SERVIDORES DEL PLAN DIVINO - Heliotropodeluz

v) su disposición a aprender y a cambiar, y consecuentemente moverse hacia adelante
hacia una conciencia espiritual mayor.
Las transmisiones de energía pueden seguir, sin que siquiera se mencione una palabra a, o
de parte de, ya sea el servido o el Servidor, pues es la invocación silenciosa del alma
receptora la que atrae espontáneamente energía espiritual a través de la personalidad
devota de un Servidor, quien a su vez prontamente canaliza e irradia luz desde los planos
elevados. La personalidad del receptor puede comprender poco, si acaso, de tal dinámica
muy positiva, y, efectivamente, puede encontrar el asunto bastante desconcertante,
incluso afrontado, aparentemente no teniendo conocimiento previo del evento o una
elección consciente del mismo. Sin embargo, la conciencia interna propia, estando bien
enterada, ciertamente conoce lo mejor, y es esta parte elevada del receptor la que decide
si desea acoger un aspecto del alma-grupal (el Servidor) en el plano físico.
Las transmisiones espiritualizantes evocadas por un Servidor despierto están diseñadas
para catalizar estados de conciencia extendidas en otros para que puedan ser asistidos en
su propio despertar y preparación para la cosecha próxima. Este fenómeno tiene el
potencial de promover un proceso importante de transmutación en el receptor, y puede
ser considerado como una especia de iniciación menor que puede ocurrir
instantáneamente cuando se conoce a un Servidor o puede realizarse en un momento
futuro cuando la semilla plantada en tal encuentro próspero comienza a germinar entre
condiciones mentales y emocionales favorables.
Tales transmisiones energéticas catalíticas son una demostración elemental de lo que
puede considerarse como magia blanca - una manipulación de fuerza espiritual para el
beneficio de otros - en la cual la mayoría de los Servidores se han vuelto adeptos a fondo
previo a su presente encarnación. Hoy están recordando velozmente estas habilidades
innatas, y, como puede esperarse, sin la necesidad del estudio o la práctica prolongada.
Sin embargo, los Servidores finalmente reconocerán que son sólo instrumentos de
aquellas energías metafísicas las cuales son capaces de conducir, mientras tales
transmisiones nunca requieren esfuerzo; fluyen a través del Servidor, no desde ellos. Las
ventajas recibidas durante tal interacción vital entre dos o más personas son múltiples, y
todas las partes que se han preparado presenciarán las maravillosamente espiritualizantes
energías de providencia divina surgiendo a través de su conciencia mientras vibraciones
de amor y sanación descienden de mundos elevados en bendición misericordiosa. Una
experiencia como tal ejemplifica una ley universal la cual garantiza que cuando uno sirve
a otro altruísticamente preocupándose sólo del mayor bien posible de la otra persona,
ambas partes son bendecidas, aunque es generalmente el sirviente el que recibe el
beneficio espiritual más elevado.
Los Servidores necesitan comprender y recordar siempre que si las transmisiones
energéticas han de ser máximamente exitosas, debe haber un encauzamiento directo e
inalterado de energía divina sin distorsión significante debido a la excitación, el
entusiasmo apasionado o la aplicación inapropiada por la persona a través del cual son
canalizadas. Existe a menudo en las auras de los Servidores que están despertando ciertos
desequilibrios de personalidad irresolutas que pueden inhibir e incluso corromper el flujo