ARQUEOASTRONOMÍA: COMIENZOS Y DESARROLLO - faces
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<strong>ARQUEOASTRONOMÍA</strong>: <strong>COMIENZOS</strong> Y<br />
<strong>DESARROLLO</strong><br />
PROF. VITO VÉLIZ<br />
Universidad Nacional Autónoma de Honduras<br />
FACULTAD DE CIENCIAS ESPACIALES<br />
Observatorio Astronómico Centroamericano de Suyapa<br />
Departamento de Arqueoastronomía<br />
RESUMEN<br />
Los comienzos de la Arqueoastronomía fueron muy turbulentos debido a la falta de<br />
conocimiento que el astrónomo tenía sobre la arqueología y a la falta de conocimiento que el<br />
arqueólogo tenía sobre la astronomía. A pesar de esa problemática inicial, los abundantes<br />
hallazgos en distintas partes del planeta confirmaban que los alineamientos de restos culturales<br />
con las posiciones de ciertos astros en fechas y eventos especiales no eran algo casual sino<br />
planificado en base a las observaciones y a las creencias de nuestros antepasados. Tanto el<br />
trabajo de campo como las distintas publicaciones iniciales y las reuniones realizadas en<br />
Europa y en América dieron impulso a este campo interdisciplinario emergente.<br />
INTRODUCCION<br />
En forma muy general, se puede decir que la astronomía es el estudio del espacio y de sus<br />
objetos. Pero este interés no es sólo por esos objetos o eventos distantes en el tiempo y en el<br />
espacio sino también por muchos otros eventos que suceden cerca de la tierra y la afectan muy<br />
directamente como ser los vientos, las lluvias, las nubes, las sequías, el sol, la luna, etc.<br />
Bien sabemos que nuestro planeta se compone de minerales, vegetales y animales. Es también<br />
aceptado que dentro del reino de los animales entramos los humanos, quienes nacemos con<br />
muchos dones y habilidades, pero también hemos inventado muchas técnicas para enfrentar el<br />
medio ambiente. Esos inventos son a lo que generalmente llamamos cultura, la que ha sido<br />
posible gracias, en parte, al cerebro grande que hemos desarrollado. El aspecto cultural<br />
humano es todo lo que aprendemos después de haber nacido. Una de nuestras habilidades<br />
como humanos, y dependiendo del ambiente cultural en que hayamos crecido, es la de<br />
hacernos preguntas relevantes. Esas preguntas afloran dependiendo del objetivo que<br />
persigamos. En el caso específico de nuestro tema, si nos interesa algún aspecto natural, nos<br />
valemos de la Astronomía; si deseamos entender algo sobre lo cultural, nos avocamos a la<br />
Antropología.<br />
De acuerdo con los estudios antropológicos de las distintas sociedades humanas antepasadas,<br />
todas las culturas antiguas se formularon una idea sobre el mundo en general y sobre los<br />
cuerpos celestes más sobresalientes. Esas concepciones fueron parte integral de su cultura o<br />
modo de pensar y ellos no separaban lo celeste de lo terrenal. Para el humano antiguo el<br />
mundo material estaba vivo, lleno de espíritus. Sí le perturbaba la muerte, pero creía en una<br />
vida posterior. Los chamanes y los sacerdotes eran quienes se encargaban de enfrentar y<br />
resolver los misterios de las enfermedades y de la muerte y de todos esos otros misterios<br />
naturales que a diario experimentaban. Entre esos misterios naturales estaban los movimientos
de los astros, perceptibles a simple vista. Para lograr algún entendimiento de esos<br />
movimientos y para mantener y pasar a generaciones futuras el conocimiento sobre esos ciclos<br />
naturales, esta gente tuvo que haber comenzado a mantener un registro de sus observaciones.<br />
Se supone que comenzaron quizá a mantener cuenta con los dedos, luego posiblemente<br />
utilizaron rayas en el suelo, continuaron tal vez haciendo rayas o caracteres en madera,<br />
culminaron con rayas y caracteres en piedra y por fin caracteres en papel. Con el comienzo de<br />
la domesticación de plantas y de animales, varias culturas subieron al grado de civilización. Al<br />
llegar a ese peldaño cultural, comenzó la división de clases sociales y la diversificación y<br />
especialización de mano de obra.<br />
CIVILIZACIONES ANTIGUAS<br />
La agricultura implica que la gente podía almacenar excedentes de alimentos y podía también<br />
disponer de tiempo libre, que podía dedicar a otras actividades que no fuesen las de obtención<br />
