<br />

Dirección electrónica: www.iaeal.usb.ve.<br />

Director IAEAL: iaeal@usb.ve.<br />

Mundo Nuevo: mundonuevo-iaeal@usb.ve.<br />

Secretaria: sec-iaeal@usb.ve.<br />

Sistemas, logística y comunicaciones electrónicas:<br />

sistemas-iaeal@usb.ve.<br />

Revisión de textos en inglés: Dra. Marina Meza S., Departamento<br />

de Idiomas. Diseño y Diagramación: Luis Müller.<br />

Todos los artículos publicados en Mundo Nuevo Revista de Estudios<br />

Latinoamericanos han sido sometidos a arbitraje conforme a sus normas<br />

internas. Incluida en los Índices REVENCYT y LATINDEX.<br />

Edición financiada por la Fundación Bicentenario de Simón Bolívar<br />

Depósito Legal: P.P. 78-0075<br />

6


LOS AUTORES<br />

Luis Alberto Buttó. Doctor en Historia. Magíster Scientiárum<br />

en Planificación del Desarrollo. Magíster en Comunicación<br />

de la Defensa y los Conflictos Armados. Historiador. Profesor-<br />

Investigador / Jefe del Departamento de Ciencias Sociales (Universidad<br />

Simón Bolívar). Director del Centro Latinoamericano de<br />

Estudios de la Seguridad (Instituto de Altos Estudios de América<br />

Latina. Universidad Simón Bolívar).<br />

Alejandro Cardozo Uzcátegui. Doctor en Historia.<br />

Historiador. Politólogo. Profesor-Investigador (Universidad Simón<br />

Bolívar). Investigador adscrito al Centro Latinoamericano de Estudios<br />

de la Seguridad (Instituto de Altos Estudios de América<br />

Latina. Universidad Simón Bolívar).<br />

Alejandro Gámez MORALES. Candidato a Magíster en<br />

Ciencia Política. Internacionalista. Investigador adscrito al Consejo<br />

Venezolano de Relaciones Internacionales.<br />

Rosaura Guerra. Candidata a Magíster en Ciencia Política.<br />

Historiadora. Ayudante Académica adscrita al Grupo de Gestión<br />

Ambiental Urbana y Conflicto Socio-Político (Departamento de<br />

Planificación Urbana. Universidad Simón Bolívar).<br />

Jo-ann Peña Angulo. Magíster Scientiárum en Ciencias<br />

Políticas. Historiadora. Profesora-Investigadora y Directora del<br />

Archivo Histórico (Universidad de Los Andes).<br />

José Raimundo Porras. Teniente Coronel (Ej.) en situación<br />

de retiro. Candidato a Doctor en Ciencias Políticas. Magíster<br />

Scientiárum en Historia de Venezuela. Licenciado en Ciencias y<br />

Artes Militares. Diplomado en Estado Mayor.<br />

7


Editorial<br />

Entre sus objetivos, el Instituto de Altos Estudios de América<br />

Latina (IAEAL) tiene como uno fundamental promover y difundir<br />

los resultados de las investigaciones desarrolladas por<br />

los profesores e investigadores de la Universidad Simón Bolívar.<br />

Concebimos la revista muy vinculada a las actividades de<br />

los Centros adscritos al mismo y sobre todo como instrumento<br />

para estimular su producción científica.<br />

En esta oportunidad publicamos un número monográfico titulado<br />

“El Estado Cuartel en Venezuela”, que contiene seis artículos en los<br />

cuales se debate la situación de la Venezuela contemporánea, producto<br />

de las investigaciones desarrolladas por miembros del Centro<br />

Latinoamericano de Estudios de Seguridad (CLES) del IAEAL.<br />

Nos parece muy oportuna la aparición de este monográfico de<br />

la revista Mundo Nuevo ya que nos permite ahondar, desde una<br />

perspectiva académica, en la comprensión de un fenómeno que<br />

está viviendo el país. Sobre todo en este año, cuando se van a<br />

elegir los nuevos parlamentarios de la Asamblea Nacional, se<br />

hace por demás conveniente ilustrar a los lectores, con el fundamento<br />

necesario, las opciones que estamos debatiendo.<br />

Nos queda claro que evidentemente el tema no se agota con el<br />

aporte que hacen los investigadores del CLES y por ello invitamos<br />

a continuar el riguroso análisis de nuestra situación para encontrar<br />

un rumbo adecuado al desarrollo democrático de nuestro país.<br />

Nos complace introducir la presentación de este número de la<br />

revista, coordinada por el profesor Luis Buttó, quien además<br />

ha escrito uno de los artículos que aparecen en el monográfico.<br />

Héctor Maldonado Lira. Ph.D.<br />

Director IAEAL<br />

9


Presentación<br />

En 1941, Harold D. Lasswell hizo pública su propuesta teórica en<br />

torno a lo que denominó Estado Cuartel o Estado Guarnición: el<br />

sistema de gobierno donde los integrantes del sector militar se erigen<br />

élite dominante de la sociedad, dados el poder político y el<br />

poder económico adquiridos, razón por la cual pasan a controlar<br />

de manera directa o indirecta todo el andamiaje institucional del<br />

Estado; y donde la cosmovisión castrense expresada en la dicotomía<br />

bando aliado versus bando enemigo se constituye preponderante<br />

instrumental válido para dirimir los conflictos sociales y los<br />

conflictos por el acceso a las estructuras gubernamentales. Como<br />

soporte a sus argumentos, Lasswell explicó los indicadores claves<br />

utilizados para reconocer el fenómeno en cuestión y describió el<br />

proceso a través del cual este termina dando al traste con cualesquiera<br />

mecanismos inherentes al proceder democrático. Para el<br />

autor de marras, las posibilidades de construir el Estado Cuartel<br />

son similares tanto en el caso de las formaciones socioeconómicas<br />

basadas en la economía de mercado como en el de las signadas por<br />

la planificación económica centralizada.<br />

Si bien en su momento los argumentos de Lasswell pudieron<br />

haber lucido tremendistas, el tiempo acercó sus elucubraciones<br />

a la praxis cotidiana. Por ejemplo, en 1961, durante su mensaje<br />

de despedida de la presidencia norteamericana, Dwight D.<br />

Eisenhower advirtió los riesgos desatados sobre la sociedad democrática<br />

por la salida de cauce del poderío sumado por lo que<br />

denominó complejo militar-industrial. A partir de 1999, Venezuela<br />

ha experimentado un significativo proceso de cambios políticos,<br />

económicos y sociales que condujeron a la recomposición<br />

de las relaciones de poder. De una u otra forma, los miembros<br />

de la fuerza armada nacional han desempeñado papel protagónico<br />

en este sentido. Por esta razón, luce por demás pertinente,<br />

con base en el arsenal teórico disponible, preguntarse si las<br />

11


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

transformaciones señaladas conducen y/o pueden conducir a la<br />

edificación de un Estado Cuartel en el país más septentrional de<br />

América del Sur. En caso de encontrar respuesta afirmativa a esta<br />

primera interrogante, resulta imperativo determinar cuáles serían<br />

las características particulares del hecho constatado, en función<br />

de las especificidades del momento histórico vivido. Responder a<br />

tales erotemas fue el objetivo central de los ensayos incluidos en<br />

el presente número monográfico de Mundo Nuevo.<br />

El cometido se llevó a cabo desde diferentes ángulos y perspectivas.<br />

En líneas generales, los escritos hicieron énfasis en<br />

aspectos como la exégesis del sustento legal que ampara y/o<br />

posibilita la estructuración del Estado Cuartel en Venezuela;<br />

su influencia en la entronización de fenómenos asociados, verbigracia<br />

el pretorianismo y el militarismo; sus diversas manifestaciones<br />

materiales, simbólicas, morales e ideológicas; el<br />

impacto de la educación en la conformación de la mentalidad<br />

correspondiente; la formulación y diseño de la nueva doctrina<br />

de defensa nacional así derivada y la afectación global que el<br />

objeto estudiado puede tener sobre la vigencia de la democracia<br />

venezolana a corto, mediano y largo plazo. El eje transversal<br />

de los artículos estuvo determinado por el requerimiento de<br />

aportar opinión alternativa a servir de referencia para el debate<br />

necesario por darse al respecto en el seno de la sociedad civil.<br />

El contenido de esta edición de Mundo Nuevo es el primer<br />

resultado del proyecto de investigación intitulado “El Estado<br />

Cuartel en Venezuela”, desarrollado por el Centro Latinoamericano<br />

de Estudios de Seguridad (CLES). Como centro adscrito<br />

al Instituto de Altos Estudios de América Latina (IAEAL) de la<br />

Universidad Simón Bolívar, el CLES agradece profundamente<br />

el apoyo irrestricto brindado a la realización del referido proyecto<br />

de investigación por el Director del IAEAL, Dr. Héctor<br />

Maldonado Lira, en reconocimiento al hecho de que esta publicación<br />

solamente fue posible por dicho respaldo.<br />

Luis Alberto Buttó<br />

Director del CLES<br />

12


MUNDO NUEVO. Caracas, Venezuela<br />

Año VI. N° 15. 2014, pp. 13-54<br />

Luis Alberto Buttó<br />

Universidad Simón Bolívar<br />

lmontes@usb.ve<br />

ESTUDIOS<br />

LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO CUARTEL<br />

EN <strong>VENEZUELA</strong> (1999-2014)<br />

Resumen: A partir de 1999, comenzó a conformarse en Venezuela una novedosa<br />

realidad institucional caracterizada, entre otros elementos, por la<br />

intervención militar en política –pretorianismo–, con la finalidad de que la<br />

fuerza armada nacional sirva de soporte para la construcción del modelo<br />

político conocido como Revolución Bolivariana y el modelo de acumulación<br />

y desarrollo denominado Socialismo del Siglo XXI. Este cuadro político-institucional<br />

apunta a la edificación del fenómeno denominado Estado<br />

Cuartel o Estado Guarnición. En el presente ensayo se pretende la exégesis<br />

de dicho proceso haciendo énfasis en las normas legales que lo soportan.<br />

Palabras clave: Venezuela, Fuerza Armada Nacional, Pretorianismo, Estado<br />

Cuartel.<br />

The Building of the Garrison State<br />

in Venezuela (1999-2014)<br />

Abstract: From 1999, it began to be built in Venezuela a new institutional<br />

reality characterized, inter alia, by the military intervention in politics<br />

(praetorianism) with the goal that the National Armed Force serves as<br />

support for the construction of the political model known as Bolivarian<br />

Revolution and the economic model called Socialism of the XXI Century.<br />

This political-institutional framework aims at the building of a garrison<br />

state. This essay does the exegesis of this process doing emphasis on legal<br />

standards that support it.<br />

Keywords: Venezuela, Venezuelan National Armed Forces, Praetorianism,<br />

Garrison State.<br />

13


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

In a world in which the scientist may also be<br />

a democratic citizen, sharing democratic respect for<br />

human personality, it is rational for the scientist to<br />

give priority to problems connected with the survival<br />

of the democratic society.1<br />

Harold D. Lasswell<br />

1. Introducción<br />

La intervención militar en política fue una de las constantes históricas<br />

de mayor trascendencia en el siglo XX venezolano y lo sigue<br />

siendo en lo transcurrido de la nueva centuria. Dicha intervención,<br />

en todo caso y momento, no puede menos que considerarse<br />

abusiva e ilegítima, pues, para concretarla, elementos altamente<br />

politizados de la fuerza armada se prevalen del poder implícito<br />

representado en el monopolio de las armas de la República –en<br />

unos casos amenazando con usarlo, en otros usándolo sin más–,<br />

resquebrajando, en la práctica, el equilibrio a ser mantenido entre<br />

los actores involucrados en la contienda política, tal como reza el<br />

modelo ideal del sistema democrático liberal representativo.<br />

Para comprender, en su justa dimensión, la expresión, causales<br />

y efectos de dicha constante histórica, es perentorio remitirse al<br />

fenómeno del pretorianismo, vocablo en buena medida polisémico,<br />

pero que, en la mayoría de los textos dedicados a su estudio,<br />

muestra coordenadas conceptuales coincidentes. La Academia<br />

de la Lengua Española lo caracteriza de la siguiente forma: “in-<br />

1 “En un mundo en el que el científico también puede ser un ciudadano democrático,<br />

compartiendo el respeto democrático por la persona humana,<br />

es racional para el científico dar prioridad a los problemas relacionados<br />

con la supervivencia de la sociedad democrática” (Harold D. Lasswell,<br />

“The Garrison State”, en The American Journal of Sociology, number 4,<br />

Chicago: 1941, p. 456. Traducción libre).<br />

14


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

fluencia política abusiva ejercida por algún grupo militar”. De<br />

manera más acotada, es definido como la “intervención de los<br />

militares en política” 2 ; es decir, el proceso de estructuración de<br />

todo aquel sistema político en el cual la institución armada “play<br />

a direct or indirect role in the political process” 3 , en virtud de:<br />

“an actual or threatened use of force” 4 .<br />

Como resultado directo y nada deseable, y en lapsos de no<br />

siempre significativa extensión, la presencia del pretorianismo<br />

conlleva la alteración del sistema democrático al colocar en<br />

entredicho uno de sus baluartes fundamentales: “la (...) supremacía<br />

de los civiles en la gerencia política de la sociedad moderna<br />

5 ; lo genéricamente conocido como control civil o control<br />

civil democrático 6 . A largo plazo, la prolongación temporal<br />

2 Samuel P. Huntingto, El orden político en las sociedades en cambio,<br />

Buenos Aires: Paidós, 1991, p. 177.<br />

3 Max G. Manwaring, “Guerrillas, narcotics and terrorism: old menaces<br />

in a new world”, en Richard L. Millett and Michael Gold-Biss (editors),<br />

Beyond praetorianism. The Latin America Military in Transition, USA:<br />

North-South Center Press. University of Miami, 1996, p. 53. Traducción<br />

libre: “juega un papel directo o indirecto en los procesos políticos”.<br />

4 Amos Perlmutter, Political Roles and Military Rulers, Londres: Frank<br />

Cass and Co. Ltd., 1981, p. 9. Traducción libre: “de la amenaza o del uso<br />

real de la fuerza”.<br />

5 Domingo Irwin, “El control civil y la democracia (conceptos teóricos<br />

básicos)”, en Domingo Irwin y Frédérique Langue (coordinadores), Militares<br />

y Sociedad en Venezuela, Caracas: Universidad Católica Andrés<br />

Bello, 2003, p. 31.<br />

6 En cuanto a la aparente ambigüedad detectada entre los términos “control<br />

civil” y “control civil democrático”, téngase en cuenta que “En la literatura<br />

especializada es práctica de uso común hablar de ‘control civil’<br />

a secas, pero, pese a lucir contradictorio, la sola concreción de control<br />

civil no expresa en grado alguno la vigencia de la democracia liberal,<br />

habida cuenta de que en países sometidos a regímenes autoritarios y/o<br />

totalitarios, el control civil puede ser realidad indiscutida, pues, en todo<br />

caso, es apenas suficiente que la oficialidad esté claramente subordinada<br />

al sector civil gobernante agrupado en el partido político que de<br />

manera férrea controla la sociedad. El asunto radica en que en estos regímenes<br />

(paralelamente a la existencia de control civil) se conculcan las<br />

libertades civiles y políticas inherentes al desempeño de la ciudadanía<br />

15


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

y cualitativa del pretorianismo en una sociedad determinada<br />

conduce a la estructuración de la desafortunada “situación<br />

política en la cual el sector militar de una sociedad dada por<br />

una suerte de metástasis invade ésta, llegando a dominar todos<br />

los aspectos fundamentales de la vida social” 7 ; lo cual en<br />

términos estrictamente académicos es tipificado como militarismo.<br />

En otras palabras, el militarismo es la fase superior del<br />

pretorianismo en tanto y en cuanto el fortalecimiento y permanencia<br />

en el tiempo de realidades pretorianas echa las bases<br />

sobre las que se asientan la conformación de sociedades militarizadas,<br />

aquellas donde los hombres y mujeres de uniforme<br />

se erigen en la élite dominante.<br />

En ambientes político-institucionales débiles y/o con significativos<br />

grados de atraso –caso de la sociedad venezolana desde<br />

el nacimiento de la república independiente–, el pretorianismo<br />

encuentra caldo de cultivo idóneo para manifestarse y allí<br />

donde lo hace la democracia deviene mera entelequia, en el<br />

sentido irónico de la voz. La actuación militar en política es,<br />

ciertamente, el mejor descriptor de la utilización arbitraria<br />

del peso social acumulado por la fuerza armada, originado<br />

en el poder de fuego concentrado. Por tal motivo, la ecuación<br />

se muestra absolutamente clara en la relación de las dos vay<br />

con base en esa realidad es una contradicción hablar de cualesquiera<br />

elementos democráticos. Así, aunque luzca una tautología, el control<br />

civil a prevalecer en un sistema democrático liberal ha de ser el ejercido<br />

por los representantes del pueblo escogidos en libérrimos y competitivos<br />

comicios, que además se comporten de manera democrática en el<br />

ejercicio del gobierno, pues en caso contrario perderían por mal desempeño<br />

la legitimidad requerida”. Ver Luis Alberto Buttó, “Relaciones<br />

civiles y militares, información y democracia en América Latina”, en<br />

Mañongo, núm. 41, Valencia (Venezuela): 2013, p. 183.<br />

7 Domingo Irwin, “Usos y abusos del militarismo y el pretorianismo en la<br />

historia y la política: unos comentarios generales sobre su uso en la literatura<br />

política venezolana de la segunda mitad del siglo XX venezolano”,<br />

en Hernán Castillo, Manuel Donís y Domingo Irwin (compiladores), Militares<br />

y civiles. Balance y perspectivas de las relaciones civiles-militares<br />

venezolanas en la segunda mitad del siglo XX, Caracas: Universidad<br />

Católica Andrés Bello, 2001, p. 249.<br />

16


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

riables contenidas: intervención militar en política es igual a<br />

pretorianismo.<br />

En consecuencia, la intervención militar en política es una inaceptable<br />

anomalía institucional pues expresa la más censurable<br />

desviación de la misión y funciones de la fuerza armada<br />

consagradas por la historia y establecidas en el aparato legal<br />

correspondiente. O sea, sin mediar impertinentes y/u ociosas<br />

disquisiciones al respecto, bien puede afirmarse que la intervención<br />

castrense en política –pretorianismo– y la democracia son<br />

fenómenos antitéticos.<br />

En Venezuela, de 1999 en adelante, una vez juramentado el primero<br />

de los sucesivos gobiernos del Partido Socialista Unido<br />

de Venezuela –PSUV, previamente denominado Movimiento<br />

Quinta República o MVR por sus siglas–, se inició un sostenido<br />

y progresivo proceso de legalización de la intervención militar<br />

en política. Para decirlo con ribetes retóricos, el pretorianismo<br />

se vistió de atuendos cosidos con espuria legalidad. A partir<br />

de ese jalón histórico, la élite de origen golpista –es decir, la<br />

que organizó y ejecutó las fracasadas insurrecciones militares<br />

de febrero y noviembre de 1992–, enquistada en el Estado y el<br />

gobierno venezolanos, se dió a la ininterrumpida tarea de erigir<br />

la arquitectura legal requerida para que el pretorianismo campeara<br />

sin contratiempos y se constituyera en realidad cotidiana,<br />

con todas las implicaciones de este proceder; factores de riesgo<br />

para la supervivencia efectiva, que no meramente formal, del<br />

sistema democrático.<br />

En primer lugar, la politización de la institución militar adelantada<br />

con la finalidad expresa de construir, con base en ella,<br />

el soporte armado modélico para el proyecto político y el modelo<br />

de acumulación y desarrollo conocidos como Revolución<br />

Bolivariana y Socialismo del Siglo XXI, respectivamente. En<br />

segunda instancia, la posibilidad indiscutida de avanzar en el<br />

establecimiento de una formación económica-social militarizada<br />

resulta inmediata luego de que el pretorianismo actuante y<br />

militante derive a fases superiores de funcionamiento.<br />

17


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Por último, una vez consolidada la militarización de la sociedad,<br />

y como expresión cabal de este proceso, conformar en todas<br />

sus dimensiones el fenómeno denominado Estado Cuartel o<br />

Estado Guarnición, entendido este, con base en los indicadores<br />

identificados por su proponente teórico, como un constructo en<br />

desarrollo –developmental construct– cuyo puerto de llegada es<br />

“a world which the specialist on violence are the most powerful<br />

group in society” 8 , lo cual evidencia la indiscutida “supremacy<br />

of the soldier” 9 y propicia que los “Specialist on violence may<br />

run the state” 10 ; razón por la cual, en última instancia, “All social<br />

change is translated into battle potential” 11 .<br />

2. La licitud de la exaltación militar<br />

En la Constitución venezolana de 1961 se estableció que la<br />

fuerza armada era una institución apolítica, obediente y no<br />

deliberante, razón por la cual sus numerarios estaban imposibilitados<br />

de desarrollar algún tipo de acción política. Tal caracterización<br />

de la organización castrense fue el claro producto<br />

de la conciencia sostenida por el legislador de entonces de lo<br />

asaz inconveniente para la estabilidad del sistema democrático<br />

de permitir cualesquiera posibilidades de que los militares<br />

interviniesen en política. Al respecto, la Constitución de 1961<br />

puntualizó lo siguiente:<br />

Las Fuerzas Armadas Nacionales forman una institución<br />

apolítica obediente y no deliberante, organizada por el Estado<br />

para asegurar la defensa nacional, la estabilidad de las<br />

instituciones democráticas y el respeto a la Constitución y<br />

a las leyes, cuyo acatamiento estará siempre por encima de<br />

8 Harold D. Lasswell, op. cit., p. 455. Traducción libre: “un mundo en el<br />

cual los especialistas de la violencia son el grupo más importante de la<br />

sociedad”.<br />

9 Ibíd. Traducción libre: “supremacía del soldado”.<br />

10 Ibíd., p. 457. Traducción libre: “los especialistas de la violencia puedan<br />

manejar el Estado”.<br />

11 Ibíd., p. 458. Traducción libre: “todo cambio social se traduce en batalla<br />

potencial”.<br />

18


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

cualquier otra obligación. Las Fuerzas Armadas Nacionales<br />

estarán al servicio de la República, y en ningún caso al de<br />

una persona o parcialidad política 12 .<br />

En contraposición a la disposición anterior, la Constitución redactada<br />

en 1999 –en vigencia a partir de su publicación definitiva<br />

en Gaceta Oficial en marzo de 2000– por la Asamblea<br />

Nacional Constituyente conformada con abrumadora mayoría<br />

oficialista –representantes del MVR o de partidos aliados a<br />

este agrupados en el denominado Polo Patriótico– dio el paso<br />

inicial de la politización del sector militar desarrollada en Venezuela<br />

a partir de ese momento. Las bases de tal proceso están<br />

especificadas en lo allí estipulado en relación con la fuerza<br />

armada nacional.<br />

Entre otras especificaciones, en el capítulo III, artículo 328<br />

de dicha Constitución, deliberadamente se obviaron los adjetivos<br />

“obediente” y “apolítica”, definitorios de la institución<br />

castrense según la óptica de los constituyentes firmantes en<br />

1961. Por otro lado, se eliminó sin rubor alguno la prohibición<br />

a los integrantes de la fuerza armada a deliberar en materia<br />

política. De hecho, en juego de palabras que a la luz de los<br />

acontecimientos históricos subsiguientes evidenció cateto maquiavelismo,<br />

la nueva Constitución se limitó a establecer que<br />

los integrantes de la organización armada no tendrían “militancia<br />

política”.<br />

Así las cosas, al omitirse el carácter obediente y apolítico de la<br />

fuerza armada nacional y la prohibición de sus integrantes a deliberar,<br />

se institucionalizó la posibilidad de que estos pudiesen<br />

expresarse en materia política sin por ello ser objeto de sanción<br />

disciplinaria o pena legal alguna, habida cuenta de que al estar<br />

permitida la actuación de este tenor su concreción en la práctica<br />

cotidiana no implica incurrir en falta o delito. A la letra, el<br />

artículo 328 de la Constitución de la República Bolivariana de<br />

Venezuela reza:<br />

12 Constitución de la República de Venezuela, Gaceta Oficial de la República<br />

de Venezuela, N° 662 (Extraordinario), 23 de enero de 1961.<br />

19


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente<br />

profesional, sin militancia política, organizada por<br />

el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la<br />

Nación, y asegurar la integridad del espacio geográfico mediante<br />

la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento<br />

del orden interno y la participación activa en el desarrollo<br />

nacional, de acuerdo con esta Constitución y con la ley 13 .<br />

Vale decir, a partir de la entrada en vigencia de esta Constitución<br />

–coloquial y erróneamente bautizada “bolivariana” por los seguidores<br />

del movimiento político dominante en Venezuela a partir<br />

de 1999, ya que lo bolivariano es la República y no la Constitución,<br />

y en algún momento vilipendiada por el propio presidente<br />

Chávez al presentarla como la “bicha”–, los militares venezolanos<br />

no tienen cortapisas para asumir posturas y conductas políticas,<br />

siempre y cuando la acción desarrollada en este sentido no pase<br />

por el tamiz de adherirse a organización partidista reconocida.<br />

Con esto último se salvaguardó el prurito de las formalidades legales<br />

cuyo incumplimiento podría hacer lucir exagerado y/o desfachatado<br />

a los ojos de la opinión pública nacional e internacional<br />

el nuevo derecho conquistado por los funcionarios mencionados.<br />

En concreto, se reconoció el carácter político de la fuerza armada<br />

nacional y de sus integrantes amparándose en el tropo de<br />

la no militancia formal en partidos políticos. En otros términos,<br />

a partir de ese hito histórico, constitucionalmente hablando, los<br />

militares venezolanos pueden ser activistas o simpatizantes de<br />

la corriente política que tengan a bien valorar positivamente en<br />

tanto y cuanto no se inscriban como militantes o cuadros de la<br />

tolda política correspondiente.<br />

Desde entonces, el liderazgo en usufructo del poder político venezolano<br />

ha sido insistente y por demás diáfano en explicar la<br />

diferenciación que atañe a los miembros de la fuerza armada al<br />

reconocérsele su condición de actores políticos independientemente<br />

de que no lleguen a ser militantes de algún partido. En<br />

13 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Gaceta Oficial<br />

de la República Bolivariana de Venezuela, N° 5.453 (Extraordinario), 24<br />

de marzo de 2000.<br />

20


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

este sentido, el fallecido presidente Chávez dio por descontado<br />

que la institución militar es un “recurso político del Estado” 14<br />

y así tiene que ser entendida y utilizada al lanzar la erotema de<br />

“¿por qué los militares tienen que ser apolíticos?” 15 , la cual se<br />

respondió de la siguiente manera: “Nadie ha dicho que entre los<br />

militares funcionará un partido, pero es que no podemos confundir<br />

política con politiquería” 16 .<br />

En su opinión, los militares no deben asumir unívocamente las<br />

nociones “político” y “militante partidista” ya que desarrollar a<br />

plenitud la primera condición en lo absoluto implica recorrer el<br />

camino de la segunda, razón por la cual todos los uniformados<br />

deben sentirse y actuar como elementos políticos pues no solo<br />

en ciertas y determinadas circunstancias los soldados “pueden”<br />

ser políticos, sino que en todo momento de hecho lo “son” 17 . Es<br />

decir, la compenetración con el proyecto político puesto sobre<br />

la mesa no es ni por asomo opcional. La obligación a tales efectos<br />

es inherente y sustancial. La síntesis de tal concepción la<br />

plasmó en estos términos:<br />

Es absolutamente falso eso de que el militar es apolítico (...)<br />

Todo comandante de unidad, en todos los niveles está obligado a<br />

repetir desde el alma y a levantar bien en alto la bandera con esa<br />

consigna: Patria, Socialismo o Muerte (...) Quienes en la Fuerza<br />

Armada comenzaron hace varios años a levantar aquella figura<br />

del institucionalismo, “no, yo soy institucional”; sencillamente,<br />

era una manera, fue una manera de enmascararse (...) Si alguno<br />

se siente incómodo por eso, pues tramite su baja 18 .<br />

14 María Daniela Espinoza, “Bajo el signo del militar-político y el ciudadano-soldado”,<br />

en El Universal, Caracas, 24 de febrero de 2008, p. 1-4.<br />

15 Ibíd.<br />

16 Ibíd.<br />

17 Hugo Rafael Chávez Frías. Salutación de Fin de Año del Presidente de<br />

la República Bolivariana de Venezuela a la Fuerza Armada Nacional,<br />

Caracas, Venezolana de Televisión [transmisión de TV], 28 de diciembre<br />

de 2006.<br />

18 Hugo Rafael Chávez Frías. Discurso pronunciado en el acto de entrega de<br />

préstamos hipotecarios a personal de la Fuerza Armada Nacional, Caracas,<br />

Venezolana de Televisión [transmisión de TV], 2 de abril de 2007.<br />

21


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

En consecuencia, dado el respaldo constitucional obtenido, los<br />

uniformados venezolanos están, verbigracia, en plena libertad de<br />

proponer, aupar, respaldar, impulsar, implantar y/o defender el<br />

proyecto político y el modelo de acumulación y desarrollo que<br />

consideren beneficioso para los supremos intereses de la patria;<br />

intereses que, sin lugar a dudas, estarán definidos como tales en<br />

el particular diagnóstico, evaluación e interpretación de la realidad<br />

nacional emanado intramuros los cuarteles. Igualmente,<br />

pueden denostar, rechazar y/u oponerse al proyecto político y al<br />

modelo de acumulación y desarrollo catalogado por la institución<br />

armada pernicioso al bienestar y la estabilidad nacional.<br />

Precisamente, conductas de este tipo fueron asumidas sin tapujo<br />

alguno por integrantes del estamento militar desde la entronización<br />

de la otrora élite golpista de 1992 en el entramado del<br />

Estado y del gobierno venezolanos acaecida en enero de 1999<br />

como resultado de los comicios electorales efectuados un mes<br />

antes, proceso que se mantiene en el tiempo hasta el momento<br />

de escribir estos párrafos.<br />

Hoy en día, los documentos oficiales de la fuerza armada nacional<br />

estipulan que dicha organización es “bolivariana”, “revolucionaria”,<br />

“antiimperialista”, “socialista” y “chavista”, adjetivos<br />

que, desde abril de 2012 y según lo ordenado directamente por<br />

el Alto Mando, son de uso obligatorio de todos los uniformados<br />

nacionales en el saludo que deben ofrecerse de manera cotidiana.<br />

En todas sus apariciones públicas los militares venezolanos<br />

recalcan con estas palabras su identificación política 19 .<br />

Desde el fallecimiento del presidente Chávez en 2013 al saludo<br />

militar se le agregó la frase “Chávez vive, la lucha sigue”, coda<br />

de la expresión “Patria, Socialismo o Muerte”, utilizada durante<br />

varios años en cerril copia de la terminología institucional<br />

cubana y posteriormente modificada por la de “Independencia<br />

19 “Nuevo saludo militar: Bolivariano, Revolucionario, Antiimperialista,<br />

Socialista y Chavista”, en PRIMICIA.COM. Disponible en: http://www.<br />

primicia.com.ve/index.php/nacion/item/13150-nuevo-saludo-militarbolivariano-revolucionario-antiimperialista-socialista-y-chavista.html,<br />

1<br />

de abril de 2011. (Consultado el 2 de junio de 2012).<br />

22


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

y Patria Socialista. Viviremos y Venceremos” al conocerse oficialmente<br />

la grave enfermedad que a la larga acabó con la vida<br />

del personaje de marras. Fue en este contexto que, en 2011, el<br />

para entonces jefe del Comando Estratégico Operacional (máxima<br />

instancia operativa de la fuerza armada venezolana, solo<br />

subordinada a la comandancia en jefe), declaró lo siguiente, con<br />

clara conciencia del mensaje implícito y de los destinatarios a<br />

quienes estaba dirigido:<br />

La Fuerza Armada Nacional no tiene lealtades a medias sino<br />

completas hacia un pueblo, un proyecto de vida y un Comandante<br />

en Jefe. Nos casamos con este proyecto de país (...) Para<br />

muchos hay algunos líderes militares que no les son convenientes<br />

y [dicen] que hay que sacarlos del camino (...) Los<br />

ataques están en la agenda de la oposición. El elemento Fuerza<br />

Armada históricamente ha sido utilizado para de alguna<br />

manera derrocar gobiernos. Ellos actúan apoyados por terceros<br />

países y eso afecta el nacionalismo. La hipótesis [de un<br />

gobierno de la oposición] es difícil, sería vender al país, eso<br />

no lo va a aceptar la gente, la FAN no, y el pueblo menos 20 .<br />

La porfía pueril e improductiva de interpretar los acontecimientos<br />

históricos del presente con base en esquemas teóricoconceptuales<br />

cuyos alcances resultaron ideales en el pasado, y<br />

la malaventurada miopía analítica que tal proceder sempiternamente<br />

arrastra tras de sí, ha llevado a que durante los 15 años<br />

sumados por el ejercicio del autollamado gobierno bolivariano<br />

(para el instante en que se evacúan estas apreciaciones) un sinfín<br />

de analistas políticos y grupos opuestos a dicho régimen<br />

persistan en denunciar como anticonstitucional la intromisión<br />

militar en política desarrollada sin ambages en el período mencionado.<br />

Desde la óptica del presente escrito es obvio que, al<br />

pronunciarse en tal sentido, estos círculos de pensamiento evi-<br />

20 José Luis Carrillo, “En las FF.AA. nos casamos con el proyecto de<br />

país del Comandante Hugo Chávez [entrevista al general Henry<br />

Rangel Silva]”, en Noticias 24, Disponible en: http://www.noticias24.<br />

com/actualidad/noticia/179689/venezuela-adquirio-tanques-t72-<br />

btr-80-y-btp3-y-misiles-para-defender-las-costas, 2011. (Consultado<br />

el 30 de junio de 2011).<br />

23


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

dencian abandono del imprescindible trabajo de exégesis de la<br />

Carta Magna aprobada en referéndum en diciembre de 1999, o<br />

por lo menos explicitan haberla glosado sin la acuciosidad requerida,<br />

por lo que en consecuencia la paráfrasis ejecutada concluyó<br />

en el sentido equivocado de las proposiciones sometidas a<br />

estudio. Dicho de otra forma, el esfuerzo intelectual desplegado<br />

en la dirección señalada adolece de la errada creencia de que la<br />

Constitución de 1961 está en plena vigencia y no fue derogada<br />

por la vigente desde 2000.<br />

El yerro del entendido expuesto se evidenció, verbigracia, en la<br />

solicitud de amparo constitucional interpuesta por ante la Sala<br />

Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) el 28 de<br />

marzo de 2014 por los representantes del denominado Frente<br />

Institucional Militar, conformado por oficiales en situación de<br />

retiro manifiestamente opuestos al gobierno, mediante la cual<br />

solicitaron a ese cuerpo colegiado:<br />

una ación (sic) de amparo que suspenda de manera inmediata<br />

y definitiva el acto inconstitucional continuado y arbitrario<br />

emanado del ministro de la defensa y los mandos militares, de<br />

incluir e involucrar a la fan (sic) en el debate político, con el<br />

que violan los artículos 328 y 330 de la constitución acto con<br />

el que además se obliga a los integrantes de la fan como personas<br />

naturales a violar dichos artículos, lo cual constituye la<br />

violación de los derechos que tienen todos los militares en servicio<br />

activo de mantenerse al margen de “participar en actos de<br />

propaganda, militancia o proselitismo político” (art. 330 crbv)<br />

(sic), todo lo cual viola los derechos difusos que emanan de la<br />

norma expuesta; y además de constituir un delito por parte de<br />

los diferentes comandos de dicha fan que acaten y ordenen en<br />

su nivel de mando la tal violación de los artículos 328 y 330,<br />

cometen delitos dentro de la gama de: instigación a delinquir,<br />

delitos contra las libertades políticas, delitos contra los deberes<br />

y el honor militar, delitos de usurpación y abuso de autoridad;<br />

siendo obvio, que los subalternos al acatar la orden de su superior,<br />

actuando en los parámetros de la obediencia, la disciplina<br />

y la subordinación, entendidos como “pilares fundamentales”<br />

en el mismo artículo 328, cometen el mismo delito, “sin que les<br />

24


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

sirvan de excusas órdenes superiores” a tenor de lo contemplado<br />

en el artículo 25 de la misma Constitución 21 .<br />

Más allá del hecho de que si las órdenes cuestionadas fuesen<br />

ilegales los subordinados a quienes van dirigidas jamás estarían<br />

obligados a acatarlas y, por el contrario, tendrían la obligación<br />

ética (deontología militar de por medio) de denunciarlas, en<br />

tanto y cuanto la Constitución venezolana niega cualquier valor<br />

a la obediencia debida (también conocida como obediencia<br />

jerárquica) 22 , lo cual con suma precisión destacaron los solicitantes<br />

del amparo constitucional en cuestión, el quid del problema<br />

radica en que tales instrucciones no son ilegales pues los<br />

jefes militares de cuya autoridad emanan y los subordinados<br />

prestos a cumplirlas a gusto y sin dilación, actúan al respecto<br />

con base en las prerrogativas políticas otorgadas en el articulado<br />

constitucional redactado por diputados constituyentes, en<br />

su mayoría oficiales, partícipes en las intentonas golpistas de<br />

febrero y noviembre de 1992; o civiles de mentalidad, espíritu y<br />

proceder pretoriano, en aquel momento desempañando el apocado<br />

papel de cagatintas afanados en justificar las mencionadas<br />

tropelías a partir de su irracional animadversión a la democracia<br />

liberal representativa implantada en Venezuela a partir de<br />

1958. Articulado mediante el cual, los agavillados para azuzar,<br />

aupar y/o ejecutar la arremetida armada contra el orden<br />

democrático (quizás el más deleznable de los actos políticos en<br />

21 Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, Expediente<br />

Nº 14-0313, 11 de junio de 2014. Disponible en: http://www.tsj.<br />

gov.ve/decisiones/scon/junio/165491-651-11614-2014-14-0313.html (Consultado<br />

el 15 de septiembre de 2014).<br />

22 Al respecto, el artículo 25 de la Constitución es sumamente claro al establecer<br />

que: “Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole<br />

o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley<br />

es nulo, y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen<br />

o ejecuten incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa,<br />

según los casos, sin que les sirvan de excusa órdenes superiores”.<br />

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Gaceta Oficial<br />

de la República Bolivariana de Venezuela, Nº 5.453 (Extraordinario),<br />

24 de marzo de 2000.<br />

25


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

tiempos de modernidad) blindaron la futura militarización de<br />

la sociedad venezolana. Por esta razón, el TSJ pudo responder<br />

con propiedad en los términos siguientes a los peticionarios del<br />

amparo traído a colación:<br />

para aquellos asuntos como los planteados en la presente acción<br />

de amparo, también resulta válido atender a las líneas<br />

generales que por el Ejecutivo Nacional hayan sido establecidas<br />

en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación<br />

(hoy en día reconocido como el Plan de la Patria 2013-2019),<br />

y que, además, se encuentra debidamente aprobado por el órgano<br />

del Poder Legislativo Nacional para su implementación<br />

en toda la República durante el ejercicio del mandato por el<br />

cual fue electo (...) De esta manera, con fundamento en la<br />

normativa antes señalada, se puede afirmar que los mensajes<br />

que pueden ser difundidos por la Fuerza Armada Nacional<br />

Bolivariana a través del empleo de un saludo o una consigna<br />

militar en nada trastoca el orden jurídico que rige para las<br />

instituciones y demás autoridades de las cuales depende esta<br />

institución militar. (...) No obstante, sobre el tema planteado<br />

bien cabe acotar, o aclarar para este caso en particular, que<br />

la participación de los integrantes de la Fuerza Armada Nacional<br />

Bolivariana en actos con fines políticos no constituye<br />

un menoscabo a su profesionalidad, sino un baluarte de participación<br />

democrática y protagónica que, para los efectos de<br />

la República Bolivariana de Venezuela, sin discriminación<br />

alguna, representa el derecho que tiene todo ciudadano, en<br />

el cual un miembro militar en situación de actividad no está<br />

excluido de ello por concentrar su ciudadanía, de participar<br />

libremente en los asuntos políticos y en la formación, ejecución<br />

y control de la gestión pública –siguiendo lo consagrado<br />

en el artículo 62 de la Constitución de la República de Venezuela–,<br />

así como también, el ejercicio de este derecho se<br />

erige como un acto progresivo de consolidación de la unión<br />

cívico-militar, máxime cuando su participación se encuentra<br />

debidamente autorizada por la superioridad orgánica de la<br />

institución que de ellos se apresta 23 .<br />

23 Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,<br />

op. cit.<br />

26


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

En otro orden de ideas, en el mismo artículo 328 de la Constitución<br />

de la República Bolivariana de Venezuela se definió<br />

a la fuerza armada como institución, entre otras funciones y<br />

objetivos, “organizada por el Estado para (...) la participación<br />

activa en el desarrollo nacional” 24 . Esto es, la fuerza armada es<br />

un órgano estatal constitucionalmente misionado para participar<br />

directamente en los esfuerzos conducentes a implantar en<br />

la sociedad venezolana el modelo de acumulación y desarrollo<br />

delineado bien en el texto constitucional, bien en los planes y<br />

programas de gobierno ideados, programados y ejecutados por<br />

la parcialidad dominante; por ende, protagonista principal en<br />

los asuntos conexos. En otras palabras, a partir de ese instante,<br />

la fuerza armada pasó a ser un organismo con capacidad y<br />

potestad para diseñar, ejecutar y/o imponer políticas públicas<br />

(en materia económica, social, cultural, científica, tecnológica y<br />

pare usted de contar) que, en la percepción de quienes ostenten<br />

el poder político nacional, resulten idóneas para incrementar los<br />

grados tangibles de desarrollo relativo y mejorar las condiciones<br />

de vida generales de la población.<br />

Para decirlo con la precisión requerida, al entrar en vigor el<br />

artículo mencionado la institución armada fue erigida constitucionalmente<br />

actor político con participación directa en el control<br />

de la maquinaria estatal y gubernamental, habida cuenta de<br />

que ejercer dicho control resume uno de los objetivos medulares<br />

de la acción política, pues la nula capacidad de influir sobre el<br />

proceso de toma de decisiones deriva de que la facción o grupo<br />

social afanado en estos menesteres se encuentre marginada de<br />

los centros de poder donde se cocinan y desde los cuales se<br />

llevan a cabo, valiéndose de los mecanismos y herramientas de<br />

los que dispone el Estado y el gobierno, aquellas decisiones que<br />

se traducen en políticas públicas.<br />

La sinopsis del asunto explicita claramente que, dado lo estipulado<br />

en su artículo 328, la Constitución vigente en Venezuela<br />

24 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Gaceta Oficial<br />

de la República Bolivariana de Venezuela, Nº 5.453 (Extraordinario), 24<br />

de marzo de 2000.<br />

27


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

desde 2000 posibilitó el hecho de que en el país desaparecieran<br />

cualesquiera ambages en torno a la potestad inmediata de los<br />

hombres y mujeres de uniforme de inmiscuirse en la dirección<br />

y conducción de los aparatos operativos del Estado y del gobierno.<br />

Y aquí el verbo inmiscuir es utilizado en stricto sensu: entremeterse,<br />

tomar parte en un asunto o negocio, especialmente<br />

cuando no hay razón o autoridad para ello. Téngase en cuenta<br />

que la inextricable ligazón planteada entre seguridad interna y<br />

desarrollo nacional, entendida la primera como proceso clave<br />

de la fuerza armada y el segundo como causal preponderante<br />

en la maximización de aquella, conforma uno de los postulados<br />

ideológicos, filosóficos y programáticos claves motivadores de<br />

la intervención militar en política signada por acciones populistas<br />

y radicales, bastante común en América Latina a partir de la<br />

década de los sesenta del siglo pasado y manifiesta en Venezuela<br />

desde los años noventa de la anterior centuria 25 .<br />

25 Sobre el pretorianismo populista y radical latinoamericano, ver Luis Alberto<br />

Buttó, “Pretorianismo y Nuevo Profesionalismo Militar”, en Domingo<br />

Irwin, Luis Alberto Buttó y Frédérique Langue, Control Civil y<br />

Pretorianismo en Venezuela, Caracas: Universidad Católica Andrés Bello,<br />

2006, pp. 97-137. Sobre el carácter populista y radical de la intervención<br />

militar en política en Venezuela a partir de los años noventa del siglo<br />

XX, consúltese Luis Alberto Buttó, “El Nuevo Profesionalismo Militar<br />

de Seguridad Interna y Desarrollo Nacional. Un ejercicio de reflexión<br />

académica como hipótesis para entender las relaciones civiles y militares<br />

en Venezuela contemporánea”, en Domingo Irwin y Frédérique Langue<br />

(coordinadores), op. cit., 2003, pp. 129-146. Véase también Luis Alberto<br />

Buttó, “Nuevo profesionalismo militar de seguridad interna y desarrollo<br />

nacional e intervención política de militares populistas y radicales<br />

en Venezuela”, en Domingo Irwin y Frédérique Langue (coordinadores),<br />

Militares y poder en Venezuela, Caracas: Universidad Católica Andrés<br />

Bello, 2005, pp. 139-177. Para profundizar en la relación fuerza armadaseguridad<br />

interna-desarrollo nacional como basamento ideológico de las<br />

insurrecciones militares en Venezuela contemporánea, revísese Luis Alberto<br />

Buttó, “El aparato ideológico del golpismo chavista”, en Alejandro<br />

Cardozo Uzcátegui y Luis Alberto Buttó (editores), El Incesto Republicano.<br />

Relaciones civiles y militares en Venezuela 1812-2012, Caracas:<br />

Editorial Nuevos Aires, 2013, pp. 183-218.<br />

28


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

El postulado del link entre seguridad interna y desarrollo nacional<br />

asomado en el artículo 328 de la Constitución de la República<br />

Bolivariana de Venezuela fue desarrollado por extenso en la<br />

Ley Orgánica de Seguridad de la Nación (LOSN) promulgada<br />

en 2002. El contenido de esta ley clausuró toda rendija de duda<br />

sobre lo que traduce el vínculo seguridad interna-desarrollo nacional<br />

en la cotidianidad operativa de los órganos del Estado<br />

venezolano en términos del papel desempeñado por los integrantes<br />

de la fuerza armada. Al respecto, el segundo artículo<br />

de la LOSN delineó las coordenadas teóricas entre las cuales,<br />

a partir de ese momento, se entiende a todo efecto práctico la<br />

relación en cuestión:<br />

La seguridad de la Nación está fundamentada en el desarrollo<br />

integral, y es la condición, estado o situación que garantiza<br />

el goce y ejercicio de los derechos y garantías en los ámbitos<br />

económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y<br />

militar de los principios y valores constitucionales por la población,<br />

las instituciones y cada una de las personas que conforman<br />

el Estado y la sociedad, con proyección generacional,<br />

dentro de un sistema democrático, participativo y protagónico,<br />

libre de amenazas a su sobrevivencia, su soberanía y a<br />

la integridad de su territorio y demás espacios geográficos 26 .<br />

Así pues, los cimientos de la seguridad nacional descansan en<br />

el desarrollo integral y este desiderátum, a tenor de lo dispuesto<br />

en el artículo 4° de la LOSN, implica lo siguiente en términos<br />

de la manifestación en hechos concretos de la operación de los<br />

diversos órganos estatales y gubernamentales:<br />

El desarrollo integral, a los fines de esta Ley, consiste en la<br />

ejecución de planes, programas, proyectos y procesos continuos<br />

de actividades y labores que, acordes con la política<br />

general del Estado y en concordancia con el ordenamiento<br />

jurídico vigente, se realicen con la finalidad de satisfacer las<br />

necesidades individuales y colectivas de la población, en los<br />

26 Ley Orgánica de Seguridad de la Nación, Gaceta Oficial de la República<br />

Bolivariana de Venezuela, número 37.594, 18 de diciembre de 2002.<br />

29


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental<br />

y militar 27 .<br />

En resumidas cuentas, la combinación del contenido del artículo<br />

328 de la Constitución formalizada en 2000 con lo comprendido<br />

en los artículos 2 y 4 de la LOSN de 2002, edificó el escalón<br />

inicial a partir del cual la actuación política de los uniformados<br />

venezolanos pasó a ser acción legalmente permitida. Empero, la<br />

gravedad de los impactos generados sobre la institucionalidad<br />

castrense al implantarse estos cambios preceptivamente legales<br />

no se detuvo allí. Una vez superado el trance de los años 2002<br />

y 2003 (deposición momentánea del presidente Chávez por facciones<br />

de la fuerza armada que desconocieron su autoridad durante<br />

los sucesos de abril del primer año señalado y desarrollo<br />

del paro petrolero de finales de ese año y principios del otro, el<br />

cual fue asumido con carácter insurreccional por buena parte<br />

de la gerencia y trabajadores del sector), la administración en<br />

ejercicio radicalizó su discurso y acción y mostró sin rodeos<br />

ni ambigüedades su disposición a edificar sólidamente su visión<br />

del estamento militar como soporte armado del proyecto<br />

político dominante. Para ello recurrió al Decreto con Rango,<br />

Valor y Fuerza de Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional<br />

Bolivariana (LOFANB).<br />

El espíritu y los objetivos relacionados con la legalización de la<br />

intervención militar en política (pretorianismo o politización de<br />

la fuerza armada venezolana, como prefiera llamársele) contenidos<br />

en la Constitución y en la LOSN se desarrollaron a plenitud<br />

en la LOFANB, la cual, inicialmente, entró en vigor el 31 de julio<br />

de 2008, cuando fue publicada en Gaceta Oficial número 5.891<br />

extraordinario. En su condición de ley-decreto, la LOFANB fue<br />

dictada directamente por el presidente de la república al amparo<br />

de la potestad concedida para actuar como poder legislativo en<br />

la Ley Habilitante emitida por la Asamblea Nacional en enero de<br />

2007. Esta permisión facultó por 18 meses al primer mandatario<br />

para formular 68 textos legales (amén de la ley señalada) que<br />

abarcaron materias tan disímiles como participación popular,<br />

27 Ibíd.<br />

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ejercicio de la función pública, economía, ciencia y tecnología,<br />

ordenación territorial, energía, transformación del Estado, tributos<br />

internos, infraestructura, transporte y servicios, entre otras.<br />

Cabe destacar que la elaboración de las leyes expedidas durante<br />

ese período por el presidente-legislador se realizó en evidente<br />

ejercicio autocrático al no efectuar para ello consulta alguna a los<br />

restantes poderes o al colectivo nacional.<br />

Posteriormente, la LOFANB sufrió dos modificaciones. La primera,<br />

realizada por la Asamblea Nacional en octubre de 2009.<br />

La segunda, llevada a cabo por el presidente de la república (de<br />

nuevo habilitado para ello por la Asamblea Nacional al delegar<br />

en este funcionario su función esencial e inherente) en marzo<br />

de 2011. Esta versión es la que se encuentra en vigencia al momento<br />

de redactar el presente ensayo y, por consiguiente, es el<br />

instrumento legal sometido a análisis en los párrafos venideros,<br />

salvo en lo referido a la exposición de motivos, para lo cual se<br />

manejó la versión primigenia de 2008, pues dicho aparte de<br />

aquella ley se mantuvo prácticamente sin modificaciones en las<br />

sucesivas reformas.<br />

La parte introductoria de la LOFANB dejó en claro el punto<br />

de partida de todo cuanto en ella se normó: el deseo inmanente de<br />

proporcionar concreción práctica a la posibilidad de que los militares<br />

venezolanos interviniesen en política a fin de que pudieran,<br />

sin impedimento legal alguno, cumplir con dos tareas cuyo anhelo<br />

y expresión ya para ese entonces venían manifestando en los<br />

hechos. En primer lugar, identificarse y/o alinearse con el ideario<br />

motivador de las acciones de gobierno emprendidas por la parcialidad<br />

que en 1999 conquistó el poder político en el país. Segundo,<br />

justificar dicha identificación y/o alineación con base en el reconocimiento<br />

de la obligación ética e institucional desprendida de<br />

insoslayables mandatos legales. La innegable explicitud de tales<br />

objetivos puede constatarse de seguida:<br />

A raíz de la entrada en vigencia de la Constitución de la República<br />

Bolivariana de Venezuela en 1999 y siguiendo los<br />

postulados fundamentales de la misma, entre los que está, el<br />

de la refundación de la República y de todas y cada una de<br />

31


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

sus instituciones fundamentales del Estado, se dio inicio a la<br />

revisión y adecuación de las normas jurídicas que las rigen,<br />

estando entre las mismas, como una de las de mayor importancia,<br />

por su valiosa significación, la de la Fuerza Armada<br />

Nacional Bolivariana.<br />

Lo anteriormente expuesto, hace obligante a la Fuerza Armada<br />

Nacional, adecuar toda su organización a las nuevas<br />

exigencias, con una visión geopolítica que transita el sendero<br />

hacia la estructuración del Estado Social, amante de la paz,<br />

defensora de los derechos humanos y solidaria con las naciones<br />

hermanas del Continente Americano, dentro del Ideario<br />

del Libertador Simón Bolívar.<br />

(...)<br />

En virtud de lo anteriormente transcrito y en base a los lineamientos<br />

filosóficos, doctrinarios y jurídicos que rigen la<br />

materia, asumiendo los retos de transformación estructural<br />

de la sociedad venezolana y consecuencialmente de la Fuerza<br />

Armada Nacional, encuentra fundamento el presente proyecto<br />

de Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de la Fuerza<br />

Armada Nacional Bolivariana, que tiene como objeto establecer<br />

los principios y las disposiciones que rigen su organización,<br />

funcionamiento y administración, dentro del marco<br />

de la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad, como<br />

fundamento de la seguridad de la Nación, consecuente con<br />

los fines supremos de preservar la Constitución de la República<br />

Bolivariana de Venezuela y la República.<br />

(...)<br />

Como consecuencia de lo anteriormente expuesto y siguiendo<br />

el norte franco hacia la adecuación de la Fuerza Armada<br />

Nacional Bolivariana a la nueva estructura jurídica y política<br />

del Estado, es menester e imperativo incluir en el nuevo texto<br />

legal, las disposiciones legislativas correspondientes a la profesión<br />

de los hombres y mujeres de armas, considerando en el<br />

mismo orden de ideas que el “ser militar”, traspasa con creces<br />

las fronteras del oficio propiamente dicho, convirtiéndose<br />

sin duda alguna en una forma de vida distinta, con exigencias<br />

marcadas en cuanto a múltiples esfuerzos y sacrificios, in-<br />

32


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

cluso de la propia vida si fuere el caso, que en sí mismo lleva<br />

intrínseco 28 .<br />

Sin embargo, dejar clarificada la motivación central que impulsó<br />

al (los) autor(es) intelectual(es) de la ley de marras a promulgarla<br />

es insuficiente en función de entender su perniciosa secuela en el<br />

sostenimiento del orden democrático. En tal dirección se avista<br />

perentorio puntualizar el impacto inmediato dejado por su contenido<br />

en las relaciones civiles y militares al desbaratar uno de<br />

los principios fundamentales del control civil democrático, cual<br />

es que la condición de comandante en jefe de la fuerza armada<br />

la ejerza un funcionario civil sin posición operativa alguna<br />

legalmente establecida a lo interno de la jerarquizada pirámide<br />

de la institución armada, independientemente de que dicho personero<br />

sea la máxima voz en la cadena de mando. Y es que en la<br />

LOFANB la figura política del comandante en jefe de la fuerza<br />

armada se convirtió en grado operativo de la institución castrense<br />

(el de mayor jerarquía, obviamente) con claras funciones de este<br />

tipo (operativas, se entiende) especificadas en los artículos correspondientes,<br />

las cuales se acompañaron con la parafernalia militar<br />

acostumbrada; léase, insignias, estandarte y uniforme exclusivos<br />

del grado en cuestión. En breve sentencia, la LOFANB equiparó<br />

potestades institucionales generales y facultades operativas particulares<br />

en la persona del comandante en jefe al convertirlo en un<br />

militar más, el más antiguo por definición.<br />

Así las cosas, al subsumir en el cargo presidencial las responsabilidades<br />

y atribuciones operativas máximas de la fuerza armada<br />

con grado militar real se le atribuyó de manera taxativa<br />

el carácter y papel de actor político al ocupante de la suprema<br />

instancia jerárquica de la fuerza armada y se transformó de facto<br />

y de iure el otrora cargo de comandante en jefe en un grado<br />

militar efectivo y activo, con lo cual se validó legalmente todo<br />

proceder político que en tal condición este desarrolle a lo interno<br />

de la institución armada. Para expresarlo de otra manera:<br />

28 Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de la Fuerza Armada<br />

Nacional Bolivariana, Gaceta Oficial de la República Bolivariana de<br />

Venezuela, Nº 5.891, 31 de julio de 2008.<br />

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con la entrada en vigencia de la LOFANB se politizó el mando<br />

de la fuerza armada y se militarizó la presidencia de la república,<br />

en una evidente acción de inspiración pretoriana dirigida, a<br />

todas luces, a proporcionar al sector militar explícita preeminencia<br />

en la conducción de los asuntos de Estado y de gobierno,<br />

dado el caso que: “El punto de convergencia es el Presidente de<br />

la República. En el primer caso, como Jefe de Estado, asesorado<br />

por el Consejo de Defensa de la Nación. En el segundo, en<br />

su condición de Jefe de Gobierno, en el marco del Consejo de<br />

Ministros” 29 .<br />

En aras de eliminar cualesquiera resquicios de duda sobre la<br />

condición, autoridad y posición militar del cargo-grado de comandante<br />

en jefe, basta leer ciertos artículos de la LOFANB;<br />

verbigracia, el artículo 5° que a la letra reza lo siguiente: “La<br />

Fuerza Armada Nacional Bolivariana está organizada de la<br />

siguiente manera: la Comandancia en Jefe, el Comando Estratégico<br />

Operacional, los Componentes Militares; la Milicia<br />

Bolivariana destinada a complementar a la Fuerza Armada Nacional<br />

Bolivariana en la Defensa Integral de la Nación y las Regiones<br />

Militares, como organización operacional” 30 . Artículo<br />

que dio pie a la redacción de otros del mismo tenor, como el 6°<br />

y el 7° copiados a continuación:<br />

Artículo 6. El Presidente o Presidenta de la República tiene<br />

el grado militar de Comandante en Jefe y es la máxima autoridad<br />

jerárquica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.<br />

Ejerce el mando supremo de ésta, de acuerdo con lo previsto<br />

en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela<br />

y demás leyes. Dirige el desarrollo general de las operaciones,<br />

define y activa el área de conflicto, los teatros de operaciones<br />

y regiones estratégicas de defensa integral, así como<br />

los espacios para maniobras y demostraciones, designando<br />

29 Héctor Herrera Jiménez. La Doctrina Militar Bolivariana, Caracas: edición<br />

del Autor, 2006, p. 243.<br />

30 Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Reforma de la<br />

Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Gaceta Oficial<br />

de la República Bolivariana de Venezuela, Nº 8.096, 9 de marzo de 2011.<br />

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sus respectivos Comandantes y fijándoles la jurisdicción territorial<br />

correspondiente, según la naturaleza del caso.<br />

Tiene bajo su mando y dirección la Comandancia en Jefe, integrada<br />

por un Estado Mayor y las unidades que designe. Su<br />

organización y funcionamiento se rige por lo establecido en el<br />

reglamento respectivo. Las insignias de grado y el estandarte<br />

del Comandante en Jefe serán establecidos en el Reglamento<br />

respectivo.<br />

(...)<br />

Artículo 7. El Presidente o Presidenta de la República y Comandante<br />

en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana,<br />

ejerce la línea de mando operacional en forma directa o a<br />

través de un o una militar en servicio activo, expresamente<br />

designado o designada para todas las actividades relacionadas<br />

con la conducción de operaciones o empleo de la Fuerza<br />

Armada Nacional Bolivariana 31 .<br />

Artículos que se complementaron con el décimo octavo y el<br />

vigésimo noveno, redactados en el marco de estas coordenadas:<br />

Artículo 18. El Comando Estratégico Operacional es el máximo<br />

órgano de planificación, programación, dirección, ejecución<br />

y control estratégico operacional específico, conjunto y<br />

combinado de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, con<br />

ámbito de actuación en el espacio geográfico y aeroespacial<br />

de la Nación conforme a los acuerdos o tratados suscritos y<br />

ratificados por la República.<br />

El Comando Estratégico Operacional depende directamente<br />

del Presidente o Presidenta de la República y Comandante en<br />

Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en todo lo<br />

relativo a los aspectos operacionales y para los asuntos administrativos<br />

dependerá del Ministro o Ministra del Poder<br />

Popular para la Defensa y estará conformado por un o una<br />

comandante, un Estado Mayor y Conjunto, los elementos de<br />

apoyo necesarios para el cumplimiento efectivo de su misión.<br />

(...)<br />

31 Ibíd.<br />

35


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Artículo 29. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana, está<br />

integrada por cuatro Componentes Militares: El Ejército<br />

Bolivariano, la Armada Bolivariana, la Aviación Militar<br />

Bolivariana y la Guardia Nacional Bolivariana.<br />

Los Componentes Militares dependen del Presidente o Presidenta<br />

de la República y Comandante en Jefe de la Fuerza<br />

Armada Nacional, mando que ejerce directamente o por<br />

intermedio del o la Comandante Estratégico Operacional.<br />

Administrativamente dependen del Ministerio del Poder Popular<br />

para la Defensa.<br />

Cada Componente Militar cuenta con su organización operacional,<br />

administrativa y funcional adecuada a la misión y<br />

funciones respectivas; y tienen su respectiva Comandancia<br />

General 32 .<br />

La LOFANB trocó a la fuerza armada nacional de instrumento<br />

disuasivo del Estado venezolano a elemento de respaldo fundamental<br />

de la Revolución Bolivariana, dispuesto, según sus áreas<br />

de competencia y especificidad operativas, para anular cualesquiera<br />

obstáculos a presentarse en el mantenimiento en el poder<br />

de dicho proceso político; léase, oposición externa y, principalmente,<br />

oposición interna. La veracidad de lo expresado puede<br />

confirmarse al practicar el correspondiente ejercicio heurístico<br />

sobre el texto legal en cuestión. Al efecto, en el primer artículo<br />

de esta ley se definió a la fuerza armada como “la institución<br />

que en forma permanente garantiza la defensa militar del<br />

Estado” 33 y, en el artículo 4º, numerales 6 y 7, se le atribuyeron,<br />

entre otras funciones, las de “Apoyar a los distintos niveles y<br />

ramas del Poder Público en la ejecución de tareas vinculadas<br />

a los ámbitos social, político, cultural, geográfico, ambiental,<br />

económico y en operaciones de protección civil en situaciones<br />

de desastres en el marco de los planes correspondientes” 34 y<br />

“Contribuir en preservar o restituir el orden interno, frente a<br />

graves perturbaciones sociales, previa decisión del Presidente o<br />

32 Ibíd.<br />

33 Ibíd.<br />

34 Ibíd.<br />

36


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Presidenta de la República y Comandante en Jefe de la Fuerza<br />

