presencia del pensamiento acalitense contemporáneo xv
presencia del pensamiento acalitense contemporáneo xv
presencia del pensamiento acalitense contemporáneo xv
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
PRESENCIA DEL PENSAMIENTO ACALITENSE CONTEMPORÁNEO XV<br />
GABRIEL VILLALOBOS RAMÍREZ: pasión por Aguascalientes.<br />
Cuando Aguascalientes no es solo el nombre de un espacio<br />
geográfico ni solo un sitio para la convivencia social<br />
obligada, el nombre adquiere nuevo sentido y contenido; se<br />
asume como parte de una relación simbiótica entre el<br />
individuo y el medio geográfico e histórico urbano con la<br />
consecuente vinculación al entorno social.<br />
Para Gabriel Villalobos, Aguascalientes no es nada más el<br />
sitio en donde nació, creció, formó una familia y ha estado<br />
durante la mayor parte de su vida, sino es su pasión; la<br />
cual expresa cuando habla de su barrio, su casa, su<br />
oficina, su familia, sus amigos y sus actividades. Todo lo<br />
que ha sido y es está directamente relacionado con su vida<br />
en, por, desde y para Aguascalientes. Esto podría indicar<br />
que Gabriel Villalobos es un individuo localista para quien<br />
su entorno de vida le restringe tener una visión más amplia<br />
1
<strong>del</strong> mundo, pero sucede todo lo contrario, por tener la<br />
experiencia de haber recorrido algunas partes <strong>del</strong> mundo,<br />
imbuido en la curiosidad y la inquietud de donde y como<br />
viven los humanos en otros espacios geográficos, es lo que<br />
le ha confirmado su pasión por el barrio y sus entornos,<br />
pues es la experiencia de su vida; y esto es evidente en<br />
los múltiples registros que ha dejado en distintos medios.<br />
Revisemos como se ha desarrollado esa simbiosis.<br />
I. Algunos datos biográficos.<br />
Nació un 17 de diciembre <strong>del</strong> año 1932, fue el último hijo<br />
<strong>del</strong> matrimonio formado por el profesor don Faustino<br />
Villalobos López y la profesora Doña María Mercedes Ramírez<br />
Martín <strong>del</strong> Campo de Villalobos en la casa donde ahora está<br />
su despacho, ubicada en Héroes de Chapultepec No.202<br />
oriente que, afirma, bondadosamente sus padres se la<br />
heredaron.. Su padre fue un hombre dedicado, durante 67<br />
años, a la enseñanza en el aula que, dice, fue su segundo<br />
hogar. Murió a los 83. “A mi madre la recuerdo como una<br />
matrona romana, quien tuvo por meta dos cosas: hacernos<br />
buenos católicos y buenos mexicanos y creo que en mi caso<br />
personal lo logró” 1 ; era como una guía que le platicaba<br />
sobre la familia y el barrio e incluso, explica, fue quien<br />
lo inspiro para escribir el libro sobre su barrio, el de<br />
Triana. No obstante, reconoce que cuando nació, la<br />
parroquia <strong>del</strong> Encino tenía su límite a unos cuantos metros<br />
de la casa, porque la calle era entonces el límite entre la<br />
Parroquia de la Asunción, donde está ubicada la casa, y la<br />
<strong>del</strong> Encino, la que corresponde al barrio de Triana, pero<br />
siempre dice que nació en el barrio de Triana; por eso<br />
1 http://www.aguascalientesgrafico.com/lic_gabirel_villalobos_ramirez.htm. Cabe aclarar que<br />
ésta página ya no se encuentra en el sitio donde estaba hospedada.<br />
2
suele afirmar, en un plan festivo, que es originario de<br />
“Triana de la frontera”.<br />
Fue el sexto hijo <strong>del</strong> matrimonio referido. Lo antecedieron<br />
Salvador, quien murió muy pequeño, Mercedes, a quien<br />
consideró como su segunda madre, al siguiente lo nombraron<br />
Salvador, como al primogénito, siguieron Jesús y Faustino,<br />
quien murió también pequeño. Expresa que su infancia fue<br />
extraordinaria porque su hogar fue primoroso; sus padres y<br />
hermanos eran completamente amorosos. De los amigos de<br />
entonces también conserva un recuerdo maravilloso. El<br />
primero fue Héctor Velasco Tamayo, quien ahora vive en<br />
Texas. “Le decíamos “Mamo” y vivía frente a mi casa”. Con<br />
“Mamo” estuvimos en el kinder de María Antúnez, a la<br />
vuelta de la casa, pertenecía a una familia que vigorizó el<br />
amor por nuestras tradiciones, igual que la de don Pedro<br />
Reyes, un sastre cortador. “A través de ellos conocí y<br />
disfruté de las "posaditas", de la Feria de San Marcos, de<br />
la alegría de los días de campo. Algunos ya murieron y me<br />
queda su recuerdo, otros no y me da una gran dicha verlos.”<br />
De esa época infantil afirma: Fuimos muy inquietos y<br />
cometimos varias travesuras, como ejemplo señala que una<br />
fue cuando estaba todavía en el kinder quemaron el basurero<br />
que era una caja en donde ponían la basura pues “Mamo”<br />
dijo, ¡vamos a limpiar nuestros pupitres y quemar los<br />
papeles de la basura!. Compraron unos cerillos que costaron<br />
dos centavos y prendieron un papel; pronto aquello se<br />
incendió. Luis Reyes González, quien ya estaba en cuarto<br />
año de primaria, salió de un salón con agua en un lavamanos<br />
y lo apagó; dice que: “nosotros nos fuimos hasta el último<br />
Rincón. Les habla la directora, Conchita Macías, nos decían<br />
y nos negábamos”. El Lic. Villalobos Ramírez cuenta con<br />
gran vehemencia pasajes de esa tierna infancia y también de<br />
su juventud.<br />
3
Del kinder paso al Colegio Independencia, creado por su tío<br />
abuelo, el profesor José Ramírez Palos, donde estudió de<br />
1939 a 1945 aunque tuvo un paso fugaz por el Colegio<br />
Portugal, patrocinado por la diócesis de Aguascalientes,<br />
porque los cursos regulares terminaban en el mes de agosto<br />
y esa institución ofrecía un curso complementario mientras<br />
iniciaba el siguiente ciclo escolar, como lo describe el<br />
autor en el escrito sobre la Calle de Galeana. Narra que en<br />
una ocasión, el profesor de educación física, que estaba<br />
encargado de la organización para participar en el desfile<br />
<strong>del</strong> 20 de noviembre se llevó al grupo marchando sin<br />
descanso hasta el río morcinique que estaba a la salida a<br />
Calvillo, lo cual eran unos 4 o 5 kilómetros. Debido al<br />
desorden durante la marcha, al regreso castigó al grupo y<br />
solo dejaba salir a unos cuantos en tiempos espaciados. A<br />
Gabriel Villalobos, de quien no conocía su nombre, lo dejó<br />
salir hasta las 8 de la noche; el director <strong>del</strong> colegio<br />
Benito López Velarde, le preguntó que estaba haciendo a esa<br />
hora en la escuela, a lo que Gabriel le respondió que jamás<br />
regresaría a ese colegio.<br />
Luego cursó la prepa en el Instituto de Ciencias Autónomo<br />
de Aguascalientes (ICAA) entre 1946 y 1950 en donde<br />
recuerda que tuvo momentos inolvidables. En un escrito<br />
sobre la prepa dice: “Como no recordar los apodos, las<br />
novatadas, los fandangos estudiantiles, la participación en<br />
las campañas de reina, las corridas, las peregrinaciones a<br />
Guadalupe, los exámenes, las bromas y las cosas hasta<br />
cómicas. Fue esa época algo que todavía hasta se me hace<br />
increíble y me llena de vida.”<br />
Ya para concluir sus estudios de bachillerato y pensar en<br />
los profesionales, pensó que su primera ilusión era ser<br />
embajador, sin embargo el profesor Oscar Morineau, de la<br />
Escuela Nacional de Jurisprudencia, quien impartía el curso<br />
de Introducción al estudio <strong>del</strong> Derecho en el ICAA le dijo:<br />
4
“No seas guaje, ponte a pensar que el Servicio Exterior<br />
Mexicano es el mas mal pagado, los embajadores cuando son<br />
jubilados tienen muchas deudas y aparte son soberanos<br />
desconocidos en su tierra”. Posteriormente en una charla<br />
con Jesús Reyes Ruiz, en Aguascalientes, quien llegó a ser<br />
embajador, le dijo que su maestro Morineau, había tenido<br />
mucha razón.<br />
Concluidos sus estudios, cuenta que entonces emigró con<br />
varios amigos a la ciudad de México, pues se tenía que<br />
salir a continuar en otros Estados por la inexistencia de<br />
instituciones de educación superior en la entidad. La mayor<br />
parte se iban a la ciudad de México. Afirma que “a muchos<br />
nos dolía, éramos muy jóvenes, escasos 16 a 18 años a<br />
enfrentarnos a una ciudad neurasténica en la que añora la<br />
paz y tranquilidad de Aguascalientes”. No obstante la<br />
solidaridad estaba presente, dice que “Allá la comunidad<br />
Hidrocálida éramos un club y cada 8 días estábamos en un<br />
solo lugar en el coso mas grande <strong>del</strong> mundo, la Plaza<br />
México. Fue una hermandad extraordinaria guiada por Jorge<br />
López Yánez “El Vago” y por Carlos Godoy. Se creó por<br />
nosotros la porra de ingeniería”. En lo personal, Gabriel<br />
Villalobos perteneció a la generación que ingresó en 1951 a<br />
la Facultad de Derecho. En 1956 terminó la carrera, el 14 o<br />
15 de enero, y se regresó a su tierra natal. Afirma que “Me<br />
puedo calificar como un “palomo de torre”, salí, volé,<br />
volví, regresé a mi campanario. Tuve oportunidad de<br />
quedarme en México, pero el amor a mi tierra, a mis padres,<br />
a mi gente me hizo regresar y no me arrepiento ni un<br />
segundo. Me ofrecían ser burócrata de Hacienda, de haber<br />
aceptado quizás hubiera llegado a un puesto alto, pero no,<br />
lo mío era Aguascalientes.”<br />
El 24 de febrero de 1957 recibió la <strong>del</strong>egación <strong>del</strong> Juzgado<br />
Mixto de Paz, siendo gobernador don Benito Palomino, donde<br />
estuvo 2 años hasta 1957. En ese año, el 30 de septiembre,<br />
5
presentó su examen profesional, en el que disertó sobre “El<br />
perfil de la reforma agraria en el Estado de<br />
Aguascalientes”. Luego estuvo como agente <strong>del</strong> Ministerio<br />
Público <strong>del</strong> fuero común otros dos años de enero de 1958 a<br />
diciembre de 1959. La experiencia de ejercer como<br />
Ministerio Público no fue lo suficientemente relevante, por<br />
lo que decidió separarse de la burocracia para poner su<br />
despacho en los altos de lo que era la terminal de Ómnibus<br />
de México, donde hoy se encuentra la oficina de Relaciones<br />
Exteriores.<br />
Cuando fungía como Agente <strong>del</strong> Ministerio Público se<br />
presentó Cupido, el flechazo provino de haber conocido a<br />
María Guadalupe González Ponce de quien se enamoró y hoy es<br />
su esposa. Narra: “Comencé‚ a frecuentarla el 3 de enero de<br />
1958, fue evolucionando la relación con serenatas, con idas<br />
al cine sin faltar nuestra chaperona, con idas al jardín de<br />
San Marcos, en medio de flores, de poemas, en ese<br />
Aguascalientes tan romántico que vivimos, ese que se<br />
proyectó en nuestro amor. Siempre el 3 de enero lo<br />
festejamos...acudimos a misa a San Marcos y siempre al<br />
final, acudimos a una banca a sentarnos y a platicar como<br />
novios, sin importar el frío. Cuando vi que ya ganaba 800<br />
pesos mensuales dije, ahora sí la hago y que me caso. El 8<br />
de abril de 1961 se cristalizaron nuestros deseos de formar<br />
un hogar.” Ella es mi todo, dice, simplemente no concibo la<br />
vida sin ella. Mi novia, mi esposa, mi compañera, mi<br />
amante, la luz de mi vida, el centro de mi universo y una<br />
cosa muy hermosa, todavía estoy enamorado, la veo como mi<br />
novia y la quiero profundamente, formando un hogar de lo<br />
mas hermoso que se puedan imaginar. Añade que: “El viaje de<br />
bodas fue hermosísimo y el plan de bodas le digo a mis<br />
amigos que lo dejé‚ porque se nos acabó el dinero si no<br />
fuera así todavía seguiríamos de luna de miel. Fue, agrega,<br />
a Guadalajara, Manzanillo, México, Oaxaca, Acapulco y ahí<br />
6
se nos acabó el dinero y volvimos, fueron mas de 20 días<br />
increíblemente maravillosos”.<br />
El Lic. Villalobos Ramírez, es un hombre profundamente<br />
enamorado de su familia, de su gran tesoro, que lo es todo<br />
en esta vida. Explica que: “Es lo mas bonito, lo mas<br />
tierno, el tesoro mas grande con el que Dios premia al<br />
hombre en esta vida. Y por él, afirma, no creo sino que<br />
estoy seguro que todavía estoy viviendo un gran sueño de<br />
amor. Mi esposa es tan hermosa, tan agradable, tan señora<br />
de su casa, con una personalidad increíble. Nos enamoramos<br />
de una forma tan extraordinaria que ni me la creo. Y miren,<br />
dice que aunque ya es mi esposa todavía a estas alturas no<br />
me da el sí como novia. Dios, nos dice, nos ha dado cinco<br />
grandes bendiciones, mis hijos. Gabriel, el único que no se<br />
ha casado, es oficial archivista. Jorge, un abogado que<br />
está aquí conmigo. Se casó con Claudia Landín y tienen<br />
tres hijos, Jorgito, el nieto más grande, el viejo de la<br />
danza porque es el primero de los nietos, luego Jorge<br />
Alejandro y Aranza. Mi tercer hijo es Luis Fernando,<br />
alegre, jocoso y extraordinario. Es ingeniero bioquímico e<br />
industrial y se casó con otra bellísima mujer, Lucrecia<br />
Guzmán y tienen a Luis Fernando, Gabriel, Andy y una<br />
hermosura Lucrecia, traviesa hasta la pared de enfrente y<br />
que le roba a la mama sus pinturas para arreglarse la<br />
cara. Hija, pí<strong>del</strong>e a Dios que me dé vida para bailar el<br />
vals de tus quince años. Miguel Ángel es el cuarto hijo,<br />
Lic. en informática y esta casado con María de Lourdes<br />
Altamira Esparza, tienen a dos hijos, Miguel Ángel y Héctor<br />
Emilio, son una adoración. La más chiquita y la que<br />
revolucionó mi casa es mi hija Lupita. Creció en medio de<br />
hombres y es muy aventada, no dejada y extraordinariamente<br />
femenina, casándose con el Ing. Víctor Hernández, tienen<br />
dos niños, Víctor Manuel y Valeria. Ellos son mis hijos,<br />
son mi vida, mi alegría”. Y todavía, agrega, que esa<br />
7
felicidad de la vida no se circunscribe a su hogar, pues<br />
Dios lo ha premiado con un equipo de secretarias y de gente<br />
que le ayuda en el despacho verdaderamente fabuloso;<br />
“...ellas me hacen que el trabajo de todos los días en vez<br />
de ser trabajo sea placer”.<br />
Sobre su actividad profesional explica: “Litigue, pero mi<br />
manera de ser, nada combativo, sino de tranquilidad, el de<br />
un ser que ama lo bello, que ama la naturaleza, que se<br />
embeleza con la astronomía y al que le duele el dolor, no<br />
podía ser litigante. Sufría con la gente a la que tenía que<br />
demandar en los juicios y Dios tenía para mi un premio: el<br />
de ser Notario Público. Ser magistrado de la paz, buscando<br />
la forma de que toda la gente que se acerque a mí,<br />
encuentre orientación y ayuda, evitando pleitos. La vida de<br />
Notario, agrega el Lic. Villalobos, es lo que mi Padre Dios<br />
me tenía destinado, porque para serlo primero se necesita<br />
ser abogado....soy el segundo Notario mas viejito en la<br />
Entidad. El primero es mi muy querido compadre, maestro y<br />
amigo don Joaquín Cruz Ramírez, así es que no solo soy de<br />
canas, sino que ya mero soy decano, nos dice sonriendo y<br />
refiere que inició como tal el 2 de enero de 1968. Mi<br />
primer acto notarial fue un poder que don Jesús Madrigal le<br />
otorgó a su abogado Sergio Reyes Soto, un poder para<br />
pleitos y cobranzas. Hasta hoy van unos 15 mil actos<br />
notariales y mi clientela es básicamente gente pobre, a la<br />
que puedo ayudar con un cariño muy grande. Todos me conocen<br />
aquí, no tengo grandes negocios ni mucho menos una fortuna,<br />
pero Dios me ha dado para vivir con bastante decoro<br />
sirviendo con enorme cariño a mi prójimo sin estar en un<br />
plan de rijoso. Mi espíritu es el de un conciliador, el de<br />
un sembrador de paz y armonía, lo que me tiene encantado<br />
porque me gusta servir a mis gentes y a mi Aguascalientes<br />
adorado.”<br />
8
También se desempeñó en las actividades docentes: sobre<br />
ello dice: “He sido profesor, una actividad primorosa. En<br />
agosto de 1956 me inicié, en la docencia, como maestro en<br />
el Instituto Autónomo de Ciencias y Tecnología y de la<br />
Universidad Autónoma de Aguascalientes” donde impartió<br />
cursos de Civismo, Historia de México, Historia <strong>del</strong> siglo<br />
XX, Sociología Descriptiva Mexicana y Derecho Romano<br />
“estuve ahí hasta agosto de 1990. Fueron mas de 33 años de<br />
docente, también estuve en el Guadalupe Victoria, en el<br />
Colegio de la Paz, en la Prepa Juárez, fui director de la<br />
Secundaria de la UAA de 1970 a 1975, en dos periodos de<br />
tres años, fui de los fundadores de la misma UAA en 1973,<br />
también secretario General <strong>del</strong> IACT de 1967 a 1969.<br />
Integrante de la Junta de Gobierno de la UAA de 1979 a 1989<br />
y su presidente en los dos últimos años.<br />
A través de la educación me di cuenta de nuestra evolución.<br />
Qué distinta la educación y las escuelas de antes a las de<br />
hoy. Hoy las aulas sonríen, cuanta luz y árboles, mientras<br />
que antes eran cuartuchos para 25 o 30 niños.”<br />
Otra de sus actividades ha estado relacionada con la<br />
política. Sobre ella afirma: “Todos en esta vida somos<br />
políticos, nos dice, nadie puede escapar de ella, porque no<br />
es otra cosa que la vida activa dentro de la comunidad.<br />
Cuando defino al Notario digo que es el político más<br />
político sin ser político. Es el político porque está<br />
inmerso dentro de ella, dentro de la vida de la sociedad y<br />
la actividad notarial no es otra cosa más que para que la<br />
sociedad viva en paz, para que haya credibilidad. Ve por el<br />
progreso como la constitución de sociedades mercantiles, de<br />
compra-ventas, de testamentos y de muchas otras cosas que<br />
no son más que política. Y más políticos por la sencilla<br />
razón de que servimos a toda la gente sin distinción de<br />
política, credo o religión. El Notario no debe ser<br />
político, porque no es su función, debe estar retirado de<br />
9
la política activa, debe ver por lo que es el Notariado. En<br />
la juventud debe ser participante de partidos políticos y<br />
en la madurez como funcionario electoral, yo participé‚ en<br />
varios cargos vigilando que la Ley Electoral se cumpliera.<br />
Mi experiencia fue gratificante. En 1995 me nombraron<br />
Magistrado <strong>del</strong> Tribunal Local Electoral junto con mi<br />
compadre Joaquín Cruz Ramírez y al Lic. Rafael de Luna y<br />
tanto él como yo votamos porque Joaquín fuera el<br />
presidente. Fue algo muy hermoso, pasamos días enteros<br />
estudiando y eso fue un auténtico ateneo cultural. Llegaron<br />
las elecciones y a cumplir. Tuvimos jornadas de mas de 16<br />
horas y en octubre rendimos informe de que habíamos<br />
cumplido y nos retiramos, siendo ese mi último puesto<br />
político en relación con un proceso electoral, aunque debo<br />
decir que en elecciones todos los Notarios debemos servir a<br />
los electores.”<br />
Luego el Lic. Gabriel Villalobos Ramírez habla de su paso<br />
por el Club de Leones. Con el mote de “Pescadito”, ha<br />
militado en el Leonismo desde marzo de 1964 desempeñando<br />
varios puestos en las directivas como el de presidente y a<br />
nivel <strong>del</strong> distrito como vicegobernador, y fungió como<br />
gobernador de 1998 a 1999. Expresa que es casi una religión<br />
que tiene la finalidad de hacer el bien al próximo. El Club<br />
de Leones que no trabaja no tiene razón de ser‚ porqué<br />
servir es nuestro trabajo aunque luego resulta agotador y<br />
gratificante. Añade que “A través <strong>del</strong> leonismo hay actos<br />
que le perforan al corazón. Recuerdo que una vez fuimos a<br />
repartir juguetes en un Día de Reyes, le entregué‚ un<br />
carrito a un niño, creo que nunca había recibido uno, lo<br />
vio como algo que para él era un sueño, lo dejé en el piso<br />
y me besó la mano. Eso me taladró el corazón y me di cuenta<br />
que vale la pena interpretar cabalmente el leonismo, en<br />
donde he sido secretario, presidente de mi Club y a nivel<br />
distrital gobernador de 1998 a 1999, teniendo la dicha de<br />
10
ir a la población inglesa de Birbinham en donde rendí<br />
juramento como gobernador <strong>del</strong> Distrito B-5.”<br />
De sus conocidos expresa: “...agradezco muchísimo a mi<br />
hermano -así le digo porque hemos convivido durante muchos<br />
años- Agustín Morales Padilla”, que conoció en ese<br />
Aguascalientes que era extraordinariamente romántico, como<br />
no recordar que aquí a la vuelta estaba un gran señor, don<br />
Ramón Morales, hijo de Ludgerio Morales, que venían de<br />
Teocaltiche. Don Ramón, un hombre trabajador como el que<br />
mas, junto con Juanita su admirable esposa. Formaron una<br />
hermosa familia, educando a sus hijos y miren que todos han<br />
salido positivos y dentro de ellos, nos dice, este<br />
Agustín, el presidente y director de HIDROCÁLIDO. Y también<br />
hubo otras familias, como los Álvarez, como las señoritas<br />
Gómez, como las Chávez, nietas de don José María Chávez, lo<br />
mismo Felisa Calatayud, como su nieto José de Jesús y<br />
Castro. Ah, nos dice, que recuerdos tan maravillosos de esa<br />
infancia, con un cariño, con una atmósfera de amor<br />
verdadero a los valores que nos inculcaron, de respeto<br />
absoluto y como no reconocerles el que nos supieron formar<br />
y que nos dieron un ejemplo magistral.”<br />
Si bien recuerda con nostalgia al Aguascalientes de antaño,<br />
reconoce y acepta que ha sido testigo y actor <strong>del</strong><br />
desarrollo que hoy se tiene. Sobre ello expone: “Me ha<br />
tocado, dice con orgullo, ver la transformación de nuestra<br />
amada Aguascalientes. Allí por los 40s tendríamos unos 80<br />
mil habitantes, todos nos conocíamos, éramos una gran<br />
familia y los límites de la ciudad eran, al norte, el<br />
Estanque de la Cruz, al sur el arroyo <strong>del</strong> Cedazo -hoy<br />
avenida Ayuntamiento-, al oriente cuando mucho lo que es<br />
el Estadio Victoria y al poniente donde esta la escuela 21<br />
de agosto. Hoy parece increíble el desarrollo, claro que da<br />
gusto, sin embargo, afirma, hay nostalgia <strong>del</strong> pasado. Hemos<br />
tenido la suerte de haber contado con gobernadores muy<br />
11
uenos y creo que el sismo <strong>del</strong> 85, cuando el terremoto que<br />
hizo llegar hasta aquí a muchos capitalinos, fue un gran<br />
detonante para que el crecimiento se diera. Hoy todo ellos<br />
son Hidrocalidos. Antes nos llenaban de orgullo, y aún lo<br />
son, los Ferrocarriles y sus rieleros. Habla también de la<br />
gran Fundición Mexicana y dice que el fin de los talleres<br />
es algo que ha causado profunda tristeza, pero esto ha<br />
traído una gran explosión industrial que le ha dado un<br />
nuevo y admirable desarrollo a Aguascalientes. Habla<br />
también de la industria vitivinícola, con su gran apóstol<br />
don Nazario Ortiz Garza, quien convirtió en un vergel a<br />
Aguascalientes, y con él entabló gran amistad al grado que<br />
ante su carácter de notario hizo su testamento. Añade que<br />
eso también acabó y hoy tenemos una gran industria.<br />
“Seguimos con una explosión de progreso que da un gusto<br />
enorme. Somos ya una población con mas de un millón de<br />
habitantes, con todos sus problemas y la obligación de la<br />
actual y futuras generaciones será la de conservar a<br />
Aguascalientes como la “Atenas de México”, amar la cultura,<br />
las bellas artes, ser productivos, ser positivos, esa dice<br />
el Lic. Villalobos Ramírez, es la estafeta que estamos<br />
dejando. Pudiéramos hablar de tantísimas cosas que<br />
necesitaría de varios libros para dar cuenta de la<br />
evolución bárbara de Aguascalientes en los últimos 50 años,<br />
esa que la hace mas grande que sus límites territoriales.”<br />
Como corolario de este apéndice biográfico podemos apreciar<br />
los <strong>pensamiento</strong>s <strong>contemporáneo</strong>s sobre una retrospectiva de<br />
su vida. Gabriel Villalobos Ramírez dice que nunca acabará<br />
de agradecerle a Dios tantas bendiciones. “Soy un hombre<br />
realizado y muy agradecido con Dios y a la hora que él diga<br />
que debo acompañarlo, bendita hora, si viene pronto, que<br />
venga pronto y si él quiere que viva mucho entonces que así<br />
sea, pero yo estoy a las órdenes de lo que el<br />
"Todopoderoso" diga.”<br />
12
En síntesis, el: “Lic. Gabriel Villalobos Ramírez, un<br />
Notario Público renombrado, un hombre intachable, un “León”<br />
admirado, un astrólogo apasionado, un esposo enamorado, un<br />
padre y un abuelito extraordinario, de esos “de los de<br />
antes”. Es un hombre que se define como un Hidrocálido de<br />
cepa. Soy, afirma, más Hidrocálido que la misma columna de<br />
la Exedra. Mi paso por la vida, toda en Aguascalientes,<br />
agrega, ha sido pleno, absoluto, me siento completamente<br />
realizado a través de todas las cosas que Dios me ha<br />
permitido realizar. Me siento logrado a través de la<br />
docencia, <strong>del</strong> ejercicio profesional, de la gran<br />
magistratura de padre de familiar, por haber intervenido en<br />
la vida nuestra, tanto como notario como simple<br />
aguascalentense, por lo tanto, el día que Dios quiera me<br />
voy a ir con gusto y te suplico que abras la caja en la que<br />
esté y van a ver un muerto con una sonrisa de oreja a<br />
oreja. Y ¿porqué?, bueno porque la hice, porque la vida me<br />
ha sonreído siempre y porque Dios ha estado<br />
conmigo....Creo, nos dice modestamente, que....he sido y<br />
soy, uno mas de los Hidrocalidos que nos hemos entregado<br />
con gusto y pasión a trabajar por hacer grande a nuestro<br />
Estado. Y es entonces cuando nos dice: “soy mas<br />
aguascalentense que la columna de la plaza”.” 2<br />
La vida puede ser casuística pero cuando se asume con<br />
pasión y convicción, toma el sentido de realización<br />
personal y de la introspección <strong>del</strong> entorno social. Y si<br />
bien este recorrido biográfico aparece como una mera<br />
apología, el mismo biografiado resalta que se le debe<br />
entender como un ser humano con virtudes y defectos cuya<br />
única finalidad es tratar de disfrutar su vida entre<br />
quienes lo aceptan y aprecian. Gran parte de ello podemos<br />
conocerlo en sus escritos que revisaremos a continuación.<br />
2 Ibdem.<br />
13
II. La producción bibliográfica.<br />
Una advertencia precede a la revisión de sus textos ¡No soy<br />
escritor! Solo narro aquello que me permite recordar mis<br />
vivencias. Y si bien muchos de los escritos no son piezas<br />
literarias, e incluso aparecen detalles de ortografía que<br />
no se identifican si son responsabilidad <strong>del</strong> autor, de la<br />
trascripción o de la edición, regularmente la lectura es<br />
amena.<br />
Iniciemos con uno de sus primeros textos formales. Su tesis<br />
para graduarse como licenciado en Derecho. Como ya se<br />
refirió anteriormente “El perfil de la reforma agraria en<br />
el Estado de Aguascalientes” fue el tema que desarrolló,<br />
según lo manifiesta en la dedicatoria, en el Seminario de<br />
Derecho Agrario con la guía <strong>del</strong> Director Lic. Don Angel<br />
Alanis Fuentes, de la Escuela Nacional de Jurisprudencia de<br />
la facultad de derecho y ciencias sociales en la<br />
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO para obtener el<br />
14
titulo de licenciado en derecho en MÉXICO, D. F. El 30 de<br />
septiembre <strong>del</strong> año de 1957.<br />
En las dedicatorias además de las correspondientes a la<br />
familia y a los maestros hay una que dice: “A mi tierra<br />
natal, Aguascalientes, territorialmente pequeña pero<br />
culturalmente grande”. Ello se refrenda en la INTRODUCCIÓN,<br />
donde en su EXPOSICIÓN DE MOTIVOS QUE DETERMINARON LA<br />
15
ELECCIÓN DE LA PRESENTE TESIS afirma que: “El principal<br />
motivo que determinó la elección de la presente tesis es el<br />
gran cariño que siento por mi Estado natal, Aguascalientes,<br />
cariño que desde mi infancia mis padres me han sabido<br />
inculcar.<br />
Analizando los problemas que presenta el Estado me encontré<br />
que el más fuerte radica en el campo por ser esencialmente<br />
agrícola y de ahí que he escogido el presente tema sobre<br />
Derecho Agrario, enfocado al Estado de Aguascalientes,<br />
haciendo un análisis de la situación agraria actual con el<br />
objeto de que sirva de algo para resolver este agudo<br />
problema.<br />
Para la realización <strong>del</strong> trabajo que hoy exponemos fue<br />
necesario adquirir la cultura que nos brindó la Escuela<br />
Nacional de Jurisprudencia, la que aplicamos mediante los<br />
conocimientos que nos dieron el estudio de disciplinas como<br />
la Sociología, la Economía el Derecho Obrero, etc., etc., y<br />
en general todo el acervo adquirido a través de la carrera<br />
de Licenciado en Derecho.<br />
Muchas fueron nuestras reflexiones para elaborar el temario<br />
de nuestra tesis y nos parece de interés referirnos, aunque<br />
sea brevemente al proceso mental que inspiró y guió nuestro<br />
esfuerzo.<br />
Si teníamos que hablar <strong>del</strong> problema agrario en el Estado de<br />
Aguascalientes en primer lugar deberíamos situar al Estado<br />
en el espacio y en el tiempo, para conocer el teatro donde<br />
se desarrollan los estudios agrarios realizados; de ahí que<br />
en primer lugar nos valimos de la Geografía para describir<br />
el Estado; es decir, colocarlo en el espacio que ocupa y<br />
describirlo; una vez que describiese geográficamente a este<br />
girón de la Patria, que se llama Aguascalientes, nos<br />
avocaríamos al estudio de su actuación en el tiempo, o sea<br />
su estudio histórico para saber como el pueblo de<br />
16
Aguascalientes ha respondido al llamado de México a través<br />
de sus luchas históricas.<br />
El alma de cualquier Estado es la población, por eso la estudiamos<br />
y vemos como vive la sociedad Hidrocálida tanto en<br />
el campo como en la ciudad; cual es su nivel económico,<br />
como visten, comen, se divierten y cual es su trabajo, las<br />
prestaciones adquiridas por los obreros y como están<br />
organizados.<br />
Por medio de la Economía se hace un estudio de la tierra,<br />
clasificándola, estudiando sus cultivos, sistemas de<br />
explotación, valor de su producción y aprovechamiento de la<br />
misma.<br />
Después de describir geográfica, histórica, sociológica y<br />
económicamente al Estado de Aguascalientes nos avocamos al<br />
estudio <strong>del</strong> Derecho Agrario aplicándolo al mismo; pues<br />
estamos convencidos de que esta rama <strong>del</strong> Derecho, es una de<br />
las más importantes no solo en Aguascalientes sino en todo<br />
México en el que el problema agrario es fundamental.<br />
Siempre fue para nosotros interesante saber como en<br />
Aguascalientes han tenido aplicación las leyes agrarias;<br />
cómo se han repartido las grandes propiedades. Estudiamos<br />
el crédito agrario y cuales han sido los obstáculos para la<br />
producción en el campo. En seguida estudiamos los problemas<br />
agrarios que presentan los Municipios que por ser el Estado<br />
tan pequeño, son muy semejantes dichos problemas.<br />
Por último hablamos de la educación de la gente <strong>del</strong> campo,<br />
considerándola como un capítulo de importancia, pues bien<br />
sabido es que entre más culto es el campesino más provecho<br />
obtiene de la tierra, por eso estudiamos los problemas que<br />
presenta la educación en el campo con el fin de tratar de<br />
resolverlos.<br />
La tesis que he desarrollado a través <strong>del</strong> plan de trabajo<br />
antes descrito la dividí en: Introducción, un capítulo<br />
único, tres partes Conclusiones y Bibliografía.<br />
17
Refiriéndose el capitulo único a El Medio Físico y las<br />
Comunicaciones. La Primera Parte corresponde a La Historia,<br />
La Economía y el Derecho Agrario, constando de cinco<br />
capítulos: En el Primero se habla de los Rasgos Históricos<br />
<strong>del</strong> Estado de Aguascalientes; el segundo se refiere a la<br />
Economía, el Tercero a los Problemas de la agricultura en<br />
el Estado de Aguascalientes; el Cuarto a la Industria; y el<br />
Quinto, el Derecho Agrario. La Segunda Parte tiene un sólo<br />
capítulo que se refiere a El Problema Agrario en cada uno<br />
de los Municipios <strong>del</strong> Estado. La Tercera Parte también<br />
consta de un sólo capitulo que se refiere a la Educación en<br />
el Campo.<br />
En pocas palabras estos son los motivos que determinaron la<br />
elección de la presente tesis. Este es el plan de trabajo<br />
que seguí y gracias a la cultura adquirida en la Escuela<br />
Nacional de Jurisprudencia a través de mis maestros y a la<br />
dirección que he tenido <strong>del</strong> Seminario de Derecho Agrario he<br />
logrado elaborar la presente tesis en honor de mi tierra<br />
natal.<br />
¡Aguascalientes: Recibe este trabajo como una muestra de<br />
cariño de uno de tus hijos!<br />
Gabriel Villalobos Ramírez.” 3<br />
El contenido <strong>del</strong> ÍNDICE esta compuesto, como lo indica el<br />
autor, de la siguiente manera: CAPITULO ÚNICO EL MEDIO<br />
FÍSICO Y LAS COMUNICACIONES. Su contenido comprende:<br />
Territorio; Orografía; Hidrografía; Clima y régimen<br />
pluviométrico; y El problema de las comunicaciones en el<br />
Estado.<br />
La PRIMERA PARTE es sobre LA HISTORIA LA ECONOMÍA Y EL<br />
DERECHO AGRARIO. El CAPITULO I Trata LA HISTORIA RASGOS<br />
HISTÓRICOS DEL ESTADO DE AGUASCALIENTES. Los temas son:<br />
3 Villalobos Ramírez, Gabriel. “El perfil de la reforma agraria en el Estado de Aguascalientes”.<br />
Seminario de Derecho Agrario. Escuela Nacional de Jurisprudencia de la Facultad de Derecho<br />
y Ciencias Sociales. UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO. MÉXICO, D. F.<br />
1957.<br />
18
Primeros pobladores; La conquista española en la región; y<br />
La población de Aguascalientes a través de las luchas<br />
históricas <strong>del</strong> pueblo de México.<br />
En el CAPITULO II se ocupa de LA ECONOMÍA: Población<br />
económicamente activa.<br />
El CAPITULO III es sobre PROBLEMAS DE LA AGRICULTURA EN EL<br />
ESTADO DE AGUASCALIENTES. Ahí trata: Clasificación de<br />
tierras en relación con la producción agrícola;<br />
Aprovechamiento de los recursos hidráulicos; Principales<br />
cultivos; Sistemas de explotación; Superficies de tierra<br />
entregada hasta la fecha a los ejidatarios; Datos<br />
estadísticos sobre la producción agrícola; y Valor de la<br />
producción agrícola.<br />
El CAPÍTULO IV lo dedica a LA INDUSTRIA, especialmente Las<br />
principales industrias; y La industria agrícola.<br />
En el CAPITULO V sobre EL DERECHO AGRARIO expone: Estado en<br />
que se encontraban las tierras antes de la ley agraria <strong>del</strong><br />
6 de enero de 1925; Aplicación de la ley agraria <strong>del</strong> 6 de<br />
enero de 1915 en el Estado de Aguascalientes; Leyes<br />
posteriores a la ley agraria de 6 de enero de 1915;<br />
Fraccionamiento de latifundios y dotación de tierras; El<br />
crédito agrario; Obstáculos para la producción ejidal; y<br />
Población ejidal.<br />
La SEGUNDA PARTE tiene un CAPITULO ÚNICO referido a EL<br />
PROBLEMA AGRARIO EN CADA UNO DE LOS MUNICIPIOS DEL ESTADO.<br />
Aquí revisa: Ejidos de Temporal; y Ejido de Riego.<br />
Otro CAPITULO ÚNICO lo dedica a LA EDUCACIÓN EN EL CAMPO,<br />
donde trata:<br />
Fines y fundamentos; La parcela escolar; La Campaña de<br />
Alfabetización en el Campo;<br />
La educación a las personas que no están en la edad<br />
escolar; Labor social y cultural <strong>del</strong> maestro rural;<br />
Estadística.<br />
19
Expone finalmente sus CONCLUSIONES y aporta un Criterio<br />
Personal sobre el problema agrario en el Estado de<br />
Aguascalientes. Su material de apoyo lo constituyó la<br />
BIBLIOGRAFÍA Y ENTREVISTAS.<br />
Un trabajo que realizó a lo largo de varios años son una<br />
serie de escritos comprendidos en el texto Y a la vuelta<br />
está Triana; es un libro que conjunta el producto de un<br />
trabajo de mucho tiempo; <strong>del</strong> cual muchas de sus<br />
aportaciones ya habían sido publicadas como artículos en el<br />
periódico Hidrocálido en diversas épocas, entre 1981 y<br />
1985. Si bien hay algunos cambios de sintaxis, o<br />
precisiones, o actualizaciones de datos en el libro, el<br />
contenido es básicamente el mismo.<br />
El escrito inicia con un PROLOGO <strong>del</strong> doctor Alfonso Pérez<br />
Romo, quien resalta la orgullosa estirpe provinciana <strong>del</strong><br />
autor. Ahí dice: “El árbol, para vivir, permanece siempre<br />
en el trozo de tierra en que ha hincado sus raíces; este<br />
20
trozo de tierra le pertenece, y a su vez, él pertenece a<br />
ese lugar.<br />
El hombre es un caminante; consume sus años errando por<br />
esos senderos de Dios, buscando no sólo el sustento, sino<br />
el conocimiento, la experiencia y el complemento de su<br />
limitado yo en el amor <strong>del</strong> otro.<br />
Como el árbol, también el hombre echa raíces; sabe que<br />
aunque se aleje, debe permanecer; sabe que aunque se<br />
libere, debe pertenecer; pero sus raíces no son tangibles,<br />
brotan <strong>del</strong> espíritu y son trascendentes.<br />
Gabriel Villalobos Ramírez, distinguido abogado, notario<br />
justamente respetado, maestro por herencia y por vocación,<br />
ha escrito estas páginas para revelarnos de qué manera sus<br />
vigorosas raíces se hallan hundidas en el dulce barrio que<br />
lo vio hacerse caballero; y al hacerlo, nos ofrece un<br />
colorido caleidoscopio de esta porción entrañable de la<br />
patria chica que es el barrio de Triana, evocando personas,<br />
senderos, tiempos y lugares, con una prosa coloquial que<br />
pone frescura en los más íntimos rincones <strong>del</strong> alma.<br />
Este libro es un aroma de suaves añoranzas provincianas; es<br />
la mano cordial de un viejo amigo; es una sucesión de<br />
imágenes en que a veces nos sentimos inmersos; es,<br />
simplemente, una declaración de amor.” 4<br />
En la Introducción. Gabriel Villalobos hace una<br />
recapitulación <strong>del</strong> contenido <strong>del</strong> texto. Ahí nos indica: “Y<br />
a la vuelta está Triana. ¿Por qué el título de este libro?<br />
Pues bien, platiquemos de ello; resulta que mi vida ha<br />
transcurrido en el cruce de las calles Héroes de<br />
Chapultepec (antes de Enlace y más antes <strong>del</strong> Zacate) y José<br />
María Chávez (antes <strong>del</strong> Obrador). Fue el día 17 de<br />
diciembre de 1932 cuando mi madre me trajo al mundo.<br />
Vivíamos en la calle de Enlace número 22, el límite de la<br />
4 Pérez Romo, Alfonso. PROLOGO. En Villalobos Ramírez, Gabriel. Y a la vuelta está Triana.<br />
Aguascalientes. Ags., México. Ed. Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2004. pp. 11-<br />
12.<br />
21
parroquia <strong>del</strong> Encino. En ese entonces mi casa estaba<br />
dentro de la parroquia de la Asunción, por lo tanto de<br />
Triana de la frontera. Hoy el límite de la parroquia <strong>del</strong><br />
Encino pasa por la avenida licenciado Adolfo López Mateos,<br />
así es que mi despacho está en pleno barrio de Triana Tuve<br />
una infancia apacible, con amigos <strong>del</strong> alma como Héctor<br />
Velasco Tamayo “Mamo”: las familias hermosísimas: los<br />
Velasco, los Álvarez y los Carvajal, por la calle de<br />
Enlace, y por José María Chávez, Carmen Morones y Pedro<br />
Aguilar, las Gómez, Pepita Quezada, Felisa Calatayud, los<br />
Arreóla, las Chávez (nietas de don José María Chávez) los<br />
Esparza, los Padilla Cambera, las Salce, Pepita López<br />
Velarde, las maestras Nava, don Pancho Álvarez, las<br />
Jiménez, las Antúnez, los Lomelí Quezada, los Reyes, hijos<br />
de don Pedro Reyes, maestro sastre, cortador y de doña<br />
María; todos sus hijos hermanos, y no se diga Ofelia. Los<br />
Hernández, los Acero, don José Medina, Jesusita Morones,<br />
don Jesús González, los Alba, don Maximino Jiménez, don<br />
Cruz, los López Yáñez, y muchas familias más... todos en<br />
conjunto hacíamos la vida <strong>del</strong> barrio plenamente, al grado<br />
de jugar al trompo y a las canicas en plena calle de María<br />
Chávez: hoy día no pasaría ni medio minuto y lo aplastaría<br />
a uno un carro dejándolo peor que calcomanía.<br />
¿Qué ha pasado? Pues que llegó el modernismo y con él la<br />
calle José María Chávez, se mercantilizó y en vez de casas<br />
habitación se encuentra uno con comercios, en su mayoría<br />
relacionados con la industria automotriz. Pero si se camina<br />
por la calle de José María Chávez, de Héroes de Chapultepec<br />
a Profesora Vicenta Trujillo y da vuelta por ésta hacia el<br />
oriente, ¡oh, milagro!, ahí está Triana con su belleza y<br />
tradición de barrio, ahí están las familias típicas de<br />
trianeros encabezadas, por el comunicólogo Agustín Morales<br />
Padilla, por el comerciante Jesús Suárez <strong>del</strong> Real<br />
Colmenero, por el maestro carpintero Salvador Escalante,<br />
22
por el ingeniero Enrique Moran y por el lado norte, no hace<br />
mucho las señoritas Aguilera, y un poco antes don Fernando<br />
Brand Sánchez. De ahí el título de este libro: Y a la<br />
vuelta esta Triana.<br />
¿Por qué se me ocurrió escribir este libro? Pues resulta<br />
que mi madre, la profesora Merceditas Ramírez de<br />
Villalobos, mujer verdaderamente sabia, me transmitió la<br />
historia de la familia Ramírez desde mis tatarabuelos y<br />
realmente no he querido que a mi muerte me lleve la<br />
tradición a la tumba, quiero que mis hijos, nietos y<br />
descendencia tengan un banco de datos y, naturalmente,<br />
también mi familia Ramírez, que ya es un árbol frondosísimo<br />
con muchas ramificaciones, así es que si ellos quieren<br />
escribir sobre los Ramírez, cuentan con una base para<br />
seguir su empresa.<br />
Ahora bien, la familia Ramírez tuvo como punto de partida<br />
en Aguascalientes el barrio de Triana y con el amor que mis<br />
padres me inculcaron por él, ahí me tienen, recogiendo<br />
tradiciones, hurgando archivos, haciendo entrevistas para<br />
presentarles una descripción de nuestra casa común ¡Triana!<br />
Aquí van a encontrar una descripción física e historia <strong>del</strong><br />
barrio, de sus leyendas; se hace mención de sus sabios, de<br />
sus locos (entre los que estoy yo), de toreros, de señores<br />
curas, de santos y de mi familia, todos <strong>del</strong> barrio de<br />
Triana.<br />
Cómo me da tristeza que mi padre, el profesor don Faustino<br />
Villalobos López, no me haya platicado de su familia: sólo<br />
tengo un incipiente árbol genealógico de los Villalobos.<br />
Mi voto de agradecimiento a mi querido maestro don<br />
Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, quien me inculcó el cariño por<br />
nuestro pasado, por la investigación y por la narración: él<br />
me decía: "mira. Gabriel, no es cierto lo que dicen los<br />
oradores en los actos cívicos, en las tribunas de plazas y<br />
plazuelas al decir 'los hechos irrefutables de la<br />
23
historia', pues la historia es un constante investigar para<br />
poder llegar a la verdad sobre éstos".<br />
Así pues, aquí está la entrega para que los eruditos,<br />
historiadores y gente de Triana investiguen, lo corrijan y<br />
tengamos una imagen más clara <strong>del</strong> barrio que dio origen a<br />
nuestro Aguascalientes y de su gente, el barrio de<br />
Triana.” 5<br />
El contenido lo divide en ocho capítulos, el primero es<br />
sobre “El barrio” y sus incisos son: Los lejanos confínes<br />
de la historia de Triana; Fundación <strong>del</strong> barrio de Triana;<br />
Dónde está mi barrio; Calle de Enlace; Calle de Galeana;<br />
Calle José María Chávez; Calle Cristóbal Colón; Calle<br />
Doctor Jesús Díaz de León; Calle Profesora Vicenta<br />
Trujillo; Calle Profesor Elíseo Trujillo; Calle de la<br />
Alegría; Calle <strong>del</strong> Águila; Dos tiendas antiguas; La<br />
plazuela; Bocas de Ortega; El Cristo de mi barrio; Las<br />
huertas de Triana; Don José Navarro Jiménez; El acueducto<br />
de Triana; Los rumbos de Triana.<br />
El segundo es sobre “Los Sabios”. En su contenido están:<br />
Dr. Jesús Díaz de León; doña Vicenta Trujillo Martínez;<br />
profesora Enriqueta González Goitia; María Isabel Jiménez<br />
Díaz; Francisco Antúnez Madrigal; don Humberto Brand<br />
Sánchez; Francisco Díaz de León Medina; Licenciado Manuel<br />
Varela Quezada.<br />
Un tercer capítulo es sobre “Los locos y los malditos”. Los<br />
apartados son: Capirotada de locos; Pedro el loco; Los<br />
malditos.<br />
El cuarto capítulo se refiere a “La vida en el barrio”. Sus<br />
incisos son: Familias de mi barrio; Los Reyes González; La<br />
cuaresma; San Marcos; Los días de campo; Las posaditas; Las<br />
pintas al río; Travesuras de muchachos; Los dulceros; Los<br />
neveros; El auriga de Triana; El quejido <strong>del</strong> ánima.<br />
5 Villalobos Ramírez, Gabriel. “Introducción” en Y a la vuelta está Triana. Aguascalientes. Ags.,<br />
Méx. Ed. Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2004. pp. 13-14<br />
24
En el capítulo quinto resalta la biografía de habitantes<br />
<strong>del</strong> barrio a quienes considera como “Ejemplos a seguir”.<br />
Ellos son: Don Jesús María Romo Romo; Don Jesús Jayme<br />
González; y Don Jesús Romo Limón.<br />
El sexto expone las referencias biográficas de “Los toreros<br />
de Triana”. Estos son: Arturo Muñoz Nájera. La Chicha;<br />
Alfonso Pedroza Macías. La Grípa; Valdemaro Avila Díaz;<br />
Fernando Brand Martínez; Rubén Salazar Ávila. El Chapuzas;<br />
Jesús Delgadillo López. El Estudiante; Efrén Adame López.<br />
El Cordomex; Los Mora; Luis Fernando Esparza González; Luis<br />
de Triana; y Alfonso Ramírez Alonso. Calesero.<br />
Un núcleo de la identidad el barrio lo ha sido “La<br />
Parroquia y los señores curas”. Por ello es este apartado<br />
expone: El templo <strong>del</strong> Encino; Inicios de la Parroquia <strong>del</strong><br />
Señor <strong>del</strong> Encino; Señor cura don Justo Ramírez Pérez; Señor<br />
cura don isidro Navarro Castellanos; Señor cura Ramón C.<br />
Gutiérrez; Señor cura Alfonso Maldonado Zamarripa; Señor<br />
canónigo J. Natividad Soto Villalobos; Señor canónigo<br />
Francisco López Esparza; Señor cura Antonio García Esparza;<br />
Señor canónigo Urbano Rizo; Señor canónigo Salvador Jiménez<br />
Díaz; Señor cura Juan Antonio González Salce; Señor obispo<br />
José de Jesús López y González.<br />
En el último capítulo el octavo lo toma el autor para hacer<br />
una descripción genealógica de “La familia”. Los<br />
biografiados son: Don Juan Crisóstomo Ramírez Pérez; José<br />
María Ramírez Pérez a quien por su peculiar personalidad<br />
dedica los textos: El Chan <strong>del</strong> Agua, ¡Muy macho!, Torear<br />
jicotes y herrar ganado, Los mecatazos y el vivo diablo;<br />
Profesor José Ramírez Palos; Licenciado Refugio Ramírez<br />
Palos; Doctor Salvador Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo; Profesor<br />
Juan Humberto Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo; Profesora Ma.<br />
Mercedes Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo de Villalobos; Profesor<br />
Faustino Villalobos López.<br />
25
En su Capítulo I, sobre “El barrio”. Inicia con el escrito<br />
“Los lejanos confines de la historia de Triana.” Ahí expone<br />
una referencia geográfica y orográfica: “El barrio de<br />
Triana, en Aguascalientes, tiene testimonios de todas las<br />
épocas de la historia; dentro de la jurisdicción de su<br />
parroquia están, hacia el sureste, los arroyos <strong>del</strong><br />
Malacate, San Juan, Cobos y San Francisco. Para Oswaldo<br />
Mooser, quien durante muchos años estuvo avecindado en<br />
nuestra ciudad, estos arroyos fueron página abierta de la<br />
prehistoria, pues en el arroyo <strong>del</strong> Malacate, en el año de<br />
1950 descubrió una mandíbula de mamut y un cúbito de<br />
caballo; en el de Cobos, un cráneo de caballo, así como un<br />
hueso ilíaco de caballo o camello, y en los demás,<br />
fragmentos de huesos de animales que vivieron en esta zona<br />
en el pleistoceno medio, hace cuarenta mil años.<br />
Muchos siglos debieron transcurrir para que se formaran,<br />
en la porción sur de nuestra ciudad, los cauces o lechos<br />
erosionados de tres arroyos que en el presente siglo<br />
conocemos con los nombres de San Francisco, Cedazo y<br />
Adoberos, cuyas aguas corren de oriente a poniente, hasta<br />
tributar sus caudales en tiempo de lluvia al río San Pedro<br />
o de Aguascalientes, que pasa de norte a sur regando los<br />
linderos de nuestra ciudad de Aguascalientes.<br />
Los tres lechos hidrográficos, deslavados en milenios de<br />
años, descubrieron los restos de una rica fauna<br />
prehistórica, que tan sólo la paciente sapiencia de un<br />
erudito paleontólogo, el químico-biólogo don Oswaldo Mooser<br />
Barandún, de origen suizo, clasificó como perteneciente al<br />
período pleistoceno medio, equivalente al estrato geológico<br />
de la clasificación mexicana llamada Tacubaya, donde<br />
encontró numerosos restos fósiles de remotos animales,<br />
fauna a la que el investigador llamó con todo acierto, a la<br />
primera Zoyatal y Cedazo a la segunda, en atención a los<br />
lugares donde fueron generadas.<br />
26
Estas dos últimas guardan una relación muy remota, pero no<br />
por ello deja de representar un gran interés<br />
paleontológico, ya que el arroyo Cedazo por el sur y<br />
Adoberos por el norte, constituyen sensiblemente lo que<br />
fueron respectivamente por esos vientos, los límites de<br />
nuestro esplendoroso barrio de Triana.<br />
Para los científicos que cultiven estas disciplinas, será<br />
de evidente importancia entregarse al estudio de estas tan<br />
prolongadas como apasionadas investigaciones. Primero, el<br />
Museo de Aguascalientes y el de Historia con posterioridad,<br />
han guardado algunas muestras o testimonios de esta fauna,<br />
en gran parte desaparecida hace ya muchos años.” 6<br />
El siguiente texto es predominantemente histórico en el que<br />
esboza la “Fundación <strong>del</strong> barrio de Triana”. Ahí señala: “El<br />
día 13 de agosto <strong>del</strong> año 1521, el valle de Anáhuac se<br />
cimbraba hasta lo más profundo de sus entrañas al<br />
<strong>presencia</strong>r la estrepitosa caída <strong>del</strong> imperio azteca. Ese día<br />
-día <strong>del</strong> señor San Hipólito- fue García Olguín, uno de los<br />
capitanes de los bergantines de don Hernán Cortés y que<br />
sirvieron en el sitio de Tenochtitlán, quien hizo<br />
prisionero a aquel magnífico emperador azteca que fue<br />
Cuauhtémoc, a quien Ramón López Velarde lo llamara único<br />
héroe a la altura <strong>del</strong> arte. El Popo y el Iztla fueron mudos<br />
testigos <strong>del</strong> cierre de un capítulo de la historia de México<br />
y <strong>del</strong> abrirse de otro. El valeroso hijo de Me<strong>del</strong>lín de la<br />
Extremadura, España, don Hernán Cortés, con un puñado de<br />
compatriotas, guió a los indios tlaxcaltecas para combatir<br />
contra el pueblo azteca y para que te cayera en el sitio de<br />
Tenochtitlán. Del triunfo de los españoles y de la derrota<br />
de los aztecas en medio de los estertores <strong>del</strong> dolor, nace<br />
el pueblo mexicano, pueblo que se siente honrado de las dos<br />
raíces de su raza, <strong>del</strong> altivo indio y <strong>del</strong> arrogante<br />
6 Villalobos Ramírez, Gabriel. Y a la vuelta está Triana. Aguascalientes. Ags., Méx.<br />
Ed. Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2004. pp. 15-16.<br />
27
conquistador, hoy día nos emocionan tanto las<br />
manifestaciones arquitectónicas de los pueblos<br />
prehispánicos, como todo el acervo cultural que España nos<br />
legó. Los españoles no se quedaron con los brazos cruzados<br />
sobre las ruinas de Tenochtitlán; guiando a los indios<br />
levantaron la señorial capital de lo que fue la Nueva<br />
España, hoy nuestra esplendorosa Ciudad de México.<br />
Después <strong>del</strong> sitio de Tenochtitlán, los españoles<br />
continuaron la conquista hacia los cuatro puntos cardinales<br />
de la rosa de los vientos en lo que hoy es nuestra patria.<br />
Probablemente, debido a la rebelión de la confederación<br />
chimalhuacana que hubo por el rumbo de Nochistlán <strong>del</strong><br />
estado de Zacatecas, en 1535, viene a las proximidades de<br />
nuestro Aguascalientes aquel conquistador de barba rubia,<br />
semejante al sol que los indios llamaron Tonatiuh, don<br />
Pedro de Alvarado. Cuenta el escritor mexicano don Carlos<br />
María Bustamante, que después de la entrada de Cortés a<br />
México y cuando los conquistadores avanzaban hacia el norte<br />
y occidente de la Nueva España, don Pedro de Alvarado, a la<br />
cabeza de algunos españoles y de muchos aztecas y<br />
tlaxcaltecas a su paso para Tepic, dio alcance a una<br />
multitud de indios armados, más allá de Lagos, a treinta y<br />
más leguas al sur de los zacatécos, cerca de un cerro muy<br />
alto, pasando el cual encontró hacia el norte un cenegal de<br />
aguas termales, después de tener con el grupo de indígena<br />
una batalla de la cual salieron victoriosos los<br />
conquistadores. No cabe duda que esta batalla fue en lo que<br />
hoy llamamos el cerro de Los Gallos estando el cenegal de<br />
aguas termales al norte <strong>del</strong> mismo; por lo tanto, se trata<br />
de nuestro amado Aguascalientes y seguramente, don Pedro de<br />
Alvarado fue el primer español que anduvo por nuestros<br />
rumbos.<br />
Nuño de Guzmán -de triste memoria por su mal proceder- fue<br />
presidente de la primera audiencia de la Nueva España, y<br />
28
cuando se le releva <strong>del</strong> mando, tal vez por eludir la acción<br />
de la justicia, se encaminó con un ejército hacia el norte<br />
de México siguiendo las costas <strong>del</strong> Pacífico yendo a<br />
Michoacán, Jalisco, Nayarit y Sinaloa en donde fundó San<br />
Miguel de Culiacán. Al pasar por Jalisco ordena a uno de<br />
sus soldados que vaya con los zacatecos porque tuvo<br />
noticias de la existencia de minas de plata por nuestra<br />
región, y acompañado de algunos españoles y de muchos<br />
indios pasa por donde hoy es nuestra ciudad de<br />
Aguascalientes; este soldado español ostentó el nombre de<br />
Pedro Armildez Chirinos, conocido entre los españoles como<br />
Peralmindez Chirinos; por cierto, al pasar por lo que hoy<br />
es la calle José María Chávez y cruzar el río de agua<br />
caliente, hoy avenida Adolfo López Mateos, sintió el agua<br />
de elevada temperatura y le puso por nombre al lugar El<br />
paso de las Aguas Calientes, y así bautizó a nuestra ciudad<br />
y estado.<br />
En 1548 Juan de Tolosa fundó el real de minas de Zacatecas<br />
y estableció un punto de referencia en la geografía de la<br />
Nueva España; posteriormente, el beato Sebastián de<br />
Aparicio, siguiendo las veredas indígenas, trazó el camino<br />
de carretas de la capital <strong>del</strong> virreinato a Zacatecas, o<br />
sea, el camino de tierra adentro, pasando el mismo por el<br />
noreste de nuestro Aguascalientes. Poco a poco fue<br />
transitado por aquellos valientes españoles amantes de ver<br />
qué es lo que había al otro lado <strong>del</strong> cerro que veían en el<br />
horizonte.<br />
La geografía de nuestra región ha de haber atraído a muchos<br />
colonizadores; despojemos de nuestra mente los edificios,<br />
templos y casas de lo que hoy es nuestra ciudad y nos<br />
encontraremos con un lugar amable para vivir, pues<br />
transitando de sur a norte por el camino real de las<br />
villas, que nos unió con la capital <strong>del</strong> virreinato, nos<br />
encontramos con un arroyo de aguas torrenciales con cauce<br />
29
profundo, hoy arroyo <strong>del</strong> Cedazo, avenida Ayuntamiento;<br />
pasándolo empieza un declive que nos conduce a un río de<br />
aguas termales, de aguas calientes, río que se encontraba<br />
donde hoy es la avenida López Mateos, y continuando, el<br />
camino subía a una loma donde hay una meseta; el río de<br />
aguas termales contribuía con las mismas al río caudaloso<br />
que lleva por nombre río San Pedro. En todo este paraje,<br />
según cuentan crónicas viejas, hubo muchos bosquecillos de<br />
mezquites y tal vez los ríos, los árboles y el cielo azul<br />
fueron motivo para que los españoles que andaban por estos<br />
rumbos hicieran aquí sus vidas y construyeran sus casas. La<br />
agradable geografía hizo posible que se fueran poblando<br />
estos parajes. El profesor don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle,<br />
ilustre cronista de la ciudad de Aguascalientes, nos decía<br />
que fue allá por el año de 1565 cuando por un proveído de<br />
la Real Audiencia de la Ciudad de México, al andaluz don<br />
Hernán González Berrocal, se le concedió merced de tierras<br />
donde hoy se encuentra nuestro barrio de Triana; según Don<br />
Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle tentativamente los límites <strong>del</strong><br />
barrio en dicho proveído fueron los siguientes: al norte,<br />
el río de Aguas Calientes (hoy avenida López Mateos); al<br />
sur un arroyo seco, que bien pudo ser el Cedazo o el de San<br />
Francisco; al oriente, una serrezuela pedregosa; y al<br />
poniente, las tierras de un tal López, probablemente donde<br />
está la calle de Guerrero.<br />
Don Hernán González Berrocal quemó sus naves y de soldado<br />
conquistador pasó a ser horticultor, y en el barrio de<br />
Triana formó sus huertas. Su propiedad se fue fraccionando,<br />
ya sea por necesidades económicas o bien por sucesiones;<br />
así nació el barrio de Triana, el barrio de las huertas, el<br />
barrio que está al sur de la ciudad de Aguascalientes.<br />
Nació diez años antes de que, por ordenamiento <strong>del</strong> rey don<br />
Felipe II, naciera la Villa de Nuestra Señora de la<br />
Asunción de las Aguas Calientes. Ya cuando don Juan de<br />
30
Montoro y Rodríguez fundó la villa, hacia el sur de la<br />
misma, don Hernán González Berrocal, el andaluz, y sus<br />
hijos, cultivaron las huertas de Triana.<br />
¡Loor a don Hernán González Berrocal, fundador <strong>del</strong> barrio<br />
de Triana!” 7<br />
Una expresión poética expone la ubicación cósmica de este<br />
terruño geográfico en “¿Donde está mi barrio?”<br />
Ahí señala que “Aguascalientes es pródigo en noches<br />
hermosas en las que se ve la profundidad <strong>del</strong> firmamento;<br />
pensemos en una noche de verano, cuando acaba de llover y<br />
da la impresión que el cielo ha sido lavado, que los<br />
luceros y las estrellas brillan más y en ese mundo<br />
maravilloso destaca perfectamente la Vía Láctea, El Camino<br />
de Santiago.<br />
La Vía Láctea no es otra cosa sino la galaxia a la cual<br />
pertenece nuestro sistema planetario, dentro está nuestro<br />
Sol, Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, la región de los<br />
asteroides, Júpiter, Saturno, Neptuno, Urano, Plutón, y<br />
demás que se sigan descubriendo. ¡Infinitamente grande es<br />
Dios y en el universo vemos el testimonio de su existencia!<br />
Ahí, en la Vía Láctea, dentro <strong>del</strong> sistema planetario está<br />
nuestra casa, la Tierra, planeta en el que parece ser que<br />
El Señor se pulió en su creación, pues es único, ya que<br />
tenemos maravillosos paisajes, una atmósfera fabulosa que<br />
hace lucir el cielo, durante el día con sus distintos<br />
matices de azul, contrastando el espectáculo de las nubes<br />
que hacen milagrerío con las formas; en los crepúsculos con<br />
tonos rojo, naranja y de oro, y por las noches la luna y<br />
las estrellas que se hablan de tú con los enamorados.<br />
A nuestro planeta lo podemos catalogar como acuático,<br />
porque la mayor parte de su superficie esta ocupada por los<br />
océanos; de ella emergen cinco continentes, cinco<br />
continentes que son de tierra y en las que se encuentra<br />
7 Ibdem. Pp. 17-20.<br />
31
asentada la humanidad. Estos continentes: África, América,<br />
Asia, Europa y Oceanía, son la casa <strong>del</strong> género humano.<br />
Nuestra patria, México, se encuentra en el continente<br />
americano, en la porción norte, atendiendo a las distintas<br />
clasificaciones geográficas siempre estará en la América<br />
<strong>del</strong> Norte, en la parte sur.<br />
Dentro de la división política actual, en el centro de<br />
nuestra república, está una entidad federativa que es de<br />
las más pequeñas, Aguascalientes, el corazón de la patria<br />
por su pequeñez y por su gente bondadosa. Nuestra entidad<br />
federativa está rodeada al poniente, norte y oriente por el<br />
estado de Zacatecas, y por el de Jalisco al sureste y sur.<br />
La ciudad de Aguascalientes se ubica en la parte sur <strong>del</strong><br />
estado a 26 kilómetros de su límite con el estado de<br />
Jalisco; ahí, en aquella Villa de Nuestra Señora de la<br />
Asunción de las Aguas calientes, que fundara don Juan de<br />
Montoro y Rodríguez, ahí está el barrio de Triana,<br />
exactamente al sur de la ciudad, donde diez años antes de<br />
la fundación de la Villa, Hernán González Berrocal, con la<br />
merced de tierras que le otorgó la Corona de España, por<br />
medio de la Real Audiencia de México, cultivaba:<br />
hortalizas, frutales, flores y vides; él y sus hijos tenían<br />
huertas y en medio de aquellas huertas, al sur de la Villa,<br />
donde el cielo es más azul, ahí se levanta el barrio de<br />
Triana, ahí está mi barrio.” 8<br />
Sobre “La calle de Enlace”. Dice: “Para empezar a hablar de<br />
las calles <strong>del</strong> barrio de Triana, he escogido la calle de<br />
Enlace como punto de partida. Probablemente esta calle no<br />
es de las principales, pero para mí reviste una importancia<br />
extraordinaria y la razón de ello es que mi existencia por<br />
primera vez vio la luz <strong>del</strong> mundo allí; por el hecho de<br />
haber nacido en ella, me catalogo como si hubiera nacido en<br />
8<br />
Ibdem p. 20. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Domingo 1ro de noviembre de<br />
1981. p. 8<br />
32
Triana de la frontera, porque señala uno de los límites de<br />
la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino.<br />
E1 nombre de la calle de Enlace se debe a la función<br />
primordial de enlazar cuatro de las principales calles <strong>del</strong><br />
barrio de Triana, la de Galeana, la de José María Chávez,<br />
la de colón y la Doctor Jesús Díaz de León. Tengo noticias,<br />
a través de unas escrituras de compra venta de la casa en<br />
que nací, que dicha calle, en la antigüedad se conocía con<br />
nombre de El Zacate. Actualmente, a partir <strong>del</strong> año de 1947,<br />
la calle de Enlace cambió de nombre y se llama Héroes de<br />
Chapultepec; exactamente cuando se conmemoró el centenario<br />
de la gesta de aquellos muchachos cadetes <strong>del</strong> Colegio<br />
Militar, que defendieron nuestra patria, con la más pura<br />
intención contra la intervención norteamericana, fue<br />
exactamente en ese centenario de la batalla de Chapultepec,<br />
cuando tuvieron a bien las autoridades cambiarle el nombre.<br />
Está presente en mi memoria la ceremonia en que las<br />
autoridades develaron una placa en la esquina de las calles<br />
de Enlace y José María Chávez, en la esquina sureste y en<br />
ella se establecía el nuevo nombre de Héroes de<br />
Chapultepec.<br />
Las primeras imágenes que tuve en mi vida fueron en esta<br />
calle. Recuerdo aquellos amigos cuando jugábamos en el<br />
arroyo de esa calle, que no revestía peligro alguno por la<br />
escasez de automotores, así nos sirvio de campo de juego,<br />
para ir conociendo lo que es la vida.<br />
Al otro lado de la casa donde yo nací había una propiedad<br />
<strong>del</strong> municipio, que fue la cárcel de mujeres, nos dábamos<br />
cuenta cómo aquellas reclusas eran encargadas de preparar<br />
los alimentos de los reos de la cárcel de varones y<br />
aquellas infelices mujeres, cuando estaban haciendo la<br />
comida, torteando, se ponían a cantar con mucha tristeza,<br />
debido a su situación de privación de libertad. En esta<br />
cárcel se cocinaba con leña y muy seguido los camiones la<br />
33
descargaban en la puerta; era un cerro de leña con el cual<br />
nos divertíamos, lo mismo cuando les llevaban aserrín que<br />
era usado como combustible y por lo general procedente de<br />
la carpintería de los ferrocarriles.<br />
Otra de las estampas que recuerdo con verdadero gusto de<br />
esta calle es el amanecer después de una noche lluviosa,<br />
corriendo los arroyuelos de agua debajo de las banquetas,<br />
el sol brillaba en todo su esplendor, la atmósfera limpia y<br />
nosotros jugando con el agua que aún corría.<br />
Calle de Enlace, calle donde mi espíritu empezó a tener las<br />
primeras emociones de la vida, con qué ternura un grupo de<br />
chiquillos te hicimos un hoyo para enterrar una golondrina,<br />
pudiéramos decir nuestra amiga golondrina, por la semejanza<br />
con cualquiera de nosotros, que correteábamos; aquella<br />
golondrina volaba con libertad haciendo verdaderas<br />
acrobacias en el aire y cuando nos la encontramos muerta<br />
sentimos gran pesar en nuestro corazón y en aquel hoyuelo<br />
la depositamos. Como nos daba dolor que fuera a recibir<br />
directamente la tierra, nos agenciamos un vidrio para<br />
cubrirla; ahí, en aquel cadáver de pajarito, iba parte de<br />
nuestro corazón, de nuestros primeros sentimientos de amor<br />
hacia la naturaleza.<br />
Calle de Enlace, calle de nuestros juegos de infancia,<br />
calle de nuestras primeras amistades, calle en que<br />
conocimos lo que fue el cariño, lo que fue la amistad y lo<br />
que fue el dolor, porque llegamos a sentir también la<br />
muerte de nuestros familiares que acaecía en el seno de sus<br />
hogares. Pero no todo es dolor, había cosas muy agradables<br />
para nosotros, los chamacos; en la cuadra que ve hacia el<br />
norte, entre las calles de José María Chávez y de Colón,<br />
estaba la dulcería de Pachita quien hacía verdaderos milagros<br />
<strong>del</strong> sabor, dulces tan sabrosos como las bolitas de<br />
caramelo con alcohol, las yemitas, las greñudas, los<br />
chiclosos, el alfajor, los dulces de leche, hacían<br />
34
verdadera <strong>del</strong>icia para nuestro paladar; posteriormente esta<br />
dulcería se convirtió en la panadería El Pilar. En la<br />
siguiente cuadra, entre las calles de Colón y de Jesús Díaz<br />
de León, mirando hacia el norte, estaba la dulcería de don<br />
Pablo al que apodaban "La Venada" y también él, sus hijos,<br />
su esposa y sus trabajadores, a través de sus actividades,<br />
hacían nuestras <strong>del</strong>icias.<br />
Para mí, calle de Enlace, un anfiteatro <strong>del</strong> mundo, calle<br />
donde vi por primera la luz <strong>del</strong> mundo.” 9<br />
Acerca de la “Calle de Galeana” expone: “Comienza en medio<br />
de dos templos: Catedral, nuestro máximo templo, y el<br />
templo <strong>del</strong> Ave María; pensando en ella, de norte a sur,<br />
vamos escribiendo lo que me trae recuerdos de mi infancia.<br />
Pues bien, después <strong>del</strong> templo expiatorio <strong>del</strong> Ave María está<br />
la oficina de Telégrafos, interrumpida la estancia de esta<br />
oficina única y exclusivamente por el tiempo que hubo que<br />
desalojar una vieja casona para instalarse en la calle de<br />
José María Chávez luego que construyeron el moderno<br />
edificio en el que actualmente se encuentra. El recuerdo de<br />
las oficinas de Telégrafos está conectado íntimamente con<br />
la época de mi vida de estudiante universitario, pues fue<br />
el medio que a mi madre le pareció idóneo para enviarnos<br />
dinero quincena a quincena para el sostenimiento de nuestra<br />
carrera en la ciudad de México.<br />
Después de Telégrafos y contra esquina, está un edificio<br />
que actualmente es el Hotel Reforma; fue en un tiempo el<br />
Colegio Portugal, y su director el señor presbítero Benito<br />
López Velarde; estuve en dicha institución educativa en<br />
forma fugaz, en un curso que se llamaba complementario que<br />
era <strong>del</strong> mes de septiembre al mes de diciembre o enero, para<br />
que aquellos muchachos que terminaban la escuela primaria<br />
9 Calle de Enlace. Ibdem p. 21. Este texto también se publicó en Hidrocálido Lunes 2 de<br />
noviembre de 1981 sección b. P.3<br />
35
no anduvieran de flojos esos meses, ya que el año lectivo,<br />
en el Instituto de Ciencias comenzaba en febrero.<br />
En la esquina que formaban las calles de Galeana e<br />
Insurgentes, viene a mi mente la figura de don Rafael<br />
Tavarez y su tienda "La Rosa de Oro", la cual aún subsiste;<br />
junto a ella había unos laureles de la India muy grandes;<br />
enseguida, en la esquina que forman las calles de Galeana y<br />
de Rayón, esquina noroeste, se encontraba ubicada una<br />
construcción vieja que fue el Cuartel de las Palomas. Este<br />
cuartel, en la época Don Porfirio Díaz, fue el que alojó<br />
una academia militar, a propuesta <strong>del</strong> general don Bernardo<br />
Reyes, que se preocupó, siendo el ministro de Guerra y<br />
Marina, para que hubiera un verdadero ejército y por<br />
preparar los cuadros de mando de tropa; pero lo que yo<br />
recuerdo <strong>del</strong> Cuartel de las Palomas fue un lugar en que se<br />
guardaba la caballada <strong>del</strong> ejército, y nos tocaba verla<br />
pasar por las tardes procedente <strong>del</strong> campo ya que el<br />
regimiento de caballería que tenía por plaza<br />
Aguascalientes, ahí encerraba sus caballos.<br />
Más a<strong>del</strong>ante, la calle hacía una joroba, era un puente que<br />
pasaba sobre el arroyo de los Caleros que es donde hoy está<br />
la avenida López Mateos; por el lado poniente estaba la<br />
huerta de don Ricardo Medina, que es exactamente donde se<br />
encuentra hoy día “La Comercial Mexicana”. Fue una huerta<br />
muy grande, llegaba hasta el hospital, que era el centro de<br />
esa manzana y se cultivaban hortalizas y frutales; el<br />
aspecto de la huerta fue agradable aunque lo afeaba el<br />
arroyo, que estaba en la parte norte que se servía para<br />
llevar las aguas negras de la población.<br />
Don Ricardo Medina, hombre de baja estatura, tez blanca,<br />
cara un tanto redonda, usaba espejuelos que le hacían ver<br />
sus ojos pequeños, su pantalón de cintura, camisa de<br />
gabardina, sombrero Panamá, fue todo un señor hortelano que<br />
cuidó con esmero su huerta; él proporcionaba al barrio<br />
36
hortalizas y frutas y también hacía las <strong>del</strong>icias de una<br />
buena mesa porque era vitivinicultor. Recibió todas esas<br />
enseñanzas en los secretos que se necesitan para atender<br />
una huerta, de su señor padre, otro de los hortelanos de<br />
fama <strong>del</strong> barrio de Triana. Una de las glorias de don<br />
Ricardo fue ser sobrino <strong>del</strong> tercer señor Obispo de<br />
Aguascalientes, José de Jesús López y González, ya que don<br />
Ricardo se apellidaba Medina López, fue un magnífico padre<br />
de familia y pilar de la misma, forjó hogares felices y<br />
también procreó un hijo profesionista, David, que fue<br />
químico industrial.<br />
Más <strong>del</strong>ante, en la esquina que forman las calles de Galeana<br />
y Héroes de Chapultepec, estuvo una tienda de abarrotes<br />
atendida por don Ignacio Esparza y su hijo David, ambos ya<br />
fallecidos. Don Nacho fue un hombre trigueño, usaba bigote<br />
tipo porfiriano, cuando yo lo conocí era una persona de<br />
edad, y atendía con diligencia su tienda de abarrotes que<br />
se llamó "La Batería"; por ahí nos dábamos nuestras<br />
escapadas para comprar cohetes de los que llamábamos<br />
palomas para hacer nuestra boruca. A través <strong>del</strong> estallido<br />
de éstos.<br />
Continuando, al fin de la calle Galeana, se encontraba el<br />
Hospital Miguel Hidalgo. Este hospital llenó una etapa de<br />
asistencia médica de la sociedad de Aguascalientes; su<br />
construcción se puede catalogar como neoclásica por sus<br />
ventanas, su cantera un tanta austera en los marcos de las<br />
ventanas, y tenía un segundo piso que estaba en la parte<br />
central <strong>del</strong> primero, pues la edificación no era toda de dos<br />
pisos. En la parte alta <strong>del</strong> segundo piso estaba un reloj<br />
hacia el jardincillo de enfrente que nunca estaba a tiempo.<br />
Para nosotros como niños, este hospital tenía dos cosas<br />
impactantes: el anfiteatro donde iban a descansar los<br />
cuerpos que requerían de la intervención de los médicos<br />
legistas a través de la autopsia, y las personas que<br />
37
fallecían en el hospital. En más de alguna ocasión<br />
estuvimos en ese anfiteatro viendo los restos de las<br />
personas, lugar que nos hacía pensar en lo que será el<br />
hombre en el más allá. También una sección de hospital era<br />
estrujante para nosotros: donde tenían recluidos a los<br />
dementes naturalmente, por sus extravagancias nos hacían<br />
reír pero sus semblantes con ojos vidriosos, despeinados,<br />
mal vestidos, con harapos, nos hacían estremecer el alma.<br />
En su época el Hospital Hidalgo llenó una etapa de<br />
seguridad en materia de salud para población. Hoy día, en<br />
el mismo lugar en que estuvo aquel vetusto hospital que<br />
naciera a fines <strong>del</strong> siglo XIX, está el actual hospital,<br />
escuela de la Universidad, pues su nombre es Hospital<br />
Universitario Miguel Hidalgo.<br />
Hablar de la calle de Galeana es hablar de las vecindades<br />
que cumplieron con la misión de ser multifamiliares, de<br />
resolver el problema de casa a los habitantes de escasos<br />
recursos; en estas vecindades poseía cada familia un cuarto<br />
y una cocina. Las relaciones humanas entre la gente que ahí<br />
vivía no siempre eran cordiales pues eran gente de armas<br />
tomar y hubo ocasiones en que hasta batallas campales<br />
tuvieron; pero eso sí, una cosa de llamar poderosamente la<br />
atención era la unión entre todos sus habitantes en casos<br />
de desgracia. Cuando alguien estaba enfermo y no tenía<br />
recursos para comer sus demás vecinos buscaban la forma y<br />
aquel enfermo y su familia tenían con que alimentarse, si<br />
desgraciadamente fallecía, entre todos auxiliaban a la<br />
familia en gastos de funerales; si lamentablemente quedaban<br />
pequeños huérfanos, entonces tenían sus tutores de<br />
inmediato, porque aquellas familias socorrían a los<br />
huérfanos y se quedaban con ellos como si fueran sus hijos<br />
y los educaban hasta hacerlos hombres de bien; así pues, si<br />
los habitantes de aquellas vecindades eran un tanto<br />
folklóricos en su manera de ser en cuanto a sus rencillas y<br />
38
disgustos, cabe subrayar que todos ellos tenían corazón de<br />
oro, como gente, como seres humanos, como personas que<br />
veían por los demás en los momentos de tragedia y en los<br />
momentos de angustia.<br />
Había tres de estas casonas grandes, muy grandes, que<br />
sirvieron de multifamiliares en la calle de galeana, una<br />
que se conocía como vecindad de la Parra, la otra la<br />
vecindad <strong>del</strong> Arquito vecindad Grande. Hay una leyenda en el<br />
sentido de que frente a la vecindad de la Parra vivía una<br />
mujer llamada doña Alejandra, que comentaban era muy rica y<br />
sacaba a asolear sus monedas de oro para que no se<br />
enmohecieran. Las vecindades satisficieron pues un momento<br />
de necesidad habitacional en nuestro medio.<br />
En la calle de Galeana también hubo zapateros, por allá<br />
cerca de los arquitos que estaban antes de llegar al<br />
hospital, los cuales veían hacia el oriente, había un<br />
zapatero, Graciano Ramírez, y donde desemboca la calle<br />
Enlace en Galeana, justo enfrente, estaba don Pancho Macías<br />
y sus hijos Pepe y Paco, todos ellos, mis grandes amigos,<br />
que ya partieron al viaje sin retorno.<br />
También hubo dulcerías en la calle de Galeana, estaban don<br />
Cuco García y su hijo don Nacho así como don Heliodoro<br />
Rangel; estos dulceros nos <strong>del</strong>eitaron con sus alfajores de<br />
coco, con sus dulces de leche, con las bolitas de caramelo,<br />
con tantas confituras que ellos supieron hacer. Esto fue la<br />
calle de Galeana en mi infancia.” 10<br />
De la “Calle José María Chávez”, explica “Esta calle de<br />
Aguascalientes da la impresión de que hacía las funciones<br />
de camino real, si se une la calle José María Chávez con la<br />
5 de Mayo, no resulta otra cosa sino el camino que cruzó<br />
nuestra población y que unía los minerales de Zacatecas con<br />
la capital <strong>del</strong> Virreinato. Así pues, la calle José María<br />
10<br />
Calle de Galeana Ibdem p. 23. Este texto también se publicó en Hidrocálido Martes 3 de<br />
noviembre de 1981. Secc. B. P. 3<br />
39
Chávez es una calle que fue <strong>del</strong> camino real. Antes de<br />
llevar el nombre <strong>del</strong> ilustre gobernador liberal, la calle<br />
tenía el nombre <strong>del</strong> Obrador y esto se debía a que<br />
exactamente en ella estaba el taller de carrocería de don<br />
José María Chávez.<br />
Hagamos un paseo por esta ruta de norte a sur: en el inicio<br />
se angostaba porque el Palacio de Gobierno y el edificio<br />
colonial de lo que fue el Banco de Aguascalientes la<br />
cerraban, entonces, hacia el norte estaban estas dos<br />
casonas. Recordamos cómo por la acera donde estaba el Banco<br />
de Aguascalientes había establecimientos que le daban una<br />
fisonomía muy particular; se encontraba el negocio de los<br />
Díaz Torre, un negocio de comisiones sobre cereales y<br />
semillas. Ahí fue donde conocí, siendo yo aún pequeño a don<br />
Julio y a don Benito Díaz Torre, españoles que se<br />
avecindaron entre nosotros, tal vez simulando a don<br />
Francisco de Rivero y Gutiérrez, españoles que de corazón<br />
fueron aguascalentenses. Enseguida, por la misma acera,<br />
nuestros oídos de infantes percibían el rítmico ruido que<br />
producían las prensas de la imprenta de los hermanos<br />
Rodríguez Romo, el cantar de aquellas máquinas que<br />
producían cultura y relaciones sociales través de sus<br />
impresos. Seguía la escuela María Antúnez, donde por<br />
primera ocasión supimos lo que fue tener obligaciones; ahí<br />
tuve yo mis primeros conocimientos, porque había un curso<br />
de jardín de niños al que asistí y además había escuela<br />
primaria hasta el cuarto año. Su directora, la señorita<br />
Conchita Macías, fue mi maestra de kinder como la señorita<br />
Pachita Márquez. En esta escuela fue donde nos dimos cuenta<br />
cómo trágicamente había muerto aquel aviador mexicano<br />
Francisco Sarabia, porque buen cuidado tenía la señorita<br />
Conchita de tenernos al tanto de lo que pasaba en nuestro<br />
mundo. Seguían algunas casas de comisionistas en granos y<br />
semillas, como la de don Francisco Macías Alonso y Alfredo<br />
40
Hinojos; en la siguiente cuadra estaba antes el mesón <strong>del</strong><br />
Refugio, todavía nos tocó ver por la calle José María<br />
Chávez cómo entraban recuas de caballos cargados de<br />
mercancías, parecían arrancados de estampas de otras<br />
épocas, al mesón <strong>del</strong> Refugio, propiedad de don Refugio<br />
Veloz. Esta parte de la primera calle de José María Chávez<br />
se ensanchaba en el centro; había dos prados con rosales,<br />
platanillos, con palma laurel, y detrás <strong>del</strong> Palacio de<br />
Gobierno estaba un corralón que era el pie mostrenco;<br />
después seguían casas habitaciones, que eran de varios<br />
señores; recuerdo la de don Pascual de Alba. Frente a estas<br />
casas estaban plantados unos árboles de laureles; me<br />
platican que donde termina la primera cuadra estuvo una<br />
fuente que se llamó la fuente <strong>del</strong> Obrador, tan sólo la<br />
conozco a través de fotografías. Se proveía de agua por un<br />
acueducto que atravesaba subterráneamente el barrio de<br />
Triana, procedente <strong>del</strong> Cedazo; así pues, esta agua de la<br />
fuente <strong>del</strong> Obrador fue agua potable. En el cruce de las<br />
calles José María Chávez con Hornedo, hacia el oriente, y<br />
Rayón hacia el poniente, se encontraban dos cantinas con<br />
clientela distinta cien por ciento: la cantina que estaba<br />
en la esquina suroeste era "El Salón Coronita" y a ella<br />
acudía gente de nuestro pueblo; había billares y también<br />
cantina; y en contraesquina, o sea en la esquina noroeste<br />
se encontraba "El Puerto de Mazatlán", propiedad de<br />
Ramoncito Navarro. Aquélla bien parecía un ateneo cultural<br />
en sus reuniones <strong>del</strong> mediodía, por la importancia de los<br />
temas que discutían los parroquianos.<br />
Hacia el sur, en forma ascendente, la calle José María<br />
Chávez describe una curva; en estos tramos vivieron<br />
familias que formaban un núcleo muy importante <strong>del</strong> barrio,<br />
al final de la calle José María Chávez se encontraba la<br />
tienda de "Los Cinco Señores”, antes de llegar al arroyo<br />
<strong>del</strong> Cedazo; esta tienda fue famosa a fines <strong>del</strong> siglo pasado<br />
41
(XIX), porque era el lugar al que iba a libar Gorgonio<br />
Esparza, uno de aquellos matones, como su caballo, al que<br />
le daba mezcal. No puedo terminar de hablar de la calle<br />
José María Chávez sin pensar en la figura de lo que fue el<br />
último auriga de Triana, don Ampelio, un viejo hombre<br />
cochero y que daba servicios de su carruaje como si fuera<br />
taxi; todos los días pasaba por la calle José María Chávez<br />
para apostarse a un costado de Palacio de Gobierno.<br />
Así fue la calle José María Chávez en la época de mi<br />
infancia.” 11<br />
La “Calle Cristóbal Colón” la describe así: “Esta calle,<br />
junto con las de Galeana, José María Chávez y Díaz de León,<br />
son cuatro principales que comunican el barrio de Triana<br />
con el centro de la ciudad. Indudablemente, lleva el nombre<br />
de Colón para honrar al almirante genovés que descubrió<br />
América, pero en un pasado no muy remoto, el nombre de esta<br />
calle fue el de La Cárcel. Se llamó así porque en su<br />
primera cuadra, en la manzana donde están los Palacios de<br />
Gobierno y Municipal, se encontraba la principal cárcel de<br />
nuestra ciudad.<br />
La calle Colón se inicia en la parte oriente <strong>del</strong> Palacio<br />
Municipal, seguía con la cárcel a la que me referí y que<br />
afortunadamente ya desapareció. En la esquina que formaban<br />
las calles de Palmira con Colón, hasta hace poco había unos<br />
arcos, unos portales sin mayor atractivo arquitectónico,<br />
pero al fin y al cabo esos arquitos daban fisonomía a la<br />
calle. Según tengo entendido ahí estuvo el primer edificio<br />
multifamiliar que hubo en Aguascalientes, porque se<br />
prolongaba la construcción por la calle de Palmira, varias<br />
decenas de metros; recuerdo que este edificio fue de los<br />
señores Aizpuru. Seguimos caminando por la calle de Colón<br />
de norte a sur, ya casi en los linderos <strong>del</strong> barrio nos<br />
11 Calle José María Chávez. Ibdem p. 26. Este texto también se publicó en Hidrocálido<br />
miércoles 4 de noviembre de 1981. secc B. P. 3.<br />
42
encontramos con dos tiendas de abarrotes que llenaron toda<br />
una época; una aún subsiste, se trata de la tienda "El<br />
Puente" y la otra "La Bicicleta" En la primera siempre vi a<br />
don Alberto Andrade, primero como empleado -pero no<br />
recuerdo quiénes eran los dueños- después lo vi como<br />
propietario de la misma actualmente son sus sucesores<br />
quienes tienen la posesión. Cabe hacer notar que en el<br />
Museo Guadalupe Posada, que se encuentra a un lado de la<br />
Parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, hay una muestra de grabados<br />
de Guadalupe Posada y ahí vi una tarjeta en que se hacía<br />
referencia a la tienda de abarrotes "El Puente", ubicada en<br />
la calle de La Cárcel; por tanto, calculo que la tienda con<br />
ese nombre tiene más de un siglo.<br />
En mi infancia, frente a esta tienda, estuvo otra que se<br />
llamó "La Bicicleta", habiendo sido su propietario don<br />
Pedro Velasco; esta tienda de abarrotes tenía la<br />
peculiaridad de que en una parte de ella se vendían bebidas<br />
alcohólicas y tenía un apartadito propio para mujeres, para<br />
que fueran a tomar sus amarguitos contra los corajes que<br />
hacían. Recuerdo a don Pedro Velasco como un hombre bajo de<br />
estatura, trigueño, nariz aguileña, caniento, con gran<br />
bigote, usaba una especie de mandil cuando estaba<br />
despachando en su tienda y era muy de suyo cuando entregaba<br />
el cambio de las compras, decir al cliente: -Puños y<br />
después contamos-. Posteriormente, en este lugar donde<br />
estuvo la tienda "La Bicicleta", estuvo la lechería "San<br />
Francisco", propiedad Isidro Parada; como un agregado diré<br />
que me enteré que don Pedro Velasco tuvo un hermano,<br />
Arcadio, que fue un tipo muy pintoresco cuya principal<br />
actividad fue hacer escrituras privadas. En mis primeros<br />
años de notario me ha tocado tener en mis manos<br />
antecedentes documentales hechos por Arcadio Velasco.<br />
Siguiendo hacia el sur encontramos inmediatamente después<br />
de "La Bicicleta", el lugar donde una mujer llamada<br />
43
Valentina, vendía exquisita cena a base de antojitos<br />
mexicanos, y hacía por las noches las <strong>del</strong>icias de los<br />
paladares de los aguascalentenses.<br />
A<strong>del</strong>ante, por la misma acera donde estaba "La Bicicleta" y<br />
la cenaduría de Valentina se encontraba el mercadito Isidro<br />
Calera, principal centro de abastos de los hogares de<br />
nuestro barrio. Tenía unas graditas para subir a una<br />
plataforma donde había un tianguis y al fondo estaba un<br />
lugar techado en el que había verdulerías; este mercadito<br />
fue muy surtido. En las noches, junto a las graditas<br />
aquellas, se instalaba un birriero a quien le decíamos El<br />
Pilo. Aún hoy en día sus sucesores se dedican a esta<br />
actividad y se encuentra su negocio en la avenida López<br />
Mateos, entre Guerrero y Matamoros, frente al mercadito, en<br />
la acera que ve hacia el oriente, estuvo la maicería de don<br />
Manuel Ibarra, un hombre alto, robusto, que se dedicaba a<br />
la venta de maíz y frijol.<br />
Caminando rumbo al sur llegamos hasta la esquina que forman<br />
ahora las calles de Vicenta Trujillo -antes Minerva- y<br />
Colón; ahí se encontraba la tienda "La Sonrisa", propiedad<br />
de don Lamberto Landeros. La calle de Colón continuaba<br />
hacia el sur para irse a perder por allá por el arroyo <strong>del</strong><br />
Cedazo.<br />
El licenciado don Manuel Varela Quezada, a quien con afecto<br />
le llamo compadre y que es un gran conocedor de las<br />
tradiciones y estampas de nuestro barrio, me plática que<br />
exactamente por ahí, por el cruce de las calles de Hornedo<br />
y Colón, llegaban con motivo de las fiestas <strong>del</strong> trecenario<br />
<strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, imágenes de santos procedentes de<br />
otras parroquias, las acompañaban grupos de danzantes y de<br />
peregrinos y había una ceremonia en la que el Santo Señor<br />
44
<strong>del</strong> Encino le daba permiso a la imagen visitante de entrar<br />
al barrio de Triana.” 12<br />
Acerca de “Calle Doctor Jesús Díaz de León”, dice: “Esta<br />
calle es de las calles grandes que unen el centro de la<br />
ciudad con nuestro barrio, actualmente lleva el nombre de<br />
Doctor Jesús Díaz de León, para honrar a uno de los sabios<br />
que nació en el barrio de Triana, pero que por<br />
circunstancias especiales desarrolló su vida en el centro<br />
de la ciudad. El doctor Díaz de León fue un gran filólogo,<br />
se dedicó al estudio de las lenguas muertas, en especial<br />
griego, latín y también arameo, y fue un gran sabio, un<br />
gran médico, por eso esta calle, lleva su nombre; pero<br />
antes se le conoció con el nombre de Washington para<br />
recordar al libertador de Estados Unidos, y allá por los<br />
primeros años <strong>del</strong> siglo XX llevó el nombre de calle de Los<br />
Gallos.<br />
De norte a sur esta calle empieza por el Cine Colonial, lo<br />
que hoy es el Jardín de los Fundadores, en la esquina que<br />
forman Juan de Montoro y esta calle. El Cine Colon trae a<br />
mi mente, cuando en compañía de mi primo hermano, Ricardo<br />
Ramírez, nos íbamos los jueves en época de vacaciones,<br />
previa autorización paterna, a las funciones de "al dos por<br />
uno", a nuestra democrática galería. No podemos dejar de<br />
recordar las golosinas que vendían a la entrada <strong>del</strong> cine,<br />
como los dulces, las semillas y unas muy ricas gorditas de<br />
papa con chorizo adornadas ya fuera con repollo o con<br />
lechuga que llamábamos "esmeriles"; yo creo que deben haber<br />
sido verdaderas colonias de microbios que ocasionaban<br />
enfermedades, pero tal vez nosotros éramos inmunes, ya que<br />
nunca nos enfermamos por causa de estas golosinas.<br />
De las funciones cinematográficas, se me quedó grabada una<br />
en que vimos las películas Águila o sol y Así es mi Tierra,<br />
12<br />
Calle Cristóbal Colón. Ibdem p. 28. Este texto también se publicó en Hidrocálido Jueves 5 de<br />
noviembre de 1981. secc B. P. 3<br />
45
protagonizadas por el mimo nacional, Mario Moreno<br />
Cantinflas; éstas fueron de sus primeras películas, ya que<br />
después vimos en ese cine Los tres mosqueteros y Romeo y<br />
Julieta, también protagonizadas por él.<br />
Siguiendo por la calle que nos ocupa, hacia el sur y en la<br />
esquina que forman las calles de Hornedo y Díaz de León,<br />
esquina noreste, se encontraba la panadería de las<br />
señoritas Codina; cuando piensa uno en estas señoritas<br />
recuerda el dueto Codina que lo formaban dos de ellas y que<br />
tenían una voz bien timbrada, esto las llevó a obtener el<br />
primer lugar en un concurso de aficionados en la catedral<br />
de la radio de Latinoamérica, la XEW, en la calle<br />
Ayuntamiento de la Ciudad de México. Por esta misma época<br />
nuestro muy querido ahijado, el licenciado Horacio Westrup,<br />
también triunfó en un concurso de aficionados con la pieza<br />
de Rigoletto, Ríe payaso.<br />
Continuando, nos encontramos el lado oriente <strong>del</strong> mercadito<br />
Isidro Calera; en este lado, que ya correspondía al tejaban<br />
que describí cuando hablé de la calle de Colón se<br />
encontraban los negocios de Hilario, el esposo de la Chata<br />
Escalante, que se dedicaba a la maicería, a la venta de<br />
granos y semillas.<br />
Al empezar la parte techada estaba un puesto de un hermano<br />
de la Chata, José Escalante, padre de Salvador; José tenía<br />
actividades al alimón porque temprano vendía verduras y<br />
durante el día se dedicaba a la carpintería, por cierto muy<br />
buen carpintero aptitud que heredó su hijo Salvador, quien<br />
hoy día tiene su taller en la calle Vicenta Trujillo.<br />
Acordándome de estas personas no puedo olvidar a alguien<br />
que en mi casa quisimos mucho y que fue lavandera, y en<br />
ocasiones hizo las veces de nana, doña Isidra, tía de los<br />
Escalante. Cómo quisimos a doña Isidra, cómo guardamos<br />
recuerdos gratos de esta mujer que llegó a formar parte de<br />
mi familia, porque así la llegamos a ver.<br />
46
Junto a los puestos que estaban bajo el tejaban, ya para<br />
llegar a la calle Díaz de León y a un lado de ellos, estuvo<br />
una tienda de abarrotes de un Señor Ismael Díaz. Frente al<br />
mercadito estuvieron dos establecimientos comerciales, uno,<br />
"Las Olas altas” que fue tienda de abarrotes; sus<br />
propietarios, que yo recuerde, fueron también Ismael Díaz,<br />
en una época, don Rafael Salado y los hermanos Acero Díaz.<br />
Fue una tienda muy bien surtida, se ubicaba en la esquina<br />
que formaban las calles de Mina y Díaz de León. Junto a<br />
"Las Olas Altas" estaba la mercería "La Económica", que<br />
también fue un lugar en que las amas de casa se proveían de<br />
hilos, de agujas, de botones, todo lo propio de su ramo.<br />
Junto a "La Económica", rumbo al norte estaba una maicería,<br />
no estoy seguro si fue de la familia Olmos.<br />
Pasando la bocacalle de la desaparecida calle Mina, está la<br />
cantina de "Los Lirios", que fue de don Pancho Velasco,<br />
papá de un entrañable amigo, Héctor Velasco Tamayo. Del<br />
mercadito hacia el sur, rumbo al barrio de Triana, la calle<br />
va en ascenso y en las calles de Enlace, hoy Héroes de<br />
Chapultepec y Jesús Díaz de León, está una tlapalería que<br />
fue <strong>del</strong> señor don José Guerrero. Esta tlapalería tuvo por<br />
nombre "La Occidental", pero en la época de mi infancia<br />
tenía un nombre que una diosa de la mitología griega, "La<br />
Venus".<br />
“La Venus” era para nosotros un establecimiento en el que<br />
conseguíamos aguarrás y pintura, cosas que necesitábamos<br />
para culminar los objetos que hacíamos para jugar, porque<br />
después de nuestra afición por la carpintería y hacer<br />
camioncitos con trocitos que adquiríamos <strong>del</strong> aserrín que<br />
llevaban a la cárcel de mujeres, terminábamos pintando el<br />
camioncito, y corriendo íbamos a "La Venus" por un tarrito<br />
de vidrio o lámina de grasa para bolear y pedíamos un diez<br />
o un veinte de pintura para terminar lo que hacíamos, que<br />
eran aviones y barcos y les dábamos un toque final muy a<br />
47
nuestro gusto a través de la pintura. Ahí conseguíamos<br />
materiales para nuestros trabajos manuales de la escuela:<br />
aceite de linaza, tierra casel para pintar los mueblecitos<br />
que hacíamos; total, veíamos nosotros en "La Venus" una<br />
tlapalería que venía a dar el toque final de alegría a<br />
nuestras creaciones infantiles.<br />
A<strong>del</strong>ante de la tlapalería se encontraba una gran casona que<br />
estaba en la acera qué ve hacia el poniente, entre las<br />
calles donde desemboca la calle de Enlace y la calle <strong>del</strong><br />
Sol, que una temporada se llamó Profesora Enriqueta<br />
González Cotilla; esta casa fue la Unión de Mecánicos y<br />
representó el movimiento obrero mexicano, porque las<br />
uniones, a principios <strong>del</strong> siglo XX, fueron los organismos<br />
obreros que defendieron los intereses de éstos, y esta<br />
Unión de Mecánicos agrupaba a los mecánicos de los talleres<br />
que los Ferrocarriles Nacionales de México tenían en esta<br />
ciudad. La historia <strong>del</strong> sindicalismo en México registra las<br />
uniones de los obreros a principios <strong>del</strong> siglo XX como un<br />
movimiento tendiente a reivindicar a esta clase en sus<br />
derechos más elementales en su calidad de humanos. Dos<br />
cosas recuerdo de este gran edificio: una, que fue un salón<br />
de patinar porque se aprovechaban sus patios grandes, ahí<br />
nosotros íbamos con nuestros patines Torrington para<br />
divertirnos; también recuerdo que en estos patios hicieron<br />
pista de baile para personas de clase demasiado humilde.<br />
Actualmente, ese edificio es el Jardín de Niños Profesora<br />
Vicenta Trujillo, y de esa casona salió huyendo con un<br />
tobillo falseado, el guerrillero cristero José Velasco, al<br />
saltar desde la azotea para después ser muerto a balazos en<br />
la calle de Colón; esto fue en el año de 1935.<br />
Caminando por la calle Doctor Jesús Díaz de León hacia el<br />
sur, pasando la calle <strong>del</strong> Sol (en la que también hubo unas<br />
vecindades y que un tiempo llevó el nombre de profesora<br />
Enriqueta González Goitia, una de las personas sabias de<br />
48
nuestro barrio, maestra de mis generaciones en el Instituto<br />
de Ciencias) nos encontramos con lo qué fue el embrión de<br />
la fábrica de muebles cromados J. M. Romo, aunque el primer<br />
tallercito estuvo en la calle <strong>del</strong> Sol. Aquellos dos<br />
hermanos, Juan María y Jesús María fueron llamados así<br />
debido a una manda que su mamá ofreció de llamar a todos<br />
sus hijos con el nombre de María. Ambos ya han fallecido.<br />
Juan María fue mi compadre mucho muy querido, y Jesús María<br />
fue el gerente de esa gran fábrica que significa una unidad<br />
económica, muebles cromados J. M. Romo.<br />
Siguiendo hacia el sur, pasando la desembocadura de la<br />
calle Minerva, hoy Vicenta Trujillo, a mano derecha estuvo<br />
una panadería que proveyó de este alimento a nuestro<br />
barrio. La panadería de don Luciano Macías, persona que<br />
tuvo buen papel en el barrio, porque nos dio a todos el pan<br />
nuestro de cada día.<br />
Pasando la panadería de don Luciano llegamos al lado<br />
oriente de la plazuela <strong>del</strong> Encino. Entonces, junto a la<br />
parroquia, donde hoy es el Museo Guadalupe Posada estuvo la<br />
Junta Local de Caminos; fue jefe de la misma el ingeniero<br />
Francisco López Lamadrid, padre <strong>del</strong> ingeniero Jorge López<br />
Yáñez.<br />
Al lado oriente de la plazuela que forma parte de la calle<br />
Díaz de León, en la esquina con Abasólo, estuvieron unos<br />
billares que fueron de la familia <strong>del</strong> empresario taurino<br />
Carlos González; me parece que se llamaron "Primero es<br />
Triana".<br />
En la otra esquina, frente a los billares, estuvo una<br />
tienda de abarrotes en la que se proveyó nuestro barrio de<br />
estos satisfactores, me estoy refiriendo a la tienda de “La<br />
Mexicana". Mi padre me platicó que en su infancia "La<br />
Mexicana" se llamó "La Feria de las Flores" y su<br />
propietario fue don Valentín Muñoz, mi padre trabajó en<br />
49
dicha tienda detrás <strong>del</strong> mostrador en calidad de dependiente<br />
abarrotero.<br />
Al pasar esta tienda, por esa misma acera, está una casa<br />
que fue muchos años de Zenaida Hernández Villalobos, le<br />
decíamos la Chata Zanaida, y al otro lado de ella estuvo la<br />
casa de mi abuelito paterno, don Ladislao Villalobos. Con<br />
qué agrado iba yo a esa casa a visitar a mi tía María y a<br />
su hermano, mi tío Fidencio. Entraba a la casa de mi<br />
abuelito y recuerdo cómo en el patio había dos magueyes y<br />
en un rincón <strong>del</strong> patio un pozo con su brocal; enseguida la<br />
sala, unas recámaras, un pasillo y una cocina cuyas paredes<br />
estaban humeada en virtud de que se cocinaba con leña;<br />
luego, una puerta semidestruida, con sus tableros ya<br />
flojos; al fondo <strong>del</strong> pasillo y detrás de esa puerta estaba<br />
uno de los lugares más agradables de mi infancia: el corral<br />
de la casa de mi abuelito, en había un mezquite; en el<br />
primer patio, una higuera; en el segundo, un mezquite mucho<br />
más grande y otra higuera, y al fondo <strong>del</strong> corral una<br />
letrina de pozo. Entonces, en mis párvulos años, rampaba<br />
por el mezquite como si fuera una fierecilla al subirme a<br />
las ramas más altas de este árbol; para mí era una cosa muy<br />
agradable de hacer.<br />
Frente a la casa de mi abuelo paterno, esquina con el<br />
jardín, vivieron las señoritas Barba, hermanas de don José<br />
Barba, el dueño de la cadena de tiendas "La Quemazón. En<br />
más de alguna ocasión entré a esa casa; en su segundo patio<br />
tenía un cuarto grande largo, obscuro, y al fondo había una<br />
puerta que cuando se abría parecía que daba acceso a la<br />
gloria, pues después de aquella obscuridad de pronto<br />
aparecía el edén hecho una huerta. Junto a la puerta, pero<br />
ya en la huerta, amarrados a un árbol tenían unos perros<br />
corrientes muy bravos, de esos que en cuanto lo veían a uno<br />
se ponían a ladrar e infundian miedo, de tal manera que se<br />
50
necesitaba la <strong>presencia</strong> de alguien de la casa para entrar a<br />
la huerta.<br />
Después de la huerta de las señoritas Barba, estaba otra<br />
que tenía la entrada por la calle Díaz de León, la huerta<br />
de los Badillo, muy bonita también y terminaba la calle en<br />
otro vergel, la huerta de Los Chinos. Así pues, esta calle<br />
tenía estas características, y se perdía por allá, por el<br />
arroyo <strong>del</strong> Cedazo, en cuyo lado está el barrio <strong>del</strong> Hueso,<br />
cerca de donde actualmente se encuentra el Seguro<br />
Social.” 13<br />
De otra de las Calles “profesora Vicenta Trujillo” explica:<br />
“Esta es una de las entradas al barrio de Triana, y ha sido<br />
dedicada a la sabiduría porque me acuerdo que en mi<br />
infancia se llamó calle Minerva, que en la mitología romana<br />
fue la diosa de la sabiduría; esta calle actualmente es<br />
llamada Vicenta Trujillo y nos recuerda el nombre de una de<br />
las grandes maestras que ha tenido Aguascalientes, la<br />
profesora que con cariño entrañable formó generaciones<br />
quienes aún no la conocíamos la nombramos Vicentita<br />
Trujillo. El campo de acción de esta maestra fue la Escuela<br />
Normal <strong>del</strong> Estado; ella vivió muchos años en la calle<br />
Minerva, en una casona que se ubica entrando a la calle que<br />
lleva su nombre, rumbo al barrio <strong>del</strong> Encino, en la cuarta<br />
casa a mano derecha. He ahí la razón por la que esta calle<br />
lleva el nombre de tan preclara mentora. Ahí también<br />
vivieron personas que con su <strong>presencia</strong> daban prestigio a<br />
nuestro barrio, por ejemplo, Don Fernando Brand, quien fue<br />
uno de los señorones <strong>del</strong> barrio y todos lo vimos con mucho<br />
respeto. En una casa que está en la esquina de José María<br />
Chávez con Vicenta Trujillo vivió don Pancho Alvarez, otra<br />
de las personas que dieron fisonomía al barrio. En la<br />
segunda calle de Vicenta Trujillo, en la acera que ve hacia<br />
13 Calle Dr. Jesús Díaz de León. Ibdem p. 29. Este texto también se publicó en Hidrocálido<br />
Viernes 6 de noviembre de 1981. secc b. P. 8<br />
51
el sur, en la parte media, vivió uno de los locos geniales<br />
de nuestro barrio, Pedro Castañeda. En la esquina de José<br />
María Chávez y Minerva estuvo la tienda "La Guerrilla",<br />
propiedad de Alfonso Dávalos.<br />
Esta calle da entrada a Triana y en su segunda cuadra<br />
entronca la calle Ancha, calle de la Asamblea, actualmente<br />
calle Profesor Eliseo Trujillo, hermano de Vicentita.<br />
Dentro de mi mente infantil, la calle Minerva parecía como<br />
si fuera un límite audaz de mi existencia, pues yo no me<br />
atrevía a jugar más allá de ella, y cuando la trasponía, es<br />
porque iba en compañía de alguno de mis mayores. Recuerdo<br />
cómo hacía mis camioncitos con tiritas de madera y les<br />
amarrábamos un hilito; la aventura consistía en dar la<br />
vuelta a la manzana, salíamos por la calle de Enlace para<br />
continuar por José María Chávez, dar la vuelta por Vicenta<br />
Trujillo y bajábamos por Colón, para de nuevo entrar a la<br />
calle de Enlace.<br />
Calle Vicenta Trujillo, calle de entrada al corazón <strong>del</strong><br />
barrio de Triana.” 14<br />
De la “Calle Profesor Elíseo Trujillo” expone: “Creo que<br />
una de las estampas más agradables de las calles de nuestro<br />
barrio es la que lleva el nombre <strong>del</strong> Profesor Eliseo<br />
Trujillo, la cual es de dos cuadras; lleva el nombre <strong>del</strong><br />
profesor que hizo época a principios <strong>del</strong> siglo xx, hermano<br />
de la maestra Vicentita, que antes se conocía con el<br />
nombre de calle Ancha, porque en efecto, era la más ancha<br />
en dimensiones de las calles de Triana, y noticias tengo de<br />
que antes de que llevara este nombre se le denominó calle<br />
de la Asamblea.<br />
En esta calle está una de las salidas de la factoría de<br />
Chito Romo, antes “La Temperancia”; ésta fue en<br />
Aguascalientes el antecedente inmediato anterior de<br />
14<br />
Calle Vicenta Trujillo. Ibdem p. 35. Este texto también se publicó en Hidrocálido Sábado 7 de<br />
noviembre de 1981. secc. B p. 3<br />
52
Alcohólicos Anónimos. Todas aquellas personas que se<br />
querían retirar <strong>del</strong> exceso de las bebidas alcohólicas, de<br />
las bebidas "espirituosas", se hacían socios de “La<br />
Temperancia”. Para distraer sus ocios formaban cuadros<br />
teatrales y en un saloncito de esta casa, que fue de los<br />
Castañeda, representaban sus obras, muchas de ellas fueron<br />
juguetes cómicos que en una forma sana divirtieron a la<br />
gente de nuestro barrio.<br />
De frente se ve en toda su belleza la calle Ancha; recuerdo<br />
cómo tenían arriates a un lado y a otro, y árboles junto a<br />
la banqueta. A mano izquierda, la escuela Benito Juárez,<br />
hoy secundaria José María Chávez; en esa escuela hubo<br />
maestras de la talla de Carmen Morones, quien ilustró a la<br />
niñez <strong>del</strong> primer tercio <strong>del</strong> siglo XX en una forma sabia,<br />
tal vez con muchas exigencias y disciplina.<br />
Frente a la escuela Benito Juárez, es decir a mano derecha,<br />
hubo una casita pequeña en la que vivía una señora, la<br />
güera Mercedes, mamá de don Nicho González, taxista, señora<br />
que hacía un exquisito atole blanco. En varias ocasiones mi<br />
madre me envió a comprar y para no cansarme, según yo,<br />
tomaba un camioncito de madera, un juguete, y lo iba<br />
arrastrando con un hilito y en la otra mano llevaba una<br />
olla con atole. Qué tiempos aquellos en que cosas tan<br />
sencillas como un atole blanco, sabían a gloria. Por ahí,<br />
en esta acera, mi abuelo materno, el licenciado Refugio<br />
Palos, vivió en una de estas casas.<br />
Al fondo de la calle, a mano izquierda, se ve<br />
primorosamente el templo <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, templo que<br />
guarda el Cristo que preside la vida de todos los<br />
habitantes de aquel rumbo, y luego junto al templo y hacia<br />
el fondo, la fronda de los árboles <strong>del</strong> jardincillo de<br />
Triana y a la derecha, frente al jardín, casas señoriales,<br />
como también la casa que se ve al fondo de la calle Ancha o<br />
53
calle de la Asamblea. La calle Ancha, tan ancha tan ancha,<br />
que cabe en ella todo el cielo <strong>del</strong> mundo.” 15<br />
De la peculiar “Calle de la Alegría” narra: “Para ir a la<br />
calle de la Alegría, desde la fuente <strong>del</strong> jardín de la<br />
plazuela de Triana, tenemos que irnos por el pasillo bajo<br />
las frondas rumbo a la tienda "La Mexicana", es decir,<br />
esquina sureste <strong>del</strong> jardín para llegar a la calle Abasolo y<br />
a escasos cien metros de "La Mexicana" empieza la calle de<br />
la Alegría; actualmente esta calle lleva el nombre <strong>del</strong><br />
poeta <strong>del</strong> toreo, Alfonso Ramírez, el Calesero. Qué calle<br />
tan típica ésta de la alegría, empieza describiendo una<br />
curva, y por lo tanto no se ve el fondo de la calle. Ahí<br />
donde está la curva aún, quedan casas que son típicas de<br />
nuestro barrio. La curva no es muy grande pero en cuanto<br />
sale uno de ella, al fondo ve una fachada de la casa de<br />
acceso a la huerta que fue <strong>del</strong> licenciado Carlos Salas<br />
Calvillo.<br />
Donde termina la curva está el callejón de Pesado, que a su<br />
vez describe otra curva y a poco andar por la calle de la<br />
Alegría pasando el callejón, está otro que lleva el nombre<br />
de callejón de la Fortuna. Pues bien, esta calle de la<br />
Alegría cómo la sueño, con su adoquín en el piso, con sus<br />
casas blanqueadas, sus puertas y ventanas de maderas<br />
pesadas, de mezquite, con sus clavos y aldabones, muros de<br />
cantera y su iluminación con faroles. Que primorosa se veía<br />
la calle de la Alegría. ¿Por qué se llamaba así? Bueno, por<br />
opinión de mi tío abuelo, el profesor don José Ramírez<br />
Palos, quien decía que porque en una ocasión los andaluces<br />
que tenían allí sus casas, como tenían grandes huertas, sin<br />
previo concierto todos sembraron melones y se dieron cuenta<br />
de esta circunstancia cuando recogieron el fruto; además no<br />
tenía mercado. Entonces, por las noches, en las puertas de<br />
15 Calle profesor Eliseo Trujillo. Ibdem p. 36. Este texto también se publicó en Hidrocálido<br />
Domingo 8 de noviembre de 1981 secc. C p. 2<br />
54
sus casas obsequiaban la fruta a cualquier viandante y<br />
luego, a alguien se le ocurre sacar una mandolina, a<br />
alguien una guitarra, otros cantaban y todos disfrutaban de<br />
la fruta la música y <strong>del</strong> canto y ¡ole!, la calle de la<br />
Alegría.” 16<br />
Sobre la “Calle <strong>del</strong> Águila” expone: “Hablo de la calle <strong>del</strong><br />
Águila, lisa y llanamente porque tuve en mi infancia<br />
estampas muy agradables en ella. Menciono las calles <strong>del</strong><br />
barrio de Triana en las que yo tuve vivencias que han<br />
quedado grabadas en mi mente, en las que está un pedazo de<br />
mi corazón. Se llama calle <strong>del</strong> Águila probablemente porque<br />
con este nombre se trata de honrar a uno de los símbolos de<br />
nuestra nacionalidad, nuestro escudo; recuérdese que éste<br />
fundamentalmente es un águila tomada <strong>del</strong> Códice Mendocino<br />
en relación con la fundación de la gran Tenochtitlán. Si<br />
eso se pretendió al poner este nombre a la calle,<br />
enhorabuena, magnífico, porque es una calle que en su<br />
nombre denota nuestra mexicanidad dentro <strong>del</strong> barrio de<br />
Triana.<br />
Con el permiso de las personas que viven en esta calle diré<br />
que también se le conoció con el nombre de Callejón <strong>del</strong><br />
loco Tavarez, y digo que con permiso de sus moradores<br />
porque bien sé que les disgusta el nombrecito, pero como un<br />
aliciente hay que pensar que sí se refiere el antiguo<br />
nombre a un demente. Los locos <strong>del</strong> barrio de Triana todos<br />
han sido geniales, si se llamó Callejón <strong>del</strong> loco Tavarez es<br />
tal vez porque mereció aquel demente que tenía este<br />
apellido que una de las calles llevara su nombre.<br />
La calle <strong>del</strong> Águila tiene una orientación de este a oeste,<br />
es angosta y calculo ha de tener un poco más de doscientos<br />
metros de largo. En su extremo oriente está la calle Josefa<br />
16 Calle de la Alegría. Ibdem p. 37. Este texto también se publicó en Hidrocálido Lunes 9 de<br />
Noviembre 1981 secc B p. 3<br />
55
Ortiz de Domínguez, antigua de Los Olivos, y en el extremo<br />
poniente la calle de 16 de Septiembre antes de la Estrella.<br />
Las casas de la calle <strong>del</strong> Águila, en la época de mi<br />
infancia, fueron de adobe y separadas en forma espaciada<br />
por bardas de huertas que ahí hubo, tanto en una acera como<br />
en la otra. Ahí vivieron personas a las que se pudiera dar<br />
el calificativo de patriarcas; recuerdo cómo, con mucho<br />
respeto, veían a don Carlos González, a don Raúl Camarillo,<br />
al profesor Segovia, e indudablemente también vieron como<br />
patriarca a quien llevo muy prendido en el corazón, a un<br />
gran humanista, a un gran hombre, tío, el profesor don Juan<br />
H. Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo. Los antiguos pobladores de<br />
esta calle los veían a ellos con mucho respeto, como sus<br />
protectores, como sus voceros ante las autoridades; no se<br />
sentían en desamparo con el auxilio de estos grandes<br />
señorones que ya fallecieron.<br />
Don Carlos González fue un hombre entregado por completo a<br />
su trabajo y supo ser ejemplo vivo de bondad; don Rafael<br />
Camarillo, industrial que fue el que probablemente fabricó<br />
por primera ocasión en Aguascalientes los triciclos para<br />
transportar mercancía; la familia de los Segovia, adalides<br />
en la educación, casi todos ellos se dedicaron a la<br />
docencia; y qué no diré de alguien que quise con toda el<br />
alma, cuyo recuerdo me emociona, mi tío Juan, hombre<br />
también muy humanitario, muy cabal, alto, que fue ejemplo<br />
dentro de todos nosotros los de su familia, sencillo,<br />
bondadoso, alegre, de sensibilidad profundamente humana.<br />
Cuando hablamos de la calle <strong>del</strong> Águila pienso en mis<br />
primos; con qué alegría llegaba yo a su casa. Solicitaba el<br />
permiso de mis padres para ir a pasar mañanas enteras con<br />
ellos en la época de vacaciones, en julio y agosto, y<br />
recorría mi camino de la calle de Enlace por Colón, daba<br />
vuelta por la calle <strong>del</strong> Sol hasta llegar a la calle de la<br />
Estrella. Ahí recuerdo aquella tienda "Xochimilco", en la<br />
56
esquina, y entonces entraba por la calle de la Estrella<br />
daba vuelta casi en una carrera por la calle <strong>del</strong> Águila,<br />
para llegar sin aire hasta el zaguán de la casa de mi tío<br />
gritando a mis primos para ponernos a jugar.<br />
¡Qué hermosas experiencias en aquella casona! Cuánto nos<br />
divertimos en su corral cómo veíamos los vestigios de aquel<br />
establo que tuvo mi tío Juan, y recuerdo que tuvo mas dos o<br />
tres vacas y nos acercábamos con mucho cariño a pedirle que<br />
nos diera leche recién terminada de ordeñar. En forma<br />
traviesa nos decía que abriéramos la boca para echarnos un<br />
chorro de leche directamente de la ubre y aprovechaba para<br />
bañarnos toda la cara; a esto seguía el chillido <strong>del</strong><br />
afectado. Qué bonitos aquellos juegos de guerra, de la<br />
liga, <strong>del</strong> trompo, juegos de nuestra infancia; para mí la<br />
casa aquella constituyó un paraíso en compañía de mis<br />
primos Ricardo y Pachita, que fueron mis <strong>contemporáneo</strong>s en<br />
edad aunque el cariño fue para todos ellos en quienes veía<br />
a mis compañeros de juegos. Fue una casa maravillosa. En la<br />
calle Águila me tocó ver cerca de la casa de mi tío, una<br />
acequia por la cual pasaba el agua procedente de los<br />
manantiales <strong>del</strong> Ojo Caliente para regar las huertas; en<br />
aquel recodo de la acequia, todavía el agua estaba<br />
caliente, todavía le salía el humo. ¡Qué bonita la calle<br />
<strong>del</strong> Águila!” 17<br />
Dos tiendas antiguas, es otro escrito en el que se resalta<br />
la relevancia de esos negocios para el barrio. “Dos tiendas<br />
en mi barrio de Triana, sí, dos tiendas, pero de las<br />
antiguas, de las de fines <strong>del</strong> siglo XIX, por lo tanto, no<br />
fui testigo de ojos para poder describirlas pero sí de<br />
oídas porque buen cuidado tuvieron mis antepasados de<br />
platicarnos <strong>del</strong> barrio y de sus tradiciones.<br />
17 Calle <strong>del</strong> Aguila. Ibdem p. 38. Este texto también se publicó en Hidrocálido Martes 10 de<br />
noviembre de 1981. secc B. P. 3<br />
57
¿Qué no serían aquellas tiendas? Se me antoja que han de<br />
haber tenido su mostrador de madera a todo lo largo y una<br />
estantería en la pared <strong>del</strong> fondo para poder colocar los<br />
artículos que se vendían. Pienso en ellas con muebles<br />
deteriorados, con tenderos un simpáticos, pintorescos y<br />
dicharacheros; tiendas en las que ha de haber sido toda una<br />
universalidad los objetos que se vendían. Probablemente<br />
encontraba uno ahí desde yerbas de gordolobo, engordacabra<br />
o agua de contraespanto, hasta un buen abrigo para<br />
defenderse de los fuertes fríos invernales; una verdadera<br />
gama de artículos, sombreros, misas, azúcar, harina, sal,<br />
dulce piloncillo, frijoles, jabón, ¡en fin!, todo lo que se<br />
necesita en una casa; debieron haber sido verdaderas<br />
misceláneas.<br />
El propósito fundamental de estos establecimientos<br />
comerciales fue proveer a los vecinos <strong>del</strong> barrio de todos<br />
estos satisfactores, tanto de alimentación como de vestido,<br />
esto en cuanto a su importancia material. Habría que pensar<br />
un poco en la importancia social de estos lugares de la<br />
segunda mitad <strong>del</strong> siglo XIX. No eran los periódicos muy<br />
abundantes, tal vez serían publicaciones semanales o<br />
mensuales; no había radio; no había medios de comunicación<br />
para los habitantes de nuestro barrio. Me supongo que las<br />
noticias se transmitían durante el día, de las mujeres a<br />
los abarroteros y de aquí a otras mujeres que llegaban a<br />
comprar subsistencias; era una verdadera comunicación y<br />
todo mundo estaba enterado y supongo que el abarrotero ha<br />
de haber sido uno de los tipos más enterados de nuestro<br />
medio y por la noche, después de las jornadas diarias de<br />
trabajo intenso en el campo o en el huerto, los hombres<br />
también acudían a estas tiendas para platicar, saber que<br />
acontecía en su mundo. Le pedían al abarrotero que bajara<br />
<strong>del</strong> anaquel una botella de refino ¡y a tomar un trago para<br />
que el verbo fuera más fluido!<br />
58
De la forma en que acabo de describir esas tiendas, así me<br />
imagino dos, "La Tienda <strong>del</strong> Toro" y la de "Los Cinco<br />
Señores". Hablemos de la primera: "La Tienda <strong>del</strong> Toro"<br />
estaba ubicada en la calle Acueducto, más o menos ahí donde<br />
desemboca la calle de San Miguel; según me platicaba el<br />
licenciado Manuel Várela Quezada estaba exactamente en la<br />
esquina sureste de esa desembocadura, pero también tengo<br />
noticias que en la acera de enfrente de la desembocadura,<br />
estuvo una leyenda de "La Tienda <strong>del</strong> Toro", diré que se<br />
reunían por la noche los valientes <strong>del</strong> Ojo de Agua, de la<br />
Salud y <strong>del</strong> barrio de Triana y empezaban amistosamente a<br />
platicar, pero al calor de las copas, muy frecuentemente se<br />
armaba cada batalla campal cuando alguien de un balazo o de<br />
un botellazo privaba de la luz el recinto. En lo personal,<br />
me tocó ver al señor cura Salvador Jiménez en aquellas<br />
pulquerías <strong>del</strong> barrio de la Salud, entrar a desarmar a los<br />
que estaban bebiendo pulque y a despacharlos a sus barios y<br />
a sus casas en beneficio de la tranquilidad <strong>del</strong> barrio; los<br />
bebedores obedecían debido al gran respeto que le tenían.<br />
Por lo tanto, también el señor cura don Salvador Jiménez<br />
siguió los pasos <strong>del</strong> señor cura Justo Ramírez Pérez.<br />
En cuanto a la tienda "Los Cinco Señores", ésta se<br />
encontraba ubicada donde la calle José María Chávez se<br />
bifurca con la de Belaunzarán. Mucho se contaba que en esta<br />
tienda, ya a la salida de nuestra población, los malditos y<br />
la gente de Juan Chávez llegaban a beber antes de irse al<br />
campo o cuando retornaban de él.<br />
De esta tienda tengo una noticia: que el preclaro<br />
historiador don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle le preguntaba a<br />
don Rosalío Esparza, de los viejos vecinos de Triana y<br />
vecino de esta tienda, el porqué <strong>del</strong> nombre "Los Cinco<br />
Señores", y don Rosalío le dijo: -Mire don Alejandro, se<br />
llama "Los Cinco Señores" por Jesús, María, José, Joaquín y<br />
Ana, es decir la Sagrada Familia-.<br />
59
En forma graciosa, el maestro don Antonio Acevedo Escobedo<br />
entrelazaba estas dos tiendas en su composición en verso de<br />
aquel matón Gorgonio Esparza, y lo situaba en la "La Tienda<br />
<strong>del</strong> Toro", primero, en una reyerta con otros valientes, y<br />
luego con un caballo en la tienda de "Los Cinco Señores"<br />
para embriagarse él y su bestia.” 18<br />
Otro de los sitios <strong>del</strong> barrio es el de “La plazuela” sobre<br />
éste dice: “El poeta Ricardo Olivares, en su soneto<br />
dedicado a nuestro barrio de Triana, le canta a la plazuela<br />
y dice en la primer cuarteta:<br />
Triana; merecías ser barrio de Sevilla por tu plazuela<br />
airosa y recoleta donde se juega al toro y al cometa y<br />
finge el rebozo la mantilla.<br />
Pequeño jardín, la plazuela, que tiene la virtud de<br />
inspirar a los poetas, de recordar las distintas etapas de<br />
la vida de los conbarrianos, de alegrar con su existencia<br />
el corazón <strong>del</strong> barrio de Triana.<br />
En cuanto al nombre de nuestra plazuela, parece ser que hay<br />
una verdadera batalla campal porque en tres de los lados<br />
<strong>del</strong> jardín, adosadas a las casas que están hacia el lado<br />
poniente, oriente y sur, existe una placa de cantera, en la<br />
que se establece que el jardín se llama Jardín de la Paz, y<br />
tienen estas tres placas las fechas de 16 de septiembre de<br />
1880; las autoridades de aquel entonces trataron de honrar<br />
a los héroes de Insurgencia en esa fecha, dando ese nombre<br />
al jardín, quizá también para pensar en la paz que, a su<br />
modo, supo imponer don Porfirio Díaz. Entre el Museo<br />
Guadalupe Posada y la casa de la señorita profesora Chole<br />
Alonso, está por ahí una plaquita que dice Jardín Francisco<br />
Díaz de León, pintor, grabador y maestro, y la fecha de 10<br />
de diciembre de 1966; entonces nuestro jardín tiene esos<br />
dos nombres en una forma legal. Lo más curioso es que entre<br />
18<br />
Dos tiendas antiguas. Ibdem. P. 40. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Miércoles<br />
11 de noviembre de 1981. secc B. P. 3<br />
60
la gente de nuestro barrio no se le llama jardín de la Paz<br />
ni Jardín Francisco Díaz de León; simplemente, se dice: -<br />
vamos al jardín <strong>del</strong> Encino-.<br />
El Jardín tiene una vegetación muy agradable, sus árboles<br />
son coniferas, Jacarandas y fresnos; en sus prados hay<br />
profusión de flores; consta actualmente de seis prados y<br />
una fuente central; sus callecillas separan los prados y<br />
unen la fuente con los andadores de la periferia. Sus<br />
árboles dan una sensación de tranquilidad, de paz, de vida<br />
provinciana, y a este conjunto de árboles y pedacito de<br />
bosque o remedo de bosque lo rodean casas solariegas, casas<br />
señoriales que fueron de aquellos grandes señores <strong>del</strong><br />
barrio; cómo tiene señorío la casa donde se encuentra<br />
ubicada la escuela secundaria y preparatoria José María<br />
Morelos; cómo tienen señorío las casas de la calle Abasolo,<br />
son sobrias, pero a su vez elegantes por su dignidad.<br />
En estas casas de Abasolo vivió el tercer obispo de<br />
Aguascalientes, el doctor don José de Jesús López y<br />
González, persona a quien todo Termápolis amó. Originario<br />
<strong>del</strong> barrio de Triana vivió feliz frente al jardín; fue un<br />
hombre virtuosísimo que murió en olor de santidad; en lo<br />
familiar, gran amigo de mis casas paterna y materna, gran<br />
amigo y compañero de escuela de mi abuelo materno, el<br />
licenciado Refugio Ramírez Palos.<br />
El jardín en sí tiene unos 85 metros de largo por unos 60<br />
de ancho y en el centro está una fuente que funge como tal<br />
en ese lugar desde la misma fundación <strong>del</strong> barrio y a ella<br />
llegaba el agua procedente <strong>del</strong> Cedazo. Fue realmente una<br />
fuente en que se abasteció de agua potable la gente de<br />
Triana; la actual fuente data <strong>del</strong> día 25 de mayo de 1882 y<br />
la mandó hacer mi tío, el señor cura Justo Ramírez Pérez.<br />
La fuente de la plazuela de Triana es circular con un<br />
surtidor en el centro, y en las canteras que sirven de muro<br />
de contención están unas oquedades que fueron hechas debido<br />
61
al constante apoyo de los cántaros de las mozas <strong>del</strong> barrio<br />
que iban a la fuente por agua; tanto estuvieron esos<br />
cántaros ahí que esas oquedades son el testimonio de cómo<br />
aquella fuente proporcionó a todo el barrio <strong>del</strong> agua que da<br />
vida.<br />
En la parte norte <strong>del</strong> jardín hay un espacio que es<br />
continuación de la plazuela, es una plazoleta que forman el<br />
jardín por el lado sur; el Museo Guadalupe Posada, antes<br />
casa <strong>del</strong> curato, y la casa de la maestra María Soledad<br />
Alonso, por el norte; por el oriente, la calle doctor Jesús<br />
Díaz de León, y al poniente, el atrio <strong>del</strong> templo <strong>del</strong> Señor<br />
<strong>del</strong> Encino. Al Norte <strong>del</strong> jardín está el templo;<br />
originalmente en el barrio de Triana tenían por patrono a<br />
San Miguel Arcángel, por el año de 1761. Ahí, siendo cura<br />
párroco de la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las<br />
Aguas Calientes, el doctor don Mateo José de Arteaga pensó<br />
en la conveniencia de que en el barrio de Triana hubiera un<br />
templo honesto, una capilla que se dedicara a San Miguel, y<br />
fue construida dicha capilla donde actualmente está el<br />
templo <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino. Posteriormente, unos cuantos<br />
años después de que fue consagrada esta capilla, el 4 de<br />
octubre de 1764 el excelentísimo Señor Obispo Antonio<br />
Alcalde vio la posibilidad de que aquella capilla se<br />
convirtiera en un templo, y el párroco don Antonio Flores<br />
Alatorre, el 7 de agosto de 1769, empezó a gestionar que se<br />
hicieran las zanjas de los cimientos <strong>del</strong> actual templo.<br />
Este templo se consagró ya dedicado al Señor <strong>del</strong> Encino, el<br />
día 10 y 11 de marzo de 1796; fue el señor cura Miguel<br />
Martínez de los Ríos quien con su empeño hizo posible que<br />
se levantara el actual templo que conocemos. Este mismo<br />
señor cura encomendó a los pintores mexicanos Andrés López<br />
y hermano, pintaran el viacrucis que ostentan los muros <strong>del</strong><br />
templo de Triana, únicos en su género en la República.<br />
Quiero hacer notar que el día 19 de febrero de 1878, debido<br />
62
al esfuerzo de mi tío bisabuelo, señor cura Justo Ramírez<br />
Pérez, se colocó el reloj público de repetición, construido<br />
en la vecina población de Teocaltiche por el hábil artesano<br />
don Nicolás Herrera.<br />
El señor cura Urbano Rizo hizo maravillosas obras de<br />
conservación <strong>del</strong> templo como son el piso de duela, el<br />
órgano, las puertas y arreglos interiores.<br />
El templo <strong>del</strong> Encino tiene una sola torre de tres cuerpos,<br />
esbelta, parece un minarete árabe, y el frontispicio da la<br />
impresión de ser de tipo barroco; en cuanto al arco de<br />
entrada al templo es de tipo árabe. Dentro, las columnas<br />
adosadas a la pared, con sus dorados, separando los cuadros<br />
<strong>del</strong> viacrucis, y el Santo Señor <strong>del</strong> Encino presidiendo el<br />
templo bajo una cúpula de tipo hindú y magnífica<br />
candilería.<br />
Por lo antes dicho, nuestro amado templo <strong>del</strong> Encino tiene<br />
una verdadera mezcolanza de arquitectura.<br />
Como si fuera leyenda platicaré cómo cuando era niño, en el<br />
Jardín <strong>del</strong> Encino, se decía que por las noches se oía el<br />
quejido de un alma en pena, y era una verdadera romería de<br />
gente al jardín para oírla. Un buen día don Zenón el<br />
jardinero se puso a podar los árboles y entonces<br />
desapareció el espanto aquel. La razón fue que dos ramas de<br />
los árboles se frotaban con el viento y producían el<br />
quejido <strong>del</strong> ánima, cuando fueron podados los árboles<br />
desapareció aquel violín natural que generaba los lamentos<br />
de ultratumba. Así es como surgen las leyendas de espantos,<br />
un hecho real condimentado con fantasía macabra.” 19<br />
El texto sobre “Bocas de Ortega” es una descripción de las<br />
indagaciones que se realizaron para explicarse el origen<br />
<strong>del</strong> Cristo <strong>del</strong> templo, dice: “Mi cariño por el barrio de<br />
Triana hace que vea con simpatía cualquier cosa relacionada<br />
19<br />
La plazuela. Ibdem p. 42. Este texto también se publicó en Hidrocálido Jueves 12 de<br />
noviembre de 1981 secc B. P.2<br />
63
con él, y con gusto sacrifico el tiempo necesario para<br />
profundizar mi conocimiento sobre su historia, tradiciones<br />
y costumbres.<br />
Don Salvador Jiménez Díaz, primer señor cura de Triana,<br />
quien ha realizado su vida familiar en lindes <strong>del</strong> barrio y<br />
sabedor de mis inclinaciones, estuvo al habla conmigo sobre<br />
temas propios <strong>del</strong> barrio, lo que nos llevó con Don<br />
Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle para tener mayor ilustración<br />
sobre nuestro pasado.<br />
El cronista de nuestra ciudad poseía una novena impresa en<br />
el último tercio <strong>del</strong> siglo XVIII que un "amartelado"<br />
compuso al Santo Señor <strong>del</strong> Encino, en ella se consigna una<br />
nota histórica sobre la procedencia de la escultura <strong>del</strong><br />
Cristo Negro de Triana: dice que lo trajeron de Bocas de<br />
Ortega. Don Alejandro Topete tenía un mapa de nuestra<br />
región hecho en la época de la Colonia y en él aparece el<br />
Camino de la Plata o de tierra adentro y gráficamente<br />
aparece junto al camino los fuertes o "presidios". Pues<br />
bien, de sureste a noroeste está el presidio de Ojuelos,<br />
sigue el de Bocas de Ortega, y continúa con el de Coecillo,<br />
rumbo a Zacatecas; esta vía rápida de la Colonia<br />
desapareció y con ella también el presidio de Bocas de<br />
Ortega.<br />
El mismo don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, en su Guía para<br />
visitar la Ciudad y Estado de Aguascalientes, cuando se<br />
refiere al templo <strong>del</strong> Encino, nos da otra versión sobre el<br />
origen de la escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino y dijo que<br />
existe el error y desfase de un mes en las fiestas para el<br />
santo patrono, y da razón de una nota manuscrita,<br />
encontrada en la portada de un protocolo <strong>del</strong> escribano<br />
público de la Villa, don Manuel Rafael de Aguilera, que<br />
copiamos textualmente: "El día trece de Octubre <strong>del</strong> año<br />
quarenta y quatro -evidentemente 1744- se apareció la<br />
milagrosa imagen de el Sor. Del Ensino en la Hazienda de<br />
64
las Bocas de Hortega (De esta Jurisdicción)." Aun en esta<br />
versión el origen de la escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino es<br />
ubicado en Bocas de Ortega.<br />
Para entender bien la función de los "presidios" diremos<br />
que fueron una especie hostería para protección de los<br />
romeros y se encontraban espaciados a una jornada o sea a<br />
diez leguas, lo que equivale a cuarenta kilómetros. Quien<br />
ordenó su construcción fue el señor Virrey Martín Enríquez<br />
de Almanza, por ahí en el año de 1560, y en cuanto a su<br />
construcción eran verdaderas fortalezas ya que servían para<br />
protección contra los ataques de grupos de chichimecas;<br />
entre paréntesis, el nacimiento de nuestra ciudad se debe a<br />
un presidio edificado junto al camino de Las Villas.<br />
El presidio de Bocas de Ortega se registraba en los mapas y<br />
en algunas narraciones pero era algo así de nebuloso como<br />
Camelot o las Ciudades de Cíbola o Quivira.<br />
Cuando el señor cura Jiménez me habló de la necesidad de<br />
investigar el lugar exacto de Bocas de Ortega lo puse en<br />
contacto con el erudito conocedor de nuestro estado<br />
licenciado don Enrique Sevilla Flores, de quien había oído<br />
hablar que tenía conocimientos <strong>del</strong> sitio donde estuvo el<br />
presidio y quien con verdadera alegría se prestó a ser<br />
nuestro guía para ir al lugar donde se supone estuvo este<br />
presidio.<br />
El día 9 de julio de 1989, a las nueve de la mañana, los<br />
tres nos reunimos donde el cielo es más azul, en Triana,<br />
bajo la égida <strong>del</strong> santo Señor <strong>del</strong> Encino, y en una<br />
camioneta Pick-up propiedad <strong>del</strong> señor cura nos encaminamos<br />
a buscar Bocas de Ortega.<br />
Haciendo invocación divina, salimos por la carretera a San<br />
Luis Potosí. La temática de nuestra plática fue de lo más<br />
amena, pues se tocaron puntos de teología, filosofía<br />
historia, etnografía y viajes, y en menos que canta un<br />
gallo estábamos en el entronque de la carretera a Palo<br />
65
Alto, Los Campos, que termina cerca de Villa Juárez. En ese<br />
entronque el señor cura se convirtió en émulo <strong>del</strong> buen<br />
samaritano y permitió que dos campesinos que iban rumbo a<br />
Palo Alto abordaran la parte trasera de la camioneta y<br />
nosotros seguimos con la plática en forma tan amena que ya<br />
nos estábamos pasando de largo; no nos detuvimos hasta que<br />
los campesinos gritaron para llamar nuestra atención.<br />
Ellos, en forma caballerosa, preguntaron cuánto debían, el<br />
señor cura les dijo que nada y quedaron muy agradecidos.<br />
Seguimos nuestro camino y llegamos a la exhacienda de<br />
Pilotos, ahí nos detuvimos con unos pobladores que estaban<br />
a la sombra ante quienes el señor cura se presentó y les<br />
preguntó por una persona de las de más edad <strong>del</strong> lugar; nos<br />
informaron de don Luz, que vivía por ahí cerca; en eso<br />
vieron a la distancia a una señora y dijeron: -Mire,<br />
aquella señora es nuera de don Luz, pregúntenle por él-. La<br />
alcanzamos, y ella nos dijo: -Con mucho gusto los llevo,<br />
nada más déjenme ir a la tienda a un mandado-; este tiempo<br />
lo aprovechamos para tomar fotografías de torre de un<br />
templo, la que están destruyendo unos nopales que crecen<br />
junto a la linternilla. Aquella buena mujer nos llevó por<br />
agradables callejones a la casa de don Luz Capetillo<br />
Hernández.<br />
Bajamos de la camioneta entre un concierto de ladridos de<br />
perros que fueron apaciguados por sus dueños; nos hicieron<br />
pasar al zaguán de la casa y, ¡caray!, cuánta amabilidad de<br />
la señora, pues decía a sus hijos con cierto nerviosismo: -<br />
Traigan unas sillas para que se sienten los señores-, y<br />
luego llamaron a don Luz. El señor cura hacía las<br />
presentaciones y cuando se refería al licenciado Sevilla y<br />
a mí, decía: -Son ellos licenciados, pero son buenas<br />
gentes, no venimos a perjudicarlos-. ¡Vaya la famita!,<br />
llegó don Luz y empezó la labor inquisitoria de don<br />
Salvador Jiménez.<br />
66
Don Luz Capetillo Hernández era un hombre de campo,<br />
sencillo, y a pesar de los ochenta y nueve años que tenía<br />
cuando lo conocimos, daba muestras de una mente lúcida, de<br />
gran cordialidad, y se sentía feliz en medio de sus hijos y<br />
nietos con la visita. Comenzamos desangrar la plática y se<br />
le preguntó si conocía el lugar donde estuvo Bocas, a lo<br />
que añadió: -Sí, Bocas de Ortega, queda cerca <strong>del</strong> ejido de<br />
Los Negritos, como a unos metros. Yo conocí ruinas de las<br />
casas de este lugar y unas tinas en que se curtían pieles -<br />
Por cierto que también ahí, en Pilotos, hubo otras para el<br />
mismo fin, cuando la hacienda fue de los señores Arellano.<br />
Se le preguntó qué sabía de la escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />
Encino y manifestó que no sabía nada; después se le<br />
preguntó por personas edad que conocieran <strong>del</strong> tema de Bocas<br />
de Ortega y nos dijo de un señor Ángel, en la Hacienda de<br />
los Campos, y don Ramón Tinajera, en el ejido de Los<br />
Negritos. Nos despedimos y agradecimos tanta gentileza.<br />
Cuando salimos de la casa de don Luz ya los perros nos<br />
consideraron amigos de sus amos y hasta nos formaron<br />
guardia de honor al pasar entre ellos para abordar la<br />
camioneta.<br />
Seguimos por la carretera al rumbo norte y entroncamos con<br />
la que va a Los Campos, y esta por el lado sur, entronca<br />
una terraceria que lleva al ejido de Los Negritos, muy<br />
cerca de la carretera vimos dos árboles muy bonitos y, por<br />
indicaciones <strong>del</strong> licenciado Sevilla entramos a la segunda<br />
terracería porque según él nos llevaría a Los Negritos; y<br />
cual sería nuestra sorpresa que llegamos a un agradable<br />
rancho que se llamaba El Molino, y de nuevo a rectificar lo<br />
andado.<br />
Por fin llegamos a Los Negritos; cuando se aproxima uno a<br />
este poblado, tanto al sur, sureste y oriente, a medio<br />
kilómetro, hay unos cerros que forman unas cañadas<br />
verdaderas bocas para que pasen caminos. Los Negritos es<br />
67
una comunidad de Asientos en medio de mezquites, piñales y<br />
nopaleras, calculo a ojo de pájaro una población de unos 2<br />
mil habitantes; a la entrada vimos una tienda de abarrotes,<br />
con sus anuncios clásicos de láminas haciendo propaganda de<br />
refrescos. Ahí vimos a dos señores a caballo, otro sentado<br />
en una banca, y algunos muchachos; nos acercamos para<br />
preguntar por don Ramón Tinajera Victorino y los de a<br />
caballo de inmediato se prestaron para ponernos en contacto<br />
con él. El señor que estaba sentado en un pollo se<br />
autopresentó resultó ser don Antonio Camacho Delgadillo, un<br />
erudito conocedor de la región, le preguntamos si conocía<br />
las ruinas de lo que fue Bocas y de inmediato también le<br />
agregó el segundo nombre, o sea "de Ortega". El Señor cura<br />
le preguntó si sabía si la escultura <strong>del</strong> Cristo Negro <strong>del</strong><br />
Encino procedía de ese lugar y afirmó categóricamente que<br />
sí, que esto lo sabía por algunos escritos que había leído<br />
en periódicos de Aguascalientes, pero que sus antepasados<br />
nunca le platicaron de ello. Total, este señor tenía la<br />
misma fuente de información que nosotros.<br />
En compañía <strong>del</strong> señor Camacho y de los de a caballo fuimos<br />
a la casa de don Ramón Tinajera Victoriano; para llegar a<br />
ella tuvimos que pasar por pintorescos callejones y resultó<br />
que don Ramón no se encontraba, pero de un momento a otro<br />
llegaría al almuerzo, eso nos dijo su esposa quien<br />
amablemente nos atendió. El señor cura pasó a la casa y el<br />
licenciado Sevilla, don Antonio Camacho y yo, esperamos<br />
bajo la sombra de un pirul viendo a unas niñas jugar con<br />
agua, derivando la plática con el señor Camacho respecto a<br />
la persona de mi padre, a quien conoció en sus andanzas<br />
como inspector escolar por esos lugares y manifestando su<br />
alegría al saber que yo era hijo <strong>del</strong> profesor don Faustino<br />
Villalobos.<br />
En virtud de que pasó una hora y no llegaba don Ramón<br />
Tinajera, sugirió el señor cura que don Antonio Camacho nos<br />
68
llevara al lugar donde se encuentran los restos de lo que<br />
fue Bocas de Ortega; abordamos la camioneta y dimos un<br />
rodeo; por cierto, nos encontramos al señor Tinajera y se<br />
le dijo que fuera a su casa a almorzar y que después<br />
procuraríamos para platicar; acto seguido, seguimos nuestro<br />
camino. Seguimos un camino junto a una cerca, que terminaba<br />
en una nopalera muy tupida a donde nos internamos; el señor<br />
Camacho nos dijo que ahí estuvo el presidio de Bocas de<br />
Ortega y empezamos a ver muchas piedras entre los nopales,<br />
mismas que estaban labradas pues tenían forma cúbica, es<br />
decir que fueron empleadas en construcciones. Al<br />
internarnos más nos topamos con los cimientos de una pared;<br />
ahí, el licenciado Sevilla se encontró una piedra que no<br />
fue otra cosa que una mano de metate. En este lugar medio<br />
nos separamos <strong>del</strong> grupo y estaba tan tupida la nopalera que<br />
nos perdimos, pero Sevilla es tan listo en todas estas<br />
andanzas que su espíritu de boy scout no lo abandona, y<br />
sacó un silbato y se puso a soplarlo; con el sonido<br />
aparecieron dos niños y nos guiaron donde estaban Camacho y<br />
el señor cura. Ellos observaban restos de unas tinas que<br />
empleaban en curtiduría, unas en forma de cuadrado y otras<br />
redondas; de ahí pasamos a ver los restos de una cortina<br />
que fue abrevadero de ganado; con este dimos por satisfecho<br />
nuestros intereses por conocer el lugar y nos trasladamos a<br />
la casa <strong>del</strong> señor Tinajera, quien nos confirmó la<br />
existencia de la Hacienda de Bocas de Ortega y que siendo<br />
él pequeño llegó a ver aún muros completos de aquellas<br />
construcción, que sí se dio cuenta por pláticas de gente<br />
vieja, cuando era niño (este señor debía tener setenta y<br />
cinco años) que por ese lugar pasaba el camino real de<br />
Ojuelos a Zacatecas, o sea el camino de la Plata, pero en<br />
relación con la escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino no tenía<br />
ninguna noticia. Toda esta plática se dio en la sala de la<br />
casa <strong>del</strong> señor tinajera, mientras satisfacíamos la sed con<br />
69
efrescos y terciaba en la conversación. Nos despedimos<br />
cordialmente de nuestros nuevos amigos y regresamos u haber<br />
estado en Bocas de Ortega.<br />
Como conclusión de todo esto resulta que Bocas de Ortega<br />
existió, sus restos están en las orillas <strong>del</strong> ejido Los<br />
Negritos, en Asientos, Aguascalientes; por ahí pasó el<br />
Camino de la plata y fue un presidio o bien, una estancia.<br />
Por medio de la novena mutilada que tenía Don Alejandro<br />
Topete <strong>del</strong> Valle se sabe que la escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />
Encino procede de Bocas de Ortega; lo más probable es que<br />
algunos misioneros, después de sus ejercicios espirituales,<br />
dejaron como testimonio el Cristo Negro <strong>del</strong> Encino, y<br />
cuando Bocas de Ortega tiende a desaparecer en el siglo<br />
XVIII, alguna familia piadosa trajo a Triana al Santo<br />
Cristo, cuya veneración fue en aumento, al grado que suplió<br />
a San Miguel, quien fue nuestro primer patrono tutelar.<br />
¡Bocas de Ortega fue la tierra <strong>del</strong> Santo Cristo Negro de<br />
Triana y ole!” 20<br />
Luego el autor reproduce algunos poemas y leyendas sobre<br />
“El Cristo de mi barrio” y explica sus conclusiones: “No me<br />
mueve mi Dios para quererte, el cielo que me tienes<br />
prometido, ni me mueve el infierno tan temido, para dejar<br />
por eso de ofenderte.<br />
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en esa cruz y<br />
escarnecido, muéveme el ver tu cuerpo tan herido, muéveme<br />
tus afrentas y tu muerte.<br />
Muéveme en fin Señor, tu amor de tal manera que aunque no<br />
hubiera cielo yo te amara y aunque no hubiera infierno te<br />
temiera.<br />
No me tienes que dar porque te quiera porque si todo lo que<br />
espero no esperara lo mismo que te quiero te quisiera.<br />
20 Bocas de Ortega. Ibdem p. 45. Este texto también se publicó en Hidrocálido como Bocas de<br />
Ortega. La comunidad de donde provino el Cristo Negro <strong>del</strong> Encino. Viernes 28 de julio de<br />
1989. Secc. Sociales.<br />
70
(Poema de autoría indefinida). El estilo alude a San Juan<br />
de la Cruz y a Santa Teresa<br />
El hombre, desde el punto de vista espiritual, tiene<br />
necesidad de establecer un diálogo constante con Dios en el<br />
que comunica los problemas de su vida; es muy común dentro<br />
de la religión católica valernos de las imágenes de nuestro<br />
Señor Jesucristo y de los santos para que sirvan de puente<br />
entre nosotros y la Divinidad.<br />
El barrio de Triana, el de Aguascalientes tiene en su<br />
templo principal una escultura de Jesús crucificado,<br />
llamada Señor <strong>del</strong> Encino, que mide de cabeza a pies noventa<br />
y un centímetros, y de mano a mano ochenta y siete<br />
centímetros. Es de color negro y ha sido en la vida <strong>del</strong><br />
barrio, receptor de pesares y alegrías y medio para sentir<br />
y amar a Dios. La gente de nuestro barrio tiene la cultura<br />
religiosa suficiente para no ser idólatras, pero aman la<br />
estampa <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino porque representa a Jesús<br />
crucificado y, por lo tanto, preside todos los actos de su<br />
vida; su devoción se ha extendido por toda la ciudad ¡y en<br />
forma regional se conoce al Santo Señor <strong>del</strong> Encino por ser<br />
un Cristo taumaturgo!.<br />
Alrededor de nuestro Cristo <strong>del</strong> barrio de Triana, Santo<br />
Señor <strong>del</strong> Encino, se han bordado hermosas leyendas, como la<br />
<strong>del</strong> leñador en circunstancias especiales que al hacer leña<br />
de un tronco de encino se encontró en el centro la<br />
escultura <strong>del</strong> Cristo. O la de los dos hermanos andaluces<br />
que cuando peleaban el amor de una mujer, entre ellos cayó<br />
un rayo y fue a dar a una encina que se desgajó y en medio<br />
<strong>del</strong> árbol, aún quemándose, apareció la escultura <strong>del</strong> Señor<br />
