07.05.2013 Views

Se devolverá IVA a turistas en Ipiales - IpiTIMES

Se devolverá IVA a turistas en Ipiales - IpiTIMES

Se devolverá IVA a turistas en Ipiales - IpiTIMES

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Página 11 - A -<br />

<strong>Ipiales</strong>, Agosto-<strong>Se</strong>ptiembre 30 de 2009<br />

Las vacas sagradas<br />

A las personas intocables de un grupo social, se les dice<br />

«vacas sagradas». Y fr<strong>en</strong>te a ellos, el resto de parroquianos,<br />

como si fuéramos hindúes, no podemos ni siquiera<br />

mirarles a los ojos, hacerles un reclamo o desconfi ar de<br />

sus incapacidades.<br />

Al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> la India, la leche<br />

de una vaca sagrada es dadora<br />

de vida, pero por acá, estos reyezuelos<br />

inmamables son pura<br />

malaleche. Y se caracterizan por<br />

ser rosqueros, mafi osos, politiqueros,<br />

amigos del nepotismo,<br />

la dedocracia, el trafi co de infl<br />

u<strong>en</strong>cias, violadores de normas<br />

y ord<strong>en</strong>es <strong>en</strong> ofi cinas, empresas,<br />

barrios, etc.<br />

En la India las vacas no le<br />

proporcionan al hombre ni leche,<br />

ni carne, ni cuero. Por allá las<br />

vacas son consideradas familia, y<br />

cuando muere una, la lloran como<br />

a la madre que los amamantó.<br />

Cuando se <strong>en</strong>ferman, se ora y<br />

cuando nace una, hay fi esta. Entre<br />

nosotros, los occid<strong>en</strong>tales, la cosa<br />

es distinta. Cuan- do se muere una<br />

‘vaca sagrada’ lloramos pero de la<br />

alegría; cuando se <strong>en</strong>ferman, oramos<br />

para que se mueran rapidito,<br />

y cuando nace una <strong>en</strong> la empresa<br />

donde laboramos, empezamos<br />

a lam<strong>en</strong>tarnos. Y si <strong>en</strong> la India<br />

t<strong>en</strong>er una vaca sagrada es una<br />

b<strong>en</strong>dición, <strong>en</strong>tre nosotros, ‘un<br />

animal de estos’ es un calvario,<br />

una aberración laboral, sindical,<br />

politiquero, o lo que sea.<br />

Para lo único que sirve una<br />

vaca cebú de la India, es para<br />

parir bueyes de tracción. Por acá,<br />

las vacas sagradas son iguales de<br />

inútiles y lo único que jalonan<br />

son problemas para el resto de los<br />

mortales que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que aguantárselos:<br />

ya por borrachos, ya<br />

por incumplidos, por morbosos,<br />

por viejos gagás, malg<strong>en</strong>iados o<br />

porque siempre se resist<strong>en</strong> a cualquier<br />

cambio, así sea el cambio<br />

de clima.<br />

Las vacas cebú aguantan cualquier<br />

situación posible. A las<br />

vacas sagradas de nosotros provoca<br />

matarlas por inaguantables,<br />

porque no dejan sobresalir a los<br />

demás, empobrec<strong>en</strong> las empresas<br />

por su terquedad; y lo peor, no se<br />

muer<strong>en</strong> ni se jubilan nunca. Al<br />

m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> la India el excrem<strong>en</strong>to<br />

