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Préndeles fuego - Emeequis

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277<br />

Precio al público $30.00<br />

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Exhibir hasta<br />

15 / 04 / 12<br />

Campañas 2.1: El PRI entrena a su ejército virtual<br />

Rodrigo Flores-Roux, el perfumista mexicano en NY<br />

www.eme-equis.com.mx | 02.abr.12<br />

¡<strong>Préndeles</strong> <strong>fuego</strong>,<br />

pinches secuestradores!<br />

Cómo quemaron vivos a tres inocentes en San Mateo Huitzilzingo


| eMeeQuis | 02 de ABRIL de 2012<br />

02<br />

Premio de<br />

Periodismo Rey<br />

de España 2011<br />

Premio Nacional<br />

de Periodismo<br />

Rostros de la<br />

Discriminación<br />

2011<br />

Premio Nacional<br />

de Periodismo y<br />

Literatura 2011<br />

Premio Nacional<br />

de Periodismo<br />

2010<br />

Premio Nacional<br />

de Periodismo<br />

2009<br />

Premio Nacional<br />

de Periodismo<br />

Rostros de la<br />

Discriminación<br />

2009<br />

Premio Nacional<br />

de Periodismo<br />

2008<br />

Premio Every<br />

Human Has<br />

Rights 2008<br />

Primer Premio<br />

Iberoamericano<br />

de Periodismo<br />

Joven 2008<br />

Premio Nacional<br />

de Periodismo<br />

Rostros de la<br />

Discriminación<br />

2008<br />

Premio Nacional<br />

de Periodismo<br />

Cultural Fernando<br />

Benítez 2007<br />

Premio Nacional<br />

de Periodismo<br />

2007<br />

Premio Nacional<br />

de Reportaje sobre<br />

Biodiversidad<br />

2007<br />

Premio<br />

Latinoamericano<br />

de Periodismo<br />

Biodiversidad 2007<br />

Premio<br />

Latinoamericano<br />

de Periodismo<br />

PNUD-IPS 2007<br />

Premio Nacional<br />

de Periodismo<br />

2006<br />

Premio Nacional<br />

de Reportaje sobre<br />

Biodiversidad<br />

2007<br />

Del 02 al 15 de abril de 2012<br />

índice<br />

Director general Ignacio Rodríguez Reyna<br />

Subdirectora de edición<br />

y editora de en línea Viétnika Batres<br />

Subdirector de planeación editorial Jacinto Rodríguez<br />

Munguía<br />

Editora de entrada x salida Tatiana Maillard<br />

Reporteros Carlos Acuña, Mónica Cruz, Zorayda Gallegos,<br />

Vanessa Job, Diego Mendiburu, Humberto Padgett, Patricia Vega<br />

Fotografía Eduardo Loza, coordinador; Christian Palma<br />

Diseño y arte digital Marcos González, coordinador;<br />

Daniela Rodríguez Soriano<br />

Corrección Guadalupe Ramírez Reséndiz<br />

Colaboradores Sergio Aguayo Quezada, Mardonio Carballo,<br />

Jaime Cárdenas, Daniel Cazés, Dulce Colín, Salvador del Toro<br />

Chavo, Martín Durán, Frik, Luis Fernando, Marisol Gasé, Enrique<br />

Hernández Alcázar, Juan Luis Hernández, Eduardo R. Huchim,<br />

Eduardo Limón, Eduardo Lliteras Sentíes, Manuel López San<br />

Martín, Claudia Macedo, Ana Francis Mor, Manuel Mora, Humberto<br />

Musacchio, José Quintero, Juan Francisco Reyes del Campillo,<br />

Fernando Rivera Calderón, Aníbal Santiago, Ignacio Solares,<br />

Raúl Trejo Delarbre, Francisco Turón, Ana Vásquez Colmenares,<br />

Armando Vega-Gil, Heriberto Yépez, Rodolfo Zárate<br />

En el extranjero Fabio Castillo, Leila Guerriero, Juan Pablo<br />

Meneses, Daniel Riera<br />

Publicidad Ricardo Hernández. Tel: 2455 9862 y 72<br />

correo: r_hbecerril@hotmail.com y publicidad@m-x.com.mx<br />

Suscripciones Justo Rodríguez Munguía y José Antonio López<br />

Tel: 2455 9862 y 68<br />

suscripciones@m-x.com.mx<br />

Consejo editorial Gilberto Aceves Navarro, Nicolás Alvarado,<br />

Roger Bartra, Pascal Beltrán del Río, Marcela Briz Garizurieta, Jaime<br />

Cárdenas, Daniel Cazés, Julieta Fierro, Mauricio Flores, Edgardo<br />

Ganado Kim, Rafael Giménez, Ciro Gómez Leyva, Miguel Ángel<br />

Granados Chapa †, Juan N. Guerra, Eduardo Huchim, José Agustín,<br />

Eugenia León, Ana Magaloni, Jesús Mena, Élmer Mendoza, María<br />

de la Luz Mijangos, Humberto Musacchio, El Nieto de El Santo,<br />

Verónica Ortiz, Guillermo Osorno, Octavio Paredes, Víctor Hugo<br />

Rascón Banda †, Juan Francisco Reyes del Campillo, Rius, Juan<br />

Soriano† y Rafael Vergara.<br />

Auxiliares de redacción Rodrigo Yépez Padilla, Sandra Carrasco<br />

Patiño<br />

Diseño página web Desarrolladores Digitales<br />

es una publicación catorcenal de Medios y Proyectos<br />

Ciudadanos, SA de CV. Baja California 165, Primer Piso, colonia<br />

Roma Sur, CP. 06760. Teléfono 2455 9862. Fax: 5264 8539. Editor<br />

responsable: Ignacio Rodríguez Reyna. Número de certificado de<br />

reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor:<br />

04-2005-102619271000-102. Número de certificado de Licitud<br />

de Título: 13388. Número de certificado de Licitud de Contenido:<br />

10961. Distribuida por la Unión de Voceadores y Expendedores de<br />

Periódicos y Revistas. Locales cerrados: Intermex. Impresión en los<br />

talleres de Servicios Profesionales de Impresión SA. de CV. ISSN: en<br />

trámite. Tiraje: 50,000 ejemplares. Todos los derechos reservados.<br />

Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de<br />

emeequis, sin autorización expresa de los editores. El contenido de<br />

columnas y artículos de opinión es responsabilidad de sus autores.<br />

buzón 4<br />

suave patria<br />

A temblar, clientes 6<br />

purgatorio<br />

¡Quiero ser presidente! 7<br />

en eL aJo<br />

Más intelectuales<br />

apoyan a Josefina 8<br />

MostraDor<br />

Las peras, el olmo<br />

Por Raúl Trejo Delarbre 9<br />

El plan perfecto<br />

Por Sandra Rodríguez Nieto 30<br />

cáscara De La historia<br />

Los candidatos cartujos<br />

Por Eduardo R. Huchim 42<br />

56<br />

10<br />

Campañas 2.1:<br />

El PRI entrena a<br />

su ejército virtual<br />

Por Vanessa Job<br />

Rodrigo Flores-Roux:<br />

La nariz privilegiada de<br />

un perfumista mexicano<br />

Por Patricia Vega


¡<strong>Préndeles</strong> <strong>fuego</strong>,<br />

pinches secuestradores!<br />

Por Humberto Padgett<br />

Las cuotas de género<br />

Por Juan F. Reyes del Campillo 43<br />

Inelegibilidades<br />

y chapulines<br />

Por Jaime Cárdenas 44<br />

Y la Iglesia católica<br />

mostró su músculo<br />

político<br />

Por Juan Luis Hernández 45<br />

El hombre<br />

que le robó las<br />

palabras al Gabo<br />

y a Vargas Llosa<br />

Por Eliezer Budasoff 46<br />

64<br />

18<br />

IlustracIón: Manjarrez<br />

ManuaL De La buena<br />

Lesbiana<br />

Cómo pasa la veda<br />

electoral una buena<br />

lesbiana<br />

Por Ana Francis Mor 68<br />

La 69<br />

Se resisten<br />

Por Viétnika Batres 69<br />

eso Que yo sé<br />

Jorge Volpi:<br />

”No creo en nada,<br />

dudo de todo”<br />

Por Carlos Acuña 70<br />

etiQueta y Más<br />

