GUÍA DE BUENAS PRACTICAS

Estos procesos suponen un tercer factor que modifica, asimismo, para
una gran parte de la población la figura del emprendedor. Estos procesos
que han permitido dar un salto cualitativo a las empresas de enorme
importancia, y que sin duda han mejorado sustancialmente la calidad de
vida laboral de los trabajadores, la recuperación de la profesión, su
incorporación a la gestión del proceso productivo y su desarrollo
profesional, llevan consigo una reducción sustancial de puestos de trabajo,
enfrentando a muchos trabajadores a la disyuntiva de pasar a engrosar el
grupo de desempleados, o afrontar la posibilidad de emprender alguna
modalidad de negocio partiendo de sus capacidades profesionales.
LAS ESTRATEGIAS CONSTRUCTIVAS Y LA EXTERNALIZACIÓN DE
LA ACTIVIDAD
Las empresas que hemos denominado “empresas de síntesis”
avanzan en un proceso denominado “producción integrada”, en la que se
estructura la definición de una “estrategia” productiva o constructiva para
cada producto o serie de productos, de tal forma que el “producto final” se
concibe como conjunto de “subproductos intermedios” que requieren la
participación simultánea de distintas áreas y especialidades.
El diseño y la construcción se enfocan a zonas y etapas, de tal forma
que se descompone el “producto” en productos intermedios que deben ser
realizados simultáneamente y de forma coordinada. La producción o
construcción se estructura sobre la base de áreas, etapas, módulos y
subconjuntos. Los módulos productivos realizan de manera integrada una
parte del producto.
El siguiente paso consiste en sacar fuera de la empresa, parte de esa
actividad productiva, tanto de fabricación de productos como de prestación
de servicios, contratándola a terceros, que en muchos casos son los
mismos trabajadores que la estaban realizando dentro de la empresa.
El objetivo estratégico de este proceso, denominado externalización,
pretende concentrar los recursos propios en las actividades claves del
núcleo de negocio de la compañía, a fin de lograr el crecimiento, la calidad
y el incremento de resultados por mayor aportación de valor:
Liberando recursos internos que puedan ser reasignados a
actividades con valor, vinculadas al incremento de la facturación.
Liberando capacidad que permita absorber más trabajo (más
facturación), dentro del ámbito del negocio.
Concentrando los esfuerzos en la gestión del negocio,
asegurando las actividades auxiliares.
Eliminando preocupaciones derivadas de la gestión de las
actividades auxiliares.
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