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Adviento-Navidad

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<strong>Adviento</strong>-<strong>Navidad</strong><br />

Cáliz de la Misericordia<br />

Cuaderno Pastoral · 2015-2016


© Arzobispado de Valencia<br />

Edita:<br />

Arzobispado de Valencia<br />

Diseño y producción gráfica:<br />

Medianil Comunicación<br />

www.medianil.com


í n d i c e<br />

Carta del Arzobispo ................................................................................................ 05<br />

Introducción ........................................................................................................... 15<br />

PARA LA LITURGIA ................................................................................................. 17<br />

<strong>Adviento</strong> 2015 ................................................................................................... 18<br />

Primer domingo de <strong>Adviento</strong> ........................................................................... 20<br />

Segundo domingo de <strong>Adviento</strong> ....................................................................... 24<br />

Tercer domingo de <strong>Adviento</strong> ............................................................................ 32<br />

Cuarto domingo de <strong>Adviento</strong> .......................................................................... 37<br />

<strong>Navidad</strong>-Epifanía 2015-2016 ........................................................................... 42<br />

Misas de Nochebuena y <strong>Navidad</strong> ................................................................... 44<br />

Sagrada Familia ............................................................................................... 51<br />

Santa María, Madre de Dios ............................................................................ 55<br />

Domingo II de <strong>Navidad</strong> .................................................................................... 58<br />

Epifanía del Señor ............................................................................................ 62<br />

Bautismo del Señor .......................................................................................... 65<br />

PARA LA FAMILIA ................................................................................................... 71<br />

C.D. de Familia y Vida<br />

Bendición de la mesa ................................................................................. 72<br />

C.D. de Pastoral del Ambiente y Ecología Humana<br />

Bendición del Belén familiar ...................................................................... 78<br />

Bendición del árbol de <strong>Navidad</strong> ................................................................ 82<br />

Laudato Si’ .................................................................................................. 86<br />

PARA LA PARROQUIA ............................................................................................ 89<br />

C.D. de Espiritualidad ....................................................................................... 90<br />

Cáritas Diocesana ............................................................................................ 110<br />

Scouts ............................................................................................................... 130<br />

C.D. de Pastoral de los Mayores ...................................................................... 134<br />

C.D. de Pastoral de la Salud ............................................................................ 150<br />

C.D. de Enseñanza ............................................................................................ 154<br />

C.D. de Catequesis ............................................................................................ 162<br />

Centro de Orientación Vocacional ................................................................... 168<br />

C.D. de Misiones ................................................................................................ 182<br />

Propuesta de Cantos ........................................................................................ 191<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

3


Carta del<br />

Arzobispo<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

5


Cáliz de la Misericordia<br />

“En casa hay sitio<br />

para un hermano más”<br />

1. El fenómeno migratorio actual<br />

Actualmente son muchos los países que se enfrentan al fenómeno de las<br />

migraciones. Por motivos de libre decisión de las personas o, más frecuentemente,<br />

por motivos económicos o por causa de los conflictos civiles, étnicos<br />

o religiosos, oleadas de personas de diversas proveniencias buscan entrar<br />

en los países de acogida, esperando mejorar su nivel de vida o un refugio en<br />

su desvalimiento. Este fenómeno es consecuencia de la gran inestabilidad<br />

social, política o económica que sacude hoy a nuestro planeta.<br />

Ante un fenómeno de tales dimensiones, ningún país puede solucionar por<br />

sí solo los problemas migratorios. Tampoco sirven de mucho las políticas<br />

restrictivas, pues originan frecuentemente entradas ilegales, dando origen<br />

a situaciones de descontrol tanto en la llegada como en la acogida de los<br />

extranjeros. Se hace pues necesaria una colaboración entre los países receptores<br />

y entre estos y los países emisores. Pero los problemas sociales adquieren,<br />

cada vez más, una dimensión planetaria, por lo que el fenómeno migratorio<br />

plantea, además, la necesidad de buscar un nuevo orden económico<br />

internacional que, reduciendo las grandes diferencias existentes entre los<br />

países ricos y los países pobres, contribuya a reducir los flujos de personas,<br />

por poder conseguir medios aceptables de vida en sus lugares de origen. En<br />

cualquier caso, el fenómeno de las migraciones masivas nos sitúa ante un<br />

desafío nada fácil de resolver por sus implicaciones económicas, sociales,<br />

políticas, sanitarias y culturales.<br />

Para intentar conseguirlo, un primer paso sería excluir en el comportamiento<br />

de nuestras sociedades del primer mundo lo que el Papa Francisco ha<br />

llamado la globalización de la indiferencia. Dice así: “Para poder sostener<br />

un estilo de vida que excluye a otros, o para poder entusiasmarse con ese<br />

6<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Carta del Arzobispo<br />

ideal egoísta, se ha desarrollado una globalización de la indiferencia. Casi<br />

sin advertirlo, nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores<br />

de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa<br />

cuidarlos, como si todo fuera una responsabilidad ajena que no nos incumbe.<br />

La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado<br />

ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas<br />

truncadas por falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que<br />

de ninguna manera nos altera” 1 .<br />

2. La respuesta de la Iglesia ante las migraciones<br />

Ante el fenómeno migratorio, los cristianos no tenemos otra alternativa<br />

que responder generosamente al sufrimiento de tantos hombres, mujeres y<br />

niños, que llaman a las puertas de nuestras sociedades del bienestar. Nos<br />

debe guiar en ello el comportamiento del Señor Jesús, que se identificó con<br />

el pobre, con el hambriento, con el enfermo y marginado. A la pregunta<br />

de los justos en la parábola del juicio final: “Señor, ¿cuándo te vimos con<br />

hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos<br />

forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo<br />

o en la cárcel y fuimos a verte?, el mismo Jesús contestará: ‘En verdad<br />

os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis hermanos más<br />

pequeños, conmigo lo hicisteis’” (Mt 25, 37-40).<br />

En consecuencia, la postura oficial de la Iglesia ha sido muy clara desde el<br />

primer momento y siempre ha subrayado las consecuencias dramáticas del<br />

fenómeno migratorio y la necesidad del compromiso cristiano para paliar,<br />

en la medida de lo posible, sus consecuencias. El Papa san Juan Pablo II<br />

venía desde hace tiempo denunciando esta situación: “Nadie debe quedar<br />

1 Papa Francisco, Carta Encíclica Evangelii Gaudium, n.54.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

7


Cáliz de la Misericordia<br />

insensible ante las condiciones en que se encuentran multitud de emigrantes.<br />

Se trata de personas que están a merced de los acontecimientos y que<br />

a menudo han vivido situaciones dramáticas. Los medios de comunicación<br />

social transmiten imágenes impresionantes, y en ocasiones escalofriantes,<br />

de esas personas. Se trata de niños, jóvenes, adultos y ancianos con rostros<br />

macilentos y ojos llenos de tristeza y soledad. En los campos de acogida<br />

sufren a veces graves privaciones. Sin embargo, a este respecto, es necesario<br />

reconocer el laudable esfuerzo realizado por no pocas organizaciones públicas<br />

y privadas para aliviar las preocupantes situaciones que se han producido<br />

en diversas regiones del mundo. Tampoco se puede dejar de denunciar<br />

el tráfico practicado por explotadores sin escrúpulos que abandonan en el<br />

mar, en embarcaciones precarias, a personas que buscan desesperadamente<br />

un futuro menos incierto. Los que se hallan en condiciones críticas necesitan<br />

intervenciones solícitas y concretas” 2 .<br />

Por ello, el Magisterio de la Iglesia, “ha venido insistiendo en la urgencia<br />

de una política que garantice a todos los emigrantes la seguridad del derecho,<br />

evitando cuidadosamente toda posible discriminación, subrayando<br />

una amplia gama de valores y comportamientos (la hospitalidad, la solidaridad,<br />

el compartir) y la necesidad de rechazar todo sentimiento y manifestación<br />

de xenofobia y racismo por parte de quienes los reciben. Tanto en<br />

referencia a la legislación como a la praxis administrativa de los distintos<br />

países, se debe prestar una gran atención a la unidad familiar y a la tutela<br />

de los menores, tantas veces entorpecida por las migraciones, así como a la<br />

formación, por medio de las migraciones, de sociedades multiculturales” 3 .<br />

2 Papa San Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de las Migraciones, año 2004.<br />

3 Pontificio Consejo para las Migraciones, documento Erga migrantes caritas Christi, n. 27.<br />

8<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Carta del Arzobispo<br />

3. “Obras quiere el Señor”<br />

“Fui forastero y me acogiste”. Son palabras que, como el resto del capítulo<br />

veinticinco de San Mateo, siempre nos interpelan con una fuerza provocadora<br />

que nos llama a la conversión. Hoy nos interpelan todavía más aún ante la<br />

emergencia que plantean en los últimos días la avalancha a Europa de refugiados,<br />

de perseguidos, de hermanos nuestros que miran a nuestros países<br />

como la solución a sus inmensos problemas de hambre, de carencia de lo mínimo<br />

necesario para vivir con sus familias con cierta decencia en los países de<br />

origen, de falta de libertad a la que se ven sometidos en sus tierras que tienen<br />

que abandonar, e incluso de terribles persecuciones a causa de su fe. Las escenas<br />

que nos llegan, las situaciones que vemos o que adivinamos son tremendas,<br />

terribles, y golpean nuestras conciencias. Se ha convertido en nuestros<br />

días en preocupación preponderante de los Estados que, en justicia, se ven<br />

interpelados y urgidos a buscar soluciones y a proceder adecuadamente con<br />

justicia, sin que traiga consecuencias imprevisibles para los propios países.<br />

Una situación dramática que nos hace pensar y no cruzarnos de brazos.<br />

Ante este fenómeno tan generalizado y masivo de la emigración, con motivaciones<br />

tan diversas y complejas, de proporciones tan gigantescas, de<br />

dramaticidad tan intensa y de urgencia tan grave, moviéndose tantos cientos<br />

y cientos de miles, en gran parte personas muy pobres y necesitadas de<br />

todo, que lo arriesgan todo a la desesperada, de un lugar a otro buscando<br />

casa, pan, libertad, condiciones más dignas para sí y para la familia, las<br />

palabras del Señor “fui forastero y me acogiste” cobran una fuerza todavía<br />

mayor y llaman a la conciencia de la Iglesia, a la conciencia de cada uno<br />

y a la de la sociedad en su conjunto. Lo primero que esta realidad reclama<br />

de todos, y particularmente de la Iglesia, es el sentirnos al lado de los emigrantes,<br />

como si del Señor se tratara, ya que con ellos se identifica y cuya<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

9


Cáliz de la Misericordia<br />

amargura Él también tuvo que soportar en los primeros años de su vida<br />

terrena y que ahora soporta en ellos mismos: algo, y mucho, todo, hay que<br />

hacer por ellos. Aceptarlos y acogerlos cordialmente para que se sientan<br />

reconocidos en toda su dignidad de hermanos, sentirnos solidarios de veras<br />

con los que sufren en su carne los efectos de la marginación y de la pobreza<br />

a la que, con frecuencia y por desgracia, se ven impelidos tantos y tantos<br />

emigrantes que vienen de otros países buscando otras condiciones de vida,<br />

o simplemente vivir. Ofrecerles hospitalidad, ser hospitalarios de verdad, sin<br />

exclusiones ni posturas discriminatorias.<br />

Nosotros los cristianos, llamados a vivir de toda palabra que sale de la boca<br />

de Dios, no podemos dejar de escuchar, acoger y cumplir aquellas palabras<br />

que recoge la Sagrada Escritura: “Si un emigrante se instala en vuestra tierra<br />

no le molestaréis: será para vosotros como un nativo más y lo amarás como<br />

a ti mismo, pues también vosotros fuisteis emigrantes en Egipto” (Lev 19,33).<br />

Y en otro pasaje: “Recuerda que fuiste esclavo en Egipto y que el Señor tu<br />

Dios te rescató de allí; por eso te mando que procedas así” (Deut 24, 17). Es un<br />

mandato de Dios el proceder de este modo con los inmigrantes. Un mandato<br />

que nos lleva a nuestra actuación personal y a reclamar y posibilitar que así<br />

sean tratados por la sociedad a través de las leyes pertinentes. No podemos<br />

ser pusilánimes, ni acobardarnos, tampoco perder la cabeza y dejarnos llevar<br />

sólo por sentimientos. Toda prudencia es poca, pero toda libertad y confianza<br />

en Dios, que nos grita a través del clamor desesperado de sus hijos más pobres<br />

y desgraciados, la necesitamos sin olvidar que la caridad no tiene límites.<br />

¡Ante todo, la caridad! Es verdad que, de inmediato, surgen sentimientos de<br />

indignación y tristeza, no exentos de vergüenza, acompañados de compasión<br />

y movidos a la solidaridad; pero esto no basta y no arregla nada. Es necesario<br />

asumir los sentimientos de Dios y actuar en consecuencia.<br />

10<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Carta del Arzobispo<br />

No podemos pasar de largo y dar un rodeo con comentarios que señalan<br />

culpables o dan soluciones para los que tienen el poder de los pueblos. Habrá<br />

que actuar sin ponerse nerviosos, pero actuar; habrá que actuar colaborando<br />

con los poderes públicos, con los Estados y gobiernos que correspondan,<br />

pero actuar sin más dilaciones y paliar esta situación hasta que se<br />

encuentren soluciones globales y verdaderas; habrá que actuar denunciando,<br />

pero la denuncia sola no soluciona las cosas, hay que atender a los que<br />

nos llegan sabiendo que aquí los vamos a recibir como hermanos: “Obras<br />

quiere el Señor”, diría santa Teresa de Jesús 4 .<br />

4. Propuestas de Cáritas Diocesana<br />

Cáritas Diocesana de Valencia se ha señalado ya unos objetivos concretos<br />

como respuesta a mi petición. En cuanto organismo de la Iglesia, que tiene<br />

encomendada en la diócesis la misión de promover y coordinar la atención<br />

a los refugiados, ya ha anunciado una serie de propuestas de actuación, a<br />

las que pueden sumarse cuantos, cristianos y no cristianos, se han hecho<br />

conscientes de la urgencia de esta crisis humanitaria.<br />

• En primer lugar, ha creado un formulario para que los interesados en<br />

ayudar puedan ofrecerse para la colaboración y el apoyo a las personas<br />

refugiadas. Para obtener más información y comunicar sus datos personales,<br />

pueden contactar con el sitio http://www.caritasvalencia.org.<br />

• Igualmente, se ha abierto una cuenta en el Banco de Santander para<br />

recoger donativos con destino a paliar las consecuencias de esta crisis.<br />

Su número es: ES71 0049 0781 9726 1025 5270.<br />

4 De mi Carta Pastoral En casa hay sitio para un hermano más, de 14 de Octubre de 2015<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

11


Cáliz de la Misericordia<br />

• También va a establecer un grupo de coordinación con otras entidades<br />

(CAR, CEAR, ACCEM y Cruz Roja), así como con los Ayuntamientos,<br />

para organizar mejor el alojamiento y acompañamiento de las familias<br />

de refugiados.<br />

• Se van a organizar próximamente cursos breves, de 10 horas de duración,<br />

para la formación de agentes de pastoral de migraciones, según<br />

las orientaciones de la instrucción pastoral del Pontificio Consejo<br />

para los emigrantes e itinerantes Erga migrantes cartas Christi y del<br />

documento Acoger a Cristo en los refugiados y en los desplazados<br />

forzosos.<br />

• Cada Vicaría territorial creará su propia Comisión de pastoral de las<br />

migraciones, para coordinar en el ámbito de su demarcación los diversos<br />

niveles de respuesta que requiere la acogida de los refugiados, contando<br />

en lo posible con personal experto en los ámbitos social, jurídico,<br />

psicológico, espiritual y pastoral. A su vez, deberá contar con el apoyo<br />

de otras entidades católicas especializadas en migraciones y refugio.<br />

• Habrá también en las Cáritas parroquiales equipos locales de acogida<br />

y acompañamiento, encargados del acondicionamiento de los pisos<br />

cedidos en precario, para la gestión de las necesidades básicas (alimentación,<br />

ropa, gastos del hogar, etc.), para el acompañamiento de<br />

las personas y familias en sus propios hogares y para la coordinación<br />

del voluntariado local de acompañamiento.<br />

•A través de Cáritas Diocesana se ofrecerán recursos de apoyo, como,<br />

por ejemplo, modelos de contratos, orientaciones para la acogida en el<br />

propio hogar, modelos de acuerdo interno con las familias, etc.<br />

12<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Carta del Arzobispo<br />

• Finalmente, como elementos de sensibilización de la población en<br />

general, divulgaremos las informaciones más comunes relativas a la<br />

población refugiada, los derechos que se les reconocen, las ayudas sociales<br />

previstas, los retos que plantean para la plena integración sus<br />

diversas tradiciones culturales y religiosas, etc.<br />

En todo ello, será de una gran ayuda el testimonio personal de quienes obtuvieron<br />

asilo ya hace años y se han integrado plenamente en nuestra sociedad<br />

y en la comunión eclesial, así como de quienes tienen más reciente su<br />

experiencia de búsqueda de protección y esfuerzo para su integración social.<br />

5. Conclusión<br />

Es mi deseo que todo el pueblo cristiano eleve súplicas confiadas al Padre<br />

común para que se encuentren caminos de solución a las dolorosas e injustas<br />

situaciones por las que pasan tantos hermanos nuestros, que, por razones<br />

diversas, han tenido que abandonar sus familias, su patria, sus tierras,<br />

buscando condiciones de vida humana más dignas. Introdúzcanse preces en<br />

la oración de los fieles por esta intención. Convóquense vigilias y encuentros<br />

de oración y de adoración. No endurezcamos nuestro corazón: “En casa hay<br />

sitio para un hermano más”.<br />

+ Antonio Cañizares Llovera<br />

Cardenal Arzobispo de Valencia<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

13


Cáliz de la Misericordia<br />

Introducción<br />

Como cada año, desde el <strong>Adviento</strong>-<strong>Navidad</strong> del 2006,<br />

proponemos, desde la Vicaría de Evangelización y la<br />

Vicaría de Acción Caritativa y Social, unos materiales,<br />

unos recursos, para vivir y celebrar estos tiempo litúrgicos.<br />

La intención no es ser ni los únicos ni los mejores.<br />

Muchas comunidades cristianas, muchos sacerdotes<br />

en nuestra diócesis, tienen capacidad suficiente para<br />

buscar y crear materiales de apoyo, de ayuda, propios.<br />

Estos que presentamos un año más pretenden ser un<br />

vínculo de comunión, una aportación de la diócesis a<br />

la tarea evangelizadora de cada parroquia, por pequeña<br />

que sea.<br />

La parte más extensa es la dedicada a la liturgia. Empezamos<br />

el ciclo C, utilizando preferentemente el evangelio<br />

según san Lucas, el “evangelio de la Misericordia”. En<br />

este Año de la Misericordia y Año Eucarístico del Santo<br />

Cáliz, Cáliz de la Misericordia, nos acompañará la Palabra<br />

misericordiosa del Padre. “Hay momentos en los que<br />

de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener<br />

la mirada fija en la misericordia para poder ser también<br />

nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre”<br />

(Misericordiae Vultus, 3). Seguir el ritmo de la liturgia, de<br />

las lecturas y oraciones, da continuidad a los tiempos litúrgicos,<br />

nos hace experimentar, vivir, un proceso de crecimiento,<br />

de acercamiento a Dios mismo que se manifiesta<br />

en su Palabra, que nos muestra, en la liturgia, su rostro<br />

misericordioso, su rostro de Padre.<br />

14<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Introducción<br />

El resto de materiales, aportados por la diferentes Comisiones<br />

Diocesanas y otras instituciones, quieren unirse<br />

a este propósito de ayudarnos a vivir, con mayor intensidad,<br />

los tiempos de <strong>Adviento</strong> y <strong>Navidad</strong>. Las distintas<br />

realidades y grupos que hay en nuestras parroquias y comunidades<br />

cristianas viven con intensidad estos tiempos<br />

y los materiales que se ofrecen pueden ayudar a vivirlos<br />

en comunión, con un mismo pensar y sentir. Las celebraciones<br />

que se ofrecen, las reflexiones, los tiempos de oración,<br />

la información de diversas acciones y actividades,<br />

nos hacen sentir el carácter diocesano de nuestra vida.<br />

Este año, la <strong>Navidad</strong>, de por si ya ajetreada y con una<br />

gran vivencia en las parroquias, se verá aumentada con<br />

la presencia de un gran número de jóvenes que participarán<br />

en el Encuentro Europeo de Jóvenes organizado<br />

por la Comunidad Ecuménica de Taizé. Serán muchas las<br />

parroquias y otras comunidades de nuestra diócesis que<br />

acojan a jóvenes en las familias, que compartan con los<br />

que vienen la oración, la fe, y muchas más cosas. Será<br />

una buena ocasión para vivir en profundidad el encuentro,<br />

la misericordia, la generosidad. La llegada de los jóvenes<br />

y de los Hermanos de la Comunidad de Taizé, que<br />

trastocará un poco nuestras “costumbres navideñas”, nos<br />

dará la oportunidad de acoger a los que se acercan a nosotros.<br />

Tampoco olvidamos la atención a los inmigrantes y refugiados.<br />

En ellos hemos de reconocer el rostro del mismo<br />

Cristo que nace. Con ellos hemos de practicar la misericordia,<br />

las obras de misericordia y acogerlos como verdaderos<br />

hermanos nuestros que son.<br />

A todos, buen <strong>Adviento</strong> y mejor <strong>Navidad</strong>.<br />

J. Javier Llopis Portes<br />

Vicario Episcopal de Evangelización<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

15


Para la<br />

LITURGIA<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

17


Cáliz de la Misericordia<br />

<strong>Adviento</strong> 2015<br />

Los Domingos<br />

y fiestas de <strong>Adviento</strong><br />

y <strong>Navidad</strong>-Epifanía<br />

18<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

El rito de la corona del <strong>Adviento</strong><br />

en el año 2015. Ciclo C<br />

Tanto en las iglesias como en los hogares, domingo a<br />

domingo de <strong>Adviento</strong> vamos encendiendo las luces que<br />

anuncian el avance hacia la <strong>Navidad</strong>, cuando al término<br />

del pregón del nacimiento encenderemos la vela blanca<br />

que permanecerá encendida hasta la fiesta del Bautismo<br />

del Señor. Bendeciremos la corona en el primer domingo<br />

de <strong>Adviento</strong>, al comenzar cada misa, cuando, después<br />

del saludo inicial, el celebrante diga la invocación que<br />

aquí se propone y, él mismo u otra persona, encienda la<br />

vela correspondiente. Lo mismo se puede hacer en los hogares.<br />

Entretanto se puede cantar una estrofa del canto<br />

de entrada o recordar el bello “Himno del Jubileo 2000” a<br />

partir de su segunda estrofa.<br />

El ciclo litúrgico de san Lucas<br />

El año C que ahora comenzamos utilizará preferentemente<br />

el evangelio según san Lucas; de él se ha dicho que<br />

es “el evangelio de la misericordia y de los pobres” y “el<br />

evangelio del Espíritu Santo y de María”, como podremos<br />

advertirlo frecuentemente. Asimismo es el que conserva<br />

más episodios de la infancia de Jesús. De sus 1.149 versículos<br />

—es el más largo de los cuatro evangelios— se<br />

proclamarán 717 en los domingos y fiestas de este año.<br />

Aprovechemos sus palabras inspiradas para que conozcamos<br />

mejor la solidez de las enseñanzas que hemos recibido<br />

(Lc 1,4).<br />

En el “Año Santo de la Misericordia”<br />

Este año litúrgico que comienza, coincide felizmente con<br />

el “Año Santo de la Misericordia” convocado por el papa<br />

Francisco. Por ello procuraremos que las sugerencias litúrgicas<br />

para este <strong>Adviento</strong> nos ayuden a vivir este acontecimiento,<br />

conocer mejor al que viene a nosotros como<br />

muestra suprema y definitiva de la misericordia del Padre<br />

hacia la humanidad y orar por las intenciones especiales<br />

del “Año Eucarístico del Cáliz de la Misericordia”.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

19


Cáliz de la Misericordia<br />

29 de noviembre<br />

Primer domingo<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

Orientaciones para la celebración<br />

El domingo que da inicio al <strong>Adviento</strong> no nos introduce<br />

todavía en la preparación para la celebración de la memoria<br />

anual del nacimiento del Salvador, sino que, por<br />

su marcado carácter escatológico, nos remite a la última<br />

venida de Cristo, al final de los tiempos y, por tanto, nos<br />

invita a estar preparados para este acontecimiento apoyados<br />

en la misericordia del Señor, expresada con la idea<br />

de permanecer de pie ante él y con la cabeza alta.<br />

De pie, ante el Señor,<br />

por su Misericordia<br />

Oración para bendecir la corona<br />

del <strong>Adviento</strong> y encender el primer cirio<br />

Después de venerar el altar y saludar a la asamblea, el sacerdote,<br />

en lugar del acto penitencial, desde la sede, dice:<br />

Hermanas y hermanos: Al comenzar este nuevo año litúrgico<br />

vamos a bendecir esta corona con que inauguramos<br />

también el tiempo de <strong>Adviento</strong> que nos llevará<br />

hasta la <strong>Navidad</strong>. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo<br />

es la luz del mundo. Su color verde significa la vida y la<br />

esperanza. La corona de <strong>Adviento</strong> es, pues, un símbolo<br />

de que la luz y la vida triunfarán sobre las tinieblas y la<br />

muerte, porque el Hijo de Dios se ha hecho hombre y nos<br />

ha dado la verdadera vida. En este “Año de la Misericordia”<br />

en que vamos a profundizar en el conocimiento de<br />

Jesús, en quien creemos, podemos llevar esta costumbre<br />

a nuestros hogares, explicando su sentido, especialmente<br />

a los más jóvenes de la casa.<br />

El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la<br />

corona debe significar nuestra gradual preparación para<br />

recibir la luz de la <strong>Navidad</strong>. Por eso hoy, primer domingo<br />

de <strong>Adviento</strong>, bendecimos esta corona y encendemos su<br />

primer cirio.<br />

20<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Moniciones a las lecturas<br />

Luego el sacerdote, con las manos extendidas, dice la<br />

oración de bendición:<br />

Oremos.<br />

La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda<br />

de gozo ante tu Hijo, el Señor, que se acerca como<br />

luz esplendoroso, para iluminar a los que yacemos en las<br />

tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado.<br />

Lleno de esperanza de encontrarle en su venida, tu pueblo<br />

ha preparado esta corona con ramos del bosque y la<br />

ha adornado con luces.<br />

Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación<br />

para la venida de tu Hijo, ocurrida hace poco más<br />

de dos mil años, te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta<br />

cada día el esplendor de esta corona, con nuevas<br />

luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de aquel<br />

que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades.<br />

Él que vive y reina por los siglos de los siglos.<br />

R/. Amén.<br />

Y el mismo celebrante o un fiel, enciende el cirio que corresponde<br />

a la primera semana del <strong>Adviento</strong>, mientras<br />

puede cantarse otra estrofa del canto de entrada o el estribillo<br />

del Himno del Jubileo. Sigue la oración colecta<br />

del domingo.<br />

Primera lectura.<br />

Jeremías 33, 14-16<br />

Comenzamos la proclamación de las profecías de la<br />

venida del Señor que continuaremos durante todo este<br />

tiempo de <strong>Adviento</strong>. En ellas se describe asimismo el reino<br />

de justicia, amor y paz que trae nuestro Señor.<br />

Segunda lectura.<br />

1 Tesalonicenses 3, 12-4, 2<br />

El apóstol nos dice que la práctica del amor mutuo es la<br />

mejor forma de prepararnos para salir al encuentro del<br />

Señor con santidad y limpios de pecado.<br />

Evangelio de Lucas.<br />

21, 25-28. 34-36<br />

El <strong>Adviento</strong> nos recuerda en primer lugar que el Señor<br />

vino, viene y vendrá al final de los tiempos, como salvador<br />

y juez. En este primer domingo se nos invita a la<br />

vigilancia y a estar preparados para recibir al Señor permaneciendo<br />

en su servicio.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

21


Cáliz de la Misericordia<br />

Para la homilía<br />

UN TIEMPO DE FE Y ESPERANZA<br />

Dios viene a nuestro encuentro<br />

El tiempo de <strong>Adviento</strong> es el tiempo de la venida del Señor.<br />

En él nos preparamos para celebrar la memoria anual<br />

del nacimiento del Salvador, inicio de nuestra redención<br />

realizada en toda su amplitud en la pasión, muerte y resurrección<br />

del Señor.<br />

Durante cuatro domingos vamos a ir profundizando en el<br />

misterio de Dios que viene al encuentro de la humanidad<br />

para llevar a plenitud su Revelación y mostrarnos el verdadero<br />

rostro de Dios, la identidad profunda del ser humano<br />

y el destino de amor y gracia que Él ha preparado<br />

para la humanidad entera. No hay mayor misericordia<br />

que ésta: conducir a los hombres a la verdad y realizarla<br />

en ellos.<br />

Con la mirada puesta en el misterio de Belén, el evangelio<br />

de este primer domingo de <strong>Adviento</strong> nos sitúa no en la<br />

primera venida del Hijo de Dios, en la carne, sino en la última<br />

y definitiva, en su advenimiento al final de los tiempos.<br />

El evangelista san Lucas nos describe esos últimos<br />

tiempos como difíciles y terribles usando un modo de expresión<br />

propio de su tiempo para señalar los últimos días<br />

de este mundo. La clave de comprensión de este texto se<br />

encuentra no tanto en la descripción de los hechos como<br />

en la recomendación que realiza Jesús a los discípulos:<br />

cuando llegue el Hijo de hombre en plenitud de poder y<br />

majestad, no tengáis miedo, al contrario, alzad vuestra<br />

cabeza, porque vuestra liberación está cerca.<br />

La misericordia aleja el miedo<br />

Ante el miedo, el hombre se paraliza y entonces se esconde<br />

o agacha la cabeza. El cristiano, liberado por la cruz<br />

de Cristo no vive desde el temor su fe sino desde la alegría<br />

de saberse acompañado y guiado por la presencia<br />

misericordiosa del Señor. Por eso, el discípulo permanece<br />

de pie, con la cabeza alta, sin miedo al futuro, porque éste<br />

está en manos de Dios.<br />

Es cierto, que el cristiano está llamado a vivir confiado<br />

en el Señor y en su misericordia, pero al mismo tiempo,<br />

esta confianza exige una gran responsabilidad. El relato<br />

evangélico nos invita a ser cuidadosos en nuestro comportamiento<br />

y a estar vigilantes para mantenernos en pie<br />

ante el Señor que viene. Por eso el tiempo de <strong>Adviento</strong><br />

también es tiempo de conversión. Cristo nos espera con<br />

los brazos abiertos para acogernos en su corazón lleno<br />

de misericordia y levantarnos de nuestros pecados y faltas,<br />

de nuestra tibieza y falta de compromiso con nuestra<br />

fe. Queremos mantenernos de pie, alegres y contentos<br />

con nuestra condición de cristianos. Descarguemos pues<br />

nuestra conciencia en el Señor por medio del sacramento<br />

del perdón y volvamos a Él en este <strong>Adviento</strong>, tiempo de<br />

misericordia, tiempo de salvación.<br />

22<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Oración de los fieles<br />

Confiados en la misericordia de Dios, nuestro Padre, y en<br />

la mediación de su Hijo Jesucristo, le presentamos nuestras<br />

plegarias:<br />

Por tu misericordia, concede a la Iglesia la fortaleza<br />

necesaria para anunciar íntegramente el mensaje<br />

del Evangelio a todos los hombres y mujeres<br />

del mundo. Roguemos al Señor.<br />

Por tu misericordia, haz que los gobernantes rijan<br />

con justicia y derecho los destinos de los pueblos.<br />

Roguemos al Señor.<br />

Por tu misericordia, que nuestra nación se mantenga<br />

fiel a su tradición cristiana, roguemos al Señor.<br />

Por tu misericordia, acompaña a los enfermos, a<br />

los emigrantes y refugiados, y a todos los que sufren<br />

en su alma o en su cuerpo, en sus dolores y<br />

dificultades. Roguemos al Señor.<br />

Por tu misericordia, danos un espíritu de conversión<br />

que nos ayude a estar preparados para tu venida<br />

con un corazón limpio y bien dispuesto. Roguemos<br />

al Señor.<br />

Por tu misericordia, acoge a los difuntos en la gloria<br />

del Reino de los cielos. Roguemos al Señor.<br />

Que tu misericordia venga sobre nosotros, como lo esperamos<br />

de ti. Concédenos lo que te pedimos con fe y danos<br />

el gozo de servir tu santo nombre. Por Jesucristo, nuestro<br />

Señor. R/. Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

23


Cáliz de la Misericordia<br />

6 de diciembre<br />

Segundo domingo<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

Orientaciones para la celebración<br />

En este domingo comienza la contemplación de los tiempos<br />

previos a la irrupción del Salvador en el mundo. Dios<br />

entra en la historia de los hombres y por eso el relato del<br />

Evangelio de Lucas nos indica con todo detalle el momento<br />

en que empieza a vislumbrarse el advenimiento<br />

del Mesías con la aparición de uno de los personajes bíblicos<br />

centrales del <strong>Adviento</strong>: Juan el Bautista.<br />

Preparados por<br />

su Misericordia<br />

Oración para bendecir la corona<br />

del <strong>Adviento</strong> y encender el primer cirio<br />

Después de venerar el altar y saludar a la asamblea, el<br />

sacerdote, desde la sede, dice:<br />

Avanzando a la luz de la fe en el Itinerario de renovación<br />

que la Iglesia nos propone, va a resonar en nuestra<br />

asamblea el potente pregón de Juan el Bautista que renueva<br />

el de los antiguos profetas: “Preparad el camino<br />

del Señor, allanad sus senderos”.<br />

Señor Jesús, esta segunda luz que vamos a encender<br />

nos avisa que debemos preparar tu venida en nuestros<br />

corazones, en nuestras familias y lugares de trabajo, y<br />

también en esta comunidad cristiana que visitas sin cesar<br />

cuando te celebra en la eucaristía. Concédenos que este<br />

aumento de la luz que podemos ver, signifique en cada<br />

uno de nosotros el crecimiento de la fe y la expulsión de<br />

las tinieblas del pecado. Te lo pedimos a ti que vives y<br />

reinas por los siglos de los siglos.<br />

R/. Amén.<br />

Y el mismo celebrante o un fiel, enciende dos cirios de<br />

la corona del <strong>Adviento</strong>, mientras puede cantarse otra estrofa<br />

del canto de entrada o el estribillo del Himno del<br />

Jubileo. Sigue el acto penitencial.<br />

24<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Moniciones a las lecturas<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Baruc 5, 1-9 y Lucas 3, 1-6<br />

Uno de los “profetas menores”, Baruc, anunció la restauración<br />

del pueblo de Dios tras el destierro de Babilonia.<br />

Más adelante el mismo Espíritu Santo que habló por medio<br />

de los profetas, hizo que la misma palabra resonase<br />

por medio de Juan el Bautista, que anunció la próxima<br />

aparición de Jesucristo, la salvación de Dios, con un mismo<br />

mensaje: Preparad el camino del Señor.<br />

Segunda lectura.<br />

Filipenses 1, 4-6.8-11<br />

San Pablo nos invita a preparar el camino del Señor, de<br />

modo que lleguemos al Día de Cristo, el de su venida,<br />

limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

25


Cáliz de la Misericordia<br />

Para la homilía<br />

EL DOMINGO DEL PRECURSOR<br />

Jesús es el camino<br />

La irrupción de Juan el Bautista en la liturgia del <strong>Adviento</strong><br />

nos sitúa ya en la memoria anual del nacimiento<br />

de Jesús y nos sitúa en la espera gozosa de su llegada a<br />

nuestra tierra. Juan comienza su predicación en la orilla<br />

del Jordán y el contenido de su mensaje nos invita a la<br />

conversión, al cambio de vida para disponernos a acoger<br />

la salvación de Dios que está a las puertas.<br />

Utilizando las palabras del profeta Isaías, el Bautista pide<br />

preparar el camino al Señor con una idea fundamental:<br />

allanad el sendero, esto es, que los valles se eleven y los<br />

montes se abajen de modo que formen una ruta segura y<br />

sin obstáculos para el Mesías.<br />

Es evidente que, ante todo, el relato se dirige al corazón<br />

de los creyentes. Todos nosotros nos llamamos cristianos<br />

e intentamos seguir a Jesús en nuestra vida, pero los<br />

quehaceres y preocupaciones de cada día hace que vivamos<br />

un evangelio muchas veces tibio y algo soso, con<br />

un compromiso vital con los valores de Jesús un tanto<br />

escaso.<br />

Ponemos muchos obstáculos a la acción de Dios en nuestra<br />

vida. Podemos decir que hay una resistencia en nosotros<br />

para dejar que la misericordia del Señor toque en<br />

profundidad nuestro corazón. ¿Por qué esa resistencia?<br />

Contemplar la entrega de Cristo no nos deja indiferentes.<br />

En el crucificado tenemos la expresión más acabada de<br />

la misericordia y el amor del Padre. Si nosotros seguimos<br />

a un crucificado, esto implica, necesariamente, convertirnos<br />

en cauces de ese amor y misericordia. Las consecuencias,<br />

pues, son evidentes: amar incondicionalmente<br />

al prójimo, hacer el bien sin mirar al destinatario, desterrar<br />

odios, mentiras, rencillas, ser constructores de paz y<br />

reconciliación, perdonar a quien nos ofende, siempre y en<br />

toda circunstancia, incluso, amar a nuestros enemigos.<br />

Es pues, un compromiso fuerte y exigente.<br />

La resistencia aparece entonces en forma de valles y<br />

montes. Valles que simbolizan nuestra indiferencia e indolencia<br />

ante la misión que Cristo nos encomienda. Montes<br />

que indican nuestra dureza de corazón que hace preferir<br />

que el Señor no nos alcance con su misericordia para<br />

no comprometer nuestra vida.<br />

El <strong>Adviento</strong> es el tiempo de dejar de resistirse a la acción<br />

del Señor, de bajar nuestras defensas, de permitirle que<br />

nos toque lo profundo de nuestro ser con el poder de<br />

su misericordia y nos conceda un corazón semejante al<br />

suyo, rebosante de amor y de piedad. No es posible acoger<br />

al Niño de Belén si ponemos muros bien altos para<br />

que no llegue a nosotros.<br />

Dejémonos vencer por el amor de Dios. No opongamos<br />

resistencia a la acción de Dios en nosotros. Abramos<br />

26<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Oración de los fieles<br />

nuestro espíritu al don de Dios y preparémonos para acogerle<br />

con un corazón llano, sencillo, acogedor y hospitalario.<br />

Es el Señor el que viene y lo hace acompañado por<br />

nuestro prójimo.<br />

La llamada actual a la penitencia<br />

Siempre que el mundo se ha renovado, siempre que una<br />

gran corriente de gracia y de gozo ha refrescado y renovado<br />

al mundo, el instrumento ha sido el mismo; la fuente<br />

de donde ha brotado ha sido la misma: la penitencia<br />

confiada en la misericordia de Dios, la conversión de los<br />

corazones y la reforma de la vida. Cuando Juan el Bautista<br />

vino a preparar al pueblo para que reconociese, amase<br />

y se alegrase con Cristo, no encontró otro medio más eficaz<br />

que el bautismo de conversión para el perdón de los<br />

pecados (Lc 1,3). También ahora, el anuncio y la práctica<br />

de la misericordia ha de llevar a una reforma de la vida.<br />

Mientras preparamos la venida del Señor Jesucristo, renovando<br />

nuestros corazones con la penitencia, imploremos,<br />

amados hermanos, con fe viva, la misericordia de Dios<br />

nuestro Padre.<br />

Para que toda la Iglesia se una a sus pastores y prepare<br />

el camino del Señor, acogiendo con fe cada vez<br />

más viva su palabra, roguemos al Señor.<br />

Para que ilumine y fortalezca con su gracia a los que<br />

rigen los destinos de los pueblos y se reconozca la<br />

verdadera dignidad e la familia humana, roguemos<br />

al Señor.<br />

Por todas las comunidades y familias cristianas se<br />

esfuercen en transmitir la fe, que implica la entrega<br />

a Jesucristo, muerto y resucitado, y la inserción en la<br />

comunidad eclesial, roguemos al Señor.<br />

Para que preparemos el camino del Señor y nos unamos<br />

en el Itinerario de evangelización, para manifestar<br />

en todas partes el amor que Cristo vino a traer<br />

a la tierra, roguemos al Señor.<br />

Para que cuantos padecen las consecuencias del pecado<br />

y de la injusticia vean abrirse ante ellos el camino<br />

del Señor y recuperen la esperanza, roguemos al Señor.<br />

Te pedimos, Dios de bondad, que tu bendición descienda<br />

abundante sobre esta familia tuya; para que prepare la venida<br />

de tu Hijo y lo haga presente en el mundo en toda su<br />

verdad. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

27


Cáliz de la Misericordia<br />

8 de diciembre<br />

La Inmaculada Concepción<br />

de la Bienaventurada Virgen María<br />

Elegidos por<br />

su Misericordia<br />

Orientaciones para la celebración<br />

En medio del <strong>Adviento</strong> celebramos la solemnidad de la<br />

Inmaculada Concepción de María, esto es, de la elección<br />

gratuita e incondicional de Dios hacia quien iba a ser la<br />

Madre del Salvador. Por pura misericordia fue ella elegida<br />

para llevar en su seno a Cristo Jesús y por esa misma<br />

misericordia hemos sido llamados cada uno de nosotros,<br />

sin mérito alguno, a ser miembros del Cuerpo de Cristo,<br />

que es la Iglesia y portadores del gozo y la alegría del<br />

Evangelio.<br />

Oración para encender de nuevo el<br />

segundo cirio de la corona del <strong>Adviento</strong><br />

Después de venerar el altar y saludar a la asamblea, el<br />

sacerdote, desde la sede, dice:<br />

En esta primera semana de <strong>Adviento</strong> nos reúne la festividad<br />

de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen<br />

María. Junto con la presencia del Señor, sentimos la de<br />

nuestra Madre del cielo, la mujer purísima y libre de todo<br />

pecado, que acogió en su seno al Redentor cuya venida<br />

en la carne recordamos y cuya manifestación en la gloria<br />

esperamos con alegría. Junto con María decimos hoy:<br />

Hágase en mí según tu palabra.<br />

Señor Jesús, Que el resplandor de esta nueva luz avive<br />

nuestra fe esperanzada, y nos descubra que la obra buena<br />

que inauguraste entre nosotros por medio de la Virgen<br />

María, la llevarás adelante hasta el día gozoso de tu<br />

advenimiento. Tú que vives y reinas por los siglos de los<br />

siglos.<br />

R/. Amén.<br />

Y el mismo celebrante o un fiel, enciende un cirio de la corona<br />

del <strong>Adviento</strong>, mientras puede cantarse otra estrofa<br />

del canto de entrada, que puede ser “Estrella y camino”<br />

o “Ave María Purísima”. Sigue el acto penitencial.<br />

28<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Moniciones a las lecturas<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Génesis 3, 9-15.20 y Lucas 1, 26-38<br />