de las vacas sirve como fertilizante<br />

o combustible. Por acá,<br />

ojala sirviera para algo la caca y<br />

el bla-blablá de éstos animales tan<br />

abominables.<br />

Marco Antonio Val<strong>en</strong>cia Calle<br />

Las vacas sagradas miran por<br />

<strong>en</strong>cima del hombro al resto de<br />

los mortales. Algunas de ellas<br />

se cre<strong>en</strong> «crema y nata» de una<br />

sociedad. O peor: tuertos <strong>en</strong> un<br />

país de ciegos. Y las hay de dos<br />

clases: las inanes e incapaces, y<br />

las incapaces con iniciativa.<br />

Las vacas con iniciativa son<br />

una pesadilla, abundan <strong>en</strong> universidades<br />

y sindicatos y son g<strong>en</strong>te<br />

que para hacerse notar regañan a<br />

todos <strong>en</strong> las asambleas por cualquier<br />

cosa. Ofrec<strong>en</strong> discursos y<br />

confer<strong>en</strong>cias ridículas, asist<strong>en</strong> a<br />

cocteles de todo tipo, y pret<strong>en</strong>d<strong>en</strong><br />

que todos rían de sus proezas,<br />

m<strong>en</strong>tiras y guachadas varias.<br />

Las vacas sagradas de la India,<br />

como las de por acá, se sab<strong>en</strong><br />

imprescindibles, importan- tes e<br />

intocables.<br />

Mejor dicho, se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> como<br />

‘la última cocacola del desierto’ y<br />

son de fácil id<strong>en</strong>tifi cación: ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

contratos indefi nidos, amigos o<br />

familiares <strong>en</strong> el poder que los<br />

proteg<strong>en</strong>, las cosas se hac<strong>en</strong> a su<br />

manera, no aceptan trabajo extra,<br />

llegan tarde, hablan mucho de lo<br />

que hicieron un día y ya no hac<strong>en</strong>,<br />

son descomedidos, cuestionan<br />

los cambios, no propon<strong>en</strong> nada,<br />

<strong>en</strong>torpec<strong>en</strong> todo, su voz quiere<br />

ser la última palabra, se cre<strong>en</strong><br />

superiores, su ley es la del m<strong>en</strong>or<br />

esfuerzo; pero sobre todo, son un<br />

problema para todo y para todos.<br />

Y como cualquier vaca silvestre,<br />

suel<strong>en</strong> tirarse <strong>en</strong> un santiamén,<br />

cualquier pastal, por paraíso<br />

que sea.<br />

Libelo contra la<br />

solemnidad<br />

Con excepción del nacimi<strong>en</strong>to, el amor y la muerte, nada es trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tal<br />

