SERVIDORES DEL PLAN DIVINO - Heliotropodeluz

La Fecha Tope Planetaria
SI PUDIESEMOS MIRAR HACIA ABAJO DESDE EL ESPACIO SOBRE LA TIERRA
con visión clarividente podríamos ver el campo áurico del planeta como una bola oscura
de llovizna y neblina agitada. Podríamos quedar espantados observando esta gran nube
oscura de materia sutil, la cual evidenciaría ser de una densidad y un grosor que indica no
sólo su impenetrabilidad sino también aquellas condiciones que son desfavorables a la
vida y que hacen que todo aparezca incierto y distorsionado. Así se apreciaría que existe
una necesidad urgente de una descontaminación global, una preparación por todos
aquéllos sobre la Tierra quienes estarían listos para soportar bien la tormenta purificatoria
que se aproxima y, además, quienes la aprovecharían.
Los efectos de los acumulados y nocivos patrones de pensamiento y de las actitudes de la
humanidad son mundialmente penetrantes, y son gravemente evidentes hoy no sólo en las
vidas de la humanidad, sino también en el planeta físico. El hombre ha generalmente
tratado a la Tierra con un irrespeto grosero por demasiado tiempo. Ha descuidado
enormemente su hogar, junto con sus reinos minerales, vegetales y animales, y ha
demostrado repetidamente una actitud de negligencia que expresa la visión errónea que
los recursos del planeta son sólo para su uso personal y explotación egoísta. La
humanidad, como conjunto, ha completamente pasado por alto el hecho que la Madre
Tierra – Gaia – es un ser espiritual, está comprometida con su propio desarrollo
evolutivo, y quien amorosamente se empeña para proveer un ambiente perfectamente
equilibrado para la existencia pacífica y armoniosa de múltiples clases de vida,
incluyendo la de los seres humanos.
El tema de los cambios inminentes en la Tierra, como un corolario de la negligencia y
fechoría de la humanidad, es un problema bien expresado alrededor del mundo hoy día, y
los aspectos geológicos de los eventos planetarios por venir no serán especificados aquí.
Sin embargo, aunque el hombre aparentemente ha comprendido hasta cierto grado la
crisis inmediata con la cual toda vida se enfrenta sobre el planeta, ha claramente indicado
que es reacio o incapaz de rectificar el daño global que él mismo ha infligido. Entonces la
polución continúa, y todavía la violación del planeta Tierra y la prostitución de sus
recursos persisten. La inteligencia paciente de la Naturaleza sólo permitirá que continúe
tal abuso hasta cierto punto, aguantando las violaciones lo más prolongadamente posible
para que el hombre pueda tener oportunidades amplias de aprender de sus errores y por
consiguiente cambiar sus modos de su propio libre albedrío. Tal es la gran compasión de
la Madre Tierra para sus niños.
En el pasado, los invisibles Guías de la raza – la Jerarquía planetaria – han reconocido la
necesidad de permanecer quietos mientras las fuerzas fijadas por la ignorancia propia del