Cómo contribuir<br />

a un ambiente<br />

laboral sano<br />

Por Ana Vásquez Colmenares 72<br />

Las pLuMas<br />

De La serpiente<br />

México, flor sin raíz<br />

Por Mardonio Carballo 73<br />

sonoraMa<br />

Denominación<br />

de origen<br />

Por Martín Durán 74<br />

perManencia<br />

invoLuntaria<br />

Indiferencia<br />

Por Armando Vega-Gil 75<br />

ocioLogía 76<br />

Muerte QueriDa 79<br />

suMario<br />

Los del lío<br />

de Lía Limón 80<br />

Sonidos urbanos<br />

Molotov: Here they<br />

kum... otra vez<br />

Por Tatiana Maillard


Sobre andar en bici, caminar<br />

e ignorar estereotipos<br />

Leí la entrega “Cómo se va de rodada una buena lesbiana” de<br />

la columna El manual de la buena lesbiana (emeequis 276)<br />

y creo que simplemente recorrer esta hermosa ciudad sin la<br />

premura de llegar del punto A al punto B ya es un placer.<br />

Yo no voy en bici porque mi hijo está en esa edad en que<br />

no cabe en una silla y no sabe todavía andar en bici y lo que<br />

hacemos es caminar (este sábado, por ejemplo, del Metro<br />

Chilpancingo al Auditorio), y se siente exactamente lo mismo<br />

que describe Ana Francis Mor con la bici: libertad, poder de<br />

observación, control de la situación.<br />

Pero a diferencia de lo que dice la autora, no es el estereotipo<br />

el que se quiere romper, es la solidaridad la que se debe fomentar,<br />

con equidad. Si se cae un tipo de la bici yo sí le ayudo<br />

a levantarse y no porque sea mujer y él hombre. A mí sí me ha<br />

tocado cederle el asiento a los señores que llevan a sus bebés<br />

a la guardería en las mañanas y no me da pena :) o me siento<br />

muy macha por hacerlo o los voy cuidando, es por seguridad<br />

de todos y por solidaridad. Saludos.<br />

Natalia Olvera<br />

natalia_olvera67@hotmail.com<br />

Ex policía desempleado<br />

por honesto pide la ayuda<br />

de Roberto Hernández<br />

Hola, soy una persona que hasta hace un año estaba trabajando<br />

como policía municipal en Capulhuac, Estado de México.<br />

Siendo el quinto al mando, me di cuenta de que los mandos<br />

superiores estaban realizando actividades ilícitas y estaban<br />

extorsionando a los elementos, entre otras cosas. Ellos, mis<br />

jefes, al darse cuenta de que yo sabía a lo que se estaban dedicando,<br />

trataron de involucrarme. Al negarme yo, me empezaron<br />

a amenazar, me destituyeron de mi puesto, me mandaron<br />

de vacaciones y me pusieron que había faltado.<br />

Yo argumenté que había sido un error que me dieran de<br />

baja, pero no sólo fue eso sino que con todo el dolo me boletinaron<br />

en el Registro Nacional de Servidores Públicos, afectando<br />

mi reputación, y a un año de esto no he podido entrar a<br />

trabajar en ningún lado.<br />

Al subdirector de Seguridad Pública, uno de los mandos<br />

que me fastidiaron, lo detuvieron el año pasado por el delito<br />

de secuestro. Otro, el director, entregó el cargo y se fugó. Este<br />

año detuvieron al actual director, pero pagó 250 mil y lo dejaron<br />

libre, con ayuda del presidente municipal. Y al técnico<br />

operativo, como no pagó nada lo dejaron recluso.<br />

El caso es que por no querer pertenecer a un grupo de policías<br />

deshonestos estoy sin trabajo y sin poder darle a mi familia<br />

lo que necesita. El contralor interno no quiso ayudarme<br />

cuando le solicité documentos para probar que había sido injustamente<br />

despedido y ya no estar boletinado.<br />

¿Qué puedo hacer, abogado? Espero me pueda sugerir<br />

algo, estoy desesperado.<br />

Ernesto Guzmán Reyes<br />

titoyburbuja@live.com.mx<br />

Escribe a buzon@m-x.com.mx<br />

En Twitter<br />

buzón<br />

@ghdagnino: Felicidades a Dalia Martínez<br />

y Humberto Padgett por su Premio<br />

Internacional de Periodismo Rey<br />

de España por publicación en @emeequis<br />

@LiriMiri: Felicidades a @emeequis a HUmberto<br />

PAdgett y Dalia Martínez por el premio Rey de<br />

España por la república Marihuanera... Arrasan<br />

con todo!!!!<br />

@TallerArteluz: Muchas felicidades @emeequis y a<br />

su director Ignacio Rodríguez Reyna por el Premio<br />

de Periodismo Rey de España que recibe hoy.<br />

HugoJuarez: @emeequis ¡felicidades! el mejor periodismo<br />

de investigación en México (a veces creo<br />

que el único).<br />

@FelitaCif: @emeequis felicidades se merecen este<br />

premio y mas su revista siempre me ha gustado<br />

sigan por ese camino hoy mas que nunca<br />

@NeTBOXPRO: @emeequis Compartimos su alegría<br />

y éxito, cuando nos dejan festejarlos?? Saludos<br />

de sus amigos de netbox.pro<br />

@emeequis: Si tener feminidad significa usar tacones,<br />

¿las que no los usamos no tenemos feminidad?<br />

Por @anafrancismor http://t.co/POQTZVvv<br />

@JarrinCecilia: @emeequis ya no uso tacones, pero<br />

soy muy femenina!!<br />

@emeequis: Rompe Benedicto XVI el protocolo y<br />

saluda a fieles en León http://t.co/tZYcbxBG 7<br />

@chomchom97: es lo minimo que puede hacer no??<br />

Ahora resulta que esta pegado al protocolo?? No<br />

mams!!<br />

@emeequis: Bernardo Barranco: la visita papal es<br />

política. No hay neutralidad en su discurso, politiza<br />

los valores morales http://t.co/mPO7NSf3<br />

@bdasociados: IGUAL QUE AMLO, NO?<br />

@emeequis: La madre de Juan Camilo Mouriño es<br />

registrada como suplente de un candidato a senador<br />

por el PAN http://t.co/gP70Hw3Z<br />

@QK_Meza: ay dios! Leo las listas de los partidos,<br />

veo a l@s candidat@s y pienso ¿Qué hemos hecho<br />

para merecer esto?<br />

| EMEEQUIS | 02de ABRIL de 2012<br />

05


suave patria<br />

Tras el éxito obtenido en las redes sociales, la cadena ha<br />

anunciado una nueva campaña, en la que otra vez mostrará<br />

sensibilidad y buen gusto al momento de utilizar eventos<br />

coyunturales para su promoción.<br />

Vean:<br />

A temblar, clientes<br />

Después del sismo de 7.4 grados que afectó diversos estados del país,<br />

la cadena de supermercados Walmart publicó en su cuenta de Twitter:<br />

“Ahora sí pusimos a temblar a las otras<br />

tiendas con nuestros precios”<br />

¡Nuestros precios bajos te<br />

harán perder la cabeza!<br />

Libérate… de la depresión.<br />

¡Prozac al 50%! Hasta mayo 30<br />

¿Eres coqueto? ¡Aprovecha<br />

nuestras rebajas en cosméticos!<br />

Rafagueamos los altos<br />

precios de nuestros rivales


Sí… bueno… los que hacemos esta sección<br />

desearíamos ser astronautas.<br />

Pero la vida es cruel, Juanito. Cruel.<br />

Justo cuando ya te habías<br />

olvidado de que existía…<br />

¡ESTÁ DE REGRESO!<br />

Rafael Acosta Juanito en<br />

purgatorio<br />

¡Quiero ser Presidente!