Armada Nacional Bolivariana” 35 .<br />

En otras palabras, por un lado, la fuerza armada quedó instituida<br />

formalmente como soporte militar del Estado venezolano<br />

edificado bajo los patrones establecidos de manera progresiva a<br />

partir de la configuración de la llamada Quinta República, así<br />

denominada por inspiración ahistórica de los proponentes de tal<br />

desaguisado temporal e institucional. De tal forma, la presencia<br />

de cualesquiera grupos opuestos y/o la ejecución de alguna<br />

acción deliberada (o simplemente considerada así por el poder<br />

constituido) que pongan en peligro la permanencia de dicho Estado,<br />

habrán de toparse entonces con la capacidad represiva de<br />

la institución armada.<br />

Por el otro, la fuerza armada pasó a ser elemento directamente<br />

partícipe en la construcción del modelo de acumulación y desarrollo<br />

y del proyecto político representados, lo primero, en<br />

el llamado Socialismo del Siglo XXI y, lo segundo, en la Revolución<br />

Bolivariana. Es decir, los uniformados venezolanos<br />

transmutaron de receptores y/o ejecutores de las decisiones tomadas<br />

por los hacedores de políticas públicas en hacedores de<br />

políticas públicas ellos mismos, con todo lo que esto implica en<br />

términos del desarrollo de la controversia política, en la cual,<br />

desde ese momento, quedaron directamente inmersos.<br />

Igualmente, quedó a disposición del presidente de la república<br />

(léase: máximo exponente de la facción política gobernante)<br />

la utilización del potencial de fuego de la fuerza armada<br />

para desbaratar cualesquiera expresiones oposicionistas a su<br />

sostenimiento a la cabeza del poder político nacional; o sea,<br />

la fuerza armada como brazo armado al servicio del régimen<br />

imperante. En múltiples oportunidades, durante los 15 años<br />

transcurridos entre 1999 y el momento en que se transcriben<br />

estas líneas, los sectores de la población venezolana que manifestaron<br />

en movilizaciones de calle su desacuerdo con las políticas<br />

y acciones del gobierno “bolivariano” experimentaron<br />

35 Ibíd.<br />

37


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

en carne propia el alcance de esta disposición. El ejemplo más<br />

reciente en el tiempo lo constituye la forma como en febrero y<br />

marzo de 2014 se reprimieron duramente las protestas inicialmente<br />

adelantas por el movimiento estudiantil y luego incrementadas<br />

por la suma de amplios factores de la sociedad civil<br />

en general, con el lamentable saldo de muertos (más de una<br />

treintena), heridos y detenidos sometidos a tratos inhumanos y<br />

torturas físicas y psicológicas de diversa laya.<br />

Esta función de carácter altamente represivo se le asignó en<br />

primacía a la Milicia Bolivariana, tal como se dejó en claro<br />

desde la exposición de motivos de la LOFANB anteriormente<br />

referida, donde se lee al calco:<br />

no sólo es la Fuerza Armada Nacional Bolivariana la misionada<br />

para la defensa y la integridad del territorio, sino la<br />

sociedad en su conjunto; es precisamente de allí, de donde<br />

surge la Milicia Nacional, cuerpo especial que estará en todo<br />

tiempo adiestrado e integrado en las áreas donde ante la materialización<br />

de alguna de las hipótesis de conflicto les corresponderá<br />

actuar 36 .<br />

Básicamente por esta razón la Milicia Bolivariana se estructuró<br />

como órgano armado paralelo a los cuatro componentes clásicos<br />

de la institución castrense venezolana (Ejército, Armada,<br />

Aviación y Guardia Nacional) y quedó al mando operativo directo<br />

y discrecional de la comandancia general de la fuerza armada<br />

(entiéndase: presidente de la república) para ser utilizado<br />

como sostén del gobierno constituido más allá e independientemente<br />

de que los cuatro componentes restantes pudiesen mostrar<br />

vacilación para actuar en determinadas situaciones en que<br />

el primer mandatario así se los requiriera, lo cual, por ejemplo,<br />

ocurrió en abril de 2002, cuando a través de la red de comunicación<br />

militar conocida como “Tiburón”, el presidente Chávez<br />

(“Tiburón 1”) ordenó la activación del plan de movilización<br />

de la fuerza armada nacional diseñado para enfrentar desor-<br />

36 Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de la Fuerza Armada<br />

Nacional Bolivariana, Gaceta Oficial de la República Bolivariana de<br />

Venezuela, Nº 5.891, 31 de julio de 2008.<br />

38


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

denes callejeros en la ciudad de Caracas (Plan Ávila) y buena<br />

parte de los receptores de la orden (los “tiburones” restantes)<br />

la desobedecieron o simplemente no atendieron a los llamados<br />

de radio emitidos desde el palacio de Miraflores. La expuesta<br />

función de la Milicia Bolivariana se desprende de la lectura de<br />

los artículos 43 y 44 de la LOFANB, copiados a la letra:<br />

Artículo 43. La Milicia Bolivariana es un cuerpo especial<br />

organizado por el Estado Venezolano, integrado por la Milicia<br />

Territorial y Cuerpos Combatientes, destinada a complementar<br />

a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la<br />

Defensa Integral de la Nación, para contribuir en garantizar<br />

su independencia y soberanía. Los aspectos inherentes a la<br />

organización, funcionamiento y demás aspectos administrativos<br />

y operacionales serán determinados por el reglamento<br />

respectivo.<br />

La Milicia Bolivariana depende directamente del Presidente<br />

o Presidenta de la República y Comandante en Jefe de la<br />

Fuerza Armada Nacional Bolivariana en todo lo relativo a<br />

los aspectos operacionales a través del Comando Estratégico<br />

Operacional y para los asuntos administrativos dependerá del<br />

Ministro o Ministra del Poder Popular para la Defensa.<br />

(...)<br />

Artículo 44. La Milicia Bolivariana tiene como misión entrenar,<br />

preparar y organizar al pueblo para la Defensa Integral<br />

con el fin de complementar el nivel de apresto operacional de<br />

la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, contribuir al mantenimiento<br />

del orden interno, seguridad, defensa y desarrollo<br />

integral de la nación, con el propósito de coadyuvar a la independencia,<br />

soberanía e integridad del espacio geográfico<br />

de la Nación 37 .<br />

La Milicia Bolivariana fue ideada como cuerpo armado conformado<br />

con personal sumado a filas de manera voluntaria, mediante<br />

registro al efecto organizado por su comandancia general<br />

(traducción: despacho de la presidencia de la república), una vez<br />

37 Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Reforma de la<br />

Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Gaceta Oficial<br />

de la República Bolivariana de Venezuela, Nº 8.096, 9 de marzo de 2011.<br />

39


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dichos contingentes hayan asumido como deber inexcusable<br />

participar en las operaciones conducentes a garantizar la defensa<br />

integral de la nación, visión esta de la seguridad y la defensa<br />

nacional acunada por los ideólogos de los fracasados golpes de<br />

Estado de 1992 y detentadores del poder político en Venezuela<br />

a partir de 1999.<br />

En consecuencia, luce por demás lógico deducir que, en definitivas<br />

cuentas, el requisito fundamental para alistarse en la Milicia<br />

Bolivariana resultó y resulta ser la identificación ideológica<br />

con el proyecto político liderado inicialmente por el teniente<br />

coronel (Ej.) Hugo Chávez y por el presidente Nicolás Maduro,<br />

luego del fallecimiento de aquel. El análisis de los artículos de<br />

la LOFANB explicativos del proceso de afiliación de los integrantes<br />

de los Cuerpos Combatientes y de la Milicia Territorial<br />

(órganos constitutivos de la Milicia Bolivariana) permitió arribar<br />

a la anterior afirmación:<br />

Artículo 50. Los Cuerpos Combatientes son unidades conformadas<br />

por ciudadanos y ciudadanas que laboran en instituciones<br />

públicas o privadas, que de manera voluntaria son<br />

registrados o registradas, organizados u organizadas y adiestrados<br />

y adiestradas por el Comando General de la Milicia<br />

Bolivariana, con el fin de coadyuvar con la Fuerza Armada<br />

Nacional Bolivariana en la defensa integral de la Nación, asegurando<br />

la integridad y operatividad de las instituciones a las<br />

que pertenece.<br />

(...)<br />

Artículo 51. La Milicia Territorial está constituida por los<br />

ciudadanos y ciudadanas que voluntariamente se organicen<br />

para cumplir funciones de Defensa Integral de la Nación, en<br />

concordancia con el principio de corresponsabilidad entre el<br />

Estado y la sociedad civil; y deberán estar registrados por la<br />

Comandancia General de la Milicia Bolivariana, quedando<br />

bajo su mando y conducción 38 .<br />

Por otro lado, dos hechos significativos demuestran de manera<br />

indubitable que la Milicia Bolivariana fue concebida como ejér-<br />

38 Ibíd.<br />

40


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

cito paralelo a los restantes cuatro componentes de la fuerza armada<br />

nacional, razón por la cual, con la implantación de aquella,<br />

se alteraron radicalmente las relaciones civiles y militares en el<br />

país. El primero: la propia estructura con la cual a escala general<br />

se organizó la fuerza armada, según lo dispuesto en el artículo 5º<br />

de la LOFANB, se repitió y amplió para montar la armazón burocrática,<br />

operativa y administrativa de la Milicia, tal como quedó<br />

establecido en el artículo 45 de la ley en cuestión:<br />

La Milicia Bolivariana está organizada por un Comando<br />

General, Segundo Comando y Jefatura de Estado Mayor,<br />

Agrupamientos, Unidades de Milicia Territorial, Cuerpos<br />

Combatientes y los órganos operativos y administrativos<br />

funcionales necesarios para coadyuvar en la ejecución de<br />

acciones de seguridad, defensa y desarrollo integral de la<br />

Nación 39 .<br />

El segundo: la Milicia Bolivariana fue diseñada para tener<br />

cobertura en todo el territorio nacional, incluso con proyección<br />

mayor a la efectivamente alcanzada en tal sentido por los<br />

otros componentes de la fuerza armada, de una u otra manera<br />

constreñidos en su capacidad de operar al radio de acción de<br />

las diferentes guarniciones distribuidas en la geografía venezolana.<br />

Al respecto, téngase en mente que el artículo 46 de<br />

la LOFANB, en sus parágrafos 6°, 7°, 8° y 9°, atribuyó, entre<br />

otras, las siguientes funciones a la Milicia Bolivariana:<br />

39 Ibíd.<br />

6. Orientar, coordinar y apoyar en las áreas de su competencia<br />

a los Consejos Comunales, a fin de coadyuvar en el<br />

cumplimiento de las políticas públicas;<br />

7. Contribuir y asesorar en la conformación y consolidación<br />

de los Comités de Defensa Integral de los Consejos Comunales,<br />

a fin de fortalecer la unidad cívico-militar;<br />

8. Recabar, procesar y difundir la información de los Consejos<br />

Comunales, instituciones del sector público y privado,<br />

necesaria para la elaboración de los planes, programas, proyectos<br />

de Desarrollo Integral de la Nación y Movilización<br />

Nacional;<br />

41


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

9. Coordinar con los órganos, entes y dependencias del sector<br />

público y privado, la conformación y organización de los Cuerpos<br />

Combatientes, los cuales dependerán administrativamente<br />

de los mismos, con la finalidad de contribuir a la Defensa Integral<br />

de la Nación; supervisar y adiestrar a los Cuerpos Combatientes,<br />

los cuales dependerán operacionalmente del Comando<br />

General Nacional de la Milicia Bolivariana 40 .<br />

Vale decir, la Milicia Bolivariana fue organizada para operar con<br />

base en la organización y disposición de los Consejos Comunales,<br />

de forma tal que el cuerpo armado en cuestión funcione, según la<br />

jerigonza oficial utilizada al respecto, de la siguiente manera: en<br />

primer lugar, en escalón-magnitud agrupamiento (al momento de<br />

teclear estas líneas, hay ocho plenamente operativos) cubre los 23<br />

estados en que administrativamente se divide la nación. En segunda<br />

instancia, en escalón-magnitud batallón (42 contabilizados a la<br />

fecha) abarca los 335 municipios existentes en el país. Tercero, en<br />

escalón-magnitud compañía está presente en las 1.134 parroquias<br />

en las que se subdividen los municipios. Y, por último, en escalónmagnitud<br />

pelotón se distribuye a lo largo de las 31.124 localidades<br />

o centros poblados (barrios, urbanizaciones, asentamientos,<br />

aldeas, caseríos, comunidades indígenas y otros) contabilizados<br />

en las estadísticas oficiales. Paralelamente, a través de los Cuerpos<br />

Combatientes, la Milicia Bolivariana se pensó para estar presente<br />

en todos “los órganos, entes y dependencias del sector público y<br />

privado” 41 . En otras palabras, a través de la Milicia Bolivariana, el<br />

presidente-legislador no dejó espacio vacío en el cual la presencia<br />

militar se dejase de sentir. La red tejida por la Milicia lo cubre<br />

todo. La Milicia actúa en todo.<br />

Como es fácil observar, el despliegue de la Milicia Bolivariana<br />

es total y se precia de no dejar desatendido resquicio alguno en<br />

las diversas agrupaciones en las que se distribuye la población<br />

venezolana a lo largo y ancho del territorio nacional. Ante la<br />

necesidad de desarrollar a plenitud este despliegue se explica<br />

la enorme cantidad (entendido esto en relación con el total de<br />

40 Ibíd.<br />

41 Ibíd.<br />

42


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

población del país y en comparación con realidades militares<br />

de otros países del subcontinente hispanoamericano) de numerarios<br />

previstos como base ideal para el cabal funcionamiento<br />

de la mencionada milicia de acuerdo a los planes operativos<br />

formulados por su máximo ente directivo.<br />

Efectivamente, para diciembre de 2008, el comandante general<br />

de la Milicia Bolivariana, a la sazón el mayor general (Ej.) Carlos<br />

Freites Reyes, dio a conocer que entre la Reserva Militar y<br />

la Milicia Territorial (así se llamaron inicialmente las dos grandes<br />

agrupaciones integrantes del cuerpo en cuestión), la Milicia<br />

Bolivariana sumaba en sus filas 150.000 y 700.000 alistados,<br />

respectivamente 42 . En el primer caso (cifras más, cifras menos),<br />

una y media veces el pie de fuerza completo de la fuerza armada<br />

nacional, estimado para ese entonces en poco más de 90.000<br />

almas, incluyendo oficiales, oficiales técnicos (anteriormente<br />

denominados suboficiales profesionales de carrera), tropa profesional<br />

y tropa alistada 43 . En el segundo caso, casi ocho veces<br />

esa proporción. De acuerdo a lo anunciado por el referido oficial<br />

en esa oportunidad, la meta planteada para 2009 era incrementar<br />

el total de afiliados en la Milicia hasta alcanzar la cantidad<br />

de 1.500.000 personas 44 ; guarismo que según el cálculo más<br />

modesto equivalía a la totalidad de los empleados estatales para<br />

la época. Désele la vuelta que se quiera: no otra cosa sino un<br />

Estado armado paralelo.<br />

Amén de lo anterior, la relación directa de la Milicia Bolivariana<br />

con el proyecto político dominante en Venezuela se evidenció<br />

más que obvia en el hecho de que sus integrantes fueron comi-<br />

42 Sala de Prensa de Minuto 59, Milicia Nacional Bolivariana necesita un<br />

millón y medio de voluntarios. Disponible en: http://www.minuto59.com/<br />

primera-pagina/milicia-nacional-bolivariana-necesita-un-millon-y-medio-de-voluntarios,<br />

30 de diciembre de 2008. (Consultado el 2 de mayo<br />

de 2009).<br />

43 Red de Seguridad y Defensa de América Latina, Atlas Comparativo de<br />

la Defensa en América Latina. Disponible en: http://atlas.resdal.org.ar,<br />

2009. (Consultado el 5 de mayo de 2009).<br />

44 Sala de Prensa de Minuto 59, op. cit.<br />

43


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

sionados a sumergirse de lleno en el control y funcionamiento<br />

de los Consejos Comunales, a sabiendas de que dichos Consejos<br />

constituyen uno de los programas bandera en la implantación<br />

del modelo socioeconómico formulado y defendido por la<br />

facción de origen, formación y comportamiento militar que en<br />

1999 se hizo con el control de las maquinarias estatal y gubernamental.<br />

Precisamente, a la Milicia Bolivariana se le asignó la<br />

misión primordial de apoyar con el poder de fuego concentrado<br />

la permanencia en el tiempo de dicho proyecto y su correspondiente<br />

expresión política, tal como quedó establecido en los parágrafos<br />

2°, 3° y 4° del artículo 46 de la LOFANB transcritos<br />

a continuación, vinculados con la referencia al mantenimiento<br />

del orden interno y la conquista del desarrollo integral de la<br />

Nación plasmados en el artículo 44:<br />

2. Establecer vínculos permanentes entre la Fuerza Armada<br />

Nacional Bolivariana y el pueblo venezolano, para contribuir<br />

en garantizar la defensa integral de la Nación;<br />

3. Organizar y entrenar a la Milicia Territorial y a los Cuerpos<br />

Combatientes, para ejecutar las operaciones de defensa<br />

integral destinadas a garantizar la soberanía e independencia<br />

nacional;<br />

4. Contribuir con el Comando Estratégico Operacional, en la<br />

elaboración y ejecución de los Planes de defensa integral de<br />

la Nación y movilización nacional 45 .<br />

La lectura de los escenarios de actuación previstos en tiempos<br />

de paz y en tiempos de conflicto para la Milicia Bolivariana,<br />

publicitados desde 2005 por el desaparecido Comando General<br />

de la Reserva (antecesor del órgano equivalente de la mencionada<br />

Milicia), sirvió de claro indicador de la identificación<br />

política que se le atribuyó a esta especie de fuerza armada<br />

paralela desde el momento en que se dieron los pinitos conducentes<br />

a su creación. En esos escenarios se definieron los<br />

siguientes marcos de acción. En período de paz, la Milicia<br />

45 Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Reforma de la<br />

Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Gaceta Oficial<br />

de la República Bolivariana de Venezuela, Nº 8.096, 9 de marzo de 2011.<br />

44


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Bolivariana participará en los programas sociales, políticos<br />

y económicos formulados e implementados por el gobierno<br />

nacional, cumpliendo tareas tales como:<br />

Conformarse en cooperativas que impulsen la pequeña y mediana<br />

industria y con ello el desarrollo endógeno nacional.<br />

Cumplir funciones de respaldo en la operatividad de las industrias<br />

básicas del Estado.<br />

Prestar seguridad institucional<br />

(...)<br />

Apoyo en las misiones sociales presidenciales.<br />

Contribuir en la organización de la población.<br />

Estar preparados para actuar en cualquier región del país 46 .<br />

En período de conflicto, la Milicia Bolivariana operará desde<br />

sus unidades previamente organizadas en las diversas localidades<br />

distribuidas por todo el país para reprimir alteraciones<br />

del orden público y enfrentar agresiones internas y/o externas 47 ,<br />

ambos supuestos definidos por su comando supremo, condición<br />

esta que resalta la condición de la Milicia como órgano armado<br />

dispuesto para funcionar en la práctica como guardia pretoriana<br />

al servicio del proyecto político bajo la cual fue concebida.<br />

A decir verdad, ninguna conclusión distinta a la anterior puede<br />

inferirse al caer en cuenta de que, por una parte, a lo largo<br />

del tiempo acumulado en su haber por la autodenominada Revolución<br />

Bolivariana, su liderazgo, cada vez que lo consideró<br />

conveniente, calificó de desestabilizadoras las manifestaciones y<br />

acciones políticas realizadas por sectores de oposición y sin prurito<br />

democrático alguno ordenó su violenta e ilegal represión 48 y,<br />

46 Héctor Herrera Jiménez, op. cit., p. 259.<br />

47 Ibíd.<br />

48 En su artículo 68 la Constitución venezolana establece tajantemente:<br />

“Se prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control<br />

de manifestaciones pacíficas. La ley regulará la actuación de los cuerpos<br />

policiales y de seguridad en el control del orden público”. Constitución de<br />

la República Bolivariana de Venezuela, Gaceta Oficial de la República<br />

45


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

por la otra, en especial a partir de 2005, no vaciló en recordarle,<br />

a la opinión pública nacional, que disponía de la organización<br />

y capacidad de fuego suficientes para desbaratar cualesquiera<br />

situaciones anómalas, similares a las experimentadas en abril<br />

de 2002.<br />

Aún más, durante la campaña electoral que desembocó en los<br />

comicios presidenciales efectuados en octubre de 2012, el presidente<br />

Chávez y demás líderes de la Revolución Bolivariana<br />

reiteraron en múltiples alocuciones públicas que el triunfo de<br />

la oposición en dichas elecciones conllevaría el estallido de<br />

una guerra civil. Por consiguiente, dada la responsabilidad im-<br />

Bolivariana de Venezuela, Nº 5.453 (Extraordinario), 24 de marzo de<br />

2000. Esto contrasta abiertamente con el hecho de que en la república que<br />

se supone organizada y regida por dicha Constitución, los cuerpos militares<br />

y policiales reprimen a diestra y siniestra manifestaciones populares<br />

utilizando armas de fuego (cuando mínimo escopetas cargadas con<br />

perdigones) y gas lacrimógeno con el terrible saldo de víctimas ocasionadas,<br />

como lo acontecido durante las protestas callejeras escenificadas<br />

el primer trimestre de 2014, para citar solo un ejemplo dramático. Contrasta<br />

igualmente con la orden emitida en 2009 por la máxima autoridad<br />

del país en su momento cuando, arrojando al traste de la letra muerta lo<br />

plasmado en la Constitución, conminó a sus subalternos: “Doy la orden<br />

de una vez. A partir de este momento el que salga a quemar un cerro, a<br />

incendiar un árbol o a trancar una calle me le echan gas del bueno y me<br />

lo meten preso. Si no lo hicieran me raspo a los jefes responsables, me los<br />

raspo a toditos. Yo lo dije y lo vuelvo a repetir, el Chávez pendejo se quedó<br />

en 2002, no voy a permitir, por debilidad de ningún tipo, que cuatro<br />

escuálidos embochinchen el país que tanto nos ha costado echar adelante.<br />

Sépanlo pues, los que ya empezaron a trancar calles y a amenazarnos, no<br />

van a poder con nosotros, con este pueblo, con este Gobierno, con esta<br />

Revolución (...) No se puede permitir a nadie que tranque una avenida, o<br />

una calle o una autopista, así que doy la orden de una vez: no hace falta<br />

que me pidan permiso, cada quien asuma su responsabilidad y si no, hay<br />

que quitarlos y poner a alguien que asuma con autoridad la jefatura (...)<br />

Ese es un problema que no es mío nada más. Los jefes de los cuerpos<br />

policiales, de la GNB, los poderes deben responsabilizarse y acusar a los<br />

culpables”. Ver Gladys Seara, Chávez sobre guarimberos: Me le echan<br />

gas del bueno y me los meten presos. Disponible en: www.radiomundial.<br />

com.ve/article/ch%C3%A1vez-sobre-guarimberos-%E2%80%9Cmele-echan-gas-del-bueno-y-me-los-meten-presos%E2%80%9D-video,<br />

7 de marzo de 2014. (Consultado el 20 de marzo de 2014).<br />

46


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

plícita en afirmaciones de ese tenor, cabe preguntarse acerca<br />

de los escenarios previstos por dicho liderazgo en términos de<br />

los bandos enfrentados en tal hipotético conflicto y acerca del<br />

instrumental dispuesto a ser utilizado al respecto desde el sector<br />

oficial y oficioso; tradúzcase esto último como los llamados<br />

colectivos armados que sin estar formalmente adscritos a<br />

la arquitectura institucional del gobierno, de manera reiterada,<br />

expedita y violenta apoyan a aquel cuando la oposición realiza<br />

acciones de calle de significativa envergadura y cuyo criminal<br />

papel, copiado del libreto de los Tonton Macoute haitianos o<br />

de las Brigadas de Acción Rápida cubanas, alcanzó su clímax<br />

en abril de 2002 y en el primer trimestre de 2014, de manera<br />

vergonzosa y aberrante en términos de un Estado que responde<br />

invariablemente con lenidad frente a la comisión de dichos<br />

delitos. En síntesis, por sabida la respuesta, resulta ocioso preguntarse<br />

en cuál contexto se afirmó y afirma aquello de que<br />

“la revolución bolivariana es pacífica pero no desarmada”.<br />

3. Conclusiones<br />

A partir de 1999, el pretorianismo se revistió con bases legales<br />

en Venezuela. En otras palabras, desde esa fecha, se legalizó la<br />

expresión suprema de la a todas luces, y por cualesquiera razones,<br />

indeseable intervención militar en política. Así las cosas,<br />

no hay impedimento formal alguno para que pueda manifestarse<br />

y, en consecuencia, lo ha hecho sin mayores limitaciones<br />

al respecto en tanto y cuanto los textos legales referidos<br />

eliminaron los impedimentos sustanciales establecidos sobre la<br />

materia en épocas anteriores. La combinación de lo dispuesto<br />

en las normas jurídicas traídas a colación en este ensayo trocó<br />

a los integrantes del estamento castrense en actores políticos<br />

lícitamente reconocidos. Dicho de otra forma, la legalización<br />

del pretorianismo abrió las compuertas para la autonomía de<br />

acción en materia política de los numerarios de la fuerza armada<br />

nacional resquebrajando con ello el requerido control civil<br />

democrático, elemento imprescindible para el sostenimiento de<br />

la democracia liberal representativa. En este contexto, aspectos<br />

cruciales de dicho control pasaron a ser competencia directa<br />

47


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

y exclusiva de la organización castrense; verbigracia, amén de<br />

los tratados en este ensayo, el proceso relativo al ascenso de los<br />

hombres y mujeres de uniforme, la formulación de la doctrina<br />

militar estratégica y la compra y uso de armamento.<br />

La autodenominada Revolución Bolivariana propició el diseño e<br />

implementación del marco legal validador de la condición política<br />

de los militares venezolanos. Con ello, por un lado, blindó el<br />

derecho de estos a escenificar las conductas asociadas y, por<br />

el otro, facultó a la organización armada, y más concretamente a<br />

sus órganos directivos, a devenir en factor crítico en última instancia<br />

determinante a los fines de garantizar la supervivencia en<br />

el tiempo del modelo de acumulación y desarrollo y del proyecto<br />

político históricamente justificado y asumido como pertinente por<br />

la élite dominante en Venezuela a partir de 1999.<br />

Independientemente del prisma desde el cual se mire este proceso,<br />

sus alcances se tradujeron en la configuración práctica de<br />

una incontrovertible realidad pretoriana pues si algo caracteriza a<br />

esta es el hecho de que la fuerza armada (o cuando menos los personeros<br />

con mando efectivo sobre las grandes unidades de combate)<br />

se erige en árbitro supremo de los conflictos generados por<br />

el acceso al poder político. De allí a la entronización en el país de<br />

los militares y de las políticas formuladas, dirigidas e impuestas<br />

por ellos y/o de la cosmovisión militar en general y al hecho de<br />

proveer carácter u organización militar a las colectividades existentes,<br />

los pasos a dar son cortos, cuantitativa y cualitativamente<br />

hablando. Este fenómeno tiene nombre propio: militarismo. Su<br />

implantación es el significado del verbo militarizar.<br />

Con base en lo expuesto es dable afirmar que, desde 1999, a toda<br />

prisa y sin pausa alguna, la élite dominante en Venezuela ha trabajado<br />

y trabaja (dicho esto dada la contemporaneidad del proceso<br />

con el tiempo en que se extraen del tintero las presentes reflexiones)<br />

para edificar en la praxis la aberración institucional denominada<br />

Estado Cuartel o Estado Guarnición. A decir verdad:<br />

no se distingue otro rasgo definitorio en la Venezuela de<br />

nuestros días que no sea el de un Estado Cuartel o Estado<br />

Guarnición. En Venezuela se está en procura de constituir<br />

48


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

un nuevo sector castrense, la semilla está ya sembrada en las<br />

reservas-milicias, que llegue a ser el ente rector de la sociedad<br />

y ésta subordinada a éstos (sic), en procura del desarrollo<br />

endógeno sustentable. De la influencia política abusiva<br />

ejercida por el grupo militar que lo apoya se está avanzando<br />

en el norte franco de una realidad que guarda relación con<br />

una especie de militarismo a la criolla. En términos políticos<br />

nos desplazamos de una realidad que pretende la democracia<br />

social a una que se muestra como paternalista con tonos<br />

ya potencialmente totalitarios. Todo bajo la entendida como<br />

suprema dirección del carismático Comandante en Jefe del<br />

proceso y quienes militarmente lo apoyan 49 .<br />

En concreto, lo construido en Venezuela es una versión “bananera”,<br />

tropical y/o tercermundista del Estado Cuartel, en tanto<br />

y cuanto Harold Lasswell trazó las coordenadas del constructo<br />

teórico en cuestión teniendo en mente la realidad intrínseca de<br />

formaciones socioeconómicas con elevados grados de desarrollo<br />

relativo (a modern technical society), al punto de sugerir que<br />

las iniciales manifestaciones de este podrían encontrar caldo de<br />

cultivo idóneo en regímenes diferenciados según la siguiente<br />

taxonomía: democracias nacionales (tipo los Estados Unidos de<br />

Norteamérica o el Reino Unido); sistemas nacionales anti-proletariado<br />

o anti-plutocráticos (la Alemania nacionalsocialista, la<br />

Italia fascista o el Japón imperial partícipe en la Segunda Guerra<br />

Mundial); el mundo proletario (la hoy extinta URSS). Todo<br />

ello a sabiendas de que los autoritarismos militares operantes<br />

en naciones subdesarrolladas orbitan en condición marginal alrededor<br />

de los centros de poder de la civilización occidental,<br />

pues en términos reales no son entes creadores de tecnología de<br />

punta (la clásica dependencia tecnológica más que evidenciada<br />

en la adquisición de sistemas de armas llevada a cabo desde el<br />

“Sur”), y de que la oficialidad dirigente de dichos gobiernos<br />

dista mucho de haber desarrollado “a large degree of expertness<br />

49 Carolina Alcalde, “Venezuela se militariza grotescamente [entrevista a Domingo<br />

Irwin]”, en El Nuevo País, Caracas, 8 de septiembre de 2008, p. 5.<br />

49


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

in many of the skills that we have traditionally accepted as part<br />

of modern civilian management” 50 .<br />

Así las cosas, en el modelo de dominación política progresivamente<br />

implementado en Venezuela desde 1999, se evidencia la<br />

consolidación de muchos de los indicadores claves de un Estado<br />

Cuartel, de los cuales, como es lógico suponer, los que primero<br />

encienden las alarmas son la avasallante presencia y/o supremacía<br />

de cuadros militares en el entramado de la arquitectura<br />

institucional del país y el hecho capcioso de que elementos<br />

pertenecientes al estamento castrense asciendan al vértice de<br />

la pirámide de ingresos de la sociedad 51 . Al respecto, huelga<br />

referir aquí la más que constatada colonización militar de la<br />

administración pública centralizada y descentralizada llevada a<br />

cabo en los tres últimos lustros en predios nacionales 52 .<br />

50 Harold D. Lasswell, op. cit., pp. 457-458. Traducción libre: “un alto grado<br />

de pericia en muchas de las habilidades que tradicionalmente hemos<br />

aceptado como parte de la gestión civil moderna”.<br />

51 La reconfiguración de la clase económicamente dominante durante la vigencia<br />

de la Revolución Bolivariana puede ilustrarse en cierta medida<br />

con datos aportados por el estudio socioeconómico intitulado Encuesta<br />

Radiografía Social de Venezuela (fecha de campo septiembre de 2005),<br />

elaborado por la firma CECA-Cifras Online Group, según el cual “Hay<br />

55.834 nuevos venezolanos que han ingresado a este segmento poblacional<br />

A y B, cuyas características principales indican que son oficiales de<br />

alto rango militar, burócratas al servicio de la revolución y testaferros que<br />

colaboran con el Gobierno actual”. Ver Katiuska Hernández, “69,6% de<br />

los estratos D y E ganan menos de 294 mil mensuales”, en El Nacional,<br />

Caracas, 30 de octubre de 2005, p. A-20. Sobre este tema también consúltese<br />

ampliamente Casto Ocando, Chavistas en el Imperio. Secretos,<br />

Tácticas y Escándalos de la Revolución Bolivariana en Estados Unidos,<br />

USA: Editorial Factual, 2014.<br />

52 Para profundizar en este punto en específico, véase Luis Alberto Buttó,<br />

“Marcos Pérez Jiménez-Hugo Chávez: la élite militar al asalto del poder”,<br />

en Alejandro Cardozo Uzcátegui (editor), Chavismo: entre la utopía<br />

y la pesadilla, País Vasco (España): Editorial Nuevos Aires, 2012,<br />

pp. 224-263. También Luis Alberto Buttó, “Gobiernos Militares y Democracia:<br />

el maridaje imposible”, en Domingo Irwin, Hernán Castillo y<br />

Frédérique Langue (coordinadores), Pretorianismo venezolano del siglo<br />

XXI, Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, 2007, pp. 173-257.<br />

50


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Pero, amén de los anteriores, otros elementos constitutivos del<br />

Estado Cuartel campean por sus fueros en la Venezuela de<br />

nuestros días. En primer lugar, es perentorio traer a colación la<br />

permanente utilización de la violencia abierta o subrepticia en<br />

contra de las manifestaciones opositoras a la parcialidad partidista<br />

en ejercicio del gobierno (ya abordada anteriormente) con<br />

la finalidad práctica, que no necesariamente la prohibición formal<br />

de operar, de abolir o minimizar al extremo la acción de<br />

agrupaciones dispuestas a competir por la conquista del poder<br />

político para dirigir el país según el patrón programático asumido.<br />

Esto incluye, por supuesto, el establecimiento de trabas<br />

insalvables para que los partidos oposicionistas (e incluso Organizaciones<br />

No Gubernamentales) se vean imposibilitados de<br />

“capturar” fondos que logísticamente permitan su eficaz funcionamiento,<br />

así como la criminalización de las protestas y el<br />

uso del sistema judicial a los fines punitivos correspondientes.<br />

En segunda instancia, se constata la desmedida generación de<br />

propaganda oficial u oficiosa centrada, fundamentalmente, en<br />

el manejo instrumental de símbolos patrios o referentes históricos,<br />

destinada a equiparar la permanencia en el tiempo del<br />

gobierno en el cual se encarna el Estado Cuartel con la salvaguarda<br />

de los más caros ideales patrióticos 53 . Ello aunado al<br />

control mayoritario (hegemonía comunicacional) de los medios<br />

de difusión de información y creación de opinión pública, lo<br />

cual en el día a día implica la supresión de la comunicación<br />

libre y de la posibilidad de interpretación autónoma de los acontecimientos<br />

políticos y económicos acaecidos (por nombrar los<br />

más relevantes) por parte de la población. En tercer lugar, se<br />

profundiza la centralización inusitada de todas las grandes de-<br />

Adicionalmente Luis Alberto Buttó, “Venezuela 1999-2008: Relaciones<br />

Civiles y Militares en la V República”, en Claudio Fermín, Luis Alberto<br />

Buttó y Héctor Hurtado Grooscors, Una lectura sociológica de la Venezuela<br />

actual V, Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, 2009,<br />

pp. 55-104.<br />

53 Domingo Irwin y Luis Alberto Buttó, “Reflexiones sobre la literatura venezolana<br />

relacionada con los Bolivarianismos”, en Military Review, volumen<br />

mayo-junio, Kansas: 2005, pp. 13-21.<br />

51


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

cisiones en materia de políticas públicas en manos de la rama<br />

ejecutiva del Estado, al punto que cualesquiera órganos de representación<br />

popular que puedan llegar a existir (caso de los<br />

Consejos Comunales) dependen en última instancia de la aprobación<br />

de los personeros gobernantes para su cabal funcionamiento,<br />

con la excusa de hacer más eficientes y expeditos los<br />

procesos y contrarrestar soterradas tendencias que empujen a su<br />

burocratización.<br />

Cuarto, es innegable la declinación de potestades esenciales del<br />

poder legislativo en beneficio del poder ejecutivo (supresión<br />

del principio de autonomía y separación de poderes), de forma<br />

tal que el primero se limita a procurar la formulación de las<br />

leyes ordenadas por el segundo o cede sus funciones legisladoras<br />

mediante procesos habilitantes para que el presidente de la<br />

república se erija en omnisciente legislador. De hecho, en largos<br />

15 años de predominio gubernamental de la llamada Revolución<br />

Bolivariana (para el momento de poner en blanco y negro<br />

estas reflexiones), apalancándose en el carácter de legislatura<br />

habilitada y obviando recurrir a cualesquiera herramientas de<br />

consulta a la base ciudadana, la presidencia nacional dictó 218<br />

leyes. Comparaciones en modo alguno baladíes: entre 2007 y<br />

2012 la Asamblea Nacional formuló 83 leyes mientras el ejecutivo<br />

hizo lo propio 129 veces.<br />

El cuadro descrito habla mucho y habla mal de la vigencia de<br />

la democracia en Venezuela pues se explicita un proceso en el<br />

que las decisiones inherentes a la administración de la res pública<br />

cada día adquieren crecientes rasgos autoritarios y la conducta<br />

gubernamental asociada se aparta de los cánones democráticos<br />

establecidos con el arribo de la modernidad, patrones que en el<br />

fondo configuran su esencia (de la modernidad, se entiende) en<br />

términos de organización de la controversia política. Así las cosas,<br />

la democracia deviene mística, imaginaria, no real. En síntesis:<br />

instrumental democracy will be in abeyance, although the<br />

symbols of mystic “democracy” will doubtless continue (...)<br />

Mystic “democracy” is not, strictly speaking, democracy at<br />

all, because it may be found where authority and control are<br />

52


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

highly concentrated yet where part of the established practice<br />

is to speak in the name of the people as a whole. Thus, any<br />

dictatorship may celebrate its “democracy” and speak with<br />

contempt of such “mechanical” device as majority rule at<br />

elections or in legislatures 54 .<br />

Última ratio: paralelamente a la evacuación de los elementos<br />

conceptuales relacionados con el advenimiento del Estado<br />

Cuartel en Venezuela en los albores del siglo XXI, es insoslayable<br />

abordar los aspectos axiológicos asociados, en especial<br />

desde la óptica de los valores vinculados al ejercicio democrático.<br />

Las condiciones intrínsecas de la institución armada,<br />

derivadas del potencial de fuego acumulado y monopolizado,<br />

sempiternamente le otorgan indiscutidas capacidades de alterar<br />

el equilibrio de fuerzas requerido en la competencia por el control<br />

de las maquinarias estatal y gubernamental en caso de que<br />

sus integrantes actúen con base en motivaciones farisaicas y no<br />

profesionales. Por esta razón, es imperativo dejar en claro que<br />

la legalización del pretorianismo desarrollada en predios nacionales<br />

desde 1999 no proporcionó legitimidad alguna a la politización<br />

de la fuerza armada, entendida dicha legitimidad no<br />

en sus implicaciones jurídicas (acto ceñido a la ley) sino en sus<br />

connotaciones sociológicas; es decir, la comprensión de aquello<br />

que una comunidad dada puede o debe aceptar o respaldar en<br />

función de garantizarse la convivencia política más armoniosa<br />

posible y/o menos problemática posible.<br />

Las leyes que sirven al mal, con independencia de su formal<br />

preeminencia, irremediablemente resumen despotismo y arbitrariedad.<br />

En este sentido, por más que el Estado Cuartel en<br />

54 “la democracia instrumental estará en suspenso, aunque los símbolos de<br />

la ‘democracia’ mística sin duda seguirán (...) la ‘democracia’ mística no<br />

es democracia, estrictamente hablando, porque se puede encontrar allí<br />

donde la autoridad y el control están altamente concentrados y allí donde<br />

aún es parte de la práctica establecida hablar en nombre del pueblo en su<br />

conjunto. Por lo tanto, cualquier dictadura puede celebrar su ‘democracia’<br />

y hablar con desprecio de dispositivos ‘mecánicos’ tales como la regla de<br />

la mayoría en las elecciones o en las legislaturas” (Harold D. Lasswell,<br />

op. cit., p. 462. Traducción libre).<br />

53


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Venezuela pretenda edificarse sustentado en cierta arquitectura<br />

legal ad hoc, tal proceder jamás podrá considerarse legítimo y<br />

demanda ser denunciado y rechazado sin reservas si se comparten<br />

los ideales que hicieron posible y necesario el establecimiento<br />

del sistema democrático liberal y representativo. Para<br />

decirlo con palabras textuales del padre de la categoría de análisis<br />

Estado Guarnición: “It is clear that the friend of democracy<br />

views the emergence of the garrison state with repugnance and<br />

apprehension” 55 . Y tal animadversión está por demás justificada<br />

si el convencido de la justeza de la democracia es un científico<br />

social, ya que “Within the general structure of the science<br />

of society there is place for many special sciences devoted to<br />

the study of all factors that condition the survival of selected<br />

values” 56 . Argumentar en favor de la construcción de una sociedad<br />

donde los civiles están obligados a colocarse en el agrio<br />

trance de competir políticamente con los militares solo se puede<br />

pretender desde inconfesables posturas ideológicas brutalmente<br />

alejadas de la modernidad.<br />

55 Ibíd., p. 467. Traducción libre: “Está claro que el amigo de la democracia<br />

ve la emergencia del Estado Cuartel con repugnancia y aprehensión”.<br />

56 Ibíd., p. 468. Traducción libre: “Dentro de la estructura general de la ciencia<br />

de la sociedad hay lugar para muchas ciencias especiales dedicadas<br />

al estudio de todos los factores que condicionan la supervivencia de los<br />

valores seleccionados”.<br />

54


MUNDO NUEVO. Caracas, Venezuela<br />

Año VI. N° 15. 2014, pp. 55-84<br />

Jo-ann Peña Angulo<br />

Universidad de Los Andes<br />

joannangulo@gmail.com<br />

EL ESTADO CUARTEL, EL ENEMIGO<br />

INTERNO Y EL ASEDIO CIUDADANO<br />

EN <strong>VENEZUELA</strong> (1999-2006)<br />

Resumen: Partiendo del cambio de régimen de la democracia representativa<br />

a la democracia participativa, tras la llegada al poder de Hugo Chávez,<br />

el aparato estatal comienza a ser referenciado y ocupado por una élite<br />

militar que progresivamente, con el aval complaciente del Estado y del<br />

gobierno venezolano, transita a un proceso de militarización en el cual los<br />

códigos, el lenguaje y la organización militar se sobreponen a lo civil. Es<br />

allí en donde el Estado Cuartel aparece como una posibilidad cierta y su<br />

componente material, simbólico y moral, supedita al Estado civil democrático<br />

y asedia a la sociedad civil en Venezuela.<br />

Palabras clave: Venezuela, Estado Cuartel, militarismo, asedio ciudadano.<br />

The Garrison State, the internal enemy and<br />

the citizen siege in Venezuela (1999-2006)<br />

Abstract: Starting from regime change of representative democracy to<br />

participatory democracy, after the rise to power of Hugo Chavez, the<br />

former civilian state system begins to be blemished and occupied by a<br />

military elite that increasingly with complete support of the Venezuelan<br />

state and the Venezuelan government moves towards to a militarization<br />

process in whose codes, language and military organization overcomes<br />

the civilian. It is where the Garrison State shows into our eyes as a certain<br />

possibility and whose material, symbolic and moral component submit the<br />

democratic civil state and civil society in Venezuela.<br />

Key Words: Venezuela, Garrison State, Militarism, Citizen Siege.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

1. Introducción<br />

A partir de 1999, el progresivo y preciso avance de la esfera<br />

militar sobre la civil en Venezuela exige al estudio de la<br />

historia de nuestro país la inserción de elementos teóricos<br />

que, siendo sistematizados rigurosamente en otros contextos,<br />

permitan la comprensión de la superposición del militaris en<br />

lo que Harold Lasswell ha denominado el Estado Cuartel. Al<br />

transgredir el elemento militar la frontera civilis-militaris, la<br />

democracia moderna y el régimen democrático en Venezuela<br />

pierde su naturaleza inequívoca, dando paso al establecimiento<br />

de nuevos códigos políticos y sociales que, desde el propio<br />

Estado venezolano, son dictados y difundidos como propios<br />

del régimen democrático, y a los que los ciudadanos deben<br />

adaptarse, deseen o no. Dicha transformación se inserta en la<br />

dualidad democracia representativa-democracia participativa,<br />

que supuso a su vez un cambio de régimen en Venezuela que,<br />

cada vez más alejado de los cánones de la democracia liberal,<br />

concreta el asedio a sus ciudadanos en términos materiales,<br />

políticos, morales, simbólicos y culturales.<br />

El Estado venezolano, embestido por el proyecto ideológico<br />

de Chávez, pasará entonces a convertirse, poco a poco, en un<br />

Estado Cuartel, cumpliendo con las prerrogativas básicas y las<br />

triangulaciones más profundas del poder militar que avasallará<br />

a los ciudadanos, pues transformando sus espacios de relaciones,<br />

convivencia y de ejercicio político, los “especialistas sobre la<br />

violencia” 1 intentarán que los “nuevos” ciudadanos se adapten a<br />

una concepción del Estado militar que si bien, según Lasswell,<br />

es una de las formas más importantes de las sociedades<br />

organizadas, en nuestro caso representa la instauración de<br />

valores que desde la fundación del Estado democrático en<br />

Venezuela, posterior a 1958, se consideraban ya superados.<br />

En este sentido, el discurso “democrático” del Estado Cuartel<br />

en Venezuela, fundamentado en la exaltación continua del héroe,<br />

del militarismo y del deber a la patria, que no es otra que el<br />

1 Categoría usada por Harold Lasswell.<br />

56


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Estado y el propio gobierno, manifiesta la peligrosa ambigüedad<br />

entre lo civil y lo militar, lo que no solo alienta la emergencia<br />

de las ideas opositoras, sino que permite a su vez hacer uso<br />

de mecanismos simbólicos y no simbólicos de coacción, como<br />

una forma de asedio efectivo a la sociedad civil que asegura la<br />

consecución de alianzas, la obediencia y la socialización del<br />

peligro, a pesar de la pérdida progresiva de los derechos ciudadanos<br />

en un entorno cada vez menos democrático.<br />

En la presente investigación intentaremos estudiar lo que ha<br />

sido el asedio material, simbólico y moral del Estado Cuartel<br />

a la sociedad civil en Venezuela durante el período 1999-2006,<br />

el cual, instituido bajo los parámetros del proyecto ideológico<br />

de Chávez, supo insertarse progresivamente en las estructuras<br />

político-sociales del Estado en Venezuela y convertir al ciudadano<br />

en una especie de enemigo interno. Los tres niveles de<br />

asedio que analizaremos, el material, simbólico y moral, se<br />

justifican racional y razonablemente –por lo civilis y lo militaris–<br />

en el proceso mismo de institución y consolidación del<br />

Estado Cuartel en nuestro país. En consecuencia, se convierten<br />

en mecanismos efectivos por los que el Estado Cuartel, en el<br />

caso de Venezuela, logra su objetivo primordial: la aceptación<br />

y comprensión de los valores y concepciones de naturaleza militar,<br />

dentro y como parte misma de la vida civil en Venezuela.<br />

2. Breviario antiguo: la moral en las historias militares<br />

narradas y en los primeros tratados sobre la guerra<br />

El presente apartado intentará expresar cómo está vinculada<br />

la moral al comportamiento militar del hombre, partiendo de<br />

lo que se entendía por militar en el mundo antiguo, a saber,<br />

aquella acción o sujeto que acepta el uso de las armas ante la<br />

inminencia de la guerra o el adoctrinamiento de las ideas para<br />

la guerra y la violencia. La pertinencia de este contenido se<br />

corresponde con la función que cumple la moral, según Harold<br />

Lasswell, tanto en el inicio como en la consolidación del Estado<br />

Cuartel.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Empezaremos nuestra investigación haciendo un recorrido por<br />

algunas fuentes escritas, que en el devenir del hombre dejan<br />

testimonio de cómo la explicación y la justificación moral se<br />

convierten en el germen de las decisiones militares de cualquier<br />

sociedad humana. Desde las antiguas civilizaciones de<br />

Oriente y Occidente, tenemos un sinfín de obras literarias e<br />

históricas que plasman el papel de la moral –civil, religiosa y<br />

militar– como elemento catalizador de los momentos de paz en<br />

tiempos de guerra, violencia y conquista de territorios. Según<br />

Martin Van Creveld, fuentes como el poema de Gilgamesh y<br />

los poemas homéricos dejan a la posteridad historias narradas<br />

y descriptivas de las proezas y la heroicidad del hombre, pero<br />

ningún estudio o tratado teórico sobre la guerra.<br />

No obstante, podemos indagar en estas fuentes la motivación<br />

moral por la que los habitantes de Uruk, por ejemplo, ante las<br />

vejaciones de Gilgamesh, piden a los dioses algún mecanismo<br />

que los salve de aquel rey. Los dioses responden enviando a<br />

Enkidu, y luego de brutales encuentros entre él y Gilgamesh,<br />

en los que ninguno resulta vencedor definitivo, ambos llegan a<br />

convertirse en grandes amigos de batallas. No profundizaremos<br />

aquí en el vehículo moral que transformó la enemistad entre<br />

ambos en una especie de mutualismo eficiente para la guerra,<br />

pues en todo caso es evidente que, ante la aclamación de los<br />

habitantes de Uruk, la justificación moral de destronar al rey<br />

está implícita en las consecuencias del “regalo” de los dioses<br />

con Enkidu.<br />

Para Occidente, los textos históricos griegos de Herodoto, Tucídides<br />

y Polibio recrean el devenir militar del mundo antiguo. En las<br />

Historias de Herodoto, las guerras médicas se narran amén de la<br />

observación y el testimonio. Sin embargo, en su afán de indagar<br />

en el sentido estricto del vocablo griego historia, Herodoto no<br />

se detiene a explicar ningún asunto teórico sobre la guerra. No<br />

obstante, en su obra, específicamente en el pasaje relacionado con<br />

Zópiro y el parto de mulas –que según Plinio era común en África<br />

y Capadocia–, puede verse cómo la relación hecha por Zópiro,<br />

entre el hecho y el discurso escuchado a algún babilónico desco-<br />

58


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

nocido: “cuando parieran las mulas se tomaría a Babilonia” 2 , justificó<br />

moralmente a Zópiro para la más audaz aventura militar en<br />

la Babilonia ya asediada. Es en todo caso Tucídides, con Guerra<br />

del Peloponeso, quien no solo deja como legado las hazañas, sino<br />

también las posibles causas del enfrentamiento entre Atenas y<br />

Esparta, por lo que su obra es considerada un manual de ciencias<br />

políticas y del arte de la guerra.<br />

En la antigüedad latina, Julio Cesar, con su obra La guerra de<br />

las Galias o De Bello Gálico, a la par de la crónica militar de<br />

la conquista de la Galia, se introduce en algunos elementos militares,<br />

debido a su testimonio de primera mano. De este legado<br />

memorialista para la posteridad pueden extraerse innumerables<br />

pasajes en los cuales la moral es la génesis misma de la conquista.<br />

A diferencia de esto, los escritos de Aeneas, por ejemplo,<br />

contienen una gran riqueza en cuanto aporte a la teoría militar<br />

y a la valoración moral. Al respecto:<br />

Aeneas, fue el autor de un número de tratados sobre el arte<br />

de la guerra todos menos uno sobrevivió. El que queda trata<br />

un solo asunto altamente técnico, ¿cómo defender una ciudad<br />

ante un asedio? En su capítulo 2 explica ¿cómo la moral debe<br />

ser mantenida en los intentos de traición y revoluciones fracasadas<br />

3 .<br />

Ahora bien, contrario a las historias militares narradas, los escritos<br />

chinos del 200 a.c y 400 a.c posteriores a The fall of the<br />

Chou, se caracterizan, además de por exigir una estricta disciplina,<br />

por el estudio riguroso y sistemático de la guerra. Según<br />

afirma Van Creveld, la posterior división en numerosos principados<br />

guerreros permitió que los generales correspondientes a<br />

cada uno de ellos dejaran escritos para la posteridad sus métodos<br />

teóricos de la guerra, siendo el más conocido de todos el de<br />

Sun Tzu, quien expresaba con respecto a esta, la evaluación en<br />

5 factores fundamentales:<br />

2 Herodoto, Los nueves libros de la historia, vol. 3, España: Editorial Iberia,<br />

1947, p. 176.<br />

3 Martin Van Cleveld, The Art of War. War and Military Thought, London:<br />

Casell & Co, 2000, p. 42 [Trad. a].<br />

59


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

El primero de esos factores es la influencia moral (…) por<br />

influencia moral yo quiero decir, aquello que causa que la<br />

gente esté en armonía con sus líderes, de tal forma que ellos<br />

lo acompañarán en vida hasta su muerte sin temer un peligro<br />

mortal 4 .<br />

De esta ajustadísima retrospectiva, se observa cómo la moral<br />

como categoría militar es la raíz axiológica de todo encuentro<br />

con la guerra. Tanto para el interior de las filas militares como<br />

para los civiles, la moral es el germen motivador, que permite<br />

la organización y planificación para la guerra o la defensa; así,<br />

ante el asedio, la amenaza o la guerra, todo hombre apto para<br />

el combate debía acudir al llamado de las armas. Queda entonces<br />

en evidencia que, tanto en Oriente como en Occidente, las<br />

historias militares narradas y los tratados teóricos de la guerra<br />

no hacían otra cosa sino fortalecer la moral militar, a través del<br />

relato de las grandes hazañas, el deber y la heroicidad.<br />

3. Breviario sobre el asedio y la moral<br />

Desde la antigüedad hasta el siglo XVIII, la estrategia militar<br />

del asedio 5 sirvió al hombre para atacar, debilitar y desmoralizar<br />

al enemigo que habitaba en las antiguas ciudadelas y ciudades<br />

fortificadas. Según lo explica el historiador y militar español<br />

Francisco Escribano Bernal, en la guerra del siglo XVIII era<br />

menester resultar victorioso lo más rápido posible y, por tanto,<br />

en búsqueda de la efectividad, el asedio estaba conformado por<br />

tres fases. En la segunda de ellas:<br />

se producía un verdadero bloqueo de la ciudad con un número<br />

de tropas mucho mayor, que impedía que nadie saliera<br />

ni entrara de la fortaleza. Esto supondría el aislamiento<br />

logístico, que por sí solo podía conducir a la rendición por<br />

hambruna o enfermedad. Normalmente se acompañaba con<br />

4 Martin Van Cleveld, op. cit., p. 24.<br />

5 Según lo señala Herodoto, en el tomo II de Los nueve libros de la historia,<br />

Azoto, gran ciudad de Siria, es la ciudad que más ha resistido al<br />

asedio, a pesar de permanecer bloqueada durante 29 años por el rey Psamético<br />

de Egipto.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

el bombardero artillero, a fin de ir derribando defensas y minando<br />

la moral de los sitiados 6 .<br />

Al debilitar a los sitiados, dicha operación aseguraba el escenario<br />

para la arremetida final, última fase en la que el despliegue<br />

efectivo del sitiador sobre los sitiados busca consolidar la anhelada<br />

capitulación. De esta forma, asedio y capitulación van<br />

al unísono, por ser la segunda la razón primigenia del asedio. A<br />

numerosos ejemplos nos remite la literatura, así como la historia<br />

civil y militar, a lo largo de la historia del hombre, siendo el<br />

asedio a la ciudadela de Troya el caso más reseñado.<br />

En nuestro caso, la historia y la historiografía de Venezuela dan<br />

testimonio de los numerosos asedios a la ciudadela de Puerto<br />

Cabello, que luego de ser tomada por los realistas, después de<br />

múltiples asedios patriotas, el 30 de junio de 1812, finalmente<br />

fue sitiada y tomada por José Antonio Páez en 1823, lo que devolvió<br />

a la causa independentista su conquista definitiva, luego<br />

de la capitulación a favor de la causa republicana del realista<br />

Manuel Carrera y Colina 7 . Al respecto vale recordar las palabras<br />

de Bolívar quien, siendo Comandante político y militar<br />

de Puerto Cabello, el 29 de junio de 1812 convoca a un cabildo<br />

abierto, alertando sobre la escasez de alimentos y los problemas<br />

de logística ante la amenaza continua de los realistas a la ciudadela<br />

de Puerto Cabello:<br />

el objeto de esta convocatoria era para que en consideración<br />

a la escasez de víveres que se padece en el pueblo, tener cortada<br />

los enemigos la comunicación anterior y ser pocas las<br />

provisiones marítimas, ha tomado la prudente providencia de<br />

retirar las mujeres, ancianos, niños e inválidos como inútiles<br />

para la guerra, con el fin de que sea menos el consumo de<br />

mantenimientos en la presente crisis 8 .<br />

6 Francisco Escribano Bernal, “Los sitios en la península ibérica (1808-<br />

1814): Mucho más que mitos”, en Revista de Historia Militar, núm. Extraordinario,<br />

España: 2009, p. 203.<br />

7 En sustitución de Sebastián de la Calzada, gobernador militar de Puerto<br />

Cabello, quien se hallaba detenido.<br />

8 Miguel Elías Dao, El último bastión de Castilla, Caracas: Artes, 1972, p. 2.<br />

61


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

La ciudad fuerte de Puerto Cabello, no solo sufrió los sinsabores<br />

propios de estar sitiada por el enemigo, sino que los múltiples<br />

asedios de los que fue objeto para recuperar su posesión<br />

y control originario revelan la eficacia de esta estrategia militar<br />

para el debilitamiento sistemático y progresivo de la plaza<br />

asediada o sitiada. Sea de una u otra forma, el asedio militar<br />

implica, a la par del bloqueo, posterior conquista y capitulación,<br />

el desgaste y agotamiento material, moral y espiritual de<br />

los asediados, sitiados y sitiadores, lo que supone para los dos<br />

primeros la intervención simbólica y cultural de su sentido de<br />

pertenencia a la ciudad.<br />

Ahora bien, a pesar de que, cuando se habla de asedio militar, se<br />

hace referencia a las ciudades fortificadas, dicha palabra varía<br />

su significado a medida que estas dejan de construirse o entran<br />

en desuso, especialmente ante los avances técnicos de las armas<br />

de fuego. Esto es lo que hace que el asedio militar comience<br />

también a involucrar el cerco o asalto tanto a una ciudad no<br />

necesariamente amurallada como a una sociedad determinada,<br />

dándose en ambos casos un asedio en sentido material, moral y<br />

simbólico. Es por eso que la referencia al asedio militar se asocia<br />

hoy en día a las acciones mismas de sus fases primigenias,<br />

a saber: acoso, acecho, bloqueo, pero también a otros procesos<br />

de naturaleza política, étnica o racial, e inclusive añadiríamos<br />

también el asedio al ciudadano por parte de un determinado<br />

régimen militar o militarista. Al respecto:<br />

el proceder militarista se expresa como orientación que potencialmente<br />

puede lograr un avanzar hacia la militarización<br />

de toda la sociedad; para que se desarrollen ambas inicialmente<br />

se manifiesta una condición también reconocida en<br />

nuestro idioma: pretorianismo, tal como lo define el Diccionario<br />

de la Real Academia de la Lengua, «influencia política<br />

abusiva ejercida por algún grupo militar» 9 .<br />

9 Fernando Falcón, El cadete de los Valles de Aragua. Pensamiento político<br />

y militar de la Ilustración y los conceptos de guerra y política en<br />

Simón Bolívar (1797-1814), Caracas: UCV, 2006, p. 74.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Puede, en este caso, asediarse militar pero también militaristamente.<br />