La primera lectura y el Evangelio presentan en primer<br />

lugar la contraposición entre la desobediencia de los primeros<br />

padres en el paraíso y la perfecta obediencia de<br />

María, la nueva Eva, a la voluntad de Dios. Luego escuchamos<br />

la promesa del Salvador, que se encarnará en<br />

la Madre inmaculada y llena de gracia que es la Virgen<br />

María.<br />

Segunda lectura.<br />

Efesios 1, 3-6. 11-12<br />

San Pablo resume todo el plan salvífico de Dios en este<br />

texto: Dios nos eligió en la persona de Cristo antes de la<br />

creación del mundo para que fuésemos santos e hijos suyos,<br />

irreprochables por una vida de amor. En María se hace<br />

presente de manera especial la bendición de Dios. Ella es<br />

la única santa y pura, sin mancha alguna de pecado.<br />

Para la homilía<br />

Comienza el Jubileo de la Misericordia<br />

El Jubileo de la Misericordia arranca hoy en Roma, coincidiendo<br />

con la solemnidad de la Inmaculada Concepción<br />

de María. Ella fue elegida por Dios desde el instante<br />

mismo de su concepción para ser la madre de su Hijo Jesús<br />

y, por ello, fue preservada del pecado original que<br />

alcanza a todos los hombres y mujeres del mundo.<br />

Con esta elección gratuita e inmerecida, pues María al ser<br />

engendrada ningún mérito podía hacer para merecer este<br />

regalo, se inaugura la presencia activa de la misericordia<br />

de Dios en el mundo que llegará a plenitud con la entrega<br />

de Cristo en la cruz redimiendo y llenando de misericordia<br />

a la humanidad.<br />

María es un regalo de la misericordia de Dios. Ella no fue<br />

elegida por su pureza, por su humildad, por su belleza<br />

o por su inteligencia, sino que fue el mismo Dios quien<br />

amó inmensamente a la humanidad en ella y quiso mostrarnos<br />

cuánto le importamos y hasta donde estaba dispuesto<br />

a llegar en su proyecto de salvar a la humanidad.<br />

María representa a la humanidad entera que es capaz de<br />

recibir la misericordia de Dios si se abre a la acción de<br />

Dios.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

29


Cáliz de la Misericordia<br />

El misterio de nuestra elección<br />

Dios nos muestra en esta fiesta la gratuidad de su amor y<br />

misericordia, y como la vierte en la humanidad por pura<br />

gracia, porque nos ama, porque somos sus criaturas más<br />

queridas, porque confía en la capacidad de la humanidad<br />

para acoger la liberación del pecado y vivir la vida<br />

de la gracia.<br />

Cada uno de los cristianos hemos vivido esta elección<br />

por parte de la misericordia de Dios, como María, el día<br />

de nuestro bautismo. Aquel día, Dios derramó su gracia<br />

sobre cada uno de nosotros, quitó de nuestro ser el pecado<br />

original y nos transformó en receptores perfectos de<br />

su amor y misericordia. Así fuimos elegidos y destinados<br />

por el mismo Dios.<br />

Ahora bien, que podamos recibir la misericordia de Dios<br />

no nos exime de tener que desear recibirla y acogerla en<br />

nuestra vida. La disposición de María en la anunciación<br />

es la perfección de una humanidad elegida por Dios y<br />

que, al mismo tiempo, acepta a Dios y lo acoge con generosidad<br />

y entrega. La vida del cristiano es pues responder<br />

al don de la elección y consagración bautismal mediante<br />

la acogida de la gracia y la misericordia de Dios dejando<br />

que ellas nos transformen y nos permitan obrar como<br />

testigos del amor de Dios en medio del mundo.<br />

Como a María, Dios continúa siempre dirigiendo su palabra<br />

a los hombres; siempre habrá llamadas, vocaciones,<br />

“anunciaciones”. Y la Anunciación a María tiene que ayudarnos<br />

a que cada uno reconozcamos la nuestra, ya que<br />

también para nosotros el Verbo es un contemporáneo<br />

que habita a nuestro lado.<br />

¡Cuántos mensajes del Señor en nuestra vida!, y cuántos<br />

de ellos corren el peligro de pasar desapercibidos si nos<br />

los recibimos conscientemente, con la ayuda del Evangelio<br />

y a la luz de la fe ¿Cómo hemos llegado a ser cristianos?<br />

¿Cómo hemos seguido siéndolo? ¿Cómo hemos<br />

vuelto a nacer de nuevo a nuestro cristianismo? ¿Cómo<br />

elegimos nuestro estado de vida? La verdad es que toda<br />

nuestra vida está entretejida de llamadas del Señor y de<br />

respuestas que hemos dado a estas llamadas; que toda<br />

nuestra vida está llena de ángeles, de mensajeros y de<br />

mensajes que la fe debe ayudarnos a identificar.<br />

30<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Oración de los fieles<br />

Confiados en la misericordia de Dios, nuestro Padre, y en<br />

la mediación de su Hijo Jesucristo, le presentamos nuestras<br />

plegarias:<br />

Por intercesión de María, ayuda al Papa Francisco<br />

y a nuestro arzobispo Antonio, para que con toda<br />

la Iglesia aviven la fuerza de la fe en el mundo,<br />

para que todos imitemos a María en su obediencia<br />

a la palabra de Dios, roguemos al Señor.<br />

Por intercesión de María, haz que todos los miembros<br />

de la comunidad cristiana no teman las contradicciones<br />

y no se cansen de caminar junto con<br />

María en este Año Santo de la Misericordia que hoy<br />

inaugura el Papa en Roma, roguemos al Señor.<br />

Por intercesión de María, alienta la fe de todos los<br />

bautizados para que sean testigos y evangelizadores<br />

en sus familias, ambientes, trabajos y quehaceres.<br />

Roguemos al Señor.<br />

Por intercesión de María, impulsa la colaboración<br />

entre todos los gobernantes para construir una sociedad<br />

más justa, fraterna y acogedora. Roguemos<br />

al Señor.<br />

Por intercesión de María, haz que las familias cristianas<br />

no descuiden la formación en la fe de sus<br />

hijos y nietos. Roguemos al Señor.<br />

Por intercesión de María, concédenos ser conscientes<br />

de nuestra dignidad de cristianos y trabajar sin<br />

descanso para vivir una caridad cada vez más ardiente.<br />

Roguemos al Señor.<br />

Que tu misericordia venga sobre nosotros, como lo esperamos<br />

de ti. Concédenos lo que te pedimos con fe y danos<br />

el gozo de servir tu santo nombre. Por Jesucristo, nuestro<br />

Señor. R/. Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

31


Cáliz de la Misericordia<br />

13 de diciembre<br />

Tercer domingo<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

Orientaciones para la celebración<br />

Ante el anuncio de conversión que realiza Juan el Bautista<br />

el pueblo congregado en torno a él pide concretar el<br />

cambio que debe producirse. El Precursor les da algunos<br />

ejemplos pero, sobre todo, les indica que la conversión no<br />

es algo puramente ideológico, sino que se trata de modificar<br />

comportamientos concretos, renunciar a algunos de<br />

ellos y asumir otros nuevos. Hay que dejarse transformar<br />

por ese Espíritu Santo y fuego del Mesías que reduzca a<br />

cenizas lo que nos sobra y nos transforme a su propia medida.<br />

Transformados por<br />

su Misericordia<br />

Oración para encender de nuevo el<br />

segundo cirio de la corona del <strong>Adviento</strong><br />

Después de venerar el altar y saludar a la asamblea, el<br />

sacerdote, desde la sede, dice:<br />

Hermanos: Estad siempre alegres en el Señor. “El gozo<br />

en el Señor es nuestra fortaleza”. Hoy nuestra Iglesia en<br />

Valencia abre la “Puerta de la Misericordia”; aprovechemos<br />

que nuestro Redentor está cerca y hacia él dirigimos<br />

nuestra súplica antes de encender la tercera vela de la<br />

corona del <strong>Adviento</strong>.<br />

Vamos a tu encuentro con alegría, Cristo Jesús, y cuando<br />

estamos muy cerca de la fiesta de tu Nacimiento, Señor<br />

Jesús, crece nuestro gozo, porque sigues con nosotros y<br />

no has dejado de hacerte presente a tu Iglesia para cumplir<br />

la obra inmensa de la salvación del mundo. Te recibimos,<br />

sacerdote eterno, en nuestra asamblea eucarística,.<br />

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.<br />

R/. Amén.<br />

Y el mismo celebrante o un fiel, enciende tres cirios de<br />

la corona del <strong>Adviento</strong>, mientras puede cantarse otra estrofa<br />

del canto de entrada o “Vamos cantando al Señor;<br />

él es nuestra alegría”. Sigue el acto penitencial.<br />

32<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Moniciones a las lecturas<br />

Primera lectura.<br />

Sofonías 3, 14-18a<br />

El profeta anunció a Jerusalén días de alegría, sintiendo<br />

la presencia de Dios que salva. Ahora la ciudad santa es<br />

la Iglesia que celebra la venida de su Señor, y la Hija de<br />

Sión es María, que engendró al Mesías esperado por obra<br />

del Espíritu Santo.<br />

Segunda lectura.<br />

Filipenses 4, 4-7<br />

San Pablo insiste repetidamente en que los cristianos debemos<br />

estar alegres ante la cercanía del Señor que viene<br />

a salvarnos. Esta alegría es uno de los dones del Espíritu<br />

Santo.<br />

Evangelio de Lucas.<br />

3, 10-18<br />

Hemos de prepararnos a recibir al Señor convirtiendo<br />

nuestras vidas, como nos lo pide Juan el Bautista; así renovaremos<br />

la gracia del Espíritu Santo que, en el bautismo,<br />

abrasó con su fuego de amor nuestros pecados.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

33


Cáliz de la Misericordia<br />

Para la homilía<br />

LA ALEGRÍA DE LA SALVACIÓN<br />

El domingo de la alegría<br />

En los tres ciclos de lecturas anuales, este domingo está<br />

presidido por el sentimiento de la alegría de la salvación,<br />

y por ello debemos tener presente con mayor intensidad<br />

que este sentimiento es una gracia de Dios que nos comunica<br />

de su plenitud y su paz por medio de sus dones<br />

espirituales.<br />

De este modo, sin dejar de lado el tono profético y de denuncia<br />

que tienen las palabras del Bautista, cuyas palabras<br />

hoy son continuación de las del domingo pasado, los<br />

cristianos sabemos que el principio de la conversión está<br />

en el bautismo en Espíritu y fuego (Lc 3,16) que nos purificó<br />

en el comienzo de nuestra vida, y por ello, basta con que<br />

nos orientemos hacia Jesús que viene y enderecemos nuestros<br />

caminos hacia su voluntad para que nos llenemos de<br />

la alegría contagiosa de los redimidos: Estad siempre alegres<br />

en el Señor —nos dice san Pablo—; os lo repito, estad<br />

alegres... el Señor está cerca (Fil 4,4-5; Segunda lectura).<br />

¿Qué podemos hacer?<br />

Ante el anuncio de la llegada del Mesías la gente reunida<br />

en torno a Juan Bautista le pregunta cómo han de prepararse<br />

para este acontecimiento. No es una pregunta genérica<br />

sino muy concreta: ¿Qué hacemos? Y la respuesta<br />

de Juan es igualmente concreta, recomendando a cada<br />

grupo de los que le interrogan una respuesta adecuada<br />

a su condición.<br />

El Evangelio es fácilmente reducible a una ideología si<br />

nos dejamos vencer por la tentación. Qué sencillo es convertir<br />

la fe en un conjunto de ideas y doctrinas, aceptarlas<br />

y presentarnos como los cristianos más virtuosos. Si<br />

creemos que profesar la fe es solamente pronunciar unas<br />

palabras o aceptar unas creencias sin que estas afecten a<br />

nuestro obrar, nos auto engañamos y vivimos un Evangelio<br />

falso. Tampoco es un verdadero camino de fe el que<br />

se fija sólo en los elementos rituales o espirituales creyendo<br />

que la salvación se juega únicamente en el campo<br />

de la celebración o la devoción. Toda espiritualidad si es<br />

verdaderamente cristiana orienta hacia la acción y se expresa<br />

a través de ella.<br />

La Palabra nos invita a la acción porque ella misma es<br />

el relato de la intervención de Dios en la historia de la<br />

humanidad que culmina con la vida de Cristo y su entrega<br />

sacrificial en la cruz. La acción de Dios es, ante todo,<br />

misericordia, es decir, piedad y cercanía a la humanidad,<br />

orientación y guía, ejemplo y fortaleza para vivir de un<br />

modo nuevo.<br />

Por eso la vida cristiana debe ser ante todo, vida, esto es,<br />

acción concreta de misericordia para con los demás. El<br />

creyente debe expresar su conversión interior mediante<br />

las obras exteriores. Por eso adquieren para el discípulo<br />

34<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

tanta importancia las obras de misericordia que no son<br />

sólo expresión de la virtud de la caridad, sino también de<br />

la fe y la esperanza. Guiados por la fe en Cristo, porque tenemos<br />

puesta nuestra esperanza en él nos aventuramos<br />

a vivir la caridad a través de nuestras obras.<br />

Es verdaderamente curioso: el Señor está siempre pronto<br />

para perdonar el pecado y las afrentas de los hombres.<br />

Con Espíritu Santo y fuego quema la paja de nuestra<br />

miseria y olvida las ofensas, con su misericordia cubre<br />

nuestras faltas de caridad y nos otorga un perdón amplio<br />

y profundo que transforma nuestra vida. Sin embargo,<br />

el Señor nunca olvida una obra buena, por pequeña<br />

que sea. Siempre están ante sus ojos las buenas obras<br />

de los hombres. ¿No es este un motivo de gran alegría<br />

para los creyentes y un estímulo en nuestra vida cristiana?<br />

Sin duda, la certeza de que nuestras buenas acciones<br />

permanecen para siempre mientras que Dios está siempre<br />

dispuesto a perdonar nuestras culpas nos muestran<br />

un rostro de Dios lleno de misericordia para con los hombres.<br />

Estamos pues ante un tiempo favorable para expresar<br />

nuestra voluntad de conversión, para volver a Dios con<br />

alegría, para dejarnos transformar por él. Hagamos lo<br />

que sabemos que tenemos que hacer. Dejemos que nuestra<br />

fe brote de nuestro interior y se exprese a través de<br />

nuestras obras de amor y misericordia mostrando de esta<br />

manera nuestra calidad como creyentes.<br />

La alegría cristiana<br />

Desde el pesimismo, no podemos ir al encuentro del Señor<br />

ni dar testimonio de fe. Los cristianos debemos estar<br />

siempre alegres, aún en medio de las penas de esta vida,<br />

alegres de sufrir persecución por causa de Cristo y de su<br />

justicia, alegres siempre porque sabemos que el Señor<br />

está dando sentido a nuestras vidas porque está muy<br />

cerca de nosotros. Más aún, porque a unido nuestras existencias<br />

a la suya y porque su victoria es ya la nuestra.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

35


Cáliz de la Misericordia<br />

Oración de los fieles<br />

Oremos, hermanos y hermanas, a Dios Padre todopoderoso,<br />

que nos alegró con la venida de su Hijo único.<br />

Por tu misericordia, prepara el corazón de los fieles<br />

a recibir con gozo la venida de tu Hijo, y sean<br />

muchos los que entren durante este Año Santo<br />

por la “Puerta de la Misericordia” roguemos al<br />

Señor.<br />

Por tu misericordia, bendice al Papa Francisco, a<br />

nuestro obispo Antonio y a todos los pastores de la<br />

Iglesia en su tarea de acompañar al Pueblo de Dios<br />

en el camino de la fe. Roguemos al Señor.<br />

Por tu misericordia, sostén a todas las familias en<br />

su vocación y alienta su testimonio de amor en<br />

medio del mundo. Roguemos al Señor.<br />

Por tu misericordia, aumenta la fraternidad de los<br />

cristianos para con los más pobres y necesitados.<br />

Roguemos al Señor.<br />

Por tu misericordia, concédenos la alegría de la fe<br />

y de sabernos acompañados siempre por tu presencia<br />

amorosa y paternal. Roguemos al Señor.<br />

Por tu misericordia, que nuestros difuntos alcancen<br />

la meta de la salvación en la vida eterna. Roguemos<br />

al Señor.<br />

Aumenta y da alegría a nuestra fe, Padre bueno, para<br />

que preparemos dignamente el camino a Cristo el Señor;<br />

y concédenos misericordiosamente, que no nos dejemos<br />

vencer por la tristeza o el desánimo los que esperamos<br />

con alegría la venida de tu Hijo, que vive y reina contigo<br />

por los siglos de los siglos. R/. Amén.<br />

36<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

20 de diciembre<br />

Cuarto domingo<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

Orientaciones para la celebración<br />

A las puertas de la celebración de la <strong>Navidad</strong> la Liturgia<br />

de este domingo sigue invitándonos a la alegría. El Señor<br />

está cerca y nosotros sentimos el gozo que nos da la certeza<br />

de la fe de que Cristo mismo está a nuestro lado. María,<br />

nuestra Madre, nos lo trae al mundo y se convierte en<br />

signo de la tarea de la propia Iglesia: alumbrar a Cristo,<br />

misericordia de Dios para el mundo.<br />

Alegres por<br />

su Misericordia<br />

Oración para encender de nuevo el<br />

segundo cirio de la corona del <strong>Adviento</strong><br />

Después de venerar el altar y saludar a la asamblea, el<br />

sacerdote, desde la sede, dice:<br />

En la visita a Isabel. María entonó su canto de alabanza<br />

al Omnipotente por las maravillas que hace en quienes<br />

se encomiendan a Él.<br />

Alégrate, Iglesia, porque hoy recibes, como María, a Jesucristo,<br />

que se hace presente en el sacramento del altar<br />

por obra del Espíritu Santo. Con las palabras de Isabel, la<br />

madre del Bautista te saludamos: Bendita tu entre todos<br />

los pueblos de la tierra, porque caminas con Cristo en tu<br />

seno al encuentro de las gentes necesitadas de luz. Que<br />

el Señor nos conceda avanzar junto con él, luz de luz, que<br />

vive y reina por los siglos de los siglos.<br />

R/. Amén.<br />

Y el mismo celebrante o un fiel, enciende cuatro cirios de<br />

la corona del <strong>Adviento</strong>, mientras puede cantarse otra estrofa<br />

del canto de entrada o el estribillo del cántico de<br />

María: “El Señor hizo en mí maravillas. Gloria al Señor”.<br />

Sigue el acto penitencial.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

37


Cáliz de la Misericordia<br />

Moniciones a las lecturas<br />

Primera lectura.<br />

Miqueas 5,1-4a<br />

El profeta anuncia el lugar donde debería nacer el Mesías,<br />

se trata de Belén, la ciudad natal del gran rey David. Al<br />

mismo tiempo se profetiza una vez más la misión que llevará<br />

a cabo el nuevo Pastor de Israel y “Príncipe de la paz”.<br />

Segunda lectura.<br />

Hebreos 10,5-10<br />

La vida de Jesucristo fue una ofrenda permanente, desde<br />

el momento en que entró en el mundo para ser sacerdote<br />

de la Nueva Alianza, que nos sitúa en una relación personal<br />

con Dios, sin víctimas sustitutorias.<br />

Evangelio de Lucas.<br />

1,39-45<br />

Isabel se contagia de la alegría de la salvación, que es<br />

uno de los dones del Espíritu Santo que Jesús comunica<br />

a su futuro precursor, Juan, cuando todavía estaban ambos<br />

en el seno de sus madres. El Espíritu hace que Isabel<br />

profetice y confirme lo que el ángel había anunciado a<br />

María.<br />

Para la homilía<br />

EL DOMINGO DEL “MAGNIFICAT”<br />

En vísperas de la <strong>Navidad</strong><br />

El evangelio de la Visitación de María a su prima Isabel<br />

rezuma alegría y gozo por todos los costados. El Hijo de<br />

Dios, todavía en el seno de María, inicia su obra de transformación<br />

de la realidad y nos anuncia un tiempo nuevo<br />

de cercanía de Dios a todos los hombres.<br />

Este primer acercamiento a la humanidad se realiza en<br />

la persona de Isabel que reconoce en María a la elegida<br />

de Dios y en el fruto de su vientre al mismo Señor hecho<br />

hombre. Al mismo tiempo Juan el Bautista, todavía en<br />

el interior de su madre salta de alegría ante el Salvador.<br />

La fiesta de la <strong>Navidad</strong> que se acerca es una celebración<br />

de inmensa alegría, pero no de cualquier alegría. No celebramos<br />

la alegría vacía de la música machacona y las<br />

estanterías llenas de los centros comerciales cuyo objeto<br />

es fomentar el consumo.<br />

Tampoco la alegría un tanto falsa de los buenos deseos<br />

de felicidad que en el fondo se realizan para quedar bien<br />

sin que afecten a nuestro futuro comportamiento. Mucho<br />

menos una alegría forzada ante problemas y situaciones<br />

que hemos de afrontar a lo largo de estas fiestas. La alegría<br />

del cristiano brota de la irrupción de Dios en el mundo<br />

y de cómo esta presencia inunda nuestra realidad con<br />

su misericordia.<br />

38<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Nos disponemos a inaugurar un tiempo de misericordia,<br />

y toda nuestra persona se debe preparar para saltar de<br />

gozo ante la llegada de Jesús. Al mismo tiempo y siguiendo<br />

el ejemplo de María nos hemos de convertir en<br />

portadores de misericordia. Del mismo modo que ella llevó<br />

en sus entrañas a Jesús, nosotros estamos llamados a<br />

tener entrañas de misericordia ante nuestros prójimos y<br />

obrar al estilo de Jesús y de María visitando con nuestro<br />

amor y alegría a cuantos nos necesitan.<br />

La alegría del perdón<br />

Es tiempo de la alegría del perdón: del recibido de Dios y<br />

del entregado a los hermanos. Es tiempo de la alegría del<br />

compartir, dando de nuestro tiempo y de nuestros bienes<br />

a los demás. Es tiempo de la alegría de la familia, disfrutando<br />

de su compañía y sanando situaciones difíciles.<br />

Es tiempo de la alegría de la fe, sabiendo que nuestros<br />

hermanos difuntos contemplan al Niño de Belén desde<br />

el cielo y nos acompañan en estas fiestas que llegan. Es<br />

tiempo de la alegría de la sencillez, conformando nuestro<br />

corazón al de María, la humilde sierva del Señor. Es tiempo,<br />

pues, de gozo sereno y activo, porque el Señor nos<br />

envía a ser testigos de esta gran misericordia: Él viene a<br />

estar con nosotros para siempre.<br />

En este domingo cuarto y último de <strong>Adviento</strong>, recordamos<br />

el relato de la Anunciación a María, que prosigue<br />

con el viaje de la santísima Virgen desde Nazaret hasta<br />

las tierras de Judea para compartir con su pariente Isabel<br />

la alegría de sus milagrosas y próximas maternidades. Es<br />

un domingo que considera ya asumida la etapa penitencial<br />

del <strong>Adviento</strong>, presidida por Juan el Bautista y que se<br />

abre completamente a la inmediata festividad de la <strong>Navidad</strong>.<br />

Así mismo en los días de entre semana, a partir del<br />

17 de diciembre, estamos leyendo todo lo que se contiene<br />

en los Evangelios como antecedentes del nacimiento del<br />

Señor<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

39


Cáliz de la Misericordia<br />

Oración de los fieles<br />

En estas vísperas de la <strong>Navidad</strong>, dirijamos, hermanos,<br />

nuestras súplicas a Dios Padre que nos envía el Salvador.<br />

Por el Santo Padre el papa Francisco y por nuestro<br />

arzobispo Antonio, con el episcopado universal,<br />

para que su magisterio sea acogido con fruto<br />

por los fieles y los alejados, roguemos al Señor.<br />

Para que avive la fe y la caridad en el corazón de<br />

los fieles de la Iglesia en Valencia, en este “Año<br />

Santo de la Misericordia”, y los prepare para acoger<br />

con alegría la santa visitación del Salvador,<br />

roguemos al Señor.<br />

Para que la venida del Príncipe de la paz apague<br />

las persecuciones, los odios y las violencias,<br />

ponga fin a las injusticias y discriminaciones, y<br />

establezca su reino en medio de la humanidad,<br />

roguemos al Señor.<br />

Para que el señor conforte a los oprimidos, proporcione<br />

a las familias el reconocimiento y el<br />

sustento necesario y los medios para cumplir su<br />

misión, y vele con su providencia por las futuras<br />

madres y sus hijos, roguemos al Señor.<br />

Para que la visita de Cristo, en su nacimiento, sea<br />

acogida en todos los hogares como fuente de paz,<br />

de gracia y de alegría, roguemos al Señor.<br />

Padre todopoderoso y eterno, que nos has mandado durante<br />

este <strong>Adviento</strong> preparar el camino a Cristo Salvador,<br />

te suplicamos que aquel que se dignó bajar al seno de<br />

una Virgen, encuentre digna acogida en las familias y en<br />

nuestra sociedad y te presente nuestras oraciones. Por el<br />

mismo Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.<br />

40<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Cáliz de la Misericordia<br />

Tiempo de<br />

<strong>Navidad</strong>-Epifanía<br />

2015-2016<br />

42<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

¿Qué sentido tiene decir, como hace repetidamente la liturgia,<br />

que “Hoy nos ha nacido el Salvador?<br />

No es porque se trate de la misma fecha del nacimiento<br />

de Jesús, que no conocemos. La elección de este día se<br />

hizo en el siglo IV en el Occidente cristiano, mientras que<br />

en Oriente se prefirió la fecha del 6 de enero, si bien muy<br />

pronto Oriente y Occidente celebraron las dos solemnidades<br />

de <strong>Navidad</strong> y Epifanía.<br />

Hay tres datos que recomendaban el 25 de diciembre<br />

para celebrar el nacimiento de Jesús en Belén; uno de<br />

ellos es la existencia de una fiesta romana en este día<br />

llamada “nacimiento del Sol invicto”, porque ahora, en<br />

el solsticio de invierno, comienza a alzarse el astro rey<br />

sobre el horizonte y se recuerda la frase del cántico de<br />

Zacarías que proclama: Nos visitará el Sol que viene de<br />

lo alto, para iluminar a los que viven en las tinieblas y<br />

en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el<br />

camino de la paz (Lc 1, 78-79).<br />

Otro dato es la celebración de la fiesta judía de la Hannuká<br />

el 25 del noveno mes (Kisleu), nuestro diciembre,<br />

en conmemoración de la purificación e iluminación del<br />

templo por obra de los Macabeos, cuando expulsaron<br />

a los paganos de Jerusalén en el siglo II antes de Cristo<br />

(1 Mac 4, 59). Los cristianos sabemos que Cristo vino<br />

como luz del mundo y que una luz gloriosa brilló en Belén<br />

para Israel y todos los pueblos, y también que Jesús<br />

es el templo de la nueva alianza.<br />

Por último está la tradición antiquísima de que Jesús murió<br />

el 25 de marzo, lo que hizo pensar en su Concepción<br />

en ese día y en su nacimiento nueve meses después, de<br />

forma que la noche de Belén es un trasunto de la noche<br />

pascual.<br />

Pero más allá de estos datos históricos está la vivencia<br />

del “Hoy” litúrgico del “día de la salvación”, cuando Jesucristo<br />

viene a nosotros con sus misterios, que se proclaman<br />

en la Palabra y se actualizan en el sacramento. Esto<br />

es así porque todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y padeció<br />

por los hombres participa de la eternidad divina y<br />

domina así todos los tiempos (Cf. Catecismo de la Iglesia<br />

Católica, 1085). En la sagrada liturgia recibimos a Cristo<br />

en el Hoy eterno de Dios.<br />

El Misal Romano contiene cuatro formularios para la solemnidad<br />

de <strong>Navidad</strong>.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

43


Cáliz de la Misericordia<br />

24 y 25 de diciembre<br />

Misas de Nochebuena<br />

y <strong>Navidad</strong><br />

Por la entrañable<br />

Misericordia de nuestro Dios<br />

nos ha visitado el sol que nace de lo alto<br />

Misa vespertina de la vigilia<br />

Moniciones antes de las lecturas<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Isaías 62, 1-5 y Mateo 1, 1-25<br />

El profeta Isaías anuncia la llegada del Salvador, que será<br />

la Buena Noticia, en primer lugar, para la tierra de Israel<br />

y para el resto de verdaderos creyentes que lo esperaban;<br />

entre éstos, el Evangelio nos muestra a José y a María,<br />

descendientes de Abrahán y de la familia real israelita, en<br />

la tribu de Judá y de David.<br />

Segunda lectura.<br />

Hechos de los Apóstoles 13, 16-17.22-25<br />

San Pablo resume el mensaje del <strong>Adviento</strong> que ahora termina,<br />

proclamando a Jesucristo Salvador, de la estirpe<br />

de David, esperado por los profetas de Israel y anunciado<br />

por Juan el Bautista.<br />

Para la homilía<br />

EL NACIMIENTO DEL SALVADOR<br />

“Mañana quedará borrada la maldad de la tierra, y será<br />

nuestro rey el Salvador del mundo”, “Mañana contemplaréis<br />

su gloria” (Canto de entrada y Aleluya). La misa<br />

vespertina del 24 de diciembre se sitúa entre el final de<br />

<strong>Adviento</strong> y la venida de Cristo en la carne ¿Cómo esperarle<br />

mejor que conociendo su genealogía? Emociona escuchar<br />

la lista de los antepasados de Jesús; es en verdad<br />

uno de los nuestros, hijo de David (Mt 1, 1-25). Pero no<br />

nos quedamos sólo en su ascendencia humana, porque<br />

la lectura se apresura a presentar a los fieles las palabras<br />

del ángel a José, turbado por el estado de su prometida:<br />

“La criatura que hay en ella viene del Espíritu<br />

Santo” y su nombre será Jesús, o sea “Dios-salva”. Jesús<br />

es el Enmanuel: “Dios con nosotros”. Así se completa la<br />

presentación de Cristo, Dios y hombre. Parece el final<br />

de una larga historia, pero es el comienzo de un mundo<br />

que se renueva, de la etapa definitiva de la historia de la<br />

salvación, la de la nueva Jerusalén, la Iglesia a la que<br />

pertenecemos y en la que están también, al menos de<br />

deseo, todos los que buscan su propio camino con lealtad<br />

y pureza de corazón.<br />

44<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Misa de medianoche<br />

Misa de Nochebuena: Pregón de la<br />

solemnidad y oración para encender la<br />

vela de <strong>Navidad</strong> en la corona del <strong>Adviento</strong><br />

Las cuatro primeras velas están ya encendidas. Después<br />

de venerar el altar y saludar a la asamblea, el celebrante<br />

u otro ministro puede proclamar el siguiente pregón de<br />

<strong>Navidad</strong> desde el ambón u otro lugar apropiado:<br />

Millones de años después de la creación, cuando la tierra<br />

era materia incandescente, girando sobre sí misma.<br />

Millones de años después de brotar la vida sobre la faz de<br />

la tierra; miles y miles de años después de que aparecieran<br />

los primeros humanos, capaces de recibir el Espíritu<br />

de Dios; unos mil novecientos años después de que Abrahán,<br />

obediente a la llamada de Dios, partiera de su patria<br />

sin saber a dónde iba; unos mil doscientos años después<br />

de que Moisés condujera por el desierto hacia la tierra<br />

prometida al pueblo hebreo, esclavo de Egipto; unos mil<br />

años después de que David fuera ungido rey de Israel por<br />

el profeta Samuel; unos quinientos años después de que<br />

los judíos, cautivos en Babilonia, retornaran a la patria<br />

por decreto de Ciro, rey de los persas.<br />

En la ciento noventa y cuatro Olimpíada de los griegos;<br />

el año setecientos cincuenta y dos de la fundación de<br />

Roma; el año cuarenta y dos del reinado del emperador<br />

Octavio César Augusto estando el mundo entero en paz:<br />

El Hijo de Dios Padre, habiendo decidido a salvar a la<br />

humanidad con su vida, concebido por obra del Espíritu<br />

Santo, transcurridos los nueve meses de su gestación en<br />

el seno materno, hace ahora poco más de dos mil años,<br />

en Belén de Judá, hecho hombre, nació de la Virgen María,<br />

Jesús, Cristo.<br />

La solemnidad de esta noche —misterio de fe— nos recuerda<br />

aquella otra, la más importante del año: la Vigilia<br />

pascual. El nacimiento de Cristo presagia su pasión y su<br />

resurrección gloriosa; el pesebre y la noche de Belén evocan<br />

la oscuridad del Calvario y el sepulcro del Señor; los<br />

ángeles que anuncian al recién nacido a los pastores nos<br />

recuerdan a los ángeles que anunciaron al Resucitado a<br />

los discípulos. Es pues la Pascua del Señor Jesús —nuestra<br />

pascua, feliz Pascua— que en verdad celebramos en<br />

esta celebración de la eucaristía que inaugura el tiempo<br />

de la <strong>Navidad</strong> y Epifanía del Salvador.<br />

A continuación, el celebrante, desde el ambón o la sede,<br />

dice:<br />

El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande,<br />

y a los que habitaban en las sombras, una luz les brilló.<br />

Que esta nueva luz que ahora encendemos signifique el<br />

comienzo de una <strong>Navidad</strong> que se renueva, después de la<br />

primera, en Belén. El Señor viene a su Iglesia por medio<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

45


Cáliz de la Misericordia<br />

Moniciones antes de las lecturas<br />

de la palabra y de la eucaristía que anuncian y hacen<br />

presente el misterio de Dios con nosotros ¡No tengáis miedo!:<br />

hoy, en nuestra Iglesia, nace el Salvador, la gran alegría<br />

para todo el mundo, aquel que vive y reina, inmortal<br />

y glorioso, por los siglos de los siglos.<br />

R/. Amén.<br />

Y el mismo celebrante o un fiel, enciende la vela central<br />

de la corona, mientras puede cantarse otra estrofa del<br />

canto de entrada o del “Adeste fideles”. Sigue el canto<br />

del “Gloria a Dios en el cielo”.<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Isaías 9, 1-3.5-6 y Lucas 2, 1-14<br />

El profeta Isaías anuncia el nacimiento del Salvador, que<br />

llegará al mundo como un niño más, para cumplir la misión<br />

que le asignan los numerosos títulos que le adornan,<br />

entre los que destaca el de “Príncipe de la paz”. En el Evangelio<br />

se proclama el cumplimiento de esta profecía, confirmada<br />

por el canto de los ángeles en el portal de Belén:<br />

“Paz en la tierra a los hombres que ama el Señor”.<br />

Segunda lectura.<br />

Tito 2, 11-14<br />

Las lecturas de san Pablo en este tiempo de <strong>Navidad</strong><br />

abundan en la descripción de la venida de Jesús al mundo<br />

como una “aparición” o “manifestación” del Mesías<br />

como portador de la gracia salvadora de Dios. Es el tema<br />

del Gran Jubileo: “Jesucristo, único Salvador del mundo,<br />

ayer, hoy y siempre”.<br />

46<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Para las homilías<br />

Hoy es <strong>Navidad</strong>. Las palabras de Zacarías en el Benedictus,<br />

con las que cada mañana la Iglesia saluda la nueva<br />

jornada y con las que hemos despedido la celebración<br />

del <strong>Adviento</strong>, cobran una fuerza especial en este día santo,<br />

en los primeros compases del presente año jubilar:<br />

“Nos ha visitado el Señor por su entrañable misericordia”.<br />

Los cristianos, junto a todos los hombres de buena voluntad,<br />

aún sin saberlo, celebramos en este día de <strong>Navidad</strong> la<br />

entrañable misericordia de nuestro Dios. En Cristo nuestro<br />

Dios nos ha sorprendido. Ha entrado en nuestra historia<br />

en el silencio de la noche, en la sencillez de un lugar escondido,<br />

en la pobreza de una joven familia, iluminando la<br />

oscuridad de nuestro mundo y convirtiendo nuestra vida y<br />

la de toda la humanidad en Historia de Salvación.<br />

Dios actúa en la noche del hombre cumpliendo sus grandes<br />

prodigios en favor de su pueblo, mientras el hombre permanece<br />

en el sueño de la ignorancia y del pecado, permaneciendo<br />

con frecuencia en la inconciencia de la obra de Dios.<br />

La luz que penetra en la oscuridad de Belén es la luz gozosa<br />

del amor de Dios que desciende en medio de nosotros<br />

para revelarse a cada hombre y plantar su tienda<br />

en el corazón del mundo. <strong>Navidad</strong> une el misterio y la<br />

alegría, el dolor del mundo en la espera de Cristo y la<br />

gloriosa revelación que el Señor hace resplandecer con<br />

su descenso entre nosotros.<br />

Ya en el Antiguo Testamento la misericordia y la compasión<br />

se asocian al término rahamim, palabra que deriva<br />

de rehem, el seno materno. El amor y la misericordia de<br />

Dios son entrañables, brotan de su experiencia de habernos<br />

dado la vida, de habernos engendrado, pues como<br />

dice san Juan en su prólogo “no hemos nacido de sangre,<br />

ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios”<br />

(cf. Jn 1, 13). El nacimiento de Cristo nos hace experimentar<br />

la misericordia maternal y “visceral” de nuestro Dios.<br />

A veces hemos suavizado la celebración del Nacimiento<br />

del Señor con la celebración de unas fiestas navideñas que<br />

nos despistan del acontecimiento tan fuerte y comprometido<br />

en que se nos ha revelado Dios. Las situaciones difíciles<br />

que vivimos en nuestra sociedad y las personales de<br />

cada uno, no son un impedimento para vivir esta fiesta; al<br />

contrario, pueden convertir la <strong>Navidad</strong> en una experiencia<br />

fuerte de esta Misericordia que, lejos de ser un edulcorante<br />

de las realidades duras de la vida, aparece como una victoria<br />

de la luz de su verdad y de su amor ante las tinieblas<br />

y la oscuridad del mundo, haciéndose niño por nosotros.<br />

Isaías nos anuncia esta realidad en la noche de <strong>Navidad</strong>:<br />

“El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;<br />

habitaban tierras de sombras, y una luz les brilló” (Is 9,2).<br />

En muchas representaciones del nacimiento de Jesús, especialmente<br />

en las escenas renacentistas, encontramos<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

47


Cáliz de la Misericordia<br />

que, en medio de la oscuridad absoluta que predomina<br />

en el cuadro o en el paisaje donde están las figuras del<br />

Belén, una fuerte luz surge de la cuna del Niño Jesús,<br />

como una lámpara que brilla, a partir de la cual todo<br />

queda iluminado.<br />

La liturgia riquísima de las cuatro celebraciones de este<br />

día santo nos hace aterrizar en esta realidad tan sorprendente,<br />

introduciendo diferentes enfoques ante este Misterio<br />

admirable del Nacimiento del Salvador, con particular<br />

relieve en la acción misericordiosa de Dios.<br />

La misa vigiliar de la tarde de Nochebuena nos introduce<br />

en la Solemnidad con el anuncio de esta fiesta por parte<br />

de Dios como un desposorio, como una boda, entre Él y<br />

la humanidad: “Ya no te llamarán «Abandonada», ni a<br />

tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y<br />

a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti,<br />

y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su<br />

novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que<br />

encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios<br />

contigo”.<br />

La celebración entrañable de la medianoche de <strong>Navidad</strong><br />

nos ofrece “la señal” en la que Dios se nos manifiesta: Un<br />

niño envuelto en pañales. En el silencio de la noche, con<br />

las familias reunidas, con nuestros villancicos unidos al<br />

canto de los ángeles que anuncian la Gloria para Dios y<br />

la paz para los hombres, entramos en la contemplación<br />

del niño, que como una nueva zarza ardiente en la cuna<br />

de Belén, nos revela el verdadero rostro de Dios y su auténtico<br />

nombre: Misericordia.<br />

Al amanecer de este día de <strong>Navidad</strong>, cuando los rayos<br />

del sol rompen la oscuridad de la noche, la Iglesia se une<br />

a la actitud de los pastores, en la Misa de la Aurora, corriendo<br />

hasta el lugar donde encontramos a Jesús. Como<br />

María guardamos su misericordia en el corazón y como<br />

aquellos pastores la contamos y la llevamos a los demás,<br />

pues en Jesús la hemos visto y oído.<br />

La realidad salvífica de la <strong>Navidad</strong> nos la presenta la<br />

Misa del Día, con el prólogo de san Juan en el centro, y el<br />

anuncio que Isaías nos hace en la primera lectura. Dios,<br />

en Cristo, su Palabra hecha carne, ha desnudado su brazo<br />

ante las naciones, se ha hecho débil y vulnerable, capaz<br />

de ser herido, con tal de que el hombre experimente su<br />

misericordia. Así es como ha contemplado toda la tierra<br />

la victoria de nuestro Dios.<br />

En las misas de <strong>Navidad</strong> podemos recitar preferentemente<br />

el símbolo niceno-constantinopolitano,<br />

con su magnífica doctrina cristológica, y debemos<br />

mostrar nuestra fe en Cristo, Dios y hombre verdadero,<br />

arrodillándonos al decir las palabras que<br />

proclaman el misterio de la Encarnación.<br />

48<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Misa de la aurora<br />

Moniciones antes de las lecturas<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Isaías 62, 11-12 y Lucas 2, 15-20<br />

La lectura profética anuncia la llegada del Salvador,<br />

para comenzar a reunir el Pueblo de Dios a partir del humilde<br />

resto de Israel. Los primeros llamados fueron los<br />

pastores de Belén, como lo narra el Evangelio, que es<br />

continuación del proclamado en la misa de Nochebuena.<br />

Segunda lectura.<br />

Tito 3, 4-7<br />

Las lecturas de san Pablo en este tiempo de <strong>Navidad</strong><br />

abundan en la descripción de la venida de Jesús al mundo<br />

como una “aparición” o “manifestación” del Mesías<br />

como portador de la gracia salvadora de Dios. Es el tema<br />

del Gran Jubileo: “Jesucristo, único Salvador del mundo,<br />

ayer, hoy y siempre”. En esta misa de la aurora se refiere<br />

especialmente a la gratuidad del amor de Dios que se nos<br />

ofrece por medio de Jesús.<br />

Misa del día<br />

Moniciones antes de las lecturas<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Isaías 52, 7-10 y Juan 1, 1-18<br />