La gran poetisa hindú<br />

Rabina Gran Tagore<br />

El inconfundible<br />

José Luis Borgues<br />

Más intelectuales<br />

apoyan a Josefina<br />

Ante las burlas desatadas por la atribución errada del “Premio<br />

Nobel de la Paz” por parte del equipo de Josefina Vázquez<br />

Mota al peruano Mario Vargas Llosa, escritores<br />

allegados al PAN manifestaron su respaldo a la<br />

candidata, aconsejándole hacer caso omiso de la<br />

sorna en su contra. He aquí quienes le apoyan.<br />

A mí Fox también<br />

me dio un Nobel,<br />

¡qué amable!<br />

El poeta Ricardo Arjona<br />

La colombiana<br />

Isabel Restrepo<br />

Lástima que ninguno de ellos existe… salvo Arjona, que pa'l caso es lo mismo.


Sería injusto, pero además iluso, esperar campañas atractivas<br />

con un elenco tan escaso.<br />

Una mujer formada en la ignorancia práctica de los<br />

libros de autoayuda, con un desempeño anodino cuando<br />

fue secretaria de Estado y legisladora, con tan escasa<br />

destreza política que no manifiesta sonrisa, ni frase, ni<br />

ofrecimiento que parezcan auténticos.<br />

Un personaje estancado en el fundamentalismo acerca<br />

de sí mismo, que después de arruinar parte de su propio<br />

capital político quiere parecer distinto; con un discurso<br />

tan demagógico como el anterior pero que no se aparta<br />

un ápice del caudillismo (valga la redundancia) autoritario<br />

que algunos despistados siguen considerando de<br />

izquierda.<br />

Un candidato sin relevantes méritos propios pero<br />

arropado en el oropel mediático que, sin embargo, no<br />

disfraza las formas (y el fondo) de la vieja política priista;<br />

su oferta de eficacia se contradice con una gestión harto<br />

controvertible en el Estado de México: tráfico de influencias,<br />

inseguridad creciente, justicia estancada, atonía en<br />

la vida parlamentaria, desdén por los ciudadanos.<br />

Josefina Vázquez Mota padece el dilema de todos los<br />

candidatos de un partido en el gobierno. No puede deslindarse<br />

de la jactancia y los deslices del presidente Calderón,<br />

pero tampoco puede avalarlos. Sin embargo, sus<br />

problemas cardinales los sobrelleva ella misma. Carente<br />

de proyecto político digno de ese nombre, se desenvuelve<br />

al vaivén de la coyuntura. Quisiera estar a la caza de<br />

pifias de su contendiente priista para enfrentarlo en los<br />

medios pero la tienen entretenida sus propios errores.<br />

Y no son pocos, porque padece una curiosa propensión<br />

a decir antes de pensar. La debilidad en el discurso la<br />

atempera mimetizándose con sus audiencias. A fuerza<br />

de asumir perfiles de otros, carece del suyo propio.<br />

Andrés Manuel López Obrador es demostración palmaria<br />

de aquella máxima acerca de la tragedia y la comedia.<br />

El mismo que, derrotado ya, alegó un fraude<br />

que jamás pudo demostrar y amenazó incendiar al país,<br />

ahora prodiga melaza y mimos. No se trata de un discurso<br />

nuevo sino únicamente de otras formas de retórica<br />

autocomplaciente: el bueno, el infalible, el preclaro, el<br />

iluminado soy yo. Personaje y discurso reeditan modos<br />

del siglo XIX sin que nadie le haga el servicio de<br />

avisarle que ya estamos en el XXI. También es atávico<br />

el paternalismo con el que trata lo mismo a feligreses<br />

en los mítines que a secuaces de las tribus en las que<br />

se fragmenta el PRD.<br />

Enrique Peña Nieto tiene la ventaja de una mayoría<br />

irrefutable, cultivada lo mismo en las ganas de ilusionarse<br />

aunque sea en la comodinería del malo por conocido, que<br />

en el desencanto de la sociedad fastidiada con las torpe-<br />

Por Raúl Trejo Delarbre<br />

Las peras, el olmo<br />

Una mujer con<br />

formación de<br />

libros de auto-<br />

ayuda y labor<br />

anodina en<br />

puestos públicos.<br />

Un personaje<br />

que tras<br />

arruinar parte<br />

de su capital<br />

político quiere<br />

parecer distinto.<br />

Un candidato sin<br />

relevantes méritos<br />

propios pero<br />

arropado en el<br />

oropel mediático.<br />

No, no hay<br />

mucho que<br />

esperar...<br />

mostrador<br />

zas de los gobiernos panistas. Pero lo que<br />

ofrece por sí mismo es exiguo. No tiene experiencia<br />

probada para tomar decisiones<br />

importantes. No ha podido acreditar habilidad<br />

para la negociación, que siempre es<br />

cardinal en el quehacer político, por mucha<br />

maña que puedan tener en esos menesteres<br />

algunos de quienes le rodean. No<br />

está equipado con ideas propias aunque<br />

resulte exagerado considerar que no es<br />

más que polichinela de Televisa.<br />

Las campañas serán de auto defensa.<br />

En los tres meses que tienen por delante,<br />

los candidatos querrán socavar estereotipos<br />

que sus propias acciones han contribuido<br />

a erigir. La candidata de Acción<br />

Nacional buscará mostrarse como una<br />

política juiciosa, pero a cada paso le gana<br />

la frivolidad. En la conversación telefónica<br />

con uno de sus asistentes, lo más relevante<br />

no fue la acusación de espionaje contra<br />

el secretario de Seguridad Pública sino la<br />

proclividad de Vázquez Mota a burlarse<br />

como si fuera adolescente.<br />

El candidato del PRD intentará convencer<br />

de que no es políticamente viejo aunque<br />

ni su comportamiento, ni su discurso,<br />

ni la mayoría de sus adherentes lo sean.<br />

Querrá sacudirse la etiqueta de peligroso<br />

y radical; en ese empeño comprometerá<br />

algunas de sus propuestas. Pero no hay<br />

que ser clarividente para suponer que le<br />

ganará (forma es fondo) el temperamento<br />

intolerante.<br />

Los asesores de Peña Nieto pretenderán<br />

enfrentar la imagen de rusticidad<br />

intelectual —por decirlo de manera elegante—<br />

que predomina no en la apreciación de<br />

la sociedad pero sí en la opinión publicada.<br />

Además les será muy difícil conseguir que<br />

prescinda del teleprompter.<br />

Con esos candidatos no hay mucho<br />

que esperar. El olmo, ya se sabe, no es<br />

peral. Habrá pocas ideas pero abundante<br />

murmuración, demasiados spots y escasa<br />

miga. Y un tedio sordo, enfadoso,<br />

estéril.


