Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
18<br />
Ana Laura Sáenz de Mingramm / anamingramm@hotmail.com<br />
EL NIÑO QUE TIENE TODO<br />
TODO EN EXCESO<br />
En nuestro mundo tan dominado por el consumismo, con<br />
una oferta y una búsqueda desenfrenada de comodidades<br />
y placeres, en donde todo se tiende a medir en términos<br />
económicos, la moderación o templanza resultan<br />
necesarias.<br />
Tenemos que enseñar desde pequeños a nuestros hijos, que<br />
el valor de la persona no depende de las cosas que tenga.<br />
Es más importante "SER" que "TENER", que nos acepten y<br />
quieran por lo que somos y no por lo que tenemos.<br />
Por falta de esta moderación, es fácil adquirir vicios como<br />
la drogadicción, exceso de trabajo, sexo desordenado,<br />
alcoholismo, etc. Es imprescindible poner límites, para no<br />
terminar en males mayores.<br />
Hay que aprender nosotros primero y luego enseñarlos a<br />
valorar las cosas, a través de criterios rectos y verdaderos.<br />
Saber distinguir entre lo que realmente es necesario, de lo<br />
que es agradable, pero no necesario y en consecuencia<br />
diferenciar entre los caprichos y lo que razonablemente<br />
necesitamos.<br />
ES MÁS IMPORTANTE<br />
"SER" QUE "TENER".<br />
EN UN MUNDO CONSUMISTA<br />
TENEMOS QUE ENSEÑAR A<br />
NUESTROS HIJOS<br />
EL SIGNIFICADO DEL VALOR.<br />
Una manera de enseñar a valorar las cosas, es inculcar<br />
en los hijos, la virtud de la generosidad desde pequeños,<br />
a través de clubs o movimientos altruistas. Otra sería<br />
enseñarlos a disfrutar de lo cotidiano y no sólo de lo que<br />
implique dinero. También responsabilizarlo de lo que posee<br />
y enseñándole a que aprenda a ganárselo. No demos todo<br />
lo que nos pida sólo por comodidad, por miedo a perder<br />
al hijo o por falta de autoridad y mucho menos si no es<br />
necesario.<br />
Esto no quiere decir que nunca les concedamos un<br />
capricho o un gusto, por supuesto que sí, pero todo con<br />
límites y haciendo que valoren lo que se les da y que se<br />
responsabilicen de ello.<br />
Hay que enseñarlos a buscar sólo lo que basta, lo demás<br />
es agobio, no alivio; apesadumbra y no levanta. Evitemos<br />
que sean derrochadores. Eso sucede cuando sobran las<br />
cosas o el dinero y no se valoran, cuidan y utilizan para<br />
algo útil.<br />
Una manera de ayudarlos, podría ser preguntarles: ¿Lo<br />
necesitas? ¿Es prioritario? ¿Cuál es el motivo del gasto?<br />
¿Qué pasaría si no lo compro? ¿Viviendo de este modo,<br />
acabo siempre con una pequeña necesidad de tener más?<br />
No nos dejemos llevar por la sociedad de consumo, que<br />
hace difícil distinguir entre lo que es verdaderamente<br />
necesario y lo que no lo es. Cada persona debe de<br />
responsabilizarse de su propia vida, de tal modo que<br />
utilice bien lo que posee y conociendo su valor, los utilice<br />
no sólo en beneficio propio sino también en bien de los<br />
demás, teniendo la seguridad de lo que están haciendo.