El profeta Isaías anuncia que el Salvador debía venir en<br />

favor de todas las naciones, hasta los confines de la tierra.<br />

Del mismo modo, el comienzo del Evangelio de san<br />

Juan nos dice quien es Jesús: la Palabra eterna del Padre<br />

hecha hombre para salvar a todo el género humano.<br />

Segunda lectura.<br />

Hebreos 1, 1-6<br />

La carta a los Hebreos insiste en el tema general de esta<br />

Misa de <strong>Navidad</strong>, y así explica que Dios ha hablado a los<br />

hombres de muchas maneras, pero desde el nacimiento<br />

de Jesucristo, éste ha sido su Palabra definitiva para el<br />

mundo.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

49


Cáliz de la Misericordia<br />

Oración de los fieles<br />

Cuando estamos celebrando el nacimiento de Jesucristo,<br />

presentemos nuestras oraciones, en la unidad del Espíritu<br />

Santo, al Padre misericordioso que lo ha enviado para<br />

nuestra salvación.<br />

Por el papa Francisco y nuestro arzobispo Antonio,<br />

para que el Señor los bendiga en perfecta comunión<br />

con la Iglesia, su familia santa, e ilumine al<br />

mundo para que escuche con fe su mensaje de salvación,<br />

roguemos al Señor.<br />

Para que España se mantenga fiel a su tradición<br />

cristiana y los gobernantes de las naciones y<br />

toda la familia humana acojan la paz y la unidad<br />

que trajo el Hijo de Dios a la tierra, roguemos<br />

al Señor.<br />

Por las familias, para que vivan la <strong>Navidad</strong> de forma<br />

que transmitan la fe íntegra en Jesucristo, Dios<br />

y hombre verdadero, roguemos al Señor.<br />

Para que vayamos con misericordia al encuentro<br />

del Señor, presente en quienes sufren en estos días<br />

graves necesidades y en quienes, lejos de sus hogares,<br />

sufren la soledad, la enfermedad o la fatiga,<br />

roguemos al Señor.<br />

Para que recordemos con fe y esperanza a todos<br />

los que en otros años celebraban con nosotros<br />

estas santas fiestas y han partido de este mundo:<br />

para que en el Reino eterno contemplen el rostro<br />

de Cristo, roguemos al Señor.<br />

Padre todopoderoso, llegue hasta ti la oración del pueblo<br />

que te invoca al celebrar el nacimiento de tu Unigénito: y<br />

concédele cuanto te pide confiadamente. Por Jesucristo<br />

nuestro Señor. R/. Amén.<br />

50<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

27 de diciembre · Domingo después de <strong>Navidad</strong><br />

Sagrada Familia:<br />

Jesús, María y José<br />

Un hogar<br />

de Misericordia<br />

Moniciones antes de las lecturas<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Eclesiástico 3, 2-6.12-14 y Lucas 2, 41-52<br />

La sabiduría del Antiguo Testamento sigue dándonos una<br />

buena lección, al explicarnos cómo debemos cumplir el<br />

mandamiento de honrar a los padres; del mismo modo,<br />

Jesús creció y fue educado en el seno de una familia fiel<br />

a la ley de Dios, y se sometió a sus padres terrenos sin<br />

olvidar su misión como hijo de Dios, como nos lo muestra<br />

el Evangelio de esta fiesta.<br />

Salmo responsorial 127<br />

Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.<br />

Segunda lectura.<br />

Colosenses 3, 12-21<br />

La lectura de san Pablo enseña cómo debe ser la vida de<br />

familia vivida en el Señor. Para los cristianos, el amor<br />

debe ser la ley suprema tanto en el hogar como en todas<br />

sus relaciones sociales.<br />

También pueden proclamarse estas otras lecturas:<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

1 Samuel 20-22. 24-28 y Lucas 2, 41-52<br />

El joven Samuel fue cedido por su madre al Señor para<br />

toda su vida; del mismo modo, el nacimiento de Jesús fue<br />

una gracia para la humanidad, y María, junto con José,<br />

lo acogieron con amor de padres, respetando el misterio<br />

que había en aquel niño.<br />

Salmo responsorial 83<br />

Dichosos los que viven en tu casa, Señor.<br />

Segunda lectura.<br />

1 Juan 3, 1-2. 21-24<br />

Nosotros nos llamamos y somos de verdad hijos de Dios,<br />

en la familia santa que es la Iglesia, nuestra Madre, en la<br />

que fuimos engendrados por el agua y el Espíritu Santo.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

51


Cáliz de la Misericordia<br />

Para la homilía<br />

En este domingo, dentro de la Octava de la <strong>Navidad</strong> del<br />

Señor, volvemos la mirada a aquella tierna morada donde<br />

Jesús niño esconde su gloria, donde José le enseña<br />

el humilde arte de carpintero al Hijo del Altísimo, donde<br />

María llena su casa de una limpia alegría, donde la<br />

mano del Señor los guía y los defiende en los días de la<br />

prueba, donde la familia de Nazaret, experta en el amor y<br />

en el dolor, nos da con su ejemplo y su intercesión el don<br />

de la paz (cf. el himno latino “Dulce fit nobis” para esta<br />

fiesta, escrito por el Papa León XIII).<br />

Hemos tomado las lecturas para esta fiesta, como también<br />

para el día del Bautismo del Señor, que se nos ofrecen<br />

como opcionales para este ciclo C (las que se ofrecen<br />

en primer lugar son las correspondientes al Ciclo A, que<br />

se propusieron en un primer momento después de la reforma<br />

como textos únicos para los tres ciclos).<br />

Celebramos el misterio de un Dios que quiso entrar en la<br />

historia de los hombres al modo humano, haciéndose pequeño<br />

y naciendo débil en medio de una familia no exenta<br />

de dificultades.<br />

Si Dios designó de este modo su entrada en nuestra historia,<br />

nos revela la importancia que para Cristo supuso tener<br />

una familia, desarrollarse en un ámbito familiar, que<br />

sin idealizarlo, le ayudó en su desarrollo armónico como<br />

hombre y como Dios.<br />

Como primera lectura se nos trae la historia familiar de<br />

Ana, Elcaná y su hijo Samuel. “Este niño es lo que yo pedía,<br />

el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo<br />

cedo al Señor de por vida, para que sea suyo”. Una historia<br />

de Fe, de esperanza, y también de desesperación a raíz<br />

de la infertilidad. Ana se nos manifiesta como la mujer<br />

de la familia, humilde y llena de fe que confía a Dios su<br />

dolor y su angustia, y en esta situación es escuchada por<br />

el Señor concediéndola el hijo que anhelaba.<br />

La familia cristiana no es ausencia de problemas o de<br />

dificultades, sino el núcleo donde el hombre y la mujer<br />

se abren a la vida, a la voluntad y a la manifestación a<br />

Dios, en medio de sus problemas cotidianos, con sus alegrías<br />

y penas. ¿Hay algo que haga más justicia al hombre<br />

que la familia?<br />

Con el salmo podemos decir: “Dichosos los que vive en<br />

tu casa, Señor”. Este salmo de peregrinación se convierte<br />

hoy en un salmo “doméstico”, pues toda nuestra vida es<br />

un camino y la vida familiar y matrimonial, es también<br />

un sendero que atraviesa con frecuencia el valle del llanto.<br />

Es ahí donde experimentamos que Dios lo cambia en<br />

bendición.<br />

El evangelio nos muestra la búsqueda ansiosa y preocupada<br />

de estos padres, José y María, por este hijo. Pero<br />

además, con la respuesta de Jesús, aparece como para-<br />

52<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

digma de la búsqueda de Dios y de su voluntad: “¿No sabíais<br />

que debía ocuparme de las cosas de mi Padre?” Los<br />

padres están llamados a reconocer en los hijos no una<br />

propiedad, ni unos derechos, ni una posesión, sino un don<br />

de Dios. Y con el regalo la generosidad de su propia entrega,<br />

primero en el cuidado personal, en la transmisión de<br />

la fe y en la educación humana y más tarde en el respeto<br />

a la libertad e independencia del hijo. Pero también los<br />

hijos son llamados a entrar en el camino de la obediencia,<br />

como Jesús, y a vivir sujetos a los padres, en una vida<br />

escondida, de familia, de amor mutuo y de crecimiento<br />

personal.<br />

Cada miembro de la familia está llamado a descubrir<br />

cuál es el proyecto de Dios sobre él y a secundarlo con<br />

disponibilidad y radicalidad. La imagen del nacimiento<br />

aplicada al don de la vida divina se encuentra en la<br />

segunda lectura, como frecuentemente aparece en los<br />

textos de san Juan. Ese nacimiento tiene lugar en el bautismo.<br />

El nuevo nacimiento del cristiano le confiere el<br />

nombre y la naturaleza de hijo de Dios. El amor de Dios es<br />

tan generoso que llega a engendrar al hombre por amor<br />

nada menos que a la vida divina.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

53


Cáliz de la Misericordia<br />

Oración de los fieles<br />

Imploremos con fe, hermanos, el auxilio divino sobre la<br />

santa Iglesia, y oremos a Dios, nuestro Padre, por las necesidades<br />

de las familias de todo el mundo.<br />

Por la Santa Iglesia de Dios, para que sea la Esposa<br />

fiel de Jesucristo y madre de los pueblos que vienen<br />

a la fe, roguemos al Señor.<br />

Por el Papa Francisco, por los Obispos, sacerdotes<br />

y diáconos, y por todos los fieles comprometidos<br />

en dar a conocer la dignidad de la familia humana<br />

y en difundir el Evangelio de la vida, roguemos al<br />

Señor.<br />

Por las familias cristianas, para que transmitan<br />

fielmente a los niños y a los jóvenes la fe en Jesucristo<br />

que nos ha llegado desde los apóstoles y los<br />

valores humanos y cristianos, roguemos al Señor.<br />

Por todas las familias del mundo, especialmente<br />

por las que sufren las pruebas del hambre, la guerra,<br />

el paro o las catástrofes naturales; por los ancianos<br />

y los enfermos, por los que tienen carencias<br />

físicas o espirituales, por los emigrantes y refugiados,<br />

para que reciban el trato preferente y lleno de<br />

amor que merecen, roguemos al Señor.<br />

Por las autoridades civiles, para que tengan siempre<br />

presente el valor y la dignidad de la vida humana,<br />

en todos los momentos de su desarrollo, y<br />

lo expresen en leyes defensoras de este gran bien,<br />

roguemos al Señor.<br />

Atiende, Dios misericordioso, al pueblo que te suplica y<br />

que pone su confianza en tu amor, y su mirada en el hogar<br />

de Nazaret. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.<br />

54<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

1 de enero<br />

Santa María,<br />

Madre de Dios<br />

La Madre<br />

de la Misericordia<br />

Un gesto propio del día: Alrededor de la imagen del niño<br />

Jesús se pueden poner calendarios del año 2016.<br />

Moniciones antes de las lecturas<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Números 6, 22-27 y Lucas 2, 16-21<br />

La bendición sacerdotal del Antiguo Testamento tenía<br />

como petición fundamental la paz. En este día pedimos<br />

este gran don al Príncipe de la paz, que recibió en su circuncisión<br />

el nombre de Jesús, que quiere decir Dios salva.<br />

Segunda lectura.<br />

Gálatas 4, 4-7<br />

Dios envió a su Hijo nacido de una mujer, como todos los<br />

humanos. Por ello, María debe ser llamada verdaderamente<br />

“Madre de Dios”, como lo celebramos en esta Solemnidad.<br />

Para la homilía<br />

Hoy nuestra mirada, en la Octava del Nacimiento del Señor,<br />

se dirige especialmente a María, la Madre de Dios. En el primer<br />

día del nuevo año civil celebramos la IL Jornada Mundial<br />

de Oración por la Paz, cuyo lema reza esta año “Vence<br />

la indiferencia y conquista la paz”, que para nuestra diócesis<br />

cobra un sentido especial en el ámbito del Encuentro Europeo<br />

de jóvenes de Taizé celebrado en Valencia que finaliza hoy.<br />

La liturgia hoy nos presenta a María como aquella que «conservaba<br />

todas estas cosas, meditándolas en su corazón»<br />

(Lc 2,19). Ella, la que abrió su vida a la acción de Dios posibilitando<br />

la encarnación del Verbo eterno del Padre, se sitúa<br />

ante lo que ocurre con una actitud de apertura, haciéndose<br />

cargo y meditando los acontecimientos desde la visión de<br />

aquella en la que el poderoso ha hecho obras grandes (cf. Lc<br />

1,49). María es consciente, como lo declara en el magníficat,<br />

de que Dios auxilia a Israel su siervo haciendo presente la misericordia<br />

prometida (cf. 1,54), y esto es puesto de manifiesto<br />

al final de la lectura evangélica donde se relata la presentación<br />

del Niño en el Templo. Ese Niño, que lleva por nombre<br />

Jesús y cuyo significado es “Dios salva”, es la manifestación<br />

de la misericordia prometida a los patriarcas de parte del Señor,<br />

y María es aquella que trae al mundo a Jesús.<br />

En el encuentro con Él, “rostro de la misericordia del Padre”,<br />

se ofrece la luz y el favor divino a todas las gentes<br />

(cf. Núm 6,25), como imploraba el pueblo de Israel en la ben-<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

55


Cáliz de la Misericordia<br />

dición que hemos escuchado del libro de los Números. Por<br />

esto, el título dado a María de “Madre de Dios” que hoy celebramos,<br />

nos transporta al de “Madre de Misericordia”, ya<br />

que en el nacimiento de Jesús se manifiesta la misericordia<br />

de Dios para con el mundo anunciada desde antiguo. La actitud<br />

de María frente a lo que ocurre a su alrededor es la de<br />

aquella que sabe que ha recibido de Dios una gracia única,<br />

como cada uno de nosotros en nuestro encuentro con el Señor,<br />

y pide de nuestra parte que vivamos la vida con los ojos<br />

abiertos desde la misericordia que Dios tiene para con nosotros,<br />

para así poder transmitirla al mundo.<br />

Desde esta mirada, observamos que las situaciones actuales<br />

en las que gobierna la indiferencia solamente pueden<br />

ser vencidas a través de la misericordia. La misericordia es<br />

el instrumento por el que la paz llega como una conquista,<br />

como algo que se trabaja y que merece todo nuestro empeño.<br />

Vencer la indiferencia pasa por el ejercicio de la misericordia,<br />

ya que pasa por el reconocimiento de la necesidad de nuestro<br />

corazón frente al sufrimiento de nuestros hermanos, lo que<br />

nos hace agentes en la consecución de la paz. Sin embargo,<br />

no hemos de olvidar que la misericordia nos ha sido dada en<br />

Jesús a través de María, ya que somos nosotros los primeros<br />

necesitados. La misericordia nos ilumina desde aquél que nos<br />

hace hermanos por declararnos “hijos adoptivos de Dios” (cf.<br />

Gál 4,5) como don inmerecido por nuestra parte. Por Él y en<br />

Él, bajo la acción de su Espíritu, somos capaces de descubrir a<br />

Dios, Padre de misericordia, que se fija en nosotros y nos concede<br />

la paz (cf. Núm 6,26), al mismo tiempo que nos llama a<br />

hacerla llegar a todos los hombres.<br />

Y esta paz que nace de la misericordia es el camino para la<br />

unidad. Los jóvenes que han participado en el Encuentro Europeo<br />

de Taizé están llamados a ser fermentos de unidad en<br />

los lugares de los que vienen, misioneros de la misericordia<br />

para todos los que entren en contacto con ellos. La unidad<br />

de los cristianos pasa necesariamente por la manifestación<br />

viva y eficaz de la misericordia divina, ya que se hace necesario<br />

vernos necesitados de la acción de Dios en nuestros<br />

corazones para poder descubrir en el otro a un igual, un hermano<br />

llamado al encuentro con Dios que limpia y renueva.<br />

El encuentro en el que se hace presente Jesús es aquél que me<br />

permite ver en el otro a otro “hijo en el Hijo”, un encuentro de<br />

tú a tú bajo el abrazo misericordioso del Padre. Sólo así los<br />

cristianos podremos ser testigos del amor de Dios, que nos<br />

invita a la comunión plena con él, para que se haga presente<br />

en el mundo aquello que reza el salmo: «conozca la tierra tus<br />

caminos, todos los pueblos tu salvación» (Sal 66,3).<br />

Que María, madre de Misericordia, interceda por nosotros y<br />

especialmente por aquellos que hoy vuelven a sus lugares de<br />

origen, para que seamos anunciadores de la misericordia que<br />

nace de lo alto y agentes de paz y unidad con aquellos que se<br />

encuentren con nosotros.<br />

56<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Oración de los fieles<br />

Oremos al Señor nuestro Dios, que con su mirada misericordiosa<br />

abarca los tiempos y el universo.<br />

Por la Iglesia, que peregrina por este mundo en el<br />

transcurso de los siglos hasta el gran Día de Jesucristo;<br />

para que realice fielmente su misión con<br />

libertad en la pobreza y unidad en el amor, roguemos<br />

al Señor.<br />

Por los gobernantes y todos los pueblos de la tierra:<br />

para que superando el egoísmo, las guerras y<br />

toda clase de violencia, pongan sus bienes al servicio<br />

de la gran familia humana, roguemos al Señor.<br />

Para que en este nuevo año y en adelante se respete<br />

cada vez más la dignidad de las personas y las<br />

familias, y sus derechos fundamentales, y se obre<br />

con misericordia en una sociedad más justa y solidaria,<br />

roguemos al Señor.<br />

Para que las familias y las comunidades cristianas<br />

se pongan bajo la protección de María, Madre de<br />

Dios y Madre nuestra, para vivir en unidad, amor,<br />

paz y libertad, roguemos al Señor.<br />

Por nosotros y todos nuestros familiares y amigos:<br />

para que dediquemos al Señor las primicias de este<br />

año, vivamos con fe y en paz todos sus días y, llenos<br />

de méritos, veamos con gozo su fin, roguemos<br />

al Señor.<br />

Dios Padre todopoderoso, cuyo trono permanece siempre<br />

y cuyos años no se acaban, escucha nuestras plegarias y<br />

bendice el año que hoy empieza, para que, en su decurso,<br />

no nos falte el pan de cada día y encontremos en tu<br />

palabra el camino hacia ti. Por Jesucristo nuestro Señor.<br />

R/. Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

57


Cáliz de la Misericordia<br />

3 de enero<br />

Domingo II<br />

de <strong>Navidad</strong><br />

La Misericordia<br />

se ha hecho carne<br />

Moniciones antes de las lecturas<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Eclesiástico 24, 1-4.12-16 y Juan 1, 1-18<br />

En este domingo, dedicado a profundizar en el conocimiento<br />

de la Palabra eterna de Dios hecha hombre,<br />

comenzamos escuchando la lectura del Antiguo testamento,<br />

donde ya se entrevé este misterio, que luego es<br />

revelado plenamente en el Evangelio.<br />

Segunda lectura.<br />

Efesios 1, 3-6.15-18<br />

San Pablo recoge en su carta a los Efesios un himno de<br />

la Iglesia primitiva, en el que se ensalza a Jesucristo, que<br />

nos mereció el que todos nosotros fuésemos destinados<br />

desde la eternidad, para ser hijos de Dios.<br />

58<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Para la homilía<br />

Hoy no conmemoramos ningún Misterio concreto de la<br />

Infancia del Señor. Celebramos simplemente, ni más ni<br />

menos, como cada ocho días que es Domingo, el día de<br />

Señor, el día de su Pascua y de su presencia resucitada<br />

entre nosotros. Pero lo hacemos dentro de las fiestas de<br />

<strong>Navidad</strong>. Hoy nos asomamos, con serenidad y paz interior<br />

a contemplar el Misterio de este Dios que ha puesto<br />

su tienda entre nosotros, que ha echado raíces en medio<br />

de su pueblo, que no ha tenido reparo de mostrar su misericordia<br />

haciéndose hombre.<br />

La antífona de entrada de la Misa de hoy nos invita con<br />

un estribillo bellísimo del libro de la Sabiduría a tomar<br />

esta actitud contemplativa: “Un silencio sereno lo envolvía<br />

todo, y al mediar la noche su carrera, tu Palabra todopoderosa<br />

descendió desde el trono real de los cielos.”<br />

(Sb 18, 14-15). Ahora, en medio de estos días de alegría y<br />

fiesta, pero también de tantos ruidos y voces, por dentro<br />

y por fuera, se nos invita al silencio. Un silencio profundo,<br />

sereno, auténtico, para escuchar a quien es la Palabra,<br />

para dejarnos tocar por la misericordia que se hace carne.<br />

Ahora la Palabra del Señor viene también a hablar a<br />

quienes la esperamos en silencio.<br />

Un monje benedictino, Julián de Vézelay, en el siglo XII<br />

nos decía a propósito de la <strong>Navidad</strong>: “Que escuchemos<br />

lo que el Señor Dios nos dice en nuestro interior. Callen<br />

las pasiones carnales y el estrépito inoportuno; callen<br />

también las fantasías de la loca imaginación, para poder<br />

escuchar atentamente lo que nos dice el Espíritu, para escuchar<br />

la voz que nos viene de lo alto. Pues nos habla<br />

continuamente con el Espíritu de vida y se hace voz sobre<br />

el firmamento que se cierne sobre el ápice de nuestro espíritu;<br />

pero nosotros, que tenemos la atención fija en otra<br />

parte, no escuchamos al Espíritu que nos habla”.<br />

Este domingo, al escuchar de nuevo el prólogo de san<br />

Juan, como un eco del día de <strong>Navidad</strong>, su Palabra resuena<br />

en nuestro interior como un mensaje definitivo de parte<br />

Dios, como una voz creadora que viene a darte vida,<br />

como la Sabiduría que desciende para que en tu razón<br />

puedas “saber”—en cuanto a conocer y en cuanto a gustar—<br />

como el mismo Dios. Jesús se hace hombre para<br />

darnos la capacidad de conocer a Dios de forma auténtica<br />

y de gustarlo con su misma vida, haciéndonos hijos<br />

suyos. Así nos lo dice Pablo, en el himno cristológico que,<br />

como un poema navideño, escuchamos en la segunda<br />

lectura.<br />

En Jesús ha ocurrido algo desconcertante. No se ha quedado<br />

en silencio para siempre. Dios se nos ha querido comunicar,<br />

no a través de revelaciones o apariciones, sino<br />

encarnándose en la humanidad de Jesús. No se ha “revestido”<br />

de carne, no ha tomado la “apariencia” de un ser<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

59


Cáliz de la Misericordia<br />

humano. Dios se ha hecho realmente carne débil, frágil<br />

y vulnerable como la nuestra. Nosotros no creemos en<br />

un Dios aislado e inaccesible, encerrado en su Misterio<br />

impenetrable. La Sabiduría se nos ha revelado, ha venido<br />

a plantar su tienda entre nosotros, a darse a conocer.<br />

Nos podemos encontrar con él en un ser humano como<br />

nosotros. Para relacionarnos con él, no hemos de salir de<br />

nuestro mundo. No hemos de buscarlo fuera de nuestra<br />

vida. Lo encontramos hecho carne en Jesús.<br />

Esto nos hace vivir una relación con él única, profunda<br />

e incomparable con otras relaciones. Jesús es el rostro<br />

humano de Dios. En sus gestos de misericordia se nos va<br />

revelando de manera humana cómo es y cómo nos quiere<br />

Dios. En sus palabras vamos escuchando su voz, sus<br />

llamadas y sus promesas. En su proyecto descubrimos el<br />

proyecto del Padre.<br />

Su Palabra ha sido definitiva. Ya no tiene nada más que decirnos.<br />

Terminamos con un famoso texto de San Juan de la<br />

Cruz que podríamos meditar ante las imágenes del nacimiento<br />

en nuestra casa o en la Parroquia en este domingo:<br />

«En la encarnación Dios ha quedado como mudo y no<br />

tiene más que hablar, porque lo que antes hablaba en<br />

partes a los profetas, ya lo ha hablado todo en su Verbo,<br />

dándonos el Todo que es su Hijo. Por lo cual el que ahora<br />

quisiese preguntar a Dios o querer alguna visión o revela-<br />

ción, no sólo haría una necedad, sino que haría agravio a<br />

Dios no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer<br />

alguna otra cosa o novedad. Podría responderle Dios...:<br />

Si te tengo ya hablado todas las cosas en mi Palabra, y<br />

no tengo otra, ¿qué te puedo responder o revelar que sea<br />

más que eso? Pon los ojos sólo en Él, que en Él te lo tengo<br />

todo dicho y revelado... Porque tú pides locuciones y<br />

revelaciones en parte, y si pones en El los ojos lo hallarás<br />

en todo. Él es toda mi locución y respuesta, toda mi visión<br />

y mi revelación... » (Subida al Monte Carmelo II, cap. 22).<br />

60<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Oración de los fieles<br />

Cuando estamos celebrando el nacimiento de Jesucristo,<br />

presentemos nuestras oraciones, en la unidad del Espíritu<br />

Santo, al Padre misericordioso que lo ha enviado para<br />

nuestra salvación.<br />

Por el papa Francisco y nuestro arzobispo Antonio,<br />

para que el Señor los bendiga en perfecta comunión<br />

con la Iglesia, su familia santa, e ilumine al<br />

mundo para que escuche con fe su mensaje de salvación,<br />

roguemos al Señor.<br />

Para que España se mantenga fiel a su tradición<br />

cristiana y los gobernantes de las naciones y<br />

toda la familia humana acojan la paz y la unidad<br />

que trajo el Hijo de Dios a la tierra, roguemos<br />

al Señor.<br />

Por las familias, para que vivan la <strong>Navidad</strong> de forma<br />

que transmitan la fe íntegra en Jesucristo, Dios<br />

y hombre verdadero, roguemos al Señor.<br />

Para que vayamos con misericordia al encuentro<br />

del Señor, presente en quienes sufren en estos días<br />

graves necesidades y en quienes, lejos de sus hogares,<br />

sufren la soledad, la enfermedad o la fatiga,<br />

roguemos al Señor.<br />

Para que recordemos con fe y esperanza a todos<br />

los que en otros años celebraban con nosotros<br />

estas santas fiestas y han partido de este mundo:<br />

para que en el Reino eterno contemplen el rostro<br />

de Cristo, roguemos al Señor.<br />

Padre todopoderoso, llegue hasta ti la oración del pueblo<br />

que te invoca al celebrar el nacimiento de tu Unigénito: y<br />

concédele cuanto te pide confiadamente. Por Jesucristo<br />

nuestro Señor. R/. Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

61


Cáliz de la Misericordia<br />

6 de enero<br />

Epifanía<br />

del Señor<br />

Un gesto para destacar esta fiesta: Cerca de la imagen<br />

del niño Jesús se pone en el suelo un incensario con carbones<br />

encendidos y, en la procesión del las ofrendas, con<br />

el pan y el vino y el agua otra persona lleva la naveta<br />

del incienso y pone un poco del mismo en el incensario.<br />

Moniciones antes de las lecturas<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Isaías 60, 1-6 y Mateo 2, 1-12<br />

El profeta anuncia el misterio que hoy se celebra: la vocación<br />

de todas las gentes para que reconozcan en Jesús<br />

al Salvador. El Evangelio proclama el cumplimiento de<br />

esta profecía, pero de modo más humilde, cuando los<br />

magos de oriente vinieron a adorar a Jesús, recién nacido<br />

en Belén.<br />

Segunda lectura.<br />

Efesios 3, 2-3a.5-6<br />

San Pablo nos dice que ahora se ha revelado el plan eterno<br />

de Dios, que tiene como final la manifestación del Salvador<br />

a todos los pueblos, representados en este día por<br />

los magos de los que nos habla el Evangelio.<br />

Para la homilía<br />

Se ha manifestado<br />

su Misericordia<br />

a todos los pueblos<br />

“Epifanía” es una palabra griega que significa “manifestación”.<br />

Se hablaba de epifanía cuando un rey se manifestaba<br />

a su pueblo, en especial cuando regresaba triunfante<br />

de la batalla o visitaba con gloria y majestad una<br />

de sus ciudades. Los ciudadanos tenían la posibilidad de<br />

ver entonces su rostro. Nosotros contemplamos en esta<br />

celebración el rostro de nuestro Rey, el rostro de la misericordia.<br />

La solemnidad de hoy viene relacionada con la luz, como<br />

nos indica la primera lectura: “¡Levántate, brilla, Jerusalén,<br />

que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre<br />

ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los<br />

pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá<br />

sobre ti. Y caminarán los pueblos a tu luz, los reyes<br />

al resplandor de tu aurora”. El 6 de enero tenían lugar<br />

en la antigüedad, en Egipto y Arabia, fiestas en torno al<br />

crecimiento de la luz solar en torno al solsticio de invierno.<br />

A nosotros nos ha llegado especialmente del Oriente<br />

cristiano como una fiesta donde esta luz nueva de la misericordia<br />

de Dios brilla sobre todos los pueblos.<br />

Diversos elementos litúrgicos realzan hoy esta solemnidad:<br />

El mayor número de cirios para iluminar el altar, el<br />

anuncio de la fecha de la Pascua y de las demás fiestas<br />

movibles del año después de la proclamación del Evangelio,<br />

la presentación especial de las ofrendas y el senti-<br />

62<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

do pleno de este día, según la antiquísima tradición romana,<br />

honrado con tres milagros: la adoración del niño<br />

por los magos, el Bautismo de Cristo y las bodas de Caná<br />

(cf. Ceremonial de los obispos 240).<br />

Hoy el evangelio nos cuenta la historia de la humanidad,<br />

buscadora de Dios. Las palabras de san Agustín reflejan<br />

como lema esta búsqueda interior de cada hombre: «Nos<br />

has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto<br />

hasta que descanse en ti».<br />

Pero esta búsqueda es con frecuencia imperfecta. Nos<br />

puede aparecer la tentación de querer quitarnos de en<br />

medio a Dios en determinadas ocasiones, muchas veces<br />

de forma muy sutil, por miedo a perder nuestras seguridades,<br />

nuestros bienes, nuestros proyectos, nuestro poder…<br />

Al final sacar el “Herodes” que puede aparecer en<br />

nuestro corazón. Tendremos que repetirnos cuando nazcan<br />

estos temores aquella frase del Papa Benedicto XVI<br />

en la inauguración de su pontificado: “Cristo no viene a<br />

quitarnos nada, viene a dárnoslo todo”.<br />

Otra posible tentación en el camino de la fe es permanecer<br />

inmóviles como los sacerdotes y los escribas de Jerusalén,<br />

que sabiendo donde iba a nacer el Mesías no se inmutaron<br />

ni se movieron del sitio. Es curioso la extrañeza de los magos<br />

de Oriente, que habían apostado fuerte para aquel largo<br />

viaje, ante la pasividad de aquellos que lo tenían fácil.<br />

En la persona de los magos, que guiados por la estrella,<br />

van indagando y haciendo camino para encontrar al Mesías,<br />

estamos representados todos los que, siguiendo la<br />

estela de la fe, buscamos a Dios.<br />

Lo encontraremos como ellos en la casa, la Iglesia, donde<br />

María nos lo ofrece en sus brazos. Hoy es un buen día<br />

para repetir aquel gesto profundo y sincero de adoración<br />

y postrándonos ante él reconocerle como nuestro Dios,<br />

nuestro Rey y nuestro Señor. Sería una buena manera<br />

de celebrar la Epifanía con este gesto de intimidad de<br />

cada uno en su oración personal con el Señor. Podríamos<br />

seguir las palabras que el Papa san Juan Pablo II nos<br />

dejó al convocar a los jóvenes para la JMJ de Colonia<br />

en el 2005: “Ofreced también vosotros al Señor el oro de<br />

vuestra existencia, o sea la libertad de seguirlo por amor<br />

respondiendo fielmente a su llamada; elevad hacia Él el<br />

incienso de vuestra oración ardiente, para alabanza de<br />

su gloria; ofrecedle la mirra, es decir el afecto lleno de<br />

gratitud hacia Él, verdadero Hombre, que nos ha amado<br />

hasta morir como un malhechor en el Gólgota”.<br />

Los magos se volvieron a su tierra por otro camino. Dios<br />

quiera que la experiencia de la misericordia de Dios en esta<br />

<strong>Navidad</strong> nos haga volver a la vida cotidiana, como ellos,<br />

“por otro camino”, mejor que el que seguíamos antes.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

63


Cáliz de la Misericordia<br />

Oración de los fieles<br />

Oremos, hermanos y hermanas, a Dios nuestro Padre,<br />

que por la encarnación de su Hijo eterno y su Evangelio<br />

de gracia, a abierto a todos los pueblos “la Puerta de la<br />

Misericordia”.<br />

Por nuestro Santo Padre el papa Francisco y nuestro<br />

arzobispo Antonio, para que con toda la santa<br />

Iglesia lleven la misericordia divina y todos sus beneficios<br />

a los alejados de la Iglesia y a los que no<br />

conocen a Jesucristo, roguemos al Señor.<br />

Para que los pastores y fieles de la Iglesia en Valencia<br />

seamos constantes en la Nueva evangelización,<br />

sintamos la urgencia misionera y aprovechemos<br />

el impulso y el mensaje de este Año Santo de<br />

la Misericordia, roguemos al Señor.<br />

Para que todos los pueblos acojan al Rey de las<br />

naciones y edifiquen su convivencia sobre las bases<br />

del mensaje de verdad, unidad, justicia, amor<br />

y libertad que él nos enseñó, roguemos al Señor.<br />

Para que, en esta fiesta familiar, los hogares cristianos<br />

mantengan y trasmitan la fe en Cristo salvador<br />

y su llamada a seguirle, y sean un modelo<br />

de acogida para los que la buscan, roguemos al<br />

Señor.<br />

Para que el Señor, con su manifestación, aumente<br />

nuestra fe, nos confirme en la verdad, nos revele lo<br />

que ignoramos, afiance lo que conocemos y supla<br />

lo que nos falta, roguemos al Señor.<br />

Padre lleno de amor, escucha nuestras oraciones en este<br />

día iluminado por la manifestación de tu Hijo, y da nuevo<br />

vigor a nuestra fe, para que conozcamos mejor la grandeza<br />

y cercanía del Evangelio y lo proclamemos en todas<br />

partes con la palabra y el ejemplo. Por Jesucristo nuestro<br />

Señor. R/. Amén.<br />

64<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

10 de enero · Domingo después de Epifanía<br />

Bautismo<br />

del Señor<br />

Según su propia<br />

Misericordia<br />

nos ha salvado<br />

Un gesto para resaltar esta fiesta puede ser la bendición<br />

y aspersión del agua antes de cada Misa. También se podría<br />

celebrar el bautismo dentro de una de las Eucaristías<br />

de este domingo.<br />

Bendición y aspersión del agua.<br />

Después de venerar el altar y saludar a la asamblea, el<br />

sacerdote, desde la sede, dice:<br />

Hoy acaba el tiempo de <strong>Navidad</strong> y Epifanía, en esta<br />

fiesta del Bautismo del Señor. Hoy el Mesías, el “Ungido<br />

de Dios” anunciado por los profetas, se manifiesta en el<br />

Jordán como el siervo humilde de Dios que carga, siendo<br />

cordero inocente, con los pecados del mundo. Por eso<br />

vamos a pedir, por su mediación, que el agua que vamos<br />

a derramar sobre nosotros en recuerdo de nuestro bautismo,<br />

avive en nosotros el deseo de la conversión y alcancemos<br />

el perdón de nuestros pecados.<br />

Dos fieles se acercan al celebrante con el acetre y el hisopo.<br />

El sacerdote bendice el agua con esta fórmula:<br />

Tú que naciste del seno de la Virgen María y te hiciste<br />

en todo semejante a nosotros, menos en el pecado.<br />

Señor, ten piedad. R/. Señor, ten piedad.<br />

Tú que fuiste siervo humilde a la voluntad del Padre<br />

y creciste al amparo de María y José. Cristo, ten<br />

piedad. R/. Cristo, ten piedad.<br />

Tú que te hiciste obediente hasta la muerte de cruz<br />

y resucitaste para nuestra justificación. Señor, ten<br />

piedad. R/. Señor, ten piedad.<br />

El Señor bendiga esta agua que va ser derramada<br />

sobre nosotros en recuerdo de nuestro bautismo<br />

y nos guarde siempre bajo su protección. Amén.<br />

El celebrante asperja al pueblo, mientras se entona un<br />

canto bautismal, como “Un solo Señor”, luego vuelve a<br />

la sede y dice:<br />

Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado<br />

y, por la celebración de esta eucaristía, nos haga<br />

dignos de participar del banquete de su reino.<br />

R/. Amén.<br />

Sigue el himno “Gloria a Dios en el cielo” y la oración colecta<br />

de la fiesta.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

65


Cáliz de la Misericordia<br />

Moniciones antes de las lecturas<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Isaías 42, 1-4, 6-7 y Lucas 3, 15-16. 21-22<br />

En la lectura profética se anuncia al “Siervo de Dios”, el<br />

Mesías ungido por el Espíritu. De este modo el Padre mostró<br />

a Jesús ante el pueblo en el Bautismo. Comienza la<br />

nueva y última etapa de la salvación. Como dice el Salmo<br />

responsorial 28, desde los manantiales de las aguas<br />

de la creación, Dios bendice ahora a su pueblo con la paz.<br />

Salmo responsorial 28<br />

El Señor bendice a su pueblo con la paz.<br />

Segunda lectura.<br />

Hechos de los Apóstoles 10, 34-38<br />

El bautismo de Jesús fue un anuncio del comienzo de su<br />

obra salvadora, que se aplica a los que creen en Él gracias<br />

al don de la fe que se recibe y profesa en el nuevo<br />

nacimiento del agua y del Espíritu Santo. Jesús vence al<br />

mundo por medio de cada creyente verdadero.<br />

También se pueden proclamar estas otras lecturas:<br />

Primera lectura y Evangelio.<br />

Isaías 40, 1-5. 9-11 y Lucas 3, 15-16. 21-22<br />

El profeta anunció la consolación de Israel cuando se revelase<br />

la gloria del Señor. Llegado ese momento, Juan el<br />

Bautista preparó el camino del Señor, llamando al pueblo<br />

de Israel a la penitencia. Este deseo de purificación de<br />

las conciencias se expresaba con el bautismo, que Jesús<br />

quiso también recibir, como aquél que cargaba con todos<br />

los pecados de la humanidad.<br />

Salmo responsorial 10<br />

Bendice, alma mía, al Señor, ¡Dios mío, qué grande eres!<br />

Segunda lectura.<br />

Tito 2, 11-14; 3, 4-7<br />

San Pablo anuncia que ha llegado el tiempo de la plena<br />

manifestación de la gracia de Dios, que nos ha llegado<br />

por medio de Jesús, el cual nos ha salvado con el baño<br />

del segundo nacimiento y con la renovación por el Espíritu<br />

Santo.<br />

66<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Para la homilía<br />

Celebramos hoy la fiesta del Bautismo del Señor con la<br />

que concluimos el Tiempo de <strong>Navidad</strong> y damos paso al<br />

Tiempo Ordinario. Podemos preguntarnos: ¿por qué el<br />

tiempo de <strong>Navidad</strong>, dedicado al nacimiento y la infancia<br />

de Jesús, concluye con el Bautismo, en el que Jesús ya<br />

tiene treinta años? ¿Qué relación hay?<br />

La liturgia de este día responde, a través de la Palabra de<br />

Dios —que hemos tomado de las lecturas propias para<br />

este ciclo C— y de las oraciones, a esta pregunta. La primera<br />

lectura habla de un crimen, de unos pecados que<br />

han de ser pagados, pero remite a la esperanza, hay un<br />

consuelo: insta a preparar el camino porque la mano del<br />

Señor ha pagado su crimen, Dios llega con poder y su<br />

gloria va a revelarse a todos los hombres.<br />

Es lo mismo que refleja el salmo: aparece Dios con todo<br />

su poder, Dios soberano, Dios como aquél del que toda la<br />

creación espera su sustento y que tiene el poder de dar la<br />

vida y de hacer una nueva creación. El cumplimiento de<br />

esta esperanza y este deseo, la concreción del consuelo<br />

que anuncia el profeta, se hace patente en el bautismo<br />

de Jesús.<br />

Lucas enmarca este relato con abundantes datos históricos,<br />

queriendo mostrar la importancia de este acontecimiento<br />

para la Historia de la Salvación: Jesús, que es<br />

el Verbo Encarnado nacido de María, sale de Nazaret.<br />

Allí ha ido creciendo en estatura, sabiduría y gracia, pero<br />

ahora se pone a la cola del bautismo, un bautismo de penitencia<br />

para el perdón de los pecados. Aparentemente se<br />

trata de una contradicción, Jesús no ha cometido pecado,<br />

no necesita de conversión. Sin embargo, el bautismo<br />

aparece como una consecuencia de la Encarnación.<br />

Jesús se ha encarnado en una humanidad marcada por<br />

el mal y el pecado; el hacerse bautizar por Juan, es hacerse<br />

plenamente solidario con la situación de los hombres:<br />

Jesús, Dios hecho hombre, viene a hacerse cargo de<br />

la naturaleza corrompida del hombre, de todo hombre.<br />

Por eso el Bautismo es el término de la <strong>Navidad</strong>, porque<br />

es el culmen de la Encarnación.<br />

Como proclamaremos en el prefacio de la plegaria eucarística,<br />

el signo del bautismo es para que creamos que<br />

Cristo (el mesías esperado) se encontraba presente entre<br />

los hombres, y el descenso del Espíritu, para que comprendamos<br />

que el hijo era ungido con el óleo de la alegría<br />

y enviado a evangelizar a los pobres.<br />

La presencia de Dios entre los hombres ya no está en el<br />

Templo de Jerusalén, sino en Jesús, el Hijo, el amado, el<br />

predilecto, habitado por el Espíritu Santo. Y éste ha salido<br />

de Nazaret para una misión concreta: el anuncio de<br />

la llegada del Reino de Dios. Este anuncio no es como<br />

el del Bautista, que alentaba a escapar de la ira divina,<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