Uno u otro influyen en el ánimo del asediado resquebrajando<br />

su moral de ciudadano pues, entre la resistencia y el<br />

debilitamiento, queda este sujeto a la eficiencia misma del asedio.<br />

Es precisamente dicho fenómeno el que ocupará nuestra<br />

atención, y será analizado a partir de lo expuesto por Harold<br />

Lasswell en su apartado teórico sobre el Estado Cuartel o The<br />

Garrison State.<br />

4. Breviario histórico: entre lo civil y lo militar en<br />

Venezuela y algunas notas de la ilustración europea en<br />

el pensamiento militar de Simón Bolívar.<br />

Surgen muchas interrogantes cuando se intenta rastrear la tradición<br />

civil-militar en la historia de Venezuela del siglo XIX,<br />

especialmente si acudimos al referente de muchos civiles que<br />

tomaron las armas, de los cuerpos militares supeditados a lo<br />

civil, de lo civil que controlaba al militar, del factor militar controlador<br />

de lo civil y de lo civil-militar en nuestra historia. La<br />

emergencia misma de la institucionalidad republicana en Venezuela,<br />

en el siglo XIX, fue testigo fiel de los vaivenes de las<br />

relaciones entre civiles y militares; ambos, tras el poder político,<br />

buscaron alternativas y supuestos, racionales y razonables,<br />

para controlarse el uno al otro y alzarse de manera exitosa en el<br />

juego político que dirigió y configuró el destino de la naciente<br />

república.<br />

Al respecto, es de resaltar la influencia de las ideas civiles y<br />

militares que, desde la misma Europa, permearon en las particularidades<br />

históricas de la época. Es la Ilustración, en este<br />

caso, compendio de doctrinas ideadas e imitadas en un campo<br />

y en el otro. Así, en el aspecto militar, son las guerras napoleónicas<br />

el gran modelo que se procura seguir; inclusive el mismo<br />

Simón Bolívar lo sostiene, cuya estadía en Francia entre 1803 y<br />

1806 le permite tener contacto directo con los debates teóricos<br />

del momento sobre el arte militar, desde las cuestiones administrativas<br />

del ejército hasta el proceso intelectual vinculado al<br />

arte de la guerra, según lo señala Fernando Falcón en su obra<br />

63


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

El cadete de los Valles de Aragua. Esto permite comprobar que<br />

no escapaba Bolívar de las historias narradas sobre campañas<br />

militares exitosas, como las de la antigüedad, ni tampoco de algunos<br />

postulados teóricos sobre la guerra y el arte de la guerra,<br />

que pululaban en el contexto ilustrado europeo, en los que, cabe<br />

agregar, la figura del héroe, la audacia y la moral no quedaban<br />

de lado:<br />

En efecto los pensadores militares de la Ilustración sustentaron<br />

la hipótesis de que el arte de la guerra era también susceptible<br />

de una formulación sistemática, basada en reglas y<br />

principios de validez universal, evidenciados en las campañas<br />

de los grandes líderes militares de la historia. Al mismo<br />

tiempo el arte de la guerra escapaba un tanto de la formulación,<br />

por tanto las reglas y principios siempre requerirían de<br />

una adaptación circunstancial por parte del genio creativo del<br />

General 10 .<br />

En consecuencia, y para los fines de nuestra investigación, tomando<br />

en cuenta que el proceso que se fundó en las postrimerías<br />

del siglo XX en Venezuela, como movimiento militar<br />

bolivariano, es responsable de la posterior creación del Estado<br />

Cuartel en nuestro país, nos detendremos en algunos aspectos 11<br />

–según Fernando Falcón– planteados por la Ilustración en relación<br />

con el pensamiento militar y la guerra. A saber: el primero,<br />

referido por el Estado, su forma de gobierno y la necesidad de la<br />

defensa; y el segundo, por las relaciones entre los distintos ejércitos<br />

y las sociedades en las que estos se desenvuelven, es decir,<br />

sobre las relaciones civiles-militares. Igualmente, esbozaremos<br />

el hilo conductor que permitió la construcción del pensamiento<br />

militar en Bolívar. Esto, partiendo del hecho de que ese movimiento<br />

militar bolivariano del siglo XX presume seguir la<br />

doctrina de Bolívar inclusive en el arte de la guerra.<br />

Cabe tener en cuenta, en este punto, que el conocimiento de Bolívar<br />

sobre las obras de pensamiento militar de Jacques Guilbert, “el<br />

10 Ambos aspectos vistos como problemas por Fernando Falcón son originariamente<br />

planteamientos de Montesquieu.<br />

11 Fernando Falcón, op. cit., p. 96.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

primero en plantear una profunda modificación política para<br />

hacer frente a las necesidades de defensa de la nación” 12 , y Lloyd,<br />

“quien establecería las conexiones entre forma de gobierno y arte<br />

de la guerra, estableciendo nexos con el pensamiento republicano<br />

clásico desde una perspectiva netamente militar” 13 , le permitió<br />

compaginar su propia experiencia militar con la experiencia<br />

inédita de leer a los más grandes teóricos de la guerra y de<br />

relacionarse con la novedad del arte militar. Así, no solo de su<br />

admiración a Napoleón Bonaparte, producto de la heroicidad y de<br />

las victorias resonantes del francés en el campo de batalla, supo<br />

bien Bolívar conceptualizar la política desde el punto de vista del<br />

conflicto; relación esta muy acorde con el contexto belicista de la<br />

época. En tal sentido, el conflicto se convierte en el fundamento<br />

teórico que inspira la creación y ejecución de su doctrina militar.<br />

Ahora bien, el conflicto mismo y la guerra sufren serias transformaciones<br />

en cuanto a sus mecanismos de guerra y defensa<br />

durante el siglo ilustrado, ya no solo relacionadas con las estrategias<br />

y tácticas militares –como explicáramos anteriormente,<br />

hasta el siglo XVIII el asedio, por ejemplo, se usó en las ciudades<br />

fortificadas–, sino también con las funciones y la conformación<br />

del propio cuerpo militar. Esto último con la finalidad de<br />

abaratar la pesada carga monetaria que representaba para el Estado<br />

el mantenimiento de su componente militar de guerra. Es<br />

así como surgen en Inglaterra, a finales del siglo XVII y principios<br />

del XVIII, las llamadas Home Guard, definidas como:<br />

conjunto de agrupaciones locales de ciudadanos armados que<br />

serían los primeros en tomar las armas frente a la amenaza<br />

exterior; solución que abarataba los costos del mantenimiento<br />

de un ejército permanente, en especial a las colonias de Norteamérica<br />

y a la vez eran una garantía o contrapeso contra<br />

la posibilidad de que el ejército permanente y sus mandos<br />

pudiesen constituirse en tiranía 14 .<br />

12 Fernando Falcón, op. cit., p. 96.<br />

13 Fernando Falcón, op. cit., p. 96.<br />

14 Fernando Falcón, op. cit., p. 72.<br />

65


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

A similitud de estas, en el siglo XIX no solo España y Francia<br />

adoptaron el sistema de milicias pues, según se recoge en algunos<br />

testimonios, como los del General Soublette, en Venezuela<br />

se conocía dicha organización. Ahora bien, al comprometerse<br />

las milicias con la defensa del territorio, era lógico en algunos<br />

casos su proceder con respecto a las pretensiones dentro<br />

del cuerpo militar. No obstante, como afirmaba Soublette, estos<br />

hombres civiles, dados eventual u ocasionalmente a las armas,<br />

“al menor peligro de la patria abandonan familia y hogar, y<br />

sueltan el arado para empuñar la espada sin más interés que<br />

salvarla” 15 .<br />

De lo anterior se desprenden tres ideas básicas que pueden servirnos,<br />

tal como mencionáramos, para el estudio del Estado<br />

Cuartel en Venezuela, específicamente en su fase de formulación,<br />

durante el período 1999-2006, tomando en cuenta que<br />

los aspectos explicados permitieron dar forma y contenido al<br />

pensamiento militar universal de los siglos posteriores. Así, la<br />

relación Estado-gobierno, su deber de defensa institucional y<br />

la acción lógica de las relaciones civiles-militares durante la<br />

Ilustración, nos permiten indagar sobre las bases teóricas del<br />

arte de la guerra, especialmente en Bolívar, cuyas ideas se dice<br />

conducen a ese movimiento militar bolivariano que ha tenido<br />

lugar desde fines del siglo XX en Venezuela hasta la actualidad,<br />

y que ha transformado la naturaleza civil del Estado venezolano,<br />

posterior a 1958, en una estrictamente militar, militarista,<br />

amparado en una relación civil-militar muy peculiar.<br />

Sirvan los párrafos anteriores para introducirnos en el estudio<br />

del Estado Cuartel en Venezuela y su característica más locuaz<br />

relacionada con el asedio ciudadano durante 1999-2006. Antes<br />

de comenzar a abordar la temática en cuestión, quisimos hacer<br />

un estudio previo sobre la moral en las historias militares narradas,<br />

la teoría y el arte militar en las sociedades antiguas, lo cual<br />

15 Domingo Irwin e Ingrid Micett, Caudillos, militares y poder. Una historia<br />

del pretorianismo en Venezuela, Caracas: UCAB, 2008, p. 70, citando<br />

a Las Fuerzas Armadas de Venezuela en el siglo XIX. (Textos para su<br />

estudio), vol. 6, Caracas: Presidencia de la República, 1963, p. 13.<br />

66


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

busca, como comentáramos al principio, el sustento histórico e<br />

intelectual de esta relación, tomando en cuenta la idea de Harold<br />

Lasswell sobre el papel de la moral en la formulación del<br />

Estado Cuartel.<br />

Con respecto al segundo apartado preliminar, definido por la<br />

relación asedio y moral, se indaga en el asedio como mecanismo<br />

militar de ataque sobre las ciudadelas de la antigüedad y<br />

sobre su significación quizás más importante, relacionada con<br />

el proceso de desmoralización de los asediados o sitiados, no<br />

solo dentro de las fortificaciones, sino que además se asoma<br />

la posibilidad del asedio, a partir del siglo XVIII, en términos<br />

no necesariamente materiales. Dicho apartado permite la síntesis<br />

histórica del asedio como mecanismo militar con fines de<br />

proyectarlo como esencia de las estrategias y tácticas del arte<br />

militar, del que no queda fuera el Estado Cuartel<br />

El tercer estudio presentado persigue la introducción a las principales<br />

doctrinas y tratados militares europeos en un contexto<br />

histórico convulso y con los que Bolívar tuvo contacto al menos<br />

bibliográficamente, dada su estadía en Francia y su gran admiración<br />

hacia Napoleón Bonaparte. El objetivo aquí es acercarnos a<br />

algunas teorías que, debido a su efectividad, tuvieron gran repercusión,<br />

especialmente en y posterior al siglo XIX. La posibilidad<br />

de análisis que nos permite este apartado se basa en la esencia<br />

“bolivariana” del militarismo y del proceso de militarización,<br />

instituido en Venezuela y que sirve como preámbulo a la formulación<br />

y consolidación del Estado Cuartel en nuestro país.<br />

5. La progresiva transición al Estado Cuartel en<br />

Venezuela<br />

Hecho este estudio preliminar procederemos ahora al análisis<br />

del Estado Cuartel y del asedio ciudadano en Venezuela durante<br />

el período 1999-2006, partiendo de tres niveles: el asedio<br />

material, el asedio simbólico y el asedio moral, desarrollados<br />

por el Estado Cuartel como mecanismo de defensa y control de<br />

la sociedad civil en Venezuela, no sin antes intentar proyectar<br />

67


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

temporal y espacialmente las condiciones iniciales del establecimiento<br />

del Estado Cuartel a partir de 1999.<br />

El Estado Cuartel surge como una teoría de política exterior,<br />

en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, y como resultado<br />

del totalitarismo de los llamados Estados militares del eje. Es<br />

definido como aquel Estado en el que prevalece el dominio de<br />

los “especialistas en la violencia”, según lo señala Lasswell. Es<br />

decir, los militares como especialistas en el ejercicio y aplicación<br />

de la misma. No obstante, posterior al conflicto mundial,<br />

dicha posibilidad interpretativa, al ser aplicada partiendo de<br />

la amenaza o peligro interno, como es el caso de Venezuela,<br />

configura escenarios políticos, sociales y propiamente militares<br />

caracterizados por el necesario “aprendizaje” de las habilidades<br />

civiles por parte de estos “especialistas de la violencia”, como<br />

estrategia a implementar en consecución del control civil.<br />

Es este aspecto fundamental en la transición de regímenes democráticos<br />

al Estado Cuartel, algunos con basamento constitucional<br />

de democracia van asimilando para sí todos y cada<br />

uno de los espacios civiles de la sociedad. Cuando esto ocurre,<br />

comienza entonces el ciudadano a sentirse asediado por el Estado,<br />

que hábilmente aprovechará tanto las destrezas militares<br />

como las de los civiles para la construcción del Estado Cuartel.<br />

De tal forma que preguntas como: ¿en qué momento el ciudadano<br />

comienza a sentirse asediado por el Estado o en qué<br />

momento el Estado comienza a asediar al ciudadano?, parecen<br />

ser la clave para comprender la consolidación del Estado Cuartel<br />

en Venezuela.<br />

Así, al plantearnos la relación entre este Estado y el asedio ciudadano,<br />

partimos de la premisa básica del asedio como mecanismo<br />

militar de ataque, y en algunos casos, de defensa militar.<br />

El asedio, liderado por el sitiador, que en este caso es el mismo<br />

Estado Cuartel, convierte en sitiados o asediados a los propios<br />

ciudadanos hasta someterlos como “subordinados”. Es lógico,<br />

entonces, que el debilitamiento por el control y la escasez de<br />

recursos y la desmoralización de los ciudadanos o asediados,<br />

68


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

sea el resultado planificado y esperado por la élite gobernante<br />

del Estado Cuartel.<br />

El asedio material es definido por el control del Estado Cuartel<br />

de los bienes materiales, de producción y de consumo. Cuando<br />

Lasswell afirma que los “ingresos serán igualados en el interés<br />

de mantener la moral dentro de las condiciones modernas del<br />

peligro socializado” 16 , se refiere a que el peligro de la guerra,<br />

socializado entre civiles y militares, requiere a su vez el ajuste<br />

igualitario de ingresos como una forma de mantener la voluntad<br />

de los ciudadanos.<br />

El asedio simbólico hace referencia a todo el proceso de manipulación<br />

simbólica que desde el Estado Cuartel se construye<br />

y difunde, no solo a través de ceremonias, propagandas y protocolos,<br />

sino a través de la propia re-estructuración del Estado<br />

en sí. A pesar de que Lasswell expresa que estos elementos no<br />

son suficientes para el predominio del Estado Cuartel, sí podemos<br />

agregar que constituyen un mecanismo fundamental en<br />

el proceso de recepción, identificación, sumisión y adoctrinamiento<br />

de los ciudadanos, así como para los intereses morales<br />

del propio Estado Cuartel. Lasswell expresa que “adicional a<br />

la regularización de los símbolos, bienes y violencia, la élite<br />

política del Estado Cuartel encontrará esto necesario para<br />

hacer ciertas adaptaciones en la práctica fundamental del<br />

Estado” 17 .<br />

Por su parte, el asedio moral parte del hecho de que la moral<br />

como elemento axiológico, psicológico y filosófico del ser humano<br />

es la primigenia no solo en la elaboración de políticas,<br />

acciones y decisiones del Estado Cuartel, sino en la mentalidad<br />

ciudadana. Valga aquí una pregunta: ¿no era el miedo y<br />

la desmoralización de los sitiados en las ciudadelas antiguas,<br />

elementos iniciales para la rendición y capitulación? De la misma<br />

forma, el asedio moral del ciudadano, por parte del Estado<br />

16 Harold D. Lasswell, “The Garrison State”, en The American Journal of<br />

Sociology, number 4, Chicago: 1941, p. 461 [Trad. a].<br />

17 Harold D. Lasswell, op. cit., p. 461 [Trad. a].<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Cuartel en Venezuela, se convierte en mecanismo capital de<br />

este. Así, no solo “la importancia del factor moral es enfatizada<br />

por el miedo universal, el cual es posible mantener en grandes<br />

poblaciones a través –entre otros– de modernos instrumentos<br />

de guerra” 18 , sino que se convierte en el pilar fundamental en la<br />

consolidación del Estado Cuartel, desde su formulación moral<br />

inicial, como lo afirma Lasswell, pasando por todos los mecanismos<br />

simbólicos y materiales de manipulación y control,<br />

hasta la pérdida de la naturaleza democrática del Estado.<br />

Estos argumentos nos permitirán estudiar los tres niveles de asedio<br />

ciudadano del Estado Cuartel en Venezuela, dentro de la que<br />

denominaremos historia militar moral 19 de Venezuela, cuyo primer<br />

período, 1999-2006, será estudiado en la presente investigación.<br />

Es la misma una aproximación teórica, en la que la moral<br />

como tal se asocia, ya sea a una concepción militar, política, o<br />

ya sea a una idea de lo que debe ser la realidad. Se atribuye de<br />

esta forma a la primera la posibilidad de convertirse en elemento<br />

fundamental para la función y el rol de los militares quienes,<br />

gracias a la democracia representativa, habían acompañado hasta<br />

entonces la naturaleza civil del Estado venezolano, y que a partir<br />

de diciembre de 1998 se “mimetizan” con la civilidad, de manera<br />

tal que la moral se asociará al proceso de militarismo y militarización<br />

para luego transitar al Estado Cuartel.<br />

6. 1999: el Estado venezolano entre lo civil y lo militar<br />

El ascenso al poder político de Hugo Chávez en 1998 sentará<br />

las bases para que la llamada unión civil-militar en Venezuela<br />

se inserte dentro de la tesis del caudillo, ejército, pueblo que,<br />

18 Harold D. Lasswell, op. cit., p. 459 [Trad. a].<br />

19 La historia militar moral se deriva de la clasificación que hicimos en<br />

nuestra tesis de postgrado “El problema del régimen político y la moral<br />

en las relaciones Venezuela-Estados Unidos (2001-2010)”. En la misma se<br />

plantea el estudio de las morales de lo que llamáramos chavismo-bolivarianismo<br />

en Venezuela con una óptica distinta a la presentada aquí.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

más allá de la obra de Ceresole 20 , apuntalará y consolidará progresivamente<br />

el fenómeno del militarismo, militarización y del<br />

Estado Cuartel en Venezuela. El escenario quedó explícitamente<br />

expresado por Hugo Chávez luego del intento de golpe de<br />

Estado en febrero del año 1992: “y vendrán nuevas situaciones<br />

y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino<br />

mejor (…) yo ante el país y ante ustedes asumo la responsabilidad<br />

del movimiento militar bolivariano” 21 .<br />

Pero antes de continuar es necesario precisar un aspecto relacionado<br />

con la unión cívico-militar, para lo cual se partirá de<br />

lo que explica Domingo Irwin cuando intenta denotar la diferencia<br />

entre los términos cívico-militar y civil-militar. Ambos<br />

suelen usarse como sinónimos, pero la diferencia estriba en que<br />

tanto los militares como los civiles son ciudadanos mientras lo<br />

civil no es militar ni viceversa. Por tanto, la mejor manera de<br />

denominar dicha relación es a partir del término civil-militar.<br />

Aclarado el punto, es posible entonces afirmar que, a partir de<br />

1998 –para algunos es realmente a partir de 1992–, lo civil y<br />

lo militar en Venezuela, así como lo civil-militar, ya no será lo<br />

mismo, pues serán objetos tanto de las transformaciones propias<br />

del cambio de régimen en Venezuela como de las configuraciones<br />

de los nuevos fenómenos políticos-militares, dibujados<br />

desde el inicio del proyecto ideológico de Hugo Chávez.<br />

La transformación de la democracia representativa del año 1958<br />

en la llamada democracia participativa –más allá del socialismo<br />

del siglo XXI de Dieterich– como parte de este proyecto<br />

ideológico, presentará nuevos escenarios característicos de los<br />

regímenes no democráticos, debido a las pretensiones de control,<br />

por parte del Estado y del gobierno, no solo de los medios<br />

y de las relaciones de producción sino también de los espacios<br />

públicos y privados de la sociedad civil. Y qué mejor forma de<br />

20 Norberto Ceresole con su tesis de caudillo-ejército-pueblo justifica la importancia<br />

de mantener al ejército como elemento mediador entre Chávez<br />

y el pueblo.<br />

21 Palabras de Hugo Chávez luego del fracaso del intento del golpe de Estado<br />

en 1992.<br />

71


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

hacerlo sino a través del progresivo militarismo y militarización<br />

de todas las esferas que, dependientes del Estado, necesita<br />

el civil para la mediación de sus necesidades como ciudadano.<br />

De tal forma, observamos que, a pesar de que en la declaración,<br />

después del fracaso del golpe de Estado en 1992, Chávez habla<br />

de un movimiento de naturaleza militar, luego de su triunfo en<br />

1998 divulga la idea de la democracia en Venezuela. Atención<br />

especial merece lo dicho el 2 de febrero de 1999 en su toma de<br />

posesión presidencial:<br />

ya que tiene un objetivo fundamental: la transformación de<br />

las bases del Estado, la refundación de la república, la relegitimación<br />

de la democracia y la creación de una nueva<br />

República. Ese es el objetivo fundamental de la Asamblea<br />

Constituyente. Es político, es macropolítico, pero no es económico<br />

ni social de inmediato 22 .<br />

Cabría preguntarnos si cuando un militar habla de la refundación<br />

de la república en términos democráticos, necesariamente<br />

lo hace en los mismos términos en que lo entiende el civil. Esto<br />

viene a colación especialmente cuando recordamos lo que explica<br />

Lasswell con respecto a la convivencia del Estado Cuartel<br />

y la democracia, cuando se pregunta ¿qué valores democráticos<br />

pueden ser preservados y cómo? 23 . En este sentido, la refundación<br />

de la república en Venezuela se convierte en un punto<br />

neurálgico al plantearse posteriormente el cambio de régimen<br />

en nuestro país. Por ser Hugo Chávez un militar, él plantea tempranamente<br />

su estrategia a partir, podríamos afirmar, de sus<br />

pretensiones militaristas y de militarización, siempre bajo lo<br />

militar, civil, unión civil-militar y con basamento constitucional<br />

democrático.<br />

Al principio de sus gobiernos consecutivos, lo militar y lo democrático<br />

parecieron convivir sin problemas, sin embargo, fue<br />

22 “Discurso del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo<br />

Chávez, el 2 de febrero de 1999”, en ANALÍTICA.COM. Disponible en:<br />

http://www.analitica.com/Bitblio/hchavez/toma.asp, 2 de febrero de<br />

1999. (Consultado el 22 de septiembre de 2014).<br />

23 Harold D. Lasswell, op. cit., p. 467 [Trad. a].<br />

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tácita la toma de espacios civiles por los militares, así como la<br />

constante tautología de la relación entre ambos sectores para<br />

el progreso del país. Esto es evidente en el año 1999 cuando,<br />

en el marco del llamado Plan Bolívar, liderado por el Ministro<br />

de Defensa Raúl Salazar, se inserta el Proyecto Bolívar 2000.<br />

Entonces, Chávez afirmaba orgulloso:<br />

En este proyecto están incorporados en cuerpo y alma la mayor<br />

parte de los militares en Venezuela: 90%. Hay que dejar<br />

en los cuarteles un 10% también. No podemos dejar los cuarteles<br />

solos, hay que cuidar las cosas allí. Yo ayer estuve con<br />

mis hermanos de armas, yo soy un soldado, ustedes lo saben.<br />

Ayer nació una brigada en Barinas, pero esa brigada no va a<br />

ser solamente con un fusil recorriendo las calles con esa actitud<br />

represiva. No, no, está cambiando el concepto militar 24 .<br />

Ideas centrales asociadas a dicho proyecto, a la revolución<br />

bolivariana y a la unión civil-militar diagraman aquellas como<br />

batallones de asuntos civiles y teatros de operaciones sociales,<br />

como inicio del proceso de organización civil pensado en términos<br />

del lenguaje y pensamiento militar:<br />

tenemos que informarle a todos los venezolanos dónde funcionan<br />

los teatros de operaciones sociales, no son teatros de<br />

operaciones de guerra, no, son abiertos a la sociedad. En los<br />

comandos militares, vayan ustedes a los comandos militares,<br />

ahí hay órdenes 25 .<br />

En el mismo año, expresiones como “Porque el pueblo es al soldado<br />

como el agua al pez. Andamos como peces en el agua” 26<br />

se repiten una y otra vez, no solo para exaltar la unión civilmilitar,<br />

sino al Plan Bolívar 2000 con afirmaciones como “Los<br />

24 “Programa Nº 1, Aló presidente”, en ALOPRESIDENTE.GOB.VE. Disponible<br />

en: http://www.alopresidente.gob.ve/transcripciones, 23 de<br />

mayo de 1999. (Consultado el 26 de septiembre de 2014).<br />

25 “Programa Nº 1, Aló presidente”, en ALOPRESIDENTE.GOB.VE. Disponible<br />

en: http://www.alopresidente.gob.ve/transcripciones, 23 de<br />

mayo de 1999. (Consultado el 26 de septiembre de 2014).<br />

26 “Programa Nº 2, Aló presidente”, en ALOPRESIDENTE.GOB.VE.<br />

Disponible en: http://www.alopresidente.gob.ve/transcripciones, 6 de<br />

junio de 1999. (Consultado el 25 de septiembre de 2014).<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

soldados no descansamos y nadie debe descansar, solo lo necesario,<br />

lo mínimo necesario” 27 . Ahora bien, el lenguaje militar en<br />

esta etapa es sinónimo tempranero del proceso del militarismo<br />

y militarización en Venezuela; paralelo a este, la creación de<br />

organizaciones civiles-militares, como expresión de la fusión,<br />

siguiendo a Lasswell, de las habilidades civiles y militares,<br />

marcarán el rumbo de la llamada refundación de la república a<br />

partir de 1999, según lo señalará el presidente de entonces.<br />

7. La moral del militarismo y el militarismo moralizante<br />

(1999-2006): ¿formulación inicial del Estado Cuartel y<br />

del asedio ciudadano en Venezuela?<br />

Nos corresponderá hablar del asedio ciudadano del Estado<br />

Cuartel, basándonos en la idea del asedio como mecanismo<br />

militar dentro del contexto de la historia militar moral de Venezuela.<br />

A diferencia del asedio militar de otrora, en esta oportunidad<br />

el asedio parte desde el Estado venezolano, a sabiendas<br />

de que el enemigo, es decir, el futuro asediado o sitiado, no<br />

es externo sino interno. En otras palabras, parece ser el civil<br />

el rival a vencer del Estado Cuartel. Aquel civil que no forma<br />

parte de la élite política del Estado y que tampoco conjuga<br />

con la proposición civil-militar de este, pero que no deja de ser<br />

igualmente un civil habilidoso y meritorio. Partiendo entonces,<br />

desde la visión del Estado venezolano, de la idea de la moral del<br />

militarismo y del militarismo moralizante (1999-2006), heredada<br />

del movimiento militar de 1992 y de la naturaleza militar y<br />

militarista del propio jefe de Estado –“aquí estamos un grupo<br />

de militares porque yo soy militar” 28 –, estudiaremos la formulación<br />

básica del Estado Cuartel, así como el asedio ciudadano<br />

que, como vimos en el apartado anterior, es manifiesto tanto en<br />

27 “Programa Nº 2, Aló presidente”, en ALOPRESIDENTE.GOB.VE. Disponible<br />

en: http://www.alopresidente.gob.ve/transcripciones, 6 de junio<br />

de 1999. (Consultado el 25 de septiembre de 2014).<br />

28 “Programa Nº 153, Aló presidente”, en ALOPRESIDENTE.GOB.VE.<br />

Disponible en: http://www.alopresidente.gob.ve/transcripciones, 15 de<br />

junio de 2003. (Consultado el 25 de septiembre de 2014).<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

la institución de valores propios del lenguaje militar como en la<br />

organización militar de lo civil.<br />

Tomando en cuenta que la élite política del Estado Cuartel debe<br />

hacer adaptaciones a la práctica y estructura del Estado, como<br />

nos lo comenta Lasswell, sin olvidar que “al menos en sus fases<br />

introductorias, los problemas de la moral están destinados a<br />

tener un gran peso en la mente de la organización o gestión” 29 ,<br />

observaremos que lo militar, el militarismo y la militarización<br />

empiezan a ocupar, de manera tenue pero firme, los espacios civiles,<br />

a la par que se convierten en ideas rectoras fundamentales<br />

del Estado, camufladas –para usar un término militar– en la llamada<br />

democracia participativa. Así, elementos de la política interna<br />

como la reforma de nuestra Carta Magna en 1999, el Plan<br />

Bolívar 2000, los sucesos de abril de 2002, el paro petrolero del<br />

mismo año, la implementación de las misiones sociales desde<br />

abril de 2003, la reforma de la Ley Orgánica de las Fuerzas<br />

Armadas en septiembre de 2005 (LOFAN 2005), acelerarán las<br />

bases políticas, jurídicas e ideológicas para la re-estructuración<br />

y transformación del Estado democrático y civil en Venezuela.<br />

Bajo el contexto histórico 1999-2006, la iniciación del Estado<br />

Cuartel avanza rápidamente en la idea de la refundación del Estado<br />

que, a partir de la Constitución de 1999, plantea un cambio<br />

de régimen, expresado como democracia participativa, pero con<br />

una clara esencia militar, militarista, con proyecciones serías de<br />

militarización, en donde la idea del conflicto y de la república<br />

en términos militares, similar a la de Lloyd en el siglo XIX, se<br />

hace presente bajo la llamada doctrina militar bolivariana. No<br />

obstante, ¿hay indicios sobre el asedio ciudadano durante este<br />

período? Sobre este tema hablaremos a continuación.<br />

La apropiación de los bienes materiales, de consumo y de producción<br />

por parte del Estado es un paso decisivo para la institución<br />

del Estado Cuartel en Venezuela, especialmente cuando<br />

se pone en duda la naturaleza civil del Estado. En tal sentido,<br />

según el sociólogo Eduardo Guzmán Pérez, desde 1999 “cerca<br />

29 Harold D. Lasswell, op. cit., p. 457 [Trad. a].<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

de 1.614 militares de distintos rangos, entre activos y retirados,<br />

han desempeñado y ejercen cargos en la administración pública.<br />

Aseguró que 1.246 fueron designados por Chávez y 368 por<br />

Maduro” 30 . A pesar de que lo sucedido luego del 2006 no se corresponde<br />

con el período en estudio, podemos no obstante tener<br />

una clara óptica de las pretensiones de militarización, manifiesta<br />

y expresa, del Estado venezolano, en el proyecto ideológico<br />

de Chávez, desde sus mismos inicios. Necesita en todo caso, la<br />

élite militar, “bañarse” en las habilidades del civil, especialmente<br />

si su objetivo –nada lejano– será ser electo mediante el<br />

voto democrático. De allí que el ejercicio progresivo de la política<br />

civil estatal, por parte de los militares, sea elemento común<br />

a partir de 1999 en Venezuela.<br />

Cuando ese mismo Estado se hace con el control de la principal<br />

fuente de ingresos del país, PDVSA, luego del llamado paro<br />

petrolero de 2002, el asedio material por parte del incipiente<br />

Estado Cuartel se hace presente. Con este proceder, el Estado<br />

se asegura dos objetivos esenciales: el tangible, encaminado a<br />

la centralización del poder político y económico, y en lo intangible,<br />

la progresiva consolidación moral del Estado militarista.<br />

En tal sentido, el asedio ciudadano comienza a hacerse efectivo<br />

cuando desde ese Estado se crean prerrogativas de carácter<br />

ideológico o de simpatías hacia su proyecto, perjudicando<br />

a quienes, incluso poseyendo el conocimiento y las habilidades<br />

necesarias, distan de tales ideas. Así, la primerísima PDVSA<br />

comienza un proceso de depuración política que afectó y sigue<br />

afectando a muchos civiles, y en la cual el proceso de socialización<br />

del peligro, ahora ante la amenaza interna dentro de la<br />

misma empresa, crea relaciones de solidaridad pero también de<br />

manipulación entre los civiles y el Estado y entre los civiles y<br />

los militares, en un Estado que se diferencia mucho de la tradición<br />

civil de la democracia representativa.<br />

30 “1.614 militares han ocupado cargos del gobierno”, en El Nacional.com.<br />

Disponible en: http://www.el-nacional.com/politica/militares-ocupado-cargos-gobierno_0_325167554.html,<br />

26 de diciembre de 2013. (Consultado<br />

el 12 de octubre de 2014).<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

En este contexto, el asedio simbólico en contra del civil se va<br />

a caracterizar, amén de por la repetitiva y copiosa publicidad<br />

y propaganda del gobierno –difundida tanto en los medios<br />

como en los discursos y ceremonias oficiales–, por aquello que<br />

Lasswell llama las virtudes cardinales del Estado Cuartel: “el<br />

deber de obedecer, para servir al Estado, para trabajar” 31 . Bajo<br />

estas premisas se inaugura entonces el proceso de manipulación<br />

de símbolos por parte del Estado, al cual se asocia la moral de un<br />

militarismo que, apoyado en un proyecto ideológico, no teme en<br />

difundir la imagen del militar heroico y del deber de la patria, en<br />

función de la conjugación civil-militar en Venezuela, tal como<br />

vimos en el Plan Bolívar 2000. Es la propaganda instrumento<br />

moral del militarismo, al cual se invoca en las continuas<br />

ceremonias, actos públicos, desfiles conmemorativos, actos<br />

militares y civiles-militares. Incluso los gestos, la entonación<br />

y las posturas corporales de la élite militar gobernante buscan<br />

que el mensaje llegue al civil claramente; y así muchos de estos<br />

civiles, sin darse cuenta, se van adaptando a la presencia militar<br />

en cada uno de sus espacios.<br />

El deber de obedecer al Estado Cuartel y su asedio al ciudadano<br />

es manifiesto antes de abril de 2002, cuando Chávez enunciaba<br />

ya la posterior radicalización en contra de la libertad de expresión<br />

y disenso en Venezuela. Así lo hace saber, el 13 de enero<br />

del 2002, en su programa Aló presidente: “¿Quién dijo que la libertad<br />

de expresión corre peligro? Lo único que usted tiene que<br />

hacer para pensar libremente es pensar como yo” 32 . Bien explica<br />

Lasswell esta característica del Estado Cuartel: “El grupo<br />

gobernante ejercitará un monopolio de opinión en público, aboliendo<br />

la comunicación libre de hecho e interpretación” 33 .<br />

En este mismo contexto, la élite del Estado Cuartel hábilmente<br />

se enrumbó hacia un enfrentamiento simbólico y moral<br />

en contra de los llamados partidos políticos tradicionales<br />

31 Harold D. Lasswell, op. cit., p. 460 [Trad. a].<br />

32 Sergio Jablon, “Los medios soy yo”, en Revista Primicia, núm. 28, Caracas:<br />

2002, p. 51.<br />

33 Harold D. Lasswell, op. cit., p. 461 [Trad. a].<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

en Venezuela, situación que vino a consolidar el desprestigio<br />

y la deslegitimación que ya pesaba sobre ellos, y que permitió<br />

paradójicamente el ascenso de Chávez al poder. Las continuas<br />

críticas y adjetivación negativa en contra de tales partidos, en<br />

discursos y alocuciones, sentaron las condiciones para que solo<br />

los aliados al proyecto ideológico emergieran sin valoraciones<br />

peyorativas. Se produce así el asedio moral a los partidos políticos<br />

y a los pocos o muchos de sus miembros o simpatizantes.<br />

Hay un elemento esencial dentro de la regularización simbólica<br />

del incipiente Estado Cuartel, representado por el papel que<br />

cumple el Plan Patria –parte del Plan Bolívar 2000– y las llamadas<br />

misiones sociales como atenuantes en la “disminución<br />

del desempleo”. Se cumple allí lo afirmado por Lasswell: “Sin<br />

duda el Estado Cuartel será reconocido por la abolición psicológica<br />

del desempleo, psicológica porque es un asunto de la redefinición<br />

de símbolos” 34 . En este caso, la finalidad del Estado<br />

Cuartel no es otra que simpatizar con el siempre desfavorecido<br />

sector de desempleados, quienes seguramente no tendrán un<br />

empleo como tal, sino que a cambio obtendrán una especie de<br />

ayuda monetaria del gobierno, por el solo hecho de estar inscritos<br />

en alguna lista y asegurarle cierta fidelidad o subordinación:<br />

Este Proyecto Patria está siendo dirigido en todo el país por<br />

los comandos de guarnición. Los comandos militares de las<br />

guarniciones están organizando desempleados (…) Eso sí,<br />

vayan con calma, los militares tienen la orden, están trabajando<br />

por el país, de registrarlos y de, poco a poco, ir organizándolos<br />

a través del Proyecto Patria 35 .<br />

En este sentido, el Estado Cuartel venezolano –sea en su fase<br />

inicial como militarismo o ya con la propia militarización– es<br />

un hábil creador y manipulador de símbolos. Era lógico que,<br />

luego de los sucesos de abril de 2002, el Estado venezolano<br />

emprendiera una compleja campaña de lucha simbólica-moral<br />

34 Harold D. Lasswell, op. cit., p. 459 [Trad. a].<br />

35 “Programa Nº 2, Aló presidente”, en ALOPRESIDENTE.GOB.VE., Disponible<br />

en: http://www.alopresidente.gob.ve/transcripciones, 6 de junio<br />

de 1999. (Consultado el 25 de septiembre de 2014).<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

con programas y decretos como la llamada ley mordaza en el<br />

2004, “que acentúa el control sobre los medios radioeléctricos<br />

y procura activar el mecanismo de la autocensura” 36 , el salto<br />

adelante del año 2005, y el mecanismo de asedio del que más<br />

ha hecho gala: la infame lista Tascón. Es precisamente dicho<br />

listado –ciudadanos que expresan mediante la firma su desacuerdo<br />

con el gobierno– el principal mecanismo de asedio<br />

moral del Estado Cuartel en contra de sus ciudadanos. Se resume<br />

en el uso que el Estado venezolano hizo y hace de ella: la<br />

más firme intención, hasta ese momento, de coacción y control<br />

ciudadano.<br />

Ahora bien, no le faltará al proyecto ideológico, encarnado en<br />

el Estado venezolano, la manifestación misma de su naturaleza<br />

militar y militarista. La compra compulsiva de armamento militar<br />

aunado a la re-estructuración de las Fuerzas Armadas Venezolanas<br />

con la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (LOFAN<br />

2005) y la concepción de la llamada guerra asimétrica 37 , como<br />

parte del plan de seguridad nacional del Estado, enmarcado en<br />

lo que posteriormente se llamará doctrina militar bolivariana,<br />

solo confirman la materialización del Estado Cuartel en Venezuela.<br />

Con respecto a la LOFAN 2005, sus reformas posteriores<br />

expresan la necesidad del Estado Cuartel de adaptar, a los fines<br />

36 Manuel Felipe Sierra, “Al compás de los días. Los perseguidos”, en El<br />

Nacional, Caracas, 5 de junio de 2009, p. 11.<br />

37 La guerra asimétrica está íntimamente relacionada con la Guerra de Cuarta<br />

Generación. Representa la evolución del pensamiento militar desde 1989<br />

(Cuarta Generación) hasta 1995 (asimetría). La utilización de las asimetrías<br />

en los conflictos bélicos es tan vieja como el hombre, pero a partir de<br />

1995 el concepto fue desarrollado en una serie de documentos: Visión Militar<br />

de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (1995), Estrategia Militar<br />

(1995), Informe de la Revisión Cuadrienal de Defensa (1997), Informe del<br />

Panel de Defensa Nacional (1997), Revisión estratégica conjunta, aproximaciones<br />

asimétricas de la guerra (1999), Informe Anual del Secretario<br />

de Defensa al Congreso (1998-99-00), Informe Anual (2000), Visión Conjunta<br />

2020 (2000). Ver Steven Metz, “Asimetría Estratégica”, en Military<br />

Review; y también “Chávez y la Guerra Asimétrica”, en El Universal.com.<br />

Disponible en: http://www.eluniversal.com/2005/04/04/pol_art_03187A.<br />

shtml, Caracas, 4 de abril 2005. (Consultado el 15 de abril de 2010).<br />

79


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

establecidos por la élite militar, el conjunto formal de las Fuerzas<br />

Armadas. Al respecto, Domingo Irwin expresa:<br />

Es decir, legalmente el Presidente de la República cuenta con<br />

unidades de reserva y guardia territorial que están directamente<br />

bajo su mando (artículos 11° “ante cualquier agresión interna o<br />

invasión de fuerzas extranjeras”. 30° “la preparación y mantenimiento<br />

del pueblo organizado para operaciones de resistencia local,<br />

ante cualquier agresión interna o externa”. 32° “El Comando<br />

General de la Reserva Nacional y Movilización Nacional (…)<br />

Depende directamente del Presidente de la República” 38 .<br />

Nótese lo delicado del asunto cuando se habla de enemigo interno.<br />

Nos preguntamos, ¿cuáles son los parámetros para calificar<br />

a alguien o a algo de enemigo interno? ¿Serán los parámetros<br />

políticos e ideológicos del militarismo, de la militarización y<br />

del Estado Cuartel los que advierten sobre la presencia y la<br />

amenaza del enemigo interno? Siendo esto así, la socialización<br />

del peligro en esta fase introductoria del Estado Cuartel en Venezuela<br />

se manifiesta dentro de los círculos civiles, disidentes y<br />

opositores. Son estos los que, siendo asediados o sitiados por el<br />

Estado y el gobierno, deben dejar de expresarse y pensar libremente<br />

so pena de ser señalados o de perder su empleo.<br />

Se convierte el enemigo interno en objetivo militar y civil-militar<br />

del Estado Cuartel. “Son caballos de Troya en nuestras propias<br />

narices” 39 , exclamaría Chávez en junio de 2006, refiriéndose a<br />

los propietarios de las concesiones televisivas en Venezuela. De<br />

allí que sea necesario la permanente vigilancia y en pro de esta,<br />

la confrontación material, moral y simbólica que desde el Estado<br />

se estructura, una y otra vez, como parte de la argumentación<br />

moral propia de la fase de formulación del Estado Cuartel. Así,<br />

según la LOFAN 2005, ante la “agresión interna”, la sociedad<br />

38 Domingo Irwin e Ingrid Micett, Caudillos, militares y poder. Una historia<br />

del pretorianismo en Venezuela, Caracas: UCAB, 2008, p. 274, citando<br />

el articulado de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas luego de la<br />

reforma de septiembre de 2005.<br />

39 ABN, “Chávez ordenó revisar concesiones de televisoras”, en el Diario<br />

Frontera, Mérida, 15 de junio de 2006, p. 5A.<br />

80


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

civil en resistencia local y las llamadas milicias bolivarianas,<br />

como cuerpo civil armado del jefe de Estado, materializan la tan<br />

ansiada –por Chávez y por la élite militar– unión civil-militar en<br />

Venezuela en el siglo XXI.<br />

Dicho proceder tendrá una influencia decisiva en el asedio material,<br />

simbólico y propiamente moral del ciudadano, pues qué mejor<br />

forma de llevar a cabo la socialización del peligro que difundir la<br />

idea del necesario conflicto ¿militar o civil? y la inminente victoria<br />

que, desde el Estado venezolano, promete dar seguridad y defensa<br />

a los ciudadanos. Resulta fundamental en este punto hacer notar<br />

cómo, en el asedio material del Estado Cuartel, se manifiesta la<br />

esencia del proceso de militarización, pues en el predominio de la<br />

compra de material militar no solo se refleja el control de los medios<br />

de producción y de los bienes de consumo por parte de la élite<br />

militar, sino el desdén hacia lo no militar.<br />

Aunque los gobernantes del Estado Cuartel serán libres de regularizar<br />

la tasa de producción, ellos seguramente evitarán la<br />

completa utilización de la capacidad productiva para asuntos<br />

con propósitos no militares 40 .<br />

Valga recordar la ceremonia en ocasión de la entrega de 30 mil<br />

fusiles automáticos Kalashnikov AK-103 a los distintos componentes<br />

de la Fuerza Armada Nacional, en el 2006, en la cual<br />

Chávez afirmaba:<br />

que nunca Venezuela fue capaz de producir un fusil automático<br />

liviano FAL, ahora dentro de poco estaremos colocando<br />

la piedra en Maracay con una planta para la fabricación de<br />

fusiles Kalashnikov 41 .<br />

La élite del Estado Cuartel, en su forma civil-militar, pasa a convertirse<br />

sencillamente en una relación simbólica y en un mito 42 ,<br />

40 Harold D. Lasswell, op. cit., p. 465 [Trad. a].<br />

41 ABN, “Chávez ordenó revisar concesiones de televisoras”, en el Diario<br />

Frontera, Mérida, 15 de junio de 2006, p. 5A.<br />

42 Un mito que cumple a cabalidad su función social, que en este caso se<br />

asocia con la necesidad de dar identidad y confianza a los integrantes de<br />

esa unión civil-militar.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

creado desde el propio Estado Cuartel, cuando la preeminencia<br />

del factor militar sobre el civil se materializa incluso en los<br />

mismos bienes materiales que del Estado puedan producirse o<br />

exportarse. Esto debido a que la “clase gobernante se sentirá<br />

amenazada por el crecimiento frívolo de la comunidad” 43 .<br />

Observamos entonces cómo, en el período 1999-2006, la moral<br />

del militarismo y el militarismo moralizante fungen como catalizadores<br />

en aquello que se llamó la refundación del Estado en<br />

el proyecto ideológico de Chávez. La primera, como vehículo<br />

transmisor del militar heroico, argumento suficiente para copar<br />

los espacios civiles; y la segunda, bajo la idea del militar que,<br />

por heroico, tiene la atribución de servir y ser el ejemplo moral<br />

a seguir para militares y civiles. Es en esta fase en la que se<br />

hace evidente la proyección material, simbólica y moral del Estado<br />

Cuartel y el progresivo pero seguro deterioro de la democracia<br />

en Venezuela. Sirva entonces la moral como instrumento<br />

fundamental en la formulación inicial del Estado Cuartel y, en<br />

nuestro caso, en el estudio del asedio ciudadano que desde el<br />

propio Estado comienza a formularse desde 1999.<br />

8. Conclusiones<br />

La formulación inicial del Estado Cuartel en Venezuela coincide<br />

con el proceso de militarismo-militarización planteado por el<br />

proyecto ideológico de Chávez desde 1999. Dichos fenómenos,<br />

el militarismo y la militarización, supo hábilmente el Estado<br />

insertarlos con el ejercicio mismo del poder político en manos<br />

militares. No de cualquier militar, sino de aquella élite militar<br />

que formaba parte del movimiento militar bolivariano de 1992.<br />

Ante la presencia del pretorianismo, recordando a Domingo<br />

Irwin, el civil, consciente e inconscientemente, fue cediendo<br />

sus espacios. El Estado venezolano comienza entonces a experimentar<br />

una transición hacia lo que el proyecto ideológico denominó<br />

democracia participativa, que en el fondo, y ajustándonos<br />

al devenir histórico, no resultó otra cosa que la fase fundacional<br />

43 Harold D. Lasswell, op. cit., p. 465 [Trad. a].<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

del Estado Cuartel en Venezuela, coincidiendo precisamente<br />

con la llamada refundación del Estado, expresada por Chávez.<br />

De tal modo que al interrogarnos, ¿en qué momento el ciudadano<br />

comienza a sentirse asediado por el Estado o en qué momento<br />

el Estado comienza a asediar al ciudadano?, no estamos<br />

hablando del Estado venezolano de la perfectible democracia<br />

representativa. El Estado se convierte ahora en el teatro de<br />

operaciones de la élite militar, en el cual la relación simbólica<br />

civil-militar se inserta en la sociedad con códigos y lenguajes<br />

que, siendo propios del ámbito militar, se difunden y se alientan<br />

desde el mismo Estado, con el único objetivo de lograr el<br />

control civil y el asedio ciudadano. Así, tenemos una especie de<br />

necesaria adaptación de lo civil a los nuevos cánones del Estado<br />

que, alejado cada vez más de lo civil y de lo democrático, busca<br />

instituir la organización militar dentro de la sociedad civil.<br />

Es entonces durante el proceso del militarismo-militarización,<br />

como fase previa, que el Estado Cuartel se hace presente; un<br />

proceso largo y complejo de construcción, cuya argumentación<br />

moral, como vimos en el caso de Venezuela, no solo se convierte<br />

en instrumento de la propaganda estatal sino en génesis<br />

y soporte fundacional de todo el proyecto político-militar del<br />

Estado Cuartel, expresado en el proyecto ideológico de Chávez.<br />

Así, los “especialistas de la violencia”, como llama Lasswell a<br />

la élite militar gobernante, requieren de la conveniente fusión<br />

moral con las habilidades civiles, como una forma de asegurar<br />

el control material, simbólico y por ende moral, de los bienes<br />

materiales del Estado, de los bienes de producción, de los medios<br />

de comunicación, de las aspiraciones no resueltas, de la<br />

libertad de expresión y de las libertades civiles, bajo el ardid de<br />

la democracia participativa y la unión civil-militar.<br />

Debido entonces al papel de la moral en las fases primigenias,<br />

intermedias y consolidadas del Estado Cuartel, planteamos la<br />

posibilidad de estudiarlo dentro del marco que denominamos<br />

historia militar moral de Venezuela, siendo el período 1999-<br />

2006 el denominado como formulación del Estado Cuartel y<br />

del asedio ciudadano en Venezuela. Así, a través del asedio ma-<br />

83


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

terial, simbólico y propiamente moral, el Estado venezolano o<br />

el incipiente Estado Cuartel en Venezuela emprenden toda una<br />

campaña de control civil; pero del civil que no compagina con<br />

el proyecto ideológico, ese civil que pasa a ser el enemigo interno.<br />

Conscientes entonces de las habilidades civiles del enemigo<br />

interno, no descansará la élite del Estado Cuartel en su<br />

esfuerzo de desdibujarlas a través del socavamiento moral de<br />

sus prerrogativas básicas.<br />

Ante este enemigo interno, el Estado Cuartel asediará y sitiará<br />

a la sociedad civil, de tal forma que deba esta adaptarse a las<br />

pautas de estricto control por parte del que asedia, es decir, el<br />

Estado. En este punto nos preguntamos: ¿busca el Estado Cuartel<br />

en Venezuela, con el asedio ciudadano, la rendición o posible<br />

capitulación de los derechos civiles de la sociedad en Venezuela?<br />

Dejamos la interrogante abierta, especialmente cuando,<br />

dentro del marco de lo que posteriormente se llamará doctrina<br />

militar bolivariana, la élite militar pareciera reproducir la idea<br />

del conflicto permanente y la socialización del peligro, como<br />

proemio al actuar del Estado Cuartel durante el período 1999-<br />

2006. Dicho período sirve entonces de preámbulo a la posterior<br />

construcción y consolidación del Estado Cuartel y del asedio<br />

ciudadano en nuestro país.<br />

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MUNDO NUEVO. Caracas, Venezuela<br />

Año VI. N° 15. 2014, pp. 85-120<br />

José Raimundo Porras Pérez<br />

Teniente Coronel (Ej.) en situación de retiro<br />

josihs33@gmail.com<br />

EL GIRO IDEOLÓGICO DE LA FUERZA ARMADA<br />

NACIONAL BOLIVARIANA: LA CONCEPCIÓN<br />

MARXISTA-LENINISTA DE GUERRA<br />

REVOLUCIONARIA Y EL NUEVO PENSAMIENTO<br />

MILITAR VENEZOLANO<br />

Resumen: La orientación del texto que se verá a continuación pretende<br />

una aproximación diferente al giro ideológico de las fuerzas militares venezolanas,<br />

desde la perspectiva de la concepción de guerra revolucionaria<br />

enmarcada en el marxismo-leninismo y sus variantes teórico-militares,<br />

como lo son el maoísmo y el “foquismo”, así como su influencia en la construcción<br />

del nuevo pensamiento militar venezolano, cuyo planteamiento<br />

central es la adopción de una doctrina militar basada en la unión ejércitopueblo<br />

para la defensa integral de la nación.<br />

Palabras clave: historia militar, historia del pensamiento militar, relaciones<br />

civiles y militares, historia de Venezuela.<br />

The ideological shift of the Bolivarian National<br />

Armed Forces: the Marxist-Leninist conception<br />

of revolutionary war and the new Venezuelan<br />

military thinking<br />

Abstract: The orientation of the text will then seeks a different approach<br />

to the ideological change of Venezuelan military forces, from the perspective<br />

of conception of revolutionary war framed in the Marxism and<br />

the Leninism and its theoretical-military variants, and its influence on the<br />

construction of the new Venezuelan military thinking, whose central con-<br />

85


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

sideration is the adoption of a military doctrine based on the army-people<br />

union for the overall defense of the nation.<br />

Keywords: Military History, History of Military Thought, Civil-Military<br />

Relations, Venezuelan History.<br />

1. Introducción<br />

Todo Estado-nación requiere de la organización de fuerzas<br />

armadas para su defensa, ello sin distinción de su naturaleza<br />

teocrática, autoritaria, totalitaria, monárquica o democrática.<br />

Desde el siglo XIX el desarrollo de teorías de interpretación<br />

del rol de los ejércitos en la estructura social de las naciones,<br />

sumado a su peso específico en los sistemas políticos, llevó a<br />

que se le considere una ciencia social con su aparato crítico y<br />

epistemológico propio. En este sentido, la línea de investigación<br />

histórica de relaciones civiles-militares se define usualmente en<br />

términos del señalado “control civil” y es empleada como concepto<br />

marco para debatir el rol político de las instituciones militares,<br />

en abordajes que centran la discusión en la subordinación<br />

de las fuerzas armadas a las autoridades políticas 1 . El profesor<br />

Samuel Huntington identificó dos niveles en las relaciones civiles-militares:<br />

un nivel del poder y otro nivel de carácter ideológico.<br />

En esta última distinción reconoce como aspecto clave<br />

la compatibilidad entre la ética militar y las ideologías políticas<br />

prevalecientes en el resto de la sociedad.<br />

En el caso venezolano, considerar la interacción de las instituciones<br />

militares en el contexto estatal exclusivamente en términos<br />

de control civil, puede resultar insuficiente para analizar<br />

la inserción de las fuerzas armadas en el marco institucional<br />

del Estado. En el artículo titulado El aparato ideológico del<br />

1 El enfoque clásico al respecto fue propuesto hace ya más de cinco décadas<br />

por S. P. Huntington. Léase Samuel P. Huntington, El Soldado y el<br />

Estado, Buenos Aires: Biblioteca del Oficial, Círculo Militar, 1964, pp.<br />

118-123.<br />

86


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

golpismo chavista, el Doctor Luis Alberto Buttó identificó tres<br />

ejes transversales cuya confluencia dialéctica devino en los soportes<br />

filosóficos y programáticos a partir de los cuales se formuló<br />

la base doctrinal inspirativa de la acción de gobierno y<br />

transformación de la institucionalidad venezolana emprendida<br />

en febrero de 1999 y que continúa hasta nuestro presente. Dichos<br />

ejes ideológicos pueden renombrarse como sigue: fuerza<br />

armada-seguridad interna-desarrollo nacional; fuerza armadaélite<br />

gobernante; y, fuerza armada-pueblo-historia 2 .<br />

El pensamiento militar 3 responde a una fusión del conocimiento<br />

acumulado por siglos de la teoría de la guerra y las actividades<br />

conexas con la conducta concreta en el espacio y el tiempo<br />

para realizar las tareas de defensa en el entorno nacional e internacional.<br />

El desarrollo ideológico del eje fuerza armada-seguridad<br />

interna-desarrollo nacional se sustenta en paradigmas<br />

teóricos que han dado forma al nuevo pensamiento militar venezolano.<br />

El propósito del presente trabajo académico consiste<br />

en analizar las tendencias teórico-militares seguidas por el estamento<br />

castrense venezolano en la etapa comprendida entre los<br />

años 1998 y 2013, y apreciar el proceso de evolución e impacto<br />

del pensamiento militar marxista-leninista en la aparición del<br />

2 Para profundizar el tema véase Luis Alberto Buttó, “El aparato ideológico<br />

del golpismo chavista”, en El Incesto Republicano. Relaciones civiles<br />

y militares en Venezuela 1812-2012, Caracas: Editorial Nuevos Aires,<br />

2013, pp. 183-218.<br />

3 La doctrina militar británica ofrece una taxonomía útil que nos ayuda a<br />

entender los rasgos generales de la noción de pensamiento militar. Divide<br />

el poder de combate en tres componentes: el físico, que es el medio para<br />

consumar la lucha y conlleva el equipo, los soldados y la logística necesaria<br />

para apoyar el esfuerzo bélico; el componente moral, que es la voluntad<br />

de vencer y se trata de la motivación, el liderazgo y la cultura militar;<br />

y por último, el componente conceptual, que supone el cómo luchar bajo<br />

el dominio del pensamiento referido a los métodos, enfoques y los usos<br />

más amplios de pensamiento dentro y fuera del campo de batalla. El término<br />

“usos más amplios de pensamiento” incluye cualquier otro aspecto<br />

del proceso mental. Véase Jim Storr, The Human Face of War, London:<br />

Briminghan War Studies, 2009, p. 8.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

nuevo combatiente de orientación revolucionaria 4 en el seno de<br />

la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.<br />

2. El pensamiento militar marxista-leninista y la guerra<br />

revolucionaria<br />

Para entender el pensamiento militar marxista-leninista y la<br />

noción de guerra revolucionaria es necesario remontarnos a<br />

las ideas de Federico Engels, quien se erigió, en cooperación<br />

intelectual con Karl Marx, como uno de los más influyentes<br />

pensadores del socialismo científico, el comunismo, la teoría<br />

de la lucha de clases, la concepción materialista de la historia,<br />

y como un conspicuo teórico militar de su tiempo; en este último<br />

aspecto, el filósofo prusiano apreció que todas las grandes<br />

revoluciones no eran el resultado de grandes maestros de la<br />

guerra, sino de invenciones en mejores armas y cambios en el<br />

material; por ende, el poder militar se basaba en las armas y en<br />

el equipamiento militar cuya calidad dependía de la condición<br />

del desarrollo de lo que él y otros marxistas llamaron “fuerzas<br />

de producción” 5 .<br />

Karl Marx sentó las bases sobre las cuales descansan los ejes<br />

de la acción política de los movimientos revolucionarios. Pero<br />

Vladimir Lenin desarrolló las premisas marxistas construyen-<br />

4 Según Amos Perlmutter, el soldado revolucionario se considera a sí<br />

mismo como un instrumento de la sociedad en correspondencia con su<br />

condición de defensor del orden revolucionario. Perlmutter aclara que la<br />

intervención del soldado revolucionario es para apoyar a la revolución; él<br />

se ve a sí mismo como constructor e innovador de estructuras, se dedica<br />

a la movilización militar de las masas. Entre sus primeros actos se destacan<br />

los intentos para destruir las viejas estructuras militares del régimen<br />

anterior. Véase Amos Perlmutter, Lo militar y lo político en el mundo<br />

moderno, Madrid: Ediciones Ejército, 1982, pp. 280-287.<br />

5 La concepción tradicional de la historia situaba en primer plano las hazañas<br />

de los personajes ilustres, sin embargo, el marxismo hace hincapié<br />

en la vida material de las sociedades y las fuerzas productivas que están<br />

necesariamente en conexión con un tipo determinado de relaciones entre<br />

los hombres en la producción de bienes necesarios para su subsistencia.<br />

Ver Friedrich Engels, La Guerra Campesina en Alemania, La Habana:<br />

Editorial de Ciencias Sociales, 1974.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

do una metodología de la insurrección. En la teoría leninista se<br />

interrelacionan estrechamente la insurrección y la guerra; como<br />

parte de sus preceptos, una revolución popular verdaderamente<br />

profunda<br />

es un proceso increíblemente complicado y doloroso, de<br />

muerte del viejo orden social y nacimiento del nuevo orden<br />

social, del estilo de vida de decenas de millones de hombres.<br />

La revolución es la lucha de clases y la guerra civil más aguda,<br />

más furiosa, más encarnizada. No ha tenido lugar en la<br />

historia ni una sola gran revolución sin guerra civil 6 .<br />

En su obra de crítica militar, El rol de la violencia en la historia,<br />

Federico Engels llegó a establecer las máximas que constituyeron<br />

las bases de la revolución cuyo accionar condujo al<br />

derrocamiento del régimen zarista en Rusia. Para el filósofo<br />

prusiano “el ejército, verdadero vencedor, se coloca a la cabeza,<br />

apoyado sobre la clase de donde proviene en su mayor parte, los<br />

pequeños campesinos”; y el otro paradigma es que “en política,<br />

sólo hay dos potencias decisivas: la fuerza organizada del Estado,<br />

el Ejército, y la fuerza no organizada, la fuerza elemental de<br />

las masas populares” 7 .<br />

Una vez logrado el triunfo de la Revolución Rusa en 1917, sus<br />

principales líderes: Vladímir Ilich Lenin y Lev Davídovich<br />

Bronstein –mejor conocido como León Trotsky– mantuvieron<br />

como soporte defensivo del nuevo régimen a la Guardia Roja,<br />

estructura constituida por soldados y obreros, liderados por sargentos<br />

que actuaban como brazo armado del bolchevismo 8 . La<br />

Guardia Roja no se organizaba como un ejército regular, su formación<br />

era de una milicia voluntaria; además, sus integrantes<br />

6 Ver el artículo de Vladimir Ilich Lenin, “¿Podrán los Bolcheviques retener<br />

el poder?”, en Obras Completas. Setiembre a noviembre de 1917,<br />

Madrid: AKAL Editor, Tomo 27, 1976, pp. 212-216.<br />

7 Friedrich Engels, The role of force in history: a study of Bismarck’s policy<br />

of blood and iron, New York: International Publishers, 1969, p. 62.<br />

8 La Guardia Roja tenía por misión “proteger la revolución” y “mostrar<br />

resistencia a las fuerzas reaccionarias”. Ver Richard Pipes, La Révolution<br />

russe, Paris: Presses Universitaires de France, 1993, p. 383.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

no poseían jerarquías ni reglamentos orgánicos para su funcionamiento,<br />

disciplina e instrucción 9 .<br />

Los teóricos militares marxistas-leninistas entendían que la<br />

guerra se basaba esencialmente en principios científicos 10 . La<br />

predilección de Vladimir Lenin por los fundamentos de la dialéctica<br />

materialista del objetivismo, las regularidades en la naturaleza<br />

de la sociedad y las posibilidades del conocimiento,<br />

influyeron fuertemente en el desarrollo de la teoría militar soviética<br />

posterior a 1917. Los puntos de vista filosóficos de Lenin<br />

eran compatibles con las inclinaciones objetivas de los estados<br />

mayores zaristas antes de la Guerra Civil Rusa, y sus métodos<br />

científicos en materia castrense apuntaban hacia el desarrollo<br />

de la previsión militar. De hecho, oficiales ex zaristas como<br />

Vladimir Triandafillov y Mikhail Tujachevski surgieron como<br />

defensores de la teoría leninista, que trató de unificar la relación<br />

de principios marxistas con la ciencia militar soviética en plena<br />

formación en las décadas de 1920 y 1930 11 .<br />

Con la consumación de la Guerra Civil Rusa en 1918, los mandos<br />

bolcheviques apreciaron la necesidad de sustituir a la Guardia<br />

Roja por una fuerza militar permanente. El Consejo de Comisa-<br />

9 La “Guardia Roja” estaba basada en soldados de filiación comunista que<br />

se habían negado a obedecer a sus oficiales, por lo que dicho cuerpo rechazaba<br />

cualquier señal de disciplina castrense.<br />

10 “La conducción de la guerra es en gran medida una ciencia y no un<br />

arte”. Tal apreciación no se limitó a los intérpretes marxistas de las teorías<br />

de Clausewitz y Jomini. El general británico J.F.C. Fuller también<br />

fue un firme creyente en que la conducción de la guerra es en gran medida<br />

una ciencia. En su libro Fundamentos de la Ciencia de la Guerra,<br />

Fuller asentó que se puede establecer un método científico para el estudio<br />

de la guerra, entonces con frecuencia seremos capaces de predecir<br />

eventos futuros basados en sucesos pasados, y así extraer la naturaleza<br />

y los requerimientos de la próxima guerra, posiblemente años antes de<br />

que esta se produzca. Ver Colonel J.F.C. Fuller, The Foundations of the<br />

Science of War, Fort Leavenworth: The Command and General Staff<br />

College, 1993, p. 38.<br />

11 Jacob W. Kipp, From Foresight to Forecasting: The Russian and Soviet<br />

Military Experience, College Station Tx, Texas A&M University, Center<br />

for Strategic Technology, 1987, p. 82.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

rios del Pueblo creó el Ejército Rojo mediante un Decreto el 28<br />

de enero de 1918; Lev Trotsky, quien fue nombrado Comisario<br />

de Guerra 12 por el Comité Central del Partido Bolchevique, presentó<br />

ante el Comité Central Ejecutivo pan-ruso de los soviets<br />

los fundamentos para la construcción de un ejército regular. En<br />

su discurso publicado bajo el título El Ejército Rojo, Trotsky<br />

sintetizó los principales lineamientos que debía seguir el ejército<br />

para cumplir con el objetivo de la defensa de Rusia: instrucción<br />

general obligatoria, creación de cuadros militares de entre<br />

las filas de los combatientes, y la utilización de especialistas<br />

militares con oficiales y suboficiales del ejército zarista. Para<br />

Trotsky “El proletariado está obligado a tomar a su servicio a<br />

aquellos que han servido a las otras clases. Esto vale también, y<br />

por entero, en cuanto a los especialistas militares” 13 .<br />

El Ejército Rojo fue adoctrinado ideológicamente desde el<br />

primer día de su creación, pues se consideró esencial que la<br />

nueva fuerza militar estuviese identificada políticamente con<br />

el régimen bolchevique para poder sustentarlo en la realidad.<br />

A fin de garantizar la lealtad de los ex militares zaristas y<br />

de obligar a los distintos elementos del nuevo Ejército Rojo a<br />

unirse, fueron introducidos los comisionados militares –después<br />

llamados “comisarios políticos”– 14 . Todas las ramas de la<br />

12 El antiguo ministerio de Guerra y Marina fue rebautizado formalmente<br />

con el nombre de Comisariato del Pueblo para la Guerra.<br />

13 Véase el capítulo “El Ejército Rojo. Discurso en la sesión del Comité<br />

Central Ejecutivo, 22 de abril de 1918”, en León Trotsky, Escritos Militares.<br />

Disponible en: https://www.marxists.org/espanol/trotsky/em/05.htm<br />

(Consultado el 14 de agosto de 2014).<br />

14 Véase el capítulo “The Red Army 1918-1939”, en David M. Glantz; Jonathan<br />

Mallory House, When Titans clashed: how the Red Army stopped<br />

Hitler, Kansas: University Press of Kansas, 1995. La contradicción de<br />

un ejército revolucionario comandado, en su mayor parte, por ex oficiales<br />

zaristas llevó a la creación de una nueva institución: los Comisarios<br />

Militares. La figura del Comisario Militar fue tomada de la Revolución<br />

Francesa. En Rusia, la organización de esta institución fue el Buró de<br />

Comisarios Militares de toda Rusia, luego Sección Política del Consejo<br />

Militar Revolucionario, en abril de 1919, que recibió el nombre de Administración<br />

