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La modernidad Excluyente - Hermeneia

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Introducción.<br />

Alguna vez leí algo de Ernesto Sábato donde decía que el escritor no<br />

elige el tema, que más bien es el tema el que elige al escritor. Algo así me ha<br />

pasado con este trabajo. <strong>La</strong> condición de vivir en el tercermundo (país en vías<br />

de desarrollo recita el eufemismo oficial) es contrasante, ya que por un lado se<br />

plantean categorías y conceptos como posthumano, pos<strong>modernidad</strong>, era<br />

digital, mientras en la realidad concreta de México, viven ya sea yuxtapuestos o<br />

en abierto conflicto, discursos premodernos sitiados en la marginación y la<br />

pobreza.<br />

Tratar de articular parte del debate del pensamiento contemporáneo,<br />

como pudiera ser la deconstrucción, el poscolonialismo, la <strong>modernidad</strong> líquida,<br />

con un país que ha sido indolente frente a la diversidad me parece que es la<br />

motivación principal para este trabajo, que intenta de adaptar el horizonte de la<br />

era digital a una cultura en específico: la tarahumara.<br />

A pesar de la adversidad cultural, han logrado surgir una serie de<br />

literatos de este etnia, que además de la calidad como escritores han puesto en<br />

el centro de la discusión el clamor por la diversidad y el dialogo. El libro ha sido<br />

un espacio prácticamente negado o muy limitado para conocer su voz. Un caso<br />

fue Dolores Batista (+) quien tuvo una voluntad inquebrantable por expresar su<br />

raíces por medio de la poesía, y salvo algunos lectores “especializados”,<br />

padece un anonimato inmerecido.<br />

<strong>La</strong>s pretensiones de esta investigación no son antropológicas, no buscan<br />

hacer un estudio detallado de la cultura tarahumara, tampoco son literarias, no<br />

se analizan las creaciones existentes, el objetivo es reflexionar a partir de una<br />

una mirada que procura ser inter e inclusive transdisciplinaria, sobre los límites<br />

y posibilidades que ofrece la era digital a los discursos periféricos, en este caso<br />

a la cultura tarahumara.<br />

En algunos tramos pudiera parecer que el tema central se pierde, pero<br />

me pareció necesario dejar sentados algunos conceptos, como pudieran ser el<br />

de racionalidad, estado nación hegeliano, la polémica entre Parménides y<br />

Heráclito que esconde el debate entre la identidad frente a la diversidad.<br />

1


En cuanto a la cultura Tarahumara existen estudios muy extensos y bien<br />

documentados, estos fueron la base para exponer parte de su cosmovisión,<br />

pero existe un vacío en cuanto al tema de ésta comunidad frente a los temas<br />

de era digital, es muy probable que ante las carencia inmediatas de los<br />

satisfactores de vida más elementales, suene inoportuno y hasta frívolo<br />

introducir un tema tan “a la moda”, pero me parece que adentrarse en las<br />

posibilidades que ofrece la era digital y en específico el ciberespacio es una<br />

oportunidad para oponerle frente a la desigualdad.<br />

Ante las ideas que pudieran parecen innecesarias, no me queda<br />

sino pensar en términos de aeronáutica: para lograr un buen aterrizaje se<br />

requieren horas de maniobra en vuelo.<br />

2


Primera Parte: <strong>La</strong> <strong>modernidad</strong> <strong>Excluyente</strong>.<br />

<strong>La</strong> tradición Judeo Cristiana.<br />

Si bien es cierto que la <strong>modernidad</strong> como tiempo histórico y como<br />

cosmovisión del mundo es la resultante de múltiples visiones, algunas<br />

abiertamente identificables y otras veladamente ocultas, para los fines y<br />

alcances de este trabajo; que tiene que ver con la multiculturalidad, la cultura<br />

tarahumara y el horizonte de la era digital, conviene rastrear –aunque sea de<br />

forma somera- un par de tradiciones: la judeo cristiana y el mundo de la Grecia<br />

clásica.<br />

El mito de Babel relata la imposibilidad de llegar a Dios; con el objeto de<br />

guarecerse de otra inundación como la de Noe, los moradores decidieron<br />

edificar una torre que pudiera llegar a Dios, para que su manto divino les<br />

cubriera, para salvarse de la catástrofe. Pero fue en vano, la sentencia del<br />

Altísimo tatuó sobre la existencia humana la posibilidad constante de naufragio<br />

Y dijeron: Vamos, edifiquemos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al<br />

cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéramos esparcidos sobre la faz de toda<br />

la tierra. Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los<br />

hijos de los hombres. Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, ya todos estos<br />

tienen un lenguaje y han comenzado a obrar, y nada les retraerá ahora de lo<br />

que han pensado hacer. Ahora pues, descendamos, y confundamos allí sus<br />

lenguas, para que ninguno entienda el habla de su compañero. (Génesis<br />

Capítulo 11: ver 4-8).<br />

Al ser la lengua o más bien su diversidad, el motivo central para alcanzar<br />

la divinidad, las palabras no son sino propiedad del Dios Padre Monoteísta, el<br />

cuál de manera directa habrá de señalar el habla permitida: Jehová le dijo a<br />

Abraham:<br />

Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te<br />

mostraré. Y bendeciré a todos los que te bendijeren, y a los que te maldijeren<br />

maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.<br />

(Génesis, Capítulo 12, ver1-3).<br />

si bien, el cristianismo habrá de ampliar el sentido de Pueblo de Dios a<br />

toda la tierra, la negativa para aceptar la diversidad lingüística dentro de su<br />

corpus será una constante, baste recordar la polémica con Lutero 1 ( en la que<br />

se filtraron también condiciones geopolíticas) con la traducción bíblica. En la<br />

forma ritual del catolicismo no será sino hasta el Concilio Vaticano Segundo<br />

1 En este sentido, existen puntos de vista divergente respecto a que hubiera sido el primero y más importante traductor de la Biblia a<br />

otras lenguas, en http://www.mercaba.org/FICHAS/arvo.net/lutero_y_la_biblia.htm se aprecia esta postura.<br />

3


(1962-1965) cuando permite la introducción de las lenguas vernáculas al<br />

espacio de lo sagrado y esto provocará severas diferencias en grupos<br />

conservadores como el encabezado por Monseñor Lefebvre.<br />

<strong>La</strong> raíz del Dios judeo cristiano desde un plano meramente ortodoxo, nos<br />

muestra el rostro de la discriminación, tras la idea del pueblo elegido se oculta<br />

la visión del colonizador: imponer la verdad y suprimir a la otredad. Esta raíz<br />

habrá de manifestarse en el proceso de conquista y colonización del “Nuevo<br />

mundo”, teniendo matices contrapuestos: ya sea con el primer defensor de los<br />

pueblos indios como fue Fray Bernandino de Sahagún (1499-1590), o con la<br />

sangre y la devastación del Santo Oficio y la instauración de la religión y la<br />

lengua oficial. Como se puede apreciar tras la idea de un idioma oficial está<br />

una mirada que contiene algunos elementos enraizados en la teología y la<br />

mitología.<br />

El centro discursivo de la <strong>modernidad</strong> estuvo desde un principio habitado<br />

como una babel inagotable, ante su crisis estas voces han surgido para<br />

reclamar legitimidad, desde las ruinas de la torre, muchas voces claman poder<br />

nombrar al mundo, no para llegar a Dios, sino para entre los escombros de la<br />

razón utilitaria hablar al prójimo:<br />

<strong>La</strong> tradición Griega.<br />

El otro me es "accesible" en su otredad porque su rostro y su voz me lo "re<br />

velan", ya que el rostro es epifánico.<br />

Levinas, sin negar la trascendencia de Dios, se es- fuerza por trascender hasta<br />

el rostro del otro para encontrar a Dios. No es tanto hacer a Dios inmanente<br />

como des-cubrir que el otro, el que está más allá del ser por su rostro, es<br />

trascendente.<br />

Díaz Moreno, http://sala.clacso.org.ar/gsdl/cgi-bin/library<br />

El pensamiento griego de ninguna manera fue homogéneo, la<br />

racionalidad donde se armonizan enteramente belleza verdad y bien, es una<br />

continuidad con la que se ha pretendido enmarcar a todo el genio griego, pero<br />

ante este tema Nietzsche va a reaccionar en El origen de la tragedia.<br />

En la concepción apolínea del mundo está como soporte Parménides<br />

quien niega la posibilidad del no ser, y confina al ser a lo estático, a la<br />

imposibilidad del movimiento:<br />

4


Pues bien, te contaré (y tú, tras oír mi relato, trasládalo) las únicas vías de<br />

investigación pensables. <strong>La</strong> primera, que es y no es no-ser, es el camino de la<br />

persuasión (pues acompaña a la Verdad); la otra, que no es y es<br />

necesariamente no-ser, ésta, te lo aseguro, es una vía totalmente<br />

impracticable. Pues no podrías conocer lo no-ente (es imposible) ni expresarlo;<br />

pues lo mismo es el pensar y el ser. Fragmentos 2-3 (1970, p. 43).<br />

De la equiparación entre el pensar y el ser, se desprende un<br />

razonamiento que lleva a la univocidad discursiva. Este camino de la<br />

persuasión que acompaña a la verdad está estrechamente vinculado a las tres<br />

leyes de la lógica proposional: que son el principio de identidad, de no<br />

contradicción y del tercer excluso, esta forma de caracterizar al pensamiento,<br />

va a ser el soporte discriminatorio de la <strong>modernidad</strong> en su versión homogénea<br />

del progreso y la razón, será también la base fundamental para la exclusión de<br />

los pobladores originarios de América; de sus formas de organización cultural y<br />

su lengua.<br />

También esta ruta de la persuasión que acompaña a la verdad<br />

( 1970,p.34), se encarnó en la idea Platónica del Estado, misma que se<br />

mantendrán intactas en el estado moderno, y como más adelante se apreciará<br />

la visión del Estado Nación tenderá al segregacionismo ante los discursos<br />

“periféricos”.<br />

Otra vía de atender el pensamiento opuesta a la anteriormente definida,<br />

tiene el sentido Dionisiaco del mundo, que ve en la contradicción la esencia de<br />

la vida. Para Heráclito en la existencia de los opuestos, está el ser que se<br />

muestra entre dos realidades aparentemente disociadas, esto lo va a celebrar<br />

Nietzsche<br />

Mientras la imaginación de Heráclito contemplaba el Universo en perpetuo<br />

movimiento y la “realidad” con los ojos de un espectador complacido, viendo<br />

cómo luchaban alegremente los contrarios bajo el padrinazgo de un severo<br />

juez de campo, vislumbró un nuevo presentimiento de mayor categoría: ya no<br />

podía considerar a los combatientes separadamente del juez: los jueces<br />

mismos parecían mismos parecían combatir, los luchadores mismos parecían<br />

juzgar, y ante este espectáculo de una justicia eternamente imperante, se<br />

atrevió a exclamar: “¡<strong>La</strong> lucha de los muchos es la pura justicia!” Y, en general,<br />

lo uno es lo múltiple.<br />

http://www.nietzscheana.com.ar/la_filosofia_en_la_epoca_tragica.htm<br />

El problema entre ser y no ser, lenguaje y mundo es uno de los grandes<br />

dilemas de la filosofía y la lingüística, la problematicidad de la lengua se<br />

5


acentúa cuando añadimos los elementos que tienen que ver con la<br />

construcción de la misma, la lengua es un sistema de signos que tras su<br />

entramado estructural, alberga una red invisible de poder, de ahí que conviene<br />

considerar lo que dice Michel Foucault<br />

<strong>La</strong>s “sociedades de discursos”, cuyo cometido es conservar o producir<br />

discursos tienen un funcionamiento en parte diferente, para hacerlos circular en<br />

un espacio cerrado, distribuyéndolos según reglas estrictas y sin que los<br />

detentadores sean desposeídos de su función de distribución. (2002,p.41).<br />

Para decirlo en términos nietzscheanos 2 , la voluntad de poderío que<br />

anima la creación y legitimación de discursos parte de una condición<br />

extralingüística, que en el caso tanto de la tradición hegemónica griega y judeo<br />

cristiana desconfía y tiende a relegar los discursos que nacen de la diversidad,<br />

en el caso de la investigación que nos ocupa, el de las lenguas indígenas.<br />

En el caso de la tradición judía, el discurso del “otro” carecerá de<br />

legitimidad si no es congruente con el monoteísmo. En la tradición griega los<br />

“bárbaros”, serán aquellos que con dificultad balbucean y no conocen el griego,<br />

con esto habrá pues también una lengua para la razón. Los pueblos<br />

mesoamericanos a los ojos del colonizador encarnaran estas dos<br />

características negativas y por tanto, su lengua y cultura son susceptibles de<br />

ser “redimidas” en el mejor de los casos.<br />

<strong>La</strong> racionalidad y su impacto en el Estado Nación.<br />

Si hay algo que caracteriza a la <strong>modernidad</strong> es su carácter polisémico;<br />

como tiempo histórico ha tenido diversos matices y manifestaciones,<br />

dependiendo de situaciones geopolíticas, tecnológicas, entre otras. Pero<br />

invariablemente tiene como soporte la idea de la revolución; el nacimiento de la<br />

