noviembre - Comunicación MG - Misioneros de Guadalupe

Llegué a la Misión
de Corea el 10 de
septiembre de 1969. En invierno la población
necesitaba leña para calentar
sus pequeñas casas, pero la pobreza
era extrema y los lugares de trabajo
eran escasos, por lo que las fábricas
se daban el lujo de tener trabajadores
que se contentaban con un lugar caliente
donde dormir y con un poco de
granos de cebada revuelta con arroz
para calmar su hambre. El presidente
Park Chung Hee impulsaba una economía
mixta, sostenida en un régimen
militar que acabó con la libertad de
prensa y las reuniones políticas. Contaba
con el apoyo de Estados Unidos,
pues luchaba contra el comunismo.
En 1973, en el Seminario de Kwangju,
algunos diáconos acordamos unirnos
Comisión de Formación Permanente
El milagro coreano, dos personajes
P. Ignacio de la Garza Evia Ugarte, m g
a las manifestaciones de los universitarios
del país en contra del régimen y nos
rapamos la cabeza en protesta callada.
En la madrugada siguiente los tanques
del ejército tomaron el seminario y
tuvimos que partir a nuestras casas.
Se cambió la Constitución y se instituyó
el “Movimiento por un pueblo
nuevo”, que consistía en que la gente
ofrecía un día de trabajo a la semana
para encementar caminos y construir
casas, y el gobierno aportaba el material.
Había interés para que todos
vivieran bien y no sufrieran el hambre
de la postguerra. Este progreso se hizo
con sangre, pero se hizo. En los primeros
días de diciembre pasado una
encuesta de la Asociación de Exportación
Internacional Coreana (k i t a) mostró
que 46.4% de las personas opinó
5