Política del Ejército Rojo.<br />

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esfera militar se estructuraron alrededor del mando compuesto<br />

generalmente de dos miembros: un especialista con conocimientos<br />

y capacidad adecuados a sus funciones y un comisario<br />

político fiel a la revolución y al socialismo. La responsabilidad<br />

por las cuestiones puramente militares, operacionales y del<br />

combate era absolutamente del especialista militar, quien tenía<br />

la última palabra. El comisario político era un militante<br />

fogueado del Partido Comunista, tenía la función de vigilar<br />

las decisiones y los actos del especialista para evitar que fueran<br />

en contra de la revolución.<br />

Para Lenin, una vez tomado el poder, los militares del nuevo<br />

Estado debían responder al partido y subordinarse a sus proyectos.<br />

En este sentido la subordinación es total y no hay posibilidad<br />

de autonomía o de proyectos propios de las élites militares.<br />

Esta obediencia se lograba mediante el control que ejercían los<br />

“comisarios políticos”. En el seno de los ejércitos, para crear<br />

“células comunistas”; en cada unidad militar, para establecer<br />

una cohesión ideológica y una disciplina consciente en la oficialidad<br />

y los soldados 15 .<br />

Tras la derrota decisiva sobre las fuerzas del general Piotr<br />

Nikoláievich Wrangel y la finalización de la guerra civil a fines<br />

de 1920, el gobierno comunista de Lenin tomó la decisión<br />

de proceder a la desmovilización de las tropas basado<br />

no solo en la perspectiva de que se entraba en un período de<br />

construcción pacífica, sino también en la imperiosa necesidad<br />

de recuperación económica. La política combinaba una<br />

reducción del tamaño del ejército regular con la elevación de<br />

su nivel de instrucción y técnico, así como la instauración, en<br />

algunas localidades, de milicias territoriales que pudieran ser<br />

llamadas al combate si la situación lo exigía. Por lo tanto, el<br />

período iniciado en 1921 fue uno de desmovilización y reorganización<br />

militar. Bajo el telón de fondo anterior se discutieron<br />

importantes cuestiones militares, en el X Congreso partidario<br />

15 Ver el decreto “En la esfera militar”, en las resoluciones del VIII Congreso<br />

del Partido Bolchevique, en Vladimir I. Lenin, Obras Militares<br />

Escogidas, México: Ed. El Caballito, 1973, pp. 733-734.<br />

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de marzo de 1921, alrededor de las milicias, el mando único y<br />

la doctrina militar 16 .<br />

Surgieron tres posiciones que podemos esquematizar de la siguiente<br />

manera: Nikolái Ilich Podvoiski bregaba por un traspaso<br />

total y completo hacia un sistema de milicias territoriales,<br />

aferrándose al programa histórico socialista; Ivar Tenisovich<br />

Smilga se manifestaba por el mantenimiento del ejército regular<br />

argumentando que el traspaso al sistema de milicias minaría<br />

la base proletaria del ejército, y también, como lo había hecho<br />

en otras ocasiones, se declaró en contra de mantener a los comisarios<br />

políticos; la posición de Mikhail Frunze se centró en una<br />

“doctrina militar unificada” que manifestase el carácter proletario<br />

en todos los aspectos militares 17 , visión que se impondría<br />

a la postre como definitoria del pensamiento militar soviético.<br />

Es necesario resaltar que la aparición de la doctrina soviética<br />

se inscribe en la corriente intelectual que intentó sistematizar la<br />

experiencia de la Primera Guerra Mundial con objeto de identificar<br />

unos criterios básicos que hicieran posible alcanzar la<br />

victoria en cualquier circunstancia. A lo largo de los años veinte<br />

y treinta se desarrolló en toda Europa un intenso debate sobre<br />

la necesidad o no de disponer de un instrumento de esas características.<br />

Frente a los doctrinarios entusiastas, otros teóricos<br />

militares abogaban por la permanente adaptación a las circunstancias<br />

(terreno, enemigo, medios) y aventuraban que la imposición<br />

de criterios rígidos derivaría en que los mandos militares<br />

aplicaran mecánicamente unos procedimientos preestablecidos<br />

que, quizá, no fueran los más adecuados a las condiciones reales<br />

del momento y lugar 18 .<br />

16 Michael J. Deane, Political control of the Soviet armed forces, London:<br />

Macdonald and Jane’s, 1977, p. 26.<br />

17 Mark Von Hagen, School of the revolution: Bolsheviks and peasants in<br />

the Red Army, 1918-1928, vol. I, California: Stanford University, 1984,<br />

pp. 135-136.<br />

18 Véase Charles de Gaulle, Le fil de l’épée, París: Berger-Levrault, 1973,<br />

pp. 95-123.<br />

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En la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se enfrentaron<br />

dos escuelas de pensamiento basadas en principios similares<br />

a los expuestos en el párrafo anterior, y el debate entre ellas<br />

alcanzó su punto culminante durante la conferencia de delegados<br />

militares en el XI Congreso del Partido Comunista Ruso,<br />

en abril de 1922, poco después de terminar la guerra civil. El<br />

entonces Comisario del Pueblo para Asuntos Militares y Navales,<br />

Lev Trotski, se opuso a la elaboración de una doctrina y<br />

se mostró partidario de que los militares se concentraran en la<br />

resolución de problemas prácticos. En contraposición, Mikhail<br />

Frunze constataba que:<br />

La doctrina militar única consiste en las enseñanzas adoptadas<br />

en un Estado concreto que establecen el tipo de organización<br />

de las fuerzas armadas del país, los métodos de<br />

instrucción de las tropas y su mando, sobre la base de la visión<br />

dominante en el Estado acerca del carácter de los problemas<br />

militares que debe afrontar y de las formas de resolverlos,<br />

las cuales se derivan de la esencia clasista del Estado y están<br />

condicionadas por el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas<br />

del país 19 .<br />

De acuerdo a los lineamientos de resolución de “problemas<br />

militares” expuestos por el general Frunze, el régimen bolchevique<br />

creó un sistema militar que reflejase el espíritu revolucionario,<br />

pero con la combinación de métodos de combate de<br />

la insurrección en masa y los destacamentos guerrilleros con<br />

nuevos procedimientos acordes con los adelantos técnicos de<br />

la época. La reforma militar en el Ejército Rojo se basó en las<br />

enormes reservas de mano de obra del país; así, el programa<br />

soviético para desarrollar la industria pesada, que se inició en<br />

1929, también elevó los estándares técnicos de las industrias de<br />

armas soviéticas al nivel de otras naciones europeas. Una vez<br />

19 Véase Andrei Afanasievich Kokoshin, “Edinaja Vojennaja Doktrina”, en<br />

Nezavisimoje Vojennoje Obozrenije, (14-11-1997), pp. 1-5, citado por José<br />

Miguel Palacios; Paloma Arana, Doctrina militar rusa: herencia soviética,<br />

realidades postsoviéticas, perspectiva europea, en Revista CIDOB<br />

D’AFERS INTERNACIONALS, núm. 59, 2002, pp. 81-103.<br />

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que esto se logró, los comunistas volvieron su atención a resolver<br />

el problema de la movilidad operativa militar 20 .<br />

El debate de la movilidad operativa de la maquinaria bélica<br />

soviética quedó resuelto en el desarrollo de la teoría de la batalla<br />

profunda elaborada por los generales Alexander Svechin,<br />

Mikhail Frunze y Mikhail Tujachevski, quienes propusieron<br />

que la batalla en profundidad debía abarcar la maniobra de<br />

múltiples formaciones de magnitud cuerpo de ejército de manera<br />

simultánea sobre un mismo frente. Aquel dispositivo estaba<br />

destinado a la victoria en un cúmulo de operaciones múltiples,<br />

que podrían llevarse a cabo de forma paralela o sucesiva. Cada<br />

operación serviría para desviar la atención del enemigo y mantener<br />

al defensor tratando de predecir la ubicación del esfuerzo<br />

principal y el objetivo de las fuerzas soviéticas. La incertidumbre<br />

que creaba este dispositivo evitaba que el enemigo pudiese<br />

mover poderosas reservas a cualquier área. El Ejército Rojo<br />

podía entonces invadir vastas regiones antes de que el defensor<br />

pudiese recuperarse 21 . La praxis de esta concepción de combate<br />

estaba acorde con la formulación del empleo de grandes masas<br />

de combatientes –según el enfoque marxista– y una abrumadora<br />

disponibilidad de ingentes cantidades de equipos y material<br />

bélico –visión engeliana de la guerra.<br />

La probabilidad de guerra en Europa aumentó a finales de la<br />

década de 1930 y el plan quinquenal de Iósif Stalin triplicó los<br />

gastos militares y dobló el tamaño de las fuerzas armadas para<br />

estar a la altura de sus potenciales enemigos. Las purgas estalinistas<br />

de 1937-38 pusieron de manifiesto la pérdida masiva de<br />

valiosos profesionales militares, hecho que afectó severamente<br />

la capacidad operativa del Ejército Rojo en la guerra contra Finlandia,<br />

y a principios de la Segunda Guerra Mundial.<br />

20 Richard W. Harrison, The Russian Way of War: Operational Art 1904-<br />

1940, Kansas: University Press of Kansas, 2001. pp. 4-5.<br />

21 Robert Watt, Feeling the Full Force of a Four Point Offensive: Re-Interpreting<br />

The Red Army’s 1944 Belorussian and L’vov-Przemyl Operations,<br />

London: The Journal of Slavic Military Studies, Routledge Taylor<br />

& Francis Group, 2008, pp. 673-674.<br />

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En 1942, los debilitados ejércitos de las potencias del eje<br />

(Alemania, Imperio de Japón y el Reino de Italia) apuntaron<br />

su esfuerzo principal en dirección al Cáucaso y al río Volga.<br />

Aquella ofensiva perdió el ímpetu del combate y permitió a las<br />

fuerzas soviéticas recuperar la iniciativa siguiendo la teoría de la<br />

batalla profunda de Frunze-Tujachevski con una contraofensiva<br />

sobre las extendidas líneas enemigas. Con la destrucción de<br />

las Wehrmacht en Stalingrado y en Kursk, el Ejército Rojo<br />

recuperó la iniciativa estratégica y la mantuvo durante el resto<br />

de la guerra. En mayo de 1945 el Ejército Rojo lanzó el asalto<br />

final en Berlín que supuso el fin de la Segunda Guerra Mundial<br />

en Europa 22 .<br />

3. Maoísmo y foquismo: variantes de la aplicación de la<br />

teoría de la guerra revolucionaria<br />

La Primera Guerra Mundial tuvo importantes repercusiones<br />

ideológicas en la formación del nacionalismo en vastas regiones<br />

de Asia. En la tradición de la lucha contra el imperialismo<br />

de la Revolución Rusa de 1917, Mao Tse-Tung se erigió como el<br />

exponente más representativo de las ideas marxistas en la China.<br />

En su artículo titulado “Sobre la dictadura de la democracia<br />

popular”, Mao Tse-Tung afirmó que:<br />

Las salvas de la Revolución de Octubre nos trajeron el Marxismo-Leninismo.<br />

La Revolución de Octubre ayudó a las<br />

fuerzas progresistas de la China, así como a las de la tierra<br />

entera, a adoptar la concepción proletaria del mundo como el<br />

instrumento para estudiar el destino de su país y para reconsiderar<br />

sus propios problemas. Seguir el camino de los rusos:<br />

tal fue la conclusión 23 .<br />

22 La última apreciación sobre la “Gran Guerra Patria” de los soviéticos<br />

corresponde al profesor Chris Bellamy, en su obra Guerra absoluta, libro<br />

necesario para conocer el desarrollo del combate terrestre más grande y<br />

costoso en términos materiales y humanos de la historia de la humanidad.<br />

Ver Chris Bellamy, Guerra absoluta, Barcelona: Ediciones B, 2011.<br />

23 Mao Tse-Tung, Obras Escogidas, Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras,<br />

vol. IV, 1961, p. 413.<br />

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Aunque la revolución Rusa constituyó su pilar teórico fundamental,<br />

Mao Tse-Tung adaptó los preceptos del marxismo-leninismo<br />

a la práctica concreta de la Revolución China. Según el revolucionario<br />

asiático: “La teoría de Marx, Engels, Lenin y Stalin es una<br />

teoría universalmente aplicable” 24 . Así, Mao desarrolló la teoría<br />

militar marxista-leninista adaptándola a las condiciones de lucha<br />

en China, a partir de una doctrina militar integral que conecta la<br />

ideología política con la estrategia militar 25 .<br />

Para el maoísmo, el poder nace del fusil y el campesinado puede<br />

ser movilizado para participar en la guerra popular de la lucha armada<br />

a través de una guerra de guerrillas en tres fases. La etapa<br />

de la estrategia defensiva guerrillera, que corresponde a la movilización<br />

del campesinado y al establecimiento de la organización.<br />

La segunda es la etapa del equilibrio estratégico, con el establecimiento<br />

de bases rurales y el incremento de la coordinación entre<br />

las guerrillas. A esto le sigue una última fase de transición a una<br />

guerra convencional. En el plano logístico, el maoísmo se centra<br />

en la movilización masiva revolucionaria con industrias independientes<br />

creadas a lo largo del país. La organización militar de<br />

las masas y el poder económico son necesarios para defender las<br />

áreas en poder de la revolución de los ataques exteriores 26 .<br />

Para Mao “La guerra revolucionaria es una empresa del<br />

pueblo” 27 . Así se explica que quien compromete sus esfuerzos es<br />

el pueblo que participa activamente en la lucha, siendo de suma<br />

importancia la movilización de las masas, armar al pueblo y or-<br />

24 Ibíd., London: Lawrence y Wishart, vol. II, 1954, p. 259.<br />

25 La concepción de la Guerra Revolucionaria de Mao Tse-Tung tiene sus<br />

fundamentos prácticos en las diferentes experiencias bélicas entre 1927<br />

y 1945, primeramente por la disputa por el poder contra el Kuomintang<br />

(Partido Nacionalista Chino), con un período (entre 1937 y 1945) en que,<br />

aliado a sus anteriores y posteriores enemigos, enfrentó una guerra de<br />

liberación nacional contra Japón.<br />

26 Postulados desarrollados ampliamente en los “Problemas estratégicos de<br />

la guerra de guerrillas contra el Japón”, en Obras Escogidas, Pekín: Ediciones<br />

en Lenguas Extranjeras, 1976.<br />

27 Mao Tse-Tung, Seis escritos militares del Presidente, Pekín: Ediciones en<br />

Lenguas Extranjeras, 1972, p. 20.<br />

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ganizarlo en cuerpos de autodefensa y guerrillas 28 ; además, se<br />

puede inferir que el pueblo puede actuar también como apoyo<br />

logístico propio y denegárselo al enemigo, así como en labores<br />

de espionaje a las fuerzas enemigas. Pero ello debe estar en concordancia<br />

con las instrucciones emanadas por la dirección del<br />

Partido Comunista; para ello, asigna al ejército, no solo la misión<br />

de combatir a las fuerzas enemigas, sino también de hacer<br />

propaganda entre las masas populares, armarlas y organizarlas<br />

para guerrillas locales. En la Guerra Revolucionaria Agraria,<br />

que se prolongaba desde 1927, Mao Tse-Tung establecía que:<br />

En esta Guerra, el enemigo no es sólo el imperialismo, sino<br />

también la alianza de la gran burguesía y los grandes terratenientes.<br />

La burguesía nacional se ha convertido en un<br />

apéndice de la gran burguesía. Esta Guerra Revolucionaria<br />

la dirige sólo el Partido Comunista, que ya tiene establecida<br />

su hegemonía absoluta en ella. Esta hegemonía absoluta<br />

del Partido Comunista es la condición más importante para<br />

conducir firmemente y hasta el fin la guerra revolucionaria.<br />

Sin esta hegemonía absoluta del Partido Comunista, sería inconcebible<br />

que la guerra revolucionaria pudiera hacerse con<br />

tal perseverancia. El Partido Comunista de China ha dirigido<br />

valiente y resueltamente la guerra revolucionaria de China.<br />

Durante quince largos años ha demostrado a todo el pueblo<br />

chino que es su amigo y que lucha siempre en la primera línea<br />

de la guerra revolucionaria, en defensa de los intereses del<br />

pueblo y por su libertad y su emancipación 29 .<br />

De esta manera la dirección de la guerra tenía al Partido Comunista<br />

Chino como organismo superior. La dirección del partido<br />

era la que establecía los objetivos de la campaña a las fuerzas<br />

militares 30 . En consecuencia, la concepción maoísta de la guerra<br />

revolucionaria exige de los dirigentes del Partido Comunista un<br />

28 Mao Tse-Tung, Obras Escogidas, Tomo II, p. 98.<br />

29 Ibíd., Tomo I, pp. 208, 209.<br />

30 Lo anterior exigió que los dirigentes del partido debían tener preparación<br />

en el arte militar; la conducción de la guerra no correspondía solo a las<br />

acciones militares, sino a la política del partido de la que la componente<br />

militar era solo un órgano más de maniobra.<br />

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amplio conocimiento de la estrategia militar, así como una perfecta<br />

compenetración con las masas populares, para dirigir de<br />

mejor forma la guerra revolucionaria hasta alcanzar el poder 31 .<br />

John Shy y Thomas Collier consideran que la doctrina de guerra<br />

revolucionaria más desarrollada fue la elaborada por Mao<br />

Tse-Tung, en China, y seguida con éxito por Ho Chi Minh y<br />

Vo Nguyen Giap en Vietnam 32 . Las grandes victorias militares<br />

obtenidas en ambos casos parecen avalar la estrategia revolucionaria<br />

de Mao. Ante todo, la guerra revolucionaria se basa en<br />

la construcción de bases político-militares en el campesinado 33 ,<br />

a partir de las cuales se apoya el esfuerzo de guerra. Para el<br />

31 Una constante en el desarrollo y aplicación de la teoría de la guerra revolucionaria<br />

es que los partidos comunistas han direccionado a sus fuerzas<br />

castrenses en el marxismo-leninismo, para garantizar el carácter proletario<br />

y popular de sus fuerzas armadas. Ello podría explicar por qué en<br />

países gobernados por partidos comunistas no hubo ni hay posibilidad de<br />

“golpe de Estado”. Ni en la Unión Soviética en todo su periodo de vida<br />

como Estado (1917-1990), ni en los países de Europa del Este en el periodo<br />

de vigencia de los regímenes comunistas (1945 a 1990), ni en China,<br />

o en los países del llamado tercer mundo gobernados por regímenes<br />

comunistas o estatistas el golpe de Estado es un mecanismo de cambio<br />

político. En América Latina el régimen político más cercano al marxismo-leninismo<br />

se da en Cuba. Nunca ha habido una amenaza de golpe de<br />

Estado contra Fidel Castro, entre otras razones porque el jefe de las fuerzas<br />

armadas es su hermano, pero tampoco hubo alguna amenaza de oficiales<br />

que cuestionaran seriamente la conducción del ejército por Raúl Castro, o<br />

del país por parte del Partido Comunista de Cuba. Véase Raúl Benítez<br />

Manaut, Las relaciones civiles-militares en una democracia: releyendo a<br />

los clásicos, Revista Fuerzas Armadas y Sociedad, Año 19, Nº 1, 2005, pp.<br />

153-168.<br />

32 John Shy; Thomas W. Collier, “Revolutionary War”, en Makers of modern<br />

strategy from Machiavelli to the nuclear age, Princeton, NJ: Princeton<br />

University Press, 1986, p. 822.<br />

33 Mao apreció que el modelo marxista de la revolución del proletariado no<br />

era aplicable a China, porque esta era una sociedad agraria con un sector<br />

industrial débil, por lo que se volvió hacia los campesinos, en lugar de a<br />

las ciudades y los trabajadores, en busca del principal apoyo para la revolución.<br />

Así delegó el papel revolucionario a los campesinos, en desmedro<br />

del proletariado urbano, que en China representaba un porcentaje menor<br />

de la población.<br />

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triunfo revolucionario debían ser decisivas variables como la<br />

solidaridad familiar y la cooperación comunitaria, así como<br />

la presencia de enemigos extranjeros en el territorio, pues la capacidad<br />

de la nación para soportar los rigores de una prolongada<br />

guerra revolucionaria depende del grado de cohesión social<br />

y de la identidad nacional.<br />

Mientras el pensamiento occidental buscaba victorias rápidas<br />

que se materializaban mediante la ocupación del territorio adversario,<br />

para Mao tiempo y terreno eran armas y no fines en<br />

sí. A través de un conflicto prolongado se podía asediar al enemigo<br />

tanto física como políticamente. En mayo de 1928, los<br />

teóricos maoístas ya habían elaborado los principios básicos de<br />

la guerra de guerrillas, principios rudimentarios pero adecuados<br />

a las condiciones de aquel tiempo. Se expresaban en esta<br />

fórmula: cuando el enemigo avanza, retrocedemos; cuando<br />

acampa, lo hostigamos; cuando se fatiga, lo atacamos; cuando<br />

se retira, lo perseguimos 34 .<br />

El maoísmo logró su máxima expresión en Indochina, bajo<br />

la dirección política de Ho Chi Minh y militar de Vo Nguyen<br />

Giap; el camarada Ho tuvo mucho cuidado de aplicar la máxima<br />

maoísta de primero consolidar una base política mediante la<br />

concientización de sus seguidores, antes de iniciar la fase militar.<br />

Los norteamericanos, en su afán de impedir el establecimiento<br />

comunista en Vietnam, desafiaron a Ho y Giap, quienes<br />

aplicaron la misma estrategia aplicada por Mao en China, un<br />

conflicto prolongado, una guerra revolucionaria contra un enemigo<br />

impulsivo e impaciente, que al final tuvo que retirarse derrotado,<br />

porque no realizó el primer acto que según Clausewitz<br />

debe hacer un gobernante al enfrentar un conflicto: entender la<br />

guerra en que está involucrándose.<br />

34 Estos principios militares fueron aprobados por el Comité Central antes<br />

de la línea de Li Li-san. Durante la lucha en la primera campaña de<br />

“cerco y aniquilamiento” en la base de apoyo de Chiangsí, se planteó el<br />

principio de “atraer al enemigo para que penetre profundamente”, y se<br />

puso en práctica con éxito. Ver Mao Tse-Tung, Obras Escogidas, Tomo I,<br />

1961, pp. 230-231.<br />

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Las fuerzas comunistas de Vietnam se componían de dos tipos<br />

de unidades: el ejército convencional y las unidades guerrilleras.<br />

A las primeras se les asignaba la misión de aniquilar las fuerzas<br />

del enemigo (Estados Unidos, República de Vietnam y demás<br />

aliados) privándolo de su capacidad de resistencia; y si era posible,<br />

debían también atraer a los soldados de las Fuerzas Armadas<br />

de la República de Vietnam hacia las fuerzas propias a través<br />

del adoctrinamiento. La acción del ejército regular requería de<br />

un mando centralizado que ejecutaría la guerra de movimientos,<br />

según las instrucciones del Partido Comunista. Las unidades de<br />

guerrilla se organizaban por fuerzas campesinas, de carácter regional,<br />

territorial o local, fuerzas regulares destacadas a tal efecto<br />

y fuerzas con entrenamiento propiamente guerrillero 35 .<br />

El accionar de aquellas unidades estaría destinado a la retaguardia<br />

enemiga, a través de acciones de hostigamiento al ejército<br />

adversario. De esta manera, si la campaña se encontrase en una<br />

etapa de franca defensiva estratégica inicial, o en la ofensiva estratégica<br />

final, el mayor peso de las operaciones lo llevarán las<br />

fuerzas regulares; y si se encontrase en una etapa de equilibrio<br />

o inestabilidad, el peso principal será absorbido por las guerrillas.<br />

Ello sin desmerecer que el peso principal, en términos<br />

generales, lo tendrán las fuerzas regulares. Así se estructuró la<br />

base de elaboración estratégica de utilizar el campesinado para<br />

rodear las ciudades y finalmente tomarlas; camino estratégico a<br />

través de una guerra prolongada, diseño que significó un aporte<br />

de particular importancia para la guerra revolucionaria.<br />

La estrategia política de la guerrilla vietnamita consistía en socavar<br />

la cohesión del aparato estatal impidiendo la consolidación de<br />

instituciones estables que emanasen del poder al que combatían.<br />

Sus blancos preferidos eran los mejores y los peores funcionarios<br />

públicos; atacaban a los primeros para impedir un servicio nacional<br />

eficaz y dañar la legitimidad del gobierno, y a los segundos<br />

para ganarse la simpatía popular. Son de interés las palabras que<br />

35 Para profundizar el tema véase el capítulo “Hombres, armas y tácticas”,<br />

en James R. Arnold, Ofensiva del Tet 1968. Momento decisivo en Vietnam,<br />

Madrid: Ediciones del Prado, 1994, pp. 15-35.<br />

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Kissinger dedicaba a la labor de los insurgentes en la guerra de<br />

Vietnam porque son aplicables a cualquier modelo de fuerzas armadas<br />

de carácter revolucionario: “En la pugna entre la creación<br />

de una nación y el caos, entre la democracia y la represión, los<br />

guerrilleros disfrutaban de una ventaja enorme” 36 .<br />

Otra variante de la guerra revolucionaria ha sido expuesta por<br />

Ernesto Guevara de La Serna en su texto La guerra de guerrillas.<br />

Guevara postuló tres aportes fundamentales de la revolución<br />

cubana a la mecánica de los movimientos revolucionarios<br />

en América, a saber: primeramente, las faenas populares pueden<br />

ganar una guerra contra el ejército; de seguidas, no siempre<br />

hay que esperar a que se den todas las condiciones para<br />

la revolución ya que el foco insurreccional puede crearlas, y<br />

por último, en la América subdesarrollada el terreno de la lucha<br />

armada debe ser fundamentalmente el campo –concepción<br />

maoísta de la guerra revolucionaria–. Para Guevara un pequeño<br />

foco que iniciara acciones típicas de la guerra de guerrillas podría<br />

lograr con relativa rapidez que la revolución se expandiera,<br />

obteniendo así el levantamiento de las masas y el derrocamiento<br />

del régimen.<br />

En la concepción guevarista se le asigna importancia al pueblo<br />

para el desempeño en la lucha, pero más como un ente filosófico<br />

que como un actor real. El pueblo es el grupo que se pretende<br />

liberar, pero dada la condición casi conspirativa de la guerrilla,<br />

esta solo debe entrar en contacto con este, en su condición<br />

de guerrilla, una vez que ha logrado victorias que le permitan<br />

abandonar su carácter conspirativo y la hagan atractiva a los<br />

campesinos. Al igual que Mao Tse-Tung, plantea la necesidad<br />

de que la guerrilla se transforme en un ejército convencional,<br />

pero al desarrollar la idea, el ejército “convencional” que plantea<br />

es un conjunto de organizaciones guerrilleras de mayor tamaño<br />

y con mando central, sin perder jamás la característica de<br />

guerrilla 37 .<br />

36 Henry Kissinger, Diplomacia, Barcelona: Ediciones B, 1996, p. 684.<br />

37 Ernesto “Che” Guevara, Obras 1957-1967, La Habana: Colección Nuestra<br />

América, Casa de las Américas, 1970, pp. 129, 130.<br />

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A diferencia de los postulados marxistas-leninistas y maoístas,<br />

la concepción guevarista de la guerra no reconoce en sus escritos<br />

la dirección política de algún partido o movimiento sobre<br />

la guerrilla. La teoría del foco guerrillero se puso en práctica,<br />

en manos del propio Ernesto Guevara, por primera vez en el<br />

Congo: la particular ubicación de la ex colonia Belga en el continente<br />

africano (en el centro y poseyendo amplias fronteras)<br />

le resultaba a Ernesto Guevara más que ideal, dadas las condiciones<br />

que ofrecía, para transformar al convulsionado país<br />

africano en el eje desde donde un movimiento revolucionario<br />

panafricano se difundiría por todo el Continente. Ganada África<br />

para el socialismo, el efecto centrífugo de la revolución la<br />

difundiría paulatinamente por todo el mundo 38 . Un segundo ensayo<br />

lo efectuó en Bolivia entre 1966 y 1967. Ninguno de los<br />

intentos tuvo éxito; el segundo de ellos finalizó con la captura<br />

y muerte de Ernesto Guevara en la pequeña localidad de La<br />

Higuera en territorio boliviano.<br />

En la actualidad la revolución cubana pone en práctica la “guerra<br />

de todo el pueblo” como un sistema integral que contempla poner<br />

a disposición de la defensa todos los recursos nacionales en<br />

tiempo de guerra. En él están integrados el Partido Comunista, el<br />

gobierno y las organizaciones de masas a través de los Consejos<br />

de Defensa en todos los niveles, desde el nacional hasta el municipio<br />

y la zona de defensa, que es su célula de base. El sistema no<br />

solo tiene en cuenta las actividades propiamente militares, sino<br />

el paso de la economía y la vida de tiempo de paz a tiempo de<br />

guerra. Agrupa por igual a las tropas regulares, a las formaciones<br />

especiales y a las unidades de las Milicias de Tropas Territoria-<br />

38 El 16 de febrero de 1965 arribó a Dar El Salaam, donde se reunió con<br />

varios líderes africanos, quienes habían solicitado el apoyo de Cuba.<br />

Algunos de esos dirigentes, entre ellos Laurent Kabila, pretendieron la<br />

formación de grupos guerrilleros africanos en Cuba, a lo que Guevara se<br />

negó de plano, insistiendo en que el entrenamiento de esos grupos de insurgentes<br />

debía realizarse en el mismo territorio africano. Ver Fernando<br />

Pallestrina, Che Guevara, El gran revolucionario, Buenos Aires: Ediciones<br />

Lea, 2012, p. 13.<br />

103


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

les, cuyo mando es centralizado, pero posee una gran flexibilidad<br />

operativa y táctica 39 .<br />

Como estrategia militar preponderante, prevalece la guerra<br />

popular prolongada según el modelo teórico-militar sino-vietnamita<br />

o la guerra de todo el pueblo, conforme a la doctrina<br />

cubana, en la cual tropas especiales, unidades irregulares y la<br />

“topografía” de las ciudades juegan un papel central, junto con<br />

una alta movilidad y el vector tiempo que refleja el patrón de una<br />

guerra de desgaste prolongada, tal como se observa actualmente<br />

en las guerras urbanas en el triángulo sunnita en Irak 40 .<br />

4. El nuevo pensamiento militar venezolano y el giro<br />

ideológico de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana<br />

Con el arribo del presidente Hugo Rafael Chávez al poder político<br />

y la aprobación de una diversidad de marcos legales en<br />

materia castrense, se produjo un cambio sustancial en cuanto<br />

a la situación y rol de las fuerzas armadas con respecto al pensamiento<br />

militar. El ataque terrorista del 11 de septiembre de<br />

2001 a las torres gemelas en Nueva York y al pentágono ha sustentado<br />

la idea rectora de la guerra preventiva en el estamento<br />

castrense estadounidense como premisa básica en la lucha contra<br />

el terrorismo global. Según el general Alberto Müller Rojas<br />

dichos ataques sirvieron de:<br />

excusa para una metamorfosis de la política exterior estadounidense<br />

que busca el establecimiento de un imperio global<br />

orientado por el pensamiento neoliberal; transformación que<br />

genera una tensión extrema en las relaciones entre Washington<br />

y Caracas, que entre otras consecuencias produce una<br />

profundización en la conflictividad colombo-venezolana y la<br />

39 Ángel Guerra Cabrera, Cuba: la guerra de todo el pueblo, 16 de diciembre de<br />

2004. Disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2004/12/16/028a1mun.<br />

php (Consultado el 22 de agosto de 2014).<br />

40 Véase el artículo “La doctrina militar cubana y las lecciones de Irak y Sarajevo”,<br />

en Heinz Dieterich, La Integración Militar del Bloque Regional<br />

de Poder Latinoamericano, Caracas: Instituto Municipal de Publicaciones<br />

Alcaldía de Caracas, p. 120.<br />

104


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

conformación de una quinta columna doméstica que incorpora<br />

los sectores desplazados del poder por el nuevo sistema<br />

político 41 .<br />

En la tradición de lucha contra un enemigo imperial pregonado<br />

por casi todas las revoluciones de origen marxista en el siglo XX,<br />

el proceso revolucionario bolivariano enmarcó a los Estados Unidos<br />

de América, la República de Colombia y una quinta columna<br />

doméstica como las “amenazas de seguridad contra Venezuela”.<br />

Según Müller, Washington “propugna la unipolaridad dentro<br />

de un esquema imperial, contra un movimiento integrador de<br />

grandes espacios, tendente a conformar un orden internacional<br />

multipo1ar” 42 . De manera que el actual gobierno venezolano se<br />

visualiza como enfrentado a los Estados Unidos por dos razones<br />

centrales: “por su fomento de un orden internacional multipolar<br />

y por el interés estadounidense de controlar el petróleo venezolano.<br />

En ese contexto argumental, el gobierno venezolano suele<br />

denunciar los planes estadounidenses para invadir a Venezuela<br />

en analogía con lo sucedido en Irak en 2003” 43 .<br />

Bajo la premisa anterior, la evolución de las condiciones políticas<br />

en el ámbito internacional y doméstico ha sido la fuente de<br />

orientación de una novel tendencia de conducción de la guerra y<br />

es lo que imprime cambios en el ejercicio de la profesionalidad<br />

castrense en Venezuela. En este sentido, el general Müller –quien<br />

se desempeñó como miembro del Estado Mayor presidencial–,<br />

afirmó que “frente a nuevos desafíos las operaciones militares<br />

41 Alberto Müller Rojas, “Nuevo pensamiento militar venezolano”, en Revista<br />

Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, núm. 2, vol. 12, 2006,<br />

pp. 133-136.<br />

42 Las opiniones de Alberto Müller Rojas pueden apreciarse en Alejandro<br />

Rebolledo, “Tenemos el escenario para la guerra asimétrica”, El Mundo,<br />

Caracas, 09 de febrero de 2005; y en Elizabeth Núñez, “Nuevo pensamiento<br />

militar trae consigo una ofensiva ideológica radical”, El Nacional.<br />

Caracas, 21 de agosto de 2005.<br />

43 BBC Mundo: Hugo Chávez habla con la BBC. 23 de octubre de<br />

2005. Disponible en: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_4369000/4369306.stm<br />

(Consultado el 18 de septiembre de<br />

2014).<br />

105


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

clásicas resultan insuficientes. De allí la necesidad de incorporar<br />

nuevos conceptos y nociones que posibiliten enfrentar con éxito,<br />

desde el punto de vista militar, las nuevas realidades” 44 .<br />

Para entender los “nuevos conceptos y nociones” expresados<br />

por el general Müller debemos buscar sus raíces en torno al<br />

fortalecimiento del binomio fuerza armada nacional-pueblo<br />

mediante un proceso de amalgamado enmarcado en la noción<br />

de defensa integral, elemento básico en la construcción de la<br />

potencia decisiva de la fuerza organizada del Estado, representada<br />

en el ejército; y la no organizada, representada en las<br />

masas populares 45 . Así, la nueva concepción en materia militar<br />

se materializó inicialmente en la Ley Orgánica de Seguridad<br />

de la Nación 46 , de manera que la “defensa integral” se definió<br />

como las acciones que coordina y ejecuta el Estado con<br />

participación de instituciones públicas y privadas, y personas<br />

naturales y jurídicas, nacionales o extranjeras, “con el objeto<br />

de salvaguardar la independencia, la libertad, la democracia,<br />

la soberanía, la integridad territorial y el desarrollo integral de<br />

la Nación” 47 .<br />

La cobertura de la defensa integral incluiría el territorio y demás<br />

espacios geográficos de la República, así como los ciudadanos y<br />

ciudadanas, y los extranjeros que se encuentren en él; y también<br />

los venezolanos y venezolanas, y los bienes fuera del ámbito nacional<br />

pertenecientes a la República. Se establece en el artículo<br />

4° de dicho instrumento jurídico que la seguridad de la Nación<br />

está fundamentada en el desarrollo integral, definido este como:<br />

la ejecución de planes, programas, proyectos y procesos continuos<br />

de actividades y labores que, acordes con la política<br />

general del Estado y en concordancia con el ordenamiento<br />

jurídico vigente, se realicen con la finalidad de satisfacer las<br />

44 Ídem.<br />

45 Vid supra, p. 3.<br />

46 Ley Orgánica de Seguridad de la Nación publicada en Gaceta Oficial N°<br />

37.594 del 18 de diciembre de 2002.<br />

47 Ídem.<br />

106


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

necesidades individuales y colectivas de la población, en los<br />

ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental<br />

y militar 48 .<br />

En el año 2003, la Secretaría General del Consejo de Defensa<br />

Nacional 49 redactó un proyecto de Concepto Estratégico de la<br />

Nación, documento base para la planificación estratégica nacional<br />

en materia de seguridad, desarrollo y defensa integral, que<br />

parte del fundamento doctrinario, jurídico y político contenido<br />

en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; en<br />

el cual se establece la dirección estratégica de la Nación para la<br />

formulación de lineamientos generales, políticas y estrategias, a<br />

objeto de promover el desarrollo integral y reducir, neutralizar<br />

o eliminar sus amenazas, con el fin de salvaguardar y garantizar<br />

los intereses y objetivos nacionales. En lo militar, el escrito<br />

propugna el fortalecimiento cuantitativo y cualitativo del sector<br />

castrense; y en lo internacional, favorece un entendido como<br />

modelo cooperativo de defensa resultado de una nueva situación<br />

de seguridad regional y hemisférica 50 .<br />

En el transcurso del año 2004 fue elaborado el Concepto Estratégico<br />

de Defensa Integral de la Nación. En dicho documento se<br />

esbozaron las amenazas y riesgos que pueden afectar al Estado<br />

venezolano como<br />

las presiones sistemáticas de algunas superpotencias, la pobreza,<br />

la desnacionalización, el terrorismo, la corrupción, la<br />

problemática limítrofe-fronteriza, el problema de las drogas<br />

ilícitas, la inmigración ilegal, la minería ilegal, los ilícitos<br />

informáticos, la pesca ilegal, la legitimación de capitales, la<br />

incursión de grupos subversivos, el secuestro, la extorsión, el<br />

48 Ídem.<br />

49 Según el artículo 323 de la Constitución de la República Bolivariana de<br />

Venezuela, el Consejo de Defensa de la Nación es el máximo organismo<br />

de consulta para el asesoramiento y planificación de todos los asuntos<br />

relacionados con la defensa integral del país y le corresponde establecer<br />

el concepto estratégico de la Nación.<br />

50 Domingo Irwin e Ingrid Micett, Caudillos, militares y poder: una historia<br />

del pretorianismo en Venezuela, Caracas: Universidad Católica Andrés<br />

Bello, 2008, p. 271.<br />

107


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

deterioro ambiental, el abigeato, la piratería, la delincuencia<br />

común en la zona fronteriza, la delincuencia organizada, la<br />

inseguridad jurídica y la inseguridad personal, entre otras 51 .<br />

El documento “Concepto Estratégico Militar de la Fuerza Armada<br />

Nacional”, elaborado por el Estado Mayor Conjunto del<br />

Ministerio de la Defensa, afirma por su parte que la Seguridad<br />

de la Nación venezolana se caracterizará por:<br />

Una fundamentación doctrinal de empleo propia y actualizada<br />

constantemente para hacer frente a las diferentes modalidades<br />

en la concepción del conflicto moderno y futuro, así<br />

como ante la presencia de situaciones asimétricas, siempre<br />

apoyada en el fortalecimiento y aplicación de la Doctrina de<br />

Acción Conjunta y Combinada 52 .<br />

El 24 de junio de 2004, el general en jefe Raúl Isaías Baduel,<br />

Comandante del Ejército para la fecha, expresó en el discurso<br />

con motivo del aniversario 183 de la Batalla de Carabobo, su<br />

visión de las amenazas que confrontaría Venezuela:<br />

Guerra de cuarta generación, desestabilizar al país con<br />

operaciones previas destinadas a destruir el Estado-nación;<br />

el golpe de Estado, es decir, la subversión; acciones<br />

de grupos separatistas promovidas por organizaciones<br />

políticas trasnacionales llamadas depredadores corporativos;<br />

el conflicto regional, como extensión de conflictos<br />

internos de países vecinos en el marco de la aplicación<br />

de planes de ayuda militar bajo el pretexto del supuesto<br />

apoyo de nuestro país a factores generadores de violencia;<br />

intervención militar al estilo de las coaliciones<br />

que han intervenido en diferentes países del mundo bajo<br />

el mandato de la Organización de Estados Americanos,<br />

51 Venezuela-SECODENA. Concepto Estratégico de Defensa Integral de<br />

la Nación. Disponible en: http://www.armada.mil.ve/comgear/conceptos/<br />

concepto_defensa_integral.doc (octubre 2005).<br />

52 Venezuela-Ministerio de la Defensa. Concepto Estratégico Militar de<br />

la Fuerza Armada Nacional. Disponible en: http://www.armada.mil.<br />

ve/comgear/conceptos/concepto_estrategico_militar.doc (noviembre<br />

2005).<br />

108


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

de la Organización de las Naciones Unidas o, lo que es peor,<br />

con prescindencia de este mandato 53 .<br />

La nueva concepción de seguridad debía ser considerada como<br />

un elemento de la Revolución Bolivariana, en la tarea de “profundizar<br />

y acelerar la conformación de la nueva estrategia militar<br />

nacional”, definida por el presidente Hugo Chávez como<br />

uno de los diez objetivos estratégicos para lo que el mandatario<br />

denominó la “Nueva Etapa” o fase antiimperialista de la Revolución,<br />

que se inició a partir del referendo revocatorio del 15 de<br />

agosto del 2004 y de las elecciones regionales de noviembre.<br />

Los diez objetivos estratégicos tienen la función de dejar atrás<br />

una etapa, para avanzar en la creación de una “nueva institucionalidad<br />

del aparato del Estado” y seguir impulsando el “nuevo<br />

sistema multipolar internacional” 54 .<br />

En línea con la concepción de la fase antiimperialista de la revolución<br />

bolivariana, el general en jefe Raúl Isaías Baduel consideró<br />

en sus discursos los postulados expresados en la obra<br />

Guerra del Pueblo, Ejército del Pueblo, del general Vo Nguyen<br />

Giap, triunfante líder militar ante el imperialismo francés<br />

y estadounidense. Siguiendo los fundamentos del general Giap,<br />

al privar al agresor del “centro de gravedad” de su ataque, reducido<br />

a la destrucción física del ejército convencional, se le<br />

priva de la posibilidad de una batalla decisiva y de una victoria<br />

rápida, obligándolo así a una guerra popular prolongada, en la<br />

cual no podrá prevalecer 55 .<br />

Los días 12 y 13 de noviembre de 2004 se celebró, en el teatro de<br />

la Academia Militar en Caracas, un encuentro del Presidente<br />

53 “Baduel llama al Ejército a revisar potenciales amenazas”, en Radio Nacional<br />

de Venezuela, 25 de junio de 2004. Disponible en: http://www. mv.gov.<br />

ve/movil/post.php?p=24846 (Consultado el 12 septiembre de 2014).<br />

54 Fuerza Armada Nacional Bolivariana: Nuevo pensamiento militar venezolano<br />

(Material de Apoyo). Disponible en: http://www.edugn.mil.ve/documentaciones/materias/pensamientomilitarvenezolano.pdf<br />

(Consultado<br />

el 22 de septiembre de 2014).<br />

55 Vo Nguyen Giap, general: Guerra del pueblo, ejército del pueblo, México:<br />

Serie Popular Era, 1971, pp. 34-35.<br />

109


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

de la República con la alta dirigencia política y gubernamental,<br />

civil y militar del oficialismo. De esas jornadas surgieron dos<br />

textos que expresan las orientaciones estratégicas que el régimen<br />

venezolano asumió a partir de entones: el documento El<br />

Nuevo Mapa Estratégico y el escrito preparado por la asesora<br />

Marta Harnecker sobre las exposiciones realizadas por el presidente<br />

Chávez durante las jornadas, publicado bajo el título:<br />

Taller de Alto Nivel. El Nuevo Mapa Estratégico 56 .<br />

El gobierno venezolano estimó que sería objeto de “agresiones”<br />

por parte de Estados Unidos, por lo cual, en El Nuevo Mapa Estratégico,<br />

reveló como respuesta militar, ante una posible invasión,<br />

la utilización de “todas las estrategias posibles, desde una<br />

estrategia de defensa móvil frente al gigante hasta el ataque”.<br />

Entre los objetivos específicos que el gobierno del presidente<br />

Chávez enunció para el área militar se encuentran:<br />

consolidar el nuevo pensamiento militar venezolano; fomentar<br />

los estudios y la investigación sobre estrategia nacional<br />

e internacional; desarrollar la reserva militar; reestructurar<br />

la organización militar, de acuerdo con la Constitución<br />

bolivariana y desarrollar la industria militar y naval.<br />

En diciembre de 2004, el gobierno venezolano anunció la constitución<br />

de una comisión cívico militar de pensadores, historiadores<br />

y soldados encargada de articular el nuevo pensamiento<br />

militar venezolano, el cual debería quedar plasmado en un manual<br />

que entraría en vigencia en julio del 2005. Se adelantaba<br />

que tendría un enfoque ideológico antiimperialista 57 . Según el<br />

líder revolucionario Mao Tse-Tung, la capacidad de una nación<br />

para soportar los rigores de una prolongada guerra revoluciona-<br />

56 Venezuela. Ministerio de Comunicación e Información. Taller de Alto<br />

Nivel “El Nuevo Mapa Estratégico”, Caracas, 2004. Disponible en: www.<br />

minci.gov.ve/El_nuevo_mapa_estrategico.pdf (Consultado el 12 de septiembre<br />

de 2014).<br />

57 El Nacional y El Universal del 28 de diciembre de 2004. Citado por Edgar<br />

C. Otálvora, en Aproximación a la Agenda de Seguridad de Venezuela con<br />

Brasil, Documento de Trabajo, Instituto Latinoamericano de Investigaciones<br />

sociales, Diciembre, 2005. Disponible en: http://library.fes.de/pdf-files/<br />

bueros/caracas/03834.pdf (Consultado el 27 de agosto del 2014).<br />

110


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

ria dependía de la identidad nacional; siguiendo los postulados<br />

maoístas, el jefe de Estado venezolano expresó que las bases<br />

del nuevo pensamiento militar debían buscarse en los escritos y<br />

actos militares venezolanos del siglo XIX, en referencia a Francisco<br />

de Miranda, Simón Bolívar, José Antonio Páez, Antonio<br />

José de Sucre y Ezequiel Zamora, mencionando además el papel<br />

de los accidentes geográficos en una estrategia de defensa<br />

ante una invasión extranjera. De igual manera, se ha referido<br />

en reiteradas ocasiones a la potencial confrontación con los Estados<br />

Unidos, ante lo cual debe el sector militar preparar los<br />

planes de operaciones para una guerra asimétrica 58 .<br />

Para los autores del nuevo pensamiento militar venezolano son<br />

identificadas dos amenazas externas: una acción militar directa<br />

de los Estados Unidos; o una expansión de la acción de ese país<br />

sobre Venezuela desde Colombia 59 . Frente a la acción directa de<br />

los Estados Unidos –enfrentamiento asimétrico directo–, tiempo<br />

y terreno son variables que deben tomarse en cuenta para la<br />

destrucción moral del enemigo –concepción maoísta de la guerra–;<br />

siguiendo dicho postulado, el nuevo pensamiento militar<br />

establece el uso del esquema de la guerra prolongada, basado<br />

en la combinación de la resistencia popular y el uso de acciones<br />

convencionales. En el caso de Venezuela sería una “resistencia<br />

organizada y unificada”. La estrategia de defensa no sería enteramente<br />

una guerra de guerrillas, ya que los teóricos plantean<br />

que las “fuerzas armadas no se disolverían” 60 .<br />

58 Venezuela-Ministerio de Relaciones Exteriores. Aló Presidente N° 225 del<br />

12 de junio de 2005. Disponible en: http://www.mre.gov.ve/Noticias/Presidente-Chavez/A2005/alo-225.htm<br />

(Consultado el 27 de agosto de 2014).<br />

59 Entrevista al general Melvin López Hidalgo, Secretario General del Consejo<br />

de Defensa Nacional. Ver El Nacional, Caracas, 29 de enero, 2005. Citado<br />

por Edgar C. Otálvora, en Aproximación a la Agenda de Seguridad de Venezuela<br />

con Brasil, Documento de Trabajo, Instituto Latinoamericano de<br />

Investigaciones sociales, Diciembre, 2005. Disponible en: http://library.fes.<br />

de/pdf-files/bueros/caracas/03834.pdf (Consultado el 27 de agosto del 2014).<br />

60 Véase extractos de entrevistas al general Alberto Müller. Disponible<br />

en: http://segured.com/2005/venezuela-redimensiona-su-pensamientomilitar/<br />

(Consultado el 28 de agosto de 2014).<br />

111


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Con la entrada en vigencia la Ley Orgánica de la Fuerza Armada<br />

Nacional 61 se establece la preservación o restitución del<br />

orden público interno a discreción del Presidente de la República,<br />

sin declaración previa de estado de excepción y sin control<br />

legislativo; elemento de orden vital para el combate de la<br />

“quinta columna”. Además de las funciones de asegurar el dominio<br />

territorial y la defensa ante cualquier potencial invasor,<br />

se incorpora en la legislación el concepto de resistencia ante<br />

fuerzas militares invasoras. La noción de resistencia adquiere<br />

relevancia estratégica, al ser concebida como una acción espontánea<br />

realizada, con medios de lucha elementales, por una<br />

población que rechaza a un invasor militar mientras se busca la<br />

protección de los escasos medios convencionales de lucha, bajo<br />

la cobertura de unidades de reserva organizadas, mediante su<br />

dispersión y ocultamiento, aprovechando las condiciones que<br />

ofrece la geografía del país, que en este caso pasa a ser un instrumento<br />

de la acción militar 62 .<br />

La nueva doctrina nace como respuesta a la amenaza militar<br />

estadounidense y, como tal, refleja los rasgos estructurales de<br />

toda doctrina de guerra de defensa, diseñada para disuadir o<br />

derrotar a un agresor numéricamente y tecnológicamente muy<br />

superior. La concepción de la Defensa Integral de la Nación es,<br />

por lo tanto, hija sui generis de la misma partera de la historia<br />

que engendró las teorías militares sobre la guerra popular prolongada<br />

de Mao Tse Tung y Ho Chi Minh / Vo Nguyen Giap en<br />

Asia, y la guerra de todo el pueblo en Cuba 63 .<br />

61 Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, Gaceta Oficial Nº 38.280<br />

del 26 de septiembre de 2005. Disponible en: http://www.tsj.gov.ve/gaceta/Septiembre/260905/260905-38280-02.html<br />

(Consultado el 12 de septiembre<br />

de 2014).<br />

62 Alberto Müller Rojas, Nuevo pensamiento militar venezolano... p. 136.<br />

63 Heinz Dieterich, “Nace la Doctrina Militar de la Revolución Venezolana”,<br />

Revista Rebelión, 17 de diciembre del 2004. Disponible en: http://<br />

www.rebelion.org/noticia.php?id=8980 (Consultado el 16 de agosto del<br />

2014).<br />

112


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Contra la acción directa de una potencia vecina –Colombia–<br />

o ante la hipótesis de acciones de quintas columnas nacionales,<br />

serían utilizadas tácticas y estrategias convencionales 64 . La<br />

respuesta a esas amenazas fue la organización de una reserva<br />

popular 65 de un millón de personas. Dicha reserva militar, ha<br />

tenido un carácter de defensa estratégica del país. Estaría integrada<br />

por un millón de personas y su máximo comandante será<br />

el propio Presidente de la República, y conformada para la guerra<br />

de cuarta generación o asimétrica en el uso de armamento<br />

y en lo que sea necesario para defender el país de una posible<br />

invasión de los Estados Unidos 66 .<br />

Siguiendo la concepción marxista-leninista de la guerra, se creó<br />

el sistema de milicias territoriales apegadas al programa histórico<br />

socialista bajo la designación de Milicia Bolivariana, como<br />

un Cuerpo Especial, organizado por el Estado venezolano para<br />

materializar el principio de corresponsabilidad 67 para la ejecución<br />

de la defensa integral de la Nación. Según el artículo 44<br />

de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional, la Milicia<br />

Bolivariana tiene como misión:<br />

entrenar, preparar y organizar al pueblo para la defensa integral<br />

con el fin de complementar el nivel de apresto operacional<br />

de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, contribuir al<br />

mantenimiento del orden interno, seguridad, defensa y desarrollo<br />

integral de la Nación, con el propósito de coadyuvar a<br />

64 Ver nota 52 supra.<br />

65 El Comando General de la Reserva Nacional y Movilización Nacional<br />

fue creado en fecha 02 de abril de 2005 por Decreto Nº 3.567.<br />

66 Entrevista hecha al general Melvin López Hidalgo, responsable de la formación<br />

de la Reserva Popular, publicada por el diario venezolano de circulación<br />

nacional Últimas Noticias, del 22 de marzo de 2005. Citado por Olafo<br />

Montalbán, en “Venezuela Bolivariana se prepara ante una posible invasión<br />

o agresión por parte de una potencia militar”. Disponible en: http: //www.<br />

aporrea.org/ideologia/a13089.html (Consultado el 15 de agosto de 2014).<br />

67 La seguridad y defensa de la nación se fundamentan en la corresponsabilidad<br />

entre el Estado y la sociedad civil, bajo el precepto de la Defensa<br />

Integral de la Nación como un sistema conformado por el nivel nacional,<br />

el estadal y el municipal.<br />

113


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

la independencia, soberanía e integridad del espacio geográfico<br />

de la Nación 68 .<br />

El Comandante de dicho componente “le responderá de sus actos<br />

y omisiones directamente al Presidente de la República” 69 . Igualmente<br />

fue creado un órgano denominado Guardia Territorial, el<br />

cual tiene como misión “la preparación y mantenimiento del pueblo<br />

organizado para operaciones de resistencia local, ante cualquier<br />

agresión interna y/o externa, así como la participación en misiones<br />

especiales de defensa y desarrollo integral de la Nación”. La cifra<br />

de reservistas y miembros de la Guardia Territorial sumarían<br />

400.000 a finales del mes de octubre 70 .<br />

Los lineamientos estratégicos de la Milicia Bolivariana estipulan<br />

que la milicia territorial 71 se emplea principalmente en la lucha armada;<br />

y los cuerpos combatientes se emplean principalmente en la<br />

producción y en la defensa integral de su lugar de trabajo o de residencia.<br />

Las unidades de Milicia Territorial se dividen, según sus<br />

misiones, en milicias de empleo general, como unidades móviles<br />

que actúan principalmente en acciones de desgaste en el territorio<br />

de un estado o de varios municipios; de empleo territorial, que actúan<br />

principalmente para defender ciudades y otros objetivos importantes;<br />

y de empleo local, unidades que actúan principalmente<br />

68 Véase la Reforma Parcial de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional,<br />

de fecha 26 de septiembre de 2005.<br />

69 Venezuela-Presidencia de la República. Decreto Nº 3.560 del 02 de abril<br />

de 2005, Gaceta Oficial Nº 338.084 del 04 de abril de 2005. Disponible<br />

en: http://www.tsj.gov.ve/gaceta/Abril/040405/040405-38158-02.html<br />

(Consultado el 15 de agosto de 2014).<br />

70 El Mundo, Caracas, 27 de Octubre de 2005. Citado por Edgar C. Otálvora,<br />

en Aproximación a la Agenda de Seguridad de Venezuela con Brasil,<br />

Documento de Trabajo, Instituto Latinoamericano de Investigaciones<br />

sociales, Diciembre, 2005. Disponible en: http://library.fes.de/pdf-files/<br />

bueros/caracas/03834.pdf (Consultado el 27 de agosto del 2014).<br />

71 La milicia es organizada esencialmente en batallones, compañías y patrullas<br />

de infantería con la composición de acuerdo a las circunstancias.<br />

La Milicia Territorial, además, puede tener formaciones especiales, que<br />

son organizaciones civiles (de ingeniería, comunicaciones, transporte,<br />

etc.) que, en su integralidad o con modificaciones menores, pueden ser<br />

empleadas para brindar apoyo de servicio de combate.<br />

114


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

para proteger objetivos políticos, económicos y de otra índole en<br />

una localidad, e incluso para el control del orden interno 72 .<br />

La estructuración legal de la Milicia Bolivariana debía dar paso<br />

a diversos ejercicios de entrenamiento para alcanzar el grado<br />

de operatividad y cumplir con su misión establecida en la ley<br />

orgánica. Se han conformado las unidades de defensa popular<br />

para la ejecución del adiestramiento. El dirigente político<br />

Rafael Cabrices afirmó que ante la insuficiencia tecnológica y<br />

militar ante Estados Unidos se debía convertir la confrontación<br />

en una guerra de guerrillas interna para resguardar el territorio,<br />

tomando como referentes por su “forma de lucha a Mao<br />

Tse-Tung. Vietnam e Irak” 73 . En junio del año 2005, efectivos<br />

del Ejército realizaron el ejercicio de armas combinadas “Huracán<br />

01-2005”, en el estado Cojedes, con el propósito de evaluar<br />

“los niveles de apresto operacional” ante un posible escenario<br />

de Guerra Asimétrica. La actuación de las fuerzas consistió en<br />

acciones del país azul en la zona fronteriza para enfrentar una<br />

invasión por parte del país rojo 74 . Bajo el nombre de Armada<br />

Bolivariana 2005, la armada cumplió un ejercicio de defensa integral,<br />

que consistió en una simulación de desembarco de tropas<br />

enemigas, las cuales serían repelidas por reservistas y guardias<br />

territoriales junto a la Infantería de Marina 75 .<br />

72 Armada Bolivariana de Venezuela, Comando Naval de Educación, Dirección<br />

de Doctrina: Programa de lecturas selectas-lectura selecta Nº 27<br />

Tema: Concepto De Empleo. Disponible en: http://www.armada.mil.ve/<br />

portal/biblioteca/documentos/lecturas_selectas/concepto_II.pdf (Consultado<br />

el 10 de septiembre de 2014).<br />

73 Francisco Olivares, “Defensa Endógena”, en El Universal.com, Caracas,<br />

13 de marzo de 2005. Disponible en: http://archivo.eluniversal.<br />

com/2005/03/13/pol_art_13161A.shtml (Consultado el 11 de agosto de<br />

2014).<br />

74 María Daniela Espinoza, “1.200 hombres se entrenaron para la guerra<br />

asimétrica”, en El Universal.com, Caracas, 12 de junio de 2005. Disponible<br />

en: http://www.eluniversal.com/2005/06/12/imp_pol_art_12192A<br />

(Consultado el 14 de agosto de 2014).<br />

75 Horacio Benitez, “¿Guerra asimétrica o guerra de todo el pueblo? Parte<br />

final”, en Aporrea, 07/06/2005. Disponible en: http://www.aporrea.org/<br />

actualidad/a14623.html (Consultado el 14 de agosto del 2014).<br />

115


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Para concretar la respuesta de masas populares a los problemas<br />

de la Defensa Integral de la Nación se ha hecho necesario<br />

un proceso de reequipamiento militar. En esta materia, las<br />

compras de armas a la Federación Rusa y la República Popular<br />

China evidencian los lineamientos de carácter eminentemente<br />

político, consistente con las transformaciones doctrinarias y<br />

la ruptura del comercio de equipos bélicos con aquellos países<br />

que son evaluados como potenciales amenazas asimétricas<br />

–Estados Unidos de América e Israel, principalmente–. En junio<br />

de 2005, Venezuela adquirió 100.000 fusiles de asalto Kalashnikov<br />

AK-103 de la Federación Rusa en una transacción por<br />

valor de $54 millones.<br />

En la actualidad Venezuela es el único país de América Latina<br />

que aparece entre las 20 naciones que más adquirieron<br />

equipamiento bélico entre los años 2008-2012. Durante el año<br />

2012 Venezuela importó armamento por una cantidad de $643<br />

millones, 6,8% más que lo gastado un año antes, cuando pagó<br />

$602 millones por las armas adquiridas en 2011. El 63,7% de<br />

las armas compradas en 2013 fueron adquiridas a Rusia ($410<br />

millones de dólares), 17,8% a China y un 8,5% a España. De lo<br />

gastado en 2012, 37,7% ($240 millones) fue usado para adquirir<br />

vehículos armados, 17,8% ($115 millones) en aviones y 14,6%<br />

($94 millones) en sistemas de defensa aérea. El resto se reparte<br />

entre misiles, sensores y barcos 76 .<br />

El 3 de septiembre de 2010 se creó la Universidad Militar<br />

Bolivariana de Venezuela por decreto presidencial N° 7.662, inspirada<br />

en el ideal “bolivariano”, “robinsoniano” y “zamorano”,<br />

concebida como un espacio para el fortalecimiento de la investigación<br />

a través de la producción del conocimiento e innovación<br />

para la seguridad, defensa y desarrollo integral de la Nación. La<br />

Universidad Militar ha establecido “lineamientos organizacio-<br />

76 Rafael Uzcátegui, “Venezuela lidera compra de armas en América Latina”,<br />

en El Mundo, Caracas, 24 de abril de 2013. Disponible en: http://<br />

www.elmundo.com.ve/noticias/economia/politicas-publicas/venezuelalidera-compra-de-armas-en-america-latina.aspx#ixzz3DuzV86B4<br />

(Consultado<br />

el 08 de septiembre de 2014).<br />

116


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

nales, culturales, estratégicos, tácticos e históricos que muestren<br />

el carácter de nuestra Fuerza Armada hoy, como pivote central<br />

del proceso bolivariano en todos los órdenes de la sociedad”. La<br />

producción del pensamiento militar en los claustros académicos<br />

debe alinearse en un pensamiento reflexivo de la política<br />

como responsabilidad ante la sociedad, los venezolanos y la<br />

seguridad integral de la Nación. Fundamentado en la Defensa<br />

Integral de la Nación se implementa una nueva doctrina<br />

militar autóctona y anti-imperialista, además de asumir los<br />

presupuestos de la guerra popular prolongada como base para<br />

el desarrollo de la misma 77 .<br />

Los alféreces y cadetes de las academias militares del Ejército,<br />

Armada, Guardia Nacional, Técnica Militar y Aviación Militar<br />

Bolivariana se han preparado en ejercicios de defensa territorial<br />

integral desarrollados en conjunto con la Milicia Bolivariana, y<br />

enmarcado dentro del período de campo y maniobra conjunta<br />

PAO 2014. Estos entrenamientos obedecen al fortalecimiento<br />

cívico-militar y a la ejecución de una operación estratégica de<br />

resistencia, con la finalidad de alcanzar las competencias en<br />

materia de guerra popular prolongada y del empleo de la milicia<br />

bolivariana en un ambiente de conflicto 78 .<br />

La praxis de la educación militar en la revolución bolivariana<br />

ha estado acorde con la formación de un profesional de las armas,<br />

de orientación revolucionaria, que sirva como defensor del<br />

proceso de cambios para destruir las viejas estructuras militares<br />

del régimen anterior y que se dedique a la movilización militar<br />

de las masas. Los perfiles que deben poseer los oficiales en<br />

las distintas academias militares los definen como profesionales<br />

77 Marialsira González Rivas; Víctor Córdova Cañas, “Universidad Militar<br />

Bolivariana de Venezuela y su contribución al pensamiento Militar Venezolano”,<br />

Revista Columnata, N° 3, septiembre de 2011, pp. 120-121.<br />

78 Ptte. Claudia D. Mendoza Becerra, Cadetes de la AMAB inician ejercicio<br />

de Defensa Territorial Integral, 29 de mayo de 2014. Disponible en:<br />

http://200.109.228.11/amavb/index.php?option=com_content&view=ar<br />

ticle&id=179:cadetes-de-la-amab-inician-ejercicio-de-defensa-territorial-integral&catid=80&Itemid=475<br />

(Consultado el 21 de septiembre<br />

de 2014).<br />

117


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

universitarios, con un potencial que garantice la Seguridad y<br />

Defensa de la Nación, en acción conjunta para la guerra convencional<br />

y guerra de resistencia de acuerdo al Nuevo Pensamiento<br />

Militar Venezolano. Su formación profesional es fundamentada<br />

en valores ideológicos revolucionarios, bolivarianos, socialistas<br />

y antiimperialistas que garantizan la defensa de la Patria ante<br />

cualquier intento de agresión nacional e internacional 79 .<br />

La formulación de la guerra revolucionaria ha establecido –salvo<br />

pocas excepciones– que los militares deben responder al<br />

Partido Comunista y subordinarse a sus proyectos, eliminando<br />

la posibilidad de autonomía de las élites militares. Subordinación<br />

que se ha realizado mediante el control de los comisarios<br />

políticos, en el seno de las instituciones castrenses, a fin de establecer<br />

una cohesión ideológica. Los partidos comunistas dirigieron<br />

la guerra revolucionaria en China y Vietnam. En el caso<br />

venezolano se presenta una situación atípica en el esquema de<br />

guerra revolucionaria a implantarse en el nuevo pensamiento<br />

militar. La Carta Magna de Venezuela establece en su artículo<br />

328 que la “Fuerza Armada Nacional constituye una institución<br />

esencialmente profesional, sin militancia política (...) al servicio<br />

exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o<br />

parcialidad política alguna”. Igualmente, en el artículo 330 se<br />

establece que los integrantes de la Fuerza Armada Nacional en<br />

situación de actividad no les está permitido participar en actos<br />

de propaganda, militancia o proselitismo político.<br />

La dirección del proyecto político del presidente Hugo Chávez<br />

y los altos mandos militares se han autodenominado como chavistas,<br />

revolucionarios, socialistas y antiimperialistas; igualmente<br />

se ha autorizado la participación política del estamento<br />

castrense en situación de actividad; para ello, la Sala Constitucional<br />

del Tribunal Supremo de Justicia sentenció que:<br />

la participación de los integrantes de la Fuerza Armada Nacional<br />

Bolivariana en actos con fines políticos no constituye<br />

79 Véase el Perfil del futuro egresado de la Academia Militar de la Armada<br />

Bolivariana. Disponible en: http://www.umbv.edu.ve/amarb/index.php/eloficial-de-la-armada<br />

(Consultado el 21 de septiembre de 2014).<br />

118


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

un menoscabo a su profesionalidad, sino un baluarte de participación<br />

democrática y protagónica que, para los efectos de<br />

la República Bolivariana de Venezuela, sin discriminación<br />

alguna, representa el derecho que tiene todo ciudadano, en<br />

el cual un miembro militar en situación de actividad no está<br />

excluido de ello por concentrar su ciudadanía, de participar<br />

libremente en los asuntos políticos y en la formación, ejecución<br />

y control de la gestión pública 80 .<br />

Con el anterior artilugio jurídico, el alto mando político militar<br />

de la revolución solucionaría la ausencia de dirección del partido<br />

sobre el aparato militar y facilitaría la implantación de los<br />

comisarios políticos en los diferentes niveles de los distintos<br />

componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.<br />

5. Conclusiones<br />

La guerra revolucionaria se empleó como forma legítima de<br />

violencia desde la perspectiva de los movimientos insurreccionales<br />

de las masas para alcanzar o mantener el poder. Según la<br />

visión marxista-leninista de la guerra revolucionaria el uso de la<br />

lucha armada posibilita a las masas populares derrotar a la clase<br />

dominante y ejercer el control político del Estado. Existen variantes<br />

teóricas de la guerra revolucionaria que se adaptaron a<br />

sus realidades históricas y geográficas. Las tendencias maoístas<br />

asignan mayor importancia al pueblo campesino que al proletariado<br />

urbano y, en consecuencia, focalizan la lucha armada en<br />

los sectores rurales.<br />

Mao Tse-Tung y Vo Nguyen Giap combinaron las acciones convencionales<br />

y no convencionales dirigidas por sus partidos comunistas<br />

que entregaban las directrices estratégicas y tácticas<br />

al ejército y al pueblo en la lucha por la liberación anticolonial.<br />

Para la concepción maoísta de la guerra el pueblo es parte integral<br />

de la estrategia militar y del sostenimiento político de la re-<br />

80 Véase la ponencia del 28 de marzo de 2014 presentada por el magistrado<br />

Juan José Mendoza Jover. Disponible en: http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/junio/165491-651-11614-2014-14-0313.html<br />

