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presencia del pensamiento acalitense contemporáneo xv

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PRESENCIA DEL PENSAMIENTO ACALITENSE CONTEMPORÁNEO XV<br />

GABRIEL VILLALOBOS RAMÍREZ: pasión por Aguascalientes.<br />

Cuando Aguascalientes no es solo el nombre de un espacio<br />

geográfico ni solo un sitio para la convivencia social<br />

obligada, el nombre adquiere nuevo sentido y contenido; se<br />

asume como parte de una relación simbiótica entre el<br />

individuo y el medio geográfico e histórico urbano con la<br />

consecuente vinculación al entorno social.<br />

Para Gabriel Villalobos, Aguascalientes no es nada más el<br />

sitio en donde nació, creció, formó una familia y ha estado<br />

durante la mayor parte de su vida, sino es su pasión; la<br />

cual expresa cuando habla de su barrio, su casa, su<br />

oficina, su familia, sus amigos y sus actividades. Todo lo<br />

que ha sido y es está directamente relacionado con su vida<br />

en, por, desde y para Aguascalientes. Esto podría indicar<br />

que Gabriel Villalobos es un individuo localista para quien<br />

su entorno de vida le restringe tener una visión más amplia<br />

1


<strong>del</strong> mundo, pero sucede todo lo contrario, por tener la<br />

experiencia de haber recorrido algunas partes <strong>del</strong> mundo,<br />

imbuido en la curiosidad y la inquietud de donde y como<br />

viven los humanos en otros espacios geográficos, es lo que<br />

le ha confirmado su pasión por el barrio y sus entornos,<br />

pues es la experiencia de su vida; y esto es evidente en<br />

los múltiples registros que ha dejado en distintos medios.<br />

Revisemos como se ha desarrollado esa simbiosis.<br />

I. Algunos datos biográficos.<br />

Nació un 17 de diciembre <strong>del</strong> año 1932, fue el último hijo<br />

<strong>del</strong> matrimonio formado por el profesor don Faustino<br />

Villalobos López y la profesora Doña María Mercedes Ramírez<br />

Martín <strong>del</strong> Campo de Villalobos en la casa donde ahora está<br />

su despacho, ubicada en Héroes de Chapultepec No.202<br />

oriente que, afirma, bondadosamente sus padres se la<br />

heredaron.. Su padre fue un hombre dedicado, durante 67<br />

años, a la enseñanza en el aula que, dice, fue su segundo<br />

hogar. Murió a los 83. “A mi madre la recuerdo como una<br />

matrona romana, quien tuvo por meta dos cosas: hacernos<br />

buenos católicos y buenos mexicanos y creo que en mi caso<br />

personal lo logró” 1 ; era como una guía que le platicaba<br />

sobre la familia y el barrio e incluso, explica, fue quien<br />

lo inspiro para escribir el libro sobre su barrio, el de<br />

Triana. No obstante, reconoce que cuando nació, la<br />

parroquia <strong>del</strong> Encino tenía su límite a unos cuantos metros<br />

de la casa, porque la calle era entonces el límite entre la<br />

Parroquia de la Asunción, donde está ubicada la casa, y la<br />

<strong>del</strong> Encino, la que corresponde al barrio de Triana, pero<br />

siempre dice que nació en el barrio de Triana; por eso<br />

1 http://www.aguascalientesgrafico.com/lic_gabirel_villalobos_ramirez.htm. Cabe aclarar que<br />

ésta página ya no se encuentra en el sitio donde estaba hospedada.<br />

2


suele afirmar, en un plan festivo, que es originario de<br />

“Triana de la frontera”.<br />

Fue el sexto hijo <strong>del</strong> matrimonio referido. Lo antecedieron<br />

Salvador, quien murió muy pequeño, Mercedes, a quien<br />

consideró como su segunda madre, al siguiente lo nombraron<br />

Salvador, como al primogénito, siguieron Jesús y Faustino,<br />

quien murió también pequeño. Expresa que su infancia fue<br />

extraordinaria porque su hogar fue primoroso; sus padres y<br />

hermanos eran completamente amorosos. De los amigos de<br />

entonces también conserva un recuerdo maravilloso. El<br />

primero fue Héctor Velasco Tamayo, quien ahora vive en<br />

Texas. “Le decíamos “Mamo” y vivía frente a mi casa”. Con<br />

“Mamo” estuvimos en el kinder de María Antúnez, a la<br />

vuelta de la casa, pertenecía a una familia que vigorizó el<br />

amor por nuestras tradiciones, igual que la de don Pedro<br />

Reyes, un sastre cortador. “A través de ellos conocí y<br />

disfruté de las "posaditas", de la Feria de San Marcos, de<br />

la alegría de los días de campo. Algunos ya murieron y me<br />

queda su recuerdo, otros no y me da una gran dicha verlos.”<br />

De esa época infantil afirma: Fuimos muy inquietos y<br />

cometimos varias travesuras, como ejemplo señala que una<br />

fue cuando estaba todavía en el kinder quemaron el basurero<br />

que era una caja en donde ponían la basura pues “Mamo”<br />

dijo, ¡vamos a limpiar nuestros pupitres y quemar los<br />

papeles de la basura!. Compraron unos cerillos que costaron<br />

dos centavos y prendieron un papel; pronto aquello se<br />

incendió. Luis Reyes González, quien ya estaba en cuarto<br />

año de primaria, salió de un salón con agua en un lavamanos<br />

y lo apagó; dice que: “nosotros nos fuimos hasta el último<br />

Rincón. Les habla la directora, Conchita Macías, nos decían<br />

y nos negábamos”. El Lic. Villalobos Ramírez cuenta con<br />

gran vehemencia pasajes de esa tierna infancia y también de<br />

su juventud.<br />

3


Del kinder paso al Colegio Independencia, creado por su tío<br />

abuelo, el profesor José Ramírez Palos, donde estudió de<br />

1939 a 1945 aunque tuvo un paso fugaz por el Colegio<br />

Portugal, patrocinado por la diócesis de Aguascalientes,<br />

porque los cursos regulares terminaban en el mes de agosto<br />

y esa institución ofrecía un curso complementario mientras<br />

iniciaba el siguiente ciclo escolar, como lo describe el<br />

autor en el escrito sobre la Calle de Galeana. Narra que en<br />

una ocasión, el profesor de educación física, que estaba<br />

encargado de la organización para participar en el desfile<br />

<strong>del</strong> 20 de noviembre se llevó al grupo marchando sin<br />

descanso hasta el río morcinique que estaba a la salida a<br />

Calvillo, lo cual eran unos 4 o 5 kilómetros. Debido al<br />

desorden durante la marcha, al regreso castigó al grupo y<br />

solo dejaba salir a unos cuantos en tiempos espaciados. A<br />

Gabriel Villalobos, de quien no conocía su nombre, lo dejó<br />

salir hasta las 8 de la noche; el director <strong>del</strong> colegio<br />

Benito López Velarde, le preguntó que estaba haciendo a esa<br />

hora en la escuela, a lo que Gabriel le respondió que jamás<br />

regresaría a ese colegio.<br />

Luego cursó la prepa en el Instituto de Ciencias Autónomo<br />

de Aguascalientes (ICAA) entre 1946 y 1950 en donde<br />

recuerda que tuvo momentos inolvidables. En un escrito<br />

sobre la prepa dice: “Como no recordar los apodos, las<br />

novatadas, los fandangos estudiantiles, la participación en<br />

las campañas de reina, las corridas, las peregrinaciones a<br />

Guadalupe, los exámenes, las bromas y las cosas hasta<br />

cómicas. Fue esa época algo que todavía hasta se me hace<br />

increíble y me llena de vida.”<br />

Ya para concluir sus estudios de bachillerato y pensar en<br />

los profesionales, pensó que su primera ilusión era ser<br />

embajador, sin embargo el profesor Oscar Morineau, de la<br />

Escuela Nacional de Jurisprudencia, quien impartía el curso<br />

de Introducción al estudio <strong>del</strong> Derecho en el ICAA le dijo:<br />

4


“No seas guaje, ponte a pensar que el Servicio Exterior<br />

Mexicano es el mas mal pagado, los embajadores cuando son<br />

jubilados tienen muchas deudas y aparte son soberanos<br />

desconocidos en su tierra”. Posteriormente en una charla<br />

con Jesús Reyes Ruiz, en Aguascalientes, quien llegó a ser<br />

embajador, le dijo que su maestro Morineau, había tenido<br />

mucha razón.<br />

Concluidos sus estudios, cuenta que entonces emigró con<br />

varios amigos a la ciudad de México, pues se tenía que<br />

salir a continuar en otros Estados por la inexistencia de<br />

instituciones de educación superior en la entidad. La mayor<br />

parte se iban a la ciudad de México. Afirma que “a muchos<br />

nos dolía, éramos muy jóvenes, escasos 16 a 18 años a<br />

enfrentarnos a una ciudad neurasténica en la que añora la<br />

paz y tranquilidad de Aguascalientes”. No obstante la<br />

solidaridad estaba presente, dice que “Allá la comunidad<br />

Hidrocálida éramos un club y cada 8 días estábamos en un<br />

solo lugar en el coso mas grande <strong>del</strong> mundo, la Plaza<br />

México. Fue una hermandad extraordinaria guiada por Jorge<br />

López Yánez “El Vago” y por Carlos Godoy. Se creó por<br />

nosotros la porra de ingeniería”. En lo personal, Gabriel<br />

Villalobos perteneció a la generación que ingresó en 1951 a<br />

la Facultad de Derecho. En 1956 terminó la carrera, el 14 o<br />

15 de enero, y se regresó a su tierra natal. Afirma que “Me<br />

puedo calificar como un “palomo de torre”, salí, volé,<br />

volví, regresé a mi campanario. Tuve oportunidad de<br />

quedarme en México, pero el amor a mi tierra, a mis padres,<br />

a mi gente me hizo regresar y no me arrepiento ni un<br />

segundo. Me ofrecían ser burócrata de Hacienda, de haber<br />

aceptado quizás hubiera llegado a un puesto alto, pero no,<br />

lo mío era Aguascalientes.”<br />

El 24 de febrero de 1957 recibió la <strong>del</strong>egación <strong>del</strong> Juzgado<br />

Mixto de Paz, siendo gobernador don Benito Palomino, donde<br />

estuvo 2 años hasta 1957. En ese año, el 30 de septiembre,<br />

5


presentó su examen profesional, en el que disertó sobre “El<br />

perfil de la reforma agraria en el Estado de<br />

Aguascalientes”. Luego estuvo como agente <strong>del</strong> Ministerio<br />

Público <strong>del</strong> fuero común otros dos años de enero de 1958 a<br />

diciembre de 1959. La experiencia de ejercer como<br />

Ministerio Público no fue lo suficientemente relevante, por<br />

lo que decidió separarse de la burocracia para poner su<br />

despacho en los altos de lo que era la terminal de Ómnibus<br />

de México, donde hoy se encuentra la oficina de Relaciones<br />

Exteriores.<br />

Cuando fungía como Agente <strong>del</strong> Ministerio Público se<br />

presentó Cupido, el flechazo provino de haber conocido a<br />

María Guadalupe González Ponce de quien se enamoró y hoy es<br />

su esposa. Narra: “Comencé‚ a frecuentarla el 3 de enero de<br />

1958, fue evolucionando la relación con serenatas, con idas<br />

al cine sin faltar nuestra chaperona, con idas al jardín de<br />

San Marcos, en medio de flores, de poemas, en ese<br />

Aguascalientes tan romántico que vivimos, ese que se<br />

proyectó en nuestro amor. Siempre el 3 de enero lo<br />

festejamos...acudimos a misa a San Marcos y siempre al<br />

final, acudimos a una banca a sentarnos y a platicar como<br />

novios, sin importar el frío. Cuando vi que ya ganaba 800<br />

pesos mensuales dije, ahora sí la hago y que me caso. El 8<br />

de abril de 1961 se cristalizaron nuestros deseos de formar<br />

un hogar.” Ella es mi todo, dice, simplemente no concibo la<br />

vida sin ella. Mi novia, mi esposa, mi compañera, mi<br />

amante, la luz de mi vida, el centro de mi universo y una<br />

cosa muy hermosa, todavía estoy enamorado, la veo como mi<br />

novia y la quiero profundamente, formando un hogar de lo<br />

mas hermoso que se puedan imaginar. Añade que: “El viaje de<br />

bodas fue hermosísimo y el plan de bodas le digo a mis<br />

amigos que lo dejé‚ porque se nos acabó el dinero si no<br />

fuera así todavía seguiríamos de luna de miel. Fue, agrega,<br />

a Guadalajara, Manzanillo, México, Oaxaca, Acapulco y ahí<br />

6


se nos acabó el dinero y volvimos, fueron mas de 20 días<br />

increíblemente maravillosos”.<br />

El Lic. Villalobos Ramírez, es un hombre profundamente<br />

enamorado de su familia, de su gran tesoro, que lo es todo<br />

en esta vida. Explica que: “Es lo mas bonito, lo mas<br />

tierno, el tesoro mas grande con el que Dios premia al<br />

hombre en esta vida. Y por él, afirma, no creo sino que<br />

estoy seguro que todavía estoy viviendo un gran sueño de<br />

amor. Mi esposa es tan hermosa, tan agradable, tan señora<br />

de su casa, con una personalidad increíble. Nos enamoramos<br />

de una forma tan extraordinaria que ni me la creo. Y miren,<br />

dice que aunque ya es mi esposa todavía a estas alturas no<br />

me da el sí como novia. Dios, nos dice, nos ha dado cinco<br />

grandes bendiciones, mis hijos. Gabriel, el único que no se<br />

ha casado, es oficial archivista. Jorge, un abogado que<br />

está aquí conmigo. Se casó con Claudia Landín y tienen<br />

tres hijos, Jorgito, el nieto más grande, el viejo de la<br />

danza porque es el primero de los nietos, luego Jorge<br />

Alejandro y Aranza. Mi tercer hijo es Luis Fernando,<br />

alegre, jocoso y extraordinario. Es ingeniero bioquímico e<br />

industrial y se casó con otra bellísima mujer, Lucrecia<br />

Guzmán y tienen a Luis Fernando, Gabriel, Andy y una<br />

hermosura Lucrecia, traviesa hasta la pared de enfrente y<br />

que le roba a la mama sus pinturas para arreglarse la<br />

cara. Hija, pí<strong>del</strong>e a Dios que me dé vida para bailar el<br />

vals de tus quince años. Miguel Ángel es el cuarto hijo,<br />

Lic. en informática y esta casado con María de Lourdes<br />

Altamira Esparza, tienen a dos hijos, Miguel Ángel y Héctor<br />

Emilio, son una adoración. La más chiquita y la que<br />

revolucionó mi casa es mi hija Lupita. Creció en medio de<br />

hombres y es muy aventada, no dejada y extraordinariamente<br />

femenina, casándose con el Ing. Víctor Hernández, tienen<br />

dos niños, Víctor Manuel y Valeria. Ellos son mis hijos,<br />

son mi vida, mi alegría”. Y todavía, agrega, que esa<br />

7


felicidad de la vida no se circunscribe a su hogar, pues<br />

Dios lo ha premiado con un equipo de secretarias y de gente<br />

que le ayuda en el despacho verdaderamente fabuloso;<br />

“...ellas me hacen que el trabajo de todos los días en vez<br />

de ser trabajo sea placer”.<br />

Sobre su actividad profesional explica: “Litigue, pero mi<br />

manera de ser, nada combativo, sino de tranquilidad, el de<br />

un ser que ama lo bello, que ama la naturaleza, que se<br />

embeleza con la astronomía y al que le duele el dolor, no<br />

podía ser litigante. Sufría con la gente a la que tenía que<br />

demandar en los juicios y Dios tenía para mi un premio: el<br />

de ser Notario Público. Ser magistrado de la paz, buscando<br />

la forma de que toda la gente que se acerque a mí,<br />

encuentre orientación y ayuda, evitando pleitos. La vida de<br />

Notario, agrega el Lic. Villalobos, es lo que mi Padre Dios<br />

me tenía destinado, porque para serlo primero se necesita<br />

ser abogado....soy el segundo Notario mas viejito en la<br />

Entidad. El primero es mi muy querido compadre, maestro y<br />

amigo don Joaquín Cruz Ramírez, así es que no solo soy de<br />

canas, sino que ya mero soy decano, nos dice sonriendo y<br />

refiere que inició como tal el 2 de enero de 1968. Mi<br />

primer acto notarial fue un poder que don Jesús Madrigal le<br />

otorgó a su abogado Sergio Reyes Soto, un poder para<br />

pleitos y cobranzas. Hasta hoy van unos 15 mil actos<br />

notariales y mi clientela es básicamente gente pobre, a la<br />

que puedo ayudar con un cariño muy grande. Todos me conocen<br />

aquí, no tengo grandes negocios ni mucho menos una fortuna,<br />

pero Dios me ha dado para vivir con bastante decoro<br />

sirviendo con enorme cariño a mi prójimo sin estar en un<br />

plan de rijoso. Mi espíritu es el de un conciliador, el de<br />

un sembrador de paz y armonía, lo que me tiene encantado<br />

porque me gusta servir a mis gentes y a mi Aguascalientes<br />

adorado.”<br />

8


También se desempeñó en las actividades docentes: sobre<br />

ello dice: “He sido profesor, una actividad primorosa. En<br />

agosto de 1956 me inicié, en la docencia, como maestro en<br />

el Instituto Autónomo de Ciencias y Tecnología y de la<br />

Universidad Autónoma de Aguascalientes” donde impartió<br />

cursos de Civismo, Historia de México, Historia <strong>del</strong> siglo<br />

XX, Sociología Descriptiva Mexicana y Derecho Romano<br />

“estuve ahí hasta agosto de 1990. Fueron mas de 33 años de<br />

docente, también estuve en el Guadalupe Victoria, en el<br />

Colegio de la Paz, en la Prepa Juárez, fui director de la<br />

Secundaria de la UAA de 1970 a 1975, en dos periodos de<br />

tres años, fui de los fundadores de la misma UAA en 1973,<br />

también secretario General <strong>del</strong> IACT de 1967 a 1969.<br />

Integrante de la Junta de Gobierno de la UAA de 1979 a 1989<br />

y su presidente en los dos últimos años.<br />

A través de la educación me di cuenta de nuestra evolución.<br />

Qué distinta la educación y las escuelas de antes a las de<br />

hoy. Hoy las aulas sonríen, cuanta luz y árboles, mientras<br />

que antes eran cuartuchos para 25 o 30 niños.”<br />

Otra de sus actividades ha estado relacionada con la<br />

política. Sobre ella afirma: “Todos en esta vida somos<br />

políticos, nos dice, nadie puede escapar de ella, porque no<br />

es otra cosa que la vida activa dentro de la comunidad.<br />

Cuando defino al Notario digo que es el político más<br />

político sin ser político. Es el político porque está<br />

inmerso dentro de ella, dentro de la vida de la sociedad y<br />

la actividad notarial no es otra cosa más que para que la<br />

sociedad viva en paz, para que haya credibilidad. Ve por el<br />

progreso como la constitución de sociedades mercantiles, de<br />

compra-ventas, de testamentos y de muchas otras cosas que<br />

no son más que política. Y más políticos por la sencilla<br />

razón de que servimos a toda la gente sin distinción de<br />

política, credo o religión. El Notario no debe ser<br />

político, porque no es su función, debe estar retirado de<br />

9


la política activa, debe ver por lo que es el Notariado. En<br />

la juventud debe ser participante de partidos políticos y<br />

en la madurez como funcionario electoral, yo participé‚ en<br />

varios cargos vigilando que la Ley Electoral se cumpliera.<br />

Mi experiencia fue gratificante. En 1995 me nombraron<br />

Magistrado <strong>del</strong> Tribunal Local Electoral junto con mi<br />

compadre Joaquín Cruz Ramírez y al Lic. Rafael de Luna y<br />

tanto él como yo votamos porque Joaquín fuera el<br />

presidente. Fue algo muy hermoso, pasamos días enteros<br />

estudiando y eso fue un auténtico ateneo cultural. Llegaron<br />

las elecciones y a cumplir. Tuvimos jornadas de mas de 16<br />

horas y en octubre rendimos informe de que habíamos<br />

cumplido y nos retiramos, siendo ese mi último puesto<br />

político en relación con un proceso electoral, aunque debo<br />

decir que en elecciones todos los Notarios debemos servir a<br />

los electores.”<br />

Luego el Lic. Gabriel Villalobos Ramírez habla de su paso<br />

por el Club de Leones. Con el mote de “Pescadito”, ha<br />

militado en el Leonismo desde marzo de 1964 desempeñando<br />

varios puestos en las directivas como el de presidente y a<br />

nivel <strong>del</strong> distrito como vicegobernador, y fungió como<br />

gobernador de 1998 a 1999. Expresa que es casi una religión<br />

que tiene la finalidad de hacer el bien al próximo. El Club<br />

de Leones que no trabaja no tiene razón de ser‚ porqué<br />

servir es nuestro trabajo aunque luego resulta agotador y<br />

gratificante. Añade que “A través <strong>del</strong> leonismo hay actos<br />

que le perforan al corazón. Recuerdo que una vez fuimos a<br />

repartir juguetes en un Día de Reyes, le entregué‚ un<br />

carrito a un niño, creo que nunca había recibido uno, lo<br />

vio como algo que para él era un sueño, lo dejé en el piso<br />

y me besó la mano. Eso me taladró el corazón y me di cuenta<br />

que vale la pena interpretar cabalmente el leonismo, en<br />

donde he sido secretario, presidente de mi Club y a nivel<br />

distrital gobernador de 1998 a 1999, teniendo la dicha de<br />

10


ir a la población inglesa de Birbinham en donde rendí<br />

juramento como gobernador <strong>del</strong> Distrito B-5.”<br />

De sus conocidos expresa: “...agradezco muchísimo a mi<br />

hermano -así le digo porque hemos convivido durante muchos<br />

años- Agustín Morales Padilla”, que conoció en ese<br />

Aguascalientes que era extraordinariamente romántico, como<br />

no recordar que aquí a la vuelta estaba un gran señor, don<br />

Ramón Morales, hijo de Ludgerio Morales, que venían de<br />

Teocaltiche. Don Ramón, un hombre trabajador como el que<br />

mas, junto con Juanita su admirable esposa. Formaron una<br />

hermosa familia, educando a sus hijos y miren que todos han<br />

salido positivos y dentro de ellos, nos dice, este<br />

Agustín, el presidente y director de HIDROCÁLIDO. Y también<br />

hubo otras familias, como los Álvarez, como las señoritas<br />

Gómez, como las Chávez, nietas de don José María Chávez, lo<br />

mismo Felisa Calatayud, como su nieto José de Jesús y<br />

Castro. Ah, nos dice, que recuerdos tan maravillosos de esa<br />

infancia, con un cariño, con una atmósfera de amor<br />

verdadero a los valores que nos inculcaron, de respeto<br />

absoluto y como no reconocerles el que nos supieron formar<br />

y que nos dieron un ejemplo magistral.”<br />

Si bien recuerda con nostalgia al Aguascalientes de antaño,<br />

reconoce y acepta que ha sido testigo y actor <strong>del</strong><br />

desarrollo que hoy se tiene. Sobre ello expone: “Me ha<br />

tocado, dice con orgullo, ver la transformación de nuestra<br />

amada Aguascalientes. Allí por los 40s tendríamos unos 80<br />

mil habitantes, todos nos conocíamos, éramos una gran<br />

familia y los límites de la ciudad eran, al norte, el<br />

Estanque de la Cruz, al sur el arroyo <strong>del</strong> Cedazo -hoy<br />

avenida Ayuntamiento-, al oriente cuando mucho lo que es<br />

el Estadio Victoria y al poniente donde esta la escuela 21<br />

de agosto. Hoy parece increíble el desarrollo, claro que da<br />

gusto, sin embargo, afirma, hay nostalgia <strong>del</strong> pasado. Hemos<br />

tenido la suerte de haber contado con gobernadores muy<br />

11


uenos y creo que el sismo <strong>del</strong> 85, cuando el terremoto que<br />

hizo llegar hasta aquí a muchos capitalinos, fue un gran<br />

detonante para que el crecimiento se diera. Hoy todo ellos<br />

son Hidrocalidos. Antes nos llenaban de orgullo, y aún lo<br />

son, los Ferrocarriles y sus rieleros. Habla también de la<br />

gran Fundición Mexicana y dice que el fin de los talleres<br />

es algo que ha causado profunda tristeza, pero esto ha<br />

traído una gran explosión industrial que le ha dado un<br />

nuevo y admirable desarrollo a Aguascalientes. Habla<br />

también de la industria vitivinícola, con su gran apóstol<br />

don Nazario Ortiz Garza, quien convirtió en un vergel a<br />

Aguascalientes, y con él entabló gran amistad al grado que<br />

ante su carácter de notario hizo su testamento. Añade que<br />

eso también acabó y hoy tenemos una gran industria.<br />

“Seguimos con una explosión de progreso que da un gusto<br />

enorme. Somos ya una población con mas de un millón de<br />

habitantes, con todos sus problemas y la obligación de la<br />

actual y futuras generaciones será la de conservar a<br />

Aguascalientes como la “Atenas de México”, amar la cultura,<br />

las bellas artes, ser productivos, ser positivos, esa dice<br />

el Lic. Villalobos Ramírez, es la estafeta que estamos<br />

dejando. Pudiéramos hablar de tantísimas cosas que<br />

necesitaría de varios libros para dar cuenta de la<br />

evolución bárbara de Aguascalientes en los últimos 50 años,<br />

esa que la hace mas grande que sus límites territoriales.”<br />

Como corolario de este apéndice biográfico podemos apreciar<br />

los <strong>pensamiento</strong>s <strong>contemporáneo</strong>s sobre una retrospectiva de<br />

su vida. Gabriel Villalobos Ramírez dice que nunca acabará<br />

de agradecerle a Dios tantas bendiciones. “Soy un hombre<br />

realizado y muy agradecido con Dios y a la hora que él diga<br />

que debo acompañarlo, bendita hora, si viene pronto, que<br />

venga pronto y si él quiere que viva mucho entonces que así<br />

sea, pero yo estoy a las órdenes de lo que el<br />

"Todopoderoso" diga.”<br />

12


En síntesis, el: “Lic. Gabriel Villalobos Ramírez, un<br />

Notario Público renombrado, un hombre intachable, un “León”<br />

admirado, un astrólogo apasionado, un esposo enamorado, un<br />

padre y un abuelito extraordinario, de esos “de los de<br />

antes”. Es un hombre que se define como un Hidrocálido de<br />

cepa. Soy, afirma, más Hidrocálido que la misma columna de<br />

la Exedra. Mi paso por la vida, toda en Aguascalientes,<br />

agrega, ha sido pleno, absoluto, me siento completamente<br />

realizado a través de todas las cosas que Dios me ha<br />

permitido realizar. Me siento logrado a través de la<br />

docencia, <strong>del</strong> ejercicio profesional, de la gran<br />

magistratura de padre de familiar, por haber intervenido en<br />

la vida nuestra, tanto como notario como simple<br />

aguascalentense, por lo tanto, el día que Dios quiera me<br />

voy a ir con gusto y te suplico que abras la caja en la que<br />

esté y van a ver un muerto con una sonrisa de oreja a<br />

oreja. Y ¿porqué?, bueno porque la hice, porque la vida me<br />

ha sonreído siempre y porque Dios ha estado<br />

conmigo....Creo, nos dice modestamente, que....he sido y<br />

soy, uno mas de los Hidrocalidos que nos hemos entregado<br />

con gusto y pasión a trabajar por hacer grande a nuestro<br />

Estado. Y es entonces cuando nos dice: “soy mas<br />

aguascalentense que la columna de la plaza”.” 2<br />

La vida puede ser casuística pero cuando se asume con<br />

pasión y convicción, toma el sentido de realización<br />

personal y de la introspección <strong>del</strong> entorno social. Y si<br />

bien este recorrido biográfico aparece como una mera<br />

apología, el mismo biografiado resalta que se le debe<br />

entender como un ser humano con virtudes y defectos cuya<br />

única finalidad es tratar de disfrutar su vida entre<br />

quienes lo aceptan y aprecian. Gran parte de ello podemos<br />

conocerlo en sus escritos que revisaremos a continuación.<br />

2 Ibdem.<br />

13


II. La producción bibliográfica.<br />

Una advertencia precede a la revisión de sus textos ¡No soy<br />

escritor! Solo narro aquello que me permite recordar mis<br />

vivencias. Y si bien muchos de los escritos no son piezas<br />

literarias, e incluso aparecen detalles de ortografía que<br />

no se identifican si son responsabilidad <strong>del</strong> autor, de la<br />

trascripción o de la edición, regularmente la lectura es<br />

amena.<br />

Iniciemos con uno de sus primeros textos formales. Su tesis<br />

para graduarse como licenciado en Derecho. Como ya se<br />

refirió anteriormente “El perfil de la reforma agraria en<br />

el Estado de Aguascalientes” fue el tema que desarrolló,<br />

según lo manifiesta en la dedicatoria, en el Seminario de<br />

Derecho Agrario con la guía <strong>del</strong> Director Lic. Don Angel<br />

Alanis Fuentes, de la Escuela Nacional de Jurisprudencia de<br />

la facultad de derecho y ciencias sociales en la<br />

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO para obtener el<br />

14


titulo de licenciado en derecho en MÉXICO, D. F. El 30 de<br />

septiembre <strong>del</strong> año de 1957.<br />

En las dedicatorias además de las correspondientes a la<br />

familia y a los maestros hay una que dice: “A mi tierra<br />

natal, Aguascalientes, territorialmente pequeña pero<br />

culturalmente grande”. Ello se refrenda en la INTRODUCCIÓN,<br />

donde en su EXPOSICIÓN DE MOTIVOS QUE DETERMINARON LA<br />

15


ELECCIÓN DE LA PRESENTE TESIS afirma que: “El principal<br />

motivo que determinó la elección de la presente tesis es el<br />

gran cariño que siento por mi Estado natal, Aguascalientes,<br />

cariño que desde mi infancia mis padres me han sabido<br />

inculcar.<br />

Analizando los problemas que presenta el Estado me encontré<br />

que el más fuerte radica en el campo por ser esencialmente<br />

agrícola y de ahí que he escogido el presente tema sobre<br />

Derecho Agrario, enfocado al Estado de Aguascalientes,<br />

haciendo un análisis de la situación agraria actual con el<br />

objeto de que sirva de algo para resolver este agudo<br />

problema.<br />

Para la realización <strong>del</strong> trabajo que hoy exponemos fue<br />

necesario adquirir la cultura que nos brindó la Escuela<br />

Nacional de Jurisprudencia, la que aplicamos mediante los<br />

conocimientos que nos dieron el estudio de disciplinas como<br />

la Sociología, la Economía el Derecho Obrero, etc., etc., y<br />

en general todo el acervo adquirido a través de la carrera<br />

de Licenciado en Derecho.<br />

Muchas fueron nuestras reflexiones para elaborar el temario<br />

de nuestra tesis y nos parece de interés referirnos, aunque<br />

sea brevemente al proceso mental que inspiró y guió nuestro<br />

esfuerzo.<br />

Si teníamos que hablar <strong>del</strong> problema agrario en el Estado de<br />

Aguascalientes en primer lugar deberíamos situar al Estado<br />

en el espacio y en el tiempo, para conocer el teatro donde<br />

se desarrollan los estudios agrarios realizados; de ahí que<br />

en primer lugar nos valimos de la Geografía para describir<br />

el Estado; es decir, colocarlo en el espacio que ocupa y<br />

describirlo; una vez que describiese geográficamente a este<br />

girón de la Patria, que se llama Aguascalientes, nos<br />

avocaríamos al estudio de su actuación en el tiempo, o sea<br />

su estudio histórico para saber como el pueblo de<br />

16


Aguascalientes ha respondido al llamado de México a través<br />

de sus luchas históricas.<br />

El alma de cualquier Estado es la población, por eso la estudiamos<br />

y vemos como vive la sociedad Hidrocálida tanto en<br />

el campo como en la ciudad; cual es su nivel económico,<br />

como visten, comen, se divierten y cual es su trabajo, las<br />

prestaciones adquiridas por los obreros y como están<br />

organizados.<br />

Por medio de la Economía se hace un estudio de la tierra,<br />

clasificándola, estudiando sus cultivos, sistemas de<br />

explotación, valor de su producción y aprovechamiento de la<br />

misma.<br />

Después de describir geográfica, histórica, sociológica y<br />

económicamente al Estado de Aguascalientes nos avocamos al<br />

estudio <strong>del</strong> Derecho Agrario aplicándolo al mismo; pues<br />

estamos convencidos de que esta rama <strong>del</strong> Derecho, es una de<br />

las más importantes no solo en Aguascalientes sino en todo<br />

México en el que el problema agrario es fundamental.<br />

Siempre fue para nosotros interesante saber como en<br />

Aguascalientes han tenido aplicación las leyes agrarias;<br />

cómo se han repartido las grandes propiedades. Estudiamos<br />

el crédito agrario y cuales han sido los obstáculos para la<br />

producción en el campo. En seguida estudiamos los problemas<br />

agrarios que presentan los Municipios que por ser el Estado<br />

tan pequeño, son muy semejantes dichos problemas.<br />

Por último hablamos de la educación de la gente <strong>del</strong> campo,<br />

considerándola como un capítulo de importancia, pues bien<br />

sabido es que entre más culto es el campesino más provecho<br />

obtiene de la tierra, por eso estudiamos los problemas que<br />

presenta la educación en el campo con el fin de tratar de<br />

resolverlos.<br />

La tesis que he desarrollado a través <strong>del</strong> plan de trabajo<br />

antes descrito la dividí en: Introducción, un capítulo<br />

único, tres partes Conclusiones y Bibliografía.<br />

17


Refiriéndose el capitulo único a El Medio Físico y las<br />

Comunicaciones. La Primera Parte corresponde a La Historia,<br />

La Economía y el Derecho Agrario, constando de cinco<br />

capítulos: En el Primero se habla de los Rasgos Históricos<br />

<strong>del</strong> Estado de Aguascalientes; el segundo se refiere a la<br />

Economía, el Tercero a los Problemas de la agricultura en<br />

el Estado de Aguascalientes; el Cuarto a la Industria; y el<br />

Quinto, el Derecho Agrario. La Segunda Parte tiene un sólo<br />

capítulo que se refiere a El Problema Agrario en cada uno<br />

de los Municipios <strong>del</strong> Estado. La Tercera Parte también<br />

consta de un sólo capitulo que se refiere a la Educación en<br />

el Campo.<br />

En pocas palabras estos son los motivos que determinaron la<br />

elección de la presente tesis. Este es el plan de trabajo<br />

que seguí y gracias a la cultura adquirida en la Escuela<br />

Nacional de Jurisprudencia a través de mis maestros y a la<br />

dirección que he tenido <strong>del</strong> Seminario de Derecho Agrario he<br />

logrado elaborar la presente tesis en honor de mi tierra<br />

natal.<br />

¡Aguascalientes: Recibe este trabajo como una muestra de<br />

cariño de uno de tus hijos!<br />

Gabriel Villalobos Ramírez.” 3<br />

El contenido <strong>del</strong> ÍNDICE esta compuesto, como lo indica el<br />

autor, de la siguiente manera: CAPITULO ÚNICO EL MEDIO<br />

FÍSICO Y LAS COMUNICACIONES. Su contenido comprende:<br />

Territorio; Orografía; Hidrografía; Clima y régimen<br />

pluviométrico; y El problema de las comunicaciones en el<br />

Estado.<br />

La PRIMERA PARTE es sobre LA HISTORIA LA ECONOMÍA Y EL<br />

DERECHO AGRARIO. El CAPITULO I Trata LA HISTORIA RASGOS<br />

HISTÓRICOS DEL ESTADO DE AGUASCALIENTES. Los temas son:<br />

3 Villalobos Ramírez, Gabriel. “El perfil de la reforma agraria en el Estado de Aguascalientes”.<br />

Seminario de Derecho Agrario. Escuela Nacional de Jurisprudencia de la Facultad de Derecho<br />

y Ciencias Sociales. UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO. MÉXICO, D. F.<br />

1957.<br />

18


Primeros pobladores; La conquista española en la región; y<br />

La población de Aguascalientes a través de las luchas<br />

históricas <strong>del</strong> pueblo de México.<br />

En el CAPITULO II se ocupa de LA ECONOMÍA: Población<br />

económicamente activa.<br />

El CAPITULO III es sobre PROBLEMAS DE LA AGRICULTURA EN EL<br />

ESTADO DE AGUASCALIENTES. Ahí trata: Clasificación de<br />

tierras en relación con la producción agrícola;<br />

Aprovechamiento de los recursos hidráulicos; Principales<br />

cultivos; Sistemas de explotación; Superficies de tierra<br />

entregada hasta la fecha a los ejidatarios; Datos<br />

estadísticos sobre la producción agrícola; y Valor de la<br />

producción agrícola.<br />

El CAPÍTULO IV lo dedica a LA INDUSTRIA, especialmente Las<br />

principales industrias; y La industria agrícola.<br />

En el CAPITULO V sobre EL DERECHO AGRARIO expone: Estado en<br />

que se encontraban las tierras antes de la ley agraria <strong>del</strong><br />

6 de enero de 1925; Aplicación de la ley agraria <strong>del</strong> 6 de<br />

enero de 1915 en el Estado de Aguascalientes; Leyes<br />

posteriores a la ley agraria de 6 de enero de 1915;<br />

Fraccionamiento de latifundios y dotación de tierras; El<br />

crédito agrario; Obstáculos para la producción ejidal; y<br />

Población ejidal.<br />

La SEGUNDA PARTE tiene un CAPITULO ÚNICO referido a EL<br />

PROBLEMA AGRARIO EN CADA UNO DE LOS MUNICIPIOS DEL ESTADO.<br />

Aquí revisa: Ejidos de Temporal; y Ejido de Riego.<br />

Otro CAPITULO ÚNICO lo dedica a LA EDUCACIÓN EN EL CAMPO,<br />

donde trata:<br />

Fines y fundamentos; La parcela escolar; La Campaña de<br />

Alfabetización en el Campo;<br />

La educación a las personas que no están en la edad<br />

escolar; Labor social y cultural <strong>del</strong> maestro rural;<br />

Estadística.<br />

19


Expone finalmente sus CONCLUSIONES y aporta un Criterio<br />

Personal sobre el problema agrario en el Estado de<br />

Aguascalientes. Su material de apoyo lo constituyó la<br />

BIBLIOGRAFÍA Y ENTREVISTAS.<br />

Un trabajo que realizó a lo largo de varios años son una<br />

serie de escritos comprendidos en el texto Y a la vuelta<br />

está Triana; es un libro que conjunta el producto de un<br />

trabajo de mucho tiempo; <strong>del</strong> cual muchas de sus<br />

aportaciones ya habían sido publicadas como artículos en el<br />

periódico Hidrocálido en diversas épocas, entre 1981 y<br />

1985. Si bien hay algunos cambios de sintaxis, o<br />

precisiones, o actualizaciones de datos en el libro, el<br />

contenido es básicamente el mismo.<br />

El escrito inicia con un PROLOGO <strong>del</strong> doctor Alfonso Pérez<br />

Romo, quien resalta la orgullosa estirpe provinciana <strong>del</strong><br />

autor. Ahí dice: “El árbol, para vivir, permanece siempre<br />

en el trozo de tierra en que ha hincado sus raíces; este<br />

20


trozo de tierra le pertenece, y a su vez, él pertenece a<br />

ese lugar.<br />

El hombre es un caminante; consume sus años errando por<br />

esos senderos de Dios, buscando no sólo el sustento, sino<br />

el conocimiento, la experiencia y el complemento de su<br />

limitado yo en el amor <strong>del</strong> otro.<br />

Como el árbol, también el hombre echa raíces; sabe que<br />

aunque se aleje, debe permanecer; sabe que aunque se<br />

libere, debe pertenecer; pero sus raíces no son tangibles,<br />

brotan <strong>del</strong> espíritu y son trascendentes.<br />

Gabriel Villalobos Ramírez, distinguido abogado, notario<br />

justamente respetado, maestro por herencia y por vocación,<br />

ha escrito estas páginas para revelarnos de qué manera sus<br />

vigorosas raíces se hallan hundidas en el dulce barrio que<br />

lo vio hacerse caballero; y al hacerlo, nos ofrece un<br />

colorido caleidoscopio de esta porción entrañable de la<br />

patria chica que es el barrio de Triana, evocando personas,<br />

senderos, tiempos y lugares, con una prosa coloquial que<br />

pone frescura en los más íntimos rincones <strong>del</strong> alma.<br />

Este libro es un aroma de suaves añoranzas provincianas; es<br />

la mano cordial de un viejo amigo; es una sucesión de<br />

imágenes en que a veces nos sentimos inmersos; es,<br />

simplemente, una declaración de amor.” 4<br />

En la Introducción. Gabriel Villalobos hace una<br />

recapitulación <strong>del</strong> contenido <strong>del</strong> texto. Ahí nos indica: “Y<br />

a la vuelta está Triana. ¿Por qué el título de este libro?<br />

Pues bien, platiquemos de ello; resulta que mi vida ha<br />

transcurrido en el cruce de las calles Héroes de<br />

Chapultepec (antes de Enlace y más antes <strong>del</strong> Zacate) y José<br />

María Chávez (antes <strong>del</strong> Obrador). Fue el día 17 de<br />

diciembre de 1932 cuando mi madre me trajo al mundo.<br />

Vivíamos en la calle de Enlace número 22, el límite de la<br />

4 Pérez Romo, Alfonso. PROLOGO. En Villalobos Ramírez, Gabriel. Y a la vuelta está Triana.<br />

Aguascalientes. Ags., México. Ed. Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2004. pp. 11-<br />

12.<br />

21


parroquia <strong>del</strong> Encino. En ese entonces mi casa estaba<br />

dentro de la parroquia de la Asunción, por lo tanto de<br />

Triana de la frontera. Hoy el límite de la parroquia <strong>del</strong><br />

Encino pasa por la avenida licenciado Adolfo López Mateos,<br />

así es que mi despacho está en pleno barrio de Triana Tuve<br />

una infancia apacible, con amigos <strong>del</strong> alma como Héctor<br />

Velasco Tamayo “Mamo”: las familias hermosísimas: los<br />

Velasco, los Álvarez y los Carvajal, por la calle de<br />

Enlace, y por José María Chávez, Carmen Morones y Pedro<br />

Aguilar, las Gómez, Pepita Quezada, Felisa Calatayud, los<br />

Arreóla, las Chávez (nietas de don José María Chávez) los<br />

Esparza, los Padilla Cambera, las Salce, Pepita López<br />

Velarde, las maestras Nava, don Pancho Álvarez, las<br />

Jiménez, las Antúnez, los Lomelí Quezada, los Reyes, hijos<br />

de don Pedro Reyes, maestro sastre, cortador y de doña<br />

María; todos sus hijos hermanos, y no se diga Ofelia. Los<br />

Hernández, los Acero, don José Medina, Jesusita Morones,<br />

don Jesús González, los Alba, don Maximino Jiménez, don<br />

Cruz, los López Yáñez, y muchas familias más... todos en<br />

conjunto hacíamos la vida <strong>del</strong> barrio plenamente, al grado<br />

de jugar al trompo y a las canicas en plena calle de María<br />

Chávez: hoy día no pasaría ni medio minuto y lo aplastaría<br />

a uno un carro dejándolo peor que calcomanía.<br />

¿Qué ha pasado? Pues que llegó el modernismo y con él la<br />

calle José María Chávez, se mercantilizó y en vez de casas<br />

habitación se encuentra uno con comercios, en su mayoría<br />

relacionados con la industria automotriz. Pero si se camina<br />

por la calle de José María Chávez, de Héroes de Chapultepec<br />

a Profesora Vicenta Trujillo y da vuelta por ésta hacia el<br />

oriente, ¡oh, milagro!, ahí está Triana con su belleza y<br />

tradición de barrio, ahí están las familias típicas de<br />

trianeros encabezadas, por el comunicólogo Agustín Morales<br />

Padilla, por el comerciante Jesús Suárez <strong>del</strong> Real<br />

Colmenero, por el maestro carpintero Salvador Escalante,<br />

22


por el ingeniero Enrique Moran y por el lado norte, no hace<br />

mucho las señoritas Aguilera, y un poco antes don Fernando<br />

Brand Sánchez. De ahí el título de este libro: Y a la<br />

vuelta esta Triana.<br />

¿Por qué se me ocurrió escribir este libro? Pues resulta<br />

que mi madre, la profesora Merceditas Ramírez de<br />

Villalobos, mujer verdaderamente sabia, me transmitió la<br />

historia de la familia Ramírez desde mis tatarabuelos y<br />

realmente no he querido que a mi muerte me lleve la<br />

tradición a la tumba, quiero que mis hijos, nietos y<br />

descendencia tengan un banco de datos y, naturalmente,<br />

también mi familia Ramírez, que ya es un árbol frondosísimo<br />

con muchas ramificaciones, así es que si ellos quieren<br />

escribir sobre los Ramírez, cuentan con una base para<br />

seguir su empresa.<br />

Ahora bien, la familia Ramírez tuvo como punto de partida<br />

en Aguascalientes el barrio de Triana y con el amor que mis<br />

padres me inculcaron por él, ahí me tienen, recogiendo<br />

tradiciones, hurgando archivos, haciendo entrevistas para<br />

presentarles una descripción de nuestra casa común ¡Triana!<br />

Aquí van a encontrar una descripción física e historia <strong>del</strong><br />

barrio, de sus leyendas; se hace mención de sus sabios, de<br />

sus locos (entre los que estoy yo), de toreros, de señores<br />

curas, de santos y de mi familia, todos <strong>del</strong> barrio de<br />

Triana.<br />

Cómo me da tristeza que mi padre, el profesor don Faustino<br />

Villalobos López, no me haya platicado de su familia: sólo<br />

tengo un incipiente árbol genealógico de los Villalobos.<br />

Mi voto de agradecimiento a mi querido maestro don<br />

Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, quien me inculcó el cariño por<br />

nuestro pasado, por la investigación y por la narración: él<br />

me decía: "mira. Gabriel, no es cierto lo que dicen los<br />

oradores en los actos cívicos, en las tribunas de plazas y<br />

plazuelas al decir 'los hechos irrefutables de la<br />

23


historia', pues la historia es un constante investigar para<br />

poder llegar a la verdad sobre éstos".<br />

Así pues, aquí está la entrega para que los eruditos,<br />

historiadores y gente de Triana investiguen, lo corrijan y<br />

tengamos una imagen más clara <strong>del</strong> barrio que dio origen a<br />

nuestro Aguascalientes y de su gente, el barrio de<br />

Triana.” 5<br />

El contenido lo divide en ocho capítulos, el primero es<br />

sobre “El barrio” y sus incisos son: Los lejanos confínes<br />

de la historia de Triana; Fundación <strong>del</strong> barrio de Triana;<br />

Dónde está mi barrio; Calle de Enlace; Calle de Galeana;<br />

Calle José María Chávez; Calle Cristóbal Colón; Calle<br />

Doctor Jesús Díaz de León; Calle Profesora Vicenta<br />

Trujillo; Calle Profesor Elíseo Trujillo; Calle de la<br />

Alegría; Calle <strong>del</strong> Águila; Dos tiendas antiguas; La<br />

plazuela; Bocas de Ortega; El Cristo de mi barrio; Las<br />

huertas de Triana; Don José Navarro Jiménez; El acueducto<br />

de Triana; Los rumbos de Triana.<br />

El segundo es sobre “Los Sabios”. En su contenido están:<br />

Dr. Jesús Díaz de León; doña Vicenta Trujillo Martínez;<br />

profesora Enriqueta González Goitia; María Isabel Jiménez<br />

Díaz; Francisco Antúnez Madrigal; don Humberto Brand<br />

Sánchez; Francisco Díaz de León Medina; Licenciado Manuel<br />

Varela Quezada.<br />

Un tercer capítulo es sobre “Los locos y los malditos”. Los<br />

apartados son: Capirotada de locos; Pedro el loco; Los<br />

malditos.<br />

El cuarto capítulo se refiere a “La vida en el barrio”. Sus<br />

incisos son: Familias de mi barrio; Los Reyes González; La<br />

cuaresma; San Marcos; Los días de campo; Las posaditas; Las<br />

pintas al río; Travesuras de muchachos; Los dulceros; Los<br />

neveros; El auriga de Triana; El quejido <strong>del</strong> ánima.<br />

5 Villalobos Ramírez, Gabriel. “Introducción” en Y a la vuelta está Triana. Aguascalientes. Ags.,<br />

Méx. Ed. Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2004. pp. 13-14<br />

24


En el capítulo quinto resalta la biografía de habitantes<br />

<strong>del</strong> barrio a quienes considera como “Ejemplos a seguir”.<br />

Ellos son: Don Jesús María Romo Romo; Don Jesús Jayme<br />

González; y Don Jesús Romo Limón.<br />

El sexto expone las referencias biográficas de “Los toreros<br />

de Triana”. Estos son: Arturo Muñoz Nájera. La Chicha;<br />

Alfonso Pedroza Macías. La Grípa; Valdemaro Avila Díaz;<br />

Fernando Brand Martínez; Rubén Salazar Ávila. El Chapuzas;<br />

Jesús Delgadillo López. El Estudiante; Efrén Adame López.<br />

El Cordomex; Los Mora; Luis Fernando Esparza González; Luis<br />

de Triana; y Alfonso Ramírez Alonso. Calesero.<br />

Un núcleo de la identidad el barrio lo ha sido “La<br />

Parroquia y los señores curas”. Por ello es este apartado<br />

expone: El templo <strong>del</strong> Encino; Inicios de la Parroquia <strong>del</strong><br />

Señor <strong>del</strong> Encino; Señor cura don Justo Ramírez Pérez; Señor<br />

cura don isidro Navarro Castellanos; Señor cura Ramón C.<br />

Gutiérrez; Señor cura Alfonso Maldonado Zamarripa; Señor<br />

canónigo J. Natividad Soto Villalobos; Señor canónigo<br />

Francisco López Esparza; Señor cura Antonio García Esparza;<br />

Señor canónigo Urbano Rizo; Señor canónigo Salvador Jiménez<br />

Díaz; Señor cura Juan Antonio González Salce; Señor obispo<br />

José de Jesús López y González.<br />

En el último capítulo el octavo lo toma el autor para hacer<br />

una descripción genealógica de “La familia”. Los<br />

biografiados son: Don Juan Crisóstomo Ramírez Pérez; José<br />

María Ramírez Pérez a quien por su peculiar personalidad<br />

dedica los textos: El Chan <strong>del</strong> Agua, ¡Muy macho!, Torear<br />

jicotes y herrar ganado, Los mecatazos y el vivo diablo;<br />

Profesor José Ramírez Palos; Licenciado Refugio Ramírez<br />

Palos; Doctor Salvador Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo; Profesor<br />

Juan Humberto Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo; Profesora Ma.<br />

Mercedes Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo de Villalobos; Profesor<br />

Faustino Villalobos López.<br />

25


En su Capítulo I, sobre “El barrio”. Inicia con el escrito<br />

“Los lejanos confines de la historia de Triana.” Ahí expone<br />

una referencia geográfica y orográfica: “El barrio de<br />

Triana, en Aguascalientes, tiene testimonios de todas las<br />

épocas de la historia; dentro de la jurisdicción de su<br />

parroquia están, hacia el sureste, los arroyos <strong>del</strong><br />

Malacate, San Juan, Cobos y San Francisco. Para Oswaldo<br />

Mooser, quien durante muchos años estuvo avecindado en<br />

nuestra ciudad, estos arroyos fueron página abierta de la<br />

prehistoria, pues en el arroyo <strong>del</strong> Malacate, en el año de<br />

1950 descubrió una mandíbula de mamut y un cúbito de<br />

caballo; en el de Cobos, un cráneo de caballo, así como un<br />

hueso ilíaco de caballo o camello, y en los demás,<br />

fragmentos de huesos de animales que vivieron en esta zona<br />

en el pleistoceno medio, hace cuarenta mil años.<br />

Muchos siglos debieron transcurrir para que se formaran,<br />

en la porción sur de nuestra ciudad, los cauces o lechos<br />

erosionados de tres arroyos que en el presente siglo<br />

conocemos con los nombres de San Francisco, Cedazo y<br />

Adoberos, cuyas aguas corren de oriente a poniente, hasta<br />

tributar sus caudales en tiempo de lluvia al río San Pedro<br />

o de Aguascalientes, que pasa de norte a sur regando los<br />

linderos de nuestra ciudad de Aguascalientes.<br />

Los tres lechos hidrográficos, deslavados en milenios de<br />

años, descubrieron los restos de una rica fauna<br />

prehistórica, que tan sólo la paciente sapiencia de un<br />

erudito paleontólogo, el químico-biólogo don Oswaldo Mooser<br />

Barandún, de origen suizo, clasificó como perteneciente al<br />

período pleistoceno medio, equivalente al estrato geológico<br />

de la clasificación mexicana llamada Tacubaya, donde<br />

encontró numerosos restos fósiles de remotos animales,<br />

fauna a la que el investigador llamó con todo acierto, a la<br />

primera Zoyatal y Cedazo a la segunda, en atención a los<br />

lugares donde fueron generadas.<br />

26


Estas dos últimas guardan una relación muy remota, pero no<br />

por ello deja de representar un gran interés<br />

paleontológico, ya que el arroyo Cedazo por el sur y<br />

Adoberos por el norte, constituyen sensiblemente lo que<br />

fueron respectivamente por esos vientos, los límites de<br />

nuestro esplendoroso barrio de Triana.<br />

Para los científicos que cultiven estas disciplinas, será<br />

de evidente importancia entregarse al estudio de estas tan<br />

prolongadas como apasionadas investigaciones. Primero, el<br />

Museo de Aguascalientes y el de Historia con posterioridad,<br />

han guardado algunas muestras o testimonios de esta fauna,<br />

en gran parte desaparecida hace ya muchos años.” 6<br />

El siguiente texto es predominantemente histórico en el que<br />

esboza la “Fundación <strong>del</strong> barrio de Triana”. Ahí señala: “El<br />

día 13 de agosto <strong>del</strong> año 1521, el valle de Anáhuac se<br />

cimbraba hasta lo más profundo de sus entrañas al<br />

<strong>presencia</strong>r la estrepitosa caída <strong>del</strong> imperio azteca. Ese día<br />

-día <strong>del</strong> señor San Hipólito- fue García Olguín, uno de los<br />

capitanes de los bergantines de don Hernán Cortés y que<br />

sirvieron en el sitio de Tenochtitlán, quien hizo<br />

prisionero a aquel magnífico emperador azteca que fue<br />

Cuauhtémoc, a quien Ramón López Velarde lo llamara único<br />

héroe a la altura <strong>del</strong> arte. El Popo y el Iztla fueron mudos<br />

testigos <strong>del</strong> cierre de un capítulo de la historia de México<br />

y <strong>del</strong> abrirse de otro. El valeroso hijo de Me<strong>del</strong>lín de la<br />

Extremadura, España, don Hernán Cortés, con un puñado de<br />

compatriotas, guió a los indios tlaxcaltecas para combatir<br />

contra el pueblo azteca y para que te cayera en el sitio de<br />

Tenochtitlán. Del triunfo de los españoles y de la derrota<br />

de los aztecas en medio de los estertores <strong>del</strong> dolor, nace<br />

el pueblo mexicano, pueblo que se siente honrado de las dos<br />

raíces de su raza, <strong>del</strong> altivo indio y <strong>del</strong> arrogante<br />

6 Villalobos Ramírez, Gabriel. Y a la vuelta está Triana. Aguascalientes. Ags., Méx.<br />

Ed. Universidad Autónoma de Aguascalientes, 2004. pp. 15-16.<br />

27


conquistador, hoy día nos emocionan tanto las<br />

manifestaciones arquitectónicas de los pueblos<br />

prehispánicos, como todo el acervo cultural que España nos<br />

legó. Los españoles no se quedaron con los brazos cruzados<br />

sobre las ruinas de Tenochtitlán; guiando a los indios<br />

levantaron la señorial capital de lo que fue la Nueva<br />

España, hoy nuestra esplendorosa Ciudad de México.<br />

Después <strong>del</strong> sitio de Tenochtitlán, los españoles<br />

continuaron la conquista hacia los cuatro puntos cardinales<br />

de la rosa de los vientos en lo que hoy es nuestra patria.<br />

Probablemente, debido a la rebelión de la confederación<br />

chimalhuacana que hubo por el rumbo de Nochistlán <strong>del</strong><br />

estado de Zacatecas, en 1535, viene a las proximidades de<br />

nuestro Aguascalientes aquel conquistador de barba rubia,<br />

semejante al sol que los indios llamaron Tonatiuh, don<br />

Pedro de Alvarado. Cuenta el escritor mexicano don Carlos<br />

María Bustamante, que después de la entrada de Cortés a<br />

México y cuando los conquistadores avanzaban hacia el norte<br />

y occidente de la Nueva España, don Pedro de Alvarado, a la<br />

cabeza de algunos españoles y de muchos aztecas y<br />

tlaxcaltecas a su paso para Tepic, dio alcance a una<br />

multitud de indios armados, más allá de Lagos, a treinta y<br />

más leguas al sur de los zacatécos, cerca de un cerro muy<br />

alto, pasando el cual encontró hacia el norte un cenegal de<br />

aguas termales, después de tener con el grupo de indígena<br />

una batalla de la cual salieron victoriosos los<br />

conquistadores. No cabe duda que esta batalla fue en lo que<br />

hoy llamamos el cerro de Los Gallos estando el cenegal de<br />

aguas termales al norte <strong>del</strong> mismo; por lo tanto, se trata<br />

de nuestro amado Aguascalientes y seguramente, don Pedro de<br />

Alvarado fue el primer español que anduvo por nuestros<br />

rumbos.<br />

Nuño de Guzmán -de triste memoria por su mal proceder- fue<br />

presidente de la primera audiencia de la Nueva España, y<br />

28


cuando se le releva <strong>del</strong> mando, tal vez por eludir la acción<br />

de la justicia, se encaminó con un ejército hacia el norte<br />

de México siguiendo las costas <strong>del</strong> Pacífico yendo a<br />

Michoacán, Jalisco, Nayarit y Sinaloa en donde fundó San<br />

Miguel de Culiacán. Al pasar por Jalisco ordena a uno de<br />

sus soldados que vaya con los zacatecos porque tuvo<br />

noticias de la existencia de minas de plata por nuestra<br />

región, y acompañado de algunos españoles y de muchos<br />

indios pasa por donde hoy es nuestra ciudad de<br />

Aguascalientes; este soldado español ostentó el nombre de<br />

Pedro Armildez Chirinos, conocido entre los españoles como<br />

Peralmindez Chirinos; por cierto, al pasar por lo que hoy<br />

es la calle José María Chávez y cruzar el río de agua<br />

caliente, hoy avenida Adolfo López Mateos, sintió el agua<br />

de elevada temperatura y le puso por nombre al lugar El<br />

paso de las Aguas Calientes, y así bautizó a nuestra ciudad<br />

y estado.<br />

En 1548 Juan de Tolosa fundó el real de minas de Zacatecas<br />

y estableció un punto de referencia en la geografía de la<br />

Nueva España; posteriormente, el beato Sebastián de<br />

Aparicio, siguiendo las veredas indígenas, trazó el camino<br />

de carretas de la capital <strong>del</strong> virreinato a Zacatecas, o<br />

sea, el camino de tierra adentro, pasando el mismo por el<br />

noreste de nuestro Aguascalientes. Poco a poco fue<br />

transitado por aquellos valientes españoles amantes de ver<br />

qué es lo que había al otro lado <strong>del</strong> cerro que veían en el<br />

horizonte.<br />

La geografía de nuestra región ha de haber atraído a muchos<br />

colonizadores; despojemos de nuestra mente los edificios,<br />

templos y casas de lo que hoy es nuestra ciudad y nos<br />

encontraremos con un lugar amable para vivir, pues<br />

transitando de sur a norte por el camino real de las<br />

villas, que nos unió con la capital <strong>del</strong> virreinato, nos<br />

encontramos con un arroyo de aguas torrenciales con cauce<br />

29


profundo, hoy arroyo <strong>del</strong> Cedazo, avenida Ayuntamiento;<br />

pasándolo empieza un declive que nos conduce a un río de<br />

aguas termales, de aguas calientes, río que se encontraba<br />

donde hoy es la avenida López Mateos, y continuando, el<br />

camino subía a una loma donde hay una meseta; el río de<br />

aguas termales contribuía con las mismas al río caudaloso<br />

que lleva por nombre río San Pedro. En todo este paraje,<br />

según cuentan crónicas viejas, hubo muchos bosquecillos de<br />

mezquites y tal vez los ríos, los árboles y el cielo azul<br />

fueron motivo para que los españoles que andaban por estos<br />

rumbos hicieran aquí sus vidas y construyeran sus casas. La<br />

agradable geografía hizo posible que se fueran poblando<br />

estos parajes. El profesor don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle,<br />

ilustre cronista de la ciudad de Aguascalientes, nos decía<br />

que fue allá por el año de 1565 cuando por un proveído de<br />

la Real Audiencia de la Ciudad de México, al andaluz don<br />

Hernán González Berrocal, se le concedió merced de tierras<br />

donde hoy se encuentra nuestro barrio de Triana; según Don<br />

Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle tentativamente los límites <strong>del</strong><br />

barrio en dicho proveído fueron los siguientes: al norte,<br />

el río de Aguas Calientes (hoy avenida López Mateos); al<br />

sur un arroyo seco, que bien pudo ser el Cedazo o el de San<br />

Francisco; al oriente, una serrezuela pedregosa; y al<br />

poniente, las tierras de un tal López, probablemente donde<br />

está la calle de Guerrero.<br />

Don Hernán González Berrocal quemó sus naves y de soldado<br />

conquistador pasó a ser horticultor, y en el barrio de<br />

Triana formó sus huertas. Su propiedad se fue fraccionando,<br />

ya sea por necesidades económicas o bien por sucesiones;<br />

así nació el barrio de Triana, el barrio de las huertas, el<br />

barrio que está al sur de la ciudad de Aguascalientes.<br />

Nació diez años antes de que, por ordenamiento <strong>del</strong> rey don<br />

Felipe II, naciera la Villa de Nuestra Señora de la<br />

Asunción de las Aguas Calientes. Ya cuando don Juan de<br />

30


Montoro y Rodríguez fundó la villa, hacia el sur de la<br />

misma, don Hernán González Berrocal, el andaluz, y sus<br />

hijos, cultivaron las huertas de Triana.<br />

¡Loor a don Hernán González Berrocal, fundador <strong>del</strong> barrio<br />

de Triana!” 7<br />

Una expresión poética expone la ubicación cósmica de este<br />

terruño geográfico en “¿Donde está mi barrio?”<br />

Ahí señala que “Aguascalientes es pródigo en noches<br />

hermosas en las que se ve la profundidad <strong>del</strong> firmamento;<br />

pensemos en una noche de verano, cuando acaba de llover y<br />

da la impresión que el cielo ha sido lavado, que los<br />

luceros y las estrellas brillan más y en ese mundo<br />

maravilloso destaca perfectamente la Vía Láctea, El Camino<br />

de Santiago.<br />

La Vía Láctea no es otra cosa sino la galaxia a la cual<br />

pertenece nuestro sistema planetario, dentro está nuestro<br />

Sol, Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, la región de los<br />

asteroides, Júpiter, Saturno, Neptuno, Urano, Plutón, y<br />

demás que se sigan descubriendo. ¡Infinitamente grande es<br />

Dios y en el universo vemos el testimonio de su existencia!<br />

Ahí, en la Vía Láctea, dentro <strong>del</strong> sistema planetario está<br />

nuestra casa, la Tierra, planeta en el que parece ser que<br />

El Señor se pulió en su creación, pues es único, ya que<br />

tenemos maravillosos paisajes, una atmósfera fabulosa que<br />

hace lucir el cielo, durante el día con sus distintos<br />

matices de azul, contrastando el espectáculo de las nubes<br />

que hacen milagrerío con las formas; en los crepúsculos con<br />

tonos rojo, naranja y de oro, y por las noches la luna y<br />

las estrellas que se hablan de tú con los enamorados.<br />

A nuestro planeta lo podemos catalogar como acuático,<br />

porque la mayor parte de su superficie esta ocupada por los<br />

océanos; de ella emergen cinco continentes, cinco<br />

continentes que son de tierra y en las que se encuentra<br />

7 Ibdem. Pp. 17-20.<br />

31


asentada la humanidad. Estos continentes: África, América,<br />

Asia, Europa y Oceanía, son la casa <strong>del</strong> género humano.<br />

Nuestra patria, México, se encuentra en el continente<br />

americano, en la porción norte, atendiendo a las distintas<br />

clasificaciones geográficas siempre estará en la América<br />

<strong>del</strong> Norte, en la parte sur.<br />

Dentro de la división política actual, en el centro de<br />

nuestra república, está una entidad federativa que es de<br />

las más pequeñas, Aguascalientes, el corazón de la patria<br />

por su pequeñez y por su gente bondadosa. Nuestra entidad<br />

federativa está rodeada al poniente, norte y oriente por el<br />

estado de Zacatecas, y por el de Jalisco al sureste y sur.<br />

La ciudad de Aguascalientes se ubica en la parte sur <strong>del</strong><br />

estado a 26 kilómetros de su límite con el estado de<br />

Jalisco; ahí, en aquella Villa de Nuestra Señora de la<br />

Asunción de las Aguas calientes, que fundara don Juan de<br />

Montoro y Rodríguez, ahí está el barrio de Triana,<br />

exactamente al sur de la ciudad, donde diez años antes de<br />

la fundación de la Villa, Hernán González Berrocal, con la<br />

merced de tierras que le otorgó la Corona de España, por<br />

medio de la Real Audiencia de México, cultivaba:<br />

hortalizas, frutales, flores y vides; él y sus hijos tenían<br />

huertas y en medio de aquellas huertas, al sur de la Villa,<br />

donde el cielo es más azul, ahí se levanta el barrio de<br />

Triana, ahí está mi barrio.” 8<br />

Sobre “La calle de Enlace”. Dice: “Para empezar a hablar de<br />

las calles <strong>del</strong> barrio de Triana, he escogido la calle de<br />

Enlace como punto de partida. Probablemente esta calle no<br />

es de las principales, pero para mí reviste una importancia<br />

extraordinaria y la razón de ello es que mi existencia por<br />

primera vez vio la luz <strong>del</strong> mundo allí; por el hecho de<br />

haber nacido en ella, me catalogo como si hubiera nacido en<br />

8<br />

Ibdem p. 20. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Domingo 1ro de noviembre de<br />

1981. p. 8<br />

32


Triana de la frontera, porque señala uno de los límites de<br />

la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino.<br />

E1 nombre de la calle de Enlace se debe a la función<br />

primordial de enlazar cuatro de las principales calles <strong>del</strong><br />

barrio de Triana, la de Galeana, la de José María Chávez,<br />

la de colón y la Doctor Jesús Díaz de León. Tengo noticias,<br />

a través de unas escrituras de compra venta de la casa en<br />

que nací, que dicha calle, en la antigüedad se conocía con<br />

nombre de El Zacate. Actualmente, a partir <strong>del</strong> año de 1947,<br />

la calle de Enlace cambió de nombre y se llama Héroes de<br />

Chapultepec; exactamente cuando se conmemoró el centenario<br />

de la gesta de aquellos muchachos cadetes <strong>del</strong> Colegio<br />

Militar, que defendieron nuestra patria, con la más pura<br />

intención contra la intervención norteamericana, fue<br />

exactamente en ese centenario de la batalla de Chapultepec,<br />

cuando tuvieron a bien las autoridades cambiarle el nombre.<br />

Está presente en mi memoria la ceremonia en que las<br />

autoridades develaron una placa en la esquina de las calles<br />

de Enlace y José María Chávez, en la esquina sureste y en<br />

ella se establecía el nuevo nombre de Héroes de<br />

Chapultepec.<br />

Las primeras imágenes que tuve en mi vida fueron en esta<br />

calle. Recuerdo aquellos amigos cuando jugábamos en el<br />

arroyo de esa calle, que no revestía peligro alguno por la<br />

escasez de automotores, así nos sirvio de campo de juego,<br />

para ir conociendo lo que es la vida.<br />

Al otro lado de la casa donde yo nací había una propiedad<br />

<strong>del</strong> municipio, que fue la cárcel de mujeres, nos dábamos<br />

cuenta cómo aquellas reclusas eran encargadas de preparar<br />

los alimentos de los reos de la cárcel de varones y<br />

aquellas infelices mujeres, cuando estaban haciendo la<br />

comida, torteando, se ponían a cantar con mucha tristeza,<br />

debido a su situación de privación de libertad. En esta<br />

cárcel se cocinaba con leña y muy seguido los camiones la<br />

33


descargaban en la puerta; era un cerro de leña con el cual<br />

nos divertíamos, lo mismo cuando les llevaban aserrín que<br />

era usado como combustible y por lo general procedente de<br />

la carpintería de los ferrocarriles.<br />

Otra de las estampas que recuerdo con verdadero gusto de<br />

esta calle es el amanecer después de una noche lluviosa,<br />

corriendo los arroyuelos de agua debajo de las banquetas,<br />

el sol brillaba en todo su esplendor, la atmósfera limpia y<br />

nosotros jugando con el agua que aún corría.<br />

Calle de Enlace, calle donde mi espíritu empezó a tener las<br />

primeras emociones de la vida, con qué ternura un grupo de<br />

chiquillos te hicimos un hoyo para enterrar una golondrina,<br />

pudiéramos decir nuestra amiga golondrina, por la semejanza<br />

con cualquiera de nosotros, que correteábamos; aquella<br />

golondrina volaba con libertad haciendo verdaderas<br />

acrobacias en el aire y cuando nos la encontramos muerta<br />

sentimos gran pesar en nuestro corazón y en aquel hoyuelo<br />

la depositamos. Como nos daba dolor que fuera a recibir<br />

directamente la tierra, nos agenciamos un vidrio para<br />

cubrirla; ahí, en aquel cadáver de pajarito, iba parte de<br />

nuestro corazón, de nuestros primeros sentimientos de amor<br />

hacia la naturaleza.<br />

Calle de Enlace, calle de nuestros juegos de infancia,<br />

calle de nuestras primeras amistades, calle en que<br />

conocimos lo que fue el cariño, lo que fue la amistad y lo<br />

que fue el dolor, porque llegamos a sentir también la<br />

muerte de nuestros familiares que acaecía en el seno de sus<br />

hogares. Pero no todo es dolor, había cosas muy agradables<br />

para nosotros, los chamacos; en la cuadra que ve hacia el<br />

norte, entre las calles de José María Chávez y de Colón,<br />

estaba la dulcería de Pachita quien hacía verdaderos milagros<br />

<strong>del</strong> sabor, dulces tan sabrosos como las bolitas de<br />

caramelo con alcohol, las yemitas, las greñudas, los<br />

chiclosos, el alfajor, los dulces de leche, hacían<br />

34


verdadera <strong>del</strong>icia para nuestro paladar; posteriormente esta<br />

dulcería se convirtió en la panadería El Pilar. En la<br />

siguiente cuadra, entre las calles de Colón y de Jesús Díaz<br />

de León, mirando hacia el norte, estaba la dulcería de don<br />

Pablo al que apodaban "La Venada" y también él, sus hijos,<br />

su esposa y sus trabajadores, a través de sus actividades,<br />

hacían nuestras <strong>del</strong>icias.<br />

Para mí, calle de Enlace, un anfiteatro <strong>del</strong> mundo, calle<br />

donde vi por primera la luz <strong>del</strong> mundo.” 9<br />

Acerca de la “Calle de Galeana” expone: “Comienza en medio<br />

de dos templos: Catedral, nuestro máximo templo, y el<br />

templo <strong>del</strong> Ave María; pensando en ella, de norte a sur,<br />

vamos escribiendo lo que me trae recuerdos de mi infancia.<br />

Pues bien, después <strong>del</strong> templo expiatorio <strong>del</strong> Ave María está<br />

la oficina de Telégrafos, interrumpida la estancia de esta<br />

oficina única y exclusivamente por el tiempo que hubo que<br />

desalojar una vieja casona para instalarse en la calle de<br />

José María Chávez luego que construyeron el moderno<br />

edificio en el que actualmente se encuentra. El recuerdo de<br />

las oficinas de Telégrafos está conectado íntimamente con<br />

la época de mi vida de estudiante universitario, pues fue<br />

el medio que a mi madre le pareció idóneo para enviarnos<br />

dinero quincena a quincena para el sostenimiento de nuestra<br />

carrera en la ciudad de México.<br />

Después de Telégrafos y contra esquina, está un edificio<br />

que actualmente es el Hotel Reforma; fue en un tiempo el<br />

Colegio Portugal, y su director el señor presbítero Benito<br />

López Velarde; estuve en dicha institución educativa en<br />

forma fugaz, en un curso que se llamaba complementario que<br />

era <strong>del</strong> mes de septiembre al mes de diciembre o enero, para<br />

que aquellos muchachos que terminaban la escuela primaria<br />

9 Calle de Enlace. Ibdem p. 21. Este texto también se publicó en Hidrocálido Lunes 2 de<br />

noviembre de 1981 sección b. P.3<br />

35


no anduvieran de flojos esos meses, ya que el año lectivo,<br />

en el Instituto de Ciencias comenzaba en febrero.<br />

En la esquina que formaban las calles de Galeana e<br />

Insurgentes, viene a mi mente la figura de don Rafael<br />

Tavarez y su tienda "La Rosa de Oro", la cual aún subsiste;<br />

junto a ella había unos laureles de la India muy grandes;<br />

enseguida, en la esquina que forman las calles de Galeana y<br />

de Rayón, esquina noroeste, se encontraba ubicada una<br />

construcción vieja que fue el Cuartel de las Palomas. Este<br />

cuartel, en la época Don Porfirio Díaz, fue el que alojó<br />

una academia militar, a propuesta <strong>del</strong> general don Bernardo<br />

Reyes, que se preocupó, siendo el ministro de Guerra y<br />

Marina, para que hubiera un verdadero ejército y por<br />

preparar los cuadros de mando de tropa; pero lo que yo<br />

recuerdo <strong>del</strong> Cuartel de las Palomas fue un lugar en que se<br />

guardaba la caballada <strong>del</strong> ejército, y nos tocaba verla<br />

pasar por las tardes procedente <strong>del</strong> campo ya que el<br />

regimiento de caballería que tenía por plaza<br />

Aguascalientes, ahí encerraba sus caballos.<br />

Más a<strong>del</strong>ante, la calle hacía una joroba, era un puente que<br />

pasaba sobre el arroyo de los Caleros que es donde hoy está<br />

la avenida López Mateos; por el lado poniente estaba la<br />

huerta de don Ricardo Medina, que es exactamente donde se<br />

encuentra hoy día “La Comercial Mexicana”. Fue una huerta<br />

muy grande, llegaba hasta el hospital, que era el centro de<br />

esa manzana y se cultivaban hortalizas y frutales; el<br />

aspecto de la huerta fue agradable aunque lo afeaba el<br />

arroyo, que estaba en la parte norte que se servía para<br />

llevar las aguas negras de la población.<br />

Don Ricardo Medina, hombre de baja estatura, tez blanca,<br />

cara un tanto redonda, usaba espejuelos que le hacían ver<br />

sus ojos pequeños, su pantalón de cintura, camisa de<br />

gabardina, sombrero Panamá, fue todo un señor hortelano que<br />

cuidó con esmero su huerta; él proporcionaba al barrio<br />

36


hortalizas y frutas y también hacía las <strong>del</strong>icias de una<br />

buena mesa porque era vitivinicultor. Recibió todas esas<br />

enseñanzas en los secretos que se necesitan para atender<br />

una huerta, de su señor padre, otro de los hortelanos de<br />

fama <strong>del</strong> barrio de Triana. Una de las glorias de don<br />

Ricardo fue ser sobrino <strong>del</strong> tercer señor Obispo de<br />

Aguascalientes, José de Jesús López y González, ya que don<br />

Ricardo se apellidaba Medina López, fue un magnífico padre<br />

de familia y pilar de la misma, forjó hogares felices y<br />

también procreó un hijo profesionista, David, que fue<br />

químico industrial.<br />

Más <strong>del</strong>ante, en la esquina que forman las calles de Galeana<br />

y Héroes de Chapultepec, estuvo una tienda de abarrotes<br />

atendida por don Ignacio Esparza y su hijo David, ambos ya<br />

fallecidos. Don Nacho fue un hombre trigueño, usaba bigote<br />

tipo porfiriano, cuando yo lo conocí era una persona de<br />

edad, y atendía con diligencia su tienda de abarrotes que<br />

se llamó "La Batería"; por ahí nos dábamos nuestras<br />

escapadas para comprar cohetes de los que llamábamos<br />

palomas para hacer nuestra boruca. A través <strong>del</strong> estallido<br />

de éstos.<br />

Continuando, al fin de la calle Galeana, se encontraba el<br />

Hospital Miguel Hidalgo. Este hospital llenó una etapa de<br />

asistencia médica de la sociedad de Aguascalientes; su<br />

construcción se puede catalogar como neoclásica por sus<br />

ventanas, su cantera un tanta austera en los marcos de las<br />

ventanas, y tenía un segundo piso que estaba en la parte<br />

central <strong>del</strong> primero, pues la edificación no era toda de dos<br />

pisos. En la parte alta <strong>del</strong> segundo piso estaba un reloj<br />

hacia el jardincillo de enfrente que nunca estaba a tiempo.<br />

Para nosotros como niños, este hospital tenía dos cosas<br />

impactantes: el anfiteatro donde iban a descansar los<br />

cuerpos que requerían de la intervención de los médicos<br />

legistas a través de la autopsia, y las personas que<br />

37


fallecían en el hospital. En más de alguna ocasión<br />

estuvimos en ese anfiteatro viendo los restos de las<br />

personas, lugar que nos hacía pensar en lo que será el<br />

hombre en el más allá. También una sección de hospital era<br />

estrujante para nosotros: donde tenían recluidos a los<br />

dementes naturalmente, por sus extravagancias nos hacían<br />

reír pero sus semblantes con ojos vidriosos, despeinados,<br />

mal vestidos, con harapos, nos hacían estremecer el alma.<br />

En su época el Hospital Hidalgo llenó una etapa de<br />

seguridad en materia de salud para población. Hoy día, en<br />

el mismo lugar en que estuvo aquel vetusto hospital que<br />

naciera a fines <strong>del</strong> siglo XIX, está el actual hospital,<br />

escuela de la Universidad, pues su nombre es Hospital<br />

Universitario Miguel Hidalgo.<br />

Hablar de la calle de Galeana es hablar de las vecindades<br />

que cumplieron con la misión de ser multifamiliares, de<br />

resolver el problema de casa a los habitantes de escasos<br />

recursos; en estas vecindades poseía cada familia un cuarto<br />

y una cocina. Las relaciones humanas entre la gente que ahí<br />

vivía no siempre eran cordiales pues eran gente de armas<br />

tomar y hubo ocasiones en que hasta batallas campales<br />

tuvieron; pero eso sí, una cosa de llamar poderosamente la<br />

atención era la unión entre todos sus habitantes en casos<br />

de desgracia. Cuando alguien estaba enfermo y no tenía<br />

recursos para comer sus demás vecinos buscaban la forma y<br />

aquel enfermo y su familia tenían con que alimentarse, si<br />

desgraciadamente fallecía, entre todos auxiliaban a la<br />

familia en gastos de funerales; si lamentablemente quedaban<br />

pequeños huérfanos, entonces tenían sus tutores de<br />

inmediato, porque aquellas familias socorrían a los<br />

huérfanos y se quedaban con ellos como si fueran sus hijos<br />

y los educaban hasta hacerlos hombres de bien; así pues, si<br />

los habitantes de aquellas vecindades eran un tanto<br />

folklóricos en su manera de ser en cuanto a sus rencillas y<br />

38


disgustos, cabe subrayar que todos ellos tenían corazón de<br />

oro, como gente, como seres humanos, como personas que<br />

veían por los demás en los momentos de tragedia y en los<br />

momentos de angustia.<br />

Había tres de estas casonas grandes, muy grandes, que<br />

sirvieron de multifamiliares en la calle de galeana, una<br />

que se conocía como vecindad de la Parra, la otra la<br />

vecindad <strong>del</strong> Arquito vecindad Grande. Hay una leyenda en el<br />

sentido de que frente a la vecindad de la Parra vivía una<br />

mujer llamada doña Alejandra, que comentaban era muy rica y<br />

sacaba a asolear sus monedas de oro para que no se<br />

enmohecieran. Las vecindades satisficieron pues un momento<br />

de necesidad habitacional en nuestro medio.<br />

En la calle de Galeana también hubo zapateros, por allá<br />

cerca de los arquitos que estaban antes de llegar al<br />

hospital, los cuales veían hacia el oriente, había un<br />

zapatero, Graciano Ramírez, y donde desemboca la calle<br />

Enlace en Galeana, justo enfrente, estaba don Pancho Macías<br />

y sus hijos Pepe y Paco, todos ellos, mis grandes amigos,<br />

que ya partieron al viaje sin retorno.<br />

También hubo dulcerías en la calle de Galeana, estaban don<br />

Cuco García y su hijo don Nacho así como don Heliodoro<br />

Rangel; estos dulceros nos <strong>del</strong>eitaron con sus alfajores de<br />

coco, con sus dulces de leche, con las bolitas de caramelo,<br />

con tantas confituras que ellos supieron hacer. Esto fue la<br />

calle de Galeana en mi infancia.” 10<br />

De la “Calle José María Chávez”, explica “Esta calle de<br />

Aguascalientes da la impresión de que hacía las funciones<br />

de camino real, si se une la calle José María Chávez con la<br />

5 de Mayo, no resulta otra cosa sino el camino que cruzó<br />

nuestra población y que unía los minerales de Zacatecas con<br />

la capital <strong>del</strong> Virreinato. Así pues, la calle José María<br />

10<br />

Calle de Galeana Ibdem p. 23. Este texto también se publicó en Hidrocálido Martes 3 de<br />

noviembre de 1981. Secc. B. P. 3<br />

39


Chávez es una calle que fue <strong>del</strong> camino real. Antes de<br />

llevar el nombre <strong>del</strong> ilustre gobernador liberal, la calle<br />

tenía el nombre <strong>del</strong> Obrador y esto se debía a que<br />

exactamente en ella estaba el taller de carrocería de don<br />

José María Chávez.<br />

Hagamos un paseo por esta ruta de norte a sur: en el inicio<br />

se angostaba porque el Palacio de Gobierno y el edificio<br />

colonial de lo que fue el Banco de Aguascalientes la<br />

cerraban, entonces, hacia el norte estaban estas dos<br />

casonas. Recordamos cómo por la acera donde estaba el Banco<br />

de Aguascalientes había establecimientos que le daban una<br />

fisonomía muy particular; se encontraba el negocio de los<br />

Díaz Torre, un negocio de comisiones sobre cereales y<br />

semillas. Ahí fue donde conocí, siendo yo aún pequeño a don<br />

Julio y a don Benito Díaz Torre, españoles que se<br />

avecindaron entre nosotros, tal vez simulando a don<br />

Francisco de Rivero y Gutiérrez, españoles que de corazón<br />

fueron aguascalentenses. Enseguida, por la misma acera,<br />

nuestros oídos de infantes percibían el rítmico ruido que<br />

producían las prensas de la imprenta de los hermanos<br />

Rodríguez Romo, el cantar de aquellas máquinas que<br />

producían cultura y relaciones sociales través de sus<br />

impresos. Seguía la escuela María Antúnez, donde por<br />

primera ocasión supimos lo que fue tener obligaciones; ahí<br />

tuve yo mis primeros conocimientos, porque había un curso<br />

de jardín de niños al que asistí y además había escuela<br />

primaria hasta el cuarto año. Su directora, la señorita<br />

Conchita Macías, fue mi maestra de kinder como la señorita<br />

Pachita Márquez. En esta escuela fue donde nos dimos cuenta<br />

cómo trágicamente había muerto aquel aviador mexicano<br />

Francisco Sarabia, porque buen cuidado tenía la señorita<br />

Conchita de tenernos al tanto de lo que pasaba en nuestro<br />

mundo. Seguían algunas casas de comisionistas en granos y<br />

semillas, como la de don Francisco Macías Alonso y Alfredo<br />

40


Hinojos; en la siguiente cuadra estaba antes el mesón <strong>del</strong><br />

Refugio, todavía nos tocó ver por la calle José María<br />

Chávez cómo entraban recuas de caballos cargados de<br />

mercancías, parecían arrancados de estampas de otras<br />

épocas, al mesón <strong>del</strong> Refugio, propiedad de don Refugio<br />

Veloz. Esta parte de la primera calle de José María Chávez<br />

se ensanchaba en el centro; había dos prados con rosales,<br />

platanillos, con palma laurel, y detrás <strong>del</strong> Palacio de<br />

Gobierno estaba un corralón que era el pie mostrenco;<br />

después seguían casas habitaciones, que eran de varios<br />

señores; recuerdo la de don Pascual de Alba. Frente a estas<br />

casas estaban plantados unos árboles de laureles; me<br />

platican que donde termina la primera cuadra estuvo una<br />

fuente que se llamó la fuente <strong>del</strong> Obrador, tan sólo la<br />

conozco a través de fotografías. Se proveía de agua por un<br />

acueducto que atravesaba subterráneamente el barrio de<br />

Triana, procedente <strong>del</strong> Cedazo; así pues, esta agua de la<br />

fuente <strong>del</strong> Obrador fue agua potable. En el cruce de las<br />

calles José María Chávez con Hornedo, hacia el oriente, y<br />

Rayón hacia el poniente, se encontraban dos cantinas con<br />

clientela distinta cien por ciento: la cantina que estaba<br />

en la esquina suroeste era "El Salón Coronita" y a ella<br />

acudía gente de nuestro pueblo; había billares y también<br />

cantina; y en contraesquina, o sea en la esquina noroeste<br />

se encontraba "El Puerto de Mazatlán", propiedad de<br />

Ramoncito Navarro. Aquélla bien parecía un ateneo cultural<br />

en sus reuniones <strong>del</strong> mediodía, por la importancia de los<br />

temas que discutían los parroquianos.<br />

Hacia el sur, en forma ascendente, la calle José María<br />

Chávez describe una curva; en estos tramos vivieron<br />

familias que formaban un núcleo muy importante <strong>del</strong> barrio,<br />

al final de la calle José María Chávez se encontraba la<br />

tienda de "Los Cinco Señores”, antes de llegar al arroyo<br />

<strong>del</strong> Cedazo; esta tienda fue famosa a fines <strong>del</strong> siglo pasado<br />

41


(XIX), porque era el lugar al que iba a libar Gorgonio<br />

Esparza, uno de aquellos matones, como su caballo, al que<br />

le daba mezcal. No puedo terminar de hablar de la calle<br />

José María Chávez sin pensar en la figura de lo que fue el<br />

último auriga de Triana, don Ampelio, un viejo hombre<br />

cochero y que daba servicios de su carruaje como si fuera<br />

taxi; todos los días pasaba por la calle José María Chávez<br />

para apostarse a un costado de Palacio de Gobierno.<br />

Así fue la calle José María Chávez en la época de mi<br />

infancia.” 11<br />

La “Calle Cristóbal Colón” la describe así: “Esta calle,<br />

junto con las de Galeana, José María Chávez y Díaz de León,<br />

son cuatro principales que comunican el barrio de Triana<br />

con el centro de la ciudad. Indudablemente, lleva el nombre<br />

de Colón para honrar al almirante genovés que descubrió<br />

América, pero en un pasado no muy remoto, el nombre de esta<br />

calle fue el de La Cárcel. Se llamó así porque en su<br />

primera cuadra, en la manzana donde están los Palacios de<br />

Gobierno y Municipal, se encontraba la principal cárcel de<br />

nuestra ciudad.<br />

La calle Colón se inicia en la parte oriente <strong>del</strong> Palacio<br />

Municipal, seguía con la cárcel a la que me referí y que<br />

afortunadamente ya desapareció. En la esquina que formaban<br />

las calles de Palmira con Colón, hasta hace poco había unos<br />

arcos, unos portales sin mayor atractivo arquitectónico,<br />

pero al fin y al cabo esos arquitos daban fisonomía a la<br />

calle. Según tengo entendido ahí estuvo el primer edificio<br />

multifamiliar que hubo en Aguascalientes, porque se<br />

prolongaba la construcción por la calle de Palmira, varias<br />

decenas de metros; recuerdo que este edificio fue de los<br />

señores Aizpuru. Seguimos caminando por la calle de Colón<br />

de norte a sur, ya casi en los linderos <strong>del</strong> barrio nos<br />

11 Calle José María Chávez. Ibdem p. 26. Este texto también se publicó en Hidrocálido<br />

miércoles 4 de noviembre de 1981. secc B. P. 3.<br />

42


encontramos con dos tiendas de abarrotes que llenaron toda<br />

una época; una aún subsiste, se trata de la tienda "El<br />

Puente" y la otra "La Bicicleta" En la primera siempre vi a<br />

don Alberto Andrade, primero como empleado -pero no<br />

recuerdo quiénes eran los dueños- después lo vi como<br />

propietario de la misma actualmente son sus sucesores<br />

quienes tienen la posesión. Cabe hacer notar que en el<br />

Museo Guadalupe Posada, que se encuentra a un lado de la<br />

Parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, hay una muestra de grabados<br />

de Guadalupe Posada y ahí vi una tarjeta en que se hacía<br />

referencia a la tienda de abarrotes "El Puente", ubicada en<br />

la calle de La Cárcel; por tanto, calculo que la tienda con<br />

ese nombre tiene más de un siglo.<br />

En mi infancia, frente a esta tienda, estuvo otra que se<br />

llamó "La Bicicleta", habiendo sido su propietario don<br />

Pedro Velasco; esta tienda de abarrotes tenía la<br />

peculiaridad de que en una parte de ella se vendían bebidas<br />

alcohólicas y tenía un apartadito propio para mujeres, para<br />

que fueran a tomar sus amarguitos contra los corajes que<br />

hacían. Recuerdo a don Pedro Velasco como un hombre bajo de<br />

estatura, trigueño, nariz aguileña, caniento, con gran<br />

bigote, usaba una especie de mandil cuando estaba<br />

despachando en su tienda y era muy de suyo cuando entregaba<br />

el cambio de las compras, decir al cliente: -Puños y<br />

después contamos-. Posteriormente, en este lugar donde<br />

estuvo la tienda "La Bicicleta", estuvo la lechería "San<br />

Francisco", propiedad Isidro Parada; como un agregado diré<br />

que me enteré que don Pedro Velasco tuvo un hermano,<br />

Arcadio, que fue un tipo muy pintoresco cuya principal<br />

actividad fue hacer escrituras privadas. En mis primeros<br />

años de notario me ha tocado tener en mis manos<br />

antecedentes documentales hechos por Arcadio Velasco.<br />

Siguiendo hacia el sur encontramos inmediatamente después<br />

de "La Bicicleta", el lugar donde una mujer llamada<br />

43


Valentina, vendía exquisita cena a base de antojitos<br />

mexicanos, y hacía por las noches las <strong>del</strong>icias de los<br />

paladares de los aguascalentenses.<br />

A<strong>del</strong>ante, por la misma acera donde estaba "La Bicicleta" y<br />

la cenaduría de Valentina se encontraba el mercadito Isidro<br />

Calera, principal centro de abastos de los hogares de<br />

nuestro barrio. Tenía unas graditas para subir a una<br />

plataforma donde había un tianguis y al fondo estaba un<br />

lugar techado en el que había verdulerías; este mercadito<br />

fue muy surtido. En las noches, junto a las graditas<br />

aquellas, se instalaba un birriero a quien le decíamos El<br />

Pilo. Aún hoy en día sus sucesores se dedican a esta<br />

actividad y se encuentra su negocio en la avenida López<br />

Mateos, entre Guerrero y Matamoros, frente al mercadito, en<br />

la acera que ve hacia el oriente, estuvo la maicería de don<br />

Manuel Ibarra, un hombre alto, robusto, que se dedicaba a<br />

la venta de maíz y frijol.<br />

Caminando rumbo al sur llegamos hasta la esquina que forman<br />

ahora las calles de Vicenta Trujillo -antes Minerva- y<br />

Colón; ahí se encontraba la tienda "La Sonrisa", propiedad<br />

de don Lamberto Landeros. La calle de Colón continuaba<br />

hacia el sur para irse a perder por allá por el arroyo <strong>del</strong><br />

Cedazo.<br />

El licenciado don Manuel Varela Quezada, a quien con afecto<br />

le llamo compadre y que es un gran conocedor de las<br />

tradiciones y estampas de nuestro barrio, me plática que<br />

exactamente por ahí, por el cruce de las calles de Hornedo<br />

y Colón, llegaban con motivo de las fiestas <strong>del</strong> trecenario<br />

<strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, imágenes de santos procedentes de<br />

otras parroquias, las acompañaban grupos de danzantes y de<br />

peregrinos y había una ceremonia en la que el Santo Señor<br />

44


<strong>del</strong> Encino le daba permiso a la imagen visitante de entrar<br />

al barrio de Triana.” 12<br />

Acerca de “Calle Doctor Jesús Díaz de León”, dice: “Esta<br />

calle es de las calles grandes que unen el centro de la<br />

ciudad con nuestro barrio, actualmente lleva el nombre de<br />

Doctor Jesús Díaz de León, para honrar a uno de los sabios<br />

que nació en el barrio de Triana, pero que por<br />

circunstancias especiales desarrolló su vida en el centro<br />

de la ciudad. El doctor Díaz de León fue un gran filólogo,<br />

se dedicó al estudio de las lenguas muertas, en especial<br />

griego, latín y también arameo, y fue un gran sabio, un<br />

gran médico, por eso esta calle, lleva su nombre; pero<br />

antes se le conoció con el nombre de Washington para<br />

recordar al libertador de Estados Unidos, y allá por los<br />

primeros años <strong>del</strong> siglo XX llevó el nombre de calle de Los<br />

Gallos.<br />

De norte a sur esta calle empieza por el Cine Colonial, lo<br />

que hoy es el Jardín de los Fundadores, en la esquina que<br />

forman Juan de Montoro y esta calle. El Cine Colon trae a<br />

mi mente, cuando en compañía de mi primo hermano, Ricardo<br />

Ramírez, nos íbamos los jueves en época de vacaciones,<br />

previa autorización paterna, a las funciones de "al dos por<br />

uno", a nuestra democrática galería. No podemos dejar de<br />

recordar las golosinas que vendían a la entrada <strong>del</strong> cine,<br />

como los dulces, las semillas y unas muy ricas gorditas de<br />

papa con chorizo adornadas ya fuera con repollo o con<br />

lechuga que llamábamos "esmeriles"; yo creo que deben haber<br />

sido verdaderas colonias de microbios que ocasionaban<br />

enfermedades, pero tal vez nosotros éramos inmunes, ya que<br />

nunca nos enfermamos por causa de estas golosinas.<br />

De las funciones cinematográficas, se me quedó grabada una<br />

en que vimos las películas Águila o sol y Así es mi Tierra,<br />

12<br />

Calle Cristóbal Colón. Ibdem p. 28. Este texto también se publicó en Hidrocálido Jueves 5 de<br />

noviembre de 1981. secc B. P. 3<br />

45


protagonizadas por el mimo nacional, Mario Moreno<br />

Cantinflas; éstas fueron de sus primeras películas, ya que<br />

después vimos en ese cine Los tres mosqueteros y Romeo y<br />

Julieta, también protagonizadas por él.<br />

Siguiendo por la calle que nos ocupa, hacia el sur y en la<br />

esquina que forman las calles de Hornedo y Díaz de León,<br />

esquina noreste, se encontraba la panadería de las<br />

señoritas Codina; cuando piensa uno en estas señoritas<br />

recuerda el dueto Codina que lo formaban dos de ellas y que<br />

tenían una voz bien timbrada, esto las llevó a obtener el<br />

primer lugar en un concurso de aficionados en la catedral<br />

de la radio de Latinoamérica, la XEW, en la calle<br />

Ayuntamiento de la Ciudad de México. Por esta misma época<br />

nuestro muy querido ahijado, el licenciado Horacio Westrup,<br />

también triunfó en un concurso de aficionados con la pieza<br />

de Rigoletto, Ríe payaso.<br />

Continuando, nos encontramos el lado oriente <strong>del</strong> mercadito<br />

Isidro Calera; en este lado, que ya correspondía al tejaban<br />

que describí cuando hablé de la calle de Colón se<br />

encontraban los negocios de Hilario, el esposo de la Chata<br />

Escalante, que se dedicaba a la maicería, a la venta de<br />

granos y semillas.<br />

Al empezar la parte techada estaba un puesto de un hermano<br />

de la Chata, José Escalante, padre de Salvador; José tenía<br />

actividades al alimón porque temprano vendía verduras y<br />

durante el día se dedicaba a la carpintería, por cierto muy<br />

buen carpintero aptitud que heredó su hijo Salvador, quien<br />

hoy día tiene su taller en la calle Vicenta Trujillo.<br />

Acordándome de estas personas no puedo olvidar a alguien<br />

que en mi casa quisimos mucho y que fue lavandera, y en<br />

ocasiones hizo las veces de nana, doña Isidra, tía de los<br />

Escalante. Cómo quisimos a doña Isidra, cómo guardamos<br />

recuerdos gratos de esta mujer que llegó a formar parte de<br />

mi familia, porque así la llegamos a ver.<br />

46


Junto a los puestos que estaban bajo el tejaban, ya para<br />

llegar a la calle Díaz de León y a un lado de ellos, estuvo<br />

una tienda de abarrotes de un Señor Ismael Díaz. Frente al<br />

mercadito estuvieron dos establecimientos comerciales, uno,<br />

"Las Olas altas” que fue tienda de abarrotes; sus<br />

propietarios, que yo recuerde, fueron también Ismael Díaz,<br />

en una época, don Rafael Salado y los hermanos Acero Díaz.<br />

Fue una tienda muy bien surtida, se ubicaba en la esquina<br />

que formaban las calles de Mina y Díaz de León. Junto a<br />

"Las Olas Altas" estaba la mercería "La Económica", que<br />

también fue un lugar en que las amas de casa se proveían de<br />

hilos, de agujas, de botones, todo lo propio de su ramo.<br />

Junto a "La Económica", rumbo al norte estaba una maicería,<br />

no estoy seguro si fue de la familia Olmos.<br />

Pasando la bocacalle de la desaparecida calle Mina, está la<br />

cantina de "Los Lirios", que fue de don Pancho Velasco,<br />

papá de un entrañable amigo, Héctor Velasco Tamayo. Del<br />

mercadito hacia el sur, rumbo al barrio de Triana, la calle<br />

va en ascenso y en las calles de Enlace, hoy Héroes de<br />

Chapultepec y Jesús Díaz de León, está una tlapalería que<br />

fue <strong>del</strong> señor don José Guerrero. Esta tlapalería tuvo por<br />

nombre "La Occidental", pero en la época de mi infancia<br />

tenía un nombre que una diosa de la mitología griega, "La<br />

Venus".<br />

“La Venus” era para nosotros un establecimiento en el que<br />

conseguíamos aguarrás y pintura, cosas que necesitábamos<br />

para culminar los objetos que hacíamos para jugar, porque<br />

después de nuestra afición por la carpintería y hacer<br />

camioncitos con trocitos que adquiríamos <strong>del</strong> aserrín que<br />

llevaban a la cárcel de mujeres, terminábamos pintando el<br />

camioncito, y corriendo íbamos a "La Venus" por un tarrito<br />

de vidrio o lámina de grasa para bolear y pedíamos un diez<br />

o un veinte de pintura para terminar lo que hacíamos, que<br />

eran aviones y barcos y les dábamos un toque final muy a<br />

47


nuestro gusto a través de la pintura. Ahí conseguíamos<br />

materiales para nuestros trabajos manuales de la escuela:<br />

aceite de linaza, tierra casel para pintar los mueblecitos<br />

que hacíamos; total, veíamos nosotros en "La Venus" una<br />

tlapalería que venía a dar el toque final de alegría a<br />

nuestras creaciones infantiles.<br />

A<strong>del</strong>ante de la tlapalería se encontraba una gran casona que<br />

estaba en la acera qué ve hacia el poniente, entre las<br />

calles donde desemboca la calle de Enlace y la calle <strong>del</strong><br />

Sol, que una temporada se llamó Profesora Enriqueta<br />

González Cotilla; esta casa fue la Unión de Mecánicos y<br />

representó el movimiento obrero mexicano, porque las<br />

uniones, a principios <strong>del</strong> siglo XX, fueron los organismos<br />

obreros que defendieron los intereses de éstos, y esta<br />

Unión de Mecánicos agrupaba a los mecánicos de los talleres<br />

que los Ferrocarriles Nacionales de México tenían en esta<br />

ciudad. La historia <strong>del</strong> sindicalismo en México registra las<br />

uniones de los obreros a principios <strong>del</strong> siglo XX como un<br />

movimiento tendiente a reivindicar a esta clase en sus<br />

derechos más elementales en su calidad de humanos. Dos<br />

cosas recuerdo de este gran edificio: una, que fue un salón<br />

de patinar porque se aprovechaban sus patios grandes, ahí<br />

nosotros íbamos con nuestros patines Torrington para<br />

divertirnos; también recuerdo que en estos patios hicieron<br />

pista de baile para personas de clase demasiado humilde.<br />

Actualmente, ese edificio es el Jardín de Niños Profesora<br />

Vicenta Trujillo, y de esa casona salió huyendo con un<br />

tobillo falseado, el guerrillero cristero José Velasco, al<br />

saltar desde la azotea para después ser muerto a balazos en<br />

la calle de Colón; esto fue en el año de 1935.<br />

Caminando por la calle Doctor Jesús Díaz de León hacia el<br />

sur, pasando la calle <strong>del</strong> Sol (en la que también hubo unas<br />

vecindades y que un tiempo llevó el nombre de profesora<br />

Enriqueta González Goitia, una de las personas sabias de<br />

48


nuestro barrio, maestra de mis generaciones en el Instituto<br />

de Ciencias) nos encontramos con lo qué fue el embrión de<br />

la fábrica de muebles cromados J. M. Romo, aunque el primer<br />

tallercito estuvo en la calle <strong>del</strong> Sol. Aquellos dos<br />

hermanos, Juan María y Jesús María fueron llamados así<br />

debido a una manda que su mamá ofreció de llamar a todos<br />

sus hijos con el nombre de María. Ambos ya han fallecido.<br />

Juan María fue mi compadre mucho muy querido, y Jesús María<br />

fue el gerente de esa gran fábrica que significa una unidad<br />

económica, muebles cromados J. M. Romo.<br />

Siguiendo hacia el sur, pasando la desembocadura de la<br />

calle Minerva, hoy Vicenta Trujillo, a mano derecha estuvo<br />

una panadería que proveyó de este alimento a nuestro<br />

barrio. La panadería de don Luciano Macías, persona que<br />

tuvo buen papel en el barrio, porque nos dio a todos el pan<br />

nuestro de cada día.<br />

Pasando la panadería de don Luciano llegamos al lado<br />

oriente de la plazuela <strong>del</strong> Encino. Entonces, junto a la<br />

parroquia, donde hoy es el Museo Guadalupe Posada estuvo la<br />

Junta Local de Caminos; fue jefe de la misma el ingeniero<br />

Francisco López Lamadrid, padre <strong>del</strong> ingeniero Jorge López<br />

Yáñez.<br />

Al lado oriente de la plazuela que forma parte de la calle<br />

Díaz de León, en la esquina con Abasólo, estuvieron unos<br />

billares que fueron de la familia <strong>del</strong> empresario taurino<br />

Carlos González; me parece que se llamaron "Primero es<br />

Triana".<br />

En la otra esquina, frente a los billares, estuvo una<br />

tienda de abarrotes en la que se proveyó nuestro barrio de<br />

estos satisfactores, me estoy refiriendo a la tienda de “La<br />

Mexicana". Mi padre me platicó que en su infancia "La<br />

Mexicana" se llamó "La Feria de las Flores" y su<br />

propietario fue don Valentín Muñoz, mi padre trabajó en<br />

49


dicha tienda detrás <strong>del</strong> mostrador en calidad de dependiente<br />

abarrotero.<br />

Al pasar esta tienda, por esa misma acera, está una casa<br />

que fue muchos años de Zenaida Hernández Villalobos, le<br />

decíamos la Chata Zanaida, y al otro lado de ella estuvo la<br />

casa de mi abuelito paterno, don Ladislao Villalobos. Con<br />

qué agrado iba yo a esa casa a visitar a mi tía María y a<br />

su hermano, mi tío Fidencio. Entraba a la casa de mi<br />

abuelito y recuerdo cómo en el patio había dos magueyes y<br />

en un rincón <strong>del</strong> patio un pozo con su brocal; enseguida la<br />

sala, unas recámaras, un pasillo y una cocina cuyas paredes<br />

estaban humeada en virtud de que se cocinaba con leña;<br />

luego, una puerta semidestruida, con sus tableros ya<br />

flojos; al fondo <strong>del</strong> pasillo y detrás de esa puerta estaba<br />

uno de los lugares más agradables de mi infancia: el corral<br />

de la casa de mi abuelito, en había un mezquite; en el<br />

primer patio, una higuera; en el segundo, un mezquite mucho<br />

más grande y otra higuera, y al fondo <strong>del</strong> corral una<br />

letrina de pozo. Entonces, en mis párvulos años, rampaba<br />

por el mezquite como si fuera una fierecilla al subirme a<br />

las ramas más altas de este árbol; para mí era una cosa muy<br />

agradable de hacer.<br />

Frente a la casa de mi abuelo paterno, esquina con el<br />

jardín, vivieron las señoritas Barba, hermanas de don José<br />

Barba, el dueño de la cadena de tiendas "La Quemazón. En<br />

más de alguna ocasión entré a esa casa; en su segundo patio<br />

tenía un cuarto grande largo, obscuro, y al fondo había una<br />

puerta que cuando se abría parecía que daba acceso a la<br />

gloria, pues después de aquella obscuridad de pronto<br />

aparecía el edén hecho una huerta. Junto a la puerta, pero<br />

ya en la huerta, amarrados a un árbol tenían unos perros<br />

corrientes muy bravos, de esos que en cuanto lo veían a uno<br />

se ponían a ladrar e infundian miedo, de tal manera que se<br />

50


necesitaba la <strong>presencia</strong> de alguien de la casa para entrar a<br />

la huerta.<br />

Después de la huerta de las señoritas Barba, estaba otra<br />

que tenía la entrada por la calle Díaz de León, la huerta<br />

de los Badillo, muy bonita también y terminaba la calle en<br />

otro vergel, la huerta de Los Chinos. Así pues, esta calle<br />

tenía estas características, y se perdía por allá, por el<br />

arroyo <strong>del</strong> Cedazo, en cuyo lado está el barrio <strong>del</strong> Hueso,<br />

cerca de donde actualmente se encuentra el Seguro<br />

Social.” 13<br />

De otra de las Calles “profesora Vicenta Trujillo” explica:<br />

“Esta es una de las entradas al barrio de Triana, y ha sido<br />

dedicada a la sabiduría porque me acuerdo que en mi<br />

infancia se llamó calle Minerva, que en la mitología romana<br />

fue la diosa de la sabiduría; esta calle actualmente es<br />

llamada Vicenta Trujillo y nos recuerda el nombre de una de<br />

las grandes maestras que ha tenido Aguascalientes, la<br />

profesora que con cariño entrañable formó generaciones<br />

quienes aún no la conocíamos la nombramos Vicentita<br />

Trujillo. El campo de acción de esta maestra fue la Escuela<br />

Normal <strong>del</strong> Estado; ella vivió muchos años en la calle<br />

Minerva, en una casona que se ubica entrando a la calle que<br />

lleva su nombre, rumbo al barrio <strong>del</strong> Encino, en la cuarta<br />

casa a mano derecha. He ahí la razón por la que esta calle<br />

lleva el nombre de tan preclara mentora. Ahí también<br />

vivieron personas que con su <strong>presencia</strong> daban prestigio a<br />

nuestro barrio, por ejemplo, Don Fernando Brand, quien fue<br />

uno de los señorones <strong>del</strong> barrio y todos lo vimos con mucho<br />

respeto. En una casa que está en la esquina de José María<br />

Chávez con Vicenta Trujillo vivió don Pancho Alvarez, otra<br />

de las personas que dieron fisonomía al barrio. En la<br />

segunda calle de Vicenta Trujillo, en la acera que ve hacia<br />

13 Calle Dr. Jesús Díaz de León. Ibdem p. 29. Este texto también se publicó en Hidrocálido<br />

Viernes 6 de noviembre de 1981. secc b. P. 8<br />

51


el sur, en la parte media, vivió uno de los locos geniales<br />

de nuestro barrio, Pedro Castañeda. En la esquina de José<br />

María Chávez y Minerva estuvo la tienda "La Guerrilla",<br />

propiedad de Alfonso Dávalos.<br />

Esta calle da entrada a Triana y en su segunda cuadra<br />

entronca la calle Ancha, calle de la Asamblea, actualmente<br />

calle Profesor Eliseo Trujillo, hermano de Vicentita.<br />

Dentro de mi mente infantil, la calle Minerva parecía como<br />

si fuera un límite audaz de mi existencia, pues yo no me<br />

atrevía a jugar más allá de ella, y cuando la trasponía, es<br />

porque iba en compañía de alguno de mis mayores. Recuerdo<br />

cómo hacía mis camioncitos con tiritas de madera y les<br />

amarrábamos un hilito; la aventura consistía en dar la<br />

vuelta a la manzana, salíamos por la calle de Enlace para<br />

continuar por José María Chávez, dar la vuelta por Vicenta<br />

Trujillo y bajábamos por Colón, para de nuevo entrar a la<br />

calle de Enlace.<br />

Calle Vicenta Trujillo, calle de entrada al corazón <strong>del</strong><br />

barrio de Triana.” 14<br />

De la “Calle Profesor Elíseo Trujillo” expone: “Creo que<br />

una de las estampas más agradables de las calles de nuestro<br />

barrio es la que lleva el nombre <strong>del</strong> Profesor Eliseo<br />

Trujillo, la cual es de dos cuadras; lleva el nombre <strong>del</strong><br />

profesor que hizo época a principios <strong>del</strong> siglo xx, hermano<br />

de la maestra Vicentita, que antes se conocía con el<br />

nombre de calle Ancha, porque en efecto, era la más ancha<br />

en dimensiones de las calles de Triana, y noticias tengo de<br />

que antes de que llevara este nombre se le denominó calle<br />

de la Asamblea.<br />

En esta calle está una de las salidas de la factoría de<br />

Chito Romo, antes “La Temperancia”; ésta fue en<br />

Aguascalientes el antecedente inmediato anterior de<br />

14<br />

Calle Vicenta Trujillo. Ibdem p. 35. Este texto también se publicó en Hidrocálido Sábado 7 de<br />

noviembre de 1981. secc. B p. 3<br />

52


Alcohólicos Anónimos. Todas aquellas personas que se<br />

querían retirar <strong>del</strong> exceso de las bebidas alcohólicas, de<br />

las bebidas "espirituosas", se hacían socios de “La<br />

Temperancia”. Para distraer sus ocios formaban cuadros<br />

teatrales y en un saloncito de esta casa, que fue de los<br />

Castañeda, representaban sus obras, muchas de ellas fueron<br />

juguetes cómicos que en una forma sana divirtieron a la<br />

gente de nuestro barrio.<br />

De frente se ve en toda su belleza la calle Ancha; recuerdo<br />

cómo tenían arriates a un lado y a otro, y árboles junto a<br />

la banqueta. A mano izquierda, la escuela Benito Juárez,<br />

hoy secundaria José María Chávez; en esa escuela hubo<br />

maestras de la talla de Carmen Morones, quien ilustró a la<br />

niñez <strong>del</strong> primer tercio <strong>del</strong> siglo XX en una forma sabia,<br />

tal vez con muchas exigencias y disciplina.<br />

Frente a la escuela Benito Juárez, es decir a mano derecha,<br />

hubo una casita pequeña en la que vivía una señora, la<br />

güera Mercedes, mamá de don Nicho González, taxista, señora<br />

que hacía un exquisito atole blanco. En varias ocasiones mi<br />

madre me envió a comprar y para no cansarme, según yo,<br />

tomaba un camioncito de madera, un juguete, y lo iba<br />

arrastrando con un hilito y en la otra mano llevaba una<br />

olla con atole. Qué tiempos aquellos en que cosas tan<br />

sencillas como un atole blanco, sabían a gloria. Por ahí,<br />

en esta acera, mi abuelo materno, el licenciado Refugio<br />

Palos, vivió en una de estas casas.<br />

Al fondo de la calle, a mano izquierda, se ve<br />

primorosamente el templo <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, templo que<br />

guarda el Cristo que preside la vida de todos los<br />

habitantes de aquel rumbo, y luego junto al templo y hacia<br />

el fondo, la fronda de los árboles <strong>del</strong> jardincillo de<br />

Triana y a la derecha, frente al jardín, casas señoriales,<br />

como también la casa que se ve al fondo de la calle Ancha o<br />

53


calle de la Asamblea. La calle Ancha, tan ancha tan ancha,<br />

que cabe en ella todo el cielo <strong>del</strong> mundo.” 15<br />

De la peculiar “Calle de la Alegría” narra: “Para ir a la<br />

calle de la Alegría, desde la fuente <strong>del</strong> jardín de la<br />

plazuela de Triana, tenemos que irnos por el pasillo bajo<br />

las frondas rumbo a la tienda "La Mexicana", es decir,<br />

esquina sureste <strong>del</strong> jardín para llegar a la calle Abasolo y<br />

a escasos cien metros de "La Mexicana" empieza la calle de<br />

la Alegría; actualmente esta calle lleva el nombre <strong>del</strong><br />

poeta <strong>del</strong> toreo, Alfonso Ramírez, el Calesero. Qué calle<br />

tan típica ésta de la alegría, empieza describiendo una<br />

curva, y por lo tanto no se ve el fondo de la calle. Ahí<br />

donde está la curva aún, quedan casas que son típicas de<br />

nuestro barrio. La curva no es muy grande pero en cuanto<br />

sale uno de ella, al fondo ve una fachada de la casa de<br />

acceso a la huerta que fue <strong>del</strong> licenciado Carlos Salas<br />

Calvillo.<br />

Donde termina la curva está el callejón de Pesado, que a su<br />

vez describe otra curva y a poco andar por la calle de la<br />

Alegría pasando el callejón, está otro que lleva el nombre<br />

de callejón de la Fortuna. Pues bien, esta calle de la<br />

Alegría cómo la sueño, con su adoquín en el piso, con sus<br />

casas blanqueadas, sus puertas y ventanas de maderas<br />

pesadas, de mezquite, con sus clavos y aldabones, muros de<br />

cantera y su iluminación con faroles. Que primorosa se veía<br />

la calle de la Alegría. ¿Por qué se llamaba así? Bueno, por<br />

opinión de mi tío abuelo, el profesor don José Ramírez<br />

Palos, quien decía que porque en una ocasión los andaluces<br />

que tenían allí sus casas, como tenían grandes huertas, sin<br />

previo concierto todos sembraron melones y se dieron cuenta<br />

de esta circunstancia cuando recogieron el fruto; además no<br />

tenía mercado. Entonces, por las noches, en las puertas de<br />

15 Calle profesor Eliseo Trujillo. Ibdem p. 36. Este texto también se publicó en Hidrocálido<br />

Domingo 8 de noviembre de 1981 secc. C p. 2<br />

54


sus casas obsequiaban la fruta a cualquier viandante y<br />

luego, a alguien se le ocurre sacar una mandolina, a<br />

alguien una guitarra, otros cantaban y todos disfrutaban de<br />

la fruta la música y <strong>del</strong> canto y ¡ole!, la calle de la<br />

Alegría.” 16<br />

Sobre la “Calle <strong>del</strong> Águila” expone: “Hablo de la calle <strong>del</strong><br />

Águila, lisa y llanamente porque tuve en mi infancia<br />

estampas muy agradables en ella. Menciono las calles <strong>del</strong><br />

barrio de Triana en las que yo tuve vivencias que han<br />

quedado grabadas en mi mente, en las que está un pedazo de<br />

mi corazón. Se llama calle <strong>del</strong> Águila probablemente porque<br />

con este nombre se trata de honrar a uno de los símbolos de<br />

nuestra nacionalidad, nuestro escudo; recuérdese que éste<br />

fundamentalmente es un águila tomada <strong>del</strong> Códice Mendocino<br />

en relación con la fundación de la gran Tenochtitlán. Si<br />

eso se pretendió al poner este nombre a la calle,<br />

enhorabuena, magnífico, porque es una calle que en su<br />

nombre denota nuestra mexicanidad dentro <strong>del</strong> barrio de<br />

Triana.<br />

Con el permiso de las personas que viven en esta calle diré<br />

que también se le conoció con el nombre de Callejón <strong>del</strong><br />

loco Tavarez, y digo que con permiso de sus moradores<br />

porque bien sé que les disgusta el nombrecito, pero como un<br />

aliciente hay que pensar que sí se refiere el antiguo<br />

nombre a un demente. Los locos <strong>del</strong> barrio de Triana todos<br />

han sido geniales, si se llamó Callejón <strong>del</strong> loco Tavarez es<br />

tal vez porque mereció aquel demente que tenía este<br />

apellido que una de las calles llevara su nombre.<br />

La calle <strong>del</strong> Águila tiene una orientación de este a oeste,<br />

es angosta y calculo ha de tener un poco más de doscientos<br />

metros de largo. En su extremo oriente está la calle Josefa<br />

16 Calle de la Alegría. Ibdem p. 37. Este texto también se publicó en Hidrocálido Lunes 9 de<br />

Noviembre 1981 secc B p. 3<br />

55


Ortiz de Domínguez, antigua de Los Olivos, y en el extremo<br />

poniente la calle de 16 de Septiembre antes de la Estrella.<br />

Las casas de la calle <strong>del</strong> Águila, en la época de mi<br />

infancia, fueron de adobe y separadas en forma espaciada<br />

por bardas de huertas que ahí hubo, tanto en una acera como<br />

en la otra. Ahí vivieron personas a las que se pudiera dar<br />

el calificativo de patriarcas; recuerdo cómo, con mucho<br />

respeto, veían a don Carlos González, a don Raúl Camarillo,<br />

al profesor Segovia, e indudablemente también vieron como<br />

patriarca a quien llevo muy prendido en el corazón, a un<br />

gran humanista, a un gran hombre, tío, el profesor don Juan<br />

H. Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo. Los antiguos pobladores de<br />

esta calle los veían a ellos con mucho respeto, como sus<br />

protectores, como sus voceros ante las autoridades; no se<br />

sentían en desamparo con el auxilio de estos grandes<br />

señorones que ya fallecieron.<br />

Don Carlos González fue un hombre entregado por completo a<br />

su trabajo y supo ser ejemplo vivo de bondad; don Rafael<br />

Camarillo, industrial que fue el que probablemente fabricó<br />

por primera ocasión en Aguascalientes los triciclos para<br />

transportar mercancía; la familia de los Segovia, adalides<br />

en la educación, casi todos ellos se dedicaron a la<br />

docencia; y qué no diré de alguien que quise con toda el<br />

alma, cuyo recuerdo me emociona, mi tío Juan, hombre<br />

también muy humanitario, muy cabal, alto, que fue ejemplo<br />

dentro de todos nosotros los de su familia, sencillo,<br />

bondadoso, alegre, de sensibilidad profundamente humana.<br />

Cuando hablamos de la calle <strong>del</strong> Águila pienso en mis<br />

primos; con qué alegría llegaba yo a su casa. Solicitaba el<br />

permiso de mis padres para ir a pasar mañanas enteras con<br />

ellos en la época de vacaciones, en julio y agosto, y<br />

recorría mi camino de la calle de Enlace por Colón, daba<br />

vuelta por la calle <strong>del</strong> Sol hasta llegar a la calle de la<br />

Estrella. Ahí recuerdo aquella tienda "Xochimilco", en la<br />

56


esquina, y entonces entraba por la calle de la Estrella<br />

daba vuelta casi en una carrera por la calle <strong>del</strong> Águila,<br />

para llegar sin aire hasta el zaguán de la casa de mi tío<br />

gritando a mis primos para ponernos a jugar.<br />

¡Qué hermosas experiencias en aquella casona! Cuánto nos<br />

divertimos en su corral cómo veíamos los vestigios de aquel<br />

establo que tuvo mi tío Juan, y recuerdo que tuvo mas dos o<br />

tres vacas y nos acercábamos con mucho cariño a pedirle que<br />

nos diera leche recién terminada de ordeñar. En forma<br />

traviesa nos decía que abriéramos la boca para echarnos un<br />

chorro de leche directamente de la ubre y aprovechaba para<br />

bañarnos toda la cara; a esto seguía el chillido <strong>del</strong><br />

afectado. Qué bonitos aquellos juegos de guerra, de la<br />

liga, <strong>del</strong> trompo, juegos de nuestra infancia; para mí la<br />

casa aquella constituyó un paraíso en compañía de mis<br />

primos Ricardo y Pachita, que fueron mis <strong>contemporáneo</strong>s en<br />

edad aunque el cariño fue para todos ellos en quienes veía<br />

a mis compañeros de juegos. Fue una casa maravillosa. En la<br />

calle Águila me tocó ver cerca de la casa de mi tío, una<br />

acequia por la cual pasaba el agua procedente de los<br />

manantiales <strong>del</strong> Ojo Caliente para regar las huertas; en<br />

aquel recodo de la acequia, todavía el agua estaba<br />

caliente, todavía le salía el humo. ¡Qué bonita la calle<br />

<strong>del</strong> Águila!” 17<br />

Dos tiendas antiguas, es otro escrito en el que se resalta<br />

la relevancia de esos negocios para el barrio. “Dos tiendas<br />

en mi barrio de Triana, sí, dos tiendas, pero de las<br />

antiguas, de las de fines <strong>del</strong> siglo XIX, por lo tanto, no<br />

fui testigo de ojos para poder describirlas pero sí de<br />

oídas porque buen cuidado tuvieron mis antepasados de<br />

platicarnos <strong>del</strong> barrio y de sus tradiciones.<br />

17 Calle <strong>del</strong> Aguila. Ibdem p. 38. Este texto también se publicó en Hidrocálido Martes 10 de<br />

noviembre de 1981. secc B. P. 3<br />

57


¿Qué no serían aquellas tiendas? Se me antoja que han de<br />

haber tenido su mostrador de madera a todo lo largo y una<br />

estantería en la pared <strong>del</strong> fondo para poder colocar los<br />

artículos que se vendían. Pienso en ellas con muebles<br />

deteriorados, con tenderos un simpáticos, pintorescos y<br />

dicharacheros; tiendas en las que ha de haber sido toda una<br />

universalidad los objetos que se vendían. Probablemente<br />

encontraba uno ahí desde yerbas de gordolobo, engordacabra<br />

o agua de contraespanto, hasta un buen abrigo para<br />

defenderse de los fuertes fríos invernales; una verdadera<br />

gama de artículos, sombreros, misas, azúcar, harina, sal,<br />

dulce piloncillo, frijoles, jabón, ¡en fin!, todo lo que se<br />

necesita en una casa; debieron haber sido verdaderas<br />

misceláneas.<br />

El propósito fundamental de estos establecimientos<br />

comerciales fue proveer a los vecinos <strong>del</strong> barrio de todos<br />

estos satisfactores, tanto de alimentación como de vestido,<br />

esto en cuanto a su importancia material. Habría que pensar<br />

un poco en la importancia social de estos lugares de la<br />

segunda mitad <strong>del</strong> siglo XIX. No eran los periódicos muy<br />

abundantes, tal vez serían publicaciones semanales o<br />

mensuales; no había radio; no había medios de comunicación<br />

para los habitantes de nuestro barrio. Me supongo que las<br />

noticias se transmitían durante el día, de las mujeres a<br />

los abarroteros y de aquí a otras mujeres que llegaban a<br />

comprar subsistencias; era una verdadera comunicación y<br />

todo mundo estaba enterado y supongo que el abarrotero ha<br />

de haber sido uno de los tipos más enterados de nuestro<br />

medio y por la noche, después de las jornadas diarias de<br />

trabajo intenso en el campo o en el huerto, los hombres<br />

también acudían a estas tiendas para platicar, saber que<br />

acontecía en su mundo. Le pedían al abarrotero que bajara<br />

<strong>del</strong> anaquel una botella de refino ¡y a tomar un trago para<br />

que el verbo fuera más fluido!<br />

58


De la forma en que acabo de describir esas tiendas, así me<br />

imagino dos, "La Tienda <strong>del</strong> Toro" y la de "Los Cinco<br />

Señores". Hablemos de la primera: "La Tienda <strong>del</strong> Toro"<br />

estaba ubicada en la calle Acueducto, más o menos ahí donde<br />

desemboca la calle de San Miguel; según me platicaba el<br />

licenciado Manuel Várela Quezada estaba exactamente en la<br />

esquina sureste de esa desembocadura, pero también tengo<br />

noticias que en la acera de enfrente de la desembocadura,<br />

estuvo una leyenda de "La Tienda <strong>del</strong> Toro", diré que se<br />

reunían por la noche los valientes <strong>del</strong> Ojo de Agua, de la<br />

Salud y <strong>del</strong> barrio de Triana y empezaban amistosamente a<br />

platicar, pero al calor de las copas, muy frecuentemente se<br />

armaba cada batalla campal cuando alguien de un balazo o de<br />

un botellazo privaba de la luz el recinto. En lo personal,<br />

me tocó ver al señor cura Salvador Jiménez en aquellas<br />

pulquerías <strong>del</strong> barrio de la Salud, entrar a desarmar a los<br />

que estaban bebiendo pulque y a despacharlos a sus barios y<br />

a sus casas en beneficio de la tranquilidad <strong>del</strong> barrio; los<br />

bebedores obedecían debido al gran respeto que le tenían.<br />

Por lo tanto, también el señor cura don Salvador Jiménez<br />

siguió los pasos <strong>del</strong> señor cura Justo Ramírez Pérez.<br />

En cuanto a la tienda "Los Cinco Señores", ésta se<br />

encontraba ubicada donde la calle José María Chávez se<br />

bifurca con la de Belaunzarán. Mucho se contaba que en esta<br />

tienda, ya a la salida de nuestra población, los malditos y<br />

la gente de Juan Chávez llegaban a beber antes de irse al<br />

campo o cuando retornaban de él.<br />

De esta tienda tengo una noticia: que el preclaro<br />

historiador don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle le preguntaba a<br />

don Rosalío Esparza, de los viejos vecinos de Triana y<br />

vecino de esta tienda, el porqué <strong>del</strong> nombre "Los Cinco<br />

Señores", y don Rosalío le dijo: -Mire don Alejandro, se<br />

llama "Los Cinco Señores" por Jesús, María, José, Joaquín y<br />

Ana, es decir la Sagrada Familia-.<br />

59


En forma graciosa, el maestro don Antonio Acevedo Escobedo<br />

entrelazaba estas dos tiendas en su composición en verso de<br />

aquel matón Gorgonio Esparza, y lo situaba en la "La Tienda<br />

<strong>del</strong> Toro", primero, en una reyerta con otros valientes, y<br />

luego con un caballo en la tienda de "Los Cinco Señores"<br />

para embriagarse él y su bestia.” 18<br />

Otro de los sitios <strong>del</strong> barrio es el de “La plazuela” sobre<br />

éste dice: “El poeta Ricardo Olivares, en su soneto<br />

dedicado a nuestro barrio de Triana, le canta a la plazuela<br />

y dice en la primer cuarteta:<br />

Triana; merecías ser barrio de Sevilla por tu plazuela<br />

airosa y recoleta donde se juega al toro y al cometa y<br />

finge el rebozo la mantilla.<br />

Pequeño jardín, la plazuela, que tiene la virtud de<br />

inspirar a los poetas, de recordar las distintas etapas de<br />

la vida de los conbarrianos, de alegrar con su existencia<br />

el corazón <strong>del</strong> barrio de Triana.<br />

En cuanto al nombre de nuestra plazuela, parece ser que hay<br />

una verdadera batalla campal porque en tres de los lados<br />

<strong>del</strong> jardín, adosadas a las casas que están hacia el lado<br />

poniente, oriente y sur, existe una placa de cantera, en la<br />

que se establece que el jardín se llama Jardín de la Paz, y<br />

tienen estas tres placas las fechas de 16 de septiembre de<br />

1880; las autoridades de aquel entonces trataron de honrar<br />

a los héroes de Insurgencia en esa fecha, dando ese nombre<br />

al jardín, quizá también para pensar en la paz que, a su<br />

modo, supo imponer don Porfirio Díaz. Entre el Museo<br />

Guadalupe Posada y la casa de la señorita profesora Chole<br />

Alonso, está por ahí una plaquita que dice Jardín Francisco<br />

Díaz de León, pintor, grabador y maestro, y la fecha de 10<br />

de diciembre de 1966; entonces nuestro jardín tiene esos<br />

dos nombres en una forma legal. Lo más curioso es que entre<br />

18<br />

Dos tiendas antiguas. Ibdem. P. 40. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Miércoles<br />

11 de noviembre de 1981. secc B. P. 3<br />

60


la gente de nuestro barrio no se le llama jardín de la Paz<br />

ni Jardín Francisco Díaz de León; simplemente, se dice: -<br />

vamos al jardín <strong>del</strong> Encino-.<br />

El Jardín tiene una vegetación muy agradable, sus árboles<br />

son coniferas, Jacarandas y fresnos; en sus prados hay<br />

profusión de flores; consta actualmente de seis prados y<br />

una fuente central; sus callecillas separan los prados y<br />

unen la fuente con los andadores de la periferia. Sus<br />

árboles dan una sensación de tranquilidad, de paz, de vida<br />

provinciana, y a este conjunto de árboles y pedacito de<br />

bosque o remedo de bosque lo rodean casas solariegas, casas<br />

señoriales que fueron de aquellos grandes señores <strong>del</strong><br />

barrio; cómo tiene señorío la casa donde se encuentra<br />

ubicada la escuela secundaria y preparatoria José María<br />

Morelos; cómo tienen señorío las casas de la calle Abasolo,<br />

son sobrias, pero a su vez elegantes por su dignidad.<br />

En estas casas de Abasolo vivió el tercer obispo de<br />

Aguascalientes, el doctor don José de Jesús López y<br />

González, persona a quien todo Termápolis amó. Originario<br />

<strong>del</strong> barrio de Triana vivió feliz frente al jardín; fue un<br />

hombre virtuosísimo que murió en olor de santidad; en lo<br />

familiar, gran amigo de mis casas paterna y materna, gran<br />

amigo y compañero de escuela de mi abuelo materno, el<br />

licenciado Refugio Ramírez Palos.<br />

El jardín en sí tiene unos 85 metros de largo por unos 60<br />

de ancho y en el centro está una fuente que funge como tal<br />

en ese lugar desde la misma fundación <strong>del</strong> barrio y a ella<br />

llegaba el agua procedente <strong>del</strong> Cedazo. Fue realmente una<br />

fuente en que se abasteció de agua potable la gente de<br />

Triana; la actual fuente data <strong>del</strong> día 25 de mayo de 1882 y<br />

la mandó hacer mi tío, el señor cura Justo Ramírez Pérez.<br />

La fuente de la plazuela de Triana es circular con un<br />

surtidor en el centro, y en las canteras que sirven de muro<br />

de contención están unas oquedades que fueron hechas debido<br />

61


al constante apoyo de los cántaros de las mozas <strong>del</strong> barrio<br />

que iban a la fuente por agua; tanto estuvieron esos<br />

cántaros ahí que esas oquedades son el testimonio de cómo<br />

aquella fuente proporcionó a todo el barrio <strong>del</strong> agua que da<br />

vida.<br />

En la parte norte <strong>del</strong> jardín hay un espacio que es<br />

continuación de la plazuela, es una plazoleta que forman el<br />

jardín por el lado sur; el Museo Guadalupe Posada, antes<br />

casa <strong>del</strong> curato, y la casa de la maestra María Soledad<br />

Alonso, por el norte; por el oriente, la calle doctor Jesús<br />

Díaz de León, y al poniente, el atrio <strong>del</strong> templo <strong>del</strong> Señor<br />

<strong>del</strong> Encino. Al Norte <strong>del</strong> jardín está el templo;<br />

originalmente en el barrio de Triana tenían por patrono a<br />

San Miguel Arcángel, por el año de 1761. Ahí, siendo cura<br />

párroco de la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las<br />

Aguas Calientes, el doctor don Mateo José de Arteaga pensó<br />

en la conveniencia de que en el barrio de Triana hubiera un<br />

templo honesto, una capilla que se dedicara a San Miguel, y<br />

fue construida dicha capilla donde actualmente está el<br />

templo <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino. Posteriormente, unos cuantos<br />

años después de que fue consagrada esta capilla, el 4 de<br />

octubre de 1764 el excelentísimo Señor Obispo Antonio<br />

Alcalde vio la posibilidad de que aquella capilla se<br />

convirtiera en un templo, y el párroco don Antonio Flores<br />

Alatorre, el 7 de agosto de 1769, empezó a gestionar que se<br />

hicieran las zanjas de los cimientos <strong>del</strong> actual templo.<br />

Este templo se consagró ya dedicado al Señor <strong>del</strong> Encino, el<br />

día 10 y 11 de marzo de 1796; fue el señor cura Miguel<br />

Martínez de los Ríos quien con su empeño hizo posible que<br />

se levantara el actual templo que conocemos. Este mismo<br />

señor cura encomendó a los pintores mexicanos Andrés López<br />

y hermano, pintaran el viacrucis que ostentan los muros <strong>del</strong><br />

templo de Triana, únicos en su género en la República.<br />

Quiero hacer notar que el día 19 de febrero de 1878, debido<br />

62


al esfuerzo de mi tío bisabuelo, señor cura Justo Ramírez<br />

Pérez, se colocó el reloj público de repetición, construido<br />

en la vecina población de Teocaltiche por el hábil artesano<br />

don Nicolás Herrera.<br />

El señor cura Urbano Rizo hizo maravillosas obras de<br />

conservación <strong>del</strong> templo como son el piso de duela, el<br />

órgano, las puertas y arreglos interiores.<br />

El templo <strong>del</strong> Encino tiene una sola torre de tres cuerpos,<br />

esbelta, parece un minarete árabe, y el frontispicio da la<br />

impresión de ser de tipo barroco; en cuanto al arco de<br />

entrada al templo es de tipo árabe. Dentro, las columnas<br />

adosadas a la pared, con sus dorados, separando los cuadros<br />

<strong>del</strong> viacrucis, y el Santo Señor <strong>del</strong> Encino presidiendo el<br />

templo bajo una cúpula de tipo hindú y magnífica<br />

candilería.<br />

Por lo antes dicho, nuestro amado templo <strong>del</strong> Encino tiene<br />

una verdadera mezcolanza de arquitectura.<br />

Como si fuera leyenda platicaré cómo cuando era niño, en el<br />

Jardín <strong>del</strong> Encino, se decía que por las noches se oía el<br />

quejido de un alma en pena, y era una verdadera romería de<br />

gente al jardín para oírla. Un buen día don Zenón el<br />

jardinero se puso a podar los árboles y entonces<br />

desapareció el espanto aquel. La razón fue que dos ramas de<br />

los árboles se frotaban con el viento y producían el<br />

quejido <strong>del</strong> ánima, cuando fueron podados los árboles<br />

desapareció aquel violín natural que generaba los lamentos<br />

de ultratumba. Así es como surgen las leyendas de espantos,<br />

un hecho real condimentado con fantasía macabra.” 19<br />

El texto sobre “Bocas de Ortega” es una descripción de las<br />

indagaciones que se realizaron para explicarse el origen<br />

<strong>del</strong> Cristo <strong>del</strong> templo, dice: “Mi cariño por el barrio de<br />

Triana hace que vea con simpatía cualquier cosa relacionada<br />

19<br />

La plazuela. Ibdem p. 42. Este texto también se publicó en Hidrocálido Jueves 12 de<br />

noviembre de 1981 secc B. P.2<br />

63


con él, y con gusto sacrifico el tiempo necesario para<br />

profundizar mi conocimiento sobre su historia, tradiciones<br />

y costumbres.<br />

Don Salvador Jiménez Díaz, primer señor cura de Triana,<br />

quien ha realizado su vida familiar en lindes <strong>del</strong> barrio y<br />

sabedor de mis inclinaciones, estuvo al habla conmigo sobre<br />

temas propios <strong>del</strong> barrio, lo que nos llevó con Don<br />

Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle para tener mayor ilustración<br />

sobre nuestro pasado.<br />

El cronista de nuestra ciudad poseía una novena impresa en<br />

el último tercio <strong>del</strong> siglo XVIII que un "amartelado"<br />

compuso al Santo Señor <strong>del</strong> Encino, en ella se consigna una<br />

nota histórica sobre la procedencia de la escultura <strong>del</strong><br />

Cristo Negro de Triana: dice que lo trajeron de Bocas de<br />

Ortega. Don Alejandro Topete tenía un mapa de nuestra<br />

región hecho en la época de la Colonia y en él aparece el<br />

Camino de la Plata o de tierra adentro y gráficamente<br />

aparece junto al camino los fuertes o "presidios". Pues<br />

bien, de sureste a noroeste está el presidio de Ojuelos,<br />

sigue el de Bocas de Ortega, y continúa con el de Coecillo,<br />

rumbo a Zacatecas; esta vía rápida de la Colonia<br />

desapareció y con ella también el presidio de Bocas de<br />

Ortega.<br />

El mismo don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, en su Guía para<br />

visitar la Ciudad y Estado de Aguascalientes, cuando se<br />

refiere al templo <strong>del</strong> Encino, nos da otra versión sobre el<br />

origen de la escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino y dijo que<br />

existe el error y desfase de un mes en las fiestas para el<br />

santo patrono, y da razón de una nota manuscrita,<br />

encontrada en la portada de un protocolo <strong>del</strong> escribano<br />

público de la Villa, don Manuel Rafael de Aguilera, que<br />

copiamos textualmente: "El día trece de Octubre <strong>del</strong> año<br />

quarenta y quatro -evidentemente 1744- se apareció la<br />

milagrosa imagen de el Sor. Del Ensino en la Hazienda de<br />

64


las Bocas de Hortega (De esta Jurisdicción)." Aun en esta<br />

versión el origen de la escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino es<br />

ubicado en Bocas de Ortega.<br />

Para entender bien la función de los "presidios" diremos<br />

que fueron una especie hostería para protección de los<br />

romeros y se encontraban espaciados a una jornada o sea a<br />

diez leguas, lo que equivale a cuarenta kilómetros. Quien<br />

ordenó su construcción fue el señor Virrey Martín Enríquez<br />

de Almanza, por ahí en el año de 1560, y en cuanto a su<br />

construcción eran verdaderas fortalezas ya que servían para<br />

protección contra los ataques de grupos de chichimecas;<br />

entre paréntesis, el nacimiento de nuestra ciudad se debe a<br />

un presidio edificado junto al camino de Las Villas.<br />

El presidio de Bocas de Ortega se registraba en los mapas y<br />

en algunas narraciones pero era algo así de nebuloso como<br />

Camelot o las Ciudades de Cíbola o Quivira.<br />

Cuando el señor cura Jiménez me habló de la necesidad de<br />

investigar el lugar exacto de Bocas de Ortega lo puse en<br />

contacto con el erudito conocedor de nuestro estado<br />

licenciado don Enrique Sevilla Flores, de quien había oído<br />

hablar que tenía conocimientos <strong>del</strong> sitio donde estuvo el<br />

presidio y quien con verdadera alegría se prestó a ser<br />

nuestro guía para ir al lugar donde se supone estuvo este<br />

presidio.<br />

El día 9 de julio de 1989, a las nueve de la mañana, los<br />

tres nos reunimos donde el cielo es más azul, en Triana,<br />

bajo la égida <strong>del</strong> santo Señor <strong>del</strong> Encino, y en una<br />

camioneta Pick-up propiedad <strong>del</strong> señor cura nos encaminamos<br />

a buscar Bocas de Ortega.<br />

Haciendo invocación divina, salimos por la carretera a San<br />

Luis Potosí. La temática de nuestra plática fue de lo más<br />

amena, pues se tocaron puntos de teología, filosofía<br />

historia, etnografía y viajes, y en menos que canta un<br />

gallo estábamos en el entronque de la carretera a Palo<br />

65


Alto, Los Campos, que termina cerca de Villa Juárez. En ese<br />

entronque el señor cura se convirtió en émulo <strong>del</strong> buen<br />

samaritano y permitió que dos campesinos que iban rumbo a<br />

Palo Alto abordaran la parte trasera de la camioneta y<br />

nosotros seguimos con la plática en forma tan amena que ya<br />

nos estábamos pasando de largo; no nos detuvimos hasta que<br />

los campesinos gritaron para llamar nuestra atención.<br />

Ellos, en forma caballerosa, preguntaron cuánto debían, el<br />

señor cura les dijo que nada y quedaron muy agradecidos.<br />

Seguimos nuestro camino y llegamos a la exhacienda de<br />

Pilotos, ahí nos detuvimos con unos pobladores que estaban<br />

a la sombra ante quienes el señor cura se presentó y les<br />

preguntó por una persona de las de más edad <strong>del</strong> lugar; nos<br />

informaron de don Luz, que vivía por ahí cerca; en eso<br />

vieron a la distancia a una señora y dijeron: -Mire,<br />

aquella señora es nuera de don Luz, pregúntenle por él-. La<br />

alcanzamos, y ella nos dijo: -Con mucho gusto los llevo,<br />

nada más déjenme ir a la tienda a un mandado-; este tiempo<br />

lo aprovechamos para tomar fotografías de torre de un<br />

templo, la que están destruyendo unos nopales que crecen<br />

junto a la linternilla. Aquella buena mujer nos llevó por<br />

agradables callejones a la casa de don Luz Capetillo<br />

Hernández.<br />

Bajamos de la camioneta entre un concierto de ladridos de<br />

perros que fueron apaciguados por sus dueños; nos hicieron<br />

pasar al zaguán de la casa y, ¡caray!, cuánta amabilidad de<br />

la señora, pues decía a sus hijos con cierto nerviosismo: -<br />

Traigan unas sillas para que se sienten los señores-, y<br />

luego llamaron a don Luz. El señor cura hacía las<br />

presentaciones y cuando se refería al licenciado Sevilla y<br />

a mí, decía: -Son ellos licenciados, pero son buenas<br />

gentes, no venimos a perjudicarlos-. ¡Vaya la famita!,<br />

llegó don Luz y empezó la labor inquisitoria de don<br />

Salvador Jiménez.<br />

66


Don Luz Capetillo Hernández era un hombre de campo,<br />

sencillo, y a pesar de los ochenta y nueve años que tenía<br />

cuando lo conocimos, daba muestras de una mente lúcida, de<br />

gran cordialidad, y se sentía feliz en medio de sus hijos y<br />

nietos con la visita. Comenzamos desangrar la plática y se<br />

le preguntó si conocía el lugar donde estuvo Bocas, a lo<br />

que añadió: -Sí, Bocas de Ortega, queda cerca <strong>del</strong> ejido de<br />

Los Negritos, como a unos metros. Yo conocí ruinas de las<br />

casas de este lugar y unas tinas en que se curtían pieles -<br />

Por cierto que también ahí, en Pilotos, hubo otras para el<br />

mismo fin, cuando la hacienda fue de los señores Arellano.<br />

Se le preguntó qué sabía de la escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />

Encino y manifestó que no sabía nada; después se le<br />

preguntó por personas edad que conocieran <strong>del</strong> tema de Bocas<br />

de Ortega y nos dijo de un señor Ángel, en la Hacienda de<br />

los Campos, y don Ramón Tinajera, en el ejido de Los<br />

Negritos. Nos despedimos y agradecimos tanta gentileza.<br />

Cuando salimos de la casa de don Luz ya los perros nos<br />

consideraron amigos de sus amos y hasta nos formaron<br />

guardia de honor al pasar entre ellos para abordar la<br />

camioneta.<br />

Seguimos por la carretera al rumbo norte y entroncamos con<br />

la que va a Los Campos, y esta por el lado sur, entronca<br />

una terraceria que lleva al ejido de Los Negritos, muy<br />

cerca de la carretera vimos dos árboles muy bonitos y, por<br />

indicaciones <strong>del</strong> licenciado Sevilla entramos a la segunda<br />

terracería porque según él nos llevaría a Los Negritos; y<br />

cual sería nuestra sorpresa que llegamos a un agradable<br />

rancho que se llamaba El Molino, y de nuevo a rectificar lo<br />

andado.<br />

Por fin llegamos a Los Negritos; cuando se aproxima uno a<br />

este poblado, tanto al sur, sureste y oriente, a medio<br />

kilómetro, hay unos cerros que forman unas cañadas<br />

verdaderas bocas para que pasen caminos. Los Negritos es<br />

67


una comunidad de Asientos en medio de mezquites, piñales y<br />

nopaleras, calculo a ojo de pájaro una población de unos 2<br />

mil habitantes; a la entrada vimos una tienda de abarrotes,<br />

con sus anuncios clásicos de láminas haciendo propaganda de<br />

refrescos. Ahí vimos a dos señores a caballo, otro sentado<br />

en una banca, y algunos muchachos; nos acercamos para<br />

preguntar por don Ramón Tinajera Victorino y los de a<br />

caballo de inmediato se prestaron para ponernos en contacto<br />

con él. El señor que estaba sentado en un pollo se<br />

autopresentó resultó ser don Antonio Camacho Delgadillo, un<br />

erudito conocedor de la región, le preguntamos si conocía<br />

las ruinas de lo que fue Bocas y de inmediato también le<br />

agregó el segundo nombre, o sea "de Ortega". El Señor cura<br />

le preguntó si sabía si la escultura <strong>del</strong> Cristo Negro <strong>del</strong><br />

Encino procedía de ese lugar y afirmó categóricamente que<br />

sí, que esto lo sabía por algunos escritos que había leído<br />

en periódicos de Aguascalientes, pero que sus antepasados<br />

nunca le platicaron de ello. Total, este señor tenía la<br />

misma fuente de información que nosotros.<br />

En compañía <strong>del</strong> señor Camacho y de los de a caballo fuimos<br />

a la casa de don Ramón Tinajera Victoriano; para llegar a<br />

ella tuvimos que pasar por pintorescos callejones y resultó<br />

que don Ramón no se encontraba, pero de un momento a otro<br />

llegaría al almuerzo, eso nos dijo su esposa quien<br />

amablemente nos atendió. El señor cura pasó a la casa y el<br />

licenciado Sevilla, don Antonio Camacho y yo, esperamos<br />

bajo la sombra de un pirul viendo a unas niñas jugar con<br />

agua, derivando la plática con el señor Camacho respecto a<br />

la persona de mi padre, a quien conoció en sus andanzas<br />

como inspector escolar por esos lugares y manifestando su<br />

alegría al saber que yo era hijo <strong>del</strong> profesor don Faustino<br />

Villalobos.<br />

En virtud de que pasó una hora y no llegaba don Ramón<br />

Tinajera, sugirió el señor cura que don Antonio Camacho nos<br />

68


llevara al lugar donde se encuentran los restos de lo que<br />

fue Bocas de Ortega; abordamos la camioneta y dimos un<br />

rodeo; por cierto, nos encontramos al señor Tinajera y se<br />

le dijo que fuera a su casa a almorzar y que después<br />

procuraríamos para platicar; acto seguido, seguimos nuestro<br />

camino. Seguimos un camino junto a una cerca, que terminaba<br />

en una nopalera muy tupida a donde nos internamos; el señor<br />

Camacho nos dijo que ahí estuvo el presidio de Bocas de<br />

Ortega y empezamos a ver muchas piedras entre los nopales,<br />

mismas que estaban labradas pues tenían forma cúbica, es<br />

decir que fueron empleadas en construcciones. Al<br />

internarnos más nos topamos con los cimientos de una pared;<br />

ahí, el licenciado Sevilla se encontró una piedra que no<br />

fue otra cosa que una mano de metate. En este lugar medio<br />

nos separamos <strong>del</strong> grupo y estaba tan tupida la nopalera que<br />

nos perdimos, pero Sevilla es tan listo en todas estas<br />

andanzas que su espíritu de boy scout no lo abandona, y<br />

sacó un silbato y se puso a soplarlo; con el sonido<br />

aparecieron dos niños y nos guiaron donde estaban Camacho y<br />

el señor cura. Ellos observaban restos de unas tinas que<br />

empleaban en curtiduría, unas en forma de cuadrado y otras<br />

redondas; de ahí pasamos a ver los restos de una cortina<br />

que fue abrevadero de ganado; con este dimos por satisfecho<br />

nuestros intereses por conocer el lugar y nos trasladamos a<br />

la casa <strong>del</strong> señor Tinajera, quien nos confirmó la<br />

existencia de la Hacienda de Bocas de Ortega y que siendo<br />

él pequeño llegó a ver aún muros completos de aquellas<br />

construcción, que sí se dio cuenta por pláticas de gente<br />

vieja, cuando era niño (este señor debía tener setenta y<br />

cinco años) que por ese lugar pasaba el camino real de<br />

Ojuelos a Zacatecas, o sea el camino de la Plata, pero en<br />

relación con la escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino no tenía<br />

ninguna noticia. Toda esta plática se dio en la sala de la<br />

casa <strong>del</strong> señor tinajera, mientras satisfacíamos la sed con<br />

69


efrescos y terciaba en la conversación. Nos despedimos<br />

cordialmente de nuestros nuevos amigos y regresamos u haber<br />

estado en Bocas de Ortega.<br />

Como conclusión de todo esto resulta que Bocas de Ortega<br />

existió, sus restos están en las orillas <strong>del</strong> ejido Los<br />

Negritos, en Asientos, Aguascalientes; por ahí pasó el<br />

Camino de la plata y fue un presidio o bien, una estancia.<br />

Por medio de la novena mutilada que tenía Don Alejandro<br />

Topete <strong>del</strong> Valle se sabe que la escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />

Encino procede de Bocas de Ortega; lo más probable es que<br />

algunos misioneros, después de sus ejercicios espirituales,<br />

dejaron como testimonio el Cristo Negro <strong>del</strong> Encino, y<br />

cuando Bocas de Ortega tiende a desaparecer en el siglo<br />

XVIII, alguna familia piadosa trajo a Triana al Santo<br />

Cristo, cuya veneración fue en aumento, al grado que suplió<br />

a San Miguel, quien fue nuestro primer patrono tutelar.<br />

¡Bocas de Ortega fue la tierra <strong>del</strong> Santo Cristo Negro de<br />

Triana y ole!” 20<br />

Luego el autor reproduce algunos poemas y leyendas sobre<br />

“El Cristo de mi barrio” y explica sus conclusiones: “No me<br />

mueve mi Dios para quererte, el cielo que me tienes<br />

prometido, ni me mueve el infierno tan temido, para dejar<br />

por eso de ofenderte.<br />

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en esa cruz y<br />

escarnecido, muéveme el ver tu cuerpo tan herido, muéveme<br />

tus afrentas y tu muerte.<br />

Muéveme en fin Señor, tu amor de tal manera que aunque no<br />

hubiera cielo yo te amara y aunque no hubiera infierno te<br />

temiera.<br />

No me tienes que dar porque te quiera porque si todo lo que<br />

espero no esperara lo mismo que te quiero te quisiera.<br />

20 Bocas de Ortega. Ibdem p. 45. Este texto también se publicó en Hidrocálido como Bocas de<br />

Ortega. La comunidad de donde provino el Cristo Negro <strong>del</strong> Encino. Viernes 28 de julio de<br />

1989. Secc. Sociales.<br />

70


(Poema de autoría indefinida). El estilo alude a San Juan<br />

de la Cruz y a Santa Teresa<br />

El hombre, desde el punto de vista espiritual, tiene<br />

necesidad de establecer un diálogo constante con Dios en el<br />

que comunica los problemas de su vida; es muy común dentro<br />

de la religión católica valernos de las imágenes de nuestro<br />

Señor Jesucristo y de los santos para que sirvan de puente<br />

entre nosotros y la Divinidad.<br />

El barrio de Triana, el de Aguascalientes tiene en su<br />

templo principal una escultura de Jesús crucificado,<br />

llamada Señor <strong>del</strong> Encino, que mide de cabeza a pies noventa<br />

y un centímetros, y de mano a mano ochenta y siete<br />

centímetros. Es de color negro y ha sido en la vida <strong>del</strong><br />

barrio, receptor de pesares y alegrías y medio para sentir<br />

y amar a Dios. La gente de nuestro barrio tiene la cultura<br />

religiosa suficiente para no ser idólatras, pero aman la<br />

estampa <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino porque representa a Jesús<br />

crucificado y, por lo tanto, preside todos los actos de su<br />

vida; su devoción se ha extendido por toda la ciudad ¡y en<br />

forma regional se conoce al Santo Señor <strong>del</strong> Encino por ser<br />

un Cristo taumaturgo!.<br />

Alrededor de nuestro Cristo <strong>del</strong> barrio de Triana, Santo<br />

Señor <strong>del</strong> Encino, se han bordado hermosas leyendas, como la<br />

<strong>del</strong> leñador en circunstancias especiales que al hacer leña<br />

de un tronco de encino se encontró en el centro la<br />

escultura <strong>del</strong> Cristo. O la de los dos hermanos andaluces<br />

que cuando peleaban el amor de una mujer, entre ellos cayó<br />

un rayo y fue a dar a una encina que se desgajó y en medio<br />

<strong>del</strong> árbol, aún quemándose, apareció la escultura <strong>del</strong> Señor<br />

