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animar las celebraciones con los jóvenes - Salesianos Uruguay

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ANIMAR LAS<br />

CELEBRACIONES<br />

CON LOS JÓVENES<br />

Pastoral Juvenil Salesiana | <strong>Uruguay</strong>


Confirma lo<br />

que realizas e<br />

imita lo que<br />

<strong>con</strong>memoras,<br />

y <strong>con</strong>forma<br />

tu vida <strong>con</strong> el<br />

misterio<br />

de la cruz de<br />

Cristo.<br />

Este nuevo subsidio viene a apoyar <strong>las</strong><br />

reflexiones y acciones para fortalecer<br />

la vivencia de la Espiritualidad Juvenil<br />

Salesiana. La intención es aportar<br />

elementos para la reflexión comunitaria<br />

de aquel<strong>los</strong> que animan <strong>las</strong> <strong>celebraciones</strong><br />

(litúrgicas o no) de <strong>las</strong> comunidades<br />

juveniles.<br />

Más que en<strong>con</strong>trar “recetas” en este<br />

documento hallarán algunas reflexiones<br />

litúrgicas-pastorales para propiciar<br />

el diálogo formativo, y una serie<br />

de <strong>con</strong>sejos para seguir enriqueciendo.<br />

Una aclaración. Tanto en el título como<br />

a lo largo del documento en<strong>con</strong>traremos<br />

muchas veces la expresión<br />

celebración. Aunque generalmente se<br />

utilice indistintamente para indicar<br />

una celebración litúrgica (y la eucaristía<br />

especialmente) u otro tipo de<br />

oración preparada, no queremos que<br />

ocurra esto. Algunas reflexiones y <strong>con</strong>sejos<br />

que aparecen aquí son de orden<br />

general. Otras serán para lo litúrgico,<br />

en general para la celebración eucarística.<br />

Y otras valdrán solo para lo<br />

para-litúrgico, <strong>las</strong> “otras” <strong>celebraciones</strong>.<br />

Siempre quedará aclarado.<br />

Estamos <strong>con</strong>vencidos de que el corazón<br />

de <strong>los</strong> <strong>jóvenes</strong> está deseoso de<br />

“algo más”, que lo de siempre. Ese “algo<br />

más”, que es mucho más, viene de la<br />

relación <strong>con</strong> Dios Padre, Hijo y Espíritu.<br />

Ojalá podamos brindarles la oportunidad<br />

de cumplir ese deseo.<br />

3


MADURAR EL ARTE DE ANIMAR LAS<br />

CELEBRACIONES CON JÓVENES<br />

Es fácil darse cuenta de que muchos niños, adolecentes<br />

y <strong>jóvenes</strong> no se sienten atraídos por participar en<br />

la comunidad cristiana ni en sus <strong>celebraciones</strong> después<br />

del tiempo de catequesis preparatoria. Lo que más cuesta<br />

asumir de la comunidad cristiana es la “forma de <strong>celebraciones</strong>”<br />

que ofrece que “no dicen nada” ni a <strong>los</strong> niños<br />

ni a <strong>los</strong> <strong>jóvenes</strong>. Se aprecia entonces, como una reducción<br />

o identificación: una comunidad es su forma de<br />

celebrar.<br />

En el momento actual, la catequesis vive una situación<br />

especial de reajuste de época: busca su reinterpretación<br />

mirando sobre todo al catecumenado bautismal<br />

y a la nueva manera de estar la comunidad cristiana<br />

en medio de la sociedad. Los grupos de catequesis han<br />

disminuido <strong>con</strong>siderablemente en <strong>las</strong> parroquias; no ir a<br />

catequesis ya no es una excepción.<br />

El modo de celebrar está siempre presente en estos<br />

intentos de reestructuración catequética. Muchas veces<br />

hay disonancias entre la iniciación en la celebración<br />

que realiza la catequesis y el modo de celebración que<br />

<strong>los</strong> iniciados encuentran en la comunidad. La interrelación<br />

entre catequesis y celebración tiene su explicación<br />

por estos dos motivos: la catequesis cuenta entre sus<br />

tareas la de iniciar en la vida de oración y litúrgica, y, en<br />

4


segundo lugar, porque la catequesis, a la hora de renovarse,<br />

mira hacia el modelo catecumenal en el que la<br />

catequesis está en íntima <strong>con</strong>exión <strong>con</strong> <strong>los</strong> sacramentos<br />

de la iniciación.<br />

La búsqueda de modos de anuncio de <strong>las</strong> nuevas<br />

generaciones influye en la iniciación en la celebración<br />

litúrgica. La catequesis intuye hoy que una comunidad<br />

homogénea o por edades, que tiene muchas ventajas y<br />

no se podrá abandonar, pero tiene también límites al<br />

impedir la riqueza de <strong>con</strong>frontación y de intercambio de<br />

vivencia de la fe entre <strong>las</strong> diversas generaciones y <strong>las</strong><br />

