El acto catequético \(Mies\) - MIES Misioneros de la Esperanza

El acto catequético 4
principio teológico de la correlación, que consiste en la relación y diálogo
recíproco entre el mensaje de la fe (palabra de Dios) y las aspiraciones del ser
humano (experiencia humana) Esta teoría aplicada a la educación de la fe, es el
modelo más adecuado para explicar cómo debe lograrse la perfecta relación entre
fe y la vida. Y es que fe y vida no son dos realidades opuesta entre sí: La fe es
simplemente una manera particular de vivir, abriéndose a la transcendencia del
Espíritu. Siendo la experiencia el término mediador entre la vida y la fe, donde se
relacionan la dos, se profundizan, y las pone en interacción. Resumiendo, la
correlación estable con sus dos fuentes (experiencias humanas de hoy y las
experiencias fundamentes de la fe) una relación de reciprocidad crítica y
constructiva.
Deficiencias y errores de la utilización de la experiencia en la catequesis
Partiendo de la propia experiencia humana en sí:
• El uso restringido de la experiencia, reduciéndola a ciertas zonas de lo humano
(lo personal, lo pisco-social).
• La falta de profundidad o la interpretación insuficientemente fundada de la
experiencia.
• La lectura ideológica, instrumentalizada, de la experiencia, o hecha desde
presupuestos hostiles a la fe.
Desde su relación con la palabra de Dios:
La palabra de Dios.
• Dificultad de enganchar la experiencia con la propia palabra, separando la fe de
la vida.
• La prioridad de la experiencia humana elegida sobre los contenidos de fe,
olvidando elementos esenciales del mensaje.
• La utilización de la experiencia como simple punto de partida o pretexto
pedagógico para la transmisión del mensaje cristiano.
• El aplazamiento indefinido con la palabra de Dios.
Entendemos por revelación, el acto por el que Dios se manifiesta personalmente a
todos los hombres. Dios se comunica a sí mismo, haciendo a la persona humana partícipe de
su naturaleza divina. (Cf. 2ª. P 1,4).
Sabemos que la historia de la salvación, es plan salvación manifestado por Dios a la
persona, que está centrado en Jesucristo (Cf. Jn 1,1; 1 Cor 1,24; Hb 1,3; Ef 1,-23) Que este
plan se ha hecho por medio obras y palabras, donde las obras manifiestan y confirman al
mismo Dios, y las palabras esclarecen y reafirman. (Cf. DV 2).
Todo esto, nos lleva a un principio: La Biblia es palabra de Dios. (cf. 1º. Tes. 4, 13) y
que ésta, es: Acción de Dios, diálogo con el hombre y salvación. (Hb. 4, 12-13)
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