La ciberpolítica electoral hace su debut en México<br />

Campañas 2.1:<br />

El PRI entrena a su ejército virtual


; Es hora de preparar el ataque, de desenfundar los teléfonos<br />

inteligentes, las tabletas o las computadoras y alistarse para el<br />

enfrentamiento cibernético que los candidatos presidenciales<br />

de México van a experimentar por primera vez. Porque en 2012<br />

la batalla por la conquista de Los Pinos se dará en tres frentes:<br />

tierra, aire y ciberespacio.<br />

Las redes sociales son el nuevo ingrediente del proceso<br />

electoral, están jugando un papel relevante, aunque nadie sabe<br />

bien a bien qué tanto influirán en los resultados finales.<br />

Irónicamente es el PRI, el partido más identificado con lo<br />

vetusto, el que parece mejor preparado —hasta el momento— en<br />

la arena virtual. Es el que está armando a un ejército de tuiteros<br />

para contener las críticas a su candidato, Enrique Peña Nieto,<br />

y tratar de posicionar sus mensajes de campaña.<br />

Los priistas dicen estar ya atrincherados en una amplia<br />

estructura digital. El líder de la campaña en línea del PRI,<br />

@SergioJose habla con emeequis de la estrategia con que<br />

buscarán salir vencedores.<br />

Por Vanessa Job vanessa@m-x.com.mx<br />

Fotografías: Eduardo Loza


En los primeros días del pasado diciembre un<br />

inesperado espectáculo-debate estalló en el ciberespacio.<br />

El origen, un tropezón del candidato<br />

del PRI a la Presidencia de la República, Enrique<br />

Peña Nieto, cuando en la Feria Internacional del<br />

Libro de Guadalajara no pudo citar tres libros<br />

que hubieran “marcado su vida”. Las cosas ya<br />

estaban mal, pero se pondrían peor cuando su<br />

hija Paulina dio RT a un mensaje de su novio:<br />

“@Pau_95Pena… un saludo a toda la bola de pendejos,<br />

que forman parte de la prole y solo critican<br />

a quien envidian!… (sic)”.<br />

El desacierto de Peña Nieto, los mensajes y su<br />

efecto político resultaron en una caída del priista<br />

en las preferencias electorales. Según el encuestador<br />

Roy Campos, de Consulta Mitofsky, le costó<br />

tres puntos porcentuales, que equivalen a cerca<br />

de millón y medio de votos.<br />

Ya no hubo manera de detener reacciones en<br />

Twitter al error del ex gobernador del Estado de<br />

México.<br />

Entre el 3 y el 6 de diciembre, los usuarios de<br />

esta red social hicieron uso de la parodia, la crítica<br />

mordaz y de un ácido humor expresados a través<br />

de sus tuits.<br />

Así, La insoportable levedad del gel (en lugar de<br />

La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera)<br />

fue mencionado como el libro más leído por el<br />

abanderado del PRI, conocido por el copete bien<br />

embadurnado que es parte de su identidad mediática.<br />

Y “Martín Burger King” (en alusión a Martin<br />

Luther King, líder del movimiento antirracista<br />

en Estados Unidos) se convirtió en autor leído por<br />

Peña Nieto.<br />

Los tuiteros crearon además hashtags (etiquetas<br />

para agrupar mensajes con el mismo<br />

tema) como #LibreríaPeñaNieto, #SoyProle y<br />

#ProleForever, donde se multiplicaron chistes,<br />

burlas, críticas, pronunciamientos políticos y<br />

hasta anuncios que imitaban la campaña publicitaria<br />

de la librería Gandhi con mensajes como:<br />

‹‹Soy prole ctura››.<br />

‹‹Mi abuela decía: “Si no lees, vas a dar Pena<br />

Nieto”››.<br />

‹‹La ignorancia no sólo es un error, también da<br />

Pena››.<br />

‹‹No le regalen su voto a Peña Nieto, mejor<br />

regálenle un libro”.<br />

‹‹Ninel: no estás sola. Con amor, Enrique›› (en<br />

referencia a Ninel Conde, actriz que ha tenido varios<br />

desaciertos en sus comentarios públicos. Por<br />

ejemplo, cuando confundió un fenómeno natural<br />

como el tsunami con la pasta de pescado llamada<br />

surimi).<br />

José Merino, politólogo y especialista en redes<br />

sociales, dice que con ese tropiezo se rompió<br />

la idea de “invulnerabilidad” con la que hasta entonces<br />

había navegado Enrique Peña Nieto.<br />

“Este sería el primer ejemplo de cómo Twitter<br />

sí podía afectar el voto para el candidato priista.<br />

Claro que no todo es atribuible a esta red social,<br />

pero dejó de ser un elemento menor. Peña Nie-<br />

to podía perder puntos en las encuestas por sus<br />

errores. Dejó de ser intocable”, explica el profesor<br />

del Instituto Tecnológico Autónomo de México<br />

(ITAM).<br />

El caso demostró la importancia que han cobrado<br />

las redes sociales como espacio natural para<br />

las batallas por la Presidencia de la República, que<br />

se suma a los otros frentes tradicionales: por tierra,<br />

tocando de puerta en puerta para convencer<br />

a indecisos; por aire, bombardeando con spots en<br />

los medios electrónicos.<br />

Según los encargados del frente virtual del<br />

PRI, ellos serán el blanco a vencer en la contienda<br />

electoral por tener en este momento al candidato<br />

puntero en las encuestas. Para enfrentar los embates,<br />

afirman tener listo a su ejército, encabezado<br />

por quien se identifica con el nombre virtual de<br />

@SergioJose.<br />

En la vida real, el presidente del Movimiento<br />

Nacional de Cibernautas del PRI responde al<br />

nombre de Sergio José Gutiérrez. Nacido en Nuevo<br />

León, este hombre de 38 años, tez blanca y cabello<br />

corto, se describe como “ciberactivista de<br />

izquierda progresista” y “buscador de ciudadanía<br />

que se dedica a informar, involucrar y sincronizar”.<br />

Su cuenta en Twitter es seguida por casi 36<br />

mil personas y ha emitido alrededor de 9 mil 500<br />

tuits desde el 1 de enero de 2009.<br />

Fue a partir de ese año cuando empezó a diseñar<br />

las tácticas del PRI en internet —con énfasis<br />

en las redes sociales—, que puso en marcha en 21<br />

de las 24 campañas a gobernador que ha habido.<br />

Fue el estratega de las campañas juveniles<br />

de los candidatos José Natividad González Parás<br />

(Nuevo León, 2003), Enrique Peña Nieto (Estado<br />

de México, 2005), Beatriz Paredes (DF, 2006) e<br />

Ivonne Ortega (Yucatán, 2007).<br />

El líder de los ciberactivistas priistas es un urbanista<br />

de profesión, con posgrados en la Universidad<br />

de Dinamarca, la Universidad de Barcelona<br />

(en línea) y Harvard en los temas de planeación<br />

urbana y uso de tecnologías de la información.<br />

Fue observador internacional en las campañas<br />

electorales en internet de José Luis Rodríguez Zapatero<br />

en España, de Segolène Royal en Francia y<br />

Barack Obama en Estados Unidos.<br />

La entrevista con Sergio José Gutiérrez se realiza<br />

en la Fundación Colosio. Apasionado del tema,<br />

explica que el Movimiento Nacional de Cibernautas<br />

del PRI está organizado en una especie de<br />

nodos y que él es el responsable de integrarlos a<br />

todos.<br />

Toma el cuaderno y dibuja varios círculos<br />

que representan a 10 organizaciones de activistas<br />

desde donde se activa el movimiento masivo de<br />

los priistas en línea.<br />

Un círculo para cada una de las confederaciones:<br />

la Nacional de Organizaciones Populares, la<br />

Nacional Campesina, la de Trabajadores de México;<br />

otro para el Movimiento Territorial, otro para<br />

el Instituto de Capacitación y Desarrollo Político,<br />

| EMEEQUIS | 02 dE abRIL dE 2012<br />

13


uno más para la Fundación Colosio; el Organismo<br />

Nacional de Mujeres también tiene su círculo, hay<br />

otro para la Federación Nacional de Municipios en<br />

México y algunos para los diputados locales, las<br />

organizaciones adherentes y el PRI.<br />

En cada uno de estos nodos existe un dirigente<br />

cibernauta que coordina a un gran número de<br />

priistas en los 32 estados del país. A Sergio José le<br />

toca ponerse de acuerdo con todos los coordinadores<br />

en las acciones a emprender para la campaña<br />

en línea.<br />

—¿De qué tamaño es el ejército del PRI en las<br />

redes sociales?<br />

—Lo estamos articulando, no tenemos el número<br />

todavía. Lo tendremos claro para dentro de<br />

un mes, mes y medio.<br />

—¿Cuántos tienen ya en esa plataforma?<br />

—Vamos en miles. Y el reto es lograr en internet<br />

la misma fuerza que el partido tiene en tierra,<br />

pero sin los mismos mecanismos y prácticas.<br />

—¿Sin acarreo?<br />

—Definitivamente sin acarreos, si es que existen<br />

en otras partes. A lo que voy yo es que la estrategia<br />

de un partido en aire consiste en difundir mensajes;<br />

la estrategia de un partido en tierra es ir casa<br />

por casa, y la estrategia del equipo en línea debe ser<br />

distinta por dos razones.Una, el ejercicio territorial<br />

tiende a homogeneizar sectores, internet no: todos<br />

somos diferentes aunque tengamos algunas coincidencias.<br />