<strong>del</strong> Encino. Esta última salió <strong>del</strong> ingenio <strong>del</strong> sabio<br />
trianero, licenciado Humberto Brand Sánchez.<br />
Romance <strong>del</strong> Cristo Negro<br />
Cuentan las crónicas viejas que había en el barrio de<br />
Triana una familia muy pobre, muy buena y muy recatada; que<br />
71
el jefe de la familia no hizo nunca cosa mala, nada que<br />
malos conceptos o murmullos provocara.<br />
Cuentan que la esposa era una mujer casi santa, que su<br />
empeño era su hogar de la noche a la mañana; y de los hijos<br />
de ambos toda la gente opinaba que eran mo<strong>del</strong>o y ejemplo<br />
por su conducta esmerada.<br />
Que cuando ella iba a misa, al llamar de la campana, sólo<br />
alumbraba sus pasos la luz de la madrugada; y él cultivaba<br />
su huerto con el alma ilusionada y rezaba sus rosarios en<br />
granos de sus granadas; al catecismo sus crías iban siempre<br />
engalanadas con las primorosas luces de sus almas, todas<br />
blancas. Un día la pobre mujer se puso enferma, tan mala,<br />
tan mala que casi no se percibía su palabra. Médicos y<br />
curanderos a diario la examinaban y sus luces y consejos no<br />
daban una esperanza. A los pies <strong>del</strong> Cristo humilde los<br />
hijos se arrodillaban y le tejían una alfombra con los<br />
hilos de sus lágrimas. Vino pronto la penuria, la que más<br />
angustia labra, y sufrieron el tormento de una vida que se<br />
apaga.<br />
No había ya más medicina, no tenían con qué comprarla;<br />
fuese a cortar una leña el marido a la barranca, leña que,<br />
como recurso, daría vendida la paga de los últimos remedios<br />
para la esposa adorada.<br />
La cadencia de sus golpes repercutía en el barranco; cada<br />
golpe era dinero, cada dinero un hachazo, los golpes eran<br />
centavos; cada centavo sonaba en su alma, como milagro. Un<br />
encino era el madero por el hacha mutilado; lloraba el<br />
encino, herido por el golpe de su brazo.<br />
¡Dios de mi vida!, decía. ¡Cristo, tengo el pecho henchido<br />
por una pena tan honda que se me vuelve suspiro! ¡Sálvala,<br />
señor, que es ella la palma de mi nido! ¡Sálvala, Diosito<br />
santo, porque sin ella no vivo! El tosco golpe <strong>del</strong> hacha<br />
iba cortando el encino y ese mismo golpe tosco iba<br />
mo<strong>del</strong>ando un Cristo.<br />
72
Surgiendo iba <strong>del</strong> madero aquel cuerpecito endrino un<br />
cuerpecillo moreno que parecía cuerpo vivo.<br />
Una luz maravillosa iluminó al campesino como si iluminara<br />
todo aquel Cristo cautivo.<br />
La luz le embriagó los ojos como el más sublime vino y<br />
doblegó las rodillas el rostro en el polvo hundido.<br />
Trémulo aún <strong>del</strong> asombro llegó el labriego a su casa; cuando<br />
relató el milagro sus secos labios temblaban. Y aún mayor<br />
fue su pasmo al ver a la esposa amada que, sin pesar ni<br />
congoja, lo esperaba, buena y sana.<br />
Y aquel humilde labriego, colmada de dicha el alma, con su<br />
gratitud profunda en grande alabanza exclama: ¡Bendito mi<br />
santo Cristo, mi santo Cristo de Triana, que ha de regar<br />
nuestros huertos con la sangre de sus llagas!<br />
Humberto Brand Sánchez<br />
¡En fin!, estas son leyendas, pero aquí vamos a apegarnos a<br />
lo poco que en realidad sabemos.<br />
Aunque parezca paradójico, el Santo Señor <strong>del</strong> Encino no es<br />
de encino, sino de la madera de la que está hecho es de<br />
mezquite. Esta aseveración se basa en lo siguiente: el<br />
señor cura Salvador Jiménez Díaz, en su afán constante de<br />
rendir su menaje a Dios, teniendo en buen estado todas las<br />
cosas <strong>del</strong> culto, vio que la cultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino<br />
necesitaba una retocada por algún desperfecto en pintura, y<br />
antes de ponerlo en manos <strong>del</strong> artista que trataría la<br />
escultura, convocó a cuatro carpinteros avecindados en el<br />
barrio, mismos que sienten amor a dios por medio de la<br />
escultura <strong>del</strong> Santo Señor <strong>del</strong> Encino y la ven con respeto y<br />
devoción. Estos cuatro carpinteros fueron Salvador<br />
Escalante, Enrique Jiménez, Alfonso Medina y Manuel Ibarra<br />
Hernández; ellos hicieron un estudio de la escultura y se<br />
encontraron con que está hecha de madera de mezquite. Esta<br />
aseveración tiene por fundamento lo siguiente: hicieron la<br />
prueba <strong>del</strong> agua consistente en poner la madera en contacto<br />
73
con ésta y entonces se pone negruzca; en una parte <strong>del</strong><br />
Cristo lo hicieron y la prueba fue positiva; luego<br />
determinaron que el peso también corresponde a lo que<br />
pesaría un leño de mezquite de su tamaño y no uno de<br />
encino, que sería menos pesado. El escultor <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />
Encino aprovechó una rama <strong>del</strong> mezquite para hacer el<br />
Cristo, lo cual se deduce porque el rostro y pies siguieron<br />
la configuración de la rama, lo mismo la asimetría de la<br />
altura en cuanto al ángulo de sus brazos. Además, en el<br />
lugar de donde se dice procede, Bocas de Ortega, no hay<br />
encinos y sí mezquites, por lo tanto, estos ilustres<br />
carpinteros, peritos en conocer madera, llegaron a la<br />
conclusión de que la escultura está hecha de mezquite,<br />
pintada de negro. Santo Cristo de mi barrio, el que negro<br />
de tez está, tal vez por mis pecados en esa condición<br />
estás. ¡Qué hermosas son tus leyendas, pero leyendas lo<br />
son!; lo aquí dicho es la verdad y todavía cuánto queda<br />
investigar. Tú tienes la virtud de trasladar nuestra mente<br />
a Jesús, al Nazareno que por amor a nosotros en el Gólgota<br />
clavado en su cruz murió. Tú eres la escultura que por<br />
generaciones nos ha servido para aprender la doctrina que<br />
se basa en el amor. Tú, en el hogar, tú en la fábrica, tú<br />
en la labor <strong>del</strong> campo y de la huerta, tú en la pinturera<br />
faena de nuestros toreros, en fin, tú en nuestros<br />
corazones. Bajo tu égida el dolor es oración y la alegría<br />
sublimación para a ti.<br />
Santo Señor <strong>del</strong> Encino mi Jesús crucificado eres unión de<br />
vecinos en este tu barrio amado.<br />
¡Ay, Señor <strong>del</strong> Encinito, cuatro cocos y un melón! En esa<br />
forma le gritaba un vendedor de frutas al Señor <strong>del</strong> Encino<br />
cuando pasaba con su batea sobre su cabeza y sostenía un<br />
diálogo con quien espiritualmente era su patrón. Con eso le<br />
estaba diciendo que le quedaban cuatro cocos y un melón, y<br />
74
le pedía que lo ayudara a vender el resto de su fruta para<br />
poder descansar.<br />
El Cristo de Triana preside la vida de todos los que hemos<br />
nacido bajo su égida; ante el Cristo de Triana nos<br />
bautizan; ante Él es el matrimonio, Él amorosamente despide<br />
a los habitantes de Triana cuando mueren y ante su<br />
<strong>presencia</strong> se celebran las exequias. El Cristo de Triana<br />
tiene la virtud de unir a toda la gente <strong>del</strong> barrio, y nos<br />
une por una sencillísima razón, porque ante esta imagen,<br />
ante esta materia que nos hace recordar a Cristo, nuestras<br />
madres torcieron nuestros dedos para enseñarnos a hacer la<br />
señal de la cruz y santiguarnos. El hecho de que ante la<br />
<strong>presencia</strong> <strong>del</strong> Cristo recibimos la doctrina de Él, es factor<br />
de la unidad para todos los que hemos nacido en Triana.<br />
El barrio de Triana festeja los primeros 13 días <strong>del</strong> mes de<br />
noviembre al Santo Cristo, al Cristo de la leyenda que dice<br />
que cuando su brazo izquierdo llegue a tocar la cúpula<br />
donde está, se acaba el mundo. En esos trece días todo es<br />
alegría en la gente <strong>del</strong> barrio de Triana; desde tempranas<br />
horas el silencio de la madrugada se interrumpe por los<br />
cohetones anunciando que estamos en pleno trecenario y que<br />
el Cristo de Triana está de fiesta.<br />
Con el permiso <strong>del</strong> licenciado don Jesús Reyes Ruiz,<br />
transcribo de los versos de su poema Los cuatro barrios, el<br />
que dedica al barrio de Triana, y dice:<br />
Rumor de gitanos viene por la claridad <strong>del</strong> sur; rumor de<br />
voces morenas con acento de laúd. Levantaron una iglesia<br />
donde el cielo es más azul, una fuente levantaron e igual<br />
que en suelo andaluz, suertes de huertas pusieron en toda<br />
esta latitud.<br />
Y como eran gitanos, le dañaron la salud a un Santo Cristo<br />
famoso que no oyó el ruego de un gitano de rancia cepa y le<br />
dio agua de pirul al sacerdote en la misa, para que el<br />
Cristo, en su cruz, se fuera tornando negro como de negro<br />
75
etún. Así fundaron Triana donde el cielo es más azul.<br />
Dicen que en noche de espectros, al frío de la inquietud,<br />
cuando con timbre de sombras canta el tecolote augur, se<br />
transfigura en el templo el Cristo, y se hace de luz, y que<br />
sus carnes de lirio, transparentes como tul, dan su sangre<br />
a las granadas <strong>del</strong> Barrio de la Salud.” 21<br />
Las huertas de Triana.<br />
Hablar de las huertas <strong>del</strong> barrio de Triana es casi hablar<br />
de la historia de Aguascalientes.<br />
Corría año de gracia de 1565 cuando, donde hoy se levanta<br />
nuestro barrio, don Hernán González Berrocal, en unión de<br />
sus hijos debido a la merced de tierras que le fue<br />
concedida por la Corona de España, cultivaba las tierras<br />
formando las huertas <strong>del</strong> barrio, así siempre en Triana ha<br />
habido huertas.<br />
Hoy estamos <strong>presencia</strong>ndo el final de las huertas debido a<br />
la expansión de la expansión <strong>del</strong> urbanismo. En mi infancia<br />
me tocó conocer varias, eran verdaderos vergeles, copias<br />
<strong>del</strong> paraíso terrenal, verdaderos jardines que<br />
proporcionaban diversidad de frutas: higos, granadas,<br />
peras, membrillos, uvas, chabacanos, duraznos y hortalizas.<br />
Huertas en las que se oía el apacible murmullo <strong>del</strong> correr<br />
<strong>del</strong> agua por sus acequias y en las que, en los atardeceres,<br />
los contrastes <strong>del</strong> azul <strong>del</strong> cielo con las nubes blancas y<br />
esponjosas, los follajes, el canto coral de los pajarillos<br />
y la pirotecnia de los tonos de la luz, hacían todo un<br />
poema.<br />
Recuerdo varios de estos jardines; en mi mente tengo la<br />
huerta de la casa de las señoritas Barba, frontera al<br />
Jardín <strong>del</strong> Encino. Atravesaba uno la casa y en el último<br />
patio se entraba a un bodegón obscuro; al fondo había una<br />
puerta y al abrirla nos sentíamos transportados al edén;<br />
aquella huerta primorosa, aquella huerta con árboles<br />
21 Ibdem. Pp. 50-55.<br />
76
grandes en plena producción y con los encantos de agasajo<br />
que las frutas nos daban, parecía que no tenía fin, que<br />
allí empezaba el mundo y no se le veía término. Aquella<br />
huerta, atendida con verdadero amor por sus hortelanos,<br />
proporcionaba todas aquellas <strong>del</strong>icias que daban sus<br />
árboles. Así como la huerta de las señoritas Barba estaba<br />
enseguida la de Melitón Badillo; luego la de los Chinos, y<br />
por allá en la calle Águila de don Enrique González y las<br />
huertas <strong>del</strong> barrio de la Salud, las cuales conocí en<br />
compañía de mi tía, María Villalobos.<br />
Qué alegría era visitar una huerta, qué orgullo el sentirse<br />
amigo de su dueño que nos franqueaba sus puertas para<br />
saborear el fruto de sus árboles.<br />
Todas las huertas tenían sus guardianes y esos guardianes<br />
eran dos o tres perros bravos que ponían pies en polvorosa<br />
a aquel que osara internarse en sus dominios sin la<br />
compañía de un hortelano o <strong>del</strong> dueño, es decir, cuando el<br />
perro o los perros veían que el visitante era gente<br />
extraña, ni tardos ni perezosos se abalanzaban para darles<br />
mordidas y ponerlos en huida.” 22<br />
Recuerdo que detrás de la casa de mi tío Juan el la calle<br />
Águila, furtivamente en alguna ocasión mi primo Ricardo y<br />
yo entramos a llevarnos unas granadas; allí había unos<br />
perros amarrados a un árbol y tal circunstancia nos animaba<br />
a azuzarlos, de lo que resultaba un concierto de ladridos<br />
por desesperación de desatarse. Cuando regresábamos de<br />
nuevo, los cocoreábamos y cual fue nuestra sorpresa que uno<br />
de aquellos mastines logró desatarse y ¡nos puso una<br />
corretiza...!, que apenas si alcanzamos a brincar la barda<br />
de la huerta con el corazón desbocado al casi sentir los<br />
colmillos <strong>del</strong> perro en las piernas. Estampas de la infancia<br />
provinciana que fueron primorosas.<br />
22 Las huertas de Triana. Ibdem. Hasta aquí está el contenido de lo que se reproduce en<br />
Hidrocálido con el título Y sus huertas. Lunes 1ro noviembre de 1982. secc. B. P. 2<br />
77
Una huerta muy significativa fue la de la Piedra China, en<br />
el barrio de la Salud, de la cual hoy día sólo queda la<br />
casona por la que se entraba a ella y que funciona como<br />
restaurante <strong>del</strong> hotel Antigua Hacienda de la Noria. Esta<br />
huerta perteneció al señor don Isidro Navarro, quien fue<br />
vitivinicultor a fines <strong>del</strong> siglo XIX y principios <strong>del</strong> XX;<br />
de sus bodegas se surtía de vino toda la diócesis de<br />
Aguascalientes para los ritos de las fiestas, esta huerta<br />
semejaba una venta española. Hoy día aún se ve su entrada<br />
con esa imagen que está ubicada en el triángulo que forman<br />
las calles de La Salud, Acueducto y Héroe de Nacozari. Por<br />
el lado de Acueducto, de sur a norte, es donde da la<br />
impresión de una venta española, por el torreón <strong>del</strong><br />
respiradero de lo que fue el acueducto y su portal.<br />
Qué tristeza al <strong>presencia</strong>r la muerte de las huertas <strong>del</strong><br />
barrio de Triana. Ojalá que nuestras autoridades<br />
adquirieran una de ellas y la conservaran como ejemplo de<br />
aquellas porciones de tierra que dieron vida a<br />
Aguascalientes, y en homenaje al fundador de nuestro barrio<br />
se le llamara la huerta Hernán González Berrocal.” 23<br />
El autor da un ejemplo <strong>del</strong> trabajo de los hortelanos con<br />
“Don José Navarro Jiménez” dice: “Triana y Aguascalientes<br />
deben su existencia a las huertas, a los hortelanos y a sus<br />
familias. Ya se han descrito las huertas como verdaderos<br />
paraísos, pero para que éstas existieran se necesitó de los<br />
hortelanos, de los peones y de sus familias; ellos hicieron<br />
posible que Aguascalientes fuera un vergel. Las cosas van<br />
cambiando, las huertas dentro de los barrios de la ciudad,<br />
por el crecimiento urbano, van desapareciendo; tan sólo<br />
quedan uno que otro terreno baldío que se usan como<br />
corrales y que pertenecieron a aquellas maravillas.<br />
Al aseverar que no podían existir las huertas sin los<br />
hortelanos, vienen a mi mente los hidalgos señores: los<br />
23 Ibdem. P. 55-57.<br />
78
Medina, los Barba, los Castañeda, los Badillo, los Navarro,<br />
y tantos y tantos que de las huertas hicieron una leyenda y<br />
una tradición. Como homenaje a los hortelanos de Triana y<br />
Aguascalientes, escribiremos acerca de uno de ellos, don<br />
José Navarro Jiménez, ¡gran señor!.<br />
José Navarro Jiménez nació el día 25 de marzo <strong>del</strong> año 1904,<br />
en un rancho perteneciente al municipio de Arandas, en el<br />
estado de Jalisco; fue hijo de don Hipólito y de doña Ma.<br />
Dolores Jiménez. Vivió la primera etapa de su infancia en<br />
el rancho en que nació; ahí abrió los ojos a las bellezas<br />
<strong>del</strong> campo que Dios envía como bendición, pero cuando llegó<br />
a la edad oportuna para iniciar su instrucción primaria,<br />
sus padres convinieron en enviarlo a Aguascalientes para<br />
que, bajo la dirección y vigilancia de su tío y padrino, el<br />
señor cura Isidro Navarro, se ilustrara y desde entonces<br />
vivió en el barrio <strong>del</strong> Encino.<br />
José Navarro Jiménez estuvo íntimamente ligado con la<br />
huerta de La Piedra en el barrio de la Salud (parte <strong>del</strong><br />
barrio de Triana), primero al vivir en ella y, aunque<br />
cambió de domicilio, al administrarla todos los días.<br />
En cuanto a sus estudios, don José Navarro hizo aquí su<br />
primaria, y la secundaria y bachillerato en nuestro<br />
glorioso Instituto de Ciencias; ahí fue compañero de<br />
estudios de quien fue el cronista de la ciudad, don<br />
Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, con quien cultivó una gran<br />
amistad. Terminado su bachillerato trabajó como empleado de<br />
aquella famosa tienda de los Rábago, "El Número Ocho".<br />
Don José Navarro se enamoró de una trianera, doña María de<br />
Jesús Castañeda quien nació en el barrio el día 21 de abril<br />
de 1910. De este matrimonio hubo once hijos, pero el<br />
primogénito, Hipólito, murió a los nueve meses; aparte de<br />
él, nacieron cuatro hombres y seis mujeres. De los hijos<br />
<strong>del</strong> matrimonio Navarro Castañeda, siete vinieron al mundo<br />
en la huerta de La Piedra China y cuatro en el segundo<br />
79
domicilio de la familia Navarro, ubicado en la calle doctor<br />
Jesús Díaz de León, antes Washington, Don José y doña<br />
Jesusita se preocuparon por todos sus hijos y les<br />
proporcionaron una educación adecuada; éste fue el motivo<br />
por el que se vinieron a vivir a una casa que adquirieron<br />
en la calle doctor Jesús Díaz de León, para que los hijos<br />
tuvieran sus escuelas cerca <strong>del</strong> domicilio y que no vinieran<br />
desde La Salud.<br />
El señor cura Isidro Navarro Castellanos fundó la huerta de<br />
La Piedra China en el año 1888, y este lugar fue el primer<br />
centro vitivinícola de Aguascalientes, pues se cultivaba<br />
mucho la vid, y el vino que se hacía era el de consagrar,<br />
con el que se abastecían los templos de la región. Cuando<br />
nació la diócesis, le proporcionó el vino que se<br />
convertiría en "sangre de Cristo". En esta huerta, además<br />
de la vid, se cultivó en excesiva el perón cristalino, ya<br />
que en las demás huertas no se daba; se cultivaron<br />
granadas, duraznos y demás frutales; muy pocas flores y<br />
hortalizas y se regaba con agua que venía de Ojocaliente.<br />
El señor cura Navarro tenía ahí sus cuadras de caballos de<br />
carreras, a los cuales era muy aficionado, y tenía la<br />
huerta también como un lugar de descanso.<br />
A la muerte <strong>del</strong> señor cura, Isidro Navarro Castellanos,<br />
adquirió la huerta de la piedra China su sobrino don José<br />
Navarro Jiménez, y en ella también instaló un establo con<br />
muchas vacas; además de esta huerta compró otra que se<br />
ubicaba en la esquina <strong>del</strong> lado sur <strong>del</strong> Jardín de la Salud.<br />
Don José Navarro fue hombre de a caballo, en su juventud le<br />
gustó la charrería aumentó su afición a los caballos su tío<br />
y padrino, el señor cura Navarro. La gente <strong>del</strong> barrio<br />
recuerda a don José, montado en su caballo en su constante<br />
trajinar de su casa en Díaz de León a sus huertas de La<br />
Salud. Al toque <strong>del</strong> alba, cuatro de la mañana ensillaba su<br />
caballo para iniciar las actividades <strong>del</strong> día. Esto fue<br />
80
hasta el día 23 diciembre de 1977 en que don José Navarro<br />
descansó en el seno <strong>del</strong> Señor.<br />
Gracias al doctor Nacho, hijo de don José, por quien obtuve<br />
todos los datos referentes a su padre y a la huerta de La<br />
Piedra China.<br />
¡Loor a esos hombres, callados y trabajadores, los<br />
hortelanos que dieron vida a triana y a Aguascalientes!” 24<br />
Otra de las obras significativas es la de “El acueducto de<br />
Triana”. Sobre ella dice: “El agua en la vida <strong>del</strong> hombre es<br />
uno de los elementos indispensables para existir, al grado<br />
que, cuando falta ésta, rápido se acaba la persona y muere;<br />
esta circunstancia dio pie para que la mayor parte de las<br />
ciudades fueran fundadas cerca de los ríos o lagos; y<br />
cuando las fuentes de abastecimiento quedaban algo<br />
retiradas de la población, el hombre se las ingenió y por<br />
medio de acueductos, hizo que el agua llegara hasta sus<br />
hogares.<br />
Cómo son admirables los acueductos construidos en el<br />
pasado. En lo que respecta a nuestra patria, llegan a la<br />
mente las estampas de los construidos en Zacatecas,<br />
Querétaro, Los remedios -en las proximidades de la Ciudad<br />
de México- y el realizado por los aztecas en Tenochtitlán,<br />
reconstruido por los españoles para traer agua potable<br />
desde Chapultepec y cuyos restos, hoy día, admiramos en el<br />
camellón de la avenida Chapultepec. En cuanto a Europa, es<br />
famoso el acueducto romano en la población de Segovia,<br />
España, todos ellos construidos a base de arquerías, Triana<br />
también tuvo su acueducto; a unos cuantos kilómetros al<br />
sureste de nuestra población hubo unos manantiales de agua<br />
potable, zarca, en el punto conocido como el Cedazo, y de<br />
ahí, en la época de la Colonia, se construyó un acueducto<br />
que vino llenar la fuente <strong>del</strong> Obrador, trayendo tan<br />
preciado líquido.<br />
24 Ibdem. Pp. 57-58.<br />
81
Las manifestaciones que he visto de lo que fue el acueducto<br />
de Triana son las siguientes: en mi infancia llegué a estar<br />
en El Cedazo y vi en la loma que queda al sur <strong>del</strong> actual<br />
bordo, una construcción circular como de siete metros de<br />
diámetro a cielo abierto y por dentro, pegada a la pared,<br />
una escalera de piedra que terminaba donde empezaba el<br />
túnel <strong>del</strong> acueducto, ya que éste era subterráneo.<br />
Como a un kilómetro, al noroeste de la entrada, se<br />
encontraba un respiradero; por cierto que a escondidas de<br />
la autoridad paterna, mis hermanos, en compañía de sus<br />
amigos, llegaron a transitar alguna vez este tramo portando<br />
velas encendidas, con el peligro de sufrir una intoxicación<br />
y perderse, pues nadie sabría en dónde habrían quedado.<br />
Dentro de nuestra población se denota la existencia <strong>del</strong><br />
acueducto con el torreón de respiradero que hay en la casa<br />
de la huerta de La Piedra China, en el barrio de la Salud y<br />
que está al principio de la calle que lleva precisamente el<br />
nombre de calle Acueducto; después, continúa en la fuente<br />
<strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino, ya centenaria, y en la <strong>del</strong> Obrador<br />
que desapareció, la cual se encontraba en el cruce de las<br />
calles de José María Chávez y Hornedo.<br />
Era yo pequeño cuando mi padre ordenó acondicionar nuestra<br />
segunda casa paterna en la calle de José María Chávez, la<br />
cual tenía su leyenda en el barrio, pues se decía que de<br />
esa casa sacaron tesoros sus antiguos moradores y mi padre<br />
les dijo a los albañiles que si encontraban algún tesoro se<br />
repartirían equitativamente las monedas. Resulta que un<br />
día, cuando estábamos comiendo en la casa de la calle de<br />
Enlace, el maestro albañil Pedro Soto, llegó a la casa<br />
asustado y no atinaba a decirnos cómo había dado con un<br />
tesoro, cuando pudo expresarlo dijo: -¡Le dimos a los<br />
tecolines!-. Todos corrimos a la casa en reparación para<br />
ver de qué se trataba y ante nuestra <strong>presencia</strong>, con una<br />
barra abrió un boquete en el piso que daba como a una noria<br />
82
ademada, y en la parte de abajo tanto en la pared sur como<br />
en la norte, había unos arquitos ya cegados; se exploro el<br />
lugar y ¡nada de tecolines! Mi padre ordenó tapar aquella<br />
especie de noria, y este lugar fue la base de una escalera<br />
en el segundo patio que va a una troje.<br />
Cuando estuve en la preparatoria le platiqué esto a la<br />
señorita Enriqueta González Goitia, quien soltó una sonora<br />
carcajada y me dijo: -Gabriel, dieron con el acueducto de<br />
Triana-. Por lo tanto, existe el acueducto aunque está<br />
cegado.” 25<br />
De “Los rumbos de Triana” expone: “En un pasado no lejano,<br />
pensar en el barrio de Triana de Aguascalientes, era pensar<br />
en todo el sur de nuestra ciudad, hasta la línea divisoria<br />
marcada por el arroyo que atraviesa nuestra población y<br />
que, con el andar de los años, se convirtió en la avenida<br />
licenciado Adolfo López Mateos.<br />
La parte sur de la ciudad de Aguascalientes tiene, a su<br />
vez, varias regiones o rumbos que en conjunto forman<br />
Triana. Al ir de poniente a oriente se encontraba el<br />
rastro, ubicado entre las calles Guerrero y Matamoros, con<br />
una importancia muy grande para nuestra población porque<br />
ahí se sacrificaban los animales cuya carne era consumida<br />
por nuestro pueblo. Dentro de las cosas pintorescas que se<br />
vivieron en este rastro, una de ellas fue que, en medio de<br />
los matanceros que estaban en un local techado donde<br />
destazan las reses, pululaban los aspirantes a toreros, los<br />
maletillas que iban para colarse a los corrales y echar el<br />
capote a una que otra vaca brava y también para practicar<br />
el descabelle.<br />
El rastro fue lo más occidental <strong>del</strong> barrio de Triana. Junto<br />
a él estaba el Hospital Hidalgo, que fue el principal<br />
centro hospitalario de Aguascalientes. Cuánto dolor<br />
25<br />
El acueducto <strong>del</strong> Encino. Ibdem p. 59. Este texto también se publicó en Hidrocálido Domingo<br />
3 de noviembre de 1985.<br />
83
llegamos a ver y cuánta alegría en los que sanaban. Esta<br />
institución llenó toda etapa en materia de salud. Frontero<br />
al hospital hay un jardincillo cuyas plantas y árboles son<br />
un himno de esperanza para recobrar la salud.<br />
Al suroeste <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino se encuentra el rumbo <strong>del</strong><br />
Grangenito y lo que fue el <strong>del</strong> Hueso, divididos por el<br />
arroyo <strong>del</strong> Cedazo, hoy avenida Ayuntamiento. El rumbo <strong>del</strong><br />
Hueso estaba más allá <strong>del</strong> arroyo <strong>del</strong> Cedazo. Tanto en el<br />
Grangenito como en el barrio <strong>del</strong> Hueso, la mayor parte de<br />
la gente se dedicaba a hacer ladrillos; había varios hornos<br />
en los que se quemaba el tabique que servía para las<br />
construcciones de Aguascalientes, y las personas que<br />
necesitaban de él acudían a estos rumbos para comprar este<br />
material indispensable en la construcción. Tengo noticia de<br />
que la calle Grangenito en el pasado fue un punto non santo<br />
<strong>del</strong> barrio de Triana. Hacia el oriente <strong>del</strong> jardín <strong>del</strong><br />
Encino sigue el rumbo <strong>del</strong> Llanito, allá por donde están las<br />
calles de La soledad, cinco de Febrero, Neveros -llamada<br />
así porque ahí vivía gente que se dedicaba a hacer nieve.<br />
En medio de estas calles hay una plazoletita que es<br />
conocida como el llanito y junto a ella, por el sur, estaba<br />
la escuela Fray Bartolomé de las Casas, de la cual fue<br />
directora mi madre.<br />
Más allá <strong>del</strong> Llanito, hacia al sureste y formando también<br />
parte <strong>del</strong> barrio de Triana, está el de La Salud,<br />
característico porque en él estuvieron las principales<br />
huertas. Tiene un templo que se erigió a fines <strong>del</strong> siglo<br />
pasado, en el que se venera al Señor de la Salud, que<br />
tiempo antes se veneraba en una pequeña capilla en el<br />
panteón de la Salud, que fue de los primeros que sirvieron<br />
a Aguascalientes.<br />
Entre la Salud y las márgenes <strong>del</strong> arroyo <strong>del</strong> Cedazo está el<br />
barrio <strong>del</strong> Ojo de Agua; este lo componían, por lo general,<br />
campesinos que cultivaban las tierras ubicadas en las lomas<br />
84
sureste de nuestra población. En lo personal, me recuerda<br />
que por este rumbo <strong>del</strong> Ojo de Agua salíamos para la heredad<br />
familiar, al Rancho de Cobos.<br />
Pues bien, Triana está constituido por todos estos rumbos y<br />
su buena gente, con un Común denominador: el cariño y la fe<br />
en el Cristo Negro <strong>del</strong> Encino. Las autoridades <strong>del</strong> Siglo<br />
XIX y principios <strong>del</strong> XX, siempre consideraron todos estos<br />
rumbos bajo el nombre de Barrio de Triana.” 26<br />
En el capítulo II referido a los sabios de Triana hace<br />
algunas semblanzas biográficas de personalidades cuyos<br />
nombres también han sido impuestos a la nomenclatura de las<br />
calles, ya reproducidos. Veamos sus contenidos.<br />
La primera es sobre el “Doctor don Jesús Díaz de León”.<br />
Afirma que: “Nació el doctor don Jesús Díaz de León en la<br />
calle de Los Gallos, pasando el Jardín <strong>del</strong> Encino, calle<br />
que va desde el centro de la ciudad hasta el arroyo <strong>del</strong><br />
Cedazo; actualmente lleva el nombre de este sabio<br />
aguascalentense. Su nacimiento está envuelto en la leyenda,<br />
pero las fuentes históricas nos dicen que fue hijo <strong>del</strong><br />
doctor Rafael Díaz de León y de doña Dominga Ávila; ubican<br />
su nacimiento allá por el año de 1855 ó 1856.<br />
Don Jesús Díaz de León, en su infancia, fue un niño muy<br />
despierto y con facilidad aprendía lo que se le enseñaba.<br />
Hizo su primaria en un colegio particular que había en<br />
Aguascalientes, dirigido por el profesor José María<br />
Guerrero. Su padre, viendo que siempre ocupaba los primeros<br />
lugares de aprovechamiento dentro de su clase, cuando<br />
terminó sus estudios primarios a la muy corta edad de diez<br />
años le proporcionó nuevos horizontes en el mundo de la<br />
cultura y lo mandó a nuestra tradicional metrópoli,<br />
Guadalajara, a continuar sus estudios en el seminario de<br />
aquella ciudad. Los seminarios no únicamente preparaban<br />
26<br />
Triana y sus rumbos. Ibdem p. 60. Este texto también se publicó en Hidrocálido martes 2 de<br />
noviembre de 1982 secc. B. P. 3<br />
85
sacerdotes, sino que daban cultura general a las juventudes<br />
y hasta muy avanzada la instrucción decidían si querían<br />
seguir la carrera eclesiástica, o bien, alguna otra carrera<br />
liberal.<br />
El niño Jesús Díaz de León ingresó al Seminario de<br />
Guadalajara el día 19 de octubre de 1896. Posteriormente<br />
vio la conveniencia de ingresar al Liceo de Varones, que<br />
dirigía el ingeniero don Lázaro Pérez; esto aconteció en la<br />
misma ciudad de Guadalajara. Al terminar sus estudios en el<br />
Liceo ingresó a la Escuela de Medicina y se recibió de<br />
Médico Cirujano con los más grandes honores que un sabio<br />
estudiante puede recibir.<br />
Una vez terminados sus estudios, regresó a su nativa<br />
Aguascalientes para ejercer su profesión. Aquí, en la paz<br />
provinciana fue donde el doctor Jesús Díaz de León encontró<br />
el ambiente propicio para seguir estudiando distintas ramas<br />
<strong>del</strong> saber. De mucho le sirvió la biblioteca heredada por su<br />
padre que fue mejorada con libros que él adquirió, Dentro<br />
de los estudios realizados por el sabio trianero, además de<br />
profundizar su conocimiento en la medicina, fue un gran<br />
estudioso de la filosofía; fue literato y filólogo; estudió<br />
las lenguas muertas, griego, latín y arameo; dominó el<br />
inglés, el francés y el alemán; fundó una imprenta que fue<br />
el medio <strong>del</strong> que se sirvió para publicar sus estudios, y<br />
compró caracteres griegos para editar sus estudios en esa<br />
lengua.<br />
El historiador aguascalentense, Jesús Bernal Sánchez,<br />
consigna en sus Apuntes hístóricos, geográficos y<br />
estadísticos de Aguascalientes que el doctor Jesús Díaz de<br />
León recibió 44 distinciones por su actividad científica,<br />
tanto a nivel nacional como internacional. Recibió honores,<br />
muchos de Italia, de Francia, de Austria, de España, de<br />
Alemania y, como un dato curioso, el Indostán también lo<br />
honró, y digo curioso porque la cultura de ese país sale<br />
86
<strong>del</strong> área de la cultura occidental. El Indostán lo nombró<br />
Académico y Delegado de “La Estrella <strong>del</strong> Mérito Sourindro<br />
Mohum Tagore de Calcuta”, el 30 de septiembre de 1886. Así,<br />
recibió muchos honores, pero yo creo que uno de los que más<br />
le ha de haber alegrado fue el que le otorgó la máxima casa<br />
de estudios de Aguascalientes, nuestro Instituto de<br />
Ciencias <strong>del</strong> estado.<br />
El Doctor contrajo matrimonio con Angelita Bolado aquí en<br />
Aguascalientes, allá por el año de 1880, y la familia que<br />
formaron se compuso de cuatro hijos: Jesús, Ernesto,<br />
Angelita y María.<br />
En su afán por perfeccionar sus conocimientos se trasladó a<br />
vivir a la Ciudad de México, dejando su natal<br />
Aguascalientes. Muchos años vivió allá, donde lo sorprendió<br />
la muerte el día 26 de mayo de 1919.<br />
Cuando pienso en el doctor Jesús Díaz de León y en su obra,<br />
le vivo agradecido porque fue precisamente en los textos<br />
que él creó para el estudio de las raíces griegas y latinas<br />
los que me sirvieron para conocer las etimologías de muchas<br />
palabras de nuestro castellano, cuando fue maestro de<br />
etimología otro buen hombre, el doctor José González<br />
Saracho.<br />
Aguascalientes ha inmortalizado a este sabio trianero en<br />
distintas formas: dando su nombre a una de nuestras<br />
principales calles que va <strong>del</strong> centro de la ciudad hacia el<br />
sur y termina por el barrio de Triana; en el mural que está<br />
en el segundo patio <strong>del</strong> Palacio de Gobierno, estando parado<br />
frente a él, a mano derecha, en la sección que se le dedica<br />
a la historia de la cultura de Aguascalientes, muy fácil de<br />
identificar por los enormes bigotes que tenía este sabio;<br />
la escuela Tipo lleva su nombre y nuestra Universidad<br />
Autónoma de Aguascalientes nos distingue a los maestros que<br />
hemos cumplido veinticinco años ininterrumpidos de docencia<br />
con el diploma y medalla Doctor Jesús Díaz de León. Así<br />
87
pues, el doctor Jesús Díaz de León, sabio de nuestra<br />
tierra, fue originario <strong>del</strong> barrio de Triana.” 27<br />
Sobre la “Maestra doña Vicentita Trujillo Martínez”, dice:<br />
“Fue la ciudad de Guadalajara, <strong>del</strong> estado de Jalisco, el<br />
lugar en donde nació la maestra Vicentita Trujillo<br />
Martínez, el día 19 de julio <strong>del</strong> año de 1872; fueron sus<br />
padres don Ignacio J. Trujillo y doña Regina Martínez.<br />
Vicentita fue la mayor de los hermanos en su casa: Eliseo,<br />
Juan, Ignacio, Gilberto -licenciado en derecho- y Gabriel,<br />
este último estudiante de la carrera de ingeniería, murió<br />
accidentalmente en la Ciudad de México durante los sucesos<br />
de la "Decena Trágica" en 1913, en la que perdieron vida<br />
don Francisco I. Madero y don José María Pino Suárez.<br />
La familia Trujillo Martínez, por razones <strong>del</strong> trabajo de<br />
don Ignacio, se trasladó a la ciudad de Aguascalientes en<br />
1880, así es que Vicentita tenía ocho años de edad cuando<br />
llegó. Probablemente uno o dos hermanos de ella también<br />
nacieron en Guadalajara y los demás deben haber nacido en<br />
nuestra ciudad.<br />
Al llegar a Aguascalientes, don Ignacio J. Trujillo<br />
estableció su domicilio en la calle de Minerva en el número<br />
tres, en pleno barrio de Triana, calle que hoy día lleva el<br />
nombre de la profesora Vicenta Trujillo, y en esa casa,<br />
desde la edad de ocho años hasta el día su fallecimiento,<br />
vivió la maestra Vicentita.<br />
En cuanto a su preparación académica, cursó sus estudios<br />
primarios en la Escuela Municipal de Niñas, para luego<br />
pasar al Liceo de Niñas a estudiar su carrera de maestra.<br />
Por cierto que era una niña tan despierta Vicentita, que en<br />
vez de inscribirla en primer año, la inscribieron de<br />
inmediato en segundo por su viveza y cultura.<br />
27 Doctor don Jesús Díaz de León. Ibdem p. 63. Este texto también se publicó en Hidrocálido<br />
Viernes 5 de noviembre de 1981. secc. B. P. 3.<br />
88
Vicentita Trujillo presentó su examen profesional el día 29<br />
de septiembre de 1888 que resultó muy brillante, como toda<br />
su carrera. Para ella, el haberse recibido fue más un<br />
momento en su vida porque, siendo amante de la cultura,<br />
siguió profundizando sus estudios.<br />
Su trayectoria en el magisterio fue de entrega a sus<br />
semejantes. Impartió catedras en el Liceo de Niñas; después<br />
fue directora de la misma institución, la cual, en el año<br />
de 1914 dejó de llamarse Liceo de Niñas para convertirse en<br />
la Escuela Normal <strong>del</strong> Estado que tuvo su asiento en donde<br />
hoy es el Museo de Aguascalientes, casona que para muchas<br />
maestras es un santuario porque ahí recibieron el saber.<br />
Vicentita impartió cátedra en nuestra gloriosa Preparatoria<br />
<strong>del</strong> Instituto de Ciencias y fue muy querida por todos sus<br />
alumnos debido a su preparación en todas las ramas <strong>del</strong><br />
saber y como si fueran pocas sus obligaciones, pidió sin<br />
costo alguno para el erario, ser nombrada directora de la<br />
escuela anexa a la Normal.<br />
Vicentita se prodigaba a los demás en el saber; en su casa<br />
impartía clases después de haber cumplido con sus<br />
obligaciones diarias, para gente que en el día no podía<br />
acudir a un centro de cultura, es decir, a obreros,<br />
empleados y burócratas, mismos que tenían deseos de mejorar<br />
su cultura.<br />
La señora doña Elvira Trujillo Miranda de Robles, sobrina<br />
de la maestra Vicentita la describe de estatura regular, de<br />
complexión <strong>del</strong>gada, pelo negro, tez blanca, ojos negros<br />
frente bastante amplia, y acostumbraba vestir blusa blanca<br />
y sus demás prendas negras. Nos platican que la maestra<br />
Vicentita fue una mujer metódica, todo lo hacía casi con<br />
precisión cronométrica, le gustaba mucho seguir estudiando<br />
y cada día era una oportunidad más para aumentar su saber;<br />
asimismo, realizó estudios profundos de metafísica, por<br />
ser una disciplina filosófica que trata de la esencia, de<br />
89
la realidad total y entraña una concepción de la vida y <strong>del</strong><br />
universo, es decir, es la ciencia <strong>del</strong> ser general y como<br />
tal estudia al ser en todos sus aspectos. Pidió, inclusive,<br />
permiso a sus directores espirituales para profundos<br />
estudios sobre psicología, sobre el alma y sus potencias;<br />
llegó a hacer estudios sobre telepatía y curación por medio<br />
de hipnosis.<br />
Fue una mujer fuera de serie, con una capacidad intelectual<br />
extraordinaria en extremo religiosa. Nos cuenta su sobrina<br />
doña Elvira, que todos los días antes de las cinco de la<br />
mañana, se levantaba y se iba a misa al templo <strong>del</strong> Señor<br />
<strong>del</strong> Encino, o sea el patrono de su barrio. También colaboró<br />
en el aspecto social con la parroquia. Sus grandes amigas<br />
fueron sus conbarrianas, las Trillo y las Medina; de las<br />
primeras María y Rosita, y en cuanto a las Medina, Chilola<br />
y María Guadalupe; ellas procuraban tener sus tertulias de<br />
las ocho de la noche a las ocho y media en punto, porque<br />
había que descansar temprano para iniciar las labores <strong>del</strong><br />
día siguiente en la madrugada, ya que su costumbre, como<br />
decíamos, era asistir a misa a las cinco de la mañana al<br />
Encino.<br />
La maestra Vicentita Trujillo fue amante de la naturaleza;<br />
sus distracción era salir al campo para hacer estudios<br />
sobre la hidrografía, la botánica y zoología en el Estado.<br />
En alguna ocasión, en compañía de sus amigas las Medina,<br />
acudieron a la población de Asientos y escalaron el Cerro<br />
de Altamira. Vicentita, persona culta y bondadosa amaba la<br />
naturaleza para sentir por este conducto, la proximidad con<br />
Dios.<br />
Vicentita Trujillo, sabia maestra de Aguascalientes,<br />
rodeada <strong>del</strong> afecto de todos el día 18 de enero de 1941, en<br />
la casa marcada con el número tres de la calle Minerva <strong>del</strong><br />
barrio de Triana, entregó con toda humildad su alma al<br />
Creador. Falleció la maestra Vicentita Trujillo, pero fue<br />
90
de las personas que dejan una cauda luminosa,<br />
Aguascalientes la recuerda con admiración, gratitud y<br />
respeto.” 28<br />
Acerca de la “Señorita profesora Enriqueta González<br />
Gotilla” narra: “La señorita Enriqueta González Goitia<br />
nació en el año 1885 en Aguascalientes su nacimiento fue en<br />
una casa que se encontraba en la calle <strong>del</strong> Obrador; hoy<br />
José María Chávez, casi esquina con la calle Rayón, es<br />
decir que nació en los límites <strong>del</strong> barrio de Triana con el<br />
centro de la ciudad. Fueron sus padres el doctor don<br />
Saturnino González Cervantes, originario de la vecina<br />
población de Teocaltiche y doña Altagracia Goitia de<br />
González. Cuando la maestra Enriqueta González Giotia nació<br />
el doctor Saturnino, había muerto, debido a una epidemia de<br />
tifo que hubo en nuestra población; por tanto, la señorita<br />
Enriqueta fue hija postuma.<br />
La infancia de la niña Enriqueta transcurrió entre juegos y<br />
risas en compañía de sus hermanas Isabel, Leonor, María,<br />
Altagracia, y también su hermano Silverio, que murió<br />
bastante joven. El domicilio de la familia González Goitia<br />
fue la casa <strong>del</strong> número treinta y siete antíguo de la calle<br />
Colón, a dos cuadras de la Parroquia <strong>del</strong> Encino, en esta<br />
casa, hoy día está la Cámara Nacional de la Industria de<br />
Transformación.<br />
Tuvo una infancia feliz en compañía de sus hermanas y de su<br />
madre, pero uno de los factores determinantes de la vida de<br />
esta familia fue la <strong>presencia</strong> <strong>del</strong> tío de ellas, Don<br />
Tiburcio Gotilla, hermano de doña Altagracia. Enriqueta<br />
realizó sus primeros estudios en la Escuela de Niñas, cerca<br />
al templo de San José, antes San Juan de Dios y después<br />
pasó a estudiar a la Escuela Normal que se llamó Liceo de<br />
28 Maestra doña Vicentita Trujillo Martínez. Ibdem p. 66. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido Sábado 6 de noviembre de 1981. secc. B p. 3<br />
91
Niñas; se recibió el año 1993 y ejerció su profesión<br />
durante cuarenta y cuatro años.<br />
Se dedicó fundamentalmente a la docencia. Fue maestra en el<br />
Colegio Alcalá por invitación que le hizo don Eugenio<br />
Alcalá. Después pasó a ser maestra en el Colegio de la<br />
Enseñanza, el que actualmente es el Colegio Guadalupe<br />
Victoria. Otra de las mujeres sabias <strong>del</strong> barrio, la maestra<br />
doña Vicentita Trujillo, la invitó para que participara en<br />
la docencia en la Escuela Normal y, posteriormente, fue<br />
maestra -y muy querida- <strong>del</strong> Instituto de Ciencias <strong>del</strong><br />
Estado.<br />
Las cátedras que impartió la señorita Enriqueta González<br />
Goitia fueron matemáticas, en sus distintos aspectos;<br />
lógica, historia universal, geografía, así como<br />
cosmografía, a la cual fue muy aficionada. Le gustaba<br />
cultivarse, era un constante aprender, un constante<br />
aumentar sus conocimientos y no se quedaba estática sino<br />
que era de las personas que estaban al tanto de los avances<br />
de la ciencia.<br />
La señorita Enriqueta fue una persona que tuvo una<br />
religiosidad profunda; fue una persona que profesaba la fe<br />
y se perfeccionó en dicho conocimiento; de las advocaciones<br />
de Cristo, la que más le llegó a su corazón fue la <strong>del</strong><br />
Señor <strong>del</strong> Encino. Me platicaron que con su sobrino hacía<br />
las veces de madre y procuraba que Humberto Brand tuviera<br />
su principal afecto al Santo Cristo de Triana; por ningún<br />
motivo lo dejaba ir a la escuela el trece de noviembre,<br />
porque en su corazón fue un gran día de fiesta, la fiesta<br />
<strong>del</strong> Cristo <strong>del</strong> barrio, y quería que sus sobrinos también<br />
celebraran esta fiesta como si fuera fiesta nacional.<br />
Dentro de sus actividades en materia religiosa fue también<br />
catequista de la parroquia <strong>del</strong> Encino; se proyectó hacia<br />
los niños a través <strong>del</strong> catecismo cristiano; se entregó a<br />
los demás con verdadera devoción. No fue persona a que le<br />
92
llamara la atención el matrimonio; en lugar de ello se<br />
dedicó a servir mejor a sus semejantes.<br />
Todos los datos anteriores me los proporcionó don Rodrigo<br />
Brand Sánchez quien aun con ser su primo en segundo grado,<br />
le dio trato de tía, y la señorita 1o veía como sobrino.<br />
Ahora hablo de la señorita Enriqueta que yo conocí, mi<br />
maestra: bondadosa mujer, muy culta; era baja de estatura,<br />
algo obesa, con una forma de vestir absolutamente recatada;<br />
su piel era blanca y su cara oval; de pelo algo quebrado;<br />
usaba chongo, acostumbraba traer un chal. Las generaciones<br />
mías de la Preparatoria <strong>del</strong> Instituto de Ciencias la vimos<br />
con un cariño extraordinario; para nosotros fue una mujer<br />
sabia, una mujer a quien respetamos y que nos comprendía<br />
por su carácter siempre alegre, ella nos quería; bastaba y<br />
sobraba con que la rectoría armara un jurado de examen con<br />
la señorita Enriqueta González Goitia, la señorita Conchita<br />
Aguayo y la señorita Conchita Maldonado, y nos sentíamos<br />
que estábamos aprobados, porque las tres fueron verdaderos<br />
ángeles de bondad; bondad, que es adorno de la gente sabia.<br />
La señorita Enriqueta González Goitia fue mi conbarriana y<br />
como tal nos llegamos a tratar; me quiso mucho al ser yo<br />
hijo de maestros. Siento que me vio con deferencia o tal<br />
vez a todos nos veía igual, pero cada quien pensaba que<br />
sólo a él lo veía en esa forma. Le llegué a platicar cómo<br />
debajo de nuestra casa, en José María Chávez, pasaba un<br />
túnel y cuando mi padre hizo obras de reconstrucción dimos<br />
con él; pensamos que ahí encontraríamos algún tesoro. Ella<br />
se reía con ganas y me decía: -Mira, Gabriel, lo que<br />
encontraron fue el acueducto que venía desde el Cedazo,<br />
pasaba por la fuente <strong>del</strong> jardín <strong>del</strong> Encino y terminaba en<br />
la <strong>del</strong> Obrador-.<br />
Ella fue profunda conocedora <strong>del</strong> barrio de Triana, y lo<br />
amó; fue una mujer sabía, una mujer bondadosa. Falleció el<br />
9 de octubre de 1947. Todos nosotros, los que fuimos sus<br />
93
alumnos, la recordamos con verdadero cariño, y<br />
Aguascalientes y el barrio de Triana le han rendido<br />
homenaje al dar el nombre de ella a la antigua calle <strong>del</strong><br />
Sol.” 29<br />
Otra de estas damas fue la “Maestra María Isabel Jiménez<br />
Díaz”. De ella expone: “La grandeza de los pueblos siempre<br />
ha radicado en la bondad de su gente y ésta es buena cuando<br />
ha sido educada a través de disciplina, de sobriedad,<br />
moderación y amor. La historia universal nos da el ejemplo<br />
de Roma. Aquel pueblo fue grande porque hubo reyes,<br />
senadores, maestros y matronas que supieron educar a las<br />
juventudes en la disciplina y en las cualidades a que<br />
antes se ha hecho referencia. Viene la decadencia de Roma<br />
cuando faltan estas cualidades para educar a la juventud,<br />
entonces entra la corrupción y aquellos pueblos dejan de<br />
tener grandeza para entrar a la esclavitud material y a la<br />
esclavitud espiritual.<br />
México, nuestra patria, ha sido grande porque nuestros<br />
padres y maestros han educado a la juventud a través de<br />
principios rígidos, pero a la vez amorosos; esta<br />
combinación de rigidez y de cariño hace posible que la<br />
gente sea equilibrada, que la gente sea positiva. De ahí<br />
que debamos cuidar de la educación de nuestra juventud para<br />
que dentro <strong>del</strong> marco de la decencia de principios morales,<br />
de disciplina, pero también de alegría y de gusto por la<br />
vida, se desarrollen equilibradamente.<br />
Quisiera en esta ocasión, escribir con mucha elegancia para<br />
hablar de una mujer <strong>del</strong> barrio de Triana que fue forjadora<br />
de sanas generaciones de aguascalentenses; de una mujer que<br />
al educar a nuestra juventud con principios de rigidez y de<br />
caríño, que supo enaltecer la grandeza de Aguascalientes y<br />
29 Profesora Enriqueta González Goitia. Ibdem p. 69. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido Domingo 7 de noviembre de 1981. secc b. P.2<br />
94
de México; me refiero a la maestra Isabel Jiménez Díaz, a<br />
quien con infinito cariño le llamamos la señorita Chabela.<br />
La señorita Chabela vino a la vida el día 19 de noviembre<br />
de 1904. Fueron sus padres don Pedro Jiménez Luévano y doña<br />
Esthercita Díaz de Jiménez. Nació en el rancho San Isidro,<br />
propiedad de su familia; parte <strong>del</strong> terreno de este rancho<br />
se sitúa en el estado de Jalisco, y la otra en el de<br />
Aguascalientes, ocupa un lugar limítrofe entre estos<br />
estados; por lo tanto, se puede decir que la señorita<br />
Chabela era por nacimiento jalisciense como<br />
aguascalentense, aunque toda su vida la desarrolló en<br />
Aguascalientes y desde aquí sirvió a México.<br />
Alegre fue la primera etapa de vida de la señorita Chabela<br />
en compañía de sus hermanos: Angelita, María Gabriela,<br />
Leoncio, Javier, Rafaelita y Salvador. Ellos vivían en una<br />
casa de la calle José María Chávez, que está entre las<br />
calles Héroes de Chapultepec y José María Chávez; ahí<br />
transcurrió la infancia feliz de la señorita Chabela, la<br />
casa era propiedad de la familia desde hace más de ciento<br />
cincuenta años y la han sabido conservar; es ésta una de<br />
las casas con sabor al barrio de Triana que aún quedan.<br />
Hizo sus estudios primarios en la escuela María Antúnez,<br />
ubicada en la primera cuadra de José María Chávez, y<br />
después acudió a las aulas de la Escuela Normal <strong>del</strong> Estado<br />
debido a su vocación de ser maestra. En 1924 se recibió;<br />
integraron su jurado de examen profesional los maestros:<br />
José Pedroza, María García, Margarita Terán, Herminia Reyes<br />
Barrientos y Leocadio Rodríguez; en aquella época era<br />
directora de la Escuela Normal la maestra Conchita<br />
Maldonado.<br />
La señorita Chabela empezó su magisterio en un jardín de<br />
niños bajo la dirección de la maestra Carmen Macías Peña,<br />
pero no le satisfizo proyectarse con niños que apenas<br />
despiertan a la edad de la conciencia y pidió ser maestra<br />
95
de un grupo de mucha responsabilidad, como lo es el grupo<br />
de sexto año de primaria, ya que ahí se preparaba a las<br />
juventudes para enfrentarse a la vida, porque muchas de<br />
aquellas generaciones estudiaban sólo la primaria. La<br />
señorita Chabela se especializó en sexto año y sobre todo<br />
de varones, ya que en la época de la que hablamos no<br />
existían los grupos mixtos. El primer grupo de sexto año<br />
que atendió fue en la escuela Rivero y Gutiérrez;<br />
posteriormente, pasó a la escuela Rosalía Monroy y luego a<br />
la Melquíades Moreno. Fue directora de la escuela Valentín<br />
Gómez Farías, y se dedicó después a la educación<br />
particular. Fue de las maestras fundadoras <strong>del</strong> Colegio<br />
Independencia y permaneció en él toda la existencia <strong>del</strong><br />
mismo bajo la dirección <strong>del</strong> profesor don José Ramírez<br />
Palos, es decir, desde 1938 ó 1939 hasta 1950 ó 1952; fue<br />
la señorita Chabela uno de sus pilares más fuertes. Después<br />
fue catedrática en la secundaria <strong>del</strong> Colegio Guadalupe<br />
Victoria y <strong>del</strong> Colegio Portugal. Debido a su cultura, a su<br />
saber, al poder atender perfectamente a la juventud, las<br />
autoridades educativas la nombraron en el año 1946<br />
secretaria de la Escuela Normal <strong>del</strong> Estado y regresó a<br />
donde empezó, a su amada Escuela Normal, y ahí también fue<br />
Entrega total para educar a aquellas muchachas. Enérgica<br />
como fue la señorita Chabela, pero a la vez cariñosa, trató<br />
a todas sus alumnas con respeto y consideración, las<br />
aconsejó guiándolas, buscando la forma de hacerlas gente de<br />
bien.<br />
En cuanto a sus aficiones, una de ellas fue estar en<br />
contacto con la naturaleza, con el campo. Para ella, era un<br />
regocijo extraordinario hacer días de campo en compañía sus<br />
discípulos; disfrutaba de la naturaleza, <strong>del</strong> campo, de las<br />
arboledas, de las presas, de los ríos, de ver cómo en el<br />
atardecer regresaba a sus corrales el ganado, los rebaños<br />
de ovejas; ver cómo los cielos eran surcados por los<br />
96
pájaros buscando en los árboles su protección para pasar la<br />
noche. Tal vez estas aficiones nacieron porque desde su<br />
infancia, en las vacaciones en San Isidro, cuando en<br />
compañía de sus hermanos, su papá, don Pedro los llevaba a<br />
pasear al río, al paraje conocido como Palo Blanco, y<br />
disfrutaban al bañarse en las frescas aguas bajo la fronda<br />
de los árboles, o bien, se iban a Cieneguilla o a algún<br />
otro lugar hermoso.<br />
La señorita Chabela como todos nosotros, seres humanos,<br />
tuvo que partir. Fue el 17 de mayo de 1963 cuando murió y<br />
dejó enlutada a la sociedad de Aguascalientes. Su muerte<br />
fue un tanto súbita, una enfermedad rápida de problema<br />
cerebral hizo que falleciera y ocasionó su tránsito hacia<br />
la gloria, por los caminos de Dios.<br />
Tuve la dicha de que la señorita Chabela fuera mi maestra<br />
de sexto año de primaria, la recuerdo con cariño, con<br />
veneración, y si en aquellos años debido a nuestra infancia<br />
nos parecía rígida en su forma de ser, ahora bendecimos<br />
aquella actitud, porque nos dio la coraza, nos dio el<br />
escudo y las armas para enfrentar con serenidad los<br />
problemas de la vida y poder caminar en la senda marcada<br />
por ella, con amor a la patria, con amor a nuestros<br />
semejantes.<br />
Esta fue María Isabel Jiménez Díaz, maestra de Triana y<br />
gente que supo educar y engrandecer a México.” 30<br />
Otro sabio fue el “Profesor Francisco Antúnez Madrigal”. De<br />
él afirma: “Dentro de las obras de la creación, el hombre<br />
destaca sobre todas ellas, por su grandeza espiritual. El<br />
hombre se distingue de los demás seres por tener<br />
discernimiento, por lo tanto, todas las riquezas de su<br />
conocimiento las va acumulando y se van creando las<br />
culturas. Una de las preocupaciones que el hombre tuvo fue<br />
30<br />
María Isabel Jiménez Díaz. Ibdem p. 71. Este texto también se publicó en Hidrocálido 8 de<br />
noviembre de 1982. secc. B. P. 3<br />
97
la de comunicarse por escrito con sus semejantes; larga es<br />
la historia de la comunicación escrita. A medida que el<br />
hombre iba encontrando un a<strong>del</strong>anto lo escribía y lo dejaba<br />
estampado en los libros para el conocimiento de las futuras<br />
generaciones; esos libros fueron verdaderas obras de arte<br />
pues eran únicas en su especie por no existir los medios<br />
actuales para imprimir infinidad de libros. Los primeros<br />
libros <strong>del</strong> conocimiento fueron manuscritos, algunas órdenes<br />
religiosas en la Edad Media se dedicaron fundamentalmente a<br />
copiar libros, tarea que se levaba a cabo con gran<br />
lentitud. Fue hasta 1436 en Maguncia, Alemania, cuando Juan<br />
Gutenberg inventó la imprenta con caracteres móviles; la<br />
humanidad dio un gran salto porque hubo transmisión de<br />
conocimientos a través de los libros; la imprenta siempre<br />
ha tenido importancia capital en el mundo de la cultura.<br />
De entre los sabios de Triana toca ahora hablar de un<br />
impresor, <strong>del</strong> profesor Francisco Antúnez Madrigal.<br />
Fue la ciudad de Morelia, antigua de Valladolid, la cuna<br />
<strong>del</strong> profesor Francisco Antúnez Madrigal, ciudad que es<br />
monumento vivo de nuestra historia, verdadera obra<br />
arquitectónica colonial; con palacios de cantera color rosa<br />
y su majestuosa catedral. Ahí nació don José María Morelos,<br />
ahí recibió cultura don Miguel Hidalgo; fue en donde nació<br />
uno de los consumadores de la Independencia, don Agustín de<br />
Iturbide; en donde se declaró la abolición de la esclavitud<br />
por el iniciador de nuestra independencia a nivel de<br />
provincia.<br />
El hogar <strong>del</strong> impresor Francisco Antúnez Villagómez se<br />
alegró el día 23 de junio de 1907, fecha en que doña A<strong>del</strong>a<br />
Madrigal Pérez Golden dio a luz un varoncito que llevó el<br />
mismo nombre de su padre, Francisco. Aquel niño creció en<br />
la paz y tranquilidad de esta ciudad provinciana, y en las<br />
escuelas de este lugar hizo sus estudios primarios.<br />
Posteriormente, cuando llegó al nivel académico<br />
98
correspondiente, hizo sus estudios de literatura y lengua<br />
castellana en el Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de<br />
Morelia Michoacán. Realizó estudios de filosofía y letras<br />
en el seminario de la antigua Valladolid.<br />
Después don Francisco Antúnez Madrigal contrajo matrimonio<br />
con France Laugier en el mes de noviembre de 1938. Este<br />
matrimonio procreó a sus hijos Francisco, Gabriela, Mireya,<br />
Dora, Carlos, Cecilia, Teresa y Eduardo.<br />
El profesor don Francisco Antúnez Madrigal dejó la tierra<br />
que lo vio nacer para cumplir con su misión de maestro<br />
dentro de la Secretaría de Educación Pública, dedicado<br />
fundamentalmente al aspecto administrativo. Prestó sus<br />
servicios dentro de la Secretaría en los estados de<br />
Michoacán, San Luis Potosí, Querétaro y Durango. Luego vino<br />
a nuestra tierra, Aguascalientes, en donde quemó naves y<br />
radicó en la calle José María Chávez, en el barrio de<br />
Triana.<br />
El profesor Antúnez es jubilado por la Secretaría de<br />
Educación Pública, compró maquinaria en Alemania para crear<br />
su moderna imprenta, que mucho sirvió a nuestra sociedad y<br />
que dignamente ahora sus hijos la manejan con las mismas<br />
técnicas heredadas de su padre. Francisco Antúnez Madrigal<br />
fue un impresor elegante, un impresor artista; cada<br />
publicación de su imprenta, desde una tarjeta hasta un<br />
libro, denotaba una pulcritud extraordinaria y belleza en<br />
la impresión; era un artista de la imprenta.<br />
Hizo algunos ensayos muy afortunados; abordó la historia de<br />
la imprenta en Aguascalientes, a través de su estudio La<br />
imprenta en Aguascalientes; también hizo una monografía,<br />
Los alacranes en el folklor de Durango, y un estudio sobre<br />
una de las capillas catedral de Durango. Escribió la novela<br />
Querellas por una monja, así como un homenaje a Guadalupe<br />
Posada, con motivo <strong>del</strong> centenario de su natalicio en 1952.<br />
99
Dirigió uno de los diarios locales, El Heraldo. Fue de los<br />
fundadores de la corresponsalía <strong>del</strong> Seminario de Cultura<br />
Mexicana en Aguascalientes. En la época <strong>del</strong> profesor<br />
Edmundo Gámez Orozco, gobernador <strong>del</strong> estado, lo facultó<br />
para que fundara la Biblioteca pública Enrique Fernández<br />
Ledezma, biblioteca que posteriormente pasara a la<br />
adscripción de la Casa de la Cultura.<br />
El profesor Antúnez se proyectó por medio de un club de<br />
servicio: el Club Rotario de Aguascalientes, en donde lo<br />
conocían con el sobrenombre de Tuneiro. Se distinguió por<br />
su labor en esta orden de caballería, que es el rotarismo.<br />
Sus compañeros lo recuerdan con verdadero afecto.<br />
Don Francisco Antúnez Madrigal fue un hombre a quien<br />
recuerdo trabajando en su imprenta: de estatura regular, de<br />
complexión <strong>del</strong>gada, tez de color blanca, bigote muy<br />
arreglado, usaba lentes redondos, y muy pronto en su vida<br />
careció de pelo, fue calvo y dentro de su imprenta usaba<br />
boina vasca y camisa de lana a cuadros. Parece que lo veo<br />
sentado en el sillón de su oficina rodeado de impresos<br />
agradables, de cuadros de la época <strong>del</strong> Renacimiento,<br />
encendiendo su cigarro y conversando conmigo temas de<br />
cultura.<br />
Cómo me impulsaba para que escribiera una historia sobre la<br />
época de la Colonia en Aguascalientes. Lo conocí como<br />
compañero de mi padre, el profesor don Faustino Villalobos<br />
López, en la Dirección de Educación Pública, ya que por<br />
muchos años fue secretario de ésta. Siempre se mostró<br />
hombre caballeroso, un hidalgo, padre amoroso de sus hijos,<br />
buen esposo y buen compañero; persona de confianza de mi<br />
padre y que en muchas ocasiones le ayudó compartiendo sus<br />
puntos de vista.<br />
Tuvo origen vallisoletano; vino a estas tierras de<br />
Aguascalientes en la década de 1os años cuarenta; se quedó<br />
definitivamente entre nosotros y aquí formó su familia. El<br />
100
día 31 de agosto de 1980 rindió su tributo a la madre<br />
tierra. Los restos <strong>del</strong> profesor Francisco Antúnez Madrigal<br />
están cobijados amorosamente por la tierra de<br />
Aguascalientes, la que le ha rendido homenaje imponiendo su<br />
nombre a la calle que está en el lado poniente <strong>del</strong> Jardín<br />
de Guadalupe.” 31<br />
El “Licenciado Humberto Brand Sánchez” es otro de los<br />
biografiados: “Cuando pienso en el señor licenciado<br />
Humberto Brand Sánchez, pienso que fue una de las pocas<br />
personas que puedo conceptuar como de cultura<br />
enciclopédica; verdaderamente Humberto fue un sabio.<br />
Hagamos una semblanza de Humberto Brand Sánchez, quien fue<br />
honra <strong>del</strong> barrio de Triana. Nació en la calle de Colón,<br />
antigua calle de la Cárcel, en el mero corazón de nuestro<br />
barrio, el día 9 de noviembre de 1915, es decir, dentro <strong>del</strong><br />
trecenario en honor <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino. Fueron sus padres<br />
don Esteban Brand Guridi y doña Inés Sánchez Parra; fue el<br />
menor de sus hermanos y tuvo la desdicha de perder a sus<br />
padres desde muy temprana edad, por lo que su prima segunda<br />
-a quien vio como tía y que propiamente hablando fue su<br />
madre, la señorita profesora Enriqueta González Goitia, fue<br />
quien educó a Humberto.<br />
Realizo sus estudios primarios en una escuela fundada por<br />
una señora de apellido Carreón. Naturalmente que con las<br />
bases culturales que la señorita Enriqueta Goitia le dio en<br />
sus estudios primarios le fueron muy fáciles. Hizo una<br />
carrera comercial y después estuvo trabajando como empleado<br />
de juzgado debido a sus conocimientos de taquigrafía y<br />
mecanografía. Cuando fue burócrata le nació el vivo deseo<br />
de ser licenciado en Derecho, entonces acudió a las aulas<br />
de nuestra Escuela Preparatoria para estudiar la secundaria<br />
y el bachillerato, cosa que hizo en un tiempo breve porque<br />
31 Profesor Francisco Antúnez Madrigal Ibdem p. 74. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido martes 9 de noviembre de 1982. secc. B. P. 3<br />
101
presentó exámenes a título de suficiencia y eso sirvió para<br />
que ahorrara tiempo. Cuando terminó sus estudios en el<br />
Instituto Autónomo de Ciencias <strong>del</strong> Estado se fue a la<br />
Escuela Nacional Jurisprudencia de la Universidad Nacional<br />
Autónoma de México, para estudiar su carrera de derecho,<br />
donde fue un brillantísimo estudiante que obtuvo las<br />
mejores calificaciones y en septiembre <strong>del</strong> año 1941, se<br />
recibió con todos los honores.<br />
El licenciado Humberto Brand Sánchez regresó como palomo de<br />
campanario a su querido Aguascalientes para ejercer la<br />
profesión, y en el año 1942 contrajo matrimonio con una de<br />
las damitas de nuestra mejor sociedad, la señorita María<br />
Luisa González Valle, sobrina <strong>del</strong> entonces señor<br />
gobernador. Les impartió la bendición nupcial el Señor<br />
obispo de Aguascalientes, José de Jesús López y González.<br />
Su matrimonio procreó nueve hijos, fue un amorosísimo padre<br />
y buen esposo.<br />
Ingresó al Poder Judicial en calidad de juez y después como<br />
magistrado <strong>del</strong> Supremo Tribunal de Justicia. Con el cambio<br />
de gobierno no le convino seguir en la función que<br />
desempeñaba, por lo que durante algunos años estuvo<br />
asociado con el señor licenciado Carlos Salas Calvillo. En<br />
esa época, Humberto litigó, para después regresar a la<br />
judicatura en su calidad de magistrado en el Supremo<br />
Tribunal, cargo que desempeñó hasta su fallecimiento.<br />
Como maestro, Humberto fue una persona docta; impartió<br />
varias cátedras: literatura, historia universal, geografía<br />
y matemáticas, tanto en el Instituto Autónomo de Ciencias<br />
como en la Escuela Normal <strong>del</strong> Estado y en los colegios La<br />
Paz, Guadalupe Victoria y Portugal. Creo que donde sintió<br />
más amor por la docencia fue en las aulas de nuestra<br />
gloriosa Preparatoria; ahí Humberto fue mi maestro, ahí lo<br />
conocí y sus clases fueron de lo más ameno que puede haber.<br />
Todos nosotros lo quisimos mucho. En su calidad de maestro,<br />
102
una vez abogó por unos muchachos en un examen<br />
extraordinario de geografía y éstos demostraron su<br />
ignorancia. Humberto era sinodal y el titular <strong>del</strong> jurado,<br />
la señorita Enriqueta González Goitia, quiso reprobar a los<br />
muchachos, entonces Humberto le dijo: -Mira Queta, no los<br />
repruebes, pobres muchachos, acaban de pasar las posaditas,<br />
la Noche Buena, la fiesta de fin de año, los Santos Reyes y<br />
estos pobres no tuvieron tiempo de estudiar, dales siquiera<br />
un seis-. Tan bien le lavó el cerebro a la señorita<br />
Enriqueta que los pasó con seis. Cuando esos muchachos<br />
vieron salir al jurado <strong>del</strong> salón, de inmediato corrieron a<br />
ver a la maestra a preguntarle qué calificación habían<br />
obtenido y les dijo: -Todos tienen seis, pero agradézcanlo<br />
al Santo Patrono <strong>del</strong> día de hoy- ignorantes, le<br />
preguntaron: -¿Qué santo se celebra el día de hoy,<br />
señorita?-la respuesta fue: -San Antonio Abad, patrono de<br />
los animales-.<br />
El señor licenciado Humberto Brand Sánchez tenía una<br />
sensibilidad extraordinaria para la poesía; versificaba con<br />
mucha facilidad y todos festejamos sus poemas. Hubo<br />
ocasiones en que dictó algún proyecto de una ejecutoría en<br />
el Supremo Tribunal, todo en verso, incluyendo la<br />
fundamentación legal.<br />
Amó las ciencias, cuyo apego Humberto inculcó en mí, y una<br />
de las cosas que más me gustaron fue la astronomía. En<br />
varias ocasiones realizamos observaciones. Me acuerdo que<br />
el 24 de septiembre de 1956, nos sorprendió la luz <strong>del</strong> día<br />
en las azoteas de nuestro Instituto de Ciencias a Humberto<br />
Brand Sánchez, al licenciado Eutimio Serna, al ahora<br />
abogado Enrique Pérez González, a Ruperto, el mozo <strong>del</strong><br />
Instituto, y a mí, observando por el telescopio <strong>del</strong><br />
Instituto la salida <strong>del</strong> sol. En otras ocasiones fuimos con<br />
otro aficionado, don Pascual, que vivía en la calle de la<br />
Mora y que tenía un telescopio y nos permitía hacer<br />
103
observaciones. Nos acompañaba también en nuestras andanzas<br />
Ignacio Fernández, quien posteriormente adquirió un buen<br />
telescopio.<br />
Humberto Brand Sánchez, gran amigo, hacía de la amistad un<br />
verdadero culto y en compañía de Pérez Correa, padre <strong>del</strong><br />
joven que acabo de mencionar, de Manuel Varela Quezada y<br />
<strong>del</strong> ingeniero Pepe Pérez Landín, formaron el grupo de los<br />
alegres compadres; sus reuniones fueron verdaderas sesiones<br />
de un ateneo cultural en virtud de los temas que tocaban.<br />
Fue magnífico hombre, de un corazón extraordinario, un<br />
cristiano hecho y derecho profundo devoto <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />
Encino. En calidad de amigo y luego de ser mi maestro con<br />
humildad de sabio me pidió que nos habláramos de tú. En<br />
muchas ocasiones tuvo la gentileza de acompañarme en mis<br />
recorridos de litigante a juzgados de lugares aledaños a<br />
Aguascalientes y tuvimos oportunidad de identificarnos como<br />
conbarrianos y como grandes amigos.<br />
Humberto Brand fue hombre que amaba a los niños. De pequeño<br />
juntaba centavitos durante el año para que en la época de<br />
posadas una de sus tías hiciera una piñata para los niños<br />
pobres <strong>del</strong> barrio de Triana; así de buen corazón fue<br />
Humberto. En plenitud de vida murió el día 3 de octubre de<br />
1962.<br />
Aguascalientes está en deuda con el Señor licenciado<br />
Humberto Brand Sánchez, aún no tenemos algún motivo que<br />
haga perenne la memoria de este sabio trianero.” 32<br />
Acerca de “Don Francisco Díaz de León Medina”, describe:<br />
“La provincia ha sido forjadora de sabios que han dado<br />
renombre a México en las ciencias y en las artes, y toca<br />
ahora platicar sobre don Francisco Díaz de León Medina, a<br />
quien en Aguascalientes sus amigos lo recuerdan con cariño<br />
y le llaman Pancho Díaz de León.<br />
32 Ibdem. Pp. 76-78<br />
104
Cuando el niño pasó a ser adolescente, el medio que lo<br />
rodeaba era un factor terminante que lo seguirá en toda su<br />
vida; así a Francisco Díaz de León lo impactó en su<br />
infancia y pubertad Aguascalientes y el barrio de Triana,<br />
al que amó profundamente, al grado de hacer de este cariño<br />
una verdadera devoción, casi religiosa; él se consideró<br />
trianero hasta lo más profundo de su ser.<br />
J. Merced Francisco Díaz de León Medina nació en<br />
Aguascalientes el día 24 de septiembre de 1897, en la casa<br />
marcada con el número ocho de la calle de la Asamblea, a la<br />
que los trianeros le llamamos la calle Ancha; hoy día<br />
ostenta el nombre de profesor Elíseo Trujillo. Nació a las<br />
diez de la noche. Fueron sus padres don Francisco Díaz de<br />
León y doña Ignacia Medina. Su padre fue empleado de<br />
gobierno, quien con mucha humildad conservaba el archivo<br />
<strong>del</strong> estado. El maestro don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle<br />
platicó que a su vez, Pancho Díaz de León le comentaba que<br />
su padre fue una persona muy seria, taciturno, misántropo y<br />
que no veía la vida con alegría. Cómo sería la situación<br />
que cuando en una ocasión lo visitaron las musas, el padre<br />
de Pancho Díaz de León tituló su poema tristísimos lamentos<br />
de un desgraciado, a ese grado era la tristeza <strong>del</strong> papá de<br />
Pancho; en cambio, doña Ignacia Medina, su mamá, fue una<br />
mujer alegre que compensó con su optimismo la manera de ser<br />
de su esposo. Por lo tanto, como decía el maestro don<br />
Alejandro, la cuna de Pancho se meció entre ayes de dolor y<br />
alegría de risas; sin embargo Pancho en si fue<br />
extraordinariamente alegre y optimista. Tenía tres o cuatro<br />
hermanas, entre ellas Cuca y Tana.<br />
Estudió en la escuela <strong>del</strong> barrio, que estaba en la calle<br />
donde él nació. Posteriormente, se le despertó su gusto por<br />
la pintura y asistió a la academia <strong>del</strong> maestro don José<br />
Inés Tobilla, de la cual salieron magníficos artistas. El<br />
105
maestro Tobilla, originario de Chiapas, llegó a ser un<br />
restaurador de cuadros <strong>del</strong> Museo Nacional de San Carlos.<br />
Francisco Díaz de León se fue a la Ciudad de México y en<br />
1915 emprendió estudios formales de pintura; fue uno de los<br />
siete alumnos fundadores de la Escuela de Pintura libre de<br />
Chimalistac. Por su gran capacidad de pintor, en 1925 fue<br />
nombrado director de la Escuela de Pintura al Aire Libre,<br />
en Tlalpan; en 1933, fue director de la escuela Central de<br />
Artes Plásticas, dependiente de la Universidad Nacional<br />
Autónoma de México; en 1938, la Secretaría de Educación<br />
Pública le encomendó que fundara la escuela de las Artes<br />
<strong>del</strong> Libro, a la cual le tuvo mucho cariño y permaneció en<br />
ella hasta 1956, año en que se jubiló. El maestro Díaz de<br />
León incursionó en el grabado en el año 1922. Una de las<br />
glorias <strong>del</strong> maestro Trianero fue que en 1969 el señor<br />
presidente de la República le hizo entrega <strong>del</strong> Premio<br />
Nacional de Artes por sus méritos dentro de la pintura y<br />
<strong>del</strong> grabado, así como por su labor docente en las bellas<br />
artes.<br />
Contrajo matrimonio en la Ciudad de México con doña<br />
Carmelita Toussaint. En su matrimonio tuvo tres hijos que<br />
hoy día sobreviven: Francisco, su primogénito, quien tengo<br />
entendido es un gran encuadernador con un gusto artístico<br />
extraordinario, así como sus hijas Graciela y Susana.<br />
Según el licenciado Miguel Aguayo Mora, su muy amigo<br />
Francisco Díaz de León decía de sí mismo que era pintor,<br />
grabador y maestro; efectivamente, antes que grabador,<br />
muchos lo conocemos, fue pintor y tuvo la bondad de<br />
proyectarse a la juvenil calidad de maestro. Su fuerte en<br />
pintura fue el óleo; sus cuadros tenían intensidad<br />
extraordinaria, que probablemente le recordaban los cielos<br />
de Aguascalientes que vio en su infancia. Pintaba los<br />
árboles como si fueran seres vivientes era muy cuidadoso<br />
cuando ejecutaba sus pinturas.<br />
106
Devoto de Aguascalientes y de Triana, <strong>del</strong> solar que lo vio<br />
nacer, año con año tenía una cita con su ciudad natal ya<br />
que venía a la Feria de San Marcos; era de los primeros en<br />
llegar, él y su esposa Carmelita, y se quedaban toda la<br />
Feria. Les gustaba deambular por las calles de Triana y<br />
perderse por las callejuelas de la Salud, platicar con la<br />
gente <strong>del</strong> barrio y contemplar los insectos, los grillos,<br />
las mariposas y tordos que se encontraban en las huertas de<br />
Triana.<br />
Para Pancho Díaz de León, venir a la Feria de San Marcos<br />
significaba ir a los gallos, traer mariachis, asistir a los<br />
juegos florales, estar en las verbenas de abril, tener<br />
comunión con la provincia a través de sus manifestaciones<br />
más alegres. Carmelita su esposa, captó perfectamente las<br />
manifestaciones estéticas <strong>del</strong> alma de Francisco, y no<br />
únicamente las captó sino que las acrecentó.<br />
También fue literato; escribió cuentos y estudios, como<br />
Treinta asuntos mexicanos grabados por Díaz de León (1929);<br />
Día de fiesta (cuento, 1938); Su primer vuelo (cuento,<br />
1945); Consejos para editar libros (1960); en 1966 escribió<br />
Luna entre árboles, su estilo literario es como si nos<br />
acercáramos a una fuente en la que el agua es transparente;<br />
sin rebuscamientos, sus expresiones llegan al alma. Conocí<br />
a Francisco Díaz de León, lo percibí como una persona<br />
extraordinariamente alegre y feliz con la vida; en alguna<br />
ocasión fuimos en una Feria de la uva a comer a “La<br />
Granjita" de don Nazario Ortiz Garza. ¡Qué alegría estar<br />
junto a él!; un hombre que le encontraba felicidad a todos<br />
los segundos de la vida, un hombre extraordinariamente<br />
humano y de gran valor. A la sazón tendría unos sesenta<br />
años y su pelo completamente cano; sus ojos azules como<br />
pedazos de cielo de Aguascalientes, su color de piel blanca<br />
y rubicunda; cara cuadrada; hombre que irradiaba<br />
107
estimación; hombre con carisma; fue un mediodía feliz el<br />
convivir con él.<br />
El maestro Díaz de León, profundo enamorado de Triana y de<br />
sus tradiciones desenterró de las páginas <strong>del</strong> olvido la<br />
figura de un matón <strong>del</strong> barrio, Gorgonio Esparza, y nos<br />
habló de sus fechorías, de sus crímenes y de cómo en las<br />
tiendas de "El Toro", “La Feria de las Flores", "La Aurora"<br />
y "Los Cinco Señores", a su caballo le servían mezcal en<br />
artesa y a él tequila, y ambos se embriagaban. Es más,<br />
hasta se manifestó como sobrino de Gorgonio Esparza y decía<br />
que lo pantera que tenía fue por herencia de él, <strong>del</strong><br />
Gorgonio que mató a pedradas a su mujer, Sotera, y que<br />
gritaba: -Aunque probes y encuerados, pero gordos y<br />
borrachos-.<br />
El maestro don Antonio Acevedo Escobedo recoge esta<br />
tradición con colorido y elegancia en el corrido que<br />
compuso para este matón.<br />
Pancho Díaz de León dejó este mundo el día 29 de diciembre<br />
de 1965; ese día inició su verdadera vida, inició su<br />
inmortalidad.<br />
Terminamos esta semblanza <strong>del</strong> maestro don Francisco Díaz de<br />
León Medina con un párrafo de su cuento Luna entre árboles,<br />
de donde se desprende el gran amor por su barrio de Triana,<br />
que se siente honrado de haber sido la cuna de este gran<br />
artista y que le ha rendido homenaje poniendo su nombre al<br />
jardín que tanto amó, el Jardín <strong>del</strong> Encino; así pues, él<br />
nos dice lo siguiente: "El barrio de Triana señoreado por<br />
la alta torre de su parroquia se extiende en mis recuerdos<br />
de infancia en una red de calles de trazo caprichoso, cual<br />
espina dorsal lo son mi vieja calle Ancha y la de la<br />
Alegría, con apellidos que me suenan a Gloria, Medina,<br />
Barba, para perderse en una retícula de callejones<br />
estrechos y polvorientos en los que solía correr el agua a<br />
través de las venas henchidas que regaban las huertas<br />
108
cargadas de frutos, a cuya sombra, algunas mañanas de<br />
otoño, mi inocente cuerpo desnudo se abandonó más de una<br />
vez a su fresca caricia".<br />
¡Como amó Francisco Díaz de León a Aguascalientes y a<br />
Triana! ¡Cómo se le recuerda con cariño! 33<br />
De el “Licenciado Manuel Varela Quezada”: dice: “Nació el<br />
licenciado Manuel Varela Quezada en la tercera calle de<br />
Héroes de Chapultepec, antes de Enlace y todavía anterior a<br />
este nombre llevó el nombre de calle <strong>del</strong> zacate. Nació en<br />
la cuadra que ve hacia el sur, entre las calles de Colón y<br />
Díaz de León el día 20 de enero de 1907. Sus padres fueron<br />
los señores don José Magdaleno Varela y doña Dionisia<br />
Quezada. De pequeño lo tuvieron que llevar a varias partes<br />
<strong>del</strong> la República Mexicana. El papá <strong>del</strong> licenciado Várela<br />
fue ingeniero en metalurgia para la Gran Fundición Central<br />
Mexicana, pero por razones de movimientos políticos<br />
revolucionarios, don José Magdaleno tuvo que emigrar a<br />
otros estados, llevando con él a su familia. Estuvieron en<br />
Querétaro, San Luis Potosí, Coahuila y Chihuahua; esta<br />
época fue de prueba para la familia Varela; tuvieron<br />
penalidades debido a la situación en que se encontraba<br />
nuestra Patria. En esa etapa, el niño Manuel fue a la<br />
escuela pero no logró ni siquiera terminar un año porque<br />
constantemente estaban cambiando de domicilio. De la ciudad<br />
de Chihuahua, la familia Varela Quezada retorna a<br />
Aguascalientes y establece su domicilio en la calle José<br />
María Chávez, entonces los hijos de esta familia fueron<br />
inscritos en el Colegio Alcalá; su estancia en el mismo fue<br />
fugaz por dificultades que tuvo con un compañerito y hubo<br />
necesidad de cambiar de colegio; don José Magdaleno<br />
inscribió a su hijo Manuel en el Colegio de San José, en el<br />
cual fue profesor Sostenes Olivares. Este profesor daba<br />
33 Don Francisco Díaz de León Medina.. Ibdem p. 79. Este texto también se publicó en Hidrocálido<br />
Jueves 11 de noviembre de 1982 sec. B. P. 3.<br />
109
clases a todos los grupos de primaria y a unos más<br />
aventajados -llamados "monitores"- los designaba para que<br />
le ayuden a impartir las clases. El sistema de educación se<br />
conocía con el nombre de lancasteriano. Con cierto regocijo<br />
recuerda el licenciado Varela que él fue maestro <strong>del</strong> doctor<br />
Fernando Topete <strong>del</strong> Valle gracias a este sistema de<br />
monitoreo.<br />
Cuando Manuel Varela Quezada terminó su primaria, acudió a<br />
las aulas de nuestra Escuela Preparatoria y de Comercio;<br />
fue un alumno que sobresalió en las materias de taquigrafía<br />
y mecanografía; obtuvo un primer premio que le fue otorgado<br />
en ceremonia especial en el Teatro Morelos. Trabajó como<br />
auxiliar de contador en la negociación de José María Guzmán<br />
y a petición de su padre estudió una carrera liberal, por<br />
lo que posteriormente, en el mismo Instituto de Ciencias<br />
hizo sus estudios de secundaria y bachillerato. En esos<br />
años, al ser compañero de don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle,<br />
formaron la liga Estudiantil, antecedente <strong>del</strong> Círculo de<br />
Estudiantes y de la Federación de estudiantes<br />
Universitarios, y ellos fueron los encargados de editar el<br />
órgano de divulgación llamado Vida Estudiantil.<br />
Cuando el joven Manuel Varela Quezada terminó sus estudios<br />
en nuestro Instituto de Ciencias, fue a la Ciudad de<br />
México, primero con la intención de ingresar a la escuela<br />
Médico Militar, cosa que no logró, y después se inscribió<br />
en la Escuela de derecho de la Universidad Nacional<br />
Autónoma de México en donde realizó sus estudios<br />
profesionales y tuvo su examen de recepción el día 4 de<br />
mayo de 1933.<br />
Varela Quezada ejerció la profesión como juez en las<br />
poblaciones de Jerez y Río Grande, <strong>del</strong> estado Zacatecas,<br />
donde le tocó vivir etapas muy duras porque correspondieron<br />
a la época <strong>del</strong> cardenismo y había inquietud social. Por<br />
fin, en 1935, regresó a nuestro Aguascalientes y estableció<br />
110
su despacho, pero pronto fue llamado para ser juez de lo<br />
civil, posteriormente, fue defensor de oficio y durante la<br />
época en que fue gobernador <strong>del</strong> Estado el ingeniero Luis<br />
Ortega Douglas, ocupó los puestos de Procurador de Justicia<br />
<strong>del</strong> Estado, Presidente <strong>del</strong> Supremo Tribunal de Justicia,<br />
Secretario General de Gobierno y también en esta época, se<br />
le otorgó el Fiat en su calidad de notario, labor que<br />
desempeñó hasta su muerte.<br />
Respecto a la docencia, el licenciado Manuel Varela Quezada<br />
ha sido maestro de materias afines a la carrera de derecho,<br />
como civismo, derecho mercantil y derecho Fiscal; en 1935<br />
sustentó cátedra en el Instituto de Ciencias. Se tuvo que<br />
retirar porque sus actividades profesionales no le<br />
permitían atenderlas como él quería hacerlo; después fue<br />
invitado a dar cátedra en el Colegio Portugal y en la<br />
Universidad Autónoma de Aguascalientes.<br />
Contrajo matrimonio en dos ocasiones; la primera con Acacia<br />
Rodríguez y la segunda, después de quedar viudo, con la<br />
doctora María Flores; fue padre de un hijo, el psicólogo<br />
Manuel Acacio Varela Rodríguez.<br />
Conocí a Manuel Varela Quezada a través de su tía, Pepita<br />
Quezada, que fue vecina de mi casa en la calle Enlace y<br />
luego de la de José María Chávez, persona a quien quisimos<br />
mucho. Me di cuenta que Pepita tenía como sobrino al<br />
licenciado Manuel Varela Quezada, quien frecuentaba a la<br />
tía Pepa.<br />
El licenciado Varela Quezada fue mi jefe cuando era<br />
Procurador de Justicia y Presidente <strong>del</strong> Supremo Tribunal.<br />
En mi concepto, fue un gran humanista, un gran conocedor de<br />
la ciencia <strong>del</strong> derecho y, por su sabiduría, fue consejero<br />
permanente <strong>del</strong> Poder Ejecutivo <strong>del</strong> Estado de<br />
Aguascalientes; fue gran compañero en la vida y maestro<br />
porque todo aquel que se acercaba a la fuente de su<br />
111
sabiduría a preguntar sobre alguna cosa tenía su amable<br />
orientación.<br />
Las pasiones <strong>del</strong> licenciado Manuel Várela Quezada fueron<br />
vivir intensamente y cultivarse; creo que tuvo la<br />
biblioteca jurídica más grande que hay en nuestro medio<br />
pues sobrepasa los cinco mil volúmenes. Fue escritor y<br />
poeta, constantemente escribió sobre distintos tópicos en<br />
los periódicos de nuestra ciudad y cuando las musas<br />
llegaban a su mente brotaban los poemas.<br />
Este sabio iba por las calles de su barrio de Triana amando<br />
la hermosura de la mujer, la belleza de una rosa y el<br />
crepúsculo <strong>del</strong> atardecer. Murió el 5 de septiembre de 1989<br />
en esta ciudad.” 34<br />
Su capítulo III sobre Los locos y los malditos de Triana,<br />
hace una compilación de algunas personas que por su<br />
comportamiento iconoclasta hace que los califique de esa<br />
manera. Por principio hace una descripción somera de<br />
algunos de ellos en “Capirotada de locos”. Expone que “Los<br />
enajenados mentales nos hacen reír con sus extravagancias;<br />
pues bien, los locos de una población dan fisonomía a la<br />
misma. Podemos acordarnos de distintos enajenados mentales<br />
de varios lugares sin hacerlos menos.<br />
El barrio <strong>del</strong> Encino, de Triana, en la época de mi<br />
infancia, tuvo sus locos y los recuerdo con regocijo por<br />
sus puntadas un tanto chuscas; veamos cómo eran algunos.<br />
Cuando conocí a Chava El Loco, ha de haber sido un<br />
individuo como de unos cuarenta y cinco años, de origen<br />
campesino, vestía pantalón de mezclilla de pechera, camisa<br />
de algodón y huaraches; usaba sombrero de palma de ala<br />
mediana, ni el clásico sombrero charro ni tampoco texano;<br />
su aspecto era el de persona desaseada con barba de días;<br />
el color de su piel, trigueño, ojos color café y andaba un<br />
34 Licenciado Manuel Várela Quezada. Ibdem p. 82. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido. Lunes 12 de noviembre de 1982. secc. B. P. 3<br />
112
tanto encorvado y a brinquitos. Este inocente fue objeto de<br />
las burlas de la muchachada <strong>del</strong> barrio, quienes lo jalaban<br />
de la ropa, se reían de él o le hacían bromas de mal gusto.<br />
Su gracia un peine con un papel de China, lo tocaba como si<br />
fuera una música de boca y luego pedía una limosna; así<br />
sobrevivía. Tengo entendido que Chava El loco murió siendo<br />
atropellado allá por el rumbo de "Los Cinco Señores".<br />
El caganena no fue propiamente un enajenado mental, pero lo<br />
ubico muy cerca de ellos por su figura un tanto grotesca.<br />
Fue un campesino que de chamaco debió haber sufrido algún<br />
accidente y su cuerpo quedó contrahecho; una pierna y un<br />
brazo más chico que el otro lo obligaba a caminar en una<br />
forma un tanto cómica. En cuanto a su descripción física<br />
fue de estatura regular, vestía también con pantalón de<br />
mezclilla de pechera, huaraches, camisa de manta, sombrero<br />
de palma y su principal actividad fue la de ser arriero de<br />
los burros que transportaban la cuña y el tabique de los<br />
hornos, ubicados allá por el Grangenito y el barrio <strong>del</strong><br />
Hueso a las construcciones. Una de sus características<br />
macabras consistía en que, en cuanto alguna de las personas<br />
<strong>del</strong> barrio fallecía, de inmediato se presentaba en la casa<br />
<strong>del</strong> difunto para acompañar a los familiares y se pasaba<br />
toda la noche en vela; sus servicios consistían en cortar<br />
con unas tijeritas los pabilos de las velas que se ponían<br />
junto a la caja que contenía el cadáver, con el propósito<br />
de que las mechas no estuvieran grandes, ya que así<br />
ocasionaban humo. Después de la noche de vela y de<br />
acompañar muy de cerca el cadáver de la persona que<br />
falleció, iba detrás de la carroza hasta el templo donde se<br />
celebraban las exequias y luego al Panteón, como si fuera<br />
un deudo de los que más les hubiera podido el<br />
fallecimiento; naturalmente, al final cobraba sus servicios<br />
de despabilador de velas de muerto, de acompañante y casi<br />
113
de plañidera oficial. Caganena se fue a vivir a la Ciudad<br />
de México y desapareció <strong>del</strong> panorama <strong>del</strong> barrio de Triana.<br />
Otra de las personas que era enajenado mental fue a quien<br />
le decíamos Catarro, Catarro fue también bajo de estatura,<br />
de complexión gruesa, sin llegar a obeso, desaseado en su<br />
persona, con barba de varios días, usaba un carrete de<br />
paja, sombrero muy de la época, saco y pantalones muy<br />
remendados, cargaba una canasta grande de poco fondo en la<br />
que traía algunos objetos de varilla para vender: hilos,<br />
agujas, peinetas, listones, encajes, etcétera; cosas que<br />
eran muy apreciadas por nuestras damas en aquellos años.<br />
A Catarro bastaba y sobraba con que uno le gritara -<br />
¡Catarro!- para que fuera una verdadera declaración de<br />
guerra y la emprendiera contra el chamaco que lo coloreaba<br />
o la persona que había proferido tal palabra, ya que su<br />
nombre era Álvaro.<br />
Siempre que pienso en la estampa de Catarro viene a mi<br />
mente la figura de la literatura mexicana, Pito Pérez; así<br />
fue Catarro, también apodado "El Peinetas". Desapareció, no<br />
supe ni cómo ni cuándo.<br />
Terminamos esta capirotada con Herminia La Loca. Esta mujer<br />
fue muy magra de carnes, le gustaba pintarse la cara con<br />
exageración, con mucho colorete en sus mejillas y labios;<br />
usaba suetercito; fue una mujer que siempre andaba con un<br />
chal puesto. A esta mujer le gritaban -¡Herminia la loca!y<br />
al oír esto se enojaba y su rasgo agresivo consistía en<br />
levantarse las enaguas, según ella, con esto ofendía a los<br />
que le gritaban naturalmente, se le veían los carrizos de<br />
piernas, entonces los muchachillos vagos maloras soltaban<br />
las carcajadas.<br />
Quiero dejar constancia de que don José Salce, uno de los<br />
patriarcas <strong>del</strong> barrio, que vivía en la calle de José María<br />
Chávez, tuvo la piadosa ocurrencia de que, en compañía de<br />
su familia, todos los días daban de desayunar a Herminia La<br />
114
loca, y un buen día en que esta mujer traía muy<br />
desajustadas las tuercas y los tornillos, acudió a la casa<br />
de don José Salce para que le prodigaran el desayuno<br />
cotidiano; y con una de las muchachas, hijas de don José,<br />
echó pleito y le aventó sobre la mesa el almuerzo que le<br />
habían ofrecido. En cuanto la joven se quejó con don José,<br />
su papá, éste dijo: -Ahora lo verás Herminia, te voy a<br />
traer a la policía para que te lleven a la cárcel-, y esta<br />
mujer loca le decía: -Ay, no, don Josecito, si el cafecito<br />
que me dan está muy bueno-. Es decir, que no hay locos que<br />
coman lumbre.<br />
“Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es<br />
el reino <strong>del</strong> cielo” 35 .<br />
Un personaje muy peculiar fue “Pedro. El Loco” de quien<br />
dice: “Capítulo aparte merece don Pedro Castañeda, Pedro El<br />
Loco, y le llamo don porque este loco de mi barrio merece<br />
tal calificativo, ya que fue genial.<br />
Recuerdo a Pedro Castañeda como un hombre de complexión<br />
<strong>del</strong>gada, con la ropa clásica de la gente de huerta y de<br />
campo: ropa de mezclilla, un sombrerito de palma de ala muy<br />
corta, color de tez trigueño, nariz aguileña, ojos claros,<br />
siempre irritados, y chimuelo.<br />
Cuando lo conocí estaba en el ocaso de su vida, deambulaba<br />
por las calles de Triana con un palo en la mano. Vivió en<br />
una casa en lo que hoy es la calle Vicenta Trujillo, casa<br />
cercana al edificio o al caserón en que estuvo la<br />
congregación de la Temperancia; tenía una capacidad<br />
extraordinaria para las ciencias exactas.<br />
He aquí algunas anécdotas de don Pedro Castañeda. Resulta<br />
que en una ocasión, estaba él afuera de un salón de sexto<br />
año que tenía ventanas que daban hacia la calle Ancha, en<br />
la escuela Benito Juárez, y vio que la maestra Carmen<br />
35<br />
Capirotada de locos. Ibdem p. 87. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Miércoles 3<br />
de noviembre de 1982 secc b. P. 3<br />
115
Morones planteó a un muchacho un problema matemático en el<br />
pizarrón, una ecuación, y el muchacho estaba sudando la<br />
gota gorda para poderlo resolver, pero junto con él,<br />
también Pedro Castañeda estaba sufriendo. La ventana no<br />
tenía reja y en un momento dado llegó a tal grado su<br />
desesperación que de dos por tres zancadas se plantó frente<br />
al pizarrón, arrebató el gis al muchacho junto al pizarrón.<br />
Resolvió perfectamente aquella ecuación, volteó hacia el<br />
muchacho y con palabras no muy propias le dijo que era un<br />
tonto y le aventó el borrador y el gis. Acto seguido, en la<br />
misma forma abrupta en que entró, dejó el salón.<br />
La afición de Pedro El Loco por las ciencias exactas quedó<br />
manifiesta en una ocasión en la que, por causas ajenas a la<br />
voluntad de la gente <strong>del</strong> barrio, las autoridades quitaron<br />
el atrio de la parroquia o lo andaban quitando. Pedro se<br />
dio cuenta de que iban a hacer eso y con un lápiz se puso a<br />
enumerar las canteras que formaban el atrio y en unos<br />
papeles de estraza iba poniendo la colocación de las<br />
canteras que él marcaba para tener una relación por escrito<br />
de la ubicación de cada una. Casi terminaron de tumbar el<br />
atrio y de despegar las canteras cuando vino la<br />
inconformidad de la gente <strong>del</strong> barrio contra esa ordenanza<br />
<strong>del</strong> gobierno por lo que, dando marcha atrás, las<br />
autoridades aceptaron que el atrio se reedificara.<br />
Entonces, en medio de albañiles e ingenieros anduvo Pedro<br />
el loco con sus planos y les indicaba cuál era el lugar de<br />
cada una de aquellas piedras hasta ver terminada la<br />
reestructuración <strong>del</strong> atrio. Loco genial, ¿no es así?<br />
En otra ocasión, don Pedro presenció el juego final de un<br />
campeonato de ajedrez que hubo aquí en Aguascalientes, en<br />
"La Mutualista", en el que participaron ajedrecistas de<br />
varios lugares. En el juego en el que iba a culminar el<br />
evento estaba jugando un general zacatecano con otra<br />
persona y el general iba a mover una pieza <strong>del</strong> ajedrez.<br />
116
Pedro, que estaba observando aquella partida, le dijo -No<br />
la muevas porque te ganan-. Se encastó el militar, movió la<br />
pieza, el contrincante aprovechó la ocasión y,<br />
efectivamente, le ganó por aquella mala jugada. Fue tal la<br />
ira <strong>del</strong> militar que desenfundó la pistola y con ella iba a<br />
golpear a Pedro El loco pero al ver esto los que estaban<br />
ahí presentes defendieron a Pedro mientras decían al<br />
general: -Mi general, no le haga caso, está loco-, a lo que<br />
el general refunfuñando contestó: -Si esos son los locos en<br />
Aguascalientes, qué tal serán los cuerdos-.<br />
Pensemos en Pedro Castañeda, en aquel Pedro Castañeda que<br />
aprendía de memoria los sermones que oía en el templo <strong>del</strong><br />
Encino y los repetía toda la noche como si fuera una<br />
grabadora, mientras daba vueltas a la huerta de su casa,<br />
que es donde actualmente está la fábrica de muebles<br />
cromados J. M. Romo; aquel Pedro Castañeda a quien también<br />
le latía su corazón cuando veía alguna moza <strong>del</strong> barrio en<br />
edad de merecer y gritaba: -¡Ay, mi barrio de Triana tiene<br />
mil almácigos de mujeres hermosas!-<br />
Los muchachos también lo hacían renegar porque se acercaban<br />
a él y le decía: Pedrito, dame un cinco-, y él respondía: -<br />
No traigo-. -Pedrito, dame un cinco-, que no traigo-. Y a<br />
la tercera vez que le pedían el cinco se enojaba y con el<br />
palo que traía quería pegarle al muchacho. -¡No, Pedrito,<br />
no te enojes! Dame tu bendición-. Se hincaba el muchachillo<br />
y entonces Pedro, con toda solemnidad, le daba la bendición<br />
y se le acababa el coraje.<br />
En alguna ocasión Pedro me encontró con mi abuelo materno y<br />
luego que me vio con mi abuelo y le dijo: -Este niño<br />
Ramírez, Ramírez, Ramírez...-, y se fue caminando<br />
lentamente; fue la única ocasión en que Pedro se fijó en mí<br />
y me dirigió la palabra-<br />
Así fue Pedro Castañeda, loco genial. Por eso, con respeto<br />
le dedico un artículo aparte.<br />
117
“Bien aventurados los que tienen puro su corazón, porque<br />
ellos verán a Dios.” 36<br />
Sobre “Los malditos”. Indica que: “En este libro se ha<br />
resaltado a los hombres de bien <strong>del</strong> barrio de Triana que<br />
han sido ejemplo a seguir: sabios, industriales, toreros,<br />
honorables jefes de familia, señores curas y un casi santo,<br />
pero en cualquier comunidad humana hay de todo como en<br />
botica. En nuestro barrio también hubo gente negativa que<br />
creó leyenda; tan sólo haré señalamiento de tres de estos<br />
malditos que hicieron época en el tránsito <strong>del</strong> siglo XIX al<br />
XX. Empezaremos por José Barba. Este hombre fue homicida<br />
perdonavidas; su familia lo consideraba como un pariente<br />
incómodo. ¡Ah!, pero eso sí: José Barba fue muy devoto <strong>del</strong><br />
Señor <strong>del</strong> Encino. Cuentan que debajo de su ropa traía como<br />
escapulario un cuadrito con la imagen <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino<br />
y a cada semejante que asesinaba le iba poniendo al reverso<br />
<strong>del</strong> cuadrito-escapulario una rayita, de esa forma llevaba<br />
la contabilidad de los semejantes que mataba.<br />
Hurgando en el archivo parroquial <strong>del</strong> Encino, en los libros<br />
de entierros, entre las actas de defunción de los primeros<br />
señores curas, me topé con el acta de defunción de José<br />
Barba y la causa de su muerte dice: "murió acuchillado". No<br />
hay duda de que se trata de este matón <strong>del</strong> barrio.<br />
Don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle me contó que la madre de<br />
José Barba, al ver su cadáver en el descanso <strong>del</strong> hospital,<br />
le dijo: -¡Ay, José, hasta que me vas a dejar descansar!-<br />
Así fue José Barba, amante de la estadística.<br />
Otro de los broncos y muy broncos <strong>del</strong> barrio de Triana fue<br />
Gorgonio Esparza, a quien le compuso una obra teatral el<br />
hombre de letras de Aguascalientes, don Antonio Acevedo<br />
Escobedo, y a través de ella hacemos semblanza de Gorgonio<br />
Esparza.<br />
36<br />
Pedro el loco. Ibdem p. 91. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Jueves 4 de<br />
noviembre de 1982 secc. b p. 2<br />
118
Esta obra teatral la llamó ¡Ya viene Gorgonio Esparza! (El<br />
matón de Aguascalientes) y consta de siete cuadros.<br />
El cuadro primero se refiere al nacimiento de Gorgonio,<br />
apadrinado por nahuales brujas; dentro de las cosas que<br />
refieren los primeros está la ferocidad que tendrá al<br />
decir: "Escóndanse en sus casitas, prevénganse con<br />
pistolas, porque de puro asesinato dejará ciudades solas";<br />
y las brujas lo amadrinaron: " ¡Cuidado con que a Gorgonio<br />
nadie lo insulte ni ofenda, el que quiera algo con él que<br />
con nosotras se entienda! Por su parte, las víboras le<br />
dieron todo su veneno. Así, en un dos por tres tenemos<br />
imagen clara de lo tal por cual que fue Gorgonio.<br />
En el cuadro segundo recrea don Toño una escena en la<br />
tienda "El Toro", mencionada con anterioridad; pues ahí,<br />
Gorgonio, con luz apagada provocó una riña entre El<br />
bigotes, Macario, Pata Seca y él, en la que salió<br />
victorioso al matar a sus rivales, pleito que se enfrascó<br />
por razones baladíes.<br />
El cuadro tercero se desarrolla en otra de las tiendas<br />
características <strong>del</strong> Triana de ayer, "Los Cinco Señores",<br />
esquina ochavada entre Belauzarán y José María Chávez<br />
(antes Del Obrador). Ahí nos describe a Gorgonio dando a su<br />
caballo mezcal en artesa y él tomando tequila con cerveza.<br />
En este cuadro se ve lo altanero de Gorgonio con el<br />
tendero, su caballo y el vecino, y de paso se muestra su<br />
rasgo de enamorado, pues amenaza al tendero con raptar a su<br />
hija Lupe, -que está guapa hasta el tope-.<br />
Irascible, celoso y de pocas pulgas nos pinta el maestro<br />
Acevedo en el cuarto cuadro a Gorgonio Esparza, ya que<br />
sorprende a su mujer, Sotera, mientras le lleva la comida a<br />
la huerta, ésta se encuentra y platica con Urbano, su<br />
cuñado, de donde deduce Gorgonio que su mujer le está<br />
haciendo "de chivo los tamales", o sea, le es infiel. Este<br />
cruce de palabras entre Sotera y Urbano bastó y sobró para<br />
119
que Gorgonio matara a su mujer a pedradas y arrojara el<br />
cadáver en una noria. El cuerpo en descomposición empezó a<br />
oler mal y los vecinos se dieron cuenta <strong>del</strong> homicidio.<br />
Como consecuencia <strong>del</strong> homicidio de Sotera, Gorgonio Esparza<br />
fue aprehendido y encerrado en la cárcel, pero antes mató a<br />
una persona que según él, en la huerta lo espió y se dio<br />
cuenta de la muerte de Sotera. Esto aparece en el cuadro<br />
quinto y mismo en que se narra cómo dentro de la cárcel<br />
mató a otro interno, y el juez, a nombre justicia le<br />
notificó que al día siguiente lo fusilarían; en ese mismo<br />
día llegó a la ciudad una asonada carrancista que Gorgonio<br />
aprovechó para huir.<br />
En los cuadros sexto y séptimo no hay más homicidios, pero<br />
sí el suicidio de Gorgonio que se realizó poniéndose en la<br />
boca un petardo bien fino que sobró de las fiestas <strong>del</strong> gran<br />
Señor <strong>del</strong> Encino. Rumbo al cielo va tomando vino, y<br />
fanfarrón como es echa bronca con los ángeles y San Pedro<br />
lo apacigua.<br />
Hay que aclarar que esta obra la escribió el maestro don<br />
Antonio Acevedo Escobedo para el teatro guiñol, salpicada<br />
de mucha fantasía, pero buscando en ella la realidad, nos<br />
damos cuenta de que don Toño tuvo que indagar sobre la vida<br />
de Gorgonio Esparza. Ahora platiquemos de una mujer que<br />
entra en el grupo de los malditos de Triana ella fue<br />
Dionisia Barba, Nicha Barba.<br />
Fundamentalmente, Nicha Barba se dedicó al abigeato; ella y<br />
sus bandoleros se codeaban en el sureste de Aguascalientes<br />
por el rumbo de Calvillito y rancherías circunvecinos,<br />
aunque también atacaban los hatos de ganado de otros<br />
rumbos. Cuando prendían a los vaqueros los maniataban y<br />
tiraban al suelo para llevarse el ganado y en ese momento,<br />
Nicha descubría sus pechos y les gritaba: -Para que vean<br />
con quien perdieron, tales por cuales, con Nicha Barba-.<br />
120
Mi abuelo paterno, licenciado Refugio Ramírez Palos,<br />
conoció a Nicha Barba, platicaba que era una mujer de armas<br />
tomar, que se casó con un ranchero de Calvillito flaco, de<br />
tez blanca y de ojos verdes quien, según mi abuelito, se<br />
llamaba Martín. Pues bien, en alguna ocasión, Nicha se<br />
disgustó con su marido y cuando éste estaba borracho lo<br />
metió al ejército de don Porfirio Díaz y por su gallarda<br />
figura pasó a formar parte de las guardias presidenciales.<br />
Le mandó a Nicha una fotografía con su uniforme militar y<br />
esta se la enseñó a mi abuelito y le dijo: -Mira, Cuco,<br />
dónde anda mi Martín. Está guapo y es de las guardias<br />
presidenciales. Me dice que ha de venir para poner mi alma<br />
en descanso; ¡pues donde la tiene él que no se la jalle<br />
yo!-. Así era de templada Nicha con los arrestos<br />
suficientes para liarse a balazos con su marido.<br />
El profesor don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle me platicó que<br />
el esposo de Nicha Barba se llamaba Martín, y me dio otro<br />
nombre que ya no recuerdo. En ciertos aspectos don<br />
Alejandro la comparaba con la Monja Alférez. Por cierto, el<br />
profesor Topete estudio a fondo a estos tres malditos e<br />
hizo de cada uno una monografía con datos verídicos. En<br />
cuanto a Gorgonio Esparza, siguió sus pasos por medio de<br />
expedientes de juzgados de lo criminal. Me platicó que los<br />
malditos Barba no tienen nada que ver con nuestros<br />
numerosos <strong>contemporáneo</strong>s, la honorabilísima familia de<br />
empresarios Barba González. Así es que en Triana hemos<br />
tenido de todo, hasta malditos” 37 .<br />
El Capítulo IV sobre “La vida en el barrio” inicia con un<br />
texto sobre “Las familias de mi barrio” donde dice: “El<br />
Primero de noviembre. Aquí en Aguascalientes se inicia el<br />
trecenario <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, patrón <strong>del</strong> barrio de<br />
Triana, barrio que está al sur de la ciudad y que nació<br />
diez años antes de que se fundara la Villa de Nuestra<br />
37 Los malditos. Ibdem. Pp. 91-94.<br />
121
Señora de la Asunción de las Aguas Calientes, en 1575, y<br />
nuestro barrio en 1565, según merced de tierras dada a don<br />
Hernán González Berrocal, por la Corona de España.<br />
Fundamentalmente, los barrios de Aguascalientes lo son<br />
debido a la unidad que hay entre las familias que los<br />
integran; cada quien piensa que su barrio es el más barrio<br />
por esta unidad, y los de Triana pensamos así.<br />
Nuestras familias están integradas por gente bondadosa, de<br />
grandes méritos morales religiosos y civiles, que hacen<br />
posible el desarrollo armónico <strong>del</strong> individuo y con él, se<br />
fortalece la grandeza de nuestra patria. Debemos abrir las<br />
puertas de nuestro corazón a las familias que se están<br />
avecindando entre nosotros, para que conozcan nuestra<br />
manera de ser y se incorporen a nuestras costumbres en tal<br />
forma, que en un futuro muy lejano siga siendo uno de los<br />
lemas de nuestro escudo: "gente buena", es bondadosa e<br />
íntegra en sus principios de bienandanza.<br />
Las familias que conocí en mi infancia, que se desarrolló<br />
en la calle de José María Chávez y Enlace, con su ejemplo<br />
me forjaron en el amor a mis semejantes y a mi Patria. Voy<br />
a hacer mención de los pilares de ellas y me expongo<br />
involuntariamente a no mencionar a alguna, pero advierto<br />
que a todos los considero maestros de mi vida. El sastre<br />
don José Medina y su esposa doña Rosa, gente laboriosa y<br />
servicial.<br />
Doña Gracielita Díaz Viuda de Acero; en aquellos años, sus<br />
hijos estaban dedicados a la compraventa de materiales de<br />
la construcción y autobuses urbanos.<br />
Don Germán Hernández, hombre honesto y vertical, a través<br />
de él tuvimos las primeras estampas políticas; en su casa<br />
pernoctó el general Juan A. Almazán cuando andaba en su<br />
campaña a la presidencia de la República. Gracias a su<br />
hija, María Engracia, subsiste su casa en el barrio.<br />
122
Profesor don Francisco Antúnez Madrigal, hombre culto,<br />
maestro impresor, secretario de mi padre en la Dirección de<br />
Educación. Su esposa Francis y su familia siguen viviendo<br />
en el barrio.<br />
Don Pedro Jiménez y doña Esthercita Díaz, familia que dio<br />
sus frutos a la religión, la educación y a la judicatura.<br />
Don Francisco Alvarez y su hija, la profesora María,<br />
vecinos de las señoritas Nava, todos dedicados a la<br />
educación.<br />
Don José Salce y doña María Luisa Zermeño, gente de campo,<br />
con una familia alegre y dicharachera.<br />
El señor profesor don José Padilla Montoya y Paulita<br />
Cambero. ¡Qué bonito matrimonio!, pilar en cultura y<br />
entrega humana a la comunidad. Sus hijos son maestros y<br />
abogados.<br />
Las señoritas Chávez, nietas de don José María Chávez,<br />
obrero, gobernador liberal y mártir; estas señoritas fueron<br />
páginas vivientes de nuestra historia; convivían con ellas<br />
sus damas de compañía, Mercedes y Chabela Santos.<br />
Don Jesús Valdez y Mariquita su esposa, toda bondad y<br />
ejemplo.<br />
Doña Felisa Calatayud viuda de Castro, abuelita de Pepino,<br />
brillante abogado zacatecano.<br />
Pepita Quezada, señorita bondadosa, tía <strong>del</strong> señor<br />
licenciado Manuel Varela Quezada.<br />
También vivieron en nuestro rumbo las señoritas Gómez,<br />
quienes formaban parte de nuestro vecindario.<br />
El charro José Manuel Valdez y familia, comerciante en<br />
forrajes procedente de Villanueva, Zacatecas, y también<br />
ganadero.<br />
Don Jesús González, hombre honesto y vertical, él y su<br />
familia dedicados al comercio abarrotero.<br />
El Ingeniero Francisco López Lamadrid y sus hijos, entre<br />
ellos "El Vago", dedicado a la construcción de caminos.<br />
123
Todas las anteriores familias son vecinas en la calle de<br />
José María Chávez, a excepción de don Ramón Morales, quien<br />
vivió en la calle Enlace; además, en esta calle, los<br />
Velasco Tamayo; Pachita la <strong>del</strong> Pilar; asimismo, en el<br />
rumbo, don Eduardo Jáuregui, abuelito <strong>del</strong> licenciado Jesús<br />
Eduardo Martín Jáuregui; don Maximino Jiménez y tantas y<br />
tantas familias que han sabido hacer patria.<br />
Capítulo aparte merecerá la familia de don Pedro Reyes, con<br />
quien conviví grandemente.<br />
¡Loor a las familias buenas y patrióticas <strong>del</strong> barrio de<br />
Triana, manantiales de virtudes y pilares de nuestra<br />
formación de aguascalentenses!” 38<br />
Una Familia que considera muy especial por su cercana<br />
relación con ella fue la “Reyes González”, de la que<br />
resalta: “Tanto los sociólogos como los historiadores y los<br />
moralistas han llegado a la conclusión de que la grandeza<br />
de una nación radica en la pureza de costumbres de la<br />
familia, por medio de la historia universal, vemos cómo el<br />
Imperio Romano fue grande en cuanto a su poderío y<br />
magnificencia, mientras se conservaron las buenas<br />
costumbres dentro de los hogares; podemos conceptuar que la<br />
familia romana fue la que apoyó en su grandeza a Roma, que<br />
fueron aquellas matronas las que con cariño y firmeza de<br />
carácter, pudieron educar a las generaciones de soldados<br />
romanos quienes dieron grandeza a su patria. "Familias de<br />
buenas costumbres, patria grande".<br />
Cuando pienso en la familia Reyes González me imagino una<br />
de esas familias que han hecho posible la grandeza de la<br />
patria por sus buenas costumbres; los adornos de esta<br />
familia son muy comunes en la familia de nuestro barrio de<br />
Triana y si escojo a este grupo es por haber convivido mi<br />
infancia y mi juventud entre ellos; creo que han sido<br />
38<br />
Las familias de mi barrio. Ibdem p. 95. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Jueves 1<br />
de noviembre de 1984 secc. b p. 2<br />
124
personas que a través de su forma de ser me hicieron amar<br />
más a México. El tronco de la familia la constituyeron don<br />
Pedro, quien fue maestro cortador, o sea sastre, y con su<br />
trabajo honrado hizo posible el sostenimiento de su<br />
prolífica familia; los hijos que Dios les dio fueron siete<br />
hombres y siete mujeres. Los hombres: Pedrito, Miguel,<br />
Guillermo, Luis, Salvador, Carlos y Jorge, y las mujeres:<br />
Toña; María de Jesús, Merceditas, Elvira, Ofelia, Josefina<br />
y Luz María.<br />
Don Pedro fue un hombre completamente apegado a su trabajo,<br />
dedicado de lleno a él. Transcurrían las semanas, los meses<br />
y los años y él sólo transitaba de la casa a su sastrería y<br />
viceversa. Sus placeres: asistir a corridas de toros,<br />
funciones de teatro, los domingos a sus deberes religiosos<br />
y, por la noche, acompañado por su esposa, a la serenata en<br />
la plaza. Doña María fue una mujer que inculcó en su<br />
familia los principios religiosos y morales que los han<br />
sabido sostener. Fue una familia ejemplar porque hubo<br />
respeto absoluto tanto de los hijos hacia los padres, como<br />
entre los mismos hermanos, todos queriéndose grandemente,<br />
amándose grandemente.<br />
Puedo decir que a través de los Reyes conocí a México en<br />
sus tradiciones; qué agradables tertulias con ellos; qué<br />
maravillosos días de campo en compañía de nuestros vecinos,<br />
encabezados por esta familia; qué maravillosos los desfiles<br />
que llegamos a <strong>presencia</strong>r juntos; con qué devoción nos<br />
reuníamos para ir a nuestras obligaciones (religiosas a los<br />
templos, y también por medio de esta familia con cuánta<br />
alegría y tradición nos dimos cuenta de lo que eran las<br />
fiestas decembrinas, cómo veíamos que doña María adornaba<br />
las ventanas de su casa y la puerta con farolitos de tipo<br />
japonés durante el docenario de la Virgen de Guadalupe y,<br />
cuando pasaba éste, esperábamos con verdadero alboroto las<br />
125
posaditas, la Noche Buena y fin de año. Mi admiración y<br />
reconocimiento para la familia de don Pedro Reyes.” 39<br />
Hay ciertas costumbres que son parte de la vida en el<br />
barrio, una de ellas es “La cuaresma”, de la que resalta:<br />
“La Iglesia Católica Apostólica Romana, dentro de sus<br />
costumbres, tiene una etapa <strong>del</strong> año que denomina cuaresma,<br />
y que comprende desde el miércoles de ceniza hasta el<br />
domingo de resurrección y, en nuestra infancia, el sábado<br />
de gloria.<br />
La cuaresma es una época en la que nuestra Iglesia<br />
establece que debemos mortificar nuestro cuerpo con<br />
penitencias. Es una época propicia para el recogimiento<br />
espiritual, para la meditación; sirve para conmemorar los<br />
cuarenta días de ayuno de Jesucristo en el desierto.<br />
En la infancia, por indicación de nuestros padres,<br />
prometíamos no ir al cine mientras la cuaresma transcurría;<br />
otros eran golosos y prometían no comer dulces; había quien<br />
se abstenía de beber refresco; otras personas que fumaban<br />
dejaban de hacerlo; por lo tanto, era época de<br />
mortificación. Casi todos los muchachos de nuestra infancia<br />
dejábamos de ir al cine; esa era nuestra principal<br />
mortificación. Entonces, ¿qué hacíamos las tardes de los<br />
domingos que era la que dedicábamos al sano<br />
entretenimiento?, y digo sano, porque por más atrevidas que<br />
hayan sido aquellas películas, junto a la Pornografía de<br />
hoy día, eran verdaderamente películas blancas; pues bien,<br />
ya que estábamos privados de este agasajo, lo que hacíamos<br />
era juntarnos en casa de los Reyes y jugábamos parkasé. A<br />
las cuatro y media o cinco de la tarde, ya estaba el grupo<br />
de unos diez o doce muchachos en el comedor jugando<br />
parkasé, o bien, juegos con naipes. Eran tardes de una<br />
diversión tan sana y agradable que no sentíamos el paso de<br />
39<br />
Familia Reyes González. Ibdem p. 99. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Viernes<br />
2 de noviembre de 1984. secc. B. P. 3<br />
126
las horas, pues ya cuando era aquello de las siete de la<br />
noche, terminábamos de jugar. No faltaba por allí algún<br />
travieso que apagara la luz y entonces era la rebatiña de<br />
fichas y de centavos y el que más había ganado, ¡a cuidar<br />
con su cuerpo las ganancias obtenidas! Lo más agradable que<br />
tenían como final aquellas sesiones de juegos de estrado,<br />
es que con las utilidades <strong>del</strong> que más ganaba, todos nos<br />
íbamos a cenar antojitos con La China, en una cenaduría al<br />
oriente de la plazuela <strong>del</strong> Encino.<br />
En la cuaresma, nuestras madres se ponían listas para ver<br />
cuándo había ejercicios espirituales, tanto en el Encino<br />
como en Catedral, y nos enviaban para oír aquellas pláticas<br />
anuales de acercamiento de nuestro espíritu a Dios,<br />
adecuadas a nuestra edad aunque, la verdad, alguno de<br />
nosotros daba de vez en cuando una cabeceada a la hora de<br />
los ejercicios, o había quien llevaba cargamento de<br />
caramelos, de dulces, de chiclosos para estar agasajando el<br />
paladar mientras oíamos las explicaciones que nos hacían el<br />
Padre Luciano Luna, el señor cura Felipe Morones, o bien,<br />
el señor cura López, de El Encino.<br />
Cuando se aproximaban los días santos, en la semana<br />
correspondiente, a partir <strong>del</strong> miércoles, era un<br />
recogimiento absoluto desde medio día y no nos dejaban ni<br />
siquiera silvar, para tener en meditación nuestro espíritu<br />
y, con ello, pensar en la Pasión <strong>del</strong> Señor. El jueves se<br />
pulían las madres de familia por hacer un verdadero agasajo<br />
al paladar para la hora de la comida: el caldo de habas,<br />
buen pescado, ensaladas, lentejas tortas de camarón y<br />
aquellos postres fabulosos de capirotada, ya sea de leche o<br />
común y corriente, y también las torrejas con miel de<br />
maguey procedente de Calvillito. A pesar <strong>del</strong> recogimiento,<br />
había alegría en nuestro paladar.<br />
Cuando caía la tarde <strong>del</strong> jueves, las familias en grupo iban<br />
a visitar los siete templos, aunque no con mucha devoción,<br />
127
pues algunos aprovechaban el paseo para ver a las<br />
muchachas. Los rezos comenzaban en el templo <strong>del</strong> Encino,<br />
para seguir luego en Catedral, Ave María, La Merced, San<br />
Marcos, Guadalupe, San Diego, San José... ¡en fin se<br />
buscaba una ruta cómoda para hacer la visita, recordando<br />
aquel peregrinar que el Señor desde las casas de Anas,<br />
Caifas, Pilatos y viceversa, andando por aquellas<br />
callejuelas de la ciudad de Jerusalén.<br />
El viernes se cubrían con un manto de tristeza las campanas<br />
silenciosas y en su lugar, llamaban a los actos religiosos<br />
las matracas; nuestros padres hacían que fuéramos al<br />
ejercicio de Las tres caídas a las once de la mañana, y<br />
después a las tres de la tarde, estuviéramos donde<br />
estuviéramos, para recordar el instante supremo de la<br />
redención humana por medio <strong>del</strong> sacrificio cruento de Jesús<br />
en la cruz. Por la noche, íbamos al ejercicio <strong>del</strong> pésame<br />
para acompañar a la Virgen María en su soledad y<br />
retornábamos a nuestras casas cerca de las nueve de la<br />
noche.<br />
El sábado a las ocho de la mañana se abría la gloria y esto<br />
consistía en tender hilos de lado a lado de la calle, de<br />
banqueta a banqueta y en cada tramo de 50 centímetros,<br />
ligábamos unos chamucos, obra de la artesanía mexicana;<br />
consistían en un cohete forrado con una tilma roja de papel<br />
de china y una cabeza de barro de chamuco; no se rebasaban<br />
de unos 20 centímetros de largo, era nuestra gran diversión<br />
tronarlos. Después de desayunar nos íbamos a las calles <strong>del</strong><br />
centro para ver la quema de los chamucos grandes, de los<br />
judas que las casas comerciales compraban para el solaz de<br />
la gente, teniendo por escenario la calle Juárez y el<br />
mercado grande. Así se abría la gloria, se terminaba la<br />
128
época de la cuaresma y, en puerta, muy cerquita, la feria<br />
de San Marcos con sus atractivos mundanales.” 40<br />
Otro de los eventos que recuerda con gran placer es el de<br />
la “Feria de San Marcos” de la que dice: “¡Explosión de<br />
alegría! Siempre que un aguascalentense piensa en la Feria<br />
de San Marcos, sabe que es la forma más digna de dar la<br />
bienvenida a la primavera. Cuando niños, Triana no se<br />
sustraía de esta alegría y pensábamos en nuestra feria con<br />
todas las manifestaciones extraordinarias que había para<br />
romper la monotonía un tanto recoleta de la vida de<br />
Aguascalientes. Todavía estábamos en el período de la<br />
cuaresma, de recogimiento espiritual, cuando los fines de<br />
semana se entusiasmaba la gente con las distintas<br />
manifestaciones habidas por los partidarios de las<br />
candidatas a reina de la primavera; cada uno simpatizaba<br />
con distinta muchacha que pretendía el galano trono y<br />
estábamos al pendiente <strong>del</strong> desarrollo de sus campañas, de<br />
los gallos que se les ofrecían, de las muestras de apoyo.<br />
Acababan de pasar los días santos o incluso, el mismo<br />
sábado de gloria se celebraba la coronación de la señorita<br />
que había resultado electa reina de nuestra feria: alegría<br />
en la plaza de armas; la velada de coronación con el elogio<br />
que un poeta de reconocida calidad hacia de la soberana;<br />
nuestro gobernante cubriendo las sienes de la muchacha que<br />
representaba en la más galana de las ferias a la mujer de<br />
Aguascalientes, bajo la bóveda oscura y aterciopelada <strong>del</strong><br />
cielo tachonado de estrellas; de rato parecía que otras<br />
constelaciones habían nacido por medio de los juegos<br />
pirotécnicos <strong>del</strong> maestro Cuco Díaz, de feliz memoria.<br />
El domingo siguiente se instalaba con las mañanitas y el<br />
paseo tradicional en el jardín de San Marcos, desde las<br />
siete y media hasta las nueve y media de la mañana, tocando<br />
40<br />
La cuaresma. Ibdem p. 99-100. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Sábado 3 de<br />
noviembre de 1984 secc.b p. 2<br />
129
la música de la Banda Municipal, dirigida por el maestro<br />
don Ricardo García Mendoza o por Fortunato Hernández, quien<br />
fue su sucesor. Mañanitas en que los rayos <strong>del</strong> sol se<br />
colaban por el follaje de los árboles, dando un encanto muy<br />
especial al jardín. Ante el paseo, se veían las acequias de<br />
los prados rebozando de agua, hilitos que iban de un prado<br />
a otro, entre banca y banca; los puestos de flores de<br />
gardenias y claveles para obsequiar a la muchacha más<br />
bonita que uno se encontrara en el jardín; las serpentinas;<br />
el confetti, total, la Feria de San Marcos, ¡bellísima! El<br />
día 25, día clásico, olía a estreno de vestidos para<br />
lucirlos en el jardín; en los tapancos <strong>del</strong> señor Carrera,<br />
en las loterías de Dávalos y en la ruleta <strong>del</strong> Naco.<br />
Estampas mexicanas de mi infancia.<br />
Las corridas de toros en la Plaza San Marcos eran un tanto<br />
incómodas, pero esta poseía un ángel taurino<br />
extraordinario, al grado que, estando llena, todavía<br />
entraban y al transitar de un lado a otro ocurría lo<br />
inevitable: el puntapié, el empellón y de inmediato el<br />
"dispense usted"; el "hágame favor de perdonarme", todos<br />
sin enojo y amabilidad. Llenos de alegría y de gusto<br />
veíamos aquellas chicuelinas fabulosas <strong>del</strong> trianero Alfonso<br />
El Calesero; aquellas gaoneras de Luis Procuna o La<br />
Sanjuanera y cómo El ave de las tempestades, Lorenzo Garza,<br />
hacía cimbrar los tendidos de la Plaza San Marcos, con<br />
buenas faenas o con grandes broncas; corridas que<br />
constituían un verdadero marco de alegría a nuestra feria.<br />
En otras ocasiones, al mediodía <strong>del</strong> día 25 nos<br />
trasladábamos desde el barrio de Triana a San Marcos para<br />
dar vueltas al jardín y tomar algún refresco; hacia las<br />
tres y media de la tarde regresábamos a nuestra casa con la<br />
alegría de que nos esperaba un plato de mole, un buen<br />
arroz, unos frijolitos y una refrescante papaya como<br />
postre.<br />
130
Recuerdo que en una época de estudiante universitario, los<br />
días de la Semana santa estuvieron muy próximos a la Feria<br />
de San Marcos y con el permiso paterno tanto Jesús mi<br />
hermano como yo, nos quedábamos una semana más de<br />
vacaciones a disfrutar de la feria. En compañía de nuestros<br />
casi hermanos, los Reyes: Ofelia, Salvador, Luis, Elvira, y<br />
también Mercedes, mi hermana, nos íbamos a jugar a la<br />
lotería de Dávalos, frente al templo de San Marcos,<br />
corriendo las cartas clásicas: ¡El valiente! ¡la calavera!<br />
¡El sol! ¡El gallito! ¡El venado! ¡La cubeta! y el grito de<br />
¡Cuadro grande! y ¡Cuadro chico! y por último el de ¡Tabla<br />
llena! La persona que iba ganando recogía sus Premios; se<br />
le daban sus vasos de vidrio, sus botellones también de<br />
vidrio, y como cosa extraordinaria, la lotería <strong>del</strong> cócono;<br />
rifaban estas aves que iban a parar a las cazuelas de mole.<br />
Al día siguiente de la noche que pasamos en la lotería, nos<br />
íbamos al salón “Las Palmas" a bailar con la orquesta de<br />
Hebert Hoogland y la música de Gleen Miller, que estaba en<br />
su apogeo. En estos bailes entrábamos y salíamos con la<br />
tambora, para luego, al día siguiente, por razón de la<br />
desvelada, regresar hasta en la noche a San Marcos para<br />
jugar a la lotería.<br />
Así transcurrían nuestras ferias de San Marcos en aquel ir<br />
y venir de Triana a San Marcos, viendo aquellas estampas<br />
primorosas, aquellos paseos en el jardín con verdadero<br />
orden, regalando obsequios de flores a las damas y<br />
saboreando los antojitos. Todo esto está en el arcón de los<br />
recuerdos, los escribimos para que no escape de nuestra<br />
memoria el recuerdo de Triana y San Marcos unidos a través<br />
de la Feria.” 41<br />
También “Las tertulias” fueron parte de esa vida en el<br />
barrio: “Tradicionalmente, tertulia es una reunión de<br />
41 La feria de San Marcos. Ibdem p. 101. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Lunes 5<br />
de noviembre de 1984. secc. B. P. 3, donde se publica junto con el escrito sobre las tertulias.<br />
131
personas que tienen por objetivo conversar y convivir. El<br />
Aguascalientes de hace algunos lustros fue muy aficionado a<br />
las tertulias; existían estas reuniones en las trasboticas,<br />
en las sastrerías, en la tienda de la esquina, en las<br />
peluquerías, en la banca de un parque; pero dado que<br />
Aguascalientes es un pueblo laborioso, la tertulia se<br />
producía propiamente después de cenar, es decir, en la<br />
noche, y esto fue en virtud de que en aquellos años no se<br />
tenía televisión aunque ya empezaban a aparecer los radios.<br />
Me da la impresión de que la televisión es un aparatito que<br />
sirve de disolución social, porque lo más común es que la<br />
persona después de llegar cansado a su casa y de cenar,<br />
prenda la televisión para ver telenovelas y también algún<br />
noticiario para estar al día de los acontecimientos<br />
nacionales e internacionales; así es que este avance trajo<br />
disolución social.<br />
En la infancia, en nuestro barrio de Triana se<br />
acostumbraban mucho las tertulias; qué agradables eran,<br />
porque brindaban la gran oportunidad de que la gente fuera<br />
más humana, de que la gente se comunicara y pudiera así<br />
haber una corriente de identidad en sus problemas, en su<br />
manera de ser, o simplemente aconsejarse unos a otros sobre<br />
cómo actuar durante la vida.<br />
Las tertulias de los jóvenes de aquella época fueron<br />
extraordinariamente fabulosas porque no era únicamente<br />
conversar de lo acontecido en el día, sino que<br />
comunicábamos nuestros ideales de superación, de<br />
mejoramiento, de ilusiones de hacer viajes al otro lado <strong>del</strong><br />
Océano Atlántico, a Europa, al lugar fuente de nuestra<br />
cultura, también surgían las leyendas, los aconteceres, lo<br />
que sucedía entre nosotros. Era común platicar lo de La<br />
vecindad de las pedradas, porque al otro lado de donde<br />
vivía la familia Reyes, había una vecindad que por cierto<br />
no tenía servicio de energía eléctrica y sucedía que en las<br />
132
noches, en el patio de esta vecindad caían piedras <strong>del</strong><br />
cielo probablemente algún travieso las aventaba, pero para<br />
nosotros era un fenómeno que no tenía explicación, y dimos<br />
por llamarle La vecindad de las pedradas.<br />
Recuerdo con mucho gusto, las tertulias que formábamos<br />
todos nosotros, los de la tercera calle de José María<br />
Chávez. En una ocasión disfrutamos de una noche de lluvia<br />
de estrellas; ¡qué hermoso espectáculo el ver tanta<br />
estrella fugaz al mismo tiempo sobre el firmamento!<br />
Así pues, concluimos que las tertulias fueron reuniones que<br />
sirvieron para la felicidad de nuestro pueblo para la<br />
comprensión entre unos y otros y para sentirnos humanos.<br />
Benditas tertulias que forjaron nuestra identidad de<br />
hombres plenos.” 42<br />
Otra de las actividades que rememora son “Los días de<br />
campo”, eventos que narra de la siguiente forma: “"Que<br />
llueva, que llueva, la Virgen de la cueva... truenos de<br />
temporal... grifos <strong>del</strong> cielo abierto..." "¡Échaleee, a<br />
veinte el ciento de cardona fresca!" Campos hechos Vergel,<br />
veranos de Aguascalientes, veranos de mi infancia. Y llegan<br />
los días de campo. Cómo disfrutábamos de aquellas aventuras<br />
dominicales, yendo a los lugares más hermosos, próximos a<br />
nuestra ciudad, paseos a Los Cuartos, Los Arquitos, a<br />
Peñuelas, a Ciénega de Mata, a Calvillo. Todos estos<br />
lugares tenían un encanto extraordinario porque el campo,<br />
aun siendo hermoso todo, en estos sitios había presas,<br />
había pasos <strong>del</strong> río muy bonitos, grandes arboledas y campos<br />
hermosos y sombrados para pasar el caluroso día de verano.<br />
Don Pedro Reyes, devoto fiel de llevar la tradición a su<br />
familia y a todos sus amigos era de los principales<br />
promotores. Durante la semana se escogía el lugar que<br />
íbamos a visitar; entre las familias se pasaba la noticia y<br />
luego a conseguir un camioncito un tanto destartalado para<br />
42 Las tertulias. Ibdem. P. 104.<br />
133
que nos llevara en medio de aquellos caminos que eran<br />
primorosos, al sitio elegido. Cuando todavía la carestía no<br />
hacía su aparición, Don Pedro, por lo general, era quien<br />
costeaba toda la comida, y la muchachada, los que estaban<br />
mozos en la edad de merecer, se cotizaban para pagar el<br />
camión que nos transportaba a toda la palomilla <strong>del</strong> barrio.<br />
La comida, por lo general consistía en arroz, mole y<br />
frijoles; era costumbre de doña María no llevar la comida<br />
hecha.<br />
Nos reuníamos a las nueve de la mañana en casa de don Pedro<br />
Reyes; poco a poco iban llegando todos nuestros amigos; por<br />
ahí en primer término, llegaba Matilde mi prima, casi<br />
hermana, y el Chato con todos sus chiquitines muy bien<br />
arreglados. Luego Doña Altagracia, la mamá de Salvador<br />
Esparza, con su hija María; lo mismo las Salce; Chuy, la<br />
hermana de los Reyes, con su familia; Leonardo, quien vive<br />
en el barrio de Triana y es relojero; también don Arturo<br />
Rodríguez, la tía Chuy, Bertha, Conchita y sus hermanos;<br />
por otro lado llegaban también Jorge López Yáñez y sus<br />
hermanos; todo aquel grupo de conbarrianos alegres nos<br />
dirigíamos al día de campo.<br />
Entre nueve y media y diez, después de subir al camioncito<br />
todas las vituallas, salíamos de la calle José María Chávez<br />
con rumbo, por ejemplo, a Los Arquitos, qué alegría de<br />
todos, qué impresión de aquel cielo azul, de aquel domingo<br />
fresco <strong>del</strong> campo verde, qué hermoso se veía el Cerro <strong>del</strong><br />
Muerto con las distintas tonalidades de verde.<br />
Salíamos por el antiguo camino a Calvillo, es decir, camino<br />
común a Jesús María, hasta el puente de la Fundición.<br />
Todavía seguíamos por el camino antiguo a Calvillo hasta<br />
una desviación que nos llevaba a Los Arquitos; este lugar<br />
está en un valle muy cerradito que casi lo formaba el cauce<br />
<strong>del</strong> río, con grandes árboles, con un acueducto de donde<br />
toma el nombre de Los Arquitos. Cuando llegábamos al lugar<br />
134
en el que íbamos a estar, hacíamos -válgame la expresiónnuestro<br />
campamento, descendíamos <strong>del</strong> camión, parecíamos<br />
todos los chiquillos algo así como un chinchorro de chivas<br />
contentas, saltando en medio de aquellos campos. Algunas de<br />
las personas se iban a cortar leña para que doña María y<br />
damas que la acompañaban, empezaran a hacer la comida,<br />
nosotros los escuincles nos íbamos a un lugarcito por ahí<br />
cercano al río, dizque a pescar, cortar berros o bien,<br />
acompañábamos a los más grandes hasta la presa para verlos<br />
nadar. A los jóvenes les encantaba llevar sus trajes de<br />
baño y meterse a las presas, afortunadamente nunca tuvimos<br />
la desgracia de que alguien se ahogara después de aquel<br />
contacto con el agua; de aquella diversión, otros se iban<br />
al cerro como si tuvieran espíritu de alpinistas. Se<br />
organizaban los paseos dentro <strong>del</strong> paseo, en grupitos, unos<br />
por un lado, otros por otro. A la una y media o dos de la<br />
tarde, coincidíamos donde estaba nuestro campamento general<br />
y ahí, con satisfacción, veíamos unas cazuelonas de arroz<br />
sabrosísimo, un mole muy bien hecho, unos frijolitos. Los<br />
señores grandes llevaban una o dos botellas de tequila y<br />
tomaban una copita como aperitivo; medio se achispaban un<br />
poco antes de la hora sacrosanta de la comida; luego, todos<br />
felices con nuestro plato, comiendo, dándole gusto al<br />
paladar.<br />
Después de la comida recogían todo lo relativo al arte<br />
culinario que iba a dar a las canastas; algunos de los<br />
señores dormitaban un poco y ya cuando se normalizaba el<br />
asunto nos poníamos a jugar, que a la "Perra Piscuintilla"<br />
a los "Encantados", a "Hilitos de oro"; es decir, se volvía<br />
a la infancia.<br />
El cielo ya para medio día empezaba a presentar barruntos<br />
de lluvia, grandes nubes blancas, esponjosas, contrastando<br />
con el azul <strong>del</strong> firmamento.<br />
135
En el lugar más próximo se conseguía una murguita; después<br />
de los juegos aquellos en que nos divertíamos y que, entre<br />
paréntesis, servían en muchas ocasiones para iniciar<br />
romance entre los muchachos <strong>del</strong> barrio, llegaban los<br />
músicos y se organizaba un bailecito, un tanto bucólico,<br />
todos bailando contentos, y cuando menos acordábamos por<br />
aquello de las seis de la tarde, las nubes blancas de medio<br />
día se tornaban plomizas y empezaban a caer las gotas, ¡y<br />
el corredero!, todo mundo al camioncito para taparse con<br />
impermeables, con paraguas y emprender el regreso a<br />
Aguascalientes. El aguacero aquel nos hacía correr, nos<br />
empapaba al grado de exprimir la ropa, pero veníamos todos<br />
con una alegría extraordinaria, felices de un día de campo;<br />
cantábamos: "Una gitana leyó en mi mano, que con el tiempo<br />
me adorarías y esa gitana ha adivinado pero tu vida ya no<br />
es la mía", o bien "Soy un pobre venadito que habita en la<br />
serranía como no soy tan mansito, noooo, bajo al agua de<br />
día, de noche poco a poquito y a tus brazos, vida mía", o<br />
aquella otra que decía: "Hay unos ojos que si me miran,<br />
hacen que mi alma tiemble de amor, son unos ojos tan<br />
primorosos, que ojos más bellos no he visto yo" y luego "Un<br />
viejo amor"... ¡en fin!, regresábamos en medio de aquella<br />
lluvia y si acaso, en el trayecto había un pueblo<br />
intermedio, como Jesús María, se paraba el camión y a<br />
comprar elotes calientitos en la placita <strong>del</strong> pueblo.<br />
Seguíamos bromeando y cantando, felices de venir<br />
disfrutando de un día de verano en nuestra tierra, y así,<br />
hasta las últimas luces <strong>del</strong> día, entraba el destartalado<br />
vehículo por el rumbo de Cholula para pasar por Guadalupe,<br />
el centro de la ciudad y llegar a nuestra casa común, el<br />
barrio <strong>del</strong> Encino; cansados, fatigados pero muy contentos.<br />
Por la noche seguíamos soñando en el día de campo.” 43<br />
43<br />
Los días de campo. Ibdem p. 104. Este texto también se publicó en Hidrocálido martes 6 de<br />
noviembre de 1984 secc b p. 2<br />
136
“Las posaditas” eran también parte de esa vida: “Estas<br />
jornadas religiosas <strong>del</strong> mes de diciembre tienen un arraigo<br />
profundo en el pueblo de México; son nueve días en que se<br />
conmemoran las jornadas que tuvieron José y María desde<br />
Nazaret rumbo a Belén, donde aconteció uno de los hechos<br />
más prodigiosos en la historia <strong>del</strong> hombre, el nacimiento<br />
<strong>del</strong> Redentor.<br />
La orden religiosa de los Franciscanos creó "las<br />
posaditas", en el atrio de sus conventos, con fines de<br />
enseñanza religiosa.<br />
Esta tradición tan nuestra, tan mexicana, se reflejó<br />
también en el barrio de Triana, en la casa de don Pedro y<br />
doña María Reyes. Ellos, como buenos mexicanos, buscaron la<br />
forma de que nunca nos faltaran las posaditas; primero<br />
sufragaban ellos los gastos y posteriormente se turnaban<br />
los días los vecinos, y cada día distintas familias eran<br />
los anfitriones. A las nueve de la noche llegaba por ahí<br />
una señora, al parecer viuda, cuya vida era toda una<br />
tragedia; portaba una guitarra pues era la encargada de<br />
cantar los misterios; le decíamos "La comadre Jesús y sus<br />
aventuras", porque siempre contaba todas sus desgracias. A<br />
más tardar a las nueve y cuarto de la noche todos estábamos<br />
en la sala de la casa de los Reyes, y don Pedro rezaba el<br />
rosario que todos contestábamos; entre misterio y misterio<br />
eran los cantos de alabanza a la Virgen María: "¡Oh<br />
bellísima Maria", "Ángeles <strong>del</strong> cielo guarden los caminos",<br />
"Humildes peregrinos", en fin, los cantos propios de las<br />
posaditas. Al llegar a la letanía nos proveían de nuestras<br />
velitas y luces de bengala y salíamos al patio a pedir<br />
posada en las recámaras que tenían puerta o ventana para el<br />
patio; cuando terminábamos de hacer nuestro recorrido<br />
pidiendo posada, se procuraba que la última posada se<br />
pidiera en la puerta <strong>del</strong> zaguán junto a la sala, con el<br />
propósito de dejar en una mesita a los peregrinos para<br />
137
volver a rezar al día siguiente. Llegaba la alegría de<br />
todos nosotros porque el siguiente punto eran las piñatas;<br />
nos íbamos al segundo patio y en medio de la algarabía que<br />
armábamos eran rotas las piñatas. Más de alguna ocasión,<br />
involuntariamente, alguno se llevó un buen golpe con el<br />
garrote, ya que el que le estaba dando, accidentalmente le<br />
pegaba en la cabeza, pero no pasaba <strong>del</strong> chichón, de la<br />
incomodidad <strong>del</strong> golpe en aquel momento nada más.<br />
Después de haber roto dos o tres piñatas nos íbamos a la<br />
sala y nos sentaban alrededor, entonces pasaba el anfitrión<br />
de la posada obsequiándonos bolos, cacahuates, dulces y<br />
galletas; también circulaban los ponches con o sin piquete,<br />
mientras que el tocadiscos estaba funcionando; todos<br />
disfrutábamos el ambiente de fiesta. Mientras los muchachos<br />
iniciaban el bailecito, doña María se molestaba y, con<br />
mucha solemnidad, tomaba sus peregrinos y nos decía: "Mis<br />
peregrinos no son para participar en fiestas de esta<br />
naturaleza"; tomaba las esculturitas de los peregrinos para<br />
llevárselos a su recámara mientras la juventud de aquellos<br />
años nos dedicábamos a bailar piezas que eran usuales en<br />
nuestra época.<br />
Por lo que respecta a la Noche Buena, casi por lo general<br />
cada una de las familias celebraba la venida <strong>del</strong> Salvador<br />
al mundo en su propia casa, con la opípara cena.<br />
Por último, venía la fiesta de Fin de Año. Me acuerdo que<br />
una ocasión se puso muy ceremoniosa y se organizó una cenabaile<br />
ahí mismo, en la casa, pero con la condición de que<br />
las damas fueran vestidas de largo y los muchachos con<br />
trajes obscuros, es decir, fue un baile algo así como de<br />
blanco y negro. Después <strong>del</strong> ejercicio de acción de gracias,<br />
acudimos a la casa de nuestros amigos y por aquello de las<br />
diez y media empezó la fiesta, misma que se suspendió a las<br />
doce de la noche para esperar el año nuevo en medio de<br />
abrazos, de risas, de buenos deseos, y de una que otra<br />
138
lágrima que se escapaba recordando el año que se iba.<br />
Después pasamos al comedor a saborear una extraordinaria<br />
cena. En esa forma era como festejábamos hace algunos<br />
lustros 1as fiestas decembrinas. Así se desarrollaba<br />
nuestra vida los fines de año en nuestro barrio de<br />
Triana.” 44<br />
La remembranza de “Las pintas al río”, las describe así:<br />
“En nuestra infancia, Aguascalientes contaba con un<br />
verdadero río que ha desaparecido, el San Pedro, que viene<br />
de la sierra San Pedro Piedra Gorda, en el estado de<br />
Zacatecas y atraviesa nuestro estado de norte a sur.<br />
Entonces, Aguascalientes no se encontraba tan<br />
industrializado como ahora y por lo tanto no había<br />
contaminación de nuestras exiguas corrientes de agua.<br />
El río San Pedro tenía distintos nombres conforme iba<br />
pasando por determinado rumbos; así, a la altura de Jesús<br />
María fue el río San Miguelito; luego fue el río de la<br />
Fundición, el Charco <strong>del</strong> Campero, el río Piñales, y salía<br />
de nuestro estado para el de Jalisco. Nosotros<br />
conceptuábamos aquel río como santo, casi como si fuera el<br />
Jordán de la infancia, porque todos los muchachos de<br />
aquella época fuimos a bañarnos en el. ¡Que hermoso era ese<br />
río!, cuántas arboledas de álamos y piñales en sus<br />
márgenes; como el agua era transparente y había fauna<br />
propia de un río sano: pececillos, ranas, uno que otro<br />
sapo, culebras <strong>del</strong> río, era verdaderamente un edén al que<br />
todos acudíamos.<br />
Mis hermanos, en compañía de los amigos de su época,<br />
buscaban la forma de pasarse tardes felices en ese lugar.<br />
Por lo general, tanto Salvador como Luis Reyes formaban<br />
parte <strong>del</strong> grupito que iba sin la autorización paterna al<br />
río Pirules. ¿De qué argucias se valían aquellos jóvenes<br />
44<br />
Las posaditas. Ibdem p. 107. Este texto también se publicó en Hidrocálido miércoles 7 de<br />
noviembre de 1984. secc. B. P. 3<br />
139
para ir a este lugar? Pues bien, llegado el sábado lo que<br />
hacían era engañar a sus padres diciendo lo siguiente: -<br />
Vamos a ir a la doctrina a Catedral y a estar una media<br />
hora antes que empiece, a las cuatro de la tarde, jugando<br />
en el atrio; después salimos de la doctrina y regresamos al<br />
atrio a jugar otro rato, para esperar a que den las cinco y<br />
media y entrar al cinito <strong>del</strong> señor cura Morones-. Este cine<br />
se llamaba Cine Mo<strong>del</strong>o, y con sus funciones premiaban a los<br />
muchachos que acudían a la doctrina, a través de sus<br />
boletos de asistencia, y luego, como el cine se prolongaba<br />
hasta las siete de la tarde, pues por aquello de las siete<br />
y media regresaban los muchachos a la casa.<br />
Así, estos traviesos tenían oportunidad de escapar de la<br />
vigilancia paterna por toda la tarde; se iban al río y se<br />
dedicaban a nadar, a darse un chapuzón, a cazar ranas y<br />
culebras, se llevaban jaulas tramperas para poder atrapar<br />
aves canoras; pasaban la tarde en un remanso de paz y<br />
tranquilidad, y ya cuando empezaba el crepúsculo regresaban<br />
<strong>del</strong> río Pirules por toda la calle de Nieto hasta la calle<br />
José María Chávez, llegaban a la casa con el siguiente<br />
problema: como no llevaban trajes de baño, con su misma<br />
ropa interior se metían al río y regresaban con ella<br />
húmeda, entonces buscaban la forma de aventarla a la azotea<br />
desde la calle, antes de entrar a la casa, para que no se<br />
dieran cuenta de que se habían ido al río. Al día siguiente<br />
recogían de la azotea la ropa interior.<br />
¡Qué hermoso río Pirules disfrutamos en la infancia! ¡Qué<br />
cosa tan maravillosa, a través de él, conocer la<br />
naturaleza! Qué tristeza que nos ha tocado ver convertido<br />
aquel hermoso río de tanta aventura, de tanta alegría, en<br />
un pobre caño de aguas putrefactas. ¡Pobre río Pirules!,<br />
Jordán de nuestra infancia.” 45<br />
45<br />
Las pintas <strong>del</strong> rio. Ibdem p. 108. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Jueves 8 de<br />