<strong>del</strong> Encino. Esta última salió <strong>del</strong> ingenio <strong>del</strong> sabio<br />

trianero, licenciado Humberto Brand Sánchez.<br />

Romance <strong>del</strong> Cristo Negro<br />

Cuentan las crónicas viejas que había en el barrio de<br />

Triana una familia muy pobre, muy buena y muy recatada; que<br />

71


el jefe de la familia no hizo nunca cosa mala, nada que<br />

malos conceptos o murmullos provocara.<br />

Cuentan que la esposa era una mujer casi santa, que su<br />

empeño era su hogar de la noche a la mañana; y de los hijos<br />

de ambos toda la gente opinaba que eran mo<strong>del</strong>o y ejemplo<br />

por su conducta esmerada.<br />

Que cuando ella iba a misa, al llamar de la campana, sólo<br />

alumbraba sus pasos la luz de la madrugada; y él cultivaba<br />

su huerto con el alma ilusionada y rezaba sus rosarios en<br />

granos de sus granadas; al catecismo sus crías iban siempre<br />

engalanadas con las primorosas luces de sus almas, todas<br />

blancas. Un día la pobre mujer se puso enferma, tan mala,<br />

tan mala que casi no se percibía su palabra. Médicos y<br />

curanderos a diario la examinaban y sus luces y consejos no<br />

daban una esperanza. A los pies <strong>del</strong> Cristo humilde los<br />

hijos se arrodillaban y le tejían una alfombra con los<br />

hilos de sus lágrimas. Vino pronto la penuria, la que más<br />

angustia labra, y sufrieron el tormento de una vida que se<br />

apaga.<br />

No había ya más medicina, no tenían con qué comprarla;<br />

fuese a cortar una leña el marido a la barranca, leña que,<br />

como recurso, daría vendida la paga de los últimos remedios<br />

para la esposa adorada.<br />

La cadencia de sus golpes repercutía en el barranco; cada<br />

golpe era dinero, cada dinero un hachazo, los golpes eran<br />

centavos; cada centavo sonaba en su alma, como milagro. Un<br />

encino era el madero por el hacha mutilado; lloraba el<br />

encino, herido por el golpe de su brazo.<br />

¡Dios de mi vida!, decía. ¡Cristo, tengo el pecho henchido<br />

por una pena tan honda que se me vuelve suspiro! ¡Sálvala,<br />

señor, que es ella la palma de mi nido! ¡Sálvala, Diosito<br />

santo, porque sin ella no vivo! El tosco golpe <strong>del</strong> hacha<br />

iba cortando el encino y ese mismo golpe tosco iba<br />

mo<strong>del</strong>ando un Cristo.<br />

72


Surgiendo iba <strong>del</strong> madero aquel cuerpecito endrino un<br />

cuerpecillo moreno que parecía cuerpo vivo.<br />

Una luz maravillosa iluminó al campesino como si iluminara<br />

todo aquel Cristo cautivo.<br />

La luz le embriagó los ojos como el más sublime vino y<br />

doblegó las rodillas el rostro en el polvo hundido.<br />

Trémulo aún <strong>del</strong> asombro llegó el labriego a su casa; cuando<br />

relató el milagro sus secos labios temblaban. Y aún mayor<br />

fue su pasmo al ver a la esposa amada que, sin pesar ni<br />

congoja, lo esperaba, buena y sana.<br />

Y aquel humilde labriego, colmada de dicha el alma, con su<br />

gratitud profunda en grande alabanza exclama: ¡Bendito mi<br />

santo Cristo, mi santo Cristo de Triana, que ha de regar<br />

nuestros huertos con la sangre de sus llagas!<br />

Humberto Brand Sánchez<br />

¡En fin!, estas son leyendas, pero aquí vamos a apegarnos a<br />

lo poco que en realidad sabemos.<br />

Aunque parezca paradójico, el Santo Señor <strong>del</strong> Encino no es<br />

de encino, sino de la madera de la que está hecho es de<br />

mezquite. Esta aseveración se basa en lo siguiente: el<br />

señor cura Salvador Jiménez Díaz, en su afán constante de<br />

rendir su menaje a Dios, teniendo en buen estado todas las<br />

cosas <strong>del</strong> culto, vio que la cultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino<br />

necesitaba una retocada por algún desperfecto en pintura, y<br />

antes de ponerlo en manos <strong>del</strong> artista que trataría la<br />

escultura, convocó a cuatro carpinteros avecindados en el<br />

barrio, mismos que sienten amor a dios por medio de la<br />

escultura <strong>del</strong> Santo Señor <strong>del</strong> Encino y la ven con respeto y<br />

devoción. Estos cuatro carpinteros fueron Salvador<br />

Escalante, Enrique Jiménez, Alfonso Medina y Manuel Ibarra<br />

Hernández; ellos hicieron un estudio de la escultura y se<br />

encontraron con que está hecha de madera de mezquite. Esta<br />

aseveración tiene por fundamento lo siguiente: hicieron la<br />

prueba <strong>del</strong> agua consistente en poner la madera en contacto<br />

73


con ésta y entonces se pone negruzca; en una parte <strong>del</strong><br />

Cristo lo hicieron y la prueba fue positiva; luego<br />

determinaron que el peso también corresponde a lo que<br />

pesaría un leño de mezquite de su tamaño y no uno de<br />

encino, que sería menos pesado. El escultor <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />

Encino aprovechó una rama <strong>del</strong> mezquite para hacer el<br />

Cristo, lo cual se deduce porque el rostro y pies siguieron<br />

la configuración de la rama, lo mismo la asimetría de la<br />

altura en cuanto al ángulo de sus brazos. Además, en el<br />

lugar de donde se dice procede, Bocas de Ortega, no hay<br />

encinos y sí mezquites, por lo tanto, estos ilustres<br />

carpinteros, peritos en conocer madera, llegaron a la<br />

conclusión de que la escultura está hecha de mezquite,<br />

pintada de negro. Santo Cristo de mi barrio, el que negro<br />

de tez está, tal vez por mis pecados en esa condición<br />

estás. ¡Qué hermosas son tus leyendas, pero leyendas lo<br />

son!; lo aquí dicho es la verdad y todavía cuánto queda<br />

investigar. Tú tienes la virtud de trasladar nuestra mente<br />

a Jesús, al Nazareno que por amor a nosotros en el Gólgota<br />

clavado en su cruz murió. Tú eres la escultura que por<br />

generaciones nos ha servido para aprender la doctrina que<br />

se basa en el amor. Tú, en el hogar, tú en la fábrica, tú<br />

en la labor <strong>del</strong> campo y de la huerta, tú en la pinturera<br />

faena de nuestros toreros, en fin, tú en nuestros<br />

corazones. Bajo tu égida el dolor es oración y la alegría<br />

sublimación para a ti.<br />

Santo Señor <strong>del</strong> Encino mi Jesús crucificado eres unión de<br />

vecinos en este tu barrio amado.<br />

¡Ay, Señor <strong>del</strong> Encinito, cuatro cocos y un melón! En esa<br />

forma le gritaba un vendedor de frutas al Señor <strong>del</strong> Encino<br />

cuando pasaba con su batea sobre su cabeza y sostenía un<br />

diálogo con quien espiritualmente era su patrón. Con eso le<br />

estaba diciendo que le quedaban cuatro cocos y un melón, y<br />

74


le pedía que lo ayudara a vender el resto de su fruta para<br />

poder descansar.<br />

El Cristo de Triana preside la vida de todos los que hemos<br />

nacido bajo su égida; ante el Cristo de Triana nos<br />

bautizan; ante Él es el matrimonio, Él amorosamente despide<br />

a los habitantes de Triana cuando mueren y ante su<br />

<strong>presencia</strong> se celebran las exequias. El Cristo de Triana<br />

tiene la virtud de unir a toda la gente <strong>del</strong> barrio, y nos<br />

une por una sencillísima razón, porque ante esta imagen,<br />

ante esta materia que nos hace recordar a Cristo, nuestras<br />

madres torcieron nuestros dedos para enseñarnos a hacer la<br />

señal de la cruz y santiguarnos. El hecho de que ante la<br />

<strong>presencia</strong> <strong>del</strong> Cristo recibimos la doctrina de Él, es factor<br />

de la unidad para todos los que hemos nacido en Triana.<br />

El barrio de Triana festeja los primeros 13 días <strong>del</strong> mes de<br />

noviembre al Santo Cristo, al Cristo de la leyenda que dice<br />

que cuando su brazo izquierdo llegue a tocar la cúpula<br />

donde está, se acaba el mundo. En esos trece días todo es<br />

alegría en la gente <strong>del</strong> barrio de Triana; desde tempranas<br />

horas el silencio de la madrugada se interrumpe por los<br />

cohetones anunciando que estamos en pleno trecenario y que<br />

el Cristo de Triana está de fiesta.<br />

Con el permiso <strong>del</strong> licenciado don Jesús Reyes Ruiz,<br />

transcribo de los versos de su poema Los cuatro barrios, el<br />

que dedica al barrio de Triana, y dice:<br />

Rumor de gitanos viene por la claridad <strong>del</strong> sur; rumor de<br />

voces morenas con acento de laúd. Levantaron una iglesia<br />

donde el cielo es más azul, una fuente levantaron e igual<br />

que en suelo andaluz, suertes de huertas pusieron en toda<br />

esta latitud.<br />

Y como eran gitanos, le dañaron la salud a un Santo Cristo<br />

famoso que no oyó el ruego de un gitano de rancia cepa y le<br />

dio agua de pirul al sacerdote en la misa, para que el<br />

Cristo, en su cruz, se fuera tornando negro como de negro<br />

75


etún. Así fundaron Triana donde el cielo es más azul.<br />

Dicen que en noche de espectros, al frío de la inquietud,<br />

cuando con timbre de sombras canta el tecolote augur, se<br />

transfigura en el templo el Cristo, y se hace de luz, y que<br />

sus carnes de lirio, transparentes como tul, dan su sangre<br />

a las granadas <strong>del</strong> Barrio de la Salud.” 21<br />

Las huertas de Triana.<br />

Hablar de las huertas <strong>del</strong> barrio de Triana es casi hablar<br />

de la historia de Aguascalientes.<br />

Corría año de gracia de 1565 cuando, donde hoy se levanta<br />

nuestro barrio, don Hernán González Berrocal, en unión de<br />

sus hijos debido a la merced de tierras que le fue<br />

concedida por la Corona de España, cultivaba las tierras<br />

formando las huertas <strong>del</strong> barrio, así siempre en Triana ha<br />

habido huertas.<br />

Hoy estamos <strong>presencia</strong>ndo el final de las huertas debido a<br />

la expansión de la expansión <strong>del</strong> urbanismo. En mi infancia<br />

me tocó conocer varias, eran verdaderos vergeles, copias<br />

<strong>del</strong> paraíso terrenal, verdaderos jardines que<br />

proporcionaban diversidad de frutas: higos, granadas,<br />

peras, membrillos, uvas, chabacanos, duraznos y hortalizas.<br />

Huertas en las que se oía el apacible murmullo <strong>del</strong> correr<br />

<strong>del</strong> agua por sus acequias y en las que, en los atardeceres,<br />

los contrastes <strong>del</strong> azul <strong>del</strong> cielo con las nubes blancas y<br />

esponjosas, los follajes, el canto coral de los pajarillos<br />

y la pirotecnia de los tonos de la luz, hacían todo un<br />

poema.<br />

Recuerdo varios de estos jardines; en mi mente tengo la<br />

huerta de la casa de las señoritas Barba, frontera al<br />

Jardín <strong>del</strong> Encino. Atravesaba uno la casa y en el último<br />

patio se entraba a un bodegón obscuro; al fondo había una<br />

puerta y al abrirla nos sentíamos transportados al edén;<br />

aquella huerta primorosa, aquella huerta con árboles<br />

21 Ibdem. Pp. 50-55.<br />

76


grandes en plena producción y con los encantos de agasajo<br />

que las frutas nos daban, parecía que no tenía fin, que<br />

allí empezaba el mundo y no se le veía término. Aquella<br />

huerta, atendida con verdadero amor por sus hortelanos,<br />

proporcionaba todas aquellas <strong>del</strong>icias que daban sus<br />

árboles. Así como la huerta de las señoritas Barba estaba<br />

enseguida la de Melitón Badillo; luego la de los Chinos, y<br />

por allá en la calle Águila de don Enrique González y las<br />

huertas <strong>del</strong> barrio de la Salud, las cuales conocí en<br />

compañía de mi tía, María Villalobos.<br />

Qué alegría era visitar una huerta, qué orgullo el sentirse<br />

amigo de su dueño que nos franqueaba sus puertas para<br />

saborear el fruto de sus árboles.<br />

Todas las huertas tenían sus guardianes y esos guardianes<br />

eran dos o tres perros bravos que ponían pies en polvorosa<br />

a aquel que osara internarse en sus dominios sin la<br />

compañía de un hortelano o <strong>del</strong> dueño, es decir, cuando el<br />

perro o los perros veían que el visitante era gente<br />

extraña, ni tardos ni perezosos se abalanzaban para darles<br />

mordidas y ponerlos en huida.” 22<br />

Recuerdo que detrás de la casa de mi tío Juan el la calle<br />

Águila, furtivamente en alguna ocasión mi primo Ricardo y<br />

yo entramos a llevarnos unas granadas; allí había unos<br />

perros amarrados a un árbol y tal circunstancia nos animaba<br />

a azuzarlos, de lo que resultaba un concierto de ladridos<br />

por desesperación de desatarse. Cuando regresábamos de<br />

nuevo, los cocoreábamos y cual fue nuestra sorpresa que uno<br />

de aquellos mastines logró desatarse y ¡nos puso una<br />

corretiza...!, que apenas si alcanzamos a brincar la barda<br />

de la huerta con el corazón desbocado al casi sentir los<br />

colmillos <strong>del</strong> perro en las piernas. Estampas de la infancia<br />

provinciana que fueron primorosas.<br />

22 Las huertas de Triana. Ibdem. Hasta aquí está el contenido de lo que se reproduce en<br />

Hidrocálido con el título Y sus huertas. Lunes 1ro noviembre de 1982. secc. B. P. 2<br />

77


Una huerta muy significativa fue la de la Piedra China, en<br />

el barrio de la Salud, de la cual hoy día sólo queda la<br />

casona por la que se entraba a ella y que funciona como<br />

restaurante <strong>del</strong> hotel Antigua Hacienda de la Noria. Esta<br />

huerta perteneció al señor don Isidro Navarro, quien fue<br />

vitivinicultor a fines <strong>del</strong> siglo XIX y principios <strong>del</strong> XX;<br />

de sus bodegas se surtía de vino toda la diócesis de<br />

Aguascalientes para los ritos de las fiestas, esta huerta<br />

semejaba una venta española. Hoy día aún se ve su entrada<br />

con esa imagen que está ubicada en el triángulo que forman<br />

las calles de La Salud, Acueducto y Héroe de Nacozari. Por<br />

el lado de Acueducto, de sur a norte, es donde da la<br />

impresión de una venta española, por el torreón <strong>del</strong><br />

respiradero de lo que fue el acueducto y su portal.<br />

Qué tristeza al <strong>presencia</strong>r la muerte de las huertas <strong>del</strong><br />

barrio de Triana. Ojalá que nuestras autoridades<br />

adquirieran una de ellas y la conservaran como ejemplo de<br />

aquellas porciones de tierra que dieron vida a<br />

Aguascalientes, y en homenaje al fundador de nuestro barrio<br />

se le llamara la huerta Hernán González Berrocal.” 23<br />

El autor da un ejemplo <strong>del</strong> trabajo de los hortelanos con<br />

“Don José Navarro Jiménez” dice: “Triana y Aguascalientes<br />

deben su existencia a las huertas, a los hortelanos y a sus<br />

familias. Ya se han descrito las huertas como verdaderos<br />

paraísos, pero para que éstas existieran se necesitó de los<br />

hortelanos, de los peones y de sus familias; ellos hicieron<br />

posible que Aguascalientes fuera un vergel. Las cosas van<br />

cambiando, las huertas dentro de los barrios de la ciudad,<br />

por el crecimiento urbano, van desapareciendo; tan sólo<br />

quedan uno que otro terreno baldío que se usan como<br />

corrales y que pertenecieron a aquellas maravillas.<br />

Al aseverar que no podían existir las huertas sin los<br />

hortelanos, vienen a mi mente los hidalgos señores: los<br />

23 Ibdem. P. 55-57.<br />

78


Medina, los Barba, los Castañeda, los Badillo, los Navarro,<br />

y tantos y tantos que de las huertas hicieron una leyenda y<br />

una tradición. Como homenaje a los hortelanos de Triana y<br />

Aguascalientes, escribiremos acerca de uno de ellos, don<br />

José Navarro Jiménez, ¡gran señor!.<br />

José Navarro Jiménez nació el día 25 de marzo <strong>del</strong> año 1904,<br />

en un rancho perteneciente al municipio de Arandas, en el<br />

estado de Jalisco; fue hijo de don Hipólito y de doña Ma.<br />

Dolores Jiménez. Vivió la primera etapa de su infancia en<br />

el rancho en que nació; ahí abrió los ojos a las bellezas<br />

<strong>del</strong> campo que Dios envía como bendición, pero cuando llegó<br />

a la edad oportuna para iniciar su instrucción primaria,<br />

sus padres convinieron en enviarlo a Aguascalientes para<br />

que, bajo la dirección y vigilancia de su tío y padrino, el<br />

señor cura Isidro Navarro, se ilustrara y desde entonces<br />

vivió en el barrio <strong>del</strong> Encino.<br />

José Navarro Jiménez estuvo íntimamente ligado con la<br />

huerta de La Piedra en el barrio de la Salud (parte <strong>del</strong><br />

barrio de Triana), primero al vivir en ella y, aunque<br />

cambió de domicilio, al administrarla todos los días.<br />

En cuanto a sus estudios, don José Navarro hizo aquí su<br />

primaria, y la secundaria y bachillerato en nuestro<br />

glorioso Instituto de Ciencias; ahí fue compañero de<br />

estudios de quien fue el cronista de la ciudad, don<br />

Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, con quien cultivó una gran<br />

amistad. Terminado su bachillerato trabajó como empleado de<br />

aquella famosa tienda de los Rábago, "El Número Ocho".<br />

Don José Navarro se enamoró de una trianera, doña María de<br />

Jesús Castañeda quien nació en el barrio el día 21 de abril<br />

de 1910. De este matrimonio hubo once hijos, pero el<br />

primogénito, Hipólito, murió a los nueve meses; aparte de<br />

él, nacieron cuatro hombres y seis mujeres. De los hijos<br />

<strong>del</strong> matrimonio Navarro Castañeda, siete vinieron al mundo<br />

en la huerta de La Piedra China y cuatro en el segundo<br />

79


domicilio de la familia Navarro, ubicado en la calle doctor<br />

Jesús Díaz de León, antes Washington, Don José y doña<br />

Jesusita se preocuparon por todos sus hijos y les<br />

proporcionaron una educación adecuada; éste fue el motivo<br />

por el que se vinieron a vivir a una casa que adquirieron<br />

en la calle doctor Jesús Díaz de León, para que los hijos<br />

tuvieran sus escuelas cerca <strong>del</strong> domicilio y que no vinieran<br />

desde La Salud.<br />

El señor cura Isidro Navarro Castellanos fundó la huerta de<br />

La Piedra China en el año 1888, y este lugar fue el primer<br />

centro vitivinícola de Aguascalientes, pues se cultivaba<br />

mucho la vid, y el vino que se hacía era el de consagrar,<br />

con el que se abastecían los templos de la región. Cuando<br />

nació la diócesis, le proporcionó el vino que se<br />

convertiría en "sangre de Cristo". En esta huerta, además<br />

de la vid, se cultivó en excesiva el perón cristalino, ya<br />

que en las demás huertas no se daba; se cultivaron<br />

granadas, duraznos y demás frutales; muy pocas flores y<br />

hortalizas y se regaba con agua que venía de Ojocaliente.<br />

El señor cura Navarro tenía ahí sus cuadras de caballos de<br />

carreras, a los cuales era muy aficionado, y tenía la<br />

huerta también como un lugar de descanso.<br />

A la muerte <strong>del</strong> señor cura, Isidro Navarro Castellanos,<br />

adquirió la huerta de la piedra China su sobrino don José<br />

Navarro Jiménez, y en ella también instaló un establo con<br />

muchas vacas; además de esta huerta compró otra que se<br />

ubicaba en la esquina <strong>del</strong> lado sur <strong>del</strong> Jardín de la Salud.<br />

Don José Navarro fue hombre de a caballo, en su juventud le<br />

gustó la charrería aumentó su afición a los caballos su tío<br />

y padrino, el señor cura Navarro. La gente <strong>del</strong> barrio<br />

recuerda a don José, montado en su caballo en su constante<br />

trajinar de su casa en Díaz de León a sus huertas de La<br />

Salud. Al toque <strong>del</strong> alba, cuatro de la mañana ensillaba su<br />

caballo para iniciar las actividades <strong>del</strong> día. Esto fue<br />

80


hasta el día 23 diciembre de 1977 en que don José Navarro<br />

descansó en el seno <strong>del</strong> Señor.<br />

Gracias al doctor Nacho, hijo de don José, por quien obtuve<br />

todos los datos referentes a su padre y a la huerta de La<br />

Piedra China.<br />

¡Loor a esos hombres, callados y trabajadores, los<br />

hortelanos que dieron vida a triana y a Aguascalientes!” 24<br />

Otra de las obras significativas es la de “El acueducto de<br />

Triana”. Sobre ella dice: “El agua en la vida <strong>del</strong> hombre es<br />

uno de los elementos indispensables para existir, al grado<br />

que, cuando falta ésta, rápido se acaba la persona y muere;<br />

esta circunstancia dio pie para que la mayor parte de las<br />

ciudades fueran fundadas cerca de los ríos o lagos; y<br />

cuando las fuentes de abastecimiento quedaban algo<br />

retiradas de la población, el hombre se las ingenió y por<br />

medio de acueductos, hizo que el agua llegara hasta sus<br />

hogares.<br />

Cómo son admirables los acueductos construidos en el<br />

pasado. En lo que respecta a nuestra patria, llegan a la<br />

mente las estampas de los construidos en Zacatecas,<br />

Querétaro, Los remedios -en las proximidades de la Ciudad<br />

de México- y el realizado por los aztecas en Tenochtitlán,<br />

reconstruido por los españoles para traer agua potable<br />

desde Chapultepec y cuyos restos, hoy día, admiramos en el<br />

camellón de la avenida Chapultepec. En cuanto a Europa, es<br />

famoso el acueducto romano en la población de Segovia,<br />

España, todos ellos construidos a base de arquerías, Triana<br />

también tuvo su acueducto; a unos cuantos kilómetros al<br />

sureste de nuestra población hubo unos manantiales de agua<br />

potable, zarca, en el punto conocido como el Cedazo, y de<br />

ahí, en la época de la Colonia, se construyó un acueducto<br />

que vino llenar la fuente <strong>del</strong> Obrador, trayendo tan<br />

preciado líquido.<br />

24 Ibdem. Pp. 57-58.<br />

81


Las manifestaciones que he visto de lo que fue el acueducto<br />

de Triana son las siguientes: en mi infancia llegué a estar<br />

en El Cedazo y vi en la loma que queda al sur <strong>del</strong> actual<br />

bordo, una construcción circular como de siete metros de<br />

diámetro a cielo abierto y por dentro, pegada a la pared,<br />

una escalera de piedra que terminaba donde empezaba el<br />

túnel <strong>del</strong> acueducto, ya que éste era subterráneo.<br />

Como a un kilómetro, al noroeste de la entrada, se<br />

encontraba un respiradero; por cierto que a escondidas de<br />

la autoridad paterna, mis hermanos, en compañía de sus<br />

amigos, llegaron a transitar alguna vez este tramo portando<br />

velas encendidas, con el peligro de sufrir una intoxicación<br />

y perderse, pues nadie sabría en dónde habrían quedado.<br />

Dentro de nuestra población se denota la existencia <strong>del</strong><br />

acueducto con el torreón de respiradero que hay en la casa<br />

de la huerta de La Piedra China, en el barrio de la Salud y<br />

que está al principio de la calle que lleva precisamente el<br />

nombre de calle Acueducto; después, continúa en la fuente<br />

<strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino, ya centenaria, y en la <strong>del</strong> Obrador<br />

que desapareció, la cual se encontraba en el cruce de las<br />

calles de José María Chávez y Hornedo.<br />

Era yo pequeño cuando mi padre ordenó acondicionar nuestra<br />

segunda casa paterna en la calle de José María Chávez, la<br />

cual tenía su leyenda en el barrio, pues se decía que de<br />

esa casa sacaron tesoros sus antiguos moradores y mi padre<br />

les dijo a los albañiles que si encontraban algún tesoro se<br />

repartirían equitativamente las monedas. Resulta que un<br />

día, cuando estábamos comiendo en la casa de la calle de<br />

Enlace, el maestro albañil Pedro Soto, llegó a la casa<br />

asustado y no atinaba a decirnos cómo había dado con un<br />

tesoro, cuando pudo expresarlo dijo: -¡Le dimos a los<br />

tecolines!-. Todos corrimos a la casa en reparación para<br />

ver de qué se trataba y ante nuestra <strong>presencia</strong>, con una<br />

barra abrió un boquete en el piso que daba como a una noria<br />

82


ademada, y en la parte de abajo tanto en la pared sur como<br />

en la norte, había unos arquitos ya cegados; se exploro el<br />

lugar y ¡nada de tecolines! Mi padre ordenó tapar aquella<br />

especie de noria, y este lugar fue la base de una escalera<br />

en el segundo patio que va a una troje.<br />

Cuando estuve en la preparatoria le platiqué esto a la<br />

señorita Enriqueta González Goitia, quien soltó una sonora<br />

carcajada y me dijo: -Gabriel, dieron con el acueducto de<br />

Triana-. Por lo tanto, existe el acueducto aunque está<br />

cegado.” 25<br />

De “Los rumbos de Triana” expone: “En un pasado no lejano,<br />

pensar en el barrio de Triana de Aguascalientes, era pensar<br />

en todo el sur de nuestra ciudad, hasta la línea divisoria<br />

marcada por el arroyo que atraviesa nuestra población y<br />

que, con el andar de los años, se convirtió en la avenida<br />

licenciado Adolfo López Mateos.<br />

La parte sur de la ciudad de Aguascalientes tiene, a su<br />

vez, varias regiones o rumbos que en conjunto forman<br />

Triana. Al ir de poniente a oriente se encontraba el<br />

rastro, ubicado entre las calles Guerrero y Matamoros, con<br />

una importancia muy grande para nuestra población porque<br />

ahí se sacrificaban los animales cuya carne era consumida<br />

por nuestro pueblo. Dentro de las cosas pintorescas que se<br />

vivieron en este rastro, una de ellas fue que, en medio de<br />

los matanceros que estaban en un local techado donde<br />

destazan las reses, pululaban los aspirantes a toreros, los<br />

maletillas que iban para colarse a los corrales y echar el<br />

capote a una que otra vaca brava y también para practicar<br />

el descabelle.<br />

El rastro fue lo más occidental <strong>del</strong> barrio de Triana. Junto<br />

a él estaba el Hospital Hidalgo, que fue el principal<br />

centro hospitalario de Aguascalientes. Cuánto dolor<br />

25<br />

El acueducto <strong>del</strong> Encino. Ibdem p. 59. Este texto también se publicó en Hidrocálido Domingo<br />

3 de noviembre de 1985.<br />

83


llegamos a ver y cuánta alegría en los que sanaban. Esta<br />

institución llenó toda etapa en materia de salud. Frontero<br />

al hospital hay un jardincillo cuyas plantas y árboles son<br />

un himno de esperanza para recobrar la salud.<br />

Al suroeste <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino se encuentra el rumbo <strong>del</strong><br />

Grangenito y lo que fue el <strong>del</strong> Hueso, divididos por el<br />

arroyo <strong>del</strong> Cedazo, hoy avenida Ayuntamiento. El rumbo <strong>del</strong><br />

Hueso estaba más allá <strong>del</strong> arroyo <strong>del</strong> Cedazo. Tanto en el<br />

Grangenito como en el barrio <strong>del</strong> Hueso, la mayor parte de<br />

la gente se dedicaba a hacer ladrillos; había varios hornos<br />

en los que se quemaba el tabique que servía para las<br />

construcciones de Aguascalientes, y las personas que<br />

necesitaban de él acudían a estos rumbos para comprar este<br />

material indispensable en la construcción. Tengo noticia de<br />

que la calle Grangenito en el pasado fue un punto non santo<br />

<strong>del</strong> barrio de Triana. Hacia el oriente <strong>del</strong> jardín <strong>del</strong><br />

Encino sigue el rumbo <strong>del</strong> Llanito, allá por donde están las<br />

calles de La soledad, cinco de Febrero, Neveros -llamada<br />

así porque ahí vivía gente que se dedicaba a hacer nieve.<br />

En medio de estas calles hay una plazoletita que es<br />

conocida como el llanito y junto a ella, por el sur, estaba<br />

la escuela Fray Bartolomé de las Casas, de la cual fue<br />

directora mi madre.<br />

Más allá <strong>del</strong> Llanito, hacia al sureste y formando también<br />

parte <strong>del</strong> barrio de Triana, está el de La Salud,<br />

característico porque en él estuvieron las principales<br />

huertas. Tiene un templo que se erigió a fines <strong>del</strong> siglo<br />

pasado, en el que se venera al Señor de la Salud, que<br />

tiempo antes se veneraba en una pequeña capilla en el<br />

panteón de la Salud, que fue de los primeros que sirvieron<br />

a Aguascalientes.<br />

Entre la Salud y las márgenes <strong>del</strong> arroyo <strong>del</strong> Cedazo está el<br />

barrio <strong>del</strong> Ojo de Agua; este lo componían, por lo general,<br />

campesinos que cultivaban las tierras ubicadas en las lomas<br />

84


sureste de nuestra población. En lo personal, me recuerda<br />

que por este rumbo <strong>del</strong> Ojo de Agua salíamos para la heredad<br />

familiar, al Rancho de Cobos.<br />

Pues bien, Triana está constituido por todos estos rumbos y<br />

su buena gente, con un Común denominador: el cariño y la fe<br />

en el Cristo Negro <strong>del</strong> Encino. Las autoridades <strong>del</strong> Siglo<br />

XIX y principios <strong>del</strong> XX, siempre consideraron todos estos<br />

rumbos bajo el nombre de Barrio de Triana.” 26<br />

En el capítulo II referido a los sabios de Triana hace<br />

algunas semblanzas biográficas de personalidades cuyos<br />

nombres también han sido impuestos a la nomenclatura de las<br />

calles, ya reproducidos. Veamos sus contenidos.<br />

La primera es sobre el “Doctor don Jesús Díaz de León”.<br />

Afirma que: “Nació el doctor don Jesús Díaz de León en la<br />

calle de Los Gallos, pasando el Jardín <strong>del</strong> Encino, calle<br />

que va desde el centro de la ciudad hasta el arroyo <strong>del</strong><br />

Cedazo; actualmente lleva el nombre de este sabio<br />

aguascalentense. Su nacimiento está envuelto en la leyenda,<br />

pero las fuentes históricas nos dicen que fue hijo <strong>del</strong><br />

doctor Rafael Díaz de León y de doña Dominga Ávila; ubican<br />

su nacimiento allá por el año de 1855 ó 1856.<br />

Don Jesús Díaz de León, en su infancia, fue un niño muy<br />

despierto y con facilidad aprendía lo que se le enseñaba.<br />

Hizo su primaria en un colegio particular que había en<br />

Aguascalientes, dirigido por el profesor José María<br />

Guerrero. Su padre, viendo que siempre ocupaba los primeros<br />

lugares de aprovechamiento dentro de su clase, cuando<br />

terminó sus estudios primarios a la muy corta edad de diez<br />

años le proporcionó nuevos horizontes en el mundo de la<br />

cultura y lo mandó a nuestra tradicional metrópoli,<br />

Guadalajara, a continuar sus estudios en el seminario de<br />

aquella ciudad. Los seminarios no únicamente preparaban<br />

26<br />

Triana y sus rumbos. Ibdem p. 60. Este texto también se publicó en Hidrocálido martes 2 de<br />

noviembre de 1982 secc. B. P. 3<br />

85


sacerdotes, sino que daban cultura general a las juventudes<br />

y hasta muy avanzada la instrucción decidían si querían<br />

seguir la carrera eclesiástica, o bien, alguna otra carrera<br />

liberal.<br />

El niño Jesús Díaz de León ingresó al Seminario de<br />

Guadalajara el día 19 de octubre de 1896. Posteriormente<br />

vio la conveniencia de ingresar al Liceo de Varones, que<br />

dirigía el ingeniero don Lázaro Pérez; esto aconteció en la<br />

misma ciudad de Guadalajara. Al terminar sus estudios en el<br />

Liceo ingresó a la Escuela de Medicina y se recibió de<br />

Médico Cirujano con los más grandes honores que un sabio<br />

estudiante puede recibir.<br />

Una vez terminados sus estudios, regresó a su nativa<br />

Aguascalientes para ejercer su profesión. Aquí, en la paz<br />

provinciana fue donde el doctor Jesús Díaz de León encontró<br />

el ambiente propicio para seguir estudiando distintas ramas<br />

<strong>del</strong> saber. De mucho le sirvió la biblioteca heredada por su<br />

padre que fue mejorada con libros que él adquirió, Dentro<br />

de los estudios realizados por el sabio trianero, además de<br />

profundizar su conocimiento en la medicina, fue un gran<br />

estudioso de la filosofía; fue literato y filólogo; estudió<br />

las lenguas muertas, griego, latín y arameo; dominó el<br />

inglés, el francés y el alemán; fundó una imprenta que fue<br />

el medio <strong>del</strong> que se sirvió para publicar sus estudios, y<br />

compró caracteres griegos para editar sus estudios en esa<br />

lengua.<br />

El historiador aguascalentense, Jesús Bernal Sánchez,<br />

consigna en sus Apuntes hístóricos, geográficos y<br />

estadísticos de Aguascalientes que el doctor Jesús Díaz de<br />

León recibió 44 distinciones por su actividad científica,<br />

tanto a nivel nacional como internacional. Recibió honores,<br />

muchos de Italia, de Francia, de Austria, de España, de<br />

Alemania y, como un dato curioso, el Indostán también lo<br />

honró, y digo curioso porque la cultura de ese país sale<br />

86


<strong>del</strong> área de la cultura occidental. El Indostán lo nombró<br />

Académico y Delegado de “La Estrella <strong>del</strong> Mérito Sourindro<br />

Mohum Tagore de Calcuta”, el 30 de septiembre de 1886. Así,<br />

recibió muchos honores, pero yo creo que uno de los que más<br />

le ha de haber alegrado fue el que le otorgó la máxima casa<br />

de estudios de Aguascalientes, nuestro Instituto de<br />

Ciencias <strong>del</strong> estado.<br />

El Doctor contrajo matrimonio con Angelita Bolado aquí en<br />

Aguascalientes, allá por el año de 1880, y la familia que<br />

formaron se compuso de cuatro hijos: Jesús, Ernesto,<br />

Angelita y María.<br />

En su afán por perfeccionar sus conocimientos se trasladó a<br />

vivir a la Ciudad de México, dejando su natal<br />

Aguascalientes. Muchos años vivió allá, donde lo sorprendió<br />

la muerte el día 26 de mayo de 1919.<br />

Cuando pienso en el doctor Jesús Díaz de León y en su obra,<br />

le vivo agradecido porque fue precisamente en los textos<br />

que él creó para el estudio de las raíces griegas y latinas<br />

los que me sirvieron para conocer las etimologías de muchas<br />

palabras de nuestro castellano, cuando fue maestro de<br />

etimología otro buen hombre, el doctor José González<br />

Saracho.<br />

Aguascalientes ha inmortalizado a este sabio trianero en<br />

distintas formas: dando su nombre a una de nuestras<br />

principales calles que va <strong>del</strong> centro de la ciudad hacia el<br />

sur y termina por el barrio de Triana; en el mural que está<br />

en el segundo patio <strong>del</strong> Palacio de Gobierno, estando parado<br />

frente a él, a mano derecha, en la sección que se le dedica<br />

a la historia de la cultura de Aguascalientes, muy fácil de<br />

identificar por los enormes bigotes que tenía este sabio;<br />

la escuela Tipo lleva su nombre y nuestra Universidad<br />

Autónoma de Aguascalientes nos distingue a los maestros que<br />

hemos cumplido veinticinco años ininterrumpidos de docencia<br />

con el diploma y medalla Doctor Jesús Díaz de León. Así<br />

87


pues, el doctor Jesús Díaz de León, sabio de nuestra<br />

tierra, fue originario <strong>del</strong> barrio de Triana.” 27<br />

Sobre la “Maestra doña Vicentita Trujillo Martínez”, dice:<br />

“Fue la ciudad de Guadalajara, <strong>del</strong> estado de Jalisco, el<br />

lugar en donde nació la maestra Vicentita Trujillo<br />

Martínez, el día 19 de julio <strong>del</strong> año de 1872; fueron sus<br />

padres don Ignacio J. Trujillo y doña Regina Martínez.<br />

Vicentita fue la mayor de los hermanos en su casa: Eliseo,<br />

Juan, Ignacio, Gilberto -licenciado en derecho- y Gabriel,<br />

este último estudiante de la carrera de ingeniería, murió<br />

accidentalmente en la Ciudad de México durante los sucesos<br />

de la "Decena Trágica" en 1913, en la que perdieron vida<br />

don Francisco I. Madero y don José María Pino Suárez.<br />

La familia Trujillo Martínez, por razones <strong>del</strong> trabajo de<br />

don Ignacio, se trasladó a la ciudad de Aguascalientes en<br />

1880, así es que Vicentita tenía ocho años de edad cuando<br />

llegó. Probablemente uno o dos hermanos de ella también<br />

nacieron en Guadalajara y los demás deben haber nacido en<br />

nuestra ciudad.<br />

Al llegar a Aguascalientes, don Ignacio J. Trujillo<br />

estableció su domicilio en la calle de Minerva en el número<br />

tres, en pleno barrio de Triana, calle que hoy día lleva el<br />

nombre de la profesora Vicenta Trujillo, y en esa casa,<br />

desde la edad de ocho años hasta el día su fallecimiento,<br />

vivió la maestra Vicentita.<br />

En cuanto a su preparación académica, cursó sus estudios<br />

primarios en la Escuela Municipal de Niñas, para luego<br />

pasar al Liceo de Niñas a estudiar su carrera de maestra.<br />

Por cierto que era una niña tan despierta Vicentita, que en<br />

vez de inscribirla en primer año, la inscribieron de<br />

inmediato en segundo por su viveza y cultura.<br />

27 Doctor don Jesús Díaz de León. Ibdem p. 63. Este texto también se publicó en Hidrocálido<br />

Viernes 5 de noviembre de 1981. secc. B. P. 3.<br />

88


Vicentita Trujillo presentó su examen profesional el día 29<br />

de septiembre de 1888 que resultó muy brillante, como toda<br />

su carrera. Para ella, el haberse recibido fue más un<br />

momento en su vida porque, siendo amante de la cultura,<br />

siguió profundizando sus estudios.<br />

Su trayectoria en el magisterio fue de entrega a sus<br />

semejantes. Impartió catedras en el Liceo de Niñas; después<br />

fue directora de la misma institución, la cual, en el año<br />

de 1914 dejó de llamarse Liceo de Niñas para convertirse en<br />

la Escuela Normal <strong>del</strong> Estado que tuvo su asiento en donde<br />

hoy es el Museo de Aguascalientes, casona que para muchas<br />

maestras es un santuario porque ahí recibieron el saber.<br />

Vicentita impartió cátedra en nuestra gloriosa Preparatoria<br />

<strong>del</strong> Instituto de Ciencias y fue muy querida por todos sus<br />

alumnos debido a su preparación en todas las ramas <strong>del</strong><br />

saber y como si fueran pocas sus obligaciones, pidió sin<br />

costo alguno para el erario, ser nombrada directora de la<br />

escuela anexa a la Normal.<br />

Vicentita se prodigaba a los demás en el saber; en su casa<br />

impartía clases después de haber cumplido con sus<br />

obligaciones diarias, para gente que en el día no podía<br />

acudir a un centro de cultura, es decir, a obreros,<br />

empleados y burócratas, mismos que tenían deseos de mejorar<br />

su cultura.<br />

La señora doña Elvira Trujillo Miranda de Robles, sobrina<br />

de la maestra Vicentita la describe de estatura regular, de<br />

complexión <strong>del</strong>gada, pelo negro, tez blanca, ojos negros<br />

frente bastante amplia, y acostumbraba vestir blusa blanca<br />

y sus demás prendas negras. Nos platican que la maestra<br />

Vicentita fue una mujer metódica, todo lo hacía casi con<br />

precisión cronométrica, le gustaba mucho seguir estudiando<br />

y cada día era una oportunidad más para aumentar su saber;<br />

asimismo, realizó estudios profundos de metafísica, por<br />

ser una disciplina filosófica que trata de la esencia, de<br />

89


la realidad total y entraña una concepción de la vida y <strong>del</strong><br />

universo, es decir, es la ciencia <strong>del</strong> ser general y como<br />

tal estudia al ser en todos sus aspectos. Pidió, inclusive,<br />

permiso a sus directores espirituales para profundos<br />

estudios sobre psicología, sobre el alma y sus potencias;<br />

llegó a hacer estudios sobre telepatía y curación por medio<br />

de hipnosis.<br />

Fue una mujer fuera de serie, con una capacidad intelectual<br />

extraordinaria en extremo religiosa. Nos cuenta su sobrina<br />

doña Elvira, que todos los días antes de las cinco de la<br />

mañana, se levantaba y se iba a misa al templo <strong>del</strong> Señor<br />

<strong>del</strong> Encino, o sea el patrono de su barrio. También colaboró<br />

en el aspecto social con la parroquia. Sus grandes amigas<br />

fueron sus conbarrianas, las Trillo y las Medina; de las<br />

primeras María y Rosita, y en cuanto a las Medina, Chilola<br />

y María Guadalupe; ellas procuraban tener sus tertulias de<br />

las ocho de la noche a las ocho y media en punto, porque<br />

había que descansar temprano para iniciar las labores <strong>del</strong><br />

día siguiente en la madrugada, ya que su costumbre, como<br />

decíamos, era asistir a misa a las cinco de la mañana al<br />

Encino.<br />

La maestra Vicentita Trujillo fue amante de la naturaleza;<br />

sus distracción era salir al campo para hacer estudios<br />

sobre la hidrografía, la botánica y zoología en el Estado.<br />

En alguna ocasión, en compañía de sus amigas las Medina,<br />

acudieron a la población de Asientos y escalaron el Cerro<br />

de Altamira. Vicentita, persona culta y bondadosa amaba la<br />

naturaleza para sentir por este conducto, la proximidad con<br />

Dios.<br />

Vicentita Trujillo, sabia maestra de Aguascalientes,<br />

rodeada <strong>del</strong> afecto de todos el día 18 de enero de 1941, en<br />

la casa marcada con el número tres de la calle Minerva <strong>del</strong><br />

barrio de Triana, entregó con toda humildad su alma al<br />

Creador. Falleció la maestra Vicentita Trujillo, pero fue<br />

90


de las personas que dejan una cauda luminosa,<br />

Aguascalientes la recuerda con admiración, gratitud y<br />

respeto.” 28<br />

Acerca de la “Señorita profesora Enriqueta González<br />

Gotilla” narra: “La señorita Enriqueta González Goitia<br />

nació en el año 1885 en Aguascalientes su nacimiento fue en<br />

una casa que se encontraba en la calle <strong>del</strong> Obrador; hoy<br />

José María Chávez, casi esquina con la calle Rayón, es<br />

decir que nació en los límites <strong>del</strong> barrio de Triana con el<br />

centro de la ciudad. Fueron sus padres el doctor don<br />

Saturnino González Cervantes, originario de la vecina<br />

población de Teocaltiche y doña Altagracia Goitia de<br />

González. Cuando la maestra Enriqueta González Giotia nació<br />

el doctor Saturnino, había muerto, debido a una epidemia de<br />

tifo que hubo en nuestra población; por tanto, la señorita<br />

Enriqueta fue hija postuma.<br />

La infancia de la niña Enriqueta transcurrió entre juegos y<br />

risas en compañía de sus hermanas Isabel, Leonor, María,<br />

Altagracia, y también su hermano Silverio, que murió<br />

bastante joven. El domicilio de la familia González Goitia<br />

fue la casa <strong>del</strong> número treinta y siete antíguo de la calle<br />

Colón, a dos cuadras de la Parroquia <strong>del</strong> Encino, en esta<br />

casa, hoy día está la Cámara Nacional de la Industria de<br />

Transformación.<br />

Tuvo una infancia feliz en compañía de sus hermanas y de su<br />

madre, pero uno de los factores determinantes de la vida de<br />

esta familia fue la <strong>presencia</strong> <strong>del</strong> tío de ellas, Don<br />

Tiburcio Gotilla, hermano de doña Altagracia. Enriqueta<br />

realizó sus primeros estudios en la Escuela de Niñas, cerca<br />

al templo de San José, antes San Juan de Dios y después<br />

pasó a estudiar a la Escuela Normal que se llamó Liceo de<br />

28 Maestra doña Vicentita Trujillo Martínez. Ibdem p. 66. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido Sábado 6 de noviembre de 1981. secc. B p. 3<br />

91


Niñas; se recibió el año 1993 y ejerció su profesión<br />

durante cuarenta y cuatro años.<br />

Se dedicó fundamentalmente a la docencia. Fue maestra en el<br />

Colegio Alcalá por invitación que le hizo don Eugenio<br />

Alcalá. Después pasó a ser maestra en el Colegio de la<br />

Enseñanza, el que actualmente es el Colegio Guadalupe<br />

Victoria. Otra de las mujeres sabias <strong>del</strong> barrio, la maestra<br />

doña Vicentita Trujillo, la invitó para que participara en<br />

la docencia en la Escuela Normal y, posteriormente, fue<br />

maestra -y muy querida- <strong>del</strong> Instituto de Ciencias <strong>del</strong><br />

Estado.<br />

Las cátedras que impartió la señorita Enriqueta González<br />

Goitia fueron matemáticas, en sus distintos aspectos;<br />

lógica, historia universal, geografía, así como<br />

cosmografía, a la cual fue muy aficionada. Le gustaba<br />

cultivarse, era un constante aprender, un constante<br />

aumentar sus conocimientos y no se quedaba estática sino<br />

que era de las personas que estaban al tanto de los avances<br />

de la ciencia.<br />

La señorita Enriqueta fue una persona que tuvo una<br />

religiosidad profunda; fue una persona que profesaba la fe<br />

y se perfeccionó en dicho conocimiento; de las advocaciones<br />

de Cristo, la que más le llegó a su corazón fue la <strong>del</strong><br />

Señor <strong>del</strong> Encino. Me platicaron que con su sobrino hacía<br />

las veces de madre y procuraba que Humberto Brand tuviera<br />

su principal afecto al Santo Cristo de Triana; por ningún<br />

motivo lo dejaba ir a la escuela el trece de noviembre,<br />

porque en su corazón fue un gran día de fiesta, la fiesta<br />

<strong>del</strong> Cristo <strong>del</strong> barrio, y quería que sus sobrinos también<br />

celebraran esta fiesta como si fuera fiesta nacional.<br />

Dentro de sus actividades en materia religiosa fue también<br />

catequista de la parroquia <strong>del</strong> Encino; se proyectó hacia<br />

los niños a través <strong>del</strong> catecismo cristiano; se entregó a<br />

los demás con verdadera devoción. No fue persona a que le<br />

92


llamara la atención el matrimonio; en lugar de ello se<br />

dedicó a servir mejor a sus semejantes.<br />

Todos los datos anteriores me los proporcionó don Rodrigo<br />

Brand Sánchez quien aun con ser su primo en segundo grado,<br />

le dio trato de tía, y la señorita 1o veía como sobrino.<br />

Ahora hablo de la señorita Enriqueta que yo conocí, mi<br />

maestra: bondadosa mujer, muy culta; era baja de estatura,<br />

algo obesa, con una forma de vestir absolutamente recatada;<br />

su piel era blanca y su cara oval; de pelo algo quebrado;<br />

usaba chongo, acostumbraba traer un chal. Las generaciones<br />

mías de la Preparatoria <strong>del</strong> Instituto de Ciencias la vimos<br />

con un cariño extraordinario; para nosotros fue una mujer<br />

sabia, una mujer a quien respetamos y que nos comprendía<br />

por su carácter siempre alegre, ella nos quería; bastaba y<br />

sobraba con que la rectoría armara un jurado de examen con<br />

la señorita Enriqueta González Goitia, la señorita Conchita<br />

Aguayo y la señorita Conchita Maldonado, y nos sentíamos<br />

que estábamos aprobados, porque las tres fueron verdaderos<br />

ángeles de bondad; bondad, que es adorno de la gente sabia.<br />

La señorita Enriqueta González Goitia fue mi conbarriana y<br />

como tal nos llegamos a tratar; me quiso mucho al ser yo<br />

hijo de maestros. Siento que me vio con deferencia o tal<br />

vez a todos nos veía igual, pero cada quien pensaba que<br />

sólo a él lo veía en esa forma. Le llegué a platicar cómo<br />

debajo de nuestra casa, en José María Chávez, pasaba un<br />

túnel y cuando mi padre hizo obras de reconstrucción dimos<br />

con él; pensamos que ahí encontraríamos algún tesoro. Ella<br />

se reía con ganas y me decía: -Mira, Gabriel, lo que<br />

encontraron fue el acueducto que venía desde el Cedazo,<br />

pasaba por la fuente <strong>del</strong> jardín <strong>del</strong> Encino y terminaba en<br />

la <strong>del</strong> Obrador-.<br />

Ella fue profunda conocedora <strong>del</strong> barrio de Triana, y lo<br />

amó; fue una mujer sabía, una mujer bondadosa. Falleció el<br />

9 de octubre de 1947. Todos nosotros, los que fuimos sus<br />

93


alumnos, la recordamos con verdadero cariño, y<br />

Aguascalientes y el barrio de Triana le han rendido<br />

homenaje al dar el nombre de ella a la antigua calle <strong>del</strong><br />

Sol.” 29<br />

Otra de estas damas fue la “Maestra María Isabel Jiménez<br />

Díaz”. De ella expone: “La grandeza de los pueblos siempre<br />

ha radicado en la bondad de su gente y ésta es buena cuando<br />

ha sido educada a través de disciplina, de sobriedad,<br />

moderación y amor. La historia universal nos da el ejemplo<br />

de Roma. Aquel pueblo fue grande porque hubo reyes,<br />

senadores, maestros y matronas que supieron educar a las<br />

juventudes en la disciplina y en las cualidades a que<br />

antes se ha hecho referencia. Viene la decadencia de Roma<br />

cuando faltan estas cualidades para educar a la juventud,<br />

entonces entra la corrupción y aquellos pueblos dejan de<br />

tener grandeza para entrar a la esclavitud material y a la<br />

esclavitud espiritual.<br />

México, nuestra patria, ha sido grande porque nuestros<br />

padres y maestros han educado a la juventud a través de<br />

principios rígidos, pero a la vez amorosos; esta<br />

combinación de rigidez y de cariño hace posible que la<br />

gente sea equilibrada, que la gente sea positiva. De ahí<br />

que debamos cuidar de la educación de nuestra juventud para<br />

que dentro <strong>del</strong> marco de la decencia de principios morales,<br />

de disciplina, pero también de alegría y de gusto por la<br />

vida, se desarrollen equilibradamente.<br />

Quisiera en esta ocasión, escribir con mucha elegancia para<br />

hablar de una mujer <strong>del</strong> barrio de Triana que fue forjadora<br />

de sanas generaciones de aguascalentenses; de una mujer que<br />

al educar a nuestra juventud con principios de rigidez y de<br />

caríño, que supo enaltecer la grandeza de Aguascalientes y<br />

29 Profesora Enriqueta González Goitia. Ibdem p. 69. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido Domingo 7 de noviembre de 1981. secc b. P.2<br />

94


de México; me refiero a la maestra Isabel Jiménez Díaz, a<br />

quien con infinito cariño le llamamos la señorita Chabela.<br />

La señorita Chabela vino a la vida el día 19 de noviembre<br />

de 1904. Fueron sus padres don Pedro Jiménez Luévano y doña<br />

Esthercita Díaz de Jiménez. Nació en el rancho San Isidro,<br />

propiedad de su familia; parte <strong>del</strong> terreno de este rancho<br />

se sitúa en el estado de Jalisco, y la otra en el de<br />

Aguascalientes, ocupa un lugar limítrofe entre estos<br />

estados; por lo tanto, se puede decir que la señorita<br />

Chabela era por nacimiento jalisciense como<br />

aguascalentense, aunque toda su vida la desarrolló en<br />

Aguascalientes y desde aquí sirvió a México.<br />

Alegre fue la primera etapa de vida de la señorita Chabela<br />

en compañía de sus hermanos: Angelita, María Gabriela,<br />

Leoncio, Javier, Rafaelita y Salvador. Ellos vivían en una<br />

casa de la calle José María Chávez, que está entre las<br />

calles Héroes de Chapultepec y José María Chávez; ahí<br />

transcurrió la infancia feliz de la señorita Chabela, la<br />

casa era propiedad de la familia desde hace más de ciento<br />

cincuenta años y la han sabido conservar; es ésta una de<br />

las casas con sabor al barrio de Triana que aún quedan.<br />

Hizo sus estudios primarios en la escuela María Antúnez,<br />

ubicada en la primera cuadra de José María Chávez, y<br />

después acudió a las aulas de la Escuela Normal <strong>del</strong> Estado<br />

debido a su vocación de ser maestra. En 1924 se recibió;<br />

integraron su jurado de examen profesional los maestros:<br />

José Pedroza, María García, Margarita Terán, Herminia Reyes<br />

Barrientos y Leocadio Rodríguez; en aquella época era<br />

directora de la Escuela Normal la maestra Conchita<br />

Maldonado.<br />

La señorita Chabela empezó su magisterio en un jardín de<br />

niños bajo la dirección de la maestra Carmen Macías Peña,<br />

pero no le satisfizo proyectarse con niños que apenas<br />

despiertan a la edad de la conciencia y pidió ser maestra<br />

95


de un grupo de mucha responsabilidad, como lo es el grupo<br />

de sexto año de primaria, ya que ahí se preparaba a las<br />

juventudes para enfrentarse a la vida, porque muchas de<br />

aquellas generaciones estudiaban sólo la primaria. La<br />

señorita Chabela se especializó en sexto año y sobre todo<br />

de varones, ya que en la época de la que hablamos no<br />

existían los grupos mixtos. El primer grupo de sexto año<br />

que atendió fue en la escuela Rivero y Gutiérrez;<br />

posteriormente, pasó a la escuela Rosalía Monroy y luego a<br />

la Melquíades Moreno. Fue directora de la escuela Valentín<br />

Gómez Farías, y se dedicó después a la educación<br />

particular. Fue de las maestras fundadoras <strong>del</strong> Colegio<br />

Independencia y permaneció en él toda la existencia <strong>del</strong><br />

mismo bajo la dirección <strong>del</strong> profesor don José Ramírez<br />

Palos, es decir, desde 1938 ó 1939 hasta 1950 ó 1952; fue<br />

la señorita Chabela uno de sus pilares más fuertes. Después<br />

fue catedrática en la secundaria <strong>del</strong> Colegio Guadalupe<br />

Victoria y <strong>del</strong> Colegio Portugal. Debido a su cultura, a su<br />

saber, al poder atender perfectamente a la juventud, las<br />

autoridades educativas la nombraron en el año 1946<br />

secretaria de la Escuela Normal <strong>del</strong> Estado y regresó a<br />

donde empezó, a su amada Escuela Normal, y ahí también fue<br />

Entrega total para educar a aquellas muchachas. Enérgica<br />

como fue la señorita Chabela, pero a la vez cariñosa, trató<br />

a todas sus alumnas con respeto y consideración, las<br />

aconsejó guiándolas, buscando la forma de hacerlas gente de<br />

bien.<br />

En cuanto a sus aficiones, una de ellas fue estar en<br />

contacto con la naturaleza, con el campo. Para ella, era un<br />

regocijo extraordinario hacer días de campo en compañía sus<br />

discípulos; disfrutaba de la naturaleza, <strong>del</strong> campo, de las<br />

arboledas, de las presas, de los ríos, de ver cómo en el<br />

atardecer regresaba a sus corrales el ganado, los rebaños<br />

de ovejas; ver cómo los cielos eran surcados por los<br />

96


pájaros buscando en los árboles su protección para pasar la<br />

noche. Tal vez estas aficiones nacieron porque desde su<br />

infancia, en las vacaciones en San Isidro, cuando en<br />

compañía de sus hermanos, su papá, don Pedro los llevaba a<br />

pasear al río, al paraje conocido como Palo Blanco, y<br />

disfrutaban al bañarse en las frescas aguas bajo la fronda<br />

de los árboles, o bien, se iban a Cieneguilla o a algún<br />

otro lugar hermoso.<br />

La señorita Chabela como todos nosotros, seres humanos,<br />

tuvo que partir. Fue el 17 de mayo de 1963 cuando murió y<br />

dejó enlutada a la sociedad de Aguascalientes. Su muerte<br />

fue un tanto súbita, una enfermedad rápida de problema<br />

cerebral hizo que falleciera y ocasionó su tránsito hacia<br />

la gloria, por los caminos de Dios.<br />

Tuve la dicha de que la señorita Chabela fuera mi maestra<br />

de sexto año de primaria, la recuerdo con cariño, con<br />

veneración, y si en aquellos años debido a nuestra infancia<br />

nos parecía rígida en su forma de ser, ahora bendecimos<br />

aquella actitud, porque nos dio la coraza, nos dio el<br />

escudo y las armas para enfrentar con serenidad los<br />

problemas de la vida y poder caminar en la senda marcada<br />

por ella, con amor a la patria, con amor a nuestros<br />

semejantes.<br />

Esta fue María Isabel Jiménez Díaz, maestra de Triana y<br />

gente que supo educar y engrandecer a México.” 30<br />

Otro sabio fue el “Profesor Francisco Antúnez Madrigal”. De<br />

él afirma: “Dentro de las obras de la creación, el hombre<br />

destaca sobre todas ellas, por su grandeza espiritual. El<br />

hombre se distingue de los demás seres por tener<br />

discernimiento, por lo tanto, todas las riquezas de su<br />

conocimiento las va acumulando y se van creando las<br />

culturas. Una de las preocupaciones que el hombre tuvo fue<br />

30<br />

María Isabel Jiménez Díaz. Ibdem p. 71. Este texto también se publicó en Hidrocálido 8 de<br />

noviembre de 1982. secc. B. P. 3<br />

97


la de comunicarse por escrito con sus semejantes; larga es<br />

la historia de la comunicación escrita. A medida que el<br />

hombre iba encontrando un a<strong>del</strong>anto lo escribía y lo dejaba<br />

estampado en los libros para el conocimiento de las futuras<br />

generaciones; esos libros fueron verdaderas obras de arte<br />

pues eran únicas en su especie por no existir los medios<br />

actuales para imprimir infinidad de libros. Los primeros<br />

libros <strong>del</strong> conocimiento fueron manuscritos, algunas órdenes<br />

religiosas en la Edad Media se dedicaron fundamentalmente a<br />

copiar libros, tarea que se levaba a cabo con gran<br />

lentitud. Fue hasta 1436 en Maguncia, Alemania, cuando Juan<br />

Gutenberg inventó la imprenta con caracteres móviles; la<br />

humanidad dio un gran salto porque hubo transmisión de<br />

conocimientos a través de los libros; la imprenta siempre<br />

ha tenido importancia capital en el mundo de la cultura.<br />

De entre los sabios de Triana toca ahora hablar de un<br />

impresor, <strong>del</strong> profesor Francisco Antúnez Madrigal.<br />

Fue la ciudad de Morelia, antigua de Valladolid, la cuna<br />

<strong>del</strong> profesor Francisco Antúnez Madrigal, ciudad que es<br />

monumento vivo de nuestra historia, verdadera obra<br />

arquitectónica colonial; con palacios de cantera color rosa<br />

y su majestuosa catedral. Ahí nació don José María Morelos,<br />

ahí recibió cultura don Miguel Hidalgo; fue en donde nació<br />

uno de los consumadores de la Independencia, don Agustín de<br />

Iturbide; en donde se declaró la abolición de la esclavitud<br />

por el iniciador de nuestra independencia a nivel de<br />

provincia.<br />

El hogar <strong>del</strong> impresor Francisco Antúnez Villagómez se<br />

alegró el día 23 de junio de 1907, fecha en que doña A<strong>del</strong>a<br />

Madrigal Pérez Golden dio a luz un varoncito que llevó el<br />

mismo nombre de su padre, Francisco. Aquel niño creció en<br />

la paz y tranquilidad de esta ciudad provinciana, y en las<br />

escuelas de este lugar hizo sus estudios primarios.<br />

Posteriormente, cuando llegó al nivel académico<br />

98


correspondiente, hizo sus estudios de literatura y lengua<br />

castellana en el Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de<br />

Morelia Michoacán. Realizó estudios de filosofía y letras<br />

en el seminario de la antigua Valladolid.<br />

Después don Francisco Antúnez Madrigal contrajo matrimonio<br />

con France Laugier en el mes de noviembre de 1938. Este<br />

matrimonio procreó a sus hijos Francisco, Gabriela, Mireya,<br />

Dora, Carlos, Cecilia, Teresa y Eduardo.<br />

El profesor don Francisco Antúnez Madrigal dejó la tierra<br />

que lo vio nacer para cumplir con su misión de maestro<br />

dentro de la Secretaría de Educación Pública, dedicado<br />

fundamentalmente al aspecto administrativo. Prestó sus<br />

servicios dentro de la Secretaría en los estados de<br />

Michoacán, San Luis Potosí, Querétaro y Durango. Luego vino<br />

a nuestra tierra, Aguascalientes, en donde quemó naves y<br />

radicó en la calle José María Chávez, en el barrio de<br />

Triana.<br />

El profesor Antúnez es jubilado por la Secretaría de<br />

Educación Pública, compró maquinaria en Alemania para crear<br />

su moderna imprenta, que mucho sirvió a nuestra sociedad y<br />

que dignamente ahora sus hijos la manejan con las mismas<br />

técnicas heredadas de su padre. Francisco Antúnez Madrigal<br />

fue un impresor elegante, un impresor artista; cada<br />

publicación de su imprenta, desde una tarjeta hasta un<br />

libro, denotaba una pulcritud extraordinaria y belleza en<br />

la impresión; era un artista de la imprenta.<br />

Hizo algunos ensayos muy afortunados; abordó la historia de<br />

la imprenta en Aguascalientes, a través de su estudio La<br />

imprenta en Aguascalientes; también hizo una monografía,<br />

Los alacranes en el folklor de Durango, y un estudio sobre<br />

una de las capillas catedral de Durango. Escribió la novela<br />

Querellas por una monja, así como un homenaje a Guadalupe<br />

Posada, con motivo <strong>del</strong> centenario de su natalicio en 1952.<br />

99


Dirigió uno de los diarios locales, El Heraldo. Fue de los<br />

fundadores de la corresponsalía <strong>del</strong> Seminario de Cultura<br />

Mexicana en Aguascalientes. En la época <strong>del</strong> profesor<br />

Edmundo Gámez Orozco, gobernador <strong>del</strong> estado, lo facultó<br />

para que fundara la Biblioteca pública Enrique Fernández<br />

Ledezma, biblioteca que posteriormente pasara a la<br />

adscripción de la Casa de la Cultura.<br />

El profesor Antúnez se proyectó por medio de un club de<br />

servicio: el Club Rotario de Aguascalientes, en donde lo<br />

conocían con el sobrenombre de Tuneiro. Se distinguió por<br />

su labor en esta orden de caballería, que es el rotarismo.<br />

Sus compañeros lo recuerdan con verdadero afecto.<br />

Don Francisco Antúnez Madrigal fue un hombre a quien<br />

recuerdo trabajando en su imprenta: de estatura regular, de<br />

complexión <strong>del</strong>gada, tez de color blanca, bigote muy<br />

arreglado, usaba lentes redondos, y muy pronto en su vida<br />

careció de pelo, fue calvo y dentro de su imprenta usaba<br />

boina vasca y camisa de lana a cuadros. Parece que lo veo<br />

sentado en el sillón de su oficina rodeado de impresos<br />

agradables, de cuadros de la época <strong>del</strong> Renacimiento,<br />

encendiendo su cigarro y conversando conmigo temas de<br />

cultura.<br />

Cómo me impulsaba para que escribiera una historia sobre la<br />

época de la Colonia en Aguascalientes. Lo conocí como<br />

compañero de mi padre, el profesor don Faustino Villalobos<br />

López, en la Dirección de Educación Pública, ya que por<br />

muchos años fue secretario de ésta. Siempre se mostró<br />

hombre caballeroso, un hidalgo, padre amoroso de sus hijos,<br />

buen esposo y buen compañero; persona de confianza de mi<br />

padre y que en muchas ocasiones le ayudó compartiendo sus<br />

puntos de vista.<br />

Tuvo origen vallisoletano; vino a estas tierras de<br />

Aguascalientes en la década de 1os años cuarenta; se quedó<br />

definitivamente entre nosotros y aquí formó su familia. El<br />

100


día 31 de agosto de 1980 rindió su tributo a la madre<br />

tierra. Los restos <strong>del</strong> profesor Francisco Antúnez Madrigal<br />

están cobijados amorosamente por la tierra de<br />

Aguascalientes, la que le ha rendido homenaje imponiendo su<br />

nombre a la calle que está en el lado poniente <strong>del</strong> Jardín<br />

de Guadalupe.” 31<br />

El “Licenciado Humberto Brand Sánchez” es otro de los<br />

biografiados: “Cuando pienso en el señor licenciado<br />

Humberto Brand Sánchez, pienso que fue una de las pocas<br />

personas que puedo conceptuar como de cultura<br />

enciclopédica; verdaderamente Humberto fue un sabio.<br />

Hagamos una semblanza de Humberto Brand Sánchez, quien fue<br />

honra <strong>del</strong> barrio de Triana. Nació en la calle de Colón,<br />

antigua calle de la Cárcel, en el mero corazón de nuestro<br />

barrio, el día 9 de noviembre de 1915, es decir, dentro <strong>del</strong><br />

trecenario en honor <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino. Fueron sus padres<br />

don Esteban Brand Guridi y doña Inés Sánchez Parra; fue el<br />

menor de sus hermanos y tuvo la desdicha de perder a sus<br />

padres desde muy temprana edad, por lo que su prima segunda<br />

-a quien vio como tía y que propiamente hablando fue su<br />

madre, la señorita profesora Enriqueta González Goitia, fue<br />

quien educó a Humberto.<br />

Realizo sus estudios primarios en una escuela fundada por<br />

una señora de apellido Carreón. Naturalmente que con las<br />

bases culturales que la señorita Enriqueta Goitia le dio en<br />

sus estudios primarios le fueron muy fáciles. Hizo una<br />

carrera comercial y después estuvo trabajando como empleado<br />

de juzgado debido a sus conocimientos de taquigrafía y<br />

mecanografía. Cuando fue burócrata le nació el vivo deseo<br />

de ser licenciado en Derecho, entonces acudió a las aulas<br />

de nuestra Escuela Preparatoria para estudiar la secundaria<br />

y el bachillerato, cosa que hizo en un tiempo breve porque<br />

31 Profesor Francisco Antúnez Madrigal Ibdem p. 74. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido martes 9 de noviembre de 1982. secc. B. P. 3<br />

101


presentó exámenes a título de suficiencia y eso sirvió para<br />

que ahorrara tiempo. Cuando terminó sus estudios en el<br />

Instituto Autónomo de Ciencias <strong>del</strong> Estado se fue a la<br />

Escuela Nacional Jurisprudencia de la Universidad Nacional<br />

Autónoma de México, para estudiar su carrera de derecho,<br />

donde fue un brillantísimo estudiante que obtuvo las<br />

mejores calificaciones y en septiembre <strong>del</strong> año 1941, se<br />

recibió con todos los honores.<br />

El licenciado Humberto Brand Sánchez regresó como palomo de<br />

campanario a su querido Aguascalientes para ejercer la<br />

profesión, y en el año 1942 contrajo matrimonio con una de<br />

las damitas de nuestra mejor sociedad, la señorita María<br />

Luisa González Valle, sobrina <strong>del</strong> entonces señor<br />

gobernador. Les impartió la bendición nupcial el Señor<br />

obispo de Aguascalientes, José de Jesús López y González.<br />

Su matrimonio procreó nueve hijos, fue un amorosísimo padre<br />

y buen esposo.<br />

Ingresó al Poder Judicial en calidad de juez y después como<br />

magistrado <strong>del</strong> Supremo Tribunal de Justicia. Con el cambio<br />

de gobierno no le convino seguir en la función que<br />

desempeñaba, por lo que durante algunos años estuvo<br />

asociado con el señor licenciado Carlos Salas Calvillo. En<br />

esa época, Humberto litigó, para después regresar a la<br />

judicatura en su calidad de magistrado en el Supremo<br />

Tribunal, cargo que desempeñó hasta su fallecimiento.<br />

Como maestro, Humberto fue una persona docta; impartió<br />

varias cátedras: literatura, historia universal, geografía<br />

y matemáticas, tanto en el Instituto Autónomo de Ciencias<br />

como en la Escuela Normal <strong>del</strong> Estado y en los colegios La<br />

Paz, Guadalupe Victoria y Portugal. Creo que donde sintió<br />

más amor por la docencia fue en las aulas de nuestra<br />

gloriosa Preparatoria; ahí Humberto fue mi maestro, ahí lo<br />

conocí y sus clases fueron de lo más ameno que puede haber.<br />

Todos nosotros lo quisimos mucho. En su calidad de maestro,<br />

102


una vez abogó por unos muchachos en un examen<br />

extraordinario de geografía y éstos demostraron su<br />

ignorancia. Humberto era sinodal y el titular <strong>del</strong> jurado,<br />

la señorita Enriqueta González Goitia, quiso reprobar a los<br />

muchachos, entonces Humberto le dijo: -Mira Queta, no los<br />

repruebes, pobres muchachos, acaban de pasar las posaditas,<br />

la Noche Buena, la fiesta de fin de año, los Santos Reyes y<br />

estos pobres no tuvieron tiempo de estudiar, dales siquiera<br />

un seis-. Tan bien le lavó el cerebro a la señorita<br />

Enriqueta que los pasó con seis. Cuando esos muchachos<br />

vieron salir al jurado <strong>del</strong> salón, de inmediato corrieron a<br />

ver a la maestra a preguntarle qué calificación habían<br />

obtenido y les dijo: -Todos tienen seis, pero agradézcanlo<br />

al Santo Patrono <strong>del</strong> día de hoy- ignorantes, le<br />

preguntaron: -¿Qué santo se celebra el día de hoy,<br />

señorita?-la respuesta fue: -San Antonio Abad, patrono de<br />

los animales-.<br />

El señor licenciado Humberto Brand Sánchez tenía una<br />

sensibilidad extraordinaria para la poesía; versificaba con<br />

mucha facilidad y todos festejamos sus poemas. Hubo<br />

ocasiones en que dictó algún proyecto de una ejecutoría en<br />

el Supremo Tribunal, todo en verso, incluyendo la<br />

fundamentación legal.<br />

Amó las ciencias, cuyo apego Humberto inculcó en mí, y una<br />

de las cosas que más me gustaron fue la astronomía. En<br />

varias ocasiones realizamos observaciones. Me acuerdo que<br />

el 24 de septiembre de 1956, nos sorprendió la luz <strong>del</strong> día<br />

en las azoteas de nuestro Instituto de Ciencias a Humberto<br />

Brand Sánchez, al licenciado Eutimio Serna, al ahora<br />

abogado Enrique Pérez González, a Ruperto, el mozo <strong>del</strong><br />

Instituto, y a mí, observando por el telescopio <strong>del</strong><br />

Instituto la salida <strong>del</strong> sol. En otras ocasiones fuimos con<br />

otro aficionado, don Pascual, que vivía en la calle de la<br />

Mora y que tenía un telescopio y nos permitía hacer<br />

103


observaciones. Nos acompañaba también en nuestras andanzas<br />

Ignacio Fernández, quien posteriormente adquirió un buen<br />

telescopio.<br />

Humberto Brand Sánchez, gran amigo, hacía de la amistad un<br />

verdadero culto y en compañía de Pérez Correa, padre <strong>del</strong><br />

joven que acabo de mencionar, de Manuel Varela Quezada y<br />

<strong>del</strong> ingeniero Pepe Pérez Landín, formaron el grupo de los<br />

alegres compadres; sus reuniones fueron verdaderas sesiones<br />

de un ateneo cultural en virtud de los temas que tocaban.<br />

Fue magnífico hombre, de un corazón extraordinario, un<br />

cristiano hecho y derecho profundo devoto <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />

Encino. En calidad de amigo y luego de ser mi maestro con<br />

humildad de sabio me pidió que nos habláramos de tú. En<br />

muchas ocasiones tuvo la gentileza de acompañarme en mis<br />

recorridos de litigante a juzgados de lugares aledaños a<br />

Aguascalientes y tuvimos oportunidad de identificarnos como<br />

conbarrianos y como grandes amigos.<br />

Humberto Brand fue hombre que amaba a los niños. De pequeño<br />

juntaba centavitos durante el año para que en la época de<br />

posadas una de sus tías hiciera una piñata para los niños<br />

pobres <strong>del</strong> barrio de Triana; así de buen corazón fue<br />

Humberto. En plenitud de vida murió el día 3 de octubre de<br />

1962.<br />

Aguascalientes está en deuda con el Señor licenciado<br />

Humberto Brand Sánchez, aún no tenemos algún motivo que<br />

haga perenne la memoria de este sabio trianero.” 32<br />

Acerca de “Don Francisco Díaz de León Medina”, describe:<br />

“La provincia ha sido forjadora de sabios que han dado<br />

renombre a México en las ciencias y en las artes, y toca<br />

ahora platicar sobre don Francisco Díaz de León Medina, a<br />

quien en Aguascalientes sus amigos lo recuerdan con cariño<br />

y le llaman Pancho Díaz de León.<br />

32 Ibdem. Pp. 76-78<br />

104


Cuando el niño pasó a ser adolescente, el medio que lo<br />

rodeaba era un factor terminante que lo seguirá en toda su<br />

vida; así a Francisco Díaz de León lo impactó en su<br />

infancia y pubertad Aguascalientes y el barrio de Triana,<br />

al que amó profundamente, al grado de hacer de este cariño<br />

una verdadera devoción, casi religiosa; él se consideró<br />

trianero hasta lo más profundo de su ser.<br />

J. Merced Francisco Díaz de León Medina nació en<br />

Aguascalientes el día 24 de septiembre de 1897, en la casa<br />

marcada con el número ocho de la calle de la Asamblea, a la<br />

que los trianeros le llamamos la calle Ancha; hoy día<br />

ostenta el nombre de profesor Elíseo Trujillo. Nació a las<br />

diez de la noche. Fueron sus padres don Francisco Díaz de<br />

León y doña Ignacia Medina. Su padre fue empleado de<br />

gobierno, quien con mucha humildad conservaba el archivo<br />

<strong>del</strong> estado. El maestro don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle<br />

platicó que a su vez, Pancho Díaz de León le comentaba que<br />

su padre fue una persona muy seria, taciturno, misántropo y<br />

que no veía la vida con alegría. Cómo sería la situación<br />

que cuando en una ocasión lo visitaron las musas, el padre<br />

de Pancho Díaz de León tituló su poema tristísimos lamentos<br />

de un desgraciado, a ese grado era la tristeza <strong>del</strong> papá de<br />

Pancho; en cambio, doña Ignacia Medina, su mamá, fue una<br />

mujer alegre que compensó con su optimismo la manera de ser<br />

de su esposo. Por lo tanto, como decía el maestro don<br />

Alejandro, la cuna de Pancho se meció entre ayes de dolor y<br />

alegría de risas; sin embargo Pancho en si fue<br />

extraordinariamente alegre y optimista. Tenía tres o cuatro<br />

hermanas, entre ellas Cuca y Tana.<br />

Estudió en la escuela <strong>del</strong> barrio, que estaba en la calle<br />

donde él nació. Posteriormente, se le despertó su gusto por<br />

la pintura y asistió a la academia <strong>del</strong> maestro don José<br />

Inés Tobilla, de la cual salieron magníficos artistas. El<br />

105


maestro Tobilla, originario de Chiapas, llegó a ser un<br />

restaurador de cuadros <strong>del</strong> Museo Nacional de San Carlos.<br />

Francisco Díaz de León se fue a la Ciudad de México y en<br />

1915 emprendió estudios formales de pintura; fue uno de los<br />

siete alumnos fundadores de la Escuela de Pintura libre de<br />

Chimalistac. Por su gran capacidad de pintor, en 1925 fue<br />

nombrado director de la Escuela de Pintura al Aire Libre,<br />

en Tlalpan; en 1933, fue director de la escuela Central de<br />

Artes Plásticas, dependiente de la Universidad Nacional<br />

Autónoma de México; en 1938, la Secretaría de Educación<br />

Pública le encomendó que fundara la escuela de las Artes<br />

<strong>del</strong> Libro, a la cual le tuvo mucho cariño y permaneció en<br />

ella hasta 1956, año en que se jubiló. El maestro Díaz de<br />

León incursionó en el grabado en el año 1922. Una de las<br />

glorias <strong>del</strong> maestro Trianero fue que en 1969 el señor<br />

presidente de la República le hizo entrega <strong>del</strong> Premio<br />

Nacional de Artes por sus méritos dentro de la pintura y<br />

<strong>del</strong> grabado, así como por su labor docente en las bellas<br />

artes.<br />

Contrajo matrimonio en la Ciudad de México con doña<br />

Carmelita Toussaint. En su matrimonio tuvo tres hijos que<br />

hoy día sobreviven: Francisco, su primogénito, quien tengo<br />

entendido es un gran encuadernador con un gusto artístico<br />

extraordinario, así como sus hijas Graciela y Susana.<br />

Según el licenciado Miguel Aguayo Mora, su muy amigo<br />

Francisco Díaz de León decía de sí mismo que era pintor,<br />

grabador y maestro; efectivamente, antes que grabador,<br />

muchos lo conocemos, fue pintor y tuvo la bondad de<br />

proyectarse a la juvenil calidad de maestro. Su fuerte en<br />

pintura fue el óleo; sus cuadros tenían intensidad<br />

extraordinaria, que probablemente le recordaban los cielos<br />

de Aguascalientes que vio en su infancia. Pintaba los<br />

árboles como si fueran seres vivientes era muy cuidadoso<br />

cuando ejecutaba sus pinturas.<br />

106


Devoto de Aguascalientes y de Triana, <strong>del</strong> solar que lo vio<br />

nacer, año con año tenía una cita con su ciudad natal ya<br />

que venía a la Feria de San Marcos; era de los primeros en<br />

llegar, él y su esposa Carmelita, y se quedaban toda la<br />

Feria. Les gustaba deambular por las calles de Triana y<br />

perderse por las callejuelas de la Salud, platicar con la<br />

gente <strong>del</strong> barrio y contemplar los insectos, los grillos,<br />

las mariposas y tordos que se encontraban en las huertas de<br />

Triana.<br />

Para Pancho Díaz de León, venir a la Feria de San Marcos<br />

significaba ir a los gallos, traer mariachis, asistir a los<br />

juegos florales, estar en las verbenas de abril, tener<br />

comunión con la provincia a través de sus manifestaciones<br />

más alegres. Carmelita su esposa, captó perfectamente las<br />

manifestaciones estéticas <strong>del</strong> alma de Francisco, y no<br />

únicamente las captó sino que las acrecentó.<br />

También fue literato; escribió cuentos y estudios, como<br />

Treinta asuntos mexicanos grabados por Díaz de León (1929);<br />

Día de fiesta (cuento, 1938); Su primer vuelo (cuento,<br />

1945); Consejos para editar libros (1960); en 1966 escribió<br />

Luna entre árboles, su estilo literario es como si nos<br />

acercáramos a una fuente en la que el agua es transparente;<br />

sin rebuscamientos, sus expresiones llegan al alma. Conocí<br />

a Francisco Díaz de León, lo percibí como una persona<br />

extraordinariamente alegre y feliz con la vida; en alguna<br />

ocasión fuimos en una Feria de la uva a comer a “La<br />

Granjita" de don Nazario Ortiz Garza. ¡Qué alegría estar<br />

junto a él!; un hombre que le encontraba felicidad a todos<br />

los segundos de la vida, un hombre extraordinariamente<br />

humano y de gran valor. A la sazón tendría unos sesenta<br />

años y su pelo completamente cano; sus ojos azules como<br />

pedazos de cielo de Aguascalientes, su color de piel blanca<br />

y rubicunda; cara cuadrada; hombre que irradiaba<br />

107


estimación; hombre con carisma; fue un mediodía feliz el<br />

convivir con él.<br />

El maestro Díaz de León, profundo enamorado de Triana y de<br />

sus tradiciones desenterró de las páginas <strong>del</strong> olvido la<br />

figura de un matón <strong>del</strong> barrio, Gorgonio Esparza, y nos<br />

habló de sus fechorías, de sus crímenes y de cómo en las<br />

tiendas de "El Toro", “La Feria de las Flores", "La Aurora"<br />

y "Los Cinco Señores", a su caballo le servían mezcal en<br />

artesa y a él tequila, y ambos se embriagaban. Es más,<br />

hasta se manifestó como sobrino de Gorgonio Esparza y decía<br />

que lo pantera que tenía fue por herencia de él, <strong>del</strong><br />

Gorgonio que mató a pedradas a su mujer, Sotera, y que<br />

gritaba: -Aunque probes y encuerados, pero gordos y<br />

borrachos-.<br />

El maestro don Antonio Acevedo Escobedo recoge esta<br />

tradición con colorido y elegancia en el corrido que<br />

compuso para este matón.<br />

Pancho Díaz de León dejó este mundo el día 29 de diciembre<br />

de 1965; ese día inició su verdadera vida, inició su<br />

inmortalidad.<br />

Terminamos esta semblanza <strong>del</strong> maestro don Francisco Díaz de<br />

León Medina con un párrafo de su cuento Luna entre árboles,<br />

de donde se desprende el gran amor por su barrio de Triana,<br />

que se siente honrado de haber sido la cuna de este gran<br />

artista y que le ha rendido homenaje poniendo su nombre al<br />

jardín que tanto amó, el Jardín <strong>del</strong> Encino; así pues, él<br />

nos dice lo siguiente: "El barrio de Triana señoreado por<br />

la alta torre de su parroquia se extiende en mis recuerdos<br />

de infancia en una red de calles de trazo caprichoso, cual<br />

espina dorsal lo son mi vieja calle Ancha y la de la<br />

Alegría, con apellidos que me suenan a Gloria, Medina,<br />

Barba, para perderse en una retícula de callejones<br />

estrechos y polvorientos en los que solía correr el agua a<br />

través de las venas henchidas que regaban las huertas<br />

108


cargadas de frutos, a cuya sombra, algunas mañanas de<br />

otoño, mi inocente cuerpo desnudo se abandonó más de una<br />

vez a su fresca caricia".<br />

¡Como amó Francisco Díaz de León a Aguascalientes y a<br />

Triana! ¡Cómo se le recuerda con cariño! 33<br />

De el “Licenciado Manuel Varela Quezada”: dice: “Nació el<br />

licenciado Manuel Varela Quezada en la tercera calle de<br />

Héroes de Chapultepec, antes de Enlace y todavía anterior a<br />

este nombre llevó el nombre de calle <strong>del</strong> zacate. Nació en<br />

la cuadra que ve hacia el sur, entre las calles de Colón y<br />

Díaz de León el día 20 de enero de 1907. Sus padres fueron<br />

los señores don José Magdaleno Varela y doña Dionisia<br />

Quezada. De pequeño lo tuvieron que llevar a varias partes<br />

<strong>del</strong> la República Mexicana. El papá <strong>del</strong> licenciado Várela<br />

fue ingeniero en metalurgia para la Gran Fundición Central<br />

Mexicana, pero por razones de movimientos políticos<br />

revolucionarios, don José Magdaleno tuvo que emigrar a<br />

otros estados, llevando con él a su familia. Estuvieron en<br />

Querétaro, San Luis Potosí, Coahuila y Chihuahua; esta<br />

época fue de prueba para la familia Varela; tuvieron<br />

penalidades debido a la situación en que se encontraba<br />

nuestra Patria. En esa etapa, el niño Manuel fue a la<br />

escuela pero no logró ni siquiera terminar un año porque<br />

constantemente estaban cambiando de domicilio. De la ciudad<br />

de Chihuahua, la familia Varela Quezada retorna a<br />

Aguascalientes y establece su domicilio en la calle José<br />

María Chávez, entonces los hijos de esta familia fueron<br />

inscritos en el Colegio Alcalá; su estancia en el mismo fue<br />

fugaz por dificultades que tuvo con un compañerito y hubo<br />

necesidad de cambiar de colegio; don José Magdaleno<br />

inscribió a su hijo Manuel en el Colegio de San José, en el<br />

cual fue profesor Sostenes Olivares. Este profesor daba<br />

33 Don Francisco Díaz de León Medina.. Ibdem p. 79. Este texto también se publicó en Hidrocálido<br />

Jueves 11 de noviembre de 1982 sec. B. P. 3.<br />

109


clases a todos los grupos de primaria y a unos más<br />

aventajados -llamados "monitores"- los designaba para que<br />

le ayuden a impartir las clases. El sistema de educación se<br />

conocía con el nombre de lancasteriano. Con cierto regocijo<br />

recuerda el licenciado Varela que él fue maestro <strong>del</strong> doctor<br />

Fernando Topete <strong>del</strong> Valle gracias a este sistema de<br />

monitoreo.<br />

Cuando Manuel Varela Quezada terminó su primaria, acudió a<br />

las aulas de nuestra Escuela Preparatoria y de Comercio;<br />

fue un alumno que sobresalió en las materias de taquigrafía<br />

y mecanografía; obtuvo un primer premio que le fue otorgado<br />

en ceremonia especial en el Teatro Morelos. Trabajó como<br />

auxiliar de contador en la negociación de José María Guzmán<br />

y a petición de su padre estudió una carrera liberal, por<br />

lo que posteriormente, en el mismo Instituto de Ciencias<br />

hizo sus estudios de secundaria y bachillerato. En esos<br />

años, al ser compañero de don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle,<br />

formaron la liga Estudiantil, antecedente <strong>del</strong> Círculo de<br />

Estudiantes y de la Federación de estudiantes<br />

Universitarios, y ellos fueron los encargados de editar el<br />

órgano de divulgación llamado Vida Estudiantil.<br />

Cuando el joven Manuel Varela Quezada terminó sus estudios<br />

en nuestro Instituto de Ciencias, fue a la Ciudad de<br />

México, primero con la intención de ingresar a la escuela<br />

Médico Militar, cosa que no logró, y después se inscribió<br />

en la Escuela de derecho de la Universidad Nacional<br />

Autónoma de México en donde realizó sus estudios<br />

profesionales y tuvo su examen de recepción el día 4 de<br />

mayo de 1933.<br />

Varela Quezada ejerció la profesión como juez en las<br />

poblaciones de Jerez y Río Grande, <strong>del</strong> estado Zacatecas,<br />

donde le tocó vivir etapas muy duras porque correspondieron<br />

a la época <strong>del</strong> cardenismo y había inquietud social. Por<br />

fin, en 1935, regresó a nuestro Aguascalientes y estableció<br />

110


su despacho, pero pronto fue llamado para ser juez de lo<br />

civil, posteriormente, fue defensor de oficio y durante la<br />

época en que fue gobernador <strong>del</strong> Estado el ingeniero Luis<br />

Ortega Douglas, ocupó los puestos de Procurador de Justicia<br />

<strong>del</strong> Estado, Presidente <strong>del</strong> Supremo Tribunal de Justicia,<br />

Secretario General de Gobierno y también en esta época, se<br />

le otorgó el Fiat en su calidad de notario, labor que<br />

desempeñó hasta su muerte.<br />

Respecto a la docencia, el licenciado Manuel Varela Quezada<br />

ha sido maestro de materias afines a la carrera de derecho,<br />

como civismo, derecho mercantil y derecho Fiscal; en 1935<br />

sustentó cátedra en el Instituto de Ciencias. Se tuvo que<br />

retirar porque sus actividades profesionales no le<br />

permitían atenderlas como él quería hacerlo; después fue<br />

invitado a dar cátedra en el Colegio Portugal y en la<br />

Universidad Autónoma de Aguascalientes.<br />

Contrajo matrimonio en dos ocasiones; la primera con Acacia<br />

Rodríguez y la segunda, después de quedar viudo, con la<br />

doctora María Flores; fue padre de un hijo, el psicólogo<br />

Manuel Acacio Varela Rodríguez.<br />

Conocí a Manuel Varela Quezada a través de su tía, Pepita<br />

Quezada, que fue vecina de mi casa en la calle Enlace y<br />

luego de la de José María Chávez, persona a quien quisimos<br />

mucho. Me di cuenta que Pepita tenía como sobrino al<br />

licenciado Manuel Varela Quezada, quien frecuentaba a la<br />

tía Pepa.<br />

El licenciado Varela Quezada fue mi jefe cuando era<br />

Procurador de Justicia y Presidente <strong>del</strong> Supremo Tribunal.<br />

En mi concepto, fue un gran humanista, un gran conocedor de<br />

la ciencia <strong>del</strong> derecho y, por su sabiduría, fue consejero<br />

permanente <strong>del</strong> Poder Ejecutivo <strong>del</strong> Estado de<br />

Aguascalientes; fue gran compañero en la vida y maestro<br />

porque todo aquel que se acercaba a la fuente de su<br />

111


sabiduría a preguntar sobre alguna cosa tenía su amable<br />

orientación.<br />

Las pasiones <strong>del</strong> licenciado Manuel Várela Quezada fueron<br />

vivir intensamente y cultivarse; creo que tuvo la<br />

biblioteca jurídica más grande que hay en nuestro medio<br />

pues sobrepasa los cinco mil volúmenes. Fue escritor y<br />

poeta, constantemente escribió sobre distintos tópicos en<br />

los periódicos de nuestra ciudad y cuando las musas<br />

llegaban a su mente brotaban los poemas.<br />

Este sabio iba por las calles de su barrio de Triana amando<br />

la hermosura de la mujer, la belleza de una rosa y el<br />

crepúsculo <strong>del</strong> atardecer. Murió el 5 de septiembre de 1989<br />

en esta ciudad.” 34<br />

Su capítulo III sobre Los locos y los malditos de Triana,<br />

hace una compilación de algunas personas que por su<br />

comportamiento iconoclasta hace que los califique de esa<br />

manera. Por principio hace una descripción somera de<br />

algunos de ellos en “Capirotada de locos”. Expone que “Los<br />

enajenados mentales nos hacen reír con sus extravagancias;<br />

pues bien, los locos de una población dan fisonomía a la<br />

misma. Podemos acordarnos de distintos enajenados mentales<br />

de varios lugares sin hacerlos menos.<br />

El barrio <strong>del</strong> Encino, de Triana, en la época de mi<br />

infancia, tuvo sus locos y los recuerdo con regocijo por<br />

sus puntadas un tanto chuscas; veamos cómo eran algunos.<br />

Cuando conocí a Chava El Loco, ha de haber sido un<br />

individuo como de unos cuarenta y cinco años, de origen<br />

campesino, vestía pantalón de mezclilla de pechera, camisa<br />

de algodón y huaraches; usaba sombrero de palma de ala<br />

mediana, ni el clásico sombrero charro ni tampoco texano;<br />

su aspecto era el de persona desaseada con barba de días;<br />

el color de su piel, trigueño, ojos color café y andaba un<br />

34 Licenciado Manuel Várela Quezada. Ibdem p. 82. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido. Lunes 12 de noviembre de 1982. secc. B. P. 3<br />

112


tanto encorvado y a brinquitos. Este inocente fue objeto de<br />

las burlas de la muchachada <strong>del</strong> barrio, quienes lo jalaban<br />

de la ropa, se reían de él o le hacían bromas de mal gusto.<br />

Su gracia un peine con un papel de China, lo tocaba como si<br />

fuera una música de boca y luego pedía una limosna; así<br />

sobrevivía. Tengo entendido que Chava El loco murió siendo<br />

atropellado allá por el rumbo de "Los Cinco Señores".<br />

El caganena no fue propiamente un enajenado mental, pero lo<br />

ubico muy cerca de ellos por su figura un tanto grotesca.<br />

Fue un campesino que de chamaco debió haber sufrido algún<br />

accidente y su cuerpo quedó contrahecho; una pierna y un<br />

brazo más chico que el otro lo obligaba a caminar en una<br />

forma un tanto cómica. En cuanto a su descripción física<br />

fue de estatura regular, vestía también con pantalón de<br />

mezclilla de pechera, huaraches, camisa de manta, sombrero<br />

de palma y su principal actividad fue la de ser arriero de<br />

los burros que transportaban la cuña y el tabique de los<br />

hornos, ubicados allá por el Grangenito y el barrio <strong>del</strong><br />

Hueso a las construcciones. Una de sus características<br />

macabras consistía en que, en cuanto alguna de las personas<br />

<strong>del</strong> barrio fallecía, de inmediato se presentaba en la casa<br />

<strong>del</strong> difunto para acompañar a los familiares y se pasaba<br />

toda la noche en vela; sus servicios consistían en cortar<br />

con unas tijeritas los pabilos de las velas que se ponían<br />

junto a la caja que contenía el cadáver, con el propósito<br />

de que las mechas no estuvieran grandes, ya que así<br />

ocasionaban humo. Después de la noche de vela y de<br />

acompañar muy de cerca el cadáver de la persona que<br />

falleció, iba detrás de la carroza hasta el templo donde se<br />

celebraban las exequias y luego al Panteón, como si fuera<br />

un deudo de los que más les hubiera podido el<br />

fallecimiento; naturalmente, al final cobraba sus servicios<br />

de despabilador de velas de muerto, de acompañante y casi<br />

113


de plañidera oficial. Caganena se fue a vivir a la Ciudad<br />

de México y desapareció <strong>del</strong> panorama <strong>del</strong> barrio de Triana.<br />

Otra de las personas que era enajenado mental fue a quien<br />

le decíamos Catarro, Catarro fue también bajo de estatura,<br />

de complexión gruesa, sin llegar a obeso, desaseado en su<br />

persona, con barba de varios días, usaba un carrete de<br />

paja, sombrero muy de la época, saco y pantalones muy<br />

remendados, cargaba una canasta grande de poco fondo en la<br />

que traía algunos objetos de varilla para vender: hilos,<br />

agujas, peinetas, listones, encajes, etcétera; cosas que<br />

eran muy apreciadas por nuestras damas en aquellos años.<br />

A Catarro bastaba y sobraba con que uno le gritara -<br />

¡Catarro!- para que fuera una verdadera declaración de<br />

guerra y la emprendiera contra el chamaco que lo coloreaba<br />

o la persona que había proferido tal palabra, ya que su<br />

nombre era Álvaro.<br />

Siempre que pienso en la estampa de Catarro viene a mi<br />

mente la figura de la literatura mexicana, Pito Pérez; así<br />

fue Catarro, también apodado "El Peinetas". Desapareció, no<br />

supe ni cómo ni cuándo.<br />

Terminamos esta capirotada con Herminia La Loca. Esta mujer<br />

fue muy magra de carnes, le gustaba pintarse la cara con<br />

exageración, con mucho colorete en sus mejillas y labios;<br />

usaba suetercito; fue una mujer que siempre andaba con un<br />

chal puesto. A esta mujer le gritaban -¡Herminia la loca!y<br />

al oír esto se enojaba y su rasgo agresivo consistía en<br />

levantarse las enaguas, según ella, con esto ofendía a los<br />

que le gritaban naturalmente, se le veían los carrizos de<br />

piernas, entonces los muchachillos vagos maloras soltaban<br />

las carcajadas.<br />

Quiero dejar constancia de que don José Salce, uno de los<br />

patriarcas <strong>del</strong> barrio, que vivía en la calle de José María<br />

Chávez, tuvo la piadosa ocurrencia de que, en compañía de<br />

su familia, todos los días daban de desayunar a Herminia La<br />

114


loca, y un buen día en que esta mujer traía muy<br />

desajustadas las tuercas y los tornillos, acudió a la casa<br />

de don José Salce para que le prodigaran el desayuno<br />

cotidiano; y con una de las muchachas, hijas de don José,<br />

echó pleito y le aventó sobre la mesa el almuerzo que le<br />

habían ofrecido. En cuanto la joven se quejó con don José,<br />

su papá, éste dijo: -Ahora lo verás Herminia, te voy a<br />

traer a la policía para que te lleven a la cárcel-, y esta<br />

mujer loca le decía: -Ay, no, don Josecito, si el cafecito<br />

que me dan está muy bueno-. Es decir, que no hay locos que<br />

coman lumbre.<br />

“Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es<br />

el reino <strong>del</strong> cielo” 35 .<br />

Un personaje muy peculiar fue “Pedro. El Loco” de quien<br />

dice: “Capítulo aparte merece don Pedro Castañeda, Pedro El<br />

Loco, y le llamo don porque este loco de mi barrio merece<br />

tal calificativo, ya que fue genial.<br />

Recuerdo a Pedro Castañeda como un hombre de complexión<br />

<strong>del</strong>gada, con la ropa clásica de la gente de huerta y de<br />

campo: ropa de mezclilla, un sombrerito de palma de ala muy<br />

corta, color de tez trigueño, nariz aguileña, ojos claros,<br />

siempre irritados, y chimuelo.<br />

Cuando lo conocí estaba en el ocaso de su vida, deambulaba<br />

por las calles de Triana con un palo en la mano. Vivió en<br />

una casa en lo que hoy es la calle Vicenta Trujillo, casa<br />

cercana al edificio o al caserón en que estuvo la<br />

congregación de la Temperancia; tenía una capacidad<br />

extraordinaria para las ciencias exactas.<br />

He aquí algunas anécdotas de don Pedro Castañeda. Resulta<br />

que en una ocasión, estaba él afuera de un salón de sexto<br />

año que tenía ventanas que daban hacia la calle Ancha, en<br />

la escuela Benito Juárez, y vio que la maestra Carmen<br />

35<br />

Capirotada de locos. Ibdem p. 87. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Miércoles 3<br />

de noviembre de 1982 secc b. P. 3<br />

115


Morones planteó a un muchacho un problema matemático en el<br />

pizarrón, una ecuación, y el muchacho estaba sudando la<br />

gota gorda para poderlo resolver, pero junto con él,<br />

también Pedro Castañeda estaba sufriendo. La ventana no<br />

tenía reja y en un momento dado llegó a tal grado su<br />

desesperación que de dos por tres zancadas se plantó frente<br />

al pizarrón, arrebató el gis al muchacho junto al pizarrón.<br />

Resolvió perfectamente aquella ecuación, volteó hacia el<br />

muchacho y con palabras no muy propias le dijo que era un<br />

tonto y le aventó el borrador y el gis. Acto seguido, en la<br />

misma forma abrupta en que entró, dejó el salón.<br />

La afición de Pedro El Loco por las ciencias exactas quedó<br />

manifiesta en una ocasión en la que, por causas ajenas a la<br />

voluntad de la gente <strong>del</strong> barrio, las autoridades quitaron<br />

el atrio de la parroquia o lo andaban quitando. Pedro se<br />

dio cuenta de que iban a hacer eso y con un lápiz se puso a<br />

enumerar las canteras que formaban el atrio y en unos<br />

papeles de estraza iba poniendo la colocación de las<br />

canteras que él marcaba para tener una relación por escrito<br />

de la ubicación de cada una. Casi terminaron de tumbar el<br />

atrio y de despegar las canteras cuando vino la<br />

inconformidad de la gente <strong>del</strong> barrio contra esa ordenanza<br />

<strong>del</strong> gobierno por lo que, dando marcha atrás, las<br />

autoridades aceptaron que el atrio se reedificara.<br />

Entonces, en medio de albañiles e ingenieros anduvo Pedro<br />

el loco con sus planos y les indicaba cuál era el lugar de<br />

cada una de aquellas piedras hasta ver terminada la<br />

reestructuración <strong>del</strong> atrio. Loco genial, ¿no es así?<br />

En otra ocasión, don Pedro presenció el juego final de un<br />

campeonato de ajedrez que hubo aquí en Aguascalientes, en<br />

"La Mutualista", en el que participaron ajedrecistas de<br />

varios lugares. En el juego en el que iba a culminar el<br />

evento estaba jugando un general zacatecano con otra<br />

persona y el general iba a mover una pieza <strong>del</strong> ajedrez.<br />

116


Pedro, que estaba observando aquella partida, le dijo -No<br />

la muevas porque te ganan-. Se encastó el militar, movió la<br />

pieza, el contrincante aprovechó la ocasión y,<br />

efectivamente, le ganó por aquella mala jugada. Fue tal la<br />

ira <strong>del</strong> militar que desenfundó la pistola y con ella iba a<br />

golpear a Pedro El loco pero al ver esto los que estaban<br />

ahí presentes defendieron a Pedro mientras decían al<br />

general: -Mi general, no le haga caso, está loco-, a lo que<br />

el general refunfuñando contestó: -Si esos son los locos en<br />

Aguascalientes, qué tal serán los cuerdos-.<br />

Pensemos en Pedro Castañeda, en aquel Pedro Castañeda que<br />

aprendía de memoria los sermones que oía en el templo <strong>del</strong><br />

Encino y los repetía toda la noche como si fuera una<br />

grabadora, mientras daba vueltas a la huerta de su casa,<br />

que es donde actualmente está la fábrica de muebles<br />

cromados J. M. Romo; aquel Pedro Castañeda a quien también<br />

le latía su corazón cuando veía alguna moza <strong>del</strong> barrio en<br />

edad de merecer y gritaba: -¡Ay, mi barrio de Triana tiene<br />

mil almácigos de mujeres hermosas!-<br />

Los muchachos también lo hacían renegar porque se acercaban<br />

a él y le decía: Pedrito, dame un cinco-, y él respondía: -<br />

No traigo-. -Pedrito, dame un cinco-, que no traigo-. Y a<br />

la tercera vez que le pedían el cinco se enojaba y con el<br />

palo que traía quería pegarle al muchacho. -¡No, Pedrito,<br />

no te enojes! Dame tu bendición-. Se hincaba el muchachillo<br />

y entonces Pedro, con toda solemnidad, le daba la bendición<br />

y se le acababa el coraje.<br />

En alguna ocasión Pedro me encontró con mi abuelo materno y<br />

luego que me vio con mi abuelo y le dijo: -Este niño<br />

Ramírez, Ramírez, Ramírez...-, y se fue caminando<br />

lentamente; fue la única ocasión en que Pedro se fijó en mí<br />

y me dirigió la palabra-<br />

Así fue Pedro Castañeda, loco genial. Por eso, con respeto<br />

le dedico un artículo aparte.<br />

117


“Bien aventurados los que tienen puro su corazón, porque<br />

ellos verán a Dios.” 36<br />

Sobre “Los malditos”. Indica que: “En este libro se ha<br />

resaltado a los hombres de bien <strong>del</strong> barrio de Triana que<br />

han sido ejemplo a seguir: sabios, industriales, toreros,<br />

honorables jefes de familia, señores curas y un casi santo,<br />

pero en cualquier comunidad humana hay de todo como en<br />

botica. En nuestro barrio también hubo gente negativa que<br />

creó leyenda; tan sólo haré señalamiento de tres de estos<br />

malditos que hicieron época en el tránsito <strong>del</strong> siglo XIX al<br />

XX. Empezaremos por José Barba. Este hombre fue homicida<br />

perdonavidas; su familia lo consideraba como un pariente<br />

incómodo. ¡Ah!, pero eso sí: José Barba fue muy devoto <strong>del</strong><br />

Señor <strong>del</strong> Encino. Cuentan que debajo de su ropa traía como<br />

escapulario un cuadrito con la imagen <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino<br />

y a cada semejante que asesinaba le iba poniendo al reverso<br />

<strong>del</strong> cuadrito-escapulario una rayita, de esa forma llevaba<br />

la contabilidad de los semejantes que mataba.<br />

Hurgando en el archivo parroquial <strong>del</strong> Encino, en los libros<br />

de entierros, entre las actas de defunción de los primeros<br />

señores curas, me topé con el acta de defunción de José<br />

Barba y la causa de su muerte dice: "murió acuchillado". No<br />

hay duda de que se trata de este matón <strong>del</strong> barrio.<br />

Don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle me contó que la madre de<br />

José Barba, al ver su cadáver en el descanso <strong>del</strong> hospital,<br />

le dijo: -¡Ay, José, hasta que me vas a dejar descansar!-<br />

Así fue José Barba, amante de la estadística.<br />

Otro de los broncos y muy broncos <strong>del</strong> barrio de Triana fue<br />

Gorgonio Esparza, a quien le compuso una obra teatral el<br />

hombre de letras de Aguascalientes, don Antonio Acevedo<br />

Escobedo, y a través de ella hacemos semblanza de Gorgonio<br />

Esparza.<br />

36<br />

Pedro el loco. Ibdem p. 91. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Jueves 4 de<br />

noviembre de 1982 secc. b p. 2<br />

118


Esta obra teatral la llamó ¡Ya viene Gorgonio Esparza! (El<br />

matón de Aguascalientes) y consta de siete cuadros.<br />

El cuadro primero se refiere al nacimiento de Gorgonio,<br />

apadrinado por nahuales brujas; dentro de las cosas que<br />

refieren los primeros está la ferocidad que tendrá al<br />

decir: "Escóndanse en sus casitas, prevénganse con<br />

pistolas, porque de puro asesinato dejará ciudades solas";<br />

y las brujas lo amadrinaron: " ¡Cuidado con que a Gorgonio<br />

nadie lo insulte ni ofenda, el que quiera algo con él que<br />

con nosotras se entienda! Por su parte, las víboras le<br />

dieron todo su veneno. Así, en un dos por tres tenemos<br />

imagen clara de lo tal por cual que fue Gorgonio.<br />

En el cuadro segundo recrea don Toño una escena en la<br />

tienda "El Toro", mencionada con anterioridad; pues ahí,<br />

Gorgonio, con luz apagada provocó una riña entre El<br />

bigotes, Macario, Pata Seca y él, en la que salió<br />

victorioso al matar a sus rivales, pleito que se enfrascó<br />

por razones baladíes.<br />

El cuadro tercero se desarrolla en otra de las tiendas<br />

características <strong>del</strong> Triana de ayer, "Los Cinco Señores",<br />

esquina ochavada entre Belauzarán y José María Chávez<br />

(antes Del Obrador). Ahí nos describe a Gorgonio dando a su<br />

caballo mezcal en artesa y él tomando tequila con cerveza.<br />

En este cuadro se ve lo altanero de Gorgonio con el<br />

tendero, su caballo y el vecino, y de paso se muestra su<br />

rasgo de enamorado, pues amenaza al tendero con raptar a su<br />

hija Lupe, -que está guapa hasta el tope-.<br />

Irascible, celoso y de pocas pulgas nos pinta el maestro<br />

Acevedo en el cuarto cuadro a Gorgonio Esparza, ya que<br />

sorprende a su mujer, Sotera, mientras le lleva la comida a<br />

la huerta, ésta se encuentra y platica con Urbano, su<br />

cuñado, de donde deduce Gorgonio que su mujer le está<br />

haciendo "de chivo los tamales", o sea, le es infiel. Este<br />

cruce de palabras entre Sotera y Urbano bastó y sobró para<br />

119


que Gorgonio matara a su mujer a pedradas y arrojara el<br />

cadáver en una noria. El cuerpo en descomposición empezó a<br />

oler mal y los vecinos se dieron cuenta <strong>del</strong> homicidio.<br />

Como consecuencia <strong>del</strong> homicidio de Sotera, Gorgonio Esparza<br />

fue aprehendido y encerrado en la cárcel, pero antes mató a<br />

una persona que según él, en la huerta lo espió y se dio<br />

cuenta de la muerte de Sotera. Esto aparece en el cuadro<br />

quinto y mismo en que se narra cómo dentro de la cárcel<br />

mató a otro interno, y el juez, a nombre justicia le<br />

notificó que al día siguiente lo fusilarían; en ese mismo<br />

día llegó a la ciudad una asonada carrancista que Gorgonio<br />

aprovechó para huir.<br />

En los cuadros sexto y séptimo no hay más homicidios, pero<br />

sí el suicidio de Gorgonio que se realizó poniéndose en la<br />

boca un petardo bien fino que sobró de las fiestas <strong>del</strong> gran<br />

Señor <strong>del</strong> Encino. Rumbo al cielo va tomando vino, y<br />

fanfarrón como es echa bronca con los ángeles y San Pedro<br />

lo apacigua.<br />

Hay que aclarar que esta obra la escribió el maestro don<br />

Antonio Acevedo Escobedo para el teatro guiñol, salpicada<br />

de mucha fantasía, pero buscando en ella la realidad, nos<br />

damos cuenta de que don Toño tuvo que indagar sobre la vida<br />

de Gorgonio Esparza. Ahora platiquemos de una mujer que<br />

entra en el grupo de los malditos de Triana ella fue<br />

Dionisia Barba, Nicha Barba.<br />

Fundamentalmente, Nicha Barba se dedicó al abigeato; ella y<br />

sus bandoleros se codeaban en el sureste de Aguascalientes<br />

por el rumbo de Calvillito y rancherías circunvecinos,<br />

aunque también atacaban los hatos de ganado de otros<br />

rumbos. Cuando prendían a los vaqueros los maniataban y<br />

tiraban al suelo para llevarse el ganado y en ese momento,<br />

Nicha descubría sus pechos y les gritaba: -Para que vean<br />

con quien perdieron, tales por cuales, con Nicha Barba-.<br />

120


Mi abuelo paterno, licenciado Refugio Ramírez Palos,<br />

conoció a Nicha Barba, platicaba que era una mujer de armas<br />

tomar, que se casó con un ranchero de Calvillito flaco, de<br />

tez blanca y de ojos verdes quien, según mi abuelito, se<br />

llamaba Martín. Pues bien, en alguna ocasión, Nicha se<br />

disgustó con su marido y cuando éste estaba borracho lo<br />

metió al ejército de don Porfirio Díaz y por su gallarda<br />

figura pasó a formar parte de las guardias presidenciales.<br />

Le mandó a Nicha una fotografía con su uniforme militar y<br />

esta se la enseñó a mi abuelito y le dijo: -Mira, Cuco,<br />

dónde anda mi Martín. Está guapo y es de las guardias<br />

presidenciales. Me dice que ha de venir para poner mi alma<br />

en descanso; ¡pues donde la tiene él que no se la jalle<br />

yo!-. Así era de templada Nicha con los arrestos<br />

suficientes para liarse a balazos con su marido.<br />

El profesor don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle me platicó que<br />

el esposo de Nicha Barba se llamaba Martín, y me dio otro<br />

nombre que ya no recuerdo. En ciertos aspectos don<br />

Alejandro la comparaba con la Monja Alférez. Por cierto, el<br />

profesor Topete estudio a fondo a estos tres malditos e<br />

hizo de cada uno una monografía con datos verídicos. En<br />

cuanto a Gorgonio Esparza, siguió sus pasos por medio de<br />

expedientes de juzgados de lo criminal. Me platicó que los<br />

malditos Barba no tienen nada que ver con nuestros<br />

numerosos <strong>contemporáneo</strong>s, la honorabilísima familia de<br />

empresarios Barba González. Así es que en Triana hemos<br />

tenido de todo, hasta malditos” 37 .<br />

El Capítulo IV sobre “La vida en el barrio” inicia con un<br />

texto sobre “Las familias de mi barrio” donde dice: “El<br />

Primero de noviembre. Aquí en Aguascalientes se inicia el<br />

trecenario <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, patrón <strong>del</strong> barrio de<br />

Triana, barrio que está al sur de la ciudad y que nació<br />

diez años antes de que se fundara la Villa de Nuestra<br />

37 Los malditos. Ibdem. Pp. 91-94.<br />

121


Señora de la Asunción de las Aguas Calientes, en 1575, y<br />

nuestro barrio en 1565, según merced de tierras dada a don<br />

Hernán González Berrocal, por la Corona de España.<br />

Fundamentalmente, los barrios de Aguascalientes lo son<br />

debido a la unidad que hay entre las familias que los<br />

integran; cada quien piensa que su barrio es el más barrio<br />

por esta unidad, y los de Triana pensamos así.<br />

Nuestras familias están integradas por gente bondadosa, de<br />

grandes méritos morales religiosos y civiles, que hacen<br />

posible el desarrollo armónico <strong>del</strong> individuo y con él, se<br />

fortalece la grandeza de nuestra patria. Debemos abrir las<br />

puertas de nuestro corazón a las familias que se están<br />

avecindando entre nosotros, para que conozcan nuestra<br />

manera de ser y se incorporen a nuestras costumbres en tal<br />

forma, que en un futuro muy lejano siga siendo uno de los<br />

lemas de nuestro escudo: "gente buena", es bondadosa e<br />

íntegra en sus principios de bienandanza.<br />

Las familias que conocí en mi infancia, que se desarrolló<br />

en la calle de José María Chávez y Enlace, con su ejemplo<br />

me forjaron en el amor a mis semejantes y a mi Patria. Voy<br />

a hacer mención de los pilares de ellas y me expongo<br />

involuntariamente a no mencionar a alguna, pero advierto<br />

que a todos los considero maestros de mi vida. El sastre<br />

don José Medina y su esposa doña Rosa, gente laboriosa y<br />

servicial.<br />

Doña Gracielita Díaz Viuda de Acero; en aquellos años, sus<br />

hijos estaban dedicados a la compraventa de materiales de<br />

la construcción y autobuses urbanos.<br />

Don Germán Hernández, hombre honesto y vertical, a través<br />

de él tuvimos las primeras estampas políticas; en su casa<br />

pernoctó el general Juan A. Almazán cuando andaba en su<br />

campaña a la presidencia de la República. Gracias a su<br />

hija, María Engracia, subsiste su casa en el barrio.<br />

122


Profesor don Francisco Antúnez Madrigal, hombre culto,<br />

maestro impresor, secretario de mi padre en la Dirección de<br />

Educación. Su esposa Francis y su familia siguen viviendo<br />

en el barrio.<br />

Don Pedro Jiménez y doña Esthercita Díaz, familia que dio<br />

sus frutos a la religión, la educación y a la judicatura.<br />

Don Francisco Alvarez y su hija, la profesora María,<br />

vecinos de las señoritas Nava, todos dedicados a la<br />

educación.<br />

Don José Salce y doña María Luisa Zermeño, gente de campo,<br />

con una familia alegre y dicharachera.<br />

El señor profesor don José Padilla Montoya y Paulita<br />

Cambero. ¡Qué bonito matrimonio!, pilar en cultura y<br />

entrega humana a la comunidad. Sus hijos son maestros y<br />

abogados.<br />

Las señoritas Chávez, nietas de don José María Chávez,<br />

obrero, gobernador liberal y mártir; estas señoritas fueron<br />

páginas vivientes de nuestra historia; convivían con ellas<br />

sus damas de compañía, Mercedes y Chabela Santos.<br />

Don Jesús Valdez y Mariquita su esposa, toda bondad y<br />

ejemplo.<br />

Doña Felisa Calatayud viuda de Castro, abuelita de Pepino,<br />

brillante abogado zacatecano.<br />

Pepita Quezada, señorita bondadosa, tía <strong>del</strong> señor<br />

licenciado Manuel Varela Quezada.<br />

También vivieron en nuestro rumbo las señoritas Gómez,<br />

quienes formaban parte de nuestro vecindario.<br />

El charro José Manuel Valdez y familia, comerciante en<br />

forrajes procedente de Villanueva, Zacatecas, y también<br />

ganadero.<br />

Don Jesús González, hombre honesto y vertical, él y su<br />

familia dedicados al comercio abarrotero.<br />

El Ingeniero Francisco López Lamadrid y sus hijos, entre<br />

ellos "El Vago", dedicado a la construcción de caminos.<br />

123


Todas las anteriores familias son vecinas en la calle de<br />

José María Chávez, a excepción de don Ramón Morales, quien<br />

vivió en la calle Enlace; además, en esta calle, los<br />

Velasco Tamayo; Pachita la <strong>del</strong> Pilar; asimismo, en el<br />

rumbo, don Eduardo Jáuregui, abuelito <strong>del</strong> licenciado Jesús<br />

Eduardo Martín Jáuregui; don Maximino Jiménez y tantas y<br />

tantas familias que han sabido hacer patria.<br />

Capítulo aparte merecerá la familia de don Pedro Reyes, con<br />

quien conviví grandemente.<br />

¡Loor a las familias buenas y patrióticas <strong>del</strong> barrio de<br />

Triana, manantiales de virtudes y pilares de nuestra<br />

formación de aguascalentenses!” 38<br />

Una Familia que considera muy especial por su cercana<br />

relación con ella fue la “Reyes González”, de la que<br />

resalta: “Tanto los sociólogos como los historiadores y los<br />

moralistas han llegado a la conclusión de que la grandeza<br />

de una nación radica en la pureza de costumbres de la<br />

familia, por medio de la historia universal, vemos cómo el<br />

Imperio Romano fue grande en cuanto a su poderío y<br />

magnificencia, mientras se conservaron las buenas<br />

costumbres dentro de los hogares; podemos conceptuar que la<br />

familia romana fue la que apoyó en su grandeza a Roma, que<br />

fueron aquellas matronas las que con cariño y firmeza de<br />

carácter, pudieron educar a las generaciones de soldados<br />

romanos quienes dieron grandeza a su patria. "Familias de<br />

buenas costumbres, patria grande".<br />

Cuando pienso en la familia Reyes González me imagino una<br />

de esas familias que han hecho posible la grandeza de la<br />

patria por sus buenas costumbres; los adornos de esta<br />

familia son muy comunes en la familia de nuestro barrio de<br />

Triana y si escojo a este grupo es por haber convivido mi<br />

infancia y mi juventud entre ellos; creo que han sido<br />

38<br />

Las familias de mi barrio. Ibdem p. 95. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Jueves 1<br />

de noviembre de 1984 secc. b p. 2<br />

124


personas que a través de su forma de ser me hicieron amar<br />

más a México. El tronco de la familia la constituyeron don<br />

Pedro, quien fue maestro cortador, o sea sastre, y con su<br />

trabajo honrado hizo posible el sostenimiento de su<br />

prolífica familia; los hijos que Dios les dio fueron siete<br />

hombres y siete mujeres. Los hombres: Pedrito, Miguel,<br />

Guillermo, Luis, Salvador, Carlos y Jorge, y las mujeres:<br />

Toña; María de Jesús, Merceditas, Elvira, Ofelia, Josefina<br />

y Luz María.<br />

Don Pedro fue un hombre completamente apegado a su trabajo,<br />

dedicado de lleno a él. Transcurrían las semanas, los meses<br />

y los años y él sólo transitaba de la casa a su sastrería y<br />

viceversa. Sus placeres: asistir a corridas de toros,<br />

funciones de teatro, los domingos a sus deberes religiosos<br />

y, por la noche, acompañado por su esposa, a la serenata en<br />

la plaza. Doña María fue una mujer que inculcó en su<br />

familia los principios religiosos y morales que los han<br />

sabido sostener. Fue una familia ejemplar porque hubo<br />

respeto absoluto tanto de los hijos hacia los padres, como<br />

entre los mismos hermanos, todos queriéndose grandemente,<br />

amándose grandemente.<br />

Puedo decir que a través de los Reyes conocí a México en<br />

sus tradiciones; qué agradables tertulias con ellos; qué<br />

maravillosos días de campo en compañía de nuestros vecinos,<br />

encabezados por esta familia; qué maravillosos los desfiles<br />

que llegamos a <strong>presencia</strong>r juntos; con qué devoción nos<br />

reuníamos para ir a nuestras obligaciones (religiosas a los<br />

templos, y también por medio de esta familia con cuánta<br />

alegría y tradición nos dimos cuenta de lo que eran las<br />

fiestas decembrinas, cómo veíamos que doña María adornaba<br />

las ventanas de su casa y la puerta con farolitos de tipo<br />

japonés durante el docenario de la Virgen de Guadalupe y,<br />

cuando pasaba éste, esperábamos con verdadero alboroto las<br />

125


posaditas, la Noche Buena y fin de año. Mi admiración y<br />

reconocimiento para la familia de don Pedro Reyes.” 39<br />

Hay ciertas costumbres que son parte de la vida en el<br />

barrio, una de ellas es “La cuaresma”, de la que resalta:<br />

“La Iglesia Católica Apostólica Romana, dentro de sus<br />

costumbres, tiene una etapa <strong>del</strong> año que denomina cuaresma,<br />

y que comprende desde el miércoles de ceniza hasta el<br />

domingo de resurrección y, en nuestra infancia, el sábado<br />

de gloria.<br />

La cuaresma es una época en la que nuestra Iglesia<br />

establece que debemos mortificar nuestro cuerpo con<br />

penitencias. Es una época propicia para el recogimiento<br />

espiritual, para la meditación; sirve para conmemorar los<br />

cuarenta días de ayuno de Jesucristo en el desierto.<br />

En la infancia, por indicación de nuestros padres,<br />

prometíamos no ir al cine mientras la cuaresma transcurría;<br />

otros eran golosos y prometían no comer dulces; había quien<br />

se abstenía de beber refresco; otras personas que fumaban<br />

dejaban de hacerlo; por lo tanto, era época de<br />

mortificación. Casi todos los muchachos de nuestra infancia<br />

dejábamos de ir al cine; esa era nuestra principal<br />

mortificación. Entonces, ¿qué hacíamos las tardes de los<br />

domingos que era la que dedicábamos al sano<br />

entretenimiento?, y digo sano, porque por más atrevidas que<br />

hayan sido aquellas películas, junto a la Pornografía de<br />

hoy día, eran verdaderamente películas blancas; pues bien,<br />

ya que estábamos privados de este agasajo, lo que hacíamos<br />

era juntarnos en casa de los Reyes y jugábamos parkasé. A<br />

las cuatro y media o cinco de la tarde, ya estaba el grupo<br />

de unos diez o doce muchachos en el comedor jugando<br />

parkasé, o bien, juegos con naipes. Eran tardes de una<br />

diversión tan sana y agradable que no sentíamos el paso de<br />

39<br />

Familia Reyes González. Ibdem p. 99. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Viernes<br />

2 de noviembre de 1984. secc. B. P. 3<br />

126


las horas, pues ya cuando era aquello de las siete de la<br />

noche, terminábamos de jugar. No faltaba por allí algún<br />

travieso que apagara la luz y entonces era la rebatiña de<br />

fichas y de centavos y el que más había ganado, ¡a cuidar<br />

con su cuerpo las ganancias obtenidas! Lo más agradable que<br />

tenían como final aquellas sesiones de juegos de estrado,<br />

es que con las utilidades <strong>del</strong> que más ganaba, todos nos<br />

íbamos a cenar antojitos con La China, en una cenaduría al<br />

oriente de la plazuela <strong>del</strong> Encino.<br />

En la cuaresma, nuestras madres se ponían listas para ver<br />

cuándo había ejercicios espirituales, tanto en el Encino<br />

como en Catedral, y nos enviaban para oír aquellas pláticas<br />

anuales de acercamiento de nuestro espíritu a Dios,<br />

adecuadas a nuestra edad aunque, la verdad, alguno de<br />

nosotros daba de vez en cuando una cabeceada a la hora de<br />

los ejercicios, o había quien llevaba cargamento de<br />

caramelos, de dulces, de chiclosos para estar agasajando el<br />

paladar mientras oíamos las explicaciones que nos hacían el<br />

Padre Luciano Luna, el señor cura Felipe Morones, o bien,<br />

el señor cura López, de El Encino.<br />

Cuando se aproximaban los días santos, en la semana<br />

correspondiente, a partir <strong>del</strong> miércoles, era un<br />

recogimiento absoluto desde medio día y no nos dejaban ni<br />

siquiera silvar, para tener en meditación nuestro espíritu<br />

y, con ello, pensar en la Pasión <strong>del</strong> Señor. El jueves se<br />

pulían las madres de familia por hacer un verdadero agasajo<br />

al paladar para la hora de la comida: el caldo de habas,<br />

buen pescado, ensaladas, lentejas tortas de camarón y<br />

aquellos postres fabulosos de capirotada, ya sea de leche o<br />

común y corriente, y también las torrejas con miel de<br />

maguey procedente de Calvillito. A pesar <strong>del</strong> recogimiento,<br />

había alegría en nuestro paladar.<br />

Cuando caía la tarde <strong>del</strong> jueves, las familias en grupo iban<br />

a visitar los siete templos, aunque no con mucha devoción,<br />

127


pues algunos aprovechaban el paseo para ver a las<br />

muchachas. Los rezos comenzaban en el templo <strong>del</strong> Encino,<br />

para seguir luego en Catedral, Ave María, La Merced, San<br />

Marcos, Guadalupe, San Diego, San José... ¡en fin se<br />

buscaba una ruta cómoda para hacer la visita, recordando<br />

aquel peregrinar que el Señor desde las casas de Anas,<br />

Caifas, Pilatos y viceversa, andando por aquellas<br />

callejuelas de la ciudad de Jerusalén.<br />

El viernes se cubrían con un manto de tristeza las campanas<br />

silenciosas y en su lugar, llamaban a los actos religiosos<br />

las matracas; nuestros padres hacían que fuéramos al<br />

ejercicio de Las tres caídas a las once de la mañana, y<br />

después a las tres de la tarde, estuviéramos donde<br />

estuviéramos, para recordar el instante supremo de la<br />

redención humana por medio <strong>del</strong> sacrificio cruento de Jesús<br />

en la cruz. Por la noche, íbamos al ejercicio <strong>del</strong> pésame<br />

para acompañar a la Virgen María en su soledad y<br />

retornábamos a nuestras casas cerca de las nueve de la<br />

noche.<br />

El sábado a las ocho de la mañana se abría la gloria y esto<br />

consistía en tender hilos de lado a lado de la calle, de<br />

banqueta a banqueta y en cada tramo de 50 centímetros,<br />

ligábamos unos chamucos, obra de la artesanía mexicana;<br />

consistían en un cohete forrado con una tilma roja de papel<br />

de china y una cabeza de barro de chamuco; no se rebasaban<br />

de unos 20 centímetros de largo, era nuestra gran diversión<br />

tronarlos. Después de desayunar nos íbamos a las calles <strong>del</strong><br />

centro para ver la quema de los chamucos grandes, de los<br />

judas que las casas comerciales compraban para el solaz de<br />

la gente, teniendo por escenario la calle Juárez y el<br />

mercado grande. Así se abría la gloria, se terminaba la<br />

128


época de la cuaresma y, en puerta, muy cerquita, la feria<br />

de San Marcos con sus atractivos mundanales.” 40<br />

Otro de los eventos que recuerda con gran placer es el de<br />

la “Feria de San Marcos” de la que dice: “¡Explosión de<br />

alegría! Siempre que un aguascalentense piensa en la Feria<br />

de San Marcos, sabe que es la forma más digna de dar la<br />

bienvenida a la primavera. Cuando niños, Triana no se<br />

sustraía de esta alegría y pensábamos en nuestra feria con<br />

todas las manifestaciones extraordinarias que había para<br />

romper la monotonía un tanto recoleta de la vida de<br />

Aguascalientes. Todavía estábamos en el período de la<br />

cuaresma, de recogimiento espiritual, cuando los fines de<br />

semana se entusiasmaba la gente con las distintas<br />

manifestaciones habidas por los partidarios de las<br />

candidatas a reina de la primavera; cada uno simpatizaba<br />

con distinta muchacha que pretendía el galano trono y<br />

estábamos al pendiente <strong>del</strong> desarrollo de sus campañas, de<br />

los gallos que se les ofrecían, de las muestras de apoyo.<br />

Acababan de pasar los días santos o incluso, el mismo<br />

sábado de gloria se celebraba la coronación de la señorita<br />

que había resultado electa reina de nuestra feria: alegría<br />

en la plaza de armas; la velada de coronación con el elogio<br />

que un poeta de reconocida calidad hacia de la soberana;<br />

nuestro gobernante cubriendo las sienes de la muchacha que<br />

representaba en la más galana de las ferias a la mujer de<br />

Aguascalientes, bajo la bóveda oscura y aterciopelada <strong>del</strong><br />

cielo tachonado de estrellas; de rato parecía que otras<br />

constelaciones habían nacido por medio de los juegos<br />

pirotécnicos <strong>del</strong> maestro Cuco Díaz, de feliz memoria.<br />

El domingo siguiente se instalaba con las mañanitas y el<br />

paseo tradicional en el jardín de San Marcos, desde las<br />

siete y media hasta las nueve y media de la mañana, tocando<br />

40<br />

La cuaresma. Ibdem p. 99-100. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Sábado 3 de<br />

noviembre de 1984 secc.b p. 2<br />

129


la música de la Banda Municipal, dirigida por el maestro<br />

don Ricardo García Mendoza o por Fortunato Hernández, quien<br />

fue su sucesor. Mañanitas en que los rayos <strong>del</strong> sol se<br />

colaban por el follaje de los árboles, dando un encanto muy<br />

especial al jardín. Ante el paseo, se veían las acequias de<br />

los prados rebozando de agua, hilitos que iban de un prado<br />

a otro, entre banca y banca; los puestos de flores de<br />

gardenias y claveles para obsequiar a la muchacha más<br />

bonita que uno se encontrara en el jardín; las serpentinas;<br />

el confetti, total, la Feria de San Marcos, ¡bellísima! El<br />

día 25, día clásico, olía a estreno de vestidos para<br />

lucirlos en el jardín; en los tapancos <strong>del</strong> señor Carrera,<br />

en las loterías de Dávalos y en la ruleta <strong>del</strong> Naco.<br />

Estampas mexicanas de mi infancia.<br />

Las corridas de toros en la Plaza San Marcos eran un tanto<br />

incómodas, pero esta poseía un ángel taurino<br />

extraordinario, al grado que, estando llena, todavía<br />

entraban y al transitar de un lado a otro ocurría lo<br />

inevitable: el puntapié, el empellón y de inmediato el<br />

"dispense usted"; el "hágame favor de perdonarme", todos<br />

sin enojo y amabilidad. Llenos de alegría y de gusto<br />

veíamos aquellas chicuelinas fabulosas <strong>del</strong> trianero Alfonso<br />

El Calesero; aquellas gaoneras de Luis Procuna o La<br />

Sanjuanera y cómo El ave de las tempestades, Lorenzo Garza,<br />

hacía cimbrar los tendidos de la Plaza San Marcos, con<br />

buenas faenas o con grandes broncas; corridas que<br />

constituían un verdadero marco de alegría a nuestra feria.<br />

En otras ocasiones, al mediodía <strong>del</strong> día 25 nos<br />

trasladábamos desde el barrio de Triana a San Marcos para<br />

dar vueltas al jardín y tomar algún refresco; hacia las<br />

tres y media de la tarde regresábamos a nuestra casa con la<br />

alegría de que nos esperaba un plato de mole, un buen<br />

arroz, unos frijolitos y una refrescante papaya como<br />

postre.<br />

130


Recuerdo que en una época de estudiante universitario, los<br />

días de la Semana santa estuvieron muy próximos a la Feria<br />

de San Marcos y con el permiso paterno tanto Jesús mi<br />

hermano como yo, nos quedábamos una semana más de<br />

vacaciones a disfrutar de la feria. En compañía de nuestros<br />

casi hermanos, los Reyes: Ofelia, Salvador, Luis, Elvira, y<br />

también Mercedes, mi hermana, nos íbamos a jugar a la<br />

lotería de Dávalos, frente al templo de San Marcos,<br />

corriendo las cartas clásicas: ¡El valiente! ¡la calavera!<br />

¡El sol! ¡El gallito! ¡El venado! ¡La cubeta! y el grito de<br />

¡Cuadro grande! y ¡Cuadro chico! y por último el de ¡Tabla<br />

llena! La persona que iba ganando recogía sus Premios; se<br />

le daban sus vasos de vidrio, sus botellones también de<br />

vidrio, y como cosa extraordinaria, la lotería <strong>del</strong> cócono;<br />

rifaban estas aves que iban a parar a las cazuelas de mole.<br />

Al día siguiente de la noche que pasamos en la lotería, nos<br />

íbamos al salón “Las Palmas" a bailar con la orquesta de<br />

Hebert Hoogland y la música de Gleen Miller, que estaba en<br />

su apogeo. En estos bailes entrábamos y salíamos con la<br />

tambora, para luego, al día siguiente, por razón de la<br />

desvelada, regresar hasta en la noche a San Marcos para<br />

jugar a la lotería.<br />

Así transcurrían nuestras ferias de San Marcos en aquel ir<br />

y venir de Triana a San Marcos, viendo aquellas estampas<br />

primorosas, aquellos paseos en el jardín con verdadero<br />

orden, regalando obsequios de flores a las damas y<br />

saboreando los antojitos. Todo esto está en el arcón de los<br />

recuerdos, los escribimos para que no escape de nuestra<br />

memoria el recuerdo de Triana y San Marcos unidos a través<br />

de la Feria.” 41<br />

También “Las tertulias” fueron parte de esa vida en el<br />

barrio: “Tradicionalmente, tertulia es una reunión de<br />

41 La feria de San Marcos. Ibdem p. 101. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Lunes 5<br />

de noviembre de 1984. secc. B. P. 3, donde se publica junto con el escrito sobre las tertulias.<br />

131


personas que tienen por objetivo conversar y convivir. El<br />

Aguascalientes de hace algunos lustros fue muy aficionado a<br />

las tertulias; existían estas reuniones en las trasboticas,<br />

en las sastrerías, en la tienda de la esquina, en las<br />

peluquerías, en la banca de un parque; pero dado que<br />

Aguascalientes es un pueblo laborioso, la tertulia se<br />

producía propiamente después de cenar, es decir, en la<br />

noche, y esto fue en virtud de que en aquellos años no se<br />

tenía televisión aunque ya empezaban a aparecer los radios.<br />

Me da la impresión de que la televisión es un aparatito que<br />

sirve de disolución social, porque lo más común es que la<br />

persona después de llegar cansado a su casa y de cenar,<br />

prenda la televisión para ver telenovelas y también algún<br />

noticiario para estar al día de los acontecimientos<br />

nacionales e internacionales; así es que este avance trajo<br />

disolución social.<br />

En la infancia, en nuestro barrio de Triana se<br />

acostumbraban mucho las tertulias; qué agradables eran,<br />

porque brindaban la gran oportunidad de que la gente fuera<br />

más humana, de que la gente se comunicara y pudiera así<br />

haber una corriente de identidad en sus problemas, en su<br />

manera de ser, o simplemente aconsejarse unos a otros sobre<br />

cómo actuar durante la vida.<br />

Las tertulias de los jóvenes de aquella época fueron<br />

extraordinariamente fabulosas porque no era únicamente<br />

conversar de lo acontecido en el día, sino que<br />

comunicábamos nuestros ideales de superación, de<br />

mejoramiento, de ilusiones de hacer viajes al otro lado <strong>del</strong><br />

Océano Atlántico, a Europa, al lugar fuente de nuestra<br />

cultura, también surgían las leyendas, los aconteceres, lo<br />

que sucedía entre nosotros. Era común platicar lo de La<br />

vecindad de las pedradas, porque al otro lado de donde<br />

vivía la familia Reyes, había una vecindad que por cierto<br />

no tenía servicio de energía eléctrica y sucedía que en las<br />

132


noches, en el patio de esta vecindad caían piedras <strong>del</strong><br />

cielo probablemente algún travieso las aventaba, pero para<br />

nosotros era un fenómeno que no tenía explicación, y dimos<br />

por llamarle La vecindad de las pedradas.<br />

Recuerdo con mucho gusto, las tertulias que formábamos<br />

todos nosotros, los de la tercera calle de José María<br />

Chávez. En una ocasión disfrutamos de una noche de lluvia<br />

de estrellas; ¡qué hermoso espectáculo el ver tanta<br />

estrella fugaz al mismo tiempo sobre el firmamento!<br />

Así pues, concluimos que las tertulias fueron reuniones que<br />

sirvieron para la felicidad de nuestro pueblo para la<br />

comprensión entre unos y otros y para sentirnos humanos.<br />

Benditas tertulias que forjaron nuestra identidad de<br />

hombres plenos.” 42<br />

Otra de las actividades que rememora son “Los días de<br />

campo”, eventos que narra de la siguiente forma: “"Que<br />

llueva, que llueva, la Virgen de la cueva... truenos de<br />

temporal... grifos <strong>del</strong> cielo abierto..." "¡Échaleee, a<br />

veinte el ciento de cardona fresca!" Campos hechos Vergel,<br />

veranos de Aguascalientes, veranos de mi infancia. Y llegan<br />

los días de campo. Cómo disfrutábamos de aquellas aventuras<br />

dominicales, yendo a los lugares más hermosos, próximos a<br />

nuestra ciudad, paseos a Los Cuartos, Los Arquitos, a<br />

Peñuelas, a Ciénega de Mata, a Calvillo. Todos estos<br />

lugares tenían un encanto extraordinario porque el campo,<br />

aun siendo hermoso todo, en estos sitios había presas,<br />

había pasos <strong>del</strong> río muy bonitos, grandes arboledas y campos<br />

hermosos y sombrados para pasar el caluroso día de verano.<br />

Don Pedro Reyes, devoto fiel de llevar la tradición a su<br />

familia y a todos sus amigos era de los principales<br />

promotores. Durante la semana se escogía el lugar que<br />

íbamos a visitar; entre las familias se pasaba la noticia y<br />

luego a conseguir un camioncito un tanto destartalado para<br />

42 Las tertulias. Ibdem. P. 104.<br />

133


que nos llevara en medio de aquellos caminos que eran<br />

primorosos, al sitio elegido. Cuando todavía la carestía no<br />

hacía su aparición, Don Pedro, por lo general, era quien<br />

costeaba toda la comida, y la muchachada, los que estaban<br />

mozos en la edad de merecer, se cotizaban para pagar el<br />

camión que nos transportaba a toda la palomilla <strong>del</strong> barrio.<br />

La comida, por lo general consistía en arroz, mole y<br />

frijoles; era costumbre de doña María no llevar la comida<br />

hecha.<br />

Nos reuníamos a las nueve de la mañana en casa de don Pedro<br />

Reyes; poco a poco iban llegando todos nuestros amigos; por<br />

ahí en primer término, llegaba Matilde mi prima, casi<br />

hermana, y el Chato con todos sus chiquitines muy bien<br />

arreglados. Luego Doña Altagracia, la mamá de Salvador<br />

Esparza, con su hija María; lo mismo las Salce; Chuy, la<br />

hermana de los Reyes, con su familia; Leonardo, quien vive<br />

en el barrio de Triana y es relojero; también don Arturo<br />

Rodríguez, la tía Chuy, Bertha, Conchita y sus hermanos;<br />

por otro lado llegaban también Jorge López Yáñez y sus<br />

hermanos; todo aquel grupo de conbarrianos alegres nos<br />

dirigíamos al día de campo.<br />

Entre nueve y media y diez, después de subir al camioncito<br />

todas las vituallas, salíamos de la calle José María Chávez<br />

con rumbo, por ejemplo, a Los Arquitos, qué alegría de<br />

todos, qué impresión de aquel cielo azul, de aquel domingo<br />

fresco <strong>del</strong> campo verde, qué hermoso se veía el Cerro <strong>del</strong><br />

Muerto con las distintas tonalidades de verde.<br />

Salíamos por el antiguo camino a Calvillo, es decir, camino<br />

común a Jesús María, hasta el puente de la Fundición.<br />

Todavía seguíamos por el camino antiguo a Calvillo hasta<br />

una desviación que nos llevaba a Los Arquitos; este lugar<br />

está en un valle muy cerradito que casi lo formaba el cauce<br />

<strong>del</strong> río, con grandes árboles, con un acueducto de donde<br />

toma el nombre de Los Arquitos. Cuando llegábamos al lugar<br />

134


en el que íbamos a estar, hacíamos -válgame la expresiónnuestro<br />

campamento, descendíamos <strong>del</strong> camión, parecíamos<br />

todos los chiquillos algo así como un chinchorro de chivas<br />

contentas, saltando en medio de aquellos campos. Algunas de<br />

las personas se iban a cortar leña para que doña María y<br />

damas que la acompañaban, empezaran a hacer la comida,<br />

nosotros los escuincles nos íbamos a un lugarcito por ahí<br />

cercano al río, dizque a pescar, cortar berros o bien,<br />

acompañábamos a los más grandes hasta la presa para verlos<br />

nadar. A los jóvenes les encantaba llevar sus trajes de<br />

baño y meterse a las presas, afortunadamente nunca tuvimos<br />

la desgracia de que alguien se ahogara después de aquel<br />

contacto con el agua; de aquella diversión, otros se iban<br />

al cerro como si tuvieran espíritu de alpinistas. Se<br />

organizaban los paseos dentro <strong>del</strong> paseo, en grupitos, unos<br />

por un lado, otros por otro. A la una y media o dos de la<br />

tarde, coincidíamos donde estaba nuestro campamento general<br />

y ahí, con satisfacción, veíamos unas cazuelonas de arroz<br />

sabrosísimo, un mole muy bien hecho, unos frijolitos. Los<br />

señores grandes llevaban una o dos botellas de tequila y<br />

tomaban una copita como aperitivo; medio se achispaban un<br />

poco antes de la hora sacrosanta de la comida; luego, todos<br />

felices con nuestro plato, comiendo, dándole gusto al<br />

paladar.<br />

Después de la comida recogían todo lo relativo al arte<br />

culinario que iba a dar a las canastas; algunos de los<br />

señores dormitaban un poco y ya cuando se normalizaba el<br />

asunto nos poníamos a jugar, que a la "Perra Piscuintilla"<br />

a los "Encantados", a "Hilitos de oro"; es decir, se volvía<br />

a la infancia.<br />

El cielo ya para medio día empezaba a presentar barruntos<br />

de lluvia, grandes nubes blancas, esponjosas, contrastando<br />

con el azul <strong>del</strong> firmamento.<br />

135


En el lugar más próximo se conseguía una murguita; después<br />

de los juegos aquellos en que nos divertíamos y que, entre<br />

paréntesis, servían en muchas ocasiones para iniciar<br />

romance entre los muchachos <strong>del</strong> barrio, llegaban los<br />

músicos y se organizaba un bailecito, un tanto bucólico,<br />

todos bailando contentos, y cuando menos acordábamos por<br />

aquello de las seis de la tarde, las nubes blancas de medio<br />

día se tornaban plomizas y empezaban a caer las gotas, ¡y<br />

el corredero!, todo mundo al camioncito para taparse con<br />

impermeables, con paraguas y emprender el regreso a<br />

Aguascalientes. El aguacero aquel nos hacía correr, nos<br />

empapaba al grado de exprimir la ropa, pero veníamos todos<br />

con una alegría extraordinaria, felices de un día de campo;<br />

cantábamos: "Una gitana leyó en mi mano, que con el tiempo<br />

me adorarías y esa gitana ha adivinado pero tu vida ya no<br />

es la mía", o bien "Soy un pobre venadito que habita en la<br />

serranía como no soy tan mansito, noooo, bajo al agua de<br />

día, de noche poco a poquito y a tus brazos, vida mía", o<br />

aquella otra que decía: "Hay unos ojos que si me miran,<br />

hacen que mi alma tiemble de amor, son unos ojos tan<br />

primorosos, que ojos más bellos no he visto yo" y luego "Un<br />

viejo amor"... ¡en fin!, regresábamos en medio de aquella<br />

lluvia y si acaso, en el trayecto había un pueblo<br />

intermedio, como Jesús María, se paraba el camión y a<br />

comprar elotes calientitos en la placita <strong>del</strong> pueblo.<br />

Seguíamos bromeando y cantando, felices de venir<br />

disfrutando de un día de verano en nuestra tierra, y así,<br />

hasta las últimas luces <strong>del</strong> día, entraba el destartalado<br />

vehículo por el rumbo de Cholula para pasar por Guadalupe,<br />

el centro de la ciudad y llegar a nuestra casa común, el<br />

barrio <strong>del</strong> Encino; cansados, fatigados pero muy contentos.<br />

Por la noche seguíamos soñando en el día de campo.” 43<br />

43<br />

Los días de campo. Ibdem p. 104. Este texto también se publicó en Hidrocálido martes 6 de<br />

noviembre de 1984 secc b p. 2<br />

136


“Las posaditas” eran también parte de esa vida: “Estas<br />

jornadas religiosas <strong>del</strong> mes de diciembre tienen un arraigo<br />

profundo en el pueblo de México; son nueve días en que se<br />

conmemoran las jornadas que tuvieron José y María desde<br />

Nazaret rumbo a Belén, donde aconteció uno de los hechos<br />

más prodigiosos en la historia <strong>del</strong> hombre, el nacimiento<br />

<strong>del</strong> Redentor.<br />

La orden religiosa de los Franciscanos creó "las<br />

posaditas", en el atrio de sus conventos, con fines de<br />

enseñanza religiosa.<br />

Esta tradición tan nuestra, tan mexicana, se reflejó<br />

también en el barrio de Triana, en la casa de don Pedro y<br />

doña María Reyes. Ellos, como buenos mexicanos, buscaron la<br />

forma de que nunca nos faltaran las posaditas; primero<br />

sufragaban ellos los gastos y posteriormente se turnaban<br />

los días los vecinos, y cada día distintas familias eran<br />

los anfitriones. A las nueve de la noche llegaba por ahí<br />

una señora, al parecer viuda, cuya vida era toda una<br />

tragedia; portaba una guitarra pues era la encargada de<br />

cantar los misterios; le decíamos "La comadre Jesús y sus<br />

aventuras", porque siempre contaba todas sus desgracias. A<br />

más tardar a las nueve y cuarto de la noche todos estábamos<br />

en la sala de la casa de los Reyes, y don Pedro rezaba el<br />

rosario que todos contestábamos; entre misterio y misterio<br />

eran los cantos de alabanza a la Virgen María: "¡Oh<br />

bellísima Maria", "Ángeles <strong>del</strong> cielo guarden los caminos",<br />