<strong>en</strong> la vida de un hombre...<br />

Del nacimi<strong>en</strong>to él no se <strong>en</strong>tera,<br />

al amor no lo gobierna y<br />

la muerte es de todos el mayor<br />

misterio. De modo que <strong>en</strong> plata<br />

blanca no hay asuntos severos<br />

por los que valga la p<strong>en</strong>a trasnocharse.<br />

Lo decía Julio Cortázar <strong>en</strong> un<br />

poema: “Ya ves, nada es serio<br />

ni digno de que se tome <strong>en</strong><br />

cu<strong>en</strong>ta”. Todo es un paréntesis,<br />

un interregno, una excepción.<br />

Los ci<strong>en</strong> años de vida son para<br />

un hombre ap<strong>en</strong>as un ruido que<br />

<strong>en</strong>torpece o embellece el sil<strong>en</strong>cio<br />

sideral que lo abruma por<br />

los dos costados de su duración.<br />

La inmortalidad hacia delante<br />

es tan probable como la inmortalidad<br />

hacia atrás. ¿Qué éramos<br />

antes de ser? ¿Qué seremos después<br />

de ser? Idéntica bruma se<br />

ti<strong>en</strong>de sobre el albor y el otoño.<br />

En lo absoluto del antiguo éter<br />

y <strong>en</strong> lo algebraico del moderno<br />

espacio intergaláctico, sucede<br />

un tiempo que se estira y <strong>en</strong>coge<br />

al arbitrio de regulaciones<br />

incógnitas.<br />

El amor es el nacimi<strong>en</strong>to y la<br />

vida multiplicados por un guarismo<br />

hechizado. No solo porque<br />

de él surg<strong>en</strong> los hijos, sino<br />

porque cada amante expande <strong>en</strong><br />

el éxtasis la sustancia individual<br />

del amado. Pero este albur es<br />

resorte del milagro y ante el<br />

Por: Arturo Guerrero<br />

milagro los músculos humanos<br />

son alfeñiques. Así que tampoco<br />

el amor es cosa seria.<br />

La muerte nunca está a la<br />

ord<strong>en</strong> del día. Porque si uno<br />

vive ella es aus<strong>en</strong>cia y si uno<br />

muere uno es ceguera. Lo que<br />

se afi rma de la muerte siempre<br />

es negativo, pues la muerte es<br />

sujeto solo <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong><br />

que el hombre deja de ser sujeto.<br />

Así las cosas, no hay seriedad<br />

<strong>en</strong> la muerte, espantajo que<br />

bi<strong>en</strong> merecería ser puesto <strong>en</strong> un<br />

nicho inof<strong>en</strong>sivo.<br />

Desmontados los tres sucesos<br />

con fi gura de gravedad, el resto<br />

de las cosas es leve y no merece<br />

un desasosiego. Queda así la<br />

risa como postura s<strong>en</strong>sata ante<br />

la película de la vida. Si nada es<br />

solemne, si todos somos payasos,<br />

volvamos la exist<strong>en</strong>cia una<br />

fi esta, conversemos con bailes,<br />

id<strong>en</strong>tifi quémonos por la agudeza<br />

de nuestras ocurr<strong>en</strong>cias. No<br />

hay jefes que chill<strong>en</strong>, no hay<br />

arzobispos que pontifi qu<strong>en</strong>, no<br />

hay presid<strong>en</strong>tes que regañ<strong>en</strong> y<br />

metan susto por televisión, no<br />

hay suegras que camin<strong>en</strong> con<br />

fi eras, no hay policías gorilas<br />

ni comandantes que asierr<strong>en</strong>. El<br />

orbe es el <strong>en</strong>sayo g<strong>en</strong>eral de la<br />

nada, los niños son su estam<strong>en</strong>to<br />

más grave.<br />

Opinión<br />

COSAS DE TODOS LOS DIAS<br />

Desigualdad y democracia<br />

<strong>en</strong> Colombia<br />

ROUSSEAU ESCRIBIÓ EN EL CONTRATO social<br />

una frase lapidaria sobre los graves efectos que<br />

ti<strong>en</strong>e la desigualdad extrema para una democracia.<br />

<strong>Se</strong>gún este fi lósofo, para<br />

que la democracia subsista<br />

es indisp<strong>en</strong>sable que “ningún<br />

ciudadano sea tan opul<strong>en</strong>to<br />

como para poder comprar<br />

a otro, ni ninguno tan pobre<br />

como para que se vea obligado<br />

a v<strong>en</strong>derse”.<br />

Por ello, concluye Rousseau,<br />

la construcción de un<br />

Estado democrático g<strong>en</strong>uino<br />

requiere evitar las riquezas<br />

y pobrezas extremas, ya que<br />

ambas son funestas para el<br />

bi<strong>en</strong> común, pues de las primeras<br />

sal<strong>en</strong> los tiranos y de<br />

las segundas, qui<strong>en</strong>es los<br />

apoyan. Entre ellas “se trafi -<br />

ca la libertad política: unos la<br />

compran y otros la v<strong>en</strong>d<strong>en</strong>”.<br />

Esta advert<strong>en</strong>cia de Rousseau<br />

cae como anillo al dedo<br />

<strong>en</strong> nuestra Colombia contemporánea,<br />

si se ti<strong>en</strong><strong>en</strong> <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta<br />

