El Mensaje de El Dorado - Mision Rahma en Alemania
El Mensaje de El Dorado - Mision Rahma en Alemania
El Mensaje de El Dorado - Mision Rahma en Alemania
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
“Te he dicho lo que necesitan saber” ⎯hablaba el Maestro mi<strong>en</strong>tras miraba fijam<strong>en</strong>te a los<br />
ojos <strong>de</strong> Ricardo, transmiti<strong>en</strong>do amor y compresión⎯. “Será Joaquín qui<strong>en</strong> hablará cuando sea el<br />
mom<strong>en</strong>to. Sepan esperar”.<br />
Dici<strong>en</strong>do esto se puso <strong>de</strong> pié, y dándose media vuelta caminó hacia el muro.<br />
Nuestro amigo lo llamó una y otra vez por su nombre, como queri<strong>en</strong>do <strong>de</strong>t<strong>en</strong>erle. Incluso<br />
<strong>en</strong>c<strong>en</strong>dió su linterna para alumbrarlo, lo cual consiguió sin mayor efecto que el verlo con gran<br />
niti<strong>de</strong>z.<br />
Para su asombro, se abrió una “puerta” <strong>en</strong> el muro, sin emitir luz alguna, pero se veía que<br />
permitía el ingreso a una suerte <strong>de</strong> galería o pasillo subterráneo. Alcir se dirigía a ella sin<br />
inmutarse.<br />
⎯¿Cuándo cruzar el Mecanto? ⎯le dijo antes que “<strong>en</strong>trara” al muro⎯.<br />
⎯”Así como brilla el Sol <strong>en</strong> la Tierra, “RAHMA”, <strong>de</strong>berá brillar el Sol interior <strong>de</strong> cada uno<br />
<strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s. Entonces verán al Sol brillar también <strong>en</strong> el cielo, alumbrando la cumbre <strong>de</strong>l cañón y<br />
todo el lugar. Allí será el mom<strong>en</strong>to”.<br />
Luego la puerta se cerró con Alcir tras ella <strong>en</strong> el muro <strong>de</strong> los grabados.<br />
Afrontar el m<strong>en</strong>saje <strong>de</strong> esta experi<strong>en</strong>cia al interior <strong>de</strong>l grupo fue muy difícil. La cuestionamos<br />
mucho, con la rigurosidad que siempre se <strong>de</strong>be emplear <strong>en</strong> esto casos. Nos planteamos todas las<br />
posibilida<strong>de</strong>s que se le pueda ocurrir al lector <strong>en</strong> una situación como esta. Y a pesar que <strong>de</strong><br />
mom<strong>en</strong>to no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>díamos como la Hermandad Blanca nos pedía una r<strong>en</strong>uncia tan gran<strong>de</strong>, por<br />
cuanto no era lo que creíamos haber apr<strong>en</strong>dido <strong>de</strong> los Maestros <strong>en</strong> esto años <strong>de</strong> contacto, s<strong>en</strong>timos<br />
<strong>en</strong> nuestros corazones las palabras <strong>de</strong> Alcir y lo que ello pudiese significar. Sólo al final, como<br />
siempre ocurre, sabríamos que este m<strong>en</strong>saje ya había sido <strong>en</strong>tregado a cada uno <strong>de</strong> nosotros,<br />
t<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do que <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong> nuestro estado <strong>de</strong> sueño para hallarnos ante una verda<strong>de</strong>ra <strong>en</strong>crucijada<br />
espiritual.<br />
¿Estábamos realm<strong>en</strong>te dispuestos a sacrificar nuestras vidas por la Misión? ¿Hasta qué<br />
punto hablábamos <strong>de</strong> <strong>en</strong>trega o una <strong>de</strong>cisión irresponsable que podría poner <strong>en</strong> peligro la propia<br />
integridad <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong>l grupo? ¿Estábamos si<strong>en</strong>do presa <strong>de</strong> una acechanza que quería<br />
confundirnos? ¿Nos hallábamos tan sólo ante una prueba <strong>de</strong> la Hermandad Blanca y no la<br />
estábamos interpretando <strong>de</strong> la forma correcta? P<strong>en</strong>samos <strong>en</strong> todo.<br />
Sea como sea, lo práctico es que una <strong>de</strong>cisión nos aguardaba a puertas <strong>de</strong>l Mecanto. Todo esto<br />
no hizo reflexionar como nunca antes <strong>en</strong> el compromiso para con la Misión, lo que s<strong>en</strong>timos por<br />
nuestras familias, y <strong>en</strong> fin, los insondables misterios que yac<strong>en</strong> <strong>en</strong> los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos <strong>de</strong> un corazón<br />
humano.<br />
LA DECISIÓN<br />
Nadie durmió profundam<strong>en</strong>te aquella inolvidable noche <strong>de</strong>l 11 <strong>de</strong> agosto. Todos nos<br />
<strong>en</strong>contrábamos <strong>en</strong> sil<strong>en</strong>cio cuando nos levantamos. No abordábamos el tema <strong>de</strong> inmediato, tan sólo<br />
bebíamos un té cali<strong>en</strong>te sin hacer mayor com<strong>en</strong>tario. Pero algo había pasado.