e-AN 39 nota 8 Sobrevivientes

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N° 39
Sobrevivientes
por la arq. Silvia Sánchez
El 6 de agosto de 1945 un avión
americano arrojó la bomba atómica
sobre la ciudad de Hiroshima
eliminando todo rastro viviente
en muchos kilómetros a la redonda
y el único ser vivo que resistió
la catástrofe fue un ejemplar
de un Ginkgo Biloba.
Año 7 / Abril del 2018
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Sobrevivientes
por la arq. Silvia Sánchez
El 6 de agosto de 1945 un
avión americano arrojó
la bomba atómica sobre
la ciudad de Hiroshima
eliminando todo rastro
viviente en muchos
kilómetros a la redonda y
el único ser vivo que resistió
la catástrofe fue un ejemplar
de un Ginkgo Biloba.

"Ist es ein lebendig Wesen, das
sich in sich selbst getrennt? Sind
es zwei, die sich erlesen, dass man
sie als Eines kennt?"
"¿Será este árbol extraño algún
ser vivo que un día en dos mitades
se dividiera? ¿O dos seres que
tanto se comprendieron, que
fundirse en un solo ser
decidieran?"
Manuscrito original de Goethe
Fragmento del poema que el poeta
Johann Wolfgang von Goethe le
escribió a su amante Marianne von
Willemer en 1815, echando un
manto de metáfora sobre la hoja
del Ginkgo Biloba.

Árbol único, objeto de
veneración, árbol sagrado del
Oriente, un símbolo de unidad
de los opuestos, visto por
algunos como símbolo de
invariabilidad, poseedor del
poder de la longevidad,
portador de esperanza y del
inconmensurable pasado,
un símbolo de amor, fuente
de inspiración en el período
Art Nouveau (Jugendstil),
pintores y diseñadores lo
retrataron.

La barbarie humana
no le hizo mella al
Ginkgo Biloba.
El 6 de agosto de 1945 un avión
americano arrojó la bomba atómica
sobre la ciudad de Hiroshima
eliminando todo rastro viviente en
muchos kilómetros a la redonda y
el único ser vivo que resistió la
catástrofe fue este árbol.
La historia es el secreto, su
fortaleza se debe a su particular
biología, posee una elevada
tolerancia a la oxidación debido
a que evolucionó en una época
antigua en la que la atmósfera
terrestre estaba más oxigenada
que ahora.
La ionización producida por la bomba de Hiroshima
provocó una oxidación celular que acabó con todos
los tejidos vivos que se hallaban cerca de la explosión,
pero el ginkgo fue inmune a esa oxidación.

Carilda Oliver Labra, 2000

Por último, reflexiono sobre la
generosidad de este ser vegetal que
logra imponer también su estética como
una promesa dorada y resiliente, que se
recuesta derramando su copa amarilla
sin pudor al llegar el solsticio de
invierno el 21 de junio en nuestro
hemisferio (del latín solstitium, sol
sistere), "Sol quieto" y me quedo con el
último punto a investigar, el uso que se
le daba en la medicina tradicional hindú
como componente de un elixir llamado
"Soma".
Lo asocio a amrita (del sánscrito: sin
muerte), en tanto soma era también la
droga fantástica consumida por los
personajes de la novela “Un mundo
feliz, de Aldous Huxley” y prefiero
quedarme con los versos de Johann
Wolfgang von Goethe: "¿Será este árbol
extraño algún ser vivo que un día en dos
mitades se dividiera? ¿O dos seres que
tanto se comprendieron, que fundirse en
un solo ser decidieran?".
Trato de imaginar el sentimiento que
inundó el alma de su amada Marianne
en 1815.

Hoja de Ginkgo a traces de rayos X
Ofuji, apodo 'Miss Ginkgo'
(Icho Musume), en grabado en
madera de Kitagawa Utamaro,
Japón, período Edo c. 1793-1794.
Ofuji (derecha) con un patrón
de hojas de ginkgo y los personajes
"Fuji" en su bata de algodón
entregándole un rollo de
manos a Okita.
Ramas, hojas y semillas de ginkgo
en la fachada del Hotel Central en
Praga, 1898-1900

https://www.youtube.com/watch?v=9B3kDl7jQZ0

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año 7 - número 39 - abril del 2018