2 Sobre Nietzsche y su crítica al saber institucionalizado Foucault dice con atino: Nietzsche representa, en relación con el<br />

discurso filosófico académico, que se remite a sí mismo continuamente, el límite externo. Claro, se puede encontrar en<br />

Nietzsche todo un filón de la filosofía occidental: Platón, Spinoza, los filósofos del siglo XVIII, Hegel...todo eso pasa por<br />

Nietzsche. Y, sin embargo, en relación con la filosofía hay en Nietzsche una rugosidad, una rusticidad, una exterioridad,<br />

una especie de carácter campesino montaraz que le permite con un movimiento de hombros y sin ser de modo alguno<br />

ridículo, decir con una fuerza que no se puede evitar: “Todo eso no pasa de ser bestialidades, de fricciones inútiles”.<br />

Refutar la filosofía implica necesariamente una desenvoltura tal...No es quedándose en la filosofía, no es refinándola a<br />

lo máximo, no es contorneándola con su propio discurso que vamos a resolver el problema. No. Es oponiendo a ella<br />

una especie de tontería sorprendida, admirada y alegre, una especie de mofa que no comprenda y que finalmente,<br />

comprenda o, en todo caso, rompa. Es eso...Una risa que rompa pero que comprenda. (LA LITERATURA EN LAS<br />

INVESTIGACIONES DE FOUCAULT<br />

Entrevista de Roger-Pol Droit a Michel Foucault.<br />

Traducido por Alfonso Forero, Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Libre. Bogotá.<br />

6


edad moderna se explica sólo a partir de la revolución copernicana, la<br />

revolución francesa, la revolución industrial. Este tema lo abordó Octavio Paz<br />

en su discurso de recepción del Premio Alexis de Tocqueville<br />

En suma, la Revolución es un acto eminentemente histórico y, no obstante, es<br />

un acto negador de la historia: el tiempo nuevo que instaura es una<br />

restauración del tiempo original. Hija de la historia y de la razón, la Revolución<br />

es la hija del tiempo lineal, sucesivo e irrepetible; hija del mito, la Revolución es<br />

un momento del tiempo cíclico. (2001,p.13).<br />

Como hija de la razón la <strong>modernidad</strong> pronto construyó una idea de la<br />

filosofía de la historia, que fue fundamental para entender la construcción del<br />

Estado Nación, categoría de análisis para entender la exclusión de la<br />

diversidad de las lenguas indígenas.<br />

Augusto Comte encontró la forma de postular el espíritu de lo moderno,<br />

que presenta algunas características: el dogma de que la historia es una forma<br />

progresiva, que bajo la mirada de la razón tiene estadios que van del mundo<br />

mágico-religioso, al metafísico, para desembocar en el estado positivo y en su<br />

religión. <strong>La</strong> mirada de Comte fue el centro del movimiento “civilizatorio”, con el<br />

que los países latinoamericanos se introdujeron al desarrollo.<br />

Los referentes del positivismo van a ser fundamentales para que el<br />

Estado Nación sea el depositario y paladín de la idea de progreso, misma que<br />

se acompaña de las construcciones identitarias, donde la creación de<br />

estereotipos nacionales refuerzan la ideal del destino manifiesto de la patria, lo<br />

que ocasionará una segregación de las identidades regionales con lo que el<br />

positivismo será una forma de mutilar lo diverso.<br />

Pero la figura fundamental para entender no sólo la construcción teórica<br />

de lo moderno, sino para adentrarnos en su crisis es Hegel 3 , el filósofo alemán,<br />

va a encontrar en el Estado la forma más perfecta para que el espíritu se<br />

despliegue:<br />

El contenido del Estado existe en sí y por sí; es el espíritu del pueblo. El Estado<br />

real está animado por ese espíritu. Todo existe por y para el Estado, todo es<br />

contingente menos él. El Estado, las leyes y las instituciones son suyas; suyos<br />

3 Hegel llevó a la racionalidad a su estado más alto y profundo, pero también al llevarla a sus límites<br />

expuso los puntos de quiebre internos, sobre Hegel los trabajos de Georges Bataille, Maurice Blanchot,<br />

ponen de manifiesto ese lado “oscuro” y hasta politeísta de su filosofía.<br />

7


son los derechos, la propiedad exterior sobre la naturaleza, el suelo, las<br />

montañas, el aire y las aguas, esto es, la comarca, la patria. <strong>La</strong> historia de ese<br />

Estado, sus hechos y los hechos de sus antepasados son suyos, viven en su<br />

memoria, han producido lo que actualmente existe, le pertenecen. (1986,p.<br />

13).<br />

<strong>La</strong>s dimensiones metafísicas que toma el Estado, serán el garante para<br />

que se legitime con un poder que va más allá de sí mismo el gobernante en<br />

turno. De ahí que, las razones de Estado están siempre por encima de las<br />

individualidades, el espíritu universal del mismo no tiene miramientos para<br />

ignorar los márgenes, la base racional del Estado descansa sobre entelequias<br />

metafísicas como el pueblo o la patria.<br />

<strong>La</strong> forma en que el Estado no pierda su papel como la forma superior del<br />

espíritu y como la síntesis de los opuestos es la educación, cuyo campo<br />

formativo debe ser un modelo para preservar la lógica de la hegemonía:<br />

Toda educación se endereza a que el individuo no siga siendo algo subjetivo,<br />

sino que se haga objetivo en el Estado (...) El hombre debe cuanto es al<br />

Estado. Solo en este tiene su esencia. Todo el valor que el hombre tiene, toda<br />

su realidad espiritual, la tiene mediante el Estado. (p.18).<br />

Con esto la <strong>modernidad</strong> mantiene vivo el deseo de educar para<br />

evangelizar, el aparato ideológico de la educación está diseñado para que<br />

aquello que salga de la identidad nacional, los designios del pueblo, el<br />

consenso de la democracia mayoritaria, sea suprimido por medio de la<br />

enseñanza que muestra la verdad de curso de la historia. Si vemos<br />

detenidamente los relatos de la <strong>modernidad</strong>; ya sea en el marxismo o el<br />

capitalismo del siglo XIX, encontramos una confianza ciega en la línea<br />

secuencial del progreso y en la afirmación de las identidades. Esto explica por<br />

que, tanto la derecha como la izquierda han tomado como marco referencial a<br />

Hegel: por que EL Estado legitimado en una instancia etérea que permite la<br />

hegemonía y castiga en disenso.<br />

Otra base fundamental para entender el estado es el concepto de ley,<br />

que debe ser Universal, Impersonal y Abstracta, ante estos tres pilares,<br />

movimientos periféricos (por lo menos en México) como los pueblos indígenas,<br />

la equidad de género, los derechos de la comunidad lésbico gay, se<br />

contraponen por su especificidad, a esta tres nociones.<br />

8


En la mirada moderna, lo legal es a final de cuentas lo que acota lo real<br />

(y no viceversa), y por consecuencia lo legítimamente válido y verdadero; el<br />

rango de lo permitido que dan las leyes es el que califica o descalifica un<br />

discurso, y en Kant llega a extremos como el siguiente<br />

Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y<br />

crecientes cuanto con más frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la<br />

reflexión: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí.(1983,p.120).<br />

Ante esto, Nietzsche 4 reacciona para detonar el espíritu de lo Dionisiaco<br />

y volver de la filosofía y el pensamiento una actividad vital, que no viva ni<br />

padezca la supresión de una razón “contaminada” por la moral judeo cristiana<br />

que para el filósofo alemán torció nuestra lectura de la antigua Grecia.<br />

El otro como sujeto a evangelizar por la “civilización”.<br />

El sólo concepto de Civilización 5 refiere desde su sola etimología el<br />

sentido de la idea de progreso, civis (ciudadano) y civitas (ciudad) enmarcan<br />

como única forma y vía de progreso la polis, de esta forma se puede concluir<br />

que ante los bárbaros, no quedan sino dos vías de acción: el exterminio o la<br />

evangelización 6 .<br />

Si el supuesto fundamental de lo moderno, es como lo mencionaba Paz<br />

un acto negador de la historia, pero esto se logra sólo de forma parcial, pues la<br />

<strong>modernidad</strong> mantuvo intacta la estructura de evangelización, sólo suplantó la<br />

idea de Dios, por la de la Razón y el progreso.<br />

4<br />

Esto es sólo un fragmento de El Anticristo (1991).<br />

<strong>La</strong> "virtud", el "deber", el "bien en sí", el bien entendido con un carácter de impersonalidad y de validez universal -ficciones<br />

cerebrales en que se expresan la decadencia, el agotamiento último de las fuerzas de la vida, la chinería konisberguense. Lo<br />

contrario es lo que ordenan las leyes más profundas de la conservación y el crecimiento: que cada uno se invente su virtud, su<br />

imperativo categórico. Un pueblo perece cuando confunde su deber con el concepto de deber en general. Nada arruina más<br />

profunda, más íntimamente que los deberes "impersonales", que los sacrificios hechos al Moloch de la abstracción.- ¡Qué la gente<br />

no haya sentido como peligroso para la vida el imperativo categórico de Kant!...¡El instinto propio de los teólogos fue el único que<br />

tomó bajo su protección! - Una acción que el instinto de la vida nos compele a realizar tiene en el placer su prueba de ser una acción<br />

correcta: y aquel nihilista de vísceras dogmático-cristianas entendió al placer como una objeción...¿Qué destruye más rápidamente<br />

que trabajar, pensar, sentir, sin necesidad interna, sin una elección profundamente personal, sin placer? ¿Como un autómata del<br />

"deber"? Esta es precisamente la receta de la decadencia, del idiotismo... Kant se volvió idiota. (El Anticristo: 40-41; cursivas del<br />

autor). 1974: El Anticristo, Madrid, Alianza<br />

5<br />

En http://cvc.cervantes.es/obref/aih/pdf/05/aih_05_1_008.pdf se encuentra un estudio detallado sobre el concepto que lleva por<br />

título: Palabra"civilización" y su sentido en el siglo XVIII.<br />

6<br />

<strong>La</strong> historia de los Estados Unidos de Norteamérica ilustra bien la tesis del exterminio/segregación, los colonizadores protestantes<br />

optaron por esta vía, en cambio en México si hubo un proceso de Evangelización, el que José Vasconcelos explica que se dio por la<br />

concepción Católica de la conversión.<br />

9


Al volver laico lo divino, se mantiene la idea salvífica, pero ahora<br />

encarnada en la razón y el estado, quizá esta sea una de las características de<br />

la Ilustración, que Kant define así:<br />

<strong>La</strong> ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. El mismo es<br />

culpable de ella. <strong>La</strong> minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del<br />

propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta<br />

minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del<br />

entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con<br />

independencia de él, sin la conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de<br />

servirte de tu propio entendimiento! He aquí la divisa de la ilustración.<br />

(1973,p.23).<br />

Si durante la colonia los indígenas fueron vistos como seres inferiores 7 ,<br />

con la ilustración y el positivismo no hubo cambios radicales, pasaron a ser<br />

menores de edad, susceptibles a ser tutelados por el progreso, y para<br />

abandonar esta condición de inferioridad, el requisito consiste en la negación<br />

de su identidad.<br />

Segunda parte: <strong>La</strong> <strong>modernidad</strong> en México y la situación<br />

de los pueblos indígenas.<br />

De la cuestión del nombre.<br />

7 En 1533 el pontífice Paulo III expidió una bula donde se reconocía la naturaleza racional de los indios, esto nos da una idea de los<br />

acalorados debates que existían sobre la racionalidad y el carácter humano de los indígenas.<br />

10


En un detallado estudio Carlos Montemayor 8 nos adentra en la forma en<br />

que nombramos a los pueblos mesoamericanos, menciona que<br />

En los albores del siglo XXI, mantener el nombre de indios nos remite a la<br />

primera confusión europea, sí, pero nos remite, sobre todo, a una primera<br />

sustancial negación; aunque el continente fuera otro, esos pueblos deberían<br />

ser llamados como si no fueran lo que son sino otra cosa: indios. (2008,p.29).<br />

<strong>La</strong> argumentación sostiene que el nombre indio, designa la confusión de<br />