67


Cáliz de la Misericordia<br />

Oración de los fieles<br />

al contrario: Jesús hace presente el Reino mediante sus<br />

palabras y obras, como un tiempo de gracia y misericordia,<br />

como un tiempo de salvación. El pecado y el crimen<br />

que marcaban al hombre han sido asumidos por Dios en<br />

Cristo, es su mano la que paga. El Dios todopoderoso del<br />

salmo se ha puesto en Jesús al lado de los pecadores.<br />

Por eso en la segunda lectura Pablo nos exhorta a “renunciar<br />

a la impiedad y a los deseos mundanos”. Por el<br />

Bautismo también nosotros hemos recibido el ser Hijos<br />

de Dios y hemos recibido el Espíritu Santo; no es la salvación<br />

un premio a nuestras obras sino un regalo de Dios<br />

que “según su propia misericordia nos ha salvado” para<br />

darnos una vida nueva y eterna. Dios nos conceda la gracia,<br />

al terminar estas fiestas y volver a nuestra vida cotidiana,<br />

de vivir un poco más como como hijos en el Hijo,<br />

renacidos del agua y del Espíritu, perseverando siempre<br />

fieles en el cumplimiento de su voluntad que, sin dudarlo,<br />

es vivir de su misericordia.<br />

Oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre que escuche la<br />

oración del pueblo congregado en su nombre.<br />

Por la paz y libertad de todo el pueblo cristiano y<br />

por la unión de los cristianos, nacidos del mismo<br />

bautismo, roguemos al Señor.<br />

Por la Iglesia que peregrina en Valencia, para que<br />

cobre nuevo impulso evangelizador, con la luz y la<br />

fuerza del Espíritu Santo, y sea signo eficaz de la<br />

misericordia, roguemos al Señor.<br />

Por los que gobiernan las naciones, para que todos<br />

llevemos una vida honesta y pacífica, como corresponde<br />

a quienes Dios ama, y los pueblos cristianos<br />

permanezcan fieles a su auténtica tradición,<br />

roguemos al Señor.<br />

Para que al renovar la gracia de nuestro bautismo,<br />

se confirme la profesión de nuestra fe, nuestras vidas<br />

sean santificadas y los pecados perdonados,<br />

roguemos al Señor.<br />

Por los que padecen y viven angustiados por la pobreza,<br />

la enfermedad, el exilio y la soledad, para<br />

que escuchen a aquel que vino para anunciar la<br />

Buena Noticia a los pobres, y sean aliviados por la<br />

caridad que hace auténtica la verdadera fe, roguemos<br />

al Señor.<br />

68<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la LITURGIA<br />

Bendice, Señor, a tu pueblo con la paz; y haz que quienes<br />

oramos por todos los hombres caminemos también,<br />

como hijos de la luz, por las sendas de tu verdad. Por Jesucristo<br />

nuestro Señor. R/. Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

69


Para la<br />

FAMILIA<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

71


Cáliz de la Misericordia<br />

Comisión<br />

Diocesana de<br />

Familia y Vida<br />

Oraciones para<br />

bendecir la mesa<br />

en el tiempo de<br />

<strong>Adviento</strong>-<strong>Navidad</strong><br />

72<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la FAMILIA<br />

Domingo 29 de noviembre<br />

Primero<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

“Jesús les preguntó:<br />

Muchachos, ¿tenéis algo para comer?<br />

Ellos contestaron: No.<br />

Les dijo: Echad la red a la derecha<br />

de la barca y encontraréis”.<br />

(Juan 21,5-6)<br />

Oración:<br />

Sentados a tu mesa, Padre, queremos recordar a<br />

quienes no tienen cubiertas sus necesidades básicas.<br />

Que no descansemos hasta que todos<br />

vivamos con la necesaria dignidad.<br />

Amén.<br />

Domingo 6 de diciembre<br />

Segundo<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

“En las casas partían el pan y comían juntos<br />

con alegría y sencillez de corazón”.<br />

(Hechos 2,46)<br />

Oración:<br />

Hoy nos das, Señor, nuestro pan de cada día.<br />

Gracias por cuidarnos. Que tu alimento nos dé<br />

fuerzas para cuidar de nuestros hermanos.<br />

Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

73


Cáliz de la Misericordia<br />

8 de diciembre<br />

La Inmaculada<br />

Concepción<br />

“¿Quién es el más importante, el que se<br />

sienta a la mesa a comer o el que sirve?<br />

¿Acaso no lo es el que se sienta a la mesa?, en<br />

cambio yo estoy entre vosotros como el que sirve”.<br />

(Lucas 22,27)<br />

Oración:<br />

Gracias por todo lo que nos has regalado desde que comenzó<br />

el día: esta comida que nos une, una tarea por hacer,<br />

belleza alrededor y gente que nos quiere.<br />

Cuenta con nosotros Señor, para construir tu Reino.<br />

Amén.<br />

Domingo 13 de diciembre<br />

Tercero<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

“Cuando tu des una fiesta, invita a los pobres,<br />

a los inválidos, a los cojos y a los ciegos y serás feliz”.<br />

(Lucas 14,13)<br />

Oración:<br />

Al reunirnos a la mesa, celebramos nuestra<br />

unión y recordamos especialmente a<br />

quienes pasan momentos difíciles.<br />

Padre, envuélvelos a todos en tu amor.<br />

Amén.<br />

74<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la FAMILIA<br />

Domingo 20 de diciembre<br />

Cuarto<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

“Dichosos los criados a quienes su amo,<br />

al llegar, encuentre despiertos.<br />

Os aseguro que el amo mismo los hará sentarse a<br />

la mesa y se dispondrá a servirles la comida”.<br />

(Lucas 12,37)<br />

Oración:<br />

Gracias Padre, por reunirnos, por los alimentos que vamos<br />

a disfrutar y porque, cuando estás a nuestro lado,<br />

nos ayudas a vivir mejor, con más amor e ilusión”.<br />

Amén.<br />

24 de diciembre<br />

Cena de<br />

<strong>Navidad</strong><br />

“Dijo Jacob: Si Dios me acompaña y me cuida en<br />

este viaje que estoy haciendo, si me da qué comer<br />

y con qué vestirme, y si regreso sano y salvo a la<br />

casa de mi padre entonces, el Señor será mi Dios”.<br />

(Génesis 28,20)<br />

Oración:<br />

Bendice, Padre, nuestra reunión.<br />

Sigue llevando nuestras vidas en tus manos,<br />

ayúdanos a disfrutar de esta comida y<br />

a trabajar por un mundo mejor.<br />

Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

75


Cáliz de la Misericordia<br />

Domingo 27 de diciembre<br />

Sagrada<br />

Familia<br />

“Hubo una boda en Caná, un pueblo de Galilea.<br />

La madre de Jesús estaba allí y Jesús y sus<br />

discípulos fueron invitados también a la boda”.<br />

(Juan 2,1-2)<br />

Oración:<br />

Nos reunimos en tu nombre, Señor, para disfrutar de esta<br />

comida y para gozar de la comunicación y del cariño que<br />

existen entre nosotros.<br />

Gracias por todos estos dones<br />

y por estar aquí, a nuestro lado.<br />

Amén.<br />

6 de enero<br />

Epifanía<br />

del Señor<br />

“Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos peces<br />

y mirando al cielo, dio gracias a Dios por ellos, los partió<br />

y se los dio a sus discípulos para que los repartieran entre<br />

la gente”.<br />

(Lucas 9,16)<br />

Oración:<br />

Envuelve con tu amor, Padre, a quienes han preparado<br />

esta comida, a los que vamos a compartirla y a todos los<br />

seres humanos que trabajan para que otros tengan vida.<br />

Amén.<br />

76<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Cáliz de la Misericordia<br />

Comisión<br />

Diocesana de<br />

Pastoral del<br />

Ambiente y<br />

Ecología Humana<br />

El Nacimiento<br />

El nacimiento de Jesús es un hecho histórico real y verificable,<br />

y un hecho que algunos han visto y tocado en persona.<br />

Lamentablemente muchos han convertido esta fiesta litúrgica<br />

en un evento festivo que a veces no tiene nada que<br />

ver con Jesús. Hacemos muchos regalos, pero ¿por qué y<br />

para quién? El consumismo de nuestro tiempo parece querer<br />

enterrar, con las cosas materiales, las cosas espirituales<br />

y religiosas, el verdadero origen de la <strong>Navidad</strong>.<br />

El nacimiento de Jesús no es una fábula: Cristo es una<br />

persona real. Si perdemos el contacto con esta historia,<br />

no podemos entender por qué la línea del tiempo se ha<br />

dividido en dos (antes de Cristo/después de Cristo) y por<br />

qué en el mundo, incluso los no cristianos, siguen contando<br />

los años desde la primera <strong>Navidad</strong>. Corremos el<br />

riesgo de celebrar un cumpleaños sin saber nada de quien<br />

recordamos el nacimiento, festejando sin el festejado.<br />

De ahí la importancia del belén, que nos recuerda y<br />

subraya la centralidad del misterio de la Encarnación:<br />

el Hijo único de Dios se hizo hombre por nosotros, para<br />

Bendición<br />

del Belén<br />

Ritos iniciales<br />

Reunida la familia, el padre o la madre dice:<br />

X En el nombre del Padre, y del Hijo,<br />

y del Espíritu Santo.<br />

Todos hacen la señal de la cruz y responden:<br />

Amén.<br />

Quien dirige la celebración continúa:<br />

Alabemos y demos gracias al Señor<br />

que tanto nos ha amado<br />

que nos ha enviado su Hijo.<br />

Todos responden:<br />

Benditos seas por siempre, Señor.<br />

salvarnos. Esto expresa la escena de la natividad con el<br />

establo de Belén y los pastores que vienen de toda la región.<br />

La expresión artística tradicional del belén es muy<br />

querida para nuestras familias cristianas y muchas comunidades.<br />

No nos olvidemos de la creatividad artística,<br />

y llena de ternura, que ponemos mientras montamos el<br />

belén, y que Dios no permita que se pierda el verdadero<br />

significado y la profundidad del simbolismo evangélico.<br />

78<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la FAMILIA<br />

Oración<br />

Lectura del santo Evangelio según San Lucas<br />

(Lc 2, 1-14)<br />

En aquellos días salió un decreto del emperador Augusto,<br />

ordenando hacer un censo del mundo entero. Éste fue<br />

el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de<br />

Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad.<br />

También José, que era de la casa y familia de David, subió<br />

desde la ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de<br />

David, que se llama Belén, para inscribirse con su esposa<br />

María, que estaba encinta. Y mientras estaban allí le llegó<br />

el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo<br />

envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no<br />

tenían sitio en la posada.<br />

En aquella región había unos pastores que pasaban la<br />

noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Y un ángel<br />

del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió<br />

de claridad y se llenaron de gran temor. El ángel<br />

les dijo: «No temáis, os traigo la buena noticia, la gran<br />

alegría para el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha<br />

nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la<br />

señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado<br />

en un pesebre». De pronto, en torno al ángel, apareció<br />

una legión del ejército celestial, que alababa a Dios,<br />

diciendo: —«Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a<br />

los hombres que ama».<br />

Palabra del Señor<br />

Señor Dios, Padre nuestro,<br />

creador de todas las criaturas y del universo entero<br />

que tanto nos amas<br />

que nos has entregado a tu Hijo único<br />

nacido de María la Virgen,<br />

dígnate bendecir este nacimiento,<br />

a nuestra familia (parroquia…)<br />

y a la familia cristiana<br />

que está aquí presente,<br />

para que las imágenes de este Belén,<br />

que representan el mundo en el que vivimos,<br />

ayuden a profundizar en la fe<br />

y a ser respetuosos con todas tus criaturas,<br />

y con la hermana madre Tierra<br />

que ha de ser la casa de todos.<br />

Te lo pedimos por Jesús, tu Hijo amado,<br />

que vive y reina por los siglos de los siglos.<br />

Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

79


Cáliz de la Misericordia<br />

Comissió<br />

Diocesana de<br />

Pastoral de<br />

l’Ambient i<br />

Ecologia Humana<br />

El Naixement<br />

El naixement de Jesús és un fet històric real i verificable,<br />

i un fet que alguns han vist i tocat en persona. Lamentablement<br />

alguns han convertit aquesta festa litúrgica en<br />

un esdeveniment festiu que de vegades no té res a vore<br />

amb Jesús. Fem molts regals, però per què i per a qui?<br />

El consumisme del nostre temps sembla voler soterrar,<br />

amb les coses materials, les coses espirituals i religioses,<br />

el veritable origen del Nadal.<br />

El naixement de Jesús no és una faula: Crist és una persona<br />

real. Si perdem el contacte amb aquesta història, no<br />

podem entendre per què la línia del temps s’ha dividit en<br />

dos (abans de Crist /després de Crist) i per què en el món,<br />

fins i tot els no cristians, seguixen comptant els anys des<br />

del primer Nadal. Hi ha fins i tot el risc de celebrar un<br />

aniversari sense saber res de qui recordem el naixement,<br />

festejant sense el festejat .<br />

D’ací la importància del betlem que ens recorda i remarca<br />

la centralitat del misteri de l’Encarnació: el Fill unigènit<br />

de Déu es va fer home per nosaltres, per salvar-nos.<br />

Benedicció<br />

del Betlem<br />

Ritus inicial<br />

Reunida la família, el pare o la mare diu:<br />

X En el nom del Pare, i del Fill,<br />

i de l’Esperit Sant.<br />

Tots fan la senyal de la creu i responen:<br />

Amén.<br />

El qui dirigeix la celebració pot dir:<br />

Lloem i donem gràcies al Senyor,<br />

que tant ens ha estimat<br />

que ens ha lliurat el seu Fill.<br />

Tots responen:<br />

Beneït sigues per sempre, Senyor.<br />

Això expressa l’escena de la nativitat amb l’establia de<br />

Betlem i els pastors que vénen de tota la regió. L’expressió<br />

artística tradicional del betlem és molt estimada per les<br />

nostres famílies cristianes i moltes comunitats.<br />

No ens oblidem de la creació artística, i plena de tendresa,<br />

que posem mentre muntem el betlem, i que Déu<br />

no permeta que es perda el veritable significat i la profunditat<br />

del simbolisme evangèlic.<br />

80<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la FAMILIA<br />

Oració<br />

Lectura de l’Evangeli de Sant Lluc (Lc 2, 1-14)<br />

Per aquells dies va eixir un edicte de Cèsar August ordenant<br />

que es fes el cens de tot el món romà. Era el primer<br />

cens de l’imperi, abans del que es va fer quan Quirini era<br />

governador de Síria. Tothom anava a inscriure’s a la població<br />

d’on cadascú descendia. També Josep, que era de<br />

la casa i la família de David, va pujar des de Natzaret de<br />

Galilea a Judea, al poble de David, anomenat Bet-Lèhem,<br />

per inscriure’s amb Maria, la seua muller, que esperava<br />

un fill. Mentre eren allí es van complir els dies i va nàixer<br />

el seu fill, el primogènit. Ella el va bolcar i el posà en un<br />

pesebre, perquè no havien trobat lloc a l’hostal.<br />

A la mateixa contrada, vivint al ras, hi havia uns pastors<br />

que vetlaven guardant de nit el seu ramat. Els aparegué<br />

un àngel del Senyor, la glòria del Senyor els envoltà de<br />

llum, i es van esglaiar. Però l’àngel els va dir:<br />

—«No tingueu por vos anuncie una nova que portarà a<br />

tot el poble una gran alegria: Hui, a la ciutat de David,<br />

vos ha nascut un salvador, que és el Messies, Senyor. Les<br />

seues senyes són aquestes: trobareu un xiquet en bolquers,<br />

posat en un pesebre».<br />

I una multitud dels exèrcits celestials s’uní llavors mateix<br />

a l’àngel, alabant Déu i cantant:<br />

—«Glòria a Déu a dalt del cel, i a la terra pau als hòmens<br />

que estima el Senyor».<br />

Paraula de Déu<br />

Senyor, Pare nostre,<br />

creador de totes les criatures y de l’univers sencer<br />

que, tant ens heu estimat,<br />

que ens vau regalar al vostre Fill únic<br />

nascut de Maria Verge.<br />

digneu-vos beneir aquest naixement,<br />

a la nostra família (parròquia...)<br />

i a la família cristiana<br />

que està ací present,<br />

per a que les imatges d’aquest Betlem,<br />

que representa el món en el que vivim,<br />

ens ajuden a aprofundir en la fe<br />

i a ser respectuosos amb totes les vostres criatures,<br />

i amb la germana mare Terra<br />

que ha de ser la casa de tots.<br />

Vos ho demanem per Crist,<br />

Senyor nostre.<br />

Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

81


Cáliz de la Misericordia<br />

Comisión<br />

Diocesana de<br />

Pastoral del<br />

Ambiente y<br />

Ecología Humana<br />

«La costumbre de colocar en los hogares cristianos un<br />

árbol adornado, durante las fiestas de <strong>Navidad</strong>, es recomendable,<br />

ya que este árbol puede recordar a los fieles<br />

que Cristo, nacido por nosotros en Belén, es el verdadero<br />

Árbol de la vida, árbol del que fue separado el hombre a<br />

causa del pecado de Adán. Conviene, pues, invitar a los<br />

fieles a que vean en este árbol, lleno de luz, a Cristo luz<br />

del mundo, que con su nacimiento nos conduce a Dios<br />

que habita en una luz inaccesible».<br />

(Ritual de Bendiciones)<br />

Bendición del<br />

árbol de <strong>Navidad</strong><br />

Ritos iniciales<br />

En el nombre del Padre, y del Hijo,<br />

y del Espíritu Santo.<br />

R/. Amén.<br />

Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo,<br />

nacido por nosotros de Santa María Virgen,<br />

esté con vosotros.<br />

R/. Y con tu Espíritu.<br />

Lectura del libro del Génesis (Gén 2, 8-9)<br />

El Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia Oriente, y<br />

colocó en él al hombre que había modelado. El Señor<br />

Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos<br />

de ver y buenos de comer; además el árbol de la vida en<br />

mitad del jardín.<br />

Palabra de Dios<br />

82<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la FAMILIA<br />

Oración<br />

Salmo responsorial (Sal 91, 2-3, 13-14,15)<br />

R/. Es bueno dar gracias al Señor.<br />

Es bueno dar gracias al Señor<br />

y tañer para tu nombre, oh Altísimo;<br />

proclamar por la mañana tu misericordia<br />

y por la noche tu fidelidad. R/.<br />

El justo crecerá como la palmera,<br />

se alzará como cedro del Líbano;<br />

plantado en la casa del Señor,<br />

crecerá en los atrios de nuestro Dios. R/.<br />

En la vejez seguirá dando fruto<br />

y estará lozano y frondoso. R/.<br />

También hoy Jesús sigue disipando las tinieblas del error<br />

y del pecado para traer a la humanidad la alegría de la<br />

resplandeciente luz divina, de la que el árbol navideño<br />

es signo y recuerdo. Dejémonos envolver por la luz de su<br />

verdad, porque «la alegría del Evangelio llena el corazón<br />

y la vida entera de los que se encuentran con Jesús».<br />

(Francisco I)<br />

Bendice, Señor, este árbol que nos enseña<br />

que las personas necesitamos profundizar<br />

nuestras raíces en tierra fértil y firme,<br />

y así crecer para tomar la luz del sol<br />

y resistir los vientos que nos sacuden.<br />

Que el árbol de la vida<br />

sea el eje que nos guie en tiempos de crisis.<br />

Que el árbol de la vida<br />

llene de luz nuestras oscuridades.<br />

Que el árbol de la vida<br />

nos hable de quien es salud para nosotros<br />

y creador del universo entero.<br />

Que este árbol de <strong>Navidad</strong>,<br />

que presidirá nuestra convivencia,<br />

nos recuerde tu presencia<br />

que todo lo vivifica.<br />

Por Cristo, Señor nuestro.<br />

Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

83


Cáliz de la Misericordia<br />

Comissió<br />

Diocesana de<br />

Pastoral de<br />

l’Ambient i<br />

Ecologia Humana<br />

En aquestes festes d’alegria i de llum, celebrem la benedicció<br />

de l’arbre de Nadalenc que presidirà la nostra vida<br />

de família, d’amistat, de comunitat fraterna... Aquest arbre<br />

ha de ser el símbol de la presència de la Vida apareguta<br />

a Bet-Lèhem i el signe de l’entrada del Regne de Déu<br />

en el món.<br />

(Ritual de Benediccions)<br />

Benedicció de<br />

l’arbre de Nadal<br />

Ritus inicials<br />

En el nom del Pare, i del Fill,<br />

i de l’Esperit Sant.<br />

R/. Amén.<br />

Que la gràcia de nostre Senyor Jesucrist,<br />

nascut per nosaltres de santa Maria Verge,<br />

siga amb tots vosaltres.<br />

R/. I amb el vostre esperit.<br />

Lectura del llibre del Gènesi (Gén 2, 8-9)<br />

Després el Senyor-Déu va plantar un jardí a l’Edén, a la<br />

regió d’orient, i va posar-hi l’home que havia modelat.<br />

El Senyor-Déu va fer nàixer de la terra fèrtil tota classe<br />

d’arbres que fan goig de veure i donen fruits saborosos.<br />

Al mig del jardí hi feu nàixer l’arbre de la vida.<br />

Paraula de Déu<br />

84<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la FAMILIA<br />

Oració<br />

Salm responsorial (Sal 91, 2-3, 13-14,15)<br />

R/. És bo de lloar-vos, Senyor.<br />

És bo de lloar l’Altíssim,<br />

de cantar al vostre nom, Senyor,<br />

de proclamar al matí el vostre amor,<br />

i de nit, la vostra fidelitat. R/.<br />

Els justos creixeran com les palmeres,<br />

es faran grans com els cedres del Líban;<br />

plantats a la casa del Senyor,<br />

creixeran als atris del nostre Déu. R/.<br />

Encara donaran fruit a la vellesa,<br />

continuaran plens d’ufana i de vigor. R/.<br />

També hui Jesús seguix dissipant les tenebres de l’error i<br />

del pecat per a portar a la humanitat l’alegria de la resplendent<br />

llum divina, de la qual l’arbre nadalenc és signe<br />

i record. Deixem-nos embolcallar per la llum de la seua<br />

veritat, perquè «l’alegria de l’Evangeli omple el cor i la<br />

vida sencera dels qui es troben amb Jesús».<br />

(Francesc I)<br />

Beneïu, Pare, aquest arbre que ens ensenya<br />

que les persones necessitem enfonsar<br />

les nostres arrels en terra fèrtil i ferma,<br />

i així créixer per prendre la llum del sol<br />

i resistir els vents que ens sacsegen.<br />

Que l’arbre de la vida<br />

siga l’eix que ens guie en temps de crisi.<br />

Que l’arbre de la vida<br />

òmpliga de llum les nostres foscors.<br />

Que l’arbre de la vida<br />

ens parle de qui és salut per a nosaltres<br />

i creador de l’univers sencer.<br />

Que aquest arbre de Nadal,<br />

que presidirà la nostra convivència,<br />

ens recorde la vostra presència<br />

que tot ho vivifica.<br />

Per Crist, Senyor nostre.<br />

Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

85


Cáliz de la Misericordia<br />

Comisión<br />

Diocesana de<br />

Pastoral del<br />

Ambiente y<br />

Ecología Humana<br />

Este <strong>Adviento</strong>-<strong>Navidad</strong><br />

pon en práctica<br />

la Encíclica<br />

Laudato Si’<br />

… en las cosas más cotidianas<br />

Laudato Si’ N.211<br />

Si una persona, aunque la propia economía le permita<br />

consumir y gastar más, habitualmente se abriga un poco<br />

en lugar de encender la calefacción, se supone que ha<br />

incorporado convicciones y sentimientos favorables al<br />

cuidado del ambiente.<br />

La educación en la responsabilidad ambiental puede<br />

alentar diversos comportamientos que tienen una incidencia<br />

directa e importante en el cuidado del ambiente,<br />

como…<br />

Todo esto es parte de una generosa y digna creatividad,<br />

que muestra lo mejor del ser humano.<br />

El hecho de reutilizar algo en lugar de desecharlo rápidamente,<br />

a partir de profundas motivaciones, puede ser un<br />

acto de amor que exprese nuestra propia dignidad.<br />

REDUCE - REUTILIZA - RECICLA<br />

86<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la FAMILIA<br />

Comissió<br />

Diocesana de<br />

Pastoral de<br />

l’Ambient i<br />

Ecologia Humana<br />

Aquest Advent-Nadal<br />

posa en pràctica<br />

l’Encíclica<br />

Laudato Si’<br />

… en les coses més quotidianes<br />

Laudato Si’ N.211<br />

Si una persona, encara que la pròpia economia li permeta<br />

consumir i gastar més, habitualment s’abriga un poc<br />

en lloc d’encendre la calefacció, això suposa que ha incorporat<br />

conviccions i sentiments favorables a la cura de<br />

l’ambient.<br />

L’educació en la responsabilitat ambiental pot animar<br />

a mantenir diversos comportaments que tenen una<br />

incidència directa i important en la cura de l’ambient,<br />

com…<br />

Tot això és part d’una generosa i digna creativitat, que<br />

mostra la part millor de l’ésser humà.<br />

El fet de reutilitzar alguna cosa en lloc de llençar-ho ràpidament,<br />

a partir de profundes motivacions, pot ser un<br />

acte d’amor que expresse la nostra pròpia dignitat.<br />

REDUIX - REUTILITZA - RECICLA<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

87


Para la<br />

PARROQUIA<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

89


Cáliz de la Misericordia<br />

Comisión<br />

Diocesana de<br />

Espiritualidad<br />

“Convertíos y creed en el Evangelio”, lema del segundo<br />

ciclo del IDE, marca el camino en el que está inmersa<br />

nuestra Diócesis. Esta invitación se nos hace en un tiempo<br />

de gracia como es el “Año Eucarístico del Santo Cáliz en<br />

el Jubileo de la Misericordia”.<br />

Desde la Comisión de Espiritualidad os ofrecemos unos<br />

materiales de reflexión espiritual y de ayuda para vuestra<br />

oración a crear auténticos espacios de comunión en<br />

nuestra vida de Iglesia como comunidad cristiana.<br />

Los materiales son los siguientes:<br />

A. Lectura espiritual para el tiempo de <strong>Adviento</strong>.<br />

B. Lectura espiritual para el tiempo de <strong>Navidad</strong>-Epifanía.<br />

C. Novena de <strong>Navidad</strong>. Cada día os proponemos una<br />

vivencia de la misericordia de Dios. Estas meditaciones<br />

nos llevarán a encontrarnos con “Jesucristo<br />

rostro de la misericordia del Padre”.<br />

(Papa Francisco. Misericordiae Vultus 11-IV-2015. n.1).<br />

90<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Lectura espiritual<br />

para el tiempo de <strong>Adviento</strong><br />

Vendrá a nosotros<br />

la Palabra de Dios<br />

“Sabemos de una triple venida del Señor. Además de la primera<br />

y de la última, hay una venida intermedia. Aquellas<br />

son visibles, pero ésta no. En la primera, el Señor se manifestó<br />

en la tierra y convivió con los hombres, cuando, como<br />

atestigua él mismo, lo vieron y lo odiaron. En la última, todos<br />

verán la salvación de Dios y mirarán al que traspasaron.<br />

La intermedia, en cambio, es oculta, y en ella sólo los<br />

elegidos ven al Señor en lo más íntimo de sí mismos, y así<br />

sus almas se salvan. De manera que, en la primera venida,<br />

el Señor vino en carne y debilidad; en esta segunda, en espíritu<br />

y poder; y, en la última, en gloria y majestad.<br />

Esta venida intermedia es como una senda por la que se<br />

pasa de la primera a la última: en la primera, Cristo fue<br />

nuestra redención; en la última, aparecerá como nuestra<br />

vida; en ésta, es nuestro descanso y nuestro consuelo.<br />

Y para que nadie piense que es pura invención lo que<br />

estamos diciendo de esta venida intermedia, oídle a él<br />

mismo: El que me ama —nos dice— guardará mi palabra,<br />

y mi Padre lo amará, y vendremos a él. He leído en<br />

otra parte: El que teme a Dios obrará el bien; pero pienso<br />

que se dice algo más del que ama, porque éste guardará<br />

su palabra. ¿Y dónde va a guardarla? En el corazón, sin<br />

duda alguna, como dice el profeta: En mi corazón escondo<br />

tus consignas, así no pecaré contra ti.<br />

de Dios tuviera que pasar a las entrañas de tu alma, a<br />

tus afectos y a tu conducta. Haz del bien tu comida, y tu<br />

alma disfrutará con este alimento sustancioso. Y no te<br />

olvides de comer tu pan, no sea que tu corazón se vuelva<br />

árido: por el contrario, que tu alma rebose completamente<br />

satisfecha.<br />

Si es así como guardas la palabra de Dios, no cabe duda<br />

que ella te guardará a ti. El Hijo vendrá a ti en compañía<br />

del Padre, vendrá el gran Profeta, que renovará Jerusalén,<br />

el que lo hace todo nuevo. Tal será la eficacia de esta<br />

venida, que nosotros, que somos imagen del hombre terreno,<br />

seremos también imagen del hombre celestial.<br />

Y así como el viejo Adán se difundió por toda la humanidad<br />

y ocupó al hombre entero, así es ahora preciso que<br />

Cristo lo posea todo, porque él lo creó todo, lo redimió<br />

todo, y lo glorificará todo”.<br />

(De los sermones de san Bernardo, abad. Sermón 5 en el<br />

<strong>Adviento</strong> del Señor, 1-3: Opera omnia, edición cisterciense,<br />

4, 1966, 188-1905).<br />

Así es como has de cumplir la palabra de Dios, porque<br />

son dichosos los que la cumplen. Es como si la palabra<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

91


Cáliz de la Misericordia<br />

¡Qué admirable intercambio!<br />

“El Hijo de Dios en persona, aquel que existe desde toda la<br />

eternidad, aquel que es invisible, incomprensible, incorpóreo,<br />

principio de principio, luz de luz, fuente de vida e inmortalidad,<br />

expresión del supremo arquetipo, sello inmutable,<br />

imagen fidelísima, palabra y pensamiento del Padre, él<br />

mismo viene en ayuda de la criatura, que es su imagen: por<br />

amor del hombre se hace hombre, por amor a mi alma se<br />

une a un alma intelectual, para purificar a aquellos a quienes<br />

se ha hecho semejante, asumiendo todo lo humano,<br />

excepto el pecado. Fue concebido en el seno de la Virgen,<br />

previamente purificada en su cuerpo y en su alma por el Espíritu<br />

(ya que convenía honrar el hecho de la generación,<br />

destacando al mismo tiempo la preeminencia de la virginidad);<br />

y así, siendo Dios, nació con la naturaleza humana<br />

que había asumido, y unió en su persona dos cosas entre sí<br />

contrarias, a saber, la carne y el espíritu, de las cuales una<br />

confirió la divinidad, otra la recibió.<br />

Enriquece a los demás, haciéndose pobre él mismo, ya<br />

que acepta la pobreza de mi condición humana para que<br />

yo pueda conseguir las riquezas de su divinidad.<br />

Él, que posee en todo la plenitud, se anonada a sí mismo,<br />

ya que, por un tiempo, se priva de su gloria, para que yo<br />

pueda ser partícipe de su plenitud.<br />

¿Qué son estas riquezas de su bondad? ¿Qué es este misterio<br />

en favor mío? Yo recibí la imagen divina, mas no supe<br />

conservarla. Ahora él asume mi condición humana, para<br />

salvar aquella imagen y dar la inmortalidad a esta condición<br />

mía; establece con nosotros un segundo consorcio<br />

mucho más admirable que el primero.<br />

Convenía que la naturaleza humana fuera santificada mediante<br />

la asunción de esta humanidad por Dios; así, superado<br />

el tirano por una fuerza superior, el mismo Dios nos<br />

concedería de nuevo la liberación y nos llamaría a sí por<br />

mediación del Hijo. Todo ello para gloria del Padre, a la cual<br />

vemos que subordina siempre el Hijo toda su actuación.<br />

El buen Pastor que dio su vida por las ovejas salió en busca<br />

de la oveja descarriada, por los montes y collados donde<br />

sacrificábamos a los ídolos; halló a la oveja descarriada y,<br />

una vez hallada, la tomó sobre sus hombros, los mismos<br />

que cargaron con la cruz, y la condujo así a la vida celestial.<br />

A aquella primera lámpara, que fue el Precursor, sigue<br />

esta luz clarísima; a la voz, sigue la Palabra; al amigo del<br />

esposo, el esposo mismo, que prepara para el Señor un<br />

pueblo bien dispuesto, predisponiéndolo para el Espíritu<br />

con la previa purificación del agua.<br />

Fue necesario que Dios se hiciera hombre y muriera, para<br />

que nosotros tuviéramos vida. Hemos muerto con él,<br />

para ser purificados; hemos resucitado con él, porque con<br />

él hemos muerto; hemos sido glorificados con él, porque<br />

con él hemos resucitado”. (De los sermones de san Gregorio<br />

Nacianceno, obispo. Sermón 45, 9. 22. 26. 28: PG 36,<br />

634-63s. 654. 658-659. 662).<br />

92<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Sácianos de tu misericordia,<br />

Señor, y toda nuestra<br />

vida será alegría<br />

“Anticipando, a continuación, en esperanza, aquellos bienes<br />

futuros, y mostrándolos como si fuesen actuales, dice:<br />

Desde la mañana nos has colmado de tu misericordia.<br />

En esta noche de agobios y dolores, esta profecía parece que<br />

nos ha encendido una lámpara, como una antorcha que arde<br />

en lugar oscuro hasta que despunte el día y amanezca el lucero<br />

de la mañana en nuestros corazones. Pues son bienaventurados<br />

los limpios de corazón, porque verán a Dios. Entonces<br />

serán saciados los justos de aquella felicidad, de la que ahora<br />

tienen hambre y sed mientras peregrinan por la fe, lejos del<br />

Señor. Por eso dice también: Me saciarás de gozo con tu presencia.<br />

Por la mañana se presentarán y contemplarán; o como<br />

otros han traducido: En la mañana nos hemos saciado de tu<br />

misericordia, entonces se saciarán, como se dice en otro lugar:<br />

Me saciaré cuando se manifieste tu gloria. Por eso mismo se<br />

dice también: Muéstranos al Padre y con eso nos basta; y a<br />

propósito dice el mismo Señor: Yo mismo me manifestaré a él.<br />

Hasta que esto suceda, ningún bien nos saciará, ni nos<br />

debe saciar, no sea que nuestro anhelo quede detenido<br />

en el camino, ya que hay que seguir caminando hasta<br />

conseguirlo. En la mañana hemos sido colmados de tu<br />

misericordia; y nos hemos regocijado y alborozado durante<br />

todos nuestros días. Aquel día es el día que no tiene<br />

fin. Todos aquellos días son simultáneos; por eso colman<br />

o sacian. No hay que dar paso a los que vienen, allí donde<br />

todos existen sin haber llegado, y no se van, no pasan,<br />

porque su existencia no termina: esta es la eternidad.<br />

Estos son los días de los que se dice: ¿Quién es el hombre<br />

que ama la vida y desea ver días de prosperidad?. En otro<br />

pasaje a estos días se les llama años, donde se le dice a<br />

Dios: Tú eres siempre el mismo, y tus años no tienen fin.<br />

No son los años que se tienen como una nada, ni los días<br />

que pasan como una sombra; sino que son días que tienen<br />

consistencia, cuyo número deseaba conocer el que<br />

decía: dame a conocer, Señor, cuál es mi fin, (llegando<br />

al cual, permanezca, y no tenga ya nada más que buscar),<br />

y cuál es el número de mis días. Es decir, de los días<br />

que son, porque los días de los que a continuación dice:<br />

mis días los has puesto como pasados, y son nada ente<br />

ti, ésos en realidad no son, no permanecen, transcurren<br />

aceleradamente; y ni siquiera se encuentra en ellos una<br />

hora, en la que podamos mantenernos sin que una parte<br />

haya pasado, mientras la otra esté viniendo, y ninguna<br />

se detenga ni permanezca.<br />

Por el contrario, aquellos años y días que no pasan, en los<br />

que nosotros no dejaremos de existir, sin carencia alguna;<br />

ésos no pasarán. Que se inflame nuestra alma en el deseo<br />

de aquellos días; que sienta una ardiente e insaciable<br />

sed, para que allí seamos saciados, allí seamos colmados,<br />

y allí podamos decir lo que aquí anunciamos: Desde<br />

la mañana nos hemos saciado de tu misericordia, y nos<br />

hemos alborozado y regocijado durante todos nuestros<br />

días. Nos hemos alegrado por los años en que hemos visto<br />

desdichas.” (San Agustín, comentarios al salmo 89).<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

93


Cáliz de la Misericordia<br />

Misericordia,<br />

conversión y eucaristía<br />

“Se leen las memorias de los Apóstoles y los escritos de<br />

los Profetas. Cuando el lector ha terminado, el que preside<br />

toma la palabra para incitar y exhortar a la imitación<br />

de tan bellas cosas. Luego nos levantamos y oramos por<br />

nosotros… y por todos los demás dondequiera que estén,<br />

a fin de que seamos hallados justos en nuestra vida y<br />

nuestras acciones y seamos fieles a los mandamientos<br />

para alcanzar la salvación eterna.<br />

Luego se lleva al que preside el pan y una copa con vino<br />

y agua mezclados. El que preside los toma y eleva alabanzas<br />

y gloria al Padre del universo, por el nombre del<br />

Hijo y del Espíritu Santo, y da gracias largamente porque<br />

hayamos sido juzgados dignos de estos dones. Cuando<br />

el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo<br />

ha respondido “amén”, los que entre nosotros se llaman<br />

diáconos distribuyen a todos los que están presentes el<br />

pan y el vino “eucaristizados”.<br />

“A nadie le es lícito participar en la Eucaristía, si no cree<br />

que son verdad las cosas que enseñamos y no se ha purificado<br />

en aquel baño que da la remisión de los pecados<br />

y la regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó. Porque<br />

no tomamos estos alimentos como si fueran un pan<br />

común o una bebida ordinaria, sino que así como Cristo,<br />

nuestro salvador, se hizo carne y sangre a causa de nuestra<br />

salvación, de la misma manera hemos aprendido que<br />

el alimento sobre el que fue recitada la acción de gracias,<br />

que contiene las palabras de Jesús y con que se alimenta<br />

y transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente<br />

la carne y la sangre de aquel mismo Jesús que se<br />

encarnó.<br />

Los apóstoles, en efecto, en sus tratados llamados Evangelios,<br />

nos cuentan que así les fue mandado, cuando Jesús,<br />

tomando pan y dando gracias dijo: “Haced esto en<br />

conmemoración mía. Esto es mi cuerpo”. Y luego, tomando<br />

del mismo modo en sus manos el cáliz, dio gracias y<br />

dijo: “Ésta es mi sangre”, dándoselo a ellos solos. Desde<br />

entonces seguimos recordándonos unos a otros estas cosas.<br />

Y los que tenemos bienes acudimos en ayuda de otros<br />

que no los tienen y permanecemos unidos. Y siempre que<br />

presentamos nuestras ofrendas alabamos al Creador de<br />

todo por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo”.<br />

(San Justino, Carta a Antonino Pío, Emperador, año 155).<br />

94<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Lectura espiritual<br />

para el tiempo de <strong>Navidad</strong>-Epifanía<br />

«A Ti, que de modo admirable has creado al hombre,<br />

y de modo más admirable todavía restableciste su dignidad»<br />

“¡Jesucristo ha nacido, démosle gloria! ¡Cristo ha bajado<br />

del cielo, corramos hacia él! ¡Cristo está sobre la tierra,<br />

exaltémosle!. «¡Aclama al Señor, tierra entera. Gritad,<br />

vitoread, tocad!» (Sal 97). Viene desde el cielo para morar<br />

entre los hombres; alegraos de temor y de gozo. De<br />

temor a causa del pecado, de gozo a causa de nuestra<br />

esperanza.<br />

fiesta tan grande este misterio de Cristo! Ella es mi fin, mi<br />

nuevo nacimiento. (San Gregorio Nacianceno (330-390),<br />

obispo, doctor de la Iglesia Sermón nº 8, para la Natividad;<br />

PG 36, 311s).<br />

Hoy se disipan las sombras y la luz amanece para el mundo;<br />

igual como en otro tiempo Egipto fue castigado con las<br />

tinieblas, hoy una columna de fuego ilumina Israel.<br />

¡Oh pueblo, sentado sobre las tinieblas de la ignorancia,<br />

contempla hoy esta inmensa luz del verdadero conocimiento<br />

porque «lo viejo ha pasado, ha llegado lo nuevo» (2<br />

Cor 5,17). La letra retrocede, el espíritu triunfa (Rom 7,6), la<br />

prefiguración deja paso a la verdad que aparece! (Col 2,17).<br />

El que nos ha dado la existencia quiere también colmarnos<br />

de felicidad; esa felicidad que el pecado nos había<br />

arrebatado, la encarnación del Hijo nos la devuelve...<br />

Esta es la solemnidad: hoy saludamos la venida de Dios<br />

entre los hombres para que podamos, no llegar ya a<br />

Dios, sino volver a estar junto a Dios; para que nos despojemos<br />

del hombre viejo y nos revistamos del Hombre<br />

nuevo (Col 3,9); para que, muertos en Adán, vivamos en<br />

Cristo (1 Cor 15,22).<br />

Celebremos, pues, este día, llenos de un gozo, no mundano,<br />

sino divino, llenos del verdadero gozo celestial. ¡Qué<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

