mensajes selectos tomo 1.pdf - Cristianos
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Satanás está... constantemente haciendo fuerza por introducir lo espurio a fin de apartar de la verdad.<br />
Precisamente, el último engaño de Satanás se hará para que no tenga efecto el testimonio del Espíritu de Dios.<br />
"Sin profecía el pueblo será disipado" (Prov. 29: 18, versión Valera antigua). Satanás trabajará hábilmente en<br />
diferentes formas y mediante diferentes instrumentos para perturbar la 55 confianza del pueblo remanente de<br />
Dios en el testimonio verdadero (Carta 12, 1890).<br />
Se encenderá un odio satánico contra los testimonios. La obra de Satanás será perturbar la fe de las iglesias en<br />
ellos por esta razón: Satanás no puede disponer de una senda tan clara para introducir sus engaños y atar a las<br />
almas con sus errores si se obedecen las amonestaciones y reproches del Espíritu de Dios (Carta 40, 1890). 56<br />
4. La Redacción y Distribución de los Testimonios para la Iglesia *<br />
UN REPASO DE LA OBRA<br />
Sanatorio, California, 8 de julio de 1906<br />
QUERIDO HERMANO:<br />
Hay algunos que piensan que pueden medir el carácter y estimar la importancia de la obra que el Señor me ha<br />
dado. Su propia mentalidad y juicio son la norma por la cual quieren pesar los testimonios.<br />
Mi Instructor me dijo: Di a esos hombres que Dios no les ha confiado la obra de medir, clasificar y definir el<br />
carácter de los testimonios. Los que intentan esto seguramente errarán en sus conclusiones. El Señor quiere<br />
que los hombres se apliquen a su obra señalada. Si observan el camino del Señor, podrán discernir claramente<br />
que la obra que Dios me ha señalado para hacer no es de invención humana.<br />
Los que cuidadosamente leen los testimonios así como aparecieron desde los primeros días, no necesitan estar<br />
perplejos en cuanto a su origen. Los muchos libros escritos con la ayuda del Espíritu de Dios dan un claro<br />
testimonio en cuanto al carácter de los testimonios.<br />
En los primeros días de nuestra experiencia en el mensaje, el Espíritu de Dios venía con frecuencia sobre unos<br />
57 pocos de nosotros cuando estábamos reunidos y yo era arrebatada en visión. El Señor nos daba tal luz y<br />
evidencia, tal consuelo y esperanza y gozo, que las alabanzas suyas estaban en nuestros labios.<br />
Auxiliada por ayudantes literarios<br />
Mientras vivió mi esposo, actuó como ayudante y consejero en el envío de los <strong>mensajes</strong> que me eran dados.<br />
Viajábamos mucho. A veces se me daba luz durante la noche, a veces durante el día delante de grandes<br />
congregaciones. La instrucción que recibía en visión era fielmente redactada por mí cuando tenía tiempo y<br />
vigor para esa obra. Después examinábamos juntos el asunto. Mi esposo corregía los errores gramaticales y<br />
eliminaba repeticiones inútiles. Eso era cuidadosamente copiado para las personas a quienes iba dirigido, o<br />
para el impresor.<br />
A medida que creció la obra, otros me ayudaron en la preparación del material para su publicación. Después<br />
de la muerte de mi esposo, se me unieron fieles ayudantes, los que trabajaron infatigablemente en la obra de<br />
copiar los testimonios y preparar artículos para su publicación.<br />
Pero no son verdaderos los informes que han circulado, que se permitía a cualquiera de mis ayudantes añadir<br />
material o cambiar el sentido de los <strong>mensajes</strong> que escribo.<br />
Mientras estuvimos en Australia, el Señor me instruyó que W. C. White* debía ser aliviado de las muchas<br />
responsabilidades que los hermanos ponían sobre él para que pudiera ayudar más libremente en la obra que el<br />
Señor me había confiado. La promesa había sido dada: "Pondré mi Espíritu sobre él y le daré sabiduría".<br />
Desde que volví a Norteamérica, he recibido varias veces la instrucción de que el Señor me ha dado a W. C.<br />
White como mi ayudante y que en esa obra el Señor le dará de su Espíritu. 58<br />
El tiempo y la forma adecuados de presentación<br />
Se requiere mucha sabiduría y sano juicio, vivificados por el Espíritu de Dios, para conocer el tiempo<br />
adecuado y la manera de presentar la instrucción que ha sido dada. Cuando las mentes de las personas<br />
reprochadas están bajo la influencia de un fuerte engaño, naturalmente resisten el testimonio, y habiendo<br />
asumido una actitud de resistencia, es difícil que después reconozcan que han estado equivocadas.<br />
En los primeros días de esta causa, si algunos de los hermanos dirigentes se hallaban presentes cuando se<br />
recibían <strong>mensajes</strong> del Señor, consultábamos con ellos en cuanto a la mejor manera de presentar la instrucción<br />
delante de los hermanos. A veces se decidía que era mejor no leer ciertas porciones delante de una<br />
congregación. A veces, aquellos cuya conducta era reprochada pedían que los <strong>mensajes</strong> que hacían resaltar sus<br />
errores y peligros fueran leídos delante de otros para que ellos también se beneficiaran.<br />
Con frecuencia, después de que se leían testimonios de reprensión, se efectuaban confesiones sinceras.<br />
Entonces nos uníamos en oración y el Señor manifestaba su gracia perdonadora a los que habían confesado<br />
sus pecados. La aceptación de los testimonios producía ricas bendiciones de Dios en nuestras congregaciones.