Colón en su travesía, y que el concepto no provenía del sujeto mismo a quien<br />

se aplicaba, sino de la sociedad que lo conquistaba (p.30) ”, con lo que<br />

concluye que Para el europeo el indio era el “otro”,el que resistía el embate de<br />

la conquista y de la acción de la colonia y que El concepto “indio” sigue<br />

ocultando a esos pueblos, sigue siendo una señal que recuerda la negación<br />

primera de su existencia (p. 30-31).<br />

Ante esto Montemayor propone sustituir el nombre de indio por el de<br />

indígena, al mencionar que Virgilio y Tito Livio llamaban indígena al pueblo<br />

latino, ya que así se designa a los nativos de una determinada comunidad, por<br />

lo que encuentra en la palabra indígena una palabra de un empleo más<br />

universal(31). 9<br />

Ante la forma en que los mexicanos nos deberíamos llamarnos Carlos<br />

Fuentes propone un nombre, que en el uso sería improcedente,<br />

Yo tengo una denominación muy complicada, difícil de pronunciar pero<br />

comprensiva por lo pronto, que es llamarnos indo-afro-iberoamérica; creo que<br />

incluye todas las tradiciones, todos los elementos que realmente componen<br />

nuestra cultura, nuestra raza, nuestra personalidad. (1992,p.34).<br />

<strong>La</strong> independencia.<br />

En la historia nacional existe un doble discurso, primero en su faceta<br />

oficial, consigna un indígena sublimado y distante de la realidad, esto es,<br />

continuamente se hace énfasis de nuestra raíz indígena como motivo de<br />

8 Examina desde la filología y la historia el concepto de indígena e indio.<br />

9 A pesar de esta argumentación el título de su libro es extrañamente Los pueblos indios de México.<br />

11


“orgullo”, pero la palabra “Indio” resulta en la realidad y en muchos contextos<br />

un insulto por desgracia muy cotidiano.<br />

<strong>La</strong> invisibilidad del indígena ha estado presente de muchas formas, para<br />

darnos una idea no fue sino hasta1959 que se publicó <strong>La</strong> tradición de los<br />

vencidos, a pesar de que<br />

Pero además de los poemas, existen las relaciones netamente indígenas,<br />

escritas ya desde 1528. Verdaderamente importantes es en este sentido el<br />

manuscrito 22 de la biblioteca Nacional de París, conocido bajo el titulo de<br />

Unos anales históricos de la Nación Mexicana, escrito en náhuatl por autores<br />

anónimos de Tlatelolco hacia 1528. (1980, p.17).<br />

<strong>La</strong> intervención de los pueblos indígenas fue determinante para<br />

concretar la independencia nacional, inclusive existieron grupos radicales que<br />

luchaban no para instaurar la nación independiente, sino para restaurar el<br />

imperio azteca. Pero la desgracia histórica continúo para éstas culturas, desde<br />

el inicio de la independencia Miguel Hidalgo proclamó “ Viva Fernando VII”,<br />

esto lo explica Paz ya que la lucha por la independencia tendía a liberar a los<br />

criollos de la burocracia aunque no pretendía cambiar a la sociedad colonial<br />

(1977) por lo que jamás tuvieron entre su agenda política la reivindicación<br />

social.<br />

<strong>La</strong> reforma.<br />

El verdadero nacimiento de la nación mexicana está en el periodo de la<br />

reforma, que significó entre otras cosas el establecimiento del positivismo en<br />

México y la introducción de los ideales de la ilustración, en un estudio ya<br />

clàsico Leopoldo Zea, citando a Víctor Massuh, dice que el positivismo:<br />

cumplió una doble hazaña espiritual. <strong>La</strong> primera, de carácter político: organizar<br />

ideológicamente las nacientes democracias nacionales sobre la base de un<br />

orden racional y moderno. <strong>La</strong> segunda, de carácter educativo: proveer a los<br />

americanos de un sistema de ideas y costumbres que superaran las formas<br />

sociales y psicológicas del medioevo, subsistentes aún. (...) De ahí que bajo<br />

las influencias de Spencer o Comte, las ideas positivistas se extendieron a lo<br />

largo del continente, como las únicas partes de realizar lo que se dio en llamar:<br />

la liberación de América (...) Por estas épocas América abrió definitivamente<br />

sus puertas a la <strong>modernidad</strong>. (...) Consecuentemente con esta tradición<br />

histórica, el positivismo planteó el problema de la educación del hombre<br />

americano en los términos de su peculiar concepción del mundo: progreso<br />

material, industrial, organización y educación científica. (1978, p.45).<br />

Pero esta definición del hombre americano dejó fuera, debido a su<br />

carácter restrictivo en la visión del progreso, a las culturas indígenas. Para el<br />

12


liberalismo mexicano el indígena es un lastre de la colonia, un menor de edad<br />

al que sólo le está permitida la domesticación acrítica, para ilustrar con un par<br />

de ejemplos: Emilio Rabasa uno de los intelectuales más destacados de la<br />

época dice<br />

Tres millones de indios, inferiores a los indios de Moctezuma moral e<br />

intelectualmente, sin personalidad ni noción de ella, sin una idea ni un<br />

sentimiento común que los ligara con la parte consciente de la población,<br />

fueron el legado que la nación recibió de la muerta Colonia. (1945,p.101).<br />

José María Luis Mora ilustre liberal que fue quien inició la reforma<br />

educativa del recién nacido país dice respecto a los indígenas<br />

En su estado actual y hasta que no hayan sufrido cambios considerables, no<br />

podrán llegar nunca al grado de ilustración, civilización y cultura de los<br />

europeos, ni sostenerse bajo el pie de igualdad con ellos. (1960:68).<br />

En la historia nacional hay una contradicción que ha permanecido oculta,<br />

porque sirve para la clase dominante, tiene que ver con la figura de Benito<br />

Juárez, que adquiere rasgos mitológicos debido a que fue el primer presidente<br />

de México que provino de un origen indígena, en el espacio del lucro político se<br />

repite durante toda la enseñanza básica hasta el hartazgo, pero el propio<br />

Juárez sentía un profundo desprecio por la cultura indígena 10 , esto se explica<br />

por la formación positivista de Juárez, que vino a ser una elemento<br />

fundamental para la extensión de la mirada colonial.<br />

<strong>La</strong> Revolución.<br />

El movimiento revolucionario significó para el país más de 10 años de<br />

revueltas y sobresaltos, la lucha originaria de la revolución, se circunscribió<br />

10 En el libro Benito Juárez, una visión critica en el bicentenario de su natalicio (2006)del historiador<br />

José Manuel Villalpando (Editorial Planeta, 2006) se documenta a detalle esto. A su vez en José Enrique<br />

Guzman en su libro <strong>La</strong> historia de México sin máscaras, nos dice “ a contracorriente de lo que afirma la<br />

historia de los libros de texto, Juárez en su estancia como primer mandatario de México impulsó<br />

políticas contra las lenguas indígenas, ni por asomo permitió las prácticas bilingües, en cambio el<br />

“extranjero” Maximiliano en el tiempo que estuvo en el país firmó decretos en Nahuatl y era un abierto<br />

impulsor de la multiculturalidad, esto se constata en los edictos de Tehuacan puebla.” (2005,41).<br />

13


esencialmente al problema agrario, en el cuál la figura de Emiliano Zapata 11<br />

bajo el lema de Tierra y Libertad, tuvo un presencia simbólica que hasta la<br />

fecha sigue siendo de identificación de los pueblos indígenas (a diferencia de<br />

Benito Juárez).<br />

Como un rasgo de la <strong>modernidad</strong>, la revolución terminó siendo el eje<br />

para legitimar los engranes discursivos y construyó una lógica bastante sólida<br />

para tender las redes de la hegemonía. A la par de la revolución armada, vino<br />

la revolución cultural. En un libro que es un hito en México, <strong>La</strong> jaula de la<br />

Melancolía 12 (1987), Roger Bartra propone una forma de analizar la cultura<br />

nacional, donde llama a revisar la construcción imaginaria a partir de un<br />

enfoque Desmoderno, esto es una mirada que penetre en el centro discursivo<br />

de la <strong>modernidad</strong> para encontrar aquellas ficciones que nos han hecho creer es<br />

nuestra identidad.<br />

En este libro, Bartra se pregunta constantemente por lo mexicano y por<br />

ende por esa relación que tiene con lo indígena. Este enfoque me parece<br />

pertinente para abordar el tema. Nos dice:<br />

El carácter de lo mexicano es una entelequia artificial: existe principalmente en<br />

los libros y discursos que lo describen o exaltan, y allí es posible encontrar las<br />

huellas de su origen: una voluntad de poder nacionalista ligado a la unificación<br />

e institucionalización del Estado Capitalista moderno. (1987, p.17)<br />

En muchos aspectos la obra de Bartra corre en similitudes con la de<br />

Spivak ya que abordan la correlación de las ideas económicas en el epicentro<br />

de la mirada colonial.<br />

Esta entelequia adquiere su raigambre más profundo ya sea mediante la<br />

sensiblería, la interpretación facciosa de la historia, pero lo realmente<br />

11 En http://www.jornada.unam.mx/2007/10/05/index.php?section=opinion&article=024a1pol, Miguel León Portilla comenta: que<br />

son muy variadas las opiniones sobre la relación de Emiliano Zapata con respecto a los indígenas, destacando dos extremos: por<br />

un lado, la idea proyectada por el poder económico y político de que la lucha del general Zapata era un movimiento de<br />

“insurgencia indígena”. Esta perspectiva se difundió en los periódicos de la época –desde el racismo del México urbano y criollo<br />

de la capital– con calificativos hacia los zapatistas de este tenor: “hordas de indios incendiarios, sanguinarios y crueles”. Zapata<br />

mismo era considerado el “Atila del Sur” que agitaba a los indígenas prometiéndoles tierras.<br />

En el otro extremo –dice León-Portilla– están quienes consideran que el movimiento zapatista no tiene una presencia indígena<br />

significativa, y en este punto de vista identifica al historiador estadunidense John Womack, quien en la edición en inglés de su obra<br />

Zapata y la Revolución Mexicana menciona que el único episodio “indio” de toda la revolución zapatista fue la traducción al<br />

náhuatl de unos manifiestos a los jefes y combatientes de la división de los hermanos Domingo y Cirilo Arenas en Tlaxcala. <strong>La</strong><br />

certeza o no sobre Zapata como hablante del náhuatl no cambia el carácter de las reivindicaciones agraristas ni quita el apoyo de<br />

pueblos y comunidades originarias a la lucha en calidad de tropa y de base social de su movimiento.<br />

12 Este libro es en cierta forma un debate con El laberinto de la Soledad, aborda temas similares como la chingada, la historia<br />

nacional, la virgen de Guadalupe.<br />

14


importante es presentarle al mexicano un determinado retrato de sí mismo,<br />

donde <strong>La</strong> idea de que existe un sujeto único de la historia nacional –el<br />

“mexicano”- es una poderosa ilusión cohesionadota; su versión estructuralista<br />

o funcionalista (p.53), de esta forma la figura del arquetipo en el periodo<br />

posrevolucionario se fortalece mediante un proceso cultural en el que participan<br />

los intelectuales, (Octavio Paz y El laberinto de la soledad (1950), José<br />

Vasconcelos y <strong>La</strong> raza cósmica (1925), entre muchos otros) para reproducir la<br />

mirada colonialista:<br />

Estos juegos comparativos permiten vislumbrar las causas por las que el<br />

metadiscurso nacionalista suele impedir o dificultar la relación de los<br />

mexicanos con su pasado y con la historia del mundo: la historia es reducida a<br />

jeroglíficos, a símbolos estáticos destinados a glorificar el poder nacional y a<br />

adormecer la razón; cuando se despierta de este sueño resulta difícil reconocer<br />

el pasado propio e, incluso la presencia del mundo. Hemos soñado en mil<br />

héroes míticos, pero de la nación solo quedan sus ruinas. (1987,p.18).<br />

Esta dificultad para la reconciliación y el dialogo con el pasado, se refiere<br />

de forma directa a los pueblos indígenas, en México Profundo de Guillermo<br />

Bonfil Batalla (1987), otro libro ya clásico en éste tema, se plantea en rasgos<br />

muy sencillos la dicotomía que permite preservar la idea de una exclusión<br />

sublimada, afirma Bonfil más o menos esto: el indígena es en los libros una<br />

sublimación que convoca la vuelta al orden mítico que se extravió, pero en la<br />

calle, en la vida cotidiana y real es objeto de segregación y menosprecio. Esto<br />

lo muestra muy claro Bartra: <strong>La</strong> cultura mexicana de la primera mitad del siglo<br />

XX ha creado un formidable mito: los mexicanos llevan dentro, como un<br />

homúnculo, al indio, al bárbaro, al salvaje, al niño. (pag 110). Eso explica que<br />

<strong>La</strong> exaltación nacionalista del héroe de la <strong>modernidad</strong> revolucionaria – el<br />

convocado por caso, por Vasconcelos y por el Estado mexicano- contiene un<br />

elemento de profunda irracionalidad: inventa y glorifica a un pueblo dotado de<br />

agresiva emotividad, capaz de resistir la inmersión en la fría tecnología y los<br />

contaminados y ponzoñosos aires de la sociedad industrial moderna. (p.<br />

149.).<br />

Este desfase –premeditado por parte del Estado y reproducido<br />

consciente e inconscientemente por parte de la intelectualidad- entre el<br />

indígena imaginario y el real, ha llevado al establecimiento de políticas públicas<br />

que en los hechos fomentan la segregación y no permiten la preservación y<br />

difusión de las culturas indígenas. Esto lo aborda con claridad Leopoldo Valiñas<br />

