EL NIÑO INQUIETO O HIPERACTIVO Recientemente ... - CCOO

llegue algún momento especial aunque si lo hacemos a menudo las normas impuestas
pierden todo su valor.
Los niños mayores sí que pueden distribuirse el tiempo de ver la tele como ellos
quieran ya, debido a su madurez, la televisión se convierte en un medio de
comunicación que transmite valores formativos, educativos y de entretenimiento a la
vez.
A la vez que los niños necesitan de actividad también necesitan tiempos de silencio y
relajación. El silencio que utilizamos para relajarnos, por ejemplo cuando nos
tumbamos sin pensar en nada, no debe ser impuesto ya que si no nos hace estar en
tensión. Es un momento que los padres debemos aprovechar para relajarnos con
nuestro hijo y así deshacernos de las tensiones acumuladas.
Nuestros hijos deben recibir en cada actividad el grado de tensión adecuado a su
persona; debemos buscar actividades lúdicas que sean creativas pero sin peligro
alguno. Deben crear sus propias aventuras en que mezclen situaciones de tensión y
de relajación; si son situaciones creadas por ellos mismos no tendrán nunca
problemas de miedo. Las aventuras deben vivirlas siempre en primera persona para
que les sea más emocionante.
Los niños se suelen quedar ensimismados con la observación de algo nuevo y
emocionante; por ejemplo, ver como construye un pájaro su nido. Esto es una
actividad silenciosa en que el niño ve cómo el pájaro trabaja, su padre le explica el
proceso, él lo comprende y lo asimila. Este tipo de actividades les entusiasma.
Cuando hablamos del tema vacaciones diré que a los niños les gusta más viajar a
sitios conocidos que descubrir lugares nuevos porque siempre realiza experiencias
distintas.
PROBLEMAS
La vida con los niños acarrean una serie de problemas y dificultades inevitables.
Cuando tratamos con problemas escolares debemos relajarnos y no convertirlos en
una catástrofe. Los padres, es lógico, que sientan miedo ante el fracaso escolar.
Algunas veces, incluso, revivimos nuestra propia historia y lo que es peor, empezamos
a comparar a nuestros hijos con otros niños. Esto jamás debemos hacerlo ya que
ningún niño es igual ni comparable a otro.
Nuestro hogar debe ser un refugio de paz y de relajación para los niños, sin que éstos
se sientan con el estrés que experimentan en el colegio; deben encontrar apoyo y
tener confianza en sus padres.
El elogio y el ánimo hacia las cosas bien hechas deben ser fundamentales; no
debemos mostrarle nunca que nos han decepcionado puesto que suelen derrumbarse
y sentirse mal. Debemos “quitarle importancia” a aquellas cosas que hagan mal y
elogiar las cosas bien hechas para que se sientan a gusto en el colegio y no sientan
apatía por aquellas cosas en las que fallen o tengan dificultades. Debemos quitar
importancia al fracaso intentando tranquilizar a los niños; las medidas fuertes y
drásticas sólo consiguen que el niño vea la situación como algo horrible e insuperable.
Nuestro hogar es el espacio protector del niño que le proporciona seguridad; si no lo
nota así se siente inquieto y con miedo.
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