EN BUSCA DE LA LUZ INTERIOR

SENTIR LA SOMBRA Y SUS MIEDOS LIMITADORES SIN CONCIENCIA
¿Qué pasa cuando decide emprender algún proyecto? Si es fuerte en capacidades de pensamiento, puede
llegar a sentarse y escribir una lista de todas las cosas que debe hacer para que el proyecto avance. Eso
parecería lo más lógico. Sin embargo, cada vez que nos adentramos en aguas desconocidas tenemos que
ser capaces de superar nuestros miedos.
Marjorie, administradora de un colegio secundario, decidió que parte de su Visión del Nacimiento consistía
en promover la información ecológica. Un amigo de ella conocía a un escritor y profesor de ecología bastante
popular, y Marjorie le propuso hacer un seminario público en su ciudad. Él aceptó. Cuando el entusiasmo
inicial de Marjorie se desvaneció, empezó a sentirse nerviosa por el compromiso que había asumido. Se
arriesgó a algunas cosas más, pero postergaba constantemente otros pasos que había planeado dar. Un
mes antes del hecho, llamó al escritor presa de pánico por la falta de inscriptos. ¿Qué pasaba? Marjorie
estaba enfrentando a su sombra.
Cuando Marjorie era chica, la madre le recalcaba siempre la importancia de hacer lo correcto, pero que
también resultara seguro. Solía decir: "¿Por qué quieres sacudir el bote? Quédate tranquila. Mira adonde te
trajo tu boca tan lista. Es mejor estar a salvo que lamentarse". Hasta ese momento, Marjorie había salido
adelante sin desarrollar una seguridad demasiado grande. Tampoco se había considerado una líder ni se
había considerado creativa. Promocionar este encuentro empezó a exigirle que se viera bajo otra luz y
utilizara rasgos no desarrollados para obtener éxito. La mente racional de Marjorie había armado su plan,
pero los miedos y las imprecaciones de su sombra socavaban sus esfuerzos prácticos. Al aumentar sus
miedos, su conciencia del yo se esforzaba por "pensar" una forma de que su iniciativa adquiriera publicidad,
pero seguía empantanada. A esa altura, daba vueltas en círculos, enojada consigo misma por no hacer más
y pensando que nadie mostraría interés. Estaba hundida en el pensamiento de su sombra, luchando,
controlando y visualizando lo negativo.
¿Qué hacer? Trabajando con ella, le hicimos algunas sugerencias para que estuviera más presente e hiciera
participar todos sus sentidos. ¿Qué sentimientos le generaba el suceso? ¿Qué era, para ella, lo peor que
podía pasar? ¿Qué le parecía llamar a los diarios y las radios? ¿Qué intuiciones o imágenes recibía? Para
que se pusiera en contacto con su cuerpo y se asentara, le sugerimos incluso que fuera a un lugar en la
naturaleza que la nutriera y se reconectara con la tierra, los árboles, el agua y el aire. Según la práctica
chamánica, a veces, frente a un gran miedo, basta con que "presionemos nuestra panza contra la tierra".
Luego le sugerimos que escribiera, siguiendo el fluir de la conciencia, todos sus sentimientos -miedos,
esperanzas, cualquier sentimiento- respecto del hecho, durante veinte minutos diarios por cinco días.
También le recordamos que anotara los sueños que tuviera durante ese período.
Y la última sugerencia que le hicimos fue que olvidara la necesidad de hacer que el encuentro se produjera o
no. Este paso apuntaba a que dejara de tratar de controlar los resultados.
¿El desenlace? Después de realizar parte del trabajo que le sugerimos, Marjorie al fin tuvo que admitir que
estaba demasiado alejada de su área de comodidad y canceló su plan.
RECUPERAR LA SOMBRA
El paso de "recuperar la sombra", por potente que sea, no siempre se halla libre de desafíos. Las
características o actitudes a las que debemos prestar atención en nuestro camino hacia el desarrollo de
nuestra Visión del Nacimiento pueden generar conflictos. En vez de enojarnos con el universo, debemos
recordar que nuestras actitudes crean una gran porción de nuestro mundo. Con mucha frecuencia, alguien
dice, por ejemplo: "Quiero iniciar un campamento de verano para chicos desfavorecidos". Pero de alguna
manera el proyecto nunca se pone en marcha porque, de repente, el auto se rompe, o nuestro hijo termina
en la cárcel, nos rompemos cuatro dedos de los pies o nunca llegamos a la primera llamada telefónica al
Departamento de Parques y Recreos para averiguar sobre los permisos. Cada vez que se sienta movilizado
a hacer algo nuevo, analice qué se interpone en su camino. Es lo "ideal para usted", y quizá sea algo
largamente sepultado que usted olvidó o nunca enfrentó. No se preocupe. Es sólo el siguiente paso y no
significa que usted fue un estúpido al soñar con el campamento de verano para los chicos. Cada obstáculo
es parte del proceso. ¡Tal vez pudiera empezar a pensar que los obstáculos lo "ponen a tono"!
"ME SIENTO EGOÍSTA CUANDO PIDO ALGO PARA MÍ"
Las partes negadas pueden llegarnos a través de otra persona a la que consideramos hostil o inmadura,
porque nos da rabia que nos quiten partes de nosotros mismos para agradar a otros. Supongamos que, para
usted, su cónyuge pasa demasiado tiempo jugando al golf o cazando o asistiendo a talleres. ¿Su
resentimiento ante la forma en que su cónyuge emplea su tiempo es un sentimiento desplazado de una parte
suya que quiere más tiempo personal? Un hombre dijo: "Estoy tramitando el divorcio; me da rabia que mi
mujer pase tanto tiempo tomando clases y yo tenga que cuidar a los chicos los fines de semana. Es muy
egoísta. No aguanto más". Nosotros comentamos: "Debe de resultar difícil ser padre con tan poco tiempo
para su persona. ¿Desearía tener más tiempo para tomar clases o jugar al tenis?". Por un momento se
quedó callado y luego agregó, despacio: "Eso es exactamente lo que necesito ahora. Supongo que me
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