15


Como se sabe, en México todo lo referente a lo indígena está inmerso dentro<br />

de lo que se ha llamado la política indigenista de Estado mexicano. Dicha<br />

política (o conjunto de acciones y prácticas discursivas que definen, prescriben<br />

y sancionan lo indígena) determina lo decible, lo visible y lo factible en cuanto a<br />

esta materia, es decir fija lo que puede decirse sobre lo indígena y regula las<br />

maneras cómo lo anterior debe ser visto o entendido por la sociedad nacional,<br />

así como también establece el conjunto de acciones que le son aplicadas y que<br />

pueden ser aplicables a lo que la propia política indigenista define como<br />

indígena. (Identidad y cultura en la sierra Tarahumara, antología,<br />

2001 p. 108,).<br />

El Estado carece políticas que fomenten el dialogo intercultural, su visión<br />

llega a un asistencialismos con tintes electorales, que se sintetizan en: el indio<br />

con una cobija es un voto más en las próximas elecciones. Para darnos una<br />

idea de la falta de aprecio por las lenguas indígenas, en ninguna escuela<br />

pública de México de la zona urbana se imparte una materia relacionada con<br />

las etnias actuales, ni el menor curso sobre su lengua.<br />

Siguiendo el razonamiento de Valiñas<br />

Es necesario aclarar aquí que lo decible, lo visible y lo factible ocultan,<br />

encubren, opacan y hasta niegan el conjunto de prácticas que los propios<br />

grupos indígenas tienen y reproducen sobre ellos mismos y su realidad (...)Es,<br />

en suma, una lucha en el ámbito ideológico en el que las prácticas indígenas<br />

se enfrentan (normalmente en desventaja) contra las estatales, y que son,<br />

como ya apunté, por lo regular negadas. (p. 112).<br />

Para esta forma en que el Estado toma decisiones que violentan los<br />

procesos culturales de la comunidades indígenas valgan un par de ejemplos:<br />

en el caso de la cultura Tarahumara existe la práctica del Jicuri que es un ritual<br />

donde por medio del uso del Peyote 13 se establece un ritual con el fin de<br />

conciliar al ser humano con la naturaleza y con las energías naturales.<br />

Dicha celebración lleva siglos efectuándose, pero gracias a la visión<br />

occidental del consumo de las drogas ha sido suprimida, hoy día se realiza a<br />

escondidas. Igual sucede con las comunidades indígenas en Oaxaca en donde<br />

el consumo de hongos está vinculado a prácticas chamánicas que dan<br />

identidad, cohesión a las comunidades, pero que ahora reciben la condena<br />

legal del derecho positivo (una muestra de cómo la Universalidad del juicio o el<br />

imperativo categórico de Kant puede atentar contra la diversidad) en ese<br />

mismo sentido es la lucha de los indígenas que cultivan la coca en Bolivia.<br />

El EZLN.<br />

13 Peyote: Droga alucinógena usada con un sentido estrictamente ritual.<br />

16


El modelo económico neoliberal, con sus dogmas de que la apertura<br />

comercial, el libre juego del mercado y el progreso unívoco conducirían a<br />

México al primer mundo, tuvo su quiebre en el momento que más expectativas<br />

generó. Mientras entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio con Estados<br />

Unidos de Norteamérica y Canadá, un grupo de insurgentes tomaban por<br />

asalto 7 municipios del estado de Chiapas y declaraban la guerra al estado<br />

mexicano.<br />

Neil Harvey, nos advierte sobre la relevancia de este suceso<br />

El hecho de que el altermundismo se haya convertido en un eje de luchas<br />

sociales en diferentes partes del planeta se debe en gran medida a la rebelión<br />

zapatista de 1994. El levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación<br />

Nacional (EZLN) el primero de enero de aquel año tomó por sorpresa a un<br />

mundo en donde las revoluciones ya no tenían sentido. (2005,pag. 2-3).<br />

Una de las paradojas de los Estados Modernos es que la mayoría están<br />

construidos sobre la guerra y la muerte, una vez que se concretan, lo primero<br />

que niegan es la violencia y la guerra como forma de llegar al poder.<br />

Ante el descreimiento de la lucha armada como forma para alcanzar la<br />

justicia, -discurso que mantuvo más de 70 años en el poder al PRI- los<br />

mexicanos y el mundo vimos en cuestión de minutos, como un grupo de<br />

encapuchados con rasgos indígenas se oponían a esa versión del progreso 14 ,<br />

pero lo emblemático de esto es que se inaugura en los pueblos<br />

latinoamericanos una nueva forma de lucha y protesta social: la netwar, 15 que<br />

así la define Wikipedia<br />

<strong>La</strong> guerra red, traducción de netwar, es un modo de conflicto social que<br />

involucra a sus protagonistas en el uso de formas de organización y doctrinas<br />

más relacionadas con el empleo de tecnología de punta surgida durante la<br />

llamada era de la información que de estrategias militares tradicionales, al<br />

tiempo que sugiere una conformación de pequeños grupos dispersados que se<br />

comunican y coordinan sin un orden central que signifique la supeditación a<br />

estructuras jerárquicas específicas. (http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_red.)<br />

<strong>La</strong>s imágenes dieron pronto la vuelta al mundo, un grupo diverso de<br />

intelectuales (José Saramago, Noam Chomski, Mario Benedetti, Darío Fo,<br />

Vázquez, Montealbán) además de artistas (Joaquín Sabina, Manu Chao, Luis<br />

Eduardo Aute) reaccionaban de forma inmediata, la red era el espacio donde<br />

14 Extrañamente la Primera Declaración de la Selva <strong>La</strong>candona, jamás menciona la reivindicación indígena, sino la guerra de los<br />

mexicanos contra el poder opresor. ¿Acaso la bandera política de las etnias no estaba contenida desde un principio?. Este y otros<br />

dilemas se plantean en el libro Marcos la genial impostura ( ) de los periodistas ……..<br />

15 Sobre el tema ya hay algunos libros y páginas: The Zapatista "Social Netwar" in Mexico deDavid Ronfeldt, John Arquilla,<br />

Graham Fuller, Melissa Fuller. O la página http://www.ciberpunk.com/indias/enredadera.html.<br />

17


se libraba otra batalla ideológica, donde surgía la conciencia de que (Harvey,<br />

1995)<br />

A diferencia de las teorías dominantes de la modernización en América <strong>La</strong>tina,<br />

los pueblos indígenas no han desaparecido, aunque si se han transformado a<br />

través de su cada vez mayor relación con las instituciones económicas,<br />

políticas y culturales de lo estados nacionales. (p. 4)<br />

El levantamiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, no fue el<br />

primer levantamiento armado del siglo con un rostro rural e indígena, Lucio<br />

Cabañas en las selvas del estado de Guerrero encabezó una rebelión, misma<br />

que fue sofocada sin clemencia por el gobierno, fin que pudo haber sido muy<br />

similar con el EZLN a no ser porque<br />

En el caso del Zapatismo hubo sorpresas. Por un lado la táctica<br />

contrainsurgente de sacar al pez del agua, es decir aislar a la guerrilla,<br />

empleada por el Gobierno mexicano contra el EZLN, no había funcionado, ya<br />

que que pez y agua eran la misma cosa, y al pretender arrinconar al EZLN en<br />

la montaña, su base social se desplazó de igual forma. Por otro lado, los<br />

mandos y asesores castrenses estadounidenses se toparon con una<br />

organización guerrillera que no encajó en sus modelos conocidos de<br />

insurgencia, haciendo necesario que investigadores expertos en asuntos<br />

estratégicos y militares determinaran las características particulares de esta<br />

guerrilla con base indígena. Fue entonces cuando David Ronfeldt y su equipo<br />

de colaboradores concluyeron que el EZLN había estrenado una nueva forma<br />

de lucha: la Netwar Social.<br />

http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_red.<br />

<strong>La</strong> inestabilidad de la red, la posibilidad del anonimato, la<br />

reproductibilidad digital de mensajes y contenidos, produjeron las condiciones<br />

para difundir el movimiento en el mundo. El campo de batalla anteriormente<br />

delimitado por la geografía física, tuvo una geografía virtual, lo que significó una<br />

ruptura con el concepto tradicional de la guerra.<br />

Esto permitió algo histórico, lo que en países de Centroamérica tardó<br />

décadas, en México en cese al fuego llegó a los 10 días y en menos de un<br />

mes se firmó una amnistía general para los insurgentes. Cabe entonces la<br />

pregunta: ¿Esto hubiera sido posible fuera de la era digital?.<br />

El neozapatismo a pesar de las múltiples criticas que ha recibido, más<br />

cuando hoy día se le acusa del silencio cómplice y de haber favorecido el<br />

triunfo de la derecha con las críticas del sub comandante Marcos al entonces<br />

18


candidato de la izquierda, pero estas y otras consideraciones no ocultan ni<br />

desvanecen un par de logros incuestionables:<br />

Primero, pusieron en el debate nacional el tema de los pueblos<br />

indígenas, de su autonomía y la legitimidad de sus formas de expresión, esto<br />

llevó a la redacción de un documento: Los acuerdos de San Andrés (1995),<br />

mismos que firmó el entonces presidente Ernesto Zedillo, pero que<br />

posteriormente incumplió debido a que se contraponían a “la esencia del<br />

Estado-Nación”, este hecho es una muestra de cómo la visión positivista del<br />

derecho y el progreso ha sido desde el siglo XIX hasta la fecha una limitante<br />

para la aceptación de la multiculturalidad y la diferencia.<br />

Segundo, se ha demostrado la posibilidad de las autonomías indígenas<br />

sin que se ponga en riesgo la identidad nacional y la paz. En la actualidad<br />

existen “Los Caracoles”, que son comunidades que centran su acción en la<br />

dinámica de la autodirección, y como dato interesante está que en dichos<br />

poblados los niveles de marginación son mucho menores a los que administra<br />

el Estado Mexicano.<br />

Para esta investigación el neozapatismo tiene una importancia central, si<br />

la fibra óptica evitó el baño de sangre, creo que esto da pie para suponer que la<br />

era digital y la Web pueden ser espacios para fomentar el dialogo y la apertura,<br />

y para generar conciencia, sobre todo en la población no indígena acerca de<br />

las formas de expresión cultural, en este caso sería la cultura Tarahumara y en<br />

especial su literatura.<br />

<strong>La</strong> Cuarta Declaración de la Selva <strong>La</strong>candona (1996) es además de<br />

literaria, una forma de resistencia que se vuelve necesaria ante la mirada<br />

colonial<br />

No morirá la flor de la palabra. Podrá morir el rostro oculto de quien la nombra<br />

hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y de la tierra ya no<br />

podrá ser arrancada por la soberbia del poder. Nosotros nacimos de la noche.<br />

En ella vivimos. Moriremos en ella. Pero la luz será mañana para los más, para<br />

todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para<br />

quienes es regalo la muerte, para quienes está prohibida la vida. Para todos la<br />

luz. Para todos todo. Para nosotros el dolor y la angustia, para nosotros la<br />

alegre rebeldía, para nosotros el futuro negado, para nosotros la dignidad<br />

insurrecta.<br />

19


http://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1996/1996_01_01_a.htm.<br />

Características de la cultura Tarahumara.<br />

Lo geográfico<br />

Los tarahumaras o raramuris 16 viven en la parte de la Sierra Madre<br />

Occidental, que atraviesa el estado de Chihuahua y el Suroeste de Durango y<br />

Sonora comparten territorio con otros grupos indígenas como los Tepehuanes,<br />

Guarijíos y Pimas. <strong>La</strong> extensión de la sierra Tarahumara es de de 50,000 km<br />

cuadrados. De todos los grupos originarios de la región, es el más numeroso,<br />

en la actualidad no se sabe con precisión la cantidad de habitantes pero se<br />

calcula entre 50 y 60 mil personas<br />

<strong>La</strong> Sierra Tarahumara es escabrosa y quebrada con bruscos desniveles<br />

entre las elevadas montañas y los profundos barrancos. Esta condición es<br />

fundamental para entender que su alejamiento de la cultura mestiza chabochi 17 ,<br />

ya que existen comunidades incomunicadas a las que sólo se puede llegar<br />

caminando lo que puede representar hasta 10 horas de camino, eso se explica<br />

porque en la época de la colonia prefirieron adentrarse en la sierra que<br />

integrarse o combatir.(Cfr, Ana <strong>La</strong>ura Pintado, Tarahumaras, p.42 ).<br />

Cosmovisión<br />

El estudio de cualquier cultura implica forzosamente la construcción y<br />

traslación de conceptos para tratar de comprenderla. Este mecanismo<br />

necesariamente nos lleva a generar centros discursivos sobre lo que se va a<br />

estudiar. En toda definición siempre hay una fuerza que tira hacia volver<br />

nuclear el concepto y otra que vela por la marginalidad.<br />

En este caso al hablar de la cultura Tarahumara, se vuelve más<br />

complejo, ya que los referentes de la distancia cultural, complican encontrar en<br />

el lenguaje puntos de referencia que nos hablen de equivalencia. Estas<br />

enunciaciones culturales se solventan en diversas miradas antropológicas que<br />

no siempre tienen coincidencia al observar un fenómeno. <strong>La</strong>s interrogantes de<br />

antropólogo son importantes para no caer en los estereotipos<br />

16 Nombre con el que los tarahumaras se refieren a sí mismos, significa “ el que camina bien”.<br />

17 Esta palabra es utilizada por los tarahumaras para designar a las personas que no son de su comunidad, en especial a los<br />

colonizadores, la palabra significa “que tiene telarañas en la cara”.<br />

20


¿Qué tan tarahumara es la cultura tarahumara?, es decir, ¿existen rasgos<br />

culturales definitorios de lo tarahumara?, y de existir, ¿Cuáles son y qué tan<br />

distintivos resultan? ¿Una comunidad del área de Cerocahui es culturalmente<br />

semejante a una del área de Urique?, (200pags. 118-119, Leopoldo<br />

Valiñas C.)<br />

<strong>La</strong>s identidades están vivas sólo en la medida en que permanecen<br />

inmersas en el proceso de asimilación/repulsión, con otras formas de ver el<br />

mundo y con las propias.<br />

Para fines de este trabajo, me parece pertinente la figura de Antonin<br />

Artaud ya su presencia en la sierra tarahumara y su libro Viaje al país de los<br />

