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500 Ilustraciones - Iglesia Cristiana Cimiento Estable

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9.AMOR PARA LAS BESTIAS Y NO PARA LOS NIÑOS<br />

Deuteronomio 6:5; Job 34:20; Salmo 27:10; Isaías<br />

1:17, 23; 4:15; Jeremías 5:28; Oseas 4:6; 6:6; Miqueas<br />

6:6-8; Zacarías 7:10; Mateo 7:12; 10:42; 18:3; 19:13-15;<br />

25:34-40; Marcos 10:13-16; 12:30, 31; Lucas 6:31; 10:27;<br />

10:29-37; 18:15-17; Santiago 1:22, 27.<br />

Entre los paganos no se toman ningunas precauciones para proteger a los<br />

pobres y a los necesitados. “En un lugar de la India había un indio fanático que<br />

en su taller tenía colgada una caja, en la cual estaban escritas, en su dialecto,<br />

unas palabras que, traducidas, decían esto: “Fondo para alimentar a las vacas.”<br />

El dinero reunido allí se usaba para alimentar a las vacas que por estar<br />

demasiado débiles no podían trabajar, o a las que habían sido compradas de<br />

los carniceros mahometanos. Se le preguntó a ese indio cómo eran atendidos<br />

los niños huérfanos, a lo cual él respondió: ‘¿Por qué hemos de alimentarlos y<br />

sostenerlos? Deben de haber hecho alguna cosa muy mala en su vida anterior.’”<br />

¿Verdad que mucha gente necesita el evangelio? — J. S.A.<br />

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10. ENEMIGOS DESTRUIDOS<br />

Éxodo 20:13; Mateo 5:21-26, 38-45; Mateo 18:11-14;<br />

Juan 3:15; Santiago 4:1-3.<br />

Se cuenta que cierto emperador chino, cuando le avisaron que en una de las<br />

provincias de su imperio había una insurrección, dijo a los ministros de su<br />

gobierno y a los jefes militares que lo rodeaban: “ Vamos. Seguidme. Pronto<br />

destruiré a mis enemigos.” Cuando el emperador y sus tropas llegaron a donde<br />

estaban los rebeldes, él trató afablemente a éstos, quienes, por gratitud, se<br />

sometieron a él de nuevo. Todos los que formaban el séquito del emperador<br />

pensaron que él ordenaría la inmediata ejecución de todos aquellos que se<br />

habían sublevado contra él; pero se sorprendieron en gran manera al ver que el<br />

emperador trataba humanitariamente y hasta con cariño a quienes habían sido<br />

rebeldes. Entonces el primer ministro preguntó con enojo al emperador: “¿De<br />

esta manera cumple vuestra Excelencia su promesa? Dijisteis que veníamos a

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