Revista

EL TRASTEO A LA NUEVA
INSTITUCION
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Fue un año de transición en el
que se empezó a disfrutar de la
nueva infraestructura pero con
limitaciones, porque aún se
estaban terminado
algunas de las obras, como el
coliseo, última de las
instalaciones
en quedar lista. A finales del
año la comunidad celebró por
primera
vez el Día de la Familia en la
sede propia, pero con pies de
plomo,
para no acabar con las zonas
verdes recién sembradas.
2006 confirmó que “Las Latas”
eran historia y que el CEIC
Chicalá
se convertía en un colegio
grande. El número de
estudiantes aumentó
en cerca del cincuenta por
ciento y llegó a casi mil
estudiantes, a la vez que la
nómina de docentes seguía
creciendo y se nombraba a
Tatiana Rodríguez como
segunda
coordinadora
académica.
A la par con las instalaciones y
su equipo de trabajo, el colegio
avanzó
en la conformación de una
completa
estructura
administrativa y
académica que incluyó el
montaje de múltiples procesos,
aulas especializadas,
tecnologías de información y
comunicación y recursos
didácticos
y pedagógicos diversos, algunos
de ellos apoyados por Asochicalá.
Un esfuerzo constante y eficiente dirigido a
equipararse con
los colegios antiguos de Colsubsidio y a
obtener la certificación de
calidad, metas ya alcanzadas. Y esa es una
historia ya conocida por
quienes no tuvieron el privilegio de vivir la
historia de “Las Latas”.