Tarahumaras, son un referente fundamental de dialogo intercultural. En una<br />

carta a Jean Pauhl dice:<br />

Se considera a la raza india como inculta y el movimiento que domina en<br />

México es elevar a los indios incultos hacia una noción occidental de la cultura,<br />

hacia los beneficios (siniestros) de la civilización. (Citado por Montemayor,<br />

1999,p.10).<br />

En 1936 Artaud visitó la sierra tarahumara, su deslumbramiento fue total<br />

e inmediato. Pero, ¿qué significó eso?, el hecho de que un intelectual y artista<br />

europeo del renombre de Artaud, intentara despojarse se su mentalidad<br />

occidental y emprendiera la posibilidad de dialogar con la cultura tarahumara,<br />

fue un precedente fundamental para que la cultura raramuri tuviera diversos<br />

estudios lo largo del mundo.<br />

<strong>La</strong> actitud de Artaud sólo se entiende, si se considera que su obra es<br />

una rotunda crítica a los valores de la <strong>modernidad</strong>, es por ello, que en lo<br />

recóndito de la sierra Tarahumara afirmó haber encontrados a los atlantes de la<br />

antigüedad.<br />

El imán de los rarámuris y su cosmovisión lo marcaron durante toda su<br />

vida, de esta experiencia escribe un libro emblemático dentro de su extensa<br />

obra: Viaje al país de los Tarahumaras su visión es la de un poeta que<br />

21


encuentra una realidad que desborda su sitio de cosmopolita parisino.<br />

Consigna en su libro:<br />

el país de los tarahumaras está cargado de signos. No faltaban sin duda los<br />

lugares de la tierra en que la naturaleza, movida por una especia de capricho<br />

inteligente, haya esculpido formas humanas. Pero aquí el caso es diferente:<br />

porque es sobre toda la extensión geográfica de una raza donde la naturaleza<br />

ha querido hablar. (1989,p.23).<br />

dicho descubrimiento devastador y mágico es común a muchos artistas<br />

que están en la sierra, el poeta Carlos Montemayor apunta:<br />

Desde niño he sentido admiración por la Sierra Tarahumara. Me deslumbra<br />

desde siempre su silencio, su inmensidad de horizonte, de cimas, de<br />

barrancos, de cielos despejados cuando el día es luminoso o de negrura y<br />

relámpagos en toda la bóveda celeste cuando hay tormentas. Y muchas veces<br />

sentí que entre el tarahumara y ese paisaje hay una corriente, un mutuo<br />

respeto, sobre todo cuando están inmóviles, casi imperceptibles, formando una<br />

sola presencia con la roca o la tierra en que se sientan, los llanos donde vigilan<br />

rebaños, los árboles donde atraviesan sigilosos o las quietas milpas donde, a<br />

escondidas de pronto vemos que nos observan. (1999,p.89).<br />

<strong>La</strong> cosmovisión tarahumara que recoge el pensador francés tiene el<br />

siguiente estrato teológico: “Los tarahumaras no creen en Dios y ni siquiera la<br />

palabra existe en su lenguaje; sólo rinden culto a un principio trascendente de<br />

la naturaleza por el cuál éste es varón y hembra como se debe México y viaje<br />

al país de los tarahumaras, (p.43) esta instauración de un mundo sin Dios,<br />

ancla en un panteísmo donde hombre y naturaleza, se reconcilian libremente<br />

sin la presencia de la trinidad cristiana, de esta manera el dualismo occidental<br />

de cuerpo y alma, materia espíritu, carece de valor. Si Heidegger señala que el<br />

carácter fragmentario de la <strong>modernidad</strong>, al separar subjetividad/objetividad,<br />

debe ser resuelto con el Dassein (pastor del ser), la cosmovisión de los<br />

tarahumaras está asentada en esto y es muy probable que eso originara el<br />

encanto de Artaud.<br />

Si no se tiene en claro esta diversidad respecto a la divino, y si no se<br />

reconoce la dimensión tan compleja que hay de la divinidad, misma que es<br />

producto de un sincretismo entre el animismo y el cristianismo, corremos el<br />

riesgo de valorar su cultura sólo desde nuestro referentes.<br />

María Elena Orozco en su libro Tarahumaras una antigua sociedad<br />

futura, nos llama para adentrarnos con profundidad en su cosmovisión<br />

22


Los hemos conocido a través de un esquema que se reduce exclusivamente –<br />

en el aspecto positivo- a admirar su destreza técnica y su resistencia física.<br />

Jamás hemos considerado seriamente, que pueden aportar algo en el arte o el<br />

pensamiento, que tienen una esencia profunda en su cultura, manifestada en<br />

sus símbolos a los que interpretamos como mitos o leyendas carentes de<br />

interés, a lo ser turísticos. Les hemos bloqueado toda acción hacia afuera y,<br />

lejos de acercarnos a ellos, les hemos dejado como única posibilidad el<br />

retirarse y ocultar refinadamente su interior para seguir siendo leales a sus<br />

principios.<br />

(2006, p.105).<br />

En la visión del racionalismo de occidente, lo que se propone el sujeto es<br />

el entendimiento, esto es, la posibilidad de conocer el objeto, con la meta final<br />

de dominarlo y poderlo predecir. En cambio, otra tradición filosófica ya sea con<br />

Heidegger o Gadamer, habla de la comprensión, éste círculo es más amplio y<br />

por ende difusión, la comprensión no busca vaticinar o conocer delimitando, lo<br />

que pretende es develar al otro no como una operación de objeto-sujeto, sino<br />

como un horizonte dialógico.<br />

En este círculo hermenéutico el papel del arte es fundamental, en ese<br />

sentido, las expresiones artísticas de la comunidad tarahumara están dotas de<br />

múltiples sentidos para anclar un dialogo, la poesía de Dolores Batista, el<br />

Chaparake 18 de Erasmo Palma, la pintura de Ricardo Zeferino, tienen mucho<br />

que decirnos sobre su cultura, pero como en todo dialogo también de la<br />

nuestra.<br />

Esta necesidad de una apertura por parte de quienes no pertenecemos a<br />

la cultura indígena es un punto en común quienes estudian las culturas<br />

indígenas, me parecen pertinentes estas ideas del Sacerdote Javier J. de<br />

Velasco<br />

Habría que fomentar la estima que los tarahumares tienen de su raza y cultura;<br />

reforzar los elementos tradicionales que están en la base de esa identidad:<br />

lengua, sistema de valores, simbolismos y fiestas; procurar el mejoramiento de<br />

sus propias firmas de vida, y no intentar sustituirlas por las del mundo<br />

occidental (dándoselas ya hechas), por ejemplo, tratar de mejorar los sistemas<br />

agricolas – dentro de las líneas y posibilidades tradicionales- de modo que<br />

puedan guardar su autonomía. Esto requiere un proceso de “educación” de<br />

tarahumares y agentes de pastoral, pero esa educación no puede ser<br />

unilateral, ni significa escolarización, sino aprender a utilizar algunos<br />

instrumentos, sea de comprensión, sea de transformación, adaptados a su<br />

realidad; significa una toma de conciencia comunitaria de su situación.<br />

En ese reforzamiento de la identidad, tiene un lugar fundamental la<br />

comprensión de su historia y de las causas de su condición actual. Esto implica<br />

una crítica y la creación de una conciencia interna y externa de los motivos y<br />

18 Instrumento musical tarahumara. Erasmo Palma en el mes de octubre recibirá su nombramiento como<br />

Embajador de la UNESCO.<br />

23


efectos de las políticas de desarrollo, de integración al país, de comunicación, e<br />

incluso de la insuficiencia de las políticas indigenistas. (2006, p.493)<br />

Para los fines de la siguiente investigación que busca explorar el tema<br />

de la era digital como una forma de divulgar la cultura tarahumara, conviene<br />

atender la concepción de muchos raramuris respecto a la tecnología, misma<br />

que perciben como una extensión del dominio chabochi:<br />

<strong>La</strong> aceptación misma de la “tecnología” del blanco no implica depender<br />

verdaderamente de él, pues una vez introducidos los animales, los indígenas<br />

podían “producirlos” por sí mismos (sólo por excepción compran ganado a los<br />

blancos, aunque algunas veces lo truequen entre sí). Los arados se adaptaron<br />

a las posibilidades de la técnica indígena (aún en la actualidad muchas veces<br />

se hacen a base de hacha, con una rama, y en la punta que hace de reja se<br />

acomoda una piedra para que no se gaste la madera, sin la cual se prescinde<br />

del metal, así, los pueden fabricar ellos mismos. (p. 344)<br />

<strong>La</strong> forma en que el tarahumara asocia a la tecnología es enteramente<br />

ideológica, lo que ha conocido de la misma en su mayor parte, ha estado<br />

vinculado con la explotación; las sierras eléctricas para talar su entorno, los<br />

fertilizantes que generan una gran cosecha y luego secan la tierra, por eso hay<br />

también una resistencia por parte de los tarahumaras, a diferencia de las<br />

comunidades Neozapatistas del paìs en el sur del país a implementar estas<br />

tecnologías. Por lo que la incursión de los raramuris a la era digital como los<br />

generadores directos de contenidos se antoja difícil por el momento.<br />

De la lengua Tarahumara.<br />

Una de las formas más autoritarias de agredir una cultura es negar su<br />

habla original, despojar a un ser humano de su lengua, equivale a anularle su<br />

historia, y al borrarla lo que se hace es imposibilitar la memoria y con esto la<br />

conciencia del futuro. Si bien, en la construcción de la lengua están implícitas<br />

relaciones de poder que generan la pertinencias, límites y discursos permitidos<br />

o proscritos, al eliminar una lengua, no sólo estamos restringiendo un sistema<br />

de signos, más allá, estamos mutilando una forma de ver el mundo.<br />

Por eso, en las dictaduras la primera misión es la unificación lingüística,<br />

porque en la medida en que se logre homogeneizar la forma de nombrar el<br />

mundo, también se uniforman los mecanismos de control.<br />

24


En ese sentido, México ha padecido una política primero de abierta<br />

persecución, y luego bajo el nombre de la <strong>modernidad</strong> y la civilización, de<br />

manera encubierta se han segregado las lenguas indígenas. Esto bien lo<br />

plasma Leopoldo Viñas<br />

<strong>La</strong> desaparición en la práctica, de las lenguas indígenas mexicanas. El estado<br />

mexicano no cesa de instrumentar estrategias de eliminación lingüística, a pesar de la<br />

llamada defensa y respeto de las lenguas indígenas que sostiene de manera<br />

discursiva. Esto se explica, por ejemplo, al advertir la inexistencia de algún tipo de<br />

planeación lingüística dirigida a favor de dichas lenguas.<br />

El ocultamiento y negación de la diversidad lingüística mexicana. Esto significa, en<br />

pocas palabras, que el Estado reduce y simplifica el problema lingüístico indígena, lo<br />

cual se torna evidente al observar tres hechos significativos: a) la inexistencia de un<br />

número oficial de lenguas indígenas, b) la inexistencia social de los nombres de éstas,<br />

c) la ausencia en las regiones étnicas de programas que enseñen español como<br />

segunda lengua. (2001,p.106).<br />

Por eso la labor de los escritores en lenguas indígenas, es además de una<br />

forma literaria que refleja su cosmovisión, una forma de resistencia que ante el<br />

mundo unitario tiene una voz disidente. Detrás de un escritor indígena está<br />

también una voz poscolonial.<br />

Respecto a la lengua Tarahumara Enrique Servín (poeta, políglota e<br />

impulsor de las literaturas indígenas) dice<br />

El tarahumar, o rarámuri, es la segunda lengua indígena, después del navajo,<br />

con mayor número de hablantes en todo el continente norteamericano al norte<br />

del trópico de cáncer.<br />

Vehículo de expresión de una de las etnias amerindias que más se han<br />

mantenido aisladas de la civilización occidental y mestiza, este idioma ha<br />

simbolizado, justamente, la voluntad que se ha expresado también en la<br />

vestimenta, el deporte, la danza y la cosmogonía, y que ha hecho famosos a<br />

los tarahumaras en todo el mundo. (2002,p.12).<br />

<strong>La</strong> embestida contra las lenguas indígenas, abarca todos lo mecanismos<br />

de comercialización; ni en las bibliotecas públicas, menos aún en las librerías,<br />

se encuentran libros sobre su literatura, el espacio del libro ha permanecido<br />

casi cerrado por completo, pareciera que la resistencia de la cultura escrita se<br />

ha cerrado para la lengua Tarahumara, que<br />

Como se ha dicho, el tarahumar es un idioma que cuenta con muy poca<br />

actividad de lecto-escritura. Aunque en la Sierra Tarahumara un porcentaje de<br />

personas cada vez mayor sabe leer y escribir, lo hace principalmente en<br />

castellano. <strong>La</strong>s razones son diversas: en primer lugar, la ausencia – tanto por<br />

