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Michael Jackson<br />
Por Maria Ana D´Harcourt.<br />
para escucharlo él o para que los demás se dieran cuenta. Tarareaba<br />
el ritmo de la canción y se expresaba de buen humor. Altura…<br />
¡nunca perdió su altura para liderar al grupo con el que trabajaba!,<br />
incluso se hacían bromas con el creativo. Le decía: -Está bastante<br />
bien…<br />
Un artista que siempre enseñaba a su cuerpo de baile con ganas y<br />
gran esfuerzo, se explayaba hasta que lo comprendieran, ¡una y otra<br />
vez!<br />
www.noticiabuena.com.ar<br />
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-¿Vas a canturrear así?-. Le preguntó el tecladista moviéndose al<br />
ritmo de la música, canchereando y con su gorra de tela escocesa con<br />
visera, sonriéndole.<br />
No todos los nuevos que quedan de un casting entienden que haya<br />
grandes con la verdadera humildad de querer enseñar… y ellos poder<br />
recibir ese aprendizaje para crecer.<br />
El rey del pop seguía explicando con paciencia esto… por supuesto<br />
siempre delante de su socio creativo Ortega, que en realidad hacia<br />
muchas cosas, estaba metido en casi todo por ser un hombre<br />
artísticamente muy completo, iba caminando, rodeándolo, era quien<br />
le hacía el apoyo logístico en silencio.<br />
-Arrástrala un poco, retrasa un poco el ritmo. No es el sonido<br />
correcto, es como levantarse sin ganas de la cama-. Trataba y trataba<br />
de usar todas las metáforas posibles para que el tecladista aprendiera<br />
y continuaba hablándole.<br />
-No lo cambies tan pronto, no hay que cambiarlo todavía… ¡Ves,<br />
estás tocando ése! No, no toques ése, ¡qué no lo toques todavía!, debe<br />
ser más sencillo. Sí, vamos a lograr el sonido… pero no lo vamos a
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