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Deepak Chopra - SincroDestino - La MAGIA del SER Humano

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que surgen <strong>del</strong> mismo estrato de información colectiva y reciclada.<br />

Átomo de sodio (Na)<br />

Aunque la expresión «salto cuántico» se ha extendido al lenguaje cotidiano, en realidad tiene<br />

un significado específico. Cuando en la escuela se habla de los átomos, normalmente se advierte que<br />

tienen un núcleo con protones y neutrones, y que los electrones giran alrededor de aquél en órbitas<br />

fijas ubicadas a distancias distintas.<br />

Dicen que los electrones permanecen en una órbita, pero que a veces cambian a otra. Si<br />

absorbe energía, un electrón puede saltar a una órbita superior; si libera energía, puede caer a una<br />

órbita inferior. Lo que no dicen es que cuando un electrón cambia de una órbita a otra, no se mueve a<br />

través <strong>del</strong> espacio que las separa; en un momento está en la órbita A y al siguiente está en la B, sin<br />

haber recorrido el espacio entre las dos. A esto se le llama salto cuántico. Un salto cuántico es un<br />

cambio de estatus —de un conjunto de circunstancias a otro— que ocurre de manera inmediata, sin<br />

sucesos intermedios.<br />

Los científicos han aprendido que no pueden predecir cuándo ni dónde ocurrirá un salto<br />

cuántico. Pueden crear mo<strong>del</strong>os matemáticos que les permiten calcularlo aproximadamente, pero no<br />

predecirlo <strong>del</strong> todo. En el nivel subatómico, esa imprevisibilidad parece no tener consecuencias. Si un<br />

electrón salta de una órbita a otra, ¿en qué nos afecta? Si piensas en todos los átomos <strong>del</strong> mundo y<br />

sumas los efectos de su imprevisibilidad, el resultado es, literalmente, el caos.<br />

Los científicos reconocen la imprevisibilidad de la naturaleza y han tratado de encontrarle un<br />

sentido. Hasta los sucesos aparentemente más simples están gobernados por esta imprevisibilidad.<br />

¿Cuándo y dónde aparecen las burbujas en una «acerola de agua hirviendo? ¿Qué patrones formará<br />

el humo de un cigarrillo encendido? ¿Cómo se relaciona la posición de las moléculas de agua que<br />

están en lo alto de una cascada con la que tendrán a la caída? Como afirma James Gleick en su libro<br />

Chaos, en lo que concierne a la física clásica, Dios bien pudo haber puesto todas esas moléculas de<br />

agua bajo la mesa y haberlas agitado personalmente.<br />

<strong>La</strong> nueva ciencia <strong>del</strong> caos trata de predecir lo impredecible a través de intrincados mo<strong>del</strong>os<br />

matemáticos. El ejemplo clásico es que una mariposa bate las alas en Texas y seis días después hay<br />

un tornado en Tokio. <strong>La</strong> conexión tal vez no sea evidente, pero existe. Ese pequeño cambio<br />

provocado por la mariposa en la presión <strong>del</strong> aire puede multiplicarse, magnificarse y producir un<br />

tornado, pero es imposible saberlo con precisión. Esta es la razón por la que los meteorólogos<br />

parecen equivocarse con tanta frecuencia y por la que las predicciones, hechas con más de 48 horas<br />

de anticipación, parecen poco confiables. A pesar de ello, de todos los acontecimientos que hay en el<br />

mundo, el clima es el más predecible.<br />

En el nivel espiritual, esto significa que jamás podremos saber a ciencia cierta qué rumbo<br />

tomará la vida, qué cambios pueden provocar en nuestro destino esos pequeños batimientos de<br />

intención y acción. Asimismo, nos dice que nunca podremos conocer plenamente la mente de Dios.<br />

Jamás comprenderemos cabalmente el cómo, el dónde ni el cuándo de nada, ni siquiera de algo tan<br />

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