95


Cáliz de la Misericordia<br />

Reconoce, cristiano,<br />

tu dignidad<br />

“Hoy, queridos hermanos, ha nacido nuestro Salvador;<br />

alegrémonos. No puede haber lugar para la tristeza,<br />

cuando acaba de nacer la vida; la misma que acaba con<br />

el temor de la mortalidad, y nos infunde la alegría de la<br />

eternidad prometida.<br />

Nadie tiene por qué sentirse alejado de la participación<br />

de semejante gozo, a todos es común la razón para el<br />

júbilo porque nuestro Señor,, destructor del pecado y de<br />

la muerte, corno no ha encontrado a nadie libre de culpa,<br />

ha venido para liberarnos a todos. Alégrese el santo,<br />

puesto que se acerca a la victoria; regocíjese el pecador,<br />

puesto que se le invita al perdón; anímese el gentil, ya<br />

que se le llama a la vida.<br />

Pues el Hijo de Dios, al cumplirse la plenitud de los tiempos,<br />

establecidos por los inescrutables y supremos designios<br />

divinos, asumió la naturaleza del género humano<br />

para reconciliarla con su Creador, -de modo que el demonio,<br />

autor de la muerte, se viera vencido por la misma<br />

naturaleza gracias a la cual había vencido.<br />

Por eso, cuando nace el Señor, los ángeles cantan jubilosos:<br />

Gloria a Dios en el cielo, y anuncian: y en la tierra paz<br />

a los hombres que ama el Señor. Pues están viendo cómo<br />

la Jerusalén celestial se construye con gentes de todo el<br />

mundo; ¿cómo, pues, no habrá de alegrarse la humildad<br />

de los hombres con tan sublime acción de la piedad divina,<br />

cuando tanto se entusiasma la sublimidad de los ángeles?<br />

Demos, por tanto, queridos hermanos, gracias a Dios Padre<br />

por medio de su Hijo, en el Espíritu Santo, puesto que<br />

se: apiadó de nosotros a causa de la inmensa misericordia<br />

con que nos amó; estando nosotros muertos por los<br />

pecados, nos ha hecho vivir con Cristo, para que gracias<br />

a él fuésemos una nueva creatura, una nueva creación.<br />

Despojémonos, por tanto, del hombre viejo con todas sus<br />

obras y, ya que hemos recibido la participación de la generación<br />

de Cristo, renunciemos a las obras de la carne.<br />

Reconoce, cristiano, tu dignidad y, puesto que has sido<br />

hecho partícipe de la naturaleza divina, no pienses en<br />

volver con un comportamiento indigno a las antiguas<br />

vilezas. Piensa de qué cabeza y de qué cuerpo eres miembro.<br />

No olvides que fuiste liberado del poder de las tinieblas<br />

y trasladado a la luz y al reino de Dios.<br />

Gracias al sacramento del bautismo te has convertido<br />

en templo del Espíritu Santo; no se te ocurra ahuyentar<br />

con tus malas acciones a tan noble huésped, ni volver a<br />

someterte a la servidumbre del demonio: porque tu precio<br />

es la sangre de Cristo”. (De los sermones de san León<br />

Magno, papa. Sermón 1 en la Natividad del Señor, 1-3:<br />

PI, 54, 190-193).<br />

96<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

El cántico<br />

de los ángeles<br />

“El cántico de los ángeles: “Gloria a Dios en las alturas y<br />

en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace”,<br />

que se puede traducir también por “los hombres de la benevolencia”<br />

(Lc 2, 14), revela a los pastores lo que María<br />

había expresado en su Magníficat: el nacimiento de Jesús<br />

es el signo del amor misericordioso de Dios, que se manifiesta<br />

especialmente hacia los humildes y los pobres. A<br />

la invitación del ángel los pastores responden con entusiasmo<br />

y prontitud: “Vayamos, pues, hasta Belén y veamos<br />

lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado”<br />

(Lc 2, 15).<br />

Su búsqueda tiene éxito: “Encontraron a María y a José,<br />

y al niño” (Lc 2, 16). Como nos recuerda el Concilio, “la<br />

Madre de Dios muestra con alegría a los pastores (...) a<br />

su Hijo primogénito” (Lumen Gentium, 57). Es el acontecimiento<br />

decisivo para su vida.<br />

meditaba en su corazón” (Lc 2, 19). Mientras los pastores<br />

pasan del miedo a la admiración y a la alabanza, la<br />

Virgen, gracias a su fe, mantiene vivo el recuerdo de los<br />

acontecimientos relativos a su Hijo y los profundiza con<br />

el método de la meditación en su corazón, o sea, en el<br />

núcleo más íntimo de su persona.<br />

De ese modo, ella sugiere a otra madre, la Iglesia, que<br />

privilegie el don y el compromiso de la contemplación y<br />

de la reflexión teológica, para poder acoger el misterio de<br />

la salvación, comprenderlo más y anunciarlo con mayor<br />

impulso a los hombres de todos los tiempos.”<br />

(De la Audiencia general del Papa Juan Pablo II Miércoles<br />

20 de noviembre de 1996).<br />

El deseo espontáneo de los pastores de referir “lo que les<br />

habían dicho acerca de aquel niño” (Lc 2, 17), después de<br />

la admirable experiencia del encuentro con la Madre y su<br />

Hijo, sugiere a los evangelizadores de todos los tiempos<br />

la importancia, más aún, la necesidad de una profunda<br />

relación espiritual con María, que permita conocer mejor<br />

a Jesús y convertirse en heraldos jubilosos de su Evangelio<br />

de salvación.<br />

Frente a estos acontecimientos extraordinarios, san Lucas<br />

nos dice que María “guardaba todas estas cosas y las<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

97


Cáliz de la Misericordia<br />

El ejemplo de Nazaret<br />

“Nazaret es la escuela donde empieza a entenderse la<br />

vida de Jesús, es la escuela donde se inicia el conocimiento<br />

de su Evangelio.<br />

Aquí aprendemos a observar, a escuchar, a meditar, a<br />

penetrar en el sentido profundo y misterioso de esta sencilla,<br />

humilde y encantadora manifestación del Hijo de<br />

Dios entre los hombres. Aquí se aprende incluso, quizá de<br />

una manera casi insensible, a imitar esta vida.<br />

Aquí se nos revela el método que nos hará descubrir<br />

quien es Cristo. Aquí comprendemos la importancia que<br />

tiene el ambiente que rodeó su vida durante su estancia<br />

entre nosotros, y lo necesario que es el conocimiento de<br />

los lugares, los tiempos, las costumbres, el lenguaje, las<br />

prácticas religiosas, en una palabra, de todo aquello de<br />

lo que Jesús se sirvió para revelarse al mundo. Aquí todo<br />

habla, todo tiene un sentido.<br />

Aquí, en esta escuela, comprendemos la necesidad de<br />

una disciplina espiritual si queremos seguir las enseñanzas<br />

del Evangelio y ser discípulos de Cristo.<br />

¡Cómo quisiéramos ser otra vez niños y volver a esta humilde<br />

pero sublime escuela de Nazaret! ¡Cómo quisiéramos<br />

volver a empezar, junto a María, nuestra iniciación a<br />

la verdadera ciencia de la vida y a la más alta sabiduría<br />

de la verdad divina!<br />

Pero estamos aquí como peregrinos y debemos renunciar<br />

al deseo de continuar en esta casa el estudio, nunca terminado,<br />

del conocimiento del Evangelio. Mas no partiremos<br />

de aquí sin recoger rápida, casi furtivamente, algunas<br />

enseñanzas de la lección de Nazaret.<br />

Su primera lección es el silencio. Cómo desearíamos que<br />

se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio,<br />

este admirable e indispensable hábito del espíritu, tan<br />

necesario para nosotros, que estamos aturdidos por tanto<br />

ruido, tanto tumulto, tantas voces de nuestra ruidosa,<br />

y en extremo agitada vida moderna. Silencio de Nazaret,<br />

enséñanos el recogimiento y la interioridad, enséñanos<br />

a estar siempre dispuestos a escuchar las buenas inspiraciones<br />

y la doctrina de los verdaderos maestros. Enséñanos<br />

la necesidad y el valor de una conveniente formación,<br />

del estudio, de la meditación, de una vida interior<br />

intensa, de la oración personal que sólo Dios ve.<br />

Se nos ofrece además una lección de vida familiar. Que<br />

Nazaret nos enseñe el significado de la familia, su comunión<br />

de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter<br />

sagrado e inviolable, lo dulce e irreemplazable que es su<br />

pedagogía y lo fundamental e incomparable que es su<br />

función en el plano social.<br />

Finalmente, aquí aprendemos también la lección del trabajo.<br />

Nazaret, la casa del hijo del artesano: cómo deseamos<br />

comprender más en este lugar la austera pero redentora<br />

ley del trabajo humano y exaltarla debidamente;<br />

restablecer la conciencia de su dignidad, de manera que<br />

98<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

fuera a todos patente; recordar aquí, bajo este techo, que<br />

el trabajo no puede ser un fin en si mismo, y que su dignidad<br />

y la libertad para ejercerlo no provienen tan sólo de<br />

sus motivos económicos, sino también de aquellos otros<br />

valores que lo encauzan hacia un fin más noble.<br />

Queremos finalmente saludar desde aquí a todos los<br />

trabajadores del mundo y señalarles al gran modelo, al<br />

hermano divino, al defensor de todas sus causas justas,<br />

es decir: a Cristo, nuestro Señor”.<br />

(De las alocuciones del papa Pablo VI). (Alocución en Nazaret,<br />

5 de enero de 1964).<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

99


Cáliz de la Misericordia<br />

Novena de <strong>Navidad</strong><br />

“La Novena de <strong>Navidad</strong> nació para comunicar a los fieles<br />

las riquezas de una Liturgia a la cual no tenían fácil acceso.<br />

La novena navideña ha desempeñado una función<br />

valiosa y la puede continuar desempeñando. Sin embargo<br />

en nuestros días, en los que se ha facilitado la participación<br />

del pueblo en las celebraciones litúrgicas, sería<br />

deseable que en los días 17 al 23 de diciembre se solemnizara<br />

la celebración de las Vísperas con las “antífonas<br />

mayores” y se invitara a participar a los fieles. Esta celebración,<br />

antes o después de la cual podrían tener lugar<br />

algunos de los elementos especialmente queridos por la<br />

piedad popular, sería una excelente “novena de <strong>Navidad</strong>”<br />

plenamente litúrgica y atenta a las exigencias de la piedad<br />

popular”.<br />

(Congregación para el culto divino y la disciplina de los<br />

sacramentos, Directorio sobre la piedad popular y la liturgia.<br />

Principios y orientaciones. Ciudad del Vaticano<br />

2002. nº. 103).<br />

Teniendo en cuenta las orientaciones anteriores y dejando<br />

la forma de realización al criterio de cada Parroquia, la<br />

Comisión de Espiritual en el marco del “Año Eucarístico<br />

del Santo Cáliz en el Jubileo de la Misericordia”, en el<br />

que está inmersa nuestra Diócesis propone un recorrido de<br />

nueve días basado en textos de la Palabra de Dios, para<br />

meditar y reflexionar en hechos y personas que vivieron la<br />

misericordia de Dios en la preparación y culminación del<br />

hecho redentor de la encarnación del Hijo de Dios .<br />

Para hacer este recorrido espiritual con pleno sentido<br />

cristológico, os sugerimos acabar cada día la novena<br />

con las antífonas llamadas de la “oh”, dado que son breves<br />

oraciones dirigidas a Cristo Jesús, que condensan el<br />

espíritu del <strong>Adviento</strong> y la <strong>Navidad</strong>. La admiración de la<br />

Iglesia ante el misterio de un Dios hecho hombre. Cada<br />

antífona empieza por una exclamación, «Oh», seguida<br />

de un título mesiánico tomado del A.T., pero entendido<br />

con la plenitud del N.T. Es una aclamación a Jesús el Mesías,<br />

reconociendo todo lo que representa para nosotros.<br />

Y termina siempre con una súplica: «ven» y no tardes<br />

más.<br />

Son un llamamiento al Mesías recordando las ansias<br />

con que era esperado por todos los pueblos antes de su<br />

venida, y, también son, una manifestación del sentimiento<br />

con que todos los años, de nuevo, le espera la Iglesia<br />

en los días que preceden a la gran solemnidad del Nacimiento<br />

del Salvador.<br />

Fueron compuestas hacia los siglos VII-VIII, y se puede<br />

decir que son un magnífico compendio de la cristología<br />

más antigua de la Iglesia, y a la vez, un resumen expresivo<br />

de los deseos de salvación de toda la humanidad,<br />

tanto del Israel del A.T. como de la Iglesia del N.T.<br />

Estas antífonas de la “Oh” son siete, y la Iglesia las canta<br />

con el Magníficat del Oficio de Vísperas desde el día 17<br />

hasta el día 23 de diciembre.<br />

100<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

16 de diciembre<br />

Primer día<br />

Isaías<br />

V/. Dios mío, ven en mi auxilio.<br />

R/. Señor date prisa en socorrerme.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre,<br />

Por los siglos de los siglos. Amén.<br />

Texto bíblico. “Al final de los días estará firme el monte<br />

de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado<br />

sobre las montañas. Hacia él confluirán los<br />

gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Venid,<br />

subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob:<br />

Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por<br />

sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén,<br />

la palabra del Señor». Será el árbitro de las naciones,<br />

el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán<br />

arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada<br />

pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.<br />

Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor”<br />

(Is 2, 2-5).<br />

Meditación. Este cántico de Isaías, considerado sobre<br />

todo como plegaria, es una invitación a la oración contemplativa<br />

y a la acción de gracias ante el plan de salvación<br />

universal que Dios prepara para la humanidad. El final<br />

de la historia de los hombres será el triunfo definitivo<br />

del bien sobre el mal, la victoria de la paz sobre la guerra<br />

y la unidad de los hombres concordes en el conocimiento<br />

y el culto del Dios verdadero sobre las mutuas divisiones:<br />

Al final de los días, confluirán pueblos numerosos al<br />

monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob.<br />

Que este cántico afiance nuestra esperanza ante el poco<br />

amor que respira el mundo actual, ante el menguado<br />

espíritu religioso de los hombres, ante todo culto que se<br />

desencamina del culto al verdadero Dios «Tened valor:<br />

Yo he vencido al mundo» (Jn 16,33), nos dice Jesús. Al<br />

final de los días, todos los enemigos serán puestos bajo<br />

el escabel de los pies de Cristo vencedor, y las naciones,<br />

todas unidas, caminarán a la luz del Señor.<br />

Oración. Te bendecimos, Señor, y te damos gracias, porque<br />

la renovación del universo, irrevocablemente decretada<br />

para cuando llegue el tiempo de la restauración de todas<br />

las cosas, la has empezado a realizar ya en este mundo,<br />

haciendo de la Iglesia un sacramento universal de salvación;<br />

haz que tus hijos no pierdan nunca la esperanza y vivan<br />

alegres en la contemplación de la ciudad futura, donde<br />

reina ya tu Hijo que, como primogénito entre muchos<br />

hermanos, ha vencido ya la muerte y el pecado.<br />

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos<br />

de los siglos. Amén.<br />

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal<br />

y nos lleve a la vida eterna.<br />

R/. Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

101


Cáliz de la Misericordia<br />

17 de diciembre<br />

Segundo día<br />

María<br />

V/. Dios mío, ven en mi auxilio.<br />

R/. Señor date prisa en socorrerme.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre,<br />

Por los siglos de los siglos. Amén.<br />

Texto bíblico. “Y le dijo el ángel: “No temas María, porque<br />

has encontrado gracia ante Dios. Concebirás y darás<br />

a luz un Hijo, al que pondrás por nombre Jesús. Será<br />

grande y llamado Hijo del Altísimo; el Señor le dará el<br />

trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob<br />

por los siglos, y su reino no tendrá fin.<br />

Dijo entonces María: He aquí la esclava del Señor; hágase<br />

en mí según tu palabra. Y el ángel la dejó”.<br />

(Lc 1, 30-38).<br />

Oración. Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo,<br />

abarcando del uno al otro confín y ordenándolo<br />

todo con firmeza y suavidad, ¡ven y muéstranos el camino<br />

de la salvación!.<br />

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos<br />

de los siglos. Amén.<br />

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal<br />

y nos lleve a la vida eterna.<br />

R/. Amén.<br />

Meditación. En la encíclica Redemptoris Mater decía el<br />

San Juan Pablo II “¿no es tal vez María la primera entre<br />

“aquellos que escuchan la palabra de Dios y la cumplen”?.<br />

María fue la primera en recibir la noticia del nacimiento<br />

del Salvador, fue la primera en acoger la palabra<br />

en su corazón e interrumpir sus planes para aceptar en su<br />

vida la voluntad de Dios.<br />

María, desde su actitud oyente y silente, confió sin entender;<br />

te pedimos que aumentes nuestra fe para que sepamos confiar<br />

en tu Amor infinito aunque muchas veces no encontremos<br />

respuestas para explicar lo que sucede en nuestra vida.<br />

102<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

18 de diciembre<br />

Tercer día<br />

José<br />

V/. Dios mío, ven en mi auxilio.<br />

R/. Señor date prisa en socorrerme.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre,<br />

Por los siglos de los siglos. Amén.<br />

Texto bíblico. “El nacimiento de Jesucristo fue así: Su<br />

madre María estaba desposada con José; y antes de que<br />

se unieran, resultó que ella había concebido del Espíritu<br />

Santo. José, su marido, como era un hombre justo y<br />

no quería difamarla, se propuso dejarla secretamente.<br />

Mientras él pensaba en esto, he aquí que un ángel del<br />

Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David,<br />

no temas recibir a María tu mujer, porque lo que ha<br />

sido engendrado en ella es obra del Espíritu Santo. [….]<br />

Cuando José despertó del sueño, hizo como el ángel del Señor<br />

le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció<br />

hasta que ella dio a luz un hijo, y llamó su nombre Jesús”.<br />

(Mt 1, 18-20.24-25).<br />

Meditación. No son muchos los datos que los Evangelios<br />

nos entregan de la vida y misión de San José. Pero afirman<br />

categóricamente que era un hombre justo (Mt 1, 19).<br />

Y descubrimos esa justicia en las actitudes que tomó<br />

frente a la difícil manifestación de los planes divinos.<br />

Es descendiente de la familia de David y a través de él<br />

llega la promesa mesiánica a Jesús. Jesús aparece legalmente<br />

como el Hijo de José y es, a través de esta característica,<br />

que Él asume el título y la prerrogativa bíblica<br />

de Hijo de David.<br />

Es el hombre de la fe y de la obediencia incondicional<br />

que, aun con dificultades en la comprensión y en la ejecución<br />

de lo manifestado por Dios, se le mantiene fiel. Es<br />

el hombre justo que entra en diálogo existencial y siente<br />

y experimenta la cercanía misericordiosa de Dios.<br />

María, desde su actitud oyente y silente, confió sin entender;<br />

te pedimos que aumentes nuestra fe para que sepamos<br />

confiar en tu Amor infinito aunque muchas veces no<br />

encontremos respuestas para explicar lo que sucede en<br />

nuestra vida.<br />

Oración. ¡Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, que te<br />

apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le<br />

diste tu ley, ¡ven a librarnos con el poder de tu brazo!<br />

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos<br />

de los siglos. Amén.<br />

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal<br />

y nos lleve a la vida eterna.<br />

R/. Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

103


Cáliz de la Misericordia<br />

19 de diciembre<br />

Cuarto día<br />

Zacarías e Isabel<br />

V/. Dios mío, ven en mi auxilio.<br />

R/. Señor date prisa en socorrerme.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre,<br />

Por los siglos de los siglos. Amén.<br />

Texto bíblico. “Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea,<br />

un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías,<br />

casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel.<br />

Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente,<br />

cumpliendo los mandamientos y disposiciones<br />

del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel<br />

era estéril y los dos, de avanzada edad. .... Se le apareció<br />

entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del<br />

altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un<br />

gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: “No<br />

temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada.<br />

Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el<br />

nombre de Juan. .... Pero Zacarías replicó: “¿Cómo podré<br />

estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer<br />

también es de edad avanzada”. El ángel le contestó: “Yo<br />

soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado<br />

para hablar contigo y darte esta buena noticia.<br />

Ahora tú que darás mudo y no podrás hablar hasta el<br />

día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis<br />

palabras, que se cumplirán a su debido tiempo”.<br />

(Lc 1, 5-7.11-13.18-25).<br />

Meditación. Zacarías recibe el anuncio del ángel en un<br />

momento importante de su vida; eso debía favorecer la<br />

pronta aceptación del mensaje, sin embargo su fe vaciló<br />

y no creyó en las palabras del ángel.<br />

Oración. ¡Oh Raíz del tronco de Jesé, que te alzas como<br />

un signo para los pueblos, ante quien los reyes enmudecen<br />

y cuyo auxilio imploran las naciones, ¡ven a librarnos,<br />

no tardes más!<br />

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos<br />

de los siglos. Amén.<br />

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal<br />

y nos lleve a la vida eterna.<br />

R/. Amén.<br />

104<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

20 de diciembre<br />

Quinto día<br />

Una respuesta agradecida: Benedictus<br />

V/. Dios mío, ven en mi auxilio.<br />

R/. Señor date prisa en socorrerme.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre,<br />

Por los siglos de los siglos. Amén.<br />

Texto bíblico.<br />

“Bendito sea el Señor, Dios de Israel,<br />

porque ha visitado y redimido a su pueblo,<br />

suscitándonos una fuerza de salvación<br />

en la casa de David, su siervo,<br />

según lo había predicho desde antiguo<br />

por boca de sus santos profetas.<br />

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos<br />

y de la mano de todos los que nos odian;<br />

realizando la misericordia<br />

que tuvo con nuestros padres,<br />

recordando su santa alianza<br />

y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.<br />

Para concedernos que, libres de temor,<br />

arrancados de la mano de los enemigos,<br />

le sirvamos con santidad y justicia,<br />

en su presencia, todos nuestros días”.<br />

(Lc 1, 68-75).<br />

Meditación. Al cumplirse los días de su servicio en el<br />

templo, volvió a casa. A Isabel se le cumplió el tiempo<br />

y dio a luz un hijo. A los ocho días fueron a circuncidarlo<br />

y lo llamaban Zacarías, pero la madre y luego el padre,<br />

éste escribiéndolo en una tablilla, dijeron que se tenía<br />

que llamar Juan. Inmediatamente se le soltó la boca y la<br />

lengua a Zacarías y empezó a hablar bendiciendo a Dios.<br />

Los vecinos quedaron sobrecogidos y todos se preguntaban:<br />

–¿Qué va a ser este niño?<br />

Entonces Zacarías, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo:<br />

«Bendito sea el Señor, Dios de Israel...», el Benedictus,<br />

así llamado por ser la primera palabra del texto latino.<br />

En este cántico, que está lleno de citas y resonancias del<br />

Antiguo Testamento portadoras de la espera y la esperanza<br />

mesiánicas.<br />

Oración. ¡Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel,<br />

que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede<br />

abrir, ¡ven y libra los cautivos que viven en tinieblas y en<br />

sombra de muerte!<br />

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos<br />

de los siglos. Amén.<br />

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal<br />

y nos lleve a la vida eterna.<br />

R/. Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

105


Cáliz de la Misericordia<br />

21 de diciembre<br />

Sexto día<br />

María visita a su prima Isabel<br />

V/. Dios mío, ven en mi auxilio.<br />

R/. Señor date prisa en socorrerme.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre,<br />

Por los siglos de los siglos. Amén.<br />

Texto bíblico. “Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el<br />

saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel<br />

quedó llena de Espíritu Santo;y exclamando con<br />

gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito<br />

el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi<br />

Señor venga a mí?. Porque, apenas llegó a mis oídos la<br />

voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz<br />

la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron<br />

dichas de parte del Señor!»”.<br />

(Lc 1, 41-43).<br />

Oración. ¡Oh Sol que naces de lo alto, Resplandor de la<br />

Luz Eterna, Sol de justicia, ¡ven ahora a iluminar a los que<br />

viven en tinieblas y en sombra de muerte!<br />

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos<br />

de los siglos. Amén.<br />

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal<br />

y nos lleve a la vida eterna.<br />

R/. Amén.<br />

Meditación. Isabel embarazada reconoce la maternidad<br />

divina de María. La sensibilidad femenina ha sido capaz<br />

de descubrir aquello que estaba oculto.<br />

Señor, queremos ser como Isabel para confiar en tu Amor<br />

sabiendo que sólo desde la humildad, se puede descubrir<br />

tus caminos, tus obras.<br />

106<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

22 de diciembre<br />

Séptimo día<br />

Cántico de María<br />

Texto bíblico.<br />

“Proclama mi alma la grandeza del Señor,<br />

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;<br />

porque ha mirado la humillación de su esclava.<br />

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,<br />

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:<br />

su nombre es santo,<br />

y su misericordia llega a sus fieles<br />

de generación en generación.<br />

El hace proezas con su brazo:<br />

dispersa a los soberbios de corazón,<br />

derriba del trono a los poderosos<br />

y enaltece a los humildes,<br />

a los hambrientos los colma de bienes<br />

y a los ricos los despide vacíos.<br />

Auxilia a Israel, su siervo,<br />

acordándose de su misericordia<br />

—como lo había prometido a nuestros padres—<br />

en favor de Abraham y su descendencia por siempre”.<br />

(Lc 1, 46-55).<br />

Meditación. El nombre de la oración está tomado de la<br />

primera frase en latín, que reza: Magnificat anima mea<br />

Dominum. Según la tradición, el encuentro de María e<br />

isabel habría tenido lugar en Ain Karim (también conocida<br />

como Ein Kerem), pequeña población situada siete kilómetros<br />

al oeste de Jerusalén, en la montaña de Judea,<br />

cuyo nombre significa «fuente del viñedo». Este cántico<br />

es hoy uno de los pasajes bíblicos más famosos relacionados<br />

con María, madre de Jesús, reconocido coma la<br />

expresión de su actitud de humilda agradecimiento a las<br />

obras del Señor que ella vivió.<br />

Oración. ¡Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos,<br />

Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos<br />

uno solo, ¡ven y salva al hombre que formaste del<br />

barro de la tierra!<br />

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos<br />

de los siglos. Amén.<br />

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal<br />

y nos lleve a la vida eterna.<br />

R/. Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

107


Cáliz de la Misericordia<br />

23 de diciembre<br />

Octavo día<br />

Juan Bautista<br />

V/. Dios mío, ven en mi auxilio.<br />

R/. Señor date prisa en socorrerme.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre,<br />

Por los siglos de los siglos. Amén.<br />

Texto bíblico.<br />

“Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,<br />

porque irás delante del Señor<br />

a preparar sus caminos,<br />

anunciando a su pueblo la salvación,<br />

el perdón de sus pecados.<br />

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,<br />

nos visitará el sol que nace de lo alto,<br />

para iluminar a los que viven en tinieblas<br />

y en sombra de muerte,<br />

para guiar nuestros pasos<br />

por el camino de la paz”.<br />

(Lc 1, 76-79).<br />

Meditación. Zacarías habla de su propio hijo, anunciando<br />

en palabras proféticas la misión para la que ha nacido.<br />

El versículo enlaza con la promesa de Gabriel a Zacarías<br />

de Lc 1,15-17. Este niño será llamado profeta del Altísimo,<br />

que, según la profecía de Malaquías, preparará el camino<br />

al «Señor», esto es, Dios (no el Mesías), que viene misericordioso<br />

al encuentro de su pueblo.<br />

El Bautista debe instruir al pueblo sobre la verdadera naturaleza<br />

de la redención, llevarle a la convicción de que<br />

la salvación consiste en el perdón de los pecados y no en<br />

cosa otra alguna, siendo, pues, de carácter puramente religioso<br />

y no político. Misericordia...»), puesta en relación<br />

con el «perdón de los pecados», y motivo de la obra redentora<br />

divina allí. La misericordia es la más grandiosa<br />

revelación es su visita de gracia al pueblo por medio del<br />

Sol naciente de lo alto».<br />

Oración. ¡Oh Enmanuel, Rey y Legislador nuestro, esperanza<br />

de las naciones y salvador de los pueblos, ¡ven a<br />

salvarnos, Señor Dios nuestro!<br />

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos<br />

de los siglos. Amén.<br />

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal<br />

y nos lleve a la vida eterna.<br />

R/. Amén.<br />

108<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

24 de diciembre<br />

Noveno día<br />

El Enmanuel<br />

V/. Dios mío, ven en mi auxilio.<br />

R/. Señor date prisa en socorrerme.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre,<br />

Por los siglos de los siglos. Amén.<br />

Texto bíblico.<br />

“Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de<br />

Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados”.<br />

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el<br />

Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá<br />

y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de<br />

Enmanuel, que traducido significa: “Dios con nosotros”.<br />

(Mt 1, 21-23).<br />

Meditación. Enmanuel es un nombre propio de simbolismo<br />

mesiánico, aplicado a Jesús en su nacimiento. La<br />

expresión Enmanuel aparece específicamente en el libro<br />

del profeta Isaías 7, 14 “Por tanto, el Señor mismo os dará<br />

señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá<br />

por nombre Enmanuel”.<br />

En el Evangelio de Mateo 1, 22.23 dice: Todo esto aconteció<br />

para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio<br />

del profeta: “Una virgen concebirá y dará a luz un hijo y<br />

le pondrás por nombre “Enmanuel” que significa: “Dios<br />

con nosotros”.<br />

La palabra Enmanuel es una palabra hebrea que tal y<br />

como lo indica el evangelio de Mateo significa Dios con<br />

nosotros o con nosotros esta Dios.<br />

Oración. Padre bueno, Dios de misericordia, que cada año<br />

nos alegras con la festividad llena de esperanza de nuestra<br />

redención, concédenos que así como ahora acogemos<br />

a tu Hijo llenos de júbilo como redentor, así también lo<br />

recibamos llenos de confianza cuando vuelva como juez.<br />

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos<br />

de los siglos. Amén.<br />

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal<br />

y nos lleve a la vida eterna.<br />

R/. Amén.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

109


Cáliz de la Misericordia<br />

Cáritas<br />

Diocesana<br />

Guión de oración de Cáritas<br />

para la Comunidad Parroquial<br />

110<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Para ser<br />

Misericordiosos<br />

Ambientación del lugar<br />

Sobre una silla o mesa cubierta con telas habrá un icono<br />

de Jesús, y a su alrededor pequeñas velas para crear ambiente<br />

de recogimiento.<br />

Se entregará a cada participante la hoja fotocopiada con<br />

los textos que hay al final de este guión.<br />

DESARROLLO de la ORACIÓN<br />

Lector 1:<br />

Bienvenidos a este espacio de oración convocado por Cáritas.<br />

Os invito a hacer silencio interior para que podamos<br />

encontrarnos con el Dios de la Misericordia que habita en<br />

nuestro corazón.<br />

Dejémonos serenar por el canto de Taizé que vamos a escuchar.<br />

Mientras suene su música dejémonos llenar por<br />

la presencia de Dios y pongámonos en sus manos.<br />

Se escucha el canto de Taizé titulado “La misericordia del<br />

Señor cada día cantaré” y se repite varias veces. Después<br />

el lector 1 dirá:<br />

Proclamamos todos juntos la oración titulada “La voz de<br />

Dios” y después dejaremos un breve momento para releerla<br />

y meditarla.<br />

Pasados unos 4 minutos, el lector 1 dirá:<br />

Padre de la infinita Misericordia: Sabemos, por tu Hijo<br />

Jesús, que eres Amor infinito y que nos amas, a todos y<br />

a cada uno de nosotros, con Amor personal, gratuito y<br />

entrañable. Lo sabemos desde una fe inquebrantable. Y<br />

queremos saberlo también por ‘experiencia de vida’. Comunícanos<br />

tu Espíritu para que aprendamos a amarte a<br />

Ti y a amar a nuestros hermanos con el mismo Amor con<br />

que Tú nos amas. Enséñanos a ser misericordiosos como<br />

Tú eres misericordioso… Y para aprender a ser misericordiosos<br />

escuchemos esta Palabra de Jesús:<br />

Lector 2 lee Lc 6,27-36<br />

“Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros<br />

enemigos, haced el bien a los que os odien,<br />

bendecid a los que os maldigan, rogad por los que<br />

os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale<br />

también la otra; y al que te quite el manto, no<br />

le niegues la túnica. A todo el que te pida, da; y al<br />

que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis<br />

que os hagan los hombres, hacédselo vosotros<br />

igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito<br />

tenéis? Pues también los pecadores aman a los<br />

que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen<br />

a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores<br />

hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de<br />

quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También<br />

los pecadores prestan a los pecadores para<br />

recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros<br />

enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar<br />

nada a cambio; y vuestra recompensa será grande,<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

111


Cáliz de la Misericordia<br />

y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con<br />

los ingratos y los perversos. Sed misericordiosos,<br />

como vuestro Padre es misericordioso”.<br />

Tras su lectura, el lector 1 dirá:<br />

Ahora tenemos un tiempo largo de silencio para meditar<br />

las palabras de este evangelio y leernos personalmente<br />

la oración para el Jubileo de la Misericordia que tenemos<br />

en la hoja.<br />

Se puede poner música de fondo para favorecer el ambiente<br />

orante.<br />

- Para terminar vamos a rezar juntos, cogidos de la<br />

mano, la oración que Jesús nos enseñó, y después<br />

de rezarla nos daremos un abrazo de paz: Padre<br />

nuestro…<br />

Pasados unos 8-10 minutos, el lector 1 dirá:<br />

Proclamamos a dos coros la oración titulada “Danos entrañas<br />

de misericordia”.<br />

Tras su lectura, el lector 1 dirá:<br />

Ahora dejaremos unos 10-12 minutos para releer esta<br />

oración y meditarla. Durante este tiempo, el que quiera<br />

podrá decir en voz alta aquella frase de la oración que<br />

más le haya calado o gustado.<br />

Pasados los 12 minutos, y cuando ya todos hayan dicho<br />

su frase, el lector 1 dirá:<br />

- En estos momentos, si alguien quiere hacer una petición,<br />

alguna acción de gracias, o compartir algo<br />

de lo vivido en este espacio de oración, ahora es el<br />

momento de hacerlo.<br />

112<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

La misericordia del<br />

Señor cada día cantaré<br />

La voz de Dios<br />

A veces Dios tiene muchas voces<br />

y habla en la expresión de un bebé,<br />

en la luz del sol que acaricia la piel;<br />

o es más cercano y habla en las personas,<br />

o es presencia y habla en la Eucaristía.<br />

Puede ser el murmullo de un río<br />

o el sonido potente del mar.<br />

A veces Dios habla al oído<br />

y su Palabra llega al corazón.<br />

A veces es como un grito entre la gente...<br />

Dios también habla en el silencio<br />

No calla ni cuando la tormenta atrona,<br />

ni cuando la marea te ahoga,<br />

ni cuando la gente te lleva,<br />

ni cuando llega el dolor.<br />

Padre de la infinita Misericordia<br />

Sabemos, por tu Hijo Jesús, que eres Amor infinito y que<br />

nos amas, a todos y a cada uno de nosotros, con Amor<br />

personal, gratuito y entrañable. Lo sabemos desde una<br />

fe inquebrantable. Y queremos saberlo también por ‘experiencia<br />

de vida’. Comunícanos tu Espíritu para que<br />

aprendamos a amarte a Ti y a amar a nuestros hermanos<br />

con el mismo Amor con que Tú nos amas. Enséñanos<br />

a ser misericordiosos como Tú eres misericordioso.<br />

Aunque la fe a veces parezca<br />

un agua cogida con las manos,<br />

aunque parezca que la oscuridad no se va a acabar,<br />

al otro lado está tu luz para guiar mi camino,<br />

sólo tengo que ponerme a andar.<br />

En mi pequeñez eres grande, en mi silencio eres canción.<br />

A veces, Señor, hablas tan claro...<br />

siempre te oigo en mi corazón.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

113


Cáliz de la Misericordia<br />

Oración del Jubileo<br />

de la Misericordia<br />

Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos<br />

como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te<br />

ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos<br />

la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo<br />

y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera<br />

y a la Magdalena del buscar la felicidad solamente en<br />

una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y<br />

aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada<br />

uno de nosotros escuche como propia la palabra que<br />

dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú<br />

eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta<br />

su omnipotencia sobre todo con el perdón y la<br />

misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro<br />

visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. Manda tu<br />

Espíritu y conságranos a todos con su unción para que<br />

el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor<br />

y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar<br />

la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los<br />

prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.<br />

Danos entrañas de misericordia<br />

Danos entrañas de misericordia<br />

frente a toda miseria humana,<br />

Inspíranos el gesto y la palabra oportuna<br />

frente al hermano solo y desamparado.<br />

Ayúdanos a mostrarnos disponibles<br />

ante quien se siente explotado y deprimido.<br />

Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto<br />

de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz,<br />

para que todos encuentren en ella<br />

un motivo para seguir esperando.<br />

Que quienes te buscamos sepamos discernir<br />

los signos de los tiempos<br />

y crezcamos en fidelidad al Evangelio;<br />

que nos preocupemos de compartir en el amor<br />

las angustias y tristezas, las alegrías y esperanzas<br />

de todos los seres humanos,<br />

y así les mostremos tu camino de reconciliación,<br />

de perdón, de paz...<br />

114<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Dios nos eligió para mostrarnos unos a otros<br />

el rostro del amor de Dios.<br />

Somos el vocabulario de Dios; palabras vivas<br />

para dar voz a la bondad de Dios<br />

con nuestra propia bondad,<br />

para dar voz a la compasión, la ternura,<br />

la solicitud y la fidelidad de Dios<br />

con las nuestras propias.<br />

Haz que nuestros ojos vean lo que Tú ves.<br />

Haz que nuestros oídos oigan el estruendo de tu voz<br />

en las ondas de lo creado.<br />

Haz que nuestro hablar sea un baño de palabras de néctar,<br />

que se viertan sobre gente que está presa de amargura.<br />

Haz que nuestros labios sólo canten<br />

los cantos de tu amor y tu alegría.<br />

Padre amado,<br />

realiza por medio de nosotros la obra de la verdad.<br />

Ten nuestras manos ocupadas en servir<br />

a todas las personas.<br />

Haz que nuestra voz esparza de continuo<br />

semillas de amor para Ti,<br />

en esta tierra en que la gente te busca.<br />

Haz que nuestros pies avancen siempre<br />

por el camino de la justicia.<br />

Guíanos de nuestra ignorancia a tu luz.<br />

Padre, mueve nuestro corazón<br />

y haznos sentir simpatía<br />

por todas las criaturas vivientes.<br />

Que tu Palabra sea el Maestro de la nuestra.<br />

Piensa con nuestros pensamientos,<br />

porque nuestros pensamientos son tus pensamientos,<br />

nuestra mano es tu mano,<br />

nuestros pies son tus pies,<br />

nuestra vida es tu fuerza<br />

para luchar por la justicia, social y personal.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

115


Cáliz de la Misericordia<br />

Cáritas<br />

Diocesana Guión litúrgico para la eucaristía<br />

del segundo domingo de mes<br />

cuya colecta se destina a<br />

la Cáritas Parroquial<br />

116<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

13 de diciembre<br />

Tercer domingo<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

Material para que los miembros de cada Cáritas Parroquial<br />

puedan animar la Eucaristía dominical, con el fin<br />

de sensibilizar e implicar a la comunidad en el compromiso<br />

sociocaritativo.<br />

Ambientación<br />

Hacer un cartel para poner junto al ambón o en el altar:<br />

El Señor está cerca,<br />

practica la JUSTICIA<br />

Antes de empezar la eucaristía, se entregará a cada uno<br />

de los participantes una hoja fotocopiada de la que está<br />

al final de este guión.<br />

Monición de entrada<br />

El Señor está cerca, estamos ya en el tercer domingo de<br />

<strong>Adviento</strong>. En esta Eucaristía que vamos a celebrar dejémonos<br />

tocar por el amor de Dios, para que luego lo podamos<br />

transparentar con nuestras obras de Justicia y<br />

compromiso solidario.<br />

Nuestro mundo actual necesita mucha luz de esperanza,<br />

de paz, de justicia, necesita de personas encendidas<br />

y comprometidas por el Evangelio para ser luz en este<br />

mundo.<br />

Palabra de Dios<br />

Monición a la 1ª lectura: So 3,14-18a<br />

En esta primera lectura del profeta Sofonías, cuando escuchéis<br />

la palabra Israel, la palabra Jerusalén, o la expresión<br />

hija de Sión, pensad que está diciendo vuestro<br />

propio nombre. Sentid que os está hablando a vosotros<br />

en persona. No perdáis detalle, y dejad que las palabras<br />

os calen.<br />

Monición a la 2ª lectura: Flp 4, 4-7<br />

Los enamorados, los que aman de verdad, están siempre<br />

alegres. No lo pueden ocultar. Así estamos llamados a<br />

ser los cristianos. La alegría interior debe delatar la relación<br />

de amistad profunda y de amor que vivimos con<br />

nuestro Padre Dios.<br />

Monición al Evangelio: Lc 3, 10-18<br />

Juan el Bautista invita a la gente a cambiar de estilo de<br />

vivir. Les marca el camino que han de seguir para poder<br />

salir al encuentro del Mesías. Son caminos de justicia, de<br />

solidaridad, de compartir, de no violencia, de caridad.<br />

Los mismos caminos que hemos de recorrer nosotros<br />

para dejar huella.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

117


Cáliz de la Misericordia<br />

Peticiones<br />

1. Señor Jesús, te pedimos por quienes hoy viven en la<br />

oscuridad de la pobreza, de la exclusión, del desempleo,<br />

de los que están obligados a emigrar buscando<br />

paz, refugio, trabajo, vida digna, de los que sufren<br />

soledad, enfermedad, o vacío existencial, para que<br />

sientan tu presencia providente en sus corazones, y<br />

nuestra presencia solidaria en sus vidas. Roguemos<br />

al Señor.<br />

2. Señor Jesús, te pedimos el don de la alegría interior<br />

para poder contagiarla a nuestro alrededor, especialmente<br />

allí donde haya corazones abatidos. Roguemos<br />

al Señor.<br />

3. Señor Jesús, te pedimos por los gobernantes de este<br />

mundo, para que no busquen sus intereses partidistas<br />

sino el bien de sus ciudadanos, haciendo políticas<br />

sociales que se preocupen por atender a los<br />

últimos y más necesitados de nuestra sociedad. Roguemos<br />

al Señor.<br />

4. Señor Jesús, te pedimos por los pastores de la Iglesia,<br />

para que sean servidores de la comunidad, y con su<br />

ejemplo y testimonio sean testigos y contagiadores<br />

de la buena noticia de Jesús. Roguemos al Señor.<br />

5. Señor Jesús, te pedimos por todos nosotros, para<br />

que dejemos que el amor de Dios se derrame en<br />

nuestros corazones con tanta fuerza, que lleguemos<br />

a ser misericordiosos como nuestro Padre Dios es<br />

misericordioso. Roguemos al Señor.<br />

118<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Oración para después<br />

de la comunión<br />

Dame tu fuerza<br />

Padre,<br />

haz que mis ojos vean lo que Tú ves.<br />

Haz que mis oídos oigan el estruendo de tu voz<br />

en las ondas de lo creado.<br />

Haz que mi hablar sea un baño de palabras de néctar<br />

que se viertan sobre gente que está presa de amargura.<br />

Haz que mis labios sólo canten los cantos<br />

de tu amor y tu alegría.<br />

Padre amado,<br />

realiza por medio de mí la obra de la verdad.<br />

Ten mis manos ocupadas en servir a todas las personas.<br />

Haz que mi voz esparza de continuo<br />

semillas de amor para Ti<br />

en esta tierra en que la gente te busca.<br />

Haz que mis pies avancen siempre<br />

por el camino de la justicia.<br />

Guíame de mi ignorancia a tu luz.<br />

Padre, mueve mi corazón<br />

y hazme sentir simpatía<br />

por todas las criaturas vivientes.<br />

Que tu Palabra sea el Maestro de la mía.<br />

Piensa con mis pensamientos,<br />

porque mis pensamientos son tus pensamientos,<br />

mi mano es tu mano,<br />

mis pies son tus pies,<br />

mi vida es tu fuerza<br />

para luchar por la justicia, social y personal.<br />

muere en la tierra,<br />

desde la vida que germina cuando uno se olvida de sí<br />

y se vuelca en el bien de sus hermanos.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

