EN BUSCA DE LA LUZ INTERIOR
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visitantes neuropéptidos. Antiguamente se pensaba que estas moléculas se limitaban al sistema nervioso<br />
central. No obstante, sus estudios muestran no sólo que todas las células del cuerpo reciben a los<br />
mensajeros, sino que también pueden hacerlos. La capacidad de las células para comunicarse entre sí<br />
parece indicar que la mente existe en el cuerpo en su totalidad, no sólo en el cerebro. Como cada emoción<br />
tiene cierto tipo de perfil neuropéptido, cuando nos enojamos o nos enamoramos se refleja en las<br />
secreciones corporales internas. ¿Se acuerda de la rata 2, el señor Impotencia Aprendida, del Capítulo 10?<br />
¡Es probable que los neuropéptidos hayan hecho correr el rumor de que esta rata era Pobre de Mí!<br />
No obstante, los grandes interrogantes siguen siendo cómo recibe el cuerpo la información de su cuerpo de<br />
energía etérea fuera del cuerpo físico. ¿Cómo captamos las influencias psíquicas de otras personas del<br />
planeta? Cuando caminamos por el bosque, ¿qué nos hace sentir que estamos en un espacio sagrado? Tal<br />
vez los científicos del futuro descubran que los neuropéptidos o moléculas similares son el eslabón entre los<br />
campos energéticos y la fisiología del cuerpo. De todos modos, los pensadores de avanzada están llegando<br />
a la conclusión de que el cuerpo es más una red de información que una cuestión de carne y sangre.<br />
La forma sigue al pensamiento<br />
Richard B. Miles, coordinador ejecutivo de la Red de Profesionales para la Salud Integral, analiza desde<br />
comienzos de la década de los 70 las fronteras del campo de la atención médica promoviendo a nuevos<br />
pensadores y concibiendo programas "integrales" de atención. Miles inició una nueva carrera en el campo<br />
médico justo en el momento en que los grupos de almas culturales (hippies, hijos de las flores,<br />
pacificadores, como se los llamaba de manera no muy cariñosa) instigaban el cambio social. "Ya en 1967,<br />
Peter Drucker escribió Managing in the Age of Discontinuíty." Miles nos dijo: "Ya veía que los principales<br />
pensadores de todas las disciplinas importantes cuestionaban los supuestos en los que se basaban las<br />
disciplinas. Yo acababa de dejar un empleo en el área de marketing y después de más o menos un año de<br />
investigación con mi socio, Jack Drack, llegamos a la conclusión de que Drucker tenía razón. Todo el campo<br />
de juego se estaba adaptando.<br />
"El libro más importante de ese momento fue The Phenomenon of Man, de Teilhard de Chardin. Su opinión<br />
era que lo que hacía avanzar la vida en forma biológica no era la supervivencia de los más aptos. Su teoría<br />
era que cada forma exterior tiene una forma interior y el principio organizador es la conciencia. Al avanzar la<br />
vida, la vida biológica avanzó y se volvió más compleja. Al volverse más compleja, se volvió más consciente<br />
de sí misma, probando que la conciencia estaba allí todo el tiempo. Cuanto más complejo se volvía un<br />
organismo, más capaz se volvía. Según su teoría, las formas biológicas cambiaban por la conciencia y por lo<br />
tanto la conciencia concibe su propio futuro. En el paradigma científico -dijo Miles-, esta idea es sumamente<br />
radical.<br />
"Mi socio y yo nos dimos cuenta, a través de las ideas de Chardin, de que a nuestro alrededor la conciencia<br />
cultural se organizaba en un orden diferente. Todas las disciplinas estaban reinventándose." ¿Cuál ha sido la<br />
evolución del pensamiento en el campo de la atención de la salud?, preguntamos.<br />
"Hay cuatro paradigmas en cuanto a la forma de ver la salud y la enfermedad -afirmó Miles, que enseña<br />
estas ideas en la JFK University y en el Instituto de Estudios Integrales California, en San Francisco-. El<br />
primero funcionó hasta hace sólo unos cien años. Éste es el paradigma de autoridad, que tiene dos<br />
subconjuntos: 1) `Dios me castiga' [con esta enfermedad]; y 2) "Estoy poseído por espíritus malos y<br />
demonios'. Podemos ver todavía parte de este pensamiento en la respuesta actual a la epidemia de SIDA.<br />
"El segundo modelo es el paradigma de guerra o conflicto. Éste surgió a partir de la creencia en cosas que<br />
no podíamos ver. La gente solía hablar de estas fuerzas invisibles como de `miasmas'. Luego, con los<br />
microscopios, pudimos ver los miasmas como organismos específicos. Fue entonces cuando la enfermedad<br />
se convirtió en el enemigo, y la ciencia, en el héroe. Nuestro objetivo era encontrar al enemigo, matarlo y<br />
resolver el problema. Ésa ha sido nuestra perspectiva en los últimos ochenta años más o menos. En<br />
realidad, este modelo dejó de ser eficaz en 1922 porque el gran efecto positivo sobre la salud pública<br />
consistió en depurar el agua, matar los mosquitos, poner los alimentos en la heladera y reemplazar las<br />
lámparas de kerosene por luces eléctricas. En 1944, cuando empezamos a desarrollar tratamientos eficaces<br />
con antibióticos, las enfermedades infecciosas ya habían declinado.<br />
"El tercer paradigma para pensar la salud y la enfermedad es el reconocimiento del esquema. Ésta es la<br />
idea de observar todo el esquema del estilo de vida de la persona y cómo afecta su salud. No se trata de<br />
buscar al enemigo, sino el proceso que genera el problema, como el consumo de sustancias tóxicas o un<br />
sistema familiar estresante. Uno de los principales avances en el área de las enfermedades cardíacas se<br />
produjo formando a la gente para que mejorara su alimentación e hiciera ejercicio en vez de atacar algo. Esa<br />
idea se instaló en la conciencia porque dejamos de concentrarnos en las enfermedades infecciosas para<br />
concentrarnos en los trastornos degenerativos crónicos. En la enfermedad crónica no hay que matar a<br />
ningún enemigo, aunque todavía oímos hablar de la `guerra contra el cáncer' o 1a batalla contra la diabetes'<br />
o `la guerra contra el SIDA. Además del bienestar físico y emocional, en el `esquema' para una buena salud<br />
es crucial la percepción de que tenemos un propósito para estar vivos, una voluntad de vivir y la percepción<br />
de cierto grado de control sobre las propias decisiones.<br />
"El cuarto paradigma todavía está emergiendo, pero es la idea del universo corno metáfora. Por lo tanto,<br />
empezamos a preguntarnos: ¿Qué mensaje hay para mí en esta enfermedad o afección? ¿A qué debo<br />
prestar atención?" Miles advierte, junto con otros autores médicos como Larry Dossey y Bernie Siegel, que<br />
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