193 - Institut Metropolità del Taxi

Editorial
El Instituto Metropolitano del Taxi ha movido ficha y ha adoptado una medida que
entendía necesaria para salvaguardar los intereses del taxi. La congelación del
incremento de vehículos que son explotados veinticuatro horas debe ayudar a
mejorar la rentabilidad del sector, sin que ello suponga una disminución en el
mantenimiento de la actual suficiencia del servicio.
Una medida de este tipo, intervencionista, que suspende temporalmente y de
forma excepcional el régimen general de explotación del negocio, no es un hecho
incontestable. Diferentes han sido los posicionamientos de las organizaciones del
sector, todos ellos respetables, pero no por ello no censurables al entender del que
suscribe, pues obvian en sus argumentos –por otro lado escasos– la esencia de la
misma, la protección del interés general del sector del taxi, de todos y cada uno
de los taxistas, tanto autónomos, como asalariados y empresarios. Lamentablemente
aquellos que en su día alentaron el fin del sector del taxi con la aprobación
de la Ley Ómnibus,
hoy sin argumentos
de peso y del todo popu-
Intervencionismo
y compromiso con el sector
listas, preconizan la ilegalidad
de una medida
que según ellos nada
aporta al taxi y sí a otras
clases de trasporte discrecional
en vehículos
privados, y se lamentan de la imposibilidad de seguir creando puestos de trabajo
en el sector del taxi sin valorar escenarios futuros que podrían suponer la propia
quiebra del sector; defienden a aquellos que utilizan fórmulas de explotación de
licencias que comportan cesión de la misma y, por ende, prohibidas.
Fomentar la confusión y la desconfianza parece ser la estrategia de aquéllos que
no tienen ni argumentos ni propuestas.
El Instituto Metropolitano del Taxi es consciente de que esta medida por si sola no
cubre las expectativas del sector, pero es una respuesta decidida y meditada que
supone una apuesta clara por la defensa del sector. La intervención administrativa
en muchos sectores es una de las principales demandas de los ciudadanos en
tiempos de crisis y, en este caso, el IMT ha actuado conforme a derecho en defensa
del interés público. El taxi no debe ser ajeno a las reformulaciones de grandes
sectores que se está demandando la sociedad civil, ése debe ser el gran tema de
debate a corto plazo: qué sector del taxi queremos, y aclarar definitivamente el
gran dilema: liberalismo-intervencionismo, buscar el equilibrio mesurado. Gran
dilema de difícil respuesta y más en un sector tan atomizado como el taxi.
Miguel A. Martín López
Gerente
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