María Magdalena y la constelación arquetípica masculinidad ...
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MARÍA MAGDALENA Y LA CONSTELACIÓN ARQUETÍPICA<br />
MASCULINIDAD-FEMINIDAD EN LA TRADICIÓN JUDEO-CRISTIANA<br />
Gabriel Parra<br />
pp. 111-133<br />
traducirse en el fundamento de una cultura de <strong>la</strong> paz y de <strong>la</strong> convivencia, en<br />
<strong>la</strong> medida en que desde aquí, se concibe <strong>la</strong> otredad como una cosmogonía<br />
que asume sentido a partir de una antropoética educativa como referente de<br />
una nueva ciudadanía p<strong>la</strong>netaria como megapulsión del Eros; del amor y el<br />
sentimiento vistos en su acepción maática.<br />
<strong>María</strong> <strong>Magdalena</strong> como desp<strong>la</strong>zamiento gnoseológico, tiene <strong>la</strong> virtud de<br />
reconciliarnos también con el lenguaje poético. Por algún tiempo, tiempos y<br />
<strong>la</strong> mitad de un tiempo -como se dijo al profeta Daniel- desde <strong>la</strong>s nebulosas del<br />
Águi<strong>la</strong> y Orión, donde nacen estrel<strong>la</strong>s y p<strong>la</strong>netas, los astronautas en su ruta a<br />
<strong>la</strong> conquista del universo desconocido seguirán escuchando su voz citarina<br />
envuelta en los halos nucleares de <strong>la</strong> atmósfera densa: “Negra soy, o morena,<br />
hija de Jerusalén, pero soy bien parecida; soy como <strong>la</strong>s tiendas de Cedar, como<br />
los pabellones de Salomón” (Cantar de Los Cantares, 1:5).<br />
Notas<br />
[1] La Diáspora es un concepto que proviene del griego y significa “dispersión”.<br />
Pueden identificarse siete grandes procesos de dispersión del pueblo hebreo:<br />
en el 722 a. C., Sargón, rey de Asiria, deporta de Samaria a los israelitas hacia<br />
<strong>la</strong>s colonias asirias; en el 605 a. C., el rey Nabucodonosor tomó a Jerusalén<br />
y se llevó cautivo al rey de Judá, Joaquín, y a un considerable contingente<br />
de pueblerinos. En el 597 a. C., fueron tras<strong>la</strong>dados a Babilonia grandes<br />
contingentes de nobles, guerreros y artesanos. En el 586 a. C., el ejército<br />
babilonio destruyó el templo de Jerusalén y se produjo <strong>la</strong> deportación mayor.<br />
La liberación del pueblo judío, como se reseña en el texto, ocurrió bajo el<br />
mandato de Ciro, El Grande. En el 322 a. C., después de <strong>la</strong> conquista de<br />
Alejandro de Grecia, se producen migraciones masivas hacia Egipto y Siria; en<br />
el 70 d. C., luego que el ejército de Tito tomó Jerusalén y destruyó el templo de<br />
Salomón, muchos judíos fueron llevados cautivos a Roma y otros se radicaron<br />
en Alejandría (Egipto) y otras naciones del Asia Menor. La última dispersión<br />
importante se produjo en el 135 d. C., cuando el emperador Adriano decretó<br />
que todos los judíos debían ser expulsados de Judea y rebautizó a Jerusalén con<br />
el nombre de Aelia Capitolina.<br />
[2] En el film “La Pasión de Cristo”, producido y dirigido por el también<br />
actor Mel Gibson (2004, Icon Productions), el argumento central es <strong>la</strong><br />
responsabilidad del Sumo Sacerdote Caifás y su suegro Anás, así como de <strong>la</strong><br />
turba de seguidores judíos, quienes amenazaron al Procurador con dec<strong>la</strong>rarlo<br />
“enemigo del César” si no condenaba al Nazareno. La tesis es que el responsable<br />
del hecho fue el mismo pueblo judío y no Pi<strong>la</strong>to. Extrañamente –a pesar de su<br />
éxito taquillero- <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> no recibió ninguna nominación al Oscar, en un<br />
evento contro<strong>la</strong>do por <strong>la</strong>s grandes empresas fílmicas de Hollywood, donde <strong>la</strong><br />
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