119


Cáliz de la Misericordia<br />

Cáritas<br />

Diocesana Cómo preparar el <strong>Adviento</strong> para<br />

ser <strong>Navidad</strong>, para encarnar a Dios:<br />

“Practica la Justicia.<br />

Deja tu huella”<br />

120<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

¿Qué pensarías<br />

de algo que fuera así...?<br />

No golpear<br />

No mojar<br />

No exponer<br />

al sol<br />

No poner<br />

en contacto<br />

con la piel<br />

Si de lo anterior<br />

has pensado<br />

lo que has pensado…<br />

Aplicando la misma<br />

lógica… ¿qué piensas<br />

de la siguiente viñeta?<br />

No<br />

comprometerse<br />

Un corazón humano está hecho para AMAR COMPRO-<br />

METIDAMENTE. Ésta es su esencia su finalidad, su razón<br />

de ser, lo que le da sentido a la vida. Cuando no cumple<br />

su finalidad… se oscurece, se corrompe, se amarga y<br />

amarga, o se evade en mil sucedáneos que le dejan vacío.<br />

Por eso PRACTICAR la JUSTICIA es amar a tu prójimo,<br />

a tus semejantes, como a ti mismo, es hacerles lo que a<br />

ti te gustaría que te hicieran si estuvieras en su lugar. Es<br />

tratar con dignidad a todo ser humano, porque es de tu<br />

misma familia, la humana, hijo/a de tu mismo Padre-<br />

Madre Dios. Es no quedar indiferente ante su sufrimiento<br />

y necesidad cuando le son arrebatados sus derechos, y<br />

no puede vivir dignamente por la injusticia de otros.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

121


Cáliz de la Misericordia<br />

Ante la realidad que vive nuestro prójimo...<br />

¿Cómo practicamos la justicia?<br />

845 millones de personas pasa hambre crónica,<br />

1 de cada 9 personas.<br />

(Informe ONU)<br />

Cada día mueren en el mundo 40.000 personas<br />

por hambre y pobreza en el mismo planeta<br />

que destina diariamente 4.000 millones<br />

de dólares a gastos militares.<br />

(Diario el País)<br />

17.000 niños y niñas menores de cinco años<br />

mueren cada día por causas que se podrían evitar.<br />

(Informe ONU)<br />

Mil millones de personas viven en pobreza extrema,<br />

con menos de un dolar al día.<br />

(Informe ONU)<br />

El 25% de la población española<br />

(11´7 millones de personas) está en la exclusión,<br />

de ellos 5 millones se encuentran en exclusión severa.<br />

(VII Informe Foessa)<br />

122<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


tiene el<br />

Para la PARROQUIA<br />

Según el informe de<br />

Intermón-Oxfam 2014<br />

POBLACIÓN MUNDIAL<br />

1% ><br />

La pobreza no es algo natural, ha sido generada por el<br />

hombre y puede ser superada por las actuaciones de los<br />

seres humanos. Acabar con la pobreza no es un gesto de<br />

caridad, es un acto de justicia. Es la protección de un Derecho<br />

Humano fundamental: El Derecho a la Dignidad y<br />

a una Vida Decente.<br />

Nelson Mandela<br />

RIQUEZA MUNDIAL<br />

19% ><br />

tiene el<br />

< 48%<br />

tiene el<br />

80% ><br />

< 46%<br />

< 6%<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

123


Cáliz de la Misericordia<br />

Estando nuestro prójimo<br />

como está… ¿Qué huellas estás<br />

dejando sobre este mundo?<br />

¿Qué impacto está provocando tu<br />

estilo de vivir en este mundo?<br />

Cuando te vayas… ¿qué huellas<br />

te gustaría haber dejado?<br />

La huella ecológica mide el impacto de nuestro estilo de<br />

vida en la Naturaleza. Calcula la cantidad de tierra que<br />

una persona necesita para mantener su ritmo de consumo<br />

y absorber los residuos que produce anualmente.<br />

Hay unos tests que ayudan a que cada persona mida el<br />

impacto que tiene su estilo de vida sobre la Naturaleza.<br />

¿Por qué no podría existir también una HUELLA DE JUS-<br />

TICIA que midiera el impacto que tiene nuestra forma<br />

de ser y actuar en el mundo, en la sociedad, en las personas<br />

con las que nos encontramos y convivimos?<br />

Esta huella mediría hasta qué punto vivimos obrando la<br />

JUSTICIA, es decir, vivimos prestando atención a la necesidad<br />

de nuestro prójimo. ¿No sería interesante que cada<br />

uno pudiera saber cuál es el tamaño de la HUELLA DE<br />

JUSTICIA que está dejando en su entorno?<br />

Hemos elaborado unos indicadores para poder medir la<br />

HUELLA DE JUSTICIA que nuestra forma de ser y actuar<br />

está dejando en nuestro entorno humano y medioambiental.<br />

Para elaborarlo nos hemos basado en los seis<br />

principios de la Doctrina Social de la Iglesia.<br />

124<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

¿Quieres saber en qué medida<br />

practicas ya la Justicia en tu día a día?<br />

Descubre cómo<br />

es tu huella de justicia<br />

La HUELLA de JUSTICIA mide el impacto que tiene tu forma<br />

de ser y actuar en el mundo, en la sociedad, en las<br />

personas con las que te encuentras y convives cada día.<br />

Esta huella mide hasta qué punto vives PRACTICANDO<br />

la JUSTICIA, es decir, vives amando a tu prójimo (cercano<br />

o lejano), prestando atención y cuidado a las necesidades<br />

y problemas que pueda tener.<br />

Para medir tu Huella de Justicia responde a cada indicador<br />

sombreando la casilla correspondiente, más todas<br />

las anteriores de la misma fila, por ejemplo, si respondes<br />

a un indicador eligiendo la casilla “Medianamente”, sombrearás<br />

esa casilla y también las anteriores: “Regular” y<br />

“Poco”. Si tu respuesta es “Nada”, no sombrearás nada.<br />

Indicadores<br />

(Los números de cada indicador se corresponden con los<br />

números de la figura de la huella.)<br />

1. Tratar con respeto, de igual a igual.<br />

2. Ser acogedor, cordial.<br />

3. Escuchar al otro con atención.<br />

4. Que el otro se sienta aceptado.<br />

5. Mirar al otro sin prejuicios ni etiquetas.<br />

6. Relacionarse con el otro sin manipularlo o utilizarlo<br />

en beneficio propio.<br />

7. Comportarse justa y honradamente con todos.<br />

8. Sentirse afectado o conmovido por el sufrimiento o<br />

problema de tus semejantes y actuar en consecuencia.<br />

9. Ser desprendido, generoso.<br />

10. Dispuesto a compartir lo que no me sobra.<br />

11. Dispuesto a renunciar al interés propio por el bien<br />

de los demás.<br />

12. Comprometerse en acciones de voluntariado.<br />

13. Depositar dinero en la Banca Ética o bien estar informado<br />

de que la rentabilidad que obtengo del dinero<br />

que tengo en otros bancos proviene de empresas que<br />

actúan éticamente y respetan el medioambiente.<br />

14. Hacer un consumo responsable. Compro sólo lo<br />

que necesito. Por lo menos la mitad de lo que consumo<br />

proviene del comercio local, pequeño comercio,<br />

o cooperativas.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

125


Cáliz de la Misericordia<br />

15. Hacer aportaciones periódicas a ongs u otras causas<br />

solidarias.<br />

16. Con las propias acciones contribuir a la unidad y<br />

armonía entre las personas, contribuir a crear comunidad,<br />

a fortalecerla.<br />

17. Cumplir las obligaciones como ciudadano pagando<br />

los impuestos que repercuten en beneficio de<br />

todos.<br />

18. Preocuparse por la situación de los países pobres y<br />

participar en acciones en su beneficio.<br />

19. Me preocupo cada día por reducir el nivel de contaminación<br />

que produce mi estilo de vida y consumo.<br />

20. Participar en acciones, actos públicos o manifestaciones<br />

que reclamen políticas sociales que ayuden<br />

a los más desfavorecidos, o para que se cumplan<br />

sus derechos fundamentales.<br />

21. Participar en acciones, actos públicos o manifestaciones<br />

que reclamen a los gobernantes el fin de<br />

la pobreza y el cumplimiento de los Objetivos de<br />

Desarrollo del Milenio.<br />

22. Pertenecer y participar activamente en alguna<br />

asociación, grupo, ong, o entidad que trabaja por<br />

la mejora de la vida de las personas más vulnerables<br />

de mi entorno o más allá.<br />

23. Participar en actividades o iniciativas promovidas<br />

por grupos o entidades que trabajan la economía<br />

alternativa, comercio justo, lo ecológico, etc.<br />

24. Votar a aquellos partidos políticos que demuestren<br />

con hechos que su preocupación real es lograr el<br />

bien común, y proteger y dignificar la vida de los<br />

más vulnerables y desfavorecidos.<br />

126<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Nada Poco Regular Medianamente Mucho Siempre<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

6<br />

7<br />

8<br />

9<br />

10<br />

11<br />

12<br />

13<br />

14<br />

15<br />

16<br />

17<br />

18<br />

19<br />

20<br />

21<br />

22<br />

23<br />

24<br />

Cuantas más casillas sombreadas tengas, más grande<br />

será tu Huella de Justicia, es decir, tu estilo de vida estará<br />

contribuyendo a construir un mundo y un entorno social<br />

más justo y fraterno.<br />

Mi huella<br />

personal<br />

de Justicia<br />

1. ¿Estás satisfecho con el tamaño de la Huella de<br />

Justicia que dejas en tu entorno?<br />

2. ¿Qué indicadores podrías mejorar más? ¿Te quieres<br />

comprometer a mejorarlos? ¿Cómo?<br />

3. ¿Qué indicadores ves más difíciles para ti, cómo<br />

puedes mejorar en ellos?<br />

4. ¿Qué otros indicadores añadirías para hacer un<br />

mundo y un entorno social más justo y fraterno?<br />

Sombrea también sus nuevas casillas según tú te<br />

lo valores.<br />

5. Vuélvete a medir esta Huella pasados 3 meses<br />

para ver si la aumentas.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

127


Cáliz de la Misericordia<br />

Nada Poco Regular Medianamente Mucho Siempre<br />

Con los indicadores anteriores has medido la huella de<br />

Justicia que dejas a nivel personal, en el caso de que<br />

los que estáis trabajando esta huella pertenezcáis a una<br />

comunidad, ¿cuál sería la huella de Justicia que estáis<br />

dejando como comunidad cristiana, grupo o movimiento?<br />

Elaborad vosotros los indicadores que veáis necesarios<br />

para medir vuestra huella comunitaria de Justicia.<br />

Podéis aprovechar algunos de los indicadores de la otra<br />

huella, modificarlos o hacer variantes. Cuando los tengáis<br />

hechos, dividiréis la huella en tantas filas horizontales<br />

como indicadores hayáis hecho, y luego sombrearéis<br />

las casillas de cada indicador según sea vuestra valoración<br />

como comunidad.<br />

Según la huella que salga sombreada os preguntaréis si<br />

estáis satisfechos con el tamaño de la huella que dejáis,<br />

en qué indicadores podríais mejorar, a qué os comprometéis<br />

para mejorar como comunidad, qué iniciativas podríais<br />

poner en marcha, etc.<br />

Nuestra<br />

huella<br />

comunitaria<br />

de Justicia<br />

128<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

“Se trata de adoptar un estilo de vida que nos lleva a ser<br />

agentes de transformación en todos los ámbitos, personales,<br />

laborales, familiares, en los barrios, y en todos los<br />

espacios de convivencia que hay en ellos”.<br />

(Ana Abril, Cáritas Española)<br />

Así “los hábitos de solidaridad, cuando se hacen carne,<br />

abren camino a otras transformaciones estructurales y<br />

las vuelven posibles”.<br />

(Papa Francisco EG 189)<br />

En la actualidad se están poniendo en PRÁCTICA muchas<br />

iniciativas sociales de Economía Solidaria que están<br />

abriendo caminos nuevos de transformación hacia una<br />

sociedad más JUSTA y SOLIDARIA.<br />

(El documento 2 de los materiales de esta Campaña las<br />

presenta más detalladamente)<br />

FINANZAS<br />

• Banca Ética<br />

• Préstamo entre<br />

particulares<br />

• Micromecenazgo<br />

• Monedas sociales<br />

• Seguros éticos<br />

HOGAR<br />

• Desahucios<br />

• Residencias<br />

de Mayores<br />

• Energía limpia<br />

• Telecomunicación abierta<br />

CONSUMO<br />

• Consumo Colaborativo<br />

• Comercio Justo<br />

• Grupos de Consumo<br />

• Moda Limpia<br />

• Huertos Urbanos<br />

LABORAL<br />

• Cooperativas<br />

• Empresas de Inserción<br />

• Producción Ecológica<br />

SERVICIOS<br />

• Bancos de Tiempo<br />

• Madres de Día<br />

• Reciclado<br />

“El que camina sin dejar huella no sirve para nada. En<br />

la vida hay que caminar como caminó Jesús: dejando<br />

huellas que marquen la historia. Huellas que den vida.<br />

Eso sucede comprometiéndose”<br />

(Papa Francisco)<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

129


Cáliz de la Misericordia<br />

Scouts La Luz<br />

de la Paz<br />

de Belén<br />

130<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Luz en mi sendero<br />

Este año intentaremos orientar nuestros materiales a descubrir<br />

que la Palabra es luz y que esa luz, que simbolizamos<br />

con la Luz de la Paz de Belén, es el propio Jesús que<br />

se hace hombre y acampa entre nosotros para guiar y<br />

acompañar nuestros pasos en el camino de nuestra vida.<br />

Como siempre, los materiales se plantean para 4 franjas<br />

de edad y se basan en el Evangelio de cada semana de<br />

<strong>Adviento</strong> (quizás os parezca bien a los de la franja de los<br />

más pequeños utilizar el texto de una Biblia para niños)<br />

y, a través de oraciones, cuentos, actividades y canciones,<br />

intentar hacer reflexionar a los chavales para que<br />

respondan cada semana a una pregunta que hace referencia<br />

a diversas situaciones que se dan en nuestro camino<br />

de la vida, las cuales ilumina Jesús con su luz: “Luz<br />

en mi sendero”.<br />

Cuarta semana: ¿Hacia dónde camino? El encuentro con<br />

Jesús debe ser la dirección y la meta de mi camino.<br />

Los materiales completos se podrán descargar en la pagina<br />

web de la Vicaría de Evangelización del Arzobispado<br />

de Valencia y en el siguiente enlace:<br />

http://scouts.es/media/2015/09/LPB15_Materiales_version-final.pdf<br />

Las preguntas de cada semana son:<br />

Primera semana: ¿Quién me guía en las encrucijadas? Es<br />

Jesús quien debe iluminarme en los momentos de duda<br />

o tribulación.<br />

Segunda semana: ¿Qué me ayuda a superar los obstáculos?<br />

La Palabra es la luz que me ayuda a superar las<br />

dificultades.<br />

Tercera semana: ¿Qué hago? ¿Cómo me comporto en mi<br />

camino? Debo hacer bien las cosas de cada día, y encontrarme<br />

con Jesús, al encontrarme con los demás.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

131


Cáliz de la Misericordia<br />

Scouts La Llum<br />

de la Pau<br />

de Betlem<br />

132<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

La llum al meu camí<br />

Enguany intentarem orientar els nostres materials a descobrir<br />

que la Paraula és llum i que eixa llum, que simbolitzem<br />

amb la Llum de la Pau de Betlem, és el propi Jesús que es fa<br />

home i acampa entre nosaltres per guiar i acompanyar els<br />

nostres passos en el camí de la nostra vida.<br />

Els materials es poden descarregar a la pàgina web de la<br />

Vicaria d’Evangelització de l’Arquebisbat de València i en el<br />

següent enllaç:<br />

http://scouts.es/media/2015/09/LPB15_Materials_catala2.pdf<br />

Com sempre, els materials es plantegen per a 4 franges d’edat<br />

i es basen en l’Evangeli de cada setmana d’Advent (potser vos<br />

semble bé als de la franja dels més menuts utilitzar el text<br />

d’una Bíblia per a infants) i, a través d’oracions, contes, activitats<br />

i cançons, intentar fer-los reflexionar perquè responguen<br />

cada setmana a una pregunta que fa referència a diverses<br />

situacions que es donen al nostre camí de la vida, les quals<br />

il·lumina Jesús amb la seua llum: “Llum al meu camí”.<br />

Les preguntes de cada setmana són:<br />

Primera setmana: Qui em guia en els encreuaments? És Jesús<br />

qui ha d’il·luminar-me en els moments de dubte o tribulació.<br />

Segona setmana: Què m’ajuda a superar els obstacles? La<br />

Paraula és la llum que m’ajuda a superar les dificultats.<br />

Tercera setmana: Què fem? Com em comporte en el meu<br />

camí? He de fer bé les coses de cada dia, i trobar-me amb Jesús,<br />

al trobar-nos amb els altres.<br />

Quarta setmana: Cap on camine? La trobada amb Jesús ha<br />

de ser la direcció i la meta del meu camí.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

133


Cáliz de la Misericordia<br />

Comisión<br />

Diocesana<br />

de Pastoral<br />

de los Mayores<br />

134<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Cuatro momentos de adoración<br />

ante el Santísimo Sacramento<br />

en el Año Eucarístico del Santo Cáliz<br />

en el Jubileo Extraordinario de la Misericordia<br />

Para la PARROQUIA<br />

Todo tiempo es adecuado para adorar a Jesucristo en<br />

la Eucaristía. <strong>Adviento</strong> también lo es para concentrarnos,<br />

aunque apenas sean unos minutos, en contemplar<br />

el misterio maravilloso de Jesucristo que se ha querido<br />

quedar entre nosotros bajo las especies sacramentales.<br />

Además, este <strong>Adviento</strong> está marcado profundamente en<br />

nuestras tierras tanto por el Jubileo Extraordinario de la<br />

Misericordia, convocado por el Papa Francisco, como por<br />

el Año Eucarístico del Santo Cáliz, unidos ambos bajo el<br />

lema del Cáliz de la Misericordia.<br />

Proponemos unas sencillas meditaciones eucarísticas,<br />

que siguiendo la temática propia de cada una de las cuatro<br />

semanas del <strong>Adviento</strong>, nos acercarán a la contemplación<br />

de Jesucristo, el rostro misericordioso del Padre.<br />

Pueden ser utilizadas bien en las adoraciones de los Jueves<br />

Eucarísticos, en aquellas parroquias en las que se<br />

practica este santo ejercicio, bien en cualquier otro momento<br />

de adoración eucarística tanto de forma comunitaria<br />

o privada.<br />

Aunque están pensadas más bien para las personas mayores,<br />

harán un gran beneficio para todo fiel que desee<br />

tener ese tiempo de contemplación eucarística, que tan<br />

gran provecho reporta para nuestras almas.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

135


Cáliz de la Misericordia<br />

Primera Semana<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

Introducción<br />

En el nombre del Padre...<br />

Hemos comenzado el <strong>Adviento</strong> con la memoria de la<br />

Encarnación del Hijo de Dios que, aunque sucedió hace<br />

ya más de dos mil años, permanece entre nosotros para<br />

siempre. Pero también estamos esperando la nueva venida<br />

gloriosa de Cristo, al fin de los tiempos, que juzgará<br />

y salvará definitivamente a todos los que le han permanecido<br />

fieles, a pesar de los problemas de la vida, pues Él<br />

tiene siempre misericordia de todos nosotros.<br />

Lectura del santo evangelio según san Lucas (21, 25-28)<br />

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:<br />

«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en<br />

la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo<br />

del mar y el oleaje. Los hombres quedaran sin<br />

aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene<br />

encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces<br />

verán al Hijo del hombre venir en una nube, con<br />

gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto,<br />

levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación».<br />

Nos dice Su Santidad<br />

«Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio<br />

de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta<br />

palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su<br />

culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, «rico en misericordia»<br />

(Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como<br />

«Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo<br />

en amor y fidelidad» (Éx 34,6) no ha cesado de dar a conocer<br />

en varios modos y en tantos momentos de la historia<br />

su naturaleza divina. En la «plenitud del tiempo» (Gál 4,4),<br />

cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación,<br />

Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos<br />

de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre<br />

(cfr. Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos<br />

y con toda su persona revela la misericordia de Dios.<br />

Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la<br />

misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es<br />

condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra<br />

que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia:<br />

es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro<br />

encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en<br />

el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al<br />

hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia:<br />

es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón<br />

a la esperanza de ser amados para siempre no obstante<br />

el límite de nuestro pecado» (Misericordiae Vultus, 1-2).<br />

Oración en silencio.<br />

136<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Meditación<br />

Al contemplar a Cristo Sacramentado, contemplamos a<br />

quien es la Misericordia. Muchos de nosotros somos mayores.<br />

Nuestra vida nos ha proporcionado la grata experiencia de<br />

que ese Dios a quien adoramos, ese Dios que un día se hizo<br />

hombre, siempre está con nosotros y que nunca nos abandona.<br />

A lo largo de toda nuestra existencia, con nuestras alegrías<br />

y sufrimientos, con nuestra juventud y ancianidad, con nuestras<br />

esperanzas y desalientos, con nuestra salud y nuestras<br />

enfermedades… siempre nos hemos sentido acompañados,<br />

guiados, amparados por nuestro Dios que es misericordioso.<br />

Y sabemos que cuando Él llegue en el último día, o cuando<br />

subamos a la presencia del Padre, seguirá teniendo compasión<br />

de nosotros, porque Él siempre está con cada uno de<br />

sus hijos. Confiamos en su infinita misericordia y en ella nos<br />

sentimos seguros y confiados, porque nos habla del amor<br />

infinito de Dios para con todos nosotros, a pesar de nuestros<br />

pecados, a pesar de nuestras faltas de amor… a pesar de<br />

nuestras faltas de misericordia para con nuestros hermanos.<br />

Si Dios es misericordioso, seámoslo también nosotros, especialmente<br />

con todos los que nos cruzamos en el camino de<br />

la vida. Contemplemos el misterio de la divina misericordia,<br />

vislumbrado en el Sacramento del Altar. Para ser también<br />

nosotros misericordia, alimentémonos del Pan eucarístico,<br />

bebamos de la fuente de toda misericordia, contenida en<br />

el Cáliz eucarístico. ¡Bebamos del Cáliz de la Misericordia!<br />

Oración en silencio.<br />

Preces<br />

Por la santa Iglesia de Dios, por nuestro santo Padre el<br />

Papa Francisco: para que toda la comunidad cristiana le<br />

apoye y secunde en su ministerio apostólico, roguemos<br />

al Señor.<br />

Por nuestra Iglesia en Valencia: para que unida a su Obispo<br />

Antonio, progrese en la unidad del amor y se alegre al acoger<br />

a nuevas y generosas vocaciones, roguemos al Señor.<br />

Para que Cristo, único salvador del mundo, pan y vino<br />

para la vida eterna, sea conocido por todos los hombres<br />

y llegue a ellos la alegría y la esperanza de su Evangelio,<br />

roguemos al Señor.<br />

Por las autoridades de nuestro lugar, de nuestra comunidad<br />

y nuestra nación, y por todos los pueblos de la tierra:<br />

para que Dios Padre misericordioso les ayude a realizar<br />

en paz su pleno desarrollo, dé sustento a todo el mundo,<br />

y se muestre benigno con cuantos invocan su nombre,<br />

roguemos al Señor.<br />

Por las parroquias y comunidades religiosas y por todos<br />

los devotos del Santo Cáliz: para que fomenten la devoción<br />

hacia este bendito recuerdo de la Última Cena, roguemos<br />

al Señor.<br />

Por nuestra asamblea: para que quienes comemos de un<br />

mismo pan y bebemos de un mismo cáliz vivamos cada<br />

vez más la comunión eclesial, unidos en Cristo, roguemos<br />

al Señor.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

137


Cáliz de la Misericordia<br />

Segunda Semana<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

Oración<br />

Padre Santo y misericordioso,<br />

tu Hijo Jesucristo en la última Cena<br />

tomó en sus santas y venerables manos<br />

el pan de vida y el cáliz glorioso de nuestra salvación,<br />

y nos entregó su Cuerpo y su Sangre<br />

como memorial de su pasión redentora:<br />

concede a tu Iglesia el don inefable de tu Espíritu Santo,<br />

para que todos los cristianos podamos participar juntos<br />

del único pan y del único cáliz<br />

formando un solo cuerpo y un solo espíritu.<br />

Por Jesucristo nuestro Señor.<br />

R/. Amén.<br />

(Oración de Benedicto XVI ante el Santo Cáliz,<br />

8 de julio de 2006)<br />

Introducción<br />

En el nombre del Padre...<br />

Dentro de la segunda semana del <strong>Adviento</strong> celebramos<br />

la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada<br />

Virgen María. Ella es la Madre del Redentor<br />

cuyo nacimiento vamos a celebrar pronto. María nos lleva<br />

a su Hijo, y si Jesús es el rostro de la misericordia del<br />

Padre, María es la Madre de la Misericordia.<br />

138<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1, 26-38)<br />

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a<br />

una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada<br />

con un hombre llamado José, de la estirpe de David;<br />

la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su<br />

presencia, dijo: —«Alégrate, llena de gracia, el Señor está<br />

contigo».<br />

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué<br />

saludo era aquél. El ángel le dijo: —«No temas, María,<br />

porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en<br />

tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre<br />

Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor<br />

Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la<br />

casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».<br />

Y María dijo al ángel: —«¿Cómo será eso, pues no conozco<br />

a varón?».<br />

El ángel le contestó: —«El Espíritu Santo vendrá sobre<br />

ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por<br />

eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí<br />

tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha<br />

concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban<br />

estéril, porque para Dios nada hay imposible».<br />

María contestó: —«Aquí está la esclava del Señor; hágase<br />

en mí según tu palabra». Y la dejó el ángel.<br />

Nos dice Su Santidad<br />

«El pensamiento se dirige ahora a la Madre de la Misericordia.<br />

La dulzura de su mirada nos acompañe en este<br />

Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría<br />

de la ternura de Dios. Ninguno como María ha conocido<br />

la profundidad del misterio de Dios hecho hombre.<br />

Todo en su vida fue plasmado por la presencia de la misericordia<br />

hecha carne. La Madre del Crucificado Resucitado<br />

entró en el santuario de la misericordia divina porque<br />

participó íntimamente en el misterio de su amor.<br />

Elegida para ser la Madre del Hijo de Dios, María estuvo<br />

preparada desde siempre por el amor del Padre para ser<br />

Arca de la Alianza entre Dios y los hombres. Custodió<br />

en su corazón la divina misericordia en perfecta sintonía<br />

con su Hijo Jesús. Su canto de alabanza, en el umbral<br />

de la casa de Isabel, estuvo dedicado a la misericordia<br />

que se extiende «de generación en generación» (Lc 1,50).<br />

También nosotros estábamos presentes en aquellas palabras<br />

proféticas de la Virgen María. Esto nos servirá<br />

de consolación y de apoyo mientras atravesaremos la<br />

Puerta Santa para experimentar los frutos de la misericordia<br />

divina.<br />

Al pie de la cruz, María junto con Juan, el discípulo del<br />

amor, es testigo de las palabras de perdón que salen de<br />

la boca de Jesús. El perdón supremo ofrecido a quien lo<br />

ha crucificado nos muestra hasta dónde puede llegar la<br />

misericordia de Dios. María atestigua que la misericordia<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

139


Cáliz de la Misericordia<br />

Meditación<br />

del Hijo de Dios no conoce límites y alcanza a todos sin<br />

excluir a ninguno. Dirijamos a ella la antigua y siempre<br />

nueva oración del Salve Regina, para que nunca se canse<br />

de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga<br />

dignos de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo<br />

Jesús» (Misericordiae Vultus, 24).<br />

Oración en silencio.<br />

Ante Cristo Sacramentado, adoramos a Dios que para<br />

mostrarnos hasta donde llegaba su eterna misericordia<br />

se hizo carne en el seno de María. El amor infinito del Padre<br />

preparó una dulce morada a su Hijo, un tabernáculo<br />

purísimo donde reinase el amor misericordioso y donde<br />

viera la luz el que es la fuente de toda luz.<br />

Y así María es Madre de Jesús, Madre nuestra y Madre<br />

de la Misericordia. Hacia ella dirigimos también nuestros<br />

ojos cansados y fatigados, pero también confiados en su<br />

maternal amparo. María es la fuente de todo afecto maternal.<br />

Ella que llevó en sus brazos a su Hijo, la misericordia<br />

hecha carne, también nos lleva a nosotros, aunque<br />

mayores y no inocentes, haciéndonos partícipes de los<br />

frutos del amor.<br />

Ella nos consuela y en ella descansamos de nuestras fatigas.<br />

Ella nos acoge maternalmente y en ella depositamos<br />

nuestros anhelos y esperanzas. Hacia ella dirigimos nuestros<br />

ojos. Y sus ojos misericordiosos nos llevan a su Hijo,<br />

a quien contemplamos en el Altar. Aliviados así de nuestras<br />

cargas, ella nos invita a descansar en su Hijo. Y si ella<br />

lo llevó nueve meses en su seno virginal, también desea<br />

que nosotros lo llevemos en nuestro corazón: acojámoslo<br />

pues en el alimento eucarístico, participando de su Carne<br />

y de su Sangre: ¡Acojamos el Cáliz de la Misericordia!<br />

Oración en silencio.<br />

140<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Preces<br />

Por nuestro santo Padre el Papa Francisco: para que toda<br />

la Iglesia le siga unida en su ministerio apostólico, roguemos<br />

al Señor.<br />

Por nuestra Iglesia en Valencia: para que colaborando<br />

con nuestro Obispo Antonio, permanezcamos siempre<br />

unidos en el amor y en la alegre esperanza de la vida<br />

eterna, roguemos al Señor.<br />

Para que nunca falten vocaciones al ministerio sagrado,<br />

que lleven el amor misericordioso de Cristo Eucaristía a<br />

todos los hombres, roguemos al Señor.<br />

Por los jóvenes y los ancianos, las familias y los enfermos:<br />

para que siempre se sientan animados y protegidos<br />

por el amor afectuoso de nuestro Padre celestial, roguemos<br />

al Señor.<br />

Por nuestras parroquias y comunidades: para que fomenten<br />

la adoración eucarística y la solicitud para todos<br />

los necesitados, roguemos al Señor.<br />

Por nuestra asamblea: para que participando de un mismo<br />

pan y de un mismo cáliz vivamos cada vez más unidos<br />

con los lazos del amor, roguemos al Señor.<br />

Oración<br />

Padre Santo y misericordioso,<br />

tu Hijo Jesucristo en la última Cena<br />

tomó en sus santas y venerables manos<br />

el pan de vida y el cáliz glorioso de nuestra salvación,<br />

y nos entregó su Cuerpo y su Sangre<br />

como memorial de su pasión redentora:<br />

concede a tu Iglesia el don inefable de tu Espíritu Santo,<br />

para que todos los cristianos podamos participar juntos<br />

del único pan y del único cáliz<br />

formando un solo cuerpo y un solo espíritu.<br />

Por Jesucristo nuestro Señor.<br />

R/. Amén.<br />

(Oración de Benedicto XVI ante el Santo Cáliz,<br />

8 de julio de 2006)<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

141


Cáliz de la Misericordia<br />

Tercera Semana<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

Introducción<br />

En el nombre del Padre...<br />

Muchas veces nos preguntamos también nosotros sobre<br />

lo que tenemos que hacer en nuestra vida diaria, como<br />

se lo preguntaron aquellas gentes a Juan El Bautista. Y<br />

también se lo preguntamos al Señor Sacramentado para<br />

que nos ilumine y nos muestre su voluntad. Ante nuestros<br />

ojos se abren tantas posibilidades de acción, que muchas<br />

veces nos quedamos desorientados. Pero el Señor<br />

nos muestra una vía que no falla: la de la misericordia.<br />

Lectura del santo evangelio según san Lucas (3, 10-18)<br />

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: —«¿Entonces,<br />

qué hacemos?».<br />

Él contestó: —«El que tenga dos túnicas, que se las reparta<br />

con el que no tiene; y el que tenga comida, haga<br />

lo mismo».<br />

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:<br />

—«Maestro, ¿qué hacemos nosotros?».<br />

Él les contestó: —«No exijáis más de lo establecido».<br />

Unos militares le preguntaron: —«¿Qué hacemos nosotros?».<br />

Él les contestó: —«No hagáis extorsión ni os aprovechéis<br />

de nadie, sino contentaos con la paga».<br />

El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban<br />

si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:<br />

—«Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede<br />

más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias.<br />

Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene<br />

en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su<br />

trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que<br />

no se apaga.» Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba<br />

al pueblo y le anunciaba el Evangelio.<br />

142<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Nos dice Su Santidad<br />

«Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante<br />

el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales<br />

y espirituales. Será un modo para despertar nuestra<br />

conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de<br />

la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del<br />

Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la<br />

misericordia divina. La predicación de Jesús nos presenta<br />

estas obras de misericordia para que podamos darnos<br />

cuenta si vivimos o no como discípulos suyos.<br />

Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar<br />

de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir<br />

al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar<br />

a los presos, enterrar a los muertos.<br />

Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar<br />

consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir<br />

al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas,<br />

soportar con paciencia las personas molestas, rogar a<br />

Dios por los vivos y por los difuntos.<br />

No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a<br />

ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento<br />

y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos<br />

al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar<br />

al que estaba enfermo o prisionero (cfr. Mt 25,31-45).<br />

Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la<br />

duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente<br />

de soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en<br />

la que viven millones de personas, sobre todo los niños<br />

privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de<br />

la pobreza; si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba<br />

solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió<br />

y rechazamos cualquier forma de rencor o de odio que<br />

conduce a la violencia; si tuvimos paciencia siguiendo el<br />

ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros; finalmente,<br />

si encomendamos al Señor en la oración nuestros<br />

hermanos y hermanas.<br />

En cada uno de estos “más pequeños” está presente Cristo<br />

mismo. Su carne se hace de nuevo visible como cuerpo<br />

martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga...<br />

para que nosotros los reconozcamos, lo toquemos y lo<br />

asistamos con cuidado. No olvidemos las palabras de<br />

san Juan de la Cruz: “En el ocaso de nuestras vidas, seremos<br />

juzgados en el amor”» (Misericordiae Vultus, 15).<br />

Oración en silencio.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

143


Cáliz de la Misericordia<br />

Meditación<br />

“En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en el<br />

amor.” Ante Cristo Sacramentado, el Amor de los amores,<br />

nos presentamos con nuestras manos no llenas, pero<br />

tampoco vacías, de obras de amor, de obras de misericordia.<br />

Muchas veces nos hemos preguntado sobre lo que<br />

habíamos de hacer ante los acontecimientos de nuestra<br />

vida, pero la solución la teníamos a nuestro alcance, desde<br />

pequeños la conocíamos: amar.<br />

Y amar se concreta en esas obras de misericordia que<br />

aprendimos en la catequesis: las corporales y las espirituales.<br />

En la presencia del Dios Amor, sería bueno hacer<br />

un sincero examen de conciencia sobre cómo llevamos a<br />

nuestra vida diaria esas mismas obras:<br />

Muchos hermanos nuestros padecen hambre y necesidad,<br />

hay muchos emigrantes que han venido a vivir entre nosotros,<br />

pero tal vez no somos solidarios de sus necesidades<br />

ni colaboramos con nuestra ayuda material y económica<br />

a paliar sus penurias, tal vez nuestra aportación a<br />

Cáritas sea más bien escasa… Si Dios es tan generoso con<br />

nosotros, ¿por qué no lo somos nosotros con los demás?<br />

A menudo hemos estado enfermos y nos ha gustado que<br />

nos visitasen nuestros amigos y conocidos. Nos podemos<br />

preguntar si también nosotros visitamos a los enfermos,<br />

a los ancianos, a los que viven solos, a los que necesitan<br />

nuestra compañía, a los que están en los hospitales o residencias<br />

de ancianos… ¿acaso no podríamos visitarlos<br />

más a menudo, llevándoles el consuelo y el afecto de<br />

nuestro Dios que nos ama?<br />

Y ante la muerte de nuestros seres queridos y vecinos,<br />

¿rogamos a Dios por su eterno descanso y por el consuelo<br />

de sus familiares y deudos?<br />

Dios nos ha llenado con la sabiduría de la experiencia de<br />

nuestra vida iluminada por su amor, pero tal vez nosotros<br />

no la transmitimos debidamente dando un afectuoso<br />

testimonio cristiano de la alegría de la fe, del sereno<br />

gozo de Cristo que alumbra las tristezas, del sensato consejo<br />

al que lo necesita y perdonando de todo corazón a<br />

todos nuestros hermanos…<br />

Amor de los amores, que te contemplamos en el silencio<br />

del Sagrario, ¡llénanos del dulce fruto del Cáliz de la Misericordia!<br />

Oración en silencio.<br />

144<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Preces<br />

Por la santa Iglesia de Dios, por Su Santidad el Papa<br />

Francisco: para que todos nosotros sigamos a nuestro<br />

Pastor que nos guía en su ministerio apostólico, roguemos<br />

al Señor.<br />

Por nuestra Iglesia en Valencia, siempre unida en nuestro<br />

Obispo Antonio: para que sea siempre fructífera en obras<br />

de misericordia corporales y espirituales, roguemos al<br />

Señor.<br />

Por las vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida<br />

consagrada y religiosa: para que Dios suscite abundantes<br />

colaboradores que den testimonio del amor con valentía<br />

y esperanza, roguemos al Señor.<br />

Por todos los constituidos en autoridad: para que Dios<br />

Padre misericordioso les sostenga en sus esfuerzos por<br />

crear un mundo en el que reine la justicia fruto de la misericordia,<br />

roguemos al Señor.<br />

Por todos los cristianos: para que encontremos en el Santísimo<br />

Sacramento el alimento que nos haga progresar<br />

y fructificar en toda clase de obra buena, roguemos al<br />

Señor.<br />

Oración<br />

Padre Santo y misericordioso,<br />

tu Hijo Jesucristo en la última Cena<br />

tomó en sus santas y venerables manos<br />

el pan de vida y el cáliz glorioso de nuestra salvación,<br />

y nos entregó su Cuerpo y su Sangre<br />

como memorial de su pasión redentora:<br />

concede a tu Iglesia el don inefable de tu Espíritu Santo,<br />

para que todos los cristianos podamos participar juntos<br />

del único pan y del único cáliz<br />

formando un solo cuerpo y un solo espíritu.<br />

Por Jesucristo nuestro Señor.<br />

R/. Amén.<br />

(Oración de Benedicto XVI ante el Santo Cáliz,<br />

8 de julio de 2006)<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

145


Cáliz de la Misericordia<br />

Cuarta Semana<br />

de <strong>Adviento</strong><br />

Introducción<br />

En el nombre del Padre...<br />

Estos días están marcados por la alegría que nos trae la<br />

visita de María y su obediencia a la voluntad de Dios que<br />

se hace obra de misericordia al visitar a su prima Isabel,<br />

quedándose con ella hasta el nacimiento de San Juan.<br />

También nosotros hemos de seguir a María, Madre de la<br />

Iglesia y Madre de Misericordia, en nuestro caminar por<br />

nuestra vida.<br />

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1, 39-45)<br />

En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a<br />

la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías<br />

y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de<br />

María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del<br />

Espíritu Santo y dijo a voz en grito: —«¡Bendita tú entre<br />

las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy<br />

yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu<br />

saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en<br />

mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha<br />

dicho el Señor se cumplirá».<br />

Nos dice Su Santidad<br />

«La peregrinación es un signo peculiar en el Año Santo,<br />

porque es imagen del camino que cada persona realiza<br />

en su existencia. La vida es una peregrinación y el ser<br />

humano es un peregrino que recorre su camino hasta<br />

alcanzar la meta anhelada. (…) También la misericordia<br />

es una meta por alcanzar y que requiere compromiso y<br />

sacrificio. (…)<br />

La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de<br />

Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio<br />

debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona. La<br />

Esposa de Cristo hace suyo el comportamiento del Hijo<br />

de Dios que sale a encontrar a todos, sin excluir ninguno.<br />

En nuestro tiempo, en el que la Iglesia está comprometida<br />

en la nueva evangelización, el tema de la misericordia<br />

exige ser propuesto una vez más con nuevo entusiasmo y<br />

con una renovada acción pastoral. Es determinante para<br />

la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que ella<br />

viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su<br />

lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para<br />

penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar<br />

el camino de vuelta al Padre.<br />

La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De<br />

este amor, que llega hasta el perdón y al don de sí, la<br />

Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por<br />

tanto, donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente<br />

la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en<br />

146<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Meditación<br />

las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en<br />

fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería<br />

poder encontrar un oasis de misericordia.<br />

Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra<br />

del Señor: Misericordiosos como el Padre. El evangelista<br />

refiere la enseñanza de Jesús: «Sed misericordiosos, como<br />

el Padre vuestro es misericordioso» (Lc 6,36). Es un programa<br />

de vida tan comprometedor como rico de alegría<br />

y de paz. El imperativo de Jesús se dirige a cuantos escuchan<br />

su voz (cfr. Lc 6,27). Para ser capaces de misericordia,<br />

entonces, debemos en primer lugar colocarnos a la<br />

escucha de la Palabra de Dios. Esto significa recuperar el<br />

valor del silencio para meditar la Palabra que se nos dirige.<br />

De este modo es posible contemplar la misericordia<br />

de Dios y asumirla como propio estilo de vida».<br />

(Misericordiae Vultus, 14, 12-13).<br />

Oración en silencio.<br />

En el silencio de la adoración eucarística, escuchamos<br />

y meditamos en lo más profundo de nuestro corazón la<br />

Palabra de Dios que nos habla de nuestro Padre celestial<br />

rico en perdón y en misericordia, Palabra que nos trajo<br />

María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia.<br />

María, peregrina en su visita a su prima Isabel, nos enseña<br />

que nuestra vida es también un peregrinar por este<br />

mundo hacia la Casa del Padre, llevando por equipaje el<br />

amor afectuoso y la misericordia entrañable. Somos peregrinos<br />

que vamos sembrando la fe y el amor. Al anunciar<br />

la Buena Noticia de la misericordia de Dios, alegramos<br />

en lo más profundo de su ser a quien está sediento<br />

de la Palabra.<br />

Pero requiere esfuerzo y trabajo, compromiso y sacrificio.<br />

Del mismo modo que a María con Isabel, también<br />

a nosotros nos pide voluntad y entusiasmo para salir<br />

al encuentro de todos los hombres, sin excluir a nadie,<br />

testimoniando con nuestra propia vida esa misericordia<br />

en la que vivimos y que gozamos, para que penetre en<br />

lo más íntimo de cuantos nos rodean y así puedan moverse<br />

a reencontrar el camino de la vuelta al Padre que<br />

los ama.<br />

El amor de Cristo ha de ser nuestra vestidura entrañable,<br />

para que todos con los que vivimos, nos relacionamos o<br />

nos cruzamos en el camino de la vida, encuentren siempre<br />

un oasis de misericordia en medio del mundo.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

