noticias - ASES Asociación Española de Escoltas

52
DEVOTI CUSTODE
Había establecido una variación de entre treinta minutos y una hora el horario de salida del
protegido tanto por la mañana como por la tarde. Otra de las medidas que había tomado era
evitar el desplazamiento a pie por las mañanas sustituyéndolo por un vehículo con conductor
del Ayuntamiento. El conductor conocía la hora de recogida con una antelación de treinta
minutos.
Todas las mañanas salía de mi domicilio con tiempo más que suficiente. La rutina era simple: me
levantaba y observa desde la ventana el exterior, me preparaba y antes de salir volvía a observar
la calle. Salía del domicilio y adoptaba las precauciones debidas. El vehículo personal que
usaba en los desplazamientos procuraba estacionarlo en lugares distintos y siempre de tal manera
que desde la distancia pudiera permitirme observar los bajos del vehículo y ruedas permitiéndome
de esta manera no llamar la atención en mi entorno. Mi domicilio estaba en Rentería.
Revisado el vehículo, llegaba al entorno del domicilio del protegido con una antelación mínima
de una hora. El vehículo lo estacionaba en un radio de 1000 metros y nunca en la misma zona.
Mantenía las mismas medidas que en mi domicilio particular.
La observación es una fuente muy importante de información. Así mismo, las relaciones con
personas que tienen negocios en la zona son consideradas de utilidad. Todas las mañanas ocupaba
distintos lugares que por las características que reunían posibilitaban ser ocupados por un
comando. Nunca ocupaba el mismo sitio y lo variaba constantemente. La labor que desempeñaba
desde esos lugares era de observación. Comprobaba que la rutina observada se correspondía
con lo previamente estudiado.
Lo siguiente era acercarme a aquellos establecimientos inmediatos al domicilio del protegido.
Estas personas reportaban novedades diarias que en ocasiones eran de interés. La selección de
estas personas es muy delicada porque también pueden estar sirviendo al “contrario”.
Una vez revisada la zona procedía a revisar todas las calles de salida en vehículo. Era la única
persona que conocía el itinerario real diario. Hecho esto, iniciaba la revisión exhaustiva del
inmueble. Comenzaba con el exterior del portal, accedía al interior y revisaba los maceteros,
buzón, etc.
Subía a la planta o bien usando el ascensor que era revisado previamente o por las escaleras.
En cualquier caso, revisaba el inmueble entero. Una vez asegurado el interior, contactaba con
el protegido y este a su vez avisaba al conductor.
Esta espera hasta la llegada del conductor es muy delicada y considerada de alto riesgo. Cualquiera
que esté observando sabe que en el momento que permanezco en el inmueble, el protegido
está al salir. Es solo cuestión de tiempo por eso es importante que el conductor sea citado
procurando un tiempo de espera como mínimo de treinta minutos, lo que consigue impacientar
a cualquiera. Sobre todo si el que espera es otro. Aumenta su tiempo de exposición.
En esa espera hay que tener claro que ninguna persona puede acceder al inmueble. Para ello,
hay que asegurarse que la persona que accede es conocida. No abriremos la puerta a ninguna
persona que nos lo solicite. La salida de su domicilio se realizaba de varias maneras; un día subía
hasta la planta y bajábamos en el ascensor hasta el segundo piso, otro día bajábamos por las
escaleras los siete pisos, otro bajaba solo en el ascensor, etc.,
LOS HECHOS.
Esa mañana, había completado las rutinas previas e iniciaba la revisión del inmueble. Cuando
me encontraba en una de las plantas, recibo una llamada del protegido, estaba observando
unas personas en el exterior que le levantaron sospechas. Por el lugar que indicaba, la probabilidad
de que las sospechas fueran ciertas era alta. En el estudio previo había considerado ese
lugar como ideal para una acción a distancia.
Asociación Española de Escoltas
Saturnino Calleja nº 6 Madrid 28002 //Tlfno: 91 515 28 95 // Movil: 699 94 06 09 // Fax: 91 515 28 96 E-mail: ases@escoltas.net /// http://www.escoltas.net