diversas etapas de la vida. El aislamiento por franjas de<br />

edades se descubre como empobrecimiento mutuo. Cada<br />

edad tiene su riqueza y puede sorprender y aportar algo<br />

a <strong>las</strong> demás edades.<br />

De estas experiencias catequéticas está surgiendo<br />

un redescubrimiento de la celebración donde <strong>con</strong>fluyan<br />

todas <strong>las</strong> edades. Pero esta celebración tiene que tener<br />

en cuenta realmente la presencia de <strong>los</strong> más <strong>jóvenes</strong> y<br />

hacerles un lugar sin relegar<strong>los</strong> de manera habitual a<br />

una celebración específica para el<strong>los</strong>.<br />

Pistas para una autocrítica<br />

Después de haber sugerido la relación estrecha que<br />

existe entre la catequesis y la celebración específica de<br />

niños y <strong>jóvenes</strong>, y antes de señalar <strong>los</strong> centros donde se<br />

debe fijar la atención para el futuro de la celebración por<br />

edades, habría que hacer una pausa de autocrítica. Hay<br />

que re<strong>con</strong>ocer que no todos <strong>los</strong> intentos de <strong>celebraciones</strong><br />

5


<strong>con</strong> <strong>jóvenes</strong> han sido acertados. En algunos casos se intentó<br />

ser creativos y elaborar una celebración de <strong>jóvenes</strong><br />

prescindiendo de elementos esenciales.<br />

CREATIVIDAD Y RITUALIDAD<br />

Hablar de creatividad no tiene nada que ver <strong>con</strong> crear<br />

“desde la nada” siempre. La repetición es uno de<br />

<strong>los</strong> rasgos característicos del rito. El rito es una representación<br />

tipificada de <strong>los</strong> hechos de salvación. Estos<br />

hechos son siempre <strong>los</strong> mismos. Cuando en la celebración<br />

eucarística “rememoramos” <strong>los</strong> gestos de<br />

Jesús en la última cena, <strong>los</strong> hacemos presentes y<br />

nos acercamos al sentido último y pleno iniciado<br />

por Jesús. El gesto de Jesús tiene en sí tanta plenitud<br />

que no se agota por mucho que <strong>los</strong> repitamos. Al <strong>con</strong>trario,<br />

la repetición nos desvela cada vez más el misterio<br />

que encierra haciéndolo un poco más luminoso. La razón<br />

de que algo es aburrido porque “siempre es lo mismo”,<br />

“siempre se repite lo mismo” deberá ser matizada. En la<br />

vida humana hay cosas que tienen razón de ser porque<br />

siempre son lo mismo. Es eso lo que les da <strong>con</strong>sistencia<br />

y profundidad. Cambiar para hacer <strong>las</strong> cosas más “planas”<br />

puede ocasionar más cansancio y vacío que “lo de<br />

siempre”. Hay cosas que hacemos, que, aunque no se<br />

entiendan, son profundas. La cuestión no está, pues, en<br />

el cambio por el cambio, sino en llegar poco a poco al<br />

corazón de lo que celebramos “siempre <strong>con</strong> el mismo rito<br />

o <strong>las</strong> mismas palabras”.<br />

La creatividad no está en dejar de hacer o repetir<br />

determinados ritos o gestos, sino en la “palabra íntima”,<br />

6


en el “pedacito” de misterio vislumbrado y captado en la<br />

celebración de hoy y que se verbaliza en la asamblea.<br />

La creatividad así entendida es profundidad y hondura<br />

del misterio celebrado, es palabra arrancada del<br />

silencio. La creatividad no es puro cambio ni un hacer así<br />

o de la otra manera porque sí. La creatividad es el encuentro<br />

de lo de siempre <strong>con</strong> el misterio para hacerlo<br />

más significativo. La creatividad no es ruptura de una<br />

estructura ritual litúrgica, sino palabra que hace más reveladora<br />

dicha estructura... La creatividad es adaptación<br />

e inculturación, nunca es improvisación ni espontaneísmo<br />

facilón. La creatividad une en una nueva palabra el<br />

rito litúrgico, la palabra proclamada, la vida y la actualidad<br />

de la comunidad que celebra.<br />

La creatividad exige, además, <strong>con</strong>ocer bien la estructura<br />

celebrativa cristiana, sobre todo de la liturgia<br />

eucarística. Da un poco de pena ver cómo algunos <strong>con</strong>struyen<br />

una acción de gracias o prefacio sin tener en<br />

cuenta la estructura misma del prefacio como canto y<br />

re<strong>con</strong>ocimiento de la acción de Dios por medio de Jesucristo.<br />