147


Cáliz de la Misericordia<br />

Jesús quiere que seamos misericordiosos, como nuestro<br />

Padre celestial es misericordioso. Si lo somos, seremos felices,<br />

llenos de la verdadera alegría y de la paz y transmitiremos<br />

esta misma alegría a nuestros familiares, amigos<br />

y conocidos, a todos los hombres.<br />

Pidamos a Jesucristo Sacramentado que llene nuestro<br />

corazón de su divina misericordia, para que lo que contemplamos<br />

en el Altar y lo que degustamos en el alimento<br />

eucarístico, se haga carne en nosotros. ¡Que el Cáliz<br />

de la Misericordia nos llene y nos haga a todos nosotros<br />

misericordia!<br />

Oración en silencio.<br />

Preces<br />

Por la santa Iglesia de Dios y por nuestro santo Padre el<br />

Papa Francisco: para que muestre a toda la humanidad<br />

el camino del amor y la misericordia, roguemos al Señor.<br />

Por nuestra Iglesia en Valencia y por nuestro Obispo Antonio:<br />

para que transmita la riqueza de la misericordia a<br />

todos los hombres, roguemos al Señor.<br />

Para que Cristo, Palabra del Padre, hecho pan y vino para<br />

la vida eterna, sea conocido y amado por todos los hombres<br />

y les llene con la alegría del Evangelio, roguemos<br />

al Señor.<br />

Por todos los pueblos de la tierra: para que Dios Padre<br />

misericordioso les ayude a realizar su pleno desarrollo y<br />

progreso material y espiritual, en paz y concordia, roguemos<br />

al Señor.<br />

Por las parroquias y comunidades religiosas: para que fomenten<br />

la adoración eucarística y la devoción hacia este<br />

bendito recuerdo de la Última Cena, roguemos al Señor.<br />

Por todos nosotros: para que siempre seamos misericordiosos,<br />

como nuestro Padre celestial es misericordioso,<br />

roguemos al Señor.<br />

148<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Oración<br />

Padre Santo y misericordioso,<br />

tu Hijo Jesucristo en la última Cena<br />

tomó en sus santas y venerables manos<br />

el pan de vida y el cáliz glorioso de nuestra salvación,<br />

y nos entregó su Cuerpo y su Sangre<br />

como memorial de su pasión redentora:<br />

concede a tu Iglesia el don inefable de tu Espíritu Santo,<br />

para que todos los cristianos podamos participar juntos<br />

del único pan y del único cáliz<br />

formando un solo cuerpo y un solo espíritu.<br />

Por Jesucristo nuestro Señor.<br />

R/. Amén.<br />

(Oración de Benedicto XVI ante el Santo Cáliz,<br />

8 de julio de 2006)<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

149


Cáliz de la Misericordia<br />

Comisión<br />

Diocesana de<br />

Pastoral de la<br />

Salud<br />

El Cáliz<br />

de la Misericordia<br />

Dios, que es Padre misericordioso, nos revela en Cristo la<br />

misericordia y nos propone a sus hijos la practiquemos y<br />

seamos testigos de su misericordia.<br />

Jesús, Dios encarnado e identificado “en-con” la persona<br />

humana, igual en todo a ella menos en el pecado, se<br />

acercó a los enfermos para escucharlos, aliviarlos, ayudarlos<br />

y sanarlos dejando en la Iglesia su “ser-estar” con<br />

ellos en los sacramentos de la penitencia, eucaristía y<br />

santa unción.<br />

La Iglesia, que valora al hombre en toda su dignidad,<br />

sabe del sufrimiento de la persona humana, y formula<br />

las “Obras de Misericordia”.<br />

“Visitar y cuidar a los enfermos”, es la propuesta a la que<br />

todos sus hijos estamos llamados a responder y cómo no,<br />

los agentes de pastoral en las Parroquias, comunidades,<br />

hospitales y centros socio-sanitarios.<br />

Nosotros, como parte del Cuerpo místico de Cristo, tenemos<br />

como modelo al mismo Cristo, su enseñanza, su<br />

ejemplo, su mandato… ”…Id y curad…” (Mt 10, 8).<br />

Él, encarnó la ternura de Dios entre los hombres, nos demostró<br />

que nos ama incondicionalmente, se dio totalmente<br />

a la humanidad…<br />

150<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Líneas de<br />

Acción Pastoral<br />

El agente de pastoral, que se acerca a un enfermo, ha de<br />

desarrollar las mismas actitudes que Jesús tuvo con las<br />

personas que sufren:<br />

- Disponibilidad del corazón. Es muy importante que<br />

sea capaz de conmoverse ante el dolor de los demás<br />

y sepa hacer donación de su persona. Para ello se<br />

puede empezar, a ser posible, rezando juntos un salmo,<br />

así se abre el corazón a la alabanza y la petición<br />

a Dios …<br />

- Ver a Cristo en la persona. Vivir su servicio y solidaridad<br />

hasta sus últimas consecuencias. Estar con el<br />

enfermo sin prisas, con presencia de ánimo, con alegría.<br />

Puede leerse un texto apropiado de la Palabra<br />

de Dios.<br />

- Equilibrio. Es imprescindible que sea una persona<br />

equilibrada, discreta, prudente, con capacidad de<br />

humanizar el ambiente en el que desempeña su<br />

ayuda para cristianizarlo.<br />

- Espíritu misionero. El servicio a los que sufren no ha<br />

de ser pensado como una salida económica o profesional,<br />

sino integrado en el mundo de los valores o<br />

como expresión de una vocación. La enfermedad es<br />

el “lugar” de la misión.<br />

- Promover la dimensión evangelizadora de la Pastoral<br />

de la Salud.<br />

- Impulsar una Pastoral de la Salud que haga presente la<br />

fuerza humanizadora, sanadora y de sanación al estilo<br />

de Jesús de Nazaret.<br />

- Revisar y ver si la Pastoral de la Salud aparece en un<br />

lugar preferente, en nuestras parroquias, comunidades,<br />

hospitales,… optando por los enfermos como Jesús de<br />

Nazaret.<br />

- Sensibilizar y acercar a las comunidades parroquiales<br />

al mundo de los enfermos.<br />

- Estimular iniciativas de acercamiento y acogida a las<br />

personas enfermas, familiares y profesionales en la<br />

vida de la Parroquia, Comunidad, ….<br />

- Urgir la formación y el conocimiento de la relación de<br />

ayuda pastoral para el bien de los enfermos.<br />

- Potenciar las relaciones de apertura, diálogo y comprensión<br />

con los centros hospitalarios.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

151


Cáliz de la Misericordia<br />

Eucaristía con<br />

las personas enfermas<br />

Monición de entrada<br />

Nos reunimos en torno a la Mesa del Altar para fortalecer<br />

y expresar la unión con Cristo y los hermanos. Cristo, el<br />

Señor Resucitado, nos invita a amarnos como Él nos ha<br />

amado y a encontrar en la fe del Bautismo la fuerza para<br />

amar y vivir. Unidos a Él podremos amar a cada persona<br />

como Él mismo nos ama.<br />

Estamos llamados a confiar en Dios, con una confianza<br />

que nos transforma y hace que cambie la vida y la sociedad.<br />

Es una confianza que mira hacia delante, libera y<br />

ayuda a los demás, es compromiso transformador: practicar<br />

el perdón, la pobreza, la sencillez, la misericordia…,<br />

viviendo las Bienaventuranzas como las vivió María, durante<br />

toda su vida, dándonos ejemplo.<br />

Que la Eucaristía ayude a nuestra comunidad a tener al<br />

Señor como raíz, centro y modelo de nuestra vida cristiana.<br />

Que su Espíritu nos convierta en testigos de su amor<br />

en medio del mundo.<br />

Oración de los fieles<br />

Con nuestra confianza en el Dios de las Bienaventuranzas,<br />

porque sabemos que sólo esta confianza nos puede<br />

transformar y hacer que cambie la vida y la sociedad, le<br />

hacemos llegar nuestra oración, diciendo:<br />

¡Ayúdanos a confiar en Ti, Señor!<br />

- Por la Iglesia, para que guiada por el Espíritu Santo,<br />

anuncie al mundo, a través de la caridad y la<br />

misericordia, la presencia vivificadora y salvífica de<br />

Jesucristo. Oremos.<br />

- Por quienes sufren abandono, desamor e incomprensión,<br />

para que a sus gastadas fuerzas unan la<br />

esperanza y el ánimo para dirigirse al Padre con total<br />

confianza. Oremos.<br />

- Por los voluntarios que asisten a los enfermos y<br />

cuantos luchan contra la enfermedad, para que sean<br />

fortalecidos en su entrega y su servicio. Oremos.<br />

- Por quienes llevamos el nombre de cristianos, para<br />

que nuestro estilo de vida sea conforme al Evangelio,<br />

y haga presente la amorosa misericordia de Cristo.<br />

Oremos.<br />

- Por nuestra parroquial (comunidad), para que en su<br />

trabajo evangelizador elija siempre la sencillez, la acogida,<br />

el perdón y la entrega, proporcionando un testimonio<br />

eficaz de la solicitud amorosa de Dios. Oremos.<br />

152<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

La Comisión te ofrece:<br />

Ayúdanos, Señor, a vivir confiando en Ti. Haznos fuertes<br />

en la fe y en el servicio a los hermanos y concédenos lo<br />

que mejor nos ayude a caminar siempre en tu presencia.<br />

Por Jesucristo Nuestro Señor.<br />

Oración: María, madre de la esperanza<br />

Oh María, madre de la esperanza<br />

tu que has conocido nuestra fragilidad<br />

a través del sufrimiento de tu Hijo<br />

vuelve tu mirada de Madre<br />

a todo sufrimiento y debilidad humana.<br />

Tu que esperaste contra toda esperanza<br />

junto a la Cruz de tu Hijo<br />

infundiendo fe a los discípulos<br />

confundidos y desilusionados<br />

alcánzanos el consuelo de la esperanza.<br />

Hoy te imploramos, oh Madre de esperanza:<br />

pide a tu Hijo que tenga misericordia<br />

y nos sostenga en los momento más oscuros de la vida;<br />

intercede por nosotros para que vivamos el tiempo<br />

con la esperanza de la eternidad<br />

para contemplar con gozo la gloria de Cristo Resucitado.<br />

Amén.<br />

- Formación mensual para Capellanes de Hospital y<br />

Personas Idóneas.<br />

- Formación mensual para Agentes de Pastoral.<br />

- Grupo de oración misionera.<br />

- Cursos de formación Especialidad Pastoral de la Salud<br />

en el IDCR.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

153


Cáliz de la Misericordia<br />

Comisión<br />

Diocesana de<br />

Enseñanza<br />

Celebración penitencial<br />

<strong>Adviento</strong><br />

154<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Reconciliación<br />

Secundaria<br />

Monición<br />

1. Hoy venimos a celebrar el sacramento de la reconciliación,<br />

pero la verdad es que ¿por qué hay que<br />

pedir perdón al Señor, aquí y ahora?<br />

2. Pues muy sencillo, porque estamos en adviento y<br />

todos los años lo hacemos.<br />

1. Eso no me vale, porque hace 50 años a los niños<br />

los castigaban de rodillas porque siempre se había<br />

hecho y ahora no se hace.<br />

2. Pues ahora que lo dices, ¿por qué será?<br />

3. Pues muy sencillo, porque el niño que va a nacer<br />

quiere traernos la paz, la alegría, el amor de verdad,<br />

y todo eso no puede llegar si se encuentra con<br />

demasiadas dificultades.<br />

1. Y esas dificultades, ¿qué son, nuestros pecados?<br />

2. Eso debe ser.<br />

3. Dios, nuestro Padre, está deseando que seamos<br />

felices y sufre cada vez que uno de nosotros hacemos<br />

algo que no está bien, ya sea hacerle pasar<br />

un mal rato a un compañero, enfadarnos con los<br />

amigos, no hacer caso a nuestros padres o hacernos<br />

daño a nosotros mismos, no estudiando u<br />

otras cosas.<br />

2. A mí me ayuda a querer ser mejor, a fijarme algo<br />

más antes de decir las cosas de cualquier manera.<br />

En el fondo, pensar más en lo que hace felices a los<br />

demás, a mí me hace feliz.<br />

3. Y Dios así, ¿se pone contento?<br />

2. Yo creo que sí, si no ¿para que Jesús iba jugándose<br />

el tipo, perdonando los pecados a quienes deseaban<br />

ser mejores?<br />

Saludo del Presidente<br />

X En el nombre del Padre...<br />

El Señor rompe todo aquello que nos esclaviza. Dichosos<br />

nosotros porque sabemos que nos llama a eliminar<br />

tantas y tantas caretas que hemos puesto en nuestros<br />

rostros que nos impiden mostrarnos como hijos e hijas de<br />

un mismo Padre. Que ese gran don de Dios, su amor, esté<br />

siempre con todos vosotros.<br />

1. Pero en el fondo, ¿Para qué sirve confesarse? Porque<br />

es que a mí me da un montón de vergüenza.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

155


Cáliz de la Misericordia<br />

Oración<br />

Oremos (Pausa).<br />

Padre misericordioso, que nos has reunido en nombre de<br />

tu Hijo para alcanzar misericordia y encontrar gracia que<br />

nos auxilie. Abre nuestros ojos para que descubramos el<br />

mal que hemos hecho; mueve nuestro corazón, para que<br />

con sinceridad nos convirtamos a ti. Que tu amor reúna<br />

de nuevo a quienes dividió y dispersó el pecado; que tu<br />

fuerza sane y robustezca a quienes debilitó su fragilidad;<br />

que el Espíritu vuelva de nuevo a la vida a quienes venció<br />

la muerte; para que, restaurado tu amor en nosotros,<br />

resplandezca en nuestra vida, la imagen de tu Hijo, y así,<br />

con la claridad de esta imagen, resplandeciente en toda<br />

la Iglesia, puedan todos los hombres reconocer que fuiste<br />

Tú, quien enviaste a Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,<br />

que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.<br />

Evangelio<br />

Un día dijo Jesús a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del<br />

mundo. No puede ocultarse una ciudad construida sobre<br />

un monte. No se enciende una vela para taparla con<br />

un cacharro, sino que se pone en el candelero, para que<br />

alumbre a todos los de la casa. Brille vuestra luz ante<br />

los hombres, de modo que, al ver vuestras buenas obras,<br />

glorifiquen a vuestro Padre del cielo”.<br />

Palabra de Dios<br />

(Mt 5, 14-16)<br />

156<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Confesiones individuales<br />

Gesto<br />

Cada uno pasa a confesarse con aquello que ha escrito<br />

en su emoticono y de lo cual está arrepentido. Al terminar<br />

la confesión romperá el emoticono y lo dará al sacerdote<br />

como símbolo de romper con el pecado. A cambio<br />

el sacerdote le entregará un emoticono que represente<br />

los aspectos positivos de ese querer deshacerse de de lo<br />

malo y como símbolo del perdón recibido. Esos emoticonos<br />

se colgarán en el corcho de la clase bajo las cintas,<br />

como muestra de nuestra intención de cambio.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

157


Cáliz de la Misericordia<br />

Reconciliación<br />

Bachillerato<br />

Monición<br />

Hoy venimos a celebrar el sacramento de la reconciliación,<br />

pero no porque toque, sino porque Jesús que va a<br />

nacer quiere “pasarnos su LUZ” y no puede hacerlo si se<br />

encuentra con demasiadas dificultades, y esas dificultades,<br />

son nuestros pecados.<br />

Dios, nuestro Padre, está deseando que seamos felices y<br />

sufre cada vez que uno de nosotros hacemos algo que no<br />

está bien, ya sea hacerle pasar un mal rato a un compañero,<br />

enfadarnos con los amigos, no hacer caso a nuestros<br />

padres o hacernos daño a nosotros mismos, no estudiando,<br />

dejando nuestras responsabilidades de lado u<br />

otras cosas.<br />

A veces nos da vergüenza y decimos que ya hablamos<br />

con Dios, que no hace falta este sacramento, pero cuando<br />

nos confesamos, nos sentimos más fuertes para querer<br />

ser mejores. Y esto no es una simple sensación, si no<br />

que con este sacramento, recibimos de Dios, a través del<br />

sacerdote, la fuerza que nos falta para que esto sea posible.<br />

Ante nuestro pecado, el Señor, nos dice: “Y Tú, ¿De qué<br />

vas?”. Nos invitará a confesar el pecado que está en nosotros<br />

y favorecer con ello nuestra cercanía con el Señor.<br />

Vamos a abrirle a Él nuestro corazón, a arrepentirnos y a<br />

romper con las máscaras que nos impiden mostrar, con<br />

nuestras actitudes y estilo de vida, el rostro de Jesús.<br />

Saludo del Presidente<br />

En el nombre del Padre...<br />

El Señor rompe todo aquello que nos esclaviza. Dichosos<br />

nosotros porque sabemos que nos llama a eliminar<br />

tantas y tantas caretas que hemos puesto en nuestros<br />

rostros que nos impiden mostrarnos como hijos e hijas de<br />

un mismo Padre. Que ese gran don de Dios, su amor, esté<br />

siempre con todos vosotros.<br />

158<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Oración<br />

Oremos (Pausa).<br />

Padre misericordioso, que nos has reunido en nombre de<br />

tu Hijo para alcanzar misericordia y encontrar gracia que<br />

nos auxilie. Abre nuestros ojos para que descubramos el<br />

mal que hemos hecho; mueve nuestro corazón, para que<br />

con sinceridad nos convirtamos a ti. Que tu amor reúna<br />

de nuevo a quienes dividió y dispersó el pecado; que tu<br />

fuerza sane y robustezca a quienes debilitó su fragilidad;<br />

que el Espíritu vuelva de nuevo a la vida a quienes venció<br />

la muerte; para que, restaurado tu amor en nosotros,<br />

resplandezca en nuestra vida, la imagen de tu Hijo, y así,<br />

con la claridad de esta imagen, resplandeciente en toda<br />

la Iglesia, puedan todos los hombres reconocer que fuiste<br />

Tú, quien enviaste a Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,<br />

que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.<br />

Monición al gesto<br />

Vamos ahora a hacer un gesto. Nos ayudará a reflexionar<br />

sobre nosotros mismos y nuestras actitudes. Tenemos<br />

aquí varias figuras con el rostro oculto tras unas caretas<br />

que resumen nuestro modo de ir por la vida. Modos de<br />

vida que denuncian un cristianismo de formas, ritos, de<br />

palabras vacías... Vamos a descubrir estas caretas.<br />

.... Y tú, ¿de qué vas?<br />

1. “La Tentación del poco esfuerzo”<br />

(lector 1, con una careta)<br />

¿Te ocupas de los demás o piensas: “Éste no es mi<br />

problema”?<br />

¿Dices o manifiestas en tu casa: “Esto no me toca,<br />

que lo haga otro”?<br />

¿Te preocupan de los problemas de aquellos que no<br />

tienen tanta suerte como tú o piensas, “esto no hay<br />

quien lo arregle y mejor no complicarse la vida”?<br />

¿Me esfuerzo por corregir la envidia, por perdonar y<br />

dialogar con quienes he tenido una discusión...?<br />

2. “Seguimiento de las ‘Luces superficiales’<br />

y rechazo a luz del Señor”<br />

(lector 2 con una careta)<br />

¿Piensas alguna vez que con lo que gastas en caprichos<br />

podrías hacer feliz a una familia que vive en la<br />

miseria?.<br />

¿Te esfuerzas por destacar más, ser más importante<br />

que los otros, ser el mejor?<br />

¿Te dejas deslumbrar por las marcas, las modas, el<br />

dinero, estrellas de cine y música, más que por la<br />

Palabra de Dios?<br />

¿Vivo con “limpieza de corazón” la sexualidad, o la<br />

vivo obsesionado y dominado por ella?<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

159


Cáliz de la Misericordia<br />

3. “El templo como tranquilizador de conciencias”<br />

(lector 3, con una careta)<br />

¿Cuál es el centro de tu actividad religiosa: el templo<br />

o la persona?<br />

¿A que Dios adoras en las celebraciones litúrgicas: al<br />

Dios del cumplimiento de la norma, del ayuno, precepto<br />

dominical... o al Dios del amor que te libera de<br />

tus ataduras, miedos, egoísmos e individualismo?<br />

El ir a misa o estar en un grupo cristiano ¿provoca en<br />

tu manera de vivir, que las demás personas se sientan<br />

atraídas a la fe, o todo se queda en formas y palabras<br />

bonitas o bien dichas a las que tú no prestas atención?<br />

Aún celebrado la Eucaristía ¿sigues encerrado en<br />

todo lo tuyo? ¿Ves la paja en el ojo ajeno y no ves la<br />

viga en el tuyo?<br />

4. “La mentira, la falsedad, el engaño”<br />

(lector 4, con una careta)<br />

¿He causado daño a los demás con mentiras, afirmando,<br />

cosas que no conozco, o revelando cosas<br />

que se tenían que guardar en secreto?<br />

¿Qué imagen del cristiano reflejas ante los demás?<br />

¿El que se queda en las formas, en los medios... en<br />

las mentiras?<br />

¿Vas por la vida haciendo el papel de “bueno” ante<br />

los demás?<br />

¿Exiges a los demás lo que tú no eres capaz de hacer?<br />

¿Has dado testimonio cristiano con tu conducta o<br />

has actuado con cobardía, con miedo al “qué dirán”?<br />

5. “Indiferencia, falta de sacrificio por el otro”<br />

(lector 5, con una careta)<br />

¿Reconoces y ves a Jesús en los Pobres o renuncias a<br />

identificarlo?<br />

¿Qué se remueve dentro de ti cuando oyes o lees noticias<br />

sobre actos de racismo o xenofobia? ¿Aceptas<br />

a los que son diferentes?<br />

¿Te acuerdas de que hay personas que lo están pasando<br />

mal?<br />

Ante las situaciones de injusticia que hay a mi lado<br />

¿te haces el “despistado” o las denuncias?<br />

¿Paso de largo cuando alguien sufre? ¿Trato a los<br />

demás con indiferencia?<br />

¿Sé renunciar a mi comodidad en favor de los demás?<br />

Presidente<br />

Dejemos un minuto de silencio, para que sin temor, con<br />

toda sinceridad podamos reconocer nuestro pecado concreto<br />

y pedir perdón al Señor. Lo podemos hacer escribiendo<br />

en el emoticono.<br />

160<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Evangelio<br />

Un día dijo Jesús a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del<br />

mundo. No puede ocultarse una ciudad construida sobre<br />

un monte. No se enciende una vela para taparla con<br />

un cacharro, sino que se pone en el candelero, para que<br />

alumbre a todos los de la casa. Brille vuestra luz ante<br />

los hombres, de modo que, al ver vuestras buenas obras,<br />

glorifiquen a vuestro Padre del cielo”.<br />

Palabra de Dios<br />

(Mt 5, 14-16)<br />

Confesiones individuales<br />

Gesto<br />

Cada uno pasa a confesarse con aquello que ha escrito<br />

en su emoticono y de lo cual está arrepentido. Al terminar<br />

la confesión romperá el emoticono y lo dará al sacerdote<br />

como símbolo de romper con el pecado. A cambio<br />

el sacerdote le entregará un emoticono que represente<br />

los aspectos positivos de ese querer deshacerse de de lo<br />

malo y como símbolo del perdón recibido. Esos emoticonos<br />

se colgarán en el corcho de la clase bajo las cintas,<br />

como muestra de nuestra intención de cambio.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

161


Cáliz de la Misericordia<br />

Comisión<br />

Diocesana de<br />

Catequesis Para un taller de<br />

formación<br />

de Catequistas<br />

Dos acontecimiento importantes va a vivir nuestra diócesis<br />

en este curso. Por una parte, el Año Eucarístico del<br />

Santo Cáliz y por otra, en unión con toda la Iglesia, el<br />

Jubileo extraordinario de la Misericordia.<br />

Proponemos, para trabajar con los catequistas, un “taller”<br />

de formación. En el que proponemos para el <strong>Adviento</strong><br />

y la <strong>Navidad</strong>, vamos a conocer un poco más las<br />

“parábolas de la misericordia” del evangelio según san<br />

Lucas. Es un sencillo acercamiento al que, con toda razón,<br />

puede llamarse el “evangelio de la misericordia”.<br />

El método propuesto es muy simple: lectura de la parábola<br />

o parábolas correspondiente, con detenimiento,<br />

contemplando el texto; lectura de la explicación que aquí<br />

ofrecemos; trabajo, personal sobre las preguntas que se<br />

plenatea; puesta en común. Cada grupo de catequistas<br />

puede ordenar el trabajo según sus posibilidades y necesidades.<br />

162<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

San Lucas,<br />

el Evangelio de la Misericordia<br />

Uno de los nombres con los que se conoce el Evangelio de<br />

S. Lucas es el de Evangelio de la misericordia. El nombre<br />

resulta más que adecuado, entre otras cosas, porque el<br />

tema de la misericordia aparece prácticamente desde sus<br />

primeros compases: En el encuentro con su pariente Isabel<br />

en las montañas de Judea, María canta al Dios que<br />

se acuerda “de la misericordia” (Lc 1,54), la cual “llega a<br />

sus fieles de generación en generación” (1,50); Zacarías,<br />

el esposo de Isabel, bendecirá a Dios tras el nacimiento<br />

del hijo bendecirá a Dios y cantará su entrañable misericordia,<br />

considerándola como la explicación última de la<br />

visita salvadora del sol que nace de lo alto (1,78), es decir,<br />

del nacimiento de Jesucristo.<br />

En esa misma línea recoge S. Lucas en el capítulo 15 de<br />

su evangelio una serie de tres parábolas que son conocidas<br />

como parábolas de la misericordia; la importancia<br />

de las mismas en el conjunto del evangelio la acentúa el<br />

hecho de que se hallan incluidas en el camino de Jesús<br />

hacia Jerusalén (9,51-19,29), ocasión en la que el tercer<br />

evangelista concentra significativamente buena parte de<br />

la enseñanza del Profeta de Nazaret. Una parte irrenunciable<br />

de ese mensaje es la misericordia.<br />

La ocasión para<br />

las Parábolas de la Misericordia<br />

A subrayar la importancia de este componente esencial<br />

del mensaje de Jesús contribuye la circunstancia en la<br />

que Jesús contó esas tres parábolas y además las motivó:<br />

las críticas de los fariseos y escribas a Jesús por aceptar<br />

que “todos los publicanos y pecadores” se acercaran a<br />

él para “escucharle” (15,1-2). Las críticas habían resonado<br />

ya casi al comienzo del evangelio, cuando Jesús aceptó<br />

la invitación de Leví a participar en un banquete, en<br />

el que, además del anfitrión, se sentó a la mesa con el<br />

Maestro un gran número de publicanos y otras personas<br />

(5,29-32), seguramente no muy bien vistas por los que se<br />

consideraban justos y despreciaban a los demás (cf. 18,9).<br />

En aquella ocasión Jesús había afrontado las críticas con<br />

dos conocidas sentencias, envuelta la primera en una<br />

metáfora y pronunciaba la otra en lenguaje claro y directo:<br />

“No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No<br />

he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que<br />

se conviertan” (5,31-32). También este contexto lejano es<br />

importante para captar mejor la enseñanza de Jesús: en<br />

él y a través de él Dios anuncia el año de gracia, visita a<br />

su pueblo y actúa su misericordia entrañable en favor de<br />

sus fieles (cf. 4,18-19; 7,11-17).<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

163


Cáliz de la Misericordia<br />

Para el trabajo personal<br />

y la puesta en común (1)<br />

- Has leído esta introducción que, brevemente, justifica el<br />

nombre de “Evangelio de la misericordia” y “Parábolas<br />

de la misericordia”: ¿Habías pensado alguna vez en este<br />

nombre para el Evangelio?<br />

- Muchos se acercan a escuchar a Jesús. Su Palabra es<br />

clara, exigente pero no le falta la misericordia. ¿Es éste<br />

un criterio a utilizar en nuestra catequesis?<br />

- Muchos necesitan escuchar una palabra distinta, no<br />

sólo un mensaje atrayente, sino una persona garantía<br />

de ese mensaje. ¿Somos los catequistas capaces de<br />

transmitir la misericordia con nuestras vidas?<br />

- ¿Cómo actuar con misericordia?<br />

164<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Digamos ahora una palabra sobre<br />

cada una de las tres parábolas:<br />

La oveja y la moneda perdidas<br />

(Lc 15,3-7 y 8-10)<br />

La primera de ellas la ha tomado S. Lucas de la tradición<br />

sobre Jesús que comparte con S. Mateo. De acuerdo con<br />

el papel que otorga en su obra a personajes femeninos<br />

(a Lucas se le llama también “el Evangelio de las mujeres”),<br />

el evangelista añade a esta parábola la de la moneda<br />

perdida, que es estrictamente paralela a la de la<br />

oveja perdida; ello justifica que las consideremos conjuntamente.<br />

En todo caso, ya en la parábola de la oveja perdida se<br />

descubren los componentes fundamentales de todo el<br />

conjunto: ante todo, referencia inicial a personas que tienen<br />

algo (15,3: cien ovejas; 15,8: diez monedas; 15,11: dos<br />

hijos); la pérdida (15,1.6: una oveja; 15,8a.9b: una moneda;<br />

15.12-24.31b: un hijo) y posterior hallazgo de lo se tiene<br />

(15,4.5.6: la oveja; 15,8.9: la moneda; 15,17-24.31: el hijo).<br />

Común a las tres parábolas es también el motivo de la<br />

búsqueda, que halla expresión explícita en las dos primeras<br />

(15,4b: el dueño de las ovejas; 15,8b: la dueña de<br />

las monedas), mientras que puede leerse implícitamente<br />

cuando se señala en la tercera que el padre vio al hijo<br />

cuando todavía estaba lejos (15,20); como si hubiera estado<br />

oteando el horizonte todos los días esperando que<br />

llegara ese momento.<br />

El último motivo común a estas tres parábolas es el de<br />

la alegría por el hallazgo de lo que se había perdido,<br />

así como la invitación a compartir la alegría: 15,6b.9b<br />

y 15,22-24.31a. Cabe señalar que cada una de las tres<br />

elabora este motivo de acuerdo con las características<br />

propias y, sobre todo, que las dos primeras expresan este<br />

motivo en términos muy parecidos y concentran en él la<br />

enseñanza de la parábola: en el cielo se alegran cuando<br />

se convierte un pecador. Frente a la concreción de los sujetos<br />

de la alegría celeste en la parábola de la moneda<br />

perdida (los ángeles: 15,10), la de la oveja perdida mantiene<br />

al final la referencia indirecta pero clara a la circunstancia<br />

que motivó la parábola, es decir, las críticas<br />

de los escribas y fariseos por la actitud de Jesús ante los<br />

pecadores; por ello señala que la alegría del cielo por la<br />

conversión de un solo pecador es mayor que la producida<br />

por los justos que no necesitan convertirse. Tal referencia<br />

desaparece en la segunda parábola, que, sin embargo,<br />

se desarrolla ampliamente en la reacción del hijo mayor<br />

ante la actitud del padre de la tercera.<br />

Un amplio desarrollo adquiere también en la llamada<br />

parábola del hijo pródigo el motivo de la necesidad de<br />

la conversión, que las otras dos apuntan indicando que<br />

la mayor alegría la produce en el cielo la conversión de<br />

un pecador. La misericordia de Dios es infinita, pero no<br />

gratuita. Para poder gozarla es preciso acercarse a ella.<br />

Si las parábolas de la oveja y de la moneda perdida no<br />

desarrollan este aspecto es tal vez porque construyen su<br />

enseñanza en relación con seres inanimados –una oveja<br />

o una moneda. Al vincular dicha enseñanza a una<br />

persona, el hijo menor que abandona la casa, la tercera<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

165


Cáliz de la Misericordia<br />

Para el trabajo personal<br />

y la puesta en común (2)<br />

parábola facilita el amplio desarrollo del motivo de la<br />

conversión, que ocupa tal espacio en el conjunto y además<br />

resulta tan sugestiva que atrae la atención del lector<br />

hasta el punto de distraerlo del mensaje central de esta<br />

y de las otras parábolas: la misericordia de Dios con los<br />

pecadores.<br />

Porque, según el propio evangelista, el objetivo primero<br />

del conjunto de estas tres parábolas y, sobre todo de la<br />

tercera, no es otro que justificar la actitud que adoptó Jesús<br />

con los pecadores a lo largo de su vida, llamándolos<br />

al seguimiento, como ocurrió con Leví; aceptando su invitación<br />

a compartir con ellos la mesa; permitiendo que<br />

lo tocara una mujer pecadora, e incluso invitándose él<br />

mismo a entrar en casa de uno de ellos, como en el caso<br />

de Zaqueo. Estas parábolas son, sin duda, una justificación<br />

extraordinaria e irrefutable de dicha actitud. Y una<br />

llamada a adoptarla permanentemente en la Iglesia.<br />

- Dos parábolas, muy similares, por lo que ocurre. ¿Quién<br />

o a quien hemos perdido en la catequesis? (padres, niños<br />

y niñas, jóvenes, algún buen catequista…). ¿Salimos<br />

a buscarlos?<br />

- En la parábola de la moneda perdida, la mujer protagonista<br />

“barre” la estancia. ¿Qué elementos, costumbres,<br />

“exigencias” de nuestra catequesis hemos de barrer<br />

para encontrar lo que hemos perdido?<br />

- Las dos parábolas terminan con “alegría”, signo de una<br />

actuación misericordiosa. ¿nos produce este sentimiento<br />

nuestra tarea de catequistas o, por el contrario, frustración<br />

y tristeza?<br />

166<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

El Padre misericordioso<br />

(Lc 15,11-31)<br />

La enseñanza de Jesús alcanza su punto culminante en la<br />

tercera de las parábolas, que últimamente se prefiere denominar,<br />

con razón, “del Padre misericordioso”. En efecto, ya se<br />

ha señalado la fuerza que adquiere el relato en la descripción<br />

tanto del comportamiento del hijo desde que pide al<br />

padre la parte de la herencia que le corresponde (15,12-16),<br />

como de sus reflexiones sobre la posibilidad de volver a la<br />

casa paterna y la realización de su propósito (15,17-19). Pero,<br />

precisamente cuando llega este momento, al que se alude<br />

con mucha austeridad (15,20a), el relato se centra en la figura<br />

del padre, que, conmovido por la vuelta del hijo, casi<br />

no escucha su confesión, y lo restituye en su dignidad filial<br />

(15,20b-24). La constatación de la vuelta del hijo, que puede<br />

entenderse muy bien como el punto final de una espera<br />

dolorosa desde el momento de su marcha; la conmoción<br />

experimentada en lo más íntimo, su premura, su abrazo, los<br />

besos con que lo cubre: todo ello contribuye a que el oyente<br />

o el lector de la parábola acoja gozoso su mensaje: Dios<br />

ofrece en Jesús su misericordia a los pecadores.<br />

La mayor extensión de esta tercera parábola y, sobre todo,<br />

el hecho de que todos sus protagonistas sean seres personales,<br />

explica que en ella se desarrollen algunos de los<br />

elementos simplemente apuntados en las dos primeras: el<br />

de la voluntad de conversión, del que ya hemos hablado;<br />

el de la alegría y la necesidad de compartirla, traducida<br />

aquí, antes que nada, en la orden de preparar un banquete<br />

(15,22-24) y, tras la intervención del hijo mayor, en la reiteración<br />

de la necesidad de celebrar aquel banquete y de los<br />

motivos que lo justifican (15,31b); y, muy especialmente, el<br />

del amor misericordioso de Dios, que en Jesús ha “venido…<br />

a llamar a los pecadores a que se conviertan” (Lc 5,32).<br />

Para el trabajo personal<br />

y la puesta en común (3)<br />

- Hablamos muchas veces de la catequesis como proceso,<br />

como itinerario. Y es así: tiempo, experiencia, conocimientos,<br />

acercamiento al Señor… son elementos necesarios,<br />

no automáticos. ¿Los descubro en la parábola<br />

del padre misericordioso?<br />

- Desde esta parábola ¿cuáles son los elementos esenciales<br />

de este proceso?<br />

- ¿Cuál es el papel del catequista? ¿Y el de la comunidad<br />

parroquial?<br />

- ¿En que lugar me sitúo yo? ¿Y la catequesis, tal y como<br />

la tenemos organizada, en la parroquia?<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

167


Cáliz de la Misericordia<br />

COV<br />

Centro de<br />

Orientación<br />

Vocacional<br />

Catequesis<br />

para jóvenes<br />

168<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

“Convertíos y creed<br />

en el Evangelio”<br />

Catequesis<br />

Es la llamada a cambiar de rumbo, a encontrar un camino<br />

propio, a escuchar la voluntad de Dios que nos guía.<br />

Los jóvenes están sedientos de respuestas, necesitados de<br />

cambiar la mirada de un mundo que quiere que caminen<br />

por donde les mande. Dios tiene una respuesta, Dios tiene<br />

un camino, Dios quiere que descubran su vocación.<br />

Pero para cambiar de rumbo es necesario estar dispuesto a<br />

cambiar el destino. Hay que tener confianza y creer que Jesús<br />

es “buena noticia” para ti. Es necesario encontrarse con Él, ponerse<br />

en camino para descubrir que merece la pena escucharle<br />

y descubrir qué quiere de ti. Hay que recorrerlo con la alegría<br />

del que se sabe amado y llamado a amar a los demás.<br />

Descubrir la vocación es también un tiempo de <strong>Adviento</strong>, de<br />

preparación para recibir al Mesías que tiene un nuevo rumbo<br />

para ti. Es necesario ponerse en camino, dejarse guiar para<br />

adorar a Jesús, el Pan que se parte y se comparte. Y dejándole<br />

nacer en tu interior, descubrir que tiene un camino para ti.<br />

Os proponemos hacer un recorrido vocacional de mano<br />

de los Reyes Magos. Ellos se pusieron en camino confiando<br />

en los signos que Dios les enviaba, alegres por adorar<br />

al Único capaz de hacerles cambiar de rumbo.<br />

Lo haremos utilizando los textos del mensaje de San Juan<br />

Pablo II a los jóvenes del mundo con ocasión de la XX<br />

Jornada Mundial de la Juventud 2005 en Colonia. “Hemos<br />

venido a adorarle” (Mt 2,2) es el lema para este encuentro<br />

que presidiría su sucesor, el Papa Benedicto XVI.<br />

Los diferentes momentos del itinerario que se propone,<br />

nos abren las puertas a contemplar ese momento de preparación<br />

y encuentro con Jesucristo. Los Magos salen de<br />

sus comodidades para descubrir la voluntad de Dios y<br />

cambiar radicalmente de vida.<br />

Se sugiere para cada momento:<br />

- una introducción.<br />

- el texto del mensaje de San Juan Pablo II<br />

las citas bíblicas.<br />

- unas preguntas para la reflexión y la contemplación.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

169


Cáliz de la Misericordia<br />

Se pusieron en camino...<br />

La búsqueda siempre implica emprender un viaje. Pero<br />

un viaje desconocido y nada fácil, lleno de dudas. Lanzarse<br />

parece fácil, pero hemos de cuidar la preparación,<br />

especialmente la espiritual. Es un camino para dejar que<br />

hable, que me muestre una Palabra para mí. Pero es momento<br />

de prepararlo bien, ayudar a crear en mi interior<br />

una atmósfera de fe y escucha de la Palabra de Dios.<br />

En verdad, la luz de Cristo ya iluminaba la inteligencia<br />

y el corazón de los Reyes Magos. “Se pusieron<br />

en camino” (Mt 2,9), cuenta el evangelista,<br />

lanzándose con coraje por caminos desconocidos<br />

y emprendiendo un largo viaje nada fácil. No dudaron<br />

en dejar todo para seguir la estrella que habían<br />

visto salir en el Oriente (cfr. Mt 2,2).<br />

¿Estoy dispuesto a emprender un viaje así? ¿Cuáles son<br />

mis inseguridades? ¿Qué estoy preparando en mi vida<br />

para tomar decisiones? ¿Qué espacio ocupa la fe y la escucha<br />

de la Palabra de Dios?<br />

Y la estrella...<br />

iba delante de ellos<br />

Dios no para de poner signos en nuestro camino. No nos<br />

deja nunca de la mano, pero somos incapaces de comprender<br />

lo que nos está enviando porque tenemos la<br />

atención en otras muchas cosas. Hay falsas estrellas que<br />

nos deslumbran, que en el fondo no nos dan la alegría<br />

porque nos llevan a ellas mismas, no nos llevan al que<br />

da la verdadera alegría. Dios nos pone por delante personas,<br />

situaciones, experiencias para poder hablar con<br />

nosotros, para fiarnos.<br />

“Y la estrella... iba delante de ellos, hasta que llegó<br />

y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño”<br />

(Mt 2,9).<br />

Los Reyes Magos llegaron a Belén porque se dejaron<br />

guiar dócilmente por la estrella. Más aún,<br />

“al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría”<br />

(Mt 2,10). Es importante, queridos amigos, aprender<br />

a escrutar los signos con los que Dios nos<br />

llama y nos guía. Cuando se es consciente de ser<br />

guiado por Él, el corazón experimenta una auténtica<br />

y profunda alegría acompañada de un vivo deseo<br />

de encontrarlo y de un esfuerzo perseverante<br />

de seguirlo dócilmente.<br />

¿Qué estrellas ha puesto Dios en tu camino? ¿Quiénes son<br />

verdaderas estrellas que te llenan de alegría? ¿Por qué te<br />

resistes a ser guiado? ¿Has experimentado la verdadera<br />

alegría?<br />

170<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Vieron al niño<br />

con María su madre...<br />

Ese Niño ha venido a transformar tu vida, nuestra vida.<br />

Se hizo pobre entre los pobres para hacerse uno de nosotros<br />

y dar la vida por nosotros. Su amor supera cualquier<br />

cálculo, y su presencia no puede dejarte indiferente. La<br />

normalidad de un niño que nace, se convierte en algo extraordinario<br />

que puede cambiar tu vida como cambió la<br />

historia. Ha venido a dar la vida por nosotros, pudiendo<br />

estar lleno de gloria. La misericordia de Dios ha venido a<br />

transformar nuestras vidas.<br />

Aquel que - como nos recuerda san Pablo - “siendo<br />

rico, se hizo pobre por amor nuestro, para que vosotros<br />

fueseis ricos por su pobreza” (2Cor 8,9).<br />

¿De qué tiene Dios que salvarte? ¿Quién es este Jesús para<br />

ti? ¿Hasta dónde estás dispuesto a amar como Él?<br />

María es también nuestra madre, ¿qué te dice ella hoy a<br />

ti? ¿Con qué mirada te miraría frente al pesebre?<br />

María, en silencio, también se convierte en respuesta<br />

para muchas de nuestras preguntas. Ella es la puerta por<br />

la que Dios ha transformado el mundo.<br />

“Entraron en la casa, vieron al niño con María su<br />

madre” (Mt 2,11). Nada de extraordinario a simple<br />

vista. Sin embargo, aquel Niño es diferente a<br />

los demás: es el Hijo primogénito de Dios que se<br />

despojó de su gloria (cfr. Fil 2,7) y vino a la tierra<br />

para morir en la Cruz. Descendió entre nosotros y<br />

se hizo pobre para revelarnos la gloria divina que<br />

contemplaremos plenamente en el Cielo, nuestra<br />

patria celestial.<br />

¿Quién podría haber inventado un signo de amor<br />

más grande? Permanecemos extasiados ante el<br />

misterio de un Dios que se humilla para asumir<br />

nuestra condición humana hasta inmolarse por<br />

nosotros en la Cruz (cfr. Fil 2,6-8). En su pobreza,<br />

vino para ofrecer la salvación a los pecadores.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