parte del estado de Chihuahua como de la federación- de una política<br />

educativa verdaderamente democrática y respetuosa de la diversidad<br />

lingüística y cultural, no ha propiciado la consolidación de una verdadera<br />

educación bilingüe ni, por lo tanto, el surgimiento de una literatura escrita en<br />

tarahumar o, para decirlo de otra manera, de un universo de lecto-escritura en<br />

el ámbito indígena chihuahuense. (p.14)<br />

25


<strong>La</strong> carencia de la tradición de la lectoescritura es multicausal, primero<br />

que nada por que la percepción que tienen del proceso educativo occidental les<br />

genera resistencia, las escuelas que llegan a las comunidades 19 , por lo general<br />

lo hacen con la visión colonizadora; establecen los horarios de clases a modo<br />

de cambiar el sistema productivo y de integración familiar ya que los niños<br />

trabajan con sus padres, además no existe un auténtico respeto por su lengua<br />

y costumbres.<br />

En realidad la forma de expresión más socorrida por la cultura<br />

tarahumara es la tradición oral. donde existen una serie de leyendas y cuentos,<br />

que por desgracia se han ido perdiendo y no han generado políticas para<br />

recuperar esta tradición. En ese sentido las bondades que ofrece la multimedia<br />

son fundamentales para difundir su cultura.<br />

En la historia de México, el arte ha sido un elemento sincrético, que ya<br />

sea en el teatro doctrinal novohispano que fue una síntesis cultural, el<br />

muralismo, o la nueva plástica Oaxaqueña encabezada por Francisco Toledo,<br />

estos movimientos han logrado construirse como un referente de<br />

interculturalidad.<br />

Es importante señalar que a pesar de la persecución del idioma, han<br />

existido talentosos escritores tarahumaras que como fue el caso de Dolores<br />

Batista, carecieron de los medios para difundir su talento, y que hoy día la era<br />

digital dibuja esa posibilidad.<br />

TERCERA PARTE: <strong>La</strong> crisis de la <strong>modernidad</strong>.<br />

<strong>La</strong> mirada poscolonial.<br />

19 En ese sentido las órdenes Jesuitas (vinculadas a la teología de la liberación) han hecho una labor de<br />

dialogo cultural<br />

26


El tema del pensamiento poscolonial es tan amplio como confuso, en<br />

este caso la confusión es hasta cierto punto deliberada, ya que no se pretende<br />

arribar a una conclusión última, menos a un axioma. Como forma de estudio<br />

prefiere mantenerse en un estado entreabierto que le permita entre la<br />

fluctuación trazar el tránsito fronterizo.<br />

Lo cierto es que este enfoque es fundamental para el tema de la<br />

presente investigación, ante la variedad de autores y posturas, prefiero el<br />

consejo de Carles Prado<br />

(http://cv.uoc.edu/~cv071_b0_338_01_w01/estudis_literaris/esp/index.htm)<br />

de partir de la Santísima Trinidad (Edward Said, Homi Bhabha y Gayatri<br />

Spivak) esperando que la triada me de alguna epifanía ante lo complejo y<br />

diverso del tema.<br />

Said menciona que es necesario ver el Orientalismo bajo la lupa de<br />

Michel Foucault, lo que significa un enfoque basado en las categorías y límites<br />

de un discurso de poder. Por lo que considero relevante, abordar de entrada al<br />

pensador franc{es. En El orden del discurso nos marca<br />

¿Qué civilización, en apariencia, ha sido m`sa respetuosa del discurso que la<br />

nuestra? ¿Dónde se lo ha honrado mejor? ¿Dónde se lo ha honrado mejor?<br />

¿Dónde aparece más radicalmente liberado de sus coacciones y<br />

universalizado?. (2002,p.50)<br />

Foucault está cuestionando con sarcasmo a la edad <strong>modernidad</strong>, para<br />

luego denominar a este discurso en apariencia tolerante como logofilia, pero<br />

casi inmediatamente, atina con su dardo al poner en contradicción directa la<br />

logofobia<br />

Hay sin duda en nuestra sociedad, una profunda logofobia, una especie de<br />

sordo temor contra esos acontecimientos, contra esa masa de cosas dichas,<br />

contra la aparición de esos enunciados, contra todo lo que puede haber ahí de<br />

violento, de discontinúo, de batallador, y también de desorden y de peligro,<br />

contra ese gran murmullo incesante y desordenado de discurso. (2002,p.51).<br />

Esta logofobia está edificada sobre lo que el pensador llama<br />

tecnologías del poder, mismas que muestran dos dimensiones: las<br />

ciencias de la naturaleza que ofrecen un cierto rango de objetividad y<br />

verdad y las ciencias humanas que pretenden el dominio no del objeto<br />

de estudio, sino del sujeto.<br />

27


Ante las ciencias humanas existen una construcción histórica que<br />

es el sustento para trazar una idea del poder 20 , ante lo que el pensador<br />

francés propone una especie de arqueología, para encontrar el<br />

engranaje de poder que fundamenta y refrenda el discurso hegemónico.<br />

Bajo el amparo el de la idea de la logofobia Spivak, se pregunta ¿puede<br />

hablar el subalterno?, y nos adentra al tema del intelectual como constructor o<br />

más bien, como coautor (algunas veces consciente, pero muchas inconscente<br />

más dramático aún) de los mitos del poder<br />

recurriré, quizá de manera sorprendente, al argumento que la producción<br />

intelectual occidental es, de muchas formas, cómplice de los intereses<br />

económicos internacionales occidentales. Al final, ofreceré un análisis<br />

alternativo de las relaciones entre los discursos de Occidente y la posibilidad<br />

de hablar de (o por) la mujer subalterna. (Revista colombiana de antropología,<br />

pag. 301)<br />

encontramos una fuerza fundamental en la emisión y reproducción<br />

discursiva; el capital económico, que anima la existencia de estereotipos de<br />

diversa índole (indio, intelectual, religioso) para poder fijar estructuras que<br />

preserven su status quo, el problema central, es que el entramado de la<br />

superestructura es muy complejo (ni por asomo tan simple como lo pretendió<br />

Lenin y el socialismo real al leer a Marx) y en la mayoría de los casos<br />

inidentificable.<br />

Querer desentrañar esta red tan confusa e inestable con los parámetros<br />

de razonamiento tradicionales, es como querer alaciarle el pelo a medusa. Por<br />

eso el pensamiento poscolonial adquiere una forma discursiva cercana a la<br />

deconstrucción y la pensadora hindú es consciente de esto:<br />

Primero, que las redes de poder/ deseo/ interés son tan heterogéneas, que su<br />

reducción a una narrativa coherente es contraproducente – se necesita una<br />

crítica persistente-; (p.298)<br />

tras esta cortina narrativa, lo que está es la construcción de la alteridad, ante la<br />

cual los intelectuales deben tratar de dejar al descubierto y conocer el discurso<br />

20 En el caso de Spivak así lo refiere_ <strong>La</strong> historiografía del colonialismo indio ha sido dominada por largo tiempo por el<br />

elitismo – elitismo colonialista y elitismo burgués-nacionalista -… compartiendo el prejuicio que ha hecho de la nación<br />

india y del desarrollo de la conciencia<br />

– nacionalismo- que confirmó que este proceso era exclusiva o predominantemente logros de las elites. En las<br />

historiografías colonialistas y neocolonialistas estos logros son acreditados a los gobernantes coloniales británicos, los<br />

administradores, las políticas, las instituciones y la cultura; en los escritos nacionalistas y neo-nacionalistas a las<br />

personalidades de las elites indias, sus instituciones, actividades e ideas. (pag 322).<br />

28


del Otro de la sociedad. (Pág. 302). Esta idea es muy similar a la de la Bartra<br />

de des<strong>modernidad</strong> expuesta anteriormente.<br />

Pero ¿cómo descubrir al otro que en parte somos nosotros mismos?, o<br />

lo que es más complejo aún, ¿cómo describir al otro que nos muestra aquello<br />

que nos podemos ser, pero que en cierto aspecto es asequible?. Estas<br />

preguntas que me nacen del texto tienen un horizonte paradojal, y es<br />

justamente en este sentido donde Spivak marca un camino que va en<br />

contrasentido, al expuesto por el pensamiento racional de la <strong>modernidad</strong><br />

<strong>La</strong> contradicción no es reconocida dentro de una experiencia concreta del<br />

oprimido, mientras que siendo tan acríticos sobre el rol histórico de los<br />

intelectuales, es mantenida por medio de un desliz verbal. (Pág. 307)<br />

Este rasgo inauténtico de algunos intelectuales que por un lado<br />

“asumen” la contradicción (piénsese en un marxista ortodoxo) se vuelve desliz<br />

verbal al querer poner fin a la misma mediante la idea de la síntesis (tan<br />

modernamente hegeliana), que lo único que hace es utilizar las premisas de los<br />

oprimidos para legitimar la conclusión de los opresores.<br />

que<br />

Otro factor importante para entender el centro de la mirada colonial es<br />

El más claro ejemplo disponible de tal violencia epistémica es el remotamente<br />

orquestado, extendido, y heterogéneo proyecto de construir el sujeto colonial<br />

como Otro. Este proyecto es también la obliteración asimétrica de la huella de<br />

ese Otro en su precaria Subjetividad. (Pág. 317).<br />

Pero ante el derrumbe de la manera tradicional de entender la<br />

subjetividad, frente a la colisión de las categorías de objeto y sujeto, la óptica<br />

poscolonial cobra sentido, primero para desentrañar las redes que han<br />

construido al otro, pero segundo, a tener dimensión de las mismas y crear un<br />

discurso de la inclusión y la diversidad, en ese sentido la mirada de Spivak<br />

sobre el tema acompaña la reflexión de las comunidades indígenas de México,<br />

ya que hay elementos ya analizados, como la parcialidad en la construcción<br />

historiográfica, el papel de los intelectuales en los imaginarios y la mirada<br />

segregacionista sobre el otro, que nos dan pie para la analogía y para sustentar<br />

este trabajo en esa visión.<br />

De la propuesta de Said me parece interesante el tema de la<br />

construcción de la idea de oriente<br />

29


Oriente era casi una invención europea y, desde la antigüedad, había<br />

sido escenario de romances, seres exóticos, recuerdos y paisajes<br />

inolvidables y experiencias extraordinarias.<br />

http://cv.uoc.edu/~cv071_b0_338_01_w01/estudis_literaris/esp/index.htm<br />

Esto guarda por un flanco semejanzas con América latina y sus pueblos<br />

originarios y por el otro una significativa diferencia. En la semejanza, ambos<br />

representaron para la civilización europea lo exótico, pero en todo lo exótico lo<br />

que se encuentra es lo excedente y lo incomprensible, ambas características<br />

vivieron tanto América como oriente en los procesos de colonización.<br />

Pero la diferencia significativa, es que oriente fue casi una invención, y<br />

América desde la mentalidad del europeo, designa desde una confusión, el<br />

extrañamiento que produjo un mapa mal leído, que luego se convirtió en una<br />

brújula que hasta la fecha es muy complejo ubicar.<br />

Quizás en las colonias fundadas en oriente debido al carácter<br />

reconocido como competencia de Europa, solo movió una lógica de mera<br />

explotación, en cambio América fue el terreno virgen donde procrear una<br />

utopía. Baste mencionar que lo que se consideraba lo más valioso en la<br />

mentalidad del europeo: la fe, fue el eje fundamental de la colonia. America<br />

aunque como hijo menor, representaba la posibilidad de construir la utopía<br />

hasta formar un mestizaje, no sólo racial sino imaginario donde es<br />

prácticamente imposible encontrar los rasgos originarios (al menos en los<br />

mestizos) de cada cultura.<br />

En lo referente a Bhabha que aborda el tema religioso en la mirada<br />

colonial, me parece más cercano a la realidad del continente americano, en un<br />

agudo ensayo, Gonzalo Porto Carrero nos adentra a esta realidad<br />

<strong>La</strong> problematización de Bhabha es pertinente para América<br />

<strong>La</strong>tina, pues aquí la colonización se fundamentó en función de<br />

una evangelización redentora que, sin embargo, justificó el<br />

institucionalizar el abuso.<br />

Es este desfase entre la legitimidad colonial y sus prácticas<br />

cotidianas lo que lleva al silencio, a una suerte de impasse, a una<br />

mala conciencia. Este silencio encuentra un correlato en la actitud<br />

del colonizado, designado como primitivo, pagano, en todo caso<br />

persona a ser redimida. El proyecto civilizatorio o evangelizador<br />

implica una transferencia de afectos y objetos.<br />

30


http://gonzaloportocarrero.blogsome.com/2005/08/27/homibhabha-el-lugar-de-la-cultura/<br />