(Consultado el 21<br />

de septiembre de 2014).<br />

119


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

volución. Es decir, el pueblo, el ejército y el partido representan<br />

factores reales y activos en la praxis de la guerra revolucionaria.<br />

En la perspectiva guevarista, el peso de la lucha lo soporta un<br />

grupo guerrillero que no obedece órdenes de un órgano político<br />

y que no interactúa con la población en forma permanente; más<br />

bien espera que la población se sume a ella.<br />

La revolución bolivariana ha definido un nuevo pensamiento militar<br />

cuya tendencia apunta claramente a las corrientes de pensamiento<br />

militar marxistas-leninistas y su variante maoísta del<br />

siglo XX, identificando como amenaza potencial imperial a los<br />

EE.UU., en virtud de la atribuida injerencia en los asuntos internos<br />

de Venezuela. También se han definido, como amenazas<br />

potenciales, coaliciones que puedan intervenir en una posible<br />

invasión con la colaboración de una quinta columna que operaría<br />

en territorio nacional. El proyecto político encabezado por el<br />

fallecido presidente Chávez Frías ha establecido las condiciones<br />

para un giro cualitativo orientado a transformar al estamento militar<br />

venezolano en una fuerza armada revolucionaria.<br />

En el contenido del discurso político del fallecido presidente<br />

Hugo Chávez Frías y de los diferentes autores del nuevo pensamiento<br />

militar venezolano se han empleado términos propios<br />

de la Guerra Revolucionaria: como Guerra del Pueblo y Guerra<br />

Popular Prolongada. Para su elaboración se ha adoptado el<br />

concepto marxista-leninista de la unión ejército-pueblo para la<br />

defensa integral y la creación de una milicia territorial con clara<br />

inspiración en los modelos leninistas de Guardia Roja y maoísta<br />

de movilización del campesinado. Con estos antecedentes se ha<br />

formalizado la educación, a partir de un programa de profesionalización<br />

e institucionalización de corte revolucionario, de un<br />

profesional necesario para la movilización de masas ante una<br />

respuesta militar en un posible conflicto armado. Este nuevo<br />

combatiente revolucionario tendría un desempeño técnico como<br />

instrumento de la Revolución Bolivariana y el monopolio del<br />

uso de la violencia y la insurrección de masas.<br />

120


MUNDO NUEVO. Caracas, Venezuela<br />

Año VI. N° 15. 2014, pp. 121-152<br />

Rosaura Guerra Pineda<br />

Universidad Simón Bolívar rosaura.gp@gmail.com<br />

EL “HOMBRE NUEVO” NACE EN LA ESCUELA:<br />

EL PROGRAMA DE INSTRUCCIÓN PREMILITAR<br />

Y LA FORMACIÓN DE MILICIANOS EN<br />

LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA<br />

Resumen: La implementación obligatoria del Programa de Instrucción<br />

Premilitar en el Sistema Educativo venezolano ha sido una política sistemática<br />

aplicada durante el período de la “Revolución Bolivariana”. El<br />

trabajo presenta una perspectiva de cómo este hecho se enmarca dentro del<br />

ethos general de los procesos revolucionarios, que por una parte aspiran<br />

a formar un hombre nuevo y, por otra, responden a una reorientación de<br />

la Doctrina de Seguridad y Defensa Nacional, la cual pretende involucrar<br />

a los ciudadanos comunes en la tarea de defensa de la nación. Adicionalmente,<br />

se presenta un recuento de la reacción adversa de la sociedad civil.<br />

Palabras clave: Venezuela, instrucción premilitar, nueva doctrina de seguridad<br />

y defensa nacional.<br />

The “new man” born in the school: the program<br />

of military education and training of militiamen<br />

in the Bolivarian Revolution<br />

Abstract: The mandatory implementation of the Program of Instruction<br />

pre-military education system in Venezuela has been a consistent policy<br />

applied during the period of the “Bolivarian revolution”. The paper<br />

presents a perspective of how this fact is part of the general ethos of the<br />

revolutionary process, which inevitably seek to form a new man and the<br />

other responds to a reorientation of the Doctrine of National Security and<br />

Defense, which aims to involve ordinary citizens in the task of defense of<br />

121


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

the nation. Additionally, an account of the adverse reaction of civil society<br />

is presented.<br />

Keywords: Venezuela, Military Education, New Doctrine of National Security<br />

and Defense.<br />

1. Introducción: la “Revolución Bolivariana”<br />

En sentido general, la idea de revolución alude a la noción de<br />

cambio, un cambio cuya cualidad más notable parece ser su<br />

ruptura con las estructuras preexistentes. En sentido estrictamente<br />

político, la revolución se refiere a cambios radicales en<br />

las estructuras políticas o a la sustitución de un régimen político<br />

por otro de características distintas. Cuando en el año 1998 el<br />

Teniente Coronel (r) Hugo Chávez llega al poder, apoyado por<br />

una coalición de partidos de izquierda denominada “Polo Patriótico”,<br />

la vocación rupturista de su administración, aunque se<br />

insinuaba en hechos como el manejo discursivo de rechazo a la<br />

clase política dirigente tradicional, la autoproclamación de representar<br />

un cambio revolucionario de orden pacífico, la cercanía<br />

con hombres de larga tradición de militancia en la izquierda<br />

venezolana, tales como Luis Miquilena, José Vicente Rangel<br />

o Alí Rodríguez Araque y, finalmente, la convocatoria a una<br />

asamblea nacional constituyente, no era explícita. En la discusión<br />

del carácter inicial del movimiento político encabezado por<br />

Hugo Chávez, se tejían versiones que iban desde el reformismo<br />

–postulada por la izquierda más radical–; pasando por quienes<br />

lo identificaron con el movimiento de la tercera vía, un punto<br />

medio entre las posturas liberales y socialistas 1 ; hasta aquellos<br />

para quienes representaba simplemente una fuerte tendencia al<br />

autoritarismo militar latinoamericano.<br />

Cuando en 1999 la nueva constitución fue aprobada, la misma<br />

hacía un gran énfasis en el tema del modelo democrático parti-<br />

1 Pedro García Otero, “Chávez está siguiendo la tercera vía”, en El Universal.com.<br />

Disponible en: http://www.eluniversal.com/1999/09/27/<br />

pol_art_27170AA, Caracas, 27 de septiembre de 1999 (Consultado en<br />

febrero 2013).<br />

122


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

cipativo al ofrecer notables cambios en torno a la distribución<br />

del poder político, aunque no alteraba grandemente la estructura<br />

de un Estado liberal. Sin embargo, a partir del año 2000, algunos<br />

de los cambios en materia legislativa implementados por el<br />

presidente Chávez, vía ley habilitante, cobraron un fuerte cariz<br />

nacionalista y de izquierda, y generaron por ello un movimiento<br />

de oposición reactivo que produjo grandes perturbaciones en el<br />

transcurso de los años 2002 y 2003, para finalizar este ciclo con<br />

un referendo revocatorio del mandato presidencial en agosto del<br />

año 2004, el cual resultó ser un revés para la oposición.<br />

A pesar de este cuadro, sería hasta el año 2007 cuando formalmente<br />

el proyecto político chavista asume la bandera explícita<br />

del socialismo, tanto en un intento fallido de modificar la constitución<br />

en función del proyecto socialista, como en la redacción<br />

del Primer Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social<br />

de la Nación. 2007-2013, un proyecto que claramente pretendía<br />

subvertir las estructuras estadales, empezando con la condición<br />

sine qua non de los movimientos políticos de izquierda: la declaración<br />

de cambiar las estructuras económicas del país. A estas<br />

alturas era ya inocultable el carácter eminentemente radical<br />

del movimiento político dominante.<br />

2. La necesidad de “El Hombre Nuevo” en los procesos<br />

revolucionarios<br />

Situándonos en torno al corpus de ideas sobre cuestiones prácticas<br />

propias de los procesos políticos de corte socialista, encontramos<br />

que, si bien desde la fuente teórica originaria, el<br />

pensamiento filosófico de Carlos Marx, el proceso de cambio<br />

de las formaciones socioeconómicas era un proceso de evolución<br />

que, por acumulación de cambios, naturalmente engendraba<br />

la formación socioeconómica siguiente –el feudalismo dio<br />

paso con su agotamiento al capitalismo de la misma manera<br />

que el capitalismo debía dar paso al socialismo–, en este esquema<br />

proyectivo, “el proletariado” constituía el agente revolucionario<br />

más importante para la construcción del socialismo;<br />

sin embargo, desde el punto de vista de las prácticas políticas<br />

123


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

reales, los agentes de cambio por excelencia de los movimientos<br />

socialistas han estado constituidos no por proletarios, sino por<br />

élites intelectuales y la vanguardia política, una especie que,<br />

conocida como “vanguardia revolucionaria”, se caracteriza por<br />

el empeño voluntarista en construir el socialismo 2 .<br />

En este sentido, según Marx y Engels, un factor esencial para<br />

explicar la inercia o la inmovilización revolucionaria de las<br />

clases proletarias lo constituye la conciencia de clase 3 ; para<br />

el marxismo político la necesidad de fortalecer o forjar la<br />

conciencia revolucionaria ha constituido sin duda un itinerario<br />

común en los procesos socialistas del siglo XX, de tal modo<br />

que estando la vanguardia revolucionaria relativamente sola en<br />

el impulso de los procesos de cambio político, la sobrevivencia<br />

de estos movimientos depende de la formación de otros sujetos<br />

revolucionarios, idea esta que se ha venido a conocer como la<br />

formación del “hombre nuevo”.<br />

La alta preocupación de los marxistas políticos por el tema de<br />

la conciencia del hombre revolucionario los ha llevado a erigir<br />

–aunque no en exclusiva, pues este rasgo lo comparten con totalitarismos<br />

de derecha como el nacionalsocialismo– prácticas<br />

políticas en las cuales dominan herramientas para el control del<br />

pensamiento, por ello han buscado controlar espacios como los<br />

medios de comunicación social y el sistema educativo; y se ha<br />

hecho énfasis especial, en el intento de forjar al “hombre nuevo”,<br />

en las poblaciones infantil y juvenil. Esta es la razón por<br />

la cual en regímenes de izquierda revolucionaria han surgido<br />

organizaciones de jóvenes tales como los pioneros en la Unión<br />

Soviética a partir de 1922 y en Cuba a partir de 1977. Estas<br />

organizaciones tienen por objeto la socialización de valores en<br />

concordancia con el proyecto político dominante. En Venezuela,<br />

a partir del año 2005, el gobierno de Hugo Chávez intentó<br />

2 Keneth Minogue, La teoría Pura de la ideología, Buenos Aires: Grupo<br />

Editor Latinoamericano, 1988. Ver la ideología como política.<br />

3 Marx y Engels, “Manifiesto del partido comunista”, en marxistas.org.<br />

Disponible en: http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.<br />

htm, 1848 (Consultado el 27 de septiembre de 2014).<br />

124


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

promover una figura similar, denominada “Semilleros de la Patria”,<br />

una organización dirigida a niños y jóvenes que no llegó<br />

a tener trascendencia por lo menos a gran escala. Más allá de<br />

estas experiencias, una expresión más sistemática de la cuestión<br />

está constituida por el uso intensivo del aparato educativo a fin<br />

de forjar la conciencia del sujeto revolucionario. En este punto<br />

debemos decir que tanto el marxismo teórico, como el marxismo<br />

político, se han orientado por los mismos referentes para dar<br />

una solución a la cuestión.<br />

Desde los derroteros de la teoría, el filósofo francés Louis<br />

Althusser en su obra Aparatos ideológicos del Estado, reflexiona<br />

en torno a la idea de que el Estado, además de estar constituido<br />

por el aparato represivo –la faz más conocida del Estado burgués<br />

en los análisis de Marx–, también cuenta con una serie de instituciones<br />

que sirven de medio de reproducción de la ideología<br />

dominante. Estas instituciones llamadas en conjunto aparatos<br />

ideológicos del Estado, en concreto representadas por la institución<br />

religiosa, la escolar, la familia, la institución jurídica, la<br />

política y cultural, cuentan en el Estado capitalista, como mayor<br />

punta de lanza, con la institución escolar: “el aparato ideológico<br />

de Estado (...) en posición dominante en las formaciones capitalistas<br />

maduras (...), es el aparato ideológico escolar” 4 .<br />

En concordancia con Althusser, pero como una voz desde el<br />

marxismo político, las vías para la constitución del hombre nuevo<br />

forman parte de las reflexiones del ícono revolucionario del<br />

siglo XX Ernesto Guevara de la Serna, quien aborda el tema en<br />

su ensayo El Socialismo y el hombre en Cuba, del año 1965, el<br />

cual sería más tarde editado como parte de una compilación de<br />

trabajos del Che, bajo el título El Hombre Nuevo. Para Guevara,<br />

el “aparato educativo del Estado”, como medio formal junto con<br />

la socialización natural y una especie de presión social como<br />

medio informal 5 , eran las vías expeditas para la configuración<br />

4 Louis Althusser, Aparatos ideológicos del Estado, Buenos Aires: Nueva<br />

Visión, 1988, p. 17.<br />

5 Los alcances teóricos de las reflexiones de Guevara concuerdan ampliamente<br />

con clásicos recientes de la Sociología Política como Michael<br />

125


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

del sujeto revolucionario. Una vez forjada la conciencia revolucionaria,<br />

el pueblo puede seguir su vanguardia y apoyar en la<br />

construcción del nuevo orden. Respecto al caso cubano comenta:<br />

El aparato educativo del Estado (...) por medio de organismos<br />

tales como el Ministerio de Educación y el aparto de divulgación<br />

del partido (...) prende en las masas y la nueva actitud<br />

preconizada tiende a convertirse en hábito, la masa la va haciendo<br />

suya y presiona a quienes no se han educado todavía.<br />

Esta es la forma indirecta de educar a las masas, tan poderosa<br />

como aquella otra 6 .<br />

Así, vemos que para el marxismo en general la necesidad de<br />

forjar al sujeto revolucionario tiene una unívoca respuesta práctica,<br />

constituida por el uso instrumental del aparato educativo.<br />

3. El Aparato Educativo. El caso venezolano durante la<br />

“Revolución Bolivariana”<br />

Al enfocarnos en el caso venezolano, encontramos que la dirigencia<br />

política del proceso “bolivariano” parece concordar por<br />

completo con la tradición del pensamiento político marxista en<br />

torno al tema del “hombre nuevo” y a la importancia del aparato<br />

educativo para su configuración; razón por la cual los más altos<br />

voceros gubernamentales han asumido una postura que atribuye<br />

al aparato educativo, a la usanza de Althusser, una función<br />

eminentemente ideológica. El otrora Ministro del Despacho de<br />

Educación Héctor Navarro, en algún momento llegó a declarar:<br />

La enseñanza cumple una función ideologizante, pero aclaro<br />

que en este caso no está vinculada con las líneas de un<br />

partido político. Toda educación ideologiza (...) en Venezuela<br />

estamos en una república con una democracia que estamos<br />

construyendo, que dejó de ser burguesa y representativa para<br />

Sodaro, para quien el concepto de Socialización política es el elemento<br />

que explica la difusión y el aprendizaje individual de los valores políticos<br />

dominantes.<br />

6 Ernesto Guevara, “El Socialismo y el Hombre en Cuba”, en Palabras<br />

sobre el socialismo, Caracas: Ministerio del Poder Popular para la Comunicación<br />

e Información, 2009, pp. 258-259.<br />

126


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

convertirse en participativa y protagónica. Esos son valores<br />

de la constitución que tenemos que inculcar a nuestros niños,<br />

es un deber y educar en esos valores es ideologizar 7 .<br />

Si una concepción tal del proceso educativo dejara lugar a dudas<br />

en torno a la posibilidad de que el proyecto político “bolivariano”<br />

esté intentando usar el sistema educativo con la finalidad<br />

de forjar individuos a la medida de su proyecto político, tal vez<br />

una breve declaración del fallecido Hugo Chávez sea más contundente:<br />

“A los niños sí hay que hablarles de política. Cada<br />

aula debe convertirse en un espacio para construir el hombre<br />

nuevo” 8 .<br />

En la práctica, el tema de la intervención educativa por el proceso<br />

político venezolano revolucionario ha estado presente desde<br />

el inicio del mismo, dando origen a diversos intentos de modificaciones<br />

en el sistema educativo. En torno al nivel de educación<br />

básica, media y diversificada, tenemos los siguientes eventos:<br />

(1999) se celebra la constituyente educativa; (2000) el presidente<br />

de la república emite el Decreto 1011 de creación de la figura<br />

de supervisores itinerantes; (2001) es aprobada en primera discusión<br />

un proyecto de Ley Orgánica de Educación de consenso<br />

entre diversas tendencias políticas en el seno de la Asamblea<br />

Nacional, el proyecto finalmente es desechado; (2003) creación<br />

de las misiones educativas Robinson, Rivas y Sucre, destinadas<br />

a cubrir primeras letras y educación básica la primera, educación<br />

media y diversificada la segunda y educación universitaria<br />

la tercera; (2005) El ministerio del ramo presenta otro proyecto<br />

de ley de educación que finalmente no prospera; (2007) se publica<br />

la primera versión del Nuevo Currículo Nacional Bolivariano,<br />

el cual sería aplicado progresivamente a partir del año<br />

escolar 2008-2009; (2009) se sanciona finalmente una nueva<br />

Ley Orgánica de Educación; (2011) primera experiencia de distribución<br />

de la Colección Bicentenario, una colección de textos<br />

7 Liliana Cortazzo, “Navarro: en la profundización de la democracia sí hay<br />

que ideologizar”, en El Nacional, Caracas, 8 de agosto de 2009, p. D-4.<br />

8 Blanca González, “Chávez, en cada aula se formará el hombre nuevo”, en<br />

Últimas Noticias, Caracas, 13 de mayo de 2010, p. 2.<br />

127


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

escolares editados por el Estado inicialmente para el nivel de<br />

educación básica.<br />

En el caso de los instrumentos legales que buscan modificar<br />

aspectos medulares del sistema educativo de educación básica,<br />

media y diversificada, tales como el Decreto 1011 y los sucesivos<br />

proyectos de ley, así como la modificación oficial de la ley<br />

en 2009, estos han sido altamente polemizados por representar<br />

amenazas de control político en el proceso educativo. En el caso<br />

del Decreto 1011 del año 2001, el mismo fue ampliamente rechazado,<br />

dado que creaba una figura supervisora de las instituciones<br />

escolares, cuyas condiciones de selección profesional eran<br />

mínimas en comparación con la discrecionalidad de la decisión<br />

ministerial. En el caso concreto de las leyes orgánicas del ramo,<br />

los más grandes cuestionamientos han estado orientados por el<br />

rechazo al estatuto de corresponsabilidad en la gestión escolar<br />

que los instrumentos legales confieren a figuras organizativas<br />

del “poder popular”, tales como los Consejos Comunales.<br />

En el caso de la educación universitaria, la actividad ha sido<br />

menos intensiva pero apunta en la misma dirección que en el<br />

sistema de educación básica, media y diversificada. El punto<br />

más álgido de discusión en torno al tema universitario desde<br />

el punto de vista legal fue el intento de implementación de una<br />

reforma a la ley de educación universitaria durante el año 2010,<br />

la cual fue tajantemente rechazada por la comunidad y tuvo que<br />

ser anulada por el Presidente de la República luego de ser sancionada<br />

por la Asamblea Nacional.<br />

En todos los órdenes, lo que nos indican estos lineamientos de<br />

políticas públicas en torno al sector educativo es la intención<br />

franca del uso de este aparato para formar hombres prestos a<br />

participar en el proyecto socialista impulsado desde el gobierno.<br />

En este sentido, el rasgo más esencial que se quiere forjar en<br />

la población estudiantil es un fuerte sentido de colectivización,<br />

manifiesto en la concepción del espacio escolar como un espacio<br />

abierto a las comunidades como fuente y beneficiaria del<br />

aprendizaje estudiantil.<br />

128


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

4. El Programa de Instrucción Premilitar<br />

La aleación política que dio origen a la “Revolución Bolivariana”<br />

está constituida de manera notoria, por sectores de la izquierda<br />

radical, algunos ex guerrilleros que participaron activamente en<br />

la lucha armada que en Venezuela siguió a la instauración de la<br />

democracia en 1958 y al triunfo de la revolución cubana en 1959;<br />

así como por sectores de la oficialidad militar altamente politizados,<br />

y que saltan a la palestra pública por los dos intentos de<br />

golpe de Estado de la década del noventa; en conjunto, son todos<br />

hombres que privilegian el uso de la violencia en política.<br />

Una configuración tal de fuerzas, además de considerar los valores<br />

de colectivización como objetivos de la construcción del hombre<br />

nuevo, también considerará necesario la formación del revolucionario,<br />

en términos de la combatividad necesaria que le otorgue<br />

un alto sentido a la defensa de la causa revolucionaria. En este<br />

sentido, uno de los medios utilizados a fin de involucrar a la población<br />

en general en los temas de defensa nacional trastocada en<br />

defensa revolucionaria 9 ha sido el sistema educativo, a través del<br />

cual se implementa, para el nivel de educación diversificada, el<br />

Programa de Instrucción Premilitar.<br />

En el año 1999, un par de resoluciones conjuntas de los despachos<br />

de Educación y Defensa activaron la implementación<br />

obligatoria a nivel nacional del Programa de Instrucción Premi-<br />

9 La idea de trasposición entre las ideas de defensa nacional y defensa revolucionaria,<br />

empleada por los sectores de poder, ha sido eventualmente<br />

expresada por altos funcionarios del gobierno. Era una alusión usada<br />

frecuentemente por el fallecido presidente Hugo Chávez al referirse a la<br />

“revolución pacífica pero armada”, por él encabezada. Más expresamente,<br />

por ejemplo en 2011, en el contexto de la celebración de los nueve<br />

años del 13 de abril, momento en que Hugo Chávez retoma el control<br />

del gobierno después de los eventos de 11 de abril de 2002, el diputado<br />

a la Asamblea Nacional por el PSUV Juan Carlos Alemán declararía sin<br />

pudores sobre la organización de las milicias: “no se equivoquen gente<br />

de la oposición, porque tenemos una revolución armada para defender al<br />

presidente Chávez”. Ver “Funcionarios y milicianos conmemoraron nueve<br />

años del retorno de Chávez a Miraflores”, en El Nacional, 14 de abril<br />

de 2011, p. D-4.<br />

129


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

litar, el cual está dirigido a los estudiantes del primer y segundo<br />

año de educación diversificada 10 . La mencionada asignatura<br />

respondía a un programa educativo diseñado en la década de<br />

los ochenta, pero cuya ejecución hasta 1998, además de ser un<br />

ensayo, nunca fue enteramente operativa.<br />

El 28 de marzo de 1980, una resolución conjunta de los despachos<br />

de Educación y Defensa creó la Comisión Permanente para la<br />

Instrucción Premilitar, la primera iniciativa concreta para diseñar<br />

e implementar un programa de instrucción premilitar en<br />

Venezuela. Dicha resolución respondía a un imperativo de la<br />

normativa vigente para la época, en especial se fundamentaba<br />

en la Ley Orgánica de Seguridad y Defensa (1976) y en la Ley<br />

de Conscripción y Alistamiento Militar (1978). La primera de<br />

las mencionadas leyes establecía que todos los venezolanos eran<br />

responsables de la seguridad y defensa de la república; la segunda,<br />

por su parte, regulaba la materia relativa al servicio militar<br />

y establecía la obligatoriedad de la instrucción premilitar para<br />

los jóvenes estudiantes de los dos últimos años de educación<br />

secundaria.<br />

En enero de 1982, una resolución del Ministerio de Educación<br />

implementó el programa como un ensayo en cinco estados del<br />

país considerados estratégicos; un año más tarde se sumaría un<br />

nutrido grupo de diez estados. A pesar de este ensayo, el obligatorio<br />

cumplimiento de dicho programa no parece haberse regularizado<br />

a nivel nacional e incluso parece haber caído en desuso<br />

en algunas de las regiones. Paradójicamente, en cuanto a lo que<br />

será la reacción adversa ante la implementación obligatoria del<br />

mencionado programa a partir del año 1999, aquel ensayo parece<br />

haberse cumplido más sostenidamente en colegios privados de<br />

10 La primera de ellas fue la Resolución conjunta Ministerio de Defensa<br />

N° 1.213 y Ministerio de Educación N° 122 del 20 de abril de 1999,<br />

que activa y organiza la Comisión Permanente para la Instrucción Premilitar;<br />

la segunda, N° 1.856 del Ministerio de Defensa y N° 134 del<br />

Ministerio de Educación del 15 de junio de 1999, en efecto ordenaba la<br />

obligatoriedad de la implementación de la asignatura.<br />

130


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

orientación religiosa 11 . Sin embargo, en general, el poco esfuerzo<br />

para su implementación, hasta el año 1999, parece indicar que los<br />

hombres al mando de la dirección del Estado no lo consideraron<br />

inconveniente, pero tampoco les pareció necesidad urgente para<br />

la formación de los jóvenes venezolanos; en cualquier caso, durante<br />

ese período la implementación del programa se ejecutaría<br />

bajo los preceptos de diferenciación entre los mundos civil y militar,<br />

así como de subordinación de lo militar a lo civil.<br />

El decreto de 1999, en cambio, desató en el acto una gran polémica<br />

pública en torno a temas como las razones de su implementación,<br />

objetivos y contenido; y más allá de ello, fue visto por sus<br />

detractores como un programa de exclusiva inclinación marcial<br />

fundamentado en la enseñanza expresa de destrezas militares a<br />

los jóvenes estudiantes a quienes iba dirigido. Esta polémica ha<br />

sido, desde entonces hasta el presente, un tema intermitente en la<br />

agenda referida a la educación nacional y ha tenido como puntos<br />

álgidos los años 1999 y 2000, en torno a su implementación;<br />

el año 2006, en torno a la ratificación de su obligatoriedad por<br />

parte de la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de<br />

Justicia; el año 2008, en medio de las discusiones referentes al<br />

Diseño del Currículo Nacional Bolivariano; el año 2011, cuando<br />

una resolución oficial del Ministerio del Poder Popular para la<br />

Defensa puso sobre la mesa un “Plan Integral de Educación Militar”,<br />

que contemplaba en concreto una reforma al programa de<br />

instrucción premilitar planteando su reorientación para enfocarlo<br />

como “Educación para la defensa integral” 12 ; y finalmente el<br />

año 2014, momento en que se discute en la Asamblea Nacional<br />

un nuevo proyecto de ley de educación militar.<br />

11 Marta Aguirre, “Bachilleres a marcha castrense”, en El Universal.com. Disponible<br />

en: http://www.eluniversal.com/1999/11/28/TEN_ART_28401AA.<br />

shtml, Caracas, 28 de noviembre de 1999. (Consultado en febrero de 2013).<br />

12 “Alertan que milicias pueden agravar violencia escolar”, en El Universal.<br />

com. Disponible en: www.eluniversal.com/2011/04/09imp_alertan-que<br />

-milicias-pueden-agravar-violencia-escolar.shtml 1/2, Caracas, 9 de<br />

abril de 2011. (Consultado en febrero de 2013).<br />

131


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

La ya larga data de la cuestión y la insistencia gubernamental,<br />

no solo en relación con la aplicación del programa de instrucción<br />

premilitar, sino con el rediseño, así como con su elevación<br />

en el tiempo de los niveles de formalización –la política se<br />

implementó primeramente a través de una resolución ministerial<br />

(1999), y para el presente, como dijimos, se encuentra en la<br />

Asamblea Nacional como proyecto de Ley de Educación militar<br />

(2014), parece indicar que la implementación del programa tiene<br />

una importancia trascendental para los sectores en el poder.<br />

5. Bases programáticas y legales: la nueva “Doctrina<br />

Militar Bolivariana”<br />

En sentido general, el tema de la implementación del Programa<br />

de Instrucción Premilitar nos remite en el fondo al tema de la<br />

resolución de los asuntos de defensa en los estados liberales:<br />

la cuestión normalmente se plantea en términos que contraponen<br />

la modalidad del servicio militar al tema de la libertad<br />

ciudadana. El servicio militar, una de las grandes políticas en<br />

materia de seguridad y defensa nacional, puede ser voluntario<br />

u obligatorio. El servicio militar obligatorio que se hace para<br />

la defensa de la patria y para garantizar su independencia y que<br />

propone como valor referencial el amor a la patria, enfrenta la<br />

paradoja de atentar contra la libertad individual.<br />

Un ejemplo puede ser ilustrativo para comprender la relación.<br />

En España, un país que heredó del franquismo una fuerte tradición<br />

militar, el servicio militar era obligatorio hasta que una<br />

gran cantidad de individuos, acogidos a la condición de “objeción<br />

de conciencia” 13 , logró revertir este carácter tornándolo en<br />

voluntario. De una revisión inicial vía web, podemos concluir<br />

que la tendencia actual, en las legislaciones de varios países<br />

sobre la cuestión, es a privilegiar la figura de voluntario en el<br />

tema del servicio militar. A esta tendencia responde, aunque no<br />

totalmente, la legislación venezolana vigente en la materia, la<br />

Ley de Conscripción y Alistamiento militar (2009), que hace<br />

13 La objeción de conciencia consiste en el desacato a las leyes o a la autoridad<br />

basado en convicciones personales.<br />

132


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

del servicio militar un deber, pero prohíbe el reclutamiento forzoso<br />

(Art. 6 y Art 7).<br />

En cierto sentido, la instrucción premilitar, tal como está planteada<br />

en nuestro país, como parte de las políticas de seguridad<br />

y defensa, presenta esta disyuntiva. Cabe destacar que no<br />

hemos logrado encontrar en abundancia datos de experiencias<br />

similares alrededor del mundo; además del mencionado caso de<br />

España, que incluía instrucción premilitar a nivel de estudios<br />

superiores, podemos mencionar el caso de Perú, otro país con<br />

fuerte tendencia militarista donde la formación militar fue eliminada<br />

del sistema educativo; y el caso de Bolivia donde, mientras<br />

el servicio propiamente militar es obligatorio, se presenta la<br />

alternativa voluntaria del “servicio premilitar” a estudiantes de<br />

los niveles medios de educación.<br />

En el caso de Venezuela, el argumento de la objeción de conciencia<br />

de un pequeño grupo de padres y representantes del<br />

estado Guárico, en relación con la materia de Instrucción Premilitar,<br />

fue utilizado por organizaciones como PROVEA, la<br />

Red de Apoyo por la Justicia y la Paz y la Vicaría Episcopal<br />

de Derechos Humanos para solicitar un recurso de nulidad<br />

acerca de la materia Instrucción Premilitar, el cual es el origen<br />

del fallo de obligatoriedad del programa dictado por el Tribunal<br />

Supremo de Justicia del año 2006. El informe anual de<br />

PROVEA del año 2005 recoge la experiencia de esta manera:<br />

El plantel exigió la firma de un acta compromiso por medio<br />

de la cual se obligaba a los alumnos a cumplir con las<br />

actividades teóricas y prácticas de la asignatura Instrucción<br />

Premilitar. Los representantes “se negaron a firmar (...) porque<br />

la parte práctica de la asignatura –más no la teórica– va<br />

contra su libertad de conciencia, por respeto a la religión que<br />

profesan”, proponiendo la sustitución por otra evaluación, a<br />

pesar de lo cual el plantel continuó negando la inscripción 14 .<br />

14 PROVEA, “Informe anual”, en derechos.org.ve. Disponible en: http://<br />

www.derechos.org.ve/pw/wp-content/uploads/05_educacion.pdf,<br />

2005. (Consultado en febrero de 2013).<br />

133


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

En general, la instrucción premilitar fue diseñada como una<br />

política en materia de seguridad y defensa nacional implementada<br />

a través del sistema educativo, de allí que para su diseño e<br />

implementación se haya conformado, tanto en el pasado como<br />

hoy, una comisión mixta de los despachos de educación y defensa;<br />

y de allí que la posible implementación del “Plan Integral<br />

de Educación Militar”, que incluía el rediseño del Programa de<br />

Instrucción Premilitar, para orientarlo hacia la “Educación para<br />

la Defensa Integral”, haya sido abordado desde el despacho de<br />

defensa.<br />

La polémica política alrededor del tema ha tendido a desvirtuar,<br />

desde ambos bandos, este hecho, por estar centrada en torno a<br />

las acusaciones de militarización de la educación. La respuesta<br />

oficial, por su parte, no ha hecho énfasis en la necesidad de formación<br />

en los temas de seguridad y defensa, y más bien lo ha<br />

omitido, aun cuando sólo desde esta perspectiva se podría llegar<br />

a discutir acerca de cuál debería ser el alcance de la formación<br />

ciudadana en asuntos de seguridad y defensa nacional, y si ésta<br />

formación debería o no tener un alcance práctico en torno al<br />

desarrollo de destrezas militares o, siendo más extremistas, si<br />

no debería incluirse la formación premilitar como un contenido<br />

obligatorio en el nivel de educación media.<br />

En este punto tal vez sea necesario, para poner las cosas en<br />

blanco y negro, establecer los términos en que se podrían configurar<br />

las posturas en relación al tema. Por un lado, para la<br />

tradición de estudios sobre las relaciones civiles-militares, los<br />

gobiernos civiles –a diferencia de gobiernos pretorianos y militares<br />

en los cuales el ejercicio del poder político es ejercido<br />

por sectores castrenses– pueden presentar tres diversos tipos de<br />

“control civil” sobre el cuerpo militar. De esos tres tipos, el que<br />

caracteriza el modelo de Estado liberal<br />

se basa en la existencia de élites bien diferenciadas con responsabilidades<br />

propias [donde] los oficiales militares son ya<br />

134


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

de formación profesional (...) son instruidos en los principios<br />

de obediencia y respeto ante las autoridades civiles 15 .<br />

Partir de estos supuestos derivaría claramente hacia la construcción<br />

de una postura que asumiera la separación necesaria<br />

entre lo civil y lo militar en asuntos de seguridad y defensa,<br />

postura que sirve para delinear la asumida por sectores opuestos<br />

a la implementación del programa de instrucción premilitar.<br />

Ahora bien, por otro lado, para el sector que ha impulsado la<br />

puesta en práctica del programa, la misma cuestión está fundamentada<br />

en un criterio contrario a este, basado en la que podríamos<br />

caracterizar como una filosofía de unión o indiferenciación<br />

de los mundos civil y militar, la cual se viene desarrollando con<br />

la llegada al poder de Hugo Chávez en el año 1999. El mismo<br />

Presidente la anunciaría tempranamente en discurso pronunciado<br />

en la sede del Instituto de Altos Estudios de Defensa Nacional,<br />

en abril de ese año, al comentar:<br />

Me cuesta hablar del mundo civil y el mundo militar, me<br />

cuesta hablar del estamento civil y del estamento militar (...)<br />

No entiendo muy bien cuál es el límite, dónde está la división<br />

de eso, porque soy un hombre civil y militar al mismo tiempo,<br />

militar, ciudadano y soldado; me cuesta en la mente no<br />

sé, yo nunca precisé, y creo que de ahora en adelante mucho<br />

menos 16 .<br />

En el fondo esta cuestión plantea la insuficiencia del modelo de<br />

relaciones civiles-militares, propio del Estado liberal, para la<br />

pretensión de la constitución de un Estado socialista. La idea de<br />

unión cívico-militar se ha ido desplegando a través de diversos<br />

instrumentos legales 17 y documentos doctrinales de las Fuerzas<br />

Armadas, entre los que podemos mencionar: El pensamiento<br />

15 Domingo Irwin e Ingrid Micet, Caudillos, Militares y poder, Caracas:<br />

UCAB-UPEL, 2009, p. 16.<br />

16 Hugo Chávez, Selección de discursos del Presidente de la República<br />

Bolivariana de Venezuela, Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República,<br />

1999, p. 109.<br />

17 Entre los instrumentos legales que sustentan la idea de unión cívico-militar<br />

podemos mencionar: la Ley Orgánica de Seguridad Nacional (2002),<br />

135


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

militar venezolano (2005), autoría del General Alberto Müller<br />

Rojas junto a un nutrido grupo de generales 18 ; La Doctrina<br />

Militar Bolivariana (2006), del Teniente Coronel Héctor<br />

Herrera Jiménez; y La militaridad en el Estado Democrático<br />

y social de derecho y justicia (2012), de los Generales Aguana<br />

y Sayegh. Así como lineamientos programáticos de orden<br />

político, como las Líneas de Acción Estratégica (2004) 19 y un<br />

decálogo de metas políticas nacionales del movimiento político<br />

chavista, que consideraba algunas modificaciones del orden<br />

militar existente como fundamentales para el proyecto político<br />

del socialismo del siglo XXI .<br />

Este último documento, objeto de amplia difusión, se menciona<br />

en diversos artículos de opinión en prensa y conocemos por lo<br />

menos una versión impresa que lo recoge bajo el título El salto<br />

adelante. La nueva etapa de la Revolución Bolivariana. Es<br />

la fuente de los grandes cambios en materia militar que vivió<br />

el país desde el año 2005. En este sentido concreto, el objetivo<br />

era “profundizar y acelerar la conformación de la nueva<br />

estrategia militar nacional” 20 , y se encontraba fundamentado en<br />

tres líneas estratégicas, entre las cuales la referida a la unión<br />

cívico-militar podemos decir que era la de mayor importancia;<br />

además, y en torno al tema que nos interesa, se proponía como<br />

las sucesivas Leyes orgánicas de las Fuerzas Armadas Nacionales (2005,<br />

2009, 2011) y finalmente la Ley de Conscripción y Alistamiento (2009).<br />

18 Domingo Irwin e Ingrid Micet, op. cit., p. 277.<br />

19 Las Líneas de Acción Estratégica corresponden a los “diez grandes objetivos”<br />

de la llamada nueva etapa de la revolución bolivariana, delineados<br />

en las Jornadas Políticas realizadas los días 13 y 14 de noviembre de<br />

2004 en la Academia Militar de Venezuela. Gustavo Méndez, “Rangel<br />

Silva admite que plan educativo es ambiguo. En 2004 se ordenó profundizar<br />

la educación premilitar en todos los niveles”, en El Universal.com.<br />

Disponible en: http://www.eluniversal.com/2011/04/03/rangel-silva-admite-que-plan-educativo-es-ambiguo.shtml,<br />

Caracas, 3 de abril de 2011.<br />

(Consultado en febrero de 2013).<br />

20 Haiman El Troudy, “El Salto Adelante. La nueva etapa de la Revolución<br />

Bolivariana”, Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República, p. 50.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

actividad concreta “Profundizar la educación premilitar en los<br />

diferentes niveles de educación y en las misiones” 21 .<br />

Tal como hemos venido sosteniendo y tal como lo exponen<br />

sus teóricos, la llamada “Doctrina Militar Bolivariana” tiene<br />

como pilar fundamental la unión cívico-militar en materia de<br />

seguridad y defensa nacional, de allí todo el esfuerzo desplegado<br />

por incorporar “al pueblo a la defensa del país a través de<br />

la reserva militar, unión cívico militar en la que todos deben<br />

estar prestos a colaborar (gobernadores, alcaldes, población<br />

en general)” 22 .<br />

La participación civil en el “Nuevo Sistema de Defensa Nacional”<br />

es aludida en diferentes documentos como nación en<br />

armas, la doctrina de la guerra de todo el pueblo, pueblo en<br />

armas, y tiene entre sus referentes históricos, según Héctor Herrera<br />

Jiménez (2006), la guerra popular prolongada de China,<br />

la guerra de resistencia de Vietnam, la guerra de todo el pueblo<br />

de Cuba 23 y la resistencia iraquí a la invasión encabezada por<br />

fuerzas norteamericanas en el año 2003 24 ; experiencias inscritas<br />

en la lógica de la guerra de cuarta generación o conflicto<br />

asimétrico, noción del mundo militar caracterizada por la confrontación<br />

de dos fuerzas técnicamente desiguales, en la cual el<br />

elemento más débil hace un uso total de la “movilización de los<br />

elementos de [su] sociedad” 25 .<br />

La estrategia se basa en aprovechar factores como el conocimiento<br />

del entorno, la debilidad psicológica del enemigo frente<br />

a lo desconocido 26 , pero sobre todo el empleo de una fuerza<br />

social cohesionada, que multiplique la defensa en espacios no<br />

21 Ídem, p. 51.<br />

22 Ídem, p. 50.<br />

23 Héctor Herrera Jiménez, La Doctrina Militar Bolivariana. Sistema de<br />

Seguridad y Defensa venezolano, Caracas: Edición Altholito, p. 117.<br />

24 Ídem, p. 148.<br />

25 Ídem, p. 146.<br />

26 La Hipótesis de Guerra Asimétrica se establece frente al supuesto de una<br />

invasión de fuerzas de una potencia militar, normalmente representada<br />

137


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

tradicionales de confrontación, por lo que resulta fundamental<br />

la participación civil en medio de una confrontación bélica. La<br />

“hipótesis de guerra asimétrica”, propuesta como eje del sistema<br />

de defensa venezolana, se justifica, según diversos especialistas<br />

del área, como estrategia frente a una eventual invasión<br />

norteamericana sobre la nación, impulsada por el potencial<br />

energético de nuestro país 27 .<br />

Desde el punto de vista legal, la incorporación civil a los<br />

asuntos de defensa nacional se fundamenta en la corresponsabilidad<br />

entre el Estado y la sociedad civil, para lo que se<br />

establecen instrumentos como la Constitución de la República<br />

Bolivariana de Venezuela (1999), en su artículo 326; la Ley<br />

Orgánica de Seguridad Nacional (2002), las sucesivas leyes<br />

orgánicas de las Fuerzas Armadas Nacionales (2005, 2009,<br />

2011) y finalmente la Ley de Conscripción y Alistamiento<br />

(2009). Desde el punto de vista operativo en el seno de las<br />

Fuerzas Armadas, esa corresponsabilidad se ha intentado concretar<br />

a través de la figura de los cuerpos de reserva, por una<br />

parte, pero también a través de la educación militar.<br />

Por una parte, la participación civil en defensa, a través de la<br />

implementación de los cuerpos de reserva, ha sufrido cambios<br />

en su concepción. Inicialmente, la Ley de la Fuerza Armada<br />

Nacional (2005) estableció como figuras de participación civil<br />

la reserva nacional –constituida por quienes habían prestado<br />

alguna vez servicio militar– y la guardia territorial –constituida<br />

por miembros voluntarios–; sin embargo, estas fueron consideradas<br />

insuficientes un tiempo después. De allí, la reforma de<br />

la Ley Orgánica del 2009 creó la figura de la Milicia Nacional<br />

Bolivariana, en un intento de hacer más consustancial lo civil<br />

y lo militar. En palabras del presidente Hugo Chávez, había que<br />

“terminar con el viejo modelo de los Batallones de Reserva. La<br />

Milicia debe ser el pueblo en armas y eso es una misión absolupor<br />

los Estados Unidos; de allí que se dé por supuesto el desconocimiento<br />

del invasor del terreno de combate.<br />

27 Héctor Herrera Jiménez, op. cit., p. 28.<br />

138


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

tamente revolucionaria” 28 . La idea de fondo proponía que cada<br />

hombre, estudiante, indígena, campesino, obrero o habitante<br />

de zona popular, funcionase en su vida cotidiana bajo la lógica<br />

defensiva militar, convirtiéndose así en parte activa del sistema<br />

de defensa nacional 29 .<br />

Por otra parte, en relación a la implementación de la instrucción<br />

premilitar, debemos decir, a pesar de todas las polémicas que<br />

ha suscitado, que esta se ha mantenido sin cambios sustanciales<br />

desde el inicio de su puesta en práctica en el año 1999. Solo fue<br />

en el año 2011 cuando se intentó una reforma estructural de la<br />

materia que resultó infructuosa; dicha reforma respondía al ya<br />

mencionado Plan Integral de Educación Militar y puso sobre<br />

el tapete la necesidad por parte del sector político nacional de<br />

reformar el programa tal y como es impartido a fin de darle mayor<br />

efectividad a la participación civil en la defensa integral de<br />

la nación. Para ese momento, estas reformas eran una necesidad<br />

de vieja data, siendo una orden expresa del presidente Chávez<br />

cuando menos desde el año 2004 30 .<br />

A ello apuntaban y sobre ello coincidían las declaraciones de<br />

importantes representantes del sector castrense, como las del<br />

jefe del Comando Estratégico Operacional, General de División<br />

Henry Rangel Silva, quien sostenía que el objetivo de la<br />

reforma era “impulsar la gestión de la modalidad educativa<br />

militar más allá de los ámbitos castrenses, a objeto de integrar<br />

a la sociedad venezolana en la defensa de la patria, es decir,<br />

28 “La Milicia debe ser el pueblo en armas”, en Aporrea.org. Disponible en:<br />

http://www.aporrea.org/tiburon/n138567.html, 12 de julio de 2009. (Consultado<br />

en febrero de 2013).<br />

29 Hugo Chávez, Aló Presidente N° 5. La Doctrina Militar Bolivariana,<br />

Fuerte Tiuna, 23 de julio de 2009, Caracas: Ministerio del Poder Popular<br />

para la Comunicación e Información, p. 7.<br />

30 Gustavo Méndez, “Rangel Silva admite que plan educativo es ambiguo.<br />

En 2004 se ordenó profundizar la educación premilitar en todos los niveles”,<br />

en El Universal.com. Disponible en: http://www.eluniversal.<br />

com/2011/04/03/rangel-silva-admite-que-plan-educativo-es-ambiguo.<br />

shtml, Caracas, 3 de abril de 2011. (Consultado en febrero de 2013).<br />

139


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

preparar al pueblo para la defensa integral” 31 . Así mismo, personajes<br />

como el Ministro de Defensa Mata Figueroa y Jesús<br />

Morao Gardona, Viceministro de Educación para la Defensa,<br />

insistían en la necesidad de profundizar la formación estudiantil<br />

en aspectos inherentes a la organización militar 32 , el<br />

rescate de la gesta emancipadora 33 , y en la necesidad de renovar<br />

algunos conceptos inherentes a la soberanía nacional 34 .<br />

En este sentido, un aspecto altamente destacable de la Resolución<br />

N° 017621 del Ministerio de Educación, aparecida en la<br />

Gaceta Oficial N° 39641, fechada el 24 de marzo de 2011, es el<br />

reconocimiento de la importancia estratégica del sistema educativo<br />

nacional para la efectiva incorporación civil a la defensa<br />

de la nación:<br />

Es evidente que el citado cometido sólo es posible lograrlo a<br />

través de la educación, siendo los órganos nacionales competentes<br />

en la materia: el Ministerio del Poder Popular para la<br />

Educación (...) el Ministerio del Poder Popular para la educación<br />

universitaria, y el Ministerio del poder popular para la<br />

Defensa 35<br />

El otro pilar de la “Doctrina Militar Bolivariana” que no quisiéramos<br />

dejar de mencionar en las presentes líneas, aunque no<br />

31 Ídem.<br />

32 “Alertan que milicias pueden agravar la violencia escolar”, en El Universal.com.<br />

Disponible en: http://www.eluniversal.com/2011/04/09/<br />

imp_alertan-que-milicias-pueden-agravar-violencia-escolar, Caracas, 9<br />

de abril de 2011. (Consultado en febrero de 2013).<br />

33 Mata Figueroa, “Hay un plan macabro para acabar con la Fuerza Armada<br />

Nacional”, en Aporrea. Disponible en: http://www.aporrea.org/actualidad/n178596.html,<br />

6 de abril de 2011. (Consultado en febrero de 2013).<br />

34 “Comunicadores del Polo Patriótico solicitarán que Ojeda y Machado<br />

respondan ante AN por falsas informaciones. Prensa Frente de Comunicadores<br />

del Polo Patriótico”, en Aporrea. Disponible en: http://www.<br />

aporrea.org/medios/n179177.html, 16 de abril de 2011. (Consultado en<br />

febrero de 2013).<br />

35 Resolución N° 017621 del Ministerio del Poder Popular para la Defensa,<br />

Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 39.641, 24<br />

de marzo de 2011.<br />

140


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

aporta muchas luces a nuestro objetivo central sobre la implementación<br />

de la instrucción premilitar como problema y política<br />

pública, pero que es a la vez el aspecto más comentado por los<br />

analistas, es la participación de los hombres con formación militar<br />

en la vida cotidiana de la sociedad. La idea que tuvo como<br />

punta de lanza operativa, a partir de febrero del año 1999, la<br />

puesta en práctica del denominado Plan Bolívar 2000, conocido<br />

como el Primer Plan de Acción Cívico Militar que involucraba<br />

a las Fuerzas Armadas Nacionales en tareas de ayuda social<br />

en áreas como salud, educación y alimentación, se encontraba<br />

legitimada en ese entonces por el desprestigio de la élite política<br />

tradicional, así como por la idea de eficiencia militar 36 .<br />

En esencia, la construcción a partir de 1999 de un nuevo modelo<br />

estatal caracterizado como “Estado democrático y social<br />

de derecho y justicia” 37 , fundamentado en la “democracia<br />

participativa”, requiere en el orden militar trascender los espacios<br />

tradicionales de su ejercicio e influencia. El espacio tradicional<br />

de lo militar en el Estado liberal está constreñido a<br />

los asuntos inherentes al sistema de defensa nacional. En este<br />

sentido, los asuntos relativos a la seguridad, defensa y desarrollo<br />

admiten una separación como ámbitos de injerencia civil,<br />

que se corresponde con lo atinente a la seguridad y desarrollo;<br />

y como ámbito de injerencia militar, que se corresponde con lo<br />

atinente a la defensa nacional 38 .<br />

Desde el punto de vista conceptual, los analistas del área son<br />

incisivamente cuidadosos en distinguir la noción de defensa,<br />

únicamente referida al “conjunto de recursos –humanos y materiales–,<br />

instrumentos, mecanismos y procedimientos agrupados<br />

y organizados en las instituciones del Estado facultadas legal-<br />

36 Xavier Rodríguez Franco, “La democracia uniformada. El poder militar<br />

en Venezuela”, en Polis, núm. 1, vol. 2, Año 2006, p. 253.<br />

37 La referencia es persistente en los textos doctrinales, tanto Herrera Jiménez<br />

(2006) La Doctrina Militar Bolivariana, como en el más reciente<br />

de Aguana y Sayegh (2012), titulado La militaridad y subtitulado en el<br />

Estado Democrático y social de derecho y justicia.<br />

38 Domingo Irwin e Ingrid Micet, op. cit, p. 265.<br />

141


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

mente para el ejercicio de la fuerza” 39 , y por tanto injerencia de<br />

un cuerpo como la FAN; de la noción de seguridad, entendida<br />

como “la sensación de tranquilidad mínima indispensable de un<br />

país específico para el ejercicio de las actividades desarrolladas<br />

al interior del conglomerado social, sean estas productivas, políticas,<br />

culturales, etc” 40 . De la misma manera, a pesar de que la<br />

defensa nacional garantiza o hace posible la seguridad nacional,<br />

garantiza el desarrollo nacional entendido como el progreso de<br />

las fuerzas sociales y materiales de una nación, de esto no se colige<br />

una participación activa de las fuerzas militares en materia<br />

de desarrollo nacional.<br />

Sin embargo, en concordancia con lo que venimos exponiendo,<br />

el ordenamiento legal vigente en materia de seguridad de<br />

la nación, la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación (2002),<br />

subvierte esto al hacer consustancial a la noción de seguridad<br />

la de desarrollo nacional 41 : “La seguridad de la nación está fundamentada<br />

en el desarrollo integral, y es la condición, estado<br />

o situación que garantiza el goce y ejercicio de los derechos y<br />

garantías en los ámbitos económico social, político, cultural,<br />

geográfico, ambiental y militar”.<br />

De esta manera y en lo atinente a aspectos más operativos de<br />

la función de las Fuerzas Armadas Nacionales, establecidos en<br />

el Concepto Estratégico de la Nación 42 , los ámbitos estratégicos<br />

39 Luis Alberto Buttó, “Seguridad y Defensa en América Latina: debate<br />

en Desarrollo”, en Domingo Irwin, Frédérique Lange y Hernán Castillo<br />

(coordinadores), Problemas militares venezolanos. FANB y Democracia<br />

en los inicios del siglo XXI. Caracas: UCAB-UPEL, 2009, p. 88.<br />

40 Ídem.<br />

41 En su obra Caudillos, militares y poder, los investigadores Domingo<br />

Irwin e Ingrid Micett comentan que en Latinoamérica, en las décadas<br />

del sesenta y setenta, se elaboró una doctrina de seguridad hemisférica,<br />

que involucraba al sector militar en temas de desarrollo nacional, denominada<br />

“Doctrina de Seguridad Nacional y Desarrollo”, y que servía de<br />

fundamento a los gobiernos militares que lo sustentaban. Domingo Irwin<br />

e Ingrid Micett, op. cit., p. 244.<br />

42 El concepto estratégico de nación establece los lineamientos de acción<br />

que son de necesario desarrollo a los fines del interés nacional en materia<br />

142


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

considerados de injerencia castrense pasan a ser el militar y<br />

el geopolítico, al que se suman el ambiental, el cultural, el social,<br />

el económico y el político, ensanchando así notablemente<br />

el radio de acción antes asignado 43 . El resultado visible de la<br />

cuestión es lo que la “Doctrina Militar Bolivariana” denomina<br />

el nuevo concepto de seguridad integral, el cual:<br />

Incorpora la participación del cuerpo castrense –de modo<br />

activo– en tareas de desarrollo nacional para combatir la pobreza<br />

y otros problemas sociales. Esta acción ha insertado a<br />

la FAN en la población (...) a fin de hacer viable el proceso de<br />

cambios profundos y revolucionarios de Venezuela 44 .<br />

En conclusión, la “doctrina militar bolivariana” fundamentada en<br />

la indiferenciación de lo cívico-militar en las áreas de seguridad,<br />

defensa y desarrollo integral de la nación, se ha concretado por<br />

una parte dando injerencia a los hombres de armas en la basta<br />

amplitud de cuestiones que pueden ser inherentes a lo social;<br />

así como intentando hacer al mundo civil partícipe de los asuntos<br />

de defensa nacional a través de mecanismos como la milicia<br />

bolivariana, la instrucción premilitar; y más recientemente, se<br />

ha planteado la formación premilitar en el seno de la naciente<br />

estructura de organización social denominada comunas 45 .<br />

Cabe destacar que de las formas ensayadas para involucrar a la<br />

sociedad civil en materia de defensa de la nación –la organización<br />

de milicias y la implementación de programas de estudios<br />

de instrucción premilitar–, la implementación de la instrucción<br />

premilitar en la educación media resulta ser la que tiene un mayor<br />

potencial de alcance en la población, puesto que se sirve<br />

del sistema educativo nacional para su implementación. En términos<br />

estadísticos, según el Instituto Nacional de Estadística,<br />

para el período escolar 2012-2013, la población matriculada en<br />

de seguridad.<br />

43 Domingo Irwin e Ingrid Micett, op. cit., p. 271.<br />

44 Héctor Herrera Jiménez, op. cit., p. 60.<br />

45 R. J. Aguana y S. Sayeh, La militaridad en el Estado Democrático y<br />

social de derecho y justicia, Caracas: Editorial hormiguero, 2012, p. 59.<br />

143


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

el nivel de educación diversificada constaba de 835.238 estudiantes<br />

46 , distribuidos en los últimos dos años de estudios y,<br />

por tanto, recibiendo formación en instrucción premilitar; ese<br />

alcance crece si consideramos la cantidad de 1.536.860 estudiantes<br />

escolarizados en el nivel de educación media –primero<br />

a tercer año–, que en el curso de los próximos tres años podrían<br />

cursar el programa 47 . En contraste, la cifra oficial de individuos<br />

registrados como milicianos, según declaraciones del entonces<br />

ministro Mata Figueroa, para el año 2011 apenas alcanzaba<br />

150.000 individuos a nivel nacional 48 .<br />

En la práctica, el socialismo bolivariano de siglo XXI parece<br />

proponer una incorporación activa y constante de la ciudadanía<br />

en los asuntos de seguridad y defensa de la nación, que lo distanciarían<br />

de las prácticas previas a la era pre-Chávez. En este<br />

sentido y en consecuencia a su política previsible, en torno al<br />

tema formativo que nos ocupa, parecería no solo pretender formar<br />

a los jóvenes estudiantes en temas de Seguridad y Defensa,<br />

sino también, iniciarlos en las prácticas propias del caso.<br />

46 INE, “Matrícula de educación media, según entidad federal y año de<br />

estudio 2003/04-2012/13”, en ine.gov.ve. Disponible en: http://www.<br />

ine.gov.ve/index.php?option=com_content&view=category&id=64&I<br />

temid=39# (Consultado el 01 de octubre de 2012).<br />

47 La relación que hacemos no toma en cuenta la cantidad total de estudiantes<br />

del nivel de Educación Básica para el mismo período (2012-2013),<br />

3.473.886, según cifras INE, y que abultaría aún más la cifra de futuros<br />

estudiantes formados por el Programa de Instrucción Premilitar; dado que,<br />

por un lado estaríamos proyectando esta cantidad de individuos a ser formados<br />

con este programa al lapso de ocho años que le llevaría a la población<br />

escolarizada más joven alcanzar el nivel de educación diversificada,<br />

un lapso de tiempo largo en procesos políticos tan frágiles como el venezolano<br />

en la actualidad; así como por otra parte la cuestión esencial de que en<br />

nuestro país, de ese grueso número de niños escolarizados en los primeros<br />

años de la educación básica, solo alrededor de un 15% alcanza a cursar el<br />

primer nivel de educación media o primer año de bachillerato.<br />

48 Sofía Neder, “Milicia celebrará en el Balcón del pueblo unión cívicocastrense”,<br />

en El Nacional, 13 de abril de 2011, p. D-3.<br />

144


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

6. La sociedad civil: reacciones frente a la implementación<br />

del Programa de Instrucción Premilitar<br />

Un rasgo notable de la dinámica política generada en torno a<br />

los intentos sistemáticos de los dirigentes revolucionarios por<br />

implementar, rediseñar y fortalecer la instrucción premilitar en<br />

el sistema educativo venezolano ha sido la reacción adversa de<br />

la sociedad civil, que en curso de 15 años ha logrado niveles<br />

de movilización en unos términos razonables para paralizar o<br />

enlentecer las aspiraciones del mayor alcance de la instrucción<br />

premilitar que tiene el gobierno.<br />

En esta dinámica, a cada ocasión que el gobierno ha colocado<br />

sobre la mesa de agenda alguna reforma en el programa de instrucción<br />

premilitar ha seguido un rechazo tajante de la sociedad<br />

civil; algunos de estos momentos, que ya hemos referido en anteriores<br />

apartados, han sido: la implementación obligatoria del<br />

programa en 1999, el rediseño general del Currículo Nacional<br />

Bolivariano en el año 2008, el rediseño del Programa de Instrucción<br />

Premilitar como Educación para la Defensa Integral,<br />

con la intención de generalizarlo a todos los niveles del sistema<br />

educativo nacional en el año 2011, y finalmente la presentación<br />

por parte del Ministerio de la Defensa del proyecto de Ley de<br />

Educación Militar en el curso del año 2014.<br />

En líneas generales, el gran signo de este debate ha sido estar<br />

marcado por la alta polarización política que ha resultado inmanente<br />

al proceso revolucionario bolivariano. Esta polarización<br />

en torno al asunto que venimos tratando estaría marcada por la<br />

existencia de dos grandes posturas ante el problema que tiene<br />

como rasgo el presentar argumentaciones de carácter cerrado<br />

y opuesto. Estas dos lógicas partirían, tal como hemos antes<br />

mencionado, la primera, de una lógica de control civil sobre<br />

el mundo militar, donde al ámbito castrense tiene una función<br />

exclusivamente en el área de defensa de la nación dentro del esquema<br />

del Estado, y que, por tanto, separa lo civil de lo militar.<br />

La otra, que ha venido a llamarse “militaridad”, es la versión<br />

teórica y operativa más acabada de la doctrina de corresponsabi-<br />

145


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

lidad cívico-militar en materias de seguridad y defensa integral<br />

de la nación y que tiene como bandera no solo la participación<br />

militar en áreas de interés social, normalmente ajenas al ámbito<br />

de la defensa nacional, sino también la participación de los civiles<br />

en lo relativo a la defensa. En concreto, algunas de las grandes<br />

críticas que ha generado la cuestión que venimos tratando desde<br />

la línea de los adversarios al proyecto político revolucionario, se<br />

refieren a que el programa exalta lo militar y los valores militares;<br />

sin embargo, las acusaciones de militarismo que recaen sobre<br />

el programa son solamente uno de los tres grandes motivos de<br />

rechazo del mismo. En este mismo orden de ideas y muy relativos<br />

a los argumentos de militarismo, encontramos el argumento que<br />

sostiene que el programa es un instrumento de adoctrinamiento<br />

político a través del sistema educativo, y finalmente el argumento<br />

que sostiene que su implementación promueve la violencia y no la<br />

mediación como forma de resolución de conflictos.<br />

El argumento sobre el militarismo 49 ha sido el más transversal<br />

al debate desde su inicio en el año 1999, la promoción de<br />

valores castrenses se ha visto en elementos como la inclusión<br />

en el programa de información sobre los planes de acción cívico<br />

militar –Plan Bolívar 2000–, las unidades referentes al<br />

tema del militar como líder y sobre todo la inclusión de la enseñanza<br />

de algunas destrezas prácticas militares incluidas en<br />

el programa, tales como la familiarización con las voces de<br />

mando o prácticas de orden cerrado y el conocimiento aún teórico<br />

del armamento básico de los diferentes componentes de<br />

las fuerzas armadas –ambos contenidos presentes en la unidad<br />

cinco de los programas de instrucción premilitar vigente–.<br />

Este último aspecto se ha convertido en el eje fundamental del<br />

rechazo al programa por parte de diversas organizaciones, tanto<br />

de padres y representantes, como de organizaciones no gubernamentales<br />

50 ; la postura se puede sintetizar en frases como<br />

49 La idea de militarismo recogida de la prensa nacional no está tratada con<br />

el rigor académico que exige la distinción de los fenómenos de participación<br />

militar en política.<br />

50 Podemos mencionar, en este sentido, las siguientes organizaciones: Observatorio<br />

Educativo Venezolano, Consejo Consultivo de la Federación<br />

146


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

“Están planteando la militarización de la sociedad, tratando de<br />

meter a la milicia en las mentes y los corazones de los niños y<br />

jóvenes del país” 51 o “Se quiere convertir a los estudiantes en<br />

milicianos” 52 .<br />

El segundo argumento identificado gira en torno a las acusaciones<br />

de usar el programa como instrumento de adoctrinamiento<br />

político de los jóvenes estudiantes de la materia. Desde esta<br />

perspectiva, el programa estaría orientado no hacia la defensa<br />

nacional, sino hacia la defensa del proyecto político impulsado<br />

por la administración revolucionaria; en este sentido, cabe destacar<br />

que la idea inherente al uso del sistema educativo como<br />

vehículo ideologizante trasciende la polémica sobre la instrucción<br />

premilitar e incluye diversas modificaciones en materia<br />

educativa adelantadas desde el año 1999; según esta idea “Desde<br />

el principio, la intención fue convertir la educación en el<br />

aparato ideológico” 53 .<br />

de Sociedades de Padres y Representantes, Memoria Educativa Venezolana,<br />

PROVEA, Asociación Civil Vicaría Episcopal de Derechos Humanos<br />

de la Arquidiócesis de Caracas, Asociación Civil Red de Apoyo<br />

por la Justicia y la Paz, Asociación Civil Control Ciudadano, Cámara de<br />

Educación Privada, Asociación Venezolana de Escuelas Católicas, Fundación<br />

Arturo Uslar Pietri, Fundación Luz y Vida, CECODAP, A.C.<br />

Manos por la Niñez y Adolescencia, EDINAC, Asociación Muchachos<br />

de la Calle, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UCAB, Red de<br />

Madres, Padres y Representantes, FENASOPADRES y Asociación Nacional<br />

de padres y Representantes.<br />

51 Pedro Pablo Peñaloza, “Milicia formará a niños para la defensa integral<br />

del país. Rocío San Miguel denuncia intento de militarizar a la<br />

sociedad”, en El Universal.com. Disponible en: http://www.eluniversal.<br />

com/2011/03/26/milicia-formara-a-nios-para-la-defensa-integral-delpais.shtml,<br />