de alimentos. Hasta ahora se sabe que donde se inició la agricultura y la civilización fue en<br />
Mesopotamia, allá por el año 5,000 a.C., en las partes bajas y desembocaduras de los Ríos<br />
Tigris y Éufrates, en el moderno Estado de Kuwait y partes de los Estados de Irán, de Iraq y de<br />
Arabia Saudita (Fig. 1). Es así que a Mesopotamia se le considera cuna de la civilización. A<br />
Mesopotamia se le considera también cuna del conocimiento astronómico, pues ellos dejaron<br />
registros, en su escritura cuneiforme, de haber visto una supernova hace unos 6 a 10,000 años.<br />
Figura 1. Zonas del mundo donde surgieron distintas civilizaciones tempranas.<br />
Fue en Mesopotamia donde surgieron los sumerios, quienes para el año 3,500 a.C. ya<br />
manejaban un Calendario Lunar. Aunque en la realidad consta de aproximadamente 29.5 días,<br />
para los sumerios el mes lunar constaba de 30 días. Utilizaban también un año lunar de 360<br />
días, es decir 12 meses lunares de 30 días cada uno. Ya que su mes lunar se extendía por lo<br />
menos medio día más en el tiempo, las fases de la luna se iban sucediendo más rápido y así su<br />
mes lunar se iba retrasando, con respecto a las fases de la luna. Tenían en uso también un año<br />
solar, el cual computaban siguiendo el ciclo solar entre las constelaciones. Ya para el año<br />
3,000 a.C., los sumerios habían conformado una cosmología o visión del mundo. Ellos<br />
visualizaban la tierra como un disco plano bajo un inmenso espacio vacío y encerrado por una<br />
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superficie sólida en forma de arco, es decir, el cielo. Entre la tierra y ese cielo sólido estaba el<br />
aire o la atmósfera. Ellos consideraban al sol, la luna, los planetas y las estrellas como del<br />
mismo material que el de la atmósfera, pero luminosos. Alrededor del cielo y de la tierra lo<br />
que existía era un mar sin límites.<br />
También los egipcios (Fig. 2) tenían un año tropical o solar. Allá por el año 3,000 a.C., los<br />
egipcios notaron que las crecientes del Río Nilo llegaban después de la aparición de Sirio.<br />
Como resultado de su constante observación, ya se habían dado cuenta que, después de casi<br />
dos meses de haber permanecido oculta, esta estrella volvía a aparecer antes de la salida del<br />
sol.<br />
Figura 2. Unas de las pirámides de Egipto.<br />
CAMBIOS<br />
En los comienzos, la preocupación del humano era el sustento diario. Hacia ese fin utilizaba la<br />
mayor parte de su tiempo, moviéndose de un lugar a otro, persiguiendo a los animales o a las<br />
cosechas de semillas y frutas. En ese sentido, el humano era un nómada, pues no tenía casa fija<br />
para vivir.<br />
Pero una vez que logró el control de las semillas y la producción masiva de alimentos, el<br />
humano hizo viviendas y se quedó en un solo lugar. Se volvió sedentario. Alrededor o cerca de<br />
una casita o choza se fueron construyendo otras y así comenzaron los caseríos y aldeas, en las<br />
que comenzaron a organizarse mercados para la venta, trueque o canje de productos<br />
comestibles y de otros servicios. Estas aldeas se convirtieron en pueblos y luego en ciudades.<br />
Habiéndose establecido grandes conglomerados de humanos en un solo lugar, habiendo<br />
surgido la necesidad de la especialización de mano de obra y de servicios y habiendo llegado a<br />
depender de las cosechas provocadas, para poder continuar con ese estilo de vida, era<br />
necesario tener conocimiento de los ciclos de las estaciones para lograr óptimas cosechas.<br />
Concibiendo los fenómenos naturales como algo vivo e inteligente, lo primero que<br />
instituyeron fueron ciertos ritos, con el objetivo de propiciar el regreso de las estaciones y<br />
aprovechar la fertilidad de la tierra. Resultado de su cosmología o visión del mundo era su<br />
creencia que la fertilidad de la tierra se podía aumentar con acciones como ritos sexuales, cuyo<br />
efecto es vida; sacrificios humanos, cuya sangre daba vida a esos seres invisibles naturales; y<br />
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plegarias a los dioses, para que se condolieran de sus hijos y les proporcionaran lo necesario<br />
para el sustento diario. Todas estas prácticas religiosas reflejaban comportamientos, culturas o<br />