"Humildes peregrinos", en fin, los cantos propios de las<br />

posaditas. Al llegar a la letanía nos proveían de nuestras<br />

velitas y luces de bengala y salíamos al patio a pedir<br />

posada en las recámaras que tenían puerta o ventana para el<br />

patio; cuando terminábamos de hacer nuestro recorrido<br />

pidiendo posada, se procuraba que la última posada se<br />

pidiera en la puerta <strong>del</strong> zaguán junto a la sala, con el<br />

propósito de dejar en una mesita a los peregrinos para<br />

137


volver a rezar al día siguiente. Llegaba la alegría de<br />

todos nosotros porque el siguiente punto eran las piñatas;<br />

nos íbamos al segundo patio y en medio de la algarabía que<br />

armábamos eran rotas las piñatas. Más de alguna ocasión,<br />

involuntariamente, alguno se llevó un buen golpe con el<br />

garrote, ya que el que le estaba dando, accidentalmente le<br />

pegaba en la cabeza, pero no pasaba <strong>del</strong> chichón, de la<br />

incomodidad <strong>del</strong> golpe en aquel momento nada más.<br />

Después de haber roto dos o tres piñatas nos íbamos a la<br />

sala y nos sentaban alrededor, entonces pasaba el anfitrión<br />

de la posada obsequiándonos bolos, cacahuates, dulces y<br />

galletas; también circulaban los ponches con o sin piquete,<br />

mientras que el tocadiscos estaba funcionando; todos<br />

disfrutábamos el ambiente de fiesta. Mientras los muchachos<br />

iniciaban el bailecito, doña María se molestaba y, con<br />

mucha solemnidad, tomaba sus peregrinos y nos decía: "Mis<br />

peregrinos no son para participar en fiestas de esta<br />

naturaleza"; tomaba las esculturitas de los peregrinos para<br />

llevárselos a su recámara mientras la juventud de aquellos<br />

años nos dedicábamos a bailar piezas que eran usuales en<br />

nuestra época.<br />

Por lo que respecta a la Noche Buena, casi por lo general<br />

cada una de las familias celebraba la venida <strong>del</strong> Salvador<br />

al mundo en su propia casa, con la opípara cena.<br />

Por último, venía la fiesta de Fin de Año. Me acuerdo que<br />

una ocasión se puso muy ceremoniosa y se organizó una cenabaile<br />

ahí mismo, en la casa, pero con la condición de que<br />

las damas fueran vestidas de largo y los muchachos con<br />

trajes obscuros, es decir, fue un baile algo así como de<br />

blanco y negro. Después <strong>del</strong> ejercicio de acción de gracias,<br />

acudimos a la casa de nuestros amigos y por aquello de las<br />

diez y media empezó la fiesta, misma que se suspendió a las<br />

doce de la noche para esperar el año nuevo en medio de<br />

abrazos, de risas, de buenos deseos, y de una que otra<br />

138


lágrima que se escapaba recordando el año que se iba.<br />

Después pasamos al comedor a saborear una extraordinaria<br />

cena. En esa forma era como festejábamos hace algunos<br />

lustros 1as fiestas decembrinas. Así se desarrollaba<br />

nuestra vida los fines de año en nuestro barrio de<br />

Triana.” 44<br />

La remembranza de “Las pintas al río”, las describe así:<br />

“En nuestra infancia, Aguascalientes contaba con un<br />

verdadero río que ha desaparecido, el San Pedro, que viene<br />

de la sierra San Pedro Piedra Gorda, en el estado de<br />

Zacatecas y atraviesa nuestro estado de norte a sur.<br />

Entonces, Aguascalientes no se encontraba tan<br />

industrializado como ahora y por lo tanto no había<br />

contaminación de nuestras exiguas corrientes de agua.<br />

El río San Pedro tenía distintos nombres conforme iba<br />

pasando por determinado rumbos; así, a la altura de Jesús<br />

María fue el río San Miguelito; luego fue el río de la<br />

Fundición, el Charco <strong>del</strong> Campero, el río Piñales, y salía<br />

de nuestro estado para el de Jalisco. Nosotros<br />

conceptuábamos aquel río como santo, casi como si fuera el<br />

Jordán de la infancia, porque todos los muchachos de<br />

aquella época fuimos a bañarnos en el. ¡Que hermoso era ese<br />

río!, cuántas arboledas de álamos y piñales en sus<br />

márgenes; como el agua era transparente y había fauna<br />

propia de un río sano: pececillos, ranas, uno que otro<br />

sapo, culebras <strong>del</strong> río, era verdaderamente un edén al que<br />

todos acudíamos.<br />

Mis hermanos, en compañía de los amigos de su época,<br />

buscaban la forma de pasarse tardes felices en ese lugar.<br />

Por lo general, tanto Salvador como Luis Reyes formaban<br />

parte <strong>del</strong> grupito que iba sin la autorización paterna al<br />

río Pirules. ¿De qué argucias se valían aquellos jóvenes<br />

44<br />

Las posaditas. Ibdem p. 107. Este texto también se publicó en Hidrocálido miércoles 7 de<br />

noviembre de 1984. secc. B. P. 3<br />

139


para ir a este lugar? Pues bien, llegado el sábado lo que<br />

hacían era engañar a sus padres diciendo lo siguiente: -<br />

Vamos a ir a la doctrina a Catedral y a estar una media<br />

hora antes que empiece, a las cuatro de la tarde, jugando<br />

en el atrio; después salimos de la doctrina y regresamos al<br />

atrio a jugar otro rato, para esperar a que den las cinco y<br />

media y entrar al cinito <strong>del</strong> señor cura Morones-. Este cine<br />

se llamaba Cine Mo<strong>del</strong>o, y con sus funciones premiaban a los<br />

muchachos que acudían a la doctrina, a través de sus<br />

boletos de asistencia, y luego, como el cine se prolongaba<br />

hasta las siete de la tarde, pues por aquello de las siete<br />

y media regresaban los muchachos a la casa.<br />

Así, estos traviesos tenían oportunidad de escapar de la<br />

vigilancia paterna por toda la tarde; se iban al río y se<br />

dedicaban a nadar, a darse un chapuzón, a cazar ranas y<br />

culebras, se llevaban jaulas tramperas para poder atrapar<br />

aves canoras; pasaban la tarde en un remanso de paz y<br />

tranquilidad, y ya cuando empezaba el crepúsculo regresaban<br />

<strong>del</strong> río Pirules por toda la calle de Nieto hasta la calle<br />

José María Chávez, llegaban a la casa con el siguiente<br />

problema: como no llevaban trajes de baño, con su misma<br />

ropa interior se metían al río y regresaban con ella<br />

húmeda, entonces buscaban la forma de aventarla a la azotea<br />

desde la calle, antes de entrar a la casa, para que no se<br />

dieran cuenta de que se habían ido al río. Al día siguiente<br />

recogían de la azotea la ropa interior.<br />

¡Qué hermoso río Pirules disfrutamos en la infancia! ¡Qué<br />

cosa tan maravillosa, a través de él, conocer la<br />

naturaleza! Qué tristeza que nos ha tocado ver convertido<br />

aquel hermoso río de tanta aventura, de tanta alegría, en<br />

un pobre caño de aguas putrefactas. ¡Pobre río Pirules!,<br />

Jordán de nuestra infancia.” 45<br />

45<br />

Las pintas <strong>del</strong> rio. Ibdem p. 108. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Jueves 8 de<br />

noviembre 1984 secc. B. P 2<br />

140


Algunos acontecimientos como las “Travesuras de muchachos”<br />

son ejemplificados con los casos siguientes: “En la primera<br />

etapa de la vida, todos los seres animados de la creación<br />

son extraordinariamente juguetones e indagadores, porque<br />

junto con la necesidad de jugar está también la necesidad<br />

de aprender.<br />

De mis amigos, los Reyes, quien destacó en travesuras fue<br />

Salvador, que fue extraordinariamente inquieto. A Pedrito,<br />

el hermano más grande, le dio por el deporte de la cacería<br />

y ellos mismos fabricaban sus escopetas, o bien, compraban<br />

por ahí en la línea de Fuego alguna escopeta vieja, que<br />

luego aceitaban, limpiaban, la arreglaban y con ella se<br />

iban de cacería de liebres, ya fuera a los ranchos de sus<br />

primos los Esparza, o en campos aledaños a nuestra ciudad.<br />

Pedrito preparaba sus cartuchos para la escopeta con<br />

casquillos fulminantes, pólvora y municiones; siempre tenía<br />

estos elementos en el último rincón de la casa, en el<br />

cuarto donde se van acumulando cosas que no se usan, pero<br />

por las cuales se siente un afecto especial y no se pueden<br />

desechar, es decir, el cuarto de los tiliches; ahí es donde<br />

Pedrito tenía la pólvora, según fuera <strong>del</strong> alcance de las<br />

manos de los hermanos menores. Pero dónde va dando Salvador<br />

con la bolsa de pólvora y se le hizo fácil hacer un<br />

infiernito para divertirse quemándola, pero como no sabía<br />

dosificarla, hizo un verdadero cerrito; al prenderle fuego<br />

se hizo tal explosión que se le incrustaron algunos granos<br />

de pólvora en la cara. Las muchachas, sus hermanas, que<br />

estaban en la cocina, vieron que salía mucho humo <strong>del</strong><br />

último cuarto, el de las injurias; corrieron a él y se<br />

encontraron casi con un habitante de África con los pelos<br />

parados de punta, era Salvador que se quemó toda la cara y<br />

muy asustado. Así era de travieso. Yo creo que jamás en la<br />

vida volvió a prender un cerrito de pólvora, ni siquiera<br />

141


una paloma o un cohete de a centavo; fue una lección<br />

inolvidable.<br />

En otra ocasión, Salvador se sentía muy contento por el<br />

dominio que tenía sobre un trompo. ¡Qué bonitos juguetes de<br />

nuestra infancia: trompos, baleros, yoyos churumbelas! Pues<br />

bien, llegó a tal grado su perfección para jugar con el<br />

trompo que lo aventaba y antes de que llegara al piso, con<br />

la misma cuerda lo jalaba y lo cachaba en mano; después de<br />

muchas prácticas, ya cuando se sintió todo un profesional<br />

conocedor de todos los recovecos de las técnicas para<br />

bailar el trompo en esta forma quiso presumirle a don<br />

Pedro, su papá, el dominio absoluto que tenía sobre este<br />

juguete cuando aconteció esto, don Pedro se encontraba en<br />

el comedor de su casa desayunando un tazón de chocolate con<br />

pan de huevo, se acercó Salvador y le dijo:-Mira papá, ya<br />

puedo bailar el trompo muy bien sin que llegue al suelo y<br />

lo cacho en la mano don Pedro dijo muy complaciente: -A<br />

ver, hijito, demuéstrame tus habilidades-. El muchacho, con<br />

gusto enorme y para quedar bien con su papá, enredó muy<br />

apretada la cuerda a su trompo, lo aventó y antes de que<br />

llegara al suelo le dio el jalón a la cuerda con tal<br />

entusiasmo, que no pudo cachar el trompo y éste cayó dentro<br />

de la taza de chocolate que estaba desayunando don Pedro,<br />

donde hizo las veces de licuadora sin tapa y su papá quedó<br />

bañado de chocolate de arriba a abajo. Fuerte fue la<br />

indignación que don Pedro sintió cuando esto le aconteció,<br />

que le dijo a su hijo que era un muchacho tonto; tomó el<br />

trompo y, desde el pórtico <strong>del</strong> comedor, en el patio, lo<br />

aventó con todas las fuerzas que el alma le daba, rumbo a<br />

la calle y luego se fue refunfuñando al baño para limpiarse<br />

con agua los efectos que el chocolate había hecho sobre su<br />

cara. Estaba en estos menesteres cuando tocaron a la puerta<br />

y salió a ver de quién se trataba; era nada menos que<br />

nuestro vecino Ramón Acero, quien le decía: -Don Pedro,<br />

142


estaba yo sentado en el batiente de la puerta de mi casa<br />

(la casa de Ramón quedaba enfrente a la de don Pedro) y vi<br />

que salió volando de su casa un trompo que fue a dar contra<br />

los vidrios de la ventana de mi sala y rompió uno. Vengo a<br />

cobrarle la reparación <strong>del</strong> daño-. El coraje de don Pedro no<br />

se hizo esperar, tuvo que liquidar el costo <strong>del</strong> vidrio y la<br />

hazaña de Salvador le costó un entre de surriatazos y la<br />

pena de que de sus domingos pagó el vidrio aquel. Fue una<br />

travesura sin querer.<br />

No cabe duda que Salvador ya la traía contra su papá,<br />

aunque quiero dejar constancia que lo vio siempre con un<br />

cariño enorme, con respeto absoluto y era incapaz de<br />

molestarle. Pues bien, al fin trianero, a todos nosotros<br />

nos ha encantado la fiesta de los toros y don Pedro no<br />

estaba exento de esto. En cuanto veíamos que iba a haber<br />

una corrida, ni tardos ni perezosos nos las ingeniábamos<br />

para ir al tendido de sol y disfrutar de esa fiesta que<br />

tiene tanto arraigo en nuestro pueblo.<br />

En una ocasión, don Pedro se fue al tendido de sombra y la<br />

muchachada andábamos en el tendido de sol; a Salvador se le<br />

ocurrió cargar con naranjas para chuparlas y después,<br />

enteras, con el bagazo adentro, proyectarlas contra la<br />

gente de sombra. Antes de empezar la corrida, don Pedro se<br />

encontraba sentado en sombra, medio cabeceando porque era<br />

la hora de la siesta, y cuál sería su sorpresa que recibió<br />

un naranjazo en plena cara. Salvador, en forma anónima,<br />

aventó el naranjazo para ver a quién le pegaba, pero no con<br />

el ánimo de pegarle a su papá al que casi hace girar en<br />

redondo. Salvador se escondió en medio de toda la palomilla<br />

que estábamos en sol porque no quería que don Pedro se<br />

diera cuenta que él fue el autor de aquella fechoría.<br />

Terminada la corrida, llegó don Pedro a su casa muy<br />

mortificado, profiriendo horrores contra la gente de sol.<br />

Le quedó un ojo moro por dos o tres días. Yo creo que el<br />

143


secreto lo supimos sostener todos porque nunca supo don<br />

Pedro que accidentalmente Salvador le había arrimado el<br />

naranjazo aquel. No cabe duda que Salvador fue un muchacho<br />

travieso de todo corazón.<br />

Ahora consignaré una travesura en la que tuvieron<br />

participación Guillermo Reyes y Jesús, mi hermano. Resulta<br />

que en una de las ocasiones en que pavimentaron la calle de<br />

José María Chávez, tal vez la primera, presentaba un<br />

aspecto tentador para dejarse deslizar desde el Pabellón<br />

Mexicano o de la Guerrilla rumbo a la calle de Rayón, en<br />

carritos de ruedas de patín, o bien, en bicicletas. Las<br />

bicicletas estaban fuera <strong>del</strong> alcance económico de los<br />

muchachos pero se aprovechaban de alguien que la tuviera<br />

para disfrutarla. Guillermo y Jesús eran amigos <strong>del</strong><br />

cartero, quien sí tenía bicicleta, y cuando llegaba al<br />

barrio, descendía de ella y se la prestaba a los jóvenes<br />

mientras se dedicaba a repartir las cartas y ellos a<br />

pasear. En uno de aquellos días, Guillermo tomó la<br />

bicicleta se encontró a Jesús por allá en la parte alta de<br />

la calle José María Chávez (de chamaco Jesús usaba lentes<br />

para corregir un defecto de la vista). Guillermo le dijo: -<br />

Chuy, ¿quieres venir aquí a darnos una vueltecita en la<br />

bicicleta?- Aceptó mi hermano y se subió en la barra <strong>del</strong><br />

cuadro. Memo le dijo: -Mira, Chuy, vamos a deslizamos desde<br />

acá arriba hasta la calle de Enlace. Ten mucho cuidado, no<br />

vayas a meter los pies dentro de los rayos de la rueda de<br />

a<strong>del</strong>ante porque así nos va a ir-. Y parece que le dijo lo<br />

contrario, pues cuando se deslizaban y tal vez iban más o<br />

menos a la altura de la casa de Mariquita Valdés o <strong>del</strong><br />

profesor Antúnez, ya con una velocidad muy fuerte y Jesús<br />

se atarantó y metió el pie en la rueda de a<strong>del</strong>ante entre<br />

los rayos y salieron los tripulantes de la bicicleta como<br />

catapultas y fueron a proyectarse hasta el suelo la<br />

bicicleta quedó hecha una lástima: los rayos todos rotos y<br />

144


los rines chuecos. Guillermo estaba adolorido por los<br />

golpes recibidos, y Jesús, todo raspado, levantaba lo<br />

quedaba de sus lentes; milagrosamente no se le encajó<br />

ningún cristal en los ojos, quedaron hechos unas<br />

tirlanguitas, por completo desbaratados. Guillermo estaba<br />

enojadísimo con Jesús por la imprudencia de haber metido<br />

los pies; Jesús, azorado y con sus lentes rotos y llorando<br />

se fue a la casa. Guillermo dejó la bicicleta en la orilla<br />

de la banqueta y cuando llegó el cartero y que se encuentra<br />

con una bicicleta extraordinariamente deteriorada; dedujo<br />

que el responsable era Guillermo, pues él la había<br />

tripulado y fue a la sastrería con don Pedro a cobrarle los<br />

rayos que se perjudicaron y a que le arreglaran la<br />

bicicleta. Parece ser que en aquella época costó el arreglo<br />

un peso cincuenta centavos pero hay que tomar en<br />

consideración que nos daban de domingo cinco centavos, los<br />

cuales nos alcanzaban para bastantes cosas, pero de esos<br />

domingos Guillermo tuyo pagar el arreglo de la bicicleta,<br />

por lo que se quedó alrededor de medio año sin esto para<br />

gastar. Así eran las travesuras de los muchachos de nuestro<br />

barrio.” 46<br />

Las actividades productivas de algunas personas dejan un<br />

buen sabor de boca unos son “Los dulceros”, de los que<br />

rememora: “Hablar de los dulces de la infancia es recordar<br />

una de las satisfacciones más grandes que tuvimos en<br />

aquella edad, que nos parece un tanto lejana y a la vez<br />

cercana, porque todo en el mundo es relativo. Hagamos<br />

memoria de aquella gama de dulces que nos alegraron;<br />

pensemos en las yemitas, dulces que parecían efectivamente<br />

yemas de huevo estrellado forradas con la clara, en este<br />

caso era una masilla muy agradable de color amarillo<br />

forrada de caramelo transparente. Las bolitas de caramelo<br />

46 Travesuras de muchachos. Ibdem p. 110. Este texto también se publicó en Hidrocálido.<br />

Viernes 9 de noviembre de 1984 secc. B p. 2.<br />

145


ellenas de alcohol, a las cuales les encontrábamos un<br />

cierto misterio de cosa prohibida debido a su contenido.<br />

Los chiclosos llamados rompe-muelas; recibían este nombre<br />

en virtud de que eran durísimos, estaban hechos de tiritas<br />

de coco con un caramelo color café extraordinariamente<br />

compactado; de los huesitos hechos de leche como si fueran<br />

jamoncillo. Las charrascas con coco, también se les daba el<br />

nombre de trompadas y parecían tibias humanas, pero con un<br />

sabor extraordinario. La gama de dulces cubiertos como el<br />

calabazate, la chilacayota, camotes; infinidad de dulces<br />

que alegraron nuestro gusto en la infancia. Todas aquellas<br />

maravillas eran hechas en plan artesanal, si bien es cierto<br />

que ya existían compañías como Larín. Buena parte de<br />

nuestros dulces se manufacturaban ahí, en nuestro propio<br />

barrio. Había muchas dulcerías en un área relativamente<br />

pequeña. Recordaremos a los dulceros: en primer término<br />

Pachita, quien tenía su dulcería frente a la acera de<br />

nuestra casa, en la calle de Enlace, negocio que<br />

posteriormente pasó a ser la "Panadería <strong>del</strong> Pilar". Vi como<br />

hacían las biznagas en aquellos marcos de tela de alambre<br />

en que los ponían a escurrir después de manufacturarlas;<br />

las grandes biznagas llegaban de los lugares un tanto<br />

áridos, que es en donde crecen. Me acuerdo de las llamadas<br />

"tunas", que eran coquitos de aceite forrados en capas de<br />

azúcar pintados de rojo. Ya para llegar a "La Venus", en la<br />

calle de Enlace, por la tlapalería de don José Guerrero que<br />

después se llamó "La Occidental", estaba otra dulcería, a<br />

cuyo dueño, don Pablo le decían La Venada. De esta dulcería<br />

recuerdo que, además de los dulces, vendían jocoque, tal<br />

vez les sobraba crema de leche en la manufactura de algunos<br />

dulces y con aquella hacían jocoque. Mi madre me mandaba a<br />

la dulcería de la tercera calle de a traer unas ollas de<br />

este alimento, por el que siento tal devoción que me da la<br />

146


impresión de que jamás he vuelto a probar jocoque tan bueno<br />

como aquél.<br />

La calle de Galeana fue lugar de dulceros, como los<br />

hermanos Rangel, don Heliodoro; don Antonio. Ellos se<br />

especializaron en los dulces cubiertos y en el alfajor tipo<br />

Colima.<br />

Lugar aparte, dentro de los dulceros, merece Jesusita<br />

Morones, y digo esto porque Jesusita no se dedicaba a la<br />

dulcería en gran escala, sino que ella, para ayudarse en<br />

sus gastos, fabricaba chocolate que era una verdadera<br />

<strong>del</strong>icia; asimismo, en la temporada de membrillo o de<br />

guayaba hacía cajeta para vender; <strong>del</strong> corazón <strong>del</strong> membrillo<br />

sacaban un dulce con el mucílago, que conocíamos nosotros<br />

como suadero, y era una laminilla riquísima. Jesusita<br />

Morones fue una persona a quien estimábamos todos en el<br />

barrio en virtud de sus méritos propios y también por ser<br />

la hermana <strong>del</strong> Señor Canónigo Felipe Morones, encargado de<br />

Catedral; fue él quien nos introdujo a la doctrina<br />

cristiana. Además, la descendencia de Jesusita, los<br />

hermanos Lomelí Quezada, sus nietos, fueron y son todos muy<br />

buenos amigos; uña y carne fueron Pina Reyes y Altagracia<br />

Lomelí para mí es una alegría ver a los hermanos Lomelí<br />

Quezada.<br />

Por último, platicaré de un viejecito que me daba la<br />

impresión de ser Santa Claus, vendía dulces, era un hombre<br />

blanco de tez y se dejaba crecer la barba; usaba pantalón<br />

de mezclilla de pechera y un saco también de mezclilla,<br />

sombrerito de palma, y pasaba los días como aquello de las<br />

tres o cuatro de la tarde, cargando una vitrina llena de<br />

distintos tipos de dulces y gritaba algo así como -Noasié<br />

de leche-, realmente se refería al jamoncillo de leche.<br />

Entre las cosas más sabrosas que este señor vendía, había<br />

unos chiclosos de leche quemada de color negro, demasiado<br />

duros para poderlos masticar, pero extraordinariamente<br />

147


sabrosos y de larga duración, ya que por su dureza se<br />

tenían que chupar; también vendía yemitas, huesitos y<br />

bolitas de caramelo con alcohol.<br />

Ya estaba dejando en el olvido a otra persona por la que<br />

siento enorme gratitud, don José Rodríguez, el<br />

charrasquero, hombre alto, espigado, vestía también ropa de<br />

mezclilla, gorra de fieltro, espejuelos siempre sucios;<br />

traía su mercancía en un carrito de mano que propiamente<br />

era vitrina y anunciaba sus <strong>del</strong>icias con gritos estentóreos<br />

de -¡Hay charraascaaaas-; y éstas tenían forma de tibias<br />

humanas, su sabor de coco, canela, naranja y de su precio<br />

ya ni me acuerdo, pero creo que eran de a centavo. Don José<br />

Rodríguez, ¡pobrecito!, terminó muy ancianito y con mal de<br />

San Vito; tiemble y tiemble imploraba la caridad pública.<br />

Toda esta gente que se dedicó a la industria artesanal de<br />

los dulces hicieron nuestras alegrías de la infancia.” 47<br />

Los otros son “Los neveros”, de quienes dice: “Otro de los<br />

agasajos que tuvimos en la infancia fue el de la nieve, y<br />

más cuando hacía un calor canicular nos refugiábamos en la<br />

nieve; por un lado por glotones y por lado por la sensación<br />

momentánea de refrescarnos.<br />

Se ponían los ingredientes en botes y luego éstos dentro de<br />

otro más grande con hielo, moviendo constantemente hasta<br />

obtener la consistencia de la nieve. Entre los neveros de<br />

aquella época, había unos que en unos moldecitos de lámina<br />

ponían la nieve y resultaban unos helados en forma<br />

cilíndrica muy sabrosos; cuando los vendían los forraban<br />

con un papel de estraza blanco para poderlos asir y<br />

saborear.<br />

De los neveros <strong>del</strong> primer tipo de nieve, destacó don<br />

Elíseo, un nevero que vivía en la calle José María Chávez,<br />

entre las calles de Rayón y de Enlace; su casa se veía al<br />

47<br />

Los dulceros. Ibdem p. 113. Este texto también se publicó en Hidrocálido Sábado 10 de<br />

noviembre de 1984 secc b p. 2<br />

148


oriente y era la tercera casa de sur a norte de la esquina<br />

de la calle de Enlace. Su nieve era de bote; salía todos<br />

los días a medio día con su bote grande de nieve y su<br />

canasta de barquillos de harina para vender estas <strong>del</strong>icias.<br />

Don Elíseo tenía también la peculiaridad de ser un<br />

verdadero devoto de la Virgen de los Dolores, y año tras<br />

año, en el viernes de Dolores, hacía su altar a la<br />

Santísima Virgen. Usaba cebada güera, o sea que la ponía a<br />

germinar en la obscuridad para que no estuviera verde),<br />

ponía naranjas con banderitas de papel estaño y de china y<br />

hacía como una especie de escalera para poner las flores,<br />

las cazuelitas con cebada y las naranjitas; arriba de<br />

aquella pirámide, en la parte superior de la escalera, una<br />

imagen de la Virgen de los Dolores; al pie de aquella<br />

escalera que parecía pirámide prehispánica, don Elíseo<br />

ponía una fuente que a través de vasos comunicantes hacía<br />

que el chorro <strong>del</strong> agua saltara casi hasta la altura de la<br />

Virgen de los Dolores. A todo aquel que acudía a su casa a<br />

visitar a la Virgen lo obsequiaba con agua de limón y por<br />

eso decíamos que la Virgen estaba llorando.<br />

De los segundos neveros, o sea, los que hacían cilindros de<br />

nieve, se destacó don Ángel, quien era un tipo que salía a<br />

vender su nieve montado en un burro y ponía huacales de<br />

madera a los lados; en un lado colocaba sus helados y <strong>del</strong><br />

otro lado iba poniendo los moldes de lámina que iba<br />

desocupando. Don Ángel vivía por El Llanito, probablemente<br />

en la calle de los Neveros o en la calle Cinco de Febrero;<br />

era un hombre mucho muy dicharachero y sus gritos clásicos<br />

eran: -Cárgales, Diosito, el sol-, o -No coman hielo que<br />

nomás el tronadero se oye-. Era un hombre que se hacía<br />

agradable a través de sus gritos.<br />

El que fue el aristócrata de los neveros fue don Román, el<br />

de "Los Alpes", esta nevería no se encontraba dentro <strong>del</strong><br />

ámbito geográfico <strong>del</strong> barrio de Triana, ya que la nevería<br />

149


de "Los Alpes" estuvo primero en un puesto grande y largo<br />

que había en el lado poniente de la Plaza de Armas, frente<br />

a Catedral, y posteriormente don Román puso su nevería en<br />

un edificio moderno, en la planta baja, junto al Teatro<br />

Morelos.<br />

Quién no recuerda con agrado las paletas de rompope con una<br />

rajita de membrillo y con pasas, o bien las famosas nieves<br />

"Tres Marías", "Banana split, "Encapuchados" y "Cassatas",<br />

que ofrecía "Los Alpes".<br />

Las nieves de nuestra infancia fueron verdaderos agasajos,<br />

verdaderos a<strong>del</strong>antos a la gloria en materia de sabores.” 48<br />

Uno de los personajes que se dedicaban al transporte en la<br />

antigüedad y han desaparecido es descrito en “El auriga de<br />

Triana”. Sobre el narra: “-¡Hay aroma de guayaba!- Gritan<br />

en los puestos: -¡Jicamas de agua!- -lleve el dorao y<br />

tostao!- -¡Cañas de Castilla, las cañas!- Un cohete rasga<br />

el aire y deja oir un estuendo de su explosión. Para los<br />

que vivimos en el sur de la ciudad, estos son indicios de<br />

que las fiestas <strong>del</strong> Cristo Negro de nuestro barrio de<br />

Triana están presentes.<br />

En nuestra ciudad, los medios de transporte actuales son<br />

los automóviles, taxis y camiones urbanos. A principios de<br />

este siglo se usaban calandrias, calesas, y todas ellas<br />

tiradas por caballos. En mi infancia, todavía llegué a ver<br />

uno de estos haciendo las veces de taxi y su sitio estaba<br />

al iniciar la calle de José María Chávez oriente, junto a<br />

Palacio de Gobierno, y el auriga era don Ampelio; creo que<br />

fue el último cochero, y con la circunstancia de ser<br />

trianero pues vivía en la calle <strong>del</strong> Obraje.<br />

Como arrancado de una estampa <strong>del</strong> pasado lejano, don<br />

Ampelio y su carruaje circulaban por las calles de nuestra<br />

ciudad, ya cuando el transporte motorizado se imponía en<br />

48<br />

Los neveros. Ibdem p. 115. Este texto también se publicó en Hidrocálido Lunes 12 de<br />

noviembre de 1984. secc b. P. 2<br />

150


nuestra vida. Parecía que él no quería dejar ir las épocas<br />

románticas de México, pero el progreso en el transporte se<br />

impuso y el carruaje de don Ampelio desapareció. Los<br />

últimos días de este cochero los pasó vendiendo periódicos,<br />

y por fin, Dios tuvo a bien recogerlo en su seno.<br />

Me acuerdo perfectamente cómo conocí a don Ampelio, no en<br />

una fecha precisa, sino lo recuerdo desde que tuve uso de<br />

razón. Corría la década de los años treinta a diario lo<br />

veía pasar en su carruaje, procedente de la calle <strong>del</strong><br />

Obraje en donde estaba su casa, y transitar por la calle de<br />

José María Chávez, antes <strong>del</strong> Obrador, estacionarse y<br />

ofrecer sus servicios. Era un hombre de tez blanca, de ojos<br />

zarcos, pelo cano, bigote lacio y las arrugas propias de la<br />

edad. Estábamos los escuincles <strong>del</strong> barrio jugando a las<br />

canicas en plena calle y en cuanto veíamos el carro de don<br />

Ampelio, dejábamos el juego para colearlo, lo que tenía<br />

como precio un latigazo en la espalda dado por el cochero,<br />

quien desde su asiento y con habilidad, manejaba el látigo,<br />

cosa que servía para que abandonáramos súbitamente el coche<br />

de don Ampelio.<br />

Las familias <strong>del</strong> barrio utilizaban sus servicios en tiempo<br />

de aguas para que los llevara de paseo al campo, al río de<br />

los Pirules, a la Fundición, a San Miguelito y a las<br />

huertas de Triana. Era cosa de risa ver cómo a la hora <strong>del</strong><br />

regreso, los famélicos caballos <strong>del</strong> carruaje no querían<br />

regresar <strong>del</strong> campo, por la abundante pastura y el hambre<br />

que tenían y entonces se armaba la de Cristo es Rey por los<br />

corajes que pasaba el cochero de nuestro relato al ver que<br />

sus caballos no querían arrastrar el coche y preferían<br />

quedarse en el lugar en que encontraban abundante pastura.<br />

En nuestra vida de estudiante preparatoriano alquilábamos<br />

el coche de don Ampelio para pasear por la ciudad, y el<br />

buen viejo, contagiado por la alegría de la juventud, ponía<br />

151


en nuestras manos las riendas y él se divertía y nos<br />

divertía por dicharachero.<br />

Han pasado esos días y sólo el recuerdo nos queda de aquel<br />

hombre y su calandria, que sentía al final de cada viaje la<br />

<strong>presencia</strong> de Dios al dar gracias en sus oraciones. Sí, él<br />

tenía siempre presente a Dios al finalizar sus viajes; es<br />

de pensar que Dios también lo tuvo presente al finalizar el<br />

viaje de su vida.<br />

Don Ampelio y su carruaje, estampa primorosa de<br />

Aguascalientes de ayer que sirvió a dos épocas de la<br />

comunicación.<br />

¡Descanse en paz, el auriga de Triana!” 49<br />

Una leyenda que también forma parte de esa vida es “El<br />

quejido <strong>del</strong> ánima”, la cual cuenta: “En un mes de<br />

noviembre, después de haber tomado la cena, se oyeron los<br />

cohetes en la parroquia <strong>del</strong> Encino, en honor <strong>del</strong> Cristo<br />

Negro, y esto fue motivo para que tío abuelo, de sobremesa,<br />

nos contara una de esas sabrosas leyendas <strong>del</strong> barrio de<br />

Triana:<br />

Corría el último cuarto <strong>del</strong> siglo XIX y la vida<br />

provinciana, apacible y tranquila seguía su curso entre los<br />

habitantes <strong>del</strong> barrio de Triana: los hombres dedicados al<br />

cultivo de sus huertas y las mujeres en las labores de su<br />

hogar. Vivía en aquel entonces en la calle de Minerva, una<br />

preciosa muchacha que contaba con veintidós abriles morena,<br />

alta, ojos de azabache, cabellera negra y cuerpo de diosa<br />

<strong>del</strong> Olimpo. Los padrinos de bautizo tuvieron a bien<br />

llamarla María Concepción; adornaba a Concepción además de<br />

su hermosura física un carácter jocoso y alegre como unas<br />

castañuelas. Pues bien, aquel ángel hecho mujer se<br />

encontraba en la edad en que las inquietudes <strong>del</strong> amor hacen<br />

sus estragos en el género humano, por lo tanto, prodigaba<br />

todo su cariño a Remigio, mancebo hijo de un abarrotero <strong>del</strong><br />

49 Ibdem. P. 117.<br />

152


arrio, de origen español. Remigio, todos los días, tan<br />

sólo esperaba que el cielo se cubriera de estrellas y que<br />

el prendiera los faroles <strong>del</strong> barrio, para acercarse hasta<br />

la reja de la ventana de Concepción para tener coloquios de<br />

amor. En resumen, formaban una pareja feliz.<br />

En esos días, llegó de Guadalajara una familia que habitó<br />

una casa en la segunda cuadra de la calle de la Aurora. Don<br />

Miguel, el jefe de la casa, había comprado la hacienda Las<br />

Milpas, que se encontraba en El Llano, y para administrarla<br />

mejor cambió su residencia a esta ciudad. Entre los cinco<br />

hijos varones de don Miguel se encontraba Reynaldo, que<br />

frisaba entre los veintiocho y veintinueve años, y para no<br />

perder la costumbre de su tierra natal, Guadalajara, y por<br />

ser hombre de campo, siempre usaba traje de charro, que<br />

bien sabía portar, y por su gallardía los muchachos <strong>del</strong><br />

barrio le pusieron el apodo de El Rey, cosa que también iba<br />

con su nombre.<br />

El Rey pronto fue conocido por todas las trianeras. Un<br />

domingo en el jardín conoció a Conchita y le gustó desde<br />

que la vio, pero como Conchita quería mucho a Remigio no le<br />

hacía caso. No obstante, el Rey optó por seguirla<br />

cortejando y varias veces le llevó serenata hasta la<br />

ventana de su casa.<br />

Remigio hizo muchos corajes al conocer la actitud de El<br />

Rey, y Conchita le dijo que tan sólo a él quería, que no<br />

tuviera pendiente.<br />

En un 13 de noviembre, cuando todo el barrio festejaba al<br />

Señor <strong>del</strong> Encino la verbena se encontraba en todo su<br />

esplendor, las campanas <strong>del</strong> templo tañían (justo en las<br />

calles había puestos de frutas de la estación que los<br />

vendedores anunciaban con sus gritos acostumbrados de -<br />

¡Lleve el dorao' y tostao'!- -¡Jicamas de agua, cañas de<br />

castilla!- La lotería se veía concurrida y ya no había<br />

campo y tabla; los muchachos y muchachas daban sus vueltas<br />

153


en el jardín, bajo la mirada de sus padres quienes se<br />

encontraban sentados en las bancas. Otras personas iban a<br />

la partida que era alegrada por cantadoras. Remigio y<br />

Conchita visitaron al Santo Patrón, de ahí dieron sus<br />

vuelta en el jardín, se esperaron hasta que se prendió la<br />

pólvora y se fueron a cenar a un puesto que estaba en la<br />

calle de la Asamblea; cuando estaban cenando pasó por ahí<br />

el Rey y al ver a Conchita no pudo aguantar sus ganas y le<br />

dijo: -¡Ay, cómo me suda el anca y cómo me aprieta el<br />

cincho, que habiendo tanta potranca nomás por esta<br />

relincho!- La trifulca no se hizo esperar, las mujeres<br />

corrieron, los hombres hicieron la rueda, Remigio cambiaba<br />

constantemente de color, igual que su contrincante. Remigio<br />

le dijo a Conchita que se fuera a su casa y ella obedeció<br />

de inmediato; una vez que Remigio se abalanzó como gallo<br />

contra El Rey y empezó el pleito; se fueron peleando hasta<br />

el interior <strong>del</strong> jardín y aunque el Rey llevaba la<br />

<strong>del</strong>antera, pues Remigio estaba muy golpeado, éste sacó de<br />

entre sus ropas un filoso cuchillo, le dio a El Rey una<br />

puñalada en el pecho que hizo efectos de rayo, y cayó<br />

ensangrentado al pie de un árbol, bien muerto. Remigio huyó<br />

por la calle de Los Gallos también muy mal herido y jamás<br />

se supo de él. Conchita acabó sus días en un convento.<br />

Pasaron los años y empezó a correr la versión de que el<br />

alma de El Rey se quejaba en el jardín; acudía a él mucha<br />

gente a oír el lamento, muchos se desmayaban, los que se<br />

sentían valientes acababan con los pelos de punta y<br />

corrían. Los chiquillos de las escuelas dejaron de pasar<br />

por el jardín por miedo a oír el quejido <strong>del</strong> ánima de El<br />

Rey. Don Zenón, el jardinero, con todo y miedo, seguía<br />

haciendo su trabajo, y un buen día se puso a podar los<br />

árboles <strong>del</strong> jardín; ¡cosa maravillosa!: podó el árbol en<br />

cuyo pie había caído El Rey y jamás se volvió a oír el<br />

quejido <strong>del</strong> ánima. Lo que pasaba era que al rozarse dos<br />

154


amas, con el viento producían un rechinido semejante a un<br />

quejido; al cortar estas ramas con la poda que hizo don<br />

Zenón se acabó el quejido <strong>del</strong> ánima.” 50<br />

Como ya se indicó para el autor hay personalidades que su<br />

labor los hace ejemplares, de los cuales resalta su<br />

biografía. Uno es “Don Jesús María Romo Romo”, de quien<br />

dice: “Cuando camina uno en una mañana de cielo azul por<br />

las calles de nuestro barrio de Triana, de repente se oye<br />

el silbato de una fábrica, el cual regula los movimientos<br />

internos de los obreros y a la gente <strong>del</strong> sur de la ciudad<br />

le sirve de reloj, porque con verdadera exactitud funciona<br />

este silbato. Se trata de la fábrica de muebles cromados J.<br />

M. Romo, S.A. Un día nos encaminamos hacia ella y su<br />

creador nos recibió con su característico afecto, es don<br />

Jesús María Romo, o sea "Chito Romo", nombre que ya es<br />

patrimonio de nuestro pueblo. Hablemos de él.<br />

Don Jesús María Romo Romo nació en una población de<br />

Encarnación de Díaz en el estado de Jalisco, el día 24 de<br />

mayo de 1918; fue hijo de don Jesús María Romo Viramontes y<br />

de doña María Concepción Romo de Romo. Cuando Chito tenía<br />

la edad de cinco años, sus padres optaron por cambiar su<br />

residencia a nuestra ciudad y vivieron en la casa marcada<br />

con el número ochenta y cinco de la calle doctor Jesús Díaz<br />

de León, antes Washington, por lo que Chito se consideraba<br />

trianero de casi toda la vida.<br />

Los hermanos de don Jesús María Romo son: José de Jesús,<br />

María Auxilio, Ma de la Paz, María, Ana María, María de los<br />

Dolores y Juan María, este último, que en paz descanse, fue<br />

mi compadre, y cada vez que lo recuerdo lo hago con mucho<br />

cariño, por haber sido bondadoso, buen esposo, buen padre<br />

de familia y buen amigo. Por devoción de sus padres a la<br />

50 El quejido <strong>del</strong> anima. Ibdem p. 118. Este texto también se publicó en Hidrocálido Martes 13<br />

de noviembre de 1984 secc b. P. 2<br />

155


Virgen María, fue por lo que todos llevan el nombre de<br />

María.<br />

Cursó su educación primaria en la Escuela Jesús Terán y ahí<br />

hizo una amistad entrañable con Antonio Hernández Buck,<br />

quien, lamentablemente, ya falleció.<br />

Don Jesús María Romo Romo contrajo matrimonio el día 22 de<br />

noviembre de 1940, con doña María <strong>del</strong> Carmen <strong>del</strong> Villar, en<br />

el templo <strong>del</strong> Encino. En ese matrimonio procrearon un hijo<br />

a quien pusieron por nombre Fernando, muchacho noble y<br />

bueno que se hizo hombre, extraordinario conocedor de la<br />

industria de la familia; el cual se casó con Carmelita<br />

Femat y tuvo cuatro hijos cuyos nombres son: Antonio,<br />

Fernando Carmelita y Claudia. Tristemente, Fernando ya no<br />

existe físicamente, pero su recuerdo es como un faro de luz<br />

que ilumina la vida de sus padres e hijos.<br />

Muebles Cromados J. M. Romo, S.A. es una de las más grandes<br />

industrias en su ramo. Fabrica más de cuatro mil quinientos<br />

productos distintos, que se componen de doscientas<br />

cincuenta mil piezas diferentes. El número total <strong>del</strong><br />

personal es aproximadamente de mil trescientas personas, de<br />

las cuales novecientas son obreros. Tiene sucursales en el<br />

Distrito Federal, Guadalajara y Monterrey. El fuerte de<br />

esta industria es hacer el equipo de los grandes almacenes.<br />

Decía don Jesús: -Quitando los sistemas de refrigeración,<br />

registradoras y computadoras, nosotros hacemos todo el<br />

equipo de un gran almacén-; aunque aclaraba que también<br />

sirven a comercios modestos. Uno de sus orgullos fue<br />

construir las puertas <strong>del</strong> Metro de la Ciudad de México, que<br />

controla el acceso a los andenes, y también el mobiliario<br />

de escuelas.<br />

Esta gran industria nació como nacen todas las cosas<br />

grandes, con humildad. Resulta que el papá de Chito, don<br />

Jesús María Romo Viramontes, con el ánimo de impulsar por<br />

el sendero <strong>del</strong> bien a sus hijos ya adolescentes, Juan María<br />

156


y Jesús María, les dio tres mil pesos para establecer un<br />

taller de niquelados y cromados que los dos hermanos<br />

fundaron en una cochera rentada; ahí niquelaban cubiertos,<br />

rines de bicicletas, piezas de ornato de automóviles,<br />

etcétera. Empezó a desarrollarse aquel tallercito y llegó<br />

el momento en el que los hermanos se separaron; Juan María<br />

se dedicó a la fundición de metales y Jesús María siguió<br />

con la línea de cromados hasta llegar a florecer en la<br />

industria que es hoy día. Cuenta con el gran apoyo de toda<br />

su familia industrial y en el mando de esta nave ahora<br />

están sus dos nietos, Toño y Fernando. Detrás de un gran<br />

hombre siempre está una gran mujer; en el caso de don Jesús<br />

María, era su señora, Carmelita, quien creó la atmósfera<br />

adecuada para que esta industria floreciera. Dura fue la<br />

desaparición de Fernando, pero en recuerdo de su hijo, la<br />

señora Carmelita se ha multiplicado, al ser hada madrina de<br />

las esposas de sus trabajadores a quien ella llama: "Mis<br />

señoras". Pensando en Fernando ha nacido ese maravilloso<br />

centro social para el mejoramiento integral de todas las<br />

familias de las personas que sirven a J. M. Romo S.A.; este<br />

centro tiene una parte en la que sus instalaciones<br />

rivalizan con Reino Aventura, otra que es para práctica <strong>del</strong><br />

deporte y otra para la superación cultural de la familia,<br />

con magníficas aulas de cocina, primeros auxilios, tejido,<br />

corte, gimnasia, danza, etcétera. Describir esta maravilla<br />

se llevaría todo un folleto; ahí, en ese lugar, en cada<br />

carcajada de un niño, en el agradecimiento de una persona<br />

que recibe un bien, que se mejora en su preparación, estará<br />

presente la bondad de Fernando Romo <strong>del</strong> Villar. Chito Romo<br />

dejó nuestro mundo el día 18 de febrero de 1990.” 51<br />

Otro es “Don Jesús Jayme González”, de quien resalta: “La<br />

gente <strong>del</strong> barrio de Triana, como todos los<br />

51<br />

Jesús María Romo Romo. Ibdem p. 101. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Lunes<br />

4 de noviembre de 1985 secc b. P. 2<br />

157


aguascalentenses, son personas que se desenvuelven<br />

armónicamente, en hogares humildes, quienes tienen por<br />

forja su espíritu, el trabajo, y por norma de grandeza, el<br />

temor a Dios, y desde esas humildes trincheras hacen la<br />

grandeza de México. Con tal disciplina hay gente que llega<br />

a destacar en sus actividades y que, a la vez, alimenta a<br />

otros conbarrianos para superarse; una de estas personas<br />

fue Jesús Jayme González, quien se dedicó a la industria de<br />

plástico, Chuy Jayme González nació el día 26 de enero de<br />

1929, en la calle de Washington, hoy doctor Jesús Díaz de<br />

León, en una casa entre la calle de Abasolo y Pesado, Sus<br />

padres fueron don José Jayme Muñoz, ferrocarrilero jubilado<br />

y doña María Guadalupe González López, ambos, trianeros de<br />

buena cepa. Nos cuenta Chuy que él no fue bautizado en la<br />

parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino en virtud de que en esa<br />

época estaban cerrados los templos y fue en la casa de un<br />

sacerdote, frente al Jardín <strong>del</strong> Encino, donde lo<br />

bautizaron.<br />

En casa de Jesús Jayme fueron once hermanos, siete hombres<br />

y cuatro mujeres siendo él de los más grandes.<br />

Cuando Chuy hablaba de su infancia y juventud en el barrio<br />

le daba mucha alegría. Todo era color de rosa, nuestros<br />

juegos y distracciones inocentes y sanas; en su juventud<br />

hubo mucho deporte, béisbol y básquet. Dentro de sus<br />

estampas de juventud recordaba cómo un sábado de Gloria<br />

fueron a repicar a la torre <strong>del</strong> Encino la parvada de<br />

muchachos entró a la escalera de caracol en tropel, entre<br />

ellos él y sus primos, esto era para ganar la campana de su<br />

preferencia, y al llegar a la torre su primo se golpeó la<br />

cabeza con una campana y sangró, pero con el entusiasmo ni<br />

sintió el golpe y les gritaba que alguien de la torre<br />

siguiente, arriba de donde estaba, se había lesionado en<br />

el cuerpo, pues le caía sangre a la cabeza, y aturdido, no<br />

se daba cuenta que él era el lesionado.<br />

158


Recordaba Chuy cómo a la salida de la escuela les gustaba<br />

irse a mojar a la pila <strong>del</strong> jardín <strong>del</strong> Encino; él creía que<br />

no hubo muchacho de su época que no supiera cuál era el<br />

fondo de la pila ya que todos se llegaron a meter con el<br />

regocijo de jugar unos con otros.<br />

-Cómo nos invade la nostalgia al ver que las huertas <strong>del</strong><br />

barrio han sido devoradas por el urbanismo-, decía Jesús<br />

Jayme. Aquellas huertas con uvas, granadas, membrillos,<br />

perones, duraznos, higos, peras, hortalizas, y cómo por la<br />

módica cuota de cincuenta centavos por persona los dejaban<br />

entrar, para saciar sus ganas de fruta, con la condición de<br />

no sacarla de la huerta. Su familia y amigos tenían la<br />

costumbre de hacer días de campo los domingos en aquellos<br />

paraísos terrenales. Los dueños amarraban los canes bravos<br />

para que pudieran entrar los paseantes; lo mismo le daban<br />

permiso a la muchachada para bañarse en las piletas de agua<br />

de la huerta, lo que era todo esto la causa de felicidad en<br />

el día domingo.<br />

Nuestro amigo nos platicó que su señora esposa, María<br />

Guadalupe Romo Limón también vivió en el barrio, pues su<br />

casa estuvo en la esquina de la calle <strong>del</strong> Águila y Josefa<br />

Ortiz de Domínguez. Fue en los paseos campestres a Malpaso,<br />

Peñuelas y Los Arquitos, donde la conoció y empezó a<br />

tratar; surgió el romance que después de tres años culminó<br />

en el altar <strong>del</strong> Santo Cristo de Triana, en el año de 1953.<br />

Formaron un hogar en medio de una atmósfera de amor,<br />

comprensión y apoyo mutuo y Dios les dio la bendición de<br />

trece hijos, de los cuales ya hay casados, por lo que han<br />

paladeado la doble paternidad por medio de sus nietecitos.<br />

Chuy fue ferrocarrilero, abarrotero, se fue a la aventura a<br />

Estados Unidos, luego regresó, se casó y tuvo tiendas de<br />

ropa en Sombrerete, Zacatecas, y en poblaciones de<br />

Guanajuato. Pero al retornar a su Aguascalientes, a su<br />

barrio de Triana, entró al ramo de la industria, en 1968, y<br />

159


se dedicó a la industria <strong>del</strong> plástico, haciendo bolsas de<br />

polietileno; el nombre de su industria es "Plasticentro";<br />

tiene una planta en el barrio de triana y otra en ciudad<br />

industrial. Trabajan en esta empresa más de cincuenta<br />

obreros a quienes considera como sus compañeros de labores,<br />

y es tal la cordialidad en sus centros de trabajo que<br />

muchos de sus obreros y obreras ahí se conocen, se hacen<br />

novios y se casan; todos se ven como familia.<br />

Jesús Jayme González murió en el barrio de Triana el 26 de<br />

diciembre de 1997 y recomendó a sus hijos y descendencia<br />

ser honestos, responsables y gente positiva.<br />

¡Chuy Jayme, ejemplo de honradez, laboriosidad y tesón para<br />

nuestras juventudes!” 52<br />

El tercero es “Jesús Romo Limón”, sobre él expone: “La idea<br />

de estas estampas de Triana al hablar de las personas que,<br />

partiendo de cero se han distinguido en nuestro barrio en<br />

las actividades que desarrollan, es de dar la clarinada a<br />

nuestra muchachada y decirles cómo, cuando se actúa con<br />

honestidad se puede llegar a destacar en la vida. Toca su<br />

turno a don José de Jesús Limón, prominente industrial<br />

dulcero.<br />

Me encamino a buscar a Chuy Romo Limón por esas calles de<br />

Dios <strong>del</strong> barrio donde cada piedra, cada casa, puerta o<br />

ventana, me hablan al oído de los días de mi infancia. Me<br />

dirijo a la calle <strong>del</strong> Águila, exactamente a la casa que fue<br />

de ese hombre todo corazón, mi tío Juan H. Ramírez, que es<br />

en donde Chuy Romo tiene su fábrica, así es que volví a<br />

recorrer las calles que me conducían al paraíso de la casa<br />

<strong>del</strong> tío, donde mis primos me esperaban con los brazos<br />

abiertos para jugar toda una mañana de verano en los<br />

corrales y escaparnos a la huerta de don Enrique Medina. En<br />

este mediodía, como si fuera un comité de recepción, en la<br />

52 Jesús Jayme González . Ibdem p. 123. Este texto también se publicó en Hidrocálido.<br />

Miércoles 6 de noviembre de 1985. secc. B. P. 2<br />

160


esquina de la calle <strong>del</strong> Águila y 16 de Septiembre, estaba<br />

un sobrino mío, hijo de Ricardo mi primo, y luego en la<br />

puerta de la casa de mi tía Josefina estaba Juan Francisco,<br />

y tuve la oportunidad de saludar a la tía Josefina; total:<br />

recibimiento emotivo en calle tan querida.<br />

A la una y media en punto llego a la fábrica de dulces<br />

Roli. Estaban descargando costales de azúcar en las<br />

oficinas de la señora Juanita, su hija. Estaban también<br />

empleados administrativos; en medio de ellos, pontificando<br />

como patriarca, José de Jesús Romo Limón, y <strong>del</strong> fondo de la<br />

casa surgía como himno al trabajo el ruido acompasado de la<br />

maquinaria y las voces de los obreros. En un privado nos<br />

pusimos a platicar Chuy y yo sobre su transcurrir en la<br />

vida y me dice: Yo nací el día 11 de agosto de 1923 en el<br />

rancho <strong>del</strong> Codo, municipio de Aguascalientes, casi en los<br />

límites con el estado de Jalisco, por el rumbo de El Llano,<br />

mis padres fueron don José Romo Amador, quien fue<br />

administrador <strong>del</strong> rancho, y doña Francisca Limón de Romo, a<br />

ellos Dios los bendijo con ocho hijos, a nosotros nos dio<br />

la dicha de ser varios hermanos, sus nombres: Sofía,<br />

Josefina, María Concepción, Guadalupe, María <strong>del</strong> Refugio,<br />

Aurora, y de los hombres: Bernardo y yo. Los hermanos<br />

grandes nacieron en el rancho pero se criaron aquí en<br />

Aguascalientes, en casa de mi abuelita.<br />

En lo que respecta a mi educación, el primer año de<br />

primaria lo hice en una escuela que se llamó Rosas de la<br />

Infancia, ubicada aquí en El Llanito, donde después estuvo<br />

la escuela Bartolomé de las Casas; el segundo año lo hice<br />

en una escuela <strong>del</strong> rumbo de Los Caleros, o sea La Purísima<br />

y <strong>del</strong> tercero al sexto en la escuela de mi rancho y<br />

recuerdo con respeto y agradecimiento a mis maestros:<br />

Josefina Quintero, María Dolores Mercado y Bernabé Mejía,<br />

este último era de los que sostenía que las letras con<br />

sangre entran, pues acostumbraba traer una varita de<br />

161


membrillo para disciplinarnos y nuestros padres nos<br />

entregaban con todo y todo, así es que no podíamos hacer<br />

reclamación alguna.<br />

El día 6 de diciembre de 1942 me vine definitivamente a<br />

Aguascalientes a trabajar yo tenía diecinueve años y el día<br />

7 empecé a laborar como dependiente en la tienda de<br />

abarrotes "La Especial", propiedad de don Rodolfo Ibarra,<br />

misma que estaba en la avenida Madero, frente al Sindicato<br />

Ferrocarrilero, exactamente frente a la calle General<br />

Barragán, antes Persia. Ahí duré cuatro meses, pues el día<br />

28 de marzo de 1943 con un capital de quinientos pesos,<br />

empecé a trabajar en la tienda de mi propiedad que llamé<br />

"La Imperial", ubicada en la esquina norte de Josefa Ortiz<br />

de Domínguez y calle <strong>del</strong> Águila. Por lo corto <strong>del</strong> capital,<br />

tenía que ir diario, unas tres veces, al centro para<br />

proveerme de los diez kilos de azúcar y arroz porque se me<br />

acababa".<br />

Le comento a Chuy que en esa época lo conocí pues íbamos la<br />

parvada de escuincles a comprarle dulces. Sigue él hablando<br />

y nos dice que duró catorce años de abarrotero y que en<br />

febrero de 1956 ó 1957 traspasó la tienda para atacar el<br />

giro de la venta de dulces; puso su dulcería en la calle<br />

Victoria en donde duró siete años; luego cambió su local a<br />

la calle Cinco de Mayo junto a donde fue "La Quemazón", ahí<br />

duró diez años y enseguida se dedicó a la fabricación de<br />

dulce.<br />

No cabe duda que las mujeres impulsan a los hombres para<br />

mejorar y apoyarlos en sus empresas. Chuy Romo Limón rinde<br />

homenaje a su esposa, doña Juana María Alvarez Medina, al<br />

decir que fue ella la de la idea de la fábrica de dulces y<br />

narra que esta industria nació así: -Una ocasión, un señor<br />

procedente de una ciudad vecina me vino a vender unos<br />

dulces de tamarindo enchilado y yo pensé que no tendrían<br />

éxito, pero cuál sería mi sorpresa, que se vendían como pan<br />

162


caliente, al grado que mi proveedor no me daba abasto y<br />

entonces Juanita me dijo: vamos haciendo los dulces yo le<br />

traje un costal de azúcar, tamarindo, chile, papel celofán<br />

para envolverlos y bolsas para llenarlas de dulces. Todo<br />

esto con un costo de ciento veintisiete pesos, fue nuestro<br />

capital inicial y Juanita, en la estufa de la casa, empezó<br />

a hacer la prueba. Al principio la mayor parte se echaba a<br />

perder, hasta que por fin supo darle el punto. Los primeros<br />

obreros fueron chiquillos <strong>del</strong> barrio que ayudaban y las<br />

ventas fueron buenas y así, a trece años de inicio, la<br />

fábrica, sin ser grande, ha crecido mucho; la cartera de<br />

clientes abarca Chihuahua, La Laguna, Durango, Zacatecas,<br />

San Luis Potosí, Aguascalientes y también Tijuana. La<br />

maquinaria es moderna, tiene disolvedoras de azúcar a<br />

vapor, ahí hace mezcla de azúcar y glucosa; hay tinas de<br />

reposo, tuberías para fabricar caramelo y darle distinta<br />

contextura, luego sabor, color y forma. Fabricamos cuarenta<br />

tipos de figuras de caramelo, entre ellas, paletas de<br />

sabores, colación de Navidad, frijolitos, lagrimitas,<br />

caramelos de menta que son <strong>del</strong>iciosos, así como de nuez y<br />

cacahuates garapiñados y salados. Actualmente he contratado<br />

los servicios de un maestro dulcero para mejorar mi<br />

industria.<br />

Ahora Chuy nos abre las puertas de su hogar para darnos una<br />

asomadita y comer. Mi esposa, como ya dije, es Juana María<br />

Alvarez Medina de Romo, yo la conocí aquí en el barrio,<br />

ella vivía en la calle de Leona Vicario y la veía cuando<br />

pasaba a misa al Encino; nos hicimos novios y nos hemos<br />

amado mucho. Nos casamos a los pies <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino el<br />

día 24 de septiembre de 1955 y ante él nos volvimos a<br />

casar ahí celebramos las Bodas de Plata. Tenemos dos hijos:<br />

Yolanda Concepción y José de Jesús; nosotros cuatro, bajo<br />

la égida <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino formamos una familia feliz,<br />

amándonos profundamente y sintiéndonos hijos <strong>del</strong> Santo<br />

163


Cristo de Triana a cuya sombra aprendimos la doctrina<br />

cristiana, y él nos ayuda en nuestra vida de comercio y de<br />

industria, él es nuestro patrón.<br />

Nos despedimos de la familia Romo Alvarez y nos quedamos<br />

pensando filosóficamente, mientras saboreamos sus<br />

cacahuates garapiñados, cuánta alegría proporcionan sus<br />

dulces a los niños, también en más de alguna ocasión palió<br />

con sus dulces las amarguras de la vida. Así nos retiramos<br />

cavilando al caminar por las calles de Triana.” 53<br />

El capítulo VI está dedicado a “Los toreros de Triana”<br />

artífices de una tradición de la que gusta mucho el<br />

licenciado Villalobos Ramírez. El primer biografiado es:<br />

“Arturo Muñoz Nájera. La Chicha” de quien resalta que: “La<br />

fiesta de los toros tiene pilares sólidos: un grupo de<br />

gente que sale tarde tras tarde detrás de los matadores,<br />

partiendo plaza; éstos son los peones de brega o<br />

subalternos, así como los picadores. El peón de brega, en<br />

cuanto sale el toro por la puerta de chiqueros, es quien da<br />

la bienvenida con el capote, centrando al animal y<br />

corriéndolo por un lado y el otro para que el matador en<br />

turno vea las facultades <strong>del</strong> toro que le ha tocado en<br />

suerte; hay ocasiones en que los peones de brega son<br />

verdaderos ángeles de la guarda en el ruedo, protegiendo a<br />

sus matadores de la probable cornada con sus oportunos<br />

quites. Ahora, vamos a hablar de un gran señor entre las<br />

infanterías taurinas, magnífico peón de Brega, don Arturo<br />

Muñoz, La Chicha.<br />

Corría el año de gracia de 1914, el día primero de julio,<br />

cuando en la calle de Colón, en la casa marcada con el<br />

número ciento cincuenta y siete, pasando la calle de<br />

Abasolo, en el corazón <strong>del</strong> barrio de Triana, nació un niño,<br />

hijo de don Bernardo Muñoz Reyes y de doña María Nájera<br />

53<br />

Jesús Romo Limón. Ibdem p. 126. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Lunes 3 de<br />

noviembre 1986. secc. b p. 3<br />

164


López, quien recibió las aguas lústrales en la parroquia<br />

<strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino y a quien se le puso por nombre<br />

Arturo. Andando el tiempo fue el magnífico peón conocido<br />

como La Chicha. Grande fue la alegría de los abuelos<br />

paternos, don Luis Muñoz y doña Librada y no se quedaron a<br />

la zaga los maternos, don Víctor Nájera y doña Francisca<br />

López López, cuando nació este nietecito más.<br />

Fueron hermanos de Arturo: Luis, Consuelo, Amparo, Carmen,<br />

Mercedes y Bertha. Fueron amigos de barrio de La Chicha los<br />

hermanos Serena, sobrinos de Roberto Díaz; los Velasco,<br />

hijos de don Pedro, el dueño de "La Bicicleta", tienda de<br />

abarrotes; José Reyes, hermano <strong>del</strong> sastre don Pedro. Con<br />

todos ellos pasó una infancia feliz. Arturo quedó huérfano<br />

de padre, se fue a vivir a la casa de su abuelita materna<br />

de su tío, el licenciado Delfino Nájera, en la esquina de<br />

las calles de Enlace y Colón.<br />

Arturo Muñoz estuvo en parvulitos en la escuela José María<br />

Chávez; posteriormente hizo su escuela primaria con el<br />

profesor don Sostenes Olivares; fue compañero de Antonio y<br />

Fernando Topete <strong>del</strong> Valle, Saúl Várela Quezada, Pastor<br />

Hurtado Padilla, Rodrigo <strong>del</strong> Valle y otros más.<br />

En 1928 ingresó a la escuela Preparatoria <strong>del</strong> Estado; eran<br />

sus <strong>contemporáneo</strong>s Roberto Órnelas, Roberto Muñoz, El<br />

Pulgo, Antonio Valdez, Manuel Jiménez, Tata Gildo, Leoncio<br />

y Javier Jiménez Díaz, Jorge Jirash, Ángel Dorronsoro, José<br />

Ramírez Gámez y muchos más.<br />

Arturo conoció el gusanillo de la fiesta de los toros, en<br />

virtud de que ahí en la calle Colón vivió el torero de San<br />

Juan de Los Lagos, José Flores, Joselito, primo <strong>del</strong> Doctor<br />

Pedro de Alba, y que taurinamente se hizo aquí en<br />

Aguascalientes. A él lo veía con su vestido de luces para<br />

ir a las corridas y fue tan buen torero Joselito, que<br />

cuando El califa de León, don Rodolfo Gaona, se retiró de<br />

la fiesta de los toros y Rafael Saldaña Verduguillo,<br />

165


cronista taurino, le dijo a Gaona que dejaba un gran hueco,<br />

El Califa comentó que no, que ahí estaba Joselito, quien<br />

era un magnífico torero. Arturo Muñoz quiso emular a<br />

Joselito y como su abuelita siempre tenía vacas y becerros<br />

en su casa, ahí empezó a torear estos animales. Arturo veía<br />

con cierta envidia que El Chino <strong>del</strong> Valle y Calesero ya<br />

estaban toreando porque habían formado una cuadrilla, y<br />

aunque él les decía que lo invitaran a participar como<br />

banderillero, nunca lo aceptaron y le dio sentimiento.<br />

Siendo La Chicha estudiante preparatoriano, ahí se organizó<br />

una pachanga taurina, en la cual participó como<br />

banderillero, ya que por medio de un volado le ganó el<br />

puesto de matador Pepe Ramírez Gámez, a quien le decían La<br />

Chicha y resulta que un compañero de ellos, Luis Alonso,<br />

trasladó este apodo a Arturo Muñoz. En dicha pachanga<br />

taurina, puso tres pares de banderillas a todo dar, y El<br />

Calesa que estaba de espectador, bajó al ruedo y lo<br />

felicitó y le ofreció incluirlo en su cuadrilla. A los diez<br />

días de la pachanga estudiantil, don Romualdo, un bolero<br />

<strong>del</strong> Parían, que asociado de don Daniel García, querían<br />

verlo, por lo que Arturo acudió a la imprenta de don Daniel<br />

García en la primera cuadra de la calle Alvaro Obregón;<br />

éste le ofreció, después de las presentaciones de rigor,<br />

incluirlo en una novillada en la Plaza San Marcos, alternó<br />

con un tal Carmelo, a quien por cierto le fue muy mal, y él<br />

salió airoso <strong>del</strong> compromiso. Esto aconteció en el año de<br />

1928. Tuvo una segunda actuación en que toreó en compañía<br />

de un muchacho llamado Ernesto García, El Cara Alegre, y<br />

fue su presentación, beneficio y despedida de dicho<br />

muchacho, a quien también le fue muy mal en la novillada,<br />

mientras que él, Arturo, cortó dos orejas triunfando en<br />

toda la línea. En abril de 1928 los estudiantes organizaron<br />

un festival taurino para obtener fondos y cooperar para los<br />

gastos <strong>del</strong> vuelo México-Washington que realizó el piloto<br />

166


aviador Emilio Carranza, para lidiar cuatro novillos de<br />

Peñuelas; en esta ocasión, Arturo estuvo pesado con la<br />

espada y se le fueron los apéndices.<br />

El día 30 de mayo <strong>del</strong> mismo año, lo invitó a torear como<br />

matador a la Plaza de Fresnillo, Alfonso Ramírez Alonso,<br />

quien en aquellos años era El Cabezón y por circunstancias<br />

muy especiales, en dicha corrida La Chicha mató los cuatro<br />

toros.<br />

Arturo Muñoz sólo estuvo dos años en la preparatoria y por<br />

el mal de montera lo hizo cortar sus estudios con el<br />

disgusto de su tío, el licenciado don Delfino Nájera, quien<br />

le leyó la cartilla y lo mandó al rancho <strong>del</strong> Duraznillo,<br />

que era una de las propiedades familiares, para que fuera<br />

agricultor, y hasta allá lo iba a buscar Calesero para irse<br />

a torear con él a los pueblos circunvecinos. En aquel año<br />

de 1930, hubo aquí en Aguascalientes como unos dieciocho<br />

jóvenes que aspiraban a ser toreros y sólo Alfonso y él lo<br />

lograron.<br />

La Chicha recuerda cómo el día primero de febrero de 1932,<br />

banderilló estupendamente a unos torazos en la Plaza de<br />

Encarnación de Díaz, Jalisco y cuando iba a banderillear a<br />

uno de esos toros, Salvador Correa y Eduardo Moreno,<br />

banderilleros fogueados, quisieron hacer lo suyo, según<br />

ellos para que no fuera a golpear el toro a la Chicha, pero<br />

el caso fue que los dos fueron golpeados y Arturo tuvo que<br />

banderillearlo luego de brindar un par a don Samuel<br />

Villalobos. Fue tal el regocijo de la gente que le<br />

aventaron monedas al ruedo y juntó setenta y dos pesos;<br />

pero además cuál sería su alegría, pues al recoger su<br />

montera, se percató de que don Samuel Villalobos le dio un<br />

billete de cincuenta pesos y con esto se sintió el hombre<br />

más rico <strong>del</strong> mundo.<br />

Arturo Muñoz La Chicha propiamente fue banderillero y como<br />

tal actuó en la plaza de La Condesa, en México, en las<br />

167


cuadrillas de Ricardo Torres y Heriberto García También<br />

actuó en el coso de Insurgentes con Calesero y Rafael<br />

Rodríguez.<br />

En su vida taurina, La Chicha, fue dos veces a la Península<br />

Ibérica, acompañando al Calesa, y recuerda cómo en una<br />

ocasión, toreando en Lisboa, también actuaba el torero<br />

español Pepín Martín Vázquez, quien dentro de su cuadrilla,<br />

traía un banderillero llamado Joaquín Delgado,<br />

Joaquincillo, que al ir a poner un par de banderillas las<br />

colocó y al salir, como el piso estaba mal, se resbaló y<br />

entonces Arturo, a cuerpo limpio le hizo el quite <strong>del</strong> toro,<br />

que estaba a punto de cornarlo. Como el quite fue a cuerpo<br />

limpio, sintió muy bonito que se acercara después<br />

Joaquincillo con él y le dijera: -¡Olé el arte, qué buenos<br />

toreros hay! Permíteme agradecerte con un abrazo-, esto en<br />

medio <strong>del</strong> aplauso entusiasta <strong>del</strong> respetable.<br />

En Madrid no hubo suerte para el Calesa, no así en la plaza<br />

de la Real Maestranza de Sevilla, en la que el Calesero<br />

toreó como príncipe y la gente le aplaudió muchísimo, en<br />

esa plaza, Calesero dio la alternativa a El Yoni y siempre<br />

que pensaba en Sevilla le traía a la mente gratos<br />

recuerdos.<br />

Arturo Muñoz, La Chicha, fue testigo de las hazañas de<br />

Alfonso Ramírez Calesero, cuando alternó con Manuel<br />

Rodríguez, Manolete, El monstruo de Córdoba, el día 17 de<br />

noviembre de 1946, en la Plaza de Torreón, toreando con el<br />

maestro Fermín Espinoza Armillita. Calesero estuvo en plan<br />

arrollador y también presenció el 25 de enero de 1947, la<br />

hazaña de Alfonso en la Plaza de Orizaba, Veracruz, en que<br />

alternaron con Fermín, Rivera y Manolete, que ahí realmente<br />

estuvo imponente en sus dos toros y fui cuando se dio lo de<br />

la anécdota <strong>del</strong> Himno Nacional.<br />

En la vida torera, La Chicha recuerda tres toros imponentes<br />

por su fiereza, uno que toreo Domingo Ortega, en la Plaza<br />

168


de Zaragoza, España, el día 18 de mayo de 1946, otro de<br />

Luis Miguel Dominguín, en una corrida de La Prensa, en la<br />

Monumental Madrid, el jueves 13 de junio de 1946 y que fue<br />

un toro de Atanasio Fernández, que le brindo al general<br />

Francisco Franco; y el tercero, un toro que le tocó a El<br />

volcán de Aguascalientes, Rafael Rodríguez, en la Plaza<br />

Monumental de Morelia, el día 8 de mayo de 1949, alternando<br />

con Lorenzo Garza y El Chinito, Luis Briones; este toro fue<br />

de tanta fiereza y peligrosidad que ni don Zenaido Espinoza<br />

le pudo dar un capotazo, y cuando salió don Felipe Mota a<br />

picarlo, le dio cuatro pullazos pero le mató el caballo; y<br />

entonces Rafael salió a torearlo y el toro se llevaba parte<br />

<strong>del</strong> traje de luces, pero a pesar de todo le hizo un faenón,<br />

en el que se le concedieron las orejas, el rabo y una pata.<br />

Estos tres peligrosísimos toros siempre los tendrá en su<br />

mente La Chicha, como si estuvieran grabados al agua<br />

fuerte.<br />

Don Arturo Muñoz también recuerda cómo el 11 de noviembre<br />

de 1963, en la Plaza de Toros El Renacimiento, en<br />

Teocaltiche, Jalisco, toreando con Capetillo y Bernardos,<br />

en un mano a mano, con toros de Santacilia. Don Juan<br />

Espinoza le pidió que pusiera un par de banderillas "a la<br />

vueltecita", esto consiste en darle la vuelta a la plaza<br />

gallando al toro, y al cerrar la vuelta, clavar las<br />

banderillas; lo hizo y fue una hazaña apoteótica la de La<br />

Chicha.<br />

El día 24 de abril de 1966, sin previo aviso y toreando en<br />

la Plaza de Toros San Marcos una corrida de Valparaíso, en<br />

la que los matadores fueron Capetillo, Raúl García, el<br />

finito, Arturo Muñoz se retiró para siempre de las<br />

infanterías taurinas. La Chicha siempre será torero y<br />

prueba de ello es que estuvo en el biombo de la autoridad<br />

en la monumental de Aguascalientes, fungiendo como el Señor<br />

Juez y dirigiendo la lidia de las corridas.<br />

169


Arturo Muñoz Nájera contrajo matrimonio el día 17 de<br />

febrero de 1944, con doña Aurora Martínez Amador y<br />

procrearon siete hijos: Alfredo, Arcelia, Pilar, Luis<br />

Miguel, Olga, Bernardo y Angélica.<br />

Fiel devoto <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, no pasaba mes sin que<br />

fuera a oír misa con el Santo patrón <strong>del</strong> barrio y esperaba<br />

el 13 de noviembre para postrarse de rodillas ante quien<br />

presidió toda su vida y lo auxilió en su vida de torero.<br />

Chicha hizo el paseíllo definitivo para comparecer ante el<br />

Juez Supremo el día 13 de agosto de 1997; a partir de este<br />

día, desde el cielo dirige las corridas de toros de este<br />

hermoso Aguascalientes.” 54<br />

De “Alfonso Pedroza Macías, La Grípa”, dice: “Cuando en la<br />

Plaza de Toros veía uno a un peón de brega, todo coraje,<br />

entusiasmo y conocimiento amplio <strong>del</strong> toro y sus tendencias,<br />

gran banderillero, se adivinaba que se trataba de don<br />

Alfonso Pedroza Macías, ampliamente conocido en los medios<br />

taurinos como La Gripa.<br />

Alfonso Pedroza Macías, también torero de Triana, nació el<br />

día 13 de agosto de 1919 en la calle <strong>del</strong> Sol, en la casa<br />

marcada con el número doce; hoy la calle <strong>del</strong> sol lleva el<br />

nombre de la sabia maestra Enriqueta González Goitia. Los<br />

padres de Alfonso lo fueron don Exiquio Pedroza Nájera y<br />

doña Matilde Macías; su abuelo materno fue don Luciano<br />

Macías, dueño de la fábrica de cigarros "La Tarasca", la<br />

cual estuvo ubicada en la esquina de las calles de<br />

Washington y <strong>del</strong> Sol. Entre los familiares de Alfonso<br />

estaba el señor profesor don Guadalupe Nájera Jiménez,<br />

quien fue director nacional de Normales en el país, cuando<br />

era presidente de la República don Adolfo Ruiz Cortines. La<br />

Gripa nos contó que de chiquillo asistió a un kinder que<br />

tenían unas señoritas profesoras, frente a la escuela<br />

54 Arturo Muñoz Nájera. La Chicha. Ibdem. P. 129. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido. Jueves 7 de noviembre 1985. secc. b p. 3.<br />

170


Benito Juárez, en la calle Ancha, en el Encino, y la<br />

primaria la hizo en la José María Chávez y en la Federal<br />

Tipo, bajo la dirección de mi padre, el profesor Faustino<br />

Villalobos; pero el mismo Alfonso reconoce que de pequeño<br />

fue demasiado inquieto, pues por andar ya con la afición<br />

taurina no terminó sus estudios primarios.<br />

Sus amigos <strong>del</strong> barrio fueron los hermanos Sánchez: Alfonso,<br />

Ángel, Salvador y Miguel, así como Jesús y Toño Alba, todos<br />

acudían a jugar a un edificio que fue propiedad de su<br />

abuelo y que donó a la Unión de Mecánicos, que estaba en la<br />

calle de Washington.<br />

Era chavalillo cuando fue llevado por su tío Ignacio a la<br />

Plaza de Toros San Marcos, a <strong>presencia</strong>r una corrida y como<br />

le gustó ver torear a los jóvenes toreros, Calesero y a su<br />

primo La Chicha y al charro Mariano Esparza, después de<br />

esta vacuna de afición su alegría fue andar con los toreros<br />

de Triana, descuidando sus estudios en la escuela.<br />

El apodo de La Gripa lo heredó de sus hermanos, Ezequiel y<br />

Delfino, a quienes así les llamaban en la escuela; a<br />

propósito, tenía otros tres hermanos aparte de estos dos:<br />

Esther, Juan y Exiquio.<br />

Una de las primeras actuaciones taurinas de Alfonso fue<br />

hacer la "suerte de Tancredo", y lo hizo aquí en la San<br />

Marcos, luego en Villa García, acompañando al charro<br />

Mariano y a una torera que le decían La Rubia, quien<br />

alternaba con La Serranita.<br />

Alfonso platicaba con mucha gracia que, en una ocasión en<br />

que su mamá tanteó que se iba a la Plaza de Toros para<br />

hacerla de Tancredo, en una corrida a beneficio, para<br />

enladrillar los andadores <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino, le quitó<br />

toda la ropa dejándolo en calzoncillos porque no era de su<br />

agrado que Alfonso anduviera en estas danzas; pero este,<br />

aprovechando que su mamá salió a platicar con una vecina,<br />

ni tardo ni perezoso se puso una camisa y pantalones de uno<br />

171


de sus hermanos más grandes, y aunque le quedaban holgados,<br />

¡pélale!, y se le fugó de la casa. Cuando Alfonso cuenta<br />

esto suelta la carcajada y dice: -Y llegando a la Plaza me<br />

vistieron de blanco y la patada y a hacerla de Tancredo- y<br />

vuelve a carcajearse, disfrutando de su recuerdo. Nos dijo<br />

que entonces tenía nueve años y que en esa corrida por<br />

primera vez banderilló y lo hizo bien; José Dávalos,<br />

Silveti Segundo, que estaba toreando, le soltó la muleta y<br />

el estoque y no pudo con ellos por ser demasiado el peso.<br />

La Gripa se fue a vivir a la Ciudad de México y allá toreó<br />

en dos ocasiones en la placita La Morena; en la primera<br />

ocasión le fue bien, pero en la segunda llegó tarde y le<br />

soltaron un animal muy toreado y no pudo hacerle mayor<br />

cosa.<br />

A su regreso de México anduvo toreando en ganaderías como<br />

Peñuelas y Garabato siempre entrenando.<br />

Su primer novillada en la San Marcos fue el 17 de febrero<br />

de 1948 y alternó con Ignacio Cruz Ortega, Pablo<br />

Covarrubias, Alejandro Cazares; El Travao, Juventino Mora y<br />

con José Dante Amato; los novillos fueron de Peñuelas. En<br />

esta corrida La Gripa cortó orejas y rabos. Después, Chito<br />

Ramírez lo incluyó en la primer novillada de Feria el 18 de<br />

abril de 1948, alternando con Nacho Treviño, tío de<br />

Humberto Moro, y con Fernando López, El Torero de Canela;<br />

en esta ocasión cortó una oreja. Repitió la hazaña el 5 de<br />

mayo de ese año, toreando con Juan Estrada y Nacho Cruz<br />

Ortega; en esa novillada cortó orejas y rabo.<br />

Alfonso recuerda un festival en la San Marcos, en que lo<br />

aporreó un toro. Toreaba Luis Barajas, su cuñado Pepe<br />

López, Rafael Rodríguez y un ferrocarrilero apellidado<br />

Higareda, dice: -Estaba toreando un bueyazo de Garabato y<br />

al estarle instrumentando un farol invertido, me dio una<br />

tunda pero buena, me agarró y ¡venga!, me lastimó las<br />

costillas-. Sin embargo, a los ocho días toreó en la México<br />

172


una corrida de Piedras Negras. La cornada que más lo<br />

lastimó fue una que le infirió un toro en Jesús María que<br />

quedó al descubierto la safena.<br />

En plan de novillero toreó en la México varias veces, pero<br />

él mismo aceptó que cometió errores al embroncarse con el<br />

público y firmar una carta contra el doctor Gaona; esto le<br />

cerró el camino para llegar a ser matador; aquí, Chito<br />

Ramírez le negó la alternativa y entonces se dedicó a ser<br />

banderillero y de los buenos, duró en es modalidad 29 años.<br />

Fue muchos años subalterno de Calesero pero también figuró<br />

en las cuadrillas de Alfredo Leal, de Moro, de un torero<br />

español Pablo Lozano, que ahora apodera a José María<br />

Manzanares; de Rafael Rodríguez, de Antonio Velázquez, de<br />

Eloy Cavazos, de Curro Rivera, de Manolo Martínez y de<br />

otros. Su última corrida la toreó en 1984 en Puerto<br />

Vallarta, en su calidad de subalterno, con los hermanos<br />

Sánchez, Luis Fernando y Ricardo.<br />

Debido a la calvicie prematura de La Gripa, lo hacían que<br />

se quitara la montera, como se veía un tanto chusco no<br />

faltó quien le gritara: -Pelones pero cantadores-.<br />

De las estampas de su infancia en Triana recuerda una<br />

ocasión en que por la noche se iba a subir por la fachada<br />

de la parroquia un hombre-mosca y hasta tenían reflectores<br />

y de pura puntada La Gripa se subió antes que éste y cuando<br />

consumó su hazaña y quien andaba con el hombre-mosca, le<br />

dio un "entre de cocos".<br />

Don Alfonso Pedroza se casó en 1960 con doña María de los<br />

Ángeles López; procrearon tres hijos, dos varones y una<br />

mujer; vivió feliz con ellos en su retiro taurino.<br />

Después de dejar la fiesta de los toros su ocupación<br />

matutina fue de taxista. Cuando entrevisté a La Gripa para<br />

hacer esta semblanza de su vida, me di cuenta que tenía<br />

fluidez y chispa en su conversación.<br />

173


Don Alfonso Pedroza Macías acudió al llamado <strong>del</strong> Señor el<br />

día 25 de octubre de 1995. En paz descanse y ¡ole,<br />

Gripa!” 55<br />

También destaca a “Valdemaro Ávila Díaz”, de él dice:<br />

“Calle de José María Chávez, calle de camino real, calle<br />

que envuelve leyenda y misterio de la época colonial; tú<br />

has dado a Triana toreros y fue tu seno, el 21 de mayo de<br />

1923, en la casa marcada con el número ciento cuarenta y<br />

cuatro, el hogar de don José Ávila Macías y de doña Sara<br />

Díaz, en donde sus moradores se llenaron de la santa<br />

alegría por haber nacido un hijo varón, al que en días<br />

posteriores llevaron a la pila bautismal, junto al Santo<br />

Cristo de Triana, y le impusieron por nombre, Valdemaro.<br />

Valdemaro Ávila Díaz, hijo de don José Ávila Macías y de<br />

doña Sara Díaz Reyes, solo tuvo una hermana, Carmen, nombre<br />

muy ligado con la fiesta de los toros. ¡Carmen la de<br />

Triana! Y actualmente es maestra.<br />

La infancia de Valdemaro fue feliz, rodeado <strong>del</strong> cariño de<br />

su familia y amigos, como Manuel Valdez Jiménez, jugando en<br />

la entonces pacífica calle de José María Chávez, al trompo,<br />

balero, canicas y, por supuesto, al toro, con cuernos<br />

conseguidos en el rastro. Sus escuelas fueron, la José<br />

María Chávez y la Benito Juárez, enclavadas en el barrio de<br />

Triana, así como la Melquíades Moreno. Recuerda con mucho<br />

gusto la época cuando en quinto y sexto de primaria fue<br />

alumno de la maestra Chole Alonso, a quien guarda gratitud<br />

y afecto en su corazón. La maestra vive en la esquina de<br />

las calles de Díaz de León y la plazuela de Triana. Después<br />

de esos años, acudió al Instituto de Ciencias, nuestra<br />

amada Prepa.<br />

Siendo estudiante, Valdemaro un buen día se encontró con<br />

los hermanos Julián y Ramón Rodarte, maestros de muchas<br />

55 Don Alfonso Pedroza Macías. La Gripa. Ibdem. P. 134. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido. Viernes 8 de noviembre 1985. secc. b p. 3.<br />

174


generaciones de aspirantes a torero, allá por los años<br />

treinta, y les dijo que él quería ser torero; lo aceptaron<br />

y le enseñaron los principios <strong>del</strong> toreo. En una ocasión en<br />

que Julián organizó las corridas de la Feria de Tepezalá,<br />

Valdemaro se enfrentó a los toros en calidad de<br />

banderillero; posteriormente, José Davalos, Silveti II, lo<br />

llevó a otras plazas ya como matador, pero realmente fueron<br />

pachangas taurinas.<br />

La primer corrida formal de Valdemaro fue en Sombrerete,<br />

Zacatecas y alternó con José Dávalos, Silveti II y le fue<br />

bien en dicho festejo.<br />

Fue ya hace muchos abriles, cuando Valdemaro Ávila ofreció<br />

las primicias de toreo a los paisanos, en la plaza de toros<br />

San Marcos; alternó con Alejandro <strong>del</strong> Hierro y Enrique<br />

Laison, con toros de Presillas y fue una corrida en la cual<br />

triunfó.<br />

La plaza de toros de San Luis Potosí cambió los rumbos<br />

toreros de nuestro trianero, lo invitaron a participar en<br />

una corrida de beneficio en la que alternó Valdemaro con El<br />

Califa de León, don Rodolfo Gaona, Samuel Solís, Raúl<br />

Iglesias, Gregorio García y Julián Rodarte; al maestro<br />

Gaona le llamó la atención el buen toreo de Valdemaro y,<br />

por medio de Samuel Solís, lo citó para platicar y le<br />

ofreció ayudarlo para ser buen torero, ofreciendo<br />

proyectarlo en la Plaza de Cuatro Caminos. Se lo llevó a<br />

México, pero la verdad, según nos cuenta Valdemaro, fue<br />

para servir en el frontón al maestro recogiendo bolas que<br />

se les iban; realmente El Califa no lo ayudó.<br />

Al estar en México, Valdemaro iba a la Plaza de Cuatro<br />

Caminos a practicar, ahí lo vio el cronista taurino Don<br />

Difi, y por medio <strong>del</strong> banderillero yucateco Arisqueta, lo<br />

mandó llamar y le dijo que si quería ser torero él le<br />

ayudaría, siempre y cuando que José Avila, su papá, enviara<br />

una carta de consentimiento para poder manejar sus<br />

175


intereses taurinos. Don José dio su anuencia y don Difi fue<br />

el padrino de Valdemaro pues en menos de quince días toreó<br />

en Cuatro Caminos, el primer año tuvo siete corridas y al<br />

siguiente cinco; pero se le consideraba novillero puntero<br />

entre Luis Briones, Procuna y Arturo Fregoso. A Valdemaro<br />

le ofrecían la alternativa, pero don Difi declinó porque<br />

vio que era conveniente que toreara más.<br />

Posteriormente, Valdemaro emigró para América <strong>del</strong> Sur y<br />

estableció su cuartel general en Lima, Perú; toreó en<br />

plazas de Venezuela, Colombia y Ecuador. En Lima, recibió<br />

una cornada fuerte que le dejó al descubierto la safena;<br />

duró encamado 22 días y ya reestablecido siguió toreando.<br />

Fue en la Plaza de Toros de Lima, en 1948, en donde recibió<br />

la alternativa de manos de Domingo Ortega, alternativa que<br />

no confirmó en México.<br />

La última corrida que toreó fue en la Plaza México,<br />

alternando con Rafael Rodríguez y Manuel Capetillo, y a<br />

pesar de haber estado bien, el público no le respondió pues<br />

la gente estaba entusiasmada con Rafaelillo, otra de<br />

nuestras glorias. Entonces creyó que era el momento<br />

oportuno de retirarse, dejando pendientes dos contratos en<br />

la México y nueve en plazas <strong>del</strong> interior, con la<br />

consiguiente mortificación de don Difi.<br />

Actualmente, Valdemaro se dedica al comercio de vinos y<br />

licores; ha formado un agradable y provinciano hogar con su<br />

esposa, Esthela Delgado Delgado, originaria de Villa<br />

García, Zacatecas, y con sus hijos: María Esthela, Sara<br />

Luz, Rosalba, Valdemoro, Gerardo y Norma Angélica.<br />

El cariño de Valdemaro Avila para el señor <strong>del</strong> Encino es de<br />

lo más grande de su ser, ya que vivió frente a la parroquia<br />

y fue monaguillo y campanero, le impresionaba mucho el<br />

toque de misa de difuntos. Ahora, desde el ruedo de la<br />

vida, brinda las faenas de su quehacer al Santo Señor <strong>del</strong><br />

Encino.<br />

176


¡Ole, torero!” 56<br />

Otro torero fue “Fernando Brand Martínez” de quien dice:<br />

“En Triana, familia de sabios fue la de los Brand Sánchez<br />

quienes se forjaron bajo la dirección y calor de su tía<br />

casi madre, la señorita profesora Quetita González Goitia.<br />

De niño recuerdo con admiración y respeto a Humberto, quien<br />

fue mi maestro; pues bien, dentro de esta familia también<br />

tocaron las panderetas y castañuelas; también hubo un<br />

coletudo.<br />

Un hermano de mi maestro Humberto, Fernando, contrajo<br />

matrimonio con una señorita originaria de Teocaltiche,<br />

Caritina Martínez Ordorica, y fundaron un hogar en la calle<br />

de Minerva, hoy Profesora Vicenta Trujillo, dentro <strong>del</strong><br />

barrio de Triana; en este matrimonio hubo tres hijos,<br />

Bertha, Martha y Fernando; sí señores, Fernando Brand<br />

Martínez, otro de los exponentes de la torería Trianera.<br />

Fernando Brand Martínez nació en el barrio <strong>del</strong> sur el día 8<br />

de febrero de 1930 y también bajo el amparo <strong>del</strong> Cristo<br />

negro de Triana recibió las aguas lústrales.<br />

Los amigos de infancia no se pueden olvidar cuando uno hace<br />

recuerdos <strong>del</strong> pasado; Fernando no es la excepción, y nos<br />

dice cómo considera casi hermanos a Ramoncito Morales<br />

Padilla, que en paz descanse; a José de la Torre, hermano<br />

de un dentista a quien nuestra gente le decía La Cotorra;<br />

así como Francisco Iriarte El Buchacón, todos ellos<br />

compañeros de correrías y acuden a su mente las<br />

incursiones, no muy legales, a esos edenes de verano, que<br />

fueron las huertas de Triana. Fernando cursó su primaria en<br />

el Colegio Motolinía que dirigió Jesusita Aguilar, con sus<br />

maestras Rafaelita y María Jiménez Díaz, Conchita Loy y<br />

Mañanita García, para quienes tiene sentimientos de<br />

gratitud; y luego pasó a estudiar el primero de secundaria<br />

56<br />

Valdemar Avila Díaz. Ibdem. P. 137. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Sábado 9<br />

de noviembre de 1985. secc b p.3.<br />

177


en el colegio Independencia que fundó mi tío abuelo, el<br />

profesor José Ramírez Palos; Fernando fue condiscípulo de<br />

Jesús, mi hermano, y recuerda también con cariño a los<br />

maestros Enriqueta González Goitia, Chabela Jiménez Díaz,<br />

Faustino Villalobos López, José Ramírez Palos y los<br />

licenciados Pastor Hurtado y Humberto Brand.<br />

Toda la vida ha estado inmerso en el mundo de la fiesta<br />

brava, pues su padre, Fernando Brand Sánchez, fue un<br />

magnífico aficionado y lo llevaba de la mano a los toros,<br />

no únicamente aquí a la San Marcos, sino que también a<br />

plazas como las de la Chona, Teocaltiche, San Luis Potosí y<br />

Guadalajara.<br />

Fernando Brand Martínez nos contó su vida torera: tenía<br />

ocho años de edad; jugaba con sus amigos en la calle Colón<br />

al toro y en una de esas pasó Pancho Morones que vivía<br />

frente al jardín, junto a la casa <strong>del</strong> Señor Obispo López, y<br />

los incitó diciéndoles: -No, hombre, ¡muy toreros! En el<br />

corral de la casa tengo una becerra brava, a ver quién le<br />

entra-. Fernando, ni tardo ni perezoso, dijo: -Vamos a<br />

darle- y así se enfrentó a su primer cornúpeta. Su fama<br />

corrió en el barrio, los hijos de don Canuto, el lechero,<br />

lo invitaron a los corrales de su casa a torear otros<br />

animales y <strong>del</strong> rastro a seguir toreando.<br />

El día 15 de agosto de 1944, cuando tenía catorce años,<br />

toreó en una pachanga que organizó el Curro Ávila con<br />

motivo de la campaña política de don Roberto J. Rangel a<br />

presidente municipal, en la Plaza de Toros San Marcos,<br />

alternando con Alfredo Castaño, El Loco Roberto Gómez, El<br />

Millones, Merced Gómez y Jesús Muñoz, con novillos de<br />

varias ganaderías.<br />

El día 3 de octubre de 1948, participó Fernando Brand en<br />

una novillada de selección en la San Marcos y alternó con<br />

Roberto Gómez, Pepe López, Felipe Ávila, Armando Iglesias y<br />

Ricardo Peña. Estuvo muy torero en esta ocasión y lo<br />

178


invitaron a participar al día siguiente en un festival en<br />

honor de don Paco Madrazo, con motivo de su onomástico,<br />

donde toreó en compañía de Alfonso Pedroza, La Gripa, y El<br />

Piti; el ganado de Carlomé, propiedad de don José C.<br />

Lomelí, que era quien ofrecía el festejo.<br />

Don José C. Lomelí le ayudó al inicio de su carera, pues el<br />

16 de enero de 1949 lo llevó a torear a la Plaza de San<br />

Luis Potosí, junto con Héctor Saucedo y El Piti; en esta<br />

corrida Fernando cortó una oreja, lo que le valió repetir a<br />

los quince días, ocasión en que también cortó un apéndice.<br />

Su fama torera empezó a crecer y en el mes de febrero de<br />

ese año toreó en Teocaltiche donde, debido a un percance de<br />

uno de sus alternantes, esa tarde toreó tres toros a los<br />

que les cortó cinco orejas y un rabo. El día 23 de marzo<br />

recibió su bautizo de sangre: toreaba en la San Marcos una<br />

corrida nocturna en la que participaban Pablo Covarrubias y<br />

Felipe Ávila. El quinto de la noche, que le tocó en suerte<br />

torear, al ejecutar una tanda de verónicas lo prendió y<br />

penetró el cuerno en la cavidad abdominal, rasgando el<br />

peritoneo y casi tumbándole el apéndice, por lo que fue una<br />

apendicectomía taurina. Reapareció en la San Marcos el<br />

primero de mayo, toreando junto a Antonio Duran y El Chato<br />

Guzmán; en esa ocasión Fernando le cortó a un toro de<br />

Peñuelas oreja y rabo. El segundo percance lo tuvo en la<br />

ganadería de Carlóme el 5 de octubre de 1949.<br />

Para la gente de coleta de nuestra patria, lo máximo es<br />

torear en el coso más grande mundo, la Plaza México, la<br />

Monumental de Insurgentes, y Fernando, en su calidad de<br />

novillero, llegó ahí, el 12 de octubre de 1950, hizo el<br />

paseíllo acompañado de Pedro Moreno y Rafael Mata.<br />

Injustamente, como lo calificaron los cronistas taurinos,<br />

no le concedió el juez la oreja de su primer toro en<br />

meritoria faena; a su segundo toro también hizo buena faena<br />

179


y a pesar de haber pinchado, el respetable lo hizo dar una<br />

vuelta al ruedo y salió en hombros por la puerta grande.<br />

Fernando Brand Martínez estuvo dentro <strong>del</strong> cartel que<br />

inauguró la temporada chica de 1951 en la Monumental de<br />

Insurgentes, acompañándolo Vicente Vega de los Reyes,<br />

“Gitanillo de Triana” y El Callao. En esta actuación cortó<br />

la primera oreja de la temporada, lo que le valió repetir<br />

con El Piti y Antonio Gómez; quedó bastante bien, se le<br />

otorgó una oreja y fue triunfador de la corrida, ganando el<br />

trofeo en disputa que fue un traje de luces que le entregó<br />

en función especial en el Teatro Alameda la artista<br />

cinematográfica Katy Jurado.<br />

Recibió su alternativa como matador de toros en la Plaza de<br />

Colima, el día 31 de octubre de 1954, de manos de Humberto<br />

Moro.<br />

Corrida memorable para Fernando fue la que toreó en<br />

Chihuahua el 7 de junio de 1959, en compañía de Gregorio<br />

García y Luis Briones; ahí cortó cuatro orejas y rabo.<br />

Entre 1959 y 1960, Brand toreó veinte corridas y se retiró,<br />

pero hay que verlo torear en los festivales en los que<br />

interviene; la Monumental de Aguascalientes es testigo de<br />

ello y la afición se solaza con su toreo fino, profundo y<br />

emotivo. Ahí está en uno de los festivales <strong>del</strong> recuerdo<br />

cómo toreó, dictando cátedra de buen toreo, y la afición<br />

pidió al juez el indulto <strong>del</strong> toro, que se encontró con un<br />

gran torero que lo aprovechó; él estuvo de acuerdo, lo<br />

indultó y el testimonio de esto lo encontramos en una placa<br />

de bronce en los corredores de la Plaza Monumental de<br />

Aguascalientes; el toro fue de las dehesas de don Guadalupe<br />

Medina y le pusieron por nombre "Zarco".<br />

Los ancestros de Fernando Brand Martínez fueron trianeros<br />

de corazón, fieles devotos <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino y supieron<br />

inculcar en Fernando el cariño al Cristo de Triana.<br />

180


¡Felicidades por tu vida torera, Fernando!” 57<br />

“Rubén Salazar Avila, El Chapuzas” fue otro insigne torero.<br />

“Cuando pienso en Rubén Salazar Ávila, El Chapuzas, se<br />

remueven en mí sentimientos de nostalgia al recordar<br />

estampas de mi vida de universitario, ya que, cuando él<br />

triunfó en la Plaza México, coincidió con el transcurrir de<br />

mi vida en las viejas aulas de la Facultad de Derecho en<br />

San Ildefonso. Fue cuando nació la porra taurina de<br />

ingeniería de dicho coso, creada, entre otros, por El Vago,<br />

ingeniero Jorge López Yáñez. Ahí estábamos, corrida tras<br />

corrida, alentando al torero de la tierra, Rubén Salazar,<br />

no importaban aguaceros o calores; la cita era en el albero<br />

más grande <strong>del</strong> mundo, la Plaza México, y no fallábamos.<br />

Rubén Salazar Ávila nació el día 22 de agosto de 1932 en la<br />

ciudad de Aguascalientes, en el barrio de Triana, en la<br />

calle José María Chávez, por allá en una casa cerca de "Los<br />

Cinco Señores", después "El Pabellón Mexicano". Hijo de don<br />

José Carmen Salazar Torres, quien fuera maquinista de los<br />

Ferrocarriles de México, y de doña Amalia Ávila de Salazar,<br />

matrona trianera de corazón. Aparte de Rubén, en su casa<br />

hubo otros dos hermanos, Sergio, quien falleció de menos de<br />

un año de edad, y Gabriel, mayor que Rubén, quien también<br />

ya falleció.<br />

Los amigos de infancia dejan huella profunda en nuestro<br />

ser; Rubén Salazar puede olvidar a aquellos que<br />

compartieron con él felices vivencias, como Rubén Díaz, El<br />

Fitos, quien ya se a<strong>del</strong>antó al viaje sin retorno; Héctor<br />

Romo, El Colorao; Fernando Brand y Carlos Verdín. ¡Cuántas<br />

veces jugó con ellos en la plazuela <strong>del</strong> Encino! ¡Cuantas<br />

veces se fueron juntos a las huertas!<br />

57 Fernando Brand Martínez. Ibdem. P. 139. Este texto también se publicó en Hidrocálido.<br />

Domingo 10 de noviembre de 1985. Sección deportiva.<br />

181


Rubén cursó su primaria en la escuela José María Chávez y<br />

en la Federal Tipo, recuerda con agrado y gratitud a sus<br />

profesores J. Guadalupe Peralta y José Landeros.<br />

De pequeño llegó a ver torear en la plaza de Toros San<br />

Marcos a Calesero a su primo Valdemaro Ávila, y también su<br />

amistad con Fernando Brand determinó su afición por la<br />

fiesta de los toros. Ahí, en la calle de José María Chávez<br />

empezó a Jugar al toro con una carretilla y en su fantasía<br />

brindaba la muerte <strong>del</strong> toro a una muchachita que tiempo<br />

después, fue su esposa, Rosa María Cristina Lomelí de los<br />

Reyes. Fueron sus maestros de tauromaquia Julián y Ramón<br />

Rodarte, sobre todo este último que según él, se las sabía<br />

de todas todas.<br />

La primera vez que Rubén se enfrentó con un novillo de<br />

media casta, que pertenecía a la ganadería <strong>del</strong> Tequesquite,<br />

lo fue por gestiones de Carlos Verdín, en la plaza de toros<br />

Renacimiento, en la vecina población de Teocaltiche,<br />

Jalisco. Enrique Jiménez el de "El Famoso 33", lo apoyó,<br />

llevándolo a las tientas en las ganaderías. Rubén se casó<br />

muy joven con Rosita Lomelí y su señor suegro, Pancho<br />

Lomelí, lo apoderó y organizó novilladas. Tuvo su primera<br />

corrida formal con cuadrilla de La Unión, en una feria en<br />

Rincón de Romos, Aguascalientes, y alternó con Pepe López,<br />

con ganado de Garabato. Posteriormente, en el año de 1950,<br />

toreó 6 ó 7 novilladas en la Plaza de Toros San Marcos; ya<br />

había alternado ahí con Fernando Brand y Pepe Gaona.<br />

Las ganaderías en las que participó en tientas fueron:<br />

Corlóme, La Punta y con don Ramiro González; también fueron<br />

testigos de sus hazañas las plazas de San Luis Potosí,<br />

Encarnación de Díaz y Teocaltiche. Se placeó mucho en<br />

provincia antes de llegar a la Monumental de Insurgentes,<br />

en la Ciudad de México, donde debutó en el año de 1952, con<br />

novillos de Peñuelas; fueron sus alternantes, un torero<br />

norteamericano, Sam James, y el mexicano Joselito Méndez,<br />

182


por cierto que toreó tan sólo un novillo, porque se<br />

suspendió la corrida por lluvia, 1953 fue el año crucial<br />

para Salazar en su carrera, ya que toreó en grande en la<br />

México en su presentación; en esa temporada, con ganado de<br />

Cerralvo, cortó una oreja, después, en tres tardes seguidas<br />

cortó tres orejas; su fama se fue extendiendo, toreando en<br />

la Plaza El Progreso, en Guadalajara, y en la Monumental de<br />

Ciudad Juárez, toreó 70 novilladas en tres temporadas.<br />

Apoyado por don Enrico Pani y el banderillero Cayetano<br />

Leal, “Pepe Hillo”, Rubén Salazar se fue a Sevilla, España<br />

y veló por sus intereses el apoderado andaluz don Miguel<br />

Moreno, hombre caballeroso, quien lo instaló en el pueblo<br />

de Comas, donde conoció a Paco Camino cuando era un<br />

chavalillo de 14 años, y lo alentó para ser torero, este<br />

jovencito era panadero pero con mucha afición. También<br />

cultivó amistad con el novillero Curro Romero. En España<br />

toreó en Sevilla, Madrid y Cartagena; en ésta última plaza<br />

toreó un astado de Miura llamado "Michin", al que le cortó<br />

las orejas y recuerda con agrado esta faena. En aquellas<br />

tierras lo sorprendió la ruptura <strong>del</strong> convenio Hispano<br />

Mexicano y tuvo que retornar a México, pero se trajo la<br />

amistad de Paco Camino, quien es padrino de sus nietos.<br />

Rubén tomó la alternativa en la Plaza de Toros San Marcos,<br />

de mano de Luis Briones y siendo testigo Raúl García, con<br />

toros de Garabato; con su toro de alternativa no tuvo<br />

suerte pero a su segundo lo mandó al destazadero sin orejas<br />

ni rabo.<br />

Un percance que tuvo en la plaza de Ciudad Juárez, en el<br />

que se lesionó el talón de Aquiles, hizo que se retirara de<br />

la torería en activo, fue su última intervención en un<br />

festival en compañía de Rafael Rodríguez, El Volcán de<br />

Aguascalientes; Alfonso Ramírez Calesero; Jesús Delgadillo,<br />

El Estudiante, y Luis Procuna, toreando magníficamente.<br />

183


Para Rubén, el Santo Señor <strong>del</strong> Encino ha sido su santo<br />

patrón en la vida, habiéndole obsequiado el estoque de<br />

plata que ganó en una corrida de concurso, ¡Enhorabuena<br />

matador, que has cumplido!” 58<br />

Acerca de “Jesús Delgadillo López. El Estudiante”, resalta:<br />

“Jesús Delgadillo López, El Estudiante, nació en la calle<br />

de La Alegría, hoy Alfonso Ramírez Alonso, el día 8 de<br />

octubre de 1938. Fue hijo de don Guillermo Delgadillo y de<br />

doña María López, quienes formaron una prolífera familia de<br />

diez hijos sus nombres son: Antonio, Cenobio, Josefina,<br />

Guillermo, J. Guadalupe, Rubén, Aníta, Jesús (nuestro<br />

torero), Rosita y Lolita.<br />

Jesús estudió la primaria en la escuela Benito Juárez,<br />

enclavada en el barrio, en la manzana donde está la<br />

parroquia y también en la escuela Melquíades Moreno.<br />

Termina su primaria e hizo la carrera comercial en la<br />

Academia Rodríguez Dávila para después pasar a la<br />

preparatoria y de ahí a la universidad de la vida, sus<br />

amigos de infancia y juventud estuvieron ligados al<br />

mundillo taurino de Aguascalientes. Víctor y Armando Mora,<br />

José Sánchez (padre de los famosos hermanos Sánchez),<br />

Andrés Díaz, Héctor de Granada, Rubén Salazar y Fernando<br />

Brand. El estudiante sintió fuertemente el mal de montera<br />

en 1948, cuando surgió Rafael Rodríguez el Volcán de<br />

Aguascalientes, a quien siempre ha admirado, y le sirvió de<br />

inspiración; lo conoció en un lugar en el que se reunían<br />

los toreros de la tierra, que fue la bolería de Julián<br />

Rodríguez, en El Parían, bolería que se llama Calesero.<br />

Cuando lo conoció le nació a Jesús el deseo de ser torero.<br />

Después de tomada su decisión, Jesús empezó el vía crucis<br />

<strong>del</strong> torero en tentaderos y corridas pueblerinas; la primera<br />

58 Rubén Salazar Avila. Ibdem. P. 142. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Lunes 11<br />

de noviembre de 1985.<br />

184


vez que se enfrentó a un animal cornúpeta bravo, fue a una<br />

vaca toreada, en Pabellón.<br />

Recibió el nombre de El Estudiante, porque eso era cuando<br />

empezó a torear, allá por el año de 1951. Su primer corrida<br />

formal en calidad de novillero fue en la Plaza de toros El<br />

Progreso, en Guadalajara, en 1956; duró dos años en las<br />

filas novilleriles y en 1958 recibió su alternativa como<br />

matador de toros en la Plaza San Marcos, de manos de<br />

Alfredo Leal, en la que fue testigo Joselito Huerta y el<br />

ganado de Lucas González Rubio. Confirmó su alternativa en<br />

la Plaza México en el año de 1959, de manos de El lanchero<br />

Aguilar, y fungió como testigo Fernando de los Reyes, El<br />

Callao.<br />

En 1964 emigró a España y tuvo que renunciar a su<br />

alternativa para reingresar a las filas de la novillería<br />

debutando en la Plaza de Barcelona para continuar en la<br />

Monumental de Madrid. En la madre patria toreó más de<br />

treinta novilladas y de nuevo tomó la alternativa de<br />

matador de toros en Barcelona, de manos de Fermín Murillo,<br />

y como testigo, Curro Romero, con toros de Alvaro Domecq.<br />

Al mes siguiente confirmó su alternativa en Madrid, de<br />

manos de Santiago Castro “Luguillano” y como testigo,<br />

“Palmeño”.<br />

Regresó El Estudiante, en 1967 a México, y en el Coso de<br />

Insurgentes reconfirmó la alternativa, esta vez de manos de<br />

Joaquín Bernardo y como testigo, Raúl García, con toros de<br />

Tequisquiapan.<br />

En varias corridas llegó a torear con Rafaelillo,<br />

sintiéndose orgulloso de esto y disputándole las palmas a<br />

quien fue su inspiración torera.<br />

En la Feria de San Marcos de 1982, alternando con Eloy<br />

Cavazos y Humberto Moro, se despidió, cortándose la coleta.<br />

Dentro de sus satisfacciones toreras estuvo el haber sido<br />

el primer torero que cortó un rabo en la Plaza Nueva de<br />

185


Bilbao, España, con lo que pasó a los anales de la historia<br />

taurina de ese país.<br />

El Estudiante vive actualmente en Ciudad Juárez, trabaja<br />

para la Secretaría de hacienda. Es padre de cuatro hijos,<br />

vive con gran tranquilidad y es muy servicial y<br />

caballeroso; su anhelo más grande es jubilarse y en plan de<br />

hijo pródigo regresar a Aguascalientes y a su amado barrio<br />

de Triana.<br />

Cuando se le cuestionó: -Tú y el Señor <strong>del</strong> Encino-, sus<br />

palabras exactas fueron las siguentes: -Lo llamo mi<br />

prietito santo; desde que nací he estado ligado a él, fui<br />

bautizado en su parroquia; de más grande fui acólito debido<br />

a que vivía cerca <strong>del</strong> templo en la calle de La Alegría,<br />

casa que actualmente sigue siendo de mi familia. Cuando mis<br />

padres fallecieron, en la parroquia <strong>del</strong> Encino fueron sus<br />

exequias; siempre que voy a Aguascalientes lo voy a visitar<br />

a su templo y le digo: 'Gracias, prietito mío, que me des<br />

oportunidad de volverte a ver', y cuando salgo <strong>del</strong> terruño<br />

voy a despedirme para decir me voy otra vez, no me pierdas<br />

de vista, ayúdame, prietito mío-. ¡Este es amor <strong>del</strong><br />

bueno!.” 59<br />

De “Efrén Adame López. El Cordomex”, describe lo siguiente:<br />

“Con excepción de Jesús Delgadillo López, El Estudiante,<br />

todas las biografías de los toreros de Triana han tenido<br />

como base una entrevista grabada en cinta magnetofónica.<br />

Efrén Adame no ha sido la excepción y él escogió el lugar<br />

de la entrevista, un atardecer en el Jardín de San Marcos,<br />

en medio <strong>del</strong> follaje de sus plantas, de las flores, de las<br />

frondas de los árboles, <strong>del</strong> corretear de los niños en sus<br />

juegos, <strong>del</strong> canto de los pájaros, <strong>del</strong> susurro de la fuente,<br />

<strong>del</strong> romance de los jóvenes y de las remembranzas de los<br />

59 Jesús Delgadillo Márquez “El estudiante”. Ibdem. P. 144. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido. Martes 12 de noviembre de 1985.<br />

186


ancianos que hacen corrillos en las añosas bancas <strong>del</strong><br />

jardín.<br />

Solo a Efrén se le ocurrió tal escenario, por su<br />

sensibilidad artística para dejar correr el corazón por la<br />

boca y platicarnos de su transcurrir en la vida.<br />

Hizo un elogio a la belleza <strong>del</strong> jardín, a la tranquilidad<br />

<strong>del</strong> momento y a la luminosidad de la tarde; entrecerró sus<br />

ojos de minuto, como él dice al referirse a los leños, y el<br />

verbo fluyó por su boca.<br />

Nací el 5 de enero de 1940 en la Hacienda de los Campos, la<br />

cual se encuentra enclavada en tres estados: Jalisco,<br />

Zacatecas y Aguascalientes; mis padres fueron don Teófilo<br />

Adame y doña María López González, ellos ya no viven en<br />

este mundo, pero viven eternamente en mi alma. Por todos en<br />

mi casa fuimos seis hermanos, tres hombres y tres mujeres:<br />

Lupe, Raúl, Lola, Tere, Estela y yo.<br />

De brazos me trajeron mis padres a esta ciudad, que es mi<br />

tierra entrañable, nuestra casa estuvo en la calle de Los<br />

Pericos, hoy 5 de febrero, <strong>del</strong> rumbo de El Llanito, el cual<br />

pertenece al barrio de Triana; mis padres fueron de origen<br />

humilde; mi madre quedó huérfana desde muy pequeña y un<br />

matrimonio que vivía por la calle de la Alegría la formó,<br />

el señor se llamaba don Simón y su esposa doña María.<br />

Siempre amé a mi madre y ahora a su recuerdo, amé sus manos<br />

con callos propios de mujer de trabajo, misma que con<br />

rigidez y amor nos enseñó lo que es bueno y lo que es malo.<br />

También amo la memoria de mi padre, quien fue panadero y en<br />

su tahona nos enseñó el oficio y a ganarnos la vida. Lo<br />

recuerdo en sus principios, hacía poco pan y él,<br />

personalmente vendía casa por casa; después le ayudó un<br />

niño, quien cargaba el canasto de pan y a nosotros, como<br />

dije, nos enseñó a ser panaderos. Todos estos recuerdos me<br />

hacen exclamar: ¡Qué bonita fue mi familia! Mi instrucción<br />

primaria la hice en varias escuelas: el primero, segundo y<br />

187


tercero, en la escuelita <strong>del</strong> santo varón que fue el Padre<br />

Toño, ubicada en la calle Rayón; el cuarto año lo cursé en<br />

la escuela Benito Juárez, en nuestro barrio de Triana, y el<br />

quinto y sexto, en la escuela Miguel Alemán, en el centro<br />

de la ciudad.<br />

Después de cursar la escuela primaria aprendí el oficio de<br />

linotipista en el periódico El Sol <strong>del</strong> Centro; trabajé<br />

dentro de las artes gráficas para la cadena García Valseca,<br />

aquí, en León, Guanajuato, y en Tijuana en el periódico El<br />

Mexicano. Por lo que respecta a mi vida taurina diré que<br />

siempre he admirado a los toreros, los conceptúo como<br />

hombres fuera de serie, admirados por las mujeres y<br />

apreciados por los hombres. Una vez, para una feria de San<br />

Marcos, me colé en la plaza de toros de la calle sagrada de<br />

la Democracia, como ayudante <strong>del</strong> subalterno Alfredo Prado,<br />

que en paz descanse; en esos momentos estaba feliz, la<br />

sangre hierve de afición, las pupilas brillan de alegría, y<br />

cuando me disponía a gozar de un corridón en que toreaba<br />

Rafael Rodríguez, me distinguió el empresario, gritó a dos<br />

policías y les dijo: "¡Eh! Vengan y acompañen a este<br />

muchacho a la calle"; así me sacaron de la Plaza de Toros<br />

San Marcos, yo lloré de rabia y me senté en la orilla de la<br />

banqueta a consolarme oyendo los ¡olés! que salían <strong>del</strong><br />

albero; quería ser gato para subirme por las paredes y<br />

gozar de la corrida; en ese momento me prometí ser torero.<br />

Así, en 1958 me inicié toreando becerros y cebúes en<br />

pueblos y rancherías, animales criollos mañosos sin casta<br />

alguna; iba uno a las ganaderías y los ganaderos siempre<br />

hacían mala cara, ni un vaso de agua daban; pero que no<br />

empezara uno a figurar porque entonces sí te decían: "¿Te<br />

acuerdas que yo te ayudé, en tus principios?" y como eso lo<br />

decían frente a sus amigos, para no hacerlo quedar mal, uno<br />

contestaba: "Sí, señor ganadero, usted me ayudó mucho". Yo,<br />

a los ganaderos y empresarios no les caía en gracia por<br />

188


tener la greña grande y usar un sombrero también grande;<br />

eso me impidió torear en la Plaza El Progreso de<br />

Guadalajara, porque el empresario me dijo que su plaza era<br />

seria. En paz descanse, yo no le guardo rencor.<br />

Cuando quedábamos bien en las placitas de los pueblos nos<br />

aventaban naranjas, dinero, zapatos, para nuestro<br />

beneficio.<br />

Me tuve que ir a trabajar como linotipista al periódico El<br />

Mexicano de Tijuana, y como asistente de la plaza de Las<br />

Playas de Tijuana; ahí llegué a sacar en hombros por sus<br />

buenas faenas a Joselillo de Colombia, Joselito Huerta, y<br />

Capetillo; y andando el tiempo alterné con ellos.<br />

En cuanto a mi mote de El Cordomex, lo tomé porque en una<br />

fotografía vi a Manuel Benitez El Cordobés, y como usaba<br />

la greña grande como yo y tenía ojos chiquitos como los<br />

míos, me inspiré en su mote para sacar el mío, aunque con<br />

cierto temor de que reclamara, cosa que nunca aconteció.<br />

Por cierto, en una ocasión en la Plaza de Tijuana, iba a<br />

alternar con él pero por razones administrativas su<br />

apoderado no quizo.<br />

Después de placearme por distintas partes de la República,<br />

el 25 de abril de abril de 1975 me presenté en la Plaza<br />

México, la más grande <strong>del</strong> mundo, y debido a mi magnífica<br />

campaña novilleril, el 21 de noviembre de 1965, tomé la<br />

alternativa en la Plaza de toros Fermín Rivera, en San Luis<br />

Potosí.<br />

A mi padre, don Teófilo Adame Carmona, cuando me decía que<br />

me quitara de torero y que me viniera a trabajar, yo le<br />

decía: -Mire que le he de brindar la muerte de un toro, y<br />

se llegó el día y fue el toro de mi doctorado; pertenecía a<br />

la ganadería de Garfias, era un tío de cuatrocientos<br />

setenta y tres kilos, de nombre "Tramillero"; negro<br />

salpicado, <strong>del</strong>antero de pitones, colilargo y apretado de<br />

cabeza; bonito toro. Después de que recibí el abrazo de la<br />

189


alternativa y los trastos de matar de manos de don Manuel<br />

Capetillo, estando de testigo don Jaime Rangel, me dirigí a<br />

la barrera donde estaba mi padre, sentía que las corvas se<br />

me doblaban de emoción, y montera en mano le dije, “Padre<br />

va por usted la muerte de este toro que le prometí; va por<br />

usted y pídale a Dios que tenga suerte- y él con sus ojitos<br />

de minuto y un corazón extenso, al quitarse el sombrero me<br />

dijo: -Gracias, hijo, que Dios te ayude-. No pude desorejar<br />

al toro de mi alternativa, pero la gente salió contenta con<br />

la corrida, salió toreando.<br />

Después, en mi vida de matador, llegué a alternar con<br />

Joselito Huerta; con Rafael Rodríguez, El Volcán de<br />

Aguascalientes; con Manuel Capetillo, y con otros más; y<br />

cuando en el patio de cuadrillas, antes de partir plaza, al<br />

verme enfundado en mi traje de luces en medio de mis ídolos<br />

<strong>del</strong> toreo me decía: -¡Dios mío, qué me pasa!— Se me hacía<br />

aquello irreal, me acercaba con mis alternantes y les<br />

decía: -Maestro, para mí es un honor hacer el paseíllo con<br />

usted-.<br />

Yo no me he retirado de los toros y no quiero hacerlo<br />

porque no quiero volver a abrir la herida de la afición,<br />

que arrestos me sobran para encerrarme solo con seis toros<br />

y desorejarlos, pero ya no quiero sentir ese temblor de<br />

emoción constante cuando estoy vestido de torero, ese<br />

meditar diciendo: Dios mío, no sé si regrese a desvestirme<br />

o si me desvistan en la enfermería o en el cementerio;<br />

bendice a mis alternantes, a mis compañeros, que hagan buen<br />

papel, que triunfen, que el mejor se lleve las palmas-.<br />

Efrén Adame es un gran declamador de poesía española de<br />

temas taurinos y nos dice que los toros y la poesía se<br />

hermanan, que si no hubiera sido torero no había podido ser<br />

declamador; yo lo conozco en esta faceta y es un gran<br />

artista.<br />

190


Después de la tempestad viene la calma; el andariego de<br />

plaza en plaza, el soltero empedernido y que, sin embargo,<br />

ve en la mujer toda una poesía, llega a las plácidas playas<br />

<strong>del</strong> hogar. Efrén Adame contrajo matrimonio con Arcelia<br />

Guadalupe Gutiérrez y Dios les ha dado la dicha de tener<br />

dos hijos varoncitos, Efrén de Jesús y Teófilo Francisco.<br />

Efrén considera al Señor <strong>del</strong> Encino su santo patrón;<br />

siempre que un domingo toreaba, en una tarde a media semana<br />

iba en la quietud <strong>del</strong> templo a visitarlo y le hacía ochenta<br />

mil promesas al Señor de Triana, al amigo torero clavado en<br />

la cruz.<br />

Termina Efrén la entrevista diciendo que quiere mucho a su<br />

esposa y a sus hijos, razón de su existir; que agradece a<br />

Dios el vivir en Aguascalientes, en medio de la paz que<br />

propician nuestros gobernantes; que agradece a ellos la<br />

tranquilidad de nuestra hermosa provincia; que pide a Dios<br />

que a los niños no les falte nada, y que a nosotros los<br />

viejos no nos prive de la paz y hermosura de estos<br />

jardines.<br />

Mientras tanto, los pájaros dejan de cantar y allá detrás<br />

<strong>del</strong> picacho mueren las últimas luces <strong>del</strong> día.<br />

Y que se organiza un fandanguillo en el cielo, y hace falta<br />

un buen declamador y don Manuel Montoya, guitarrista<br />

andaluz, le dice al Supremo Juez que él conoce a un gran<br />

declamador, originario de la Nueva España y menciona a un<br />

gran señor que le pone emoción a la palabra, al verbo y que<br />

vive en lo que fue la Villa de Nuestra Señora de la<br />

Asunción de las Aguas Calientes, <strong>del</strong> reino de la Nueva<br />

Galicia y su nombre: ¡Efrén Adame López, mejor conocido<br />

como El Cordomex! Y el Juez Supremo, el 29 de enero <strong>del</strong> año<br />

2004 hace que Efrén se ponga sus mejores galas y parta<br />

sobre el ruedo de la vida y se aleje de éste, y desde esa<br />

fecha Efrén está en los cielos declamando, palmoteando y<br />

191


alegrando todos los fandanguillos en que toca don Manuel<br />

Montoya.” 60<br />

Hay familias donde algunos de sus miembros se dedican al<br />

toreo, es el caso de “Los Mora”. A partir de la entrevista<br />

con uno de ellos nos narra el autor sus afanes. “Triana,<br />

Aguascalientes, otrora vergel de la tierra, la de las<br />

huertas; puertas <strong>del</strong> paraíso en las que se oía el susurrar<br />

<strong>del</strong> agua por las acequias y el calor de las mañanas de<br />

verano hacía cantar a las cigarras; se oía el cucú triste<br />

de las palomas; los cielos azules contrastando con las<br />

nubes blancas; esa Triana fue el hogar de la familia Mora,<br />

cantera de toreros.<br />

Platiquemos con uno de los Mora, con Armando. Nos dice que<br />

nació el día 22 de junio de 1943; la casa en que nació<br />

estaba en la calle de la Alegría, <strong>del</strong> barrio de Triana sus<br />

padres fueron don Juan José Mora Barba y doña Ma.<br />

Concepción Reyes.<br />

La infancia de Armando transcurrió de lo más feliz en el<br />

barrio, con sus amigos de la escuela y de la doctrina;<br />

perteneció a las vanguardias de la acción católica de la<br />

parroquia <strong>del</strong> Encino, comandados en ese entonces por Juan<br />

Antonio Martínez; recuerda con agrado haber representado a<br />

este grupo en el maratón de San Felipe y, por cierto, iba<br />

en compañía de Juan Antonio Martínez al incipiente<br />

fraccionamiento de Jardines de la Asunción a correr para<br />

prepararse para el Maratón.<br />

También recuerda con alegría haber sido campanero de la<br />

torre <strong>del</strong> Encino y las diabluras de chamaco que hacían en<br />

el campanario y el techo de la parroquia.<br />

Entre sus amigos de infancia nos hace referencia <strong>del</strong> ahora<br />

doctor Nacho Navarro y de los industriales Camilo y Pepe<br />

Barba, la instrucción primaria la hizo en una escuelita<br />

60<br />

Efrén Adame López. Ibdem. P. 146. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Sábado<br />

1ro de noviembre de 1986.<br />

192


ubicada en la esquina de las calles de Colón y Abasolo, que<br />

era atendida por la señorita Concha Esparza, hija de don<br />

Severo, y de ahí pasó a la escuela Rosalía Monroy, y<br />

recuerda con cariño a sus maestras María Arguelles y<br />

Florencia Lara.<br />

Por razones familiares, cuando tenía 15 años, tuvieron que<br />

emigrar a la Ciudad México, pero él ya llevaba en su ser la<br />

afición por la fiesta más hermosa de todas, la fiesta<br />

brava, por los toros.<br />

La primera vez que se vistió de luces fue el 29 de<br />

diciembre de 1959, en una corrida que hubo en un pueblito<br />

<strong>del</strong> Estado de México llamada Fábricas de María; quien lo<br />

vistió de luces fue otro trianero, José Torres, Torritos,<br />

que vivía en la calle de Semería.<br />

Esta corrida fue un mano a mano entre su hermano Víctor y<br />

Héctor Luquín; él actuó como sobresaliente y le permitieron<br />

hacer dos quites y banderillas, y fue premiado con aplausos<br />

por el respetable.<br />

Retornó a la patria chica donde hizo sus pininos como<br />

torero; fueron sus maestros los matadores Rafael Rodríguez,<br />

Rafaelillo; Fernando Brand, Jesús Delgadillo, El<br />

Estudiante; Rubén Salazar, El Chapuzas, y Bernabé Esparza,<br />

Pitoloco. Todos sabían a la perfección el oficio de ser<br />

toreros.<br />

Para Armando, la ganadería de Corlóme, en la Hacienda de la<br />

Paz, en el estado de Jalisco fue su escuela taurina, pues<br />

don Pepe Lomelí, dueño de ella, lo vio como hijo y lo apoyó<br />

en su carrera taurina. Recuerda a don Pepe con todas las<br />

características de un gran señor: bondadoso y todo entrega<br />

a sus semejantes; fue un señor ganadero, criador de reses<br />

bravas, a toda ley, no como comerciante, sino un ganadero<br />

escrupuloso en la crianza de toros de lidia; esto lo hacía<br />

con una afición muy grande a la fiesta brava.<br />

193


Otra persona que recuerda en forma emocionada por haberlo<br />

ayudado en su carrera fue don Jesús Ramírez Gámez, El<br />

Abogao, un gran taurino, un gran aficionado, caritativo al<br />

grado de quitarse la camisa para cubrir la desnudez <strong>del</strong><br />

prójimo; en una palabra, un gran hombre.<br />

En sus andanzas toreras sintió gran apoyo de los ganaderos<br />

criadores de toros de lidia: Tato Rangel, de la ganadería<br />

de Garabato; ingeniero Luis y su hermano Maurito, ambos de<br />

apellido Ruiz Barrios, de la ganadería de Presillas, y don<br />

Miguel Desamantes Rul, de la ganadería de Peñuelas; todos<br />

ellos románticos de la fiesta de los toros, y prestos a<br />

extender su mano en ayuda de incipientes toreros.<br />

Ahora bien, de Manuelito Arellano, transportista de reses<br />

bravas de las dehesas a las plazas le agradece su amistad<br />

sincera, pues lo relacionó con su amigo don Olegario<br />

Hernández, dueño de las plazas de León, La Luz; Nuevo<br />

Progreso de Guadalajara, y la Monumental de Monterrey;<br />

plazas que le abrieron las puertas para torear.<br />

A todos ellos les manifiesta su agradecimiento y su<br />

recuerdo de hombres de bien. El primer festival que toreó<br />

en la Plaza de Toros San Marcos de Aguascalientes, lo<br />

organizó el líder obrero don Roberto Díaz; alternó con<br />

Teresita Andaluz y con una torera norteamericana, Patricia<br />

Hains, así como con Paco Lara, y triunfó en este festival.<br />

Después, el mismo don Roberto Díaz lo invitó a participar<br />

en otros festivales.<br />

En sus andanzas de novillero, Armando toreó en varias<br />

plazas de la República: Chihuahua, Laredo, Durango,<br />

Monterrey, León, Guadalajara y en la México; la mayoría de<br />

sus corridas fueron de triunfos pues nunca -echó la pata<br />

pa'tras, siempre pa’lante-.<br />

En su vida de novillero recuerda gloria y dolor en la Plaza<br />

de Monterrey y una breve temporada en la Plaza El Progreso,<br />

en Guadalajara.<br />

194


Empieza a recordar que en Monterrey toreó una novillada<br />

hecha y derecha de Presillas, casi toros de cinco años;<br />

esta ganadería era de don Maurito Ruiz Barrios; alternó con<br />

Carlos Peña, Peñita y con Jorge Rosas, El Tacuba; en esta<br />

novillada le hizo a uno de sus toros una faena emotiva,<br />

electrizante y al final de la misma el toro le lesionó una<br />

pierna afectando la femoral; fue una cornada fuerte y aún<br />

así tuvo los arrestos de continuar la faena por derechazos<br />

de matar y de recibir apéndices; fue un triunfo y una<br />

cornada.<br />

En cuanto a Guadalajara, entre octubre y noviembre de 1969,<br />

por su calidad torera, toreo cuatro novilladas seguidas,<br />

las ganaderías fueron de La Punta, Pastejé, Peñuelas y<br />

Santacilia. En la novillada de Peñuelas toreó un novillo<br />

tan noble que la parroquia pidió indulto y dio la vuelta al<br />

ruedo acompañado de don Olegario Hernández y de Guillermo<br />

González, El Cabezón, representando la ganadería de<br />

Peñuelas; ahí, memo le dijo que acababa de comprar la Plaza<br />

de Toros San Marcos y que en la primera tercia formaría<br />

parte; y así fue, se trató de una corrida de aniversario de<br />

la ganadería de La Punta y también le indultaron un toro.<br />

Armando Mora Reyes recibió su alternativa como matador de<br />

toros el día 28 de marzo de 1971, en la Plaza de Toros San<br />

Marcos, Aguascalientes, de manos <strong>del</strong> Trianero Jesús<br />

Delgadillo, El Estudiante, quien retornaba de España<br />

después de cinco años y traía muy buen oficio de torero;<br />

actuó como testigo Fernando de la Peña.<br />

Como matador de toros toreó como unas quince corridas, una<br />

de ellas en San José de Costa Rica, en Centroamérica, en la<br />

que toreó a la usanza portuguesa, es decir, sin matar al<br />

toro.<br />

Recuerda con agrado dos festivales en los que participó,<br />

ambos en la San Marcos una en beneficio <strong>del</strong> matador Rubén<br />

Salazar, que fue nocturno, en el que alternó con Paco<br />

195


Camino, El maestro de Camas; ambos cortaron orejas. El otro<br />

festival fue en homenaje al matador Rafael Rodríguez,<br />

Rafaelillo, en el que alternó con Manuel Capetillo, Jaime<br />

Rangel, Jesús Córdova y don Alfonso Ramírez, Calesero;<br />

todos dieron buena tarde. Por cierto, para Armando, el<br />

torero más grande <strong>del</strong> mundo se llamó Alfonso Ramírez<br />

Calesero; no se pueden olvidar sus verónicas, sus<br />

muletazos, sobre todo aquellos de latiguillo en que salía,<br />

después de ejecutarlo, con prestancia y señorío. ¡Qué gran<br />

maestro!<br />

Comenta Armando que siempre que toreó en la Plaza de toros<br />

San Marcos cortaba al menos una oreja de los cornúpetas que<br />

toreaba.<br />

Ahora, hablemos de la familia íntima de Armando Mora Reyes.<br />

Armando contrajo matrimonio con Elena Galáviz, en el año de<br />

1969, y Dios les envió tres hijos varones, Israel, José<br />

Armando y Fernando; uno de sus nietos, hijo de José<br />

Armando, Víctor, también trae el mal de montera pues es<br />

niño torero.<br />

En cuanto a su familia torera, Armando nos dice que su<br />

abuelo, don Juventino Mora Valdés, fue torero; llegó a<br />

alternar con don Rodolfo Gaona, en Guadalajara; su abuelito<br />

le llegó a mostrar una cicatriz de cornada en una de sus<br />

axilas. De ahí arranca la peña taurina de esta familia: su<br />

tío Juventino Mora Barba fue novillero en época de<br />

Rafaelillo; Sergio Víctor Mora Reyes, su hermano, a quien<br />

le toca torear como novillero en la Plaza de Toros El Toreo<br />

de Cuatro Caminos; luego Armando, de quien ya hablamos;<br />

sigue Jorge Mora Vera, hijo de Jorge Mora Reyes y de doña<br />

Rebeca Vera, mismo que está en activo y nos deja saborear<br />

su magnífico toreo; es un torero triunfador. Y sigue la<br />

mata dando, ahí están los hijos de Armando: Israel y José<br />

Armando Mora; Omar García Mora, sobrino de Armando, y viene<br />

el remate <strong>del</strong> niño torero Víctor Mora, nieto de Armando.<br />

196


Santo Señor <strong>del</strong> Encino, ¡ole!, por esta familia de toreros<br />

que han respirado el aire que les das tú, ¡Triana! 61<br />

Otro célebre torero fue “Luis Fernando Esparza González,<br />

Luis de Triana” de quien narra: “Muy cerquita de la tienda<br />

"Los Cinco Señores", allá donde Gorgonio Esparza, matón <strong>del</strong><br />

barrio de Triana, daba mezcal en artesa a su caballo; en la<br />

calle de Belauzarán, el día 12 de mayo de 1966, el hogar<br />

formado por don Jorge Esparza González y doña Irma Yolanda<br />

González Dávalos, se vio bendecido por el Señor <strong>del</strong> Encino<br />

enviándoles un hijo al que bautizaron en la parroquia con<br />

el nombre de Luis Fernando, quien años después será el<br />

torero Luis de Triana.<br />

Luis de Triana pertenece a una familia de abolengo en<br />

nuestro barrio; es bisnieto de Pancho Esparza; su abuelo es<br />

Lupe Esparza y su padre Jorge. Cuando de noche quiere uno<br />

transitar por la calle Belauzarán, le pide uno a cualquier<br />

Esparza su sombrero, se lo pone y transita uno con toda<br />

confianza porque ahí respetan a los Esparza.<br />

De niño, Luis vivió feliz en el barrio, con sus amiguitos;<br />

jugó en la huerta de la casa en la calle Ancha, en el<br />

Jardín <strong>del</strong> Encino y, como todos los niños <strong>del</strong> barrio, no<br />

escapo a la tentación de ir a tocar las campanas de la<br />

parroquia.<br />

Luis de Triana recibió las luces de la cultura en el<br />

Colegio Portugal y en el bachillerato de la Universidad<br />

Autónoma de Aguascalientes. Cuando recuerdo esta época no<br />

puedo evitar evocar cariño y respeto para el padre J.<br />

Guadalupe Díaz Morones, director <strong>del</strong> Colegio Portugal.<br />

Antes de ser torero, Luis de Triana fue charro debido a que<br />

constantemente iba al rancho que su abuelo, don Lupe, tenía<br />

en San Francisco <strong>del</strong> Arenal (ya la mancha urbana lo<br />

absorbió), y ahí se acostumbró a andar entre caballos y<br />

ganado; todo esto lo llevó a practicar la charrería. Fue<br />

61 Los Mora. Ibdem. P.150.<br />

197


uno más de los caballeros <strong>del</strong> campo mexicano que con<br />

orgullo llevó el traje de charro.<br />

Pues bien, en alguna ocasión Luis entró a la Plaza de Toros<br />

San Marcos y vio a unos chavalillos entrenando para ser<br />

toreros, hacían toreo de salón, bajo la vigilancia<br />

magistral <strong>del</strong> también conbarriano, matador Rubén Salazar;<br />

al ver este ambiente le nació el deseo de ser torero, Rubén<br />

lo tomó bajo su égida y Luis empezó a entrenar.<br />

Debido a la amistad <strong>del</strong> matador Rubén Salazar con el<br />

ingeniero Sergio Lomelí propietario de la ganadería de<br />

Corlóme, Hacienda de la Paz, municipio de Ojuelos,<br />

recomienda con él a Luis para que madure como torero.<br />

Vivió una temporada en la Hacienda de Corlóme, se congració<br />

con el ingeniero Lomelí porque ayudaba en todas sus labores<br />

campiranas, y su vida fue muy metódica, se dividía entre<br />

labores <strong>del</strong> campo, torear becerras y hacer toreo de salón.<br />

En Corlomé aprendió las bases fundamentales <strong>del</strong> toreo.<br />

Llego día en que se vistió de luces, fue el 5 de julio de<br />

1987, cuando toreó en la plaza de Caletilla, en Acapulco;<br />

alternó con Héctor de Granada y Mauricio Portillo<br />

naturalmente el ganado fue de la ganadería que le sirvió de<br />

escuela, Corlóme; tuvo el padrinazgo <strong>del</strong> ingeniero Lomelí.<br />

La afición hidrocálida lo conoció ese año en la Feria de<br />

los Chicahuales, en Jesús María, Aguascalientes, en el mes<br />

de julio; toreó en la Plaza de Xonacatique, Jesús María,<br />

alternando con Héctor de Granada. En esta novillada fue<br />

premiada su actuación con dos orejas.<br />

Luis de Triana tuvo una buena temporada en Guadalajara.<br />

Resulta que un grupo de aficionadas patrocinó un serial de<br />

diez novilladas para descubrir valores de la tauromaquia de<br />

origen jalisciense; él se hizo pasar por jalisciense<br />

procedente de Ojuelos.<br />

198


Estas novilladas se llevaron a cabo en el Lienzo Charro<br />

Zermeño, y participó a partir de la quinta novillada; en la<br />

séptima fue el triunfador.<br />

En 1987 participó en un serial en Torreón, en el cual<br />

participó de pura chiripada, pues uno de los alternantes se<br />

lastimó y el ingeniero Sergio Lomelí lo presentó con los<br />

señores Canto, quienes hacían empresa, y entró a suplir al<br />

novillero lastimado; su actuación fue triunfal al grado de<br />

que fueron nueve las novilladas en las que participó. En<br />

esa época tuvo que entreverarlas con las novilladas en<br />

Acapulco. En la corrida de triunfadores <strong>del</strong> serial en<br />

Torreón, se disputó un premio millonario y fue el<br />

triunfador; obtuvo el premio que invirtió en cosas de<br />

torear.<br />

Uno de sus recuerdos dolorosos fue en una novillada que<br />

toreó en Monterrey; al final <strong>del</strong> último tercio, el toro le<br />

corno la mano derecha, lo que le causó gran dolor y, aún<br />

así se perfiló a matar. Al primer intento entró la toledana<br />

hasta los gavilanes y cayó el novillo, en caso contrario<br />

hubiera sido su calvario matar a su novillo.<br />

Respecto a la Plaza México, la de Insurgentes, ha toreado<br />

cuatro veces. La primera vez fue en 1989; luego, estuvo de<br />

sobresaliente en una corrida en que toreó Cristina Sánchez<br />

y Fernando Ochoa, él hizo un quite, el cual le gustó a la<br />

empresa y sirvió para torear el siguiente domingo; después,<br />

una vez más.<br />

Su hambre torera lo hizo ir a perfeccionarse a España en<br />

compañía de su hermano, Miguel <strong>del</strong> Barrio; cuántos gratos<br />

recuerdos trae de la madre patria, tantos buenos amigos que<br />

hizo, tanta buena gente que trató.<br />

El matador Rubén Salazar lo conectó con su compadre, El<br />

Niño Sabio de Camas, Paco Camino y éste arregló que<br />

ingresaran a la escuela taurina madrileña de El Batán, que<br />

está al poniente de la ciudad, por la salida a Toledo y a<br />

199


Navalcarnero, detrás de Palacio Real, al otro lado <strong>del</strong> río<br />

Manzanares. Nos platica Luis la importancia que tiene El<br />

Batán en la Feria de San Isidro, pues ahí está El<br />

Campanario, que es donde tienen muchos corrales y se<br />

concentran las corridas que se torearán en la feria; es una<br />

verdadera romería de madrileños que van a conocer los<br />

encierros. De esta escuela han salido las más grandes<br />

figuras de la tauromaquia española.<br />

La primer novillada que toreó Luis de Triana en España fue<br />

en Puebla de Montealbán, en la provincia de Ávila, cerca de<br />

la sierra de Credos; para él fue muy significativa por ser<br />

la primera y coincidió que su padre, el ingeniero Jorge<br />

Esparza, la presenció y grabo en video. Su actuación fue<br />

venturosa pues cortó dos orejas y un rabo, mismos que<br />

felizmente se trajo su padre a su casa de Triana,<br />

Aguascalientes.<br />

Sus triunfos continuaron en una novillada en Rejas, de la<br />

provincia de Toledo un encierro grande y bien presentado,<br />

cortó cuatro orejas y un rabo. Hubo plazas en España en las<br />

que le pidieron torear vestido de charro mexicano.<br />

De España recuerda con aprecio y respeto al maestro Paco<br />

Camino, quien lo aconsejó y guió; en cuanto a su maestro en<br />

la escuela de El Batán, fue Joaquín Bernardo quien siempre<br />

fue muy exigente, pero aprendió mucho.<br />

Luis de Triana recibió su alternativa el 17 de septiembre<br />

de 1996 en la Monumental de Zacatecas; iba a ser de manos<br />

de Miguel Espinoza, pero por causas de fuerza mayor no fue<br />

él, sino el matador zacatecano Jorge Carmona; de testigo<br />

estuvo el matador El Conde, con toros de Mariano Ramírez.<br />

Tenía muchas ilusiones para esa corrida pero el ganado no<br />

dio el juego apetecido y se vinieron para abajo las<br />

ilusiones.<br />

Luis de Triana y el que esto escribe recordamos una corrida<br />

en la Feria de Juchipila en enero de 1998, en donde alternó<br />

200


con Miguelito Espinoza y el torero venezolano Benítez; en<br />

esa tarde, las cuatro estaciones se manifestaron, hacía<br />

frío, estaba nublado, llovía, salía el sol, nos secábamos,<br />

y vimos una buena corrida. Luis toreó de maravilla a sus<br />

dos enemigos pero estuvo pesado con la toledana y se le<br />

fueron los apéndices.<br />

Actualmente está en activo; su apoderado es el ingeniero<br />

Rafael de los Reyes espera pronto hacer su confirmación<br />

como matador en la plaza más grande <strong>del</strong> mundo, la México,<br />

la Monumental de Insurgentes.<br />

En cuanto a su familia, Luis se casó con Alejandra<br />

Santacruz Izquierdo y Dios mandó una niñita que se llama<br />

Alexia Paulette; es el amor más grande de su vida y el<br />

encanto de los abuelos.<br />

Siempre que torea se encomienda al Cristo Negro de Triana y<br />

a la Virgen Guadalupe.<br />

Luis Fernando Esparza tenía que ser torero, pues nuestra<br />

Triana merecía ser barrio de Sevilla, por tu plazuela<br />

airosa y recoleta en que se juega al toro y al cometa y<br />

finge el rebozo la mantilla".” 62<br />

Finalmente una de las grandes figuras <strong>del</strong> toreo, con quien<br />

el autor tiene parentesco, es “Alfonso Ramírez Alonso,<br />

Calesero”. Su biografía la expone así: "Rumor de gitanos<br />

viene por la claridad <strong>del</strong> sur; rumor de voces morenas con<br />

acento de laúd. Levantaron una iglesia donde el cielo es<br />

más azul, una fuente levantaron al igual que en suelo<br />

andaluz, suertes de huertas pusieron en toda esta latitud".<br />

Así tiene el concepto de nuestro barrio de Triana el poeta<br />

don Jesús Reyes Ruiz. Tenemos que empezar con algo de<br />

poesía porque vamos a hablar de un torero que es un gran<br />

artista; quién puede olvidar una tarde de toros en la que<br />

el sol brilla más de lo usual, la gente en los tendidos<br />

siente la profunda emoción de la conjunción <strong>del</strong> arte, valor<br />

62 Luis Fernando Esparza González, Luis de Triana. Ibdem. P.153.<br />

201


y colorido de la fiesta. Cuando ven que un príncipe <strong>del</strong><br />

toreo clava los pies en la arena e instrumenta una serie de<br />

verónicas, rematadas toreramente con una revolera, con un<br />

capote que parece que está almidonado, y que el torero está<br />

mo<strong>del</strong>ando para el escultor Peraza o posando para Ruano, sí,<br />

señores, nos estamos acordando <strong>del</strong> poeta <strong>del</strong> toreo, Alfonso<br />

Ramírez, Calesero.<br />

Triana tenía que ser, calle de Colón, antes de La Cárcel,<br />

apenas pasando la antigua calle de Minerva, rumbo al sur a<br />

mano izquierda, está la casa en que nació Calesero, el día<br />

11 de agosto de 1914, don Justo Ramírez Sánchez,<br />

farmacéutico y doña Rosita Alonso Parga, fueron los padres,<br />

quienes, con el rostro iluminado de una mezcla de profundo<br />

amor y alegría, ofrecieron su vastago al Santo Señor <strong>del</strong><br />

Encino.<br />

Fueron abuelos de Alfonso Ramírez Alonso, por parte de su<br />

madre, don Pedro Alón y doña Rosa Parga, y por parte de su<br />

padre, doña María de Jesús Sánchez y don José María Ramírez<br />

Pérez, hermano <strong>del</strong> tercer señor cura <strong>del</strong> Encino, don Justo<br />

Ramírez Pérez; José María era todo un figurón dentro de la<br />

familia por sus puntadas jocosas en el transcurrir de la<br />

vida.<br />

Calesero tuvo cuatro hermanos más grandes que él, Jesús,<br />

Ernesto y Evangelina, y el más chico, Arnulfo, aunque<br />

también recuerda con cariño a Lupita, una niña a la que don<br />

Justo y doña Rosita abrieron las puertas de su hogar, y a<br />

quien todos vieron como una hermana más.<br />

Cuando Alfonso se acuerda de su infancia entrecierra un<br />

poco sus ojos, suspira y dice: -Fue una infancia feliz,<br />

llena de amor a mis padres y hermanos quienes fueron toda<br />

entrega. Con cuánto cariño mis padres nos inculcaron<br />

principios morales y cristianos y nos hicieron personas de<br />

temor a Dios-.<br />

202


Cursó su primaria en las escuelas Benito Juárez, en la<br />

calle Ancha, y en la Federal tipo, donde fue alumno de mi<br />

padre, profesor don Faustino Villalobos López.<br />

Los grandes amigos de su juventud fueron El Chino, Rodrigo<br />

<strong>del</strong> Valle, con quien alternó en su primer becerreada, y<br />

Arturo Muñoz, La Chicha.<br />

Nos cuenta que el mal de montera lo trae desde que tuvo uso<br />

de razón, con la satisfacción de que su papá siempre lo<br />

apoyó en sus anhelos de ser torero, aunque le hizo ver los<br />

inconvenientes, pero Alfonso siguió firme en sus<br />

propósitos, aun ante la adversidad. Fue novillero durante<br />

seis años y después de triunfar fuerte en México, ahí, el<br />

día 24 de diciembre de 1939, recibió su alternativa como<br />

matador de toros de mano de don Lorenzo Garza, y fue<br />

testigo David Liceaga. Años después, el día 30 de mayo de<br />

1946, confirmó su alternativa en Madrid, España, en la<br />

Monumental, de manos de Luis Vázquez y fungió como testigo<br />

Pepín Martín Vázquez, con toros de Sánchez Cobaleda. Sus<br />

triunfos en España lo llevaron a la Plaza de la Real<br />

Maestranza de Sevilla, en la que alternó con Gallito y El<br />

Yoni, con toros de Juan Belmente, y el embrujo <strong>del</strong> capote<br />

<strong>del</strong> Calesa hizo que la gente pidiera música. Regresó a<br />

México y toreó con lo más granado de la torería. Al torear<br />

en Orizaba con Manolete, El Monstruo de Córdoba, y con el<br />

maestro Armillita, estuvo tan bien Alfonso que se dio la<br />

gran emocionada el director de la Banda Municipal y empezó<br />

a tocar el Himno Nacional; eso le costó terminar preso en<br />

la inspección de policía y el presidente municipal fue a<br />

gestionar su libertad; cuando lo logró, amonestó al<br />

director y le dijo: -No ande haciendo eso, no lo vuelva a<br />

hacer-, y él contestó: -Pues dígale a Calesero que no<br />

vuelva a torear igual-. Por cierto que Manolete, al ver<br />

torear al Calesa le dijo a su apode Camará: -Mira, de este<br />

torero es de quien me debo cuidar, porque mira cómo torea.<br />

203


Tarde triunfal de Alfonso fue la <strong>del</strong> 10 de enero de 1954 en<br />

la Monumental de insurgentes, alternando con Chucho Córdova<br />

y el Maestro Fermín Espinoza, Armillita con toros de don<br />

Jesús Cabrera; a su primer toro, segundo de la lidia de<br />

nombre “campanillero”, le hizo un faenón que electrizó a<br />

los tendidos y lo envió al destazadero sin las dos orejas,<br />

y a su segundo toro, quinto de la lidia de nombre<br />

"Jerezano", le hizo también una magnífica faena; qué tal<br />

estaría, que a pesar de que estuvo pesado con la toledana<br />

lo hicieron dar dos vueltas al ruedo. Calesero se despidió<br />

de la afición capitalina el 24 de febrero de 1966<br />

alternando con Capetillo y Raúl García, con toros de<br />

Valparaíso, y en ese mismo año, también de la afición<br />

hidrocálida, encerrándose con seis toros en la Plaza San<br />

Marcos, todos la recuerdan como una corrida memorable.<br />

Estampa amarga en su vida de torero lo fue el percance que<br />

sufrió en la Plaza de toros el Progreso, en Guadalajara, en<br />

la que el toro "Trianero de Mimiahuapan", le infirió seis<br />

cornadas y un puntazo; se pensó que no volvería a torear,<br />

pero Dios, los médicos y la fuerza de voluntad, fueron<br />

grandes y a los quince días de la cornada estaba toreando<br />

en la Feria <strong>del</strong> Grullo, Jalisco.<br />

En cuanto a su apodo de Calesero nos dijo Alfonso que se lo<br />

puso don Vicente Ileixa, quien fue tesorero de la Compañía<br />

Goodrich Euzkadi.<br />

Don Alfonso Ramírez Alonso se casó con doña Alicia Ibarra<br />

Mora. Dios les dio ocho hijos de los que viven siete; entre<br />

los varones, tres han tenido mal de montera. Este hogar es<br />

ejemplar y bajo la égida de sus padres han crecido en medio<br />

<strong>del</strong> cariño, el respeto y temor a Dios.<br />

Nuestro poeta <strong>del</strong> toreo ha tenido nexos muy fuertes con el<br />

Santo Cristo de Triana. Calesero nació en plena época de la<br />

Revolución y el señor cura <strong>del</strong> Encino, don Isidro Navarro,<br />

le encomendó a don Justo Ramírez Sánchez, padre <strong>del</strong><br />

204


Calesero, que custodiara al Cristo milagroso, y para tal<br />

fin se lo llevó a su casa; al estar el Señor <strong>del</strong> Encino en<br />

la sala de la casa, a menos de tres metros, en la siguiente<br />

recámara, dio a luz doña Rosita Alonso a un varoncito que<br />

fue nada menos que Alfonso Ramírez Alonso, Calesero. De ahí<br />

que El Calesa mandara bordar la imagen de nuestro santo<br />

patrón en sus capotes de luces; de ahí también su costumbre<br />

de darle gracias al Santo Cristo de Triana después de una<br />

buena faena. Yo llegué a verlo con su traje de luces tinto<br />

en sangre, arrodillarse ante el Señor <strong>del</strong> Encino.<br />

Espérate tío, te estoy viendo con los ojos de la<br />

imaginación: es 25 de abril, la Plaza de Toros San Marcos<br />

está a reventar, en el ruedo un toro negro zaino de la<br />

ganadería de La Punta, toda una catedral con cuernos, se va<br />

hacia el jamelgo que monta el Güero Mochilón, se hace la<br />

reunión y con la vara es bien prendido, un pullazo con<br />

todas las de la Ley, recargando codiciosamente el punteño;<br />

tú a un lado vestido principescamente de azul y oro, le<br />

gritas al toro que se desprende <strong>del</strong> picador, lo citas con<br />

tu capote de fantasía, se arranca el toro y viene de ahí<br />

una chicuelina ceñida, otra, otra y otra; los poemas <strong>del</strong><br />

barrio <strong>del</strong> sur, los estás recitando frente al toro con tu<br />

elegancia y majestad torera, y rematas con esa flor <strong>del</strong><br />

toreo que es la revolera.<br />

El domingo 8 de septiembre de 2002, Alfonso Ramírez Alonso,<br />

Calesero, hizo el paseillo más importante de la vida pues<br />

fue con la suprema autoridad, con nuestro Padre Dios. En<br />

paz descanse una de las glorias de Triana, de nuestro<br />

Aguascalientes.” 63<br />

La descripción de La parroquia <strong>del</strong> Encino y los señores<br />

curas son el contenido <strong>del</strong> Capítulo VII. Inicia con la<br />

descripción de “El Templo <strong>del</strong> Encino”, <strong>del</strong> que dice: “Pues<br />

63 Alfonso Ramírez Alonso, Calesero. Ibdem. P. 155. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido. Miércoles 13 de noviembre de 1985.<br />

205


ien, el barrio de Triana, en Aguascalientes, tiene un<br />

santo patrón que hace posible la unión de todos los<br />

conbarrianos, este santo patrón es el Señor <strong>del</strong> Encino y<br />

tiene como morada su templo en el mero corazón <strong>del</strong> barrio,<br />

en el Jardín <strong>del</strong> Encino, en su lado norte. Hablemos <strong>del</strong><br />

templo.<br />

La parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino nace el 5 de junio de<br />

1854, por lo tanto, en Aguascalientes, antes de esta fecha<br />

tan sólo había una sola parroquia, que era la de la<br />

Asunción, y atendían sus señores curas las necesidades<br />

espirituales de todos los habitantes de lo que hoy es<br />

nuestro estado de Aguascalientes, naturalmente entre ellos<br />

las nuestro barrio de Triana.<br />

Corría el año de 1761 y era el señor cura párroco de la<br />

Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas<br />

Calientes el doctor don Mateo José de Arteaga, quien viendo<br />

las necesidades de comunicación con Dios que tenían los<br />

habitantes <strong>del</strong> barrio de Triana, mandó erigir una capilla<br />

donde hoy está el templo. No se sabe cómo se adquirió el<br />

terreno, o bien, era <strong>del</strong> dominio público o por donación o<br />

compra, el caso es que este noble señor cura, a su costa<br />

mando erigir una capilla al santo patrono <strong>del</strong> barrio, que<br />

en aquellos años fue el arcángel San Miguel.<br />

Llegó a la parroquia de la Asunción el 7 de agosto de 1769<br />

otro señor cura que sustituyo al doctor Mateo José Ortega,<br />

se trata <strong>del</strong> señor doctor don Vicente Antonio Alatorre, y<br />

viendo que la capilla erigida a San Miguel ya no se<br />

ajustaba a las necesidades de los vecinos de Triana y que<br />

se necesitaba un templo amplio y bien construido, echó<br />

manos a la obra, y en el mismo lugar en que se encontraba<br />

la capilla de San Miguel, el 12 de enero de 1773 se<br />

empezaron a hacer los cimientos <strong>del</strong> nuevo templo. En el<br />

transcurso de la construcción, creció la devoción al Santo<br />

Señor <strong>del</strong> Encino por tanto milagro hecho a sus fieles; ya<br />

206


en 1779, Marcelo de Araiza dejó un legado para que, de sus<br />

rendimientos, se le oficien en la capilla <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />

Encino misas por el eterno descanso de su alma. Total, lo<br />

que era de San Miguel pasó a ser <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino.<br />

Fueron los días 10 y 11 de marzo de 1796, fungía como señor<br />

cura de la Asunción don Miguel Martínez de los Ríos, cuando<br />

se hizo la dedicación y bendición de nuestro templo al<br />

Señor <strong>del</strong> Encino, en medio de grandes festividades<br />

religiosas y profanas; es muy probable que el señor cura<br />

don Miguel Martínez de los Ríos haya mandado pintar a los<br />

artistas mexicanos Andrés López y su hermano, el<br />

maravilloso y monumental viacrucis que adorna el templo y<br />

<strong>del</strong> cual nos ufanamos.<br />

Los anteriores datos pertenecen a estudios que hizo mi<br />

inolvidable maestro de historia, quién fuera cronista de la<br />

ciudad, don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle.<br />

Ahora bien, entremos al templo: en la parte sur <strong>del</strong> atrio,<br />

hacia el jardín y frente a la puerta <strong>del</strong> templo está un<br />

arco de cantera rosa que se me antoja de arquitectura tipo<br />

mudéjar por sus figuras grabadas; este arco tiene en la<br />

parte superior unas salientes que son sostenidas por dos<br />

conjuntos, que al ser una sola columna aparenta que son<br />

tres; se trata de columnas de tipo arquitectónico corintio<br />

porque en sus remates tiene hojas; en medio de las columnas<br />

está el arco de entrada al atrio, a los lados de las<br />

columnas tiene el arco una especie de contrafuertes y en<br />

cada uno hay labrados dos rosetones recuerdan la flor de<br />

dalia.<br />

El atrio, en su perímetro, tiene adornos de cantera como<br />

copas y en las esquinas norte y suroeste, columnas que<br />

parecen minaretes.<br />

En cuanto a la fachada principal <strong>del</strong> templo, que ve al sur,<br />

la podemos clasificar como barroca, pues está muy adornada,<br />

pero no tiene adorno sobre adorno para que fuera<br />

207


churrigueresca. La fachada principal de cantera rosa, por<br />

medio de cuatro series de columnas, está dividida en tres<br />

partes: las columnas de los extremos tienen las<br />

características propias de la arquitectura corintia, por<br />

sus remates de hojas de acanto, y siendo una sola columna<br />

aparenta ser conjunto de varias de ellas; para armonizar la<br />

fachada las columnas de arriba a abajo se dividen en dos<br />

secciones con todos sus elementos. Las columnas interiores<br />

siguen la misma distribución de los exteriores y son<br />

estípites, triangulares alargados, y en su parte media<br />

tienen un medallón con motivos religiosos. Entre columna y<br />

columna hay, de cada lado, dos nichos, y los cuatro dan a<br />

los cuatro evangelistas.<br />

Por lo que respecta a la parte central, se encuentra la<br />

puerta principal con una escalera de cuatro escalones que<br />

da acceso al templo, puerta de mezquite dividida en su<br />

parte inferior en dos y la parte superior luce la madera de<br />

mezquite adornada con clavos tipo calamón. Continúa la obra<br />

de cantera arriba de la puerta con un medallón que tiene<br />

labrada una Dolorosa y sigue una gran ventana oval<br />

enmarcada con su magnífica obra de cantera; esta ventana,<br />

con emplomados, da luz al coro y al templo. Arriba <strong>del</strong><br />

ventanal preside toda la fachada un Cristo tallado en<br />

cantera, rematando toda la fachada con un semicírculo.<br />

En cuanto a la torre, se ubica al lado poniente de la<br />

fachada <strong>del</strong> templo; de abaja hacia arriba tiene una pared<br />

de cantera con dos tragaluces; luego sigue la base de la<br />

torre con lozas de cantera que figuran piedras<br />

cuatrapeadas; en esta base está el reloj y luego sigue la<br />

torre con tres cuerpos separados por cornisas semi-oblongas<br />

y en cada una de las caras <strong>del</strong> cuerpo hay balcones con<br />

barandales; las esquinas de las partes integrantes de la<br />

torre tienen conjuntos de columnas que forman una sola, con<br />

características de distintos órdenes arquitectónicos; en el<br />

208


primer cuerpo son de tipo dórico o toscano, son columnas<br />

severas; el segundo son columnas jónicas, con sus remates<br />

en espiral, y las <strong>del</strong> tercero son corintias, con sus<br />

remates con hojas de acanto rematando la torre con su<br />

linternilla y una cruz.<br />

En la parte superior <strong>del</strong> ábside <strong>del</strong> templo está construida<br />

una cúpula, el tambor donde se asienta es octagonal y en<br />

cada lado hay en su pared un gran ventanal con marco de<br />

cantera y emplomado. Sobre esta base se construyó una<br />

cúpula de medio punto y sobre ella su linternilla con su<br />

cruz; esta cúpula está toda cubierta de mosaicos de colores<br />

blanco y azul, lo que recuerda el estilo talaveresco. En la<br />

pared oriente <strong>del</strong> templo está una primorosa gran puerta,<br />

con los adornos <strong>del</strong> dintel de cantera, de estilo barroco;<br />

la puerta es de mezquite con clavos tipo calamón y este<br />

conjunto hace esquina con el museo J. Guadalupe Posada<br />

(antes casa <strong>del</strong> curato) y forman una rinconada rica en<br />

belleza, propia para escenificar entremeses cervantinos.<br />

Después de haber descrito por fuera el templo entremos al<br />

santo santórum de los trianeros aguascalentenses, la<br />

residencia <strong>del</strong> Santo Señor <strong>del</strong> Encino. ¡Qué esplendor de<br />

casa de nuestro patrón! Su planta en forma de cruz, el<br />

Señor <strong>del</strong> Encino presidiendo el recinto, éste en un<br />

adoratorio sobre el altar compuesto por columnas rematadas<br />

con una cúpula, que recuerda la arquitectura hindú. Ahí<br />

está nuestro patrón recibiendo las plegarias de sus hijos,<br />

¡cuántas solicitudes de consuelo!, ¡cuántas de iluminación<br />

o de consejo!, ¡cuántas de agradecimiento! Ahí está el<br />

Señor <strong>del</strong> Encino que nos oye, nos consuela, nos aconseja.<br />

La nave tiene piso de madera de mezquite, la cual ya pasa<br />

de los cien años y la han podido conservar los señores<br />

curas, dándole mantenimiento, puliéndola y barnizándola.<br />

El máximo adorno <strong>del</strong> templo es el vía crucis monumental que<br />

fue pintado por Andrés López y su hermano, en la Ciudad de<br />

209


México, en los últimos años de la época colonial; este vía<br />

crucis cubre los muros <strong>del</strong> templo, con excepción de una<br />

estación que de inmediato se nota que no es <strong>del</strong> mismo<br />

pincel; lamentablemente no se sabe dónde está el cuadro que<br />

falta, pintado por los López. Los cuadros están enmarcados<br />

en estuco dorado con hoja de oro y en la base de cada uno<br />

tienen una concha con números romanos indicando de qué<br />

estación se trata; entre sí están separados por columnas<br />

que por su severidad se antojan herrerianas.<br />

Se hace notar que al ser pintados los cuadros <strong>del</strong> vía<br />

crucis en la capital <strong>del</strong> Virreinato de la Ciudad de México,<br />

tuvieron que llegar a la Villa de Nuestra Señora de la<br />

Asunción en carromatos o a lomo de mula.<br />

El señor cura <strong>del</strong> Encino, don Salvador Jiménez Díaz,<br />

consiguió que el gobierno federal enviara a un equipo de<br />

restauradores a tratar los cuadros <strong>del</strong> vía crucis. ¡Oh<br />

maravilla! Fueron restaurados en tal forma que los<br />

respetaron en sus tonos y da la impresión que están recién<br />

pintados por los hermanos López.<br />

Dejo a los críticos de arte un análisis acucioso de todos y<br />

cada uno de los cuadros para enriquecer nuestro<br />

conocimiento sobre ellos; sé que ya hay un trabajo al<br />

respecto hecho por el erudito doctor don Alfonso Pérez<br />

Romo.<br />

En cuanto a la pared norte <strong>del</strong> templo o retablo, que está<br />

detrás <strong>del</strong> altar, tiene un gran arco de estuco, con adornos<br />

barrocos, lo mismo que los adornos de las bóvedas <strong>del</strong> cañón<br />

