CRISTO EL SOCIALISTA 2DA EDICIÓN (LA ... - Belen Meneses

(21) Bienaventurados los que ahora
tenéis hambre, porque seréis saciados.
Bienaventurados los que ahora lloráis,
porque reiréis.
(23) ...Alegraos en aquel día, y saltad
de gozo; porque os está reservada en el
cielo una gran recompensa ...
(24) Mas Ay de vosotros los ricos
porque ya tenéis vuestro consuelo...
(25) ¡Ay de vosotros los que andáis
hartos! porque sufriréis hambre. Ay de
vosotros los que ahora reís! porque... os
lamentaréis y lloraréis.
(26) ¡Ay de vosotros cuando los
hombres mundanos os aplaudieren!
que así lo hacían sus padres con los
falsos profetas.
Cuando un joven rico le preguntó qué debía
hacer para alcanzar la vida eterna él respondió:
(20) Ya sabes los mandamientos: no
matarás, no fornicarás, no hurtarás, no
dirás falso testimonio, honra a tu padre
y madre. (NT, p. 87, Luc. XVIII)
(21) Dijo él: todos esos
mandamientos los he guardado desde
mi mocedad.
(22) Lo cual oyendo Jesús, le dijo:
todavía te falta una cosa... Vende todos
tus haberes y dalos a los pobres, y
tendrás un tesoro en el cielo...
(23) Al oír esto, entristeciose el
joven; porque era sumamente rico.
(24) Y Jesús viéndole sobrecogido
de tristeza, dijo: ¡Oh, cuán
dificultosamente los adinerados
entrarán en el reino de Dios!.
(25) Porque más fácil es a un camello
el pasar por el ojo de una aguja, que a
un rico el entrar en el reino de Dios.
Antes de continuar con este mismo capítulo del
evangelio es bueno llamar la atención acerca de
cómo Jesús enfatiza en el pecado de la codicia, el
cual tiene el efecto más devastador en la
sociedad, pues condena a la miseria a la mayoría
de la población. Los sujetos de las “fuerzas de
atracción”, como terminan adaptando la religión
a su conveniencia, tratan de disimular este aspecto
y cuando hablan del Sermón del Monte dicen que
Jesús se refería a los pobres “de espíritu”, como
aparece en el evangelio según San Mateo.
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