Dos, los priistas en línea tienen entre 18<br />

y 45 años. La mitad son jóvenes. Son la gente más<br />

estudiada de mi partido, la más urbana, la más global<br />

y la gente con menos miedo al cambio. Eso nos<br />

obliga a hacer una estrategia diferente.<br />

Hay quienes esperan que la estrategia del PRI<br />

en línea sea avasalladora y nos acusan de querer<br />

marcar la agenda siempre. Pero no. No es por ahí.<br />

Nuestra estrategia, que no hemos acabado de<br />

definir —reconoce— y que estará lista en abril, es<br />

de escuchar e ir y preguntar.<br />

Desde hace tres meses Sergio José se ha dedicado<br />

a agrupar a la comunidad de priistas en<br />

ciberactivistas.org.mx, una plataforma parecida a<br />

Facebook.<br />

Ese sitio, al que se entra previo registro, forma<br />

parte de la red priista del país. El mecanismo<br />

es sencillo: por registrarse, el usuario accede al<br />

nivel uno y dependiendo de cuántas personas va<br />

convenciendo de sumarse, va subiendo de nivel<br />

y teniendo una mayor participación en las tareas<br />

de campaña y más proximidad con Enrique Peña<br />

Nieto.<br />

En el nivel uno se puede ver un timeline (TL,<br />

historial de mensajes) donde los priistas se saludan,<br />

se echan porras, hacen<br />

comunidad, conversan y<br />

se recomiendan cuentas de Twi-<br />

tter para seguir.<br />

Por ejemplo, el 28 de febrero<br />

Gustavo Martínez Pérez pidió:<br />

“Amigos priistas ayúdenme a seguir esta cuenta<br />

de twitter es en apoyo a nuestro candidato EPN @<br />

Twitver_epn trabajamos de la mano con ectivismo<br />

(sic) y observatorio PRI. Pido su ayuda para<br />

tener mas seguidores, un abrazo”.<br />

Esa cuenta pertenece a los priistas veracruzanos<br />

que apoyan a Peña Nieto. La estrategia de<br />

Sergio José es conformar un gran contingente de<br />

tuiteros priistas que “le entren al debate y a escuchar”<br />

y se aguanten las constantes críticas que<br />

reciben. Eso no es fácil: el propio dirigente admite<br />

que tiene que esforzarse por no contestar a los críticos<br />

algo que pueda sonar inapropiado.<br />

Sergio José cuenta que además, como parte de<br />

la estrategia, los candidatos van a comprometerse<br />

a cumplir con una agenda digital.<br />

“Habrá candidatos a senadores y diputados de<br />

nuestro partido, y de partidos que vayan en alianza<br />

con nosotros, que tomarán un curso y se comprometerán<br />

a ciertas cosas. Les vamos a dar un<br />

sello y deberán firmar compromisos de impulsar<br />

el derecho al conocimiento, a la información y a la<br />

conectividad como garantía constitucional”.<br />

El periodo intercampañas ha sido aprovechado<br />

por los cibernautas del PRI para realizar ejercicios<br />

de articulación y probar qué tan efectivos<br />

pueden ser ante los ataques antipriistas que van a<br />

vivir durante la campaña electoral.<br />

El primero lo hicieron a propósito del 83 aniversario<br />

de su partido. Ese domingo 4 de marzo<br />

acordaron preguntarle a la gente #quePRIquieres.<br />

El tema empezó a ser retomado por la comunidad<br />

tuitera y —según el reporte interno del PRI— a las<br />

16 horas, con la “activación masiva de estructura<br />

cibernauta”, apareció entre los temas más populares<br />

junto con otros hashtags.<br />

“No salimos a decir los logros que tenemos<br />

como partido, ni salimos a defender los errores<br />

que hemos cometido. No, salimos a preguntar<br />

a los priistas, a nuestros amigos, rivales y sobre<br />

todo a nuestros críticos ¿qué PRI quieren?”, expone<br />

Sergio José.<br />

Cuenta que su intención no era generar un<br />

trend topic (TT, tema del momento) pero que sucedió<br />

porque, asegura, “todo el priismo estaba<br />

preguntando”.<br />

En el reporte de actividad se lee que como resultado<br />

obtuvieron “propuestas personales” de<br />

tuiteros, “la mayoría a favor y algunos tweets en<br />

contra”.<br />

Sin embargo, la impresión de usuarios de<br />

Twitter no priistas es que la mayoría de los comentarios<br />

eran negativos. El tono de muchos<br />

mensajes fue semejante a éstos:<br />

@james_j_storm: #ElPRIqueQuiero no está<br />

en mis opciones de voto en este 2012 @EPN has<br />

(sic) un favor a México y desaparece.<br />

@VeritoGmz: Oigan a las cuántas veces de<br />

taggear #ElPRIqueQuiero me llega mi despensa?<br />

El hashtag obtuvo un total de 18 mil 750 im-


presiones, de acuerdo con el reporte, el cual establece<br />

que hasta las 19 horas de ese domingo 5 mil<br />

986 personas habían leído un tuit con esta etiqueta<br />

y 925 personas leyeron más de siete tuits.<br />

Días después, para recordar el Día Internacional<br />

de la Mujer, el equipo de Sergio José impulsó el<br />

hashtag #lamujerdehoy en un intento, dice, por<br />

conocer lo que la gente tiene que decirles y saber lo<br />

que está pasando.<br />

Para analizar los resultados tomaron una<br />

muestra aleatoria de 60 tuits en tres momentos<br />

del monitoreo, donde 90 por ciento son menciones<br />

positivas. En total lograron que participaran 6 mil<br />

356 cuentas y que se generaran más de 15 mil tuits.<br />

José Merino divide la estrategia electoral del PRI<br />

en fases. En la primera, el PRI hacía uso de bots,<br />

robots cibernéticos que simulando el comportamiento<br />

humano tratan de posicionar mensajes en<br />

Twitter.<br />

“Los dejaron de usar porque los empezamos<br />

a detectar”, dice el especialista, quien promovió<br />

que los usuarios de Twitter denunciaran la existencia<br />

de los bots.<br />

En la segunda etapa, sigue Merino, se coordinaban<br />

en lo que parecía un ejercicio coreográfico,<br />

donde les daban indicaciones de hora y mensaje a<br />

posicionar.<br />

“Vieron que la estrategia no estaba funcionando<br />

porque no estaban logrando afectar a nadie.<br />

El tema de redes sociales es efectivo si y sólo si<br />

logras, mediante las conexiones que las personas<br />

tienen en Twitter, transmitir información o contagiar<br />

comportamientos, algo que ocurre todo<br />

el tiempo en Twitter. Como cuando alguien dijo<br />

#quitemosunanuncio: se transmitió la información,<br />

se contagió el comportamiento y veías gente<br />

organizada en las calles retirando la propaganda<br />

electoral”.<br />

Lo que querían los priistas, destaca Merino,<br />

“era replicar esos efectos fingiendo la existencia<br />

de una red social de gente que espontánea y genuinamente<br />

estaba apoyando a Peña Nieto. Y eso<br />

no ocurría. Los tuiteros se daban cuenta y reaccionaban<br />

negativamente”.<br />

Por eso, los hashtags tipo #EPNypormucho<br />

“no funcionaron, los tuiteros se apoderaron<br />

del espacio y la mayoría de la menciones eran<br />

negativas”.<br />

En esta tercera etapa, evalúa Merino, los priistas<br />

han cambiado de estrategia e intentan entablar<br />

un diálogo con los tuiteros a través de preguntas.<br />

“Se dieron cuenta de que la estrategia de los<br />

bots y de las coreografías era incorrecta y que el<br />

éxito puede estar en cogenerar contenidos en<br />

torno a la campaña. Si ellos preguntan ‘qué PRI<br />

queremos’ evidentemente van a tener muchas<br />

menciones negativas, pero también van a tener<br />

respuestas genuinas por parte de muchos tuite-<br />

Breve<br />

glosario<br />

para no<br />

iniciados*<br />

Follower, seguidor.-Persona que está suscrita a<br />

Twitter y sigue la cuenta de otro usuario.<br />

Hashtag.- Etiqueta de Twitter formada por el símbolo<br />

# y una palabra o frase (escrita sin espacios intermedios),<br />

por ejemplo: #Elecciones2012. Twitter concentra<br />

los tuits que contienen el mismo hashtag, y así éste<br />

funciona como motor de búsqueda.<br />

Retweet, retuit, RT.- Se da un RT (abreviatura de<br />

retuit) cuando un usuario reenvía a los seguidores de<br />

su cuenta el tuit de otro.<br />

Timeline, TL.- Es el historial de los tuits de una cuenta<br />

o de varias, clasificadas en diversas formas.<br />

Trending Topic, TT / Trends /<br />

Temas del Momento.- Las 10<br />

palabras de Twi-<br />

t ter con mayor<br />

número de seguidores<br />

participantes.<br />

Se supone que es<br />

resultado de un<br />

complejo algoritmo<br />

que muestra<br />

las palabras más mencionadas<br />

en los tuits,<br />

aunque ha habido casos<br />

que han despertado<br />

sospechas sobre<br />

la manipulación o<br />

censura de temas,<br />

como WikiLeaks<br />

y la detención de<br />

su líder, Julian assange,<br />

a los que<br />

se les sacó o bajó<br />

de los TT.<br />

Twitteros, tuiteros.- Usuarios<br />

de Twitter.<br />

Tweet, tuit.- Cada mensaje de hasta<br />

140 caracteres que publica un usuario<br />

en Twitter.<br />

*Fuente: blog esTwitter<br />

| EMEEQUIS | 02 dE abRIL dE 2012<br />

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os, que van a sentirse escuchados. Así generas un<br />