<strong>del</strong> templo, todos estos adornos están sobredorados con hoja<br />

de oro y en su afán de pulcritud, el señor cura Juan<br />

Antonio González Salce a gran costo está remozando este<br />

sagrado recinto y están luciendo en todo su esplendor los<br />

adornos sobredorados.<br />

Todo el templo tiene un guardapolvo de mosaicos tipo<br />

talavera, reminiscencia de guardapolvos andaluces.<br />

210


Templo <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, casa de nuestro patrón, ahí<br />

estás, Cristo mío, tu brazo izquierdo fuera de la cruz;<br />

Cristo lleno de leyendas que hace que mi mente te acompañe<br />

en el Calvario de Jerusalén; tu vía crucis, orgullo de<br />

todos los aguascalentenses nos hace caminar a tu lado en tu<br />

pasión dolorosa voluntariamente aceptada.” 64<br />

En seguida hace un esbozo histórico de los “Inicios de la<br />

Parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino”. Ahí dice: “A mediados <strong>del</strong><br />

siglo XIX se erigió la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino en<br />

Aguascalientes; en aquellos años sólo existía la parroquia<br />

de la Asunción, pero debido al crecimiento de la población,<br />

el gobierno eclesiástico con sede en la ciudad de<br />

Guadalajara vio conveniente crear otra parroquia y fue la<br />

<strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino; fueron sus primeros señores curas don<br />

Abundio Fernández Narváez y don Agustín Gómez. Preocupado<br />

por tener noticias de ellos encomendé a mi hermano, el<br />

doctor Jesús Villalobos Ramírez, quien vive en Guadalajara,<br />

acudiera a la oficina donde están los archivos de la<br />

arquidiócesis de Guadalajara y se pusiera a indagar sobre<br />

estos primeros señores curas, con la esperanza de que se<br />

tuviera un expediente de cada uno de ellos en el que<br />

estuvieran sus datos biográficos. En las primeras<br />

instancias le dijeron que no había documento alguno, pero<br />

se dio cuenta un sacerdote funcionario <strong>del</strong> archivo y le<br />

dijo -Déjeme ver qué es lo que tenemos-; efectivamente, no<br />

hubo ningún documento oficial, pero consiguió la copia de<br />

diez documentos con interés muy grande para conocer las<br />

vicisitudes con que empezó su vida la parroquia <strong>del</strong> Encino.<br />

La copia de estos documentos viene en dieciocho fojas y nos<br />

va a servir de mucho para comprender la situación de<br />

nuestra parroquia <strong>del</strong> Encino en sus primeros tiempos, por<br />

lo tanto, vamos a estructurar el presente trabajo con base<br />

en dichos documentos.<br />

64 Ibdem. Pp. 161-166<br />

211


En primer lugar, lo que sirvió de límite en las parroquias<br />

para determinar su jurisdicción fue el arroyo que<br />

atravesaba la población. Ahí se desfogaba el manantial de<br />

Ojocaliente; posteriormente sirvió como un caño de aguas<br />

negras, hoy día es la avenida López Mateos. De ese arroyo<br />

hacia el sur, sería la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino de<br />

ese arroyo hacia el norte, la parroquia de la Asunción.<br />

El día 5 de julio <strong>del</strong> año 1854, el señor cura don Trinidad<br />

Romo (supongo fue señor cura de la parroquia de la<br />

Asunción) recibió el auto en que se decreta la creación de<br />

la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, por las autoridades<br />

eclesiásticas de Guadalajara.<br />

El señor cura Romo, al siguiente domingo, leyó desde el<br />

pulpito y en las misas el auto recibido de las autoridades<br />

eclesiásticas y cumplió con este auto de erección de la<br />

parroquia <strong>del</strong> Encino; conforme al mismo le hizo entrega al<br />

señor presbítero don Abundio Fernández Narváez, que fue el<br />

primer señor cura de la parroquia <strong>del</strong> Encino, entrega que<br />

le hizo mediante un inventario de los bienes de la<br />

parroquia. Es curioso ver que junto con el inventario de lo<br />

que existía en el templo <strong>del</strong> Encino se anexó el de la<br />

capilla <strong>del</strong> Señor de la Salud. Veamos algunas cosas que<br />

hace mención el inventario y que tienen gran importancia,<br />

ya que podremos tener una estampa de cómo era la parroquia<br />

<strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino cuando se inició como tal. En el<br />

inventario nos dicen que al fondo <strong>del</strong> templo había un<br />

retablo de madera que ocupaba la altura de la iglesia, su<br />

color era azufrado con cuatro columnas; en el centro, el<br />

trono <strong>del</strong> Señor, de dos o tres varas de alto y una y media<br />

de ancho, con vidrios al frente y a los lados; en la<br />

extremidad superior <strong>del</strong> retablo un óvalo grande, con un<br />

lienzo y la pintura <strong>del</strong> Padre Eterno con su ráfaga dorada;<br />

en la parte inferior <strong>del</strong> retablo, un sagrario con su puerta<br />

de cortina de tela y galón blanco; en la orilla, a la<br />

212


derecha <strong>del</strong> trono principal, el de nuestra Señora de los<br />

Dolores, de dos o tres varas de alto y una y media de ancho<br />

con vidrios al frente, dos de ellos quebrados y los<br />

laterales buenos; <strong>del</strong> lado izquierdo también otro trono con<br />

San Juan, sin vidrios, de igual altura. Se contaba ahí en<br />

aquel altar con cuatro blandones (así les llamaban a los<br />

can<strong>del</strong>abros) de madera y dos pedestales para poner adornos;<br />

tres sillas grandes forradas en terciopelo carmesí, con<br />

galones amarillos; toda la parte <strong>del</strong> presbiterio lo<br />

separaba <strong>del</strong> resto <strong>del</strong> templo con un barandal de fierro; el<br />

altar era una mesa con su frontal de madera, de cuatro por<br />

una vara la cubierta, y cinco cuartas de vara de alto.<br />

En los costados de la iglesia había dos altares, en el de<br />

la derecha estaba el sagrario con el depósito con una<br />

cupulita, arriba, todo sobredorado; el sagrario estaba<br />

colocado sobre una columna de piedra que tenía tres varas<br />

de largo por tres cuartos de vara de ancho y cinco de alto,<br />

era como un altar. El altar <strong>del</strong> cuerpo de la iglesia que<br />

estaba a la izquierda, estaba dedicado al Señor San José.<br />

Una parte muy interesante de dicho inventario nos dice que<br />

el cañón de la iglesia estaba adornado con quince cuadros<br />

en lienzo de más de siete varas de alto por cinco de ancho,<br />

de pincel mexicano, que representaba la pasión de<br />

Jesucristo con marcos de madera jaspeada. En este caso el<br />

inventario se refiere al vía crucis <strong>del</strong> Encino pintado a<br />

fines de la Colonia por los hermanos López.<br />

En el inventario también se hace referencia a que había un<br />

pulpito, el bautisterio, la sacristía; en cuanto a cera,<br />

tenían tres y media arrobas y contaban con la estufa <strong>del</strong><br />

santísimo, la cual no era otra cosa sino un carruaje en el<br />

cual llevaban al Santísimo <strong>del</strong> templo a la casa de los<br />

moribundos para suministrarles el viático.<br />

También se habla de terrenos y capitales y dice que hay una<br />

casa contigua, la casa <strong>del</strong> curato, hoy día Museo Guadalupe<br />

213


Posada, con cuatro piezas, no muy servibles tres de ellas<br />

destechadas y sin puertas; por lo tanto, la casa curato<br />

estaba en situaciones lamentables.<br />

Se contaba con un terreno ubicado en la jabonera de don<br />

José Francisco Chávez de cuarenta y nueve por ciento un<br />

varas, así como otro terreno, compuesto de seis o siete<br />

solares, que daba una renta anual, cada una de veinte<br />

reales.<br />

Habia cien pesos que donó don Juan José Macías, fincados en<br />

el portal conocido con el nombre de "Los Cinco Señores", lo<br />

que nos da a entender que tenían dinero prestado a rédito<br />

con garantía hipotecaria. También se habla de un capital de<br />

tres mil pesos que se había prestado a la Hacienda de<br />

Peñuelas cuyo pago de su réditos eran muy puntuales y<br />

empleado en las fiestas <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino.<br />

En cuanto a imágenes de bulto este inventario nos dice que<br />

estaba el Señor <strong>del</strong> Encino con sus potencias de oro, o sea,<br />

esa corona de rayos que tiene en la cabeza otra escultura<br />

<strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino que es la peregrina, la que salía de<br />

un lugar a otro, otra de nuestra Señora de los Dolores, de<br />

San José y el Niño; otra que me llamó mucho la atención, es<br />

la de Nuestra Señora de Triana, con la parte superior <strong>del</strong><br />

cuerpo de marfil, sin cabellera, con un vestido viejo de<br />

seda. Dos Cristos iguales al Señor <strong>del</strong> Encino pero<br />

pequeños, con potencias de plata y dos crucifijos de metal.<br />

En cuanto a pinturas, se contaba con trece cuadros de<br />

pincel de lienzos chicos y grandes y dos más que están en<br />

la columna de la iglesia.<br />

En cuanto a objetos de plata, habla de un lámpara de dos<br />

arrobas y ocho libras, algo así como veintiséis kilos<br />

doscientos gramos; dos can<strong>del</strong>abros chicos; un incensario<br />

con naveta y cucharilla, también de plata; otro igual de<br />

lámina habilitado con dos coronas chicas; dos platillos de<br />

vinageras con dos casquillos; tres arbortantes grandes; una<br />

214


campanilla dorada; una vara <strong>del</strong> Señor San José, también de<br />

plata, y una custodia con rayos; también habla de cosas de<br />

la Parroquia como veinte fanegas de maíz, cuatro de frijol<br />

y varias llaves y cajas.<br />

En cuanto a documentos que amparaban la propiedad de bienes<br />

inmuebles y mutuos con garantía hipotecaria, informa que<br />

sólo tenían el de una donación que hizo Juan José Macías,<br />

por la cantidad de cien pesos moneda nacional, mismos con<br />

los que se había hecho un mutuo con garantía hipotecaria,<br />

sobre el portal de "Los Cinco Señores”.<br />

También se habla de un terreno que fue de don Francisco<br />

Chávez y que se adquirió en medio de una adjudicación a<br />

favor de la parroquia por la cantidad de mil pesos moneda<br />

nacional.<br />

Otro terreno de seis o siete solares, ubicado a la orilla<br />

de la cañada, que fue donado por don Rugerio Ruiz Esparza.<br />

De estas dos propiedades no se tenía ningún documento; por<br />

lo que respecta al segundo, el señor cura se entrevistó con<br />

el síndico de la sucesión de don Rugerio Ruiz Esparza, que<br />

fue el licenciado Luis Gonzaga López, y le dijo que no se<br />

preocupara, que en dos o tres días tendría las escrituras<br />

registradas.<br />

Hace también referencia a un capital donado por don Nabor<br />

Pedroza, por la cantidad de tres mil pesos moneda nacional,<br />

mismos que también estaban conectados con un juicio<br />

sucesorio y no tenían comprobantes, probablemente este<br />

capital es el que prestaron a la Hacienda de Peñuelas.<br />

El anterior inventario fue firmado por los señores curas<br />

don Trinidad Romo y don Abundio Fernández Narváez, es<br />

decir, por quien entregaba y por quien recibía, y tiene<br />

fecha de 20 de julio de 1854.<br />

Dentro de los documentos que me enviaron <strong>del</strong> archivo <strong>del</strong><br />

arzobispado de Guadalajara, existe una comunicación de<br />

fecha julio 31 de 1854, suscrito por las autoridades<br />

215


eclesiásticas de Guadalajara y dirigido al señor cura <strong>del</strong><br />

Encino, en el que le llaman la atención sobre dicho<br />

inventario, en el sentido de que no se hacen bastantes<br />

explicaciones para obtener suficientes conocimientos<br />

respecto a los terrenos; que no dice cuál es el origen de<br />

los mismos; le preguntan si hay documentos que aseguren la<br />

propiedad de ellos, respecto a los capitales que<br />

manifiestan tampoco se establece si hay documentos en los<br />

que se garantizan, como el de los cien pesos, que están<br />

sobre el portal de "Los Cinco Señores". Sobre el capital de<br />

tres mil pesos que donó don Nabor Pedroza, dice que<br />

realmente no se establece cuál es el documento que lo<br />

ampara, sino que se habla de un juicio sucesorio; en cuanto<br />

la casa cural dicen que está destrozada y es necesarísimo<br />

que se reconstruya para mismo beneficio <strong>del</strong> curato. De esta<br />

manera mandan pedir explicaciones sobre lo que el<br />

inventario dice. Hay que tomar en cuenta que en esta época<br />

que estamos comentando, de aquí a Guadalajara se hacían<br />

cuatro días de camino, por lo tanto, se mandó el inventario<br />

y en cuanto llegó contestaron para pedir las explicaciones.<br />

El día 23 de agosto de 1854 el señor cura don Abundio<br />

Fernández Narváez envió a la Mitra de Guadalajara la<br />

explicación sobre lo que le preguntan de dicho inventario,<br />

y empieza diciendo lo siguiente: "Excelentísimo e<br />

Ilustrísimo Señor, con fecha treinta y uno de julio recibí<br />

una comunicación en que se me pide una noticia<br />

circunstanciada de las fincas y capitales pertenecientes a<br />

este santuario, de su origen y documentos que aseguren la<br />

propiedad de esta iglesia, comentando que respecto a<br />

escrituras lo único que he encontrado es la de don Juan<br />

José Macías en que donó un capital de cien pesos y que está<br />

prestado sobre el portal, cuyo rédito está al corriente y<br />

es en beneficio los réditos de la Sagrada Imagen".<br />

216


Comenta que respecto al terreno de don José Francisco<br />

Chávez, su origen es una adjudicación en virtud de que<br />

dicho señor debía mil pesos a la parroquia, entonces el<br />

señor cura acudió con el señor Pablo N. Chávez, que fue<br />

albacea de don Francisco y le comunicó que no estaba al<br />

tanto de dicho documento ya que él ofreció todos los bienes<br />

de la sucesión de don José Francisco Chávez para un<br />

concurso que se fincó sobre la sucesión y que a través de<br />

ese concurso fue como se aplicó ese terreno al Señor <strong>del</strong><br />

Encino; le comunicaron a don Abundio Fernández Narváez que<br />

ese terreno, de seis o siete solares situados a la orilla<br />

de la cañada está al corriente en cuanto a los réditos que<br />

sirvieron de los centavos que prestaron por esos terrenos y<br />

que estos intereses se gastan en la fiesta <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />

Encino.<br />

En la misma sucesión involucran la hecha por don Rugerio<br />

Ruiz Esparza, y el señor cura don Abundio Fernández Narváez<br />

acudió con el síndico <strong>del</strong> concurso, licenciado don Luis<br />

Gonzaga López; éste le dijo que en un término de dos o tres<br />

días tendría las escrituras registradas; nunca hubo tales<br />

escrituras. En cuanto al capital que donó don Nabor<br />

Pedroza, también se encontraba con algunos enredos<br />

judiciales y no había documentación que acreditara esta<br />

donación.<br />

En la misma comunicación, don Abundio Fernández Narváez le<br />

hizo saber al arzobispo que tenía penurias económicas muy<br />

grandes, que no sabía cómo cubrir los gastos que originó la<br />

parroquia, como el pago al sacristán, a los monaguillos, al<br />

campanero, al cantor, al organista, al cochero para la<br />

estufa, en fin, manifiesta muchas necesidades; termina<br />

hablando sobre la obra que había hecho el señor cura Romo:<br />

un pie de altar de piedra con su respectivo gradín y trono<br />

para las exposiciones <strong>del</strong> Santísimo, que está muy<br />

217


deteriorado, y pide autorización para pedir a la feligresía<br />

que lo ayude para reestructurarlo.<br />

Esta es la última actuación que tenemos de don Abundio<br />

Fernández Narváez; aparece firmada esta comunicación por<br />

él.<br />

El señor cura Abundio Fernández Narváez, quien fuera primer<br />

señor cura de la parroquia <strong>del</strong> Encino, la recibió en el mes<br />

de junio <strong>del</strong> año 1854. Cuando esto sucedió don Abundio<br />

tenía treinta y ocho años de edad y da la impresión de que<br />

se sentía muy enfermo; y seguramente pidió a la<br />

superioridad que lo relevaran de su cargo; la autoridad<br />

eclesiástica aceptó la petición y nombró como nuevo señor<br />

cura a don Agustín Gómez.<br />

Hurgando los libros de actas de entierro de la parroquia<br />

<strong>del</strong> Encino me encontré la de don Abundio Fernández, de la<br />

que se deduce falleció en esta ciudad de Aguascalientes el<br />

día 10 de enero de 1875, la causa de su muerte fue<br />

hidropesía; su última morada la tuvo en la calle <strong>del</strong><br />

Obrador, y murió a las cinco y media de la tarde. En la<br />

misma acta se establece que sus padres fueron don Pedro<br />

Fernández y doña Petra Narváez: su edad al morir fue de<br />

cincuenta y nueve años.<br />

Agustín Gómez tomó posesión de la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />

Encino en su carácter de señor cura, el día 5 de marzo de<br />

1855. Comunicó a la mitra de Guadalajara el día 26 de marzo<br />

de 1855 que había tomado posesión de la parroquia <strong>del</strong> Señor<br />

<strong>del</strong> Encino, en virtud de las órdenes dadas por esa<br />

autoridad. Dice también que don Abundio Fernández Narváez<br />

tiene expedito el uso de su licencia y que seguirá como<br />

ministro de la parroquia, pero que está muy enfermo, por lo<br />

que don Agustín Gómez pidió que le mandaran para que lo<br />

ayude al presbítero don Francisco García, quien estaba en<br />

la parroquia de Cuquio. Se disculpa por la tardanza de<br />

comunicar la toma de la posesión de la parroquia, en virtud<br />

218


de que por esos días, estaban en plena cuaresma y es por<br />

eso que lo hace hasta el día 26 de marzo.<br />

Era costumbre de los señores curas, cuando tomaban posesión<br />

de una parroquia informar a la superioridad la situación<br />

que la misma guarda en ese momento. Don Agustín Gómez<br />

informó el día 19 de mayo de 1855 la situación en que se<br />

encontraba la parroquia <strong>del</strong> Encino cuando él la recibió, y<br />

en ese informe dice a la superior autoridad que en cuanto<br />

al inventario, es exactamente igual que el que obraba en el<br />

poder de ellos. Pero hace unas observaciones en esta<br />

información, por ejemplo, nos dice que el enjarre o el<br />

blanqueado de la parroquia, es muy antiguo, por lo tanto,<br />

necesitaba reparación; dice que casi todos los vidrios<br />

estaban rotos, que los pájaros pasaban por los ventanales,<br />

anidaban dentro <strong>del</strong> templo y pasaban en plena libertad como<br />

si estuvieran en un bosque desierto, por lo que la<br />

<strong>presencia</strong> de ellos hacía que la parroquia se ensuciara con<br />

sus nidos y excremento. En cuanto a los ornamentos dice que<br />

faltaban de muchos colores para oficios de Semana Santa, lo<br />

mismo para entierros aun de mediana pompa; no hay ánforas<br />

para los óleos, ni para el sagrado depósito, y los que<br />

aparecen en el inventario son unos vasitos de cristal; que<br />

la pila bautismal no está como lo prevé el rito de la<br />

Iglesia; en cuanto al culto, dice que se sostiene con el<br />

fondo de fábrica y las limosnas cortas que dan los fieles y<br />

que hay quien opina que a la parroquia debe sostenerla la<br />

Iglesia con las limosnas y derechos que cobra por entierros<br />

y otros servicios. Se queja de la falta de ministros para<br />

que le ayuden; se refiere al anterior señor cura don<br />

Abundio Fernández Narváez, que está muy enfermo, y don José<br />

María González atiende la Hacienda de Peñuelas y le pagan<br />

cuarenta pesos mensuales. Dice que también vive en el<br />

curato el presbítero don Mariano Díaz, el cual esta<br />

jubilado, por esto no se puede contar con él, ni en los<br />

219


días santos y no consigue que los acompañe a los oficios<br />

aun ofreciéndole gratificación. Cuando se refiere a la casa<br />

<strong>del</strong> curato dice que es una lástima, que está en ruinas, y<br />

que para repararla le han dicho que costaría como unos dos<br />

mil pesos, y que él no puede sufragar los gastos. Por lo<br />

que a él respecta, vivía en una casa distante de la<br />

parroquia y le cobran doce pesos mensuales de renta, que no<br />

había podido encontrar otra cerca para ayudar en una forma<br />

más efectiva a la feligresía.<br />

En cuanto a capitales y fincas de la parroquia, dice que<br />

hay un capital de tres mil pesos fincado en Peñuelas; se<br />

refiere aquí a un mutuo con interés y garantía hipotecaria<br />

cuyos réditos estaban al corriente; dice que las escrituras<br />

están en la secretaría <strong>del</strong> Supremo Gobierno Eclesiástico y<br />

que fue creado este capital con la finalidad de que se<br />

oficiara una misa cada día trece <strong>del</strong> mes en honor <strong>del</strong> Señor<br />

<strong>del</strong> Encino. Habla de cien pesos que están fincados en la<br />

esquina de "Los Cinco Señores", y que los réditos que<br />

proporcionan están dedicados a costear la función anual <strong>del</strong><br />

Señor <strong>del</strong> Encino, el día 13 de noviembre.<br />

También menciona un solar conocido como "La Jabonera" que<br />

fue de don Francisco Chávez, dice que actualmente nada<br />

produce ni puede producir, pues en sus terrenos hay<br />

escombros y unos cimientos, le falta casi toda la pared de<br />

enfrente a la calle y se necesitan fondos para repararla y<br />

evitar los desórdenes que pudiera haber en dicho terreno.<br />

Señala un terreno que se dice que tiene una hipoteca, está<br />

en la Cañada, en el inventario lo nombran de seis o siete<br />

solares, conocidos por <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino y no serán ni<br />

tres solares que producen dieciséis fanegas, producto que<br />

se aplica también a la fiesta anual <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino;<br />

de ese terreno y <strong>del</strong> anterior no hay títulos de propiedad,<br />

tan sólo la parroquia tiene la posesión. Termina su informe<br />

quejándose de la pobreza de la parroquia y dice que al año<br />

220


han de entrar tres mil pesos por limosnas y derechos que<br />

cobran por servicios parroquiales, que sin embargo tienen<br />

que pagar al notario, al sacristán, al campanero, a los<br />

monaguillos, la renta de la casa donde él vive, al cantor,<br />

al organista, en fin, los gastos propios de la parroquia.<br />

También dice que la parroquia tiene un coche destinado para<br />

llevar el viático, o sea, el Santísimo Sacramento que se<br />

llevaba a los moribundos; dicho carruaje no tenía tronco de<br />

mulas para arrastrarlo, que había quien las prestaba cuando<br />

era necesario, pero cuando no podían conseguir prestados<br />

los animales para jalarlo, él tenía que alquilar troncos de<br />

mulas para tal fin.<br />

Alguien había comunicado a las autoridades eclesiásticas de<br />

Guadalajara que en la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino se<br />

contaba con bastante material de construcción acopiado para<br />

reconstruir la casa <strong>del</strong> curato, y el día 14 de julio de<br />

1855, don Agustín Gómez envió un comunicado a la<br />

superioridad en el mismo y dice que actualmente no hay, ni<br />

ha habido, ni un grano de arena, destinado para la casa<br />

cural.<br />

Con fecha 25 de enero de 1860, el señor cura Agustín Gómez<br />

envió a la Mitra de Guadalajara un escrito en el que, sin<br />

manifestarlo abiertamente, hace notar que tenía<br />

dificultades con el señor cura de la parroquia de la<br />

Asunción. En dicho escrito establece que en la ciudad de<br />

Aguascalientes hay dos parroquias, la de la Asunción y la<br />

<strong>del</strong> Encino, y que por la ignorancia de la gente piensan que<br />

un señor cura debe estar sujeto al otro, lo que va en<br />

detrimento de la autoridad de la Iglesia. Dice que esto<br />

hace que la gente pida a un párroco lo que de oficio<br />

corresponde al ministro de la otra parroquia y esto puede<br />

causar grandes inconvenientes y situaciones embarazosas en<br />

el desempeño <strong>del</strong> ministerio parroquial. Señala que él,<br />

naturalmente lo que pretende es evitar que haya problemas y<br />

221


hacer más notorios los derechos de la parroquia <strong>del</strong> Señor<br />

<strong>del</strong> Encino por lo tanto, le pide a la sagrada mitra que le<br />

contesten las siguientes preguntas o problemas:<br />

Primera: Si en Aguascalientes hay dos señores curas, ¿puede<br />

cada uno decirse que es el señor cura de Aguascalientes, o<br />

bien, cada quien debe decir soy señor cura de la Asunción,<br />

y el otro decir soy señor cura de la parroquia <strong>del</strong> Señor<br />

<strong>del</strong> Encino?<br />

Segunda: En el auto de erección de la parroquia <strong>del</strong> Encino<br />

se dice que en Aguascalientes no hay más de dos camposantos<br />

y ambos quedan en la demarcación <strong>del</strong> Encino, se concede que<br />

el de San Marcos sirva a ambas parroquias mientras que la<br />

parroquia de la Asunción haga uno nuevo, que sería cuanto<br />

antes, teniendo ya como es notorio que tiene en corriente o<br />

en uso <strong>del</strong> camposanto de Guadalupe. ¿La parroquia de la<br />

Asunción tiene derecho aún para seguir en el uso<br />

provisional que se le concedió en el camposanto de San<br />

Marcos, que está en la demarcación <strong>del</strong> Encino?<br />

Tercera: Mientras el camposanto de San Marcos ha servido o<br />

sirve a las dos parroquias de Aguascalientes, a la <strong>del</strong><br />

Encino como propietaria, y a la de la Asunción porque no<br />

tiene otro, ¿a cuál de las dos parroquias ha correspondido<br />

y toca la obligación de cuidar de él, guardar la llave y<br />

todo lo que corresponde a la administración económica de<br />

tal lugar?<br />

Cuarta: ¿Los transeúntes que fallecen en Aguascalientes han<br />

debido y deben sepultarse en la parroquia donde mueren?<br />

¿Antes de fallecer pueden elegir el panteón que quieren o<br />

los deudos de ellos, independientemente de la parroquia<br />

donde hayan fallecido?<br />

Quinta: Los clérigos que al ser ministros de la parroquia<br />

de la Asunción adscritos a ella, viven y tienen su asiento<br />

de casa en la parroquia <strong>del</strong> Encino, en su fallecimiento,<br />

¿dónde deben sepultarse? Lo mismo se entiende si son<br />

222


ministros <strong>del</strong> Encino o viven en la parroquia de la<br />

Asunción.<br />

Sexta y última: ¿Alguno de los dos párrocos de<br />

Aguascalientes tiene algún derecho o está autorizado para<br />

oír quejas o reclamaciones que los fieles le hagan <strong>del</strong><br />

otro?<br />

Por último, de don Agustín Gómez, hay una comunicación que<br />

dirige a la mitra de Guadalajara, con fecha 29 de abril de<br />

1860, con la queja de que el señor cura de la Asunción no<br />

publicó en los tableros de la parroquia el edicto de fecha<br />

28 de febrero de dicho año, y pide que se le diga a este<br />

señor cura que cumpla con lo dispuesto por la mitra de<br />

Guadalajara. Da la impresión que este edicto que envió la<br />

mitra de Guadalajara es la contestación a los seis puntos<br />

problemáticos que don Agustín Gómez externó.<br />

De lo anterior concluimos que don Agustín Gómez fue un<br />

hombre de armas tomar; defendía sus derechos de señor cura;<br />

que recibió la parroquia en situaciones económicas muy<br />

difíciles; en fin, que tuvo dificultades en su primer<br />

periodo en la parroquia porque en los ocho meses que duró<br />

don Abundio Fernández Narváez no se ha de haber hecho<br />

absolutamente nada, máxime si estaba achacoso.<br />

Por lo que respecta al tercer señor cura -mi tío bisabueloyo<br />

me di cuenta, por tradición familiar, que él tuvo otra<br />

etapa mucho muy distinta, en la que reparó el edificio de<br />

la parroquia y de la casa cural, puso el piso de duela de<br />

mezquite que actualmente tiene, y la proveyó de reloj, de<br />

órgano, en fin, hizo muchas obras. Eso es señal de que en<br />

la administración de la parroquia en su época ya no le<br />

tocaron las penurias que sufrieron los dos primeros<br />

curas.” 65<br />

En seguida hace una descripción biográfica de los curas <strong>del</strong><br />

templo <strong>del</strong> Encino el primero es el “Señor cura don Justo<br />

65 Ibdem. pp. 166-175.<br />

223


Ramírez Pérez”, <strong>del</strong> que dice: “El señor cura Justo Ramírez<br />

Pérez nació en la vecina población de San Juan de los Lagos<br />

el día 19 de julio de 1828; fueron sus padres los señores<br />

don Juan Nepomuceno Ramírez y doña Cayetana Pérez, y sus<br />

abuelos paternos don Gregorio Ramírez y de María Dolores<br />

Guzmán, y maternos don José Guadalupe Pérez y doña María<br />

Gómez; al abrigo de la Virgen de San Juan y de la muy<br />

católica familia Ramírez este niño crece en un ambiente de<br />

cariño, de respeto a Dios y a la religión. Después de hacer<br />

sus estudios primarios le nació la vocación de ser<br />

sacerdote y soldado de Cristo; al terminar sus estudios en<br />

su tierra natal se trasladó al Seminario Conciliar de<br />

Guadalajara para hacer estudios sacerdotales y, después de<br />

que cursó su seminario con éxito, el día 8 de julio de 1854<br />

recibió las sagradas órdenes. Sus superiores lo nombraron<br />

director administrador <strong>del</strong> Colegio Clerical de aquella<br />

ciudad, cuyo cargo desempeñó a satisfacción; por tradición<br />

familiar sé que también sirvió como señor cura en la<br />

parroquia de San Juan de Dios, en la capital tapatía.<br />

El señor obispo de Guadalajara envía al sacerdote Justo<br />

Ramírez Pérez a lo que fue la Villa de Nuestra Señora de la<br />

Asunción de las Aguas Calientes para que fuera señor cura<br />

de la parroquia <strong>del</strong> Encino, <strong>del</strong> barrio de Triana, y llegó<br />

el día 8 de julio de 1864, primero en calidad de interino<br />

y, en virtud de su responsabilidad extraordinaria, para<br />

atender a la feligresía. Debido al celo en el desempeño de<br />

sus labores lo nombraron señor cura propio y tomó posesión<br />

<strong>del</strong> cargo el día 4 de enero de 1867, cargo que desempeñó<br />

dignamente hasta el 2 de febrero de 1885, en que pasó a<br />

mejor vida.<br />

El señor cura Justo Ramírez Pérez fue el segundo cura<br />

párroco propio de la parroquia <strong>del</strong> Encino, pues a partir de<br />

la fundación de ésta, en 1854, el primer señor cura con<br />

cargo de interino fue don Abundio Fernández; luego, como<br />

224


primer señor cura propio, don Agustín Gómez y como segundo<br />

señor cura propio, nuestro biografiado.<br />

Don Justo Ramírez Pérez fue una persona amante de la<br />

cultura y de su patrimonio. Fundó y sostuvo un colegio<br />

superior que se llamó San Luis Gonzaga, el cual inició<br />

labores educativas el día 4 de enero de 1869. De este<br />

colegio salieron veintidós alumnos que se ordenaron como<br />

sacerdotes; también hubo varios abogados y médicos que<br />

hicieron sus estudios ahí. Alguna vez escuché de voz de don<br />

Rosalío Esparza, ya en su ancianidad, de que él se dio<br />

cuenta cómo le dolía profundamente al señor cura don Justo<br />

Ramírez Pérez, en su última enfermedad, pensar que el<br />

colegio desaparecería.<br />

¡Cuánto amor tuvo por la cultura! Por eso lo podemos<br />

catalogar como pedagogo lo mismo como gran trabajador<br />

social, ya que su labor no la redujo única y exclusivamente<br />

a su función como sacerdote, sino que se prodigó a sus<br />

semejantes, siempre estuvo al pendiente de la buena marcha<br />

de las familias <strong>del</strong> barrio y presente en sus momentos de<br />

angustia así como en los momentos de alegría, porque para<br />

aquella gente no había alegría completa si no estaba su<br />

párroco en la fiesta.<br />

Don Justo Ramírez Pérez metía en cintura a la gente <strong>del</strong><br />

barrio, y cuando sabía que iba a haber una de aquellas<br />

reuniones de los matones que se juntaban en la Tienda <strong>del</strong><br />

Toro, allá por el barrio de la Salud, en la calle <strong>del</strong><br />

Acueducto, se presentaba el señor cura de Triana y con el<br />

valor que la fe en Cristo le dio, los desarmaba y los<br />

mandaba a su casa cuidando de la paz y la tranquilidad de<br />

la comunidad; regresaba a la parroquia con un verdadero<br />

arsenal. Fue tan determinante la actuación <strong>del</strong> señor cura<br />

dentro <strong>del</strong> barrio de Triana, que en un tono un tanto<br />

festivo el señor gobernador de Aguascalientes, don<br />

Francisco Hornedo decía: -En Aguascalientes habemos dos<br />

225


gobernadores, Justo, desde el arroyo hacia el sur y yo <strong>del</strong><br />

arroyo hacia el norte-; el arroyo no era otra cosa que lo<br />

que actualmente es la avenida licenciado Adolfo López<br />

Mateos.<br />

Fue una persona que se preocupó por hermosear el templo <strong>del</strong><br />

Señor <strong>del</strong> Encino; gestionó el dorado de los altares; el<br />

arreglo <strong>del</strong> atrio, la adquisición de un reloj público que<br />

compró en la vecina población de Teocaltiche, donde los<br />

fabricaban. En su tiempo se colocó el piso de duela <strong>del</strong><br />

templo, se arregló el cancel y compró un órgano.<br />

Fue un hombre verdaderamente culto y un humanista en toda<br />

la extensión de la palabra; le tocó estar en el ejercicio<br />

de su ministerio cuando México sufrió la segunda<br />

intervención francesa, cuando fue el imperio de Maximiliano<br />

y los liberales fueron perseguidos. Cuenta la historia de<br />

Aguascalientes que el gobierno conservador prendió a tres<br />

liberales hidrocálidos, don Diego Ortigoza, don Jesús López<br />

y don Jesús Hernández, estuvieron a punto de fusilarlos y<br />

gracias a la intervención <strong>del</strong> señor don Justo Ramírez<br />

Pérez, en compañía de don Guillermo R. Brand, don Antonio<br />

Salas y otras personas más, se evitó que aquellos tres<br />

hombres fueran fusilados. Primero suplicaron indulto para<br />

ellos; el gobernador no les hizo caso. Entonces,<br />

organizaron a las damas principales de Aguascalientes para<br />

que, vestidas de luto, fueran a llorarle al comandante<br />

francés en funciones de gobernador y concediera el indulto<br />

a estas gentes, el funcionario suspendió momentáneamente el<br />

fusilamiento, otorgando a mas el término perentorio de tres<br />

días para conseguir el indulto con las autoridades de la<br />

Ciudad de México. Lo que hizo el cura fue enviar a<br />

matacaballo a un joven apellidado López para que se<br />

trasladara a la ciudad de León, Guanajuato, en aquellos<br />

tiempos muy lejos, y ahí, por medio de telégrafo arreglara<br />

el indulto, cosa que logró horas antes de la ejecución,<br />

226


llegó a Aguascalientes salvando la vida de estos liberales,<br />

gracias a la actuación de todos y al ingenio <strong>del</strong> señor cura<br />

Justo Ramírez<br />

Cuenta la leyenda que dos horas antes <strong>del</strong> fusilamiento<br />

entró una dama de negro, sin dejar ver su rostro, entró a<br />

la celda donde estaban los encapillados y dijo-El indulto<br />

se les va a conceder, no teman por sus vidas-, y así como<br />

llegó de pronto, desapareció; los encapillados creyeron que<br />

era la Virgen María. Tanto don Agustín R. González como don<br />

Jesús Bernal Sánchez, en sus historias de Aguascalientes<br />

narran este pasaje. Así fue de gran humanista el señor cura<br />

de Triana, no le importó que aquellas personas fueran<br />

exponentes de ideas contrarias a las de él; lo que le<br />

importaba era que se iban a quedar tres familias en la<br />

orfandad, él hizo a un lado la cuestión ideológica y<br />

entonces se dedicó a salvar la vida de aquellos tres<br />

liberales.<br />

Por último, al referirme al señor cura Justo Ramírez Pérez,<br />

lo hago con un amor profundo porque él, indirectamente, fue<br />

fundador de mi casa, y digo indirectamente porque su<br />

<strong>presencia</strong> en Aguascalientes hizo que sus hermanos se<br />

vinieran a vivir a esta ciudad, entre ellos, mi bisabuelo<br />

don Juan Crisóstomo Ramírez Pérez, así como José María<br />

Ramírez Pérez, de quien viene la rama de los Ramírez<br />

Alonso. José María Ramírez fue abuelo de Calesero, padre<br />

<strong>del</strong> boticario don Justo Ramírez y de Chole, abuela <strong>del</strong><br />

doctor Humberto Ruvalcaba. Don Juan Crisóstomo Ramírez<br />

Pérez fue fundador de la familia Ramírez Palos, de José el<br />

profesor; <strong>del</strong> licenciado Refugio, mi abuelo; de la<br />

profesora Cayetana; de María Dolores y de María Concepción;<br />

así pues, la sangre Ramírez que llevo se debe a que mi<br />

bisabuelo, al seguir a su hermano el señor cura Justo<br />

Ramírez Pérez, radicó en nuestra ciudad. El tránsito <strong>del</strong><br />

227


señor Cura don Justo Ramírez Pérez a la <strong>presencia</strong> <strong>del</strong> señor<br />

fue el 2 de febrero de 1885”. 66<br />

Otro Señor cura fue “don Isidro Navarro Castellanos”. Sobre<br />

él narra: “El 13 de noviembre, día <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino; el<br />

rumor de gitanos que viene por la claridad <strong>del</strong> sur se<br />

convierte en grito de júbilo; rindo pleitesía al Santo<br />

Cristo gitano recordando al señor cura que duró en su<br />

ejercicio cuarenta y dos años; es el que mas tiempo ha<br />

estado al frente <strong>del</strong> curato; me refiero al señor cura<br />

Isidro Navarro Castellanos.<br />

El año de 1849 nació en un ranchillo cercano a la Capilla<br />

de Guadalupe, en el estado de Jalisco, un niño al que sus<br />

padres, don Ignacio Navarro y doña Antonia Castellanos, de<br />

júbilo lo acercaron a la pila bautismal y el sacerdote le<br />

impuso el nombre de Isidro a quien más a<strong>del</strong>ante, fue<br />

nuestro cuarto señor cura propio de Triana. Fueron hermanos<br />

de Isidro: Ramón, quien fue abogado; Hipólito y Gabino,<br />

agricultores y sus hermanas Marina, María Pía, Daría,<br />

Mercedes y María Guadalupe. La infancia de Isidro<br />

transcurre en medio de juegos con sus hermanos y amigos en<br />

Capilla de Guadalupe, cumpliendo con sus obligaciones<br />

escolares.<br />

El catolicismo de la familia Navarro y la sombra próxima de<br />

la Virgen de San Juan fueron la base vocacional para que el<br />

joven Isidro abrazara con amor su vocación sacerdotal y<br />

acudiera al seminario de Guadalajara a cursar sus estudios,<br />

los cuales fueron coronados con su ordenación.<br />

Honda pena causó el 2 de febrero de 1885 en el barrio de<br />

Triana el fallecimiento <strong>del</strong> querido señor cura Justo<br />

Ramírez Pérez, pero la providencia de Dios mitiga la pena<br />

de los conbarrianos al enviar unos meses después a cubrir<br />

la vacante, al señor presbítero don Isidro Navarro, quien<br />

66 Señor Cura Don Justo Ramírez Pérez. Ibdem. P. 176. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido. Sábado 13 de noviembre de 1982 secc b. P.3<br />

228


por su juventud y entrega, rápido se ganó el aprecio y<br />

cariño de nuestra gente.<br />

Durante sus cuarenta y dos años de señor cura de la<br />

parroquia <strong>del</strong> Encino supo guiar la vida espiritual de su<br />

feligresía por medio de prácticas religiosas; en cuanto al<br />

aspecto material, mantuvo la dignidad <strong>del</strong> templo y ordenó<br />

que se hicieran los adornos, con hoja de oro, entre ellos<br />

los marcos de los óleos <strong>del</strong> vía crucis mural que adorna<br />

nuestro templo, pintados por los hermanos López a fines <strong>del</strong><br />

siglo XVIII y principios <strong>del</strong> XIX; asimismo, sostuvo la<br />

Escuela de Cristo en la calle de la Asamblea.<br />

Triple faceta adorna la personalidad <strong>del</strong> señor cura<br />

Navarro: como dueño de huertas, como vitivinicultor y como<br />

criador de caballos de carreras.<br />

Cuando dejó su natal estado de Jalisco y vio que por el<br />

transcurrir de los años se convertía en trianero<br />

aguascalentense, invirtió su patrimonio en nuestra tierra y<br />

siendo señor cura de un barrio integrado por esos vergeles<br />

que fueron las huertas, él también adquirió varias para<br />

tener fuentes de trabajo y además para generar ganancias y<br />

vivir con decoro. Sé que fue dueño de las siguientes<br />

huertas: Santa Ana, San José, Las Crucitas, Corredor, y La<br />

Piedra China, <strong>del</strong> barrio de La Salud, total tuvo cinco<br />

huertas dedicadas al cultivo de hortalizas, frutales y<br />

flores, y en forma muy especial, las huertas de El Corredor<br />

y de La Piedra China las dedicó al cultivo de la vid.<br />

Todas las mañanas oficiaba la misa de siete y después de<br />

desayunar se iba acompañado de sus sobrinos, Juan Manuel,<br />

Enrique, Gabino y Ramón, en carro de caballos rumbo a sus<br />

huertas para retornar al atardecer; sus sobrinos tenían la<br />

costumbre de decirle "padrino". Su huerta preferida fue La<br />

Piedra China, en ésta tenía su vinícola; con la uva de sus<br />

huertas hacía todo el vino de consagrar que se consumía en<br />

nuestra diócesis; asimismo, de otros lados también le<br />

229


compraban sus vinos. Adquirió en España un molino para uva,<br />

una mesa para exprimir y cincuenta barricas de roble para<br />

reposar vino; en medio <strong>del</strong> patio tenía una parrilla, se<br />

vaciaba en ella la uva reventada y luego, con unos como<br />

tornillos, se prensaba y se vertía la materia prima para<br />

procesarla en un cazo de cobre como de cinco metros de<br />

diámetro. Los vinos que producía eran, aparte <strong>del</strong> de<br />

consagrar, vinos de mesa; su principal vinatero lo fue don<br />

Juan Medina; también tomaba consejos de otro productor de<br />

vinos, don Pedro Amato. En la casa <strong>del</strong> señor cura Navarro<br />

se vendía vino a granel a razón de un peso cincuenta<br />

centavos el litro, esto en 1924.<br />

En su huerta consentida, La Piedra China, don Isidro<br />

Navarro ordenó que en el corredor <strong>del</strong> pórtico con arcos que<br />

daba para los cultivos, un pintor procedente de Guadalajara<br />

pintara unos murales, los cuales resultaron sin mayor<br />

mérito artístico; hoy día se pueden ver desde la avenida<br />

Héroe de Nacozari; en uno se ve la catedral de Guadalajara;<br />

en otro se aprecia una escena junto al mar y aparece él<br />

acompañado de don Juan Medina, éste con un pescado en la<br />

espalda; en otro cuadro aparece una familia en la mesa, se<br />

dice que es la de los Navarro y, cosa insólita, un paisaje<br />

polar; el otro recuerda los talleres de los ferrocarriles<br />

de esta nuestra ciudad.<br />

En 1914, cuando el viento de la Revolución llegó a nuestra<br />

ciudad, las bodegas de vino <strong>del</strong> señor cura Navarro fueron<br />

destruidas por los villistas; cuentan que dos bodegas con<br />

barricas de cinco mil litros fueron destruidas a hachazos y<br />

el líquido corría por la calle como si acabara de llover<br />

vino; sobre estos sacrificios se levantó el México moderno<br />

y su actual industria vinícola.<br />

Fueron administradores de las huertas propiedad <strong>del</strong> señor<br />

cura Isidro Navarro, su sobrino don Fortino Jiménez hasta<br />

230


1918, cuando murió, y luego el hermano de éste, don Manuel<br />

Jiménez.<br />

El señor cura Isidro Navarro también fue criador de<br />

caballos de carreras; los tenían en las caballerizas de su<br />

huerta de La Piedra China y los corría en un carril que<br />

tenía en San Francisco <strong>del</strong> Arenal; participaron en carreras<br />

de cuarto de milla. Tuvo dos caballos campeonísimos, uno<br />

denominado "El Plis" y el otro "Pepe", al grado que no<br />

tuvieron contrincantes. Se cuenta que cuando el señor cura<br />

llegaba a las caballerizas, los caballos se ponían<br />

nerviosos y relinchaban debido a que el señor cura los<br />

acariciaba y les daba terrones de azúcar; ya sabían los<br />

caballos cuando lo veían que llegaba su golosina, listos<br />

caballos también fueron objeto de la codicia de los<br />

revolucionarios.<br />

Me platican que don Isidro Navarro fue un hombre alto,<br />

<strong>del</strong>gado y bien parecido, he visto fotografías de él y, en<br />

efecto, así fue.<br />

El domicilio fue la casa que hoy es la cuatrocientos<br />

cincuenta de la calle doctor Díaz de León, antes Washington<br />

número ciento veinte; ahí, el 9 <strong>del</strong> mes de marzo de 1927 lo<br />

sorprendió la muerte. Sus familiares me platican que fue<br />

diabético y en su acta de defunción aparece que la causa de<br />

su muerte fue nefritis. En virtud <strong>del</strong> conflicto por el que<br />

atravesaba nuestra patria, no se le hicieron honras<br />

fúnebres, pues los familiares recibieron la noticia de que<br />

se iba a aprehender a los sacerdotes que estuvieran en la<br />

casa <strong>del</strong> señor cura y de inmediato le dieron sepultura en<br />

el panteón de la Salud.<br />

Agradezco a don Manuel Jiménez Hernández (Güero Jiménez), y<br />

don Gabino Navarro Franco, ambos sobrinos nietos <strong>del</strong> señor<br />

cura Navarro, pilares <strong>del</strong> barrio de Triana, que me<br />

231


proporcionaron los datos para estructurar esta<br />

semblanza.” 67<br />

Del “Señor cura Ramón C. Gutiérrez”, describe: “El señor<br />

cura Ramón C. Gutiérrez, hijo de don Antonio Gutiérrez y<br />

doña María <strong>del</strong> Refugio Castellanos, fue el quinto señor<br />

cura de la parroquia <strong>del</strong> Encino; al pie de su retrato al<br />

óleo que hay en la sacristía se manifiesta que fue señor<br />

cura de 1924 a 1927. Pocos datos he conseguido de este<br />

señor cura pero me doy cuenta que fue una persona ilustre y<br />

con un gran amor a su apostolado. Los datos que enseguida<br />

trasmito me fueron proporcionados por el secretario de la<br />

diócesis de Aguascalientes, el padre Sosa, y en esos datos<br />

nos dice que don Ramón C. Gutiérrez, el día 12 de abril de<br />

1913, fue nombrado rector <strong>del</strong> seminario; posteriormente en<br />

noviembre de ese mismo año, fue señor cura encargado de la<br />

parroquia de Asientos; después pasó con el mismo cargo a la<br />

parroquia de Jesús María; el 21 de enero de 1925 se encargó<br />

<strong>del</strong> curato <strong>del</strong> Encino, y también en ese año, el día 16 de<br />

julio se le nombró director diocesano de la Adoración<br />

Nocturna; el 6 de julio de 1929, después de que pasó el<br />

conflicto religioso que se suscitó siendo presidente de la<br />

República Plutarco Elías Calles, el señor cura Ramón C.<br />

Gutiérrez recibió la parroquia <strong>del</strong> Encino, días después, el<br />

13 de julio de ese año, fue nombrado párroco amovible de la<br />

parroquia <strong>del</strong> Encino y, a casi menos de un mes, el 3 de<br />

agosto de 1929, murió, a don Ramón C. Gutiérrez le tocó el<br />

curato <strong>del</strong> Encino en una situación muy difícil porque ya<br />

había barruntos <strong>del</strong> problema religioso en México. Tuvo que<br />

ser hombre extraordinario, como muchos lo fueron, para<br />

seguir su ministerio como soldado de Cristo. Fueron años<br />

difíciles, años de martirios, de fusilamientos de<br />

sacerdotes; sin embargo a él le tocó en esta época en que<br />

67<br />

Don Isidro Navarro Castellano. Ibdem. P. 179. Este texto también se publicó en Hidrocálido.<br />

Jueves 13 de noviembre 1986.<br />

232


la religión era clandestina, estar al pendiente de la<br />

parroquia <strong>del</strong> Encino. Ya cuando se reanudaron los cultos él<br />

recibió la parroquia.<br />

Los sacerdotes actuaban a salto de mata, de casa en casa,<br />

de lugar en lugar, a escondidas y sufriendo muchísimo por<br />

ser sacerdotes, ya que el gobierno de la República estuvo<br />

en contra de ellos y quiso formar lo que sería la Iglesia<br />

Nacional Mexicana, encabezada por el patriarca Pérez.<br />

En esta época, el 11 de julio de 1925, fue nombrado<br />

director diocesano de la Adoración Nocturna; a escondidas<br />

debían tener a Jesús sacramentado y a escondidas le rendían<br />

amor y pleitesía a Jesús en la eucaristía; por lo tanto,<br />

podemos decir que este señor cura de Triana fue un<br />

verdadero mártir, ya que le tocó una época muy difícil.<br />

En los datos que me proporcionaron no viene el lugar de su<br />

nacimiento. Fungió como señor cura <strong>del</strong> Encino desde el año<br />

de 1925 hasta 1929 año en que muere, el 3 de agosto, a los<br />

59 años de edad, en su casa de la calle Colón.” 68<br />

Acerca <strong>del</strong> “Señor cura Alfonso Maldonado Zamarrita”, hace<br />

la siguiente descripción. “Fue el 21 de febrero de 1886,<br />

cuando la familia Maldonado Zamarripa, vecinos de la<br />

población de Rincón de Romos de este estado, tuvo la dicha<br />

de contar con un miembro más, a quien sus padres, don Juan<br />

Maldonado y doña Genoveva Zamarripa, le pusieron el nombre<br />

de Alfonso.<br />

Aquellos campos labrantíos aledaños a Rincón de Romos, sus<br />

verdes arboledas y los remansos de los ríos cercanos,<br />

fueron los testigos de los juegos infantiles de Alfonso,<br />

quien, en compañía de sus hermanas, María Ignacia y<br />

Gabriela, disfrutaban de este paraíso terrenal.<br />

Sus padres se preocuparon por su educación y lo enviaron a<br />

la escuela <strong>del</strong> pueblo, misma que estaba a cargo <strong>del</strong> emérito<br />

68 Ibdem. Pp.182.<br />

233


maestro don Genaro Barbosa, quien con el sistema<br />

lancasteriano atendía toda la instrucción primaria.<br />

Desde muy niño recibió ese llamado al corazón que nos hace<br />

abrazar nuestro oficio o profesión, es decir, tuvo vocación<br />

para ser sacerdote y salió, después de cursar su primaria,<br />

de su natal Rincón de Romos e ingresó al seminario de la<br />

diócesis de Aguascalientes para cursar su carrera<br />

sacerdotal; recibió las sagradas órdenes el 19 de marzo de<br />

1908, a los veintidós años, de manos <strong>del</strong> señor obispo José<br />

María de Jesús Gómez Portugal y Serratos, después de su<br />

ordenación fue comisionado por sus superiores para ejercer<br />

su ministerio en las parroquias de Ojuelos, Jalisco y<br />

Calvillo y luego se le nombró rector <strong>del</strong> seminario de<br />

Aguascalientes, en donde lo sorprendió la guerra de los<br />

Cristeros, dando testimonio de su calidad de sacerdote<br />

católico al ser prisionero por órdenes <strong>del</strong> general Genovevo<br />

de la O. En la prisión recibió la sagrada comunión a través<br />

de la señorita profesora Conchita Loy, quien se introdujo a<br />

la prisión por sugerencia <strong>del</strong> señor canónigo Felipe<br />

Morones. Gentilmente, Conchita Loy es quien fue fuente de<br />

esta información.<br />

Don Alfonso Maldonado, tan sólo permaneció en prisión una<br />

semana; el general de la O, lo envió en un tren de carga a<br />

la Ciudad de México, con la debida custodia militar y lo<br />

llevaron a Lecumberri, en donde sufrió por lo inmundo de su<br />

celda, pero la presidenta de las Damas Católicas, doña<br />

Maximina Machaín de Huitrón, debido a las influencias que<br />

tenía y con la ayuda <strong>del</strong> maestro <strong>del</strong> periodismo nacional,<br />

Lanz Duret, consiguieron la libertad <strong>del</strong> presbítero don<br />

Alfonso Maldonado, quien tan sólo permaneció diez días en<br />

Lecumberri. Al obtener su libertad permaneció una temporada<br />

en la Ciudad de México, durante el conflicto religioso.<br />

A su retorno de México, fue capellán <strong>del</strong> templo <strong>del</strong><br />

Conventito y luego fue designado señor cura de nuestra<br />

234


parroquia de Triana. Fue el sexto señor cura propio y<br />

desempeñó este cargo de 1927 a 1933.<br />

Al dejar su cargo, ejerció su ministerio en varios templos<br />

y al instalarse el Cabildo Catedralicio, el 23 de julio de<br />

1946 se le designó señor canónigo magisterial y teólogo que<br />

desempeñó hasta su muerte, acaecida el 21 de septiembre de<br />

1956.<br />

Don Alfonso Maldonado fue de baja estatura, tez morena,<br />

cara ancha, caminar lento y apoyado en un bastón, debido a<br />

una lesión en la médula; así era en el ocaso de su vida y<br />

debido a este mal, falleció.<br />

Fue un magnífico orador sagrado debido a su facilidad de<br />

palabra. Realizó cinco viajes a Europa, dos de ellos con<br />

extensión a Tierra Santa. En su primer viaje, en 1933, la<br />

gente en Europa lo veía como un mártir de la religión y<br />

querían tener algún recuerdo de él, esto motivó que en<br />

varias ocasiones lo protegiera la policía de las<br />

muchedumbres. En sus viajes a Europa su gusto era pasarse<br />

buenas épocas en la ciudad de Roma.<br />

¡Así fue nuestro sexto señor cura de Triana, Alfonso<br />

Maldonado Zamarripa!” 69<br />

Asimismo expone los datos <strong>del</strong> “Señor canónigo J. Natividad<br />

Soto Villalobos”. Dice: “Este señor cura <strong>del</strong> Encino fungió<br />

como tal en los años de 1933 a 1950. Don J. Natividad Soto<br />

Villalobos nació en la vecina población de Paso de Sotos,<br />

hoy Villa Hidalgo, Jalisco, el día 8 de septiembre de 1890<br />

y fue hijo de don Samuel Soto y doña Petra Villalobos; es<br />

de suponerse que la vida cristiana que han de haber llevado<br />

en la casa <strong>del</strong> señor Soto, fue lo que lo impulsó a ser<br />

sacerdote.<br />

El día 25 de abril de 1912, es decir, de un poco menos de<br />

veintidós años, J. Natividad Soto Villalobos fue tonsurado<br />

69 Señor Canónigo Don Alfonso Maldonado Zamarripa. Ibdem. P. 183. Este texto también se<br />

publicó en Hidrocálido. Miércoles 12 noviembre de 1986.<br />

235


por el primer señor obispo de Aguascalientes, don José<br />

María de Jesús Gómez Portugal y Serratos, en el oratorio de<br />

su casa, y a los tres días recibió de manos de este mismo<br />

señor obispo las órdenes menores.<br />

Siguió su carrera de seminarista y el diaconado lo recibió<br />

el 22 de junio de 1913, de manos <strong>del</strong> señor obispo Ignacio<br />

Valdespino Díaz; su ordenación como sacerdote fue el 5 de<br />

abril de 1916, por el señor Plascencia, obispo de<br />

Tehuantepec, en el templo de San José.<br />

Tuvo distintos cargos dentro de la iglesia católica en la<br />

diócesis de Aguascalientes, fue prefecto <strong>del</strong> seminario,<br />

maestro de latín, maestro de música sacra y juez<br />

provisional. Como una cosa de llamar la atención lo<br />

nombraron párroco amovible de Villa Hidalgo, el primero de<br />

mayo de 1933, aunque aparece en los archivos de la<br />

parroquia <strong>del</strong> Encino, que ese mismo año de 1933 inició su<br />

labor de señor cura de esa parroquia hasta 1950. En esta<br />

época, el Señor Soto fue nuestro señor cura, muy querido<br />

por la feligresía debido a su carácter alegre, humanitario<br />

y ser un gran señor en el trato.<br />

Después de que dejó el curato, en 1950, se le nombró<br />

canónigo en el cabildo catedralicio, lo mismo que diputado<br />

para la disciplina <strong>del</strong> seminario, en 1951. Siguió teniendo<br />

varios cargos hasta que, el 26 de septiembre de 1967, tuvo<br />

el último como arcediano. Entregó su alma al Creador el 30<br />

de enero de 1978, en el Sanatorio Esperanza. Tuvo su último<br />

domicilio en la calle de Abasolo número ciento nueve.<br />

Recuerdo al señor cura J. Natividad Soto Villalobos como<br />

una persona extrovertida, bondadosa, magnífico soldado de<br />

Cristo; pensaba que todo Aguascalientes era de él porque a<br />

todos trataba como si fueran sus amigos de muchos años. Ya<br />

en su ancianidad lo recuerdo en una forma un tanto<br />

graciosa: salía de las oficinas <strong>del</strong> obispado, a espaldas de<br />

Catedral, y detenía cualquier carro, ya fuera un taxi o un<br />

236


carro particular y con un desplante fabuloso les decía que<br />

lo llevaran a su casa. Sentía un cariño grande por toda la<br />

gente de Aguascalientes, y dentro de su estado<br />

semiconsciente tenía esas puntadas de sentir que todo le<br />

pertenecía, que todo Aguascalientes era suyo y que todas<br />

las personas eran sus amigos.” 70<br />

Del “Señor canónigo Francisco López Esparza”, indica que:<br />

“Toca ahora el turno de hablar <strong>del</strong> octavo señor cura que<br />

tuvo la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, don Francisco López<br />

Esparza. Nació el 18 de febrero de 1893. El desarrollo de<br />

su carrera eclesiástica lo hizo en el seminario de la<br />

ciudad de Aguascalientes. El día 25 de abril <strong>del</strong> año de<br />

1912 recibió la tonsura de parte <strong>del</strong> señor obispo de<br />

Aguascalientes, José María de Jesús Gómez Portugal y<br />

Serratos, o sea de nuestro primer obispo, posteriormente,<br />

el día 28 <strong>del</strong> mismo mes de abril, recibió <strong>del</strong> mismo<br />

personaje las órdenes menores en el oratorio de este<br />

dignatario eclesiástico. Continuó sus estudios sacerdotales<br />

y, en 1916, el 2 de abril, recibió su diaconado por parte<br />

<strong>del</strong> señor Plascencia obispo de Tehuantepec, en el templo de<br />

San Marcos; se ordenó en la ciudad de Guadalajara en el<br />

templo de San Felipe, el día 8 de abril de 1917.<br />

El 23 de abril de 1917 se le nombró ministro en la<br />

parroquia de Asientos. Posteriormente, el 6 de marzo de<br />

1919 fue nombrado capellán de la Hacienda de Bimbalet. En<br />

su misión fue maestro de aposentos, profesor de latín y<br />

vocal de la congregación, de la doctrina cristiana; fue<br />

asistente <strong>del</strong> sindicato de sastres y, en 1930, el día 18 de<br />

julio se le nombró párroco amovible de Rincón de Romos. El<br />

30 de julio de 1937, párroco amovible de Ojuelos y, en<br />

1949, examinador prosinodal y párroco consultor.<br />

El 28 de diciembre de 1949 llegó como señor cura al Encino,<br />

en donde duró siete años.<br />

70 Ibdem. Pp.185.<br />

237


Fue una persona baja de estatura, trigueño, pelo entrecano,<br />

se pelaba "a la bross", siempre con alzacuello, y usaba<br />

lentes; se veía a todas luces que era un señor con una<br />

bondad extraordinaria. Tuvo una hermana religiosa, la madre<br />

López, que fue directora <strong>del</strong> Colegio Guadalupe Victoria,<br />

allá por el año de 1958, persona con la cual traté<br />

bastante; bellísima en su manera de ser, de actuar y de<br />

pensar. La madre María Jesús López murió en la Ciudad de<br />

México en el año de 1966.<br />

El señor cura don Francisco López Esparza falleció el 25 de<br />

febrero de 1973, en su domicilio ubicado en la calle<br />

Abasolo doscientos ocho de esta ciudad.” 71<br />

Sobre el “Señor cura Antonio García Esparza”, describe los<br />

siguiente: “Don Antonio García Esparza nació en San<br />

Francisco de los Romo, Aguascalientes en 1902, y fue<br />

bautizado en Jesús María; sus padres fueron los señores don<br />

Fermín García y doña Petra Esparza.<br />

Nació en él el deseo de la vida sacerdotal, cultivó este<br />

anhelo, y cuando fue momento oportuno, entró a hacer sus<br />

estudios al seminario de nuestra diócesis. Entre los días<br />

20 y 24 de febrero de 1923 recibió la tonsura y las órdenes<br />

menores en el oratorio <strong>del</strong> Señor Obispo Ignacio Valdespino<br />

Díaz, nuestro segundo obispo; fue ordenado también por el<br />

señor Valdespino el 13 de junio de 1926 en nuestra<br />

catedral, en una ceremonia que fue a las seis de la mañana.<br />

Posteriormente, fue nombrado vicario cooperador de San José<br />

y cuando se reanudaron los cultos, el 24 de julio de 1929<br />

recibió la capilla de Cañada Honda y Santa María de<br />

Gallardo.<br />

En 1930 fue vicario cooperador provisional de Ojuelos, y el<br />

28 de marzo <strong>del</strong> mismo año fue vicario cooperador de San<br />

José; después lo asignaron a Jesús María, el 9 de abril de<br />

1932, también como vicario cooperador.<br />

71 Ibdem. Pp.186.<br />

238


El señor cura don Antonio García Esparza fue un hombre<br />

culto, profesor de filosofía en el seminario y después<br />

también de latín, esto fue en 1936 y 1937; en 1938, el 31<br />

de octubre, fue nombrado párroco en Rincón de Romos.<br />

Renunció a la parroquia el día 28 de noviembre de 1942 para<br />

irse al obispado de Cuernavaca, probablemente debido a que<br />

algunos de sus amigos <strong>del</strong> seminario estaban en aquel<br />

obispado y lo invitaron a formar parte <strong>del</strong> clero <strong>del</strong> estado<br />

de Morelos, pero no duró allá muchos años, ya que en 1945,<br />

el 12 de enero, aparece como profesor <strong>del</strong> seminario. El 22<br />

de enero de 1948 lo nombraron capellán de la Hacienda de<br />

Peñuelas; el 5 de noviembre de 1953, párroco de Ojuelos, y<br />

el 2 de septiembre de 1957 lo nombran señor cura de la<br />

parroquia <strong>del</strong> Encino.<br />

A partir <strong>del</strong> 14 de junio de 1959 fue director espiritual de<br />

la Sociedad de la Temperancia; esta sociedad fue el<br />

antecedente inmediato de Alcohólicos Anónimos, porque se<br />

dedicaba a auxiliar a personas adictas a las bebidas<br />

alcohólicas.<br />

Era extremadamente fuerte de carácter, pero analizando su<br />

vida en su calidad de sacerdote, debemos tomar en cuenta<br />

que también fue de aquella pléyade de sacerdotes mártires<br />

en la persecución religiosa ya que, psicológicamente<br />

destrozó a los sacerdotes. Recuerdo que en alguno de sus<br />

arranques de ese carácter fuerte, se ufanaba en decir desde<br />

el pulpito que él era hijo de don Fermín el rebocero, y<br />

vaya que sí era cierto; el padre, don Fermín García tenía<br />

una gran tienda que se llamaba "El Volador” frente al lado<br />

sur <strong>del</strong> Parián y por la calle de Allende; su principal<br />

artículo de venta eran los rebozos, que usaban entonces<br />

tanto la mujer humilde como la mujer encumbrada; un rebozo<br />

de seda era una gala en una fiesta si lo sabía portar una<br />

mexicana. El señor cura tuvo también conocimiento de lo que<br />

era el comercio a través de su papá.<br />

239


Así fue don Antonio García, hombre de quien lo único que<br />

recibí fueron atenciones, muy fina persona conmigo; nunca<br />

en lo personal tuve alguna cosa que sentir por la<br />

reciedumbre de su carácter. En paz descanse nuestro noveno<br />

señor cura de la parroquia <strong>del</strong> Encino.” 72<br />

De los sacerdotes <strong>contemporáneo</strong>s está el “señor canónigo<br />

Urbano Rizo” <strong>del</strong> que dice: “En todo barrio bien definido no<br />

puede faltar la figura familiar <strong>del</strong> pastor de almas, el<br />

señor cura que es toda bondad y entrega a su feligresía y<br />

que está presente en 1os días de alegría y de pesar de los<br />

integrantes de su comunidad.<br />

Nuestro barrio, Triana, tuvo un señor cura, gran señor, por<br />

su espíritu de entrega, por su amplia cultura, por un<br />

sentido de respeto a todas las formas de pensar, un digno<br />

representante <strong>del</strong> Señor, se trata <strong>del</strong> señor canónigo Urbano<br />

Rizo.<br />

La católica familia integrada por el doctor don Demetrio<br />

Rizo y doña María Teresa Ruiz de Chávez, con domicilio en<br />

la casa número seis de la calle Pedro Parga, antes<br />

apostolado, se vio bendecida por Dios el 3 de octubre de<br />

1928, cuando en su seno el décimo de sus hijos, a quien<br />

pusieron por nombre Urbano.<br />

La infancia de don Urbano fue agradable, en compañía de sus<br />

hermanos Rosa Maria, María Teresa, Margarita, Catalina,<br />

María de Jesús, Demetrio, Salvador y Felipe; entre sus<br />

hermanos hubo uno mayor quien también llevó el nombre de<br />

Urbano, falleció a la edad de seis años.<br />

El señor cura recuerda con mucho afecto, como amigo de<br />

infancia, a Ernesto Imm, hijo de un relojero <strong>del</strong> mismo<br />

nombre.<br />

Don Urbano cursó la primaria en un colegio que dirigía la<br />

señorita profesora Teresa Llamas, y el quinto y sexto año<br />

72 Ibdem. Pp. 187.<br />

240


en el Colegio Independencia, dirigido por la maestra<br />

Jesusita Aguilar.<br />

Nuestro décimo señor cura de Triana es una de esas personas<br />

en quien la vocación de Dios se manifiesta desde muy<br />

pequeño. Cuando cumplió doce años ya formaba parte <strong>del</strong><br />

seminario menor, en el nivel denominado Latín. El seminario<br />

menor en la calle Juan Diego, y por cierto, ellos le<br />

pusieron el nombre a la calle. El obispo José de Jesús<br />

López y González le envió a continuar sus estudios al<br />

Seminario Nacional Interdiocesano de Moctezuma, que se<br />

encontraba en el estado de Nuevo México, en la Unión<br />

Americana. Después de su ordenación sacerdotal, en el año<br />

1951, el señor obispo Salvador Quezada Limón lo destinó a<br />

nuestro seminario en calidad de catedrático, donde<br />

impartió, entre otras materias, sociología, filosofía,<br />

teología fundamental y teología sacramental.<br />

En 1961, fue enviado por sus superiores a la ciudad de<br />

Roma, Italia, para perfeccionarse en Ciencias Sociales, en<br />

el Instituto Leonino, que pertenece a la Universidad<br />

Gregoriana, en donde permaneció un año.<br />

A su regreso de Roma se le nombró ayudante <strong>del</strong> custodio de<br />

nuestra catedral Basílica, señor canónigo Porfirio Alba<br />

Avila; al estar en ese ministerio, se le dio su<br />

nombramiento de canónigo <strong>del</strong> cabildo catedralicio y el 17<br />

de noviembre de 1975, se le designó señor cura de la<br />

parroquia <strong>del</strong> Encino.<br />

El señor cura don Urbano Rizo nos comentó que en los ciento<br />

treinta y tres años de existencia de la parroquia, tan sólo<br />

han estado once señores curas, de los que destacan por su<br />

labor, celo apostólico y tiempo, el señor cura Isidro<br />

Navarro, quien ocupó el cargo desde fines <strong>del</strong> siglo XIX<br />

hasta 1923, año en que falleció. Todavía se le recuerda<br />

como guía y forjador de generaciones, de bondadosos hombres<br />

241


trianeros, además de ser de los primeros vitivinicultores<br />

de la época actual.<br />

Cuando recibió la parroquia, sus dominios eran muy extensos<br />

ya que abarcaban todo el sur de la ciudad y de ella<br />

surgieron las parroquias de la Divina Providencia, las tres<br />

Aves Marías, el Santo Niño de Atocha y la Santa Cruz; la<br />

parroquia <strong>del</strong> Encino administra también la vicaría de<br />

Calvillito.<br />

Nos comentó también que la devoción a Jesús crucificado<br />

está muy extendida en América Latina y que nuestro barrio<br />

no es la excepción, por ello se tiene tanta fe al Santo<br />

Señor <strong>del</strong> Encino a quien en una época se le consideró<br />

segundo patrono de nuestra ciudad. Otra de las cosas que le<br />

llama la atención es el cariño tan grande que nuestra gente<br />

profesa al Cristo Negro y agrega que para él, el barrio de<br />

Triana es semillero de intelectuales y de toreros, basta<br />

recorrer sus calles y fijarse en sus nombres, para<br />

comprobar lo antes dicho.<br />

¡Bravo por el señor cura de un barrio tan barrio!” 73<br />

Otro de ellos lo fue el “Señor canónigo Salvador Jiménez<br />

Díaz”. “Don Salvador Jiménez Díaz nació el 18 de diciembre<br />

<strong>del</strong> año 1918; fue el primer señor cura de la parroquia <strong>del</strong><br />

Señor <strong>del</strong> Encino. Nació en un rancho de la familia al que<br />

ellos sentían un gran afecto, el rancho de San Isidro,<br />

entre el Estado de Aguascalientes y el de Jalisco.<br />

Sus padres fueron don Pedro Jiménez Luévano y doña<br />

Esthercita Díaz de Jiménez tuvo siete hermanos, las<br />

mujeres: María Isabel, María de los Ángeles, María<br />

Rafaela, y en cuanto a los hombres: Leoncio, Javier y él,<br />

quien fue el más chico. Todos sus hermanos fueron<br />

profesionistas, las mujeres maestras y los dos hombres,<br />

Leoncio y Javier, abogados.<br />

73 Señor cura don Urbano Rizo. Ibdem. P. 188. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido.Viernes 1 de noviembre de 1985.<br />

242


La infancia de Salvador Jiménez Díaz transcurrió<br />

placenteramente en la ciudad de Aguascalientes; toda la<br />

vida vivió en la calle de José María Chávez y, naturalmente<br />

cuando estuvo fuera de esta ciudad, fue en el Seminario de<br />

Montezuma, Nuevo México; posteriormente, vivió en Rincón de<br />

Romos.<br />

Siempre mostró un respeto muy grande por su hermana María<br />

Isabel, a quien le profesó un cariño muy especial. En el<br />

barrio de Triana tuvo grandes afectos en cuanto a amistades<br />

recuerda a sus amigos de infancia Pedro Reyes González y<br />

Jesús Medina Reyes y en una forma también muy especial<br />

consideró amigo de su infancia a quien luego sería el<br />

reconocido licenciado Joaquín Cruz Ramírez; los dos fueron<br />

compañeros en el seminario y además Joaquín vivía en la<br />

calle de Colón, es decir, en el mismo barrio donde Salvador<br />

Jiménez vivía. Otro de sus amigos fue Toño Lomelí y conoció<br />

también a José de Jesús Ávila.<br />

Cursó la instrucción primaria en la escuela José María<br />

Chávez; ahí tuvo como maestro al profesor José Ramírez<br />

Palos, y en cuanto salió de la escuela primaria ingresó al<br />

seminario.<br />

Su vocación se la inculcó su mamá, doña Esthercita, quien<br />

fue mujer muy piadosa y con su enseñanza y ejemplo hizo que<br />

nacieran en su hijo Salvador las ganas de ser sacerdote.<br />

Cuando él manifestó su vocación, sus padres tuvieron mucho<br />

miedo y le decían que no estudiara para sacerdote, en<br />

virtud de que estaba reciente la época Cristera y vieron<br />

que a los sacerdotes los martirizaban y los fusilaban, pero<br />

ya en Salvador era tan decidida su vocación que no le<br />

importaban todas estas circunstancias, el quiso ser soldado<br />

de Cristo y a una muy temprana edad ingresó al seminario.<br />

En agosto de 1933, cuando tenía catorce años de edad, se<br />

inscribió en el seminario de esta diócesis, el cual se<br />

encontraba en una casona en la Alameda de esta ciudad,<br />

243


cerca de donde hoy es el centro cultural Los Arquitos; ahí<br />

estudió latín durante cuatro años y luego por las<br />

circunstancias históricas de México, tuvo que emigrar a<br />

Estados Unidos.<br />

Sus primeros años en el seminario fueron muy azarosos<br />

debido a la persecución religiosa; andaba el seminario<br />

propiamente a salto de mata, de casa en casa, de un lugar a<br />

otro; naturalmente, a las personas que tenían casas<br />

adecuadas para que el seminario funcionara les daba temor<br />

rentárselas por las represalias que pudieran tener por<br />

parte <strong>del</strong> gobierno.<br />

Por instrucciones <strong>del</strong> santo padre, los obispos de Estados<br />

Unidos decidieron construir un edificio para seminario y<br />

escogieron Montezuma, Nuevo México para edificarlo y acoger<br />

a todos los seminaristas mexicanos que tuvieran problemas<br />

aquí para sus estudios.<br />

El joven Salvador Jiménez Díaz, junto con el padre Jorge<br />

Hope, que también era su compañero, emigraron a los Estados<br />

Unidos de Norteamérica. Cuenta el padre Hope que ellos se<br />

fueron en tren de Aguascalientes a El Paso, Texas; nos dice<br />

también que la familia Jiménez Díaz, muy numerosa, estaba<br />

en los andenes de la estación despidiendo a Salvador.<br />

Se fueron en un vagón de segunda para que fuera más<br />

económico. Salvador Jiménez ingresó al seminario de<br />

Montezuma en 1937, y en 1944 regresó a Aguascalientes y fue<br />

ordenado en la catedral de nuestra ciudad; lo ordenó como<br />

sacerdote el señor Obispo José de Jesús López y González.<br />

Recuerdo vagamente la fecha en la que se convirtió<br />

realmente en sacerdote: después de su cantamisa fue la gran<br />

fiesta de todos sus conocidos, familia y barrio, en su<br />

casa; tendría yo unos doce años cuando aconteció esto, me<br />

acuerdo haber oído música de cuerda que salía <strong>del</strong> patio de<br />

la casa de los Jiménez, en medio de aquella alegría de toda<br />

la gente que asistió al banquete que le fue ofrecido.<br />

244


En Rincón de Romos estuvo dos años y después sus superiores<br />

lo trajeron a Aguascalientes a la parroquia <strong>del</strong> Encino;<br />

esto fue en 1946; estuvo a su cargo también la capellanía<br />

de La Salud.<br />

Me tocó ver una cosa que se me hizo de mucho valor por<br />

parte <strong>del</strong> padre Salvador: estaba yo parado en la puerta de<br />

mi casa y pasó él en un coche de sitio, hizo alto y me dijo<br />

Gabriel, ¿no quieres acompañarme a La Salud?-. Lo acompañé,<br />

y cuando regresábamos de La Salud a la calle de José María<br />

Chávez, pasamos por la calle <strong>del</strong> Acueducto, rumbo a la<br />

calle de la Alegría, para llegar al barrio; entonces le<br />

dijo al chofer <strong>del</strong> taxi que se parara, recuerdo que fue un<br />

5 de febrero, día de asueto. Entonces entró a una casa y de<br />

rato se paró en la puerta y con la mano les indicaba a las<br />

personas que estaban allí que se fueran retirando, iban<br />

saliendo uno por uno, hasta que él veía que llegaban a sus<br />

casas o que se habían retirado ya de este lugar. El lugar a<br />

donde se metió el padre Salvador era una pulquería y había<br />

rancherones ya borrachos; él les quitó las armas que traían<br />

y los mandó a sus casas en santa paz. En esa forma él veía<br />

por la paz y la tranquilidad <strong>del</strong> barrio; me pareció un acto<br />

de mucha hombría.<br />

Después de estar aquí en el Encino, sus superiores lo<br />

mandaron al templo de la Colonia <strong>del</strong> Trabajo, a la<br />

parroquia <strong>del</strong> Refugio; ahí su labor social fue<br />

extraordinaria, él vio por la construcción <strong>del</strong> templo aquel<br />

y también construyó otros templos como el de Cristo Rey,<br />

que está a un lado de la Alameda, en la Colonia Héroes. Él<br />

me platicó que esto era una bodega propiedad de don Julio<br />

Díaz Torre, quien le regaló la bodega para que se hiciera<br />

ahí el templo así como bastante dinero, posiblemente costeó<br />

toda la construcción de este templo; por cierto,<br />

actualmente los restos de don Julio y de su esposa Josefina<br />

descansan en la sacristía de este templo.<br />

245


En la parroquia <strong>del</strong> Refugio, el padre Salvador fue muy<br />

querido por lo ferrocarrileros, quienes lo auxiliaron mucho<br />

para la construcción <strong>del</strong> templo con material y también<br />

hicieron labor de convencimiento con sus compañeros para<br />

auxiliar al señor cura.<br />

Sus superiores lo mandaron de la parroquia <strong>del</strong> Refugio a la<br />

parroquia de la Purísima, naturalmente su feligresía en la<br />

Purísima no difería mucho de la <strong>del</strong> Refugio que es una área<br />

eminentemente de ferrocarrileros. Tuvo un afecto muy grande<br />

por la gente <strong>del</strong> riel, los comprendió muy bien, los quiso<br />

mucho, los ayudó, los orientó y a él lo auxiliaron en sus<br />

obras de carácter social. En la parroquia <strong>del</strong> Refugio, en<br />

la época que estuvo, también construyó una escuela muy<br />

grande de artes y oficios con la finalidad de ayudar a los<br />

ferrocarrileros a perfeccionar sus labores; actualmente es<br />

un centro de estudios religiosos, pero originalmente fue<br />

construida para mejorar el conocimiento de los obreros<br />

ferrocarrileros en las labores que ellos desempeñaron.<br />

Cuando estuvo en la parroquia de la Purísima, dentro de los<br />

documentos que encontró en el archivo, estaban los planos<br />

originales que el maestro Refugio Reyes había hecho para la<br />

construcción de ese templo; dentro de su entusiasmo como<br />

constructor, el señor cura Jiménez, completó el templo que<br />

no tenía torres y buscó la manera de reestructurarlo para<br />

dejarlo exactamente como lo concibió ese gran arquitecto<br />

zacatecano que vivió en Aguascalientes y que, aun siendo un<br />

maestro albañil, a estas alturas la Universidad Autónoma de<br />

Aguascalientes, post-mortem, le otorgó el título de<br />

arquitecto, que muy merecido tuvo.<br />

Salvador Jiménez Díaz siguió punto por punto aquellos<br />

planos y construyó completando el templo de la Purísima que<br />

ahora disfrutamos y conocemos. Es un templo que se cataloga<br />

como gótico alemán retardado, y se construyó en 1968.<br />

246


Cunando el señor cura Jiménez se hizo cargo <strong>del</strong> curato <strong>del</strong><br />

Encino, también ahí su labor fue extraordinaria; remozó el<br />

templo e hizo una academia muy bonita en la primera cuadra<br />

de la calle Leona Vicario, para auxiliar a la juventud <strong>del</strong><br />

barrio en sus conocimientos de taquigrafía, mecanografía y<br />

computación.<br />

Cuando él estaba en el Encino, en los avatares de las<br />

campañas políticas, conoció a la Cecilia Ocelli, esposa de<br />

Carlos Salinas de Gortari y andaban en la campaña<br />

presidencial; entonces, una de las señoras Esparza Aguilar<br />

era muy conocida de la señora Ocelli y la llevó a conocer<br />

el templo <strong>del</strong> Encino; le enseñó el vía crucis y fue tanta<br />

su emoción al verlo que ofreció al señor cura don Salvador<br />

Jiménez Díaz, que si su esposo llegaba a presidente de la<br />

República, ella buscaría la forma de que se restauraran<br />

esos cuadros. Cuando Carlos Salinas de Gortari llegó a la<br />

presidencia, la señora cumplió con su palabra, mandó<br />

restauradores extraordinarios para la reparación <strong>del</strong> vía<br />

crucis, lo que hicieron con verdadera maestría; tardaron<br />

tres años en realizar su labor.<br />

Dentro de las iniciativas religiosas de don Salvador<br />

Jiménez Díaz, debemos mencionar la romería <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />

Encino que se celebra año con año el 13 de noviembre, y que<br />

cada vez es más lucida. El padre cumple con su misión en la<br />

vida. Con orgullo podemos decir que de los curas que ha<br />

tenido nuestra parroquia <strong>del</strong> Encino, él es el que<br />

desarrolla su vida en el barrio. El rancho de su familia,<br />

San Isidro <strong>del</strong> hilarillo, que perteneció a la Hacienda de<br />

Cieneguilla, está casi en la línea divisoria de los Estados<br />

de Aguascalientes y Jalisco, lugar en donde pasó su<br />

infancia, y ya después, en su madurez, estuvo ahí en el<br />

barrio de Triana.<br />

También se le honró con el cargo de canónigo, que ostentó<br />

hasta finalizar su vida. En cuanto a sus relaciones<br />

247


políticas, fueron magníficas con todos los gobernadores <strong>del</strong><br />

Estado, debajo <strong>del</strong> cristal de su escritorio, mientras hacía<br />

yo la entrevista, vi fotografías <strong>del</strong> señor cura Jiménez con<br />

Luis Donaldo Colosio, lo que denota que con todo mundo tuvo<br />

buenas relaciones.<br />

Falleció el 15 de febrero <strong>del</strong> año 2000. Un año antes, el 13<br />

de noviembre minutos antes de iniciar la romería <strong>del</strong> Señor<br />

<strong>del</strong> Encino, en la sacristía de la parroquia nos comunicó a<br />

Federico de León Quezada y a mí, que le había pedido al<br />

señor obispo Ramón Godinez Flores, que lo jubilara y que ya<br />

había conseguido su jubilación. Tanto Federico de León como<br />

yo le dijimos que nos hubiera gustado que siguiera de señor<br />

cura emérito, no con la responsabilidad <strong>del</strong> curato pero<br />

dentro <strong>del</strong> curato de nuestro barrio; nos dijo que no, que<br />

ya el señor obispo tenía concedida para él la dicha de<br />

estar atendiendo la capillita que él mismo construyó, en la<br />

calle de la Cruz, a la virgen <strong>del</strong> Perpetuo Socorro; esos<br />

eran los planes de don Salvador.<br />

La entrevista que le hice para estructurar esta ficha<br />

biográfica fue un martes <strong>del</strong> mes de enero <strong>del</strong> año 2000; al<br />

día siguiente entregó la parroquia y, al tercer día tuvo un<br />

accidente cerebral que a la postre lo llevó a la tumba. No<br />

llegó a ser capellán de la capilla <strong>del</strong> Perpetuo Socorro.<br />

Salvador Jiménez Díaz, gran orador, un hombre<br />

extraordinariamente culto, un sacerdote fiel soldado de<br />

Cristo, transita al seno <strong>del</strong> Señor el día 15 de febrero <strong>del</strong><br />

año 2000. Ni que dudarlo que se encuentra gozando de la<br />

<strong>presencia</strong> de Dios.” 74<br />

El “Señor cura Juan Antonio González Salce”, también<br />

cumplió su misión en el templo, ello lo describe el autor<br />

de la siguiente manera: “Fue en la risueña población de<br />

Santa María Transpontina, <strong>del</strong> municipio de Encarnación de<br />

Díaz, <strong>del</strong> estado de Jalisco, donde el día 6 de mayo de<br />

74 Ibdem. Pp. 190-194.<br />

248


1931, llegó a este mundo nuestro décimo segundo señor cura<br />

de la parroquia <strong>del</strong> Encino, don Juan Antonio González<br />

Salce. El nombre de Santa María Transpontina se lo puso a<br />

su comunidad un señor obispo de Guadalajara, en una de sus<br />

visitas pastorales, pues llegaba en el ferrocarril y al<br />

otro lado <strong>del</strong> puente se encontraba la comunidad que iba a<br />

visitar, por eso le dijo Santa María Transpontina.<br />

Nos platica el señor cura que su padre fue casado dos<br />

veces, en su primer familia hubo cuatro varones y el<br />

primero de ellos también fue sacerdote, quien ya falleció y<br />

llevó por nombre Severo. En la segunda familia tuvo tres<br />

hijos, dos mujeres y él quien también recibió el llamado<br />

<strong>del</strong> Señor para entregar su vida a Dios por medio <strong>del</strong><br />

sacerdocio.<br />

Muy pequeño, sus padres, don Andrés y doña Clemencia<br />

llevaron a la familia a vivir a la población de Encarnación<br />

de Díaz y ahí transcurrió su infancia, en medio de aquel<br />

ambiente donde recibió sus primeras letras, en una<br />

escuelita que tenía el padre Manuelito Romo. Continuó su<br />

primaria ahí mismo, en la Chona, en otra escuela más grande<br />

la cual se ubica en el Barrio Alto, cerca <strong>del</strong> panteón <strong>del</strong><br />

Señor de la Misericordia, escuela que hoy se llama Pablo de<br />

Anda. En esa época conoció a las maestras <strong>del</strong> Sagrado<br />

Corazón de Jesús que envió el Señor Obispo José de Jesús<br />

López y González, mismas que tienen su casa central aquí en<br />

la calle Colón; dichas maestras fundaron la escuela Felipe<br />

Ramírez en honor de quien fuera señor cura de Encarnación,<br />

y ahí terminó su instrucción primaria.<br />

Cuando don Juan Antonio tenía entre 14 ó 15 años emigró de<br />

Encarnación de Díaz, Jalisco, a esta ciudad de<br />

Aguascalientes e ingresó al seminario diocesano, en el mes<br />

de octubre de 1946. Su curso de latín y humanidades lo<br />

realizó en la escuela <strong>del</strong> seminario menor, que entonces<br />

estuvo en la calle de Juan Diego, cerca <strong>del</strong> templo de<br />

249


Guadalupe; ahí estuvo cuatro años y después, en noviembre<br />

de 1950, continuó sus estudios de filosofía en la finca que<br />

tuvo el seminario en la calle <strong>del</strong> Estanque número 26, calle<br />

que hoy se llama José María Arteaga, donde permaneció tres<br />

años de estudio.<br />

En esta época ya se estaba construyendo el actual seminario<br />

que está en el fraccionamiento Jardines de la Cruz, fue la<br />

casa que lo cobijó en sus últimos cuatro años en que<br />

estudió teología.<br />

Recuerda en su carrera sacerdotal como compañero muy amable<br />

al señor presbítero José Encarnación Romo Casillas. Hace<br />

notar que cuando comenzó sus estudios en el seminario eran<br />

entre todos cincuenta compañeros y tan sólo fueron<br />

ordenados dos de esos cincuenta.<br />

El llamado que recibió de Dios para ofrendarle su vida por<br />

medio <strong>del</strong> sacerdocio fue en sus primeros años de<br />

existencia; fue monaguillo en el santuario de Guadalupe, en<br />

Encarnación de Díaz, estaba al cargo un sacerdote que se<br />

llamaba Pablo; luego llegó el padre Manuelito Romo Martín.<br />

Dentro de su vida en el seminario, recuerda con agrado al<br />

padre Jesús Galván, quien fue su maestro de oratoria; al<br />

padre Ricardo Corpus, su maestro en latín; al padre Silva,<br />

su maestro en teología dogmática, y al señor cura Natividad<br />

Soto, que impartía la clase de moral. En esta época llegó,<br />

procedente <strong>del</strong> seminario de Montezuma, el padre Jorge Hope,<br />

y todos ellos fueron extraordinarios maestros.<br />

El día 8 de diciembre de 1957, el señor obispo Salvador<br />

Quezada Limón, muy devoto de la Asunción en el misterio de<br />

la Inmaculada Concepción de María, lo ordenó sacerdote.<br />

Después de ordenado, sus superiores le dieron un tiempo<br />

para que se fuera acostumbrando a su función; en este<br />

tiempo le pidieron que fuera a Catedral para ayudar a los<br />

sacerdotes a oficiar misa y también lo comisionaron para<br />

250


atender a un sacerdote muy anciano que vivía en la calle<br />

Colón que se llamaba José Paz.<br />

De sus superiores, el señor cura Juan Antonio recibió<br />

órdenes de ir de vicario a Teocaltiche y ayudar al señor<br />

cura Porfirio Alba; en dicha parroquia tan solo estuvo un<br />

año cuatro meses. Después, el señor obispo lo nombró<br />

segundo capellán <strong>del</strong> templo de San Marcos, ya que el<br />

primero era el padre Carlos Lozano.<br />

En una ocasión, el señor Obispo Salvador Quezada Limón le<br />

dijo que le iba a dar un nombramiento para otra parroquia;<br />

pasaron varios meses y se fue un mes de vacaciones, regresó<br />

en el mes de noviembre de 1958 y el señor obispo le informó<br />

que lo iba a enviar a la parroquia de San José.<br />

Fue en el mes de noviembre de 1958, cuando el señor obispo<br />

lo mando a la parroquia de San José para ayudar al señor<br />

cura Jesús Alonso Delgado; esto lo recuerda muy bien porque<br />

estaban en la fiesta de la Medallita Milagrosa, misma que<br />

culmina el 27 de noviembre.<br />

Le costó trabajo adaptarse a la manera de ser de don Jesús<br />

Alonso, pues en un principio ni siquiera se dirigían la<br />

palabra; entonces lo mandaron llamar <strong>del</strong> obispado para<br />

preguntarle por qué no le hablaba a don Jesús y él contestó<br />

que don Jesús era el que no le hablaba a él. Cuando regresó<br />

a la parroquia don Jesús Alonso le dijo: Mire padrecito,<br />

cuando yo le hable me habla y si no, permanecemos en<br />

silencio-. Pasó un mes sin que don Jesús Alonso le hablara<br />

y cuando se dignó a hacerlo le dijo: -Padrecito no sea<br />

rencoroso, no me quiere hablar-, a lo que el padre Juan<br />

Antonio contestó: -Quedamos que usted iba a iniciar las<br />

pláticas-. Una vez hechas las aclaraciones pertinentes<br />

fueron los dos más grandes amigos, a tal grado que el padre<br />

Juan Antonio permaneció en la parroquia de San José,<br />

ayudando al padre Jesús Alonso Delgado hasta el día de su<br />

muerte.<br />

251


En los primeros años de su estancia en San José, el<br />

obispado lo quiso cambiar a la parroquia <strong>del</strong> Sagrario, pero<br />

a petición <strong>del</strong> señor cura don Jesús Alonso siguió en la de<br />

San José. A la muerte <strong>del</strong> señor cura Alonso lo designaron a<br />

él señor cura de San José y ahí estuvo unos veinticinco<br />

años hasta que en enero <strong>del</strong> año 2000, lo cambiaron a la<br />

parroquia <strong>del</strong> Encino.<br />

En su estancia en San José embelleció el templo, atendió la<br />

evangelización, la catequesis y la liturgia, además,<br />

continuó con la academia en la que se preparaban muchachas<br />

para ser secretarias taquimecanógrafas a la vez se les<br />

enseñaba corte y confección.<br />

Cuenta el señor cura Juan Antonio que para él fue drástico<br />

el cambio de San José al Encino, ya que tiene gran cariño<br />

por la primera, pero que ya lleva dos años en el Encino y<br />

se está encariñando con la gente <strong>del</strong> barrio de Triana,<br />

misma que es muy bondadosa y que le ayuda mucho en su<br />

ministerio. Actualmente está empezando a remozar el templo;<br />

comenzó por la misma escultura <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, la<br />

cual estaba muy deteriorada; también están dando<br />

mantenimiento a todo lo que está dorado dentro <strong>del</strong> templo,<br />

mantenimiento que es extraordinariamente caro; dos de las<br />

campanas las van a refundir porque presentan fisuras, en<br />

fin, dice que en su labor como señor cura siempre verá por<br />

el bien de su feligresía.” 75<br />

Al “Señor obispo José de Jesús López y González” lo han<br />

beatificado, razón por la cual se ha constituido en un<br />

orgullo <strong>del</strong> barrio donde vivió. Su biografía es la<br />

siguiente: “El señor obispo José de Jesús López y González<br />

vivió gran parte de su vida en la calle de Abasolo número<br />

ciento quince, al lado sur <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino, por lo<br />

tanto no podemos ni debemos dejar de hacer una semblanza de<br />

él, quien fue extraordinariamente virtuoso en el transcurso<br />

75 Ibdem. Pp.194-197.<br />

252


de su vida al grado de que en Roma se tramita su<br />

beatificación, para que posteriormente forme parte de la<br />

corte de santos que testimonian la grandeza de Dios.<br />

Al oriente de la ciudad de Aguascalientes se encuentra la<br />

región de El Llano, la cual, por su vegetación, manifiesta<br />

características semi-desérticas, a base de nopales,<br />

mezquites, huizaches y magueyes. No tiene ríos; el agua que<br />

le llega sólo la recibe <strong>del</strong> cielo, el cual se muestra<br />

avaro, pero cuando el temporal es bueno, esta región se<br />

constituye en el granero de Aguascalientes por sus<br />

ubérrimas cosechas de maíz y de frijol. Pues bien, al<br />

poniente de esta región, ya limítrofe con el lomerío que<br />

está al oriente de la ciudad de Aguascalientes, por el<br />

rumbo de San Francisco de los Viveros, está el rancho El<br />

Cotón, que es como todos los ranchos <strong>del</strong> rumbo, de casas de<br />

adobe, pero con el adorno maravilloso <strong>del</strong> corazón de su<br />

gente, bondadosa, laboriosa, sencilla y profundamente<br />

cristiana.<br />

El día 15 de octubre <strong>del</strong> año de 1872, la familia campesina<br />

formada por don Apolonio López y doña María <strong>del</strong> Pilar<br />

González, quienes vivían en el rancho El Cotón, se vieron<br />

bendecidos de la mano de Dios al mandarles un niñito a<br />

quien a los cinco días de haber nacido lo bautizaron en la<br />

parroquia de la Asunción de la ciudad de Aguascalientes y<br />

le impusieron por nombre José de Jesús.<br />

A los cuatro años de edad, quedó huérfano de padre; muere<br />

don Apolonio, pero su madre, doña Pilarcita, toma las<br />

riendas <strong>del</strong> hogar y educa muy cristianamente de Jesús y a<br />

sus cuatro hermanas.<br />

La familia López y González vino a radicar a la ciudad de<br />

Aguascalientes, lo más probable, al barrio de Triana. José<br />

de Jesús hizo la primaria en la Escuela de Cristo ubicada<br />

en la primera calle <strong>del</strong> Reloj, hoy Benito Juárez, fue su<br />

maestro don Domingo Becerra; en aquel entonces el sistema<br />

253


de enseñanza era lancasteriano, es decir, un solo maestro<br />

para todos los niños de distintos grados y los niños más<br />

sobresalientes ayudaban al maestro enseñando a sus<br />

compañeritos; a estos ayudantes se les llamaba monitores.<br />

En la Escuela de Cristo, José de Jesús hizo amistad con<br />

muchachos de grados superiores, entre ellos estuvieron<br />

Rosalío Esparza y quien fuera mi abuelo, J. Refugio Ramírez<br />

Palos.<br />

Cuando tenía apenas seis años manifestó a su mamá, doña<br />

Pilarcita, su vocación para el sacerdocio. El 18 de octubre<br />

de 1886, ingresó al Seminario Auxiliar de Aguascalientes<br />

para hacer sus estudios de latín; su espíritu de<br />

disciplina, estudio y juventud se manifestó en él, pues fue<br />

un magnífico estudiante y a la vez deportista, destacando<br />

en el frontenis.<br />

Por invitación <strong>del</strong> Ilustrísimo Obispo de Zacatecas, Señor<br />

Portillo, José de Jesús se trasladó al seminario de<br />

Zacatecas y estudió teología, matemáticas y física, pero el<br />

señor Baz, rector <strong>del</strong> seminario de Guadalajara, no dio<br />

validez a los estudios de teología hechos en el seminario<br />

de Zacatecas, razón por la que José de Jesús y otros<br />

compañeros emigraron a la ciudad de Guadalajara, de la que<br />

quedaron maravillados, para continuar sus estudios en el<br />

seminario de esa ciudad.<br />

Hizo sus estudios de teología en el seminario de<br />

Guadalajara y siempre recordó con admiración de hijo a su<br />

maestro don Agustín de la Rosa (Padre Rositas) gran<br />

matemático, físico y astrónomo, quien lo aficionó a las<br />

ciencias exactas. Terminó sus estudios en el seminario de<br />

Guadalajara y fue ordenado sacerdote por el arzobispo don<br />

Pedro Loza y Pardavé, el día 30 de noviembre de 1897. El 8<br />

de diciembre de ese mismo año fue su cantamisa en el templo<br />

de San Felipe, en Guadalajara, fue apadrinado varios<br />

dignatarios eclesiásticos.<br />

254


Después de ordenado sacerdote ejerció su ministerio dentro<br />

de la recién creada diócesis de Aguascalientes, primero en<br />

la parroquia de Jesús María donde estuvo de diciembre de<br />

1897 a fines de agosto de 1900, cuando sus superiores lo<br />

designaron a la parroquia de Asientos en la que duró dos<br />

meses, pues el 2 de noviembre regresó a Jesús María donde<br />

permaneció hasta fines de 1902, cuando fue nombrado vicario<br />

de Cosío, en donde consolidó la fe católica, ante el embate<br />

de otras iglesias. En todos los lugares en los que actuó en<br />

sus primeros años de sacerdote, dio ejemplo de humildad,<br />

santidad y enseñanza magistral <strong>del</strong> catolicismo.<br />

Su preparación intelectual fue valorada por sus superiores<br />

y lo llamaron para que impartiera cátedra tanto en la<br />

Escuela Libre de Derecho que había en Aguascalientes, misma<br />

que por orden <strong>del</strong> gobierno desapareció, como en el<br />

Seminario Conciliar de Aguascalientes, donde impartió<br />

latín, castellano, filosofía, moral y oratoria sagrada.<br />

En 1913 fue nombrado señor cura de la parroquia de Jesús<br />

María, cargo que ocupó hasta 1919; no cabe duda que en su<br />

primera etapa de vida sacerdotal, Jesús María fue<br />

determinante, ya que ejerció buen tiempo ahí y llegó a<br />

conocer perfectamente a su feligresía, lo que sirvió para<br />

una aplicación profunda de su labor pastoral.<br />

El 10 de marzo de 1922, murió el señor cura <strong>del</strong> Encino, don<br />

Isidro Navarro, y lo suplió don José de Jesús López y<br />

González como vicario general; por cierto que el desarrollo<br />

de su misión fue ardua, tomando en cuenta la época de la<br />

persecución religiosa; esta persecución hizo que muchos<br />

sacerdotes y obispos emigraran al extranjero, entre ellos<br />

el segundo obispo de la diócesis de Aguascalientes, don<br />

Ignacio Valdespino, quien se fue a la ciudad de San<br />

Antonio, Texas.<br />

En el destierro, el señor obispo Valdespino vio la<br />

conveniencia de nombrar para su diócesis un obispo<br />

255


auxiliar, y el nombramiento recayó en don José de Jesús<br />

López y González, a quien consagró como tal en la ciudad de<br />

San Antonio, Texas, Estados Unidos de Norteamérica, el 30<br />

de marzo de 1928.<br />

El 12 de mayo de 1928 murió el obispo Ignacio Valdespino<br />

Díaz y fue designado administrador apostólico de la<br />

diócesis, don José de Jesús López y González, cargo que<br />

desempeñó hasta el 3 de enero de 1930, cuando tomó posesión<br />

como obispo propio de la diócesis, con la alegría de toda<br />

la feligresía que estaba plenamente identificada con él.<br />

La Labor de don José de Jesús López y González, en su<br />

calidad de obispo, fue fructífera, recordemos algunas de<br />

sus obras: Creó la asociación religiosa de Guardia de Honor<br />

y Apostolado de la Oración, en relación con el Sagrado<br />

Corazón de Jesús; fomentó la Acción Católica Mexicana, en<br />

sus divisiones tanto varonil como femenil, en las ciudades<br />

y el campo de su diócesis, y llegó este movimiento a su<br />

época de oro. Dentro de las aficiones artísticas <strong>del</strong> señor<br />

López, la música ocupó lugar preponderante; le gustó pulsar<br />

la guitarra, por lo tanto su afición se manifestó al crear<br />

la Escuela de Música Sacra, que aún existe y calle Juan<br />

Diego; lo mismo, con la ayuda de la feligresía compró un<br />

órgano Hammond para Catedral, que se bendijo al inicio de<br />

un congreso eucarístico. Me acuerdo que después de la<br />

bendición hubo un concierto al que asistí en compañía de<br />

mis padres y el concertista fue el maestro don José Ruiz<br />

Esparza, organista titular de nuestra Catedral.<br />

Por su amor mariano a la Virgen de la Asunción, solicitó a<br />

Su Santidad Pío XII que se declarara dogma la Asunción de<br />

María. Fomentó el culto a la Virgen de la Asunción y<br />

comenzaron las peregrinaciones en el mes de agosto, de las<br />

parroquias a Catedral.<br />

Su preocupación por la formación religiosa de la feligresía<br />

hizo apoyar decididamente la existencia <strong>del</strong> seminario<br />

256


diocesano y fundó la Liga de Recíprocos auxilios entre el<br />

seminario y los fieles; también amplió la Escuela<br />

Catequística; este celo de cultura religiosa lo hizo<br />

patrocinar congresos eucarísticos, catequísticos,<br />

misionales y apostolado, todos a nivel nacional.<br />

Una de sus alegrías y orgullo fue haber ordenado 76<br />

sacerdotes y suscribir 15 cartas pastorales.<br />

Fue un hombre extraordinariamente caritativo, todo entrega<br />

a sus semejantes en desgracia hasta donde alcanzaba su<br />

capacidad económica. Nos acordamos los trianeros de aquella<br />

corte de menesterosos que se sentaban frente a la casa <strong>del</strong><br />

señor obispo en la calle de Abasolo y se iban con la<br />

sonrisa en los labios al recibir su ayuda para el pan de<br />

cada día. Sus sentimientos de caridad lo hicieron<br />

patrocinar el orfanatorio Nazareth, antecedente de la<br />

Ciudad de los Niños; así como la Clínica de Guadalupe, hoy<br />

Centro Hospitalario de Aguascalientes.<br />

El señor obispo López fue en extremo prudente y a pesar de<br />

las dificultades que afrontó en la época de su actuación,<br />

tiempos posteriores inmediatos a la persecución religiosa,<br />

época de la educación socialista, transición de nuestro<br />

México, fue prudente, lo que le valió la amistad y respeto<br />

de todas las clases sociales.<br />

Como consecuencia <strong>del</strong> tipo de educación que se impartía en<br />

la década de 1940, con un laicismo mal interpretado, pues<br />

apartaban de los niños la existencia de Dios, fue<br />

preocupación <strong>del</strong> señor obispo López la educación católica<br />

en los niños y de toda la diócesis; creó las escuelitas <strong>del</strong><br />

señor Obispo, atendidas en muchas ocasiones por muchachas<br />

de buena fe que no eran maestras, pero él se preocupó por<br />

su preparación profesional y esto lo llevó a fundar, el 8<br />

de septiembre de 1932, la Congregación Religiosa de las<br />

Hermanas Maestras Católicas <strong>del</strong> Sagrado Corazón de Jesús.<br />

257


Esta congregación, como todas las personas morales, ha<br />

tenido sus alzas y bajas; hoy día se encuentra<br />

perfectamente consolidada y ha sido semillero de magníficas<br />

maestras, quienes aspiran al perfeccionamiento profesional<br />

acudiendo a centros de estudios pedagógicos y se han<br />

proyectado en escuelas, catequesis y misiones en Perú.<br />

Actualmente, su casa central se ubica en la calle Colón<br />

números 637 y 639 de esta ciudad de Aguascalientes, es<br />

decir, está en el mero barrio de Triana.<br />

El 12 de diciembre de 1936, el señor obispo López corona a<br />

la Santísima Virgen de Guadalupe, en Catedral; la corona se<br />

elaboró con oro, plata y piedras preciosas que la<br />

feligresía de Aguascalientes donó por medio de joyas que<br />

entregó.<br />

Los obispos norteamericanos y mexicanos fundaron en<br />

Montezuma, Estados Unidos de Norteamérica, un seminario<br />

para la mejor preparación de los futuros sacerdotes<br />

mexicanos y el señor obispo López en 1937 envió a 23<br />

jóvenes; entre ellos iba quien llegaría a ser el décimo<br />

primer señor cura <strong>del</strong> Encino, Presbítero Salvador Jiménez<br />

Díaz, así como el culto sacerdote y gran orador sagrado<br />

Jorge Hope Macías.<br />

El día 5 de enero de 1940, con el ánimo de contrarrestar la<br />

educación atea, inició una campaña de oraciones entre la<br />

feligresía, para que Dios estuviera presente en los hogares<br />

católicos de Aguascalientes.<br />

En la primer mitad <strong>del</strong> siglo XX, Aguascalientes empezó a<br />

dejar de ser la ciudad de las Torres viudas; Catedral no<br />

fue la excepción, y gracias a la motivación <strong>del</strong> Obispo<br />

López la sociedad, para construir la torre sur de Catedral;<br />

a la gran administración que en la construcción tuvo el<br />

santo sacerdote mártir don Felipe Morones; a la dirección<br />

de la obra por el ingeniero Luis Ortega Douglas, y a la<br />

magnífica labor <strong>del</strong> maestro canterero Ortega, la torre se<br />

258


terminó el 8 de julio de 1946, la cual bendijo don José de<br />

Jesús López y González. Esto fue en la tarde de ese día,<br />

coincidiendo que en la mañana constituyó el cabildo<br />

catedralicio, mismo que le sirvió de consejero y apoyo para<br />

el de la diócesis.<br />

El tiempo se va rápidamente y sin pensar, pasan los lustros<br />

y las décadas, así llegó el 30 de noviembre de 1947, día de<br />

las bodas de oro sacerdotales <strong>del</strong> señor obispo José de<br />

Jesús López y González. Toda la diócesis de Aguascalientes<br />

se volcó en muestras de cariño y alegría hacia su pastor;<br />

hubo veladas literarias, actos religiosos, fiestas<br />

populares y banquetes; fueron invitados a los actos varios<br />

señores obispos y compañeros seminaristas <strong>del</strong> señor López;<br />

recuerdo que entre ellos vino y se hospedó en mi casa un<br />

tío mío, primo de mi papá, el señor cura Pudenciano<br />

Villalobos, quien ejercía su ministerio en la ciudad de<br />

Torreón, en el estado de Coahuila.<br />

El Santo Padre Pío XII, con motivo de las bodas de oro<br />

sacerdotales, además de su bendición al señor obispo López,<br />

y debido a su trayectoria, lo nombró Conde de la corte<br />

papal y asistente al solio pontificio, es decir, lo nombró<br />

su consejero.<br />

Una de las cosas que llamaron poderosamente la atención de<br />

los aguascalentenses fue que el día principal de la<br />

celebración de las bodas de oro, acudió el señor gobernador<br />

<strong>del</strong> estado, ingeniero don Jesús María Rodríguez, y el<br />

presidente municipal don Jaime Aizpuru, al banquete<br />

principal de los festejos. Ante la alegría de todos, ambos<br />

hicieron uso de la palabra felicitando al señor obispo<br />

López. "César y Pedro" se reconciliaron después de haber<br />

permanecido varios años en discordancia y de nuevo<br />

renacieron en Aguascalientes las buenas relaciones entre<br />

las autoridades civiles y eclesiásticas.<br />

259


Corría el año de 1950 y empezamos a saber que nuestro<br />

querido señor obispo López padecía una gravísima<br />

enfermedad, tenía cáncer; esto nos entristeció: la dolorosa<br />

enfermedad avanzaba y él santamente, dándonos ejemplo, la<br />

soportaba; llegó a tal grado su padecer que no podía estar<br />

sentado. En el mes de noviembre, después de acompañar a la<br />

feligresía a la peregrinación anual a la Basílica de la<br />

Virgen de Guadalupe se internó en uno de los hospitales de<br />

la Ciudad de México; fue su doctor el oncólogo Conrado<br />

Zukerman, quien determinó operarlo, lo que aconteció el día<br />

9; salió bien de esa operación, pero el día 10 tuvo severas<br />

complicaciones y entró en agonía. El día 11 Dios tuvo a<br />

bien recibir a su siervo, el de la santa sonrisa, el señor<br />

obispo José de Jesús López y González.<br />

La noticia de la muerte <strong>del</strong> señor obispo corrió como<br />

pólvora prendida por toda la diócesis paralizando las<br />

actividades. Teocaltiche de inmediato suspendió su<br />

tradicional feria, lo mismo en el Encino; todos los actos<br />

sociales programados para esos días fueron cancelados; la<br />

industria y el comercio detuvieron sus actividades.<br />

Aguascalientes estaba apesadumbrado, estaba de luto.<br />

Inmediatamente, la diócesis se preparó para las honras<br />

fúnebres de 1os restos <strong>del</strong> señor obispo. Hubo comisiones<br />

que se apostaron en la carretera sur para esperar la<br />

carroza con sus restos mortales; parte de la gente de<br />

nuestro pueblo esperó frente a la que fue su casa en la<br />

calle de Abasolo, en el Jardín <strong>del</strong> Encino; el cortejo<br />

fúnebre arribó a Aguascalientes entre las cinco y seis de<br />

la mañana <strong>del</strong> día 12 de noviembre de 1950.<br />

Por razones de espacio, se le veló en la casa contigua a su<br />

domicilio, la feligresía formó largas filas para pasar<br />

cerca <strong>del</strong> cuerpo de su amado obispo; después, por voluntad<br />

expresada por el señor obispo López, su cuerpo fue llevado<br />

a la parroquia <strong>del</strong> Encino, donde siguió la feligresía<br />

260


desfilando frente a su cadáver. El señor obispo hubiera<br />

querido ser sepultado en el panteón de La Salud pero sus<br />

sacerdotes pidieron que fuera sepultado en Catedral.<br />

Del Encino fue el cortejo por la calle Ancha, hoy profesor<br />

Elíseo Trujillo, luego por Minerva, hoy profesora Vicenta<br />

Trujillo, y luego por José María Chávez hasta Catedral.<br />

Imponente fue la manifestación de dolor que acompañó el<br />

cuerpo sin vida. Mi casa paterna se ubicaba en José María<br />

Chávez y parados en la puerta vimos cómo con pasos lentos<br />

pasaba el cortejo fúnebre; acompañaban los restos <strong>del</strong> señor<br />

obispo López, custodiándolo, los Caballeros de Colón, luego<br />

las distintas órdenes religiosas que había en la ciudad;<br />

iban ahí sus hijas, las monjitas de la Congregación de las<br />

Hermanas Maestras Católicas <strong>del</strong> Sagrado Corazón de Jesús;<br />

las monjitas de la Inmaculada; <strong>del</strong> Colegio La Paz entre<br />

ellas la miss Gela, Angelita Alba, quien con leve<br />

inclinación de cabeza saludó a mis padres; las madres de la<br />

Enseñanza, o sea, las <strong>del</strong> Colegio Guadalupe Victoria,<br />

franciscanos, dominicos, y todos los miembros <strong>del</strong> clero<br />

regular iban vestidos con sus hábitos, dando mayor<br />

solemnidad al acto; también estuvo presente el clero<br />

secular.<br />

La misa de cuerpo presente se llevó a cabo en Catedral,<br />

presidida por el señor Obispo de Guadalajara, José Garibí<br />

Rivera.<br />

El señor obispo José de Jesús López y González fue<br />

sepultado en el presbiterio <strong>del</strong> mayor de Catedral, detrás<br />

<strong>del</strong> altar mayor hacia el lado sur; los Caballeros de Colón<br />

mandaron hacer una placa de bronce con los siguientes<br />

datos: en la parte superior, el escudo creado por el<br />

obispo; debajo de él, a la izquierda, una estrella, y<br />

debajo de ésta la fecha, 15 de octubre de 1872<br />

(nacimiento); a la derecha, debajo <strong>del</strong> escudo, una cruz con<br />

la fecha 11 de noviembre de 1950 (defunción). De arriba<br />

261


hacia abajo "Aquí yacen los restos <strong>del</strong> Excmo. y Rvmo. Sr.<br />

Conde y asistente al Trono Pontificio Dr. D. José de Jesús<br />

López y González Tercer Obispo de Aguascalientes, su<br />

diócesis recuerda por su bondad de padre y sus virtudes de<br />

santo. R.I.P", y termina con una tiara y un báculo. Para<br />

hacer esa placa, primero se hizo una de madera; yo vi que<br />

el maestro ebanista, tallador y gran artista de la madera,<br />

don Carlos Santacruz Acevedo, maestro mío en el Instituto<br />

de Ciencias de Aguascalientes, en su pequeño taller en la<br />

plazuela de San José, la talló y, por modestia, no la<br />

firmó.<br />

Lo anterior tuvo como base los datos de un fascículo que me<br />

prestaron las Hermanas Católicas <strong>del</strong> Sagrado Corazón de<br />

Jesús, de «Vidas Ejemplares, José de Jesús López, la<br />

sonrisa de Dios», así como las vivencias que tuve. Pero<br />

ahora me interesa dejar constancia de noticias que mi madre<br />

me transmitió, respecto a las relaciones que mi familia<br />

tuvo con el señor obispo José de Jesús López y González.<br />

Corrían los últimos años de la década de los setenta <strong>del</strong><br />

siglo XIX, cuando coincidieron en la Escuela de Cristo tres<br />

niños que aún con diferencia de edades, fueron compañeros,<br />

debido al sistema de enseñanza lancasteriano es decir, un<br />

solo maestro para los distintos grados; estos niños fueron<br />

José de Jesús López y González, Rosalío Esparza y Refugio<br />

Ramírez Palos. Hubo tal afinidad en la manera de ser de los<br />

tres que quisieron hacerse compadres, y en su mente<br />

infantil encontraron la forma: fueron al corral de la casa<br />

de uno de ellos y bautizaron un conejo, uno lo asió de una<br />

oreja, el otro de la otra y el tercero le derramó agua en<br />

la cabeza; a partir de aquel momento los tres se dieron<br />

trato de compadres, y como José de Jesús era bajo de<br />

estatura lo apodaban La Gallina.<br />

Este trato trascendió en las generaciones, pues don Rosalío<br />

Esparza llamaba a mi madre comadre y a nosotros nos decía<br />

262


compadritos; por su parte, el señor obispo José de Jesús<br />

López González, a mi tío el doctor Salvador Ramírez Martín<br />

<strong>del</strong> Campo le dio trato de compadre.<br />

Pues bien, los tres niños siguieron la vocación que Dios<br />

les envió: José de Jesús el sacerdocio; Rosalío,<br />

agricultor, y Refugio, agricultor, militar y abogado.<br />

Cuando José de Jesús fue designado obispo propio de la<br />

diócesis de Aguascalientes, en enero de 1930, la feligresía<br />

se volcó en manifestaciones de cariño, respeto y sumisión,<br />

y formaron largas filas en las calles aledañas a Catedral<br />

hasta llegar a las oficinas <strong>del</strong> señor obispo, lo saludaban<br />

hincándose y le besaban el anillo pastoral. Mi abuelito,<br />

licenciado Refugio Ramírez Palos, católico, apostólico,<br />

romano hasta la médula, también se formó en la fila para<br />

rendir homenaje y sumisión a su señor obispo y cuando llegó<br />

a él y lo vio le entró gran nerviosismo al señor obispo que<br />

lo tomaba de los brazos para que no se hincara y le decía:<br />

-No, Refugio, no te hinques; acuérdate que soy tu compadre<br />

La Gallina-. ¡Cuánta humildad y cariño <strong>del</strong> señor Obispo<br />

López!.<br />

Motivo de profundo agradecimiento de mi familia es lo que<br />

relataré en seguida: Encabezaba el gobierno de la República<br />

el General Lázaro Cárdenas en su sexenio de 1936 a 1942 y<br />

creyó conveniente establecer la educación marxista<br />

socialista en nuestra patria, ideología que riñe con la<br />

doctrina católica, y hubo serio conflicto en todo nuestro<br />

México. Muchos padres de familia optaron por retirar a sus<br />

hijos de las escuelas y mandarlos a escuelas católicas<br />

carentes de reconocimiento oficial. Mi padre, profesor<br />

Faustino Villalobos López, en esa época, era inspector<br />

escolar en el medio rural y para nuestra gente <strong>del</strong> campo<br />

ser profesor <strong>del</strong> sistema oficial era algo así como si<br />

fueran emisarios <strong>del</strong> diablo; muchos maestros oficiales<br />

fueron sacrificados por la manera de ser de nuestra gente.<br />

263


Mi padre salía temprano los lunes a cumplir con su trabajo<br />

y debido a la falta de comunicaciones en el estado,<br />

regresaba los viernes por la tarde, utilizando para ello el<br />

ferrocarril, ya fuera el que venía de Fresnillo, Zacatecas,<br />

o el de San Luis Potosí; nosotros nos quedábamos<br />

angustiados por la seguridad de mi papá, y mi madre lo<br />

bendecía para que regresara con bien.<br />

Mi madre, profesora Merceditas Ramírez de Villalobos, fue a<br />

ver a nuestro amigo de familia, señor obispo José de Jesús<br />

López y González, y le platicó las angustias que tenía<br />

respecto al trabajo de mi padre; el señor obispo le dijo: -<br />

No te apures, Mercedes, vamos a solucionar este asunto-, y<br />

lo que hizo fue girar una comunicación a los señores<br />

foráneos diciéndoles que el profesor Villalobos era gente<br />

de bien; a partir de entonces parecía que tenía<br />

guardaespaldas, pues los patriarcas de las comunidades<br />

rurales acompañaban a mi padre de un poblado a otro.<br />

¡Muchas gracias, señor obispo Jesús López y González! El<br />

bondadoso y gran corazón <strong>del</strong> obispo siempre estuvo para<br />

remediar a sus semejantes sus necesidades.<br />

Platicaba mi madre que en una ocasión, en medio de la<br />

madrugada, el señor obispo oyó un ruido en su recámara y<br />

bien comprendió que se trataba de un ladrón. Con voz fuerte<br />

le dijo: -Hijo, sé que estás aquí, en mi recámara, voy a<br />

prender la luz, no te vayas a asustar pues estoy en pijama-<br />

, y luego que prendió la luz buscó al ladrón y lo encontró<br />

agazapado junto a unos muebles y se dirigió a él<br />

diciéndole: -Bien sé que andas robando porque has de tener<br />

grandes penurias económicas en tu casa, ven, acompáñame a<br />

la sala de la casa-; y el caco todo atolondrado y apenado<br />

lo siguió. Ya en la sala lo invitó a que tomara el objeto<br />

más valioso para que remediara su situación y este sujeto<br />

no se animaba a tomar cosa alguna, casi estaba al borde <strong>del</strong><br />

llanto; al ver esto, don José de Jesús tomó un valioso<br />

264


eloj de mesa que tenía y se lo dio al ladrón, diciéndole:<br />

-Dios quiera que te sirva para remediar tus necesidades, y<br />

no te lo robas, yo te lo regalo. Ven para abrirte la puerta<br />

de la casa para que salgas como mi amigo y no saltando<br />

tapias como ladrón; sábetelo que cuando tengas necesidad,<br />

toca las puertas de esta casa y siempre encontrarás a tu<br />

amigo que te ayudará-.<br />

Qué gran corazón <strong>del</strong> señor obispo López, en cuanto a<br />

caridad, quien acudiera a él, ya sea con apremios<br />

espirituales o económicos, nunca salía con las manos<br />

vacías.<br />

Siempre estuvo al pendiente de las necesidades espirituales<br />

de la diócesis. En la avenida 5 de Mayo de esta ciudad<br />

escogió un sitio para levantar el templo <strong>del</strong> Sagrado<br />

Corazón de Jesús y encomendó su construcción al querido y<br />

recordado padre José Femat; por cierto la torre sur de este<br />

templo la costeó íntegramente mi compadre el licenciado<br />

Joaquín Cruz Ramírez, como un regalo al pueblo de<br />

Aguascalientes después de haberse sacado un premio en la<br />

Lotería Nacional. Pues bien, el templo se levantó muy cerca<br />

de lo que entonces fue la zona de tolerancia, y en una<br />

ocasión mi madre le dijo: -¿Por qué escogió un punto tan<br />

feo para levantar ese bello templo?- y él contestó: -Mira,<br />

Mercedes, ahí es donde más necesitaba un templo, para que<br />

aquellas pobres mujeres encuentren la paz y el camino hacia<br />

Dios-.<br />

Contestación plena de amor y caridad para aquellas mujeres<br />

necesitadas.<br />

En fin, el señor obispo López fue un gran señor, para<br />

Aguascalientes y para mi familia, con detalles tan hermosos<br />

como cuando un día le habló a mi madre para regalarle una<br />

sagrada biblia, en edición de lujo, que teníamos en la casa<br />

como una bellísima joya que nos obsequiara nuestro amado<br />

señor obispo.<br />

265


Por lo que respecta a la casa de mi amor, mi querida esposa<br />

Lupita, las relaciones que llevaron con el señor obispo<br />

López fueron muy intensas, ya que la señorita María Ponce<br />

Macías, su tía, fue directora de una escuelita creada por<br />

el señor obispo en la calle de Lares, en el barrio de San<br />

Marcos y en muchas ocasiones Lupita, mi esposa fue<br />

intérprete de los poemas que su tía componía para el señor<br />

obispo y que le ofrecía en su cumpleaños.<br />

En nuestra casa hubimos dos que recibimos sacramentos de<br />

manos <strong>del</strong> señor obispo López; Cuca Ramírez Alonso, el<br />

bautismo y fueron sus padrinos el presbítero Rutilo Alonso<br />

Delgado y mi hermana profesora Mercedes Villalobos Ramírez;<br />

y a mi me confirmó, mi padrino fue el señor profesor J.<br />

Guadalupe Nájera Jiménez, casi hermano de mi padre. Dichos<br />

sacramentos los celebró en el oratorio privado de su casa<br />

en la calle de Abasolo.<br />

Pues así, nuestro queridísimo señor obispo José de Jesús<br />

López y González, trianero por todos los lados, su vida de<br />

señor obispo la vivió en su casa de la calle de Abasolo<br />

parte sur <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino. Actualmente está en<br />

proceso de canonización y no perdemos la esperanza de verlo<br />

formar parte de los santos de nuestra iglesia católica, que<br />

virtudes tuvo, en todos los aspectos de la vida.<br />

¡Qué orgullosos nos sentimos los aguascalentenses y<br />

trianeros, de nuestro tercer obispo don José de Jesús López<br />

y González!” 76<br />

El Capítulo VIII, último <strong>del</strong> texto esta dedicado ha<br />

resaltar las biografías y pasajes anecdóticos de algunos de<br />

los familiares <strong>del</strong> autor. El primero es “Don Juan<br />

Crisóstomo Ramírez Pérez” de él dice: “Dentro de mis<br />

narraciones he hablado <strong>del</strong> señor cura de Triana, Justo<br />

Ramírez Pérez, digno ministro de la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />

Encino y gran trabajador social por su entrega<br />

76 Ibdem. P. 197-208.<br />

266


incondicional a la comunidad. Su llegada a Aguascalientes,<br />

el día 8 de julio de 1864, marca en los antecedentes de<br />

nuestra familia la fecha en que nuestra rama Ramírez se<br />

avecindó en nuestro amado solar aguascalentense, procedente<br />

de la cercana población de San Juan de los Lagos.<br />

A la sombra <strong>del</strong> señor cura también cambiaron de domicilio<br />

sus hermanos, entre ellos quien fue mi bisabuelo, don Juan<br />

Crisóstomo Ramírez Pérez, de quien hacemos esta semblanza.<br />

Don Juan fue esposo de doña Manuelita Palos, y sus hijos,<br />

todos nacidos en Aguascalientes, fueron Refugio, Cayetana,<br />

María Concepción, María Dolores y José; enviudó y contrajo<br />

segundas nupcias, en este segundo matrimonio tuvo una hija,<br />

María Ramírez.<br />

Mi "papá don Juan" (así nos acostumbró mi madre a<br />

llamarlo), fue una persona blanca de tez, ojos color café,<br />

barbado y obeso; a mi juicio fue diabético pues por<br />

tradición he sabido que decían: “Mi papá don Juan fue muy<br />

sano, comía en exceso y bebía unos jarros de agua muy<br />

grandes”; esto se me antoja un cuadro propio de un<br />

diabético, enfermedad que siempre ha estado presente en<br />

los miembros de la familia.<br />

De las anécdotas de mi papá don Juan platicaré dos, una <strong>del</strong><br />

porqué le bautizaron con el mote de Cabeza de Hierro, y la<br />

otra de cómo fue su celo por cuidar el Jardín <strong>del</strong> Encino.<br />

Don Juan Crisóstomo, hombre de su época, además de ser<br />

agricultor, no fue ajeno a la problemática política de su<br />

tiempo y participó en las luchas de la Guerra de Reforma<br />

dentro <strong>del</strong> partido conservador; pues bien, al pelear en el<br />

palacio de gobierno, en la ciudad de Guadalajara, un obús<br />

de los liberales cayó sobre el techo de habitación en que<br />

estaba mi bisabuelo y se derrumbó y tres días después, los<br />

soldados removiendo escombros, dieron con el cuerpo de don<br />

Juan y grande fue su sorpresa al encontrarlo con vida;<br />

todavía duró algún tiempo conmocionado, pero poco a poco<br />

267


empezó a recuperar sus facultades, entre ellas, el habla.<br />

Lo anterior le valió a mi papá don Juan que sus compañeros<br />

de armas le llamaran El Cabeza de Hierro.<br />

Los vecinos fronteros al Jardín <strong>del</strong> Encino acordaron entre<br />

ellos cuidar <strong>del</strong> aspecto de éste, y para tal efecto se<br />

repartieron los prados para su cultivo y atención. Mi papá<br />

don Juan vivió en la casona que está al poniente <strong>del</strong> jardín<br />

y que alberga hoy día una escuela secundaria y preparatoria<br />

José María Morelos; naturalmente que también a él le tocó<br />

atender un prado y cuentan que era su costumbre, al<br />

atardecer, sentarse en un equipal junto a la puerta de su<br />

casa, en donde se formaba la tertulia de vecinos para<br />

charlar amenamente; al finalizar el ángelus rezaban el<br />

rosario y cuando estaban en sus oraciones, veía mi<br />

bisabuelo que estaban los niños jugando sobre el prado que<br />

le tocaba cuidar, momentáneamente suspendía el rezo y les<br />

gritaba: -Muchachos jijos.. sálganse de ahí- y continuaba,<br />

-Santa María, Madre de Dios...-. Así cuidaba don Juan<br />

Crisóstomo su prado.” 77<br />

De uno de los familiares, José María Ramírez Pérez, por su<br />

peculiaridad personalidad, el autor escribe algunos pasajes<br />

de su vida. El primero lo titula “E1 Chan <strong>del</strong> Agua”, donde<br />

dice: “Siempre, dentro de los miembros de una familia, hay<br />

uno que destaca por su buen humor, por ser jocoso, y esa<br />

persona se proyecta de generación en generación, por<br />

tradición oral, al grado de que se les conoce como si se<br />

conviviera con ellos; eso me pasa con mi tío bisabuelo don<br />

José María Ramírez Pérez, a quien, por boca de mi madre, lo<br />

conozco bien, y a quien por cariño le decían El Chimuelo.<br />

José María fue hermano <strong>del</strong> tercer señor cura <strong>del</strong> Encino<br />

Justo Ramírez Pérez, y de mi bisabuelo, don Juan<br />

Crisóstomo. Descendientes de él, <strong>contemporáneo</strong>s nuestros<br />

77 Don Juan Crisóstomo Ramírez Pérez. Ibdem. P. 209. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido. Sabado 8 de noviembre de 1986.<br />

268


son los Ramírez Alonso, sus nietos, entre ellos Calesero y<br />

el actor Ernesto Alonso, quienes por cuestiones <strong>del</strong> medio<br />

artístico tomó el apellido de su madre; los Ruvalcaba<br />

Valdivia fueron sus bisnietos, entre ellos el médico<br />

pediatra Humberto.<br />

Una vez ubicado nuestro personaje platiquemos de sus<br />

puntadas que han llegado a nuestro conocimiento.<br />

En alguna ocasión he hecho mención <strong>del</strong> acueducto de Triana,<br />

mismo que ya hace muchos lustros surtía de agua zarca,<br />

procedente <strong>del</strong> Cedazo, a los hogares <strong>del</strong> sur de la ciudad,<br />

eran dos fuentes las que se encargaban de estos menesteres,<br />

una, la pila <strong>del</strong> obrador que se ubicó al sur de la primera<br />

cuadra de la calle <strong>del</strong> mismo nombre, hoy José María Chávez,<br />

y la otra es la fuente <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino.<br />

La fuente <strong>del</strong> Jardín <strong>del</strong> Encino fue remo<strong>del</strong>ada a fines de<br />

1881 y principios de 1882, gracias al entusiasmo creador<br />

<strong>del</strong> señor cura Justo, quien fue un gran trabajador social;<br />

su reconstrucción terminó el 25 de mayo de 1882.<br />

La nueva fuente fue motivo de alegría de todos los<br />

moradores de nuestro barrio de Triana; José María no fue la<br />

excepción, también a su modo celebró el acontecimiento.<br />

El tío José María fue un tipo flamencón, bohemio, le<br />

gustaban las bebidas espirituosas, algo así como dijera<br />

Pérez Vázquez -¡Lanzaba el reto a la noche con palmas y<br />

amontillado-. Pues bien, una de esas madrugadas, cuando<br />

despuntaba el alba y los pájaros en el jardín empezaban a<br />

cantar sus alabanzas al Creador por el nuevo día pasó muy<br />

alegre José María, debido a la "saludable noche", no<br />

resistió ver el agua fresca de la pila, zarca, primorosa,<br />

que lo invitaba a un baño, y ni tardo ni perezoso se<br />

despojó de todas sus ropas, que acomodó en una banca y ¡al<br />

agua patos!, estaba feliz nadando de "muertito" y echando<br />

chorritos de agua por la boca; pero sucedió que las<br />

hacendosas mujeres <strong>del</strong> barrio, cuando se dirigían a la<br />

269


fuente con sus cántaros para proveerse de agua, vieron a<br />

José María nadando como si fuera súbdito de Neptuno y se<br />

retiraban en estampida gritando -¡El chan <strong>del</strong> agua! ¡El<br />

chan <strong>del</strong> agua!-<br />

Así nacen las leyendas, nuestra pila tuvo su chan <strong>del</strong><br />

agua”. 78<br />

Otra anécdota la titula “¡Muy macho!”, ahí dice: “Ya que el<br />

hombre se integra por dos elementos fundamentales, el alma<br />

y el cuerpo, es muy saludable a cada uno de éstos darle su<br />

respectivo alimento y por lo general en cuanto al espíritu<br />

se refiere, son los caminos de las religiones los que se<br />

encargan de fortalecer el alma.<br />

La religión católica tiene una etapa dentro <strong>del</strong> año<br />

litúrgico dedicada a la penitencia y mortificación corporal<br />

que es conocida con el nombre de cuaresma, la que se inicia<br />

con el miércoles de ceniza y termina con el domingo de<br />

resurrección. También esta etapa conmemora el período en<br />

que el Señor se retira al desierto para hacer penitencia y<br />

darnos el ejemplo de que debemos aceptar la mortificación<br />

corporal para la superación espiritual, aun siendo él, el<br />

máximo de la perfección.<br />

Dentro de la cuaresma, en nuestra religión católica, existe<br />

la costumbre de practicar los ejercicios espirituales, que<br />

como su nombre lo indica, son ejercicios <strong>del</strong> espíritu,<br />

igual que en lo físico lo fuera de un atleta. Fue ese<br />

coloso de los santos de la Iglesia, San Ignacio de Loyola,<br />

quien trazó un plan de ejercicios espirituales cuya<br />

temática versa sobre las verdades eternas: la gloria, el<br />

purgatorio y el infierno.<br />

Pues bien, en la segunda mitad <strong>del</strong> siglo pasado, el señor<br />

cura de Triana, Justo Ramírez Pérez, organizó unos<br />

ejercicios de encierro para bien de sus feligreses y<br />

78<br />

El chan <strong>del</strong> agua. Ibdem. P. 210. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Martes 4 de<br />

noviembre de 1986.<br />

270


naturalmente que también le interesaba la buena marcha<br />

espiritual de sus hermanos; con invitación forzosa, José<br />

María tuvo que ingresar a los mismos y encerrarse varios<br />

días para meditar y oír la palabra de Dios.<br />

Al empezar los ejercicios el señor cura hizo la<br />

distribución de las celdas, de conformidad con el número de<br />

ejercitantes, y en la misma celda que destinó para su<br />

hermano Chema, también le tocó a otro sujeto con fama de<br />

afeminado; esto no fue <strong>del</strong> agrado de José María y se las<br />

ingenió para deshacerse de este compañero.<br />

En la noche, cuando terminó el primer día de ejercicio y<br />

después de rezar sus oraciones, Chema y su compañero<br />

trataron de conciliar el sueño, ese fue el momento oportuno<br />

para que el afeminado saliera corriendo de la celda, a<br />

consecuencia de que José María fingió estar dormido e imitó<br />

una serie de sonidos, roncaba y al mismo tiempo simulaba el<br />

ruido <strong>del</strong> canto de una paloma habanera y pleitos de perros<br />

y gatos, entonces el joto empezó a decir -¡Ave María<br />

Purísima!- y persignaba el rumbo de donde procedían estos<br />

ruidos. Cuando llegó la situación a su clímax, salió<br />

corriendo como tapón de champaña hasta donde estaba el<br />

señor cura y le dijo que en su celda estaba el demonio,<br />

pues su hermano José María estaba bien dormido, incluso<br />

roncaba, y que se oían muchos ruidos raros por lo que<br />

suplicaba que de inmediato lo cambiara de celda. Al ver el<br />

señor cura tan asustado a este sujeto, lo cambió de celda,<br />

pero a sus adentros dijo: -Ya sé quién es el diablo, es el<br />

diablo de mi hermano José María-.<br />

Al día siguiente reprendió a José María y él le dijo: -<br />

Bueno, Justo, tú ya sabes que yo soy muy macho y con estos<br />

sujetos ni en ejercicios de encierro-.” 79<br />

79<br />

¡Muy macho!. Ibdem. P. 211. Este texto también se publicó en Hidrocálido. Miércoles 5 de<br />

noviembre de 1986<br />

271


Una tercera la titula “A torear jicotes y herrar ganado”,<br />

donde describe: “Por muy santas y piadosas que hayan sido<br />

las intenciones <strong>del</strong> señor cura Justo Ramírez Pérez para que<br />

su hermano José María, El Chimuelo, aprovechara las<br />

pláticas de los ejercicios de encierro para salud de su<br />

alma y mejoramiento de su vida, el espíritu chocarrero dio<br />

al traste con esas intenciones, y si no, veamos el ánimo de<br />

José María para perjudicar al prójimo.<br />

Naturalmente que con el deseo de ocasionar desorden entre<br />

los ejercitantes desde que hicieron que José María aceptara<br />

ingresar a los ejercicios de encierro, se consiguió en una<br />

de las huertas de Triana un carrizo que cortó en la parte<br />

más gruesa para tener un tubo no muy grande, al que le puso<br />

un tapón y lo escondió entre las ropas que llevó para<br />

cambiarse durante los días que permanecería en encierro,<br />

pero dentro <strong>del</strong> carrizo encerró unos jicotes; naturalmente<br />

que había algunas perforaciones para que los animalitos<br />

tuvieran aire para respirar. Pues resulta que estando todos<br />

en el templo en una de las pláticas espirituales, cuando<br />

estaban absortos en el tema, José María dio unos garnuchos<br />

a su carrizo con sus respectivas cernidas para enfurecer a<br />

los jicotes y los dejó escapar uno a uno, con más bravura<br />

que si fuera un toro de La Punta, y se esparcieron por el<br />

templo, lo que ocasionó que, temerosos los ejercitantes de<br />

ser víctima <strong>del</strong> durísimo aguijón de los jicotes, para<br />

espantarlos y combatirlos sacaron sus pañuelos y paliacates<br />

para torearlos; aquello terminó en un desorden general y<br />

con la suspensión de la plática hasta que expulsaron <strong>del</strong><br />

templo a los jicotes, con la contrariedad <strong>del</strong> señor cura<br />

contra su hermano, por el desgarriate.<br />

La primera plática de los ejercicios empezaba a las seis de<br />

la mañana en el mes de marzo a esas horas la luz <strong>del</strong> sol<br />

aún no ilumina; esta circunstancia la aprovechó José María<br />

para cambiar el agua bendita de la pila que estaba junto a<br />

272


la puerta por donde ingresaban al templo los ejercitantes,<br />

por tinta negra de huizache, así que cada uno que pasaba<br />

movido por la fe, mojaba los dedos en lo que creía que era<br />

agua bendita y pasaba a ocupar su lugar. Cuando la luz <strong>del</strong><br />

sol empezó a entrar por los ventanales e iluminó el templo,<br />

se empezaron a ver unos a otros con la señal de la cruz en<br />

la frente bien impresa por la tinta que suplió el agua<br />

bendita; esto hizo que sacaran sus pañuelitos, los mojaran<br />

con saliva y trataran de limpiar sus frentes, ocasionando<br />

otra vez desorden. El único que tenía su frente limpia era<br />

José María, cosa que <strong>del</strong>ató que él fue e1 autor de aquella<br />

diablura y cuando el señor cura lo llamó, le puso una<br />

regañada; José María le dijo: -No te enojes, Justo, estaba<br />

herrando mi ganado para ver cuántos bueyes tengo-.” 80<br />

La última anécdota sobre este familiar es “Mecatazos y el<br />

vivo diablo”, donde expone: “La carne humana es débil y sus<br />

reacciones sobre nuestro espíritu hacen que hagamos cosas<br />

indebidas para la tranquilidad <strong>del</strong> alma; las piadosas<br />

generaciones de cristianos católicos, en un pasado no<br />

lejano, para disciplinar a sus cuerpos de las malas<br />

tentaciones se los azotaban, costumbres que la misma<br />

Iglesia católica ha desechado por ir contra la integridad<br />

física y contra la obra de Dios.<br />

En los ejercicios espirituales <strong>del</strong> siglo XIX era muy común<br />

que los ejercitantes disciplinaran su cuerpo azotándolo. En<br />

los ejercicios que veníamos comentando y en los que<br />

participó José María Ramírez Pérez, también hubo un mea<br />

culpa con chicote en la mano; esta sesión fue dentro <strong>del</strong><br />

templo <strong>del</strong> Encino, en la noche y con la luz apagada. Cuenta<br />

la tradición que Chema se fue al fondo <strong>del</strong> templo, protegió<br />

sus espaldas en un rincón que las paredes hacían y como su<br />

80 Toreando jicotes y herrando ganado. Ibdem. P. 213. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido. Jueves 6 de noviembre de 1986.<br />

273


chicote era largo pues se dio gusto golpeando al prójimo,<br />

después comentó: -¿Yo, golpearme?, ni que fuera burro-.<br />

En el plan de ejercicios espirituales trazado por San<br />

Ignacio de Loyola, hay un día en que la plática versa sobre<br />

el infierno, en la que se comenta la desgracia de las almas<br />

que, conforme al juicio de Dios por su mal comportamiento,<br />

van a ese lugar de perpetuo sufrimiento y de carencia<br />

absoluta de la <strong>presencia</strong> de Dios, el infierno. En los<br />

ejercicios que venimos refiriendo, el señor cura se valía<br />

de los medios audiovisuales de su época para impactar<br />

profundamente a los ejercitantes respecto <strong>del</strong> infierno; él<br />

subía al pulpito medio embozado con una capa española de<br />

paño negro y luego, en la sacristía tenía muchachos que a<br />

una señal, se quejaban lastimeramente y a la vez<br />

arrastraban cadenas para infundir pavor y arrepentimiento<br />

en el alma de los ejercitantes. Pero en los ejercicios a<br />

que hago alusión, no contaba con el hecho de que Chema<br />

condimentaría a su forma el infierno, pues les envió el<br />

vivo diablo materializado en un infeliz gato. Resulta que<br />

cuando los ejercitantes estaban muy motivados con el<br />

infierno, Satanás y sus funestas consecuencias, el caramba<br />

de José María, les aventó desde el coro un pobre gato que<br />

untó con una substancia flamante y le prendió un cerillazo;<br />

el gato maullaba, se retorcía, saltaba y todos gritaban -<br />

¡El diablo! ¡El diablo!-.<br />

Así fue José María Ramírez Pérez, quien a su modo vivió a<br />

plenitud su vida, la familia con alegría te recuerda a más<br />

de un siglo de tu existencia. En paz descanses.” 81<br />

Otro de sus familiares fue el “Profesor José Ramírez<br />

Palos”, de él dice: “Mi tío Pepe. Qué hermosa facultad la<br />

<strong>del</strong> recuerdo, cuando a la mente acude la estampa de un ser<br />

querido y el cariño refina, más cuando tristemente aquella<br />

81 Los mecatazos y el mismo diablo. Ibdem. P. 214. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido. Viernes 7 de noviembre de 1986.<br />

274


persona ha fallecido. Recuerdo a mi tío Pepe y siento en la<br />

mente y en mi corazón la caricia de su <strong>presencia</strong>.<br />

El profesor José Ramírez Palos, entre sus hermanos, fue el<br />

menor; nació el día 14 de julio de 1876; sus padres fueron<br />

don Juan Crisóstomo Ramírez Pérez y doña Manuelita Palos.<br />

Nada menos que mis bisabuelos.<br />

El privilegio de ser el más chico de una familia, hace que<br />

los hermanos más grandes se vuelquen en amor por él. Mi tío<br />

Pepe no fue la excepción; sus hermanas Cayetana, Concha y<br />

María Dolores, así como su hermano mayor, Refugio, mi<br />

abuelo, se desvivió en cariño por su hermano menor.<br />

Lo más lógico es pensar que el niño José hizo sus estudios<br />

primarios en la Escuela de Cristo, misma que prestó grandes<br />

servicios culturales a nuestra sociedad.<br />

Mi tío Pepe quedó huérfano de madre muy pequeño y, muy<br />

jovencito, se murió su papá, don Juan; entonces, su hermano<br />

mayor, Refugio tuvo que interrumpir sus estudios de<br />

jurisprudencia que hacía en Guadalajara, los cuales ya<br />

estaban muy avanzados, y entre los dos se hicieron cargo de<br />

la familia, por cierto que en malas condiciones económicas<br />

pues sobre el Rancho de Cobos, único patrimonio familiar,<br />

gravitaba una hipoteca. Mi tío Pepe, al quedar huérfano de<br />

madre y padre, colaboró con su hermano Refugio y trazaron<br />

un plan para liberar el Rancho de Cobos de las hipotecas<br />

que sobre él gravitaban, cosa que lograron.<br />

El profesor don Eugenio Alcalá, pedagogo aguascalentense,<br />

nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, impulsó a muchos<br />

jóvenes de fines <strong>del</strong> siglo XIX y principios <strong>del</strong> XX para<br />

abrazar la noble carrera de maestros, entre ellos a mi tío<br />

Pepe y posteriormente, a mi padre, el profesor Faustino<br />

Villalobos.<br />

Nos cuenta Ezequiel Estrada en sus Semblanzas hidrocálidas,<br />

al desarrollar la ficha biográfica de mi tío Pepe, que a<br />

los veintidós años de edad (probablemente cuando regresó de<br />

275


la academia militar) el profesor Eugenio Alcalá, dándose<br />

cuenta de las facultades de maestro de mi tío, lo nombró su<br />

ayudante, y ya para el año de 1900, fue director de la<br />

Escuela Número Dos, donde recibió preseas por su labor<br />

eficiente. En 1905, trabajó brillantemente en la Escuela<br />

Oficial Número Cinco, para niños; en enero de 1910, el<br />

Consejo Educativo de Aguascalientes le otorgó diploma y<br />

placa de plata por sus notables servicios docentes. La<br />

patria le agradeció sus servicios de maestro dándole<br />

distintas preseas, pero la máxima fue la que todo maestro<br />

de corazón quiere tener por haber entregado cincuenta años<br />

de vida a la enseñanza, la Medalla Altamirano, misma que<br />

también fue prendida en las ropas <strong>del</strong> pecho de mi tío Pepe,<br />

el 15 de mayo de 1951, por el entonces presidente de la<br />

República, licenciado Miguel Alemán Valdés, en imponente<br />

ceremonia que se desarrolló en el Palacio de Bellas Artes<br />

en la Ciudad de México.<br />

El profesor José Ramírez Palos, cuando encontró su<br />

verdadera vocación que fue la de maestro, se preparó<br />

eficientemente y fue presentando sus materias en exámenes o<br />

de suficiencia en la Escuela Normal <strong>del</strong> Estado; mi tía,<br />

Lola Ramírez de Cabral me platicó que se acordaba<br />

perfectamente <strong>del</strong> día en que su papá se recibió de maestro<br />

en la Normal, pues su tía Lola, hermana <strong>del</strong> profesor, le<br />

organizó una recepción familiar en la que hubo ponches y<br />

bocadillos y la amenizó tocando el piano Albinita Pacheco<br />

de Rodríguez; este acontecimiento fue en el año 1918.<br />

Ezequiel Estrada nos dice que mi tío Pepe fue el fundador<br />

de la Escuela José Reyes Martínez en 1912, la que dirigió<br />

hasta 1926; fundó el Centro Cultural Obrero, con el<br />

respaldo <strong>del</strong> entonces ministro de Educación Pública,<br />

maestro José Vasconcelos, con quien cultivó magnífica<br />

amistad. De 1927 a 1931, en Fresnillo, Zacatecas, fue<br />

director de la escuela que sostenía la compañía minera "The<br />

276


Fresnillo Company"; en 1939, con una calidad extraordinaria<br />

el Colegio Independencia, con un cuerpo docente de primera,<br />

con la maestras Lola Rodríguez, Lucita Guerrero, Ema<br />

Guerra, María Alférez, Jerónima Vázquez y María Isabel<br />

Jiménez Díaz; en alguna ocasión quiso ampliar la educación<br />

a secundaria. Hablo de este colegio con amor, porque fue mi<br />

escuela primaria, asimismo, dirigió la escuela<br />

ferrocarrilera Manuel Fernández, de 1947 a 1953.<br />

En los institutos de enseñanza superior de Aguascalientes,<br />

también impartió su sabiduría en cátedras de matemáticas,<br />

gramática y literatura castellanas; dan fe de ello el<br />

glorioso Instituto de Ciencias de Aguascalientes, el<br />

Colegio Guadalupe Victoria, La Normal <strong>del</strong> Estado y todos<br />

los que fuimos sus alumnos.<br />

Hablar de un Ramírez en Aguascalientes, es hablar de una<br />

persona que es toda entrega a México y a nuestra patria<br />

chica; el profesor don José así lo fue. Desde ocupar los<br />

puestos de maestro, director, diputado de la legislatura<br />

local; cuando era gobernador <strong>del</strong> estado don Rafael Arellano<br />

Valle, hasta el modesto pero honroso cargo de director <strong>del</strong><br />

Archivo General <strong>del</strong> Estado, que fue su última ocupación.<br />

Abramos la puerta <strong>del</strong> hogar y platiquemos de mi tío, visto<br />

desde esta otra faceta de su personalidad. En su vida<br />

contrajo matrimonio en tres ocasiones, la primera con María<br />

Parga; cuando nació su primogénito, murieron la madre y el<br />

niño, a quien alcanzaron a bautizar y pusieron el nombre de<br />

Rodolfo. Su segundo matrimonio fue con doña María Cristina<br />

Gámez, quien fue su mujer de la vida, pues muchos años duró<br />

este matrimonio; ahí vio y disfrutó de la dicha de la<br />

paternidad; fueron sus hijos: Manuel y José, médicos;<br />

Jesús, dedicado a la industria de la radio; sus hijas: Luz<br />

María, María Dolores, Cristina, María Concepción y María<br />

Guadalupe, magníficas amas de casa y maestras, siguiendo la<br />

vocación <strong>del</strong> padre. Después de enviudar contrajo su tercer<br />