Caracas, 26 de marzo de 2011. (Consultado en febrero de<br />

2013).<br />

52 “Pregúntale A. Antonio Ecarri, presidente de la Fundación Arturo Uslar<br />

Pietri”, en El Universal.com. Disponible en: www.eluniversal.<br />

com/2011/04/06/imp_antonio-ecarri-presidente-de-la-fundacionarturo-uslar-pietri.shtml<br />

1/3, Caracas, 6 de abril de 2011. (Consultado<br />

en febrero de 2013).<br />

53 Lissette Cardona, “Adoctrinamiento”, en El Nacional.com. Disponible en:<br />

http://www.el-nacional.com/sociedad/organizacion-padres-maestros-<br />

147


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

El último argumento, sostenido en la idea de que los contenidos<br />

del programa resultan promotores de la violencia y van en detrimento<br />

de la mediación como forma de resolución de conflicto,<br />

se manifiesta, a saber, a partir del año 2008, cuando el mundo<br />

educativo nacional se enfrentó a la polémica en torno a la modificación<br />

del sistema educativo con la presentación del nuevo<br />

Diseño Curricular Bolivariano. En esa oportunidad, especialistas<br />

en el tema educativo sostenían:<br />

Hay una tendencia militarista y no civilista en la propuesta<br />

(...) se privilegian los temas ligados a la seguridad externa e<br />

interna y a la formación premilitar. En el área de Ciencias<br />

Sociales y Ciudadanía, en vez de formar a los estudiantes en<br />

los mecanismos alternativos para la resolución de conflictos,<br />

se forman en la pasada militar, orden cerrado, movimiento<br />

pie firme, movimiento sobre la marcha 54 .<br />

La formulación sería rescatada y ampliada en el año 2011 con<br />

motivo de la publicación en Gaceta Oficial de la Resolución N°<br />

017621, contentiva del ya aludido Plan Integral de Educación<br />

Militar, ocasión en la cual organizaciones dedicadas a temas<br />

inherentes a niños y adolescentes, entre ellos la violencia, sostuvieron<br />

que el plan, con su énfasis en contenidos marciales,<br />

vendría a acentuar la visible cuestión inherente a la violencia<br />

escolar presente en el país 55 . La respuesta oficial de la administración,<br />

por su parte, ha negado en todo momento estas acusaciones,<br />

sosteniendo públicamente como línea más visible que el<br />

programa realmente se remite a la formación de valores patrios<br />

adoctrinamiento-educativo_0_162583880.html, Caracas, 30 de marzo<br />

de 2013. (Consultado en septiembre de 2014).<br />

54 Gustavo Méndez, “Currículo bolivariano impone visión militar sobre la<br />

civil. En cuarto año, de catorce objetivos de Ciudadanía, diez son castrenses”,<br />

en El Universal.com. Disponible en: http://www.eluniversal.<br />

com/2008/03/26/pol_art_curriculo-bolivaria_770360.shtml, Caracas, 26<br />

de marzo de 2008. (Consultado en febrero de 2013).<br />

55 “Alertan que milicias pueden agravar violencia escolar”, en El Universal.com.<br />

Disponible en: www.eluniversal.com/2011/04/09/imp_alertan-que-milicias-pueden-agravar-violencia-escolar.shtml<br />

1/2, Caracas,<br />

9 de abril de 2011. (Consultado en febrero de 2013).<br />

148


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

y de ciudadanía, haciendo mucho menos énfasis en sus declaraciones<br />

–hasta reciente data– en lo inherente a los aspectos de<br />

defensa de la nación. Por ejemplo, en 1999 el entonces ministro<br />

del despacho de educación Héctor Navarro respondía a las más<br />

duras críticas sobre la materia:<br />

Asegurando que con ella no se pretendía adoctrinar a los estudiantes<br />

ni exaltar a la institución armada. Por el contrario<br />

(...) sólo toca temas que ya se abordaban en las cátedras de<br />

Formación Moral y Cívica y Ciencias Sociales y, además, algunas<br />

destrezas militares cuyo fin es desarrollar la noción de<br />

trabajo en equipo, de grupo, liderazgo y acción compartida 56 .<br />

Los frentes de movilización que ha utilizado la sociedad civil,<br />

aglutinada en organizaciones no gubernamentales, sociedades<br />

de padres y representantes y otras organizaciones que hacen<br />

vida en el sistema educativo para hacer frente a los intentos de<br />

avance del gobierno en el área, han incluido desde presión a la<br />

opinión pública a través de los medios de comunicación hasta<br />

movilizaciones de calle en casos muy puntuales; estas en conjunto<br />

han logrado frenar, tal vez momentáneamente, las intenciones<br />

gubernamentales de intervenir el aparato educativo. Las<br />

movilizaciones de calle más notables en torno a modificaciones<br />

políticas a los programas educativos se produjeron en el año<br />

2008, luego del anuncio de la implementación piloto en algunos<br />

Estados del país del Nuevo Currículo Bolivariano. Las manifestaciones<br />

en estados como Anzoátegui y Zulia 57 obligaron a<br />

moderar la postura del Ministro de Educación y al presidente<br />

56 Sandra Caula, “Instrucción Antimilitar”, en El Universal.com. Disponible<br />

en: http://www.eluniversal.com/2000/08/19/opi_art_OPI10.shtml,<br />

Caracas, 19 de agosto de 2000. (Consultado en febrero del año 2013).<br />

57 Miriam Rivero y Mónica Castro, “Protestas obligan suspensión del currículo<br />

en Anzoátegui y Zulia”, en El Universal.com. Disponible en:<br />

http://www.eluniversal.com/2008/04/22/pol_art_protestas-obligansu_829247,<br />

Caracas, 22 de abril de 2008. (Consultado en febrero de<br />

2013).<br />

149


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Chávez a proponer un referéndum popular para la aprobación<br />

del nuevo currículo 58 .<br />

Otro momento cumbre de retroceso de las intenciones gubernamentales<br />

lo constituyó la publicación de la Resolución 017621<br />

del despacho de defensa en la Gaceta Oficial N° 39.641, la cual<br />

contenía el diseño del Programa de Educación para la Defensa<br />

Integral, presumiblemente como sustituto y fase superior del<br />

Programa de Instrucción Premilitar; este nuevo programa recibió<br />

una avalancha de críticas en relación con el alcance de<br />

la medida –el mismo proponía la “Educación para la Defensa<br />

como eje integrador del Sistema Educativo Nacional”–, así<br />

como con el hecho de que el despacho de defensa hubiese actuado<br />

en solitario en un tema educativo, lo que nuevamente hizo<br />

retroceder al gobierno. Esta vez el retroceso fue a través de unas<br />

absurdas declaraciones en las que el ministro de defensa Carlos<br />

Mata Figueroa, aseguraba que la publicación de la Gaceta Oficial<br />

era apenas un documento interno de la institución y que se<br />

encontraba en fase de diseño:<br />

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana ejecutará lo que<br />

diga el Ministerio de Educación (...) Eso está en la comisión.<br />

Todo este plan está Sometido a revisión y estudio, pero este<br />

documento es nuestro (...) Eso está basado en Nuestra legislación,<br />

se está revisando todavía y es un documento interno 59 .<br />

Esta no sería, sin embargo, la última vez que escucharíamos un<br />

proyecto tal, pues en mayo de 2014, un proyecto de ley de educación<br />

militar fue introducido por el despacho de defensa para<br />

58 Fidel Eduardo Orozco, “Chávez propone que currículo se someta a referendo<br />

en 2009”, en El Universal.com. Disponible en: http://www.<br />

eluniversal.com/2008/04/04/pol_art_chavez-propone-que-c_790138,<br />

Caracas, 04 de abril de 2008. (Consultado en febrero de 2013).<br />

59 “Las milicias no tienen armas, las tenemos nosotros. ENTREVISTA//<br />

General en Jefe, Carlos Mata Figueroa, ministro de la Defensa”, en El<br />

Universal.com. Disponible en: www.eluniversal.com/2011/04/10/imp_<br />

las-milicias-no-tienen-armas-las-tenemos-nosotros.shtml 1/4, Caracas,<br />

10 de abril de 2011. (Consultado en febrero de 2013).<br />

150


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

ser discutido y aprobado en la Asamblea Nacional 60 , de donde<br />

se deduce que la intención de formar a los ciudadanos comunes<br />

masivamente en asuntos de defensa, usando para ello el aparato<br />

educativo, no ha cesado, sino que estaba en reposo y nuevos<br />

episodios se esperan.<br />

7. Conclusiones<br />

La “Revolución Bolivariana” al mando del teniente coronel (r)<br />

(†) Hugo Chávez implicó un cambio en los esquemas de relaciones<br />

civiles y militares que fue considerado un peligro en<br />

inicio de orden pretoriano, dada la masiva participación de militares<br />

en los espacios civiles de la política nacional. La implementación<br />

obligatoria del programa de instrucción premilitar<br />

a partir del año de 1999 y los sucesivos intentos de rediseño<br />

del mismo, se inscriben en el marco general del desarrollo de<br />

políticas para dar concreción a la nueva Doctrina de Seguridad<br />

y Defensa Nacional; una doctrina basada en las ideas de unión<br />

y corresponsabilidad cívico-militar en los temas de seguridad<br />

y defensa nacional, así como en la idea de guerra de cuarta generación<br />

o guerra asimétrica, un concepto que implica la participación<br />

de la población civil en la defensa nacional en casos<br />

presumibles de invasión extranjera “imperialista”; y contiene<br />

la pulsión de tipo militarista de hacer a hombres civiles responsables<br />

de la defensa nacional redistribuyendo la función militar<br />

de forma ubicua.<br />

La implementación del programa a través del sistema educativo<br />

sería la política de mayor fortaleza para concretar la corresponsabilidad<br />

cívico-militar en defensa –en comparación con<br />

la conformación de cuerpos de milicias–, dado que buscaría<br />

promover entre la población civil valores propios del mundo<br />

militar, fundamentalmente centrados en la idea de la obediencia<br />

60 A. M. Nuñez, “Proyecto de ley de educación militar. Enseñarán a escolares<br />

a combatir la Guerra Asimétrica”, en Quinto Día, Caracas, del 22 al<br />

29 de agosto de 2014, p. 8.<br />

151


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

debida a las cadenas de mando 61 . El corolario de este fortalecimiento<br />

en valores militares redundaría inevitablemente en el<br />

debilitamiento de los valores civiles y, por consiguiente, de la<br />

sociedad civil, cuyo valor fundamental en términos de ciudadanía<br />

sería la exigencia de derechos. Dado que ambos mundos no<br />

pueden coexistir armónicamente, la amenaza más grande que<br />

se cierne sobre la sociedad venezolana con la implementación<br />

del programa de instrucción premilitar es el nacimiento de un<br />

servil “hombre nuevo”.<br />

61 Para la revisión de la idea en relación con los valores y principios que caracterizan<br />

al mundo militar, ver Luis Alberto Buttó, “Gobiernos militares<br />

y Democracia: el maridaje imposible”, en Domingo Irwin, Hernán Castillo<br />

y Frédérique Lange (coordinadores), Pretorianismo venezolano del<br />

siglo XXI. Ensayos sobre las relaciones civiles y militares venezolanas,<br />

Caracas: UCAB, 2007, pp. 173-259.<br />

152


MUNDO NUEVO. Caracas, Venezuela<br />

Año VI. N° 15. 2014, pp. 153-182<br />

Alejandro Gámez Morales<br />

Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales<br />

surlitster@gmail.com<br />

<strong>VENEZUELA</strong> SIGLO XXI:<br />

LA DEMOCRACIA ACUARTELADA<br />

Resumen: En el presente artículo se estudian el pretorianismo y el militarismo<br />

y se comparan para determinar cuál se aplica mejor a la realidad<br />

venezolana contemporánea. También se analizan diferentes modelos de<br />

democracia y las amenazas que sobre ella se ciernen en los albores del siglo<br />

XXI. El pretorianismo se identifica como la ideología justificadora de<br />

la participación de la fuerza armada en la política nacional. Finalmente, se<br />

analiza la transición desde un gobierno militar a una democracia dirigida<br />

por civiles.<br />

Palabras clave: democracia, Venezuela, pretorianismo, militarismo,<br />

transición.<br />

Venezuela in the XXI century:<br />

the quartered democracy<br />

Abstract: Praetorianism and militarism are studied and compared in this<br />

article to determine which one describes the Venezuelan current situation.<br />

Different models of democracy, as well as threats to democracy at the<br />

dawn of the XXI century, are also analyzed. Praetorianism is identified<br />

as the ideology justifying the participation of the Armed Forces in Venezuelan<br />

politics. Lastly, the transition from a military government to a<br />

democracy handled by civilians is also analyzed in the article.<br />

Keywords: Democracy, Venezuela, Praetorianism, Militarism, Transition.<br />

153


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

El texto no admite pre-texto.<br />

Carlos Fuentes. La voluntad y la fortuna<br />

1. Introducción<br />

El título del presente artículo no alude a lo que Harold Lasswell<br />

denominó como Estado Guarnición o Estado Cuartel –expresión<br />

de militarismo–. El acuartelamiento al que alude el título<br />

trata de identificar o desarrollar la idea de que la democracia<br />

no solo puede ser amenazada por una conducta del sector militar<br />

tendiente al militarismo, sino que también el pretorianismo<br />

puede debilitar el sistema democrático de una sociedad determinada.<br />

En el ensayo se habla de democracia sana. Definimos<br />

de esa manera a la democracia que independientemente del calificativo<br />

que se le coloque (participativa, representativa, integral,<br />

etc.) respeta los elementos definitorios de este sistema de<br />

gobierno: separación de poderes, alternancia en el poder, libertad<br />

de expresión, elecciones limpias, rendición de cuentas.<br />

Identificamos algunas de las amenazas que se ciernen sobre el sistema<br />

democrático venezolano y las raíces ideológicas de este proceso.<br />

Catalogamos el pretorianismo como la ideología que mueve<br />

a la fuerza armada venezolana, y se hace una diferenciación entre<br />

los conceptos de pretorianismo y militarismo. Las señales de que<br />

un sistema político está siendo acuartelado y las justificaciones del<br />

sector armado para entrar a la arena política también son objeto de<br />

estudio. Paralelo a ello, se señalan los posibles pasos para la transición<br />

de una democracia acuartelada a una democracia real y cómo<br />

hacer que los militares venezolanos vuelvan a sus cuarteles con el<br />

menor trauma posible para la sociedad.<br />

El poeta Fernando Paz Castillo en su poema El camino escribía:<br />

“¡Ah!, si el camino se atreviera a saltar/ sobre el barranco,<br />

/ en la punta de enfrente le nacería otro pueblo”. Este poema<br />

154


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

es pertinente para preguntarse si la sociedad venezolana está<br />

dispuesta a dar los pasos necesarios para ejercer un verdadero<br />

control sobre el estamento militar y colocar al pretorianismo<br />

como un recuerdo del pasado.<br />

1.1. La democracia acuartelada: en busca de los orígenes<br />

Con el fin de la Guerra Fría y durante los “felices noventas”<br />

–para utilizar el título de uno de los libros de Joseph Stiglitz– se<br />

proclamó el triunfo de Occidente y del liberalismo como forma<br />

de organización social, política y económica. El siglo XXI y los<br />

hechos en él acontecidos muestran que los fuegos artificiales<br />

y lo que estos discursos trajeron consigo fueron, en el mejor<br />

de los casos, los buenos deseos de unos cuantos y el discurso<br />

ideológico u optimista de otros tantos. En este contexto, Samuel<br />

Huntington nos habló de una nueva ola democratizadora. Miguel<br />

Ángel Martínez Meucci sostiene que:<br />

El fin de la guerra fría repercutió en América Latina de forma<br />

tan importante como en el resto del mundo. La ola de democratización<br />

y liberalización de los años 90 se saldó con la casi<br />

desaparición de las dictaduras militares y los movimientos<br />

subversivos 1 .<br />

Si bien no se puede negar que los efectos señalados por Martínez<br />

Meucci son reales, las nuevas circunstancias políticas se<br />

encontraron con débiles instituciones que no respondieron a las<br />

expectativas generadas en la población, lo que dejó las puertas<br />

abiertas, en primer caso, a la anti-política, que trajo como efecto<br />

en la región –y particularmente en Venezuela– la llegada al<br />

poder por vías democráticas de movimientos que no creen en<br />

ella y la utilizan para crear sistemas formalmente democráticos<br />

negadores de la misma.<br />

1 Miguel A. Martínez Meucci, “Liberalismo y democracia en la América<br />

Latina de hoy. Visiones en conflicto”, en Memoria de la I° semana Latinoamericana<br />

y caribeña en la Simón, 18 al 24 de octubre de 2010, Caracas,<br />

Instituto de Altos Estudios de América Latina, Universidad Simón<br />

Bolívar, 2010, p. 96.<br />

155


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Cae el muro de Berlín y la Unión Soviética llega a su fin, nuevas<br />

naciones se unen a la nómina de países que proclaman la democracia<br />

como forma de gobierno, incluso las que formalmente<br />

nunca se consideraron dictaduras. La visión socialista de organización<br />

social y buena parte de la izquierda política que sustentaba<br />

la primera sufren un fuerte descalabro y se desprestigian;<br />

consecuencia de ello, se retiran a los centros de pensamiento<br />

para de esta manera tratar de replantearse. Con la llegada del<br />

nuevo milenio se observa una mutación en las amenazas al sistema<br />

democrático; con ello, nuevas formas de negación de la<br />

misma han nacido. Este fenómeno político proclama su apego a<br />

las fórmulas democráticas y de ellas se vale para darse el necesario<br />

baño de legitimidad producto de los procesos electorales.<br />

Al respecto, Luis Alberto Buttó escribe:<br />

Los clásicos gobiernos autoritarios de represión dura han pasado<br />

a segundo plano y se han entronizado regímenes autoritarios<br />

nacidos en y bajo la formalidad de la democracia,<br />

duchos en apelar a métodos sofisticados, sutiles, casi imperceptibles<br />

(...) los gobiernos autoritarios de factura reciente<br />

conculcan la expresión política de sus pueblos.<br />

(...)<br />

Es posible, en consecuencia, que sistemas donde se permite<br />

legalmente la participación de varios partidos, y donde estos<br />

concurren, con o sin reservas, a asiduos comicios electorales,<br />

el cáncer del autoritarismo se manifieste de manera embrionaria,<br />

y, posiblemente avance hasta causar metástasis en la<br />

democracia 2 .<br />

Por su parte, Domingo Irwin nos dice:<br />

Una amenaza que me temo puede manifestarse en nuestros<br />

lares es una novedosa versión de pretorianismo sin antecedentes<br />

efectivamente conocidos, más allá de meras aproximaciones<br />

al fenómeno específico en cuestión. La ascensión al<br />

2 Luis Alberto Buttó, “Autoritarismo y democracia: la combinación posmoderna”,<br />

en Luis Alberto Buttó, Domingo Irwin y Frédérique Langue,<br />

Control civil y pretorianismo en Venezuela, Caracas: Publicaciones<br />

UCAB, 2006, p. 60 y 78.<br />

156


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

poder es democrática en origen, con algún antecedente público<br />

y notorio que permite al pretendido líder captar la atención<br />

de la sociedad en su conjunto. El carácter democrático de origen<br />

debe ser incuestionable, pero no lo será en su desempeño,<br />

o mejor dicho, lo es cada vez menos en la medida en que se<br />

permanece en el ejercicio del poder político.<br />

La dirección de estas novedosas versiones potencialmente autoritarias<br />

o totalitarias de gobiernos pretorianos en el inicio<br />

del siglo XXI, se desarrollarán bajo un liderazgo mesiánico<br />

con pretendido ropaje socializante y paternalista que esconde<br />

formas potenciales de militarismo, como nunca antes se había<br />

manifestado en esta parte del hemisferio occidental 3 .<br />

A partir de lo arriba escrito vale la pena preguntarse: ¿Cómo puede<br />

una sociedad enfrentar estas novedosas amenazas? ¿Cómo<br />

fortalecer las instituciones de cara a los “autoritarismos posmodernos”?<br />

¿Qué señales pueden servir de alerta a una sociedad de<br />

cara a este nuevo autoritarismo que se configura en el horizonte?<br />

¿Cómo realizar un proceso de transición desde estos nuevos autoritarismos<br />

a democracias efectivamente sanas?<br />

Irwin nos habla de “novedosas versiones de pretorianismo”.<br />

En Venezuela el sector militar juega un papel fundamental en<br />

la negación de la democracia desde la misma democracia. El<br />

sector castrense desde 1999 ha tomado el poder político y ha<br />

evolucionado desde un discurso que se podría calificar como de<br />

centro-izquierda a discursos que proclaman el socialismo y la<br />

“guerra” contra el capitalismo como los faros que deben guiar a<br />

la sociedad venezolana; el sector militar venezolano siempre se<br />

vió –y se ve– a sí mismo como los agentes más capacitados para<br />

llevar a Venezuela a nuevos estadios de desarrollo. Al leer o<br />

escuchar los discursos pronunciados por el alto mando militar,<br />

previo al periodo 2002-2003, el tema ideológico –me refiero a<br />

la toma de partido por determinada preferencia política– estaba<br />

3 Domingo Irwin, “Comentarios de Domingo Irwin a la ponencia del Dr.<br />

Herbert Koeneke: sobre izquierdismos y pretorianismos”, en Memoria<br />

de la I° semana Latinoamericana y Caribeña en la Simón, 18 al 24 de<br />

octubre de 2010, Caracas: Instituto de Altos Estudios de América Latina,<br />

Universidad Simón Bolívar, 2010, p. 48-49.<br />

157


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

bastante diluido, si no ausente. El sector castrense se veía a sí<br />

mismo alejado de las luchas ideológicas de los diferentes partidos<br />

políticos que hacían vida en Venezuela; es más, veía estas<br />

luchas partidistas como un freno al tan anhelado desarrollo. La<br />

toma de partido, pública y notoria, por parte de los militares y<br />

el cambio de rol que los civiles militaristas o pretorianos creen<br />

que estos deben jugar es uno de los signos distintivos de la Revolución<br />

Bolivariana.<br />

Con respecto a los civiles militaristas o pretorianos, Alfredo<br />

Peña en 1978 realizaba una entrevista a José Vicente Rangel<br />

quien manifestaba al entrevistador lo siguiente acerca de las<br />

entonces denominadas fuerzas armadas nacionales:<br />

No queremos unas fuerzas armadas socialistas, ni social demócratas<br />

ni copeyanas, sino institucionales en el sentido real<br />

del término, no en abstracto. Profesionales al servicio del país,<br />

de la constitución, respetuosos del orden democrático, pero<br />

que participen en el proceso político, económico y social 4 .<br />

Se intuye un cambio de visión en ambos sectores del papel de la<br />

fuerza armada, ya que el sector civil militarista-pretoriano hoy<br />

apoya que la institución armada se denomine como “socialista”.<br />

Lo llamativo del caso es que, mientras una parte del sector civil<br />

alienta y desea la participación del sector militar en ámbitos que<br />

le son privativos a los civiles, los militares ven con reservas que<br />

ocurra el caso inverso. En una serie de artículos publicados en el<br />

diario Notitarde y luego recogidos en el libro titulado “El ejército<br />

y la democracia”, Amado Cornielles sostiene:<br />

Se nota un dañoso y marcado pensamiento en la élite administrativa<br />

proclive a seguir aumentando el número de funcionarios<br />

civiles en la institución armada (...) nos inclinamos<br />

a pensar que sería provechoso para la suerte de la patria (...)<br />

seguir el ejemplo de países austeros que (...) aprovechan la<br />

juventud prometedora de sus soldados para orientarlos hacia<br />

4 Alfredo Peña, Conversaciones con José Vicente Rangel, Caracas: Editorial<br />

Ateneo, 1978, p. 130.<br />

158


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

el desempeño de funciones que hoy cumple en Venezuela el<br />

personal civil en el seno de la fuerza armada 5 .<br />

En el gobierno denominado bolivariano la nueva élite militar ha<br />

desplazado progresivamente a los civiles en puestos claves de la<br />

administración del Estado. Sobre el particular, Giussepe de Corso<br />

escribe:<br />

El pensamiento político-militar detrás del actual modelo económico,<br />

parece favorecer la participación directa a través de<br />

los cuadros superiores de la fuerza armada (...) en el desarrollo<br />

económico y social nacional, por lo tanto, la fuerza<br />

armada no solo debe dedicarse, según este planteamiento,<br />

a las labores de seguridad y defensa, sino también colaborar<br />

directamente en la organización productiva nacional, y<br />

servir como cantera de recursos humanos, para ocupar los<br />

vértices de la burocracia estatal. Siguiendo esta lógica, puede<br />

entenderse, el deseo del ejecutivo nacional de ver a la fuerza<br />

armada como un actor fundamental en la realización de proyectos<br />

productivos (...) los militares se han convertido en el<br />

segmento hegemónico de la tecno-burocracia 6 .<br />

Por lo tanto, al menos en Venezuela, el control civil sobre la<br />

fuerza armada no se ha alcanzado, vivimos actualmente en estas<br />

tierras un pretorianismo de tipo gobernante. Cabe destacar,<br />

por cierto, que los militares no violan la vigente Carta Magna<br />

al actuar de esta manera, pues el artículo 328 de la Constitución<br />

de la República Bolivariana de Venezuela ordena una “participación<br />

activa en el desarrollo nacional”; dicho sea, además,<br />

que es la primera Constitución que lo hace, legalizando de esta<br />

manera el pretorianismo, bien de tipo árbitro o como señalamos<br />

arriba, de tipo gobernante.<br />

5 Amado Cornielles, El ejército y la democracia, Caracas: sin editorial,<br />

1999, p. 61-62.<br />

6 Giusseppe de Corzo, “El modelo económico-militar en el siglo 20: la<br />

experiencia de la década 1948-1958, el modelo de la quinta República y la<br />

perspectiva histórica”, en Hernán Castillo, Manuel Denìs Ríos y Domingo<br />

Irwin (compiladores), Militares y civiles. Balance y perspectiva de las<br />

relaciones civiles y militares venezolanas en la segunda mitad del siglo<br />

XX, Caracas: Publicaciones UCAB, 2001, p. 153-154.<br />

159


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

1.2. El pretorianismo como ideología<br />

La ideología nunca se muestra como tal, siempre se intenta enmascarar;<br />

en este sentido, podríamos seguir a Althusser cuando<br />

afirma que ella –la ideología– trae en sí la negación de ser una<br />

construcción ideológica. Se argumenta en el presente apartado<br />

que más allá del proclamado socialismo, punta de lanza de la<br />

actual élite en el poder y a la cual la fuerza armada dice apoyar,<br />

el tema de fondo está en que este apoyo es solo un mascarón de<br />

proa con el cual justificar el hecho de que es el pretorianismo<br />

la ideología de fondo. Para ello comenzaremos definiendo qué<br />

es la ideología, para luego caracterizar el pretorianismo y diferenciarlo<br />

del militarismo y por último tratar de identificar esta<br />

ideología pretoriana presente en los militares de Venezuela.<br />

Teun Van Dijk nos dice que:<br />

Las ideologías expresan u ocultan nuestra posición social o<br />

política, nuestras perspectivas o nuestros intereses (...) las<br />

ideologías se pueden definir (...) como la bases de las representaciones<br />

sociales compartidas por los miembros de un<br />

grupo. Esto significa que las ideologías les permiten a las<br />

personas, como miembros de un grupo, organizar la multitud<br />

de creencias sociales acerca de lo que sucede, bueno o malo,<br />

correcto o incorrecto, según ellos, y actuar en consecuencia 7 .<br />

Ernesto Laclau por su parte se pregunta ¿cómo una medida de<br />

gobierno puede llegar a transformarse en ideológica?<br />

La posibilidad de constituir a la comunidad como un todo<br />

coherente (...) este es el efecto ideológico strictu sensu: la<br />

creencia en que hay un ordenamiento social particular que<br />

aportará el cierre y la transparencia de la comunidad 8 .<br />

Con cierre Laclau se refiere a algo en donde el conjunto de sus<br />

efectos puede ser determinado sin necesidad de ir más allá del<br />

sentido originario, y es transparente cuando las dimensiones<br />

7 Teun A. Van Dijk, Ideología, Barcelona: Gedisa, 1998, p. 14.<br />

8 Ernesto Laclau, Misticismo, retórica y política, México: Fondo de Cultura<br />

Económica, 2006, p. 21.<br />

160


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

internas están entre sí en una relación de estricta solidaridad.<br />

Kenneth Minogue define ideología de esta manera:<br />

La ideología es la propensión a construir explicaciones estructurales<br />

del mundo (...) y es de este modo una especie de<br />

libre juego creativo del intelecto explorando el mundo.<br />

(...)<br />

Los politólogos usan la palabra para describir algunos de los<br />

cuerpos más evolucionados de doctrina política, en la cual la<br />

teoría está combinada con un proyecto de acción política (...)<br />

la usaré [el autor] más restringidamente, para denotar cualquier<br />

doctrina que presenta la verdad escondida y salvadora<br />

sobre los males del mundo bajo la forma de análisis social.<br />

Un rasgo característico de todas las teorías semejantes es incorporar<br />

una teoría general de los errores de todas las demás<br />

9 .<br />

Juan Carlos Pérez Toribio cree encontrar las raíces ideológicas<br />

del proceso político que vive Venezuela en la actualidad en los<br />

planteamientos de Antonio Gramsci:<br />

En Gramsci, supuesto inspirador ideológico del actual proceso<br />

político venezolano, encontramos varios tópicos que nos<br />

recuerdan en cierta forma lo que está sucediendo en alguno<br />

de nuestros países como, por ejemplo, la pareja dialéctica<br />

construcción-destrucción, como algo esencial a la revolución,<br />

la adopción en política de la guerra de posiciones; la crítica al<br />

economicismo y espontaneísmo; (...) el ataque al sindicalismo<br />

burocrático; la unión obrera-campesina; la adecuación de los<br />

medios políticos a la situación histórica; la búsqueda de la<br />

hegemonía de cierta clase en el contexto supra estructural,<br />

ideológico y cultural; la relación entre los consejos obreros y<br />

el partido de vanguardia; el enfoque antiimperialista, y hasta<br />

la propuesta de la asamblea constituyente 10 .<br />

9 Kenneth Minogue, La teoría pura de la ideología, Buenos Aires: Grupo<br />

Editor Latinoamericano, 1988, p. 12-14.<br />

10 Juan Carlos Pérez Toribio, La revolución entre líneas. Ensayos sobre<br />

ideología, verdad y lenguaje, Berlín: Editorial Académica Española,<br />

2011, p. 12.<br />

161


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Para Gonzalo Barrios Ferrer el proyecto ideológico del Movimiento<br />

Bolivariano Revolucionario 200 –germen de lo que hoy<br />

día se cataloga como chavismo– es un intento por detener el<br />

tiempo y volver al “Edén” perdido, mitificando el pasado para<br />

justificar su propuesta política ante el país:<br />

No se trata de asumir ya críticamente el presente y el proceso<br />

histórico que lo ha condicionado, con el fin de proponer<br />

ideas nuevas que sirvan a diseños futuros y originales, sino<br />

más bien de regresar al pasado, a un pasado deformado por<br />

el mito, que en todo caso contiene los elementos inmutables,<br />

las verdades que inspiran la acción en todo tiempo y lugar (...)<br />

Se propone una redefinición del rol de las fuerzas armadas en<br />

el sistema político. Ello implica la realización de una misión<br />

que se considera histórica y que persigue la recuperación de<br />

una identidad perdida 11 .<br />

Si se analiza el pretorianismo a la luz de las definiciones de<br />

ideología arriba señaladas, podremos ver que dicho fenómeno<br />

sustentador de la revolución bolivariana encuentra en la población<br />

venezolana un componente que comparte determinada explicación<br />

del mundo y organiza de esta forma su visión de lo<br />

que sucede en el país. Por ejemplo, la situación económica no<br />

es producto de una mala gestión de la materia, sino que es el<br />

“imperio” representado por Estados Unidos y sus aliados, tanto<br />

internos como externos, los que hacen una “guerra económica”<br />

al país (Van Dijk). Si usamos a Laclau, tenemos que se busca<br />

homogenizar al máximo a la sociedad venezolana, esto queda<br />

plasmado en el Plan de la Patria 2013-2019 que es Ley de la<br />

República al ser publicado en la Gaceta Oficial Extraordinaria<br />

6.118 del 5 de diciembre de 2013. Dice este plan en uno de sus<br />

apartados así:<br />

Avanzar hacia el socialismo (...) pasa por pulverizar completamente<br />

la forma de Estado burgués que heredamos (...) darle<br />

11 Gonzalo Barrios Ferrer, “Las referencias ideológicas del movimiento bolivariano<br />

revolucionario-200 y la crisis venezolana”, en Mundo Nuevo,<br />

núm. 1-2, Caracas: 1996, p. 35, 45.<br />

162


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

continuidad a la invención de nuevas formas de gestión pública<br />

12 .<br />

Para ellos todo se explica en que la llamada “Cuarta República”<br />

fue un periodo de ignominia y oscurantismo ante el cual un grupo<br />

de jóvenes oficiales irrumpen para devolver el honor patrio<br />

–dando así el cierre del que habla Laclau– y la fuerza armada<br />

se presenta como un bloque sólido en defensa del socialismo<br />

bolivariano, demostrando así espíritu de cuerpo –de esta manera<br />

se ve la transparencia que define este autor–. Se observa un plan<br />

de acción política (Plan de la Patria 2013-2019) que va unido a<br />

una explicación del mundo que busca salvar a la sociedad venezolana,<br />

y no solamente llevarla a nuevos niveles de desarrollo,<br />

sino que también se le quiere dar la mayor dosis de felicidad. Por<br />

medio de esto quedaría explicada la definición ideológica que<br />

nos da Minogue.<br />

Queda claro que el pretorianismo es una ideología, ¿pero es<br />

algo nuevo o ya se ha presentado en la sociedad venezolana<br />

con anterioridad? La respuesta es que se ha presentado en el<br />

pasado, persisten los discursos ideológicos de fondo, cambian<br />

los justificantes, ayer la lucha contra el comunismo y una ideología<br />

de centro derecha, hoy la lucha contra el imperialismo<br />

y su brazo ejecutor el capitalismo y una ideología socialista.<br />

Para demostrar lo anterior haremos una comparación entre el<br />

gobierno de Marcos Pérez Jiménez y el proceso cívico-militar<br />

presente desde 1999. Ocarina Catillo D’Imperio recoge un discurso<br />

del expresidente Marcos Pérez Jiménez pronunciado el 2<br />

de diciembre de 1952:<br />

Nosotros solo entendemos por democracia un sistema que<br />

mediante realizaciones prácticas logre (...) mayor suma de<br />

felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor<br />

suma de estabilidad política. (...) Las obras encaminadas a la<br />

transformación racional del medio físico y el mejoramiento<br />

12 Plan de la Patria 2013-2019, Gaceta Oficial de la República Bolivariana<br />

de Venezuela Nº 6.118 (extraordinaria), 5 de diciembre de 2013.<br />

163


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

integral de los habitantes del país, son nuestra expresión de<br />

este concepto de democracia 13 .<br />

Si para el Nuevo Ideal Nacional la democracia se expresaba en<br />

concreto armado, para los oficiales que invaden el desenvolvimiento<br />

democrático por medio de dos intentos de golpe militar<br />

en 1992 la democracia, que debe ser “bolivariana”, se define de<br />

esta forma:<br />

Cuando enfocamos los 34 años de la llamada democracia venezolana<br />

(...) ha sido un proceso terrible de degradación nacional.<br />

Ha sido un cáncer indetenible, generalizado en todos<br />

los órganos del cuerpo de la República. Estamos muy lejos de<br />

un Estado democrático y mucho más aún de una sociedad democrática<br />

(...) el pueblo venezolano sigue, a pesar de todo, su<br />

marcha, nadie podrá detenerlo. Deberá, por lo tanto, generar<br />

en sus entrañas nuevas instituciones, nuevos hombres que la<br />

guíen hacia su destino histórico. Hombres e instituciones que<br />

sientan las mismas palpitaciones del pueblo al cual se deben,<br />

enmarcados en el sistema de interacción auténticamente democrático.<br />

En un estadio sociopolítico futuro al que nosotros<br />

llamamos democracia bolivariana, sistema de gobierno que<br />

debe producir la mayor suma de felicidad, mayor suma de<br />

seguridad social y mayor suma de estabilidad política 14 .<br />

Como se ve, ambos discursos son parecidos, encarnan el deseo<br />

de desarrollo nacional por medio de la tutela del ejército y es<br />

sintomático que ambos textos recurran a la cita de Bolívar y<br />

se abroguen que son ellos quienes conocen el camino correcto<br />

para hacer realidad esta frase. Pérez Jiménez llevaba a cabo<br />

políticas de centro-derecha bajo un esquema de capitalismo de<br />

Estado; lo mismo ocurre hoy, existe el capitalismo de Estado<br />

pero ahora bajo directrices socialistas. Resumiendo, se trata de<br />

discursos que en esencia son muy parecidos, lo que hace intuir<br />

que el pretorianismo como ideología recurre al capitalismo de<br />

Estado para llevar a cabo sus planes y políticas, siendo la defi-<br />

13 Ocarina Castillo D`Imperio, “Construcciones, modernización, eficacia<br />

y permanencia”, en El desafío de la historia, núm. 16, Caracas: año 3,<br />

p. 34.<br />

14 Gonzalo Barrios Ferrer, op. cit., p. 49.<br />

164


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

nición ideológica, expresa o no (derecha, socialismo, etc.), solo<br />

una manera de justificación de cara a la población. Fernando<br />

Mires reflexiona de la siguiente manera acerca de los procesos<br />

revolucionarios:<br />

Muchas veces el verdadero sentido y carácter de una revolución<br />

solo se conoce después de que esta ha finalizado. La<br />

gran revolución campesina que comenzó a ocurrir bajo la égida<br />

de Mao Tse-Tung en China, para poner un ejemplo, no estaba<br />

“destinada” a construir el socialismo, como imaginaron<br />

sus planificadores, sino que –ahora lo sabemos– a preparar<br />

las condiciones para la entrada de esa gran nación en el espacio<br />

capitalista mundial. El socialismo fue, en ese sentido, la<br />

ideología de la revolución capitalista china 15 .<br />

Siguiendo esta línea de pensamiento, se puede argumentar<br />

que el socialismo esgrimido por la revolución bolivariana solo<br />

preparó el terreno para que los militares entraran a participar<br />

en la política. Ayer tuvimos un pretorianismo de centro derecha,<br />

hoy uno de izquierda socialista ...¿Mañana tendremos un<br />

pretorianismo liberal?<br />

1.3. Pretorianos y militaristas<br />

Se tiende a confundir, con o sin intención, los términos<br />

pretorianismo y militarismo, siendo esos dos conceptos dos<br />

eslabones diferentes de la intervención militar en política. El<br />

pretorianismo se define como: “la influencia de carácter abusivo<br />

y política que ejerce el sector militar de una sociedad<br />

dada” 16 . A su vez, el militarismo, tomando la definición que<br />

del término hace L. Radway en el Diccionario de Ciencias<br />

Sociales citado por Irwin:<br />

es la doctrina o sistema que valora positivamente la guerra y<br />

le atribuye a las fuerzas armadas primacía en el Estado y la<br />

15 Fernando Mires, Democracia o barbarie, Caracas: Los libros de El Nacional,<br />

2009, p. 114.<br />

16 Domindo Irwin e Ingrid Micett, Caudillos, militares y poder. Una historia<br />

del pretorianismo en Venezuela, Caracas: Publicaciones UCAB,<br />

2008, p. 10.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

sociedad. Exalta una función –la aplicación de la violencia– y<br />

una estructura institucional: la organización militar. Implica<br />

a su vez, una orientación política y una relación de poder (...)<br />

en (...) una sociedad plenamente militarizada (...) las fuerzas<br />

armadas determinan unilateralmente el carácter de las instituciones<br />

básicas, la forma de gobierno, los deberes y derechos<br />

de los ciudadanos, y la parte de los recursos nacionales<br />

asignados a funciones militares 17 .<br />

Como se puede observar, mientras en el pretorianismo hay una<br />

influencia cierta visible o no de lo militar en la vida política, en<br />

el militarismo, por el contrario, es este sector el que determina,<br />

sin participación o con una participación simbólica de los<br />

civiles, el rumbo que debe seguir un país en todos los aspectos.<br />

Germán Carrera Damas nos habla de dos corrientes ideológicas<br />

tradicionales presentes en Venezuela:<br />

Una corriente ideológica es el bolivarianismo. Está basado en<br />

el culto a Bolívar que es el eje del culto heroico creado por<br />

la historiografía patria (...) la otra corriente ideológica es el<br />

militarismo primitivo, patriotero y exclusivista, representado<br />

por el general Juan Vicente Gómez Chacón hasta las del “militarismo<br />

académico” representado inicialmente por el general<br />

Marcos Pérez Jiménez (...) el bolivarianismo militarismo<br />

actual es un burdo disfraz ideológico tras el cual se esconde<br />

la fusión de los retardatarios del militarismo primitivo y los<br />

sobrevivientes del socialismo autocrático 18 .<br />

Sin embargo, no nos parece que sea el militarismo el concepto<br />

que defina mejor el papel que juega el ejército en Venezuela.<br />

El bolivarianismo, en todo caso, sí es uno de los ejes<br />

ideológicos conjuntamente con la prédica socialista del vigente<br />

pretorianismo venezolano. Se afirma que no se puede catalogar<br />

lo que vive Venezuela como militarismo porque:<br />

17 Domingo Irwin, “Reflexiones sobre el control civil (teoría y acción)”, en<br />

Luis Alberto Buttó, Domingo Irwin y Frédérique Langue, Control civil y<br />

pretorianismo en Venezuela, Caracas: Publicaciones UCAB, 2006, p. 20.<br />

18 Germán Carreras Damas, El bolivarianismo militarismo. Una ideología<br />

de reemplazo, Caracas: Ala de Cuervo, 2005, p. 122, 123 y 125.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

El aspecto fundamental del militarismo: dominio total de todos<br />

los órdenes y condiciones sociales por lo castrense; lo militar<br />

invade como por una suerte de metástasis todo el tejido social<br />

subordinándolo a sus intereses. Tal no es el caso del intervencionismo<br />

militar latinoamericano o en Venezuela durante los<br />

siglos XIX y XX (...) en términos estrictamente teóricos, el<br />

militarismo sería el nivel más elevado de la influencia política<br />

abusiva del sector militar en una sociedad dada 19 .<br />

Para reforzar lo arriba señalado es necesario citar al vicealmirante<br />

en situación de retiro Rafael Huizi Clavier quien, haciendo<br />

un recuento histórico de la institución armada, escribe:<br />

Tomo, pues, el año 1911 como el punto de partida de la institucionalización<br />

de las fuerzas armadas y como la primera de las<br />

series de generaciones militares que defino como protagonistas<br />

del siglo XX militar venezolano (...) las academias militares<br />

fueron creando un conjunto de valores en los oficiales, en<br />

los cuales resaltan de manera particular el orgullo de sentirse<br />

profesionales de las armas, la convicción de que los militares<br />

tienen que jugar un papel tutelar en la sociedad, su sentido de<br />

grupo (...) los acontecimientos de 1945-1947 ampliaron la ya<br />

marcada separación existente entre el estamento militar y la<br />

sociedad civil, producto de la dictadura gomecista (...) el proceso<br />

de los años sesenta se basó en una organización militar<br />

institucionalizada, empeñada al proceso de desarrollo nacional<br />

(...) la lucha contra la subversión permitió a los militares<br />

demostrar su capacidad profesional para garantizar la estabilidad<br />

del régimen democrático (...) pertenezco a la generación<br />

de oficiales que egresaron de las aulas militares en la década<br />

de los años sesenta. Constituimos la generación históricamente<br />

conocida también como los pretorianos, entendida su misión,<br />

en la esencia del vocablo, como guardianes del desarrollo democrático<br />

e institucional de Venezuela 20 .<br />

19 Domingo Irwin, op. cit., p. 21-22.<br />

20 Rafael Huizi Clavier, “La conciencia histórica del rol político jugado por<br />

la institución armada”, en Hernán Castillo, Manuel Denìs Ríos y Domingo<br />

Irwin (compiladores), Militares y civiles. Balance y perspectiva de las<br />

relaciones civiles y militares venezolanas en la segunda mitad del siglo<br />

XX, Caracas: Publicaciones UCAB, 2001, p. 132, 135, 137 y 139.<br />

167


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Con lo afirmado arriba por un oficial de alto rango ya retirado,<br />

queda en evidencia que los miembros de la fuerza armada se ven<br />

como pretorianos, ya que conciben la participación de los militares<br />

en todos los aspectos de la vida nacional –el punto está<br />

en la intensidad de dicha participación–, echando por piso así<br />

las pretendidas calificaciones de militarismo presentes a lo largo<br />

de la historia patria. Para entender esto es clave el periodo<br />

1945-1948, momento en el cual los militares se ven obligados a<br />

compartir el poder con los civiles. La lucha armada de los años<br />

sesenta presenta ciertamente una fuerza armada institucionalizada<br />

y bajo los designios del poder civil. Ante la amenaza armada y<br />

en el contexto de la lucha contra el comunismo, se crean intereses<br />

coincidentes entre civiles y militares para mantener el entonces<br />

naciente sistema democrático, lo que luego, y a través del sistema<br />

de conciliación de élites, este sector capitalizará a la hora de<br />

exigir mejoras materiales y de equipamiento; sistema de conciliación<br />

que al llegar la crisis económica de los años ochenta no puede<br />

satisfacer las peticiones de los diferentes actores que forman<br />

parte del mismo, y el militar es uno más de ellos. Cabe señalar<br />

que el militarismo supone el desmontaje efectivo de los instrumentos<br />

democráticos y como hemos visto, los autoritarismos del<br />

siglo XXI necesitan de dichas herramientas, así que no vemos en<br />

el actual proceso político venezolano evidencia del mismo.<br />

Buscando caracterizar el pretorianismo venezolano y las justificaciones<br />

que esgrime a la hora de participar en política nos<br />

guiaremos por las cinco características que al respecto señala<br />

Luis Alberto Buttó 21 , a saber:<br />

1. El proceso clave de la fuerza armada: si el principal papel<br />

de la fuerza armada es mantener la seguridad externa e<br />

interna, ahora se le añade un rol principal en el desarrollo<br />

nacional. Aníbal Romero escribe:<br />

21 Luis Alberto Buttó, “Pretorianismo y nuevo profesionalismo militar”,<br />

en Luis Alberto Buttó, Domingo Irwin y Frédérique Langue, Control civil<br />

y pretorianismo en Venezuela, Caracas: Publicaciones UCAB, 2006,<br />

p. 109-111.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Es probable que Chávez [ahora Nicolás Maduro] sienta que<br />

él representa el cambio (...) la gente no desea que Chávez invente<br />

nada nuevo; la gente lo que desea es que Chávez haga<br />

funcionar de nuevo el sistema populista de manera eficaz 22 .<br />

Lo señalado por Romero viene a explicar por qué el apoyo<br />

importante que hoy, luego de 14 años en el ejercicio del poder,<br />

detenta la élite gobernante. Gran parte de la población ve<br />

en las ideas esgrimidas guías de acción que complementan<br />

con lo que creen son sus aportes, lo que Laclau llamó un<br />

significante vacío, en donde todos pueden aportar de cierta<br />

manera algo en pos de alcanzar los objetivos revolucionarios.<br />

2. El espíritu y contenido de la educación militar: se educa al<br />

militar venezolano bajo la premisa de que es él el heredero<br />

de la obra de Simón Bolívar; por ende, son ellos los llamados<br />

a interpretar en última instancia el pensamiento y la<br />

doctrina del personaje. Este apartado es importante porque<br />

es mediante la educación impartida en las diferentes academias<br />

militares que se vuelve pretoriano al entonces cadete.<br />

El no controlar la educación castrense fue uno de los errores<br />

señalados por el expresidente Carlos Andrés Pérez:<br />

Creíamos que la educación militar iba por los caminos democráticos<br />

porque supervisábamos desde afuera la academia<br />

militar y no desde adentro. Aunque ingresaron algunos profesores<br />

democráticos, la estructura de la educación militar siguió<br />

siendo la tradicional, de formar militares para su propio<br />

servicio y no para el servicio del país. La educación militar<br />

no respondió a los objetivos de la democracia a pesar de todos<br />

los esfuerzos 23 .<br />

Todo deseo de construcción de un efectivo control civil sobre<br />

los militares pasa porque sean los civiles quienes controlen los<br />

aspectos medulares de la formación de los contenidos impartidos<br />

a los jóvenes cadetes.<br />

22 Aníbal Romero, Decadencia y crisis de la democracia. ¿A dónde va la<br />

democracia venezolana?, Caracas: Editorial PANAPO, 1999, p. 155.<br />

23 Roberto Giusti y Ramón Hernández, Carlos Andrés Pérez: memorias<br />

proscritas, Caracas: Los libros de El Nacional, 2006, p. 418.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

3. La constante histórica: los miembros de la fuerza armada<br />

se ven como los legítimos herederos del ejército libertador,<br />

cuando no existe un hilo de continuidad entre ambos. El actual<br />

ejército se conforma bajo la presidencia de Cipriano Castro<br />

y se consolida con el gobierno de Juan Vicente Gómez.<br />

4. Conciencia social de la oficialidad: hay una particularidad<br />

que caracteriza y diferencia a la fuerza armada venezolana<br />

con respecto a instituciones similares, especialmente las<br />

del cono sur; ella es que en su seno no solo se encuentran<br />

personas de un determinado estrato social; esta particularidad<br />

ha sido tomada por los personeros del gobierno bolivariano<br />

para aseverar que la fuerza armada es el pueblo en<br />

armas y representan el sentir más profundo de la venezolanidad.<br />

En un documento sin fecha desde la cárcel de Yare<br />

y citado por Barrios Ferrer, Hugo Chávez expresa que la<br />

academia militar era el crisol de la patria:<br />

Todo lo que somos se lo debemos a esa casa maternal donde<br />

se enseña a ser digno y útil a la patria. LA ACADEMIA<br />

MILITAR DE <strong>VENEZUELA</strong> allí aprendimos a defender a<br />

la patria, a querer a nuestro gentilicio; porque era un área<br />

para reunión de sueños andinos, zulianos, llaneros, orientales,<br />

centrales y guayaneses, bajo un solo norte, el ideario<br />

bolivariano 24 .<br />

5. La equiparación del desenvolvimiento técnico con las<br />

conductas de entrada básica para dirigir el proceso de<br />

desarrollo del país: debido a la alta complejidad técnica<br />

obtenida por la fuerza armada a la hora de operar y mantener<br />

complejos sistemas de armas, sumado a las destrezas<br />

administrativas producto de los estudios realizados en universidades<br />

civiles tanto nacionales como internacionales,<br />

los militares se ven como los agentes más capacitados a la<br />

hora de dirigir el país.<br />

A estas cincos características se añadirían las siguientes:<br />

24 Gonzalo Barrios Ferrer, op. cit., p. 42 [mayúsculas en el documento<br />

citado].<br />

170


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

6. Capitalismo de Estado: se ve esta doctrina como la llamada<br />

a ser la aplicada a la hora de manejar la economía;<br />

y el discurso socialista o cualquier otro sería una manera<br />

de tratar de aglutinar la mayor cantidad de apoyo en el<br />

mundo civil.<br />

7. Existencia de enemigo externo: que amenaza la patria y,<br />

por ende, se vive en una especie de estado de emergencia<br />

y alerta permanente.<br />

8. Meta relatos: expresados en discursos muchas veces pomposos<br />

que idealizan un futuro en donde seremos y viviremos<br />

mejor que hoy, siempre y cuando se sacrifique lo que<br />

esta élite pida sacrificar en el presente.<br />

9. Unión cívico-militar: conformada por una simbiosis entre<br />

ambos sectores que pasa a ser la columna vertebral de la<br />

nueva Venezuela, buscando de esta manera eliminar la separación<br />

entre ambas esferas y por ende, permitiendo a los<br />

militares la participación en el mundo político y en esferas<br />

que antes eran privativas del ámbito civil; y otorgándole al<br />

sector que detenta las armas de la República un indudable<br />

poder de negociación.<br />

2. El acuartelamiento de la democracia<br />

En primer lugar precisaremos qué se entiende por democracia,<br />

para ello seguiremos la definición planteada por Norberto Bobbio,<br />

luego de lo cual plantearemos varios modelos de este sistema que<br />

a lo largo del tiempo se han venido desarrollando; por último,<br />

trataremos de identificar cuáles son los síntomas que presenta<br />

una democracia cuando está siendo acuartelada. Para comenzar,<br />

Norberto Bobbio define de la siguiente forma la democracia:<br />

Se entiende por régimen democrático un conjunto de reglas<br />

procesales para la toma de decisiones colectivas en el que<br />

está prevista y propiciada la más amplia participación posible<br />

de los interesados 25 .<br />

25 Norberto Bobbio, El futuro de la democracia, México: Fondo de Cultura<br />

Económica, 1986, p. 9.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Rafael del Águila, por su parte, identifica en la democracia conceptos<br />

claves y mínimos; por ello es necesario citarlo en extenso:<br />

La democracia es una fórmula política para resolver el hecho<br />

de la pluralidad humana (...) la democracia aspira, al mismo<br />

tiempo, a respetar ese pluralismo y a ofrecer una esfera compartida<br />

por todos donde esas diferencias puedan expresarse<br />

constituyendo a la postre una comunidad de deliberación y<br />

decisión política (...) la democracia exige que la pluralidad<br />

de opciones (políticas, ideológicas, sociales, culturales, etc.),<br />

pese a todas las esenciales diferencias que las separan, mantengan,<br />

sin embargo, ciertos puntos de acuerdo mínimo. Pese<br />

a que la democracia pueda definirse como un sistema caracterizado<br />

por el disenso, debe no obstante fundamentarse en la<br />

existencia de ciertas reglas mínimas compartidas. (...) existe<br />

un conjunto de procedimientos políticos institucionales mínimos<br />

(...) que podrían servir para establecer un concepto<br />

mínimo de democracia (...) que establecería los siguientes<br />

requisitos indispensables para la existencia de la democracia:<br />

El control sobre las decisiones gubernamentales ha de estar<br />

constitucionalmente conferido a cargos públicos elegidos.<br />

1. Los cargos públicos han de ser elegidos en elecciones<br />

frecuentes y conducidas con ecuanimidad.<br />

2. Todos los adultos han de tener derecho a votar.<br />

3. Todos los adultos han de tener derecho a concurrir como<br />

candidatos a los cargos.<br />

4. Los ciudadanos han de tener derecho a expresar sus opiniones<br />

políticas sin peligro a represalias.<br />

5. Los ciudadanos han de tener acceso a fuentes alternativas<br />

de información.<br />

6. Los ciudadanos han de tener derecho a formar asociaciones,<br />

partidos o grupos de presión independientes 26 .<br />

David Held escribe sobre el declive del modelo clásico de democracia<br />

ateniense y observa en la expansión de esta ciudad-Estado,<br />

26 Rafael del Águila, Manual de ciencias políticas, Madrid: Trotta, 1997,<br />

p. 54, 155-156.<br />

172


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

la consecuencia de que su modelo deliberativo de democracia se<br />

hiciera impracticable.<br />

El eclipse de la democracia antigua, en el contexto del surgimiento<br />

de imperios, estados poderosos y potencias militares,<br />

pudo deberse tanto a factores internos como a su cambiante<br />

suerte en ultramar. El Estado ateniense descansaba en un sistema<br />

productivo que dependía en gran medida de los esclavos<br />

(...) esta estructura económica era vulnerable al desorden<br />

y conflicto internos y externos. La naturaleza radicalmente<br />

democrática del Estado parece haber incrementado esta vulnerabilidad,<br />

ya que la ausencia de un centro burocrático y<br />

la existencia, en el mejor de los casos, de meras divisiones<br />

institucionales vagamente coordinadas (...) exacerbaban las<br />

dificultades en la administración de la economía y de un extenso<br />

sistema comercial y territorial 27 .<br />

Por ende, se puede deducir de la experiencia de Atenas que un<br />

sistema político debe adecuarse y reformularse conforme cambie<br />

el contexto en el cual se desarrolla, de lo contrario, tarde<br />

o temprano dicho contexto terminará haciendo dicho modelo<br />

impracticable. Salvando la distancia en el tiempo y las diferencias<br />

conceptuales, podríamos hacer un símil con la democracia<br />

venezolana; debido a la crisis económica iniciada con la devaluación<br />

de la moneda en 1983 (conocida como viernes negro) se<br />

inició la gestación de una crisis no solo económica, sino también<br />

política y social. 1989 marca el año en el que se propone<br />

un nuevo proyecto país el cual no puede materializarse debido<br />

a la fuerte oposición de la sociedad y a los hechos violentos de<br />

febrero de ese año. Ana Teresa Torres se refiere a una especie<br />

de orfandad en la que cae la sociedad venezolana a partir de la<br />

década de los ochenta:<br />

Durante más de tres décadas la democracia de consenso había<br />

logrado, gracias a la abundancia relativa, una complacencia<br />

general de los intereses sociales y creado una democracia<br />

estable, pero progresivamente se fue generando un cuadro de<br />

ineficiencia, corrupción y participación mediatizada por los<br />

27 David Held, Modelos de democracia, Madrid: Alianza Editorial, 2006,<br />

p. 54.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

partidos políticos. A partir de los acontecimientos de 1989 y<br />

1992 el desencuentro entre el gobierno, las fuerzas armadas,<br />

los partidos políticos y las organizaciones sociales creó una<br />

grave crisis política, sin que pudiera sustituirse el modelo colapsado<br />

de la sociedad rentista centralizada.<br />

(...)<br />

La ecuación entre democracia y prosperidad en Venezuela<br />

estaba asentada en la redistribución de la renta petrolera, de<br />

forma tal que las medidas económicas de tipo neoliberal que<br />

intentó el presidente Pérez, aunque tímidas y duramente combatidas<br />

por su propio partido, significaban no solamente una<br />

amenaza económica, sino algo mucho más profundo como<br />

era el desvanecimiento de una ilusión firmemente anclada<br />

en la sociedad venezolana: estamos destinados a ser ricos y<br />

siempre lo seremos.<br />

(...)<br />

El imaginario creado en torno a la democracia se desinfló<br />

como un globo. ¿Qué ocurre cuando un conglomerado humano<br />

pierde su imaginario, es decir, el conjunto de ideas,<br />

creencias, juicios y prejuicios, sentimientos, valoraciones,<br />

expectativas, percepciones y autopercepciones que le confiere<br />

identidad y un destino? Tiene que sustituirlo. No puede<br />

quedar en el vacío (...) pero un imaginario colectivo no se<br />

construye de un día para otro (...) ¿Dónde busca refugio un<br />

país sin norte? 28<br />

La relación del venezolano con la democracia es meramente<br />

instrumental, pues a través de ella busca la forma de obtener<br />

parte de la renta petrolera repartida por el Estado. En el contexto<br />

de una pérdida de norte por parte de la colectividad, los<br />

militares vieron el momento justo para hacerse con el poder<br />

por vías democráticas. Retomando a Bobbio, este autor plantea<br />

una fusión entre la democracia representativa y la democracia<br />

participativa o directa:<br />

28 Ana Teresa Torres, La herencia de la tribu. Del mito de la independencia<br />

a la revolución bolivariana, Caracas: Editorial Alfa, 2009, p. 135,<br />

136 y 138.<br />

174


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Un sistema de democracia integral puede abarcar a las dos<br />

democracias (representativa y participativa) a cada una de<br />

acuerdo a las diversas situaciones y a diferentes necesidades<br />

(...) esto implica que la democracia representativa y la democracia<br />

directa no sean dos sistema alternativos, en el sentido<br />

en que allí donde uno no pueda existir el otro, sino que son<br />

dos sistemas que pueden integrarse recíprocamente 29 .<br />

Para Held los principios justificativos de la democracia participativa<br />

se hallan en que:<br />

El derecho igual para todos al autodesarrollo solo puede alcanzarse<br />

en una sociedad participativa, una sociedad que fomente<br />

un sentido de la eficacia política, nutra la preocupación<br />

por los problemas colectivos y contribuya a la formación de<br />

una ciudadanía sabia, capaz de interesarse de forma continuada<br />

por el proceso de gobierno 30 .<br />

Con respecto a la democracia deliberativa nos dice este autor:<br />

Se trata de mejorar la naturaleza y forma de participación política,<br />

no solo de ampliarla por propio interés. Los demócratas<br />

deliberativos suelen describir la democracia contemporánea<br />

(...) como un descenso a los choques de personalidades, la<br />

política de los famosos (...) ellos abogan por un debate informado<br />

31 .<br />

Para Juan Carlos Monedero solo se puede hablar de inclusión y<br />

autogobierno cuando:<br />

La democracia solo puede entenderse como inclusión en los<br />

cuatro principales ámbitos de lo social: el económico, el político,<br />

el normativo-jurídico y el cultural. Y podemos hablar<br />

de autogobierno cuando las decisiones tomadas en nombre del<br />

pueblo reflejan las preferencias del pueblo tomadas de manera<br />

libre e informada. Un pueblo está empoderado cuando está incluido<br />

y esa inclusión genera derechos y responsabilidades 32 .<br />

29 Norberto Bobbio, op. cit., p. 40-41.<br />

30 David Held, op. cit., p. 307.<br />

31 David Held, op. cit., p. 332-333.<br />

32 Juan Carlos Monedero, “La democracia y sus falsos amigos: nuevas<br />

perspectivas para nuevos avances”, en Jorge Valero (compilador), Demo-<br />

175


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Fernando Mires no ve, al igual que Bobbio, antagonismos –como<br />

sí los ve Monedero– entre la democracia representativa y la<br />

participativa. Al respecto escribe: “Para que la política abandone<br />

su pura condición delegativa, debe ser participativa, pero para<br />

que sea participativa, supone que previamente sea deliberativa” 33 .<br />

Como se ha visto las diferentes visiones de democracia se complementan,<br />

no se excluyen, lo importante es en qué medida los<br />

ciudadanos estén dispuestos a participar de manera activa e informada<br />

y qué disposición tengan los diferentes actores políticos<br />

a hacer cada vez menos asimétrica la información que poseen sus<br />

posibles votantes.<br />

Ahora bien, estos son modelos teóricos de democracia. Pero<br />

¿cuáles son las características que permiten afirmar que efectivamente<br />

un sistema es democrático? Podemos decir que existe<br />

una democracia cuando: encontramos alternancia en el poder,<br />

esto implica competir en igualdad de condiciones a la hora de<br />

acudir a unas elecciones; elecciones limpias, lo que significa<br />

máxima transparencia en los procesos comiciales; despersonalización<br />

de las instituciones, lo que significa que haya una clara<br />

separación entre Estado y partido de gobierno; debate libre<br />

de las ideas y propuestas de todas las organizaciones con fines<br />

políticos, sin importar su tamaño; representación proporcional,<br />

para de esta forma darle cabida en las diferentes legislaturas a<br />

todo el espectro político que hace vida en un determinado país;<br />

financiamiento de las organizaciones con fines políticos con dinero<br />

del Estado para de esta manera hacer más competitivo y<br />

más justo el proceso de las elecciones.<br />

¿Cuáles son las señales que podemos identificar de que una democracia<br />

corre el riesgo de ser acuartelada? En primer lugar, lo que<br />

Ana Teresa Torres identificó como pérdida del norte: se presenta<br />

dicha situación cuando una nación se encuentra en la disyuntiva<br />

de tener que cambiar el modelo económico, político y social que<br />

cracias nuevas o restauradas. El caso Venezuela, Caracas: Fundación<br />

Editorial el Perro y la Rana, 2012, p. 292-293.<br />

33 Fernando Mires, “La reformulación de lo político”, en Nueva Sociedad,<br />

núm. 134, Caracas: 1994, p. 97.<br />

176


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

implementó, pero no se atreve a dar el paso definitivo para hacerlo.<br />

En segundo lugar, aparición de la anti-política, manifiesta en<br />

la crítica abusiva y muchas veces sin ningún sustento del pasado:<br />

la política se ve como algo sucio y se confunde de esta forma el<br />

actuar de personajes plenamente identificados con la política, de<br />

esta manera la colectividad desecha la política y busca gobiernos<br />

tecnócratas o un personaje ajeno a la política tradicional, alguien<br />

no identificado con el pasado. Además, poco o nulo control civil<br />

sobre la fuerza armada, lo que permite que el sector castrense<br />

entre a escena y logre catapultar el ambiente de la anti-política<br />

presente en una sociedad; partidos políticos que han abandonado<br />

su condición de guía y mediadores de la sociedad, dejando de<br />

esta forma vacío un espacio que algún proyecto o grupo va a llenar<br />

con un discurso o proyecto radical en la mayoría de los casos;<br />

y negación del pasado, se diseña un discurso que pone un telón<br />

negro en el pasado, negando los logros que se pudieron obtener y<br />

maximizando los desaciertos.<br />

7. La transición desde una democracia acuartelada<br />

Llegados a este punto se hace necesario reflexionar acerca de<br />

la posibilidad de transición hacia una democracia sana. Una<br />

pregunta que hay que plantearse, en tal sentido, es ¿cuándo se<br />

inicia el proceso de transición o cuándo hay señales indicativas<br />

de que se puede trabajar en pos de ella? Para Guillermo<br />

O’Donnell, Philippe Schmitter y Laurence Whitehead:<br />

Las transiciones están delimitadas, por un lado, por el inicio<br />

de un proceso de disolución del régimen autoritario, y del<br />

otro, por el establecimiento de alguna forma de democracia,<br />

el retorno a algún tipo de régimen autoritario o el surgimiento<br />

de alguna alternativa revolucionaria. Lo característico de<br />

las transiciones es que en su transcurso las reglas de juego<br />

político no están definidas. No solo se hallan en flujo permanente<br />

sino que, además, por lo general son objetos de una<br />

ardua contienda; los actores luchan no solo por satisfacer sus<br />

intereses inmediatos y/o los de aquellos que dicen representar,<br />

sino también por definir las reglas y procedimientos cuya<br />

177


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

configuración determinará probablemente quiénes serán en el<br />

futuro los perdedores y los ganadores 34 .<br />

De lo arriba señalado se puede extraer la primera característica<br />

de las transiciones: su destino incierto, no hay garantías de que<br />

se llegue a un mejor gobierno y se puede observar adicionalmente<br />

que un gobierno tiene que entrar en crisis o ya no representar<br />

garantías para la élite en la cual se sustentaba; o por el<br />

contrario, conscientemente dicho gobierno facilita la transición.<br />

Terry Lynn Karl por su parte sostiene que:<br />

Una tarea central de los diseñadores de una nueva democracia<br />

consiste en limitar la incertidumbre de una transición<br />

política y la subsiguiente democratización (...) el costo de la<br />

estabilidad de la concertación de pactos ha sido el abandono<br />

de esfuerzos por una mayor democratización 35 .<br />

Alain Rouquié escribe acerca de la desmilitarización:<br />

La desmilitarización, y por ende, la repercusión real que<br />

tiene la militarización del Estado ¿constituye este fenómeno<br />

un simple paréntesis sin consecuencias institucionales,<br />

tras el cual, una vez que el ejército vuelve a sus cuarteles,<br />

los países recuperan sus regímenes previos? ¿O por el contrario,<br />

lo que ocurre es que los militares no se repliegan<br />

hasta juzgar que han removido los obstáculos políticos que<br />

se oponían a un régimen civil y creado las condiciones socioeconómicas<br />

favorables para el normal funcionamiento de<br />

las instituciones democráticas? 36 .<br />

34 Guillermo O’Donnell, Philippe C. Schmitter y Laurence Whitehead,<br />

Transiciones desde un gobierno autoritario. Conclusiones tentativas<br />

sobre las democracias inciertas (vol. 4), Buenos Aires: Paidós, 1989,<br />

p. 19-20.<br />

35 Terry Lyn Karl, “El petróleo y los pactos políticos: la transición a la democracia<br />

en Venezuela”, en Guillermo O`Donnell, Philippe C. Schmitter<br />

y Laurence Whitehead (compiladores), Transiciones desde un gobierno<br />

autoritario. América Latina (vol. 2), Buenos Aires: Paidós, 1989, p. 326-<br />

327.<br />

36 Alain Rouquie, “La desmilitarización y la institucionalización de los<br />

sistemas políticos dominados por los militares en América Latina”, en<br />

Guillermo O`Donnell, Philippe C. Schmitter y Laurence Whitehead<br />

178


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

El que una sociedad sea gobernada por los militares tiene consecuencias<br />

más allá de la salida de estos en un momento determinado<br />

de funciones de gobierno. En Venezuela, además,<br />

por medio del pretorianismo practicado por el sector castrense<br />

(que oscila entre el tipo árbitro y el gobernante) el ejército se ha<br />

constituido (cuando no está gobernando de manera directa) en<br />

una especie de poder detrás del poder, alejado de todo control<br />

por parte de la sociedad venezolana. O’Donnell identifica por su<br />

parte cuál régimen es más proclive a un cambio revolucionario:<br />

Uno de tales tipos de regímenes es el que, a falta de un término<br />

mejor, podría llamarse tradicional. Tiene fuerte componente<br />

patrimonialista (...) este es el tipo de régimen más<br />

proclive a las transformaciones revolucionarias. La Nicaragua<br />

de Somoza perteneció a esta categoría, lo mismo que la<br />

Cuba de Baptista 37 .<br />

¿Están las condiciones para que en Venezuela se dé una transformación<br />

revolucionaria? No parece ser el caso, la tendencia pareciera<br />

orientarse, cuando llegue el momento, hacia una transición<br />

de mediano a largo plazo tutelada por los militares. La realidad<br />

política hoy en Venezuela es que los militares son un factor de<br />

poder de primer orden y como sostiene Lynn Karl, en los momentos<br />

de transición se debe minimizar la incertidumbre; por<br />

ello, hay que tener en cuenta al sector castrense. Hugo Mansilla<br />

critica el modelo de transición basado en la ingeniería política:<br />

Muchas ilusiones desautorizadas por los acontecimientos de<br />

los últimos años se deben a la creencia de que la ingeniería política,<br />

los cambios institucionales y la instauración de una economía<br />

de libre mercado bastarían para generar democracias<br />

duraderas y bienestar colectivo (...) la inmensa mayoría de los<br />

cambios institucionales, los esfuerzos de la ingeniería política,<br />

las reformas electorales, la renovación de los poderes judicial<br />

(compiladores), Transiciones desde un gobierno autoritario. Perspectivas<br />

comparadas (vol. 3), Buenos Aires: Paidós, 1989, p. 174.<br />

37 Guillermo O`Donnell, “Introducción a los casos latinoamericanos”,<br />

en Guillermo O’Donnell, Philippe C. Schmitter y Laurence Whitehead<br />

(compiladores), Transiciones desde un gobierno autoritario. América Latina<br />

(vol. 2), Buenos Aires: Paidós, 1989, p. 16.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

y legislativo y hasta la reducción del aparato administrativoburocrático<br />

han modificado el país legal, pero han dejado bastante<br />

incólume el país real de la respectiva sociedad 38 .<br />

Por ende, no se propone para la situación venezolana un proceso<br />

de reingeniería política o social. Para la actual situación<br />

venezolana y su proceso de transición se debe negociar con el<br />

sector militar, buscando un esquema ganar-ganar que permita<br />

que estos vuelvan a sus cuarteles de manera pacífica; en segundo<br />

lugar, se debe crear una agenda que permita puntos de<br />

encuentro y objetivos comunes; en tercer lugar, las organizaciones<br />

partidistas tienen que elevar el nivel de debate y formar<br />

a sus cuadros para que sean intermediarios con los ciudadanos<br />

y no captadores solo de votos; en cuarto lugar, se debe dotar a<br />

la sociedad de metas que permitan crear capital social y por<br />

último se debe educar para crear ciudadanos conscientes de sus<br />

deberes y derechos.<br />

Los retos para el sistema político venezolano en el presente siglo<br />

son complejos y variados, el modelo rentista evidentemente<br />

agotado desde la década de los ochenta debe ser desechado de<br />

manera definitiva y debe construirse en su lugar un nuevo contrato<br />

social basado en la inclusión de todos los actores que hacen<br />

vida en nuestro país, sin que esto signifique dejar de ventilar<br />

y debatir las diferencias y los modelos, muchas veces antagónicos<br />

de sociedad. Al fin y al cabo, eso es la política, debatir las<br />

diferencias buscando comprobar su validez para llevar a cabo<br />

determinado esquema político, pues en esta era ningún grupo,<br />

por más poderoso que sea, puede imponer la totalidad de sus<br />

ideas; entender esto es un punto clave.<br />

8. Conclusiones<br />

El arribo del siglo XXI con su compleja trama de interrelaciones<br />

afectó, y no podía ser de otra manera, lo que entendemos por<br />

democracia; el avance de los derechos humanos, el paso de una<br />

38 Hugo Mansilla, “Las insuficiencias de la democracia contemporánea; una<br />

crítica de las teorías de la transición”, en Mundo Nuevo, núm. 3-4, Caracas:<br />