noviembre 1984 secc. B. P 2<br />
140
Algunos acontecimientos como las “Travesuras de muchachos”<br />
son ejemplificados con los casos siguientes: “En la primera<br />
etapa de la vida, todos los seres animados de la creación<br />
son extraordinariamente juguetones e indagadores, porque<br />
junto con la necesidad de jugar está también la necesidad<br />
de aprender.<br />
De mis amigos, los Reyes, quien destacó en travesuras fue<br />
Salvador, que fue extraordinariamente inquieto. A Pedrito,<br />
el hermano más grande, le dio por el deporte de la cacería<br />
y ellos mismos fabricaban sus escopetas, o bien, compraban<br />
por ahí en la línea de Fuego alguna escopeta vieja, que<br />
luego aceitaban, limpiaban, la arreglaban y con ella se<br />
iban de cacería de liebres, ya fuera a los ranchos de sus<br />
primos los Esparza, o en campos aledaños a nuestra ciudad.<br />
Pedrito preparaba sus cartuchos para la escopeta con<br />
casquillos fulminantes, pólvora y municiones; siempre tenía<br />
estos elementos en el último rincón de la casa, en el<br />
cuarto donde se van acumulando cosas que no se usan, pero<br />
por las cuales se siente un afecto especial y no se pueden<br />
desechar, es decir, el cuarto de los tiliches; ahí es donde<br />
Pedrito tenía la pólvora, según fuera <strong>del</strong> alcance de las<br />
manos de los hermanos menores. Pero dónde va dando Salvador<br />
con la bolsa de pólvora y se le hizo fácil hacer un<br />
infiernito para divertirse quemándola, pero como no sabía<br />
dosificarla, hizo un verdadero cerrito; al prenderle fuego<br />
se hizo tal explosión que se le incrustaron algunos granos<br />
de pólvora en la cara. Las muchachas, sus hermanas, que<br />
estaban en la cocina, vieron que salía mucho humo <strong>del</strong><br />
último cuarto, el de las injurias; corrieron a él y se<br />
encontraron casi con un habitante de África con los pelos<br />
parados de punta, era Salvador que se quemó toda la cara y<br />
muy asustado. Así era de travieso. Yo creo que jamás en la<br />
vida volvió a prender un cerrito de pólvora, ni siquiera<br />
141
una paloma o un cohete de a centavo; fue una lección<br />
inolvidable.<br />
En otra ocasión, Salvador se sentía muy contento por el<br />
dominio que tenía sobre un trompo. ¡Qué bonitos juguetes de<br />
nuestra infancia: trompos, baleros, yoyos churumbelas! Pues<br />
bien, llegó a tal grado su perfección para jugar con el<br />
trompo que lo aventaba y antes de que llegara al piso, con<br />
la misma cuerda lo jalaba y lo cachaba en mano; después de<br />
muchas prácticas, ya cuando se sintió todo un profesional<br />
conocedor de todos los recovecos de las técnicas para<br />
bailar el trompo en esta forma quiso presumirle a don<br />
Pedro, su papá, el dominio absoluto que tenía sobre este<br />
juguete cuando aconteció esto, don Pedro se encontraba en<br />
el comedor de su casa desayunando un tazón de chocolate con<br />
pan de huevo, se acercó Salvador y le dijo:-Mira papá, ya<br />
puedo bailar el trompo muy bien sin que llegue al suelo y<br />
lo cacho en la mano don Pedro dijo muy complaciente: -A<br />
ver, hijito, demuéstrame tus habilidades-. El muchacho, con<br />
gusto enorme y para quedar bien con su papá, enredó muy<br />
apretada la cuerda a su trompo, lo aventó y antes de que<br />
llegara al suelo le dio el jalón a la cuerda con tal<br />
entusiasmo, que no pudo cachar el trompo y éste cayó dentro<br />
de la taza de chocolate que estaba desayunando don Pedro,<br />
donde hizo las veces de licuadora sin tapa y su papá quedó<br />
bañado de chocolate de arriba a abajo. Fuerte fue la<br />
indignación que don Pedro sintió cuando esto le aconteció,<br />
que le dijo a su hijo que era un muchacho tonto; tomó el<br />
trompo y, desde el pórtico <strong>del</strong> comedor, en el patio, lo<br />
aventó con todas las fuerzas que el alma le daba, rumbo a<br />
la calle y luego se fue refunfuñando al baño para limpiarse<br />
con agua los efectos que el chocolate había hecho sobre su<br />
cara. Estaba en estos menesteres cuando tocaron a la puerta<br />
y salió a ver de quién se trataba; era nada menos que<br />
nuestro vecino Ramón Acero, quien le decía: -Don Pedro,<br />
142
estaba yo sentado en el batiente de la puerta de mi casa<br />
(la casa de Ramón quedaba enfrente a la de don Pedro) y vi<br />
que salió volando de su casa un trompo que fue a dar contra<br />
los vidrios de la ventana de mi sala y rompió uno. Vengo a<br />
cobrarle la reparación <strong>del</strong> daño-. El coraje de don Pedro no<br />
se hizo esperar, tuvo que liquidar el costo <strong>del</strong> vidrio y la<br />
hazaña de Salvador le costó un entre de surriatazos y la<br />
pena de que de sus domingos pagó el vidrio aquel. Fue una<br />
travesura sin querer.<br />
No cabe duda que Salvador ya la traía contra su papá,<br />
aunque quiero dejar constancia que lo vio siempre con un<br />
cariño enorme, con respeto absoluto y era incapaz de<br />
molestarle. Pues bien, al fin trianero, a todos nosotros<br />
nos ha encantado la fiesta de los toros y don Pedro no<br />
estaba exento de esto. En cuanto veíamos que iba a haber<br />
una corrida, ni tardos ni perezosos nos las ingeniábamos<br />
para ir al tendido de sol y disfrutar de esa fiesta que<br />
tiene tanto arraigo en nuestro pueblo.<br />
En una ocasión, don Pedro se fue al tendido de sombra y la<br />
muchachada andábamos en el tendido de sol; a Salvador se le<br />
ocurrió cargar con naranjas para chuparlas y después,<br />
enteras, con el bagazo adentro, proyectarlas contra la<br />
gente de sombra. Antes de empezar la corrida, don Pedro se<br />
encontraba sentado en sombra, medio cabeceando porque era<br />
la hora de la siesta, y cuál sería su sorpresa que recibió<br />
un naranjazo en plena cara. Salvador, en forma anónima,<br />
aventó el naranjazo para ver a quién le pegaba, pero no con<br />
el ánimo de pegarle a su papá al que casi hace girar en<br />
redondo. Salvador se escondió en medio de toda la palomilla<br />
que estábamos en sol porque no quería que don Pedro se<br />
diera cuenta que él fue el autor de aquella fechoría.<br />
Terminada la corrida, llegó don Pedro a su casa muy<br />
mortificado, profiriendo horrores contra la gente de sol.<br />
Le quedó un ojo moro por dos o tres días. Yo creo que el<br />
143
secreto lo supimos sostener todos porque nunca supo don<br />
Pedro que accidentalmente Salvador le había arrimado el<br />
naranjazo aquel. No cabe duda que Salvador fue un muchacho<br />
travieso de todo corazón.<br />
Ahora consignaré una travesura en la que tuvieron<br />
participación Guillermo Reyes y Jesús, mi hermano. Resulta<br />
que en una de las ocasiones en que pavimentaron la calle de<br />
José María Chávez, tal vez la primera, presentaba un<br />
aspecto tentador para dejarse deslizar desde el Pabellón<br />
Mexicano o de la Guerrilla rumbo a la calle de Rayón, en<br />
carritos de ruedas de patín, o bien, en bicicletas. Las<br />
bicicletas estaban fuera <strong>del</strong> alcance económico de los<br />
muchachos pero se aprovechaban de alguien que la tuviera<br />
para disfrutarla. Guillermo y Jesús eran amigos <strong>del</strong><br />
cartero, quien sí tenía bicicleta, y cuando llegaba al<br />
barrio, descendía de ella y se la prestaba a los jóvenes<br />
mientras se dedicaba a repartir las cartas y ellos a<br />
pasear. En uno de aquellos días, Guillermo tomó la<br />
bicicleta se encontró a Jesús por allá en la parte alta de<br />
la calle José María Chávez (de chamaco Jesús usaba lentes<br />
para corregir un defecto de la vista). Guillermo le dijo: -<br />
Chuy, ¿quieres venir aquí a darnos una vueltecita en la<br />
bicicleta?- Aceptó mi hermano y se subió en la barra <strong>del</strong><br />
cuadro. Memo le dijo: -Mira, Chuy, vamos a deslizamos desde<br />
acá arriba hasta la calle de Enlace. Ten mucho cuidado, no<br />
vayas a meter los pies dentro de los rayos de la rueda de<br />
a<strong>del</strong>ante porque así nos va a ir-. Y parece que le dijo lo<br />
contrario, pues cuando se deslizaban y tal vez iban más o<br />
menos a la altura de la casa de Mariquita Valdés o <strong>del</strong><br />
profesor Antúnez, ya con una velocidad muy fuerte y Jesús<br />
se atarantó y metió el pie en la rueda de a<strong>del</strong>ante entre<br />
los rayos y salieron los tripulantes de la bicicleta como<br />
catapultas y fueron a proyectarse hasta el suelo la<br />
bicicleta quedó hecha una lástima: los rayos todos rotos y<br />
144
los rines chuecos. Guillermo estaba adolorido por los<br />
golpes recibidos, y Jesús, todo raspado, levantaba lo<br />
quedaba de sus lentes; milagrosamente no se le encajó<br />
ningún cristal en los ojos, quedaron hechos unas<br />
tirlanguitas, por completo desbaratados. Guillermo estaba<br />
enojadísimo con Jesús por la imprudencia de haber metido<br />
los pies; Jesús, azorado y con sus lentes rotos y llorando<br />
se fue a la casa. Guillermo dejó la bicicleta en la orilla<br />
de la banqueta y cuando llegó el cartero y que se encuentra<br />
con una bicicleta extraordinariamente deteriorada; dedujo<br />
que el responsable era Guillermo, pues él la había<br />
tripulado y fue a la sastrería con don Pedro a cobrarle los<br />
rayos que se perjudicaron y a que le arreglaran la<br />
bicicleta. Parece ser que en aquella época costó el arreglo<br />
un peso cincuenta centavos pero hay que tomar en<br />
consideración que nos daban de domingo cinco centavos, los<br />
cuales nos alcanzaban para bastantes cosas, pero de esos<br />
domingos Guillermo tuyo pagar el arreglo de la bicicleta,<br />
por lo que se quedó alrededor de medio año sin esto para<br />
gastar. Así eran las travesuras de los muchachos de nuestro<br />
barrio.” 46<br />
Las actividades productivas de algunas personas dejan un<br />
buen sabor de boca unos son “Los dulceros”, de los que<br />
rememora: “Hablar de los dulces de la infancia es recordar<br />
una de las satisfacciones más grandes que tuvimos en<br />
aquella edad, que nos parece un tanto lejana y a la vez<br />
cercana, porque todo en el mundo es relativo. Hagamos<br />
memoria de aquella gama de dulces que nos alegraron;<br />
pensemos en las yemitas, dulces que parecían efectivamente<br />
yemas de huevo estrellado forradas con la clara, en este<br />
caso era una masilla muy agradable de color amarillo<br />
forrada de caramelo transparente. Las bolitas de caramelo<br />
46 Travesuras de muchachos. Ibdem p. 110. Este texto también se publicó en Hidrocálido.<br />
Viernes 9 de noviembre de 1984 secc. B p. 2.<br />
145
ellenas de alcohol, a las cuales les encontrábamos un<br />
cierto misterio de cosa prohibida debido a su contenido.<br />
Los chiclosos llamados rompe-muelas; recibían este nombre<br />
en virtud de que eran durísimos, estaban hechos de tiritas<br />
de coco con un caramelo color café extraordinariamente<br />
compactado; de los huesitos hechos de leche como si fueran<br />
jamoncillo. Las charrascas con coco, también se les daba el<br />
nombre de trompadas y parecían tibias humanas, pero con un<br />
sabor extraordinario. La gama de dulces cubiertos como el<br />
calabazate, la chilacayota, camotes; infinidad de dulces<br />
que alegraron nuestro gusto en la infancia. Todas aquellas<br />
maravillas eran hechas en plan artesanal, si bien es cierto<br />
que ya existían compañías como Larín. Buena parte de<br />
nuestros dulces se manufacturaban ahí, en nuestro propio<br />
barrio. Había muchas dulcerías en un área relativamente<br />
pequeña. Recordaremos a los dulceros: en primer término<br />
Pachita, quien tenía su dulcería frente a la acera de<br />
nuestra casa, en la calle de Enlace, negocio que<br />
posteriormente pasó a ser la "Panadería <strong>del</strong> Pilar". Vi como<br />
hacían las biznagas en aquellos marcos de tela de alambre<br />
en que los ponían a escurrir después de manufacturarlas;<br />
las grandes biznagas llegaban de los lugares un tanto<br />
áridos, que es en donde crecen. Me acuerdo de las llamadas<br />
"tunas", que eran coquitos de aceite forrados en capas de<br />
azúcar pintados de rojo. Ya para llegar a "La Venus", en la<br />
calle de Enlace, por la tlapalería de don José Guerrero que<br />
después se llamó "La Occidental", estaba otra dulcería, a<br />
cuyo dueño, don Pablo le decían La Venada. De esta dulcería<br />
recuerdo que, además de los dulces, vendían jocoque, tal<br />
vez les sobraba crema de leche en la manufactura de algunos<br />
dulces y con aquella hacían jocoque. Mi madre me mandaba a<br />
la dulcería de la tercera calle de a traer unas ollas de<br />
este alimento, por el que siento tal devoción que me da la<br />
146
impresión de que jamás he vuelto a probar jocoque tan bueno<br />
como aquél.<br />
La calle de Galeana fue lugar de dulceros, como los<br />
hermanos Rangel, don Heliodoro; don Antonio. Ellos se<br />
especializaron en los dulces cubiertos y en el alfajor tipo<br />
Colima.<br />
Lugar aparte, dentro de los dulceros, merece Jesusita<br />
Morones, y digo esto porque Jesusita no se dedicaba a la<br />
dulcería en gran escala, sino que ella, para ayudarse en<br />
sus gastos, fabricaba chocolate que era una verdadera<br />
<strong>del</strong>icia; asimismo, en la temporada de membrillo o de<br />
guayaba hacía cajeta para vender; <strong>del</strong> corazón <strong>del</strong> membrillo<br />
sacaban un dulce con el mucílago, que conocíamos nosotros<br />
como suadero, y era una laminilla riquísima. Jesusita<br />
Morones fue una persona a quien estimábamos todos en el<br />
barrio en virtud de sus méritos propios y también por ser<br />
la hermana <strong>del</strong> Señor Canónigo Felipe Morones, encargado de<br />
Catedral; fue él quien nos introdujo a la doctrina<br />
cristiana. Además, la descendencia de Jesusita, los<br />
hermanos Lomelí Quezada, sus nietos, fueron y son todos muy<br />
buenos amigos; uña y carne fueron Pina Reyes y Altagracia<br />
Lomelí para mí es una alegría ver a los hermanos Lomelí<br />
Quezada.<br />
Por último, platicaré de un viejecito que me daba la<br />
impresión de ser Santa Claus, vendía dulces, era un hombre<br />
blanco de tez y se dejaba crecer la barba; usaba pantalón<br />
de mezclilla de pechera y un saco también de mezclilla,<br />
sombrerito de palma, y pasaba los días como aquello de las<br />
tres o cuatro de la tarde, cargando una vitrina llena de<br />
distintos tipos de dulces y gritaba algo así como -Noasié<br />
de leche-, realmente se refería al jamoncillo de leche.<br />
Entre las cosas más sabrosas que este señor vendía, había<br />
unos chiclosos de leche quemada de color negro, demasiado<br />
duros para poderlos masticar, pero extraordinariamente<br />
147
sabrosos y de larga duración, ya que por su dureza se<br />
tenían que chupar; también vendía yemitas, huesitos y<br />
bolitas de caramelo con alcohol.<br />
Ya estaba dejando en el olvido a otra persona por la que<br />
siento enorme gratitud, don José Rodríguez, el<br />
charrasquero, hombre alto, espigado, vestía también ropa de<br />
mezclilla, gorra de fieltro, espejuelos siempre sucios;<br />
traía su mercancía en un carrito de mano que propiamente<br />
era vitrina y anunciaba sus <strong>del</strong>icias con gritos estentóreos<br />
de -¡Hay charraascaaaas-; y éstas tenían forma de tibias<br />
humanas, su sabor de coco, canela, naranja y de su precio<br />
ya ni me acuerdo, pero creo que eran de a centavo. Don José<br />
Rodríguez, ¡pobrecito!, terminó muy ancianito y con mal de<br />
San Vito; tiemble y tiemble imploraba la caridad pública.<br />
Toda esta gente que se dedicó a la industria artesanal de<br />
los dulces hicieron nuestras alegrías de la infancia.” 47<br />
Los otros son “Los neveros”, de quienes dice: “Otro de los<br />
agasajos que tuvimos en la infancia fue el de la nieve, y<br />
más cuando hacía un calor canicular nos refugiábamos en la<br />
nieve; por un lado por glotones y por lado por la sensación<br />
momentánea de refrescarnos.<br />
Se ponían los ingredientes en botes y luego éstos dentro de<br />
otro más grande con hielo, moviendo constantemente hasta<br />
obtener la consistencia de la nieve. Entre los neveros de<br />
aquella época, había unos que en unos moldecitos de lámina<br />
ponían la nieve y resultaban unos helados en forma<br />
cilíndrica muy sabrosos; cuando los vendían los forraban<br />
con un papel de estraza blanco para poderlos asir y<br />
saborear.<br />
De los neveros <strong>del</strong> primer tipo de nieve, destacó don<br />
Elíseo, un nevero que vivía en la calle José María Chávez,<br />
entre las calles de Rayón y de Enlace; su casa se veía al<br />
47<br />
Los dulceros. Ibdem p. 113. Este texto también se publicó en Hidrocálido Sábado 10 de<br />
noviembre de 1984 secc b p. 2<br />
148
oriente y era la tercera casa de sur a norte de la esquina<br />
de la calle de Enlace. Su nieve era de bote; salía todos<br />
los días a medio día con su bote grande de nieve y su<br />
canasta de barquillos de harina para vender estas <strong>del</strong>icias.<br />
Don Elíseo tenía también la peculiaridad de ser un<br />
verdadero devoto de la Virgen de los Dolores, y año tras<br />
año, en el viernes de Dolores, hacía su altar a la<br />
Santísima Virgen. Usaba cebada güera, o sea que la ponía a<br />
germinar en la obscuridad para que no estuviera verde),<br />
ponía naranjas con banderitas de papel estaño y de china y<br />
hacía como una especie de escalera para poner las flores,<br />
las cazuelitas con cebada y las naranjitas; arriba de<br />
aquella pirámide, en la parte superior de la escalera, una<br />
imagen de la Virgen de los Dolores; al pie de aquella<br />
escalera que parecía pirámide prehispánica, don Elíseo<br />
ponía una fuente que a través de vasos comunicantes hacía<br />
que el chorro <strong>del</strong> agua saltara casi hasta la altura de la<br />
Virgen de los Dolores. A todo aquel que acudía a su casa a<br />
visitar a la Virgen lo obsequiaba con agua de limón y por<br />
eso decíamos que la Virgen estaba llorando.<br />
De los segundos neveros, o sea, los que hacían cilindros de<br />
nieve, se destacó don Ángel, quien era un tipo que salía a<br />
vender su nieve montado en un burro y ponía huacales de<br />
madera a los lados; en un lado colocaba sus helados y <strong>del</strong><br />
otro lado iba poniendo los moldes de lámina que iba<br />
desocupando. Don Ángel vivía por El Llanito, probablemente<br />
en la calle de los Neveros o en la calle Cinco de Febrero;<br />
era un hombre mucho muy dicharachero y sus gritos clásicos<br />
eran: -Cárgales, Diosito, el sol-, o -No coman hielo que<br />
nomás el tronadero se oye-. Era un hombre que se hacía<br />
agradable a través de sus gritos.<br />
El que fue el aristócrata de los neveros fue don Román, el<br />
de "Los Alpes", esta nevería no se encontraba dentro <strong>del</strong><br />
ámbito geográfico <strong>del</strong> barrio de Triana, ya que la nevería<br />
149
de "Los Alpes" estuvo primero en un puesto grande y largo<br />
que había en el lado poniente de la Plaza de Armas, frente<br />
a Catedral, y posteriormente don Román puso su nevería en<br />
un edificio moderno, en la planta baja, junto al Teatro<br />
Morelos.<br />
Quién no recuerda con agrado las paletas de rompope con una<br />
rajita de membrillo y con pasas, o bien las famosas nieves<br />
"Tres Marías", "Banana split, "Encapuchados" y "Cassatas",<br />
que ofrecía "Los Alpes".<br />
Las nieves de nuestra infancia fueron verdaderos agasajos,<br />
verdaderos a<strong>del</strong>antos a la gloria en materia de sabores.” 48<br />
Uno de los personajes que se dedicaban al transporte en la<br />
antigüedad y han desaparecido es descrito en “El auriga de<br />
Triana”. Sobre el narra: “-¡Hay aroma de guayaba!- Gritan<br />
en los puestos: -¡Jicamas de agua!- -lleve el dorao y<br />
tostao!- -¡Cañas de Castilla, las cañas!- Un cohete rasga<br />
el aire y deja oir un estuendo de su explosión. Para los<br />
que vivimos en el sur de la ciudad, estos son indicios de<br />
que las fiestas <strong>del</strong> Cristo Negro de nuestro barrio de<br />
Triana están presentes.<br />
En nuestra ciudad, los medios de transporte actuales son<br />
los automóviles, taxis y camiones urbanos. A principios de<br />
este siglo se usaban calandrias, calesas, y todas ellas<br />
tiradas por caballos. En mi infancia, todavía llegué a ver<br />
uno de estos haciendo las veces de taxi y su sitio estaba<br />
al iniciar la calle de José María Chávez oriente, junto a<br />
Palacio de Gobierno, y el auriga era don Ampelio; creo que<br />
fue el último cochero, y con la circunstancia de ser<br />
trianero pues vivía en la calle <strong>del</strong> Obraje.<br />
Como arrancado de una estampa <strong>del</strong> pasado lejano, don<br />
Ampelio y su carruaje circulaban por las calles de nuestra<br />
ciudad, ya cuando el transporte motorizado se imponía en<br />
48<br />
Los neveros. Ibdem p. 115. Este texto también se publicó en Hidrocálido Lunes 12 de<br />
noviembre de 1984. secc b. P. 2<br />
150
nuestra vida. Parecía que él no quería dejar ir las épocas<br />
románticas de México, pero el progreso en el transporte se<br />
impuso y el carruaje de don Ampelio desapareció. Los<br />
últimos días de este cochero los pasó vendiendo periódicos,<br />
y por fin, Dios tuvo a bien recogerlo en su seno.<br />
Me acuerdo perfectamente cómo conocí a don Ampelio, no en<br />
una fecha precisa, sino lo recuerdo desde que tuve uso de<br />
razón. Corría la década de los años treinta a diario lo<br />
veía pasar en su carruaje, procedente de la calle <strong>del</strong><br />
Obraje en donde estaba su casa, y transitar por la calle de<br />
José María Chávez, antes <strong>del</strong> Obrador, estacionarse y<br />
ofrecer sus servicios. Era un hombre de tez blanca, de ojos<br />
zarcos, pelo cano, bigote lacio y las arrugas propias de la<br />
edad. Estábamos los escuincles <strong>del</strong> barrio jugando a las<br />
canicas en plena calle y en cuanto veíamos el carro de don<br />
Ampelio, dejábamos el juego para colearlo, lo que tenía<br />
como precio un latigazo en la espalda dado por el cochero,<br />
quien desde su asiento y con habilidad, manejaba el látigo,<br />
cosa que servía para que abandonáramos súbitamente el coche<br />
de don Ampelio.<br />
Las familias <strong>del</strong> barrio utilizaban sus servicios en tiempo<br />
de aguas para que los llevara de paseo al campo, al río de<br />
los Pirules, a la Fundición, a San Miguelito y a las<br />
huertas de Triana. Era cosa de risa ver cómo a la hora <strong>del</strong><br />
regreso, los famélicos caballos <strong>del</strong> carruaje no querían<br />
regresar <strong>del</strong> campo, por la abundante pastura y el hambre<br />
que tenían y entonces se armaba la de Cristo es Rey por los<br />
corajes que pasaba el cochero de nuestro relato al ver que<br />
sus caballos no querían arrastrar el coche y preferían<br />
quedarse en el lugar en que encontraban abundante pastura.<br />
En nuestra vida de estudiante preparatoriano alquilábamos<br />
el coche de don Ampelio para pasear por la ciudad, y el<br />
buen viejo, contagiado por la alegría de la juventud, ponía<br />
151
en nuestras manos las riendas y él se divertía y nos<br />
divertía por dicharachero.<br />
Han pasado esos días y sólo el recuerdo nos queda de aquel<br />
hombre y su calandria, que sentía al final de cada viaje la<br />
<strong>presencia</strong> de Dios al dar gracias en sus oraciones. Sí, él<br />
tenía siempre presente a Dios al finalizar sus viajes; es<br />
de pensar que Dios también lo tuvo presente al finalizar el<br />
viaje de su vida.<br />
Don Ampelio y su carruaje, estampa primorosa de<br />
Aguascalientes de ayer que sirvió a dos épocas de la<br />
comunicación.<br />
¡Descanse en paz, el auriga de Triana!” 49<br />
Una leyenda que también forma parte de esa vida es “El<br />
quejido <strong>del</strong> ánima”, la cual cuenta: “En un mes de<br />
noviembre, después de haber tomado la cena, se oyeron los<br />
cohetes en la parroquia <strong>del</strong> Encino, en honor <strong>del</strong> Cristo<br />
Negro, y esto fue motivo para que tío abuelo, de sobremesa,<br />
nos contara una de esas sabrosas leyendas <strong>del</strong> barrio de<br />
Triana:<br />
Corría el último cuarto <strong>del</strong> siglo XIX y la vida<br />
provinciana, apacible y tranquila seguía su curso entre los<br />
habitantes <strong>del</strong> barrio de Triana: los hombres dedicados al<br />
cultivo de sus huertas y las mujeres en las labores de su<br />
hogar. Vivía en aquel entonces en la calle de Minerva, una<br />
preciosa muchacha que contaba con veintidós abriles morena,<br />
alta, ojos de azabache, cabellera negra y cuerpo de diosa<br />
<strong>del</strong> Olimpo. Los padrinos de bautizo tuvieron a bien<br />
llamarla María Concepción; adornaba a Concepción además de<br />
su hermosura física un carácter jocoso y alegre como unas<br />
castañuelas. Pues bien, aquel ángel hecho mujer se<br />
encontraba en la edad en que las inquietudes <strong>del</strong> amor hacen<br />
sus estragos en el género humano, por lo tanto, prodigaba<br />
todo su cariño a Remigio, mancebo hijo de un abarrotero <strong>del</strong><br />
49 Ibdem. P. 117.<br />
152
arrio, de origen español. Remigio, todos los días, tan<br />
sólo esperaba que el cielo se cubriera de estrellas y que<br />
el prendiera los faroles <strong>del</strong> barrio, para acercarse hasta<br />
la reja de la ventana de Concepción para tener coloquios de<br />
amor. En resumen, formaban una pareja feliz.<br />
En esos días, llegó de Guadalajara una familia que habitó<br />
una casa en la segunda cuadra de la calle de la Aurora. Don<br />
Miguel, el jefe de la casa, había comprado la hacienda Las<br />
Milpas, que se encontraba en El Llano, y para administrarla<br />
mejor cambió su residencia a esta ciudad. Entre los cinco<br />
hijos varones de don Miguel se encontraba Reynaldo, que<br />
frisaba entre los veintiocho y veintinueve años, y para no<br />
perder la costumbre de su tierra natal, Guadalajara, y por<br />
ser hombre de campo, siempre usaba traje de charro, que<br />
bien sabía portar, y por su gallardía los muchachos <strong>del</strong><br />
barrio le pusieron el apodo de El Rey, cosa que también iba<br />
con su nombre.<br />
El Rey pronto fue conocido por todas las trianeras. Un<br />
domingo en el jardín conoció a Conchita y le gustó desde<br />
que la vio, pero como Conchita quería mucho a Remigio no le<br />
hacía caso. No obstante, el Rey optó por seguirla<br />
cortejando y varias veces le llevó serenata hasta la<br />
ventana de su casa.<br />
Remigio hizo muchos corajes al conocer la actitud de El<br />
Rey, y Conchita le dijo que tan sólo a él quería, que no<br />
tuviera pendiente.<br />
En un 13 de noviembre, cuando todo el barrio festejaba al<br />
Señor <strong>del</strong> Encino la verbena se encontraba en todo su<br />
esplendor, las campanas <strong>del</strong> templo tañían (justo en las<br />
calles había puestos de frutas de la estación que los<br />
vendedores anunciaban con sus gritos acostumbrados de -<br />
¡Lleve el dorao' y tostao'!- -¡Jicamas de agua, cañas de<br />
castilla!- La lotería se veía concurrida y ya no había<br />
campo y tabla; los muchachos y muchachas daban sus vueltas<br />
153
en el jardín, bajo la mirada de sus padres quienes se<br />
encontraban sentados en las bancas. Otras personas iban a<br />
la partida que era alegrada por cantadoras. Remigio y<br />
Conchita visitaron al Santo Patrón, de ahí dieron sus<br />
vuelta en el jardín, se esperaron hasta que se prendió la<br />
pólvora y se fueron a cenar a un puesto que estaba en la<br />
calle de la Asamblea; cuando estaban cenando pasó por ahí<br />
el Rey y al ver a Conchita no pudo aguantar sus ganas y le<br />
dijo: -¡Ay, cómo me suda el anca y cómo me aprieta el<br />
cincho, que habiendo tanta potranca nomás por esta<br />
relincho!- La trifulca no se hizo esperar, las mujeres<br />
corrieron, los hombres hicieron la rueda, Remigio cambiaba<br />
constantemente de color, igual que su contrincante. Remigio<br />
le dijo a Conchita que se fuera a su casa y ella obedeció<br />
de inmediato; una vez que Remigio se abalanzó como gallo<br />
contra El Rey y empezó el pleito; se fueron peleando hasta<br />
el interior <strong>del</strong> jardín y aunque el Rey llevaba la<br />
<strong>del</strong>antera, pues Remigio estaba muy golpeado, éste sacó de<br />
entre sus ropas un filoso cuchillo, le dio a El Rey una<br />
puñalada en el pecho que hizo efectos de rayo, y cayó<br />
ensangrentado al pie de un árbol, bien muerto. Remigio huyó<br />
por la calle de Los Gallos también muy mal herido y jamás<br />
se supo de él. Conchita acabó sus días en un convento.<br />
Pasaron los años y empezó a correr la versión de que el<br />
alma de El Rey se quejaba en el jardín; acudía a él mucha<br />
gente a oír el lamento, muchos se desmayaban, los que se<br />
sentían valientes acababan con los pelos de punta y<br />
corrían. Los chiquillos de las escuelas dejaron de pasar<br />
por el jardín por miedo a oír el quejido <strong>del</strong> ánima de El<br />
Rey. Don Zenón, el jardinero, con todo y miedo, seguía<br />
haciendo su trabajo, y un buen día se puso a podar los<br />
árboles <strong>del</strong> jardín; ¡cosa maravillosa!: podó el árbol en<br />
cuyo pie había caído El Rey y jamás se volvió a oír el<br />
quejido <strong>del</strong> ánima. Lo que pasaba era que al rozarse dos<br />
154
amas, con el viento producían un rechinido semejante a un<br />
quejido; al cortar estas ramas con la poda que hizo don<br />
Zenón se acabó el quejido <strong>del</strong> ánima.” 50<br />
Como ya se indicó para el autor hay personalidades que su<br />
labor los hace ejemplares, de los cuales resalta su<br />
biografía. Uno es “Don Jesús María Romo Romo”, de quien<br />
dice: “Cuando camina uno en una mañana de cielo azul por<br />
las calles de nuestro barrio de Triana, de repente se oye<br />
el silbato de una fábrica, el cual regula los movimientos<br />
internos de los obreros y a la gente <strong>del</strong> sur de la ciudad<br />
le sirve de reloj, porque con verdadera exactitud funciona<br />
este silbato. Se trata de la fábrica de muebles cromados J.<br />
M. Romo, S.A. Un día nos encaminamos hacia ella y su<br />
creador nos recibió con su característico afecto, es don<br />
Jesús María Romo, o sea "Chito Romo", nombre que ya es<br />
patrimonio de nuestro pueblo. Hablemos de él.<br />
Don Jesús María Romo Romo nació en una población de<br />
Encarnación de Díaz en el estado de Jalisco, el día 24 de<br />
mayo de 1918; fue hijo de don Jesús María Romo Viramontes y<br />
de doña María Concepción Romo de Romo. Cuando Chito tenía<br />
la edad de cinco años, sus padres optaron por cambiar su<br />
residencia a nuestra ciudad y vivieron en la casa marcada<br />
con el número ochenta y cinco de la calle doctor Jesús Díaz<br />
de León, antes Washington, por lo que Chito se consideraba<br />
trianero de casi toda la vida.<br />
Los hermanos de don Jesús María Romo son: José de Jesús,<br />
María Auxilio, Ma de la Paz, María, Ana María, María de los<br />
Dolores y Juan María, este último, que en paz descanse, fue<br />
mi compadre, y cada vez que lo recuerdo lo hago con mucho<br />
cariño, por haber sido bondadoso, buen esposo, buen padre<br />
de familia y buen amigo. Por devoción de sus padres a la<br />
50 El quejido <strong>del</strong> anima. Ibdem p. 118. Este texto también se publicó en Hidrocálido Martes 13<br />
de noviembre de 1984 secc b. P. 2<br />
155
Virgen María, fue por lo que todos llevan el nombre de<br />
María.<br />
Cursó su educación primaria en la Escuela Jesús Terán y ahí<br />
hizo una amistad entrañable con Antonio Hernández Buck,<br />
quien, lamentablemente, ya falleció.<br />
Don Jesús María Romo Romo contrajo matrimonio el día 22 de<br />
noviembre de 1940, con doña María <strong>del</strong> Carmen <strong>del</strong> Villar, en<br />
el templo <strong>del</strong> Encino. En ese matrimonio procrearon un hijo<br />
a quien pusieron por nombre Fernando, muchacho noble y<br />
bueno que se hizo hombre, extraordinario conocedor de la<br />
industria de la familia; el cual se casó con Carmelita<br />
Femat y tuvo cuatro hijos cuyos nombres son: Antonio,<br />
Fernando Carmelita y Claudia. Tristemente, Fernando ya no<br />
existe físicamente, pero su recuerdo es como un faro de luz<br />
que ilumina la vida de sus padres e hijos.<br />
Muebles Cromados J. M. Romo, S.A. es una de las más grandes<br />
industrias en su ramo. Fabrica más de cuatro mil quinientos<br />
productos distintos, que se componen de doscientas<br />
cincuenta mil piezas diferentes. El número total <strong>del</strong><br />
personal es aproximadamente de mil trescientas personas, de<br />
las cuales novecientas son obreros. Tiene sucursales en el<br />
Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey. El fuerte de<br />
esta industria es hacer el equipo de los grandes almacenes.<br />
Decía don Jesús: -Quitando los sistemas de refrigeración,<br />
registradoras y computadoras, nosotros hacemos todo el<br />
equipo de un gran almacén-; aunque aclaraba que también<br />
sirven a comercios modestos. Uno de sus orgullos fue<br />
construir las puertas <strong>del</strong> Metro de la Ciudad de México, que<br />
controla el acceso a los andenes, y también el mobiliario<br />
de escuelas.<br />
Esta gran industria nació como nacen todas las cosas<br />
grandes, con humildad. Resulta que el papá de Chito, don<br />
Jesús María Romo Viramontes, con el ánimo de impulsar por<br />
el sendero <strong>del</strong> bien a sus hijos ya adolescentes, Juan María<br />
156
y Jesús María, les dio tres mil pesos para establecer un<br />
taller de niquelados y cromados que los dos hermanos<br />
fundaron en una cochera rentada; ahí niquelaban cubiertos,<br />
rines de bicicletas, piezas de ornato de automóviles,<br />
etcétera. Empezó a desarrollarse aquel tallercito y llegó<br />
el momento en el que los hermanos se separaron; Juan María<br />
se dedicó a la fundición de metales y Jesús María siguió<br />
con la línea de cromados hasta llegar a florecer en la<br />
industria que es hoy día. Cuenta con el gran apoyo de toda<br />
su familia industrial y en el mando de esta nave ahora<br />
están sus dos nietos, Toño y Fernando. Detrás de un gran<br />
hombre siempre está una gran mujer; en el caso de don Jesús<br />
María, era su señora, Carmelita, quien creó la atmósfera<br />
adecuada para que esta industria floreciera. Dura fue la<br />
desaparición de Fernando, pero en recuerdo de su hijo, la<br />
señora Carmelita se ha multiplicado, al ser hada madrina de<br />
las esposas de sus trabajadores a quien ella llama: "Mis<br />
señoras". Pensando en Fernando ha nacido ese maravilloso<br />
centro social para el mejoramiento integral de todas las<br />
familias de las personas que sirven a J. M. Romo S.A.; este<br />
centro tiene una parte en la que sus instalaciones<br />
rivalizan con Reino Aventura, otra que es para práctica <strong>del</strong><br />
deporte y otra para la superación cultural de la familia,<br />
con magníficas aulas de cocina, primeros auxilios, tejido,<br />
corte, gimnasia, danza, etcétera. Describir esta maravilla<br />
se llevaría todo un folleto; ahí, en ese lugar, en cada<br />
carcajada de un niño, en el agradecimiento de una persona<br />
que recibe un bien, que se mejora en su preparación, estará<br />
presente la bondad de Fernando Romo <strong>del</strong> Villar. Chito Romo<br />
dejó nuestro mundo el día 18 de febrero de 1990.” 51<br />
Otro es “Don Jesús Jayme González”, de quien resalta: “La<br />
gente <strong>del</strong> barrio de Triana, como todos los<br />
51<br />
Jesús María Romo Romo. Ibdem p. 101. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Lunes<br />
4 de noviembre de 1985 secc b. P. 2<br />
157
aguascalentenses, son personas que se desenvuelven<br />
armónicamente, en hogares humildes, quienes tienen por<br />
forja su espíritu, el trabajo, y por norma de grandeza, el<br />
temor a Dios, y desde esas humildes trincheras hacen la<br />
grandeza de México. Con tal disciplina hay gente que llega<br />
a destacar en sus actividades y que, a la vez, alimenta a<br />
otros conbarrianos para superarse; una de estas personas<br />
fue Jesús Jayme González, quien se dedicó a la industria de<br />
plástico, Chuy Jayme González nació el día 26 de enero de<br />
1929, en la calle de Washington, hoy doctor Jesús Díaz de<br />
León, en una casa entre la calle de Abasolo y Pesado, Sus<br />
padres fueron don José Jayme Muñoz, ferrocarrilero jubilado<br />
y doña María Guadalupe González López, ambos, trianeros de<br />
buena cepa. Nos cuenta Chuy que él no fue bautizado en la<br />
parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino en virtud de que en esa<br />
época estaban cerrados los templos y fue en la casa de un<br />
sacerdote, frente al Jardín <strong>del</strong> Encino, donde lo<br />
bautizaron.<br />
En casa de Jesús Jayme fueron once hermanos, siete hombres<br />
y cuatro mujeres siendo él de los más grandes.<br />
Cuando Chuy hablaba de su infancia y juventud en el barrio<br />
le daba mucha alegría. Todo era color de rosa, nuestros<br />
juegos y distracciones inocentes y sanas; en su juventud<br />
hubo mucho deporte, béisbol y básquet. Dentro de sus<br />
estampas de juventud recordaba cómo un sábado de Gloria<br />
fueron a repicar a la torre <strong>del</strong> Encino la parvada de<br />
muchachos entró a la escalera de caracol en tropel, entre<br />
ellos él y sus primos, esto era para ganar la campana de su<br />
preferencia, y al llegar a la torre su primo se golpeó la<br />
cabeza con una campana y sangró, pero con el entusiasmo ni<br />
sintió el golpe y les gritaba que alguien de la torre<br />
siguiente, arriba de donde estaba, se había lesionado en<br />
el cuerpo, pues le caía sangre a la cabeza, y aturdido, no<br />
se daba cuenta que él era el lesionado.<br />
158
Recordaba Chuy cómo a la salida de la escuela les gustaba<br />
irse a mojar a la pila <strong>del</strong> jardín <strong>del</strong> Encino; él creía que<br />
no hubo muchacho de su época que no supiera cuál era el<br />
fondo de la pila ya que todos se llegaron a meter con el<br />
regocijo de jugar unos con otros.<br />
-Cómo nos invade la nostalgia al ver que las huertas <strong>del</strong><br />
barrio han sido devoradas por el urbanismo-, decía Jesús<br />
Jayme. Aquellas huertas con uvas, granadas, membrillos,<br />
perones, duraznos, higos, peras, hortalizas, y cómo por la<br />
módica cuota de cincuenta centavos por persona los dejaban<br />
entrar, para saciar sus ganas de fruta, con la condición de<br />
no sacarla de la huerta. Su familia y amigos tenían la<br />
costumbre de hacer días de campo los domingos en aquellos<br />
paraísos terrenales. Los dueños amarraban los canes bravos<br />
para que pudieran entrar los paseantes; lo mismo le daban<br />
permiso a la muchachada para bañarse en las piletas de agua<br />
de la huerta, lo que era todo esto la causa de felicidad en<br />
el día domingo.<br />
Nuestro amigo nos platicó que su señora esposa, María<br />
Guadalupe Romo Limón también vivió en el barrio, pues su<br />
casa estuvo en la esquina de la calle <strong>del</strong> Águila y Josefa<br />
Ortiz de Domínguez. Fue en los paseos campestres a Malpaso,<br />
Peñuelas y Los Arquitos, donde la conoció y empezó a<br />
tratar; surgió el romance que después de tres años culminó<br />
en el altar <strong>del</strong> Santo Cristo de Triana, en el año de 1953.<br />
Formaron un hogar en medio de una atmósfera de amor,<br />
comprensión y apoyo mutuo y Dios les dio la bendición de<br />
trece hijos, de los cuales ya hay casados, por lo que han<br />
paladeado la doble paternidad por medio de sus nietecitos.<br />
Chuy fue ferrocarrilero, abarrotero, se fue a la aventura a<br />
Estados Unidos, luego regresó, se casó y tuvo tiendas de<br />
ropa en Sombrerete, Zacatecas, y en poblaciones de<br />
Guanajuato. Pero al retornar a su Aguascalientes, a su<br />
barrio de Triana, entró al ramo de la industria, en 1968, y<br />
159
se dedicó a la industria <strong>del</strong> plástico, haciendo bolsas de<br />
polietileno; el nombre de su industria es "Plasticentro";<br />
tiene una planta en el barrio de triana y otra en ciudad<br />
industrial. Trabajan en esta empresa más de cincuenta<br />
obreros a quienes considera como sus compañeros de labores,<br />
y es tal la cordialidad en sus centros de trabajo que<br />
muchos de sus obreros y obreras ahí se conocen, se hacen<br />
novios y se casan; todos se ven como familia.<br />
Jesús Jayme González murió en el barrio de Triana el 26 de<br />
diciembre de 1997 y recomendó a sus hijos y descendencia<br />
ser honestos, responsables y gente positiva.<br />
¡Chuy Jayme, ejemplo de honradez, laboriosidad y tesón para<br />
nuestras juventudes!” 52<br />
El tercero es “Jesús Romo Limón”, sobre él expone: “La idea<br />
de estas estampas de Triana al hablar de las personas que,<br />
partiendo de cero se han distinguido en nuestro barrio en<br />
las actividades que desarrollan, es de dar la clarinada a<br />
nuestra muchachada y decirles cómo, cuando se actúa con<br />
honestidad se puede llegar a destacar en la vida. Toca su<br />
turno a don José de Jesús Limón, prominente industrial<br />
dulcero.<br />
Me encamino a buscar a Chuy Romo Limón por esas calles de<br />
Dios <strong>del</strong> barrio donde cada piedra, cada casa, puerta o<br />
ventana, me hablan al oído de los días de mi infancia. Me<br />
dirijo a la calle <strong>del</strong> Águila, exactamente a la casa que fue<br />
de ese hombre todo corazón, mi tío Juan H. Ramírez, que es<br />
en donde Chuy Romo tiene su fábrica, así es que volví a<br />
recorrer las calles que me conducían al paraíso de la casa<br />
<strong>del</strong> tío, donde mis primos me esperaban con los brazos<br />
abiertos para jugar toda una mañana de verano en los<br />
corrales y escaparnos a la huerta de don Enrique Medina. En<br />
este mediodía, como si fuera un comité de recepción, en la<br />
52 Jesús Jayme González . Ibdem p. 123. Este texto también se publicó en Hidrocálido.<br />
Miércoles 6 de noviembre de 1985. secc. B. P. 2<br />
160
esquina de la calle <strong>del</strong> Águila y 16 de Septiembre, estaba<br />
un sobrino mío, hijo de Ricardo mi primo, y luego en la<br />
puerta de la casa de mi tía Josefina estaba Juan Francisco,<br />
y tuve la oportunidad de saludar a la tía Josefina; total:<br />
recibimiento emotivo en calle tan querida.<br />
A la una y media en punto llego a la fábrica de dulces<br />
Roli. Estaban descargando costales de azúcar en las<br />
oficinas de la señora Juanita, su hija. Estaban también<br />
empleados administrativos; en medio de ellos, pontificando<br />
como patriarca, José de Jesús Romo Limón, y <strong>del</strong> fondo de la<br />
casa surgía como himno al trabajo el ruido acompasado de la<br />
maquinaria y las voces de los obreros. En un privado nos<br />
pusimos a platicar Chuy y yo sobre su transcurrir en la<br />
vida y me dice: Yo nací el día 11 de agosto de 1923 en el<br />
rancho <strong>del</strong> Codo, municipio de Aguascalientes, casi en los<br />
límites con el estado de Jalisco, por el rumbo de El Llano,<br />
mis padres fueron don José Romo Amador, quien fue<br />
administrador <strong>del</strong> rancho, y doña Francisca Limón de Romo, a<br />
ellos Dios los bendijo con ocho hijos, a nosotros nos dio<br />
la dicha de ser varios hermanos, sus nombres: Sofía,<br />
Josefina, María Concepción, Guadalupe, María <strong>del</strong> Refugio,<br />
Aurora, y de los hombres: Bernardo y yo. Los hermanos<br />
grandes nacieron en el rancho pero se criaron aquí en<br />
Aguascalientes, en casa de mi abuelita.<br />
En lo que respecta a mi educación, el primer año de<br />
primaria lo hice en una escuela que se llamó Rosas de la<br />
Infancia, ubicada aquí en El Llanito, donde después estuvo<br />
la escuela Bartolomé de las Casas; el segundo año lo hice<br />
en una escuela <strong>del</strong> rumbo de Los Caleros, o sea La Purísima<br />
y <strong>del</strong> tercero al sexto en la escuela de mi rancho y<br />
recuerdo con respeto y agradecimiento a mis maestros:<br />
Josefina Quintero, María Dolores Mercado y Bernabé Mejía,<br />
este último era de los que sostenía que las letras con<br />
sangre entran, pues acostumbraba traer una varita de<br />
161
membrillo para disciplinarnos y nuestros padres nos<br />
entregaban con todo y todo, así es que no podíamos hacer<br />
reclamación alguna.<br />
El día 6 de diciembre de 1942 me vine definitivamente a<br />
Aguascalientes a trabajar yo tenía diecinueve años y el día<br />
7 empecé a laborar como dependiente en la tienda de<br />
abarrotes "La Especial", propiedad de don Rodolfo Ibarra,<br />
misma que estaba en la avenida Madero, frente al Sindicato<br />
Ferrocarrilero, exactamente frente a la calle General<br />
Barragán, antes Persia. Ahí duré cuatro meses, pues el día<br />
28 de marzo de 1943 con un capital de quinientos pesos,<br />
empecé a trabajar en la tienda de mi propiedad que llamé<br />
"La Imperial", ubicada en la esquina norte de Josefa Ortiz<br />
de Domínguez y calle <strong>del</strong> Águila. Por lo corto <strong>del</strong> capital,<br />
tenía que ir diario, unas tres veces, al centro para<br />
proveerme de los diez kilos de azúcar y arroz porque se me<br />
acababa".<br />
Le comento a Chuy que en esa época lo conocí pues íbamos la<br />
parvada de escuincles a comprarle dulces. Sigue él hablando<br />
y nos dice que duró catorce años de abarrotero y que en<br />
febrero de 1956 ó 1957 traspasó la tienda para atacar el<br />
giro de la venta de dulces; puso su dulcería en la calle<br />
Victoria en donde duró siete años; luego cambió su local a<br />
la calle Cinco de Mayo junto a donde fue "La Quemazón", ahí<br />
duró diez años y enseguida se dedicó a la fabricación de<br />
dulce.<br />
No cabe duda que las mujeres impulsan a los hombres para<br />
mejorar y apoyarlos en sus empresas. Chuy Romo Limón rinde<br />
homenaje a su esposa, doña Juana María Alvarez Medina, al<br />
decir que fue ella la de la idea de la fábrica de dulces y<br />
narra que esta industria nació así: -Una ocasión, un señor<br />
procedente de una ciudad vecina me vino a vender unos<br />
dulces de tamarindo enchilado y yo pensé que no tendrían<br />
éxito, pero cuál sería mi sorpresa, que se vendían como pan<br />
162
caliente, al grado que mi proveedor no me daba abasto y<br />
entonces Juanita me dijo: vamos haciendo los dulces yo le<br />
traje un costal de azúcar, tamarindo, chile, papel celofán<br />
para envolverlos y bolsas para llenarlas de dulces. Todo<br />
esto con un costo de ciento veintisiete pesos, fue nuestro<br />
capital inicial y Juanita, en la estufa de la casa, empezó<br />
a hacer la prueba. Al principio la mayor parte se echaba a<br />
perder, hasta que por fin supo darle el punto. Los primeros<br />
obreros fueron chiquillos <strong>del</strong> barrio que ayudaban y las<br />
ventas fueron buenas y así, a trece años de inicio, la<br />
fábrica, sin ser grande, ha crecido mucho; la cartera de<br />
clientes abarca Chihuahua, La Laguna, Durango, Zacatecas,<br />
San Luis Potosí, Aguascalientes y también Tijuana. La<br />
maquinaria es moderna, tiene disolvedoras de azúcar a<br />
vapor, ahí hace mezcla de azúcar y glucosa; hay tinas de<br />
reposo, tuberías para fabricar caramelo y darle distinta<br />
contextura, luego sabor, color y forma. Fabricamos cuarenta<br />
tipos de figuras de caramelo, entre ellas, paletas de<br />
sabores, colación de Navidad, frijolitos, lagrimitas,<br />
caramelos de menta que son <strong>del</strong>iciosos, así como de nuez y<br />
cacahuates garapiñados y salados. Actualmente he contratado<br />
los servicios de un maestro dulcero para mejorar mi<br />
industria.<br />
Ahora Chuy nos abre las puertas de su hogar para darnos una<br />
asomadita y comer. Mi esposa, como ya dije, es Juana María<br />
Alvarez Medina de Romo, yo la conocí aquí en el barrio,<br />
ella vivía en la calle de Leona Vicario y la veía cuando<br />
pasaba a misa al Encino; nos hicimos novios y nos hemos<br />
amado mucho. Nos casamos a los pies <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino el<br />
día 24 de septiembre de 1955 y ante él nos volvimos a<br />
casar ahí celebramos las Bodas de Plata. Tenemos dos hijos:<br />
Yolanda Concepción y José de Jesús; nosotros cuatro, bajo<br />
la égida <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino formamos una familia feliz,<br />
amándonos profundamente y sintiéndonos hijos <strong>del</strong> Santo<br />
163
Cristo de Triana a cuya sombra aprendimos la doctrina<br />
cristiana, y él nos ayuda en nuestra vida de comercio y de<br />
industria, él es nuestro patrón.<br />
Nos despedimos de la familia Romo Alvarez y nos quedamos<br />
pensando filosóficamente, mientras saboreamos sus<br />
cacahuates garapiñados, cuánta alegría proporcionan sus<br />
dulces a los niños, también en más de alguna ocasión palió<br />
con sus dulces las amarguras de la vida. Así nos retiramos<br />
cavilando al caminar por las calles de Triana.” 53<br />
El capítulo VI está dedicado a “Los toreros de Triana”<br />
artífices de una tradición de la que gusta mucho el<br />
licenciado Villalobos Ramírez. El primer biografiado es:<br />
“Arturo Muñoz Nájera. La Chicha” de quien resalta que: “La<br />
fiesta de los toros tiene pilares sólidos: un grupo de<br />
gente que sale tarde tras tarde detrás de los matadores,<br />
partiendo plaza; éstos son los peones de brega o<br />
subalternos, así como los picadores. El peón de brega, en<br />
cuanto sale el toro por la puerta de chiqueros, es quien da<br />
la bienvenida con el capote, centrando al animal y<br />
corriéndolo por un lado y el otro para que el matador en<br />
turno vea las facultades <strong>del</strong> toro que le ha tocado en<br />
suerte; hay ocasiones en que los peones de brega son<br />
verdaderos ángeles de la guarda en el ruedo, protegiendo a<br />
sus matadores de la probable cornada con sus oportunos<br />
quites. Ahora, vamos a hablar de un gran señor entre las<br />
infanterías taurinas, magnífico peón de Brega, don Arturo<br />
Muñoz, La Chicha.<br />
Corría el año de gracia de 1914, el día primero de julio,<br />
cuando en la calle de Colón, en la casa marcada con el<br />
número ciento cincuenta y siete, pasando la calle de<br />
Abasolo, en el corazón <strong>del</strong> barrio de Triana, nació un niño,<br />
hijo de don Bernardo Muñoz Reyes y de doña María Nájera<br />
53<br />
Jesús Romo Limón. Ibdem p. 126. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Lunes 3 de<br />
noviembre 1986. secc. b p. 3<br />
164
López, quien recibió las aguas lústrales en la parroquia<br />
<strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino y a quien se le puso por nombre<br />
Arturo. Andando el tiempo fue el magnífico peón conocido<br />
como La Chicha. Grande fue la alegría de los abuelos<br />
paternos, don Luis Muñoz y doña Librada y no se quedaron a<br />
la zaga los maternos, don Víctor Nájera y doña Francisca<br />
López López, cuando nació este nietecito más.<br />
Fueron hermanos de Arturo: Luis, Consuelo, Amparo, Carmen,<br />
Mercedes y Bertha. Fueron amigos de barrio de La Chicha los<br />
hermanos Serena, sobrinos de Roberto Díaz; los Velasco,<br />
hijos de don Pedro, el dueño de "La Bicicleta", tienda de<br />
abarrotes; José Reyes, hermano <strong>del</strong> sastre don Pedro. Con<br />
todos ellos pasó una infancia feliz. Arturo quedó huérfano<br />
de padre, se fue a vivir a la casa de su abuelita materna<br />
de su tío, el licenciado Delfino Nájera, en la esquina de<br />
las calles de Enlace y Colón.<br />
Arturo Muñoz estuvo en parvulitos en la escuela José María<br />
Chávez; posteriormente hizo su escuela primaria con el<br />
profesor don Sostenes Olivares; fue compañero de Antonio y<br />
Fernando Topete <strong>del</strong> Valle, Saúl Várela Quezada, Pastor<br />
Hurtado Padilla, Rodrigo <strong>del</strong> Valle y otros más.<br />
En 1928 ingresó a la escuela Preparatoria <strong>del</strong> Estado; eran<br />
sus <strong>contemporáneo</strong>s Roberto Órnelas, Roberto Muñoz, El<br />
Pulgo, Antonio Valdez, Manuel Jiménez, Tata Gildo, Leoncio<br />
y Javier Jiménez Díaz, Jorge Jirash, Ángel Dorronsoro, José<br />
Ramírez Gámez y muchos más.<br />
Arturo conoció el gusanillo de la fiesta de los toros, en<br />
virtud de que ahí en la calle Colón vivió el torero de San<br />
Juan de Los Lagos, José Flores, Joselito, primo <strong>del</strong> Doctor<br />
Pedro de Alba, y que taurinamente se hizo aquí en<br />
Aguascalientes. A él lo veía con su vestido de luces para<br />
ir a las corridas y fue tan buen torero Joselito, que<br />
cuando El califa de León, don Rodolfo Gaona, se retiró de<br />
la fiesta de los toros y Rafael Saldaña Verduguillo,<br />
165
cronista taurino, le dijo a Gaona que dejaba un gran hueco,<br />
El Califa comentó que no, que ahí estaba Joselito, quien<br />
era un magnífico torero. Arturo Muñoz quiso emular a<br />
Joselito y como su abuelita siempre tenía vacas y becerros<br />
en su casa, ahí empezó a torear estos animales. Arturo veía<br />
con cierta envidia que El Chino <strong>del</strong> Valle y Calesero ya<br />
estaban toreando porque habían formado una cuadrilla, y<br />
aunque él les decía que lo invitaran a participar como<br />
banderillero, nunca lo aceptaron y le dio sentimiento.<br />
Siendo La Chicha estudiante preparatoriano, ahí se organizó<br />
una pachanga taurina, en la cual participó como<br />
banderillero, ya que por medio de un volado le ganó el<br />
puesto de matador Pepe Ramírez Gámez, a quien le decían La<br />
Chicha y resulta que un compañero de ellos, Luis Alonso,<br />
trasladó este apodo a Arturo Muñoz. En dicha pachanga<br />
taurina, puso tres pares de banderillas a todo dar, y El<br />
Calesa que estaba de espectador, bajó al ruedo y lo<br />
felicitó y le ofreció incluirlo en su cuadrilla. A los diez<br />
días de la pachanga estudiantil, don Romualdo, un bolero<br />
<strong>del</strong> Parían, que asociado de don Daniel García, querían<br />
verlo, por lo que Arturo acudió a la imprenta de don Daniel<br />
García en la primera cuadra de la calle Alvaro Obregón;<br />
éste le ofreció, después de las presentaciones de rigor,<br />
incluirlo en una novillada en la Plaza San Marcos, alternó<br />
con un tal Carmelo, a quien por cierto le fue muy mal, y él<br />
salió airoso <strong>del</strong> compromiso. Esto aconteció en el año de<br />
1928. Tuvo una segunda actuación en que toreó en compañía<br />
de un muchacho llamado Ernesto García, El Cara Alegre, y<br />
fue su presentación, beneficio y despedida de dicho<br />
muchacho, a quien también le fue muy mal en la novillada,<br />
mientras que él, Arturo, cortó dos orejas triunfando en<br />
toda la línea. En abril de 1928 los estudiantes organizaron<br />
un festival taurino para obtener fondos y cooperar para los<br />
gastos <strong>del</strong> vuelo México-Washington que realizó el piloto<br />
166
aviador Emilio Carranza, para lidiar cuatro novillos de<br />
Peñuelas; en esta ocasión, Arturo estuvo pesado con la<br />
espada y se le fueron los apéndices.<br />
El día 30 de mayo <strong>del</strong> mismo año, lo invitó a torear como<br />
matador a la Plaza de Fresnillo, Alfonso Ramírez Alonso,<br />
quien en aquellos años era El Cabezón y por circunstancias<br />
muy especiales, en dicha corrida La Chicha mató los cuatro<br />
toros.<br />
Arturo Muñoz sólo estuvo dos años en la preparatoria y por<br />
el mal de montera lo hizo cortar sus estudios con el<br />
disgusto de su tío, el licenciado don Delfino Nájera, quien<br />
le leyó la cartilla y lo mandó al rancho <strong>del</strong> Duraznillo,<br />
que era una de las propiedades familiares, para que fuera<br />
agricultor, y hasta allá lo iba a buscar Calesero para irse<br />
a torear con él a los pueblos circunvecinos. En aquel año<br />
de 1930, hubo aquí en Aguascalientes como unos dieciocho<br />
jóvenes que aspiraban a ser toreros y sólo Alfonso y él lo<br />
lograron.<br />
La Chicha recuerda cómo el día primero de febrero de 1932,<br />
banderilló estupendamente a unos torazos en la Plaza de<br />
Encarnación de Díaz, Jalisco y cuando iba a banderillear a<br />
uno de esos toros, Salvador Correa y Eduardo Moreno,<br />
banderilleros fogueados, quisieron hacer lo suyo, según<br />
ellos para que no fuera a golpear el toro a la Chicha, pero<br />
el caso fue que los dos fueron golpeados y Arturo tuvo que<br />
banderillearlo luego de brindar un par a don Samuel<br />
Villalobos. Fue tal el regocijo de la gente que le<br />
aventaron monedas al ruedo y juntó setenta y dos pesos;<br />
pero además cuál sería su alegría, pues al recoger su<br />
montera, se percató de que don Samuel Villalobos le dio un<br />
billete de cincuenta pesos y con esto se sintió el hombre<br />
más rico <strong>del</strong> mundo.<br />
Arturo Muñoz La Chicha propiamente fue banderillero y como<br />
tal actuó en la plaza de La Condesa, en México, en las<br />
167
cuadrillas de Ricardo Torres y Heriberto García También<br />
actuó en el coso de Insurgentes con Calesero y Rafael<br />
Rodríguez.<br />
En su vida taurina, La Chicha, fue dos veces a la Península<br />
Ibérica, acompañando al Calesa, y recuerda cómo en una<br />
ocasión, toreando en Lisboa, también actuaba el torero<br />
español Pepín Martín Vázquez, quien dentro de su cuadrilla,<br />
traía un banderillero llamado Joaquín Delgado,<br />
Joaquincillo, que al ir a poner un par de banderillas las<br />
colocó y al salir, como el piso estaba mal, se resbaló y<br />
entonces Arturo, a cuerpo limpio le hizo el quite <strong>del</strong> toro,<br />
que estaba a punto de cornarlo. Como el quite fue a cuerpo<br />
limpio, sintió muy bonito que se acercara después<br />
Joaquincillo con él y le dijera: -¡Olé el arte, qué buenos<br />
toreros hay! Permíteme agradecerte con un abrazo-, esto en<br />
medio <strong>del</strong> aplauso entusiasta <strong>del</strong> respetable.<br />
En Madrid no hubo suerte para el Calesa, no así en la plaza<br />
de la Real Maestranza de Sevilla, en la que el Calesero<br />
toreó como príncipe y la gente le aplaudió muchísimo, en<br />
esa plaza, Calesero dio la alternativa a El Yoni y siempre<br />
que pensaba en Sevilla le traía a la mente gratos<br />
recuerdos.<br />
Arturo Muñoz, La Chicha, fue testigo de las hazañas de<br />
Alfonso Ramírez Calesero, cuando alternó con Manuel<br />
Rodríguez, Manolete, El monstruo de Córdoba, el día 17 de<br />
noviembre de 1946, en la Plaza de Torreón, toreando con el<br />
maestro Fermín Espinoza Armillita. Calesero estuvo en plan<br />
arrollador y también presenció el 25 de enero de 1947, la<br />
hazaña de Alfonso en la Plaza de Orizaba, Veracruz, en que<br />
alternaron con Fermín, Rivera y Manolete, que ahí realmente<br />
estuvo imponente en sus dos toros y fui cuando se dio lo de<br />
la anécdota <strong>del</strong> Himno Nacional.<br />
En la vida torera, La Chicha recuerda tres toros imponentes<br />
por su fiereza, uno que toreo Domingo Ortega, en la Plaza<br />
168
de Zaragoza, España, el día 18 de mayo de 1946, otro de<br />
Luis Miguel Dominguín, en una corrida de La Prensa, en la<br />
Monumental Madrid, el jueves 13 de junio de 1946 y que fue<br />
un toro de Atanasio Fernández, que le brindo al general<br />
Francisco Franco; y el tercero, un toro que le tocó a El<br />
volcán de Aguascalientes, Rafael Rodríguez, en la Plaza<br />
Monumental de Morelia, el día 8 de mayo de 1949, alternando<br />
con Lorenzo Garza y El Chinito, Luis Briones; este toro fue<br />
de tanta fiereza y peligrosidad que ni don Zenaido Espinoza<br />
le pudo dar un capotazo, y cuando salió don Felipe Mota a<br />
picarlo, le dio cuatro pullazos pero le mató el caballo; y<br />
entonces Rafael salió a torearlo y el toro se llevaba parte<br />
<strong>del</strong> traje de luces, pero a pesar de todo le hizo un faenón,<br />
en el que se le concedieron las orejas, el rabo y una pata.<br />
Estos tres peligrosísimos toros siempre los tendrá en su<br />
mente La Chicha, como si estuvieran grabados al agua<br />
fuerte.<br />
Don Arturo Muñoz también recuerda cómo el 11 de noviembre<br />
de 1963, en la Plaza de Toros El Renacimiento, en<br />
Teocaltiche, Jalisco, toreando con Capetillo y Bernardos,<br />
en un mano a mano, con toros de Santacilia. Don Juan<br />
Espinoza le pidió que pusiera un par de banderillas "a la<br />
vueltecita", esto consiste en darle la vuelta a la plaza<br />
gallando al toro, y al cerrar la vuelta, clavar las<br />
banderillas; lo hizo y fue una hazaña apoteótica la de La<br />
Chicha.<br />
El día 24 de abril de 1966, sin previo aviso y toreando en<br />
la Plaza de Toros San Marcos una corrida de Valparaíso, en<br />
la que los matadores fueron Capetillo, Raúl García, el<br />
finito, Arturo Muñoz se retiró para siempre de las<br />
infanterías taurinas. La Chicha siempre será torero y<br />
prueba de ello es que estuvo en el biombo de la autoridad<br />
en la monumental de Aguascalientes, fungiendo como el Señor<br />
Juez y dirigiendo la lidia de las corridas.<br />
169
Arturo Muñoz Nájera contrajo matrimonio el día 17 de<br />
febrero de 1944, con doña Aurora Martínez Amador y<br />
procrearon siete hijos: Alfredo, Arcelia, Pilar, Luis<br />
Miguel, Olga, Bernardo y Angélica.<br />
Fiel devoto <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, no pasaba mes sin que<br />
fuera a oír misa con el Santo patrón <strong>del</strong> barrio y esperaba<br />
el 13 de noviembre para postrarse de rodillas ante quien<br />
presidió toda su vida y lo auxilió en su vida de torero.<br />
Chicha hizo el paseíllo definitivo para comparecer ante el<br />
Juez Supremo el día 13 de agosto de 1997; a partir de este<br />
día, desde el cielo dirige las corridas de toros de este<br />
hermoso Aguascalientes.” 54<br />
De “Alfonso Pedroza Macías, La Grípa”, dice: “Cuando en la<br />
Plaza de Toros veía uno a un peón de brega, todo coraje,<br />
entusiasmo y conocimiento amplio <strong>del</strong> toro y sus tendencias,<br />
gran banderillero, se adivinaba que se trataba de don<br />
Alfonso Pedroza Macías, ampliamente conocido en los medios<br />
taurinos como La Gripa.<br />
Alfonso Pedroza Macías, también torero de Triana, nació el<br />
día 13 de agosto de 1919 en la calle <strong>del</strong> Sol, en la casa<br />
marcada con el número doce; hoy la calle <strong>del</strong> sol lleva el<br />
nombre de la sabia maestra Enriqueta González Goitia. Los<br />
padres de Alfonso lo fueron don Exiquio Pedroza Nájera y<br />
doña Matilde Macías; su abuelo materno fue don Luciano<br />
Macías, dueño de la fábrica de cigarros "La Tarasca", la<br />
cual estuvo ubicada en la esquina de las calles de<br />
Washington y <strong>del</strong> Sol. Entre los familiares de Alfonso<br />
estaba el señor profesor don Guadalupe Nájera Jiménez,<br />
quien fue director nacional de Normales en el país, cuando<br />
era presidente de la República don Adolfo Ruiz Cortines. La<br />
Gripa nos contó que de chiquillo asistió a un kinder que<br />
tenían unas señoritas profesoras, frente a la escuela<br />
54 Arturo Muñoz Nájera. La Chicha. Ibdem. P. 129. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido. Jueves 7 de noviembre 1985. secc. b p. 3.<br />
170
Benito Juárez, en la calle Ancha, en el Encino, y la<br />
primaria la hizo en la José María Chávez y en la Federal<br />
Tipo, bajo la dirección de mi padre, el profesor Faustino<br />
Villalobos; pero el mismo Alfonso reconoce que de pequeño<br />
fue demasiado inquieto, pues por andar ya con la afición<br />
taurina no terminó sus estudios primarios.<br />
Sus amigos <strong>del</strong> barrio fueron los hermanos Sánchez: Alfonso,<br />
Ángel, Salvador y Miguel, así como Jesús y Toño Alba, todos<br />
acudían a jugar a un edificio que fue propiedad de su<br />
abuelo y que donó a la Unión de Mecánicos, que estaba en la<br />
calle de Washington.<br />
Era chavalillo cuando fue llevado por su tío Ignacio a la<br />
Plaza de Toros San Marcos, a <strong>presencia</strong>r una corrida y como<br />
le gustó ver torear a los jóvenes toreros, Calesero y a su<br />
primo La Chicha y al charro Mariano Esparza, después de<br />
esta vacuna de afición su alegría fue andar con los toreros<br />
de Triana, descuidando sus estudios en la escuela.<br />
El apodo de La Gripa lo heredó de sus hermanos, Ezequiel y<br />
Delfino, a quienes así les llamaban en la escuela; a<br />
propósito, tenía otros tres hermanos aparte de estos dos:<br />
Esther, Juan y Exiquio.<br />
Una de las primeras actuaciones taurinas de Alfonso fue<br />
hacer la "suerte de Tancredo", y lo hizo aquí en la San<br />
Marcos, luego en Villa García, acompañando al charro<br />
Mariano y a una torera que le decían La Rubia, quien<br />
alternaba con La Serranita.<br />
Alfonso platicaba con mucha gracia que, en una ocasión en<br />
que su mamá tanteó que se iba a la Plaza de Toros para<br />
hacerla de Tancredo, en una corrida a beneficio, para<br />
enladrillar los andadores <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino, le quitó<br />
toda la ropa dejándolo en calzoncillos porque no era de su<br />
agrado que Alfonso anduviera en estas danzas; pero este,<br />
aprovechando que su mamá salió a platicar con una vecina,<br />
ni tardo ni perezoso se puso una camisa y pantalones de uno<br />
171
de sus hermanos más grandes, y aunque le quedaban holgados,<br />
¡pélale!, y se le fugó de la casa. Cuando Alfonso cuenta<br />
esto suelta la carcajada y dice: -Y llegando a la Plaza me<br />
vistieron de blanco y la patada y a hacerla de Tancredo- y<br />
vuelve a carcajearse, disfrutando de su recuerdo. Nos dijo<br />
que entonces tenía nueve años y que en esa corrida por<br />
primera vez banderilló y lo hizo bien; José Dávalos,<br />
Silveti Segundo, que estaba toreando, le soltó la muleta y<br />
el estoque y no pudo con ellos por ser demasiado el peso.<br />
La Gripa se fue a vivir a la Ciudad de México y allá toreó<br />
en dos ocasiones en la placita La Morena; en la primera<br />
ocasión le fue bien, pero en la segunda llegó tarde y le<br />
soltaron un animal muy toreado y no pudo hacerle mayor<br />
cosa.<br />
A su regreso de México anduvo toreando en ganaderías como<br />
Peñuelas y Garabato siempre entrenando.<br />
Su primer novillada en la San Marcos fue el 17 de febrero<br />
de 1948 y alternó con Ignacio Cruz Ortega, Pablo<br />
Covarrubias, Alejandro Cazares; El Travao, Juventino Mora y<br />
con José Dante Amato; los novillos fueron de Peñuelas. En<br />
esta corrida La Gripa cortó orejas y rabos. Después, Chito<br />
Ramírez lo incluyó en la primer novillada de Feria el 18 de<br />
abril de 1948, alternando con Nacho Treviño, tío de<br />
Humberto Moro, y con Fernando López, El Torero de Canela;<br />
en esta ocasión cortó una oreja. Repitió la hazaña el 5 de<br />
mayo de ese año, toreando con Juan Estrada y Nacho Cruz<br />
Ortega; en esa novillada cortó orejas y rabo.<br />
Alfonso recuerda un festival en la San Marcos, en que lo<br />
aporreó un toro. Toreaba Luis Barajas, su cuñado Pepe<br />
López, Rafael Rodríguez y un ferrocarrilero apellidado<br />
Higareda, dice: -Estaba toreando un bueyazo de Garabato y<br />
al estarle instrumentando un farol invertido, me dio una<br />
tunda pero buena, me agarró y ¡venga!, me lastimó las<br />
costillas-. Sin embargo, a los ocho días toreó en la México<br />
172
una corrida de Piedras Negras. La cornada que más lo<br />
lastimó fue una que le infirió un toro en Jesús María que<br />
quedó al descubierto la safena.<br />
En plan de novillero toreó en la México varias veces, pero<br />
él mismo aceptó que cometió errores al embroncarse con el<br />
público y firmar una carta contra el doctor Gaona; esto le<br />
cerró el camino para llegar a ser matador; aquí, Chito<br />
Ramírez le negó la alternativa y entonces se dedicó a ser<br />
banderillero y de los buenos, duró en es modalidad 29 años.<br />
Fue muchos años subalterno de Calesero pero también figuró<br />
en las cuadrillas de Alfredo Leal, de Moro, de un torero<br />
español Pablo Lozano, que ahora apodera a José María<br />
Manzanares; de Rafael Rodríguez, de Antonio Velázquez, de<br />
Eloy Cavazos, de Curro Rivera, de Manolo Martínez y de<br />
otros. Su última corrida la toreó en 1984 en Puerto<br />
Vallarta, en su calidad de subalterno, con los hermanos<br />
Sánchez, Luis Fernando y Ricardo.<br />
Debido a la calvicie prematura de La Gripa, lo hacían que<br />
se quitara la montera, como se veía un tanto chusco no<br />
faltó quien le gritara: -Pelones pero cantadores-.<br />
De las estampas de su infancia en Triana recuerda una<br />
ocasión en que por la noche se iba a subir por la fachada<br />
de la parroquia un hombre-mosca y hasta tenían reflectores<br />
y de pura puntada La Gripa se subió antes que éste y cuando<br />
consumó su hazaña y quien andaba con el hombre-mosca, le<br />
dio un "entre de cocos".<br />
Don Alfonso Pedroza se casó en 1960 con doña María de los<br />
Ángeles López; procrearon tres hijos, dos varones y una<br />
mujer; vivió feliz con ellos en su retiro taurino.<br />
Después de dejar la fiesta de los toros su ocupación<br />
matutina fue de taxista. Cuando entrevisté a La Gripa para<br />
hacer esta semblanza de su vida, me di cuenta que tenía<br />
fluidez y chispa en su conversación.<br />
173
Don Alfonso Pedroza Macías acudió al llamado <strong>del</strong> Señor el<br />
día 25 de octubre de 1995. En paz descanse y ¡ole,<br />
Gripa!” 55<br />
También destaca a “Valdemaro Ávila Díaz”, de él dice:<br />
“Calle de José María Chávez, calle de camino real, calle<br />
que envuelve leyenda y misterio de la época colonial; tú<br />
has dado a Triana toreros y fue tu seno, el 21 de mayo de<br />
1923, en la casa marcada con el número ciento cuarenta y<br />
cuatro, el hogar de don José Ávila Macías y de doña Sara<br />
Díaz, en donde sus moradores se llenaron de la santa<br />
alegría por haber nacido un hijo varón, al que en días<br />
posteriores llevaron a la pila bautismal, junto al Santo<br />
Cristo de Triana, y le impusieron por nombre, Valdemaro.<br />
Valdemaro Ávila Díaz, hijo de don José Ávila Macías y de<br />
doña Sara Díaz Reyes, solo tuvo una hermana, Carmen, nombre<br />
muy ligado con la fiesta de los toros. ¡Carmen la de<br />
Triana! Y actualmente es maestra.<br />
La infancia de Valdemaro fue feliz, rodeado <strong>del</strong> cariño de<br />
su familia y amigos, como Manuel Valdez Jiménez, jugando en<br />
la entonces pacífica calle de José María Chávez, al trompo,<br />
balero, canicas y, por supuesto, al toro, con cuernos<br />
conseguidos en el rastro. Sus escuelas fueron, la José<br />
María Chávez y la Benito Juárez, enclavadas en el barrio de<br />
Triana, así como la Melquíades Moreno. Recuerda con mucho<br />
gusto la época cuando en quinto y sexto de primaria fue<br />
alumno de la maestra Chole Alonso, a quien guarda gratitud<br />
y afecto en su corazón. La maestra vive en la esquina de<br />
las calles de Díaz de León y la plazuela de Triana. Después<br />
de esos años, acudió al Instituto de Ciencias, nuestra<br />
amada Prepa.<br />
Siendo estudiante, Valdemaro un buen día se encontró con<br />
los hermanos Julián y Ramón Rodarte, maestros de muchas<br />
55 Don Alfonso Pedroza Macías. La Gripa. Ibdem. P. 134. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido. Viernes 8 de noviembre 1985. secc. b p. 3.<br />
174
generaciones de aspirantes a torero, allá por los años<br />
treinta, y les dijo que él quería ser torero; lo aceptaron<br />
y le enseñaron los principios <strong>del</strong> toreo. En una ocasión en<br />
que Julián organizó las corridas de la Feria de Tepezalá,<br />
Valdemaro se enfrentó a los toros en calidad de<br />
banderillero; posteriormente, José Davalos, Silveti II, lo<br />
llevó a otras plazas ya como matador, pero realmente fueron<br />
pachangas taurinas.<br />
La primer corrida formal de Valdemaro fue en Sombrerete,<br />
Zacatecas y alternó con José Dávalos, Silveti II y le fue<br />
bien en dicho festejo.<br />
Fue ya hace muchos abriles, cuando Valdemaro Ávila ofreció<br />
las primicias de toreo a los paisanos, en la plaza de toros<br />
San Marcos; alternó con Alejandro <strong>del</strong> Hierro y Enrique<br />
Laison, con toros de Presillas y fue una corrida en la cual<br />
triunfó.<br />
La plaza de toros de San Luis Potosí cambió los rumbos<br />
toreros de nuestro trianero, lo invitaron a participar en<br />
una corrida de beneficio en la que alternó Valdemaro con El<br />
Califa de León, don Rodolfo Gaona, Samuel Solís, Raúl<br />
Iglesias, Gregorio García y Julián Rodarte; al maestro<br />
Gaona le llamó la atención el buen toreo de Valdemaro y,<br />
por medio de Samuel Solís, lo citó para platicar y le<br />
ofreció ayudarlo para ser buen torero, ofreciendo<br />
proyectarlo en la Plaza de Cuatro Caminos. Se lo llevó a<br />
México, pero la verdad, según nos cuenta Valdemaro, fue<br />
para servir en el frontón al maestro recogiendo bolas que<br />
se les iban; realmente El Califa no lo ayudó.<br />
Al estar en México, Valdemaro iba a la Plaza de Cuatro<br />
Caminos a practicar, ahí lo vio el cronista taurino Don<br />
Difi, y por medio <strong>del</strong> banderillero yucateco Arisqueta, lo<br />
mandó llamar y le dijo que si quería ser torero él le<br />
ayudaría, siempre y cuando que José Avila, su papá, enviara<br />
una carta de consentimiento para poder manejar sus<br />
175
intereses taurinos. Don José dio su anuencia y don Difi fue<br />
el padrino de Valdemaro pues en menos de quince días toreó<br />
en Cuatro Caminos, el primer año tuvo siete corridas y al<br />
siguiente cinco; pero se le consideraba novillero puntero<br />
entre Luis Briones, Procuna y Arturo Fregoso. A Valdemaro<br />
le ofrecían la alternativa, pero don Difi declinó porque<br />
vio que era conveniente que toreara más.<br />
Posteriormente, Valdemaro emigró para América <strong>del</strong> Sur y<br />
estableció su cuartel general en Lima, Perú; toreó en<br />
plazas de Venezuela, Colombia y Ecuador. En Lima, recibió<br />
una cornada fuerte que le dejó al descubierto la safena;<br />
duró encamado 22 días y ya reestablecido siguió toreando.<br />
Fue en la Plaza de Toros de Lima, en 1948, en donde recibió<br />
la alternativa de manos de Domingo Ortega, alternativa que<br />
no confirmó en México.<br />
La última corrida que toreó fue en la Plaza México,<br />
alternando con Rafael Rodríguez y Manuel Capetillo, y a<br />
pesar de haber estado bien, el público no le respondió pues<br />
la gente estaba entusiasmada con Rafaelillo, otra de<br />
nuestras glorias. Entonces creyó que era el momento<br />
oportuno de retirarse, dejando pendientes dos contratos en<br />
la México y nueve en plazas <strong>del</strong> interior, con la<br />
consiguiente mortificación de don Difi.<br />
Actualmente, Valdemaro se dedica al comercio de vinos y<br />
licores; ha formado un agradable y provinciano hogar con su<br />
esposa, Esthela Delgado Delgado, originaria de Villa<br />
García, Zacatecas, y con sus hijos: María Esthela, Sara<br />
Luz, Rosalba, Valdemoro, Gerardo y Norma Angélica.<br />
El cariño de Valdemaro Avila para el señor <strong>del</strong> Encino es de<br />
lo más grande de su ser, ya que vivió frente a la parroquia<br />
y fue monaguillo y campanero, le impresionaba mucho el<br />
toque de misa de difuntos. Ahora, desde el ruedo de la<br />
vida, brinda las faenas de su quehacer al Santo Señor <strong>del</strong><br />
Encino.<br />
176
¡Ole, torero!” 56<br />
Otro torero fue “Fernando Brand Martínez” de quien dice:<br />
“En Triana, familia de sabios fue la de los Brand Sánchez<br />
quienes se forjaron bajo la dirección y calor de su tía<br />
casi madre, la señorita profesora Quetita González Goitia.<br />
De niño recuerdo con admiración y respeto a Humberto, quien<br />
fue mi maestro; pues bien, dentro de esta familia también<br />
tocaron las panderetas y castañuelas; también hubo un<br />
coletudo.<br />
Un hermano de mi maestro Humberto, Fernando, contrajo<br />
matrimonio con una señorita originaria de Teocaltiche,<br />
Caritina Martínez Ordorica, y fundaron un hogar en la calle<br />
de Minerva, hoy Profesora Vicenta Trujillo, dentro <strong>del</strong><br />
barrio de Triana; en este matrimonio hubo tres hijos,<br />
Bertha, Martha y Fernando; sí señores, Fernando Brand<br />
Martínez, otro de los exponentes de la torería Trianera.<br />
Fernando Brand Martínez nació en el barrio <strong>del</strong> sur el día 8<br />
de febrero de 1930 y también bajo el amparo <strong>del</strong> Cristo<br />
negro de Triana recibió las aguas lústrales.<br />
Los amigos de infancia no se pueden olvidar cuando uno hace<br />
recuerdos <strong>del</strong> pasado; Fernando no es la excepción, y nos<br />
dice cómo considera casi hermanos a Ramoncito Morales<br />
Padilla, que en paz descanse; a José de la Torre, hermano<br />
de un dentista a quien nuestra gente le decía La Cotorra;<br />
así como Francisco Iriarte El Buchacón, todos ellos<br />
compañeros de correrías y acuden a su mente las<br />
incursiones, no muy legales, a esos edenes de verano, que<br />
fueron las huertas de Triana. Fernando cursó su primaria en<br />
el Colegio Motolinía que dirigió Jesusita Aguilar, con sus<br />
maestras Rafaelita y María Jiménez Díaz, Conchita Loy y<br />
Mañanita García, para quienes tiene sentimientos de<br />
gratitud; y luego pasó a estudiar el primero de secundaria<br />
56<br />
Valdemar Avila Díaz. Ibdem. P. 137. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Sábado 9<br />
de noviembre de 1985. secc b p.3.<br />
177
en el colegio Independencia que fundó mi tío abuelo, el<br />
profesor José Ramírez Palos; Fernando fue condiscípulo de<br />
Jesús, mi hermano, y recuerda también con cariño a los<br />
maestros Enriqueta González Goitia, Chabela Jiménez Díaz,<br />
Faustino Villalobos López, José Ramírez Palos y los<br />
licenciados Pastor Hurtado y Humberto Brand.<br />
Toda la vida ha estado inmerso en el mundo de la fiesta<br />
brava, pues su padre, Fernando Brand Sánchez, fue un<br />
magnífico aficionado y lo llevaba de la mano a los toros,<br />
no únicamente aquí a la San Marcos, sino que también a<br />
plazas como las de la Chona, Teocaltiche, San Luis Potosí y<br />
Guadalajara.<br />
Fernando Brand Martínez nos contó su vida torera: tenía<br />
ocho años de edad; jugaba con sus amigos en la calle Colón<br />
al toro y en una de esas pasó Pancho Morones que vivía<br />
frente al jardín, junto a la casa <strong>del</strong> Señor Obispo López, y<br />
los incitó diciéndoles: -No, hombre, ¡muy toreros! En el<br />
corral de la casa tengo una becerra brava, a ver quién le<br />
entra-. Fernando, ni tardo ni perezoso, dijo: -Vamos a<br />
darle- y así se enfrentó a su primer cornúpeta. Su fama<br />
corrió en el barrio, los hijos de don Canuto, el lechero,<br />
lo invitaron a los corrales de su casa a torear otros<br />
animales y <strong>del</strong> rastro a seguir toreando.<br />
El día 15 de agosto de 1944, cuando tenía catorce años,<br />
toreó en una pachanga que organizó el Curro Ávila con<br />
motivo de la campaña política de don Roberto J. Rangel a<br />
presidente municipal, en la Plaza de Toros San Marcos,<br />
alternando con Alfredo Castaño, El Loco Roberto Gómez, El<br />
Millones, Merced Gómez y Jesús Muñoz, con novillos de<br />
varias ganaderías.<br />
El día 3 de octubre de 1948, participó Fernando Brand en<br />
una novillada de selección en la San Marcos y alternó con<br />
Roberto Gómez, Pepe López, Felipe Ávila, Armando Iglesias y<br />
Ricardo Peña. Estuvo muy torero en esta ocasión y lo<br />
178
invitaron a participar al día siguiente en un festival en<br />
honor de don Paco Madrazo, con motivo de su onomástico,<br />
donde toreó en compañía de Alfonso Pedroza, La Gripa, y El<br />
Piti; el ganado de Carlomé, propiedad de don José C.<br />
Lomelí, que era quien ofrecía el festejo.<br />
Don José C. Lomelí le ayudó al inicio de su carera, pues el<br />
16 de enero de 1949 lo llevó a torear a la Plaza de San<br />
Luis Potosí, junto con Héctor Saucedo y El Piti; en esta<br />
corrida Fernando cortó una oreja, lo que le valió repetir a<br />
los quince días, ocasión en que también cortó un apéndice.<br />
Su fama torera empezó a crecer y en el mes de febrero de<br />
ese año toreó en Teocaltiche donde, debido a un percance de<br />
uno de sus alternantes, esa tarde toreó tres toros a los<br />
que les cortó cinco orejas y un rabo. El día 23 de marzo<br />
recibió su bautizo de sangre: toreaba en la San Marcos una<br />
corrida nocturna en la que participaban Pablo Covarrubias y<br />
Felipe Ávila. El quinto de la noche, que le tocó en suerte<br />
torear, al ejecutar una tanda de verónicas lo prendió y<br />
penetró el cuerno en la cavidad abdominal, rasgando el<br />
peritoneo y casi tumbándole el apéndice, por lo que fue una<br />
apendicectomía taurina. Reapareció en la San Marcos el<br />
primero de mayo, toreando junto a Antonio Duran y El Chato<br />
Guzmán; en esa ocasión Fernando le cortó a un toro de<br />
Peñuelas oreja y rabo. El segundo percance lo tuvo en la<br />
ganadería de Carlóme el 5 de octubre de 1949.<br />
Para la gente de coleta de nuestra patria, lo máximo es<br />
torear en el coso más grande mundo, la Plaza México, la<br />
Monumental de Insurgentes, y Fernando, en su calidad de<br />
novillero, llegó ahí, el 12 de octubre de 1950, hizo el<br />
paseíllo acompañado de Pedro Moreno y Rafael Mata.<br />
Injustamente, como lo calificaron los cronistas taurinos,<br />
no le concedió el juez la oreja de su primer toro en<br />
meritoria faena; a su segundo toro también hizo buena faena<br />
179
y a pesar de haber pinchado, el respetable lo hizo dar una<br />
vuelta al ruedo y salió en hombros por la puerta grande.<br />
Fernando Brand Martínez estuvo dentro <strong>del</strong> cartel que<br />
inauguró la temporada chica de 1951 en la Monumental de<br />
Insurgentes, acompañándolo Vicente Vega de los Reyes,<br />
“Gitanillo de Triana” y El Callao. En esta actuación cortó<br />
la primera oreja de la temporada, lo que le valió repetir<br />
con El Piti y Antonio Gómez; quedó bastante bien, se le<br />
otorgó una oreja y fue triunfador de la corrida, ganando el<br />
trofeo en disputa que fue un traje de luces que le entregó<br />
en función especial en el Teatro Alameda la artista<br />
cinematográfica Katy Jurado.<br />
Recibió su alternativa como matador de toros en la Plaza de<br />
Colima, el día 31 de octubre de 1954, de manos de Humberto<br />
Moro.<br />
Corrida memorable para Fernando fue la que toreó en<br />
Chihuahua el 7 de junio de 1959, en compañía de Gregorio<br />
García y Luis Briones; ahí cortó cuatro orejas y rabo.<br />
Entre 1959 y 1960, Brand toreó veinte corridas y se retiró,<br />
pero hay que verlo torear en los festivales en los que<br />
interviene; la Monumental de Aguascalientes es testigo de<br />
ello y la afición se solaza con su toreo fino, profundo y<br />
emotivo. Ahí está en uno de los festivales <strong>del</strong> recuerdo<br />
cómo toreó, dictando cátedra de buen toreo, y la afición<br />
pidió al juez el indulto <strong>del</strong> toro, que se encontró con un<br />
gran torero que lo aprovechó; él estuvo de acuerdo, lo<br />
indultó y el testimonio de esto lo encontramos en una placa<br />
de bronce en los corredores de la Plaza Monumental de<br />
Aguascalientes; el toro fue de las dehesas de don Guadalupe<br />
Medina y le pusieron por nombre "Zarco".<br />
Los ancestros de Fernando Brand Martínez fueron trianeros<br />
de corazón, fieles devotos <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino y supieron<br />
inculcar en Fernando el cariño al Cristo de Triana.<br />
180
¡Felicidades por tu vida torera, Fernando!” 57<br />
“Rubén Salazar Avila, El Chapuzas” fue otro insigne torero.<br />
“Cuando pienso en Rubén Salazar Ávila, El Chapuzas, se<br />
remueven en mí sentimientos de nostalgia al recordar<br />
estampas de mi vida de universitario, ya que, cuando él<br />
triunfó en la Plaza México, coincidió con el transcurrir de<br />
mi vida en las viejas aulas de la Facultad de Derecho en<br />
San Ildefonso. Fue cuando nació la porra taurina de<br />
ingeniería de dicho coso, creada, entre otros, por El Vago,<br />
ingeniero Jorge López Yáñez. Ahí estábamos, corrida tras<br />
corrida, alentando al torero de la tierra, Rubén Salazar,<br />
no importaban aguaceros o calores; la cita era en el albero<br />
más grande <strong>del</strong> mundo, la Plaza México, y no fallábamos.<br />
Rubén Salazar Ávila nació el día 22 de agosto de 1932 en la<br />
ciudad de Aguascalientes, en el barrio de Triana, en la<br />
calle José María Chávez, por allá en una casa cerca de "Los<br />
Cinco Señores", después "El Pabellón Mexicano". Hijo de don<br />
José Carmen Salazar Torres, quien fuera maquinista de los<br />
Ferrocarriles de México, y de doña Amalia Ávila de Salazar,<br />
matrona trianera de corazón. Aparte de Rubén, en su casa<br />
hubo otros dos hermanos, Sergio, quien falleció de menos de<br />
un año de edad, y Gabriel, mayor que Rubén, quien también<br />
ya falleció.<br />
Los amigos de infancia dejan huella profunda en nuestro<br />
ser; Rubén Salazar puede olvidar a aquellos que<br />
compartieron con él felices vivencias, como Rubén Díaz, El<br />
Fitos, quien ya se a<strong>del</strong>antó al viaje sin retorno; Héctor<br />
Romo, El Colorao; Fernando Brand y Carlos Verdín. ¡Cuántas<br />
veces jugó con ellos en la plazuela <strong>del</strong> Encino! ¡Cuantas<br />
veces se fueron juntos a las huertas!<br />
57 Fernando Brand Martínez. Ibdem. P. 139. Este texto también se publicó en Hidrocálido.<br />
Domingo 10 de noviembre de 1985. Sección deportiva.<br />
181
Rubén cursó su primaria en la escuela José María Chávez y<br />
en la Federal Tipo, recuerda con agrado y gratitud a sus<br />
profesores J. Guadalupe Peralta y José Landeros.<br />
De pequeño llegó a ver torear en la plaza de Toros San<br />
Marcos a Calesero a su primo Valdemaro Ávila, y también su<br />
amistad con Fernando Brand determinó su afición por la<br />
fiesta de los toros. Ahí, en la calle de José María Chávez<br />
empezó a Jugar al toro con una carretilla y en su fantasía<br />
brindaba la muerte <strong>del</strong> toro a una muchachita que tiempo<br />
después, fue su esposa, Rosa María Cristina Lomelí de los<br />
Reyes. Fueron sus maestros de tauromaquia Julián y Ramón<br />
Rodarte, sobre todo este último que según él, se las sabía<br />
de todas todas.<br />
La primera vez que Rubén se enfrentó con un novillo de<br />
media casta, que pertenecía a la ganadería <strong>del</strong> Tequesquite,<br />
lo fue por gestiones de Carlos Verdín, en la plaza de toros<br />
Renacimiento, en la vecina población de Teocaltiche,<br />
Jalisco. Enrique Jiménez el de "El Famoso 33", lo apoyó,<br />
llevándolo a las tientas en las ganaderías. Rubén se casó<br />
muy joven con Rosita Lomelí y su señor suegro, Pancho<br />
Lomelí, lo apoderó y organizó novilladas. Tuvo su primera<br />
corrida formal con cuadrilla de La Unión, en una feria en<br />
Rincón de Romos, Aguascalientes, y alternó con Pepe López,<br />
con ganado de Garabato. Posteriormente, en el año de 1950,<br />
toreó 6 ó 7 novilladas en la Plaza de Toros San Marcos; ya<br />
había alternado ahí con Fernando Brand y Pepe Gaona.<br />
Las ganaderías en las que participó en tientas fueron:<br />
Corlóme, La Punta y con don Ramiro González; también fueron<br />
testigos de sus hazañas las plazas de San Luis Potosí,<br />
Encarnación de Díaz y Teocaltiche. Se placeó mucho en<br />
provincia antes de llegar a la Monumental de Insurgentes,<br />
en la Ciudad de México, donde debutó en el año de 1952, con<br />
novillos de Peñuelas; fueron sus alternantes, un torero<br />
norteamericano, Sam James, y el mexicano Joselito Méndez,<br />
182
por cierto que toreó tan sólo un novillo, porque se<br />
suspendió la corrida por lluvia, 1953 fue el año crucial<br />
para Salazar en su carrera, ya que toreó en grande en la<br />
México en su presentación; en esa temporada, con ganado de<br />
Cerralvo, cortó una oreja, después, en tres tardes seguidas<br />
cortó tres orejas; su fama se fue extendiendo, toreando en<br />
la Plaza El Progreso, en Guadalajara, y en la Monumental de<br />
Ciudad Juárez, toreó 70 novilladas en tres temporadas.<br />
Apoyado por don Enrico Pani y el banderillero Cayetano<br />
Leal, “Pepe Hillo”, Rubén Salazar se fue a Sevilla, España<br />
y veló por sus intereses el apoderado andaluz don Miguel<br />
Moreno, hombre caballeroso, quien lo instaló en el pueblo<br />
de Comas, donde conoció a Paco Camino cuando era un<br />
chavalillo de 14 años, y lo alentó para ser torero, este<br />
jovencito era panadero pero con mucha afición. También<br />
cultivó amistad con el novillero Curro Romero. En España<br />
toreó en Sevilla, Madrid y Cartagena; en ésta última plaza<br />
toreó un astado de Miura llamado "Michin", al que le cortó<br />
las orejas y recuerda con agrado esta faena. En aquellas<br />
tierras lo sorprendió la ruptura <strong>del</strong> convenio Hispano<br />
Mexicano y tuvo que retornar a México, pero se trajo la<br />
amistad de Paco Camino, quien es padrino de sus nietos.<br />
Rubén tomó la alternativa en la Plaza de Toros San Marcos,<br />
de mano de Luis Briones y siendo testigo Raúl García, con<br />
toros de Garabato; con su toro de alternativa no tuvo<br />
suerte pero a su segundo lo mandó al destazadero sin orejas<br />
ni rabo.<br />
Un percance que tuvo en la plaza de Ciudad Juárez, en el<br />
que se lesionó el talón de Aquiles, hizo que se retirara de<br />
la torería en activo, fue su última intervención en un<br />
festival en compañía de Rafael Rodríguez, El Volcán de<br />
Aguascalientes; Alfonso Ramírez Calesero; Jesús Delgadillo,<br />
El Estudiante, y Luis Procuna, toreando magníficamente.<br />
183
Para Rubén, el Santo Señor <strong>del</strong> Encino ha sido su santo<br />
patrón en la vida, habiéndole obsequiado el estoque de<br />
plata que ganó en una corrida de concurso, ¡Enhorabuena<br />
matador, que has cumplido!” 58<br />
Acerca de “Jesús Delgadillo López. El Estudiante”, resalta:<br />
“Jesús Delgadillo López, El Estudiante, nació en la calle<br />
de La Alegría, hoy Alfonso Ramírez Alonso, el día 8 de<br />
octubre de 1938. Fue hijo de don Guillermo Delgadillo y de<br />
doña María López, quienes formaron una prolífera familia de<br />
diez hijos sus nombres son: Antonio, Cenobio, Josefina,<br />
Guillermo, J. Guadalupe, Rubén, Aníta, Jesús (nuestro<br />
torero), Rosita y Lolita.<br />
Jesús estudió la primaria en la escuela Benito Juárez,<br />
enclavada en el barrio, en la manzana donde está la<br />
parroquia y también en la escuela Melquíades Moreno.<br />
Termina su primaria e hizo la carrera comercial en la<br />
Academia Rodríguez Dávila para después pasar a la<br />
preparatoria y de ahí a la universidad de la vida, sus<br />
amigos de infancia y juventud estuvieron ligados al<br />
mundillo taurino de Aguascalientes. Víctor y Armando Mora,<br />
José Sánchez (padre de los famosos hermanos Sánchez),<br />
Andrés Díaz, Héctor de Granada, Rubén Salazar y Fernando<br />
Brand. El estudiante sintió fuertemente el mal de montera<br />
en 1948, cuando surgió Rafael Rodríguez el Volcán de<br />
Aguascalientes, a quien siempre ha admirado, y le sirvió de<br />
inspiración; lo conoció en un lugar en el que se reunían<br />
los toreros de la tierra, que fue la bolería de Julián<br />
Rodríguez, en El Parían, bolería que se llama Calesero.<br />
Cuando lo conoció le nació a Jesús el deseo de ser torero.<br />
Después de tomada su decisión, Jesús empezó el vía crucis<br />
<strong>del</strong> torero en tentaderos y corridas pueblerinas; la primera<br />
58 Rubén Salazar Avila. Ibdem. P. 142. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Lunes 11<br />
de noviembre de 1985.<br />
184
vez que se enfrentó a un animal cornúpeta bravo, fue a una<br />
vaca toreada, en Pabellón.<br />
Recibió el nombre de El Estudiante, porque eso era cuando<br />
empezó a torear, allá por el año de 1951. Su primer corrida<br />
formal en calidad de novillero fue en la Plaza de toros El<br />
Progreso, en Guadalajara, en 1956; duró dos años en las<br />
filas novilleriles y en 1958 recibió su alternativa como<br />
matador de toros en la Plaza San Marcos, de manos de<br />
Alfredo Leal, en la que fue testigo Joselito Huerta y el<br />
ganado de Lucas González Rubio. Confirmó su alternativa en<br />
la Plaza México en el año de 1959, de manos de El lanchero<br />
Aguilar, y fungió como testigo Fernando de los Reyes, El<br />
Callao.<br />
En 1964 emigró a España y tuvo que renunciar a su<br />
alternativa para reingresar a las filas de la novillería<br />
debutando en la Plaza de Barcelona para continuar en la<br />
Monumental de Madrid. En la madre patria toreó más de<br />
treinta novilladas y de nuevo tomó la alternativa de<br />
matador de toros en Barcelona, de manos de Fermín Murillo,<br />
y como testigo, Curro Romero, con toros de Alvaro Domecq.<br />
Al mes siguiente confirmó su alternativa en Madrid, de<br />
manos de Santiago Castro “Luguillano” y como testigo,<br />
“Palmeño”.<br />
Regresó El Estudiante, en 1967 a México, y en el Coso de<br />
Insurgentes reconfirmó la alternativa, esta vez de manos de<br />
Joaquín Bernardo y como testigo, Raúl García, con toros de<br />
Tequisquiapan.<br />
En varias corridas llegó a torear con Rafaelillo,<br />
sintiéndose orgulloso de esto y disputándole las palmas a<br />
quien fue su inspiración torera.<br />
En la Feria de San Marcos de 1982, alternando con Eloy<br />
Cavazos y Humberto Moro, se despidió, cortándose la coleta.<br />
Dentro de sus satisfacciones toreras estuvo el haber sido<br />
el primer torero que cortó un rabo en la Plaza Nueva de<br />
185
Bilbao, España, con lo que pasó a los anales de la historia<br />
taurina de ese país.<br />
El Estudiante vive actualmente en Ciudad Juárez, trabaja<br />
para la Secretaría de hacienda. Es padre de cuatro hijos,<br />
vive con gran tranquilidad y es muy servicial y<br />
caballeroso; su anhelo más grande es jubilarse y en plan de<br />
hijo pródigo regresar a Aguascalientes y a su amado barrio<br />
de Triana.<br />
Cuando se le cuestionó: -Tú y el Señor <strong>del</strong> Encino-, sus<br />
palabras exactas fueron las siguentes: -Lo llamo mi<br />
prietito santo; desde que nací he estado ligado a él, fui<br />
bautizado en su parroquia; de más grande fui acólito debido<br />
a que vivía cerca <strong>del</strong> templo en la calle de La Alegría,<br />
casa que actualmente sigue siendo de mi familia. Cuando mis<br />
padres fallecieron, en la parroquia <strong>del</strong> Encino fueron sus<br />
exequias; siempre que voy a Aguascalientes lo voy a visitar<br />
a su templo y le digo: 'Gracias, prietito mío, que me des<br />
oportunidad de volverte a ver', y cuando salgo <strong>del</strong> terruño<br />
voy a despedirme para decir me voy otra vez, no me pierdas<br />
de vista, ayúdame, prietito mío-. ¡Este es amor <strong>del</strong><br />
bueno!.” 59<br />
De “Efrén Adame López. El Cordomex”, describe lo siguiente:<br />
“Con excepción de Jesús Delgadillo López, El Estudiante,<br />
todas las biografías de los toreros de Triana han tenido<br />
como base una entrevista grabada en cinta magnetofónica.<br />
Efrén Adame no ha sido la excepción y él escogió el lugar<br />
de la entrevista, un atardecer en el Jardín de San Marcos,<br />
en medio <strong>del</strong> follaje de sus plantas, de las flores, de las<br />
frondas de los árboles, <strong>del</strong> corretear de los niños en sus<br />
juegos, <strong>del</strong> canto de los pájaros, <strong>del</strong> susurro de la fuente,<br />
<strong>del</strong> romance de los jóvenes y de las remembranzas de los<br />
59 Jesús Delgadillo Márquez “El estudiante”. Ibdem. P. 144. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido. Martes 12 de noviembre de 1985.<br />
186
ancianos que hacen corrillos en las añosas bancas <strong>del</strong><br />
jardín.<br />
Solo a Efrén se le ocurrió tal escenario, por su<br />
sensibilidad artística para dejar correr el corazón por la<br />
boca y platicarnos de su transcurrir en la vida.<br />
Hizo un elogio a la belleza <strong>del</strong> jardín, a la tranquilidad<br />
<strong>del</strong> momento y a la luminosidad de la tarde; entrecerró sus<br />
ojos de minuto, como él dice al referirse a los leños, y el<br />
verbo fluyó por su boca.<br />
Nací el 5 de enero de 1940 en la Hacienda de los Campos, la<br />
cual se encuentra enclavada en tres estados: Jalisco,<br />
Zacatecas y Aguascalientes; mis padres fueron don Teófilo<br />
Adame y doña María López González, ellos ya no viven en<br />
este mundo, pero viven eternamente en mi alma. Por todos en<br />
mi casa fuimos seis hermanos, tres hombres y tres mujeres:<br />
Lupe, Raúl, Lola, Tere, Estela y yo.<br />
De brazos me trajeron mis padres a esta ciudad, que es mi<br />
tierra entrañable, nuestra casa estuvo en la calle de Los<br />
Pericos, hoy 5 de febrero, <strong>del</strong> rumbo de El Llanito, el cual<br />
pertenece al barrio de Triana; mis padres fueron de origen<br />
humilde; mi madre quedó huérfana desde muy pequeña y un<br />
matrimonio que vivía por la calle de la Alegría la formó,<br />
el señor se llamaba don Simón y su esposa doña María.<br />
Siempre amé a mi madre y ahora a su recuerdo, amé sus manos<br />
con callos propios de mujer de trabajo, misma que con<br />
rigidez y amor nos enseñó lo que es bueno y lo que es malo.<br />
También amo la memoria de mi padre, quien fue panadero y en<br />
su tahona nos enseñó el oficio y a ganarnos la vida. Lo<br />
recuerdo en sus principios, hacía poco pan y él,<br />
personalmente vendía casa por casa; después le ayudó un<br />
niño, quien cargaba el canasto de pan y a nosotros, como<br />
dije, nos enseñó a ser panaderos. Todos estos recuerdos me<br />
hacen exclamar: ¡Qué bonita fue mi familia! Mi instrucción<br />
primaria la hice en varias escuelas: el primero, segundo y<br />
187
tercero, en la escuelita <strong>del</strong> santo varón que fue el Padre<br />
Toño, ubicada en la calle Rayón; el cuarto año lo cursé en<br />
la escuela Benito Juárez, en nuestro barrio de Triana, y el<br />
quinto y sexto, en la escuela Miguel Alemán, en el centro<br />
de la ciudad.<br />
Después de cursar la escuela primaria aprendí el oficio de<br />
linotipista en el periódico El Sol <strong>del</strong> Centro; trabajé<br />
dentro de las artes gráficas para la cadena García Valseca,<br />
aquí, en León, Guanajuato, y en Tijuana en el periódico El<br />
Mexicano. Por lo que respecta a mi vida taurina diré que<br />
siempre he admirado a los toreros, los conceptúo como<br />
hombres fuera de serie, admirados por las mujeres y<br />
apreciados por los hombres. Una vez, para una feria de San<br />
Marcos, me colé en la plaza de toros de la calle sagrada de<br />
la Democracia, como ayudante <strong>del</strong> subalterno Alfredo Prado,<br />
que en paz descanse; en esos momentos estaba feliz, la<br />
sangre hierve de afición, las pupilas brillan de alegría, y<br />
cuando me disponía a gozar de un corridón en que toreaba<br />
Rafael Rodríguez, me distinguió el empresario, gritó a dos<br />
policías y les dijo: "¡Eh! Vengan y acompañen a este<br />
muchacho a la calle"; así me sacaron de la Plaza de Toros<br />
San Marcos, yo lloré de rabia y me senté en la orilla de la<br />
banqueta a consolarme oyendo los ¡olés! que salían <strong>del</strong><br />
albero; quería ser gato para subirme por las paredes y<br />
gozar de la corrida; en ese momento me prometí ser torero.<br />
Así, en 1958 me inicié toreando becerros y cebúes en<br />
pueblos y rancherías, animales criollos mañosos sin casta<br />
alguna; iba uno a las ganaderías y los ganaderos siempre<br />
hacían mala cara, ni un vaso de agua daban; pero que no<br />
empezara uno a figurar porque entonces sí te decían: "¿Te<br />
acuerdas que yo te ayudé, en tus principios?" y como eso lo<br />
decían frente a sus amigos, para no hacerlo quedar mal, uno<br />
contestaba: "Sí, señor ganadero, usted me ayudó mucho". Yo,<br />
a los ganaderos y empresarios no les caía en gracia por<br />
188
tener la greña grande y usar un sombrero también grande;<br />
eso me impidió torear en la Plaza El Progreso de<br />
Guadalajara, porque el empresario me dijo que su plaza era<br />
seria. En paz descanse, yo no le guardo rencor.<br />
Cuando quedábamos bien en las placitas de los pueblos nos<br />
aventaban naranjas, dinero, zapatos, para nuestro<br />
beneficio.<br />
Me tuve que ir a trabajar como linotipista al periódico El<br />
Mexicano de Tijuana, y como asistente de la plaza de Las<br />
Playas de Tijuana; ahí llegué a sacar en hombros por sus<br />
buenas faenas a Joselillo de Colombia, Joselito Huerta, y<br />
Capetillo; y andando el tiempo alterné con ellos.<br />
En cuanto a mi mote de El Cordomex, lo tomé porque en una<br />
fotografía vi a Manuel Benitez El Cordobés, y como usaba<br />
la greña grande como yo y tenía ojos chiquitos como los<br />
míos, me inspiré en su mote para sacar el mío, aunque con<br />
cierto temor de que reclamara, cosa que nunca aconteció.<br />
Por cierto, en una ocasión en la Plaza de Tijuana, iba a<br />
alternar con él pero por razones administrativas su<br />
apoderado no quizo.<br />
Después de placearme por distintas partes de la República,<br />
el 25 de abril de abril de 1975 me presenté en la Plaza<br />
México, la más grande <strong>del</strong> mundo, y debido a mi magnífica<br />
campaña novilleril, el 21 de noviembre de 1965, tomé la<br />
alternativa en la Plaza de toros Fermín Rivera, en San Luis<br />
Potosí.<br />
A mi padre, don Teófilo Adame Carmona, cuando me decía que<br />
me quitara de torero y que me viniera a trabajar, yo le<br />
decía: -Mire que le he de brindar la muerte de un toro, y<br />
se llegó el día y fue el toro de mi doctorado; pertenecía a<br />
la ganadería de Garfias, era un tío de cuatrocientos<br />
setenta y tres kilos, de nombre "Tramillero"; negro<br />
salpicado, <strong>del</strong>antero de pitones, colilargo y apretado de<br />
cabeza; bonito toro. Después de que recibí el abrazo de la<br />
189
alternativa y los trastos de matar de manos de don Manuel<br />
Capetillo, estando de testigo don Jaime Rangel, me dirigí a<br />
la barrera donde estaba mi padre, sentía que las corvas se<br />
me doblaban de emoción, y montera en mano le dije, “Padre<br />
va por usted la muerte de este toro que le prometí; va por<br />
usted y pídale a Dios que tenga suerte- y él con sus ojitos<br />
de minuto y un corazón extenso, al quitarse el sombrero me<br />
dijo: -Gracias, hijo, que Dios te ayude-. No pude desorejar<br />
al toro de mi alternativa, pero la gente salió contenta con<br />
la corrida, salió toreando.<br />
Después, en mi vida de matador, llegué a alternar con<br />
Joselito Huerta; con Rafael Rodríguez, El Volcán de<br />
Aguascalientes; con Manuel Capetillo, y con otros más; y<br />
cuando en el patio de cuadrillas, antes de partir plaza, al<br />
verme enfundado en mi traje de luces en medio de mis ídolos<br />
<strong>del</strong> toreo me decía: -¡Dios mío, qué me pasa!— Se me hacía<br />
aquello irreal, me acercaba con mis alternantes y les<br />
decía: -Maestro, para mí es un honor hacer el paseíllo con<br />
usted-.<br />
Yo no me he retirado de los toros y no quiero hacerlo<br />
porque no quiero volver a abrir la herida de la afición,<br />
que arrestos me sobran para encerrarme solo con seis toros<br />
y desorejarlos, pero ya no quiero sentir ese temblor de<br />
emoción constante cuando estoy vestido de torero, ese<br />
meditar diciendo: Dios mío, no sé si regrese a desvestirme<br />
o si me desvistan en la enfermería o en el cementerio;<br />
bendice a mis alternantes, a mis compañeros, que hagan buen<br />
papel, que triunfen, que el mejor se lleve las palmas-.<br />
Efrén Adame es un gran declamador de poesía española de<br />
temas taurinos y nos dice que los toros y la poesía se<br />
hermanan, que si no hubiera sido torero no había podido ser<br />
declamador; yo lo conozco en esta faceta y es un gran<br />
artista.<br />
190
Después de la tempestad viene la calma; el andariego de<br />
plaza en plaza, el soltero empedernido y que, sin embargo,<br />
ve en la mujer toda una poesía, llega a las plácidas playas<br />
<strong>del</strong> hogar. Efrén Adame contrajo matrimonio con Arcelia<br />
Guadalupe Gutiérrez y Dios les ha dado la dicha de tener<br />
dos hijos varoncitos, Efrén de Jesús y Teófilo Francisco.<br />
Efrén considera al Señor <strong>del</strong> Encino su santo patrón;<br />
siempre que un domingo toreaba, en una tarde a media semana<br />
iba en la quietud <strong>del</strong> templo a visitarlo y le hacía ochenta<br />
mil promesas al Señor de Triana, al amigo torero clavado en<br />
la cruz.<br />
Termina Efrén la entrevista diciendo que quiere mucho a su<br />
esposa y a sus hijos, razón de su existir; que agradece a<br />
Dios el vivir en Aguascalientes, en medio de la paz que<br />
propician nuestros gobernantes; que agradece a ellos la<br />
tranquilidad de nuestra hermosa provincia; que pide a Dios<br />
que a los niños no les falte nada, y que a nosotros los<br />
viejos no nos prive de la paz y hermosura de estos<br />
jardines.<br />
Mientras tanto, los pájaros dejan de cantar y allá detrás<br />
<strong>del</strong> picacho mueren las últimas luces <strong>del</strong> día.<br />
Y que se organiza un fandanguillo en el cielo, y hace falta<br />
un buen declamador y don Manuel Montoya, guitarrista<br />
andaluz, le dice al Supremo Juez que él conoce a un gran<br />
declamador, originario de la Nueva España y menciona a un<br />
gran señor que le pone emoción a la palabra, al verbo y que<br />
vive en lo que fue la Villa de Nuestra Señora de la<br />
Asunción de las Aguas Calientes, <strong>del</strong> reino de la Nueva<br />
Galicia y su nombre: ¡Efrén Adame López, mejor conocido<br />
como El Cordomex! Y el Juez Supremo, el 29 de enero <strong>del</strong> año<br />
2004 hace que Efrén se ponga sus mejores galas y parta<br />
sobre el ruedo de la vida y se aleje de éste, y desde esa<br />
fecha Efrén está en los cielos declamando, palmoteando y<br />
191
alegrando todos los fandanguillos en que toca don Manuel<br />
Montoya.” 60<br />
Hay familias donde algunos de sus miembros se dedican al<br />
toreo, es el caso de “Los Mora”. A partir de la entrevista<br />
con uno de ellos nos narra el autor sus afanes. “Triana,<br />
Aguascalientes, otrora vergel de la tierra, la de las<br />
huertas; puertas <strong>del</strong> paraíso en las que se oía el susurrar<br />
<strong>del</strong> agua por las acequias y el calor de las mañanas de<br />
verano hacía cantar a las cigarras; se oía el cucú triste<br />
de las palomas; los cielos azules contrastando con las<br />
nubes blancas; esa Triana fue el hogar de la familia Mora,<br />
cantera de toreros.<br />
Platiquemos con uno de los Mora, con Armando. Nos dice que<br />
nació el día 22 de junio de 1943; la casa en que nació<br />
estaba en la calle de la Alegría, <strong>del</strong> barrio de Triana sus<br />
padres fueron don Juan José Mora Barba y doña Ma.<br />
Concepción Reyes.<br />
La infancia de Armando transcurrió de lo más feliz en el<br />
barrio, con sus amigos de la escuela y de la doctrina;<br />
perteneció a las vanguardias de la acción católica de la<br />
parroquia <strong>del</strong> Encino, comandados en ese entonces por Juan<br />
Antonio Martínez; recuerda con agrado haber representado a<br />
este grupo en el maratón de San Felipe y, por cierto, iba<br />
en compañía de Juan Antonio Martínez al incipiente<br />
fraccionamiento de Jardines de la Asunción a correr para<br />
prepararse para el Maratón.<br />
También recuerda con alegría haber sido campanero de la<br />
torre <strong>del</strong> Encino y las diabluras de chamaco que hacían en<br />
el campanario y el techo de la parroquia.<br />
Entre sus amigos de infancia nos hace referencia <strong>del</strong> ahora<br />
doctor Nacho Navarro y de los industriales Camilo y Pepe<br />
Barba, la instrucción primaria la hizo en una escuelita<br />
60<br />
Efrén Adame López. Ibdem. P. 146. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Sábado<br />
1ro de noviembre de 1986.<br />
192
ubicada en la esquina de las calles de Colón y Abasolo, que<br />
era atendida por la señorita Concha Esparza, hija de don<br />
Severo, y de ahí pasó a la escuela Rosalía Monroy, y<br />
recuerda con cariño a sus maestras María Arguelles y<br />
Florencia Lara.<br />
Por razones familiares, cuando tenía 15 años, tuvieron que<br />
emigrar a la Ciudad México, pero él ya llevaba en su ser la<br />
afición por la fiesta más hermosa de todas, la fiesta<br />
brava, por los toros.<br />
La primera vez que se vistió de luces fue el 29 de<br />
diciembre de 1959, en una corrida que hubo en un pueblito<br />
<strong>del</strong> Estado de México llamada Fábricas de María; quien lo<br />
vistió de luces fue otro trianero, José Torres, Torritos,<br />
que vivía en la calle de Semería.<br />
Esta corrida fue un mano a mano entre su hermano Víctor y<br />
Héctor Luquín; él actuó como sobresaliente y le permitieron<br />
hacer dos quites y banderillas, y fue premiado con aplausos<br />
por el respetable.<br />
Retornó a la patria chica donde hizo sus pininos como<br />
torero; fueron sus maestros los matadores Rafael Rodríguez,<br />
Rafaelillo; Fernando Brand, Jesús Delgadillo, El<br />
Estudiante; Rubén Salazar, El Chapuzas, y Bernabé Esparza,<br />
Pitoloco. Todos sabían a la perfección el oficio de ser<br />
toreros.<br />
Para Armando, la ganadería de Corlóme, en la Hacienda de la<br />
Paz, en el estado de Jalisco fue su escuela taurina, pues<br />
don Pepe Lomelí, dueño de ella, lo vio como hijo y lo apoyó<br />
en su carrera taurina. Recuerda a don Pepe con todas las<br />
características de un gran señor: bondadoso y todo entrega<br />
a sus semejantes; fue un señor ganadero, criador de reses<br />
bravas, a toda ley, no como comerciante, sino un ganadero<br />
escrupuloso en la crianza de toros de lidia; esto lo hacía<br />
con una afición muy grande a la fiesta brava.<br />
193
Otra persona que recuerda en forma emocionada por haberlo<br />
ayudado en su carrera fue don Jesús Ramírez Gámez, El<br />
Abogao, un gran taurino, un gran aficionado, caritativo al<br />
grado de quitarse la camisa para cubrir la desnudez <strong>del</strong><br />
prójimo; en una palabra, un gran hombre.<br />
En sus andanzas toreras sintió gran apoyo de los ganaderos<br />
criadores de toros de lidia: Tato Rangel, de la ganadería<br />
de Garabato; ingeniero Luis y su hermano Maurito, ambos de<br />
apellido Ruiz Barrios, de la ganadería de Presillas, y don<br />
Miguel Desamantes Rul, de la ganadería de Peñuelas; todos<br />
ellos románticos de la fiesta de los toros, y prestos a<br />
extender su mano en ayuda de incipientes toreros.<br />
Ahora bien, de Manuelito Arellano, transportista de reses<br />
bravas de las dehesas a las plazas le agradece su amistad<br />
sincera, pues lo relacionó con su amigo don Olegario<br />
Hernández, dueño de las plazas de León, La Luz; Nuevo<br />
Progreso de Guadalajara, y la Monumental de Monterrey;<br />
plazas que le abrieron las puertas para torear.<br />
A todos ellos les manifiesta su agradecimiento y su<br />
recuerdo de hombres de bien. El primer festival que toreó<br />
en la Plaza de Toros San Marcos de Aguascalientes, lo<br />
organizó el líder obrero don Roberto Díaz; alternó con<br />
Teresita Andaluz y con una torera norteamericana, Patricia<br />
Hains, así como con Paco Lara, y triunfó en este festival.<br />
Después, el mismo don Roberto Díaz lo invitó a participar<br />
en otros festivales.<br />
En sus andanzas de novillero, Armando toreó en varias<br />
plazas de la República: Chihuahua, Laredo, Durango,<br />
Monterrey, León, Guadalajara y en la México; la mayoría de<br />
sus corridas fueron de triunfos pues nunca -echó la pata<br />
pa'tras, siempre pa’lante-.<br />
En su vida de novillero recuerda gloria y dolor en la Plaza<br />
de Monterrey y una breve temporada en la Plaza El Progreso,<br />
en Guadalajara.<br />
194
Empieza a recordar que en Monterrey toreó una novillada<br />
hecha y derecha de Presillas, casi toros de cinco años;<br />
esta ganadería era de don Maurito Ruiz Barrios; alternó con<br />
Carlos Peña, Peñita y con Jorge Rosas, El Tacuba; en esta<br />
novillada le hizo a uno de sus toros una faena emotiva,<br />
electrizante y al final de la misma el toro le lesionó una<br />
pierna afectando la femoral; fue una cornada fuerte y aún<br />
así tuvo los arrestos de continuar la faena por derechazos<br />
de matar y de recibir apéndices; fue un triunfo y una<br />
cornada.<br />
En cuanto a Guadalajara, entre octubre y noviembre de 1969,<br />
por su calidad torera, toreo cuatro novilladas seguidas,<br />
las ganaderías fueron de La Punta, Pastejé, Peñuelas y<br />
Santacilia. En la novillada de Peñuelas toreó un novillo<br />
tan noble que la parroquia pidió indulto y dio la vuelta al<br />
ruedo acompañado de don Olegario Hernández y de Guillermo<br />
González, El Cabezón, representando la ganadería de<br />
Peñuelas; ahí, memo le dijo que acababa de comprar la Plaza<br />
de Toros San Marcos y que en la primera tercia formaría<br />
parte; y así fue, se trató de una corrida de aniversario de<br />
la ganadería de La Punta y también le indultaron un toro.<br />
Armando Mora Reyes recibió su alternativa como matador de<br />
toros el día 28 de marzo de 1971, en la Plaza de Toros San<br />
Marcos, Aguascalientes, de manos <strong>del</strong> Trianero Jesús<br />
Delgadillo, El Estudiante, quien retornaba de España<br />
después de cinco años y traía muy buen oficio de torero;<br />
actuó como testigo Fernando de la Peña.<br />
Como matador de toros toreó como unas quince corridas, una<br />
de ellas en San José de Costa Rica, en Centroamérica, en la<br />
que toreó a la usanza portuguesa, es decir, sin matar al<br />
toro.<br />
Recuerda con agrado dos festivales en los que participó,<br />
ambos en la San Marcos una en beneficio <strong>del</strong> matador Rubén<br />
Salazar, que fue nocturno, en el que alternó con Paco<br />
195
Camino, El maestro de Camas; ambos cortaron orejas. El otro<br />
festival fue en homenaje al matador Rafael Rodríguez,<br />
Rafaelillo, en el que alternó con Manuel Capetillo, Jaime<br />
Rangel, Jesús Córdova y don Alfonso Ramírez, Calesero;<br />
todos dieron buena tarde. Por cierto, para Armando, el<br />
torero más grande <strong>del</strong> mundo se llamó Alfonso Ramírez<br />
Calesero; no se pueden olvidar sus verónicas, sus<br />
muletazos, sobre todo aquellos de latiguillo en que salía,<br />
después de ejecutarlo, con prestancia y señorío. ¡Qué gran<br />
maestro!<br />
Comenta Armando que siempre que toreó en la Plaza de toros<br />
San Marcos cortaba al menos una oreja de los cornúpetas que<br />
toreaba.<br />
Ahora, hablemos de la familia íntima de Armando Mora Reyes.<br />
Armando contrajo matrimonio con Elena Galáviz, en el año de<br />
1969, y Dios les envió tres hijos varones, Israel, José<br />
Armando y Fernando; uno de sus nietos, hijo de José<br />
Armando, Víctor, también trae el mal de montera pues es<br />
niño torero.<br />
En cuanto a su familia torera, Armando nos dice que su<br />
abuelo, don Juventino Mora Valdés, fue torero; llegó a<br />
alternar con don Rodolfo Gaona, en Guadalajara; su abuelito<br />
le llegó a mostrar una cicatriz de cornada en una de sus<br />
axilas. De ahí arranca la peña taurina de esta familia: su<br />
tío Juventino Mora Barba fue novillero en época de<br />
Rafaelillo; Sergio Víctor Mora Reyes, su hermano, a quien<br />
le toca torear como novillero en la Plaza de Toros El Toreo<br />
de Cuatro Caminos; luego Armando, de quien ya hablamos;<br />
sigue Jorge Mora Vera, hijo de Jorge Mora Reyes y de doña<br />
Rebeca Vera, mismo que está en activo y nos deja saborear<br />
su magnífico toreo; es un torero triunfador. Y sigue la<br />
mata dando, ahí están los hijos de Armando: Israel y José<br />
Armando Mora; Omar García Mora, sobrino de Armando, y viene<br />
el remate <strong>del</strong> niño torero Víctor Mora, nieto de Armando.<br />
196
Santo Señor <strong>del</strong> Encino, ¡ole!, por esta familia de toreros<br />
que han respirado el aire que les das tú, ¡Triana! 61<br />
Otro célebre torero fue “Luis Fernando Esparza González,<br />
Luis de Triana” de quien narra: “Muy cerquita de la tienda<br />
"Los Cinco Señores", allá donde Gorgonio Esparza, matón <strong>del</strong><br />
barrio de Triana, daba mezcal en artesa a su caballo; en la<br />
calle de Belauzarán, el día 12 de mayo de 1966, el hogar<br />
formado por don Jorge Esparza González y doña Irma Yolanda<br />
González Dávalos, se vio bendecido por el Señor <strong>del</strong> Encino<br />
enviándoles un hijo al que bautizaron en la parroquia con<br />
el nombre de Luis Fernando, quien años después será el<br />
torero Luis de Triana.<br />
Luis de Triana pertenece a una familia de abolengo en<br />
nuestro barrio; es bisnieto de Pancho Esparza; su abuelo es<br />
Lupe Esparza y su padre Jorge. Cuando de noche quiere uno<br />
transitar por la calle Belauzarán, le pide uno a cualquier<br />
Esparza su sombrero, se lo pone y transita uno con toda<br />
confianza porque ahí respetan a los Esparza.<br />
De niño, Luis vivió feliz en el barrio, con sus amiguitos;<br />
jugó en la huerta de la casa en la calle Ancha, en el<br />
Jardín <strong>del</strong> Encino y, como todos los niños <strong>del</strong> barrio, no<br />
escapo a la tentación de ir a tocar las campanas de la<br />
parroquia.<br />
Luis de Triana recibió las luces de la cultura en el<br />
Colegio Portugal y en el bachillerato de la Universidad<br />
Autónoma de Aguascalientes. Cuando recuerdo esta época no<br />
puedo evitar evocar cariño y respeto para el padre J.<br />
Guadalupe Díaz Morones, director <strong>del</strong> Colegio Portugal.<br />
Antes de ser torero, Luis de Triana fue charro debido a que<br />
constantemente iba al rancho que su abuelo, don Lupe, tenía<br />
en San Francisco <strong>del</strong> Arenal (ya la mancha urbana lo<br />
absorbió), y ahí se acostumbró a andar entre caballos y<br />
ganado; todo esto lo llevó a practicar la charrería. Fue<br />
61 Los Mora. Ibdem. P.150.<br />
197
uno más de los caballeros <strong>del</strong> campo mexicano que con<br />
orgullo llevó el traje de charro.<br />
Pues bien, en alguna ocasión Luis entró a la Plaza de Toros<br />
San Marcos y vio a unos chavalillos entrenando para ser<br />
toreros, hacían toreo de salón, bajo la vigilancia<br />
magistral <strong>del</strong> también conbarriano, matador Rubén Salazar;<br />
al ver este ambiente le nació el deseo de ser torero, Rubén<br />
lo tomó bajo su égida y Luis empezó a entrenar.<br />
Debido a la amistad <strong>del</strong> matador Rubén Salazar con el<br />
ingeniero Sergio Lomelí propietario de la ganadería de<br />
Corlóme, Hacienda de la Paz, municipio de Ojuelos,<br />
recomienda con él a Luis para que madure como torero.<br />
Vivió una temporada en la Hacienda de Corlóme, se congració<br />
con el ingeniero Lomelí porque ayudaba en todas sus labores<br />
campiranas, y su vida fue muy metódica, se dividía entre<br />
labores <strong>del</strong> campo, torear becerras y hacer toreo de salón.<br />
En Corlomé aprendió las bases fundamentales <strong>del</strong> toreo.<br />
Llego día en que se vistió de luces, fue el 5 de julio de<br />
1987, cuando toreó en la plaza de Caletilla, en Acapulco;<br />
alternó con Héctor de Granada y Mauricio Portillo<br />
naturalmente el ganado fue de la ganadería que le sirvió de<br />
escuela, Corlóme; tuvo el padrinazgo <strong>del</strong> ingeniero Lomelí.<br />
La afición hidrocálida lo conoció ese año en la Feria de<br />
los Chicahuales, en Jesús María, Aguascalientes, en el mes<br />
de julio; toreó en la Plaza de Xonacatique, Jesús María,<br />
alternando con Héctor de Granada. En esta novillada fue<br />
premiada su actuación con dos orejas.<br />
Luis de Triana tuvo una buena temporada en Guadalajara.<br />
Resulta que un grupo de aficionadas patrocinó un serial de<br />
diez novilladas para descubrir valores de la tauromaquia de<br />
origen jalisciense; él se hizo pasar por jalisciense<br />
procedente de Ojuelos.<br />
198
Estas novilladas se llevaron a cabo en el Lienzo Charro<br />
Zermeño, y participó a partir de la quinta novillada; en la<br />
séptima fue el triunfador.<br />
En 1987 participó en un serial en Torreón, en el cual<br />
participó de pura chiripada, pues uno de los alternantes se<br />
lastimó y el ingeniero Sergio Lomelí lo presentó con los<br />
señores Canto, quienes hacían empresa, y entró a suplir al<br />
novillero lastimado; su actuación fue triunfal al grado de<br />
que fueron nueve las novilladas en las que participó. En<br />
esa época tuvo que entreverarlas con las novilladas en<br />
Acapulco. En la corrida de triunfadores <strong>del</strong> serial en<br />
Torreón, se disputó un premio millonario y fue el<br />
triunfador; obtuvo el premio que invirtió en cosas de<br />
torear.<br />
Uno de sus recuerdos dolorosos fue en una novillada que<br />
toreó en Monterrey; al final <strong>del</strong> último tercio, el toro le<br />
corno la mano derecha, lo que le causó gran dolor y, aún<br />
así se perfiló a matar. Al primer intento entró la toledana<br />
hasta los gavilanes y cayó el novillo, en caso contrario<br />
hubiera sido su calvario matar a su novillo.<br />
Respecto a la Plaza México, la de Insurgentes, ha toreado<br />
cuatro veces. La primera vez fue en 1989; luego, estuvo de<br />
sobresaliente en una corrida en que toreó Cristina Sánchez<br />
y Fernando Ochoa, él hizo un quite, el cual le gustó a la<br />
empresa y sirvió para torear el siguiente domingo; después,<br />
una vez más.<br />
Su hambre torera lo hizo ir a perfeccionarse a España en<br />
compañía de su hermano, Miguel <strong>del</strong> Barrio; cuántos gratos<br />
recuerdos trae de la madre patria, tantos buenos amigos que<br />
hizo, tanta buena gente que trató.<br />
El matador Rubén Salazar lo conectó con su compadre, El<br />
Niño Sabio de Camas, Paco Camino y éste arregló que<br />
ingresaran a la escuela taurina madrileña de El Batán, que<br />
está al poniente de la ciudad, por la salida a Toledo y a<br />
199
Navalcarnero, detrás de Palacio Real, al otro lado <strong>del</strong> río<br />
Manzanares. Nos platica Luis la importancia que tiene El<br />
Batán en la Feria de San Isidro, pues ahí está El<br />
Campanario, que es donde tienen muchos corrales y se<br />
concentran las corridas que se torearán en la feria; es una<br />
verdadera romería de madrileños que van a conocer los<br />
encierros. De esta escuela han salido las más grandes<br />
figuras de la tauromaquia española.<br />
La primer novillada que toreó Luis de Triana en España fue<br />
en Puebla de Montealbán, en la provincia de Ávila, cerca de<br />
la sierra de Credos; para él fue muy significativa por ser<br />
la primera y coincidió que su padre, el ingeniero Jorge<br />
Esparza, la presenció y grabo en video. Su actuación fue<br />
venturosa pues cortó dos orejas y un rabo, mismos que<br />
felizmente se trajo su padre a su casa de Triana,<br />
Aguascalientes.<br />
Sus triunfos continuaron en una novillada en Rejas, de la<br />
provincia de Toledo un encierro grande y bien presentado,<br />
cortó cuatro orejas y un rabo. Hubo plazas en España en las<br />
que le pidieron torear vestido de charro mexicano.<br />
De España recuerda con aprecio y respeto al maestro Paco<br />
Camino, quien lo aconsejó y guió; en cuanto a su maestro en<br />
la escuela de El Batán, fue Joaquín Bernardo quien siempre<br />
fue muy exigente, pero aprendió mucho.<br />
Luis de Triana recibió su alternativa el 17 de septiembre<br />
de 1996 en la Monumental de Zacatecas; iba a ser de manos<br />
de Miguel Espinoza, pero por causas de fuerza mayor no fue<br />
él, sino el matador zacatecano Jorge Carmona; de testigo<br />
estuvo el matador El Conde, con toros de Mariano Ramírez.<br />
Tenía muchas ilusiones para esa corrida pero el ganado no<br />
dio el juego apetecido y se vinieron para abajo las<br />
ilusiones.<br />
Luis de Triana y el que esto escribe recordamos una corrida<br />
en la Feria de Juchipila en enero de 1998, en donde alternó<br />
200
con Miguelito Espinoza y el torero venezolano Benítez; en<br />
esa tarde, las cuatro estaciones se manifestaron, hacía<br />
frío, estaba nublado, llovía, salía el sol, nos secábamos,<br />
y vimos una buena corrida. Luis toreó de maravilla a sus<br />
dos enemigos pero estuvo pesado con la toledana y se le<br />
fueron los apéndices.<br />
Actualmente está en activo; su apoderado es el ingeniero<br />
Rafael de los Reyes espera pronto hacer su confirmación<br />
como matador en la plaza más grande <strong>del</strong> mundo, la México,<br />
la Monumental de Insurgentes.<br />
En cuanto a su familia, Luis se casó con Alejandra<br />
Santacruz Izquierdo y Dios mandó una niñita que se llama<br />
Alexia Paulette; es el amor más grande de su vida y el<br />
encanto de los abuelos.<br />
Siempre que torea se encomienda al Cristo Negro de Triana y<br />
a la Virgen Guadalupe.<br />
Luis Fernando Esparza tenía que ser torero, pues nuestra<br />
Triana merecía ser barrio de Sevilla, por tu plazuela<br />
airosa y recoleta en que se juega al toro y al cometa y<br />
finge el rebozo la mantilla".” 62<br />
Finalmente una de las grandes figuras <strong>del</strong> toreo, con quien<br />
el autor tiene parentesco, es “Alfonso Ramírez Alonso,<br />
Calesero”. Su biografía la expone así: "Rumor de gitanos<br />
viene por la claridad <strong>del</strong> sur; rumor de voces morenas con<br />
acento de laúd. Levantaron una iglesia donde el cielo es<br />
más azul, una fuente levantaron al igual que en suelo<br />
andaluz, suertes de huertas pusieron en toda esta latitud".<br />
Así tiene el concepto de nuestro barrio de Triana el poeta<br />
don Jesús Reyes Ruiz. Tenemos que empezar con algo de<br />
poesía porque vamos a hablar de un torero que es un gran<br />
artista; quién puede olvidar una tarde de toros en la que<br />
el sol brilla más de lo usual, la gente en los tendidos<br />
siente la profunda emoción de la conjunción <strong>del</strong> arte, valor<br />
62 Luis Fernando Esparza González, Luis de Triana. Ibdem. P.153.<br />
201
y colorido de la fiesta. Cuando ven que un príncipe <strong>del</strong><br />
toreo clava los pies en la arena e instrumenta una serie de<br />
verónicas, rematadas toreramente con una revolera, con un<br />
capote que parece que está almidonado, y que el torero está<br />
mo<strong>del</strong>ando para el escultor Peraza o posando para Ruano, sí,<br />
señores, nos estamos acordando <strong>del</strong> poeta <strong>del</strong> toreo, Alfonso<br />
Ramírez, Calesero.<br />
Triana tenía que ser, calle de Colón, antes de La Cárcel,<br />
apenas pasando la antigua calle de Minerva, rumbo al sur a<br />
mano izquierda, está la casa en que nació Calesero, el día<br />
11 de agosto de 1914, don Justo Ramírez Sánchez,<br />
farmacéutico y doña Rosita Alonso Parga, fueron los padres,<br />
quienes, con el rostro iluminado de una mezcla de profundo<br />
amor y alegría, ofrecieron su vastago al Santo Señor <strong>del</strong><br />
Encino.<br />
Fueron abuelos de Alfonso Ramírez Alonso, por parte de su<br />
madre, don Pedro Alón y doña Rosa Parga, y por parte de su<br />
padre, doña María de Jesús Sánchez y don José María Ramírez<br />
Pérez, hermano <strong>del</strong> tercer señor cura <strong>del</strong> Encino, don Justo<br />
Ramírez Pérez; José María era todo un figurón dentro de la<br />
familia por sus puntadas jocosas en el transcurrir de la<br />
vida.<br />
Calesero tuvo cuatro hermanos más grandes que él, Jesús,<br />
Ernesto y Evangelina, y el más chico, Arnulfo, aunque<br />
también recuerda con cariño a Lupita, una niña a la que don<br />
Justo y doña Rosita abrieron las puertas de su hogar, y a<br />
quien todos vieron como una hermana más.<br />
Cuando Alfonso se acuerda de su infancia entrecierra un<br />
poco sus ojos, suspira y dice: -Fue una infancia feliz,<br />
llena de amor a mis padres y hermanos quienes fueron toda<br />
entrega. Con cuánto cariño mis padres nos inculcaron<br />
principios morales y cristianos y nos hicieron personas de<br />
temor a Dios-.<br />
202
Cursó su primaria en las escuelas Benito Juárez, en la<br />
calle Ancha, y en la Federal tipo, donde fue alumno de mi<br />
padre, profesor don Faustino Villalobos López.<br />
Los grandes amigos de su juventud fueron El Chino, Rodrigo<br />
<strong>del</strong> Valle, con quien alternó en su primer becerreada, y<br />
Arturo Muñoz, La Chicha.<br />
Nos cuenta que el mal de montera lo trae desde que tuvo uso<br />
de razón, con la satisfacción de que su papá siempre lo<br />
apoyó en sus anhelos de ser torero, aunque le hizo ver los<br />
inconvenientes, pero Alfonso siguió firme en sus<br />
propósitos, aun ante la adversidad. Fue novillero durante<br />
seis años y después de triunfar fuerte en México, ahí, el<br />
día 24 de diciembre de 1939, recibió su alternativa como<br />
matador de toros de mano de don Lorenzo Garza, y fue<br />
testigo David Liceaga. Años después, el día 30 de mayo de<br />
1946, confirmó su alternativa en Madrid, España, en la<br />
Monumental, de manos de Luis Vázquez y fungió como testigo<br />
Pepín Martín Vázquez, con toros de Sánchez Cobaleda. Sus<br />
triunfos en España lo llevaron a la Plaza de la Real<br />
Maestranza de Sevilla, en la que alternó con Gallito y El<br />
Yoni, con toros de Juan Belmente, y el embrujo <strong>del</strong> capote<br />
<strong>del</strong> Calesa hizo que la gente pidiera música. Regresó a<br />
México y toreó con lo más granado de la torería. Al torear<br />
en Orizaba con Manolete, El Monstruo de Córdoba, y con el<br />
maestro Armillita, estuvo tan bien Alfonso que se dio la<br />
gran emocionada el director de la Banda Municipal y empezó<br />
a tocar el Himno Nacional; eso le costó terminar preso en<br />
la inspección de policía y el presidente municipal fue a<br />
gestionar su libertad; cuando lo logró, amonestó al<br />
director y le dijo: -No ande haciendo eso, no lo vuelva a<br />
hacer-, y él contestó: -Pues dígale a Calesero que no<br />
vuelva a torear igual-. Por cierto que Manolete, al ver<br />
torear al Calesa le dijo a su apode Camará: -Mira, de este<br />
torero es de quien me debo cuidar, porque mira cómo torea.<br />
203
Tarde triunfal de Alfonso fue la <strong>del</strong> 10 de enero de 1954 en<br />
la Monumental de insurgentes, alternando con Chucho Córdova<br />
y el Maestro Fermín Espinoza, Armillita con toros de don<br />
Jesús Cabrera; a su primer toro, segundo de la lidia de<br />
nombre “campanillero”, le hizo un faenón que electrizó a<br />
los tendidos y lo envió al destazadero sin las dos orejas,<br />
y a su segundo toro, quinto de la lidia de nombre<br />
"Jerezano", le hizo también una magnífica faena; qué tal<br />
estaría, que a pesar de que estuvo pesado con la toledana<br />
lo hicieron dar dos vueltas al ruedo. Calesero se despidió<br />
de la afición capitalina el 24 de febrero de 1966<br />
alternando con Capetillo y Raúl García, con toros de<br />
Valparaíso, y en ese mismo año, también de la afición<br />
hidrocálida, encerrándose con seis toros en la Plaza San<br />
Marcos, todos la recuerdan como una corrida memorable.<br />
Estampa amarga en su vida de torero lo fue el percance que<br />
sufrió en la Plaza de toros el Progreso, en Guadalajara, en<br />
la que el toro "Trianero de Mimiahuapan", le infirió seis<br />
cornadas y un puntazo; se pensó que no volvería a torear,<br />
pero Dios, los médicos y la fuerza de voluntad, fueron<br />
grandes y a los quince días de la cornada estaba toreando<br />
en la Feria <strong>del</strong> Grullo, Jalisco.<br />
En cuanto a su apodo de Calesero nos dijo Alfonso que se lo<br />
puso don Vicente Ileixa, quien fue tesorero de la Compañía<br />
Goodrich Euzkadi.<br />
Don Alfonso Ramírez Alonso se casó con doña Alicia Ibarra<br />
Mora. Dios les dio ocho hijos de los que viven siete; entre<br />
los varones, tres han tenido mal de montera. Este hogar es<br />
ejemplar y bajo la égida de sus padres han crecido en medio<br />
<strong>del</strong> cariño, el respeto y temor a Dios.<br />
Nuestro poeta <strong>del</strong> toreo ha tenido nexos muy fuertes con el<br />
Santo Cristo de Triana. Calesero nació en plena época de la<br />
Revolución y el señor cura <strong>del</strong> Encino, don Isidro Navarro,<br />
le encomendó a don Justo Ramírez Sánchez, padre <strong>del</strong><br />
204
Calesero, que custodiara al Cristo milagroso, y para tal<br />
fin se lo llevó a su casa; al estar el Señor <strong>del</strong> Encino en<br />
la sala de la casa, a menos de tres metros, en la siguiente<br />
recámara, dio a luz doña Rosita Alonso a un varoncito que<br />
fue nada menos que Alfonso Ramírez Alonso, Calesero. De ahí<br />
que El Calesa mandara bordar la imagen de nuestro santo<br />
patrón en sus capotes de luces; de ahí también su costumbre<br />
de darle gracias al Santo Cristo de Triana después de una<br />
buena faena. Yo llegué a verlo con su traje de luces tinto<br />
en sangre, arrodillarse ante el Señor <strong>del</strong> Encino.<br />
Espérate tío, te estoy viendo con los ojos de la<br />
imaginación: es 25 de abril, la Plaza de Toros San Marcos<br />
está a reventar, en el ruedo un toro negro zaino de la<br />
ganadería de La Punta, toda una catedral con cuernos, se va<br />
hacia el jamelgo que monta el Güero Mochilón, se hace la<br />
reunión y con la vara es bien prendido, un pullazo con<br />
todas las de la Ley, recargando codiciosamente el punteño;<br />
tú a un lado vestido principescamente de azul y oro, le<br />
gritas al toro que se desprende <strong>del</strong> picador, lo citas con<br />
tu capote de fantasía, se arranca el toro y viene de ahí<br />
una chicuelina ceñida, otra, otra y otra; los poemas <strong>del</strong><br />
barrio <strong>del</strong> sur, los estás recitando frente al toro con tu<br />
elegancia y majestad torera, y rematas con esa flor <strong>del</strong><br />
toreo que es la revolera.<br />
El domingo 8 de septiembre de 2002, Alfonso Ramírez Alonso,<br />
Calesero, hizo el paseillo más importante de la vida pues<br />
fue con la suprema autoridad, con nuestro Padre Dios. En<br />
paz descanse una de las glorias de Triana, de nuestro<br />
Aguascalientes.” 63<br />
La descripción de La parroquia <strong>del</strong> Encino y los señores<br />
curas son el contenido <strong>del</strong> Capítulo VII. Inicia con la<br />
descripción de “El Templo <strong>del</strong> Encino”, <strong>del</strong> que dice: “Pues<br />
63 Alfonso Ramírez Alonso, Calesero. Ibdem. P. 155. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido. Miércoles 13 de noviembre de 1985.<br />
205
ien, el barrio de Triana, en Aguascalientes, tiene un<br />
santo patrón que hace posible la unión de todos los<br />
conbarrianos, este santo patrón es el Señor <strong>del</strong> Encino y<br />
tiene como morada su templo en el mero corazón <strong>del</strong> barrio,<br />
en el Jardín <strong>del</strong> Encino, en su lado norte. Hablemos <strong>del</strong><br />
templo.<br />
La parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino nace el 5 de junio de<br />
1854, por lo tanto, en Aguascalientes, antes de esta fecha<br />
tan sólo había una sola parroquia, que era la de la<br />
Asunción, y atendían sus señores curas las necesidades<br />
espirituales de todos los habitantes de lo que hoy es<br />
nuestro estado de Aguascalientes, naturalmente entre ellos<br />
las nuestro barrio de Triana.<br />
Corría el año de 1761 y era el señor cura párroco de la<br />
Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas<br />
Calientes el doctor don Mateo José de Arteaga, quien viendo<br />
las necesidades de comunicación con Dios que tenían los<br />
habitantes <strong>del</strong> barrio de Triana, mandó erigir una capilla<br />
donde hoy está el templo. No se sabe cómo se adquirió el<br />
terreno, o bien, era <strong>del</strong> dominio público o por donación o<br />
compra, el caso es que este noble señor cura, a su costa<br />
mando erigir una capilla al santo patrono <strong>del</strong> barrio, que<br />
en aquellos años fue el arcángel San Miguel.<br />
Llegó a la parroquia de la Asunción el 7 de agosto de 1769<br />
otro señor cura que sustituyo al doctor Mateo José Ortega,<br />
se trata <strong>del</strong> señor doctor don Vicente Antonio Alatorre, y<br />
viendo que la capilla erigida a San Miguel ya no se<br />
ajustaba a las necesidades de los vecinos de Triana y que<br />
se necesitaba un templo amplio y bien construido, echó<br />
manos a la obra, y en el mismo lugar en que se encontraba<br />
la capilla de San Miguel, el 12 de enero de 1773 se<br />
empezaron a hacer los cimientos <strong>del</strong> nuevo templo. En el<br />
transcurso de la construcción, creció la devoción al Santo<br />
Señor <strong>del</strong> Encino por tanto milagro hecho a sus fieles; ya<br />
206
en 1779, Marcelo de Araiza dejó un legado para que, de sus<br />
rendimientos, se le oficien en la capilla <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />
Encino misas por el eterno descanso de su alma. Total, lo<br />
que era de San Miguel pasó a ser <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino.<br />
Fueron los días 10 y 11 de marzo de 1796, fungía como señor<br />
cura de la Asunción don Miguel Martínez de los Ríos, cuando<br />
se hizo la dedicación y bendición de nuestro templo al<br />
Señor <strong>del</strong> Encino, en medio de grandes festividades<br />
religiosas y profanas; es muy probable que el señor cura<br />
don Miguel Martínez de los Ríos haya mandado pintar a los<br />
artistas mexicanos Andrés López y su hermano, el<br />
maravilloso y monumental viacrucis que adorna el templo y<br />
<strong>del</strong> cual nos ufanamos.<br />
Los anteriores datos pertenecen a estudios que hizo mi<br />
inolvidable maestro de historia, quién fuera cronista de la<br />
ciudad, don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle.<br />
Ahora bien, entremos al templo: en la parte sur <strong>del</strong> atrio,<br />
hacia el jardín y frente a la puerta <strong>del</strong> templo está un<br />
arco de cantera rosa que se me antoja de arquitectura tipo<br />
mudéjar por sus figuras grabadas; este arco tiene en la<br />
parte superior unas salientes que son sostenidas por dos<br />
conjuntos, que al ser una sola columna aparenta que son<br />
tres; se trata de columnas de tipo arquitectónico corintio<br />
porque en sus remates tiene hojas; en medio de las columnas<br />
está el arco de entrada al atrio, a los lados de las<br />
columnas tiene el arco una especie de contrafuertes y en<br />
cada uno hay labrados dos rosetones recuerdan la flor de<br />
dalia.<br />
El atrio, en su perímetro, tiene adornos de cantera como<br />
copas y en las esquinas norte y suroeste, columnas que<br />
parecen minaretes.<br />
En cuanto a la fachada principal <strong>del</strong> templo, que ve al sur,<br />
la podemos clasificar como barroca, pues está muy adornada,<br />
pero no tiene adorno sobre adorno para que fuera<br />
207
churrigueresca. La fachada principal de cantera rosa, por<br />
medio de cuatro series de columnas, está dividida en tres<br />
partes: las columnas de los extremos tienen las<br />
características propias de la arquitectura corintia, por<br />
sus remates de hojas de acanto, y siendo una sola columna<br />
aparenta ser conjunto de varias de ellas; para armonizar la<br />
fachada las columnas de arriba a abajo se dividen en dos<br />
secciones con todos sus elementos. Las columnas interiores<br />
siguen la misma distribución de los exteriores y son<br />
estípites, triangulares alargados, y en su parte media<br />
tienen un medallón con motivos religiosos. Entre columna y<br />
columna hay, de cada lado, dos nichos, y los cuatro dan a<br />
los cuatro evangelistas.<br />
Por lo que respecta a la parte central, se encuentra la<br />
puerta principal con una escalera de cuatro escalones que<br />
da acceso al templo, puerta de mezquite dividida en su<br />
parte inferior en dos y la parte superior luce la madera de<br />
mezquite adornada con clavos tipo calamón. Continúa la obra<br />
de cantera arriba de la puerta con un medallón que tiene<br />
labrada una Dolorosa y sigue una gran ventana oval<br />
enmarcada con su magnífica obra de cantera; esta ventana,<br />
con emplomados, da luz al coro y al templo. Arriba <strong>del</strong><br />
ventanal preside toda la fachada un Cristo tallado en<br />
cantera, rematando toda la fachada con un semicírculo.<br />
En cuanto a la torre, se ubica al lado poniente de la<br />
fachada <strong>del</strong> templo; de abaja hacia arriba tiene una pared<br />
de cantera con dos tragaluces; luego sigue la base de la<br />
torre con lozas de cantera que figuran piedras<br />
cuatrapeadas; en esta base está el reloj y luego sigue la<br />
torre con tres cuerpos separados por cornisas semi-oblongas<br />
y en cada una de las caras <strong>del</strong> cuerpo hay balcones con<br />
barandales; las esquinas de las partes integrantes de la<br />
torre tienen conjuntos de columnas que forman una sola, con<br />
características de distintos órdenes arquitectónicos; en el<br />
208
primer cuerpo son de tipo dórico o toscano, son columnas<br />
severas; el segundo son columnas jónicas, con sus remates<br />
en espiral, y las <strong>del</strong> tercero son corintias, con sus<br />
remates con hojas de acanto rematando la torre con su<br />
linternilla y una cruz.<br />
En la parte superior <strong>del</strong> ábside <strong>del</strong> templo está construida<br />
una cúpula, el tambor donde se asienta es octagonal y en<br />
cada lado hay en su pared un gran ventanal con marco de<br />
cantera y emplomado. Sobre esta base se construyó una<br />
cúpula de medio punto y sobre ella su linternilla con su<br />
cruz; esta cúpula está toda cubierta de mosaicos de colores<br />
blanco y azul, lo que recuerda el estilo talaveresco. En la<br />
pared oriente <strong>del</strong> templo está una primorosa gran puerta,<br />
con los adornos <strong>del</strong> dintel de cantera, de estilo barroco;<br />
la puerta es de mezquite con clavos tipo calamón y este<br />
conjunto hace esquina con el museo J. Guadalupe Posada<br />
(antes casa <strong>del</strong> curato) y forman una rinconada rica en<br />
belleza, propia para escenificar entremeses cervantinos.<br />
Después de haber descrito por fuera el templo entremos al<br />
santo santórum de los trianeros aguascalentenses, la<br />
residencia <strong>del</strong> Santo Señor <strong>del</strong> Encino. ¡Qué esplendor de<br />
casa de nuestro patrón! Su planta en forma de cruz, el<br />
Señor <strong>del</strong> Encino presidiendo el recinto, éste en un<br />
adoratorio sobre el altar compuesto por columnas rematadas<br />
con una cúpula, que recuerda la arquitectura hindú. Ahí<br />
está nuestro patrón recibiendo las plegarias de sus hijos,<br />
¡cuántas solicitudes de consuelo!, ¡cuántas de iluminación<br />
o de consejo!, ¡cuántas de agradecimiento! Ahí está el<br />
Señor <strong>del</strong> Encino que nos oye, nos consuela, nos aconseja.<br />
La nave tiene piso de madera de mezquite, la cual ya pasa<br />
de los cien años y la han podido conservar los señores<br />
curas, dándole mantenimiento, puliéndola y barnizándola.<br />
El máximo adorno <strong>del</strong> templo es el vía crucis monumental que<br />
fue pintado por Andrés López y su hermano, en la Ciudad de<br />
209
México, en los últimos años de la época colonial; este vía<br />
crucis cubre los muros <strong>del</strong> templo, con excepción de una<br />
estación que de inmediato se nota que no es <strong>del</strong> mismo<br />
pincel; lamentablemente no se sabe dónde está el cuadro que<br />
falta, pintado por los López. Los cuadros están enmarcados<br />
en estuco dorado con hoja de oro y en la base de cada uno<br />
tienen una concha con números romanos indicando de qué<br />
estación se trata; entre sí están separados por columnas<br />
que por su severidad se antojan herrerianas.<br />
Se hace notar que al ser pintados los cuadros <strong>del</strong> vía<br />
crucis en la capital <strong>del</strong> Virreinato de la Ciudad de México,<br />
tuvieron que llegar a la Villa de Nuestra Señora de la<br />
Asunción en carromatos o a lomo de mula.<br />
El señor cura <strong>del</strong> Encino, don Salvador Jiménez Díaz,<br />
consiguió que el gobierno federal enviara a un equipo de<br />
