En la busqueda de relaciones justas - Simas

Lílliam Ramírez Acevedo de Santa Bárbara
compara el cambio de su comportamiento
en cuatro años, así como su superación personal.
Póngale atención a sus palabras:
“Para comenzar, tengo 38 años y soy mamá
de tres varones y dos mujeres que viven conmigo,
una se me casó y vive aparte
y otro está con mi mamá. Ella me lo tiene.
Hace cuatro años que formo parte
de un grupo de la Cooperativa Orfilia Vázquez.
Al inicio la formaban sólo varones
y oía comentarios de que daba ayuda, apoyo.
Una vez al marido mío lo invitaron a una reunión
y para sorpresa me comentó
que estaban invitando a mujeres a las reuniones.
- ¿Por qué no vas?
Yo era tímida, no salía de la casa, a duras penas
sólo agarraba ánimo para asistir a las reuniones
de la escuela de mis hijos. Ahí me quedaba calladita.
En la casa pasaba afanada con los quehaceres
de las criaturas, la comida, la ropa…
me hice la disimulada al comentario,
hasta que mi esposo insistió.
- Échele ganas y vaya. Usted me dice que es penosa
pero ahí va a ir botando la pena. Anímese.
Me encontré con otras mujeres
con tanta pena como la mía. Me animé a quedarme.
Poco a poco conforme recibíamos capacitaciones,
charlas, fui comprendiendo muchas cosas…”
¿Por qué sufren más las mujeres?
No es casualidad que la mayoría de las personas
con autoestima baja sean las mujeres,
porque a diferencia de Lílliam,
con una pareja que la anima,
otras tienen esposos controladores,
celosos, muy violentos y maltratadores.
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El trabajo de Género
busca principalmente
que hombres y mujeres
se relacionen con respeto
a la dignidad de cada cual
y los derechos
de todas y todos.
Se trata de lograr
relaciones justas
entre mujeres y hombres.
“Me encontré
con otras mujeres
con tanta pena
como la mía.
Me animé a quedarme.
Poco a poco
conforme recibíamos
capacitaciones, charlas,
fui comprendiendo
muchas cosas…”.