11.12.2015 Views

El año en que te conocí

z1xruw

z1xruw

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

tal como me conoc<strong>en</strong> los demás, me formé. Mi vida com<strong>en</strong>zó<br />

a los cinco <strong>año</strong>s. Saber <strong>que</strong> iba a morir me inculcó algo <strong>que</strong><br />

aún sigue vig<strong>en</strong><strong>te</strong>: la conci<strong>en</strong>cia de <strong>que</strong>, a pesar de la infinitud<br />

del tiempo, mi tiempo era limitado, se estaba acabando. Me<br />

di cu<strong>en</strong>ta de <strong>que</strong> una hora mía no es igual a la de otra persona.<br />

No podemos pasarla ni p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> ella de la misma manera.<br />

Haz con la tuya lo <strong>que</strong> quieras, pero a mí no me arrastres a<br />

tu hora; no t<strong>en</strong>go ni una <strong>que</strong> desperdiciar. Si quieres hacer<br />

algo, ti<strong>en</strong>es <strong>que</strong> hacerlo ya. Si quieres decir algo, ti<strong>en</strong>es <strong>que</strong><br />

decirlo ya. Y, lo <strong>que</strong> es todavía más importan<strong>te</strong>, ti<strong>en</strong>es <strong>que</strong><br />

hacerlo tú misma. Se trata de tu vida, eres tú qui<strong>en</strong> la pierde,<br />

eres tú qui<strong>en</strong> muere. Adquirí el hábito de hacer cosas, de hacer<br />

<strong>que</strong> sucedieran cosas. Trabajaba a tal ritmo <strong>que</strong> a m<strong>en</strong>udo<br />

<strong>que</strong>daba tan agotada <strong>que</strong> a duras p<strong>en</strong>as podía atrapar un mom<strong>en</strong>to<br />

para ser una conmigo misma. Me perseguía sin tregua,<br />

pero rara vez me alcanzaba; era rápida.<br />

A<strong>que</strong>lla tarde, después de nuestra reunión <strong>en</strong> la hierba,<br />

me llevé un montón de cosas conmigo, y no solo las margaritas<br />

<strong>que</strong> colgaban de mis muñecas y tobillos y <strong>que</strong> llevaba<br />

tr<strong>en</strong>zadas <strong>en</strong> el pelo cuando seguimos a los acalorados doli<strong>en</strong><strong>te</strong>s<br />

<strong>que</strong> se dispersaban y <strong>en</strong>traban de nuevo <strong>en</strong> la casa. En<br />

el fondo de mi corazón t<strong>en</strong>ía mucho miedo, pero poco después,<br />

de la manera <strong>en</strong> <strong>que</strong> solo un niño de cinco <strong>año</strong>s es capaz<br />

de asimilarlo, el miedo me abandonó. Siempre <strong>que</strong> p<strong>en</strong>saba<br />

<strong>en</strong> la muer<strong>te</strong> veía al abuelo Adalbert Mary debajo del suelo,<br />

cultivando todavía su jardín pese a no estar allí, y eso me infundía<br />

esperanza.<br />

Cosechas lo <strong>que</strong> siembras, incluso <strong>en</strong> la muer<strong>te</strong>. Y por eso<br />

me puse a sembrar.<br />

18

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!