modos de vida basados en la agricultura. Para encargarse de todos estos ritos surgió la clase<br />
social denominada sacerdotes. Este grupo se volvió muy privilegiado porque era el medio o<br />
conexión entre los dioses y los humanos. Desde la perspectiva de la agricultura, la predicción<br />
de los eventos astronómicos era muy importante y necesaria para poder preparar a tiempo los<br />
terrenos y poder lograr abundantes cosechas.<br />
CALENDARIOS<br />
Los calendarios se convirtieron en una necesidad para poder predecir y regular las actividades<br />
religiosas, de agricultura y de cacería.<br />
Un calendario es la división de una escala temporal para medir el tiempo, según los inventos o<br />
las necesidades que se haya creado una sociedad o comunidad. La escala se define por medio<br />
de los movimientos aparentes de los astros. Son aparentes porque no son necesariamente ellos<br />
los que se mueven sino más bien la tierra y nosotros con ella. La división de esa escala se hace<br />
en base a los ciclos astronómicos. Estos ciclos pueden ser 1) naturales: día solar, mes lunar,<br />
estaciones o año trópico; y 2) artificiales: semanas, horas, minutos, segundos. Las escalas<br />
pueden acumularse en épocas o eras que cuentan las divisiones o ciclos desde un origen<br />
arbitrario, real o mítico. La Era Cristiana (antes o después de Cristo: a.C. o d.C.) por ejemplo,<br />
comenzamos a utilizarla desde el 525, año en que Dionisio el Exiguo la ideó o la inventó.<br />
ASTRONOMIA-ARQUEOLOGIA: PRIMEROS ENCUENTROS<br />
Stonehenge (Fig. 3) es un sitio arqueológico que data desde unos 3,000 años antes de Cristo en<br />
el sureste de Inglaterra y se encuentra mención de este sitio desde el Siglo XII. En 1740<br />
William Stukeley dice que el eje principal de este sitio arqueológico es hacia el noreste, por<br />
donde sale el sol cuando los días son más largos. En otras palabras, el sitio está alineado con el<br />
solsticio de verano. John Smith dice en 1796 que ese sitio es un reloj demostrando el<br />
movimiento de los planetas. En 1873 L. Gidley dice que el eje del sitio está hacia la salida del<br />
sol a mitad de verano. De nuevo confirma el alineamiento del sitio con el solsticio de verano.<br />
Como resultado del movimiento de precesión, el eje de la tierra no es fijo. Se conoce la<br />
trayectoria del eje terrestre en el espacio y en el tiempo y su relación con ciertos astros.<br />
Basándose en esos datos, el astrónomo inglés Sir Norman Lockyer calculó la fecha de<br />
construcción del sitio.<br />
Figura 3. Vista de Stonehenge en Inglaterra.<br />
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Además de Stonehenge, Sir Lockyer estudió las orientaciones astronómicas de templos<br />
egipcios. El encontró que Amon-Ra en Karnak está orientado hacia la salida del sol en el<br />
solsticio de invierno y el templo de Isis en Denderah está orientado hacia la salida de Sirio.<br />
Para los astrónomos, estos hallazgos, en distintos puntos de la tierra, sobre la relación<br />
arquitectónica con los astros, demostraban que no podía ser pura casualidad. Los astrónomos<br />
miraban en estas coincidencias un propósito, algo preconcebido, algo resultado de las<br />
observaciones y de las ideas o creencias que sobre el mundo tenían esos antepasados.<br />
Pero los arqueólogos estaban reacios a aceptar esas relaciones tanto por la falta de<br />
conocimiento astronómico como por un espíritu egoísta que no permitía la intrusión de<br />
profesionales ajenos a la arqueología y porque también consideraban que los astrónomos no<br />
estaban fundamentando bien sus propuestas, posiblemente como resultado de su ignorancia de<br />
la arqueología.<br />
TRABAJO CONJUNTO<br />
Pero esa separación comenzó a diluirse con publicaciones que sobre Stonehenge hiciesen los<br />
astrónomos C. A. Newham en 1963 y Gerald S. Hawkins en 1963 y 1964. Con ellas revivieron<br />
el interés sobre los alineamientos y también la controversia con los arqueólogos.<br />
Pero ese diálogo comenzó a dar fruto en 1965 con la publicación del libro Stonehenge<br />
Decoded que publicara Hawkins. Resurge el interés sobre los alineamientos y comienza una<br />
serie de estudios de campo en diferentes partes del mundo. Las figuras grandes del desierto<br />