restauradores a tratar los cuadros <strong>del</strong> vía crucis. ¡Oh<br />
maravilla! Fueron restaurados en tal forma que los<br />
respetaron en sus tonos y da la impresión que están recién<br />
pintados por los hermanos López.<br />
Dejo a los críticos de arte un análisis acucioso de todos y<br />
cada uno de los cuadros para enriquecer nuestro<br />
conocimiento sobre ellos; sé que ya hay un trabajo al<br />
respecto hecho por el erudito doctor don Alfonso Pérez<br />
Romo.<br />
En cuanto a la pared norte <strong>del</strong> templo o retablo, que está<br />
detrás <strong>del</strong> altar, tiene un gran arco de estuco, con adornos<br />
barrocos, lo mismo que los adornos de las bóvedas <strong>del</strong> cañón<br />
<strong>del</strong> templo, todos estos adornos están sobredorados con hoja<br />
de oro y en su afán de pulcritud, el señor cura Juan<br />
Antonio González Salce a gran costo está remozando este<br />
sagrado recinto y están luciendo en todo su esplendor los<br />
adornos sobredorados.<br />
Todo el templo tiene un guardapolvo de mosaicos tipo<br />
talavera, reminiscencia de guardapolvos andaluces.<br />
210
Templo <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, casa de nuestro patrón, ahí<br />
estás, Cristo mío, tu brazo izquierdo fuera de la cruz;<br />
Cristo lleno de leyendas que hace que mi mente te acompañe<br />
en el Calvario de Jerusalén; tu vía crucis, orgullo de<br />
todos los aguascalentenses nos hace caminar a tu lado en tu<br />
pasión dolorosa voluntariamente aceptada.” 64<br />
En seguida hace un esbozo histórico de los “Inicios de la<br />
Parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino”. Ahí dice: “A mediados <strong>del</strong><br />
siglo XIX se erigió la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino en<br />
Aguascalientes; en aquellos años sólo existía la parroquia<br />
de la Asunción, pero debido al crecimiento de la población,<br />
el gobierno eclesiástico con sede en la ciudad de<br />
Guadalajara vio conveniente crear otra parroquia y fue la<br />
<strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino; fueron sus primeros señores curas don<br />
Abundio Fernández Narváez y don Agustín Gómez. Preocupado<br />
por tener noticias de ellos encomendé a mi hermano, el<br />
doctor Jesús Villalobos Ramírez, quien vive en Guadalajara,<br />
acudiera a la oficina donde están los archivos de la<br />
arquidiócesis de Guadalajara y se pusiera a indagar sobre<br />
estos primeros señores curas, con la esperanza de que se<br />
tuviera un expediente de cada uno de ellos en el que<br />
estuvieran sus datos biográficos. En las primeras<br />
instancias le dijeron que no había documento alguno, pero<br />
se dio cuenta un sacerdote funcionario <strong>del</strong> archivo y le<br />
dijo -Déjeme ver qué es lo que tenemos-; efectivamente, no<br />
hubo ningún documento oficial, pero consiguió la copia de<br />
diez documentos con interés muy grande para conocer las<br />
vicisitudes con que empezó su vida la parroquia <strong>del</strong> Encino.<br />
La copia de estos documentos viene en dieciocho fojas y nos<br />
va a servir de mucho para comprender la situación de<br />
nuestra parroquia <strong>del</strong> Encino en sus primeros tiempos, por<br />
lo tanto, vamos a estructurar el presente trabajo con base<br />
en dichos documentos.<br />
64 Ibdem. Pp. 161-166<br />
211
En primer lugar, lo que sirvió de límite en las parroquias<br />
para determinar su jurisdicción fue el arroyo que<br />
atravesaba la población. Ahí se desfogaba el manantial de<br />
Ojocaliente; posteriormente sirvió como un caño de aguas<br />
negras, hoy día es la avenida López Mateos. De ese arroyo<br />
hacia el sur, sería la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino de<br />
ese arroyo hacia el norte, la parroquia de la Asunción.<br />
El día 5 de julio <strong>del</strong> año 1854, el señor cura don Trinidad<br />
Romo (supongo fue señor cura de la parroquia de la<br />
Asunción) recibió el auto en que se decreta la creación de<br />
la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, por las autoridades<br />
eclesiásticas de Guadalajara.<br />
El señor cura Romo, al siguiente domingo, leyó desde el<br />
pulpito y en las misas el auto recibido de las autoridades<br />
eclesiásticas y cumplió con este auto de erección de la<br />
parroquia <strong>del</strong> Encino; conforme al mismo le hizo entrega al<br />
señor presbítero don Abundio Fernández Narváez, que fue el<br />
primer señor cura de la parroquia <strong>del</strong> Encino, entrega que<br />
le hizo mediante un inventario de los bienes de la<br />
parroquia. Es curioso ver que junto con el inventario de lo<br />
que existía en el templo <strong>del</strong> Encino se anexó el de la<br />
capilla <strong>del</strong> Señor de la Salud. Veamos algunas cosas que<br />
hace mención el inventario y que tienen gran importancia,<br />
ya que podremos tener una estampa de cómo era la parroquia<br />
<strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino cuando se inició como tal. En el<br />
inventario nos dicen que al fondo <strong>del</strong> templo había un<br />
retablo de madera que ocupaba la altura de la iglesia, su<br />
color era azufrado con cuatro columnas; en el centro, el<br />
trono <strong>del</strong> Señor, de dos o tres varas de alto y una y media<br />
de ancho, con vidrios al frente y a los lados; en la<br />
extremidad superior <strong>del</strong> retablo un óvalo grande, con un<br />
lienzo y la pintura <strong>del</strong> Padre Eterno con su ráfaga dorada;<br />
en la parte inferior <strong>del</strong> retablo, un sagrario con su puerta<br />
de cortina de tela y galón blanco; en la orilla, a la<br />
212
derecha <strong>del</strong> trono principal, el de nuestra Señora de los<br />
Dolores, de dos o tres varas de alto y una y media de ancho<br />
con vidrios al frente, dos de ellos quebrados y los<br />
laterales buenos; <strong>del</strong> lado izquierdo también otro trono con<br />
San Juan, sin vidrios, de igual altura. Se contaba ahí en<br />
aquel altar con cuatro blandones (así les llamaban a los<br />
can<strong>del</strong>abros) de madera y dos pedestales para poner adornos;<br />
tres sillas grandes forradas en terciopelo carmesí, con<br />
galones amarillos; toda la parte <strong>del</strong> presbiterio lo<br />
separaba <strong>del</strong> resto <strong>del</strong> templo con un barandal de fierro; el<br />
altar era una mesa con su frontal de madera, de cuatro por<br />
una vara la cubierta, y cinco cuartas de vara de alto.<br />
En los costados de la iglesia había dos altares, en el de<br />
la derecha estaba el sagrario con el depósito con una<br />
cupulita, arriba, todo sobredorado; el sagrario estaba<br />
colocado sobre una columna de piedra que tenía tres varas<br />
de largo por tres cuartos de vara de ancho y cinco de alto,<br />
era como un altar. El altar <strong>del</strong> cuerpo de la iglesia que<br />
estaba a la izquierda, estaba dedicado al Señor San José.<br />
Una parte muy interesante de dicho inventario nos dice que<br />
el cañón de la iglesia estaba adornado con quince cuadros<br />
en lienzo de más de siete varas de alto por cinco de ancho,<br />
de pincel mexicano, que representaba la pasión de<br />
Jesucristo con marcos de madera jaspeada. En este caso el<br />
inventario se refiere al vía crucis <strong>del</strong> Encino pintado a<br />
fines de la Colonia por los hermanos López.<br />
En el inventario también se hace referencia a que había un<br />
pulpito, el bautisterio, la sacristía; en cuanto a cera,<br />
tenían tres y media arrobas y contaban con la estufa <strong>del</strong><br />
santísimo, la cual no era otra cosa sino un carruaje en el<br />
cual llevaban al Santísimo <strong>del</strong> templo a la casa de los<br />
moribundos para suministrarles el viático.<br />
También se habla de terrenos y capitales y dice que hay una<br />
casa contigua, la casa <strong>del</strong> curato, hoy día Museo Guadalupe<br />
213
Posada, con cuatro piezas, no muy servibles tres de ellas<br />
destechadas y sin puertas; por lo tanto, la casa curato<br />
estaba en situaciones lamentables.<br />
Se contaba con un terreno ubicado en la jabonera de don<br />
José Francisco Chávez de cuarenta y nueve por ciento un<br />
varas, así como otro terreno, compuesto de seis o siete<br />
solares, que daba una renta anual, cada una de veinte<br />
reales.<br />
Habia cien pesos que donó don Juan José Macías, fincados en<br />
el portal conocido con el nombre de "Los Cinco Señores", lo<br />
que nos da a entender que tenían dinero prestado a rédito<br />
con garantía hipotecaria. También se habla de un capital de<br />
tres mil pesos que se había prestado a la Hacienda de<br />
Peñuelas cuyo pago de su réditos eran muy puntuales y<br />
empleado en las fiestas <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino.<br />
En cuanto a imágenes de bulto este inventario nos dice que<br />
estaba el Señor <strong>del</strong> Encino con sus potencias de oro, o sea,<br />
esa corona de rayos que tiene en la cabeza otra escultura<br />
<strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino que es la peregrina, la que salía de<br />
un lugar a otro, otra de nuestra Señora de los Dolores, de<br />
San José y el Niño; otra que me llamó mucho la atención, es<br />
la de Nuestra Señora de Triana, con la parte superior <strong>del</strong><br />
cuerpo de marfil, sin cabellera, con un vestido viejo de<br />
seda. Dos Cristos iguales al Señor <strong>del</strong> Encino pero<br />
pequeños, con potencias de plata y dos crucifijos de metal.<br />
En cuanto a pinturas, se contaba con trece cuadros de<br />
pincel de lienzos chicos y grandes y dos más que están en<br />
la columna de la iglesia.<br />
En cuanto a objetos de plata, habla de un lámpara de dos<br />
arrobas y ocho libras, algo así como veintiséis kilos<br />
doscientos gramos; dos can<strong>del</strong>abros chicos; un incensario<br />
con naveta y cucharilla, también de plata; otro igual de<br />
lámina habilitado con dos coronas chicas; dos platillos de<br />
vinageras con dos casquillos; tres arbortantes grandes; una<br />
214
campanilla dorada; una vara <strong>del</strong> Señor San José, también de<br />
plata, y una custodia con rayos; también habla de cosas de<br />
la Parroquia como veinte fanegas de maíz, cuatro de frijol<br />
y varias llaves y cajas.<br />
En cuanto a documentos que amparaban la propiedad de bienes<br />
inmuebles y mutuos con garantía hipotecaria, informa que<br />
sólo tenían el de una donación que hizo Juan José Macías,<br />
por la cantidad de cien pesos moneda nacional, mismos con<br />
los que se había hecho un mutuo con garantía hipotecaria,<br />
sobre el portal de "Los Cinco Señores”.<br />
También se habla de un terreno que fue de don Francisco<br />
Chávez y que se adquirió en medio de una adjudicación a<br />
favor de la parroquia por la cantidad de mil pesos moneda<br />
nacional.<br />
Otro terreno de seis o siete solares, ubicado a la orilla<br />
de la cañada, que fue donado por don Rugerio Ruiz Esparza.<br />
De estas dos propiedades no se tenía ningún documento; por<br />
lo que respecta al segundo, el señor cura se entrevistó con<br />
el síndico de la sucesión de don Rugerio Ruiz Esparza, que<br />
fue el licenciado Luis Gonzaga López, y le dijo que no se<br />
preocupara, que en dos o tres días tendría las escrituras<br />
registradas.<br />
Hace también referencia a un capital donado por don Nabor<br />
Pedroza, por la cantidad de tres mil pesos moneda nacional,<br />
mismos que también estaban conectados con un juicio<br />
sucesorio y no tenían comprobantes, probablemente este<br />
capital es el que prestaron a la Hacienda de Peñuelas.<br />
El anterior inventario fue firmado por los señores curas<br />
don Trinidad Romo y don Abundio Fernández Narváez, es<br />
decir, por quien entregaba y por quien recibía, y tiene<br />
fecha de 20 de julio de 1854.<br />
Dentro de los documentos que me enviaron <strong>del</strong> archivo <strong>del</strong><br />
arzobispado de Guadalajara, existe una comunicación de<br />
fecha julio 31 de 1854, suscrito por las autoridades<br />
215
eclesiásticas de Guadalajara y dirigido al señor cura <strong>del</strong><br />
Encino, en el que le llaman la atención sobre dicho<br />
inventario, en el sentido de que no se hacen bastantes<br />
explicaciones para obtener suficientes conocimientos<br />
respecto a los terrenos; que no dice cuál es el origen de<br />
los mismos; le preguntan si hay documentos que aseguren la<br />
propiedad de ellos, respecto a los capitales que<br />
manifiestan tampoco se establece si hay documentos en los<br />
que se garantizan, como el de los cien pesos, que están<br />
sobre el portal de "Los Cinco Señores". Sobre el capital de<br />
tres mil pesos que donó don Nabor Pedroza, dice que<br />
realmente no se establece cuál es el documento que lo<br />
ampara, sino que se habla de un juicio sucesorio; en cuanto<br />
la casa cural dicen que está destrozada y es necesarísimo<br />
que se reconstruya para mismo beneficio <strong>del</strong> curato. De esta<br />
manera mandan pedir explicaciones sobre lo que el<br />
inventario dice. Hay que tomar en cuenta que en esta época<br />
que estamos comentando, de aquí a Guadalajara se hacían<br />
cuatro días de camino, por lo tanto, se mandó el inventario<br />
y en cuanto llegó contestaron para pedir las explicaciones.<br />
El día 23 de agosto de 1854 el señor cura don Abundio<br />
Fernández Narváez envió a la Mitra de Guadalajara la<br />
explicación sobre lo que le preguntan de dicho inventario,<br />
y empieza diciendo lo siguiente: "Excelentísimo e<br />
Ilustrísimo Señor, con fecha treinta y uno de julio recibí<br />
una comunicación en que se me pide una noticia<br />
circunstanciada de las fincas y capitales pertenecientes a<br />
este santuario, de su origen y documentos que aseguren la<br />
propiedad de esta iglesia, comentando que respecto a<br />
escrituras lo único que he encontrado es la de don Juan<br />
José Macías en que donó un capital de cien pesos y que está<br />
prestado sobre el portal, cuyo rédito está al corriente y<br />
es en beneficio los réditos de la Sagrada Imagen".<br />
216
Comenta que respecto al terreno de don José Francisco<br />
Chávez, su origen es una adjudicación en virtud de que<br />
dicho señor debía mil pesos a la parroquia, entonces el<br />
señor cura acudió con el señor Pablo N. Chávez, que fue<br />
albacea de don Francisco y le comunicó que no estaba al<br />
tanto de dicho documento ya que él ofreció todos los bienes<br />
de la sucesión de don José Francisco Chávez para un<br />
concurso que se fincó sobre la sucesión y que a través de<br />
ese concurso fue como se aplicó ese terreno al Señor <strong>del</strong><br />
Encino; le comunicaron a don Abundio Fernández Narváez que<br />
ese terreno, de seis o siete solares situados a la orilla<br />
de la cañada está al corriente en cuanto a los réditos que<br />
sirvieron de los centavos que prestaron por esos terrenos y<br />
que estos intereses se gastan en la fiesta <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />
Encino.<br />
En la misma sucesión involucran la hecha por don Rugerio<br />
Ruiz Esparza, y el señor cura don Abundio Fernández Narváez<br />
acudió con el síndico <strong>del</strong> concurso, licenciado don Luis<br />
Gonzaga López; éste le dijo que en un término de dos o tres<br />
días tendría las escrituras registradas; nunca hubo tales<br />
escrituras. En cuanto al capital que donó don Nabor<br />
Pedroza, también se encontraba con algunos enredos<br />
judiciales y no había documentación que acreditara esta<br />
donación.<br />
En la misma comunicación, don Abundio Fernández Narváez le<br />
hizo saber al arzobispo que tenía penurias económicas muy<br />
grandes, que no sabía cómo cubrir los gastos que originó la<br />
parroquia, como el pago al sacristán, a los monaguillos, al<br />
campanero, al cantor, al organista, al cochero para la<br />
estufa, en fin, manifiesta muchas necesidades; termina<br />
hablando sobre la obra que había hecho el señor cura Romo:<br />
un pie de altar de piedra con su respectivo gradín y trono<br />
para las exposiciones <strong>del</strong> Santísimo, que está muy<br />
217
deteriorado, y pide autorización para pedir a la feligresía<br />
que lo ayude para reestructurarlo.<br />
Esta es la última actuación que tenemos de don Abundio<br />
Fernández Narváez; aparece firmada esta comunicación por<br />
él.<br />
El señor cura Abundio Fernández Narváez, quien fuera primer<br />
señor cura de la parroquia <strong>del</strong> Encino, la recibió en el mes<br />
de junio <strong>del</strong> año 1854. Cuando esto sucedió don Abundio<br />
tenía treinta y ocho años de edad y da la impresión de que<br />
se sentía muy enfermo; y seguramente pidió a la<br />
superioridad que lo relevaran de su cargo; la autoridad<br />
eclesiástica aceptó la petición y nombró como nuevo señor<br />
cura a don Agustín Gómez.<br />
Hurgando los libros de actas de entierro de la parroquia<br />
<strong>del</strong> Encino me encontré la de don Abundio Fernández, de la<br />
que se deduce falleció en esta ciudad de Aguascalientes el<br />
día 10 de enero de 1875, la causa de su muerte fue<br />
hidropesía; su última morada la tuvo en la calle <strong>del</strong><br />
Obrador, y murió a las cinco y media de la tarde. En la<br />
misma acta se establece que sus padres fueron don Pedro<br />
Fernández y doña Petra Narváez: su edad al morir fue de<br />
cincuenta y nueve años.<br />
Agustín Gómez tomó posesión de la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />
Encino en su carácter de señor cura, el día 5 de marzo de<br />
1855. Comunicó a la mitra de Guadalajara el día 26 de marzo<br />
de 1855 que había tomado posesión de la parroquia <strong>del</strong> Señor<br />
<strong>del</strong> Encino, en virtud de las órdenes dadas por esa<br />
autoridad. Dice también que don Abundio Fernández Narváez<br />
tiene expedito el uso de su licencia y que seguirá como<br />
ministro de la parroquia, pero que está muy enfermo, por lo<br />
que don Agustín Gómez pidió que le mandaran para que lo<br />
ayude al presbítero don Francisco García, quien estaba en<br />
la parroquia de Cuquio. Se disculpa por la tardanza de<br />
comunicar la toma de la posesión de la parroquia, en virtud<br />
218
de que por esos días, estaban en plena cuaresma y es por<br />
eso que lo hace hasta el día 26 de marzo.<br />
Era costumbre de los señores curas, cuando tomaban posesión<br />
de una parroquia informar a la superioridad la situación<br />
que la misma guarda en ese momento. Don Agustín Gómez<br />
informó el día 19 de mayo de 1855 la situación en que se<br />
encontraba la parroquia <strong>del</strong> Encino cuando él la recibió, y<br />
en ese informe dice a la superior autoridad que en cuanto<br />
al inventario, es exactamente igual que el que obraba en el<br />
poder de ellos. Pero hace unas observaciones en esta<br />
información, por ejemplo, nos dice que el enjarre o el<br />
blanqueado de la parroquia, es muy antiguo, por lo tanto,<br />
necesitaba reparación; dice que casi todos los vidrios<br />
estaban rotos, que los pájaros pasaban por los ventanales,<br />
anidaban dentro <strong>del</strong> templo y pasaban en plena libertad como<br />
si estuvieran en un bosque desierto, por lo que la<br />
<strong>presencia</strong> de ellos hacía que la parroquia se ensuciara con<br />
sus nidos y excremento. En cuanto a los ornamentos dice que<br />
faltaban de muchos colores para oficios de Semana Santa, lo<br />
mismo para entierros aun de mediana pompa; no hay ánforas<br />
para los óleos, ni para el sagrado depósito, y los que<br />
aparecen en el inventario son unos vasitos de cristal; que<br />
la pila bautismal no está como lo prevé el rito de la<br />
Iglesia; en cuanto al culto, dice que se sostiene con el<br />
fondo de fábrica y las limosnas cortas que dan los fieles y<br />
que hay quien opina que a la parroquia debe sostenerla la<br />
Iglesia con las limosnas y derechos que cobra por entierros<br />
y otros servicios. Se queja de la falta de ministros para<br />
que le ayuden; se refiere al anterior señor cura don<br />
Abundio Fernández Narváez, que está muy enfermo, y don José<br />
María González atiende la Hacienda de Peñuelas y le pagan<br />
cuarenta pesos mensuales. Dice que también vive en el<br />
curato el presbítero don Mariano Díaz, el cual esta<br />
jubilado, por esto no se puede contar con él, ni en los<br />
219
días santos y no consigue que los acompañe a los oficios<br />
aun ofreciéndole gratificación. Cuando se refiere a la casa<br />
<strong>del</strong> curato dice que es una lástima, que está en ruinas, y<br />
que para repararla le han dicho que costaría como unos dos<br />
mil pesos, y que él no puede sufragar los gastos. Por lo<br />
que a él respecta, vivía en una casa distante de la<br />
parroquia y le cobran doce pesos mensuales de renta, que no<br />
había podido encontrar otra cerca para ayudar en una forma<br />
más efectiva a la feligresía.<br />
En cuanto a capitales y fincas de la parroquia, dice que<br />
hay un capital de tres mil pesos fincado en Peñuelas; se<br />
refiere aquí a un mutuo con interés y garantía hipotecaria<br />
cuyos réditos estaban al corriente; dice que las escrituras<br />
están en la secretaría <strong>del</strong> Supremo Gobierno Eclesiástico y<br />
que fue creado este capital con la finalidad de que se<br />
oficiara una misa cada día trece <strong>del</strong> mes en honor <strong>del</strong> Señor<br />
<strong>del</strong> Encino. Habla de cien pesos que están fincados en la<br />
esquina de "Los Cinco Señores", y que los réditos que<br />
proporcionan están dedicados a costear la función anual <strong>del</strong><br />
Señor <strong>del</strong> Encino, el día 13 de noviembre.<br />
También menciona un solar conocido como "La Jabonera" que<br />
fue de don Francisco Chávez, dice que actualmente nada<br />
produce ni puede producir, pues en sus terrenos hay<br />
escombros y unos cimientos, le falta casi toda la pared de<br />
enfrente a la calle y se necesitan fondos para repararla y<br />
evitar los desórdenes que pudiera haber en dicho terreno.<br />
Señala un terreno que se dice que tiene una hipoteca, está<br />
en la Cañada, en el inventario lo nombran de seis o siete<br />
solares, conocidos por <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino y no serán ni<br />
tres solares que producen dieciséis fanegas, producto que<br />
se aplica también a la fiesta anual <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino;<br />
de ese terreno y <strong>del</strong> anterior no hay títulos de propiedad,<br />
tan sólo la parroquia tiene la posesión. Termina su informe<br />
quejándose de la pobreza de la parroquia y dice que al año<br />
220
han de entrar tres mil pesos por limosnas y derechos que<br />
cobran por servicios parroquiales, que sin embargo tienen<br />
que pagar al notario, al sacristán, al campanero, a los<br />
monaguillos, la renta de la casa donde él vive, al cantor,<br />
al organista, en fin, los gastos propios de la parroquia.<br />
También dice que la parroquia tiene un coche destinado para<br />
llevar el viático, o sea, el Santísimo Sacramento que se<br />
llevaba a los moribundos; dicho carruaje no tenía tronco de<br />
mulas para arrastrarlo, que había quien las prestaba cuando<br />
era necesario, pero cuando no podían conseguir prestados<br />
los animales para jalarlo, él tenía que alquilar troncos de<br />
mulas para tal fin.<br />
Alguien había comunicado a las autoridades eclesiásticas de<br />
Guadalajara que en la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino se<br />
contaba con bastante material de construcción acopiado para<br />
reconstruir la casa <strong>del</strong> curato, y el día 14 de julio de<br />
1855, don Agustín Gómez envió un comunicado a la<br />
superioridad en el mismo y dice que actualmente no hay, ni<br />
ha habido, ni un grano de arena, destinado para la casa<br />
cural.<br />
Con fecha 25 de enero de 1860, el señor cura Agustín Gómez<br />
envió a la Mitra de Guadalajara un escrito en el que, sin<br />
manifestarlo abiertamente, hace notar que tenía<br />
dificultades con el señor cura de la parroquia de la<br />
Asunción. En dicho escrito establece que en la ciudad de<br />
Aguascalientes hay dos parroquias, la de la Asunción y la<br />
<strong>del</strong> Encino, y que por la ignorancia de la gente piensan que<br />
un señor cura debe estar sujeto al otro, lo que va en<br />
detrimento de la autoridad de la Iglesia. Dice que esto<br />
hace que la gente pida a un párroco lo que de oficio<br />
corresponde al ministro de la otra parroquia y esto puede<br />
causar grandes inconvenientes y situaciones embarazosas en<br />
el desempeño <strong>del</strong> ministerio parroquial. Señala que él,<br />
naturalmente lo que pretende es evitar que haya problemas y<br />
221
hacer más notorios los derechos de la parroquia <strong>del</strong> Señor<br />
<strong>del</strong> Encino por lo tanto, le pide a la sagrada mitra que le<br />
contesten las siguientes preguntas o problemas:<br />
Primera: Si en Aguascalientes hay dos señores curas, ¿puede<br />
cada uno decirse que es el señor cura de Aguascalientes, o<br />
bien, cada quien debe decir soy señor cura de la Asunción,<br />
y el otro decir soy señor cura de la parroquia <strong>del</strong> Señor<br />
<strong>del</strong> Encino?<br />
Segunda: En el auto de erección de la parroquia <strong>del</strong> Encino<br />
se dice que en Aguascalientes no hay más de dos camposantos<br />
y ambos quedan en la demarcación <strong>del</strong> Encino, se concede que<br />
el de San Marcos sirva a ambas parroquias mientras que la<br />
parroquia de la Asunción haga uno nuevo, que sería cuanto<br />
antes, teniendo ya como es notorio que tiene en corriente o<br />
en uso <strong>del</strong> camposanto de Guadalupe. ¿La parroquia de la<br />
Asunción tiene derecho aún para seguir en el uso<br />
provisional que se le concedió en el camposanto de San<br />
Marcos, que está en la demarcación <strong>del</strong> Encino?<br />
Tercera: Mientras el camposanto de San Marcos ha servido o<br />
sirve a las dos parroquias de Aguascalientes, a la <strong>del</strong><br />
Encino como propietaria, y a la de la Asunción porque no<br />
tiene otro, ¿a cuál de las dos parroquias ha correspondido<br />
y toca la obligación de cuidar de él, guardar la llave y<br />
todo lo que corresponde a la administración económica de<br />
tal lugar?<br />
Cuarta: ¿Los transeúntes que fallecen en Aguascalientes han<br />
debido y deben sepultarse en la parroquia donde mueren?<br />
¿Antes de fallecer pueden elegir el panteón que quieren o<br />
los deudos de ellos, independientemente de la parroquia<br />
donde hayan fallecido?<br />
Quinta: Los clérigos que al ser ministros de la parroquia<br />
de la Asunción adscritos a ella, viven y tienen su asiento<br />
de casa en la parroquia <strong>del</strong> Encino, en su fallecimiento,<br />
¿dónde deben sepultarse? Lo mismo se entiende si son<br />
222
ministros <strong>del</strong> Encino o viven en la parroquia de la<br />
Asunción.<br />
Sexta y última: ¿Alguno de los dos párrocos de<br />
Aguascalientes tiene algún derecho o está autorizado para<br />
oír quejas o reclamaciones que los fieles le hagan <strong>del</strong><br />
otro?<br />
Por último, de don Agustín Gómez, hay una comunicación que<br />
dirige a la mitra de Guadalajara, con fecha 29 de abril de<br />
1860, con la queja de que el señor cura de la Asunción no<br />
publicó en los tableros de la parroquia el edicto de fecha<br />
28 de febrero de dicho año, y pide que se le diga a este<br />
señor cura que cumpla con lo dispuesto por la mitra de<br />
Guadalajara. Da la impresión que este edicto que envió la<br />
mitra de Guadalajara es la contestación a los seis puntos<br />
problemáticos que don Agustín Gómez externó.<br />
De lo anterior concluimos que don Agustín Gómez fue un<br />
hombre de armas tomar; defendía sus derechos de señor cura;<br />
que recibió la parroquia en situaciones económicas muy<br />
difíciles; en fin, que tuvo dificultades en su primer<br />
periodo en la parroquia porque en los ocho meses que duró<br />
don Abundio Fernández Narváez no se ha de haber hecho<br />
absolutamente nada, máxime si estaba achacoso.<br />
Por lo que respecta al tercer señor cura -mi tío bisabueloyo<br />
me di cuenta, por tradición familiar, que él tuvo otra<br />
etapa mucho muy distinta, en la que reparó el edificio de<br />
la parroquia y de la casa cural, puso el piso de duela de<br />
mezquite que actualmente tiene, y la proveyó de reloj, de<br />
órgano, en fin, hizo muchas obras. Eso es señal de que en<br />
la administración de la parroquia en su época ya no le<br />
tocaron las penurias que sufrieron los dos primeros<br />
curas.” 65<br />
En seguida hace una descripción biográfica de los curas <strong>del</strong><br />
templo <strong>del</strong> Encino el primero es el “Señor cura don Justo<br />
65 Ibdem. pp. 166-175.<br />
223
Ramírez Pérez”, <strong>del</strong> que dice: “El señor cura Justo Ramírez<br />
Pérez nació en la vecina población de San Juan de los Lagos<br />
el día 19 de julio de 1828; fueron sus padres los señores<br />
don Juan Nepomuceno Ramírez y doña Cayetana Pérez, y sus<br />
abuelos paternos don Gregorio Ramírez y de María Dolores<br />
Guzmán, y maternos don José Guadalupe Pérez y doña María<br />
Gómez; al abrigo de la Virgen de San Juan y de la muy<br />
católica familia Ramírez este niño crece en un ambiente de<br />
cariño, de respeto a Dios y a la religión. Después de hacer<br />
sus estudios primarios le nació la vocación de ser<br />
sacerdote y soldado de Cristo; al terminar sus estudios en<br />
su tierra natal se trasladó al Seminario Conciliar de<br />
Guadalajara para hacer estudios sacerdotales y, después de<br />
que cursó su seminario con éxito, el día 8 de julio de 1854<br />
recibió las sagradas órdenes. Sus superiores lo nombraron<br />
director administrador <strong>del</strong> Colegio Clerical de aquella<br />
ciudad, cuyo cargo desempeñó a satisfacción; por tradición<br />
familiar sé que también sirvió como señor cura en la<br />
parroquia de San Juan de Dios, en la capital tapatía.<br />
El señor obispo de Guadalajara envía al sacerdote Justo<br />
Ramírez Pérez a lo que fue la Villa de Nuestra Señora de la<br />
Asunción de las Aguas Calientes para que fuera señor cura<br />
de la parroquia <strong>del</strong> Encino, <strong>del</strong> barrio de Triana, y llegó<br />
el día 8 de julio de 1864, primero en calidad de interino<br />
y, en virtud de su responsabilidad extraordinaria, para<br />
atender a la feligresía. Debido al celo en el desempeño de<br />
sus labores lo nombraron señor cura propio y tomó posesión<br />
<strong>del</strong> cargo el día 4 de enero de 1867, cargo que desempeñó<br />
dignamente hasta el 2 de febrero de 1885, en que pasó a<br />
mejor vida.<br />
El señor cura Justo Ramírez Pérez fue el segundo cura<br />
párroco propio de la parroquia <strong>del</strong> Encino, pues a partir de<br />
la fundación de ésta, en 1854, el primer señor cura con<br />
cargo de interino fue don Abundio Fernández; luego, como<br />
224
primer señor cura propio, don Agustín Gómez y como segundo<br />
señor cura propio, nuestro biografiado.<br />
Don Justo Ramírez Pérez fue una persona amante de la<br />
cultura y de su patrimonio. Fundó y sostuvo un colegio<br />
superior que se llamó San Luis Gonzaga, el cual inició<br />
labores educativas el día 4 de enero de 1869. De este<br />
colegio salieron veintidós alumnos que se ordenaron como<br />
sacerdotes; también hubo varios abogados y médicos que<br />
hicieron sus estudios ahí. Alguna vez escuché de voz de don<br />
Rosalío Esparza, ya en su ancianidad, de que él se dio<br />
cuenta cómo le dolía profundamente al señor cura don Justo<br />
Ramírez Pérez, en su última enfermedad, pensar que el<br />
colegio desaparecería.<br />
¡Cuánto amor tuvo por la cultura! Por eso lo podemos<br />
catalogar como pedagogo lo mismo como gran trabajador<br />
social, ya que su labor no la redujo única y exclusivamente<br />
a su función como sacerdote, sino que se prodigó a sus<br />
semejantes, siempre estuvo al pendiente de la buena marcha<br />
de las familias <strong>del</strong> barrio y presente en sus momentos de<br />
angustia así como en los momentos de alegría, porque para<br />
aquella gente no había alegría completa si no estaba su<br />
párroco en la fiesta.<br />
Don Justo Ramírez Pérez metía en cintura a la gente <strong>del</strong><br />
barrio, y cuando sabía que iba a haber una de aquellas<br />
reuniones de los matones que se juntaban en la Tienda <strong>del</strong><br />
Toro, allá por el barrio de la Salud, en la calle <strong>del</strong><br />
Acueducto, se presentaba el señor cura de Triana y con el<br />
valor que la fe en Cristo le dio, los desarmaba y los<br />
mandaba a su casa cuidando de la paz y la tranquilidad de<br />
la comunidad; regresaba a la parroquia con un verdadero<br />
arsenal. Fue tan determinante la actuación <strong>del</strong> señor cura<br />
dentro <strong>del</strong> barrio de Triana, que en un tono un tanto<br />
festivo el señor gobernador de Aguascalientes, don<br />
Francisco Hornedo decía: -En Aguascalientes habemos dos<br />
225
gobernadores, Justo, desde el arroyo hacia el sur y yo <strong>del</strong><br />
arroyo hacia el norte-; el arroyo no era otra cosa que lo<br />
que actualmente es la avenida licenciado Adolfo López<br />
Mateos.<br />
Fue una persona que se preocupó por hermosear el templo <strong>del</strong><br />
Señor <strong>del</strong> Encino; gestionó el dorado de los altares; el<br />
arreglo <strong>del</strong> atrio, la adquisición de un reloj público que<br />
compró en la vecina población de Teocaltiche, donde los<br />
fabricaban. En su tiempo se colocó el piso de duela <strong>del</strong><br />
templo, se arregló el cancel y compró un órgano.<br />
Fue un hombre verdaderamente culto y un humanista en toda<br />
la extensión de la palabra; le tocó estar en el ejercicio<br />
de su ministerio cuando México sufrió la segunda<br />
intervención francesa, cuando fue el imperio de Maximiliano<br />
y los liberales fueron perseguidos. Cuenta la historia de<br />
Aguascalientes que el gobierno conservador prendió a tres<br />
liberales hidrocálidos, don Diego Ortigoza, don Jesús López<br />
y don Jesús Hernández, estuvieron a punto de fusilarlos y<br />
gracias a la intervención <strong>del</strong> señor don Justo Ramírez<br />
Pérez, en compañía de don Guillermo R. Brand, don Antonio<br />
Salas y otras personas más, se evitó que aquellos tres<br />
hombres fueran fusilados. Primero suplicaron indulto para<br />
ellos; el gobernador no les hizo caso. Entonces,<br />
organizaron a las damas principales de Aguascalientes para<br />
que, vestidas de luto, fueran a llorarle al comandante<br />
francés en funciones de gobernador y concediera el indulto<br />
a estas gentes, el funcionario suspendió momentáneamente el<br />
fusilamiento, otorgando a mas el término perentorio de tres<br />
días para conseguir el indulto con las autoridades de la<br />
Ciudad de México. Lo que hizo el cura fue enviar a<br />
matacaballo a un joven apellidado López para que se<br />
trasladara a la ciudad de León, Guanajuato, en aquellos<br />
tiempos muy lejos, y ahí, por medio de telégrafo arreglara<br />
el indulto, cosa que logró horas antes de la ejecución,<br />
226
llegó a Aguascalientes salvando la vida de estos liberales,<br />
gracias a la actuación de todos y al ingenio <strong>del</strong> señor cura<br />
Justo Ramírez<br />
Cuenta la leyenda que dos horas antes <strong>del</strong> fusilamiento<br />
entró una dama de negro, sin dejar ver su rostro, entró a<br />
la celda donde estaban los encapillados y dijo-El indulto<br />
se les va a conceder, no teman por sus vidas-, y así como<br />
llegó de pronto, desapareció; los encapillados creyeron que<br />
era la Virgen María. Tanto don Agustín R. González como don<br />
Jesús Bernal Sánchez, en sus historias de Aguascalientes<br />
narran este pasaje. Así fue de gran humanista el señor cura<br />
de Triana, no le importó que aquellas personas fueran<br />
exponentes de ideas contrarias a las de él; lo que le<br />
importaba era que se iban a quedar tres familias en la<br />
orfandad, él hizo a un lado la cuestión ideológica y<br />
entonces se dedicó a salvar la vida de aquellos tres<br />
liberales.<br />
Por último, al referirme al señor cura Justo Ramírez Pérez,<br />
lo hago con un amor profundo porque él, indirectamente, fue<br />
fundador de mi casa, y digo indirectamente porque su<br />
<strong>presencia</strong> en Aguascalientes hizo que sus hermanos se<br />
vinieran a vivir a esta ciudad, entre ellos, mi bisabuelo<br />
don Juan Crisóstomo Ramírez Pérez, así como José María<br />
Ramírez Pérez, de quien viene la rama de los Ramírez<br />
Alonso. José María Ramírez fue abuelo de Calesero, padre<br />
<strong>del</strong> boticario don Justo Ramírez y de Chole, abuela <strong>del</strong><br />
doctor Humberto Ruvalcaba. Don Juan Crisóstomo Ramírez<br />
Pérez fue fundador de la familia Ramírez Palos, de José el<br />
profesor; <strong>del</strong> licenciado Refugio, mi abuelo; de la<br />
profesora Cayetana; de María Dolores y de María Concepción;<br />
así pues, la sangre Ramírez que llevo se debe a que mi<br />
bisabuelo, al seguir a su hermano el señor cura Justo<br />
Ramírez Pérez, radicó en nuestra ciudad. El tránsito <strong>del</strong><br />
227
señor Cura don Justo Ramírez Pérez a la <strong>presencia</strong> <strong>del</strong> señor<br />
fue el 2 de febrero de 1885”. 66<br />
Otro Señor cura fue “don Isidro Navarro Castellanos”. Sobre<br />
él narra: “El 13 de noviembre, día <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino; el<br />
rumor de gitanos que viene por la claridad <strong>del</strong> sur se<br />
convierte en grito de júbilo; rindo pleitesía al Santo<br />
Cristo gitano recordando al señor cura que duró en su<br />
ejercicio cuarenta y dos años; es el que mas tiempo ha<br />
estado al frente <strong>del</strong> curato; me refiero al señor cura<br />
Isidro Navarro Castellanos.<br />
El año de 1849 nació en un ranchillo cercano a la Capilla<br />
de Guadalupe, en el estado de Jalisco, un niño al que sus<br />
padres, don Ignacio Navarro y doña Antonia Castellanos, de<br />
júbilo lo acercaron a la pila bautismal y el sacerdote le<br />
impuso el nombre de Isidro a quien más a<strong>del</strong>ante, fue<br />
nuestro cuarto señor cura propio de Triana. Fueron hermanos<br />
de Isidro: Ramón, quien fue abogado; Hipólito y Gabino,<br />
agricultores y sus hermanas Marina, María Pía, Daría,<br />
Mercedes y María Guadalupe. La infancia de Isidro<br />
transcurre en medio de juegos con sus hermanos y amigos en<br />
Capilla de Guadalupe, cumpliendo con sus obligaciones<br />
escolares.<br />
El catolicismo de la familia Navarro y la sombra próxima de<br />
la Virgen de San Juan fueron la base vocacional para que el<br />
joven Isidro abrazara con amor su vocación sacerdotal y<br />
acudiera al seminario de Guadalajara a cursar sus estudios,<br />
los cuales fueron coronados con su ordenación.<br />
Honda pena causó el 2 de febrero de 1885 en el barrio de<br />
Triana el fallecimiento <strong>del</strong> querido señor cura Justo<br />
Ramírez Pérez, pero la providencia de Dios mitiga la pena<br />
de los conbarrianos al enviar unos meses después a cubrir<br />
la vacante, al señor presbítero don Isidro Navarro, quien<br />
66 Señor Cura Don Justo Ramírez Pérez. Ibdem. P. 176. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido. Sábado 13 de noviembre de 1982 secc b. P.3<br />
228
por su juventud y entrega, rápido se ganó el aprecio y<br />
cariño de nuestra gente.<br />
Durante sus cuarenta y dos años de señor cura de la<br />
parroquia <strong>del</strong> Encino supo guiar la vida espiritual de su<br />
feligresía por medio de prácticas religiosas; en cuanto al<br />
aspecto material, mantuvo la dignidad <strong>del</strong> templo y ordenó<br />
que se hicieran los adornos, con hoja de oro, entre ellos<br />
los marcos de los óleos <strong>del</strong> vía crucis mural que adorna<br />
nuestro templo, pintados por los hermanos López a fines <strong>del</strong><br />
siglo XVIII y principios <strong>del</strong> XIX; asimismo, sostuvo la<br />
Escuela de Cristo en la calle de la Asamblea.<br />
Triple faceta adorna la personalidad <strong>del</strong> señor cura<br />
Navarro: como dueño de huertas, como vitivinicultor y como<br />
criador de caballos de carreras.<br />
Cuando dejó su natal estado de Jalisco y vio que por el<br />
transcurrir de los años se convertía en trianero<br />
aguascalentense, invirtió su patrimonio en nuestra tierra y<br />
siendo señor cura de un barrio integrado por esos vergeles<br />
que fueron las huertas, él también adquirió varias para<br />
tener fuentes de trabajo y además para generar ganancias y<br />
vivir con decoro. Sé que fue dueño de las siguientes<br />
huertas: Santa Ana, San José, Las Crucitas, Corredor, y La<br />
Piedra China, <strong>del</strong> barrio de La Salud, total tuvo cinco<br />
huertas dedicadas al cultivo de hortalizas, frutales y<br />
flores, y en forma muy especial, las huertas de El Corredor<br />
y de La Piedra China las dedicó al cultivo de la vid.<br />
Todas las mañanas oficiaba la misa de siete y después de<br />
desayunar se iba acompañado de sus sobrinos, Juan Manuel,<br />
Enrique, Gabino y Ramón, en carro de caballos rumbo a sus<br />
huertas para retornar al atardecer; sus sobrinos tenían la<br />
costumbre de decirle "padrino". Su huerta preferida fue La<br />
Piedra China, en ésta tenía su vinícola; con la uva de sus<br />
huertas hacía todo el vino de consagrar que se consumía en<br />
nuestra diócesis; asimismo, de otros lados también le<br />
229
compraban sus vinos. Adquirió en España un molino para uva,<br />
una mesa para exprimir y cincuenta barricas de roble para<br />
reposar vino; en medio <strong>del</strong> patio tenía una parrilla, se<br />
vaciaba en ella la uva reventada y luego, con unos como<br />
tornillos, se prensaba y se vertía la materia prima para<br />
procesarla en un cazo de cobre como de cinco metros de<br />
diámetro. Los vinos que producía eran, aparte <strong>del</strong> de<br />
consagrar, vinos de mesa; su principal vinatero lo fue don<br />
Juan Medina; también tomaba consejos de otro productor de<br />
vinos, don Pedro Amato. En la casa <strong>del</strong> señor cura Navarro<br />
se vendía vino a granel a razón de un peso cincuenta<br />
centavos el litro, esto en 1924.<br />
En su huerta consentida, La Piedra China, don Isidro<br />
Navarro ordenó que en el corredor <strong>del</strong> pórtico con arcos que<br />
daba para los cultivos, un pintor procedente de Guadalajara<br />
pintara unos murales, los cuales resultaron sin mayor<br />
mérito artístico; hoy día se pueden ver desde la avenida<br />
Héroe de Nacozari; en uno se ve la catedral de Guadalajara;<br />
en otro se aprecia una escena junto al mar y aparece él<br />
acompañado de don Juan Medina, éste con un pescado en la<br />
espalda; en otro cuadro aparece una familia en la mesa, se<br />
dice que es la de los Navarro y, cosa insólita, un paisaje<br />
polar; el otro recuerda los talleres de los ferrocarriles<br />
de esta nuestra ciudad.<br />
En 1914, cuando el viento de la Revolución llegó a nuestra<br />
ciudad, las bodegas de vino <strong>del</strong> señor cura Navarro fueron<br />
destruidas por los villistas; cuentan que dos bodegas con<br />
barricas de cinco mil litros fueron destruidas a hachazos y<br />
el líquido corría por la calle como si acabara de llover<br />
vino; sobre estos sacrificios se levantó el México moderno<br />
y su actual industria vinícola.<br />
Fueron administradores de las huertas propiedad <strong>del</strong> señor<br />
cura Isidro Navarro, su sobrino don Fortino Jiménez hasta<br />
230
1918, cuando murió, y luego el hermano de éste, don Manuel<br />
Jiménez.<br />
El señor cura Isidro Navarro también fue criador de<br />
caballos de carreras; los tenían en las caballerizas de su<br />
huerta de La Piedra China y los corría en un carril que<br />
tenía en San Francisco <strong>del</strong> Arenal; participaron en carreras<br />
de cuarto de milla. Tuvo dos caballos campeonísimos, uno<br />
denominado "El Plis" y el otro "Pepe", al grado que no<br />
tuvieron contrincantes. Se cuenta que cuando el señor cura<br />
llegaba a las caballerizas, los caballos se ponían<br />
nerviosos y relinchaban debido a que el señor cura los<br />
acariciaba y les daba terrones de azúcar; ya sabían los<br />
caballos cuando lo veían que llegaba su golosina, listos<br />
caballos también fueron objeto de la codicia de los<br />
revolucionarios.<br />
Me platican que don Isidro Navarro fue un hombre alto,<br />
<strong>del</strong>gado y bien parecido, he visto fotografías de él y, en<br />
efecto, así fue.<br />
El domicilio fue la casa que hoy es la cuatrocientos<br />
cincuenta de la calle doctor Díaz de León, antes Washington<br />
número ciento veinte; ahí, el 9 <strong>del</strong> mes de marzo de 1927 lo<br />
sorprendió la muerte. Sus familiares me platican que fue<br />
diabético y en su acta de defunción aparece que la causa de<br />
su muerte fue nefritis. En virtud <strong>del</strong> conflicto por el que<br />
atravesaba nuestra patria, no se le hicieron honras<br />
fúnebres, pues los familiares recibieron la noticia de que<br />
se iba a aprehender a los sacerdotes que estuvieran en la<br />
casa <strong>del</strong> señor cura y de inmediato le dieron sepultura en<br />
el panteón de la Salud.<br />
Agradezco a don Manuel Jiménez Hernández (Güero Jiménez), y<br />
don Gabino Navarro Franco, ambos sobrinos nietos <strong>del</strong> señor<br />
cura Navarro, pilares <strong>del</strong> barrio de Triana, que me<br />
231
proporcionaron los datos para estructurar esta<br />
semblanza.” 67<br />
Del “Señor cura Ramón C. Gutiérrez”, describe: “El señor<br />
cura Ramón C. Gutiérrez, hijo de don Antonio Gutiérrez y<br />
doña María <strong>del</strong> Refugio Castellanos, fue el quinto señor<br />
cura de la parroquia <strong>del</strong> Encino; al pie de su retrato al<br />
óleo que hay en la sacristía se manifiesta que fue señor<br />
cura de 1924 a 1927. Pocos datos he conseguido de este<br />
señor cura pero me doy cuenta que fue una persona ilustre y<br />
con un gran amor a su apostolado. Los datos que enseguida<br />
trasmito me fueron proporcionados por el secretario de la<br />
diócesis de Aguascalientes, el padre Sosa, y en esos datos<br />
nos dice que don Ramón C. Gutiérrez, el día 12 de abril de<br />
1913, fue nombrado rector <strong>del</strong> seminario; posteriormente en<br />
noviembre de ese mismo año, fue señor cura encargado de la<br />
parroquia de Asientos; después pasó con el mismo cargo a la<br />
parroquia de Jesús María; el 21 de enero de 1925 se encargó<br />
<strong>del</strong> curato <strong>del</strong> Encino, y también en ese año, el día 16 de<br />
julio se le nombró director diocesano de la Adoración<br />
Nocturna; el 6 de julio de 1929, después de que pasó el<br />
conflicto religioso que se suscitó siendo presidente de la<br />
República Plutarco Elías Calles, el señor cura Ramón C.<br />
Gutiérrez recibió la parroquia <strong>del</strong> Encino, días después, el<br />
13 de julio de ese año, fue nombrado párroco amovible de la<br />
parroquia <strong>del</strong> Encino y, a casi menos de un mes, el 3 de<br />
agosto de 1929, murió, a don Ramón C. Gutiérrez le tocó el<br />
curato <strong>del</strong> Encino en una situación muy difícil porque ya<br />
había barruntos <strong>del</strong> problema religioso en México. Tuvo que<br />
ser hombre extraordinario, como muchos lo fueron, para<br />
seguir su ministerio como soldado de Cristo. Fueron años<br />
difíciles, años de martirios, de fusilamientos de<br />
sacerdotes; sin embargo a él le tocó en esta época en que<br />
67<br />
Don Isidro Navarro Castellano. Ibdem. P. 179. Este texto también se publicó en Hidrocálido.<br />
Jueves 13 de noviembre 1986.<br />
232
la religión era clandestina, estar al pendiente de la<br />
parroquia <strong>del</strong> Encino. Ya cuando se reanudaron los cultos él<br />
recibió la parroquia.<br />
Los sacerdotes actuaban a salto de mata, de casa en casa,<br />
de lugar en lugar, a escondidas y sufriendo muchísimo por<br />
ser sacerdotes, ya que el gobierno de la República estuvo<br />
en contra de ellos y quiso formar lo que sería la Iglesia<br />
Nacional Mexicana, encabezada por el patriarca Pérez.<br />
En esta época, el 11 de julio de 1925, fue nombrado<br />
director diocesano de la Adoración Nocturna; a escondidas<br />
debían tener a Jesús sacramentado y a escondidas le rendían<br />
amor y pleitesía a Jesús en la eucaristía; por lo tanto,<br />
podemos decir que este señor cura de Triana fue un<br />
verdadero mártir, ya que le tocó una época muy difícil.<br />
En los datos que me proporcionaron no viene el lugar de su<br />
nacimiento. Fungió como señor cura <strong>del</strong> Encino desde el año<br />
de 1925 hasta 1929 año en que muere, el 3 de agosto, a los<br />
59 años de edad, en su casa de la calle Colón.” 68<br />
Acerca <strong>del</strong> “Señor cura Alfonso Maldonado Zamarrita”, hace<br />
la siguiente descripción. “Fue el 21 de febrero de 1886,<br />
cuando la familia Maldonado Zamarripa, vecinos de la<br />
población de Rincón de Romos de este estado, tuvo la dicha<br />
de contar con un miembro más, a quien sus padres, don Juan<br />
Maldonado y doña Genoveva Zamarripa, le pusieron el nombre<br />
de Alfonso.<br />
Aquellos campos labrantíos aledaños a Rincón de Romos, sus<br />
verdes arboledas y los remansos de los ríos cercanos,<br />
fueron los testigos de los juegos infantiles de Alfonso,<br />
quien, en compañía de sus hermanas, María Ignacia y<br />
Gabriela, disfrutaban de este paraíso terrenal.<br />
Sus padres se preocuparon por su educación y lo enviaron a<br />
la escuela <strong>del</strong> pueblo, misma que estaba a cargo <strong>del</strong> emérito<br />
68 Ibdem. Pp.182.<br />
233
maestro don Genaro Barbosa, quien con el sistema<br />
lancasteriano atendía toda la instrucción primaria.<br />
Desde muy niño recibió ese llamado al corazón que nos hace<br />
abrazar nuestro oficio o profesión, es decir, tuvo vocación<br />
para ser sacerdote y salió, después de cursar su primaria,<br />
de su natal Rincón de Romos e ingresó al seminario de la<br />
diócesis de Aguascalientes para cursar su carrera<br />
sacerdotal; recibió las sagradas órdenes el 19 de marzo de<br />
1908, a los veintidós años, de manos <strong>del</strong> señor obispo José<br />
María de Jesús Gómez Portugal y Serratos, después de su<br />
ordenación fue comisionado por sus superiores para ejercer<br />
su ministerio en las parroquias de Ojuelos, Jalisco y<br />
Calvillo y luego se le nombró rector <strong>del</strong> seminario de<br />
Aguascalientes, en donde lo sorprendió la guerra de los<br />
Cristeros, dando testimonio de su calidad de sacerdote<br />
católico al ser prisionero por órdenes <strong>del</strong> general Genovevo<br />
de la O. En la prisión recibió la sagrada comunión a través<br />
de la señorita profesora Conchita Loy, quien se introdujo a<br />
la prisión por sugerencia <strong>del</strong> señor canónigo Felipe<br />
Morones. Gentilmente, Conchita Loy es quien fue fuente de<br />
esta información.<br />
Don Alfonso Maldonado, tan sólo permaneció en prisión una<br />
semana; el general de la O, lo envió en un tren de carga a<br />
la Ciudad de México, con la debida custodia militar y lo<br />
llevaron a Lecumberri, en donde sufrió por lo inmundo de su<br />
celda, pero la presidenta de las Damas Católicas, doña<br />
Maximina Machaín de Huitrón, debido a las influencias que<br />
tenía y con la ayuda <strong>del</strong> maestro <strong>del</strong> periodismo nacional,<br />
Lanz Duret, consiguieron la libertad <strong>del</strong> presbítero don<br />
Alfonso Maldonado, quien tan sólo permaneció diez días en<br />
Lecumberri. Al obtener su libertad permaneció una temporada<br />
en la Ciudad de México, durante el conflicto religioso.<br />
A su retorno de México, fue capellán <strong>del</strong> templo <strong>del</strong><br />
Conventito y luego fue designado señor cura de nuestra<br />
234
parroquia de Triana. Fue el sexto señor cura propio y<br />
desempeñó este cargo de 1927 a 1933.<br />
Al dejar su cargo, ejerció su ministerio en varios templos<br />
y al instalarse el Cabildo Catedralicio, el 23 de julio de<br />
1946 se le designó señor canónigo magisterial y teólogo que<br />
desempeñó hasta su muerte, acaecida el 21 de septiembre de<br />
1956.<br />
Don Alfonso Maldonado fue de baja estatura, tez morena,<br />
cara ancha, caminar lento y apoyado en un bastón, debido a<br />
una lesión en la médula; así era en el ocaso de su vida y<br />
debido a este mal, falleció.<br />
Fue un magnífico orador sagrado debido a su facilidad de<br />
palabra. Realizó cinco viajes a Europa, dos de ellos con<br />
extensión a Tierra Santa. En su primer viaje, en 1933, la<br />
gente en Europa lo veía como un mártir de la religión y<br />
querían tener algún recuerdo de él, esto motivó que en<br />
varias ocasiones lo protegiera la policía de las<br />
muchedumbres. En sus viajes a Europa su gusto era pasarse<br />
buenas épocas en la ciudad de Roma.<br />
¡Así fue nuestro sexto señor cura de Triana, Alfonso<br />
Maldonado Zamarripa!” 69<br />
Asimismo expone los datos <strong>del</strong> “Señor canónigo J. Natividad<br />
Soto Villalobos”. Dice: “Este señor cura <strong>del</strong> Encino fungió<br />
como tal en los años de 1933 a 1950. Don J. Natividad Soto<br />
Villalobos nació en la vecina población de Paso de Sotos,<br />
hoy Villa Hidalgo, Jalisco, el día 8 de septiembre de 1890<br />
y fue hijo de don Samuel Soto y doña Petra Villalobos; es<br />
de suponerse que la vida cristiana que han de haber llevado<br />
en la casa <strong>del</strong> señor Soto, fue lo que lo impulsó a ser<br />
sacerdote.<br />
El día 25 de abril de 1912, es decir, de un poco menos de<br />
veintidós años, J. Natividad Soto Villalobos fue tonsurado<br />
69 Señor Canónigo Don Alfonso Maldonado Zamarripa. Ibdem. P. 183. Este texto también se<br />
publicó en Hidrocálido. Miércoles 12 noviembre de 1986.<br />
235
por el primer señor obispo de Aguascalientes, don José<br />
María de Jesús Gómez Portugal y Serratos, en el oratorio de<br />
su casa, y a los tres días recibió de manos de este mismo<br />
señor obispo las órdenes menores.<br />
Siguió su carrera de seminarista y el diaconado lo recibió<br />
el 22 de junio de 1913, de manos <strong>del</strong> señor obispo Ignacio<br />
Valdespino Díaz; su ordenación como sacerdote fue el 5 de<br />
abril de 1916, por el señor Plascencia, obispo de<br />
Tehuantepec, en el templo de San José.<br />
Tuvo distintos cargos dentro de la iglesia católica en la<br />
diócesis de Aguascalientes, fue prefecto <strong>del</strong> seminario,<br />
maestro de latín, maestro de música sacra y juez<br />
provisional. Como una cosa de llamar la atención lo<br />
nombraron párroco amovible de Villa Hidalgo, el primero de<br />
mayo de 1933, aunque aparece en los archivos de la<br />
parroquia <strong>del</strong> Encino, que ese mismo año de 1933 inició su<br />
labor de señor cura de esa parroquia hasta 1950. En esta<br />
época, el Señor Soto fue nuestro señor cura, muy querido<br />
por la feligresía debido a su carácter alegre, humanitario<br />
y ser un gran señor en el trato.<br />
Después de que dejó el curato, en 1950, se le nombró<br />
canónigo en el cabildo catedralicio, lo mismo que diputado<br />
para la disciplina <strong>del</strong> seminario, en 1951. Siguió teniendo<br />
varios cargos hasta que, el 26 de septiembre de 1967, tuvo<br />
el último como arcediano. Entregó su alma al Creador el 30<br />
de enero de 1978, en el Sanatorio Esperanza. Tuvo su último<br />
domicilio en la calle de Abasolo número ciento nueve.<br />
Recuerdo al señor cura J. Natividad Soto Villalobos como<br />
una persona extrovertida, bondadosa, magnífico soldado de<br />
Cristo; pensaba que todo Aguascalientes era de él porque a<br />
todos trataba como si fueran sus amigos de muchos años. Ya<br />
en su ancianidad lo recuerdo en una forma un tanto<br />
graciosa: salía de las oficinas <strong>del</strong> obispado, a espaldas de<br />
Catedral, y detenía cualquier carro, ya fuera un taxi o un<br />
236
carro particular y con un desplante fabuloso les decía que<br />
lo llevaran a su casa. Sentía un cariño grande por toda la<br />
gente de Aguascalientes, y dentro de su estado<br />
semiconsciente tenía esas puntadas de sentir que todo le<br />
pertenecía, que todo Aguascalientes era suyo y que todas<br />
las personas eran sus amigos.” 70<br />
Del “Señor canónigo Francisco López Esparza”, indica que:<br />
“Toca ahora el turno de hablar <strong>del</strong> octavo señor cura que<br />
tuvo la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, don Francisco López<br />
Esparza. Nació el 18 de febrero de 1893. El desarrollo de<br />
su carrera eclesiástica lo hizo en el seminario de la<br />
ciudad de Aguascalientes. El día 25 de abril <strong>del</strong> año de<br />
1912 recibió la tonsura de parte <strong>del</strong> señor obispo de<br />
Aguascalientes, José María de Jesús Gómez Portugal y<br />
Serratos, o sea de nuestro primer obispo, posteriormente,<br />
el día 28 <strong>del</strong> mismo mes de abril, recibió <strong>del</strong> mismo<br />
personaje las órdenes menores en el oratorio de este<br />
dignatario eclesiástico. Continuó sus estudios sacerdotales<br />
y, en 1916, el 2 de abril, recibió su diaconado por parte<br />
<strong>del</strong> señor Plascencia obispo de Tehuantepec, en el templo de<br />
San Marcos; se ordenó en la ciudad de Guadalajara en el<br />
templo de San Felipe, el día 8 de abril de 1917.<br />
El 23 de abril de 1917 se le nombró ministro en la<br />
parroquia de Asientos. Posteriormente, el 6 de marzo de<br />
1919 fue nombrado capellán de la Hacienda de Bimbalet. En<br />
su misión fue maestro de aposentos, profesor de latín y<br />
vocal de la congregación, de la doctrina cristiana; fue<br />
asistente <strong>del</strong> sindicato de sastres y, en 1930, el día 18 de<br />
julio se le nombró párroco amovible de Rincón de Romos. El<br />
30 de julio de 1937, párroco amovible de Ojuelos y, en<br />
1949, examinador prosinodal y párroco consultor.<br />
El 28 de diciembre de 1949 llegó como señor cura al Encino,<br />
en donde duró siete años.<br />
70 Ibdem. Pp.185.<br />
237
Fue una persona baja de estatura, trigueño, pelo entrecano,<br />
se pelaba "a la bross", siempre con alzacuello, y usaba<br />
lentes; se veía a todas luces que era un señor con una<br />
bondad extraordinaria. Tuvo una hermana religiosa, la madre<br />
López, que fue directora <strong>del</strong> Colegio Guadalupe Victoria,<br />
allá por el año de 1958, persona con la cual traté<br />
bastante; bellísima en su manera de ser, de actuar y de<br />
pensar. La madre María Jesús López murió en la Ciudad de<br />
México en el año de 1966.<br />
El señor cura don Francisco López Esparza falleció el 25 de<br />
febrero de 1973, en su domicilio ubicado en la calle<br />
Abasolo doscientos ocho de esta ciudad.” 71<br />
Sobre el “Señor cura Antonio García Esparza”, describe los<br />
siguiente: “Don Antonio García Esparza nació en San<br />
Francisco de los Romo, Aguascalientes en 1902, y fue<br />
bautizado en Jesús María; sus padres fueron los señores don<br />
Fermín García y doña Petra Esparza.<br />
Nació en él el deseo de la vida sacerdotal, cultivó este<br />
anhelo, y cuando fue momento oportuno, entró a hacer sus<br />
estudios al seminario de nuestra diócesis. Entre los días<br />
20 y 24 de febrero de 1923 recibió la tonsura y las órdenes<br />
menores en el oratorio <strong>del</strong> Señor Obispo Ignacio Valdespino<br />
Díaz, nuestro segundo obispo; fue ordenado también por el<br />
señor Valdespino el 13 de junio de 1926 en nuestra<br />
catedral, en una ceremonia que fue a las seis de la mañana.<br />
Posteriormente, fue nombrado vicario cooperador de San José<br />
y cuando se reanudaron los cultos, el 24 de julio de 1929<br />
recibió la capilla de Cañada Honda y Santa María de<br />
Gallardo.<br />
En 1930 fue vicario cooperador provisional de Ojuelos, y el<br />
28 de marzo <strong>del</strong> mismo año fue vicario cooperador de San<br />
José; después lo asignaron a Jesús María, el 9 de abril de<br />
1932, también como vicario cooperador.<br />
71 Ibdem. Pp.186.<br />
238
El señor cura don Antonio García Esparza fue un hombre<br />
culto, profesor de filosofía en el seminario y después<br />
también de latín, esto fue en 1936 y 1937; en 1938, el 31<br />
de octubre, fue nombrado párroco en Rincón de Romos.<br />
Renunció a la parroquia el día 28 de noviembre de 1942 para<br />
irse al obispado de Cuernavaca, probablemente debido a que<br />
algunos de sus amigos <strong>del</strong> seminario estaban en aquel<br />
obispado y lo invitaron a formar parte <strong>del</strong> clero <strong>del</strong> estado<br />
de Morelos, pero no duró allá muchos años, ya que en 1945,<br />
el 12 de enero, aparece como profesor <strong>del</strong> seminario. El 22<br />
de enero de 1948 lo nombraron capellán de la Hacienda de<br />
Peñuelas; el 5 de noviembre de 1953, párroco de Ojuelos, y<br />
el 2 de septiembre de 1957 lo nombran señor cura de la<br />
parroquia <strong>del</strong> Encino.<br />
A partir <strong>del</strong> 14 de junio de 1959 fue director espiritual de<br />
la Sociedad de la Temperancia; esta sociedad fue el<br />
antecedente inmediato de Alcohólicos Anónimos, porque se<br />
dedicaba a auxiliar a personas adictas a las bebidas<br />
alcohólicas.<br />
Era extremadamente fuerte de carácter, pero analizando su<br />
vida en su calidad de sacerdote, debemos tomar en cuenta<br />
que también fue de aquella pléyade de sacerdotes mártires<br />
en la persecución religiosa ya que, psicológicamente<br />
destrozó a los sacerdotes. Recuerdo que en alguno de sus<br />
arranques de ese carácter fuerte, se ufanaba en decir desde<br />
el pulpito que él era hijo de don Fermín el rebocero, y<br />
vaya que sí era cierto; el padre, don Fermín García tenía<br />
una gran tienda que se llamaba "El Volador” frente al lado<br />
sur <strong>del</strong> Parián y por la calle de Allende; su principal<br />
artículo de venta eran los rebozos, que usaban entonces<br />
tanto la mujer humilde como la mujer encumbrada; un rebozo<br />
de seda era una gala en una fiesta si lo sabía portar una<br />
mexicana. El señor cura tuvo también conocimiento de lo que<br />
era el comercio a través de su papá.<br />
239
Así fue don Antonio García, hombre de quien lo único que<br />
recibí fueron atenciones, muy fina persona conmigo; nunca<br />
en lo personal tuve alguna cosa que sentir por la<br />
reciedumbre de su carácter. En paz descanse nuestro noveno<br />
señor cura de la parroquia <strong>del</strong> Encino.” 72<br />
De los sacerdotes <strong>contemporáneo</strong>s está el “señor canónigo<br />
Urbano Rizo” <strong>del</strong> que dice: “En todo barrio bien definido no<br />
puede faltar la figura familiar <strong>del</strong> pastor de almas, el<br />
señor cura que es toda bondad y entrega a su feligresía y<br />
que está presente en 1os días de alegría y de pesar de los<br />
integrantes de su comunidad.<br />
Nuestro barrio, Triana, tuvo un señor cura, gran señor, por<br />
su espíritu de entrega, por su amplia cultura, por un<br />
sentido de respeto a todas las formas de pensar, un digno<br />
representante <strong>del</strong> Señor, se trata <strong>del</strong> señor canónigo Urbano<br />
Rizo.<br />
La católica familia integrada por el doctor don Demetrio<br />
Rizo y doña María Teresa Ruiz de Chávez, con domicilio en<br />
la casa número seis de la calle Pedro Parga, antes<br />
apostolado, se vio bendecida por Dios el 3 de octubre de<br />
1928, cuando en su seno el décimo de sus hijos, a quien<br />
pusieron por nombre Urbano.<br />
La infancia de don Urbano fue agradable, en compañía de sus<br />
hermanos Rosa Maria, María Teresa, Margarita, Catalina,<br />
María de Jesús, Demetrio, Salvador y Felipe; entre sus<br />
hermanos hubo uno mayor quien también llevó el nombre de<br />
Urbano, falleció a la edad de seis años.<br />
El señor cura recuerda con mucho afecto, como amigo de<br />
infancia, a Ernesto Imm, hijo de un relojero <strong>del</strong> mismo<br />
nombre.<br />
Don Urbano cursó la primaria en un colegio que dirigía la<br />
señorita profesora Teresa Llamas, y el quinto y sexto año<br />
72 Ibdem. Pp. 187.<br />
240
en el Colegio Independencia, dirigido por la maestra<br />
Jesusita Aguilar.<br />
Nuestro décimo señor cura de Triana es una de esas personas<br />
en quien la vocación de Dios se manifiesta desde muy<br />
pequeño. Cuando cumplió doce años ya formaba parte <strong>del</strong><br />
seminario menor, en el nivel denominado Latín. El seminario<br />
menor en la calle Juan Diego, y por cierto, ellos le<br />
pusieron el nombre a la calle. El obispo José de Jesús<br />
López y González le envió a continuar sus estudios al<br />
Seminario Nacional Interdiocesano de Moctezuma, que se<br />
encontraba en el estado de Nuevo México, en la Unión<br />
Americana. Después de su ordenación sacerdotal, en el año<br />
1951, el señor obispo Salvador Quezada Limón lo destinó a<br />
nuestro seminario en calidad de catedrático, donde<br />
impartió, entre otras materias, sociología, filosofía,<br />
teología fundamental y teología sacramental.<br />
En 1961, fue enviado por sus superiores a la ciudad de<br />
Roma, Italia, para perfeccionarse en Ciencias Sociales, en<br />
el Instituto Leonino, que pertenece a la Universidad<br />
Gregoriana, en donde permaneció un año.<br />
A su regreso de Roma se le nombró ayudante <strong>del</strong> custodio de<br />
nuestra catedral Basílica, señor canónigo Porfirio Alba<br />
Avila; al estar en ese ministerio, se le dio su<br />
nombramiento de canónigo <strong>del</strong> cabildo catedralicio y el 17<br />
de noviembre de 1975, se le designó señor cura de la<br />
parroquia <strong>del</strong> Encino.<br />
El señor cura don Urbano Rizo nos comentó que en los ciento<br />
treinta y tres años de existencia de la parroquia, tan sólo<br />
han estado once señores curas, de los que destacan por su<br />
labor, celo apostólico y tiempo, el señor cura Isidro<br />
Navarro, quien ocupó el cargo desde fines <strong>del</strong> siglo XIX<br />
hasta 1923, año en que falleció. Todavía se le recuerda<br />
como guía y forjador de generaciones, de bondadosos hombres<br />
241
trianeros, además de ser de los primeros vitivinicultores<br />
de la época actual.<br />
Cuando recibió la parroquia, sus dominios eran muy extensos<br />
ya que abarcaban todo el sur de la ciudad y de ella<br />
surgieron las parroquias de la Divina Providencia, las tres<br />
Aves Marías, el Santo Niño de Atocha y la Santa Cruz; la<br />
parroquia <strong>del</strong> Encino administra también la vicaría de<br />
Calvillito.<br />
Nos comentó también que la devoción a Jesús crucificado<br />
está muy extendida en América Latina y que nuestro barrio<br />
no es la excepción, por ello se tiene tanta fe al Santo<br />
Señor <strong>del</strong> Encino a quien en una época se le consideró<br />
segundo patrono de nuestra ciudad. Otra de las cosas que le<br />
llama la atención es el cariño tan grande que nuestra gente<br />
profesa al Cristo Negro y agrega que para él, el barrio de<br />
Triana es semillero de intelectuales y de toreros, basta<br />
recorrer sus calles y fijarse en sus nombres, para<br />
comprobar lo antes dicho.<br />
¡Bravo por el señor cura de un barrio tan barrio!” 73<br />
Otro de ellos lo fue el “Señor canónigo Salvador Jiménez<br />
Díaz”. “Don Salvador Jiménez Díaz nació el 18 de diciembre<br />
<strong>del</strong> año 1918; fue el primer señor cura de la parroquia <strong>del</strong><br />
Señor <strong>del</strong> Encino. Nació en un rancho de la familia al que<br />
ellos sentían un gran afecto, el rancho de San Isidro,<br />
entre el Estado de Aguascalientes y el de Jalisco.<br />
Sus padres fueron don Pedro Jiménez Luévano y doña<br />
Esthercita Díaz de Jiménez tuvo siete hermanos, las<br />
mujeres: María Isabel, María de los Ángeles, María<br />
Rafaela, y en cuanto a los hombres: Leoncio, Javier y él,<br />
quien fue el más chico. Todos sus hermanos fueron<br />
profesionistas, las mujeres maestras y los dos hombres,<br />
Leoncio y Javier, abogados.<br />
73 Señor cura don Urbano Rizo. Ibdem. P. 188. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido.Viernes 1 de noviembre de 1985.<br />
242
La infancia de Salvador Jiménez Díaz transcurrió<br />
placenteramente en la ciudad de Aguascalientes; toda la<br />
vida vivió en la calle de José María Chávez y, naturalmente<br />
cuando estuvo fuera de esta ciudad, fue en el Seminario de<br />
Montezuma, Nuevo México; posteriormente, vivió en Rincón de<br />
Romos.<br />
Siempre mostró un respeto muy grande por su hermana María<br />
Isabel, a quien le profesó un cariño muy especial. En el<br />
barrio de Triana tuvo grandes afectos en cuanto a amistades<br />
recuerda a sus amigos de infancia Pedro Reyes González y<br />
Jesús Medina Reyes y en una forma también muy especial<br />
consideró amigo de su infancia a quien luego sería el<br />
reconocido licenciado Joaquín Cruz Ramírez; los dos fueron<br />
compañeros en el seminario y además Joaquín vivía en la<br />
calle de Colón, es decir, en el mismo barrio donde Salvador<br />
Jiménez vivía. Otro de sus amigos fue Toño Lomelí y conoció<br />
también a José de Jesús Ávila.<br />
Cursó la instrucción primaria en la escuela José María<br />
Chávez; ahí tuvo como maestro al profesor José Ramírez<br />
Palos, y en cuanto salió de la escuela primaria ingresó al<br />
seminario.<br />
Su vocación se la inculcó su mamá, doña Esthercita, quien<br />
fue mujer muy piadosa y con su enseñanza y ejemplo hizo que<br />
nacieran en su hijo Salvador las ganas de ser sacerdote.<br />
Cuando él manifestó su vocación, sus padres tuvieron mucho<br />
miedo y le decían que no estudiara para sacerdote, en<br />
virtud de que estaba reciente la época Cristera y vieron<br />
que a los sacerdotes los martirizaban y los fusilaban, pero<br />
ya en Salvador era tan decidida su vocación que no le<br />
importaban todas estas circunstancias, el quiso ser soldado<br />
de Cristo y a una muy temprana edad ingresó al seminario.<br />
En agosto de 1933, cuando tenía catorce años de edad, se<br />
inscribió en el seminario de esta diócesis, el cual se<br />
encontraba en una casona en la Alameda de esta ciudad,<br />
243
cerca de donde hoy es el centro cultural Los Arquitos; ahí<br />
estudió latín durante cuatro años y luego por las<br />
circunstancias históricas de México, tuvo que emigrar a<br />
Estados Unidos.<br />
Sus primeros años en el seminario fueron muy azarosos<br />
debido a la persecución religiosa; andaba el seminario<br />
propiamente a salto de mata, de casa en casa, de un lugar a<br />
otro; naturalmente, a las personas que tenían casas<br />
adecuadas para que el seminario funcionara les daba temor<br />
rentárselas por las represalias que pudieran tener por<br />
parte <strong>del</strong> gobierno.<br />
Por instrucciones <strong>del</strong> santo padre, los obispos de Estados<br />
Unidos decidieron construir un edificio para seminario y<br />
escogieron Montezuma, Nuevo México para edificarlo y acoger<br />
a todos los seminaristas mexicanos que tuvieran problemas<br />
aquí para sus estudios.<br />
El joven Salvador Jiménez Díaz, junto con el padre Jorge<br />
Hope, que también era su compañero, emigraron a los Estados<br />
Unidos de Norteamérica. Cuenta el padre Hope que ellos se<br />
fueron en tren de Aguascalientes a El Paso, Texas; nos dice<br />
también que la familia Jiménez Díaz, muy numerosa, estaba<br />
en los andenes de la estación despidiendo a Salvador.<br />
Se fueron en un vagón de segunda para que fuera más<br />
económico. Salvador Jiménez ingresó al seminario de<br />
Montezuma en 1937, y en 1944 regresó a Aguascalientes y fue<br />
ordenado en la catedral de nuestra ciudad; lo ordenó como<br />
sacerdote el señor Obispo José de Jesús López y González.<br />
Recuerdo vagamente la fecha en la que se convirtió<br />
realmente en sacerdote: después de su cantamisa fue la gran<br />
fiesta de todos sus conocidos, familia y barrio, en su<br />
casa; tendría yo unos doce años cuando aconteció esto, me<br />
acuerdo haber oído música de cuerda que salía <strong>del</strong> patio de<br />
la casa de los Jiménez, en medio de aquella alegría de toda<br />
la gente que asistió al banquete que le fue ofrecido.<br />
244
En Rincón de Romos estuvo dos años y después sus superiores<br />
lo trajeron a Aguascalientes a la parroquia <strong>del</strong> Encino;<br />
esto fue en 1946; estuvo a su cargo también la capellanía<br />
de La Salud.<br />
Me tocó ver una cosa que se me hizo de mucho valor por<br />
parte <strong>del</strong> padre Salvador: estaba yo parado en la puerta de<br />
mi casa y pasó él en un coche de sitio, hizo alto y me dijo<br />
Gabriel, ¿no quieres acompañarme a La Salud?-. Lo acompañé,<br />
y cuando regresábamos de La Salud a la calle de José María<br />
Chávez, pasamos por la calle <strong>del</strong> Acueducto, rumbo a la<br />
calle de la Alegría, para llegar al barrio; entonces le<br />
dijo al chofer <strong>del</strong> taxi que se parara, recuerdo que fue un<br />
5 de febrero, día de asueto. Entonces entró a una casa y de<br />
rato se paró en la puerta y con la mano les indicaba a las<br />
personas que estaban allí que se fueran retirando, iban<br />
saliendo uno por uno, hasta que él veía que llegaban a sus<br />
casas o que se habían retirado ya de este lugar. El lugar a<br />
donde se metió el padre Salvador era una pulquería y había<br />
rancherones ya borrachos; él les quitó las armas que traían<br />
y los mandó a sus casas en santa paz. En esa forma él veía<br />
por la paz y la tranquilidad <strong>del</strong> barrio; me pareció un acto<br />
de mucha hombría.<br />
Después de estar aquí en el Encino, sus superiores lo<br />
mandaron al templo de la Colonia <strong>del</strong> Trabajo, a la<br />
parroquia <strong>del</strong> Refugio; ahí su labor social fue<br />
extraordinaria, él vio por la construcción <strong>del</strong> templo aquel<br />
y también construyó otros templos como el de Cristo Rey,<br />
que está a un lado de la Alameda, en la Colonia Héroes. Él<br />
me platicó que esto era una bodega propiedad de don Julio<br />
Díaz Torre, quien le regaló la bodega para que se hiciera<br />
ahí el templo así como bastante dinero, posiblemente costeó<br />
toda la construcción de este templo; por cierto,<br />
actualmente los restos de don Julio y de su esposa Josefina<br />
descansan en la sacristía de este templo.<br />
245
En la parroquia <strong>del</strong> Refugio, el padre Salvador fue muy<br />
querido por lo ferrocarrileros, quienes lo auxiliaron mucho<br />
para la construcción <strong>del</strong> templo con material y también<br />
hicieron labor de convencimiento con sus compañeros para<br />
auxiliar al señor cura.<br />
Sus superiores lo mandaron de la parroquia <strong>del</strong> Refugio a la<br />
parroquia de la Purísima, naturalmente su feligresía en la<br />
Purísima no difería mucho de la <strong>del</strong> Refugio que es una área<br />
eminentemente de ferrocarrileros. Tuvo un afecto muy grande<br />
por la gente <strong>del</strong> riel, los comprendió muy bien, los quiso<br />
mucho, los ayudó, los orientó y a él lo auxiliaron en sus<br />
obras de carácter social. En la parroquia <strong>del</strong> Refugio, en<br />
la época que estuvo, también construyó una escuela muy<br />
grande de artes y oficios con la finalidad de ayudar a los<br />
ferrocarrileros a perfeccionar sus labores; actualmente es<br />
un centro de estudios religiosos, pero originalmente fue<br />
construida para mejorar el conocimiento de los obreros<br />
ferrocarrileros en las labores que ellos desempeñaron.<br />
Cuando estuvo en la parroquia de la Purísima, dentro de los<br />
documentos que encontró en el archivo, estaban los planos<br />
originales que el maestro Refugio Reyes había hecho para la<br />
construcción de ese templo; dentro de su entusiasmo como<br />
constructor, el señor cura Jiménez, completó el templo que<br />
no tenía torres y buscó la manera de reestructurarlo para<br />
dejarlo exactamente como lo concibió ese gran arquitecto<br />
zacatecano que vivió en Aguascalientes y que, aun siendo un<br />
maestro albañil, a estas alturas la Universidad Autónoma de<br />
Aguascalientes, post-mortem, le otorgó el título de<br />
arquitecto, que muy merecido tuvo.<br />
Salvador Jiménez Díaz siguió punto por punto aquellos<br />
planos y construyó completando el templo de la Purísima que<br />
ahora disfrutamos y conocemos. Es un templo que se cataloga<br />
como gótico alemán retardado, y se construyó en 1968.<br />
246
Cunando el señor cura Jiménez se hizo cargo <strong>del</strong> curato <strong>del</strong><br />
Encino, también ahí su labor fue extraordinaria; remozó el<br />
templo e hizo una academia muy bonita en la primera cuadra<br />
de la calle Leona Vicario, para auxiliar a la juventud <strong>del</strong><br />
barrio en sus conocimientos de taquigrafía, mecanografía y<br />
computación.<br />
Cuando él estaba en el Encino, en los avatares de las<br />
campañas políticas, conoció a la Cecilia Ocelli, esposa de<br />
Carlos Salinas de Gortari y andaban en la campaña<br />
presidencial; entonces, una de las señoras Esparza Aguilar<br />
era muy conocida de la señora Ocelli y la llevó a conocer<br />
el templo <strong>del</strong> Encino; le enseñó el vía crucis y fue tanta<br />
su emoción al verlo que ofreció al señor cura don Salvador<br />
Jiménez Díaz, que si su esposo llegaba a presidente de la<br />
República, ella buscaría la forma de que se restauraran<br />
esos cuadros. Cuando Carlos Salinas de Gortari llegó a la<br />
presidencia, la señora cumplió con su palabra, mandó<br />
restauradores extraordinarios para la reparación <strong>del</strong> vía<br />
crucis, lo que hicieron con verdadera maestría; tardaron<br />
tres años en realizar su labor.<br />
Dentro de las iniciativas religiosas de don Salvador<br />
Jiménez Díaz, debemos mencionar la romería <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />
Encino que se celebra año con año el 13 de noviembre, y que<br />
cada vez es más lucida. El padre cumple con su misión en la<br />
vida. Con orgullo podemos decir que de los curas que ha<br />
tenido nuestra parroquia <strong>del</strong> Encino, él es el que<br />
desarrolla su vida en el barrio. El rancho de su familia,<br />
San Isidro <strong>del</strong> hilarillo, que perteneció a la Hacienda de<br />
Cieneguilla, está casi en la línea divisoria de los Estados<br />
de Aguascalientes y Jalisco, lugar en donde pasó su<br />
infancia, y ya después, en su madurez, estuvo ahí en el<br />
barrio de Triana.<br />
También se le honró con el cargo de canónigo, que ostentó<br />
hasta finalizar su vida. En cuanto a sus relaciones<br />
247
políticas, fueron magníficas con todos los gobernadores <strong>del</strong><br />
Estado, debajo <strong>del</strong> cristal de su escritorio, mientras hacía<br />
yo la entrevista, vi fotografías <strong>del</strong> señor cura Jiménez con<br />
Luis Donaldo Colosio, lo que denota que con todo mundo tuvo<br />
buenas relaciones.<br />
Falleció el 15 de febrero <strong>del</strong> año 2000. Un año antes, el 13<br />
de noviembre minutos antes de iniciar la romería <strong>del</strong> Señor<br />
<strong>del</strong> Encino, en la sacristía de la parroquia nos comunicó a<br />
Federico de León Quezada y a mí, que le había pedido al<br />
señor obispo Ramón Godinez Flores, que lo jubilara y que ya<br />
había conseguido su jubilación. Tanto Federico de León como<br />
yo le dijimos que nos hubiera gustado que siguiera de señor<br />
cura emérito, no con la responsabilidad <strong>del</strong> curato pero<br />
dentro <strong>del</strong> curato de nuestro barrio; nos dijo que no, que<br />
ya el señor obispo tenía concedida para él la dicha de<br />
estar atendiendo la capillita que él mismo construyó, en la<br />
calle de la Cruz, a la virgen <strong>del</strong> Perpetuo Socorro; esos<br />
eran los planes de don Salvador.<br />
La entrevista que le hice para estructurar esta ficha<br />
biográfica fue un martes <strong>del</strong> mes de enero <strong>del</strong> año 2000; al<br />
día siguiente entregó la parroquia y, al tercer día tuvo un<br />
accidente cerebral que a la postre lo llevó a la tumba. No<br />
llegó a ser capellán de la capilla <strong>del</strong> Perpetuo Socorro.<br />
Salvador Jiménez Díaz, gran orador, un hombre<br />
extraordinariamente culto, un sacerdote fiel soldado de<br />
Cristo, transita al seno <strong>del</strong> Señor el día 15 de febrero <strong>del</strong><br />
año 2000. Ni que dudarlo que se encuentra gozando de la<br />
<strong>presencia</strong> de Dios.” 74<br />
El “Señor cura Juan Antonio González Salce”, también<br />
cumplió su misión en el templo, ello lo describe el autor<br />
de la siguiente manera: “Fue en la risueña población de<br />
Santa María Transpontina, <strong>del</strong> municipio de Encarnación de<br />
Díaz, <strong>del</strong> estado de Jalisco, donde el día 6 de mayo de<br />
74 Ibdem. Pp. 190-194.<br />
248
1931, llegó a este mundo nuestro décimo segundo señor cura<br />
de la parroquia <strong>del</strong> Encino, don Juan Antonio González<br />
Salce. El nombre de Santa María Transpontina se lo puso a<br />
su comunidad un señor obispo de Guadalajara, en una de sus<br />
visitas pastorales, pues llegaba en el ferrocarril y al<br />
otro lado <strong>del</strong> puente se encontraba la comunidad que iba a<br />
visitar, por eso le dijo Santa María Transpontina.<br />
Nos platica el señor cura que su padre fue casado dos<br />
veces, en su primer familia hubo cuatro varones y el<br />
primero de ellos también fue sacerdote, quien ya falleció y<br />
llevó por nombre Severo. En la segunda familia tuvo tres<br />
hijos, dos mujeres y él quien también recibió el llamado<br />
<strong>del</strong> Señor para entregar su vida a Dios por medio <strong>del</strong><br />
sacerdocio.<br />
Muy pequeño, sus padres, don Andrés y doña Clemencia<br />
llevaron a la familia a vivir a la población de Encarnación<br />
de Díaz y ahí transcurrió su infancia, en medio de aquel<br />
ambiente donde recibió sus primeras letras, en una<br />
escuelita que tenía el padre Manuelito Romo. Continuó su<br />
primaria ahí mismo, en la Chona, en otra escuela más grande<br />
la cual se ubica en el Barrio Alto, cerca <strong>del</strong> panteón <strong>del</strong><br />
Señor de la Misericordia, escuela que hoy se llama Pablo de<br />
Anda. En esa época conoció a las maestras <strong>del</strong> Sagrado<br />
Corazón de Jesús que envió el Señor Obispo José de Jesús<br />
López y González, mismas que tienen su casa central aquí en<br />
la calle Colón; dichas maestras fundaron la escuela Felipe<br />
Ramírez en honor de quien fuera señor cura de Encarnación,<br />
y ahí terminó su instrucción primaria.<br />
Cuando don Juan Antonio tenía entre 14 ó 15 años emigró de<br />
Encarnación de Díaz, Jalisco, a esta ciudad de<br />
Aguascalientes e ingresó al seminario diocesano, en el mes<br />
de octubre de 1946. Su curso de latín y humanidades lo<br />
realizó en la escuela <strong>del</strong> seminario menor, que entonces<br />
estuvo en la calle de Juan Diego, cerca <strong>del</strong> templo de<br />
249
Guadalupe; ahí estuvo cuatro años y después, en noviembre<br />
de 1950, continuó sus estudios de filosofía en la finca que<br />
tuvo el seminario en la calle <strong>del</strong> Estanque número 26, calle<br />
que hoy se llama José María Arteaga, donde permaneció tres<br />
años de estudio.<br />
En esta época ya se estaba construyendo el actual seminario<br />
que está en el fraccionamiento Jardines de la Cruz, fue la<br />
casa que lo cobijó en sus últimos cuatro años en que<br />
estudió teología.<br />
Recuerda en su carrera sacerdotal como compañero muy amable<br />
al señor presbítero José Encarnación Romo Casillas. Hace<br />
notar que cuando comenzó sus estudios en el seminario eran<br />
entre todos cincuenta compañeros y tan sólo fueron<br />
ordenados dos de esos cincuenta.<br />
El llamado que recibió de Dios para ofrendarle su vida por<br />
medio <strong>del</strong> sacerdocio fue en sus primeros años de<br />
existencia; fue monaguillo en el santuario de Guadalupe, en<br />
Encarnación de Díaz, estaba al cargo un sacerdote que se<br />
llamaba Pablo; luego llegó el padre Manuelito Romo Martín.<br />
Dentro de su vida en el seminario, recuerda con agrado al<br />
padre Jesús Galván, quien fue su maestro de oratoria; al<br />
padre Ricardo Corpus, su maestro en latín; al padre Silva,<br />
su maestro en teología dogmática, y al señor cura Natividad<br />
Soto, que impartía la clase de moral. En esta época llegó,<br />
procedente <strong>del</strong> seminario de Montezuma, el padre Jorge Hope,<br />
y todos ellos fueron extraordinarios maestros.<br />
El día 8 de diciembre de 1957, el señor obispo Salvador<br />
Quezada Limón, muy devoto de la Asunción en el misterio de<br />
la Inmaculada Concepción de María, lo ordenó sacerdote.<br />
Después de ordenado, sus superiores le dieron un tiempo<br />
para que se fuera acostumbrando a su función; en este<br />
tiempo le pidieron que fuera a Catedral para ayudar a los<br />
sacerdotes a oficiar misa y también lo comisionaron para<br />
250
atender a un sacerdote muy anciano que vivía en la calle<br />
Colón que se llamaba José Paz.<br />
De sus superiores, el señor cura Juan Antonio recibió<br />
órdenes de ir de vicario a Teocaltiche y ayudar al señor<br />
cura Porfirio Alba; en dicha parroquia tan solo estuvo un<br />
año cuatro meses. Después, el señor obispo lo nombró<br />
segundo capellán <strong>del</strong> templo de San Marcos, ya que el<br />
primero era el padre Carlos Lozano.<br />
En una ocasión, el señor Obispo Salvador Quezada Limón le<br />
dijo que le iba a dar un nombramiento para otra parroquia;<br />
pasaron varios meses y se fue un mes de vacaciones, regresó<br />
en el mes de noviembre de 1958 y el señor obispo le informó<br />
que lo iba a enviar a la parroquia de San José.<br />
Fue en el mes de noviembre de 1958, cuando el señor obispo<br />
lo mando a la parroquia de San José para ayudar al señor<br />
cura Jesús Alonso Delgado; esto lo recuerda muy bien porque<br />
estaban en la fiesta de la Medallita Milagrosa, misma que<br />
culmina el 27 de noviembre.<br />
Le costó trabajo adaptarse a la manera de ser de don Jesús<br />
Alonso, pues en un principio ni siquiera se dirigían la<br />
palabra; entonces lo mandaron llamar <strong>del</strong> obispado para<br />
preguntarle por qué no le hablaba a don Jesús y él contestó<br />
que don Jesús era el que no le hablaba a él. Cuando regresó<br />
a la parroquia don Jesús Alonso le dijo: Mire padrecito,<br />
cuando yo le hable me habla y si no, permanecemos en<br />
silencio-. Pasó un mes sin que don Jesús Alonso le hablara<br />
y cuando se dignó a hacerlo le dijo: -Padrecito no sea<br />
rencoroso, no me quiere hablar-, a lo que el padre Juan<br />
Antonio contestó: -Quedamos que usted iba a iniciar las<br />
pláticas-. Una vez hechas las aclaraciones pertinentes<br />
fueron los dos más grandes amigos, a tal grado que el padre<br />
Juan Antonio permaneció en la parroquia de San José,<br />
ayudando al padre Jesús Alonso Delgado hasta el día de su<br />
muerte.<br />
251
En los primeros años de su estancia en San José, el<br />
obispado lo quiso cambiar a la parroquia <strong>del</strong> Sagrario, pero<br />
a petición <strong>del</strong> señor cura don Jesús Alonso siguió en la de<br />
San José. A la muerte <strong>del</strong> señor cura Alonso lo designaron a<br />
él señor cura de San José y ahí estuvo unos veinticinco<br />
años hasta que en enero <strong>del</strong> año 2000, lo cambiaron a la<br />
parroquia <strong>del</strong> Encino.<br />
En su estancia en San José embelleció el templo, atendió la<br />
evangelización, la catequesis y la liturgia, además,<br />
continuó con la academia en la que se preparaban muchachas<br />
para ser secretarias taquimecanógrafas a la vez se les<br />
enseñaba corte y confección.<br />
Cuenta el señor cura Juan Antonio que para él fue drástico<br />
el cambio de San José al Encino, ya que tiene gran cariño<br />
por la primera, pero que ya lleva dos años en el Encino y<br />
se está encariñando con la gente <strong>del</strong> barrio de Triana,<br />
misma que es muy bondadosa y que le ayuda mucho en su<br />
ministerio. Actualmente está empezando a remozar el templo;<br />
comenzó por la misma escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, la<br />
cual estaba muy deteriorada; también están dando<br />
mantenimiento a todo lo que está dorado dentro <strong>del</strong> templo,<br />
mantenimiento que es extraordinariamente caro; dos de las<br />
campanas las van a refundir porque presentan fisuras, en<br />
fin, dice que en su labor como señor cura siempre verá por<br />
el bien de su feligresía.” 75<br />
Al “Señor obispo José de Jesús López y González” lo han<br />
beatificado, razón por la cual se ha constituido en un<br />
orgullo <strong>del</strong> barrio donde vivió. Su biografía es la<br />
siguiente: “El señor obispo José de Jesús López y González<br />
vivió gran parte de su vida en la calle de Abasolo número<br />
ciento quince, al lado sur <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino, por lo<br />
tanto no podemos ni debemos dejar de hacer una semblanza de<br />
él, quien fue extraordinariamente virtuoso en el transcurso<br />
75 Ibdem. Pp.194-197.<br />
252
de su vida al grado de que en Roma se tramita su<br />
beatificación, para que posteriormente forme parte de la<br />
corte de santos que testimonian la grandeza de Dios.<br />
Al oriente de la ciudad de Aguascalientes se encuentra la<br />
región de El Llano, la cual, por su vegetación, manifiesta<br />
características semi-desérticas, a base de nopales,<br />
mezquites, huizaches y magueyes. No tiene ríos; el agua que<br />
le llega sólo la recibe <strong>del</strong> cielo, el cual se muestra<br />
avaro, pero cuando el temporal es bueno, esta región se<br />
constituye en el granero de Aguascalientes por sus<br />
ubérrimas cosechas de maíz y de frijol. Pues bien, al<br />
poniente de esta región, ya limítrofe con el lomerío que<br />
está al oriente de la ciudad de Aguascalientes, por el<br />
rumbo de San Francisco de los Viveros, está el rancho El<br />
Cotón, que es como todos los ranchos <strong>del</strong> rumbo, de casas de<br />
adobe, pero con el adorno maravilloso <strong>del</strong> corazón de su<br />
gente, bondadosa, laboriosa, sencilla y profundamente<br />
cristiana.<br />
El día 15 de octubre <strong>del</strong> año de 1872, la familia campesina<br />
formada por don Apolonio López y doña María <strong>del</strong> Pilar<br />
González, quienes vivían en el rancho El Cotón, se vieron<br />
bendecidos de la mano de Dios al mandarles un niñito a<br />
quien a los cinco días de haber nacido lo bautizaron en la<br />
parroquia de la Asunción de la ciudad de Aguascalientes y<br />
le impusieron por nombre José de Jesús.<br />
A los cuatro años de edad, quedó huérfano de padre; muere<br />
don Apolonio, pero su madre, doña Pilarcita, toma las<br />
riendas <strong>del</strong> hogar y educa muy cristianamente de Jesús y a<br />
sus cuatro hermanas.<br />
La familia López y González vino a radicar a la ciudad de<br />
Aguascalientes, lo más probable, al barrio de Triana. José<br />
de Jesús hizo la primaria en la Escuela de Cristo ubicada<br />
en la primera calle <strong>del</strong> Reloj, hoy Benito Juárez, fue su<br />
maestro don Domingo Becerra; en aquel entonces el sistema<br />
253
de enseñanza era lancasteriano, es decir, un solo maestro<br />
para todos los niños de distintos grados y los niños más<br />
sobresalientes ayudaban al maestro enseñando a sus<br />
compañeritos; a estos ayudantes se les llamaba monitores.<br />
En la Escuela de Cristo, José de Jesús hizo amistad con<br />
muchachos de grados superiores, entre ellos estuvieron<br />
Rosalío Esparza y quien fuera mi abuelo, J. Refugio Ramírez<br />
Palos.<br />
Cuando tenía apenas seis años manifestó a su mamá, doña<br />
Pilarcita, su vocación para el sacerdocio. El 18 de octubre<br />
de 1886, ingresó al Seminario Auxiliar de Aguascalientes<br />
para hacer sus estudios de latín; su espíritu de<br />
disciplina, estudio y juventud se manifestó en él, pues fue<br />
un magnífico estudiante y a la vez deportista, destacando<br />
en el frontenis.<br />
Por invitación <strong>del</strong> Ilustrísimo Obispo de Zacatecas, Señor<br />
Portillo, José de Jesús se trasladó al seminario de<br />
Zacatecas y estudió teología, matemáticas y física, pero el<br />
señor Baz, rector <strong>del</strong> seminario de Guadalajara, no dio<br />
validez a los estudios de teología hechos en el seminario<br />
de Zacatecas, razón por la que José de Jesús y otros<br />
compañeros emigraron a la ciudad de Guadalajara, de la que<br />
quedaron maravillados, para continuar sus estudios en el<br />
seminario de esa ciudad.<br />
Hizo sus estudios de teología en el seminario de<br />
Guadalajara y siempre recordó con admiración de hijo a su<br />
maestro don Agustín de la Rosa (Padre Rositas) gran<br />
matemático, físico y astrónomo, quien lo aficionó a las<br />
ciencias exactas. Terminó sus estudios en el seminario de<br />
Guadalajara y fue ordenado sacerdote por el arzobispo don<br />
Pedro Loza y Pardavé, el día 30 de noviembre de 1897. El 8<br />
de diciembre de ese mismo año fue su cantamisa en el templo<br />
de San Felipe, en Guadalajara, fue apadrinado varios<br />
dignatarios eclesiásticos.<br />
254
Después de ordenado sacerdote ejerció su ministerio dentro<br />
de la recién creada diócesis de Aguascalientes, primero en<br />
la parroquia de Jesús María donde estuvo de diciembre de<br />
1897 a fines de agosto de 1900, cuando sus superiores lo<br />
designaron a la parroquia de Asientos en la que duró dos<br />
meses, pues el 2 de noviembre regresó a Jesús María donde<br />
permaneció hasta fines de 1902, cuando fue nombrado vicario<br />
de Cosío, en donde consolidó la fe católica, ante el embate<br />
de otras iglesias. En todos los lugares en los que actuó en<br />
sus primeros años de sacerdote, dio ejemplo de humildad,<br />
santidad y enseñanza magistral <strong>del</strong> catolicismo.<br />
Su preparación intelectual fue valorada por sus superiores<br />
y lo llamaron para que impartiera cátedra tanto en la<br />
Escuela Libre de Derecho que había en Aguascalientes, misma<br />
que por orden <strong>del</strong> gobierno desapareció, como en el<br />
Seminario Conciliar de Aguascalientes, donde impartió<br />
latín, castellano, filosofía, moral y oratoria sagrada.<br />
En 1913 fue nombrado señor cura de la parroquia de Jesús<br />
María, cargo que ocupó hasta 1919; no cabe duda que en su<br />
primera etapa de vida sacerdotal, Jesús María fue<br />
determinante, ya que ejerció buen tiempo ahí y llegó a<br />
conocer perfectamente a su feligresía, lo que sirvió para<br />
una aplicación profunda de su labor pastoral.<br />
El 10 de marzo de 1922, murió el señor cura <strong>del</strong> Encino, don<br />
Isidro Navarro, y lo suplió don José de Jesús López y<br />
González como vicario general; por cierto que el desarrollo<br />
de su misión fue ardua, tomando en cuenta la época de la<br />
persecución religiosa; esta persecución hizo que muchos<br />
sacerdotes y obispos emigraran al extranjero, entre ellos<br />
el segundo obispo de la diócesis de Aguascalientes, don<br />
Ignacio Valdespino, quien se fue a la ciudad de San<br />
Antonio, Texas.<br />
En el destierro, el señor obispo Valdespino vio la<br />
conveniencia de nombrar para su diócesis un obispo<br />
255
auxiliar, y el nombramiento recayó en don José de Jesús<br />
López y González, a quien consagró como tal en la ciudad de<br />
San Antonio, Texas, Estados Unidos de Norteamérica, el 30<br />
de marzo de 1928.<br />
El 12 de mayo de 1928 murió el obispo Ignacio Valdespino<br />
Díaz y fue designado administrador apostólico de la<br />
diócesis, don José de Jesús López y González, cargo que<br />
desempeñó hasta el 3 de enero de 1930, cuando tomó posesión<br />
como obispo propio de la diócesis, con la alegría de toda<br />
la feligresía que estaba plenamente identificada con él.<br />
La Labor de don José de Jesús López y González, en su<br />
calidad de obispo, fue fructífera, recordemos algunas de<br />
sus obras: Creó la asociación religiosa de Guardia de Honor<br />
y Apostolado de la Oración, en relación con el Sagrado<br />
Corazón de Jesús; fomentó la Acción Católica Mexicana, en<br />
sus divisiones tanto varonil como femenil, en las ciudades<br />
y el campo de su diócesis, y llegó este movimiento a su<br />
época de oro. Dentro de las aficiones artísticas <strong>del</strong> señor<br />
López, la música ocupó lugar preponderante; le gustó pulsar<br />
la guitarra, por lo tanto su afición se manifestó al crear<br />
la Escuela de Música Sacra, que aún existe y calle Juan<br />
Diego; lo mismo, con la ayuda de la feligresía compró un<br />
órgano Hammond para Catedral, que se bendijo al inicio de<br />
un congreso eucarístico. Me acuerdo que después de la<br />
bendición hubo un concierto al que asistí en compañía de<br />
mis padres y el concertista fue el maestro don José Ruiz<br />
Esparza, organista titular de nuestra Catedral.<br />
Por su amor mariano a la Virgen de la Asunción, solicitó a<br />
Su Santidad Pío XII que se declarara dogma la Asunción de<br />
María. Fomentó el culto a la Virgen de la Asunción y<br />
comenzaron las peregrinaciones en el mes de agosto, de las<br />
parroquias a Catedral.<br />
Su preocupación por la formación religiosa de la feligresía<br />
hizo apoyar decididamente la existencia <strong>del</strong> seminario<br />
256
diocesano y fundó la Liga de Recíprocos auxilios entre el<br />
seminario y los fieles; también amplió la Escuela<br />
Catequística; este celo de cultura religiosa lo hizo<br />
patrocinar congresos eucarísticos, catequísticos,<br />
misionales y apostolado, todos a nivel nacional.<br />
Una de sus alegrías y orgullo fue haber ordenado 76<br />
sacerdotes y suscribir 15 cartas pastorales.<br />
Fue un hombre extraordinariamente caritativo, todo entrega<br />
a sus semejantes en desgracia hasta donde alcanzaba su<br />
capacidad económica. Nos acordamos los trianeros de aquella<br />
corte de menesterosos que se sentaban frente a la casa <strong>del</strong><br />
señor obispo en la calle de Abasolo y se iban con la<br />
sonrisa en los labios al recibir su ayuda para el pan de<br />
cada día. Sus sentimientos de caridad lo hicieron<br />
patrocinar el orfanatorio Nazareth, antecedente de la<br />
Ciudad de los Niños; así como la Clínica de Guadalupe, hoy<br />
Centro Hospitalario de Aguascalientes.<br />
El señor obispo López fue en extremo prudente y a pesar de<br />
las dificultades que afrontó en la época de su actuación,<br />
tiempos posteriores inmediatos a la persecución religiosa,<br />
época de la educación socialista, transición de nuestro<br />
México, fue prudente, lo que le valió la amistad y respeto<br />
de todas las clases sociales.<br />
Como consecuencia <strong>del</strong> tipo de educación que se impartía en<br />
la década de 1940, con un laicismo mal interpretado, pues<br />
apartaban de los niños la existencia de Dios, fue<br />
preocupación <strong>del</strong> señor obispo López la educación católica<br />
en los niños y de toda la diócesis; creó las escuelitas <strong>del</strong><br />
señor Obispo, atendidas en muchas ocasiones por muchachas<br />
de buena fe que no eran maestras, pero él se preocupó por<br />
su preparación profesional y esto lo llevó a fundar, el 8<br />
de septiembre de 1932, la Congregación Religiosa de las<br />
Hermanas Maestras Católicas <strong>del</strong> Sagrado Corazón de Jesús.<br />
257
Esta congregación, como todas las personas morales, ha<br />
tenido sus alzas y bajas; hoy día se encuentra<br />
perfectamente consolidada y ha sido semillero de magníficas<br />
maestras, quienes aspiran al perfeccionamiento profesional<br />
acudiendo a centros de estudios pedagógicos y se han<br />
proyectado en escuelas, catequesis y misiones en Perú.<br />
Actualmente, su casa central se ubica en la calle Colón<br />
números 637 y 639 de esta ciudad de Aguascalientes, es<br />
decir, está en el mero barrio de Triana.<br />
El 12 de diciembre de 1936, el señor obispo López corona a<br />
la Santísima Virgen de Guadalupe, en Catedral; la corona se<br />
elaboró con oro, plata y piedras preciosas que la<br />
feligresía de Aguascalientes donó por medio de joyas que<br />
entregó.<br />
Los obispos norteamericanos y mexicanos fundaron en<br />
Montezuma, Estados Unidos de Norteamérica, un seminario<br />
para la mejor preparación de los futuros sacerdotes<br />
mexicanos y el señor obispo López en 1937 envió a 23<br />
jóvenes; entre ellos iba quien llegaría a ser el décimo<br />
primer señor cura <strong>del</strong> Encino, Presbítero Salvador Jiménez<br />
Díaz, así como el culto sacerdote y gran orador sagrado<br />
Jorge Hope Macías.<br />
El día 5 de enero de 1940, con el ánimo de contrarrestar la<br />
educación atea, inició una campaña de oraciones entre la<br />
feligresía, para que Dios estuviera presente en los hogares<br />
católicos de Aguascalientes.<br />
En la primer mitad <strong>del</strong> siglo XX, Aguascalientes empezó a<br />
dejar de ser la ciudad de las Torres viudas; Catedral no<br />
fue la excepción, y gracias a la motivación <strong>del</strong> Obispo<br />
López la sociedad, para construir la torre sur de Catedral;<br />
a la gran administración que en la construcción tuvo el<br />
santo sacerdote mártir don Felipe Morones; a la dirección<br />
de la obra por el ingeniero Luis Ortega Douglas, y a la<br />
magnífica labor <strong>del</strong> maestro canterero Ortega, la torre se<br />
258
terminó el 8 de julio de 1946, la cual bendijo don José de<br />
Jesús López y González. Esto fue en la tarde de ese día,<br />
coincidiendo que en la mañana constituyó el cabildo<br />
catedralicio, mismo que le sirvió de consejero y apoyo para<br />
el de la diócesis.<br />
El tiempo se va rápidamente y sin pensar, pasan los lustros<br />
y las décadas, así llegó el 30 de noviembre de 1947, día de<br />
las bodas de oro sacerdotales <strong>del</strong> señor obispo José de<br />
Jesús López y González. Toda la diócesis de Aguascalientes<br />
se volcó en muestras de cariño y alegría hacia su pastor;<br />
hubo veladas literarias, actos religiosos, fiestas<br />
populares y banquetes; fueron invitados a los actos varios<br />
señores obispos y compañeros seminaristas <strong>del</strong> señor López;<br />
recuerdo que entre ellos vino y se hospedó en mi casa un<br />
tío mío, primo de mi papá, el señor cura Pudenciano<br />
Villalobos, quien ejercía su ministerio en la ciudad de<br />
Torreón, en el estado de Coahuila.<br />
El Santo Padre Pío XII, con motivo de las bodas de oro<br />
sacerdotales, además de su bendición al señor obispo López,<br />
y debido a su trayectoria, lo nombró Conde de la corte<br />
papal y asistente al solio pontificio, es decir, lo nombró<br />
su consejero.<br />
Una de las cosas que llamaron poderosamente la atención de<br />
los aguascalentenses fue que el día principal de la<br />
celebración de las bodas de oro, acudió el señor gobernador<br />
<strong>del</strong> estado, ingeniero don Jesús María Rodríguez, y el<br />
presidente municipal don Jaime Aizpuru, al banquete<br />
principal de los festejos. Ante la alegría de todos, ambos<br />
hicieron uso de la palabra felicitando al señor obispo<br />
López. "César y Pedro" se reconciliaron después de haber<br />
permanecido varios años en discordancia y de nuevo<br />
renacieron en Aguascalientes las buenas relaciones entre<br />
las autoridades civiles y eclesiásticas.<br />
259
Corría el año de 1950 y empezamos a saber que nuestro<br />
querido señor obispo López padecía una gravísima<br />
enfermedad, tenía cáncer; esto nos entristeció: la dolorosa<br />
enfermedad avanzaba y él santamente, dándonos ejemplo, la<br />
soportaba; llegó a tal grado su padecer que no podía estar<br />
sentado. En el mes de noviembre, después de acompañar a la<br />
feligresía a la peregrinación anual a la Basílica de la<br />
Virgen de Guadalupe se internó en uno de los hospitales de<br />
la Ciudad de México; fue su doctor el oncólogo Conrado<br />
Zukerman, quien determinó operarlo, lo que aconteció el día<br />
9; salió bien de esa operación, pero el día 10 tuvo severas<br />
complicaciones y entró en agonía. El día 11 Dios tuvo a<br />
bien recibir a su siervo, el de la santa sonrisa, el señor<br />
obispo José de Jesús López y González.<br />
La noticia de la muerte <strong>del</strong> señor obispo corrió como<br />
pólvora prendida por toda la diócesis paralizando las<br />
actividades. Teocaltiche de inmediato suspendió su<br />
tradicional feria, lo mismo en el Encino; todos los actos<br />
sociales programados para esos días fueron cancelados; la<br />
industria y el comercio detuvieron sus actividades.<br />
Aguascalientes estaba apesadumbrado, estaba de luto.<br />
Inmediatamente, la diócesis se preparó para las honras<br />
fúnebres de 1os restos <strong>del</strong> señor obispo. Hubo comisiones<br />
que se apostaron en la carretera sur para esperar la<br />
carroza con sus restos mortales; parte de la gente de<br />
nuestro pueblo esperó frente a la que fue su casa en la<br />
calle de Abasolo, en el Jardín <strong>del</strong> Encino; el cortejo<br />
fúnebre arribó a Aguascalientes entre las cinco y seis de<br />
la mañana <strong>del</strong> día 12 de noviembre de 1950.<br />
Por razones de espacio, se le veló en la casa contigua a su<br />
domicilio, la feligresía formó largas filas para pasar<br />
cerca <strong>del</strong> cuerpo de su amado obispo; después, por voluntad<br />
expresada por el señor obispo López, su cuerpo fue llevado<br />
a la parroquia <strong>del</strong> Encino, donde siguió la feligresía<br />
260
desfilando frente a su cadáver. El señor obispo hubiera<br />
querido ser sepultado en el panteón de La Salud pero sus<br />
sacerdotes pidieron que fuera sepultado en Catedral.<br />
Del Encino fue el cortejo por la calle Ancha, hoy profesor<br />
Elíseo Trujillo, luego por Minerva, hoy profesora Vicenta<br />
Trujillo, y luego por José María Chávez hasta Catedral.<br />
Imponente fue la manifestación de dolor que acompañó el<br />
cuerpo sin vida. Mi casa paterna se ubicaba en José María<br />
Chávez y parados en la puerta vimos cómo con pasos lentos<br />
pasaba el cortejo fúnebre; acompañaban los restos <strong>del</strong> señor<br />
obispo López, custodiándolo, los Caballeros de Colón, luego<br />
las distintas órdenes religiosas que había en la ciudad;<br />
iban ahí sus hijas, las monjitas de la Congregación de las<br />
Hermanas Maestras Católicas <strong>del</strong> Sagrado Corazón de Jesús;<br />
las monjitas de la Inmaculada; <strong>del</strong> Colegio La Paz entre<br />
ellas la miss Gela, Angelita Alba, quien con leve<br />
inclinación de cabeza saludó a mis padres; las madres de la<br />
Enseñanza, o sea, las <strong>del</strong> Colegio Guadalupe Victoria,<br />
franciscanos, dominicos, y todos los miembros <strong>del</strong> clero<br />
regular iban vestidos con sus hábitos, dando mayor<br />
solemnidad al acto; también estuvo presente el clero<br />
secular.<br />
La misa de cuerpo presente se llevó a cabo en Catedral,<br />
presidida por el señor Obispo de Guadalajara, José Garibí<br />
Rivera.<br />
El señor obispo José de Jesús López y González fue<br />
sepultado en el presbiterio <strong>del</strong> mayor de Catedral, detrás<br />
<strong>del</strong> altar mayor hacia el lado sur; los Caballeros de Colón<br />
mandaron hacer una placa de bronce con los siguientes<br />
datos: en la parte superior, el escudo creado por el<br />
obispo; debajo de él, a la izquierda, una estrella, y<br />
debajo de ésta la fecha, 15 de octubre de 1872<br />
(nacimiento); a la derecha, debajo <strong>del</strong> escudo, una cruz con<br />
la fecha 11 de noviembre de 1950 (defunción). De arriba<br />
261
hacia abajo "Aquí yacen los restos <strong>del</strong> Excmo. y Rvmo. Sr.<br />
Conde y asistente al Trono Pontificio Dr. D. José de Jesús<br />
López y González Tercer Obispo de Aguascalientes, su<br />
diócesis recuerda por su bondad de padre y sus virtudes de<br />
santo. R.I.P", y termina con una tiara y un báculo. Para<br />
hacer esa placa, primero se hizo una de madera; yo vi que<br />
el maestro ebanista, tallador y gran artista de la madera,<br />
don Carlos Santacruz Acevedo, maestro mío en el Instituto<br />
de Ciencias de Aguascalientes, en su pequeño taller en la<br />
plazuela de San José, la talló y, por modestia, no la<br />
firmó.<br />
Lo anterior tuvo como base los datos de un fascículo que me<br />
prestaron las Hermanas Católicas <strong>del</strong> Sagrado Corazón de<br />
Jesús, de «Vidas Ejemplares, José de Jesús López, la<br />
sonrisa de Dios», así como las vivencias que tuve. Pero<br />
ahora me interesa dejar constancia de noticias que mi madre<br />
me transmitió, respecto a las relaciones que mi familia<br />
tuvo con el señor obispo José de Jesús López y González.<br />
Corrían los últimos años de la década de los setenta <strong>del</strong><br />
siglo XIX, cuando coincidieron en la Escuela de Cristo tres<br />
niños que aún con diferencia de edades, fueron compañeros,<br />
debido al sistema de enseñanza lancasteriano es decir, un<br />
solo maestro para los distintos grados; estos niños fueron<br />
José de Jesús López y González, Rosalío Esparza y Refugio<br />
Ramírez Palos. Hubo tal afinidad en la manera de ser de los<br />
tres que quisieron hacerse compadres, y en su mente<br />
infantil encontraron la forma: fueron al corral de la casa<br />
de uno de ellos y bautizaron un conejo, uno lo asió de una<br />
oreja, el otro de la otra y el tercero le derramó agua en<br />
la cabeza; a partir de aquel momento los tres se dieron<br />
trato de compadres, y como José de Jesús era bajo de<br />
estatura lo apodaban La Gallina.<br />
Este trato trascendió en las generaciones, pues don Rosalío<br />
Esparza llamaba a mi madre comadre y a nosotros nos decía<br />
262
compadritos; por su parte, el señor obispo José de Jesús<br />
López González, a mi tío el doctor Salvador Ramírez Martín<br />
<strong>del</strong> Campo le dio trato de compadre.<br />
Pues bien, los tres niños siguieron la vocación que Dios<br />
les envió: José de Jesús el sacerdocio; Rosalío,<br />
agricultor, y Refugio, agricultor, militar y abogado.<br />
Cuando José de Jesús fue designado obispo propio de la<br />
diócesis de Aguascalientes, en enero de 1930, la feligresía<br />
se volcó en manifestaciones de cariño, respeto y sumisión,<br />
y formaron largas filas en las calles aledañas a Catedral<br />
hasta llegar a las oficinas <strong>del</strong> señor obispo, lo saludaban<br />
hincándose y le besaban el anillo pastoral. Mi abuelito,<br />
licenciado Refugio Ramírez Palos, católico, apostólico,<br />
romano hasta la médula, también se formó en la fila para<br />
rendir homenaje y sumisión a su señor obispo y cuando llegó<br />
a él y lo vio le entró gran nerviosismo al señor obispo que<br />
lo tomaba de los brazos para que no se hincara y le decía:<br />
-No, Refugio, no te hinques; acuérdate que soy tu compadre<br />
La Gallina-. ¡Cuánta humildad y cariño <strong>del</strong> señor Obispo<br />
López!.<br />
Motivo de profundo agradecimiento de mi familia es lo que<br />
relataré en seguida: Encabezaba el gobierno de la República<br />
el General Lázaro Cárdenas en su sexenio de 1936 a 1942 y<br />
creyó conveniente establecer la educación marxista<br />
socialista en nuestra patria, ideología que riñe con la<br />
doctrina católica, y hubo serio conflicto en todo nuestro<br />
México. Muchos padres de familia optaron por retirar a sus<br />
hijos de las escuelas y mandarlos a escuelas católicas<br />
carentes de reconocimiento oficial. Mi padre, profesor<br />
Faustino Villalobos López, en esa época, era inspector<br />
escolar en el medio rural y para nuestra gente <strong>del</strong> campo<br />
ser profesor <strong>del</strong> sistema oficial era algo así como si<br />
fueran emisarios <strong>del</strong> diablo; muchos maestros oficiales<br />
fueron sacrificados por la manera de ser de nuestra gente.<br />
263
Mi padre salía temprano los lunes a cumplir con su trabajo<br />
y debido a la falta de comunicaciones en el estado,<br />
regresaba los viernes por la tarde, utilizando para ello el<br />
ferrocarril, ya fuera el que venía de Fresnillo, Zacatecas,<br />
o el de San Luis Potosí; nosotros nos quedábamos<br />
angustiados por la seguridad de mi papá, y mi madre lo<br />
bendecía para que regresara con bien.<br />
Mi madre, profesora Merceditas Ramírez de Villalobos, fue a<br />
ver a nuestro amigo de familia, señor obispo José de Jesús<br />
López y González, y le platicó las angustias que tenía<br />
respecto al trabajo de mi padre; el señor obispo le dijo: -<br />
No te apures, Mercedes, vamos a solucionar este asunto-, y<br />
lo que hizo fue girar una comunicación a los señores<br />
foráneos diciéndoles que el profesor Villalobos era gente<br />
de bien; a partir de entonces parecía que tenía<br />
guardaespaldas, pues los patriarcas de las comunidades<br />
rurales acompañaban a mi padre de un poblado a otro.<br />
¡Muchas gracias, señor obispo Jesús López y González! El<br />
bondadoso y gran corazón <strong>del</strong> obispo siempre estuvo para<br />
remediar a sus semejantes sus necesidades.<br />
Platicaba mi madre que en una ocasión, en medio de la<br />
madrugada, el señor obispo oyó un ruido en su recámara y<br />
bien comprendió que se trataba de un ladrón. Con voz fuerte<br />
le dijo: -Hijo, sé que estás aquí, en mi recámara, voy a<br />
prender la luz, no te vayas a asustar pues estoy en pijama-<br />
, y luego que prendió la luz buscó al ladrón y lo encontró<br />
agazapado junto a unos muebles y se dirigió a él<br />
diciéndole: -Bien sé que andas robando porque has de tener<br />
grandes penurias económicas en tu casa, ven, acompáñame a<br />
la sala de la casa-; y el caco todo atolondrado y apenado<br />
lo siguió. Ya en la sala lo invitó a que tomara el objeto<br />
más valioso para que remediara su situación y este sujeto<br />
no se animaba a tomar cosa alguna, casi estaba al borde <strong>del</strong><br />
llanto; al ver esto, don José de Jesús tomó un valioso<br />
264
eloj de mesa que tenía y se lo dio al ladrón, diciéndole:<br />
-Dios quiera que te sirva para remediar tus necesidades, y<br />
no te lo robas, yo te lo regalo. Ven para abrirte la puerta<br />
de la casa para que salgas como mi amigo y no saltando<br />
tapias como ladrón; sábetelo que cuando tengas necesidad,<br />
toca las puertas de esta casa y siempre encontrarás a tu<br />
amigo que te ayudará-.<br />
Qué gran corazón <strong>del</strong> señor obispo López, en cuanto a<br />
caridad, quien acudiera a él, ya sea con apremios<br />
espirituales o económicos, nunca salía con las manos<br />
vacías.<br />
Siempre estuvo al pendiente de las necesidades espirituales<br />
de la diócesis. En la avenida 5 de Mayo de esta ciudad<br />
escogió un sitio para levantar el templo <strong>del</strong> Sagrado<br />
Corazón de Jesús y encomendó su construcción al querido y<br />
recordado padre José Femat; por cierto la torre sur de este<br />
templo la costeó íntegramente mi compadre el licenciado<br />
Joaquín Cruz Ramírez, como un regalo al pueblo de<br />
Aguascalientes después de haberse sacado un premio en la<br />
Lotería Nacional. Pues bien, el templo se levantó muy cerca<br />
de lo que entonces fue la zona de tolerancia, y en una<br />
ocasión mi madre le dijo: -¿Por qué escogió un punto tan<br />
feo para levantar ese bello templo?- y él contestó: -Mira,<br />
Mercedes, ahí es donde más necesitaba un templo, para que<br />
aquellas pobres mujeres encuentren la paz y el camino hacia<br />
Dios-.<br />
Contestación plena de amor y caridad para aquellas mujeres<br />
necesitadas.<br />
En fin, el señor obispo López fue un gran señor, para<br />
Aguascalientes y para mi familia, con detalles tan hermosos<br />
como cuando un día le habló a mi madre para regalarle una<br />
sagrada biblia, en edición de lujo, que teníamos en la casa<br />
como una bellísima joya que nos obsequiara nuestro amado<br />
señor obispo.<br />
265
Por lo que respecta a la casa de mi amor, mi querida esposa<br />
Lupita, las relaciones que llevaron con el señor obispo<br />
López fueron muy intensas, ya que la señorita María Ponce<br />
Macías, su tía, fue directora de una escuelita creada por<br />
el señor obispo en la calle de Lares, en el barrio de San<br />
Marcos y en muchas ocasiones Lupita, mi esposa fue<br />
intérprete de los poemas que su tía componía para el señor<br />
obispo y que le ofrecía en su cumpleaños.<br />
En nuestra casa hubimos dos que recibimos sacramentos de<br />
manos <strong>del</strong> señor obispo López; Cuca Ramírez Alonso, el<br />
bautismo y fueron sus padrinos el presbítero Rutilo Alonso<br />
Delgado y mi hermana profesora Mercedes Villalobos Ramírez;<br />
y a mi me confirmó, mi padrino fue el señor profesor J.<br />
Guadalupe Nájera Jiménez, casi hermano de mi padre. Dichos<br />
sacramentos los celebró en el oratorio privado de su casa<br />
en la calle de Abasolo.<br />
Pues así, nuestro queridísimo señor obispo José de Jesús<br />
López y González, trianero por todos los lados, su vida de<br />
señor obispo la vivió en su casa de la calle de Abasolo<br />
parte sur <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino. Actualmente está en<br />
proceso de canonización y no perdemos la esperanza de verlo<br />
formar parte de los santos de nuestra iglesia católica, que<br />
virtudes tuvo, en todos los aspectos de la vida.<br />
¡Qué orgullosos nos sentimos los aguascalentenses y<br />
trianeros, de nuestro tercer obispo don José de Jesús López<br />
y González!” 76<br />
El Capítulo VIII, último <strong>del</strong> texto esta dedicado ha<br />
resaltar las biografías y pasajes anecdóticos de algunos de<br />
los familiares <strong>del</strong> autor. El primero es “Don Juan<br />
Crisóstomo Ramírez Pérez” de él dice: “Dentro de mis<br />
narraciones he hablado <strong>del</strong> señor cura de Triana, Justo<br />
Ramírez Pérez, digno ministro de la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />
Encino y gran trabajador social por su entrega<br />
76 Ibdem. P. 197-208.<br />
266
incondicional a la comunidad. Su llegada a Aguascalientes,<br />
el día 8 de julio de 1864, marca en los antecedentes de<br />
nuestra familia la fecha en que nuestra rama Ramírez se<br />
avecindó en nuestro amado solar aguascalentense, procedente<br />
de la cercana población de San Juan de los Lagos.<br />
A la sombra <strong>del</strong> señor cura también cambiaron de domicilio<br />
sus hermanos, entre ellos quien fue mi bisabuelo, don Juan<br />
Crisóstomo Ramírez Pérez, de quien hacemos esta semblanza.<br />
Don Juan fue esposo de doña Manuelita Palos, y sus hijos,<br />
todos nacidos en Aguascalientes, fueron Refugio, Cayetana,<br />
María Concepción, María Dolores y José; enviudó y contrajo<br />
segundas nupcias, en este segundo matrimonio tuvo una hija,<br />
María Ramírez.<br />
Mi "papá don Juan" (así nos acostumbró mi madre a<br />
llamarlo), fue una persona blanca de tez, ojos color café,<br />
barbado y obeso; a mi juicio fue diabético pues por<br />
tradición he sabido que decían: “Mi papá don Juan fue muy<br />
sano, comía en exceso y bebía unos jarros de agua muy<br />
grandes”; esto se me antoja un cuadro propio de un<br />
diabético, enfermedad que siempre ha estado presente en<br />
los miembros de la familia.<br />
De las anécdotas de mi papá don Juan platicaré dos, una <strong>del</strong><br />
porqué le bautizaron con el mote de Cabeza de Hierro, y la<br />
otra de cómo fue su celo por cuidar el Jardín <strong>del</strong> Encino.<br />
Don Juan Crisóstomo, hombre de su época, además de ser<br />
agricultor, no fue ajeno a la problemática política de su<br />
tiempo y participó en las luchas de la Guerra de Reforma<br />
dentro <strong>del</strong> partido conservador; pues bien, al pelear en el<br />
palacio de gobierno, en la ciudad de Guadalajara, un obús<br />
de los liberales cayó sobre el techo de habitación en que<br />
estaba mi bisabuelo y se derrumbó y tres días después, los<br />
soldados removiendo escombros, dieron con el cuerpo de don<br />
Juan y grande fue su sorpresa al encontrarlo con vida;<br />
todavía duró algún tiempo conmocionado, pero poco a poco<br />
267
empezó a recuperar sus facultades, entre ellas, el habla.<br />
Lo anterior le valió a mi papá don Juan que sus compañeros<br />
de armas le llamaran El Cabeza de Hierro.<br />
Los vecinos fronteros al Jardín <strong>del</strong> Encino acordaron entre<br />
ellos cuidar <strong>del</strong> aspecto de éste, y para tal efecto se<br />
repartieron los prados para su cultivo y atención. Mi papá<br />
don Juan vivió en la casona que está al poniente <strong>del</strong> jardín<br />
y que alberga hoy día una escuela secundaria y preparatoria<br />
José María Morelos; naturalmente que también a él le tocó<br />
atender un prado y cuentan que era su costumbre, al<br />
atardecer, sentarse en un equipal junto a la puerta de su<br />
casa, en donde se formaba la tertulia de vecinos para<br />
charlar amenamente; al finalizar el ángelus rezaban el<br />
rosario y cuando estaban en sus oraciones, veía mi<br />
bisabuelo que estaban los niños jugando sobre el prado que<br />
le tocaba cuidar, momentáneamente suspendía el rezo y les<br />
gritaba: -Muchachos jijos.. sálganse de ahí- y continuaba,<br />
-Santa María, Madre de Dios...-. Así cuidaba don Juan<br />
Crisóstomo su prado.” 77<br />
De uno de los familiares, José María Ramírez Pérez, por su<br />
peculiaridad personalidad, el autor escribe algunos pasajes<br />
de su vida. El primero lo titula “E1 Chan <strong>del</strong> Agua”, donde<br />
dice: “Siempre, dentro de los miembros de una familia, hay<br />
uno que destaca por su buen humor, por ser jocoso, y esa<br />
persona se proyecta de generación en generación, por<br />
tradición oral, al grado de que se les conoce como si se<br />
conviviera con ellos; eso me pasa con mi tío bisabuelo don<br />
José María Ramírez Pérez, a quien, por boca de mi madre, lo<br />
conozco bien, y a quien por cariño le decían El Chimuelo.<br />
José María fue hermano <strong>del</strong> tercer señor cura <strong>del</strong> Encino<br />
Justo Ramírez Pérez, y de mi bisabuelo, don Juan<br />
Crisóstomo. Descendientes de él, <strong>contemporáneo</strong>s nuestros<br />
77 Don Juan Crisóstomo Ramírez Pérez. Ibdem. P. 209. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido. Sabado 8 de noviembre de 1986.<br />
268
son los Ramírez Alonso, sus nietos, entre ellos Calesero y<br />
el actor Ernesto Alonso, quienes por cuestiones <strong>del</strong> medio<br />
artístico tomó el apellido de su madre; los Ruvalcaba<br />
Valdivia fueron sus bisnietos, entre ellos el médico<br />
pediatra Humberto.<br />
Una vez ubicado nuestro personaje platiquemos de sus<br />
puntadas que han llegado a nuestro conocimiento.<br />
En alguna ocasión he hecho mención <strong>del</strong> acueducto de Triana,<br />
mismo que ya hace muchos lustros surtía de agua zarca,<br />
procedente <strong>del</strong> Cedazo, a los hogares <strong>del</strong> sur de la ciudad,<br />
eran dos fuentes las que se encargaban de estos menesteres,<br />
una, la pila <strong>del</strong> obrador que se ubicó al sur de la primera<br />
cuadra de la calle <strong>del</strong> mismo nombre, hoy José María Chávez,<br />
y la otra es la fuente <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino.<br />
La fuente <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino fue remo<strong>del</strong>ada a fines de<br />
1881 y principios de 1882, gracias al entusiasmo creador<br />
<strong>del</strong> señor cura Justo, quien fue un gran trabajador social;<br />
su reconstrucción terminó el 25 de mayo de 1882.<br />
La nueva fuente fue motivo de alegría de todos los<br />
moradores de nuestro barrio de Triana; José María no fue la<br />
excepción, también a su modo celebró el acontecimiento.<br />
El tío José María fue un tipo flamencón, bohemio, le<br />
gustaban las bebidas espirituosas, algo así como dijera<br />
Pérez Vázquez -¡Lanzaba el reto a la noche con palmas y<br />
amontillado-. Pues bien, una de esas madrugadas, cuando<br />
despuntaba el alba y los pájaros en el jardín empezaban a<br />
cantar sus alabanzas al Creador por el nuevo día pasó muy<br />
alegre José María, debido a la "saludable noche", no<br />
resistió ver el agua fresca de la pila, zarca, primorosa,<br />
que lo invitaba a un baño, y ni tardo ni perezoso se<br />
despojó de todas sus ropas, que acomodó en una banca y ¡al<br />
agua patos!, estaba feliz nadando de "muertito" y echando<br />
chorritos de agua por la boca; pero sucedió que las<br />
hacendosas mujeres <strong>del</strong> barrio, cuando se dirigían a la<br />
269
fuente con sus cántaros para proveerse de agua, vieron a<br />
José María nadando como si fuera súbdito de Neptuno y se<br />
retiraban en estampida gritando -¡El chan <strong>del</strong> agua! ¡El<br />
chan <strong>del</strong> agua!-<br />
Así nacen las leyendas, nuestra pila tuvo su chan <strong>del</strong><br />
agua”. 78<br />
Otra anécdota la titula “¡Muy macho!”, ahí dice: “Ya que el<br />
hombre se integra por dos elementos fundamentales, el alma<br />
y el cuerpo, es muy saludable a cada uno de éstos darle su<br />
respectivo alimento y por lo general en cuanto al espíritu<br />
se refiere, son los caminos de las religiones los que se<br />
encargan de fortalecer el alma.<br />
La religión católica tiene una etapa dentro <strong>del</strong> año<br />
litúrgico dedicada a la penitencia y mortificación corporal<br />
que es conocida con el nombre de cuaresma, la que se inicia<br />
con el miércoles de ceniza y termina con el domingo de<br />
resurrección. También esta etapa conmemora el período en<br />
que el Señor se retira al desierto para hacer penitencia y<br />
darnos el ejemplo de que debemos aceptar la mortificación<br />
corporal para la superación espiritual, aun siendo él, el<br />
máximo de la perfección.<br />
Dentro de la cuaresma, en nuestra religión católica, existe<br />
la costumbre de practicar los ejercicios espirituales, que<br />
como su nombre lo indica, son ejercicios <strong>del</strong> espíritu,<br />
igual que en lo físico lo fuera de un atleta. Fue ese<br />
coloso de los santos de la Iglesia, San Ignacio de Loyola,<br />
quien trazó un plan de ejercicios espirituales cuya<br />
temática versa sobre las verdades eternas: la gloria, el<br />
purgatorio y el infierno.<br />
Pues bien, en la segunda mitad <strong>del</strong> siglo pasado, el señor<br />
cura de Triana, Justo Ramírez Pérez, organizó unos<br />
ejercicios de encierro para bien de sus feligreses y<br />
78<br />
El chan <strong>del</strong> agua. Ibdem. P. 210. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Martes 4 de<br />
noviembre de 1986.<br />
270
naturalmente que también le interesaba la buena marcha<br />
espiritual de sus hermanos; con invitación forzosa, José<br />
María tuvo que ingresar a los mismos y encerrarse varios<br />
días para meditar y oír la palabra de Dios.<br />
Al empezar los ejercicios el señor cura hizo la<br />
distribución de las celdas, de conformidad con el número de<br />
ejercitantes, y en la misma celda que destinó para su<br />
hermano Chema, también le tocó a otro sujeto con fama de<br />
afeminado; esto no fue <strong>del</strong> agrado de José María y se las<br />
ingenió para deshacerse de este compañero.<br />
En la noche, cuando terminó el primer día de ejercicio y<br />
después de rezar sus oraciones, Chema y su compañero<br />
trataron de conciliar el sueño, ese fue el momento oportuno<br />
para que el afeminado saliera corriendo de la celda, a<br />
consecuencia de que José María fingió estar dormido e imitó<br />
una serie de sonidos, roncaba y al mismo tiempo simulaba el<br />
ruido <strong>del</strong> canto de una paloma habanera y pleitos de perros<br />
y gatos, entonces el joto empezó a decir -¡Ave María<br />
Purísima!- y persignaba el rumbo de donde procedían estos<br />
ruidos. Cuando llegó la situación a su clímax, salió<br />
corriendo como tapón de champaña hasta donde estaba el<br />
señor cura y le dijo que en su celda estaba el demonio,<br />
pues su hermano José María estaba bien dormido, incluso<br />
roncaba, y que se oían muchos ruidos raros por lo que<br />
suplicaba que de inmediato lo cambiara de celda. Al ver el<br />
señor cura tan asustado a este sujeto, lo cambió de celda,<br />
pero a sus adentros dijo: -Ya sé quién es el diablo, es el<br />
diablo de mi hermano José María-.<br />
Al día siguiente reprendió a José María y él le dijo: -<br />
Bueno, Justo, tú ya sabes que yo soy muy macho y con estos<br />
sujetos ni en ejercicios de encierro-.” 79<br />
79<br />
¡Muy macho!. Ibdem. P. 211. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Miércoles 5 de<br />
noviembre de 1986<br />
271
Una tercera la titula “A torear jicotes y herrar ganado”,<br />
donde describe: “Por muy santas y piadosas que hayan sido<br />
las intenciones <strong>del</strong> señor cura Justo Ramírez Pérez para que<br />
su hermano José María, El Chimuelo, aprovechara las<br />
pláticas de los ejercicios de encierro para salud de su<br />
alma y mejoramiento de su vida, el espíritu chocarrero dio<br />
al traste con esas intenciones, y si no, veamos el ánimo de<br />
José María para perjudicar al prójimo.<br />
Naturalmente que con el deseo de ocasionar desorden entre<br />
los ejercitantes desde que hicieron que José María aceptara<br />
ingresar a los ejercicios de encierro, se consiguió en una<br />
de las huertas de Triana un carrizo que cortó en la parte<br />
más gruesa para tener un tubo no muy grande, al que le puso<br />
un tapón y lo escondió entre las ropas que llevó para<br />
cambiarse durante los días que permanecería en encierro,<br />
pero dentro <strong>del</strong> carrizo encerró unos jicotes; naturalmente<br />
que había algunas perforaciones para que los animalitos<br />
tuvieran aire para respirar. Pues resulta que estando todos<br />
en el templo en una de las pláticas espirituales, cuando<br />
estaban absortos en el tema, José María dio unos garnuchos<br />
a su carrizo con sus respectivas cernidas para enfurecer a<br />
los jicotes y los dejó escapar uno a uno, con más bravura<br />
que si fuera un toro de La Punta, y se esparcieron por el<br />
templo, lo que ocasionó que, temerosos los ejercitantes de<br />
ser víctima <strong>del</strong> durísimo aguijón de los jicotes, para<br />
espantarlos y combatirlos sacaron sus pañuelos y paliacates<br />
para torearlos; aquello terminó en un desorden general y<br />
con la suspensión de la plática hasta que expulsaron <strong>del</strong><br />
templo a los jicotes, con la contrariedad <strong>del</strong> señor cura<br />
contra su hermano, por el desgarriate.<br />
La primera plática de los ejercicios empezaba a las seis de<br />
la mañana en el mes de marzo a esas horas la luz <strong>del</strong> sol<br />
aún no ilumina; esta circunstancia la aprovechó José María<br />
para cambiar el agua bendita de la pila que estaba junto a<br />
272
la puerta por donde ingresaban al templo los ejercitantes,<br />
por tinta negra de huizache, así que cada uno que pasaba<br />
movido por la fe, mojaba los dedos en lo que creía que era<br />
agua bendita y pasaba a ocupar su lugar. Cuando la luz <strong>del</strong><br />
sol empezó a entrar por los ventanales e iluminó el templo,<br />
se empezaron a ver unos a otros con la señal de la cruz en<br />
la frente bien impresa por la tinta que suplió el agua<br />
bendita; esto hizo que sacaran sus pañuelitos, los mojaran<br />
con saliva y trataran de limpiar sus frentes, ocasionando<br />
otra vez desorden. El único que tenía su frente limpia era<br />
José María, cosa que <strong>del</strong>ató que él fue e1 autor de aquella<br />
diablura y cuando el señor cura lo llamó, le puso una<br />
regañada; José María le dijo: -No te enojes, Justo, estaba<br />
herrando mi ganado para ver cuántos bueyes tengo-.” 80<br />
La última anécdota sobre este familiar es “Mecatazos y el<br />
vivo diablo”, donde expone: “La carne humana es débil y sus<br />
reacciones sobre nuestro espíritu hacen que hagamos cosas<br />
indebidas para la tranquilidad <strong>del</strong> alma; las piadosas<br />
generaciones de cristianos católicos, en un pasado no<br />
lejano, para disciplinar a sus cuerpos de las malas<br />
tentaciones se los azotaban, costumbres que la misma<br />
Iglesia católica ha desechado por ir contra la integridad<br />
física y contra la obra de Dios.<br />
En los ejercicios espirituales <strong>del</strong> siglo XIX era muy común<br />
que los ejercitantes disciplinaran su cuerpo azotándolo. En<br />
los ejercicios que veníamos comentando y en los que<br />
participó José María Ramírez Pérez, también hubo un mea<br />
culpa con chicote en la mano; esta sesión fue dentro <strong>del</strong><br />
templo <strong>del</strong> Encino, en la noche y con la luz apagada. Cuenta<br />
la tradición que Chema se fue al fondo <strong>del</strong> templo, protegió<br />
sus espaldas en un rincón que las paredes hacían y como su<br />
80 Toreando jicotes y herrando ganado. Ibdem. P. 213. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido. Jueves 6 de noviembre de 1986.<br />
273
chicote era largo pues se dio gusto golpeando al prójimo,<br />
después comentó: -¿Yo, golpearme?, ni que fuera burro-.<br />
En el plan de ejercicios espirituales trazado por San<br />
Ignacio de Loyola, hay un día en que la plática versa sobre<br />
el infierno, en la que se comenta la desgracia de las almas<br />
que, conforme al juicio de Dios por su mal comportamiento,<br />
van a ese lugar de perpetuo sufrimiento y de carencia<br />
absoluta de la <strong>presencia</strong> de Dios, el infierno. En los<br />
ejercicios que venimos refiriendo, el señor cura se valía<br />
de los medios audiovisuales de su época para impactar<br />
profundamente a los ejercitantes respecto <strong>del</strong> infierno; él<br />
subía al pulpito medio embozado con una capa española de<br />
paño negro y luego, en la sacristía tenía muchachos que a<br />
una señal, se quejaban lastimeramente y a la vez<br />
arrastraban cadenas para infundir pavor y arrepentimiento<br />
en el alma de los ejercitantes. Pero en los ejercicios a<br />
que hago alusión, no contaba con el hecho de que Chema<br />
condimentaría a su forma el infierno, pues les envió el<br />
vivo diablo materializado en un infeliz gato. Resulta que<br />
cuando los ejercitantes estaban muy motivados con el<br />
infierno, Satanás y sus funestas consecuencias, el caramba<br />
de José María, les aventó desde el coro un pobre gato que<br />
untó con una substancia flamante y le prendió un cerillazo;<br />
el gato maullaba, se retorcía, saltaba y todos gritaban -<br />
¡El diablo! ¡El diablo!-.<br />
Así fue José María Ramírez Pérez, quien a su modo vivió a<br />
plenitud su vida, la familia con alegría te recuerda a más<br />
de un siglo de tu existencia. En paz descanses.” 81<br />
Otro de sus familiares fue el “Profesor José Ramírez<br />
Palos”, de él dice: “Mi tío Pepe. Qué hermosa facultad la<br />
<strong>del</strong> recuerdo, cuando a la mente acude la estampa de un ser<br />
querido y el cariño refina, más cuando tristemente aquella<br />
81 Los mecatazos y el mismo diablo. Ibdem. P. 214. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido. Viernes 7 de noviembre de 1986.<br />
274
persona ha fallecido. Recuerdo a mi tío Pepe y siento en la<br />
mente y en mi corazón la caricia de su <strong>presencia</strong>.<br />
El profesor José Ramírez Palos, entre sus hermanos, fue el<br />
menor; nació el día 14 de julio de 1876; sus padres fueron<br />
don Juan Crisóstomo Ramírez Pérez y doña Manuelita Palos.<br />
Nada menos que mis bisabuelos.<br />
El privilegio de ser el más chico de una familia, hace que<br />
los hermanos más grandes se vuelquen en amor por él. Mi tío<br />
Pepe no fue la excepción; sus hermanas Cayetana, Concha y<br />
María Dolores, así como su hermano mayor, Refugio, mi<br />
abuelo, se desvivió en cariño por su hermano menor.<br />
Lo más lógico es pensar que el niño José hizo sus estudios<br />
primarios en la Escuela de Cristo, misma que prestó grandes<br />
servicios culturales a nuestra sociedad.<br />
Mi tío Pepe quedó huérfano de madre muy pequeño y, muy<br />
jovencito, se murió su papá, don Juan; entonces, su hermano<br />
mayor, Refugio tuvo que interrumpir sus estudios de<br />
jurisprudencia que hacía en Guadalajara, los cuales ya<br />
estaban muy avanzados, y entre los dos se hicieron cargo de<br />
la familia, por cierto que en malas condiciones económicas<br />
pues sobre el Rancho de Cobos, único patrimonio familiar,<br />
gravitaba una hipoteca. Mi tío Pepe, al quedar huérfano de<br />
madre y padre, colaboró con su hermano Refugio y trazaron<br />
un plan para liberar el Rancho de Cobos de las hipotecas<br />
que sobre él gravitaban, cosa que lograron.<br />
El profesor don Eugenio Alcalá, pedagogo aguascalentense,<br />
nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, impulsó a muchos<br />
jóvenes de fines <strong>del</strong> siglo XIX y principios <strong>del</strong> XX para<br />
abrazar la noble carrera de maestros, entre ellos a mi tío<br />
Pepe y posteriormente, a mi padre, el profesor Faustino<br />
Villalobos.<br />
Nos cuenta Ezequiel Estrada en sus Semblanzas hidrocálidas,<br />
al desarrollar la ficha biográfica de mi tío Pepe, que a<br />
los veintidós años de edad (probablemente cuando regresó de<br />
275
la academia militar) el profesor Eugenio Alcalá, dándose<br />
cuenta de las facultades de maestro de mi tío, lo nombró su<br />
ayudante, y ya para el año de 1900, fue director de la<br />
Escuela Número Dos, donde recibió preseas por su labor<br />
eficiente. En 1905, trabajó brillantemente en la Escuela<br />
Oficial Número Cinco, para niños; en enero de 1910, el<br />
Consejo Educativo de Aguascalientes le otorgó diploma y<br />
placa de plata por sus notables servicios docentes. La<br />
patria le agradeció sus servicios de maestro dándole<br />
distintas preseas, pero la máxima fue la que todo maestro<br />
de corazón quiere tener por haber entregado cincuenta años<br />
de vida a la enseñanza, la Medalla Altamirano, misma que<br />
también fue prendida en las ropas <strong>del</strong> pecho de mi tío Pepe,<br />
el 15 de mayo de 1951, por el entonces presidente de la<br />
República, licenciado Miguel Alemán Valdés, en imponente<br />
ceremonia que se desarrolló en el Palacio de Bellas Artes<br />
en la Ciudad de México.<br />
El profesor José Ramírez Palos, cuando encontró su<br />
verdadera vocación que fue la de maestro, se preparó<br />
eficientemente y fue presentando sus materias en exámenes o<br />
de suficiencia en la Escuela Normal <strong>del</strong> Estado; mi tía,<br />
Lola Ramírez de Cabral me platicó que se acordaba<br />
perfectamente <strong>del</strong> día en que su papá se recibió de maestro<br />
en la Normal, pues su tía Lola, hermana <strong>del</strong> profesor, le<br />
organizó una recepción familiar en la que hubo ponches y<br />
bocadillos y la amenizó tocando el piano Albinita Pacheco<br />
de Rodríguez; este acontecimiento fue en el año 1918.<br />
Ezequiel Estrada nos dice que mi tío Pepe fue el fundador<br />
de la Escuela José Reyes Martínez en 1912, la que dirigió<br />
hasta 1926; fundó el Centro Cultural Obrero, con el<br />
respaldo <strong>del</strong> entonces ministro de Educación Pública,<br />
maestro José Vasconcelos, con quien cultivó magnífica<br />
amistad. De 1927 a 1931, en Fresnillo, Zacatecas, fue<br />
director de la escuela que sostenía la compañía minera "The<br />
276
Fresnillo Company"; en 1939, con una calidad extraordinaria<br />
el Colegio Independencia, con un cuerpo docente de primera,<br />
con la maestras Lola Rodríguez, Lucita Guerrero, Ema<br />
Guerra, María Alférez, Jerónima Vázquez y María Isabel<br />
Jiménez Díaz; en alguna ocasión quiso ampliar la educación<br />
a secundaria. Hablo de este colegio con amor, porque fue mi<br />
escuela primaria, asimismo, dirigió la escuela<br />
ferrocarrilera Manuel Fernández, de 1947 a 1953.<br />
En los institutos de enseñanza superior de Aguascalientes,<br />
también impartió su sabiduría en cátedras de matemáticas,<br />
gramática y literatura castellanas; dan fe de ello el<br />
glorioso Instituto de Ciencias de Aguascalientes, el<br />
Colegio Guadalupe Victoria, La Normal <strong>del</strong> Estado y todos<br />
los que fuimos sus alumnos.<br />
Hablar de un Ramírez en Aguascalientes, es hablar de una<br />
persona que es toda entrega a México y a nuestra patria<br />
chica; el profesor don José así lo fue. Desde ocupar los<br />
puestos de maestro, director, diputado de la legislatura<br />
local; cuando era gobernador <strong>del</strong> estado don Rafael Arellano<br />
Valle, hasta el modesto pero honroso cargo de director <strong>del</strong><br />
Archivo General <strong>del</strong> Estado, que fue su última ocupación.<br />
Abramos la puerta <strong>del</strong> hogar y platiquemos de mi tío, visto<br />
desde esta otra faceta de su personalidad. En su vida<br />
contrajo matrimonio en tres ocasiones, la primera con María<br />
Parga; cuando nació su primogénito, murieron la madre y el<br />
niño, a quien alcanzaron a bautizar y pusieron el nombre de<br />
Rodolfo. Su segundo matrimonio fue con doña María Cristina<br />
Gámez, quien fue su mujer de la vida, pues muchos años duró<br />
este matrimonio; ahí vio y disfrutó de la dicha de la<br />
paternidad; fueron sus hijos: Manuel y José, médicos;<br />
Jesús, dedicado a la industria de la radio; sus hijas: Luz<br />
María, María Dolores, Cristina, María Concepción y María<br />
Guadalupe, magníficas amas de casa y maestras, siguiendo la<br />
vocación <strong>del</strong> padre. Después de enviudar contrajo su tercer<br />
277
matrimonio para encontrar consuelo de mujer en su<br />
ancianidad, y fue su tercera esposa la maestra Angelita<br />
Jiménez Díaz, quien con cariño, en compañía de sus hijos<br />
Ramírez Gámez, hicieron que en su ancianidad fuera feliz.<br />
Yo, tío Pepe, te recuerdo con mucho cariño, primero como el<br />
tío abuelito bonito de ojitos gachos, pelo cano como plata,<br />
gran conversador con chispa, ingenio y cultura; padrino de<br />
ese ángel que fue mi madre, y luego como mi director <strong>del</strong><br />
gran Colegio Independencia, con tus discursos cívicos que<br />
tuvieron la virtud de hacernos amar a México. Cómo recuerdo<br />
aquel discurso para conmemorar un 5 de Mayo; qué bonitas<br />
celebraciones organizaban las maestras con el concurso de<br />
nosotros para el día 19 de marzo, día de tu santo; luego<br />
fuiste mi maestro en la prepa y en la vida. Fuimos<br />
compañeros en el servicio al estado, tú como director <strong>del</strong><br />
Archivo General <strong>del</strong> Estado, yo como juez de paz y agente<br />
<strong>del</strong> ministerio público; cuando tenía mis ratos libres<br />
corría contigo al archivo; te encontraba sentado en tu<br />
sillón enfundado en tu abrigo, con un radiador al lado,<br />
dormitando. Te despertabas, y a darnos un banquetazo<br />
platicando tantas cosas bellas que sabías decir y que<br />
también sabías escribir, y mientras tanto, con el cariño<br />
enorme que siempre te he profesado, asía tus manos con las<br />
mías para transmitirles calor, al tiempo que recibía tus<br />
sabias enseñanzas.<br />
Al mes tres días de muerta mi madre, también tú seguiste el<br />
camino luminoso que nos conduce al Señor. Físicamente nos<br />
dejaste el día 17 de junio de 1961. ¡Qué orgullo sentir que<br />
fuiste mi tío abuelo.” 82<br />
También describe la personalidad <strong>del</strong> “Licenciado Refugio<br />
Ramírez Palos”. Sobre él expone: “Después de los padres,<br />
los seres que más se quieren son los abuelitos, y esto es<br />
82<br />
