Deepak Chopra - SincroDestino - La MAGIA del SER Humano
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Deseos<br />
y arquetipos<br />
Hemos llegado a la esencia misma <strong>del</strong> sincrodestino. Hemos descubierto la naturaleza dual <strong>del</strong> alma<br />
y hemos comprendido que somos parte de la inteligencia no circunscrita <strong>del</strong> mismo modo que una ola<br />
es parte <strong>del</strong> océano. Hemos aprendido a identificar la sincronicidad de todas las cosas, la matriz que<br />
nos vincula con la fuente <strong>del</strong> Universo. Hemos aprendido a valorar las coincidencias como mensajes<br />
de la inteligencia no circunscrita que nos orientan hacia nuestro destino, 7 sabemos que nuestras<br />
intenciones pueden influir en esta dirección. Todas estas revelaciones son esenciales para vivir una<br />
vida plena. Pero para recibir orientación sobre cómo construir nuestras vidas cotidianas, aún<br />
debemos responder la pregunta fundamental <strong>del</strong> ser: «¿Cuáles son mis sueños y deseos?» Esto sólo<br />
puede contestarse preguntando además: «¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿Cuál es mi propósito en esta<br />
vida?»<br />
Sabemos que nuestras relaciones, significados y contextos más profundos derivan <strong>del</strong> alma.<br />
Nuestra aspiración, esa empresa grandiosa, maravillosa y mítica que anhelamos llevar a cabo,<br />
también deriva en última instancia <strong>del</strong> alma. En nuestro tiempo en esta Tierra, esta alma individual no<br />
alcanzará la plenitud hasta que no cumpla su búsqueda mítica, eso que podemos llamar el Gran Plan<br />
en función <strong>del</strong> cual se organizan nuestros destinos. Dentro de cada ser humano existe un tema<br />
expansivo, un molde para una vida heroica, un dios o una diosa embrionarios que desean nacer. Éste<br />
es nuestro destino, el yo que nos negamos porque la mayoría no somos capaces de ver el campo de<br />
potencial ilimitado que está abierto para todos. Éste es nuestro mejor yo, el yo que no tiene ego, ese<br />
pequeño fragmento <strong>del</strong> Universo que actúa a través de nosotros para el bien de todos.<br />
<strong>La</strong>s personas que llevan vidas ordinarias y mundanas no han establecido contacto con el ser<br />
místico que está en su interior. Tú puedes preparar el camino hacia la iluminación al comprender el<br />
plan que está escrito en tu alma, al fomentar las relaciones que te dan contexto y significado y al<br />
representar tu drama mítico. De ahí nacen el amor y la compasión; de ahí, surgen la satisfacción y la<br />
plenitud.<br />
Estos relatos míticos, estos héroes y heroínas interiores reciben el nombre de arquetipos. Los<br />
arquetipos son temas perennes que residen en el nivel <strong>del</strong> alma colectiva y universal. Estos temas<br />
son representaciones de los anhelos, la imaginación y los deseos más profundos de nuestra alma<br />
colectiva. Estos temas han existido desde siempre. Los vemos en los escritos de las culturas<br />
antiguas, en la literatura de todas las épocas. Sus formas cambian en función <strong>del</strong> momento histórico,<br />
pero su esencia permanece. Estos arquetipos aparecen representados en las películas, las<br />
telenovelas y los periódicos sensacionalistas de nuestros días. Siempre que una persona o un<br />
personaje está «más allá <strong>del</strong> bien y <strong>del</strong> mal» estamos ante la representación de un arquetipo. Estos<br />
personajes normalmente son sencillos y tienen una intención muy clara, cualquiera que ésta sea.<br />
Divinos o diabólicos, sagrados o profanos, santos o pecadores, aventureros, sabios, buscadores,<br />
rescatadores, objetos de amor, redentores: todos son expresiones exageradas de la energía<br />
consciente <strong>del</strong> alma colectiva.<br />
Los arquetipos tienen su origen en el alma colectiva pero son representados por las almas<br />
individuales. Sus dramas míticos se representan todos los días en nuestro mundo físico. Podemos<br />
ver a Marilyn Monroe y reconocer fácilmente la encarnación de Afrodita, diosa de la sexualidad y la<br />
belleza. Podemos ver a Robert Downey Jr. como la encarnación de Dionisio o Baco, el espíritu<br />
indómito amante de la diversión. <strong>La</strong> princesa Diana era Artemisa, la inconformista, la bravía, la<br />
rebelde, la intrépida guerrera que lucha por lo que cree.