Da un poco de pena ver cómo la oración después<br />

de la comunión se <strong>con</strong>vierte en otro momento de acción<br />

de gracias repetitivo y fuera de sitio, cuando de lo que se<br />

trata no es de dar gracias, sino de pedir que lo realizado<br />

y vivido seamos capaces de hacerlo vida, de sacarlo a la<br />

calle, de alimentarnos de aquello que hemos celebrado.<br />

7


¿HAY QUE HACER SIEMPRE ALGO NUEVO?<br />

El punto de partida para toda creatividad litúrgica<br />

siempre tiene que estar en la misma celebración de <strong>las</strong><br />

acciones de Dios y en la Palabra proclamada. De estos<br />

dos manantiales podremos sacar el agua de la novedad<br />

dada que después la comunidad podrá reflejar en expresión<br />

creativa. No nos celebramos. Reunidos, celebramos<br />

la acción de Dios en favor nuestro, la Buena Nueva que<br />

hemos recibido. Lo <strong>con</strong>trario puede llevar a una adaptación<br />

de la Palabra y de la misma celebración a nuestras<br />

<strong>con</strong>strucciones. Una creatividad basada en este principio<br />

está orientada a no mirar a la sana tradición celebrativa<br />

de la Iglesia y a partir prácticamente de cero. Los cómo<br />

hacer tienen que estar subordinados a <strong>los</strong> qué celebramos<br />

y qué es una celebración cristiana. Y lo que celebramos<br />

nos es dado. Tenemos una tarea de comprensión<br />

y de expresión de lo que se nos anuncia, pero no de invención.<br />

DESPLAZAR LA PALABRA DE DIOS Y SUSTITUIRLA<br />

POR TEXTOS LITERARIOS.<br />

En ocasiones, existe la costumbre de dar más importancia<br />

a <strong>los</strong> textos “bonitos” de autores religiosos o profanos<br />

que al texto de la Sagrada Escritura. La Palabra de<br />

Dios se la relega muchas veces a un segundo plano. El<br />

peligro inmediato está en que no sabemos si celebramos<br />

acciones de Dios o ideas bonitas de autores. Nuestras<br />

palabras, nuestros textos son válidos siempre que nos<br />

ayuden a entender la Palabra de Dios y no la releguen.<br />

Hay que re<strong>con</strong>ocer que hay pasajes bíblicos que son du-<br />

8


os, difíciles de entender y, una ley de comodidad fácil,<br />

nos lleva a dejar<strong>los</strong> de lado. Pero no podemos eliminar<br />

la “mesa de la Palabra” que nos ha sido servida y que no<br />

inventamos nosotros como parte esencial de la celebración<br />

cristiana. Es Dios quien nos da de comer. Es el “libro”<br />

el que tenemos que comer, como el mismo Ezequiel<br />

(Ez 3,1-5). Es Dios quien siembra su Palabra en nuestro<br />

corazón, como en la parábola (Mt 13, 1-23).<br />

EL RITMO DE LA CELEBRACIÓN.<br />

La celebración cristiana tiene una estructura y un ritmo:<br />

ritos de preparación de la asamblea para formarla y<br />

disponerla a la escucha de la Palabra, escucha de la Palabra<br />

y reflexión sobre la Palabra, celebración del misterio<br />

o sacramento cristiano, despedida de la asamblea.<br />

Cada momento tiene su especificidad y su dinámica. La<br />

creatividad que se introduzca tiene que tener en cuenta<br />

la naturaleza del momento celebrativo para no romper el<br />

ritmo y no someter a la asamblea a un vaivén innecesario.<br />

LA SUPERFICIALIZACIÓN DEL MISTERIO.<br />

La celebración es una acción eclesial en la que se<br />

<strong>con</strong>juga, a la vez, la comprensión de <strong>los</strong> ritos que se realizan<br />

y el misterio celebrado que nos supera y jamás llegaremos<br />

a entender. Lo expresa muy bien la Introducción<br />

del Directorio de misas <strong>con</strong> niños: “Es cierto que en<br />

la vida diaria de <strong>los</strong> niños no comprenden siempre bien<br />

todo lo que realizan en compañía de <strong>los</strong> adultos sin que<br />

por ello lo encuentren aburrido. Del mismo modo, no<br />

9


podemos pretender que todas y cada una de <strong>las</strong> cosas de<br />

la liturgia sean perfectamente inteligibles. Sin embargo,<br />

es de temer algún daño espiritual si <strong>los</strong> niños en la Iglesia<br />

realizan una y otra vez, durante años, cosas que<br />

apenas entienden, ya que la psicología moderna demuestra<br />

<strong>con</strong> qué profundidad marca a <strong>los</strong> niños la experiencia<br />

religiosa de la infancia y de la niñez en virtud de<br />

la especial receptividad religiosa de que el<strong>los</strong> gozan” (nº<br />

2). Ésta es una pista de reflexión y evaluación importante<br />

en <strong>los</strong> esfuerzos de creatividad en <strong>las</strong> <strong>celebraciones</strong><br />