los datos sobre desigualdad<br />

y pobreza, que fueron <strong>en</strong>tregados<br />

al país el pasado 24 de<br />

agosto.<br />

Estos datos revelados por<br />

la llamada “Misión de Empalme<br />

de las <strong>Se</strong>ries de Empleo,<br />

Pobreza y Desigualdad”,<br />

conocida como Mesep,<br />

han sido aceptados por el Gobierno<br />

y son muy preocupantes;<br />

a pesar del acelerado crecimi<strong>en</strong>to<br />

económico que tuvo<br />

Colombia <strong>en</strong>tre 2003 y 2007,<br />

que fue común a casi todos<br />

los países de América Latina,<br />

la reducción de la pobreza<br />

fue pobre. Pasó de 51,3%<br />

<strong>en</strong> 2003 a 46% <strong>en</strong> 2008. Pero<br />

más grave aún, la extrema<br />

pobreza o indig<strong>en</strong>cia ha t<strong>en</strong>dido<br />

a crecer; pasó de 17% <strong>en</strong><br />

2003 a 17,8% <strong>en</strong> 2008.<br />

Una de las posibles razones<br />

por las cuales no ha habido<br />

una reducción signifi cativa<br />

de la pobreza, a pesar del crecimi<strong>en</strong>to<br />

económico, es que<br />

hemos t<strong>en</strong>ido un crecimi<strong>en</strong>to<br />

pro ricos y no pro pobres, por<br />

lo cual la desigualdad persiste<br />

e incluso se ha agravado.<br />

En efecto, la Mesep concluye<br />

que el coefi ci<strong>en</strong>te de Gini,<br />

que mide la inequidad, pasó<br />

de 0,57 <strong>en</strong> 2003 a 0,59 <strong>en</strong><br />

2008, lo cual signifi ca un increm<strong>en</strong>to<br />

de la desigualdad,<br />

pues mi<strong>en</strong>tras más cerca de 0<br />

Por: Rodrigo Uprimny*<br />

esté el coefi ci<strong>en</strong>te, más igualitaria<br />

es la sociedad y viceversa.<br />

Con este coefi ci<strong>en</strong>te,<br />

Colombia ti<strong>en</strong>e el triste récord<br />

de ser tal vez el país más<br />

desigual de América Latina,<br />

que es la región con mayor<br />

desigualdad <strong>en</strong> el mundo.<br />

Estas cifras muestran además<br />

que el programa bandera<br />

del Gobierno <strong>en</strong> este campo,<br />

Familias <strong>en</strong> Acción, no ha<br />

funcionado apropiadam<strong>en</strong>te,<br />

pues no ha logrado reducir la<br />

indig<strong>en</strong>cia. Pero <strong>en</strong> cambio<br />

parece haber sido un programa<br />

exitoso <strong>en</strong> lograr el apoyo<br />

al Gobierno, pues la forma<br />

como se <strong>en</strong>tregan estos subsidios,<br />

no como derechos de las<br />

personas sino como dádivas<br />

gubernam<strong>en</strong>tales, concita naturalm<strong>en</strong>te<br />

la gratitud de sus<br />

b<strong>en</strong>efi ciarios. <strong>Se</strong> asemejan<br />

pues a esa comprav<strong>en</strong>ta de<br />

la libertad política que tanto<br />

preocupaba a Rousseau y que<br />

deriva de la extrema inequidad<br />

de la sociedad colombiana.<br />

¿Podemos <strong>en</strong>tonces sorpr<strong>en</strong>dernos<br />

de que el apoyo al<br />

presid<strong>en</strong>te Uribe <strong>en</strong> los estratos<br />

1 y 2 sea del 81%, a pesar<br />

de que la situación social de<br />

estos hogares no ha mejorado<br />

s<strong>en</strong>siblem<strong>en</strong>te?<br />

Es pues imperativo reclamar<br />

políticas específi cas para<br />

reducir la desigualdad colombiana,<br />

que no sólo profundiza<br />

la pobreza y limita las posibilidades<br />

de desarrollo, sino<br />

que además afecta profundam<strong>en</strong>te<br />

el funcionami<strong>en</strong>to de<br />

la democracia. Esas políticas<br />

son además posibles, pues la<br />

desigualdad no es ninguna fatalidad.<br />

Por ejemplo, <strong>en</strong> estos<br />

mismos años, otro país muy<br />

injusto, como Brasil, logró<br />

reducir su coefi ci<strong>en</strong>te de Gini<br />