grado de confianza y efectividad mucho mayor al<br />

que te puede dar estar mandando 140 caracteres<br />

totalmente inocuos”.<br />

Sergio José, dirigente de ciberactivistas del<br />

PRI desde hace dos años, asegura que ellos nunca<br />

han usado robots en su campaña. “Los partidos<br />

no requieren bots. El PRI no cree en los bots. En<br />

nuestro caso estoy seguro de que nos los siembran<br />

y luego nos acusan. Tampoco es una estrategia del<br />

PRD ni algo que yo haya leído en el PAN recientemente.<br />

Es una cuestión de compañías que quieren<br />

verse necesarias a la hora de vender sus servicios,<br />

pero hay que desbotizar a México”.<br />

Cuando se le pregunta al líder cibernético sobre<br />

el antipriismo que se percibe en las redes sociales,<br />

replica que es causado por bots y por líderes<br />

de opinión más identificados con la izquierda.<br />

“Aproximadamente 70 por ciento de los que<br />

nos pegan tienen menos de cinco seguidores. Y<br />

hay una parte importante que nos golpea de las<br />

izquierdas, donde parecieran dogmáticos. Y yo<br />

les digo que nos den chance. Toleren a esta parte<br />

del PRI que está en redes, donde vamos haciendo<br />

ejercicios de escuchar, de reflexión y de<br />

autocrítica”.<br />

Sergio José piensa que en las redes sociales deben<br />

seguir una estrategia que sirva para convencer<br />

a México de que se involucre en el cambio social.<br />

“Nosotros representamos el cambio. No es Josefina,<br />

no es el PAN. No creemos que AMLO sea el<br />

cambio. Le admiramos virtudes, pero no creemos<br />

sea el momento de Andrés Manuel”.<br />

—¿Cómo le va a hacer para que la gente le crea?<br />

—Vamos a seguir preguntando en la redes y<br />

nos van seguir acusando de usar bots y de que tenemos<br />

trending topics.<br />

—¿Cuál es la diferencia de la estrategia del PRI<br />

en Facebook y en Twitter?<br />

—En Facebook vamos muy leve porque es mucho<br />

más sencillo y es mucho menos abierto. En<br />

Twitter te puede seguir quien quiera, en Facebook<br />

tienes 5 mil amigos y ya. Tú mundo está cerrado.<br />

Facebook es una estrategia de fotografías más que<br />

nada. Twitter es un debate, es activismo.<br />

Ahora, ya como candidato formal a la Presidencia,<br />

Enrique Peña Nieto y el ciberactivismo<br />

priista tienen un gran reto por delante, pues<br />

a pesar de su ejército y sus líneas de acción, el<br />

mexiquense sigue siendo trending topic y no de<br />

forma positiva. Hace un par de semanas era la<br />

comidilla en Twitter por usar teleprompter en su<br />

toma de protesta, hecho del que surgieron los<br />

hashtags #EPNTeleprompter y<br />

#Teleprompter.<br />

En las redes sociales ninguno<br />

de los candidatos presidenciales está a salvo.<br />

Josefina Vázquez Mota ya pasó por el bullying<br />

cibernético cuando fue inventado el hashtag<br />

#PartidoAloneNacional después de que tomó<br />

protesta como candidata presidencial del PAN con<br />

el Estadio Azul semi vacío.<br />

También le llovieron críticas, que se reunieron<br />

en #JosefinainsultaalaUNAM, por un fragmento<br />

de su tesis en el que dice que la UNAM dejó<br />

de cumplir con su función hace mucho tiempo y<br />

se convirtió “en un monstruo que alberga más<br />

de medio millón de estudiantes que lamentablemente<br />

no tienen ningún interés en su preparación<br />

profesional”.<br />

Antes ya había tenido un tropezón. El miércoles<br />

14 de marzo, en un encuentro con estudiantes<br />

del Instituto Tecnológico Autónomo de México<br />

(ITAM), mientras hacía un recuento de sus estudios<br />

en escuelas públicas, Vázquez Mota remató<br />

con una frase desafortunada: “Y bueno, como<br />

nadie es perfecto, pues después me fui a estudiar<br />

Economía en la Ibero” (Universidad Iberoamericana).<br />

La reacción en Twitter fue inmediata:<br />

@Yleananava: ‘No soy perfecta, estudié en la<br />

Ibero’ O sea cómo? Los de la Ibero son una bola de<br />

imperfectos?<br />

@CowboyJunkye: Ibero Ahora resulta que JVM<br />

se siente mal por estudiar en la uia.... le da pena. he<br />

renegado de muchas cosas, pero no de la uia.<br />

@Temin9: Cero y van 2 Chepinita. La Ibero y<br />

ahora la UNAM. Ya mejor insulta a todas las universidades<br />

en general.<br />

Desde su cuenta @JosefinaVM, la panista trató<br />

de reaccionar: “Lamento que algunas personas<br />

deseen desvirtuar un comentario que jamás tuvo el<br />

propósito de lastimar a mi alma máter”.<br />

Pero era demasiado tarde. Sus palabras ya habían<br />

generado un huracán de comentarios, se había<br />

convertido en un TT.<br />

Igual pasó con la supuesta grabación donde<br />

acusaba de espionaje al titular de Seguridad Pública<br />

federal y a la vocera de Presidencia, Alejandra<br />

Sota: “Un saludo cariñoso para Genaro García<br />

Luna que nos graba en lugar de grabar al Chapo.<br />

Y un saludo muy amoroso a Alejandra Sota, que<br />

filtra todas nuestras llamadas telefónicas. Pinche<br />

Sota, o sea”. Los tuiteros se dieron vuelo.<br />

Aunque con frecuencia es centro de críticas y<br />

duros comentarios, el candidato de las izquierdas,<br />

Andrés Manuel López Obrador, todavía no ha tenido<br />

su momento estelar de bullying cibernético.<br />

Es cuestión de tiempo.<br />

Las campañas apenas han arrancado y las batallas<br />

por la Presidencia de la República en el ciberespacio<br />

seguirán dejando saldos inesperados<br />

para los candidatos. ¿Quién será el mejor jugador<br />

en este terreno? Nadie se atrevería a apostar en<br />

este momento, pero es un juego que no habrá que<br />

perderse.


| EMEEQUIS | 02 dE abRIL dE 2012<br />

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IlustracIón: Manjarrez


¡Aviéntales<br />

el<br />

cerillo,<br />

son secuestradores!