Pero el proyecto civilizatorio tiene muestras de las fracturas que padece,<br />

de ahí que se vuelva indispensable, edificar otro modelo de inclusión cultural;<br />

que por un lado tenga consciencia plena de las relaciones de poder, pero que<br />

no sucumba ante estas; que replantee al menos para la dimensión pragmática,<br />

para que merme (dicho en términos de Habermas) la acción racional con<br />

sentido utilitario, para dar paso a la acción comunicativa.<br />

Esto supone, asumir el horizonte dialógico con la complejidad y grado de<br />

polisemia que esto implica, como el mecanismo, para suvertir al otro, a<br />

condición de verlo como prójimo, y para esto es necesario una perspectiva<br />

poscolonial.<br />

Cuarta parte: <strong>La</strong> era digital como espacio de la diversidad<br />

cultural<br />

31


<strong>La</strong> tecnología a partir de la idea de la división social del trabajo, donde la<br />

creación del utensilio se convierte en una extensión del cuerpo que facilita el<br />

trabajo y por ende su ganancia; desde esa época que supuso un crecimiento<br />

progresivo en la forma de transformar y explotar (en la peor tradición) a la<br />

naturaleza, hasta nuestro días, donde lo que se asoma no es el utensilio<br />

extensible creado por el ser humano, sino que, extrañamente presenta una<br />

forma de descorporeización, que se encarna en la denominada era digital.<br />

Bajo el marco de cibercultura han surgido nuevos dilemas a la ya tan<br />

conflictuada filosofía de la cultura. <strong>La</strong> virtualización del mundo, la velocidad de<br />

los medios para comunicar, la interactividad, han derivo en forzoso<br />

replanteamiento de categorías como la de sujeto, grupo, estado, identidad.<br />

<strong>La</strong>ura Borràs señala: porque es evidente que ya estamos a nivel de la<br />

cibercultura; es decir –grosso modo–, del conjunto de prácticas culturales<br />

vinculadas a los medios digitales (http://cv.uoc.edu/continguts/UX07_B0338_02556/)<br />

los medios digitales brindan a los grupos que detentan el poder<br />

económico y político la posibilidad de alimentar las redes que los sostienen,<br />

pero plantea la posibilidad de que los discursos emergentes tengan la<br />

posibilidad de expresarse y abandonar –aunque sea parcialmente- el carácter<br />

de segregación.<br />

Ante esto nos encontramos frente al dilema de la tecnología, que por un<br />

lado puede ser una construcción para preservar la desigualdad o una nueva<br />

forma para la inclusión.<br />

<strong>La</strong> tecnología es por lo general consecuencia de la inversión e intereses<br />

de los grupos dominantes, la existencia de la era digitial, los productos que<br />

desarrolla, son inconcebibles sin la aportación de las grandes corporaciones y<br />

los principales países del planeta. Ante esto nos advierte <strong>La</strong>ura Baigorri<br />

¿acaso ya hemos olvidado que la estrategia de red fue impulsada y<br />

desarrollada por militares y que, una vez calculados los riesgos, decidieron<br />

prestar su potencial tecnológico a la explotación comercial?.<br />

http://aleph-arts.org/pens/baigorri.html<br />

Pero también es necesario percibir el otro lado de la moneda de la era<br />

digital y en específico el acceso a internet, este otro lado se refiere al<br />

abaratamiento y acesso a determinados productos ya sea en hardware o<br />

software, como ejemplo encontramos a la antigua Eniac que costaba varios<br />

32


millones de dólares versus un ordenador de escritorio que es infinitamente más<br />

desarrollado y barato.<br />

Este rasgo de facilitar las herramientas tecnológicas ha propiciado que<br />

se desarrolle alguna esperanza sobre la posibilidad de que la era digital genere<br />

una inercia que de voz a los grupos y personas que padecen la discriminación.<br />

Del peligro de la utopía.<br />

Cuando la esperanza está enteramente divorciada de la realidad, se<br />

corre el riesgo de decepción, que orilla como consecuencia a la inmovilidad. <strong>La</strong><br />

era digital tiene el tatuaje de lo novedoso, y esto lo emparenta con el riesgo de<br />

volverse una utopía, y las lecciones que nos dejó el siglo XX sobre los costos<br />

de las mismas no son de poca monta 21 , para no pasar con alto la importancia<br />

de no albergar demasiado optimismo a los alcances que pueda tener la era<br />

digital. De nuevo son pertinentes la reflexiòn de Baigorri<br />

Tan pronto despuntaron las primeras luces en las pantallas de sus<br />

ordenadores, algunos románticos creyeron detectar en Internet un nuevo<br />

espacio de libertad donde ocultarse de la autoridad social y ejercer su<br />

autonomía: se trataba de una zona desterritorializada, no legalizada y,<br />

supuestamente, libre de vigilancia. Desde allí, sus ideas podían conseguir una<br />

amplia difusión -impensable en otros medios tradicionales- podían afectar a<br />

cualquiera (…)<br />

El "nuevo espacio de libertad" ha estado siempre doblemente vigilado, tanto<br />

por el aparato represivo, como por el aparato comercial del poder. Y en Internet<br />

es el poder difuso quien se mueve libremente por su propio territorio. -"No hay<br />

democracia en la concepción de nuestro futuro, sólo en la elección de futuros<br />

previamente concebidos y determinados. No hay libertad de creación, sólo<br />

libertad de consumo http://aleph-arts.org/pens/baigorri.html.<br />

A todas vistas está demostrado que es imposible desprender al ser<br />

humano de la lógica del poder; con lo que esto implica: la tendencia a la<br />

homogeneidad, el riesgo de la opresión, el intento por la unificación discursiva.<br />

<strong>La</strong> era digital no debe verse con la ingenuidad de suponer que el poder<br />

hegemónico no es consciente de esto, sino entender que en gran parte el<br />

desarrollo tecnológico ha sido generado y se ha vuelto también ideología de los<br />

grupos poderosos. <strong>La</strong> diferencia que se plantea con otras revoluciones<br />

21 Así se menciona en http://aleph-arts.org/pens/resistencia.html Al mirar hacia atrás y ver el rastro de despojos políticos y<br />

culturales que han dejado las revoluciones, consumadas o no, la relación entre historia y necesidad aparece como un<br />

chiste cínico. <strong>La</strong>s revoluciones en Francia desde 1789 a 1968 nunca lograron contener la marea obscena de la<br />

mercancía (más bien contribuyeron a abrirle camino), mientras que la revolución rusa y la cubana sólo reemplazaron la<br />

mercancía por el anacronismo totalizador de la burocracia.<br />

33


tecnológicas (la industrial por ejemplo) es que al virtualizar el mundo la<br />

<strong>modernidad</strong> se vuelve líquida y por consecuencia se plantea que<br />

Los cambios socioculturales que Internet ha promovido y la sociedad de la<br />

información en la que vivimos nos obligan a repensar algunas premisas y a<br />

considerar nuevos espacios y posibilidades que hay que saber generar, de<br />

acuerdo con el signo de los tiempos.<br />

http://cv.uoc.edu/~s_pg_b048_u03/textualitats_electroniques/textu<br />

alitats_electroniques/materials/<strong>La</strong>_literatura_digital_esp.pdf<br />

Lo que equivale –valga el ejemplo del poker- en que con el cambio de<br />

reglas del juego es posible la incorporación de nuevos jugadores, lo que<br />

significa, no anular a los que han acumulado una fortuna, sino replantear las<br />

relaciones con los dueños de la mesa.<br />

De la desesperanza inmóvil.<br />

<strong>La</strong> desesperanza es la forma más efectiva para preservar los abusos del<br />

poder. Esto se corrobora ante el derrumbe de las utopías sociales, que han<br />

gestado una especie de nihilismo que puebla a las generaciones posteriores a<br />

la caída del muro de Berlín. Extrañamente, esas generaciones en un acto de<br />

estrabismo, sólo ven una parte de la realidad, ya que si la utopía dejó dolorosas<br />

ruinas, valga decir que también aportó elementos fundamentales para el<br />

beneficio del género humano: el carácter universal de los derechos humanos,<br />

los derechos de las mujeres, la incursión, (aunque sea lenta) de los discursos<br />

de las minorías. Nos dice Castells citado por <strong>La</strong>ura Borràs<br />

Lo que caracteriza el nuevo sistema de comunicación, basado en la integración<br />

digitalizada e interconectada de múltiples modos de comunicación se su<br />

capacidad de incluir y abarcar todas las expresiones culturales. 1997: 407<br />

http://cv.uoc.edu/continguts/UX07_B0338_02556/<br />

En la era digital existen ejemplos exitosos como referentes para suponer<br />

que los discursos emergentes tienen cabida, en el caso de esta investigación la<br />

cultura Tarahumara. Uno de estos casos lo expone Natalie Bookchin:<br />

El trabajo social y electrónico en la red, on-line y off-line, es también una táctica<br />

utilizada para actuar contra sistemas más tradicionales. En 1997 se formó el<br />

grupo Old Boys Network (OBN)(http://www.obn.org/) como iniciativa de<br />

Cornelia Sollfrank. Apropiándose el nombre de un método familiar de<br />

protección del privilegio, Old Boys Network proporcionó a las ciberfeministas<br />

(feministas que trabajan con medios electrónicos) un trabajo horizontal en red<br />

que permitía el soporte mutuo con una política de disidencia.<br />

34


Pero esta experiencia que es enteramente trasladable a los pueblos<br />

indígenas y el ciberespacio, debe ser vista –como ya se ha mencionado antes-<br />

con cautela, ante el tema del ciber feminismo nos dice Meri Torras<br />

Los parámetros de exclusión y opresión se mantienen y la red no parece tan<br />

liberadora ni para las mujeres ni para los colectivos subalternos como – en un<br />

principio- parecía ser. En cualquier caso, rehuyendo tanto la euforia como la<br />

nostalgia – y siguiendo las recomendaciones de Rosi Braidotti- 22 sí que me<br />

parece necesario instrumentalizar Internet como ámbito óptimo donde<br />

aprovechar una serie de crisis características del fin de la era escrita, que bien<br />

pueden rentabilizarse en los propósitos de lucha y los compromisos colectivos<br />

que emergen de una situación injusta de subalternidad, dominio y abuso, como<br />

ocurre ahora con las mujeres, aunque no sólo con las mujeres.<br />

(2005,p.146).<br />

Como bien señala <strong>La</strong>ura Borràs el debate entre tecnofílicos y tecnofobos<br />

es estéril por su condición de militancia dogmática, se trata parafraseando a<br />

Eco aunque se le saque de contexto, de no ser ni apocalípticos ni integrados:<br />

Sea como sea, ante la inminencia del apocalipsis formulado por profetas<br />

irritados, los gritos de auxilio de teóricos que temen sentirse ajenos a su<br />

disciplina y perder, por lo tanto, su parcela de poder y los intentos<br />

desesperados de todos ellos juntos para tratar de detener, cuanto antes mejor,<br />

la evolución de los acontecimientos, el encuentro entre el texto y la tecnología<br />

o, si se quiere, la irrupción de la tecnología en el espacio textual no ha sido ni<br />

de lejos tan extraña, perversa e improductiva como nos querían hacer creer y<br />

como a muchos les hubiera gustado que fuera.<br />

http://cv.uoc.edu/~s_pg_b048_u03/textualitats_electroniques/textu<br />

alitats_electroniques/materials/<strong>La</strong>_literatura_digital_esp.pdf<br />

En ese ánimo y bajo esa nota precautoria se plantea el problema de la<br />

cultura Tarahumara y la era digital.<br />

22 Rosi Braidotti. “Cyberfeminism with a difference” (www.let.ruu.nl/womens-<br />

_studies/rosi/cyberfem.htm).<br />

35


<strong>La</strong> Cultura y la literatura Tarahumara: su presencia en la era<br />

digital.<br />

Internet en México<br />

Para abordar la posibilidad de que la cultura Tarahumara tenga<br />

presencia en el ciberespacio, es pertinente atender a la relación que guarda<br />

México en el tema, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Juventud de 2005<br />

(http://www.imjuventud.gob.mx/) y a la Encuesta Nacional de Lectura<br />

(http://sic.conaculta.gob.mx/publicaciones_sic.php?&l=&estado_id)realizadas<br />

en 2006 resultan relevantes algunos datos ya que muestran que el ordenador,<br />

Internet, el móvil, la agenda electrónica, el Mp3 y los videojuegos están<br />

incorporados a los hábitos de un 50 a 80% de los jóvenes. <strong>La</strong> posesión de<br />

estos recursos es mayor, en los niveles económicos altos y medios pero la<br />

cobertura que les permiten las instituciones educativas, además de cibercafés<br />

han permitido que lleguen a jóvenes de otras clases sociales.<br />

Pero la disparidad es alarmante, para darnos una idea de las<br />

condiciones en que se encuentran la comunidades tarahumaras, mientras que<br />

en Chihuahua capital la tasa hay un 2.63 de analfabetismo, en el municipio de<br />

