Edición 07/12/2012 - La Revista Peninsular
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LAREVISTA<br />
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www.larevista.com.mx<br />
Por Sergio Grosjean Abimerhi<br />
sergiogrosjean@yahoo.com.mx<br />
Corruptos y visionarios en el<br />
Centro Histórico de Mérida<br />
El centro histórico de Mérida está en decadencia desde hace<br />
décadas, situación que se refleja en los abandonados edificios<br />
que en el pasado hermoseaban sus bellas calles, y hoy, convertidos<br />
en grotescos bloques de concreto aderezados con cortinas<br />
metálicas, aunque ahora, espléndidamente observamos el rescate<br />
de admirables casonas.<br />
Hace poco fuimos testigos de cómo un morrocotudo recurso<br />
que debió utilizarse para regresarle su majestuosidad, se aplicó<br />
para lo contrario o para dejarlo igual, y ejemplo de ello lo vemos<br />
materializado en la Plaza Grande, a la que le quitaron cemento<br />
para ponerle otro mazacote de argamasa.<br />
Al llamado Parque Hidalgo y al de la Madre le quitaron su centenario<br />
adoquín para incrustarle materiales modernos -según<br />
la ex alcaldesa-, que no fue más que otra plasta de cemento<br />
ornamentado con espantoso adocreto.<br />
Obviamente, le podemos añadir al pésimo gusto la estrepitosa<br />
calidad de sus materiales, y testigo de ello es la calle 59, arteria<br />
que ni siquiera está lista y ya tiene desperfectos.<br />
Otro ejemplo son las tapas metálicas arqueadas en varias calles.<br />
También, hemos dicho que las nuevas y resbaladizas escarpas<br />
siguen cobrando tributo y urge martelinarlas. Pero ahora,<br />
muchos esperamos que Renán Barrera entre en acción, pues<br />
quisiéramos una ciudad donde al menos observemos el reflejo<br />
de las inversiones.<br />
Hay asuntos pendientes, y no voy a considerar en esta ocasión<br />
la basura y luminarias que a muchos nos tiene mareados<br />
y molestos por las desfachateces, esperando que no queden<br />
impunes los mentecatos; me refiero al espeluznante mercado<br />
de San Benito.<br />
Originalmente, en el sitio hubo una edificación maya, y llegados<br />
los españoles, sobre ella cimentaron varias construcciones tales<br />
como un bello templo y el convento principal. Años más tarde,<br />
se construyó una muralla con cinco baluartes que circunvalaba<br />
el espacio.<br />
Llegado el año de 1821, las autoridades civiles obligaron a los<br />
franciscanos a abandonar el convento para convertirlo en cuartel,<br />
luego sala de armas, almacén de pólvora y finalmente cárcel<br />
pública, que estuvo en funciones hasta el ocaso del siglo XIX.<br />
A partir de entonces, la edificación experimentaría diversas<br />
transformaciones hasta que finalmente fue demolida, y se instauró<br />
en el sitio un enorme adefesio llamado “Mercado de San<br />
Benito”.<br />
No entendemos cómo fue posible que el INAH autorice semejante<br />
atrocidad. Es increíble que los arquitectos de esa dependencia<br />
a su antojo y humor califican importantes obras, y si<br />
un “mortal” osa picar la pared de su baño para arreglar una<br />
fuga del bacín, en menos de lo que canta un gallo el corrupto<br />
inspector de esa dependencia instala sellos de clausura hasta<br />
en los pájaros del árbol del vecino.<br />
Hace días, tuvimos la oportunidad de testificar el abandono del<br />
mercado, hay cientos de locales vacíos, y según testimonios,<br />
algunos se utilizan como bodegas y “cuartos del amor”.<br />
Sabemos que el 8 de octubre, Renán Barrera se reunió con el<br />
Patronato del Centro Histórico y hablaron de la remodelación de<br />
los mercados centrales, y que bueno, pero quiero recordarles<br />
las palabras del buen amigo René: “cuando los teóricos se jun-<br />
Semanario de Información y Análisis Político<br />
tan, muchas cabezas dicen no; y cuando los prácticos se juntan,<br />
muchas cabezas dicen sí”. Esperemos que haya balance.<br />
El mercado de San Benito está subutilizado por una sencilla razón:<br />
no es práctico. Fue una pésima decisión construirlo allá pues<br />
agrede el paisaje urbano, es decir, es aterradoramente espantoso,<br />
y es un elefante blanco desde sus inicios. Pero ni modos, allá<br />
está y hay que aprovecharlo. Luego de recorrerlo detenidamente y<br />
entrevistar a decenas de personas, el buen amigo Jorge Seijo hizo<br />
un excelente planteamiento; propone como parte de la solución<br />
instalarle escaleras eléctricas para que la gente pueda acceder<br />
cómodamente a los pisos superiores. Se lo paso al costo al estimado<br />
alcalde, pues muchos creemos que el mercado podría ser<br />
productivo, y ojalá lo tenga como uno de sus proyectos.<br />
Ya para concluir, quiero decirle a los vigilantes del mercado que<br />
vagan disfrazados de civil, que deberían ser un poco más edu-<br />
Semanario de Información y Análisis Político<br />
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cados con los visitantes, y explicar por qué no se permite tomar<br />
fotos, así también felicitar a los oficiales de policía por su amabilidad<br />
y profesionalismo.<br />
También, le enviamos saludos a los cantineros Javier Martínez<br />
y Nicolás Contreras; excelentes anfitriones de las cantinas más<br />
pequeñas de Mérida, ubicadas a las puertas del mercado, llamadas<br />
“<strong>La</strong> Costa” y “El Paisa”, y por cierto, este mes publicaremos<br />
el libro: “Anécdotas de las cantinas de Mérida”, obviamente si<br />
nos pagan lo que nos deben, o algún visionario nos apoya con la<br />
edición a cambio de una suculenta publicidad dentro de la obra.<br />
Finalmente, le enviamos un fuerte abrazo Luis Armando Loría,<br />
nuevo Campeón panamericano de gimnasia de trampolín y orgullo<br />
de Yucatán.<br />
Escríbame a sergiogrosjean@yahoo.com.mx<br />
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