<strong>con</strong> <strong>jóvenes</strong>.<br />

“Hay que entenderlo todo” no es un buen principio de<br />

creatividad celebrativa. En la vida nunca entendemos<br />

todo aquí y ahora. Siempre hay algo que se nos escapa.<br />

Y en la liturgia es imposible entender la totalidad del<br />

misterio de Dios que celebramos. El misterio no está ahí<br />

para entenderlo, sino para celebrarlo, para meternos en<br />

él e ir caminando de manera que entendemos a medida<br />

que celebramos. El misterio tiene poder de llamada, de<br />

asombro, de evocación…<br />

“Hacer inteligible” la celebración puede ser causa de<br />

un “desvestimiento” de la realidad mistérica que la liturgia<br />

comporta, hacerla demasiado plana, sin transcendencia.<br />

El Misterio, lo Trascendente, es la realidad determinante<br />

del ámbito de lo sagrado, de la presencia de<br />

Dios en el ámbito humano. En la celebración se actualiza,<br />

se renueva, esa relación, y se hace compromiso individual,<br />

comunitario, social, histórico.<br />

10


El intento de reducirlo todo a línea plana, a comprensión<br />

total, es posible que haya llevado a eliminar de muchas<br />

<strong>celebraciones</strong> <strong>con</strong> <strong>jóvenes</strong> todo aquello que es indicio<br />

de la dimensión mistérica. Son, ciertamente, pequeños<br />

detalles, pero importantes: ornamentación, ceremonia,<br />

música, vestidos, luz, incienso, posturas…<br />

Para celebrar <strong>con</strong> <strong>jóvenes</strong><br />

La palabra celebración no la aplicamos exclusivamente a<br />

la celebración de <strong>los</strong> sacramentos. Existen muchas <strong>celebraciones</strong><br />

de la Palabra y <strong>celebraciones</strong> de oración que<br />

son más espontáneas y sin un rito o partes fijas. A veces<br />

el uso de la palabra “celebración” como sinónimo de eucaristía<br />

lleva al equívoco y <strong>con</strong>fusión nada educativas,<br />

porque al final para muchos <strong>jóvenes</strong> cualquier celebración<br />

es una eucaristía. Es <strong>con</strong>veniente aclararlo.<br />

El término celebración hay que entenderlo de manera<br />

amplia no sólo aplicado a la celebración de <strong>los</strong> sacramentos,<br />

especialmente, del sacramento de la Eucaristía.<br />

Cuando la Iglesia en sus documentos habla de la celebración,<br />

casi siempre lo hace de lo litúrgico y de lo sacramental;<br />

algunas de esas citas <strong>las</strong> en<strong>con</strong>traremos<br />

aquí.<br />

Quizás es un vocabulario que ya nos suena a trasnochado,<br />

pero <strong>los</strong> más antiguos lo recordarán. Paraliturgia era<br />

una celebración no sacramental (donde no se celebraba<br />

ningún sacramento) y que por eso daba pie a no tener<br />

que sujetarse a normas, rituales, misales… Todo era posible.<br />

Lo central de la paraliturgia residía en la proclama-<br />

11


ción de la Palabra de Dios. De hecho, cayó en desuso el<br />

término paraliturgia y se fue imponiendo cada vez más la<br />

expresión Celebración de la Palabra, terminología que<br />

hoy <strong>con</strong>tinúa vigente.<br />

Propuestas para la creatividad en <strong>las</strong> <strong>celebraciones</strong><br />

<strong>con</strong> <strong>jóvenes</strong>.<br />

- Los <strong>jóvenes</strong> hoy, forman un universo especial, el “universo<br />

joven” re<strong>con</strong>ocido por la sociología y como tal,<br />

creemos que se le pueden aplicar estas palabras sobre la<br />

liturgia: “La Iglesia no pretende imponer una rígida uniformidad<br />

en aquello que no afecta a la fe o al bien de<br />

toda la comunidad, ni siquiera en la liturgia; por el <strong>con</strong>trario,<br />

respeta y promueve el genio y <strong>las</strong> cualidades peculiares<br />

de <strong>las</strong> distintas razas y pueb<strong>los</strong>” (Sacrosantum<br />

Concilium, 37).<br />

- Hay que mantener como principio que la meta de <strong>las</strong><br />

<strong>celebraciones</strong> <strong>con</strong> <strong>jóvenes</strong>, sean litúrgicas o no, es la<br />

celebración de la comunidad adulta, principalmente la<br />

misa de la reunión dominical. Las demás <strong>celebraciones</strong><br />

deben ir encaminadas a que <strong>los</strong> <strong>jóvenes</strong> puedan ser introducidos<br />

en la celebración de la Iglesia, especialmente<br />

el Domingo y en su Parroquia, capilla o centro pastoral.<br />

- La celebración (sobre todo la litúrgica) es un momento<br />

del proceso de evangelización, y pide que la persona<br />

sea llamada “a la fe y a la <strong>con</strong>versión”. Es lo que se<br />

llama mistagogia: ser introducido en <strong>los</strong> misterios; antiguamente<br />