peruano se interpretan como representaciones de las constelaciones. El plano de la ciudad de<br />
Teotihuacán se considera en armonía con el sol y ciertas estrellas. El Grupo E de Uaxactún en<br />
el Petén se interpreta como prototipo de una estación de observación. Se encuentra que el<br />
edificio del Caracol de Chichén Itzá en Yucatán tiene vistas a posiciones astronómicas<br />
significativas. Se reconoce que los alineamientos de los montículos en Cahokia, San Luis,<br />
Missouri y en el centro de Kansas son registros de los solsticios. La rueda de piedras de Big<br />
Horn Medicine Wheel, en las montañas de Wyoming, la consideran un observatorio<br />
astronómico. Se dice que las líneas de ceque alrededor de Cuzco pueden representar un<br />
calendario, en campo abierto, con atributos astronómicos, religiosos y políticos. Como se ve,<br />
todos estos resultados e interpretaciones demuestran que el humano se había venido guiando<br />
por los astros para realizar obras arquitectónicas y artísticas.<br />
SURGIMIENTO DE LA ARQUEOASTRONOMIA<br />
Hasta este momento no se había utilizado ninguna palabra en especial para todos estos trabajos<br />
sobre alineamientos de estructuras humanas con los astros. No fue sino hasta 1966 cuando G.<br />
S. Hawkins utiliza por primera vez el término "astroarqueología". El sentido que le dio fue el<br />
del estudio de los principios astronómicos que se utilizaron en la arquitectura antigua. Esto<br />
incluía la elaboración de una metodología para la obtención y el análisis cuantitativo de los<br />
datos sobre los alineamientos arqueológicos.<br />
Sigue luego una serie de reuniones que atestiguan el interés que este campo ya había<br />
despertado. Una primera reunión significativa fue el Simposio que la Real Sociedad y la<br />
Academia Británica organizaron para 1972. Como muestra de una división que entonces se<br />
hacía y que al mismo tiempo demostró la aceptación de esos supuestos alineamientos<br />
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prehistóricos, esta reunión se dividió en dos: 1) Astronomía en Sociedades Antiguas Letradas<br />
y 2) Astronomía Antigua: Evidencia no Escrita. Siguió en 1973 una Conferencia en la Ciudad<br />
de México sobre la "Arqueoastronomía en la América Precolombina" (Fig. 4).<br />
Figura 4. Ciudad precolombina de Teotihuacán en el altiplano de México.<br />
En esta Conferencia participaron y expusieron profesionales de distintas ramas del saber,<br />
incluyendo astrónomos, arquitectos, arqueólogos, etnólogos, historiadores, etc. Esto<br />
demostraba un gran avance porque muchas más disciplinas estaban tomando en serio el tema<br />
de estos alineamientos. Como pueden darse cuenta, me había abstenido de utilizar el término<br />
"arqueoastronomía". Fue en esta Conferencia de México cuando por primera vez aparece ese<br />
término, utilizado en círculos profesionales. El sentido que se le dio al término fue el del<br />
estudio de la extensión y práctica de la astronomía en las culturas y civilizaciones antiguas.<br />
Ese estudio era multidisciplinario e incluía incursiones en los campos de la escritura antigua,<br />
la arqueología, la iconografía, el simbolismo, la astronomía de posición, la astrología, la<br />
religión, los mitos, etc.<br />
Otro aspecto que dio impulso al campo de la arqueoastronomía fueron las publicaciones<br />
periódicas, propias del campo, que comenzaron en 1977 con el Archaeoastronomy Bulletin.<br />
Siguió The Journal of the Center for Archaeoastronomy, el cual hoy día se ha convertido en<br />
Archaeoastronomy: The Journal of Astronomy in Culture. Ligado con éste, también aparece el<br />
Arhaeoastronomy and Ethnoastronomy News y el Archaeoastronomy, Supplement to the<br />
Journal for the History of Astronomy.<br />
Para finalizar, solamente deseo recapitular la idea personal sobre lo que es la<br />
arqueoastronomía. Como antropólogo-arqueólogo, propongo una definición o concepto muy<br />
amplio de lo que es y encierra la idea de arqueoastronomía. Ya que en la actualidad la<br />
arqueoastronomía recoge y aprovecha datos de distintos otros campos del saber, tanto del<br />
pasado como del presente, diremos que la arqueoastronomía son las concepciones y<br />
prácticas astronómicas del ser humano pasado.<br />
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