1999, p. 90-91.<br />

180


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

economía centrada en la manufactura a una basada en los servicios<br />

y el advenimiento de la sociedad del conocimiento alentaron<br />

el optimismo basado en que la democracia, occidente y su<br />

punta de lanza, el liberalismo, habían triunfado. Consecuencia<br />

de ello, el nuevo milenio se nos presentaba como una nueva época<br />

para que la humanidad desarrollara todo su potencial, uno de<br />

los grandes referentes del mundo (el socialismo) había arreado<br />

las velas, solo quedaba liberalizar la economía y como por arte<br />

de magia los diversos problemas se solucionarían. Nada más<br />

alejado de la realidad, consecuencia de la liberalización mal<br />

gestionada muchas capas sociales se empobrecieron al no poder<br />

adaptarse a las nuevas reglas de juego, por ello vemos resurgir<br />

el nacionalismo, la xenofobia, el fundamentalismo religioso. Es<br />

una respuesta a la falta de pertenencia de gruesas capas de la<br />

humanidad que perdieron referentes que siempre tuvieron como<br />

ciertos. Vivimos los coletazos de la caída del bloque socialista.<br />

Como hemos señalado a lo largo del presente trabajo, la democracia<br />

que se creyó triunfadora en todos estos acontecimientos<br />

dio a luz a tenues autoritarismos, autoritarismos bipolares pudiéramos<br />

llamar, expertos en presentarse de cara a la comunidad<br />

internacional como defensores de la democracia y todo lo<br />

que ello implica: libertad de expresión, separación e independencia<br />

de los poderes públicos, alternancia en el poder, entre<br />

otras; cuando, por el contrario, minan estos principios a lo interno<br />

manteniendo la apariencia de respetarlos.<br />

Indicamos de igual manera que el pretorianismo presente en<br />

la fuerza armada venezolana es la ideología que mueve a este<br />

cuerpo, la arenga socialista presente hoy día en las alocuciones<br />

del alto mando militar son justificaciones para aglutinar un discurso<br />

coherente de cara a la sociedad. Existe un hilo de continuidad<br />

entre los gobiernos del general Marcos Pérez Jiménez<br />

y el proyecto encarnado por la Fuerza Armada y presidido en<br />

primera instancia por Hugo Chávez, quien hereda la primera<br />

magistratura nacional a Nicolás Maduro. El desarrollo nacional<br />

y la creencia de ser los máximos intérpretes de la doctrina de<br />

Simón Bolívar han ofrecido un corpus a la fuerza armada para<br />

181


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

verse a sí misma como los únicos capacitados para dirigir a<br />

Venezuela. Encontramos además que la visión del sector civil<br />

militarista con respecto al papel de la fuerza armada ha cambiado,<br />

en principio abogaban por una mayor participación de<br />

dicho sector en la vida nacional; hoy lo ven como protagonista<br />

y muestran su apoyo a que los oficiales digan públicamente que<br />

se adhieren a determinada tendencia política.<br />

1999 marcó la llegada al poder de una nueva élite al Palacio de<br />

Miraflores, coincidiendo con el nacimiento (que se venía gestando),<br />

desde inicio de la década, de este autoritarismo posmoderno<br />

(en palabras de Luis Alberto Buttó), con ello se ha configurado en<br />

estas tierras un laboratorio para los mencionados autoritarismos.<br />

¿Cómo entonces transitar de una democracia acuartelada a una<br />

democracia sana? Lo primero es que se debe tener en cuenta al<br />

sector castrense, no se le puede excluir, se le debe hacer concesiones<br />

a la par que se construye un efectivo control civil sobre la<br />

institución armada, y se debe elevar el nivel del debate político<br />

con miras a construir una fuerte ciudadanía.<br />

La pretensión del sector militar de dirigir el destino nacional<br />

demuestra en primer lugar que el control civil sobre este estamento<br />

ha fallado. La sociedad venezolana no debe buscar en<br />

los cuarteles los recursos humanos para salir de la crisis en la<br />

que desde hace varias décadas se encuentra sumida. Si algo se<br />

necesita en los momentos límite es debate, confrontación de<br />

ideas, múltiples visiones que permitan encontrar objetivos comunes<br />

por los cuales trabajar. Por el contrario, la vida militar se<br />

caracteriza, y no puede ser de otra manera, por su verticalidad<br />

y por el acatamiento de órdenes de manera inmediata sin que<br />

la discusión de ellas tenga cabida; por ende, creer que en la institución<br />

armada están las respuestas que requiere la República<br />

es muestra de que aún nos falta mucho por aprender de nuestra<br />

historia.<br />

182


MUNDO NUEVO. Caracas, Venezuela<br />

Año VI. N° 15. 2014, pp. 183-226<br />

Alejandro Cardozo Uzcátegui<br />

Universidad Simón Bolívar cardozouzcategui@usb.ve<br />

EL IMAGINARIO PRETORIANO: CULTURA<br />

POLÍTICA Y SISTEMAS DE REPRESENTACIÓN<br />

EN EL ESTADO CUARTEL (1952-1958)<br />

Resumen: Tras casi medio siglo la proyección histórica de Marcos Pérez<br />

Jiménez ha sobrevivido en el imaginario venezolano con benévola nostalgia.<br />

De hecho, dentro de la cultura política criolla, en teoría sensiblemente<br />

democrática, el perezjimenato se reivindica continuamente, refrendando<br />

peligrosamente las bases ideológicas del Estado Cuartel. Para comprender<br />

este fenómeno hemos tratado documentación sobre un complejo sistema<br />

de proyección ideológica pensada por las mentes más brillantes de la dictadura<br />

militar. La cuestión de por qué el Estado Cuartel se interesa más<br />

que los actores políticos no militares en la cosa histórica, telúrica, filosófica<br />

de la nación, queda planteada en este artículo.<br />

Palabras clave: Marcos Pérez Jiménez, cultura política, imaginario, pretorianismo,<br />

nacionalismo.<br />

The Praetorian imaginary: political culture<br />

and systems of representation in<br />

the “Estado Cuartel” (1952-1958)<br />

Abstract: After almost half a century the historical projection of Marcos<br />

Perez Jimenez in Venezuela survived with benevolent nostalgia. In fact,<br />

within the Venezuelan political culture, the Marcos Perez Jimenez government<br />

still is feeling with benevolence and nostalgia of better times, endorsing<br />

dangerously the ideology of the “Estado Cuartel”. To understand<br />

this phenomenon we sought information about a complex system of ideological<br />

projection carefully designed by the brightest minds of the military<br />

183


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

dictatorship. The question of why the “Estado Cuartel” is interested in<br />

the History “philosophical sense” of the nation is presented in this article.<br />

Keywords: Marcos Pérez Jiménez, Political Culture, Preatorianism, Imagination,<br />

Nationalism.<br />

1. Introducción<br />

Todo sistema político hegemónico tiene un cuerpo de ideas<br />

–estéticas, espirituales, sensibles, simbólicas–, doctrinas,<br />

“ideales políticos”, y un, digamos, bastidor para proyectar lo<br />

anterior de diferentes maneras. La irradiación interna, intramuros<br />

del Estado Cuartel, es una de ellas: el pueblo debe estar<br />

convencido de que todo lo que se hace y se dice dentro<br />

del cuartel es lo mejor, es un esfuerzo superior de las mentes<br />

más “brillantes” del régimen y del sistema, para la “felicidad<br />

colectiva”. Así también ese bastidor debe funcionar en los extramuros<br />

del cuartel; generar una matriz de opinión positiva<br />

acerca del sistema que gobierna, de sus amistades, alianzas,<br />

formas solidarias de hermanar lazos con la vecindad, etc. Y<br />

por último, un elemento particular de los regímenes militares,<br />

la componenda histórica: no basta un sistema de propaganda<br />

sofisticado ni una cultura política 1 cargada de símbolos para<br />

1 La cultura política de cara a lo militar en Venezuela no ha sido el<br />

tema de mayor atención en la corriente de estudios sobre las relaciones<br />

civiles y militares. Sobre América Latina, David Pion-Berlin ha<br />

profundizado estas cuestiones: “las dimensiones subjetivas de la política<br />

militar” y “el pensamiento político militar”, acerca de las cuales<br />

destacan los trabajos: “Militares y democracia en el nuevo siglo. Cuatro<br />

descubrimientos inesperados y una conclusión sorprendente”, en<br />

Nueva Sociedad, núm. 213 (2007), pp. 50-63; “Political Management<br />

of the Military in Latin America”, en Military Review, vol. 85, núm.<br />

1 (2005), pp. 19-31; con Harold Trinkunas: “Attention Deficits: Why<br />

Politicians Ignore Defense Policy in Latin America”, en Latin American<br />

Research Review, vol. 42, núm. 3 (2007), pp. 76-100; con Sabine<br />

Kurtenbach, en Revista Europea de Estudios Latinoamericanos y del<br />

Caribe, núm. 77 (2004), p. 118; “A New Civil-Military Pragmatism<br />

184


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

controlar adentro y afuera las opiniones sobre el Estado Cuartel,<br />

también es necesario controlar el legado histórico y la justificación<br />

histórica del Estado Cuartel; es decir, controlar el<br />

tiempo, el pasado y el futuro históricos; el presente se controla<br />

política y militarmente 2 , pero para intervenir el pasado y el<br />

in Latin America”, en Security and Defense Studies Review, vol. 4,<br />

núm. 1 (2004); con Craig Arceneaux, “Decision-Makers or Decision-<br />

Takers? Military Missions and Civilian Control in Democratic South<br />

America”, en Armed Forces & Society, vol. 26, núm. 3 (2000), pp.<br />

413-436. En Venezuela destacan, principalmente Domingo Irwin, Relaciones<br />

civiles militares en el siglo XX, Caracas: Centenario Ediciones,<br />

2000; Luis Alberto Buttó, “El aparato ideológico del golpismo<br />

chavista”, en Alejandro Cardozo Uzcátegui y Luis Alberto Buttó (directores),<br />

El Incesto Republicano. Relaciones civiles y militares en<br />

Venezuela 1812-2012, Caracas: Editorial Nuevos Aires, 2013; Luis<br />

Alberto Buttó, “Autoritarismo y democracia: la combinación postmoderna”,<br />

en Control civil y pretorianismo. Venezuela: ilusiones y realidades<br />

históricas, en Domingo Irwin, Luis Alberto Buttó y Frédérique<br />

Langue, Caracas: UCAB, 2006; Luis Alberto Buttó, “Marcos Pérez Jiménez-Hugo<br />

Chávez: la élite militar al asalto del poder”, en Alejandro<br />

Cardozo Uzcátegui (editor), Chavismo: entre la utopía y la pesadilla,<br />

Caracas: Editorial Nuevos Aires, 2012; Ricardo Sucre Heredia, “La<br />

política militar en la Constitución de 1999 ¿cambio o continuidad?”,<br />

en Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, vol. 9, núm.<br />

1, 2003, pp. 139-162; Ricardo Sucre Heredia, “Fuerzas Armadas y<br />

cultura política: una aproximación a partir de un estudio de opinión en<br />

Venezuela”, en Domingo Irwin y Frédérique Langue, Militares y poder<br />

en Venezuela. Ensayos históricos vinculados con las relaciones<br />

civiles y militares venezolanas, Caracas: UCAB, 2005, pp. 271-311.<br />

2 Al respecto vale mencionar el dossier de Nueva Sociedad “¿Ciudadanos<br />

en uniforme? Fuerzas Armadas y democracia”, núm. 213, (2008) que recoge<br />

artículos sobre las relaciones civiles y militares en América Latina<br />

y cierra con el caso venezolano: Francisco Rojas Aravena, “El riesgo de<br />

la superposición entre las políticas de defensa y seguridad”; el artículo<br />

ya citado de David Pion-Berlin, “Militares y democracia en el nuevo siglo.<br />

Cuatro descubrimientos inesperados y una conclusión sorprendente”;<br />

Lilian Bobea, “Mujeres en uniforme: la feminización de las Fuerzas Armadas.<br />

Un estudio del caso dominicano”; Alejo Vargas Velásquez, “Una<br />

convivencia inesperada. Fuerzas Armadas y gobiernos de izquierda en<br />

América Latina”; Rut Diamint, “La historia sin fin: el control civil de los<br />

militares en Argentina”; Bernardo Arévalo de León, “Un problema de<br />

Estado. Límites y retos a la subordinación militar en Guatemala”; Jorge<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

futuro hay una construcción histórico-filosófica que el sistema<br />

político va labrando durante su mandato.<br />

Para el texto que presentamos hoy, tenemos tres muestras de<br />

cómo el Estado Cuartel durante el perezjimenato (1952-1958)<br />

apeló a las proyecciones del bastidor ideológico, estético, cultural<br />

y propagandístico, en tres niveles: un sofisticado sistema<br />

de propaganda intramuros, una eficiente maquinaria mediática<br />

–acudimos a una muestra en la prensa aliada española durante<br />

el franquismo– y por último, a modo de colofón, una arrojada<br />

aventura literaria para asegurar un nicho en la historia, así<br />

como la preocupación de la construcción, si se quiere, filosófica,<br />

del tiempo militar.<br />

Uno de los aspectos dentro de la investigación intelectual/mental/cultural<br />

del perezjimenato que más se expone es la cuestión<br />

de la censura. Es decir, se ha perdido mucha tinta en lo que el<br />

régimen censuró durante su gobierno, obviando algo trascendental,<br />

lo que en efecto sí se dijo durante su gobierno. Pues lo<br />

que se expresó ayudó más a embragarse en el poder, comparativamente,<br />

del daño que hubiera supuesto permitir el ejercicio<br />

de la libre expresión. Por otro lado, lo que se dijo y se escribió<br />

desde las cúpulas del poder generó una cultura política y<br />

un sistema simbólico que además de permitirles gobernar más<br />

tiempo y con mayor holgura, en el caso de Pérez Jiménez, les<br />

consintió violentar el sentido común del imaginario venezolano<br />

y fortalecer –todavía más– el imaginario pretoriano de nuestra<br />

cultura política que tanto ha beneficiado a la acción política de<br />

los militares, con grave perjurio hacia la sociedad civil de un<br />

país construido desde el Estado Cuartel, con temporales intervenciones<br />

civiles.<br />

Zaverucha, “La militarización de la seguridad pública en Brasil”; Paz<br />

Verónica Milet, “Desafíos externos e internos a la política de defensa en<br />

Chile”; Marcos Pablo Moloeznik, “Fuerzas Armadas en México: entre la<br />

atipicidad y el mito”; Deborah Norden, “¿Autoridad civil sin dominación<br />

civil? Las relaciones político-militares en la Venezuela de Chávez”.<br />

186


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

1.1. El imaginario pretoriano y el imaginario civil atrapados en<br />

un cuartel: los dos lados de la luna de Marcos Pérez Jiménez<br />

Nadie que conozca la historia de las dictaduras militares latinoamericanas<br />

y caribeñas puede anhelar para su sociedad la disciplina<br />

castrense como motus societae, pues esta cosmovisión del<br />

poder está diseñada, en un plano ideal, para las situaciones extremas<br />

de la guerra, donde el carácter y la naturaleza de una orden<br />

no se pone en duda; por ende, en la construcción de un propósito<br />

nacional democrático, no caben las dos concepciones de la realidad.<br />

Además, en la visión del mundo desde lo militar hay un<br />

profundo descrédito por “lo civil”, que es percibido como débil<br />

y pusilánime 3 . Sin embargo existe una añoranza colectiva en Venezuela,<br />

gracias a la construcción cultural política, cargada de<br />

símbolos, acerca del perezjimenato: mitología e historia a caballo<br />

con la figura de Marcos Pérez Jiménez.<br />

Esa sensibilidad no es fortuita, el imaginario nacional encuentra<br />

en la nostalgia perezjimenista una suerte de absurdo<br />

desahogo, gracias a la construcción de una emoción no contrastada<br />

con estadísticas de población, de migración campociudad,<br />

con escaso análisis demográfico: la paz, el orden, la<br />

seguridad ciudadana y la construcción de una infraestructura<br />

visible, que tampoco fue sometida a una revisión histórica de<br />

tales planes de infraestructura, la mayoría –los más ambiciosos,<br />

como la autopista Caracas-La Guaira, fueron proyectados<br />

y comenzados por gobiernos anteriores– generaron, o terminaron<br />

de amalgamar, la sensibilidad pretoriana del venezolano.<br />

Todo ello gracias a una cavilada construcción propagandística,<br />

simbólica y mental durante la década militar. Vale detenernos<br />

en el caso de la autopista Caracas-La Guaira, el buque insignia<br />

del perezjimenato. La famosa revista Mecánica Popular, edición<br />

de noviembre de 1952, informaba:<br />

3 Ver Alejandro Cardozo Uzcátegui, “Imaginario, símbolos y cultura política<br />

de lo cívico-militar desde la colonia hasta la fundación de la Patria<br />

(1769-1830)”, en Alejandro Cardozo Uzcátegui y Luis Alberto Buttó (directores),<br />

El incesto republicano. Relaciones civiles y militares en Venezuela<br />

1812-2012, Caracas: Nuevos Aires, 2013, pp. 17-52.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

La República de Venezuela está construyendo, a un costo<br />

aproximado de 3.500.000 dólares por kilómetro, y mediante<br />

toda una serie de proezas de ingeniería no igualadas hasta<br />

la fecha, una supercarretera que se extenderá a través de las<br />

pintorescas montañas del norte del país. Dos gigantescos túneles,<br />

uno de ellos de más de 1600 metros de longitud, conjuntamente<br />

con los tres puentes de concreto precomprimido<br />

más grandes del mundo, trazan la ruta de esta colosal carretera<br />

de cuatro vías que unirá a la capital con el Caribe 4 .<br />

Continúa así, durante todo el artículo, la alabanza a la proeza de<br />

ingeniería y tecnología que ha supuesto la “superautopista” de sesenta<br />

millones de dólares Caracas-La Guaira. Sin embargo, más<br />

adelante aclara:<br />

La construcción de la autopista comenzó en enero de 1950,<br />

después de seis años de cuidadosos estudios por el Ministerio<br />

de Obras Públicas de Venezuela. El proyecto es uno de los<br />

ejemplos más palpables de la política venezolana de revertir<br />

su riqueza petrolera a la tierra 5 .<br />

Evidentemente el inicio de las obras de esta superestructura correspondió<br />

a Carlos Delgado Chalbaud, sin embargo, aún tomando<br />

en cuenta el papel de Pérez Jiménez durante ese gobierno de<br />

transición –que hace un giro a su favor con el magnicidio de Delgado<br />

Chalbaud–, el proyecto de la autopista, sus túneles y viaductos<br />

correspondió a los gobiernos de Isaías Medina Angarita<br />

y Rómulo Gallegos, con el breve interregno de la Junta de Gobierno<br />

presidida por Rómulo Betancourt. No cabe restar méritos<br />

a las iniciativas del gobierno de Pérez Jiménez en cuanto a la<br />

continuidad de los proyectos que le antecedieron a su gobierno,<br />

ni a las iniciativas propias –que no fueron pocas–, empero sí vale<br />

la pena remarcar el hecho de que en el imaginario venezolano la<br />

superautopista fue obra de la eficiencia militar del dictador, lo<br />

que refuerza las sensibilidades políticas –que se abonan– alrede-<br />

4 “Venezuela Construye la Carretera Más Costosa del Mundo”, en Mecánica<br />

Popular, noviembre de 1952, pp. 22-144.<br />

5 Ibíd., p. 23.<br />

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dor de una corte pretoriana que no ha cesado de conspirar en los<br />

anales de nuestra historia republicana.<br />

La supervivencia del mito, o dicho mejor, la eficacia de la carga<br />

simbólica militarista-perezjimenista en el imaginario venezolano<br />

ha logrado que “la opinión cotidiana afirme que la<br />

democracia no ha hecho nada, pero Pérez Jiménez sí” 6 , lo que<br />

ha traído una cola huracanada hasta hoy, como fueron las muy<br />

columpiadas ideas de Müller Rojas sobre una supuesta “ideología<br />

militar”, batiburrillo de positivismo, nacionalismo político,<br />

desarrollismo –enmarcado en la tesis de “la transformación del<br />

medio físico”–, y un concepto de “Patria” recargado con una visión<br />

historiográfica amateur de los Libertadores y de la Guerra<br />

de Independencia.<br />

1.2. La memoria selectiva del imaginario criollo<br />

Marcos Pérez Jiménez tuvo una base programática de gobierno:<br />

“El Nuevo Ideal Nacional” 7 , curiosa mezcla de positivismo al<br />

estilo Adolfo Ernst y Vallenilla-Lanz con su gendarme necesario<br />

(1919), apuntalado en el desarrollo racional por medio de<br />

la intervención de la naturaleza –así como la intervención de la<br />

naturaleza del venezolano– en procura del desarrollo del hombre.<br />

Esta tesis suma la sociología de la modernización, apilados<br />

todos los conceptos en la arquitectura desarrollista racional<br />

y monumental de Luis Malaussena y Carlos Raúl Villanueva,<br />

6 Ricardo Sucre Heredia, “Fuerzas Armadas y cultura política: una aproximación<br />

a partir de un estudio de opinión en Venezuela”, en Domingo<br />

Irwin y Frédérique Langue, Militares y poder en Venezuela. Ensayos<br />

históricos vinculados con las relaciones civiles y militares venezolanas,<br />

Caracas: UCAB, 2005, p. 284.<br />

7 “El ‘Nuevo Ideal Nacional’” va a ser la base programática del perezjimenato.<br />

La concepción “filosófica” o ideológica del Nuevo Ideal Nacional<br />

la propondría en sus propias palabras Vallenilla-Lanz: “La fórmula poco<br />

importa porque ella ni da ni quita capacidades. El problema es de fondo,<br />

cultura contra barbarie, llámese ésta demagogia o tiranía, y para alcanzar<br />

la victoria es necesario movilizar todos los recursos, todas las reservas,<br />

todas las energías de la nación”. Ver Egly Colina Marín. Biografía de<br />

Laureano Vallenilla-Lanz Planchart.<br />

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quienes buscaron lúcidamente la “transformación del medio físico”<br />

para generar mayor calidad de vida.<br />

Esto vendría a complementarse con políticas tales como el plan de<br />

inmigración selectiva –pues el campesino criollo, producto de un<br />

mosaico de razas débiles, según estas tesis, jamás podría desarrollar<br />

el campo–, que sumaría la experiencia milenaria del inmigrante<br />

europeo al entorno sociocultural del venezolano. En palabras de<br />

Domingo Irwin:<br />

El Nuevo Ideal Nacional pretendía ser una alternativa programática<br />

para cubrir con su manto innovador, según sus partidarios,<br />

doctrinal y nacionalista el progreso material venezolano. La idea<br />

básica era avanzar en un proceso de modernización controlado<br />

en todos sus órdenes desde el gobierno que dependía para su<br />

existencia de las Fuerzas Armadas Nacionales. El Nuevo Ideal<br />

Nacional presentaba una contradicción insalvable: la idea de modernidad<br />

pero sin las condiciones sociopolíticas básicas de ésta 8 .<br />

Así las cosas, Venezuela logró, según como se lean los números<br />

de la historia, transformarse, a partir de 1955, en una de las primeras<br />

economías del mundo en crecimiento porcentual. Pero,<br />

¿acaso no le correspondería ese lugar por el contexto mundial?<br />

Se estaba desarrollando la industria petrolera 9 desde una década<br />

atrás; en el esquema de la Guerra Fría, Venezuela empezaba<br />

a jugar roles más determinantes en la geopolítica bipolar; Estados<br />

Unidos, socio principal, demandaba tanta energía como<br />

su desarrollo industrial de la postguerra se lo exigía. Por todas<br />

estas razones la población venezolana daría, justo en la década<br />

militar, su primer gran salto demográfico 10 .<br />

8 Domingo Irwin, “Marcos Pérez Jiménez”, en Fundación Venezuela Positiva,<br />

Tierra Nuestra: 1498-2009, t. II, pp. 247-248.<br />

9 Para el año de 1949 la producción era de 1.321.372 barriles diarios, que<br />

se cotizaban en 2,25 us$; en 1955 se incrementaría a 2.157.216 barriles<br />

diarios, y su venta asciende a 2,34 us$, por tanto la renta per cápita de<br />

322 us$, de 1949, asciende a 539 us$ en 1955. Estadísticas del Ministerio<br />

de Minas.<br />

10 Los índices de crecimiento vegetativo de la población, debido a la reducción<br />

de la mortalidad y morbilidad infantil, mejoraron, por lo que hubo un salto<br />

de 177.609 habitantes por año, en lugar de los 76.312 de la década anterior.<br />

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Buena parte de los logros endilgados a la eficiencia perezjimenista<br />

respondía a un progreso tecnológico que afectaría a los<br />

países que tuvieran cómo ejecutar planes de modernización, por<br />

eso llama tanto la atención a algunos historiadores ciertas estadísticas<br />

al estilo de “Venezuela fue el sexto país del mundo en<br />

desarrollar y poseer tecnología audiovisual abierta”, con la aparición<br />

de YVKA-TV-5 Televisora Nacional, o probas iniciativas<br />

como la de 1954 cuando se instaló el Instituto Venezolano de<br />

Investigaciones Neurológicas y Cerebrales (IVNIC) a cargo<br />

de Humberto Fernández Morán.<br />

Empero, sin menospreciar otros datos importantes del desarrollismo<br />

perezjimenista 11 (vialidad, infraestructura...), los atropellos<br />

a la, digamos, “moral civil” del venezolano, al mismo erario<br />

público, a tantos otros órdenes de la sociedad, no fueron menores,<br />

en términos relativos, que lo acontecido durante las décadas<br />

posteriores de democracia representativa, tan denostadas por los<br />

post-perezjimenistas, y por el imaginario pretoriano venezolano.<br />

En ese orden de ideas cabe señalar que ha habido una historiografía<br />

apologética de la década militar. Anotaremos varios<br />

ejemplos de esas publicaciones con la advertencia de que este<br />

trabajo no abarca particular ni exactamente el debate historiográfico<br />

por tratarse de una discusión superior –y la mayor parte<br />

posterior– a la intención de difusión del perezjimenato; como<br />

que también es cierto que en la construcción premeditada de<br />

sensibilidades políticas, el espacio académico es el menos capaz<br />

de difundir ex profeso y premeditadamente un mensaje colectivo<br />

que genere una cultura política y unos sistemas de representación<br />

suficientemente robustos para ocupar y manejar nichos<br />

ideológicos a gran escala; en otras palabras, el debate historiográfico<br />

es una polémica infructuosa para el hombre de a pie,<br />

11 Ver Felícitas López Portillo, El perezjimenismo: génesis de las dictaduras<br />

desarrollistas, México: UNAM, 1986; ver también José Alberto<br />

Olivar. El Desarrollo de la Vialidad Durante el Régimen Militar (1948-<br />

1958) y su impacto en la Consolidación del Proyecto de Modernización<br />

de la Venezuela Contemporánea, Tesis doctoral presentada en la Universidad<br />

Católica Andrés Bello, Caracas, 2011.<br />

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que es el sujeto que nos interesa reconocer como sensiblemente<br />

“pretoriano” respecto al imaginario perezjimenista.<br />

Laureano Vallenilla Lanz Planchart, alto funcionario del perezjimenato<br />

–como veremos más adelante en la documentación,<br />

fue el Ministro de Relaciones Interiores–, escribió dos<br />

panegíricos, Escrito de Memoria y Razones de Proscrito –<br />

ambas publicadas en Francia: 1961 y 1964–. Los dos libros<br />

son una laudatoria al Estado Cuartel, a la noble acción de los<br />

militares en la conducción de los destinos de Venezuela y a<br />

nuestra naturaleza social, incapaz de avanzar fuera de la marcha<br />

militar. En 1987 se edita Hegemonía Andina y Pérez Jiménez,<br />

de Antonio Pérez Vivas, la típica obra sobre el medio<br />

geográfico en relación con el hombre, donde el argumento radica<br />

en que los tramontanos son hombres con mayor vocación<br />

al poder –por laboriosos, recios, tenaces y templados– y con<br />

ello concretan exitosamente sus planes y conspiraciones. Esta<br />

reflexión se da en muchos lugares del mundo respecto al hombre<br />

de montaña, sin ir muy lejos, en el mismo prefacio de su<br />

libro apologético, Pérez Jiménez comienza diciendo: “A temprana<br />

edad me enseñaron en mi hogar montañés la obligación<br />

de respetar a la persona” 12 .<br />

Las obras que empezaron a criticar a la democracia representativa<br />

justificaron su argumento en una mirada comparada con<br />

la recién superada década militar, e indirectamente aplaudieron<br />

aspectos –sobre todo de economía, industria y diplomacia– del<br />

perezjimenato: Domingo Alberto Rangel, La Revolución de las<br />

Fantasías (Caracas, 1966); de Moisés Moleiro, El Partido del<br />

Pueblo: crónica de un fraude (Valencia, 1979); las entrevistas de<br />

Agustín Blanco Muñoz: Venezuela, historia de una frustración:<br />

habla D.F. Maza Zavala (Caracas, 1986), Acción Democrática.<br />

Memorias de una contradicción. Habla Gumersindo Rodríguez<br />

(Caracas, 1989), Pedro Estrada habló (Caracas, 1983) y Habla el<br />

12 Marcos Pérez Jiménez, Frente a la infamia, Caracas: Publicación de Cruzada<br />

Cívica Nacionalista, 1969, p. 19.<br />

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General Marcos Pérez Jiménez (Caracas, 1983) 13 ; por otro lado<br />

destacan los trabajos Pérez Jiménez y su tiempo 1930-1948, de<br />

Carlos Capriles Ayala (Caracas, 1987), y Los años del buldózer.<br />

Ideología y Política: 1948-1958, de Ocarina Castillo (Caracas,<br />

1990) 14 .<br />

2. El lado oscuro de la luna<br />

¿Cómo sobrevivió efectivamente la figura –como ficción viva–<br />

de Pérez Jiménez a cuarenta años de memoria y responsos a<br />

los caídos de la dictadura? Uno de los errores que mayor costo<br />

político le acarreó al perezjimenato fue la Seguridad Nacional y<br />

la represión por medio de la tortura y el miedo; originaron exitosamente<br />

un ambiente sostenido de terror en ciertos sectores<br />

13 La gran obra de compendios testimoniales de Agustín Blanco Muñoz consta<br />

de 17 volúmenes: Testimonios Violentos de la Cátedra Pío Tamayo.<br />

14 Grosso modo, nadie debe dudar de que durante el perezjimenato se consiguieron<br />

recursos provenientes del encaminado ordenamiento petrolero<br />

que habían hecho Alberto Adriani, Isaías Medina Angarita y Rómulo<br />

Betancourt. Ese superávit se invirtió en infraestructura (aunque menos<br />

de lo que se dice para salud y educación). Pérez Jiménez destinó recursos,<br />

comparativamente, bastante menos en lo rural que en lo urbano: grandes<br />

obras para las capitales. Es importante tener en cuenta que un país que<br />

empezaba a modernizar su infraestructura tenía relativamente poco que<br />

mantener, todo eran obras nuevas, la población rural era mayoritaria, la<br />

proliferación de ranchos apenas comenzaba en las ciudades pues la gente<br />

aún trabajaba en el campo, por ende la inversión per capita por habitante<br />

urbano era muy alta. Al puntofijismo le correspondió mantener las obras<br />

hechas durante el perezjimenato (¿cuánto cuesta construir el edificio de<br />

una universidad y cuánto cuesta cada año formar sus profesores, mantener<br />

sus estudiantes, dotar sus bibliotecas, laboratorios, comedores…?);<br />

así como construir las obras rurales –acueductos, electrificación, escuelas,<br />

ambulatorios de salud–, pavimentar todas las carreteras del interior<br />

del país, electrificar hasta el último pueblo, construir la vialidad rural. No<br />

podemos dejar de un lado el hecho de que con Pérez Jiménez, gracias a<br />

la creciente demanda de mano de obra obrera para la construcción, entre<br />

1953 y 1957, comenzaron las grandes oleadas migratorias del campo a las<br />

ciudades en crecimiento: la invasión de los cerros empezaba, había que<br />

mantener una nueva población que antes estaba en el campo produciendo<br />

y ahora se asentaba en la ciudad para demandar todos sus servicios.<br />

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de la sociedad urbana. Sus desmanes medraron a posteriori, la<br />

valoración de la imagen del dictador 15 .<br />

En el ámbito académico se le daba la última estocada a la autonomía<br />

universitaria al aprobarse, en 1953, la nueva Ley de<br />

Universidades Nacionales, que disponía el libre nombramiento<br />

y remoción de las autoridades universitarias, y se ordenaba el<br />

reinicio de las actividades de la Universidad Central de Venezuela<br />

bajo este nuevo estatuto. Por cierto, vale mencionar que<br />

este anuncio coincidió con la creación de la Universidad Católica<br />

y la Universidad Santa María.<br />

En el área sindical hubo políticas erráticas, como la salida de<br />

Venezuela en 1955 de la Organización Internacional del Trabajo,<br />

pues durante la Quinta Reunión del Comité de Industria<br />

Petrolera de la OIT celebrada en Caracas, Adrianus Vermeulen,<br />

representante mundial de los trabajadores, denuncia el desmantelamiento<br />

de las organizaciones sindicales en Venezuela y la<br />

persecución de sus líderes, y la reacción del gobierno perezjimenista<br />

no hace otra cosa que expulsar a Vermeulen, trayendo<br />

no poca cola política y su “autoexclusión” de la organización.<br />

La corrupción de Pérez Jiménez y Fortunato Herrera –entonces<br />

un gigante nacional de los negocios– apenas deterioró la imagen<br />

del dictador en la memoria histórica de los venezolanos. En<br />

un país donde su opinión pública es tan sensible a los actos de<br />

corrupción –aunque no cesen y no se castiguen–, Pérez Jiménez<br />

y su gobierno han sido ejemplos de honestidad y eficiencia administrativa<br />

en comparación con la era de la democracia representativa.<br />

A Marcos Pérez Jiménez se le vinculó con Fortunato<br />

Herrera, alias el Platinado, en todas las operaciones económi-<br />

15 Los casos más sonados para la construcción negativa del sistema de gobierno<br />

ocurrieron el 29 de enero de 1953 al capturar a Alberto Carnevali<br />

(quien muere cuatro meses más tarde de cáncer); el 14 de febrero del<br />

mismo año, asesinaron al capitán Wilfredo Omaña en la plaza Las Tres<br />

Gracias; el 11 de junio capturaron a Antonio Pinto Salinas, para liquidarlo<br />

tras una tortura brutal. Lo mataron aplicándole la ley de fuga en San<br />

Juan de los Morros. Un año después desaparecía el líder sindical Luis<br />

Hurtado Higuera en manos de la misma Seguridad Nacional. Igual suerte<br />

corrió Leonardo Ruiz Pineda un año antes.<br />

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cas producto de la venta de los terrenos de la hacienda Chuao,<br />

así como con los bonos del Centro Simón Bolívar, el manejo<br />

de la venta de billetes de la Lotería de Oriente y la Lotería de<br />

Beneficencia del Estado Aragua. Comparativamente, en un país<br />

bastante más pequeño que la Venezuela del siglo XXI, con una<br />

entrada menor de divisas que la actual, con una población mucho<br />

más pequeña, con actividades económicas de menos envergadura<br />

que las que se cocinan actualmente, lo antedicho entre<br />

Pérez Jiménez y Herrera eran actos graves de corrupción.<br />

Las malaventuras de la seguridad política del perezjimenato<br />

tuvieron buena voz una vez caída la dictadura, y de ahí se desprendió,<br />

con justicia, una gran propaganda que beatificaba la<br />

resistencia adeca y comunista, que al mismo tiempo satanizaba<br />

al dictador, sus logros y su proyecto nacional. No obstante el<br />

dictador, ahora en el exilio, amenazó –con posibilidades reales–<br />

regresar al juego político por la vía electoral, hasta que Rafael<br />

Caldera en su primer gobierno ilegalizó su opción.<br />

Respecto al tejido de la leyenda perezjimenista de la buena administración<br />

y la “mano dura”, en el imaginario nacional se tiene<br />

al gobierno militar como “embraguetado”, “con pantalones”,<br />

“serio”; basta sumar un largo etcétera de expresiones similares.<br />

En efecto, en 1955, durante la cresta de la ola económica, aquel<br />

gobierno había instaurado la práctica de postergar los pagos a<br />

las constructoras que se atrasaran en la entrega de sus obras,<br />

como suerte de castigo tras el incumplimiento de plazos. Esta<br />

costumbre ha sido muy aplaudida durante décadas de memoria<br />

selectiva venezolana. Resulta que esa práctica tuvo más que ver<br />

con un método de deuda por medio de unos bonos gubernamentales<br />

que forzaban a la banca a pagarlos de inmediato a un<br />

precio por debajo del real.<br />

Tras dos años de “eficiencia administrativa” del perezjimenato, es<br />

decir, tras dos años de practicar esta forma de bonos canjeables<br />

por deuda, el gobierno acumuló un saldo negativo de 1400 millones<br />

de dólares. Obviamente para el general, como argumento, le<br />

valía decir que era el sector privado el que se había endeudado,<br />

y de esa manera excusaba al gobierno de cualquier compromiso<br />

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económico con el cuantioso pasivo. En el fondo fue también un<br />

compromiso ético que se preocupó en desestimar, como veremos.<br />

Esto llevó al país a la fuerte recesión de 1957, durante la cual<br />

“los acreedores se tornaron más inflexibles y los contratistas se<br />

vieron más presionados para cumplir con sus obligaciones” 16 ,<br />

pero ¿por qué?, si había suficiente dinero en el tesoro –el excedente<br />

de los activos venezolanos superaba los 700 millones<br />

de dólares– para cumplir con 150 millones de dólares: según<br />

el mismísimo Vallenilla, todo fue por terquedad del general,<br />

quien argüía: “no hay deudas sino compromisos” 17 . Es decir,<br />

la eficiente concepción económica de la Venezuela dorada de<br />

Pérez Jiménez no es más que una entelequia, producto de la<br />

compleja maquinaria propagandística del perezjimenato. La<br />

testarudez de Pérez Jiménez llevó una recesión económica a los<br />

términos de una crisis política de su propio modelo.<br />

La estrategia del gobierno consistió en que, mediante la apabullante<br />

obra pública, se garantizara la aventura electoral, sin embargo<br />

las mentes brillantes no dejan de sonar, aún apuesten por<br />

quien apuesten. De nuevo Vallenilla dejó muy bien escrito lo que<br />

sigue: “La obra del régimen es, con su perdón –le dice a Pérez Jiménez–,<br />

demasiado nuestra. Lleva nombre y apellido y esto constituye<br />

nuestro principal pecado. No nos perdonarán” 18 . ¿Cómo es<br />

posible entonces que en nuestro imaginario político nacional se<br />

reflejen imágenes totalmente opuestas al reflujo de la misma historia?<br />

Como venimos insistiendo, las proyecciones del bastidor<br />

ideológico, estético, cultural y propagandístico fructificaron a lo<br />

largo de medio siglo. Acaso de inmediato no hubo el efecto contundente<br />

que esperaban, pero a la larga la arquitectura del Estado<br />

Cuartel ha sido un éxito en su inoculación mental, cultural, política<br />

y espiritual en nuestro imaginario criollo:<br />

16 Coronel Fernando Ímber, El Estado mágico. Naturaleza, dinero y modernidad<br />

en Venezuela, Caracas: Alfa, 2013, p. 264.<br />

17 Ibíd.<br />

18 Ibíd., p. 265.<br />

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Las obras públicas eran la historia política y la plataforma<br />

presidenciales. Las palabras solo podían conducir al resbaloso<br />

terreno de la interpretación, a la separación entre hechos y<br />

opiniones, y de ahí al mundo corrupto de las mentiras fabricadas<br />

por los políticos 19 .<br />

Si se suma lo anterior con la problemática de los viejos sindicatos<br />

nacionales, la crítica de la organización obrera internacional,<br />

la nueva Ley de Universidades, la crisis económica –vuelta<br />

crisis política– al final de la década, es entonces posible reconocer<br />

cuáles fueron los factores que determinaron la caída del<br />

dictador; sin embargo nada de esto se recuerda intramuros del<br />

Estado Cuartel, donde Pérez Jiménez es inmortalizado y anhelado<br />

en un imaginario popular pretoriano, cargado de símbolos<br />

que solo benefician a la opción militar: mano dura, eficiencia,<br />

rectitud, patriotismo y coraje.<br />

Así recoge la historiografía –que, acaso, todavía le queda camino<br />

para razonar este estado de la cuestión– sobre la resistencia:<br />

Venezuela bajo el signo del Terror o Libro Negro de<br />

la Dictadura (facsímil de la clandestinidad de 1952, ediciones<br />

posteriores de 1974 y 1982). Relacionada con este libro está<br />

La Resistencia en el Régimen de Pérez Jiménez, 1948-1952<br />

(edición y notas a cargo también de José Agustín Catalá, primera<br />

edición de 1969, reeditado en 1977, Ediciones Centauro).<br />

Los Crímenes de la Dictadura (el prólogo escrito por Catalá,<br />

1972), relación de presos y su crónica en la temible Guasina<br />

y en Ciudad Bolívar. Cuando Mataron a Ruiz Pineda (1977)<br />

y Pérez Jiménez, un Gendarme Innecesario (1990), de Guido<br />

Acuña, destapan la refriega interna de la dirección central de<br />

Acción Democrática y el trato –de protección– oficial hacia<br />

Leonardo Ruiz Pineda.<br />

De José Vicente Abreu, dos novelas necesarias, Se llamaba SN<br />

(1964) y Guasina. Donde el río perdió las siete estrellas (como<br />

buena parte de la obra antiperezjimenista, Ediciones Centauro,<br />

1969, a cargo de José Agustín Catalá). El who is who del régimen<br />

perezjimenista de Norman Dupray, Huyen las Aves de Rapiña<br />

19 Ibíd., pp. 265-266.<br />

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(Buenos Aires, Talleres la Técnica Impulsora, 1959) donde, además<br />

de ubicar a los personeros y pesos pesados del gobierno,<br />

relata manejos y negocios en las concesiones –con comisiones,<br />

participaciones, monopolios, al margen de los contratos, etc.– de<br />

la creciente industria petrolera venezolana. El casi “manual político”<br />

en contra –entre otras cosas– de la política energética de<br />

la década militar, la obra más conocida de Rómulo Betancourt,<br />

Venezuela, Política y Petróleo (Monte Ávila, Caracas; 1979). Las<br />

ediciones facsimilares de los tabloides del exilio de comunistas<br />

y adecos en México, Noticias de Venezuela y Venezuela Democrática,<br />

son documentos muy sugerentes para comprender los<br />

debates en el exterior frente a la dictadura venezolana de los dos<br />

partidos más importantes de la resistencia.<br />

Para cerrar este brevísimo recuento historiográfico sobre<br />

la cuestión del perezjimenismo, hagámoslo con un broche<br />

dorado. Recomendamos la entrada –ya la hemos citado– a<br />

cargo de Domingo Irwin, “Marcos Pérez Jiménez”, en Tierra<br />

Nuestra: 1498-2009: ponderado análisis de la década militar,<br />

acucioso en aportar nuevos elementos como el desconocido<br />

Informe Perkins, el verdadero esqueleto intelectual sobre el<br />

cual se sostiene toda la musculatura del alardeado Nuevo Ideal<br />

Nacional. Nos dice Irwin:<br />

Uno de los aspectos de que se ufanaba el gobierno presidido<br />

por el General Pérez Jiménez era la planificación racional<br />

del proceso de desarrollo nacional. Esa era una de las consignas<br />

del entendido como Nuevo Ideal Nacional. Para finales<br />

de 1952 Milo Randolph Perkins entrega a las autoridades<br />

venezolanas un texto en dos idiomas (...) con el sugestivo<br />

título de Por el desarrollo y estabilidad de Venezuela: principios<br />

de acción. Ese escrito (...) reflejaba los resultados del<br />

análisis que le había sido encomendado por el presidente<br />

del Banco Central de Venezuela a Perkins. En este texto<br />

se encuentra desglosado un proyecto nacional de desarrollo<br />

económico y social 20 .<br />

20 Domingo Irwin, “Marcos Pérez Jiménez...”, op. cit., p. 248.<br />

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3. Lo que sí se planeó decir: propaganda y construcción<br />

de sensibilidades políticas<br />

Acotábamos antes que uno de los principales objetivos cuando<br />

se intenta historiar sobre las mentalidades –e historia intelectual,<br />

cultural– durante el perezjimenato, es la censura, la historia de<br />

la censura en tiempos de dictadura 21 . Es decir, se estudia lo que<br />

no se dijo/escribió y por qué no se dijo/escribió, en lugar de analizar<br />

lo que realmente sí supuso una impronta en la modelación<br />

política cultural de la sociedad: lo que sí se dijo. Hubo un sistema<br />

de propaganda directa e indirecta. Si el gobierno inauguraba una<br />

gran obra se preocupaba de que esta fuera conocida por todos los<br />

venezolanos a través de los medios audiovisuales más avanzados<br />

de su momento, para ir construyendo una idea colectiva de progreso,<br />

modernidad y bienestar. Estaba tan bien pensado que hubo<br />

una oficina de publicidad que se mantenía con el pago de una<br />

cuota mensual por parte de todos y cada uno de los ministerios<br />

y dependencias del Estado. Quedaba en una de las oficinas del<br />

Banco Obrero.<br />

Su director la definía como la más eficaz porque se trataba de<br />

“publicidad indirecta”. Actúa de la siguiente forma: un día,<br />

en un diario determinado, sale una noticia sobre un posible<br />

proyecto; al día siguiente otro diario interroga al ministro<br />

respectivo. Al tercero otro periódico editorializa sobre el<br />

tema, logrando en esa forma mantener la publicidad al día,<br />

ocupando todas las páginas de los diarios 22 .<br />

La propaganda proyectaba 23 , de forma sobredimensionada, una<br />

realidad nacional: “recibiendo aquel impulso adicional prove-<br />

21 José Agustín Catalá y Eleazar Díaz Rangel, De Pérez Jiménez a Hugo<br />

Chávez. Censura y Autocensura 1948-2003, Caracas: Centauro, 2003.<br />

22 José Agustín Catalá y Eleazar Díaz Rangel, De Pérez Jiménez…, op. cit.<br />

p. 27.<br />

23 Trabajaremos varias colecciones de los fondos del Archivo Histórico de<br />

Miraflores que ya hemos publicado parcialmente en nuestro artículo titulado<br />

“La propaganda política durante el perezjimenato: en la búsqueda de<br />

la legitimidad de ejercicio y la diplomacia velada 1952-1957”, en Tiempo<br />

y Espacio, núm. 52, Caracas, (2009), pp. 39-66.<br />

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niente de la explotación del petróleo, la economía venezolana<br />

se aprestó a emprender casi una década de grandes transformaciones.<br />

Se trata de un período al cual podríamos calificar como<br />

el gran salto económico de Venezuela” 24 . A esto se sumo una<br />

política fiscal de alto gasto público en materia de infraestructuras,<br />

con la que se logró una política tributaria impositiva racionalmente<br />

baja –que motivó a la inversión– y un presupuesto<br />

cuidadoso que cerró varios períodos anuales con saldo positivo<br />

a pesar de la gran inversión pública. A lo antedicho se une que<br />

Venezuela vivía un buen clima de inversión y desarrollo de la<br />

empresa privada, estabilidad de los precios y del cambio monetario,<br />

todo ello resultado de coincidencias históricas que dieron<br />

lugar a una época dorada, que tenía ademas un contexto regional<br />

a favor y un proyecto bien pensado para el control de las<br />

sensibilidades políticas, lo que permitió crear una legendaria<br />

época en un mítico país gracias al Estado Cuartel.<br />

Un memorando del 15 de diciembre de 1953, de Humberto<br />

Spinetti Dini, Director Nacional de información, dirigido al<br />

secretario de la presidencia de la república, Raúl Soulés Baldó,<br />

le informaba sobre un documental de la empresa estatal de cine<br />

y documentales Bolívar Films. El cortometraje se explayaba<br />

durante 41 minutos sobre la gran obra de Marcos Pérez<br />

Jiménez. Spinetti Dini propone sustituir alguna toma por el<br />

discurso del dictador en el Círculo Militar, a la vez que resumir<br />

un poco la introducción del film. Preguntaba Spinetti Dini –con<br />

un propósito propagandístico muy refinado– si estos cambios<br />

convenían a la presidencia. La idea propagandística era darle<br />

más presencia a Pérez Jiménez en el documental, aún cuando<br />

se trataba sobre las obras de la Corporación Venezolana de<br />

Fomento, de los ministerios de Sanidad y Asistencia Social, y<br />

del de Obras Públicas. Además sugirió cortar las inauguraciones<br />

filmadas en el interior del país. Esto economizaría pies de<br />

película y subrayaría la imagen del dictador en otra alocución<br />

extra: una propaganda megalómana clásica que divorciaría,<br />

24 José Toro Hardy, Venezuela, 55 años de política económica. 1936-1991.<br />

Una utopía keynesiana, Caracas: PANAPO, 1992. p. 44.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

dentro de la misma película, la idea de la información como<br />

política de propaganda nacional, y adheriría una evidente<br />

intención proselitista 25 .<br />

Durante el mismo año hay una hoja de los puntos de cuenta<br />

de una reunión del gabinete, donde el ministro de relaciones<br />

interiores Laureano Vallenilla-Lanz Planchart propone una<br />

“campaña publicitaria” con motivo del primer aniversario del<br />

gobierno. Se llevaría a cabo una agenda entre el 24 de noviembre<br />

y el 2 de diciembre que constaría de “(...) a- Folleto sobre 19<br />

grandes obras, b- Película sobre las mismas obras, c- Reportajes<br />

por televisión, d- Reportajes periodísticos” 26 .<br />

El merideño Humberto Spinetti Dini fue un brillante director de<br />

información; en menos de un mes de inauguradas varias obras de<br />

infraestructura, enviaba a la secretaría de la presidencia una copia<br />

del documental que reunía todas estas escenas: “Me es grato<br />

enviarle una copia del Documental para Televisión filmado por<br />

la Tiuna Films, con motivo de las Inauguraciones del mes de Diciembre<br />

de 1956, a las cuales asistió el señor Presidente de la<br />

República” 27 . Se hacía sistemática la información de todo lo que<br />

el gobierno, en presencia de Pérez Jiménez, inauguraba. El nuevo<br />

ideal nacional no solo era la intervención y transformación del<br />

espacio físico: la propia ocupación y modificación de los espacios<br />

tenía que parecer, semejarse, recordar y resonar al gobierno del<br />

General: el trabajo debería recordarle a la gente que había un<br />

gobierno –militar– en todos los espacios y la forma ideal de “omnipresencia”<br />

de la obra transformadora del gobierno era el cine,<br />

por ello hubo tanta insistencia en ese medio. Por supuesto que la<br />

obra impresa es fundamental en la divulgación de esta propagan-<br />

25 Archivo Histórico de Miraflores (AHM). 15 serie a, caja 27. Inventario.<br />

Memorando. Humberto Spinetti Dini, Director Nacional de Información.<br />

Caracas, 15 de diciembre de 1953.<br />

26 AHM. 16 serie a, caja 27. Inventario. Autor: presumimos el Ministro de<br />

Relaciones Interiores pues es un punto de cuenta para la sesión del Gabinete.<br />

(s/f d-m: 1953).<br />

27 AHM. 23 serie a, caja 27. Inventario. Carta. Humberto Spinetti Dini, Director<br />

Nacional de Información. Caracas, 9 de enero de 1957.<br />

201


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

da en forma de información, pero el cine estaba creando héroes y<br />

fantasías –el cine de oro mexicano y el estadounidense están en<br />

su esplendor–; lo mismo se haría en Venezuela con su presidente<br />

y la nación que transformaba, día a día.<br />

En la reunión del gabinete, el 26 de abril de 1954, destaca el<br />

punto número dos de la “Dirección Política”, donde se informa<br />

a Pérez Jiménez sobre la “Solicitud de la empresa italiana Gigisanti<br />

Films S.A. acerca del documental en colores sobre Venezuela<br />

que está realizando dicha empresa y desea completar con<br />

“un día en la actividad del Presidente de los venezolanos” 28 . Se<br />

manejó aquí, cuidadosamente, una campaña, obviamente paga,<br />

con los italianos de Gigisanti. Se le informaba a Pérez Jiménez<br />

sobre el interés de esta cinematográfica por grabar un día en el<br />

despacho presidencial. Dos meses antes la embajada de Italia<br />

en Caracas le comunicaba al Ministerio de Relaciones Exteriores<br />

sobre la llegada a La Guaira del buque Conte Biancamano,<br />

donde viajaba una “troupe cinematográfica italiana” para hacer<br />

un documental a colores sobre Venezuela 29 .<br />

Igualmente, Raúl Soulés Baldó le informaba a Spinetti Dini<br />

que el cineasta brasileño León Faingeld se había dirigido a su<br />

oficina con el proyecto de una película documental sobre Venezuela<br />

para ser exhibida en Brasil en una cadena de mil doscientos<br />

cines 30 . En enero de 1954, otra empresa, también con<br />

miras internacionales, Publicidad Lyon, era contactada para<br />

filmar un documental en Technicolor sobre las obras realizadas<br />

por el gobierno:<br />

1º Antes de su exhibición en los teatros será presentada ante<br />

el Primer Magistrado y demás funcionarios que sean invitados.<br />

2º Previo anuncio en los periódicos cuyo costo es de Bs.<br />

7.440 se proyectará simultáneamente en 14 teatros de primera<br />

y después se exhibirá en los 78 locales que funcionan en el<br />

28 AHM. 13 serie f, caja 5. Inventario. Cuenta al Presidente. s/a, s/l, s/f.<br />

29 AHM. 12 Serie b, caja 36. Inventario. Copia de esquela. 25 de febrero de<br />

1954.<br />

30 AHM. 22 serie a, caja 27. Inventario. Misiva. Raúl Soulés Baldó, Secretario<br />

del Despacho. Miraflores, 22 de noviembre de 1956.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Distrito Federal por 8 días consecutivos. 3º Se mandarán 10<br />

copias al interior del país. 4º Se mandarán copias a Colombia<br />

y Ecuador, una para Perú y Bolivia, una para Argentina y<br />

una para Panamá y Centroamérica. Estas serán remitidas al<br />

cuidado de las respectivas Embajadas 31 .<br />

4. Los medios escritos en el Estado Cuartel: imagen,<br />

sensibilidades y gerencia de la propaganda<br />

Los medios escritos también tuvieron difusión intramuros y extramuros<br />

del Estado Cuartel. Como se ha visto a lo largo de la<br />

historia contemporánea y actual, los regímenes de características<br />

militares-populistas –con el cuidado que merece la última<br />

categoría– son celosos de la percepción política, cultural, espiritual<br />

que se puede generar hacia ellos. Insistimos, hay una valoración<br />

histórica y existencial sobre la cual hay un persistente<br />

esmero de parte del hombre duro, del general, del mesías militar,<br />

“comprometido” con su pueblo. Diría Augusto Pinochet en<br />

una entrevista a Newsweek el 26 de junio de 1986: “Estoy aquí<br />

porque mi pueblo me pide que me quede. Avance, me dicen,<br />

por favor no nos abandone”; o como reseñó la revista Hoy, en<br />

octubre de 1986: “Soy el general de los pobres”. Pinochet se<br />

consideraba, palabras suyas textuales, un “ángel patriótico” 32 .<br />

Nunca el jefe del Estado Cuartel se considera –ni permite que<br />

esa percepción se cuele– un tirano opresor. Siguiendo el mismo<br />

ejemplo del temible Pinochet: “La democracia es la libertad del<br />

hombre, el pensamiento del hombre. ¿Cree usted que una dictadura<br />

mantiene los tribunales de Justicia y le respeta los fallos?<br />

No es dictadura, señorita, esa es una invención” 33 .<br />

31 AHM. 7 serie f, caja 5. Inventario. Cuenta al Presidente. s/a, s/l. 11 de<br />

enero de 1954.<br />

32 Palabras de Augusto Pinochet recogidas de diferentes entrevistas por el<br />

semanario chileno The Clinic. Información de origen digital. Disponible<br />

en: http://www.theclinic.cl/2013/09/06/las-10-mejores-entrevistas-televisivas-a-pinochet/<br />