era la última etapa de <strong>los</strong> catecúmenos. Para<br />

12


una participación plena y activa del pueblo en la celebración<br />

litúrgica es preciso cuidar la educación en una<br />

antropología básica o valores humanos como son silencio,<br />

escucha, asombro, perdón, sentido de reunión,<br />

apertura a lo simbólico… además del <strong>con</strong>ocimiento que la<br />

catequesis proporciona del misterio que se celebra.<br />

- La celebración, si bien pide una educación previa para<br />

ser entendida, también posee un poder didáctico:<br />

“Cuando la Iglesia ora, canta o actúa, la fe de <strong>los</strong> asistentes<br />

se alimenta y sus almas se elevan hacia Dios a fin<br />

de tributarle un culto racional y recibir su gracia <strong>con</strong> mayor<br />

abundancia” (Sacrosantum Concilium 33).<br />

- La parte de la celebración (sobre todo la litúrgica) que<br />

admite más creatividad y adaptación a <strong>los</strong> participantes<br />

es la liturgia de la Palabra. “Debe <strong>con</strong>cederse<br />

una gran importancia a todos <strong>los</strong> elementos que sirven<br />

para interpretar <strong>las</strong> lecturas”.<br />

- La parte más intocable y donde, en el caso de <strong>los</strong><br />

<strong>jóvenes</strong>, menos elementos adaptados a su edad y situación<br />

tenemos a disposición, es el rito propiamente sacramental,<br />

es decir, en el caso de la Eucaristía, en la<br />

llamada Liturgia eucarística.<br />

- Los elementos que más margen de creatividad proporcionan<br />

y que es necesario desarrollar todas sus<br />

posibilidades son:<br />

1. El lugar: Hacer que el lugar deje de ser neutro y se<br />

<strong>con</strong>vierta en un lugar celebrativo. Con mucha frecuencia<br />

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se ponen grandes esfuerzos en otras cosas y se olvida el<br />

lugar donde se celebra. Bastaría observar el comportamiento<br />

de <strong>las</strong> empresas que ofrecen productos para <strong>los</strong><br />

<strong>jóvenes</strong>: cómo cuidan el espacio, el orden, la ornamentación,<br />

<strong>las</strong> imágenes, la luz, la estética, <strong>los</strong> vestidos…<br />

2. El tiempo: Tanto la hora del día en que la desarrolla<br />

la celebración como la duración de la celebración y el<br />

ritmo de ésta.<br />

3. El canto y la música: Apropiados a la sensibilidad y<br />

cultura de <strong>los</strong> <strong>jóvenes</strong>, siempre que respeten la finalidad<br />

propia de la música sacra.<br />

4. Los gestos corporales: Es decir, la participación en<br />

la celebración <strong>con</strong> todo el cuerpo, <strong>las</strong> posturas y <strong>los</strong> gestos<br />

que acompañan <strong>los</strong> diversos momentos de la celebración<br />

tanto <strong>los</strong> momentos de escucha de la Palabra de<br />

Dios como <strong>los</strong> de petición o alabanza, la danza religiosa<br />

en <strong>los</strong> momentos procesionales, o <strong>las</strong> posturas que favorecen<br />

el silencio… La acción no debe llenar todo.<br />

5. Los elementos visuales y audiovisuales: No sólo<br />

aquel<strong>los</strong> que la liturgia pide (altar, sede, cruz, ambón…)<br />

sino otros que se puedan incorporar, como en uso de <strong>las</strong><br />

proyecciones para ayudar a interiorizar o comprender la<br />

Palabra proclamada.<br />

6. El estudio de la Palabra. Es uno de <strong>los</strong> momentos<br />

fuertes de la celebración y donde más posibilidades existen<br />

de creatividad. La Palabra proclamada tiene que dejar<br />

de ser abstracta para llegar a tocar la vida, para pro-<br />

14


vocar la vida, para poder decir “hoy se cumple esto ante<br />

nosotros”, hoy Dios nos habla. La Palabra de Dios es eficaz<br />

por sí misma: realiza lo que dice, aunque de momento<br />

no lo notemos.<br />

7. La creación de textos. Existe una amplitud grande<br />

en creación de textos monicionales o guiones, es decir,<br />

aquel<strong>los</strong> que ayuda a entender <strong>los</strong> ritos que se realizan o<br />

