Conexion Sept 2019

Turismo / tourism
Hablemos Sobre El
Turismo
Por Martin Owen
Traducción: Lessie Correa
Se dice que los viajes amplían la
mente. ¿Cómo así? El viajar te da la
oportunidad de ver partes del mundo
que son diferentes a tu entorno y
te permite interactuar con gente de
diferentes culturas, ideas y maneras de
vivir. El conocer y vivir con aquellas
personas te permite apreciar sus puntos
de vista, comidas y experiencias. Por
cierto, eso tiene que ser bueno para
todos…
Antes cuando los viajes no eran tan
fáciles como ahora, lo más probable
es que tuvieras contacto con muchos
‘locales’ y al hacerlo, compartías
una experiencia en común. Con
lugar turístico. Yo fui a fotografiar ‘La
Roca’ al ocaso porque con la puesta
del sol parece cambiar de colores—
de verdad es impresionante. Había
colocado mis cámaras en trípodes
entre los arbustos (The Bush) a alguna
distancia del monolito arenoso en
casi total silencio con sólo los otros
10 miembros del grupo. Repentina y
aparentemente de la nada (piensa que
este es el centro de Australia ¡casi
a mil millas de cualquier poblado!)
docenas de autobuses turísticos
aparecieron, cada uno vomitando 40
ó 50 personas. Cuando el sol empezó
a ocultarse y la Roca a cambiar de
color, el silencio del Outback se llenó
buena suerte, el viajero aprendería
rápidamente a comprender y respetar
otras culturas y las diferentes maneras
de comportarse. Cuando el turista
fracasa en ser respetuoso y tolerante,
¡los problemas comienzan a aparecer!
Mucho de esto sucede a causa de
las maneras en que ‘llegamos’ de
visita a nuestro destino. Recuerdo la
vez que visité el inmenso monolito
rocoso Uluru en la región central de
Australia. Uluru, en realidad, es un
lugar sagrado para los Pitanjatjara
Anangu—los aborígenes de esa
región de Australia—que han vivido
en ese lugar millones de años. Los
europeos llegaron allí en los 1800 y
rápidamente le dieron el nombre de
Ayers Rock por un político de esa
época. Cómo no reconocieron que esa
área era sagrada, se convirtió en un
de los sonidos de las cámaras y de los
“ooos” y “aaahs” y las conversaciones
de los turistas. A medida que el sol
finalmente se ocultó, regresé a mirar;
y tan igual como habían aparecido, los
autobuses turísticos desaparecieron en
la oscuridad abandonando el ‘bush’ y
dejando a nuestro pequeño grupo en
silencio.
Casi lo mismo sucede en lugares
como Venecia donde enormes barcos
cruceros llegan a desembarcar 5,000
turistas cada uno. El resultado es
catastrófico para la Ciudad del
Renacimiento. Lamentablemente un
gran número de visitantes creen estar
en un parque de entretenimiento. Al
desembarcar de su hogar flotante lejos
de casa, tratan a los habitantes como
si fueran ‘actores’ o ‘miembros del
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