LA NUEVA POLITICA DEL MICI
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¿Avance o Retroceso?<br />
Sin lugar a dudas, la conformación del <strong>MICI</strong> en 2010<br />
representó un enorme paso adelante en materia de rendición<br />
de cuentas y “acceso a la justicia” para los afectados o<br />
potenciales afectados por los proyectos del BID, en relación<br />
al inefectivo y escasamente utilizado Mecanismo de<br />
Investigación Independiente (MII). Sin perjuicio de lo<br />
anterior, ya desde el inicio de las operaciones del <strong>MICI</strong> quedó<br />
en evidencia que seguían existiendo materias pendientes en<br />
su funcionamiento y efectividad, para que pudiera constituirse<br />
en un mecanismo realmente efectivo para las comunidades<br />
afectadas y para mejorar la transparencia y la<br />
rendición de cuentas del Banco. Así, antes de que se iniciara<br />
la reciente revisión de la Política del <strong>MICI</strong>, gran parte de la<br />
sociedad civil de la región coincidía en que si bien el <strong>MICI</strong><br />
representaba un claro avance en relación MII, las materias<br />
pendientes del Mecanismo se centraban principalmente en la<br />
necesidad de asegurar mayor claridad y precisión en su<br />
mandato; en solucionar ciertas falencias en materia de<br />
accesibilidad, transparencia y efectividad; y en reafirmar su<br />
independencia y eficacia, entre otras cuestiones menores.<br />
En ese sentido, la revisión de la Política del <strong>MICI</strong> iniciada en<br />
el año 2013 fue vista inicialmente como una importante<br />
oportunidad para abordar dichas materias pendientes, y<br />
seguir avanzando en el proceso de fortalecimiento del Mecanismo,<br />
iniciada en 2010. Sin embargo, el resultado de este<br />
proceso no fue el esperado por gran parte de la sociedad<br />
civil de la región ya que, si bien la nueva Política introduce,<br />
efectivamente, una serie de aspectos y disposiciones que<br />
pueden considerarse positivas; en términos generales<br />
representa un claro retroceso en relación a la Política de<br />
2010.<br />
Por otro lado, la nueva Política no solo significa un fuerte<br />
retroceso en el proceso de fortalecimiento del Mecanismo;<br />
sino también en relación al resto de los mecanismos de<br />
rendición de cuentas existentes en otras Instituciones<br />
similares al BID. Mientras la mayoría de los mecanismos de<br />
dichas instituciones tienden a facilitar y promover el acceso a<br />
sus mecanismos; el BID está yendo a contramano, estableciendo<br />
un mecanismo poco accesible, poco independiente y por<br />
tanto, poco confiable y efectivo.<br />
De esta manera, el BID inició el año 2015 dando un<br />
preocupante paso atrás en relación al <strong>MICI</strong>, un instrumento<br />
de gran relevancia para la protección del ambiente y los<br />
derechos humanos en los países donde el Banco actúa. Será<br />
en parte responsabilidad de la sociedad civil procurar que,<br />
más allá del debilitamiento en la rendición de cuentas del<br />
BID que plantea la nueva Política, el Mecanismo funcione<br />
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