soldados de españa - Ejército de tierra - Ministerio de Defensa
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y junto al <strong>de</strong> La Habana, fundamental en la orilla americana<br />
para la llegada y salida <strong>de</strong> las Flotas <strong>de</strong> Indias. Cuentan las<br />
crónicas que cuando en la Florida se conoció la noticia, se<br />
extendió por el territorio un sentimiento general <strong>de</strong> disgusto,<br />
<strong>de</strong>scontento y dolor. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las cualida<strong>de</strong>s militares<br />
y diplomáticas expuestas, su caritativo trato hacia los<br />
necesitados hacía que los naturales y los colonos creyesen<br />
imposible que su sustituto pudiera igualarle.<br />
Para abreviar diremos que en el Gobierno <strong>de</strong> Veracruz<br />
y el Castillo <strong>de</strong> San Juan <strong>de</strong> Ulúa -adon<strong>de</strong> sabemos que llegó<br />
prácticamente sin un doblón tras 15 años <strong>de</strong> gobernación<br />
en la rica Florida- ocurrió prácticamente lo mismo: se ganó<br />
el afecto <strong>de</strong> las gentes, saneó la Hacienda y la vida pública<br />
y, como no, el Rey, en vez <strong>de</strong> los reglamentarios 5 años, lo<br />
mantuvo en el puesto nada menos que 9.<br />
El Mariscal <strong>de</strong> Campo Benavi<strong>de</strong>s estaba ya cansado.<br />
Tenía en aquel momento 61 años y pidió al Monarca (que<br />
seguía siendo Felipe V) que le permitiera regresar a la Patria;<br />
y aunque el Soberano le contestase que tendría en cuenta su<br />
solicitud pues “me habéis servido con entera satisfacción<br />
mía por más <strong>de</strong> 20 años”… poco <strong>de</strong>spués le or<strong>de</strong>naba que<br />
ocupase otro difícil cargo: Gobernador y Capitán General<br />
<strong>de</strong> la Provincia <strong>de</strong> Mérida <strong>de</strong>l Yucatán y <strong>de</strong>l Puerto <strong>de</strong><br />
Campeche. Y lo ascendía a Teniente General.<br />
Otra vez firmeza, justicia y bondad en el trato con<br />
los indios, que se sienten atraídos por el<br />
Gobernador; y al frente <strong>de</strong> una expedición,<br />
<strong>de</strong>fien<strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> Honduras contra<br />
los ingleses en la que se llamó “Guerra <strong>de</strong>l<br />
Asiento”. Bernardo <strong>de</strong> Cólogan, su principal<br />
biógrafo, <strong>de</strong>staca en el Elogio que <strong>de</strong> él hace<br />
que en estos años su fama <strong>de</strong> integridad<br />
y honra<strong>de</strong>z era tal que el Rey (ahora ya<br />
Fernando VI) dispuso que la Tesorería <strong>de</strong> la<br />
Corona “le franquease cuanto necesitase<br />
sin que se le pidiese cuenta <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino <strong>de</strong>l<br />
dinero.”<br />
Por fin, con la satisfacción interior <strong>de</strong><br />
haber servido a su Patria y a su Rey cuanto<br />
se la había pedido, <strong>de</strong>jando atrás un territorio<br />
pacificado, a los 7 años (otra vez no fueron<br />
los 5 prometidos), el Rey le autorizaba a<br />
volver a la España <strong>de</strong> Europa, <strong>de</strong> la que había<br />
salido hacía la friolera <strong>de</strong> 32 años, creyendo<br />
que sólo iba a estar en <strong>tierra</strong>s americanas el preceptivo<br />
período <strong>de</strong> 5.<br />
En el citado Elogio <strong>de</strong> Cólogan po<strong>de</strong>mos leer que “al<br />
dirigirse al muelle para su embarque, la muchedumbre <strong>de</strong><br />
indios agraciados por sus larguezas lo ro<strong>de</strong>an, lo estrechan,<br />
