revista_Valores+_12
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Por Ma. Carmen López Barajas*<br />
Estaba en la sala audiovisual, preparando las muestras<br />
del día para realizar las pruebas sensoriales; cuarto día<br />
de las actividades del curso para él y todos los participantes.<br />
Su presencia impone respeto nada más con observarlo,<br />
su porte de hombre culto, alto, con ojos cafés<br />
claro, chispeantes y vivaces, pelo entrecano, de tez blanca<br />
y amplia sonrisa, invita a conversar.<br />
Su nombre es Víctor Villalobos, ingeniero de profesión,<br />
originario de Michoacán, de un pueblo que dista<br />
a 20 kilómetros de la capital; la mayoría de su vida ha<br />
radicado en la Ciudad de México, trabajando como gerente<br />
en una empresa dedicada a la elaboración de bebidas<br />
gaseosas; posteriormente, su experiencia y entrega<br />
en el Centro de Estrategia y Desarrollo del Sistema Coca<br />
Cola, han dado todo un mundo de experiencia en todas<br />
las áreas de desarrollo, dedicado a la impartición de<br />
seminarios, cursos y estrategias para el negocio.<br />
Narra el esfuerzo sobrehumano que hizo durante la<br />
caída del techo donde se encontraba como gerente en<br />
aquella época, descrita por él mismo como “una tragedia<br />
nunca antes vista”. En ese entonces, se acababa de pintar<br />
el techo de la nave de producción que era de lámina de<br />
asbesto.<br />
“Hubo una gran tromba en septiembre de 1985. Días<br />
antes del terremoto en México, los estragos que tuvimos<br />
fueron desastrosos, el agua cubrió aproximadamente 60<br />
centímetros de altura, sino es que más, el techo se vino<br />
abajo, nadie salió dañado, sólo algunos raspones, golpes<br />
leves”.<br />
Sin embargo, buena parte de las cosas se perdieron, “las<br />
personas que se encontraban laborando, estaban asustadas,<br />
pero ayudando con ahínco y empeño por salvar a<br />
quienes necesitaban ayuda, lo que quedaba de las materias<br />
primas y producto del día, fue un desastre, absolutamente<br />
se perdió todo lo que se tenía en la nave”.<br />
Su trabajo como gerente en la empresa lo describe como<br />
una etapa de gran reto y esfuerzo, “observé que crecer<br />
en un mundo lleno de competencias de productos similares<br />
(pero no iguales), no es trabajo fácil; posicionarse<br />
del mercado requiere un gran esfuerzo y pasión por lo<br />
que se está ofreciendo y haciendo, pero con una buena<br />
estrategia y calidad del producto, seguro se logra”.<br />
Recordar esa época, le trae recuerdos de gran placer y<br />
* Estudiante de tercer semestre de<br />
Contaduría Pública en la modalidad<br />
en Línea.<br />
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Ingeniero en momentos de crisis<br />
satisfacción; se le ilumina su rostro al evocar un gran<br />
suceso. Después del desastre que tuvieron con la tromba,<br />
sucedió lo inesperado: “el 19 de septiembre empezó<br />
a moverse todo como a las siete de la mañana, “me encontraba<br />
despierto, me arreglaba para ir a trabajar, mi<br />
casa estaba como a 10 cuadras de la fábrica, afortunadamente<br />
no resultó afectada mi familia, la ayudé a ponerse<br />
a salvo y posteriormente acudí a la empresa para ver qué<br />
ocurrió”.<br />
Al salir a la calle, todo era desastre, las casas que estaban<br />
muy viejas se cayeron completamente, algunos edificios a<br />
medio caer, transeúntes ayudando a los necesitados, “llegué<br />
a la fabrica y todo era un desastre, los trabajadores<br />
que habían entrado en la mañana, estaban ayudando,<br />
otros se estaban confundidos, asustados, por lo que se<br />
reunieron para pedir permiso y ver a sus familias, los<br />
supervisores me preguntaban qué hacer, si les dejaban<br />
salir, a lo que les pedí que esperaran un poco en lo que<br />
revisaba”.<br />
Se habló con los encargados de área, dejaron salir al personal<br />
a su cargo, pidiéndoles de favor, que al día siguiente<br />
vinieran a trabajar, a levantar todo aquello que sirviera<br />
para levantar nuevamente la fabrica, “hacía falta agua,<br />
víveres, comida, por lo que hice las gestiones necesarias<br />
para seguir trabajando en medio del desastre y cubrir<br />
una de las necesidades más grandes: el agua”<br />
En medio de la desesperación de la gente y los trabajos<br />
de rescate, “tuvimos suerte que nos otorgaran el permiso<br />
de seguir trabajando, prácticamente empezamos desde<br />
abajo otra vez, lo que nos quedaba de las máquinas, les<br />
dimos mantenimiento y con ello, trabajamos”.<br />
Víctor cuenta que “a las máquinas les hicimos un techo,<br />
aún y con todo eso, logramos salir adelante, por lo que<br />
negociamos con la compañía, acomodar 130 mil refrescos<br />
en el mercado, todo un reto, pues eran aproximadamente<br />
150 mil habitantes. Cosa que logramos y recuperamos<br />
nuestro patrimonio”.<br />
Su vida en el mundo industrial, ha estado lleno de satisfacción<br />
y alegría. “Hoy a 20 años de seguir trabajando<br />
con honestidad y ahínco, me siento satisfecho” dijo Víctor.<br />
“Estoy muy orgulloso de pertenecer a este grupo, saber<br />
que mi experiencia sirve para hacer mejores personas<br />
y sobre todo, que no he vivido en vano”, sonríe para<br />
terminar.<br />
Por Gina Ibarra Quevedo *<br />