277


matrimonio para encontrar consuelo de mujer en su<br />

ancianidad, y fue su tercera esposa la maestra Angelita<br />

Jiménez Díaz, quien con cariño, en compañía de sus hijos<br />

Ramírez Gámez, hicieron que en su ancianidad fuera feliz.<br />

Yo, tío Pepe, te recuerdo con mucho cariño, primero como el<br />

tío abuelito bonito de ojitos gachos, pelo cano como plata,<br />

gran conversador con chispa, ingenio y cultura; padrino de<br />

ese ángel que fue mi madre, y luego como mi director <strong>del</strong><br />

gran Colegio Independencia, con tus discursos cívicos que<br />

tuvieron la virtud de hacernos amar a México. Cómo recuerdo<br />

aquel discurso para conmemorar un 5 de Mayo; qué bonitas<br />

celebraciones organizaban las maestras con el concurso de<br />

nosotros para el día 19 de marzo, día de tu santo; luego<br />

fuiste mi maestro en la prepa y en la vida. Fuimos<br />

compañeros en el servicio al estado, tú como director <strong>del</strong><br />

Archivo General <strong>del</strong> Estado, yo como juez de paz y agente<br />

<strong>del</strong> ministerio público; cuando tenía mis ratos libres<br />

corría contigo al archivo; te encontraba sentado en tu<br />

sillón enfundado en tu abrigo, con un radiador al lado,<br />

dormitando. Te despertabas, y a darnos un banquetazo<br />

platicando tantas cosas bellas que sabías decir y que<br />

también sabías escribir, y mientras tanto, con el cariño<br />

enorme que siempre te he profesado, asía tus manos con las<br />

mías para transmitirles calor, al tiempo que recibía tus<br />

sabias enseñanzas.<br />

Al mes tres días de muerta mi madre, también tú seguiste el<br />

camino luminoso que nos conduce al Señor. Físicamente nos<br />

dejaste el día 17 de junio de 1961. ¡Qué orgullo sentir que<br />

fuiste mi tío abuelo.” 82<br />

También describe la personalidad <strong>del</strong> “Licenciado Refugio<br />

Ramírez Palos”. Sobre él expone: “Después de los padres,<br />

los seres que más se quieren son los abuelitos, y esto es<br />

82<br />

Profesor José Ramírez Palos. Ibdem. P. 215. Este texto también se publicó en Hidrocálido.<br />

Martes 11 de noviembre de 1986.<br />

278


lógico porque ellos, por segunda vez en la vida, sienten la<br />

alegría de la paternidad y vuelcan todo su amor en esos<br />

chiquitines que son la prolongación de su ser, y si los<br />

abuelitos son longevos verán con alegría cómo los nietos<br />

forjan su propia personalidad.<br />

Yo también disfruté de las mieles de tener abuelitos; mi<br />

abuelito paterno fue don Ladislao Villalobos, originario de<br />

Lagos de Moreno; en sus mocedades fue comerciante y tenía<br />

recuas de mulas, comerciando de Aguascalientes a la costa.<br />

Cuando yo lo conocí ya tenía cerca de noventa años, barba<br />

blanca y grande como Santa Claus, casi ya nada más<br />

vegetaba. Tristemente no conocí a mis abuelitas, María<br />

Dolores López Pedroza de Villalobos y Ma. Francisca Martín<br />

<strong>del</strong> Campo Mora de Ramírez; pero con quien me di vuelo en<br />

mis relaciones abuelo-nieto, fue con mi abuelito materno,<br />

licenciado don Refugio Ramírez Palos; hablemos de él.<br />

Mi papá Cuco fue el mayor entre sus hermanos, fueron sus<br />

padres don Juan Crisóstomo Ramírez Pérez y doña Manuelita<br />

Palos; fue el día 4 de abril de 1867, crucial en la<br />

historia de México por el derrumbamiento <strong>del</strong> imperio de<br />

Maximiliano y el regreso de la legalidad con don Benito<br />

Juárez, cuando nació mi abuelito; su familia se cubrió de<br />

alegría con su nacimiento, entre otras cosas por haber sido<br />

él, el primer aguascalentense Ramírez; el lugar de su<br />

nacimiento fue la casona que está al lado poniente <strong>del</strong><br />

Jardín <strong>del</strong> Encino y que ahora ocupa la preparatoria José<br />

María Morelos; lo bautizaron en la parroquia <strong>del</strong> Encino,<br />

con el nombre de José María <strong>del</strong> Refugio y fue su padrino su<br />

tío, el señor cura Justo Ramírez.<br />

La infancia de mi abuelito ha de haber transcurrido<br />

apacible, viendo cómo la familia aumentaba con la llegada<br />

de sus hermanas, y al último su hermano Pepe.<br />

A fines <strong>del</strong> siglo XIX tan sólo existía la Escuela de<br />

Cristo, fue en ella donde cursó mi abuelito sus estudios<br />

279


primarios; por cierto que fueron sus <strong>contemporáneo</strong>s de<br />

estudios don José de Jesús López y González y un charrito,<br />

pilar <strong>del</strong> barrio de Triana, quien vivió junto a la tienda<br />

"Los Cinco Señores", mi compadre Chalío Esparza, sí señor.<br />

Sus estudios secundarios y de bachillerato, o su<br />

equivalente, los hizo en el Colegio San Luis Gonzága,<br />

fundado por el señor cura Justo Ramírez Pérez; luego cursó<br />

sus estudios de jurisprudencia en nuestra metrópoli<br />

natural, Guadalajara. Me llegó a platicar que en esa época,<br />

para ir de Aguascalientes a Guadalajara, hacían cuatro días<br />

de camino, eran las jornadas a Encarnación, San Juan,<br />

Tepatitlán y luego Guadalajara, a fe que ahora hacemos dos<br />

horas y media o tres en automóvil y media hora en avión;<br />

por tal razón mi abuelito tan sólo venía a Aguascalientes<br />

una vez al año, en las vacaciones grandes, en la época de<br />

verano.<br />

Durante la época de estudiante en Guadalajara tuvo la pena<br />

de perder primero a su mamá, doña Manuelita, y luego a su<br />

padre, don Juan, esta última muerte fue determinante en el<br />

giro de los acontecimientos en su vida, pues tuvo que<br />

abandonar los estudios para venir a Aguascalientes y, en<br />

calidad de hermano mayor, hacerse cargo de sus demás<br />

hermanos y proveer, en compañía de su hermano Pepe, de lo<br />

necesario para el sostén de la casa y pagar un mutuo cuya<br />

garantía hipotecaria fue el Rancho de Cobos.<br />

El general Porfirio Díaz, en ese tiempo presidente de la<br />

República Mexicana, por medio de su ministro de Guerra y<br />

Marina, el general don Bernardo Reyes, fundó en<br />

Aguascalientes, así como en las demás capitales de estado,<br />

academias militares para preparar los cuadros de mando <strong>del</strong><br />

ejército.<br />

Aquí se ubicó en el Cuartel de las Palomas, esquina de<br />

Galeana y Rayón. Mi abuelito ingresó a la misma en compañía<br />

de su hermano menor José, para superarse y tener dinero, ya<br />

280


que a los estudiantes les pagaban como si fueran efectivos<br />

<strong>del</strong> ejército y así entre los dos liberaron la hipoteca<br />

sobre el rancho de la casa.<br />

Yo creo que en esa época se casó mi abuelito con Ma.<br />

Francisca Martín <strong>del</strong> Carmen Mora, originaria de Encarnación<br />

de Díaz. Cuando egresó de la academia con el grado de<br />

teniente habían nacido mi madre y mi tío Juan.<br />

Cuando mi abuelo fue militar, perteneció al cuarto<br />

regimiento de caballería, llegó a ostentar el grado de<br />

capitán primero y las plazas en que estuvo este regimiento<br />

fueron Tacubaya, Distrito Federal, Teotihuacan, la ciudad<br />

de Puebla y de nuevo Tacubaya; el coronel fue un señor de<br />

apellido Rejón, no participó en campaña alguna de las<br />

sostenidas por don Porfirio, sin embargo, siempre estaban<br />

preparándose para la lucha y tenían simulacros de guerra y<br />

decía mi abuelito: -¡La guerra es de a mentiritas pero las<br />

aporreadas son de a de veras!-. Estos simulacros los<br />

tuvieron también en las faldas <strong>del</strong> Popocatépetl.<br />

En 1908, al liberar mi abuelo la hipoteca <strong>del</strong> rancho y en<br />

virtud de que mi abuelita iba a ser mamá después de mucho<br />

tiempo, optaron por regresar a Aguascalientes y se dio de<br />

baja en el ejército.<br />

Llegó mi abuelito con su familia a Aguascalientes y tenían<br />

la angustia <strong>del</strong> nacimiento <strong>del</strong> nuevo heredero, pues el<br />

doctor don Zacarías Topete había pronosticado la muerte de<br />

mi mamá Pachita, al nacer la criatura, por tener un mal<br />

cardíaco y todos los días mi abuelito acompañado de mi<br />

madre oraban pidiéndole a Dios que todo resultara bien. Así<br />

fue, la criatura fue hombrecito. Mi abuelita vivió y el<br />

niño, pasados los años, fue el doctor Salvador Ramírez<br />

Martín <strong>del</strong> Campo, conocido por la vieja guardia<br />

ferrocarrilera por haber sido director <strong>del</strong> hospital <strong>del</strong><br />

ferrocarril; por lo tanto, los hijos de los abuelitos<br />

Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo fueron Mercedes, Juan y Salvador.<br />

281


Durante la Revolución de 1910, mi abuelito sufrió<br />

persecuciones por haber prestado servicios al Estado bajo<br />

la égida de don Porfirio y fue a dar a la ciudad de Torreón<br />

donde el padre Gregorio Cornejo de Aguascalientes, y que<br />

estaba en Torreón, le ayudó y al poco tiempo regresó a<br />

nuestros lares.<br />

Ya apaciguada la Revolución y cuando era gobernador de<br />

Aguascalientes don Victorino Medina, por acuerdo <strong>del</strong><br />

congreso <strong>del</strong> estado publicó un decreto en el que estableció<br />

que toda aquella persona que demostrara tener conocimiento<br />

sobre una profesión y presentara examen sobre ella en el<br />

Instituto de Ciencias y resultare aprobada, el gobierno <strong>del</strong><br />

estado le otorgaría título para el legal ejercicio de la<br />

misma. Mi abuelito Cuco aprovechó la oportunidad y, ya que<br />

tenía hechos casi todos sus estudios de jurisprudencia, en<br />

Guadalajara, sustentó examen en el Instituto de Ciencias<br />

para ejercer la profesión de abogado, el día 8 de noviembre<br />

de 1920, <strong>del</strong> que resultó aprobado; fue uno de sus sinodales<br />

don Manuel Ballesteros Ríos.<br />

Después <strong>del</strong> examen, mi abuelito agasajó a sus sinodales y<br />

compañeros, así como al señor gobernador, con una comilona<br />

en su casa; por cierto que el postre, cocada de leche, les<br />

hizo daño a todos.<br />

En su vida como abogado, mi papá Cuco fue juez mixto de<br />

primera instancia en el estado de Zacatecas, en los pueblos<br />

de Sombrerete, Río Grande y Nochistlán; renunció a ser juez<br />

porque con motivo de la Cristiada temía juzgar a algún<br />

sacerdote y sus principios se lo prohibían. Litigó y en el<br />

ocaso de su vida fue defensor de oficio en la época en que<br />

fue gobernador don Juan Alvarado.<br />

En 1929 enviudó y sufrió la profunda tristeza de perder a<br />

su esposa; entonces le hizo casa su hermana Dolores, en su<br />

domicilio en la segunda calle de Guadalupe. No contrajo<br />

nuevas nupcias.<br />

282


Con pleno uso de razón yo traté a mi abuelito Refugio unos<br />

tres años, pues él falleció cuando yo tenía nueve, y nos<br />

quisimos con entrega total; él, al calor de una estufa de<br />

leña que tenía mi madre, me sentaba en sus rodillas y me<br />

tenía embebido con los cuentos que él mismo creaba. Debido<br />

a su época de militar hacía narración de batallas, pero ya<br />

condimentaba sus pláticas con elementos recientes, pues<br />

platicaba de aviones, tanques y submarinos; estábamos en la<br />

Segunda Guerra Mundial, no únicamente platicaba de temas<br />

bélicos ya que su cultura fue muy amplia. Me acuerdo que me<br />

llevaba a su casa de la calle de Guadalupe y en el camino<br />

me tocaba ver que los niños le besaban la mano al<br />

confundirlo con un sacerdote, ya que así era su estampa<br />

usaba trajes negros, bordón, sombrero; fue blanco de tez,<br />

de cara ancha, pelo cano complexión gruesa, de andar lento;<br />

llegábamos a su casa de Guadalupe y a mí me encantaba<br />

traquear su escritorio, cosa que aceptaba con gusto; me<br />

subía en sus rodillas para alcanzar las cosas. Mi papá Cuco<br />

le vaticinó a mi madre que yo sería abogado por mi afición<br />

a estar platicando.<br />

Fue patriarca en medio de las familias, y muy hombre, a<br />

carta cabal; conservo libros de derecho y copias de sus<br />

alegatos en los que demuestra sus dotes de abogado.<br />

En la misma recámara donde yo nací, el día 3 de junio de<br />

1941, murió mi papa Cuco. Hoy esa recámara forma parte de<br />

mi despacho, es el privado de mi hijo, el licenciado<br />

Jorge.” 83<br />

De la familia más inmediata está el “Doctor Salvador<br />

Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo”, hermano de su progenitora, <strong>del</strong><br />

cual dice: “Mi tío Salvador fue el hermano más chico que<br />

tuvo mi madre, con una diferencia de edades bastante<br />

grande, ya que mi mamá le llevaba catorce años. Fue el hijo<br />

83 Licenciado Refugio Ramírez Palos. Ibdem. P. 219. Este texto también se publicó en<br />

Hidrocálido. Lunes 10 de noviembre de 1986.<br />

283


sorpresa en su casa, pues ya los médicos habían dicho que<br />

la mamá de él, o sea mi abuelita Francisca Martín <strong>del</strong> Campo<br />

Mora de Ramírez, no podía tener otro hijo más sin que<br />

corriera peligro su vida, porque estaba demasiado enferma<br />

<strong>del</strong> corazón; por ello mi abuelo, papá de mi tío Salvador,<br />

que en esos ayeres, 1907, era capitán en el cuarto<br />

regimiento de caballería <strong>del</strong> ejército de don Porfirio Díaz,<br />

tuvo tanto miedo cuando se anunció la llegada de mi tío,<br />

que se dio de baja en el ejército para venirse a vivir a<br />

Aguascalientes.<br />

Mi tío Salvador llegó a este mundo con toda felicidad y con<br />

gran alegría lo recibieron en su casa; fueron sus padres,<br />

quien posteriormente fue licenciado, Refugio Ramírez Palos<br />

y su madre, la virtuosa doña Francisca Martín <strong>del</strong> Campo<br />

Mora.<br />

Llegó a este mundo el día 13 de enero de 1908, a las nueve<br />

de la mañana, en la casa que tenían mis abuelitos en la<br />

primer calle de la Aurora, hoy Leona Vicario, en pleno<br />

Barrio <strong>del</strong> Encino.<br />

A los pocos días fue bautizado y quien le derramó las aguas<br />

<strong>del</strong> Jordán sobre la cabeza, es quien ahora está en proceso<br />

de canonización, nada menos que don José de Jesús López y<br />

González; fueron sus padrinos de bautizo, el profesor José<br />

Ramírez Palos y su esposa, Cristina Gámez Parga. En cuanto<br />

a sus abuelos, los paternos fueron Juan Nepomuceno Ramírez<br />

Pérez y doña Manuelita Palos, y en cuanto a los maternos<br />

fueron Ildefonso Martín <strong>del</strong> Campo y Paula Mora.<br />

Son tantas las facetas de la vida <strong>del</strong> tío Salvador que<br />

dejamos que él mismo narrara sus datos biográficos; digo<br />

que él mismo porque, hurgando en los archivos de la<br />

Universidad Autónoma de Aguascalientes, hallé un expediente<br />

de toda su vida académica en el Instituto de Ciencias y en<br />

la Universidad.<br />

284


Hizo sus estudios primarios en las escuelas licenciado<br />

Jesús Terán, Colegio Alcalá en la Escuela Superior profesor<br />

Melquíades Moreno, por los años de 1914 a 1920; 1921 a 1924<br />

estudió en la Escuela Preparatoria y de Comercio <strong>del</strong> Estado<br />

de Aguascalientes, antecedente <strong>del</strong> Instituto de Ciencias, y<br />

en 1925 emigró a la Ciudad de México a estudiar en la<br />

Escuela Nacional de Medicina, de la Universidad de México,<br />

su carrera de Médico, entre los años de 1925 a 1931. Fue<br />

interno en el Hospital Juárez de la Ciudad de México el<br />

último año de su carrera; presentó su examen profesional el<br />

día 20 de febrero de 1932, fue su tesis recepcional:<br />

"Contribución al estudio <strong>del</strong> tratamiento de las fracturas<br />

interiores".<br />

Cuando retornó a Aguascalientes, su primer puesto dentro de<br />

su actividad médica la de jefe de Servicios de Maternidad<br />

<strong>del</strong> Hospital Hidalgo, en 1932; después fue oficial mayor<br />

<strong>del</strong> departamento de salubridad <strong>del</strong> estado de<br />

Aguascalientes, de 1932 a 1933.<br />

El gusto por la cátedra se manifiesta en él a partir de<br />

1932, cuando impartió en el Instituto Autónomo de Ciencias<br />

y Tecnología las cátedras de física médica, higiene,<br />

biología, anatomía humana y zoología. En los Colegios<br />

Portugal y Margil impartió la Cátedra de biología a nivel<br />

secundaria. Fue director <strong>del</strong> Colegio Portugal de 1954 a<br />

1959; rector <strong>del</strong> Instituto Autónomo de Ciencias, en su<br />

primer período, de 1947 a 1949, y posteriormente de 1957 a<br />

1959.<br />

En 1936, en el mes de febrero, ingresó a los Ferrocarriles<br />

Nacionales de México como médico auxiliar; buena parte de<br />

su vida la dejó en ese Hospital de Ferrocarriles; donde<br />

desempeñó los cargos de médico auxiliar, médico de visitas<br />

a domicilio, medico <strong>del</strong> puesto de socorro, médico<br />

laboratorista y médico radiólogo; el día 2 de febrero de<br />

1965 fue nombrado director <strong>del</strong> Hospital de los<br />

285


Ferrocarriles Nacionales de México, en Aguascalientes. El<br />

12 de septiembre de 1957 ordenó el jefe <strong>del</strong> departamento de<br />

Ferrocarriles Nacionales de México que se anotaran en su<br />

expediente quince marcas meritorias.<br />

En los anales de la Academia Mexicana de Cirugía en 1944 se<br />

publicó un trabajo escrito por mi tío titulado "Coloptosis<br />

y apendicitis crónica"; también en la revista médica <strong>del</strong><br />

Hospital Colonia, número correspondiente a los meses de<br />

julio y agosto de 1962, se le publicó un trabajo titulado<br />

"Amibiasis".<br />

En 1972, cuando se fundó la Escuela de Medicina de la<br />

Universidad Autónoma de Aguascalientes, se le nombró<br />

catedrático de la materia de Introducción a la practica<br />

médica y a la técnica quirúrgica; también, dentro de la<br />

Universidad, fue presidente de la junta de gobierno en<br />

enero de 1975. El 23 de octubre de 1970, la comisión<br />

coordinadora de actividades de salud pública asistencial y<br />

seguridad social, en Aguascalientes, le otorgó medalla de<br />

oro y diploma por más de veinticinco años de servicie en el<br />

Hospital de Ferrocarriles.<br />

Hasta aquí, lo que el tío Salvador nos dice en su ficha<br />

biográfica, la cual obra en los archivos de nuestra querida<br />

Universidad Autónoma de Aguascalientes. Ahora platiquemos<br />

<strong>del</strong> tío Salvador, tan humano, tan sabio, tan magnífico<br />

padre de familia y sobre todo, un hombre con un corazón<br />

realmente de oro.<br />

En 1935 se casó con Ana María Alonso Delgado; recién casado<br />

ejerció su profesión por un corto tiempo en Tehuacán,<br />

Puebla. En su matrimonio tuvo cuatro hijos; Ana María,<br />

Salvador, María <strong>del</strong> Refugio y Jorge, hoy día profesionistas<br />

todos ellos; fue muy cariñoso con toda la familia. Fue el<br />

médico constante de todos, y le teníamos tanta fe que<br />

bastaba y sobraba que él estuviera presente en la recámara<br />

donde estaba uno enfermo y al verlo, sentirse ya aliviado.<br />

286


Magnífico hermano de mi madre, la procuraba constantemente;<br />

el cariño que mi tío le tuvo a mi madre fue el de hermano y<br />

madre, porque todavía no terminaba su carrera cuando murió<br />

su mamá, mi mamá Pachita. Mi madre hizo las veces de mamá<br />

de mi tío y se querían infinitamente, procuraba visitarla<br />

al menos una vez a la semana. Quiso muchísimo a su primera<br />

esposa, a Ana María, extraordinariamente juguetona y de un<br />

carácter alegre; él festejaba sus gracejadas, era muy<br />

prudente y mesurado en su vida familiar,<br />

El doctor Salvador Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo apoyó a nuestra<br />

Universidad porque la amó, ya que en las escuelas que le<br />

antecedieron hizo sus estudios de secundaria y<br />

bachillerato; posteriormente fue maestro <strong>del</strong> Instituto de<br />

Ciencias, y dos veces rector <strong>del</strong> mismo; fue de los<br />

forjadores de la actual Universidad Autónoma de<br />

Aguascalientes, siempre vio con simpatía que la juventud de<br />

Aguascalientes tuviera medios de preparación eficientes y<br />

que fueran siempre hacia a<strong>del</strong>ante.<br />

Amó las tradiciones de Aguascalientes, amó al Señor <strong>del</strong><br />

Encino porque bajo su égida nació; también muchos años fue<br />

fiel parroquiano de San José; su cuñado, señor presbítero<br />

Jesús Alonso Delgado, fue señor cura de San José.<br />

Fue la piedra angular de muchas de las familias que<br />

componen el tronco de la familia Ramírez; estuvo presente<br />

en las tristezas y en las alegrías; siempre teníamos su<br />

apoyo en todas las cosas que hacíamos y nos orientaba para<br />

salir siempre avante en la vida.<br />

Quedó viudo y contrajo segundas nupcias en 1973, el 29 de<br />

septiembre, con Amparo López.<br />

Por lo que a mí respecta, mi tío Salvador y yo nos<br />

profesamos un cariño grande; él siempre me distinguió en<br />

una forma muy especial, así lo sentí. Fue mi padrino de<br />

bautizo junto con mi tía, María Martín <strong>del</strong> Campo; para mí<br />

287


fue el padrino consentido, maestro querido en la prepa; ahí<br />

me impartió clases de biología y de higiene.<br />

En la vida nos seguíamos muchísimo, nos gustaba platicar;<br />

nuestros temas fundamentalmente eran de carácter cultural;<br />

nos enfrascábamos en discusiones muy fuertes sobre la<br />

historia de México, él con el Partido Conservador, y yo con<br />

el Partido Liberal; ya cuando estaban acaloradas las<br />

discusiones entraba mi madre para apaciguarnos. Siempre<br />

anduvimos juntos; en ocasiones nos íbamos a San Luis Potosí<br />

porque por ahí pasaba el tren Águila Azteca, y mi primo<br />

Salvador, su hijo, llegaba en él procedente de Monterrey.<br />

Fuimos tan grandes amigos que en su segundo matrimonio,<br />

vino a vivir detrás de la casa en que actualmente vivo.<br />

Dentro de las pláticas que teníamos hicimos un trato que<br />

consistía en, si había oportunidad de regresar <strong>del</strong> más<br />

allá, el primero que muriera vendría con el que quedara<br />

vivo; han pasado muchos años y, con tristeza de mi parte,<br />

no se me ha aparecido el tío Salvador. Quiso mucho a mis<br />

hijos, conoció a todos y los vio como sus nietos, los<br />

apapachó, y no se diga a mi esposa Lupita, la quiso y<br />

siempre la vio como gran dama.<br />

Magnífico hijo, hermano, esposo y padre, un hombre, hombre<br />

entregado a las nobles causas, un hombre que<br />

extraordinariamente culto, un hombre que quiso siempre el<br />

bienestar de todos, a tal grado que buena parte de su vida<br />

fue compañero en el Club de Leones y también fue mi<br />

compadre, padrino de algunos de mis hijos.<br />

Murió el día 28 de enero de 1980; en paz descanse- pero<br />

conserva una página muy importante en el afecto de la vida<br />

de todos nosotros los Ramírez quienes estamos ligados<br />

íntimamente con el barrio de Triana.” 84<br />

Otro de los tíos fue “Profesor Juan Humberto Ramírez Martín<br />

<strong>del</strong> Campo”. De él expone: “Fue el día 4 de agosto de 1886 a<br />

84 Ibdem. P. Pp. 221-224<br />

288


las 9:15 de la mañana, cuando mi tío Juan nació en<br />

Aguascalientes; fueron sus padres Refugio Ramírez Palos y<br />

Francisca Martín <strong>del</strong> Campo Mora; nació en la calle de la<br />

Asamblea, en el barrio <strong>del</strong> Encino. El día 16 de septiembre<br />

de ese año fue bautizado en la parroquia <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />

Encino y fueron sus padrinos el licenciado Ramón Navarro y<br />

la tía de él, Ma. Concepción Ramírez Palos, quien fue<br />

representada por Leonarda Cruz, a quien con mucho cariño mi<br />

tío le decía "mi madrina Leonarda"; padrino de óleos fue el<br />

señor cura José María de Jesús Medina. Así consigna el acta<br />

de bautizo el hecho feliz de la llegada a este mundo de mi<br />

tío Juan. Cuando él nació ya alegraba la casa de mis<br />

abuelos la <strong>presencia</strong> de mi madre, Mercedes Ramírez Martín<br />

<strong>del</strong> Campo; ella y mi tío Juan crecieron juntos.<br />

Mi abuelo ingresó al ejército mexicano en los últimos años<br />

<strong>del</strong> siglo diecinueve; perteneció al cuarto regimiento de<br />

caballería que en esos días tenía como sede la población de<br />

Tacubaya, próxima al Distrito Federal. Mi abuelo fue<br />

primero a conseguir una casa decorosa para su familia en la<br />

población de Tacubaya y cuando la tuvo le mandó un<br />

telegrama a mi abuela diciéndole que se fuera a México en<br />

compañía de los hijos. Mi abuelo los recibió en la estación<br />

Colonia y ya a través de una chispita, o sea, un carro de<br />

caballos se trasladaron de la estación Colonia a Tacubaya.<br />

Contaban que cuando llegaron a Tacubaya se hospedaron en<br />

una casa de la plaza principal, pero también ahí estaba el<br />

cuartel y cuando bajaban sus pertenencias <strong>del</strong> carrito aquel<br />

de caballos que los trasladó a Tacubaya, cuando el clarín<br />

de órdenes <strong>del</strong> regimiento tocó lista de seis, mi abuela no<br />

pudo soportar y soltó el llanto; mi abuelo la consoló y le<br />

decía: -Pachita, tú no eres ninguna soldadera, no pienses<br />

en esa forma, no tomes con tristeza la llegada a esta<br />

población, tú eres la esposa <strong>del</strong> teniente Ramírez Palos y<br />

tendrás todas las consideraciones debidas-.<br />

289


La infancia de Mercedes y Juan transcurre junto con la vida<br />

<strong>del</strong> cuarto regimiento de caballería; por órdenes superiores<br />

trasladaron el regimiento a otras tres poblaciones, Puebla,<br />

Teotihuacán y Tlatelolco.<br />

Platicaba mi madre que la infancia de los hermanos fue<br />

extraordinaria, llena de sorpresas; ellos propiamente<br />

hicieron su escuela primaria en aquellas escuelas de las<br />

poblaciones en que estuvo el cuarto regimiento de<br />

caballería; mi tío Juan fue feliz, acompañaba a mi abuelo y<br />

a los oficiales a las distintas haciendas de la región para<br />

conseguir pastura para los caballos <strong>del</strong> regimiento.<br />

Muchas estampas acontecieron en esta vida, en ese caminar<br />

de un lugar a otro conocieron al gran payaso de aquellas<br />

épocas, don Ricardo Bell, que pertenecía al Circo Orrins,<br />

esto aconteció en la ciudad de Puebla.<br />

Comentaba mi abuela con sus amigas que ella había ido la<br />

noche anterior al circo y que se le hizo muy gracioso el<br />

payaso Ricardo Bell, cuando en ese momento pasaba cerca de<br />

aquellas damas un verdadero caballero inglés en su vestir y<br />

en su manera de ser, y le agradeció a mi abuela sus<br />

expresiones diciéndoles que él era Ricardo Bell.<br />

Platicaba con gracia mi tío Juan, que estaba en Tlatelolco,<br />

donde cambiaron también al regimiento, un día iban los dos<br />

hermanitos rumbo a la escuela cuando vieron que se<br />

aproximaba un carruaje en el que venía don Porfirio Díaz;<br />

los dos niños dejaron los útiles en la banqueta y se<br />

pusieron a aplaudir y a vitorear al general Díaz, lo que<br />

sirvió para que don Porfirio ordenara se detuviera su<br />

carruaje y subió a los niños, acariciando a los dos<br />

pequeños.<br />

Al pasar de los años mi abuela resultó embarazada y ya le<br />

había dicho a mi abuelo el doctor Zacarías Topete que<br />

debido a su padecimiento cardíaco era peligroso que tuviera<br />

otro hijo más; esto alarmó de sobremanera a mi abuelo a tal<br />

290


grado que se dio de baja en el ejército para venir a<br />

Aguascalientes. La vida de la familia Ramírez Martín <strong>del</strong><br />

Campo cambió por completo; cuando ya iban a dejar el<br />

ejército por la baja de mi abuelo, oyó mi mamá Pachita de<br />

nuevo el clarín de órdenes <strong>del</strong> regimiento dar un toque, y<br />

se convirtió en un mar de llanto porque dejaban la vida <strong>del</strong><br />

ejército a la cual ella se había encariñado.<br />

En Aguascalientes, después de tantos sobresaltos y miedos,<br />

dio a luz a un niño que, pasados los años, sería el doctor<br />

Salvador Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo.<br />

Mi abuelo, a fines de la primera década <strong>del</strong> siglo veinte,<br />

quiso poner a mi tío Juan en el Colegio Alcalá para que<br />

siguiera estudiando la carrera comercial, y mi tío prefirió<br />

la vida <strong>del</strong> rancho, por lo que mi abuelo le dijo que si iba<br />

a ser ranchero, de conocer desde un principio las labores<br />

de campo, a tal grado que lo puso a voltear la labor en el<br />

Rancho de Cobos para que la sembrara, la cuidara, escardara<br />

en su debido tiempo, tumbara, pizcara y se diera cuenta de<br />

lo que es esa vida. En esa forma podría él mandar a los<br />

peones las labores que tenían que hacer. Fueron años muy<br />

duros aquellos, la Revolución de 1910 se cernía sobre<br />

nuestra patria; mi abuelo se dio cuenta de que lo<br />

perseguían los nuevos gobiernos por sus nexos con el<br />

porfiriato tuvo que huir hacia el norte sin saber qué iba a<br />

suceder; después de muchas vicisitudes regresó a<br />

Aguascalientes.<br />

Mi tío Juan era todo un joven, estuvo trabajando en la<br />

maestranza, o sea, en los talleres que los Ferrocarriles<br />

Nacionales de México tenían en esta ciudad, y cuando llegó<br />

Francisco Villa a Aguascalientes rumbo a Celaya, echó mano<br />

de todos los elementos que pudo para la batalla contra el<br />

general Obregón; no escaparon los obreros <strong>del</strong> ferrocarril.<br />

Ya mi tío Juan se encontraba arriba de un carro de<br />

ferrocarril, cuando mi abuelo fue a interceder por él ante<br />

291


sus superiores, que resultaron ser gente que estaba en el<br />

cuarto regimiento de caballería cuando él estuvo en el<br />

ejército y ordenan a mi tío Juan que bajara <strong>del</strong> vagón <strong>del</strong><br />

ferrocarril junto con otros muchachos <strong>del</strong> barrio de Triana;<br />

esto sirvió para que ellos no murieran en la batalla de<br />

Celaya en la que murieron muchas personas.<br />

Siguieron los años y mi tío Juan, ya sintiéndose hombre<br />

responsable, contrajo matrimonio el día 19 de enero de 1917<br />

con María Cruz Díaz Alarcón, quien fuera la primera esposa,<br />

originaria de Villa Hidalgo; con ella procreó siete hijos:<br />

Refugio, María Guadalupe, Matilde, Socorro, Teresa, Juan<br />

Humberto, y Ana María, quien murió muy pequeña. Crucita, su<br />

esposa, murió en una forma trágica ya que le aplicaron un<br />

inyección para combatirle el reumatismo, estuvo mal<br />

aplicada y murió casi instantáneamente; dejó este mundo el<br />

día 20 de julio de 1929. Era una inyección de cocaína que<br />

no estaba perfectamente dosificada.<br />

Recién casado, mi tío Juan emigró a Estados Unidos con<br />

Crucita su esposa y sus dos primeros hijos, Refugio y Lupe;<br />

se fueron a Prioria, Illinois, en donde él trabajó en una<br />

fundición, un trabajo extraordinariamente pesado. Hacía<br />

partícipe de sus sufrimientos a mi mamá Pachita, su madre,<br />

por medio de cartas, platicándole <strong>del</strong> panorama de miseria.<br />

Mi abuelo decía: -Que se haga hombre, que se haga de<br />

responsabilidades-; pero llegó un momento en que el tío<br />

dejó Estados Unidos y retornó a Aguascalientes para<br />

dedicarse de lleno al rancho.<br />

Juan H. Ramírez fue un hombre de principios religiosos<br />

firmes, en virtud de que se desarrolló dentro de una<br />

familia eminentemente católica. En el año de 1925 el<br />

presidente de la República, don Plutarco Elías Calles,<br />

quería fundar una Iglesia Católica Mexicana y pensaba que<br />

en cada capital de estado hubiera un templo dedicado a esta<br />

Iglesia; en Aguascalientes pensaron que el templo ideal<br />

292


sería el templo de San Marcos. Los católicos de<br />

Aguascalientes se opusieron terminantemente y se pusieron<br />

de acuerdo en el sentido de que, cuando fueran a tomar el<br />

templo, repicarían las campanas para que se juntaran todos<br />

los católicos y lo defendieran; así fue, y cuando quisieron<br />

tomar el templo de San Marcos y repicaron, el tío Juan, ni<br />

tardo ni perezoso, se fue a la defensa. La primera agresión<br />

<strong>del</strong> ejército federal hacia el templo la pudieron repeler,<br />

pero entonces el ejército pidió auxilio de tropa a León,<br />

Guanajuato y ya reforzada la tropa tomaron el templo de San<br />

Marcos. El tío me decía que él había escogido pura gente<br />

bragada <strong>del</strong> barrio <strong>del</strong> Encino para que lo acompañara en la<br />

defensa, y a los primeros balazos todos corrieron; e1 que<br />

no corrió y que estuvo ahí al lado, fue un hombre que<br />

decían no era muy viril, y sin embargo, con un valor a toda<br />

prueba, estuvo defendiendo el templo; por cierto que le<br />

dieron un balazo en un talón que a la postre hizo que<br />

cuando caminaba pareciera pingüino. Los tomaron a todos<br />

prisioneros y se los llevaron a la cárcel que estaba en la<br />

calle de Colón; era un grupo muy grande. La Acción Católica<br />

les mandaba sabrosa comida y ellos la compartían con los<br />

presos que ya estaban ahí. A las ocho de la noche en punto,<br />

cuando ya estaban todos embartolinados, sonaba el reloj que<br />

estaba en los palacios municipal y de gobierno y se oía la<br />

voz de todos que empezaban a rezar el rosario. Por cierto<br />

que entre misterio y misterio tenían cantores, ya que los<br />

hermanos Ruiz Esparza, quienes fueron músicos y maestros<br />

también estaban ahí presos por la misma causa.<br />

Me platicaba que don Pascual Rodríguez, de la embotelladora<br />

"La Gloria", les mandaba una caja de refrescos de limón,<br />

que no era limón, era tequila, para que pudieran<br />

sobrellevar sus apuraciones dentro de la prisión.<br />

Posteriormente, los llevaron al cuartel de Z. Mena, donde<br />

hoy es la calle de doctor José González Saracho,<br />

293


actualmente la escuela Rivero y Gutiérrez. Una mañana los<br />

formaron y un militar que traía la cabeza vendada a<br />

consecuencia de una lesión que recibió en la batalla <strong>del</strong><br />

templo de San Marcos, los formó en el patio y les dijo: -<br />

Conque católicos, apostólicos romanos, ¿no?, hijos de<br />

la...-, y al terminar de decir esto con un fuete le pegaba<br />

al que estaba más cerca. Después de uno en uno los pasó al<br />

otro patio y se oía una descarga de máuser. Una de las<br />

personas que estaban detenidas empezó a llorar y le dijo a<br />

un cabo: -Mire, mi cabo, ya me van a matar, aquí tiene<br />

usted mi reloj, estas pertenencias, estas monedas,<br />

disfrútelas-. Y el cabo le dijo: -Mire, currito no se ponga<br />

así, es puro cuento, se los están llevando al otro patio<br />

para que lo barran Y decía mi tío Juan: -Yo, en esas<br />

condiciones, les prometía barrer todo el patio con lengua-.<br />

Finalmente, se superó este problema religioso en el que el<br />

tío dio testimonio de firmeza de principios.<br />

Cuando casi accidentalmente murió Crucita, su primera<br />

esposa, mi tío quedó de buenas a primeras con todos sus<br />

hijos, con toda la responsabilidad que esto significaba El<br />

día 13 de febrero de 1930, en el templo <strong>del</strong> Encino,<br />

contrajo segundas nupcias con Josefina Cruz Parga; se<br />

fueron de viaje de bodas a San Luis Potosí y procrearon<br />

nueve hijos: Pachita, Ricardo, Ana María, Juan Manuel, Juan<br />

Francisco, José, Luz Mard Alfonso y Alfredo.<br />

En esa época trabajó tanto en el rancho, así como empleado<br />

de gobierno, sosteniendo con ciertas penurias las<br />

obligaciones económicas de su familia. Mi madre, con la<br />

anuencia de mi padre, le dijo a mi tío Juan que lo iba a<br />

ayudar, y en efecto, se fueron a vivir con nosotros Matilde<br />

y Socorro, con la alegría de todos porque para nosotros<br />

fueron nuestras hermanas; las dos se educaron junto con<br />

nosotros, veían a mis padre como a sus padres, y salieron<br />

de la casa de nosotros para casarse.<br />

294


En aquella época, México estaba urgido de maestros y mi<br />

padre, siendo maestro de carrera y autoridad educativa,<br />

consiguió que su cuñado fuera maestro rural; en aquellos<br />

años bastaba y sobraba con saber multiplicar, sumar,<br />

restar, dividir y enseñar a leer para que a la persona se<br />

le nombrara maestro; así es de que el tío Juan, de buenas a<br />

primeras fue maestro rural debido a las recomendaciones <strong>del</strong><br />

cuñado. Trabajó en San Francisco de los Viveros,<br />

Sandovales, Los Negritos, Trojes de Alonso, Calvillo, Jesús<br />

María, Los Pocitos, Malpaso y Jaltomate; toda una carrera<br />

de maestro rural, sembrando comprensión y sabiduría a la<br />

gente de nuestro campo.<br />

Al estar en Trojes de Alonso y ver las necesidades que<br />

tenía la comunidad, ubicada al norte de nuestra ciudad, que<br />

no tenían agua ni para beber, y cuando estaba de gira en<br />

nuestro estado el presidente de la República, don Adolfo<br />

Ruiz Coruñés, les dijo mi tío Juan a varios de los varones<br />

de Trojes de Alonso: -Necesito que me acompañe gente que<br />

realmente sean hombres y que estén dispuestos a ofrendar su<br />

vida para que progrese Trojes de Alonso-. Fue nutrida la<br />

respuesta y el plan era el siguiente: juntarse en la<br />

carretera Panamericana y cuando vieran que se acercaba el<br />

camión presidencial atravesarse a la comitiva en la<br />

carretera con una bandera nacional. Así lo hicieron, por el<br />

movimiento sorpresivo se detuvo el camión. Al gobernador<br />

<strong>del</strong> estado, licenciado Benito Palomino Dena, le preguntó el<br />

presidente de qué se trataba y le dijo el gobernador que<br />

era el maestro de ahí, de Trojes de Alonso y por la<br />

ventanilla se asomó el presidente de la República y mi tío<br />

le dijo: -Señor, somos gente que vivimos en esta comunidad,<br />

no tenemos agua y necesitamos que se perfore un pozo; no<br />

tenemos centavos para ordenar perforarlo. Venimos a pedirle<br />

que nos regale la perforación-. El presidente se los<br />

prometió y también el equipo para hacerlo, y todavía el tío<br />

295


le dijo: -Pero que sea cierto, señor, no nada más promesas-<br />

. Cuál sería la sorpresa que a los quince días de este<br />

acontecimiento llegaron las máquinas perforadoras a Trojes<br />

de Alonso, y así consiguió agua para aquella comunidad.<br />

En la década de los años cincuenta y con ánimos realmente<br />

de superación, ingreso al Instituto Federal de Capacitación<br />

<strong>del</strong> Magisterio, pero lo hizo también para que mi prima<br />

Pachita estudiara y se titulara como maestra, y así fue,<br />

cursaron la carrera de maestros y se recibieron, eran muy<br />

queridos por sus maestros y compañeros.<br />

Ya titulado, en el ocaso de la vida, se le nombró director<br />

de la campaña de alfabetización en el estado y, cosa<br />

curiosa, cuando estuvo en Jesús María y le hizo una visita<br />

a un centro de alfabetización el secretario de Educación<br />

Pública, doctor Jaime Torres Bodet, los muchachos de aquel<br />

centro no supieron leer, lo que causó la irritación <strong>del</strong><br />

Secretario y le dijo a mi tío: -Estas cartillas que están<br />

impecables se hicieron para que las destruyera la gente <strong>del</strong><br />

pueblo aprendiendo a leer, no para tenerlas amontonadas-;<br />

sin embargo, el centro de alfabetización de la parroquia de<br />

Jesús María lo invitó para que las visitara y, aún con el<br />

sistema de la mantilla de San Miguel, le leyeron las<br />

personas que habían sido analfabetas, por lo que el<br />

ministro salió muy contento <strong>del</strong> centro parroquial. Vio al<br />

tío Juan después de la justa regañada y entonces lo invitó<br />

a ir con ellos a San Miguelito; mi tío le recordó que ya no<br />

traía lugar en el coche y el secretario le dijo: -Cómo no,<br />

véngase, aquí se sienta-. Y se sentó nada menos que en las<br />

piernas de dos hombres ilustres: don Porfirio Díaz y don<br />

Jaime Torres Bodet. Hagamos una semblanza <strong>del</strong> tío Juan<br />

desde el punto de vista humano, reuniendo los conceptos<br />

vertidos por la tía Josefina, su segunda esposa, así como<br />

de los que me platican sus hijos Luz María, Juan Francisco,<br />

Alfredo, y uno de sus nietos, Ricardo Ramírez Ciare por lo<br />

296


que respecta a la primera familia, los Ramírez Díaz, los<br />

recuerdos vertidos por Lupe, Teresa, Matilde, su yerno<br />

Rodrigo Gómez, y su nieta Altagracia.<br />

Mi tío fue un hombre extraordinariamente jovial, es decir,<br />

joven toda la vida, siempre siguió a la muchachada, primero<br />

de hijos y después de sobrinos y de nietos; daba la<br />

impresión que renacía a la vida con el trato de las<br />

generaciones que empezaban. Fue de una alegría enorme, en<br />

donde estaba no podía haber tristeza, era la sal pimienta<br />

de las fiestas familiares. Le encantaba la música y bailar,<br />

y ese carácter hacía que todos lo siguiéramos; muy<br />

dicharachero y muy buen conversador, bueno para inventar<br />

cosas que a nadie perjudicaba porque eran de su fantasía.<br />

Fue un magnifico hijo; con cuánta devoción, cariño y<br />

respeto hacía narraciones de las vivencias tenía con mis<br />

abuelos, y no se diga su cariño de hermano con mi madre y<br />

con mi tío Salvador. Todo entrega, todo servicio, era capaz<br />

de dar lo poco que tenía para que los demás fueran felices.<br />

Dios permitió que dos veces fuera casado y en las dos<br />

veces, a las esposas las amó, tuvo muchísimas atenciones<br />

con ellas; la primera, Crucita, era una mujer guapa y una<br />

gran compañera; la tristeza que sintió cuando murió fue muy<br />

grande. Su segunda esposa, Josefina, también fue muy<br />

querida por él, ella comprendió la situación <strong>del</strong> tío Juan y<br />

fue otro jalón de la vida; ella y sus hijos lo hicieron<br />

feliz. Fue y fiel y amante esposo, gran padre, se entregó<br />

también a sus hijos dando ejemplo de rectitud, de bondad,<br />

de firmeza, de principios, y supo hacerlos buenos católicos<br />

y muy buenos mexicanos.<br />

Recuerdo que en una ocasión el tío veía en el Cine Palacio<br />

la película La Virgen que forjó una patria, no pudo<br />

soportar su emoción y al final de la función gritaba con<br />

mucha alegría en pleno cine: -¡Viva México! ¡Viva México!-<br />

297


Siempre, ante todo, ponía los valores de la fe y de la<br />

patria.<br />

Por lo que respecta a los hijos, siempre buscó su<br />

preparación: Matilde, muy chiquilla, en el Rancho de Cobos,<br />

la hizo tanto de sembradora como de ordeñadora de vacas,<br />

por enseñanzas que el tío le daba; le designó un pedazo de<br />

tierra para que cultivara calabaza y para que su producto<br />

fuera nada más de ella y sintiera el esfuerzo y trabajo;<br />

también buscaba la forma que Matilde preparara jocoque que<br />

ella lo vendiera y ganara centavos. A Juan Francisco y a<br />

José, hijos de su matrimonio, con el ánimo de que en unas<br />

vacaciones no anduvieran de vagos los inició en la<br />

avicultura, les compró muchos pollitos para hacerlos<br />

animales comestible y la utilidad también fue para los<br />

hijos. En el aspecto intelectual, fue maestro tanto a<br />

Pachita como de Luz María y de Humberto, y los indujo a ser<br />

maestros como él.<br />

Fue magnífico amigo; testimonio de ello lo dieron don<br />

Carlos González, quien fue otro de los patriarcas de la<br />

calle <strong>del</strong> Águila; Guillermo Perry, en el ocaso de su vida,<br />

gente como José Rodríguez, en Trojes de Alonso.<br />

Por lo que a mí respecta, fue un gran amigo toda la vida;<br />

hubo una constante amistad y un constante cariño entre los<br />

dos; siempre me seguía y yo lo seguía a él. Recuerdo cuando<br />

yo estaba estudiando en México la carrera de Jurisprudencia<br />

y coincidían las vacaciones de él en el mes de septiembre,<br />

se iba desde el día primero, y me mandaba un telegrama<br />

diciéndome: -Hijo, compra los boletos para los toros que el<br />

domingo vamos a estar juntos-. Llegaba con los primos y era<br />

la gran alegría, todos íbamos a los toros a la Plaza<br />

México. Muchos días primero de septiembre, mientras que era<br />

el informe presidencial, nosotros nos paseábamos en San<br />

Juan Teotihuacan, recordando él su infancia en cada rincón,<br />

298


en cada calle, en cada parque, inclusive en el panteón <strong>del</strong><br />

lugar.<br />

Le encantaba de corazón ir al puerto de Veracruz. Fui con<br />

él en 1953; fueron unas vacaciones primorosas que pasamos<br />

juntos en aquel histórico puerto. Le gustaba tanto Veracruz<br />

que un mes antes de su muerte estuvo allí con todos sus<br />

hijos, ya completamente ciego; sin embargo, entraba al mar<br />

y sus hijos, como si estuvieran jugando una ronda, rodeaban<br />

al viejo para que sintiera la felicidad <strong>del</strong> agua <strong>del</strong> mar.<br />

Cuando ya retornaba de Veracruz hacia Aguascalientes le<br />

dijo al mar que se despedía de él y le agradeció los días<br />

felices que había pasado en ese puerto. Efectivamente, el<br />

día 22 de agosto de 1965 murió.<br />

Desde dos o tres años atrás había quedado completamente<br />

ciego por el glaucoma, pero eso por ningún motivo lo<br />

amilanó; decía: -Si Padre Dios me ha dado tantos años de<br />

vida viendo y él quiere que ahora no vea, pues es voluntad<br />

de él y yo la acepto-.<br />

Tuvo amigos donde quiera, entre los campesinos; me acuerdo<br />

de un cliente mío, campesino, don Diego Vivero, quien lo<br />

recordaba con mucho cariño y le decía "mi compadre Juan";<br />

Salvador Rodríguez, de Trojes de Alonso, lo respetaba mucho<br />

y los profesionistas de Aguascalientes, entre ellos el<br />

licenciado Horacio Westrup y tantos médicos amigos de mi<br />

tío Salvador, que a la vez conocieron a mi tío Juan,<br />

también lo estimaron muchísimo.<br />

Juan Ramírez fue un hombre positivo por el lado que se le<br />

quiera ver, un hombre carismático; un hombre que quisimos<br />

todos. En los últimos días de su vida me dijo -Ándale, tú,<br />

que eres abogado, líbrame de la muerte que ya la siento<br />

cerca-. Fue muy escandaloso para el dolor, pero a la hora<br />

de la muerte la recibió con entereza, con desplante de<br />

sentir como una cosa lógica el tránsito a la vida eterna.<br />

Recibió la muerte de frente, con valentía. Así fue Juan H.<br />

299


Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo. Siempre vivirá nuestro recuerdo<br />

el tío Juan.” 85<br />

Para concluir este recorrido el autor se refiere a las dos<br />

personas que le dieron la vida y le encaminaron a su<br />

madurez. Primero se refiera a su progenitora “Profesora<br />

María Mercedes Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo de Villalobos”, de<br />

ella dice: “La maestra Merceditas, mi madre. Gran mujer de<br />

quien tuve la fortuna de ser hijo. Un recuerdo para mi<br />

madre, una flor para mi madre, una oración para ella.<br />

Merceditas nació el día 24 de septiembre de 1894; según su<br />

acta de nacimiento nació a las doce cuarenta y cinco de la<br />

tarde. Sus padres fueron J. Refugio Ramírez Palos, en esos<br />

años agricultor, y su madre Francisca Martín <strong>del</strong> Campo<br />

Mora; sus abuelos paternos Juan Crisóstomo Ramírez Pérez y<br />

Manuelita Palos, y sus abuelos maternos Ildefonso Martín<br />

<strong>del</strong> Campo y Paula Mora. A través <strong>del</strong> acta de bautismo nos<br />

dimos cuenta que mi madre nació en la calle de Washington,<br />

hoy doctor Jesús Díaz de León en el barrio <strong>del</strong> Encino.<br />

Como todos los hijos que vienen al mundo son recibidos con<br />

alegría muy grande yo creo que el nacimiento de mi madre<br />

fue muy especial en el matrimonio de mi papá Cuco y de mi<br />

mamá Pachita, porque fue su primogénita.<br />

La infancia de mi madre transcurrió primorosamente, máxime<br />

cuando se vio adornada por la <strong>presencia</strong> de su hermano Juan;<br />

Merceditas y Juanito toda la infancia caminaron juntos,<br />

porque se llevaban dos años de diferencia uno al otro y la<br />

mayor parte de su infancia la pasaron fuera de<br />

Aguascalientes, una vez que designaron a abuelo para<br />

engrosar filas <strong>del</strong> cuarto regimiento de caballería que<br />

estuvo en la población de Tacubaya, aledaña a México,<br />

Distrito Federal.<br />

El cuarto regimiento de caballería también estuvo en<br />

Puebla, luego en Teotihuacan. Por cierto, mi madre me<br />

85 Ibdem. Pp. 225-232.<br />

300


platicaba haber <strong>presencia</strong>do los trabajos que fueron hechos<br />

para limpiar la Pirámide <strong>del</strong> Sol, por el arqueólogo<br />

Leopoldo Batres que tenía la particularidad de que se<br />

rasuraba el bigote y la barba porque la mitad de su cara no<br />

tenía pelo y la otra sí; en aquellos años era una cosa de<br />

llamar poderosamente la atención porque el que se preciara<br />

de ser muy macho, debía portar un bigote muy grande.<br />

De Teotihuacan pasaron a Tlatelolco y de nuevo, cuando mi<br />

abuelo se dio de baja, en el ejército, estuvieron en<br />

Tacubaya. Por lo tanto, toda su escuela primaria la realizó<br />

mi madre en esos lugares, en distintas escuelas, con<br />

distintos maestros.<br />

En Aguascalientes mi madre ingresó al Liceo de Niñas, hoy<br />

Escuela Normal <strong>del</strong> Estado. Sus estudios en la Escuela<br />

Normal los realizó entre los años de 1908 a 1913 y el<br />

número de materias que cursó fueron sesenta y una en toda<br />

su carrera; en el Archivo Histórico <strong>del</strong> Estado de<br />

Aguascalientes, en la parte correspondiente al Liceo de<br />

Niñas, en el año de 1914 existe un expediente con todos los<br />

documentos relativos a la carrera magisterial que mi madre<br />

realizó. Su certificado general lo firmaron la directora de<br />

la Escuela Normal, Vicenta Trujillo, y la secretaria de<br />

ella, Margarita Terán; de este certificado deducimos que mi<br />

madre fue una magnífica estudiante porque tiene<br />

calificaciones en la escala que en aquellos años empleaban,<br />

de muy bien a perfectamente bien.<br />

La estancia de mi madre en el Liceo de Niñas fue muy<br />

agradable, ella recordaba con mucho gusto y cariño a sus<br />

compañeras y hacía mención de Carmen Ruiz de Chávez, de las<br />

hermanas Müller, una de ellas Ana María; Esperanza Puga,<br />

cuya familia era dueña de los baños de Los Arquitos;<br />

siempre recordaba a sus compañeras con una alegría muy<br />

grande y en su mente se dejaban venir las estampas de su<br />

época de estudiante.<br />

301


El día 9 de diciembre de 1913 inició el examen profesional<br />

para obtener su título de maestra; en este acto que se<br />

celebró en el Liceo de Niñas, el presidente <strong>del</strong> Jurado fue<br />

el inspector de instrucción, Profesor Eugenio Alcalá<br />

Mancilla y las señoritas profesoras María Guadalupe de la<br />

Torre, nombrada por la junta directiva, Petra Aguilar, Cira<br />

Castañeda, Margarita Delgado y Margarita Terán. La prueba<br />

consistió en tres fases; la primera fue de carácter oral y<br />

los puntos que sortearon para que se desarrollara fueron:<br />

«Requisitos para el ingreso de los alumnos a la escuela, La<br />

vacuna de higiene escolar y Sobre actividades específicas<br />

<strong>del</strong> espíritu, su naturaleza y sus caracteres principales de<br />

antropología pedagógica».<br />

En cuanto a la prueba escrita fue con un temario muy grande<br />

en relación con la educación, por ejemplo: "La educación<br />

entre los siglos XVII y XVIII, La Reforma Religiosa y la<br />

Contrarreforma", asimismo, se le notificó que iba a<br />

practicarse la tercera prueba al día siguiente en la<br />

escuela anexa a la misma Normal o Liceo de Niñas, con el<br />

grupo de sexto año, señalándole la maestra de este grupo<br />

que desarrollara en clase un tema sobre zoología, mismo que<br />

fue: "El aparato respiratorio en la serie animal".<br />

Al día siguiente, ante el mismo jurado, dio la lección que<br />

le señalaron ante el grupo de sexto año de la escuela<br />

practica y duró la lección treinta y tres minutos;<br />

posteriormente, la señorita María Guadalupe de la Torre<br />

interrogó quince minutos acerca de la "Metodología de las<br />

ciencias físicas y naturales"; después se dio lectura a los<br />

puntos de la prueba escrita que se le señalaron el día<br />

anterior, se recogieron las calificaciones <strong>del</strong> jurado y fue<br />

aprobada con magníficas calificaciones en su examen<br />

profesional. Sé levantó el acta y, para constancia, firmó<br />

el jurado encabezado por don Eugenio Alcalá, las maestras<br />

Petra Aguilar, la señorita Cira Castañeda, Margarita<br />

302


Delgado y María Guadalupe de la Torre; fungió como<br />

secretaria la señorita Margarita Terán. Así nació ni madre<br />

a la vida <strong>del</strong> magisterio.<br />

En cuanto terminó sus estudios en la Escuela Normal tuvo el<br />

deseo de ejercer su Profesión y en su expediente, que se<br />

conserva en el Archivo Histórico <strong>del</strong> Estado de<br />

Aguascalientes, me encontré con un documento un tanto<br />

curioso porque un doctor, Pedro A. Cervantes, extendió un<br />

certificado médico de buena salud; dicho certificado dice:<br />

"Pedro A. Cervantes, médico y cirujano en ejercicio.<br />

Certifico: La señorita Mercedes Ramírez no padece<br />

enfermedad contagiosa y está vacunada y por ende apta para<br />

servir en el magisterio. Aguascalientes, noviembre 13 de<br />

1913", y la rúbrica <strong>del</strong> doctor.<br />

La Secretaría de Hacienda cobraba impuestos por este tipo<br />

de certificado, por lo que al margen izquierdo tiene un<br />

timbre fiscal de cincuenta centavos, mismo que está<br />

cancelado con la letra <strong>del</strong> doctor que lo expidió.<br />

Mi madre ingresó al servicio magisterial en la escuela<br />

Francisco de Rivero y Gutiérrez hoy también escuela Primo<br />

Verdad; esta escuela abraza amorosamente al templo de san<br />

José ya que fue el convento de monjes juaninos, que se<br />

dedicaban a servicios hospitalarios, y ahí tenían uno de<br />

los primeros hospitales que hubo en Aguascalientes, se<br />

llamó el Hospital San Juan de Dios; por eso es que la calle<br />

donde están las oficinas de Correos se llama Hospitalidad,<br />

porque es la que desembocaba al hospital, posteriormente,<br />

el convento de Juaninos se hizo escuela y fue la Francisco<br />

de Rivero y Gutiérrez, ahí prestó mi madre sus servicios de<br />

maestra de 1914 a 1921, cuando se casó, y todavía recién<br />

casada estuvo una temporada ahí.<br />

Hablemos ahora <strong>del</strong> matrimonio de mis padres. Llegué a oír<br />

decir a mi papá, como fue la estampa que tuvo cuando lo<br />

cautivó mi madre. Mi madre fue una magnífica caballista,<br />

303


sabía manejar perfectamente un caballo, ya que en esa época<br />

los automóviles y los carruajes eran contados, y la gente<br />

en general se movía a través de las monturas de caballos.<br />

Platicaba mi papá que en un atardecer, en el barrio de<br />

Triana, vio que llegó a su casa mi madre con mi abuelo,<br />

cada uno en un caballo, y le impresionó la hermosura de mi<br />

madre y la estampa de ella cabalgando como lo hacían las<br />

señoritas con sus sillas especiales; eso fue el inicio <strong>del</strong><br />

romance que sostuvieron, porque Cupido los flechó a los dos<br />

y como ambos eran maestros empezaron a tratarse.<br />

Fue un noviazgo como los de aquella época, con la<br />

resistencia extraordinaria <strong>del</strong> suegro, con los celos de los<br />

cuñados, con las cartitas a escondidas, con los encuentros<br />

fugaces, pero en virtud de que los dos eran maestros<br />

tuvieron oportunidad de verse y de conocerse; así fue aquel<br />

noviazgo, no escapó a los cánones de los noviazgos de<br />

aquella segunda década <strong>del</strong> siglo veinte.<br />

Su matrimonio civil se celebró el día 31 de mayo de 1921, y<br />

en el acta relativa a este matrimonio se establece quiénes<br />

fueron los padres de los contrayentes: Ladislao Villalobos<br />

y Dolores López; Refugio Ramírez Palos y Francisca Martín<br />

<strong>del</strong> Campo, y como testigos fungieron Epigmenio Sánchez,<br />

José L. Pedroza y Gerónimo de la Garza, estos dos últimos<br />

fueron grandes amigos de mi padre, los dos eran profesores.<br />

Con José Pedroza mi padre se vino de México a<br />

Aguascalientes a pie y llegaron nada más hasta Querétaro,<br />

posteriormente, por otros medios, llegaron a la ciudad de<br />

Aguascalientes. A mí me tocó conocer al profesor Gerónimo<br />

de la Garza, que fue un hombre firme en principios; que con<br />

motivo de la persecución religiosa prefirió dejar el<br />

servicio <strong>del</strong> magisterio para ingresar a la burocracia y<br />

buscar la forma de no faltar a sus principios religiosos;<br />

yo ya lo conocí como un empleado viejo de la Secretaría de<br />

Hacienda, en la ciudad de San Luis Potosí. En los<br />

304


encuentros que tuvieron mis padres con él me di cuenta de<br />

la estimación extraordinaria que mi padre y mi madre le<br />

tenían.<br />

Por lo que respecta al matrimonio religioso, éste se<br />

celebró el día primero de junio de 1921, en la iglesia de<br />

la Catedral Basílica, quien ofició fue el sacerdote don<br />

José María Martínez, y fueron testigos el ingeniero Miguel<br />

Rodríguez y el profesor José Ramírez Palos, nada menos que<br />

el padrino de bautismo de mi madre y gran patriarca de mi<br />

casa.<br />

Hicieron su viaje de luna de miel a San Luis Potosí porque<br />

Aguascalientes ya estaba unido con esa ciudad por medio <strong>del</strong><br />

ferrocarril; salían temprano de Aguascalientes, a las ocho<br />

o nueve de la mañana, y llegaban a las tres o cuatro de la<br />

tarde a la ciudad de San Luis.<br />

La primera casa en la que vivieron mis padres estaba dentro<br />

de la escuela Francisco de Rivero y Gutiérrez donde mi<br />

padre era director; en medio de sus jardines estaba una<br />

casa dedicada al maestro, y ahí fue su primer hogar. Cuando<br />

dio señas de arribar a este mundo mi primer hermano, mi<br />

padre optó por alquilar una casa en la calle de Washington,<br />

hoy doctor Díaz de León, entre las calles de Enlace, hoy<br />

Héroes de Chapultepec, y la calle <strong>del</strong> Sol. En esa casita<br />

vivieron bastantes años porque casi todos mis hermanos<br />

nacieron ahí; a mí ya me tocó nacer en una casa que mi<br />

padre mandó construir en un terreno que sus familiares le<br />

regalaron, en la calle <strong>del</strong> Enlace, que es en donde hoy<br />

tengo mi despacho, ahora se llama Héroes de Chapultepec.<br />

Después, mi padre compró en la calle José María Chávez, la<br />

casa número sesenta y dos; en aquellos años una casa<br />

bastante grande para nosotros; la fue reparando poco a poco<br />

y vivimos muy a gusto en ella. En esa casa terminaron su<br />

vida tanto mi madre como mi padre; en esos escenarios se<br />

desarrolló la vida familiar.<br />

305


Por insistencia de mi padre, mi madre dejó el servicio<br />

magisterial y entonces se dedicó de lleno a su hogar, a sus<br />

hijos; tuvieron seis pero murieron muy pequeños salvador y<br />

Faustino; sobrevivimos María de las Mercedes, por segunda<br />

vez otro Salvador, Jesús y Gabriel.<br />

Los tres varones que quedamos optamos por estudiar y mi<br />

madre, con una sensibilidad extraordinaria, captó que iba a<br />

llegar un momento en el que sus tres hijos iban a estar en<br />

la universidad, entonces Aguascalientes no la tenía y todos<br />

emigrábamos a la Universidad Nacional Autónoma de México;<br />

se dio cuenta de que con el sueldo de mi padre no se iba a<br />

poder sostener la casa en Aguascalientes y el pago de los<br />

estudios de los tres hijos, esto hizo que mi madre, contra<br />

la voluntad de todos nosotros, reingresara al servicio<br />

magisterial, pero yo bendigo esa determinación, si no, no<br />

hubiéramos podido hacer carrera. En esta segunda etapa de<br />

su vida magisterial fue maestra en la escuela José María<br />

Chávez, que estaba al otro lado de la casa; era una escuela<br />

bastante grande que desapareció al abrirse la avenida López<br />

Mateos; fue su directora la profesora A<strong>del</strong>a Loera. En la<br />

época de su estancia en la José María Chávez vino la<br />

campaña alfabetizante mi madre, después de las horas que<br />

les dedicaba a los niños de su grupo, se dedicaba la<br />

alfabetización. Con orgullo nos decía que enseñó a una<br />

viejecita a leer y que la alegría de la viejecita era que<br />

los giros que le mandaban sus hijos de Estados Unidos los<br />

llegó a firmar en el correo; también le daba mucho gusto<br />

porque podía leer sus devocionarios. La alfabetización a<br />

nivel nacional fue una labor patriótica en la que participó<br />

mi madre.<br />

De la escuela José María Chávez pasó a la escuela Rivero y<br />

Gutiérrez; en esa época la profesora Chole Alonso era<br />

directora; la estancia de mi madre ahí fue feliz por<br />

compañeras y por los recuerdos.<br />

306


Después estuvo en la escuela Federal Tipo que es la actual<br />

Casa de la Cultura. Nos llamaba la atención que el dinero<br />

que mi madre ganaba ni siquiera tocaba la casa porque ella<br />

lo llevaba de la escuela al telégrafo que estaba a una<br />

cuadra, y de ahi lo enviaba a México para el sostenimiento<br />

de nosotros en nuestros estudios. En la Escuela Federal<br />

Tipo fue director el profesor J. Guadalupe Peralta, un<br />

hombre con mucho cariño para la juventud y con verdadera<br />

vocación de maestro. Por último, mi madre se desempeñó como<br />

directora <strong>del</strong> centro escolar Fray Bartolomé de las Casas,<br />

que está en el barrio de El Llanito; era un barrio que<br />

pertenecía al de Triana.<br />

Mi padre fue jefe de mi madre en su calidad de inspector<br />

escolar y cuando le daba oportunidad de tener plazas para<br />

mejorar a sus maestros, nunca quiso mejorar la plaza que<br />

tenía mi madre, porque le daba vergüenza, decía: -Qué<br />

mortificación sería para mí que dijeran que estaba abusando<br />

de mi puesto para favorecer a mi esposa-.<br />

Los ascensos de mi madre, en calidad de maestra, en esta<br />

segunda etapa de su vida magisterial, se debieron a que<br />

varios jefes de la Secretaría de Educación Pública venian a<br />

Aguascalientes, mismos que fueron compañeros de mi padre en<br />

la Escuela Normal en la Escuela Nacional de Maestros, y le<br />

preguntaban por qué a Merceditas no la mejoraba; él exponía<br />

sus razones, y todos los ascensos de mi madre en esta<br />

segunda etapa le llegaron directamente de la Secretaría de<br />

Educación Pública, pasando sobre mi padre.<br />

Después de ser directora <strong>del</strong> centro escolar Fray Bartolomé<br />

de las Casas y de que nos habíamos recibido todos nosotros,<br />

mi madre se jubiló en calidad de maestra.<br />

Cuando fue maestra de banquillo, tuvo la costumbre, sobre<br />

todo en la Escuela Tipo de tomar un grupo de niñas de<br />

segundo año, y se iba con ese mismo grupo desde segundo<br />

hasta el sexto año, es decir, era su única maestra aparte<br />

307


de la de primer año. Estas niñas, ahora respetabilísimas<br />

señoras, cuando nos vemos decimos que tuvieron la misma<br />

mamá, porque mi madre también las condujo en la vida hacia<br />

el bien, al ser cinco años maestra de ellas y así las forjó<br />

en su infancia y ya entrada la juventud.<br />

Qué <strong>del</strong>icioso aroma invade mi espíritu, qué luminosidad en<br />

mi <strong>pensamiento</strong> cuando reflexiono en lo hermosa que fue mi<br />

madre; cuando mi recuerdo se encamina a su figura la veo<br />

como la gran señora que fue, como si hubiera sido una<br />

matrona romana tan hermosa, tan señora. En ella había una<br />

mezcla de rigidez y amor; rigidez porque siempre quería que<br />

todo mundo marchara y viviera bajo normas estrictas de la<br />

moral y <strong>del</strong> derecho, no toleraba un desvío ante estos<br />

valores.<br />

Esta rigidez en ella, en cuanto a la observancia de los<br />

valores, no menguaba su alegría por la vida, fue una mujer<br />

jocosa, una mujer que hacía transmisible la alegría a todos<br />

los miembros de la familia; estando junto a ella no podía<br />

haber tristeza.<br />

Dentro de los valores fuertes que tuvo mi madre fueron los<br />

de patria y el de religión; su meta en cuanto a señora de<br />

hogar fue hacer que sus hijos fueran buenos cristianos; que<br />

amaran profundamente a México, que es nuestra patria. Me<br />

decía: -Mira, hijo, tú no eres indio, tú no eres español,<br />

tú eres mexicano y decir mexicano es la mezcla de esas dos<br />

grandes columnas que sustentan nuestra nacionalidad; tienes<br />

obligación de admirar, de amar y respetar las<br />

manifestaciones culturales de los pueblos prehispánicos;<br />

tienes también la obligación de respetar y de amar las<br />

tradiciones de España, porque esa mezcla de las dos<br />

culturas, eso eres tú.-<br />

Tenía amor tan grande por México, que la recuerdo en aquel<br />

año de 1957, cuando la Ciudad de México, nuestra capital,<br />

sufrió un sismo muy fuerte, al grado de que se cayó la<br />

308


estatua <strong>del</strong> Ángel de la Libertad en la columna de la<br />

Independencia <strong>del</strong> Paseo de la Reforma. Mi madre ese día se<br />

levantó como cualquier otro día y fue al mercado Isidro<br />

Calera, donde se proveía de alimentos, y cuando regresó a<br />

la casa llegó hecha un mar de lágrimas y me decía entre<br />

sollozos y lágrimas: -Nuestra patria está de luto nuestra<br />

patria ha sufrido grandemente, la Ciudad de México tuvo un<br />

temblor, qué hasta el ángel de la Columna de la<br />

Independencia se cayó.- Lloraba amargamente de pensar lo<br />

que la gente estaría sufriendo en la Ciudad de México y<br />

cómo una de las ciudades más hermosas se encontraba en<br />

medio <strong>del</strong> llanto y de la desgracia; a ese grado quería ella<br />

a México.<br />

Con sus enseñanzas inculcó en todos nosotros, sus hijos,<br />

una nacionalidad acendrada, un cariño muy grande por<br />

México; por lo tanto, fue una gran mexicana qué supo<br />

cumplir con su profesión de educadora y de ama de casa.<br />

Fue también una mujer muy sabia, extraordinaria conocedora<br />

de las ciencias y de las artes debido al entorno donde<br />

vivió; parecía una enciclopedia abierta, sabía de todas las<br />

cosas y nos enseñaba con mucha dulzura, con mucho cariño lo<br />

que ella sabía.<br />

Extraordinaria oradora, le gustó mucho hablar en público<br />

debido, en primer lugar, a la escuela, como una verdadera<br />

necesidad de un maestro de saber expresarse ante sus<br />

alumnos en todos los temas habidos y por haber, y<br />

naturalmente también las fiestas cívicas conmemorativas de<br />

gestas que forjaron nuestra patria. Dentro <strong>del</strong> hogar<br />

siempre se manifestó con esa chispa de sabiduría y con ese<br />

don de oratoria. Tuvo la gentileza y el amor enorme de que,<br />

el día en que Lupita y yo nos casamos, nos dio una pieza de<br />

oratoria maravillosa con la que todos se quedaron<br />

verdaderamente admirados.<br />

309


Al hablar de su familia la comparó con un arcón de joyas, y<br />

dijo que las cuidaba y quería, pero que para sorpresa de<br />

ella, ese arcón de joyas se vio aumentado con una joya<br />

hermosísima, como era la <strong>presencia</strong> de su nueva hija, de<br />

Lupita, mi esposa. Todo mundo se admiró de aquel discurso<br />

a tal grado que el licenciado don Felipe Reynoso Jiménez,<br />

al hacer uso de la palabra, después de que lo hizo mi<br />

madre, elogió el discurso que ella pronunció y comentó que<br />

en toda su vida era la primera ocasión en que veía que una<br />

suegra públicamente le daba la bienvenida a la nuera. Así<br />

fue mi madre en materia de oratoria.<br />

Doña Merceditas fue magnífica administradora, tanto de su<br />

hogar como de los bienes que sus padres le heredaron, el<br />

Rancho de Cobos. En cuanto a la administración de la casa<br />

siempre tuvo una visión extraordinaria, por lo que a todos<br />

nunca nos faltó absolutamente nada; ya he dicho que su<br />

reingreso al magisterio se debió a que pensó con mucha<br />

antelación que sus tres hijos iban a estar al mismo tiempo<br />

en la universidad en la Ciudad de México y que no iba a<br />

tener dinero suficiente para mantenerlos, por lo que quiso<br />

trabajar para sostener a sus hijos, y con el sueldo de mi<br />

padre sostener la casa en Aguascalientes.<br />

Se entregó a toda la familia en actos de cariño, como<br />

ejemplo tenemos que una vez protegió a María Trejo, nieta<br />

de María Ramírez, quien se presentó sumamente enferma ante<br />

mi madre, y con el consentimiento de mi padre, desalojó de<br />

muebles el comedor y ahí estuvo María Trejo un poco mas de<br />

un mes; mi madre la curó y se retiró hasta que estuvo<br />

completamente sana.<br />

Por cariño, mi madre protegió tanto a Matilde como a<br />

Socorro, mis primas, con el ánimo de ayudar a mi tío Juan<br />

en la formación de sus hijas, y las aceptó en la casa. Con<br />

la manera de ser de mi mamá protegió a la familia de mi<br />

padre al grado de hacerse enfermera de mi tía María<br />

310


Villalobos, quien fue asmática, y la ayudó hasta que murió.<br />

Otro de sus actos hermosos de cariño fue permitir que<br />

Yolanda, hija de mi primo Humberto y de Chepina, conviviera<br />

con nosotros mientras estudió para terminar la instrucción<br />

primaria y cursara sus estudios en la Normal. Vimos como<br />

nuestras hermanas a Matilde, a Socorro y no se diga a Yola,<br />

a quien queremos muchísimo porque fue la hermana menor que<br />

nos hacía falta.<br />

Mi madre fue piedra angular <strong>del</strong> edificio familiar de todos<br />

los Ramírez y también de los Villalobos, porque quienes<br />

acudían a ella recibían apoyo; su vida era una especie le<br />

matriarcado, porque ordenaba y sugería a todos, desde el<br />

mayor de los miembros de la familia, hasta a los que<br />

empezaban la vida. Todo mundo le decía "madrina", lo fuera<br />

o no, y en todas las cosas cruciales de la vida la madrina<br />

siempre opinó y siempre guió. Mi madre fue amante esposa.<br />

¡Cómo quiso, en forma desmedida, a mi padre! Qué ejemplo<br />

tan hermoso nos dieron; yo no me acuerdo haberlos visto<br />

pelear; tal vez tuvieron sus diferencias, pero se cuidaban<br />

de que nosotros no nos diéramos cuenta. Recuerdo una<br />

ocasión en que tuvieron una dificultad y mi papá optó por<br />

salir a la calle, tomó su sombrero y salió; mi madre se fue<br />

detrás de él y, cuál sería la sorpresa, que al dar la<br />

vuelta a la manzana y regresar a la casa llegaron los dos<br />

riendo a carcajadas y candándose. Fue una amante esposa y<br />

mi padre también tuvo un enorme cariño hacia ella; todavía<br />

en la ancianidad ellos se amaron profundamente, y yo les<br />

doy las gracias porque han hecho escuela en nosotros para<br />

amar a nuestra esposa, para amar a nuestros hijos.<br />

Fue una madre amantísima también, nos quiso con entrega<br />

total, Padre Dios le concedió la dicha de ser mamá de seis<br />

hijos; el primero ha de haber nacido entre 1922 y 1923, y<br />

le pusieron por nombre Salvador, a través de él su hogar<br />

recibió los primeros años <strong>del</strong> dolor, porque mi hermano<br />

311


primogénito murió muy pequeñito y fue una cosa desastrosa<br />

en el ánimo de mis padres, pero siempre estuvieron con la<br />

esperanza al frente, nunca derrotados, doloridos pero no<br />

derrotados. Después, en 1924 llegó Mercedes, mi hermana,<br />

que para mí fue mi segunda madre, nos quisimos grandemente;<br />

muy avanzada su edad, fue esposa de David Mora. Mercedes<br />

fue maestra también, estudió carrera comercial en el<br />

Colegio La Paz pero le gustó más la docencia y bajo la<br />

dirección de mis padres también se dedicó a la enseñanza.<br />

Le siguió Salvador, quien nació el día 9 de agosto de 1925,<br />

es médico; su ejercicio profesional empezó como médico de<br />

Ferrocarriles, pero la mayor parte de su vida profesional<br />

la desarrolló en la ciudad de Colima, que le dio prestigio,<br />

familia, le dio el don de la madurez profesional, antes de<br />

retirarse de su profesión de médico estuvo también<br />

ejerciendo en su tierra natal, Aguascalientes, tanto para<br />

la Secretaría de Salubridad, como para el ISSSTE. Salvador<br />

se casó con la profesora Lourdes Romero Elías y procrearon<br />

tres hijos: Salvador, Carlos Alejandro y Luis Felipe, los<br />

dos primeros, contadores públicos, y el último ingeniero<br />

civil. Carlos Alejandro se casó con Gabriela Zepeda Zepeda<br />

y son papas de un niñito.<br />

Jesús, mi hermano, nació el día 14 de abril de 1927;<br />

también es médico; se casó con María Antonia Valdez Rivera,<br />

y toda su vida han vivido en Guadalajara. En este<br />

matrimonio ha habido cuatro hijos: Jesús, que murió muy<br />

pequeño, y tres hijas: Miriam de los Dolores, Claudia y<br />

Verónica; las tres están casadas y han dado a Jesús y a<br />

Toña seis nietecitos. En cuanto a su ejercicio profesional,<br />

primero fue en aquella campaña en la que se combatió el<br />

paludismo, tuvo también un consultorio en Colima, y después<br />

en la ciudad de Guadalajara, en donde fue médico <strong>del</strong> Seguro<br />

Social y actualmente está jubilado.<br />

312


Después viene otro hermano que también murió pequeño; llevó<br />

por nombre Faustino, y luego el que está pergeñando estos<br />

renglones, Gabriel, que soy abogado y que veo como una obra<br />

de Dios ser notario porque me gusta muchísimo mi labor.<br />

Estoy casado con María Guadalupe González Ponce; nuestros<br />

hijos son: Gabriel, oficial archivista en el Registro<br />

Civil; Jorge, licenciado en Derecho, casado con la<br />

licenciada Claudia Landín López y tienen tres hermosos<br />

hijitos de nombres Jorge Israel, Alejandro y Aranza; el<br />

ingeniero bioquímico Luis Fernando, casado con la contadora<br />

pública Lucrecia Guzmán Cuéllar, ahí mis nietecitos son<br />

Luisito Fernando, Gabrielito y la tremenda de Lucrecita;<br />

luego tenemos a Miguel Ángel, licenciado en informática,<br />

casado con la licenciada en relaciones industriales María<br />

de Lourdes Altamira Esparza los nietecitos son Miguel Ángel<br />

y Héctor Emilio; y luego, la más pequeña de la casa la<br />

tremenda y linda Lupita, esposa <strong>del</strong> ingeniero Víctor Manuel<br />

Hernández González con tres hijitos: Víctor Manuel, Valeria<br />

y Andrea María. ¡Qué no diré yo de mis nietos! todos los<br />

amo y cuando los veo se me desgaja el corazón de amor hacia<br />

ellos.<br />

Esos fueron los hijos de mi madre y su descendencia. En<br />

resumidas cuentas, lo que dejó mi madre fue una<br />

luminosidad, un camino primoroso. Dios quiso que a los<br />

dieciseis días de haber regresado de mi viaje de bodas mi<br />

madre muriera; fue el trago amargo <strong>del</strong> inicio de la vida<br />

matrimonial, pero le doy gracias a Dios de haber tenido a<br />

mi lado a Lupita, mi esposa, que hizo con sus atenciones y<br />

con su cariño enorme que fuera más llevadera la pena de la<br />

muerte de mi madre. Ella murió el día 14 de mayo de 1961,<br />

pero recordarla es volverla a amar.<br />

Mis padres se amaron tanto que nunca ocuparon las cabeceras<br />

de la mesa, sino que siempre estuvieron uno al lado <strong>del</strong><br />

otro para estar juntos. Ellos se seguirán amando en el más<br />

313


allá y nosotros los tenemos como caminos luminosos, que van<br />

desde nuestro corazón hasta donde estén. ¡Gracias, Dios<br />

mío, por mi madre; gracias, Dios mío, por mi padre!” 86<br />

Concluye con una semblanza biográfica de su padre el<br />

“Profesor Faustino Villalobos López”. Sobre él expone: “Hay<br />

personas que con su labor abnegada y callada de todos los<br />

días hacen posible la grandeza de los pueblos; las obras<br />

meritorias, por lo general, se cimientan en quehaceres<br />

sencillos; vivos ejemplos de lo anterior son los maestros<br />

de nuestras escuelas, que abren a la luz <strong>del</strong> saber el<br />

entendimiento de sus semejantes, sin ningún pago que la<br />

gratitud de sus alumnos, la satisfacción <strong>del</strong> deber cumplido<br />

y la conciencia de que, con la labor de todos los días, de<br />

los años, están forjando la patria. Esos seres, cuando<br />

físicamente nos abandonan, dejan una cauda de admiración y<br />

enseñanza.<br />

Voy a referirme a un hombre, a un maestro de nuestra<br />

tierra, quien con sesenta y cinco años constantes de estar<br />

detrás <strong>del</strong> escritorio <strong>del</strong> aula, forjó generaciones de<br />

aguascalentenses que han dado lustre a nuestra patria, a<br />

México. Él fue mi padre, don Faustino Villalobos López.<br />

Transitoriamente, el matrimonio formado por don Ladislao<br />

Villalobos y doña María Dolores López se encontraba en el<br />

mes de febrero de 1887 en el rancho de Herrada, en la<br />

región de El Llano, al oriente de la ciudad de<br />

Aguascalientes y doña Lola estaba a punto de dar a luz; fue<br />

precisamente el día 15 de ese mes cuando ocurrió su parto.<br />

Fue tan rápido que aconteció en el patio de la casa en la<br />

que estaba, y nació un niño y como fue el día de San<br />

Faustino, siguiendo la tradición, fue bautizado y<br />

registrado con ese nombre, así nació Faustino Villalobos<br />

López.<br />

86 Ibdem. Pp. 233-243<br />

314


Los señores Villalobos López, después <strong>del</strong> nacimiento de<br />

Faustino en el Rancho de Herrada, el que también es<br />

conocido como San Antonio de Herrada, se regresaron a la<br />

ciudad de Aguascalientes, a su domicilio enclavado en el<br />

barrio de Triana, pues la casa se ubicaba en la calle de<br />

los Gallos, después Washington, hoy doctor Jesús Díaz de<br />

León número quinientos cuatro.<br />

La actividad principal de don Ladislao Villalobos Pedroza<br />

fue la de arriero, y decir arriero a fines <strong>del</strong> siglo XIX es<br />

pensar en un comerciante de hoy con camiones que<br />

transportan mercancías de todos los puntos de la geografía<br />

de México; comerciaba entre Aguascalientes y distintas<br />

regiones <strong>del</strong> Pacífico.<br />

Faustino, desde muy pequeño, se dio cuenta de la grandeza<br />

de México por las pláticas de su papá, debido a su<br />

actividad de comerciante; su infancia transcurrió<br />

placentera, rodeada <strong>del</strong> afecto de sus padres, así como <strong>del</strong><br />

de sus hermanos Julián, Prudencio y María; todo esto<br />

transcurrió en el apacible paisaje <strong>del</strong> barrio de Triana: la<br />

plazuela, el templo, las huertas que se extendían hasta el<br />

barrio de La Salud, huertas que fueron edenes en la<br />

estación de verano, y que proporcionaban al paladar la<br />

alegría <strong>del</strong> sabor de sus frutos. ¡Cuántas veces disfrutaría<br />

el niño Faustino de su sabor, acostado en la huerta oyendo<br />

el paso <strong>del</strong> agua por una acequia!<br />

Nuestro biografiado hizo sus estudios primarios en la<br />

Escuela de Cristo, ubicada en la primera cuadra de la calle<br />

<strong>del</strong> Reloj, hoy Juárez, bajo el sistema de enseñanza<br />

lancasteriano.<br />

J. Guadalupe Nájera Jiménez, a la edad de recibir la<br />

instrucción primaria, fue llevado por su madre a la<br />

academia de dibujo <strong>del</strong> maestro Inés Tovillas; para él fue<br />

tan maravilloso ir descubriendo la belleza <strong>del</strong> arte a<br />

través <strong>del</strong> dibujo, que quiso compartir esta alegría con su<br />

315


casi hermano, Faustino Villalobos, y lo invitó a<br />

inscribirse en la academia. Yo llegué a oír al maestro<br />

Nájera platicar con mucha chispa el episodio de la<br />

inscripción de Faustino, decía: -Llegamos los dos niños<br />

ante la <strong>presencia</strong> de aquel artista chiapaneco, don Inés<br />

Tovillas, y le dije: maestro, aquí traigo este niño que me<br />

encargó su mamá lo inscribiera en la academia, porque ella<br />

no pudo venir (mentira piadosa), pero quiere que haga<br />

estudios de dibujo-. El maestro le proporcionó un papel de<br />

estraza, lo sentó junto al niño Lupe y los puso a dibujar<br />

ojos. Cuando Nájera vio el éxito de sus gestiones sacó de<br />

su bolsa una trompada (dulce regional) la partió en dos, y<br />

ahí estuvieron aquellos dos niños felices, comiendo dulce y<br />

dibujando.<br />

Faustino Villalobos López fue muy hábil para los trabajos<br />

manuales, sobre todo en carpintería y dibujo, al grado de<br />

montar un taller en su casa para hacer sus muebles, y por<br />

lo que respecta al dibujo, siempre lo cultivó; su última<br />

cátedra fue "Dibujo y mo<strong>del</strong>ado anatómico", impartida en el<br />

Instituto Autónomo de Ciencias y Tecnología, antecedente de<br />

nuestra actual Universidad Autónoma de Aguascalientes.<br />

Cuando terminó sus estudios primarios tuvo necesidad de<br />

trabajar para su sostenimiento; su primer trabajo fue como<br />

dependiente de mostrador en la tienda de abarrotes de la<br />

esquina de su casa, "La Feria de las Flores", propiedad de<br />

don Valentín Muñoz, ubicada en la esquina de las calles<br />

Abasólo y de los Gallos.<br />

Posteriormente se ocupó de ayudante de carpintero en la<br />

construcción de los locales en los que el Ferrocarril<br />

Central Mexicano establecería sus talleres; él que anduvo<br />

encaramado en las vigas de los techos de los jacalones<br />

donde ahora están los talleres, colocando tablones,<br />

clavándolos a las vigas para hacer los techos. Se ufanaba<br />

de su participación al progreso ferroviario de México.<br />

316


Fue el día 18 de mayo de 1904 cuando, tal vez impulsado por<br />

los profesores don Melquíades Moreno y don Eugenio Alcalá,<br />

nació al magisterio de Aguascalentense un mentor más,<br />

Faustino Villalobos López; recibió nombramiento de<br />

practicante en la quinta escuela oficial de niños, este<br />

cargo fue fugaz, pues el día 29 <strong>del</strong> mismo mes y año le<br />

dieron el nombramiento de profesor de primer año A, en la<br />

escuela oficial de niños, número dos.<br />

A partir <strong>del</strong> 29 de mayo de 1904 fue largo el andar <strong>del</strong><br />

profesor Faustino Villalobos en los campos de la educación<br />

de la niñez en Aguascalientes, destacando sus actuaciones<br />

como director de las escuelas Melquíades Moreno, Francisco<br />

de Rivero y Gutiérrez y Escuela Federal Tipo; después, como<br />

inspector escolar, primero rural y después urbano,<br />

terminando con el cargo de Director de Educación Federal en<br />

el Estado de Aguascalientes.<br />

Cabe hacer notar que mi padre también fue catedrático de<br />

enseñanza media; impartió en el Instituto de Ciencias las<br />

cátedras de "Educación física" y "Encuadernación", en el<br />

año 1927. Luego, en el Instituto de Ciencias y Tecnología,<br />

entre 1950 y 1968, impartió las cátedras de "Dibujo y<br />

mo<strong>del</strong>ado anatómico" y "Civismo". Por cierto que en esta<br />

última tuve la dicha de integrar junto con él, el jurado<br />

para un examen a título de suficiencia de "Civismo".<br />

Asimismo, impartió las anteriores asignaturas en el Colegio<br />

Portugal, en el Guadalupe Victoria y en el de La Paz.<br />

Por lo dicho hasta este momento, da la impresión que don<br />

Faustino Villaloboi López fue un maestro improvisado, hijo<br />

de las necesidades en materia de educación de México de<br />

principios <strong>del</strong> siglo veinte; pero nada de eso, impulsado<br />

por las enseñanzas recibidas de don Melquíades Moreno, don<br />

Eugenio Alcalá y don José Ramírez Palos sintió necesidad de<br />

hacer estudios para ser maestro y en compañía de José<br />

Pedroza, Guadalupe Nájera y otros jóvenes más, el día 20 de<br />

317


agosto de 1915 emigraron a la Ciudad de México, a la<br />

Escuela Nacional de Maestros, a hacer sus estudios para<br />

obtener la preparación necesaria y su título de profesor de<br />

educación primaria superior. Fueron años muy pesados en la<br />

historia, pues apenas la Revolución de 1910 empezaba a<br />

tocar fondo con el gobierno de don Venustiano Carranza y la<br />

promulgación de la Constitución esta situación hizo que en<br />

varias ocasiones los estudios fueran interrumpidos y<br />

regresaran a Aguascalientes, lo que aprovecharon para<br />

cubrir interinatos en las escuelas y seguir su labor<br />

magisterial, cuando era presidente de la República don<br />

Venustiano Carranza, quien cerró la Normal y su internado.<br />

Me contaba mi padre que don Venustiano mandó cerrar la<br />

Escuela Nacional de Maestros y su Internado, y les dijeron:<br />

-O se dan de alta en el ejército constitucionalista o aquí<br />

están diez pesos y una cobija y váyanse para donde quieran-<br />

Nájera se dio de alta en el ejército, pero mi padre y José<br />

Pedroza optaron por regresar a Aguascalientes y como no<br />

había medios de transporte, decidieron emprender el retorno<br />

a pie, en medio de muchos peligros, ya que las distintas<br />

facciones revolucionarias los aprehendían porque decían que<br />

eran espías, y cuando se convencían de que no, hasta de<br />

comer les daban. Cubrieron la distancia de México a<br />

Querétaro en ocho días; en Querétaro se encontraron un tren<br />

militar a San Luis Potosí, vieron que era una ventaja y lo<br />

abordaron conductor, al enterarse de su hazaña, no les<br />

cobró pasaje. Luego, de San Luis Potosí, tomaron otro tren<br />

para Aguascalientes y así llegaron a su tierra natal,<br />

cuando llegó a la presidencia de la República el general<br />

Álvaro Obregón, nombró Secretario de Educación al<br />

licenciado don José Vasconcelos, y una de sus primeras<br />

acciones fue abrir la Escuela Nacional de Maestros y su<br />

internado, con lo que mi padre pudo reanudar sus estudios.<br />

En esta época conoció a un jovencito que ingresó a la<br />

318


Normal, este muchachito cultivó amistad con él y con<br />

Guadalupe Nájera; en los fines de semana los llevaba a su<br />

casa en México y tanta amistad hubo con él y con su mamá,<br />

que era viuda, que Nájera se enamoró de ella y se casó.<br />

Este muchachito, pasados los años fue el licenciado don<br />

José Ángel Ceniceros, Secretario de Educación Pública<br />

cuando era Presidente de la República don Adolfo Ruiz<br />

Cortines, situación que, aunada al gobierno <strong>del</strong> licenciado<br />

Benito Palomino Dena, en Aguascalientes, llevó a mi padre<br />

al cargo, eminentemente político, de Director de Educación<br />

Pública en el Estado, en 1954.<br />

El día 18 de octubre de 1920, a las ocho de la mañana, se<br />

inició el examen profesional de Faustino Villalobos López,<br />

para obtener el título de Profesor Normalista de Educación<br />

Primaria Superior; fueron sus sinodales el profesor Daniel<br />

Delgadillo, director de de la normal y los profesores José<br />

A. Castañedo, como presidente y como vocales Emilio<br />

Bustamante y Juan D. Muñiz. La tesis presentada por el<br />

sustentante se tituló La atención. A las diez de la mañana<br />

se suspendió la prueba oral para ser reanudada al día<br />

siguiente con la prueba escrita en la que fue aprobado por<br />

unanimidad; se suspendió la prueba para ser reanudada el 20<br />

de octubre con la prueba práctica.<br />

El jurado aprobó por unanimidad al ciudadano Faustino<br />

Villalobos López, que quedó capacitado para ejercer la<br />

carrera de profesor normalista de educación primaria<br />

superior.<br />

El 4 de febrero de 1922, el Secretario de Educación<br />

Pública, licenciado José Vasconcelos, expidió al ciudadano<br />

Faustino Villalobos su título de profesor de educación<br />

primaria superior; además <strong>del</strong> licenciado Vasconcelos firmó<br />

el título el director de la Escuela Normal de Maestros,<br />

profesor Toribio Velasco. Se registró el título en la<br />

Dirección de Educación Primaria y Normal, bajo el número<br />

319


228. En la Secretaría de Gobierno <strong>del</strong> Estado de<br />

Aguascalientes se registró bajo el número 82 a fojas 24<br />

frente, <strong>del</strong> libro respectivo, con fecha 9 de abril de 1926.<br />

Al tomar en consideración que la vida de maestro la inició<br />

el día 18 de mayo de 1904, el gobierno de la República lo<br />

reconoció como forjador de la patria, y el 15 de mayo de<br />

1954 le entregó la máxima presea a que aspira un maestro,<br />

la Medalla Altamirano, por cincuenta años de servicio a la<br />

niñez; ésta la recibió de manos <strong>del</strong> señor presidente de<br />

México, en ese entonces, Adolfo Ruiz Cortines, era el<br />

escenario el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de<br />

México, y dentro de los espectadores había dos a quienes se<br />

nos salía de emoción el corazón, Jesús mi hermano y yo.<br />

He hablado de la trayectoria de Faustino Villalobos López<br />

como maestro que fue todo entrega con cariño a los niños y<br />

jóvenes de Aguascalientes, personas a las que siempre les<br />

dijo con afecto "mis muchachos", aunque fueran gente de<br />

edad avanzada y cargados de responsabilidades, a quienes<br />

educó no únicamente con letras sino con el ejemplo. Ahora<br />

les platicaré de don Faustino Villalobos López en el seno<br />

<strong>del</strong> hogar.<br />

En la semblanza de mi madre platiqué cómo nació el noviazgo<br />

de ellos, culminando con su matrimonio en Catedral el día<br />

primero de junio de 1921.<br />

En cuanto a la vida <strong>del</strong> hogar fue de lo más hermosa, mis<br />

padres se profesaron un amor profundo. Mi madre se encargó<br />

de nuestra educación y de la dirección de nuestras vidas; y<br />

mi padre, como águila desde un risco, vigilaba la buena<br />

marcha <strong>del</strong> hogar. A mi madre la adornaban, como ya dije,<br />

las virtudes de una matrona romana, era una mezcla de<br />

rigidez y de gran amor. ¡Ay de aquél que la desobedeciera,<br />

porque detrás de ella estaba la recia y bondadosa figura de<br />

mi padre!<br />

320


Así fue la vida hogareña de mi papá, esposo y padre<br />

amoroso. Sus goces más fuertes: amar a su esposa e hijos,<br />

ver como éstos se formaban profesionistas y católicos; amó<br />

la naturaleza y a través de ella, a su esposa. Cuántas<br />

veces lo vi sin zapatos, con las piernas <strong>del</strong> pantalón<br />

arremangadas hasta la rodilla, en la playa, a la orilla <strong>del</strong><br />

mar, recogiendo Conchitas para llevárselas como ofrenda a<br />

Merceditas, su esposa, que de lejos lo veía y con la<br />

alegría <strong>del</strong> novio que empieza a vivir su romance decirle: -<br />

Mira, Chata, lo que te traje, ahí va mi corazón.-<br />

Otras ocasiones, al final de los veranos, se internaba en<br />

los montes aledaños a nuestra ciudad para formar un gran<br />

ramo de las flores de las que llamamos "estrellitas", para<br />

entregárselas a su amada esposa. Todas estas<br />

manifestaciones de cariño yo las veía en el ocaso de su<br />

vida, así es que se amaron siempre y profundamente.<br />

¡Cómo gozó el profesor Villalobos de las Bellas Artes, la<br />

pintura, la escultura y de la buena música! Dentro de ésta,<br />

sus autores preferidos fueron Verdi, Mozart, Chopin,<br />

Beethoven, Ponce, Castro, Moncayo... Cuando por razones de<br />

trabajo iba a la Ciudad de México acudía a la casa Requejo<br />

y se traía varios discos fonográficos de buena música; le<br />

gustó mucho Caballería rusticana.<br />

A nosotros, sus hijos, cómo nos gustaba que fuera a México,<br />

pues a cada uno nos traía un juguete, qué felicidad irlo a<br />

esperar a la estación. Cuando veíamos pasar una máquina de<br />

vapor Niágara como si fuera un gran dragón resoplando<br />

aventando humo y lumbre, el maquinista muy pantera,<br />

recargado en la ventanilla de la caseta, la campana, el<br />

silbato, sentíamos que retumbaba en su centro la tierra y<br />

el corazón de tanto palpitar se quería salir por la boca, y<br />

luego, <strong>del</strong> último carro, veíamos cómo <strong>del</strong> pullman descendía<br />

mi padre, enfundado en su abrigo de lana y sombrero<br />

Stetson. Los abrazos, y besos de bienvenida y luego, en la<br />

321


casa, los regalos. Recuerdo algunos: un pajarito de cuerda,<br />

que parecía gorrión y al que le decía "Tostona", un chango<br />

maromero, títeres... en fin!, tantos y tantos juguetes con<br />

los que mi padre demostraba su cariño a sus hijos.<br />

Don Faustino tuvo un gran pesar el 14 de mayo de 1961:<br />

falleció su esposa Merceditas, su Chata. La sepultamos el<br />

día 15 de mayo, día <strong>del</strong> maestro. Y, cosas de Dios, el día<br />

14 de mayo de 1970, faltando quince minutos para las nueve<br />

de la mañana, hora apropiada para llegar a dar clases en la<br />

escuela <strong>del</strong> cielo, falleció el profesor don Faustino<br />

Villalobos López. Lo sepultamos el día 15, día <strong>del</strong> maestro.<br />

¡Qué coincidencia!<br />

Así fue el maestro don Faustino Villalobos López, mexicano<br />

confiado en la evolución rumbo a la grandeza de México,<br />

maestro entregado con cariño a la niñez y juventud, hombre<br />

de estado, amante esposo y cariñoso padre.” 87<br />

Los recuerdos de un barrio se complementan con las<br />

vivencias de la adolescencia durante la realización de los<br />

estudios de bachillerato. En una edición para conmemorar<br />

los 25 años, en una reunión de la sociedad de exalumnos<br />

preparatorianos Dr. Hugo Lamas Soto, promoción 1942-1947,<br />

que se imprimió en en los talleres gráficos <strong>del</strong> Estado,<br />

por ser entonces gobernador el Ingeniero Miguel Angel<br />

Barberena Vega, uno de los integrantes. El texto esta<br />

introducido por una nota titulada “Una generación”, <strong>del</strong><br />

Ingeniero Alfonso Bernal Sahún; en esa época el licenciado<br />

Villalobos escribe una parte sustancial <strong>del</strong> texto bajo el<br />

título de Estampas Estudiantiles y se complementa con un<br />

escrito de Alejandro Mora Barba titulado Semblanzas y<br />

recuerdos. Los textos se complmentan con diversas<br />

fotografías de la época.<br />

El texto <strong>del</strong> Lic. Gabriel Villalobos Ramírez, está<br />

compuesto por varios apartados. Veamos su contenido.<br />

87 Ibdem. Pp. 244-250.<br />

322


EL INSTITUTO DE CIENCIAS<br />

Una institución educativa se compone de maestros y alumnos;<br />

los primeros son fuente de sabiduría que la transmiten a los<br />

segundos, pero no únicamente el aspecto saber, sino que cada<br />

uno como seres humanos imprimen a sus cátedras su estilo<br />

propio y su calidad humana, van dejando en los alumnos<br />

parte de su ser.<br />

E1 antecedente de nuestra querida Universidad fue el<br />

glorioso Instituto de Ciencias Autónomo, el cual fue llamado<br />

en distintas formas, pero para muchas generaciones<br />

simplemente fue "La Prepa" y si le damos el título de glorioso,<br />

basta y sobra con pensar que muchos de sus hijos le han dado<br />

gloria, así como a la Patria y para muestra ahí están Ramón<br />

López Velarde y Pedro de Alba; pues bien pensemos en los<br />

forjadores de esas glorias; en sus maestros.<br />

En las cátedras de nuestro Instituto de Ciencias han<br />

desfilado verdaderos sabios, recordemos algunos: Dr. Jesús<br />

Díaz de León, Profesora Vicentita Trujillo, quien destacó en<br />

sus estudios de Psicología; Ing. Leocadio de Luna, en<br />

Matemáticas; Profesor José Ramírez Palos, en Castellano;<br />

Doctor José González Saracho, hombre de cultura<br />

enciclopédica; Profesora Enriqueta González Goitia,<br />

Geografía; Licenciado Humberto Brand Sánchez, otro de los<br />

maestros de cultura enciclopédica; Profesora Conchita Aguayo,<br />

Historia Universal; Profesora Conchita Maldonado, Botánica y<br />

Zoología y por muchos años Directora de la Escuela Normal <strong>del</strong><br />

Estado; Profesor Faustino Villalobos López, Mo<strong>del</strong>ado y Dibujo;<br />

Profesor Ricardo Rodríguez Romo, Dibujo y Encuadernación, por<br />

muchos años secretario <strong>del</strong> Instituto; Doctor Rafael Matías<br />

Peña, Biología y siendo Rector se gestionó la autonomía <strong>del</strong><br />

Instituto; Doctor Salvador Ramírez Martín <strong>del</strong> Campo, Biología<br />

e Higiene y dos ocasiones Rector; Doctor Manuel I.<br />

Rodríguez, Francés; Ingeniero Efraín Cóbar Lazo, Química;<br />

Licenciado Manuel Várela Quezada, Civismo y Derecho;<br />

323


Licenciado Carlos González Rueda y tantos y tantos más que<br />

han dado lustre a nuestra Alma Mater.<br />

Pues bien, lo anterior son las etapas por las que pasó<br />

nuestra hoy Universidad; pero vale la pena que nos<br />

remontemos a la época de su fundación y pensemos en el marco<br />

en que nació. Aguascalientes en 1867 tendría aproximadamente<br />

unos cuarenta mil habitantes, ya era una ciudad de<br />

importancia en el centro de nuestro país y como siempre, sus<br />

gentes en medio de los torbellinos de la historia, vivía con<br />

tranquilidad, pues ya entonces en la misma mesa de café<br />

departían amablemente personas de distinta ideología,<br />

estimándose y respetándose en su forma de pensar. - El año de<br />

1867 fue de mucha importancia en nuestra historia, en él se<br />

derrumbó el imperio de Maximiliano; nuestra población fue<br />

testigo de la intervención francesa y luego vio el paso de<br />

tropas imperiales y republicanas. Uno de los hijos de<br />

Aguascalientes, destacó en esta lucha dentro de las tropas<br />

republicanas, él fue el señor Coronel Don Jesús Gómez<br />

Portugal, quien peleó bajo las órdenes <strong>del</strong> General Don Jesús<br />

González Ortega, militando en el glorioso Batallón Ligero de<br />

Aguascalientes; Gómez Portugal participó en el sitio de<br />

Puebla en 1863; al capitular las tropas mexicanas fue<br />

prisionero de guerra y enviado junto con sus compañeros de<br />

infortunio a Francia, posteriormente pasó a España, ya libre<br />

y retorna a México, entrando por el Norte; los jefes<br />

republicanos le confían el gobierno de Aguascalientes,<br />

cuando aún no caía el imperio y en funciones de Gobernador,<br />

siendo amante de la cultura y el progreso de la juventud<br />

funda la Escuela de Agricultura y Comercio, que por<br />

tradición y cambiando de nombre dio origen a nuestra<br />

Universidad.<br />

LAS NOVATADAS<br />

Ahora platiquemos de los alumnos <strong>del</strong> Instituto de Ciencias<br />

Autónomo, de los cuales muchos hoy día son de los forjadores<br />

324


y maestros de nuestra Universidad y que<br />

con toda entrega a ella, no importándoles sacrificar tiempo<br />

de su profesión para sustentar sus cátedras por amor a la<br />

juventud, la Universidad y la Patria.<br />

Llegaban los alumnos procedentes de las escuelas primarias, a<br />

la Prepa, todos hechos un azoro, en primer lugar, el examen<br />

de admisión, luego de buenas a primeras se encontraban<br />

frente a un sistema de enseñanza, diferente a la primaria,<br />

a base de cátedras y no con un solo maestro y para colmo de<br />

sustos con la angustia de la novatada que los sorprendía en<br />

el día menos pensado, los alumnos de grados superiores las<br />

organizaban y guardaban como secreto de Estado la fecha en<br />

que se llevarían al cabo.<br />

No somos amigos de las novatadas y por otro lado nos<br />

congratulamos que éstas desaparecieron y hoy se recibe a los<br />

alumnos de nuevo ingreso con veladas literario-<br />

musicales en que no falta el discurso <strong>del</strong> Decano dando la<br />

bienvenida.<br />

Platicamos de un día de novatada, en la antigua "Prepa".<br />

Empezaba el día como todos los demás, todo mundo a clases,<br />

los de primer año a quienes por mote se les designaba<br />

"perros" seguían inquietos por que la novatada aún no pasaba<br />

y como aquello de las nueve de la mañana se oían las notas de<br />

un mariachi, en el Parían, y entonces se ponía la carne de<br />

gallina en los pobres perros, porque ya sabían que el día<br />

llegó, unos trataban de huir pero no lo lograban y los<br />

alumnos de años superiores, tijeras en mano tuzaban a los<br />

perros, luego se les despojaba de camisa y camiseta y entraba<br />

la decoración, se les pintaba el cuerpo con anilinas y en las<br />

últimas novatadas con chapopote, así mismo se les uniformaba<br />

con algún aditamento, se conseguían huesos en el rastro y se<br />

les enredaban en los cabellos como si fuera caníbales o bien<br />

vacinillas y botes que se los calaban en sus cabezas a guisa<br />

de casco de soldado, después se escogía a un perro de cómica<br />

325


figura ya sea por muy flaco o bien, lo contrario por muy<br />

gordo y se le coronaba como reina <strong>del</strong> desfile, todo lo<br />

anterior en medio de las notas <strong>del</strong> mariachi y estallido de<br />

cohetes, por todos lados; enseguida el desfile dándole la<br />

vuelta al Parían, calle Juárez, Madero de ida y vuelta,<br />

Carrillo Puerto y pasaba el desfile ante la mirada<br />

reprobatoria <strong>del</strong> gran maestro, también <strong>del</strong> Instituto, Don<br />

Eugenio Alcalá Mancilla, que en esta calle está aún hoy<br />

día, su colegio y en medio de gran algarabía hasta el<br />

Jardín de San Marcos; ahí el acto final a bañar a los<br />

perros en la pila Saturnino Herrán, su pamba y toques<br />

eléctricos, y a su casa.<br />

Al día siguiente, todos hermanos, todos una gran familia,<br />

los perros pelones, la Prepa parecía una gran jaula llena de<br />

aves canoras.<br />

REINA DE PRIMAVERA.<br />

En nuestras latitudes el Invierno es muy benigno, tan sólo<br />

tenemos unos cinco o seis días de fuerte frío y luego a las<br />

temperaturas de costumbre y aunque astronómicamente en el<br />

mes de Febrero estamos a mitad <strong>del</strong> Invierno empezamos a<br />

sentir la proximidad de la Primavera; los días son más<br />

largos, a mediodía hace su calorcillo y así como en Japón<br />

anuncia la Primavera los almendros en flor, nosotros tenemos<br />

un heraldo *de la misma cuando se anuncia el inicio de la<br />

campaña para reina de nuestras fiestas de Primavera, la<br />

tradicional "Feria Nacional de San Marcos".<br />

Los estudiantes de nuestras generaciones participábamos en<br />

la campaña. Recordemos tan bellas estampas de la vida<br />

provinciana.<br />

Las candidatas a remas bien sabían que contar con el apoyo<br />

<strong>del</strong> gremio estudiantil era un factor muy importante para su<br />

triunfo; así es que sus comités y ellas ni tardos ni<br />

perezosos buscaban el mismo, hacían una visita de cortesía<br />

a nuestra Alma Mater.<br />

326


Que alegría el día que nos visitaban, todo era bullicio,<br />

los patios de la escuela atestados de jóvenes en plena edad<br />

<strong>del</strong> romanticismo y <strong>del</strong> amor imposible; <strong>del</strong> amor platónico;<br />

naturalmente que la visita daba principio por la Rectoría,<br />

de ahí con nuestra máxima autoridad estudiantil se<br />

trasladaban a la planta alta al aula "Doctor Pedro de<br />

Alba" hacía su entrada a la misma en medio de una salva de<br />

aplausos y los corazones estudiantiles provocaban hondos<br />

suspiros ante la <strong>presencia</strong> de tan bella niña.<br />

En el foro ya se encontraba en pleno la Mesa Directiva <strong>del</strong><br />

Círculo de Estudiantes, quienes daban la bienvenida y<br />

apaciguaban la jicotera estudiantil y ya calladitos, el Sr.<br />

Rector en uso de la palabra manifestaba el honor de la<br />

visita, algún miembro <strong>del</strong> Comité solicitaba apoyo de la grey<br />

estudiantil, la niña candidata con palabras entrecortadas,<br />

quizás por la emoción, quizás por miedo a la tropa de<br />

diablos que ocupábamos las butacas, nos solicitaba nuestro<br />

apoyo y luego nuestro Presidente <strong>del</strong> Círculo de<br />

Estudiantes, haciendo gala de su oratoria ensalzaba las<br />

cualidades de nuestra visitante y sellaba en nuestro<br />

nombre el pacto de que la tendríamos que hacer triunfar y<br />

la aceptación de todos se manifestaba con aplausos y con el<br />

estruendo de las porras de Ixtlixóchitl, reina Xóchitl,<br />

Moctezuma, Ilhuicamina, Cacaman, ra, ra, ra, y en honor de<br />

la Prepa la porra de "Los tambores <strong>del</strong> Cura de Villalpando<br />

iban sonando pun, etc., etc.". La candidata a reina y su<br />

comité se retiraban con la satisfacción de haber<br />

conquistado un sector de nuestra población, muy importante<br />

para su triunfo. ¿Cómo participábamos en la campaña? pues<br />

bien, los estudiantes estábamos como el ajonjolí, en<br />

cualquier buen mole andábamos; se hacían rifas, bailes,<br />

corridas de toros para obtener fondos y comprar votos a<br />

favor de nuestra candidata para hacerla triunfar, pero yo<br />

327


creo que lo que más importaba era el sabor alegre que los<br />

estudiantes de la Prepa le daban a la contienda.<br />

Los gallos para nuestra candidata era una de las cosas mas<br />

bonitas, nos poníamos de acuerdo que el sábado fulano de tal<br />

sacaríamos nuestro gallo; toda la escuela invitada, y por<br />

supuesto la candidata y a organizarlo, unos a conseguir una<br />

calesa en que luciría sus encantos nuestra casi reina, otros a<br />

ir con los coheteros para las luces de bengala y cohetones,<br />

comisión de conseguir mariachis, y una muy importante, ir a<br />

la Purísima con los caleros para rentar una manada de burros<br />

para la tropa estudiantil.<br />

Llegaba el sábado de gallo; desde las seis de la tarde ya<br />

andaba la palomilla frente a la Prepa inquietos por el<br />

acontecimiento, luego llegaban los burros y se acomodaban en<br />

la calle Morelos junto a la escuela Melquíades Moreno, como a<br />

las seis y media llegaban los mariachis, los señores de la<br />

pólvora, otro de los compañeros repartían antorchas y como a<br />

las siete hacía su aparición la calesa con la bella<br />

candidata; la columna se organizaba, ella a<strong>del</strong>ante, luego un<br />

camioncito de carga con los mariachis y su alegre música,<br />

enseguida los coheteros, la manada de burros con sus egregios<br />

jinetes los muchachos de la Prepa, portando a la vez su<br />

antorcha y por cierto que con tanto estruendo más de algún<br />

burro respingaba y para abajo jinete con todo y huesos, todo<br />

era diversión, aquel desfile pasaba por nuestras principales<br />

calles y terminaba entre 9 y 10 de la noche; así le hacíamos<br />

propaganda a nuestra candidata y predisponíamos a nuestro<br />

pueblo a la alegría de la Feria. ¡Que tiempos aquéllos,<br />

amigo! ¡Qué tiempos tan bellos!<br />

LOS FANDANGOS ESTUDIANTILES.<br />

Por lo que respecta a los Fandangos Estudiantiles no se<br />

trata <strong>del</strong> antiguo baile español a tres tiempos, cantando<br />

con acompañamiento de guitarra y castañuelas que aún es<br />

muy usual entre los andaluces y que hubiera sido bailado<br />

328


por estudiantes, no señor, fueron baile con mucho bullicio<br />

y alegría en que las juventudes de aquellos años acudían a<br />

divertirse en grande y en forma sana.<br />

Nuestro Circulo de Estudiantes, como todo grupo de<br />

personas, tiene gastos inherentes a su objeto y teníamos<br />

que ingeniarnos para obtener fondos para hacer los pagos<br />

de los mismos si no, no hubiera habido fiesta <strong>del</strong> 10 de<br />

Mayo, <strong>del</strong> Día <strong>del</strong> Maestrto, Campeonato Intramuros de<br />

Basquet, papelería, etc., etc.<br />

Los fandangos estudiantiles fueron una de las fuentes de<br />

ingresos <strong>del</strong> Círculo; los organizadores de la Feria de San<br />

Marcos (aún no había Patronato) nos señalaban una noche<br />

de fines de Feria, por lo general el treinta de abril para<br />

que en el salón "Las palmas”, en el Tívoli. que se ubicaban<br />

en parte de lo que hoy es la calle de Yáñez y el Casino de<br />

la Feria se efectuara: el fandango de los muchachos de la<br />

Prepa.<br />

La cartelera de orquestas la cubría Chucho Márquez,<br />

orquesta local y otra de las que acudía con motivo de la<br />

Feria como la que dirigía aquel gringo alto güero Hebert<br />

Hoogland (perdón si fallo la ortografía) que hacía una<br />

verdadera creación de la música de Gleen Miller.<br />

El salón se adornaba para el baile, con palmas y globos y<br />

todos felices, eran llenos a reventar y por lo tanto<br />

éxitos económicos para el Círculo.<br />

Platica el señor contador Humberto Martínez de León (Guía<br />

de los artífices de la universidad) con mucha gracia que<br />

siendo él Presidente <strong>del</strong> Círculo obtuvieron pingües<br />

ganancias en el fandango pero que por poco el gozo se va al<br />

pozo, pues su tesorero, un compañero muy piadoso que hoy es<br />

todo un señor doctor, cuando tuvieron su reunión para<br />

hacer un balance <strong>del</strong> fandango les informó punto por punto<br />

de los ingresos y egresos y de la muy buena utilidad y con<br />

la cara irradiando felicidad les manifestó que habiéndolo<br />

329


meditado y con el fin de que la corte celestial viera con<br />

ojos de misericordia a la grey estudiantil y todos<br />

aprobaran sus exámenes él había hecho el donativo de todas<br />

las utilidades a San Antonio y en su cepo en el Templo<br />

vecino de San Diego había dejado todas las ganancias <strong>del</strong><br />

fandango; por poco lo linchan los compañeros y en masa<br />

fueron con el padre guardián, él no quería devolver el<br />

dinero y entonces amenazaron los muchachos en romper la<br />

alcancía y estando las cosas críticas hubo un arreglo en el<br />

sentido de que se dejaría una decorosa limosna al santito y<br />

el resto se devolvería; el tesorero casi lloraba por el San<br />

Quintín, todos se fueron de la casa de los padres al templo<br />

y abrieron la alcancía, efectivamente se encontraron con<br />

los billetes de banco de fuertes denominaciones dentro de<br />

un sobre arrugado que denotaba se había metido con<br />

trabajo, se le dio su buena limosna al santo; la mayor<br />

parte <strong>del</strong> dinero regresó al Círculo y cuando voltearon a<br />

buscar al tesorero éste ya había puesto pies en polvorosa.<br />

10 DE MAYO<br />

Nuestros padres fueron instrumentos divinos para que nosotros<br />

viniéramos al mundo y los dos merecen que siempre les<br />

rindamos homenaje por tantos y tantos beneficios que nos<br />

hicieron, pero el caso es que en una temporada tan solo se<br />

homenajeaba a las madres, estableciendo para tal fin el día<br />

10 de Mayo; por otro lado qué bueno que también se dedica un<br />

día <strong>del</strong> año para rendir pleitesía al padre, aunque cabe<br />

reconocer que quienes lo establecieron lo hicieron con fines<br />

mercantiles. Sea lo que sea primero se festejó a nuestras muy<br />

queridas Madres, será porque nuestras progenitoras con su<br />

ternura, dulzura y cariño así como su austeridad y firmeza,<br />

forjaron nuestro carácter.<br />

Los muchachos de la Prepa, de la época que venimos<br />

rememorando, en compañía de las muchachas de la Normal,<br />

330


organizábamos un festival en nuestro querido Teatro Morelos,<br />

en honor a nuestras Madres.<br />

E1 Instituto de Ciencias Autónomo y la Escuela Normal <strong>del</strong><br />

Estado, fueron en Aguascalientes como dos hermanitos que<br />

crecieron juntos y que se quisieron mucho, así es que en el<br />

festejo a las Madres mucho entusiasmo le poníamos.<br />

A partir <strong>del</strong> dos de mayo los ensayos de los bailables reunían<br />

a los participantes, todos muy contentos le poníamos fibra y<br />

después <strong>del</strong> ensayo surgía la invitación a la nieve o un<br />

refresco a la Excélsior y la amistad se fomentaba y en<br />

ocasiones seguía en noviazgo, así es que empezábamos con<br />

homenaje a la Madre y terminábamos homenajeando a las<br />

mamacitas.<br />

Los bailables presentados por las muchachas de la Normal<br />

fueron serios y muy bonitos y los nuestros en el plan de<br />

chusco, como recuerdo un bailable que fue el Can-Can de Orfeo<br />

en los Infiernos, ejecutado por los muchachos de la Prepa que<br />

se vistieron de coristas y se pusieron blumers, la señorita<br />

profesora Chabelita Jiménez Díaz, de la Normal nos quería<br />

masticar vivos y escupirnos pataleando por nuestro desacato a<br />

las buenas costumbres, pero el caso fue que el dichoso<br />

numerito se ejecutó en medio de las carcajadas de todos los<br />

asistentes.<br />

En otra ocasión representamos el Brindis <strong>del</strong> Bohemio y resulta<br />

que los actores iban en la edad en que la voz cambia y en eso<br />

que uno de ellos dice: y una voz varonil dijo: "las doce<br />

compañeros" y ésto último fue una voz aflautada y todo el<br />

teatro soltó la carcajada.<br />

DÍA DEL MAESTRO<br />

El maestro es propiamente nuestro segundo padre, él nos da<br />

la luz <strong>del</strong> saber y no tiene ningún interés personal que se<br />

traduzca en negocio por medio de la enseñanza, su<br />

satisfacción es encontrarse al transcurso <strong>del</strong> tiempo a los<br />

que fueron sus alumnos, convertidos en hombres de provecho<br />

331


en cualquier actividad y si son jefes de familia, como<br />

padres amorosos y buenos esposos.<br />

Nuestros maestros no únicamente nos enseñaban, sino que<br />

entre clase y clase, mo<strong>del</strong>aban nuestro carácter y nos iban<br />

formando dentro de los principios de la moral y el derecho.<br />

¿Cómo no íbamos a tener gusto en festejarlos con motivo de<br />

su día, que es el quince de mayo? Si los hacíamos renegar<br />

con nuestras diabluras y ellos con sus corazones de oro nos<br />

perdonaban, justo es que hubiera un día en el año en que con<br />

toda sinceridad les dijéramos: ¡Maestro, muchas gracias,<br />

muchos días de estos!<br />

De nuevo el Círculo de Estudiantes se hacía presente en este<br />

festejo, el cual consistía en una velada literario-musical<br />

que sé llevaba al cabo en el aula Doctor Pedro de Alba, en<br />

ésta lucían sus cualidades artísticas nuestros compañeros,<br />

quien de ellos tocaba el piano, otros declamaban y no<br />

faltaban las palabras alusivas al acto pronunciadas por<br />

algún compañero que se metía de machete su discurso y todavía<br />

breves momentos antes se paseaba nerviosamente por los<br />

corredores de la planta alta <strong>del</strong> primer patio dándole la<br />

última pasadita, para que cuando le tocaba su turno,<br />

tristemente lo traicionaban los nervios y se daba sus<br />

equivocadotas que servían para que le hicieran bromas los<br />

demás compañeros.<br />

Después de la velada, seguía lo más sabroso, se les<br />

ofrecía una cena que casi siempre era una tamalada y a<br />

media cena hacía su aparición un conjunto musical de cuerda<br />

para amenizarla, muchas ocasiones fue el Alma Latina con<br />

Nemesio en el violín y Nacho en el chelo y al final el<br />

señor Rector o en su representación uno de nuestros<br />

maestros daba las gracias a la muchachada por las pruebas<br />

de afecto, palabras que las oíamos con gusto y que caían en<br />

nuestros corazones como gotas de oro.<br />

332


Así festejábamos al Maestro, y hoy con sinceridad decimos:<br />

¡Loor a los que fueron nuestros maestros y gloria para los<br />

que ya iniciaron el viaje sin retorno!<br />

23 DE MAYO "DÍA DEL ESTUDIANTE"<br />

Los centros de enseñanza superior para cumplir con su<br />

finalidad deben de en un ámbito de libertad y si no es en<br />

esa forma, tendrían que servir a intereses ajenos al saber y<br />

por lo tanto, no cumplirían con su misión de formar<br />

profesionistas que apoyen el progreso de sus pueblos con la<br />

investigación y el asesoramiento. Decir libertad en una<br />

Universidad es decir autonomía, ya que a través de la misma,<br />

la institución rige su vida dándose sus propias normas y<br />

permitiendo externar dentro de la cátedra todas las<br />

corrientes <strong>del</strong> <strong>pensamiento</strong> humano, guardando el absoluto<br />

respeto a la forma de pensar de los estudiantes. No hay que<br />

confundir esta autonomía, con el hecho de que dentro de las<br />

Universidades se pueda perturbar la tranquila comunidad en<br />

que esté enclavada y el Estado no pueda intervenir para<br />

establecer el orden.<br />

La autonomía que gozan las Universidades <strong>del</strong> país<br />

actualmente, tiene como antecedente la que goza el Alma Mater<br />

de la nación, la Universidad Nacional Autónoma de México y<br />

ésta no se obtuvo graciosamente, sino que las generaciones<br />

de estudiantes de 1929 la pelearon ante el gobierno de la<br />

República, al grado que hubo muertos en la plazuela de<br />

Santo Domingo, en la ciudad de México y el gobierno le<br />

concedió la Autonomía a la Universidad el veintitrés de mayo<br />

de mil novecientos veintinueve.<br />

Por lo que respecta a nuestro Instituto de Ciencias se le<br />

concedió su autonomía en relación con el gobierno estatal<br />

el 19 de Noviembre de 1942.<br />

Todo lo anterior es la causa por la que el día Veintitrés de<br />

mayo es "El Día <strong>del</strong> estudiante".<br />

333


No cabe duda que el común denominador de la vida <strong>del</strong><br />

Estudiante es la alegría y ésta no nos abandonaría el<br />

veintitrés de mayo que en nuestro calendario se señalaba como<br />

día de asueto y tempranito a reunirnos en el pórtico de la<br />

Prepa y se formaban dos bandos, unos en el Parían y otros en<br />

la puerta de la escuela con las cascaras de naranja que<br />

conseguíamos en los puestecitos de jugos y refrescos que<br />

entonces había en el Parían, se hacía una batalla campal que<br />

culminaba con un baño de agua entre unos y otros pero eso<br />

sí, respetábamos a los transeúntes pues el pleito de<br />

alegría sólo era entre el gremio; conseguíamos donativos de<br />

dinero, sin exigir, entre los comerciantes y alquilábamos<br />

camiones de carga que nos paseaban encamicetados por los<br />

distintos rumbos de la ciudad, luego a los balnearios de<br />

Ojocaliente o la Cantera y chapuzones en las piscinas con<br />

todo y todo, algunos después hacían paseos campestres o bien<br />

a casita y por la tarde al cine, ya que Don Miguel Jury tenía<br />

la gentileza de ordenar a los cines de la ciudad, (pues fue<br />

gerente de todos) que esa tarde a los estudiantes de la<br />

Prepa no se les cobrara la entrada.<br />

Posteriormente nuestras autoridades estudiantiles nos<br />

agasajaban con una nevada y en el siguiente domingo se<br />

hacía la corrida estudiantil. Nuestra honda tradición<br />

hispánica hacía que la mayor parte <strong>del</strong> estudiantado fuéramos<br />

aficionados a la más bella de las fiestas, las corridas de<br />

toros.<br />

En la época que hablamos, la Fiesta Brava no pasaba por la<br />

crisis de hoy, pues había muchas ganaderías y afición y los<br />

dueños de ellos con facilidad nos regalaban la bravura de<br />

cuatro becerros para calmar nuestras ansias en el arte de<br />

Cúchares y de paso recibir sustos, revolcadas y raspones.<br />

E1 ahora ingeniero Jorge López Yáñez, el entrañable Vago y<br />

sus hermanos (q.e.p.d.) Alfredo y el Becerro Guillermo, los<br />

dos fueron médicos, organizaban el festejo y pedían<br />

334


prestado el Coso San Marcos a los señores Madrazo y de paso<br />

algún becerro de La Punta y como estaban conectados con el<br />

medio de los novilleros, conseguían los bártulos necesarios<br />

e invitaban a uno o dos novilleros al festejo para que nos<br />

sacaran de apuros y para dirigir la lidia. Entre los<br />

compañeros formaban las cuadrillas y no podían faltar los<br />

hermanos López Yáñez como matadores; todos se preparaban a<br />

conciencia, en las mañanas a correr para estar en forma y<br />

hacer toreo de salón, en el Coso San Marcos; era cosa de ver<br />

los programas de mano en que se reflejaba el ingenio de los<br />

compañeros pues se mofaban de todos los participantes de las<br />

cuadrillas, como nos gustaría tener uno de ellos, que hoy<br />

lo apreciaríamos como oro puro.<br />

A Jesús mi hermano, lo invitaban a que hiciera la suerte<br />

<strong>del</strong> Tancredo y se excusó diciendo: Y yo tan creído.<br />

La corrida empezaba a las cuatro en punto de la tarde con el<br />

desfile de manolas en automóviles convertibles y luego que ya<br />

ocupaban sus lugares de barrera, hacían el paseíllo los<br />

diestros con sus cuadrillas, el clarín ordenaba saliera el<br />

primero de la tarde y de ahí en a<strong>del</strong>ante, no la entrega<br />

apasionada, sino a pesar de los tragos previos de tequila<br />

para que tuvieran valor, era la graciosa huida con ojos de<br />

molcajete, por el miedo a los becerros, las puyas de nuestros<br />

picadores y banderillas por donde se podía y en resumidas<br />

cuentas, los López Yáñez y novilleros invitados terminaban<br />

con los becerros que se nos figuraban todos unas<br />

catedrales con cuernos. En una ocasión, a Guillermo López<br />

Yáñez lo traía un becerro por la calle de la amargura y Don<br />

Francisco, su papá, que lo observaba desde el tendido y<br />

veía que el hijo no le daba la lidia correcta al becerro,<br />

se exasperó, se bajó al ruedo, le arrebató el capote, citó<br />

de lejos al becerro y le instrumentó una serie de<br />

Verónicas, que fueron coreadas con ¡Ole! por todos, remató<br />

con una larga Cordobesa y le aventó el capote al hijo y le<br />

335


dijo que no fuera tonto, y se retiró a su lugar en medio de<br />

nutrida ovación, no cabe duda, familia de toreros.<br />

Pues bien, así festejábamos "El Día <strong>del</strong> Estudiante", para<br />

nosotros, no hace tanto y si hacemos cuenta de los años,<br />

creo que lo prudente es callar.<br />

CAMPEONATO DE BASQUETBOL<br />

Siendo la Educación Física parte importante en el<br />

desarrollo integral de la persona, en nuestra época de<br />

Prepa, también se nos impartió; si fueron ejercicio<br />

militarizados ahí estaba el capitán Valente Jara<br />

gritándonos e imponiendo disciplina militar a toda su tropa<br />

y nos hacía sentir defensores de la Patria y si la<br />

educación física era para el desarrollo <strong>del</strong> cuerpo pero sin<br />

militarización, entonces nuestro profesor lo fue Don<br />

Edmundo Macías, siendo su mero fuerte las tablas<br />

gimnásticas y las pirámides humanas.<br />

Pero la verdad de las cosas que con nuestra fibra de<br />

juventud, el deporte fuerte lo era fuera de clases pues<br />

había detrás de la Prepa un gran solar con altas paredes<br />

que nos servían de frontón y nos encementaron una parte<br />

que hizo las veces de cancha de basquet; pero hubo otra<br />

parte en que la maleza crecía y cuando íbamos a ésta a<br />

buscar las pelotas que rebotaban <strong>del</strong> frontón parecía que<br />

andábamos en la jungla africana y más en la época de<br />

verano en que la hierba crece con toda su fuerza.<br />

Siendo Gobernador <strong>del</strong> Estado el señor ingeniero Don Jesús<br />

María Rodríguez, tuvo a bien en el solar antes descrito<br />

construir la Cancha <strong>del</strong> Estado y entonces sentíamos que<br />

nos quitaban algo que sentíamos nos pertenecía<br />

legítimamente, y se armó la de Cristo Rey, pues los<br />

albañiles a construir y nosotros a destruir lo construido,<br />

hasta que intervino el ejército y entonces si a cuadrarnos<br />

y doblar las manos, y surgió "La Cancha <strong>del</strong> Estado<br />

336


ingeniero Jesús María Rodríguez", que fue testigo de<br />

brillantes jornadas <strong>del</strong> basquet en nuestra tierra.<br />

Que gran papel hicieron los hermanos Carreón que por amor<br />

al deporte entrenaban a la muchachada en Basquet y de<br />

aquella cantera salieron muy buenos basquetbolistas;<br />

cuanto cariño le ponía el flaco Carreón en preparar en<br />

basquet a nuestras compañeras y Primitivo Carreón a los<br />

hombres, Don Eugenio todavía instruye sabiamente a nuevas<br />

generaciones de la Universidad; muchas gracias hermanos<br />

Carreón, el basquet en Aguascalientes tiene una deuda con<br />

ustedes, de esas que no hay forma de pagarse.<br />

Pues bien, era tanta la afición por el basquet, que<br />

anualmente se hacía un campeonato intramuros, en nuestra<br />

flamante cancha encementada; este campeonato era la<br />

justificación <strong>del</strong> Secretario de Deportes <strong>del</strong> Círculo de<br />

Estudiantes; el día de la inauguración, a medio año, era<br />

la gran fiesta en la Prepa, tratemos de reconstruir<br />

mentalmente dicho jolgorio.<br />

Era tal la afición al basquet que en un mismo grupo había<br />

varios equipos, así que por todos eran más de veinte<br />

grupos que se inscribían en el torneo.<br />

Primero, había que conseguir un patrocinador para que nos<br />

regalara los uniformes y si teníamos suerte de que éste<br />

viera con simpatía nuestra actitud pedigüeña pues sí que<br />

la armábamos, porque hasta "pants" nos regalaba, ahora<br />

bien, si por mala fortuna no encontrábamos padrino pues<br />

era tal la afición que a cuenta de nuestros domingos<br />

solicitábamos a nuestros padres la Compra <strong>del</strong> uniforme, el<br />

caso es que para el día de la inauguración todos lucíamos<br />

bien uniformados. Otro de nuestros problemas de momento<br />

era conseguir madrina para el equipo y que ni qué, a<br />

pedirles a nuestras compañeras de estudio que nos<br />

amadrinaran, las mismas solicitudes recibían amigas de<br />

la Normal, así es que el día de la inauguración todos<br />

337


lucían muy guapos y guapas, los unos bien uniformados y<br />

las otras muy emperifolladas y además con su ramo de<br />

gladiolas que les obsequiábamos.<br />

Las invitaciones al acto inicial <strong>del</strong> torneo era a las<br />

autoridades de Educación Física <strong>del</strong> Estado, de nuestra<br />

escuela, de la Normal y en forma genérica a las muchachas<br />

de la Normal.<br />

Llegaba el día tan esperado, por la tarde había<br />

suspensión de clases, previamente se instalaban tribunas<br />

de madera y ahí la grey estudiantil, todo aquello parecía<br />

una colmena, de pláticas, gritos y expresiones chuscas y<br />

como estábamos acalorados pues más alboroto se armaba, en<br />

medio de él, llegaban en grupo las normalistas y los<br />

gritos de ¡Hurra! aplausos y silbiditos de admiración y<br />

más de algún corazón palpitaba aceleradamente al ver a la<br />

princesa de sus sueños, ellas ocupaban su lugar que se<br />

les había reservado y ya con ellas nos sentíamos la grey<br />

completa, entonces a correr por los mariachis, tal vez por<br />

lo alegre de su música se identificaban con nosotros o<br />

bien tal vez por su módico precio; me acuerdo que tuvimos<br />

un pintoresco compañero procedente de la región de los<br />

Cañones, si mal no recuerdo era de Jalpa y se llamaba<br />

Salomón Valero, al cual he perdido de vista y su peor<br />

coraje era que le dijéramos Salomón Valero y Capirucho,<br />

Marqués <strong>del</strong> Trompo y Conde de la Canica y de seguro era<br />

el pleito, pues bien a Salomón lo montábamos en puerca<br />

pinta y lo hacíamos que acompañado <strong>del</strong> mariachi les fuera<br />

a cantar a las normalistas y éste no se hacía <strong>del</strong> rogar y<br />

luego todos como si fuera un himno, cantábamos el Corrido<br />

<strong>del</strong> Estudiante "y si sabías que era estudiante, que no<br />

salía <strong>del</strong> billar, si sabes todos mis vicios, qué te ganas<br />

con llorar... etc., etc.<br />

Hacía su aparición el señor Rector y guardábamos<br />

compostura, entonces la Banda Municipal, que nos era<br />

338


facilitada y que dirigía nuestro muy querido maestro Don<br />

Ricardo García, "La Corchea", tocaba una marcha y empezaba<br />

el desfile de equipos y las porras no se hacían esperar en<br />

apoyo a los mismos, los equipos acompañados de sus<br />

madrinas, todos procedentes <strong>del</strong> segundo patio que era<br />

donde se organizaban, cuando todos desfilaban y ocupaban<br />

sus lugares, el señor Rector los protestaba para que<br />

jugaran con lealtad, se desbarataba el cuadro y sobre el<br />

encementado quedaban los dos equipos contendientes<br />

encargados <strong>del</strong> juego inicial y también el señor Rector<br />

daba el primer saque y el torneo iniciaba su desarrollo;<br />

ese día se jugaban dos partidos y el último terminaba con<br />

las primeras sombras de la noche y con dificultad por<br />

falta de alumbrado.<br />

Algunas fotografías de los equipos llegaron a adornar las<br />

oficinas <strong>del</strong> Círculo, como las recuerdo.<br />

Mencionaré algunos nombres de compañeros que practicaron<br />

brillantemente el básquet en a Prepa, haré capirotada de<br />

épocas: Trinidad y Tomás Mercado, los dos Barberena, el<br />

Vago y hermanos, Ángel y Rubén Talamantes, Zamora (q e p<br />

d ) a quien ví encestar de media cancha, los Camarones<br />

Durón, el Chinchol Lamas (q e p d ) Héctor Valdivia<br />

Carreón. El Papión, Villanoweth, Juan Francisco Chávez,<br />

Tito Guerra, Alfredo Hinojos, Zurdo Dueñas, El Mato y<br />

tantos y tantos que hubo, nos falla la memoria, como ven<br />

ni son todos los que están, ni están todos los que son.<br />

“Gloriosa Prepa "Los tambores <strong>del</strong> cura de Villalpando<br />

iban sonando pum...!”.<br />

NUESTROS APODOS.<br />

Por apodo nos dice el diccionario que se debe de entender<br />

sobrenombre de una persona.<br />

Esos sobre nombres nuestros, nacieron por situaciones<br />

chuscas o bien porque la morfología de algún compañero nos<br />

recordaba algún otro ser u objeto y una vez que se le<br />

339


imponía el mote, gustable o no, era la forma cariñosa con<br />

que la comunidad estudiantil lo llamaba, al grado que su<br />

verdadero nombre se perdía y quedaba sólo el apodo; al<br />

respecto recuerdo como una mamá de uno de nuestros<br />

compañeros se acercó a la puerta de la Prepa inquiriendo<br />

por su hijo Manuel y nadie le daba la razón, porque no lo<br />

conocían y un conbarríano de Manuel dijo: Cómo no, si por<br />

ahí anda "El Chato" y entonces sí, en fracciones de<br />

minuto apareció Manuel.<br />

Cuando ingresé a la Prepa, un vecino también lo hizo y en<br />

los primeros días no pudo asistir a clase por encontrarse<br />

enfermo y como sus hermanos me informaron que estaba<br />

enfermo de "Meningitis", yo lo defendía para que no le<br />

pusieran falta y cuando lo mencionaban los maestros al<br />

pasar lista me ponía de pie y con todo respeto les decía:<br />

"Profesor, a ese niño no le ponga falta porque está<br />

enfermo de Meningitis", y esta situación se prolongó como<br />

un mes, y cuando apareció entre nosotros el enfermito,<br />

pelón y todo enclenque y al contestar "presente", uno de<br />

los verdolagones maloras que se sentaban atrás <strong>del</strong> grupo<br />

le gritó: ¡Ya llegaste Meningitis! y se le quedó<br />

Meningitis para todos los días de su vida estudiantil y lo<br />

peor es que cultivó amistad con otro compañero que lo<br />

apodábamos "La Perra", así es de que la cosa era grave<br />

porque andaba La Perra con Meningitis.<br />

A los Pescados Villalobos, se les puso así porque al más<br />

grande, le compraron en su casa una chamarrita que le<br />

quedaban las mangas cortas "jolinas" y trataba de<br />

hacerlas crecer jalándolas y Javier Lozano "Susanito" dijo<br />

que ese movimiento era el de las aletas de un pescado y así<br />

nació el apodo en Salvador y por herencia les tocó a Jesús<br />

y a mí, Gabriel.<br />

El espíritu dentro de su inmortalidad hace que queramos<br />

perpetuar nuestro recuerdo y así pasaba con nuestros<br />

340


apodos, ya que antes de retirarnos de nuestra amada Prepa,<br />

con pintura negra y pincel gordo pintarrajeábamos<br />

nuestros apodos en la parte alta de los muros de San<br />

Diego que daban a los patios de la escuela e inclusive<br />

arriesgando la vida algunos compañeros, la hacían de<br />

alpinistas y escribieron sus apodos en la cúpula <strong>del</strong><br />

mismo templo, así algunos lustros se dejaron ver aquellas<br />

letanías de los apodos nuestros, hasta que un buen día,<br />

remozando los muros de lo que hoy es la Universidad,<br />

desaparecieron aquellas listas. Hagamos recuerdo de<br />

algunos apodos. E1 Ratón: Por nariz aguzada y carilarga.<br />

El Búlico: Semejante a las gallinas búlicas chaparritas y<br />

boruquiento.<br />

Los Camarones: Cara aguzada y tez rojiza, fueron toda<br />

una familia.<br />

El Buho: Muy ojón.<br />

La Burra: Por aguantador y tesonero.<br />

Megaterio: Nos recordaba la fauna antediluviana.<br />

Los Pescados: También toda una familia, ya decíamos su<br />

origen de apodo, no se crean que siempre andaban en el<br />

agua. (Bebidas espirituosas).<br />

El Zopi: Parecía zopilote y vendía birria.<br />

La Perra: Por largo y flaco.<br />

Por su constitución física:<br />

El Chaparro.<br />

El Gordo.<br />

El Flaco.<br />

La Tripa.<br />

El Viejo y conste que no lo eran, hubo cuatro: El Viejo<br />

Lamas, El Viejo Revilla, El Viejo Díaz Infante y el Viejo<br />

De la Serna.<br />

El Bigotón.<br />

El Ciego.<br />

El Chino.<br />

341


Por asociación de ideas:<br />

El Apache o Conde: Por su aire de extranjerismo.<br />

Chonino: Originario de Encarnación de Díaz.<br />

Susanito: Nos recordaba el personaje creado por Joaquín<br />

Pardavé.<br />

De Gaulle: Fue nuestro dirigente estudiantil y por su<br />

ascendencia francesa.<br />

El Vago: Por dejar pasar la vida placenteramente, fue<br />

nuestro viejo de la danza.<br />

El Teto: Se llama Ernesto, actualmente comerciante.<br />

El Árabe: Tenía nariz aguileña y nos recordaba a los<br />

habitantes <strong>del</strong> Medio Oriente.<br />

Catalejo: De estatura alta y flaco, como si fuera<br />

instrumento óptico de marino.<br />

La Micra: Por guasa pues en vez de ser chiquito era un<br />

muchachón alto y fornido.<br />

La María y LUCÍ: Era por el nombre de sus novias, que los<br />

traían bien heridos.<br />

Manzanita: Blanco de tez, pómulos redondos y chapeteado,<br />

hoy comerciante.<br />

Los Maraca: Por boruquientos y alegres, fueron dos.<br />

El Checo: Lógico, se llama Sergio. El Yuca: Por cabezón<br />

pues parece yucateco.<br />

Tachi: Su apellido Tachiquín.<br />

Pilo: No sé el origen de este apodo, pero quien lo ostenta<br />

es todo un figurón entre nosotros.<br />

El Borracho: Por decirle, porque no lo es, tal vez por<br />

muchachada en alguna fiesterita se las colocó y le quedó<br />

el apodo.<br />

El Indio Felipe: Se creía descendiente de Aztecas.<br />

De otros que me acuerdo: El Colega, Velman, El Jater,<br />

etc.<br />

No podían faltar los "Locos", me acuerdo de tres, mismos<br />

que son geniales ya que son magníficos profesionistas, dos<br />

342


abogados y un médico: Horacio Westrup, Rubén Talamantes y<br />

Héctor Treviño.<br />

Los Jaibos: Fueron dos, originarios de Tampico.<br />

El Paricutín: Gordo, alto, llegó a la Prepa al mismo tiempo<br />

que hizo erupción el volcán.<br />

Pericles: A este compañero le llamamos así por apellidarse<br />

Pérez, gustarle la oratoria, la política y el saber.<br />

Chinchol: Tal vez porque en nuestra época fue una palabra<br />

que nos llamó la atención por ser de los primeros<br />

insecticidas, pero quien ostentó este apodo fue un señor<br />

Doctor que merece lugar aparte por ser el que nos coordinó<br />

a todos en nuestras comidas abrileñas, en paz descanse,<br />

siempre en nuestro recuerdo.<br />

Tacho: No fue Antastasio, se llama Guadalupe, el apodo<br />

por ser afecto a los tostachos.<br />

Imposible que sean todos los apodos, digamos es un<br />

muestreo, pero qué felicidad nos dieron y cuando los<br />

mencionamos, nos da un vuelco el corazón al acordarnos con<br />

ellos de la vida estudiantil.<br />

PEREGRINACIÓN AL TEMPLO DE GUADALUPE<br />

Ya cuando pasaban las vacaciones de septiembre, veíamos que<br />

el sol se inclinaba hacia el sur y en el mercado había<br />

guayabas, sentíamos nuestro estómago como cazuela de fonda<br />

y la cosa no era para menos, pues todo ese cuadrito de<br />

síntomas era señal que los exámenes estaban en puerta y a<br />

estudiar intensamente pues en poco tiempo queríamos<br />

aprender lo que en un año lectivo debíamos de saber; así<br />

las cosas, casi casi era el grito de: ¡A ver de cual<br />

cuero salen más correas!.<br />

Dicen que ante las grandes angustias es cuando el hombre<br />

voltea hacia Dios y nacen las religiones, en el caso de<br />

nosotros, cada quien dentro de nuestro credo, como<br />

cualquier muchacho de provincia practicábamos la<br />

religión, pero ante la inminente <strong>presencia</strong> de los exámenes<br />

343


efinaba nuestra religiosidad y los que somos <strong>del</strong> credo<br />

Católico decíamos: ¡Ayúdame, Madre mía de Guadalupe, que<br />

ahí viene la temblorina de los exámenes!<br />

El omnipresente Vago se encargaba, de acuerdo con los<br />

sacerdotes de Guadalupe (Señor Cura Tiscareño), de<br />

organizar la peregrinación, porque había que ir a<br />

implorar a la Virgencita que nos quitara lo burro y que en<br />

los exámenes sorprendiéramos a los maestros medio<br />

dormidos, para tener de calificación un decoroso ocho o un<br />

glorioso seis, para no quedarnos a repetir las materias<br />

sujetas a examen.<br />

Una tarde de octubre se hacía la peregrinación a<br />

Guadalupe, se conseguía en la Coca Cola, con Don Heliodoro<br />

Martínez, una camioneta con sonido, todos los que íbamos<br />

nos proveíamos de nuestra vela, se iniciaba la marcha y por<br />

medio <strong>del</strong> sonido de la camioneta se organizaban los rezos y<br />

cánticos y ahí vamos, con las velas prendidas, cantando,<br />

¡Oh María, Madre mía, o consuelo <strong>del</strong> mortal etc., etc.! y<br />

Santa María Madre de Dios, bla, bla, bla; daba gusto ver<br />

la cara de aquellos compañeros, tan traviesos y ahora con<br />

cara de santo pediche.<br />

Nos íbamos por la calle de Rivero y Gutiérrez, luego por<br />

Victoria, a dar vuelta por Guadalupe hasta el templo y ahí<br />

nos esperaba en la puerta al señor Cura, entrábamos en<br />

orden; monaguillos y sacristanes recogían la cera y luego<br />

el rezo dirigido por el señor Cura y un fervorín que hacía<br />

tamblar nuestro ser por la emoción de las palabras, pero<br />

nos decían que no esperáramos milagros, que a Dios rogando<br />

y con el mazo dando, que para pasar año necesitábamos<br />

estudiar mucho y que siempre lo hiciéramos no nada más en<br />

épocas de exámenes, que nuestra Patria necesitaba gente<br />

preparada y que nosotros estábamos llamados a ocupar los<br />

puestos directivos de nuestra sociedad y que no había más<br />

que darle al estudio.<br />

344


Algunos compañeros dentro de su religiosidad prometían,<br />

si pasaban año, ir a pie a San Juan de los Lagos.<br />

Como se ve, el miedo es el miedo y no anda en burro.<br />

Cuando ya salíamos reconfortados espiritualmente <strong>del</strong><br />

templo, se dejaba venir lo bueno.<br />

Fuera <strong>del</strong> templo había juegos mecánicos y aquella plaga<br />

de Egipto que formábamos los asaltábamos, primero nos<br />

fuimos a un volantín y unos se pegaban a la varilla y a<br />

darle, pues no tenía motor, su música estridente de<br />

discos toque y toque El Pescado Nadador, luego la<br />

cambiaron por un paso doble y redujeron el volumen y el<br />

Vago, micrófono en mano, narraba la corrida de toros,<br />

que en su imaginación la veía por medio de su elocuencia<br />

nos hacía verla y en los momentos cumbre de la narración<br />

taurina coreábamos con ¡Ole! y estábamos en lo más<br />

emocionante, cuando el mástil <strong>del</strong> volantín, por nuestro<br />

peso, tronó y se rompió y el único comentario fue:<br />

Vámonos a la silla voladora y ahí vamos corriendo.<br />

También por asalto se tomó este juego, aunque hubo la<br />

cosa de que por la individualidad de las sillas no hubo<br />

riesgo de que se quebrara, pero el desquite de su<br />

propietario fue darle fuerte impulso y sí que volaban<br />

las sillas, me acuerdo que los compañeros que usaban<br />

lentes, con sus manos asidas de las cadenas oprimían<br />

sus lentes contra su cráneo para que no se les cayeran y<br />

rompieran los cristales y todos los que iban en las<br />

sillas cerraban los ojos para no marearse, cuando se<br />

terminó la vuelta, bajaron haciendo el borrachito y yo<br />

creo que quedaron curados para todos los días de su vida<br />

de que no debían tomar por asalto una silla voladora.<br />

En esta época se instalaba junto a los juegos mecánicos<br />

una carpa con fantoches que se le conocía como la de los<br />

345


Falfurrias, pues bien, de la silla voladora nos fuimos a<br />

la carpa también por asalto para ver una función, cuando<br />

entramos, los fantoches estaban bailando una pieza que<br />

decía: "Pobrecito guajolote, la vecina de Don Chucho,<br />

dice que lo quiere mucho porque es muy vacilador..." y<br />

luego se nos quedaron viendo los fantoches con ojos de<br />

ruedas de molino y al pensar que era Atila con sus<br />

bárbaros, por su equipo de sonido a todo volumen decían:<br />

"Señores policías, señores policias, una turba de<br />

muchachos entraron sin pagar a la carpa de los<br />

Falfurrias, se les solicita auxilio", no lo hubieran<br />

dicho pues fue corredero por todas partes y desbanda<br />

general y cada quien a su casa.<br />

Al día siguiente en los patios de la Prepa, fueron los<br />

comentarios de los incidentes de la Peregrinación y supe<br />

que uno de los compañeros en la desbandada fue perseguido<br />

por un Cuico y que el compañero, saltando entre cazuelas<br />

de comida y comales de fritangas, fue a dar hasta la pila<br />

central <strong>del</strong> jardín y ahí azuzaba al policía como si fuera<br />

animal bravo para que se le dejara ir, corría alrededor de<br />

la pila el policía y lo mismo hacía el estudiante, hasta<br />

que el señor policía con su silbato pedía auxilio a otro de<br />

su gremio, como en efecto acudió y entonces el compañero<br />

estudiante, en plena juventud, se dijo: "Piernas para que<br />

os quiero" y salió destapado como tapón de champaña por la<br />

calle de Valentín Gómez Farías, los policías lo siguieron,<br />

les llevaba el estudiante buena <strong>del</strong>antera a la altura <strong>del</strong><br />

jardín de Cholula y llegó hasta el panteón y aprovechó el<br />

mismo con las sombras de la noche escondiéndose y los<br />

policías, por lo obscuro y lo lúgubre <strong>del</strong> lugar no lo<br />

encontraron, así se salvó nuestro compañero.<br />

¡Qué devotos éramos de la Virgen de Guadalupe! ¿Verdad?<br />

"EL PARÍAN"<br />

346


En la época en que transcurrió nuestra vida en la Prepa,<br />

Aguascalientes tendría unos ciento veinte mil habitantes,<br />

con mayor razón todo era tranquilidad, nos conocíamos<br />

unos a otros y casi, casi éramos una familia grande.<br />

El Parían tenía mucha importancia en el Aguascalientes de<br />

los años de Preparatoria, además de ser centro comercial,<br />

podemos decir que era el centro social de nuestro pueblo<br />

ya que todos acudíamos ahí y más en las últimas horas de<br />

la tarde y las primeras de la noche en que las muchachas<br />

en edad de merecer iban simplemente a la vuelta, misma<br />

que los jueves se hacía más agradable con la <strong>presencia</strong><br />

de la Banda Municipal bajo la dirección <strong>del</strong> muy querido<br />

maestro y gran músico Don Ricardo García Mendoza quienes<br />

por un par de horas amenizaban el paseo.<br />

Para nosotros estudiantes Preparatorianos el Parían<br />

formaba parte de nuestra vida diana, a toda hora <strong>del</strong> día<br />

deambulábamos bajo sus cuatro portales, si no recordemos,<br />

a las siete de la mañana, córrele y córrele para llegar a<br />

las clases de Educación Física, luego a media mañana de<br />

retorno a nuestras casas, a las tres de la tarde para<br />

iniciar la jornada vespertina, por cierto que a esa hora<br />

como le gustaba dar clases al maestro Cóbar Lazo a Lucita<br />

de la Torre y en fin otros maestros que querían ganarle<br />

tiempo al tiempo para aprovechar el resto de la tarde y<br />

por último a las siete de la tarde era la última pasada<br />

por el Parían, aunque algunos compañeros se quedaban<br />

frente a la Prepa para ver pasar a las muchachas, flores<br />

de nuestro jardín provinciano (como les dijeran las<br />

revistas de antes). Entonces algunos compañeros gastaban<br />

sus veinte Centavos para que el Chiquilín les boleara su<br />

calzado y en ese momento sentirse que se encontraba uno en<br />

su mero palco viendo pasar tanta hermosura.<br />

347


Por lo que respecta al resto <strong>del</strong> día y entre clase y clase<br />

nos salíamos frente a la Prepa, en el Parían, para estar<br />

comiendo prójimo y divertirnos unos con otros, mientras<br />

llegaban nuestros sabios catedráticos.<br />

Formando parte el Parían de nuestra vida estudiantil<br />

recordemos algunos negocios de él y sus proximidades:<br />

En la zona sureste ya estaba La Carpeta, de Don Gerónimo<br />

Castañeda que nos surtía de papelería y libros, frente a<br />

ella, rumbo Poniente, Avenida Juárez de por medio se<br />

encontraban los almacenes de ropa "La Primavera" de Don<br />

Honorato Imbert, nos llamaba la atención sus sistemas de<br />

góndolas que llevaban la mercancía hasta el departamento de<br />

Caja, con Chepa la cajera, para el cobro <strong>del</strong> precio de la<br />

misma y retornarla envuelta al mostrador donde esperaba el<br />

cliente; contra esquina de La Carpeta se encontraba la<br />

Farmacia y Droguería "La Nacional" propiedad de Don Sabás<br />

Macías, farmacia que fue toda una institución; dentro <strong>del</strong><br />

Parían de los establecimientos que recuerdo estaban "El<br />

Palacio de Cristal" de Don Pedro Shaadi; era una mercería<br />

y vendían juguetes de procedencia japonesa, más a<strong>del</strong>ante<br />

por el Portal de la Avenida Juárez, se encontraba una<br />

sucursal de la Zapatería Excélsior, luego frente a San<br />

Diego el Repertorio Arvizu, ahí vendían artículos<br />

deportivos y todo lo relacionado con el arte de la música;<br />

la fábrica de pantalones <strong>del</strong> señor Valadez que se llamaba<br />

"El Panuco"; la nevería Excélsior que hacía las <strong>del</strong>icias<br />

de la grey estudiantil.<br />

Por la calle de Morelos, frente al Parían la tienda de<br />

abarrotes "La Nueva Oriental" de los Chinitos Lee y las<br />

"Fábrica de Francia" de don Emilio Berlié y Enrique<br />

Castaingts, dentro <strong>del</strong> Parían en el portal de la calle<br />

Morelos ya estaba la fotografía "Luna", luego la joyería<br />

"El Diamante" de Don José Zermeño, por cierto que fue el<br />

348


testimonio vivo de la Revolución de 1910, en nuestros años<br />

mozos, en virtud de que fue él de los famosos Dorados de<br />

Villa y su vida giraba aún en torno a las vivencias que<br />

tuvo en la Revolución, pues él vestía a la usanza de Los<br />

Dorados, los aparadores de su negocio los tenía adornados<br />

con recortes de periódicos con fotografías de las escenas<br />

de la Revolución y por si fuera poco era maestro de Banda<br />

de Guerra y en su reducido local hacían escoleta y cuando<br />

pasaba uno por ahí en esos momentos, era un ruidazo de<br />

todos los diablos producidos por tambores y cornetas; en<br />

la esquina <strong>del</strong> portal de Allende y Morelos, estaba la<br />

zapatería "Excélsior" y se caracterizaba porque entre su<br />

mercancía exhibían piezas de caza disecados por ahí<br />

recuerdo un jaguar; en el portal Allende se encontraba la<br />

ferretería "El Águila" siendo su último propietario un<br />

señor de apellidos De Luna y también la relojería <strong>del</strong><br />

señor Him, que se anunciaba con un gran reloj de madera a<br />

la entrada; en cuanto a las tiendas de frente al portal de<br />

Allende se encontraba "El Volador" de Don Fermín García,<br />

probablemente la última "rebocería" que hubo en ese<br />

centro comercial.<br />

El centro <strong>del</strong> Parían fue en nuestros tiempos una cancha de<br />

basket que se entraba por un corredor que daba frente a<br />

la Prepa.<br />

En cada columna de los arcos <strong>del</strong> Parían había un<br />

puestecito en que vendían periódicos y revistas, así como<br />

dulces y otros refrescos, en uno de estos puestos cerca de<br />

La Carpeta estaban Salvador y Everardo Herrera, que se<br />

hicieron notorios por sus pollas de jugo de naranja y<br />

huevos, así como los ricos Chocomilks; en otro de estos<br />

puestos pero en el lado poniente tenía su negocito Don<br />

Heriberto Martínez, que pacientemente soportaba le<br />

encargáramos nuestras tablas de Dibujo Constructivo que<br />

349


nos servían en la cátedra <strong>del</strong> Profesor Carlos Corral y por<br />