Profesor José Ramírez Palos. Ibdem. P. 215. Este texto también se publicó en Hidrocálido.<br />
Martes 11 de noviembre de 1986.<br />
278
lógico porque ellos, por segunda vez en la vida, sienten la<br />
alegría de la paternidad y vuelcan todo su amor en esos<br />
chiquitines que son la prolongación de su ser, y si los<br />
abuelitos son longevos verán con alegría cómo los nietos<br />
forjan su propia personalidad.<br />
Yo también disfruté de las mieles de tener abuelitos; mi<br />
abuelito paterno fue don Ladislao Villalobos, originario de<br />
Lagos de Moreno; en sus mocedades fue comerciante y tenía<br />
recuas de mulas, comerciando de Aguascalientes a la costa.<br />
Cuando yo lo conocí ya tenía cerca de noventa años, barba<br />
blanca y grande como Santa Claus, casi ya nada más<br />
vegetaba. Tristemente no conocí a mis abuelitas, María<br />
Dolores López Pedroza de Villalobos y Ma. Francisca Martín<br />
<strong>del</strong> Campo Mora de Ramírez; pero con quien me di vuelo en<br />
mis relaciones abuelo-nieto, fue con mi abuelito materno,<br />
licenciado don Refugio Ramírez Palos; hablemos de él.<br />
Mi papá Cuco fue el mayor entre sus hermanos, fueron sus<br />
padres don Juan Crisóstomo Ramírez Pérez y doña Manuelita<br />
Palos; fue el día 4 de abril de 1867, crucial en la<br />
historia de México por el derrumbamiento <strong>del</strong> imperio de<br />
Maximiliano y el regreso de la legalidad con don Benito<br />
Juárez, cuando nació mi abuelito; su familia se cubrió de<br />
alegría con su nacimiento, entre otras cosas por haber sido<br />
él, el primer aguascalentense Ramírez; el lugar de su<br />
nacimiento fue la casona que está al lado poniente <strong>del</strong><br />
Jardín <strong>del</strong> Encino y que ahora ocupa la preparatoria José<br />
María Morelos; lo bautizaron en la parroquia <strong>del</strong> Encino,<br />
con el nombre de José María <strong>del</strong> Refugio y fue su padrino su<br />
tío, el señor cura Justo Ramírez.<br />
La infancia de mi abuelito ha de haber transcurrido<br />
apacible, viendo cómo la familia aumentaba con la llegada<br />
de sus hermanas, y al último su hermano Pepe.<br />
A fines <strong>del</strong> siglo XIX tan sólo existía la Escuela de<br />
Cristo, fue en ella donde cursó mi abuelito sus estudios<br />
279
primarios; por cierto que fueron sus <strong>contemporáneo</strong>s de<br />
estudios don José de Jesús López y González y un charrito,<br />
pilar <strong>del</strong> barrio de Triana, quien vivió junto a la tienda<br />
"Los Cinco Señores", mi compadre Chalío Esparza, sí señor.<br />
Sus estudios secundarios y de bachillerato, o su<br />
equivalente, los hizo en el Colegio San Luis Gonzága,<br />
fundado por el señor cura Justo Ramírez Pérez; luego cursó<br />
sus estudios de jurisprudencia en nuestra metrópoli<br />
natural, Guadalajara. Me llegó a platicar que en esa época,<br />
para ir de Aguascalientes a Guadalajara, hacían cuatro días<br />
de camino, eran las jornadas a Encarnación, San Juan,<br />
Tepatitlán y luego Guadalajara, a fe que ahora hacemos dos<br />
horas y media o tres en automóvil y media hora en avión;<br />
por tal razón mi abuelito tan sólo venía a Aguascalientes<br />
una vez al año, en las vacaciones grandes, en la época de<br />
verano.<br />
Durante la época de estudiante en Guadalajara tuvo la pena<br />
de perder primero a su mamá, doña Manuelita, y luego a su<br />
padre, don Juan, esta última muerte fue determinante en el<br />
giro de los acontecimientos en su vida, pues tuvo que<br />
abandonar los estudios para venir a Aguascalientes y, en<br />
calidad de hermano mayor, hacerse cargo de sus demás<br />
hermanos y proveer, en compañía de su hermano Pepe, de lo<br />
necesario para el sostén de la casa y pagar un mutuo cuya<br />
garantía hipotecaria fue el Rancho de Cobos.<br />
El general Porfirio Díaz, en ese tiempo presidente de la<br />
República Mexicana, por medio de su ministro de Guerra y<br />
Marina, el general don Bernardo Reyes, fundó en<br />
Aguascalientes, así como en las demás capitales de estado,<br />
academias militares para preparar los cuadros de mando <strong>del</strong><br />
ejército.<br />
Aquí se ubicó en el Cuartel de las Palomas, esquina de<br />
Galeana y Rayón. Mi abuelito ingresó a la misma en compañía<br />
de su hermano menor José, para superarse y tener dinero, ya<br />
280
que a los estudiantes les pagaban como si fueran efectivos<br />
<strong>del</strong> ejército y así entre los dos liberaron la hipoteca<br />
sobre el rancho de la casa.<br />
Yo creo que en esa época se casó mi abuelito con Ma.<br />
Francisca Martín <strong>del</strong> Carmen Mora, originaria de Encarnación<br />
de Díaz. Cuando egresó de la academia con el grado de<br />
teniente habían nacido mi madre y mi tío Juan.<br />
Cuando mi abuelo fue militar, perteneció al cuarto<br />
regimiento de caballería, llegó a ostentar el grado de<br />
capitán primero y las plazas en que estuvo este regimiento<br />
fueron Tacubaya, Distrito Federal, Teotihuacan, la ciudad<br />
de Puebla y de nuevo Tacubaya; el coronel fue un señor de<br />
apellido Rejón, no participó en campaña alguna de las<br />
sostenidas por don Porfirio, sin embargo, siempre estaban<br />
preparándose para la lucha y tenían simulacros de guerra y<br />
decía mi abuelito: -¡La guerra es de a mentiritas pero las<br />
aporreadas son de a de veras!-. Estos simulacros los<br />
tuvieron también en las faldas <strong>del</strong> Popocatépetl.<br />
En 1908, al liberar mi abuelo la hipoteca <strong>del</strong> rancho y en<br />
virtud de que mi abuelita iba a ser mamá después de mucho<br />
tiempo, optaron por regresar a Aguascalientes y se dio de<br />
baja en el ejército.<br />
Llegó mi abuelito con su familia a Aguascalientes y tenían<br />
la angustia <strong>del</strong> nacimiento <strong>del</strong> nuevo heredero, pues el<br />
doctor don Zacarías Topete había pronosticado la muerte de<br />
mi mamá Pachita, al nacer la criatura, por tener un mal<br />
cardíaco y todos los días mi abuelito acompañado de mi<br />
madre oraban pidiéndole a Dios que todo resultara bien. Así<br />
fue, la criatura fue hombrecito. Mi abuelita vivió y el<br />
niño, pasados los años, fue el doctor Salvador Ramírez<br />
Martín <strong>del</strong> Campo, conocido por la vieja guardia<br />
ferrocarrilera por haber sido director <strong>del</strong> hospital <strong>del</strong><br />
ferrocarril; por lo tanto, los hijos de los abuelitos<br />
Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo fueron Mercedes, Juan y Salvador.<br />
281
Durante la Revolución de 1910, mi abuelito sufrió<br />
persecuciones por haber prestado servicios al Estado bajo<br />
la égida de don Porfirio y fue a dar a la ciudad de Torreón<br />
donde el padre Gregorio Cornejo de Aguascalientes, y que<br />
estaba en Torreón, le ayudó y al poco tiempo regresó a<br />
nuestros lares.<br />
Ya apaciguada la Revolución y cuando era gobernador de<br />
Aguascalientes don Victorino Medina, por acuerdo <strong>del</strong><br />
congreso <strong>del</strong> estado publicó un decreto en el que estableció<br />
que toda aquella persona que demostrara tener conocimiento<br />
sobre una profesión y presentara examen sobre ella en el<br />
Instituto de Ciencias y resultare aprobada, el gobierno <strong>del</strong><br />
estado le otorgaría título para el legal ejercicio de la<br />
misma. Mi abuelito Cuco aprovechó la oportunidad y, ya que<br />
tenía hechos casi todos sus estudios de jurisprudencia, en<br />
Guadalajara, sustentó examen en el Instituto de Ciencias<br />
para ejercer la profesión de abogado, el día 8 de noviembre<br />
de 1920, <strong>del</strong> que resultó aprobado; fue uno de sus sinodales<br />
don Manuel Ballesteros Ríos.<br />
Después <strong>del</strong> examen, mi abuelito agasajó a sus sinodales y<br />
compañeros, así como al señor gobernador, con una comilona<br />
en su casa; por cierto que el postre, cocada de leche, les<br />
hizo daño a todos.<br />
En su vida como abogado, mi papá Cuco fue juez mixto de<br />
primera instancia en el estado de Zacatecas, en los pueblos<br />
de Sombrerete, Río Grande y Nochistlán; renunció a ser juez<br />
porque con motivo de la Cristiada temía juzgar a algún<br />
sacerdote y sus principios se lo prohibían. Litigó y en el<br />
ocaso de su vida fue defensor de oficio en la época en que<br />
fue gobernador don Juan Alvarado.<br />
En 1929 enviudó y sufrió la profunda tristeza de perder a<br />
su esposa; entonces le hizo casa su hermana Dolores, en su<br />
domicilio en la segunda calle de Guadalupe. No contrajo<br />
nuevas nupcias.<br />
282
Con pleno uso de razón yo traté a mi abuelito Refugio unos<br />
tres años, pues él falleció cuando yo tenía nueve, y nos<br />
quisimos con entrega total; él, al calor de una estufa de<br />
leña que tenía mi madre, me sentaba en sus rodillas y me<br />
tenía embebido con los cuentos que él mismo creaba. Debido<br />
a su época de militar hacía narración de batallas, pero ya<br />
condimentaba sus pláticas con elementos recientes, pues<br />
platicaba de aviones, tanques y submarinos; estábamos en la<br />
Segunda Guerra Mundial, no únicamente platicaba de temas<br />
bélicos ya que su cultura fue muy amplia. Me acuerdo que me<br />
llevaba a su casa de la calle de Guadalupe y en el camino<br />
me tocaba ver que los niños le besaban la mano al<br />
confundirlo con un sacerdote, ya que así era su estampa<br />
usaba trajes negros, bordón, sombrero; fue blanco de tez,<br />
de cara ancha, pelo cano complexión gruesa, de andar lento;<br />
llegábamos a su casa de Guadalupe y a mí me encantaba<br />
traquear su escritorio, cosa que aceptaba con gusto; me<br />
subía en sus rodillas para alcanzar las cosas. Mi papá Cuco<br />
le vaticinó a mi madre que yo sería abogado por mi afición<br />
a estar platicando.<br />
Fue patriarca en medio de las familias, y muy hombre, a<br />
carta cabal; conservo libros de derecho y copias de sus<br />
alegatos en los que demuestra sus dotes de abogado.<br />
En la misma recámara donde yo nací, el día 3 de junio de<br />
1941, murió mi papa Cuco. Hoy esa recámara forma parte de<br />
mi despacho, es el privado de mi hijo, el licenciado<br />
Jorge.” 83<br />
De la familia más inmediata está el “Doctor Salvador<br />
Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo”, hermano de su progenitora, <strong>del</strong><br />
cual dice: “Mi tío Salvador fue el hermano más chico que<br />
tuvo mi madre, con una diferencia de edades bastante<br />
grande, ya que mi mamá le llevaba catorce años. Fue el hijo<br />
83 Licenciado Refugio Ramírez Palos. Ibdem. P. 219. Este texto también se publicó en<br />
Hidrocálido. Lunes 10 de noviembre de 1986.<br />
283
sorpresa en su casa, pues ya los médicos habían dicho que<br />
la mamá de él, o sea mi abuelita Francisca Martín <strong>del</strong> Campo<br />
Mora de Ramírez, no podía tener otro hijo más sin que<br />
corriera peligro su vida, porque estaba demasiado enferma<br />
<strong>del</strong> corazón; por ello mi abuelo, papá de mi tío Salvador,<br />
que en esos ayeres, 1907, era capitán en el cuarto<br />
regimiento de caballería <strong>del</strong> ejército de don Porfirio Díaz,<br />
tuvo tanto miedo cuando se anunció la llegada de mi tío,<br />
que se dio de baja en el ejército para venirse a vivir a<br />
Aguascalientes.<br />
Mi tío Salvador llegó a este mundo con toda felicidad y con<br />
gran alegría lo recibieron en su casa; fueron sus padres,<br />
quien posteriormente fue licenciado, Refugio Ramírez Palos<br />
y su madre, la virtuosa doña Francisca Martín <strong>del</strong> Campo<br />
Mora.<br />
Llegó a este mundo el día 13 de enero de 1908, a las nueve<br />
de la mañana, en la casa que tenían mis abuelitos en la<br />
primer calle de la Aurora, hoy Leona Vicario, en pleno<br />
Barrio <strong>del</strong> Encino.<br />
A los pocos días fue bautizado y quien le derramó las aguas<br />
<strong>del</strong> Jordán sobre la cabeza, es quien ahora está en proceso<br />
de canonización, nada menos que don José de Jesús López y<br />
González; fueron sus padrinos de bautizo, el profesor José<br />
Ramírez Palos y su esposa, Cristina Gámez Parga. En cuanto<br />
a sus abuelos, los paternos fueron Juan Nepomuceno Ramírez<br />
Pérez y doña Manuelita Palos, y en cuanto a los maternos<br />
fueron Ildefonso Martín <strong>del</strong> Campo y Paula Mora.<br />
Son tantas las facetas de la vida <strong>del</strong> tío Salvador que<br />
dejamos que él mismo narrara sus datos biográficos; digo<br />
que él mismo porque, hurgando en los archivos de la<br />
Universidad Autónoma de Aguascalientes, hallé un expediente<br />
de toda su vida académica en el Instituto de Ciencias y en<br />
la Universidad.<br />
284
Hizo sus estudios primarios en las escuelas licenciado<br />
Jesús Terán, Colegio Alcalá en la Escuela Superior profesor<br />
Melquíades Moreno, por los años de 1914 a 1920; 1921 a 1924<br />
estudió en la Escuela Preparatoria y de Comercio <strong>del</strong> Estado<br />
de Aguascalientes, antecedente <strong>del</strong> Instituto de Ciencias, y<br />
en 1925 emigró a la Ciudad de México a estudiar en la<br />
Escuela Nacional de Medicina, de la Universidad de México,<br />
su carrera de Médico, entre los años de 1925 a 1931. Fue<br />
interno en el Hospital Juárez de la Ciudad de México el<br />
último año de su carrera; presentó su examen profesional el<br />
día 20 de febrero de 1932, fue su tesis recepcional:<br />
"Contribución al estudio <strong>del</strong> tratamiento de las fracturas<br />
interiores".<br />
Cuando retornó a Aguascalientes, su primer puesto dentro de<br />
su actividad médica la de jefe de Servicios de Maternidad<br />
<strong>del</strong> Hospital Hidalgo, en 1932; después fue oficial mayor<br />
<strong>del</strong> departamento de salubridad <strong>del</strong> estado de<br />
Aguascalientes, de 1932 a 1933.<br />
El gusto por la cátedra se manifiesta en él a partir de<br />
1932, cuando impartió en el Instituto Autónomo de Ciencias<br />
y Tecnología las cátedras de física médica, higiene,<br />
biología, anatomía humana y zoología. En los Colegios<br />
Portugal y Margil impartió la Cátedra de biología a nivel<br />
secundaria. Fue director <strong>del</strong> Colegio Portugal de 1954 a<br />
1959; rector <strong>del</strong> Instituto Autónomo de Ciencias, en su<br />
primer período, de 1947 a 1949, y posteriormente de 1957 a<br />
1959.<br />
En 1936, en el mes de febrero, ingresó a los Ferrocarriles<br />
Nacionales de México como médico auxiliar; buena parte de<br />
su vida la dejó en ese Hospital de Ferrocarriles; donde<br />
desempeñó los cargos de médico auxiliar, médico de visitas<br />
a domicilio, medico <strong>del</strong> puesto de socorro, médico<br />
laboratorista y médico radiólogo; el día 2 de febrero de<br />
1965 fue nombrado director <strong>del</strong> Hospital de los<br />
285
Ferrocarriles Nacionales de México, en Aguascalientes. El<br />
12 de septiembre de 1957 ordenó el jefe <strong>del</strong> departamento de<br />
Ferrocarriles Nacionales de México que se anotaran en su<br />
expediente quince marcas meritorias.<br />
En los anales de la Academia Mexicana de Cirugía en 1944 se<br />
publicó un trabajo escrito por mi tío titulado "Coloptosis<br />
y apendicitis crónica"; también en la revista médica <strong>del</strong><br />
Hospital Colonia, número correspondiente a los meses de<br />
julio y agosto de 1962, se le publicó un trabajo titulado<br />
"Amibiasis".<br />
En 1972, cuando se fundó la Escuela de Medicina de la<br />
Universidad Autónoma de Aguascalientes, se le nombró<br />
catedrático de la materia de Introducción a la practica<br />
médica y a la técnica quirúrgica; también, dentro de la<br />
Universidad, fue presidente de la junta de gobierno en<br />
enero de 1975. El 23 de octubre de 1970, la comisión<br />
coordinadora de actividades de salud pública asistencial y<br />
seguridad social, en Aguascalientes, le otorgó medalla de<br />
oro y diploma por más de veinticinco años de servicie en el<br />
Hospital de Ferrocarriles.<br />
Hasta aquí, lo que el tío Salvador nos dice en su ficha<br />
biográfica, la cual obra en los archivos de nuestra querida<br />
Universidad Autónoma de Aguascalientes. Ahora platiquemos<br />
<strong>del</strong> tío Salvador, tan humano, tan sabio, tan magnífico<br />
padre de familia y sobre todo, un hombre con un corazón<br />
realmente de oro.<br />
En 1935 se casó con Ana María Alonso Delgado; recién casado<br />
ejerció su profesión por un corto tiempo en Tehuacán,<br />
Puebla. En su matrimonio tuvo cuatro hijos; Ana María,<br />
Salvador, María <strong>del</strong> Refugio y Jorge, hoy día profesionistas<br />
todos ellos; fue muy cariñoso con toda la familia. Fue el<br />
médico constante de todos, y le teníamos tanta fe que<br />
bastaba y sobraba que él estuviera presente en la recámara<br />
donde estaba uno enfermo y al verlo, sentirse ya aliviado.<br />
286
Magnífico hermano de mi madre, la procuraba constantemente;<br />
el cariño que mi tío le tuvo a mi madre fue el de hermano y<br />
madre, porque todavía no terminaba su carrera cuando murió<br />
su mamá, mi mamá Pachita. Mi madre hizo las veces de mamá<br />
de mi tío y se querían infinitamente, procuraba visitarla<br />
al menos una vez a la semana. Quiso muchísimo a su primera<br />
esposa, a Ana María, extraordinariamente juguetona y de un<br />
carácter alegre; él festejaba sus gracejadas, era muy<br />
prudente y mesurado en su vida familiar,<br />
El doctor Salvador Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo apoyó a nuestra<br />
Universidad porque la amó, ya que en las escuelas que le<br />
antecedieron hizo sus estudios de secundaria y<br />
bachillerato; posteriormente fue maestro <strong>del</strong> Instituto de<br />
Ciencias, y dos veces rector <strong>del</strong> mismo; fue de los<br />
forjadores de la actual Universidad Autónoma de<br />
Aguascalientes, siempre vio con simpatía que la juventud de<br />
Aguascalientes tuviera medios de preparación eficientes y<br />
que fueran siempre hacia a<strong>del</strong>ante.<br />
Amó las tradiciones de Aguascalientes, amó al Señor <strong>del</strong><br />
Encino porque bajo su égida nació; también muchos años fue<br />
fiel parroquiano de San José; su cuñado, señor presbítero<br />
Jesús Alonso Delgado, fue señor cura de San José.<br />
Fue la piedra angular de muchas de las familias que<br />
componen el tronco de la familia Ramírez; estuvo presente<br />
en las tristezas y en las alegrías; siempre teníamos su<br />
apoyo en todas las cosas que hacíamos y nos orientaba para<br />
salir siempre avante en la vida.<br />
Quedó viudo y contrajo segundas nupcias en 1973, el 29 de<br />
septiembre, con Amparo López.<br />
Por lo que a mí respecta, mi tío Salvador y yo nos<br />
profesamos un cariño grande; él siempre me distinguió en<br />
una forma muy especial, así lo sentí. Fue mi padrino de<br />
bautizo junto con mi tía, María Martín <strong>del</strong> Campo; para mí<br />
287
fue el padrino consentido, maestro querido en la prepa; ahí<br />
me impartió clases de biología y de higiene.<br />
En la vida nos seguíamos muchísimo, nos gustaba platicar;<br />
nuestros temas fundamentalmente eran de carácter cultural;<br />
nos enfrascábamos en discusiones muy fuertes sobre la<br />
historia de México, él con el Partido Conservador, y yo con<br />
el Partido Liberal; ya cuando estaban acaloradas las<br />
discusiones entraba mi madre para apaciguarnos. Siempre<br />
anduvimos juntos; en ocasiones nos íbamos a San Luis Potosí<br />
porque por ahí pasaba el tren Águila Azteca, y mi primo<br />
Salvador, su hijo, llegaba en él procedente de Monterrey.<br />
Fuimos tan grandes amigos que en su segundo matrimonio,<br />
vino a vivir detrás de la casa en que actualmente vivo.<br />
Dentro de las pláticas que teníamos hicimos un trato que<br />
consistía en, si había oportunidad de regresar <strong>del</strong> más<br />
allá, el primero que muriera vendría con el que quedara<br />
vivo; han pasado muchos años y, con tristeza de mi parte,<br />
no se me ha aparecido el tío Salvador. Quiso mucho a mis<br />
hijos, conoció a todos y los vio como sus nietos, los<br />
apapachó, y no se diga a mi esposa Lupita, la quiso y<br />
siempre la vio como gran dama.<br />
Magnífico hijo, hermano, esposo y padre, un hombre, hombre<br />
entregado a las nobles causas, un hombre que<br />
extraordinariamente culto, un hombre que quiso siempre el<br />
bienestar de todos, a tal grado que buena parte de su vida<br />
fue compañero en el Club de Leones y también fue mi<br />
compadre, padrino de algunos de mis hijos.<br />
Murió el día 28 de enero de 1980; en paz descanse- pero<br />
conserva una página muy importante en el afecto de la vida<br />
de todos nosotros los Ramírez quienes estamos ligados<br />
íntimamente con el barrio de Triana.” 84<br />
Otro de los tíos fue “Profesor Juan Humberto Ramírez Martín<br />
<strong>del</strong> Campo”. De él expone: “Fue el día 4 de agosto de 1886 a<br />
84 Ibdem. P. Pp. 221-224<br />
288
las 9:15 de la mañana, cuando mi tío Juan nació en<br />
Aguascalientes; fueron sus padres Refugio Ramírez Palos y<br />
Francisca Martín <strong>del</strong> Campo Mora; nació en la calle de la<br />
Asamblea, en el barrio <strong>del</strong> Encino. El día 16 de septiembre<br />
de ese año fue bautizado en la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />
Encino y fueron sus padrinos el licenciado Ramón Navarro y<br />
la tía de él, Ma. Concepción Ramírez Palos, quien fue<br />
representada por Leonarda Cruz, a quien con mucho cariño mi<br />
tío le decía "mi madrina Leonarda"; padrino de óleos fue el<br />
señor cura José María de Jesús Medina. Así consigna el acta<br />
de bautizo el hecho feliz de la llegada a este mundo de mi<br />
tío Juan. Cuando él nació ya alegraba la casa de mis<br />
abuelos la <strong>presencia</strong> de mi madre, Mercedes Ramírez Martín<br />
<strong>del</strong> Campo; ella y mi tío Juan crecieron juntos.<br />
Mi abuelo ingresó al ejército mexicano en los últimos años<br />
<strong>del</strong> siglo diecinueve; perteneció al cuarto regimiento de<br />
caballería que en esos días tenía como sede la población de<br />
Tacubaya, próxima al Distrito Federal. Mi abuelo fue<br />
primero a conseguir una casa decorosa para su familia en la<br />
población de Tacubaya y cuando la tuvo le mandó un<br />
telegrama a mi abuela diciéndole que se fuera a México en<br />
compañía de los hijos. Mi abuelo los recibió en la estación<br />
Colonia y ya a través de una chispita, o sea, un carro de<br />
caballos se trasladaron de la estación Colonia a Tacubaya.<br />
Contaban que cuando llegaron a Tacubaya se hospedaron en<br />
una casa de la plaza principal, pero también ahí estaba el<br />
cuartel y cuando bajaban sus pertenencias <strong>del</strong> carrito aquel<br />
de caballos que los trasladó a Tacubaya, cuando el clarín<br />
de órdenes <strong>del</strong> regimiento tocó lista de seis, mi abuela no<br />
pudo soportar y soltó el llanto; mi abuelo la consoló y le<br />
decía: -Pachita, tú no eres ninguna soldadera, no pienses<br />
en esa forma, no tomes con tristeza la llegada a esta<br />
población, tú eres la esposa <strong>del</strong> teniente Ramírez Palos y<br />
tendrás todas las consideraciones debidas-.<br />
289
La infancia de Mercedes y Juan transcurre junto con la vida<br />
<strong>del</strong> cuarto regimiento de caballería; por órdenes superiores<br />
trasladaron el regimiento a otras tres poblaciones, Puebla,<br />
Teotihuacán y Tlatelolco.<br />
Platicaba mi madre que la infancia de los hermanos fue<br />
extraordinaria, llena de sorpresas; ellos propiamente<br />
hicieron su escuela primaria en aquellas escuelas de las<br />
poblaciones en que estuvo el cuarto regimiento de<br />
caballería; mi tío Juan fue feliz, acompañaba a mi abuelo y<br />
a los oficiales a las distintas haciendas de la región para<br />
conseguir pastura para los caballos <strong>del</strong> regimiento.<br />
Muchas estampas acontecieron en esta vida, en ese caminar<br />
de un lugar a otro conocieron al gran payaso de aquellas<br />
épocas, don Ricardo Bell, que pertenecía al Circo Orrins,<br />
esto aconteció en la ciudad de Puebla.<br />
Comentaba mi abuela con sus amigas que ella había ido la<br />
noche anterior al circo y que se le hizo muy gracioso el<br />
payaso Ricardo Bell, cuando en ese momento pasaba cerca de<br />
aquellas damas un verdadero caballero inglés en su vestir y<br />
en su manera de ser, y le agradeció a mi abuela sus<br />
expresiones diciéndoles que él era Ricardo Bell.<br />
Platicaba con gracia mi tío Juan, que estaba en Tlatelolco,<br />
donde cambiaron también al regimiento, un día iban los dos<br />
hermanitos rumbo a la escuela cuando vieron que se<br />
aproximaba un carruaje en el que venía don Porfirio Díaz;<br />
los dos niños dejaron los útiles en la banqueta y se<br />
pusieron a aplaudir y a vitorear al general Díaz, lo que<br />
sirvió para que don Porfirio ordenara se detuviera su<br />
carruaje y subió a los niños, acariciando a los dos<br />
pequeños.<br />
Al pasar de los años mi abuela resultó embarazada y ya le<br />
había dicho a mi abuelo el doctor Zacarías Topete que<br />
debido a su padecimiento cardíaco era peligroso que tuviera<br />
otro hijo más; esto alarmó de sobremanera a mi abuelo a tal<br />
290
grado que se dio de baja en el ejército para venir a<br />
Aguascalientes. La vida de la familia Ramírez Martín <strong>del</strong><br />
Campo cambió por completo; cuando ya iban a dejar el<br />
ejército por la baja de mi abuelo, oyó mi mamá Pachita de<br />
nuevo el clarín de órdenes <strong>del</strong> regimiento dar un toque, y<br />
se convirtió en un mar de llanto porque dejaban la vida <strong>del</strong><br />
ejército a la cual ella se había encariñado.<br />
En Aguascalientes, después de tantos sobresaltos y miedos,<br />
dio a luz a un niño que, pasados los años, sería el doctor<br />
Salvador Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo.<br />
Mi abuelo, a fines de la primera década <strong>del</strong> siglo veinte,<br />
quiso poner a mi tío Juan en el Colegio Alcalá para que<br />
siguiera estudiando la carrera comercial, y mi tío prefirió<br />
la vida <strong>del</strong> rancho, por lo que mi abuelo le dijo que si iba<br />
a ser ranchero, de conocer desde un principio las labores<br />
de campo, a tal grado que lo puso a voltear la labor en el<br />
Rancho de Cobos para que la sembrara, la cuidara, escardara<br />
en su debido tiempo, tumbara, pizcara y se diera cuenta de<br />
lo que es esa vida. En esa forma podría él mandar a los<br />
peones las labores que tenían que hacer. Fueron años muy<br />
duros aquellos, la Revolución de 1910 se cernía sobre<br />
nuestra patria; mi abuelo se dio cuenta de que lo<br />
perseguían los nuevos gobiernos por sus nexos con el<br />
porfiriato tuvo que huir hacia el norte sin saber qué iba a<br />
suceder; después de muchas vicisitudes regresó a<br />
Aguascalientes.<br />
Mi tío Juan era todo un joven, estuvo trabajando en la<br />
maestranza, o sea, en los talleres que los Ferrocarriles<br />
Nacionales de México tenían en esta ciudad, y cuando llegó<br />
Francisco Villa a Aguascalientes rumbo a Celaya, echó mano<br />
de todos los elementos que pudo para la batalla contra el<br />
general Obregón; no escaparon los obreros <strong>del</strong> ferrocarril.<br />
Ya mi tío Juan se encontraba arriba de un carro de<br />
ferrocarril, cuando mi abuelo fue a interceder por él ante<br />
291
sus superiores, que resultaron ser gente que estaba en el<br />
cuarto regimiento de caballería cuando él estuvo en el<br />
ejército y ordenan a mi tío Juan que bajara <strong>del</strong> vagón <strong>del</strong><br />
ferrocarril junto con otros muchachos <strong>del</strong> barrio de Triana;<br />
esto sirvió para que ellos no murieran en la batalla de<br />
Celaya en la que murieron muchas personas.<br />
Siguieron los años y mi tío Juan, ya sintiéndose hombre<br />
responsable, contrajo matrimonio el día 19 de enero de 1917<br />
con María Cruz Díaz Alarcón, quien fuera la primera esposa,<br />
originaria de Villa Hidalgo; con ella procreó siete hijos:<br />
Refugio, María Guadalupe, Matilde, Socorro, Teresa, Juan<br />
Humberto, y Ana María, quien murió muy pequeña. Crucita, su<br />
esposa, murió en una forma trágica ya que le aplicaron un<br />
inyección para combatirle el reumatismo, estuvo mal<br />
aplicada y murió casi instantáneamente; dejó este mundo el<br />
día 20 de julio de 1929. Era una inyección de cocaína que<br />
no estaba perfectamente dosificada.<br />
Recién casado, mi tío Juan emigró a Estados Unidos con<br />
Crucita su esposa y sus dos primeros hijos, Refugio y Lupe;<br />
se fueron a Prioria, Illinois, en donde él trabajó en una<br />
fundición, un trabajo extraordinariamente pesado. Hacía<br />
partícipe de sus sufrimientos a mi mamá Pachita, su madre,<br />
por medio de cartas, platicándole <strong>del</strong> panorama de miseria.<br />
Mi abuelo decía: -Que se haga hombre, que se haga de<br />
responsabilidades-; pero llegó un momento en que el tío<br />
dejó Estados Unidos y retornó a Aguascalientes para<br />
dedicarse de lleno al rancho.<br />
Juan H. Ramírez fue un hombre de principios religiosos<br />
firmes, en virtud de que se desarrolló dentro de una<br />
familia eminentemente católica. En el año de 1925 el<br />
presidente de la República, don Plutarco Elías Calles,<br />
quería fundar una Iglesia Católica Mexicana y pensaba que<br />
en cada capital de estado hubiera un templo dedicado a esta<br />
Iglesia; en Aguascalientes pensaron que el templo ideal<br />
292
sería el templo de San Marcos. Los católicos de<br />
Aguascalientes se opusieron terminantemente y se pusieron<br />
de acuerdo en el sentido de que, cuando fueran a tomar el<br />
templo, repicarían las campanas para que se juntaran todos<br />
los católicos y lo defendieran; así fue, y cuando quisieron<br />
tomar el templo de San Marcos y repicaron, el tío Juan, ni<br />
tardo ni perezoso, se fue a la defensa. La primera agresión<br />
<strong>del</strong> ejército federal hacia el templo la pudieron repeler,<br />
pero entonces el ejército pidió auxilio de tropa a León,<br />
Guanajuato y ya reforzada la tropa tomaron el templo de San<br />
Marcos. El tío me decía que él había escogido pura gente<br />
bragada <strong>del</strong> barrio <strong>del</strong> Encino para que lo acompañara en la<br />
defensa, y a los primeros balazos todos corrieron; e1 que<br />
no corrió y que estuvo ahí al lado, fue un hombre que<br />
decían no era muy viril, y sin embargo, con un valor a toda<br />
prueba, estuvo defendiendo el templo; por cierto que le<br />
dieron un balazo en un talón que a la postre hizo que<br />
cuando caminaba pareciera pingüino. Los tomaron a todos<br />
prisioneros y se los llevaron a la cárcel que estaba en la<br />
calle de Colón; era un grupo muy grande. La Acción Católica<br />
les mandaba sabrosa comida y ellos la compartían con los<br />
presos que ya estaban ahí. A las ocho de la noche en punto,<br />
cuando ya estaban todos embartolinados, sonaba el reloj que<br />
estaba en los palacios municipal y de gobierno y se oía la<br />
voz de todos que empezaban a rezar el rosario. Por cierto<br />
que entre misterio y misterio tenían cantores, ya que los<br />
hermanos Ruiz Esparza, quienes fueron músicos y maestros<br />
también estaban ahí presos por la misma causa.<br />
Me platicaba que don Pascual Rodríguez, de la embotelladora<br />
"La Gloria", les mandaba una caja de refrescos de limón,<br />
que no era limón, era tequila, para que pudieran<br />
sobrellevar sus apuraciones dentro de la prisión.<br />
Posteriormente, los llevaron al cuartel de Z. Mena, donde<br />
hoy es la calle de doctor José González Saracho,<br />
293
actualmente la escuela Rivero y Gutiérrez. Una mañana los<br />
formaron y un militar que traía la cabeza vendada a<br />
consecuencia de una lesión que recibió en la batalla <strong>del</strong><br />
templo de San Marcos, los formó en el patio y les dijo: -<br />
Conque católicos, apostólicos romanos, ¿no?, hijos de<br />
la...-, y al terminar de decir esto con un fuete le pegaba<br />
al que estaba más cerca. Después de uno en uno los pasó al<br />
otro patio y se oía una descarga de máuser. Una de las<br />
personas que estaban detenidas empezó a llorar y le dijo a<br />
un cabo: -Mire, mi cabo, ya me van a matar, aquí tiene<br />
usted mi reloj, estas pertenencias, estas monedas,<br />
disfrútelas-. Y el cabo le dijo: -Mire, currito no se ponga<br />
así, es puro cuento, se los están llevando al otro patio<br />
para que lo barran Y decía mi tío Juan: -Yo, en esas<br />
condiciones, les prometía barrer todo el patio con lengua-.<br />
Finalmente, se superó este problema religioso en el que el<br />
tío dio testimonio de firmeza de principios.<br />
Cuando casi accidentalmente murió Crucita, su primera<br />
esposa, mi tío quedó de buenas a primeras con todos sus<br />
hijos, con toda la responsabilidad que esto significaba El<br />
día 13 de febrero de 1930, en el templo <strong>del</strong> Encino,<br />
contrajo segundas nupcias con Josefina Cruz Parga; se<br />
fueron de viaje de bodas a San Luis Potosí y procrearon<br />
nueve hijos: Pachita, Ricardo, Ana María, Juan Manuel, Juan<br />
Francisco, José, Luz Mard Alfonso y Alfredo.<br />
En esa época trabajó tanto en el rancho, así como empleado<br />
de gobierno, sosteniendo con ciertas penurias las<br />
obligaciones económicas de su familia. Mi madre, con la<br />
anuencia de mi padre, le dijo a mi tío Juan que lo iba a<br />
ayudar, y en efecto, se fueron a vivir con nosotros Matilde<br />
y Socorro, con la alegría de todos porque para nosotros<br />
fueron nuestras hermanas; las dos se educaron junto con<br />
nosotros, veían a mis padre como a sus padres, y salieron<br />
de la casa de nosotros para casarse.<br />
294
En aquella época, México estaba urgido de maestros y mi<br />
padre, siendo maestro de carrera y autoridad educativa,<br />
consiguió que su cuñado fuera maestro rural; en aquellos<br />
años bastaba y sobraba con saber multiplicar, sumar,<br />
restar, dividir y enseñar a leer para que a la persona se<br />
le nombrara maestro; así es de que el tío Juan, de buenas a<br />
primeras fue maestro rural debido a las recomendaciones <strong>del</strong><br />
cuñado. Trabajó en San Francisco de los Viveros,<br />
Sandovales, Los Negritos, Trojes de Alonso, Calvillo, Jesús<br />
María, Los Pocitos, Malpaso y Jaltomate; toda una carrera<br />
de maestro rural, sembrando comprensión y sabiduría a la<br />
gente de nuestro campo.<br />
Al estar en Trojes de Alonso y ver las necesidades que<br />
tenía la comunidad, ubicada al norte de nuestra ciudad, que<br />
no tenían agua ni para beber, y cuando estaba de gira en<br />
nuestro estado el presidente de la República, don Adolfo<br />
Ruiz Coruñés, les dijo mi tío Juan a varios de los varones<br />
de Trojes de Alonso: -Necesito que me acompañe gente que<br />
realmente sean hombres y que estén dispuestos a ofrendar su<br />
vida para que progrese Trojes de Alonso-. Fue nutrida la<br />
respuesta y el plan era el siguiente: juntarse en la<br />
carretera Panamericana y cuando vieran que se acercaba el<br />
camión presidencial atravesarse a la comitiva en la<br />
carretera con una bandera nacional. Así lo hicieron, por el<br />
movimiento sorpresivo se detuvo el camión. Al gobernador<br />
<strong>del</strong> estado, licenciado Benito Palomino Dena, le preguntó el<br />
presidente de qué se trataba y le dijo el gobernador que<br />
era el maestro de ahí, de Trojes de Alonso y por la<br />
ventanilla se asomó el presidente de la República y mi tío<br />
le dijo: -Señor, somos gente que vivimos en esta comunidad,<br />
no tenemos agua y necesitamos que se perfore un pozo; no<br />
tenemos centavos para ordenar perforarlo. Venimos a pedirle<br />
que nos regale la perforación-. El presidente se los<br />
prometió y también el equipo para hacerlo, y todavía el tío<br />
295
le dijo: -Pero que sea cierto, señor, no nada más promesas-<br />
. Cuál sería la sorpresa que a los quince días de este<br />
acontecimiento llegaron las máquinas perforadoras a Trojes<br />
de Alonso, y así consiguió agua para aquella comunidad.<br />
En la década de los años cincuenta y con ánimos realmente<br />
de superación, ingreso al Instituto Federal de Capacitación<br />
<strong>del</strong> Magisterio, pero lo hizo también para que mi prima<br />
Pachita estudiara y se titulara como maestra, y así fue,<br />
cursaron la carrera de maestros y se recibieron, eran muy<br />
queridos por sus maestros y compañeros.<br />
Ya titulado, en el ocaso de la vida, se le nombró director<br />
de la campaña de alfabetización en el estado y, cosa<br />
curiosa, cuando estuvo en Jesús María y le hizo una visita<br />
a un centro de alfabetización el secretario de Educación<br />
Pública, doctor Jaime Torres Bodet, los muchachos de aquel<br />
centro no supieron leer, lo que causó la irritación <strong>del</strong><br />
Secretario y le dijo a mi tío: -Estas cartillas que están<br />
impecables se hicieron para que las destruyera la gente <strong>del</strong><br />
pueblo aprendiendo a leer, no para tenerlas amontonadas-;<br />
sin embargo, el centro de alfabetización de la parroquia de<br />
Jesús María lo invitó para que las visitara y, aún con el<br />
sistema de la mantilla de San Miguel, le leyeron las<br />
personas que habían sido analfabetas, por lo que el<br />
ministro salió muy contento <strong>del</strong> centro parroquial. Vio al<br />
tío Juan después de la justa regañada y entonces lo invitó<br />
a ir con ellos a San Miguelito; mi tío le recordó que ya no<br />
traía lugar en el coche y el secretario le dijo: -Cómo no,<br />
véngase, aquí se sienta-. Y se sentó nada menos que en las<br />
piernas de dos hombres ilustres: don Porfirio Díaz y don<br />
Jaime Torres Bodet. Hagamos una semblanza <strong>del</strong> tío Juan<br />
desde el punto de vista humano, reuniendo los conceptos<br />
vertidos por la tía Josefina, su segunda esposa, así como<br />
de los que me platican sus hijos Luz María, Juan Francisco,<br />
Alfredo, y uno de sus nietos, Ricardo Ramírez Ciare por lo<br />
296
que respecta a la primera familia, los Ramírez Díaz, los<br />
recuerdos vertidos por Lupe, Teresa, Matilde, su yerno<br />
Rodrigo Gómez, y su nieta Altagracia.<br />
Mi tío fue un hombre extraordinariamente jovial, es decir,<br />
joven toda la vida, siempre siguió a la muchachada, primero<br />
de hijos y después de sobrinos y de nietos; daba la<br />
impresión que renacía a la vida con el trato de las<br />
generaciones que empezaban. Fue de una alegría enorme, en<br />
donde estaba no podía haber tristeza, era la sal pimienta<br />
de las fiestas familiares. Le encantaba la música y bailar,<br />
y ese carácter hacía que todos lo siguiéramos; muy<br />
dicharachero y muy buen conversador, bueno para inventar<br />
cosas que a nadie perjudicaba porque eran de su fantasía.<br />
Fue un magnifico hijo; con cuánta devoción, cariño y<br />
respeto hacía narraciones de las vivencias tenía con mis<br />
abuelos, y no se diga su cariño de hermano con mi madre y<br />
con mi tío Salvador. Todo entrega, todo servicio, era capaz<br />
de dar lo poco que tenía para que los demás fueran felices.<br />
Dios permitió que dos veces fuera casado y en las dos<br />
veces, a las esposas las amó, tuvo muchísimas atenciones<br />
con ellas; la primera, Crucita, era una mujer guapa y una<br />
gran compañera; la tristeza que sintió cuando murió fue muy<br />
grande. Su segunda esposa, Josefina, también fue muy<br />
querida por él, ella comprendió la situación <strong>del</strong> tío Juan y<br />
fue otro jalón de la vida; ella y sus hijos lo hicieron<br />
feliz. Fue y fiel y amante esposo, gran padre, se entregó<br />
también a sus hijos dando ejemplo de rectitud, de bondad,<br />
de firmeza, de principios, y supo hacerlos buenos católicos<br />
y muy buenos mexicanos.<br />
Recuerdo que en una ocasión el tío veía en el Cine Palacio<br />
la película La Virgen que forjó una patria, no pudo<br />
soportar su emoción y al final de la función gritaba con<br />
mucha alegría en pleno cine: -¡Viva México! ¡Viva México!-<br />
297
Siempre, ante todo, ponía los valores de la fe y de la<br />
patria.<br />
Por lo que respecta a los hijos, siempre buscó su<br />
preparación: Matilde, muy chiquilla, en el Rancho de Cobos,<br />
la hizo tanto de sembradora como de ordeñadora de vacas,<br />
por enseñanzas que el tío le daba; le designó un pedazo de<br />
tierra para que cultivara calabaza y para que su producto<br />
fuera nada más de ella y sintiera el esfuerzo y trabajo;<br />
también buscaba la forma que Matilde preparara jocoque que<br />
ella lo vendiera y ganara centavos. A Juan Francisco y a<br />
José, hijos de su matrimonio, con el ánimo de que en unas<br />
vacaciones no anduvieran de vagos los inició en la<br />
avicultura, les compró muchos pollitos para hacerlos<br />
animales comestible y la utilidad también fue para los<br />
hijos. En el aspecto intelectual, fue maestro tanto a<br />
Pachita como de Luz María y de Humberto, y los indujo a ser<br />
maestros como él.<br />
Fue magnífico amigo; testimonio de ello lo dieron don<br />
Carlos González, quien fue otro de los patriarcas de la<br />
calle <strong>del</strong> Águila; Guillermo Perry, en el ocaso de su vida,<br />
gente como José Rodríguez, en Trojes de Alonso.<br />
Por lo que a mí respecta, fue un gran amigo toda la vida;<br />
hubo una constante amistad y un constante cariño entre los<br />
dos; siempre me seguía y yo lo seguía a él. Recuerdo cuando<br />
yo estaba estudiando en México la carrera de Jurisprudencia<br />
y coincidían las vacaciones de él en el mes de septiembre,<br />
se iba desde el día primero, y me mandaba un telegrama<br />
diciéndome: -Hijo, compra los boletos para los toros que el<br />
domingo vamos a estar juntos-. Llegaba con los primos y era<br />
la gran alegría, todos íbamos a los toros a la Plaza<br />
México. Muchos días primero de septiembre, mientras que era<br />
el informe presidencial, nosotros nos paseábamos en San<br />
Juan Teotihuacan, recordando él su infancia en cada rincón,<br />
298
en cada calle, en cada parque, inclusive en el panteón <strong>del</strong><br />
lugar.<br />
Le encantaba de corazón ir al puerto de Veracruz. Fui con<br />
él en 1953; fueron unas vacaciones primorosas que pasamos<br />
juntos en aquel histórico puerto. Le gustaba tanto Veracruz<br />
que un mes antes de su muerte estuvo allí con todos sus<br />
hijos, ya completamente ciego; sin embargo, entraba al mar<br />
y sus hijos, como si estuvieran jugando una ronda, rodeaban<br />
al viejo para que sintiera la felicidad <strong>del</strong> agua <strong>del</strong> mar.<br />
Cuando ya retornaba de Veracruz hacia Aguascalientes le<br />
dijo al mar que se despedía de él y le agradeció los días<br />
felices que había pasado en ese puerto. Efectivamente, el<br />
día 22 de agosto de 1965 murió.<br />
Desde dos o tres años atrás había quedado completamente<br />
ciego por el glaucoma, pero eso por ningún motivo lo<br />
amilanó; decía: -Si Padre Dios me ha dado tantos años de<br />
vida viendo y él quiere que ahora no vea, pues es voluntad<br />
de él y yo la acepto-.<br />
Tuvo amigos donde quiera, entre los campesinos; me acuerdo<br />
de un cliente mío, campesino, don Diego Vivero, quien lo<br />
recordaba con mucho cariño y le decía "mi compadre Juan";<br />
Salvador Rodríguez, de Trojes de Alonso, lo respetaba mucho<br />
y los profesionistas de Aguascalientes, entre ellos el<br />
licenciado Horacio Westrup y tantos médicos amigos de mi<br />
tío Salvador, que a la vez conocieron a mi tío Juan,<br />
también lo estimaron muchísimo.<br />
Juan Ramírez fue un hombre positivo por el lado que se le<br />
quiera ver, un hombre carismático; un hombre que quisimos<br />
todos. En los últimos días de su vida me dijo -Ándale, tú,<br />
que eres abogado, líbrame de la muerte que ya la siento<br />
cerca-. Fue muy escandaloso para el dolor, pero a la hora<br />
de la muerte la recibió con entereza, con desplante de<br />
sentir como una cosa lógica el tránsito a la vida eterna.<br />
Recibió la muerte de frente, con valentía. Así fue Juan H.<br />
299
Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo. Siempre vivirá nuestro recuerdo<br />
el tío Juan.” 85<br />
Para concluir este recorrido el autor se refiere a las dos<br />
personas que le dieron la vida y le encaminaron a su<br />
madurez. Primero se refiera a su progenitora “Profesora<br />
María Mercedes Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo de Villalobos”, de<br />
ella dice: “La maestra Merceditas, mi madre. Gran mujer de<br />
quien tuve la fortuna de ser hijo. Un recuerdo para mi<br />
madre, una flor para mi madre, una oración para ella.<br />
Merceditas nació el día 24 de septiembre de 1894; según su<br />
acta de nacimiento nació a las doce cuarenta y cinco de la<br />
tarde. Sus padres fueron J. Refugio Ramírez Palos, en esos<br />
años agricultor, y su madre Francisca Martín <strong>del</strong> Campo<br />
Mora; sus abuelos paternos Juan Crisóstomo Ramírez Pérez y<br />
Manuelita Palos, y sus abuelos maternos Ildefonso Martín<br />
<strong>del</strong> Campo y Paula Mora. A través <strong>del</strong> acta de bautismo nos<br />
dimos cuenta que mi madre nació en la calle de Washington,<br />
hoy doctor Jesús Díaz de León en el barrio <strong>del</strong> Encino.<br />
Como todos los hijos que vienen al mundo son recibidos con<br />
alegría muy grande yo creo que el nacimiento de mi madre<br />
fue muy especial en el matrimonio de mi papá Cuco y de mi<br />
mamá Pachita, porque fue su primogénita.<br />
La infancia de mi madre transcurrió primorosamente, máxime<br />
cuando se vio adornada por la <strong>presencia</strong> de su hermano Juan;<br />
Merceditas y Juanito toda la infancia caminaron juntos,<br />
porque se llevaban dos años de diferencia uno al otro y la<br />
mayor parte de su infancia la pasaron fuera de<br />
Aguascalientes, una vez que designaron a abuelo para<br />
engrosar filas <strong>del</strong> cuarto regimiento de caballería que<br />
estuvo en la población de Tacubaya, aledaña a México,<br />
Distrito Federal.<br />
El cuarto regimiento de caballería también estuvo en<br />
Puebla, luego en Teotihuacan. Por cierto, mi madre me<br />
85 Ibdem. Pp. 225-232.<br />
300
platicaba haber <strong>presencia</strong>do los trabajos que fueron hechos<br />
para limpiar la Pirámide <strong>del</strong> Sol, por el arqueólogo<br />
Leopoldo Batres que tenía la particularidad de que se<br />
rasuraba el bigote y la barba porque la mitad de su cara no<br />
tenía pelo y la otra sí; en aquellos años era una cosa de<br />
llamar poderosamente la atención porque el que se preciara<br />
de ser muy macho, debía portar un bigote muy grande.<br />
De Teotihuacan pasaron a Tlatelolco y de nuevo, cuando mi<br />
abuelo se dio de baja, en el ejército, estuvieron en<br />
Tacubaya. Por lo tanto, toda su escuela primaria la realizó<br />
mi madre en esos lugares, en distintas escuelas, con<br />
distintos maestros.<br />
En Aguascalientes mi madre ingresó al Liceo de Niñas, hoy<br />
Escuela Normal <strong>del</strong> Estado. Sus estudios en la Escuela<br />
Normal los realizó entre los años de 1908 a 1913 y el<br />
número de materias que cursó fueron sesenta y una en toda<br />
su carrera; en el Archivo Histórico <strong>del</strong> Estado de<br />
Aguascalientes, en la parte correspondiente al Liceo de<br />
Niñas, en el año de 1914 existe un expediente con todos los<br />
documentos relativos a la carrera magisterial que mi madre<br />
realizó. Su certificado general lo firmaron la directora de<br />
la Escuela Normal, Vicenta Trujillo, y la secretaria de<br />
ella, Margarita Terán; de este certificado deducimos que mi<br />
madre fue una magnífica estudiante porque tiene<br />
calificaciones en la escala que en aquellos años empleaban,<br />
de muy bien a perfectamente bien.<br />
La estancia de mi madre en el Liceo de Niñas fue muy<br />
agradable, ella recordaba con mucho gusto y cariño a sus<br />
compañeras y hacía mención de Carmen Ruiz de Chávez, de las<br />
hermanas Müller, una de ellas Ana María; Esperanza Puga,<br />
cuya familia era dueña de los baños de Los Arquitos;<br />
siempre recordaba a sus compañeras con una alegría muy<br />
grande y en su mente se dejaban venir las estampas de su<br />
época de estudiante.<br />
301
El día 9 de diciembre de 1913 inició el examen profesional<br />
para obtener su título de maestra; en este acto que se<br />
celebró en el Liceo de Niñas, el presidente <strong>del</strong> Jurado fue<br />
el inspector de instrucción, Profesor Eugenio Alcalá<br />
Mancilla y las señoritas profesoras María Guadalupe de la<br />
Torre, nombrada por la junta directiva, Petra Aguilar, Cira<br />
Castañeda, Margarita Delgado y Margarita Terán. La prueba<br />
consistió en tres fases; la primera fue de carácter oral y<br />
los puntos que sortearon para que se desarrollara fueron:<br />
«Requisitos para el ingreso de los alumnos a la escuela, La<br />
vacuna de higiene escolar y Sobre actividades específicas<br />
<strong>del</strong> espíritu, su naturaleza y sus caracteres principales de<br />
antropología pedagógica».<br />
En cuanto a la prueba escrita fue con un temario muy grande<br />
en relación con la educación, por ejemplo: "La educación<br />
entre los siglos XVII y XVIII, La Reforma Religiosa y la<br />
Contrarreforma", asimismo, se le notificó que iba a<br />
practicarse la tercera prueba al día siguiente en la<br />
escuela anexa a la misma Normal o Liceo de Niñas, con el<br />
grupo de sexto año, señalándole la maestra de este grupo<br />
que desarrollara en clase un tema sobre zoología, mismo que<br />
fue: "El aparato respiratorio en la serie animal".<br />
Al día siguiente, ante el mismo jurado, dio la lección que<br />
le señalaron ante el grupo de sexto año de la escuela<br />
practica y duró la lección treinta y tres minutos;<br />
posteriormente, la señorita María Guadalupe de la Torre<br />
interrogó quince minutos acerca de la "Metodología de las<br />
ciencias físicas y naturales"; después se dio lectura a los<br />
puntos de la prueba escrita que se le señalaron el día<br />
anterior, se recogieron las calificaciones <strong>del</strong> jurado y fue<br />
aprobada con magníficas calificaciones en su examen<br />
profesional. Sé levantó el acta y, para constancia, firmó<br />
el jurado encabezado por don Eugenio Alcalá, las maestras<br />
Petra Aguilar, la señorita Cira Castañeda, Margarita<br />
302
Delgado y María Guadalupe de la Torre; fungió como<br />
secretaria la señorita Margarita Terán. Así nació ni madre<br />
a la vida <strong>del</strong> magisterio.<br />
En cuanto terminó sus estudios en la Escuela Normal tuvo el<br />
deseo de ejercer su Profesión y en su expediente, que se<br />
conserva en el Archivo Histórico <strong>del</strong> Estado de<br />
Aguascalientes, me encontré con un documento un tanto<br />
curioso porque un doctor, Pedro A. Cervantes, extendió un<br />
certificado médico de buena salud; dicho certificado dice:<br />
"Pedro A. Cervantes, médico y cirujano en ejercicio.<br />
Certifico: La señorita Mercedes Ramírez no padece<br />
enfermedad contagiosa y está vacunada y por ende apta para<br />
servir en el magisterio. Aguascalientes, noviembre 13 de<br />
1913", y la rúbrica <strong>del</strong> doctor.<br />
La Secretaría de Hacienda cobraba impuestos por este tipo<br />
de certificado, por lo que al margen izquierdo tiene un<br />
timbre fiscal de cincuenta centavos, mismo que está<br />
cancelado con la letra <strong>del</strong> doctor que lo expidió.<br />
Mi madre ingresó al servicio magisterial en la escuela<br />
Francisco de Rivero y Gutiérrez hoy también escuela Primo<br />
Verdad; esta escuela abraza amorosamente al templo de san<br />
José ya que fue el convento de monjes juaninos, que se<br />
dedicaban a servicios hospitalarios, y ahí tenían uno de<br />
los primeros hospitales que hubo en Aguascalientes, se<br />
llamó el Hospital San Juan de Dios; por eso es que la calle<br />
donde están las oficinas de Correos se llama Hospitalidad,<br />
porque es la que desembocaba al hospital, posteriormente,<br />
el convento de Juaninos se hizo escuela y fue la Francisco<br />
de Rivero y Gutiérrez, ahí prestó mi madre sus servicios de<br />
maestra de 1914 a 1921, cuando se casó, y todavía recién<br />
casada estuvo una temporada ahí.<br />
Hablemos ahora <strong>del</strong> matrimonio de mis padres. Llegué a oír<br />
decir a mi papá, como fue la estampa que tuvo cuando lo<br />
cautivó mi madre. Mi madre fue una magnífica caballista,<br />
303
sabía manejar perfectamente un caballo, ya que en esa época<br />
los automóviles y los carruajes eran contados, y la gente<br />
en general se movía a través de las monturas de caballos.<br />
Platicaba mi papá que en un atardecer, en el barrio de<br />
Triana, vio que llegó a su casa mi madre con mi abuelo,<br />
cada uno en un caballo, y le impresionó la hermosura de mi<br />
madre y la estampa de ella cabalgando como lo hacían las<br />
señoritas con sus sillas especiales; eso fue el inicio <strong>del</strong><br />
romance que sostuvieron, porque Cupido los flechó a los dos<br />
y como ambos eran maestros empezaron a tratarse.<br />
Fue un noviazgo como los de aquella época, con la<br />
resistencia extraordinaria <strong>del</strong> suegro, con los celos de los<br />
cuñados, con las cartitas a escondidas, con los encuentros<br />
fugaces, pero en virtud de que los dos eran maestros<br />
tuvieron oportunidad de verse y de conocerse; así fue aquel<br />
noviazgo, no escapó a los cánones de los noviazgos de<br />
aquella segunda década <strong>del</strong> siglo veinte.<br />
Su matrimonio civil se celebró el día 31 de mayo de 1921, y<br />
en el acta relativa a este matrimonio se establece quiénes<br />
fueron los padres de los contrayentes: Ladislao Villalobos<br />
y Dolores López; Refugio Ramírez Palos y Francisca Martín<br />
<strong>del</strong> Campo, y como testigos fungieron Epigmenio Sánchez,<br />
José L. Pedroza y Gerónimo de la Garza, estos dos últimos<br />
fueron grandes amigos de mi padre, los dos eran profesores.<br />
Con José Pedroza mi padre se vino de México a<br />
Aguascalientes a pie y llegaron nada más hasta Querétaro,<br />
posteriormente, por otros medios, llegaron a la ciudad de<br />
Aguascalientes. A mí me tocó conocer al profesor Gerónimo<br />
de la Garza, que fue un hombre firme en principios; que con<br />
motivo de la persecución religiosa prefirió dejar el<br />
servicio <strong>del</strong> magisterio para ingresar a la burocracia y<br />
buscar la forma de no faltar a sus principios religiosos;<br />
yo ya lo conocí como un empleado viejo de la Secretaría de<br />
Hacienda, en la ciudad de San Luis Potosí. En los<br />
304
encuentros que tuvieron mis padres con él me di cuenta de<br />
la estimación extraordinaria que mi padre y mi madre le<br />
tenían.<br />
Por lo que respecta al matrimonio religioso, éste se<br />
celebró el día primero de junio de 1921, en la iglesia de<br />
la Catedral Basílica, quien ofició fue el sacerdote don<br />
José María Martínez, y fueron testigos el ingeniero Miguel<br />
Rodríguez y el profesor José Ramírez Palos, nada menos que<br />
el padrino de bautismo de mi madre y gran patriarca de mi<br />
casa.<br />
Hicieron su viaje de luna de miel a San Luis Potosí porque<br />
Aguascalientes ya estaba unido con esa ciudad por medio <strong>del</strong><br />
ferrocarril; salían temprano de Aguascalientes, a las ocho<br />
o nueve de la mañana, y llegaban a las tres o cuatro de la<br />
tarde a la ciudad de San Luis.<br />
La primera casa en la que vivieron mis padres estaba dentro<br />
de la escuela Francisco de Rivero y Gutiérrez donde mi<br />
padre era director; en medio de sus jardines estaba una<br />
casa dedicada al maestro, y ahí fue su primer hogar. Cuando<br />
dio señas de arribar a este mundo mi primer hermano, mi<br />
padre optó por alquilar una casa en la calle de Washington,<br />
hoy doctor Díaz de León, entre las calles de Enlace, hoy<br />
Héroes de Chapultepec, y la calle <strong>del</strong> Sol. En esa casita<br />
vivieron bastantes años porque casi todos mis hermanos<br />
nacieron ahí; a mí ya me tocó nacer en una casa que mi<br />
padre mandó construir en un terreno que sus familiares le<br />
regalaron, en la calle <strong>del</strong> Enlace, que es en donde hoy<br />
tengo mi despacho, ahora se llama Héroes de Chapultepec.<br />
Después, mi padre compró en la calle José María Chávez, la<br />
casa número sesenta y dos; en aquellos años una casa<br />
bastante grande para nosotros; la fue reparando poco a poco<br />
y vivimos muy a gusto en ella. En esa casa terminaron su<br />
vida tanto mi madre como mi padre; en esos escenarios se<br />
desarrolló la vida familiar.<br />
305
Por insistencia de mi padre, mi madre dejó el servicio<br />
magisterial y entonces se dedicó de lleno a su hogar, a sus<br />
hijos; tuvieron seis pero murieron muy pequeños salvador y<br />
Faustino; sobrevivimos María de las Mercedes, por segunda<br />
vez otro Salvador, Jesús y Gabriel.<br />
Los tres varones que quedamos optamos por estudiar y mi<br />
madre, con una sensibilidad extraordinaria, captó que iba a<br />
llegar un momento en el que sus tres hijos iban a estar en<br />
la universidad, entonces Aguascalientes no la tenía y todos<br />
emigrábamos a la Universidad Nacional Autónoma de México;<br />
se dio cuenta de que con el sueldo de mi padre no se iba a<br />
poder sostener la casa en Aguascalientes y el pago de los<br />
estudios de los tres hijos, esto hizo que mi madre, contra<br />
la voluntad de todos nosotros, reingresara al servicio<br />
magisterial, pero yo bendigo esa determinación, si no, no<br />
hubiéramos podido hacer carrera. En esta segunda etapa de<br />
su vida magisterial fue maestra en la escuela José María<br />
Chávez, que estaba al otro lado de la casa; era una escuela<br />
bastante grande que desapareció al abrirse la avenida López<br />
Mateos; fue su directora la profesora A<strong>del</strong>a Loera. En la<br />
época de su estancia en la José María Chávez vino la<br />
campaña alfabetizante mi madre, después de las horas que<br />
les dedicaba a los niños de su grupo, se dedicaba la<br />
alfabetización. Con orgullo nos decía que enseñó a una<br />
viejecita a leer y que la alegría de la viejecita era que<br />
los giros que le mandaban sus hijos de Estados Unidos los<br />
llegó a firmar en el correo; también le daba mucho gusto<br />
porque podía leer sus devocionarios. La alfabetización a<br />
nivel nacional fue una labor patriótica en la que participó<br />
mi madre.<br />
De la escuela José María Chávez pasó a la escuela Rivero y<br />
Gutiérrez; en esa época la profesora Chole Alonso era<br />
directora; la estancia de mi madre ahí fue feliz por<br />
compañeras y por los recuerdos.<br />
306
Después estuvo en la escuela Federal Tipo que es la actual<br />
Casa de la Cultura. Nos llamaba la atención que el dinero<br />
que mi madre ganaba ni siquiera tocaba la casa porque ella<br />
lo llevaba de la escuela al telégrafo que estaba a una<br />
cuadra, y de ahi lo enviaba a México para el sostenimiento<br />
de nosotros en nuestros estudios. En la Escuela Federal<br />
Tipo fue director el profesor J. Guadalupe Peralta, un<br />
hombre con mucho cariño para la juventud y con verdadera<br />
vocación de maestro. Por último, mi madre se desempeñó como<br />
directora <strong>del</strong> centro escolar Fray Bartolomé de las Casas,<br />
que está en el barrio de El Llanito; era un barrio que<br />
pertenecía al de Triana.<br />
Mi padre fue jefe de mi madre en su calidad de inspector<br />
escolar y cuando le daba oportunidad de tener plazas para<br />
mejorar a sus maestros, nunca quiso mejorar la plaza que<br />
tenía mi madre, porque le daba vergüenza, decía: -Qué<br />
mortificación sería para mí que dijeran que estaba abusando<br />
de mi puesto para favorecer a mi esposa-.<br />
Los ascensos de mi madre, en calidad de maestra, en esta<br />
segunda etapa de su vida magisterial, se debieron a que<br />
varios jefes de la Secretaría de Educación Pública venian a<br />
Aguascalientes, mismos que fueron compañeros de mi padre en<br />
la Escuela Normal en la Escuela Nacional de Maestros, y le<br />
preguntaban por qué a Merceditas no la mejoraba; él exponía<br />
sus razones, y todos los ascensos de mi madre en esta<br />
segunda etapa le llegaron directamente de la Secretaría de<br />
Educación Pública, pasando sobre mi padre.<br />
Después de ser directora <strong>del</strong> centro escolar Fray Bartolomé<br />
de las Casas y de que nos habíamos recibido todos nosotros,<br />
mi madre se jubiló en calidad de maestra.<br />
Cuando fue maestra de banquillo, tuvo la costumbre, sobre<br />
todo en la Escuela Tipo de tomar un grupo de niñas de<br />
segundo año, y se iba con ese mismo grupo desde segundo<br />
hasta el sexto año, es decir, era su única maestra aparte<br />
307
de la de primer año. Estas niñas, ahora respetabilísimas<br />
señoras, cuando nos vemos decimos que tuvieron la misma<br />
mamá, porque mi madre también las condujo en la vida hacia<br />
el bien, al ser cinco años maestra de ellas y así las forjó<br />
en su infancia y ya entrada la juventud.<br />
Qué <strong>del</strong>icioso aroma invade mi espíritu, qué luminosidad en<br />
mi <strong>pensamiento</strong> cuando reflexiono en lo hermosa que fue mi<br />
madre; cuando mi recuerdo se encamina a su figura la veo<br />
como la gran señora que fue, como si hubiera sido una<br />
matrona romana tan hermosa, tan señora. En ella había una<br />
mezcla de rigidez y amor; rigidez porque siempre quería que<br />
todo mundo marchara y viviera bajo normas estrictas de la<br />
moral y <strong>del</strong> derecho, no toleraba un desvío ante estos<br />
valores.<br />
Esta rigidez en ella, en cuanto a la observancia de los<br />
valores, no menguaba su alegría por la vida, fue una mujer<br />
jocosa, una mujer que hacía transmisible la alegría a todos<br />
los miembros de la familia; estando junto a ella no podía<br />
haber tristeza.<br />
Dentro de los valores fuertes que tuvo mi madre fueron los<br />
de patria y el de religión; su meta en cuanto a señora de<br />
hogar fue hacer que sus hijos fueran buenos cristianos; que<br />
amaran profundamente a México, que es nuestra patria. Me<br />
decía: -Mira, hijo, tú no eres indio, tú no eres español,<br />
tú eres mexicano y decir mexicano es la mezcla de esas dos<br />
grandes columnas que sustentan nuestra nacionalidad; tienes<br />
obligación de admirar, de amar y respetar las<br />
manifestaciones culturales de los pueblos prehispánicos;<br />
tienes también la obligación de respetar y de amar las<br />
tradiciones de España, porque esa mezcla de las dos<br />
culturas, eso eres tú.-<br />
Tenía amor tan grande por México, que la recuerdo en aquel<br />
año de 1957, cuando la Ciudad de México, nuestra capital,<br />
sufrió un sismo muy fuerte, al grado de que se cayó la<br />
308
estatua <strong>del</strong> Ángel de la Libertad en la columna de la<br />
Independencia <strong>del</strong> Paseo de la Reforma. Mi madre ese día se<br />
levantó como cualquier otro día y fue al mercado Isidro<br />
Calera, donde se proveía de alimentos, y cuando regresó a<br />
la casa llegó hecha un mar de lágrimas y me decía entre<br />
sollozos y lágrimas: -Nuestra patria está de luto nuestra<br />
patria ha sufrido grandemente, la Ciudad de México tuvo un<br />
temblor, qué hasta el ángel de la Columna de la<br />
Independencia se cayó.- Lloraba amargamente de pensar lo<br />
que la gente estaría sufriendo en la Ciudad de México y<br />
cómo una de las ciudades más hermosas se encontraba en<br />
medio <strong>del</strong> llanto y de la desgracia; a ese grado quería ella<br />
a México.<br />
Con sus enseñanzas inculcó en todos nosotros, sus hijos,<br />
una nacionalidad acendrada, un cariño muy grande por<br />
México; por lo tanto, fue una gran mexicana qué supo<br />
cumplir con su profesión de educadora y de ama de casa.<br />
Fue también una mujer muy sabia, extraordinaria conocedora<br />
de las ciencias y de las artes debido al entorno donde<br />
vivió; parecía una enciclopedia abierta, sabía de todas las<br />
cosas y nos enseñaba con mucha dulzura, con mucho cariño lo<br />
que ella sabía.<br />
Extraordinaria oradora, le gustó mucho hablar en público<br />
debido, en primer lugar, a la escuela, como una verdadera<br />
necesidad de un maestro de saber expresarse ante sus<br />
alumnos en todos los temas habidos y por haber, y<br />
naturalmente también las fiestas cívicas conmemorativas de<br />
gestas que forjaron nuestra patria. Dentro <strong>del</strong> hogar<br />
siempre se manifestó con esa chispa de sabiduría y con ese<br />
don de oratoria. Tuvo la gentileza y el amor enorme de que,<br />
el día en que Lupita y yo nos casamos, nos dio una pieza de<br />
oratoria maravillosa con la que todos se quedaron<br />
verdaderamente admirados.<br />
309
Al hablar de su familia la comparó con un arcón de joyas, y<br />
dijo que las cuidaba y quería, pero que para sorpresa de<br />
ella, ese arcón de joyas se vio aumentado con una joya<br />
hermosísima, como era la <strong>presencia</strong> de su nueva hija, de<br />
Lupita, mi esposa. Todo mundo se admiró de aquel discurso<br />
a tal grado que el licenciado don Felipe Reynoso Jiménez,<br />
al hacer uso de la palabra, después de que lo hizo mi<br />
madre, elogió el discurso que ella pronunció y comentó que<br />
en toda su vida era la primera ocasión en que veía que una<br />
suegra públicamente le daba la bienvenida a la nuera. Así<br />
fue mi madre en materia de oratoria.<br />
Doña Merceditas fue magnífica administradora, tanto de su<br />
hogar como de los bienes que sus padres le heredaron, el<br />
Rancho de Cobos. En cuanto a la administración de la casa<br />
siempre tuvo una visión extraordinaria, por lo que a todos<br />
nunca nos faltó absolutamente nada; ya he dicho que su<br />
reingreso al magisterio se debió a que pensó con mucha<br />
antelación que sus tres hijos iban a estar al mismo tiempo<br />
en la universidad en la Ciudad de México y que no iba a<br />
tener dinero suficiente para mantenerlos, por lo que quiso<br />
trabajar para sostener a sus hijos, y con el sueldo de mi<br />
padre sostener la casa en Aguascalientes.<br />
Se entregó a toda la familia en actos de cariño, como<br />
ejemplo tenemos que una vez protegió a María Trejo, nieta<br />
de María Ramírez, quien se presentó sumamente enferma ante<br />
mi madre, y con el consentimiento de mi padre, desalojó de<br />
muebles el comedor y ahí estuvo María Trejo un poco mas de<br />
un mes; mi madre la curó y se retiró hasta que estuvo<br />
completamente sana.<br />
Por cariño, mi madre protegió tanto a Matilde como a<br />
Socorro, mis primas, con el ánimo de ayudar a mi tío Juan<br />
en la formación de sus hijas, y las aceptó en la casa. Con<br />
la manera de ser de mi mamá protegió a la familia de mi<br />
padre al grado de hacerse enfermera de mi tía María<br />
310
Villalobos, quien fue asmática, y la ayudó hasta que murió.<br />
Otro de sus actos hermosos de cariño fue permitir que<br />
Yolanda, hija de mi primo Humberto y de Chepina, conviviera<br />
con nosotros mientras estudió para terminar la instrucción<br />
primaria y cursara sus estudios en la Normal. Vimos como<br />
nuestras hermanas a Matilde, a Socorro y no se diga a Yola,<br />
a quien queremos muchísimo porque fue la hermana menor que<br />
nos hacía falta.<br />
Mi madre fue piedra angular <strong>del</strong> edificio familiar de todos<br />
los Ramírez y también de los Villalobos, porque quienes<br />
acudían a ella recibían apoyo; su vida era una especie le<br />
matriarcado, porque ordenaba y sugería a todos, desde el<br />
mayor de los miembros de la familia, hasta a los que<br />
empezaban la vida. Todo mundo le decía "madrina", lo fuera<br />
o no, y en todas las cosas cruciales de la vida la madrina<br />
siempre opinó y siempre guió. Mi madre fue amante esposa.<br />
¡Cómo quiso, en forma desmedida, a mi padre! Qué ejemplo<br />
tan hermoso nos dieron; yo no me acuerdo haberlos visto<br />
pelear; tal vez tuvieron sus diferencias, pero se cuidaban<br />
de que nosotros no nos diéramos cuenta. Recuerdo una<br />
ocasión en que tuvieron una dificultad y mi papá optó por<br />
salir a la calle, tomó su sombrero y salió; mi madre se fue<br />
detrás de él y, cuál sería la sorpresa, que al dar la<br />
vuelta a la manzana y regresar a la casa llegaron los dos<br />
riendo a carcajadas y candándose. Fue una amante esposa y<br />
mi padre también tuvo un enorme cariño hacia ella; todavía<br />
en la ancianidad ellos se amaron profundamente, y yo les<br />
doy las gracias porque han hecho escuela en nosotros para<br />
amar a nuestra esposa, para amar a nuestros hijos.<br />
Fue una madre amantísima también, nos quiso con entrega<br />
total, Padre Dios le concedió la dicha de ser mamá de seis<br />
hijos; el primero ha de haber nacido entre 1922 y 1923, y<br />
le pusieron por nombre Salvador, a través de él su hogar<br />
recibió los primeros años <strong>del</strong> dolor, porque mi hermano<br />
311
primogénito murió muy pequeñito y fue una cosa desastrosa<br />
en el ánimo de mis padres, pero siempre estuvieron con la<br />
esperanza al frente, nunca derrotados, doloridos pero no<br />
derrotados. Después, en 1924 llegó Mercedes, mi hermana,<br />
que para mí fue mi segunda madre, nos quisimos grandemente;<br />
muy avanzada su edad, fue esposa de David Mora. Mercedes<br />
fue maestra también, estudió carrera comercial en el<br />
Colegio La Paz pero le gustó más la docencia y bajo la<br />
dirección de mis padres también se dedicó a la enseñanza.<br />
Le siguió Salvador, quien nació el día 9 de agosto de 1925,<br />
es médico; su ejercicio profesional empezó como médico de<br />
Ferrocarriles, pero la mayor parte de su vida profesional<br />
la desarrolló en la ciudad de Colima, que le dio prestigio,<br />
familia, le dio el don de la madurez profesional, antes de<br />
retirarse de su profesión de médico estuvo también<br />
ejerciendo en su tierra natal, Aguascalientes, tanto para<br />
la Secretaría de Salubridad, como para el ISSSTE. Salvador<br />
se casó con la profesora Lourdes Romero Elías y procrearon<br />
tres hijos: Salvador, Carlos Alejandro y Luis Felipe, los<br />
dos primeros, contadores públicos, y el último ingeniero<br />
civil. Carlos Alejandro se casó con Gabriela Zepeda Zepeda<br />
y son papas de un niñito.<br />
Jesús, mi hermano, nació el día 14 de abril de 1927;<br />
también es médico; se casó con María Antonia Valdez Rivera,<br />
y toda su vida han vivido en Guadalajara. En este<br />
matrimonio ha habido cuatro hijos: Jesús, que murió muy<br />
pequeño, y tres hijas: Miriam de los Dolores, Claudia y<br />
Verónica; las tres están casadas y han dado a Jesús y a<br />
Toña seis nietecitos. En cuanto a su ejercicio profesional,<br />
primero fue en aquella campaña en la que se combatió el<br />
paludismo, tuvo también un consultorio en Colima, y después<br />
en la ciudad de Guadalajara, en donde fue médico <strong>del</strong> Seguro<br />
Social y actualmente está jubilado.<br />
312
Después viene otro hermano que también murió pequeño; llevó<br />
por nombre Faustino, y luego el que está pergeñando estos<br />
renglones, Gabriel, que soy abogado y que veo como una obra<br />
de Dios ser notario porque me gusta muchísimo mi labor.<br />
Estoy casado con María Guadalupe González Ponce; nuestros<br />
hijos son: Gabriel, oficial archivista en el Registro<br />
Civil; Jorge, licenciado en Derecho, casado con la<br />
licenciada Claudia Landín López y tienen tres hermosos<br />
hijitos de nombres Jorge Israel, Alejandro y Aranza; el<br />
ingeniero bioquímico Luis Fernando, casado con la contadora<br />
pública Lucrecia Guzmán Cuéllar, ahí mis nietecitos son<br />
Luisito Fernando, Gabrielito y la tremenda de Lucrecita;<br />
luego tenemos a Miguel Ángel, licenciado en informática,<br />
casado con la licenciada en relaciones industriales María<br />
de Lourdes Altamira Esparza los nietecitos son Miguel Ángel<br />
y Héctor Emilio; y luego, la más pequeña de la casa la<br />
tremenda y linda Lupita, esposa <strong>del</strong> ingeniero Víctor Manuel<br />
Hernández González con tres hijitos: Víctor Manuel, Valeria<br />
y Andrea María. ¡Qué no diré yo de mis nietos! todos los<br />
amo y cuando los veo se me desgaja el corazón de amor hacia<br />
ellos.<br />
Esos fueron los hijos de mi madre y su descendencia. En<br />
resumidas cuentas, lo que dejó mi madre fue una<br />
luminosidad, un camino primoroso. Dios quiso que a los<br />
dieciseis días de haber regresado de mi viaje de bodas mi<br />
madre muriera; fue el trago amargo <strong>del</strong> inicio de la vida<br />
matrimonial, pero le doy gracias a Dios de haber tenido a<br />
mi lado a Lupita, mi esposa, que hizo con sus atenciones y<br />
con su cariño enorme que fuera más llevadera la pena de la<br />
muerte de mi madre. Ella murió el día 14 de mayo de 1961,<br />
pero recordarla es volverla a amar.<br />
Mis padres se amaron tanto que nunca ocuparon las cabeceras<br />
de la mesa, sino que siempre estuvieron uno al lado <strong>del</strong><br />
otro para estar juntos. Ellos se seguirán amando en el más<br />
313
allá y nosotros los tenemos como caminos luminosos, que van<br />
desde nuestro corazón hasta donde estén. ¡Gracias, Dios<br />
mío, por mi madre; gracias, Dios mío, por mi padre!” 86<br />
Concluye con una semblanza biográfica de su padre el<br />
“Profesor Faustino Villalobos López”. Sobre él expone: “Hay<br />
personas que con su labor abnegada y callada de todos los<br />
días hacen posible la grandeza de los pueblos; las obras<br />
meritorias, por lo general, se cimientan en quehaceres<br />
sencillos; vivos ejemplos de lo anterior son los maestros<br />
de nuestras escuelas, que abren a la luz <strong>del</strong> saber el<br />
entendimiento de sus semejantes, sin ningún pago que la<br />
gratitud de sus alumnos, la satisfacción <strong>del</strong> deber cumplido<br />
y la conciencia de que, con la labor de todos los días, de<br />
los años, están forjando la patria. Esos seres, cuando<br />
físicamente nos abandonan, dejan una cauda de admiración y<br />
enseñanza.<br />
Voy a referirme a un hombre, a un maestro de nuestra<br />
tierra, quien con sesenta y cinco años constantes de estar<br />
detrás <strong>del</strong> escritorio <strong>del</strong> aula, forjó generaciones de<br />
aguascalentenses que han dado lustre a nuestra patria, a<br />
México. Él fue mi padre, don Faustino Villalobos López.<br />
Transitoriamente, el matrimonio formado por don Ladislao<br />
Villalobos y doña María Dolores López se encontraba en el<br />
mes de febrero de 1887 en el rancho de Herrada, en la<br />
región de El Llano, al oriente de la ciudad de<br />
Aguascalientes y doña Lola estaba a punto de dar a luz; fue<br />
precisamente el día 15 de ese mes cuando ocurrió su parto.<br />
Fue tan rápido que aconteció en el patio de la casa en la<br />
que estaba, y nació un niño y como fue el día de San<br />
Faustino, siguiendo la tradición, fue bautizado y<br />
registrado con ese nombre, así nació Faustino Villalobos<br />
López.<br />
86 Ibdem. Pp. 233-243<br />
314
Los señores Villalobos López, después <strong>del</strong> nacimiento de<br />
Faustino en el Rancho de Herrada, el que también es<br />
conocido como San Antonio de Herrada, se regresaron a la<br />
ciudad de Aguascalientes, a su domicilio enclavado en el<br />
barrio de Triana, pues la casa se ubicaba en la calle de<br />
los Gallos, después Washington, hoy doctor Jesús Díaz de<br />
León número quinientos cuatro.<br />
La actividad principal de don Ladislao Villalobos Pedroza<br />
fue la de arriero, y decir arriero a fines <strong>del</strong> siglo XIX es<br />
pensar en un comerciante de hoy con camiones que<br />
transportan mercancías de todos los puntos de la geografía<br />
de México; comerciaba entre Aguascalientes y distintas<br />
regiones <strong>del</strong> Pacífico.<br />
Faustino, desde muy pequeño, se dio cuenta de la grandeza<br />
de México por las pláticas de su papá, debido a su<br />
actividad de comerciante; su infancia transcurrió<br />
placentera, rodeada <strong>del</strong> afecto de sus padres, así como <strong>del</strong><br />
de sus hermanos Julián, Prudencio y María; todo esto<br />
transcurrió en el apacible paisaje <strong>del</strong> barrio de Triana: la<br />
plazuela, el templo, las huertas que se extendían hasta el<br />
barrio de La Salud, huertas que fueron edenes en la<br />
estación de verano, y que proporcionaban al paladar la<br />
alegría <strong>del</strong> sabor de sus frutos. ¡Cuántas veces disfrutaría<br />
el niño Faustino de su sabor, acostado en la huerta oyendo<br />
el paso <strong>del</strong> agua por una acequia!<br />
Nuestro biografiado hizo sus estudios primarios en la<br />
Escuela de Cristo, ubicada en la primera cuadra de la calle<br />
<strong>del</strong> Reloj, hoy Juárez, bajo el sistema de enseñanza<br />
lancasteriano.<br />
J. Guadalupe Nájera Jiménez, a la edad de recibir la<br />
instrucción primaria, fue llevado por su madre a la<br />
academia de dibujo <strong>del</strong> maestro Inés Tovillas; para él fue<br />
tan maravilloso ir descubriendo la belleza <strong>del</strong> arte a<br />
través <strong>del</strong> dibujo, que quiso compartir esta alegría con su<br />
315
casi hermano, Faustino Villalobos, y lo invitó a<br />
inscribirse en la academia. Yo llegué a oír al maestro<br />
Nájera platicar con mucha chispa el episodio de la<br />
inscripción de Faustino, decía: -Llegamos los dos niños<br />
ante la <strong>presencia</strong> de aquel artista chiapaneco, don Inés<br />
Tovillas, y le dije: maestro, aquí traigo este niño que me<br />
encargó su mamá lo inscribiera en la academia, porque ella<br />
no pudo venir (mentira piadosa), pero quiere que haga<br />
estudios de dibujo-. El maestro le proporcionó un papel de<br />
estraza, lo sentó junto al niño Lupe y los puso a dibujar<br />
ojos. Cuando Nájera vio el éxito de sus gestiones sacó de<br />
su bolsa una trompada (dulce regional) la partió en dos, y<br />
ahí estuvieron aquellos dos niños felices, comiendo dulce y<br />
dibujando.<br />
Faustino Villalobos López fue muy hábil para los trabajos<br />
manuales, sobre todo en carpintería y dibujo, al grado de<br />
montar un taller en su casa para hacer sus muebles, y por<br />
lo que respecta al dibujo, siempre lo cultivó; su última<br />
cátedra fue "Dibujo y mo<strong>del</strong>ado anatómico", impartida en el<br />
Instituto Autónomo de Ciencias y Tecnología, antecedente de<br />
nuestra actual Universidad Autónoma de Aguascalientes.<br />
Cuando terminó sus estudios primarios tuvo necesidad de<br />
trabajar para su sostenimiento; su primer trabajo fue como<br />
dependiente de mostrador en la tienda de abarrotes de la<br />
esquina de su casa, "La Feria de las Flores", propiedad de<br />
don Valentín Muñoz, ubicada en la esquina de las calles<br />
Abasólo y de los Gallos.<br />
Posteriormente se ocupó de ayudante de carpintero en la<br />
construcción de los locales en los que el Ferrocarril<br />
Central Mexicano establecería sus talleres; él que anduvo<br />
encaramado en las vigas de los techos de los jacalones<br />
donde ahora están los talleres, colocando tablones,<br />
clavándolos a las vigas para hacer los techos. Se ufanaba<br />
de su participación al progreso ferroviario de México.<br />
316
Fue el día 18 de mayo de 1904 cuando, tal vez impulsado por<br />
los profesores don Melquíades Moreno y don Eugenio Alcalá,<br />
nació al magisterio de Aguascalentense un mentor más,<br />
Faustino Villalobos López; recibió nombramiento de<br />
practicante en la quinta escuela oficial de niños, este<br />
cargo fue fugaz, pues el día 29 <strong>del</strong> mismo mes y año le<br />
dieron el nombramiento de profesor de primer año A, en la<br />
escuela oficial de niños, número dos.<br />
A partir <strong>del</strong> 29 de mayo de 1904 fue largo el andar <strong>del</strong><br />
profesor Faustino Villalobos en los campos de la educación<br />
de la niñez en Aguascalientes, destacando sus actuaciones<br />
como director de las escuelas Melquíades Moreno, Francisco<br />
de Rivero y Gutiérrez y Escuela Federal Tipo; después, como<br />
inspector escolar, primero rural y después urbano,<br />
terminando con el cargo de Director de Educación Federal en<br />
el Estado de Aguascalientes.<br />
Cabe hacer notar que mi padre también fue catedrático de<br />
enseñanza media; impartió en el Instituto de Ciencias las<br />
cátedras de "Educación física" y "Encuadernación", en el<br />
año 1927. Luego, en el Instituto de Ciencias y Tecnología,<br />
entre 1950 y 1968, impartió las cátedras de "Dibujo y<br />
mo<strong>del</strong>ado anatómico" y "Civismo". Por cierto que en esta<br />
última tuve la dicha de integrar junto con él, el jurado<br />
para un examen a título de suficiencia de "Civismo".<br />
Asimismo, impartió las anteriores asignaturas en el Colegio<br />
Portugal, en el Guadalupe Victoria y en el de La Paz.<br />
Por lo dicho hasta este momento, da la impresión que don<br />
Faustino Villaloboi López fue un maestro improvisado, hijo<br />
de las necesidades en materia de educación de México de<br />
principios <strong>del</strong> siglo veinte; pero nada de eso, impulsado<br />
por las enseñanzas recibidas de don Melquíades Moreno, don<br />
Eugenio Alcalá y don José Ramírez Palos sintió necesidad de<br />
hacer estudios para ser maestro y en compañía de José<br />
Pedroza, Guadalupe Nájera y otros jóvenes más, el día 20 de<br />
317
agosto de 1915 emigraron a la Ciudad de México, a la<br />
Escuela Nacional de Maestros, a hacer sus estudios para<br />
obtener la preparación necesaria y su título de profesor de<br />
educación primaria superior. Fueron años muy pesados en la<br />
historia, pues apenas la Revolución de 1910 empezaba a<br />
tocar fondo con el gobierno de don Venustiano Carranza y la<br />
promulgación de la Constitución esta situación hizo que en<br />
varias ocasiones los estudios fueran interrumpidos y<br />
regresaran a Aguascalientes, lo que aprovecharon para<br />
cubrir interinatos en las escuelas y seguir su labor<br />
magisterial, cuando era presidente de la República don<br />
Venustiano Carranza, quien cerró la Normal y su internado.<br />
Me contaba mi padre que don Venustiano mandó cerrar la<br />
Escuela Nacional de Maestros y su Internado, y les dijeron:<br />
-O se dan de alta en el ejército constitucionalista o aquí<br />
están diez pesos y una cobija y váyanse para donde quieran-<br />
Nájera se dio de alta en el ejército, pero mi padre y José<br />
Pedroza optaron por regresar a Aguascalientes y como no<br />
había medios de transporte, decidieron emprender el retorno<br />
a pie, en medio de muchos peligros, ya que las distintas<br />
facciones revolucionarias los aprehendían porque decían que<br />
eran espías, y cuando se convencían de que no, hasta de<br />
comer les daban. Cubrieron la distancia de México a<br />
Querétaro en ocho días; en Querétaro se encontraron un tren<br />
militar a San Luis Potosí, vieron que era una ventaja y lo<br />
abordaron conductor, al enterarse de su hazaña, no les<br />
cobró pasaje. Luego, de San Luis Potosí, tomaron otro tren<br />
para Aguascalientes y así llegaron a su tierra natal,<br />
cuando llegó a la presidencia de la República el general<br />
Álvaro Obregón, nombró Secretario de Educación al<br />
licenciado don José Vasconcelos, y una de sus primeras<br />
acciones fue abrir la Escuela Nacional de Maestros y su<br />
internado, con lo que mi padre pudo reanudar sus estudios.<br />
En esta época conoció a un jovencito que ingresó a la<br />
318
Normal, este muchachito cultivó amistad con él y con<br />
Guadalupe Nájera; en los fines de semana los llevaba a su<br />
casa en México y tanta amistad hubo con él y con su mamá,<br />
que era viuda, que Nájera se enamoró de ella y se casó.<br />
Este muchachito, pasados los años fue el licenciado don<br />
José Ángel Ceniceros, Secretario de Educación Pública<br />
cuando era Presidente de la República don Adolfo Ruiz<br />
Cortines, situación que, aunada al gobierno <strong>del</strong> licenciado<br />
Benito Palomino Dena, en Aguascalientes, llevó a mi padre<br />
al cargo, eminentemente político, de Director de Educación<br />
Pública en el Estado, en 1954.<br />
El día 18 de octubre de 1920, a las ocho de la mañana, se<br />
inició el examen profesional de Faustino Villalobos López,<br />
para obtener el título de Profesor Normalista de Educación<br />
Primaria Superior; fueron sus sinodales el profesor Daniel<br />
Delgadillo, director de de la normal y los profesores José<br />
A. Castañedo, como presidente y como vocales Emilio<br />
Bustamante y Juan D. Muñiz. La tesis presentada por el<br />
sustentante se tituló La atención. A las diez de la mañana<br />
se suspendió la prueba oral para ser reanudada al día<br />
siguiente con la prueba escrita en la que fue aprobado por<br />
unanimidad; se suspendió la prueba para ser reanudada el 20<br />
de octubre con la prueba práctica.<br />
El jurado aprobó por unanimidad al ciudadano Faustino<br />
Villalobos López, que quedó capacitado para ejercer la<br />
carrera de profesor normalista de educación primaria<br />
superior.<br />
El 4 de febrero de 1922, el Secretario de Educación<br />
Pública, licenciado José Vasconcelos, expidió al ciudadano<br />
Faustino Villalobos su título de profesor de educación<br />
primaria superior; además <strong>del</strong> licenciado Vasconcelos firmó<br />
el título el director de la Escuela Normal de Maestros,<br />
profesor Toribio Velasco. Se registró el título en la<br />
Dirección de Educación Primaria y Normal, bajo el número<br />
319
228. En la Secretaría de Gobierno <strong>del</strong> Estado de<br />
Aguascalientes se registró bajo el número 82 a fojas 24<br />
frente, <strong>del</strong> libro respectivo, con fecha 9 de abril de 1926.<br />
Al tomar en consideración que la vida de maestro la inició<br />
el día 18 de mayo de 1904, el gobierno de la República lo<br />
reconoció como forjador de la patria, y el 15 de mayo de<br />
1954 le entregó la máxima presea a que aspira un maestro,<br />
la Medalla Altamirano, por cincuenta años de servicio a la<br />
niñez; ésta la recibió de manos <strong>del</strong> señor presidente de<br />
México, en ese entonces, Adolfo Ruiz Cortines, era el<br />
escenario el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de<br />
México, y dentro de los espectadores había dos a quienes se<br />
nos salía de emoción el corazón, Jesús mi hermano y yo.<br />
He hablado de la trayectoria de Faustino Villalobos López<br />
como maestro que fue todo entrega con cariño a los niños y<br />
jóvenes de Aguascalientes, personas a las que siempre les<br />
dijo con afecto "mis muchachos", aunque fueran gente de<br />
edad avanzada y cargados de responsabilidades, a quienes<br />
educó no únicamente con letras sino con el ejemplo. Ahora<br />
les platicaré de don Faustino Villalobos López en el seno<br />
<strong>del</strong> hogar.<br />
En la semblanza de mi madre platiqué cómo nació el noviazgo<br />
de ellos, culminando con su matrimonio en Catedral el día<br />
primero de junio de 1921.<br />
En cuanto a la vida <strong>del</strong> hogar fue de lo más hermosa, mis<br />
padres se profesaron un amor profundo. Mi madre se encargó<br />
de nuestra educación y de la dirección de nuestras vidas; y<br />
mi padre, como águila desde un risco, vigilaba la buena<br />
marcha <strong>del</strong> hogar. A mi madre la adornaban, como ya dije,<br />
las virtudes de una matrona romana, era una mezcla de<br />
rigidez y de gran amor. ¡Ay de aquél que la desobedeciera,<br />
porque detrás de ella estaba la recia y bondadosa figura de<br />
mi padre!<br />
320
Así fue la vida hogareña de mi papá, esposo y padre<br />
amoroso. Sus goces más fuertes: amar a su esposa e hijos,<br />
ver como éstos se formaban profesionistas y católicos; amó<br />
la naturaleza y a través de ella, a su esposa. Cuántas<br />
veces lo vi sin zapatos, con las piernas <strong>del</strong> pantalón<br />
arremangadas hasta la rodilla, en la playa, a la orilla <strong>del</strong><br />
mar, recogiendo Conchitas para llevárselas como ofrenda a<br />
Merceditas, su esposa, que de lejos lo veía y con la<br />
alegría <strong>del</strong> novio que empieza a vivir su romance decirle: -<br />
Mira, Chata, lo que te traje, ahí va mi corazón.-<br />
Otras ocasiones, al final de los veranos, se internaba en<br />
los montes aledaños a nuestra ciudad para formar un gran<br />
ramo de las flores de las que llamamos "estrellitas", para<br />
entregárselas a su amada esposa. Todas estas<br />
manifestaciones de cariño yo las veía en el ocaso de su<br />
vida, así es que se amaron siempre y profundamente.<br />
¡Cómo gozó el profesor Villalobos de las Bellas Artes, la<br />
pintura, la escultura y de la buena música! Dentro de ésta,<br />
sus autores preferidos fueron Verdi, Mozart, Chopin,<br />
Beethoven, Ponce, Castro, Moncayo... Cuando por razones de<br />
trabajo iba a la Ciudad de México acudía a la casa Requejo<br />
y se traía varios discos fonográficos de buena música; le<br />
gustó mucho Caballería rusticana.<br />
A nosotros, sus hijos, cómo nos gustaba que fuera a México,<br />
pues a cada uno nos traía un juguete, qué felicidad irlo a<br />
esperar a la estación. Cuando veíamos pasar una máquina de<br />
vapor Niágara como si fuera un gran dragón resoplando<br />
aventando humo y lumbre, el maquinista muy pantera,<br />
recargado en la ventanilla de la caseta, la campana, el<br />
silbato, sentíamos que retumbaba en su centro la tierra y<br />
el corazón de tanto palpitar se quería salir por la boca, y<br />
luego, <strong>del</strong> último carro, veíamos cómo <strong>del</strong> pullman descendía<br />
mi padre, enfundado en su abrigo de lana y sombrero<br />
Stetson. Los abrazos, y besos de bienvenida y luego, en la<br />
321
casa, los regalos. Recuerdo algunos: un pajarito de cuerda,<br />
que parecía gorrión y al que le decía "Tostona", un chango<br />
maromero, títeres... en fin!, tantos y tantos juguetes con<br />
los que mi padre demostraba su cariño a sus hijos.<br />
Don Faustino tuvo un gran pesar el 14 de mayo de 1961:<br />
falleció su esposa Merceditas, su Chata. La sepultamos el<br />
día 15 de mayo, día <strong>del</strong> maestro. Y, cosas de Dios, el día<br />
14 de mayo de 1970, faltando quince minutos para las nueve<br />
de la mañana, hora apropiada para llegar a dar clases en la<br />
escuela <strong>del</strong> cielo, falleció el profesor don Faustino<br />
Villalobos López. Lo sepultamos el día 15, día <strong>del</strong> maestro.<br />
¡Qué coincidencia!<br />
Así fue el maestro don Faustino Villalobos López, mexicano<br />
confiado en la evolución rumbo a la grandeza de México,<br />
maestro entregado con cariño a la niñez y juventud, hombre<br />
de estado, amante esposo y cariñoso padre.” 87<br />
Los recuerdos de un barrio se complementan con las<br />
vivencias de la adolescencia durante la realización de los<br />
estudios de bachillerato. En una edición para conmemorar<br />
los 25 años, en una reunión de la sociedad de exalumnos<br />
preparatorianos Dr. Hugo Lamas Soto, promoción 1942-1947,<br />
que se imprimió en en los talleres gráficos <strong>del</strong> Estado,<br />
por ser entonces gobernador el Ingeniero Miguel Angel<br />
Barberena Vega, uno de los integrantes. El texto esta<br />
introducido por una nota titulada “Una generación”, <strong>del</strong><br />
Ingeniero Alfonso Bernal Sahún; en esa época el licenciado<br />
Villalobos escribe una parte sustancial <strong>del</strong> texto bajo el<br />
título de Estampas Estudiantiles y se complementa con un<br />
escrito de Alejandro Mora Barba titulado Semblanzas y<br />
recuerdos. Los textos se complmentan con diversas<br />
fotografías de la época.<br />
El texto <strong>del</strong> Lic. Gabriel Villalobos Ramírez, está<br />
compuesto por varios apartados. Veamos su contenido.<br />
87 Ibdem. Pp. 244-250.<br />
322
EL INSTITUTO DE CIENCIAS<br />
Una institución educativa se compone de maestros y alumnos;<br />
los primeros son fuente de sabiduría que la transmiten a los<br />
segundos, pero no únicamente el aspecto saber, sino que cada<br />
uno como seres humanos imprimen a sus cátedras su estilo<br />
propio y su calidad humana, van dejando en los alumnos<br />
parte de su ser.<br />
E1 antecedente de nuestra querida Universidad fue el<br />
glorioso Instituto de Ciencias Autónomo, el cual fue llamado<br />
en distintas formas, pero para muchas generaciones<br />
simplemente fue "La Prepa" y si le damos el título de glorioso,<br />
basta y sobra con pensar que muchos de sus hijos le han dado<br />
gloria, así como a la Patria y para muestra ahí están Ramón<br />
López Velarde y Pedro de Alba; pues bien pensemos en los<br />
forjadores de esas glorias; en sus maestros.<br />
En las cátedras de nuestro Instituto de Ciencias han<br />
desfilado verdaderos sabios, recordemos algunos: Dr. Jesús<br />
Díaz de León, Profesora Vicentita Trujillo, quien destacó en<br />
sus estudios de Psicología; Ing. Leocadio de Luna, en<br />
Matemáticas; Profesor José Ramírez Palos, en Castellano;<br />
Doctor José González Saracho, hombre de cultura<br />
enciclopédica; Profesora Enriqueta González Goitia,<br />
Geografía; Licenciado Humberto Brand Sánchez, otro de los<br />
maestros de cultura enciclopédica; Profesora Conchita Aguayo,<br />
Historia Universal; Profesora Conchita Maldonado, Botánica y<br />
Zoología y por muchos años Directora de la Escuela Normal <strong>del</strong><br />
Estado; Profesor Faustino Villalobos López, Mo<strong>del</strong>ado y Dibujo;<br />
Profesor Ricardo Rodríguez Romo, Dibujo y Encuadernación, por<br />
muchos años secretario <strong>del</strong> Instituto; Doctor Rafael Matías<br />
Peña, Biología y siendo Rector se gestionó la autonomía <strong>del</strong><br />
Instituto; Doctor Salvador Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo, Biología<br />
e Higiene y dos ocasiones Rector; Doctor Manuel I.<br />
Rodríguez, Francés; Ingeniero Efraín Cóbar Lazo, Química;<br />
Licenciado Manuel Várela Quezada, Civismo y Derecho;<br />
323
Licenciado Carlos González Rueda y tantos y tantos más que<br />
han dado lustre a nuestra Alma Mater.<br />
Pues bien, lo anterior son las etapas por las que pasó<br />
nuestra hoy Universidad; pero vale la pena que nos<br />
remontemos a la época de su fundación y pensemos en el marco<br />
en que nació. Aguascalientes en 1867 tendría aproximadamente<br />
unos cuarenta mil habitantes, ya era una ciudad de<br />
importancia en el centro de nuestro país y como siempre, sus<br />
gentes en medio de los torbellinos de la historia, vivía con<br />
tranquilidad, pues ya entonces en la misma mesa de café<br />
departían amablemente personas de distinta ideología,<br />
estimándose y respetándose en su forma de pensar. - El año de<br />
1867 fue de mucha importancia en nuestra historia, en él se<br />
derrumbó el imperio de Maximiliano; nuestra población fue<br />
testigo de la intervención francesa y luego vio el paso de<br />
tropas imperiales y republicanas. Uno de los hijos de<br />
Aguascalientes, destacó en esta lucha dentro de las tropas<br />
republicanas, él fue el señor Coronel Don Jesús Gómez<br />
Portugal, quien peleó bajo las órdenes <strong>del</strong> General Don Jesús<br />
González Ortega, militando en el glorioso Batallón Ligero de<br />
Aguascalientes; Gómez Portugal participó en el sitio de<br />
Puebla en 1863; al capitular las tropas mexicanas fue<br />
prisionero de guerra y enviado junto con sus compañeros de<br />
infortunio a Francia, posteriormente pasó a España, ya libre<br />
y retorna a México, entrando por el Norte; los jefes<br />
republicanos le confían el gobierno de Aguascalientes,<br />
cuando aún no caía el imperio y en funciones de Gobernador,<br />
siendo amante de la cultura y el progreso de la juventud<br />
funda la Escuela de Agricultura y Comercio, que por<br />
tradición y cambiando de nombre dio origen a nuestra<br />
Universidad.<br />
LAS NOVATADAS<br />
Ahora platiquemos de los alumnos <strong>del</strong> Instituto de Ciencias<br />
Autónomo, de los cuales muchos hoy día son de los forjadores<br />
324
y maestros de nuestra Universidad y que<br />
con toda entrega a ella, no importándoles sacrificar tiempo<br />
de su profesión para sustentar sus cátedras por amor a la<br />
juventud, la Universidad y la Patria.<br />
Llegaban los alumnos procedentes de las escuelas primarias, a<br />
la Prepa, todos hechos un azoro, en primer lugar, el examen<br />
de admisión, luego de buenas a primeras se encontraban<br />
frente a un sistema de enseñanza, diferente a la primaria,<br />
a base de cátedras y no con un solo maestro y para colmo de<br />
sustos con la angustia de la novatada que los sorprendía en<br />
el día menos pensado, los alumnos de grados superiores las<br />
organizaban y guardaban como secreto de Estado la fecha en<br />
que se llevarían al cabo.<br />
No somos amigos de las novatadas y por otro lado nos<br />
congratulamos que éstas desaparecieron y hoy se recibe a los<br />
alumnos de nuevo ingreso con veladas literario-<br />
musicales en que no falta el discurso <strong>del</strong> Decano dando la<br />
bienvenida.<br />
Platicamos de un día de novatada, en la antigua "Prepa".<br />
Empezaba el día como todos los demás, todo mundo a clases,<br />
los de primer año a quienes por mote se les designaba<br />
"perros" seguían inquietos por que la novatada aún no pasaba<br />
y como aquello de las nueve de la mañana se oían las notas de<br />
un mariachi, en el Parían, y entonces se ponía la carne de<br />
gallina en los pobres perros, porque ya sabían que el día<br />
llegó, unos trataban de huir pero no lo lograban y los<br />
alumnos de años superiores, tijeras en mano tuzaban a los<br />
perros, luego se les despojaba de camisa y camiseta y entraba<br />
la decoración, se les pintaba el cuerpo con anilinas y en las<br />
últimas novatadas con chapopote, así mismo se les uniformaba<br />
con algún aditamento, se conseguían huesos en el rastro y se<br />
les enredaban en los cabellos como si fuera caníbales o bien<br />
vacinillas y botes que se los calaban en sus cabezas a guisa<br />
de casco de soldado, después se escogía a un perro de cómica<br />
325
figura ya sea por muy flaco o bien, lo contrario por muy<br />
gordo y se le coronaba como reina <strong>del</strong> desfile, todo lo<br />
anterior en medio de las notas <strong>del</strong> mariachi y estallido de<br />
cohetes, por todos lados; enseguida el desfile dándole la<br />
vuelta al Parían, calle Juárez, Madero de ida y vuelta,<br />
Carrillo Puerto y pasaba el desfile ante la mirada<br />
reprobatoria <strong>del</strong> gran maestro, también <strong>del</strong> Instituto, Don<br />
Eugenio Alcalá Mancilla, que en esta calle está aún hoy<br />
día, su colegio y en medio de gran algarabía hasta el<br />
Jardín de San Marcos; ahí el acto final a bañar a los<br />
perros en la pila Saturnino Herrán, su pamba y toques<br />
eléctricos, y a su casa.<br />
Al día siguiente, todos hermanos, todos una gran familia,<br />
los perros pelones, la Prepa parecía una gran jaula llena de<br />
aves canoras.<br />
REINA DE PRIMAVERA.<br />
En nuestras latitudes el Invierno es muy benigno, tan sólo<br />
tenemos unos cinco o seis días de fuerte frío y luego a las<br />
temperaturas de costumbre y aunque astronómicamente en el<br />
mes de Febrero estamos a mitad <strong>del</strong> Invierno empezamos a<br />
sentir la proximidad de la Primavera; los días son más<br />
largos, a mediodía hace su calorcillo y así como en Japón<br />
anuncia la Primavera los almendros en flor, nosotros tenemos<br />
un heraldo *de la misma cuando se anuncia el inicio de la<br />
campaña para reina de nuestras fiestas de Primavera, la<br />
tradicional "Feria Nacional de San Marcos".<br />
Los estudiantes de nuestras generaciones participábamos en<br />
la campaña. Recordemos tan bellas estampas de la vida<br />
provinciana.<br />
Las candidatas a remas bien sabían que contar con el apoyo<br />
<strong>del</strong> gremio estudiantil era un factor muy importante para su<br />
triunfo; así es que sus comités y ellas ni tardos ni<br />
perezosos buscaban el mismo, hacían una visita de cortesía<br />
a nuestra Alma Mater.<br />
326
Que alegría el día que nos visitaban, todo era bullicio,<br />
los patios de la escuela atestados de jóvenes en plena edad<br />
<strong>del</strong> romanticismo y <strong>del</strong> amor imposible; <strong>del</strong> amor platónico;<br />
naturalmente que la visita daba principio por la Rectoría,<br />
de ahí con nuestra máxima autoridad estudiantil se<br />
trasladaban a la planta alta al aula "Doctor Pedro de<br />
Alba" hacía su entrada a la misma en medio de una salva de<br />
aplausos y los corazones estudiantiles provocaban hondos<br />
suspiros ante la <strong>presencia</strong> de tan bella niña.<br />
En el foro ya se encontraba en pleno la Mesa Directiva <strong>del</strong><br />
Círculo de Estudiantes, quienes daban la bienvenida y<br />
apaciguaban la jicotera estudiantil y ya calladitos, el Sr.<br />
Rector en uso de la palabra manifestaba el honor de la<br />
visita, algún miembro <strong>del</strong> Comité solicitaba apoyo de la grey<br />
estudiantil, la niña candidata con palabras entrecortadas,<br />
quizás por la emoción, quizás por miedo a la tropa de<br />
diablos que ocupábamos las butacas, nos solicitaba nuestro<br />
apoyo y luego nuestro Presidente <strong>del</strong> Círculo de<br />
Estudiantes, haciendo gala de su oratoria ensalzaba las<br />
cualidades de nuestra visitante y sellaba en nuestro<br />
nombre el pacto de que la tendríamos que hacer triunfar y<br />
la aceptación de todos se manifestaba con aplausos y con el<br />
estruendo de las porras de Ixtlixóchitl, reina Xóchitl,<br />
Moctezuma, Ilhuicamina, Cacaman, ra, ra, ra, y en honor de<br />
la Prepa la porra de "Los tambores <strong>del</strong> Cura de Villalpando<br />
iban sonando pun, etc., etc.". La candidata a reina y su<br />
comité se retiraban con la satisfacción de haber<br />
conquistado un sector de nuestra población, muy importante<br />
para su triunfo. ¿Cómo participábamos en la campaña? pues<br />
bien, los estudiantes estábamos como el ajonjolí, en<br />
cualquier buen mole andábamos; se hacían rifas, bailes,<br />
corridas de toros para obtener fondos y comprar votos a<br />
favor de nuestra candidata para hacerla triunfar, pero yo<br />
327
creo que lo que más importaba era el sabor alegre que los<br />
estudiantes de la Prepa le daban a la contienda.<br />
Los gallos para nuestra candidata era una de las cosas mas<br />
bonitas, nos poníamos de acuerdo que el sábado fulano de tal<br />
sacaríamos nuestro gallo; toda la escuela invitada, y por<br />
supuesto la candidata y a organizarlo, unos a conseguir una<br />
calesa en que luciría sus encantos nuestra casi reina, otros a<br />
ir con los coheteros para las luces de bengala y cohetones,<br />
comisión de conseguir mariachis, y una muy importante, ir a<br />
la Purísima con los caleros para rentar una manada de burros<br />
para la tropa estudiantil.<br />
Llegaba el sábado de gallo; desde las seis de la tarde ya<br />
andaba la palomilla frente a la Prepa inquietos por el<br />
acontecimiento, luego llegaban los burros y se acomodaban en<br />
la calle Morelos junto a la escuela Melquíades Moreno, como a<br />
las seis y media llegaban los mariachis, los señores de la<br />
pólvora, otro de los compañeros repartían antorchas y como a<br />
las siete hacía su aparición la calesa con la bella<br />
candidata; la columna se organizaba, ella a<strong>del</strong>ante, luego un<br />
camioncito de carga con los mariachis y su alegre música,<br />
enseguida los coheteros, la manada de burros con sus egregios<br />
jinetes los muchachos de la Prepa, portando a la vez su<br />
antorcha y por cierto que con tanto estruendo más de algún<br />
burro respingaba y para abajo jinete con todo y huesos, todo<br />
era diversión, aquel desfile pasaba por nuestras principales<br />
calles y terminaba entre 9 y 10 de la noche; así le hacíamos<br />
propaganda a nuestra candidata y predisponíamos a nuestro<br />
pueblo a la alegría de la Feria. ¡Que tiempos aquéllos,<br />
amigo! ¡Qué tiempos tan bellos!<br />
LOS FANDANGOS ESTUDIANTILES.<br />
Por lo que respecta a los Fandangos Estudiantiles no se<br />
trata <strong>del</strong> antiguo baile español a tres tiempos, cantando<br />
con acompañamiento de guitarra y castañuelas que aún es<br />
muy usual entre los andaluces y que hubiera sido bailado<br />
328
por estudiantes, no señor, fueron baile con mucho bullicio<br />
y alegría en que las juventudes de aquellos años acudían a<br />
divertirse en grande y en forma sana.<br />
Nuestro Circulo de Estudiantes, como todo grupo de<br />
personas, tiene gastos inherentes a su objeto y teníamos<br />
que ingeniarnos para obtener fondos para hacer los pagos<br />
de los mismos si no, no hubiera habido fiesta <strong>del</strong> 10 de<br />
Mayo, <strong>del</strong> Día <strong>del</strong> Maestrto, Campeonato Intramuros de<br />
Basquet, papelería, etc., etc.<br />
Los fandangos estudiantiles fueron una de las fuentes de<br />
ingresos <strong>del</strong> Círculo; los organizadores de la Feria de San<br />
Marcos (aún no había Patronato) nos señalaban una noche<br />
de fines de Feria, por lo general el treinta de abril para<br />
que en el salón "Las palmas”, en el Tívoli. que se ubicaban<br />
en parte de lo que hoy es la calle de Yáñez y el Casino de<br />
la Feria se efectuara: el fandango de los muchachos de la<br />
Prepa.<br />
La cartelera de orquestas la cubría Chucho Márquez,<br />
orquesta local y otra de las que acudía con motivo de la<br />
Feria como la que dirigía aquel gringo alto güero Hebert<br />
Hoogland (perdón si fallo la ortografía) que hacía una<br />
verdadera creación de la música de Gleen Miller.<br />
El salón se adornaba para el baile, con palmas y globos y<br />
todos felices, eran llenos a reventar y por lo tanto<br />
éxitos económicos para el Círculo.<br />
Platica el señor contador Humberto Martínez de León (Guía<br />
de los artífices de la universidad) con mucha gracia que<br />
siendo él Presidente <strong>del</strong> Círculo obtuvieron pingües<br />
ganancias en el fandango pero que por poco el gozo se va al<br />
pozo, pues su tesorero, un compañero muy piadoso que hoy es<br />
todo un señor doctor, cuando tuvieron su reunión para<br />
hacer un balance <strong>del</strong> fandango les informó punto por punto<br />
de los ingresos y egresos y de la muy buena utilidad y con<br />
la cara irradiando felicidad les manifestó que habiéndolo<br />
329
meditado y con el fin de que la corte celestial viera con<br />
ojos de misericordia a la grey estudiantil y todos<br />
aprobaran sus exámenes él había hecho el donativo de todas<br />
las utilidades a San Antonio y en su cepo en el Templo<br />
vecino de San Diego había dejado todas las ganancias <strong>del</strong><br />
fandango; por poco lo linchan los compañeros y en masa<br />
fueron con el padre guardián, él no quería devolver el<br />
dinero y entonces amenazaron los muchachos en romper la<br />
alcancía y estando las cosas críticas hubo un arreglo en el<br />
sentido de que se dejaría una decorosa limosna al santito y<br />
el resto se devolvería; el tesorero casi lloraba por el San<br />
Quintín, todos se fueron de la casa de los padres al templo<br />
y abrieron la alcancía, efectivamente se encontraron con<br />
los billetes de banco de fuertes denominaciones dentro de<br />
un sobre arrugado que denotaba se había metido con<br />
trabajo, se le dio su buena limosna al santo; la mayor<br />
parte <strong>del</strong> dinero regresó al Círculo y cuando voltearon a<br />
buscar al tesorero éste ya había puesto pies en polvorosa.<br />
10 DE MAYO<br />
Nuestros padres fueron instrumentos divinos para que nosotros<br />
viniéramos al mundo y los dos merecen que siempre les<br />
rindamos homenaje por tantos y tantos beneficios que nos<br />
hicieron, pero el caso es que en una temporada tan solo se<br />
homenajeaba a las madres, estableciendo para tal fin el día<br />
10 de Mayo; por otro lado qué bueno que también se dedica un<br />
día <strong>del</strong> año para rendir pleitesía al padre, aunque cabe<br />
reconocer que quienes lo establecieron lo hicieron con fines<br />
mercantiles. Sea lo que sea primero se festejó a nuestras muy<br />
queridas Madres, será porque nuestras progenitoras con su<br />
ternura, dulzura y cariño así como su austeridad y firmeza,<br />
forjaron nuestro carácter.<br />
Los muchachos de la Prepa, de la época que venimos<br />
rememorando, en compañía de las muchachas de la Normal,<br />
330
organizábamos un festival en nuestro querido Teatro Morelos,<br />
en honor a nuestras Madres.<br />
E1 Instituto de Ciencias Autónomo y la Escuela Normal <strong>del</strong><br />
Estado, fueron en Aguascalientes como dos hermanitos que<br />
crecieron juntos y que se quisieron mucho, así es que en el<br />
festejo a las Madres mucho entusiasmo le poníamos.<br />
A partir <strong>del</strong> dos de mayo los ensayos de los bailables reunían<br />
a los participantes, todos muy contentos le poníamos fibra y<br />
después <strong>del</strong> ensayo surgía la invitación a la nieve o un<br />
refresco a la Excélsior y la amistad se fomentaba y en<br />
ocasiones seguía en noviazgo, así es que empezábamos con<br />
homenaje a la Madre y terminábamos homenajeando a las<br />
mamacitas.<br />
Los bailables presentados por las muchachas de la Normal<br />
fueron serios y muy bonitos y los nuestros en el plan de<br />
chusco, como recuerdo un bailable que fue el Can-Can de Orfeo<br />
en los Infiernos, ejecutado por los muchachos de la Prepa que<br />
se vistieron de coristas y se pusieron blumers, la señorita<br />
profesora Chabelita Jiménez Díaz, de la Normal nos quería<br />
masticar vivos y escupirnos pataleando por nuestro desacato a<br />
las buenas costumbres, pero el caso fue que el dichoso<br />
numerito se ejecutó en medio de las carcajadas de todos los<br />
asistentes.<br />
En otra ocasión representamos el Brindis <strong>del</strong> Bohemio y resulta<br />
que los actores iban en la edad en que la voz cambia y en eso<br />
que uno de ellos dice: y una voz varonil dijo: "las doce<br />
compañeros" y ésto último fue una voz aflautada y todo el<br />
teatro soltó la carcajada.<br />
DÍA DEL MAESTRO<br />
El maestro es propiamente nuestro segundo padre, él nos da<br />
la luz <strong>del</strong> saber y no tiene ningún interés personal que se<br />
traduzca en negocio por medio de la enseñanza, su<br />
satisfacción es encontrarse al transcurso <strong>del</strong> tiempo a los<br />
que fueron sus alumnos, convertidos en hombres de provecho<br />
331
en cualquier actividad y si son jefes de familia, como<br />
padres amorosos y buenos esposos.<br />
Nuestros maestros no únicamente nos enseñaban, sino que<br />
entre clase y clase, mo<strong>del</strong>aban nuestro carácter y nos iban<br />
formando dentro de los principios de la moral y el derecho.<br />
¿Cómo no íbamos a tener gusto en festejarlos con motivo de<br />
su día, que es el quince de mayo? Si los hacíamos renegar<br />
con nuestras diabluras y ellos con sus corazones de oro nos<br />
perdonaban, justo es que hubiera un día en el año en que con<br />
toda sinceridad les dijéramos: ¡Maestro, muchas gracias,<br />
muchos días de estos!<br />
De nuevo el Círculo de Estudiantes se hacía presente en este<br />
festejo, el cual consistía en una velada literario-musical<br />
que sé llevaba al cabo en el aula Doctor Pedro de Alba, en<br />
ésta lucían sus cualidades artísticas nuestros compañeros,<br />
quien de ellos tocaba el piano, otros declamaban y no<br />
faltaban las palabras alusivas al acto pronunciadas por<br />
algún compañero que se metía de machete su discurso y todavía<br />
breves momentos antes se paseaba nerviosamente por los<br />
corredores de la planta alta <strong>del</strong> primer patio dándole la<br />
última pasadita, para que cuando le tocaba su turno,<br />
tristemente lo traicionaban los nervios y se daba sus<br />
equivocadotas que servían para que le hicieran bromas los<br />
demás compañeros.<br />
Después de la velada, seguía lo más sabroso, se les<br />
ofrecía una cena que casi siempre era una tamalada y a<br />
media cena hacía su aparición un conjunto musical de cuerda<br />
para amenizarla, muchas ocasiones fue el Alma Latina con<br />
Nemesio en el violín y Nacho en el chelo y al final el<br />
señor Rector o en su representación uno de nuestros<br />
maestros daba las gracias a la muchachada por las pruebas<br />
de afecto, palabras que las oíamos con gusto y que caían en<br />
nuestros corazones como gotas de oro.<br />
332
Así festejábamos al Maestro, y hoy con sinceridad decimos:<br />
¡Loor a los que fueron nuestros maestros y gloria para los<br />
que ya iniciaron el viaje sin retorno!<br />
23 DE MAYO "DÍA DEL ESTUDIANTE"<br />
Los centros de enseñanza superior para cumplir con su<br />
finalidad deben de en un ámbito de libertad y si no es en<br />
esa forma, tendrían que servir a intereses ajenos al saber y<br />
por lo tanto, no cumplirían con su misión de formar<br />
profesionistas que apoyen el progreso de sus pueblos con la<br />
investigación y el asesoramiento. Decir libertad en una<br />
Universidad es decir autonomía, ya que a través de la misma,<br />
la institución rige su vida dándose sus propias normas y<br />
permitiendo externar dentro de la cátedra todas las<br />
corrientes <strong>del</strong> <strong>pensamiento</strong> humano, guardando el absoluto<br />
respeto a la forma de pensar de los estudiantes. No hay que<br />
confundir esta autonomía, con el hecho de que dentro de las<br />
Universidades se pueda perturbar la tranquila comunidad en<br />
que esté enclavada y el Estado no pueda intervenir para<br />
establecer el orden.<br />
La autonomía que gozan las Universidades <strong>del</strong> país<br />
actualmente, tiene como antecedente la que goza el Alma Mater<br />
de la nación, la Universidad Nacional Autónoma de México y<br />
ésta no se obtuvo graciosamente, sino que las generaciones<br />
de estudiantes de 1929 la pelearon ante el gobierno de la<br />
República, al grado que hubo muertos en la plazuela de<br />
Santo Domingo, en la ciudad de México y el gobierno le<br />
concedió la Autonomía a la Universidad el veintitrés de mayo<br />
de mil novecientos veintinueve.<br />
Por lo que respecta a nuestro Instituto de Ciencias se le<br />
concedió su autonomía en relación con el gobierno estatal<br />
el 19 de Noviembre de 1942.<br />
Todo lo anterior es la causa por la que el día Veintitrés de<br />
mayo es "El Día <strong>del</strong> estudiante".<br />
333
No cabe duda que el común denominador de la vida <strong>del</strong><br />
Estudiante es la alegría y ésta no nos abandonaría el<br />
veintitrés de mayo que en nuestro calendario se señalaba como<br />
día de asueto y tempranito a reunirnos en el pórtico de la<br />
Prepa y se formaban dos bandos, unos en el Parían y otros en<br />
la puerta de la escuela con las cascaras de naranja que<br />
conseguíamos en los puestecitos de jugos y refrescos que<br />
entonces había en el Parían, se hacía una batalla campal que<br />
culminaba con un baño de agua entre unos y otros pero eso<br />
sí, respetábamos a los transeúntes pues el pleito de<br />
alegría sólo era entre el gremio; conseguíamos donativos de<br />
dinero, sin exigir, entre los comerciantes y alquilábamos<br />
camiones de carga que nos paseaban encamicetados por los<br />
distintos rumbos de la ciudad, luego a los balnearios de<br />
Ojocaliente o la Cantera y chapuzones en las piscinas con<br />
todo y todo, algunos después hacían paseos campestres o bien<br />
a casita y por la tarde al cine, ya que Don Miguel Jury tenía<br />
la gentileza de ordenar a los cines de la ciudad, (pues fue<br />
gerente de todos) que esa tarde a los estudiantes de la<br />
Prepa no se les cobrara la entrada.<br />
Posteriormente nuestras autoridades estudiantiles nos<br />
agasajaban con una nevada y en el siguiente domingo se<br />
hacía la corrida estudiantil. Nuestra honda tradición<br />
hispánica hacía que la mayor parte <strong>del</strong> estudiantado fuéramos<br />
aficionados a la más bella de las fiestas, las corridas de<br />
toros.<br />
En la época que hablamos, la Fiesta Brava no pasaba por la<br />
crisis de hoy, pues había muchas ganaderías y afición y los<br />
dueños de ellos con facilidad nos regalaban la bravura de<br />
cuatro becerros para calmar nuestras ansias en el arte de<br />
Cúchares y de paso recibir sustos, revolcadas y raspones.<br />
E1 ahora ingeniero Jorge López Yáñez, el entrañable Vago y<br />
sus hermanos (q.e.p.d.) Alfredo y el Becerro Guillermo, los<br />
dos fueron médicos, organizaban el festejo y pedían<br />
334
prestado el Coso San Marcos a los señores Madrazo y de paso<br />
algún becerro de La Punta y como estaban conectados con el<br />
medio de los novilleros, conseguían los bártulos necesarios<br />
e invitaban a uno o dos novilleros al festejo para que nos<br />
sacaran de apuros y para dirigir la lidia. Entre los<br />
compañeros formaban las cuadrillas y no podían faltar los<br />
hermanos López Yáñez como matadores; todos se preparaban a<br />
conciencia, en las mañanas a correr para estar en forma y<br />
hacer toreo de salón, en el Coso San Marcos; era cosa de ver<br />
los programas de mano en que se reflejaba el ingenio de los<br />
compañeros pues se mofaban de todos los participantes de las<br />
cuadrillas, como nos gustaría tener uno de ellos, que hoy<br />
lo apreciaríamos como oro puro.<br />
A Jesús mi hermano, lo invitaban a que hiciera la suerte<br />
<strong>del</strong> Tancredo y se excusó diciendo: Y yo tan creído.<br />
La corrida empezaba a las cuatro en punto de la tarde con el<br />
desfile de manolas en automóviles convertibles y luego que ya<br />
ocupaban sus lugares de barrera, hacían el paseíllo los<br />
diestros con sus cuadrillas, el clarín ordenaba saliera el<br />
primero de la tarde y de ahí en a<strong>del</strong>ante, no la entrega<br />
apasionada, sino a pesar de los tragos previos de tequila<br />
para que tuvieran valor, era la graciosa huida con ojos de<br />
molcajete, por el miedo a los becerros, las puyas de nuestros<br />
picadores y banderillas por donde se podía y en resumidas<br />
cuentas, los López Yáñez y novilleros invitados terminaban<br />
con los becerros que se nos figuraban todos unas<br />
catedrales con cuernos. En una ocasión, a Guillermo López<br />
Yáñez lo traía un becerro por la calle de la amargura y Don<br />
Francisco, su papá, que lo observaba desde el tendido y<br />
veía que el hijo no le daba la lidia correcta al becerro,<br />
se exasperó, se bajó al ruedo, le arrebató el capote, citó<br />
de lejos al becerro y le instrumentó una serie de<br />
Verónicas, que fueron coreadas con ¡Ole! por todos, remató<br />
con una larga Cordobesa y le aventó el capote al hijo y le<br />
335
dijo que no fuera tonto, y se retiró a su lugar en medio de<br />
nutrida ovación, no cabe duda, familia de toreros.<br />
Pues bien, así festejábamos "El Día <strong>del</strong> Estudiante", para<br />
nosotros, no hace tanto y si hacemos cuenta de los años,<br />
creo que lo prudente es callar.<br />
CAMPEONATO DE BASQUETBOL<br />
Siendo la Educación Física parte importante en el<br />
desarrollo integral de la persona, en nuestra época de<br />
Prepa, también se nos impartió; si fueron ejercicio<br />
militarizados ahí estaba el capitán Valente Jara<br />
gritándonos e imponiendo disciplina militar a toda su tropa<br />
y nos hacía sentir defensores de la Patria y si la<br />
educación física era para el desarrollo <strong>del</strong> cuerpo pero sin<br />
militarización, entonces nuestro profesor lo fue Don<br />
Edmundo Macías, siendo su mero fuerte las tablas<br />
gimnásticas y las pirámides humanas.<br />
Pero la verdad de las cosas que con nuestra fibra de<br />
juventud, el deporte fuerte lo era fuera de clases pues<br />
había detrás de la Prepa un gran solar con altas paredes<br />
que nos servían de frontón y nos encementaron una parte<br />
que hizo las veces de cancha de basquet; pero hubo otra<br />
parte en que la maleza crecía y cuando íbamos a ésta a<br />
buscar las pelotas que rebotaban <strong>del</strong> frontón parecía que<br />
andábamos en la jungla africana y más en la época de<br />
verano en que la hierba crece con toda su fuerza.<br />
Siendo Gobernador <strong>del</strong> Estado el señor ingeniero Don Jesús<br />
María Rodríguez, tuvo a bien en el solar antes descrito<br />
construir la Cancha <strong>del</strong> Estado y entonces sentíamos que<br />
nos quitaban algo que sentíamos nos pertenecía<br />
legítimamente, y se armó la de Cristo Rey, pues los<br />
albañiles a construir y nosotros a destruir lo construido,<br />
hasta que intervino el ejército y entonces si a cuadrarnos<br />
y doblar las manos, y surgió "La Cancha <strong>del</strong> Estado<br />
336
ingeniero Jesús María Rodríguez", que fue testigo de<br />
brillantes jornadas <strong>del</strong> basquet en nuestra tierra.<br />
Que gran papel hicieron los hermanos Carreón que por amor<br />
al deporte entrenaban a la muchachada en Basquet y de<br />
aquella cantera salieron muy buenos basquetbolistas;<br />
cuanto cariño le ponía el flaco Carreón en preparar en<br />
basquet a nuestras compañeras y Primitivo Carreón a los<br />
hombres, Don Eugenio todavía instruye sabiamente a nuevas<br />
generaciones de la Universidad; muchas gracias hermanos<br />
Carreón, el basquet en Aguascalientes tiene una deuda con<br />
ustedes, de esas que no hay forma de pagarse.<br />
Pues bien, era tanta la afición por el basquet, que<br />
anualmente se hacía un campeonato intramuros, en nuestra<br />
flamante cancha encementada; este campeonato era la<br />
justificación <strong>del</strong> Secretario de Deportes <strong>del</strong> Círculo de<br />
Estudiantes; el día de la inauguración, a medio año, era<br />
la gran fiesta en la Prepa, tratemos de reconstruir<br />
mentalmente dicho jolgorio.<br />
Era tal la afición al basquet que en un mismo grupo había<br />
varios equipos, así que por todos eran más de veinte<br />
grupos que se inscribían en el torneo.<br />
Primero, había que conseguir un patrocinador para que nos<br />
regalara los uniformes y si teníamos suerte de que éste<br />
viera con simpatía nuestra actitud pedigüeña pues sí que<br />
la armábamos, porque hasta "pants" nos regalaba, ahora<br />
bien, si por mala fortuna no encontrábamos padrino pues<br />
era tal la afición que a cuenta de nuestros domingos<br />
solicitábamos a nuestros padres la Compra <strong>del</strong> uniforme, el<br />
caso es que para el día de la inauguración todos lucíamos<br />
bien uniformados. Otro de nuestros problemas de momento<br />
era conseguir madrina para el equipo y que ni qué, a<br />
pedirles a nuestras compañeras de estudio que nos<br />
amadrinaran, las mismas solicitudes recibían amigas de<br />
la Normal, así es que el día de la inauguración todos<br />
337
lucían muy guapos y guapas, los unos bien uniformados y<br />
las otras muy emperifolladas y además con su ramo de<br />
gladiolas que les obsequiábamos.<br />
Las invitaciones al acto inicial <strong>del</strong> torneo era a las<br />
autoridades de Educación Física <strong>del</strong> Estado, de nuestra<br />
escuela, de la Normal y en forma genérica a las muchachas<br />
de la Normal.<br />
Llegaba el día tan esperado, por la tarde había<br />
suspensión de clases, previamente se instalaban tribunas<br />
de madera y ahí la grey estudiantil, todo aquello parecía<br />
una colmena, de pláticas, gritos y expresiones chuscas y<br />
como estábamos acalorados pues más alboroto se armaba, en<br />
medio de él, llegaban en grupo las normalistas y los<br />
gritos de ¡Hurra! aplausos y silbiditos de admiración y<br />
más de algún corazón palpitaba aceleradamente al ver a la<br />
princesa de sus sueños, ellas ocupaban su lugar que se<br />
les había reservado y ya con ellas nos sentíamos la grey<br />
completa, entonces a correr por los mariachis, tal vez por<br />
lo alegre de su música se identificaban con nosotros o<br />
bien tal vez por su módico precio; me acuerdo que tuvimos<br />
un pintoresco compañero procedente de la región de los<br />
Cañones, si mal no recuerdo era de Jalpa y se llamaba<br />
Salomón Valero, al cual he perdido de vista y su peor<br />
coraje era que le dijéramos Salomón Valero y Capirucho,<br />
Marqués <strong>del</strong> Trompo y Conde de la Canica y de seguro era<br />
el pleito, pues bien a Salomón lo montábamos en puerca<br />
pinta y lo hacíamos que acompañado <strong>del</strong> mariachi les fuera<br />
a cantar a las normalistas y éste no se hacía <strong>del</strong> rogar y<br />
luego todos como si fuera un himno, cantábamos el Corrido<br />
<strong>del</strong> Estudiante "y si sabías que era estudiante, que no<br />
salía <strong>del</strong> billar, si sabes todos mis vicios, qué te ganas<br />
con llorar... etc., etc.<br />
Hacía su aparición el señor Rector y guardábamos<br />
compostura, entonces la Banda Municipal, que nos era<br />
338
facilitada y que dirigía nuestro muy querido maestro Don<br />
Ricardo García, "La Corchea", tocaba una marcha y empezaba<br />
el desfile de equipos y las porras no se hacían esperar en<br />
apoyo a los mismos, los equipos acompañados de sus<br />
madrinas, todos procedentes <strong>del</strong> segundo patio que era<br />
donde se organizaban, cuando todos desfilaban y ocupaban<br />
sus lugares, el señor Rector los protestaba para que<br />
jugaran con lealtad, se desbarataba el cuadro y sobre el<br />
encementado quedaban los dos equipos contendientes<br />
encargados <strong>del</strong> juego inicial y también el señor Rector<br />
daba el primer saque y el torneo iniciaba su desarrollo;<br />
ese día se jugaban dos partidos y el último terminaba con<br />
las primeras sombras de la noche y con dificultad por<br />
falta de alumbrado.<br />
Algunas fotografías de los equipos llegaron a adornar las<br />
oficinas <strong>del</strong> Círculo, como las recuerdo.<br />
Mencionaré algunos nombres de compañeros que practicaron<br />
brillantemente el básquet en a Prepa, haré capirotada de<br />
épocas: Trinidad y Tomás Mercado, los dos Barberena, el<br />
Vago y hermanos, Ángel y Rubén Talamantes, Zamora (q e p<br />
d ) a quien ví encestar de media cancha, los Camarones<br />
Durón, el Chinchol Lamas (q e p d ) Héctor Valdivia<br />
Carreón. El Papión, Villanoweth, Juan Francisco Chávez,<br />
Tito Guerra, Alfredo Hinojos, Zurdo Dueñas, El Mato y<br />
tantos y tantos que hubo, nos falla la memoria, como ven<br />
ni son todos los que están, ni están todos los que son.<br />
“Gloriosa Prepa "Los tambores <strong>del</strong> cura de Villalpando<br />
iban sonando pum...!”.<br />
NUESTROS APODOS.<br />
Por apodo nos dice el diccionario que se debe de entender<br />
sobrenombre de una persona.<br />
Esos sobre nombres nuestros, nacieron por situaciones<br />
chuscas o bien porque la morfología de algún compañero nos<br />
recordaba algún otro ser u objeto y una vez que se le<br />
339
imponía el mote, gustable o no, era la forma cariñosa con<br />
que la comunidad estudiantil lo llamaba, al grado que su<br />
verdadero nombre se perdía y quedaba sólo el apodo; al<br />
respecto recuerdo como una mamá de uno de nuestros<br />
compañeros se acercó a la puerta de la Prepa inquiriendo<br />
por su hijo Manuel y nadie le daba la razón, porque no lo<br />
conocían y un conbarríano de Manuel dijo: Cómo no, si por<br />
ahí anda "El Chato" y entonces sí, en fracciones de<br />
minuto apareció Manuel.<br />
Cuando ingresé a la Prepa, un vecino también lo hizo y en<br />
los primeros días no pudo asistir a clase por encontrarse<br />
enfermo y como sus hermanos me informaron que estaba<br />
enfermo de "Meningitis", yo lo defendía para que no le<br />
pusieran falta y cuando lo mencionaban los maestros al<br />
pasar lista me ponía de pie y con todo respeto les decía:<br />
"Profesor, a ese niño no le ponga falta porque está<br />
enfermo de Meningitis", y esta situación se prolongó como<br />
un mes, y cuando apareció entre nosotros el enfermito,<br />
pelón y todo enclenque y al contestar "presente", uno de<br />
los verdolagones maloras que se sentaban atrás <strong>del</strong> grupo<br />
le gritó: ¡Ya llegaste Meningitis! y se le quedó<br />
Meningitis para todos los días de su vida estudiantil y lo<br />
peor es que cultivó amistad con otro compañero que lo<br />
apodábamos "La Perra", así es de que la cosa era grave<br />
porque andaba La Perra con Meningitis.<br />
A los Pescados Villalobos, se les puso así porque al más<br />
grande, le compraron en su casa una chamarrita que le<br />
quedaban las mangas cortas "jolinas" y trataba de<br />
hacerlas crecer jalándolas y Javier Lozano "Susanito" dijo<br />
que ese movimiento era el de las aletas de un pescado y así<br />
nació el apodo en Salvador y por herencia les tocó a Jesús<br />
y a mí, Gabriel.<br />
El espíritu dentro de su inmortalidad hace que queramos<br />
perpetuar nuestro recuerdo y así pasaba con nuestros<br />
340
apodos, ya que antes de retirarnos de nuestra amada Prepa,<br />
con pintura negra y pincel gordo pintarrajeábamos<br />
nuestros apodos en la parte alta de los muros de San<br />
Diego que daban a los patios de la escuela e inclusive<br />
arriesgando la vida algunos compañeros, la hacían de<br />
alpinistas y escribieron sus apodos en la cúpula <strong>del</strong><br />
mismo templo, así algunos lustros se dejaron ver aquellas<br />
letanías de los apodos nuestros, hasta que un buen día,<br />
remozando los muros de lo que hoy es la Universidad,<br />
desaparecieron aquellas listas. Hagamos recuerdo de<br />
algunos apodos. E1 Ratón: Por nariz aguzada y carilarga.<br />
El Búlico: Semejante a las gallinas búlicas chaparritas y<br />
boruquiento.<br />
Los Camarones: Cara aguzada y tez rojiza, fueron toda<br />
una familia.<br />
El Buho: Muy ojón.<br />
La Burra: Por aguantador y tesonero.<br />
Megaterio: Nos recordaba la fauna antediluviana.<br />
Los Pescados: También toda una familia, ya decíamos su<br />
origen de apodo, no se crean que siempre andaban en el<br />
agua. (Bebidas espirituosas).<br />
El Zopi: Parecía zopilote y vendía birria.<br />
La Perra: Por largo y flaco.<br />
Por su constitución física:<br />
El Chaparro.<br />
El Gordo.<br />
El Flaco.<br />
La Tripa.<br />
El Viejo y conste que no lo eran, hubo cuatro: El Viejo<br />
Lamas, El Viejo Revilla, El Viejo Díaz Infante y el Viejo<br />
De la Serna.<br />
El Bigotón.<br />
El Ciego.<br />
El Chino.<br />
341
Por asociación de ideas:<br />
El Apache o Conde: Por su aire de extranjerismo.<br />
Chonino: Originario de Encarnación de Díaz.<br />
Susanito: Nos recordaba el personaje creado por Joaquín<br />
Pardavé.<br />
De Gaulle: Fue nuestro dirigente estudiantil y por su<br />
ascendencia francesa.<br />
El Vago: Por dejar pasar la vida placenteramente, fue<br />
nuestro viejo de la danza.<br />
El Teto: Se llama Ernesto, actualmente comerciante.<br />
El Árabe: Tenía nariz aguileña y nos recordaba a los<br />
habitantes <strong>del</strong> Medio Oriente.<br />
Catalejo: De estatura alta y flaco, como si fuera<br />
instrumento óptico de marino.<br />
La Micra: Por guasa pues en vez de ser chiquito era un<br />
muchachón alto y fornido.<br />
La María y LUCÍ: Era por el nombre de sus novias, que los<br />
traían bien heridos.<br />
Manzanita: Blanco de tez, pómulos redondos y chapeteado,<br />
hoy comerciante.<br />
Los Maraca: Por boruquientos y alegres, fueron dos.<br />
El Checo: Lógico, se llama Sergio. El Yuca: Por cabezón<br />
pues parece yucateco.<br />
Tachi: Su apellido Tachiquín.<br />
Pilo: No sé el origen de este apodo, pero quien lo ostenta<br />
es todo un figurón entre nosotros.<br />
El Borracho: Por decirle, porque no lo es, tal vez por<br />
muchachada en alguna fiesterita se las colocó y le quedó<br />
el apodo.<br />
El Indio Felipe: Se creía descendiente de Aztecas.<br />
De otros que me acuerdo: El Colega, Velman, El Jater,<br />
etc.<br />
No podían faltar los "Locos", me acuerdo de tres, mismos<br />
que son geniales ya que son magníficos profesionistas, dos<br />
342
abogados y un médico: Horacio Westrup, Rubén Talamantes y<br />
Héctor Treviño.<br />
Los Jaibos: Fueron dos, originarios de Tampico.<br />
El Paricutín: Gordo, alto, llegó a la Prepa al mismo tiempo<br />
que hizo erupción el volcán.<br />
Pericles: A este compañero le llamamos así por apellidarse<br />
Pérez, gustarle la oratoria, la política y el saber.<br />
Chinchol: Tal vez porque en nuestra época fue una palabra<br />
que nos llamó la atención por ser de los primeros<br />
insecticidas, pero quien ostentó este apodo fue un señor<br />
Doctor que merece lugar aparte por ser el que nos coordinó<br />
a todos en nuestras comidas abrileñas, en paz descanse,<br />
siempre en nuestro recuerdo.<br />
Tacho: No fue Antastasio, se llama Guadalupe, el apodo<br />
por ser afecto a los tostachos.<br />
Imposible que sean todos los apodos, digamos es un<br />
muestreo, pero qué felicidad nos dieron y cuando los<br />
mencionamos, nos da un vuelco el corazón al acordarnos con<br />
ellos de la vida estudiantil.<br />
PEREGRINACIÓN AL TEMPLO DE GUADALUPE<br />
Ya cuando pasaban las vacaciones de septiembre, veíamos que<br />
el sol se inclinaba hacia el sur y en el mercado había<br />
guayabas, sentíamos nuestro estómago como cazuela de fonda<br />
y la cosa no era para menos, pues todo ese cuadrito de<br />
síntomas era señal que los exámenes estaban en puerta y a<br />
estudiar intensamente pues en poco tiempo queríamos<br />
aprender lo que en un año lectivo debíamos de saber; así<br />
las cosas, casi casi era el grito de: ¡A ver de cual<br />
cuero salen más correas!.<br />
Dicen que ante las grandes angustias es cuando el hombre<br />
voltea hacia Dios y nacen las religiones, en el caso de<br />
nosotros, cada quien dentro de nuestro credo, como<br />
cualquier muchacho de provincia practicábamos la<br />
religión, pero ante la inminente <strong>presencia</strong> de los exámenes<br />
343
efinaba nuestra religiosidad y los que somos <strong>del</strong> credo<br />
Católico decíamos: ¡Ayúdame, Madre mía de Guadalupe, que<br />
ahí viene la temblorina de los exámenes!<br />
El omnipresente Vago se encargaba, de acuerdo con los<br />
sacerdotes de Guadalupe (Señor Cura Tiscareño), de<br />
organizar la peregrinación, porque había que ir a<br />
implorar a la Virgencita que nos quitara lo burro y que en<br />
los exámenes sorprendiéramos a los maestros medio<br />
dormidos, para tener de calificación un decoroso ocho o un<br />
glorioso seis, para no quedarnos a repetir las materias<br />
sujetas a examen.<br />
Una tarde de octubre se hacía la peregrinación a<br />
Guadalupe, se conseguía en la Coca Cola, con Don Heliodoro<br />
Martínez, una camioneta con sonido, todos los que íbamos<br />
nos proveíamos de nuestra vela, se iniciaba la marcha y por<br />
medio <strong>del</strong> sonido de la camioneta se organizaban los rezos y<br />
cánticos y ahí vamos, con las velas prendidas, cantando,<br />
¡Oh María, Madre mía, o consuelo <strong>del</strong> mortal etc., etc.! y<br />
Santa María Madre de Dios, bla, bla, bla; daba gusto ver<br />
la cara de aquellos compañeros, tan traviesos y ahora con<br />
cara de santo pediche.<br />
Nos íbamos por la calle de Rivero y Gutiérrez, luego por<br />
Victoria, a dar vuelta por Guadalupe hasta el templo y ahí<br />
nos esperaba en la puerta al señor Cura, entrábamos en<br />
orden; monaguillos y sacristanes recogían la cera y luego<br />
el rezo dirigido por el señor Cura y un fervorín que hacía<br />
tamblar nuestro ser por la emoción de las palabras, pero<br />
nos decían que no esperáramos milagros, que a Dios rogando<br />
y con el mazo dando, que para pasar año necesitábamos<br />
estudiar mucho y que siempre lo hiciéramos no nada más en<br />
épocas de exámenes, que nuestra Patria necesitaba gente<br />
preparada y que nosotros estábamos llamados a ocupar los<br />
puestos directivos de nuestra sociedad y que no había más<br />
que darle al estudio.<br />
344
Algunos compañeros dentro de su religiosidad prometían,<br />
si pasaban año, ir a pie a San Juan de los Lagos.<br />
Como se ve, el miedo es el miedo y no anda en burro.<br />
Cuando ya salíamos reconfortados espiritualmente <strong>del</strong><br />
templo, se dejaba venir lo bueno.<br />
Fuera <strong>del</strong> templo había juegos mecánicos y aquella plaga<br />
de Egipto que formábamos los asaltábamos, primero nos<br />
fuimos a un volantín y unos se pegaban a la varilla y a<br />
darle, pues no tenía motor, su música estridente de<br />
discos toque y toque El Pescado Nadador, luego la<br />
cambiaron por un paso doble y redujeron el volumen y el<br />
Vago, micrófono en mano, narraba la corrida de toros,<br />
que en su imaginación la veía por medio de su elocuencia<br />
nos hacía verla y en los momentos cumbre de la narración<br />
taurina coreábamos con ¡Ole! y estábamos en lo más<br />
emocionante, cuando el mástil <strong>del</strong> volantín, por nuestro<br />
peso, tronó y se rompió y el único comentario fue:<br />
Vámonos a la silla voladora y ahí vamos corriendo.<br />
También por asalto se tomó este juego, aunque hubo la<br />
cosa de que por la individualidad de las sillas no hubo<br />
riesgo de que se quebrara, pero el desquite de su<br />
propietario fue darle fuerte impulso y sí que volaban<br />
las sillas, me acuerdo que los compañeros que usaban<br />
lentes, con sus manos asidas de las cadenas oprimían<br />
sus lentes contra su cráneo para que no se les cayeran y<br />
rompieran los cristales y todos los que iban en las<br />
sillas cerraban los ojos para no marearse, cuando se<br />
terminó la vuelta, bajaron haciendo el borrachito y yo<br />
creo que quedaron curados para todos los días de su vida<br />
de que no debían tomar por asalto una silla voladora.<br />
En esta época se instalaba junto a los juegos mecánicos<br />
una carpa con fantoches que se le conocía como la de los<br />
345
Falfurrias, pues bien, de la silla voladora nos fuimos a<br />
la carpa también por asalto para ver una función, cuando<br />
entramos, los fantoches estaban bailando una pieza que<br />
decía: "Pobrecito guajolote, la vecina de Don Chucho,<br />
dice que lo quiere mucho porque es muy vacilador..." y<br />
luego se nos quedaron viendo los fantoches con ojos de<br />
ruedas de molino y al pensar que era Atila con sus<br />
bárbaros, por su equipo de sonido a todo volumen decían:<br />
"Señores policías, señores policias, una turba de<br />
muchachos entraron sin pagar a la carpa de los<br />
Falfurrias, se les solicita auxilio", no lo hubieran<br />
dicho pues fue corredero por todas partes y desbanda<br />
general y cada quien a su casa.<br />
Al día siguiente en los patios de la Prepa, fueron los<br />
comentarios de los incidentes de la Peregrinación y supe<br />
que uno de los compañeros en la desbandada fue perseguido<br />
por un Cuico y que el compañero, saltando entre cazuelas<br />
de comida y comales de fritangas, fue a dar hasta la pila<br />
central <strong>del</strong> jardín y ahí azuzaba al policía como si fuera<br />
animal bravo para que se le dejara ir, corría alrededor de<br />
la pila el policía y lo mismo hacía el estudiante, hasta<br />
que el señor policía con su silbato pedía auxilio a otro de<br />
su gremio, como en efecto acudió y entonces el compañero<br />
estudiante, en plena juventud, se dijo: "Piernas para que<br />
os quiero" y salió destapado como tapón de champaña por la<br />
calle de Valentín Gómez Farías, los policías lo siguieron,<br />
les llevaba el estudiante buena <strong>del</strong>antera a la altura <strong>del</strong><br />
jardín de Cholula y llegó hasta el panteón y aprovechó el<br />
mismo con las sombras de la noche escondiéndose y los<br />
policías, por lo obscuro y lo lúgubre <strong>del</strong> lugar no lo<br />
encontraron, así se salvó nuestro compañero.<br />
¡Qué devotos éramos de la Virgen de Guadalupe! ¿Verdad?<br />
"EL PARÍAN"<br />
346
En la época en que transcurrió nuestra vida en la Prepa,<br />
Aguascalientes tendría unos ciento veinte mil habitantes,<br />
con mayor razón todo era tranquilidad, nos conocíamos<br />
unos a otros y casi, casi éramos una familia grande.<br />
El Parían tenía mucha importancia en el Aguascalientes de<br />
los años de Preparatoria, además de ser centro comercial,<br />
podemos decir que era el centro social de nuestro pueblo<br />
ya que todos acudíamos ahí y más en las últimas horas de<br />
la tarde y las primeras de la noche en que las muchachas<br />
en edad de merecer iban simplemente a la vuelta, misma<br />
que los jueves se hacía más agradable con la <strong>presencia</strong><br />
de la Banda Municipal bajo la dirección <strong>del</strong> muy querido<br />
maestro y gran músico Don Ricardo García Mendoza quienes<br />
por un par de horas amenizaban el paseo.<br />
Para nosotros estudiantes Preparatorianos el Parían<br />
formaba parte de nuestra vida diana, a toda hora <strong>del</strong> día<br />
deambulábamos bajo sus cuatro portales, si no recordemos,<br />
a las siete de la mañana, córrele y córrele para llegar a<br />
las clases de Educación Física, luego a media mañana de<br />
retorno a nuestras casas, a las tres de la tarde para<br />
iniciar la jornada vespertina, por cierto que a esa hora<br />
como le gustaba dar clases al maestro Cóbar Lazo a Lucita<br />
de la Torre y en fin otros maestros que querían ganarle<br />
tiempo al tiempo para aprovechar el resto de la tarde y<br />
por último a las siete de la tarde era la última pasada<br />
por el Parían, aunque algunos compañeros se quedaban<br />
frente a la Prepa para ver pasar a las muchachas, flores<br />
de nuestro jardín provinciano (como les dijeran las<br />
revistas de antes). Entonces algunos compañeros gastaban<br />
sus veinte Centavos para que el Chiquilín les boleara su<br />
calzado y en ese momento sentirse que se encontraba uno en<br />
su mero palco viendo pasar tanta hermosura.<br />
347
Por lo que respecta al resto <strong>del</strong> día y entre clase y clase<br />
nos salíamos frente a la Prepa, en el Parían, para estar<br />
comiendo prójimo y divertirnos unos con otros, mientras<br />
llegaban nuestros sabios catedráticos.<br />
Formando parte el Parían de nuestra vida estudiantil<br />
recordemos algunos negocios de él y sus proximidades:<br />
En la zona sureste ya estaba La Carpeta, de Don Gerónimo<br />
Castañeda que nos surtía de papelería y libros, frente a<br />
ella, rumbo Poniente, Avenida Juárez de por medio se<br />
encontraban los almacenes de ropa "La Primavera" de Don<br />
Honorato Imbert, nos llamaba la atención sus sistemas de<br />
góndolas que llevaban la mercancía hasta el departamento de<br />
Caja, con Chepa la cajera, para el cobro <strong>del</strong> precio de la<br />
misma y retornarla envuelta al mostrador donde esperaba el<br />
cliente; contra esquina de La Carpeta se encontraba la<br />
Farmacia y Droguería "La Nacional" propiedad de Don Sabás<br />
Macías, farmacia que fue toda una institución; dentro <strong>del</strong><br />
Parían de los establecimientos que recuerdo estaban "El<br />
Palacio de Cristal" de Don Pedro Shaadi; era una mercería<br />
y vendían juguetes de procedencia japonesa, más a<strong>del</strong>ante<br />
por el Portal de la Avenida Juárez, se encontraba una<br />
sucursal de la Zapatería Excélsior, luego frente a San<br />
Diego el Repertorio Arvizu, ahí vendían artículos<br />
deportivos y todo lo relacionado con el arte de la música;<br />
la fábrica de pantalones <strong>del</strong> señor Valadez que se llamaba<br />
"El Panuco"; la nevería Excélsior que hacía las <strong>del</strong>icias<br />
de la grey estudiantil.<br />
Por la calle de Morelos, frente al Parían la tienda de<br />
abarrotes "La Nueva Oriental" de los Chinitos Lee y las<br />
"Fábrica de Francia" de don Emilio Berlié y Enrique<br />
Castaingts, dentro <strong>del</strong> Parían en el portal de la calle<br />
Morelos ya estaba la fotografía "Luna", luego la joyería<br />
"El Diamante" de Don José Zermeño, por cierto que fue el<br />
348
testimonio vivo de la Revolución de 1910, en nuestros años<br />
mozos, en virtud de que fue él de los famosos Dorados de<br />
Villa y su vida giraba aún en torno a las vivencias que<br />
tuvo en la Revolución, pues él vestía a la usanza de Los<br />