Un rumor se esparce como flama tras un chispazo: tres hombres<br />

querían secuestrar a unas jóvenes. Ya es demasiado. Hace poco<br />

mataron en el panteón a tres muchachos y luego a otros dos.<br />

“¡Agárrenlos y llévenlos a la cárcel!”.<br />

Gente del pueblo lo hace. Ahí los guardan hasta que alguien<br />

grita: “Los van a soltar”. Hay decenas de habitantes que no están<br />

dispuestos a tolerarlo, sea o no cierto. Así que sacan a los<br />

acusados: los jalan, los insultan, les pegan, les gritan, los patean.<br />

Los receptores de tanta furia no entienden por qué. No importa.<br />

De una persona a otra se pasan un garrafón azul y una botella<br />

de Coca Cola. Ambos con gasolina.<br />

La turba ruge, enloquecida. “¡Pinches secuestradores!”.<br />

Los amenazan, los apalean, los empapan de combustible.<br />

Una mano hace lo impensable: presiona un cerillo contra la<br />

lija de la cajita, los dedos lo lanzan al aire y éste viaja,<br />

inexorablemente, hacia los cuerpos en el suelo. La noche se<br />

enciende durante un instante. Arde el <strong>fuego</strong> en silencio.<br />

Dos muchachos y un buen hombre mueren linchados.<br />

Ninguno tenía que ver con robos o raptos. Eran inocentes.<br />

Por Humberto Padgett<br />

padgett@m-x.com.mx • @HumbertoPadgett<br />

Fotografías: Eduardo Loza


Chalco, Estado de México.- Una mano sacude el empaque<br />

de cartón para constatar que, en su interior, existen<br />

suficientes cerillos. El minúsculo cajón se desliza hacia<br />

afuera y, en su interior, prevalece el desorden entre las<br />

varitas de papel encerado de tres centímetros y medio de<br />

largo con punta inflamable. Es la noche del viernes 10 de<br />

febrero de 2012 y aquí, en San Mateo Huitzilzingo, esos<br />

pabilos son un arma mortal.<br />

El índice y el pulgar de la otra mano escogen un fósforo,<br />

lo extraen y cierran la cajita.<br />

La multitud contiene el aire. Espera. Vibra. Exige.<br />

“¡Ya préndanles <strong>fuego</strong>, cabrones!”, ruge “alguien”.<br />

No es una voz de alguien en particular, pero ahí está, insistente.<br />

La cajita gira y muestra su canto de lija.<br />

En la plaza pública de este pueblo dos hombres abatidos<br />

en el suelo se quejan. Respiran aún. Los bañan con<br />

gasolina. El tercero, casi un niño, está tendido a pocos<br />

metros. Ya ni golpean su bulto. No tiene caso, está muerto.<br />

De todas formas también lo impregnan con combustible.<br />

“¡Ya aviéntenles el cerillo!”, demanda la turba.<br />

La cabeza del cerillo raspa la superficie áspera de<br />

la lija. El jalón es firme. El agregado de azufre respira y<br />

traslada las partículas necesarias de oxígeno para que el<br />

compuesto de fósforo, hecho para ganar calor de inmediato,<br />

se incendie. Minúsculas explosiones ocurren en la<br />

cabeza coloreada, como una melena pelirroja sacudida<br />

por el viento.<br />

El recubrimiento de parafina del cerillo se prende. Es<br />

una pequeña antorcha. No hace falta más.<br />

Los dedos sacuden el pabilo, estabilizan el <strong>fuego</strong>. El<br />

codo se flexiona, lleva la mano con dirección al hombro.<br />

La multitud se repliega para asegurar sus propios cuerpos,<br />

pero se mantiene lo suficientemente cerca para ver<br />

el momento ansiado.<br />

El brazo hace el resorte y los dedos sueltan e impulsan<br />

a la vez el cerillo para que éste viaje con la trayectoria de<br />

parábola necesaria. La flama viaja hacia uno de los cuerpos<br />

tirados; la tenue temperatura de la noche evapora la<br />

gasolina. Y la luz ardiente la toca.<br />

***<br />

José Manuel Mendoza Gil, a quien todos conocen como<br />

Pepe, nació el 12 de mayo de 1985 en el Distrito Federal;<br />

era el último de los cuatro hermanos que crecieron en el<br />

barrio de Peñón de los Baños, al oriente de la ciudad.<br />

Faustino, su padre, se dedicó siempre a la albañilería.<br />

Su salario apenas daba para mitigar el hambre familiar,<br />

así que su esposa no tuvo más remedio que trabajar en un<br />

puesto callejero de comida. Por eso, porque debía pasar<br />

buena parte del día fuera de casa, la verdadera madre de<br />

crianza de José Manuel fue su hermana mayor, Verónica.<br />

“Cuando fue la primera guerra en Irak —cuenta Verónica—,<br />

Pepe iba al kínder. Un día tuvieron una excursión<br />

a la fábrica de pan Bimbo. Él me abrazaba con mucho<br />

miedo. No se me quería apartar”.<br />

—¡No me dejes, manita! ¡No me dejes! —suplicaba el<br />

niño.<br />

—Pero vas a hacer pan, mi amor —le acarició la cabeza<br />

Verónica.<br />

–No quiero ir, me van a llevar a la guerra y tengo mu-<br />

cho miedo. No quiero morir —lloró Pepe con<br />

pleno convencimiento de que algo malo le<br />

ocurriría.<br />

—No, manito, ¿cómo crees? Yo aquí te<br />

voy a esperar. Cuando regreses —recuerda<br />

Verónica y se quiebra en llanto al contar la<br />

anécdota— te voy a comprar una paleta de limón,<br />

de las que te gustan —la mujer jala aire,<br />

aprieta los hombros, mira al techo—. Pero te<br />

tienes que portar bien.<br />

—Tengo miedo de que me maten.<br />

Poco después de que Pepe cumpliera 10<br />

años, su padre ya no pudo pagar el alquiler de<br />

una casa. Y como tampoco tenía manera de<br />

comprar un terreno en esa zona empobrecida<br />

del DF, se internó con su familia en el Estado<br />

de México, en un pueblo de tierra y hierba del<br />

municipio de Chalco, un lugar llamado San<br />

Juan Tezompa.<br />

Carecía de drenaje, de agua potable corriente<br />

y de energía eléctrica. Las calles no<br />

estaban pavimentadas. Era extraño que pasara<br />

el servicio de recolección de basura, pero<br />

más lo era el avistamiento de una patrulla<br />

policiaca.<br />

Dieciséis años después, todo continúa<br />

igual.<br />

* * *<br />

No entiende nada. No hay modo de que pueda<br />

hacerlo. La marea de brazos lo saca violentamente,<br />