último recordaré un puestecito de refrescos que estaba en<br />

el portal de enfrente a la Prepa propiedad <strong>del</strong> señor<br />

Pérez Maldonado que nos <strong>del</strong>eitaba con sus cremas,<br />

antecedentes de las malteadas, creo que se llamaba el<br />

negocio "Cremas Herdy" o algo así por el estilo.<br />

Se han mencionado algunos comercios <strong>del</strong> Parían y sus<br />

alrededores, faltan de recordar muchos, pero lo anterior<br />

escrito puede ser la base para aumentar una alcancía de<br />

recuerdos.<br />

Pues bien el Parían, San Diego, la Prepa y la escuela<br />

Melquíades Moreno, edificio que circundaba el Jardín <strong>del</strong><br />

Estudiante fueron el maravilloso teatro en que se<br />

desarrolló nuestra vida estudiantil, todo esto presidido<br />

por la adusta figura de la cúpula de San Diego, que<br />

hiciera Don Francisco Tres Guerras, genial arquitecto de<br />

la época colonial; para muchos profesionistas de hoy día<br />

ésto que acabo de describir es nuestro Sanctus Santorum.<br />

"EL VAGO"<br />

Hemos platicado de nuestra vida en la gloriosa Prepa, de<br />

hace algunos lustros, nos solazamos al recordar, las<br />

novatadas, los eventos deportivos y culturales, la<br />

peregrinación al templo de Guadalupe y sus incidentes.<br />

Todas las estampas narradas tienen un común denominador,<br />

un joven alegre de aquellos años, sano en cuerpo y alma,<br />

su espíritu diáfano como nuestros cielos, de fácil palabra<br />

y de gran magnetismo dentro la muchachada, pues todos lo<br />

secundábamos en sus planes, por la nobleza de los<br />

mismos, este joven indispensable, con carisma y que fue<br />

pivote de la vida estudiantil y es "EL VAGO".<br />

Hablemos <strong>del</strong> Vago; su nombre: Jorge López Yáñez; su<br />

origen: Zacatecas; la tierra de su afecto y cariño:<br />

350


Aguascalientes; su padre: el ingeniero Don Francisco<br />

Lamadrid; su madre, no la conocimos, pues fue huérfano<br />

desde muy chico, ha de haber sido una virtuosa mujer<br />

porque de buen árbol siempre hay buenos frutos; sus<br />

hermanos Alfredo, Guillermo, Beatriz, María Soledad y<br />

Alicia, ésta y el Vago son los que sobreviven, pues todos<br />

los demás de seguro gozan de la <strong>presencia</strong> <strong>del</strong> Señor y hay<br />

que hacer notar que Beatricita la cual fue religiosa se<br />

encuentra en proceso de canonización, es decir candidata<br />

a santa. En aquellos años El Vago vivió en el barrio más<br />

barrio de Aguascalientes; ¡Triana! ya que su casa estaba<br />

en la calle de José María Chávez, muy amigo de los<br />

“Pescaditos” Villalobos, los Reyes, hijos de don Pedro el<br />

sastre, de su primo "El Paricutín" o “Pepino” y <strong>del</strong> Chato<br />

sastre, y por si fuera poco trabajaba con su papá en la<br />

Junta Local de Caminos que estaba en lo que fue la casa<br />

cural de la Parroquia de "El Señor <strong>del</strong> Encino" (hoy museo<br />

J. Guadalupe Posada) así que sus ligas con el castizo<br />

barrio fueron grandes, posteriormente se cambió a la calle<br />

de Hospitalidad.<br />

Todo mundo en la Prepa estimábamos a Jorge, él era el que<br />

organizaba las novatadas; veía porque nuestras campañas de<br />

reinas fueran alegres, pugnaba porque las fiestas a las<br />

madres y maestros lucieran, que no faltara nada para las<br />

corridas estudiantiles, que los campeonatos de basquetbol<br />

tuvieran brillantez y es más que veía hasta que<br />

estuviéramos en paz con Dios, organizaba la Asociación de<br />

Estudiantes Católicos, que a Nivel Nacional guiaba el<br />

padre Mayagoitia, originario de La Chona, y naturalmente<br />

nuestras peregrinaciones a Guadalupe, así mismo la hacía<br />

de locutor, y maestro de ceremonias, así es que Jorge era<br />

la chispa que encendía la hoguera de la Prepa.<br />

351


Las aficiones de Jorge, el deporte aunque sea correr, pues<br />

se iba de Hospitalidad a Triana por las calles de Morelos<br />

y Díaz de León corriente a paso veloz ¡Cómo correrías! Y<br />

la fiesta de los toros; inclusive militó en las filas<br />

novilleriles con el sobrenombre de “El Cocherito de<br />

Bilbao” lo que le valió que en una corrida que toreó en<br />

Guadalupe, Zacatecas, lo confundieron con un españolito y<br />

ya le andaba con los hispanófobos que lo traían a mal<br />

traer, sin saber él, pues el mote se lo fletó el<br />

empresario. Jorge, cuando éramos estudiantes<br />

universitarios, en unión <strong>del</strong> Chungo consiguió que el<br />

Doctor Gaona nos permitiera ocupar las gradas de las<br />

barreras de la Plaza México habiendo adquirido boletos<br />

económicos de última fila <strong>del</strong> segundo tendido y nació la<br />

porra de Ingeniería de la México. Muchos emigramos a la<br />

Universidad Nacional en busca de más amplios horizontes<br />

culturales también Jorge se fue, le preguntábamos que qué<br />

carrera llevaba y nos decía: "Ninguna, voy al pasito" o que<br />

en qué año estaba y nos decía: "En el año de 1953", si ese<br />

era; en fin, los pasitos que llevaba Jorge fueron firmes y<br />

su carrera la de Ingeniería Civil, así es que hoy día el<br />

famoso Vago es el señor ingeniero Jorge López Yáñez.<br />

El señor ingeniero Don Jorge López Yáñez, ejerció su<br />

profesión en la ciudad de México y contrajo matrimonio con<br />

Yarmila Okrucky en la ciudad de Nueva York y son los troncos<br />

de una honorable familia; que ni que, Jorge le platicó<br />

mucho a su señora esposa de la vida de Aguascalientes y en<br />

la primera oportunidad que tuvieron su vinieron a vivir a<br />

esta tierra que hoy es la de ellos y de sus hijos, y a todos<br />

ellos los vemos ya como parte nuestra y bien se que ellos<br />

aman a Aguascalientes, que felicidad que de nuevo están en<br />

casa y que la señora de Jorge sea una hidrocálida más.<br />

352


Pues bien, Jorge, creo que me falta decir que eres<br />

constructor de carreteras y de los buenos, pero quiero<br />

acabar ésto diciéndote, muchas gracias Jorge por haber sido<br />

el viejo de nuestra danza, en la juventud, muchas gracias<br />

que quemaste naves y estás en Aguascalientes de nuevo,<br />

muchas gracias por tantas cosas buenas que nos hiciste vivir<br />

y que:<br />

¡VIVA LA PREPA, SIMÓN!<br />

EXAMENES<br />

La vida <strong>del</strong> estudiante y sobre todo el de la Prepa<br />

transcurre en medio de las bromas y de las ocurrencias de<br />

unos y otros, pero en cuanto llegan los exámenes se hacen<br />

taciturnos y quisieran en unos cuantos días saber todo lo<br />

que los libros enseñan; ésto pasaba con el estudiante<br />

común y corriente, pero cabe hacer mención de que tuvimos<br />

compañeros muy estudiosos o sea macheteros y en cuanto a<br />

nuestras compañeras eran toda dedicación al estudio, al<br />

grado que siempre contestaban acertadamente las preguntas<br />

que les hacían los maestros y nos opacaban, pero servían de<br />

acicate para ponernos a estudiar y no dejarnos.<br />

Algunos compañeros preparaban para los exámenes<br />

acordeones, verdaderamente obras maestras <strong>del</strong> ingenio<br />

estudiantil, estos consistían en papelitos doblados, que<br />

daban apariencia de fuelle de acordeón y en ellos resumían<br />

libros enteros y para manejarlos en los exámenes se<br />

necesitaba habilidad y sangre fría, pues se la jugaban<br />

ante el maestro ya que si lo descubría era reprobada<br />

segura, yo llegué a ver un acordeón escrito sobre una goma<br />

que era todo un monumento pues en él resumió el compañero<br />

toda la Conquista de México; otro lugar para escribir<br />

estos resúmenes fueron los lápices, en fin no faltaba donde<br />

escribirlos y en matemáticas nos daba cada salvada las<br />

tablas de Logaritmos que en ellas (era un folleto)<br />

353


escondíamos nuestros acordeones, pero los maestros ya con<br />

mucho colmillo ante tales mañas nos los descubrían.<br />

No cabe duda que nuestros maestros, tan humanos nos veían<br />

como sus hijos y sufrían lo indecible cuando no<br />

respondíamos bien a la hora de los exámenes, recuerdo en<br />

una ocasión en un examen de Historia de México siendo<br />

sinodal nuestro muy querido maestro Don Alejandro Topete<br />

<strong>del</strong> Valle, veía que el examinado sufría al no saber<br />

contestar una pregunta en que la respuesta era "Carlos<br />

Quinto" y Don Alejandro su silla para atrás y extendió<br />

los cinco dedos de su mano sobre su frente y sin anunciar<br />

sonido movió los labios de su boca diciendo Carlos y se<br />

puso la mano como ya se ha dicho y el aturdido muchacho<br />

como vio que Don Alejandro carece de cabello contestó al<br />

maestro que lo examinaba ¡ah, ya sé, Carlos el Calvo! y<br />

todos los que íbamos en el salón inclusive Don Alejandro<br />

soltamos la carcajada y al aturdido muchacho me lo<br />

despacharon a hacer cursos de invierno.<br />

En otra ocasión el señor Químico Farmacobiólogo Don Jesús<br />

Teodoro Martín González examinaba en Física en compañía<br />

<strong>del</strong> maestro Doctor Don José Luis Avila Pardo (materia que<br />

para muchos de nosotros fue e1 Coco) y le preguntó al<br />

alumno sobre los imanes y éste le dijo: mire maestro, los<br />

imanes son unas cosas que al pasar por (cabellos los jalan y<br />

entonces él con el humor fino que siempre lo caracteriza, le<br />

dijo: compañero acabo de descubrir porqué yo no tengo<br />

pelo, tal vez, cuando era pequeño sin que se diera cuenta<br />

mi madre, me pasó por la cabeza un imán y mire me dejo<br />

calvo y todos festinamos el humor <strong>del</strong> Ingeniero Químico.<br />

Una última anécdota de exámenes. Transcurría el mes de<br />

enero que era cuando se regularizaban los compañeros que<br />

habían resultado reprobados en exámenes ordinarios;<br />

examinaban dos maestros muy queridos Profesora Doña<br />

354


Enriqueta González Goitia y Licenciado Don Humberto Brand<br />

Sánchez; tía y sobrino respectivamente pero con un cariño<br />

enorme pues la primera educó al segundo desde chiquito<br />

(ambos q.e.p.d.), la materia era Geografía y los muchachos<br />

que se presentaron dieron muestras de su ignorancia en lo<br />

que les preguntaban, se terminó el examen Queta quería<br />

reprobarlos y Humberto imploró clemencia y le decía: Mira<br />

Queta, considéralos pobres muchachos, acaban de pasar<br />

Posaditas, Navidad, Año Nuevo y Santos Reyes, como<br />

quieres que sepan si no tuvieron tiempo de estudiar, no<br />

seas malita de menos ponles a todos seis de calificación y<br />

Queta que fue un alma de Dios y Humberto con tan<br />

contundentes argumentos hizo que los calificara con seis.<br />

Cuando abandonaban el salón estos dos queridísimos<br />

maestros, acudieron a ellos los muchachos que habían<br />

examinado y preguntaron ¿Qué me saqué, maestra? y Queta<br />

con tono doctoral les dijo: todos tienen seis y agradezcan<br />

al Santo patrono <strong>del</strong> día de hoy que aprobaron, y los<br />

muchachos inquirieron, ¿Cuál es el Santo patrono <strong>del</strong> día<br />

de hoy? y Queta les dijo: San Antonio Abad, patrono de<br />

los animales. ¡AH!, QUE ANIMALES TAN SIMPÁTICOS.<br />

EL PERSONAL ADMINISTRATIVO.<br />

Cuando nosotros estuvimos en la Prepa, se podía comparar<br />

con un colegio grande, yo creo que la población<br />

estudiantil no rebasaba los trescientos alumnos por lo<br />

tanto no había ni necesitaba de esa gran máquina<br />

administrativa con que cuenta nuestra actual Universidad;<br />

en aquellas épocas que coincida con el romanticismo de<br />

nuestra vida, todo el equipo administrativo lo integraban<br />

el señor Rector, su Secretario, el Tesorero y dos<br />

taquimecanógrafas.<br />

Fueron nuestros Rectores el señor Doctor Don Rafael Macías<br />

Peña, a quien le correspondió organizar los festejos de<br />

355


las Bodas de Diamante de la institución, o sea los setenta<br />

y cinco años de existencia. Entregó la Rectoría el Dr.<br />

Macías Peña al Sr. Ingeniero Herrera Marmolejo quien<br />

renunció debido a una huelga estudiantil y por razones de<br />

trabajo, supliéndolo el Doctor Salvador Ramírez Martín <strong>del</strong><br />

Campo, terminando este período y luego hubo un problema en<br />

nuestro Instituto en la renovación de Rector, dividiéndose<br />

la institución en dos partes una en San Diego y otra en<br />

Bellas Artes por lo tanto hubo duplicado de rectores,<br />

siendo el Doctor Aguilera de Anda por los compañeros que<br />

se quedaron en San Diego y el ingeniero Vargas Tapia por<br />

los que se fueron a Bellas Artes.<br />

Por lo que respecta a los Secretarios de la Prepa en la<br />

época en que nos tocó vivir en ella hubo dos que se<br />

singularizaron por su estampa, Don Ricardo Rodríguez Romo<br />

y el señor Doctor Don Manuel I. Rodríguez, que sepa, entre<br />

si no fueron parientes; los secretarios se desempeñaron<br />

como autoridades estudiantiles inmediatas ya que ellos se<br />

entendían con el populacho estudiantil, lo que sirvió para<br />

que les profesáramos afecto.<br />

Don Ricardo Rodríguez Romo "Don Richard" fue el que nos<br />

daba la bienvenida ya que con él se hacían los trámites<br />

para ingresar a la Prepa; fue una persona de regular<br />

estatura, de edad madura, tez blanca, cara ancha, pelo<br />

ondulado, de hablar gangoso, nariz respingada y de pulcro<br />

vestir y además de ser Secretario nos impartía las clases<br />

de Dibujo imitación y Encuadernación, ésto último lo traía<br />

en la sangre ya que su familia fue dueña de la Imprenta y<br />

Encuadernación Rodríguez Romo; Don Richard fue un hombre<br />

que se dio a querer entre el estudiantado pues lo<br />

recordamos con afecto, su <strong>presencia</strong> la sentimos antes de<br />

verlo por la costumbre que tenía de fumar puro, así es que<br />

356


el oler en la Prepa ese tipo de tabaco era darnos cuenta<br />

que por ahí andaba Don Ricardo Rodríguez Romo.<br />

El otro Secretario, el señor Doctor Don Manuel I.<br />

Rodríguez, cuando fue Secretario <strong>del</strong> Instituto, era de<br />

edad avanzada, bajo de estatura, de tez morena, cara<br />

redonda y se le dificultaba oir por lo que se auxiliaba<br />

con un aparatito auditivo, su sordera lo hacía taciturno<br />

ya que no era comunicativo con nosotros, le recordamos con<br />

estimación y respeto, fue un hombre honrado y cabal,<br />

habiendo dado muestras de esto en los conflictos que le<br />

tocó vivir en la Prepa, custodiando con celo documentación<br />

que se le confío y con firmeza de principios en sus ideales,<br />

pues él militó donde él creyó había la razón, nos impartió<br />

clases de Francés.<br />

Ahora, toca su turno que hablemos de quien fue el<br />

Tesorero de la Prepa en todos los años que nos tocó vivir<br />

en ella; se trata <strong>del</strong> señor Ingeniero Químico Don Efraín<br />

Cobar Lazo; creo que él fue mexicano por naturalización<br />

pues su lugar de origen fue la población de "La Antigua"<br />

en Guatemala, o sea la primera capital de nuestra vecina<br />

nación, el maestro Cobar siempre con orgullo se ostentó<br />

como guatemalteco, pero la mayor parte de su vida la vivió<br />

en nuestra Patria y en Aguascalientes; fue bajo de<br />

estatura de tez blanca, cuando lo conocimos se veía<br />

persona entrada en años, pero probablemente este aspecto<br />

se lo daban sus canas que se arreglaba, pues parecían<br />

metálicas, su cara fue ancha lo mismo sus narices, ojos<br />

cafés y cuando deambulaba por los corredores de la escuela<br />

era muy de él poner sus manos en su espalda, como si fuera<br />

marinero. E1 maestro Cobar tenía una oficinita al otro<br />

lado de la escalera <strong>del</strong> primer patio la cual tenía su<br />

ventanilla por donde nos atendía y nos entregaba los<br />

comprobantes de pago de colegiaturas, derechos a exámenes,<br />

357


etc., posteriormente despachó junto a la oficina <strong>del</strong><br />

Rector y Secretario.<br />

El maestro Don Efraín Cobar Lazo, impartió cátedras de<br />

Química Orgánica e Inorgánica, fue todo un caballero en<br />

su trato con todas las personas.<br />

En muchos años prestó sus servicios a la Secretaria de<br />

Salubridad y Asistencia, atendiendo el laboratorio que<br />

tenía en esta ciudad, laboratorio al cual nos invitó<br />

varias veces, pues la pobreza de nuestra Prepa hacía que<br />

no tuviéramos buenos laboratorios y el maestro Cobar suplía<br />

en esa forma las deficiencias. Otra de sus actividades a lo<br />

que le puso mucho cariño fue al Leonismo, perteneciendo al<br />

Club que tiene su casino junto al Jardín de San Marcos,<br />

donde también se le recuerda con cariño pues en su época<br />

fue uno de los grandes pilares de éste donde se le conocía<br />

como "Cobarín".<br />

El maestro Cobar contrajo en dos ocasiones matrimonio,<br />

siendo su segunda esposa Doña María Luisa Pasillas, ahora<br />

Viuda de Cobar con quien educó dos hijos.<br />

Siempre nos acordaremos <strong>del</strong> maestro Cobar como un hombre<br />

caballeroso, buen esposo, padre y magnífico maestro.<br />

No creas Carmelita que tú y María Elena se me han<br />

olvidado, si bien que las tengo presentes.<br />

En estos relatos no podían faltar las señoritas María <strong>del</strong><br />

Carmen y María Elena, ambas de apellidos García Pizaña ya<br />

que eran hermanas, la primera morena y la segunda blanca y<br />

remataba con pelo güero que se pintaba, originarias de<br />

Durango, ya María Elena en paz descanse y Carmelita vive lo<br />

que es un gusto grande verla de vez en cuando.<br />

Las hermanas García Pizaña eran las taquimecanógrafas y<br />

nuestro enlace directo con las autoridades pues para<br />

cualquier cosa acudíamos a ellas y servían de mediadoras,<br />

358


así es que ya se han de imaginar que conocían todo el teje<br />

y maneje de la Prepa y con espíritu de cuerpo gozaban y<br />

sufrían con todos nosotros por lo que también formaron<br />

parte de nuestra vida estudiantil, siendo Carmelita la más<br />

conocedora <strong>del</strong> medio y gran auxiliar de nuestros señores<br />

Rectores.<br />

¡Con que cariño recordamos a todos los que contribuyeron<br />

para que la Prepa fuera nuestra cuna cultural!<br />

NUESTROS AMIGOS LOS MOZOS<br />

Cometeríamos un acto de injusticia al reproducir estampas<br />

de nuestra vida estudiantil preparatoriana, si no<br />

hiciéramos mención a esos hombres que formaron parte <strong>del</strong><br />

todo y que sin ellos algo faltaría; hablamos de los mozos,<br />

de los que sin tener cultura sólo entregaron su fuerza<br />

física y su corazón, así de grande, a la institución y a<br />

la muchachada. Ellos llegaron a sentir la Prepa como<br />

parte de su vida y duraron en hasta el final.<br />

Tres mozos formaban el personal de aseo <strong>del</strong> edificio y en<br />

el transcurso <strong>del</strong> día la hacían de mensajeros; ellos fueron<br />

Ruperto, Feliciano y Pancho, los dos primeros de avanzada<br />

edad y el tercero en plenitud de la vida.<br />

Ruperto y Feliciano fueron antiguos sirvientes de<br />

haciendas porfirianas y como tales guardaban absoluto<br />

respeto a quien representaba al patrón, que en este caso<br />

se trataba <strong>del</strong> señor Rector y los maestros, los dos<br />

conserjes usaban pantalón de mezclilla de pechera,<br />

paliacate rojo y sombrero de palma de ala ancha y en<br />

alguna ocasión llegamos a verlos con huarache.<br />

Don Ruperto era bajo de estatura, tez trigueña, ojos<br />

verdes, nariz aguileña y usaba un descomunal bigote tipo<br />

charro, no así Feliciano que era enjuto de carnes, alto y<br />

359


le faltaban dientes, es decir, era chimuelo; en cuanto a<br />

Pancho, era joven y sin características de ranchero.<br />

Tempranito acudían los mozos para hacer el aseo; Feliciano<br />

la planta baja <strong>del</strong> primer patio, Ruperto la planta alta y<br />

Francisco el patio de atrás, se turnaban para salir a<br />

almorzar y regresaban para hacer los mandados que se<br />

ofrecían en la Rectoría; todavía después de comer<br />

regresaban hasta las siete de la noche en que llegaba el<br />

velador.<br />

A nuestros conserjes les encantaba convivir con nosotros,<br />

pues había ratos que se sentían volver a la ya lejana<br />

juventud; ¡Cómo hacíamos renegar a Ruperto! Nos viene a<br />

la memoria el hecho de que a propósito comprábamos<br />

alcatraces de semillas y luego nos íbamos a la parte que él<br />

tenía a su cuidado y a comerlas y a regar las cáscaras de<br />

semillas, él no decía cosa alguna, se subía con su<br />

coleador mojado y empezaba a recoger la basura que<br />

habíamos tirado, pero no lo hacíamos tonto, pues él<br />

calculaba quien había sido el malhechor y cuando se<br />

aproximaba a donde estaba, con el coleador le pegaba en<br />

las pantorrillas hasta obligarlo a lanzar aullidos de<br />

dolor y luego el altercado entre ambos protagonistas pero<br />

de ahí no pasaban las cosas y ésto nos obligaba a proceder<br />

con más cuidado.<br />

Era don Ruperto un tipo pintoresco y en alguna ocasión<br />

nos platicaba <strong>del</strong> tiempo en que él trabajaba con los<br />

hacendados en la época porfiriana y nos contaba que<br />

ciertamente en su juventud había sido peón de hacienda, de<br />

los que por ahí nuestros maestros contaban que habían<br />

sido muy maltratados y mal pagados y que los hacían<br />

trabajar de sol a sol, pero que él, sin embargo, con lo<br />

que ganaba se podía dar el lujo de venir a la Feria de<br />

Abril, estrenando su traje de charro y su esposa su vestido<br />

360


de seda y que ahora lo que ganaba como mozo, que era mucho<br />

más de lo que ganaba como peón, aún así no le alcanzaba<br />

ni para comer.<br />

Don Ruperto y Don Feliciano siempre estuvieron como bolas<br />

de billar, constantemente de pleito y siempre juntos;<br />

cuando terminaban sus primeras labores, ambos se sentaban<br />

en una banquita de madera que se encontraba en el zaguán y<br />

ahí se pasaban horas y horas jugando Conquián y se<br />

bromeaban, se enojaban, se peleaban, pero se volvían a<br />

contentar; Francisco siempre fue un buen muchacho, muy<br />

servicial como sus otros dos compañeros, pero pronto se<br />

perdió de vista.<br />

Ruperto murió de viejo y cuando a Feliciano lo jubiló el<br />

Instituto de Ciencias, ya también muy anciano, fue<br />

atropellado por un camión urbano y a consecuencia de ello<br />

pocos días después falleció.<br />

Ya que hablamos de conserjes, nos viene a la memoria un<br />

velador que tuvo la Prepa en épocas anteriores, se<br />

llamaba Febronio, era alto, fornido, cara redonda y pelo<br />

cano, que como sus compañeros también usaba pantalón de<br />

pechera; un buen día dos de nuestros compañeros lo<br />

quisieron asustar y los asustados fueron ellos; se corría<br />

la conseja que por las noches en el segundo patio se<br />

aparecía un fantasma y hasta se decía que era un<br />

Franciscano encapuchado y que era un ánima que andaba<br />

vagando. Dos de los estudiantes se trajeron de sus casas<br />

unas sábanas y se escondieron en un salón <strong>del</strong> mencionado<br />

segundo patio y por aquello de las nueve de la noche, ya<br />

cuando el maestro Cobar Lazo salió de la Tesorería, era el<br />

último en salir de la Prepa, se quedaba sólo Febronio y<br />

salieron de su escondite los compañeros envueltos en sus<br />

sábanas e hicieron ruido y cuando Febronio en la penumbra<br />

de un rincón vio a los dos "Fantasmas" saltarines, en vez<br />

361


de amedrentarse sacó de sus ropas un descomunal cuchillo<br />

de esos como para asustar al miedo, se acercó a los<br />

"Fantasmas" y en medio de improperios les daba arremetidas<br />

con el cuchillo y los "Fantasmas" sólo gritaban: ¡Somos<br />

nosotros Febronio! ¡Somos nosotros! y naturalmente lo que<br />

Febronio quería era vengarse, hacía caso omiso y no dejó de<br />

lanzar golpes hasta que por fin hicieron las paces y no<br />

sin antes Febronio darles una buena retocada.<br />

Nuestra Prepa siempre ha tenido conserjes que se<br />

encariñaron mucho con esta casa de estudios, por ahí<br />

andan todavía Martín Torres, Tereso Quezada y Tanilo<br />

Ramírez.<br />

La grandeza de las instituciones no lo fuera si no se<br />

fincara en hombres limpios de corazón.<br />

LA HORA ESTUDIANTIL.<br />

Las Directivas <strong>del</strong> Círculo de Estudiantes Aguascalentenses<br />

en la Prepa se preocupaban por el desarrollo integral de<br />

sus agremiados, a través de sus distintas Secretarías y<br />

correspondía a la de Acción Cultural organizar los<br />

programas de radio para proyectar por medio de las ondas<br />

Hertzianas la imagen de la Prepa y <strong>del</strong> Círculo a todos los<br />

hogares <strong>del</strong> centro de la República; Pedrito Rivas nos<br />

regalaba tiempo de Su prestigiada XEBI para tal fin.<br />

Al través <strong>del</strong> recuerdo vamos dándonos una asomada a "La<br />

Hora Estudiantil". La salita de la difusora, semana tras<br />

semana, se llenaba con elementos nuestros y de muchachas<br />

de la Normal, armábamos buenas borucas platicando, veíamos<br />

que en la cabina de transmisiones mientras nos llegaba el<br />

turno, trabajaban en las labores normales de la difusora<br />

aquellos locutores de una época de oro, Juan Manuel<br />

Orenday García y Ángel Ortega Carmona, dentro <strong>del</strong> local el<br />

362


clima era calurosa, en el reducido foro se acomodaba el<br />

pianista y el Son de la Prepa.<br />

Los conductores <strong>del</strong> programa lo fueron Pancho Suárez <strong>del</strong><br />

Real y "El Vago" López Yáñez y cuando a ellos les hacían<br />

señas desde la cabina de que el programa en breve daría<br />

principio, imponían el silencio en la sala y a la señal de<br />

que entrábamos al aire, con voz solemne uno de nuestros<br />

locutores decía: "El Círculo de Estudiantes<br />

Aguascalentenses <strong>del</strong> Instituto de Ciencias presenta su<br />

Hora Estudiantil", el pianista empezaba a tocar y todos<br />

nosotros al unísono a cantar El Corrido <strong>del</strong> Estudiante, en<br />

su primera parte y ahí estábamos "Si sabías que era<br />

estudiante, que no salía <strong>del</strong> billar", .etc., etc., y<br />

después de la introducción los aplausos y a estar<br />

seriecitos para no poner en mal a la casa. En seguida se<br />

anunciaba una intervención al piano por alguna compañera<br />

ya sea nuestra o de la Normal, los poemas con sus<br />

atorones, tragadas de camote, confusiones y sin querer las<br />

risotadas de los concurrentes; algunos compañeros que eran<br />

duchos en cantar se lucían, luego la sección de preguntas<br />

con premios a los que acertaban, la hacían nuestros<br />

locutores de Doctor I.Q.<br />

De las intervenciones que más gustaban al auditorio eran<br />

las <strong>del</strong> "Son de la Prepa", con su música tropical como<br />

"Babalú", "Vereda Tropical" o aquella que decía: Uno,<br />

Dos y Tres que paso tan chévere; en fin, era la alegría.<br />

En este Son le gustaba tocar el acordeón a Juan José<br />

Macías, aunque no me tocó verlo de estudiante en nuestra<br />

casa de estudios por haber sido anterior a mí, pero el<br />

gusto por la música no se le quitaba. Aquel conjunto se<br />

integraba además, con piano, maracas, claves, güíros,<br />

contrabajo, bongos y hubo un instrumento de percusión muy<br />

raro que creado por el ingenio estudiantil era una caja de<br />

363


esonancia hecha con un empaque de madera de jabón<br />

amarillo, con una boca y junto a ella unos cinchos,<br />

quien la tocaba se sentaba en ella, abría las piernas,<br />

doblaba la espalda y con las manos hacía vibrar los<br />

cinchos haciendo el efecto de tololoche.<br />

Cuando se terminaba el programa, se rubricaba con El<br />

Corrido <strong>del</strong> Estudiante y la Prepa se retiraba <strong>del</strong> aire.<br />

Salíamos felices <strong>del</strong> programa, por la calle Madero,<br />

mientras que las últimas luces <strong>del</strong> día se despedían <strong>del</strong><br />

cielo de Aguascalientes por el rumbo de El Picacho y las<br />

estrellas empezaban a brillar.” 88<br />

Otro de sus textos, pero con una edición muy limitada e<br />

impreso en esténcil fue POR LOS CIELOS DE EUROPA. Este es<br />

una narración de un viaje realizado al viejo continente<br />

donde se detallan los pormenores <strong>del</strong> mismo.<br />

88 Villalobos Ramírez, Gabriel. Estampas estudiantiles.<br />

364


En su nota introductoria resalta que: “El hecho de<br />

pertenecer México al grupo de naciones que forman parte de<br />

la cultura occidental hace que cuando nuestro entendimiento<br />

inicia sus incursiones por esta, en los más tiernos años de<br />

nuestra vida, nos familiaricemos con los lugares que<br />

podemos decir son la fuente de nuestra cultura.<br />

365


Cuando el hombre tiene noticias de la existencia de las<br />

cosas nace con él, primero, el simple deseo de conocerlas y<br />

a medida que por las pláticas o por la lectura aumenta su<br />

conocimiento de ellas ya no es el simple deseo sino que<br />

nace la necesidad de conocerla directamente.<br />

Esto es lo que nos sucede en relación con Europa como nos<br />

fascinó en los primeros años de la secuela saber la<br />

existencia de culturas como la de Grecia, Roma y las <strong>del</strong><br />

Medio -Oriente y luego nuestros fuertes nexos con España,<br />

posteriormente el haberme inclinado por el estudio de<br />

humanidades convirtió mis deseos de conocer Europa en<br />

verdadera necesidad de ir al grado de hacer votos de ir a<br />

Europa y en especial a España antes de morir.<br />

Esta obsesión hizo que cuando mi capacidad económica lo<br />

permitió hiciera maletas y en compañía de mi esposa Lupita<br />

realizara una de las más caras ilusiones de mi vida.<br />

E1 tiempo transcurre y lamentablemente en la memoria actúa<br />

destructora y antes de que se borren de mi mente detalles<br />

de las vivencias adquiridas en Europa, me propongo a<br />

escribir tan bellas impresiones, procuraré escribir lo que<br />

vi y las emociones que tuve y no transcribir mis relatos<br />

datos precisos que para eso existen infinidad de guías<br />

turísticas que hay de todas las principales ciudades de<br />

Europa que ilustran a uno al respecto, así es que este<br />

relato será <strong>del</strong> turista común y corriente y no <strong>del</strong> que<br />

quiere presumir de erudito cuando lo que hace en sus<br />

relatos es transcribir párrafos enteros de dichas guías.<br />

Así pues inicio mí relato de lo que vi y sentí en Europa<br />

en mi viaje <strong>del</strong> día 12 de julio al 2 de Agosto de 1969 que<br />

por ser tan corto yo lo llamaría botanitas europeas por lo<br />

pequeño pero fuerte de sabor.” 89<br />

En el índice un primer inciso se refiere a la Partida, el<br />

SÁBADO 12 JULIO. Ahí describe: “¡Por fin rumbo a Europa!<br />

89 Villalobos Ramírez, Gabriel. Por los cielos de Europa. Edición <strong>del</strong> autor. MCMLXXIV.<br />

366


nos encontramos en el aeropuerto Internacional de la Ciudad<br />

de México, son las 11.30 de la mañana y dimos principio a<br />

nuestros tramites para nuestra salida rumbo a Madrid, hubo<br />

algunas dificultades debido a que yo no traía mi cartilla<br />

<strong>del</strong> Servicio Nacional Militar, a1 grado que me dijeron que<br />

no iba a poder salir y fue tal mí disgusto ya que sí traía<br />

mi pasaporte y este solo lo expiden mostrando uno, entre<br />

otros documentos, su cartilla no veía yo la necesidad de<br />

tanta exigencia de parte de los empleados de la aduana y<br />

entonces manifesté que cancelaría nuestros viajes y me<br />

regresaba a mi tierra y al ver esto los empleados de<br />

“Iberia” Líneas Aéreas de España, que fue con quien<br />

contratamos el viaje, estos con su tradicional gentileza se<br />

movieron y subsanaron la falta de cartilla, eso que no se<br />

me dio un comprobante de mí salida de México, mismo que<br />

debería de mostrar a mi regreso, pero entonces debería de<br />

fingir que lamentablemente había perdido dicho documento y<br />

ni modo que me exportaran de mi propia patria, así que esto<br />

sirvió para que durante el viaje trajera el gorgorito de la<br />

falta de dicho documento, aunque la única cosa que me<br />

tranquilizaba es que lupita si lo traía y en caso de<br />

emergencia al regreso ella la haría de abogada mía y por un<br />

sí o por un no, pensé que en la primer comunicación que<br />

tuviera con mi casa, decirle a Mercedes mi hermana me<br />

enviara la cartilla a la administración <strong>del</strong> hotel a que<br />

acostumbro llegar a la ciudad de México; así las cosas,<br />

ahora a la sala de espera para abordar nuestro avión.<br />

Es tanto el turismo mexicano a Europa que los aviones con<br />

todo y ser de 140 pasajeros van que no cabe un alma más y<br />

resulta que nos querían enviar a Europa vía Nueva York a<br />

las diez de la mañana pero como no nos localizaron de<br />

Iberia, temprano, no hubo más remedio que esta línea nos<br />

dio boletos de primera por que el enorme compartimiento de<br />

clase turista completamente estaba ocupado, así es que<br />

367


gozamos de ciertas prerrogativas que por cierto no es mucha<br />

la diferencia <strong>del</strong> compartimiento de primera con el de clase<br />

turista.<br />

Cuando llegamos a la sala de espera nos encontramos que las<br />

personas que serían nuestros compañeros de viaje y que<br />

habían salido de Guadalajara se encontraban haciendo cola<br />

arreglando en emigración la documentación de salida, por<br />

ahí vi entre las caras conocidas al Dr. Raúl González<br />

Reyes y esposa, otro señor con su esposa que por cierto el<br />

doctor nos los presentó y resultaron ser los señores<br />

Charcas, que inmediatamente los relaciona uno con su<br />

negocio en Aguascalientes, tintorería “La unión”,<br />

naturalmente que las primeras palabras cruzadas con ellos,<br />

con la diplomacia y frialdad de las personas que apenas<br />

empiezan amistad, como me da risa ahora lo que me dice mi<br />

compadre Don Santiago Charcas que cuando nos vio se dijo<br />

para sus adentros “Sabe que clase de “endeviduo” sea este”<br />

por ahí en aquel grupo de personas que procedían de<br />

Guadalajara se encontraba la ahora tapatía y conocida de la<br />

infancia por haber sido vecina Esperanza Siordia. Dentro de<br />

las personas que serían nuestro compañeros de viaje venía<br />

casi toda una familia parientes cercanos <strong>del</strong> lic. Francisco<br />

Medina Asencio, los cuales entre abuela, tías, madres,<br />

sobrinas e hijos serían unos doce, y la respetable abuela<br />

nos decía, debemos ser en este viaje como una sola familia<br />

y estar todos unidos, por cierto que una de las miembras de<br />

esta familia, la señora chelito era la encargada ocasional<br />

<strong>del</strong> grupo, mientras esto acontecía nos dieron por los<br />

altavoces nuestra salida y al final de uno de los pasillos<br />

nos esperaba un enorme avión de Iberia de cuatro reactores,<br />

Douglas D C 9 en el que iríamos a Madrid, dicho avión<br />

ostenta el nombre de “Velásquez” haciendo recordar a uno de<br />

los genios de la Pintura española.<br />

368


Nos encontramos instalados en nuestros confortables<br />

asientos <strong>del</strong> departamento de primera <strong>del</strong> avión en que<br />

iniciábamos nuestro viaje, este compartimiento era de doce<br />

asientos nada más y nos atendían dos sobrecargos, una dama<br />

y un caballero, los dos de trato agradable y servicial, a<br />

través de la ventanilla veíamos aún el aeropuerto de la<br />

ciudad de México, se nos comunica que debemos abrocharnos<br />

los cinturones de seguridad y lentamente el avión se para<br />

en la cabecera sur de la pista ahí se nos dan las<br />

instrucciones de cómo se debe comportar el pasaje en casos<br />

de accidente tanto en mar como en tierra, por cierto que yo<br />

creo que en un caso de estos de todo se acuerda uno menos<br />

de dichas reglitas que cortésmente dan a uno, pues bien<br />

después de esto, en el nombre sea de Dios y vámonos, ahí va<br />

nuestra nave a toda velocidad devorando la pista y de<br />

pronto sentimos que despegamos, que estamos volando, era la<br />

una de mediodía, vemos restos <strong>del</strong> lago de Texcoco, pasamos<br />

la capa de smog <strong>del</strong> Valle de México, sobresalen el<br />

Popocatepetl y el Ixtalcihualt, llevamos rumbo noreste,<br />

supongo que volamos sobre el Estado de Tlaxcala, seguimos<br />

ascendiendo, luego nos informaron que volamos sobre la<br />

Barra de Nautla y dejamos a nuestra Patria por las costas<br />

veracruzanas y luego el Golfo de México, allá muy abajo,<br />

sobre las aguas <strong>del</strong> mar los barquitos pesqueros que dan la<br />

impresión de mosquitos posados en las aguas de un lago,<br />

pasamos entre la península de Yucatán y Cuba, volamos ahora<br />

rumbo al sureste y luego rumbo a Oriente, se aproxima uno<br />

de los sobrecargos y nos ofrece una bebida, y a partir de<br />

ese momento a saborear buenos vinos, después la comida<br />

resultó ser un banquetazo y entre los platillos exquisitos,<br />

pescado de Pátzcuaro, después de comer volamos sobre el Mar<br />

Caribe a una altura de 12,000 mts; como a las cuatro y<br />

media hora de México, volamos sobre una isla toda verde lo<br />

que hace suponer de vegetación tropical, muy accidentada<br />

369


pues daba la impresión de un papel estaño arrugado pero<br />

como ya dije, de color verde, sentí deseos de ir a platicar<br />

con mis paisanos el Dr. González Reyes y Don Santiago<br />

Charcas y sus respectivas esposas, ya que antes había ido<br />

con ellas lupita y así es que fui a la parte más amplia <strong>del</strong><br />

avión más allá de la mitad estaban ellos y cuando<br />

comentábamos que volábamos sobre una isla, veíamos sus<br />

ciudades y carreteras en medio de sus bosques; nos<br />

informaron por el sonido que volábamos sobre la isla de<br />

Jamaica y que dentro de una hora llegaríamos a Santo<br />

Domingo, parte oriente de la Isla de Haití y capital de la<br />

República <strong>del</strong> mismo nombre, después de platicar un rato con<br />

tan finas personas me regresé a mi lugar y con precisión<br />

cronométrica a la hora el avión descendió y aterrizamos con<br />

toda felicidad en el Aeropuerto de las Américas en Santo<br />

Domingo a las 18:00 hs, hora de México 19:00hs. hora local.<br />

Mientras abastecían de combustible nuestro Jet, todos los<br />

pasajeros optamos por ir a las salas de espera <strong>del</strong><br />

aeropuerto, a la salida <strong>del</strong> avión hacía un fuerte calor ,<br />

tomamos fotografías <strong>del</strong> aeropuerto y nos fuimos a refugiar<br />

<strong>del</strong> calor a las salas de espera donde el clima era<br />

artificial, recorrimos estas, al fondo de las mismas había<br />

grandes ventanales donde se veía los estacionamientos de<br />

automóviles de esta terminal aérea y un poco más allá las<br />

palmeras y el mar, así es de que las pistas de aterrizaje<br />

se encuentran a la vera <strong>del</strong> océano. En la sala en que<br />

estuvimos se venden vinos, cámaras fotográficas, radios y<br />

otros artículos de gran calidad a precios razonables pues<br />

no cobran impuestos ya que es puerto libre para los<br />

viajeros de paso.<br />

El ambiente era alegre pues se encontraban un trío de<br />

guitarristas tocando música de carácter tropical y en una<br />

forma muy especial a un señor que dejaba Santo Domingo y se<br />

unía a nosotros en nuestro vuelo.<br />

370


Los señores quisieron dejar constancia de su paso por Santo<br />

Domingo y escribieron tarjetas para los familiares que poco<br />

a poco íbamos dejando más lejos, en nuestro querido México.<br />

Una hora de haber aterrizado nos dan instrucciones por los<br />

altavoces de que nuestro viaje se reanudaba, abordamos por<br />

segunda vez el avión, para esto ya se había hecho<br />

completamente de noche y nos disponemos para dar el gran<br />

salto.<br />

Nos encontramos en nuestros asientos, se cierran las<br />

puertas <strong>del</strong> avión y este por dentro completamente<br />

iluminado, nos recuerdan de nuevo las medidas de seguridad<br />

y empieza el avión a correr por la pista la cual está<br />

perfectamente alumbrada, despegamos, dejamos allá muy abajo<br />

las luces <strong>del</strong> aeropuerto de las Américas y más retiradas<br />

las luces de la ciudad de Santo Domingo y allá arriba nos<br />

encontramos que por el poniente aún había luz de día misma<br />

que rápido desapareció, pues vamos al encuentro de la noche<br />

y detrás de ésta nos esperaba la deslumbrante y maravillosa<br />

Europa.<br />

Cuando empezamos a cruzar el Océano Atlántico en medio de<br />

la noche nos ofrecen el aperitivo para la cena y luego este<br />

que fue otro magnifico banquete con platillos exquisitos<br />

que complacerían al gusto más refinado y servida con un<br />

sinnúmero de atenciones y después de esto a leer un libro<br />

un rato y dizque a disponernos a dormir y para eso nos<br />

obsequiaban unas pantuflas y nos proporcionaron cobertores,<br />

esto acontecía cuando en nuestro México serían las diez de<br />

la noche, como tengo la costumbre de dormir hasta las doce<br />

de la noche, por eso digo que nos disponíamos dizque a<br />

dormir, pues sueño no había; como estaba <strong>del</strong> lado de la<br />

ventanilla me dedique a ver a través de ella, veía las<br />

luces intermitentes de posición de nuestro avión y luego<br />

reconocí la constelación boreal de “Vega de la lira” y me<br />

sorprendí porque esta iba cambiando de posición<br />

371


elativamente en poco tiempo, así transcurría el tiempo y<br />

ya cuando empezaba a sentir sueño y me disponía a dormir<br />

me sorprendió el alba, la luz poco a poco iluminaba por<br />

fuera el avión vi de nuevo la gran ala que estaba en mi<br />

lado<br />

con sus potentes dos reactores, volábamos sobre un banco de<br />

nubes cirroacumuladas, o sea de las que les llamamos<br />

borreguitos pero estas quedaban abajo <strong>del</strong> avión a la misma<br />

distancia de cómo las vemos desde la tierra, es decir<br />

estaban demasiado debajo de nosotros, con los efectos de la<br />

luz <strong>del</strong> sol estas primeras fueron desde color plomizo<br />

después color de rosa y el sol ya estaba sobre nosotros,<br />

serían las doce de la noche en México, había experimentado<br />

la noche más corta de mi vida. Dentro <strong>del</strong> avión todo era<br />

movimiento, iniciábamos un nuevo día, por el sistema de<br />

sonido se oía música suavecita, nos informaron que dentro<br />

de hora y media aterrizaríamos en el aeropuerto de Barajas<br />

en Madrid, y nos dijeron que ahí la temperatura era de 20<br />

grados luego nos dieron de desayunar este consistía en<br />

carnes frías y jugos, por cierto que sin apetito, pues nos<br />

daban los alimentos como a los niños, cada cuatro horas,<br />

después nos comentaba el Dr. González Reyes que le dijo a<br />

la azafata: oiga señorita todavía nos está aleteando el<br />

pollo que nos dio de cenar y ahora el desayuno, mejor<br />

muchas gracias, así se las gastan en cuanto alimentos en<br />

los aviones.<br />

Afuera entre los huecos que había entre las nubes allá muy<br />

abajo se veía el mar y constantemente vimos barcos que han<br />

de haber sido trasatlánticos pues a pesar de la altura los<br />

barcos se distinguen perfectamente, la mayor parte<br />

navegaban hacia el poniente o sea rumbo a América y otros<br />

al sur que eran los que iban a África o a América <strong>del</strong> Sur.<br />

Platiqué con la azafata una muchacha espigada que sin ser<br />

fea su máximo adorno era su carácter agradable, le hice<br />

372


saber mi cariño por España y ella, al fin española, le<br />

agradó de sobremanera la plática, asimismo platicamos de<br />

México y de lo maravillosos de su historia y su folklor y<br />

en especial le platiqué de lo que para mi esta sobre todos<br />

los lugares de la geografía <strong>del</strong> mundo, de mi Aguascalientes<br />

y su barrio de Triana, tuvo que atender a otros pasajeros y<br />

dejamos nuestra conversación.<br />

El sol brillaba con la intensidad que lo hace como a las<br />

ocho o nueve de la mañana, todos procurábamos ver a través<br />

de las ventanillas porque presentíamos la proximidad de la<br />

costa de Portugal y de rato ahí estaba ¡Que impresión tan<br />

agradable! nos salía a encontrar la vieja Europa y<br />

comisionó a las costas de Portugal para dar la bienvenida a<br />

este grupo de mexicanos que sin perder un ápice de nuestro<br />

cariño a nuestra patria y que nos convertiríamos en<br />

heraldos de buena voluntad, íbamos al encuentro de la<br />

deslumbrante Europa cuna de nuestra cultura.<br />

Allá abajo y de Norte a Sur la línea blanca de la espuma de<br />

las olas que se perdía entre la bruma en el horizonte, y<br />

dividía lo azul <strong>del</strong> mar de lo dorado de las playas, se<br />

apreciaban las radas de los ríos y como si fuera un plano<br />

veíamos la trasa de puertos pequeños probablemente aldeas<br />

de pescadores, dejamos atrás esto y nos invadía la<br />

agradable sensación de estar de nuevo volando sobre la<br />

tierra , después de tantas horas sobre el mar, luego<br />

veíamos muchos pueblos y ciudades que nos hacían comprender<br />

la explosión demográfica de la península ibérica, por<br />

cierto que muchos de ellos amurallados, recuerdo<br />

perfectamente uno que sus murallas tenían la forma de una<br />

estrella de unos diez picos, otra cosa característica de<br />

estas poblaciones es que en sus orillas todas tienen su<br />

plaza de toros.<br />

Volamos sobre bosques y entre sus cañadas se veían presas<br />

para sistemas de riego , o hidroeléctricas todo lo cruzaban<br />

373


carreteras; luego una llanura semi-árida y nuestro avión<br />

perdía altura y nos dieron instrucciones de abrocharnos<br />

nuestros cinturones porque íbamos a aterrizar en el<br />

aeropuerto internacional de Barajas, en lontananza se veía<br />

la ciudad de Madrid, poco a poco bajamos, toca tierra y<br />

finalmente llegamos a España.” 90<br />

En ese mismo tono se hace la descripción de las actividades<br />

realizadas en Europa cuyos enunciados son los siguientes:<br />

Madrid; parque <strong>del</strong> retiro; Museo <strong>del</strong> Prado; Palacio Real de<br />

Madrid: Segovia y la Granja; El alcazar de Segovia; la<br />

Granja; Toledo; San Juan de los Reyes; Santo Tomás; La<br />

Catedral de Toledo; La sinagoga <strong>del</strong> tránsito; La casa <strong>del</strong><br />

Greco; Las artesanías toledanas; ¡Quihubole mi jitomate!;<br />

Vista panorámica de Toledo; El alcazar de Toledo; El valle<br />

de los caídos; El escorial; Teatro de la Zarzuela; Rumbo a<br />

Roma; Roma; El parque Borghes; El Capitolio; El panteón;<br />

La fuente de Trevi; Puente y Castillo de San Angel; Olaza y<br />

Basílica de San Pedro; Monumento a Víctor Manuel II; El<br />

Coliseo; El Foro Romano; San Pedro encadenado, La Escala<br />

Santa y la plaza de San Juan de Letrán; La Basílica de San<br />

Pablo Extramuros; La vida nocturna en Roma; Nápoles, Capri<br />

y Pompeya; La bendición papal en Castel Gandolfo; Florencia<br />

vía Asis; El Bautisterio; La Catedral de Florencia; El<br />

Campanario <strong>del</strong> Giotto; Plaza de la Señoría; La Galería de<br />

los Oficios; La Academia; La Plaza Miguel Angel; Rumbo a<br />

Venecia; Venecia; La Catedral de San Marcos; Interior de la<br />

Catedral de San Marcos; El Puente de los Suspiros; El Gran<br />

Canal; Milán; La Catedral de Milán; El Aeropuerto de Milán;<br />

Ginebra; Zurich; ¿Compadres? ¡Compadres!; Viena; El<br />

Belvedere; El Palacio de Scohnbreun; Rumbo a Londres;<br />

Visita a la Ciudad de Londres; La Catedral de San Pablo; La<br />

Torre de Londres; El puente de la Torre de Londres; La<br />

plaza trafalgar; La abadía de westminster, El Parlamento y<br />

90 Ibdem. Pp. 2-11<br />

374


el Big Ben; El Palacio de Bukingham; El Hide Park; Rumbo a<br />

París; La vida nocturna de París; Visita a la Ciudad de<br />

París; Versalles; Museo <strong>del</strong> Louvre; La Torre de Eiffel;<br />

Retorno a Madrid; Museo de la calle de Serrano; ¡Ahora sí,<br />

rumbo a México!; Llegada a México; Acción de gracias y<br />

camino a Aguascalientes.<br />

Finalmente en el Epílogo dice el autor: “Con el viaje que<br />

realicé por Europa, puedo decir que no conozco Europa pero<br />

sí que tengo un concepto claro de lo que es el Viejo<br />

Continente y el gusto de haber estado en los lugares en que<br />

se desarrollaron las civilizaciones que fueron fuente de la<br />

Cultura Occidental y por su puesto de la nuestra.<br />

Europa es un Continente con Ciudades hermosas; como<br />

recuerdo con agrado Madrid, Roma, Viena, París y tantas<br />

otras Ciudades que tuve la dicha de conocer.<br />

Tantos y tantos siglos de cultura han hecho posible que las<br />

Capitales Europeas sean primorosas en sus edificios, en sus<br />

parques y en sus tradiciones; son ciudades que me han<br />

dejado deslumbrado; pero pensando en la hermosura de<br />

Europa, no podemos nosotros decir que México no es hermoso.<br />

México, nuestra Patria, comparada, con Europa nos damos<br />

cuenta que tenemos grandes ciudades, México, Puebla,<br />

Guadalajara, Monterrey, que en mi concepto no piden nada a<br />

las Capitales europeas; nuestra Capital México la podemos<br />

comparar con París en su hermosura y en grandeza y vemos<br />

que nuestra gran Capital tiene lo suyo.<br />

Guadalajara comparado con Madrid en ciertos aspectos vemos<br />

que la Perla <strong>del</strong> Occidente tiene lugares más primorosos<br />

que el mismo Madrid. Guanajuato, tiene también rincones tan<br />

bellos como los de Toledo.<br />

Nuestras Vías de comunicación están a la altura de las que<br />

vimos en Europa, la comunicación aérea, con el mismo tipo<br />

de aparatos; la comunicación ferroviaria con trenes los<br />

nuestros movidos por diesel y en Europa por electricidad,<br />

375


pero nuestros ferrocarriles también son buenos en sí,<br />

aunque desorganizados en relación con los ferrocarriles<br />

europeos.<br />

Nuestras carreteras, también mucho muy buenas y nos damos<br />

cuenta que nuestra Patria se encuentra comunicada<br />

perfectamente a todos los puntos de la rosa de los vientos.<br />

La <strong>presencia</strong> de México en Europa es halagadora, México ya<br />

había formado parte de la conciencia de los europeos a<br />

partir de las giras realizadas por el Licenciado Adolfo<br />

López Mateos, cuando fue Presidente de la República; el<br />

Estadista Mexicano hizo que el europeo común y corriente<br />

acudiera a sus Bibliotecas para ubicar altraves de la<br />

Geografía perfectamente el País de donde procedía aquel<br />

Mandatario.<br />

Posteriormente la celebración <strong>del</strong> máximo evento deportivo<br />

mundial Las Olimpiadas que se verificaron en México el año<br />

de 1968 habían abierto nuevamente el surco dejado por el<br />

Licenciado López Mateos en la mente de los europeos y<br />

bastaba con el hecho de que se dieran cuenta que uno<br />

procedía de México para hacer una exclamación recordando<br />

México y sus Olimpiadas, entonces México está<br />

perfectamente ubicado en la cultura <strong>del</strong> europeo común y<br />

corriente.<br />

México está presente en Europa en el culto a la Santísima<br />

Virgen de Guadalupe pues tanto en los máximos Templos de<br />

España, como en Italia y en Francia vimos la imagen de la<br />

Virgen de Guadalupe en sus Catedrales.<br />

También México hace acto de <strong>presencia</strong> en la música, oímos<br />

música de Manuel M. Ponce, de Agustín Lara, de Consuelito<br />

Velázquez y de varios autores mexicanos y que el gusto<br />

europeo ha sabido apreciar.<br />

Todas las circunstancias anotadas anteriormente hicieron<br />

que nuestro corazón de mexicanos latieran con mayor<br />

celeridad al ver como a México no únicamente se quiere en<br />

376


España ya que ese cariño de España es tradicional, sino que<br />

las demás Naciones Europeas quieren a nuestra Patria y<br />

sienten la <strong>presencia</strong> de México altravez de tantas<br />

manifestaciones de México en Europa<br />

El presente libro lo escribí por varios motivos, en primer<br />

lugar para tener una alcancía de recuerdos que no fueran a<br />

desaparecer de mi mente altraves <strong>del</strong> tiempo como ya está<br />

ocurriendo pues si bien es cierto que al principio de mi<br />

narración establecía que para nada iba a ver una guía<br />

turística, en plan de sinceramiento manifiesto que sí tuve<br />

que ver guías turísticas para poder recordar los lugares en<br />

que estuvimos y que sirvieran las guías de reactivos a mi<br />

mente para ubicarme en los lugares en que anduvimos.<br />

También escribí el presente libro para darles un regalo <strong>del</strong><br />

mismo a los compañeros de viaje que tuvimos porque mucho<br />

les agradará recordar estas andanzas por el Viejo<br />

Continente, las maravillosas experiencias que tuvimos, las<br />

amistades que nacieron y que ahora hemos cultivado,<br />

entonces todo eso va a servir para que nuestros amigos<br />

tengan un recuerdo más o menos exacto <strong>del</strong> trayecto de<br />

nuestra excursión por Europa.<br />

También el libro lo pensé escribir para dejarles a mis<br />

hijos y a mi descendencia un mensaje de las experiencias<br />

que tuve por el Viejo Continente, algún día mis hijos, sin<br />

lugar duda, también harán el mismo peregrinar que yo y que<br />

Lupita y con cuánto agrado recordarán que sus padres<br />

también ahí estuvieron. Como mensaje a mis hijos para que<br />

cuando sean grandes comprendan la devoción tan grande que<br />

siento por Europa y en especial por España como fuente de<br />

nuestra cultura, para ellos, este mensaje también.<br />

Todo lo aquí narrado ha servido para que en mí se<br />

profundicen más las raíces de mi mexicanidad, para amar más<br />

a mi Patria porque cuando estamos viviendo en nuestra<br />

Patria, no podemos aquilatar en toda su magnitud lo que<br />

377


tenemos hasta cuando salimos de ella y vemos las maravillas<br />

de nuestro eterno México. Enero de 1974. El texto de 332<br />

cuartillas reproducidas mediante esténcil, da cuenta de la<br />

serie de experiencias que para el autor y sus acompañantes<br />

implicó el viaje a Europa.” 91<br />

Otra edición particular y limitada es sobre La colonia en<br />

Aguascalientes, lo escribió en rincón de guayabitos,<br />

Nayarit. El 15 de agosto entregó el escrito que había dado<br />

como concluido en marzo <strong>del</strong> 2003, donde se narra, a partir<br />

de datos históricos, las actividades de los integrantes de<br />

las caravanas y la construcción y población en las<br />

instalaciones de la época.<br />

En la nota introductoria, el autor señala: “Hablar de<br />

época, quiere decir de un espacio de tiempo y en cuanto a<br />

Colonial en el caso nuestro, es cuando México, nuestra<br />

Patria, pertenecía al Imperio español, con el nombre de<br />

Nueva España; por lo tanto "La época Colonial<br />

en Aguascalientes", es el espacio de tiempo en que nuestra<br />

región perteneció a la Nueva España como parte <strong>del</strong> imperio<br />

español.<br />

Dentro de las épocas de estudio en que se divide la<br />

Historia de México, la época Colonial tiene un principio y<br />

un fin preciso en el transcurrir <strong>del</strong> tiempo, ya que se<br />

inició el día 13 de Agosto de 1521 y termina el 27 de<br />

Septiembre de 1821, es decir, que tuvo una duración de tres<br />

siglos, un mes, catorce días.<br />

¿Cuál es la razón de las fechas exactas <strong>del</strong> inicio y<br />

terminación de la época Colonial de México? Pues bien, el<br />

día 13 de Agosto de 1521 las huestes de Don Hernán Cortés,<br />

aprehenden al valiente Emperador Azteca Cuauhtémoc y con<br />

ello se consuma el sitio de Tenochtitlán y el día 27 de<br />

Septiembre de 1821 entra en la Ciudad de México, el<br />

ejército Trigarante, encabezado por Don Vicente Guerrero,<br />

91 Ibdem. P. 333.<br />

378


don Agustín de Iturbide y Don Juan O'Donojú, último Virrey;<br />

terminándose la guerra de Independencia que inició Don<br />

Miguel Hidalgo y Costilla, en el pueblo de Dolores,<br />

Guanajuato, la mañana <strong>del</strong> día 16 de Septiembre de 1810.<br />

En toda la época Colonial, en la que hoy es México, la<br />

podemos conceptuar como "Era Virreynal, ya que en los<br />

inicios de la vida de la Nueva España, fue Don Hernán<br />

Cortés quien gobernó; luego las dos audiencias, la primera<br />

presidida por Nuño de Guzmán, quien fue nefasto como<br />

gobernante, y la segunda por Don Sebastián Ramírez de<br />

Puenleal, segundo señor Obispo de Santo Domingo, misma que<br />

fue benéfica en su proceder, progresando la Colonia en<br />

todos sus aspectos, formando parte de ella Don Vasco de<br />

Quiroga, gran benefactor <strong>del</strong> pueblo Tarasco y después de la<br />

segunda audiencia, en 1535 llega Don Antonio de Mendoza,<br />

primer Virrey de Nueva España, considerado como buen<br />

gobernante, iniciándose con él, la "Era Virreynal".<br />

DESCRIPCIÓN GEOGRÁFICA DEL LUGAR DONDE SE ENCUENTRA LA<br />

CIUDAD DE AGUASCALIENTES EN LA ÉPOCA DE SU FUNDACIÓN.<br />

Aguascalientes se encuentra en un valle abierto, que va de<br />

Norte a Sur, en su la lado Poniente, con una cordillera que<br />

recibe el nombre de Sierra de Guajolotes y también otra<br />

parte en su extremo sur, que conocemos como el Cerro <strong>del</strong><br />

Muerto, porque con algo de fantasía, se nos figura una<br />

persona boca arriba; por el lado Oriente <strong>del</strong> Valle, existe<br />

una serie de lomeríos. Este valle, en la época de que<br />

hablamos, se conoció como "Valle de los Romeros".<br />

La geografía de nuestra región, ha de haber atraído a los<br />

colonizadores; despojemos de nuestra mente sus edificios,<br />

templos, plazas y casas, lo que hoy es nuestra ciudad de<br />

Aguascalientes y nos encontramos con un lugar amable para<br />

vivir, pues transitando de Sur a Norte, por el camino real<br />

de las Villas, que nos unió con Guadalajara por Teocaltiche<br />

y con la capital <strong>del</strong> Virreinato por Lagos, veríamos un<br />

379


arroyo, el <strong>del</strong> Cedazo, hoy en parte Avenida Ayuntamiento,<br />

cruzándolo empieza un declive que nos conduce a un río de<br />

aguas termales, de aguas calientes que se originaba en los<br />

manantiales de Ojocaliente al Oriente de la Ciudad de<br />

Aguascalientes, este río transcurría de Oriente a Poniente<br />

y se encontraba donde hoy es la Avenida Licenciado Adolfo<br />

López Mateos, sus aguas contribuían al caudaloso Río San<br />

Pedro, que se encontraba a unos cinco kilómetros al<br />

Poniente de la Villa y sus aguas serpenteaban de Norte a<br />

Sur; continuando mentalmente nuestro camino de Sur a Norte,<br />

por el camino real y pasando el río de aguas calientes, se<br />

subía a una loma donde hay una meseta en que se fundó<br />

nuestra Villa y hoy es el centro de la ciudad. En todo este<br />

paraje, según cuentan crónica viejas, hubo muchos<br />

bosquecillos de mezquites y tal vez los ríos, los árboles y<br />

el cielo limpio, cielo azul, fueron motivos para que los<br />

españoles que andaban por éstos rumbos, hicieran aquí sus<br />

vidas, construyeron sus casas y esta agradable geografía,<br />

hizo posible que se fueran poblando estos parajes.<br />

El escritor mexicano Don Carlos María Bustamante, nos<br />

narra; "Después de la entrada de Cortés a México y cuando<br />

los conquistadores avanzaban hacia el Norte y Occidente de<br />

la Nueva España, tuvo lugar, cerca de Aguascalientes, un<br />

acontecimiento notable, fue el famoso Pedro de Alvarado, a<br />

la cabeza de algunos españoles y muchos aztecas y<br />

tlaxcaltecos, y a su paso para Tepic, dio alcance a una<br />

multitud de indios armados más allá de Lagos, a treinta y<br />

mas leguas al Sur de los Zacatecas y cerca de un cerro muy<br />

alto, pasado el cual se encontró hacia el Norte un cenegal<br />

de aguas termales; en el cerro se trabó un reñido combate y<br />

los conquistadores triunfaron, desalojando a los indios de<br />

sus posiciones; los que de éstos sobrevivieron, huían, pero<br />

no sin haber ocultado sus tesoros en el mismo cerro, desde<br />

antes <strong>del</strong> combate. Fueron perseguidos en su huida y muchos<br />

380


de ellos se ahogaron en el cenegal o fueron acuchillados en<br />

el alcance por sus enemigos".<br />

De la anterior crónica se deduce, que en los años<br />

inmediatos posteriores a la conquista de Tenochtitlán,<br />

anduvo en nuestros rumbos Don Pedro de Alvarado, en<br />

compañía de algunos españoles, capitaneando un ejército<br />

indígena, que contendió con otro grupo también de indios,<br />

cerca de nuestro familiar cerro de "Los Gallos", ya que la<br />

ubicación que le da al cerro en relación con el cenegal de<br />

aguas termales, no puede ser otro y dice: "un cerro muy<br />

alto", eso lo hace para distinguir lo <strong>del</strong> cerro de San<br />

Bartolo, que está cerca <strong>del</strong> de "Los Gallos" y que es más<br />

bajo que este. Cuando se refiere al cenegal de aguas<br />

termales, es el lugar donde actualmente se asienta la<br />

ciudad de Aguascalientes.<br />

También nos contaba el Historiador Aguascalentense, Don<br />

Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, que: "Quien primero penetró a<br />

estas regiones, en son de reconocimiento, más que de<br />

conquista, fue el veedor <strong>del</strong> ejército de Nuño de Guzmán,<br />

Capitán Pedro Almendez Chirino, (he oído a este mismo<br />

Historiador decirle Pedro Almildez Chirinos), destacado por<br />

su jefe, a fin de satisfacer la curiosidad y confirmar<br />

informaciones, respecto a la existencia de ciertas<br />

pretendidas "amazonas" de que se le había dado noticias,<br />

encontrándose en Michoacán. Entró Chirinos por el pueblo de<br />

Acatic (Jalisco) y lo hizo acompañado por el cacique de tal<br />

lugar llamado Xiconaque, hasta llegar al pueblo de los<br />

Tzacatecos, donde el señor de este pueblo lo sacó de dudas,<br />

negando la existencia de las supuestas amazonas y<br />

haciéndole ver el peligro que correría al seguir a<strong>del</strong>ante,<br />

internándose en el territorio de los agresivos y peligrosos<br />

Cuachichiles. Esto ocurrió en el invierno comprendido entre<br />

los años 1530 (diciembre a 1531 (enero)".<br />

381


De las dos crónicas anteriores, deducimos que los primeros<br />

españoles que anduvieron por nuestro Estado de<br />

Aguascalientes, fueron capitaneados por Don Pedro de<br />

Alvarado y por Don Pedro Almidez Chirinos, también conocido<br />

como Peralmindez Chirinos, ya que los españoles fueron muy<br />

dados a apocopar.<br />

Cabe hacer mención, que el Historiador Aguascalentense Don<br />

Agustín R. González, pone en tela de duda la crónica hecha<br />

por Don Carlos María Bustamante y nos dice que tal vez<br />

debía referirse a Pedro Almendez Chirinos, pues Alvarado<br />

sólo estuvo en Nochistlán y otros lugares y no en lo que es<br />

hoy Aguascalientes.<br />

PRIMEROS VECINOS DE LO QUE HOY ES AGUASCALIENTES.<br />

Con motivo de la guerra Chichimeca, que duró <strong>del</strong> año de<br />

1550 al de 1600, fue preocupación de las autoridades de la<br />

Colonia ir buscando formas de penetración en el gran<br />

territorio en que merodeaban en pequeños grupos los<br />

belicosos Chichimecas, así fue que con cierta prodigalidad,<br />

concedió a valientes españoles "Mercedes de tierras", para<br />

cultivarlas y establecer sitios de ganado menor y mayor,<br />

para fomentar la actividad pecuaria; luego se autoriza la<br />

creación de "Presidios", que fueron una conjunción de<br />

mesones (hoy diríamos moteles) y cuarteles para protección<br />

de los romeros y conductas de oro y plata, víveres y toda<br />

clase de mercaderías, ya que en dichos Presidios siempre<br />

había soldados para tal fin. También se ordenaron<br />

fundaciones de poblaciones y fomentar la pacificación, así<br />

nacieron importantes ciudades <strong>del</strong> altiplano mexicano, entre<br />

ellas Aguascalientes.<br />

Nuestro Estado, se encontraba plenamente enclavado en<br />

territorio Chichimeca, y al calor de las minas de Zacatecas<br />

y Asientos, fueron trazados dos caminos, tal vez por el<br />

Fraile caminero "Fray Sebastián de Aparicio", uno el de<br />

Tierra Adentro, que pasaba al Noreste de Aguascalientes y<br />

382


otro el de "Las Villas", que transcurría por el centro,<br />

ambos comunicaban a Zacatecas con la capital <strong>del</strong><br />

Virreinato, aunque el segundo tenía un ramal para<br />

Teocaltiche y Guadalajara.<br />

La abundancia <strong>del</strong> agua en nuestra zona, debido a los ríos<br />

que entonces eran caudalosos, la tierra nueva para el<br />

cultivo, los pastizales propios para la ganadería, los<br />

bosquecillos de mezquites y árboles que proporcionaban leña<br />

y madera y lo agradable <strong>del</strong> paisaje, hizo que por los años<br />

de 1560, valientes españoles solicitaron y se les<br />

concedieron "mercedes de Tierras", para venirse a<br />

establecer en el Valle de los Romeros, en el sitio conocido<br />

como de las Aguas Calientes, llegaron con sus familias,<br />

construyeron sus casas, vieron con amor su nueva tierra y<br />

así se establecieron Alonso Avalos de Saavedra, Gaspar<br />

Silva, Nicolás Ramírez, Luis González, Cristóbal Lozano,<br />

Pedro González, Pedro Hernández de Santa Fe, Hernán<br />

González Berrocal y otros más que están en espera que los<br />

investigadores de nuestra historia los resuciten de las<br />

viejas crónicas que constan en papeles amarillentos por su<br />

ancianidad y que constan en archivo aún no establecidos.<br />

Respecto de Don Hernán González Berrocal, lo podemos<br />

conceptuar como el fundador <strong>del</strong> barrio de Triana, pues allá<br />

por los años de 1565, por un proveído de la Real Audiencia<br />

de la ciudad de México, se le concedió merced de tierras<br />

donde hoy se encuentra este y él se dedicó a la<br />

horticultura. Dicha merced de tierras establecía que lo que<br />

se le entregaba a Hernán González Berrocal lindaba al Norte<br />

un río de agua caliente (hoy Avenida Adolfo López Mateos);<br />

al Sur un arroyo seco (hoy Avenida Ayuntamiento); al<br />

Oriente una serrezuela pedregoza (hoy Fraccionamientos al<br />

oriente de la ciudad) y al Poniente las tierras de un tal<br />

López.<br />

383


Todos estos datos los tenemos debido a la paciencia de Don<br />

Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle que los encontró en el Archivo<br />

General de la Nación.<br />

Los Presidios fueron construcciones de tipo fortaleza, sus<br />

paredes muy gruesas, ventanas angostas y pretiles<br />

almenados, para en caso de invasión, refugiarse en ellos<br />

los vecinos de la comarca y facilitar su defensa; así<br />

mismo, servían de cuartel para destacamentos militares, que<br />

custodiaban las caravanas de metales y mercaderías;<br />

procuraban en los presidios, tener almacenados alimentos y<br />

agua para resistir en caso de sitio.<br />

Fue el señor Virrey Don Martín Enríquez de Almanza allá por<br />

los años de 1560, quien ordenó la edificación de presidios<br />

para proteger de la acción depredadora de los Chichimecas,<br />

a los caminantes que deambulaban por el camino de México,<br />

Zacatecas, o sea el camino de la Plata o Tierra Adentro; en<br />

este camino fueron creados presidios o fuertes de Ojuelos,<br />

Las Bocas, Ciénega Grande y Palmillas; <strong>contemporáneo</strong>s de<br />

éstos presidios, lo fueron los de Celaya y Aguascalientes.<br />

Por lo que respecta al presidio de Aguascalientes, podemos<br />

decir que fue el núcleo de nuestra población y se calcula<br />

que fue erigido por los años de 1569 a 1571, siendo Virrey<br />

Don Martín Enríquez de Almanza; y se encontraba a la vera<br />

<strong>del</strong> camino real. En nuestra actual ciudad, es fácil<br />

establecer cual fue el camino real, basta unir la calle de<br />

José María Chávez con la de Cinco de Mayo y ahí está el<br />

trazo <strong>del</strong> camino real y el presidio lo han ubicado los<br />

investigadores de nuestro pasado, entre la calle de Cinco<br />

de Mayo, Victoria y al Sur Moctezuma, es decir, donde se<br />

encuentra actualmente el edificio <strong>del</strong> Hotel Imperial, y<br />

enseguida la casa de los hermanos Márquez, fabricantes de<br />

sweters, que está en la esquina de Moctezuma y Victoria,<br />

todo este frente al costado Norte de Catedral.<br />

384


Vamos echando a volar nuestra imaginación y pensemos como<br />

eran las actividades en un presidio.<br />

Es medio día, los rayos <strong>del</strong> sol son calientes, mientras que<br />

en las cocinas <strong>del</strong> presidio las mujeres se aprestan a<br />

preparar la comida en medio <strong>del</strong> humo de la leña, los niños<br />

juegan en los patios y corrales y los soldados en el zaguán<br />

matan el tiempo jugando a los naipes; <strong>del</strong> rincón donde está<br />

la fragua, se oye el rítmico golpe <strong>del</strong> marro sobre el<br />

yunque de donde saldrán herraduras, armas, aperos de<br />

labranza y demás utensilios necesarios para aquella azarosa<br />

vida; en los torreones, entre cabeceada y cabeceada<br />

producida por el sueño que el calor canicular origina,<br />

están los vigías oteando el horizonte y por allá por el<br />

Norte, casi a una legua <strong>del</strong> presidio, sobre el camino, ven<br />

una polvareda que sin lugar a dudas la produce una conducta<br />

de minerales procedentes de Zacatecas, los vigías anuncian<br />

a gritos la proximidad de la caravana, lo que causa<br />

excitación en el presidio y todos corren a las alturas<br />

verificar la noticia, y cuando se dan cuenta que<br />

efectivamente se trata de la caravana y no un grupo de<br />

aguerridos Chichimecas, todos se aprestan a recibirlos,<br />

cuando están próximos al presidio, también los perros de<br />

éste salen ladrando a su encuentro, los arrieros con sus<br />

gritos detienen a las bestias y se oyen el chirriar que<br />

producen los bloques de madera de los frenos de los<br />

carromatos al detener las ruedas en su roce con las llantas<br />

metálicas. La caravana la componían cuatro carromatos<br />

cargados de minerales y dos con pasajeros.<br />

Es grande la algarabía que arman unos y otros, los arrieros<br />

bromeándose con sus compañeros <strong>del</strong> presidio, pues todos<br />

ellos se conocen en su constante trajinar por los caminos<br />

reales; los soldados que custodiaban el convoy, que eran<br />

diez, descienden de sus caballos y de los carromatos los<br />

385


pasajeros, estos se alegran de haber llegado bien al<br />

presidio <strong>del</strong> paso de las Aguas Calientes.<br />

El capitán de la custodia, da parte de sin novedad a su<br />

superior <strong>del</strong> presidio; a los pasajeros los instalan en las<br />

mejores habitaciones y los arrieros con su plática jocosa,<br />

se dirigen a los corrales para desaparejar las bestias y<br />

darles pastura, dejándolas descansar, y si alguna necesita<br />

ser herrada, la llevan junto a la herrería para arreglar el<br />

desperfecto o bien, también se le encarga al herrero el<br />

mantenimiento de las piezas metálicas de los carromatos.<br />

La actividad de la cocina es grande, las cocineras se<br />

aprestan a dar de comer a los recién llegados, mismos que a<br />

medida que recuperan energías, con alegría platican las<br />

incidencias de la jornada, los últimos en llegar son los<br />

arrieros, después de haber dejado en los corrales comidas y<br />

descansadas a las bestias.<br />

Cuando los últimos rayos <strong>del</strong> sol se dejaban ver detrás <strong>del</strong><br />

cerro <strong>del</strong> Muerto, la actividad iba cesando en el presidio,<br />

la15 cocina era recogida, la fragua ya no producía sus<br />

característicos ruidos, los huéspedes descansaban en sus<br />

habitaciones; bajo la luz de la luna se juntaban en<br />

corrillos los soldados y arrieros, cerca de alguna fogata,<br />

para platicar las hazañas de los capitanes Diego de Ibarra<br />

o Miguel Caldera en la gran guerra Chichimeca, o de cómo en<br />

más de alguna ocasión valientemente ellos pelearon contra<br />

grupos de indios, cuando eran atacados sus convoyes y a<br />

pesar de las heridas recibidas ahí estaban. La botella de<br />

Chinguirito pasaba de boca en boca, el razgar de la vihuela<br />

se oía y el viejo romance español convertido en corrido,<br />

salía de la boca de un joven arriero.<br />

La noche iba avanzando poco a poco, el cansancio dejaba<br />

paso al silencio que era interrumpido por el aullar de<br />

coyotes en la lejanía y de la voz de alerta de los<br />

386


centinelas, los grillos arrullaban a los fatigados<br />

durmientes, el presidio dormía.<br />

El lucero de la mañana aparecía en el horizonte, los gallos<br />

constantemente cantaban, anunciando el nuevo día, los<br />

centinelas despertaban a los arrieros, soldados y<br />

servidores <strong>del</strong> presidio, para aprestarse a las labores de<br />

otro día más, y al último se avisaba a los pasajeros; los<br />

arrieros iban a los corrales para uncir las muías a los<br />

carromatos y aparejar las bestias; las mujeres rápido en la<br />

cocina, preparaban el almuerzo y todos se disponían a<br />

reanudar el viaje hacia el Sur.<br />

Después de haber almorzado todos los viajeros, ocupaban sus<br />

lugares en el convoy y se oía el chasquido <strong>del</strong> látigo <strong>del</strong><br />

arriero mayor, acompañado de su chiflido para alentar a las<br />

bestias.<br />

Con los primeros rayos <strong>del</strong> sol, allá va nuestra caravana,<br />

serpenteando por los caminos <strong>del</strong> Sur, dispuesta a cubrir<br />

las diez o doce leguas de la jornada, mientras la aparente<br />

tranquilidad vuelve al presidio.<br />

FUNDACIÓN DE AGUASCALIENTES<br />

Fue en la década de 1560 a 1570 cuando en el altiplano de<br />

la Nueva España, en el sitio conocido como "Paso de Aguas<br />

Calientes", dentro <strong>del</strong> "Valle de los Romeros", empezó a<br />

notarse la intención por parte de los españoles de ir<br />

construyendo una población, lo denotaba la existencia de<br />

una ermita dedicada a San Sebastián, en un lugar cercano a<br />

lo que hoy es el templo <strong>del</strong> Rosario, en la Avenida<br />

Venustiano Carranza, cuya construcción se le atribuye al<br />

trazador de los primeros caminos de la colonia, Fray<br />

Sebastián de Aparicio, así mismo, la construcción <strong>del</strong><br />

"Presidio" y las casas de Alonso Avalos de Saavedra, por la<br />

calle <strong>del</strong> Apostolado (hoy Pedro Parga) y las de Hernán<br />

González Berrocal, en el rumbo de lo que hoy es el Barrio<br />

de Triana.<br />

387


Aquellos primeros poblados, tuvieron muchas penurias,<br />

debido a los constantes ataques de indios Chichimecas,<br />

quienes se presentaban en pequeños grupos y los flagelaban,<br />

robándoles y matándolos; fue tal la angustia de los<br />

primeros pobladores, que se vieron precisados a construir<br />

túneles debajo de la población para burlar el ataque<br />

indígena y huir. Testimonio de los túneles, los hay en el<br />

subsuelo <strong>del</strong> edificio Gómez Portugal de la Universidad<br />

Autónoma de Aguascalientes, templo de San Diego, y cuando<br />

se construyó el actual mercado Terán se vieron restos de un<br />

túnel al lado Poniente, junto a la Avenida Cinco de Mayo.<br />

El más terrible ataque Chichimeca que sufrieron los<br />

primeros pobladores, fue el que aconteció en diciembre <strong>del</strong><br />

año de 1593, se tiene noticia de él porque Gabriel de los<br />

Reyes comunicó este infausto suceso a la Audiencia de<br />

Guadalajara, manifestando que "los Chichimecas dieron<br />

muerte a todos los habitantes, quedando sólo él y unos<br />

pocos".<br />

Pero regresemos a los años inmediatos anteriores a nuestra<br />

fundación; los viandantes de los caminos de Tierra Adentro<br />

y el de las Villas, constantemente eran atacados por grupos<br />

de Chichimecas y esto hacía que la penetración española se<br />

dificultara y no se pudieran explotar debidamente las minas<br />

de nuestra región, ni pacificar a los indómitos indios,<br />

esto llegó a oídos <strong>del</strong> Rey de España, Don Felipe II y con<br />

el objeto de dar seguridad a los romeros de los caminos de<br />

nuestros rumbos, le encomendó al Doctor Jerónimo de Orozco,<br />

a la sazón Presidente de la Audiencia de Guadalajara,<br />

fundara una Villa española, intermedia entre Lagos y<br />

Zacatecas; y fue en el año de 1573 cuando el Doctor Orozco,<br />

siguiendo las órdenes <strong>del</strong> Rey, procuró gente intrépida para<br />

fundar la Villa y fueron vecinos de Santa María de los<br />

Lagos, diez años antes fundada, quienes vinieron al sitio<br />

de las Aguas Calientes, encabezados por Don Juan de Montero<br />

388


y con él, Jerónimo de loa Cueva, Alonso de Alarcón y los<br />

demás.<br />

Pues bien, el día 22 de Octubre <strong>del</strong> año de 1575, acatando<br />

las disposiciones <strong>del</strong> Rey de España, Don Felipe II y en su<br />

representación el Presidente de la Audiencia de<br />

Guadalajara, Doctor Don Jerónimo de Orozco, dicta y firma<br />

la cédula de fundación de nuestra Villa, con el nombre de<br />

Villa de la Asunción, misma que a la letra dice:<br />

"Don Felipe, por la gracia de Dios, Rey de Castilla, de<br />

León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de<br />

Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de<br />

Mayorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdova, de Córcega, de<br />

Murcia, de Jaén, de los Algarvez de Algecira, de Gibraltar,<br />

de Islas de Canaria, de las Indias; islas y tierra firme<br />

<strong>del</strong> mar Océano, Conde de Flandes y <strong>del</strong> Tirol, etc., por<br />

cuanto por Juan de Montoro por sí y en nombre de Gerónimo<br />

de la Cueva y Alonso de Alarcón y otras muchas personas nos<br />

fue fecha relación, diciendo que ellos querían poblar una<br />

Villa en el sitio y paso que dicen de Aguascalientes, junto<br />

a unas casas, que dicen tener en el dicho sitio, Alonso de<br />

Avales Saavedra, treinta leguas de la ciudad de Guadalajara<br />

y diez y seis de las minas de los Zacatecas, atento que de<br />

ello se seguía gran servicio a Dios nuestro o seguridad de<br />

los pasajeros que iban y venían de las dichas minas de<br />

Zacatecas o Guanajuato y otros pueblos comarcanos que por<br />

allí pasaban, a causa de las muertes y robos que en dicho<br />

sitio y su comarca los indios de guerra hacían, y para que<br />

la dicha población mas cómodamente se pudiese hacer o fuese<br />

en aumento, diésemos facultad al Consejo de dicha Villa<br />

para que pudiese repartir entre los vecinos de ella, las<br />

tierras y solares, estancias y huertas que la dicha Villa,<br />

tuviese en el término que se le diese o que sobre ella<br />

proveyésemos como la nuestra merced fuese, lo cual visto y<br />

consultado con el Doctor Gerónimo de Orozco, nuestro<br />

389


Presidente de la nuestra Audiencia o Cancillería real, que<br />

reside en la dicha ciudad de Guadalajara, nuestro<br />

Gobernador de todo el nuestro reino de Galicia <strong>del</strong> nuestro<br />

Consejo, se proveyó o mandó se hiciese el asiento y traza<br />

de la dicha Villa a la cual pusimos y ponemos por nombre la<br />

Villa de la Asunción efecto se trajese ante nos para que<br />

visto se proveyese lo que más conviniese a nuestro real<br />

servicio o para ello se dio cierto mandamiento o<br />

instrucción-, en cumplimiento de lo cual parece se hizo el<br />

dicho asiento y traza de la Villa, entre doce vecinos que<br />

se hallaron presentes a ello, a los cuales se les repartió<br />

ciertos solares de casas y suertes de huertas, estancias y<br />

caballerías de tierras y nombraron alcaldes y regidores, a<br />

un síndico procurador de la dicha Villa, y lo trajeron y<br />

presentaron ante nos y nos pidieron y suplicaron las<br />

mandásemos hacer merced <strong>del</strong> dicho repartimiento, y dalle el<br />

título de Villa para que gozasen de las preeminencias,<br />

prerrogativas e inmunidades que las demás Villas de estos<br />

nuestros Reinos gozaban y les debían ser guardadas lo cual<br />

por nos visto o que por información recibida acerca de lo<br />

susodicho nos consta ser servicio de Dios nuestro, o bien e<br />

pacificación de este dicho reino o pasajeros de la dicha<br />

población que hago y lleve a<strong>del</strong>ante, por la presente es<br />

nuestra merced y voluntad que agora de aquí a<strong>del</strong>ante para<br />

siempre jamás la dicha población e sitio de Aguascalientes<br />

se llame y nombre la Villa de la Asunción, a la cual<br />

señalamos y nombramos por términos suyos, cinco leguas a la<br />

redonda, con que en ellas no entre ningún pueblo de<br />

españoles ni naturales, ni sea en perjuicio nuestro ni<br />

suyo, ni de ninguna otra persona, o como tal villa pueda<br />

nombrar en cada un año para la administración y de la<br />

nuestra justicia dos alcaldes, cuatro regidores o un<br />

síndico procurador <strong>del</strong> Consejo de ella, y fecha la dicha<br />

elección antes o primero que usen de dichos cargos y<br />

390


oficios, la presenten en pública forma ante el dicho<br />

nuestro gobernador que al presente es o fuese de aquí<br />

a<strong>del</strong>ante y lleven confirmación de ella e como tal Villa<br />

hallan de gozar y gocen de todas las gracias y mercedes,<br />

franquezas, libertades, preeminencias, prerrogativas e<br />

inmunidades que deben gozar las tales Villas y vecinos de<br />

ellas de todo, bien y cumplidamente en guisa de vos no<br />

mengue en decoro alguno, e mandamos a las nuestras<br />

justicias de los reinos y señorías a cada una de ellas, en<br />

sus lugares e jurisdicciones, ante quien esta nuestra carta<br />

de merced fuere presentada, vos la guarden y hagan guardar<br />

cumplidamente sin que en ellos os pongan embarazo ni<br />

impedimento alguno, so pena de la nuestra merced. Dada en<br />

Guadalajara, a veintidós de octubre de mil quinientos<br />

setenta y cinco años. El Doctor Orozco."<br />

Así nació nuestra ciudad y hay que advertir que nació con<br />

la categoría de Villa, con todas las prerrogativas que su<br />

rango le daba.<br />

Don Juan de Montoro, principal fundador de nuestra Villa,<br />

fue en el año de su fundación, un joven de 27 años y fue<br />

longevo, pues rebasó los 90 años de vida; indudablemente,<br />

fue de un valor extraordinario, hombre de bien y no lo<br />

acobardaron los ataques Chichimecas, nació en el lugar<br />

cercano a Lagos, antes de la fundación de esta Villa; trajo<br />

consigno a vivir en Aguas-Calientes, que él fundó, a su<br />

esposa Doña Catalina de Ayala y con ellos. Micaela de<br />

Ayala, mujer de Jerónimo de la Cueva; así mismo, a su<br />

hermano Cristóbal de Montoro, Don Juan de Montoro fue hijo<br />

de Juan de Montoro, nacido en Jaén, Andalucía y de María<br />

Rodríguez, quienes emigraron a La Nueva España el 10 de<br />

Febrero de 1536.- Los restos <strong>del</strong> fundador de<br />

Aguascalientes, Don Juan de Montoro Rodríguez, reposan en<br />

la Catedral de Aguascalientes.<br />

391


LA RELIGIÓN CATÓLICA Y SUS INSTITUCIONES Durante la época<br />

colonial, la Nueva España tuvo como religión oficial la<br />

Católica, por lo tanto, también Aguascalientes, y no se<br />

admitía ninguna otra, al grado de que si una persona<br />

profesaba otro credo, era procesada en el Tribunal de la<br />

Santa Inquisición, el cual fue creado en 1480 para<br />

conseguir la unidad religiosa y política, al través <strong>del</strong><br />

miedo que se le tenia a dicho tribunal.<br />

La Corona Española, por medio de sus monarcas, tuvo un<br />

concordato con el Vaticano para la propagación de la fe en<br />

las Colonias, por medio <strong>del</strong> cual, el Estado Español se<br />

obliga a edificar templos, conventos, hospitales, proponer<br />

candidatos para señores Obispos de las diócesis de las<br />

Colonias y también exigir el pago de diezmos y demás<br />

percepciones económicas, en una palabra, fue España la gran<br />

evangelizadora de los pueblos, de sus Colonias, esto es lo<br />

que se conoce como Real Patronato; por lo tanto, el<br />

gobierno de la Nueva España, vio con buenos ojos la<br />

Cristianización dentro <strong>del</strong> Catolicismo de los pueblos<br />

indígenas.<br />

En la vida de la persona, siempre reconoce la existencia<br />

<strong>del</strong> elemento espiritual y esto hace que ostente un credo<br />

religioso y cuando esto acontece, toda su vida gira<br />

alrededor de su fe. Lo anterior pasó en los pueblos de la<br />

Nueva España y dentro de ellos, en Aguascalientes, todo<br />

mundo profesó la religión Católica y por lo tanto, ésta<br />

tuvo una importancia fundamental en la vida <strong>del</strong> colono,<br />

empezando con el bautizo, la instrucción religiosa que le<br />

dio las bases para normar su conducta al transcurrir en la<br />

vida, su matrimonio y por último, sus auxilios espirituales<br />

en el momento de la muerte, de ahí también la importancia<br />

de la figura <strong>del</strong> sacerdote o <strong>del</strong> fraile dentro de la vida<br />

de la sociedad, los cuales estuvieron presentes en toda<br />

clase de sucesos fastos o nefastos.<br />

392


No hay que perder de vista, que San Marcos fue un pueblo de<br />

indios Tlaxcaltecas que en él se avecindaron, pero estos ya<br />

estaban Cristianizados, esta versión también es de Don<br />

Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, he oído al Doctor Gutiérrez<br />

decir que fueron indios de otros lados y tan solo hubo un<br />

Tlaxcalteca y aquí entre nosotros no se dio el caso de que<br />

los frailes y sacerdotes defendieran a los indios, <strong>del</strong><br />

conquistador, pero basta con hojear las páginas de la<br />

Historia de México, para encontrarnos en esta época con los<br />

grandes defensores de los indios como lo fueron, Fray<br />

Bartolomé de las Casas, Fray Juan de Zumárraga, Fray<br />

Toribio de Benavente o bien, con los civilizadores, como<br />

Fray Pedro de Gante, Vasco de Quiroga, Fray Junípero Serra<br />

o Fray Alonso de la Veracruz; sí pues, la labor de estos<br />

hombres se puede catalogar como titánica, ya que tenían que<br />

empezar por conocer las lenguas o dialectos de los<br />

naturales.<br />

Aguascalientes perteneció a la región Chichimeca y nos dice<br />

Philip W. Powell en su obra "La Guerra Chichimeca":<br />

"Después de noventa años de guerra, se logró el dominio<br />

español de la Gran Chichimeca, no por la espada, sino<br />

mediante una combinación de diplomacia, compra y conversión<br />

religiosa. De la experiencia de esta pacificación, brotó el<br />

sistema de misiones que tan bien había de servir a España,<br />

en ulterior expansión por el Continente Americano".<br />

Por lo tanto, lo que la espada y el arcabuz no pudieron<br />

hacer en cuarenta años, en diez, ya que esta guerra duró<br />

cincuenta años, de 1550 a 1600, lo logró la Cruz; por medio<br />

<strong>del</strong> amor de los misioneros, de la Iglesia Católica, a los<br />

indios; buena labor pacificadora.<br />

PRIMEROS TEMPLOS Y CONVENTOS<br />

En el siglo XVI, que fue cuando se fundó la Villa de la<br />

Asunción de las Aguas Calientes, las construcciones de<br />

importancia fueron, la ermita, erigida en honor de San<br />

393


Sebastián. Ubicado cerca <strong>del</strong> Templo <strong>del</strong> Rosario, antes de<br />

La Merced, en lo que hoy es la Avenida Venustiano Carranza,<br />

el "Presidio", <strong>del</strong> cual ya hemos hecho mención, así como la<br />

capillita parroquial. La situación de la naciente Villa en<br />

sus primeros veinticinco años de existencia, fue de muchas<br />

penurias, en primer lugar, la constante zozobra de los<br />

ataques de los Chichimecas y las epidemias de Matlazahuatl,<br />

hicieron que los primeros pobladores mas bien se cuidaran<br />

de estas calamidades y no en construir.<br />

A partir <strong>del</strong> año de 1600, es decir, cuando se inició el<br />

siglo XVII, es otra cosa lo que acontece en nuestro medio,<br />

la guerra Chichimeca ha terminado y entonces se inició el<br />

desarrollo de nuestra Villa y se avecindan mas personas,<br />

construyen mas casas y modestas capillas, casi todos los<br />

templos construidos en la época Colonial, tuvieron por<br />

inicio las capillas construidas con materiales pobres, como<br />

el adobe y las vigas de los techos, ventanas y puertas de<br />

mezquite. Así nacieron humildemente, por medio de capillas,<br />

nuestros actuales templos de Catedral, San Marcos, el<br />

Rosario, San José y el Encino, la excepción fue el templo<br />

de San Diego, el cual, desde mediados <strong>del</strong> siglo XVII,<br />

empezó a construirse con su planta actual.<br />

El siglo XVIII, da paso a las construcciones en grande, se<br />

derriban las pobres capillas que en su época cumplieron con<br />

su misión y sobre de ellas se construyen los templos que le<br />

dan fisonomía a nuestra ciudad, al grado de que es<br />

catalogada como una de las poblaciones más agradables de la<br />

Nueva España.<br />

Se inicia la construcción de la actual Catedral el año de<br />

1704, siendo señor Cura, Don Antonio Flores de Acevedo y se<br />

concluyó en 1738, dedicándose en medio de solemnes fiestas<br />

<strong>del</strong> 4 al 11 de Octubre de ese año, habiendo sido el señor<br />

Cura que la concluyó, el gran constructor, Doctor Don<br />

Manuel Colón de Larreategui.<br />

394


Por lo que respecta al templo de San Marcos, fue el señor<br />

Cura Doctor Don Manuel Colón Larreategui quien inició la<br />

construcción de este templo en el lugar en que estaba la<br />

antigua capilla y cuando termina sus actividades como señor<br />

Cura, entre nosotros, en el año de 1758, deja la obra de<br />

este templo bastante avanzada y se termina en 1763,<br />

habiéndose dedicado el día 15 de Diciembre de ese año,<br />

siendo señor Cura de la Parroquia de la Asunción, el señor<br />

Doctor Don Mateo José de Arteaga.<br />

El templo <strong>del</strong> Rosario, antes de la Merced, fue iniciada su<br />

construcción el año de 1702, gracias al celo <strong>del</strong> lego<br />

profeso Fray Juan de la Cueva, terminada en los primeros<br />

años de ese siglo, pero su dedicación lo fue hasta el 28 de<br />

diciembre de 1773, siendo Comendador <strong>del</strong> Convento<br />

Mercedario, Fray Manuel Márquez.<br />

El actual templo de San José, se edifica al iniciarse la<br />

década de 1760, sobre el terreno en que antes hubo una<br />

capilla, fue patrocinado en sus costos totales de<br />

construcción, por el señor Cura Don Mateo José de Arteaga y<br />

se dedicó el templo, el martes santo 14 de abril de 1767.<br />

Nuestro templo <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino, inicia su construcción<br />

el señor Cura de la parroquia de la Asunción, Don Vicente<br />

Antonio Flores Alatorre, el día 12 de enero de 1773 y se<br />

dedica con el título <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong> Encino el día 11 de<br />

marzo de 1796, ya que en las capillas antecedentes <strong>del</strong><br />

templo, se honraba al Arcángel San Miguel.<br />

El 11 de Mayo de 1763, se inició la construcción <strong>del</strong> templo<br />

de Guadalupe, concluyéndose su construcción en el mes de<br />

Agosto de 1789, el terreno en que se construyó fue donado<br />

por un señor de apellido Badillo y aportaron fuertes<br />

cantidades de dinero para su construcción, los señores<br />

Presbítero Don José Javier Tello de Lomas y el Licenciado<br />

Don Francisco Flores Robles.<br />

395


El templo de San Juan Nepamuceno se encuentra edificado en<br />

la cuarta calle de Hornedo y respecto a su construcción, no<br />

se tienen mayores noticias, pero ya para 1769 se hace<br />

referencia <strong>del</strong> mismo en el testamento <strong>del</strong> señor Don Antonio<br />

Rodríguez, en el que mandaba en una de sus cláusulas, se le<br />

oficiaran nueve misas en la capilla de San Juan Nepomuceno.<br />

También el gran benefactor de Aguascalientes, es Francisco<br />

de Rivero y Gutiérrez; en la cláusula décima séptima de su<br />

testamento, otorgado el 20 de Agosto de 1776, establece un<br />

legado por la cantidad de quinientos pesos, para la Capilla<br />

de Nuestro Señor San Juan Nepamuceno, sita en esta Villa.<br />

En este templo, en la parte superior <strong>del</strong> arco Norte de su<br />

crucero, hay un medalloncito con la siguiente fecha, 25 de<br />

febrero de 1776, probablemente se refiera a la consagración<br />

<strong>del</strong> mismo.<br />

En 1644, fue Alcalde Mayor en nuestra Villa de la Asunción<br />

de las Aguas Calientes, Don Agustín Rincón de Ortega y<br />

él y su esposa Doña Leonor Caballero, fueron fundadores y<br />

patrones <strong>del</strong> Convento Carmelita y de su templo que pocos<br />

años después se convirtió en Convento Franciscano y los<br />

Franciscanos, utilizando un legado por treinta mil pesos<br />

que les dejara Don Agustín Rincón de Ortega, concluyeron<br />

las obras materiales de la Iglesia de San Diego, que fue<br />

dedicada el 2 de Febrero de 1682.<br />

CONVENTOS DE LA COLONIA.<br />

Dentro de la iglesia Católica, los sacerdotes que viven<br />

entre los fieles, sin vivir en los conventos, forman parte<br />

<strong>del</strong> Clero Secular y los religiosos y religiosas, junto con<br />

los sacerdotes que viven enclaustrados en los conventos y<br />

obedecen las normas y reglas instituidas por quienes<br />

fundaron sus órdenes religiosas, forman parte <strong>del</strong> Clero<br />

Regular.<br />

396


Pues bien, vamos a mencionar al clero Regular y sus<br />

distintas órdenes religiosas que hubo en Aguascalientes,<br />

durante la Colonia y los conventos que fundaron.<br />

FRANCISCANOS<br />

Por allá, por los años de 1649, en la población de Alcalá<br />

de Henares, muy cerquita de Madrid, capital de España, hubo<br />

una reunión general de quienes dirigían la Orden de los<br />

Carmelitas Descalzos y en dicha reunión se acordó fundar un<br />

convento en Aguascalientes, Nueva España, en la provincia<br />

Carmelita de San Alberto, la cual fue representada en esta<br />

reunión, por Fray Juan de San José. Fue nuestro alcalde<br />

Mayor, Don Agustín Rincón de Ortega y su esposa Doña Leonor<br />

Caballero, quienes, de su patrimonio, empezaron a construir<br />

el templo y convento Carmelita, sobre dieciseis solares de<br />

terreno, que le vendió a Don Agustín Rincón de Ortega, el<br />

señor Pedro de Huerta, mismos que fueron escriturados<br />

directamente a los reverendos Frailes Carmelitas, Don<br />

Bartolomé de San Cristóbal, Don Pedro de la Concepción y<br />

Don Lucas de la Encarnación, escritura otorgada con fecha<br />

29 de Diciembre de 1651.<br />

Por órdenes de sus superiores, el año de 1652 los<br />

Carmelitas abandonaron la Villa de la Asunción de las Aguas<br />

Calientes, sin conocerse la causa, lo que ocasiona tristeza<br />

en nuestro medio y más al benefactor, Don Agustín Rincón de<br />

Ortega, a quien lo sorprendió la muerte el 9 de Agosto de<br />

1653, dejando en su testamento un legado de treinta mil<br />

pesos, para la continuación de la obra de la que llevaba<br />

gastados veinte mil y nombró albacea y ejecutor de sus<br />

disposiciones testamentarias, a su hermano, el señor<br />

Licenciado Don Pedro Rincón de Ortega, señor Cura de<br />

nuestra Villa.<br />

El día 6 de abril de 1656, el Rey Don Felipe IV, en la<br />

Ciudad de Madrid y a petición de los vecinos de nuestra<br />

Villa, encabezados por el señor Cura Don Pedro Rincón de<br />

397


Ortega, autoriza a los religiosos descalzos de la Provincia<br />

Franciscana de San Diego de México, para que continúe la<br />

obra dejada por los Carmelitas y los Franciscanos, por<br />

medio de Fray Cristóbal Muñoz de la Concepción y Fray<br />

Martín de Vadiola, toman posesión <strong>del</strong> Convento de<br />

Aguascalientes, misma que se las dio el señor Cura Don<br />

Pedro Rincón de Ortega; dando fe el Alcalde Mayor,<br />

Licenciado Don Francisco de Prado y Castro.<br />

Los Franciscano, con el legado que les hizo Don Agustín<br />

Rincón de Ortega, terminaron el templo y convento, siendo<br />

el primero, el templo de San Diego, el cual fue dedicado el<br />

2 de febrero de 1652; y el convento es el hermoso edificio<br />

que pertenece a la Universidad Autónoma de Aguascalientes,<br />

al que se le da el nombre de "Edificio Jesús Gómez<br />

Portugal", el cual se dedicó como convento el 21 de Mayo de<br />

1667.<br />

MERCEDARIOS<br />

Esta Orden fue creada en España, fundamentalmente para la<br />

redención de cautivos que los Moros hacían y posteriormente<br />

se ramifica por todas las Colonias españolas prodigándose<br />

en obra piadosa.<br />

Veamos como llegaron los Mercedarios a Aguascalientes,<br />

resulta que nuestro ya conocido señor Licenciado Don Pedro<br />

Rincón de Ortega, que llegó a ser señor Cura de nuestra<br />

Villa, en sus mocedades profesó como Mercedario en la<br />

ciudad de México, el 8 de abril de 1620, pero resulta que<br />

tal vez por el rigorismo de la Regla Mercedaria, o por<br />

razones de salud, hace gestiones para la anulación de sus<br />

votos religiosos y lo consigue; así las cosas, se vino a<br />

esta su tierra, Villa de la Asunción de las Aguas<br />

Calientes, al lado de sus padres y hermanos, habiendo sido<br />

designado señor Cura en Enero de 1650, sintiéndose viejo,<br />

le entró remordimiento por haber gestionado la nulidad de<br />

sus votos Merce daños y le pidió al Padre Maestro<br />

398


Provincial de los Mercedarios de la ciudad de México, Fray<br />

Jerónimo de Andrade, le enviase un sacerdote Mercedario<br />

culto, para que lo asistiese, porque se hallaba ya muy<br />

enfermo y próximo a la muerte, por lo que quería tener en<br />

su compañía a algún religioso Mercedario, pues el, en su<br />

corazón, se seguía sintiendo pertenecer a esta Orden y<br />

obsequiaron su deseo y le enviaron a Fray Nicolás de<br />

Ortega, el cual fue recibido con mucho aprecio de parte <strong>del</strong><br />

señor Cura, Don Pedro Rincón y Fray Nicolás empezó a<br />

trabajar entre nosotros y vio que hacía falta una escuela,<br />

pues aquí la gente es buena y conveniente sería que tuviera<br />

cultura y le propuso a Don Pedro, para servir mejor a Dios,<br />

fundar en la villa un Colegio, en donde se enseñara a los<br />

niños a leer y escribir, la Doctrina Cristiana y la<br />

Gramática, a lo que accedió con placer el buen Párroco<br />

Rincón de Ortega, quien facilitó los medios para construir<br />

el Colegio y un templo, Colegio que se llamó de la<br />

Encarnación, el Colegio fue atendido por Mercedarios; fue<br />

la razón por la que se establecieron entre nosotros,<br />

saliendo de Aguascalientes en la época de la Reforma. El<br />

templo de La Merced, hoy El Rosario y el Colegio estuvo<br />

junto a el.<br />

JUANINOS<br />

Los Juaninos pertenecen a las órdenes hospitalarias, se<br />

dedican a cuidar enfermos, esta Orden fue de gran<br />

importancia en Aguascalientes, porque fundaron el primer<br />

hospital.<br />

En la Colonia, los hospitales fueron instituciones<br />

realmente de beneficiencia, pues no únicamente se atendía a<br />

los enfermos, sino que se daba de comer al hambriento y se<br />

protegía al que no tenía un techo bajo el cual dormir.<br />

No cabe duda que en la historia de la humanidad, hay<br />

hombres que ven en sus semejantes verdaderos hermanos y<br />

tratan de protegerlos, hasta donde sus medios alcancen. Así<br />

399


pasó en, Aguascalientes, en el año de 1684, había aquí un<br />

señor Presbítero y Doctor, Don Diego de Quijas y Escalante,<br />

Comisario de la Inquisición, que viendo la falta tan grande<br />

que hacía un hospital, escribió a México a la Orden de los<br />

Juaninos, ofreciendo toda su fortuna para que establecieran<br />

en nuestra Villa un hospital y el Comisario General de la<br />

Provincia <strong>del</strong> Espíritu Santo de Nueva España, Islas de<br />

Barloven Guatemala y Filipinas de la Orden Juanina, Fray<br />

Pedro de Bolívar, reunió a los demás frailes y les hizo<br />

saber el ofrecimiento y petición <strong>del</strong> Doctor Quijas y<br />

Escalante, a lo que estuvieron de acuerdo y comisionaron a<br />

Fray Domingo de Santa para que fuera realidad el hospital y<br />

Convento.<br />

El día 3 de Enero de 1685, ante la fe <strong>del</strong> Escribano Don<br />

Navarrete Argate, Don Diego de Quijas y Escalante, donó sus<br />

bienes para la creación <strong>del</strong> Hospital, Convento, Templo y<br />

Cementerio a la Orden Juanina, representada por su<br />

apoderado Fray Domingo de Santa María y se designó como<br />

primer Prior <strong>del</strong> convento y Hospital, a Fray Juan de Dios<br />

Patiño, quien debido a su celo en prodigarse a los demás,<br />

pronto hizo que esta institución funcionara.<br />

El templo, convento y hospital, recibieron el nombre de San<br />

Juan de Dios y no se trata de otro lugar, sino de nuestro<br />

actual templo de San José y el hospital donde hoy es la<br />

escuela Primo Verdad; también de ahí que la calle que<br />

desemboca frente a estos lugares, aún se llame<br />

"Hospitalidad".<br />

El señor Presbítero, Bachiller, Licenciado y Doctor Don<br />

Diego Quijas y Escalante, fundador y benefactor de esta<br />

obra pía, falleció el 9 de Noviembre de 1687, habiendo sido<br />

sepultado en el convento Juanino que él creara.<br />

Al finalizar la Colonia, el 26 de Octubre de 1807, llegaron<br />

a nuestra ciudad las Monjas de la Enseñanza y fundaron un<br />

400


Colegio en lo que hoy es la Casa de la Cultura, cumpliendo<br />

su misión educadora.<br />

FESTEJOS RELIGIOSOS.<br />

La vida de los pobladores de la Villa de la Asunción de las<br />

Aguas Calientes, transcurría un tanto monótona, después de<br />

que fue pacificada la región (1600) y tan solo los festejos<br />

religiosos, cívicos y familiares, rompían la rutina diaria;<br />

debido al gran sentido de religiosidad de nuestra gente,<br />

festejaban a los santos patronos de las iglesias de su<br />

barrio, así como las dedicaciones que hacían de los templos<br />

que construían, recordemos cómo, las primitivas capillas se<br />

construyeron en el siglo XVII, y en el siglo XVIII, las<br />

derrumbaron y se construyeron en su lugar, muchos de los<br />

templos que actualmente tenemos; los vecinos aprovechaban<br />

la terminación de estas construcciones para hacer grandes<br />

fiestas.<br />

No podemos separar de las fiestas, el aspecto profano y el<br />

religioso, pues junto a los actos religiosos, consistentes<br />

en misas, procesiones, sermones, te deum, nuestro pueblo se<br />

divertía con fuegos de artificio como castillos, cohetones,<br />

coronitas, toritos y con verbenas fuera de los templos,<br />

como un trasunto de las culturas prehispánicas, las danzas<br />

con gente ataviada a la usanza de los indígenas. También,<br />

dentro <strong>del</strong> seno <strong>del</strong> hogar se celebraban los festejos<br />

religiosos, comiendo antojitos, no olvidemos el clásico<br />

mole de guajolote el día de San Marcos y la variedad de<br />

viandas con motivo de las fiestas de los Fieles Difuntos y<br />

Navidad.<br />

Dentro de las páginas de la historia de Aguascalientes en<br />

la época colonial, tenemos una estampa que nos describe un<br />

festejo eminentemente religioso, como lo fue la dedicación<br />

de la Catedral, habiendo dejado noticia de ello, Don Manuel<br />

Antonio Gallardo, quien la escribió en esta Villa de<br />

Aguascalientes, a diez y nueve de octubre de mil<br />

401


setecientos treinta y ocho y que en sus partes de mayor<br />

importancia dice:<br />

DEDICACIÓN DE LA IGLESIA<br />

"El día 4 de Octubre de 1738 años, se dedicó la iglesia<br />

parroquial de esta Villa, que hacía 34 años se había<br />

comenzado fabricar y renovar, habiéndose hecho la bendición<br />

de ella, prevenida por el ritual romano y para que fuera<br />

con la mayor solemnidad, el día 3 <strong>del</strong> mismo mes, a las<br />

cuatro de la tarde, se trajo en procesión, de manos <strong>del</strong><br />

Doctor Don Manuel Colón de Larreategui, Cura y Vicario de<br />

esta Villa, el Divinísimo Señor Sacramentado desde la<br />

iglesia de San Diego, acompañando a su Divina Majestad, las<br />

imágenes de los gloriosos Patriarcas San Francisco, San<br />

Pedro Nolasco, San Juan de Dios con sus Comunidades, la de<br />

nuestra Señora <strong>del</strong> Rosario, San Luis Rey de Francia y San<br />

Pedro Almengor con sus terceras Ordenes; y el glorioso<br />

Apóstol San Pedro con su Clero, Cofradías, Cabildo,<br />

Justicia y Regimiento, con su vecindario y otras muchas<br />

personas de excepción, que concurrieron de varias partes; y<br />

habiendo llegado a la parroquia por la calle de Tacuba<br />

(donde su Divina Majestad hizo mansión), en el altar que<br />

estaba prevenido, se recitó una loa o coloquio en su loor y<br />

alabanza por beneficio <strong>del</strong> nuevo templo y llegado a él y<br />

colocando a su Divina Majestad en el altar mayor y trono<br />

nuevo, con las demás imágenes referidas, se cantaron<br />

vísperas con la mayor solemnidad posible, patente y<br />

manifiesta su Divina Majestad, y al día siguiente se<br />

celebró con misa y sermón por toda la octava, en cuyos<br />

días, por las tardes, la celebraron los vecinos con sus<br />

loas y comedias, y las noches con sus fuegos y carros y<br />

después con seis días de lidiar toros y juegos de cañas.<br />

El dicho día primero de la dedicación, se estrenaron las<br />

campanas dedicadas una, a nuestra Señora de los Dolores y<br />

otra al Señor San José.<br />

402


El primer día predicó el Bachiller Don José de Rivera<br />

Villalobos, Cura propio de la ciudad de Zacatecas,<br />

Examinador Sinodal de este Obispado y Rector que fue <strong>del</strong><br />

Colegio-Seminario de Guadalajara; y el octavo, el<br />

Licenciado Don Juan Faustino de Aguilera, originario de<br />

esta Villa, Cura <strong>del</strong> Sagrario de la Santa Iglesia Catedral<br />

de Guadalajara y después, Prebendado de ella".<br />

Dichos días, sábado, domingo y lunes, fue el jubileo de<br />

Cuarenta Horas, en los que estuvo todo el día expuesto el<br />

Divinísimo Señor, y el martes siete se representó la gran<br />

comedia "La misma conciencia avisa" por sólo dos sastres;<br />

Esteban Narváez y Antonio López (alias) Mínima.<br />

El ocho, "El Negro al cuerpo blanco".- La costearon los<br />

zapateros.<br />

El Jueves nueve, "El canto junto al encanto”.- Por los<br />

barberos, cigarreros y loceros.<br />

El Viernes diez, los chileros de Triana.- "El renegado al<br />

cielo".<br />

El Sábado once, los Alarifes y sombreros.- "Mejor está que<br />

estaba".<br />

El Domingo doce de octubre, los Obrajeros.- "Los Españoles<br />

en Chile y Conquista al Reino de Arauco".<br />

La semana siguiente, toros y carreras y el domingo<br />

siguiente, diez y nueve de octubre, la comedia "El secreto<br />

a voces", que costearon los herreros y serenos".<br />

Así pues, con esta estampa nos damos cuenta de una gran<br />

festividad religiosa entre nosotros, en la que mezclaron<br />

actos religiosos y profanos, como representaciones<br />

teatrales, carreras de caballos y corridas de toros.<br />

FUNDACIÓN DE LOS PUEBLOS EN LO QUE AHORA ES EL ESTADO DE<br />

AGUASCALIENTES EN LA ÉPOCA COLONIAL<br />

Tepezalá.- Antes de que se fundara la Villa de la Asunción<br />

de las Aguas Calientes (1575), ya existía Tepezalá, el<br />

maestro Don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, nos dice que se<br />

403


fundó por los meses de marzo o abril de 1573, debido a<br />

gestiones <strong>del</strong> Capitán Don Diego de Ibarra, sin embargo,<br />

Phillip W. Powel, en su obra "La Guerra Chichimeca" (1550-<br />

1600), en el capítulo V, establece que en 1561 "Las<br />

estancias de Diego de Ibarra en Tepezalá, fueron asaltados,<br />

murieron el administrador, su sobrino y muchos obreros<br />

indios". Lo cierto es que Tepezalá ya existía en la zona<br />

minera de Aguascalientes, cuando nació nuestra ciudad<br />

capital.<br />

San Marcos.- En 1604, nació el "Pueblo Nuevo" de indios de<br />

San Marcos, al Poniente de la Villa de la Asunción de las<br />

Aguas Calientes, estos indios fueron de origen Tlaxcalteca<br />

y se creó este pueblo en un punto estratégico, pues servía<br />

de defensa a la Villa española, cuando el ataque provenía<br />

<strong>del</strong> Occidente, andando el tiempo, este pueblo forma parte<br />

de la ciudad de Aguascalientes y se constituye en uno de<br />

sus cuatro famosos barrios; su Santo Patrono dio origen a<br />

las fiestas de la Feria de San Marcos.<br />

Rincón de Romos.- En 1763, Rincón de Romos se perfila como<br />

pueblo, aunque sus títulos primordiales datan de 1639,<br />

estos se pueden tomar como antecedentes; resulta que ya<br />

para 1763, en el punto conocido como barrio de Chora, ya<br />

había un asentamiento indígena y junto a ella, en 1763, se<br />

forma una congregación de criollos y mestizos que, unidos<br />

al casco de la Hacienda de Rincón, dan originen al pueblo<br />

de Rincón de Romos.<br />

San José de Gracia.- Este fue un pueblo fundado por una<br />

congregación de indios en el año de 1686, el sitio en que<br />

crearon este pueblo, se conocía con el nombre de Marta y<br />

perteneció a la Hacienda de "Paredes", propiedad <strong>del</strong><br />

Capitán Don Matías López de Carrasiquilla y se tiene como<br />

su fundador a un "indio principal", llamado Juan Domínguez;<br />

otro de sus fundadores fue el indio Mateo Rodríguez, que<br />

vino de San Luis de la Paz.- El original pueblo de San José<br />

404


de Gracia ha desaparecido, bajo las aguas de la presa<br />

"Calles" que se terminó de construir en 1926, por lo tanto,<br />

el actual pueblo de San José de Gracia, a las orillas de la<br />

presa es de reciente construcción.<br />

Asientos.- Se cree que esta población, por excelencia<br />

minera, no tiene fundación legal, sin embargo, desde 1694<br />

se fueron juntando en este punto gambusinos, mismo que<br />

pertenecía a la hacienda de "Nuestra Señora de los Dolores<br />

<strong>del</strong> Carro", el Real de Minas que ahí se creó, se conoció<br />

con el nombre de "Nuestra Señora de la Merced",<br />

posteriormente, con el nombre de "Nuestra Señora de Belén<br />

de los Asientos de Ibarra".<br />

En las proximidades de la población de Asientos, en el año<br />

de 1647, se denunció la mina de "Nuestra Señora de la<br />

Soledad", en la falda <strong>del</strong> cerro de Altamira, en el cerrito<br />

de San Antonio; su denunciante fue Salvador Adame, siendo<br />

esta la noticia más antigua de este lugar.<br />

Jesús María.- Para Don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, fue<br />

fundador de Jesús María, población aledaña a<br />

Aguascalientes, el indio cacique Don Matías Saucedo y<br />

Moctezuma, Capitán de Fronteras, quien adquirió <strong>del</strong><br />

Mayorazgo de Ciénega de Mata, el sitio llamado<br />

"Jonacatique", el año de 1699 y en el año de 1701, con<br />

intervención <strong>del</strong> Alcalde Mayor de Aguascalientes, Don Diego<br />

de Parga de Gayoso, fundó el citado pueblo, con el nombre<br />

de "Jesús María de los Dolores".<br />

Por su parte, Don Jesús Bernal Sánchez, establece como el<br />

11 de Septiembre de 1702, ante el escribano Salvador<br />

Delgado Cervantes, comparecieron Sebastián y Jacinto de<br />

Luna y Tapia, Calixto de Luna, Marcos Saucedo, etc. etc.,<br />

indios latinos en lengua castellana, vecinos de esta<br />

jurisdicción y manifestaron que son cuarenta familias y<br />

describe que en situación económica deplorable y ellos<br />

dieron poder, a un indio originario de San Luis de la Paz,<br />

405


esidente de esta Villa, el cual fue Gaspar de los Reyes,<br />

para que a su nombre pidiera a los señores de la Audiencia,<br />

el sitio para su fundación, y este historiador creyó que<br />

posiblemente estos indios hayan sido fundadores de Jesús<br />

María.<br />

Calvillo.- Esta población se encuentra asentada al<br />

Occidente de lo que hoy es el Estado de Aguascalientes, en<br />

el Valle de Huajúcar y su fundación va al parejo de la<br />

creación <strong>del</strong> Curato, fue el 18 de Noviembre de 1771, cuando<br />

el señor Canónigo, Doctor Don Manuel Colón de Larreategui,<br />

gobernador en funciones de la Mitra de Guadalajara, el que,<br />

separando Calvillo <strong>del</strong> Curato de Tabasco, erigió la<br />

Parroquia de San José de Huajúcar, en terrenos propiedad<br />

<strong>del</strong> vecino Don José Calvillo, quien los cedió y debido a<br />

este filántropo, y ya en el México independiente (1825),<br />

recibe la población el nombre de "Calvillo"; así nació uno<br />

de los asentamientos más prósperos que ha dado gentes que<br />

honran al Estado de Aguascalientes.<br />

LA ECONOMÍA EN LA COLONIA<br />

"LA AGRICULTURA"<br />

El cultivo de plantas, siempre ha proporcionado a la<br />

humanidad, un renglón muy importante para su alimentación y<br />

va aparejando a la etapa de sedentarismo de un pueblo y<br />

cuando este ve asegurada su subsistencia, tiene tiempo para<br />

pensar y surge su cultura.<br />

En el México pre-hispánico, los pueblos más cultos<br />

practicaban la agricultura y cultivaban maíz, frijol,<br />

chile, algodón, calabaza, jitomate, camote, maguey, papaya,<br />

zapote, henequén, etc, etc., pero la trilogía de plantas<br />

que aún hoy día forman la base de nuestra alimentación son,<br />

el maíz, frijol, chile. Con el maíz, se obtiene una gama<br />

extraordinaria de alimentos, pensemos un poco en ellos;<br />

elotes, tortillas, (y con ellas tacos, tostadas,<br />

enchiladas), tamales, gorditas, atole, pozole y hasta<br />

406


tejuino, que hizo las funciones de vino. Otras de las<br />

prodigiosas plantas, fue el maguey, pues con el obtenían;<br />

aguamiel, pulque (bebida embriagante), miel, fibras para<br />

tejidos burdos, las puntas de las pencas sirvieron de<br />

clavos; tanto el maíz como el maguey, fueron tan<br />

importantes que las deificaron, es decir, los convirtieron<br />

en dioses.<br />

En cuanto a técnicas de cultivos de los pueblos indígenas a<br />

la llegada de los españoles, era avanzada, pues ya<br />

practicaban el riego por medio de canales y como no tenían<br />

animales de tiro, no conocían el arado, pero se valían de<br />

bastones plantadores "Coas", que eran varas endurecidas sus<br />

puntas por medio de la humedad y fuego.<br />

Cuando llegaron los españoles, la agricultura se transformó<br />

y tuvo avances espectaculares, pues ellos aportaron todo lo<br />

relativo a animales de tiro como caballos, muías, burros y<br />

bueyes, por lo tanto, aparecieron arados, carromatos,<br />

norias, molinos, etc., etc., y en cuanto a plantas<br />

importadas, trigo, arroz, caña de azúcar, naranja,<br />

cacahuate, plátano, etc, etc.,<br />

En Aguascalientes no hubo agricultura prehispánica, en<br />

virtud de que no existían asentamientos indígenas, ya que<br />

eran valles, ríos y bosques de mezquites, que formaban<br />

parajes solitarios; la agricultura nació al parejo de la<br />

llegada de los españoles, necesaria para su manutención y<br />

la de los mineros vecinos, yo creo que los pioneros de la<br />

agricultura en nuestra Villa, lo fueron Don Alfonso Avalos<br />

de Saavedra, por el rumbo de donde es hoy la calle de Pedro<br />

Parga (antes Apostolado) y Don Hernán González Berrocal,<br />

con sus huertas en Triana.<br />

Siendo así las cosas ¿Cómo nació la propiedad rural en<br />

Aguascalientes?<br />

No perdamos de vista, que Aguascalientes fue una Villa de<br />

españoles, por lo tanto, las leyes y costumbres en materia<br />

407


agraria, fueron las de España y estas establecían como<br />

formas de adquisición: a).- Mercedes Reales.- b).- Por<br />

composición, a consecuencia de prescripción, dando origen<br />

estas formas a las haciendas, ranchos, propios, ejidos y<br />

comunidades.<br />

Los conquistadores, cuando consumaban sus conquistas en<br />

nombre de los Reyes de España, se posesionaban de todas las<br />

tierras, por lo que estas, en principios, pertenecían a la<br />

Corona Española, aunque la legislación ordenaba se<br />

respetaran las tierras que tuvieran dueño, en la práctica<br />

no se obedecían dichas leyes, en lo que fuera contrario a<br />

los intereses de los conquistadores y cometían despojos,<br />

pero ¿Cuándo no ha sucedido esto?, basta ir a nuestros<br />

tribunales civiles y darnos cuenta de los muchos problemas<br />

que hoy existen, en materia de propiedad de la tierra. Por<br />

lo anterior, los Reyes de España se sentían dueños de las<br />

tierras que sus súbditos conquistaban en su nombre y<br />

mientras estas no se entregaban a particulares, recibían el<br />

nombre de "Realengas".<br />

Cuando los Reyes de España veían que por necesidades de su<br />

imperio y para mayor gloria de Dios, convenía otorgar el<br />

derecho de propiedad de la tierra a un grupo de súbditos,<br />

ya fueran indios o españoles, o bien, a una sola persona<br />

por señalados servicios a la Corona, lo otorgaban y a este<br />

acto se conoció como "Merced Real" o "Gracia Real".<br />

Siguiendo la legislación Castellana, aquella persona que<br />

por medio de la agricultura o la ganadería se posesionara<br />

de tierras, fueran pequeñas o grandes extensiones, pero que<br />

se demostrara que las utilizaba; estas tierras dejaban de<br />

pertenecer a la Corona y su usufructuario podía pedir una<br />

"Merced" o pagaba una composición, que fue una paga<br />

simbólica y entonces se le escrituraba su propiedad.<br />

408


Las anteriores formas de adquisición, fueron para<br />

particulares, pero hubo otras formas de propiedad colectiva<br />

como los propios, ejidos y comunidades.<br />

En virtud de que los Ayuntamientos, Hospitales, Conventos,<br />

Parroquias y demás instituciones benéficas, no se podían<br />

sostener con los raquíticos ingresos que les proporcionaban<br />

las personas de sus respectivas jurisdicciones, los Reyes<br />

de España tuvieron la feliz idea de darles suficientes<br />

tierras de cultivo para su sostenimiento; a estos bienes se<br />

les conoció con el nombre de "Propios".<br />

La palabra "Ejido", tiene su origen en el Latín, es decir,<br />

tiene etimología latina, y viene de la palabra "Exitus" que<br />

quiere decir salida.<br />

Tanto los habitantes de los pueblos españoles, como los de<br />

los indígenas, tenían necesidad de tierras comunes<br />

inmediatamente, fuera de sus últimas casas, que empleaban<br />

para que pastaran sus animales o para traer sus cosechas<br />

ahí pizcan su maíz o garrotear su frijol, era algo así<br />

corno el patio común de la casa de todos; entonces el Rey<br />

les daba esas tierras que fueron los "Ejidos", tierras<br />

inmediatamente fuera <strong>del</strong> pueblo.<br />

Por último, las "Tierras de Comunidad", este tipo de<br />

propiedad se parecía al "Calpulli" indígena, eran tierras<br />

que el Rey dio a los indios para su aprovechamiento. En<br />

nuestro Estado de Aguascalientes, en Sierra Fría, aún<br />

existen tierras de Comunidad, es decir, hay comuneros.<br />

Ahora bien, en cuanto al Cultivo de las tierras, lo hacían<br />

los españoles, sus hijos, los indios que les encomendaban<br />

para su cristianización, o sea las "Encomiendas", que se<br />

redujeron a partir de 1573 y se extinguieron en 1718,<br />

también por peones libres y acasillados.<br />

Analizando la cédula de fundación de nuestra Villa, nos<br />

damos cuenta que Felipe II, Rey de España, por medio <strong>del</strong><br />

Gobernador de Nueva Galicia, hizo algunas consideraciones<br />

409


de tipo agrario, pues a los doce vecinos fundadores, "les<br />

repartió ciertos solares de casas y suertes de huertas,<br />

estancias y caballerías de tierras", así mismo, establece<br />

la extensión de nuestra Villa de la Asunción", a la cual<br />

señalamos y nombramos por términos suyos, cinco leguas a la<br />

redonda, con que en ellas no entre ningún pueblo de<br />

españoles ni naturales...."<br />

Las extensiones de tierra, propiedad de una sola persona,<br />

reciben los nombres de rancho, si no es muy extenso y de<br />

Hacienda o Latifundio, cuando lo es.<br />

En los siglos XVII y XVIII, en lo que hoy es el Estado de<br />

Aguascalientes, se formaron los Latifundios, destacando las<br />

Haciendas de Paredes, Pabellón, Cieneguilla, La Labor, El<br />

Saucillo, San Antonio, La Cantera y Ciénega de Mata, siendo<br />

este último el más grande, pues parte de ella ocupó una<br />

cuarta parte de lo que hoy es el Estado de Aguascalientes,<br />

siendo sus propietarios la familia Rincón Gallardo.<br />

A fines de la Colonia, en lo que hoy es el Estado de<br />

Aguascalientes, hubo 25 haciendas y 144 ranchos.<br />

LA GANADERÍA<br />

Toda la ganadería que existió en la Nueva España, fue<br />

traída de Europa, con tan buena suerte, que proliferó en<br />

muy poco tiempo; trajeron los conquistadores, ganado<br />

vacuno, caprino, lanar, mular, caballar y asnar, creo que<br />

en México tiene una deuda con el burro, quien merece se le<br />

levante un monumento, porque fue el que liberó a los indios<br />

de las cargas pesadas, ya con el, pasaron a las páginas de<br />

la historia el tameme, el cual fue indio cargador.<br />

Por intercesión de Don Hernán Cortés, se dispuso que cuanto<br />

navío viniera a Nueva España, debería de traer sementeras y<br />

ganado para beneficio de la Colonia; a su padre Don Martín<br />

Cortés, le pidió le mandara de Me<strong>del</strong>lín, pie de cría de<br />

borregos merinos y cuando llegaron, los destinó a Tlaxcala.<br />

410


La ganadería, además de proporcionar elementos para carga y<br />

tiro, dio alimentación y fue la base de la curtiduría con<br />

su variada gama de aplicaciones. Fue tan rápido su<br />

desarrollo, que en 1530 el ganado lanar proporcionó 12,000<br />

arrobas de lana y ya para 1529 existía la ganadería de<br />

reses de lidia de Ateneo, propiedad <strong>del</strong> Licenciado Don Juan<br />

Gutiérrez Altamirano, dándose la primer corrida de toros el<br />

día 13 de Agosto de 1529.<br />

El Barón de Humboldt, calculó que a fines de la Colonia en<br />

Nueva España, existían 70,000 mulas para los trabajos <strong>del</strong><br />

campo y los transportes.<br />

En la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas<br />

Calientes, el año de 1794, el sub<strong>del</strong>egado informaba que en<br />

el medio rural existían 3,071 yuntas dobles, lo que<br />

significaba 6,142 bueyes, 19,662 cabezas de ganado vacuno,<br />

644 manadas de caballar y 111,335 cabezas de ganado menor.<br />

Por lo que respecta al caballo, en la conquista hizo su<br />

aparición espectacular y los naturales lo conceptuaban un<br />

solo ser junto con su jinete y algo así como hijo <strong>del</strong><br />

infierno por ser una máquina destructora, pero pronto se<br />

dieran cuenta de la realidad y que no eran indestructibles.<br />

El ganado caballar proliferó en nuestra Patria, al grado de<br />

que es símbolo de nuestra nacionalidad, pues la estampa<br />

cabal <strong>del</strong> charro, es montado a caballo.<br />

LA INDUSTRIA<br />

Durante la época Colonial, la industria no tuvo auge,<br />

debido a las leyes dictadas por la Metrópoli, por medio de<br />

las cuales restringían a la misma con el ánimo de proteger<br />

tanto a la industria como al comercio Peninsular; sin<br />

embargo, por razón propia de la satisfacción de las<br />

necesidades de los colonos, tuvieron que desarrollarse las<br />

industrias de la construcción, alimenticia, textiles y la<br />

vitivinícola, esta a escondidas y en poca escala, con el<br />

fin de atender las necesidades <strong>del</strong> rito Católico.<br />

411


Las Fábricas, recibieron el nombre de Obrajes y en ellas,<br />

las condiciones de trabajo fueron pésimas, carentes de la<br />

más elemental higiene y hacían las veces de prisión, pues a<br />

los obreros se les permitía salir de ellas, una sola vez<br />

por semana.<br />

Los obreros tenían dos formas de agruparse desde el punto<br />

de vista civil, por medio de "Gremios" y el religioso por<br />

"Cofradías". Los Gremios, lo fueron por oficios, así<br />

podemos decir que los había de carpinteros, herreros,<br />

albañiles, zapateros, sastres, etc., y dentro de los mismos<br />

había distintos grados; de aprendiz, de oficial y de<br />

maestro; para ir pasando por cada una de estas etapas, el<br />

obrero se sometía a un examen, culminando con el de<br />

maestro, presentando en una exposición de Feria una obra<br />

que lo acreditara como un perfecto conocedor de todos los<br />

secretos de su oficio, o sea, una obra maestra. Los<br />

Cofradías, consistieron en organizaciones obreras dé<br />

carácter religioso; cada uno de los oficios tenía un santo<br />

patrono.<br />

Las industrias, en lo general, recibieron toda clase de<br />

incentivos y libertades hasta fines de la Colonia, siendo<br />

Emperador de España el liberal Carlos III, quien tuvo otra<br />

concepción distinta que sus antecesores respecto de la<br />

riqueza, pues para él, esta consistía en tener todos los<br />

satisfactores y no todos los tesoros.<br />

Por lo que respecta a la industria en la Colonia, en la<br />

Villa de la Asunción de las Aguas Calientes, contó con<br />

industria textil de telas burdas, tejidas con lana; varios<br />

obrajes con telares, proporcionaron cobijas y prendas de<br />

vestir. También la vitivinicultura, fue otra de nuestras<br />

industrias, cuya tradición arranca desde la Colonia, en las<br />

huertas de Triana, desde los González Berrocal, (antes de<br />

que fuera la Villa de la Asunción de las Aguas Calientes),<br />

hasta principios <strong>del</strong> actual siglo, con el señor Cura, Don<br />

412


Isidro Navarro o con Don Ricardo Medina, la vid se cultivó<br />

y en forma artesanal hicieron sus vinos, hasta que el<br />

urbanismo acabó con estas huertas y se dio paso a los<br />

grandes viñedos que hay en el Estado y con ellos a las<br />

vinícolas que en grandes cantidades procesan la vid.<br />

De la noticia que tenemos de la dedicación de la parroquia<br />

de la Asunción, y festejos que se iniciaron el día 4 de<br />

Octubre de 1738, hay una parte que menciona las obras<br />

teatrales que en ese acontecimiento se presentaron y los<br />

gremios que las patrocinaron y de ahí deducimos que había<br />

sastres, zapateros, barberos, cigarreros, loceros,<br />

alarifes, sombrereros, obrajeros, herreros, etc., como se<br />

ve, la industria entre nosotros en la época de la Colonia,<br />

fue de carácter artesanal.<br />

LA MINERÍA<br />

Al calor de la minería, fue como nació la Nueva España una<br />

vez que Don Hernán Cortés consuma la conquista de<br />

Tenochitlán (13 de agosto de 1521) y valiéndose de las<br />

relaciones de los pueblos tributarios <strong>del</strong> Imperio Azteca,<br />

localiza las primeras minas de oro y plata y controla su<br />

producción, intuyen que se encuentran en un país que tiene<br />

riqueza minera y envió a los cuatro puntos cardinales,<br />

expedicionarios, buscando los metales preciosos que en esta<br />

época pensaron que era la base de toda riqueza y así<br />

nacieron los fundos mineros de Oaxaca, Guanajuato, Taxco,<br />

Real <strong>del</strong> Monte, El Potosí, Real de Catorce, Zacatecas,<br />

Fresnillo, Sombrerete, Nombre de Dios, Durango, San Felipe<br />

el Real, y entre nosotros Tepezalá, Asientos y Rincón de<br />

Romos.<br />

La minería hizo posible la riqueza de sus dueños, de los<br />

barreteros, quienes fueron los obreros mejor pagados,<br />

aunque de vida corta, debido a sus trabajos; el Barón<br />

alemán Alejandro Von Humboldt decía a fines <strong>del</strong> siglo<br />

XVIII, que la condición <strong>del</strong> minero era la mejor entre los<br />

413


demás trabajadores de la Colonia, pues sus salarios eran lo<br />

mejor entre los demás trabajadores; aparte de que los<br />

barreteros y faeneros se les daba maíz, carne y tasajo<br />

semanalmente. Debido al auge de las poblaciones mineras,<br />

tuvieron sus magníficos templos y señoriales casas, así<br />

como floreciente comercio, aparejado a esto, vicios, juego<br />

y perdición.<br />

La minería, en la Colonia, fue tan importante, que durante<br />

los tres siglos de dominio español, produjo más de dos mil<br />

millones de pesos en oro y plata acuñadas, siendo la mejor<br />

de todas las minas de plata, La Valenciana, de Guanajuato.<br />

Muchas poblaciones, sin ser mineras, nacieron al calor de<br />

estas y entre ellas, la Villa de la Asunción de las Aguas<br />

Calientes, con el objeto de proteger el tránsito de<br />

personas y riqueza de Zacatecas a México y Guadalajara.<br />

En nuestro medio, la zona minera principal queda al Nor-<br />

Noreste de la ciudad de Aguascalientes y la constituyen los<br />

Municipios de Tepezalá y Asientos, cuyas minas fueron<br />

trabajadas desde la Colonia; Tepezalá ya existía en 1573,<br />

fundada por el Capitán Don Diego de Ibarra y<br />

posteriormente, en 1694, se fueron congregando gambusinos,<br />

donde hoy es Asientos.<br />

De las minas que hay en Tepezalá, son: La Peñuela, La<br />

Ventura, La Cruz, El Águila, La Magdalena, Santa Bárbara,<br />

La Chicharrona, Los Arcos, El Tepozán, etc., y en Asientos:<br />

San Francisca, Descubridora, El Cristo, No Pensada, San<br />

Jerónimo, Alta Palmira, etc., los metales que extraen de<br />

ellas son plata y magistral, para beneficio de la plata;<br />

los siglos XVII y XVIII, fueron épocas de bonanza de estos<br />

minerales.<br />

ORGANIZACIÓN POLÍTICA<br />

El ayuntamiento, fue la organización política que tuvimos<br />

en la Colonia, en la Villa de la Asunción de las Aguas<br />

Calientes, este sistema de gobierno fue importado de<br />

414


España, en virtud de los buenos resultados que se observó<br />

<strong>del</strong> mismo por muchos anos y esto se debe a la participación<br />

directa de los vecinos de la Villa donde funcionaba,<br />

teniendo una base verdaderamente democrática.<br />

Don Hernán Cortés, estudió dos años la carrera de Derecho<br />

en la Universidad de Salamanca, dejando sus estudios por su<br />

vida aventurera, pero conocía de leyes, por lo tanto,<br />

conocía <strong>del</strong> funcionamiento de la corporación <strong>del</strong><br />

Ayuntamiento y de su fortaleza en su autonomía y se valió<br />

<strong>del</strong> mismo, fundando en abril de 1519, el Ayuntamiento de la<br />

Villa Rica de la Veracruz, ante el cual declina el mando<br />

que la había otorgado el Gobernador de Cuba, Diego de<br />

Velázquez y el Ayuntamiento, a nombre <strong>del</strong> Rey, lo designó<br />

Justicia Mayor y Capitán General, esto lo hizo Cortés para<br />

separarse de Velázquez, pero también sirvió de pauta para70<br />

que, en cuanto se fundara una Villa, se creara un<br />

Ayuntamiento.<br />

En la cédula de fundación de nuestra Villa, se confirma la<br />

existencia <strong>del</strong> Ayuntamiento, nos dice que: "Los doce<br />

vecinos nombraron alcaldes y regidores, e un síndico<br />

procurador de la dicha Villa", y este documento, más<br />

a<strong>del</strong>ante establece: "e como tal Villa, pueda nombrar en<br />

cada un año para la administración y de la nuestra<br />

justicia, dos alcaldes, cuatro regidores e un síndico<br />

procurador <strong>del</strong> Consejo de ella, y fecha de dicha elección<br />

antes o primero que usen de dichos cargos y oficios, la<br />

presenten en pública forma ante dicho nuestro gobernador<br />

que al presente es o fuese de aquí a<strong>del</strong>ante o lleven<br />

confirmación", como se ve, la cédula de fundación establece<br />

como forma de gobierno, el Consejo, que no es otra cosa que<br />

el Ayuntamiento y señala la mecánica para la creación <strong>del</strong><br />

mismo, la cual estaba sujeta a la confirmación <strong>del</strong><br />

gobernador <strong>del</strong> reino.<br />

415


En relación con las autoridades de la Villa de la Asunción<br />

de las Aguas Calientes, el culto abogado aquicalidense<br />

Jesús Antonio de la Torre Rangel, en su obra "Notas<br />

Histórico Jurídicas sobre la fundación de Aguascalientes",<br />

nos dice que las ordenanzas sobre Descubrimiento, Población<br />

y Pacificación de las Indias, de fecha 13 de junio de 1573,<br />

dictadas por Don Felipe II, mandaban en su numeral 43<br />

establecía, "para las villas y lugares, Alcalde ordinario,<br />

cuatro Regidores, un Alguacil, un Escribano de Consejo y<br />

Público y un mayordomo.<br />

Mientras que Cortés en sus ordenanzas de 1525, decía:<br />

Ordeno y mando que en cada una de las dichas Villas, haya<br />

dos Alcaldes ordinarios y cuatro Regidores, e un<br />

Procurador, con escribano <strong>del</strong> Consejo de ella, los cuales<br />

rijan, e juzguen las causas civiles como criminales que en<br />

las dichas Villas y sus términos se ofrecieren..."Por lo<br />

tanto, al hablarse en nuestra cédula de fundación de dos<br />

alcaldes, se está apegando a las Ordenanzas de Cortés por<br />

lo demás, siguen lo dispuesto por el Rey.<br />

Veamos cuales fueron las funciones de quienes integraron<br />

nuestro Ayuntamiento: Dos Alcaldes Ordinarios: Sus<br />

facultades fueron, ejercer en primera instancia la<br />

administración de justicia, tanto civil como penal, así<br />

mismo, intervenían en la política de abastos de la ciudad.<br />

Para ser electos alcaldes ordinario, debía de ser vecino<br />

<strong>del</strong> lugar, con casa poblada, ser honrado, hábil y que<br />

supiera leer y escribir, no dedicarse a oficios viles y se<br />

le recomendaba fueran estos, descendientes de<br />

conquistadores o pacificadores.<br />

Cuatro Regidores: Sus atribuciones más importantes eran las<br />

referentes a la policía de abastos de la ciudad, ellos<br />

debían de poner precio a las cosas de comer y beber,<br />

teniendo cuidado de ver que es lo que les costaba a los<br />

mercaderes y dándoles alguna ganancia moderada. También<br />

416


vigilaban las obras públicas en su desarrollo, visitaban<br />

cárceles para verificar el cumplimiento de los reglamentos,<br />

suplían las ausencias de los Alcaldes. Estaban obligados a<br />

asistir a las reseñas, alardes y otras operaciones de<br />

índole militar, acompañando al Gobernador o Capitán General<br />

y en algunas ocasiones llegaron a administrar hospitales.<br />

Un Síndico Procurador <strong>del</strong> Consejo: Sus funciones fueron las<br />

de ser representante legal y defensor de la Villa ante el<br />

Consejo y era nombrado exclusivamente por los regidores.<br />

La cédula de fundación de la Villa de Nuestra Señora de la<br />

Asunción de las Aguas Calientes, no habla de los de más<br />

funcionarios <strong>del</strong> Ayuntamiento, pero como en todas las demás<br />

Villas, también hubo alguaciles, escribanos <strong>del</strong> Consejo<br />

Público y mayordomos.<br />

¿A qué se dedicaban?<br />

Alguaciles: A ejecutar las órdenes de aprehensión dictadas<br />

por los alcaldes y perseguir los juegos prohibidos y los<br />

pecados públicos, es decir, fueron policías.<br />

Escribanos <strong>del</strong> Consejo Público: Llevar con toda fi<strong>del</strong>idad<br />

el "Libro de Acuerdos" <strong>del</strong> Cabildo, o sea, el de actas de<br />

acuerdos y discusiones de este, autorizando las actas y<br />

guardaban el secreto de las mismas; total, era el<br />

Secretario <strong>del</strong> Cabildo.<br />

El Mayordomo: Tenía a su cargo la Hacienda Municipal, era<br />

el Tesorero.<br />

Andando el tiempo, también nuestra Villa fue sede de una<br />

Alcaldía Mayor, el alcalde mayor o corregidor, lo designaba<br />

directamente el Rey o el Virrey y también el Presidente de<br />

las Audiencias y estas, en estos dos últimos casos, debían<br />

de ser aprobados por el Supremo Consejo de Indias.<br />

Los Alcaldes Mayores: Eran jefes políticos y<br />

administradores, así como jueces superiores de los alcaldes<br />

ordinarios, por lo que constituían una segunda instancia<br />

417


para las resoluciones de estos, debían de fomentar el<br />

desarrollo de la agricultura y el buen trato de los indios.<br />

A fines de la época Colonial, en 1786, se cambia la<br />

organización política de la Nueva España, deja de haber<br />

reinos y se convierten en Intendencias y entonces surgen<br />

los Intendentes, que suplían a los Gobernadores de Reinos y<br />

Provincias y en nuestra Villa hubo Sub <strong>del</strong>egados, que<br />

sustituían al Alcalde Mayor.<br />

Por lo que respecta a esta parte de la organización<br />

política de nuestra Villa, en la época de la Colonia, ha<br />

sido nuestra fuente de información la obra antes dicha <strong>del</strong><br />

señor licenciado Jesús Antonio de la Torre Rangel.<br />

ARQUITECTURA Y BELLAS ARTES<br />

Es muy común en las personas, hablar en términos genéricos<br />

de la "Arquitectura Colonial", como sí se tratara de un<br />

solo orden arquitectónico y esto es un error, pues en esta<br />

época su desarrollaron en la Nueva España, distintos<br />

estilos de arquitectura, veamos:<br />

Monástico Militar.- Es el que los frailes hicieron en los<br />

años inmediatos posteriores a la conquista y que se<br />

caracteriza por paredes gruesas, con contrafuertes; en la<br />

parte superior de la pared con almenas, sus puertas<br />

demasiado fuertes y sus ventanas muy altas, estas<br />

construcciones tuvieron la doble finalidad de ser templos y<br />

conventos y a la vez fortalezas para el caso de ser<br />

atacados por los indios, tener donde defenderse.<br />

Plateresco.- Su nombre se debe a la semejanza de estas<br />

obras con las de los plateros, este estilo tiene más de<br />

escultura que de arquitectura.<br />

Herreriano.- Este es de líneas completamente clásicas,<br />

griegas, frío y árido y se dio a fines <strong>del</strong> siglo XVI,<br />

teniendo como ejemplo las fachadas de las Catedrales de<br />

México y Puebla.<br />

418


Barroco.- Este estilo se caracteriza por la existencia de<br />

muchos elementos decorativos que lo componen y se dio a<br />

fines <strong>del</strong> siglo XVII y principios <strong>del</strong> XVIII.<br />