Dorados, los aparadores de su negocio los tenía adornados<br />
con recortes de periódicos con fotografías de las escenas<br />
de la Revolución y por si fuera poco era maestro de Banda<br />
de Guerra y en su reducido local hacían escoleta y cuando<br />
pasaba uno por ahí en esos momentos, era un ruidazo de<br />
todos los diablos producidos por tambores y cornetas; en<br />
la esquina <strong>del</strong> portal de Allende y Morelos, estaba la<br />
zapatería "Excélsior" y se caracterizaba porque entre su<br />
mercancía exhibían piezas de caza disecados por ahí<br />
recuerdo un jaguar; en el portal Allende se encontraba la<br />
ferretería "El Águila" siendo su último propietario un<br />
señor de apellidos De Luna y también la relojería <strong>del</strong><br />
señor Him, que se anunciaba con un gran reloj de madera a<br />
la entrada; en cuanto a las tiendas de frente al portal de<br />
Allende se encontraba "El Volador" de Don Fermín García,<br />
probablemente la última "rebocería" que hubo en ese<br />
centro comercial.<br />
El centro <strong>del</strong> Parían fue en nuestros tiempos una cancha de<br />
basket que se entraba por un corredor que daba frente a<br />
la Prepa.<br />
En cada columna de los arcos <strong>del</strong> Parían había un<br />
puestecito en que vendían periódicos y revistas, así como<br />
dulces y otros refrescos, en uno de estos puestos cerca de<br />
La Carpeta estaban Salvador y Everardo Herrera, que se<br />
hicieron notorios por sus pollas de jugo de naranja y<br />
huevos, así como los ricos Chocomilks; en otro de estos<br />
puestos pero en el lado poniente tenía su negocito Don<br />
Heriberto Martínez, que pacientemente soportaba le<br />
encargáramos nuestras tablas de Dibujo Constructivo que<br />
349
nos servían en la cátedra <strong>del</strong> Profesor Carlos Corral y por<br />
último recordaré un puestecito de refrescos que estaba en<br />
el portal de enfrente a la Prepa propiedad <strong>del</strong> señor<br />
Pérez Maldonado que nos <strong>del</strong>eitaba con sus cremas,<br />
antecedentes de las malteadas, creo que se llamaba el<br />
negocio "Cremas Herdy" o algo así por el estilo.<br />
Se han mencionado algunos comercios <strong>del</strong> Parían y sus<br />
alrededores, faltan de recordar muchos, pero lo anterior<br />
escrito puede ser la base para aumentar una alcancía de<br />
recuerdos.<br />
Pues bien el Parían, San Diego, la Prepa y la escuela<br />
Melquíades Moreno, edificio que circundaba el Jardín <strong>del</strong><br />
Estudiante fueron el maravilloso teatro en que se<br />
desarrolló nuestra vida estudiantil, todo esto presidido<br />
por la adusta figura de la cúpula de San Diego, que<br />
hiciera Don Francisco Tres Guerras, genial arquitecto de<br />
la época colonial; para muchos profesionistas de hoy día<br />
ésto que acabo de describir es nuestro Sanctus Santorum.<br />
"EL VAGO"<br />
Hemos platicado de nuestra vida en la gloriosa Prepa, de<br />
hace algunos lustros, nos solazamos al recordar, las<br />
novatadas, los eventos deportivos y culturales, la<br />
peregrinación al templo de Guadalupe y sus incidentes.<br />
Todas las estampas narradas tienen un común denominador,<br />
un joven alegre de aquellos años, sano en cuerpo y alma,<br />
su espíritu diáfano como nuestros cielos, de fácil palabra<br />
y de gran magnetismo dentro la muchachada, pues todos lo<br />
secundábamos en sus planes, por la nobleza de los<br />
mismos, este joven indispensable, con carisma y que fue<br />
pivote de la vida estudiantil y es "EL VAGO".<br />
Hablemos <strong>del</strong> Vago; su nombre: Jorge López Yáñez; su<br />
origen: Zacatecas; la tierra de su afecto y cariño:<br />
350
Aguascalientes; su padre: el ingeniero Don Francisco<br />
Lamadrid; su madre, no la conocimos, pues fue huérfano<br />
desde muy chico, ha de haber sido una virtuosa mujer<br />
porque de buen árbol siempre hay buenos frutos; sus<br />
hermanos Alfredo, Guillermo, Beatriz, María Soledad y<br />
Alicia, ésta y el Vago son los que sobreviven, pues todos<br />
los demás de seguro gozan de la <strong>presencia</strong> <strong>del</strong> Señor y hay<br />
que hacer notar que Beatricita la cual fue religiosa se<br />
encuentra en proceso de canonización, es decir candidata<br />
a santa. En aquellos años El Vago vivió en el barrio más<br />
barrio de Aguascalientes; ¡Triana! ya que su casa estaba<br />
en la calle de José María Chávez, muy amigo de los<br />
“Pescaditos” Villalobos, los Reyes, hijos de don Pedro el<br />
sastre, de su primo "El Paricutín" o “Pepino” y <strong>del</strong> Chato<br />
sastre, y por si fuera poco trabajaba con su papá en la<br />
Junta Local de Caminos que estaba en lo que fue la casa<br />
cural de la Parroquia de "El Señor <strong>del</strong> Encino" (hoy museo<br />
J. Guadalupe Posada) así que sus ligas con el castizo<br />
barrio fueron grandes, posteriormente se cambió a la calle<br />
de Hospitalidad.<br />
Todo mundo en la Prepa estimábamos a Jorge, él era el que<br />
organizaba las novatadas; veía porque nuestras campañas de<br />
reinas fueran alegres, pugnaba porque las fiestas a las<br />
madres y maestros lucieran, que no faltara nada para las<br />
corridas estudiantiles, que los campeonatos de basquetbol<br />
tuvieran brillantez y es más que veía hasta que<br />
estuviéramos en paz con Dios, organizaba la Asociación de<br />
Estudiantes Católicos, que a Nivel Nacional guiaba el<br />
padre Mayagoitia, originario de La Chona, y naturalmente<br />
nuestras peregrinaciones a Guadalupe, así mismo la hacía<br />
de locutor, y maestro de ceremonias, así es que Jorge era<br />
la chispa que encendía la hoguera de la Prepa.<br />
351
Las aficiones de Jorge, el deporte aunque sea correr, pues<br />
se iba de Hospitalidad a Triana por las calles de Morelos<br />
y Díaz de León corriente a paso veloz ¡Cómo correrías! Y<br />
la fiesta de los toros; inclusive militó en las filas<br />
novilleriles con el sobrenombre de “El Cocherito de<br />
Bilbao” lo que le valió que en una corrida que toreó en<br />
Guadalupe, Zacatecas, lo confundieron con un españolito y<br />
ya le andaba con los hispanófobos que lo traían a mal<br />
traer, sin saber él, pues el mote se lo fletó el<br />
empresario. Jorge, cuando éramos estudiantes<br />
universitarios, en unión <strong>del</strong> Chungo consiguió que el<br />
Doctor Gaona nos permitiera ocupar las gradas de las<br />
barreras de la Plaza México habiendo adquirido boletos<br />
económicos de última fila <strong>del</strong> segundo tendido y nació la<br />
porra de Ingeniería de la México. Muchos emigramos a la<br />
Universidad Nacional en busca de más amplios horizontes<br />
culturales también Jorge se fue, le preguntábamos que qué<br />
carrera llevaba y nos decía: "Ninguna, voy al pasito" o que<br />
en qué año estaba y nos decía: "En el año de 1953", si ese<br />
era; en fin, los pasitos que llevaba Jorge fueron firmes y<br />
su carrera la de Ingeniería Civil, así es que hoy día el<br />
famoso Vago es el señor ingeniero Jorge López Yáñez.<br />
El señor ingeniero Don Jorge López Yáñez, ejerció su<br />
profesión en la ciudad de México y contrajo matrimonio con<br />
Yarmila Okrucky en la ciudad de Nueva York y son los troncos<br />
de una honorable familia; que ni que, Jorge le platicó<br />
mucho a su señora esposa de la vida de Aguascalientes y en<br />
la primera oportunidad que tuvieron su vinieron a vivir a<br />
esta tierra que hoy es la de ellos y de sus hijos, y a todos<br />
ellos los vemos ya como parte nuestra y bien se que ellos<br />
aman a Aguascalientes, que felicidad que de nuevo están en<br />
casa y que la señora de Jorge sea una hidrocálida más.<br />
352
Pues bien, Jorge, creo que me falta decir que eres<br />
constructor de carreteras y de los buenos, pero quiero<br />
acabar ésto diciéndote, muchas gracias Jorge por haber sido<br />
el viejo de nuestra danza, en la juventud, muchas gracias<br />
que quemaste naves y estás en Aguascalientes de nuevo,<br />
muchas gracias por tantas cosas buenas que nos hiciste vivir<br />
y que:<br />
¡VIVA LA PREPA, SIMÓN!<br />
EXAMENES<br />
La vida <strong>del</strong> estudiante y sobre todo el de la Prepa<br />
transcurre en medio de las bromas y de las ocurrencias de<br />
unos y otros, pero en cuanto llegan los exámenes se hacen<br />
taciturnos y quisieran en unos cuantos días saber todo lo<br />
que los libros enseñan; ésto pasaba con el estudiante<br />
común y corriente, pero cabe hacer mención de que tuvimos<br />
compañeros muy estudiosos o sea macheteros y en cuanto a<br />
nuestras compañeras eran toda dedicación al estudio, al<br />
grado que siempre contestaban acertadamente las preguntas<br />
que les hacían los maestros y nos opacaban, pero servían de<br />
acicate para ponernos a estudiar y no dejarnos.<br />
Algunos compañeros preparaban para los exámenes<br />
acordeones, verdaderamente obras maestras <strong>del</strong> ingenio<br />
estudiantil, estos consistían en papelitos doblados, que<br />
daban apariencia de fuelle de acordeón y en ellos resumían<br />
libros enteros y para manejarlos en los exámenes se<br />
necesitaba habilidad y sangre fría, pues se la jugaban<br />
ante el maestro ya que si lo descubría era reprobada<br />
segura, yo llegué a ver un acordeón escrito sobre una goma<br />
que era todo un monumento pues en él resumió el compañero<br />
toda la Conquista de México; otro lugar para escribir<br />
estos resúmenes fueron los lápices, en fin no faltaba donde<br />
escribirlos y en matemáticas nos daba cada salvada las<br />
tablas de Logaritmos que en ellas (era un folleto)<br />
353
escondíamos nuestros acordeones, pero los maestros ya con<br />
mucho colmillo ante tales mañas nos los descubrían.<br />
No cabe duda que nuestros maestros, tan humanos nos veían<br />
como sus hijos y sufrían lo indecible cuando no<br />
respondíamos bien a la hora de los exámenes, recuerdo en<br />
una ocasión en un examen de Historia de México siendo<br />
sinodal nuestro muy querido maestro Don Alejandro Topete<br />
<strong>del</strong> Valle, veía que el examinado sufría al no saber<br />
contestar una pregunta en que la respuesta era "Carlos<br />
Quinto" y Don Alejandro su silla para atrás y extendió<br />
los cinco dedos de su mano sobre su frente y sin anunciar<br />
sonido movió los labios de su boca diciendo Carlos y se<br />
puso la mano como ya se ha dicho y el aturdido muchacho<br />
como vio que Don Alejandro carece de cabello contestó al<br />
maestro que lo examinaba ¡ah, ya sé, Carlos el Calvo! y<br />
todos los que íbamos en el salón inclusive Don Alejandro<br />
soltamos la carcajada y al aturdido muchacho me lo<br />
despacharon a hacer cursos de invierno.<br />
En otra ocasión el señor Químico Farmacobiólogo Don Jesús<br />
Teodoro Martín González examinaba en Física en compañía<br />
<strong>del</strong> maestro Doctor Don José Luis Avila Pardo (materia que<br />
para muchos de nosotros fue e1 Coco) y le preguntó al<br />
alumno sobre los imanes y éste le dijo: mire maestro, los<br />
imanes son unas cosas que al pasar por (cabellos los jalan y<br />
entonces él con el humor fino que siempre lo caracteriza, le<br />
dijo: compañero acabo de descubrir porqué yo no tengo<br />
pelo, tal vez, cuando era pequeño sin que se diera cuenta<br />
mi madre, me pasó por la cabeza un imán y mire me dejo<br />
calvo y todos festinamos el humor <strong>del</strong> Ingeniero Químico.<br />
Una última anécdota de exámenes. Transcurría el mes de<br />
enero que era cuando se regularizaban los compañeros que<br />
habían resultado reprobados en exámenes ordinarios;<br />
examinaban dos maestros muy queridos Profesora Doña<br />
354
Enriqueta González Goitia y Licenciado Don Humberto Brand<br />
Sánchez; tía y sobrino respectivamente pero con un cariño<br />
enorme pues la primera educó al segundo desde chiquito<br />
(ambos q.e.p.d.), la materia era Geografía y los muchachos<br />
que se presentaron dieron muestras de su ignorancia en lo<br />
que les preguntaban, se terminó el examen Queta quería<br />
reprobarlos y Humberto imploró clemencia y le decía: Mira<br />
Queta, considéralos pobres muchachos, acaban de pasar<br />
Posaditas, Navidad, Año Nuevo y Santos Reyes, como<br />
quieres que sepan si no tuvieron tiempo de estudiar, no<br />
seas malita de menos ponles a todos seis de calificación y<br />
Queta que fue un alma de Dios y Humberto con tan<br />
contundentes argumentos hizo que los calificara con seis.<br />
Cuando abandonaban el salón estos dos queridísimos<br />
maestros, acudieron a ellos los muchachos que habían<br />
examinado y preguntaron ¿Qué me saqué, maestra? y Queta<br />
con tono doctoral les dijo: todos tienen seis y agradezcan<br />
al Santo patrono <strong>del</strong> día de hoy que aprobaron, y los<br />
muchachos inquirieron, ¿Cuál es el Santo patrono <strong>del</strong> día<br />
de hoy? y Queta les dijo: San Antonio Abad, patrono de<br />
los animales. ¡AH!, QUE ANIMALES TAN SIMPÁTICOS.<br />
EL PERSONAL ADMINISTRATIVO.<br />
Cuando nosotros estuvimos en la Prepa, se podía comparar<br />
con un colegio grande, yo creo que la población<br />
estudiantil no rebasaba los trescientos alumnos por lo<br />
tanto no había ni necesitaba de esa gran máquina<br />
administrativa con que cuenta nuestra actual Universidad;<br />
en aquellas épocas que coincida con el romanticismo de<br />
nuestra vida, todo el equipo administrativo lo integraban<br />
el señor Rector, su Secretario, el Tesorero y dos<br />
taquimecanógrafas.<br />
Fueron nuestros Rectores el señor Doctor Don Rafael Macías<br />
Peña, a quien le correspondió organizar los festejos de<br />
355
las Bodas de Diamante de la institución, o sea los setenta<br />
y cinco años de existencia. Entregó la Rectoría el Dr.<br />
Macías Peña al Sr. Ingeniero Herrera Marmolejo quien<br />
renunció debido a una huelga estudiantil y por razones de<br />
trabajo, supliéndolo el Doctor Salvador Ramírez Martín <strong>del</strong><br />
Campo, terminando este período y luego hubo un problema en<br />
nuestro Instituto en la renovación de Rector, dividiéndose<br />
la institución en dos partes una en San Diego y otra en<br />
Bellas Artes por lo tanto hubo duplicado de rectores,<br />
siendo el Doctor Aguilera de Anda por los compañeros que<br />
se quedaron en San Diego y el ingeniero Vargas Tapia por<br />
los que se fueron a Bellas Artes.<br />
Por lo que respecta a los Secretarios de la Prepa en la<br />
época en que nos tocó vivir en ella hubo dos que se<br />
singularizaron por su estampa, Don Ricardo Rodríguez Romo<br />
y el señor Doctor Don Manuel I. Rodríguez, que sepa, entre<br />
si no fueron parientes; los secretarios se desempeñaron<br />
como autoridades estudiantiles inmediatas ya que ellos se<br />
entendían con el populacho estudiantil, lo que sirvió para<br />
que les profesáramos afecto.<br />
Don Ricardo Rodríguez Romo "Don Richard" fue el que nos<br />
daba la bienvenida ya que con él se hacían los trámites<br />
para ingresar a la Prepa; fue una persona de regular<br />
estatura, de edad madura, tez blanca, cara ancha, pelo<br />
ondulado, de hablar gangoso, nariz respingada y de pulcro<br />
vestir y además de ser Secretario nos impartía las clases<br />
de Dibujo imitación y Encuadernación, ésto último lo traía<br />
en la sangre ya que su familia fue dueña de la Imprenta y<br />
Encuadernación Rodríguez Romo; Don Richard fue un hombre<br />
que se dio a querer entre el estudiantado pues lo<br />
recordamos con afecto, su <strong>presencia</strong> la sentimos antes de<br />
verlo por la costumbre que tenía de fumar puro, así es que<br />
356
el oler en la Prepa ese tipo de tabaco era darnos cuenta<br />
que por ahí andaba Don Ricardo Rodríguez Romo.<br />
El otro Secretario, el señor Doctor Don Manuel I.<br />
Rodríguez, cuando fue Secretario <strong>del</strong> Instituto, era de<br />
edad avanzada, bajo de estatura, de tez morena, cara<br />
redonda y se le dificultaba oir por lo que se auxiliaba<br />
con un aparatito auditivo, su sordera lo hacía taciturno<br />
ya que no era comunicativo con nosotros, le recordamos con<br />
estimación y respeto, fue un hombre honrado y cabal,<br />
habiendo dado muestras de esto en los conflictos que le<br />
tocó vivir en la Prepa, custodiando con celo documentación<br />
que se le confío y con firmeza de principios en sus ideales,<br />
pues él militó donde él creyó había la razón, nos impartió<br />
clases de Francés.<br />
Ahora, toca su turno que hablemos de quien fue el<br />
Tesorero de la Prepa en todos los años que nos tocó vivir<br />
en ella; se trata <strong>del</strong> señor Ingeniero Químico Don Efraín<br />
Cobar Lazo; creo que él fue mexicano por naturalización<br />
pues su lugar de origen fue la población de "La Antigua"<br />
en Guatemala, o sea la primera capital de nuestra vecina<br />
nación, el maestro Cobar siempre con orgullo se ostentó<br />
como guatemalteco, pero la mayor parte de su vida la vivió<br />
en nuestra Patria y en Aguascalientes; fue bajo de<br />
estatura de tez blanca, cuando lo conocimos se veía<br />
persona entrada en años, pero probablemente este aspecto<br />
se lo daban sus canas que se arreglaba, pues parecían<br />
metálicas, su cara fue ancha lo mismo sus narices, ojos<br />
cafés y cuando deambulaba por los corredores de la escuela<br />
era muy de él poner sus manos en su espalda, como si fuera<br />
marinero. E1 maestro Cobar tenía una oficinita al otro<br />
lado de la escalera <strong>del</strong> primer patio la cual tenía su<br />
ventanilla por donde nos atendía y nos entregaba los<br />
comprobantes de pago de colegiaturas, derechos a exámenes,<br />
357
etc., posteriormente despachó junto a la oficina <strong>del</strong><br />
Rector y Secretario.<br />
El maestro Don Efraín Cobar Lazo, impartió cátedras de<br />
Química Orgánica e Inorgánica, fue todo un caballero en<br />
su trato con todas las personas.<br />
En muchos años prestó sus servicios a la Secretaria de<br />
Salubridad y Asistencia, atendiendo el laboratorio que<br />
tenía en esta ciudad, laboratorio al cual nos invitó<br />
varias veces, pues la pobreza de nuestra Prepa hacía que<br />
no tuviéramos buenos laboratorios y el maestro Cobar suplía<br />
en esa forma las deficiencias. Otra de sus actividades a lo<br />
que le puso mucho cariño fue al Leonismo, perteneciendo al<br />
Club que tiene su casino junto al Jardín de San Marcos,<br />
donde también se le recuerda con cariño pues en su época<br />
fue uno de los grandes pilares de éste donde se le conocía<br />
como "Cobarín".<br />
El maestro Cobar contrajo en dos ocasiones matrimonio,<br />
siendo su segunda esposa Doña María Luisa Pasillas, ahora<br />
Viuda de Cobar con quien educó dos hijos.<br />
Siempre nos acordaremos <strong>del</strong> maestro Cobar como un hombre<br />
caballeroso, buen esposo, padre y magnífico maestro.<br />
No creas Carmelita que tú y María Elena se me han<br />
olvidado, si bien que las tengo presentes.<br />
En estos relatos no podían faltar las señoritas María <strong>del</strong><br />
Carmen y María Elena, ambas de apellidos García Pizaña ya<br />
que eran hermanas, la primera morena y la segunda blanca y<br />
remataba con pelo güero que se pintaba, originarias de<br />
Durango, ya María Elena en paz descanse y Carmelita vive lo<br />
que es un gusto grande verla de vez en cuando.<br />
Las hermanas García Pizaña eran las taquimecanógrafas y<br />
nuestro enlace directo con las autoridades pues para<br />
cualquier cosa acudíamos a ellas y servían de mediadoras,<br />
358
así es que ya se han de imaginar que conocían todo el teje<br />
y maneje de la Prepa y con espíritu de cuerpo gozaban y<br />
sufrían con todos nosotros por lo que también formaron<br />
parte de nuestra vida estudiantil, siendo Carmelita la más<br />
conocedora <strong>del</strong> medio y gran auxiliar de nuestros señores<br />
Rectores.<br />
¡Con que cariño recordamos a todos los que contribuyeron<br />
para que la Prepa fuera nuestra cuna cultural!<br />
NUESTROS AMIGOS LOS MOZOS<br />
Cometeríamos un acto de injusticia al reproducir estampas<br />
de nuestra vida estudiantil preparatoriana, si no<br />
hiciéramos mención a esos hombres que formaron parte <strong>del</strong><br />
todo y que sin ellos algo faltaría; hablamos de los mozos,<br />
de los que sin tener cultura sólo entregaron su fuerza<br />
física y su corazón, así de grande, a la institución y a<br />
la muchachada. Ellos llegaron a sentir la Prepa como<br />
parte de su vida y duraron en hasta el final.<br />
Tres mozos formaban el personal de aseo <strong>del</strong> edificio y en<br />
el transcurso <strong>del</strong> día la hacían de mensajeros; ellos fueron<br />
Ruperto, Feliciano y Pancho, los dos primeros de avanzada<br />
edad y el tercero en plenitud de la vida.<br />
Ruperto y Feliciano fueron antiguos sirvientes de<br />
haciendas porfirianas y como tales guardaban absoluto<br />
respeto a quien representaba al patrón, que en este caso<br />
se trataba <strong>del</strong> señor Rector y los maestros, los dos<br />
conserjes usaban pantalón de mezclilla de pechera,<br />
paliacate rojo y sombrero de palma de ala ancha y en<br />
alguna ocasión llegamos a verlos con huarache.<br />
Don Ruperto era bajo de estatura, tez trigueña, ojos<br />
verdes, nariz aguileña y usaba un descomunal bigote tipo<br />
charro, no así Feliciano que era enjuto de carnes, alto y<br />
359
le faltaban dientes, es decir, era chimuelo; en cuanto a<br />
Pancho, era joven y sin características de ranchero.<br />
Tempranito acudían los mozos para hacer el aseo; Feliciano<br />
la planta baja <strong>del</strong> primer patio, Ruperto la planta alta y<br />
Francisco el patio de atrás, se turnaban para salir a<br />
almorzar y regresaban para hacer los mandados que se<br />
ofrecían en la Rectoría; todavía después de comer<br />
regresaban hasta las siete de la noche en que llegaba el<br />
velador.<br />
A nuestros conserjes les encantaba convivir con nosotros,<br />
pues había ratos que se sentían volver a la ya lejana<br />
juventud; ¡Cómo hacíamos renegar a Ruperto! Nos viene a<br />
la memoria el hecho de que a propósito comprábamos<br />
alcatraces de semillas y luego nos íbamos a la parte que él<br />
tenía a su cuidado y a comerlas y a regar las cáscaras de<br />
semillas, él no decía cosa alguna, se subía con su<br />
coleador mojado y empezaba a recoger la basura que<br />
habíamos tirado, pero no lo hacíamos tonto, pues él<br />
calculaba quien había sido el malhechor y cuando se<br />
aproximaba a donde estaba, con el coleador le pegaba en<br />
las pantorrillas hasta obligarlo a lanzar aullidos de<br />
dolor y luego el altercado entre ambos protagonistas pero<br />
de ahí no pasaban las cosas y ésto nos obligaba a proceder<br />
con más cuidado.<br />
Era don Ruperto un tipo pintoresco y en alguna ocasión<br />
nos platicaba <strong>del</strong> tiempo en que él trabajaba con los<br />
hacendados en la época porfiriana y nos contaba que<br />
ciertamente en su juventud había sido peón de hacienda, de<br />
los que por ahí nuestros maestros contaban que habían<br />
sido muy maltratados y mal pagados y que los hacían<br />
trabajar de sol a sol, pero que él, sin embargo, con lo<br />
que ganaba se podía dar el lujo de venir a la Feria de<br />
Abril, estrenando su traje de charro y su esposa su vestido<br />
360
de seda y que ahora lo que ganaba como mozo, que era mucho<br />
más de lo que ganaba como peón, aún así no le alcanzaba<br />
ni para comer.<br />
Don Ruperto y Don Feliciano siempre estuvieron como bolas<br />
de billar, constantemente de pleito y siempre juntos;<br />
cuando terminaban sus primeras labores, ambos se sentaban<br />
en una banquita de madera que se encontraba en el zaguán y<br />
ahí se pasaban horas y horas jugando Conquián y se<br />
bromeaban, se enojaban, se peleaban, pero se volvían a<br />
contentar; Francisco siempre fue un buen muchacho, muy<br />
servicial como sus otros dos compañeros, pero pronto se<br />
perdió de vista.<br />
Ruperto murió de viejo y cuando a Feliciano lo jubiló el<br />
Instituto de Ciencias, ya también muy anciano, fue<br />
atropellado por un camión urbano y a consecuencia de ello<br />
pocos días después falleció.<br />
Ya que hablamos de conserjes, nos viene a la memoria un<br />
velador que tuvo la Prepa en épocas anteriores, se<br />
llamaba Febronio, era alto, fornido, cara redonda y pelo<br />
cano, que como sus compañeros también usaba pantalón de<br />
pechera; un buen día dos de nuestros compañeros lo<br />
quisieron asustar y los asustados fueron ellos; se corría<br />
la conseja que por las noches en el segundo patio se<br />
aparecía un fantasma y hasta se decía que era un<br />
Franciscano encapuchado y que era un ánima que andaba<br />
vagando. Dos de los estudiantes se trajeron de sus casas<br />
unas sábanas y se escondieron en un salón <strong>del</strong> mencionado<br />
segundo patio y por aquello de las nueve de la noche, ya<br />
cuando el maestro Cobar Lazo salió de la Tesorería, era el<br />
último en salir de la Prepa, se quedaba sólo Febronio y<br />
salieron de su escondite los compañeros envueltos en sus<br />
sábanas e hicieron ruido y cuando Febronio en la penumbra<br />
de un rincón vio a los dos "Fantasmas" saltarines, en vez<br />
361
de amedrentarse sacó de sus ropas un descomunal cuchillo<br />
de esos como para asustar al miedo, se acercó a los<br />
"Fantasmas" y en medio de improperios les daba arremetidas<br />
con el cuchillo y los "Fantasmas" sólo gritaban: ¡Somos<br />
nosotros Febronio! ¡Somos nosotros! y naturalmente lo que<br />
Febronio quería era vengarse, hacía caso omiso y no dejó de<br />
lanzar golpes hasta que por fin hicieron las paces y no<br />
sin antes Febronio darles una buena retocada.<br />
Nuestra Prepa siempre ha tenido conserjes que se<br />
encariñaron mucho con esta casa de estudios, por ahí<br />
andan todavía Martín Torres, Tereso Quezada y Tanilo<br />
Ramírez.<br />
La grandeza de las instituciones no lo fuera si no se<br />
fincara en hombres limpios de corazón.<br />
LA HORA ESTUDIANTIL.<br />
Las Directivas <strong>del</strong> Círculo de Estudiantes Aguascalentenses<br />
en la Prepa se preocupaban por el desarrollo integral de<br />
sus agremiados, a través de sus distintas Secretarías y<br />
correspondía a la de Acción Cultural organizar los<br />
programas de radio para proyectar por medio de las ondas<br />
Hertzianas la imagen de la Prepa y <strong>del</strong> Círculo a todos los<br />
hogares <strong>del</strong> centro de la República; Pedrito Rivas nos<br />
regalaba tiempo de Su prestigiada XEBI para tal fin.<br />
Al través <strong>del</strong> recuerdo vamos dándonos una asomada a "La<br />
Hora Estudiantil". La salita de la difusora, semana tras<br />
semana, se llenaba con elementos nuestros y de muchachas<br />
de la Normal, armábamos buenas borucas platicando, veíamos<br />
que en la cabina de transmisiones mientras nos llegaba el<br />
turno, trabajaban en las labores normales de la difusora<br />
aquellos locutores de una época de oro, Juan Manuel<br />
Orenday García y Ángel Ortega Carmona, dentro <strong>del</strong> local el<br />
362
clima era calurosa, en el reducido foro se acomodaba el<br />
pianista y el Son de la Prepa.<br />
Los conductores <strong>del</strong> programa lo fueron Pancho Suárez <strong>del</strong><br />
Real y "El Vago" López Yáñez y cuando a ellos les hacían<br />
señas desde la cabina de que el programa en breve daría<br />
principio, imponían el silencio en la sala y a la señal de<br />
que entrábamos al aire, con voz solemne uno de nuestros<br />
locutores decía: "El Círculo de Estudiantes<br />
Aguascalentenses <strong>del</strong> Instituto de Ciencias presenta su<br />
Hora Estudiantil", el pianista empezaba a tocar y todos<br />
nosotros al unísono a cantar El Corrido <strong>del</strong> Estudiante, en<br />
su primera parte y ahí estábamos "Si sabías que era<br />
estudiante, que no salía <strong>del</strong> billar", .etc., etc., y<br />
después de la introducción los aplausos y a estar<br />
seriecitos para no poner en mal a la casa. En seguida se<br />
anunciaba una intervención al piano por alguna compañera<br />
ya sea nuestra o de la Normal, los poemas con sus<br />
atorones, tragadas de camote, confusiones y sin querer las<br />
risotadas de los concurrentes; algunos compañeros que eran<br />
duchos en cantar se lucían, luego la sección de preguntas<br />
con premios a los que acertaban, la hacían nuestros<br />
locutores de Doctor I.Q.<br />
De las intervenciones que más gustaban al auditorio eran<br />
las <strong>del</strong> "Son de la Prepa", con su música tropical como<br />
"Babalú", "Vereda Tropical" o aquella que decía: Uno,<br />
Dos y Tres que paso tan chévere; en fin, era la alegría.<br />
En este Son le gustaba tocar el acordeón a Juan José<br />
Macías, aunque no me tocó verlo de estudiante en nuestra<br />
casa de estudios por haber sido anterior a mí, pero el<br />
gusto por la música no se le quitaba. Aquel conjunto se<br />
integraba además, con piano, maracas, claves, güíros,<br />
contrabajo, bongos y hubo un instrumento de percusión muy<br />
raro que creado por el ingenio estudiantil era una caja de<br />
363
esonancia hecha con un empaque de madera de jabón<br />
amarillo, con una boca y junto a ella unos cinchos,<br />
quien la tocaba se sentaba en ella, abría las piernas,<br />
doblaba la espalda y con las manos hacía vibrar los<br />
cinchos haciendo el efecto de tololoche.<br />
Cuando se terminaba el programa, se rubricaba con El<br />
Corrido <strong>del</strong> Estudiante y la Prepa se retiraba <strong>del</strong> aire.<br />
Salíamos felices <strong>del</strong> programa, por la calle Madero,<br />
mientras que las últimas luces <strong>del</strong> día se despedían <strong>del</strong><br />
cielo de Aguascalientes por el rumbo de El Picacho y las<br />
estrellas empezaban a brillar.” 88<br />
Otro de sus textos, pero con una edición muy limitada e<br />
impreso en esténcil fue POR LOS CIELOS DE EUROPA. Este es<br />
una narración de un viaje realizado al viejo continente<br />
donde se detallan los pormenores <strong>del</strong> mismo.<br />
88 Villalobos Ramírez, Gabriel. Estampas estudiantiles.<br />
364
En su nota introductoria resalta que: “El hecho de<br />
pertenecer México al grupo de naciones que forman parte de<br />
la cultura occidental hace que cuando nuestro entendimiento<br />
inicia sus incursiones por esta, en los más tiernos años de<br />
nuestra vida, nos familiaricemos con los lugares que<br />
podemos decir son la fuente de nuestra cultura.<br />
365
Cuando el hombre tiene noticias de la existencia de las<br />
cosas nace con él, primero, el simple deseo de conocerlas y<br />
a medida que por las pláticas o por la lectura aumenta su<br />
conocimiento de ellas ya no es el simple deseo sino que<br />
nace la necesidad de conocerla directamente.<br />
Esto es lo que nos sucede en relación con Europa como nos<br />
fascinó en los primeros años de la secuela saber la<br />
existencia de culturas como la de Grecia, Roma y las <strong>del</strong><br />
Medio -Oriente y luego nuestros fuertes nexos con España,<br />
posteriormente el haberme inclinado por el estudio de<br />
humanidades convirtió mis deseos de conocer Europa en<br />
verdadera necesidad de ir al grado de hacer votos de ir a<br />
Europa y en especial a España antes de morir.<br />
Esta obsesión hizo que cuando mi capacidad económica lo<br />
permitió hiciera maletas y en compañía de mi esposa Lupita<br />
realizara una de las más caras ilusiones de mi vida.<br />
E1 tiempo transcurre y lamentablemente en la memoria actúa<br />
destructora y antes de que se borren de mi mente detalles<br />
de las vivencias adquiridas en Europa, me propongo a<br />
escribir tan bellas impresiones, procuraré escribir lo que<br />
vi y las emociones que tuve y no transcribir mis relatos<br />
datos precisos que para eso existen infinidad de guías<br />
turísticas que hay de todas las principales ciudades de<br />
Europa que ilustran a uno al respecto, así es que este<br />
relato será <strong>del</strong> turista común y corriente y no <strong>del</strong> que<br />
quiere presumir de erudito cuando lo que hace en sus<br />
relatos es transcribir párrafos enteros de dichas guías.<br />
Así pues inicio mí relato de lo que vi y sentí en Europa<br />
en mi viaje <strong>del</strong> día 12 de julio al 2 de Agosto de 1969 que<br />
por ser tan corto yo lo llamaría botanitas europeas por lo<br />
pequeño pero fuerte de sabor.” 89<br />
En el índice un primer inciso se refiere a la Partida, el<br />
SÁBADO 12 JULIO. Ahí describe: “¡Por fin rumbo a Europa!<br />
89 Villalobos Ramírez, Gabriel. Por los cielos de Europa. Edición <strong>del</strong> autor. MCMLXXIV.<br />
366
nos encontramos en el aeropuerto Internacional de la Ciudad<br />
de México, son las 11.30 de la mañana y dimos principio a<br />
nuestros tramites para nuestra salida rumbo a Madrid, hubo<br />
algunas dificultades debido a que yo no traía mi cartilla<br />
<strong>del</strong> Servicio Nacional Militar, a1 grado que me dijeron que<br />
no iba a poder salir y fue tal mí disgusto ya que sí traía<br />
mi pasaporte y este solo lo expiden mostrando uno, entre<br />
otros documentos, su cartilla no veía yo la necesidad de<br />
tanta exigencia de parte de los empleados de la aduana y<br />
entonces manifesté que cancelaría nuestros viajes y me<br />
regresaba a mi tierra y al ver esto los empleados de<br />
“Iberia” Líneas Aéreas de España, que fue con quien<br />
contratamos el viaje, estos con su tradicional gentileza se<br />
movieron y subsanaron la falta de cartilla, eso que no se<br />
me dio un comprobante de mí salida de México, mismo que<br />
debería de mostrar a mi regreso, pero entonces debería de<br />
fingir que lamentablemente había perdido dicho documento y<br />
ni modo que me exportaran de mi propia patria, así que esto<br />
sirvió para que durante el viaje trajera el gorgorito de la<br />
falta de dicho documento, aunque la única cosa que me<br />
tranquilizaba es que lupita si lo traía y en caso de<br />
emergencia al regreso ella la haría de abogada mía y por un<br />
sí o por un no, pensé que en la primer comunicación que<br />
tuviera con mi casa, decirle a Mercedes mi hermana me<br />
enviara la cartilla a la administración <strong>del</strong> hotel a que<br />
acostumbro llegar a la ciudad de México; así las cosas,<br />
ahora a la sala de espera para abordar nuestro avión.<br />
Es tanto el turismo mexicano a Europa que los aviones con<br />
todo y ser de 140 pasajeros van que no cabe un alma más y<br />
resulta que nos querían enviar a Europa vía Nueva York a<br />
las diez de la mañana pero como no nos localizaron de<br />
Iberia, temprano, no hubo más remedio que esta línea nos<br />
dio boletos de primera por que el enorme compartimiento de<br />
clase turista completamente estaba ocupado, así es que<br />
367
gozamos de ciertas prerrogativas que por cierto no es mucha<br />
la diferencia <strong>del</strong> compartimiento de primera con el de clase<br />
turista.<br />
Cuando llegamos a la sala de espera nos encontramos que las<br />
personas que serían nuestros compañeros de viaje y que<br />
habían salido de Guadalajara se encontraban haciendo cola<br />
arreglando en emigración la documentación de salida, por<br />
ahí vi entre las caras conocidas al Dr. Raúl González<br />
Reyes y esposa, otro señor con su esposa que por cierto el<br />
doctor nos los presentó y resultaron ser los señores<br />
Charcas, que inmediatamente los relaciona uno con su<br />
negocio en Aguascalientes, tintorería “La unión”,<br />
naturalmente que las primeras palabras cruzadas con ellos,<br />
con la diplomacia y frialdad de las personas que apenas<br />
empiezan amistad, como me da risa ahora lo que me dice mi<br />
compadre Don Santiago Charcas que cuando nos vio se dijo<br />
para sus adentros “Sabe que clase de “endeviduo” sea este”<br />
por ahí en aquel grupo de personas que procedían de<br />
Guadalajara se encontraba la ahora tapatía y conocida de la<br />
infancia por haber sido vecina Esperanza Siordia. Dentro de<br />
las personas que serían nuestro compañeros de viaje venía<br />
casi toda una familia parientes cercanos <strong>del</strong> lic. Francisco<br />
Medina Asencio, los cuales entre abuela, tías, madres,<br />
sobrinas e hijos serían unos doce, y la respetable abuela<br />
nos decía, debemos ser en este viaje como una sola familia<br />
y estar todos unidos, por cierto que una de las miembras de<br />
esta familia, la señora chelito era la encargada ocasional<br />
<strong>del</strong> grupo, mientras esto acontecía nos dieron por los<br />
altavoces nuestra salida y al final de uno de los pasillos<br />
nos esperaba un enorme avión de Iberia de cuatro reactores,<br />
Douglas D C 9 en el que iríamos a Madrid, dicho avión<br />
ostenta el nombre de “Velásquez” haciendo recordar a uno de<br />
los genios de la Pintura española.<br />
368
Nos encontramos instalados en nuestros confortables<br />
asientos <strong>del</strong> departamento de primera <strong>del</strong> avión en que<br />
iniciábamos nuestro viaje, este compartimiento era de doce<br />
asientos nada más y nos atendían dos sobrecargos, una dama<br />
y un caballero, los dos de trato agradable y servicial, a<br />
través de la ventanilla veíamos aún el aeropuerto de la<br />
ciudad de México, se nos comunica que debemos abrocharnos<br />
los cinturones de seguridad y lentamente el avión se para<br />
en la cabecera sur de la pista ahí se nos dan las<br />
instrucciones de cómo se debe comportar el pasaje en casos<br />
de accidente tanto en mar como en tierra, por cierto que yo<br />
creo que en un caso de estos de todo se acuerda uno menos<br />
de dichas reglitas que cortésmente dan a uno, pues bien<br />
después de esto, en el nombre sea de Dios y vámonos, ahí va<br />
nuestra nave a toda velocidad devorando la pista y de<br />
pronto sentimos que despegamos, que estamos volando, era la<br />
una de mediodía, vemos restos <strong>del</strong> lago de Texcoco, pasamos<br />
la capa de smog <strong>del</strong> Valle de México, sobresalen el<br />
Popocatepetl y el Ixtalcihualt, llevamos rumbo noreste,<br />
supongo que volamos sobre el Estado de Tlaxcala, seguimos<br />
ascendiendo, luego nos informaron que volamos sobre la<br />
Barra de Nautla y dejamos a nuestra Patria por las costas<br />
veracruzanas y luego el Golfo de México, allá muy abajo,<br />
sobre las aguas <strong>del</strong> mar los barquitos pesqueros que dan la<br />
impresión de mosquitos posados en las aguas de un lago,<br />
pasamos entre la península de Yucatán y Cuba, volamos ahora<br />
rumbo al sureste y luego rumbo a Oriente, se aproxima uno<br />
de los sobrecargos y nos ofrece una bebida, y a partir de<br />
ese momento a saborear buenos vinos, después la comida<br />
resultó ser un banquetazo y entre los platillos exquisitos,<br />
pescado de Pátzcuaro, después de comer volamos sobre el Mar<br />
Caribe a una altura de 12,000 mts; como a las cuatro y<br />
media hora de México, volamos sobre una isla toda verde lo<br />
que hace suponer de vegetación tropical, muy accidentada<br />
369
pues daba la impresión de un papel estaño arrugado pero<br />
como ya dije, de color verde, sentí deseos de ir a platicar<br />
con mis paisanos el Dr. González Reyes y Don Santiago<br />
Charcas y sus respectivas esposas, ya que antes había ido<br />
con ellas lupita y así es que fui a la parte más amplia <strong>del</strong><br />
avión más allá de la mitad estaban ellos y cuando<br />
comentábamos que volábamos sobre una isla, veíamos sus<br />
ciudades y carreteras en medio de sus bosques; nos<br />
informaron por el sonido que volábamos sobre la isla de<br />
Jamaica y que dentro de una hora llegaríamos a Santo<br />
Domingo, parte oriente de la Isla de Haití y capital de la<br />
República <strong>del</strong> mismo nombre, después de platicar un rato con<br />
tan finas personas me regresé a mi lugar y con precisión<br />
cronométrica a la hora el avión descendió y aterrizamos con<br />
toda felicidad en el Aeropuerto de las Américas en Santo<br />
Domingo a las 18:00 hs, hora de México 19:00hs. hora local.<br />
Mientras abastecían de combustible nuestro Jet, todos los<br />
pasajeros optamos por ir a las salas de espera <strong>del</strong><br />
aeropuerto, a la salida <strong>del</strong> avión hacía un fuerte calor ,<br />
tomamos fotografías <strong>del</strong> aeropuerto y nos fuimos a refugiar<br />
<strong>del</strong> calor a las salas de espera donde el clima era<br />
artificial, recorrimos estas, al fondo de las mismas había<br />
grandes ventanales donde se veía los estacionamientos de<br />
automóviles de esta terminal aérea y un poco más allá las<br />
palmeras y el mar, así es de que las pistas de aterrizaje<br />
se encuentran a la vera <strong>del</strong> océano. En la sala en que<br />
estuvimos se venden vinos, cámaras fotográficas, radios y<br />
otros artículos de gran calidad a precios razonables pues<br />
no cobran impuestos ya que es puerto libre para los<br />
viajeros de paso.<br />
El ambiente era alegre pues se encontraban un trío de<br />
guitarristas tocando música de carácter tropical y en una<br />
forma muy especial a un señor que dejaba Santo Domingo y se<br />
unía a nosotros en nuestro vuelo.<br />
370
Los señores quisieron dejar constancia de su paso por Santo<br />
Domingo y escribieron tarjetas para los familiares que poco<br />
a poco íbamos dejando más lejos, en nuestro querido México.<br />
Una hora de haber aterrizado nos dan instrucciones por los<br />
altavoces de que nuestro viaje se reanudaba, abordamos por<br />
segunda vez el avión, para esto ya se había hecho<br />
completamente de noche y nos disponemos para dar el gran<br />
salto.<br />
Nos encontramos en nuestros asientos, se cierran las<br />
puertas <strong>del</strong> avión y este por dentro completamente<br />
iluminado, nos recuerdan de nuevo las medidas de seguridad<br />
y empieza el avión a correr por la pista la cual está<br />
perfectamente alumbrada, despegamos, dejamos allá muy abajo<br />
las luces <strong>del</strong> aeropuerto de las Américas y más retiradas<br />
las luces de la ciudad de Santo Domingo y allá arriba nos<br />
encontramos que por el poniente aún había luz de día misma<br />
que rápido desapareció, pues vamos al encuentro de la noche<br />
y detrás de ésta nos esperaba la deslumbrante y maravillosa<br />
Europa.<br />
Cuando empezamos a cruzar el Océano Atlántico en medio de<br />
la noche nos ofrecen el aperitivo para la cena y luego este<br />
que fue otro magnifico banquete con platillos exquisitos<br />
que complacerían al gusto más refinado y servida con un<br />
sinnúmero de atenciones y después de esto a leer un libro<br />
un rato y dizque a disponernos a dormir y para eso nos<br />
obsequiaban unas pantuflas y nos proporcionaron cobertores,<br />
esto acontecía cuando en nuestro México serían las diez de<br />
la noche, como tengo la costumbre de dormir hasta las doce<br />
de la noche, por eso digo que nos disponíamos dizque a<br />
dormir, pues sueño no había; como estaba <strong>del</strong> lado de la<br />
ventanilla me dedique a ver a través de ella, veía las<br />
luces intermitentes de posición de nuestro avión y luego<br />
reconocí la constelación boreal de “Vega de la lira” y me<br />
sorprendí porque esta iba cambiando de posición<br />
371
elativamente en poco tiempo, así transcurría el tiempo y<br />
ya cuando empezaba a sentir sueño y me disponía a dormir<br />
me sorprendió el alba, la luz poco a poco iluminaba por<br />
fuera el avión vi de nuevo la gran ala que estaba en mi<br />
lado<br />
con sus potentes dos reactores, volábamos sobre un banco de<br />
nubes cirroacumuladas, o sea de las que les llamamos<br />
borreguitos pero estas quedaban abajo <strong>del</strong> avión a la misma<br />
distancia de cómo las vemos desde la tierra, es decir<br />
estaban demasiado debajo de nosotros, con los efectos de la<br />
luz <strong>del</strong> sol estas primeras fueron desde color plomizo<br />
después color de rosa y el sol ya estaba sobre nosotros,<br />
serían las doce de la noche en México, había experimentado<br />
la noche más corta de mi vida. Dentro <strong>del</strong> avión todo era<br />
movimiento, iniciábamos un nuevo día, por el sistema de<br />
sonido se oía música suavecita, nos informaron que dentro<br />
de hora y media aterrizaríamos en el aeropuerto de Barajas<br />
en Madrid, y nos dijeron que ahí la temperatura era de 20<br />
grados luego nos dieron de desayunar este consistía en<br />
carnes frías y jugos, por cierto que sin apetito, pues nos<br />
daban los alimentos como a los niños, cada cuatro horas,<br />
después nos comentaba el Dr. González Reyes que le dijo a<br />
la azafata: oiga señorita todavía nos está aleteando el<br />
pollo que nos dio de cenar y ahora el desayuno, mejor<br />
muchas gracias, así se las gastan en cuanto alimentos en<br />
los aviones.<br />
Afuera entre los huecos que había entre las nubes allá muy<br />
abajo se veía el mar y constantemente vimos barcos que han<br />
de haber sido trasatlánticos pues a pesar de la altura los<br />
barcos se distinguen perfectamente, la mayor parte<br />
navegaban hacia el poniente o sea rumbo a América y otros<br />
al sur que eran los que iban a África o a América <strong>del</strong> Sur.<br />
Platiqué con la azafata una muchacha espigada que sin ser<br />
fea su máximo adorno era su carácter agradable, le hice<br />
372
saber mi cariño por España y ella, al fin española, le<br />
agradó de sobremanera la plática, asimismo platicamos de<br />
México y de lo maravillosos de su historia y su folklor y<br />
en especial le platiqué de lo que para mi esta sobre todos<br />
los lugares de la geografía <strong>del</strong> mundo, de mi Aguascalientes<br />
y su barrio de Triana, tuvo que atender a otros pasajeros y<br />
dejamos nuestra conversación.<br />
El sol brillaba con la intensidad que lo hace como a las<br />
ocho o nueve de la mañana, todos procurábamos ver a través<br />
de las ventanillas porque presentíamos la proximidad de la<br />
costa de Portugal y de rato ahí estaba ¡Que impresión tan<br />
agradable! nos salía a encontrar la vieja Europa y<br />
comisionó a las costas de Portugal para dar la bienvenida a<br />
este grupo de mexicanos que sin perder un ápice de nuestro<br />
cariño a nuestra patria y que nos convertiríamos en<br />
heraldos de buena voluntad, íbamos al encuentro de la<br />
deslumbrante Europa cuna de nuestra cultura.<br />
Allá abajo y de Norte a Sur la línea blanca de la espuma de<br />
las olas que se perdía entre la bruma en el horizonte, y<br />
dividía lo azul <strong>del</strong> mar de lo dorado de las playas, se<br />
apreciaban las radas de los ríos y como si fuera un plano<br />
veíamos la trasa de puertos pequeños probablemente aldeas<br />
de pescadores, dejamos atrás esto y nos invadía la<br />
agradable sensación de estar de nuevo volando sobre la<br />
tierra , después de tantas horas sobre el mar, luego<br />
veíamos muchos pueblos y ciudades que nos hacían comprender<br />
la explosión demográfica de la península ibérica, por<br />
cierto que muchos de ellos amurallados, recuerdo<br />
perfectamente uno que sus murallas tenían la forma de una<br />
estrella de unos diez picos, otra cosa característica de<br />
estas poblaciones es que en sus orillas todas tienen su<br />
plaza de toros.<br />
Volamos sobre bosques y entre sus cañadas se veían presas<br />
para sistemas de riego , o hidroeléctricas todo lo cruzaban<br />
373
carreteras; luego una llanura semi-árida y nuestro avión<br />
perdía altura y nos dieron instrucciones de abrocharnos<br />
nuestros cinturones porque íbamos a aterrizar en el<br />
aeropuerto internacional de Barajas, en lontananza se veía<br />
la ciudad de Madrid, poco a poco bajamos, toca tierra y<br />
finalmente llegamos a España.” 90<br />
En ese mismo tono se hace la descripción de las actividades<br />
realizadas en Europa cuyos enunciados son los siguientes:<br />
Madrid; parque <strong>del</strong> retiro; Museo <strong>del</strong> Prado; Palacio Real de<br />
Madrid: Segovia y la Granja; El alcazar de Segovia; la<br />
Granja; Toledo; San Juan de los Reyes; Santo Tomás; La<br />
Catedral de Toledo; La sinagoga <strong>del</strong> tránsito; La casa <strong>del</strong><br />
Greco; Las artesanías toledanas; ¡Quihubole mi jitomate!;<br />
Vista panorámica de Toledo; El alcazar de Toledo; El valle<br />
de los caídos; El escorial; Teatro de la Zarzuela; Rumbo a<br />
Roma; Roma; El parque Borghes; El Capitolio; El panteón;<br />
La fuente de Trevi; Puente y Castillo de San Angel; Olaza y<br />
Basílica de San Pedro; Monumento a Víctor Manuel II; El<br />
Coliseo; El Foro Romano; San Pedro encadenado, La Escala<br />
Santa y la plaza de San Juan de Letrán; La Basílica de San<br />
Pablo Extramuros; La vida nocturna en Roma; Nápoles, Capri<br />
y Pompeya; La bendición papal en Castel Gandolfo; Florencia<br />
vía Asis; El Bautisterio; La Catedral de Florencia; El<br />
Campanario <strong>del</strong> Giotto; Plaza de la Señoría; La Galería de<br />
los Oficios; La Academia; La Plaza Miguel Angel; Rumbo a<br />
Venecia; Venecia; La Catedral de San Marcos; Interior de la<br />
Catedral de San Marcos; El Puente de los Suspiros; El Gran<br />
Canal; Milán; La Catedral de Milán; El Aeropuerto de Milán;<br />
Ginebra; Zurich; ¿Compadres? ¡Compadres!; Viena; El<br />
Belvedere; El Palacio de Scohnbreun; Rumbo a Londres;<br />
Visita a la Ciudad de Londres; La Catedral de San Pablo; La<br />
Torre de Londres; El puente de la Torre de Londres; La<br />
plaza trafalgar; La abadía de westminster, El Parlamento y<br />
90 Ibdem. Pp. 2-11<br />
374
el Big Ben; El Palacio de Bukingham; El Hide Park; Rumbo a<br />
París; La vida nocturna de París; Visita a la Ciudad de<br />
París; Versalles; Museo <strong>del</strong> Louvre; La Torre de Eiffel;<br />
Retorno a Madrid; Museo de la calle de Serrano; ¡Ahora sí,<br />
rumbo a México!; Llegada a México; Acción de gracias y<br />
camino a Aguascalientes.<br />
Finalmente en el Epílogo dice el autor: “Con el viaje que<br />
realicé por Europa, puedo decir que no conozco Europa pero<br />
sí que tengo un concepto claro de lo que es el Viejo<br />
Continente y el gusto de haber estado en los lugares en que<br />
se desarrollaron las civilizaciones que fueron fuente de la<br />
Cultura Occidental y por su puesto de la nuestra.<br />
Europa es un Continente con Ciudades hermosas; como<br />
recuerdo con agrado Madrid, Roma, Viena, París y tantas<br />
otras Ciudades que tuve la dicha de conocer.<br />
Tantos y tantos siglos de cultura han hecho posible que las<br />
Capitales Europeas sean primorosas en sus edificios, en sus<br />
parques y en sus tradiciones; son ciudades que me han<br />
dejado deslumbrado; pero pensando en la hermosura de<br />
Europa, no podemos nosotros decir que México no es hermoso.<br />
México, nuestra Patria, comparada, con Europa nos damos<br />
cuenta que tenemos grandes ciudades, México, Puebla,<br />
Guadalajara, Monterrey, que en mi concepto no piden nada a<br />
las Capitales europeas; nuestra Capital México la podemos<br />
comparar con París en su hermosura y en grandeza y vemos<br />
que nuestra gran Capital tiene lo suyo.<br />
Guadalajara comparado con Madrid en ciertos aspectos vemos<br />
que la Perla <strong>del</strong> Occidente tiene lugares más primorosos<br />
que el mismo Madrid. Guanajuato, tiene también rincones tan<br />
bellos como los de Toledo.<br />
Nuestras Vías de comunicación están a la altura de las que<br />
vimos en Europa, la comunicación aérea, con el mismo tipo<br />
de aparatos; la comunicación ferroviaria con trenes los<br />
nuestros movidos por diesel y en Europa por electricidad,<br />
375
pero nuestros ferrocarriles también son buenos en sí,<br />
aunque desorganizados en relación con los ferrocarriles<br />
europeos.<br />
Nuestras carreteras, también mucho muy buenas y nos damos<br />
cuenta que nuestra Patria se encuentra comunicada<br />
perfectamente a todos los puntos de la rosa de los vientos.<br />
La <strong>presencia</strong> de México en Europa es halagadora, México ya<br />
había formado parte de la conciencia de los europeos a<br />
partir de las giras realizadas por el Licenciado Adolfo<br />
López Mateos, cuando fue Presidente de la República; el<br />
Estadista Mexicano hizo que el europeo común y corriente<br />
acudiera a sus Bibliotecas para ubicar altraves de la<br />
Geografía perfectamente el País de donde procedía aquel<br />
Mandatario.<br />
Posteriormente la celebración <strong>del</strong> máximo evento deportivo<br />
mundial Las Olimpiadas que se verificaron en México el año<br />
de 1968 habían abierto nuevamente el surco dejado por el<br />
Licenciado López Mateos en la mente de los europeos y<br />
bastaba con el hecho de que se dieran cuenta que uno<br />
procedía de México para hacer una exclamación recordando<br />
México y sus Olimpiadas, entonces México está<br />
perfectamente ubicado en la cultura <strong>del</strong> europeo común y<br />
corriente.<br />
México está presente en Europa en el culto a la Santísima<br />
Virgen de Guadalupe pues tanto en los máximos Templos de<br />
España, como en Italia y en Francia vimos la imagen de la<br />
Virgen de Guadalupe en sus Catedrales.<br />
También México hace acto de <strong>presencia</strong> en la música, oímos<br />
música de Manuel M. Ponce, de Agustín Lara, de Consuelito<br />
Velázquez y de varios autores mexicanos y que el gusto<br />
europeo ha sabido apreciar.<br />
Todas las circunstancias anotadas anteriormente hicieron<br />
que nuestro corazón de mexicanos latieran con mayor<br />
celeridad al ver como a México no únicamente se quiere en<br />
376
España ya que ese cariño de España es tradicional, sino que<br />
las demás Naciones Europeas quieren a nuestra Patria y<br />
sienten la <strong>presencia</strong> de México altravez de tantas<br />
manifestaciones de México en Europa<br />
El presente libro lo escribí por varios motivos, en primer<br />
lugar para tener una alcancía de recuerdos que no fueran a<br />
desaparecer de mi mente altraves <strong>del</strong> tiempo como ya está<br />
ocurriendo pues si bien es cierto que al principio de mi<br />
narración establecía que para nada iba a ver una guía<br />
turística, en plan de sinceramiento manifiesto que sí tuve<br />
que ver guías turísticas para poder recordar los lugares en<br />
que estuvimos y que sirvieran las guías de reactivos a mi<br />
mente para ubicarme en los lugares en que anduvimos.<br />
También escribí el presente libro para darles un regalo <strong>del</strong><br />
mismo a los compañeros de viaje que tuvimos porque mucho<br />
les agradará recordar estas andanzas por el Viejo<br />
Continente, las maravillosas experiencias que tuvimos, las<br />
amistades que nacieron y que ahora hemos cultivado,<br />
entonces todo eso va a servir para que nuestros amigos<br />
tengan un recuerdo más o menos exacto <strong>del</strong> trayecto de<br />
nuestra excursión por Europa.<br />
También el libro lo pensé escribir para dejarles a mis<br />
hijos y a mi descendencia un mensaje de las experiencias<br />
que tuve por el Viejo Continente, algún día mis hijos, sin<br />
lugar duda, también harán el mismo peregrinar que yo y que<br />
Lupita y con cuánto agrado recordarán que sus padres<br />
también ahí estuvieron. Como mensaje a mis hijos para que<br />
cuando sean grandes comprendan la devoción tan grande que<br />
siento por Europa y en especial por España como fuente de<br />
nuestra cultura, para ellos, este mensaje también.<br />
Todo lo aquí narrado ha servido para que en mí se<br />
profundicen más las raíces de mi mexicanidad, para amar más<br />
a mi Patria porque cuando estamos viviendo en nuestra<br />
Patria, no podemos aquilatar en toda su magnitud lo que<br />
377
tenemos hasta cuando salimos de ella y vemos las maravillas<br />
de nuestro eterno México. Enero de 1974. El texto de 332<br />
cuartillas reproducidas mediante esténcil, da cuenta de la<br />
serie de experiencias que para el autor y sus acompañantes<br />
implicó el viaje a Europa.” 91<br />
Otra edición particular y limitada es sobre La colonia en<br />
Aguascalientes, lo escribió en rincón de guayabitos,<br />
Nayarit. El 15 de agosto entregó el escrito que había dado<br />
como concluido en marzo <strong>del</strong> 2003, donde se narra, a partir<br />
de datos históricos, las actividades de los integrantes de<br />
las caravanas y la construcción y población en las<br />
instalaciones de la época.<br />
En la nota introductoria, el autor señala: “Hablar de<br />
época, quiere decir de un espacio de tiempo y en cuanto a<br />
Colonial en el caso nuestro, es cuando México, nuestra<br />
Patria, pertenecía al Imperio español, con el nombre de<br />
Nueva España; por lo tanto "La época Colonial<br />
en Aguascalientes", es el espacio de tiempo en que nuestra<br />
región perteneció a la Nueva España como parte <strong>del</strong> imperio<br />
español.<br />
Dentro de las épocas de estudio en que se divide la<br />
Historia de México, la época Colonial tiene un principio y<br />
un fin preciso en el transcurrir <strong>del</strong> tiempo, ya que se<br />
inició el día 13 de Agosto de 1521 y termina el 27 de<br />
Septiembre de 1821, es decir, que tuvo una duración de tres<br />
siglos, un mes, catorce días.<br />
¿Cuál es la razón de las fechas exactas <strong>del</strong> inicio y<br />
terminación de la época Colonial de México? Pues bien, el<br />
día 13 de Agosto de 1521 las huestes de Don Hernán Cortés,<br />
aprehenden al valiente Emperador Azteca Cuauhtémoc y con<br />
ello se consuma el sitio de Tenochtitlán y el día 27 de<br />
Septiembre de 1821 entra en la Ciudad de México, el<br />
ejército Trigarante, encabezado por Don Vicente Guerrero,<br />
91 Ibdem. P. 333.<br />
378
don Agustín de Iturbide y Don Juan O'Donojú, último Virrey;<br />
terminándose la guerra de Independencia que inició Don<br />
Miguel Hidalgo y Costilla, en el pueblo de Dolores,<br />
Guanajuato, la mañana <strong>del</strong> día 16 de Septiembre de 1810.<br />
En toda la época Colonial, en la que hoy es México, la<br />
podemos conceptuar como "Era Virreynal, ya que en los<br />
inicios de la vida de la Nueva España, fue Don Hernán<br />
Cortés quien gobernó; luego las dos audiencias, la primera<br />
presidida por Nuño de Guzmán, quien fue nefasto como<br />
gobernante, y la segunda por Don Sebastián Ramírez de<br />
Puenleal, segundo señor Obispo de Santo Domingo, misma que<br />
fue benéfica en su proceder, progresando la Colonia en<br />
todos sus aspectos, formando parte de ella Don Vasco de<br />
Quiroga, gran benefactor <strong>del</strong> pueblo Tarasco y después de la<br />
segunda audiencia, en 1535 llega Don Antonio de Mendoza,<br />
primer Virrey de Nueva España, considerado como buen<br />
gobernante, iniciándose con él, la "Era Virreynal".<br />
DESCRIPCIÓN GEOGRÁFICA DEL LUGAR DONDE SE ENCUENTRA LA<br />
CIUDAD DE AGUASCALIENTES EN LA ÉPOCA DE SU FUNDACIÓN.<br />
Aguascalientes se encuentra en un valle abierto, que va de<br />
Norte a Sur, en su la lado Poniente, con una cordillera que<br />
recibe el nombre de Sierra de Guajolotes y también otra<br />
parte en su extremo sur, que conocemos como el Cerro <strong>del</strong><br />
Muerto, porque con algo de fantasía, se nos figura una<br />
persona boca arriba; por el lado Oriente <strong>del</strong> Valle, existe<br />
una serie de lomeríos. Este valle, en la época de que<br />
hablamos, se conoció como "Valle de los Romeros".<br />
La geografía de nuestra región, ha de haber atraído a los<br />
colonizadores; despojemos de nuestra mente sus edificios,<br />
templos, plazas y casas, lo que hoy es nuestra ciudad de<br />
Aguascalientes y nos encontramos con un lugar amable para<br />
vivir, pues transitando de Sur a Norte, por el camino real<br />
de las Villas, que nos unió con Guadalajara por Teocaltiche<br />
y con la capital <strong>del</strong> Virreinato por Lagos, veríamos un<br />
379
arroyo, el <strong>del</strong> Cedazo, hoy en parte Avenida Ayuntamiento,<br />
cruzándolo empieza un declive que nos conduce a un río de<br />
aguas termales, de aguas calientes que se originaba en los<br />
manantiales de Ojocaliente al Oriente de la Ciudad de<br />
Aguascalientes, este río transcurría de Oriente a Poniente<br />
y se encontraba donde hoy es la Avenida Licenciado Adolfo<br />
López Mateos, sus aguas contribuían al caudaloso Río San<br />
Pedro, que se encontraba a unos cinco kilómetros al<br />
Poniente de la Villa y sus aguas serpenteaban de Norte a<br />
Sur; continuando mentalmente nuestro camino de Sur a Norte,<br />
por el camino real y pasando el río de aguas calientes, se<br />
subía a una loma donde hay una meseta en que se fundó<br />
nuestra Villa y hoy es el centro de la ciudad. En todo este<br />
paraje, según cuentan crónica viejas, hubo muchos<br />
bosquecillos de mezquites y tal vez los ríos, los árboles y<br />
el cielo limpio, cielo azul, fueron motivos para que los<br />
españoles que andaban por éstos rumbos, hicieran aquí sus<br />
vidas, construyeron sus casas y esta agradable geografía,<br />
hizo posible que se fueran poblando estos parajes.<br />
El escritor mexicano Don Carlos María Bustamante, nos<br />
narra; "Después de la entrada de Cortés a México y cuando<br />
los conquistadores avanzaban hacia el Norte y Occidente de<br />
la Nueva España, tuvo lugar, cerca de Aguascalientes, un<br />
acontecimiento notable, fue el famoso Pedro de Alvarado, a<br />
la cabeza de algunos españoles y muchos aztecas y<br />
tlaxcaltecos, y a su paso para Tepic, dio alcance a una<br />
multitud de indios armados más allá de Lagos, a treinta y<br />
mas leguas al Sur de los Zacatecas y cerca de un cerro muy<br />
alto, pasado el cual se encontró hacia el Norte un cenegal<br />
de aguas termales; en el cerro se trabó un reñido combate y<br />
los conquistadores triunfaron, desalojando a los indios de<br />
sus posiciones; los que de éstos sobrevivieron, huían, pero<br />
no sin haber ocultado sus tesoros en el mismo cerro, desde<br />
antes <strong>del</strong> combate. Fueron perseguidos en su huida y muchos<br />
380
de ellos se ahogaron en el cenegal o fueron acuchillados en<br />
el alcance por sus enemigos".<br />
De la anterior crónica se deduce, que en los años<br />
inmediatos posteriores a la conquista de Tenochtitlán,<br />
anduvo en nuestros rumbos Don Pedro de Alvarado, en<br />
compañía de algunos españoles, capitaneando un ejército<br />
indígena, que contendió con otro grupo también de indios,<br />
cerca de nuestro familiar cerro de "Los Gallos", ya que la<br />
ubicación que le da al cerro en relación con el cenegal de<br />
aguas termales, no puede ser otro y dice: "un cerro muy<br />
alto", eso lo hace para distinguir lo <strong>del</strong> cerro de San<br />
Bartolo, que está cerca <strong>del</strong> de "Los Gallos" y que es más<br />
bajo que este. Cuando se refiere al cenegal de aguas<br />
termales, es el lugar donde actualmente se asienta la<br />
ciudad de Aguascalientes.<br />
También nos contaba el Historiador Aguascalentense, Don<br />
Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, que: "Quien primero penetró a<br />
estas regiones, en son de reconocimiento, más que de<br />
conquista, fue el veedor <strong>del</strong> ejército de Nuño de Guzmán,<br />
Capitán Pedro Almendez Chirino, (he oído a este mismo<br />
Historiador decirle Pedro Almildez Chirinos), destacado por<br />
su jefe, a fin de satisfacer la curiosidad y confirmar<br />
informaciones, respecto a la existencia de ciertas<br />
pretendidas "amazonas" de que se le había dado noticias,<br />
encontrándose en Michoacán. Entró Chirinos por el pueblo de<br />
Acatic (Jalisco) y lo hizo acompañado por el cacique de tal<br />
lugar llamado Xiconaque, hasta llegar al pueblo de los<br />
Tzacatecos, donde el señor de este pueblo lo sacó de dudas,<br />
negando la existencia de las supuestas amazonas y<br />
haciéndole ver el peligro que correría al seguir a<strong>del</strong>ante,<br />
internándose en el territorio de los agresivos y peligrosos<br />
Cuachichiles. Esto ocurrió en el invierno comprendido entre<br />
los años 1530 (diciembre a 1531 (enero)".<br />
381
De las dos crónicas anteriores, deducimos que los primeros<br />
españoles que anduvieron por nuestro Estado de<br />
Aguascalientes, fueron capitaneados por Don Pedro de<br />
Alvarado y por Don Pedro Almidez Chirinos, también conocido<br />
como Peralmindez Chirinos, ya que los españoles fueron muy<br />
dados a apocopar.<br />
Cabe hacer mención, que el Historiador Aguascalentense Don<br />
Agustín R. González, pone en tela de duda la crónica hecha<br />
por Don Carlos María Bustamante y nos dice que tal vez<br />
debía referirse a Pedro Almendez Chirinos, pues Alvarado<br />
sólo estuvo en Nochistlán y otros lugares y no en lo que es<br />
hoy Aguascalientes.<br />
PRIMEROS VECINOS DE LO QUE HOY ES AGUASCALIENTES.<br />
Con motivo de la guerra Chichimeca, que duró <strong>del</strong> año de<br />
1550 al de 1600, fue preocupación de las autoridades de la<br />
Colonia ir buscando formas de penetración en el gran<br />
territorio en que merodeaban en pequeños grupos los<br />
belicosos Chichimecas, así fue que con cierta prodigalidad,<br />
concedió a valientes españoles "Mercedes de tierras", para<br />
cultivarlas y establecer sitios de ganado menor y mayor,<br />
para fomentar la actividad pecuaria; luego se autoriza la<br />
creación de "Presidios", que fueron una conjunción de<br />
mesones (hoy diríamos moteles) y cuarteles para protección<br />
de los romeros y conductas de oro y plata, víveres y toda<br />
clase de mercaderías, ya que en dichos Presidios siempre<br />
había soldados para tal fin. También se ordenaron<br />
fundaciones de poblaciones y fomentar la pacificación, así<br />
nacieron importantes ciudades <strong>del</strong> altiplano mexicano, entre<br />
ellas Aguascalientes.<br />
Nuestro Estado, se encontraba plenamente enclavado en<br />
territorio Chichimeca, y al calor de las minas de Zacatecas<br />
y Asientos, fueron trazados dos caminos, tal vez por el<br />
Fraile caminero "Fray Sebastián de Aparicio", uno el de<br />
Tierra Adentro, que pasaba al Noreste de Aguascalientes y<br />
382
otro el de "Las Villas", que transcurría por el centro,<br />
ambos comunicaban a Zacatecas con la capital <strong>del</strong><br />
Virreinato, aunque el segundo tenía un ramal para<br />
Teocaltiche y Guadalajara.<br />
La abundancia <strong>del</strong> agua en nuestra zona, debido a los ríos<br />
que entonces eran caudalosos, la tierra nueva para el<br />
cultivo, los pastizales propios para la ganadería, los<br />
bosquecillos de mezquites y árboles que proporcionaban leña<br />
y madera y lo agradable <strong>del</strong> paisaje, hizo que por los años<br />
de 1560, valientes españoles solicitaron y se les<br />
concedieron "mercedes de Tierras", para venirse a<br />
establecer en el Valle de los Romeros, en el sitio conocido<br />
como de las Aguas Calientes, llegaron con sus familias,<br />
construyeron sus casas, vieron con amor su nueva tierra y<br />
así se establecieron Alonso Avalos de Saavedra, Gaspar<br />
Silva, Nicolás Ramírez, Luis González, Cristóbal Lozano,<br />
Pedro González, Pedro Hernández de Santa Fe, Hernán<br />
González Berrocal y otros más que están en espera que los<br />
investigadores de nuestra historia los resuciten de las<br />
viejas crónicas que constan en papeles amarillentos por su<br />
ancianidad y que constan en archivo aún no establecidos.<br />
Respecto de Don Hernán González Berrocal, lo podemos<br />
conceptuar como el fundador <strong>del</strong> barrio de Triana, pues allá<br />
por los años de 1565, por un proveído de la Real Audiencia<br />
de la ciudad de México, se le concedió merced de tierras<br />
donde hoy se encuentra este y él se dedicó a la<br />
horticultura. Dicha merced de tierras establecía que lo que<br />
se le entregaba a Hernán González Berrocal lindaba al Norte<br />
un río de agua caliente (hoy Avenida Adolfo López Mateos);<br />
al Sur un arroyo seco (hoy Avenida Ayuntamiento); al<br />
Oriente una serrezuela pedregoza (hoy Fraccionamientos al<br />
oriente de la ciudad) y al Poniente las tierras de un tal<br />
López.<br />
383
Todos estos datos los tenemos debido a la paciencia de Don<br />
Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle que los encontró en el Archivo<br />
General de la Nación.<br />
Los Presidios fueron construcciones de tipo fortaleza, sus<br />
paredes muy gruesas, ventanas angostas y pretiles<br />
almenados, para en caso de invasión, refugiarse en ellos<br />
los vecinos de la comarca y facilitar su defensa; así<br />
mismo, servían de cuartel para destacamentos militares, que<br />
custodiaban las caravanas de metales y mercaderías;<br />
procuraban en los presidios, tener almacenados alimentos y<br />
agua para resistir en caso de sitio.<br />
Fue el señor Virrey Don Martín Enríquez de Almanza allá por<br />
los años de 1560, quien ordenó la edificación de presidios<br />
para proteger de la acción depredadora de los Chichimecas,<br />
a los caminantes que deambulaban por el camino de México,<br />
Zacatecas, o sea el camino de la Plata o Tierra Adentro; en<br />
este camino fueron creados presidios o fuertes de Ojuelos,<br />
Las Bocas, Ciénega Grande y Palmillas; <strong>contemporáneo</strong>s de<br />
éstos presidios, lo fueron los de Celaya y Aguascalientes.<br />
Por lo que respecta al presidio de Aguascalientes, podemos<br />
decir que fue el núcleo de nuestra población y se calcula<br />
que fue erigido por los años de 1569 a 1571, siendo Virrey<br />
Don Martín Enríquez de Almanza; y se encontraba a la vera<br />
<strong>del</strong> camino real. En nuestra actual ciudad, es fácil<br />
establecer cual fue el camino real, basta unir la calle de<br />
José María Chávez con la de Cinco de Mayo y ahí está el<br />
trazo <strong>del</strong> camino real y el presidio lo han ubicado los<br />
investigadores de nuestro pasado, entre la calle de Cinco<br />
de Mayo, Victoria y al Sur Moctezuma, es decir, donde se<br />
encuentra actualmente el edificio <strong>del</strong> Hotel Imperial, y<br />
enseguida la casa de los hermanos Márquez, fabricantes de<br />
sweters, que está en la esquina de Moctezuma y Victoria,<br />
todo este frente al costado Norte de Catedral.<br />
384
Vamos echando a volar nuestra imaginación y pensemos como<br />
eran las actividades en un presidio.<br />
Es medio día, los rayos <strong>del</strong> sol son calientes, mientras que<br />
en las cocinas <strong>del</strong> presidio las mujeres se aprestan a<br />
preparar la comida en medio <strong>del</strong> humo de la leña, los niños<br />
juegan en los patios y corrales y los soldados en el zaguán<br />
matan el tiempo jugando a los naipes; <strong>del</strong> rincón donde está<br />
la fragua, se oye el rítmico golpe <strong>del</strong> marro sobre el<br />
yunque de donde saldrán herraduras, armas, aperos de<br />
labranza y demás utensilios necesarios para aquella azarosa<br />
vida; en los torreones, entre cabeceada y cabeceada<br />
producida por el sueño que el calor canicular origina,<br />
están los vigías oteando el horizonte y por allá por el<br />
Norte, casi a una legua <strong>del</strong> presidio, sobre el camino, ven<br />
una polvareda que sin lugar a dudas la produce una conducta<br />
de minerales procedentes de Zacatecas, los vigías anuncian<br />
a gritos la proximidad de la caravana, lo que causa<br />
excitación en el presidio y todos corren a las alturas<br />
verificar la noticia, y cuando se dan cuenta que<br />
efectivamente se trata de la caravana y no un grupo de<br />
aguerridos Chichimecas, todos se aprestan a recibirlos,<br />
cuando están próximos al presidio, también los perros de<br />
éste salen ladrando a su encuentro, los arrieros con sus<br />
gritos detienen a las bestias y se oyen el chirriar que<br />
producen los bloques de madera de los frenos de los<br />
carromatos al detener las ruedas en su roce con las llantas<br />
metálicas. La caravana la componían cuatro carromatos<br />
cargados de minerales y dos con pasajeros.<br />
Es grande la algarabía que arman unos y otros, los arrieros<br />
bromeándose con sus compañeros <strong>del</strong> presidio, pues todos<br />
ellos se conocen en su constante trajinar por los caminos<br />
reales; los soldados que custodiaban el convoy, que eran<br />
diez, descienden de sus caballos y de los carromatos los<br />
385
pasajeros, estos se alegran de haber llegado bien al<br />
presidio <strong>del</strong> paso de las Aguas Calientes.<br />
El capitán de la custodia, da parte de sin novedad a su<br />
superior <strong>del</strong> presidio; a los pasajeros los instalan en las<br />
mejores habitaciones y los arrieros con su plática jocosa,<br />
se dirigen a los corrales para desaparejar las bestias y<br />
darles pastura, dejándolas descansar, y si alguna necesita<br />
ser herrada, la llevan junto a la herrería para arreglar el<br />
desperfecto o bien, también se le encarga al herrero el<br />
mantenimiento de las piezas metálicas de los carromatos.<br />
La actividad de la cocina es grande, las cocineras se<br />
aprestan a dar de comer a los recién llegados, mismos que a<br />
medida que recuperan energías, con alegría platican las<br />
incidencias de la jornada, los últimos en llegar son los<br />
arrieros, después de haber dejado en los corrales comidas y<br />
descansadas a las bestias.<br />
Cuando los últimos rayos <strong>del</strong> sol se dejaban ver detrás <strong>del</strong><br />
cerro <strong>del</strong> Muerto, la actividad iba cesando en el presidio,<br />
la15 cocina era recogida, la fragua ya no producía sus<br />
característicos ruidos, los huéspedes descansaban en sus<br />
habitaciones; bajo la luz de la luna se juntaban en<br />
corrillos los soldados y arrieros, cerca de alguna fogata,<br />
para platicar las hazañas de los capitanes Diego de Ibarra<br />
o Miguel Caldera en la gran guerra Chichimeca, o de cómo en<br />
más de alguna ocasión valientemente ellos pelearon contra<br />
grupos de indios, cuando eran atacados sus convoyes y a<br />
pesar de las heridas recibidas ahí estaban. La botella de<br />
Chinguirito pasaba de boca en boca, el razgar de la vihuela<br />
se oía y el viejo romance español convertido en corrido,<br />
salía de la boca de un joven arriero.<br />
La noche iba avanzando poco a poco, el cansancio dejaba<br />
paso al silencio que era interrumpido por el aullar de<br />
coyotes en la lejanía y de la voz de alerta de los<br />
386
centinelas, los grillos arrullaban a los fatigados<br />
durmientes, el presidio dormía.<br />
El lucero de la mañana aparecía en el horizonte, los gallos<br />
constantemente cantaban, anunciando el nuevo día, los<br />
centinelas despertaban a los arrieros, soldados y<br />
servidores <strong>del</strong> presidio, para aprestarse a las labores de<br />
otro día más, y al último se avisaba a los pasajeros; los<br />
arrieros iban a los corrales para uncir las muías a los<br />
carromatos y aparejar las bestias; las mujeres rápido en la<br />
cocina, preparaban el almuerzo y todos se disponían a<br />
reanudar el viaje hacia el Sur.<br />
Después de haber almorzado todos los viajeros, ocupaban sus<br />
lugares en el convoy y se oía el chasquido <strong>del</strong> látigo <strong>del</strong><br />
arriero mayor, acompañado de su chiflido para alentar a las<br />
bestias.<br />
Con los primeros rayos <strong>del</strong> sol, allá va nuestra caravana,<br />
serpenteando por los caminos <strong>del</strong> Sur, dispuesta a cubrir<br />
las diez o doce leguas de la jornada, mientras la aparente<br />
tranquilidad vuelve al presidio.<br />
FUNDACIÓN DE AGUASCALIENTES<br />
Fue en la década de 1560 a 1570 cuando en el altiplano de<br />
la Nueva España, en el sitio conocido como "Paso de Aguas<br />
Calientes", dentro <strong>del</strong> "Valle de los Romeros", empezó a<br />
notarse la intención por parte de los españoles de ir<br />
construyendo una población, lo denotaba la existencia de<br />
una ermita dedicada a San Sebastián, en un lugar cercano a<br />
lo que hoy es el templo <strong>del</strong> Rosario, en la Avenida<br />
Venustiano Carranza, cuya construcción se le atribuye al<br />
trazador de los primeros caminos de la colonia, Fray<br />
Sebastián de Aparicio, así mismo, la construcción <strong>del</strong><br />
"Presidio" y las casas de Alonso Avalos de Saavedra, por la<br />
calle <strong>del</strong> Apostolado (hoy Pedro Parga) y las de Hernán<br />
González Berrocal, en el rumbo de lo que hoy es el Barrio<br />
de Triana.<br />
387
Aquellos primeros poblados, tuvieron muchas penurias,<br />
debido a los constantes ataques de indios Chichimecas,<br />
quienes se presentaban en pequeños grupos y los flagelaban,<br />
robándoles y matándolos; fue tal la angustia de los<br />
primeros pobladores, que se vieron precisados a construir<br />
túneles debajo de la población para burlar el ataque<br />
indígena y huir. Testimonio de los túneles, los hay en el<br />
subsuelo <strong>del</strong> edificio Gómez Portugal de la Universidad<br />
Autónoma de Aguascalientes, templo de San Diego, y cuando<br />
se construyó el actual mercado Terán se vieron restos de un<br />
túnel al lado Poniente, junto a la Avenida Cinco de Mayo.<br />
El más terrible ataque Chichimeca que sufrieron los<br />
primeros pobladores, fue el que aconteció en diciembre <strong>del</strong><br />
año de 1593, se tiene noticia de él porque Gabriel de los<br />
Reyes comunicó este infausto suceso a la Audiencia de<br />
Guadalajara, manifestando que "los Chichimecas dieron<br />
muerte a todos los habitantes, quedando sólo él y unos<br />
pocos".<br />
Pero regresemos a los años inmediatos anteriores a nuestra<br />
fundación; los viandantes de los caminos de Tierra Adentro<br />
y el de las Villas, constantemente eran atacados por grupos<br />
de Chichimecas y esto hacía que la penetración española se<br />
dificultara y no se pudieran explotar debidamente las minas<br />
de nuestra región, ni pacificar a los indómitos indios,<br />
esto llegó a oídos <strong>del</strong> Rey de España, Don Felipe II y con<br />
el objeto de dar seguridad a los romeros de los caminos de<br />
nuestros rumbos, le encomendó al Doctor Jerónimo de Orozco,<br />
a la sazón Presidente de la Audiencia de Guadalajara,<br />
fundara una Villa española, intermedia entre Lagos y<br />
Zacatecas; y fue en el año de 1573 cuando el Doctor Orozco,<br />
siguiendo las órdenes <strong>del</strong> Rey, procuró gente intrépida para<br />
fundar la Villa y fueron vecinos de Santa María de los<br />
Lagos, diez años antes fundada, quienes vinieron al sitio<br />
de las Aguas Calientes, encabezados por Don Juan de Montero<br />
388
y con él, Jerónimo de loa Cueva, Alonso de Alarcón y los<br />
demás.<br />
Pues bien, el día 22 de Octubre <strong>del</strong> año de 1575, acatando<br />
las disposiciones <strong>del</strong> Rey de España, Don Felipe II y en su<br />
representación el Presidente de la Audiencia de<br />
Guadalajara, Doctor Don Jerónimo de Orozco, dicta y firma<br />
la cédula de fundación de nuestra Villa, con el nombre de<br />
Villa de la Asunción, misma que a la letra dice:<br />
"Don Felipe, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de<br />
León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de<br />
Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de<br />
Mayorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdova, de Córcega, de<br />
Murcia, de Jaén, de los Algarvez de Algecira, de Gibraltar,<br />
de Islas de Canaria, de las Indias; islas y tierra firme<br />
<strong>del</strong> mar Océano, Conde de Flandes y <strong>del</strong> Tirol, etc., por<br />
cuanto por Juan de Montoro por sí y en nombre de Gerónimo<br />
de la Cueva y Alonso de Alarcón y otras muchas personas nos<br />
fue fecha relación, diciendo que ellos querían poblar una<br />
Villa en el sitio y paso que dicen de Aguascalientes, junto<br />
a unas casas, que dicen tener en el dicho sitio, Alonso de<br />
Avales Saavedra, treinta leguas de la ciudad de Guadalajara<br />
y diez y seis de las minas de los Zacatecas, atento que de<br />
ello se seguía gran servicio a Dios nuestro o seguridad de<br />
los pasajeros que iban y venían de las dichas minas de<br />
Zacatecas o Guanajuato y otros pueblos comarcanos que por<br />
allí pasaban, a causa de las muertes y robos que en dicho<br />
sitio y su comarca los indios de guerra hacían, y para que<br />
la dicha población mas cómodamente se pudiese hacer o fuese<br />
en aumento, diésemos facultad al Consejo de dicha Villa<br />
para que pudiese repartir entre los vecinos de ella, las<br />
tierras y solares, estancias y huertas que la dicha Villa,<br />
tuviese en el término que se le diese o que sobre ella<br />
proveyésemos como la nuestra merced fuese, lo cual visto y<br />
consultado con el Doctor Gerónimo de Orozco, nuestro<br />
389
Presidente de la nuestra Audiencia o Cancillería real, que<br />
reside en la dicha ciudad de Guadalajara, nuestro<br />
Gobernador de todo el nuestro reino de Galicia <strong>del</strong> nuestro<br />
Consejo, se proveyó o mandó se hiciese el asiento y traza<br />
de la dicha Villa a la cual pusimos y ponemos por nombre la<br />
Villa de la Asunción efecto se trajese ante nos para que<br />
visto se proveyese lo que más conviniese a nuestro real<br />
servicio o para ello se dio cierto mandamiento o<br />
instrucción-, en cumplimiento de lo cual parece se hizo el<br />
dicho asiento y traza de la Villa, entre doce vecinos que<br />
se hallaron presentes a ello, a los cuales se les repartió<br />
ciertos solares de casas y suertes de huertas, estancias y<br />
caballerías de tierras y nombraron alcaldes y regidores, a<br />
un síndico procurador de la dicha Villa, y lo trajeron y<br />
presentaron ante nos y nos pidieron y suplicaron las<br />
mandásemos hacer merced <strong>del</strong> dicho repartimiento, y dalle el<br />
título de Villa para que gozasen de las preeminencias,<br />
prerrogativas e inmunidades que las demás Villas de estos<br />
nuestros Reinos gozaban y les debían ser guardadas lo cual<br />
por nos visto o que por información recibida acerca de lo<br />
susodicho nos consta ser servicio de Dios nuestro, o bien e<br />
pacificación de este dicho reino o pasajeros de la dicha<br />
población que hago y lleve a<strong>del</strong>ante, por la presente es<br />
nuestra merced y voluntad que agora de aquí a<strong>del</strong>ante para<br />
siempre jamás la dicha población e sitio de Aguascalientes<br />
se llame y nombre la Villa de la Asunción, a la cual<br />
señalamos y nombramos por términos suyos, cinco leguas a la<br />
redonda, con que en ellas no entre ningún pueblo de<br />
españoles ni naturales, ni sea en perjuicio nuestro ni<br />
suyo, ni de ninguna otra persona, o como tal villa pueda<br />
nombrar en cada un año para la administración y de la<br />
nuestra justicia dos alcaldes, cuatro regidores o un<br />
síndico procurador <strong>del</strong> Consejo de ella, y fecha la dicha<br />
elección antes o primero que usen de dichos cargos y<br />
390
oficios, la presenten en pública forma ante el dicho<br />
nuestro gobernador que al presente es o fuese de aquí<br />
a<strong>del</strong>ante y lleven confirmación de ella e como tal Villa<br />
hallan de gozar y gocen de todas las gracias y mercedes,<br />
franquezas, libertades, preeminencias, prerrogativas e<br />
inmunidades que deben gozar las tales Villas y vecinos de<br />
ellas de todo, bien y cumplidamente en guisa de vos no<br />
mengue en decoro alguno, e mandamos a las nuestras<br />
justicias de los reinos y señorías a cada una de ellas, en<br />
sus lugares e jurisdicciones, ante quien esta nuestra carta<br />
de merced fuere presentada, vos la guarden y hagan guardar<br />
cumplidamente sin que en ellos os pongan embarazo ni<br />
impedimento alguno, so pena de la nuestra merced. Dada en<br />
Guadalajara, a veintidós de octubre de mil quinientos<br />
setenta y cinco años. El Doctor Orozco."<br />
Así nació nuestra ciudad y hay que advertir que nació con<br />
la categoría de Villa, con todas las prerrogativas que su<br />
rango le daba.<br />
Don Juan de Montoro, principal fundador de nuestra Villa,<br />
fue en el año de su fundación, un joven de 27 años y fue<br />
longevo, pues rebasó los 90 años de vida; indudablemente,<br />
fue de un valor extraordinario, hombre de bien y no lo<br />
acobardaron los ataques Chichimecas, nació en el lugar<br />
cercano a Lagos, antes de la fundación de esta Villa; trajo<br />
consigno a vivir en Aguas-Calientes, que él fundó, a su<br />
esposa Doña Catalina de Ayala y con ellos. Micaela de<br />
Ayala, mujer de Jerónimo de la Cueva; así mismo, a su<br />
hermano Cristóbal de Montoro, Don Juan de Montoro fue hijo<br />
de Juan de Montoro, nacido en Jaén, Andalucía y de María<br />
Rodríguez, quienes emigraron a La Nueva España el 10 de<br />
Febrero de 1536.- Los restos <strong>del</strong> fundador de<br />
Aguascalientes, Don Juan de Montoro Rodríguez, reposan en<br />
la Catedral de Aguascalientes.<br />
391
LA RELIGIÓN CATÓLICA Y SUS INSTITUCIONES Durante la época<br />
colonial, la Nueva España tuvo como religión oficial la<br />
Católica, por lo tanto, también Aguascalientes, y no se<br />
admitía ninguna otra, al grado de que si una persona<br />
profesaba otro credo, era procesada en el Tribunal de la<br />
Santa Inquisición, el cual fue creado en 1480 para<br />
conseguir la unidad religiosa y política, al través <strong>del</strong><br />
miedo que se le tenia a dicho tribunal.<br />
La Corona Española, por medio de sus monarcas, tuvo un<br />
concordato con el Vaticano para la propagación de la fe en<br />
las Colonias, por medio <strong>del</strong> cual, el Estado Español se<br />
obliga a edificar templos, conventos, hospitales, proponer<br />
candidatos para señores Obispos de las diócesis de las<br />
Colonias y también exigir el pago de diezmos y demás<br />
percepciones económicas, en una palabra, fue España la gran<br />
evangelizadora de los pueblos, de sus Colonias, esto es lo<br />
que se conoce como Real Patronato; por lo tanto, el<br />
gobierno de la Nueva España, vio con buenos ojos la<br />
Cristianización dentro <strong>del</strong> Catolicismo de los pueblos<br />
indígenas.<br />
En la vida de la persona, siempre reconoce la existencia<br />
<strong>del</strong> elemento espiritual y esto hace que ostente un credo<br />
religioso y cuando esto acontece, toda su vida gira<br />
alrededor de su fe. Lo anterior pasó en los pueblos de la<br />
Nueva España y dentro de ellos, en Aguascalientes, todo<br />
mundo profesó la religión Católica y por lo tanto, ésta<br />
tuvo una importancia fundamental en la vida <strong>del</strong> colono,<br />
empezando con el bautizo, la instrucción religiosa que le<br />
dio las bases para normar su conducta al transcurrir en la<br />
vida, su matrimonio y por último, sus auxilios espirituales<br />
en el momento de la muerte, de ahí también la importancia<br />
de la figura <strong>del</strong> sacerdote o <strong>del</strong> fraile dentro de la vida<br />
de la sociedad, los cuales estuvieron presentes en toda<br />
clase de sucesos fastos o nefastos.<br />
392
No hay que perder de vista, que San Marcos fue un pueblo de<br />
indios Tlaxcaltecas que en él se avecindaron, pero estos ya<br />
estaban Cristianizados, esta versión también es de Don<br />
Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, he oído al Doctor Gutiérrez<br />
decir que fueron indios de otros lados y tan solo hubo un<br />
Tlaxcalteca y aquí entre nosotros no se dio el caso de que<br />
los frailes y sacerdotes defendieran a los indios, <strong>del</strong><br />
conquistador, pero basta con hojear las páginas de la<br />
Historia de México, para encontrarnos en esta época con los<br />
grandes defensores de los indios como lo fueron, Fray<br />
Bartolomé de las Casas, Fray Juan de Zumárraga, Fray<br />
Toribio de Benavente o bien, con los civilizadores, como<br />
Fray Pedro de Gante, Vasco de Quiroga, Fray Junípero Serra<br />
o Fray Alonso de la Veracruz; sí pues, la labor de estos<br />
hombres se puede catalogar como titánica, ya que tenían que<br />
empezar por conocer las lenguas o dialectos de los<br />
naturales.<br />
Aguascalientes perteneció a la región Chichimeca y nos dice<br />
Philip W. Powell en su obra "La Guerra Chichimeca":<br />
"Después de noventa años de guerra, se logró el dominio<br />
español de la Gran Chichimeca, no por la espada, sino<br />
mediante una combinación de diplomacia, compra y conversión<br />
religiosa. De la experiencia de esta pacificación, brotó el<br />
sistema de misiones que tan bien había de servir a España,<br />
en ulterior expansión por el Continente Americano".<br />
Por lo tanto, lo que la espada y el arcabuz no pudieron<br />
hacer en cuarenta años, en diez, ya que esta guerra duró<br />
cincuenta años, de 1550 a 1600, lo logró la Cruz; por medio<br />
<strong>del</strong> amor de los misioneros, de la Iglesia Católica, a los<br />
indios; buena labor pacificadora.<br />
PRIMEROS TEMPLOS Y CONVENTOS<br />
En el siglo XVI, que fue cuando se fundó la Villa de la<br />
Asunción de las Aguas Calientes, las construcciones de<br />
importancia fueron, la ermita, erigida en honor de San<br />
393
Sebastián. Ubicado cerca <strong>del</strong> Templo <strong>del</strong> Rosario, antes de<br />
La Merced, en lo que hoy es la Avenida Venustiano Carranza,<br />
el "Presidio", <strong>del</strong> cual ya hemos hecho mención, así como la<br />
capillita parroquial. La situación de la naciente Villa en<br />
sus primeros veinticinco años de existencia, fue de muchas<br />
penurias, en primer lugar, la constante zozobra de los<br />
ataques de los Chichimecas y las epidemias de Matlazahuatl,<br />
hicieron que los primeros pobladores mas bien se cuidaran<br />
de estas calamidades y no en construir.<br />
A partir <strong>del</strong> año de 1600, es decir, cuando se inició el<br />
siglo XVII, es otra cosa lo que acontece en nuestro medio,<br />
la guerra Chichimeca ha terminado y entonces se inició el<br />
desarrollo de nuestra Villa y se avecindan mas personas,<br />
construyen mas casas y modestas capillas, casi todos los<br />
templos construidos en la época Colonial, tuvieron por<br />
inicio las capillas construidas con materiales pobres, como<br />
el adobe y las vigas de los techos, ventanas y puertas de<br />
mezquite. Así nacieron humildemente, por medio de capillas,<br />
nuestros actuales templos de Catedral, San Marcos, el<br />
Rosario, San José y el Encino, la excepción fue el templo<br />
de San Diego, el cual, desde mediados <strong>del</strong> siglo XVII,<br />
empezó a construirse con su planta actual.<br />
El siglo XVIII, da paso a las construcciones en grande, se<br />
derriban las pobres capillas que en su época cumplieron con<br />
su misión y sobre de ellas se construyen los templos que le<br />
dan fisonomía a nuestra ciudad, al grado de que es<br />
catalogada como una de las poblaciones más agradables de la<br />
Nueva España.<br />
Se inicia la construcción de la actual Catedral el año de<br />
1704, siendo señor Cura, Don Antonio Flores de Acevedo y se<br />
concluyó en 1738, dedicándose en medio de solemnes fiestas<br />
<strong>del</strong> 4 al 11 de Octubre de ese año, habiendo sido el señor<br />
Cura que la concluyó, el gran constructor, Doctor Don<br />
Manuel Colón de Larreategui.<br />
394
Por lo que respecta al templo de San Marcos, fue el señor<br />
Cura Doctor Don Manuel Colón Larreategui quien inició la<br />
construcción de este templo en el lugar en que estaba la<br />
antigua capilla y cuando termina sus actividades como señor<br />
Cura, entre nosotros, en el año de 1758, deja la obra de<br />
este templo bastante avanzada y se termina en 1763,<br />
habiéndose dedicado el día 15 de Diciembre de ese año,<br />
siendo señor Cura de la Parroquia de la Asunción, el señor<br />
Doctor Don Mateo José de Arteaga.<br />
El templo <strong>del</strong> Rosario, antes de la Merced, fue iniciada su<br />
construcción el año de 1702, gracias al celo <strong>del</strong> lego<br />
profeso Fray Juan de la Cueva, terminada en los primeros<br />
años de ese siglo, pero su dedicación lo fue hasta el 28 de<br />
diciembre de 1773, siendo Comendador <strong>del</strong> Convento<br />
Mercedario, Fray Manuel Márquez.<br />
El actual templo de San José, se edifica al iniciarse la<br />
década de 1760, sobre el terreno en que antes hubo una<br />
capilla, fue patrocinado en sus costos totales de<br />
construcción, por el señor Cura Don Mateo José de Arteaga y<br />
se dedicó el templo, el martes santo 14 de abril de 1767.<br />
Nuestro templo <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, inicia su construcción<br />
el señor Cura de la parroquia de la Asunción, Don Vicente<br />
Antonio Flores Alatorre, el día 12 de enero de 1773 y se<br />
dedica con el título <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino el día 11 de<br />
marzo de 1796, ya que en las capillas antecedentes <strong>del</strong><br />
templo, se honraba al Arcángel San Miguel.<br />
El 11 de Mayo de 1763, se inició la construcción <strong>del</strong> templo<br />
de Guadalupe, concluyéndose su construcción en el mes de<br />
Agosto de 1789, el terreno en que se construyó fue donado<br />
por un señor de apellido Badillo y aportaron fuertes<br />
cantidades de dinero para su construcción, los señores<br />
Presbítero Don José Javier Tello de Lomas y el Licenciado<br />
Don Francisco Flores Robles.<br />
395
El templo de San Juan Nepamuceno se encuentra edificado en<br />
la cuarta calle de Hornedo y respecto a su construcción, no<br />
se tienen mayores noticias, pero ya para 1769 se hace<br />
referencia <strong>del</strong> mismo en el testamento <strong>del</strong> señor Don Antonio<br />
Rodríguez, en el que mandaba en una de sus cláusulas, se le<br />
oficiaran nueve misas en la capilla de San Juan Nepomuceno.<br />
También el gran benefactor de Aguascalientes, es Francisco<br />
de Rivero y Gutiérrez; en la cláusula décima séptima de su<br />
testamento, otorgado el 20 de Agosto de 1776, establece un<br />
legado por la cantidad de quinientos pesos, para la Capilla<br />
de Nuestro Señor San Juan Nepamuceno, sita en esta Villa.<br />
En este templo, en la parte superior <strong>del</strong> arco Norte de su<br />
crucero, hay un medalloncito con la siguiente fecha, 25 de<br />
febrero de 1776, probablemente se refiera a la consagración<br />
<strong>del</strong> mismo.<br />
En 1644, fue Alcalde Mayor en nuestra Villa de la Asunción<br />
de las Aguas Calientes, Don Agustín Rincón de Ortega y<br />
él y su esposa Doña Leonor Caballero, fueron fundadores y<br />
patrones <strong>del</strong> Convento Carmelita y de su templo que pocos<br />
años después se convirtió en Convento Franciscano y los<br />
Franciscanos, utilizando un legado por treinta mil pesos<br />
que les dejara Don Agustín Rincón de Ortega, concluyeron<br />
las obras materiales de la Iglesia de San Diego, que fue<br />
dedicada el 2 de Febrero de 1682.<br />
CONVENTOS DE LA COLONIA.<br />
Dentro de la iglesia Católica, los sacerdotes que viven<br />
entre los fieles, sin vivir en los conventos, forman parte<br />
<strong>del</strong> Clero Secular y los religiosos y religiosas, junto con<br />
los sacerdotes que viven enclaustrados en los conventos y<br />
obedecen las normas y reglas instituidas por quienes<br />
fundaron sus órdenes religiosas, forman parte <strong>del</strong> Clero<br />
Regular.<br />
396
Pues bien, vamos a mencionar al clero Regular y sus<br />
distintas órdenes religiosas que hubo en Aguascalientes,<br />
durante la Colonia y los conventos que fundaron.<br />
FRANCISCANOS<br />
Por allá, por los años de 1649, en la población de Alcalá<br />
de Henares, muy cerquita de Madrid, capital de España, hubo<br />
una reunión general de quienes dirigían la Orden de los<br />
Carmelitas Descalzos y en dicha reunión se acordó fundar un<br />
convento en Aguascalientes, Nueva España, en la provincia<br />
Carmelita de San Alberto, la cual fue representada en esta<br />
reunión, por Fray Juan de San José. Fue nuestro alcalde<br />
Mayor, Don Agustín Rincón de Ortega y su esposa Doña Leonor<br />
Caballero, quienes, de su patrimonio, empezaron a construir<br />
el templo y convento Carmelita, sobre dieciseis solares de<br />
terreno, que le vendió a Don Agustín Rincón de Ortega, el<br />
señor Pedro de Huerta, mismos que fueron escriturados<br />
directamente a los reverendos Frailes Carmelitas, Don<br />
Bartolomé de San Cristóbal, Don Pedro de la Concepción y<br />
Don Lucas de la Encarnación, escritura otorgada con fecha<br />
29 de Diciembre de 1651.<br />
Por órdenes de sus superiores, el año de 1652 los<br />
Carmelitas abandonaron la Villa de la Asunción de las Aguas<br />
Calientes, sin conocerse la causa, lo que ocasiona tristeza<br />
en nuestro medio y más al benefactor, Don Agustín Rincón de<br />
Ortega, a quien lo sorprendió la muerte el 9 de Agosto de<br />
1653, dejando en su testamento un legado de treinta mil<br />
pesos, para la continuación de la obra de la que llevaba<br />
gastados veinte mil y nombró albacea y ejecutor de sus<br />
disposiciones testamentarias, a su hermano, el señor<br />
Licenciado Don Pedro Rincón de Ortega, señor Cura de<br />
nuestra Villa.<br />
El día 6 de abril de 1656, el Rey Don Felipe IV, en la<br />
Ciudad de Madrid y a petición de los vecinos de nuestra<br />
Villa, encabezados por el señor Cura Don Pedro Rincón de<br />
397
Ortega, autoriza a los religiosos descalzos de la Provincia<br />
Franciscana de San Diego de México, para que continúe la<br />
obra dejada por los Carmelitas y los Franciscanos, por<br />
medio de Fray Cristóbal Muñoz de la Concepción y Fray<br />
Martín de Vadiola, toman posesión <strong>del</strong> Convento de<br />
Aguascalientes, misma que se las dio el señor Cura Don<br />
Pedro Rincón de Ortega; dando fe el Alcalde Mayor,<br />
Licenciado Don Francisco de Prado y Castro.<br />
Los Franciscano, con el legado que les hizo Don Agustín<br />
Rincón de Ortega, terminaron el templo y convento, siendo<br />
el primero, el templo de San Diego, el cual fue dedicado el<br />
2 de febrero de 1652; y el convento es el hermoso edificio<br />
que pertenece a la Universidad Autónoma de Aguascalientes,<br />
al que se le da el nombre de "Edificio Jesús Gómez<br />
Portugal", el cual se dedicó como convento el 21 de Mayo de<br />
1667.<br />
MERCEDARIOS<br />
Esta Orden fue creada en España, fundamentalmente para la<br />
redención de cautivos que los Moros hacían y posteriormente<br />
se ramifica por todas las Colonias españolas prodigándose<br />
en obra piadosa.<br />
Veamos como llegaron los Mercedarios a Aguascalientes,<br />
resulta que nuestro ya conocido señor Licenciado Don Pedro<br />
Rincón de Ortega, que llegó a ser señor Cura de nuestra<br />
Villa, en sus mocedades profesó como Mercedario en la<br />
ciudad de México, el 8 de abril de 1620, pero resulta que<br />
tal vez por el rigorismo de la Regla Mercedaria, o por<br />
razones de salud, hace gestiones para la anulación de sus<br />
votos religiosos y lo consigue; así las cosas, se vino a<br />
esta su tierra, Villa de la Asunción de las Aguas<br />
Calientes, al lado de sus padres y hermanos, habiendo sido<br />
designado señor Cura en Enero de 1650, sintiéndose viejo,<br />
le entró remordimiento por haber gestionado la nulidad de<br />
sus votos Merce daños y le pidió al Padre Maestro<br />
398
Provincial de los Mercedarios de la ciudad de México, Fray<br />
Jerónimo de Andrade, le enviase un sacerdote Mercedario<br />
culto, para que lo asistiese, porque se hallaba ya muy<br />
enfermo y próximo a la muerte, por lo que quería tener en<br />
su compañía a algún religioso Mercedario, pues el, en su<br />
corazón, se seguía sintiendo pertenecer a esta Orden y<br />
obsequiaron su deseo y le enviaron a Fray Nicolás de<br />
Ortega, el cual fue recibido con mucho aprecio de parte <strong>del</strong><br />
señor Cura, Don Pedro Rincón y Fray Nicolás empezó a<br />
trabajar entre nosotros y vio que hacía falta una escuela,<br />
pues aquí la gente es buena y conveniente sería que tuviera<br />
cultura y le propuso a Don Pedro, para servir mejor a Dios,<br />
fundar en la villa un Colegio, en donde se enseñara a los<br />
niños a leer y escribir, la Doctrina Cristiana y la<br />
Gramática, a lo que accedió con placer el buen Párroco<br />
Rincón de Ortega, quien facilitó los medios para construir<br />
el Colegio y un templo, Colegio que se llamó de la<br />
Encarnación, el Colegio fue atendido por Mercedarios; fue<br />
la razón por la que se establecieron entre nosotros,<br />
saliendo de Aguascalientes en la época de la Reforma. El<br />
templo de La Merced, hoy El Rosario y el Colegio estuvo<br />
junto a el.<br />
JUANINOS<br />
Los Juaninos pertenecen a las órdenes hospitalarias, se<br />
dedican a cuidar enfermos, esta Orden fue de gran<br />
importancia en Aguascalientes, porque fundaron el primer<br />
hospital.<br />
En la Colonia, los hospitales fueron instituciones<br />
realmente de beneficiencia, pues no únicamente se atendía a<br />
los enfermos, sino que se daba de comer al hambriento y se<br />
protegía al que no tenía un techo bajo el cual dormir.<br />
No cabe duda que en la historia de la humanidad, hay<br />
hombres que ven en sus semejantes verdaderos hermanos y<br />
tratan de protegerlos, hasta donde sus medios alcancen. Así<br />
399
pasó en, Aguascalientes, en el año de 1684, había aquí un<br />
señor Presbítero y Doctor, Don Diego de Quijas y Escalante,<br />
Comisario de la Inquisición, que viendo la falta tan grande<br />
que hacía un hospital, escribió a México a la Orden de los<br />
Juaninos, ofreciendo toda su fortuna para que establecieran<br />
en nuestra Villa un hospital y el Comisario General de la<br />
Provincia <strong>del</strong> Espíritu Santo de Nueva España, Islas de<br />
Barloven Guatemala y Filipinas de la Orden Juanina, Fray<br />
Pedro de Bolívar, reunió a los demás frailes y les hizo<br />
saber el ofrecimiento y petición <strong>del</strong> Doctor Quijas y<br />
Escalante, a lo que estuvieron de acuerdo y comisionaron a<br />
Fray Domingo de Santa para que fuera realidad el hospital y<br />
Convento.<br />
El día 3 de Enero de 1685, ante la fe <strong>del</strong> Escribano Don<br />
Navarrete Argate, Don Diego de Quijas y Escalante, donó sus<br />
bienes para la creación <strong>del</strong> Hospital, Convento, Templo y<br />
Cementerio a la Orden Juanina, representada por su<br />
apoderado Fray Domingo de Santa María y se designó como<br />
primer Prior <strong>del</strong> convento y Hospital, a Fray Juan de Dios<br />
Patiño, quien debido a su celo en prodigarse a los demás,<br />
pronto hizo que esta institución funcionara.<br />
El templo, convento y hospital, recibieron el nombre de San<br />
Juan de Dios y no se trata de otro lugar, sino de nuestro<br />
actual templo de San José y el hospital donde hoy es la<br />
escuela Primo Verdad; también de ahí que la calle que<br />
desemboca frente a estos lugares, aún se llame<br />
"Hospitalidad".<br />
El señor Presbítero, Bachiller, Licenciado y Doctor Don<br />
Diego Quijas y Escalante, fundador y benefactor de esta<br />
obra pía, falleció el 9 de Noviembre de 1687, habiendo sido<br />
sepultado en el convento Juanino que él creara.<br />
Al finalizar la Colonia, el 26 de Octubre de 1807, llegaron<br />
a nuestra ciudad las Monjas de la Enseñanza y fundaron un<br />
400
Colegio en lo que hoy es la Casa de la Cultura, cumpliendo<br />
su misión educadora.<br />
FESTEJOS RELIGIOSOS.<br />
La vida de los pobladores de la Villa de la Asunción de las<br />
Aguas Calientes, transcurría un tanto monótona, después de<br />
que fue pacificada la región (1600) y tan solo los festejos<br />
religiosos, cívicos y familiares, rompían la rutina diaria;<br />
debido al gran sentido de religiosidad de nuestra gente,<br />
festejaban a los santos patronos de las iglesias de su<br />
barrio, así como las dedicaciones que hacían de los templos<br />
que construían, recordemos cómo, las primitivas capillas se<br />
construyeron en el siglo XVII, y en el siglo XVIII, las<br />
derrumbaron y se construyeron en su lugar, muchos de los<br />
templos que actualmente tenemos; los vecinos aprovechaban<br />
la terminación de estas construcciones para hacer grandes<br />
fiestas.<br />
No podemos separar de las fiestas, el aspecto profano y el<br />
religioso, pues junto a los actos religiosos, consistentes<br />
en misas, procesiones, sermones, te deum, nuestro pueblo se<br />
divertía con fuegos de artificio como castillos, cohetones,<br />
coronitas, toritos y con verbenas fuera de los templos,<br />
como un trasunto de las culturas prehispánicas, las danzas<br />
con gente ataviada a la usanza de los indígenas. También,<br />
dentro <strong>del</strong> seno <strong>del</strong> hogar se celebraban los festejos<br />
religiosos, comiendo antojitos, no olvidemos el clásico<br />
mole de guajolote el día de San Marcos y la variedad de<br />
viandas con motivo de las fiestas de los Fieles Difuntos y<br />
Navidad.<br />
Dentro de las páginas de la historia de Aguascalientes en<br />
la época colonial, tenemos una estampa que nos describe un<br />
festejo eminentemente religioso, como lo fue la dedicación<br />
de la Catedral, habiendo dejado noticia de ello, Don Manuel<br />
Antonio Gallardo, quien la escribió en esta Villa de<br />
Aguascalientes, a diez y nueve de octubre de mil<br />
401
setecientos treinta y ocho y que en sus partes de mayor<br />
importancia dice:<br />
DEDICACIÓN DE LA IGLESIA<br />
"El día 4 de Octubre de 1738 años, se dedicó la iglesia<br />
parroquial de esta Villa, que hacía 34 años se había<br />
comenzado fabricar y renovar, habiéndose hecho la bendición<br />
de ella, prevenida por el ritual romano y para que fuera<br />
con la mayor solemnidad, el día 3 <strong>del</strong> mismo mes, a las<br />
cuatro de la tarde, se trajo en procesión, de manos <strong>del</strong><br />
Doctor Don Manuel Colón de Larreategui, Cura y Vicario de<br />
esta Villa, el Divinísimo Señor Sacramentado desde la<br />
iglesia de San Diego, acompañando a su Divina Majestad, las<br />
imágenes de los gloriosos Patriarcas San Francisco, San<br />
Pedro Nolasco, San Juan de Dios con sus Comunidades, la de<br />
nuestra Señora <strong>del</strong> Rosario, San Luis Rey de Francia y San<br />
Pedro Almengor con sus terceras Ordenes; y el glorioso<br />
Apóstol San Pedro con su Clero, Cofradías, Cabildo,<br />
Justicia y Regimiento, con su vecindario y otras muchas<br />
personas de excepción, que concurrieron de varias partes; y<br />
habiendo llegado a la parroquia por la calle de Tacuba<br />
(donde su Divina Majestad hizo mansión), en el altar que<br />
estaba prevenido, se recitó una loa o coloquio en su loor y<br />
alabanza por beneficio <strong>del</strong> nuevo templo y llegado a él y<br />
colocando a su Divina Majestad en el altar mayor y trono<br />
nuevo, con las demás imágenes referidas, se cantaron<br />
vísperas con la mayor solemnidad posible, patente y<br />
manifiesta su Divina Majestad, y al día siguiente se<br />
celebró con misa y sermón por toda la octava, en cuyos<br />
días, por las tardes, la celebraron los vecinos con sus<br />
loas y comedias, y las noches con sus fuegos y carros y<br />
después con seis días de lidiar toros y juegos de cañas.<br />
El dicho día primero de la dedicación, se estrenaron las<br />
campanas dedicadas una, a nuestra Señora de los Dolores y<br />
otra al Señor San José.<br />
402
El primer día predicó el Bachiller Don José de Rivera<br />
Villalobos, Cura propio de la ciudad de Zacatecas,<br />
Examinador Sinodal de este Obispado y Rector que fue <strong>del</strong><br />
Colegio-Seminario de Guadalajara; y el octavo, el<br />
Licenciado Don Juan Faustino de Aguilera, originario de<br />
esta Villa, Cura <strong>del</strong> Sagrario de la Santa Iglesia Catedral<br />
de Guadalajara y después, Prebendado de ella".<br />
Dichos días, sábado, domingo y lunes, fue el jubileo de<br />
Cuarenta Horas, en los que estuvo todo el día expuesto el<br />
Divinísimo Señor, y el martes siete se representó la gran<br />
comedia "La misma conciencia avisa" por sólo dos sastres;<br />
Esteban Narváez y Antonio López (alias) Mínima.<br />
El ocho, "El Negro al cuerpo blanco".- La costearon los<br />
zapateros.<br />
El Jueves nueve, "El canto junto al encanto”.- Por los<br />
barberos, cigarreros y loceros.<br />
El Viernes diez, los chileros de Triana.- "El renegado al<br />
cielo".<br />
El Sábado once, los Alarifes y sombreros.- "Mejor está que<br />
estaba".<br />
El Domingo doce de octubre, los Obrajeros.- "Los Españoles<br />
en Chile y Conquista al Reino de Arauco".<br />
La semana siguiente, toros y carreras y el domingo<br />
siguiente, diez y nueve de octubre, la comedia "El secreto<br />
a voces", que costearon los herreros y serenos".<br />
Así pues, con esta estampa nos damos cuenta de una gran<br />
festividad religiosa entre nosotros, en la que mezclaron<br />
actos religiosos y profanos, como representaciones<br />
teatrales, carreras de caballos y corridas de toros.<br />
FUNDACIÓN DE LOS PUEBLOS EN LO QUE AHORA ES EL ESTADO DE<br />
AGUASCALIENTES EN LA ÉPOCA COLONIAL<br />
Tepezalá.- Antes de que se fundara la Villa de la Asunción<br />
de las Aguas Calientes (1575), ya existía Tepezalá, el<br />
maestro Don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, nos dice que se<br />
403
fundó por los meses de marzo o abril de 1573, debido a<br />
gestiones <strong>del</strong> Capitán Don Diego de Ibarra, sin embargo,<br />
Phillip W. Powel, en su obra "La Guerra Chichimeca" (1550-<br />
1600), en el capítulo V, establece que en 1561 "Las<br />
estancias de Diego de Ibarra en Tepezalá, fueron asaltados,<br />
murieron el administrador, su sobrino y muchos obreros<br />
indios". Lo cierto es que Tepezalá ya existía en la zona<br />
minera de Aguascalientes, cuando nació nuestra ciudad<br />
capital.<br />
San Marcos.- En 1604, nació el "Pueblo Nuevo" de indios de<br />
San Marcos, al Poniente de la Villa de la Asunción de las<br />
Aguas Calientes, estos indios fueron de origen Tlaxcalteca<br />
y se creó este pueblo en un punto estratégico, pues servía<br />
de defensa a la Villa española, cuando el ataque provenía<br />
<strong>del</strong> Occidente, andando el tiempo, este pueblo forma parte<br />
de la ciudad de Aguascalientes y se constituye en uno de<br />
sus cuatro famosos barrios; su Santo Patrono dio origen a<br />
las fiestas de la Feria de San Marcos.<br />
Rincón de Romos.- En 1763, Rincón de Romos se perfila como<br />
pueblo, aunque sus títulos primordiales datan de 1639,<br />
estos se pueden tomar como antecedentes; resulta que ya<br />
para 1763, en el punto conocido como barrio de Chora, ya<br />
había un asentamiento indígena y junto a ella, en 1763, se<br />
forma una congregación de criollos y mestizos que, unidos<br />
al casco de la Hacienda de Rincón, dan originen al pueblo<br />
de Rincón de Romos.<br />
San José de Gracia.- Este fue un pueblo fundado por una<br />
congregación de indios en el año de 1686, el sitio en que<br />
crearon este pueblo, se conocía con el nombre de Marta y<br />
perteneció a la Hacienda de "Paredes", propiedad <strong>del</strong><br />
Capitán Don Matías López de Carrasiquilla y se tiene como<br />
su fundador a un "indio principal", llamado Juan Domínguez;<br />
otro de sus fundadores fue el indio Mateo Rodríguez, que<br />
vino de San Luis de la Paz.- El original pueblo de San José<br />
404
de Gracia ha desaparecido, bajo las aguas de la presa<br />
"Calles" que se terminó de construir en 1926, por lo tanto,<br />
el actual pueblo de San José de Gracia, a las orillas de la<br />
presa es de reciente construcción.<br />
Asientos.- Se cree que esta población, por excelencia<br />
minera, no tiene fundación legal, sin embargo, desde 1694<br />
se fueron juntando en este punto gambusinos, mismo que<br />
pertenecía a la hacienda de "Nuestra Señora de los Dolores<br />
<strong>del</strong> Carro", el Real de Minas que ahí se creó, se conoció<br />
con el nombre de "Nuestra Señora de la Merced",<br />
posteriormente, con el nombre de "Nuestra Señora de Belén<br />
de los Asientos de Ibarra".<br />
En las proximidades de la población de Asientos, en el año<br />
de 1647, se denunció la mina de "Nuestra Señora de la<br />
Soledad", en la falda <strong>del</strong> cerro de Altamira, en el cerrito<br />
de San Antonio; su denunciante fue Salvador Adame, siendo<br />
esta la noticia más antigua de este lugar.<br />
Jesús María.- Para Don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, fue<br />
fundador de Jesús María, población aledaña a<br />
Aguascalientes, el indio cacique Don Matías Saucedo y<br />
Moctezuma, Capitán de Fronteras, quien adquirió <strong>del</strong><br />
Mayorazgo de Ciénega de Mata, el sitio llamado<br />
"Jonacatique", el año de 1699 y en el año de 1701, con<br />
intervención <strong>del</strong> Alcalde Mayor de Aguascalientes, Don Diego<br />
de Parga de Gayoso, fundó el citado pueblo, con el nombre<br />
de "Jesús María de los Dolores".<br />
Por su parte, Don Jesús Bernal Sánchez, establece como el<br />
11 de Septiembre de 1702, ante el escribano Salvador<br />
Delgado Cervantes, comparecieron Sebastián y Jacinto de<br />
Luna y Tapia, Calixto de Luna, Marcos Saucedo, etc. etc.,<br />
indios latinos en lengua castellana, vecinos de esta<br />
jurisdicción y manifestaron que son cuarenta familias y<br />
describe que en situación económica deplorable y ellos<br />
dieron poder, a un indio originario de San Luis de la Paz,<br />
405
esidente de esta Villa, el cual fue Gaspar de los Reyes,<br />
para que a su nombre pidiera a los señores de la Audiencia,<br />
el sitio para su fundación, y este historiador creyó que<br />
posiblemente estos indios hayan sido fundadores de Jesús<br />
María.<br />
Calvillo.- Esta población se encuentra asentada al<br />
Occidente de lo que hoy es el Estado de Aguascalientes, en<br />
el Valle de Huajúcar y su fundación va al parejo de la<br />
creación <strong>del</strong> Curato, fue el 18 de Noviembre de 1771, cuando<br />
el señor Canónigo, Doctor Don Manuel Colón de Larreategui,<br />
gobernador en funciones de la Mitra de Guadalajara, el que,<br />
separando Calvillo <strong>del</strong> Curato de Tabasco, erigió la<br />
Parroquia de San José de Huajúcar, en terrenos propiedad<br />
<strong>del</strong> vecino Don José Calvillo, quien los cedió y debido a<br />
este filántropo, y ya en el México independiente (1825),<br />
recibe la población el nombre de "Calvillo"; así nació uno<br />
de los asentamientos más prósperos que ha dado gentes que<br />
honran al Estado de Aguascalientes.<br />
LA ECONOMÍA EN LA COLONIA<br />
"LA AGRICULTURA"<br />
El cultivo de plantas, siempre ha proporcionado a la<br />
humanidad, un renglón muy importante para su alimentación y<br />
va aparejando a la etapa de sedentarismo de un pueblo y<br />
cuando este ve asegurada su subsistencia, tiene tiempo para<br />
pensar y surge su cultura.<br />
En el México pre-hispánico, los pueblos más cultos<br />
practicaban la agricultura y cultivaban maíz, frijol,<br />
chile, algodón, calabaza, jitomate, camote, maguey, papaya,<br />
zapote, henequén, etc, etc., pero la trilogía de plantas<br />
que aún hoy día forman la base de nuestra alimentación son,<br />
el maíz, frijol, chile. Con el maíz, se obtiene una gama<br />
extraordinaria de alimentos, pensemos un poco en ellos;<br />
elotes, tortillas, (y con ellas tacos, tostadas,<br />
enchiladas), tamales, gorditas, atole, pozole y hasta<br />
406
tejuino, que hizo las funciones de vino. Otras de las<br />
prodigiosas plantas, fue el maguey, pues con el obtenían;<br />
aguamiel, pulque (bebida embriagante), miel, fibras para<br />
tejidos burdos, las puntas de las pencas sirvieron de<br />
clavos; tanto el maíz como el maguey, fueron tan<br />
importantes que las deificaron, es decir, los convirtieron<br />
en dioses.<br />
En cuanto a técnicas de cultivos de los pueblos indígenas a<br />
la llegada de los españoles, era avanzada, pues ya<br />
practicaban el riego por medio de canales y como no tenían<br />
animales de tiro, no conocían el arado, pero se valían de<br />
bastones plantadores "Coas", que eran varas endurecidas sus<br />
puntas por medio de la humedad y fuego.<br />
Cuando llegaron los españoles, la agricultura se transformó<br />
y tuvo avances espectaculares, pues ellos aportaron todo lo<br />
relativo a animales de tiro como caballos, muías, burros y<br />
bueyes, por lo tanto, aparecieron arados, carromatos,<br />
norias, molinos, etc., etc., y en cuanto a plantas<br />
importadas, trigo, arroz, caña de azúcar, naranja,<br />
cacahuate, plátano, etc, etc.,<br />
En Aguascalientes no hubo agricultura prehispánica, en<br />
virtud de que no existían asentamientos indígenas, ya que<br />
eran valles, ríos y bosques de mezquites, que formaban<br />
parajes solitarios; la agricultura nació al parejo de la<br />
llegada de los españoles, necesaria para su manutención y<br />
la de los mineros vecinos, yo creo que los pioneros de la<br />
agricultura en nuestra Villa, lo fueron Don Alfonso Avalos<br />
de Saavedra, por el rumbo de donde es hoy la calle de Pedro<br />
Parga (antes Apostolado) y Don Hernán González Berrocal,<br />
con sus huertas en Triana.<br />
Siendo así las cosas ¿Cómo nació la propiedad rural en<br />
Aguascalientes?<br />
No perdamos de vista, que Aguascalientes fue una Villa de<br />
españoles, por lo tanto, las leyes y costumbres en materia<br />
407
agraria, fueron las de España y estas establecían como<br />
formas de adquisición: a).- Mercedes Reales.- b).- Por<br />
composición, a consecuencia de prescripción, dando origen<br />
estas formas a las haciendas, ranchos, propios, ejidos y<br />
comunidades.<br />
Los conquistadores, cuando consumaban sus conquistas en<br />
nombre de los Reyes de España, se posesionaban de todas las<br />
tierras, por lo que estas, en principios, pertenecían a la<br />
Corona Española, aunque la legislación ordenaba se<br />
respetaran las tierras que tuvieran dueño, en la práctica<br />
no se obedecían dichas leyes, en lo que fuera contrario a<br />
los intereses de los conquistadores y cometían despojos,<br />
pero ¿Cuándo no ha sucedido esto?, basta ir a nuestros<br />
tribunales civiles y darnos cuenta de los muchos problemas<br />
que hoy existen, en materia de propiedad de la tierra. Por<br />
lo anterior, los Reyes de España se sentían dueños de las<br />
tierras que sus súbditos conquistaban en su nombre y<br />
mientras estas no se entregaban a particulares, recibían el<br />
nombre de "Realengas".<br />
Cuando los Reyes de España veían que por necesidades de su<br />
imperio y para mayor gloria de Dios, convenía otorgar el<br />
derecho de propiedad de la tierra a un grupo de súbditos,<br />
ya fueran indios o españoles, o bien, a una sola persona<br />
por señalados servicios a la Corona, lo otorgaban y a este<br />
acto se conoció como "Merced Real" o "Gracia Real".<br />
Siguiendo la legislación Castellana, aquella persona que<br />
por medio de la agricultura o la ganadería se posesionara<br />
de tierras, fueran pequeñas o grandes extensiones, pero que<br />
se demostrara que las utilizaba; estas tierras dejaban de<br />
pertenecer a la Corona y su usufructuario podía pedir una<br />
"Merced" o pagaba una composición, que fue una paga<br />
simbólica y entonces se le escrituraba su propiedad.<br />
408
Las anteriores formas de adquisición, fueron para<br />
particulares, pero hubo otras formas de propiedad colectiva<br />
como los propios, ejidos y comunidades.<br />
En virtud de que los Ayuntamientos, Hospitales, Conventos,<br />
Parroquias y demás instituciones benéficas, no se podían<br />
sostener con los raquíticos ingresos que les proporcionaban<br />
las personas de sus respectivas jurisdicciones, los Reyes<br />
de España tuvieron la feliz idea de darles suficientes<br />
tierras de cultivo para su sostenimiento; a estos bienes se<br />
les conoció con el nombre de "Propios".<br />
La palabra "Ejido", tiene su origen en el Latín, es decir,<br />
tiene etimología latina, y viene de la palabra "Exitus" que<br />
quiere decir salida.<br />
Tanto los habitantes de los pueblos españoles, como los de<br />
los indígenas, tenían necesidad de tierras comunes<br />
inmediatamente, fuera de sus últimas casas, que empleaban<br />
para que pastaran sus animales o para traer sus cosechas<br />
ahí pizcan su maíz o garrotear su frijol, era algo así<br />
corno el patio común de la casa de todos; entonces el Rey<br />
les daba esas tierras que fueron los "Ejidos", tierras<br />
inmediatamente fuera <strong>del</strong> pueblo.<br />
Por último, las "Tierras de Comunidad", este tipo de<br />
propiedad se parecía al "Calpulli" indígena, eran tierras<br />
que el Rey dio a los indios para su aprovechamiento. En<br />
nuestro Estado de Aguascalientes, en Sierra Fría, aún<br />
existen tierras de Comunidad, es decir, hay comuneros.<br />
Ahora bien, en cuanto al Cultivo de las tierras, lo hacían<br />
los españoles, sus hijos, los indios que les encomendaban<br />
para su cristianización, o sea las "Encomiendas", que se<br />
redujeron a partir de 1573 y se extinguieron en 1718,<br />
también por peones libres y acasillados.<br />
Analizando la cédula de fundación de nuestra Villa, nos<br />
damos cuenta que Felipe II, Rey de España, por medio <strong>del</strong><br />
Gobernador de Nueva Galicia, hizo algunas consideraciones<br />
409
de tipo agrario, pues a los doce vecinos fundadores, "les<br />
repartió ciertos solares de casas y suertes de huertas,<br />
estancias y caballerías de tierras", así mismo, establece<br />
la extensión de nuestra Villa de la Asunción", a la cual<br />
señalamos y nombramos por términos suyos, cinco leguas a la<br />
redonda, con que en ellas no entre ningún pueblo de<br />
españoles ni naturales...."<br />
Las extensiones de tierra, propiedad de una sola persona,<br />
reciben los nombres de rancho, si no es muy extenso y de<br />
Hacienda o Latifundio, cuando lo es.<br />
En los siglos XVII y XVIII, en lo que hoy es el Estado de<br />
Aguascalientes, se formaron los Latifundios, destacando las<br />
Haciendas de Paredes, Pabellón, Cieneguilla, La Labor, El<br />
Saucillo, San Antonio, La Cantera y Ciénega de Mata, siendo<br />
este último el más grande, pues parte de ella ocupó una<br />
cuarta parte de lo que hoy es el Estado de Aguascalientes,<br />
siendo sus propietarios la familia Rincón Gallardo.<br />
A fines de la Colonia, en lo que hoy es el Estado de<br />
Aguascalientes, hubo 25 haciendas y 144 ranchos.<br />
LA GANADERÍA<br />
Toda la ganadería que existió en la Nueva España, fue<br />
traída de Europa, con tan buena suerte, que proliferó en<br />
muy poco tiempo; trajeron los conquistadores, ganado<br />
vacuno, caprino, lanar, mular, caballar y asnar, creo que<br />
en México tiene una deuda con el burro, quien merece se le<br />
levante un monumento, porque fue el que liberó a los indios<br />
de las cargas pesadas, ya con el, pasaron a las páginas de<br />
la historia el tameme, el cual fue indio cargador.<br />
Por intercesión de Don Hernán Cortés, se dispuso que cuanto<br />
navío viniera a Nueva España, debería de traer sementeras y<br />
ganado para beneficio de la Colonia; a su padre Don Martín<br />
Cortés, le pidió le mandara de Me<strong>del</strong>lín, pie de cría de<br />
borregos merinos y cuando llegaron, los destinó a Tlaxcala.<br />
410
La ganadería, además de proporcionar elementos para carga y<br />
tiro, dio alimentación y fue la base de la curtiduría con<br />
su variada gama de aplicaciones. Fue tan rápido su<br />
desarrollo, que en 1530 el ganado lanar proporcionó 12,000<br />
arrobas de lana y ya para 1529 existía la ganadería de<br />
reses de lidia de Ateneo, propiedad <strong>del</strong> Licenciado Don Juan<br />
Gutiérrez Altamirano, dándose la primer corrida de toros el<br />
día 13 de Agosto de 1529.<br />
El Barón de Humboldt, calculó que a fines de la Colonia en<br />
Nueva España, existían 70,000 mulas para los trabajos <strong>del</strong><br />
campo y los transportes.<br />
En la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas<br />
Calientes, el año de 1794, el sub<strong>del</strong>egado informaba que en<br />
el medio rural existían 3,071 yuntas dobles, lo que<br />
significaba 6,142 bueyes, 19,662 cabezas de ganado vacuno,<br />
644 manadas de caballar y 111,335 cabezas de ganado menor.<br />
Por lo que respecta al caballo, en la conquista hizo su<br />
aparición espectacular y los naturales lo conceptuaban un<br />
solo ser junto con su jinete y algo así como hijo <strong>del</strong><br />
infierno por ser una máquina destructora, pero pronto se<br />
dieran cuenta de la realidad y que no eran indestructibles.<br />
El ganado caballar proliferó en nuestra Patria, al grado de<br />
que es símbolo de nuestra nacionalidad, pues la estampa<br />
cabal <strong>del</strong> charro, es montado a caballo.<br />
LA INDUSTRIA<br />
Durante la época Colonial, la industria no tuvo auge,<br />
debido a las leyes dictadas por la Metrópoli, por medio de<br />
las cuales restringían a la misma con el ánimo de proteger<br />
tanto a la industria como al comercio Peninsular; sin<br />
embargo, por razón propia de la satisfacción de las<br />
necesidades de los colonos, tuvieron que desarrollarse las<br />
industrias de la construcción, alimenticia, textiles y la<br />
vitivinícola, esta a escondidas y en poca escala, con el<br />
fin de atender las necesidades <strong>del</strong> rito Católico.<br />
411
Las Fábricas, recibieron el nombre de Obrajes y en ellas,<br />
las condiciones de trabajo fueron pésimas, carentes de la<br />
más elemental higiene y hacían las veces de prisión, pues a<br />
los obreros se les permitía salir de ellas, una sola vez<br />
por semana.<br />
Los obreros tenían dos formas de agruparse desde el punto<br />
de vista civil, por medio de "Gremios" y el religioso por<br />
"Cofradías". Los Gremios, lo fueron por oficios, así<br />
podemos decir que los había de carpinteros, herreros,<br />
albañiles, zapateros, sastres, etc., y dentro de los mismos<br />
había distintos grados; de aprendiz, de oficial y de<br />
maestro; para ir pasando por cada una de estas etapas, el<br />
obrero se sometía a un examen, culminando con el de<br />
maestro, presentando en una exposición de Feria una obra<br />
que lo acreditara como un perfecto conocedor de todos los<br />
secretos de su oficio, o sea, una obra maestra. Los<br />
Cofradías, consistieron en organizaciones obreras dé<br />
carácter religioso; cada uno de los oficios tenía un santo<br />
patrono.<br />
Las industrias, en lo general, recibieron toda clase de<br />
incentivos y libertades hasta fines de la Colonia, siendo<br />
Emperador de España el liberal Carlos III, quien tuvo otra<br />
concepción distinta que sus antecesores respecto de la<br />
riqueza, pues para él, esta consistía en tener todos los<br />
satisfactores y no todos los tesoros.<br />
Por lo que respecta a la industria en la Colonia, en la<br />
Villa de la Asunción de las Aguas Calientes, contó con<br />
industria textil de telas burdas, tejidas con lana; varios<br />
obrajes con telares, proporcionaron cobijas y prendas de<br />
vestir. También la vitivinicultura, fue otra de nuestras<br />
industrias, cuya tradición arranca desde la Colonia, en las<br />
huertas de Triana, desde los González Berrocal, (antes de<br />
que fuera la Villa de la Asunción de las Aguas Calientes),<br />
hasta principios <strong>del</strong> actual siglo, con el señor Cura, Don<br />
412
Isidro Navarro o con Don Ricardo Medina, la vid se cultivó<br />
y en forma artesanal hicieron sus vinos, hasta que el<br />
urbanismo acabó con estas huertas y se dio paso a los<br />
grandes viñedos que hay en el Estado y con ellos a las<br />
vinícolas que en grandes cantidades procesan la vid.<br />
De la noticia que tenemos de la dedicación de la parroquia<br />
de la Asunción, y festejos que se iniciaron el día 4 de<br />
Octubre de 1738, hay una parte que menciona las obras<br />
teatrales que en ese acontecimiento se presentaron y los<br />
gremios que las patrocinaron y de ahí deducimos que había<br />
sastres, zapateros, barberos, cigarreros, loceros,<br />
alarifes, sombrereros, obrajeros, herreros, etc., como se<br />
ve, la industria entre nosotros en la época de la Colonia,<br />
fue de carácter artesanal.<br />
LA MINERÍA<br />
Al calor de la minería, fue como nació la Nueva España una<br />
vez que Don Hernán Cortés consuma la conquista de<br />
Tenochitlán (13 de agosto de 1521) y valiéndose de las<br />
relaciones de los pueblos tributarios <strong>del</strong> Imperio Azteca,<br />
localiza las primeras minas de oro y plata y controla su<br />
producción, intuyen que se encuentran en un país que tiene<br />
riqueza minera y envió a los cuatro puntos cardinales,<br />
expedicionarios, buscando los metales preciosos que en esta<br />
época pensaron que era la base de toda riqueza y así<br />
nacieron los fundos mineros de Oaxaca, Guanajuato, Taxco,<br />
Real <strong>del</strong> Monte, El Potosí, Real de Catorce, Zacatecas,<br />
Fresnillo, Sombrerete, Nombre de Dios, Durango, San Felipe<br />
el Real, y entre nosotros Tepezalá, Asientos y Rincón de<br />
Romos.<br />
La minería hizo posible la riqueza de sus dueños, de los<br />
barreteros, quienes fueron los obreros mejor pagados,<br />
aunque de vida corta, debido a sus trabajos; el Barón<br />
alemán Alejandro Von Humboldt decía a fines <strong>del</strong> siglo<br />
XVIII, que la condición <strong>del</strong> minero era la mejor entre los<br />
413
demás trabajadores de la Colonia, pues sus salarios eran lo<br />
mejor entre los demás trabajadores; aparte de que los<br />
barreteros y faeneros se les daba maíz, carne y tasajo<br />
semanalmente. Debido al auge de las poblaciones mineras,<br />
tuvieron sus magníficos templos y señoriales casas, así<br />
como floreciente comercio, aparejado a esto, vicios, juego<br />
y perdición.<br />
La minería, en la Colonia, fue tan importante, que durante<br />
los tres siglos de dominio español, produjo más de dos mil<br />
millones de pesos en oro y plata acuñadas, siendo la mejor<br />
de todas las minas de plata, La Valenciana, de Guanajuato.<br />
Muchas poblaciones, sin ser mineras, nacieron al calor de<br />
estas y entre ellas, la Villa de la Asunción de las Aguas<br />
Calientes, con el objeto de proteger el tránsito de<br />
personas y riqueza de Zacatecas a México y Guadalajara.<br />
En nuestro medio, la zona minera principal queda al Nor-<br />
Noreste de la ciudad de Aguascalientes y la constituyen los<br />
Municipios de Tepezalá y Asientos, cuyas minas fueron<br />
trabajadas desde la Colonia; Tepezalá ya existía en 1573,<br />
fundada por el Capitán Don Diego de Ibarra y<br />
posteriormente, en 1694, se fueron congregando gambusinos,<br />
donde hoy es Asientos.<br />
De las minas que hay en Tepezalá, son: La Peñuela, La<br />
Ventura, La Cruz, El Águila, La Magdalena, Santa Bárbara,<br />
La Chicharrona, Los Arcos, El Tepozán, etc., y en Asientos:<br />
San Francisca, Descubridora, El Cristo, No Pensada, San<br />
Jerónimo, Alta Palmira, etc., los metales que extraen de<br />
ellas son plata y magistral, para beneficio de la plata;<br />
los siglos XVII y XVIII, fueron épocas de bonanza de estos<br />
minerales.<br />
ORGANIZACIÓN POLÍTICA<br />
El ayuntamiento, fue la organización política que tuvimos<br />
en la Colonia, en la Villa de la Asunción de las Aguas<br />
Calientes, este sistema de gobierno fue importado de<br />
414
España, en virtud de los buenos resultados que se observó<br />
<strong>del</strong> mismo por muchos anos y esto se debe a la participación<br />
directa de los vecinos de la Villa donde funcionaba,<br />
teniendo una base verdaderamente democrática.<br />
Don Hernán Cortés, estudió dos años la carrera de Derecho<br />
en la Universidad de Salamanca, dejando sus estudios por su<br />
vida aventurera, pero conocía de leyes, por lo tanto,<br />
conocía <strong>del</strong> funcionamiento de la corporación <strong>del</strong><br />
Ayuntamiento y de su fortaleza en su autonomía y se valió<br />
<strong>del</strong> mismo, fundando en abril de 1519, el Ayuntamiento de la<br />
Villa Rica de la Veracruz, ante el cual declina el mando<br />
que la había otorgado el Gobernador de Cuba, Diego de<br />
Velázquez y el Ayuntamiento, a nombre <strong>del</strong> Rey, lo designó<br />
Justicia Mayor y Capitán General, esto lo hizo Cortés para<br />
separarse de Velázquez, pero también sirvió de pauta para70<br />
que, en cuanto se fundara una Villa, se creara un<br />
Ayuntamiento.<br />
En la cédula de fundación de nuestra Villa, se confirma la<br />
existencia <strong>del</strong> Ayuntamiento, nos dice que: "Los doce<br />
vecinos nombraron alcaldes y regidores, e un síndico<br />
procurador de la dicha Villa", y este documento, más<br />
a<strong>del</strong>ante establece: "e como tal Villa, pueda nombrar en<br />
cada un año para la administración y de la nuestra<br />
justicia, dos alcaldes, cuatro regidores e un síndico<br />
procurador <strong>del</strong> Consejo de ella, y fecha de dicha elección<br />
antes o primero que usen de dichos cargos y oficios, la<br />
presenten en pública forma ante dicho nuestro gobernador<br />
que al presente es o fuese de aquí a<strong>del</strong>ante o lleven<br />
confirmación", como se ve, la cédula de fundación establece<br />
como forma de gobierno, el Consejo, que no es otra cosa que<br />
el Ayuntamiento y señala la mecánica para la creación <strong>del</strong><br />
mismo, la cual estaba sujeta a la confirmación <strong>del</strong><br />
gobernador <strong>del</strong> reino.<br />
415
En relación con las autoridades de la Villa de la Asunción<br />
de las Aguas Calientes, el culto abogado aquicalidense<br />
Jesús Antonio de la Torre Rangel, en su obra "Notas<br />
Histórico Jurídicas sobre la fundación de Aguascalientes",<br />
nos dice que las ordenanzas sobre Descubrimiento, Población<br />
y Pacificación de las Indias, de fecha 13 de junio de 1573,<br />
dictadas por Don Felipe II, mandaban en su numeral 43<br />
establecía, "para las villas y lugares, Alcalde ordinario,<br />
cuatro Regidores, un Alguacil, un Escribano de Consejo y<br />
Público y un mayordomo.<br />
Mientras que Cortés en sus ordenanzas de 1525, decía:<br />
Ordeno y mando que en cada una de las dichas Villas, haya<br />
dos Alcaldes ordinarios y cuatro Regidores, e un<br />
Procurador, con escribano <strong>del</strong> Consejo de ella, los cuales<br />
rijan, e juzguen las causas civiles como criminales que en<br />
las dichas Villas y sus términos se ofrecieren..."Por lo<br />
tanto, al hablarse en nuestra cédula de fundación de dos<br />
alcaldes, se está apegando a las Ordenanzas de Cortés por<br />
lo demás, siguen lo dispuesto por el Rey.<br />
Veamos cuales fueron las funciones de quienes integraron<br />
nuestro Ayuntamiento: Dos Alcaldes Ordinarios: Sus<br />
facultades fueron, ejercer en primera instancia la<br />
administración de justicia, tanto civil como penal, así<br />
mismo, intervenían en la política de abastos de la ciudad.<br />
Para ser electos alcaldes ordinario, debía de ser vecino<br />
<strong>del</strong> lugar, con casa poblada, ser honrado, hábil y que<br />
supiera leer y escribir, no dedicarse a oficios viles y se<br />
le recomendaba fueran estos, descendientes de<br />
conquistadores o pacificadores.<br />
Cuatro Regidores: Sus atribuciones más importantes eran las<br />
referentes a la policía de abastos de la ciudad, ellos<br />
debían de poner precio a las cosas de comer y beber,<br />
teniendo cuidado de ver que es lo que les costaba a los<br />
mercaderes y dándoles alguna ganancia moderada. También<br />
416
vigilaban las obras públicas en su desarrollo, visitaban<br />
cárceles para verificar el cumplimiento de los reglamentos,<br />
suplían las ausencias de los Alcaldes. Estaban obligados a<br />
asistir a las reseñas, alardes y otras operaciones de<br />
índole militar, acompañando al Gobernador o Capitán General<br />
y en algunas ocasiones llegaron a administrar hospitales.<br />
Un Síndico Procurador <strong>del</strong> Consejo: Sus funciones fueron las<br />
de ser representante legal y defensor de la Villa ante el<br />
Consejo y era nombrado exclusivamente por los regidores.<br />
La cédula de fundación de la Villa de Nuestra Señora de la<br />
Asunción de las Aguas Calientes, no habla de los de más<br />
funcionarios <strong>del</strong> Ayuntamiento, pero como en todas las demás<br />
Villas, también hubo alguaciles, escribanos <strong>del</strong> Consejo<br />
Público y mayordomos.<br />
¿A qué se dedicaban?<br />
Alguaciles: A ejecutar las órdenes de aprehensión dictadas<br />
por los alcaldes y perseguir los juegos prohibidos y los<br />
pecados públicos, es decir, fueron policías.<br />
Escribanos <strong>del</strong> Consejo Público: Llevar con toda fi<strong>del</strong>idad<br />
el "Libro de Acuerdos" <strong>del</strong> Cabildo, o sea, el de actas de<br />
acuerdos y discusiones de este, autorizando las actas y<br />
guardaban el secreto de las mismas; total, era el<br />
Secretario <strong>del</strong> Cabildo.<br />
El Mayordomo: Tenía a su cargo la Hacienda Municipal, era<br />
el Tesorero.<br />
Andando el tiempo, también nuestra Villa fue sede de una<br />
Alcaldía Mayor, el alcalde mayor o corregidor, lo designaba<br />
directamente el Rey o el Virrey y también el Presidente de<br />
las Audiencias y estas, en estos dos últimos casos, debían<br />
de ser aprobados por el Supremo Consejo de Indias.<br />
Los Alcaldes Mayores: Eran jefes políticos y<br />
administradores, así como jueces superiores de los alcaldes<br />
ordinarios, por lo que constituían una segunda instancia<br />
417
para las resoluciones de estos, debían de fomentar el<br />
desarrollo de la agricultura y el buen trato de los indios.<br />
A fines de la época Colonial, en 1786, se cambia la<br />
organización política de la Nueva España, deja de haber<br />
reinos y se convierten en Intendencias y entonces surgen<br />
los Intendentes, que suplían a los Gobernadores de Reinos y<br />
Provincias y en nuestra Villa hubo Sub <strong>del</strong>egados, que<br />
sustituían al Alcalde Mayor.<br />
Por lo que respecta a esta parte de la organización<br />
política de nuestra Villa, en la época de la Colonia, ha<br />
sido nuestra fuente de información la obra antes dicha <strong>del</strong><br />
señor licenciado Jesús Antonio de la Torre Rangel.<br />
ARQUITECTURA Y BELLAS ARTES<br />
Es muy común en las personas, hablar en términos genéricos<br />
de la "Arquitectura Colonial", como sí se tratara de un<br />
solo orden arquitectónico y esto es un error, pues en esta<br />
época su desarrollaron en la Nueva España, distintos<br />
estilos de arquitectura, veamos:<br />
Monástico Militar.- Es el que los frailes hicieron en los<br />
años inmediatos posteriores a la conquista y que se<br />
caracteriza por paredes gruesas, con contrafuertes; en la<br />
parte superior de la pared con almenas, sus puertas<br />
demasiado fuertes y sus ventanas muy altas, estas<br />
construcciones tuvieron la doble finalidad de ser templos y<br />
conventos y a la vez fortalezas para el caso de ser<br />
atacados por los indios, tener donde defenderse.<br />
Plateresco.- Su nombre se debe a la semejanza de estas<br />
obras con las de los plateros, este estilo tiene más de<br />
escultura que de arquitectura.<br />
Herreriano.- Este es de líneas completamente clásicas,<br />
griegas, frío y árido y se dio a fines <strong>del</strong> siglo XVI,<br />
teniendo como ejemplo las fachadas de las Catedrales de<br />
México y Puebla.<br />
418
Barroco.- Este estilo se caracteriza por la existencia de<br />
muchos elementos decorativos que lo componen y se dio a<br />
fines <strong>del</strong> siglo XVII y principios <strong>del</strong> XVIII.<br />
Churriguresco.- Se caracteriza por tener adornos sobre<br />
adornos, con muchas columnas, repisa, volutas, ñores,<br />
ángeles y esculturas.<br />
Talavaresco.- Consiste en revestir los edificios de<br />
mosaicos, a semejanza de los que hacen en el pueblo español<br />
de Talavera de la Reina.<br />
Neoclásico.- Es una contestación al Churriguresco, que es<br />
una explosión de alegría arquitectónica, para volver al<br />
clasicismo griego.<br />
¿Dónde quedó el estilo arquitectónico Colonial? Si hubo<br />
muchos estilos en la Colonia.<br />
En Aguascalientes <strong>del</strong> siglo XVI, es decir, en sus<br />
principios no hubo obras con méritos arquitectónicos, tan<br />
solo existió el Presidio, una capillita dedicada a San<br />
Sebastián y otra que era la Parroquia y las casas de los<br />
pioneros, todo esto hecho de materiales que en el andar de<br />
los años pronto se deterioraban y por lo tanto, no hay<br />
testimonio de estas construcciones.<br />
En el siglo XVII, ya se empiezan a construir obras<br />
durables, como en el templo de San Diego y su claustro<br />
Franciscano, pero la característica principal en materia de<br />
arquitectura en este siglo, fue la prolifera construcción<br />
de capillas para el culto Católico, de aquellas piadosas<br />
gentes; como lo fueron Catedral, El Encino, San Marcos, El<br />
Rosario, San José, estas capillas fueron construidas con<br />
muros de adobe, techos de tableta y tierra, puertas y<br />
ventanas de mezquite; antes de la actual construcción de<br />
Catedral, en el mismo sitio se construyeron dos capillas.<br />
El siglo XVIII (último de la Colonia), fue el periodo de<br />
las grandes construcciones en la Villa de Nuestra Señora de<br />
la Asunción de las Aguas Calientes, que le han dado<br />
419
fisonomía a nuestra ciudad, se derriban las capillas y<br />
surgen los templos; gentes emprendedoras, con posibilidades<br />
económicas y con gran cariño a la población, como los<br />
señores Curas Don Antonio Flores de Acevedo, Doctor Don<br />
Manuel Colón de Larreategui y Don Mateo José de Ortega,<br />
aunado al esfuerzo de los habitantes de la Villa, hicieron<br />
posible la construcción de nuestros templos, como Catedral,<br />
La Merced, San Marcos, El Encino, Guadalupe, San Juan de<br />
Dios (hoy San José), El Conventito y San Juan Nepamuceno.<br />
Así mismo, se construyeron casas con sello de nobleza por<br />
la hidalguía de sus constructores y moradores.<br />
Pensando en los estilos arquitectónicos que se dieron en la<br />
Colonia, encuadremos en ellos las construcciones que se<br />
hicieron en esta época en Aguascalientes.<br />
Monástico Militar.- El templo y claustro de San Diego<br />
pertenece a este orden, si nos fijamos, sus muros son<br />
demasiado gruesos y cerrado el templo, da la impresión de<br />
fortaleza.<br />
Plateresco.- Los Templos de San José (San Juan de Dios), El<br />
Rosario (La Merced), por el tipo de sus frontispicios y<br />
torres, parecen obras de plateros.<br />
Herreriano.- Fechada de Palacio Municipal.<br />
Barroco.- Por muchos elementos decorativos, fachadas de<br />
Catedral, El Encino, fachada de Tercera Orden y el patio de<br />
la casa <strong>del</strong> Mayorazgo de Rincón Gallardo (hoy Palacio de<br />
Gobierno).<br />
Churriguresco.- Interior <strong>del</strong> templo de Guadalupe, tiene<br />
adorno sobre adorno.<br />
Talaveresco.- La cúpula <strong>del</strong> Camerín de San Diego, la cual<br />
tiene parte con azulejos.<br />
BELLAS ARTES<br />
La música, declamación, literatura, teatro, escultura y<br />
pintura, indudablemente fueron cultivadas por los<br />
habitantes de la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de<br />
420
las Aguas Calientes, en la Colonia, siendo una población<br />
tan amante de fiestas, naturalmente que se tuvo que valer<br />
de las Bellas Artes para el lucimiento de las mismas.<br />
La mayor parte de las Bellas Artes, tuvieron como centro el<br />
aspecto religioso y así nos encontramos con esculturas que<br />
se veneran en distintos templos, que en el tiempo ha hecho<br />
que se pierdan los nombres de sus autores. En cuanto a la<br />
pintura, por el hecho de firmar sus cuadros los pintores,<br />
nos dejaron testimonio de su paternidad y así contamos con<br />
cuadros de Alcíbar, "La Adoración de los Reyes", que se<br />
encuentra en el templo de San Marcos; el maravilloso<br />
Viacrucis, mural <strong>del</strong> templo de El Encino, pintado por los<br />
hermanos López y en el mismo templo, "El Bautismo de<br />
Cristo", por Juan Correa y aunque no fueron pintados aquí<br />
en Aguascalientes, también están desde la Colonia, cuadros<br />
de Cabrera en Catedral y San José.<br />
Por lo que respecta al teatro, fue también <strong>del</strong> gusto de los<br />
