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mensajes selectos tomo 1.pdf - Cristianos

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Para probar que yo creía y enseñaba la doctrina de la puerta cerrada, el Sr. C presenta una cita de la Review<br />

del 11 de junio de 1861, firmada por nueve de nuestros miembros importantes. La cita dice así:<br />

"Nuestros conceptos de la obra que nos correspondía eran entonces mayormente vagos e indefinidos; algunos<br />

se aferraban todavía a la idea aceptada por el conjunto de creyentes adventistas de 1844, a cuya cabeza estaba<br />

Guillermo Miller, de que nuestra obra para 'el mundo' había terminado y que el mensaje se restringía a<br />

aquellos de la fe adventista original. Tan firmemente se creía esto que casi se le rehusó el mensaje a uno de los<br />

nuestros, pues el que sostenía esto tenía dudas de la posibilidad de la salvación de aquél porque no había<br />

estado en 'el movimiento de 1844'".<br />

Sólo necesito añadir a esto que en la misma reunión en que se insistió que el mensaje no podía ser dado a ese<br />

hermano, mediante una visión se me dio un testimonio para animarlo a confiar en Dios y dar su corazón<br />

plenamente a Jesús, lo que él hizo entonces y allí mismo.<br />

Una conjetura irrazonable<br />

En otro pasaje del libro A Word to the Little Flock (Un mensaje a la pequeña grey), hablo de escenas de la<br />

"tierra nueva y declaro que allí vi a santos de la antigüedad: Abrahán, Isaac, Jacob, Noé, Daniel y muchos<br />

como ellos". Porque hablo de haber visto a esos hombres, nuestros oponentes conjeturan que entonces yo<br />

creía en la inmortalidad del alma y que habiendo cambiado después mis opiniones sobre este punto, vi<br />

necesario suprimir ese pasaje. Están tan lejos de la verdad aquí como en otras conjeturas.<br />

En el año 1844, acepté la doctrina que ahora sostenemos, en cuanto a que el alma no es inmortal, como se<br />

puede ver por referencias de Life Sketches (Apuntes biográficos), págs. 170, 171 [edición de 1880. Véase<br />

también la edición de 1915, pág. 49; Testimonies, <strong>tomo</strong> 1, páginas 39, 401, y nunca 74 he defendido otra<br />

doctrina, ni verbalmente ni por escrito. Si hubiésemos suprimido ese pasaje debido a su enseñanza de la<br />

inmortalidad del alma, hubiéramos encontrado necesario suprimir otros pasajes.<br />

Al relatar mi primera visión, en la página 13 de Early Writings [pág. 17 de la actual edición, que coincide con<br />

Primeros escritos], hablo de haber visto a hermanos que poco antes habían dormido en Jesús, y en la página 14<br />

actual edición, págs. 18 y 19 declaro que se me mostró a un gran grupo que había sufrido el martirio por la fe.<br />

La inmortalidad del alma no se enseña más en el pasaje "suprimido" que en los dos últimos citados.<br />

El caso es que, en estas visiones, fui llevada adelante al tiempo cuando los santos resucitados serán reunidos<br />

en el reino de Dios. De la misma manera, el juicio, la segunda venida de Cristo, el establecimiento de los<br />

santos sobre la tierra nueva han sido presentados delante de mí. ¿Supone alguno que ya han acaecido esas<br />

escenas? Mis adversarios muestran el espíritu que los mueve al acusarme así de engaño, basándose en una<br />

mera "conjetura".<br />

Una cita equivocada<br />

En esta cita también se encuentran las palabras: "Vi dos largas ramas áureas de las cuales colgaban hilos de<br />

plata, y en los hilos había magníficas uvas". Mis oponentes ridiculizan "esa expresión débil y pueril de<br />

magníficas uvas que crecen en hilos de plata y estos hilos unidos a ramas áureas".<br />

¿Qué motivo movió al autor mencionado a citar mal mis palabras: Yo no declaré que las uvas crecían en hilos<br />

de plata. Lo que contemplé está descrito tal como me pareció a mí. No se ha de suponer que las uvas estaban<br />

unidas a hilos de plata o ramas áureas, sino que ésa era la apariencia que presentaban. Expresiones tales son<br />

empleadas diariamente por todos en la conversación común. Cuando hablamos 75 de frutos áureos, no se<br />

entiende que declaramos que el fruto está compuesto de ese precioso metal, sino simplemente que tiene la<br />

apariencia de oro. La misma regla aplicada a mis palabras elimina toda excusa para una falsa interpretación.<br />

El sello de Dios<br />

Otra "supresión" reza así: "Bien, bendito sea el Señor, hermanos y hermanas, es una reunión extraordinaria<br />

para los que tienen el sello del Dios viviente".<br />

No hay nada en esto que todavía no sostengamos. El análisis de nuestras obras publicadas mostrará nuestra<br />

creencia de que los justos vivos recibirán el sello de Dios antes de la terminación del tiempo de gracia.<br />

También que ellos disfrutarán honores especiales en el reino de Dios.<br />

Abandono del sábado<br />

Se dice que el siguiente pasaje ha sido omitido de la visión relatada en las páginas 25 - 28 de Early Writings<br />

[corresponde a las páginas 32 - 35 de Primeros escritos]:<br />

"Si alguien creyó en el sábado y lo guardó, y recibió la bendición que lo acompaña, y luego lo abandonó y<br />

quebrantó los santos mandamientos, éste se cerrará a sí mismo las puertas de la santa ciudad tan ciertamente<br />

como que hay un Dios que rige los cielos en lo alto".<br />

Los que han visto claramente y aceptado plenamente la verdad del cuarto mandamiento, y han recibido la<br />

bendición que acompaña a la obediencia, pero que después renunciaron a su fe y se atrevieron a violar la ley

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