<strong>en</strong> casi cinco puntos. Pero<br />

claro, para evitar la comprav<strong>en</strong>ta<br />

de la libertad, debe<br />

tratarse de políticas fundadas<br />

<strong>en</strong> derechos que excluyan la<br />

posibilidad de que los gobiernos<br />

las us<strong>en</strong> para obt<strong>en</strong>er adhesiones.<br />

* Director del c<strong>en</strong>tro de estudios<br />

DeJuSticia (www.dejusticia.org)<br />

y profesor de la<br />

Universidad Nacional.<br />

Al principio del fi n<br />

In memoriam<br />

SARA MÉLIDA, cuando<br />

el 30 de noviembre de 1926<br />

ves el reflejo del sol, allá,<br />

<strong>en</strong> el terruño, rodeada de la<br />

frondosidad, el azahar de los<br />

cafetales, el cantar de azulejos,<br />

curillos y golondrinas.<br />

Dulce vida. tierna niñez<br />

despojada del calor de madre,<br />

pero diste la batalla al lado<br />

de mi abuelo, qui<strong>en</strong> hacía de<br />

padre y madre. El abrigo de<br />

hermanos, el calor de la verde<br />

naturaleza, que vio cómo<br />

te convertiste <strong>en</strong> la chiquilla,<br />

la juguetona y amante de la<br />

empresa familiar.<br />

Mamá: tallaste las primeras<br />

letras <strong>en</strong> el haz y <strong>en</strong>vés de las<br />

frondosas hojas de las plataneras,<br />

ese paraíso apacible y<br />

sil<strong>en</strong>cioso. Luego construiste<br />

<strong>en</strong> la pizarra las planas del<br />

amor, las lecciones para vivir<br />

apr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a ser la madre,<br />

tarea que nunca necesitaste<br />

calcular.<br />

La chispa, el humor, la poesía,<br />

el refrán y los ditirambos<br />

líricos de tu l<strong>en</strong>guaje, fueron<br />

las mejores tertulias <strong>en</strong> los<br />

mom<strong>en</strong>tos reflexivos donde<br />

los avatares necesitaban de la<br />

dialéctica y la refl exión.<br />

Me contaste lo del amor, ese<br />

cu<strong>en</strong>to, esa declaración que al<br />

susurro balbuceó mi papá un<br />

día <strong>en</strong> la iglesia, cuando se<br />

te acercó y dijo haberte <strong>en</strong>amorado<br />

con el “dispénseme,<br />

señorita, disp<strong>en</strong>se lo que le<br />

digo; si yo la trato de amores,<br />

es por casarme contigo”.<br />

Por: Alvaro Pantoja Coral<br />

Cuando una persona vive <strong>en</strong><br />

zona fronteriza de dos países, así<br />

como ti<strong>en</strong>e sus v<strong>en</strong>tajas también<br />

ti<strong>en</strong>e desv<strong>en</strong>tajas, dado que estamos<br />

afectados directam<strong>en</strong>te por<br />

disposiciones de país, incidi<strong>en</strong>do<br />

<strong>en</strong> los campos económicos, sociales,<br />

culturales, ambi<strong>en</strong>tales,<br />

políticos, etc. Lo ideal es aprovechar<br />

dichas v<strong>en</strong>tajas y minimizar<br />

los impactos negativos que se<br />

puedan g<strong>en</strong>erar, pero parece que<br />

estas v<strong>en</strong>tajas para algunos <strong>en</strong>tes<br />

de control no exist<strong>en</strong>.<br />

Como cualquier parroquiano,<br />

de vez <strong>en</strong> cuando nos desplazamos<br />

algún domingo a la vecina<br />

ciudad de Tulcán, con miras a disfrutar<br />

un almuerzo, si es que así<br />

puede llamarse y de paso traer los<br />

consabidos tres kilos de azúcar<br />

y tres de arroz, más los huevos,<br />

para tratar de justifi car el viaje y<br />

comp<strong>en</strong>sar algunos costos ocasionados<br />

por el desplazami<strong>en</strong>to<br />

del clan familiar. El sufrimi<strong>en</strong>to<br />

comi<strong>en</strong>za cuando se regresa y<br />

llega al Pu<strong>en</strong>te Internacional de<br />

Rumichaca, por el riesgo -si se<br />

me permite la expresión- del<br />

g<strong>en</strong>io con que haya amanecido<br />

el g<strong>en</strong>darme de turno. Si no hay<br />

