14.04.2013 Views

Dietrich Bonhoeffer VIDA EN COMUNIDAD - Centro de Estudio ...

Dietrich Bonhoeffer VIDA EN COMUNIDAD - Centro de Estudio ...

Dietrich Bonhoeffer VIDA EN COMUNIDAD - Centro de Estudio ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

88 Vida en comunidad El servicio 89<br />

propia sabiduría: recuerda que la propia sabiduría perdió<br />

a los primeros hombres que quisieron conocer el<br />

bien y el mal, y que Caín, el primer hombre nacido sobre<br />

la tierra <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la caída, fue un homicida. Ese es<br />

el fruto <strong>de</strong> la sabiduría humana. Debido a que el cristiano<br />

ya no pue<strong>de</strong> creerse sabio, tendrá en poca estima sus<br />

planes y proyectos personales, y compren<strong>de</strong>rá que es<br />

bueno que su voluntad sea domeñada en confrontación<br />

con el prójimo. Estará dispuesto a consi<strong>de</strong>rar más importante<br />

y más urgente la voluntad <strong>de</strong>l prójimo que la<br />

suya propia. ¿Qué importa si se <strong>de</strong>sbaratan los propios<br />

planes? ¿Acaso no es mejor servir al prój imo que imponerle<br />

la propia voluntad?<br />

No ser altivos<br />

También la honra <strong>de</strong>l prójimo es más importante que<br />

mi propia gloria. «¿Cómo vais a creer vosotros, que recibís<br />

la gloria unos <strong>de</strong> otros, y no buscáis la gloria que<br />

viene <strong>de</strong>l único Dios?» (Jn 5, 44). La apetencia <strong>de</strong> la<br />

propia gloria impi<strong>de</strong> la fe. El que busca su propia gloria<br />

se olvida <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong>l prójimo. ¿Qué importa que se<br />

me hagan agravios? ¿Acaso no habría merecido un castigo<br />

más severo si Dios no hubiera procedido conmigo<br />

misericordiosamente? ¿Acaso la injusticia que pa<strong>de</strong>zco<br />

no está mil veces justificada? ¿No será útil y bueno para<br />

mi humildad que aprenda a soportar en silencio y pacientemente<br />

alguna cosa? «Es mejor un espíritu paciente<br />

que un espíritu altivo» (Ecl 7, 8). El que vive <strong>de</strong> la<br />

justificación por la gracia, está dispuesto a aceptar también<br />

ofensas y vejaciones sin protesta, como provenientes<br />

<strong>de</strong> la mano severa y misericordiosa <strong>de</strong> Dios. No es<br />

ciertamente buena señal que no podamos soportar tales<br />

cosas sin apelar enseguida al ejemplo <strong>de</strong> Pablo que,<br />

maltratado, hizo valer su <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> ciudadano romano,<br />

o al <strong>de</strong> Jesús, que dijo al que le golpeaba: «¿Por qué me<br />

pegas?». En cualquier caso, ninguno <strong>de</strong> nosotros podrá<br />

obrar como Cristo o Pablo si no ha aprendido primero,<br />

como ellos, a callar ante el oprobio y el ultraje. El pecado<br />

<strong>de</strong> la susceptibilidad que con tanta presteza florece<br />

en la comunidad nos <strong>de</strong>muestra continuamente cuánta<br />

ambición o, lo que es lo mismo, cuánta incredulidad hay<br />

latente todavía.<br />

En fin, el no creerse sabio, el humillarse ante el humil<strong>de</strong>,<br />

significan simple y llanamente tenerse por el más<br />

gran<strong>de</strong> pecador. Esto suscita la protesta más ardiente <strong>de</strong>l<br />

hombre natural, y también la <strong>de</strong>l cristiano consciente <strong>de</strong><br />

sí mismo. Suena a exageración, a hipocresía. Sin embargo,<br />

el apóstol Pablo dijo <strong>de</strong> sí mismo que era el primero,<br />

es <strong>de</strong>cir, el más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong> los pecadores (1 Tim 1, 15),<br />

precisamente allí don<strong>de</strong> habla <strong>de</strong> su ministerio <strong>de</strong> apóstol.<br />

Yo no puedo conocer verda<strong>de</strong>ramente mi pecado si<br />

no <strong>de</strong>sciendo a esta profundidad. Si mi pecado, al compararlo<br />

con el <strong>de</strong> los otros, me sigue pareciendo <strong>de</strong> algún<br />

modo menos grave y menos con<strong>de</strong>nable, es que mi <strong>de</strong>sconocimiento<br />

<strong>de</strong> él es absoluto. Mi pecado es necesariamente<br />

el mayor, el más grave y el más con<strong>de</strong>nable, porque<br />

para el pecado <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más el amor fraterno me<br />

hace encontrar excusas, pero para el mío no hay excusa.<br />

Por esta razón es el más grave.<br />

Hasta estas profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> humildad habrá que<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r para po<strong>de</strong>r servir a los hermanos en la comunidad.<br />

¿Cómo podría servir a mi hermano con humildad<br />

si su pecado me parece mucho más grave que el mío?<br />

Convencido <strong>de</strong> mi superioridad ¿podría seguir teniendo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!