habitantes de aquella época y se servían <strong>del</strong> para dar marco<br />
a sus fiestas, hubo una temporada teatral, con motivo de la<br />
dedicación de Catedral en Octubre de 1738, como con<br />
anterioridad se ha hecho mención de las obras presentadas y<br />
por los títulos nos damos cuenta que estas obras teatrales<br />
tenían un mensaje moral; naturalmente, que el teatro en<br />
Navidad, por medio de las Pastorelas nunca faltó.<br />
Una Villa tranquila como la nuestra, en la Colonia, fue<br />
campo propicio para las Bellas Artes.<br />
"FIESTAS"<br />
El hombre, para el equilibro de su ser, junto con la<br />
obligación, necesita de la diversión; cuántas veces los<br />
primeros colonos de la Villa de Nuestra Señora de la<br />
Asunción de las Aguas Calientes, después de las fatigas <strong>del</strong><br />
trabajo, se reunirían alrededor de una botella de buen vino<br />
y oyendo el razgar de la vihuela, cantar para descansar y<br />
encontrarle alegría a la vida, seguido esto por el taconeo<br />
421
de una moza de buen ver, que salta al tablao, acompañada<br />
por un apuesto mancebo, en medio de las palmas de la<br />
concurrencias, bailando por seguirillas, lo que, andando el<br />
tiempo, se hace huapango.<br />
Nuestro pueblo, por excelencia, es alegre y necesita ser<br />
así para vivir, las fiestas con manifestaciones culturales,<br />
se convierten en escaparate de esta, porque ahí esta el<br />
canto, el drama, el teatro, la pintura, las artesanías y en<br />
el caso de nuestra gente, los gallos, carreras de caballos<br />
y por tradición hispana, la fiesta de los toros.<br />
Cuando las fundaciones en la Nueva España iban progresando<br />
y se convertían en verdaderas Villas, con frecuencia tenían<br />
sus ferias para honrar al santo patrono, como el caso de la<br />
Feria de San Juan de los Lagos y al mismo tiempo, las<br />
ferias tenían sus profundas consecuencias económicas, pues<br />
congregaba a muchos miles de comerciantes venidos de todos<br />
los rumbos de la Colonia, que hacían sus transacciones<br />
económicas con distintas clases de mercaderías y la<br />
afluencia de tanta gente, hacía que fueran insuficientes<br />
las posadas y mesones y surgían ciudades de ilusión ferial<br />
alrededor de la Villa, las cuales desaparecían al marcharse<br />
el último feriante.<br />
No necesariamente el festejar al Santo patrón de las Villas<br />
originó las ferias, pues en Nueva España tuvimos dos que<br />
nacieron por situaciones fundamentales económicas, como lo<br />
fueron el arribo de la flota mercante de Sevilla, al puerto<br />
de Veracruz y de inmediato, con las mercancías, se hacía la<br />
Feria de Xalapa y cuando llegaba la Nao. Procedente de<br />
China, a Acapulco, este dejaba de ser un villorrio de<br />
pescadores y lo iluminaba la fastuosidad de la Feria, para<br />
convertirse en una ciudad mercantil por excelencia.<br />
Sí es cierto que los festejos al santo patrón, tenían su<br />
aspecto religioso, con función a base de sermones,<br />
rosarios, misas y procesiones, en el aspecto profano, los<br />
422
feriantes, después de sus transacciones comerciales, se<br />
daban la gran divertida. ¿En qué se divertían? Pues bien,<br />
gusto muy arraigado entre la gente de la Nueva España,<br />
fueron las corridas de toros, pero en la Colonia, estas<br />
estuvieron características distintas de las actuales, ya<br />
que esta fiesta consistía en, el que se sintiera con valor,<br />
acudía a donde se había armado la plaza de toros y lanceaba<br />
desde a caballo los toros y también los toreaba a pie, esta<br />
fiesta era para demostrar ser muy hombre. En México,<br />
siempre en las ferias ha habido peleas de Gallos, en la<br />
Colonia eran muy afectos a este espectáculo, en que se han<br />
apostado verdaderas fortunas; en las páginas de la Historia<br />
de México, nos encontramos personajes afectos a la<br />
tauromaquia y a los gallos, como Apodaca, Hidalgo, Allende,<br />
Iturbide, Santa Anna, etc.,<br />
Dentro de las ferias, también hubo carreras de caballos,<br />
juegos de azar con naipes y dados, total, tentaciones para<br />
perder lo ganado con sacrificio, por medio <strong>del</strong> comercio de<br />
los feriantes.<br />
Completaban el marco, las comilonas especiales, rociadas<br />
con vinos, acordémonos que el platillo clásico en la Feria<br />
de San Marcos es el Mole de Guajolote; los bailes, fuegos<br />
de artificio, loterías y carpas de cómicos, ponían tinte de<br />
alegría; así se divertían los participantes en las ferias.<br />
Por lo que respecta la Feria de San Marcos, hoy día de<br />
tanta importancia económica, social y de diversión; existió<br />
desde muy recién fundado el pueblo de San Marcos en 1604,<br />
ya que los indios Tlaxcaltecas veneraban y hacían fiestas a<br />
su patrón Evangelista en el mes de Abril, pero esta Feria<br />
empieza a resplandecer fuertemente hasta el siglo XIX,<br />
cuando con la anuencia <strong>del</strong> gobierno de Zacatecas, se<br />
fusionan la Feria <strong>del</strong> Parián con la de San Marcos y hay que<br />
tomar también en consideración que fue a mediados <strong>del</strong> siglo<br />
423
XIX, cuando Con<strong>del</strong>l manda erigir la balaustrada <strong>del</strong> jardín,<br />
la que antes era una espaldera de rosales.<br />
Casi todas las fiestas de la época Colonia, en la Villa de<br />
la Asunción de las Aguas Calientes, estaban íntimamente<br />
ligados al aspecto religioso, aunque hubo algunas de<br />
carácter cívico que se celebran con motivo <strong>del</strong> triunfo de<br />
las huestes españolas en alguna batalla, en guerras<br />
europeas, el nacimiento de un príncipe de la casa reinante,<br />
la llegada de un señor Virrey, o la Coronación <strong>del</strong> algún<br />
Monarca Español, démosnos una asomada a una fiesta civil en<br />
nuestra Villa, acudamos al historiador taurino Don Nicolás<br />
Rangel y veamos como transcribe la crónica de cómo<br />
festejamos la llegada al trono <strong>del</strong> Emperador Carlos IV: "La<br />
pérdida de las cosechas de maíz, originó que la Villa de<br />
Aguascalientes retardara sus manifestaciones de fi<strong>del</strong>idad<br />
el Monarca Español, pues siendo los habitantes de esta<br />
Villa en su mayoría agricultores, fue a ellos a quienes<br />
correspondió hacer las fiestas. Después de las solemnidades<br />
religiosas de ritual, de la Jura, de la Proclamación, más o<br />
menos suntuosas, hubo, el día 7 de Enero de 1791, un<br />
animado Paseo, en el que los labradores hicieron desfilar<br />
un carro alegórico de muy buen gusto. Precedíale una Danza<br />
de Mecos, tan bien imitados, que era difícil distinguirlos<br />
de los auténticos; igual admiración causó otra danza,<br />
formada por los indios de San Marcos y Jesús María,<br />
imitando a las que sus antepasados formaban, haciendo<br />
varias figuras y danzas al compás de un arpa. Seguíase una<br />
parva de pelícanos, perfectamente imitados, haciendo<br />
ademanes de regocijo. Ocho parejas de Enanos, que bailaban<br />
contradanzas a la perfección, acompañados de varios<br />
instrumentos, hicieron las <strong>del</strong>icias de los espectadores,<br />
cerrando el paseo varios labradores, que vestidos con traje<br />
apropiado, seguían al carro, en acción de sembrar,<br />
gobernando sus yuntas, (imitadas con la mayor naturalidad),<br />
424
al imperceptible impulso de los timones, manejados y<br />
colocados en arte, a cuyo pausado movimiento de surcar el<br />
terreno, esparcían los sembradores que les seguían, porción<br />
de colación y grajea en el método que la semilla".<br />
"El día 16, dieron principio las Corridas de Toros,<br />
habiéndose levantado una hermosa Plaza, en la que se<br />
mataron y repartieron a los pobres de la Villa, ciento diez<br />
toros. Varias intervenciones de fuego de artificio se<br />
interpelaron en las lidias".<br />
De esta crónica, deducimos como las precipitaciones<br />
pluviales en nuestro medio, han sido muy irregulares, pues<br />
hubo retraso para manifestar la fi<strong>del</strong>idad al Monarca<br />
Español, por pérdida de cosechas. Vemos también, que desde<br />
atrás, nuestro pueblo es afecto a los carros alegóricos y a<br />
las danzas, como acostumbramos en el Desfile de Primavera,<br />
la Romería de la Asunción y de las Calaveras y su afición a<br />
la fiesta de los toros, al grado de levantar una hermosa<br />
Plaza, en la que se lidiaron 110 toros y el aspecto<br />
caritativo de regalar su carne a los pobres.<br />
SISTEMA EDUCATIVO EN LA COLONIA.<br />
La educación, en la época de la Colonia, estuvo totalmente<br />
en manos de la Iglesia Católica, es verdaderamente<br />
edificante la labor realizada por el clero, en beneficio de<br />
los naturales, solo el amor a Cristo, proyectado a los<br />
indios, hizo que los misioneros con gran esfuerzo,<br />
realizaran la labor titánica de enseñar la cultura<br />
occidental a los indios; primero aprendieron ellos los<br />
idiomas y dialectos de los naturales, para llevarles las<br />
luces de la nueva cultura y el Evangelio, teniendo en una<br />
mano el silabario y en la otra el catecismo, hicieron<br />
posible su gigantesca labor.<br />
Le tocó a Fray Pedro de Gante, en 1522, fundar en Texcoco<br />
la primer escuela para indios; a Fray Juan de Zumárraga,<br />
crear el primer Colegio Superior para naturales, que fue el<br />
425
de Santa Cruz de Tlatelolco, con maestros con Fray Andrés<br />
de Olmos y Fray Bernardino de Sahagún; también Zumárraga<br />
patrocina el establecimiento de la Real y Pontificia<br />
Universidad de México.<br />
Y que no decir de aquellos colosos como Fray Junípero<br />
Serra, Fray Jesús de Margil, Fray Eusebio Kino o Fray José<br />
María de Salvatierra, que en su labor de cultura y<br />
cristianización, no le temieron a las inclemencias <strong>del</strong><br />
desierto y a la ferocidad de los indios y civilizan Sonora<br />
y la Baja y Alta California; verdaderamente gentes fuera de<br />
serie.<br />
En cuanto a los anales históricos de Aguascalientes, nos<br />
señalan que la primera escuela se crea el año de 1654; está<br />
bien, esto se refiere a un plantel pero yo creo que escuela<br />
hay desde el momento en que se establece la relación<br />
maestro alumno, qué cosa no fueron padre hortelano,<br />
enseñando a su hijo los secretos <strong>del</strong> cultivo de las<br />
hortalizas, sino maestro y alumno; y lo mismo el artesano,<br />
el arriero o comerciante, cuando hacían lo propio con sus<br />
aprendices, así es de que siempre ha habido escuelas; por<br />
lo que respecta a la enseñanza de las letras, si ésta<br />
estuvo en manos de la Iglesia, ¿Qué acaso, antes de 1654,<br />
en las sacristías o en las propias capillas, los sacerdotes<br />
y frailes con el silabario como base, no enseñaban a leer y<br />
a escribir a los neófitos?, indudablemente que sí, porque<br />
esa fue parte de su misión.<br />
El primer establecimiento educativo, en la Villa de la<br />
Asunción de las Aguas Calientes, se creó el año de 1654 y<br />
quien lo fundó fue el Fraile Mercedario Don Nicolás de<br />
Arteaga. Resulta que el señor Cura de nuestra Villa, Don<br />
Pedro Rincón de Ortega, el año de 1650, pidió a la Orden de<br />
Mercedarios, de la Ciudad de México, a la cual él<br />
perteneció, le enviasen un director espiritual de prendas<br />
que lo guiase, por que ya se sentía muy enfermo y próximo a<br />
426
la muerte, en obsequio a su petición, le enviaron a Fray<br />
Nicolás de Arteaga que fue extraordinariamente atendido por<br />
el señor Cura. Cuando Fray Nicolás se encuentra<br />
perfectamente ubicado en nuestra Villa, se dio cuenta que<br />
sus habitantes eran buenos hombres y de mente lúcida, pero<br />
que tenían la desgracia de ser analfabetas y pensó en lo<br />
provechoso que sería crear una escuela y trasmitió sus<br />
inquietudes al buen señor Cura, gran benefactor y de muchas<br />
posibilidades económicas, Don Pedro Rincón de Ortega, quien<br />
de inmediato estuvo de acuerdo con crear la escuela, dando<br />
el dinero necesario para esto y nace nuestra primer escuela<br />
de primeras letras, con el nombre de Colegio de la<br />
Encarnación, ubicada en una casa que el señor Cura y que se<br />
encontraba al lado Oriente <strong>del</strong> templo de La Merced hoy de<br />
El Rosario; en este Colegio se enseñó gramática y buena<br />
doctrina a los hijos de vecinos de esta Villa y su Partido.<br />
Por lo que respecta a la segunda escuela de primeras letras<br />
que hubo en nuestra Villa, se inauguró el 24 de Abril de<br />
1774, se llamó "Escuela de Cristo" y se debió su erección<br />
al celo que en ello puso el benefactor de la niñez<br />
Aguascalientes, el español Don Francisco de Rivero y<br />
Gutiérrez.<br />
Don Francisco de Rivero y Gutiérrez, nació en la Villa de<br />
Mascuerras, en el Valle de Cabezón de la Sal, en Castilla,<br />
España y vino a la Nueva España, avecindándose entre<br />
nosotros.<br />
Su gran amor a la niñez y habiendo hecho fortuna por medio<br />
<strong>del</strong> comercio, quiso que nuestros niños no fueran<br />
analfabetas y que supieran hacer cuentas, es decir, tener<br />
conocimientos prácticos de Matemáticas y esto lo impulsó a<br />
pedir al señor Obispo de Guadalajara, Don Fray Antonio<br />
Alcalde, el 12 de Diciembre de 1773, su anuencia para<br />
construir y patrocinar la escuela y en su petición le hacia<br />
saber, que la escuela sería para los niños de la Villa, sin<br />
427
distinción de fortuna y que la enseñanza sería gratuita y<br />
lo daba a conocer el reglamento de derechos y obligaciones,<br />
tanto <strong>del</strong> maestro, como de los alumnos, y de ellos se<br />
desprende la rigidez de la enseñanza, y <strong>del</strong> tino con que el<br />
maestro debería de aplicar las disciplinas; así mismo, le<br />
informaba al Señor Obispo de cómo había impuesto un capital<br />
$4,000.00, sobre el Mayorazgo de Ciénega de Mata para que,<br />
de sus réditos, se sostuviera el maestro de la escuela. El<br />
Señor Obispo vio con simpatía la petición de Don Francisco,<br />
quien, con gran entusiasmo, erigió la "Escuela de Cristo",<br />
ubicada en la primera cuadra de lo que hoy es la Avenida<br />
Juárez y además, le formó un basto patrimonio para su<br />
sostenimiento, de cuyos réditos contribuyeron a construir<br />
el primer Parián y el Mercado, para que la escuela tuviera<br />
más ingresos.<br />
El día 24 de Abril de 1774, el señor Don Francisco de<br />
Rivero y Gutiérrez hizo entrega de la escuela al primer<br />
maestro que lo fue Don Antonio Velarde, entrega que se hizo<br />
bajo inventario.<br />
Don Francisco de Rivero y Gutiérrez, vio a esta<br />
institución, que beneficio a todos los niños de<br />
Aguascalientes, aun a los de barrios lejanos como Triana y<br />
el <strong>del</strong> Ojo de Agua; como si fuera su hija y la protegió al<br />
máximo, y aún en su testamento, le otorga legados para su<br />
beneficio.<br />
El día 27 de Agosto de 1776, es día de luto para nuestra<br />
Villa, pues fallece el filántropo Don Francisco Rivero y<br />
Gutiérrez, en su casa, ubicada en la esquina de la calle de<br />
Tacuba y San Diego, ahí, al día siguiente, se inicia la<br />
procesión luctuosa hasta el templo de Tercera Orden, anexo<br />
a San Diego y la encabezan todos los niños de la "Escuela<br />
de Cristo" y su maestro, musitando oraciones y detrás de<br />
ellos, el catafalco de su benefactor, Don Francisco de<br />
Rivero y Gutiérrez, en este templo se celebran sus<br />
428
excequias y es sepultado, cobijando sus restos su tierra<br />
adoptiva, Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las<br />
Aguas Calientes.<br />
La tercera institución de enseñanza, establecida en la<br />
Colonia, fue exclusiva para niñas, estuvo en lo que hoy es<br />
la Casa de la Cultura y fue atendida por las Monjas de la<br />
Enseñanza.<br />
Resulta que, conforme a la cédula expedida en Aranjuez por<br />
el Rey Carlos IV, con fecha 21 de Enero de 1805, autorizó<br />
la fundación <strong>del</strong> primer Colegio para Niñas, en nuestra<br />
población, encomendándoselas a las reverendas Monjas de la<br />
Enseñanza.<br />
La Casa de la Cultura, amplia mansión que está en la<br />
esquina de la Avenida Venustiano Carranza y Galeana Norte,<br />
en 1788, fue de Don Felipe Guerrero y dentro de sus hijos<br />
lo fue el sacerdote Mariano, quien fue uno de los gestores<br />
para la fundación de este Colegio, acompañado en sus<br />
empeños por la familia Dávalos y ellos compraron un terreno<br />
frontero al templo de Guadalupe, por la parte de atrás,<br />
para crear el Colegio, pero llegaron las Monjas de la<br />
Enseñanza a nuestra Villa, antes de que edificaran su<br />
Colegio y resulta que tuvieron que quedarse en la casa <strong>del</strong><br />
padre Guerrero, quedándose para la posterioridad ahí, tanto<br />
el Convento corno el Colegio; esta institución educativa la<br />
podemos señalar como antecedente <strong>del</strong> actual Colegio<br />
Guadalupe Victoria.<br />
De lo anterior, podemos concluir que en las distintas<br />
épocas de la Colonia, el establecer centro de enseñanza,<br />
fue preocupación de los habitantes de nuestra Villa, el<br />
tipo de enseñanza fue <strong>del</strong> profesor al grupo y de los<br />
alumnos más aprovechados a los de menos capacidad, es<br />
decir, a través de monitores, como en la Escuela<br />
Lancasteriana.<br />
429
Por lo antes expuesto, la Villa de Nuestra Señora de la<br />
Asunción de las Aguas Calientes, se caracterizó por ser<br />
culta.<br />
HECHOS HISTÓRICOS Y PERSONAJES DE LA COLONIA<br />
Analizando lo dicho anteriormente, en este capítulo,<br />
hagamos una síntesis, siglo por siglo, de los principales<br />
hechos históricos que acontecieron en nuestra Villa y los<br />
personajes que en ellos intervinieron:<br />
SIGLO XVI<br />
Paso de los primeros españoles.- Por allá, en la década de<br />
1530, fue el paso de los primeros españoles por el "Valle<br />
de los Romeros", que es donde se encuentra actualmente la<br />
ciudad de Aguascalientes, habiendo sido capitaneados, según<br />
el escritor de la insurgencia, Licenciado Don Carlos María<br />
Bustamante, por Don Pedro de Alvarado y según nuestro<br />
<strong>contemporáneo</strong>, el cronista de la ciudad de Aguascalientes,<br />
Profesor Don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, por Don Pedro<br />
Almildez Chirinos.<br />
Primeros Agricultores.- Sin lugar a dudas, los primeros<br />
agricultores en nuestras tierras fueron Don Hernán González<br />
Berrocal y Don Alonso Avalos de Saavedra, la merced de<br />
tierras que le fue otorgada al primero, por la real<br />
Audiencia de la ciudad de México, es <strong>del</strong> año de 1565 y Don<br />
Hernán cultiva, en compañía de sus hijos, la tierra,<br />
formando huertas, donde hoy es el barrio de Triana. Por lo<br />
que respecta al segundo, también fue de los primeros<br />
pobladores que aquí construyeron sus casas y se dedicaron a<br />
la agricultura; nuestra cédula de fundación, al referirse<br />
al Paso de las Aguas Calientes, menciona que es el lugar<br />
donde tiene sus casas Alonso Avalos de Saavedra,<br />
Naturalmente que todos aquellos primeros colonos tuvieron<br />
por principal ocupación, la agricultura y ganadería.<br />
Construcción <strong>del</strong> Presidio y Ermita.- El Presidio se<br />
construyó en el Paso de las Aguas Calientes, por los años<br />
430
de 1569 y 1571, siendo señor Virrey Don Martín Enríquez de<br />
Almanza y ya para estos años, existía la Ermita, dedicada a<br />
San Sebastián, que los investigadores la ubican junto donde<br />
está el templo <strong>del</strong> Rosario, en la Avenida Venustiano<br />
Carranza y atribuyen su erección al Fraile caminero<br />
Sebastián de Aparicio.<br />
Fundación de Tepezalá.- Ya existía en 1561, estancias de<br />
Don Diego de Ibarra en este lugar, aunque su fundación la<br />
establecen en 1573, por lo tanto, nació antes que la Villa<br />
de la Asunción.<br />
Fundación de la Villa de la Asunción de las Aguas<br />
Calientes.- La cédula de fundación, tiene fecha de 22 de<br />
octubre de 1575, y se otorgó en la ciudad de Guadalajara,<br />
Nueva España, capital <strong>del</strong> Reino de Nueva Galicia, por el<br />
Doctor Gerónimo de Orozco, Presidente de la Audiencia, y lo<br />
hace a nombre <strong>del</strong> Rey Don Felipe II por facultades que le<br />
fueron conferidas; en esta cédula se mencionan también como<br />
personajes de nuestra fundación, a Juan de Montero,<br />
principal entre ellos, a Gerónimo de la Cueva, a Alonso de<br />
Alarcón y Alonso Avalos de Saavedra. Es digno de hacer<br />
mención, que desde que legalmente se funda Aguascalientes,<br />
nace con el rango de Villa española y con todas las<br />
prerrogativas que la legislación de su época lo dio.<br />
Epidemia.- Fue memorable la de "Matlazahuatl”, que atacó a<br />
la población de nuestra Villa en el año de 1576, o sea, al<br />
siguiente año de su fundación y que ocasionó muchas<br />
muertes.<br />
Ataque de Indios Chchimecas.- Estos fueron constantes,<br />
atacaban en grupos pequeños, pero constantemente, al grado<br />
que en una descripción que hace Hernando Gallegos, en el<br />
año de 1584, dice que aquí en Aguascalientes, contaba<br />
solamente entre sus vecinos, diez y seis soldados, un<br />
caudillo y dos vecinos; pero el ataque más fuerte que<br />
sufrió nuestra Villa de parte de los Chichimecas, lo fue en<br />
431
el año de 1593, en el cual Gabriel de los Reyes comunicó a<br />
las autoridades que: "Los Chichimecas dieron muerte a todos<br />
los habitantes, quedando solo él y unos pocos".<br />
SIGLO XVII<br />
Fundación de San Marcos.- Este pueblo, que en el correr de<br />
los años, fueron parte de nuestra ciudad, al Poniente, se<br />
fundó en 1604 por indios Tlaxcaltecas.<br />
Fundación de San José de Gracia.- Fue un pueblo creado por<br />
una congregación de indios, el año de 1686.<br />
Asientos.- Nace en 1694, en virtud de ser un lugar en que<br />
se juntaron gambusinos a vivir, aunque ya desde 1647 se<br />
había denunciado la mina de Nuestra Señora de la Soledad,<br />
el cerro de Altamira, en este lugar.<br />
San Diego y su Convento.- En el siglo XVII, la mayoría de<br />
los templos que ahora conocemos, en la traza antigua de<br />
nuestra ciudad, fueron capillas hechas de adobe y<br />
materiales que pronto se destruían, sin embargo, en este<br />
siglo, el día 2 de febrero de 1682 se dedicó la magnifica<br />
construcción <strong>del</strong> templo de San Diego y con anterioridad ya<br />
existía el convento anexo, pues el 21 de Mayo de 1667, se<br />
celebró el capítulo provincial de los franciscanos; templo<br />
y convento fueron costeado por Don Pedro Rincón de Ortega.<br />
Primera Escuela.- En el año de 1654, Fray Nicolás de<br />
Arteaga funda, a expensas <strong>del</strong> filántropo señor Cura, Don<br />
Pedro Rincón de Ortega, junto a la capilla que dio origen<br />
al templo de La Merced, el primer Colegio que hubo en<br />
nuestra Villa y que se llamó "La Encarnación" y tuvo por<br />
fin, enseñar a los niños a leer y escribir, la Doctrina<br />
Cristiana y la Gramática.<br />
SIGLO XVIII<br />
En este siglo, se fundaron los siguientes pueblos en lo que<br />
hoy es el Estado de Aguascalientes: Jesús María, en 1721,<br />
creado por el cacique indígena Don Matías Saucedo y<br />
Moctezuma, Capitán de Fronteras; Rincón de Romos, aunque<br />
432
tuvo títulos primordiales que datan de 1639, se perfila<br />
como pueblo, hasta 1763 y Calvillo, que nació junto con su<br />
Curato 1771, en terrenos donados por Don José Calvillo y<br />
quien ordenó la creación de la Parroquia, fue el señor<br />
Canónigo, Doctor Don Manuel Colón de Larreategui,<br />
gobernador en funciones de la Mitra de Guadalajara.<br />
El siglo XVIII en Aguascalientes, fue el siglo de oro en<br />
materia de construcciones religiosas, pues hubo demolición<br />
de las capillas de materiales humildes y sobre los mismos<br />
terrenos e levantaron los magníficos templos que definen el<br />
horizonte de nuestra población.<br />
Recordemos los templos erigidos en este siglo:<br />
Catedral.- Se inicia su construcción el año de 1704, siendo<br />
el señor Cura, Don Antonio Flores de Acevedo y se dedica el<br />
4 de Octubre de 1738, estando de señor Cura, en ese<br />
entonces, el Doctor Don Manuel Colón de Larreategui, quien<br />
costeó gran parte de la obra.<br />
San Marcos.- También a expresas <strong>del</strong> Doctor Don Manuel Colón<br />
de Larreategui, se construye este templo ignorándose la<br />
fecha de su inicio, pero en 1758, cuando se retira de<br />
nuestros lares su -benefactor, casi estaba terminado y se<br />
dedica el 15 de Diciembre de 1763, siendo señor Cura de<br />
nuestra Villa el Doctor Don Mateo José de Arteaga.<br />
San José.- Antes San Juan de Dios, se inicia su<br />
construcción el año de 1760 y se dedica el 14 de Abril de<br />
1767, también en la época <strong>del</strong> señor Cura Don Mateo José de<br />
Arteaga, quien costea toda la obra.<br />
San Juan Napomuceno.- Se ignora cuando se inició y cuando<br />
se dedicó probablemente el 25 de Febrero de 1776 se dedicó,<br />
pero ya para 1769, Don Antonio Rodríguez, hizo en su<br />
testamento un legado para esta capilla y filántropo Don<br />
Francisco de Rivero y Gutiérrez, también hace un legado<br />
para este templo, en su testamento otorgado en 1776.<br />
433
La Merced.- Hoy el Rosario; se inicia su construcción en<br />
1702 por el Fraile Juan de Cueva y se dedica el 28 de<br />
Octubre de 1773, siendo Comendador <strong>del</strong> Convento Mercedario<br />
Fray Manuel Márquez.<br />
Guadalupe.- Se empieza su construcción el 11 de Mayo de<br />
1763, y se concluyo en Agosto de 1789, el terreno en que se<br />
erigió fue donado por un señor de apellido Sedillo y su<br />
costo fue sufragado por el señor Presbítero, Don Javier<br />
Tello de Lomas106 y el Licenciado Don Francisco Flores<br />
Robles.<br />
El Encino.- Se inicia el 12 de Enero de 1773 y se dedica el<br />
11 de Marzo de 1796, siendo el señor Cura que emprende la<br />
obra, Don Vicente Antonio Flores Alatorre.<br />
Creación de la segunda escuela.- En el siglo XVIII, también<br />
hubo un acontecimiento muy agradable, gracias a las<br />
instancias <strong>del</strong> español Don Francisco de Rivero y Gutiérrez,<br />
el 24 de Abril de 1774, se inician las labores de la<br />
Escuela de Cristo, quien la entrega al maestro Don Antonio<br />
Velarde. Encomiable labor la de Don Francisco de Rivero y<br />
Gutiérrez, habiendo nacido en Mascuerras, en el Valle de<br />
Cabezón de la Sal al Castilla, España; viene a avecindarse<br />
entre nosotros y aquí hace su vida y fortuna y él gestiona,<br />
ante el señor Obispo de Guadalajara, permiso para fundar la<br />
escuela, en beneficio de la niñez aguascalentense y él<br />
redacta los reglamentos para el maestro y para los alumnos,<br />
él paga el mobiliario de la escuela y para terminar, él le<br />
crea de su propio peculio, patrimonio a la institución para<br />
que proyecte a los siglos venideros, ¡Qué gran Filántropo!<br />
SIGLO XIX<br />
En los años de este siglo, que formaron parte de la<br />
Colonia, hay dos cosas de las cuales se debe hacer mención;<br />
la primera, la fundación de la tercer escuela y la segunda,<br />
que en aras de la Patria que estaba por nacer, ofreció su<br />
434
vida, el entonces aguascalentense Licenciado Don Francisco<br />
José Manuel Primo Verdad y Ramos.<br />
Tercera escuela.- El Rey Carlos IV de España, el día 21 de<br />
Enero de 1805, estando en Aranjuez, autorizó la creación<br />
<strong>del</strong> primer Colegio de niños en la Villa de la Asunción de<br />
las Aguas Calientes, en la Nueva España, y encomendó el<br />
mismo a las monjas de la Enseñanza, este Colegio estuvo en<br />
donde hoy es el edificio de la Casa de la Cultura.<br />
Licenciado Don Francisco José Manuel Primo Verdad v Ramos.-<br />
Nació en la Hacienda de la Purísima Concepción Ciénega de<br />
Rincón ayuda de la Parroquia de la Villa de Aguascalientes,<br />
el día 9 de Junio de 1768, fueron sus padres Don José de<br />
Prexio Verdad y Doña Antonia Fructuosa Ramos y sus padrinos<br />
de bautizo Don José Antonio Rincón Gallardo y Doña Josefa<br />
Calderón y Berrio.<br />
En el año de 1808, el señor Licenciado Primo Verdad y<br />
Ramos, fue síndico <strong>del</strong> muy ilustre Ayuntamiento de la<br />
ciudad de México y después de haber sabido que los Reyes de<br />
España se encontraban prisioneros, bajo el dominio de<br />
Napoleón Bonaparte, el señor Virrey, Don José de<br />
Iturrigaray, convocó a una sesión, que se llevó al cabo el<br />
9 de agosto de 1808, en la que estuvieron presentes la real<br />
Audiencia, el Arzobispo de México, los Canónigos, los<br />
Inquisidores, el Consulado y los gobernadores indígenas,<br />
con el objeto de formar un gobierno provisional y en esta<br />
junta, el Licenciado Primo Verdad, manifestó que, en virtud<br />
de encontrarse la nación sin legítimo monarca, la soberanía<br />
recaía en el pueblo.<br />
Lo expresado por el Licenciado Verdad, iba contra los<br />
intereses de los peninsulares, pues su declaración casi lo<br />
fue de la independencia de la Nueva España y esto le costó<br />
al Licenciado Francisco José Manuel Primo Verdad y Ramos<br />
que fuera hecho prisionero junto con Azcárate y Talamantes,<br />
y todos ellos murieron por esta causa, por lo que respecta<br />
435
al Licenciado Primo Verdad, falleció en forma un tanto<br />
misteriosa el día 4 de Octubre de 1808, en una celda <strong>del</strong><br />
Arzobispado, ubicada en la esquina de Moneda y Cerrada de<br />
Santa Teresa, (hoy Licenciado Verdad), en el centro de la<br />
ciudad de México.<br />
¡Con toda justicia se cataloga como protomártir de la<br />
independencia, a nuestro coterráneo, Licenciado Francisco<br />
José Manuel Primo Verdad y Ramos!<br />
III. Producción hemerográfica.<br />
Otra serie de escritos, estos sí publicados entre el 1ro de<br />
marzo y el 8 de abril de 1990, en una columna titulada CON<br />
LOS OJOS DE LA FE, en la sección de sociales y cultura <strong>del</strong><br />
periódico HIDROCALIDO, da cuenta de un viaje a las tierras<br />
<strong>del</strong> origen <strong>del</strong> cristianismo, con una mayor secuencia a<br />
comparación de los publicados sobre el Barrio de Triana.<br />
436
El primer escrito de la serie lo titula ISRAEL. Ahí dice:<br />
“En mi vida he manejado la fe, desde el punto de vista<br />
notarial y esta no es otra cosa sino que el hecho de que el<br />
Estado Mexicano le otorga al Notario la fe pública y todo<br />
lo que el ve y asienta en su protocolo o en los documentos<br />
en que interviene, es la verdad mientras no se pruebe lo<br />
contrario.<br />
Aquí vamos a hablar de la fe, pero no de la fe que el<br />
Estado otorga al Notario hablare de la fe desde el punto de<br />
vista de ser una virtud teologal por la cual creemos<br />
firmemente por la autoridad de la Palabra de Dios toda las<br />
verdades que El nos ha revelado y cuando las cosas las<br />
vemos con los ojos de la fe teologal, revisten otras<br />
características.<br />
Israel, la tierra de Dios, si la viéramos fríamente,<br />
probablemente sería un desengaño extraordinario el que<br />
tuviéramos, porque la mayor parte de su extensión, son<br />
tierras desérticas, pero cuando Israel se ve con los ojos<br />
de la fe, se reviste de una luminosidad extraordinaria y<br />
aquellos lugares adquieren gran importancia, porque es el<br />
lugar en que se desarrolla la vida de Jesucristo.<br />
La fe, por lo tanto, es un acto de adhesión enteramente<br />
libre que hacemos nosotros a los testimonios que nos<br />
enseñan cual es nuestra verdad. Ver a Israel con los ojos<br />
de la fe, decíamos, ha sido una experiencia maravillosa,<br />
desde que estamos pequeños, nos enseña la doctrina<br />
Cristiana a conocer los lugares en los cuales se desarrolla<br />
la vida <strong>del</strong> Redentor; Israel está tan lejos que en aquellos<br />
años de infante veíamos materialmente imposible en alguna<br />
ocasión ir hasta la tierra donde humanamente Jesucristo se<br />
desarrolló, pero viene la oportunidad y dentro de nuestro<br />
afán de fomentar la cultura, hace que vayamos a la tierra<br />
de Dios.<br />
437
El cúmulo de experiencias adquiridas ha fortalecido nuestra<br />
fe y hemos sentido muy cerca la <strong>presencia</strong> de Dios, en los<br />
lugares en que Dios hecho Hombre, Jesucristo, vivió y<br />
murió. El guardar estas vivencias en una forma personal, no<br />
deja de ser más que una mera satisfacción, pero el<br />
convivirlas con nuestras gentes de mi muy amado<br />
Aguascalientes, es motivo de satisfacción para que junto<br />
conmigo disfruten lo que yo vi en Israel. La época en que<br />
visité esta Nación, fue el día doce de septiembre al<br />
dieciocho <strong>del</strong> mismo mes, <strong>del</strong> año de mil novecientos ochenta<br />
y ocho. Israel, una de las puertas de entrada al mundo<br />
maravilloso <strong>del</strong> Medio y el Lejano Oriente; Israel, el<br />
rompe-aguas de las civilizaciones; se tiene próxima la cuna<br />
de la civilización Occidental, Grecia, y a partir <strong>del</strong> Medio<br />
Oriente, es otra la fisonomía <strong>del</strong> mundo.<br />
Querido lector, ¿quieres acompañarme por Israel en un viaje<br />
en que tú y yo podamos aprender con los ojos de la fe.?<br />
Fue a mediados <strong>del</strong> mes de Agosto <strong>del</strong> año de mil novecientos<br />
ochenta y seis, cuando en una noche aproximadamente a las<br />
ocho y media de la noche, descendíamos sobre el Aeropuerto<br />
Internacional “Benito Juárez”, de la Ciudad de México, en<br />
una nave de Eastern Airlines, procedentes de Washington, el<br />
matrimonio formado por los muy queridos compadres José<br />
María de Jesús Román Rodríguez y Josefina Esqueda de Román<br />
con vecindad en Calvillo, Aguascalientes, y yo, en compañía<br />
de mis dos Lupitas, mi esposa y mi hija, cuando el compadre<br />
Jesús me dijo: "Oiga compadre, ¿como ve, el siguiente viaje<br />
lo hacemos a Europa? Y yo le comente, bueno, pues hay que<br />
echarle nudo al calcetín para hacer la alcancía y Dios<br />
dirá, haber si podemos ir. Quieren que les diga, estos<br />
compadres son unos magníficos compañeros de viaje, y hemos<br />
disfrutado, en algunas partes <strong>del</strong> mundo las visitas que<br />
hemos hecho y nos sirvió como de reto aquella invitación y<br />
a ahorrar para ver la posibilidad de una vuelta más al<br />
438
Antiguo Continente; por lo que respecta a Lupita mi esposa<br />
y a mí, propiamente la Europa Latina ya no nos llamaba<br />
mucho la atención, en virtud de que conocíamos la misma, ya<br />
en otras ocasiones, dos, habíamos ido y disfrutado de las<br />
<strong>del</strong>icias de los países de la Cuenca <strong>del</strong> Mediterráneo, por<br />
lo tanto, un tercer viaje implicaba tener atractivos en<br />
nuestro deambular por aquellos lugares, de ahí que nos<br />
asaltó la idea de mezclar partes conocidas, con partes<br />
nuevas para nosotros: el hecho de ser Cristiano, qué mejor<br />
que buscar la forma de ir a conocer la tierra en que Dios<br />
hecho Hombre, Jesucristo, vivió. Nos nació aquella<br />
inquietud también porque Lupita y yo hicimos algunos<br />
estudios sobre la Biblia y nos atrajo la región de Israel;<br />
así es de que nos salimos de Europa para ir a darle una<br />
vueltecita a donde se inicia Asia, al cercano Oriente, así<br />
mismo, quisimos dedicarle también tiempo al lugar donde<br />
nació nuestra civilización, Grecia, y como no conocíamos<br />
tampoco la parte centro norte de Europa, también buscamos<br />
la forma de estar fugazmente en Bélgica, Holanda y<br />
Alemania. Empezamos a estructurar un viaje con atractivo<br />
extraordinario, con entusiasmo se preparó esta vuelta y un<br />
reconocimiento a la ahora señora de Pasillas, Licha Torres,<br />
quien ha sido nuestra gran auxiliar en los viajes que hemos<br />
realizado y a ella le encomendamos estructurar este viaje;<br />
un viaje fuera de las rutas acostumbradas y tuvo el tino de<br />
mezclar tres viajes en uno que hicieron nuestra <strong>del</strong>icia.” 92<br />
La siguiente entrega versa acerca de EL VUELO SOBRE EL<br />
ATLÁNTICO. Ahí dice: “El sábado once de septiembre de mil<br />
novecientos ochenta y ocho, nos encontrábamos en el<br />
aeropuerto de la Ciudad de México, desde las ocho de la<br />
mañana, listos para iniciar aquel viaje tan acariciado,<br />
volamos en una de esas maravillas aéreas que es un Boing<br />
92 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Israel. Hidrocálido. Jueves 1 de marzo de<br />
1990. secc. En la vida social arte y cultura. p. 2<br />
439
747, mejor conocido en el mundo de las comunicaciones<br />
aéreas, como el Jumbo Jet, este aparato se llama Río<br />
Missouri. En el aeropuerto fuimos recibidos por una persona<br />
de la agencia de viajes que se encargó de registrar nuestro<br />
equipaje, nos dijo, esto se los van a entregar hasta Tel<br />
Aviv, ustedes ya no se tienen que preocupar en las escalas,<br />
nos documentó el equipaje y después de todas las<br />
tramitaciones que se hacen a través de Emigración y de<br />
pagar los derechos de salida de aeropuerto correspondientes<br />
a un vuelo internacional, nos encontramos en la antesala de<br />
K L M para abordar nuestro avión, con escalas en Houston, y<br />
en Amsterdam, Holanda, para después de ahí tomar otro<br />
aparato que nos llevaría a Tel Aviv. Con una puntualidad<br />
extraordinaria, faltando veinte minutos para las diez de la<br />
mañana, abordamos aquel gigante <strong>del</strong> espacio, entramos a una<br />
de sus espaciosas salas y nos acomodaron en un lugar en que<br />
no teníamos ventanillas, es imposible que todos los lugares<br />
tengan ventanillas, y fue fuerte el movimiento de personas,<br />
ya que viajábamos muchas en ese vuelo, unas con su destino<br />
a Houston, otras a Amsterdam y exactamente a las diez de la<br />
mañana, despegó la nave con rumbo inmediato a Houston,<br />
después de dos horas de vuelo y a consecuencia <strong>del</strong> cambio<br />
de uso de los horarios, a la una <strong>del</strong> mediodía, estábamos<br />
aterrizando nosotros en Houston, Texas; ahí no descendimos<br />
de el avión que nos conducía, hemos de haber permanecido<br />
más de una hora en este lugar y después de que los<br />
mecánicos y los técnicos le dieron un chequeo general a la<br />
nave y que fue reabastecida de combustible, hemos de haber<br />
despegado <strong>del</strong> aeropuerto de Houston, cerca de las tres de<br />
la tarde, hora local, nuestra nave tomó, el rumbo noreste y<br />
tardamos bastante tiempo, probablemente una hora para salir<br />
<strong>del</strong> Continente Americano y volar sobre el Océano Atlántico;<br />
pronto se vino la noche y para esto que en materia de<br />
alimentos, cada tres horas le dan a uno alimentos; después<br />
440
de Houston nos dieron un segundo alimento, todos ellos con<br />
comida de primera y también con buena bebida, no acabábamos<br />
de digerir aquel banquete que nos sirvieron, cuando ya<br />
fuera <strong>del</strong> avión estaba la oscuridad, habíamos penetrado a<br />
la noche y sólo se veían estrellas y las luces de posición<br />
a través de las ventanillas <strong>del</strong> avión. Para entretenernos,<br />
en cada una de las salas de este avión, yo le conté cuatro,<br />
en los muros que dividen una sala de otra, bajaron las<br />
pantallas de cinc, y nos fuimos divirtiendo con una<br />
película de largo metraje, por cierto que se me hizo muy<br />
soso el tema de ella, creo que se llamaba “Tira a mi mamá<br />
<strong>del</strong> tren”.<br />
Sin embargo, la única virtud que le encuentro a la película<br />
esa, fue que nos entretuvo por espacio de unas dos horas y<br />
esto sirvió para avanzar grandemente sobre el Océano<br />
Atlántico; luego nos proporcionaron mantas y almohadas, la<br />
luz <strong>del</strong> avión la apagaron y tan sólo dejaron unas luces<br />
mortecinas en los pasillos, que invadían la sala en que<br />
íbamos, de una luz que sin ser molesta, podía uno<br />
perfectamente caminar rumbo hacia el baño o a cualquier<br />
otro sitio de la sala, tratamos de conciliar el sueño, cosa<br />
imposible porque no se ajustaba al horario acostumbrado.<br />
Rápido transcurrieron las horas, cuando empezaba el día a<br />
esclarecer, nos informaron por el sonido <strong>del</strong> avión que ya<br />
íbamos sobre la Isla de Inglaterra y que a una media hora,<br />
estaríamos aterrizando en el aeropuerto Shipool, en<br />
Amsterdam, esto sirvió para despabilarnos y empezamos a ver<br />
la luz de la aurora, y cual sería nuestra sorpresa que al<br />
poco volar, vimos que el avión iba descendiendo sobre<br />
Amsterdam, primorosa ciudad que con toda razón y justicia<br />
le llaman la Venecia <strong>del</strong> Norte, profusamente iluminada, se<br />
distinguían primorosamente sus canales porque permanece en<br />
la noche iluminada esta Ciudad, Poco a poco descendió<br />
nuestra nave y aterrizamos a las seis de la mañana, hora<br />
441
local, en el aeropuerto de Amsterdam ahí teníamos que hacer<br />
enlace hasta seis horas después, o sea hasta las doce <strong>del</strong><br />
día hora local, para volar rumbo a Tel Aviv, por lo tanto,<br />
disponíamos de seis horas para conocer el aeropuerto.<br />
En el aeropuerto de Amsterdam, acudimos a las oficinas de<br />
enlace y con nuestro mal inglés, tratamos de que nos dieran<br />
instrucciones, pero cual sería nuestra sorpresa de que una<br />
persona ya de cierta edad que estaba a<strong>del</strong>ante de nosotros,<br />
en castellano nos dijo que ella también iba a Tel Aviv y<br />
ella también dominaba perfectamente el inglés, lo que nos<br />
sirvió de enlace para recibir instrucciones de lo que<br />
teníamos que hacer para continuar nuestro vuelo a Tel Aviv.<br />
Así las cosas, nos dieron unos vales para ir a los<br />
restaurantes <strong>del</strong> aeropuerto y ¡desayunar!, pero quién iba a<br />
traer apetito con todas las atenciones gastronómicas (que<br />
tiene uno en los aviones, por lo que nos dedicamos a<br />
conocer la parte comercial <strong>del</strong> aeropuerto y ahí vimos una<br />
tienda en que tenían de toda clase de quesos, ropa y<br />
objetos de recuerdo de Holanda, y haciendo las conversiones<br />
de Florines a Dólares y de Dólares a Pesos Mexicanos, nos<br />
dimos cuenta de lo carísimo que es la ropa en aquellos<br />
lugares; es decir, que una gabardina de algodón costaba<br />
cerca de un millón de pesos, una gabardina que aquí la<br />
podemos conseguir en trescientos mil pesos, así es de que<br />
en el extranjero, la vida es mucho muy cara, en relación<br />
con la vida que llevamos nosotros, aquí en nuestra Patria.<br />
Después de recorrer aquel amplio aeropuerto y ya que nos<br />
faltaban todavía como unas tres horas para abordar nuestro<br />
vuelo, nos fuimos a una de las salas y ahí estuvimos<br />
observando el cielo de Holanda, un cielo borrascoso con<br />
nubes procedentes <strong>del</strong> Mar <strong>del</strong> Norte; las tonalidades <strong>del</strong><br />
ciclo eran claro obscuras y me dio la impresión de que este<br />
medio ambiente fue lo que favoreció a los grandes pintores<br />
de Holanda para hacer, en la época <strong>del</strong> Renacimiento, sus<br />
442
maravillosos cuadros de esas tonalidades de claro<br />
oscuro.” 93<br />
El tercer escrito se refiere a AMSTERDAM. “Cuando llegamos<br />
nosotros a Amsterdam, nos identificamos con una familia que<br />
procedía <strong>del</strong> Distrito Federal y que viajó con nosotros de<br />
la Ciudad de México a Amsterdam y nos dimos cuenta que<br />
éramos compañeros de nuestro viaje a Israel, está compuesta<br />
por él y la señora y una hija, se trataba <strong>del</strong> Ingeniero<br />
Rivero que llevaba la primera etapa de su viaje igual que<br />
nosotros, con ellos hicimos causa común y andábamos ya<br />
juntos, así es de que nuestro grupo creció a siete elementos.<br />
Estábamos dejando transcurrir el tiempo en una de<br />
las salas de espera, cuando nos dimos cuenta que teníamos<br />
que estar presentes en una revisión de nuestro equipaje;<br />
fue una cosa sorprendente para nosotros, en virtud de que<br />
cuando los registraron en la Ciudad de México, nos<br />
indicaron que hasta Tel Aviv sería donde nos entregarían el<br />
equipaje, total, una hora y media antes de reanudar nuestro<br />
viaje, es decir, aquello de las diez y media de la mañana,<br />
pasamos a una sala en la que varias gentes estuvieron<br />
revisando todo el equipaje que iba con destino a Tel Aviv;<br />
prácticamente nunca había visto yo una revisión de tal<br />
naturaleza en la forma tan minuciosa como lo hacían, abrían<br />
la maleta de uno y revisaban objeto por objeto, prenda por<br />
prenda, y cuando encontraban alguna cosa que era sospechosa,<br />
hacían una escandalera de Judas, por la alarma que<br />
la misma les ocasionaba, recuerdo dos casos, uno de ellos,<br />
un sujeto traía por allí una botella de plástico con una<br />
sustancia, y pensaron que se trataba de alguna sustancia<br />
inflamable de peligro y hasta que hicieron una serie de<br />
pruebas y se dieron cuenta que era inofensiva aquella<br />
sustancia que contenía la botella siguieron revisando el<br />
93 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El vuelo sobre el atlántico. Hidrocálido.<br />
Viernes 2 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p. 3<br />
443
equipaje. En el caso de mi comadre Josefina, traía una<br />
plancha eléctrica y estas gentes yo creo que pensaron que<br />
se trataba de alguna bomba o no se qué, el caso es de que<br />
también hicieron revisión minuciosísima a la plancha antes<br />
de continuar con la revisión <strong>del</strong> equipaje; por lo que<br />
respecta al equipaje nuestro, la revisión fue, como decía,<br />
prenda por prenda, aún de ropa interior, y camisas y<br />
pantalones y lo que llevábamos que íbamos a necesitar, de<br />
una por una y hasta que se dieron cuenta que era inofensivo<br />
el equipaje lo cerraron en <strong>presencia</strong> de nosotros y le<br />
pusieron un sello de que ya estaba inspeccionado; esto es<br />
muy molesto, es una revisión extraordinariamente molesta,<br />
pero hay esta circunstancia, de que esa revisión hace que<br />
vaya uno tranquilo en el vuelo en el avión, de que no vaya<br />
alguna bomba o alguna cosa que pudiera poner en peligro la<br />
vida de todos los que viajamos y después de esa revisión<br />
<strong>del</strong> equipaje, pasamos nosotros a otras salas y ahí fue la<br />
revisión personal, nos comisionaron a una gente que estaba<br />
revisando, pero casi casi, todo lo que traíamos, al grado<br />
de si tentaban ellos en nuestro cuerpo algún objeto fuera<br />
de lo común, inmediatamente lo investigaban; y por lo que<br />
respecta a las cámaras fotográficas, las revisaban, las<br />
volteaban de un lado a otro y en una forma sorpresiva le<br />
tomaban a uno una fotografía, fotografía que se echaba a<br />
perder, pero lo que estaban ellos revisando era el<br />
mecanismo de la cámara, para evitar que dentro de la cámara<br />
pudiera ir, una bomba que se accionara con el disparador.<br />
Así de minuciosa es la revisión <strong>del</strong> equipaje, cuando vuela<br />
uno a Israel.<br />
Después de esta revisión, pasamos a otra sala y de ahí nos<br />
llevaron a un avión también de la KLM, que era más pequeño<br />
que el Jumbo, me daba la impresión de que era un Boing 737,<br />
de los conocidos como Air Bus aviones que realmente, en mi<br />
concepto, no tienen una línea agradable, porque se ve como<br />
444
si fueran unas ballenas con alas, abordamos este avión para<br />
continuar nuestro viaje; para esto, quiero decirles que en<br />
relación con la revisión en Israel, me platicaba un<br />
Arquitecto, que después se incorporó al grupo de nosotros,<br />
que ellos salieron por Luftansa, de Frankfort a Tel Aviv, y<br />
que los custodiaron en tal forma, que después de que ya<br />
habían hecho todas esas revisiones a que hago yo mención,<br />
todavía así, dos Jeeps <strong>del</strong> ejército estuvieron a los lados<br />
<strong>del</strong> avión, mientras hacía sus movimientos de taxeo en la<br />
pista, por lo tanto, es mucho muy minuciosa esta revisión<br />
que se hace de el equipaje, ya que buscan las máximas<br />
medidas de seguridad; todo esto, nos predispuso a pensar<br />
que nos íbamos a acercar a un lugar extraordinariamente<br />
conflictivo, y no deja de tener uno sus temores.” 94<br />
En la cuarta entrega habla de TEL-AVIV Y SUS ENCANTOS. “A<br />
las doce en punto, como son todas las cosas estas en<br />
materia de navegación aérea, el avión nuestro despega de<br />
Amsterdam y se dirige sin escalas a Israel, el aeropuerto<br />
de Tel-Aviv, que se conoce con el nombre de Ben-Gurión,<br />
volamos nosotros sobre Holanda, después Alemania, luego por<br />
el Norte de Italia, para bajar por ahí por la Península<br />
Balcánica y vimos muy bonito desde el avión, el Mar Egeo<br />
con sus Islas, pero por miles de Islas las que vimos ya<br />
cuando íbamos por allá, por el rumbo <strong>del</strong> Dodecaneso, cerca<br />
de la Penísula de Anatolia; me daba la impresión de que el<br />
avión iba descendiendo, nos acompañaba nuestra guía<br />
ocasional, la señora aquella que desde México también voló<br />
con nosotros y resultó que tiene un hijo en México y conoce<br />
bastante bien nuestra República, pero vive en Jerusalén; es<br />
una persona que estudia y que viene a México cada tres o<br />
cuatro años a ver a su hijo y a sus nietos, y aprovecha<br />
para estarse dos o tres meses y pasearse por distintos<br />
94 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Amsterdam. Hidrocálido. Sábado 3 de<br />
marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P. 5.<br />
445
lugares, esta persona me hacía reflexionar, que estábamos<br />
volando sobre las Islas <strong>del</strong> Dodecaneso.<br />
El avión poco a poco fue perdiendo altura, para este ya era<br />
como las cuatro y media de la tarde; llegamos a Tel Aviv,<br />
Ciudad primorosa, desde el aire le dimos unas dos vueltas y<br />
me recordaba la Guadalajara nuestra; es una Ciudad con<br />
grandes avenidas, con edificios modernísimos; muy bonita la<br />
visión panorámica que se tiene cuando uno llega a esta<br />
puerta <strong>del</strong> Continente Asiático, después de sobrevolar la<br />
Ciudad, le dieron pista al avión y se acercó al aeropuerto<br />
Ben-Gurión. Eran las cinco de la tarde cuando el avión<br />
aterrizó y ya el sol estaba a punto de ocultarse. Me llamó<br />
poderosamente la atención, el hecho de que las pistas de<br />
aterrizaje están junto a plantíos de algodón, es muy común<br />
en los aeropuertos nuestros, ver las pistas en verdaderos<br />
llanos con zacate, con hierba, y allá, aprovechan el<br />
terreno centímetro tras centímetro.<br />
Descendimos <strong>del</strong> avión al camión que nos trasladó a las<br />
salas <strong>del</strong> aeropuerto, no cupimos todos y nos fuimos Lupita<br />
y yo por <strong>del</strong>ante y ya donde nos dejó este camión, esperamos<br />
a que llegara mi compadre Román y esposa, junto con el<br />
Ingeniero Rivera y familia, ya todo el grupito aquel, nos<br />
fuimos como borreguitos, siguiendo a los demás, tanto para<br />
recoger el equipaje como para hacer la tramitación de<br />
entrada a Israel; no deja de ser un tanto preocupante, el<br />
hecho de llegar a una nación de la cual uno no sabe hablar<br />
una palabra de su idioma, el Hebreo. Después de que<br />
entramos por varías salas, llegamos a una donde estaba el<br />
control de las personas que arribaban a Israel, y cual<br />
sería nuestra agradable sorpresa, que ya estaba por ahí un<br />
señor de cierta edad, gordo, bajo de estatura, de tez<br />
blanca, calvo, con un letrero que decía; "Señores Román,<br />
Villalobos y Rivera", este señor controló nuestra llegada;<br />
446
la señora que vivía en Jerusalén se despidió de nosotros y<br />
se fue con sus familiares.<br />
El aeropuerto Ben-Gurión queda a cuarenta kilómetros hacia<br />
el noroeste de Jerusalén y a veinte kilómetros hacia el<br />
sureste de Tel Aviv; hicimos los trámites de ingreso al<br />
territorio israelita, el personal, en distintos idiomas,<br />
daban la bienvenida al pasaje, vimos que hay en la sala<br />
varios anuncios de carácter comercial, y me llamó la<br />
atención uno grande, que anunciaba el mercado de diamantes<br />
de Israel, en Israel, sobre todo en Haiffa, se comercia<br />
mucho con diamantes, probablemente es un mercado superior<br />
al de Amsterdam, y el señor que comentamos nos sirvió de<br />
enlace; en un buen castellano, nos dio instrucciones de que<br />
recogiéramos nuestro equipaje, y ya atravesamos la sala<br />
hasta donde estaban entregándolos, recogimos el nuestro y<br />
se encargó de que un maletero nos lo transportara a una<br />
limosina Mercedes-Benz que estaba a nuestro servicio, ahora<br />
quieren que les diga no crean que la limosina que iba a<br />
estar a nuestro servicio es porque éramos algo así como<br />
magnates o grandes hombre, no, sino que todos los<br />
automóviles de sitio en este aeropuerto, son limosinas<br />
pintadas de color amarillo, y muchas de ellas, su marca es<br />
Mercedes-Benz,- es decir, alemanas, nos ubicó dentro de una<br />
limosina y nos dijo que en el hotel en que nos llevaban,<br />
nos darían instrucciones. El muchacho que manejó la<br />
limosina, sabe que le averiguaba en hebreo a nuestro<br />
enlace, y nada más le contestaba: shalom shalom, algo así<br />
como: La paz sea contigo, adiós, adiós que te vaya bien, y<br />
este muchacho entre risas, empezó manejar y se fue por una<br />
carretera extraordinaria, una gran carretera con muchos<br />
carriles, una super carretera que une el aeropuerto de Ben-<br />
Gurión con la población de Tel Aviv; la limosina<br />
desarrollaba velocidades de ciento treinta kilómetros por<br />
hora y ésto nos tenía un tanto nerviosos. Vimos que el<br />
447
chofer no era una gente mucho muy amable con todo y su<br />
juventud, porque se acercó alguien al automóvil en el que<br />
nosotros íbamos y le preguntó alguna cosa que necesitaba<br />
saber, y casi en plan majadero, se negó a darle algún dato,<br />
por lo que se nos hizo que fue descortés y brusco.<br />
Entramos a la ciudad de Tel-Aviv y nuestras primeras<br />
impresiones fueron de una ciudad muy bonita, ya decía con<br />
grandes avenidas arboladas y parques agradables.<br />
Llegamos al hotel que se llama "Montes Sinaí", y para esto,<br />
ya la noche casi había aparecido en el cielo de Tel-Aviv;<br />
le dimos las gracias a señas al chofer por los servicios<br />
prestados.<br />
En recepción nos atendieron, naturalmente que sirviendo de<br />
puente para comprendernos unos con otros, el inglés, para<br />
esto, que me di cuenta que cuando dos personas no dominan<br />
bien un idioma y se ponen a hablar con él, se entienden a<br />
las veinte mil maravillas, porque lo hablan mucho muy<br />
despacito y en una forma comprensiva. Después de que nos<br />
ubicamos en nuestras habitaciones, bajamos al vestíbulo <strong>del</strong><br />
hotel, le pregunté a la muchacha que estaba en la recepción<br />
si había algún peligro al caminar por las calles próximas,<br />
ya que estábamos a dos cuadras de la playa, entonces esta<br />
muchacha soltó la carcajada y me dijo que no había ningún<br />
peligro, que con toda confianza, saliéramos a pasear.<br />
Para esto, que la Ciudad estaba sola, porque ese día que<br />
llegamos, celebran los judíos el Año Nuevo, era el día<br />
primero <strong>del</strong> año; estas festividades de fin de año, ocupan<br />
tres días y nosotros llegamos al segundo día.<br />
Llega uno a Israel con todas las estampas que se encarga de<br />
darnos la televisión y la prensa, fácil hacen que nosotros<br />
tengamos preocupación y ya aún así fuimos al malecón;<br />
oigan, hagan de cuenta que estaba uno en la costera de<br />
Acapulco, todo mundo tranquilo, cenando, paseando,<br />
bromeando, gozando de una tibia noche y nosotros también<br />
448
deambulamos en aquellos lugares, y entonces me asaltó una<br />
sensación muy agradable; propiamente, Tel Aviv está en el<br />
fondo de la geografía <strong>del</strong> Mar Mediterráneo y veía yo la<br />
oscuridad <strong>del</strong> mar y decía: yéndose por esta agua, pasando<br />
por el Estrecho de Gibraltar, entrando por el Océano<br />
Atlántico, luego el Mar Caribe, el Golfo de México y allá,<br />
muy allá, muy lejos, al otro lado estas playas, está<br />
nuestro amado Veracruz, nuestro jacarandoso Veracruz, y en<br />
ese momento voló nuestra mente hacia el puerto jarocho.<br />
Otra de las cosas que también empecé a observar, fue las<br />
constelaciones en el cielo, era una noche clara y estuve<br />
calculando la latitud de Tel-Aviv a través de la estrella<br />
Polar de la Osa Mayor esa noche paseamos por ahí, nos<br />
fuimos a cenar a una pizzería italiana, y nos entendíamos<br />
con más fluidez y más a gusto con los italianos, porque el<br />
Italiano y nuestra lengua Castellana son casi casi hermanas<br />
gemelas, no serán iguales, de aquí a nunca, pero nos<br />
entendemos bastante bien los italianos y los mexicanos y<br />
ahí, en aquella pizzería cenamos mucho muy sabroso, unas<br />
pizzas con buenos vasos de vino tinto, riquísima que estuvo<br />
la cena. Después de cenar nos fuimos a nuestro hotel, con<br />
un cansancio muy grande porque hay que tomar en<br />
consideración que casi traíamos nosotros veinticuatro horas<br />
de vigilia, la misma fatiga hace que toda la noche la<br />
aproveche uno en dormir, y ya al día siguiente, más o menos<br />
amanece uno sincronizado con el tiempo de aquellos lugares.<br />
Así fue pues, nuestro primer día de viaje a Israel, en esta<br />
forma llegamos nosotros a la tierra de Dios.” 95<br />
El quinto texto es sobre la VISITA A LA CIUDAD DE TEL-AVIV.<br />
“Con anterioridad recibimos instrucciones en el sentido de<br />
que a las nueve de la mañana <strong>del</strong> día trece, teníamos que<br />
estar nosotros en el lobby <strong>del</strong> hotel para presentarnos con<br />
95 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Tel- Aviv y sus encantos. Hidrocálido.<br />
Domingo 4 de marzo de 1990. secc. Semanario. p.4<br />
449
nuestro guía a iniciar el recorrido por Israel; nos<br />
indicaron que a esas horas ya teníamos que estar<br />
desayunados, nos levantamos ese día como aquello de las<br />
siete de la mañana para arreglarnos y a las ocho ya<br />
estábamos en el comedor <strong>del</strong> hotel, los compadres Román,<br />
Lupita y yo dispuestos a desayunar. El desayuno que nos<br />
dieron fue una sorpresa para nosotros, ya que el tipo de<br />
manjares que tenían eran más propios para la hora de la<br />
comida de medio día que para el desayuno; en primer lugar<br />
en estos pueblos no emplean la leche como estamos nosotros<br />
acostumbrados, sino que la toman a través de yogurt y de<br />
queso, se me hizo a mí mucho muy raro lo que tenían en el<br />
buffet: Rábanos, cebollas, sardinas en aceite, quesos,<br />
fruta, yogurt, aceitunas verdes y negras, y naturalmente<br />
que en otro lugar cercano, los jugos que son riquísimos en<br />
aquellos lugares <strong>del</strong> desierto, jugos de naranja, toronja y<br />
piña, con un gusto exquisito; armamos nuestro desayuno<br />
escogiendo de aquellos platillos, tomamos lo que<br />
apetecíamos para desayunar y eso sí, café negro a pasto,<br />
primero comer que ser cristianos.<br />
Después <strong>del</strong> desayuno y de arreglarnos en nuestras<br />
habitaciones, bajamos y estuvimos exactamente a las nueve<br />
de la mañana en el lobby <strong>del</strong> hotel; por ahí se acerca una<br />
persona joven, un hombre, le cálculo unos veintiséis o<br />
veintisiete años, y en castellano se dirige al grupo, que<br />
si estábamos nosotros ahí, mencionó los nombres y ya nos<br />
dimos cuenta que sí, la familia Rivero estaba con nosotros<br />
y también unas personas, dos damas procedentes <strong>del</strong> Distrito<br />
Federal, sus nombres: Soledad Martínez de García y Apolonia<br />
Nava viuda de Miranda, que también formaron parte de<br />
nuestro grupo; total en ese hotel estábamos nueve personas<br />
hospedadas <strong>del</strong> grupo que se iba a formar de mexicanos, pero<br />
también estaban un matrimonio costaricense, el señor<br />
Ingeniero, la señora Contadora, gente muy distinguida en su<br />
450
porte y en su manera de actuar y de ser, él se presentó con<br />
nosotros, nos dijo que su nombre era Tony Hunter, yo lo<br />
bromeaba y le decía que era Toño el Cazador y me decía sí,<br />
efectivamente, haciendo la traducción de su nombre y su<br />
apellido que a mí en lo personal, me dio la impresión de<br />
que el nombre que nos dio es el comercial, porque tal vez<br />
su verdadera identidad no la manifestaba, Toda nuestra<br />
estancia en Israel estuvimos con Tony Hunter, él es una<br />
persona extraordinariamente preparada sobre todo que aún<br />
siendo judío (ya que así se manifestó), conoce<br />
perfectamente nuestra Biblia y es un magnífico y muy<br />
profesional guía de turistas, una vez que nos identificamos<br />
unos con otros, abordamos un minibús, fuimos a otro hotel<br />
que está sobre la costera de Tel Aviv, a unas diez cuadras<br />
<strong>del</strong> hotel nuestro, en la misma zona hotelera de la costera,<br />
un hotel tipo Hilton y ahí recogimos al General y a su<br />
esposa, el General, un honorable caballero, Médico Militar<br />
retirado <strong>del</strong> Ejército Mexicano y su esposa mucho muy<br />
distinguida, se trata <strong>del</strong> señor General Don Manuel<br />
Fernández Posada, también se unió a nuestro grupo el señor<br />
Arquitecto Cosme Aguilar Davis y su esposa, quien también<br />
es Arquitecto, y en esa forma integramos nuestro grupo, así<br />
es que propiamente éramos trece las personas que andábamos<br />
en este recorrido.<br />
De un hotel a otro se va uno por la costera, ésta es mucho<br />
muy bonita porque hay edificios modernos y se ve el mar<br />
primoroso; pasamos junto a la playa que estaba atestada de<br />
bañistas, el guía nos decía que los judíos muchos<br />
religiosos, guardaban las fiestas de Año Nuevo y se iban a<br />
las sinagogas a orar y los que no eran religiosos tomaban<br />
estos días en plan de descanso y acudían a divertirse a las<br />
playas; por lo tanto, entre ellos y nosotros pasa una cosa<br />
similar, con motivo de la Semana Santa entre el pueblo<br />
Cristiano, unos a la Iglesia y otros a la diversión.<br />
451
Tony Hunter nos platicó cómo nació Tel-Aviv, nos dijo en<br />
primer lugar, que el término Tel-Aviv quiere decir Monte<br />
Florecido en Primavera, se me antoja un tanto romántico el<br />
nombre; un monte en el que se esté mostrando la alegría de<br />
la vida a través <strong>del</strong> florecimiento de sus plantas, de sus<br />
árboles, de los retoños que se dejan venir, este es el<br />
significado de Tel-Avi es, vuelvo a repetir, Monte<br />
Florecido en Primavera.” 96<br />
Al sexto lo titula TEL AVIV, SOL DE MEDIO ORIENTE. Ahí<br />
narra: “A lo lejos veíamos una salida de la tierra hacia el<br />
mar, un promotorio y nos encaminamos hacia allá, pero todo<br />
esto dentro de la misma ciudad de Tel-Aviv, a un sitio en<br />
el que hay una plazoletita y se paró nuestro medio de<br />
transpone, descendimos de el para caminar por aquellas<br />
callejuelas; un barrio primoroso. Este <strong>del</strong> pueblo de Jope,<br />
con calles que han de tener unos dos metros de ancho, sus<br />
casas muy bonitas de dos pisos con balcones y todas de una<br />
piedra amarilla porosa, piedras propias de los desiertos de<br />
aquellos lugares, los herrajes de puertas y balcones de<br />
hierro forjado pintado de negro, había casas con torrecitas<br />
como minaretes y su iluminación a base de faroles, dicen<br />
que en ese barrio, lo que fue el puerto de Jope es el<br />
barrio de los artistas.<br />
Caminamos por las callecitas aquellas, hasta llegar a la<br />
portada de una casa en la que vimos que estaba a<strong>del</strong>ante un<br />
grupo de turistas con su guía que les estaba platicando;<br />
nos esperamos un ratito, acabó la explicación <strong>del</strong> grupo que<br />
iba por <strong>del</strong>ante, ya llegamos nosotros, entonces Tony Hunter<br />
nos dijo: Esta casa que estamos viendo aquí, (esa casita<br />
estaba en un recobeco muy sombreado y en descenso de la<br />
altura, rumbo a la playa y ahí como que se terminaba la<br />
calle y se veía una portada) sabemos por tradición que en<br />
96 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Visita a Tel Aviv. Hidrocálido. Lunes 5 de<br />
marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.2<br />
452
este lugar estuvo la casa de Simón el Curtidor, la actual<br />
construcción es un tanto reciente, pero sabemos que aquí<br />
estuvo la casa a la cual las Sagradas Escrituras se<br />
refieren y él traía una Biblia y la abrió en el Capítulo<br />
IX, de los Hechos de los Apóstoles y nos empezó a leer<br />
aquel pasaje de que: "Había de Jafa entre los discípulos<br />
una mujer llamada Tabitá, que significa gacela, la cual<br />
hacía infinidad de obras buenas y repartía limosnas; en<br />
aquellos días cayó enferma y murió, lavaron su cadáver y lo<br />
tendieron en una habitación <strong>del</strong> segundo piso. Luego nos<br />
platicaba cómo fueron las mujeres amigas de Tabitá a buscar<br />
a Simón conocido como Pedro, que estaba en casa de Simón el<br />
Curtidor, y fueron por él y ellas llorando mostraban las<br />
túnicas y los vestidos que Tabitá les había hecho cuando<br />
aún vivía, entonces Pedro fue a donde estaba el cadáver de<br />
Tabitá y ahí mandó salir a todos, se postró de rodillas y<br />
se puso a orar y luego dirigiéndose hacia la muerta dijo:<br />
¡Tabitá, levántate!, ella abrió los ojos y al ver a Pedro<br />
se incorporó, él la tomó de la mano y la levantó, llamó a<br />
los fieles y a las viudas y se las entregó viva.<br />
También en el Capítulo X, de los Hechos de los apóstoles,<br />
cuando se habla <strong>del</strong> bautismo de Cometió el Centurión, que<br />
vivía hacia el Norte de la población de Cesárea Marítima,<br />
también ahí nos habla como Pedro, en su estancia en la casa<br />
de Simón el Curtidor, él en una de las terrazas que daba al<br />
mar, se puso Pedro en oración y cual sería su sorpresa de<br />
ver que de los cielos iba descendiendo una sábana, la cual<br />
traía animales impuros; Pedro tenía hambre, pero como eran<br />
animales impuros no se atrevió a matarlos para tomarlos<br />
como alimento y entonces Pedro oyó una voz que le decía:<br />
¡Levántate, Pedro! (es que cuando vio la sábana aquella se<br />
postró en el suelo, en esa sábana había toda clase de<br />
cuadrúpedos, de reptiles y aves <strong>del</strong> cielo), la voz le dijo:<br />
¡Levantante Pedro, mata el animal que quieras y come!, pero<br />
453
él respondió: De ninguna manera, señor, yo nunca he comido<br />
nada que sea impuro según la ley; la voz le habló de nuevo<br />
diciéndole: No consideres impuro lo que Dios ha purificado;<br />
esto se repitió tres veces, y luego todo fue llevado al<br />
cielo. Pues bien, con esto comprendió San Pedro que los<br />
impuros somos nosotros porque hacemos las cosas mal, que<br />
ante los ojos de Dios hay pureza, y ante estas<br />
meditaciones, comprendió que la doctrina Cristiana no era<br />
únicamente para los judíos, sino que allí se proyecta en<br />
una universalidad para todos los hombres, pues nosotros los<br />
hombres somos los que estamos calificando los actos de los<br />
demás; ante los ojos de Dios, cuando El nos Crea, es cuando<br />
hay pureza en todos nosotros. Estuvimos en casa de Simón el<br />
Curtidor, de ahí nos fuimos por aquellas callecillas y<br />
llegamos a la parte superior <strong>del</strong> montículo donde se asienta<br />
el puerto de Jafa o Chafa, ahí hay una plaza muy agradable,<br />
viendo hacia el Oriente, está un templo de características<br />
españolas, nos llevaron a él, y cual sería la sorpresa que<br />
cuando tocó Tony la puerta <strong>del</strong> templo, salió una monjita<br />
rechoncha y cuando lo vio, le dijo con mucho gusto, ¡Que<br />
hubo Tony! como le va, en castellano, se pusieron a hablar<br />
y cuando le dijo la monjita, y ahora a quién traes Tony,<br />
dice: Un grupo de mexicanos, al oír esto no le cabía el<br />
gusto en el cuerpo a aquella monjita porque era mexicana,<br />
entramos, la saludamos, se le veía que irradiaba felicidad<br />
por el hecho de que estábamos ahí, ella me platicó que era<br />
la Madre Belén Lazo era originaria de León, Guanajuato, y<br />
yo le dije: huy Madre, casi hasta somos coterráneos,<br />
venimos de Aguascalientes, muy cerca de León. Ella se<br />
encuentra feliz en aquel lugar, custodiando el templo<br />
dedicado a San Pedro, penetramos al templo, por cierto que<br />
al principio es un zaguán y 1uego sigue un patio con muchas<br />
plantas, muy florido, donde está una estatua de San Luis<br />
Rey de Francia y nos platicaron que San Luis, Rey de<br />
454
Francia intervino en la construcción de aquel templo y que<br />
en todas construcciones en que intervino San Luis trabajó<br />
efectivamente en ellas y ya entramos al templo a través de<br />
una sacristía templo muy sombreado, un sacerdote<br />
franciscano español, que también se llama Pedro, nos<br />
explicó ese pasaje de las Sagradas Escrituras en que San<br />
Pedro vio los animales impuros; en el templo está una<br />
pintura en que se ve San Pedro en una terraza junto al mar,<br />
y se ve descendiendo <strong>del</strong> cielo la sábana aquella con los<br />
animales impuros (estos religiosos reciben donativos de los<br />
visitantes para vivir con cierto decoro).<br />
Después de la explicación que nos hizo el padre Pedro,<br />
vimos que estaba una imagen grande de la Virgen de<br />
Guadalupe en la parte superior de la puerta por donde<br />
entramos y que comunica la sacristía con el templo, así es<br />
que nos sentimos con nuestra embajadora religiosa en aquel<br />
templo en que se honra a San Pedro.<br />
El puerto de Jafa en las noches desde la costera de Tel-<br />
Aviv se ve primoroso porque lo iluminan y parece una ascua<br />
de oro que está al Sur de la Ciudad, se ve la torre <strong>del</strong><br />
templo muy bonita; la iluminación prendida hasta las diez u<br />
once de la noche.” 97<br />
Como UNA MARAVILLA DEL MUNDO, describe el autor otro de sus<br />
periplos por Tel- Aviv. “Una vez que nosotros salimos <strong>del</strong><br />
templo, subimos por una serie de escaleras a un parque muy<br />
agradable que está frente al templo, que es una loma,<br />
llegamos a la parte superior y de ahí se goza una vista<br />
maravillosa de Tel- Aviv, yo creo que esta loma ha de estar<br />
aproximadamente a unos sesenta metros sobre el nivel <strong>del</strong><br />
mar, y de ahí se ve la costera, las playas; se ven los<br />
edificios modernos hacia el lado Oriente, y tiene un<br />
monumento que son como dos columnas muy estilizadas, hechas<br />
97 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Tel Aviv, sol de Medio Oriente. Hidrocálido.<br />
Martes 6 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.6.<br />
455
de cemento y en esas dos columnas es á la Historia de<br />
Israel, simbolizada; y nos platicaron que un judío muy rico<br />
que hizo una torre enorme, un condominio, regaló también el<br />
arreglo de aquel otro punto y parándose en un lugar<br />
determinado frente a los dos monumentos monolíticos, se, ve<br />
al fondo la, torre que el construyó entonces sintió hacer<br />
un homenaje a Israel, al Israel moderno a través de un<br />
simbolismo de los valores extraordinarios <strong>del</strong> Israel <strong>del</strong><br />
Testamento, de las Sagradas Escrituras.<br />
Bajamos <strong>del</strong> parque y ya estaba allí el minibús, nos fuimos<br />
por la costera rumbo hacia la parte vieja <strong>del</strong> Tel-Aviv,<br />
posteriormente a la parte moderna. Cuando descendíamos <strong>del</strong><br />
promotorio nos encontramos con una parte muy bonita, en que<br />
se dio una parada el medio de transporte nuestro, está a un<br />
lado de la carretera una banqueta, una terraza de la que se<br />
ve el Mediterráneo muy azul, y a mano izquierda está un<br />
restaurante con terrazas hacia el mar, y gente comiendo y<br />
bebiendo. El guía ahí nos platicó una leyenda de Tel-Aviv,<br />
de la época mucho muy antigua, por lo tanto, tuvo que haber<br />
sido antes de que el puerto de Jafa o Jope hubiera<br />
crecido.- "Que aquello era Villa de pescadores, y en los<br />
riscos que estábamos viendo tenían que amarrar a una<br />
virgen, a una doncella porque llegaba un monstruo cada año<br />
y destrozaba a aquella muchacha y se mantenía con su<br />
sangre, y entonces ese monstruo se alejaba de la Villa de<br />
pescadores y en un año no volvía a atacarlos; cada año era<br />
la misma situación de ir manteniendo a aquel monstruo,<br />
hasta que apropiadamente se deshicieron de él", por lo que<br />
ven aquellos riscos como un altar histórico.<br />
Llegamos a la parte más antigua <strong>del</strong> Tel-Aviv, vimos casas<br />
de un barrio que queda al Sur y que fue núcleo de esta ciudad,<br />
estas no son elegantes; en éste barrio es donde hay<br />
judíos que cumplen al pie de la letra su religión; nosotros<br />
veíamos con mucho agrado a las familias de los judíos que<br />
456
salían de sus sinagogas con vestidos talares, tanto el<br />
papá, la mamá y los hijos, eran completamente blancos, lo<br />
mismo el Kuipo o la boinita esa que se ponen como si fueran<br />
solideos, el simbolismo de esto es porque empezaba el año y<br />
era una demostración hacia Dios de que lo empezaban con<br />
pureza y con ánimos de enmendar su vida, siendo estos<br />
vestidos toda una tradición.<br />
Tel-Aviv moderno es una cosa mucho muy bonita, una Ciudad<br />
muy bien trazada, con avenidas arboladas, edificios de<br />
arquitectura agradable, Tel-Aviv ha crecido verticalmente,<br />
no como Nueva York, pero si edificios separados por<br />
jardines bonitos, son de unos diez o doce pisos, por lo<br />
general con departamentos donde viven las actuales<br />
generaciones. Fuimos a su plaza principal, que es donde<br />
ellos acuden cuando hacen manifestaciones y quieren<br />
demostrar alguna cosa al gobierno; es una plaza no<br />
monumental en su tamaño, tendrá ciento cincuenta metros en<br />
su eje mayor, me acuerdo que tiene forma de óvalo y con<br />
palmeras y bonitos prados.<br />
Fuimos a la Universidad de Israel y el guía se sentía muy<br />
orgulloso cuando nos platicaba, por ejemplo, de los avances<br />
habidos en materia de agricultura por los muchachos que<br />
estudian en esta Universidad, no olvidemos que allí en<br />
Israel fue en donde han hecho florecer los desiertos a<br />
través <strong>del</strong> riego por goteo y la miniaspersión y ahora<br />
estudian técnicas de cultivar sin tierra, le van poniendo a<br />
la semilla los alimentos que necesita para su crecimiento a<br />
través de computadoras que van indicando qué es lo que se<br />
debe hacer con aquellos cultivos, que los hacen en charolas<br />
de laboratorios, siendo todo esto aportaciones de Israel<br />
hacia el mundo.<br />
Después de visitar estos lugares modernos, nos fuimos a un<br />
punto céntrico de la ciudad, también mucho muy bonito,<br />
descendimos de nuestro ómnibus y nos dieron alrededor de<br />
457
una hora para procurarnos algún refrigerio y disfrutar de<br />
la zona peatonal; nosotros nos fuimos caminando como unas<br />
dos cuadras a<strong>del</strong>ante de donde dejamos estacionado nuestro<br />
vehículo, esta parte me recordaba la Zona Rosa <strong>del</strong> Distrito<br />
Federal, con bonitas tiendas de ropa, de joyería y también<br />
establecimientos en que le vendían a uno bebidas, nieve,<br />
refrescos o algún bocadillo, optamos por refrescarnos con<br />
las cervezas de Israel y estuvimos tomando como una o dos<br />
cervezas, por cierto que son cervezas que pudiéramos<br />
catalogarlas como tiernas; nos hicimos entender mucho muy<br />
bien con la persona que nos atendía en aquella nevería; ahí<br />
en la mesa contigua estaban las comadritas de México, ella<br />
con una refrescos, con nieve y lo mismo la comadre Josefina<br />
y Lupita estuvieron tomándose refrescos, solamente fuimos<br />
medio agresivos mi compadre Román y yo, con unas cervezas<br />
muy frías, muy sabrosas. Fuimos al camión a la hora de la<br />
cita y acudieron todos los compañeros de viaje puntuales,<br />
Tony llevó a los compañeros <strong>del</strong> otro hotel a su hotel y a<br />
nosotros nos dejó también en el nuestro, Monte Sinaí, y nos<br />
indicó él, que por ese día se acababa su misión de ser<br />
nuestro guía pues él iba a ir a su casa a Jerusalém, que es<br />
donde vive, y que al día siguiente a las nueve de la<br />
mañana, estuviéramos de nuevo listos, desayunados, ya<br />
arreglados y con nuestro equipaje preparado para continuar<br />
nuestro viaje por Israel.” 98<br />
Continúa su narración con el escrito MEDIO ORIENTE, UN<br />
MUNDO SENCILLAMENTE FABULOSO. “Cuando nos dejó en el hotel<br />
Tony, optamos por ir de vuelta a la costera que nos quedaba<br />
a unas dos cuadras <strong>del</strong> hotel, con el objeto de comer algo;<br />
era aquello de las tres de la tarde y fuimos a la pizzería<br />
a donde cenamos pues nos acomodamos a la misma en cuanto al<br />
gusto, al sazón y además nos hacíamos entender con el<br />
98 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Una maravilla <strong>del</strong> mundo. Hidrocálido.<br />
Miércoles 7 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.5.<br />
458
personal y acudimos a la comida italiana nuevamente para<br />
llenar este renglón y tener en nuestro cuerpo el alimento<br />
necesario para continuar, me acuerdo haber pedido ahí una<br />
pasta muy rica, y una copa de vino tinto y en eso consistió<br />
mi comida, aunque son platones los que sirven; pues comimos<br />
muy sabroso, muy a gusto y más tarde atravesamos la<br />
costera, el boulevar para ir a ver las playas y las<br />
personas que se bañaban, también aquí se veía muy bien el<br />
promotorio <strong>del</strong> Puerto de Jope. Estuvimos un rato en las<br />
playas aquellas; caminamos y vimos movimiento de soldados,<br />
aunque parecían jóvenes que se estaban divirtiendo, que<br />
estaban jugando entre sí, una cosa que no daba miedo, que<br />
estaban jugando acción bélica, era un patrullaje normal.<br />
Paseamos un rato por las playas aquellas y nos fuimos a<br />
descansar a nuestro hotel, a descansar buen rato de la<br />
tarde, hasta que el sol se ocultó.<br />
En la noche fuimos de nuevo al boulevard donde está la<br />
costera, y era un bullicio enorme el que había, parece ser<br />
que en las noches se vaciaba todo Tel-Aviv, en este lugar<br />
por cierto que las autoridades municipales tienen la<br />
atención de tener grupos de esas sillas metálicas de esas<br />
sillas fundidas y pintadas de blanco en grupitos de diez o<br />
doce para que la gente que fuera pasando y que las viera<br />
desocupadas se sentara, disfrutara de la brisa <strong>del</strong> mar<br />
fresca, agradable, la tertulia y <strong>del</strong> paseó de la gente; el<br />
calculo que ese paseo ha de tener algo así como unos tres o<br />
cuatro kilómetros; se ven en las playas muchachos jugando<br />
Base-ball y Basket, se veía que estaban felices; donde<br />
juegan, todo iluminado perfectamente. En la acera donde<br />
están los edificios (este boulevard corre de Norte a Sur y<br />
el mar viene quedando hacia el lado Poniente), en el lado<br />
Oriente hay cines, centros de reunión, discotecas, muchos<br />
restaurantes y todos con una iluminación profusa de colores,<br />
con neón o muchos foquitos cintilando y en las<br />
459
marquesinas, los anuncios de las películas que estaban<br />
exhibiendo; total, en Tel-Aviv se veía un movimientazo<br />
grande, por algo hay una frase que dice: "Mientras<br />
Jerusalén está en oración, Tel-Aviv se divierte". En aquel<br />
marco tan alegre y en una noche tan primorosa, estuvimos<br />
caminando unos dos kilómetros, viendo los distintos grupos<br />
de gentes y las distracciones que ellos tenían, ya después<br />
de deambular por este lugar, regresamos al hotel para<br />
cenar, lo que hicimos muy a gusto y nos dispusimos a ir a<br />
nuestra habitación para arreglar nuestro equipaje y tenerlo<br />
listo para el día siguiente e iniciar nuestro viaje por los<br />
caminos de Israel; así terminamos este día trece de<br />
Septiembre de mil novecientos ochenta y ocho, día en que en<br />
la, Patria se recuerda la gesta histórica de los Niños<br />
Héroes.” 99<br />
En la siguiente entrega expone varios recorridos CESAREA<br />
MARÍTIMA, HAIFA, NÁZARET Y KIBBUTZ. “Nuestro espíritu está<br />
completamente dispuesto para transcurrir por la tierra de<br />
Dios, conocer Israel; las primeras impresiones ya las<br />
habíamos tenido en la Ciudad de Tel-Aviv, y ahora nos<br />
disponíamos a salir después de haber desayunado<br />
abundantemente. Tony, nos esperaba en el minibús y cuando<br />
se dio cuenta que todos bajamos y que el equipaje estaba<br />
completo en el loby <strong>del</strong> hotel, inmediatamente procedió a<br />
cargar el autobús y preguntó en la administración si no se<br />
debía algo de dinero por parte <strong>del</strong> grupo por servicios<br />
recibidos, una vez que checo él esta circunstancia,<br />
abordamos el minibús y nos dirigimos al hotel Sheraton en<br />
donde estaba el resto <strong>del</strong> grupo; de nuevo transitamos por<br />
la costera, admirando aquellas escenas primorosas <strong>del</strong> Tel-<br />
Aviv. Llegamos al hotel de nuestros compañeros y ya estaban<br />
listos para abordar el minibús y empezar el recorrido, nos<br />
99 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Medio Oriente, un mundo sencillamente<br />
fabuloso. Hidrocálido. Jueves 8 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.5.<br />
460
sentíamos una sola familia unos con otros, por la<br />
circunstancia de que habíamos estado juntos los dos días<br />
anteriores recorriendo la Ciudad de Tel-Aviv.<br />
Integrado el grupo, iniciamos la marcha de nuevo por la<br />
costera de Tel-Aviv, teniendo como rumbo general el Norte,<br />
la primera meta sería Cesárea Marítima; aprovechó Tony para<br />
obsequiarnos a cada uno un cuadrado, pero las distancias<br />
que en el mapa aparecen retiradas, están próximas, me di<br />
cuenta que por ejemplo de Tel-Aviv a Cesárea Marítima hay<br />
como unos ochenta kilómetros y en el mapa se ven distantes.<br />
Cesárea Marítima fue la capital <strong>del</strong> Imperio Romano en<br />
Palestina, fue edificada por Herodes el Grande y la hizo<br />
como un puerto de entrada de las naves romanas hacia<br />
aquella colonia que estaba en los límites <strong>del</strong> Imperio<br />
Romano; fue una gran ciudad con un puerto de mucho<br />
movimiento; hoy día sólo ruinas quedan de aquello. El<br />
primer lugar que nos impresionó fue el teatro romano, es<br />
primoroso, lo construyeron aprovechando un declive de una<br />
toma que va hacia la playa, hacia el mar, tiene capacidad<br />
para unas tres mil personas, se hizo para presentar obras<br />
tanto de Grecia, que era la nación culta como de Roma.<br />
Para llegar al teatro <strong>del</strong> lugar en que descendimos <strong>del</strong><br />
minibús, recorrimos alrededor de unos cien metros en medio<br />
de estatuas encontradas en esta área, capiteles de columnas<br />
y piezas de mármol labradas en una forma hermosa; antes de<br />
entrar al teatro, Tony, nuestro guía, nos dio una<br />
explicación de las partes que componían el teatro y de las<br />
ventajas de la acústica que el mismo presentaba, este<br />
teatro ha sido reconstruido en su totalidad y los<br />
conciertos de verano se llevan a cabo en este escenario<br />
bellísimo. Entramos al teatro y es una vista maravillosa,<br />
porque le sirve de fondo el Mediterráneo con sus aguas<br />
azules; para demostrar la buena acústica, Tony puso al<br />
grupo de nosotros a media galería y al Ingeniero de Costa<br />
461
Rica lo instaló en el foro a recitar, y cual sería la<br />
sorpresa de todas la gentes que íbamos juntas, que se oía<br />
perfectamente lo que aquel señor estaba recitando en el<br />
foro, que creo fue algo así como los Motivos <strong>del</strong> Hermano<br />
Lobo de Rubén Darío después bajamos al foro, naturalmente<br />
que a medida que íbamos caminando por aquellos lugares,<br />
tomamos las fotografías de esta obra maravillosa <strong>del</strong><br />
Imperio Romano, y que acertadamente ha sido reconstruida en<br />
su totalidad.<br />
Nos retiramos <strong>del</strong> foro por otra área y vimos lo que<br />
pudiéramos llamar algunas calas de carácter arqueológico, o<br />
sea investigaciones que están haciendo los arqueólogos,<br />
regresamos a donde estaba nuestro medio de transporte y nos<br />
fuimos un poquito más a<strong>del</strong>ante de donde está el teatro en<br />
la misma área arqueológica de Cesárea Marítima, fuimos a la<br />
Ciudad de Las Cruzadas.” 100<br />
Luego describe LA CIUDAD DE LAS CRUZADAS. Inicia con una<br />
aclaración: “No hay que confundir, Cesárea Marítima que<br />
está a la orilla <strong>del</strong> Mar Mediterráneo, con Cesárea de<br />
Filipo que se encuentra por allá en la base de las alturas<br />
<strong>del</strong> Golán, hacia el Oriente de Israel; son dos lugares<br />
distintos con el mismo nombre, pero dijéramos con distinto<br />
apellido, Cesárea de Filipo fue donde el Señor despojó <strong>del</strong><br />
demonio a una persona que estaba posesa <strong>del</strong> mismo.<br />
La Ciudad de Las Cruzadas está dentro <strong>del</strong> mismo Cesárea<br />
Marítima, San Luis, Rey de Francia en el siglo XI de<br />
nuestra era, junto con los Cruzados hizo una fortaleza que<br />
estaba dentro <strong>del</strong> puerto que visitábamos y fue el lugar en<br />
el que todos los barcos de los cruzados llegaban en su<br />
lucha que tenían con los Musulmanes para rescatar el Santo<br />
Sepulcro; maravillosa obra castrense esta ciudad de los<br />
Cruzados, en primer término tienen un foso que estando en<br />
100 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Cesárea marítima, Haifa, Nazareth y<br />
kibbutz. Hidrocálido. Viernes 9 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.4.<br />
462
funciones es muy difícil pasarlo y combatir el fuerte,<br />
aquel tiene una inclinación de las paredes <strong>del</strong> foso hacia<br />
el fuerte, superiores a cuarenta y cinco grados, al grado<br />
de que cualquier persona que quisiera caminar por ahí, se<br />
tenía que resbalar por fuerza, y naturalmente que ahora ese<br />
foso está seco, entramos a la construcción, está hecha de<br />
piedras que ya sus aristas se ven limadas por la acción de<br />
los vientos a través de los siglos y pasamos a un corredor<br />
en el cual estaba la entrada con un puente elevadizo,<br />
entramos al castillo aquel y nos explicaba nuestro guía<br />
cómo había una serie de defensas para penetrar al mismo,<br />
primero pasaba uno por la puerta y había oportunidad de que<br />
los defensores <strong>del</strong> castillo dejaran caer pesadas rejas<br />
a<strong>del</strong>ante, donde estábamos nosotros y los atacantes quedaban<br />
atrapados y por unas ventanitas angostas, como mirillas,<br />
podían flechar a las personas que trataban de entrar; toda<br />
la construcción de esta fortaleza fue hecha en tal forma,<br />
que los que estaban dentro de la misma la podían defender<br />
correctamente. Seguimos dentro de aquel gran zaguán de<br />
dimensiones mucho muy amplias, hecho todo aquello con<br />
bloques de piedras grandes, y al fondo, a la derecha, daba<br />
acceso a un gran patio <strong>del</strong> que se veía perfectamente la<br />
playa y el mar, por ahí estaba una torre como una especie<br />
de minarete y una construcción con ventanilla de tipo oval<br />
y nos indicaron que esas construcciones fueron hechas por<br />
los Turcos Otomanos.<br />
La Ciudad de los cruzados fue hecha en Cesárea Marítima, en<br />
el siglo XI de nuestra era, en la época de San Luis Rey,<br />
fue hecha bajo su dirección, por sus soldados y por él ya<br />
que actuó como albañil, en términos genéricos, esta<br />
construcción estaría dentro <strong>del</strong> seno de lo que fue el gran<br />
injerto de Cesárea Marítima y fue la entrada de los<br />
Cruzados a Tierra Santa.<br />
463
Dejamos la Ciudad de los Cruzados y a unos doscientos<br />
metros <strong>del</strong> castillo que acabamos de describir, están los<br />
restos de un acueducto romano que llevaba agua desde Haifa<br />
hasta la Ciudad de los cruzados; de este acueducto, desde<br />
nuestro autobús lo vimos y continuamos el viaje hacia el<br />
Norte.<br />
A unos cuarenta kilómetros, al Norte de Cesárea Marítima,<br />
se encuentra la Ciudad y puerto de Haifa, el puerto más<br />
importante de Israel, desde por allá de las serranías que<br />
bordean el Mar de Galilea, se deja venir una cordillera que<br />
termina en el mar Mediterráneo y es notoria la<br />
configuración orográfica de este lugar en cuanto a la<br />
cordillera, ya que termina verticalmente en el mar; nos<br />
platicaba Tony que estos cerros eran los que <strong>del</strong>imitaban el<br />
Valle de Extralong que terminaba ahí en Haifa, exactamente<br />
donde termina la cordillera, es nada menos que el monte<br />
Carmelo, y ahí en el Monte Carmelo hay un convento de<br />
Carmelitas y fue donde la Santísima Virgen se le aparece<br />
san Simón Stock y le da la regla de comunidad religiosa de<br />
los Carmelitas; en ese lugar hay una cueva dentro <strong>del</strong><br />
templo donde se dice que ahí habitó el profeta Elías; de<br />
aquí <strong>del</strong> Monte Carmelo el profeta Elías fue arrebatado al<br />
cielo en el Carro de Fuego. En todo este lugar está un<br />
monasterio de tipo español; por lo general, todos los<br />
santos lugares por lo que respecta a la religión católica,<br />
están custodiados por franciscanos españoles.<br />
En este lugar venden recuerdos <strong>del</strong> monasterio y procuraban<br />
las gentes de nuestro grupo, que los mismos padres<br />
carmelitas los bendijeran, naturalmente, entre ellos los<br />
escapularios de la Virgen <strong>del</strong> Carmen y recordamos a la<br />
Orden Carmelita y con ella el templo de San Marcos de<br />
nuestro querido Aguascalientes.<br />
Frente al monasterio Carmelita que está en la parte<br />
superior <strong>del</strong> cerro donde termina la cordillera, atraviesa<br />
464
uno con mucho cuidado una avenida muy grande y frente al<br />
monasterio están unos miradores, de ahí se ve en una forma<br />
primorosa todo el puerto de Haifa, que queda a los pies de<br />
esta elevación, alcancé a ver quince barcos grandes que<br />
estaban a punto de hacer sus movimientos portuarios, tomé<br />
algunas fotografías desde este mirador<br />
Siguiendo la misma cordillera <strong>del</strong> Monte Carmelo, pero en<br />
otro lugar está la tumba <strong>del</strong> Gran Bahai; el Gran Bahai era<br />
persa, fundó una religión, tiene sus seguidores y él quiso<br />
que fuera sepultado en el Monte Carmelo, llegar a la tumba<br />
<strong>del</strong> Gran Bahai en este lugar es impactante, porque se<br />
transporta a otros mundos, parece que está uno en Persia,<br />
la tumba está cubierta por un gran templo que tiene una<br />
gran cúpula en la que los colores que imperan son el blanco<br />
y el anaranjado <strong>del</strong> ladrillo, para llegar a esta tumba,<br />
dejamos el autobús en una avenida y entramos a unos<br />
jardines que están primorosamente arreglados con gusto<br />
persa, sus prados con muchas flores y muchos adornos; con<br />
muchas estatuas y va uno acercándose a la tumba <strong>del</strong> Gran<br />
Bahai, y es bonita la tumba porque la parte blanca <strong>del</strong><br />
mármol está primorosamente trabajada, y cuando se va uno<br />
acercando en medio de aquellos jardines el camino, por<br />
donde va uno está hecho de pedacería de cacharros de barro<br />
así es de que eran tepalcates, que tiene la peculiaridad de<br />
que va uno caminando y suenan como si fueran campanitas;<br />
para visitar la tumba <strong>del</strong> Gran Bahai hubo necesidad de<br />
dejar nuestros zapatos fuera de aquella construcción donde<br />
esta la tumba, y en calcetines entramos a ver la tumba por<br />
dentro, esta tumba es tan impresionante como lo es la<br />
construcción, salimos y cual sería nuestra sorpresa que<br />
descubrimos otro caminito que bajaba hacia el puerto de<br />
Haifa, pero en medio de aquellos jardines<br />
extraordinariamente arreglados, se veía como que aquel<br />
camino continuaba a una gran avenida allá abajo, tomé unas<br />
465
fotografías que salieron muy hermosas desde donde esta la<br />
tumba <strong>del</strong> Gran Bahai.” 101<br />
El MERCADO DE DIAMANTES EN HAIFA, es su siguiente entrega:<br />
“Seguimos rumbo al puerto, anduvimos por sus grandes<br />
avenidas, vimos su movimiento; tenía grandes silos para<br />
almacenar el trigo y había muchas terminales de vías de<br />
ferrocarril, un movimiento grande.<br />
En Haifa cambiamos de rumbo, no hay que olvidar que íbamos<br />
paralelo a la playa y ahí ya en rumbo de la carretera fue<br />
francamente hacia el Oriente; caminamos alrededor de unos<br />
veinte o treinta kilómetros y llegamos a un taller donde<br />
pulen y arreglan diamantes, parece ser que el mercado de<br />
diamantes de Haifa es superior al mercado de diamantes en<br />
Amsterdam y nos platicaban que la materia prima <strong>del</strong><br />
diamante está controlada por judíos que viven en Londres,<br />
entonces a su Patria, Israel, mandan una dotación de<br />
diamantes para pulir bastante grande, por lo tanto; es un<br />
taller mucho muy importante.<br />
Primero nos llevaron a ver una proyección de una película<br />
en una salita para que apreciáramos lo que es el diamante,<br />
el trabajo que se hace sobre este carbón purísimo, como es<br />
esta piedra y de donde la extraían, casi toda viene de<br />
África, y después de ver las técnicas de tallado, pasamos a<br />
ver ya en vivo la forma en que aquellos operarios estaban<br />
trabajando los diamantes y puliéndolos, es un taller grande<br />
y una exposición de joyas de diamantes, es decir, ya el<br />
diamante labrado y convertido en joyas es un local que ha<br />
de tener unos treinta metros de largo por unos quince de<br />
ancho, y lleno completamente de mostradores con infinidad<br />
de joyas, para esto que tienen un cuidado muy grande con el<br />
turismo, ya que puede llegar gente con malas intenciones,<br />
pero lo hacen sentir a uno como si no lo estuvieran<br />
101 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. La ciudad de las cruzadas. Hidrocálido.<br />
Sábado 10 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.6.<br />
466
vigilando, yo creo que está super vigilado a través de<br />
circuitos de televisión, los empleados se muestran muy<br />
amables, y hace uno el recorrido por aquellos aparadores<br />
viendo los primores de joyas, me llamó la atención un<br />
diamante <strong>del</strong> tamaño más o menos de una lenteja y estaba<br />
montado en un anillo de oro que era una simple argolla y<br />
cuando supe el precio me asusté, y me dije: Todavía la<br />
Revolución no me hace justicia para comprarme uno, pues<br />
costaba alrededor de Veinticinco millones de pesos aquel<br />
anillo sencillito, naturalmente que para las gentes que<br />
tienen capital y que acostumbran estas cosas, sería una<br />
ganga; ahí mi compadre Román le demostró su cariño a la<br />
comadre Josefina y le compró un corazón de perla, rodeado<br />
de chispitas de Diamante.<br />
Continuando por la carretera rumbo hacia el oriente y a<br />
unos cuarenta kilómetros de transitar por la carretera,<br />
llegamos a uno de los pueblos de Israel que tiene un<br />
significado primoroso para nosotros los Cristianos, llegamos<br />
a Nazareth, pueblo ubicado en un valle y que<br />
actualmente ha de tener unos cincuenta mil habitantes, ahí<br />
trascurrió la mayor parte de la vida <strong>del</strong> Señor, llegamos<br />
con verdadera alegría. Lo primero que hicimos fue ir a<br />
comer, eran las dos y media de la tarde de ese día, nos<br />
prepararon una comida a base de un spaguetti, carnero<br />
asado, y vino de aquellas regiones; en este lugar tuvo<br />
nuestro grupo un contratiempo, la esposa <strong>del</strong> Ingeniero<br />
Rivero es una persona que padece asma y le vino un acceso y<br />
fue llevada por el ingeniero, su esposo, a una clínica de<br />
Nazareth para que fuera atendida de ese espasmo asmático,<br />
mientras nosotros nos quedamos en el restaurante saboreando<br />
la comida y muy contentos todos por estar en Nazareth,<br />
después de comer, nos fuimos a la Basílica que cubre lo que<br />
fue la casa de Jesús, María y José y sentíamos nosotros la<br />
<strong>presencia</strong> de Ellos, pensábamos nosotros en el joven aquel<br />
467
que se desarrolló en este pueblo y dentro de su<br />
configuración completamente humana, la divinidad <strong>del</strong><br />
Mesías, fue Jesús Redentor, el joven aquel ayudante de<br />
carpintería, que convivió con las gentes de su época en ese<br />
lugar. Llegamos a la Basílica, moderna, de grandes<br />
dimensiones, no tiene torres, pero si una cúpula que ha de<br />
andar por ahí por los sesenta metros, con líneas modernas,<br />
como si fuera una corona, supe que este templo fue<br />
inaugurado en mil novecientos sesenta, hacía dieciocho años<br />
que se había inaugurado; en el subsuelo tiene la casa en<br />
que vivieron Jesús, María y José, baja uno hasta el nivel<br />
en que estuvo la casa aquella que se antoja que fue<br />
escarbada entre las rocas, y tiene distintas dependencias,<br />
ve uno las recámaras, la cocina, así es la casa de aquel<br />
humilde carpintero de Galilea, siente uno la <strong>presencia</strong> de<br />
Jesús, María y José. Hay cerca en la parte de abajo que<br />
impide que vaya uno hasta la casa de ellos que está<br />
perfectamente iluminada, la ve uno mucho muy bien y el<br />
recinto en que está la casa, tendrá un diámetro de sesenta<br />
metros. Bajo la cúpula y por unas escaleras, se sube a otro<br />
nivel <strong>del</strong> templo y ahí está un templo dedicado a la Sagrada<br />
Familia, está adornado con distintos cuadros emplomados que<br />
varias naciones costearon, por lo que respecta al emplomado<br />
que a México le correspondió, es una Virgen de Guadalupe,<br />
para mi gusto, está mal hecha; en fin, son de las técnicas<br />
nuevas de los artistas y ahí está el testimonio de México.<br />
Salimos de ahí y a sesenta metros al norte de este templo,<br />
está otro que cubre lo que fue el taller <strong>del</strong> Señor San<br />
José, entrando está una pintura muy bonita en la que está<br />
Jesús adolescente, de unos dieciséis años, la Santísima<br />
Virgen sentada en un banco, una gran Señora, una gran dama<br />
y junto a ellos en un banco de carpintería el Señor San<br />
José está trabajando, enseñando a Jesús el oficio de<br />
carpintero, conseguimos unas postales que son reproducción<br />
468
de este cuadro, compramos varias para regalárselas a<br />
nuestros amigos.” 102<br />
La descripción siguiente es sobre NAZARETH, LA TIERRA SANTA<br />
QUE ES UN TESORO DE LA HUMANIDAD, ahí dice: “De la<br />
carpintería <strong>del</strong> Señor San José, regresamos al templo que<br />
cubre la casa de ellos; no hay que olvidar que dentro de<br />
las costumbres judías, cuando se casaban, tenían que<br />
respetar a su esposa dentro <strong>del</strong> término de un año, por lo<br />
tanto, María estuvo viviendo en su casa y San José en el<br />
taller de carpintería, a unos cuantos metros de su casa,<br />
cuando llegamos de nuevo al templo que cubre la casa de la<br />
Sagrada Familia, bajamos a un nivel en el que están los<br />
cimientos <strong>del</strong> templo, en ese nivel hay un museo en el que<br />
están testimonios que han sido obtenidos en este lugar y<br />
dentro de los testimonios está una piedra que tiene escrito<br />
en Latín "Ave María" y esto ha sido motivo para que los<br />
arqueólogos tengan por real el lugar en el que está el<br />
templo, es decir, en el que vivieron Jesús, María y José,<br />
fuimos atendidos por un arqueólogo franciscano, el padre<br />
Rafael Dorado, hubo momento en el cual le platiqué que yo<br />
me llamaba Gabriel y que cómo me gustaría llevarme algunas<br />
piedras de aquel lugar, ya que en ese lugar fue donde el<br />
Arcángel San Gabriel anunció a María Santísima que debería<br />
concebir por obra <strong>del</strong> Espíritu Santo, el padre Dorado le<br />
dijo a uno de sus ayudantes, mira, la semana pasada hicimos<br />
nosotros una excavación que corresponde exactamente al<br />
nivel de la casa donde vivió la Sagrada Familia, traéme una<br />
bolsa y me llenó una bolsa, pero la cosa agradable fue que<br />
todo mi grupo se formó en fila para que les diera piedras<br />
de la casa de Jesús, María y José, yo me traje unas cuatro<br />
piedritas de las cuales le regalé una a mi doble tocayo, ya<br />
que lo es de nombre y de profesión, se trata <strong>del</strong> licenciado<br />
102 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Mercado de diamantes en Haifa.<br />
Hidrocálido. Domingo 11 de marzo de 1990. secc. Semanario. p.4.<br />
469
Gabriel Guerrero Trespaderne y cuando le di la piedra le<br />
dije: Mira, esta piedra procede <strong>del</strong> lugar en que nuestro<br />
tocayo actuó llevándole el mensaje de Dios a María<br />
Santísima; él la recibió con verdadera alegría de parte<br />
suya y para su familia, dice que él quiere esa piedra como<br />
una reliquia auténtica, como una joya. Por lo que a mí<br />
respecta, mis dos piedritas están en una pequeña vitrina de<br />
cristal, en el privado de mi despacho.<br />
....Después de estas impresiones tan bonitas, dejamos<br />
Nazareth, <strong>del</strong> templo nos fuimos a la clínica que está en<br />
una colina y que se llama <strong>del</strong> Señor San José, en esa<br />
clínica estaban atendiendo a la esposa <strong>del</strong> señor ingeniero<br />
Rivero, y ya se encontraba recuperada <strong>del</strong> acceso asmático<br />
que tuvo y una monjita italiana que atendía aquella<br />
clínica, nos hizo pasar a la misma y nos enseñaba distintos<br />
ángulos para que viéramos desde sus ventanas lo hermoso que<br />
se veía Nazareth desde la colina en que está emplazada la<br />
clínica; me falta comentar de que cuando estábamos en el<br />
templo donde fue la casa de Jesús, María y José, oímos un<br />
repique de campanas muy agradable, muy bonito y yo volteaba<br />
con el Ingeniero Rivero y le decía: mire ingeniero, estas<br />
campanas lo que están anunciando es que su esposa está<br />
sana, que la vamos a encontrar muy recuperada, fue una cosa<br />
muy agradable para él oír eso, y cual sería la sorpresa<br />
cuando llegamos a la clínica encontrarla restablecida.<br />
Abordamos de huevo el minibus, por cierto que ahí fue donde<br />
le compré a Tony una serie de diapositivas sobre Israel,<br />
son cien con un cassette en castellano el cual hemos<br />
disfrutado en muchas ocasiones, su precio, que se me hizo<br />
muy cómodo, fue de veintitrés dólares. De Nazareth nos<br />
fuimos rumbo al Noroeste, ya la tarde pardeando, estuvimos<br />
primero por ahí en las orillas de Nazareth en una tiendita,<br />
tomándonos un refresco, por ahí vimos un grupito de niños<br />
como si fuera una escuelita, y ellos con su alegría<br />
470
infantil nos coreaban y nosotros los coreábamos a ellos, se<br />
estableció a señas un diálogo muy hermoso con aquellos<br />
niños, la verdadera paz está en ellos.<br />
Seguimos por las carreteras aquellas y a muy poquito andar<br />
de Nazareth, pasamos por donde el Señor hizo su primer<br />
milagro, por Canán, vimos el pueblo donde fueron las bodas,<br />
donde se acabó el vino, donde la Virgen María voltea con El<br />
y le dice: "Hijo, ya no tienen vino en esta fiesta" y El le<br />
dice: "Y que nos va, mi hora todavía no ha llegado", pero<br />
es tan grande el amor que el Hijo siente por su Madre, que<br />
haciendo una verdadera excepción, hace su primer milagro,<br />
convertir el agua en vino, como se establece en las<br />
Sagradas Escrituras; pasamos por Canán ya al atardecer, ya<br />
el sol a punto de ponerse detrás de las cordilleras y<br />
nosotros seguimos caminando todavía con algo de luz de día<br />
hacia el Sureste, alcanzamos a ver perfectamente el lago de<br />
Galilea, el Mar de Galilea, y seguimos todavía rumbo al<br />
Noroeste y como se prolongaba nuestro tránsito por la<br />
carretera, se vienen a nuestra mente las canciones de la<br />
Patria, y todos estuvimos cantando canciones de nuestras<br />
regiones, yo me permití cantarles dos canciones de<br />
estudiantina, les canté el Corrido <strong>del</strong> Estudiante, y a mi<br />
me gusta el Pin pirin pi pin de la botella, el.... o sea la<br />
canción de los Borrachos, de esta zona seguimos por<br />
aquellas carreteras completamente ya obscuras, pero viendo<br />
la infinidad de pueblitos iluminados, está perfectamente<br />
electrificado Israel; otros amigos cantaron, Solamente una<br />
vez, luego canción Mixteca, que es el himno de todos los<br />
mexicanos cuando nos sentimos lejos de la Patria; pero<br />
naturalmente que para mi compadre Román no hay cosa más<br />
bonita que cantar La negra noche y entre todos también<br />
entonamos; La negra noche, tendió su manto, surgió la<br />
niebla, murió la luz...y seguimos por aquellas carreteras,<br />
hemos de haber llegado aproximadamente a unos diez<br />
471
kilómetros <strong>del</strong> líbano, al Kibbutz Hagoshrim, estaba casi<br />
fortificado, rodeado con alambradas y luego en la puerta<br />
había dos milicianos, y ya cuando se identificó Tony,<br />
platico con ellos, nos dieron vía franca, entramos a aquel<br />
que se nos antojó como si fuera un campo de concentración<br />
de Israel, y nuestra sorpresa fue que es un hotel muy<br />
agradable para pasar la noche es un ejido de los judíos<br />
que tiene por finalidad fundamental la de brindar servicios<br />
turísticos, tienen distintas casitas en medio <strong>del</strong> jardín<br />
muy bonito, muy bien iluminado y un área de servicios<br />
comunes en que esta un comedor y varios salones para<br />
conferencias; en seguida nos instalaron en nuestras<br />
habitaciones, muy limpias, muy buenas camas, muy buenos<br />
baños y nos dieron una media hora para ajuste de tiempo y<br />
luego nos veríamos en el comedor. Nos dimos un regaderazo<br />
para revivir un poco y nos fuimos al comedor, ahí,<br />
magnifica cena de tipo bufette, con muchísimos platillos y<br />
con muy buen vino, el vino hay que pagarlo, pero la cena va<br />
incluida dentro <strong>del</strong> tour; cenamos muy bien y bebimos mejor,<br />
después nos fuimos a una plática sobre lo que es la<br />
mecánica <strong>del</strong> Kibbutz, de cómo nació y como viven en él,<br />
pasaron un video casete sobre él y entramos a la sesión de<br />
preguntas y respuestas, creo que no salió muy airoso<br />
nuestro guía, porque traíamos personas altamente<br />
calificadas en materia administrativa, agrícola y jurídica<br />
y entre todos le dimos una columpiada, que creo que no le<br />
quedaron ganas de volver a hablar con mexicanos respecto de<br />
lo que es el Kibbutz y máxime cuando nosotros los conocemos<br />
nosotros que ha sido el ejido de nuestros medios y como no<br />
ha operado como la ley lo manda llegó un instante en que,<br />
se hacía la conversación un tanto agresiva y aparte de eso<br />
ya teníamos muchísimo sueño, y yo les dije: "Bueno, yo por<br />
lo que a mi respecta hasta aquí platico, que pasen ustedes<br />
muy buenas noches y me retiro", y parece ser que la<br />
472
despedida de Lupita y mía fue algo así como un banderazo de<br />
arrancada, porque todo el mundo se fue a dormir y a<br />
descansar, yo dormí extraordinariamente a gusto, no así<br />
Lupita porque toda la noche estuvo oyendo algo así como si<br />
fuera el agua de una acequia, de algún riachuelo, y cual<br />
sería la sorpresa al día siguiente junto a nuestra<br />
habitación, por la ventana <strong>del</strong> baño, efectivamente pasaba<br />
un riachuelo tributario de Jordán, y toda la noche sus<br />
aguas cantarinas estuvieron perturbando el sueño de<br />
Lupita, sin embargo yo descansé, extraordinariamente esa<br />
noche.” 103<br />
En seguida narra una INOLVIDABLE VISITA AL MAR DE GALILEA.<br />
“Iniciamos en tierras de Israel, el día que para nosotros<br />
los mexicanos, es el máximo día de nuestro calendario<br />
cívico, conmemoración de un aniversario más <strong>del</strong> día <strong>del</strong><br />
inicio de la Independencia de México; cuando ya nos<br />
arreglamos para reanudar nuestro viaje, acudimos al comedor<br />
y ahí el desayuno siguió siendo a base, de aceitunas, de<br />
jugos, café, de sardinas en aceite, de pescado, de quesos,<br />
fue abundante, y después de que ya se trasladaron los<br />
equipajes al vehículo en el que hicimos el recorrido,<br />
fuimos a pie a hacer una visita al kibbutz en sus distintos<br />
aspectos y veíamos cómo las gentes estaban trabajando, unas<br />
en la lavandería, otras en el cultivo de la tierra, otras<br />
en sus agroindustrias, y otros en el aspecto turístico,<br />
había personas que se dedicaban, por ejemplo, a la<br />
educación de los niños, a la guardería infantil, vimos por<br />
ahí a un grupo de niños en la edad de kinder, se nos<br />
hicieron niños con caritas tristes, pero tal vez lo que<br />
tenían era el asoro de ver otras gentes o no se que pudiera<br />
suceder, pero si me di cuenta también de como estas<br />
criaturas les daban para divertirse implementos de<br />
103 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Nazareth. La tierra santa que es un tesoro<br />
de la humanidad. Hidrocálido. Jueves 12 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y<br />
cultura. p. 4.<br />
473
labranzas ya deteriorados, tal vez con el fin de que desde<br />
pequeños se vayan acostumbrando a este tipo de implementos<br />
agrícolas; una de las cosas que nos llamó la atención, fue<br />
que en este Kibbutz tiene un refugio para ataques aéreos, y<br />
los niños y todo mundo lo saben usar, saben que cuando<br />
suenen determinadas alarmas tienen que correr a protegerse<br />
a estos lugares; no a diez kilómetros de la frontera con<br />
Líbano y Líbano estaba en pleno conflicto bélico cuando<br />
fuimos nosotros; pues bien, después de la visita <strong>del</strong><br />
Kibbut, nuestro ómnibus retoma la carretera por la cual<br />
llegamos ahora con rumbo general Suroeste, bajamos a la<br />
región de Galilea estábamos en las inmediaciones de las<br />
alturas <strong>del</strong> Golán; muy impresionante es el hecho que de<br />
estar el desierto y en el desierto mismo ve uno florecer<br />
las huertas, los agricultores israelitas son<br />
extraordinariamente buenos.<br />
De la región <strong>del</strong> Golán descendimos hacia el mar de Galilea,<br />
con paisajes agradables y a donde llegamos en primer<br />
término fue Tabga, el lugar donde el Señor hizo el Milagro<br />
de la Multiplicación de los Peces y los panes hay ahí un<br />
mosaico de tipo bizantino, con ese tema, y de este lugar<br />
como unos ochocientos metros, se ve el mar muy azul. Mas<br />
abajo a unos dos kilómetros está el lugar en que se<br />
recuerda "El Sermón de la montaña", entramos al templo que<br />
da la impresión de un gran kiosco y en el centro está<br />
expuesto el Santísimo, está Jesús Sacramentado y alrededor,<br />
en donde terminan los arcos que hay en el centro, están<br />
inscritas las bienaventuranzas en varios idiomas. Este<br />
templo que visitamos tiene forma de kiosco, por fuera lo<br />
rodea un corredor mucho muy bonito que sirve de mirador al<br />
mar de Galilea.<br />
Después de visitar este lugar continuamos descendiendo por<br />
la carretera hasta llegar a una ciudad que fue mucho muy<br />
impresionarte en la época <strong>del</strong> Señor, yo considero que casi<br />
474
fue el lugar donde empezó a irradiar el Cristianismo, esta<br />
es la Ciudad de Cafarnaum; ahí fue donde el Señor escogió<br />
entre gente humilde a quienes deberían de seguirlo y crear<br />
con ellos la doctrina Cristiana; es donde escogió a sus<br />
apóstoles; ahí fue. donde conoció a Pedro, Andrés, a<br />
Santiago, a Juan; en este lugar se inició la labor de<br />
proselitismo; hay que recordar que en Nazareth no pudo<br />
proyectarse en su Divinidad cabalmente porque tuvo<br />
problemas con las autoridades <strong>del</strong> pueblo y salió de<br />
Nazareth a Cafarnaum, relativamente próximo; yo creo que<br />
ahí es de donde resulta que:, "Nadie es profeta en su<br />
tierra" y el Señor vino a este lugar y aquí fue donde él<br />
inicia su vida pública, donde El empieza a proyectarse<br />
hacia la Humanidad. Hay en Cafarnaum puntos de mucha<br />
importancia, por ejemplo está la Sinagoga, aquí en este<br />
templo judío, fue donde el Señor por primera ocasión empezó<br />
a hablar <strong>del</strong> "Pan de la vida”, <strong>del</strong> Pan que, alimentándose<br />
con él, jamás se muere, estuvo hablando de la Sagrada<br />
Eucaristía, naturalmente que esto es una cosa de que quien<br />
la oyó no se pudo dar cuenta perfectamente de la<br />
profundidad de lo que el Señor decía, ya que aún no se<br />
instituía la Sagrada Eucaristía, pero ahí ya empezó a<br />
anunciar el Sacramento <strong>del</strong> Altar; ahí empezó a anunciar la<br />
perpetuación de El entre nosotros hasta la consumación de<br />
los siglos. Esta sinagoga fue constituida en la época de<br />
Herodes, en la sinagoga quedan en pie algunas columnas, hay<br />
muchas piedras libradas, su orientación es el Norte a Sur,<br />
a unos cuantos metros de la sinagoga, serán veinte, están<br />
las ruinas de lo que fue la casa de San Pedro y esto nos da<br />
a entender que San Pedro era una persona demasiado<br />
religiosa y buscó la forma de tener su casa próxima a la<br />
sinagoga, de la casa de San Pedro al mar ha de haber de<br />
diez a veinte metros, esto da testimonio <strong>del</strong> oficio de<br />
pescador de Pedro. El Mar de Galilea era cruzado por<br />
475
infinidad de barcas en la época de Jesús, hoy solamente las<br />
barcas de turistas son las que navegan en el Mar de<br />
Galilea, se acabó aquel movimientazo de barcas, y los<br />
pueblos de pescadores, ahora son pueblos de gente que se<br />
dedica por completo a la agricultura.” 104<br />
Continúa con POR EL MAR DE GALILEA. “Hacia el Oriente de la<br />
casa de San Pedro, siguiendo la orilla <strong>del</strong> mar, está un<br />
templo Ortodoxo Griego en el cual por tradición se establece<br />
que en ese lugar el Señor invitó a San Pedro a<br />
seguirlo y a ser la cabeza de su iglesia; este templo, al<br />
cual nosotros no fuimos, ha de estar a unos tres o<br />
cuatrocientos metros <strong>del</strong> embarcadero en la orilla <strong>del</strong> mar,<br />
ese fue el lugar en el cual propiamente nace la Iglesia<br />
Cristiana, la iglesia encomendada a Pedro.<br />
Junto a la casa de San Pedro, hacia el lago, está el<br />
embarcadero, nos esperaba un yatecito, probablemente, con<br />
una capacidad de ciento cincuenta pasajeros. Nos hicimos a<br />
la mar de Galilea, fuimos dejando el embarcadero, se fue<br />
alejando de nuestra vista, veíamos perfectamente el templo<br />
donde el Señor hizo invitación a San Pedro a seguirlo,<br />
alcanzábamos a ver la sinagoga más arriba en las lomas,<br />
allá el templo de las Bienaventuranzas y más arriba<br />
todavía, Tabga, la multiplicación de los peces y de los<br />
panes, todos estos lugares impregnados fuertemente de la<br />
<strong>presencia</strong> <strong>del</strong> Señor.<br />
El navegar en el Mar de Galilea es una impresión de lo más<br />
agradable que puede uno sentir, se pone uno a pensar cómo<br />
el Señor en ese mar, en esa base, esas rocas <strong>del</strong> mar que<br />
están en el fondo, también algún día sustentaron el agua en<br />
la cual el Señor navegó; el agua sobre la cual anduvo; cómo<br />
llegaban a nuestra mente las estampas de la pesca<br />
milagrosa, cómo arribaban también en nuestra imaginación la<br />
104 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Inolvidable visita al mar de Galilea.<br />
Hidrocálido. Martes 13 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.3.<br />
476
tempestad aquella terrible en nuestra imaginación en la que<br />
el Señor iba dormido en la barca y todos sus apóstoles aún<br />
siendo marineros de aquel mar, temieron naufragar y lo<br />
despertaron para decirle el problema tan grande que traían<br />
y fue cuando El les dijo: "Hermanos de poca fe" y ordenó al<br />
aire y al agua que cesaran en sus movimientos y se acabó la<br />
tempestad; cómo olvidar aquellos pasajes de las Sagradas<br />
Escrituras; cómo por ahí, tal vez en las orillas de<br />
Cafarnaum, el Señor sobre de una barca y el pueblo oyéndole<br />
desde la orilla, predicó la Buena Nueva, predicó el<br />
Cristianismo.<br />
Fuimos navegando por aquel mar con dirección al Sur, ahí en<br />
estos lugares viene un <strong>pensamiento</strong> para la jefa de<br />
secretarias mías, para Magdalena, hacia el lado poniente<br />
<strong>del</strong> lago, alcanzamos a ver entre unos cerros una Villa, la<br />
cual nos dijo Tony que se trataba de la población de<br />
Magdala y que María Magdalena, aquella mujer que amó tanto,<br />
aquella mujer que siguió al Señor, de ahí, de aquel lugar<br />
era ella, por eso fue María Magdalena, o sea de aquel<br />
pueblo.<br />
Nuestro barquichuelo sigue rumbo al Sur en un mediodía<br />
lleno de luz, de sol, en un mediodía primoroso, hermoso <strong>del</strong><br />
mes de Septiembre, quince de Septiembre, mes de la Patria<br />
para nosotros y después de navegar aproximadamente una<br />
hora, nos fuimos acercando a la costa y llegamos a<br />
Tiberiades, aunque el Mar de Galilea también es el lago de<br />
Tiberiades. Hacia el sur-oeste <strong>del</strong> lago hay una población<br />
que es Tiberiades, pero antes vamos diciendo que cuando<br />
llevábamos la travesía aquella y volteamos a ver también<br />
hacia el Oriente, veíamos las alturas <strong>del</strong> Golán, nos decía<br />
nuestro guía que por allá, en aquellas alturas, queda<br />
Cesárea de Filipo, no hay que confundirla con Cesárea<br />
Mirítima, Filipo fue uno de los hijos de Herodes el Grande,<br />
fue el que construyó aquella Cesárea, la Cesárea a la que<br />
477
hacen referencia las Sagradas Escrituras, de que el Señor<br />
se encontró a un individuo poseso <strong>del</strong> demonio y cómo hizo<br />
que el demonio saliera <strong>del</strong> cuerpo de aquel endemoniado.<br />
Nos acercamos a Tiberiades que fue nuestro punto de<br />
desembarque, ahí nos estaba esperando nuestro minibus, pero<br />
antes de seguir, primero comer que ser Cristianos, era<br />
mediodía y nos dieron el tiempo necesario para descansar y<br />
para comer nos dieron dos horas ahí en Tiberiades, las<br />
aprovecharon los jóvenes Arquitectos que nos acompañaban<br />
para darse una zambullida en las aguas <strong>del</strong> Mar de Galilea.<br />
Todos procurarnos hacer por la vida y una vez habiendo<br />
comido, abordamos nuevamente el medio de transporte que<br />
llevábamos y nos fuimos a la segunda sección <strong>del</strong> Río<br />
Jordán, río que también tiene mucho de historia Sagrada,<br />
río que sirvió de límite a algunas tribus, río que marcaba<br />
lo que era un valle fértil a lo que eran los desiertos, río<br />
en que el Señor fue bautizado por San Juan, pues bien,<br />
fuimos al río de Jordán, a donde nos llevaron fue a un<br />
lugar muy cerca de donde empieza la segunda sección porque<br />
la primera viene de por allá de las alturas <strong>del</strong> Golán hasta<br />
el Mar de Galilea y la segunda sección sale el río de este<br />
mar para ir a dar al Mar Muerto y nos llevaron a un lugar<br />
en el cual está plenamente dentro de territorio judío, hay<br />
que pensar que nuestro viaje fue organizado por Judíos que<br />
eran los que traían la custodia de nosotros, de que nada<br />
nos pasara en terrible territorio Israelita, no nos<br />
llevaron exactamente al lugar donde el Señor fue bautizado<br />
por San Juan, porque este lugar es muy próximo a Jericó y<br />
ahí en Jericó los jordanos están al otro lado <strong>del</strong> río y<br />
ellos tienen metralletas y ellos en plan de lucha contra<br />
los Judíos, son capaces de matarlos y a los turistas que<br />
traigan, y para evitar ese riesgo fue por lo que iniciando<br />
la segunda sección nos llevaron al río Jordán, de ahí hacia<br />
Jordania todavía hay un kilómetro de distancia, por lo<br />
478
tanto, estábamos con plena seguridad, bajamos en este<br />
lugar, vimos una tienda de souvenirs y también vendían<br />
botellitas de plástico para que las personas que quisieran<br />
llevarse agua <strong>del</strong> río Jordán lo hicieran, pues era el<br />
momento adecuado; bajamos una serie de escalinatas hasta<br />
llegar a la orilla <strong>del</strong> río, aquí el río se ensancha y es un<br />
remanso primoroso, es un remanso rodeado de árboles muy<br />
altos, con mucha sombra y hay construcciones en tal forma,<br />
que se puede uno meter a las aguas <strong>del</strong> río sin necesidad de<br />
andar pisando el fondo, sino que arreglaron debajo <strong>del</strong><br />
nivel <strong>del</strong> río una plataforma aquella y el agua le ha de dar<br />
a la rodilla, todos nos metimos para tener contacto con el<br />
agua <strong>del</strong> río Jordán, y tanto Lupita como la comadre<br />
Josefina se agenciaron unas botellitas para traer agua, los<br />
compadres Román estaban a punto de ser abuelos de parte de<br />
su hijo Poncho y de Araceli y por lo que a nosotros<br />
respecta, no íbamos a ser abuelos pero si casi abuelos, con<br />
el nacimiento de la criatura de Enrique y de Gloria,<br />
sobrinos nuestros, entonces Lupita también trajo agua <strong>del</strong><br />
Jordán para bautizar a esta criatura que a la postre<br />
resultó ser niña.<br />
Cubierto el expediente por lo que respecta al río Jordán,<br />
seguimos por el valle <strong>del</strong> río en su margen derecho de Norte<br />
a Sur, aproveché el rato para dar una cabeceada ya que era<br />
la hora de la siesta y pensaron que se me iban a caer los<br />
lentes, pero yo venía oyendo a todos los compañeros,<br />
inclusive a Lupita que decía que me los quitaran, y decían<br />
que venía dormido y cuando menos recordé les hice la seña<br />
de que cuernos, que los venía oyendo a todos, lo que<br />
ocasionó una carcajada, así es de que venía yo dormitando,<br />
eché una que otra cabeceada de Tiberiades a Jericó.” 105<br />
105 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Por el mar de Galilea. Hidrocálido.<br />
Miércoles 14 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.2.<br />
479
Posteriormente expone LA VISITA AL OASIS DE JERICÓ. “A<br />
Jericó hemos de haber llegado como a las cinco de la tarde,<br />
es una población mucho muy agradable, es un oasis en el<br />
desierto, tiene muchísimas palmeras, ahí, nos cuentan que<br />
se dan unos dátiles muy sabrosos y lo mismo también árboles<br />
frondosos, sicombros, nos enseñaron uno de ellos y nos<br />
platicaban cómo el Señor en algunas ocasiones, debajo de<br />
estos frondosos árboles estuvo predicando al Pueblo; no<br />
entramos bastante dentro de la ciudad, sino que fue por una<br />
de sus orillas y nos llevaron al área arqueológica donde<br />
han hecho algunas calas y se han encontrado con restos de<br />
lo que fueron las murallas, aquellas que Josué junto con su<br />
ejercito, derrumbó con las trompetas. (Ha de haber sido con<br />
los shoffar que usan los judíos, trompetas hechas de cuerno<br />
de carnero), estas ruinas de la muralla estaban como a unos<br />
cinco metros debajo <strong>del</strong> nivel de donde nosotros estuvimos<br />
parados, pero hay que hacer notar que para llegar a donde<br />
estaban estas excavaciones, tuvimos que subir como a una<br />
loma; se dice que Jericó fue la primer ciudad amurallada<br />
que registra la Historia Universal. De donde vimos las<br />
murallas hacia el lado Noroeste está una gran montaña yo le<br />
calculo a esa montaña una altura de unos tres cerros a<br />
media montaña está un monasterio de Ortodoxos Griegos y en<br />
su parte superior se ve una construcción de carácter<br />
militar, esto es el Monte de las Tentaciones. Ahí, junto a<br />
Jericó, en el río Jordán, fue donde San Juan bautizó al<br />
Señor, ahí fue donde se manifestó la existencia de la<br />
Santísima Trinidad, exactamente en el momento en que San<br />
Juan Bautiza al Señor se oye <strong>del</strong> cielo una voz que dice:<br />
"Este es mi Hijo muy amado en quien tengo todas mis<br />
complacencias" y se vio también el Espíritu Santo a través<br />
de la figura de una paloma, entonces en este lugar<br />
estuvieron el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; después<br />
de que el Señor recibió su bautizo en el río Jordán, se<br />
480
etira al Monte de las Tentaciones, a la montaña aquella<br />
que estábamos viendo, para hacer meditación, para hacer<br />
concentración y estuvo en ella cuarenta días, ahí fue donde<br />
el demonio lo tentó, donde le decía que convirtiera en pan<br />
las piedras, le ofrecía el gobierno de todo el mundo, en<br />
fin, tuvo tentaciones mucho muy fuertes, hasta que terminó<br />
diciéndole el Señor: "Retírate satanás, no tientes al Señor<br />
tu Díos". Del punto en que nos encontrábamos situados hacia<br />
el Sureste, a unos veinte kilómetros, se veía perfectamente<br />
el Mar Muerto, es una depresión geográfica, la más<br />
profunda, yo creo, de la tierra, pues las orillas <strong>del</strong> Mar<br />
Muerto, no fui yo a este lugar en este tour, lo veíamos<br />
como una grande presa que estaba a unos veinte kilómetros<br />
todavía, al sur de Jericó.<br />
Después de haber estado en esta ciudad-oasis que es Jericó,<br />
cambiamos por completo el rumbo de carretera, continuamos<br />
rumbo al poniente y empezamos a subir por aquella<br />
carretera, después de mucho rato vi un monumento al lado<br />
izquierdo que decía en inglés que era el nivel <strong>del</strong> mar, se<br />
estaba refiriendo al Mar Mediterráneo, a los demás Océanos<br />
<strong>del</strong> planeta, lo que quiere decir que Jericó y el Mar<br />
Muerto, son una depresión bastante fuerte la que la tierra<br />
tiene en ese lugar, no es el Mar Muerto el más profundo,<br />
qué esperanzas; están las fosas <strong>del</strong> Océano Pacífico; pero<br />
sí, la orilla <strong>del</strong> Mar Muerto es el punto más bajo a cielo<br />
abierto de la tierra y es un calor insoportable, las aguas,<br />
nos platican, tiene alto grado de salinidad y carentes de<br />
toda manifestación de vida.<br />
Continuamos con nuestro ascenso en la carretera y después<br />
de buen rato, entramos a la región de Betania, estábamos<br />
muy próximos a llegar a Jerusalén y en esta región, al lado<br />
de la carretera, vimos un grupo de Beduinos que daba<br />
verdadera tristeza ver a estas gentes que aman<br />
profundamente las arenas de sus desiertos, con unas tiendas<br />
481
hechas de lonas y de pieles y una tienda muy grande, por<br />
ahí los chincorros de chivas que los chamacos estaban<br />
cuidando, y también bajo la tienda aquella grande, dos<br />
grupillos, uno de mujeres y otro de hombres que se veía que<br />
estaban como platicando sentados en el suelo, la impresión<br />
general que nos causaron los Beduinos fue de pobreza, de<br />
miseria; falta que detrás de aquellas pobreza, detrás de<br />
aquella miseria haya muchas riquezas, pero aparentemente se<br />
veían muy pobres estas gentes.” 106<br />
La distancia no omite el recuerdo <strong>del</strong> patriotismo, ello lo<br />
resalta en VIVA MÉXICO EN TIERRA SANTA. “Ibamos subiendo<br />
por esa región de Betania y entonces les decía yo a mis<br />
compañeros, que ese día era el día15 de septiembre, que por<br />
razones propias de usos horarios, en nuestra Patria sería<br />
la mañana <strong>del</strong> quince o la madrugada y que ese día en todo<br />
lo ancho y largo <strong>del</strong> territorio nacional, se festejaría un<br />
año más de la iniciación de la Guerra de Independencia, que<br />
hasta en el más humilde ranchito, en la noche aventarían<br />
algunos cohetes al espacio y gritarían con todo el fervor<br />
¡Viva México!, que nosotros, puñado de mexicanos<br />
deambulantes por la tierra de Dios no nos íbamos a quedar<br />
detrás de honrar a nuestra Patria, a México y que le íbamos<br />
a dedicar el Himno Nacional y volteo con el ingeniero<br />
procedente de San José de Costa Rica y con la esposa de él<br />
y les dije: Ustedes fueron en la misma barca cuando México<br />
se independizó gracias a la lucha iniciada por Don Miguel<br />
Hidalgo, así es que también ustedes van a cantar con<br />
nosotros el Himno Nacional Mexicanos y a todos les dije,<br />
como vamos de viaje, entonces lo cantaremos sentados, y mi<br />
General Fernández que iba con nosotros replicó y nos dijo:<br />
nada de eso, la ordenanza establece que siempre que se<br />
cante el Himno Nacional debe ser de pie y yo le dije, pues<br />
106 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. La visita al oasis de Jericó. Hidrocálido.<br />
Jueves 15 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.2.<br />
482
vamos, de pie nos ponemos, y cantamos, y con que gusto se<br />
pararon todos de sus lugares y haciendo malabarismos en<br />
equilibrio empezamos a entonar ¡Mexicanos al grito de<br />
guerra...! Nunca había oído el Himno Nacional cantado con<br />
tanto fervor como aquel que cantamos en Betania al grado de<br />
que fue profunda nuestra emoción de modo que hasta las<br />
gargantas se nos cerraban pero nosotros cumplimos con<br />
nuestra Patria, desde aquella lejana región, la Betania que<br />
veíamos a un lado de la carretera; el pueblo en el que<br />
vivió Lázaro con Martha y con María, sus hermanas, la<br />
Betania en la que el Señor dejó testimonio de amistad al<br />
resucitar a Lázaro; la Betania a la que se iba a descansar<br />
de sus fatigas, íbamos por aquellos lugares subiendo los<br />
cerros y entonces Tony, “Licenciado estamos a punto de ver<br />
Jerusalén, cosa de uno o dos minutos al máximo”, voltie con<br />
todos los compañeros de viaje y les dije pues vamos a<br />
voltear el disco y ahora vamos a cantar para honrar al<br />
Señor; cuando estemos llegando a esta gran capital de su<br />
tierra y empezamos todos a cantar: “Que alegría cuando me<br />
dijeron vamos a casa <strong>del</strong> señor, ya están pisando tus pies<br />
los umbrales de Jerusalén” y cuando terminamos de cantar<br />
aquello estábamos en el rompe aguas de aquella sierra que<br />
divide Betania y el desierto <strong>del</strong> Valle donde está<br />
Jerusalén. ¡Qué hermoso momento aquél! Jerusalén en un<br />
atardecer, visto desde aquella cresta que no es otra sino<br />
la <strong>del</strong> Monte de los Olivos, la <strong>del</strong> monte donde el Señor<br />
ascendió a los cielos, la <strong>del</strong> monte que sirvió en su huerto<br />
de Getsemaní para que el Señor orara y se concentrara en<br />
tal forma en su oración que hasta sangre sudara, el huerto<br />
en que estuvo la víspera <strong>del</strong> primer Viernes Santo de la<br />
historia. ¡Que hermoso Jerusalén!, todo dorado, todo<br />
amarillo, hay una Ley que acordó el Poder Legislativo de<br />
Israel en beneficio de Jerusalén en el sentido de que no se<br />
permitiría ninguna construcción en Jerusalén, por moderna<br />
483
que fuera ésta, si no estaba forrada de piedra <strong>del</strong><br />
desierto, así es de que todo Jerusalén es un amarillo oro<br />
que es el color de esta piedra y resaltan la cúpulas<br />
doradas como la mezquita de Omar o la Cúpula azul-gris <strong>del</strong><br />
templo <strong>del</strong> Santo Sepulcro en el Calvario, se ven primorosas<br />
las torres de los templos cristianos, los minaretes de las<br />
mezquitas musulmanas y también las torres de las sinagogas<br />
judías, las mezclas de las tres grandes religiones en esta<br />
ciudad <strong>del</strong> mundo, de esta Ciudad Santa y salpicada por<br />
todos lados por cipreses que yo dijera es el árbol<br />
característico de Jerusalén; a nuestros pies el valle de<br />
Josafat, el valle en que según las Sagradas Escrituras será<br />
el juicio final y ahí junto, la Avenida que pasa en el seno<br />
de este valle, vimos el Templo de las Naciones, que está en<br />
el huerto de Getsemaní, vimos el templo de Santa Elena que<br />
mandó construir el Zar de Rusia con sus torres de cúpulas<br />
Bizantinas, en forma de cebollas, vimos la Necrópolis<br />
judía, pues los Judíos de todo el mundo quieren que ahí lo<br />
sepulten, y luego la muralla de la Ciudad de Jerusalén, la<br />
Puerta Dorada que está cegada, pero cuando estaba en<br />
funciones, fue cuando el Señor, el Domingo de Ramos, pasó<br />
por ella en forma triunfal, en una forma majestuosa,<br />
seguido por todo el pueblo de Jerusalén, montando su<br />
burrito y el pueblo gritando con gargantas secas por la<br />
emoción, ¡Hosana! ¡Hosana! El que viene en nombre <strong>del</strong><br />
Señor.<br />
Primoroso Jerusalén arrancado de una página de cuentos<br />
orientales, una estampa imborrable para todos los días de<br />
la vida, ver aquel Jerusalén con sus casas primorosas, con<br />
su uniformidad de color, nuestro ómnibus descendió el valle<br />
de Josafat o sea donde es lo mismo que el Torrente <strong>del</strong><br />
Cedrón y pasamos tras las murallas <strong>del</strong> Jerusalén viejo y<br />
nos internamos por la serie de callejuelas que con buen<br />
gusto los arquitectos respetaron en tantas destrucciones<br />
484
que ha tenido, al grado de conservar el sabor antiguo <strong>del</strong><br />
Jerusalén maravilloso; así atravesamos el Jerusalén viejo,<br />
el Jerusalén heroico, el Jerusalén de Redención, el<br />
Jerusalén Santo y salimos por allá junto a la puerta de<br />
Damasco y entramos a la parte moderna donde está nuestro<br />
hotel el hotel Shalom. con más de quinientas habitaciones,<br />
quiero hacer constar que el grupo de los otros compañeros<br />
se quedaron en otro Hotel Sheraton, dentro de las murallas<br />
muy cerquita de la Universidad Bíblica.<br />
Después de descansar <strong>del</strong> recorrido de ese glorioso día<br />
quince de septiembre, fuimos a cenar a la parte más alta<br />
<strong>del</strong> hotel, un verdadero belvedere, de ahí se veía primorosa<br />
la Ciudad, la luna salía detrás de las montañas, el planeta<br />
Marte con todo su esplendor, ya que ese año <strong>del</strong> ochenta y<br />
ocho Marte tuvo una de sus aproximaciones a nuestra Tierra.<br />
¡Bendito Jerusalén! ¡Bendita Cristiandad! ¡Bendito sea el<br />
Señor que entregó su vida por nosotros en tan maravillosa<br />
Ciudad para redimirnos!.” 107<br />
El siguiente DÍA DIECISÉIS DE SEPTIEMBRE, lo describe así:<br />
“Maqueta. Monte de los Olivos. Huerto de Getsemaní. Iglesia<br />
de la Adormisión. Cenáculo. Tumba <strong>del</strong> rey David. Comida en<br />
la colina. Betlehem. Campo de los Pastores. Visitación.<br />
Con el objeto de ubicarnos perfectamente en el Jerusalén en<br />
el que vivió Jesús en sus últimos años de vida, que mejor<br />
que conocer una maqueta, hecha a escala, con base en planos<br />
y documentos de aquella época.<br />
Nuestro guía nos llevó muy temprano en este primer día de<br />
visita a la Ciudad Santa, a un barrio que se encuentra al<br />
Sureste, en medio de casas, de gentes de clase media, pero<br />
tiene una importancia muy grande porque está en el una<br />
maqueta que yo le calculo más de mil metros cuadrados y<br />
representa a la Ciudad de Jerusalén; está tan bellamente<br />
107 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Viva México en tierra santa. Hidrocálido.<br />
Viernes 16 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.7.<br />
485
ealizada que cuando la ve uno, da la impresión de que<br />
estamos volando en un avión y que vamos a aterrizar y desde<br />
el aire estamos <strong>presencia</strong>ndo la maravilla de esta<br />
hermosísima ciudad. Tony, antes de entrar a donde estaba la<br />
maqueta, dio una explicación de la evolución urbanística<br />
que ha tenido la ciudad de Jerusalén en sus distintas<br />
etapas de la historia y nos estuvo explicando cómo nació en<br />
la Colina de Sión, por allá junto al Valle <strong>del</strong> Cedrón y fue<br />
la Jerusalén fundada por el Rey David y poco a poco se fue<br />
amurallando la ciudad, pero a medida que iba creciendo la<br />
ciudad, iban haciéndose nuevas murallas; nos hizo saber que<br />
lo que íbamos a ver era una maqueta de la Jerusalén en<br />
tiempos de Jesús, no hay que olvidar que después de la vida<br />
<strong>del</strong> Señor fue destruida dos veces en tal forma que no quedó<br />
piedra sobre piedra y fue reedificada; naturalmente que la<br />
Jerusalén que conocemos hoy en día, es una ciudad en la<br />
cual los arquitectos respetaron el tipo de monumentos y<br />
rehicieron nuevamente Jerusalén, por lo tanto, la actual no<br />
es exactamente la misma en la que vivió el Señor.<br />
Una vez, hechas las explicaciones, pasamos a ver el lugar<br />
donde se encuentra esta maqueta y es primorosa, está hecha<br />
pero verdaderamente de tal forma que es una obra de arte,<br />
se ven muy bien los distintos barrios que había en esta<br />
ciudad y luego las plazas públicas, los palacios, el templo<br />
con toda su magnificencia, con sus murallas, sus torres,<br />
sus muros hechos con bloks muy grandes; se ve también la<br />
fortaleza Antonia y las distintas termas que había ahí, o<br />
sea los baños públicos, los acueductos, la piscina de Siloc<br />
y todos aquellos detalles de la ciudad de Jerusalén reviven<br />
la época de Jesucristo.” 108<br />
Sigue con la descripción de JERUSALÉN, DESDE EL MONTE DE<br />
LOS OLIVOS. “Después de tener un concepto claro de<br />
108 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Día dieciséis de septiembre. Hidrocálido.<br />
sábado 17 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.3.<br />
486
Jerusalén, abordamos nuestro minibús y atravesamos la<br />
ciudad rumbo hacia el Oriente para llegar al Monte de los<br />
Olivos, el cual se encuentra al Oriente de la Ciudad, de<br />
ahí se tiene una vista primorosa de Jerusalén, se ve al<br />
pie, el muchas veces mencionado Torrente <strong>del</strong> Cedrén en el<br />
pasa una gran avenida y <strong>del</strong> punto donde nos llevaron,<br />
exactamente a nuestros pies se veía el templo de las<br />
Naciones y el Huerto de Getsemani, frente, el panteón<br />
ísarelita, luego las murallas de la ciudad, y detrás de las<br />
murallas un abigarramiento de construcciones y sobresale la<br />
Mezquita de Omar y por allá más retirado una cúpula de<br />
color azul negro que no es otra cosa sino la cúpula bajo la<br />
cual está el Calvario y también el Santo Sepulcro; se ve<br />
Jerusalén primorosa, a la izquierda está el Monte de Sión,<br />
lugar que está plenamente identificado con la Virgen María<br />
y con el nacimiento propio de la Ciudad de Jerusalén ya que<br />
fue la ciudad que fundó el Rey David; luego el Centro<br />
Comercial de Jerusalén hacia la derecha y más allá el resto<br />
de la ciudad, el templo que está sobre el Monte Calvario y<br />
las otras construcciones y por allá en lontananza el camine<br />
a Damasco.<br />
En esta terraza, en el Monte de los Olivos, es un lugar<br />
magnífico para apreciar en forma general la Ciudad, ya en<br />
vivo, pudiéramos decir. En esta terraza hay algunos<br />
camelleros que ofrecen sus servicios en el sentido de que<br />
si les da uno un dólar hacen que el dromedario que traen se<br />
incline para que la persona suba a su lomo y entonces se<br />
endereza y se aprovecha para tomar una fotografía; estuve a<br />
punto de subirme y en eso no indicaron que nos teníamos que<br />
retirar de este lugar así es de que me quedé con las ganas<br />
de retratarme arriba de un dromedario; en plan de broma<br />
decían los compañeros que el amigo de aquél, hijo <strong>del</strong><br />
desierto cobraba un dólar porque se subiera uno en la<br />
joroba y se enderezaba el camello, pero que después cobraba<br />
487
cinco dólares para fin de que el camello de vuelta hiciera<br />
la genuflexión y poderse bajar.<br />
De este mirador en que estábamos hacia la izquierda, sobre<br />
la cresta <strong>del</strong> Monte de los Olivos, está un templo en el que<br />
se establece, a través de documentos históricos, que fue en<br />
este templo el lugar exacto donde el Señor se fue a los<br />
cielos, es decir, ahí fue la Ascención <strong>del</strong> Señor y en esta<br />
zona también está el Monasterio <strong>del</strong> Padre Nuestro, es el<br />
lugar en que Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó a rezar el<br />
Padre Nuestro y como dirigirnos al Padre Eterno; en este<br />
monasterio hay en sus paredes mosaicos en ellos escrito el<br />
Padre Nuestro en más de sesenta y tantas lenguas; ahora no<br />
hay que olvidarnos que detrás <strong>del</strong> punto donde estábamos en<br />
la vertiente oriental <strong>del</strong> Monte de los Olivos, no es otra<br />
cosa sino que Betania y ahí está el pueblecillo donde<br />
Lázaro, María vivieron, el lugar aquel en que Nuestro Señor<br />
iba con cierta frecuencia para descansar en casa de sus<br />
amigos.” 109<br />
En seguida describe EL PASO POR EL HUERTO DE GETSEMANÍ.<br />
“Del monte de los Olivos nos fuimos al Huerto de Getsemaní,<br />
Getsemaní significa literalmente el lagar o prensa de<br />
aceite y esto es lógico porque si estábamos en el Monte de<br />
los Olivos y ahí hay olivos, pues en ese lugar <strong>del</strong> huerto<br />
fue donde juntaban la aceituna para hacer el aceite, es<br />
donde están las prensas para hacer el aceite de olivo, por<br />
eso se llamó Getsemaní, el Huerto de los Olivos y está<br />
íntimamente relacionado con la Pasión <strong>del</strong> Señor, vamos a<br />
acordarnos que después de la última Cena, el señor,<br />
acompañado de los apóstoles fue fuera de la ciudad,<br />
cruzaron el Valle <strong>del</strong> Cedrón, hacia el Noreste, hasta el<br />
Huerto llamado Getsemaní, situado en el Monte de los<br />
Olivos, quizá el huerto era propiedad de algún amigo de<br />
109 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Jerusalem desde el Monte de los Olivos.<br />
Hidrocálido. domingo 18 de marzo de 1990. secc. Semanario. p.3<br />
488
Jesús y los discípulos habían descansado ahí en otras<br />
ocasiones, Jesús les dijo que lo esperasen mientras se<br />
apartaba a orar con Pedro, Juan y Santiago, luego intensamente<br />
angustiado Jesús, pidió a estos tres discípulos<br />
que se quedaran ahí y vigilaran, El se alejó poco más cayó<br />
en tierra y suplicó al Padre, "todo es posible para Tí,<br />
aparte de este cáliz, pero no sea lo que yo quiero, sino lo<br />
que quieres tú, después de orar regresó donde estaban los<br />
tres discípulos, llevados hasta el límite de sus fuerzas<br />
físicas, emocionales y mentales por todo lo ocurrido en<br />
aquella semana, se habían quedado profundamente dormidos y<br />
le dijo a Pedro: "Duermes, y ni una hora has podido velar y<br />
orar para que no caigas en tentación, el espíritu está<br />
pronto, pero la carne es débil; dos veces más se retiró a<br />
orar y al regresar cada vez, halló dormidos a los<br />
apóstoles; Jesús les dijo" "Levantaos vámonos, ya está aquí<br />
el que ha de entregarme. En un instante el pequeño huerto<br />
se colmó de luces y ruidos con antorchas, con las armas<br />
repercutiendo; un grupo de hombres entre los cuales había<br />
guardias <strong>del</strong> templo, irrumpieron con Judas a la cabeza,<br />
conforme al modo tradicional de saludar a un maestro<br />
venerable, Judas avanzó para besar a Jesús, ésta era la<br />
señal convenida con los perseguidores que de inmediato lo<br />
aprehendieron, Jesús no se resistió pero Pedro desenvainó<br />
la espada y le cortó una oreja a uno de los esclavos <strong>del</strong><br />
