CRISTO EL SOCIALISTA 2DA EDICIÓN (LA ... - Belen Meneses

que dejes en libertad a los que han
quebrado, y quites todo gravamen,
(7) Que partas tu pan con el
hambriento, y que a los pobres y a
los que no tienen hogar los acojas
en tu casa, y vistas al que veas
desnudo, y no desprecies tu propia
carne o a tu prójimo?
Para terminar con este capítulo es bueno hacer
notar lo siguiente: en la antigüedad los gobernantes
basaban su poder, convenientemente, en la moral
que representaba un Dios determinado. La religión
evoluciona y aparecen las grandes religiones.
Algunas no tienen ritos, otras no tienen ceremonias,
y aún otras, ni siquiera poseen un ser supremo,
pero todas ellas, TAL Y COMO FUERON
PRESENTADAS POR SUS FUNDADORES
ORIGINALES, son un freno a la codicia,
condenando el lujo en medio de la pobreza. Esto
es lo esencial de ellas y lo que les permite unificar
a los seres humanos y a los pueblos. Sin ese
atributo son un cascarón vacío.
Así, lo que está en el fondo del ayuno es
que es un limitante del TOMAR, un limitante
de las ansias desmedidas de riquezas y de
consumo, un limitante del individualismo
humano, con el objeto de beneficiar al colectivo,
una condena a la codicia y al lujo en medio
de la miseria. Por eso es que Jesús y sus
discípulos tampoco eran dados al ayuno que
acostumbraban los hipócritas fariseos. En lugar
de parar en su acumulación de riquezas y
ocuparse de las necesidades del colectivo, los
sujetos de la codicia instituyen el ayuno; y
simplemente dejan de comer, por ejemplo,
por un determinado período de tiempo. Y aún
más, utilizan lo que ellos instituyeron para
evitar que la verdad salga a flote cuando los
sujetos de las “fuerzas de rechazo” la sacan
nuevamente a la luz.
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También las religiones sirven de fundamento al
poder, debido a esa moral que frena la codicia. Al
aparecer las constituciones escritas éstas ocupan en
el Estado el papel que tenían las religiones,
sirviendo de fundamento al poder, nuevamente,
porque establecen una barrera a la codicia y
condenan el lujo en medio de la pobreza. Lo que da
la legitimidad a un régimen es, entonces, la moral.
Como la codicia es el “pecado” que mayores y
más devastadores efectos tiene en la sociedad, el
pecado social por excelencia, entonces la moral