Churriguresco.- Se caracteriza por tener adornos sobre<br />

adornos, con muchas columnas, repisa, volutas, ñores,<br />

ángeles y esculturas.<br />

Talavaresco.- Consiste en revestir los edificios de<br />

mosaicos, a semejanza de los que hacen en el pueblo español<br />

de Talavera de la Reina.<br />

Neoclásico.- Es una contestación al Churriguresco, que es<br />

una explosión de alegría arquitectónica, para volver al<br />

clasicismo griego.<br />

¿Dónde quedó el estilo arquitectónico Colonial? Si hubo<br />

muchos estilos en la Colonia.<br />

En Aguascalientes <strong>del</strong> siglo XVI, es decir, en sus<br />

principios no hubo obras con méritos arquitectónicos, tan<br />

solo existió el Presidio, una capillita dedicada a San<br />

Sebastián y otra que era la Parroquia y las casas de los<br />

pioneros, todo esto hecho de materiales que en el andar de<br />

los años pronto se deterioraban y por lo tanto, no hay<br />

testimonio de estas construcciones.<br />

En el siglo XVII, ya se empiezan a construir obras<br />

durables, como en el templo de San Diego y su claustro<br />

Franciscano, pero la característica principal en materia de<br />

arquitectura en este siglo, fue la prolifera construcción<br />

de capillas para el culto Católico, de aquellas piadosas<br />

gentes; como lo fueron Catedral, El Encino, San Marcos, El<br />

Rosario, San José, estas capillas fueron construidas con<br />

muros de adobe, techos de tableta y tierra, puertas y<br />

ventanas de mezquite; antes de la actual construcción de<br />

Catedral, en el mismo sitio se construyeron dos capillas.<br />

El siglo XVIII (último de la Colonia), fue el periodo de<br />

las grandes construcciones en la Villa de Nuestra Señora de<br />

la Asunción de las Aguas Calientes, que le han dado<br />

419


fisonomía a nuestra ciudad, se derriban las capillas y<br />

surgen los templos; gentes emprendedoras, con posibilidades<br />

económicas y con gran cariño a la población, como los<br />

señores Curas Don Antonio Flores de Acevedo, Doctor Don<br />

Manuel Colón de Larreategui y Don Mateo José de Ortega,<br />

aunado al esfuerzo de los habitantes de la Villa, hicieron<br />

posible la construcción de nuestros templos, como Catedral,<br />

La Merced, San Marcos, El Encino, Guadalupe, San Juan de<br />

Dios (hoy San José), El Conventito y San Juan Nepamuceno.<br />

Así mismo, se construyeron casas con sello de nobleza por<br />

la hidalguía de sus constructores y moradores.<br />

Pensando en los estilos arquitectónicos que se dieron en la<br />

Colonia, encuadremos en ellos las construcciones que se<br />

hicieron en esta época en Aguascalientes.<br />

Monástico Militar.- El templo y claustro de San Diego<br />

pertenece a este orden, si nos fijamos, sus muros son<br />

demasiado gruesos y cerrado el templo, da la impresión de<br />

fortaleza.<br />

Plateresco.- Los Templos de San José (San Juan de Dios), El<br />

Rosario (La Merced), por el tipo de sus frontispicios y<br />

torres, parecen obras de plateros.<br />

Herreriano.- Fechada de Palacio Municipal.<br />

Barroco.- Por muchos elementos decorativos, fachadas de<br />

Catedral, El Encino, fachada de Tercera Orden y el patio de<br />

la casa <strong>del</strong> Mayorazgo de Rincón Gallardo (hoy Palacio de<br />

Gobierno).<br />

Churriguresco.- Interior <strong>del</strong> templo de Guadalupe, tiene<br />

adorno sobre adorno.<br />

Talaveresco.- La cúpula <strong>del</strong> Camerín de San Diego, la cual<br />

tiene parte con azulejos.<br />

BELLAS ARTES<br />

La música, declamación, literatura, teatro, escultura y<br />

pintura, indudablemente fueron cultivadas por los<br />

habitantes de la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de<br />

420


las Aguas Calientes, en la Colonia, siendo una población<br />

tan amante de fiestas, naturalmente que se tuvo que valer<br />

de las Bellas Artes para el lucimiento de las mismas.<br />

La mayor parte de las Bellas Artes, tuvieron como centro el<br />

aspecto religioso y así nos encontramos con esculturas que<br />

se veneran en distintos templos, que en el tiempo ha hecho<br />

que se pierdan los nombres de sus autores. En cuanto a la<br />

pintura, por el hecho de firmar sus cuadros los pintores,<br />

nos dejaron testimonio de su paternidad y así contamos con<br />

cuadros de Alcíbar, "La Adoración de los Reyes", que se<br />

encuentra en el templo de San Marcos; el maravilloso<br />

Viacrucis, mural <strong>del</strong> templo de El Encino, pintado por los<br />

hermanos López y en el mismo templo, "El Bautismo de<br />

Cristo", por Juan Correa y aunque no fueron pintados aquí<br />

en Aguascalientes, también están desde la Colonia, cuadros<br />

de Cabrera en Catedral y San José.<br />

Por lo que respecta al teatro, fue también <strong>del</strong> gusto de los<br />

habitantes de aquella época y se servían <strong>del</strong> para dar marco<br />

a sus fiestas, hubo una temporada teatral, con motivo de la<br />

dedicación de Catedral en Octubre de 1738, como con<br />

anterioridad se ha hecho mención de las obras presentadas y<br />

por los títulos nos damos cuenta que estas obras teatrales<br />

tenían un mensaje moral; naturalmente, que el teatro en<br />

Navidad, por medio de las Pastorelas nunca faltó.<br />

Una Villa tranquila como la nuestra, en la Colonia, fue<br />

campo propicio para las Bellas Artes.<br />

"FIESTAS"<br />

El hombre, para el equilibro de su ser, junto con la<br />

obligación, necesita de la diversión; cuántas veces los<br />

primeros colonos de la Villa de Nuestra Señora de la<br />

Asunción de las Aguas Calientes, después de las fatigas <strong>del</strong><br />

trabajo, se reunirían alrededor de una botella de buen vino<br />

y oyendo el razgar de la vihuela, cantar para descansar y<br />

encontrarle alegría a la vida, seguido esto por el taconeo<br />

421


de una moza de buen ver, que salta al tablao, acompañada<br />

por un apuesto mancebo, en medio de las palmas de la<br />

concurrencias, bailando por seguirillas, lo que, andando el<br />

tiempo, se hace huapango.<br />

Nuestro pueblo, por excelencia, es alegre y necesita ser<br />

así para vivir, las fiestas con manifestaciones culturales,<br />

se convierten en escaparate de esta, porque ahí esta el<br />

canto, el drama, el teatro, la pintura, las artesanías y en<br />

el caso de nuestra gente, los gallos, carreras de caballos<br />

y por tradición hispana, la fiesta de los toros.<br />

Cuando las fundaciones en la Nueva España iban progresando<br />

y se convertían en verdaderas Villas, con frecuencia tenían<br />

sus ferias para honrar al santo patrono, como el caso de la<br />

Feria de San Juan de los Lagos y al mismo tiempo, las<br />

ferias tenían sus profundas consecuencias económicas, pues<br />

congregaba a muchos miles de comerciantes venidos de todos<br />

los rumbos de la Colonia, que hacían sus transacciones<br />

económicas con distintas clases de mercaderías y la<br />

afluencia de tanta gente, hacía que fueran insuficientes<br />

las posadas y mesones y surgían ciudades de ilusión ferial<br />

alrededor de la Villa, las cuales desaparecían al marcharse<br />

el último feriante.<br />

No necesariamente el festejar al Santo patrón de las Villas<br />

originó las ferias, pues en Nueva España tuvimos dos que<br />

nacieron por situaciones fundamentales económicas, como lo<br />

fueron el arribo de la flota mercante de Sevilla, al puerto<br />

de Veracruz y de inmediato, con las mercancías, se hacía la<br />

Feria de Xalapa y cuando llegaba la Nao. Procedente de<br />

China, a Acapulco, este dejaba de ser un villorrio de<br />

pescadores y lo iluminaba la fastuosidad de la Feria, para<br />

convertirse en una ciudad mercantil por excelencia.<br />

Sí es cierto que los festejos al santo patrón, tenían su<br />

aspecto religioso, con función a base de sermones,<br />

rosarios, misas y procesiones, en el aspecto profano, los<br />

422


feriantes, después de sus transacciones comerciales, se<br />

daban la gran divertida. ¿En qué se divertían? Pues bien,<br />

gusto muy arraigado entre la gente de la Nueva España,<br />

fueron las corridas de toros, pero en la Colonia, estas<br />

estuvieron características distintas de las actuales, ya<br />

que esta fiesta consistía en, el que se sintiera con valor,<br />

acudía a donde se había armado la plaza de toros y lanceaba<br />

desde a caballo los toros y también los toreaba a pie, esta<br />

fiesta era para demostrar ser muy hombre. En México,<br />

siempre en las ferias ha habido peleas de Gallos, en la<br />

Colonia eran muy afectos a este espectáculo, en que se han<br />

apostado verdaderas fortunas; en las páginas de la Historia<br />

de México, nos encontramos personajes afectos a la<br />

tauromaquia y a los gallos, como Apodaca, Hidalgo, Allende,<br />

Iturbide, Santa Anna, etc.,<br />

Dentro de las ferias, también hubo carreras de caballos,<br />

juegos de azar con naipes y dados, total, tentaciones para<br />

perder lo ganado con sacrificio, por medio <strong>del</strong> comercio de<br />

los feriantes.<br />

Completaban el marco, las comilonas especiales, rociadas<br />

con vinos, acordémonos que el platillo clásico en la Feria<br />

de San Marcos es el Mole de Guajolote; los bailes, fuegos<br />

de artificio, loterías y carpas de cómicos, ponían tinte de<br />

alegría; así se divertían los participantes en las ferias.<br />

Por lo que respecta la Feria de San Marcos, hoy día de<br />

tanta importancia económica, social y de diversión; existió<br />

desde muy recién fundado el pueblo de San Marcos en 1604,<br />

ya que los indios Tlaxcaltecas veneraban y hacían fiestas a<br />

su patrón Evangelista en el mes de Abril, pero esta Feria<br />

empieza a resplandecer fuertemente hasta el siglo XIX,<br />

cuando con la anuencia <strong>del</strong> gobierno de Zacatecas, se<br />

fusionan la Feria <strong>del</strong> Parián con la de San Marcos y hay que<br />

tomar también en consideración que fue a mediados <strong>del</strong> siglo<br />

423


XIX, cuando Con<strong>del</strong>l manda erigir la balaustrada <strong>del</strong> jardín,<br />

la que antes era una espaldera de rosales.<br />

Casi todas las fiestas de la época Colonia, en la Villa de<br />

la Asunción de las Aguas Calientes, estaban íntimamente<br />

ligados al aspecto religioso, aunque hubo algunas de<br />

carácter cívico que se celebran con motivo <strong>del</strong> triunfo de<br />

las huestes españolas en alguna batalla, en guerras<br />

europeas, el nacimiento de un príncipe de la casa reinante,<br />

la llegada de un señor Virrey, o la Coronación <strong>del</strong> algún<br />

Monarca Español, démosnos una asomada a una fiesta civil en<br />

nuestra Villa, acudamos al historiador taurino Don Nicolás<br />

Rangel y veamos como transcribe la crónica de cómo<br />

festejamos la llegada al trono <strong>del</strong> Emperador Carlos IV: "La<br />

pérdida de las cosechas de maíz, originó que la Villa de<br />

Aguascalientes retardara sus manifestaciones de fi<strong>del</strong>idad<br />

el Monarca Español, pues siendo los habitantes de esta<br />

Villa en su mayoría agricultores, fue a ellos a quienes<br />

correspondió hacer las fiestas. Después de las solemnidades<br />

religiosas de ritual, de la Jura, de la Proclamación, más o<br />

menos suntuosas, hubo, el día 7 de Enero de 1791, un<br />

animado Paseo, en el que los labradores hicieron desfilar<br />

un carro alegórico de muy buen gusto. Precedíale una Danza<br />

de Mecos, tan bien imitados, que era difícil distinguirlos<br />

de los auténticos; igual admiración causó otra danza,<br />

formada por los indios de San Marcos y Jesús María,<br />

imitando a las que sus antepasados formaban, haciendo<br />

varias figuras y danzas al compás de un arpa. Seguíase una<br />

parva de pelícanos, perfectamente imitados, haciendo<br />

ademanes de regocijo. Ocho parejas de Enanos, que bailaban<br />

contradanzas a la perfección, acompañados de varios<br />

instrumentos, hicieron las <strong>del</strong>icias de los espectadores,<br />

cerrando el paseo varios labradores, que vestidos con traje<br />

apropiado, seguían al carro, en acción de sembrar,<br />

gobernando sus yuntas, (imitadas con la mayor naturalidad),<br />

424


al imperceptible impulso de los timones, manejados y<br />

colocados en arte, a cuyo pausado movimiento de surcar el<br />

terreno, esparcían los sembradores que les seguían, porción<br />

de colación y grajea en el método que la semilla".<br />

"El día 16, dieron principio las Corridas de Toros,<br />

habiéndose levantado una hermosa Plaza, en la que se<br />

mataron y repartieron a los pobres de la Villa, ciento diez<br />

toros. Varias intervenciones de fuego de artificio se<br />

interpelaron en las lidias".<br />

De esta crónica, deducimos como las precipitaciones<br />

pluviales en nuestro medio, han sido muy irregulares, pues<br />

hubo retraso para manifestar la fi<strong>del</strong>idad al Monarca<br />

Español, por pérdida de cosechas. Vemos también, que desde<br />

atrás, nuestro pueblo es afecto a los carros alegóricos y a<br />

las danzas, como acostumbramos en el Desfile de Primavera,<br />

la Romería de la Asunción y de las Calaveras y su afición a<br />

la fiesta de los toros, al grado de levantar una hermosa<br />

Plaza, en la que se lidiaron 110 toros y el aspecto<br />

caritativo de regalar su carne a los pobres.<br />

SISTEMA EDUCATIVO EN LA COLONIA.<br />

La educación, en la época de la Colonia, estuvo totalmente<br />

en manos de la Iglesia Católica, es verdaderamente<br />

edificante la labor realizada por el clero, en beneficio de<br />

los naturales, solo el amor a Cristo, proyectado a los<br />

indios, hizo que los misioneros con gran esfuerzo,<br />

realizaran la labor titánica de enseñar la cultura<br />

occidental a los indios; primero aprendieron ellos los<br />

idiomas y dialectos de los naturales, para llevarles las<br />

luces de la nueva cultura y el Evangelio, teniendo en una<br />

mano el silabario y en la otra el catecismo, hicieron<br />

posible su gigantesca labor.<br />

Le tocó a Fray Pedro de Gante, en 1522, fundar en Texcoco<br />

la primer escuela para indios; a Fray Juan de Zumárraga,<br />

crear el primer Colegio Superior para naturales, que fue el<br />

425


de Santa Cruz de Tlatelolco, con maestros con Fray Andrés<br />

de Olmos y Fray Bernardino de Sahagún; también Zumárraga<br />

patrocina el establecimiento de la Real y Pontificia<br />

Universidad de México.<br />

Y que no decir de aquellos colosos como Fray Junípero<br />

Serra, Fray Jesús de Margil, Fray Eusebio Kino o Fray José<br />

María de Salvatierra, que en su labor de cultura y<br />

cristianización, no le temieron a las inclemencias <strong>del</strong><br />

desierto y a la ferocidad de los indios y civilizan Sonora<br />

y la Baja y Alta California; verdaderamente gentes fuera de<br />

serie.<br />

En cuanto a los anales históricos de Aguascalientes, nos<br />

señalan que la primera escuela se crea el año de 1654; está<br />

bien, esto se refiere a un plantel pero yo creo que escuela<br />

hay desde el momento en que se establece la relación<br />

maestro alumno, qué cosa no fueron padre hortelano,<br />

enseñando a su hijo los secretos <strong>del</strong> cultivo de las<br />

hortalizas, sino maestro y alumno; y lo mismo el artesano,<br />

el arriero o comerciante, cuando hacían lo propio con sus<br />

aprendices, así es de que siempre ha habido escuelas; por<br />

lo que respecta a la enseñanza de las letras, si ésta<br />

estuvo en manos de la Iglesia, ¿Qué acaso, antes de 1654,<br />

en las sacristías o en las propias capillas, los sacerdotes<br />

y frailes con el silabario como base, no enseñaban a leer y<br />

a escribir a los neófitos?, indudablemente que sí, porque<br />

esa fue parte de su misión.<br />

El primer establecimiento educativo, en la Villa de la<br />

Asunción de las Aguas Calientes, se creó el año de 1654 y<br />

quien lo fundó fue el Fraile Mercedario Don Nicolás de<br />

Arteaga. Resulta que el señor Cura de nuestra Villa, Don<br />

Pedro Rincón de Ortega, el año de 1650, pidió a la Orden de<br />

Mercedarios, de la Ciudad de México, a la cual él<br />

perteneció, le enviasen un director espiritual de prendas<br />

que lo guiase, por que ya se sentía muy enfermo y próximo a<br />

426


la muerte, en obsequio a su petición, le enviaron a Fray<br />

Nicolás de Arteaga que fue extraordinariamente atendido por<br />

el señor Cura. Cuando Fray Nicolás se encuentra<br />

perfectamente ubicado en nuestra Villa, se dio cuenta que<br />

sus habitantes eran buenos hombres y de mente lúcida, pero<br />

que tenían la desgracia de ser analfabetas y pensó en lo<br />

provechoso que sería crear una escuela y trasmitió sus<br />

inquietudes al buen señor Cura, gran benefactor y de muchas<br />

posibilidades económicas, Don Pedro Rincón de Ortega, quien<br />

de inmediato estuvo de acuerdo con crear la escuela, dando<br />

el dinero necesario para esto y nace nuestra primer escuela<br />

de primeras letras, con el nombre de Colegio de la<br />

Encarnación, ubicada en una casa que el señor Cura y que se<br />

encontraba al lado Oriente <strong>del</strong> templo de La Merced hoy de<br />

El Rosario; en este Colegio se enseñó gramática y buena<br />

doctrina a los hijos de vecinos de esta Villa y su Partido.<br />

Por lo que respecta a la segunda escuela de primeras letras<br />

que hubo en nuestra Villa, se inauguró el 24 de Abril de<br />

1774, se llamó "Escuela de Cristo" y se debió su erección<br />

al celo que en ello puso el benefactor de la niñez<br />

Aguascalientes, el español Don Francisco de Rivero y<br />

Gutiérrez.<br />

Don Francisco de Rivero y Gutiérrez, nació en la Villa de<br />

Mascuerras, en el Valle de Cabezón de la Sal, en Castilla,<br />

España y vino a la Nueva España, avecindándose entre<br />

nosotros.<br />

Su gran amor a la niñez y habiendo hecho fortuna por medio<br />

<strong>del</strong> comercio, quiso que nuestros niños no fueran<br />

analfabetas y que supieran hacer cuentas, es decir, tener<br />

conocimientos prácticos de Matemáticas y esto lo impulsó a<br />

pedir al señor Obispo de Guadalajara, Don Fray Antonio<br />

Alcalde, el 12 de Diciembre de 1773, su anuencia para<br />

construir y patrocinar la escuela y en su petición le hacia<br />

saber, que la escuela sería para los niños de la Villa, sin<br />

427


distinción de fortuna y que la enseñanza sería gratuita y<br />

lo daba a conocer el reglamento de derechos y obligaciones,<br />

tanto <strong>del</strong> maestro, como de los alumnos, y de ellos se<br />

desprende la rigidez de la enseñanza, y <strong>del</strong> tino con que el<br />

maestro debería de aplicar las disciplinas; así mismo, le<br />

informaba al Señor Obispo de cómo había impuesto un capital<br />

$4,000.00, sobre el Mayorazgo de Ciénega de Mata para que,<br />

de sus réditos, se sostuviera el maestro de la escuela. El<br />

Señor Obispo vio con simpatía la petición de Don Francisco,<br />

quien, con gran entusiasmo, erigió la "Escuela de Cristo",<br />

ubicada en la primera cuadra de lo que hoy es la Avenida<br />

Juárez y además, le formó un basto patrimonio para su<br />

sostenimiento, de cuyos réditos contribuyeron a construir<br />

el primer Parián y el Mercado, para que la escuela tuviera<br />

más ingresos.<br />

El día 24 de Abril de 1774, el señor Don Francisco de<br />

Rivero y Gutiérrez hizo entrega de la escuela al primer<br />

maestro que lo fue Don Antonio Velarde, entrega que se hizo<br />

bajo inventario.<br />

Don Francisco de Rivero y Gutiérrez, vio a esta<br />

institución, que beneficio a todos los niños de<br />

Aguascalientes, aun a los de barrios lejanos como Triana y<br />

el <strong>del</strong> Ojo de Agua; como si fuera su hija y la protegió al<br />

máximo, y aún en su testamento, le otorga legados para su<br />

beneficio.<br />

El día 27 de Agosto de 1776, es día de luto para nuestra<br />

Villa, pues fallece el filántropo Don Francisco Rivero y<br />

Gutiérrez, en su casa, ubicada en la esquina de la calle de<br />

Tacuba y San Diego, ahí, al día siguiente, se inicia la<br />

procesión luctuosa hasta el templo de Tercera Orden, anexo<br />

a San Diego y la encabezan todos los niños de la "Escuela<br />

de Cristo" y su maestro, musitando oraciones y detrás de<br />

ellos, el catafalco de su benefactor, Don Francisco de<br />

Rivero y Gutiérrez, en este templo se celebran sus<br />

428


excequias y es sepultado, cobijando sus restos su tierra<br />

adoptiva, Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las<br />

Aguas Calientes.<br />

La tercera institución de enseñanza, establecida en la<br />

Colonia, fue exclusiva para niñas, estuvo en lo que hoy es<br />

la Casa de la Cultura y fue atendida por las Monjas de la<br />

Enseñanza.<br />

Resulta que, conforme a la cédula expedida en Aranjuez por<br />

el Rey Carlos IV, con fecha 21 de Enero de 1805, autorizó<br />

la fundación <strong>del</strong> primer Colegio para Niñas, en nuestra<br />

población, encomendándoselas a las reverendas Monjas de la<br />

Enseñanza.<br />

La Casa de la Cultura, amplia mansión que está en la<br />

esquina de la Avenida Venustiano Carranza y Galeana Norte,<br />

en 1788, fue de Don Felipe Guerrero y dentro de sus hijos<br />

lo fue el sacerdote Mariano, quien fue uno de los gestores<br />

para la fundación de este Colegio, acompañado en sus<br />

empeños por la familia Dávalos y ellos compraron un terreno<br />

frontero al templo de Guadalupe, por la parte de atrás,<br />

para crear el Colegio, pero llegaron las Monjas de la<br />

Enseñanza a nuestra Villa, antes de que edificaran su<br />

Colegio y resulta que tuvieron que quedarse en la casa <strong>del</strong><br />

padre Guerrero, quedándose para la posterioridad ahí, tanto<br />

el Convento corno el Colegio; esta institución educativa la<br />

podemos señalar como antecedente <strong>del</strong> actual Colegio<br />

Guadalupe Victoria.<br />

De lo anterior, podemos concluir que en las distintas<br />

épocas de la Colonia, el establecer centro de enseñanza,<br />

fue preocupación de los habitantes de nuestra Villa, el<br />

tipo de enseñanza fue <strong>del</strong> profesor al grupo y de los<br />

alumnos más aprovechados a los de menos capacidad, es<br />

decir, a través de monitores, como en la Escuela<br />

Lancasteriana.<br />

429


Por lo antes expuesto, la Villa de Nuestra Señora de la<br />

Asunción de las Aguas Calientes, se caracterizó por ser<br />

culta.<br />

HECHOS HISTÓRICOS Y PERSONAJES DE LA COLONIA<br />

Analizando lo dicho anteriormente, en este capítulo,<br />

hagamos una síntesis, siglo por siglo, de los principales<br />

hechos históricos que acontecieron en nuestra Villa y los<br />

personajes que en ellos intervinieron:<br />

SIGLO XVI<br />

Paso de los primeros españoles.- Por allá, en la década de<br />

1530, fue el paso de los primeros españoles por el "Valle<br />

de los Romeros", que es donde se encuentra actualmente la<br />

ciudad de Aguascalientes, habiendo sido capitaneados, según<br />

el escritor de la insurgencia, Licenciado Don Carlos María<br />

Bustamante, por Don Pedro de Alvarado y según nuestro<br />

<strong>contemporáneo</strong>, el cronista de la ciudad de Aguascalientes,<br />

Profesor Don Alejandro Topete <strong>del</strong> Valle, por Don Pedro<br />

Almildez Chirinos.<br />

Primeros Agricultores.- Sin lugar a dudas, los primeros<br />

agricultores en nuestras tierras fueron Don Hernán González<br />

Berrocal y Don Alonso Avalos de Saavedra, la merced de<br />

tierras que le fue otorgada al primero, por la real<br />

Audiencia de la ciudad de México, es <strong>del</strong> año de 1565 y Don<br />

Hernán cultiva, en compañía de sus hijos, la tierra,<br />

formando huertas, donde hoy es el barrio de Triana. Por lo<br />

que respecta al segundo, también fue de los primeros<br />

pobladores que aquí construyeron sus casas y se dedicaron a<br />

la agricultura; nuestra cédula de fundación, al referirse<br />

al Paso de las Aguas Calientes, menciona que es el lugar<br />

donde tiene sus casas Alonso Avalos de Saavedra,<br />

Naturalmente que todos aquellos primeros colonos tuvieron<br />

por principal ocupación, la agricultura y ganadería.<br />

Construcción <strong>del</strong> Presidio y Ermita.- El Presidio se<br />

construyó en el Paso de las Aguas Calientes, por los años<br />

430


de 1569 y 1571, siendo señor Virrey Don Martín Enríquez de<br />

Almanza y ya para estos años, existía la Ermita, dedicada a<br />

San Sebastián, que los investigadores la ubican junto donde<br />

está el templo <strong>del</strong> Rosario, en la Avenida Venustiano<br />

Carranza y atribuyen su erección al Fraile caminero<br />

Sebastián de Aparicio.<br />

Fundación de Tepezalá.- Ya existía en 1561, estancias de<br />

Don Diego de Ibarra en este lugar, aunque su fundación la<br />

establecen en 1573, por lo tanto, nació antes que la Villa<br />

de la Asunción.<br />

Fundación de la Villa de la Asunción de las Aguas<br />

Calientes.- La cédula de fundación, tiene fecha de 22 de<br />

octubre de 1575, y se otorgó en la ciudad de Guadalajara,<br />

Nueva España, capital <strong>del</strong> Reino de Nueva Galicia, por el<br />

Doctor Gerónimo de Orozco, Presidente de la Audiencia, y lo<br />

hace a nombre <strong>del</strong> Rey Don Felipe II por facultades que le<br />

fueron conferidas; en esta cédula se mencionan también como<br />

personajes de nuestra fundación, a Juan de Montero,<br />

principal entre ellos, a Gerónimo de la Cueva, a Alonso de<br />

Alarcón y Alonso Avalos de Saavedra. Es digno de hacer<br />

mención, que desde que legalmente se funda Aguascalientes,<br />

nace con el rango de Villa española y con todas las<br />

prerrogativas que la legislación de su época lo dio.<br />

Epidemia.- Fue memorable la de "Matlazahuatl”, que atacó a<br />

la población de nuestra Villa en el año de 1576, o sea, al<br />

siguiente año de su fundación y que ocasionó muchas<br />

muertes.<br />

Ataque de Indios Chchimecas.- Estos fueron constantes,<br />

atacaban en grupos pequeños, pero constantemente, al grado<br />

que en una descripción que hace Hernando Gallegos, en el<br />

año de 1584, dice que aquí en Aguascalientes, contaba<br />

solamente entre sus vecinos, diez y seis soldados, un<br />

caudillo y dos vecinos; pero el ataque más fuerte que<br />

sufrió nuestra Villa de parte de los Chichimecas, lo fue en<br />

431


el año de 1593, en el cual Gabriel de los Reyes comunicó a<br />

las autoridades que: "Los Chichimecas dieron muerte a todos<br />

los habitantes, quedando solo él y unos pocos".<br />

SIGLO XVII<br />

Fundación de San Marcos.- Este pueblo, que en el correr de<br />

los años, fueron parte de nuestra ciudad, al Poniente, se<br />

fundó en 1604 por indios Tlaxcaltecas.<br />

Fundación de San José de Gracia.- Fue un pueblo creado por<br />

una congregación de indios, el año de 1686.<br />

Asientos.- Nace en 1694, en virtud de ser un lugar en que<br />

se juntaron gambusinos a vivir, aunque ya desde 1647 se<br />

había denunciado la mina de Nuestra Señora de la Soledad,<br />

el cerro de Altamira, en este lugar.<br />

San Diego y su Convento.- En el siglo XVII, la mayoría de<br />

los templos que ahora conocemos, en la traza antigua de<br />

nuestra ciudad, fueron capillas hechas de adobe y<br />

materiales que pronto se destruían, sin embargo, en este<br />

siglo, el día 2 de febrero de 1682 se dedicó la magnifica<br />

construcción <strong>del</strong> templo de San Diego y con anterioridad ya<br />

existía el convento anexo, pues el 21 de Mayo de 1667, se<br />

celebró el capítulo provincial de los franciscanos; templo<br />

y convento fueron costeado por Don Pedro Rincón de Ortega.<br />

Primera Escuela.- En el año de 1654, Fray Nicolás de<br />

Arteaga funda, a expensas <strong>del</strong> filántropo señor Cura, Don<br />

Pedro Rincón de Ortega, junto a la capilla que dio origen<br />

al templo de La Merced, el primer Colegio que hubo en<br />

nuestra Villa y que se llamó "La Encarnación" y tuvo por<br />

fin, enseñar a los niños a leer y escribir, la Doctrina<br />

Cristiana y la Gramática.<br />

SIGLO XVIII<br />

En este siglo, se fundaron los siguientes pueblos en lo que<br />

hoy es el Estado de Aguascalientes: Jesús María, en 1721,<br />

creado por el cacique indígena Don Matías Saucedo y<br />

Moctezuma, Capitán de Fronteras; Rincón de Romos, aunque<br />

432


tuvo títulos primordiales que datan de 1639, se perfila<br />

como pueblo, hasta 1763 y Calvillo, que nació junto con su<br />

Curato 1771, en terrenos donados por Don José Calvillo y<br />

quien ordenó la creación de la Parroquia, fue el señor<br />

Canónigo, Doctor Don Manuel Colón de Larreategui,<br />

gobernador en funciones de la Mitra de Guadalajara.<br />

El siglo XVIII en Aguascalientes, fue el siglo de oro en<br />

materia de construcciones religiosas, pues hubo demolición<br />

de las capillas de materiales humildes y sobre los mismos<br />

terrenos e levantaron los magníficos templos que definen el<br />

horizonte de nuestra población.<br />

Recordemos los templos erigidos en este siglo:<br />

Catedral.- Se inicia su construcción el año de 1704, siendo<br />

el señor Cura, Don Antonio Flores de Acevedo y se dedica el<br />

4 de Octubre de 1738, estando de señor Cura, en ese<br />

entonces, el Doctor Don Manuel Colón de Larreategui, quien<br />

costeó gran parte de la obra.<br />

San Marcos.- También a expresas <strong>del</strong> Doctor Don Manuel Colón<br />

de Larreategui, se construye este templo ignorándose la<br />

fecha de su inicio, pero en 1758, cuando se retira de<br />

nuestros lares su -benefactor, casi estaba terminado y se<br />

dedica el 15 de Diciembre de 1763, siendo señor Cura de<br />

nuestra Villa el Doctor Don Mateo José de Arteaga.<br />

San José.- Antes San Juan de Dios, se inicia su<br />

construcción el año de 1760 y se dedica el 14 de Abril de<br />

1767, también en la época <strong>del</strong> señor Cura Don Mateo José de<br />

Arteaga, quien costea toda la obra.<br />

San Juan Napomuceno.- Se ignora cuando se inició y cuando<br />

se dedicó probablemente el 25 de Febrero de 1776 se dedicó,<br />

pero ya para 1769, Don Antonio Rodríguez, hizo en su<br />

testamento un legado para esta capilla y filántropo Don<br />

Francisco de Rivero y Gutiérrez, también hace un legado<br />

para este templo, en su testamento otorgado en 1776.<br />

433


La Merced.- Hoy el Rosario; se inicia su construcción en<br />

1702 por el Fraile Juan de Cueva y se dedica el 28 de<br />

Octubre de 1773, siendo Comendador <strong>del</strong> Convento Mercedario<br />

Fray Manuel Márquez.<br />

Guadalupe.- Se empieza su construcción el 11 de Mayo de<br />

1763, y se concluyo en Agosto de 1789, el terreno en que se<br />

erigió fue donado por un señor de apellido Sedillo y su<br />

costo fue sufragado por el señor Presbítero, Don Javier<br />

Tello de Lomas106 y el Licenciado Don Francisco Flores<br />

Robles.<br />

El Encino.- Se inicia el 12 de Enero de 1773 y se dedica el<br />

11 de Marzo de 1796, siendo el señor Cura que emprende la<br />

obra, Don Vicente Antonio Flores Alatorre.<br />

Creación de la segunda escuela.- En el siglo XVIII, también<br />

hubo un acontecimiento muy agradable, gracias a las<br />

instancias <strong>del</strong> español Don Francisco de Rivero y Gutiérrez,<br />

el 24 de Abril de 1774, se inician las labores de la<br />

Escuela de Cristo, quien la entrega al maestro Don Antonio<br />

Velarde. Encomiable labor la de Don Francisco de Rivero y<br />

Gutiérrez, habiendo nacido en Mascuerras, en el Valle de<br />

Cabezón de la Sal al Castilla, España; viene a avecindarse<br />

entre nosotros y aquí hace su vida y fortuna y él gestiona,<br />

ante el señor Obispo de Guadalajara, permiso para fundar la<br />

escuela, en beneficio de la niñez aguascalentense y él<br />

redacta los reglamentos para el maestro y para los alumnos,<br />

él paga el mobiliario de la escuela y para terminar, él le<br />

crea de su propio peculio, patrimonio a la institución para<br />

que proyecte a los siglos venideros, ¡Qué gran Filántropo!<br />

SIGLO XIX<br />

En los años de este siglo, que formaron parte de la<br />

Colonia, hay dos cosas de las cuales se debe hacer mención;<br />

la primera, la fundación de la tercer escuela y la segunda,<br />

que en aras de la Patria que estaba por nacer, ofreció su<br />

434


vida, el entonces aguascalentense Licenciado Don Francisco<br />

José Manuel Primo Verdad y Ramos.<br />

Tercera escuela.- El Rey Carlos IV de España, el día 21 de<br />

Enero de 1805, estando en Aranjuez, autorizó la creación<br />

<strong>del</strong> primer Colegio de niños en la Villa de la Asunción de<br />

las Aguas Calientes, en la Nueva España, y encomendó el<br />

mismo a las monjas de la Enseñanza, este Colegio estuvo en<br />

donde hoy es el edificio de la Casa de la Cultura.<br />

Licenciado Don Francisco José Manuel Primo Verdad v Ramos.-<br />

Nació en la Hacienda de la Purísima Concepción Ciénega de<br />

Rincón ayuda de la Parroquia de la Villa de Aguascalientes,<br />

el día 9 de Junio de 1768, fueron sus padres Don José de<br />

Prexio Verdad y Doña Antonia Fructuosa Ramos y sus padrinos<br />

de bautizo Don José Antonio Rincón Gallardo y Doña Josefa<br />

Calderón y Berrio.<br />

En el año de 1808, el señor Licenciado Primo Verdad y<br />

Ramos, fue síndico <strong>del</strong> muy ilustre Ayuntamiento de la<br />

ciudad de México y después de haber sabido que los Reyes de<br />

España se encontraban prisioneros, bajo el dominio de<br />

Napoleón Bonaparte, el señor Virrey, Don José de<br />

Iturrigaray, convocó a una sesión, que se llevó al cabo el<br />

9 de agosto de 1808, en la que estuvieron presentes la real<br />

Audiencia, el Arzobispo de México, los Canónigos, los<br />

Inquisidores, el Consulado y los gobernadores indígenas,<br />

con el objeto de formar un gobierno provisional y en esta<br />

junta, el Licenciado Primo Verdad, manifestó que, en virtud<br />

de encontrarse la nación sin legítimo monarca, la soberanía<br />

recaía en el pueblo.<br />

Lo expresado por el Licenciado Verdad, iba contra los<br />

intereses de los peninsulares, pues su declaración casi lo<br />

fue de la independencia de la Nueva España y esto le costó<br />

al Licenciado Francisco José Manuel Primo Verdad y Ramos<br />

que fuera hecho prisionero junto con Azcárate y Talamantes,<br />

y todos ellos murieron por esta causa, por lo que respecta<br />

435


al Licenciado Primo Verdad, falleció en forma un tanto<br />

misteriosa el día 4 de Octubre de 1808, en una celda <strong>del</strong><br />

Arzobispado, ubicada en la esquina de Moneda y Cerrada de<br />

Santa Teresa, (hoy Licenciado Verdad), en el centro de la<br />

ciudad de México.<br />

¡Con toda justicia se cataloga como protomártir de la<br />

independencia, a nuestro coterráneo, Licenciado Francisco<br />

José Manuel Primo Verdad y Ramos!<br />

III. Producción hemerográfica.<br />

Otra serie de escritos, estos sí publicados entre el 1ro de<br />

marzo y el 8 de abril de 1990, en una columna titulada CON<br />

LOS OJOS DE LA FE, en la sección de sociales y cultura <strong>del</strong><br />

periódico HIDROCALIDO, da cuenta de un viaje a las tierras<br />

<strong>del</strong> origen <strong>del</strong> cristianismo, con una mayor secuencia a<br />

comparación de los publicados sobre el Barrio de Triana.<br />

436


El primer escrito de la serie lo titula ISRAEL. Ahí dice:<br />

“En mi vida he manejado la fe, desde el punto de vista<br />

notarial y esta no es otra cosa sino que el hecho de que el<br />

Estado Mexicano le otorga al Notario la fe pública y todo<br />

lo que el ve y asienta en su protocolo o en los documentos<br />

en que interviene, es la verdad mientras no se pruebe lo<br />

contrario.<br />

Aquí vamos a hablar de la fe, pero no de la fe que el<br />

Estado otorga al Notario hablare de la fe desde el punto de<br />

vista de ser una virtud teologal por la cual creemos<br />

firmemente por la autoridad de la Palabra de Dios toda las<br />

verdades que El nos ha revelado y cuando las cosas las<br />

vemos con los ojos de la fe teologal, revisten otras<br />

características.<br />

Israel, la tierra de Dios, si la viéramos fríamente,<br />

probablemente sería un desengaño extraordinario el que<br />

tuviéramos, porque la mayor parte de su extensión, son<br />

tierras desérticas, pero cuando Israel se ve con los ojos<br />

de la fe, se reviste de una luminosidad extraordinaria y<br />

aquellos lugares adquieren gran importancia, porque es el<br />

lugar en que se desarrolla la vida de Jesucristo.<br />

La fe, por lo tanto, es un acto de adhesión enteramente<br />

libre que hacemos nosotros a los testimonios que nos<br />

enseñan cual es nuestra verdad. Ver a Israel con los ojos<br />

de la fe, decíamos, ha sido una experiencia maravillosa,<br />

desde que estamos pequeños, nos enseña la doctrina<br />

Cristiana a conocer los lugares en los cuales se desarrolla<br />

la vida <strong>del</strong> Redentor; Israel está tan lejos que en aquellos<br />

años de infante veíamos materialmente imposible en alguna<br />

ocasión ir hasta la tierra donde humanamente Jesucristo se<br />

desarrolló, pero viene la oportunidad y dentro de nuestro<br />

afán de fomentar la cultura, hace que vayamos a la tierra<br />

de Dios.<br />

437


El cúmulo de experiencias adquiridas ha fortalecido nuestra<br />

fe y hemos sentido muy cerca la <strong>presencia</strong> de Dios, en los<br />

lugares en que Dios hecho Hombre, Jesucristo, vivió y<br />

murió. El guardar estas vivencias en una forma personal, no<br />

deja de ser más que una mera satisfacción, pero el<br />

convivirlas con nuestras gentes de mi muy amado<br />

Aguascalientes, es motivo de satisfacción para que junto<br />

conmigo disfruten lo que yo vi en Israel. La época en que<br />

visité esta Nación, fue el día doce de septiembre al<br />

dieciocho <strong>del</strong> mismo mes, <strong>del</strong> año de mil novecientos ochenta<br />

y ocho. Israel, una de las puertas de entrada al mundo<br />

maravilloso <strong>del</strong> Medio y el Lejano Oriente; Israel, el<br />

rompe-aguas de las civilizaciones; se tiene próxima la cuna<br />

de la civilización Occidental, Grecia, y a partir <strong>del</strong> Medio<br />

Oriente, es otra la fisonomía <strong>del</strong> mundo.<br />

Querido lector, ¿quieres acompañarme por Israel en un viaje<br />

en que tú y yo podamos aprender con los ojos de la fe.?<br />

Fue a mediados <strong>del</strong> mes de Agosto <strong>del</strong> año de mil novecientos<br />

ochenta y seis, cuando en una noche aproximadamente a las<br />

ocho y media de la noche, descendíamos sobre el Aeropuerto<br />

Internacional “Benito Juárez”, de la Ciudad de México, en<br />

una nave de Eastern Airlines, procedentes de Washington, el<br />

matrimonio formado por los muy queridos compadres José<br />

María de Jesús Román Rodríguez y Josefina Esqueda de Román<br />

con vecindad en Calvillo, Aguascalientes, y yo, en compañía<br />

de mis dos Lupitas, mi esposa y mi hija, cuando el compadre<br />

Jesús me dijo: "Oiga compadre, ¿como ve, el siguiente viaje<br />

lo hacemos a Europa? Y yo le comente, bueno, pues hay que<br />

echarle nudo al calcetín para hacer la alcancía y Dios<br />

dirá, haber si podemos ir. Quieren que les diga, estos<br />

compadres son unos magníficos compañeros de viaje, y hemos<br />

disfrutado, en algunas partes <strong>del</strong> mundo las visitas que<br />

hemos hecho y nos sirvió como de reto aquella invitación y<br />

a ahorrar para ver la posibilidad de una vuelta más al<br />

438


Antiguo Continente; por lo que respecta a Lupita mi esposa<br />

y a mí, propiamente la Europa Latina ya no nos llamaba<br />

mucho la atención, en virtud de que conocíamos la misma, ya<br />

en otras ocasiones, dos, habíamos ido y disfrutado de las<br />

<strong>del</strong>icias de los países de la Cuenca <strong>del</strong> Mediterráneo, por<br />

lo tanto, un tercer viaje implicaba tener atractivos en<br />

nuestro deambular por aquellos lugares, de ahí que nos<br />

asaltó la idea de mezclar partes conocidas, con partes<br />

nuevas para nosotros: el hecho de ser Cristiano, qué mejor<br />

que buscar la forma de ir a conocer la tierra en que Dios<br />

hecho Hombre, Jesucristo, vivió. Nos nació aquella<br />

inquietud también porque Lupita y yo hicimos algunos<br />

estudios sobre la Biblia y nos atrajo la región de Israel;<br />

así es de que nos salimos de Europa para ir a darle una<br />

vueltecita a donde se inicia Asia, al cercano Oriente, así<br />

mismo, quisimos dedicarle también tiempo al lugar donde<br />

nació nuestra civilización, Grecia, y como no conocíamos<br />

tampoco la parte centro norte de Europa, también buscamos<br />

la forma de estar fugazmente en Bélgica, Holanda y<br />

Alemania. Empezamos a estructurar un viaje con atractivo<br />

extraordinario, con entusiasmo se preparó esta vuelta y un<br />

reconocimiento a la ahora señora de Pasillas, Licha Torres,<br />

quien ha sido nuestra gran auxiliar en los viajes que hemos<br />

realizado y a ella le encomendamos estructurar este viaje;<br />

un viaje fuera de las rutas acostumbradas y tuvo el tino de<br />

mezclar tres viajes en uno que hicieron nuestra <strong>del</strong>icia.” 92<br />

La siguiente entrega versa acerca de EL VUELO SOBRE EL<br />

ATLÁNTICO. Ahí dice: “El sábado once de septiembre de mil<br />

novecientos ochenta y ocho, nos encontrábamos en el<br />

aeropuerto de la Ciudad de México, desde las ocho de la<br />

mañana, listos para iniciar aquel viaje tan acariciado,<br />

volamos en una de esas maravillas aéreas que es un Boing<br />

92 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Israel. Hidrocálido. Jueves 1 de marzo de<br />

1990. secc. En la vida social arte y cultura. p. 2<br />

439


747, mejor conocido en el mundo de las comunicaciones<br />

aéreas, como el Jumbo Jet, este aparato se llama Río<br />

Missouri. En el aeropuerto fuimos recibidos por una persona<br />

de la agencia de viajes que se encargó de registrar nuestro<br />

equipaje, nos dijo, esto se los van a entregar hasta Tel<br />

Aviv, ustedes ya no se tienen que preocupar en las escalas,<br />

nos documentó el equipaje y después de todas las<br />

tramitaciones que se hacen a través de Emigración y de<br />

pagar los derechos de salida de aeropuerto correspondientes<br />

a un vuelo internacional, nos encontramos en la antesala de<br />

K L M para abordar nuestro avión, con escalas en Houston, y<br />

en Amsterdam, Holanda, para después de ahí tomar otro<br />

aparato que nos llevaría a Tel Aviv. Con una puntualidad<br />

extraordinaria, faltando veinte minutos para las diez de la<br />

mañana, abordamos aquel gigante <strong>del</strong> espacio, entramos a una<br />

de sus espaciosas salas y nos acomodaron en un lugar en que<br />

no teníamos ventanillas, es imposible que todos los lugares<br />

tengan ventanillas, y fue fuerte el movimiento de personas,<br />

ya que viajábamos muchas en ese vuelo, unas con su destino<br />

a Houston, otras a Amsterdam y exactamente a las diez de la<br />

mañana, despegó la nave con rumbo inmediato a Houston,<br />

después de dos horas de vuelo y a consecuencia <strong>del</strong> cambio<br />

de uso de los horarios, a la una <strong>del</strong> mediodía, estábamos<br />

aterrizando nosotros en Houston, Texas; ahí no descendimos<br />

de el avión que nos conducía, hemos de haber permanecido<br />

más de una hora en este lugar y después de que los<br />

mecánicos y los técnicos le dieron un chequeo general a la<br />

nave y que fue reabastecida de combustible, hemos de haber<br />

despegado <strong>del</strong> aeropuerto de Houston, cerca de las tres de<br />

la tarde, hora local, nuestra nave tomó, el rumbo noreste y<br />

tardamos bastante tiempo, probablemente una hora para salir<br />

<strong>del</strong> Continente Americano y volar sobre el Océano Atlántico;<br />

pronto se vino la noche y para esto que en materia de<br />

alimentos, cada tres horas le dan a uno alimentos; después<br />

440


de Houston nos dieron un segundo alimento, todos ellos con<br />

comida de primera y también con buena bebida, no acabábamos<br />

de digerir aquel banquete que nos sirvieron, cuando ya<br />

fuera <strong>del</strong> avión estaba la oscuridad, habíamos penetrado a<br />

la noche y sólo se veían estrellas y las luces de posición<br />

a través de las ventanillas <strong>del</strong> avión. Para entretenernos,<br />

en cada una de las salas de este avión, yo le conté cuatro,<br />

en los muros que dividen una sala de otra, bajaron las<br />

pantallas de cinc, y nos fuimos divirtiendo con una<br />

película de largo metraje, por cierto que se me hizo muy<br />

soso el tema de ella, creo que se llamaba “Tira a mi mamá<br />

<strong>del</strong> tren”.<br />

Sin embargo, la única virtud que le encuentro a la película<br />

esa, fue que nos entretuvo por espacio de unas dos horas y<br />

esto sirvió para avanzar grandemente sobre el Océano<br />

Atlántico; luego nos proporcionaron mantas y almohadas, la<br />

luz <strong>del</strong> avión la apagaron y tan sólo dejaron unas luces<br />

mortecinas en los pasillos, que invadían la sala en que<br />

íbamos, de una luz que sin ser molesta, podía uno<br />

perfectamente caminar rumbo hacia el baño o a cualquier<br />

otro sitio de la sala, tratamos de conciliar el sueño, cosa<br />

imposible porque no se ajustaba al horario acostumbrado.<br />

Rápido transcurrieron las horas, cuando empezaba el día a<br />

esclarecer, nos informaron por el sonido <strong>del</strong> avión que ya<br />

íbamos sobre la Isla de Inglaterra y que a una media hora,<br />

estaríamos aterrizando en el aeropuerto Shipool, en<br />

Amsterdam, esto sirvió para despabilarnos y empezamos a ver<br />

la luz de la aurora, y cual sería nuestra sorpresa que al<br />

poco volar, vimos que el avión iba descendiendo sobre<br />

Amsterdam, primorosa ciudad que con toda razón y justicia<br />

le llaman la Venecia <strong>del</strong> Norte, profusamente iluminada, se<br />

distinguían primorosamente sus canales porque permanece en<br />

la noche iluminada esta Ciudad, Poco a poco descendió<br />

nuestra nave y aterrizamos a las seis de la mañana, hora<br />

441


local, en el aeropuerto de Amsterdam ahí teníamos que hacer<br />

enlace hasta seis horas después, o sea hasta las doce <strong>del</strong><br />

día hora local, para volar rumbo a Tel Aviv, por lo tanto,<br />

disponíamos de seis horas para conocer el aeropuerto.<br />

En el aeropuerto de Amsterdam, acudimos a las oficinas de<br />

enlace y con nuestro mal inglés, tratamos de que nos dieran<br />

instrucciones, pero cual sería nuestra sorpresa de que una<br />

persona ya de cierta edad que estaba a<strong>del</strong>ante de nosotros,<br />

en castellano nos dijo que ella también iba a Tel Aviv y<br />

ella también dominaba perfectamente el inglés, lo que nos<br />

sirvió de enlace para recibir instrucciones de lo que<br />

teníamos que hacer para continuar nuestro vuelo a Tel Aviv.<br />

Así las cosas, nos dieron unos vales para ir a los<br />

restaurantes <strong>del</strong> aeropuerto y ¡desayunar!, pero quién iba a<br />

traer apetito con todas las atenciones gastronómicas (que<br />

tiene uno en los aviones, por lo que nos dedicamos a<br />

conocer la parte comercial <strong>del</strong> aeropuerto y ahí vimos una<br />

tienda en que tenían de toda clase de quesos, ropa y<br />

objetos de recuerdo de Holanda, y haciendo las conversiones<br />

de Florines a Dólares y de Dólares a Pesos Mexicanos, nos<br />

dimos cuenta de lo carísimo que es la ropa en aquellos<br />

lugares; es decir, que una gabardina de algodón costaba<br />

cerca de un millón de pesos, una gabardina que aquí la<br />

podemos conseguir en trescientos mil pesos, así es de que<br />

en el extranjero, la vida es mucho muy cara, en relación<br />

con la vida que llevamos nosotros, aquí en nuestra Patria.<br />

Después de recorrer aquel amplio aeropuerto y ya que nos<br />

faltaban todavía como unas tres horas para abordar nuestro<br />

vuelo, nos fuimos a una de las salas y ahí estuvimos<br />

observando el cielo de Holanda, un cielo borrascoso con<br />

nubes procedentes <strong>del</strong> Mar <strong>del</strong> Norte; las tonalidades <strong>del</strong><br />

ciclo eran claro obscuras y me dio la impresión de que este<br />

medio ambiente fue lo que favoreció a los grandes pintores<br />

de Holanda para hacer, en la época <strong>del</strong> Renacimiento, sus<br />

442


maravillosos cuadros de esas tonalidades de claro<br />

oscuro.” 93<br />

El tercer escrito se refiere a AMSTERDAM. “Cuando llegamos<br />

nosotros a Amsterdam, nos identificamos con una familia que<br />

procedía <strong>del</strong> Distrito Federal y que viajó con nosotros de<br />

la Ciudad de México a Amsterdam y nos dimos cuenta que<br />

éramos compañeros de nuestro viaje a Israel, está compuesta<br />

por él y la señora y una hija, se trataba <strong>del</strong> Ingeniero<br />

Rivero que llevaba la primera etapa de su viaje igual que<br />

nosotros, con ellos hicimos causa común y andábamos ya<br />

juntos, así es de que nuestro grupo creció a siete elementos.<br />

Estábamos dejando transcurrir el tiempo en una de<br />

las salas de espera, cuando nos dimos cuenta que teníamos<br />

que estar presentes en una revisión de nuestro equipaje;<br />

fue una cosa sorprendente para nosotros, en virtud de que<br />

cuando los registraron en la Ciudad de México, nos<br />

indicaron que hasta Tel Aviv sería donde nos entregarían el<br />

equipaje, total, una hora y media antes de reanudar nuestro<br />

viaje, es decir, aquello de las diez y media de la mañana,<br />

pasamos a una sala en la que varias gentes estuvieron<br />

revisando todo el equipaje que iba con destino a Tel Aviv;<br />

prácticamente nunca había visto yo una revisión de tal<br />

naturaleza en la forma tan minuciosa como lo hacían, abrían<br />

la maleta de uno y revisaban objeto por objeto, prenda por<br />

prenda, y cuando encontraban alguna cosa que era sospechosa,<br />

hacían una escandalera de Judas, por la alarma que<br />

la misma les ocasionaba, recuerdo dos casos, uno de ellos,<br />

un sujeto traía por allí una botella de plástico con una<br />

sustancia, y pensaron que se trataba de alguna sustancia<br />

inflamable de peligro y hasta que hicieron una serie de<br />

pruebas y se dieron cuenta que era inofensiva aquella<br />

sustancia que contenía la botella siguieron revisando el<br />

93 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El vuelo sobre el atlántico. Hidrocálido.<br />

Viernes 2 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p. 3<br />

443


equipaje. En el caso de mi comadre Josefina, traía una<br />

plancha eléctrica y estas gentes yo creo que pensaron que<br />

se trataba de alguna bomba o no se qué, el caso es de que<br />

también hicieron revisión minuciosísima a la plancha antes<br />

de continuar con la revisión <strong>del</strong> equipaje; por lo que<br />

respecta al equipaje nuestro, la revisión fue, como decía,<br />

prenda por prenda, aún de ropa interior, y camisas y<br />

pantalones y lo que llevábamos que íbamos a necesitar, de<br />

una por una y hasta que se dieron cuenta que era inofensivo<br />

el equipaje lo cerraron en <strong>presencia</strong> de nosotros y le<br />

pusieron un sello de que ya estaba inspeccionado; esto es<br />

muy molesto, es una revisión extraordinariamente molesta,<br />

pero hay esta circunstancia, de que esa revisión hace que<br />

vaya uno tranquilo en el vuelo en el avión, de que no vaya<br />

alguna bomba o alguna cosa que pudiera poner en peligro la<br />

vida de todos los que viajamos y después de esa revisión<br />

<strong>del</strong> equipaje, pasamos nosotros a otras salas y ahí fue la<br />

revisión personal, nos comisionaron a una gente que estaba<br />

revisando, pero casi casi, todo lo que traíamos, al grado<br />

de si tentaban ellos en nuestro cuerpo algún objeto fuera<br />

de lo común, inmediatamente lo investigaban; y por lo que<br />

respecta a las cámaras fotográficas, las revisaban, las<br />

volteaban de un lado a otro y en una forma sorpresiva le<br />

tomaban a uno una fotografía, fotografía que se echaba a<br />

perder, pero lo que estaban ellos revisando era el<br />

mecanismo de la cámara, para evitar que dentro de la cámara<br />

pudiera ir, una bomba que se accionara con el disparador.<br />

Así de minuciosa es la revisión <strong>del</strong> equipaje, cuando vuela<br />

uno a Israel.<br />

Después de esta revisión, pasamos a otra sala y de ahí nos<br />

llevaron a un avión también de la KLM, que era más pequeño<br />

que el Jumbo, me daba la impresión de que era un Boing 737,<br />

de los conocidos como Air Bus aviones que realmente, en mi<br />

concepto, no tienen una línea agradable, porque se ve como<br />

444


si fueran unas ballenas con alas, abordamos este avión para<br />

continuar nuestro viaje; para esto, quiero decirles que en<br />

relación con la revisión en Israel, me platicaba un<br />

Arquitecto, que después se incorporó al grupo de nosotros,<br />

que ellos salieron por Luftansa, de Frankfort a Tel Aviv, y<br />

que los custodiaron en tal forma, que después de que ya<br />

habían hecho todas esas revisiones a que hago yo mención,<br />

todavía así, dos Jeeps <strong>del</strong> ejército estuvieron a los lados<br />

<strong>del</strong> avión, mientras hacía sus movimientos de taxeo en la<br />

pista, por lo tanto, es mucho muy minuciosa esta revisión<br />

que se hace de el equipaje, ya que buscan las máximas<br />

medidas de seguridad; todo esto, nos predispuso a pensar<br />

que nos íbamos a acercar a un lugar extraordinariamente<br />

conflictivo, y no deja de tener uno sus temores.” 94<br />

En la cuarta entrega habla de TEL-AVIV Y SUS ENCANTOS. “A<br />

las doce en punto, como son todas las cosas estas en<br />

materia de navegación aérea, el avión nuestro despega de<br />

Amsterdam y se dirige sin escalas a Israel, el aeropuerto<br />

de Tel-Aviv, que se conoce con el nombre de Ben-Gurión,<br />

volamos nosotros sobre Holanda, después Alemania, luego por<br />

el Norte de Italia, para bajar por ahí por la Península<br />

Balcánica y vimos muy bonito desde el avión, el Mar Egeo<br />

con sus Islas, pero por miles de Islas las que vimos ya<br />

cuando íbamos por allá, por el rumbo <strong>del</strong> Dodecaneso, cerca<br />

de la Penísula de Anatolia; me daba la impresión de que el<br />

avión iba descendiendo, nos acompañaba nuestra guía<br />

ocasional, la señora aquella que desde México también voló<br />

con nosotros y resultó que tiene un hijo en México y conoce<br />

bastante bien nuestra República, pero vive en Jerusalén; es<br />

una persona que estudia y que viene a México cada tres o<br />

cuatro años a ver a su hijo y a sus nietos, y aprovecha<br />

para estarse dos o tres meses y pasearse por distintos<br />

94 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Amsterdam. Hidrocálido. Sábado 3 de<br />

marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P. 5.<br />

445


lugares, esta persona me hacía reflexionar, que estábamos<br />

volando sobre las Islas <strong>del</strong> Dodecaneso.<br />

El avión poco a poco fue perdiendo altura, para este ya era<br />

como las cuatro y media de la tarde; llegamos a Tel Aviv,<br />

Ciudad primorosa, desde el aire le dimos unas dos vueltas y<br />

me recordaba la Guadalajara nuestra; es una Ciudad con<br />

grandes avenidas, con edificios modernísimos; muy bonita la<br />

visión panorámica que se tiene cuando uno llega a esta<br />

puerta <strong>del</strong> Continente Asiático, después de sobrevolar la<br />

Ciudad, le dieron pista al avión y se acercó al aeropuerto<br />

Ben-Gurión. Eran las cinco de la tarde cuando el avión<br />

aterrizó y ya el sol estaba a punto de ocultarse. Me llamó<br />

poderosamente la atención, el hecho de que las pistas de<br />

aterrizaje están junto a plantíos de algodón, es muy común<br />

en los aeropuertos nuestros, ver las pistas en verdaderos<br />

llanos con zacate, con hierba, y allá, aprovechan el<br />

terreno centímetro tras centímetro.<br />

Descendimos <strong>del</strong> avión al camión que nos trasladó a las<br />

salas <strong>del</strong> aeropuerto, no cupimos todos y nos fuimos Lupita<br />

y yo por <strong>del</strong>ante y ya donde nos dejó este camión, esperamos<br />

a que llegara mi compadre Román y esposa, junto con el<br />

Ingeniero Rivera y familia, ya todo el grupito aquel, nos<br />

fuimos como borreguitos, siguiendo a los demás, tanto para<br />

recoger el equipaje como para hacer la tramitación de<br />

entrada a Israel; no deja de ser un tanto preocupante, el<br />

hecho de llegar a una nación de la cual uno no sabe hablar<br />

una palabra de su idioma, el Hebreo. Después de que<br />

entramos por varías salas, llegamos a una donde estaba el<br />

control de las personas que arribaban a Israel, y cual<br />

sería nuestra agradable sorpresa, que ya estaba por ahí un<br />

señor de cierta edad, gordo, bajo de estatura, de tez<br />

blanca, calvo, con un letrero que decía; "Señores Román,<br />

Villalobos y Rivera", este señor controló nuestra llegada;<br />

446


la señora que vivía en Jerusalén se despidió de nosotros y<br />

se fue con sus familiares.<br />

El aeropuerto Ben-Gurión queda a cuarenta kilómetros hacia<br />

el noroeste de Jerusalén y a veinte kilómetros hacia el<br />

sureste de Tel Aviv; hicimos los trámites de ingreso al<br />

territorio israelita, el personal, en distintos idiomas,<br />

daban la bienvenida al pasaje, vimos que hay en la sala<br />

varios anuncios de carácter comercial, y me llamó la<br />

atención uno grande, que anunciaba el mercado de diamantes<br />

de Israel, en Israel, sobre todo en Haiffa, se comercia<br />

mucho con diamantes, probablemente es un mercado superior<br />

al de Amsterdam, y el señor que comentamos nos sirvió de<br />

enlace; en un buen castellano, nos dio instrucciones de que<br />

recogiéramos nuestro equipaje, y ya atravesamos la sala<br />

hasta donde estaban entregándolos, recogimos el nuestro y<br />

se encargó de que un maletero nos lo transportara a una<br />

limosina Mercedes-Benz que estaba a nuestro servicio, ahora<br />

quieren que les diga no crean que la limosina que iba a<br />

estar a nuestro servicio es porque éramos algo así como<br />

magnates o grandes hombre, no, sino que todos los<br />

automóviles de sitio en este aeropuerto, son limosinas<br />

pintadas de color amarillo, y muchas de ellas, su marca es<br />

Mercedes-Benz,- es decir, alemanas, nos ubicó dentro de una<br />

limosina y nos dijo que en el hotel en que nos llevaban,<br />

nos darían instrucciones. El muchacho que manejó la<br />

limosina, sabe que le averiguaba en hebreo a nuestro<br />

enlace, y nada más le contestaba: shalom shalom, algo así<br />

como: La paz sea contigo, adiós, adiós que te vaya bien, y<br />

este muchacho entre risas, empezó manejar y se fue por una<br />

carretera extraordinaria, una gran carretera con muchos<br />

carriles, una super carretera que une el aeropuerto de Ben-<br />

Gurión con la población de Tel Aviv; la limosina<br />

desarrollaba velocidades de ciento treinta kilómetros por<br />

hora y ésto nos tenía un tanto nerviosos. Vimos que el<br />

447


chofer no era una gente mucho muy amable con todo y su<br />

juventud, porque se acercó alguien al automóvil en el que<br />

nosotros íbamos y le preguntó alguna cosa que necesitaba<br />

saber, y casi en plan majadero, se negó a darle algún dato,<br />

por lo que se nos hizo que fue descortés y brusco.<br />

Entramos a la ciudad de Tel-Aviv y nuestras primeras<br />

impresiones fueron de una ciudad muy bonita, ya decía con<br />

grandes avenidas arboladas y parques agradables.<br />

Llegamos al hotel que se llama "Montes Sinaí", y para esto,<br />

ya la noche casi había aparecido en el cielo de Tel-Aviv;<br />

le dimos las gracias a señas al chofer por los servicios<br />

prestados.<br />

En recepción nos atendieron, naturalmente que sirviendo de<br />

puente para comprendernos unos con otros, el inglés, para<br />

esto, que me di cuenta que cuando dos personas no dominan<br />

bien un idioma y se ponen a hablar con él, se entienden a<br />

las veinte mil maravillas, porque lo hablan mucho muy<br />

despacito y en una forma comprensiva. Después de que nos<br />

ubicamos en nuestras habitaciones, bajamos al vestíbulo <strong>del</strong><br />

hotel, le pregunté a la muchacha que estaba en la recepción<br />

si había algún peligro al caminar por las calles próximas,<br />

ya que estábamos a dos cuadras de la playa, entonces esta<br />

muchacha soltó la carcajada y me dijo que no había ningún<br />

peligro, que con toda confianza, saliéramos a pasear.<br />

Para esto, que la Ciudad estaba sola, porque ese día que<br />

llegamos, celebran los judíos el Año Nuevo, era el día<br />

primero <strong>del</strong> año; estas festividades de fin de año, ocupan<br />

tres días y nosotros llegamos al segundo día.<br />

Llega uno a Israel con todas las estampas que se encarga de<br />

darnos la televisión y la prensa, fácil hacen que nosotros<br />

tengamos preocupación y ya aún así fuimos al malecón;<br />

oigan, hagan de cuenta que estaba uno en la costera de<br />

Acapulco, todo mundo tranquilo, cenando, paseando,<br />

bromeando, gozando de una tibia noche y nosotros también<br />

448


deambulamos en aquellos lugares, y entonces me asaltó una<br />

sensación muy agradable; propiamente, Tel Aviv está en el<br />

fondo de la geografía <strong>del</strong> Mar Mediterráneo y veía yo la<br />

oscuridad <strong>del</strong> mar y decía: yéndose por esta agua, pasando<br />

por el Estrecho de Gibraltar, entrando por el Océano<br />

Atlántico, luego el Mar Caribe, el Golfo de México y allá,<br />

muy allá, muy lejos, al otro lado estas playas, está<br />

nuestro amado Veracruz, nuestro jacarandoso Veracruz, y en<br />

ese momento voló nuestra mente hacia el puerto jarocho.<br />

Otra de las cosas que también empecé a observar, fue las<br />

constelaciones en el cielo, era una noche clara y estuve<br />

calculando la latitud de Tel-Aviv a través de la estrella<br />

Polar de la Osa Mayor esa noche paseamos por ahí, nos<br />

fuimos a cenar a una pizzería italiana, y nos entendíamos<br />

con más fluidez y más a gusto con los italianos, porque el<br />

Italiano y nuestra lengua Castellana son casi casi hermanas<br />

gemelas, no serán iguales, de aquí a nunca, pero nos<br />

entendemos bastante bien los italianos y los mexicanos y<br />

ahí, en aquella pizzería cenamos mucho muy sabroso, unas<br />

pizzas con buenos vasos de vino tinto, riquísima que estuvo<br />

la cena. Después de cenar nos fuimos a nuestro hotel, con<br />

un cansancio muy grande porque hay que tomar en<br />

consideración que casi traíamos nosotros veinticuatro horas<br />

de vigilia, la misma fatiga hace que toda la noche la<br />

aproveche uno en dormir, y ya al día siguiente, más o menos<br />

amanece uno sincronizado con el tiempo de aquellos lugares.<br />

Así fue pues, nuestro primer día de viaje a Israel, en esta<br />

forma llegamos nosotros a la tierra de Dios.” 95<br />

El quinto texto es sobre la VISITA A LA CIUDAD DE TEL-AVIV.<br />

“Con anterioridad recibimos instrucciones en el sentido de<br />

que a las nueve de la mañana <strong>del</strong> día trece, teníamos que<br />

estar nosotros en el lobby <strong>del</strong> hotel para presentarnos con<br />

95 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Tel- Aviv y sus encantos. Hidrocálido.<br />

Domingo 4 de marzo de 1990. secc. Semanario. p.4<br />

449


nuestro guía a iniciar el recorrido por Israel; nos<br />

indicaron que a esas horas ya teníamos que estar<br />

desayunados, nos levantamos ese día como aquello de las<br />

siete de la mañana para arreglarnos y a las ocho ya<br />

estábamos en el comedor <strong>del</strong> hotel, los compadres Román,<br />

Lupita y yo dispuestos a desayunar. El desayuno que nos<br />

dieron fue una sorpresa para nosotros, ya que el tipo de<br />

manjares que tenían eran más propios para la hora de la<br />

comida de medio día que para el desayuno; en primer lugar<br />

en estos pueblos no emplean la leche como estamos nosotros<br />

acostumbrados, sino que la toman a través de yogurt y de<br />

queso, se me hizo a mí mucho muy raro lo que tenían en el<br />

buffet: Rábanos, cebollas, sardinas en aceite, quesos,<br />

fruta, yogurt, aceitunas verdes y negras, y naturalmente<br />

que en otro lugar cercano, los jugos que son riquísimos en<br />

aquellos lugares <strong>del</strong> desierto, jugos de naranja, toronja y<br />

piña, con un gusto exquisito; armamos nuestro desayuno<br />

escogiendo de aquellos platillos, tomamos lo que<br />

apetecíamos para desayunar y eso sí, café negro a pasto,<br />

primero comer que ser cristianos.<br />

Después <strong>del</strong> desayuno y de arreglarnos en nuestras<br />

habitaciones, bajamos y estuvimos exactamente a las nueve<br />

de la mañana en el lobby <strong>del</strong> hotel; por ahí se acerca una<br />

persona joven, un hombre, le cálculo unos veintiséis o<br />

veintisiete años, y en castellano se dirige al grupo, que<br />

si estábamos nosotros ahí, mencionó los nombres y ya nos<br />

dimos cuenta que sí, la familia Rivero estaba con nosotros<br />

y también unas personas, dos damas procedentes <strong>del</strong> Distrito<br />

Federal, sus nombres: Soledad Martínez de García y Apolonia<br />

Nava viuda de Miranda, que también formaron parte de<br />

nuestro grupo; total en ese hotel estábamos nueve personas<br />

hospedadas <strong>del</strong> grupo que se iba a formar de mexicanos, pero<br />

también estaban un matrimonio costaricense, el señor<br />

Ingeniero, la señora Contadora, gente muy distinguida en su<br />

450


porte y en su manera de actuar y de ser, él se presentó con<br />

nosotros, nos dijo que su nombre era Tony Hunter, yo lo<br />

bromeaba y le decía que era Toño el Cazador y me decía sí,<br />

efectivamente, haciendo la traducción de su nombre y su<br />

apellido que a mí en lo personal, me dio la impresión de<br />

que el nombre que nos dio es el comercial, porque tal vez<br />

su verdadera identidad no la manifestaba, Toda nuestra<br />

estancia en Israel estuvimos con Tony Hunter, él es una<br />

persona extraordinariamente preparada sobre todo que aún<br />

siendo judío (ya que así se manifestó), conoce<br />

perfectamente nuestra Biblia y es un magnífico y muy<br />

profesional guía de turistas, una vez que nos identificamos<br />

unos con otros, abordamos un minibús, fuimos a otro hotel<br />

que está sobre la costera de Tel Aviv, a unas diez cuadras<br />

<strong>del</strong> hotel nuestro, en la misma zona hotelera de la costera,<br />

un hotel tipo Hilton y ahí recogimos al General y a su<br />

esposa, el General, un honorable caballero, Médico Militar<br />

retirado <strong>del</strong> Ejército Mexicano y su esposa mucho muy<br />

distinguida, se trata <strong>del</strong> señor General Don Manuel<br />

Fernández Posada, también se unió a nuestro grupo el señor<br />

Arquitecto Cosme Aguilar Davis y su esposa, quien también<br />

es Arquitecto, y en esa forma integramos nuestro grupo, así<br />

es que propiamente éramos trece las personas que andábamos<br />

en este recorrido.<br />

De un hotel a otro se va uno por la costera, ésta es mucho<br />

muy bonita porque hay edificios modernos y se ve el mar<br />

primoroso; pasamos junto a la playa que estaba atestada de<br />

bañistas, el guía nos decía que los judíos muchos<br />

religiosos, guardaban las fiestas de Año Nuevo y se iban a<br />

las sinagogas a orar y los que no eran religiosos tomaban<br />

estos días en plan de descanso y acudían a divertirse a las<br />

playas; por lo tanto, entre ellos y nosotros pasa una cosa<br />

similar, con motivo de la Semana Santa entre el pueblo<br />

Cristiano, unos a la Iglesia y otros a la diversión.<br />

451


Tony Hunter nos platicó cómo nació Tel-Aviv, nos dijo en<br />

primer lugar, que el término Tel-Aviv quiere decir Monte<br />

Florecido en Primavera, se me antoja un tanto romántico el<br />

nombre; un monte en el que se esté mostrando la alegría de<br />

la vida a través <strong>del</strong> florecimiento de sus plantas, de sus<br />

árboles, de los retoños que se dejan venir, este es el<br />

significado de Tel-Avi es, vuelvo a repetir, Monte<br />

Florecido en Primavera.” 96<br />

Al sexto lo titula TEL AVIV, SOL DE MEDIO ORIENTE. Ahí<br />

narra: “A lo lejos veíamos una salida de la tierra hacia el<br />

mar, un promotorio y nos encaminamos hacia allá, pero todo<br />

esto dentro de la misma ciudad de Tel-Aviv, a un sitio en<br />

el que hay una plazoletita y se paró nuestro medio de<br />

transpone, descendimos de el para caminar por aquellas<br />

callejuelas; un barrio primoroso. Este <strong>del</strong> pueblo de Jope,<br />

con calles que han de tener unos dos metros de ancho, sus<br />

casas muy bonitas de dos pisos con balcones y todas de una<br />

piedra amarilla porosa, piedras propias de los desiertos de<br />

aquellos lugares, los herrajes de puertas y balcones de<br />

hierro forjado pintado de negro, había casas con torrecitas<br />

como minaretes y su iluminación a base de faroles, dicen<br />

que en ese barrio, lo que fue el puerto de Jope es el<br />

barrio de los artistas.<br />

Caminamos por las callecitas aquellas, hasta llegar a la<br />

portada de una casa en la que vimos que estaba a<strong>del</strong>ante un<br />

grupo de turistas con su guía que les estaba platicando;<br />

nos esperamos un ratito, acabó la explicación <strong>del</strong> grupo que<br />

iba por <strong>del</strong>ante, ya llegamos nosotros, entonces Tony Hunter<br />

nos dijo: Esta casa que estamos viendo aquí, (esa casita<br />

estaba en un recobeco muy sombreado y en descenso de la<br />

altura, rumbo a la playa y ahí como que se terminaba la<br />

calle y se veía una portada) sabemos por tradición que en<br />

96 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Visita a Tel Aviv. Hidrocálido. Lunes 5 de<br />

marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.2<br />

452


este lugar estuvo la casa de Simón el Curtidor, la actual<br />

construcción es un tanto reciente, pero sabemos que aquí<br />

estuvo la casa a la cual las Sagradas Escrituras se<br />

refieren y él traía una Biblia y la abrió en el Capítulo<br />

IX, de los Hechos de los Apóstoles y nos empezó a leer<br />

aquel pasaje de que: "Había de Jafa entre los discípulos<br />

una mujer llamada Tabitá, que significa gacela, la cual<br />

hacía infinidad de obras buenas y repartía limosnas; en<br />

aquellos días cayó enferma y murió, lavaron su cadáver y lo<br />

tendieron en una habitación <strong>del</strong> segundo piso. Luego nos<br />

platicaba cómo fueron las mujeres amigas de Tabitá a buscar<br />

a Simón conocido como Pedro, que estaba en casa de Simón el<br />

Curtidor, y fueron por él y ellas llorando mostraban las<br />

túnicas y los vestidos que Tabitá les había hecho cuando<br />

aún vivía, entonces Pedro fue a donde estaba el cadáver de<br />

Tabitá y ahí mandó salir a todos, se postró de rodillas y<br />

se puso a orar y luego dirigiéndose hacia la muerta dijo:<br />

¡Tabitá, levántate!, ella abrió los ojos y al ver a Pedro<br />

se incorporó, él la tomó de la mano y la levantó, llamó a<br />

los fieles y a las viudas y se las entregó viva.<br />

También en el Capítulo X, de los Hechos de los apóstoles,<br />

cuando se habla <strong>del</strong> bautismo de Cometió el Centurión, que<br />

vivía hacia el Norte de la población de Cesárea Marítima,<br />

también ahí nos habla como Pedro, en su estancia en la casa<br />

de Simón el Curtidor, él en una de las terrazas que daba al<br />

mar, se puso Pedro en oración y cual sería su sorpresa de<br />

ver que de los cielos iba descendiendo una sábana, la cual<br />

traía animales impuros; Pedro tenía hambre, pero como eran<br />

animales impuros no se atrevió a matarlos para tomarlos<br />

como alimento y entonces Pedro oyó una voz que le decía:<br />

¡Levántate, Pedro! (es que cuando vio la sábana aquella se<br />

postró en el suelo, en esa sábana había toda clase de<br />

cuadrúpedos, de reptiles y aves <strong>del</strong> cielo), la voz le dijo:<br />

¡Levantante Pedro, mata el animal que quieras y come!, pero<br />

453


él respondió: De ninguna manera, señor, yo nunca he comido<br />

nada que sea impuro según la ley; la voz le habló de nuevo<br />

diciéndole: No consideres impuro lo que Dios ha purificado;<br />

esto se repitió tres veces, y luego todo fue llevado al<br />

cielo. Pues bien, con esto comprendió San Pedro que los<br />

impuros somos nosotros porque hacemos las cosas mal, que<br />

ante los ojos de Dios hay pureza, y ante estas<br />

meditaciones, comprendió que la doctrina Cristiana no era<br />

únicamente para los judíos, sino que allí se proyecta en<br />

una universalidad para todos los hombres, pues nosotros los<br />

hombres somos los que estamos calificando los actos de los<br />

demás; ante los ojos de Dios, cuando El nos Crea, es cuando<br />

hay pureza en todos nosotros. Estuvimos en casa de Simón el<br />

Curtidor, de ahí nos fuimos por aquellas callecillas y<br />

llegamos a la parte superior <strong>del</strong> montículo donde se asienta<br />

el puerto de Jafa o Chafa, ahí hay una plaza muy agradable,<br />

viendo hacia el Oriente, está un templo de características<br />

españolas, nos llevaron a él, y cual sería la sorpresa que<br />

cuando tocó Tony la puerta <strong>del</strong> templo, salió una monjita<br />

rechoncha y cuando lo vio, le dijo con mucho gusto, ¡Que<br />

hubo Tony! como le va, en castellano, se pusieron a hablar<br />

y cuando le dijo la monjita, y ahora a quién traes Tony,<br />

dice: Un grupo de mexicanos, al oír esto no le cabía el<br />

gusto en el cuerpo a aquella monjita porque era mexicana,<br />

entramos, la saludamos, se le veía que irradiaba felicidad<br />

por el hecho de que estábamos ahí, ella me platicó que era<br />

la Madre Belén Lazo era originaria de León, Guanajuato, y<br />

yo le dije: huy Madre, casi hasta somos coterráneos,<br />

venimos de Aguascalientes, muy cerca de León. Ella se<br />

encuentra feliz en aquel lugar, custodiando el templo<br />

dedicado a San Pedro, penetramos al templo, por cierto que<br />

al principio es un zaguán y 1uego sigue un patio con muchas<br />

plantas, muy florido, donde está una estatua de San Luis<br />

Rey de Francia y nos platicaron que San Luis, Rey de<br />

454


Francia intervino en la construcción de aquel templo y que<br />

en todas construcciones en que intervino San Luis trabajó<br />

efectivamente en ellas y ya entramos al templo a través de<br />

una sacristía templo muy sombreado, un sacerdote<br />

franciscano español, que también se llama Pedro, nos<br />

explicó ese pasaje de las Sagradas Escrituras en que San<br />

Pedro vio los animales impuros; en el templo está una<br />

pintura en que se ve San Pedro en una terraza junto al mar,<br />

y se ve descendiendo <strong>del</strong> cielo la sábana aquella con los<br />

animales impuros (estos religiosos reciben donativos de los<br />

visitantes para vivir con cierto decoro).<br />

Después de la explicación que nos hizo el padre Pedro,<br />

vimos que estaba una imagen grande de la Virgen de<br />

Guadalupe en la parte superior de la puerta por donde<br />

entramos y que comunica la sacristía con el templo, así es<br />

que nos sentimos con nuestra embajadora religiosa en aquel<br />

templo en que se honra a San Pedro.<br />

El puerto de Jafa en las noches desde la costera de Tel-<br />

Aviv se ve primoroso porque lo iluminan y parece una ascua<br />

de oro que está al Sur de la Ciudad, se ve la torre <strong>del</strong><br />

templo muy bonita; la iluminación prendida hasta las diez u<br />

once de la noche.” 97<br />

Como UNA MARAVILLA DEL MUNDO, describe el autor otro de sus<br />

periplos por Tel- Aviv. “Una vez que nosotros salimos <strong>del</strong><br />

templo, subimos por una serie de escaleras a un parque muy<br />

agradable que está frente al templo, que es una loma,<br />

llegamos a la parte superior y de ahí se goza una vista<br />

maravillosa de Tel- Aviv, yo creo que esta loma ha de estar<br />

aproximadamente a unos sesenta metros sobre el nivel <strong>del</strong><br />

mar, y de ahí se ve la costera, las playas; se ven los<br />

edificios modernos hacia el lado Oriente, y tiene un<br />

monumento que son como dos columnas muy estilizadas, hechas<br />

97 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Tel Aviv, sol de Medio Oriente. Hidrocálido.<br />

Martes 6 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.6.<br />

455


de cemento y en esas dos columnas es á la Historia de<br />

Israel, simbolizada; y nos platicaron que un judío muy rico<br />

que hizo una torre enorme, un condominio, regaló también el<br />

arreglo de aquel otro punto y parándose en un lugar<br />

determinado frente a los dos monumentos monolíticos, se, ve<br />

al fondo la, torre que el construyó entonces sintió hacer<br />

un homenaje a Israel, al Israel moderno a través de un<br />

simbolismo de los valores extraordinarios <strong>del</strong> Israel <strong>del</strong><br />

Testamento, de las Sagradas Escrituras.<br />

Bajamos <strong>del</strong> parque y ya estaba allí el minibús, nos fuimos<br />

por la costera rumbo hacia la parte vieja <strong>del</strong> Tel-Aviv,<br />

posteriormente a la parte moderna. Cuando descendíamos <strong>del</strong><br />

promotorio nos encontramos con una parte muy bonita, en que<br />

se dio una parada el medio de transporte nuestro, está a un<br />

lado de la carretera una banqueta, una terraza de la que se<br />

ve el Mediterráneo muy azul, y a mano izquierda está un<br />

restaurante con terrazas hacia el mar, y gente comiendo y<br />

bebiendo. El guía ahí nos platicó una leyenda de Tel-Aviv,<br />

de la época mucho muy antigua, por lo tanto, tuvo que haber<br />

sido antes de que el puerto de Jafa o Jope hubiera<br />

crecido.- "Que aquello era Villa de pescadores, y en los<br />

riscos que estábamos viendo tenían que amarrar a una<br />

virgen, a una doncella porque llegaba un monstruo cada año<br />

y destrozaba a aquella muchacha y se mantenía con su<br />

sangre, y entonces ese monstruo se alejaba de la Villa de<br />

pescadores y en un año no volvía a atacarlos; cada año era<br />

la misma situación de ir manteniendo a aquel monstruo,<br />

hasta que apropiadamente se deshicieron de él", por lo que<br />

ven aquellos riscos como un altar histórico.<br />

Llegamos a la parte más antigua <strong>del</strong> Tel-Aviv, vimos casas<br />

de un barrio que queda al Sur y que fue núcleo de esta ciudad,<br />

estas no son elegantes; en éste barrio es donde hay<br />

judíos que cumplen al pie de la letra su religión; nosotros<br />

veíamos con mucho agrado a las familias de los judíos que<br />

456


salían de sus sinagogas con vestidos talares, tanto el<br />

papá, la mamá y los hijos, eran completamente blancos, lo<br />

mismo el Kuipo o la boinita esa que se ponen como si fueran<br />

solideos, el simbolismo de esto es porque empezaba el año y<br />

era una demostración hacia Dios de que lo empezaban con<br />

pureza y con ánimos de enmendar su vida, siendo estos<br />

vestidos toda una tradición.<br />

Tel-Aviv moderno es una cosa mucho muy bonita, una Ciudad<br />

muy bien trazada, con avenidas arboladas, edificios de<br />

arquitectura agradable, Tel-Aviv ha crecido verticalmente,<br />

no como Nueva York, pero si edificios separados por<br />

jardines bonitos, son de unos diez o doce pisos, por lo<br />

general con departamentos donde viven las actuales<br />

generaciones. Fuimos a su plaza principal, que es donde<br />

ellos acuden cuando hacen manifestaciones y quieren<br />

demostrar alguna cosa al gobierno; es una plaza no<br />

monumental en su tamaño, tendrá ciento cincuenta metros en<br />

su eje mayor, me acuerdo que tiene forma de óvalo y con<br />

palmeras y bonitos prados.<br />

Fuimos a la Universidad de Israel y el guía se sentía muy<br />

orgulloso cuando nos platicaba, por ejemplo, de los avances<br />

habidos en materia de agricultura por los muchachos que<br />

estudian en esta Universidad, no olvidemos que allí en<br />

Israel fue en donde han hecho florecer los desiertos a<br />

través <strong>del</strong> riego por goteo y la miniaspersión y ahora<br />

estudian técnicas de cultivar sin tierra, le van poniendo a<br />

la semilla los alimentos que necesita para su crecimiento a<br />

través de computadoras que van indicando qué es lo que se<br />

debe hacer con aquellos cultivos, que los hacen en charolas<br />

de laboratorios, siendo todo esto aportaciones de Israel<br />

hacia el mundo.<br />

Después de visitar estos lugares modernos, nos fuimos a un<br />

punto céntrico de la ciudad, también mucho muy bonito,<br />

descendimos de nuestro ómnibus y nos dieron alrededor de<br />

457


una hora para procurarnos algún refrigerio y disfrutar de<br />

la zona peatonal; nosotros nos fuimos caminando como unas<br />

dos cuadras a<strong>del</strong>ante de donde dejamos estacionado nuestro<br />

vehículo, esta parte me recordaba la Zona Rosa <strong>del</strong> Distrito<br />

Federal, con bonitas tiendas de ropa, de joyería y también<br />

establecimientos en que le vendían a uno bebidas, nieve,<br />

refrescos o algún bocadillo, optamos por refrescarnos con<br />

las cervezas de Israel y estuvimos tomando como una o dos<br />

cervezas, por cierto que son cervezas que pudiéramos<br />

catalogarlas como tiernas; nos hicimos entender mucho muy<br />

bien con la persona que nos atendía en aquella nevería; ahí<br />

en la mesa contigua estaban las comadritas de México, ella<br />

con una refrescos, con nieve y lo mismo la comadre Josefina<br />

y Lupita estuvieron tomándose refrescos, solamente fuimos<br />

medio agresivos mi compadre Román y yo, con unas cervezas<br />

muy frías, muy sabrosas. Fuimos al camión a la hora de la<br />

cita y acudieron todos los compañeros de viaje puntuales,<br />

Tony llevó a los compañeros <strong>del</strong> otro hotel a su hotel y a<br />

nosotros nos dejó también en el nuestro, Monte Sinaí, y nos<br />

indicó él, que por ese día se acababa su misión de ser<br />

nuestro guía pues él iba a ir a su casa a Jerusalém, que es<br />

donde vive, y que al día siguiente a las nueve de la<br />

mañana, estuviéramos de nuevo listos, desayunados, ya<br />

arreglados y con nuestro equipaje preparado para continuar<br />

nuestro viaje por Israel.” 98<br />

Continúa su narración con el escrito MEDIO ORIENTE, UN<br />

MUNDO SENCILLAMENTE FABULOSO. “Cuando nos dejó en el hotel<br />

Tony, optamos por ir de vuelta a la costera que nos quedaba<br />

a unas dos cuadras <strong>del</strong> hotel, con el objeto de comer algo;<br />

era aquello de las tres de la tarde y fuimos a la pizzería<br />

a donde cenamos pues nos acomodamos a la misma en cuanto al<br />

gusto, al sazón y además nos hacíamos entender con el<br />

98 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Una maravilla <strong>del</strong> mundo. Hidrocálido.<br />

Miércoles 7 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.5.<br />

458


personal y acudimos a la comida italiana nuevamente para<br />

llenar este renglón y tener en nuestro cuerpo el alimento<br />

necesario para continuar, me acuerdo haber pedido ahí una<br />

pasta muy rica, y una copa de vino tinto y en eso consistió<br />

mi comida, aunque son platones los que sirven; pues comimos<br />

muy sabroso, muy a gusto y más tarde atravesamos la<br />

costera, el boulevar para ir a ver las playas y las<br />

personas que se bañaban, también aquí se veía muy bien el<br />

promotorio <strong>del</strong> Puerto de Jope. Estuvimos un rato en las<br />

playas aquellas; caminamos y vimos movimiento de soldados,<br />

aunque parecían jóvenes que se estaban divirtiendo, que<br />

estaban jugando entre sí, una cosa que no daba miedo, que<br />

estaban jugando acción bélica, era un patrullaje normal.<br />

Paseamos un rato por las playas aquellas y nos fuimos a<br />

descansar a nuestro hotel, a descansar buen rato de la<br />

tarde, hasta que el sol se ocultó.<br />

En la noche fuimos de nuevo al boulevard donde está la<br />

costera, y era un bullicio enorme el que había, parece ser<br />

que en las noches se vaciaba todo Tel-Aviv, en este lugar<br />

por cierto que las autoridades municipales tienen la<br />

atención de tener grupos de esas sillas metálicas de esas<br />

sillas fundidas y pintadas de blanco en grupitos de diez o<br />

doce para que la gente que fuera pasando y que las viera<br />

desocupadas se sentara, disfrutara de la brisa <strong>del</strong> mar<br />

fresca, agradable, la tertulia y <strong>del</strong> paseó de la gente; el<br />

calculo que ese paseo ha de tener algo así como unos tres o<br />

cuatro kilómetros; se ven en las playas muchachos jugando<br />

Base-ball y Basket, se veía que estaban felices; donde<br />

juegan, todo iluminado perfectamente. En la acera donde<br />

están los edificios (este boulevard corre de Norte a Sur y<br />

el mar viene quedando hacia el lado Poniente), en el lado<br />

Oriente hay cines, centros de reunión, discotecas, muchos<br />

restaurantes y todos con una iluminación profusa de colores,<br />

con neón o muchos foquitos cintilando y en las<br />

459


marquesinas, los anuncios de las películas que estaban<br />

exhibiendo; total, en Tel-Aviv se veía un movimientazo<br />

grande, por algo hay una frase que dice: "Mientras<br />

Jerusalén está en oración, Tel-Aviv se divierte". En aquel<br />

marco tan alegre y en una noche tan primorosa, estuvimos<br />

caminando unos dos kilómetros, viendo los distintos grupos<br />

de gentes y las distracciones que ellos tenían, ya después<br />

de deambular por este lugar, regresamos al hotel para<br />

cenar, lo que hicimos muy a gusto y nos dispusimos a ir a<br />

nuestra habitación para arreglar nuestro equipaje y tenerlo<br />

listo para el día siguiente e iniciar nuestro viaje por los<br />

caminos de Israel; así terminamos este día trece de<br />

Septiembre de mil novecientos ochenta y ocho, día en que en<br />

la, Patria se recuerda la gesta histórica de los Niños<br />

Héroes.” 99<br />

En la siguiente entrega expone varios recorridos CESAREA<br />

MARÍTIMA, HAIFA, NÁZARET Y KIBBUTZ. “Nuestro espíritu está<br />

completamente dispuesto para transcurrir por la tierra de<br />

Dios, conocer Israel; las primeras impresiones ya las<br />

habíamos tenido en la Ciudad de Tel-Aviv, y ahora nos<br />

disponíamos a salir después de haber desayunado<br />

abundantemente. Tony, nos esperaba en el minibús y cuando<br />

se dio cuenta que todos bajamos y que el equipaje estaba<br />

completo en el loby <strong>del</strong> hotel, inmediatamente procedió a<br />

cargar el autobús y preguntó en la administración si no se<br />

debía algo de dinero por parte <strong>del</strong> grupo por servicios<br />

recibidos, una vez que checo él esta circunstancia,<br />

abordamos el minibús y nos dirigimos al hotel Sheraton en<br />

donde estaba el resto <strong>del</strong> grupo; de nuevo transitamos por<br />

la costera, admirando aquellas escenas primorosas <strong>del</strong> Tel-<br />

Aviv. Llegamos al hotel de nuestros compañeros y ya estaban<br />

listos para abordar el minibús y empezar el recorrido, nos<br />

99 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Medio Oriente, un mundo sencillamente<br />

fabuloso. Hidrocálido. Jueves 8 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.5.<br />

460


sentíamos una sola familia unos con otros, por la<br />

circunstancia de que habíamos estado juntos los dos días<br />

anteriores recorriendo la Ciudad de Tel-Aviv.<br />

Integrado el grupo, iniciamos la marcha de nuevo por la<br />

costera de Tel-Aviv, teniendo como rumbo general el Norte,<br />

la primera meta sería Cesárea Marítima; aprovechó Tony para<br />

obsequiarnos a cada uno un cuadrado, pero las distancias<br />

que en el mapa aparecen retiradas, están próximas, me di<br />

cuenta que por ejemplo de Tel-Aviv a Cesárea Marítima hay<br />

como unos ochenta kilómetros y en el mapa se ven distantes.<br />

Cesárea Marítima fue la capital <strong>del</strong> Imperio Romano en<br />

Palestina, fue edificada por Herodes el Grande y la hizo<br />

como un puerto de entrada de las naves romanas hacia<br />

aquella colonia que estaba en los límites <strong>del</strong> Imperio<br />

Romano; fue una gran ciudad con un puerto de mucho<br />

movimiento; hoy día sólo ruinas quedan de aquello. El<br />

primer lugar que nos impresionó fue el teatro romano, es<br />

primoroso, lo construyeron aprovechando un declive de una<br />

toma que va hacia la playa, hacia el mar, tiene capacidad<br />

para unas tres mil personas, se hizo para presentar obras<br />

tanto de Grecia, que era la nación culta como de Roma.<br />

Para llegar al teatro <strong>del</strong> lugar en que descendimos <strong>del</strong><br />

minibús, recorrimos alrededor de unos cien metros en medio<br />

de estatuas encontradas en esta área, capiteles de columnas<br />

y piezas de mármol labradas en una forma hermosa; antes de<br />

entrar al teatro, Tony, nuestro guía, nos dio una<br />

explicación de las partes que componían el teatro y de las<br />

ventajas de la acústica que el mismo presentaba, este<br />

teatro ha sido reconstruido en su totalidad y los<br />

conciertos de verano se llevan a cabo en este escenario<br />

bellísimo. Entramos al teatro y es una vista maravillosa,<br />

porque le sirve de fondo el Mediterráneo con sus aguas<br />

azules; para demostrar la buena acústica, Tony puso al<br />

grupo de nosotros a media galería y al Ingeniero de Costa<br />

461


Rica lo instaló en el foro a recitar, y cual sería la<br />

sorpresa de todas la gentes que íbamos juntas, que se oía<br />

perfectamente lo que aquel señor estaba recitando en el<br />

foro, que creo fue algo así como los Motivos <strong>del</strong> Hermano<br />

Lobo de Rubén Darío después bajamos al foro, naturalmente<br />

que a medida que íbamos caminando por aquellos lugares,<br />

tomamos las fotografías de esta obra maravillosa <strong>del</strong><br />

Imperio Romano, y que acertadamente ha sido reconstruida en<br />

su totalidad.<br />

Nos retiramos <strong>del</strong> foro por otra área y vimos lo que<br />

pudiéramos llamar algunas calas de carácter arqueológico, o<br />

sea investigaciones que están haciendo los arqueólogos,<br />

regresamos a donde estaba nuestro medio de transporte y nos<br />

fuimos un poquito más a<strong>del</strong>ante de donde está el teatro en<br />

la misma área arqueológica de Cesárea Marítima, fuimos a la<br />

Ciudad de Las Cruzadas.” 100<br />

Luego describe LA CIUDAD DE LAS CRUZADAS. Inicia con una<br />

aclaración: “No hay que confundir, Cesárea Marítima que<br />

está a la orilla <strong>del</strong> Mar Mediterráneo, con Cesárea de<br />

Filipo que se encuentra por allá en la base de las alturas<br />

<strong>del</strong> Golán, hacia el Oriente de Israel; son dos lugares<br />

distintos con el mismo nombre, pero dijéramos con distinto<br />

apellido, Cesárea de Filipo fue donde el Señor despojó <strong>del</strong><br />

demonio a una persona que estaba posesa <strong>del</strong> mismo.<br />

La Ciudad de Las Cruzadas está dentro <strong>del</strong> mismo Cesárea<br />

Marítima, San Luis, Rey de Francia en el siglo XI de<br />

nuestra era, junto con los Cruzados hizo una fortaleza que<br />

estaba dentro <strong>del</strong> puerto que visitábamos y fue el lugar en<br />

el que todos los barcos de los cruzados llegaban en su<br />

lucha que tenían con los Musulmanes para rescatar el Santo<br />

Sepulcro; maravillosa obra castrense esta ciudad de los<br />

Cruzados, en primer término tienen un foso que estando en<br />

100 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Cesárea marítima, Haifa, Nazareth y<br />

kibbutz. Hidrocálido. Viernes 9 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.4.<br />

462


funciones es muy difícil pasarlo y combatir el fuerte,<br />

aquel tiene una inclinación de las paredes <strong>del</strong> foso hacia<br />

el fuerte, superiores a cuarenta y cinco grados, al grado<br />

de que cualquier persona que quisiera caminar por ahí, se<br />

tenía que resbalar por fuerza, y naturalmente que ahora ese<br />

foso está seco, entramos a la construcción, está hecha de<br />

piedras que ya sus aristas se ven limadas por la acción de<br />

los vientos a través de los siglos y pasamos a un corredor<br />

en el cual estaba la entrada con un puente elevadizo,<br />

entramos al castillo aquel y nos explicaba nuestro guía<br />

cómo había una serie de defensas para penetrar al mismo,<br />

primero pasaba uno por la puerta y había oportunidad de que<br />

los defensores <strong>del</strong> castillo dejaran caer pesadas rejas<br />

a<strong>del</strong>ante, donde estábamos nosotros y los atacantes quedaban<br />

atrapados y por unas ventanitas angostas, como mirillas,<br />

podían flechar a las personas que trataban de entrar; toda<br />

la construcción de esta fortaleza fue hecha en tal forma,<br />

que los que estaban dentro de la misma la podían defender<br />

correctamente. Seguimos dentro de aquel gran zaguán de<br />

dimensiones mucho muy amplias, hecho todo aquello con<br />

bloques de piedras grandes, y al fondo, a la derecha, daba<br />

acceso a un gran patio <strong>del</strong> que se veía perfectamente la<br />

playa y el mar, por ahí estaba una torre como una especie<br />

de minarete y una construcción con ventanilla de tipo oval<br />

y nos indicaron que esas construcciones fueron hechas por<br />

los Turcos Otomanos.<br />

La Ciudad de los cruzados fue hecha en Cesárea Marítima, en<br />

el siglo XI de nuestra era, en la época de San Luis Rey,<br />

fue hecha bajo su dirección, por sus soldados y por él ya<br />

que actuó como albañil, en términos genéricos, esta<br />

construcción estaría dentro <strong>del</strong> seno de lo que fue el gran<br />

injerto de Cesárea Marítima y fue la entrada de los<br />

Cruzados a Tierra Santa.<br />

463


Dejamos la Ciudad de los Cruzados y a unos doscientos<br />

metros <strong>del</strong> castillo que acabamos de describir, están los<br />

restos de un acueducto romano que llevaba agua desde Haifa<br />

hasta la Ciudad de los cruzados; de este acueducto, desde<br />

nuestro autobús lo vimos y continuamos el viaje hacia el<br />

Norte.<br />

A unos cuarenta kilómetros, al Norte de Cesárea Marítima,<br />

se encuentra la Ciudad y puerto de Haifa, el puerto más<br />

importante de Israel, desde por allá de las serranías que<br />

bordean el Mar de Galilea, se deja venir una cordillera que<br />

termina en el mar Mediterráneo y es notoria la<br />

configuración orográfica de este lugar en cuanto a la<br />

cordillera, ya que termina verticalmente en el mar; nos<br />

platicaba Tony que estos cerros eran los que <strong>del</strong>imitaban el<br />

Valle de Extralong que terminaba ahí en Haifa, exactamente<br />

donde termina la cordillera, es nada menos que el monte<br />

Carmelo, y ahí en el Monte Carmelo hay un convento de<br />

Carmelitas y fue donde la Santísima Virgen se le aparece<br />

san Simón Stock y le da la regla de comunidad religiosa de<br />

los Carmelitas; en ese lugar hay una cueva dentro <strong>del</strong><br />

templo donde se dice que ahí habitó el profeta Elías; de<br />

aquí <strong>del</strong> Monte Carmelo el profeta Elías fue arrebatado al<br />

cielo en el Carro de Fuego. En todo este lugar está un<br />

monasterio de tipo español; por lo general, todos los<br />

santos lugares por lo que respecta a la religión católica,<br />

están custodiados por franciscanos españoles.<br />

En este lugar venden recuerdos <strong>del</strong> monasterio y procuraban<br />

las gentes de nuestro grupo, que los mismos padres<br />

carmelitas los bendijeran, naturalmente, entre ellos los<br />

escapularios de la Virgen <strong>del</strong> Carmen y recordamos a la<br />

Orden Carmelita y con ella el templo de San Marcos de<br />

nuestro querido Aguascalientes.<br />

Frente al monasterio Carmelita que está en la parte<br />

superior <strong>del</strong> cerro donde termina la cordillera, atraviesa<br />

464


uno con mucho cuidado una avenida muy grande y frente al<br />

monasterio están unos miradores, de ahí se ve en una forma<br />

primorosa todo el puerto de Haifa, que queda a los pies de<br />

esta elevación, alcancé a ver quince barcos grandes que<br />

estaban a punto de hacer sus movimientos portuarios, tomé<br />

algunas fotografías desde este mirador<br />

Siguiendo la misma cordillera <strong>del</strong> Monte Carmelo, pero en<br />

otro lugar está la tumba <strong>del</strong> Gran Bahai; el Gran Bahai era<br />

persa, fundó una religión, tiene sus seguidores y él quiso<br />

que fuera sepultado en el Monte Carmelo, llegar a la tumba<br />

<strong>del</strong> Gran Bahai en este lugar es impactante, porque se<br />

transporta a otros mundos, parece que está uno en Persia,<br />

la tumba está cubierta por un gran templo que tiene una<br />

gran cúpula en la que los colores que imperan son el blanco<br />

y el anaranjado <strong>del</strong> ladrillo, para llegar a esta tumba,<br />

dejamos el autobús en una avenida y entramos a unos<br />

jardines que están primorosamente arreglados con gusto<br />

persa, sus prados con muchas flores y muchos adornos; con<br />

muchas estatuas y va uno acercándose a la tumba <strong>del</strong> Gran<br />

Bahai, y es bonita la tumba porque la parte blanca <strong>del</strong><br />

mármol está primorosamente trabajada, y cuando se va uno<br />

acercando en medio de aquellos jardines el camino, por<br />

donde va uno está hecho de pedacería de cacharros de barro<br />

así es de que eran tepalcates, que tiene la peculiaridad de<br />

que va uno caminando y suenan como si fueran campanitas;<br />

para visitar la tumba <strong>del</strong> Gran Bahai hubo necesidad de<br />

dejar nuestros zapatos fuera de aquella construcción donde<br />

esta la tumba, y en calcetines entramos a ver la tumba por<br />

dentro, esta tumba es tan impresionante como lo es la<br />

construcción, salimos y cual sería nuestra sorpresa que<br />

descubrimos otro caminito que bajaba hacia el puerto de<br />

Haifa, pero en medio de aquellos jardines<br />

extraordinariamente arreglados, se veía como que aquel<br />

camino continuaba a una gran avenida allá abajo, tomé unas<br />

465


fotografías que salieron muy hermosas desde donde esta la<br />

tumba <strong>del</strong> Gran Bahai.” 101<br />

El MERCADO DE DIAMANTES EN HAIFA, es su siguiente entrega:<br />

“Seguimos rumbo al puerto, anduvimos por sus grandes<br />

avenidas, vimos su movimiento; tenía grandes silos para<br />

almacenar el trigo y había muchas terminales de vías de<br />

ferrocarril, un movimiento grande.<br />

En Haifa cambiamos de rumbo, no hay que olvidar que íbamos<br />

paralelo a la playa y ahí ya en rumbo de la carretera fue<br />

francamente hacia el Oriente; caminamos alrededor de unos<br />

veinte o treinta kilómetros y llegamos a un taller donde<br />

pulen y arreglan diamantes, parece ser que el mercado de<br />

diamantes de Haifa es superior al mercado de diamantes en<br />

Amsterdam y nos platicaban que la materia prima <strong>del</strong><br />

diamante está controlada por judíos que viven en Londres,<br />

entonces a su Patria, Israel, mandan una dotación de<br />

diamantes para pulir bastante grande, por lo tanto; es un<br />

taller mucho muy importante.<br />

Primero nos llevaron a ver una proyección de una película<br />

en una salita para que apreciáramos lo que es el diamante,<br />

el trabajo que se hace sobre este carbón purísimo, como es<br />

esta piedra y de donde la extraían, casi toda viene de<br />

África, y después de ver las técnicas de tallado, pasamos a<br />

ver ya en vivo la forma en que aquellos operarios estaban<br />

trabajando los diamantes y puliéndolos, es un taller grande<br />

y una exposición de joyas de diamantes, es decir, ya el<br />

diamante labrado y convertido en joyas es un local que ha<br />

de tener unos treinta metros de largo por unos quince de<br />

ancho, y lleno completamente de mostradores con infinidad<br />

de joyas, para esto que tienen un cuidado muy grande con el<br />

turismo, ya que puede llegar gente con malas intenciones,<br />

pero lo hacen sentir a uno como si no lo estuvieran<br />

101 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. La ciudad de las cruzadas. Hidrocálido.<br />

Sábado 10 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.6.<br />

466


vigilando, yo creo que está super vigilado a través de<br />

circuitos de televisión, los empleados se muestran muy<br />

amables, y hace uno el recorrido por aquellos aparadores<br />

viendo los primores de joyas, me llamó la atención un<br />

diamante <strong>del</strong> tamaño más o menos de una lenteja y estaba<br />

montado en un anillo de oro que era una simple argolla y<br />

cuando supe el precio me asusté, y me dije: Todavía la<br />

Revolución no me hace justicia para comprarme uno, pues<br />

costaba alrededor de Veinticinco millones de pesos aquel<br />

anillo sencillito, naturalmente que para las gentes que<br />

tienen capital y que acostumbran estas cosas, sería una<br />

ganga; ahí mi compadre Román le demostró su cariño a la<br />

comadre Josefina y le compró un corazón de perla, rodeado<br />

de chispitas de Diamante.<br />

Continuando por la carretera rumbo hacia el oriente y a<br />

unos cuarenta kilómetros de transitar por la carretera,<br />

llegamos a uno de los pueblos de Israel que tiene un<br />

significado primoroso para nosotros los Cristianos, llegamos<br />

a Nazareth, pueblo ubicado en un valle y que<br />

actualmente ha de tener unos cincuenta mil habitantes, ahí<br />

trascurrió la mayor parte de la vida <strong>del</strong> Señor, llegamos<br />

con verdadera alegría. Lo primero que hicimos fue ir a<br />

comer, eran las dos y media de la tarde de ese día, nos<br />

prepararon una comida a base de un spaguetti, carnero<br />

asado, y vino de aquellas regiones; en este lugar tuvo<br />

nuestro grupo un contratiempo, la esposa <strong>del</strong> Ingeniero<br />

Rivero es una persona que padece asma y le vino un acceso y<br />

fue llevada por el ingeniero, su esposo, a una clínica de<br />

Nazareth para que fuera atendida de ese espasmo asmático,<br />

mientras nosotros nos quedamos en el restaurante saboreando<br />

la comida y muy contentos todos por estar en Nazareth,<br />

después de comer, nos fuimos a la Basílica que cubre lo que<br />

fue la casa de Jesús, María y José y sentíamos nosotros la<br />

<strong>presencia</strong> de Ellos, pensábamos nosotros en el joven aquel<br />

467


que se desarrolló en este pueblo y dentro de su<br />

configuración completamente humana, la divinidad <strong>del</strong><br />

Mesías, fue Jesús Redentor, el joven aquel ayudante de<br />

carpintería, que convivió con las gentes de su época en ese<br />

lugar. Llegamos a la Basílica, moderna, de grandes<br />

dimensiones, no tiene torres, pero si una cúpula que ha de<br />

andar por ahí por los sesenta metros, con líneas modernas,<br />

como si fuera una corona, supe que este templo fue<br />

inaugurado en mil novecientos sesenta, hacía dieciocho años<br />

que se había inaugurado; en el subsuelo tiene la casa en<br />

que vivieron Jesús, María y José, baja uno hasta el nivel<br />

en que estuvo la casa aquella que se antoja que fue<br />

escarbada entre las rocas, y tiene distintas dependencias,<br />

ve uno las recámaras, la cocina, así es la casa de aquel<br />

humilde carpintero de Galilea, siente uno la <strong>presencia</strong> de<br />

Jesús, María y José. Hay cerca en la parte de abajo que<br />

impide que vaya uno hasta la casa de ellos que está<br />

perfectamente iluminada, la ve uno mucho muy bien y el<br />

recinto en que está la casa, tendrá un diámetro de sesenta<br />

metros. Bajo la cúpula y por unas escaleras, se sube a otro<br />

nivel <strong>del</strong> templo y ahí está un templo dedicado a la Sagrada<br />

Familia, está adornado con distintos cuadros emplomados que<br />

varias naciones costearon, por lo que respecta al emplomado<br />

que a México le correspondió, es una Virgen de Guadalupe,<br />

para mi gusto, está mal hecha; en fin, son de las técnicas<br />

nuevas de los artistas y ahí está el testimonio de México.<br />

Salimos de ahí y a sesenta metros al norte de este templo,<br />

está otro que cubre lo que fue el taller <strong>del</strong> Señor San<br />

José, entrando está una pintura muy bonita en la que está<br />

Jesús adolescente, de unos dieciséis años, la Santísima<br />

Virgen sentada en un banco, una gran Señora, una gran dama<br />

y junto a ellos en un banco de carpintería el Señor San<br />

José está trabajando, enseñando a Jesús el oficio de<br />

carpintero, conseguimos unas postales que son reproducción<br />

468


de este cuadro, compramos varias para regalárselas a<br />

nuestros amigos.” 102<br />

La descripción siguiente es sobre NAZARETH, LA TIERRA SANTA<br />

QUE ES UN TESORO DE LA HUMANIDAD, ahí dice: “De la<br />

carpintería <strong>del</strong> Señor San José, regresamos al templo que<br />

cubre la casa de ellos; no hay que olvidar que dentro de<br />

las costumbres judías, cuando se casaban, tenían que<br />

respetar a su esposa dentro <strong>del</strong> término de un año, por lo<br />

tanto, María estuvo viviendo en su casa y San José en el<br />

taller de carpintería, a unos cuantos metros de su casa,<br />

cuando llegamos de nuevo al templo que cubre la casa de la<br />

Sagrada Familia, bajamos a un nivel en el que están los<br />

cimientos <strong>del</strong> templo, en ese nivel hay un museo en el que<br />

están testimonios que han sido obtenidos en este lugar y<br />

dentro de los testimonios está una piedra que tiene escrito<br />

en Latín "Ave María" y esto ha sido motivo para que los<br />

arqueólogos tengan por real el lugar en el que está el<br />

templo, es decir, en el que vivieron Jesús, María y José,<br />

fuimos atendidos por un arqueólogo franciscano, el padre<br />

Rafael Dorado, hubo momento en el cual le platiqué que yo<br />

me llamaba Gabriel y que cómo me gustaría llevarme algunas<br />

piedras de aquel lugar, ya que en ese lugar fue donde el<br />

Arcángel San Gabriel anunció a María Santísima que debería<br />

concebir por obra <strong>del</strong> Espíritu Santo, el padre Dorado le<br />

dijo a uno de sus ayudantes, mira, la semana pasada hicimos<br />

nosotros una excavación que corresponde exactamente al<br />

nivel de la casa donde vivió la Sagrada Familia, traéme una<br />

bolsa y me llenó una bolsa, pero la cosa agradable fue que<br />

todo mi grupo se formó en fila para que les diera piedras<br />

de la casa de Jesús, María y José, yo me traje unas cuatro<br />

piedritas de las cuales le regalé una a mi doble tocayo, ya<br />

que lo es de nombre y de profesión, se trata <strong>del</strong> licenciado<br />

102 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Mercado de diamantes en Haifa.<br />

Hidrocálido. Domingo 11 de marzo de 1990. secc. Semanario. p.4.<br />

469


Gabriel Guerrero Trespaderne y cuando le di la piedra le<br />

dije: Mira, esta piedra procede <strong>del</strong> lugar en que nuestro<br />

tocayo actuó llevándole el mensaje de Dios a María<br />

Santísima; él la recibió con verdadera alegría de parte<br />

suya y para su familia, dice que él quiere esa piedra como<br />

una reliquia auténtica, como una joya. Por lo que a mí<br />

respecta, mis dos piedritas están en una pequeña vitrina de<br />

cristal, en el privado de mi despacho.<br />

....Después de estas impresiones tan bonitas, dejamos<br />

Nazareth, <strong>del</strong> templo nos fuimos a la clínica que está en<br />

una colina y que se llama <strong>del</strong> Señor San José, en esa<br />

clínica estaban atendiendo a la esposa <strong>del</strong> señor ingeniero<br />

Rivero, y ya se encontraba recuperada <strong>del</strong> acceso asmático<br />

que tuvo y una monjita italiana que atendía aquella<br />

clínica, nos hizo pasar a la misma y nos enseñaba distintos<br />

ángulos para que viéramos desde sus ventanas lo hermoso que<br />

se veía Nazareth desde la colina en que está emplazada la<br />

clínica; me falta comentar de que cuando estábamos en el<br />

templo donde fue la casa de Jesús, María y José, oímos un<br />

repique de campanas muy agradable, muy bonito y yo volteaba<br />

con el Ingeniero Rivero y le decía: mire ingeniero, estas<br />

campanas lo que están anunciando es que su esposa está<br />

sana, que la vamos a encontrar muy recuperada, fue una cosa<br />

muy agradable para él oír eso, y cual sería la sorpresa<br />

cuando llegamos a la clínica encontrarla restablecida.<br />

Abordamos de huevo el minibus, por cierto que ahí fue donde<br />

le compré a Tony una serie de diapositivas sobre Israel,<br />

son cien con un cassette en castellano el cual hemos<br />

disfrutado en muchas ocasiones, su precio, que se me hizo<br />

muy cómodo, fue de veintitrés dólares. De Nazareth nos<br />

fuimos rumbo al Noroeste, ya la tarde pardeando, estuvimos<br />

primero por ahí en las orillas de Nazareth en una tiendita,<br />

tomándonos un refresco, por ahí vimos un grupito de niños<br />

como si fuera una escuelita, y ellos con su alegría<br />

470


infantil nos coreaban y nosotros los coreábamos a ellos, se<br />

estableció a señas un diálogo muy hermoso con aquellos<br />

niños, la verdadera paz está en ellos.<br />

Seguimos por las carreteras aquellas y a muy poquito andar<br />

de Nazareth, pasamos por donde el Señor hizo su primer<br />

milagro, por Canán, vimos el pueblo donde fueron las bodas,<br />

donde se acabó el vino, donde la Virgen María voltea con El<br />

y le dice: "Hijo, ya no tienen vino en esta fiesta" y El le<br />

dice: "Y que nos va, mi hora todavía no ha llegado", pero<br />

es tan grande el amor que el Hijo siente por su Madre, que<br />

haciendo una verdadera excepción, hace su primer milagro,<br />

convertir el agua en vino, como se establece en las<br />

Sagradas Escrituras; pasamos por Canán ya al atardecer, ya<br />

el sol a punto de ponerse detrás de las cordilleras y<br />

nosotros seguimos caminando todavía con algo de luz de día<br />

hacia el Sureste, alcanzamos a ver perfectamente el lago de<br />

Galilea, el Mar de Galilea, y seguimos todavía rumbo al<br />

Noroeste y como se prolongaba nuestro tránsito por la<br />

carretera, se vienen a nuestra mente las canciones de la<br />

Patria, y todos estuvimos cantando canciones de nuestras<br />

regiones, yo me permití cantarles dos canciones de<br />

estudiantina, les canté el Corrido <strong>del</strong> Estudiante, y a mi<br />

me gusta el Pin pirin pi pin de la botella, el.... o sea la<br />

canción de los Borrachos, de esta zona seguimos por<br />

aquellas carreteras completamente ya obscuras, pero viendo<br />

la infinidad de pueblitos iluminados, está perfectamente<br />

electrificado Israel; otros amigos cantaron, Solamente una<br />

vez, luego canción Mixteca, que es el himno de todos los<br />

mexicanos cuando nos sentimos lejos de la Patria; pero<br />

naturalmente que para mi compadre Román no hay cosa más<br />

bonita que cantar La negra noche y entre todos también<br />

entonamos; La negra noche, tendió su manto, surgió la<br />

niebla, murió la luz...y seguimos por aquellas carreteras,<br />

hemos de haber llegado aproximadamente a unos diez<br />

471


kilómetros <strong>del</strong> líbano, al Kibbutz Hagoshrim, estaba casi<br />

fortificado, rodeado con alambradas y luego en la puerta<br />

había dos milicianos, y ya cuando se identificó Tony,<br />

platico con ellos, nos dieron vía franca, entramos a aquel<br />

que se nos antojó como si fuera un campo de concentración<br />

de Israel, y nuestra sorpresa fue que es un hotel muy<br />

agradable para pasar la noche es un ejido de los judíos<br />

que tiene por finalidad fundamental la de brindar servicios<br />

turísticos, tienen distintas casitas en medio <strong>del</strong> jardín<br />

muy bonito, muy bien iluminado y un área de servicios<br />

comunes en que esta un comedor y varios salones para<br />

conferencias; en seguida nos instalaron en nuestras<br />

habitaciones, muy limpias, muy buenas camas, muy buenos<br />

baños y nos dieron una media hora para ajuste de tiempo y<br />

luego nos veríamos en el comedor. Nos dimos un regaderazo<br />

para revivir un poco y nos fuimos al comedor, ahí,<br />

magnifica cena de tipo bufette, con muchísimos platillos y<br />

con muy buen vino, el vino hay que pagarlo, pero la cena va<br />

incluida dentro <strong>del</strong> tour; cenamos muy bien y bebimos mejor,<br />

después nos fuimos a una plática sobre lo que es la<br />

mecánica <strong>del</strong> Kibbutz, de cómo nació y como viven en él,<br />

pasaron un video casete sobre él y entramos a la sesión de<br />

preguntas y respuestas, creo que no salió muy airoso<br />

nuestro guía, porque traíamos personas altamente<br />

calificadas en materia administrativa, agrícola y jurídica<br />

y entre todos le dimos una columpiada, que creo que no le<br />

quedaron ganas de volver a hablar con mexicanos respecto de<br />

lo que es el Kibbutz y máxime cuando nosotros los conocemos<br />

nosotros que ha sido el ejido de nuestros medios y como no<br />

ha operado como la ley lo manda llegó un instante en que,<br />

se hacía la conversación un tanto agresiva y aparte de eso<br />

ya teníamos muchísimo sueño, y yo les dije: "Bueno, yo por<br />

lo que a mi respecta hasta aquí platico, que pasen ustedes<br />

muy buenas noches y me retiro", y parece ser que la<br />

472


despedida de Lupita y mía fue algo así como un banderazo de<br />

arrancada, porque todo el mundo se fue a dormir y a<br />

descansar, yo dormí extraordinariamente a gusto, no así<br />

Lupita porque toda la noche estuvo oyendo algo así como si<br />

fuera el agua de una acequia, de algún riachuelo, y cual<br />

sería la sorpresa al día siguiente junto a nuestra<br />

habitación, por la ventana <strong>del</strong> baño, efectivamente pasaba<br />

un riachuelo tributario de Jordán, y toda la noche sus<br />

aguas cantarinas estuvieron perturbando el sueño de<br />

Lupita, sin embargo yo descansé, extraordinariamente esa<br />

noche.” 103<br />

En seguida narra una INOLVIDABLE VISITA AL MAR DE GALILEA.<br />

“Iniciamos en tierras de Israel, el día que para nosotros<br />

los mexicanos, es el máximo día de nuestro calendario<br />

cívico, conmemoración de un aniversario más <strong>del</strong> día <strong>del</strong><br />

inicio de la Independencia de México; cuando ya nos<br />

arreglamos para reanudar nuestro viaje, acudimos al comedor<br />

y ahí el desayuno siguió siendo a base, de aceitunas, de<br />

jugos, café, de sardinas en aceite, de pescado, de quesos,<br />

fue abundante, y después de que ya se trasladaron los<br />

equipajes al vehículo en el que hicimos el recorrido,<br />

fuimos a pie a hacer una visita al kibbutz en sus distintos<br />

aspectos y veíamos cómo las gentes estaban trabajando, unas<br />

en la lavandería, otras en el cultivo de la tierra, otras<br />

en sus agroindustrias, y otros en el aspecto turístico,<br />

había personas que se dedicaban, por ejemplo, a la<br />

educación de los niños, a la guardería infantil, vimos por<br />

ahí a un grupo de niños en la edad de kinder, se nos<br />

hicieron niños con caritas tristes, pero tal vez lo que<br />

tenían era el asoro de ver otras gentes o no se que pudiera<br />

suceder, pero si me di cuenta también de como estas<br />

criaturas les daban para divertirse implementos de<br />

103 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Nazareth. La tierra santa que es un tesoro<br />

de la humanidad. Hidrocálido. Jueves 12 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y<br />

cultura. p. 4.<br />

473


labranzas ya deteriorados, tal vez con el fin de que desde<br />

pequeños se vayan acostumbrando a este tipo de implementos<br />

agrícolas; una de las cosas que nos llamó la atención, fue<br />

que en este Kibbutz tiene un refugio para ataques aéreos, y<br />

los niños y todo mundo lo saben usar, saben que cuando<br />

suenen determinadas alarmas tienen que correr a protegerse<br />

a estos lugares; no a diez kilómetros de la frontera con<br />

Líbano y Líbano estaba en pleno conflicto bélico cuando<br />

fuimos nosotros; pues bien, después de la visita <strong>del</strong><br />

Kibbut, nuestro ómnibus retoma la carretera por la cual<br />

llegamos ahora con rumbo general Suroeste, bajamos a la<br />

región de Galilea estábamos en las inmediaciones de las<br />

alturas <strong>del</strong> Golán; muy impresionante es el hecho que de<br />

estar el desierto y en el desierto mismo ve uno florecer<br />

las huertas, los agricultores israelitas son<br />

extraordinariamente buenos.<br />

De la región <strong>del</strong> Golán descendimos hacia el mar de Galilea,<br />

con paisajes agradables y a donde llegamos en primer<br />

término fue Tabga, el lugar donde el Señor hizo el Milagro<br />

de la Multiplicación de los Peces y los panes hay ahí un<br />

mosaico de tipo bizantino, con ese tema, y de este lugar<br />

como unos ochocientos metros, se ve el mar muy azul. Mas<br />

abajo a unos dos kilómetros está el lugar en que se<br />

recuerda "El Sermón de la montaña", entramos al templo que<br />

da la impresión de un gran kiosco y en el centro está<br />

expuesto el Santísimo, está Jesús Sacramentado y alrededor,<br />

en donde terminan los arcos que hay en el centro, están<br />

inscritas las bienaventuranzas en varios idiomas. Este<br />

templo que visitamos tiene forma de kiosco, por fuera lo<br />

rodea un corredor mucho muy bonito que sirve de mirador al<br />

mar de Galilea.<br />

Después de visitar este lugar continuamos descendiendo por<br />

la carretera hasta llegar a una ciudad que fue mucho muy<br />

impresionarte en la época <strong>del</strong> Señor, yo considero que casi<br />

474


fue el lugar donde empezó a irradiar el Cristianismo, esta<br />

es la Ciudad de Cafarnaum; ahí fue donde el Señor escogió<br />

entre gente humilde a quienes deberían de seguirlo y crear<br />

con ellos la doctrina Cristiana; es donde escogió a sus<br />

apóstoles; ahí fue. donde conoció a Pedro, Andrés, a<br />

Santiago, a Juan; en este lugar se inició la labor de<br />

proselitismo; hay que recordar que en Nazareth no pudo<br />

proyectarse en su Divinidad cabalmente porque tuvo<br />

problemas con las autoridades <strong>del</strong> pueblo y salió de<br />

Nazareth a Cafarnaum, relativamente próximo; yo creo que<br />

ahí es de donde resulta que:, "Nadie es profeta en su<br />

tierra" y el Señor vino a este lugar y aquí fue donde él<br />

inicia su vida pública, donde El empieza a proyectarse<br />

hacia la Humanidad. Hay en Cafarnaum puntos de mucha<br />

importancia, por ejemplo está la Sinagoga, aquí en este<br />

templo judío, fue donde el Señor por primera ocasión empezó<br />

a hablar <strong>del</strong> "Pan de la vida”, <strong>del</strong> Pan que, alimentándose<br />

con él, jamás se muere, estuvo hablando de la Sagrada<br />

Eucaristía, naturalmente que esto es una cosa de que quien<br />

la oyó no se pudo dar cuenta perfectamente de la<br />

profundidad de lo que el Señor decía, ya que aún no se<br />

instituía la Sagrada Eucaristía, pero ahí ya empezó a<br />

anunciar el Sacramento <strong>del</strong> Altar; ahí empezó a anunciar la<br />

perpetuación de El entre nosotros hasta la consumación de<br />

los siglos. Esta sinagoga fue constituida en la época de<br />

Herodes, en la sinagoga quedan en pie algunas columnas, hay<br />

muchas piedras libradas, su orientación es el Norte a Sur,<br />

a unos cuantos metros de la sinagoga, serán veinte, están<br />

las ruinas de lo que fue la casa de San Pedro y esto nos da<br />

a entender que San Pedro era una persona demasiado<br />

religiosa y buscó la forma de tener su casa próxima a la<br />

sinagoga, de la casa de San Pedro al mar ha de haber de<br />

diez a veinte metros, esto da testimonio <strong>del</strong> oficio de<br />

pescador de Pedro. El Mar de Galilea era cruzado por<br />

475


infinidad de barcas en la época de Jesús, hoy solamente las<br />

barcas de turistas son las que navegan en el Mar de<br />

Galilea, se acabó aquel movimientazo de barcas, y los<br />

pueblos de pescadores, ahora son pueblos de gente que se<br />

dedica por completo a la agricultura.” 104<br />

Continúa con POR EL MAR DE GALILEA. “Hacia el Oriente de la<br />

casa de San Pedro, siguiendo la orilla <strong>del</strong> mar, está un<br />

templo Ortodoxo Griego en el cual por tradición se establece<br />

que en ese lugar el Señor invitó a San Pedro a<br />

seguirlo y a ser la cabeza de su iglesia; este templo, al<br />

cual nosotros no fuimos, ha de estar a unos tres o<br />

cuatrocientos metros <strong>del</strong> embarcadero en la orilla <strong>del</strong> mar,<br />

ese fue el lugar en el cual propiamente nace la Iglesia<br />

Cristiana, la iglesia encomendada a Pedro.<br />

Junto a la casa de San Pedro, hacia el lago, está el<br />

embarcadero, nos esperaba un yatecito, probablemente, con<br />

una capacidad de ciento cincuenta pasajeros. Nos hicimos a<br />

la mar de Galilea, fuimos dejando el embarcadero, se fue<br />

alejando de nuestra vista, veíamos perfectamente el templo<br />

donde el Señor hizo invitación a San Pedro a seguirlo,<br />

alcanzábamos a ver la sinagoga más arriba en las lomas,<br />

allá el templo de las Bienaventuranzas y más arriba<br />

todavía, Tabga, la multiplicación de los peces y de los<br />

panes, todos estos lugares impregnados fuertemente de la<br />

<strong>presencia</strong> <strong>del</strong> Señor.<br />

El navegar en el Mar de Galilea es una impresión de lo más<br />

agradable que puede uno sentir, se pone uno a pensar cómo<br />

el Señor en ese mar, en esa base, esas rocas <strong>del</strong> mar que<br />

están en el fondo, también algún día sustentaron el agua en<br />

la cual el Señor navegó; el agua sobre la cual anduvo; cómo<br />

llegaban a nuestra mente las estampas de la pesca<br />

milagrosa, cómo arribaban también en nuestra imaginación la<br />

104 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Inolvidable visita al mar de Galilea.<br />

Hidrocálido. Martes 13 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.3.<br />

476


tempestad aquella terrible en nuestra imaginación en la que<br />

el Señor iba dormido en la barca y todos sus apóstoles aún<br />

siendo marineros de aquel mar, temieron naufragar y lo<br />

despertaron para decirle el problema tan grande que traían<br />

y fue cuando El les dijo: "Hermanos de poca fe" y ordenó al<br />

aire y al agua que cesaran en sus movimientos y se acabó la<br />

tempestad; cómo olvidar aquellos pasajes de las Sagradas<br />

Escrituras; cómo por ahí, tal vez en las orillas de<br />

Cafarnaum, el Señor sobre de una barca y el pueblo oyéndole<br />

desde la orilla, predicó la Buena Nueva, predicó el<br />

Cristianismo.<br />

Fuimos navegando por aquel mar con dirección al Sur, ahí en<br />

estos lugares viene un <strong>pensamiento</strong> para la jefa de<br />

secretarias mías, para Magdalena, hacia el lado poniente<br />

<strong>del</strong> lago, alcanzamos a ver entre unos cerros una Villa, la<br />

cual nos dijo Tony que se trataba de la población de<br />

Magdala y que María Magdalena, aquella mujer que amó tanto,<br />

aquella mujer que siguió al Señor, de ahí, de aquel lugar<br />

era ella, por eso fue María Magdalena, o sea de aquel<br />

pueblo.<br />

Nuestro barquichuelo sigue rumbo al Sur en un mediodía<br />

lleno de luz, de sol, en un mediodía primoroso, hermoso <strong>del</strong><br />

mes de Septiembre, quince de Septiembre, mes de la Patria<br />

para nosotros y después de navegar aproximadamente una<br />

hora, nos fuimos acercando a la costa y llegamos a<br />

Tiberiades, aunque el Mar de Galilea también es el lago de<br />

Tiberiades. Hacia el sur-oeste <strong>del</strong> lago hay una población<br />

que es Tiberiades, pero antes vamos diciendo que cuando<br />

llevábamos la travesía aquella y volteamos a ver también<br />

hacia el Oriente, veíamos las alturas <strong>del</strong> Golán, nos decía<br />

nuestro guía que por allá, en aquellas alturas, queda<br />

Cesárea de Filipo, no hay que confundirla con Cesárea<br />

Mirítima, Filipo fue uno de los hijos de Herodes el Grande,<br />

fue el que construyó aquella Cesárea, la Cesárea a la que<br />

477


hacen referencia las Sagradas Escrituras, de que el Señor<br />

se encontró a un individuo poseso <strong>del</strong> demonio y cómo hizo<br />

que el demonio saliera <strong>del</strong> cuerpo de aquel endemoniado.<br />

Nos acercamos a Tiberiades que fue nuestro punto de<br />

desembarque, ahí nos estaba esperando nuestro minibus, pero<br />

antes de seguir, primero comer que ser Cristianos, era<br />

mediodía y nos dieron el tiempo necesario para descansar y<br />

para comer nos dieron dos horas ahí en Tiberiades, las<br />

aprovecharon los jóvenes Arquitectos que nos acompañaban<br />

para darse una zambullida en las aguas <strong>del</strong> Mar de Galilea.<br />

Todos procurarnos hacer por la vida y una vez habiendo<br />

comido, abordamos nuevamente el medio de transporte que<br />

llevábamos y nos fuimos a la segunda sección <strong>del</strong> Río<br />

Jordán, río que también tiene mucho de historia Sagrada,<br />

río que sirvió de límite a algunas tribus, río que marcaba<br />

lo que era un valle fértil a lo que eran los desiertos, río<br />

en que el Señor fue bautizado por San Juan, pues bien,<br />

fuimos al río de Jordán, a donde nos llevaron fue a un<br />

lugar muy cerca de donde empieza la segunda sección porque<br />

la primera viene de por allá de las alturas <strong>del</strong> Golán hasta<br />

el Mar de Galilea y la segunda sección sale el río de este<br />

mar para ir a dar al Mar Muerto y nos llevaron a un lugar<br />

en el cual está plenamente dentro de territorio judío, hay<br />

que pensar que nuestro viaje fue organizado por Judíos que<br />

eran los que traían la custodia de nosotros, de que nada<br />

nos pasara en terrible territorio Israelita, no nos<br />

llevaron exactamente al lugar donde el Señor fue bautizado<br />

por San Juan, porque este lugar es muy próximo a Jericó y<br />

ahí en Jericó los jordanos están al otro lado <strong>del</strong> río y<br />

ellos tienen metralletas y ellos en plan de lucha contra<br />

los Judíos, son capaces de matarlos y a los turistas que<br />

traigan, y para evitar ese riesgo fue por lo que iniciando<br />

la segunda sección nos llevaron al río Jordán, de ahí hacia<br />

Jordania todavía hay un kilómetro de distancia, por lo<br />

478


tanto, estábamos con plena seguridad, bajamos en este<br />

lugar, vimos una tienda de souvenirs y también vendían<br />

botellitas de plástico para que las personas que quisieran<br />

llevarse agua <strong>del</strong> río Jordán lo hicieran, pues era el<br />

momento adecuado; bajamos una serie de escalinatas hasta<br />

llegar a la orilla <strong>del</strong> río, aquí el río se ensancha y es un<br />

remanso primoroso, es un remanso rodeado de árboles muy<br />

altos, con mucha sombra y hay construcciones en tal forma,<br />

que se puede uno meter a las aguas <strong>del</strong> río sin necesidad de<br />

andar pisando el fondo, sino que arreglaron debajo <strong>del</strong><br />

nivel <strong>del</strong> río una plataforma aquella y el agua le ha de dar<br />

a la rodilla, todos nos metimos para tener contacto con el<br />

agua <strong>del</strong> río Jordán, y tanto Lupita como la comadre<br />

Josefina se agenciaron unas botellitas para traer agua, los<br />

compadres Román estaban a punto de ser abuelos de parte de<br />

su hijo Poncho y de Araceli y por lo que a nosotros<br />

respecta, no íbamos a ser abuelos pero si casi abuelos, con<br />

el nacimiento de la criatura de Enrique y de Gloria,<br />

sobrinos nuestros, entonces Lupita también trajo agua <strong>del</strong><br />

Jordán para bautizar a esta criatura que a la postre<br />

resultó ser niña.<br />

Cubierto el expediente por lo que respecta al río Jordán,<br />

seguimos por el valle <strong>del</strong> río en su margen derecho de Norte<br />

a Sur, aproveché el rato para dar una cabeceada ya que era<br />

la hora de la siesta y pensaron que se me iban a caer los<br />

lentes, pero yo venía oyendo a todos los compañeros,<br />

inclusive a Lupita que decía que me los quitaran, y decían<br />

que venía dormido y cuando menos recordé les hice la seña<br />

de que cuernos, que los venía oyendo a todos, lo que<br />

ocasionó una carcajada, así es de que venía yo dormitando,<br />

eché una que otra cabeceada de Tiberiades a Jericó.” 105<br />

105 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Por el mar de Galilea. Hidrocálido.<br />

Miércoles 14 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.2.<br />

479


Posteriormente expone LA VISITA AL OASIS DE JERICÓ. “A<br />

Jericó hemos de haber llegado como a las cinco de la tarde,<br />

es una población mucho muy agradable, es un oasis en el<br />

desierto, tiene muchísimas palmeras, ahí, nos cuentan que<br />

se dan unos dátiles muy sabrosos y lo mismo también árboles<br />

frondosos, sicombros, nos enseñaron uno de ellos y nos<br />

platicaban cómo el Señor en algunas ocasiones, debajo de<br />

estos frondosos árboles estuvo predicando al Pueblo; no<br />

entramos bastante dentro de la ciudad, sino que fue por una<br />

de sus orillas y nos llevaron al área arqueológica donde<br />

han hecho algunas calas y se han encontrado con restos de<br />

lo que fueron las murallas, aquellas que Josué junto con su<br />

ejercito, derrumbó con las trompetas. (Ha de haber sido con<br />

los shoffar que usan los judíos, trompetas hechas de cuerno<br />

de carnero), estas ruinas de la muralla estaban como a unos<br />

cinco metros debajo <strong>del</strong> nivel de donde nosotros estuvimos<br />

parados, pero hay que hacer notar que para llegar a donde<br />

estaban estas excavaciones, tuvimos que subir como a una<br />

loma; se dice que Jericó fue la primer ciudad amurallada<br />

que registra la Historia Universal. De donde vimos las<br />

murallas hacia el lado Noroeste está una gran montaña yo le<br />

calculo a esa montaña una altura de unos tres cerros a<br />

media montaña está un monasterio de Ortodoxos Griegos y en<br />

su parte superior se ve una construcción de carácter<br />

militar, esto es el Monte de las Tentaciones. Ahí, junto a<br />

Jericó, en el río Jordán, fue donde San Juan bautizó al<br />

Señor, ahí fue donde se manifestó la existencia de la<br />

Santísima Trinidad, exactamente en el momento en que San<br />

Juan Bautiza al Señor se oye <strong>del</strong> cielo una voz que dice:<br />

"Este es mi Hijo muy amado en quien tengo todas mis<br />

complacencias" y se vio también el Espíritu Santo a través<br />

de la figura de una paloma, entonces en este lugar<br />

estuvieron el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; después<br />

de que el Señor recibió su bautizo en el río Jordán, se<br />

480


etira al Monte de las Tentaciones, a la montaña aquella<br />

que estábamos viendo, para hacer meditación, para hacer<br />

concentración y estuvo en ella cuarenta días, ahí fue donde<br />

el demonio lo tentó, donde le decía que convirtiera en pan<br />

las piedras, le ofrecía el gobierno de todo el mundo, en<br />

fin, tuvo tentaciones mucho muy fuertes, hasta que terminó<br />

diciéndole el Señor: "Retírate satanás, no tientes al Señor<br />

tu Díos". Del punto en que nos encontrábamos situados hacia<br />

el Sureste, a unos veinte kilómetros, se veía perfectamente<br />

el Mar Muerto, es una depresión geográfica, la más<br />

profunda, yo creo, de la tierra, pues las orillas <strong>del</strong> Mar<br />

Muerto, no fui yo a este lugar en este tour, lo veíamos<br />

como una grande presa que estaba a unos veinte kilómetros<br />

todavía, al sur de Jericó.<br />

Después de haber estado en esta ciudad-oasis que es Jericó,<br />

cambiamos por completo el rumbo de carretera, continuamos<br />

rumbo al poniente y empezamos a subir por aquella<br />

carretera, después de mucho rato vi un monumento al lado<br />

izquierdo que decía en inglés que era el nivel <strong>del</strong> mar, se<br />

estaba refiriendo al Mar Mediterráneo, a los demás Océanos<br />

<strong>del</strong> planeta, lo que quiere decir que Jericó y el Mar<br />

Muerto, son una depresión bastante fuerte la que la tierra<br />

tiene en ese lugar, no es el Mar Muerto el más profundo,<br />

qué esperanzas; están las fosas <strong>del</strong> Océano Pacífico; pero<br />

sí, la orilla <strong>del</strong> Mar Muerto es el punto más bajo a cielo<br />

abierto de la tierra y es un calor insoportable, las aguas,<br />

nos platican, tiene alto grado de salinidad y carentes de<br />

toda manifestación de vida.<br />

Continuamos con nuestro ascenso en la carretera y después<br />

de buen rato, entramos a la región de Betania, estábamos<br />

muy próximos a llegar a Jerusalén y en esta región, al lado<br />

de la carretera, vimos un grupo de Beduinos que daba<br />

verdadera tristeza ver a estas gentes que aman<br />

profundamente las arenas de sus desiertos, con unas tiendas<br />

481


hechas de lonas y de pieles y una tienda muy grande, por<br />

ahí los chincorros de chivas que los chamacos estaban<br />

cuidando, y también bajo la tienda aquella grande, dos<br />

grupillos, uno de mujeres y otro de hombres que se veía que<br />

estaban como platicando sentados en el suelo, la impresión<br />

general que nos causaron los Beduinos fue de pobreza, de<br />

miseria; falta que detrás de aquellas pobreza, detrás de<br />

aquella miseria haya muchas riquezas, pero aparentemente se<br />

veían muy pobres estas gentes.” 106<br />

La distancia no omite el recuerdo <strong>del</strong> patriotismo, ello lo<br />

resalta en VIVA MÉXICO EN TIERRA SANTA. “Ibamos subiendo<br />

por esa región de Betania y entonces les decía yo a mis<br />

compañeros, que ese día era el día15 de septiembre, que por<br />

razones propias de usos horarios, en nuestra Patria sería<br />

la mañana <strong>del</strong> quince o la madrugada y que ese día en todo<br />

lo ancho y largo <strong>del</strong> territorio nacional, se festejaría un<br />

año más de la iniciación de la Guerra de Independencia, que<br />

hasta en el más humilde ranchito, en la noche aventarían<br />

algunos cohetes al espacio y gritarían con todo el fervor<br />

¡Viva México!, que nosotros, puñado de mexicanos<br />

deambulantes por la tierra de Dios no nos íbamos a quedar<br />

detrás de honrar a nuestra Patria, a México y que le íbamos<br />

a dedicar el Himno Nacional y volteo con el ingeniero<br />

procedente de San José de Costa Rica y con la esposa de él<br />

y les dije: Ustedes fueron en la misma barca cuando México<br />

se independizó gracias a la lucha iniciada por Don Miguel<br />

Hidalgo, así es que también ustedes van a cantar con<br />

nosotros el Himno Nacional Mexicanos y a todos les dije,<br />

como vamos de viaje, entonces lo cantaremos sentados, y mi<br />

General Fernández que iba con nosotros replicó y nos dijo:<br />

nada de eso, la ordenanza establece que siempre que se<br />

cante el Himno Nacional debe ser de pie y yo le dije, pues<br />

106 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. La visita al oasis de Jericó. Hidrocálido.<br />

Jueves 15 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.2.<br />

482


vamos, de pie nos ponemos, y cantamos, y con que gusto se<br />

pararon todos de sus lugares y haciendo malabarismos en<br />

equilibrio empezamos a entonar ¡Mexicanos al grito de<br />

guerra...! Nunca había oído el Himno Nacional cantado con<br />

tanto fervor como aquel que cantamos en Betania al grado de<br />

que fue profunda nuestra emoción de modo que hasta las<br />

gargantas se nos cerraban pero nosotros cumplimos con<br />

nuestra Patria, desde aquella lejana región, la Betania que<br />

veíamos a un lado de la carretera; el pueblo en el que<br />

vivió Lázaro con Martha y con María, sus hermanas, la<br />

Betania en la que el Señor dejó testimonio de amistad al<br />

resucitar a Lázaro; la Betania a la que se iba a descansar<br />

de sus fatigas, íbamos por aquellos lugares subiendo los<br />

cerros y entonces Tony, “Licenciado estamos a punto de ver<br />

Jerusalén, cosa de uno o dos minutos al máximo”, voltie con<br />

todos los compañeros de viaje y les dije pues vamos a<br />

voltear el disco y ahora vamos a cantar para honrar al<br />

Señor; cuando estemos llegando a esta gran capital de su<br />

tierra y empezamos todos a cantar: “Que alegría cuando me<br />

dijeron vamos a casa <strong>del</strong> señor, ya están pisando tus pies<br />

los umbrales de Jerusalén” y cuando terminamos de cantar<br />

aquello estábamos en el rompe aguas de aquella sierra que<br />

divide Betania y el desierto <strong>del</strong> Valle donde está<br />

Jerusalén. ¡Qué hermoso momento aquél! Jerusalén en un<br />

atardecer, visto desde aquella cresta que no es otra sino<br />

la <strong>del</strong> Monte de los Olivos, la <strong>del</strong> monte donde el Señor<br />

ascendió a los cielos, la <strong>del</strong> monte que sirvió en su huerto<br />

de Getsemaní para que el Señor orara y se concentrara en<br />

tal forma en su oración que hasta sangre sudara, el huerto<br />

en que estuvo la víspera <strong>del</strong> primer Viernes Santo de la<br />

historia. ¡Que hermoso Jerusalén!, todo dorado, todo<br />

amarillo, hay una Ley que acordó el Poder Legislativo de<br />

Israel en beneficio de Jerusalén en el sentido de que no se<br />

permitiría ninguna construcción en Jerusalén, por moderna<br />

483


que fuera ésta, si no estaba forrada de piedra <strong>del</strong><br />

desierto, así es de que todo Jerusalén es un amarillo oro<br />

que es el color de esta piedra y resaltan la cúpulas<br />

doradas como la mezquita de Omar o la Cúpula azul-gris <strong>del</strong><br />

templo <strong>del</strong> Santo Sepulcro en el Calvario, se ven primorosas<br />

las torres de los templos cristianos, los minaretes de las<br />

mezquitas musulmanas y también las torres de las sinagogas<br />

judías, las mezclas de las tres grandes religiones en esta<br />

ciudad <strong>del</strong> mundo, de esta Ciudad Santa y salpicada por<br />

todos lados por cipreses que yo dijera es el árbol<br />

característico de Jerusalén; a nuestros pies el valle de<br />

Josafat, el valle en que según las Sagradas Escrituras será<br />

el juicio final y ahí junto, la Avenida que pasa en el seno<br />

de este valle, vimos el Templo de las Naciones, que está en<br />

el huerto de Getsemaní, vimos el templo de Santa Elena que<br />

mandó construir el Zar de Rusia con sus torres de cúpulas<br />

Bizantinas, en forma de cebollas, vimos la Necrópolis<br />

judía, pues los Judíos de todo el mundo quieren que ahí lo<br />

sepulten, y luego la muralla de la Ciudad de Jerusalén, la<br />

Puerta Dorada que está cegada, pero cuando estaba en<br />

funciones, fue cuando el Señor, el Domingo de Ramos, pasó<br />

por ella en forma triunfal, en una forma majestuosa,<br />

seguido por todo el pueblo de Jerusalén, montando su<br />

burrito y el pueblo gritando con gargantas secas por la<br />

emoción, ¡Hosana! ¡Hosana! El que viene en nombre <strong>del</strong><br />

Señor.<br />

Primoroso Jerusalén arrancado de una página de cuentos<br />

orientales, una estampa imborrable para todos los días de<br />

la vida, ver aquel Jerusalén con sus casas primorosas, con<br />

su uniformidad de color, nuestro ómnibus descendió el valle<br />

de Josafat o sea donde es lo mismo que el Torrente <strong>del</strong><br />

Cedrón y pasamos tras las murallas <strong>del</strong> Jerusalén viejo y<br />

nos internamos por la serie de callejuelas que con buen<br />

gusto los arquitectos respetaron en tantas destrucciones<br />

484


que ha tenido, al grado de conservar el sabor antiguo <strong>del</strong><br />

Jerusalén maravilloso; así atravesamos el Jerusalén viejo,<br />

el Jerusalén heroico, el Jerusalén de Redención, el<br />

Jerusalén Santo y salimos por allá junto a la puerta de<br />

Damasco y entramos a la parte moderna donde está nuestro<br />

hotel el hotel Shalom. con más de quinientas habitaciones,<br />

quiero hacer constar que el grupo de los otros compañeros<br />

se quedaron en otro Hotel Sheraton, dentro de las murallas<br />

muy cerquita de la Universidad Bíblica.<br />

Después de descansar <strong>del</strong> recorrido de ese glorioso día<br />

quince de septiembre, fuimos a cenar a la parte más alta<br />

<strong>del</strong> hotel, un verdadero belvedere, de ahí se veía primorosa<br />

la Ciudad, la luna salía detrás de las montañas, el planeta<br />

Marte con todo su esplendor, ya que ese año <strong>del</strong> ochenta y<br />

ocho Marte tuvo una de sus aproximaciones a nuestra Tierra.<br />

¡Bendito Jerusalén! ¡Bendita Cristiandad! ¡Bendito sea el<br />

Señor que entregó su vida por nosotros en tan maravillosa<br />

Ciudad para redimirnos!.” 107<br />

El siguiente DÍA DIECISÉIS DE SEPTIEMBRE, lo describe así:<br />

“Maqueta. Monte de los Olivos. Huerto de Getsemaní. Iglesia<br />

de la Adormisión. Cenáculo. Tumba <strong>del</strong> rey David. Comida en<br />

la colina. Betlehem. Campo de los Pastores. Visitación.<br />

Con el objeto de ubicarnos perfectamente en el Jerusalén en<br />

el que vivió Jesús en sus últimos años de vida, que mejor<br />

que conocer una maqueta, hecha a escala, con base en planos<br />

y documentos de aquella época.<br />

Nuestro guía nos llevó muy temprano en este primer día de<br />

visita a la Ciudad Santa, a un barrio que se encuentra al<br />

Sureste, en medio de casas, de gentes de clase media, pero<br />

tiene una importancia muy grande porque está en el una<br />

maqueta que yo le calculo más de mil metros cuadrados y<br />

representa a la Ciudad de Jerusalén; está tan bellamente<br />

107 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Viva México en tierra santa. Hidrocálido.<br />

Viernes 16 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.7.<br />

485


ealizada que cuando la ve uno, da la impresión de que<br />

estamos volando en un avión y que vamos a aterrizar y desde<br />

el aire estamos <strong>presencia</strong>ndo la maravilla de esta<br />

hermosísima ciudad. Tony, antes de entrar a donde estaba la<br />

maqueta, dio una explicación de la evolución urbanística<br />

que ha tenido la ciudad de Jerusalén en sus distintas<br />

etapas de la historia y nos estuvo explicando cómo nació en<br />

la Colina de Sión, por allá junto al Valle <strong>del</strong> Cedrón y fue<br />

la Jerusalén fundada por el Rey David y poco a poco se fue<br />

amurallando la ciudad, pero a medida que iba creciendo la<br />

ciudad, iban haciéndose nuevas murallas; nos hizo saber que<br />

lo que íbamos a ver era una maqueta de la Jerusalén en<br />

tiempos de Jesús, no hay que olvidar que después de la vida<br />

<strong>del</strong> Señor fue destruida dos veces en tal forma que no quedó<br />

piedra sobre piedra y fue reedificada; naturalmente que la<br />

Jerusalén que conocemos hoy en día, es una ciudad en la<br />

cual los arquitectos respetaron el tipo de monumentos y<br />

rehicieron nuevamente Jerusalén, por lo tanto, la actual no<br />

es exactamente la misma en la que vivió el Señor.<br />

Una vez, hechas las explicaciones, pasamos a ver el lugar<br />

donde se encuentra esta maqueta y es primorosa, está hecha<br />

pero verdaderamente de tal forma que es una obra de arte,<br />

se ven muy bien los distintos barrios que había en esta<br />

ciudad y luego las plazas públicas, los palacios, el templo<br />

con toda su magnificencia, con sus murallas, sus torres,<br />

sus muros hechos con bloks muy grandes; se ve también la<br />

fortaleza Antonia y las distintas termas que había ahí, o<br />

sea los baños públicos, los acueductos, la piscina de Siloc<br />

y todos aquellos detalles de la ciudad de Jerusalén reviven<br />

la época de Jesucristo.” 108<br />

Sigue con la descripción de JERUSALÉN, DESDE EL MONTE DE<br />

LOS OLIVOS. “Después de tener un concepto claro de<br />

108 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Día dieciséis de septiembre. Hidrocálido.<br />

sábado 17 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.3.<br />

486


Jerusalén, abordamos nuestro minibús y atravesamos la<br />

ciudad rumbo hacia el Oriente para llegar al Monte de los<br />

Olivos, el cual se encuentra al Oriente de la Ciudad, de<br />

ahí se tiene una vista primorosa de Jerusalén, se ve al<br />

pie, el muchas veces mencionado Torrente <strong>del</strong> Cedrén en el<br />

pasa una gran avenida y <strong>del</strong> punto donde nos llevaron,<br />

exactamente a nuestros pies se veía el templo de las<br />

Naciones y el Huerto de Getsemani, frente, el panteón<br />

ísarelita, luego las murallas de la ciudad, y detrás de las<br />

murallas un abigarramiento de construcciones y sobresale la<br />

Mezquita de Omar y por allá más retirado una cúpula de<br />

color azul negro que no es otra cosa sino la cúpula bajo la<br />

cual está el Calvario y también el Santo Sepulcro; se ve<br />

Jerusalén primorosa, a la izquierda está el Monte de Sión,<br />

lugar que está plenamente identificado con la Virgen María<br />

y con el nacimiento propio de la Ciudad de Jerusalén ya que<br />

fue la ciudad que fundó el Rey David; luego el Centro<br />

Comercial de Jerusalén hacia la derecha y más allá el resto<br />

de la ciudad, el templo que está sobre el Monte Calvario y<br />

las otras construcciones y por allá en lontananza el camine<br />

a Damasco.<br />

En esta terraza, en el Monte de los Olivos, es un lugar<br />

magnífico para apreciar en forma general la Ciudad, ya en<br />

vivo, pudiéramos decir. En esta terraza hay algunos<br />

camelleros que ofrecen sus servicios en el sentido de que<br />

si les da uno un dólar hacen que el dromedario que traen se<br />

incline para que la persona suba a su lomo y entonces se<br />

endereza y se aprovecha para tomar una fotografía; estuve a<br />

punto de subirme y en eso no indicaron que nos teníamos que<br />

retirar de este lugar así es de que me quedé con las ganas<br />

de retratarme arriba de un dromedario; en plan de broma<br />

decían los compañeros que el amigo de aquél, hijo <strong>del</strong><br />

desierto cobraba un dólar porque se subiera uno en la<br />

joroba y se enderezaba el camello, pero que después cobraba<br />

487


cinco dólares para fin de que el camello de vuelta hiciera<br />

la genuflexión y poderse bajar.<br />

De este mirador en que estábamos hacia la izquierda, sobre<br />

la cresta <strong>del</strong> Monte de los Olivos, está un templo en el que<br />

se establece, a través de documentos históricos, que fue en<br />

este templo el lugar exacto donde el Señor se fue a los<br />

cielos, es decir, ahí fue la Ascención <strong>del</strong> Señor y en esta<br />

zona también está el Monasterio <strong>del</strong> Padre Nuestro, es el<br />

lugar en que Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó a rezar el<br />

Padre Nuestro y como dirigirnos al Padre Eterno; en este<br />

monasterio hay en sus paredes mosaicos en ellos escrito el<br />

Padre Nuestro en más de sesenta y tantas lenguas; ahora no<br />

hay que olvidarnos que detrás <strong>del</strong> punto donde estábamos en<br />

la vertiente oriental <strong>del</strong> Monte de los Olivos, no es otra<br />

cosa sino que Betania y ahí está el pueblecillo donde<br />

Lázaro, María vivieron, el lugar aquel en que Nuestro Señor<br />

iba con cierta frecuencia para descansar en casa de sus<br />

amigos.” 109<br />

En seguida describe EL PASO POR EL HUERTO DE GETSEMANÍ.<br />

“Del monte de los Olivos nos fuimos al Huerto de Getsemaní,<br />

Getsemaní significa literalmente el lagar o prensa de<br />

aceite y esto es lógico porque si estábamos en el Monte de<br />

los Olivos y ahí hay olivos, pues en ese lugar <strong>del</strong> huerto<br />

fue donde juntaban la aceituna para hacer el aceite, es<br />

donde están las prensas para hacer el aceite de olivo, por<br />

eso se llamó Getsemaní, el Huerto de los Olivos y está<br />

íntimamente relacionado con la Pasión <strong>del</strong> Señor, vamos a<br />

acordarnos que después de la última Cena, el señor,<br />

acompañado de los apóstoles fue fuera de la ciudad,<br />

cruzaron el Valle <strong>del</strong> Cedrón, hacia el Noreste, hasta el<br />

Huerto llamado Getsemaní, situado en el Monte de los<br />

Olivos, quizá el huerto era propiedad de algún amigo de<br />

109 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Jerusalem desde el Monte de los Olivos.<br />