sumo sacerdote; Jesús exclamó, basta ya, y curó al esclavo.<br />
Cuantos recuerdos nos trae el Monte de los Olivos, el<br />
Huerto de Getsemaní. ahí prácticamente se inicia el<br />
sacrificio <strong>del</strong> señor para nuestra redención y estuvimos en<br />
el Huerto de Getsemaní viendo olivos viejos, olivos añosos,<br />
que según la tradición y estudios hechos por Ingenieros<br />
Agrónomos establecen que aquellos viejos olivos existían ya<br />
en la época en que se inicia la Pasión <strong>del</strong> Señor; ahí en<br />
este lugar, está un templo erigido sobre la roca donde se<br />
489
dice que Jesús se puso a orar y contribuyeron muchas de las<br />
naciones <strong>del</strong> mundo para la construcción de este templo, en<br />
el centro <strong>del</strong> templo circundado por un barandal, está esta<br />
roca donde el señor estuvo orando.<br />
Salimos <strong>del</strong> templo de las Naciones y a la orillita <strong>del</strong><br />
templo pasa aquella gran avenida; hacia la derecha y viendo<br />
a la ciudad, de la parte <strong>del</strong> fondo <strong>del</strong> Valle <strong>del</strong> Cedrón<br />
está hacía la derecha el templo de Santa Elena, se<br />
distingue por su arquitectura Bizantina; le llaman el<br />
templo de las cebollas, porque sus torres en la parte<br />
superior, sus cúpulas son de ese orden arquitectónico y dan<br />
la impresión de cebollas; lo mandó construir el Zar<br />
Alejandro para honrar a su madre que llevó el nombre de<br />
Elena y a su vez aquella Santa madre de Constantino que fue<br />
una de las que hizo tantas indagaciones para encontrar la<br />
verdadera Cruz en que fue sacrificado el señor.<br />
Frente al Templo de las Naciones, se ve la puerta que está<br />
cegada, está en las murallas y es la Puerta Dorada, donde<br />
pasó el señor el Domingo de Ramos.” 110<br />
Luego continúa con JERUSALÉN, LUGAR EN EL QUE FALLECIÓ LA<br />
VIRGEN MARÍA. “Del Huerto de Getsemaní nos fuimos a Sión,<br />
allá al sureste de Jerusalén para ver los lugares en los<br />
que la Virgen María vivió y ahí hay una iglesia que se le<br />
llama Iglesia de la Adormisión. Según la tradición de Jerusalén,<br />
la Virgen María no murió en Efeso como casi todos<br />
lo sabemos, sino dicen que realmente murió en Jerusalén y<br />
en una parte <strong>del</strong> barrio de Sión que fue el origen de<br />
Jerusalén, San Juan le compró una casita a la Virgen María<br />
y ahí murió y en este lugar se ha levantado un templo que<br />
es el templo de la Adormisión, entra uno al templo y está<br />
en un recinto bastante grande y ahí hay una estatua de la<br />
Santísima Virgen, que está en una actitud yacente, es<br />
110 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El paso por el huerto de Getsemaní.<br />
Hidrocálido. Lunes 19 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.5.<br />
490
decir, como si estuviera tendida y una cosa curiosa, a unos<br />
dos o tres metros hacia la cabeza de donde está la estatua<br />
de la Santísima Virgen; me acuerdo perfectamente, el rumbo<br />
es Norte, está un óleo de unos dos metros y medio de largo,<br />
por un metro y medio de ancho y no es otra cosa sino que<br />
nuestra paisana la Santísima Virgen de Guadalupe y este<br />
óleo tiene un letrerito en la base que dice: "Esta imagen<br />
la trajo a Jerusalén el señor Cardenal Don Ernesto Corripio<br />
Ahumada el día 16 de septiembre <strong>del</strong> años de mil novecientos<br />
ochenta y tres”, cuando vi esto y siendo el dieciséis de<br />
septiembre la fecha en que ahí estuvimos, volteo de reojo<br />
con la Virgen de Guadalupe y le digo como en plan de broma:<br />
¡Ah! ¿eh? con que querías celebrar el quinto aniversario de<br />
tu llegada en este lugar en compañía de mexicanos, pues<br />
aquí estamos venimos a saludarte. Con este motivo en este<br />
lugar me permití decirles a nuestros amigos compañeros de<br />
viaje, que mi ciudad natal, Aguascalientes, estaba<br />
íntimamente ligada al pasaje que estábamos recordando de la<br />
Virgen María en su glorioso tránsito al cielo; les decía,<br />
mi ciudad cuando fue fundada se le dio el nombre de Villa<br />
de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes y<br />
si según una tradición nos dice que aquí murió la Virgen<br />
María, que ni que resulta que aquí fue asunta al cielo por<br />
los ángeles, por lo tanto está esto íntimamente conectado<br />
con mi querido Aguas-calientes y en esos momentos dieron<br />
las doce <strong>del</strong> día, entonces les dije a mis compañeros: Vamos<br />
a saludar a la Santísima Virgen como antiguamente se hacía<br />
en México, y le rezamos las Tres Aves Marías, empezamos con<br />
aquello de que "El ángel <strong>del</strong> Señor anunció a María<br />
Santísima que debía de concebir por obra <strong>del</strong> Espíritu<br />
Santo; la Salve, Padre Nuestro y luego: "He aquí la esclava<br />
y sierva <strong>del</strong> Señor, háganse en mi según su voluntad",<br />
igualmente el Ave María y el Padre Nuestro y por último;<br />
"el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" y acabando<br />
491
de rezar las Tres Aves Marías de salutación a la Santísima<br />
Virgen, voltearon aquellas dos comadritas que nos<br />
acompañaban en este viaje y con un tono de voz no muy de<br />
artistas pero con una fe extraordinaria y en medio de la<br />
emoción tan grande que nos envolvía, voltearon con la<br />
Virgen de Guadalupe que parecía que estaba velando a la<br />
Otra Virgen, Naturalmente que la Virgen es una pero en un<br />
plan pudiéramos decir un tanto objetivo, una Virgen parecía<br />
que estaba velando a la otra, empezaron aquellas dos<br />
comadritas a voz en cuello de cantar "Mexicanos volad<br />
presurosos"... es decir, el Himno Nacional Guadalupano y<br />
esto acrecentó nuestra fe y nuestra gran emoción. Cuando<br />
dieron las doce <strong>del</strong> día siguió un repique de campanas<br />
primorosas que a mí me da la impresión que ya todos estos<br />
campanarios están movidos a través de computadoras, porque<br />
naturalmente que no se ve muchachos tocando las campanas,<br />
sin embargo, si se oyen las campanas que están<br />
funcionando.” 111<br />
La siguiente descripción es de EL CENÁCULO. “Dejamos el<br />
templo de La Adormisión y ahí mismo, en este mismo lugar y<br />
casi pudiéramos decir que es un monumento en condominio<br />
porque está en un lado la iglesia de la Adormisión, sale<br />
uno de ella y sube uno por unas escaleras por la parte de<br />
atrás <strong>del</strong> templo y arriba está el Cenáculo, aquí no hay<br />
ningún culto, es un lugar que está en posesión de<br />
Musulmanes y lisa y llanamente está sin muebles y no es<br />
ninguna iglesia o más bien ningún templo. El actual<br />
Cenáculo data <strong>del</strong> Siglo XI de nuestra era, fue reconstruido<br />
por los Cruzados; no olvidemos que el jueves de la semana<br />
de la Pasión, al atardecer Jesús se reunió con sus doce<br />
apóstoles en una sala alta, el piso superior de, la casa de<br />
alguien cuya identidad no se ha establecido, ahí tuvo lugar<br />
111 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Jerusalem, lugar en el que falleció la<br />
Virgen María. Hidrocálido. Martes 20 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura.<br />
p.3.<br />
492
la Ultima Cena; tres de los evangelistas la describen como<br />
una tradicional cena de pascua, pero San Juan dice que tuvo<br />
lugar el día antes de pascua, lo cual según los expertos en<br />
la materia es más probable, puesto que el juicio que habría<br />
de efectuarse en la noche y hasta la madrugada, no hubiera<br />
podido realizarse durante la festividad y en todo caso,<br />
Jesús le dio un significado totalmente nuevo a la cena<br />
pascual; fue tan intenso el Sentimiento de con-fraternidad<br />
con Jesús que después de su muerte, para los discípulos,<br />
aquella cena se convirtió en símbolo permanente de unión a<br />
su Señor y todavía hasta la fecha pensemos que nuestra misa<br />
católica no es otra cosa sino la conmemoración de aquella<br />
Ultima Cena. Al comienzo de la cena nos dice San Juan,<br />
Jesús puso el ejemplo a sus discípulos, al cambiar su papel<br />
de Maestro Superior, por de esclavo, se ciñó una toalla,<br />
echó agua en una jofaina y empezó a lavarles los pies, los<br />
desconcertados discípulos no sabían que hacer, pero<br />
entonces Jesús les explicó cual era el sentido de aquel<br />
acto inusitado; si yo, vuestro Señor y Maestro os he lavado<br />
los pies, también vosotros debéis lavaros los pies uno a<br />
otros; aquí Jesús estaba dándoles ejemplo de humildad, de<br />
lo que debemos de ser uno con otros; de la cena, el momento<br />
que habría de convertirse en el culto cristiano, está<br />
descrito por San Mateo, San Marcos y San Lucas; Jesús tomó<br />
el pan dio gracias a Dios, lo partió y le dio a sus<br />
discípulos diciendo: Este es mi Cuerpo, luego tomó el cáliz<br />
de vino dio gracias y lo pasó a sus discípulos para que<br />
bebieran diciendo: Esta es mi Sangre, Sangre de la Alianza<br />
nueva y eterna que va a derramarse por muchos, haced esto<br />
en conmemoración mía. Como vemos, aquí en el Cenáculo, es<br />
donde Nuestro Señor Jesucristo instituye el Sacramento <strong>del</strong><br />
Altar, lo que viene a convertir nuestra religión en una<br />
religión en que se proyecta la <strong>presencia</strong> de Dios a través<br />
de este Sacramento hasta la consumación de los siglos;<br />
493
ninguna otra religión tiene tal bendición de la <strong>presencia</strong><br />
de Dios a través de este Sacramento, sólo la religión<br />
cristiana.” 112<br />
Con el título MUSEO DEL HOLOCAUSTO, se describen las<br />
actividades <strong>del</strong> “DÍA DIECISIETE DE SEPTIEMBRE de mil<br />
novecientos ochenta y ocho, Museo <strong>del</strong> Holocausto. Muro de<br />
los Lamentos. Mezquitas. Pretorio. Vía Dolorosa. Calvario.<br />
Santo Sepulcro. Comida, Descanso. Jerusalén de Noche.<br />
Barrio Judío y Fiestas de los Tabernáculos. Monte de los<br />
Olivos. Centro Nocturno.<br />
Este día iniciamos la visita a Jerusalén yendo al Museo de!<br />
Holocausto; Adolfo Hitler dentro de su doctrina Nacional<br />
Socialista o sea el Nazismo, tenía como base el<br />
Antisemitismo, o sea su coraje contra la raza judía, esto<br />
obedeció a que para Adolfo Hitler la única raza perfecta<br />
era la Aria y tenía dentro de su-megalomanía la creencia<br />
que sólo los Arios eran dignos de gobernar, no únicamente<br />
Alemania sino todo el mundo, por lo tanto el combatió a la<br />
Raza Judía, tanto por estas creencias y manera de ser como<br />
por el hecho de apetecer grandes capitales que ellos tenían<br />
en Alemania. Fue cruel el Nazismo con los Judíos al grado<br />
de arrebatarles todos sus bienes y concentrarlos en campos<br />
como si fuera ganado: campos de concentración en los que<br />
sufrieron lo indecible, torturas espantosas y miles<br />
acabaron en la cámara de gases, o morían con torturas mucho<br />
muy espantosas: este tratamiento que el Nazismo dio al<br />
Pueblo Judío ha sido motivo en Jerusalén para crear todo un<br />
Museo, este Museo es el que lleva el nombre de "Museo <strong>del</strong><br />
Holocausto" o sea <strong>del</strong> sacrificio de un pueblo ante alguna<br />
circunstancia y no fue otra sino que el sacrificio <strong>del</strong><br />
pueblo Judío ante el Nazismo.<br />
112 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El cenáculo. Hidrocálido. Miércoles 21 de<br />
marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.5.<br />
494
Cuando llegamos al Museo <strong>del</strong> Holocausto, el cual está<br />
dividido en varias salas, nos formamos para ingresar a la<br />
primera sala; Tony se emocionaba profundamente, al grado de<br />
llegar a las lágrimas, él en su infancia vivió esta<br />
persecución, nos llegó a platicar que él fue un Judío que<br />
nació en Londres y que se educó en España y en Londres su<br />
familia fue huyendo de las crueldades <strong>del</strong> Nazismo, por lo<br />
tanto vivió en carne propia lo que el pueblo Judío sufrió<br />
ante el ímpetu de aquella actitud <strong>del</strong> loco Adolfo Hitler<br />
ante una raza; él nos platicó de estos sufrimientos, pero<br />
que cuando hicimos esta visita decíamos nos formamos para<br />
penetrar a la primer sala y cual sería nuestra sorpresa que<br />
cuando entramos era de una penumbra medrosa, vimos primero<br />
una serie de fotografías murales en la que estaban los<br />
rostros de niñitos Judíos de unos cuatro a siete años con<br />
lágrimas en los ojos y con huellas de sufrimiento. Íbamos<br />
pasando por aquellos corredores en medio de la penumbra y<br />
tan solo a unos dos y tres metros de nosotros las paredes<br />
aquellas iluminadas con los rostros de aquellos niños<br />
Judíos, todo esto con una música tenue, con una música que<br />
hacía que nuestras almas se compenetraran perfectamente con<br />
el dolor <strong>del</strong> pueblo de Israel y de ahí pasamos a otra parte<br />
de esta primer sala, en que todavía la oscuridad era más<br />
profunda y cual sería nuestra sorpresa de ver que había<br />
muchas velas a distintas alturas y la sala tenía tanto en<br />
sus paredes como en el techo espejos y piso que hacían<br />
multiplicarse las luces de las velas y daban la impresión<br />
de que al deambular nosotros aquellos corredorcitos. Íbamos<br />
no en la tierra sino que en medio de algún cúmulo de<br />
estrellas, que íbamos caminando por los espacios siderales,<br />
veíamos las estrellas y con aquella música tenue, con<br />
aquella música impactante, se llega a la conclusión de que<br />
cada una de aquellas luces que veíamos y que se reproducían<br />
en muchas en virtud de los espejos, no eran otra cosa sino<br />
495
que un alma, un espíritu de algún Judío que había caído en<br />
aquella irracional lucha, de la que el Nazismo los<br />
persiguió hasta exterminar a muchos de ellos.<br />
En esta primer sala <strong>del</strong> Museo <strong>del</strong> Holocausto se llega a<br />
tener una concepción clara y una sensibilidad<br />
extraordinaria de lo que fue aquel sacrificio terrible.<br />
Salimos a la luz <strong>del</strong> día y nos daba gusto ver aquella<br />
luminosa mañana de Jerusalén, luego que salimos de aquellas<br />
salas en que nos laceraron el corazón, cuando vimos el<br />
sufrimiento de un pueblo ante una ideología errada.<br />
Entramos a otro recinto en la que esta una serie de foto<br />
murales con estampas de todo lo que el Nazismo hizo contra<br />
el Judaísmo; en aquellas fotografías de Judíos con caras<br />
largas, caras de sufrimiento, caras de hambre; aquellos<br />
campos de concentración, con hornos crematorios, el humo<br />
saliendo por sus chimeneas; de aquellos Judíos niños,<br />
jóvenes y adultos sufriendo enormemente; llega el momento<br />
en que uno maldice al hombre cuando se convierte en el lobo<br />
<strong>del</strong> hombre y nosotros veíamos las fotografías con una<br />
angustia muy grande. Recuerdo una fotografía que dejó huella<br />
profunda en mí, era de un grupo de mujeres y de<br />
soldados nazis con uniformes milicianos, las llevaban como<br />
corderos hacia cámaras de gases para después sus cuerpos<br />
cremarlos y en esa fotografía vi una anciana en medio de<br />
mujeres iban todas ellas desnudas y que angustia, que<br />
vergüenza de aquella andamia cuando se veía sin ropas y con<br />
sus manillas se tapaba sus partes pudendas por la vergüenza<br />
tan grande que tenía de verse en esas condiciones; cuando<br />
ve uno este Museo sufre uno junto con el Pueblo Judío la<br />
desgracia tan grande que vivió en la época de la Alemania<br />
de Hitler.<br />
Estamos hablando de los años de mil novecientos treinta y<br />
ocho al cuarenta y cinco, que sufrió grandemente esto<br />
pueblo.<br />
496
Cuando pasamos después de esas galerías entramos a una<br />
tercer galería que ya fue un homenaje a los Judíos caídos;<br />
en esta tercer galería lo hacían a uno ponerse un gorrito<br />
de cartoncillo en la cabeza como si profesara uno la<br />
religión judaica, entraba uno a este lugar en el que<br />
veíamos un mechero y los nombres de Judíos que cayeron en<br />
aquella contienda, de Judíos ilustres; de Judíos que algo<br />
les debe la humanidad.<br />
Salimos <strong>del</strong> museo y por circunstancia mucho muy especiales<br />
tuve necesidad de separarme de mi grupo y cuando regreso me<br />
voy dando cuenta que en esos instantes coincidimos con la<br />
peregrinación de Aguascalientes que llevó el Padre Adrián<br />
Luévano y que tristemente no vi, mi compadre Jesús Román me<br />
dijo: Que crees compadre mientras te separaste resulta que<br />
vi a gente de Calvillo que venía con el Padre Adrián<br />
Luévano y no pudimos platicar mayor cosa porque ya ellos se<br />
iban en su ómnibus.<br />
De ahí a donde está nuestro minibús pasamos junto una serie<br />
de árboles y en la base de cada árbol una placa en la que<br />
se escribía el nombre de un Judío; esto era un homenaje a<br />
cada uno de los judíos que dio millones de dólares para<br />
hacer el Museo <strong>del</strong> Holocausto. Así terminamos la visita al<br />
Museo <strong>del</strong> Holocausto.” 113<br />
Continúa con JERUSALÉN, LA TIERRA CUNA DE NUESTRO SEÑOR.<br />
“Mentalmente reproduje para mis adentros la escena de la<br />
Ultima Cena en este lugar y donde calculé que pudo haber<br />
estado la mesa y pensado que eran unas mesas muy bajitas,<br />
casi casi pudiéramos establecer que el mantel estaría a<br />
cincuenta centímetros <strong>del</strong> suelo; los judíos, las comidas<br />
las hacen recargados en cojines y casi en el suelo;<br />
recontruí lo que pudo haber sido la mesa aquella y pensé en<br />
el centro de la misma y pensé en el lugar que el Señor ha<br />
113 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Museo <strong>del</strong> Holocausto. Hidrocálido.<br />
viernes 23 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.6.<br />
497
de haber estado y no me quedó más sino que besé el suelo de<br />
Jerusalén, de Israel y le di profundas gracias a Dios<br />
porque dentro de su infinita sabiduría instituyó el<br />
Sacramento <strong>del</strong> Altar y la <strong>presencia</strong> de El ad perpetuam<br />
entre el género humano fue mi primer beso que di al suelo<br />
de Israel.<br />
Bajamos todavía el mismo punto urbano nos reservamos otra<br />
agradable sorpresa, pasando como por un patio y unas<br />
callejuelas, llegamos detrasito de donde está el templo de<br />
La Adormisión y en la callejuela de detrás de donde está<br />
también el Cenáculo, hay una sinagoga que es una de las más<br />
veneradas por el pueblo judío en virtud de que ahí está la<br />
tumba <strong>del</strong> Rey David. Llegamos a la sinagoga y cumplimos con<br />
todos los ritos <strong>del</strong> Judaismo para poder entrar a ella; es<br />
un tanto modesta esta sinagoga, me acuerdo que tiene dos<br />
habitaciones de reducidas dimensiones y en la primera vi<br />
unos muebles como roperos y vi también que unos rabinos o<br />
sea los sacerdotes <strong>del</strong> Judaismo, estaban guardando unos<br />
rollos que contenía el Tora, el Libro Sagrado de ellos y<br />
nos estaba explicando en esta sala nuestro guía la<br />
importancia tan grande <strong>del</strong> Tora y las formas en que en las<br />
sinagogas lo tienen guardado, cuando de repente oímos un<br />
grito estridente, una voz varonil que gritaba naturalmente<br />
algo que nosotros no comprendíamos porque lo hacía en<br />
Hebreo y el primer choque emocional fue el de pensar que<br />
estábamos en una zona altamente conflictiva y que corríamos<br />
riesgo, pero a pesar de que todos nos sorprendimos y la<br />
expresión nuestra fue de angustia, inmediatamente nos dimos<br />
cuenta que Tony fue a la siguiente sala y que es donde está<br />
la tumba <strong>del</strong> Rey David y Tony regresó con nosotros y nos<br />
dijo que no había ningún problema, lo que pasó fue que uno<br />
de los judíos que estaba haciendo oración, vio entrar a una<br />
mujer y esto lo perturbó y en su mismo idioma estaba<br />
498
exigiendo la salida de esta mujer pero realmente no había<br />
problema fuerte en ello.<br />
Después de que Tony nos hizo las explicaciones relativas al<br />
Tora y vaya que si en religión cristiana se la sabía de<br />
todas todas; respecto <strong>del</strong> Judaismo con mayor razón, en<br />
virtud de que él con toda verticalidad se confesó judío,<br />
pero es un judío bastante inteligente y equilibrado;<br />
pasamos a la otra sala que es donde está la tumba <strong>del</strong> Rey<br />
David; ahí en ese lugar se encontraba un túmulo con una<br />
cubierta de terciopelo de color guinda y con símbolos <strong>del</strong><br />
Judaismo, como la estrella de David y sobre de la tumba<br />
aquella, dos estuches de plata que contenían Tora y lo<br />
mismo can<strong>del</strong>abros de siete brazos y lámparas colgantes. En<br />
el lugar aquel se veía una devoción extraordinaria de parte<br />
de los judíos y cuando entramos nos encontramos con el<br />
judío que había protestado ruidosamente por la <strong>presencia</strong> de<br />
la mujer en aquel lugar. Por cierto que esta mujer iba vestida<br />
con un decoro extraordinario y estaba tranquilamente<br />
haciendo ella sus oraciones, sabe que motivación le daría<br />
el judío que lo perturbó, el judío estaba en un rincón de<br />
donde está la tumba <strong>del</strong> Rey David sentado en una banca pero<br />
un brazo extendido hacia donde estaba la mujer y con el<br />
otro brazo cercano a la cara, los dos con la misma<br />
dirección pero en distinta postura, como tapándose de su<br />
mente y ojos la <strong>presencia</strong> de la mujer, yo creo que<br />
reanudaría sus oraciones hasta que esta mujer se retiró de<br />
ahí.” 114<br />
En seguida narra LA VISITA A BELÉN. “Cuantos recuerdos nos<br />
trae el lugar sobre los pasajes que las Sagradas Escrituras<br />
nos narran <strong>del</strong> Rey David.<br />
Cuando salimos de la tumba <strong>del</strong> Rey David ya era la hora de<br />
comer y subimos a nuestro minibús y nos fuimos a las<br />
114 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Jerusalem, la tierra cuna de nuestro<br />
Señor. Hidrocálido. sábado 24 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.3.<br />
499
colinas que están al sur de la ciudad de Jerusalén, en<br />
estas colinas, en un lugar muy agradable con jardines y,<br />
pasto mucho muy bien cuidado y teniendo a la vista la<br />
ciudad hacia el Norte de nosotros y al poniente <strong>del</strong> Valle<br />
de Hinnom al Oriente nuestro el ya muy conocido Valle <strong>del</strong><br />
Cedrón; teniendo esta vista hermosísima nos pusimos a<br />
comer. En estos restaurantes es extraordinariamente fácil<br />
proveerse de alimentos porque es bajo el sistema de bufet y<br />
toma uno una charola, entonces va viendo las distintas<br />
sopas, entremeses, guisados que hay y uno mismo va formando<br />
su comida según lo que apetece. Por ahí vi que mi General<br />
Fernández, el Doctor, se proveyó de una muy buena copa de<br />
cogñac y ni tardos ni perezosos seguimos su ejemplo, fue un<br />
comer muy agradable después de las impresiones primorosas<br />
que tuvimos de Jerusalén; cuando terminamos empezamos a<br />
sentir la nostalgia de la proximidad, de que nuestra<br />
pequeña familia de una semana, se iba a disgregar y no<br />
faltó a quien se le ocurriera que tomáramos las fotografías<br />
<strong>del</strong> recuerdo en aquellos jardines, teniendo como fondo la<br />
Ciudad Eterna de Jerusalén.<br />
Después de comer nos dispusimos para ir al lugar donde<br />
nació nuestro Señor Jesucristo, a Belén; San Lucas, en su<br />
Evangelio en el capítulo segundo versículos <strong>del</strong> primero al<br />
veinte nos dice lo siguiente "Por aquellos días se promulgó<br />
un edicto de César Augusto mandando empadronar a todo el<br />
mundo, este fue el primer empadronamiento hecho por Girino<br />
que después fue gobernador de la Siria y todos iban a<br />
empadronarse cada cual a la ciudad de su estirpe, José pues<br />
como era de la casa y familia de David, vino desde Nazaret,<br />
Ciudad de Galika, a la ciudad de David llamada Belén de<br />
Judea, aquí Betlehem decíamos, a la ciudad de David llamada<br />
Betlehem de Judea para empadronarse con María su esposa, la<br />
cual estaba encinta y parió a su hijo primogénito y<br />
envolvióle en pañales y recostólo en un pesebre, porque no<br />
500
hubo lugar para ellos en el mesón. Estaban velando en<br />
aquellos contornos unos pastores y haciendo centinela de<br />
noche sobre su grey, cuando de improviso un ángel <strong>del</strong> Señor<br />
apareció junto a ellos, y cercólos con su resplandor una<br />
luz divina lo cual los llenó de sumo temor, díjoles<br />
entonces el ángel, no tengáis que temer pues vengo a daros<br />
una nueva de grandísimo gozo para todo el pueblo y es que<br />
hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador, que es<br />
el Cristo o Mesías, el Señor nuestro y sírvaos de seña que<br />
hallareis al niño envuelto en pañales y reclinado en un<br />
pesebre, al punto mismo se dejó ver con el ángel un<br />
ejército numeroso de la milicia celestial, alabando a Dios<br />
y diciendo: Gloria a Dios en los más alto de los cielos y<br />
paz a los hombres de buena voluntad; luego que los ángeles<br />
se apartaron de ellos y volaron al cielo; los pastores se<br />
decían unos a otros, vamos hasta Betlehem y veamos este<br />
suceso prodigioso que acaba de suceder y que el Señor nos<br />
ha manifestado, vinieron pues a toda prisa y hallaron a<br />
María y a José y al niño reclinado en el pesebre y viéndolo<br />
se certificaron de cuanto se les había dicho de este niño,<br />
todos los que supieron el suceso se maravillaron ágilmente<br />
de lo que los pastores les habían contado. María empero,<br />
conserva todas estas cosas dentro de sí ponderándolas en su<br />
corazón. En fin los pastores se volvieron no cesando de<br />
alabar y glorificar a Dios por todas las cosas que habían<br />
oído y visto según se les había anunciado por el ángel". 115<br />
Ahora expone que EL HISTÓRICO BETLEHEM, PARTE YA DE<br />
JERUSALÉN. “Betlehem actualmente, ha de quedar como a unos<br />
seis kilómetros al sur de Jerusalén, naturalmente que<br />
cuando fue el nacimiento <strong>del</strong> Señor, la mancha urbana de<br />
Jerusalén no había avanzado tanto como hoy día, al grado de<br />
115 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. La visita a Belén. Hidrocálido. Domingo 25<br />
de marzo de 1990. Semanario. p.6.<br />
501
que hoy día Betlehem es un suburbio de Jerusalén que se<br />
encuentra reclinado en una colina un tanto árida.<br />
Cuando llegamos a este pueblecillo a escasa media hora <strong>del</strong><br />
lugar en que habíamos comido, lo primero a lo que nos<br />
llevaron fue a una tienda de souvenirs; por ahí compramos<br />
algunas cruces de madera de olivo, Lupita compró un<br />
dromedario, yo me acordé de mi compañero Jesús Martín, que<br />
con sus luengas barbas parece también medio judío y le<br />
compré uno de los gorritos que usan los judíos en sus<br />
ceremonias. Después de que compramos los souvenirs salimos<br />
de la tienda y luego los muchachillos por ahí vendedores<br />
casi se avalanzaban contra de uno, vendiéndole collares y<br />
pulseras, así es de que fue una cosa como asalto y el<br />
idioma no fue barrera para el comercio; enseguida, nos<br />
llevaron al templó que hoy cubre lo que fue la cueva en que<br />
nació Nuestro Señor Jesucristo; aquí hay dos templos, uno<br />
en manos de los Ortodoxos Griegos y otro de los Católicos<br />
Apostólicos Romanos.<br />
La cueva en que nació el Señor queda en el lado <strong>del</strong> templo<br />
Griego, entra uno en este templo donde hay 'vestigios de<br />
otros templos <strong>del</strong> siglo quinto, por ejemplo, mosaicos<br />
bizantinos en el suelo. En el crucero a mano izquierda está<br />
la entrada a la cueva donde nació Jesús; el lugar exacto<br />
donde nació Jesús está adornado con una estrella de plata,<br />
que se me hizo pequeña, yo le decía a Lupita mi esposa, con<br />
ganas de hacer una suscripción popular en Aguascalientes y<br />
enviarles no una estrellita de plata; sino un comal<br />
completo de plata mexicana, para que señale exactamente el<br />
lugar y Lupita me decía, y dónde lo pones, si no cabe<br />
porque la dimensión es un tanto reducida. Ahí nos pasó otro<br />
momento muy emocionante; los dos nos arrodillamos ante el<br />
lugar en que nació el niño Dios, nos asimos de las manos y<br />
empezamos a orar por México, por nuestras familias, por<br />
nuestros amigos, por nuestro Aguascalientes, y fue ahí en<br />
502
el lugar en que nació Jesús donde di mi segundo beso al<br />
suelo de Israel, besé aquella estrella de plata donde nació<br />
el Niño, frente de ahí, a unos dos o tres pasos, esté el<br />
pesebre donde después de nacer lo pusieron, estando en<br />
aquellas oraciones, fue cuando tuvimos también la impresión<br />
agradabilísima de un grupo de Cristianos, se me figuraba<br />
que eran gentes <strong>del</strong> Norte <strong>del</strong> planeta, bien pudieron haber<br />
sido holandeses o noruegos o norteamericanos, es decir, de<br />
raza Sajona y cuando estábamos hincados, estando orando,<br />
también ellos hacían lo mismo, pero era un grupo como de<br />
unos ocho o diez y empezaron a cantar con voces<br />
maravillosas y con una dulzura extraordinaria la canción de<br />
Navidad "Noche de Paz", así es de que fue una ambientación<br />
cabal la que tuvimos <strong>del</strong> templo, entonces entramos al<br />
templo Católico que linda su pared con el lugar donde está<br />
el pesebre y ahí en este templo es donde tienen una<br />
escultura muy bonita <strong>del</strong> Niño Dios y que en las<br />
transmisiones de televisión en Navidad en varias ocasiones<br />
hemos visto esa escultura <strong>del</strong> Niño Dios.<br />
Así fue nuestra visita a Betlehem, luego nos fuimos todavía<br />
a unos cuatro o cinco kilómetros al Sureste de Betlehem, a<br />
un lugar que es El Campo de los Pastores; tradicionalmente<br />
se sabe que ahí estaban los pastores a los cuales el Señor<br />
anunció la Buena Nueva de su nacimiento, en ese lugar fue<br />
donde vi bastante tensión de carácter militar, Tony nos<br />
dijo <strong>del</strong> camión van ustedes al templo donde está una de las<br />
cuevas de los pastores y se, regresan de inmediato, no se<br />
me vaya a desvalagar y cual sería nuestra sorpresa de<br />
cuando llegamos a unos doscientos metros de donde<br />
descendimos de nuestro ómnibus, estaba un templo en el que<br />
se recordaba la <strong>presencia</strong> <strong>del</strong> Ángel ante los pastores<br />
anunciando la buena nueva y junto al templo, que entre<br />
paréntesis fue diseñado por el Arquitecto Italiano Baruqui,<br />
estaba la cueva y nuestra sorpresa radicó en que vimos a<br />
503
dos Franciscanos con su hábito y con cachucha de miliciano,<br />
como si fueran los de Castro Ruz, con armas de alto poder<br />
para defenderse; esto nos dio la impresión de que ya ahí<br />
era un lugar demasiado peligroso para la convivencia, por<br />
lo tanto comprendimos que nos estábamos acercando a la zona<br />
conflictiva que es motivo de noticia para todos los diarios<br />
<strong>del</strong> mundo y para la Televisión; ante tal circunstancia<br />
visitamos rápido el Templo y también fuimos a la cueva que<br />
está al poniente <strong>del</strong> Templo y que ha de quedar a una<br />
distancia de unos veinte metros, vimos como era una de las<br />
cuevas de los pastores; en aquellos años convivían los<br />
animales con las personas en el mismo recinto; en esta<br />
cueva vimos representados borregos cabras y las<br />
dependencias propias de una casa en la que hay cocina,<br />
comedor y recamara, así que los Pastores convivían con los<br />
rebaños de animales.” 116<br />
Otra de sus narraciones anecdóticas es “UN MEXICANO<br />
CUIDANDO EL TEMPLO DE LOS PASTORES”. Ahí dice: “Fue<br />
sorpresa agradable el hecho de que a uno de aquellos<br />
Franciscanos que está cuidando el Templo de los Pastores se<br />
le iluminó el rostro cuando supo que nosotros éramos<br />
mexicanos y la cosa no fue para menos pues él también era<br />
mexicano; era una persona que fue o que es originaria de<br />
Tlanepantla, al Norte de el Distrito Federal y que por<br />
azares de la vida estaba en aquella lejana región cuidando<br />
el Templo de los Pastores.<br />
Así pues, en este lugar fue en donde los ángeles <strong>del</strong> Señor<br />
fueron a anunciar la buena nueva <strong>del</strong> nacimiento <strong>del</strong> Mesías,<br />
<strong>del</strong> Redentor de el Mundo.<br />
Nosotros rápido dejamos aquel lugar y en grupito caminamos<br />
desde el Templo hacia donde estaba nuestro minibus en medio<br />
116 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El histórico Betlehem, parte ya de<br />
Jerusalén. Hidrocálido. Lunes 26 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.4.<br />
504
de una arboleda mucho muy agradable; llegamos a nuestro<br />
minibús y lo abordamos; nos regresamos a Jerusalén.<br />
En virtud de que llevo mucha muy buena amistad con las<br />
monjitas de la Congregación de la Visitación que está aquí<br />
en Aguascalientes le prometí a la Madre María Margarita,<br />
que es la Superiora de ellas, que en mi estancia en<br />
Jerusalén procuraría estar en el lugar en que la Santísima<br />
Virgen visitó a su prima Santa Isabel, por eso esta Orden<br />
religiosa se llama de la Visitación, recordando el<br />
encuentro de las dos primas. Yo le dije a Tony nuestro guía<br />
que tuviera la gentileza de llevarme al lugar donde es la<br />
Visitación o que fue la Visitación donde vivía Santa Isabel<br />
y muy gentil él me prometió llevarme y entonces, fue el<br />
momento oportuno para llevarme a el lugar en que está<br />
actualmente el Templo de la Visitación o sea donde vivía<br />
Santa Isabel. Llegamos a este lugar después de haber dejado<br />
Belén y se encuentra al Sureste de Jerusalén y cuando<br />
llegamos, descendimos de el ómnibus y entramos a este<br />
Templo, en el que por cualquier lado se respira la vida de<br />
San Juan Bautista y los cuadros que en él hay se refieren a<br />
la vida de San Juan.<br />
En este lugar mentalmente reconstruí el acto trascendental<br />
femenino de que una prima que le va contar a la otra que se<br />
encuentra esperando una criatura, que se encuentra<br />
embarazada y nos cuentan las sagradas escrituras que en ese<br />
lugar cuando la Santísima Virgen María llegó y le plática a<br />
su prima Santa Isabel el fausto acontecimiento, fue cuando<br />
en el vientre de Santa Isabel que era una persona adulta y<br />
que milagrosamente se encontraba también embarazada saltó<br />
la criatura que llevaba en su claustro, Santa. Isabel le<br />
dijo que dichosa se encontraba con el hecho de tener la<br />
visita de la Santísima Virgen que la tendrían por dichosa<br />
todas las generaciones, en este lugar fue en donde nació la<br />
505
oración de la Magnifica de "Glorifica mi alma al Señor y mi<br />
espíritu se llena de gozo, etc. etc.".<br />
Bueno pues en este lugar estuvimos nosotros viendo el<br />
Templo que está sobre lo que fue la casa de la Santa<br />
Isabel, compré en la sacristía algunas postales que me<br />
permití regalar a la congregación de las Monjitas de la<br />
Visitación, cumpliendo así una promesa que les hice a estas<br />
religiosas que están en nuestra Ciudad de Aguascalientes.<br />
Después de la Visitación fuimos a nuestros hoteles en<br />
Jerusalén y con esto terminamos este día dieciseis de<br />
septiembre de mil novecientos ochenta y ocho, día en que<br />
nuestra Patria allá muy lejos se encontraba celebrando un<br />
año más <strong>del</strong> inicio de la guerra de Independencia.” 117<br />
El siguiente escrito parece haber sido continuación<br />
inmediata <strong>del</strong> de Museo <strong>del</strong> holocausto, tal y como se<br />
aprecia en la exposición, pero por alguna razón apareció<br />
cuatro días después con el título EL MURO DE LOS LAMENTOS.<br />
Ahí explica: “Después de irnos <strong>del</strong> Museo <strong>del</strong> Holocausto con<br />
el corazón chiquitíto, chiquitito, de haber visto esta<br />
miseria humana, nos llevaron al Muro de los Lamentos; el<br />
Muro de los Lamentos no es otra cosa sino que restos de los<br />
muros <strong>del</strong> Templo que Herodes el Grande hizo en Jerusalén,<br />
está construido de piedras enormes que han de pesar unas<br />
cuatro o cinco toneladas cada una y es uno de los puntos de<br />
veneración <strong>del</strong> pueblo Judío, porque en el año 71 de nuestra<br />
era cuando fue destruida Jerusalén <strong>del</strong> gran templo aquel en<br />
el cual Herodes quiso superar a Salomón, nada más quedó ese<br />
Muro nos acercamos por el Sureste de la ciudad que es un<br />
rumbo cargado de historia y de tradición, hasta un punto en<br />
que podía llegar nuestro medio de transporte y aquí<br />
traspusimos algunas ruinas y pasamos por algunas puertas en<br />
que están algunos milicianos y seguimos en plan ascendente<br />
117 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Un mexicano cuidando el templo de los<br />
pastores. Hidrocálido. Martes 27 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.5.<br />
506
hasta llegar a una plazoleta y hacia el Oriente de la<br />
misma, está el Muro de los Lamentos; tanto al Norte como al<br />
Poniente se veían edificaciones y en la parte superior se<br />
alcanzaban a ver los cañones de metralletas, es un lugar<br />
altamente custodiado tal vez por ser un lugar tan santo<br />
para los Judíos; temen que los Musulmanes o los Palestinos<br />
vayan a cometer algún desacato. Cuando llegamos a la<br />
plazoleta que está frente al Muro de los Lamentos, ahí se<br />
divide en una plazoleta inferior hacia el lado oriente,<br />
porque va en declive, el lado derecho es para los hombres y<br />
el lado izquierdo es para las mujeres; nos fuimos acercando<br />
de vuelta por obligación nos impusieron el gorrito ese que<br />
usan los judíos, nos proporcionan uno de cartoncillo, yo<br />
creo que mí por mi Cristianismo no me quería ya que<br />
constantemente se me andaba cayendo, nos acercamos allí al<br />
muro de los lamentos, o más bien debe llamarse muro<br />
Occidental, pero como los judíos cuando leen el Tora lo<br />
hacen en plan de salmodia daba la impresión como si fuera<br />
esto un lamento y otra de las características de los judíos<br />
es que cuando están leyendo el Tora, están balanceando su<br />
cuerpo de la cintura hacia a<strong>del</strong>ante y hacia atrás, dicen<br />
que a través este balanceo llegan a concentrarse<br />
perfectamente sus oraciones y cuando están leyendo se oye<br />
como fuera un coro al estar salmodeando la oración.<br />
El gorrito que usan es una reverencia hacia Dios porque<br />
dicen que Dios está en las alturas y al estar Dios en las<br />
alturas y ser tan imperfectos nosotros humanos, no es<br />
correcto que estén nuestras cabezas en contacto con el<br />
Supremo Hacedor y por eso hay que poner una cosa que nos<br />
esté aislando de la grandeza Dios. Esa es la teoría <strong>del</strong><br />
judío respecto de tales gorritos.<br />
Mi compadre Jesús Román y yo nos acercamos a aquél muro<br />
para hacer oración; yo pensé que aún siendo Católico,<br />
507
Apostólico, Romano, de todas maneras honrar a Dios allí no<br />
iba en contra de mi manera de ser.<br />
Tiene la costumbre este pueblo de que en los intersticios<br />
de piedra con piedra, ellos ponen un papelito una petición<br />
para Dios, de alguna necesidad y le proporcionan a uno<br />
papel y le pide uno a Dios alguna mereced.<br />
Estuvimos junto con aquel pueblo piadoso dentro de sus<br />
creencias en el Muro de los Lamentos, que dentro de su<br />
religión la cumplen al pie de la letra.” 118<br />
Continúa con la VISTA DE LAS MEZQUITAS CERCA DEL MURO.<br />
“Fuimos también hacia uno como zaguán que esta al lado<br />
Norte <strong>del</strong> Muro de los Lamentos y entramos a él y nos dimos<br />
cuenta que el Muro de los Lamentos continuaba a través de<br />
aquel zaguán y que había muchos judíos que estaban allí con<br />
sus libros, rezando y dentro de ese zaguán, en su pared que<br />
queda hacia el Poniente, tenían muebles para guardar los<br />
libros que estaban ellos leyendo.<br />
Nos retiramos con respeto y reverencia de este lugar y ya<br />
en la plazoleta, después de entregar nuestro bonete de<br />
cartoncillo nos encontramos con la comadre Josefina y con<br />
Lupita y con nuestro grupo, luego nos fuimos hacia el lado<br />
Sur de donde está el Muro de los Lamentos y subimos por<br />
unas escalinatas, por una rampa, que daba acceso a donde<br />
estaba el Santo Santorum <strong>del</strong> templo judío, y al otro lado<br />
<strong>del</strong> Muro de los Lamentos, en la parte superior hay una gran<br />
plaza y allí una de las maravillas <strong>del</strong> mundo Musulmán, dos<br />
mezquitas primorosas, una la Mezquita de Omar, la mezquita<br />
que cubre la peña en que Mahoma ascendió al cielo y frente<br />
de él una mezquita que creo se llama de Alk-Zar; primero<br />
visitamos la Mezquita de Alk-Zar, tuvimos que quitarnos<br />
nuestros zapatos, permitían ir en calcetines; qué maravilla<br />
de mezquita, enorme, ha de tener unos cincuenta o sesenta<br />
118 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El muro de los lamentos. Hidrocálido.<br />
Miércoles 28 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.8.<br />
508
metros de ancho, por unos ciento cincuenta o doscientos<br />
metros de largo, con columnas, con arabescos primorosos y<br />
todo el piso de la mezquita con alfombras persas, no<br />
grandes, son como para una sola, y están unidas unas con<br />
otras, toda la mezquita estaba alfombrada bellamente y al<br />
fondo una especie de altar, sin ser altar, una de las cosas<br />
que más me enterneció y llamó la atención, fue el hecho de<br />
que me encontré por allí, acostado en una de las alfombras<br />
un musulmán viejo, que se le veía su piel tostada por los<br />
rayos <strong>del</strong> sol, de eso que se antoja que ha de haber sido un<br />
guía de caravanas <strong>del</strong> desierto, un verdadero hijo <strong>del</strong><br />
desierto, estaba profundamente dormido y para mis adentros<br />
me dije; éste ha de estar soñando, en los brazos de Alá y<br />
Mahoma lo está arrullando, estaba con un rostro tan sereno,<br />
tan tranquilo y a todas luces se veía que había una paz y<br />
tranquilidad extraordinaria en su alma.<br />
Salimos de la mezquita de Alk-Zar, Tony estaba cuidando los<br />
zapatos de todo el grupo, tomamos cada quien los nuestros y<br />
caminamos a la mezquita que está enfrente, para llegar a<br />
ella se sube una escalinata que termina en una arquería y<br />
luego la plaza y ahí está la otra mezquita que es la de<br />
Ornar, es una mezquita que ha de ser de doce lados, o sea<br />
un dodecaedro y está forrada de azulejos, con figuras<br />
geométricas de arabescos maravillosas y a una altura de<br />
unos cinco y seis metros, sus comizas y luego en el centro<br />
una gran cúpula de oro que con los rayos <strong>del</strong> sol todavía se<br />
ve más hermosa, toda la mezquita de Omar ha de tener como<br />
unos ochenta metros de diámetro y en el centro está una<br />
roca a desnivel <strong>del</strong> primer piso, en seguida está otro piso<br />
hacia arriba y todo perfectamente alfombrado entrándole luz<br />
por vitrales de los ventanales, fabulosamente; para los<br />
Musulmanes esta roca tiene una trascendencia enorme, porque<br />
de aquí, de este lugar ascendió Mahoma a los cielos; para<br />
nosotros Cristianos tiene también una gran importancia esta<br />
509
oca, porque en este lugar, el Patriarca Abraham, como lo<br />
establece el Antiguo Testamento, cumpliendo las órdenes de<br />
Dios, iba a sacrificar a su hijo Isaac, hijo unigénito, y<br />
con todo el dolor de su corazón lo iba a sacrificar por<br />
disposición de Yavé y cuando Yavé ve la fi<strong>del</strong>idad <strong>del</strong><br />
Patriarca Abraham, un ángel de El le detiene el brazo con<br />
el puñal que iba a encajar en el cuerpo de su hijo y<br />
entonces entre las zarzas ve un cordero, que es el que<br />
sacrifica; esta es la roca que custodia la mezquita de<br />
Omar, una mezquita primorosa, estos lugares lo transportan<br />
a uno a las páginas de los cuentos de las Mil y Una Noche;<br />
es maravillosa la mezquita de Omar.” 119<br />
Y sigue con el PASO POR LA FORTALEZA DE ANTONIA. Salimos de<br />
ella y continuamos caminando por la gran plaza; ahora con<br />
el rumbo noroeste, hasta el rincón noroeste de la plaza; yo<br />
creo que de la mezquita de Omar el rincón noroeste de la<br />
plaza ha de haber aproximadamente unos cientos cincuenta o<br />
doscientos metros, entonces hay allí unas construcciones y<br />
entramos a una tienda que estaba cerrada porque era una<br />
tienda musulmana y el alto mando había ordenado una huelga,<br />
un paro de todos los establecimientos comerciales<br />
musulmanes pero como esta tienda era de souvenir, tal vez<br />
consiguió que le permitieran vender sus artículos a los<br />
turistas de Jerusalén.<br />
Allí estuvimos, nos obsequiaron con refrescos; la tienda<br />
tenía muchos cachivaches de carácter turísticos, estaba<br />
abigarrada de muchas cosas que ofrecen en venta.<br />
Salimos de la tienda y nos fuimos a una callejuela y cuál<br />
sería nuestra sorpresa que en este lugar estuvo la<br />
fortaleza Antonia, que Herodes construyó para su esposa y<br />
allí donde estuvo la fortaleza Antonia es donde está la<br />
tienda.<br />
119 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Visita a las mezquitas cerca <strong>del</strong> muro.<br />
Hidrocálido. Jueves 29 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.6.<br />
510
En una de las dependencias de la fortaleza Antonia, estuvo<br />
el Pretorio, aquel lugar en el que, en la noche en que<br />
aprehendieron a Jesús en el Huerto de los Olivos, lo llevan<br />
a los calabozos, y donde los soldados se mofaron de El,<br />
donde lo flagelaron, se burlaron de El, diciéndole que era<br />
el rey de los judíos, le daban túnica que era una garra,<br />
púrpura y le decían, esta es tu túnica de rey y una vara<br />
para simbolizar el cetro, allí es donde propiamente<br />
empiezan los sufrimientos fuertes de la pasión <strong>del</strong> Señor;<br />
de allí fue donde se lo llevaron a las demás casas de la<br />
gente que lo tenían que juzgar; de Anas, de Caifas, de<br />
Pilatos, de Herodes, de un lado a otro, y allí también fue<br />
donde se inicia el primer Viernes Santo, el primer viernes<br />
de pasión y en el Pretorio fue donde le entregaron la cruz<br />
que tenía que cargar por la vía dolorosa hasta el Calvario<br />
para ser crucificado y morir por todos nosotros, para<br />
redimir al género humano.<br />
Nosotros estuvimos en el Pretorio, estuvimos en las salas<br />
en que Jesús fue vejado; ahí vimos todavía, en el suelo<br />
grabadas en las lozas los juegos en los cuales los soldados<br />
aquellos se divertían para matar el tiempo; me encontré con<br />
un juego muy similar al Coyote nuestro y otro juego que se<br />
llamaba el juego <strong>del</strong> Rey.<br />
En este lugar, en que también hay una capilla nosotros<br />
conseguimos una cruz, una cruz para iniciar la vía<br />
dolorosa; por las callejuelas donde transcurre la vía<br />
dolorosa están llenas de comercios, se asemeja a la<br />
Lagunilla, <strong>del</strong> Distrito Federal, corrimos con la suerte de<br />
que el alto mando Palestino ordenó que los comercios de<br />
palestinos, que son un porcentaje muy elevado, se<br />
declararan en huelga o hicieran un paro de unas cuatro<br />
horas y coincidió con ese paro, el momento en que nosotros<br />
transcurrimos por la vía dolorosa, están tan organizados<br />
los palestinos que cuando alguno de ellos sigue vendiendo<br />
511
en su tienda, entonces, si no obedece el mandato que le dan<br />
le queman la tienda, le queman su patrimonio, por lo tanto,<br />
ante una orden de tal naturaleza, inmediatamente todos<br />
cierran sus negocios y lo que hacen es ponerse a jugar<br />
ajedrez en la puerta de los mismos, no realizan ninguna<br />
transacción de carácter mercantil.<br />
En medio de aquel Jerusalén viejo, iniciamos el viacrucis<br />
más impactante de nuestra vida, dentro <strong>del</strong> grupo que nos<br />
acompañó estuvo una familia de la ciudad de Hermosillo,<br />
Sonora, apellidados Sánchez y la señora traía un viacrucis<br />
para irlo rezando, para esto les diré que aquellas<br />
callejuelas por donde es la vía dolorosa, donde corresponde<br />
a lo que es cada una de las estaciones, hay adosados en la<br />
pared, sobre los dinteles de las puertas un pequeño<br />
monumento o una alegoría en mármol blanco, que nos iba<br />
recordando el viacrucis, naturalmente que la primera<br />
estación y la segunda la rezamos allí en el Pretorio, ya<br />
que se trata de Jesús condenado a muerte y Jesús carga su<br />
cruz; ya de allí <strong>del</strong> Pretorio, seguimos las estaciones <strong>del</strong><br />
viacrucis, en cada una, después de la consideración<br />
respectiva, la oración de "Señor pequé, ten misericordia de<br />
mí, pecamos y nos pesa, tened misericordia de nosotros" y<br />
el padre nuestro, ave maría y nos trasladábamos de estación<br />
a estación, aquel grupo de mexicanos cargando la cruz, más<br />
o menos entre cuatro o cinco gentes cargábamos la cruz y de<br />
estación a estación íbamos cantando por aquellas<br />
callejuelas, "Perdón oh Dios mío, perdón y clemencia,<br />
perdón e indulgencia, perdón y piedad". 120<br />
En seguida relata que en ese recorrido quedaron<br />
ENTERNECIDOS POR EL VÍACRUCIS. “Todo el grupo íbamos<br />
enternecidos con el viacrucis; sobre la topografía donde<br />
fue el primer viacrucis, naturalmente que algunas<br />
120 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Paso por la fortaleza de Antonia.<br />
Hidrocálido. Viernes 30 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.4.<br />
512
construcciones cambiadas o tal vez todas, pero se han<br />
conservado las estaciones <strong>del</strong> viacrucis; de la segunda a la<br />
tercera estación, es cuando ya empieza uno a trasladarse en<br />
medio de aquellas callejuelas; la tercera estación es,<br />
Jesús cae por primera vez y, esto queda mucho muy cerca de<br />
donde es el Pretorio y entonces seguimos caminando por<br />
alguna plazoletita y en la cuarta estación "Jesús encuentra<br />
a su madre" y esto nos sirve a nosotros para rehacer aquel<br />
encuentro tan lleno de amor y de dolor, de tristeza, de una<br />
madre ver a su hijo todo golpeado, todo herido, cargando<br />
una cruz, que más quisiera una madre en esos momentos, sino<br />
que alivianarle la carga al hijo.<br />
La quinta estación, Jesús ayudado por Simón el Cirineo, es<br />
decir, Simón era originario de Cirené, aquél campesino<br />
fortachón, que los soldados vieron que podía ayudar a<br />
Jesús, en virtud de su estado casi agónico, llevando la<br />
cruz y entonces le dicen a aquél campesino que ayude a<br />
Jesús con su cruz que llevaba a cuestas.<br />
En la sexta estación Jesús encuentra a la Verónica y ahí<br />
nos explicaron que realmente se llamó Verónica aquella<br />
mujer que enjugó el rostro <strong>del</strong> Señor y que milagrosamente<br />
se queda estampado su rostro en el lienzo con que enjugó el<br />
rostro; se llama Verónica, por la verdadera imagen, Vero<br />
icono, es decir verdadera imagen, eso es lo que significa<br />
Verónica.<br />
Después la séptima estación, Jesús cae por segunda vez y<br />
sigue uno en aquel trascurrir por aquellas callejuelas,<br />
lugares en que las mismas callejuelas están con edificios<br />
en la parte de arriba, pasa uno como en túneles y llega uno<br />
a otros lugares en que son las otras estaciones, por<br />
ejemplo, la octava estación, Jesús habla a las mujeres, me<br />
acuerdo que esta octava estación está en un sector bastante<br />
estrecha la calle y allí fue donde Jesús les dijo: "Hijas<br />
de Jerusalén, no lloréis por mí, llorard por vosotras<br />
513
mismas y por vuestros hijos", luego sigue la novena<br />
estación, en que Jesús cae por tercera vez, para esto que<br />
esta estación, por las reconstrucciones de Jerusalén<br />
tuvimos que salirnos de las callejuelas a otro lado, es una<br />
cosa lateral y ya que estuvimos allí, íbamos subiendo al<br />
Calvario (El calvario es un monte que en aquellos años se<br />
llamaba así por tener la forma de calavera), caminando, la<br />
subida era un tanto tenue, una pendiente ligera y la novena<br />
estación que es Jesús cae por tercera vez, a la décima<br />
estación, es allá arriba <strong>del</strong> Calvario, Jesús es despojado<br />
de sus vestidos, la novena estación a la décima, es una<br />
subida con una pendiente bastante pronunciada, sube uno,<br />
vamos a pensar, de una estación a la otra, alrededor de<br />
unos quince o veinte metros, vamos subiendo por aquellas<br />
callejuelas hasta llegar a la cima <strong>del</strong> Monte Calvario,<br />
actualmente el Monte Calvario está dentro de la ciudad de<br />
Jerusalén y está dentro de una gran Iglesia, o un gran<br />
templo.” 121<br />
En seguida describe EL LUGAR DE LA CRUCIFIXIÓN. “Al llegar<br />
a este lugar hay un atrio que hace las veces de plaza, la<br />
calle que da acceso está al Sureste y al lado Norte se<br />
encuentra la entrada al templo; las dimensiones han de ser<br />
de sesenta por cuarenta metros y todos los edificios que lo<br />
rodean serán de unos veinte metros de alto y están forradas<br />
con piedra <strong>del</strong> desierto, por lo tanto son de color amarillo<br />
oro.<br />
Penetramos al templo y nos recibieron la cruz que llevamos,<br />
este recinto de entrada parecía una sacristía, junto a la<br />
puerta vimos una loza de piedra rodeada de un barandal y<br />
que era motivo de veneración de la gente, pues se trata de<br />
la loza en que después de muerto el Señor en la Cruz lo<br />
descendieron y su sagrado cuerpo fue colocado sobre esta<br />
121 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Enternecidos por el viacrucis. Hidrocálido.<br />
Sábado 31 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.3.<br />
514
loza para ser embalsamado por José de Arimatea, los<br />
discípulos y las piadosas mujeres para posteriormente ser<br />
llevado al Santo Sepulcro propiedad de José de Arimatea.<br />
Entrando al templo, frente a la loza y a mano derecha, se<br />
encuentran unas escalinatas de madera que lo llevan a uno<br />
al lugar exacto donde fue la crucifixión <strong>del</strong> Señor, por lo<br />
tanto <strong>del</strong> piso de la entrada a la cima <strong>del</strong> Calvario serán<br />
de unos diez a quince metros de altura; ahí en el Calvario<br />
está una representación de la crucifixión <strong>del</strong> Señor hecha<br />
con mosaicos bizantinos, da la impresión de iconos de la<br />
Iglesia Ortodoxa Griega y está la oración en que fue<br />
clavada la Cruz en que murió el Señor, de nuevo, de<br />
rodillas y al besar por tercera vez el suelo de Israel<br />
junto al lugar en que se fijo la Cruz "Gracias Dios mío por<br />
tu entrega física, por tus sufrimientos cuando te<br />
masacraron; por haber arrastrado con tu cuerpo sangrante,<br />
flagelado y desarticulado la cruz en la que te clavaron;<br />
siguiendo los planes divinos de la salvación, quisiste<br />
quitar de tus labios ese cáliz amargo, pero dándonos<br />
ejemplo de obediencia para con el Padre Eterno lo aceptase<br />
con plenitud de conciencia, para redimirnos, para<br />
salvarnos, por eso con amor y reverencia bese el lugar<br />
máximo de tu entrega, Gracias Dios mío".<br />
Cuando íbamos en el Viacrucis se me ocurrió contar los<br />
pasos que hay <strong>del</strong> Pretorio al Calvario y estos fueron mil<br />
trescientos, pero si descontamos la desviada que dimos en<br />
virtud de que la ruta original ha sido modificada por las<br />
nuevas construcciones, nos quedan novecientos cincuenta<br />
pasos; tal vez se nos haga corta la distancia que en metros<br />
han de ser unos ochocientos y tantos, pero aquí entra la<br />
Teoría de la Relatividad; si nos ponemos a pensar en las<br />
condiciones en que el Señor arrastró su Cruz, qué duro y<br />
penoso tránsito, si casi iba agonizando como consecuencia<br />
de la flagelación de la noche anterior, su cuerpo herido y<br />
515
casi desarticulado ¡Qué doloroso! ¡Qué martirio tan<br />
espantoso! y todo por amor a nosotros.” 122<br />
Luego describe el ALTAR MAYOR DEL TEMPLO DEL CALVARIO.<br />
“Después de estar ahí donde nace el Cristianismo con el<br />
mensaje de amor para iluminar a todos los pueblos <strong>del</strong> mundo<br />
descendimos por otras escaleras y fuimos a dar a la parte<br />
de atrás de lo pudiera ser el altar mayor <strong>del</strong> templo <strong>del</strong><br />
Calvario y en este lugar está el Santo Sepulcro;<br />
actualmente es una capilla bajo la comba de una gran<br />
cúpula, esta capilla con todo y que parece de estilo<br />
Bizantino, propio de los Católicos Ortodoxos, Griegos,<br />
también tiene adornos como si fuera Barroco; hicimos cola<br />
para entrar, su puerta es muy estrecha, cuando nos tocó<br />
nuestro turno a Lupita mi esposa y a mí para ingresar al<br />
Santo Sepulcro, fuimos y nos arrodillamos para orar, como<br />
lo hicimos en el Calvario por nuestros hijos, familia,<br />
amigos, gobernantes y por nuestra Patria ¡México!,<br />
estábamos eso cuando sonaron en las campanas las doce <strong>del</strong><br />
día; se escucharon repiques y luego entró un sacerdote de<br />
la Iglesia Ortodoxa Griega, joven él, con regias<br />
vestiduras, sus largas barbas y portando un incensario, se<br />
hincó incensó el Santo Sepulcro, hizo oración y se retiró;<br />
luego entró otro sacerdote de la Iglesia Copta, de modestos<br />
vestidos obscuros también con barba luenga y su incensario<br />
e hizo lo mismo que lo anterior y por último entró un<br />
sacerdote de la iglesia nuestra, la Católica Romana con sus<br />
vestidos ornamentales de lujo e incensario, hizo sus<br />
genuflexiones, incensó y oró, en seguida se retiró.<br />
Todos los santos lugares tienen hollín, debido a que en el<br />
culto de la Iglesia Ortodoxa Griega usan lámparas de aceite<br />
colgantes y éstas producen mucho tizne.<br />
122 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El lugar de la crucifixión. Hidrocálido.<br />
Domingo 1 de abril de 1990. secc. Semanario. p. 6<br />
516
Santo Sepulcro, lugar en que se cimenta nuestra religión<br />
pues en él se cumplieron los Sagradas Escrituras al<br />
resucitar el Señor dentro de los muertos al tercer día<br />
de su crucifixión, si no hubiera resucitado no se hubiera<br />
justificado su divinidad y grandeza.<br />
Santo Sepulcro, en manos de Musulmanes hizo que se cirniera<br />
la conciencia de la Cristiandad en la Edad Media y se<br />
produjeron en Europa las ocho Cruzadas para rescatarlo,<br />
siendo la primera el año de 1096 al mundo de Pedro el<br />
Ermitaño y la última el año de 1270 guiada por San Luis,<br />
Rey de Francia, quien murió ese año al sitiar Túnez.<br />
Militarmente, las Cruzadas no alcanzaron el fin propuesto,<br />
pero defendieron Europa de los ataques Turcos contribuyeron<br />
al intercambio cultural y económico entre Oriente y<br />
Occidente y formaron el idea Caballeresco de la Europa<br />
Medieval.<br />
Dejamos los santos lugares de la pasión <strong>del</strong> Señor y en una<br />
plazoleta cerca <strong>del</strong> Calvario, nos esperaba nuestro minibús,<br />
lo abordamos y Tony nos llevo a un restaurantito en el<br />
centro de Jerusalem sin mayores pretensiones y el asado de<br />
carnero y el vino, estaban muy buenos a reponer energías y<br />
de ahí al Hotel, para descansar y disponernos a hacer una<br />
visita a Jerusalem en la noche.<br />
Como a las nueve de la noche ya habiendo recuperado<br />
energías, nuestra pequeña familia de andariegos nos<br />
reunimos por última vez ya que el día siguiente era libre<br />
para las actividades personales así que esta salida traía<br />
la nostalgia <strong>del</strong> ¡Adiós!.<br />
Todos contentos; con nuestro chofer Musulmán, nuestro guía<br />
Judío y nosotros Cristianos, el primer punto que visitamos<br />
fue el barrio Judío más representativo de Jerusalem, sus<br />
casas no muy modernas, las calles muy bien iluminadas y con<br />
muchas gentes, bajo sus brazos llevaban una liras de madera<br />
por que iban a conmemorar la Fiesta de los Tabernáculos;<br />
517
los vestidos de aquellas gentes por lo general de color<br />
negro, los señores se veían con abrigos casi talares, se<br />
dejaban crecer las patillas y usaban sombreros tipo hongo,<br />
de fieltro, todos con pulcritud, ninguno vimos<br />
chamagosos.” 123<br />
Un par de actividades festivas se narran en los siguientes<br />
escritos, el primero es sobre LOS TABERNÁCULOS. “La fiesta<br />
de los Tabernáculos en Hebrero se dice Succot, esta palabra<br />
quiere decir "Tiendas" y recuerda los cobertizos en que<br />
vivían los campesinos tanto en la vendimia como en la<br />
recolección de las aceitunas, por lo general esta fiesta se<br />
hacía en Otoño en el mes Tishrí y coincidía con la última<br />
cosecha <strong>del</strong> año, era algo así como fiesta de acción de<br />
gracias o de Año Nuevo y las gentes de todos los rincones<br />
de Israel acudían al gran templo de Jerusalem y en sus<br />
alrededores las gentes instalaban sus cobertizos de ramas<br />
para vivir bajo de ellos en esos días; en las calles había<br />
bailes y procesiones, total era la gran fiesta y mientras<br />
esta duraba, los sacerdotes cada día rociaban el altar con<br />
agua invocando a Dios su ayuda para que fuera bueno el<br />
ciclo pluvial.<br />
Hoy día en el pueblo Judío queda en forma simbólica la<br />
fiesta de Succot, pues los veíamos con sus tantas de madera<br />
para hacer sus tabernáculos en sus casas; me daba la<br />
impresión como cuando nosotros los Cristianos nos proveemos<br />
de materiales en Navidad para hacer nuestros Nacimientos.<br />
Pasamos el barrio Judío y seguimos descendiendo hacia el<br />
oriente por las callejuelas <strong>del</strong> Jerusalem viejo, las calles<br />
están muy iluminadas con arbortantes y faroles con luz<br />
sodiacal, cruzamos la gran avenida <strong>del</strong> Torrente de Cedrón,<br />
pasamos por un lago <strong>del</strong> Huerto de Getsemani y el minibús<br />
ascendió a la parte superior <strong>del</strong> Monte de los Olivos, al<br />
123 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Altar mayor <strong>del</strong> templo <strong>del</strong> Calvario.<br />
Hidrocálido. Lunes 2 de abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.3.<br />
518
mirador en donde, en el día, habíamos visto el camellero<br />
ofrecer sus servicios para las fotos; bajamos <strong>del</strong> minibús,<br />
soplaba <strong>del</strong> Norte un aire frío, pero la vista panorámica<br />
<strong>del</strong> Jerusalem en la noche, es una de las cosas bellas que<br />
se le queda a uno en la mente, ver aquella ciudad como<br />
nacimiento iluminado y con el gran significado que para<br />
nosotros tiene, el cielo estaba limpio y al Suroeste lucían<br />
las constelaciones de Escorpión y Sagitario y a nuestras<br />
espaldas el fanal rojo de Mane adornaban todos ellos esta<br />
fresca noche de Jerusalem; la tierra <strong>del</strong> Señor.” 124<br />
La otra narración es sobre LAS DANZAS DE LOS ISRAELIES.<br />
“Dentro de la ciudad de Jerusalém, fuimos los primeros en<br />
llegar, es un lugar de dimensiones regulares de unos diez<br />
por veinte metros, nos sentamos en una mesa cerca <strong>del</strong> foro,<br />
de rato llegaron otros parroquianos y se llenó el lugar,<br />
los meseros nos pusieron en cada mesa una botella de vino<br />
tinto, muy rico. Empezó la variedad primero unos jovencitos<br />
entre quince y veinte años, dos mujercitas y dos jóvenes,<br />
nos <strong>del</strong>eitaron con varias danzas de distintos lugares de<br />
Israel, cambiaban de atuendo en cada danza, después<br />
salieron dos muchachas cantando, la que salió en segundo<br />
lugar era políglota, pues estuvo hablando en los idiomas de<br />
las personas que estábamos ahí, luego se montó un show en<br />
que invitó a cuatro espectadores para acompañarla y yo<br />
entre al relajo, mis otros compañeros fueron el ingeniero<br />
de Costa Rica, el arquitecto Mendoza y el ingeniero Horacio<br />
Rivero, estos dos últimos originarios <strong>del</strong> Distrito Federal,<br />
esta mujer nos puso una túnica de Beduino fijada a la<br />
cabeza con los cor<strong>del</strong>es que ellos usan en aquellos lugares,<br />
a mí me tocó unos tamborcitos semejantes a los que se usan<br />
en la música tropical y que se apoyan entre las rodillas,<br />
pero aquellas gentes los usan bajo el brazo izquierdo y con<br />
124 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Los tabernáculos. Hidrocálido. Mates 3 de<br />
abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P. 4.<br />
519
la mano derecha los tocan, yo los toque al estilo tropical,<br />
cuando volteo veo las fachas de mis compañeros no pude<br />
aguantarme y solté la carcajada pues parecían a la viejita<br />
atolera y yo les decía por favor ríanse de mí por que yo ya<br />
no me aguanto, y luego para acabarla de amolar me puse a<br />
hacer visajes con las manos como si fuera de danzas<br />
orientales y peor tantito estuvo la cosa, por que entonces<br />
era todo el salón una sonora carcajada yo veía también a mi<br />
compadre Román; como al General Fernández que se reían de<br />
eso que les faltaba el aire y como si les fuera a dar un<br />
infarto; la muchacha cantante me apaciguó y me dijo<br />
“Gabriel espérate a que empezamos a actuar" total nuestra<br />
actuación consistía en tocar instrumentos que nos<br />
proporcionó que eran una flauta, un pandero y maracas, la<br />
verdad es que fue aquello un pleito de perros y gatos, pero<br />
cumplimos con nuestra partecita; después la muchacha nos<br />
<strong>del</strong>eitó con canciones, acompañada de la orquesta y luego<br />
ofreció en venta discos y cassett grabados por ella y se<br />
dio por terminada nuestra visita a este lugar y los abrazos<br />
de despedida de los de un hotel con los de otro, ya que al<br />
día siguiente no todos iríamos a la fortaleza de Masada al<br />
Mar Muerto, como aquello de la una de la madrugada<br />
regresamos a nuestros hoteles a descansar.” 125<br />
En las últimas entregas se exponen, una en EL ADIÓS A<br />
JERUSALEM. “El domingo dieciocho de septiembre dentro de<br />
nuestro itinerario se establecía que era día libre, que<br />
nosotros disponíamos <strong>del</strong> mismo para actividades de carácter<br />
personal.<br />
Tony nuestro guía nos había hecho una invitación para<br />
ocupar parte <strong>del</strong> día en ir a conocer la fortaleza de Masada<br />
que se encuentra en las proximidades <strong>del</strong> Mar Muerto, luego<br />
ir al Mar Muerto y Quaram, el lugar donde vivió la<br />
125 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Las danzas de los israelies. Hidrocálido.<br />
Miércoles 4 de abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P. 4<br />
520
comunidad de los Escenios y en el que fueron escritos los<br />
rollos que conocemos como los Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto; no<br />
fuimos a dicha excursión en virtud de que preferimos<br />
quedarnos en la ciudad de Jerusalem para ir al museo donde<br />
se exhiben los Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto, por lo tanto nosotros<br />
nos levantamos tarde y desayunamos con toda tranquilidad en<br />
el hotel.<br />
Algunos de nuestros compañeros que fueron a esta excursión<br />
que acabo de decir, a la fortaleza de Masada, donde se<br />
escribió una de las páginas más heroicas de la historia de<br />
Israel, en los primeros años de la era Cristiana, ahí los<br />
judíos, se fortalecieron y el general romano Silva fue el<br />
que los sitió y duró mucho este sitio y prefirieron la<br />
mayor parte, casi todos de los que estaban en esta<br />
fortaleza suicidarse; se salvaron tres o cuatro mujeres y<br />
unos niños que se escondieron para no ser ejecutados por<br />
los demás y cuando llegan los romanos se encontraron puros<br />
cadáveres, las pocas mujeres y niños, por lo tanto es<br />
heroica la historia de este lugar.<br />
Pues bien nosotros, después de que desayunamos, buscamos la<br />
forma de irnos al centro de Jerusalem; en primer lugar, con<br />
el fin de buscar un templo católico para oír misa, ya que<br />
se trataba de día domingo; abordamos un taxi en la puerta<br />
<strong>del</strong> hotel, y le indicamos que nos dejara cerca de algún<br />
templo católico, el chofer nos llevó al centro de<br />
Jerusalem, a la puerta de Damasco.<br />
Salimos rumbo ha un templo que se distinguía por una<br />
chimenea muy alta que supimos que era parte de un horno<br />
crematorio y no deja de impresionar a uno el último momento<br />
de existencia de un cuerpo sobre la faz de la tierra;<br />
pasamos por ahí y fuimos a dar a la puerta de Damasco. La<br />
ciudad de Jerusalem, es una ciudad amurallada, naturalmente<br />
que hoy día la mancha urbana de la ciudad no está<br />
amurallada, pero el centro sí conserva intactas las<br />
521
murallas de lo que sirvió en alguna época de límite a la<br />
ciudad. Hay que acordarnos que después de la vida de<br />
nuestro Señor Jesucristo, dos ocasiones fue destruida la<br />
ciudad de Jerusalem, pero tuvieron cuidado los Arquitectos<br />
que la reedificaron de volver hacer las mismas calles, el<br />
mismo tipo de edificios y buscaban también los lugares en<br />
que estuvieron las murallas, reedificarlas, por lo tanto<br />
esa puerta de Damasco, datará <strong>del</strong> siglo XI o XII de nuestra<br />
era o sea en la plena época de los cruzados, y es de<br />
belleza oriental.<br />
Por esta puerta era donde salía el camino que iba rumbo a<br />
Damasco, aquel camino que transitó San Pablo y que le<br />
sirvió para encontrar la fe. Esta puerta no es de entrada<br />
franca, sino como que está en escuadra y eso se explica<br />
porque servía para defender mejor militarmente la ciudad.<br />
Entramos por la puerta de Damasco que da a una plaza que es<br />
muy bonita, rodeada de edificios almenados y de piedra,<br />
bien puede ser una mezcla de lo que fue Jerusalem<br />
tradicional, con algunos tintes de Jerusalem en la Edad<br />
Media, en el lado oriente de la plaza está, un comercio que<br />
vende películas fotográficas y cámaras, para esto que al<br />
compadre Jesús Román se le había descompuesto su cámara<br />
fotográfica y se entrampó, llegamos a esta casa comercial y<br />
echando mano a mi muy mal inglés y a señas les hicimos<br />
nosotros ver la necesidad de que nos compusieran la cámara<br />
fotográfica, ¿qué si podían hacerlo?, les explicamos el<br />
defecto que tenía y ¡Oh Sorpresa de nosotros!, estas gentes<br />
en una forma pausada hablaban castellano, y fue más grande<br />
nuestra sorpresa cuando nos identificamos en el plan de que<br />
éramos mexicanos y nos dijeron que ellos conocían México<br />
que habían estado en Cancún, platicándonos maravillas de<br />
nuestra patria y que quede asentado que en Jerusalem hay<br />
mucha gente que habla castellano y esto es consecuencia de<br />
que a fines <strong>del</strong> siglo XV después de la rendición de Granada<br />
522
los Reyes de España expulsaron a los judíos de España y<br />
esos Judíos son los judíos Zafarditas, ellos hablaban<br />
Castellano y a su descendencia la enseñaron a hablar<br />
castellano, entonces es muy común que en Jerusalem existen<br />
muchos judios que hablan Castellano y naturalmente el<br />
Hebreo que es la lengua de ellos; nos dio gusto estar con<br />
estas personas en el establecimiento comercial; y ellos nos<br />
indicaron que en un par de horas tenían arreglada la<br />
cámara, mismas aprovechamos nosotros para buscar la forma<br />
de ir a cumplir con nuestros deberes religiosos, de ir a<br />
oír misa.” 126<br />
Otra sobre LA COLUMNA EN LA QUE CRISTO FUE GOLPEADO.<br />
Buscábamos la forma de oír misa y nos indicaron que en una<br />
de las capillas estaban oficiando y efectivamente fuimos a<br />
esta capilla y cual sería nuestra sorpresa que nada más<br />
había una sola persona oyendo misa y un sacerdote con<br />
largas barbas oficiando, entonces resulta que estuvimos<br />
ahí, pero no alcanzamos la misa porque ya iba en la parte<br />
final, pero cuando terminara el sacerdote se puso a charlar<br />
con nosotros y nos platicaba que el era Portugués y que<br />
estaba ahí en Jerusalén para conocer los santos lagares,<br />
nos dijo él que misa iba a haber ahí hasta las cinco de la<br />
tarde, era antes de las once y nos dijo, pero si ustedes<br />
salen de aquí y van por la calle que va por rumbo arriba<br />
está un convento franciscano en donde va a haber misa de<br />
once, váyanse rápido, para que oigan esta misa; él se<br />
retiró rumbo a alguna sacristía y entonces otra persona,<br />
nos dijo: miren, vengan, ven ustedes esta columna, un<br />
pedazo de columna que estaba junto al altar de la capilla<br />
en que estuvimos, según la tradición, esta fue la columna<br />
en la que en el Pretorio los soldados romanos ataron a<br />
nuestro Señor Jesucristo y lo azotaron; quien nos dijo<br />
126 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El adiós a Jerusalem. Hidrocálido. Jueves<br />
5 de abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P.2.<br />
523
parecía sacristán, no se si sería o no; y agregó, si<br />
ustedes gustan, pueden abrazarla; no se imagina la<br />
sensación tan traumática, que se siente el abrazar una<br />
columna en la que aunque sea fue golpeado, azotado y vejado<br />
por las culpas nuestras es una impresión de las más fuertes<br />
que se tiene en la vida, abrazar dicha columna.<br />
Después de esto salimos y fui con unos sacerdotes de la<br />
iglesia Ortodoxa Copta y ellos me vendieron unos sobrecitos<br />
que contenían tierra de Israel, o tierra santa, con unas<br />
estampitas, pero esto no quiere decir que no fueran muy<br />
buenos en el aspecto comercial, porque pedían el oro y el<br />
moro por aquellos recuerdos, pues bien, como si fueran muy<br />
buenos comerciantes no dejaban ir a uno sin que les<br />
comprara algunas cosas; les compré algunos recuerdos de<br />
tierra santa ya que mi vecino Don Felipe Valdés y su señora<br />
Lucha me habían hecho este encargo.<br />
Salimos de donde está el Santo Sepulcro, Del Calvario, y<br />
donde embalsamaron el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo;<br />
salimos por una calle que es empinada, corriendo oímos que<br />
estaban llamando a misa, por cierto nos pasamos de donde<br />
está el convento franciscano, pero alguien nos indicó que<br />
era una cuadra más atrás, nos regresamos y alcanzamos<br />
perfectamente oír misa en este lugar. El templo de los<br />
franciscanos, hagan de cuenta, uno de los templos nuestros<br />
y de América, con la misma estructura, con sus arcos<br />
romanos de medio punto, con todas las características de<br />
nuestros templos y se trata de un templo hecho por<br />
franciscanos españoles: de ahí que, hay una similitud<br />
extraordinaria a nuestros templos de América; en esta forma<br />
cumplimos con nuestros deberes religiosos y ya cuando<br />
terminó la misa salimos de este lugar rumbo a la plaza<br />
donde se encuentra la puerta de Damasco y transitamos de<br />
nuevo, por aquellos comercios, aquellas callejuelas que<br />
parecía que estuviéramos en la Lagunilla en México y<br />
524
veíamos a los comerciantes con turbantes, son razas<br />
distintas a la nuestra y todos muy listos para el comercio;<br />
allí se rompen las barreras de idiomas y a señas y como sea<br />
pero se puede comerciar; hay muchas chucherías que<br />
realmente se piensa uno en comprarlas por la situación de<br />
lo bromoso, lo largo <strong>del</strong> viaje, así es de que en muchas<br />
ocasiones lo que conviene nada más es ver y comprar<br />
cualquier cosa de recuerdo.” 127<br />
La siguiente acerca de EL MUSEO DE LOS ROLLOS DEL MAR<br />
MUERTO EN TIERRA SANTA. “Regresamos a la plaza de Damasco<br />
con nuestros recientes amigos <strong>del</strong> establecimiento<br />
fotográfico y efectivamente ya tenían lista la cámara,<br />
funcionando correctamente, se les pagó lo que era el valor<br />
de la reparación y nos salimos de aquel lugar en que<br />
vendían artículos fotográficos y entre ellos una fotografía<br />
panorámica de Jerusalem; ahí la comadre Josefina compró una<br />
que conserva y que cada vez que la ve, que ni qué se ha de<br />
acordar de todas las peripecias en la tierra <strong>del</strong> Señor.<br />
De la casa comercial fotográfica, fuimos a darle a el gusto<br />
de mi compadre Jesús que es la nieve, muy buena; en una<br />
nevería que ve hacia el lado Sur de la Plaza donde está la<br />
puerta de Damasco.<br />
Después de agasajar al paladar, tomamos un taxi y le<br />
dijimos también en inglés que nos llevara a el Museo de los<br />
Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto, nos entendió a las mil maravillas el<br />
chofer y nos llevó a este lugar; pasamos por abajo de las<br />
murallas <strong>del</strong> viejo Jerusalem y tomó rumbo que pudiéramos<br />
decir hacia el hotel de nosotros y nos enseñó donde era el<br />
Parlamento Israelí y nos fue acercando a el Museo de los<br />
Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto. Fue en el año de mil novecientos<br />
cincuenta y dos, cuando en una forma accidental un<br />
pastorcito israelí que andaba en las montañas próximas al<br />
127 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. La columna en la que Cristo fue golpeado.<br />
Hidrocálido. Viernes 6 de abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P. 5.<br />
525
Mar Muerto, cuidando su chinchorro de chivas vio en unos<br />
acantilados una cueva y entró a la misma, se encontró con<br />
unos cántaros, los cuales tenían unos rollos escritos y<br />
entonces ese chamaco dio parte a las autoridades y cuál<br />
sería la sorpresa de que estos rollos fueron narraciones,<br />
hechas por los Escenios en estos pergaminos, en relación<br />
con los hechos <strong>del</strong> Antiguo Testamento, sobre todo los<br />
libros de los profetas, entre ellos Isaías<br />
El Departamento de Cultura de Israelí se encargó de hacer<br />
una investigación exhaustiva de todas las cavernas que se<br />
veían en las proximidades <strong>del</strong> Mar Muerto, en los<br />
acantilados de las sierras, o sea, las montañas y ver si<br />
ahí se encontraban más escritos de los Escenios y cuál<br />
sería la sorpresa que efectivamente en varios lugares de<br />
éstos se encontraron con rollos dentro de cántaros y que se<br />
conservan en buen estado con excepción de uno que sí estaba<br />
un tanto mutilado y que correspondía a épocas de tal vez<br />
principios de la Era Cristiana y que escondieron los mismos<br />
Escenios en estas cuevas para cuidar su obra de las manos<br />
de los saqueadores y ladrones; entonces para evitar esos<br />
robos buscaron la forma de encontrar lugares seguros, y<br />
guardar lo que ellos hacían escribiendo en los pergaminos.<br />
Fue hasta nuestra época como decíamos en un principio, en<br />
mil novecientos cincuenta y dos, cuando se descubrieron los<br />
rollos, que en una forma genérica se les llama los Rollos<br />
<strong>del</strong> Mar Muerto; en el mundo de la cultura, esto fue una<br />
cosa sorprendente, en el sentido <strong>del</strong> impacto que causó la<br />
existencia de esta obra literaria.<br />
Israel se encontró con testimonios mucho muy agradables de<br />
los que fue el Antiguo Testamento, con los rollos<br />
encontrados mismos que forman el acervo <strong>del</strong> Museo de los<br />
Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto. La arquitectura empleada en este<br />
museo es de líneas completamente modernos y llenas de<br />
simbolismo, paredes de piedra negra contrastando con<br />
526
paredes blancas y que nos hablan <strong>del</strong> bien y <strong>del</strong> mal,<br />
construido en medio de jardines, tiene distintas secciones<br />
una por ejemplo, está dedicada a la cultura Griega, otra, a<br />
la cultura Romana, otra la cultura Egipcia, en fin, donde<br />
se encuentran los Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto; esta sala es<br />
grande se encuentra en la parte central, tiene una cúpula<br />
muy curiosa por que es un tanto plana y se levanta en su<br />
parte central, alguien comenta que es semejante a un<br />
sombrero charro mexicano y yo le encuentro más semejanza a<br />
la arquitectura Indú, que al sombrero charro, pero en fin<br />
eso es para darnos una idea de cómo es esta sección <strong>del</strong><br />
museo, entra uno a ella y tiene una música de fondo muy<br />
agradable que hace que nuestro espíritu vea con reverencia<br />
estos escritos, llama mucho la atención el centro de la<br />
sala que es circular y en él se encuentra el libro <strong>del</strong><br />
Profeta Isaías, que tiene como unos ocho metros de largo<br />
este pergamino, naturalmente que no sabemos que es lo que<br />
dice, por que su escritura, me supongo, ha de ser Arameo, y<br />
no sabemos este idioma, pero está también junto a él, la<br />
traducción en inglés, de lo que está diciendo este<br />
pergamino.” 128<br />
Y concluye con el texto YA EN AGUASCALIENTES. “Del Museo de<br />
los Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto tomamos otro taxi y nos llevó al<br />
hotel, para descansar y preparar nuestras maletas porque en<br />
la madrugada tendríamos que salir rumbo al aeropuerto Ben<br />
Gurión. Una vez que arreglamos nuestro equipaje nos fuimos<br />
a cenar en el hotel, la cena fue en el restaurant que está<br />
en la planta alta <strong>del</strong> hotel Shalom, con una vista primorosa<br />
de lo que es la ciudad de Jerusalem. Emotivamente desde<br />
nuestro hotel le dimos el adiós a Jerusalem, noche<br />
primorosa, recuerdo como si estuviera viendo, desde el gran<br />
ventanal de nuestra habitación un valle, más allá las mu-<br />
128 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El museo de los rollos <strong>del</strong> mar muerto en<br />
tierra santa. Hidrocálido. Sábado 7 de abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P. 4.<br />
527
allas de Jerusalem viejo, detrás de las murallas, las<br />
cúpulas, las torres, los minaretes, la Historia Sagrada, la<br />
<strong>presencia</strong> de Cristo, en nuestra tierra, en nuestro mundo y<br />
sobre de Jerusalem, la luna en cuarto creciente. Marte y<br />
Júpiter en el firmamento resplandeciendo primorosamente;<br />
todo Jerusalem iluminado, el Jerusalem dorado, el Jerusalem<br />
que nos daba el adiós y nosotros también.<br />
A la mañana siguiente nos levantamos como a las cuatro y<br />
media de la madrugada, puesto que a las cinco diez, iba a<br />
estar un taxi que nos llevaría al aeropuerto Ben Gurión,<br />
para continuar nuestro tour hacia la cuna de nuestra<br />
cultura; volábamos de Israel a Grecia. A las mera cinco con<br />
diez minutos llegó el taxi que nos condujo al aeropuerto,<br />
subimos nuestro equipaje, nos despedimos <strong>del</strong> personal de<br />
guardia de la administración, ya estaba amaneciendo cuando<br />
esto acontecía y entonces nos fuimos por las orillas de<br />
Jerusalem rumbo hacia el Noroeste, a través de grandes<br />
avenidas, donde empezaron las luminarias de los arbotantes<br />
a apagarse, por la intensidad de la luz y en esos momentos<br />
nos estuvimos acordando nuestros amigos Jorge Rodríguez<br />
León y por supuesto de don Roberto Díaz; por ser Jorge guía<br />
de los electricistas de Aguascalientes y segundo a bordo<br />
<strong>del</strong> gran amigo Don Roberto Díaz; siguiendo el taxi rumbo<br />
hacia el aeropuerto, se harán alrededor de unos cuarenta<br />
minutos de Jerusalem, al aeropuerto Ben Gurión, por una<br />
carretera extraordinaria con varios carriles y rápido;<br />
antes de las seis de la mañana ya estábamos en el<br />
aeropuerto Ben-Gurión y nos acercamos al mostrador de<br />
Olimpic Airlines para hacer nuestros trámites de salida y<br />
cuál sería nuestra sorpresa de que al salir nos hacen otro<br />
interrogatorio minucioso: De que si no habíamos hecho<br />
amistades en Israel de que si no nos habían hecho algún<br />
encargó para alguien fuera de Israel y si nosotros hicimos<br />
nuestras maletas, si estas las dejamos abandonadas algún<br />
528
momento, en fin, ya después de una serie de preguntas que<br />
nos hizo una muchacha a través de una intérprete se dieron<br />
cuenta de que no había nada por hacer y le pusieron un<br />
sello a nuestras maletas, de que ya estaban revisadas.<br />
Cerca de las ocho y media de la mañana abordamos la nave de<br />
Olimpic Airlines, que se llama Dionisio, empezábamos a<br />
entrar al mundo de Grecia, a la cultura Helénica. Este<br />
aparato fue un Douglas DC-737; la línea de este aparato no<br />
es agradable, pudiéramos decir que es un avión barrigón, un<br />
aerobús que nos iba a transportar lentamente, pero eso nada<br />
más es sólo la imagen; ya que estábamos en este avión,<br />
volvíamos a la cultura nuestra, a la cultura Occidental,<br />
despegó el avión a las nueve de la mañana y así concluimos<br />
nuestra visita a Israel, la tierra de Dios, la tierra en<br />
que nuestro Señor Jesucristo vivió, la tierra donde se hizo<br />
la doctrina que nos ha impulsado a todos los Cristianos de<br />
los pueblos de la cultura occidental. ¡Adiós Jerusalem!<br />
¡Adiós Israel! ¡Adiós, al pueblo de Dios!;<br />
Muchas gracias amable lector por haberme acompañado por más<br />
de una vez en tus lecturas diarias, por la tierra de Dios<br />
en esta columna de "Con los Ojos de la Fe".<br />
Muchas gracias a don Agustín Morales Padilla y su equipo de<br />
trabajo, por haberme dado espacio en tan prestigiado diario<br />
"HIDROCALIDO".<br />
Nos seguiremos viendo por las calles y plazas de nuestro<br />
amado Aguascalientes y un fuerte abrazo. (FIN).” 129<br />
Hay otros textos escritos de acuerdo a condiciones<br />
coyunturales uno de ellos fue producto de haber fungido<br />
como Magistrado <strong>del</strong> Tribunal Electoral de la entidad. Su<br />
título es LA BUENA FE Y LA DEMOCRACIA. Ahí dice: “Pues<br />
bien, estimados conciudadanos, henos aquí en una nueva<br />
comisión que nuestra Patria, al través <strong>del</strong> Congreso <strong>del</strong><br />
129 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Ya en Aguascalientes. Hidrocálido.<br />
Domingo 8 de abril de 1990. secc. Semanario. P.4.<br />
529
Estado nos ha conferido; formamos parte <strong>del</strong> Tribunal Local<br />
Electoral, con el cargo de Magistrado e integran, además<br />
este cuerpo colegiado los señores licenciados en Derecho,<br />
Joaquín Cruz Ramírez, quien es presidente, Raúl de Luna de<br />
Luna, quien también comparte responsabilidades como<br />
Magistrado y Gustavo Adolfo García Ruano que se desempeña<br />
como secretario, labor que realiza con mucho celo y<br />
profesionalismo.<br />
Nuestros nombramientos han sido motivo de orgullo y honra;<br />
el ser mexicano y amar a nuestra Patria son el común<br />
denominador que nos une.<br />
Por buena fe debemos entender, no tener malicia que pueda<br />
torcer las manifestaciones de buena voluntad cuando éstas<br />
se dan y esta buena fe aplicada al gobierno de las cosas<br />
públicas, hacen que la democracia florezca en todo su<br />
esplendor.<br />
Al estudiar nuestra Ley Electoral nos hemos dado cuenta que<br />
la actuación <strong>del</strong> Tribunal Local Electoral es de buena fe y<br />
hemos llegado, los integrantes <strong>del</strong> mismo a sustentar los<br />
siguientes conceptos:<br />
"Los magistrados, por opinión unánime consideran que el<br />
Tribunal Local Electoral, según interpretan el espíritu de<br />
la Ley, es un organismo, jurisdiccional de buena fe en toda<br />
la amplitud <strong>del</strong> concepto; el cual, dentro de la esfera de<br />
sus atribuciones, debe procurar que la Ley Electoral se<br />
aplique sin rigorismos jurídicos ni formalidades excesivas,<br />
sino al amparo de la equidad, que como atributo de la<br />
justicia permita dar un sentido hasta cierto punto flexible<br />
y siempre humano a las normas jurídicas de su materia, toda<br />
vez que con dicha disposición legal se busca que procesos<br />
electorales sean fácilmente accesible a la participación de<br />
los votantes, que sean nítidos y sobre todo rectos, de<br />
forma que no dejen lugar a duda, que de otra manera, dada<br />
530
la susceptibilidad de los partidos políticos, podría<br />
presentarse.<br />
De esa suerte, el tribunal puede suplir las deficiencias,<br />
si las hubiera, de las promociones que formulen quienes<br />
tengan capacidad para dar en su caso el impulso procesal<br />
correspondiente, siempre que tales promociones no<br />
desvirtúen el orden jurídico, entorpezcan el procedimiento<br />
o sean frivolas o notoriamente improcedentes".<br />
Como ven, la Ley Electoral, la buena fe y las ganas de<br />
servir a nuestros conciudadanos e institutos políticos,<br />
serán los principios rectores <strong>del</strong> Tribunal Local<br />
Electoral.” 130<br />
Otro texto titulado EL NOTARIO AGUASCALENTENSE, da cuenta<br />
de la labor y responsabilidad de los integrantes <strong>del</strong><br />
gremio. Ahí dice: “El día doce de Octubre, en<br />
Latinoamérica, además de ser el "Día de la Raza", se<br />
celebra el "Día <strong>del</strong> Notario"; la explicación que damos a<br />
esto, es que, debido a que dentro de la tripulación de Don<br />
Cristóbal Colón, llega a las playas de la Isla de<br />
Guanahaní, isla a la que su descubridor denominó San<br />
Salvador, el Escribano Real, Don Rodrigo de Escobedo y<br />
antes de tomar posesión en nombre de los Reyes de España,<br />
de dicha Isla, el Navegante Genovés le pidió a su<br />
Escribano, levantara acta de tal suceso, debido a la gran<br />
importancia de esto. Por lo anterior, la Unión<br />
Internacional <strong>del</strong> Notariado Latino, ha escogido el día doce<br />
de Octubre, para que sea el "Día <strong>del</strong> Notario".<br />
Pensemos cómo nuestros Notarios, sirven a Aguascalientes y<br />
con ello a México.<br />
En primer lugar, el ejercicio <strong>del</strong> Notario en el Estado de<br />
Aguascalientes, es una función de orden público, a cargo<br />
<strong>del</strong> Ejecutivo <strong>del</strong> Estado, quien la ejercerá por <strong>del</strong>egación<br />
130 Villalobos Ramírez, Gabriel. La buena fe y la democracia. Hidrocálido. Viernes 28 de abril de<br />
1995. secc. secc. En la vida social arte y cultura. P. 3<br />
531
a profesionistas <strong>del</strong> Derecho, a virtud <strong>del</strong> "Fíat" que les<br />
expide para su desempeño y el Notariado tiene por objeto,<br />
hacer constar los actos y hechos jurídicos a los que los<br />
interesados deban o quieran dar autenticidad, conforme a<br />
las leyes.<br />
Así pues, el Notario lo es por <strong>del</strong>egación que le hace el<br />
Poder Ejecutivo y su función primordial, es dar seguridad<br />
jurídica a los actos y hechos entre particulares, y tan es<br />
así, que cuando las gentes se dan cuenta de que un Notario<br />
interviene, sienten tranquilidad y seguridad en sus<br />
intereses.<br />
El Notario, debe ser un profesional <strong>del</strong> Derecho y eso debe<br />
de impulsarlo a estudiar constantemente esta rama de la<br />
ciencia para poder servir mejor, ya que constantemente<br />
cambia, adecuándose a la problemática social y no se diga<br />
en Derecho Fiscal, pues es muy común que los ordenamientos<br />
que regulan el mismo, tienen modificaciones hasta tres<br />
veces en un mismo año, por lo tanto, el Notario debe de ser<br />
un constante estudioso <strong>del</strong> Derecho.<br />
E1 Notario catedrático; muchos de nuestros Notarios<br />
aguascalentenses, imparten clases en distintas<br />
instituciones y en nuestro medio en el Centro de Artes y<br />
Humanidades de nuestra Universidad, impartiendo materias<br />
dentro de la carrera de Derecho, transmitiendo sus<br />
conocimientos sin egoísmos a generaciones, sin importarle<br />
el aspecto económico, siendo toda entrega a la juventud<br />
estudiosa.<br />
El Notario como periodista siendo conocedor <strong>del</strong> medio en<br />
que se desarrolla, sabe manejar el Idioma escrito en su<br />
constante quehacer y el amor hacia nuestra comunidad, hace<br />
que el notario tome la pluma y aborde la tribuna de la<br />
prensa para fomentar la cultura y orientar a la opinión<br />
pública.<br />
532
El Notario en la administración pública; también participa<br />
en la cosa pública, pues hay leyes que le dan intervención<br />
en el gobierno <strong>del</strong> Estado y otros casos, previos permisos<br />
para separarse de su función actúan en puestos gubernativos<br />
muchos de nuestros Notarios han sido Secretarios de<br />
Gobierno actualmente lo es uno; Secretarios particulares<br />
<strong>del</strong> Gobernador como también lo es hoy día, secretarios <strong>del</strong><br />
Presidente Municipal, etc.<br />
En cuanto a la política el notario debe ser el político,<br />
más político sin ser político. Es político porque todos los<br />
que vivimos en comunidad no podemos sustraernos a esta<br />
actividad, pues el simple y trascendental hecho de emitir<br />
su voto lo hace a uno político. El notario debe ser de las<br />
personas más políticas porque dentro de su función debe<br />
atender a la ciudadanía sin atender a su filiación política<br />
y el notario no debe ser político porque definitivamente su<br />
función es otra muy distinta a esta actividad.<br />
De todo lo anterior, deducimos que el Notario es un<br />
profesional <strong>del</strong> Derecho, verdaderamente participativo en el<br />
constante quehacer de la vida en nuestro querido<br />
Aguascalientes y de los cuales nuestro pueblo se siente<br />
orgulloso.<br />
¡Felicidades en su día señores Notarios!” 131<br />
Otra serie de escritos los dedica a la descripción de un<br />
evento que es parte de sus pasiones, la fiesta brava. El<br />
título es: A un Año de la Reinauguración. Testimonio<br />
Notarial <strong>del</strong> Coso Monumental. Lo presenta en Seis Partes.<br />
En la primera describe: “Número doce mil cuatrocientos<br />
nueve, volumen doscientos setenta y tres.<br />
En la ciudad de Aguascalientes, Capital <strong>del</strong> Estado <strong>del</strong><br />
mismo nombre, de la República Mexicana, siendo las<br />
dieciseis horas, con veinticinco minutos <strong>del</strong> día veinte de<br />
131<br />
Villalobos Ramírez, Gabriel. El notario aguascalentense . Hidrocálido. Sábado 12 de<br />
octubre de 1985. secc. B p. 3<br />
533
abril de mil novecientos noventa y uno, Yo, licenciado<br />
Gabriel Villalobos Ramírez, Notario número tres de los <strong>del</strong><br />
Estado, en ejercicio, a solicitud <strong>del</strong> señor don Fermín<br />
Barba González, Presidente <strong>del</strong> Patronato de la Feria<br />
Nacional de San Marcos, me constituí en la Plaza Monumental<br />
de Toros de Aguascalientes, ubicada en la esquina de la<br />
Avenida López Mateos Poniente y calle Rafael Rodríguez, de<br />
esta Ciudad, con el objeto de levantar una acta en relación<br />
con la reinauguración de dicho coso con motivo de su<br />
remo<strong>del</strong>ación y ampliación y así como de la primer corrida<br />
de toros <strong>del</strong> serial taurino, que con motivo de la Feria<br />
Nacional de San Marcos se ofrece a la afición, por lo que<br />
levanto la presente acta de:<br />
CERTIFICACIÓN DE HECHOS<br />
Disponiéndome en el seno de mi hogar a ir a la<br />
reinauguración de la Plaza Monumental de Toros de<br />
Aguascalientes y a la primer corrida de este año, en mi<br />
calidad de aficionado; recibí una llamada telefónica de<br />
parte <strong>del</strong> licenciado Fernando Quezada Leos, Secretario <strong>del</strong><br />
Patronato de la Feria Nacional de San Marcos, quien a<br />
nombre <strong>del</strong> señor Fermín González Presidente de dicho<br />
Patronato, me pedían que de inmediato me trasladara a la<br />
Plaza Monumental de Aguascalientes, para en mi calidad de<br />
Notario levantara la presente acta por lo que de inmediato<br />
y con los elementos necesarios nos fuimos mi familia y yo a<br />
dicha Plaza, ellos a nuestras localidades y yo a cumplir mi<br />
función Notarial.<br />
Llegamos a la Plaza Monumental de Aguascalientes, en una<br />
tarde con un sol luminoso aunque el cielo tenia algo de<br />
estratus, la temperatura <strong>del</strong> medio ambiente fue de treinta<br />
y dos grados centígrados, es decir calurosa y la Plaza<br />
lucia con toda su majestuosidad, sus primorosas torres con<br />
balcones de cantera labrada, con columnillas y arcos de<br />
medio punto y luego luciendo con gran nobleza el escudo<br />
534
nobilísimo de Aguascalientes, otros balcones y sobre de<br />
ellos el techo de teja con sus aleros rematado con una<br />
balaustrada en cantera. Entre las cuatro torres un corredor<br />
con arcos de medio punto y todo el corredor con un techo de<br />
tejas estando este un una forma de volado, sobre de ellos<br />
desde la calle se ve otro corredor en proceso de construcción,<br />
apareciendo el embudo de la gradería rematando<br />
con una barda con ventanales de amplio arco, toda la<br />
herrería de la Plaza con un gusto extraordinario y se me<br />
antoja que es una plaza de tipo andaluz muy semejante a la<br />
de la Real Maestranza de la Ciudad de Sevilla, México debe<br />
sentirse orgulloso de esta Plaza Monumental y quienes<br />
intervinieron en su ampliación y remo<strong>del</strong>ación y las<br />
autoridades que los apoyaron deben sentirse orgullosos de<br />
dejar a las futuras generaciones un testimonio <strong>del</strong> empuje<br />
de Aguascalientes a fines <strong>del</strong> Siglo XX (veinte).<br />
En la Plaza de Toros había un verdadero tumulto de las<br />
gentes que querían ser testigos de los actos de<br />
reinauguración y de la primer corrida de feria, y esto se<br />
acentuaba por la falta de Indicativos para ingresar a la<br />
misma, por ahí en medio de aquél tumulto me encontré a mis<br />
amigos Jorge Duran Valadez, ex Presidente <strong>del</strong> Patronato de<br />
la Feria Nacional de San Marcos, el farmacéutico José<br />
Sánchez.” 132<br />
Segunda de Seis Partes<br />
“Todo este nerviosismo de alegría estaba enmarcado por las<br />
alegres notas de los pasos dobles que tocaba la Banda<br />
Sintónica Municipal, bajo la batuta <strong>del</strong> maestro Don<br />
Fernando Soto, me acerqué con uno de los músicos y le<br />
pregunté que si no había visto al señor Gobernador y me<br />
indicó que ya había pasado y que se había ido rumbo a la<br />
puerta de cuadrillas, por lo que me fui rumbo a ese lugar y<br />
132 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />
Monumental. Hidrocálido. Martes 21 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />
535
en las proximidades <strong>del</strong> mismo me encontré a mi amigo el<br />
señor ingeniero Jorge Díaz de León Valdivia y él tuvo la<br />
gentileza de conducirme hasta donde estaba el señor<br />
Gobernador y llegamos en el momento en que, en compañía de<br />
su señora esposa Doña Miriam Cruz de Barberena, de Don<br />
Fermin Barba González y esposa Doña Esther Suárez <strong>del</strong> Real<br />
Colmenero de Barba, así como <strong>del</strong> Doctor don Alfonso Pérez<br />
Romo y esposa, Guillermo González Martínez, éstos últimos<br />
empresarios <strong>del</strong> coso, el locutor Adiel Bolio, los matadores<br />
Alfonso Ramírez "Calesero", Rafael Rodríguez, Efrén Adame y<br />
muchísima gente <strong>del</strong> ambiente taurino, el señor Gobernador<br />
develaba una placa metálica colocada en uno de los muros de<br />
la Plaza, que está donde termina el corredor, cerca de la<br />
puerta de cuadrillas, placa que dice: "La afición de<br />
Aguascalientes dedica esta placa al C. Ing. Miguel Ángel<br />
Barberena Vega, Gobernador Constitucional <strong>del</strong> Estado en<br />
reconocimiento al gran impulso que ha otorgado a la Fiesta<br />
Brava, con la ampliación y remo<strong>del</strong>ación de nuestra hermosa<br />
Plaza Monumental.- Aguascalientes, Ags., 20 de Abril de<br />
1991".<br />
-—De la develación de la placa antes dicha, por el señor<br />
Gobernador quien vestía pantalón azul marino, camisa sport<br />
gris azulosa y saco de gamuza gris, él y toda la comitiva<br />
fuimos al patio de cuadrillas en que se respiraba los<br />
momentos de nerviosismo de parte de los toreros que tienen<br />
antes de una corrida y el señor Gobernador se fue hasta<br />
donde empieza la arena y cortó un listón que sostenían dos<br />
muchachas de la escaramuza charra y acompañado de los<br />
diestros Rafael Rodríguez y Alfonso Ramírez "Calesero desde<br />
este punto saludó a la afición que se encontraba en los<br />
tendidos. En seguida fue a las proximidades de la capilla<br />
en la que antes de entrar a ella y adosada a la pared se<br />
encuentra un mármol traslúcido en el que están gravadas las<br />
imágenes de Jesús crucificado y de Santa María de Guadalupe<br />
536
y dentro de la capilla un Cristo escultórico de la imagen<br />
<strong>del</strong> Santo Señor <strong>del</strong> Encino, en este lugar el señor<br />
Gobernador saludó a los diestros, Eloy Cavazos, Miguel<br />
Espinosa y Jorge Gutiérrez, así como a los integrantes de<br />
sus cuadrillas, mismos que actuarían en esa tarde, toreando<br />
un encierro de la ganadería guanajuatense de “Begoña”<br />
propiedad <strong>del</strong> licenciado Raúl Bailleres Gual, hubo<br />
fotografías y tomas para la televisión, asimismo saludó a<br />
los médicos de la Plaza, Enrique González Medina, José<br />
Manuel Ramírez Isunza, Héctor Treviño Herrera, Carlos<br />
Hernández y otros más que se sentían orgullosos de las<br />
instalaciones de la enfermería y naturalmente entre ellos<br />
el doctor Campos Licastro que es toda una autoridad en<br />
cirugía taurina y por ahí el médico de almas, presbítero<br />
Guadalupe Díaz Morones, de este lugar y en una forma rápida<br />
nos fuimos al palco <strong>del</strong> señor Gobernador y en él ya estaban<br />
las esposas de los funcionarios que nos acompañaban junto<br />
con la señora Miriam Cruz de Barberena y su hijita,<br />
asimismo en ese lugar, se encontraba la grata <strong>presencia</strong> <strong>del</strong><br />
señor secretario general de gobierno, licenciado Guillermo<br />
Ballesteros y su señora esposa; la plaza estaba adornada<br />
con guirnaldas de cedro y esparcidos medallones con<br />
crisantemas amarillas.<br />
El reloj de la plaza de toros Monumental de Aguascalientes<br />
marcaba las cinco en punto de la tarde, cuando el señor<br />
Juez Contador Público Jesús Dávila, acompañado de su asesor<br />
el ex-matador Felix Briones, ordenaron al trompetista el<br />
toque de cuadrillas y se sintió que con el sonido de los<br />
parches y metales se estremecía el ánimo de la<br />
concurrencia.” 133<br />
Tercera de Seis Partes<br />
133 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />
Monumental. Hidrocálido. Miércoles 22 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />
537
“Y se vio salir por la puerta de cuadrillas un apuesto<br />
charro con traje gris que se encaminó hasta eI burladero de<br />
matadores, montando su caballo alazán tostado para pedir la<br />
llave de toriles, entrega la misma al torilero don Santos<br />
Zamora y regresa a la puerta de cuadrillas y bajo las notas<br />
<strong>del</strong> paso doble "CIELO ANDALUZ" se inicia el paseíllo<br />
encabezado por el charro seguido de dos muchachas de una<br />
escaramuza charra, y luego los tres espadas que actuaron,<br />
vistiendo principescamente, Eloy Cavazos a la Izquierda con<br />
un terno azul cielo y oro; Jorge Gutiérrez luciendo un<br />
traje grana y oro, en el centro y al lado derecho Miguel<br />
Espinosa con terno azul rey y oro, detrás de ellos sus<br />
respectivas cuadrillas y cerrando, el tronco de mulas de<br />
arrastre que difícilmente era controlado por los<br />
monosabios; cuando termina el paseíllo se guarda un momento<br />
de silencio culminando con un aplauso en memoria de la<br />
ganadera de Peñuelas doña Raquel González y de quien fuera<br />
Juez de Plaza Arturo Macías de Luna "Él Cejas",<br />
recientemente fallecidos. En seguida dieron una vuelta al<br />
ruedo en unos carritos eléctricos la Reina de la Feria<br />
señorita María Cristina Hernández Aizpuru, en un automóvil<br />
y en otro sus Princesas las señoritas María Isabel Alvarez<br />
González y Ana Sofía de la O Berumen; por allá en los<br />
palcos a medias de los tendidos una manta que decía:<br />
"Saludos a la mejor afición de México, Peña, el Color de la<br />
Divisa, Monterrey, N.L.".- La afición aplaudió nutridamente<br />
a los tres espadas y los hizo salir de su burladero al<br />
tercio para agradecer la ovación.<br />
Siendo las diecisiete horas con seis minutos la autoridad<br />
ordena las alturas se inicie la lidia <strong>del</strong> primero de la<br />
tarde, se abre la puerta de toriles y sale al ruedo un toro<br />
negro bragado bien enmorrillado con el número ciento cinco<br />
y de cuatrocientos setenta y cuatro kilos, de nombre<br />
"Siempre Juntos" de la ganadería de Begoña cuya divisa es<br />
538
verde y oro, misma que corresponde al diestro Eloy Cavazos,<br />
después de que lo corren, el matador lo recibe con una<br />
tanda de cuatro verónicas rematadas con una media, en<br />
seguida salen los de a caballo y tan sólo actuar uno de los<br />
piqueros, el matador pide cambio de suerte cubriendo el<br />
segundo tercio en forma brillante las Infanterías y siendo<br />
las diecisiete horas con quince minutos, Eloy brinda a toda<br />
la afición y en un segundo brindis al señor Gobernador<br />
Constitucional <strong>del</strong> Estado; inicia la faena a base de<br />
derechazos como seis tandas de los mismos algunos coreados<br />
con ¡oles! y de estas tandas iniciadas con molinetes hubo<br />
por ahí un cambio por la espalda y cuando se perfiló a<br />
matar hubo protestas de parte <strong>del</strong> público y siendo las<br />
diecisiete horas con veintiún minutos mata al toro de una<br />
estocada, no hubo petición de orejas y tan solo el diestro<br />
salió a los tercios a agradecer.<br />
Al empezar la lidia <strong>del</strong> anterior toro tanto el quien andaba<br />
vestido con un pantalón beig y camisa sport de color guinda<br />
a cuadros dejamos nuestro lugar a la Reyna y Princesas y en<br />
el palco en que me fui que está a la derecha <strong>del</strong> anterior<br />
me encontré con el Ingeniero Marciano Padilla y también vi<br />
al Arquitecto Ignacio Rivera Ríos a quien te di un abrazo<br />
de felicitación porque fue una de las principales gentes<br />
que intervinieron en la remo<strong>del</strong>ación de la Plaza.<br />
Suenan los clarines ordenando la salida <strong>del</strong> segundo de la<br />
tarde mientras que la Banda Sinfónica Municipal, toca el<br />
paso doble "En el Mundo" y aparece por la puerta de<br />
chiqueros otro negro bragado de cuatrocientos cuarenta y<br />
dos kilos trayendo en los costillares el número ciento<br />
cuarenta, mismo que corresponde al torero de esta tierra<br />
Miguel Espinosa "Armillita Chico", los peones lo corren y<br />
salen sueltos al animal y cuando se asienta le instrumenta<br />
Miguel tres verónicas rematadas con una revolera, salen los<br />
de a caballo y el toro va hacia el jamelgo con una codicia<br />
539
extraordinaria empujando al piquero hasta la barrera y este<br />
lo pica en dos ocasiones llevándose una chifleria de parte<br />
de la afición y aún le da un piquete extra el cual también<br />
es coreado con chiflidos; una vez que se retiran los de a<br />
caballo se queda Miguel en los medios con el toro e<br />
instrumenta una serie de verónicas rematadas por una media<br />
verónica siendo un quite primoroso; la gente pide que<br />
Miguel Espinosa banderille a el toro pero no acepta y los<br />
peones cubren el tercio, siendo extraordinario el último<br />
par puesto por el peón, el cual tuvo necesidad de brincar<br />
la barrera. Miguel brinda a todos, después de cumplir con<br />
la autoridad empieza la faena con un trincherazo y luego<br />
una serie de derechazos de antología rematando con un pase<br />
de pecho.” 134<br />
Cuarta parte.<br />
Viene otra serie de derechazos, es desarmado por el toro<br />
quien razga la muleta le proporcionan otra y siguen los<br />
derechazos lentos, largos aguantando y fue tal la emoción<br />
que la Banda empezó a tocar pasos dobles, Miguel estaba<br />
metiendo toda la carne al asador, viene un paso afarolado<br />
continuando derechazos y la gente estaba de locura, iguala<br />
y da un estoconazo la medía vuelta cayendo el toro y los<br />
pañuelos de los aficionados parecían como una bandada de<br />
palomas blancas pidiendo al Juez las orejas <strong>del</strong> toro,<br />
Chucho Dávila premia la meritoria faena con dos orejas y<br />
Miguel da la vuelta al ruedo.<br />
Por allá en las alturas vi dos mantas, con letreros y una<br />
de ellas decía: "Gracias Ing. Barberena Vega por conjugar<br />
la majestuosidad y belleza de nuestra Plaza de Toros<br />
Monumental con arte y señorío torero" y otra manta que la<br />
leía yo parcialmente en virtud de que fue un lleno absoluto<br />
134 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />
Monumental. Hidrocálido. Jueves 23 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />
540
de las personas que fueron a <strong>presencia</strong>r la corrida y tan<br />
sólo leía lo siguiente: "Gracias Sr. Gobernador por apoyar<br />
a la fiesta brava <strong>del</strong> torero fino...".<br />
Hago notar que los burladeros que hay en el ruedo están<br />
cubiertos con unos tablones de madera al parecer de<br />
mezquite, de un espesor como de unos diez centímetros y la<br />
madera está labrada con distintos temas, pues en uno hay<br />
racimos de uvas y rosas, en otro un sol formado con<br />
banderillas y en el centro una cabeza de toro, en otro un<br />
capote con flores, en otro hay una pelea de gallos y<br />
también en otro el tema de la balaustrada <strong>del</strong> Jardín de San<br />
Marcos.<br />
El clarín de orden de la autoridad manda que salga el<br />
tercer toro de la tarde, éste es de nombre "Diecinueve”<br />
tiene el número ciento veinticuatro y según el letrero que<br />
está arriba de la puerta de toriles, pesa cuatrocientos<br />
setenta y cuatro kilos, igual que sus hermanos es un negro<br />
bragado, al salir brinca la barrera, pero rápido es<br />
regresado al redon<strong>del</strong>, este toro es para Jorge Gutiérrez,<br />
al principio sale suelto el animal y después Jorge lo<br />
recoje y viene una serie de verónicas serenas y tranquilas<br />
rematando con media verónica, salen los piqueros y el toro<br />
tiene verdadera codicia para los caballos y después de<br />
haber sido bien picado, ordena la autoridad que se vayan<br />
los de a caballo y luego Jorge hace el quite con tres<br />
chicuelinas antiguas y remata con esa flor <strong>del</strong> toreo que es<br />
la revolera; la cuadrilla cubre el segundo tercio bastante<br />
bien; previo permiso de la autoridad Jorge brinda la muerte<br />
<strong>del</strong> tercer toro a la hijita <strong>del</strong> señor Gobernador, empieza<br />
la faena con unos doblones y busca la embestida por todos<br />
lados; el toro es lento y Jorge voluntariamente lo torea,<br />
lo recibe con un molinete y luego unos derechazos, el toro<br />
no se presta para el lucimiento y Jorge se ve voluntarioso,<br />
hubo un momento en el que se iba a caer de frente a la cara<br />
541
<strong>del</strong> toro, viene otro molinete y pases por alto, la gente le<br />
aplaude y después de que hace una faena meritoria abanica<br />
al toro, lo pone en suerte se perfila a matar dejando buena<br />
estocada y después de la labor de enterradores por parte de<br />
los peones, dobla el toro y el puntillero lo despacha al<br />
destazadero, el público aplaude y premia al diestro con<br />
vuelta al ruedo.<br />
El padre Willy hace su circo de equilibrio sobre la barda<br />
de las barreras y con su bolsa de cuero pide limosna para<br />
sus obras sociales, por allá por el palco número nueve, una<br />
bandita de música hace las <strong>del</strong>icias de los concurrentes de<br />
aquella zona y también como cosa novedosa hacia la<br />
izquierda <strong>del</strong> biombo de la autoridad, en cuatro palcos se<br />
instaló un restaurant; hago constar que también amenizó el<br />
festejo la Banda Sinfónica <strong>del</strong> hermano estado de<br />
Zacatecas.” 135<br />
Quinta de seis partes.<br />
Después <strong>del</strong> clarinazo de la autoridad sale por la puerta de<br />
chiqueros un toro castaño con el nombre de "Padre Bueno",<br />
número 133 con cuatrocientos ochenta y cuatro kilos que<br />
corresponde a el matador Eloy Cavazos, lo recibe con dos<br />
tandas de verónicas para que entren en funciones los de a<br />
caballo que lo pican por dos ocasiones, los peones cubren<br />
el segundo tercio, por cierto que el banderillero <strong>del</strong><br />
último par, tan solo clavó un palo, la autoridad ordena<br />
cambio de tercio y el de Monterrey no brinda la muerte <strong>del</strong><br />
toro, instrumenta algunos derechazos que son coreados, rematando<br />
con gran pase por alto, haciendo esto como unas<br />
tres veces, dentro de la zona de toriles, cita de lejos e<br />
instrumenta un molinete como preámbulo de una serie de<br />
derechazos, mata a este toro de una media estocada, con la<br />
habilidad de costumbre y se escuchan aplausos aislados.<br />
135 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />
Monumental. Hidrocálido. Jueves 24 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />
542
El Juez ordena salga al ruedo el quinto toro de la tarde<br />
"no hay quinto malo" y este toro le va hacer honor a este<br />
refrán taurino, sale por la puerta de toriles un toro<br />
castaño con su color más cargado hacia la cabeza, es decir<br />
medio caperuzo, con el número ciento veinte en los<br />
costillares, nos dicen que es de cuatrocientos ochenta<br />
kilos y por nombre Buen Ejemplo, el cual es para el matador<br />
Miguel Espinosa "Armillita Chico", quien recibe al burel<br />
con una serie de verónicas extraordinarias, rematando con<br />
una media verónica, salen los de a caballo y nos<br />
encontrarnos con un toro en extremo codicioso que no se<br />
despega <strong>del</strong> caballo y después de ser bien picado Miguel<br />
hace un quite por chicuelinas rematando con una verónica<br />
desmayando los brazos, el respetable le pide a Miguel que<br />
banderille, pero no lo hace por lo que las infanterías<br />
cubren el segundo tercio, después de pedir permiso a la<br />
autoridad, brinda la muerte de este toro a su hermano el<br />
matador Manolo Espinosa, al que los aficionados le brindan<br />
un aplauso, el matador inicia la faena con un trincherazo,<br />
cambia la muleta a la mano izquierda y viene una serie de<br />
naturales de magnifica clase, el toro reposa, lo cita de<br />
lejos, arranca el animal y viene una serie de derechazos,<br />
rematando por un pase por altos, otra serie igual que la<br />
anterior y luego otras series de naturales, embarcando al<br />
toro, lentos largos, mandones, después siguen derechazos<br />
con un señorío extraordinario, cita de lejos con la sonrisa<br />
en los labios y antes de que arranque el toro voltea con el<br />
maestro don Fernando Soto director de la Banda Municipal,<br />
pidiéndole que toque la de aquí, o sea "Pelea de Gallos",<br />
uniéndose como siempre aficionados a la petición, el señor<br />
Gobernador <strong>del</strong> Estado, ya que la máxima autoridad de la<br />
plaza es el señor Juez, el caso es que aceptó el director<br />
de la Banda Municipal y esto sirvió de marco para aumentar<br />
la brillantez de la faena, arranca el toro y este gran<br />
543
torero lo recibe con un trincherazo, viene una serie de<br />
derechazos maravillosos, la gente ya no tiene garganta para<br />
gritar ¡Ole!, viene una serie de naturales y le molesta una<br />
banderilla, logra quitarla y viene un farol con la muleta<br />
una serie de derechazos y desplantes de valor en que<br />
acaricia al toro, se perfila para matar y todo el público<br />
grita: "No", "no" hace caso Miguelito y siguen los naturales,<br />
es un manicomio la plaza ante la faena que<br />
presenciábamos, se perfila para matar al toro, don Miguel<br />
Espinosa "Armillita Chico", y le deja un estoconazo, hasta<br />
los gavilanes, esto ya fue la locura de todos, de toreros y<br />
aficionados, el toro recula hacia las tablas, don Miguel lo<br />
sigue sin muleta, el toro llega hasta el burladero de<br />
matadores entregándose a los servicios <strong>del</strong> puntillero,<br />
quien acierta, se oye un coro ensordecedor de la plaza con<br />
el grito ¡torero! ¡torero!” 136<br />
sexta<br />
“Los pañuelos ondean, viéndose la Plaza nuevamente como un<br />
gran torero de Aguascalientes las dos orejas y el rabo <strong>del</strong><br />
toro que hizo honor a su nombre "Buen Ejemplo"; hubo<br />
aficionados que cargaron en hombros a Miguelito Espinosa,<br />
después de que un charro le entregó las dos orejas y el<br />
rabo a éste gran torero que por méritos propios es un gran<br />
señor, después dio dos vueltas al ruedo una de ellas<br />
acompañado <strong>del</strong> hijo <strong>del</strong> ganadero Javier Alberto Bailleres y<br />
en medio de la euforia de las gentes que a su paso<br />
aventaban flores, prendas de vestir botas de vino para que<br />
se refrescara la boca, cosa que hizo mientras que la afición<br />
contaba hasta el número veinte, terminó la vuelta al<br />
ruedo y fue hasta los medios donde agradeció la ovación<br />
cerrada que le brindó la afición.<br />
136 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />
Monumental. Hidrocálido. Viernes 25 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />
544
Estando todos sumamente emocionados con lo que acabamos de<br />
ver, el Juez ordena la salida <strong>del</strong> sexto de la tarde, por<br />
medio <strong>del</strong> clarín, se abre la puerta de chiqueros y salta al<br />
ruedo un toro negro bragado de cuatrocientos cincuenta<br />
kilos, con el número cincuenta y tres en los costillares,<br />
tiene salida natural y va a dar hasta el burladero de<br />
matadores donde se lesiona el cuerno izquierdo, pero no se<br />
despencó sale el maestro de Hidalgo, Jorge Gutiérrez a<br />
quien alcanza a ver que se santiguo y le instrumenta una<br />
serie de verónicas de maravilla, que fueron coreadas con<br />
oles por una afición caldeada de emociones con la actuación<br />
<strong>del</strong> maestro anterior, salen los de a caballo, Jorge cuida<br />
que el toro sea bien picado, en la medida en que los<br />
necesita, se retiran los picadores y Jorge instrumenta un<br />
quite por gaoneras muy ceñidas, rematando con revoleras,<br />
los peones cubren el segundo tercio en una forma muy bien<br />
hecha; el matador pide permiso a la autoridad y brinda la<br />
muerte de ese toro al Ingeniero Carlos Godoy, quien fue el<br />
anterior empresario de esta Plaza. Jorge Gutiérrez da faena<br />
citando al toro de rodillas, toreando al toro por alto,<br />
como debe ser, luego vienen los derechazos todavía de<br />
rodillas, se levanta cita al toro de lejos e instrumenta un<br />
trincherazo y luego viene, derechazos de antología se pasa<br />
al toro por la espalda y vienen los derechazos lentos,<br />
largos, mandones, rematando por lo alto en este momento<br />
siendo las diecinueve horas prenden todos las reflectores<br />
de la luz de la Plaza, ya que parte de ellos fueron<br />
prendidos más temprano, Jorge cita al toro viene un<br />
molinete y después una serie de naturales aguantando al<br />
máximo, medio se tropieza, se repone y viene de ahí los<br />
naturales nuevamente y luego un molinete de rodillas, se<br />
pasa al toro por alto y ahí están los derechazos en redondo<br />
y remata por alto, los gritos emocionados "TORERO", no se<br />
hacen esperar cita al toro y hace el pase <strong>del</strong> desdén, en el<br />
545
aire se dejan oir las notas de las dianas y los pasos<br />
dobles, viene una tanda de naturales, de maravilla y remata<br />
con un afarolado, otra serie de derechazos dignos de ser<br />
perpetuados por un escultor, sigue toreando en redondo; se<br />
perfila para matar de nuevo otro estoconazo también hasta<br />
los gavilanes, en este instante eran las diecinueve horas,<br />
con ocho minutos, viene el derrame sangriento por el hocico<br />
<strong>del</strong> toro y dobla cerca <strong>del</strong> burladero de la puerta de<br />
cuadrillas, de nuevo los pañuelos como palomas cubren la<br />
Plaza, la gente constantemente grita "TORERO" "TORERO", el<br />
Juez concede a este gran torero mexicano las orejas y el<br />
rabo, vienen las vueltas al ruedo, una de ellas en compañía<br />
<strong>del</strong> hijo <strong>del</strong> ganadero y todos nos maravillábamos <strong>del</strong><br />
corridón, de la histórica corrida de reinauguración de la<br />
Monumental de Aguascalientes.<br />
Dejo constancia de que fue informado que algunos de los<br />
toros lidiados fueron de la ganadería de Santa Teresa,<br />
también propiedad de la familia Ballares; de los toros<br />
lidiados por su gran calidad los dos últimos merecieron<br />
arrastrarse lentos y consignó que una de las autoridades<br />
<strong>del</strong> callejón lo fue Don Alberto Marín <strong>del</strong> Campo, tan<br />
caballero como siempre.<br />
Terminada la corrida fui al patio de cuadrillas toda la<br />
gente feliz saludándose unos otros, por ahí vi a mi<br />
compañero el licenciado Jesús Eduardo Martin Jáuregui,<br />
acompañado de su señora esposa Doña Irene Clemente de<br />
Martín, haciéndose lenguas de elogio para lo que vi que<br />
recargados en la pared tenían imágenes con grandes<br />
veladoras prendidas, a la Virgen <strong>del</strong> Perpetuo Socorro, a<br />
San Judas Tadeo, a San Francisco de Asís y a la Virgen de<br />
Fátima y allá de lejecitos presidiendo este Santo Santorum<br />
la imagen escultórica <strong>del</strong> Cristo Taurino <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />
Encino.<br />
546
Las últimas luces <strong>del</strong> astro rey se dejaban ver detrás <strong>del</strong><br />
Cerro <strong>del</strong> Muerto, la gente iba en la calle toreando y por<br />
último saludé en la esquina de la calle Rafael Rodríguez y<br />
Avenida López Mateos Poniente, a Doña María Teresa Arellano<br />
de Rodríguez quien esperaba a su esposo "El Volcán de<br />
Aguascalientes Rafael Rodríguez y también ahí saludé a Don<br />
Humberto Elizondo, todos felices, se había escrito una<br />
página más de la historia taurina de nuestro amado<br />
Aguascalientes.<br />
PERSONALIDAD.- El señor Fermín Barba González, me demostró<br />
su personalidad de Presidente <strong>del</strong> Patronato de la Feria<br />
Nacional de San Marcos, con oficio que en la Feria dice.<br />
Un sello de goma que dice Estados Unidos Mexicanos, Poder<br />
Ejecutivo. Estado de Aguascalientes. Dependencia.<br />
Secretaría General de Gobierno. Asunto. Se extiende<br />
nombramiento. Aguascalientes, Ags., 28 de noviembre de<br />
1989. C. Fermín Barba González. Presente. En uso de la<br />
facultad que me concede el Artículo Segundo, de la Ley <strong>del</strong><br />
Patronato de la Feria Nacional de San Marcos, designo a<br />
usted Presidente <strong>del</strong> Patronato de la Feria Nacional de San<br />
Marcos, con las facultades y obligaciones que su Ley<br />
Orgánica le confiere. Exhorto a usted a poner su capacidad,<br />
dedicación e imaginación en su desempeño. Sin otro<br />
particular le reitero a usted las seguridades de mi<br />
particular estimación. Sufragio Efectivo. No reelección. El<br />
Gobernador Constitucional <strong>del</strong> Estado. Ing. Miguel Ángel<br />
Barberena Vega. Firma Ilegible. El Secretario General de<br />
Gobierno. Lic. Héctor Valdia Carreón. Firma Ilegible.<br />
GENERALES 1.- El señor Fermín Barba González, mexicano por<br />
nacimiento e hijo de padres mexicanos, de cincuenta y cinco<br />
años, nació el cuatro de junio de mil novecientos treinta y<br />
cinco, originario y vecino de esta ciudad, con domicilio en<br />
Doctor Díaz de León quinientos doce, casado, comerciante.<br />
547
YO, EL NOTARIO CERTIFICO.- a) Que conozco al otorgante y<br />
que tiene capacidad legal, b).- Que lo relacionado y<br />
transcrito en la presente acta, concuerda fiel y<br />
exactamente con sus originales con los que se compulsó y<br />
cotejó y a los me remito, c).- Que le leí al otorgante la<br />
presente acta, explicándoles el valor y las consecuencias<br />
legales de su contenido, d).- Que bajo protesta de decir<br />
verdad manifiesta el señor Fermín Barba González, que no le<br />
ha sido revocado ni modificado en forma alguna su<br />
personalidad, e).- Que el otorgante manifestó su<br />
conformidad con la presente acta, la ratificó en todas sus<br />
partes y la firmo el día veinte de abril de mil novecientos<br />
noventa y uno. DOY FE.<br />
Firmas.- Fermín Barba González. Ilegible. Ante mí. Gabriel<br />
Villalobos R. Mí sello de autorizar.<br />
AUTORIZACIÓN.- Aguascalientes, Ags., veinte de abril de mil<br />
novecientos noventa y uno. Autorizó definitivamente la<br />
anterior escultura, en virtud de no generar crédito fiscal.<br />
DOY FE. Gabriel Villalobos R. Rúbrica.<br />
Mi sello de autorizar.<br />
ES PRIMERA COPIA SACADA DEL PROTOCOLO Y SE EXPIDIÓ EN<br />
CALIDAD DE PRIMER TESTIMONIO PARA EL SEÑOR DON FERMÍN BARBA<br />
GONZÁLEZ, EN CARÁCTER DE SOLICITANTE. VA EN SIETE FOJAS<br />
ÚTILES DEBIDAMENTE CORREGIDAS Y COTEJADAS DOY FE.<br />
AGUASCALIENTES, AGS., VEINTIUNO DE ABRIL DE MIL NOVECIENTOS<br />
NOVENTA Y UNO.” 137<br />
Uno de sus textos es producto de algunas consideraciones<br />
que hace sobre su persona el lic. Joaquín Cruz Ramírez, en<br />
una de sus colaboraciones <strong>del</strong> Hidrocálido, con el título:<br />
El caballero de los leones. Ahí Cruz Ramírez dice: “Hace<br />
poquito, en uno de estos articulillos me referí a la risa,<br />
señalando que el común de las gentes, las de bien formado<br />
137 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />
Monumental. Hidrocálido. Sábado 26 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />
548
criterio, cuando menos, la consideran como un don de Dios.<br />
Yo, aunque poco valga mi opinión, pienso que es muy cierto<br />
ese criterio, por cuya razón admiro y reverencio, y además<br />
les tengo envidia a quienes han sido beneficiados de ese<br />
don.<br />
El señor licenciado Don Gabriel Villalobos y Ramírez, ha<br />
recibido esa gracia y le ha llegado a manos llenas, que<br />
luego él la ejercita a todo repique. La letra "y" entre sus<br />
dos apellidos, no la usa el agraciado, sino que yo se la<br />
pongo para dar mayor énfasis a la invocación de la buena<br />
merced <strong>del</strong> señor licenciado, ya que esa costumbre había<br />
para las personas de alto rango, entre las cuales coloco a<br />
esta de que me ocupo.<br />
De reposado continente, de gestos y de ademánes expresivos,<br />
bizarro y entonado, siempre anda como para armas tomar para<br />
eso de la risa y el buen humor. No necesita hacerse<br />
cosquillas para que la boca se le hinche de risa. Su<br />
tranquila, conciencia y su gusto de vivir propician su buen<br />
humor, que luego se desagua en risa.<br />
Hay ocasiones que así nomás como si se tratara de daca esas<br />
pajas, le llega la risa a borbotones, pero nunca<br />
descompuesta. Se acuerda de algo festivo y antes de poderlo<br />
comentar con los circunstantes, nomás inclina la cabeza,<br />
generalmente al lado derecho, cierra los ojos, aprieta los<br />
labios, le sube la sangre a la cabeza y se pone colorado, y<br />
esto es reír, de tan buena manera, que los demás nomás de<br />
verle también dan rienda suelta a la hilaridad, sin saber<br />
la causa de la risa <strong>del</strong> contagiante. Calidad es esta de la<br />
gente buena que obra en todos sus actos sin malicia. A<br />
veces hasta parece que está desmorecido, cuando la risa le<br />
aprieta.<br />
De ánimo blando, imprime una cadencia sosegada a sus<br />
palabras. Menudamente y por sus pausas cuenta cada cosa que<br />
hay que oír. Los chistes que dice, las anécdotas que<br />
549
efiere, los sucedidos que menciona y todo cuanto platica<br />
lo presenta envuelto en un tono de refinado gusto.<br />
Hasta las cosas más serias y solemnes las relata de muy<br />
buena manera. Se sabe la Biblia mejor que Moisés y las<br />
cosas mundanas mejor que las culebras. A cada una le da el<br />
toque adecuado a su auditorio y a las circunstancias. Se<br />
levanta a media noche para leer las Sagradas Escrituras<br />
unas veces; otras, el Derecho Canónico, en cuya materia ya<br />
es un experto y está a punto de convertirse en Protonotario<br />
de esa legislación. Es Abogado en ambos Derechos y en todos<br />
los demás. Pero también le revuelve de otras lecturas, como<br />
aquella de los Gritos <strong>del</strong> Infierno, que quien sabe quien<br />
será el autor, pero que él, como si hubiera hecho pacto y<br />
concierto con el mismísimo demonio, los lee con fruición<br />
tal como si fueran cosas edificantes. Parece en estas<br />
ocasiones, que usa espada tan cortadora como las que en<br />
siglos pasados fueron conocidas como <strong>del</strong> perrillo. Esta<br />
para que nadie ose apartarlo <strong>del</strong> goce de tales lecturas.<br />
En fin, es caballero andante que busca entuertos que<br />
desfacer. Bien le viene para estos efectos el nombre de<br />
Caballero de los Leones, igual que Don Quijote, ni más ni<br />
menos. Sólo que los Leones de Gabrielito, que así lo llamo<br />
yo por afecto, no son para pelear en su contra como el de<br />
la Triste figura, ora Don Quijote, sino para hacer alianza<br />
con ellos, que estos Leones son los <strong>del</strong> Club al que<br />
pertenece juntamente con los cuales lleva a cabo, aparte,<br />
de otras muchas, obras de beneficio social.<br />
Aquel Caballero Andante, Don Quijote, poco o nada dormía.<br />
En una ocasión le reprochó a Sancho Panza que es muy<br />
glotón, diciéndole: Tú naciste para vivir comiendo y para<br />
vivir muriendo. En cambio este otro Caballero Gabrielito, o<br />
por decir de otra manera, el Caballero de los Leones, está<br />
muy hecho a hincar el pico en cuanto golosina aparece ante<br />
su vista. Al vino hasta le echa bendiciones conforme a un<br />
550
itual de su cosecha. Aquel caballero poco o nada se reía.<br />
En cambio este otro, hasta le sudan los dientes cuando de<br />
eso se trata.<br />
Dios siga socorriendo a Gabrielito con el don de la risa,<br />
que nomás con ella hace mucho bien a los demás.” 138<br />
Como consideración a ese texto Gabriel Villalobos escribe<br />
otro titulado: Don Joaquín Cruz Ramírez. MAGISTER ET<br />
AMICUS. Ahí expone: “En días pasados el señor licenciado<br />
Don Joaquín Cruz Ramírez, que escribe en nuestro periódico<br />
“HIDROCALIDO” hace una semblanza de mi persona<br />
denominándome “Caballero de los Leones" y se hace lenguas<br />
en manifestar virtudes de que carezco y, en cuanto humano,<br />
me agradan, me agradan, pero la verdad de las cosas me ve<br />
con ojos de misericordia.<br />
¿Que me río? Sí es cierto, pero esto es consecuencia de la<br />
vida feliz, que Dios me ha dado, por mi familia como clan,<br />
por mi familia íntima mi esposa, que es el centro de mi<br />
universo, mis hijos y mis hijas que son los luceros de mi<br />
existencia y conste que ahora digo hijas, porque aparte de<br />
mi hija, la reina Lupita han aparecido en mi mundo<br />
afectivo, dos más, mis queridas nueras Claudia y Lucrecia<br />
que han venido a aumentar con sus bondades nuestra<br />
felicidad. Por ustedes mis amigos que son el entorno de mi<br />
diario vivir y que dentro de sus virtudes hacen que mi vida<br />
sea el instrumento de Dios para soltar la carcajada.<br />
Que sé la Sagrada Biblia mejor que Moisés, puede ser que<br />
sí, pues Moisés, tan sólo se dio cuenta <strong>del</strong> Pentateuco y ya<br />
en nuestras generaciones es más grande la historia de la<br />
salvación, pero quieren que les diga a fuer de ser sincero,<br />
no sé tanto como don Joaquín que con sus estancias en la<br />
Ciudad Eterna, casi es un gran Presidente <strong>del</strong> Pío Colegio<br />
Apostólico de Estudios Superiores de Teología, Sagradas<br />
138 Cruz Ramírez, Joaquín. Gabrielito Villalobos Ramírez. Caballero de los Leones. Hidrocálido.<br />
Jueves 10 de Agosto de 1995. pp. 1 y 4.<br />
551
Escrituras y Liturgia con sede en el Transtevere de la<br />
imperial Ciudad de Roma.<br />
En cuanto a las bendiciones al vino, sí es cierto, pues mis<br />
compadres Jesús Román Rodríguez, Raúl Martínez Saavedra y<br />
yo formamos el trío “Miseria” y antes de entrar en escoleta<br />
para entonar “La negra noche”, mismas que se llevan al cabo<br />
en Mesa Grande, Calvillo, en la huerta de guayaboas que se<br />
llama “El Tata” le damos gracias a Dios por su grandeza,<br />
por nuestra amistad y por el vino que nos da que sirve para<br />
fomentar la amistan y no para convertirnos en bestias y lo<br />
hacemos en el nombre de El Padre, <strong>del</strong> hijo y el espíritu<br />
Santo y después de esto chillen las balas.<br />
Otro complemento a lo anterior les diré, que hay una<br />
persona que quiere ingresar a nuestro grupo y convertirlo<br />
en cuarteto: es la gran Meso-Soprano mexicana Doña Oralia<br />
Domínguez, pero actualmente pasa por severos análisis y aún<br />
está pendiente su ingreso.<br />
Estas escoletas para ser favorecidos por Orfeón, son<br />
primorosas , esos edenes que son las huertas de Calvillo y<br />
agreguen a esto el gran don de gentes de todos los<br />
integrantes de la familia Román Estrada, con sus maestros<br />
en la bondad don Jesús y doña Josefina que cuantas veces<br />
nos invitan, ahí estemos y que conozcamos la carretera a<br />
Calvillo por gemes y cuartas.<br />
Bueno, pero realmente mi intención en este comentario (Que<br />
en su forma verdaderamente es un articulejo) es decirles<br />
que el Lic. Don Joaquín Cruz Ramírez, es un gran señor, y<br />
se me llena la boca de orgullo en llamarlo maestro y amigo<br />
y ahora agréguenle que es mi compadre, pues qué<br />
satisfacción. Natural que por su modestia, don Joaquín no<br />
escribirá sobre sus virtudes pero yo sí puedo hacerlo.<br />
Soplaban los últimos vientos de la guerra Cristera y<br />
Aguascalientes abría sus amorosos brazos a todos los<br />
emigrantes <strong>del</strong> vecino Jalisco, entre ellos de la muy noble<br />
552
y leal población de Teocaltiche, llegaron los Cruz Ramírez<br />
encabezados por don Darío y doña Petrita y llegaron al<br />
barrio más barrio de Aguascalientes, a ¡Triana!,<br />
establecieron su hogar en la calle Colón, quedaban atrás<br />
las bellas páginas de la infancia en el remanso pueblerino<br />
y ahora entrar a la forja de la juventud; según tengo<br />
entendido don Joaquín recibió el llamado de Dios para<br />
dedicar su vida al sacerdocio e ingresó al Seminario Menor<br />
de la Diócesis y ahí empezó a nutrirse en sus primeros<br />
latines, pero a Dios se le puede servir de distintas<br />
maneras, deja el Seminario y pasa a formar parte de esa<br />
fragua de grandes mexicanos que es la Preparatoria <strong>del</strong><br />
antes Instituto de Ciencias de Aguascalientes, antecedente<br />
inmediato anterior de nuestra actual Universidad Autónoma<br />
de Aguascalientes, y como todos nosotros emigró al terminar<br />
sus estudios, en forma brillante en la Prepa; se fue a la<br />
Universidad Nacional Autónoma de México y en la Escuela<br />
Nacional de Jurisprudencia, en la calle de San Ildefonso,<br />
se empapa en el mundo <strong>del</strong> Derecho con sabios maestros como<br />
don Antonio Díaz Soto y Gama, don Ricardo García<br />
Villalobos, don Esteban Ruiz y tantos grandes hombres que<br />
crearon el México jurídico de hoy.<br />
Se recibe don Joaquín de Licenciado en Derecho y trabaja<br />
para el Departamento de Asuntos Indígenas y lo envían a<br />
Oaxaca, a tierra de caudillos, como Delegado, y pácatelas,<br />
¿Qué creen? allá flechó Cupido, se enamora de su Paloma,<br />
Licha Limón y se casa, para luego venirse a su amado<br />
Aguascalientes, aquí forman su hogar y Dios le envía a sus<br />
hijos: Joaquín, Elisa, Patricia, Carlos, Manuel, Edmundo y<br />
Leticia.<br />
Estando ya radicados en esta ciudad por su entrega a la<br />
juventud fue maestro en varias instituciones como la Prepa,<br />
la Normal y el Guadalupe Victoria; fue mi maestro de Latín<br />
en la Prepa. No creas maestro que se me puede olvidar que<br />
553
me regalaste el texto en que estudié tu materia, muy<br />
agradecido, muy agradecido.<br />
Don Joaquín, hombre de acendrado mexicanismo, todo entrega<br />
a sus semejantes por medio <strong>del</strong> servicio público, ha sido<br />
Procurador de Justicia, dos veces Secretario General de<br />
Gobierno, con el profesor don Edmundo Gámez Orozco y con<br />
Rodolfo Landeros Gallegos, por cierto que ante la<br />
intempestiva muerte <strong>del</strong> primero fugazmente fue Gobernador,<br />
así es que dentro <strong>del</strong> permanente progreso de esta nuestra<br />
tierra, también está el gran esfuerzo de él.<br />
Hombre amante de las letras, Joaquín Cruz se sintió como<br />
pez en el agua al ser más de una década director <strong>del</strong> diario<br />
El Sol <strong>del</strong> Centro, ahí formó reporteros veraces y honestos,<br />
y los hizo hombres de bien, pues en más de una ocasión fue<br />
su guía moral. En este tiempo el Coronel García Valseca,<br />
dueño de la cadena de periódicos al que pertenecía el Sol<br />
<strong>del</strong> Centro, lo comisionó para que a nivel nacional<br />
informara desde Roma el Concilio Vaticano II, lo que<br />
permitió a todos los mexicanos con sus hermosos comentarios<br />
casi ocupar una cátedra en las sesiones de dicho evento y a<br />
su retorno le valió que el Coronel José García Valseca, le<br />
ofreciera la Dirección de El Sol de México, pero el destino<br />
marcó otro derrotero, ya que el señor profesor don Enrique<br />
Olivares Santana le había otorgado su Fíat de Notario y<br />
prefirió la paz de Aguascalientes y declinó al honrosa<br />
invitación de ser director de El Sol de México, periódico<br />
de circulación nacional.<br />
Su vida notarial, llena de logros Don Joaquín Cruz Ramírez<br />
es honra y prez <strong>del</strong> Notariado Hidrocálido, por su rectitud,<br />
entrega y enseñanza que nos da a todos los Notarios.<br />
Mi querido compadre Joaquín Cruz Ramírez (es padrino de mi<br />
hijo el licenciado Jorge) es de los hombres que han escrito<br />
la historia de México, fue en época <strong>del</strong> licenciado don<br />
Benito Juárez cuando se rompieron las relaciones entre el<br />
554
Estado <strong>del</strong> Vaticano y el Estado Mexicano y ya cuando las<br />
aguas retomaron sus cauces dentro <strong>del</strong> río de la civilidad y<br />
<strong>del</strong> Derecho, en el sexenio pasado se reanudaron las<br />
relaciones y Aguascalientes estuvo presente, porque el<br />
primer Embajador mexicano ante la Santa Sede en esta etapa,<br />
fue el señor profesor don Enrique Olivares Santana y el<br />
primer Cónsul Mexicano lo fue el señor licenciado don<br />
Joaquín Cruz Ramírez y dentro de sus colaboradores estuvo<br />
el señor licenciado Armando López Campa, por lo tanto con<br />
euforia decimos: ¡Aguascalientes presente! Actualmente el<br />
señor licenciado don Joaquín Cruz Ramírez se desempeña como<br />
presidente <strong>del</strong> Tribunal Local Electoral y por su manera de<br />
ser, don de mando, discreto, sabiduría y humanismo se ha<br />
ganado el aprecio y estimación de todos los que vamos en<br />
esa barca.<br />
La diosa fortuna le ha dado premios a nuestro licenciado,<br />
ayuda a toda su familia y regaló a nuestro pueblo, la torre<br />
sur <strong>del</strong> templo <strong>del</strong> Sagrado Corazón, de esta ciudad.<br />
Forma parte el licenciado Cruz Ramírez de la administración<br />
<strong>del</strong> Fideicomiso Olivares Santana para el fomento de la<br />
educación y cultura.<br />
Decíamos que nuestro gran personaje es nombre de letras y<br />
constantemente escribe en El Hidrocálido y sus artículos,<br />
son de fondo formando el criterio de nuestra gente, y lo<br />
hace en forma amena pues se habla de tú con Cervantes y<br />
emplea los giros idiomáticos de éste con gran propiedad.<br />
El oficio más grande que ha desempeñado el licenciado don<br />
Joaquín, es el de ser hombre, pues con su linda Paloma han<br />
hecho un hogar de muy buenos aguascalentenses, con<br />
acendrado amor a todo lo mexicano, todos los hijos hombres<br />
y mujeres valen por sus propios méritos pero su contextura<br />
de bondad la adquirieron en la atmósfera de amor y<br />
comprensión que les brindaron mis queridos compadres,<br />
Joaquín y Licha; ya me los imagino, como Patriarcas <strong>del</strong><br />
555
Antiguo Testamento, rodeados de sus hijos, nietos y ahora<br />
empiezan los bisnietos.<br />
Bueno, compadre yo también ya hice un esbozo de tu muy<br />
buena persona y de los que te rodean, convengo que fue con<br />
brocha gorda, ya vendrá alguien que con pinceles <strong>del</strong>icados<br />
y con galanura te describa.<br />
Por lo que a ti respecta, Sancho ya no tengas el<br />
atrevimiento, de tomar la pluma para emular al Maese<br />
Joaquín, déjalo que él, que lleva buenas relaciones con el<br />
caballero de la triste figura, continúe con sus grandes<br />
artículos y no articulillos iluminando el mundo de las<br />
letras de este bello Aguascalientes.” 139<br />
IV. Consideraciones finales.<br />
Poco cabe agregar a este recorrido por la vida y obra <strong>del</strong><br />
licenciado Gabriel Villalobos Ramírez. A lo largo <strong>del</strong> texto<br />
139 Villalobos Ramírez. Gabriel. Don Joaquín Cruz Ramírez. MAGISTER ET AMICUS.<br />
Hidrocálido. Jueves 24 de agosto de 1992. pp. 1 y 7.<br />
556
él nos lo ha dicho. Es un hombre cuyo historia estuvo<br />
regida por la disciplina y el amor, valores que han sido el<br />
pilar de todas sus acciones.<br />
El amor familiar lo llevó tener una convicción<br />
profundamente religiosa para comprender en su plenitud la<br />
relevancia y trascendencia <strong>del</strong> ser humano, es en ese amor<br />
que finca no solo en su convivencia social, dentro <strong>del</strong><br />
ámbito familiar, de las amistades y conocidos de sus<br />
entornos, sino que éste proviene de una creencia, de una fe<br />
de que el amor debe procurarse de conformidad con la<br />
doctrina cristiana, es un amor que aspira a la<br />
universalidad. Por ende, su disciplina está encaminada a<br />
ese fin.<br />
Aunque sabe que las complejas relaciones sociales impiden<br />
la realización plena de su meta, no deja de contribuir<br />
dentro de su entorno para lograr su meta, hasta donde<br />
pueda, hasta donde llegue.<br />
De lo único que podemos estar seguros es que Gabriel<br />
Villalobos ha vivido plenamente, disfrutando <strong>del</strong> trabajo,<br />
de la convivencia familiar, de la comida, de la bebida, <strong>del</strong><br />
canto, <strong>del</strong> baile y su irrefrenable apetencia de<br />
conocimiento de su barrio y sus gentes: familiares, curas,<br />
toreros, su pasado y su presente; de todo aquello que le<br />
haga sentir que se ha reconocido y realizado como ser<br />
humano en un entorno humano, con todas sus alegrías y<br />
tristezas certezas y angustias, con todo eso que<br />
caracteriza la afirmación de lo humano.<br />
Estas palabras tienen un sustento, toda la larga obra que<br />
ha plasmado en papel. Lamentablemente, como ya se dijo en<br />
su momento, no todos los escritos han logrado una difusión<br />
amplia, pero damos constancia de ellos en este ejercicio<br />
biobibliográfico.<br />
Gabriel Gutiérrez Pantoja.<br />
Marzo <strong>del</strong> 2006.<br />
557