TIPOS DE ALIMENTOS BEINSÁ DUNÓ - OMRAAM

has hecho los mismos errores. No hay hombre en el mundo que no
conozca el mal y el bien dentro de sí. El hombre ha pasado tanto por
el bien como por el mal. Sabiendo esto, procurad no criticar, no
juzgar. Cuando juzga a los demás, el hombre se juzga a sí mismo.
Cuando se juzga a sí mismo, él juzga a Dios, Quien vive en él.
Cuando se juzga a sí mismo, el hombre encuentra que Dios no lo ha
creado como debería de ser. No, Dios no tiene el deseo de alimentar a
la gente con frutos amargos y agrios. El paraíso estaba lleno de frutos
dulces y maduros creados exactamente para el primer hombre, quien
se encontraba en la niñez de su vida. Puesto que deseó probar la
comida del viejo, del sabio, era necesario que él abandonara el paraíso
y que fuera al mundo a prender. La gente hasta hoy día, todavía se
encuentra en la fase de su niñez, y deben alimentarse con frutos
dulces. Si prueban de los frutos amargos, ellos se enfrentan con
contradicciones que no pueden asimilar y dicen que la vida es mala.
El hombre actual no tiene derecho de utilizar la comida de los
ángeles. Él no ha llegado todavía al desarrollo en el cual ellos se
encuentran. El ángel no se tienta de nada. Para él, ni el hombre, ni la
mujer, ni el dinero representa tentación alguna. Sin embargo, el
hombre se tienta de todo. El dinero lo tienta porque piensa que con él
puede mejorar su vida. Si sabe que el dinero trae infelicidad, el ser
humano nunca procuraría ir hacia él. El hombre procura ir hacia la
belleza, porque piensa que esta lo hará feliz. Si sabe que la belleza lo
hará infeliz, él no procuraría ir hacia ella. En general, el hombre
procura ir hacia todo aquello que le puede traer felicidad. Una vez
convencido que esta cosa no puede hacerle feliz, él deja de procurar ir
hacia ella.
Para que supere fácilmente sus contradicciones, el ser humano
debe llegar a la situación de considerar que todo lo que Dios ha
creado es bueno. Y al revés: todo lo que el ser humano ha creado es
malo. Por lo tanto, todas las buenas obras en el mundo son Divinas, y
todas las malas obras son humanas. Esto no significa que el ser
humano conscientemente haga cosas malas. Sin tener conciencia de
las cosas, él con frecuencia hace cosas malas. Las buenas obras que el
hombre hace, son resultado de lo Divino en él. A veces en su mejor
deseo, el hombre puede hacer algo malo. Por ejemplo, él invita a su
amigo a un banquete en su hogar y de esta manera llega a ser la causa
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