Cumplir los requisitos para que un simple mortal pueda solicitar<br />
a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la devolución<br />
de un saldo a favor del Impuesto al Valor Agregado<br />
(particularmente si deriva de las retenciones efectuadas por<br />
terceros a ese contribuyente), resulta parecido, en cierta forma,<br />
a las acrobacias mostradas en la película “Misión imposible”,<br />
protagonizada por Tom Cruise, pues si bien es cierto<br />
en ocasiones a los contribuyentes (o a sus contadores) se les<br />
olvida recabar las constancias que acreditan el IVA que les<br />
fue retenido por terceros, también lo es que en otras tantas<br />
ocasiones, recabar esos documentos representa una “misión”<br />
de alto grado de dificultad.<br />
Esto es así, pues en teoría un contribuyente emite facturas<br />
o recibos de honorarios que amparan los cobros efectuados<br />
por sus servicios, entregando tales comprobantes a los<br />
terceros que realizaron dichos pagos; sin embargo, cuando<br />
estos terceros retienen impuestos, el contribuyente debe recabar<br />
la constancia que acredite la retención efectuada, siendo<br />
el contador público el responsable de verificar que toda la<br />
documentación se encuentre en orden.<br />
No obstante, en la práctica algunas empresas retenedoras estilan,<br />
por cuestiones internas, generar todas las constancias<br />
en el mes de diciembre, o bien, en cualquier momento del<br />
año, y ahí es precisamente donde radica el “circo, maroma<br />
y teatro” que en ocasiones se requiere montar para recabar<br />
tales constancias con oportunidad.<br />
La carga normal de trabajo, aunada a los “bomberazos” para<br />
resolver cuestiones administrativas (e incluso operativas) de<br />
la empresa, propicia que el más diligente de los contadores<br />
practique (eso sí oportunamente) el cierre mensual de la contabilidad,<br />
olvidando un “pequeñísimo” detalle: recabar las<br />
constancias que acrediten que los clientes que adquirieron<br />
sus servicios les efectuaron una retención del Impuesto al<br />
Valor Agregado a la hora de que realizaron el pago respectivo.<br />
En ese tenor, un sondeo realizado en abril del año pasado,<br />
realizado en las oficinas del Servicio de Administración<br />
Tributaria en la ciudad de Querétaro, reveló que la falta de<br />
esa constancia de retenciones debidamente requisitada fue<br />
la razón por la cual el 30 por ciento de los contadores públicos<br />
ent<strong>revista</strong>dos (correspondiente a una muestra de 30<br />
profesionistas consultados), reconoció no haber obtenido la<br />
devolución del IVA solicitada a esa representación fiscal.<br />
Recuperar saldos a favor:<br />
misión imposible<br />
Así pues, la causa identificada por los encuestados como<br />
“falta de firma autógrafa en la constancia de retenciones”,<br />
impidió sorprender a sus clientes con la grata noticia que no<br />
pagarían IVA en un período determinado, o por lo menos que<br />
lo harían en un importe menor al causado, por contar con un<br />
saldo a favor pendiente de aprovechar.<br />
Los datos arrojados por la encuesta son concordantes con las<br />
ent<strong>revista</strong>s practicadas a la C.P. Aída Orozco Torres, Presidenta<br />
del Colegio de Contadores Públicos de Querétaro,<br />
A.C., así como al C.P. Miguel Olalde Avendaño, servidor<br />
público adscrito al área de Cumplimiento del SAT en Querétaro.<br />
Ambos coincidieron en reconocer que la falta de las constancias<br />
de retenciones debidamente requisitadas es la principal<br />
causa de rechazo de las solicitudes de devolución del IVA, y<br />
aunque precisan que la omisión es subsanable, ello en modo<br />
alguno representa una pronta solución para el contribuyente<br />
en su búsqueda de colmar los requisitos exigibles para obtener<br />
la tan anhelada devolución.<br />
Lo anterior es así, pues no obstante que la fracción V del artículo<br />
32 de la Ley del IVA establezca que es obligación de los<br />
contribuyentes emitir la constancia que acredite las retenciones<br />
de impuestos que efectúe a sus proveedores de bienes y<br />
servicios, lo cierto es que dichos proveedores se encuentran<br />
desprotegidos, legalmente hablando, en cuanto a medidas<br />
de presión para exigir la expedición de tales constancias de<br />
retenciones, puesto que quedan a expensas de la “generosidad”<br />
de sus clientes para extenderles tal documento.<br />
Lo irónico de todo este esquema de contribución es que no<br />
hay persona alguna que se escape de pagar el IVA, pues es<br />
un impuesto que ya va incluido en el precio de los bienes y<br />
servicios que adquirimos y que ya hemos pagado con anterioridad,<br />
pero no cualquiera puede recuperar los saldos a favor<br />
de ese impuesto, en virtud que en algunas ocasiones el SAT,<br />
con relativa facilidad, se escapa de devolver tales importes<br />
por una causa que, ajena a la voluntad del contribuyente,<br />
resulta imputable al solicitante de la devolución, consistente<br />
en que una tercera persona incumplió la obligación de emitir<br />
la constancia de retenciones.<br />
* Estudiante de tercer semestre de<br />
Contador Público, en modalidad en Línea.<br />
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