<strong>las</strong> lecturas que se proclaman; también el uso de textos<br />

que abren a la comprensión de la Palabra proclamada, y<br />

<strong>los</strong> textos de la oración de fieles.<br />

No podemos reducir la creatividad en la celebración <strong>con</strong><br />

<strong>jóvenes</strong> a la creación de textos. Sería empobrecedor. Es<br />

todo el <strong>con</strong>junto lo que realmente es celebrativo y se<br />

apoya íntimamente.<br />

El material de esta primera parte fue elaborado en base a un<br />

artículo de Álvaro Ginel, publicado en la Revista Misión Joven,<br />

diciembre de 2008, n° 383<br />

15


GUÍAS Y CONSEJOS PRÁCTICOS PARA<br />

PREPARAR LAS CELEBRACIONES<br />

Una celebración religiosa, litúrgica o no, tiene como finalidad<br />

relacionar a dos personas: la divina y la humana.<br />

Dios quiere en<strong>con</strong>trar al hombre y éste se acerca a Él,<br />

deseoso de en<strong>con</strong>trar aquello que lo hace trascender,<br />

<strong>con</strong> su bagaje histórico, afectivo, existencial.<br />

Cuando queremos <strong>animar</strong> una reflexión u oración, estamos<br />

buscando la forma de que cualquier persona se abra<br />

para escuchar el latido de la vida y relacionarla <strong>con</strong> lo<br />

Sagrado… Para ello debemos tener en cuenta una serie<br />

de dimensiones cognitivas-afectivas-activas.<br />

Los afectos: ¿qué mueve a la persona en esta<br />

edad?<br />

El <strong>con</strong>ocimiento: ¿qué puede entender una persona<br />

en esta edad?<br />

La acción: ¿qué puede hacer la persona en esta<br />

edad?<br />

Teniendo muy presente lo anterior, nuestro punto de<br />

partida será la relación entre el Misterio, Dios, y la experiencia,<br />

la vida y el esfuerzo por mover <strong>los</strong> corazones,<br />

desde el momento en el que empezamos a preparar la<br />

celebración hasta que la evaluamos. Desde el punto de<br />

vista de la preparación de la celebración habrá que prever<br />

sentimientos, <strong>con</strong>ocimientos y habilidades que podrían<br />

permitir la participación activa. Desde el punto de<br />

16


vista de la evaluación, y sin olvidar <strong>las</strong> palabras del Salmo<br />

126, hará falta sopesar hasta qué punto la celebración<br />

ha servido para captar “noticias de Dios”. Y no olvidemos<br />

que esas noticias no vienen solo como un mensaje<br />

a la mente; hay que estar atentos <strong>con</strong> todos <strong>los</strong> sentidos.<br />

Pero cuidado: cuando hablamos de <strong>celebraciones</strong> litúrgicas<br />

sobre todo, “hace falta que sea participativa pero no<br />

sentimental: no debe estar basada solo en la expresión<br />

de <strong>los</strong> sentimientos, sino caracterizada por la presencia<br />

del misterio en el cual entramos, por el que nos dejamos<br />

formar" (Benedicto XVI).<br />

A todo lo dicho, debemos echarle imaginación y no tener<br />

miedo a experimentar pues así será como iremos aprendiendo<br />

y descubriendo –más allá de <strong>las</strong> fórmu<strong>las</strong> establecidas-<br />

que es lo que la gente necesita.<br />

a) LA FUENTE:<br />

A veces –por querer llegar al joven corremos el riesgo de<br />

montar un espectáculo que puede invitar a la reflexión,<br />

pero carente de sentido cristiano. Y nunca se debe olvidar<br />

que la fuente es el EVANGELIO, lo que intentamos<br />

acercar a la gente de cualquier edad es LA PALABRA DE<br />

DIOS, lo que intentamos que <strong>los</strong> <strong>jóvenes</strong> descubran es<br />

SEMILLAS DE DIOS y SU REINO dentro de el<strong>los</strong> mismos.<br />

La creatividad, pues, debe nacer desde la lectura del<br />

Evangelio.<br />

Por lo tanto, lo primero que debemos plantearnos al preparar<br />

una celebración, es el fragmento de la Palabra de<br />

Dios que vamos a transmitir. Una vez tenemos la fuente<br />

17


ya podemos dar vida al resto de elementos de la celebración:<br />

edades, espacio físico, i<strong>con</strong>ofrafía de la celebración,<br />

la luz, la música ambiental, <strong>los</strong> cantos y su encargado,<br />

<strong>los</strong> montajes audiovisuales, <strong>los</strong> signos y símbo<strong>los</strong>,<br />

<strong>los</strong> lectores…<br />

No es necesario todos <strong>los</strong> elementos enunciados, porque<br />

cada momento y lugar pueden requerir desarrollar unos<br />

en detrimento de otros, o tal vez todos <strong>los</strong> elementos en<br />

su <strong>con</strong>junto. Ahora bien, lo que no puede fallar es el<br />

“AGUA” que vamos a beber en esa celebración (la del<br />

Evangelio), y una esmerada preparación teniendo en<br />

cuenta a <strong>las</strong> personas que van a participar. Aún así, esto<br />

nunca es garantía de éxito. El éxito lo dará Dios, y el<br />

ánimo y la experiencia que iremos adquiriendo para ser<br />

capaces de improvisar cuando haga falta.<br />

B) LAS EDADES.<br />

No debemos olvidar que cada edad presenta unos retos.<br />

Buscar el sentido de la vida y descubrir a Dios es dar<br />

respuesta a <strong>los</strong> retos <strong>con</strong>cretos de cada momento y<br />

situación. ¿Hay oraciones participativas y vividas fuera<br />

de <strong>las</strong> inquietudes de <strong>las</strong> personas? ¿Tiene sentido una<br />