Batopilas enclavado en la sierra Tarahumara casi un 40 porciento es<br />

analfabeta, en el más reciente informe sobre Desarrollo Humano de la O.N.U<br />

reporta que en dichos municipio hay niveles de pobreza y marginación<br />

similares a los del África central.<br />

Los Tarahumaras: los pies ligeros que no corren en el ciberespacio.<br />

Ante estos datos pudiera parecer frívola la pregunta ¿Qué significa que<br />

la cultura Tarahumara no exista en el ciberespacio?<br />

<strong>La</strong> interrogante supone una serie de comentarios:<br />

Primero, si se utiliza cualquier navegador y se teclea en el motor de<br />

búsqueda se encuentran algunos sitios que están dedicados al turismo,<br />

que retratan su cultura de manera folckòrica (al modo de Mexican<br />

36


Curious) que lo ùnico que reproducen es la visión colonial de los<br />

mismos. Se encuentran algunas otras reseñas sobre su cultura, pero<br />

éstas, aunque interesantes no son sino una extensión de libros, sin que<br />

tengan las características propias de un hipertexto.<br />

Segundo, la condición de invisibilidad que se expuso han tenido los<br />

pueblos indígenas en la historia de México, permanece casi intacta en<br />

cuanto a la cultura Tarahumara, si ante la era digital esto continúa los<br />

niveles de marginación social permanecerán intactos. Como se<br />

mencionaba con anterioridad en el caso de las etnias relacionadas con<br />

el EZLN la ruptura de la invisibilidad mediática les permitió romper los<br />

cercos de la marginación cultural.<br />

Tercero, la posibilidad que brinda el espacio de Internet (sin<br />

sobrevalorarla) permite que esta sea un espacio de denuncia sobre las<br />

situaciones culturales, sociales y económicas en las cuales viven los<br />

tarahumaras, lo que representa un intento por redireccionar la idea del<br />

progreso.<br />

Cuarto, es evidente a partir de las condiciones de pobreza que padecen,<br />

además de su criterio de resistencia ante la tecnología, que la inserción<br />

de la comunidad tarahumara a la era digital, difícilmente en el corto<br />

plazo será como los creadores de los contenidos, pero se presenta una<br />

doble oportunidad: aprovechar las facilidades de la misma para divulgar<br />

a sus creadores y literatos con esto lo que se logra es sensibilizar al<br />

dialogo intercultural a los mestizos, que son además la parte más reacia,<br />

lo que puede propiciar espacios para la<br />

Quinto, si se pretende atender el tema de la multi e interculturalidad, se<br />

necesita hacerlo en todas sus dimensiones, y por supuesto que es<br />

fundamental hacerlo desde las posibilidades que brinda la tecnología.<br />

Sexto, independientemente de las valoraciones teórico ideológicas, los<br />

avances tecnológicos son irreversibles en el sentido de su uso, cuanto<br />

37


más tarden los discursos periféricos es utilizar los nuevos medios, la<br />

cooptación por el poder hegemónico será mayor.<br />

<strong>La</strong> era digital: una mirada desde la diversidad.<br />

Pero esta reflexión sobre el uso de las tecnologías para facilitar la equidad y<br />

propiciar el dialogo cultural es vigente, en la medida en que la lógica del capital<br />

es acumulativa y los grupos marginados tienen a recrudecer su marginación.<br />

En un libro por demás sugerente Lectores, Espectadores e internautas,<br />

García Canclini aborda los laberintos de la era digital y sobre todo plantea<br />

cómo las categorías de interrelación han sufrido complejos desplazamientos<br />

que obligan forzosamente a mirar los antiguos problemas con nuevos ojos.<br />

Si bien identifica los entramados de poder que hay tras el discurso de las<br />

nuevas tecnologías, que se caracterizan por una tendencia a centralizar el<br />

control, plantea lo siguiente:<br />

En tiempos de interdependencia mundial la pregunta no es cómo construir<br />

aduanas impenetrables sino cómo utilizar los recursos tecnológico-culturales<br />

para atender mejor las necesidades mayoritarias y de diferentes grupos.<br />

(2007,87).<br />

En realidad tras esta tesis de vincular la acción ante la era digital, está<br />

contenida otra pregunta, en un texto que lleva por título <strong>La</strong>s paradojas del<br />

indigenismo done Gunther Dietz traza una pregunta que parece calcada para<br />

esta investigación:<br />

¿qué papel juegan los procesos de transnacionalización y globalización de los<br />

medios de comunicación, de los marcos jurídicos internacionales y<br />

multilaterales y de los movimientos sociales antaño locales o nacionales en el<br />

fortalecimiento de proyectos identitarios étnicos que trascienden los mitos<br />

homogeneizadores de la nación?<br />

http://www.publicaciones.cucsh.udg.mx/pperiod/laventan/Ventana19/Gunther.pdf<br />

En realidad la aceptación de los discursos de la diversidad partió del<br />

desmoronamiento, todavía en proceso, de los grandes entramados discursos<br />

que ya sea con Dios o con la Razón, presuponían un centro matriz para<br />

comprender los otros discursos.<br />

38


Se vuelve pues indispensable entender las categorías, en construcción<br />

por supuesto, de multiculturalismo e interculturalidad desde una óptica que<br />

trate de hacer que los discursos y sentidos marginales tengan expresión.<br />

Para lograr esto, los antiguos canales del poder (el estado nación, la<br />

lucha legal), no son enteramente propicios, se requiere la acción de las nuevas<br />

formas expresivas para que estos discursos puedan, desde la periferia<br />

emergente tener voz y alcanzar la legitimidad en todos los órdenes.<br />

<strong>La</strong> multiculturalidad es una respuesta muy precisa al fenómeno de la<br />

crisis de las formas del poder unitario, nos dice Luis Rodríguez Regueiera<br />

<strong>La</strong> problemática del multiculturalismo que se impone hoy -la<br />

coexistencia híbrida de mundos culturalmente diversos- es el<br />

modo en que se manifiesta la problemática opuesta: la presencia<br />

masiva del capitalismo como sistema mundial universal. Dicha<br />

problemática multiculturalista da testimonio de la<br />

homogeneización sin precedentes del mundo contemporáneo.<br />

http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=154<br />

¿Pero desde donde estudiar la multi e interculturalidad?, esta<br />

interrogante presenta un lado de complejidad mayor, ya que estos conceptos<br />

son susceptibles de la hibridación y hasta ser tratados como moda en turno.<br />

Para adentrarse a este problema viene a colación Charles Taylor<br />

nuestra identidad se configura parcialmente por el reconocimiento o por su<br />

ausencia, a menudo por el infrarreconocimiento de otros, de manera que una<br />

persona o grupo de personas puede sufrir un auténtico perjuicio, verse<br />

seriamente distorsionada, si las personas o la sociedad que la rodean le<br />

devuelven una imagen disminuida o degradante o despreciable de sí misma.<br />

(2008,103).<br />

<strong>La</strong> claridad que arroja esta cita, tiene que ver con el hecho de que la<br />

multiculturalidad es a final de cuentas la respuesta ante un mundo injusto, y<br />

cabría por lo tanto la pregunta, si en el seno mismo de este concepto no está<br />

incubado el germen del discurso hegemónico. Me parece prudente tomar en<br />

cuenta, aunque no se comparta enteramente esta visión, el punto de vista que<br />

afirma esto Slavoj Zizek<br />

39


Y desde luego, la forma ideal de la ideología de este capitalismo<br />

global es la del multiculturalismo, esa actitud que -desde una<br />

suerte de posición global vacía- trata a cada cultura local como el<br />

colonizador trata al pueblo colonizado: como "nativos", cuya<br />

mayoría debe ser estudiada y "respetada" cuidadosamente.<br />

En otras palabras, el multiculturalismo es una forma de racismo<br />

negada, invertida, autorreferencial, un "racismo con distancia":<br />

"respeta" la identidad del Otro, concibiendo a éste como una<br />

comunidad "auténtica" cerrada, hacia la cual él, el<br />

multiculturalista, mantiene una distancia que se hace posible<br />

gracias a su posición universal privilegiada<br />

http://www.redfilosofica.de/zizek2002.html<br />

¿Quién pues valida o da sentido al discurso del subalterno?, algunas<br />

veces la irrupción de estos discursos, dan la sensación de que el subalterno<br />

habla como consecuencia de el permiso otorgado por el depositario del poder.<br />

Ante esto, habrá que advertir que la esencia misma de los discursos que<br />

provienen de la opresión, exigen un tono contestarlo para que se pueda<br />

reclamar autenticidad en ellos. De ahí que el tono de la multiculturalidad no<br />

prescinde del conflicto ideológico, sino que lo exige para que en realidad<br />

mueva la vertebración social por un lado, y detenga los ciegos engranajes del<br />

poder.<br />

A partir de esta consideración, muy cercana a las ideas de Chomski,<br />

podemos entender la precisa conceptualización de Castells<br />

Nuestro mundo es étnica y culturalmente diverso y las ciudades concentran y<br />

expresan dicha diversidad. Frente a la homogeneidad afirmada e impuesta por<br />

el Estado a lo largo de la historia, la mayoría de las sociedades civiles se han<br />

constituido históricamente a partir de una multiplicidad de etnias y culturas que<br />

han resistido generalmente las presiones burocráticas hacia la normalización<br />

cultural y limpieza étnica. Incluso en sociedades, como la japonesa o la<br />

española, étnicamente muy homogéneas, las diferencias culturales regionales<br />

(o nacionales, en el caso español), marcan territorialmente tradiciones y formas<br />

de vida específicas, que se reflejan en patrones de comportamiento diversos y,<br />

a veces, en tensiones interculturales.<br />

<strong>La</strong> gestión de dichas tensiones, la construcción de la convivencia en el respeto<br />

de la diferencia son algunos de los retos más importantes que han tenido y<br />

tienen todas las sociedades. Y la expresión concentrada de esa diversidad<br />

cultural, de las tensiones consiguientes y de la riqueza de posibilidades que<br />

también encierra la diversidad se da preferentemente en las ciudades,<br />

receptáculo y crisol de culturas, que se recombinan en la construcción de un<br />

proyecto ciudadano común.<br />

http://www.unap.cl/iecta/revistas/volvere_16/articulos.htm<br />

40


<strong>La</strong> visión de Castells, da pie para afirmar el espacio de la diferencia,<br />

como una actitud ética frente a los extremos del estado omnipotente, pero para<br />

que lo anteriormente citado tenga sentido en el contexto latinoamericano (la<br />

idea de Castells no parte de ese marco) se vuelve necesario pensar la<br />

diversidad no sólo en la ciudad, sino en la comunidades rurales donde el<br />

estigma de trabajar en el campo pesa igual que el de ser indígena, esta doble<br />

consideración de discriminación, implica necesariamente un proceso más<br />

complejo de relación intercultural, ya que la forma de organización y<br />

comportamiento de un Tarahumara rural a uno urbano es diametralmente<br />

opuesta, por lo que el riesgo de estigmatizar y particularizar los estudios<br />

culturales es amplio.<br />

En ese sentido es importante asumir la diversidad no sólo como una<br />

condición del grupo dominado frente al poder que lo oprime, esto sería un<br />

enfoque meramente multiculturalista, sino dentro la lógica e interacción interna<br />

de los mismos grupos, donde en su seno se dan discusiones por el control y<br />

estructuras de poder inamovibles.<br />

El rasgo unitario que supone la identidad a partir de laceración de una<br />

idea concebida de lo que es o debe ser un grupo o individuo, es la base para<br />

que la sociedad pueda construir discursos de segregación y sobre esto nos<br />

advierte Touraine <strong>La</strong> idea de unidad social en un país homogéneo es la peor, la<br />

más peligrosa orientación que se puede tomar. Es el totalitarismo más<br />

horroroso ante esto el autor propone<br />

El reconocimiento mutuo es el reconocimiento de cada uno y de cada una,<br />

individuos o grupos a combinar siempre y de una manera singular y específica,<br />

esta participación en un sistema internacional concreto y el derecho a realizar<br />

esta combinación con un discurso del pasado y con un discurso cultural<br />

específico.<br />

http://www.pucp.edu.pe/eventos/intercultural/pdfs/inter9.PDF<br />

El desmoronamiento del Único Dios, y de la Única Razón significa la<br />

obligación de replantear nuestra categoría como sujetos, más aun significan<br />

repensar lo humano, esto ya lo habían planteado Heidegger y Sartre, esta tarea<br />

se gesta de manera acelerada en la era digital, y en este proceso de reconstruir<br />

o deconstruir según se quiera ver se vuelve indispensable la irrupción de las<br />

41


otras voces que han estado excluido y que desde hace mucho tiempo claman<br />

presencia.<br />

42


CONCLUSIONES.<br />

El pensamiento es auténtico en la medida en que mantiene las<br />

condiciones de una frontera: esto significa que pensar es siempre un tránsito<br />

entre lo que creemos ser y eso otro que nos atrae aunque sea como<br />

posibilidad. De ahí que la forma eminente del pensamiento sea el dialogo,<br />

entendido como una apertura, como la confluencia no de la única verdad, sino<br />

de la construcción temporal de respuestas para el mundo.<br />

En ese sentido la diversidad es posible, ya que la era digital y el arribo<br />

de las nuevas tecnologías plantean en su seno (conflictuado y vertiginoso) una<br />

serie de rendijas por donde el poder hegemónico no se ha asomado y con esto,<br />

un discurso emergente se antoja plausible.<br />

En el caso de la cultura tarahumara, como ya se comentó con antelación<br />

existen una serie de condicionamientos que dificultan el acceso directo de los<br />

miembros de esta comunidad para que sean los generadores de contenidos y<br />

administradores de sitios, pero lo cierto es que existe un importante grupo de<br />

artistas que bien podrían utilizar esta ventana al mundo, además algunos<br />

miembros destacados de la comunidad de creadores bien podrían iniciar en la<br />

web un dialogo cultural.<br />

43


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