171


Cáliz de la Misericordia<br />

En la “casa del pan”...<br />

El pesebre no se encuentra tan lejos de nuestra vida. El Redentor<br />

se hace presente en la Eucaristía, “el Pan de vida”.<br />

El Niño indefenso se nos ofrece como el alimento de vida<br />

eterna. Pero no sabemos aprovechar la Eucaristía como<br />

ese momento de encuentro con el que nos ama tanto. Tan<br />

cerca y tan lejos, cuando nosotros no le dejamos entrar<br />

en nuestras vidas. Es así como ha decidido darse enteramente<br />

por nosotros, compartirse y alimentarnos con su<br />

cuerpo y con su sangre. Y sin embargo, puedo perderme<br />

esa presencia grande de Jesús sacramentado.<br />

Los Reyes Magos encontraron a Jesús en “Bêtlehem”,<br />

que significa “casa del pan”. En la humilde<br />

cueva de Belén yace, sobre un poco de paja, el<br />

“grano de trigo” que muriendo dará “mucho fruto”<br />

(cfr. Jn 12,24). Para hablar de sí mismo y de su misión<br />

salvífica, Jesús, en el curso de su vida pública,<br />

recurrirá a la imagen del pan. Dirá: “Yo soy el<br />

pan de vida”, “Yo soy el pan que bajó del cielo”, “El<br />

pan que yo le daré es mi carne, vida del mundo”<br />

(Jn 6,35.41.51).<br />

El Niño, colocado suavemente en el pesebre por<br />

María, es el Hombre-Dios que veremos clavado en<br />

la Cruz. El mismo Redentor está presente en el sacramento<br />

de la Eucaristía. En el establo de Belén<br />

se dejó adorar, bajo la pobre apariencia de un neonato,<br />

por María, José y los pastores; en la Hostia<br />

consagrada lo adoramos sacramentalmente presente<br />

en cuerpo, sangre, alma y divinidad, y Él se<br />

ofrece a nosotros como alimento de vida eterna.<br />

La santa Misa se convierte ahora en un verdadero<br />

encuentro de amor con Aquel que se nos ha dado<br />

enteramente. No dudéis, queridos jóvenes, en responderle<br />

cuando os invita “al banquete de bodas<br />

del Cordero” (cfr. Ap 19,9). Escuchadlo, preparaos<br />

adecuadamente y acercaos al Sacramento del Altar,<br />

especialmente en este Año de la Eucaristía que<br />

he querido declarar para toda la Iglesia.<br />

¿Qué actitud tienes al ponerte frente la Eucaristía? ¿Qué<br />

le pides a Dios que alimente en tu vida? ¿Cómo te acercas<br />

al Sacramento del Altar? ¿Cuánto falta por tu parte<br />

para que la Misa sea un verdadero encuentro de amor<br />

con Aquel que se nos ha dado enteramente?<br />

172<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Y postrándose<br />

le adoraron<br />

Estamos poco acostumbrados a postrarnos y adorar. Pero<br />

es el momento de reconocer que es nuestro Señor, nuestro<br />

Salvador, nuestro Creador. Nos bombardean con todo tipo<br />

de modelos, de modas, de elecciones que nosotros no hemos<br />

hecho. Dios quiere liberarte de todo esto, quiere abrir<br />

en tu monotonía una brecha, un camino distinto. ¡¡Pero<br />

cómo nos cuesta!! Quizás es el momento de preguntar menos<br />

y adorar más. Los Magos no hicieron preguntas, ¿y tú?<br />

“Y postrándose le adoraron” (Mt 2,11). Si en el Niño<br />

que María estrecha entre sus brazos los Reyes Magos<br />

reconocen y adoran al esperado de las gentes<br />

anunciado por los profetas, nosotros podemos<br />

adorarlo hoy en la Eucaristía y reconocerlo como<br />

nuestro Creador, único Señor y Salvador.<br />

¡Jóvenes, no creáis en falaces ilusiones y modas<br />

efímeras que no pocas veces dejan un trágico vacío<br />

espiritual! Rechazad las seducciones del dinero,<br />

del consumismo y de la violencia solapada que<br />

a veces ejercen los medios de comunicación.<br />

Adorad a Cristo: Él es la Roca sobre la que construir<br />

vuestro futuro y un mundo más justo y solidario.<br />

Jesús es el Príncipe de la paz, la fuente del perdón<br />

y de la reconciliación, que puede hacer hermanos<br />

a todos los miembros de la familia humana.<br />

¿Ante cuántas cosas te postras y adoras aún sin ser consciente?<br />

¿Sobre qué quieres construir tu futuro? ¿Qué seguridades<br />

estás buscando?<br />

Abrieron sus cofres<br />

y le ofrecieron dones...<br />

Nos presentamos ante Jesucristo con las manos vacías, o<br />

al menos así nos lo parece. Pero tenemos los mayores dones<br />

que ofrecer. Los Magos ofrecieron lo mejor que tenían,<br />

porque reconocían en aquel niño al Mesías. Nosotros no<br />

siempre estamos dispuestos a desprendernos de lo más<br />

valioso, nos cuesta dar la vida por otros, nos cuesta entregar<br />

la libertad por amor, nos cuesta orar de corazón,<br />

nos cuesta ser agradecidos. Pero esta es la oportunidad,<br />

frente a Dios mismo vuelvo a poder dar parte de mí.<br />

“Abrieron sus cofres y le ofrecieron dones de oro,<br />

incienso y mirra” (Mt 2,11). Los dones que los Reyes<br />

Magos ofrecen al Mesías simbolizan la verdadera<br />

adoración.<br />

Queridos jóvenes, ofreced también vosotros al Señor<br />

el oro de vuestra existencia, o sea la libertad<br />

de seguirlo por amor respondiendo fielmente a su<br />

llamada; elevad hacia Él el incienso de vuestra<br />

oración ardiente, para alabanza de su gloria; ofrecedle<br />

la mirra, es decir el afecto lleno de gratitud<br />

hacia Él, verdadero Hombre, que nos ha amado<br />

hasta morir como un malhechor en el Gólgota.<br />

¿Qué estás dispuesto a ofrecer? ¿Qué te guardas? ¿A qué<br />

tienes miedo? ¿La libertad de seguirlo por amor? ¿La oración<br />

ardiente? ¿El afecto lleno de gratitud hacia Él? ¿Estás<br />

dispuesto a ofrecerle tu vida y responder a su llamada?<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

173


Cáliz de la Misericordia<br />

Se retiraron a su país<br />

por otro camino...<br />

El encuentro con el Mesías, no deja indiferente a nadie. Es<br />

el cambio de camino de los que se han convertido, aquellos<br />

que quieren aproximarse y parecerse a Aquel con el<br />

que se han encontrado. Es cuestión de hacerse preguntas<br />

valientes, de escuchar la voluntad de Dios para saber<br />

que puedo alcanzar la felicidad. Hay que estar dispuesto<br />

a cambiar de lleno.<br />

“Se retiraron a su país por otro camino” (Mt 2,12).<br />

El Evangelio precisa que, después de haber encontrado<br />

a Cristo, los Reyes Magos regresaron<br />

a su país “por otro camino”. Tal cambio de ruta<br />

puede simbolizar la conversión a la que están llamados<br />

los que encuentran a Jesús para convertirse<br />

en los verdaderos adoradores que Él desea<br />

(cfr. Jn 4,23-24). Esto conlleva la imitación de su<br />

modo de actuar transformándose, como escribe el<br />

apóstol Pablo, en una “hostia viva, santa, grata a<br />

Dios”. Añade después el apóstol de no conformarse<br />

a la mentalidad de este siglo, sino de transformarse<br />

por la renovación de la mente, “para que<br />

sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, buena,<br />

grata y perfecta” (cfr. Rom 12,1-2).<br />

Escuchar a Cristo y adorarlo lleva a hacer elecciones<br />

valerosas, a tomar decisiones a veces heroicas.<br />

Jesús es exigente porque quiere nuestra auténtica<br />

felicidad. Llama a algunos a dejar todo para que<br />

le sigan en la vida sacerdotal o consagrada. Quien<br />

174<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

advierte esta invitación no tenga miedo de responderle<br />

“sí” y le siga generosamente. Pero más allá<br />

de las vocaciones de especial consagración, está<br />

la vocación propia de todo bautizado: también es<br />

esta una vocación a aquel “alto grado” de la vida<br />

cristiana ordinaria que se expresa en la santidad<br />

(cfr. Novo millennio ineunte, 31). Cuando se encuentra<br />

a Jesús y se acoge su Evangelio, la vida<br />

cambia y uno es empujado a comunicar a los demás<br />

la propia experiencia.<br />

Es hora de hacerse grandes preguntas. ¿Qué te impide responder<br />

“sí” a seguirle? ¿Cómo quieres imitar a aquel que<br />

ha venido a transformarte? ¿Cuál es la voluntad de Dios<br />

en tu vida?<br />

Himno JMJ Colonia 2005<br />

“Venimus adorare eum, Emmanuel”<br />

https://www.youtube.com/watch?v=yDkO<br />

OF3Guxk&list=RDyDkOOF3Guxk#t=1<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

175


Cáliz de la Misericordia<br />

COV<br />

Centro de<br />

Orientación<br />

Vocacional Catequesis<br />

para niños<br />

176<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

“Convertíos y creed<br />

en el Evangelio”<br />

Catequesis<br />

En el principio Dios creó al hombre por Amor y para el Amor.<br />

El hombre, siendo amigo de Dios era muy feliz. Pero poco a<br />

poco se va separando de Dios, porque tiene miedo de sus<br />

castigos, porque no sabe amar a los demás, ni siquiera sabe<br />

amarse a sí mismo. El hombre empieza a sufrir mucho porque<br />

se separa del Amor. Pero entonces aparece la compasión<br />

de Dios, que quiere salvar al hombre de su sufrimiento.<br />

Para ello elige a unos amigos, los profetas, que transmiten<br />

a los pueblos que Dios ama al hombre y que como lo ama<br />

tanto va a enviar un Salvador. El pueblo espera y reza deseando<br />

que el Salvador que Dios ha prometido, llegue.<br />

Pasa el tiempo hasta que Dios ve que ha llegado la hora,<br />

entonces elige a una joven, María, y a un joven, José,<br />

para que sean los papás del Salvador y formen una familia,<br />

una familia al gusto de Dios. Dios habla con María<br />

y José a través de unos ángeles y ellos le dicen “Sí” al<br />

Señor. En el tiempo hasta que nace el Niño, sus Padres<br />

creen, esperan y aman, contemplan el misterio y preparan<br />

la llegada de Jesús, Salvador.<br />

El <strong>Adviento</strong> es este camino de espera hasta que se cumple<br />

la promesa que Dios hizo al hombre: la venida del Salvador.<br />

Y en este camino se nos invita a ponernos en marcha,<br />

a tener esperanza, el Señor va a cumplir su promesa<br />

pronto. Esa invitación llega ahora a mi vida. También yo<br />

espero salir de mi pecado. También yo necesito sentir el<br />

Amor misericordioso y fiel de mi Padre, que no me abandona<br />

ni siquiera después de mi pecado.<br />

El Salvador llega. Juan lo anuncia. La voz que suena en<br />

el desierto llega hasta nosotros: “El tiempo se ha cumplido<br />

y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el<br />

Evangelio” (Mc 1,15-16).<br />

Con la llegada de Jesús se anuncia la llegada del Reino<br />

de Dios, ¿En qué consiste ese Reino? En vivir según lo que<br />

Dios quiere y espera de los hombres: amor, justicia, solidaridad,<br />

fraternidad, libertad, compasión, paz,….<br />

En este camino se nos invita a la conversión: adecuar<br />

nuestra vida a los deseos de Dios. La conversión es un<br />

cambio, un sí total de entrega a Jesús. La conversión no<br />

exige estar libre de pecado pero si exige la reconciliación,<br />

y es tarea de toda una vida, de cada circunstancia, de<br />

cada momento. Todos tenemos necesidad de conversión,<br />

los creyentes y los no creyentes. Éste es el tiempo oportuno,<br />

un tiempo de gracia.<br />

Por último se nos invita a creer en el Evangelio, a desear<br />

que se cumpla en nuestra vida y que sea nuestra referencia.<br />

¡Cómo no correr llenos de entusiasmo hacia el portal de<br />

Belén cuando es Dios mismo quien viene al encuentro del<br />

hombre!<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

177


Cáliz de la Misericordia<br />

Juego<br />

Primera parte:<br />

Representación de la historia desde la creación del hombre<br />

hasta el nacimiento de Jesús haciendo hincapié en<br />

los personajes que se alejan de Dios (cojo, ciego, deprimido,…).<br />

En el teatro: que Dios les haga la promesa del<br />

Reino, de la Vida eterna.<br />

En el principio Dios creó al hombre por Amor y<br />

para el Amor. El hombre, siendo amigo de Dios era<br />

muy feliz. Pero poco a poco se va separando de<br />

Dios, porque tiene miedo de sus castigos, porque<br />

no sabe amar a los demás, ni siquiera sabe amarse<br />

a sí mismo (está ciego, cojo, impedido, triste,…) El<br />

hombre empieza a sufrir mucho porque se separa<br />

del amor. Pero entonces aparece la compasión de<br />

Dios, que quiere salvar al hombre de su sufrimiento.<br />

Para ello elige a unos amigos, los profetas, que<br />

transmiten a los pueblos que Dios ama al hombre<br />

y que como lo ama tanto va a enviar un salvador.<br />

El pueblo espera y reza deseando que el Salvador<br />

que Dios ha prometido, llegue.<br />

Haremos 8 grupos con los niños. Los personajes serán<br />

8 monitores disfrazados pero cada uno con una minusvalía<br />

distinta.<br />

Ciego ......................................................................................... ojos<br />

Sordo .................................................................................. oídos<br />

Manco ........................................................................ manos<br />

Cojo ................................................................................................ pies<br />

Mudo ..................................................................................... boca<br />

No puede amar .............................. corazón<br />

No piensa ............................................................. mente<br />

Estrés ........................................................................... tiempo<br />

Estos estarán distribuidos en las diferentes pruebas y tras<br />

haber narrado la historia, los niños averiguarán su problema,<br />

para a continuación realizar la prueba. Los grupos<br />

de niños no cambiarán de prueba hasta que no lo indique<br />

el silbato, y cambiarán de menor a mayor número<br />

es decir de la 1 a la 2 y no de la 2 a la 1.<br />

Cada personaje les contará una historia y los niños deberán<br />

decirle dónde se ha equivocado. Les preguntará<br />

si a ellos les ha ocurrido alguna vez. Habrá que hacerles<br />

ver que somos como estos personajes, que nos falta fe,<br />

que el pecado nos lleva a la tristeza y que necesitamos<br />

un salvador, que necesitamos convertirnos cada día. En<br />

cada prueba se les dará unas letras para resolver el panel<br />

final.<br />

178<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Ciego: “El otro día estaba en casa, mis padres me han<br />

prohibido jugar con la Wii pero se marcharon de cena con<br />

los amigos y como estaba yo solo decidí que podía jugar.<br />

¿Por qué estoy triste?”.<br />

Prueba 1. Ciego<br />

Guiar por circuito con ojos vendados. Letras A, C.<br />

Sordo: “Mi madre estaba en la cocina mientras yo estaba<br />

mirando la tele me pidió por favor que pusiera la mesa. A<br />

mi no me apetecía así que subí el volumen de televisión.<br />

Ahora estoy triste. ¿Qué me pasa?”.<br />

Prueba 2. Sordo<br />

Barrera del sonido. Descifrar lo q me dice el compañero<br />

del otro lado mientras otros chillan impidiéndome<br />

escuchar.<br />

Cojo: “El domingo estuve en casa de un amigo todo el<br />

día, al día siguiente mi padre me dijo que no me olvidara<br />

de recoger el pan pero yo estaba muy cansado así que<br />

mande a mi hermana pequeña. Ahora no sé qué me pasa.<br />

¿Qué creéis vosotros?”.<br />

Prueba 3. Cojo<br />

Ir a la pata coja con un vaso de agua. Letras E, N.<br />

Manco: “Mi amigo Esteban me pidió el balón de futbol<br />

que me acababan de regalar pero es mi favorito y le dije<br />

que no. ¡Estoy triste! ¡Muy triste!<br />

Prueba 4. Manco<br />

Adivinar que moneda es solo con el tacto con las<br />

manos por la espalda. Letras I, Y, R.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

179


Cáliz de la Misericordia<br />

Mudo: “Me llamo María. Todos los Domingos voy a misa<br />

con mis padres y mis amigos de clase siempre me preguntan<br />

cosas de la iglesia pero yo digo que no sé nada.<br />

¿Por qué no estoy contenta?<br />

Prueba 5. Mudo<br />

Teléfono loco con signos. Letras O, V.<br />

Corazón: “Como es típico todos los sábados vamos a comer<br />

a casa de mi abuela pero a mí no me apeteció ir y me<br />

quede en casa. ¿Hice lo correcto?<br />

Prueba 6. Corazón<br />

De la palabra AMOR sacar otras 4 que empiecen<br />

por esas letras. Letras U, S.<br />

Mente: “De mayor quiero ser Medico pero para ello he de<br />

estudiar mucho… mis padres me lo dicen todos los días<br />

pero yo prefiero chatear en Internet. ¿Creéis que me equivoco?”.<br />

Prueba 7. Mente<br />

Acordarse del mayor número de objetos colocados<br />

en una mesa. Se los enseñamos unos segundos y<br />

los tapamos. Letras L, G.<br />

Tiempo: “Me levanto a las 8 de la mañana, luego desayuno<br />

un buen tazón de leche con cereales y voy a clase<br />

toda la mañana y tarde .Por la tarde voy a repaso, clases<br />

de violín y natación. Estudio 3 horas diarias. Al acabar el<br />

día estoy muy cansada. ¿Qué creéis que me pasa?<br />

Prueba 8. Tiempo<br />

Resolver operaciones matemáticas sencillas al<br />

mismo tiempo que se salta a la comba. Letras T, D.<br />

180<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Segunda parte:<br />

Pasa el tiempo hasta que Dios ve que ha llegado<br />

la hora, entonces elige a una joven: María y a un<br />

joven: José, para que sean los papás del Salvador<br />

y formen una familia, una familia al gusto de<br />

Dios. Dios habla con María y José a través de unos<br />

ángeles y ellos le dicen “Sí” al Señor. En el tiempo<br />

hasta que nace el niño, sus padres creen, esperan y<br />

aman, contemplan el misterio y preparan la llegada<br />

de Jesús, salvador.<br />

(Nace el niño y salen los personajes anteriores a<br />

adorar al niño en el portal y se despojan de sus<br />

ataduras y minusvalías)<br />

Finalmente entre todos se descubre el panel con las letras<br />

donde pondrá:<br />

“Convertíos y creed en el Evangelio” y se les explicará<br />

a los niños el significado de conversión, que estamos en<br />

un tiempo de gracia que Dios nos regala y que hemos de<br />

aprovecharlo, ¿cómo? (poner ejemplos de su vida diaria<br />

donde puedan sentirse reflejados).<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

181


Cáliz de la Misericordia<br />

Comisión<br />

Diocesana<br />

de Misiones<br />

<strong>Adviento</strong><br />

Misionero 2015<br />

Presentación<br />

Cuando estamos a punto de inaugurar el Año de la Misericordia,<br />

comenzamos el <strong>Adviento</strong> 2015. Deseamos que<br />

tenga un marcado acento misionero.La palabra “Gracias”<br />

se hará presente en cada una de las semanas e invitará,a<br />

los niños y a sus animadores,a esperar la venida del Señor<br />

desde el agradecimiento por todo lo que supone que<br />

Dios envíe a su Hijo para ayudarnos a encontrarnos con<br />

Él con más facilidad.<br />

182<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Sembradores de estrellas<br />

Objetivos<br />

- Proporcionar a los agentes de pastoral una ayuda<br />

para que los niños descubran la naturaleza del <strong>Adviento</strong><br />

como tiempo de preparación personal, y comunitaria,<br />

para recibir a Jesús en <strong>Navidad</strong>.<br />

- Integrar en esta actividad el proceso de preparación<br />

de la Jornada de Infancia Misionera, teniendo presente<br />

el lema de este año, “Gracias”.<br />

- Colaborar con los educadores para que los niños,<br />

desde la escucha de la Palabra de Dios y la oración,<br />

descubran la dimensión misionera que conlleva la<br />

acogida de Jesús en nuestras vidas.<br />

- Ayudar a las familias a acompañar a los niños en la<br />

realización de las actividades y de los signos que les<br />

proponemos para vivir con espíritu misionero este<br />

tiempo litúrgico.<br />

Esta actividad pastoral nació con el deseo de destacar el<br />

carácter misionero de la <strong>Navidad</strong>.Los que esperamos el<br />

nacimiento de Jesús sabemos que no podemos quedarnos<br />

para nosotros ese gran regalo. Es necesario correr la<br />

voz y comunicar esa buena noticia a los que nos encontremos<br />

en nuestras calles y plazas.<br />

Por otro lado, tiene también la dimensión de la gratitud.<br />

Los mismos niños que, con motivo del DOMUND, han pedido<br />

ayuda para los misioneros, ahora regalan, en nombre<br />

de estos, una estrellita como signo de gratitud por la<br />

limosna que en su momento entregaron para la labor<br />

misionera.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

183


Cáliz de la Misericordia<br />

Domingo 1º de <strong>Adviento</strong><br />

29 de noviembre<br />

“Mirad que llegan días...”<br />

(Jeremías 33,14)<br />

“Esperanza”<br />

Motivación<br />

Jeremías se dirige al pueblo de Israel en esos años duros<br />

del destierro. Están lejos de su país. El pasaje que proclamamos<br />

hoy pretende infundir esperanza en el pueblo.<br />

Invita a todos a mirar más allá de la realidad presente<br />

y a pensar que Dios no los ha abandonado y que está a<br />

punto de llegar el día en que va a cumplir la promesa de<br />

acudir en su ayuda.<br />

Una característica esencial del <strong>Adviento</strong> es la esperanza.<br />

roponemos dedicar este tiempo litúrgico a la preparación<br />

del corazón para la llegada de Jesús.<br />

Signos<br />

La primera semana de <strong>Adviento</strong> habla de una esperanza<br />

activa, para que no pase el tiempo sin más.Es necesario<br />

invitar a los niños a aprovechar el tiempo, llenando de<br />

alegría e ilusión todo lo que les rodea.<br />

Para ello, se proponen dos signos que pueden ser presentados<br />

durante la celebración de la eucaristía o, si esto no<br />

es posible, en la clase o lugar de la catequesis:<br />

- Un reloj, suficientemente grande como para que se<br />

vea a cierta distancia. Es una manera de expresar la<br />

esperanza con la ilusión de prepararnos para la la<br />

celebración de la llegada de Jesús en la <strong>Navidad</strong>,<br />

en la noche del 24 de diciembre.Es necesario que el<br />

reloj no se pare, que el tiempo no se detenga.<br />

- Unas pinturas de cera y un dibujo a medio colorear,<br />

con la propuesta de culminar la tarea iniciada. El <strong>Adviento</strong><br />

invita a vencer la tentación del abandono cuando<br />

aparecen el cansancio y las ganas de dejarlo todo.<br />

Compromiso<br />

Proponer a los niños:<br />

- Esforzarse para aprovechar el tiempo con el fin de<br />

estar preparados para la llegada de Jesús.<br />

- Colaborar con otros en este camino, porque hemos<br />

de llegar juntos a la meta.<br />

184<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Domingo 2º de <strong>Adviento</strong><br />

6 de diciembre<br />

“Siempre que rezo por vosotros...”<br />

(Filipenses 1,4)<br />

“Oración”<br />

Motivación<br />

Pablo escribe una carta a los cristianos de Filipos y, después<br />

del saludo, les dice que reza por ellos.Y, además,<br />

añade que lo hace con alegría. En esta segunda semana<br />

de <strong>Adviento</strong> nos fijamos en la oración, que es la mejor<br />

manera de recorrer el camino de esperanza iniciado la<br />

semana pasada.<br />

La oración es el mejor medio para ayudar a los demás, a<br />

los que están cerca y también a los que están lejos. Rezar<br />

“por” los misioneros que necesitan nuestra ayuda y rezar<br />

“con” los misioneros, para que Dios nazca también en<br />

aquellos lugares donde ellos están.<br />

Signos<br />

Permanecen a la vista de los niños el reloj, que no ha dejado<br />

de funcionar marcando el paso del tiempo, y el dibujo,<br />

que se está ultimando con la colaboración de todos.<br />

Ahora incorporamos dos nuevos signos:<br />

- La revista GESTO. Su último número está dedicado a la<br />

<strong>Navidad</strong>. A través de ella, los pequeños lectores pueden<br />

conocer cómo viven otras personas, otros niños como<br />

ellos. Interesa saber qué les pasa, cuáles son sus alegrías<br />

y sus necesidades.Solamente conociendo, estando<br />

informados, podemos pedir al Padre lo que necesitan.<br />

- El rosario misionero. Cada uno de sus misterios lleva<br />

el color de un continente. Un niño misionero reconoce<br />

que Jesús nace para todos.Además, estamos cerca de<br />

la Inmaculada, y con el rosario expresamos también<br />

que María es madre de todos los misioneros.<br />

Compromiso<br />

Plantear a los niños la posibilidad de:<br />

- Revisar las oraciones que saben y que suelen practicar.Para<br />

ello,se les puede presentar el folleto Oraciones<br />

del niño misionero y rezar juntos alguna de ellas.<br />

- San Pablo invitaba a los fieles de Filipos a la oración<br />

de acción de gracias. Aunque al rezar solemos pedir<br />

muchas cosas, la oración que más gusta a Jesús es<br />

la acción de gracias y de alabanza.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

185


Cáliz de la Misericordia<br />

Domingo 3º de <strong>Adviento</strong><br />

13 de diciembre<br />

“Estad siempre alegres”<br />

(Filipenses 4,4)<br />

“Alegría”<br />

Motivación<br />

Ya está próxima la <strong>Navidad</strong>,y las lecturas de este tercer<br />

domingo de <strong>Adviento</strong> tienen,como tema común, la alegría.<br />

No hay nada más cercano y propio de los niños que<br />

la alegría. Un niño es alegre por naturaleza.<br />

La esperanza, alimentada con la oración y el servicio a<br />

los demás, ofrece la alegría como uno de sus frutos.La<br />

alegría es un deseo profundamente arraigado también<br />

en el corazón de los adultos.¡Cuántas actividades realizamos<br />

con el afán de estar alegres! Y al final del día, agradecemos<br />

los momentos que nos han ayudado a estar<br />

contentos y hacer cuanto estaba de nuestra parte para<br />

hacer felices a los demás.<br />

Signos<br />

En algún lugar de la iglesia se colocan los signos que<br />

hemos ido incorporando a la catequesis: reloj, lámina de<br />

colorear, Gesto y rosario. A ellos se suman los que se proponen<br />

para esta tercera semana:<br />

- La Hucha del Compartir.Ayudar a los demás nos<br />

hace sentir útiles y colaboradores para hacer un<br />

mundo mejor. Con ella se quiere significar la belleza<br />

del compartir, no solo el dinero u otras cosas materiales,<br />

sino también nuestro tiempo para acompañar,<br />

ayudar en clase y en casa, etc.<br />

Compromiso<br />

Ante la inmediatez de la <strong>Navidad</strong>, sugerimos que los niños:<br />

- Tomen una Hucha del Compartir para que, una vez<br />

comprendido su sentido, la lleven a casa para ponerla<br />

junto al belén o el árbol de <strong>Navidad</strong>. Se puede<br />

presentar en la misa del día de Infancia Misionera<br />

—24 de enero— para expresar cómo estos niños<br />

han compartido sus cosas.<br />

- Asuman el compromiso de colaborar en la clase, en<br />

casa o dentro del grupo de amigos, y de participar<br />

en la Jornada de Sembradores de Estrellas.<br />

- Una pandereta, instrumento necesario para acompañar<br />

los villancicos. Con ella se expresa la alegría<br />

ante la llegada de Jesús.Queremos manifestar también<br />

nuestra alegría ante la vida y ante el futuro,<br />

porque miramos con confianza la palabra de Dios.<br />

186<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Domingo 4º de <strong>Adviento</strong><br />

20 de diciembre<br />

“Pequeña entre las aldeas”<br />

(Miqueas 5,1)<br />

“Cosas pequeñas”<br />

Motivación<br />

Muchos viven o vivimos en grandes ciudades, en grandes<br />

edificios. Nos deslumbran los grandes coches... Es una sociedad<br />

que está obsesionada con la grandeza.Desde esta<br />

perspectiva, se corre el riesgo de no dar valor a lo pequeño.Esto<br />

puede ser un problema,porque nuestra vida se va<br />

haciendo, en su mayor parte, de cosas pequeñas y, a veces,<br />

rutinarias y monótonas.No sabemos disfrutar y agradecer<br />

esas pequeñas cosas que tenemos, y nos deslumbran<br />

las cosas grandes que no están a nuestro alcance.<br />

Las lecturas de este domingo nos presentan el deseo de Dios<br />

de fijarse en lo pequeño para hacer grandes maravillas.<br />

Signos<br />

Compromiso<br />

Se acerca la <strong>Navidad</strong>.Para que los niños puedan vivir<br />

este tiempo de fiesta y de encuentro con Jesús, se proponen<br />

estos compromisos, que, aunque parezcan pequeños,<br />

son sumamente importantes:<br />

- Intentar cada día una pequeña acción de ayuda y<br />

colaboración en las tareas de la casa.<br />

- Saludar a Jesús o hablar con Él por medio de un villancico,<br />

o bien con alguna de las Oraciones del niño<br />

misionero.<br />

- Compartir con otros niños la revista Gesto, en especial<br />

las páginas 12 y 13 de este número de <strong>Navidad</strong>,<br />

dedicadas a la figura del profeta Miqueas.<br />

A los de las tres semanas precedentes, se suman dos nuevos<br />

signos misioneros:<br />

- Un tornillo, en comparación con el conjunto del coche<br />

o de la maquinaria, es prácticamente insignificante;<br />

pero es suficiente la pérdida de un tornillo, o<br />

que ese pequeño tornillo esté flojo, para que el coche<br />

o la maquinaria no funcione.<br />

- Una semilla, un pequeño bulbo.De él salen después<br />

unas flores maravillosas. Queremos unirnos a ese<br />

sentimiento de María, cuando reconoce que el Señor<br />

ha hecho obras grandes en Ella, y que enaltece a los<br />

pequeños.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

187


Cáliz de la Misericordia<br />

Sembradores<br />

de estrellas<br />

Ambientación<br />

Si es en la parroquia, comenzamos desde un lugar próximo<br />

al belén. Si es en el colegio, o en los salones parroquiales,<br />

procuramos que, de alguna forma, estén presentes<br />

las figuras centrales del nacimiento. En ambos casos,<br />

es importante tener muy cerca los signos que durante el<br />

tiempo de <strong>Adviento</strong> se han ido viviendo cada semana.<br />

El acto se ha preparado previamente con ensayo de villancicos<br />

y con el material necesario para el envío, sobre<br />

todo con la certeza de que los niños serán acompañados<br />

por los animadores.<br />

Canto de inicio<br />

Villancico.<br />

Saludo y ambientación<br />

Bienvenidos todos a esta celebración del envío.Es una<br />

suerte contar con este grupo de niños, niñas y jóvenes<br />

que, acompañados de sus animadores, catequistas o familiares,<br />

quieren salir a las calles para llevar la alegre<br />

noticia de que Jesús nace para todos.<br />

Alguno puede pensar que ese anuncio ya no es una noticia.Se<br />

equivoca:hay muchas personas que aún no han recibido<br />

el Evangelio, y otras que lo han olvidado. El papa<br />

san Juan Pablo II nos dijo en una de sus encíclicas que<br />

“esta misión se halla todavía en sus comienzos”.<br />

Como bautizados sabemos que somos misioneros, y por<br />

eso hoy salimos a la calle con nuestros cantos, nuestras<br />

sonrisas y nuestras estrellas para anunciar el nacimiento<br />

de Jesús.<br />

Lectura (Lucas 2, 8-15)<br />

El texto se puede representar o leer a varias voces.<br />

El que preside o coordina la celebración puede hacer<br />

alusión a la tarea de los ángeles de traer una noticia tan<br />

extraordinaria a la tierra y, además, hacerlo con alegría.<br />

Los niños y jóvenes asumen ahora la función de los ángeles<br />

y van a ser emisarios que lleven, con alegría, la noticia<br />

del nacimiento de Jesús a los que se encuentren en<br />

las calles y plazas.<br />

188<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Peticiones<br />

A cada petición respondemos: “Que brille tu luz, Señor”.<br />

Es conveniente que las peticiones se hayan preparado<br />

antes, en la clase o en los grupos, y que ahora algunos<br />

niños o jóvenes las hagan, en nombre de todos. Pueden<br />

servir también las siguientes:<br />

Para que nadie se quede sin saber que en <strong>Navidad</strong><br />

“Tú naces para todos”.<br />

Ayúdanos a llevar tu luz a los demás.<br />

R/. Que brille tu luz, Señor.<br />

Para que todas las personas descubran<br />

la alegría de tu amistad.<br />

Ayúdanos a llevar tu luz a los demás.<br />

R/. Que brille tu luz, Señor.<br />

Para que los niños que pasan necesidades<br />

sientan la alegría de nuestro compartir.<br />

Ayúdanos a llevar tu luz a los demás.<br />

R/. Que brille tu luz, Señor.<br />

Para que seamos misioneros<br />

sembrando nuestra ciudad (o pueblo) de estrellas.<br />

Ayúdanos a llevar tu luz a los demás.<br />

R/. Que brille tu luz, Señor.<br />

Envío<br />

Después de explicar cómo se van a sembrar las estrellas,<br />

se bendicen, y también a los sembradores.<br />

Antes de salir, tomamos conciencia de que somos enviados<br />

por la Iglesia para realizar esta misión. Aceptamos el<br />

envío diciendo: “SÍ, QUIERO”.<br />

¿Queréis llenar las calles de alegría, amor e ilusión?<br />

R/. SÍ, QUIERO.<br />

¿Queréis anunciar a todos que Jesús viene<br />

a nacer en nuestro corazón?<br />

R/. SÍ, QUIERO.<br />

¿Queréis llevar el amor de Dios a todos los<br />

que viven tristes, solos y olvidados?<br />

R/. SÍ, QUIERO.<br />

En nombre de Dios os bendigo , en nombre de Jesús os<br />

envío y en nombre de la Iglesia os acompaño.<br />

Canto final<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

189


Para la PARROQUIA<br />

Propuesta<br />

de CANTOS<br />

Los cantos que proponemos se pueden encontrar en:<br />

- Cantoral Litúrgico Nacional<br />

(Coeditores Litúrgicos)<br />

Secretariado Nacional de Liturgia. Madrid (CLN)<br />

- Cantoral de Misa Domincal<br />

(Centre de Pastoral Litúrgica)<br />

Barcelona (MD)<br />

- Cantate Domino<br />

(Parròquia Sant Jaume Apòstol)<br />

Algemesí (Valencia) (CD)<br />

El Animador puede elegir el canto que considere más<br />

apropiado. Téngase en cuenta que en el criterio de la selección<br />

debe tenerse en consideración el texto del canto<br />

(o cantos), más que la música.<br />

Si no se conoce la música se puede buscar la partitura:<br />

los tres cancioneros que proponemos tienen edición de<br />

sólo letra y también de partitura y texto. El Cantoral MD<br />

en edición musical va acompañado de un CD, con sólo<br />

acompañamiento, que puede ayudar a cantar.<br />

Como último recurso se puede utilizar el texto del canto<br />

elegido sin cantar, a modo de oración común.<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

191


Cáliz de la Misericordia<br />

Cantos para el <strong>Adviento</strong><br />

Alma Redemptoris Mater Gregoriano CD: 22<br />

A ti levanto mis ojos M. Manzano CD: 31 CLN: 526 MD: 241<br />

A Ti, Señor, levanto mi alma C. Episcopal E. MD: 301-1<br />

Cielos, lloved vuestra justicia (Ven, Salvador) L. Deiss CD: 60 MD: 301-2<br />

Cristo, nuestro Salvador C. Garabáin MD: 311<br />

Des de l’abisme vos cride, Senyor CD: 82<br />

De Vós naixerà, oh María CD: 89<br />

Dios es nuestra esperanza (Ven ya, Cristo, Señor)<br />

El Dios de paz, Verbo Divino Popular MD: 302<br />

El Seu camí va ser camí de tots CD: 107<br />

Esperamos tu venida A. Martorell CLN: 19 MD: 313-1<br />

Estrella hermosa que anuncia el día N. Otaño CD: 118 CLN: 310<br />

Filla del Poble, María A. Taulé CD: 122<br />

Hija del pueblo, María A. Taulé CLN: 327 MD: 386<br />

Jerusalén, alégrate J. J. Arregui CLN: 21 MD: 314-2<br />

Jesucristo, Palabra del Padre J. A. Rodríguez CLN: 20 MD: 314-1<br />

La Virgen sueña caminos C. Erdozáin CD: 156 MD: 312<br />

Les mans obertes davant Vós, Senyor CD: 157<br />

Levanto mis ojos a los montes M. Manzano CD: 160 MD: 240<br />

Llega el Mesías Juan Alfonso CLN: 5<br />

LLegará la libertad (Caminamos hacia el sol) J. A. Espinosa<br />

Mi alma espera en el Señor M. Manzano CD: 172 CLN: 529 MD: 225<br />

Oh Mare Virginal CD: 184<br />

Oh Santíssima, Oh piíssima CD: 191<br />

O Sanctíssima, O piíssima CD: 191<br />

192<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

Palabra que fue luz A. Taulé CLN: 18 MD: 303<br />

Per Jesús ens ve la vida CD: 199<br />

Preparad el camino CLN: 24<br />

Preparad los caminos CLN: 25<br />

Preparemos los caminos J. M. Álvarez CLN: 6<br />

Pueblo de hermanos CLN: 26<br />

Quan a l’Egipte era Israel Espiritual Negre CD: 206<br />

Quan desvetllarem els cors CD: 207<br />

Sobre ti, Jerusalén A. Taulé CLN: 31 MD: 329-2<br />

Tiempo de espera, tiempo de esperanza E. Vicente Mateu CD: 254 CLN: 13<br />

Toda la tierra espera el Salvador A. Taulé CD: 257 MD: 306<br />

Tota la terra espera el Salvador A. Taulé CD: 257 MD: 306<br />

Tota pulchra es, Maria CD: 258<br />

Un pueblo que camina J. A. Espinosa MD: 307<br />

Vamos a preparar el camino C. Erdozáin MD: 313-2<br />

Vell Pelegri (Errante voy) Espiritual Negre CD: 274 CLN: 715 MD: 38<br />

Ven, Salvador P. Aizpurúa CLN: 27<br />

Ven, Salvador (El Dios de paz) Popular CLN: 1<br />

Ven, Señor, líbranos Anónimo CLN: 28<br />

Ven, Señor, no tardes R. Estévez CLN: 29<br />

Ven, Señor, no tardes en llegar G. Fernández CLN: 15 MD: 309<br />

Ven, Señor, y no tardes J. J. Arreguir CLN: 30 MD: 315-2<br />

Ven, ven, Señor, no tardes Espiritual Negro CLN: 9 MD: 34<br />

Veniu, Enmanuel Tradicional CD: 280<br />

Vós sou, Senyor, la llum del meu cor Espiritual Negre CD: 287<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

193


Cáliz de la Misericordia<br />

Cantos para la <strong>Navidad</strong><br />

Adeste, fideles Gregoriano CD: 5 CLN: 71 MD: 322<br />

Anuncio a los pastores<br />

C. Montero<br />

Con camino y sin camino<br />

Viejo–Olivar<br />

Dios camina con su pueblo J. Sánchez MD: 325<br />

Dime, Niño, ¿de quién eres?<br />

Popular<br />

Dime por qué<br />

C. Montero<br />

El Señor vendrá<br />

J. P. Martins<br />

El tamborilero MD: 318<br />

En medio del silencio M. Praetorius MD: 316-2<br />

Es <strong>Navidad</strong> E. Vicente CLN: 59 MD: 324<br />

Esa estrella que ha nacido<br />

Olivar–Montero<br />

Esta es la noche de Dios H. J. Gaudelett CLN: 66<br />

Felicidades, Señor, por nacer<br />

C. Montero<br />

Gloria a Dios en las alturas A. Taulé CLN: 65 MD: 328<br />

Gloria, gloria a Jesús<br />

Olivar–Montero<br />

Gloria in excelsis Deo Pop. Francesa CLN: 67 MD: 330<br />

Ha nacido el Salvador J. Madurga CLN: 68 MD: 327<br />

Hoy en el tierra J. Madurga MD: 326<br />

Hoy la paz bajó del cielo C. Episcopal E. MD: 316-1<br />

Hoy es Nochebuena<br />

Viejo–Olivar<br />

Los Magos<br />

C. Montero<br />

Mi casa será Belén<br />

C. Montero<br />

Nace el Niño en un Portal<br />

C. Erdozáin<br />

<strong>Navidad</strong> sin pandereta M. Manzano MD: 320<br />

Noche de paz M. Gruber CLN: 53 MD: 317<br />

194<br />

Cuaderno Pastoral ADVIENTO-NAVIDAD 2015-2016


Para la PARROQUIA<br />

No la debemos dormir L. Elizande CLN: 69<br />

No me diréis, María<br />

E. Cegoñal<br />

Nos ha nacido un NIño T. Aragonés CLN: 70<br />

Nunca suenan las campanas Pop. Alemana CLN: 54<br />

Que me digan<br />

C. Montero<br />

¿Qué tienen tus ojos?<br />

E. Cegoñal<br />

San José al Niño Jesús<br />

Popular<br />

Se ha dormido el Niño<br />

Olivar–Montero<br />

Siempre <strong>Navidad</strong><br />

C. Montero<br />

Siempre es <strong>Navidad</strong><br />

G. Fernández<br />

Sobre ti, Jerusalén A. Taulé MD: 329-2<br />

Suenen voces de paz<br />

G. Fernández<br />

Surge ya, Jerusalén D. Julien MD: 329-1<br />

Un Niño se nos ha dado<br />

Viejo–Olivar<br />

Venid, adoremos al Salvador M. Popular MD: 322<br />

Cáliz de la Misericordia<br />

195

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