oración en un lenguaje que no <strong>con</strong>ecta <strong>con</strong> la situación<br />

vital de <strong>las</strong> personas?<br />

El referente de cualquier edad es la adulta, porque en<br />

ella se <strong>con</strong>densa y <strong>con</strong>centra el proceso realizado por<br />

una persona que vive <strong>con</strong> madurez y felicidad su vida<br />

en Cristo. Cualquier persona que prepara una oración<br />

debiera ser el referente del grupo o comunidad que se<br />

junta para orar. Necesitamos ser personas orantes y<br />

18


creativas, para captar <strong>las</strong> noticias de Dios que hay en la<br />

vida, para poder hacer una lectura actual de la Palabra.<br />

C) EL ESPACIO FÍSICO.<br />

El mejor espacio para la celebración es siempre la capilla<br />

o templo, que de por sí invita al recogimiento y silencio.<br />

Si resulta grande o no está prolija, se puede mejorar.<br />

Puede ser, también, cualquier otro lugar cuya relación<br />

<strong>con</strong> lo que se quiere celebrar esté cuidada…<br />

En todo caso, se procurará:<br />

Sala acogedora.<br />

Bien ventilada.<br />

Ligeramente perfumada.<br />

Los lugares apretados dificultan la serenidad y el<br />

silencio.<br />

D) LAS IMÁGENES RELIGIOSAS Y LA DECORACIÓN.<br />

Aunque en algunos lugares no se puede elegir la i<strong>con</strong>ografía<br />

ni la decoración, es importante tener en cuenta<br />

una serie de aspectos:<br />

La decoración de la sala o el lugar de la celebración<br />

puede <strong>con</strong>vertirse en una precelebración.<br />

Colores vivos y brillantes: alegría, espontaneidad,<br />

resurrección, gozo…<br />

Colores mate: interiorización, silencio, miradas interiores.<br />

Cuadros, imágenes y colores de santos, aunque<br />

estén en <strong>con</strong>sonancia <strong>con</strong> la estética adulta, pueden<br />

resultar extraños a la mentalidad y gustos<br />

estéticos de niños y adolescentes. Conviene centrar<br />

la atención colocando un i<strong>con</strong>o, póster u otro<br />

elemento en un lugar visible.<br />

19


Lo más visible para la gente no deben ser imágenes y<br />

símbo<strong>los</strong> que digan poco, sino aquello que les sugiera<br />

interiormente entrar en relación <strong>con</strong> el Misterio. No se<br />

juega tanto en el entender intelectual sino espiritual. Eso<br />

mismo puede ayudar a <strong>los</strong> animadores de la celebración<br />

a dar el paso al momento en el que –de una forma u<br />

otra- se proclama la palabra de Dios. Y esto no significa<br />

que lo principal sea ese elemento decorativo que hemos<br />

puesto, sino que mediante ese elemento reforzamos lo<br />

central, que es acercar el mensaje del Evangelio a la<br />

persona.<br />

No nos olvidemos que el momento de la celebración no<br />

es para hacer catequesis, sino para celebrar, para vivir.<br />

La capacidad de sentir, comprender y vivir de cada persona<br />

es la que es, y a partir de esa realidad vamos a<br />

orar, a aprender a en<strong>con</strong>trar a Dios en nuestra vida.<br />

E) LA LUZ.<br />

Ve<strong>las</strong> y lámparas: <strong>con</strong>tribuyen a crear belleza; deben<br />

estar en <strong>con</strong>sonancia <strong>con</strong> su función.<br />

Luz ambiental: velo inmaterial que envuelve toda<br />

la celebración.<br />

Grandes ventanales: extroversión, alegría, momentos<br />

compartidos.<br />

Luminosidad tenue y matizada, penumbra, luz indirecta:<br />

crear <strong>con</strong>textos de interioridad, reflexión y<br />

silencio.<br />

La luz es muy importante en cualquier celebración, ya<br />

sea de ve<strong>las</strong>, lámparas o luz natural porque predispone<br />

el ánimo a un ambiente muy determinado: extroversión,<br />

interioridad, alegría, silencio, desorientación… Las usa-<br />

20


mos como símbolo para favorecer la participación, como<br />

signo que nos recuerda la presencia de Dios… Siempre<br />

que la luz no tenga el protagonismo absoluto de la celebración,<br />

se le pueden dar muchos usos diferentes.<br />

F) LA MÚSICA AMBIENTAL.<br />

Adecuada música de fondo y canto vocal.<br />

Procurar que <strong>los</strong> instrumentos y el sonido no tapen<br />

<strong>las</strong> voces.<br />

En <strong>con</strong>sonancia <strong>con</strong> <strong>las</strong> ideas fundamentales de la<br />

ceremonia. Mayor calidad técnica posible.<br />

Música instrumental, para la ambientación.<br />

Escucha de una canción ya grabada: escucharse<br />

clara y nítidamente, ofrecer el texto en un papel<br />

escrito.<br />

G) EL ENCARGADO DE CANTOS.<br />

Elige canciones <strong>con</strong>ocidas por <strong>los</strong> participantes.<br />