problema, pasando al lado colombiano,<br />

la situación es la misma<br />

con los señores de la DIAN y<br />

más adelante, con los de la Policía<br />

Fiscal y Aduanera y más allá, con<br />

otro retén de la Policía que no es<br />

fi scal, ni aduanera.<br />

Vi<strong>en</strong>e la famosa requisa y el<br />

decomiso de los tres kilitos de<br />

arroz, los tres kilitos de azúcar<br />

y los huevos, porque eso dizque<br />

afecta el Producto Interno del<br />

país, productos que no se sabe<br />

a dónde irán a parar. Eso nos<br />

sucedió un domingo, cuando nos<br />

quisieron decomisar <strong>en</strong> la parte<br />

colombiana los productos m<strong>en</strong>cionados,<br />

pero después de tanto<br />

implorarles y <strong>en</strong>com<strong>en</strong>darnos a la<br />

Por: <strong>Se</strong>tgio Erlinto Bravo Zambrano<br />

Así fue que Sarita trajo<br />

cinco hijos y hoy es estás<br />

<strong>en</strong>contrando con mi papá, mi<br />

hermano y todos los nuestros.<br />

Tu partida es el viaje para “el<br />

te di agua, donde cada gota era<br />

para mi, el elíxir, la perla más<br />

grande del alivio, de la calma<br />

de tu sed”.<br />

Ese largo viaje lo iniciaste<br />

y junto a ti miré tu partida, la<br />

que deja <strong>en</strong> mi memoria haber<br />

compartido todo.<br />

Ahora, prepáranos la llegada,<br />

ábr<strong>en</strong>os la puerta, cuando<br />

vayamos tras de ti.<br />

Un beso cálido, un abrazo<br />

fuerte. Te agradecemos por<br />

todo. Es el fi n del principio,<br />

para t<strong>en</strong>erte d<strong>en</strong>tro de nuestro<br />

ser.<br />

Agradecemos a qui<strong>en</strong>es nos<br />

acompañan, a qui<strong>en</strong>es nos dan<br />

fuerza para continuar y junto<br />

a nuestras familias seguiremos<br />

apr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do. Eso lo da la vida.<br />

Me convirtieron<br />

Afortunadam<strong>en</strong>te, no estoy haci<strong>en</strong>do refer<strong>en</strong>cia a un cambio de<br />

religión, sobre todo a aquellas de garaje, pues esto nunca sucederá,<br />

dado que no somos débiles m<strong>en</strong>tales. Nuestro cambio y eso<br />

obligado por las circunstancia, va <strong>en</strong> otro s<strong>en</strong>tido.<br />

Virg<strong>en</strong> de Las Lajas (con perdón<br />

de las otras religiones) se no hizo<br />

el milagro y como manifi estan <strong>en</strong><br />

el argot del narcotráfi co, pudimos<br />

coronar.<br />

Otro domingo cuando volvíamos<br />

y como guerra avisada no<br />

mata a soldado, como se dice coloquialm<strong>en</strong>te,<br />

le tocó a la señora<br />

meterse los tres kilitos de arroz y<br />

los dos de azúcar por donde más<br />

le cupiera y el otro kilo de azúcar<br />

y los huevos, le tocó <strong>en</strong>caletárselos<br />

al suscrito. ¡Oh sorpresa!<br />

Cuando llegamos nuevam<strong>en</strong>te<br />

al Pu<strong>en</strong>te de Rumichaca, ni <strong>en</strong> la<br />

parte ecuatoriana ni colombiana,<br />

nos requisaron, pero como dice<br />

el gran fi lósofo Chavo del Ocho,<br />

si<strong>en</strong>to sin querer queri<strong>en</strong>do que<br />

me convirtieron <strong>en</strong> contrabandista<br />

minoritario.<br />

¿Cuándo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derán las autoridades<br />

de control, tanto ecuatorianas<br />

como colombianas, que los<br />

b<strong>en</strong>efi cios que se pueda recibir,<br />

por vivir <strong>en</strong> zona fronteriza internacional,<br />

deberán ser medidas<br />

comp<strong>en</strong>satorias, por el hecho de<br />

estar afectados por economías<br />

de dos paises, máxime cuando<br />

los productos que se comercializan<br />

forman parte de la canasta<br />

familiar?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!