february-2013

SAN CRISTÓBAL
Microviajes Micro Trips VIAJE REDONDO
EL CORAZÓN DEL SURESTE
MAGIA EN LOS ALTOS DE CHIAPAS
Al caer la noche, San Cristóbal me recibió con un golpe de
aire frío. Es el contraste con el que la ciudad suele recibir al
viajero, porque por lo general se llega de Toniná, de Palenque,
del Cañón del Sumidero o de Tuxtla Gutiérrez; de sitios
calurosos, húmedos y bajos. Las montañas y los pinos me
recordaban que estaba a más de 2,000 metros sobre el
nivel del mar, y tuve que ponerme la chamarra. El nuevo
ambiente fue la señal de que la ciudad bien puede ser otra
joya más del sureste mexicano, pero una que no se parece
en nada a las demás.
Arriba: Retablo en la
Catedral. Abajo:
Palacio Municipal.
A LA MAÑANA SIGUIENTE INICIÉ
mi recorrido por el centro. Lo primero
que llamó mi atención fue la riqueza
de San Cristóbal en sus edificios históricos
y hermosas iglesias. Para empezar,
la Plaza Central está rodeada de
construcciones notables: el neoclásico
Palacio Municipal, la casa que se dice
perteneció al conquistador Diego de
Mazariegos, la bonita Iglesia de San Nicolás,
los Portales… Por mi parte quedé
admirado con dos construcciones: la
Catedral y la Casa de las Sirenas. La
primera es bastante peculiar, su fachada
barroca es deslumbrante, está pintada
de amarillo y no tiene torres. Además,
POR LUIS ROMO CEDANO
su interior cuenta con sofisticados retablos
dorados que lo dejan a uno boquiabierto.
Este edificio fue el heredero de la
catedral primitiva que tuvo como primer
obispo en el siglo XVI al controvertido
fray Bartolomé de Las Casas (de ahí
también el apellido actual de la ciudad).
Por su parte, la Casa de la Sirena lleva
ese nombre por lucir justo en la esquina
una rara figura con cola de pescado (y
la fecha grabada es de 1532). Esta fue
la casa de otro conquistador, Andrés de
la Tovilla. Su portada presidida por las
figuras de dos leones es una maravilla
de la arquitectura plateresca.
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