Evitar cantar canciones nuevas o des<strong>con</strong>ocidas.<br />

Sencillo ensayo antes de comenzar la celebración.<br />

Ejecutar canciones en un tono que facilite la participación.<br />

Cancionero u hoja de cantos.<br />

También es importante asegurarse de la capacidad lectora<br />

de <strong>los</strong> participantes en la celebración, así como el<br />

pensar que <strong>los</strong> demás nos deben entender.<br />

Es importante una mínima formación musical, y pensar<br />

muy bien <strong>los</strong> cantos que se van a escoger, porque la<br />

música <strong>con</strong>ecta muy bien <strong>con</strong> la sensibilidad de <strong>las</strong> personas<br />

de cualquier edad.<br />

21


H) MONTAJES AUDIOVISUALES.<br />

Huir de la “adoración” al video o PowerPoint, es<br />

decir, hacer un uso prudente de <strong>los</strong> mismos para<br />

que no sean el centro de la celebración.<br />

Preparar <strong>con</strong> antelación el equipo.<br />

Evitar la improvisación.<br />

Imágenes de buena calidad en lo fotográfico y alta<br />

definición en la resolución.<br />

Adecuar imágenes y música para que el montaje<br />

forme una unidad compacta.<br />

Cualquier música no sirve. Las canciones que resultan<br />

<strong>con</strong>ocidas distraen.<br />

En la medida de lo posible, el montaje audiovisual debe<br />

tener sentido en el <strong>con</strong>junto de lo que se presenta: <strong>con</strong>exión<br />

del lenguaje, <strong>las</strong> imágenes, <strong>las</strong> palabras <strong>con</strong> el<br />

resto de la celebración.<br />

I) SIGNOS Y SÍMBOLOS.<br />

Complemento indispensable para dar visibilidad a<br />

ideas abstractas.<br />

Hacen aflorar emociones y sentimientos no verbales.<br />

Evitar gestos sin sentido.<br />

En <strong>los</strong> sacramentos, respetar <strong>los</strong> gestos que son<br />

propios de su celebración.<br />

Introducir una breve explicación que oriente sobre<br />

el gesto que se va a realizar.<br />

Los signos deben ser visibles. Proporcionales al<br />

número de personas que celebran.<br />

22


El factor sorpresa ayuda a captar la atención y dar<br />

variedad.<br />

Los gestos y símbo<strong>los</strong> se realizan <strong>con</strong> pausa, dando<br />

tiempo a la interiorización.<br />

Movimientos corporales elegantes y bien medidos.<br />

Ensayo previo si es <strong>con</strong> niños y adolescentes.<br />

Hace falta cuidar un humus, una tierra propicia, que<br />

permita acoger libre y responsablemente <strong>las</strong> noticias de<br />

Dios. En muchas ocasiones nos vamos a en<strong>con</strong>trar <strong>con</strong><br />

gente que no está familiarizada <strong>con</strong> <strong>los</strong> signos y símbo<strong>los</strong><br />

religiosos. La misma celebración no es un momento para<br />

hacer demasiadas explicaciones, para hacer catequesis,<br />

sino para vivir, para experimentar la presencia de Dios, o<br />

para abrir <strong>las</strong> puertas de nuestro interior a no sabemos<br />

muy bien Quién. Si queremos centrar la atención de la<br />

gente, lo tendremos que hacer <strong>con</strong> aquello que les capta<br />

la atención.<br />

J) LECTORES.<br />

Elegir adecuadamente y proporcionar lecturas<br />

según la capacidad del lector.<br />

Ensayar la lectura pausada, respirando en cada<br />

punto y vocalizando.<br />

Practicar el habla por micrófono, o adaptar el volumen<br />

de la voz a <strong>las</strong> circunstancias del medio.<br />

El coordinador está atento a que el micrófono esté<br />

encendido.<br />

Orientar la postura corporal mientras se proclama<br />

un texto en público.<br />

23


Y si todo esto no funciona o funciona a medias, no olvides<br />

el Salmo 126. Estén tranqui<strong>los</strong>. Si Dios da el pan a<br />

sus amigos mientras duermen, no le importará que una<br />

celebración no salga como la habíamos planeado.<br />

El material de esta segunda parte está elaborado a partir de<br />

varios artícu<strong>los</strong> y experiencias. El principal, “Taller de animación para<br />

la preparación de <strong>celebraciones</strong> juveniles”,<br />

de <strong>los</strong> Lasallianos de España, 2010<br />

Si el Señor no edifica la casa,<br />

en vano trabajan <strong>los</strong> albañiles;<br />

si el Señor no custodia la ciudad,<br />

en vano vigila el centinela.<br />

Es inútil que ustedes madruguen;<br />

es inútil que velen hasta muy tarde<br />

y se desvivan por ganar el pan:<br />

¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!<br />

24<br />

Salmo 126, 1-2

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