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ekilikua teatro bernarda calva (en busca de pepe el romano) PRESSBOOK
sentirse frustradas por lo que son y por lo que les gustaría llegar a ser. Como el
típico bufón, sus defectos físicos son trampolín para la risa y el humor grotesco.
Magdalena, es “la pena” y el llanto continuo. La visión trágica de Magdalena es tan
absurda que consigue que todo lo que para ella es triste, se convierta en trivial y
cómico a los ojos de los demás. La abuela podría creerse que es el personaje más
perturbado por sus excentricidades, pero es todo lo contrario, ya que posee la
capacidad crítica para saber el problema actual y predecir las consecuencias. Al no
ser joven, irremediablemente se queda fuera del juego de las envidiosas hermanas,
así que se convierte en el espíritu de la verdad, que por ser incomoda, se tacha de
locura. “El delirio, la locura y la enajenación mental” dan paradójicamente el toque
más realista a la obra en cuanto a verdades de palabra, y a la vez la máxima
libertad cómica para el absurdo y la fantasía. Una construcción de mezclas de
varios personajes de comedia del arte (Dottore, Tartaglia,…) la hacen mucho más
cómica. Yendo más allá, podríamos decir que, la abuela es el sinónimo de Adela en
un posible futuro si la vida de ésta última hubiese continuado sin Pepe el Romano.
Poncia es la gran aduladora, sabe que el poder está en Bernarda y bajo ella se
cobija. Procura su beneficio ante todo y consigue en su justa medida dirigir los
pasos de la dirigente. Mientras La criada, no pretende cambiar nada, hace su
trabajo y pasa de puntillas frente a los problemas. No necesita hacerse partícipe de
conflictos que no son suyos y en ese sentido, los placeres más vanos son su primera
elección.
Todas ellas nos ofrecen las diferentes perspectivas de visión de un mismo
problema: La moral, la pasión, la envidia, la autosuficiencia, la falta de libertad, la
soberbia, la pena, la indiferencia, el delirio, la enajenación… Cada una de estas
mujeres defenderá su punto de vista y se dejará guiar por cada uno de sus
caracteres de conducta que en realidad, dan tema a cada escena.
Aún así, la caricatura no pretende ser el máximo exponente, sino la base
real. Son mujeres de pueblo, con una situación e historia que perfectamente podría
ser real. Y desde ahí reaccionan a los problemas con ironía, desde los ojos de un
niño que lo ve todo por primera vez, desde el sentimiento primario y desde el
ímpetu del que lucha por sus ideas sin temor a las represalias. Cada una de las
hermanas es un trozo de realidad; la intención de la obra es hacer que esa realidad
reaccione como nunca se atrevería a hacerlo.
PEPO VERDEJO, Departamento de Prensa www.ekilikuateatro.com info@ekilikuateatro.com / Tel. 638.44.98.89
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