EL SALESIANO COADJUTOR - Salesianos

Su modo de vivir los votos pone en cuestión ciertas orientaciones o exageraciones
de la sociedad, como, por ejemplo, la exaltación creciente del instinto sexual sin conexión
con ninguna norma moral; la búsqueda de la riqueza a toda costa, que lleva a la
insensibilidad social y al abandono práctico de los pobres a su destino, por parte de los
gobiernos y de la opinión pública; el exagerado y narcisista deseo del éxito, para ascender a
cualquier precio, para ser alguien de importancia, para conquistar el poder. Pero hay más:
mediante una vida serena y realizada, ofrece un tipo alternativo de educación, propone
ideales sobre los cuales los jóvenes puedan basar su felicidad, ofrece la sabiduría contenida
en el Evangelio y demuestra la potencia de la gracia de Cristo actuando admirablemente en
la Iglesia.
Su vida de comunión se vuelve profética cuando, aún entre las diferencias de edad,
proveniencia, nivel de formación y trabajo, y a pesar de los inevitables conflictos y
dificultades entre sí y sus hermanos, permanece unido a ellos: “atestigua algo más elevado,
que obliga a mirar más arriba” 20 . Demuestra de modo elocuente el significado de “Iglesia”
y la fuerza transformadora de la Buena Nueva. Está convencido de que su comunión con
sus hermanos es ya apostolado o, como se suele decir hoy, que “la comunión es misión”, y
contribuye directamente a la obra de evangelización. “El signo por excelencia, dejado por
el Señor, es el de la fraternidad auténtica: ‘En esto conocerán todos que sois mis discípulos,
en que os amáis los unos a los otros’ (Jn 13,35)” 21 .
Su oración comunitaria se hace profética cuando no sólo la oración se convierte
en una experiencia rica que nutre su vida, sino que despierta en otros el deseo de encontrar
a Dios. En efecto, la Iglesia hoy pide a las comunidades religiosas aceptar esta “cita con la
historia” de llegar a ser “lugares privilegiados donde se experimentan los caminos que
conducen a Dios..., donde la experiencia de Dios debe poderse alcanzar particularmente en
su plenitud y comunicarse a los demás” 22 .
Y así llego al punto del que partí. He hablado de los dos elementos –la laicidad y la
consagración- que, fundidos juntos, constituyen la identidad del salesiano coadjutor. El CG24 lo
dijo bien: el salesiano coadjutor “une en sí los dones de la consagración y de la laicidad” 23 .
3. Conclusión
Dejadme concluir con el ejemplo de nuestro salesiano coadjutor Artémides Zatti, beatificado
hace pocos años. Su biografía está llena de episodios que testimonian esta maravillosa fusión de
que he hablado, y el elemento unificador que era siempre Dios 24 .
Cuando un día llegó un enfermo a su hospital de San José y el hospital estaba lleno, Zatti lo
llevó a su habitación y lo colocó en su cama. De noche puso una manta en el suelo y se echó por
tierra. Por desgracia, el enfermo roncó toda la noche, y fuerte, de modo que Zatti no podía dormir.
Al día siguiente Zatti estaba soñoliento y los demás casi le gritaron a causa de la noche que había
pasado en blanco. “Pero si yo estaba contento de que roncase”, respondió. “A cada ronquido, yo
pensaba: Deo gratias, todavía está vivo”.
A otro enfermo que sufría mucho, él se le acercó y le dijo: “Reza para que Dios mitigue tu
dolor. Mira: también los gorrioncillos rezan. ¿No oyes el gorjeo de los que cantan en las ramas de
los eucaliptos? Rezan, a su modo...”.
20 La vida fraterna en comunidad, 56.
21 Ibid. 54.
22 Ibid. 20.
23 CG24, 154.
24 Los episodios presentados aquí –y muchos otros- se encuentran en el libro de Enzo
Bianco: Zatti, parente dei poveri, Torino 2002.
“El Salesiano Coadjutor”.Conferencia del . R.M. D.. Pascual Chávez Villanueva .Valencia 30/05/04
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