(Consulta el 26 de septiembre de 2014).<br />

33 Ibíd.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Aunque uno y otro son incomparables, Marcos Pérez Jiménez<br />

también se preocupó por adelantar una percepción, casi de tipo<br />

existencial, sobre su imagen histórica –en su presente, así como<br />

un legado– que le servía para camuflar su forma política de dictador<br />

tras la idea de un invitado de la historia, de las necesidades<br />

históricas ineludibles de su patria. En una entrevista Pérez<br />

Jiménez, aun con el desenfado de los años, diría que:<br />

yo he tenido la mística del poder no por el ejercicio del poder,<br />

sino para el poder, para realizar una obra de engrandecimiento<br />

nacional. Esa fue mi orientación. De manera que cuando vi<br />

que prácticamente tenía que destruir la institución en la cual<br />

yo había fundamentado toda mi esperanza para respaldar una<br />

obra de engrandecimiento nacional, resolví irme del país. Eso<br />

demuestra que yo no estaba ahí para el ejercicio del poder,<br />

sino para poder engrandecer a Venezuela 34 .<br />

De hecho Pérez Jiménez se preocupó a lo largo de su exilio, de<br />

esa percepción histórica-existencial, no solo abriendo las puertas<br />

de su mansión en La Moraleja de Madrid para dar entrevistas<br />

donde se explayaba en lisonjear su paso por la historia de<br />

Venezuela; también dejó escrito un libro acusatorio y al mismo<br />

tiempo apologético de su obra política, social y física en la Venezuela<br />

que le correspondió gobernar a la fuerza; lo tituló Frente<br />

a la infamia. Apenas en la dedicatoria podemos leer claves<br />

en torno a su argumentación histórica y a la validez misma del<br />

Estado Cuartel como alternativa de país:<br />

Desde el 23 de enero de 1958 hasta hoy, un buen número de<br />

venezolanos ha mantenido incólume su fe en una teoría de gobierno<br />

que, presta a la práctica, estuvo engrandeciendo a Venezuela.<br />

A ellos –auténticos cruzados del Nuevo Ideal Nacional–,<br />

que durante la última década han estado haciendo gala de coraje,<br />

espíritu de sacrificio, lealtad a los principios y consecuencia<br />

personal, dedico este libro. Caracas, 1º de enero de 1968 35 .<br />

34 Entrevista dada a José Emilio Castellanos en 1998. Recogida por el semanario<br />

Las verdades de Miguel, 19 al 25 de 2014, p. 13.<br />

35 Marcos Pérez Jiménez, Frente…, op. cit., p. 11.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

4.1. Hacia otros imaginarios<br />

Durante la dictadura hubo curiosas –y convenientes– iniciativas<br />

editoriales que halagaban la obra del general, que no solo llevaban<br />

a cabo la tarea de propaganda, sino también que tuvieran<br />

alguna resonancia en el exterior, como la “preparación de la 3ra<br />

edición de (...) Pérez Jiménez, Fuerza Creadora, en la cual será<br />

incluida la extraordinaria labor del actual Gobierno y que, una<br />

vez publicada, la traducirá al Inglés para su publicación en los<br />

Estados Unidos, a cuyo efecto ya está en contacto con la casa<br />

editora ‘Exposition Press’ de Nueva York”. Este tipo de ediciones<br />

también se proponían con convenientes formas de distribución<br />

editorial, pues el “señor Francisco Aniceto Lugo (...) desea que<br />

se recomiende esa 3ra. edición ante los Ministerios, Institutos<br />

Autónomos y Gobernaciones de Estado y Territorios, a fin de que<br />

contribuyan a su financiamiento con reportajes” 36 . El gobierno<br />

instaba a todos los entes y dependencias estatales a sufragar el<br />

costo de los mecanismos de propaganda para la fabricación personalista<br />

del líder.<br />

Revisamos un sugerente proyecto de telegrama/circular para<br />

los gobernadores donde, siguiendo las instrucciones del “Señor<br />

Presidente de la República”, se les explica a los altos funcionarios<br />

que, con motivo de las celebraciones del 2 de diciembre<br />

y las inauguraciones de obras, se ha asignado un presupuesto<br />

determinado a cada gobernación. En el documento no se asoma<br />

el monto –es un copiador del original–, no obstante llama la<br />

atención el último párrafo:<br />

Los cuales [bolívares] debe girar antes del 20 del corriente a<br />

la Dirección Nacional de Información. Los gobiernos regionales,<br />

lo mismo que las demás entidades oficiales, no deben<br />

36 AHM. 24 serie a, caja 27. Inventario. Memorándum. Despacho de la<br />

Presidencia de la República dirigido al Director Nacional de Información<br />

Spinneti Dini. Miraflores, 17 de noviembre de 1954. El personaje<br />

nombrado en el memo puede ser Francisco Aniceto Lugo, polifacético<br />

personaje de 1894, oriundo de San José de Amacuro. Fue un entusiasta<br />

precursor de la astronomía y de la ciencia ficción en la narrativa. Como<br />

escritor abarcó curiosos límites temáticos, desde historia, política hasta,<br />

como acotamos, ciencia ficción.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

hacer publicaciones individuales en esa oportunidad ni erogar<br />

más dinero por tal concepto fuera de la cuota que se les<br />

ha fijado. Dios y Federación 37 .<br />

Durante el mejor momento de las relaciones de Pérez Jiménez<br />

con Estados Unidos, Hamilton Wrigth IV, presidente de la oficina<br />

de relaciones públicas Hamilton Wrigth de Venezuela, le<br />

informaba al secretario de la presidencia, Raúl Saules Baldó,<br />

que la empresa Warner Brothers Films estaba dispuesta a realizar<br />

una película sobre Venezuela. En otra carta del mismo<br />

emisario, dirigida también al secretario de la presidencia, le<br />

informan que se envían tres revistas: Newsweek, Time y Life,<br />

donde en una, la portada es la fotografía de un toro saltando una<br />

barda que simboliza las similitudes idiosincráticas y culturales<br />

de los pueblos venezolano y estadounidense, para demostrar las<br />

manifestaciones propias del hombre común de cada país. Distribuir<br />

en la prensa estadounidense fotos de venezolanos y estadounidenses<br />

en actividades solariegas parecidas, como forma<br />

de propaganda de los modelos espirituales, políticos y económicos<br />

que las dos naciones compartían entonces, era una forma de<br />

lucha contra el virus del comunismo, y un compromiso mutuo 38 .<br />

Esto también le funcionaba al Estado Cuartel para legitimarse<br />

en la opinión pública de su máximo aliado y arraigarse como<br />

modelo confiable en otros lugares, dentro de otros imaginarios.<br />

Así pues, desde la vecina Colombia se elaboraron estrategias similares,<br />

con las pretensiones de lograr una sensible presencia de<br />

Venezuela y del perezjimenato en la región. El diario colombiano<br />

La República dirigido por Silvio Villegas realizó una edición<br />

especial “dedicada al progreso de Venezuela”. Se le enviaba a<br />

Pérez Jiménez, tal y como lo dispuso Humberto Spinetti en el<br />

37 AHM. 25 serie a, caja 27. Inventario. Proyecto de telegrama-circular. s/a,<br />

s/f, Despacho de la Presidencia de la República.<br />

38 AHM. 3 1804-c, 1954 abril 1-30 [cartas]. 2 cartas con dos respuestas en<br />

telegrama. Una dirigida a Raúl Saules Baldó, Secretario de la Presidencia,<br />

la otra es para Pérez Jiménez. Hamilton Wrigth IV, Organización<br />

Hamilton Wrigth de Venezuela (oficina de información y relaciones públicas).<br />

Carta 1:10 de abril de 1954; carta 2: 31 de mayo de 1954; telegrama<br />

1: 29 de abril de 1954; telegrama 2: 8 de junio de 1954.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

memorándum, un cuestionario confeccionado a la medida del régimen<br />

39 con el fin de intentar llegar a distintos países a través de<br />

medios impresos gracias a las alianzas –casi siempre económicas–<br />

con directores de periódicos y el gobierno dictatorial. Así lo<br />

dice una esquela al encargado de la secretaría de la presidencia<br />

Rafael Pinzón:<br />

En cumplimiento de las instrucciones de esa Secretaría, me<br />

es grato manifestarle que el señor César Durand, Jefe de<br />

Publicidad de La Nación, de Lima, ha sido enviado por la<br />

Dirección del mencionado diario para preparar una edición<br />

dedicada a Venezuela. El señor Durand aspira a publicar 24<br />

páginas de publicidad del Gobierno, a razón de $ 1000 cada<br />

una. Me es grato anexar el plan elaborado por la Dirección<br />

de La Nación 40 .<br />

Desde el extremo sur, León Lipcovich viajó de Buenos Aires<br />

a Caracas como reportero de Noticias Gráficas para preparar<br />

el material de una edición sobre Venezuela. Destacaría, sobre<br />

todos los temas, el progreso nacional que vivía la nación gobernada<br />

por Pérez Jiménez. El corresponsal argentino estaba<br />

especialmente recomendado por Soulés Baldó, quien también<br />

remitió el proyecto al mismo presidente, indicando que “se<br />

presten a León Lipcovich las facilidades necesarias para el cabal<br />

cumplimiento de su cometido” 41 .<br />

Otra publicación regional que evidencia cómo el gobierno venezolano<br />

se valió del presupuesto nacional para proyectar el bastidor<br />

propagandístico –con un fondo de interés ideológico– del<br />

perezjimenato fue la revista mexicana Todo, en su edición especial<br />

dedicada completamente a Venezuela. La cobranza de la edición<br />

especial se la hacen llegar al director de la oficina nacional<br />

39 AHM. 18 serie a, caja 27. Inventario. Memorándum. H. Spinetti D. Caracas,<br />

7 de julio 1955.<br />

40 AHM. 19 serie a, caja 27. Inventario. Carta. Humberto Spinetti D. Caracas,<br />

27 de junio de 1955.<br />

41 AHN. 25 serie a, caja 27. Inventario. Misiva. Raúl Soulés. Miraflores, 8<br />

de julio de 1954.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

de información el 24 de abril de 1953. La revista Todo le pasó una<br />

cuenta al gobierno de diez mil bolívares por el dossier 42 .<br />

En ocasiones esta clase de transacciones económicas se tornaron<br />

habituales, como veremos en otro documento a continuación.<br />

Sin embargo, es más sugerente el interés del Estado Cuartel de<br />

desembolsar el dinero no solo con fines de mera propaganda,<br />

debemos leer más allá el mismo hecho. El perezjimenato busca<br />

reconstruir una legitimidad que no se obtuvo por la elección<br />

democrática del líder, por tratarse de un gobierno militar y de<br />

una dictadura todavía distante de la aventura –fraudulenta y fallida–<br />

del plebiscito; el mensaje no deseaba decir que el gobierno<br />

venezolano no era militar, no era dictatorial, el mensaje realmente<br />

pretendía demostrar –legitimar, avalar, proyectar– que el<br />

Estado Cuartel era el modelo ideal de Venezuela, de América<br />

Latina y de El Caribe; que el ejercicio militar en la política y en<br />

el proyecto nacional de estos países era el llamado sensato que<br />

estaba haciendo la historia desde los cuarteles en casi toda la<br />

región (en Cuba gobernaba Batista, en Dominicana Trujillo, en<br />

Nicaragua Somoza, en Colombia Rojas Pinilla, en Perú Odría,<br />

en Brasil Vargas, en Paraguay Stroessner y en Argentina Perón);<br />

lo que hemos venido subrayando a lo largo de este escrito: se<br />

modelaban sensibilidades al respecto, se inoculaba en el imaginario<br />

regional que estos pueblos no estaban preparados para la<br />

democracia, pues había que llevarlos por la ley del cabestro; el<br />

cesarismo democrático debería curar a este continente enfermo<br />

con las nuevas fórmulas del Estado Cuartel, con los nuevos ideales<br />

nacionales-regionales de los jefes del Estado Cuartel.<br />

Anunciábamos otro documento sobre las reiteradas transacciones<br />

–formalizadas dentro del lenguaje editorial inclusive– que<br />

desde el gobierno nacional se hacían para auspiciar, primero en<br />

lo doméstico, el insistente mecanismo de propaganda, información,<br />

difusión, publicidad y divulgación del régimen:<br />

Cúmpleme hacer de su reconocimiento que, conforme a<br />

los deseos de Usted, recibí a los señores Rafael Meléndez y<br />

42 AHM. 27 serie a, caja 27. Inventario. Memorándum de la Presidencia de<br />

la República. Miraflores 27 de abril de 1953.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Ohmer Bustamante quienes me expusieron que Mundo Hispánico<br />

proyecta publicar una edición especial dedicada a<br />

Venezuela en la cual se incluirán informaciones de la labor<br />

oficial. Los señores Meléndez y Bustamante aspiran a que el<br />

gobierno tome por los menos 20 páginas –unas en tipografía<br />

a Bs. 1.000 y otras en huecograbado y offset a Bs. 1.500 y<br />

1.750, respectivamente– por un valor total de 30.000. Me manifestaron,<br />

además, que es condición abonar anticipadamente<br />

el 50% del importe del contrato 43 .<br />

El documento que mostraremos a continuación demuestra el interés<br />

en el mismo aspecto editorial –difusión, publicidad, legitimación<br />

diseñada, propaganda, etc.– en el exterior, así como el<br />

hecho “habitual” del mismo:<br />

Cumpliendo sus instrucciones, me es grato manifestarle que<br />

en marzo de 1952 el New York Herald Tribune, de Nueva<br />

York, publicó un suplemento de 12 páginas dedicado al desarrollo<br />

económico y social de Venezuela. El costo de dicha<br />

publicación fue de $ 59.135.000, suma que se distribuyó para<br />

su pago entre los Ministerios e Institutos Autónomos. Más<br />

tarde, en diciembre de 1953, el señor Michael Smiley, jefe del<br />

departamento de publicidad del mencionado diario en América<br />

Latina, solicitó de nuevo publicidad para un número del<br />

New York Tribune a circular en marzo de 1954 (...) Nuevamente,<br />

en este año, el señor Smiley se dirigió al Gobierno,<br />

por mediación de la Secretaría de la Presidencia, manifestando<br />

que el suplemento de este año además de publicidad oficial<br />

incluirá avisos de la industria y del comercio venezolanos. La<br />

tarifa a pagar, por página, es de $ 5.112, y el Señor Smiley<br />

aspira por lo menos 6 páginas 44 .<br />

Observamos los mismos elementos: una forma habitual de operar<br />

el sistema del bastidor de “información”, sumado a los costos<br />

inherentes del negocio publicitario; empero, lo que se está publicitando<br />

es un modelo político, cultural, espiritual, simbólico, se<br />

43 AHM. 26 serie a, caja 27. Inventario. Memorándum al Secretario de la<br />

Presidencia. Caracas, 9 de febrero de 1954.<br />

44 AHM. 20 serie a, caja 27. Inventario. Memorándum al Secretario de la<br />

Presidencia. Caracas, 5 de agosto de 1955.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

está vendiendo la imagen del Estado Cuartel a la opinión pública<br />

estadounidense. De hecho, si leemos lo que sigue se verá que<br />

hubo algún impacto: Robert J. Cole, editor para América Latina<br />

del The Journal of Commerce de Nueva York, le envió una carta<br />

a Spinetti Dini, acusando recibo del libro Así progresa un pueblo<br />

(diez años en la vida de Venezuela) y le dice:<br />

como un observador interesado en las condiciones económicas<br />

de Venezuela en un período de muchos años, puedo decir<br />

sin indecisión que esa excelente publicación da sólo una pequeña<br />

idea de los enormes avances económicos hechos por el<br />

pueblo venezolano en los últimos diez años 45 .<br />

Asimismo, de un artículo de 1954 del New York Times donde<br />

se ensalzaba la velocidad con que el gobierno venezolano había<br />

levantado los edificios para la clase obrera en Caracas –refiriéndose<br />

al conjunto de edificaciones 2 de Diciembre, hoy 23 de<br />

Enero–; en el artículo de prensa se lee cómo el periodista afirma<br />

que espera que en Estados Unidos alguna vez se aprenda a<br />

construir a esa velocidad y con esa preocupación hacia los sectores<br />

menos favorecidos. Este apartado documental está en los<br />

fondos de la correspondencia de la Embajada de Venezuela en<br />

Washington hacia el Despacho de la Presidencia de la República<br />

durante el año 1954 –secciones de la prensa estadounidense<br />

enviados en reportes al presidente, midiendo la opinión pública<br />

local– en el Archivo Histórico de Miraflores.<br />

Se puede observar cómo se está ensamblando cierta tendencia<br />

favorable hacia el Estado Cuartel. El siguiente documento es de<br />

mayor aliento, de hecho es una propuesta totalmente pensada hacia<br />

el bastidor ideológico del régimen. Se trata también de una<br />

iniciativa venida desde Estados Unidos, del director del Diario<br />

de las Américas, S. Serfaty, quien en 1954 propone lo que sigue:<br />

Este diario anticomunista por principio y gran defensor de los<br />

intereses panamericanos, publica en la actualidad tres páginas<br />

en español y una en inglés y mantiene una buena circulación<br />

en los Estados Unidos, especialmente en Washington y<br />

45 AHM. 28 serie a, caja 27. Inventario. Carta. Robert J. Cole. Nueva York,<br />

9 de julio de 1956. Documento original en inglés, traducción propia.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

en el Estado de Florida. El periódico está ligado a Venezuela<br />

y a su Gobierno por muchas razones y siempre están dispuestos<br />

a defenderlo y a desenmascarar a los enemigos que en el<br />

exterior se ocupan de denigrar y desconceptuar la gran labor<br />

de Patria que usted viene desarrollando. He estudiado muy<br />

bien la situación de esta región y la considero sumamente<br />

importante políticamente y se puede organizar una magnífica<br />

campaña de demostración al exterior del fecundo trabajo que<br />

usted viene ejecutando para afianzar a Venezuela en el sitial<br />

de honor que le corresponde dentro del conglomerado americano<br />

de naciones. Esta ciudad, centro obligado del pase de<br />

las Américas del Sur y Centro, visitada continuamente por<br />

personajes importantes de la política (...) sitio escogido para<br />

campañas a los gobiernos de la cuenca del Caribe, es de gran<br />

valor para establecer en ella un servicio de propaganda bien<br />

dirigido donde se pueda demostrar la verdad de la actual situación<br />

venezolana y donde se pueda refutar y desmentir los<br />

escritos y noticias que propagan los enemigos del régimen<br />

actual. Para ejecutar este plan podríamos utilizar este diario<br />

que es cien por ciento amigo de usted y al efecto se le entregaría<br />

el material que de Venezuela enviaran los organismos<br />

designados al efecto y aquí se refutarían todos los escritos<br />

que en América se publicaran no favorables al gobierno. Este<br />

periódico necesita, naturalmente, de ayuda monetaria para<br />

esta campaña de publicidad y es por ello que me he permitido<br />

escribir a usted directamente a fin de que si lo considera conveniente<br />

se podría fijar una asignación mensual que lo ayudara<br />

en su parte económica y obtendríamos los servicios de un<br />

diario en firme para hacer resaltar en el Exterior la gran obra<br />

efectiva que se realiza en Venezuela 46 .<br />

Tras leer este último documento es evidente que los hombres<br />

del negocio editorial notaron que había oportunidades interesantes<br />

con el gobierno venezolano y sus anhelos de proyección<br />

ideológica, de la construcción de toda una carga simbólica de<br />

progreso, nacionalismo y modernidad, como sinónimos del Estado<br />

Cuartel.<br />

46 AHM. 29 serie b, caja 129. Carta con recorte de prensa. S. Serfaty al<br />

Presidente de la República. Miami, Florida, 18 de febrero de 1954.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Al perezjimenato no solo le interesaba esta parte del Atlántico.<br />

España era otro fuerte importante por encandilar. Para Venezuela<br />

–como el resto de América Latina– España era la puerta<br />

de Europa, y había intereses mutuos que relacionaron a las dos<br />

naciones. Sin olvidar que la larga noche de Francisco Franco<br />

encontraba muchas coincidencias ideológico-políticas con la<br />

dictadura venezolana, hubo una larga y extensa corriente migratoria<br />

que formaba parte del proyecto de país del Nuevo Ideal<br />

Nacional. Recuérdese que si el trienio adeco había planteado<br />

el tema de la migración para llenar puestos de trabajo vacantes,<br />

fue bastante más restringido que la denominada política de<br />

“puertas abiertas” de la década militar.<br />

Es decir, con Pérez Jiménez se facilitó –y estimuló– la política<br />

migratoria de cuantos europeos se pudiera, bajo aquella eugenésica<br />

manda de europeizar –cultural y racialmente– a Venezuela,<br />

con un previo proceso de selección de nacionalidades y grupos<br />

locales 47 . Por retrógrada que suene, esta política ha sido también<br />

laureada dentro del imaginario político venezolano como uno de<br />

los grandes aciertos del perezjimenato. Empero, como ya es reiterativo,<br />

la memoria selectiva para la construcción del imaginario<br />

perezjimenista olvida, por ejemplo, los europeos vagando como<br />

indigentes por las plazas caraqueñas, sin techo, sin trabajo, con<br />

las promesas doradas rotas por la demagogia del momento 48 .<br />

También es cierto que la enorme inversión que comenzaba en la<br />

década militar acogería como mano de obra a una buena parte<br />

de esa inmigración. El otro lado de la moneda lleva esta efigie:<br />

“La extraordinaria migración que está recibiendo esta rica región,<br />

enmarcada en el centro norte de Venezuela, quedará, sin<br />

duda alguna, señalada en los anales históricos de la patria como<br />

la más vigorosa evolución de un pueblo joven que se procura<br />

47 Juan Carlos Rey González, Huellas de la inmigración en Venezuela. Entre<br />

la historia general y las historias particulares, Caracas: Empresas<br />

Polar, 2011, pp. 114-115.<br />

48 Ibíd., p. 126. El autor cita un artículo de El Nacional, del 13 de mayo de<br />

1949: “Inmigración sí, demagogia no”, de Carmen Clemente Travieso.<br />

212


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

un porvenir mejor” 49 . No obstante, como en todo ciclo, luego<br />

de tocar la cúspide, vendría la caída. Pero eso es tema de otro<br />

estudio, volvamos ahora a la España que le interesaba al Estado<br />

Cuartel, y viceversa, la España interesada en la dictadura de<br />

Pérez Jiménez.<br />

5. El diseño del imaginario del Estado Cuartel<br />

venezolano en España<br />

Entre la España franquista y la América Latina donde descollaba<br />

el modelo del Estado Cuartel hubo serios intentos de<br />

hermanar ambas perspectivas cisatlánticas con, por ejemplo, la<br />

creación de los Institutos de Cultura Hispánica que desde 1947<br />

actuarían en una red de asociaciones radicadas en América,<br />

para “crear una poderosa corriente de ideas trabajadas sistemáticamente.<br />

Su motivación fue la ‘filiación hispánica’, como<br />

vehículo de unión de personas de distinta nacionalidad” 50 . Este<br />

campo de filiaciones político-culturales pretendía llegar una<br />

brazada más lejos en el terreno de la diplomacia y los convenios<br />

de cooperación, pues<br />

gracias a una serie de logros en el campo cultural, se mantenía<br />

en la creencia de que el hispanismo iría ganando en<br />

“amplitud y volumen”, en cuanto que las relaciones culturales<br />

fueran reforzadas por una intensa relación económica,<br />

quedando de ese modo trazado el camino de la vinculación<br />

hispano-iberoamericana 51 .<br />

Así las cosas, buena parte de América Latina y El Caribe estaba<br />

en el ámbito de la cultura política, bajo el manto del Estado<br />

Cuartel, así como la España de Franco: el catecismo anticomunista<br />

–parte esencial del credo militarista de la época–, católico,<br />

conservador, e incluso, a lo que a sistemas corporativistas<br />

49 Marconi Villamizar en Últimas Noticias el 22 de octubre de 1957, citado<br />

por Rey González en Ibíd., p. 127.<br />

50 Silvia Enrich, Historia diplomática entre España e Iberoamérica en el<br />

contexto de las relaciones internacionales (1955-1985), Madrid: Ediciones<br />

de Cultura Hispánica, 1989, pp. 68-69.<br />

51 Ibíd.<br />

213


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

se refiere, hubo similitudes con la “democracia orgánica” del<br />

caudillo español. Era América Latina y El Caribe una plaza<br />

de sables, de partidos únicos, sistemas sociales conservadores<br />

y restrictivos, con alto control social y líderes nacionalistas<br />

que se hallaban cómodos en la acepción “hispanoamericana”<br />

como un lugar de encuentro ideológico y cultural, construido<br />

entre las capitales de la región (Caracas, Buenos Aires,<br />

La Habana, Ciudad Trujillo, Managua, San Salvador, Bogotá,<br />

Lima...) y Madrid, la antigua metrópoli: “El 12 de octubre de<br />

1953 –Día de la Hispanidad– el ministro Martín Artajo lanzó<br />

el plan de una Comunidad Hispánica de Naciones, destinado a<br />

coordinar la acción diplomática de los países de lengua española<br />

en torno a un ideal igualitario de pertenencia a un mismo<br />

ámbito cultural” 52 .<br />

Las relaciones de los Estados Cuartel de la España franquista y<br />

la Venezuela de Pérez Jiménez ha sido una asignatura pendiente<br />

desde el estudio de la historia de las relaciones internaciones<br />

atlánticas. En esta parte del ensayo proponemos un acercamiento,<br />

en virtud de esta investigación, a la cultura política<br />

pretoriana criolla representada en la prensa española –nicho<br />

natural para el reforzamiento de un imaginario sobre Venezuela–;<br />

lo que para la España franquista representa solo una<br />

década de su política exterior, y para Venezuela, el proceso<br />

específico de su última dictadura.<br />

El medio más importante de la península, Radio Nacional de<br />

España, era una forma expedita de mecanizar el bastidor ideológico<br />

con doble propósito: derrumbar las expectativas de exiliados<br />

venezolanos que urdían planes o albergaban esperanzas<br />

en la caída de Pérez Jiménez y seguir en la arquitectónica de<br />

afianzamiento simbólico del Estado Cuartel. Acaso la mejor<br />

propaganda es la que no se nota, la mejor estrategia de difusión<br />

y control es la que no parece tal, así como la mejor forma de<br />

generar una sensibilidad específica hacia un sistema, hacia un<br />

modelo, consiste en la sutileza. Así se planificó lo que sigue:<br />

52 Julio Gil, La política exterior del franquismo. Entre Hendaya y El Aaiún,<br />

Barcelona: Ediciones Flor del viento, 2008, p. 307.<br />

214


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Se trata de efectuar semanalmente, por medio de un programa<br />

de media hora de duración, una emisión de difusión de la<br />

música, arte, literatura, geografía venezolana. Este programa<br />

debería ser realizado en Caracas, por medio de un programa<br />

grabado, que semanalmente se remitiría a la Radio Nacional de<br />

España. El programa semanal venezolano lo difundiría Radio<br />

Nacional de España, por sus canales generales (especialmente<br />

en sus horas españolas e hispano-americanas, al igual que hace<br />

con otros países de Hispanoamérica). Emisión “confidencial”<br />

de noticias políticas Venezolanas: Radio Nacional de España,<br />

pone a disposición de Venezuela, sus emisoras, para la difusión<br />

de noticias de tipo político, para las que no interese especialmente<br />

dar un sello de procedencia demasiado oficial y cuyo<br />

origen deberá aparecer como “extraídas” de los medios informativos<br />

españoles e internacionales. No se puede desconocer<br />

que en general las informaciones políticas pierden efectividad,<br />

cuando son difundidas oficialmente por el país interesado. Por<br />

otra parte por carecer Venezuela de medios de difusión potentes,<br />

hace que y sobre todo en Europa, las informaciones y<br />

conceptos que en la opinión prevalecen, sean confusos y en<br />

general no favorables dada la actividad que los exilados políticos<br />

venezolanos desarrollan en algunos de aquellos países y<br />

especialmente en Francia, Bélgica y Suiza. En atención a estos<br />

hechos es por lo que solicité y obtuve en Madrid de los organismos<br />

adecuados, que Radio Nacional de España, pusiera a<br />

disposición del gobierno de Venezuela, sus medios de difusión,<br />

para la propagación de noticias e informaciones que el gobierno<br />

venezolano le interese difundir en forma oficiosa, salir al<br />

paso de campañas hostiles, etc. Para ello Radio Nacional de<br />

España, por medio de sus boletines diarios de información internacional<br />

(...) difundiría por el mundo entero “y como noticia<br />

de fuente española”, las informaciones convenientes 53 .<br />

Así también hubo una estrategia premeditada en los principales<br />

medios impresos españoles, donde destacaba, sobre todo, el diseño<br />

de una cultura política hacia lo militar-político, adornado<br />

de episodios de “tipo cultural” que eran sobre cualquier cosa el<br />

camuflaje de una realidad –en ambos países– cuartelaria. La<br />

conveniencia de que ambas naciones colaboraran mutuamen-<br />

53 Ibíd.<br />

215


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

te con el ensalzamiento de sus Estados Cuartel era evidente,<br />

es decir, le interesaba tanto –o más– a España su resonancia<br />

ideológica en el prometedor continente americano, como a los<br />

dictadores regionales la órbita española:<br />

Según los grandes objetivos marcados para medio plazo, además<br />

de las colonias de residentes, el campo por excelencia<br />

sobre el que trabajar en aras del prestigio de España en la<br />

región era la opinión pública americana. Para captar a los<br />

distintos sectores sociales americanos no cabía otro remedio<br />

que ensayar la propaganda política o cultural 54 .<br />

En el apartado anterior trabajamos colecciones del fondo documental<br />

del Archivo Histórico de Miraflores, a partir de ahora<br />

analizaremos los periódicos peninsulares La Vanguardia y<br />

el ABC, con la presunción de que estos medios eran el laboratorio<br />

para ensayar la legitimación –en España como puerta<br />

de Europa– del modelo del Estado Cuartel latinoamericano,<br />

felizmente representado por Marcos Pérez Jiménez. Seguimos<br />

manejando la teoría del bastidor ideológico para la generación<br />

de símbolos y sensibilidades políticas hacia una cultura política<br />

pretoriana criolla. Debemos acotar que para esta época el<br />

ABC de Madrid y Sevilla y La Vanguardia de Cataluña son<br />

los rotativos más importantes de España.<br />

6. Casuística<br />

El sábado 10 de diciembre de 1955, en La Vanguardia española<br />

se publica en la página 7 un artículo titulado “Venezuela”:<br />

La pequeña Venecia, la Venezuela de Diego de Ojeda, es hoy<br />

una de las primeras naciones de América no sólo por su pasado<br />

histórico y por las grandes figuras que forjaron su independencia,<br />

sino por su propio esfuerzo, que le ha dado recia<br />

personalidad; por su perseverancia en el trabajo, manantial<br />

de su riqueza; por sus luchas y sacrificios, que le han forta-<br />

54 Rosa Pardo Sanz, Con Franco hacia el imperio, Madrid: UNED, 1994,<br />

p. 123.<br />

216


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

lecido para agigantarse en el presente y esperar serenamente<br />

el porvenir 55 .<br />

Nos sugiere varias cuestiones que el autor, de quien comentaremos<br />

algo más adelante, plantea discretamente que la Venezuela<br />

de hoy, la de Pérez Jiménez, es la que ha despertado después de<br />

un sopor, de un dormir histórico previo, de una etapa políticoeconómica<br />

estancada:<br />

Dormitaba el pueblo venezolano en el dulce sopor de su vieja<br />

lejanía, y a su brusco despertar ha seguido un impulso amplio<br />

y fuerte cuyas realizaciones recientes proclaman la verdad de<br />

su pujanza, Y todo casi sin transición, merced a la obra del<br />

Presidente de la República, general Marcos Pérez Jiménez,<br />

quien con la palanca de su Doctrina del Bien Nacional ha levantado<br />

a sus compatriotas y los ha unido en el ideal de hacer<br />

de Venezuela una nación digna, próspera y fuerte 56 .<br />

En el texto puede leerse la síntesis de logros hechos y por hacer<br />

del Estado Cuartel, un sostenido elogio a la administración de<br />

Pérez:<br />

Las obras que, como las modernas autopistas, los grandes<br />

hospitales, las majestuosas edificaciones universitarias, las<br />

numerosas concentraciones escolares, el vasto conjunto de<br />

viviendas para las clases media y obrera, los grandes centros<br />

de colonización agrícola, las canalizaciones del Orinoco y de<br />

la Barra del lago de Maracaibo, los hoteles de primera categoría<br />

y tantas otras más 57 .<br />

El artículo se explaya para mencionar otros alcances en la infraestructura<br />

nacional, desde las ferrovías hasta las bibliotecas<br />

municipales a lo largo y ancho del país, para luego comentar detalladamente<br />

los lazos que se tejen entre ambos países a través<br />

de las misiones diplomáticas –y militares– así como las visitas<br />

oficiales de altos funcionarios:<br />

55 “Venezuela”, La Vanguardia Española, sábado, 10 de diciembre de<br />

1955, p. 7.<br />

56 Ibíd.<br />

57 Ibíd.<br />

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Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

En Caracas, capital de esta admirable nación, ha pasado unos<br />

días el ministro de la gobernación, don Blas Pérez González,<br />

mensajero del amor de España a esa noble hija que con tanta<br />

rapidez prospera... España sigue con sumo interés el viaje<br />

del ministro de la gobernación a Venezuela, como siguió el<br />

del director del Instituto de Cultura Hispánica, señor Sánchez<br />

Bella; el del ministro de Educación Nacional, señor Ruiz Giménez<br />

y el de la Misión militar presidida por el teniente general<br />

señor Palacio, y espera como fruto positivo la mayor<br />

compenetración espiritual, cultural y económica entre ambos<br />

países, que desde su gestación, España, y desde su nacimiento,<br />

Venezuela, vienen ostentando el lema que llevan grabado<br />

en su corazón: amor 58 .<br />

Eduardo Pérez Agudo –geógrafo y miembro consejero de la Hispanidad–<br />

es quien escribe el artículo. Catedrático de la Universidad<br />

de Barcelona y, debemos apuntar una cuestión, al momento<br />

de firmar el texto que laurea al gobierno de Marcos Pérez Jiménez,<br />

añade en su firma “de la Orden del Libertador”, es decir, que<br />

a su vez, este catedrático había sido condecorado con la máxima<br />

distinción que se otorga en Venezuela, quedando demostrado este<br />

espíritu de colaboración entre los dos Estados Cuartel.<br />

Las alianzas que se establecían entre las dos dictaduras,<br />

además de asirse de la presunta unión idiosincrática –en lo<br />

ideológico, religioso, cultural político, en el control social–<br />

llegaba como hemos acotado antes, hasta lo esencial para ambos<br />

modelos: lo militar. La prensa lo exaltaba cada vez que<br />

había ocasión de hacerlo. En este sentido, el artículo del 26 de<br />

junio de 1956 sobre la condecoración que le hace el gobierno<br />

de Venezuela al ministro del aire español; los discursos del<br />

embajador y del ministro abundan en loas mutuas. Un detalle<br />

que es necesario subrayar es el discurso del embajador venezolano<br />

Simón Becerra, felicitando al militar español teniente<br />

general González Gallarza, por su destacada carrera aérea en<br />

la desolada guerra civil española; empero, ¿qué se podía esperar?<br />

Son los códigos del Estado Cuartel:<br />

58 Ibíd.<br />

218


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Me proporciona este acto la oportunidad de hacer una recordación<br />

grata en la vida del teniente general González Gallarza.<br />

Este gran soldado se inició en el año 20 en las Fuerzas<br />

Aéreas. Con una decidida vocación a la causa de su Patria y<br />

a la Aviación, empezó a descollar con méritos sobresalientes.<br />

Es aquel arriesgado piloto que en 1923 realizó el famoso<br />

raid Madrid-Filipinas; es el mismo que, después, propuso,<br />

con dos oficiales más, el raid aéreo sobre el Atlántico. Después,<br />

como combatiente de Marruecos, sufre las heridas de<br />

que hablan sus cicatrices, y, más tarde, contribuyó con aquel<br />

famoso Regimiento “J-l-51”, a formar este Estado que hoy,<br />

tan dignamente representa el Generalísimo Franco. Tiene el<br />

teniente general González Gallarza un brillante historial. Es<br />

un magnífico soldado del Aire 59 .<br />

Se trataba de la condecoración de la Cruz de las Fuerzas Aéreas<br />

en primera clase. El embajador honra la historia militar<br />

previa del aviador, así como el régimen que ha defendido. El<br />

diplomático aprovecha para dejar claro que la colaboración<br />

en la formación militar mutua será una realidad entre las dos<br />

naciones. El dato que se recoge en las palabras del embajador<br />

venezolano deja entreabierta la pregunta obvia: ¿hasta qué<br />

punto se realizó alguna fase de esa política militar conjunta?<br />

Para muestra de los continuos guiños que se venían haciendo<br />

entre el estamento militar de ambas naciones, basta acotar<br />

una nota de la prensa gráfica del ABC 60 de un año antes, donde<br />

destaca un gran lienzo hecho por la hija del general español<br />

Barrera Cabanellas a Marcos Pérez Jiménez. Pilar Barrera<br />

Cabanellas fue oficialmente invitada a Venezuela para entregar<br />

la obra al general. La fotografía de la pintura de gran<br />

formato –media página del ABC– muestra a Pérez Jiménez<br />

uniformado de gala militar en un primer plano montado en<br />

un caballo azabache, en segundo plano aparece la pujante y<br />

modernizada Caracas.<br />

59 “El gobierno de Venezuela condecora al Ministro del Aire español”, La<br />

Vanguardia Española, martes 26 de junio de 1956, p. 4.<br />

60 “Otras notas gráficas de actualidad”, ABC, Madrid 12 de junio de 1955,<br />

p. 43.<br />

219


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Así las cosas, el ministro venezolano de relaciones exteriores,<br />

Loreto Arismendi, le impuso la Orden del Libertador al ministro<br />

del ejército español, teniente general Muñoz Grandes, el sábado<br />

13 de octubre de 1956. Muñoz Grandes comandó durante su primer<br />

año a la División Azul en Rusia. La naturaleza del protocolo<br />

del acto oficial demuestra la enorme carga simbólica entre los<br />

dos gobiernos: la ceremonia fue en el hotel Ritz, asistieron el<br />

celebérrimo vasco franquista Esteban Bilbao Eguía, presidente<br />

de las Cortes y del Consejo del Reino; el ministro de Asuntos<br />

Exteriores Alberto Martín Artajo; de Obras Públicas, conde de<br />

Vallellano; del Ejército, teniente general Muñoz Grandes; del<br />

Aire, teniente general González Gallarza; de Gobernación, Blas<br />

Pérez González; de Hacienda, Francisco Gómez de Llano; de<br />

Educación Nacional, Jesús Rubio y de Industria, Joaquín Planell.<br />

Las palabras de Loreto Arismendi escurren en una reivindicación,<br />

supuestamente histórica, de las dos naciones, con una pesada<br />

carga de símbolos que nada más intentaban ratificar el Estado<br />

Cuartel franquista:<br />

El gobierno de la República de Venezuela ha hecho reconocimiento<br />

de vuestros esclarecidos títulos al otorgaros la condecoración.<br />

Es para mí motivo de singular satisfacción cumplir<br />

el honroso encargo que diera el primer magistrado de mi país,<br />

general Marcos Pérez Jiménez, de colocar en vuestro pecho<br />

las insignias correspondientes. Soy intérprete en este acto de<br />

una evidente expresión de la justicia, porque representáis, con<br />

extenso haber de méritos, un vivo ejemplo de virtudes ciudadanas.<br />

Habéis sabido, en efecto, desde los días que formasteis<br />

parte del Ejército español en Marruecos, robustecer, contribuyendo<br />

a darle brillo, la hermosa tradición española que es<br />

capítulo imborrable de la historia del mundo. Está seguro el<br />

Gobierno de mi país de que V.E. tendrá con la debida estima<br />

la condecoración que os entrego, ya que ella simboliza,<br />

además, una prueba de la amistad y el afecto que Venezuela<br />

siente por España 61 .<br />

61 “Imposición al teniente general Muñoz Grandes del Gran Cordón de la<br />

Orden del Libertador”, ABC, Madrid 14 de octubre de 1956, p. 71.<br />

220


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Una vez más, si se ha notado a lo largo de esta muestra hemerográfica,<br />

la respuesta de la parte española se desborda en elogios<br />

que tienen todos relación con las riquezas del país, y una<br />

especie de comunión de la raza castellana en virtud del credo<br />

mutuo del Estado Cuartel, pues es el “ejército” español quien<br />

siente admiración por la noble Venezuela:<br />

Mas junto a esta gratitud honda y sincera yo quiero, señor<br />

ministro, hacer llegar a vuestro ánimo la admiración que<br />

nuestro Ejército y toda España sienten por esa noble nación<br />

de Venezuela que, dotada por la Providencia de inmensos tesoros<br />

materiales, tanto en la fertilidad de sus tierras como<br />

en las entrañas del subsuelo, ha sabido no deslumbrarse ni<br />

envanecerse dedicando inteligentemente sus mayores afanes<br />

desde el primer momento a cultivar los valores espirituales de<br />

nuestra raza, mejorando la condición humana de sus hijos con<br />

el perfeccionamiento y creación constante de esas universidades<br />

y centros de cultura que tanto o más que la explotación<br />

de aquellos tesoros han de contribuir a la grandeza de vuestra<br />

patria y al bienestar de la humanidad. Que Dios os acompañe<br />

en tan formidable empeño y yo os ruego hagáis llegar a<br />

vuestro presidente, general Marcos Pérez Jiménez, y a todo el<br />

gobierno, mi reconocimiento más profundo por el honor recibido,<br />

y para mis compañeros del Ejército venezolano, al que<br />

deseo las mayores felicidades, os pido les llevéis este abrazo<br />

que yo os doy y en el que pongo todo mi corazón 62 .<br />

Como apuntamos al principio de este ensayo, la cuestión existencial,<br />

de la historia, y si se quiere, el punto sensible de la<br />

cosa histórica ha sido también un plano muy sugerente para los<br />

hombres del Estado Cuartel. Vale mencionar la nota de prensa<br />

del 14 de febrero de 1957, en la prensa gráfica del ABC, donde<br />

se destaca la fotografía del acto de entrega de una reproducción<br />

de la carta de Cristóbal Colón a los Reyes Católicos, en<br />

la que el Almirante informaba la noticia más universal de la<br />

historia. El acto de entrega a Pérez Jiménez del facsímil de la<br />

carta se hizo en el Palacio de Miraflores, donde Martín Artajo,<br />

presidente del Patronato del Instituto de Cultura Hispánica, y<br />

62 Ibíd.<br />

221


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Valdés Larrañaga, embajador de España en Caracas, oficiaron<br />

un cargado protocolo 63 .<br />

La cuestión pretoriana, la insistencia en la cultura política hacia<br />

lo militar era parte de la esencia en las relaciones de las<br />

dos dictaduras. El jueves 1 de abril de 1954, es investido Pérez<br />

Jiménez con la Gran Cruz del Mérito Militar por Francisco<br />

Franco en virtud de la conmemoración del Día de la Victoria,<br />

la mayor fecha del calendario franquista que celebraba la amarga<br />

derrota de la República española 64 . Al otro lado del océano<br />

se homenajeaba también, con gran pompa, al ministro español<br />

de la Gobernación, Blas Pérez, en Caracas: “a su llegada a la<br />

capital venezolana, ha revestido caracteres de acontecimiento<br />

verdaderamente extraordinario, señalándose en los medios periodísticos<br />

que no se recuerda una acogida tan entusiástica a<br />

ninguna otra personalidad extranjera de las que han visitado<br />

Caracas 65 .<br />

La retórica a lo largo de más de cuarenta y cinco artículos, reseñas,<br />

semblanzas, notas y fotorreportajes en los periódicos La<br />

Vanguardia Española y el ABC, guarda en su totalidad un ritmo<br />

parejo en cuanto a lo florido –si se permite cursi–, presuntuoso,<br />

narcisista, de todo lo simbólico militar. Una retórica paradójicamente<br />

nacionalista y patriotera –¡entre la Venezuela de Bolívar<br />

y la España de los Borbones!– que debía colar poco a poco<br />

en la construcción de un imaginario sobre el Estado Cuartel<br />

venezolano que se hermanaba con el español. Abundan las loas<br />

sobrecargadas de sentimentalismos y referentes de lo panhispánico.<br />

El discurso periodístico entre 1954 y 1957 es un recuento<br />

de eventos diplomáticos y protocolares de los gestos de amistad<br />

y admiración, abonados por redactores de prensa y articulistas:<br />

“General Marcos Pérez Jiménez... la riqueza y el auge de<br />

63 “Obsequio español al presidente venezolano”, ABC, Madrid 14 de febrero<br />

de 1957, p. 5.<br />

64 “Condecoraciones concedidas por el Jefe del Estado con motivo del Día<br />

de la Victoria”, La Vanguardia Española, 1 de abril de 1954, p. 18.<br />

65 “Don Blas Pérez ha sido objeto de un entusiasta recibimiento en Caracas”,<br />

La Vanguardia Española, 1 de diciembre de 1955, p. 19.<br />

222


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

esta gran nación alcanzan ritmo creciente bajo su Gobierno” 66 ,<br />

“Dormitaba el pueblo venezolano en el dulce sopor de su vieja<br />

lejanía, y a su brusco despertar ha seguido un impulso amplio y<br />

fuerte cuyas realizaciones recientes proclaman la verdad de su<br />

pujanza, y todo casi sin transición, merced a la obra del Presidente<br />

de la República, general Marcos Pérez Jiménez” 67 .<br />

7. Colofón<br />

“La tierra queda. La tierra queda siempre.<br />

Aunque los ríos se agolpen. Aunque los cielos lloren,<br />

durante días y días. Aunque los alzamientos ardan.<br />

Aunque los hombres mueran”<br />

La catira Pipía Sánchez,<br />

de La catira, de Camilo José Cela<br />

Decíamos al principio de este escrito que en el Estado Cuartel<br />

había un esmero especial por controlar los tiempos del hombre,<br />

la historia. De hecho, este antojo particular de los políticosmilitares<br />

que han promovido durante dos siglos el incesto republicano<br />

venezolano, pecado original de nuestro sino histórico,<br />

va más hondo que el simple evento propagandístico, es la busca<br />

por alterar las mismas raíces del árbol social de las mentalidades,<br />

sistemas de representación e identidades del mosaico criollo<br />

de este país. Por eso nuestra nación es en esencia un Estado<br />

Cuartel, donde el imaginario político pretoriano hace las de la<br />

pescadilla que se muerde la cola: entramos en los ciclos desgraciados<br />

de la historia por los militares, para terminar clamando<br />

por ellos para que terminen el ciclo, cuando al final, estamos<br />

perpetuando el incesto republicano, cuna de los desaciertos.<br />

Así las cosas, lejos de un discurso y una retahíla de argumentos<br />

en defensa de la cosmovisión civil de país, es necesario<br />

66 ABC, Madrid 12 de octubre de 1955, p. 9.<br />

67 La Vanguardia Española, 10 de diciembre de 1955, p. 7.<br />

223


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

cerrar este ensayo con la idea de que los militares-políticos del<br />

Estado Cuartel tenían –y tienen– una debilidad especial por<br />

explorar los pozos profundos de las sociedades que intentan<br />

controlar, y la única forma de hurgar en esos fondos marinos<br />

es, primeramente, tocando la Historia (letra capital aposta), y<br />

en los términos siguientes toqueteando el variopinto mosaico<br />

de sensibilidades y símbolos de esta sociedad, en sus diferentes<br />

niveles. Acaso decir que los militares-políticos navegan la<br />

cosa filosófica de los pueblos, es muy arriesgado –y hasta cierto<br />

punto optimista–, pero sí es cierto que de hecho perciben<br />

que las naciones tienen un tablero de control sensible, más allá<br />

de la propaganda y del techo de zinc; es, como ya acotamos,<br />

manipular su raíz, su Arque ... el “comienzo”.<br />

El perezjimenato comprendió eso, y un hecho que lo evidencia<br />

es la creación de varios signos de tipo telúrico como decretar<br />

unos premeditados elementos de la naturaleza como los símbolos<br />

patrios de los venezolanos: el turpial, la orquídea y el<br />

araguaney. Pájaros, flores y árboles que están en cantidad en<br />

todo el trópico americano, y sin embargo cualquier venezolano<br />

los percibe más suyos que los mismísimos recursos minerales<br />

que mantienen la renta presupuestaria de la nación. Así, leyendo<br />

aún más el Arque venezolano, Pérez Jiménez asumió el ensayo<br />

de crear una escena –musical, gráfica, sonora, perceptible hacia<br />

todos los sentidos mentales y físicos– que reuniera una cosa<br />

venezolana, lo venezolano, la venezolanidad: el Retablo de las<br />

Maravillas, grupo artístico emblemático que vivificaba aquello<br />

del folklore nacional –aunque es mucho más que “folklore”–<br />

en las formas recreativas convencionales para el gran público.<br />

No es destacado el Retablo en sí –que gozaba de gran calidad<br />

artística– sino la idea del régimen de encontrar un paradigma<br />

estético, sensible, que consolide la cultura política del Estado<br />

Cuartel.<br />

Por ello traemos a cuento la extravagante aventura literaria de<br />

Camilo José Cela quien, durante el apogeo del perezjimenato<br />

(1953), se paseó por Venezuela para confeccionar su novela menos<br />

afortunada, La catira. Así como revisamos ese compromiso<br />

224


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

panhispánico de los Estados Cuartel franquista y perezjimenista<br />

en la prensa española, hubo dentro del mismo manto colaboracionista<br />

un encargo literario para medrar la respetada imagen<br />

–casi venerada– del gran autor adeco, democrático y presidente<br />

civil Rómulo Gallegos; el joven Camilo José Cela fue un activo<br />

colaborador de aquella doctrina de la Hispanidad franquista y<br />

respondió a la oferta 68 .<br />

Si alguien había logrado interpretar realmente esta cosa llamada<br />

Venezuela, había sido Rómulo Gallegos. Acaso es la obra narrativa<br />

de Gallegos nuestra primera compactación como nación.<br />

Intentó unir, tras una profunda comprensión del paisaje, formas,<br />

maneras, localismos, íconos, regionalismos, peculiaridades, idiosincrasias,<br />

costumbres, la cosmogonía y cosmovisión venezolanas.<br />

El imaginario venezolano puede compendiarse en la obra de<br />

Rómulo Gallegos, y esto se entendió perfectamente en el Estado<br />

Cuartel. Si no, por qué Vallenilla-Lanz invita en 1953 al joven y<br />

laureado escritor español para que pasara unos meses en los Llanos<br />

venezolanos 69 , captara su esencia y emprendiera la aventura<br />

narrativa de una novela que borrara de los anales la gran novela<br />

venezolana de todos los tiempos, Doña Bárbara:<br />

La verdad es que el joven escritor [Cela] no solo captó la importancia<br />

del dispositivo simbólico sino que supo servirse inteligentemente<br />

de él para rodearse de un aura autóctona y aun<br />

rabiosamente nacionalista. Imbuido de ese espíritu desembarcará<br />

en Caracas, dos años después, en marzo de 1955, y declarará<br />

entre bromas y veras que La catira recoge lo más genuino<br />

del país y que él mismo se siente y se llama ‘El Llanero’ 70 .<br />

Una y otra novela sobre los Llanos venezolanos son dos conceptos<br />

diferentes dentro de la cultura política venezolana.<br />

68 Referente a todo el proceso de Camilo José Cela para la confección de su<br />

novela por encargo de Marcos Pérez Jiménez véase el extraordinario libro<br />

al respecto: Gustavo Guerrero, Historia de un encargo: “La catira” de<br />

Camilo José Cela, Barcelona: Anagrama, 2008.<br />

69 Gustavo Guerrero, Historia de un encargo: “La catira” de Camilo José<br />

Cela, Barcelona: Anagrama, 2008, p. 132.<br />

70 Ibíd.<br />

225


Mundo Nuevo Nº 15. Julio-Diciembre, 2014<br />

Doña Bárbara como La catira traen consigo la fuerte carga<br />

simbólica del nacionalismo, pero como deja dicho Gustavo<br />

Guerrero:<br />

existe entre ambas novelas una diferencia notable en el modo<br />

de abordar la cuestión llanera. Trasunto de las convicciones<br />

políticas de su autor, la obra de Gallegos es una ficción liberal<br />

e ilustrada sobre la posibilidad de transformar Los Llanos<br />

y de someter la violencia al imperio de la ley (...) la de Cela<br />

es más bien una novela sobre la necesidad del caudillo (o la<br />

caudilla) y sobre la fidelidad al espíritu ancestral de la región.<br />

Por eso resulta, al fin y al cabo, bastante más tradicionalista<br />

(...) En realidad, tal como era de esperar de un encargo del<br />

régimen perezjimenista, lo que exalta La catira son los valores<br />

conservadores de la tierra llanera: el culto al pasado, la<br />

lealtad al jefe, el arrojo personal, el machismo y la fuerza 71 .<br />

A pesar del esfuerzo titánico de Cela, quien confeccionó una<br />

suerte de esperanto, que era el castellano-venezolano que hablaban<br />

sus personajes en La catira, la novela fue recibida en el<br />

mundo de las letras venezolanas con burla y carcajadas. Decían<br />

varios intelectuales del momento que era un terrible regreso al<br />

costumbrismo más rudo, que había que leerla con un glosario de<br />

localismos en cada página. Pero eso es parte de otro episodio.<br />

Lo que interesa es comprender aquella necesidad de reconstruir<br />

el Llano del Nuevo Ideal Nacional, que rebajara el Llano de Rómulo<br />

Gallegos, es decir, el Llano adeco; eso es profundamente<br />

sugerente. Es exactamente lo que venimos argumentando: había<br />

que urdir en la propia zona telúrica del venezolano para<br />

poder modificar –o continuar modificando– la cultura política<br />

de esta nación. Había que manipular las profundidades de este<br />

país para instalar, de una vez por todas, el Estado Cuartel en el<br />

imaginario político venezolano como la razón de ser del poder.<br />

71 Ibíd., p. 136.<br />

226


SUMARIO<br />

PRESENTACIÓN<br />

Luis Alberto Buttó......................................................................................... 11<br />

ESTUDIOS<br />

Luis Alberto Buttó<br />

La construcción del Estado Cuartel en Venezuela (1999-2014)....................... 13<br />

Jo-ann Peña Angulo<br />

El Estado Cuartel, el enemigo interno y el asedio ciudadano<br />

en Venezuela (1999-2006)............................................................................... 55<br />

José Raimundo Porras Pérez<br />

El giro ideológico de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana:<br />

la concepción marxista-leninista de guerra revolucionaria<br />

y el nuevo pensamiento militar venezolano.....................................................85<br />

Rosaura Guerra Pineda<br />

El “Hombre Nuevo” nace en la escuela: el Programa de Instrucción<br />

Premilitar y la formación de milicianos en la Revolución Bolivariana......... 121<br />

Alejandro Gámez Morales<br />

Venezuela siglo XXI: la democracia acuartelada.......................................... 153<br />

Alejandro Cardozo Uzcátegui<br />

El imaginario pretoriano: cultura política y sistemas<br />

de representación en el Estado Cuartel (1952-1958)...................................... 183<br />

227


Normas a que deberán ajustarse los estudios que se envíen a<br />

“MUNDO NUEVO” Revista de Estudios Latinoamericanos<br />

para su publicación:<br />

1. Los estudios enviados a Mundo Nuevo para su publicación<br />

deberán ser inéditos.<br />

2. La recepción de las contribuciones se realizará durante todo<br />

el año. En algunos casos, la revista podría decidir publicar<br />

un número especial referido a un tema monográfico; en este<br />

sentido, solicitará los estudios y pautará con los autores una<br />

fecha determinada.<br />

3. Los estudios deben ajustarse a la orientación temática de<br />

la Revista y a sus normas. Tendrán una extensión de 20 a<br />

40 páginas; excepcionalmente se admitirán de mayor extensión.<br />

Las recensiones no deberán exceder de 10 páginas<br />

y las reseñas, de 5. Deberán estar escritos a doble espacio<br />

en dos ejemplares, con márgenes razonables y con la correspondiente<br />

versión electrónica. La extensión del estudio<br />

incluye cuadros, tablas y gráficos. Si estos no pueden ser<br />

reproducidos tipográficamente, deberán enviarse en originales<br />

para la impresión directa.<br />

4. En caso de que el artículo contenga imágenes, estas deberán<br />

enviarse en archivo aparte, en formato jpg, con una resolución<br />

de 300 dpi y debidamente identificadas.<br />

5. Las referencias bibliográficas deberán agruparse por orden<br />

alfabético al final del estudio y contener todos los elementos<br />

habituales de identificación. Las referencias y notas según el<br />

Manual de Chicago, números consecutivos en el texto para<br />

citas y notas, con las referencias correspondientes al final<br />

del trabajo. Ejemplo de referencia a un libro: Puig, Juan Carlos.<br />

Integración Latinoamericana y régimen Internacional.<br />

Instituto de Altos Estudios de América Latina. Universidad<br />

Simón Bolívar. Caracas, 1987. Las referencias de Internet deben<br />

contener el apellido y nombre del autor y página web y la<br />

fecha de revisión o consulta.<br />

228


6. El estudio debe ser un documento que presente de manera<br />

detallada los resultados originales de proyectos terminados<br />

de investigación. Debe estar acompañado de un resumen, en<br />

español y en inglés, que no sobrepase las cien (100) palabras<br />

ni las cuatro palabras clave. El título también deberá enviarse<br />

en ambos idiomas. Asimismo, deberá incluirse una síntesis<br />

curricular de cien (100) palabras.<br />

7. Se admitirán trabajos en inglés, francés y portugués. Estos<br />

podrán ser publicados en español, en versión realizada por<br />

el Instituto. El autor, si lo desea, podrá corregir esa versión.<br />

8. Los estudios deberán ajustarse al requisito de ser sometidos a<br />

una primera evaluación por parte del Editor(a) y del Consejo<br />

de Redacción. Los estudios que se consideren publicables serán<br />

sometidos al método del doble ciego por parte de árbitros<br />

seleccionados para tal fin. Los trabajos presentados podrán ser<br />

aceptados sin cambios o devueltos al(los) autor(es) para las<br />

reformulaciones necesarias. En algunos casos se podrá eximir<br />

de algunos de estos requisitos las ponencias o contribuciones<br />

que formen parte de un seminario, simposio o evento académico<br />

especial, que el Consejo de Redacción decida publicar<br />

en su totalidad en un número especial de la Revista.<br />

9. El Consejo de Redacción se reserva el derecho de efectuar<br />

los cambios de estilo o de edición que considere imprescindibles.<br />

Todos los estudios, recensiones y reseñas deben ser entregados<br />

en la siguiente dirección: Instituto de Altos Estudios de América<br />

Latina. Mundo Nuevo, Revista de Estudios Latinoamericanos,<br />

Edificio Básico II. 3º piso. Oficina CB2-235. Universidad Simón<br />

Bolívar y la versión electrónica debe ser enviada al correo:<br />

mundonuevo-iaeal@usb.ve. Para cualquier información adicional<br />

puede comunicarse a los teléfonos: 0212-9064857 / 9064853.<br />

229


Mundo Nuevo<br />

Editada por el Instituto de Altos Estudios de América Latina.<br />

Impresa en los Talleres de la Unidad de Producción<br />

de Impresos de la Universidad Simón Bolívar.<br />

Caracas, Venezuela.


ÚLTIMOS NÚMEROS PUBLICADOS DE MUNDO NUEVO REVISTA DE<br />

ESTUDIOS LATINOAMERICANOS<br />

Año VI. N° 14 (Enero-Junio) 2014. CONCEPCIONES DE LO REAL Y ESTILOS DE VIDA. Javier<br />

Aoiz, ¿Epicúreos y justos?; Javier Peña Echeverría, La aspiración a la autonomía como soporte de la<br />

disposición cívica; Gustavo Sarmiento, Algunas consideraciones acerca de las condiciones de la<br />

comprensión de sí mismo como "yo"; Maximiliano Hernández Marcos, Teocentrismo, naturaleza<br />

inhóspita y autoafirmación humana. La génesis del estilo de vida moderno según H. Blumenberg;<br />

Luciano Espinosa Rubio, Realidades sociales dislocadas, estilos de vida precarios. Notas para una<br />

antropología de la crisis económica y simbólica; Sandra Pinardi, Acercamiento a una posible desarticulación<br />

del lenguaje, desde y en una posible “animalidad” de la imagen; Fernando Longás, El<br />

imperativo de la rebeldía; Vicente Sanfélix, Praxis y realidad; Reynner Franco, La apariencia de lo<br />

real y el uso de la intuición.<br />

Año V. N° 13 (Septiembre-Diciembre) 2013. PERSPECTIVA DE GÉNERO EN AMÉRICA LATINA:<br />

UNA CATEGORÍA DE ANÁLISIS. Evangelina García Prince: Políticas públicas con perspectiva de<br />

género: contribución a su despeje doctrinario, conceptual y metodológico; Sonia Sgambatti: Consideraciones<br />

acerca del Proyecto de Ley Orgánica de los Derechos de las Mujeres para la Equidad y la<br />

Igualdad de Género; Lilia Arvelo Alemán: Alcances y logros sobre el derecho de las mujeres a una vida<br />

libre de violencia en el área Metropolitana de Caracas; Lydia Pujol, Ana Rivas y María Antonia Cervilla:<br />

Educación universitaria: género y campo de estudio; Luciana Bolan Frigo, Olga Yevseyeva y<br />

Eliane Pozzebon: El análisis de la diferencia de género en la educación. Estudio de caso en<br />

Araranguá-Brasil; Wendy Ramírez González e Iyubanit Rodríguez Ramírez: ¿Por qué ingresan tan<br />

pocas mujeres a la carrera de Informática Empresarial del Recinto de Tacares de la Universidad de<br />

Costa Rica? Un enfoque de género; Zaira Reverón: Participación y representación de la mujer en<br />

instancias de gobierno y cuerpos deliberantes en los actuales gobiernos de Nicaragua y Venezuela;<br />

Florina Arredondo, Verónica Maldonado de Lozada y Luz María Velázquez: Liderazgo femenino e<br />

innovación social; Inma Pastor y Paloma Pontón: Herramientas para alcanzar la igualdad entre<br />

mujeres y hombres en el trabajo; Lya Feldman: Estrés, satisfacciones y salud en mujeres trabajadoras<br />

con roles múltiples: un estudio cualitativo;<br />

Año V. N° 12 (Mayo-Agosto) 2013. LA SONRISA DE LA HIDRA. SEIS APROXIMACIONES A<br />

LA REPRESENTACIÓN CULTURAL DE LA VIOLENCIA POLÍTICA LATINOAMERICANA.<br />

Norbert Bilbeny, La sonrisa de la Hidra. Apunte sobre la violencia política; Daniuska González<br />

González, Hay una memoria de la carne; Londres 38: la casa santiaguina de tortura y desaparición;<br />

Humberto Medina, El reverso del registro. Fotografía y archivo como modo de sujeción en<br />

“Estrella distante” de Roberto Bolaño y “El material humano de Rodrigo Rey Ros”; Argenis<br />

Monroy H., La vida derrotada. Parricidio y desarraigo de la violencia urbana en dos novelas<br />

venezolanas: “Jezabel” y “Guararé”; María del Carmen Porras, Imposible diálogo: saber y<br />

violencia en: “Un lugar llamado Oreja de Perro” de Iván Thays; Andrés Pérez Sepúlveda, La<br />

caída del semblante: violencia política y social en “Abril Rojo” de Santiago Roncagliolo y “El<br />

ruido de las cosas al caer” de Juan Gabriel Vásquez; Pedro Luis Vargas Álvarez, El Caracazo:<br />

apropiaciones discursivas del acontecimiento.<br />

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