lloran su separación, pi<strong>de</strong>n no los <strong>de</strong>sampare; corren tras<br />
su persona, e imposibilitados en seguirlo porque el mar era<br />
la causa, nada les estorba, pereciendo a centenares por<br />
su ignorancia en el peligro, siendo necesario para evitar el<br />
estrago que las autorida<strong>de</strong>s usen la fuerza”. Dejando aparte<br />
la romántica exageración <strong>de</strong> los centenares <strong>de</strong> ahogados,<br />
nos damos cuenta <strong>de</strong> que la <strong>de</strong>spedida tuvo que ser similar<br />
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a las efectuadas en San Agustín y en Veracruz años antes.<br />
Había salido pobre <strong>de</strong> aquí… y tras más <strong>de</strong> 30 años<br />
gobernando provincias muy ricas, pobre regresaba, al<br />
punto <strong>de</strong> que, cuando llegó a Madrid, dice Millares que para<br />
la obligada audiencia con el Rey no disponía <strong>de</strong> un uniforme<br />
a<strong>de</strong>cuado para ello “pues tal era el estado <strong>de</strong> penuria con<br />
sus continuas dádivas y limosnas que ni vestidos tenía”. El<br />
Marqués <strong>de</strong> la Ensenada, uno <strong>de</strong> los principales ministros<br />
<strong>de</strong> Fernando VI le tuvo que prestar un uniforme acor<strong>de</strong> con<br />
su rango. El monarca lo recibió con todo cariño y le ofreció<br />
la Comandancia General <strong>de</strong> Canarias, pero Benavi<strong>de</strong>s,<br />
cansado y a sus 70 años, sólo soñaba ya con un merecido<br />
<strong>de</strong>scanso en su <strong>tierra</strong> natal; se lo pi<strong>de</strong> así al Rey y éste le<br />
conce<strong>de</strong> la merced <strong>de</strong>l retiro.<br />
Y aquí se retiraría a vivir en el Hospital <strong>de</strong> Nuestra<br />
Señora <strong>de</strong> los Desamparados, sobre el cual nacería el<br />
Hospital civil, se<strong>de</strong> hoy <strong>de</strong>l hermoso Museo <strong>de</strong> la Naturaleza<br />
y el Hombre. No parece lógico pensar que un hombre <strong>de</strong><br />
tan intensa vida se <strong>de</strong>dicara aquí a ver pasar los días.<br />
Hay constancia <strong>de</strong> que consiguió <strong>de</strong> Fernando VI unos<br />
importantes beneficios relacionados con la importación<br />
y exportación <strong>de</strong> productos <strong>de</strong> la <strong>tierra</strong>, beneficios que<br />
revertían en el Hospital, <strong>de</strong>l que fue administrador. A sus<br />
expensas, con su sueldo <strong>de</strong> retirado, construyó una sala<br />
y varios cuartos y se <strong>de</strong>dicó en exclusividad a la caridad.<br />
En el Hospital vivió como un pobre más hasta que el<br />
9 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1762, a los 83 años, 1 mes y 1 día <strong>de</strong> vida,<br />
le llegó la muerte.<br />
En una breve reseña <strong>de</strong> Enrique Romeu en el libro La<br />
Laguna <strong>de</strong> anteayer se pue<strong>de</strong> leer lo siguiente:<br />
“Ha muerto don Antonio <strong>de</strong> Benavi<strong>de</strong>s… Hay un<br />
lento sonar <strong>de</strong> campanas que, sobre el cielo limpio <strong>de</strong> Santa<br />
Cruz, van contándose la noticia.<br />
Don Antonio <strong>de</strong> Benavi<strong>de</strong>s fue nada menos que<br />
Teniente General <strong>de</strong> los Reales <strong>Ejército</strong>s <strong>de</strong> S.M. Felipe V. En<br />
un momento <strong>de</strong> peligro salvó la vida <strong>de</strong>l Rey… Conoció los<br />
honores y la gloria, fue dueño <strong>de</strong> riquezas…Ya viejo volvió