Hidrocálido. domingo 18 de marzo de 1990. secc. Semanario. p.3<br />

488


Jesús y los discípulos habían descansado ahí en otras<br />

ocasiones, Jesús les dijo que lo esperasen mientras se<br />

apartaba a orar con Pedro, Juan y Santiago, luego intensamente<br />

angustiado Jesús, pidió a estos tres discípulos<br />

que se quedaran ahí y vigilaran, El se alejó poco más cayó<br />

en tierra y suplicó al Padre, "todo es posible para Tí,<br />

aparte de este cáliz, pero no sea lo que yo quiero, sino lo<br />

que quieres tú, después de orar regresó donde estaban los<br />

tres discípulos, llevados hasta el límite de sus fuerzas<br />

físicas, emocionales y mentales por todo lo ocurrido en<br />

aquella semana, se habían quedado profundamente dormidos y<br />

le dijo a Pedro: "Duermes, y ni una hora has podido velar y<br />

orar para que no caigas en tentación, el espíritu está<br />

pronto, pero la carne es débil; dos veces más se retiró a<br />

orar y al regresar cada vez, halló dormidos a los<br />

apóstoles; Jesús les dijo" "Levantaos vámonos, ya está aquí<br />

el que ha de entregarme. En un instante el pequeño huerto<br />

se colmó de luces y ruidos con antorchas, con las armas<br />

repercutiendo; un grupo de hombres entre los cuales había<br />

guardias <strong>del</strong> templo, irrumpieron con Judas a la cabeza,<br />

conforme al modo tradicional de saludar a un maestro<br />

venerable, Judas avanzó para besar a Jesús, ésta era la<br />

señal convenida con los perseguidores que de inmediato lo<br />

aprehendieron, Jesús no se resistió pero Pedro desenvainó<br />

la espada y le cortó una oreja a uno de los esclavos <strong>del</strong><br />

sumo sacerdote; Jesús exclamó, basta ya, y curó al esclavo.<br />

Cuantos recuerdos nos trae el Monte de los Olivos, el<br />

Huerto de Getsemaní. ahí prácticamente se inicia el<br />

sacrificio <strong>del</strong> señor para nuestra redención y estuvimos en<br />

el Huerto de Getsemaní viendo olivos viejos, olivos añosos,<br />

que según la tradición y estudios hechos por Ingenieros<br />

Agrónomos establecen que aquellos viejos olivos existían ya<br />

en la época en que se inicia la Pasión <strong>del</strong> Señor; ahí en<br />

este lugar, está un templo erigido sobre la roca donde se<br />

489


dice que Jesús se puso a orar y contribuyeron muchas de las<br />

naciones <strong>del</strong> mundo para la construcción de este templo, en<br />

el centro <strong>del</strong> templo circundado por un barandal, está esta<br />

roca donde el señor estuvo orando.<br />

Salimos <strong>del</strong> templo de las Naciones y a la orillita <strong>del</strong><br />

templo pasa aquella gran avenida; hacia la derecha y viendo<br />

a la ciudad, de la parte <strong>del</strong> fondo <strong>del</strong> Valle <strong>del</strong> Cedrón<br />

está hacía la derecha el templo de Santa Elena, se<br />

distingue por su arquitectura Bizantina; le llaman el<br />

templo de las cebollas, porque sus torres en la parte<br />

superior, sus cúpulas son de ese orden arquitectónico y dan<br />

la impresión de cebollas; lo mandó construir el Zar<br />

Alejandro para honrar a su madre que llevó el nombre de<br />

Elena y a su vez aquella Santa madre de Constantino que fue<br />

una de las que hizo tantas indagaciones para encontrar la<br />

verdadera Cruz en que fue sacrificado el señor.<br />

Frente al Templo de las Naciones, se ve la puerta que está<br />

cegada, está en las murallas y es la Puerta Dorada, donde<br />

pasó el señor el Domingo de Ramos.” 110<br />

Luego continúa con JERUSALÉN, LUGAR EN EL QUE FALLECIÓ LA<br />

VIRGEN MARÍA. “Del Huerto de Getsemaní nos fuimos a Sión,<br />

allá al sureste de Jerusalén para ver los lugares en los<br />

que la Virgen María vivió y ahí hay una iglesia que se le<br />

llama Iglesia de la Adormisión. Según la tradición de Jerusalén,<br />

la Virgen María no murió en Efeso como casi todos<br />

lo sabemos, sino dicen que realmente murió en Jerusalén y<br />

en una parte <strong>del</strong> barrio de Sión que fue el origen de<br />

Jerusalén, San Juan le compró una casita a la Virgen María<br />

y ahí murió y en este lugar se ha levantado un templo que<br />

es el templo de la Adormisión, entra uno al templo y está<br />

en un recinto bastante grande y ahí hay una estatua de la<br />

Santísima Virgen, que está en una actitud yacente, es<br />

110 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El paso por el huerto de Getsemaní.<br />

Hidrocálido. Lunes 19 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.5.<br />

490


decir, como si estuviera tendida y una cosa curiosa, a unos<br />

dos o tres metros hacia la cabeza de donde está la estatua<br />

de la Santísima Virgen; me acuerdo perfectamente, el rumbo<br />

es Norte, está un óleo de unos dos metros y medio de largo,<br />

por un metro y medio de ancho y no es otra cosa sino que<br />

nuestra paisana la Santísima Virgen de Guadalupe y este<br />

óleo tiene un letrerito en la base que dice: "Esta imagen<br />

la trajo a Jerusalén el señor Cardenal Don Ernesto Corripio<br />

Ahumada el día 16 de septiembre <strong>del</strong> años de mil novecientos<br />

ochenta y tres”, cuando vi esto y siendo el dieciséis de<br />

septiembre la fecha en que ahí estuvimos, volteo de reojo<br />

con la Virgen de Guadalupe y le digo como en plan de broma:<br />

¡Ah! ¿eh? con que querías celebrar el quinto aniversario de<br />

tu llegada en este lugar en compañía de mexicanos, pues<br />

aquí estamos venimos a saludarte. Con este motivo en este<br />

lugar me permití decirles a nuestros amigos compañeros de<br />

viaje, que mi ciudad natal, Aguascalientes, estaba<br />

íntimamente ligada al pasaje que estábamos recordando de la<br />

Virgen María en su glorioso tránsito al cielo; les decía,<br />

mi ciudad cuando fue fundada se le dio el nombre de Villa<br />

de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes y<br />

si según una tradición nos dice que aquí murió la Virgen<br />

María, que ni que resulta que aquí fue asunta al cielo por<br />

los ángeles, por lo tanto está esto íntimamente conectado<br />

con mi querido Aguas-calientes y en esos momentos dieron<br />

las doce <strong>del</strong> día, entonces les dije a mis compañeros: Vamos<br />

a saludar a la Santísima Virgen como antiguamente se hacía<br />

en México, y le rezamos las Tres Aves Marías, empezamos con<br />

aquello de que "El ángel <strong>del</strong> Señor anunció a María<br />

Santísima que debía de concebir por obra <strong>del</strong> Espíritu<br />

Santo; la Salve, Padre Nuestro y luego: "He aquí la esclava<br />

y sierva <strong>del</strong> Señor, háganse en mi según su voluntad",<br />

igualmente el Ave María y el Padre Nuestro y por último;<br />

"el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" y acabando<br />

491


de rezar las Tres Aves Marías de salutación a la Santísima<br />

Virgen, voltearon aquellas dos comadritas que nos<br />

acompañaban en este viaje y con un tono de voz no muy de<br />

artistas pero con una fe extraordinaria y en medio de la<br />

emoción tan grande que nos envolvía, voltearon con la<br />

Virgen de Guadalupe que parecía que estaba velando a la<br />

Otra Virgen, Naturalmente que la Virgen es una pero en un<br />

plan pudiéramos decir un tanto objetivo, una Virgen parecía<br />

que estaba velando a la otra, empezaron aquellas dos<br />

comadritas a voz en cuello de cantar "Mexicanos volad<br />

presurosos"... es decir, el Himno Nacional Guadalupano y<br />

esto acrecentó nuestra fe y nuestra gran emoción. Cuando<br />

dieron las doce <strong>del</strong> día siguió un repique de campanas<br />

primorosas que a mí me da la impresión que ya todos estos<br />

campanarios están movidos a través de computadoras, porque<br />

naturalmente que no se ve muchachos tocando las campanas,<br />

sin embargo, si se oyen las campanas que están<br />

funcionando.” 111<br />

La siguiente descripción es de EL CENÁCULO. “Dejamos el<br />

templo de La Adormisión y ahí mismo, en este mismo lugar y<br />

casi pudiéramos decir que es un monumento en condominio<br />

porque está en un lado la iglesia de la Adormisión, sale<br />

uno de ella y sube uno por unas escaleras por la parte de<br />

atrás <strong>del</strong> templo y arriba está el Cenáculo, aquí no hay<br />

ningún culto, es un lugar que está en posesión de<br />

Musulmanes y lisa y llanamente está sin muebles y no es<br />

ninguna iglesia o más bien ningún templo. El actual<br />

Cenáculo data <strong>del</strong> Siglo XI de nuestra era, fue reconstruido<br />

por los Cruzados; no olvidemos que el jueves de la semana<br />

de la Pasión, al atardecer Jesús se reunió con sus doce<br />

apóstoles en una sala alta, el piso superior de, la casa de<br />

alguien cuya identidad no se ha establecido, ahí tuvo lugar<br />

111 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Jerusalem, lugar en el que falleció la<br />

Virgen María. Hidrocálido. Martes 20 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura.<br />

p.3.<br />

492


la Ultima Cena; tres de los evangelistas la describen como<br />

una tradicional cena de pascua, pero San Juan dice que tuvo<br />

lugar el día antes de pascua, lo cual según los expertos en<br />

la materia es más probable, puesto que el juicio que habría<br />

de efectuarse en la noche y hasta la madrugada, no hubiera<br />

podido realizarse durante la festividad y en todo caso,<br />

Jesús le dio un significado totalmente nuevo a la cena<br />

pascual; fue tan intenso el Sentimiento de con-fraternidad<br />

con Jesús que después de su muerte, para los discípulos,<br />

aquella cena se convirtió en símbolo permanente de unión a<br />

su Señor y todavía hasta la fecha pensemos que nuestra misa<br />

católica no es otra cosa sino la conmemoración de aquella<br />

Ultima Cena. Al comienzo de la cena nos dice San Juan,<br />

Jesús puso el ejemplo a sus discípulos, al cambiar su papel<br />

de Maestro Superior, por de esclavo, se ciñó una toalla,<br />

echó agua en una jofaina y empezó a lavarles los pies, los<br />

desconcertados discípulos no sabían que hacer, pero<br />

entonces Jesús les explicó cual era el sentido de aquel<br />

acto inusitado; si yo, vuestro Señor y Maestro os he lavado<br />

los pies, también vosotros debéis lavaros los pies uno a<br />

otros; aquí Jesús estaba dándoles ejemplo de humildad, de<br />

lo que debemos de ser uno con otros; de la cena, el momento<br />

que habría de convertirse en el culto cristiano, está<br />

descrito por San Mateo, San Marcos y San Lucas; Jesús tomó<br />

el pan dio gracias a Dios, lo partió y le dio a sus<br />

discípulos diciendo: Este es mi Cuerpo, luego tomó el cáliz<br />

de vino dio gracias y lo pasó a sus discípulos para que<br />

bebieran diciendo: Esta es mi Sangre, Sangre de la Alianza<br />

nueva y eterna que va a derramarse por muchos, haced esto<br />

en conmemoración mía. Como vemos, aquí en el Cenáculo, es<br />

donde Nuestro Señor Jesucristo instituye el Sacramento <strong>del</strong><br />

Altar, lo que viene a convertir nuestra religión en una<br />

religión en que se proyecta la <strong>presencia</strong> de Dios a través<br />

de este Sacramento hasta la consumación de los siglos;<br />

493


ninguna otra religión tiene tal bendición de la <strong>presencia</strong><br />

de Dios a través de este Sacramento, sólo la religión<br />

cristiana.” 112<br />

Con el título MUSEO DEL HOLOCAUSTO, se describen las<br />

actividades <strong>del</strong> “DÍA DIECISIETE DE SEPTIEMBRE de mil<br />

novecientos ochenta y ocho, Museo <strong>del</strong> Holocausto. Muro de<br />

los Lamentos. Mezquitas. Pretorio. Vía Dolorosa. Calvario.<br />

Santo Sepulcro. Comida, Descanso. Jerusalén de Noche.<br />

Barrio Judío y Fiestas de los Tabernáculos. Monte de los<br />

Olivos. Centro Nocturno.<br />

Este día iniciamos la visita a Jerusalén yendo al Museo de!<br />

Holocausto; Adolfo Hitler dentro de su doctrina Nacional<br />

Socialista o sea el Nazismo, tenía como base el<br />

Antisemitismo, o sea su coraje contra la raza judía, esto<br />

obedeció a que para Adolfo Hitler la única raza perfecta<br />

era la Aria y tenía dentro de su-megalomanía la creencia<br />

que sólo los Arios eran dignos de gobernar, no únicamente<br />

Alemania sino todo el mundo, por lo tanto el combatió a la<br />

Raza Judía, tanto por estas creencias y manera de ser como<br />

por el hecho de apetecer grandes capitales que ellos tenían<br />

en Alemania. Fue cruel el Nazismo con los Judíos al grado<br />

de arrebatarles todos sus bienes y concentrarlos en campos<br />

como si fuera ganado: campos de concentración en los que<br />

sufrieron lo indecible, torturas espantosas y miles<br />

acabaron en la cámara de gases, o morían con torturas mucho<br />

muy espantosas: este tratamiento que el Nazismo dio al<br />

Pueblo Judío ha sido motivo en Jerusalén para crear todo un<br />

Museo, este Museo es el que lleva el nombre de "Museo <strong>del</strong><br />

Holocausto" o sea <strong>del</strong> sacrificio de un pueblo ante alguna<br />

circunstancia y no fue otra sino que el sacrificio <strong>del</strong><br />

pueblo Judío ante el Nazismo.<br />

112 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El cenáculo. Hidrocálido. Miércoles 21 de<br />

marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.5.<br />

494


Cuando llegamos al Museo <strong>del</strong> Holocausto, el cual está<br />

dividido en varias salas, nos formamos para ingresar a la<br />

primera sala; Tony se emocionaba profundamente, al grado de<br />

llegar a las lágrimas, él en su infancia vivió esta<br />

persecución, nos llegó a platicar que él fue un Judío que<br />

nació en Londres y que se educó en España y en Londres su<br />

familia fue huyendo de las crueldades <strong>del</strong> Nazismo, por lo<br />

tanto vivió en carne propia lo que el pueblo Judío sufrió<br />

ante el ímpetu de aquella actitud <strong>del</strong> loco Adolfo Hitler<br />

ante una raza; él nos platicó de estos sufrimientos, pero<br />

que cuando hicimos esta visita decíamos nos formamos para<br />

penetrar a la primer sala y cual sería nuestra sorpresa que<br />

cuando entramos era de una penumbra medrosa, vimos primero<br />

una serie de fotografías murales en la que estaban los<br />

rostros de niñitos Judíos de unos cuatro a siete años con<br />

lágrimas en los ojos y con huellas de sufrimiento. Íbamos<br />

pasando por aquellos corredores en medio de la penumbra y<br />

tan solo a unos dos y tres metros de nosotros las paredes<br />

aquellas iluminadas con los rostros de aquellos niños<br />

Judíos, todo esto con una música tenue, con una música que<br />

hacía que nuestras almas se compenetraran perfectamente con<br />

el dolor <strong>del</strong> pueblo de Israel y de ahí pasamos a otra parte<br />

de esta primer sala, en que todavía la oscuridad era más<br />

profunda y cual sería nuestra sorpresa de ver que había<br />

muchas velas a distintas alturas y la sala tenía tanto en<br />

sus paredes como en el techo espejos y piso que hacían<br />

multiplicarse las luces de las velas y daban la impresión<br />

de que al deambular nosotros aquellos corredorcitos. Íbamos<br />

no en la tierra sino que en medio de algún cúmulo de<br />

estrellas, que íbamos caminando por los espacios siderales,<br />

veíamos las estrellas y con aquella música tenue, con<br />

aquella música impactante, se llega a la conclusión de que<br />

cada una de aquellas luces que veíamos y que se reproducían<br />

en muchas en virtud de los espejos, no eran otra cosa sino<br />

495


que un alma, un espíritu de algún Judío que había caído en<br />

aquella irracional lucha, de la que el Nazismo los<br />

persiguió hasta exterminar a muchos de ellos.<br />

En esta primer sala <strong>del</strong> Museo <strong>del</strong> Holocausto se llega a<br />

tener una concepción clara y una sensibilidad<br />

extraordinaria de lo que fue aquel sacrificio terrible.<br />

Salimos a la luz <strong>del</strong> día y nos daba gusto ver aquella<br />

luminosa mañana de Jerusalén, luego que salimos de aquellas<br />

salas en que nos laceraron el corazón, cuando vimos el<br />

sufrimiento de un pueblo ante una ideología errada.<br />

Entramos a otro recinto en la que esta una serie de foto<br />

murales con estampas de todo lo que el Nazismo hizo contra<br />

el Judaísmo; en aquellas fotografías de Judíos con caras<br />

largas, caras de sufrimiento, caras de hambre; aquellos<br />

campos de concentración, con hornos crematorios, el humo<br />

saliendo por sus chimeneas; de aquellos Judíos niños,<br />

jóvenes y adultos sufriendo enormemente; llega el momento<br />

en que uno maldice al hombre cuando se convierte en el lobo<br />

<strong>del</strong> hombre y nosotros veíamos las fotografías con una<br />

angustia muy grande. Recuerdo una fotografía que dejó huella<br />

profunda en mí, era de un grupo de mujeres y de<br />

soldados nazis con uniformes milicianos, las llevaban como<br />

corderos hacia cámaras de gases para después sus cuerpos<br />

cremarlos y en esa fotografía vi una anciana en medio de<br />

mujeres iban todas ellas desnudas y que angustia, que<br />

vergüenza de aquella andamia cuando se veía sin ropas y con<br />

sus manillas se tapaba sus partes pudendas por la vergüenza<br />

tan grande que tenía de verse en esas condiciones; cuando<br />

ve uno este Museo sufre uno junto con el Pueblo Judío la<br />

desgracia tan grande que vivió en la época de la Alemania<br />

de Hitler.<br />

Estamos hablando de los años de mil novecientos treinta y<br />

ocho al cuarenta y cinco, que sufrió grandemente esto<br />

pueblo.<br />

496


Cuando pasamos después de esas galerías entramos a una<br />

tercer galería que ya fue un homenaje a los Judíos caídos;<br />

en esta tercer galería lo hacían a uno ponerse un gorrito<br />

de cartoncillo en la cabeza como si profesara uno la<br />

religión judaica, entraba uno a este lugar en el que<br />

veíamos un mechero y los nombres de Judíos que cayeron en<br />

aquella contienda, de Judíos ilustres; de Judíos que algo<br />

les debe la humanidad.<br />

Salimos <strong>del</strong> museo y por circunstancia mucho muy especiales<br />

tuve necesidad de separarme de mi grupo y cuando regreso me<br />

voy dando cuenta que en esos instantes coincidimos con la<br />

peregrinación de Aguascalientes que llevó el Padre Adrián<br />

Luévano y que tristemente no vi, mi compadre Jesús Román me<br />

dijo: Que crees compadre mientras te separaste resulta que<br />

vi a gente de Calvillo que venía con el Padre Adrián<br />

Luévano y no pudimos platicar mayor cosa porque ya ellos se<br />

iban en su ómnibus.<br />

De ahí a donde está nuestro minibús pasamos junto una serie<br />

de árboles y en la base de cada árbol una placa en la que<br />

se escribía el nombre de un Judío; esto era un homenaje a<br />

cada uno de los judíos que dio millones de dólares para<br />

hacer el Museo <strong>del</strong> Holocausto. Así terminamos la visita al<br />

Museo <strong>del</strong> Holocausto.” 113<br />

Continúa con JERUSALÉN, LA TIERRA CUNA DE NUESTRO SEÑOR.<br />

“Mentalmente reproduje para mis adentros la escena de la<br />

Ultima Cena en este lugar y donde calculé que pudo haber<br />

estado la mesa y pensado que eran unas mesas muy bajitas,<br />

casi casi pudiéramos establecer que el mantel estaría a<br />

cincuenta centímetros <strong>del</strong> suelo; los judíos, las comidas<br />

las hacen recargados en cojines y casi en el suelo;<br />

recontruí lo que pudo haber sido la mesa aquella y pensé en<br />

el centro de la misma y pensé en el lugar que el Señor ha<br />

113 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Museo <strong>del</strong> Holocausto. Hidrocálido.<br />

viernes 23 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.6.<br />

497


de haber estado y no me quedó más sino que besé el suelo de<br />

Jerusalén, de Israel y le di profundas gracias a Dios<br />

porque dentro de su infinita sabiduría instituyó el<br />

Sacramento <strong>del</strong> Altar y la <strong>presencia</strong> de El ad perpetuam<br />

entre el género humano fue mi primer beso que di al suelo<br />

de Israel.<br />

Bajamos todavía el mismo punto urbano nos reservamos otra<br />

agradable sorpresa, pasando como por un patio y unas<br />

callejuelas, llegamos detrasito de donde está el templo de<br />

La Adormisión y en la callejuela de detrás de donde está<br />

también el Cenáculo, hay una sinagoga que es una de las más<br />

veneradas por el pueblo judío en virtud de que ahí está la<br />

tumba <strong>del</strong> Rey David. Llegamos a la sinagoga y cumplimos con<br />

todos los ritos <strong>del</strong> Judaismo para poder entrar a ella; es<br />

un tanto modesta esta sinagoga, me acuerdo que tiene dos<br />

habitaciones de reducidas dimensiones y en la primera vi<br />

unos muebles como roperos y vi también que unos rabinos o<br />

sea los sacerdotes <strong>del</strong> Judaismo, estaban guardando unos<br />

rollos que contenía el Tora, el Libro Sagrado de ellos y<br />

nos estaba explicando en esta sala nuestro guía la<br />

importancia tan grande <strong>del</strong> Tora y las formas en que en las<br />

sinagogas lo tienen guardado, cuando de repente oímos un<br />

grito estridente, una voz varonil que gritaba naturalmente<br />

algo que nosotros no comprendíamos porque lo hacía en<br />

Hebreo y el primer choque emocional fue el de pensar que<br />

estábamos en una zona altamente conflictiva y que corríamos<br />

riesgo, pero a pesar de que todos nos sorprendimos y la<br />

expresión nuestra fue de angustia, inmediatamente nos dimos<br />

cuenta que Tony fue a la siguiente sala y que es donde está<br />

la tumba <strong>del</strong> Rey David y Tony regresó con nosotros y nos<br />

dijo que no había ningún problema, lo que pasó fue que uno<br />

de los judíos que estaba haciendo oración, vio entrar a una<br />

mujer y esto lo perturbó y en su mismo idioma estaba<br />

498


exigiendo la salida de esta mujer pero realmente no había<br />

problema fuerte en ello.<br />

Después de que Tony nos hizo las explicaciones relativas al<br />

Tora y vaya que si en religión cristiana se la sabía de<br />

todas todas; respecto <strong>del</strong> Judaismo con mayor razón, en<br />

virtud de que él con toda verticalidad se confesó judío,<br />

pero es un judío bastante inteligente y equilibrado;<br />

pasamos a la otra sala que es donde está la tumba <strong>del</strong> Rey<br />

David; ahí en ese lugar se encontraba un túmulo con una<br />

cubierta de terciopelo de color guinda y con símbolos <strong>del</strong><br />

Judaismo, como la estrella de David y sobre de la tumba<br />

aquella, dos estuches de plata que contenían Tora y lo<br />

mismo can<strong>del</strong>abros de siete brazos y lámparas colgantes. En<br />

el lugar aquel se veía una devoción extraordinaria de parte<br />

de los judíos y cuando entramos nos encontramos con el<br />

judío que había protestado ruidosamente por la <strong>presencia</strong> de<br />

la mujer en aquel lugar. Por cierto que esta mujer iba vestida<br />

con un decoro extraordinario y estaba tranquilamente<br />

haciendo ella sus oraciones, sabe que motivación le daría<br />

el judío que lo perturbó, el judío estaba en un rincón de<br />

donde está la tumba <strong>del</strong> Rey David sentado en una banca pero<br />

un brazo extendido hacia donde estaba la mujer y con el<br />

otro brazo cercano a la cara, los dos con la misma<br />

dirección pero en distinta postura, como tapándose de su<br />

mente y ojos la <strong>presencia</strong> de la mujer, yo creo que<br />

reanudaría sus oraciones hasta que esta mujer se retiró de<br />

ahí.” 114<br />

En seguida narra LA VISITA A BELÉN. “Cuantos recuerdos nos<br />

trae el lugar sobre los pasajes que las Sagradas Escrituras<br />

nos narran <strong>del</strong> Rey David.<br />

Cuando salimos de la tumba <strong>del</strong> Rey David ya era la hora de<br />

comer y subimos a nuestro minibús y nos fuimos a las<br />

114 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Jerusalem, la tierra cuna de nuestro<br />

Señor. Hidrocálido. sábado 24 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.3.<br />

499


colinas que están al sur de la ciudad de Jerusalén, en<br />

estas colinas, en un lugar muy agradable con jardines y,<br />

pasto mucho muy bien cuidado y teniendo a la vista la<br />

ciudad hacia el Norte de nosotros y al poniente <strong>del</strong> Valle<br />

de Hinnom al Oriente nuestro el ya muy conocido Valle <strong>del</strong><br />

Cedrón; teniendo esta vista hermosísima nos pusimos a<br />

comer. En estos restaurantes es extraordinariamente fácil<br />

proveerse de alimentos porque es bajo el sistema de bufet y<br />

toma uno una charola, entonces va viendo las distintas<br />

sopas, entremeses, guisados que hay y uno mismo va formando<br />

su comida según lo que apetece. Por ahí vi que mi General<br />

Fernández, el Doctor, se proveyó de una muy buena copa de<br />

cogñac y ni tardos ni perezosos seguimos su ejemplo, fue un<br />

comer muy agradable después de las impresiones primorosas<br />

que tuvimos de Jerusalén; cuando terminamos empezamos a<br />

sentir la nostalgia de la proximidad, de que nuestra<br />

pequeña familia de una semana, se iba a disgregar y no<br />

faltó a quien se le ocurriera que tomáramos las fotografías<br />

<strong>del</strong> recuerdo en aquellos jardines, teniendo como fondo la<br />

Ciudad Eterna de Jerusalén.<br />

Después de comer nos dispusimos para ir al lugar donde<br />

nació nuestro Señor Jesucristo, a Belén; San Lucas, en su<br />

Evangelio en el capítulo segundo versículos <strong>del</strong> primero al<br />

veinte nos dice lo siguiente "Por aquellos días se promulgó<br />

un edicto de César Augusto mandando empadronar a todo el<br />

mundo, este fue el primer empadronamiento hecho por Girino<br />

que después fue gobernador de la Siria y todos iban a<br />

empadronarse cada cual a la ciudad de su estirpe, José pues<br />

como era de la casa y familia de David, vino desde Nazaret,<br />

Ciudad de Galika, a la ciudad de David llamada Belén de<br />

Judea, aquí Betlehem decíamos, a la ciudad de David llamada<br />

Betlehem de Judea para empadronarse con María su esposa, la<br />

cual estaba encinta y parió a su hijo primogénito y<br />

envolvióle en pañales y recostólo en un pesebre, porque no<br />

500


hubo lugar para ellos en el mesón. Estaban velando en<br />

aquellos contornos unos pastores y haciendo centinela de<br />

noche sobre su grey, cuando de improviso un ángel <strong>del</strong> Señor<br />

apareció junto a ellos, y cercólos con su resplandor una<br />

luz divina lo cual los llenó de sumo temor, díjoles<br />

entonces el ángel, no tengáis que temer pues vengo a daros<br />

una nueva de grandísimo gozo para todo el pueblo y es que<br />

hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador, que es<br />

el Cristo o Mesías, el Señor nuestro y sírvaos de seña que<br />

hallareis al niño envuelto en pañales y reclinado en un<br />

pesebre, al punto mismo se dejó ver con el ángel un<br />

ejército numeroso de la milicia celestial, alabando a Dios<br />

y diciendo: Gloria a Dios en los más alto de los cielos y<br />

paz a los hombres de buena voluntad; luego que los ángeles<br />

se apartaron de ellos y volaron al cielo; los pastores se<br />

decían unos a otros, vamos hasta Betlehem y veamos este<br />

suceso prodigioso que acaba de suceder y que el Señor nos<br />

ha manifestado, vinieron pues a toda prisa y hallaron a<br />

María y a José y al niño reclinado en el pesebre y viéndolo<br />

se certificaron de cuanto se les había dicho de este niño,<br />

todos los que supieron el suceso se maravillaron ágilmente<br />

de lo que los pastores les habían contado. María empero,<br />

conserva todas estas cosas dentro de sí ponderándolas en su<br />

corazón. En fin los pastores se volvieron no cesando de<br />

alabar y glorificar a Dios por todas las cosas que habían<br />

oído y visto según se les había anunciado por el ángel". 115<br />

Ahora expone que EL HISTÓRICO BETLEHEM, PARTE YA DE<br />

JERUSALÉN. “Betlehem actualmente, ha de quedar como a unos<br />

seis kilómetros al sur de Jerusalén, naturalmente que<br />

cuando fue el nacimiento <strong>del</strong> Señor, la mancha urbana de<br />

Jerusalén no había avanzado tanto como hoy día, al grado de<br />

115 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. La visita a Belén. Hidrocálido. Domingo 25<br />

de marzo de 1990. Semanario. p.6.<br />

501


que hoy día Betlehem es un suburbio de Jerusalén que se<br />

encuentra reclinado en una colina un tanto árida.<br />

Cuando llegamos a este pueblecillo a escasa media hora <strong>del</strong><br />

lugar en que habíamos comido, lo primero a lo que nos<br />

llevaron fue a una tienda de souvenirs; por ahí compramos<br />

algunas cruces de madera de olivo, Lupita compró un<br />

dromedario, yo me acordé de mi compañero Jesús Martín, que<br />

con sus luengas barbas parece también medio judío y le<br />

compré uno de los gorritos que usan los judíos en sus<br />

ceremonias. Después de que compramos los souvenirs salimos<br />

de la tienda y luego los muchachillos por ahí vendedores<br />

casi se avalanzaban contra de uno, vendiéndole collares y<br />

pulseras, así es de que fue una cosa como asalto y el<br />

idioma no fue barrera para el comercio; enseguida, nos<br />

llevaron al templó que hoy cubre lo que fue la cueva en que<br />

nació Nuestro Señor Jesucristo; aquí hay dos templos, uno<br />

en manos de los Ortodoxos Griegos y otro de los Católicos<br />

Apostólicos Romanos.<br />

La cueva en que nació el Señor queda en el lado <strong>del</strong> templo<br />

Griego, entra uno en este templo donde hay 'vestigios de<br />

otros templos <strong>del</strong> siglo quinto, por ejemplo, mosaicos<br />

bizantinos en el suelo. En el crucero a mano izquierda está<br />

la entrada a la cueva donde nació Jesús; el lugar exacto<br />

donde nació Jesús está adornado con una estrella de plata,<br />

que se me hizo pequeña, yo le decía a Lupita mi esposa, con<br />

ganas de hacer una suscripción popular en Aguascalientes y<br />

enviarles no una estrellita de plata; sino un comal<br />

completo de plata mexicana, para que señale exactamente el<br />

lugar y Lupita me decía, y dónde lo pones, si no cabe<br />

porque la dimensión es un tanto reducida. Ahí nos pasó otro<br />

momento muy emocionante; los dos nos arrodillamos ante el<br />

lugar en que nació el niño Dios, nos asimos de las manos y<br />

empezamos a orar por México, por nuestras familias, por<br />

nuestros amigos, por nuestro Aguascalientes, y fue ahí en<br />

502


el lugar en que nació Jesús donde di mi segundo beso al<br />

suelo de Israel, besé aquella estrella de plata donde nació<br />

el Niño, frente de ahí, a unos dos o tres pasos, esté el<br />

pesebre donde después de nacer lo pusieron, estando en<br />

aquellas oraciones, fue cuando tuvimos también la impresión<br />

agradabilísima de un grupo de Cristianos, se me figuraba<br />

que eran gentes <strong>del</strong> Norte <strong>del</strong> planeta, bien pudieron haber<br />

sido holandeses o noruegos o norteamericanos, es decir, de<br />

raza Sajona y cuando estábamos hincados, estando orando,<br />

también ellos hacían lo mismo, pero era un grupo como de<br />

unos ocho o diez y empezaron a cantar con voces<br />

maravillosas y con una dulzura extraordinaria la canción de<br />

Navidad "Noche de Paz", así es de que fue una ambientación<br />

cabal la que tuvimos <strong>del</strong> templo, entonces entramos al<br />

templo Católico que linda su pared con el lugar donde está<br />

el pesebre y ahí en este templo es donde tienen una<br />

escultura muy bonita <strong>del</strong> Niño Dios y que en las<br />

transmisiones de televisión en Navidad en varias ocasiones<br />

hemos visto esa escultura <strong>del</strong> Niño Dios.<br />

Así fue nuestra visita a Betlehem, luego nos fuimos todavía<br />

a unos cuatro o cinco kilómetros al Sureste de Betlehem, a<br />

un lugar que es El Campo de los Pastores; tradicionalmente<br />

se sabe que ahí estaban los pastores a los cuales el Señor<br />

anunció la Buena Nueva de su nacimiento, en ese lugar fue<br />

donde vi bastante tensión de carácter militar, Tony nos<br />

dijo <strong>del</strong> camión van ustedes al templo donde está una de las<br />

cuevas de los pastores y se, regresan de inmediato, no se<br />

me vaya a desvalagar y cual sería nuestra sorpresa de<br />

cuando llegamos a unos doscientos metros de donde<br />

descendimos de nuestro ómnibus, estaba un templo en el que<br />

se recordaba la <strong>presencia</strong> <strong>del</strong> Ángel ante los pastores<br />

anunciando la buena nueva y junto al templo, que entre<br />

paréntesis fue diseñado por el Arquitecto Italiano Baruqui,<br />

estaba la cueva y nuestra sorpresa radicó en que vimos a<br />

503


dos Franciscanos con su hábito y con cachucha de miliciano,<br />

como si fueran los de Castro Ruz, con armas de alto poder<br />

para defenderse; esto nos dio la impresión de que ya ahí<br />

era un lugar demasiado peligroso para la convivencia, por<br />

lo tanto comprendimos que nos estábamos acercando a la zona<br />

conflictiva que es motivo de noticia para todos los diarios<br />

<strong>del</strong> mundo y para la Televisión; ante tal circunstancia<br />

visitamos rápido el Templo y también fuimos a la cueva que<br />

está al poniente <strong>del</strong> Templo y que ha de quedar a una<br />

distancia de unos veinte metros, vimos como era una de las<br />

cuevas de los pastores; en aquellos años convivían los<br />

animales con las personas en el mismo recinto; en esta<br />

cueva vimos representados borregos cabras y las<br />

dependencias propias de una casa en la que hay cocina,<br />

comedor y recamara, así que los Pastores convivían con los<br />

rebaños de animales.” 116<br />

Otra de sus narraciones anecdóticas es “UN MEXICANO<br />

CUIDANDO EL TEMPLO DE LOS PASTORES”. Ahí dice: “Fue<br />

sorpresa agradable el hecho de que a uno de aquellos<br />

Franciscanos que está cuidando el Templo de los Pastores se<br />

le iluminó el rostro cuando supo que nosotros éramos<br />

mexicanos y la cosa no fue para menos pues él también era<br />

mexicano; era una persona que fue o que es originaria de<br />

Tlanepantla, al Norte de el Distrito Federal y que por<br />

azares de la vida estaba en aquella lejana región cuidando<br />

el Templo de los Pastores.<br />

Así pues, en este lugar fue en donde los ángeles <strong>del</strong> Señor<br />

fueron a anunciar la buena nueva <strong>del</strong> nacimiento <strong>del</strong> Mesías,<br />

<strong>del</strong> Redentor de el Mundo.<br />

Nosotros rápido dejamos aquel lugar y en grupito caminamos<br />

desde el Templo hacia donde estaba nuestro minibus en medio<br />

116 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El histórico Betlehem, parte ya de<br />

Jerusalén. Hidrocálido. Lunes 26 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.4.<br />

504


de una arboleda mucho muy agradable; llegamos a nuestro<br />

minibús y lo abordamos; nos regresamos a Jerusalén.<br />

En virtud de que llevo mucha muy buena amistad con las<br />

monjitas de la Congregación de la Visitación que está aquí<br />

en Aguascalientes le prometí a la Madre María Margarita,<br />

que es la Superiora de ellas, que en mi estancia en<br />

Jerusalén procuraría estar en el lugar en que la Santísima<br />

Virgen visitó a su prima Santa Isabel, por eso esta Orden<br />

religiosa se llama de la Visitación, recordando el<br />

encuentro de las dos primas. Yo le dije a Tony nuestro guía<br />

que tuviera la gentileza de llevarme al lugar donde es la<br />

Visitación o que fue la Visitación donde vivía Santa Isabel<br />

y muy gentil él me prometió llevarme y entonces, fue el<br />

momento oportuno para llevarme a el lugar en que está<br />

actualmente el Templo de la Visitación o sea donde vivía<br />

Santa Isabel. Llegamos a este lugar después de haber dejado<br />

Belén y se encuentra al Sureste de Jerusalén y cuando<br />

llegamos, descendimos de el ómnibus y entramos a este<br />

Templo, en el que por cualquier lado se respira la vida de<br />

San Juan Bautista y los cuadros que en él hay se refieren a<br />

la vida de San Juan.<br />

En este lugar mentalmente reconstruí el acto trascendental<br />

femenino de que una prima que le va contar a la otra que se<br />

encuentra esperando una criatura, que se encuentra<br />

embarazada y nos cuentan las sagradas escrituras que en ese<br />

lugar cuando la Santísima Virgen María llegó y le plática a<br />

su prima Santa Isabel el fausto acontecimiento, fue cuando<br />

en el vientre de Santa Isabel que era una persona adulta y<br />

que milagrosamente se encontraba también embarazada saltó<br />

la criatura que llevaba en su claustro, Santa. Isabel le<br />

dijo que dichosa se encontraba con el hecho de tener la<br />

visita de la Santísima Virgen que la tendrían por dichosa<br />

todas las generaciones, en este lugar fue en donde nació la<br />

505


oración de la Magnifica de "Glorifica mi alma al Señor y mi<br />

espíritu se llena de gozo, etc. etc.".<br />

Bueno pues en este lugar estuvimos nosotros viendo el<br />

Templo que está sobre lo que fue la casa de la Santa<br />

Isabel, compré en la sacristía algunas postales que me<br />

permití regalar a la congregación de las Monjitas de la<br />

Visitación, cumpliendo así una promesa que les hice a estas<br />

religiosas que están en nuestra Ciudad de Aguascalientes.<br />

Después de la Visitación fuimos a nuestros hoteles en<br />

Jerusalén y con esto terminamos este día dieciseis de<br />

septiembre de mil novecientos ochenta y ocho, día en que<br />

nuestra Patria allá muy lejos se encontraba celebrando un<br />

año más <strong>del</strong> inicio de la guerra de Independencia.” 117<br />

El siguiente escrito parece haber sido continuación<br />

inmediata <strong>del</strong> de Museo <strong>del</strong> holocausto, tal y como se<br />

aprecia en la exposición, pero por alguna razón apareció<br />

cuatro días después con el título EL MURO DE LOS LAMENTOS.<br />

Ahí explica: “Después de irnos <strong>del</strong> Museo <strong>del</strong> Holocausto con<br />

el corazón chiquitíto, chiquitito, de haber visto esta<br />

miseria humana, nos llevaron al Muro de los Lamentos; el<br />

Muro de los Lamentos no es otra cosa sino que restos de los<br />

muros <strong>del</strong> Templo que Herodes el Grande hizo en Jerusalén,<br />

está construido de piedras enormes que han de pesar unas<br />

cuatro o cinco toneladas cada una y es uno de los puntos de<br />

veneración <strong>del</strong> pueblo Judío, porque en el año 71 de nuestra<br />

era cuando fue destruida Jerusalén <strong>del</strong> gran templo aquel en<br />

el cual Herodes quiso superar a Salomón, nada más quedó ese<br />

Muro nos acercamos por el Sureste de la ciudad que es un<br />

rumbo cargado de historia y de tradición, hasta un punto en<br />

que podía llegar nuestro medio de transporte y aquí<br />

traspusimos algunas ruinas y pasamos por algunas puertas en<br />

que están algunos milicianos y seguimos en plan ascendente<br />

117 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Un mexicano cuidando el templo de los<br />

pastores. Hidrocálido. Martes 27 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.5.<br />

506


hasta llegar a una plazoleta y hacia el Oriente de la<br />

misma, está el Muro de los Lamentos; tanto al Norte como al<br />

Poniente se veían edificaciones y en la parte superior se<br />

alcanzaban a ver los cañones de metralletas, es un lugar<br />

altamente custodiado tal vez por ser un lugar tan santo<br />

para los Judíos; temen que los Musulmanes o los Palestinos<br />

vayan a cometer algún desacato. Cuando llegamos a la<br />

plazoleta que está frente al Muro de los Lamentos, ahí se<br />

divide en una plazoleta inferior hacia el lado oriente,<br />

porque va en declive, el lado derecho es para los hombres y<br />

el lado izquierdo es para las mujeres; nos fuimos acercando<br />

de vuelta por obligación nos impusieron el gorrito ese que<br />

usan los judíos, nos proporcionan uno de cartoncillo, yo<br />

creo que mí por mi Cristianismo no me quería ya que<br />

constantemente se me andaba cayendo, nos acercamos allí al<br />

muro de los lamentos, o más bien debe llamarse muro<br />

Occidental, pero como los judíos cuando leen el Tora lo<br />

hacen en plan de salmodia daba la impresión como si fuera<br />

esto un lamento y otra de las características de los judíos<br />

es que cuando están leyendo el Tora, están balanceando su<br />

cuerpo de la cintura hacia a<strong>del</strong>ante y hacia atrás, dicen<br />

que a través este balanceo llegan a concentrarse<br />

perfectamente sus oraciones y cuando están leyendo se oye<br />

como fuera un coro al estar salmodeando la oración.<br />

El gorrito que usan es una reverencia hacia Dios porque<br />

dicen que Dios está en las alturas y al estar Dios en las<br />

alturas y ser tan imperfectos nosotros humanos, no es<br />

correcto que estén nuestras cabezas en contacto con el<br />

Supremo Hacedor y por eso hay que poner una cosa que nos<br />

esté aislando de la grandeza Dios. Esa es la teoría <strong>del</strong><br />

judío respecto de tales gorritos.<br />

Mi compadre Jesús Román y yo nos acercamos a aquél muro<br />

para hacer oración; yo pensé que aún siendo Católico,<br />

507


Apostólico, Romano, de todas maneras honrar a Dios allí no<br />

iba en contra de mi manera de ser.<br />

Tiene la costumbre este pueblo de que en los intersticios<br />

de piedra con piedra, ellos ponen un papelito una petición<br />

para Dios, de alguna necesidad y le proporcionan a uno<br />

papel y le pide uno a Dios alguna mereced.<br />

Estuvimos junto con aquel pueblo piadoso dentro de sus<br />

creencias en el Muro de los Lamentos, que dentro de su<br />

religión la cumplen al pie de la letra.” 118<br />

Continúa con la VISTA DE LAS MEZQUITAS CERCA DEL MURO.<br />

“Fuimos también hacia uno como zaguán que esta al lado<br />

Norte <strong>del</strong> Muro de los Lamentos y entramos a él y nos dimos<br />

cuenta que el Muro de los Lamentos continuaba a través de<br />

aquel zaguán y que había muchos judíos que estaban allí con<br />

sus libros, rezando y dentro de ese zaguán, en su pared que<br />

queda hacia el Poniente, tenían muebles para guardar los<br />

libros que estaban ellos leyendo.<br />

Nos retiramos con respeto y reverencia de este lugar y ya<br />

en la plazoleta, después de entregar nuestro bonete de<br />

cartoncillo nos encontramos con la comadre Josefina y con<br />

Lupita y con nuestro grupo, luego nos fuimos hacia el lado<br />

Sur de donde está el Muro de los Lamentos y subimos por<br />

unas escalinatas, por una rampa, que daba acceso a donde<br />

estaba el Santo Santorum <strong>del</strong> templo judío, y al otro lado<br />

<strong>del</strong> Muro de los Lamentos, en la parte superior hay una gran<br />

plaza y allí una de las maravillas <strong>del</strong> mundo Musulmán, dos<br />

mezquitas primorosas, una la Mezquita de Omar, la mezquita<br />

que cubre la peña en que Mahoma ascendió al cielo y frente<br />

de él una mezquita que creo se llama de Alk-Zar; primero<br />

visitamos la Mezquita de Alk-Zar, tuvimos que quitarnos<br />

nuestros zapatos, permitían ir en calcetines; qué maravilla<br />

de mezquita, enorme, ha de tener unos cincuenta o sesenta<br />

118 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El muro de los lamentos. Hidrocálido.<br />

Miércoles 28 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.8.<br />

508


metros de ancho, por unos ciento cincuenta o doscientos<br />

metros de largo, con columnas, con arabescos primorosos y<br />

todo el piso de la mezquita con alfombras persas, no<br />

grandes, son como para una sola, y están unidas unas con<br />

otras, toda la mezquita estaba alfombrada bellamente y al<br />

fondo una especie de altar, sin ser altar, una de las cosas<br />

que más me enterneció y llamó la atención, fue el hecho de<br />

que me encontré por allí, acostado en una de las alfombras<br />

un musulmán viejo, que se le veía su piel tostada por los<br />

rayos <strong>del</strong> sol, de eso que se antoja que ha de haber sido un<br />

guía de caravanas <strong>del</strong> desierto, un verdadero hijo <strong>del</strong><br />

desierto, estaba profundamente dormido y para mis adentros<br />

me dije; éste ha de estar soñando, en los brazos de Alá y<br />

Mahoma lo está arrullando, estaba con un rostro tan sereno,<br />

tan tranquilo y a todas luces se veía que había una paz y<br />

tranquilidad extraordinaria en su alma.<br />

Salimos de la mezquita de Alk-Zar, Tony estaba cuidando los<br />

zapatos de todo el grupo, tomamos cada quien los nuestros y<br />

caminamos a la mezquita que está enfrente, para llegar a<br />

ella se sube una escalinata que termina en una arquería y<br />

luego la plaza y ahí está la otra mezquita que es la de<br />

Ornar, es una mezquita que ha de ser de doce lados, o sea<br />

un dodecaedro y está forrada de azulejos, con figuras<br />

geométricas de arabescos maravillosas y a una altura de<br />

unos cinco y seis metros, sus comizas y luego en el centro<br />

una gran cúpula de oro que con los rayos <strong>del</strong> sol todavía se<br />

ve más hermosa, toda la mezquita de Omar ha de tener como<br />

unos ochenta metros de diámetro y en el centro está una<br />

roca a desnivel <strong>del</strong> primer piso, en seguida está otro piso<br />

hacia arriba y todo perfectamente alfombrado entrándole luz<br />

por vitrales de los ventanales, fabulosamente; para los<br />

Musulmanes esta roca tiene una trascendencia enorme, porque<br />

de aquí, de este lugar ascendió Mahoma a los cielos; para<br />

nosotros Cristianos tiene también una gran importancia esta<br />

509


oca, porque en este lugar, el Patriarca Abraham, como lo<br />

establece el Antiguo Testamento, cumpliendo las órdenes de<br />

Dios, iba a sacrificar a su hijo Isaac, hijo unigénito, y<br />

con todo el dolor de su corazón lo iba a sacrificar por<br />

disposición de Yavé y cuando Yavé ve la fi<strong>del</strong>idad <strong>del</strong><br />

Patriarca Abraham, un ángel de El le detiene el brazo con<br />

el puñal que iba a encajar en el cuerpo de su hijo y<br />

entonces entre las zarzas ve un cordero, que es el que<br />

sacrifica; esta es la roca que custodia la mezquita de<br />

Omar, una mezquita primorosa, estos lugares lo transportan<br />

a uno a las páginas de los cuentos de las Mil y Una Noche;<br />

es maravillosa la mezquita de Omar.” 119<br />

Y sigue con el PASO POR LA FORTALEZA DE ANTONIA. Salimos de<br />

ella y continuamos caminando por la gran plaza; ahora con<br />

el rumbo noroeste, hasta el rincón noroeste de la plaza; yo<br />

creo que de la mezquita de Omar el rincón noroeste de la<br />

plaza ha de haber aproximadamente unos cientos cincuenta o<br />

doscientos metros, entonces hay allí unas construcciones y<br />

entramos a una tienda que estaba cerrada porque era una<br />

tienda musulmana y el alto mando había ordenado una huelga,<br />

un paro de todos los establecimientos comerciales<br />

musulmanes pero como esta tienda era de souvenir, tal vez<br />

consiguió que le permitieran vender sus artículos a los<br />

turistas de Jerusalén.<br />

Allí estuvimos, nos obsequiaron con refrescos; la tienda<br />

tenía muchos cachivaches de carácter turísticos, estaba<br />

abigarrada de muchas cosas que ofrecen en venta.<br />

Salimos de la tienda y nos fuimos a una callejuela y cuál<br />

sería nuestra sorpresa que en este lugar estuvo la<br />

fortaleza Antonia, que Herodes construyó para su esposa y<br />

allí donde estuvo la fortaleza Antonia es donde está la<br />

tienda.<br />

119 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Visita a las mezquitas cerca <strong>del</strong> muro.<br />

Hidrocálido. Jueves 29 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.6.<br />

510


En una de las dependencias de la fortaleza Antonia, estuvo<br />

el Pretorio, aquel lugar en el que, en la noche en que<br />

aprehendieron a Jesús en el Huerto de los Olivos, lo llevan<br />

a los calabozos, y donde los soldados se mofaron de El,<br />

donde lo flagelaron, se burlaron de El, diciéndole que era<br />

el rey de los judíos, le daban túnica que era una garra,<br />

púrpura y le decían, esta es tu túnica de rey y una vara<br />

para simbolizar el cetro, allí es donde propiamente<br />

empiezan los sufrimientos fuertes de la pasión <strong>del</strong> Señor;<br />

de allí fue donde se lo llevaron a las demás casas de la<br />

gente que lo tenían que juzgar; de Anas, de Caifas, de<br />

Pilatos, de Herodes, de un lado a otro, y allí también fue<br />

donde se inicia el primer Viernes Santo, el primer viernes<br />

de pasión y en el Pretorio fue donde le entregaron la cruz<br />

que tenía que cargar por la vía dolorosa hasta el Calvario<br />

para ser crucificado y morir por todos nosotros, para<br />

redimir al género humano.<br />

Nosotros estuvimos en el Pretorio, estuvimos en las salas<br />

en que Jesús fue vejado; ahí vimos todavía, en el suelo<br />

grabadas en las lozas los juegos en los cuales los soldados<br />

aquellos se divertían para matar el tiempo; me encontré con<br />

un juego muy similar al Coyote nuestro y otro juego que se<br />

llamaba el juego <strong>del</strong> Rey.<br />

En este lugar, en que también hay una capilla nosotros<br />

conseguimos una cruz, una cruz para iniciar la vía<br />

dolorosa; por las callejuelas donde transcurre la vía<br />

dolorosa están llenas de comercios, se asemeja a la<br />

Lagunilla, <strong>del</strong> Distrito Federal, corrimos con la suerte de<br />

que el alto mando Palestino ordenó que los comercios de<br />

palestinos, que son un porcentaje muy elevado, se<br />

declararan en huelga o hicieran un paro de unas cuatro<br />

horas y coincidió con ese paro, el momento en que nosotros<br />

transcurrimos por la vía dolorosa, están tan organizados<br />

los palestinos que cuando alguno de ellos sigue vendiendo<br />

511


en su tienda, entonces, si no obedece el mandato que le dan<br />

le queman la tienda, le queman su patrimonio, por lo tanto,<br />

ante una orden de tal naturaleza, inmediatamente todos<br />

cierran sus negocios y lo que hacen es ponerse a jugar<br />

ajedrez en la puerta de los mismos, no realizan ninguna<br />

transacción de carácter mercantil.<br />

En medio de aquel Jerusalén viejo, iniciamos el viacrucis<br />

más impactante de nuestra vida, dentro <strong>del</strong> grupo que nos<br />

acompañó estuvo una familia de la ciudad de Hermosillo,<br />

Sonora, apellidados Sánchez y la señora traía un viacrucis<br />

para irlo rezando, para esto les diré que aquellas<br />

callejuelas por donde es la vía dolorosa, donde corresponde<br />

a lo que es cada una de las estaciones, hay adosados en la<br />

pared, sobre los dinteles de las puertas un pequeño<br />

monumento o una alegoría en mármol blanco, que nos iba<br />

recordando el viacrucis, naturalmente que la primera<br />

estación y la segunda la rezamos allí en el Pretorio, ya<br />

que se trata de Jesús condenado a muerte y Jesús carga su<br />

cruz; ya de allí <strong>del</strong> Pretorio, seguimos las estaciones <strong>del</strong><br />

viacrucis, en cada una, después de la consideración<br />

respectiva, la oración de "Señor pequé, ten misericordia de<br />

mí, pecamos y nos pesa, tened misericordia de nosotros" y<br />

el padre nuestro, ave maría y nos trasladábamos de estación<br />

a estación, aquel grupo de mexicanos cargando la cruz, más<br />

o menos entre cuatro o cinco gentes cargábamos la cruz y de<br />

estación a estación íbamos cantando por aquellas<br />

callejuelas, "Perdón oh Dios mío, perdón y clemencia,<br />

perdón e indulgencia, perdón y piedad". 120<br />

En seguida relata que en ese recorrido quedaron<br />

ENTERNECIDOS POR EL VÍACRUCIS. “Todo el grupo íbamos<br />

enternecidos con el viacrucis; sobre la topografía donde<br />

fue el primer viacrucis, naturalmente que algunas<br />

120 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Paso por la fortaleza de Antonia.<br />

Hidrocálido. Viernes 30 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.4.<br />

512


construcciones cambiadas o tal vez todas, pero se han<br />

conservado las estaciones <strong>del</strong> viacrucis; de la segunda a la<br />

tercera estación, es cuando ya empieza uno a trasladarse en<br />

medio de aquellas callejuelas; la tercera estación es,<br />

Jesús cae por primera vez y, esto queda mucho muy cerca de<br />

donde es el Pretorio y entonces seguimos caminando por<br />

alguna plazoletita y en la cuarta estación "Jesús encuentra<br />

a su madre" y esto nos sirve a nosotros para rehacer aquel<br />

encuentro tan lleno de amor y de dolor, de tristeza, de una<br />

madre ver a su hijo todo golpeado, todo herido, cargando<br />

una cruz, que más quisiera una madre en esos momentos, sino<br />

que alivianarle la carga al hijo.<br />

La quinta estación, Jesús ayudado por Simón el Cirineo, es<br />

decir, Simón era originario de Cirené, aquél campesino<br />

fortachón, que los soldados vieron que podía ayudar a<br />

Jesús, en virtud de su estado casi agónico, llevando la<br />

cruz y entonces le dicen a aquél campesino que ayude a<br />

Jesús con su cruz que llevaba a cuestas.<br />

En la sexta estación Jesús encuentra a la Verónica y ahí<br />

nos explicaron que realmente se llamó Verónica aquella<br />

mujer que enjugó el rostro <strong>del</strong> Señor y que milagrosamente<br />

se queda estampado su rostro en el lienzo con que enjugó el<br />

rostro; se llama Verónica, por la verdadera imagen, Vero<br />

icono, es decir verdadera imagen, eso es lo que significa<br />

Verónica.<br />

Después la séptima estación, Jesús cae por segunda vez y<br />

sigue uno en aquel trascurrir por aquellas callejuelas,<br />

lugares en que las mismas callejuelas están con edificios<br />

en la parte de arriba, pasa uno como en túneles y llega uno<br />

a otros lugares en que son las otras estaciones, por<br />

ejemplo, la octava estación, Jesús habla a las mujeres, me<br />

acuerdo que esta octava estación está en un sector bastante<br />

estrecha la calle y allí fue donde Jesús les dijo: "Hijas<br />

de Jerusalén, no lloréis por mí, llorard por vosotras<br />

513


mismas y por vuestros hijos", luego sigue la novena<br />

estación, en que Jesús cae por tercera vez, para esto que<br />

esta estación, por las reconstrucciones de Jerusalén<br />

tuvimos que salirnos de las callejuelas a otro lado, es una<br />

cosa lateral y ya que estuvimos allí, íbamos subiendo al<br />

Calvario (El calvario es un monte que en aquellos años se<br />

llamaba así por tener la forma de calavera), caminando, la<br />

subida era un tanto tenue, una pendiente ligera y la novena<br />

estación que es Jesús cae por tercera vez, a la décima<br />

estación, es allá arriba <strong>del</strong> Calvario, Jesús es despojado<br />

de sus vestidos, la novena estación a la décima, es una<br />

subida con una pendiente bastante pronunciada, sube uno,<br />

vamos a pensar, de una estación a la otra, alrededor de<br />

unos quince o veinte metros, vamos subiendo por aquellas<br />

callejuelas hasta llegar a la cima <strong>del</strong> Monte Calvario,<br />

actualmente el Monte Calvario está dentro de la ciudad de<br />

Jerusalén y está dentro de una gran Iglesia, o un gran<br />

templo.” 121<br />

En seguida describe EL LUGAR DE LA CRUCIFIXIÓN. “Al llegar<br />

a este lugar hay un atrio que hace las veces de plaza, la<br />

calle que da acceso está al Sureste y al lado Norte se<br />

encuentra la entrada al templo; las dimensiones han de ser<br />

de sesenta por cuarenta metros y todos los edificios que lo<br />

rodean serán de unos veinte metros de alto y están forradas<br />

con piedra <strong>del</strong> desierto, por lo tanto son de color amarillo<br />

oro.<br />

Penetramos al templo y nos recibieron la cruz que llevamos,<br />

este recinto de entrada parecía una sacristía, junto a la<br />

puerta vimos una loza de piedra rodeada de un barandal y<br />

que era motivo de veneración de la gente, pues se trata de<br />

la loza en que después de muerto el Señor en la Cruz lo<br />

descendieron y su sagrado cuerpo fue colocado sobre esta<br />

121 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Enternecidos por el viacrucis. Hidrocálido.<br />

Sábado 31 de marzo de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.3.<br />

514


loza para ser embalsamado por José de Arimatea, los<br />

discípulos y las piadosas mujeres para posteriormente ser<br />

llevado al Santo Sepulcro propiedad de José de Arimatea.<br />

Entrando al templo, frente a la loza y a mano derecha, se<br />

encuentran unas escalinatas de madera que lo llevan a uno<br />

al lugar exacto donde fue la crucifixión <strong>del</strong> Señor, por lo<br />

tanto <strong>del</strong> piso de la entrada a la cima <strong>del</strong> Calvario serán<br />

de unos diez a quince metros de altura; ahí en el Calvario<br />

está una representación de la crucifixión <strong>del</strong> Señor hecha<br />

con mosaicos bizantinos, da la impresión de iconos de la<br />

Iglesia Ortodoxa Griega y está la oración en que fue<br />

clavada la Cruz en que murió el Señor, de nuevo, de<br />

rodillas y al besar por tercera vez el suelo de Israel<br />

junto al lugar en que se fijo la Cruz "Gracias Dios mío por<br />

tu entrega física, por tus sufrimientos cuando te<br />

masacraron; por haber arrastrado con tu cuerpo sangrante,<br />

flagelado y desarticulado la cruz en la que te clavaron;<br />

siguiendo los planes divinos de la salvación, quisiste<br />

quitar de tus labios ese cáliz amargo, pero dándonos<br />

ejemplo de obediencia para con el Padre Eterno lo aceptase<br />

con plenitud de conciencia, para redimirnos, para<br />

salvarnos, por eso con amor y reverencia bese el lugar<br />

máximo de tu entrega, Gracias Dios mío".<br />

Cuando íbamos en el Viacrucis se me ocurrió contar los<br />

pasos que hay <strong>del</strong> Pretorio al Calvario y estos fueron mil<br />

trescientos, pero si descontamos la desviada que dimos en<br />

virtud de que la ruta original ha sido modificada por las<br />

nuevas construcciones, nos quedan novecientos cincuenta<br />

pasos; tal vez se nos haga corta la distancia que en metros<br />

han de ser unos ochocientos y tantos, pero aquí entra la<br />

Teoría de la Relatividad; si nos ponemos a pensar en las<br />

condiciones en que el Señor arrastró su Cruz, qué duro y<br />

penoso tránsito, si casi iba agonizando como consecuencia<br />

de la flagelación de la noche anterior, su cuerpo herido y<br />

515


casi desarticulado ¡Qué doloroso! ¡Qué martirio tan<br />

espantoso! y todo por amor a nosotros.” 122<br />

Luego describe el ALTAR MAYOR DEL TEMPLO DEL CALVARIO.<br />

“Después de estar ahí donde nace el Cristianismo con el<br />

mensaje de amor para iluminar a todos los pueblos <strong>del</strong> mundo<br />

descendimos por otras escaleras y fuimos a dar a la parte<br />

de atrás de lo pudiera ser el altar mayor <strong>del</strong> templo <strong>del</strong><br />

Calvario y en este lugar está el Santo Sepulcro;<br />

actualmente es una capilla bajo la comba de una gran<br />

cúpula, esta capilla con todo y que parece de estilo<br />

Bizantino, propio de los Católicos Ortodoxos, Griegos,<br />

también tiene adornos como si fuera Barroco; hicimos cola<br />

para entrar, su puerta es muy estrecha, cuando nos tocó<br />

nuestro turno a Lupita mi esposa y a mí para ingresar al<br />

Santo Sepulcro, fuimos y nos arrodillamos para orar, como<br />

lo hicimos en el Calvario por nuestros hijos, familia,<br />

amigos, gobernantes y por nuestra Patria ¡México!,<br />

estábamos eso cuando sonaron en las campanas las doce <strong>del</strong><br />

día; se escucharon repiques y luego entró un sacerdote de<br />

la Iglesia Ortodoxa Griega, joven él, con regias<br />

vestiduras, sus largas barbas y portando un incensario, se<br />

hincó incensó el Santo Sepulcro, hizo oración y se retiró;<br />

luego entró otro sacerdote de la Iglesia Copta, de modestos<br />

vestidos obscuros también con barba luenga y su incensario<br />

e hizo lo mismo que lo anterior y por último entró un<br />

sacerdote de la iglesia nuestra, la Católica Romana con sus<br />

vestidos ornamentales de lujo e incensario, hizo sus<br />

genuflexiones, incensó y oró, en seguida se retiró.<br />

Todos los santos lugares tienen hollín, debido a que en el<br />

culto de la Iglesia Ortodoxa Griega usan lámparas de aceite<br />

colgantes y éstas producen mucho tizne.<br />

122 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El lugar de la crucifixión. Hidrocálido.<br />

Domingo 1 de abril de 1990. secc. Semanario. p. 6<br />

516


Santo Sepulcro, lugar en que se cimenta nuestra religión<br />

pues en él se cumplieron los Sagradas Escrituras al<br />

resucitar el Señor dentro de los muertos al tercer día<br />

de su crucifixión, si no hubiera resucitado no se hubiera<br />

justificado su divinidad y grandeza.<br />

Santo Sepulcro, en manos de Musulmanes hizo que se cirniera<br />

la conciencia de la Cristiandad en la Edad Media y se<br />

produjeron en Europa las ocho Cruzadas para rescatarlo,<br />

siendo la primera el año de 1096 al mundo de Pedro el<br />

Ermitaño y la última el año de 1270 guiada por San Luis,<br />

Rey de Francia, quien murió ese año al sitiar Túnez.<br />

Militarmente, las Cruzadas no alcanzaron el fin propuesto,<br />

pero defendieron Europa de los ataques Turcos contribuyeron<br />

al intercambio cultural y económico entre Oriente y<br />

Occidente y formaron el idea Caballeresco de la Europa<br />

Medieval.<br />

Dejamos los santos lugares de la pasión <strong>del</strong> Señor y en una<br />

plazoleta cerca <strong>del</strong> Calvario, nos esperaba nuestro minibús,<br />

lo abordamos y Tony nos llevo a un restaurantito en el<br />

centro de Jerusalem sin mayores pretensiones y el asado de<br />

carnero y el vino, estaban muy buenos a reponer energías y<br />

de ahí al Hotel, para descansar y disponernos a hacer una<br />

visita a Jerusalem en la noche.<br />

Como a las nueve de la noche ya habiendo recuperado<br />

energías, nuestra pequeña familia de andariegos nos<br />

reunimos por última vez ya que el día siguiente era libre<br />

para las actividades personales así que esta salida traía<br />

la nostalgia <strong>del</strong> ¡Adiós!.<br />

Todos contentos; con nuestro chofer Musulmán, nuestro guía<br />

Judío y nosotros Cristianos, el primer punto que visitamos<br />

fue el barrio Judío más representativo de Jerusalem, sus<br />

casas no muy modernas, las calles muy bien iluminadas y con<br />

muchas gentes, bajo sus brazos llevaban una liras de madera<br />

por que iban a conmemorar la Fiesta de los Tabernáculos;<br />

517


los vestidos de aquellas gentes por lo general de color<br />

negro, los señores se veían con abrigos casi talares, se<br />

dejaban crecer las patillas y usaban sombreros tipo hongo,<br />

de fieltro, todos con pulcritud, ninguno vimos<br />

chamagosos.” 123<br />

Un par de actividades festivas se narran en los siguientes<br />

escritos, el primero es sobre LOS TABERNÁCULOS. “La fiesta<br />

de los Tabernáculos en Hebrero se dice Succot, esta palabra<br />

quiere decir "Tiendas" y recuerda los cobertizos en que<br />

vivían los campesinos tanto en la vendimia como en la<br />

recolección de las aceitunas, por lo general esta fiesta se<br />

hacía en Otoño en el mes Tishrí y coincidía con la última<br />

cosecha <strong>del</strong> año, era algo así como fiesta de acción de<br />

gracias o de Año Nuevo y las gentes de todos los rincones<br />

de Israel acudían al gran templo de Jerusalem y en sus<br />

alrededores las gentes instalaban sus cobertizos de ramas<br />

para vivir bajo de ellos en esos días; en las calles había<br />

bailes y procesiones, total era la gran fiesta y mientras<br />

esta duraba, los sacerdotes cada día rociaban el altar con<br />

agua invocando a Dios su ayuda para que fuera bueno el<br />

ciclo pluvial.<br />

Hoy día en el pueblo Judío queda en forma simbólica la<br />

fiesta de Succot, pues los veíamos con sus tantas de madera<br />

para hacer sus tabernáculos en sus casas; me daba la<br />

impresión como cuando nosotros los Cristianos nos proveemos<br />

de materiales en Navidad para hacer nuestros Nacimientos.<br />

Pasamos el barrio Judío y seguimos descendiendo hacia el<br />

oriente por las callejuelas <strong>del</strong> Jerusalem viejo, las calles<br />

están muy iluminadas con arbortantes y faroles con luz<br />

sodiacal, cruzamos la gran avenida <strong>del</strong> Torrente de Cedrón,<br />

pasamos por un lago <strong>del</strong> Huerto de Getsemani y el minibús<br />

ascendió a la parte superior <strong>del</strong> Monte de los Olivos, al<br />

123 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Altar mayor <strong>del</strong> templo <strong>del</strong> Calvario.<br />

Hidrocálido. Lunes 2 de abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. p.3.<br />

518


mirador en donde, en el día, habíamos visto el camellero<br />

ofrecer sus servicios para las fotos; bajamos <strong>del</strong> minibús,<br />

soplaba <strong>del</strong> Norte un aire frío, pero la vista panorámica<br />

<strong>del</strong> Jerusalem en la noche, es una de las cosas bellas que<br />

se le queda a uno en la mente, ver aquella ciudad como<br />

nacimiento iluminado y con el gran significado que para<br />

nosotros tiene, el cielo estaba limpio y al Suroeste lucían<br />

las constelaciones de Escorpión y Sagitario y a nuestras<br />

espaldas el fanal rojo de Mane adornaban todos ellos esta<br />

fresca noche de Jerusalem; la tierra <strong>del</strong> Señor.” 124<br />

La otra narración es sobre LAS DANZAS DE LOS ISRAELIES.<br />

“Dentro de la ciudad de Jerusalém, fuimos los primeros en<br />

llegar, es un lugar de dimensiones regulares de unos diez<br />

por veinte metros, nos sentamos en una mesa cerca <strong>del</strong> foro,<br />

de rato llegaron otros parroquianos y se llenó el lugar,<br />

los meseros nos pusieron en cada mesa una botella de vino<br />

tinto, muy rico. Empezó la variedad primero unos jovencitos<br />

entre quince y veinte años, dos mujercitas y dos jóvenes,<br />

nos <strong>del</strong>eitaron con varias danzas de distintos lugares de<br />

Israel, cambiaban de atuendo en cada danza, después<br />

salieron dos muchachas cantando, la que salió en segundo<br />

lugar era políglota, pues estuvo hablando en los idiomas de<br />

las personas que estábamos ahí, luego se montó un show en<br />

que invitó a cuatro espectadores para acompañarla y yo<br />

entre al relajo, mis otros compañeros fueron el ingeniero<br />

de Costa Rica, el arquitecto Mendoza y el ingeniero Horacio<br />

Rivero, estos dos últimos originarios <strong>del</strong> Distrito Federal,<br />

esta mujer nos puso una túnica de Beduino fijada a la<br />

cabeza con los cor<strong>del</strong>es que ellos usan en aquellos lugares,<br />

a mí me tocó unos tamborcitos semejantes a los que se usan<br />

en la música tropical y que se apoyan entre las rodillas,<br />

pero aquellas gentes los usan bajo el brazo izquierdo y con<br />

124 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Los tabernáculos. Hidrocálido. Mates 3 de<br />

abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P. 4.<br />

519


la mano derecha los tocan, yo los toque al estilo tropical,<br />

cuando volteo veo las fachas de mis compañeros no pude<br />

aguantarme y solté la carcajada pues parecían a la viejita<br />

atolera y yo les decía por favor ríanse de mí por que yo ya<br />

no me aguanto, y luego para acabarla de amolar me puse a<br />

hacer visajes con las manos como si fuera de danzas<br />

orientales y peor tantito estuvo la cosa, por que entonces<br />

era todo el salón una sonora carcajada yo veía también a mi<br />

compadre Román; como al General Fernández que se reían de<br />

eso que les faltaba el aire y como si les fuera a dar un<br />

infarto; la muchacha cantante me apaciguó y me dijo<br />

“Gabriel espérate a que empezamos a actuar" total nuestra<br />

actuación consistía en tocar instrumentos que nos<br />

proporcionó que eran una flauta, un pandero y maracas, la<br />

verdad es que fue aquello un pleito de perros y gatos, pero<br />

cumplimos con nuestra partecita; después la muchacha nos<br />

<strong>del</strong>eitó con canciones, acompañada de la orquesta y luego<br />

ofreció en venta discos y cassett grabados por ella y se<br />

dio por terminada nuestra visita a este lugar y los abrazos<br />

de despedida de los de un hotel con los de otro, ya que al<br />

día siguiente no todos iríamos a la fortaleza de Masada al<br />

Mar Muerto, como aquello de la una de la madrugada<br />

regresamos a nuestros hoteles a descansar.” 125<br />

En las últimas entregas se exponen, una en EL ADIÓS A<br />

JERUSALEM. “El domingo dieciocho de septiembre dentro de<br />

nuestro itinerario se establecía que era día libre, que<br />

nosotros disponíamos <strong>del</strong> mismo para actividades de carácter<br />

personal.<br />

Tony nuestro guía nos había hecho una invitación para<br />

ocupar parte <strong>del</strong> día en ir a conocer la fortaleza de Masada<br />

que se encuentra en las proximidades <strong>del</strong> Mar Muerto, luego<br />

ir al Mar Muerto y Quaram, el lugar donde vivió la<br />

125 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Las danzas de los israelies. Hidrocálido.<br />

Miércoles 4 de abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P. 4<br />

520


comunidad de los Escenios y en el que fueron escritos los<br />

rollos que conocemos como los Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto; no<br />

fuimos a dicha excursión en virtud de que preferimos<br />

quedarnos en la ciudad de Jerusalem para ir al museo donde<br />

se exhiben los Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto, por lo tanto nosotros<br />

nos levantamos tarde y desayunamos con toda tranquilidad en<br />

el hotel.<br />

Algunos de nuestros compañeros que fueron a esta excursión<br />

que acabo de decir, a la fortaleza de Masada, donde se<br />

escribió una de las páginas más heroicas de la historia de<br />

Israel, en los primeros años de la era Cristiana, ahí los<br />

judíos, se fortalecieron y el general romano Silva fue el<br />

que los sitió y duró mucho este sitio y prefirieron la<br />

mayor parte, casi todos de los que estaban en esta<br />

fortaleza suicidarse; se salvaron tres o cuatro mujeres y<br />

unos niños que se escondieron para no ser ejecutados por<br />

los demás y cuando llegan los romanos se encontraron puros<br />

cadáveres, las pocas mujeres y niños, por lo tanto es<br />

heroica la historia de este lugar.<br />

Pues bien nosotros, después de que desayunamos, buscamos la<br />

forma de irnos al centro de Jerusalem; en primer lugar, con<br />

el fin de buscar un templo católico para oír misa, ya que<br />

se trataba de día domingo; abordamos un taxi en la puerta<br />

<strong>del</strong> hotel, y le indicamos que nos dejara cerca de algún<br />

templo católico, el chofer nos llevó al centro de<br />

Jerusalem, a la puerta de Damasco.<br />

Salimos rumbo ha un templo que se distinguía por una<br />

chimenea muy alta que supimos que era parte de un horno<br />

crematorio y no deja de impresionar a uno el último momento<br />

de existencia de un cuerpo sobre la faz de la tierra;<br />

pasamos por ahí y fuimos a dar a la puerta de Damasco. La<br />

ciudad de Jerusalem, es una ciudad amurallada, naturalmente<br />

que hoy día la mancha urbana de la ciudad no está<br />

amurallada, pero el centro sí conserva intactas las<br />

521


murallas de lo que sirvió en alguna época de límite a la<br />

ciudad. Hay que acordarnos que después de la vida de<br />

nuestro Señor Jesucristo, dos ocasiones fue destruida la<br />

ciudad de Jerusalem, pero tuvieron cuidado los Arquitectos<br />

que la reedificaron de volver hacer las mismas calles, el<br />

mismo tipo de edificios y buscaban también los lugares en<br />

que estuvieron las murallas, reedificarlas, por lo tanto<br />

esa puerta de Damasco, datará <strong>del</strong> siglo XI o XII de nuestra<br />

era o sea en la plena época de los cruzados, y es de<br />

belleza oriental.<br />

Por esta puerta era donde salía el camino que iba rumbo a<br />

Damasco, aquel camino que transitó San Pablo y que le<br />

sirvió para encontrar la fe. Esta puerta no es de entrada<br />

franca, sino como que está en escuadra y eso se explica<br />

porque servía para defender mejor militarmente la ciudad.<br />

Entramos por la puerta de Damasco que da a una plaza que es<br />

muy bonita, rodeada de edificios almenados y de piedra,<br />

bien puede ser una mezcla de lo que fue Jerusalem<br />

tradicional, con algunos tintes de Jerusalem en la Edad<br />

Media, en el lado oriente de la plaza está, un comercio que<br />

vende películas fotográficas y cámaras, para esto que al<br />

compadre Jesús Román se le había descompuesto su cámara<br />

fotográfica y se entrampó, llegamos a esta casa comercial y<br />

echando mano a mi muy mal inglés y a señas les hicimos<br />

nosotros ver la necesidad de que nos compusieran la cámara<br />

fotográfica, ¿qué si podían hacerlo?, les explicamos el<br />

defecto que tenía y ¡Oh Sorpresa de nosotros!, estas gentes<br />

en una forma pausada hablaban castellano, y fue más grande<br />

nuestra sorpresa cuando nos identificamos en el plan de que<br />

éramos mexicanos y nos dijeron que ellos conocían México<br />

que habían estado en Cancún, platicándonos maravillas de<br />

nuestra patria y que quede asentado que en Jerusalem hay<br />

mucha gente que habla castellano y esto es consecuencia de<br />

que a fines <strong>del</strong> siglo XV después de la rendición de Granada<br />

522


los Reyes de España expulsaron a los judíos de España y<br />

esos Judíos son los judíos Zafarditas, ellos hablaban<br />

Castellano y a su descendencia la enseñaron a hablar<br />

castellano, entonces es muy común que en Jerusalem existen<br />

muchos judios que hablan Castellano y naturalmente el<br />

Hebreo que es la lengua de ellos; nos dio gusto estar con<br />

estas personas en el establecimiento comercial; y ellos nos<br />

indicaron que en un par de horas tenían arreglada la<br />

cámara, mismas aprovechamos nosotros para buscar la forma<br />

de ir a cumplir con nuestros deberes religiosos, de ir a<br />

oír misa.” 126<br />

Otra sobre LA COLUMNA EN LA QUE CRISTO FUE GOLPEADO.<br />

Buscábamos la forma de oír misa y nos indicaron que en una<br />

de las capillas estaban oficiando y efectivamente fuimos a<br />

esta capilla y cual sería nuestra sorpresa que nada más<br />

había una sola persona oyendo misa y un sacerdote con<br />

largas barbas oficiando, entonces resulta que estuvimos<br />

ahí, pero no alcanzamos la misa porque ya iba en la parte<br />

final, pero cuando terminara el sacerdote se puso a charlar<br />

con nosotros y nos platicaba que el era Portugués y que<br />

estaba ahí en Jerusalén para conocer los santos lagares,<br />

nos dijo él que misa iba a haber ahí hasta las cinco de la<br />

tarde, era antes de las once y nos dijo, pero si ustedes<br />

salen de aquí y van por la calle que va por rumbo arriba<br />

está un convento franciscano en donde va a haber misa de<br />

once, váyanse rápido, para que oigan esta misa; él se<br />

retiró rumbo a alguna sacristía y entonces otra persona,<br />

nos dijo: miren, vengan, ven ustedes esta columna, un<br />

pedazo de columna que estaba junto al altar de la capilla<br />

en que estuvimos, según la tradición, esta fue la columna<br />

en la que en el Pretorio los soldados romanos ataron a<br />

nuestro Señor Jesucristo y lo azotaron; quien nos dijo<br />

126 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El adiós a Jerusalem. Hidrocálido. Jueves<br />

5 de abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P.2.<br />

523


parecía sacristán, no se si sería o no; y agregó, si<br />

ustedes gustan, pueden abrazarla; no se imagina la<br />

sensación tan traumática, que se siente el abrazar una<br />

columna en la que aunque sea fue golpeado, azotado y vejado<br />

por las culpas nuestras es una impresión de las más fuertes<br />

que se tiene en la vida, abrazar dicha columna.<br />

Después de esto salimos y fui con unos sacerdotes de la<br />

iglesia Ortodoxa Copta y ellos me vendieron unos sobrecitos<br />

que contenían tierra de Israel, o tierra santa, con unas<br />

estampitas, pero esto no quiere decir que no fueran muy<br />

buenos en el aspecto comercial, porque pedían el oro y el<br />

moro por aquellos recuerdos, pues bien, como si fueran muy<br />

buenos comerciantes no dejaban ir a uno sin que les<br />

comprara algunas cosas; les compré algunos recuerdos de<br />

tierra santa ya que mi vecino Don Felipe Valdés y su señora<br />

Lucha me habían hecho este encargo.<br />

Salimos de donde está el Santo Sepulcro, Del Calvario, y<br />

donde embalsamaron el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo;<br />

salimos por una calle que es empinada, corriendo oímos que<br />

estaban llamando a misa, por cierto nos pasamos de donde<br />

está el convento franciscano, pero alguien nos indicó que<br />

era una cuadra más atrás, nos regresamos y alcanzamos<br />

perfectamente oír misa en este lugar. El templo de los<br />

franciscanos, hagan de cuenta, uno de los templos nuestros<br />

y de América, con la misma estructura, con sus arcos<br />

romanos de medio punto, con todas las características de<br />

nuestros templos y se trata de un templo hecho por<br />

franciscanos españoles: de ahí que, hay una similitud<br />

extraordinaria a nuestros templos de América; en esta forma<br />

cumplimos con nuestros deberes religiosos y ya cuando<br />

terminó la misa salimos de este lugar rumbo a la plaza<br />

donde se encuentra la puerta de Damasco y transitamos de<br />

nuevo, por aquellos comercios, aquellas callejuelas que<br />

parecía que estuviéramos en la Lagunilla en México y<br />

524


veíamos a los comerciantes con turbantes, son razas<br />

distintas a la nuestra y todos muy listos para el comercio;<br />

allí se rompen las barreras de idiomas y a señas y como sea<br />

pero se puede comerciar; hay muchas chucherías que<br />

realmente se piensa uno en comprarlas por la situación de<br />

lo bromoso, lo largo <strong>del</strong> viaje, así es de que en muchas<br />

ocasiones lo que conviene nada más es ver y comprar<br />

cualquier cosa de recuerdo.” 127<br />

La siguiente acerca de EL MUSEO DE LOS ROLLOS DEL MAR<br />

MUERTO EN TIERRA SANTA. “Regresamos a la plaza de Damasco<br />

con nuestros recientes amigos <strong>del</strong> establecimiento<br />

fotográfico y efectivamente ya tenían lista la cámara,<br />

funcionando correctamente, se les pagó lo que era el valor<br />

de la reparación y nos salimos de aquel lugar en que<br />

vendían artículos fotográficos y entre ellos una fotografía<br />

panorámica de Jerusalem; ahí la comadre Josefina compró una<br />

que conserva y que cada vez que la ve, que ni qué se ha de<br />

acordar de todas las peripecias en la tierra <strong>del</strong> Señor.<br />

De la casa comercial fotográfica, fuimos a darle a el gusto<br />

de mi compadre Jesús que es la nieve, muy buena; en una<br />

nevería que ve hacia el lado Sur de la Plaza donde está la<br />

puerta de Damasco.<br />

Después de agasajar al paladar, tomamos un taxi y le<br />

dijimos también en inglés que nos llevara a el Museo de los<br />

Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto, nos entendió a las mil maravillas el<br />

chofer y nos llevó a este lugar; pasamos por abajo de las<br />

murallas <strong>del</strong> viejo Jerusalem y tomó rumbo que pudiéramos<br />

decir hacia el hotel de nosotros y nos enseñó donde era el<br />

Parlamento Israelí y nos fue acercando a el Museo de los<br />

Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto. Fue en el año de mil novecientos<br />

cincuenta y dos, cuando en una forma accidental un<br />

pastorcito israelí que andaba en las montañas próximas al<br />

127 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. La columna en la que Cristo fue golpeado.<br />

Hidrocálido. Viernes 6 de abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P. 5.<br />

525


Mar Muerto, cuidando su chinchorro de chivas vio en unos<br />

acantilados una cueva y entró a la misma, se encontró con<br />

unos cántaros, los cuales tenían unos rollos escritos y<br />

entonces ese chamaco dio parte a las autoridades y cuál<br />

sería la sorpresa de que estos rollos fueron narraciones,<br />

hechas por los Escenios en estos pergaminos, en relación<br />

con los hechos <strong>del</strong> Antiguo Testamento, sobre todo los<br />

libros de los profetas, entre ellos Isaías<br />

El Departamento de Cultura de Israelí se encargó de hacer<br />

una investigación exhaustiva de todas las cavernas que se<br />

veían en las proximidades <strong>del</strong> Mar Muerto, en los<br />

acantilados de las sierras, o sea, las montañas y ver si<br />

ahí se encontraban más escritos de los Escenios y cuál<br />

sería la sorpresa que efectivamente en varios lugares de<br />

éstos se encontraron con rollos dentro de cántaros y que se<br />

conservan en buen estado con excepción de uno que sí estaba<br />

un tanto mutilado y que correspondía a épocas de tal vez<br />

principios de la Era Cristiana y que escondieron los mismos<br />

Escenios en estas cuevas para cuidar su obra de las manos<br />

de los saqueadores y ladrones; entonces para evitar esos<br />

robos buscaron la forma de encontrar lugares seguros, y<br />

guardar lo que ellos hacían escribiendo en los pergaminos.<br />

Fue hasta nuestra época como decíamos en un principio, en<br />

mil novecientos cincuenta y dos, cuando se descubrieron los<br />

rollos, que en una forma genérica se les llama los Rollos<br />

<strong>del</strong> Mar Muerto; en el mundo de la cultura, esto fue una<br />

cosa sorprendente, en el sentido <strong>del</strong> impacto que causó la<br />

existencia de esta obra literaria.<br />

Israel se encontró con testimonios mucho muy agradables de<br />

los que fue el Antiguo Testamento, con los rollos<br />

encontrados mismos que forman el acervo <strong>del</strong> Museo de los<br />

Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto. La arquitectura empleada en este<br />

museo es de líneas completamente modernos y llenas de<br />

simbolismo, paredes de piedra negra contrastando con<br />

526


paredes blancas y que nos hablan <strong>del</strong> bien y <strong>del</strong> mal,<br />

construido en medio de jardines, tiene distintas secciones<br />

una por ejemplo, está dedicada a la cultura Griega, otra, a<br />

la cultura Romana, otra la cultura Egipcia, en fin, donde<br />

se encuentran los Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto; esta sala es<br />

grande se encuentra en la parte central, tiene una cúpula<br />

muy curiosa por que es un tanto plana y se levanta en su<br />

parte central, alguien comenta que es semejante a un<br />

sombrero charro mexicano y yo le encuentro más semejanza a<br />

la arquitectura Indú, que al sombrero charro, pero en fin<br />

eso es para darnos una idea de cómo es esta sección <strong>del</strong><br />

museo, entra uno a ella y tiene una música de fondo muy<br />

agradable que hace que nuestro espíritu vea con reverencia<br />

estos escritos, llama mucho la atención el centro de la<br />

sala que es circular y en él se encuentra el libro <strong>del</strong><br />

Profeta Isaías, que tiene como unos ocho metros de largo<br />

este pergamino, naturalmente que no sabemos que es lo que<br />

dice, por que su escritura, me supongo, ha de ser Arameo, y<br />

no sabemos este idioma, pero está también junto a él, la<br />

traducción en inglés, de lo que está diciendo este<br />

pergamino.” 128<br />

Y concluye con el texto YA EN AGUASCALIENTES. “Del Museo de<br />

los Rollos <strong>del</strong> Mar Muerto tomamos otro taxi y nos llevó al<br />

hotel, para descansar y preparar nuestras maletas porque en<br />

la madrugada tendríamos que salir rumbo al aeropuerto Ben<br />

Gurión. Una vez que arreglamos nuestro equipaje nos fuimos<br />

a cenar en el hotel, la cena fue en el restaurant que está<br />

en la planta alta <strong>del</strong> hotel Shalom, con una vista primorosa<br />

de lo que es la ciudad de Jerusalem. Emotivamente desde<br />

nuestro hotel le dimos el adiós a Jerusalem, noche<br />

primorosa, recuerdo como si estuviera viendo, desde el gran<br />

ventanal de nuestra habitación un valle, más allá las mu-<br />

128 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. El museo de los rollos <strong>del</strong> mar muerto en<br />

tierra santa. Hidrocálido. Sábado 7 de abril de 1990. secc. En la vida social arte y cultura. P. 4.<br />

527


allas de Jerusalem viejo, detrás de las murallas, las<br />

cúpulas, las torres, los minaretes, la Historia Sagrada, la<br />

<strong>presencia</strong> de Cristo, en nuestra tierra, en nuestro mundo y<br />

sobre de Jerusalem, la luna en cuarto creciente. Marte y<br />

Júpiter en el firmamento resplandeciendo primorosamente;<br />

todo Jerusalem iluminado, el Jerusalem dorado, el Jerusalem<br />

que nos daba el adiós y nosotros también.<br />

A la mañana siguiente nos levantamos como a las cuatro y<br />

media de la madrugada, puesto que a las cinco diez, iba a<br />

estar un taxi que nos llevaría al aeropuerto Ben Gurión,<br />

para continuar nuestro tour hacia la cuna de nuestra<br />

cultura; volábamos de Israel a Grecia. A las mera cinco con<br />

diez minutos llegó el taxi que nos condujo al aeropuerto,<br />

subimos nuestro equipaje, nos despedimos <strong>del</strong> personal de<br />

guardia de la administración, ya estaba amaneciendo cuando<br />

esto acontecía y entonces nos fuimos por las orillas de<br />

Jerusalem rumbo hacia el Noroeste, a través de grandes<br />

avenidas, donde empezaron las luminarias de los arbotantes<br />

a apagarse, por la intensidad de la luz y en esos momentos<br />

nos estuvimos acordando nuestros amigos Jorge Rodríguez<br />

León y por supuesto de don Roberto Díaz; por ser Jorge guía<br />

de los electricistas de Aguascalientes y segundo a bordo<br />

<strong>del</strong> gran amigo Don Roberto Díaz; siguiendo el taxi rumbo<br />

hacia el aeropuerto, se harán alrededor de unos cuarenta<br />

minutos de Jerusalem, al aeropuerto Ben Gurión, por una<br />

carretera extraordinaria con varios carriles y rápido;<br />

antes de las seis de la mañana ya estábamos en el<br />

aeropuerto Ben-Gurión y nos acercamos al mostrador de<br />

Olimpic Airlines para hacer nuestros trámites de salida y<br />

cuál sería nuestra sorpresa de que al salir nos hacen otro<br />

interrogatorio minucioso: De que si no habíamos hecho<br />

amistades en Israel de que si no nos habían hecho algún<br />

encargó para alguien fuera de Israel y si nosotros hicimos<br />

nuestras maletas, si estas las dejamos abandonadas algún<br />

528


momento, en fin, ya después de una serie de preguntas que<br />

nos hizo una muchacha a través de una intérprete se dieron<br />

cuenta de que no había nada por hacer y le pusieron un<br />

sello a nuestras maletas, de que ya estaban revisadas.<br />

Cerca de las ocho y media de la mañana abordamos la nave de<br />

Olimpic Airlines, que se llama Dionisio, empezábamos a<br />

entrar al mundo de Grecia, a la cultura Helénica. Este<br />

aparato fue un Douglas DC-737; la línea de este aparato no<br />

es agradable, pudiéramos decir que es un avión barrigón, un<br />

aerobús que nos iba a transportar lentamente, pero eso nada<br />

más es sólo la imagen; ya que estábamos en este avión,<br />

volvíamos a la cultura nuestra, a la cultura Occidental,<br />

despegó el avión a las nueve de la mañana y así concluimos<br />

nuestra visita a Israel, la tierra de Dios, la tierra en<br />

que nuestro Señor Jesucristo vivió, la tierra donde se hizo<br />

la doctrina que nos ha impulsado a todos los Cristianos de<br />

los pueblos de la cultura occidental. ¡Adiós Jerusalem!<br />

¡Adiós Israel! ¡Adiós, al pueblo de Dios!;<br />

Muchas gracias amable lector por haberme acompañado por más<br />

de una vez en tus lecturas diarias, por la tierra de Dios<br />

en esta columna de "Con los Ojos de la Fe".<br />

Muchas gracias a don Agustín Morales Padilla y su equipo de<br />

trabajo, por haberme dado espacio en tan prestigiado diario<br />

"HIDROCALIDO".<br />

Nos seguiremos viendo por las calles y plazas de nuestro<br />

amado Aguascalientes y un fuerte abrazo. (FIN).” 129<br />

Hay otros textos escritos de acuerdo a condiciones<br />

coyunturales uno de ellos fue producto de haber fungido<br />

como Magistrado <strong>del</strong> Tribunal Electoral de la entidad. Su<br />

título es LA BUENA FE Y LA DEMOCRACIA. Ahí dice: “Pues<br />

bien, estimados conciudadanos, henos aquí en una nueva<br />

comisión que nuestra Patria, al través <strong>del</strong> Congreso <strong>del</strong><br />

129 Villalobos Ramírez, Gabriel. Con los ojos de la fe. Ya en Aguascalientes. Hidrocálido.<br />

Domingo 8 de abril de 1990. secc. Semanario. P.4.<br />

529


Estado nos ha conferido; formamos parte <strong>del</strong> Tribunal Local<br />

Electoral, con el cargo de Magistrado e integran, además<br />

este cuerpo colegiado los señores licenciados en Derecho,<br />

Joaquín Cruz Ramírez, quien es presidente, Raúl de Luna de<br />

Luna, quien también comparte responsabilidades como<br />

Magistrado y Gustavo Adolfo García Ruano que se desempeña<br />

como secretario, labor que realiza con mucho celo y<br />

profesionalismo.<br />

Nuestros nombramientos han sido motivo de orgullo y honra;<br />

el ser mexicano y amar a nuestra Patria son el común<br />

denominador que nos une.<br />

Por buena fe debemos entender, no tener malicia que pueda<br />

torcer las manifestaciones de buena voluntad cuando éstas<br />

se dan y esta buena fe aplicada al gobierno de las cosas<br />

públicas, hacen que la democracia florezca en todo su<br />

esplendor.<br />

Al estudiar nuestra Ley Electoral nos hemos dado cuenta que<br />

la actuación <strong>del</strong> Tribunal Local Electoral es de buena fe y<br />

hemos llegado, los integrantes <strong>del</strong> mismo a sustentar los<br />

siguientes conceptos:<br />

"Los magistrados, por opinión unánime consideran que el<br />

Tribunal Local Electoral, según interpretan el espíritu de<br />

la Ley, es un organismo, jurisdiccional de buena fe en toda<br />

la amplitud <strong>del</strong> concepto; el cual, dentro de la esfera de<br />

sus atribuciones, debe procurar que la Ley Electoral se<br />

aplique sin rigorismos jurídicos ni formalidades excesivas,<br />

sino al amparo de la equidad, que como atributo de la<br />

justicia permita dar un sentido hasta cierto punto flexible<br />

y siempre humano a las normas jurídicas de su materia, toda<br />

vez que con dicha disposición legal se busca que procesos<br />

electorales sean fácilmente accesible a la participación de<br />

los votantes, que sean nítidos y sobre todo rectos, de<br />

forma que no dejen lugar a duda, que de otra manera, dada<br />

530


la susceptibilidad de los partidos políticos, podría<br />

presentarse.<br />

De esa suerte, el tribunal puede suplir las deficiencias,<br />

si las hubiera, de las promociones que formulen quienes<br />

tengan capacidad para dar en su caso el impulso procesal<br />

correspondiente, siempre que tales promociones no<br />

desvirtúen el orden jurídico, entorpezcan el procedimiento<br />

o sean frivolas o notoriamente improcedentes".<br />

Como ven, la Ley Electoral, la buena fe y las ganas de<br />

servir a nuestros conciudadanos e institutos políticos,<br />

serán los principios rectores <strong>del</strong> Tribunal Local<br />

Electoral.” 130<br />

Otro texto titulado EL NOTARIO AGUASCALENTENSE, da cuenta<br />

de la labor y responsabilidad de los integrantes <strong>del</strong><br />

gremio. Ahí dice: “El día doce de Octubre, en<br />

Latinoamérica, además de ser el "Día de la Raza", se<br />

celebra el "Día <strong>del</strong> Notario"; la explicación que damos a<br />

esto, es que, debido a que dentro de la tripulación de Don<br />

Cristóbal Colón, llega a las playas de la Isla de<br />

Guanahaní, isla a la que su descubridor denominó San<br />

Salvador, el Escribano Real, Don Rodrigo de Escobedo y<br />

antes de tomar posesión en nombre de los Reyes de España,<br />

de dicha Isla, el Navegante Genovés le pidió a su<br />

Escribano, levantara acta de tal suceso, debido a la gran<br />

importancia de esto. Por lo anterior, la Unión<br />

Internacional <strong>del</strong> Notariado Latino, ha escogido el día doce<br />

de Octubre, para que sea el "Día <strong>del</strong> Notario".<br />

Pensemos cómo nuestros Notarios, sirven a Aguascalientes y<br />

con ello a México.<br />

En primer lugar, el ejercicio <strong>del</strong> Notario en el Estado de<br />

Aguascalientes, es una función de orden público, a cargo<br />

<strong>del</strong> Ejecutivo <strong>del</strong> Estado, quien la ejercerá por <strong>del</strong>egación<br />

130 Villalobos Ramírez, Gabriel. La buena fe y la democracia. Hidrocálido. Viernes 28 de abril de<br />

1995. secc. secc. En la vida social arte y cultura. P. 3<br />

531


a profesionistas <strong>del</strong> Derecho, a virtud <strong>del</strong> "Fíat" que les<br />

expide para su desempeño y el Notariado tiene por objeto,<br />

hacer constar los actos y hechos jurídicos a los que los<br />

interesados deban o quieran dar autenticidad, conforme a<br />

las leyes.<br />

Así pues, el Notario lo es por <strong>del</strong>egación que le hace el<br />

Poder Ejecutivo y su función primordial, es dar seguridad<br />

jurídica a los actos y hechos entre particulares, y tan es<br />

así, que cuando las gentes se dan cuenta de que un Notario<br />

interviene, sienten tranquilidad y seguridad en sus<br />

intereses.<br />

El Notario, debe ser un profesional <strong>del</strong> Derecho y eso debe<br />

de impulsarlo a estudiar constantemente esta rama de la<br />

ciencia para poder servir mejor, ya que constantemente<br />

cambia, adecuándose a la problemática social y no se diga<br />

en Derecho Fiscal, pues es muy común que los ordenamientos<br />

que regulan el mismo, tienen modificaciones hasta tres<br />

veces en un mismo año, por lo tanto, el Notario debe de ser<br />

un constante estudioso <strong>del</strong> Derecho.<br />

E1 Notario catedrático; muchos de nuestros Notarios<br />

aguascalentenses, imparten clases en distintas<br />

instituciones y en nuestro medio en el Centro de Artes y<br />

Humanidades de nuestra Universidad, impartiendo materias<br />

dentro de la carrera de Derecho, transmitiendo sus<br />

conocimientos sin egoísmos a generaciones, sin importarle<br />

el aspecto económico, siendo toda entrega a la juventud<br />

estudiosa.<br />

El Notario como periodista siendo conocedor <strong>del</strong> medio en<br />

que se desarrolla, sabe manejar el Idioma escrito en su<br />

constante quehacer y el amor hacia nuestra comunidad, hace<br />

que el notario tome la pluma y aborde la tribuna de la<br />

prensa para fomentar la cultura y orientar a la opinión<br />

pública.<br />

532


El Notario en la administración pública; también participa<br />

en la cosa pública, pues hay leyes que le dan intervención<br />

en el gobierno <strong>del</strong> Estado y otros casos, previos permisos<br />

para separarse de su función actúan en puestos gubernativos<br />

muchos de nuestros Notarios han sido Secretarios de<br />

Gobierno actualmente lo es uno; Secretarios particulares<br />

<strong>del</strong> Gobernador como también lo es hoy día, secretarios <strong>del</strong><br />

Presidente Municipal, etc.<br />

En cuanto a la política el notario debe ser el político,<br />

más político sin ser político. Es político porque todos los<br />

que vivimos en comunidad no podemos sustraernos a esta<br />

actividad, pues el simple y trascendental hecho de emitir<br />

su voto lo hace a uno político. El notario debe ser de las<br />

personas más políticas porque dentro de su función debe<br />

atender a la ciudadanía sin atender a su filiación política<br />

y el notario no debe ser político porque definitivamente su<br />

función es otra muy distinta a esta actividad.<br />

De todo lo anterior, deducimos que el Notario es un<br />

profesional <strong>del</strong> Derecho, verdaderamente participativo en el<br />

constante quehacer de la vida en nuestro querido<br />

Aguascalientes y de los cuales nuestro pueblo se siente<br />

orgulloso.<br />

¡Felicidades en su día señores Notarios!” 131<br />

Otra serie de escritos los dedica a la descripción de un<br />

evento que es parte de sus pasiones, la fiesta brava. El<br />

título es: A un Año de la Reinauguración. Testimonio<br />

Notarial <strong>del</strong> Coso Monumental. Lo presenta en Seis Partes.<br />

En la primera describe: “Número doce mil cuatrocientos<br />

nueve, volumen doscientos setenta y tres.<br />

En la ciudad de Aguascalientes, Capital <strong>del</strong> Estado <strong>del</strong><br />

mismo nombre, de la República Mexicana, siendo las<br />

dieciseis horas, con veinticinco minutos <strong>del</strong> día veinte de<br />

131<br />

Villalobos Ramírez, Gabriel. El notario aguascalentense . Hidrocálido. Sábado 12 de<br />

octubre de 1985. secc. B p. 3<br />

533


abril de mil novecientos noventa y uno, Yo, licenciado<br />

Gabriel Villalobos Ramírez, Notario número tres de los <strong>del</strong><br />

Estado, en ejercicio, a solicitud <strong>del</strong> señor don Fermín<br />

Barba González, Presidente <strong>del</strong> Patronato de la Feria<br />

Nacional de San Marcos, me constituí en la Plaza Monumental<br />

de Toros de Aguascalientes, ubicada en la esquina de la<br />

Avenida López Mateos Poniente y calle Rafael Rodríguez, de<br />

esta Ciudad, con el objeto de levantar una acta en relación<br />

con la reinauguración de dicho coso con motivo de su<br />

remo<strong>del</strong>ación y ampliación y así como de la primer corrida<br />

de toros <strong>del</strong> serial taurino, que con motivo de la Feria<br />

Nacional de San Marcos se ofrece a la afición, por lo que<br />

levanto la presente acta de:<br />

CERTIFICACIÓN DE HECHOS<br />

Disponiéndome en el seno de mi hogar a ir a la<br />

reinauguración de la Plaza Monumental de Toros de<br />

Aguascalientes y a la primer corrida de este año, en mi<br />

calidad de aficionado; recibí una llamada telefónica de<br />

parte <strong>del</strong> licenciado Fernando Quezada Leos, Secretario <strong>del</strong><br />

Patronato de la Feria Nacional de San Marcos, quien a<br />

nombre <strong>del</strong> señor Fermín González Presidente de dicho<br />

Patronato, me pedían que de inmediato me trasladara a la<br />

Plaza Monumental de Aguascalientes, para en mi calidad de<br />

Notario levantara la presente acta por lo que de inmediato<br />

y con los elementos necesarios nos fuimos mi familia y yo a<br />

dicha Plaza, ellos a nuestras localidades y yo a cumplir mi<br />

función Notarial.<br />

Llegamos a la Plaza Monumental de Aguascalientes, en una<br />

tarde con un sol luminoso aunque el cielo tenia algo de<br />

estratus, la temperatura <strong>del</strong> medio ambiente fue de treinta<br />

y dos grados centígrados, es decir calurosa y la Plaza<br />

lucia con toda su majestuosidad, sus primorosas torres con<br />

balcones de cantera labrada, con columnillas y arcos de<br />

medio punto y luego luciendo con gran nobleza el escudo<br />

534


nobilísimo de Aguascalientes, otros balcones y sobre de<br />

ellos el techo de teja con sus aleros rematado con una<br />

balaustrada en cantera. Entre las cuatro torres un corredor<br />

con arcos de medio punto y todo el corredor con un techo de<br />

tejas estando este un una forma de volado, sobre de ellos<br />

desde la calle se ve otro corredor en proceso de construcción,<br />

apareciendo el embudo de la gradería rematando<br />

con una barda con ventanales de amplio arco, toda la<br />

herrería de la Plaza con un gusto extraordinario y se me<br />

antoja que es una plaza de tipo andaluz muy semejante a la<br />

de la Real Maestranza de la Ciudad de Sevilla, México debe<br />

sentirse orgulloso de esta Plaza Monumental y quienes<br />

intervinieron en su ampliación y remo<strong>del</strong>ación y las<br />

autoridades que los apoyaron deben sentirse orgullosos de<br />

dejar a las futuras generaciones un testimonio <strong>del</strong> empuje<br />

de Aguascalientes a fines <strong>del</strong> Siglo XX (veinte).<br />

En la Plaza de Toros había un verdadero tumulto de las<br />

gentes que querían ser testigos de los actos de<br />

reinauguración y de la primer corrida de feria, y esto se<br />

acentuaba por la falta de Indicativos para ingresar a la<br />

misma, por ahí en medio de aquél tumulto me encontré a mis<br />

amigos Jorge Duran Valadez, ex Presidente <strong>del</strong> Patronato de<br />

la Feria Nacional de San Marcos, el farmacéutico José<br />

Sánchez.” 132<br />

Segunda de Seis Partes<br />

“Todo este nerviosismo de alegría estaba enmarcado por las<br />

alegres notas de los pasos dobles que tocaba la Banda<br />

Sintónica Municipal, bajo la batuta <strong>del</strong> maestro Don<br />

Fernando Soto, me acerqué con uno de los músicos y le<br />

pregunté que si no había visto al señor Gobernador y me<br />

indicó que ya había pasado y que se había ido rumbo a la<br />

puerta de cuadrillas, por lo que me fui rumbo a ese lugar y<br />

132 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />

Monumental. Hidrocálido. Martes 21 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />

535


en las proximidades <strong>del</strong> mismo me encontré a mi amigo el<br />

señor ingeniero Jorge Díaz de León Valdivia y él tuvo la<br />

gentileza de conducirme hasta donde estaba el señor<br />

Gobernador y llegamos en el momento en que, en compañía de<br />

su señora esposa Doña Miriam Cruz de Barberena, de Don<br />

Fermin Barba González y esposa Doña Esther Suárez <strong>del</strong> Real<br />

Colmenero de Barba, así como <strong>del</strong> Doctor don Alfonso Pérez<br />

Romo y esposa, Guillermo González Martínez, éstos últimos<br />

empresarios <strong>del</strong> coso, el locutor Adiel Bolio, los matadores<br />

Alfonso Ramírez "Calesero", Rafael Rodríguez, Efrén Adame y<br />

muchísima gente <strong>del</strong> ambiente taurino, el señor Gobernador<br />

develaba una placa metálica colocada en uno de los muros de<br />

la Plaza, que está donde termina el corredor, cerca de la<br />

puerta de cuadrillas, placa que dice: "La afición de<br />

Aguascalientes dedica esta placa al C. Ing. Miguel Ángel<br />

Barberena Vega, Gobernador Constitucional <strong>del</strong> Estado en<br />

reconocimiento al gran impulso que ha otorgado a la Fiesta<br />

Brava, con la ampliación y remo<strong>del</strong>ación de nuestra hermosa<br />

Plaza Monumental.- Aguascalientes, Ags., 20 de Abril de<br />

1991".<br />

-—De la develación de la placa antes dicha, por el señor<br />

Gobernador quien vestía pantalón azul marino, camisa sport<br />

gris azulosa y saco de gamuza gris, él y toda la comitiva<br />

fuimos al patio de cuadrillas en que se respiraba los<br />

momentos de nerviosismo de parte de los toreros que tienen<br />

antes de una corrida y el señor Gobernador se fue hasta<br />

donde empieza la arena y cortó un listón que sostenían dos<br />

muchachas de la escaramuza charra y acompañado de los<br />

diestros Rafael Rodríguez y Alfonso Ramírez "Calesero desde<br />

este punto saludó a la afición que se encontraba en los<br />

tendidos. En seguida fue a las proximidades de la capilla<br />

en la que antes de entrar a ella y adosada a la pared se<br />

encuentra un mármol traslúcido en el que están gravadas las<br />

imágenes de Jesús crucificado y de Santa María de Guadalupe<br />

536


y dentro de la capilla un Cristo escultórico de la imagen<br />

<strong>del</strong> Santo Señor <strong>del</strong> Encino, en este lugar el señor<br />

Gobernador saludó a los diestros, Eloy Cavazos, Miguel<br />

Espinosa y Jorge Gutiérrez, así como a los integrantes de<br />

sus cuadrillas, mismos que actuarían en esa tarde, toreando<br />

un encierro de la ganadería guanajuatense de “Begoña”<br />

propiedad <strong>del</strong> licenciado Raúl Bailleres Gual, hubo<br />

fotografías y tomas para la televisión, asimismo saludó a<br />

los médicos de la Plaza, Enrique González Medina, José<br />

Manuel Ramírez Isunza, Héctor Treviño Herrera, Carlos<br />

Hernández y otros más que se sentían orgullosos de las<br />

instalaciones de la enfermería y naturalmente entre ellos<br />

el doctor Campos Licastro que es toda una autoridad en<br />

cirugía taurina y por ahí el médico de almas, presbítero<br />

Guadalupe Díaz Morones, de este lugar y en una forma rápida<br />

nos fuimos al palco <strong>del</strong> señor Gobernador y en él ya estaban<br />

las esposas de los funcionarios que nos acompañaban junto<br />

con la señora Miriam Cruz de Barberena y su hijita,<br />

asimismo en ese lugar, se encontraba la grata <strong>presencia</strong> <strong>del</strong><br />

señor secretario general de gobierno, licenciado Guillermo<br />

Ballesteros y su señora esposa; la plaza estaba adornada<br />

con guirnaldas de cedro y esparcidos medallones con<br />

crisantemas amarillas.<br />

El reloj de la plaza de toros Monumental de Aguascalientes<br />

marcaba las cinco en punto de la tarde, cuando el señor<br />

Juez Contador Público Jesús Dávila, acompañado de su asesor<br />

el ex-matador Felix Briones, ordenaron al trompetista el<br />

toque de cuadrillas y se sintió que con el sonido de los<br />

parches y metales se estremecía el ánimo de la<br />

concurrencia.” 133<br />

Tercera de Seis Partes<br />

133 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />

Monumental. Hidrocálido. Miércoles 22 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />

537


“Y se vio salir por la puerta de cuadrillas un apuesto<br />

charro con traje gris que se encaminó hasta eI burladero de<br />

matadores, montando su caballo alazán tostado para pedir la<br />

llave de toriles, entrega la misma al torilero don Santos<br />

Zamora y regresa a la puerta de cuadrillas y bajo las notas<br />

<strong>del</strong> paso doble "CIELO ANDALUZ" se inicia el paseíllo<br />

encabezado por el charro seguido de dos muchachas de una<br />

escaramuza charra, y luego los tres espadas que actuaron,<br />

vistiendo principescamente, Eloy Cavazos a la Izquierda con<br />

un terno azul cielo y oro; Jorge Gutiérrez luciendo un<br />

traje grana y oro, en el centro y al lado derecho Miguel<br />

Espinosa con terno azul rey y oro, detrás de ellos sus<br />

respectivas cuadrillas y cerrando, el tronco de mulas de<br />

arrastre que difícilmente era controlado por los<br />

monosabios; cuando termina el paseíllo se guarda un momento<br />

de silencio culminando con un aplauso en memoria de la<br />

ganadera de Peñuelas doña Raquel González y de quien fuera<br />

Juez de Plaza Arturo Macías de Luna "Él Cejas",<br />

recientemente fallecidos. En seguida dieron una vuelta al<br />

ruedo en unos carritos eléctricos la Reina de la Feria<br />

señorita María Cristina Hernández Aizpuru, en un automóvil<br />

y en otro sus Princesas las señoritas María Isabel Alvarez<br />

González y Ana Sofía de la O Berumen; por allá en los<br />

palcos a medias de los tendidos una manta que decía:<br />

"Saludos a la mejor afición de México, Peña, el Color de la<br />

Divisa, Monterrey, N.L.".- La afición aplaudió nutridamente<br />

a los tres espadas y los hizo salir de su burladero al<br />

tercio para agradecer la ovación.<br />

Siendo las diecisiete horas con seis minutos la autoridad<br />

ordena las alturas se inicie la lidia <strong>del</strong> primero de la<br />

tarde, se abre la puerta de toriles y sale al ruedo un toro<br />

negro bragado bien enmorrillado con el número ciento cinco<br />

y de cuatrocientos setenta y cuatro kilos, de nombre<br />

"Siempre Juntos" de la ganadería de Begoña cuya divisa es<br />

538


verde y oro, misma que corresponde al diestro Eloy Cavazos,<br />

después de que lo corren, el matador lo recibe con una<br />

tanda de cuatro verónicas rematadas con una media, en<br />

seguida salen los de a caballo y tan sólo actuar uno de los<br />

piqueros, el matador pide cambio de suerte cubriendo el<br />

segundo tercio en forma brillante las Infanterías y siendo<br />

las diecisiete horas con quince minutos, Eloy brinda a toda<br />

la afición y en un segundo brindis al señor Gobernador<br />

Constitucional <strong>del</strong> Estado; inicia la faena a base de<br />

derechazos como seis tandas de los mismos algunos coreados<br />

con ¡oles! y de estas tandas iniciadas con molinetes hubo<br />

por ahí un cambio por la espalda y cuando se perfiló a<br />

matar hubo protestas de parte <strong>del</strong> público y siendo las<br />

diecisiete horas con veintiún minutos mata al toro de una<br />

estocada, no hubo petición de orejas y tan solo el diestro<br />

salió a los tercios a agradecer.<br />

Al empezar la lidia <strong>del</strong> anterior toro tanto el quien andaba<br />

vestido con un pantalón beig y camisa sport de color guinda<br />

a cuadros dejamos nuestro lugar a la Reyna y Princesas y en<br />

el palco en que me fui que está a la derecha <strong>del</strong> anterior<br />

me encontré con el Ingeniero Marciano Padilla y también vi<br />

al Arquitecto Ignacio Rivera Ríos a quien te di un abrazo<br />

de felicitación porque fue una de las principales gentes<br />

que intervinieron en la remo<strong>del</strong>ación de la Plaza.<br />

Suenan los clarines ordenando la salida <strong>del</strong> segundo de la<br />

tarde mientras que la Banda Sinfónica Municipal, toca el<br />

paso doble "En el Mundo" y aparece por la puerta de<br />

chiqueros otro negro bragado de cuatrocientos cuarenta y<br />

dos kilos trayendo en los costillares el número ciento<br />

cuarenta, mismo que corresponde al torero de esta tierra<br />

Miguel Espinosa "Armillita Chico", los peones lo corren y<br />

salen sueltos al animal y cuando se asienta le instrumenta<br />

Miguel tres verónicas rematadas con una revolera, salen los<br />

de a caballo y el toro va hacia el jamelgo con una codicia<br />

539


extraordinaria empujando al piquero hasta la barrera y este<br />

lo pica en dos ocasiones llevándose una chifleria de parte<br />

de la afición y aún le da un piquete extra el cual también<br />

es coreado con chiflidos; una vez que se retiran los de a<br />

caballo se queda Miguel en los medios con el toro e<br />

instrumenta una serie de verónicas rematadas por una media<br />

verónica siendo un quite primoroso; la gente pide que<br />

Miguel Espinosa banderille a el toro pero no acepta y los<br />

peones cubren el tercio, siendo extraordinario el último<br />

par puesto por el peón, el cual tuvo necesidad de brincar<br />

la barrera. Miguel brinda a todos, después de cumplir con<br />

la autoridad empieza la faena con un trincherazo y luego<br />

una serie de derechazos de antología rematando con un pase<br />

de pecho.” 134<br />

Cuarta parte.<br />

Viene otra serie de derechazos, es desarmado por el toro<br />

quien razga la muleta le proporcionan otra y siguen los<br />

derechazos lentos, largos aguantando y fue tal la emoción<br />

que la Banda empezó a tocar pasos dobles, Miguel estaba<br />

metiendo toda la carne al asador, viene un paso afarolado<br />

continuando derechazos y la gente estaba de locura, iguala<br />

y da un estoconazo la medía vuelta cayendo el toro y los<br />

pañuelos de los aficionados parecían como una bandada de<br />

palomas blancas pidiendo al Juez las orejas <strong>del</strong> toro,<br />

Chucho Dávila premia la meritoria faena con dos orejas y<br />

Miguel da la vuelta al ruedo.<br />

Por allá en las alturas vi dos mantas, con letreros y una<br />

de ellas decía: "Gracias Ing. Barberena Vega por conjugar<br />

la majestuosidad y belleza de nuestra Plaza de Toros<br />

Monumental con arte y señorío torero" y otra manta que la<br />

leía yo parcialmente en virtud de que fue un lleno absoluto<br />

134 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />

Monumental. Hidrocálido. Jueves 23 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />

540


de las personas que fueron a <strong>presencia</strong>r la corrida y tan<br />

sólo leía lo siguiente: "Gracias Sr. Gobernador por apoyar<br />

a la fiesta brava <strong>del</strong> torero fino...".<br />

Hago notar que los burladeros que hay en el ruedo están<br />

cubiertos con unos tablones de madera al parecer de<br />

mezquite, de un espesor como de unos diez centímetros y la<br />

madera está labrada con distintos temas, pues en uno hay<br />

racimos de uvas y rosas, en otro un sol formado con<br />

banderillas y en el centro una cabeza de toro, en otro un<br />

capote con flores, en otro hay una pelea de gallos y<br />

también en otro el tema de la balaustrada <strong>del</strong> Jardín de San<br />

Marcos.<br />

El clarín de orden de la autoridad manda que salga el<br />

tercer toro de la tarde, éste es de nombre "Diecinueve”<br />

tiene el número ciento veinticuatro y según el letrero que<br />

está arriba de la puerta de toriles, pesa cuatrocientos<br />

setenta y cuatro kilos, igual que sus hermanos es un negro<br />

bragado, al salir brinca la barrera, pero rápido es<br />

regresado al redon<strong>del</strong>, este toro es para Jorge Gutiérrez,<br />

al principio sale suelto el animal y después Jorge lo<br />

recoje y viene una serie de verónicas serenas y tranquilas<br />

rematando con media verónica, salen los piqueros y el toro<br />

tiene verdadera codicia para los caballos y después de<br />

haber sido bien picado, ordena la autoridad que se vayan<br />

los de a caballo y luego Jorge hace el quite con tres<br />

chicuelinas antiguas y remata con esa flor <strong>del</strong> toreo que es<br />

la revolera; la cuadrilla cubre el segundo tercio bastante<br />

bien; previo permiso de la autoridad Jorge brinda la muerte<br />

<strong>del</strong> tercer toro a la hijita <strong>del</strong> señor Gobernador, empieza<br />

la faena con unos doblones y busca la embestida por todos<br />

lados; el toro es lento y Jorge voluntariamente lo torea,<br />

lo recibe con un molinete y luego unos derechazos, el toro<br />

no se presta para el lucimiento y Jorge se ve voluntarioso,<br />

hubo un momento en el que se iba a caer de frente a la cara<br />

541


<strong>del</strong> toro, viene otro molinete y pases por alto, la gente le<br />

aplaude y después de que hace una faena meritoria abanica<br />

al toro, lo pone en suerte se perfila a matar dejando buena<br />

estocada y después de la labor de enterradores por parte de<br />

los peones, dobla el toro y el puntillero lo despacha al<br />

destazadero, el público aplaude y premia al diestro con<br />

vuelta al ruedo.<br />

El padre Willy hace su circo de equilibrio sobre la barda<br />

de las barreras y con su bolsa de cuero pide limosna para<br />

sus obras sociales, por allá por el palco número nueve, una<br />

bandita de música hace las <strong>del</strong>icias de los concurrentes de<br />

aquella zona y también como cosa novedosa hacia la<br />

izquierda <strong>del</strong> biombo de la autoridad, en cuatro palcos se<br />

instaló un restaurant; hago constar que también amenizó el<br />

festejo la Banda Sinfónica <strong>del</strong> hermano estado de<br />

Zacatecas.” 135<br />

Quinta de seis partes.<br />

Después <strong>del</strong> clarinazo de la autoridad sale por la puerta de<br />

chiqueros un toro castaño con el nombre de "Padre Bueno",<br />

número 133 con cuatrocientos ochenta y cuatro kilos que<br />

corresponde a el matador Eloy Cavazos, lo recibe con dos<br />

tandas de verónicas para que entren en funciones los de a<br />

caballo que lo pican por dos ocasiones, los peones cubren<br />

el segundo tercio, por cierto que el banderillero <strong>del</strong><br />

último par, tan solo clavó un palo, la autoridad ordena<br />

cambio de tercio y el de Monterrey no brinda la muerte <strong>del</strong><br />

toro, instrumenta algunos derechazos que son coreados, rematando<br />

con gran pase por alto, haciendo esto como unas<br />

tres veces, dentro de la zona de toriles, cita de lejos e<br />

instrumenta un molinete como preámbulo de una serie de<br />

derechazos, mata a este toro de una media estocada, con la<br />

habilidad de costumbre y se escuchan aplausos aislados.<br />

135 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />

Monumental. Hidrocálido. Jueves 24 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />

542


El Juez ordena salga al ruedo el quinto toro de la tarde<br />

"no hay quinto malo" y este toro le va hacer honor a este<br />

refrán taurino, sale por la puerta de toriles un toro<br />

castaño con su color más cargado hacia la cabeza, es decir<br />

medio caperuzo, con el número ciento veinte en los<br />

costillares, nos dicen que es de cuatrocientos ochenta<br />

kilos y por nombre Buen Ejemplo, el cual es para el matador<br />

Miguel Espinosa "Armillita Chico", quien recibe al burel<br />

con una serie de verónicas extraordinarias, rematando con<br />

una media verónica, salen los de a caballo y nos<br />

encontrarnos con un toro en extremo codicioso que no se<br />

despega <strong>del</strong> caballo y después de ser bien picado Miguel<br />

hace un quite por chicuelinas rematando con una verónica<br />

desmayando los brazos, el respetable le pide a Miguel que<br />

banderille, pero no lo hace por lo que las infanterías<br />

cubren el segundo tercio, después de pedir permiso a la<br />

autoridad, brinda la muerte de este toro a su hermano el<br />

matador Manolo Espinosa, al que los aficionados le brindan<br />

un aplauso, el matador inicia la faena con un trincherazo,<br />

cambia la muleta a la mano izquierda y viene una serie de<br />

naturales de magnifica clase, el toro reposa, lo cita de<br />

lejos, arranca el animal y viene una serie de derechazos,<br />

rematando por un pase por altos, otra serie igual que la<br />

anterior y luego otras series de naturales, embarcando al<br />

toro, lentos largos, mandones, después siguen derechazos<br />

con un señorío extraordinario, cita de lejos con la sonrisa<br />

en los labios y antes de que arranque el toro voltea con el<br />

maestro don Fernando Soto director de la Banda Municipal,<br />

pidiéndole que toque la de aquí, o sea "Pelea de Gallos",<br />

uniéndose como siempre aficionados a la petición, el señor<br />

Gobernador <strong>del</strong> Estado, ya que la máxima autoridad de la<br />

plaza es el señor Juez, el caso es que aceptó el director<br />

de la Banda Municipal y esto sirvió de marco para aumentar<br />

la brillantez de la faena, arranca el toro y este gran<br />

543


torero lo recibe con un trincherazo, viene una serie de<br />

derechazos maravillosos, la gente ya no tiene garganta para<br />

gritar ¡Ole!, viene una serie de naturales y le molesta una<br />

banderilla, logra quitarla y viene un farol con la muleta<br />

una serie de derechazos y desplantes de valor en que<br />

acaricia al toro, se perfila para matar y todo el público<br />

grita: "No", "no" hace caso Miguelito y siguen los naturales,<br />

es un manicomio la plaza ante la faena que<br />

presenciábamos, se perfila para matar al toro, don Miguel<br />

Espinosa "Armillita Chico", y le deja un estoconazo, hasta<br />

los gavilanes, esto ya fue la locura de todos, de toreros y<br />

aficionados, el toro recula hacia las tablas, don Miguel lo<br />

sigue sin muleta, el toro llega hasta el burladero de<br />

matadores entregándose a los servicios <strong>del</strong> puntillero,<br />

quien acierta, se oye un coro ensordecedor de la plaza con<br />

el grito ¡torero! ¡torero!” 136<br />

sexta<br />

“Los pañuelos ondean, viéndose la Plaza nuevamente como un<br />

gran torero de Aguascalientes las dos orejas y el rabo <strong>del</strong><br />

toro que hizo honor a su nombre "Buen Ejemplo"; hubo<br />

aficionados que cargaron en hombros a Miguelito Espinosa,<br />

después de que un charro le entregó las dos orejas y el<br />

rabo a éste gran torero que por méritos propios es un gran<br />

señor, después dio dos vueltas al ruedo una de ellas<br />

acompañado <strong>del</strong> hijo <strong>del</strong> ganadero Javier Alberto Bailleres y<br />

en medio de la euforia de las gentes que a su paso<br />

aventaban flores, prendas de vestir botas de vino para que<br />

se refrescara la boca, cosa que hizo mientras que la afición<br />

contaba hasta el número veinte, terminó la vuelta al<br />

ruedo y fue hasta los medios donde agradeció la ovación<br />

cerrada que le brindó la afición.<br />

136 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />

Monumental. Hidrocálido. Viernes 25 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />

544


Estando todos sumamente emocionados con lo que acabamos de<br />

ver, el Juez ordena la salida <strong>del</strong> sexto de la tarde, por<br />

medio <strong>del</strong> clarín, se abre la puerta de chiqueros y salta al<br />

ruedo un toro negro bragado de cuatrocientos cincuenta<br />

kilos, con el número cincuenta y tres en los costillares,<br />

tiene salida natural y va a dar hasta el burladero de<br />

matadores donde se lesiona el cuerno izquierdo, pero no se<br />

despencó sale el maestro de Hidalgo, Jorge Gutiérrez a<br />

quien alcanza a ver que se santiguo y le instrumenta una<br />

serie de verónicas de maravilla, que fueron coreadas con<br />

oles por una afición caldeada de emociones con la actuación<br />

<strong>del</strong> maestro anterior, salen los de a caballo, Jorge cuida<br />

que el toro sea bien picado, en la medida en que los<br />

necesita, se retiran los picadores y Jorge instrumenta un<br />

quite por gaoneras muy ceñidas, rematando con revoleras,<br />

los peones cubren el segundo tercio en una forma muy bien<br />

hecha; el matador pide permiso a la autoridad y brinda la<br />

muerte de ese toro al Ingeniero Carlos Godoy, quien fue el<br />

anterior empresario de esta Plaza. Jorge Gutiérrez da faena<br />

citando al toro de rodillas, toreando al toro por alto,<br />

como debe ser, luego vienen los derechazos todavía de<br />

rodillas, se levanta cita al toro de lejos e instrumenta un<br />

trincherazo y luego viene, derechazos de antología se pasa<br />

al toro por la espalda y vienen los derechazos lentos,<br />

largos, mandones, rematando por lo alto en este momento<br />

siendo las diecinueve horas prenden todos las reflectores<br />

de la luz de la Plaza, ya que parte de ellos fueron<br />

prendidos más temprano, Jorge cita al toro viene un<br />

molinete y después una serie de naturales aguantando al<br />

máximo, medio se tropieza, se repone y viene de ahí los<br />

naturales nuevamente y luego un molinete de rodillas, se<br />

pasa al toro por alto y ahí están los derechazos en redondo<br />

y remata por alto, los gritos emocionados "TORERO", no se<br />

hacen esperar cita al toro y hace el pase <strong>del</strong> desdén, en el<br />

545


aire se dejan oir las notas de las dianas y los pasos<br />

dobles, viene una tanda de naturales, de maravilla y remata<br />

con un afarolado, otra serie de derechazos dignos de ser<br />

perpetuados por un escultor, sigue toreando en redondo; se<br />

perfila para matar de nuevo otro estoconazo también hasta<br />

los gavilanes, en este instante eran las diecinueve horas,<br />

con ocho minutos, viene el derrame sangriento por el hocico<br />

<strong>del</strong> toro y dobla cerca <strong>del</strong> burladero de la puerta de<br />

cuadrillas, de nuevo los pañuelos como palomas cubren la<br />

Plaza, la gente constantemente grita "TORERO" "TORERO", el<br />

Juez concede a este gran torero mexicano las orejas y el<br />

rabo, vienen las vueltas al ruedo, una de ellas en compañía<br />

<strong>del</strong> hijo <strong>del</strong> ganadero y todos nos maravillábamos <strong>del</strong><br />

corridón, de la histórica corrida de reinauguración de la<br />

Monumental de Aguascalientes.<br />

Dejo constancia de que fue informado que algunos de los<br />

toros lidiados fueron de la ganadería de Santa Teresa,<br />

también propiedad de la familia Ballares; de los toros<br />

lidiados por su gran calidad los dos últimos merecieron<br />

arrastrarse lentos y consignó que una de las autoridades<br />

<strong>del</strong> callejón lo fue Don Alberto Marín <strong>del</strong> Campo, tan<br />

caballero como siempre.<br />

Terminada la corrida fui al patio de cuadrillas toda la<br />

gente feliz saludándose unos otros, por ahí vi a mi<br />

compañero el licenciado Jesús Eduardo Martin Jáuregui,<br />

acompañado de su señora esposa Doña Irene Clemente de<br />

Martín, haciéndose lenguas de elogio para lo que vi que<br />

recargados en la pared tenían imágenes con grandes<br />

veladoras prendidas, a la Virgen <strong>del</strong> Perpetuo Socorro, a<br />

San Judas Tadeo, a San Francisco de Asís y a la Virgen de<br />

Fátima y allá de lejecitos presidiendo este Santo Santorum<br />

la imagen escultórica <strong>del</strong> Cristo Taurino <strong>del</strong> Señor <strong>del</strong><br />

Encino.<br />

546


Las últimas luces <strong>del</strong> astro rey se dejaban ver detrás <strong>del</strong><br />

Cerro <strong>del</strong> Muerto, la gente iba en la calle toreando y por<br />

último saludé en la esquina de la calle Rafael Rodríguez y<br />

Avenida López Mateos Poniente, a Doña María Teresa Arellano<br />

de Rodríguez quien esperaba a su esposo "El Volcán de<br />

Aguascalientes Rafael Rodríguez y también ahí saludé a Don<br />

Humberto Elizondo, todos felices, se había escrito una<br />

página más de la historia taurina de nuestro amado<br />

Aguascalientes.<br />

PERSONALIDAD.- El señor Fermín Barba González, me demostró<br />

su personalidad de Presidente <strong>del</strong> Patronato de la Feria<br />

Nacional de San Marcos, con oficio que en la Feria dice.<br />

Un sello de goma que dice Estados Unidos Mexicanos, Poder<br />

Ejecutivo. Estado de Aguascalientes. Dependencia.<br />

Secretaría General de Gobierno. Asunto. Se extiende<br />

nombramiento. Aguascalientes, Ags., 28 de noviembre de<br />

1989. C. Fermín Barba González. Presente. En uso de la<br />

facultad que me concede el Artículo Segundo, de la Ley <strong>del</strong><br />

Patronato de la Feria Nacional de San Marcos, designo a<br />

usted Presidente <strong>del</strong> Patronato de la Feria Nacional de San<br />

Marcos, con las facultades y obligaciones que su Ley<br />

Orgánica le confiere. Exhorto a usted a poner su capacidad,<br />

dedicación e imaginación en su desempeño. Sin otro<br />

particular le reitero a usted las seguridades de mi<br />

particular estimación. Sufragio Efectivo. No reelección. El<br />

Gobernador Constitucional <strong>del</strong> Estado. Ing. Miguel Ángel<br />

Barberena Vega. Firma Ilegible. El Secretario General de<br />

Gobierno. Lic. Héctor Valdia Carreón. Firma Ilegible.<br />

GENERALES 1.- El señor Fermín Barba González, mexicano por<br />

nacimiento e hijo de padres mexicanos, de cincuenta y cinco<br />

años, nació el cuatro de junio de mil novecientos treinta y<br />

cinco, originario y vecino de esta ciudad, con domicilio en<br />

Doctor Díaz de León quinientos doce, casado, comerciante.<br />

547


YO, EL NOTARIO CERTIFICO.- a) Que conozco al otorgante y<br />

que tiene capacidad legal, b).- Que lo relacionado y<br />

transcrito en la presente acta, concuerda fiel y<br />

exactamente con sus originales con los que se compulsó y<br />

cotejó y a los me remito, c).- Que le leí al otorgante la<br />

presente acta, explicándoles el valor y las consecuencias<br />

legales de su contenido, d).- Que bajo protesta de decir<br />

verdad manifiesta el señor Fermín Barba González, que no le<br />

ha sido revocado ni modificado en forma alguna su<br />

personalidad, e).- Que el otorgante manifestó su<br />

conformidad con la presente acta, la ratificó en todas sus<br />

partes y la firmo el día veinte de abril de mil novecientos<br />

noventa y uno. DOY FE.<br />

Firmas.- Fermín Barba González. Ilegible. Ante mí. Gabriel<br />

Villalobos R. Mí sello de autorizar.<br />

AUTORIZACIÓN.- Aguascalientes, Ags., veinte de abril de mil<br />

novecientos noventa y uno. Autorizó definitivamente la<br />

anterior escultura, en virtud de no generar crédito fiscal.<br />

DOY FE. Gabriel Villalobos R. Rúbrica.<br />

Mi sello de autorizar.<br />

ES PRIMERA COPIA SACADA DEL PROTOCOLO Y SE EXPIDIÓ EN<br />

CALIDAD DE PRIMER TESTIMONIO PARA EL SEÑOR DON FERMÍN BARBA<br />

GONZÁLEZ, EN CARÁCTER DE SOLICITANTE. VA EN SIETE FOJAS<br />

ÚTILES DEBIDAMENTE CORREGIDAS Y COTEJADAS DOY FE.<br />

AGUASCALIENTES, AGS., VEINTIUNO DE ABRIL DE MIL NOVECIENTOS<br />

NOVENTA Y UNO.” 137<br />

Uno de sus textos es producto de algunas consideraciones<br />

que hace sobre su persona el lic. Joaquín Cruz Ramírez, en<br />

una de sus colaboraciones <strong>del</strong> Hidrocálido, con el título:<br />

El caballero de los leones. Ahí Cruz Ramírez dice: “Hace<br />

poquito, en uno de estos articulillos me referí a la risa,<br />

señalando que el común de las gentes, las de bien formado<br />

137 Villalobos Ramírez. Gabriel. A un Año de la Reinauguración. Testimonio Notarial <strong>del</strong> Coso<br />

Monumental. Hidrocálido. Sábado 26 de abril de 1992. Sección deportiva.<br />

548


criterio, cuando menos, la consideran como un don de Dios.<br />

Yo, aunque poco valga mi opinión, pienso que es muy cierto<br />

ese criterio, por cuya razón admiro y reverencio, y además<br />

les tengo envidia a quienes han sido beneficiados de ese<br />

don.<br />

El señor licenciado Don Gabriel Villalobos y Ramírez, ha<br />

recibido esa gracia y le ha llegado a manos llenas, que<br />

luego él la ejercita a todo repique. La letra "y" entre sus<br />

dos apellidos, no la usa el agraciado, sino que yo se la<br />

pongo para dar mayor énfasis a la invocación de la buena<br />

merced <strong>del</strong> señor licenciado, ya que esa costumbre había<br />

para las personas de alto rango, entre las cuales coloco a<br />

esta de que me ocupo.<br />

De reposado continente, de gestos y de ademánes expresivos,<br />

bizarro y entonado, siempre anda como para armas tomar para<br />

eso de la risa y el buen humor. No necesita hacerse<br />

cosquillas para que la boca se le hinche de risa. Su<br />

tranquila, conciencia y su gusto de vivir propician su buen<br />

humor, que luego se desagua en risa.<br />

Hay ocasiones que así nomás como si se tratara de daca esas<br />

pajas, le llega la risa a borbotones, pero nunca<br />

descompuesta. Se acuerda de algo festivo y antes de poderlo<br />

comentar con los circunstantes, nomás inclina la cabeza,<br />

generalmente al lado derecho, cierra los ojos, aprieta los<br />

labios, le sube la sangre a la cabeza y se pone colorado, y<br />

esto es reír, de tan buena manera, que los demás nomás de<br />

verle también dan rienda suelta a la hilaridad, sin saber<br />

la causa de la risa <strong>del</strong> contagiante. Calidad es esta de la<br />

gente buena que obra en todos sus actos sin malicia. A<br />

veces hasta parece que está desmorecido, cuando la risa le<br />

aprieta.<br />

De ánimo blando, imprime una cadencia sosegada a sus<br />

palabras. Menudamente y por sus pausas cuenta cada cosa que<br />

hay que oír. Los chistes que dice, las anécdotas que<br />

549


efiere, los sucedidos que menciona y todo cuanto platica<br />

lo presenta envuelto en un tono de refinado gusto.<br />

Hasta las cosas más serias y solemnes las relata de muy<br />

buena manera. Se sabe la Biblia mejor que Moisés y las<br />

cosas mundanas mejor que las culebras. A cada una le da el<br />

toque adecuado a su auditorio y a las circunstancias. Se<br />

levanta a media noche para leer las Sagradas Escrituras<br />

unas veces; otras, el Derecho Canónico, en cuya materia ya<br />

es un experto y está a punto de convertirse en Protonotario<br />

de esa legislación. Es Abogado en ambos Derechos y en todos<br />

los demás. Pero también le revuelve de otras lecturas, como<br />

aquella de los Gritos <strong>del</strong> Infierno, que quien sabe quien<br />

será el autor, pero que él, como si hubiera hecho pacto y<br />

concierto con el mismísimo demonio, los lee con fruición<br />

tal como si fueran cosas edificantes. Parece en estas<br />

ocasiones, que usa espada tan cortadora como las que en<br />

siglos pasados fueron conocidas como <strong>del</strong> perrillo. Esta<br />

para que nadie ose apartarlo <strong>del</strong> goce de tales lecturas.<br />

En fin, es caballero andante que busca entuertos que<br />

desfacer. Bien le viene para estos efectos el nombre de<br />

Caballero de los Leones, igual que Don Quijote, ni más ni<br />

menos. Sólo que los Leones de Gabrielito, que así lo llamo<br />

yo por afecto, no son para pelear en su contra como el de<br />

la Triste figura, ora Don Quijote, sino para hacer alianza<br />

con ellos, que estos Leones son los <strong>del</strong> Club al que<br />

pertenece juntamente con los cuales lleva a cabo, aparte,<br />

de otras muchas, obras de beneficio social.<br />

Aquel Caballero Andante, Don Quijote, poco o nada dormía.<br />

En una ocasión le reprochó a Sancho Panza que es muy<br />

glotón, diciéndole: Tú naciste para vivir comiendo y para<br />

vivir muriendo. En cambio este otro Caballero Gabrielito, o<br />

por decir de otra manera, el Caballero de los Leones, está<br />

muy hecho a hincar el pico en cuanto golosina aparece ante<br />

su vista. Al vino hasta le echa bendiciones conforme a un<br />

550


itual de su cosecha. Aquel caballero poco o nada se reía.<br />

En cambio este otro, hasta le sudan los dientes cuando de<br />

eso se trata.<br />

Dios siga socorriendo a Gabrielito con el don de la risa,<br />

que nomás con ella hace mucho bien a los demás.” 138<br />

Como consideración a ese texto Gabriel Villalobos escribe<br />

otro titulado: Don Joaquín Cruz Ramírez. MAGISTER ET<br />

AMICUS. Ahí expone: “En días pasados el señor licenciado<br />

Don Joaquín Cruz Ramírez, que escribe en nuestro periódico<br />

“HIDROCALIDO” hace una semblanza de mi persona<br />

denominándome “Caballero de los Leones" y se hace lenguas<br />

en manifestar virtudes de que carezco y, en cuanto humano,<br />

me agradan, me agradan, pero la verdad de las cosas me ve<br />

con ojos de misericordia.<br />

¿Que me río? Sí es cierto, pero esto es consecuencia de la<br />

vida feliz, que Dios me ha dado, por mi familia como clan,<br />

por mi familia íntima mi esposa, que es el centro de mi<br />

universo, mis hijos y mis hijas que son los luceros de mi<br />

existencia y conste que ahora digo hijas, porque aparte de<br />

mi hija, la reina Lupita han aparecido en mi mundo<br />

afectivo, dos más, mis queridas nueras Claudia y Lucrecia<br />

que han venido a aumentar con sus bondades nuestra<br />

felicidad. Por ustedes mis amigos que son el entorno de mi<br />

diario vivir y que dentro de sus virtudes hacen que mi vida<br />

sea el instrumento de Dios para soltar la carcajada.<br />

Que sé la Sagrada Biblia mejor que Moisés, puede ser que<br />

sí, pues Moisés, tan sólo se dio cuenta <strong>del</strong> Pentateuco y ya<br />

en nuestras generaciones es más grande la historia de la<br />

salvación, pero quieren que les diga a fuer de ser sincero,<br />

no sé tanto como don Joaquín que con sus estancias en la<br />

Ciudad Eterna, casi es un gran Presidente <strong>del</strong> Pío Colegio<br />

Apostólico de Estudios Superiores de Teología, Sagradas<br />

138 Cruz Ramírez, Joaquín. Gabrielito Villalobos Ramírez. Caballero de los Leones. Hidrocálido.<br />

Jueves 10 de Agosto de 1995. pp. 1 y 4.<br />

551


Escrituras y Liturgia con sede en el Transtevere de la<br />

imperial Ciudad de Roma.<br />

En cuanto a las bendiciones al vino, sí es cierto, pues mis<br />

compadres Jesús Román Rodríguez, Raúl Martínez Saavedra y<br />

yo formamos el trío “Miseria” y antes de entrar en escoleta<br />

para entonar “La negra noche”, mismas que se llevan al cabo<br />

en Mesa Grande, Calvillo, en la huerta de guayaboas que se<br />

llama “El Tata” le damos gracias a Dios por su grandeza,<br />

por nuestra amistad y por el vino que nos da que sirve para<br />

fomentar la amistan y no para convertirnos en bestias y lo<br />

hacemos en el nombre de El Padre, <strong>del</strong> hijo y el espíritu<br />

Santo y después de esto chillen las balas.<br />

Otro complemento a lo anterior les diré, que hay una<br />

persona que quiere ingresar a nuestro grupo y convertirlo<br />

en cuarteto: es la gran Meso-Soprano mexicana Doña Oralia<br />

Domínguez, pero actualmente pasa por severos análisis y aún<br />

está pendiente su ingreso.<br />

Estas escoletas para ser favorecidos por Orfeón, son<br />

primorosas , esos edenes que son las huertas de Calvillo y<br />

agreguen a esto el gran don de gentes de todos los<br />

integrantes de la familia Román Estrada, con sus maestros<br />

en la bondad don Jesús y doña Josefina que cuantas veces<br />

nos invitan, ahí estemos y que conozcamos la carretera a<br />

Calvillo por gemes y cuartas.<br />

Bueno, pero realmente mi intención en este comentario (Que<br />

en su forma verdaderamente es un articulejo) es decirles<br />

que el Lic. Don Joaquín Cruz Ramírez, es un gran señor, y<br />

se me llena la boca de orgullo en llamarlo maestro y amigo<br />

y ahora agréguenle que es mi compadre, pues qué<br />

satisfacción. Natural que por su modestia, don Joaquín no<br />

escribirá sobre sus virtudes pero yo sí puedo hacerlo.<br />

Soplaban los últimos vientos de la guerra Cristera y<br />

Aguascalientes abría sus amorosos brazos a todos los<br />

emigrantes <strong>del</strong> vecino Jalisco, entre ellos de la muy noble<br />

552


y leal población de Teocaltiche, llegaron los Cruz Ramírez<br />

encabezados por don Darío y doña Petrita y llegaron al<br />

barrio más barrio de Aguascalientes, a ¡Triana!,<br />

establecieron su hogar en la calle Colón, quedaban atrás<br />

las bellas páginas de la infancia en el remanso pueblerino<br />

y ahora entrar a la forja de la juventud; según tengo<br />

entendido don Joaquín recibió el llamado de Dios para<br />

dedicar su vida al sacerdocio e ingresó al Seminario Menor<br />

de la Diócesis y ahí empezó a nutrirse en sus primeros<br />

latines, pero a Dios se le puede servir de distintas<br />

maneras, deja el Seminario y pasa a formar parte de esa<br />

fragua de grandes mexicanos que es la Preparatoria <strong>del</strong><br />

antes Instituto de Ciencias de Aguascalientes, antecedente<br />

inmediato anterior de nuestra actual Universidad Autónoma<br />

de Aguascalientes, y como todos nosotros emigró al terminar<br />

sus estudios, en forma brillante en la Prepa; se fue a la<br />

Universidad Nacional Autónoma de México y en la Escuela<br />

Nacional de Jurisprudencia, en la calle de San Ildefonso,<br />

se empapa en el mundo <strong>del</strong> Derecho con sabios maestros como<br />

don Antonio Díaz Soto y Gama, don Ricardo García<br />

Villalobos, don Esteban Ruiz y tantos grandes hombres que<br />

crearon el México jurídico de hoy.<br />

Se recibe don Joaquín de Licenciado en Derecho y trabaja<br />

para el Departamento de Asuntos Indígenas y lo envían a<br />

Oaxaca, a tierra de caudillos, como Delegado, y pácatelas,<br />

¿Qué creen? allá flechó Cupido, se enamora de su Paloma,<br />

Licha Limón y se casa, para luego venirse a su amado<br />

Aguascalientes, aquí forman su hogar y Dios le envía a sus<br />

hijos: Joaquín, Elisa, Patricia, Carlos, Manuel, Edmundo y<br />

Leticia.<br />

Estando ya radicados en esta ciudad por su entrega a la<br />

juventud fue maestro en varias instituciones como la Prepa,<br />

la Normal y el Guadalupe Victoria; fue mi maestro de Latín<br />

en la Prepa. No creas maestro que se me puede olvidar que<br />

553


me regalaste el texto en que estudié tu materia, muy<br />

agradecido, muy agradecido.<br />

Don Joaquín, hombre de acendrado mexicanismo, todo entrega<br />

a sus semejantes por medio <strong>del</strong> servicio público, ha sido<br />

Procurador de Justicia, dos veces Secretario General de<br />

Gobierno, con el profesor don Edmundo Gámez Orozco y con<br />

Rodolfo Landeros Gallegos, por cierto que ante la<br />

intempestiva muerte <strong>del</strong> primero fugazmente fue Gobernador,<br />

así es que dentro <strong>del</strong> permanente progreso de esta nuestra<br />

tierra, también está el gran esfuerzo de él.<br />

Hombre amante de las letras, Joaquín Cruz se sintió como<br />

pez en el agua al ser más de una década director <strong>del</strong> diario<br />

El Sol <strong>del</strong> Centro, ahí formó reporteros veraces y honestos,<br />

y los hizo hombres de bien, pues en más de una ocasión fue<br />

su guía moral. En este tiempo el Coronel García Valseca,<br />

dueño de la cadena de periódicos al que pertenecía el Sol<br />

<strong>del</strong> Centro, lo comisionó para que a nivel nacional<br />

informara desde Roma el Concilio Vaticano II, lo que<br />

permitió a todos los mexicanos con sus hermosos comentarios<br />

casi ocupar una cátedra en las sesiones de dicho evento y a<br />

su retorno le valió que el Coronel José García Valseca, le<br />

ofreciera la Dirección de El Sol de México, pero el destino<br />

marcó otro derrotero, ya que el señor profesor don Enrique<br />

Olivares Santana le había otorgado su Fíat de Notario y<br />

prefirió la paz de Aguascalientes y declinó al honrosa<br />

invitación de ser director de El Sol de México, periódico<br />

de circulación nacional.<br />

Su vida notarial, llena de logros Don Joaquín Cruz Ramírez<br />

es honra y prez <strong>del</strong> Notariado Hidrocálido, por su rectitud,<br />

entrega y enseñanza que nos da a todos los Notarios.<br />

Mi querido compadre Joaquín Cruz Ramírez (es padrino de mi<br />

hijo el licenciado Jorge) es de los hombres que han escrito<br />

la historia de México, fue en época <strong>del</strong> licenciado don<br />

Benito Juárez cuando se rompieron las relaciones entre el<br />

554


Estado <strong>del</strong> Vaticano y el Estado Mexicano y ya cuando las<br />

aguas retomaron sus cauces dentro <strong>del</strong> río de la civilidad y<br />

<strong>del</strong> Derecho, en el sexenio pasado se reanudaron las<br />

relaciones y Aguascalientes estuvo presente, porque el<br />

primer Embajador mexicano ante la Santa Sede en esta etapa,<br />

fue el señor profesor don Enrique Olivares Santana y el<br />

primer Cónsul Mexicano lo fue el señor licenciado don<br />

Joaquín Cruz Ramírez y dentro de sus colaboradores estuvo<br />

el señor licenciado Armando López Campa, por lo tanto con<br />

euforia decimos: ¡Aguascalientes presente! Actualmente el<br />

señor licenciado don Joaquín Cruz Ramírez se desempeña como<br />

presidente <strong>del</strong> Tribunal Local Electoral y por su manera de<br />

ser, don de mando, discreto, sabiduría y humanismo se ha<br />

ganado el aprecio y estimación de todos los que vamos en<br />

esa barca.<br />

La diosa fortuna le ha dado premios a nuestro licenciado,<br />

ayuda a toda su familia y regaló a nuestro pueblo, la torre<br />

sur <strong>del</strong> templo <strong>del</strong> Sagrado Corazón, de esta ciudad.<br />

Forma parte el licenciado Cruz Ramírez de la administración<br />

<strong>del</strong> Fideicomiso Olivares Santana para el fomento de la<br />

educación y cultura.<br />

Decíamos que nuestro gran personaje es nombre de letras y<br />

constantemente escribe en El Hidrocálido y sus artículos,<br />

son de fondo formando el criterio de nuestra gente, y lo<br />

hace en forma amena pues se habla de tú con Cervantes y<br />

emplea los giros idiomáticos de éste con gran propiedad.<br />

El oficio más grande que ha desempeñado el licenciado don<br />

Joaquín, es el de ser hombre, pues con su linda Paloma han<br />

hecho un hogar de muy buenos aguascalentenses, con<br />

acendrado amor a todo lo mexicano, todos los hijos hombres<br />

y mujeres valen por sus propios méritos pero su contextura<br />

de bondad la adquirieron en la atmósfera de amor y<br />

comprensión que les brindaron mis queridos compadres,<br />

Joaquín y Licha; ya me los imagino, como Patriarcas <strong>del</strong><br />

555


Antiguo Testamento, rodeados de sus hijos, nietos y ahora<br />

empiezan los bisnietos.<br />

Bueno, compadre yo también ya hice un esbozo de tu muy<br />

buena persona y de los que te rodean, convengo que fue con<br />

brocha gorda, ya vendrá alguien que con pinceles <strong>del</strong>icados<br />

y con galanura te describa.<br />

Por lo que a ti respecta, Sancho ya no tengas el<br />

atrevimiento, de tomar la pluma para emular al Maese<br />

Joaquín, déjalo que él, que lleva buenas relaciones con el<br />

caballero de la triste figura, continúe con sus grandes<br />

artículos y no articulillos iluminando el mundo de las<br />

letras de este bello Aguascalientes.” 139<br />

IV. Consideraciones finales.<br />

Poco cabe agregar a este recorrido por la vida y obra <strong>del</strong><br />

licenciado Gabriel Villalobos Ramírez. A lo largo <strong>del</strong> texto<br />

139 Villalobos Ramírez. Gabriel. Don Joaquín Cruz Ramírez. MAGISTER ET AMICUS.<br />

Hidrocálido. Jueves 24 de agosto de 1992. pp. 1 y 7.<br />

556


él nos lo ha dicho. Es un hombre cuyo historia estuvo<br />

regida por la disciplina y el amor, valores que han sido el<br />

pilar de todas sus acciones.<br />

El amor familiar lo llevó tener una convicción<br />

profundamente religiosa para comprender en su plenitud la<br />

relevancia y trascendencia <strong>del</strong> ser humano, es en ese amor<br />

que finca no solo en su convivencia social, dentro <strong>del</strong><br />

ámbito familiar, de las amistades y conocidos de sus<br />

entornos, sino que éste proviene de una creencia, de una fe<br />

de que el amor debe procurarse de conformidad con la<br />

doctrina cristiana, es un amor que aspira a la<br />

universalidad. Por ende, su disciplina está encaminada a<br />

ese fin.<br />

Aunque sabe que las complejas relaciones sociales impiden<br />

la realización plena de su meta, no deja de contribuir<br />

dentro de su entorno para lograr su meta, hasta donde<br />

pueda, hasta donde llegue.<br />

De lo único que podemos estar seguros es que Gabriel<br />

Villalobos ha vivido plenamente, disfrutando <strong>del</strong> trabajo,<br />

de la convivencia familiar, de la comida, de la bebida, <strong>del</strong><br />

canto, <strong>del</strong> baile y su irrefrenable apetencia de<br />

conocimiento de su barrio y sus gentes: familiares, curas,<br />

toreros, su pasado y su presente; de todo aquello que le<br />

haga sentir que se ha reconocido y realizado como ser<br />

humano en un entorno humano, con todas sus alegrías y<br />

tristezas certezas y angustias, con todo eso que<br />

caracteriza la afirmación de lo humano.<br />

Estas palabras tienen un sustento, toda la larga obra que<br />

ha plasmado en papel. Lamentablemente, como ya se dijo en<br />

su momento, no todos los escritos han logrado una difusión<br />

amplia, pero damos constancia de ellos en este ejercicio<br />

biobibliográfico.<br />

Gabriel Gutiérrez Pantoja.<br />

Marzo <strong>del</strong> 2006.<br />

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