EL NIÑO INQUIETO O HIPERACTIVO Recientemente ... - CCOO

Hay que acostumbrar a los niños a que cada actividad tenga un marco temporal
definido para así, de esta forma, aprovechar su tiempo y les sea más fácil su
concentración.
MIEDO
El niño puede asustarse por problemas en la familia, problemas que haya escuchado
de las familias de sus amigos, imágenes de películas, peleas con otros niños o
simplemente, miedo en la escuela si tiene problemas de aprendizaje.
Las situaciones que crean temor en los niños suelen ser situaciones reales y siempre
debemos tomar en serio el miedo del niño por muy absurdo que nos parezca. Hay que
saber escucharlos, entenderlos e intentar buscar una solución a este miedo.
Si lo que observamos es que tiene miedo al colegio hay que llegar hasta el problema
exacto por si se tratara de problemas de aprendizaje; en ese caso buscaríamos ayuda
inmediata puesto que las lagunas se hacen siempre mayores.
Podemos preocuparnos también en lo referente a las peleas con otros niños. Nosotros
tendemos a proteger al niño que está asustado y esto provoca que estos niños
resuelvan sus problemas por sí solos cuando se sientan atacados por otros.
Todas las cosas que crean preocupación o miedo van a parar al subconsciente y se
muestran en forma de agitación o de tensión.
Cuando el niño nos desvela sus miedos y preocupaciones hay que escucharle y
dialogar con él, tranquilizarle y tomarle en serio. A menudo, ni él mismo sabe qué es lo
que le preocupa; ahí estaremos nosotros para averiguarlo, tranquilizarlo y que se
sienta comprendido.
Para transmitirle tranquilidad a nuestros hijos debemos abrazarlos, besarlos, mirarlos
con ternura, hablarles con un tono de voz no demasiado alto, compartir actividades
con ellos como leer un cuento o ver un programa de televisión juntos. Todo esto hará
que nuestro hijo se relaje.
Las conversaciones con nuestros hijos son muy importantes; es primordial que
contestemos a sus preguntas ya que si no lo hacemos influye de forma negativa en el
niño haciéndole sentir solo y no escuchado.
Ahora bien, tenemos que enseñarles cuándo pueden hablar y cuándo no. No deben
acostumbrarse a hablar de forma desordenada porque esto les llevaría a convertirse
en los llamados “charlatanes”.Tienen que saber respetar y utilizar su turno de palabra.
No importa que dejemos para más tarde preguntas sin contestar; lo importante es que
lo hagamos y que dediquemos el tiempo suficiente para ello.
Estos niños suelen desarrollar tics nerviosos que son gestos repetidos e involuntarios
que no pueden controlar. Los hacen cuando están nerviosos y no debemos
prohibírselos sino que debemos intentar relajarlos. Debemos intentar buscar qué es lo
que le pone nervioso, pero no le preguntemos a él ya que ni él mismo lo sabe; si lo
supiese no recurriría al tic.
FAMILIA
Por muy difícil que nos parezca a nuestros hijos hay que imponerles normas para
hacerles crecer en libertad.
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