lo arrastra desde la reducida celda<br />

para borrachos en que ha pasado las últimas<br />

horas. Pepe intenta asirse de algo, pero no hay<br />

nada, sólo un frío piso de cemento aplanado.<br />

Aúlla, lucha inútilmente, grita con desesperación.<br />

Pero este viernes 10 de febrero<br />

nada logrará. Alguien, un “alguien” absolutamente<br />

indeterminado, abre una botella de<br />

Coca Cola llena de gasolina y la vacía sobre su<br />

cara y su cuerpo. Pepe no entiende. Nadie le<br />

explica nada. Lo patean. Lo apalean. Un puñetazo<br />

le lastima la cara. “¡Secuestrador!”, le<br />

gritan casi a coro. No ha dejado de escuchar<br />

esa palabra durante toda la tarde. “¡Secuestrador,<br />

te vamos a matar!”.<br />

Lo sacan y lo dejan caer a la entrada del<br />

edificio delegacional de San Mateo Huit-<br />

zilzingo, en Chalco, Estado de México.<br />

Está empapado. Imposible saber si es por<br />

el sudor frío, por su propia sangre o por la gasolina<br />

con que lo han bañado.<br />

—¡Ya, pinche Perra, échales el cerillo!<br />

—¡Perra, no seas maricón y préndelos!<br />

—conmina otra voz en medio de la mul-<br />

titud.<br />

El Perra mira alrededor. La muchedumbre<br />

jadea, exhausta después de golpear ininterrumpidamente<br />

durante 15 minutos a Pepe,<br />

un albañil de 26 años de edad, y a Raúl y a<br />

Luis Alberto, dos jóvenes de 16 años.<br />

La noche se incendia por un instante.<br />

| EMEEQUIS | 02 DE ABRIL DE 2012<br />

21


| EMEEQUIS | 02 DE ABRIL DE 2012<br />

22<br />

* * *<br />

Pepe concluyó la primaria y estudió la escuela<br />

secundaria en Tezompa, pero no pudo<br />

continuar con la preparatoria ante el agobio<br />

de la pobreza. En los terregosos llanos del<br />

pueblo, que delimitaban con cal y en cuyos<br />

extremos colocaban tres palos para formar<br />

las porterías del campo de juego, encontró<br />

su pasión: el futbol. También ahí se ena-<br />

moró.<br />

Cuando la familia Mendoza Gil se mudó<br />

al Estado de México, los pocos vecinos le encontraron<br />

a Faustino Mendoza parecido con<br />

un jugador de futbol de la época, apellidado<br />

Gómez. Faustino se convirtió entonces en<br />

El Tío Gómez, y su hijo menor, Pepe, en<br />

El Gómez Chico.<br />

A los 15 años Pepe conoció a Arely, una<br />

muchacha de su edad, a la que al poco tiempo<br />

“se robó”, como en la tradición pueblerina<br />

se explica el hecho de que, con la aprobación<br />

de la “robada”, pero sin el consentimiento de<br />

sus padres, ella se vaya a vivir a casa de su<br />

novio o, más precisamente, a la de sus suegros.<br />

Arely se mantuvo así los 11 años de su<br />

relación. Nunca se casaron y siempre compartieron<br />

la vivienda con los padres de él.<br />

Se llamaban entre sí, afectuosamente,<br />

Gordo y Gorda.<br />

“De él me gustaba su forma de ser. Era<br />

buena gente, cariñoso. Se daba a querer. Me<br />

regalaba detalles. Una vez me llevó a la Villa<br />

de Guadalupe. Nos compramos un anillo,<br />

cada uno tenía escrito el nombre del otro.<br />

Eran de metal, muy sencillos. Baratos. Y yo lo<br />

quise mucho por dármelo. Me gustaban sus<br />

ojos y su boca. Su mirada… cuando platicábamos<br />

y nos veíamos”, llora Arely.<br />

“Mi marido siempre estaba aquí, conmigo.<br />

Del trabajo a la casa. Salíamos juntos<br />

a todos lados. Siempre llegaba a dormir. Si<br />

íbamos a una fiesta o un baile, llegábamos<br />

juntos y nos salíamos juntos. No veo de dónde<br />

pudiera sacar dinero para darle atenciones<br />

a otra mujer, porque andan diciendo que pasó<br />

lo que pasó porque andaba con otra y que se la<br />

quiso robar. Eso no es cierto.<br />

“A él siempre le gustaba que sus hijos estuvieran<br />

bien. A mi hija le hacía sus fiestas<br />

de cumpleaños. Una vez hizo el esfuerzo de<br />

traerle una botarga de Hello Kitty. Y en otra<br />

ocasión les regaló una imagen de la Virgen de<br />

Guadalupe con el nombre de la niña, y una de<br />

Cristo con el nombre del niño”.<br />

Pepe trabajó como repartidor de cilindros<br />

de gas; aprendió el oficio de moldurero o colocador<br />

de hule en los marcos de puertas y ventanas<br />

de autos, y finalmente tomó el camino<br />

de su padre y se hizo albañil. Su vivienda no<br />

tenía losa. El techo estaba armado con láminas<br />

de cartón. Poco a poco, y para mejorar la<br />

estancia, él mismo construyó el techado.<br />

Un año después de haberse unido a Arely,<br />

llegó su primera hija. Nació el día que el calendario de<br />

la Iglesia católica dedica a Santa Laura. Era un nombre<br />

demasiado simple, así que Pepe buscó una solución para<br />

que su hija se distinguiera: la encontró en una canción<br />

del brasileño Roberto Carlos. La bautizó “Lady Laura” y<br />

hoy tiene 10 años de edad.<br />

Aunque Pepe estaba ilusionado con tener un hijo varón,<br />

las limitaciones económicas impedían que la pareja<br />

considerara ni por asomo un nuevo embarazo. Así que él<br />

suplía la carencia de un hijo con la amistad y cercanía que<br />

había entablado con dos muchachos vecinos, Luis Alberto<br />

y Raúl, a quienes vio crecer desde pequeños, desde que<br />

él y su familia llegaron a Tezompa.<br />

* * *<br />

En Tezompa no hay persona que no haya contratado a El<br />

Gómez Chico para colar un techo, levantar una barda o<br />

construir una casa. No se encuentra a alguien que expresa<br />

la mínima queja en su contra. El dueño de la tienda<br />

de materiales de construcción jamás tuvo un problema<br />

con él. No tenía enemigos ni le gustaba armar pleitos con<br />

nadie.<br />

Y no era de los que abusan a la hora de cobrar. “Mi<br />

trabajo me recomienda. No necesito cobrar ni más ni<br />

menos”, le agradaba decir con orgullo y autoridad.<br />

“Era de las personas que por un buen amigo se quitaba<br />

la camisa”, resume un vecino. “Eran buenas gentes,<br />

personas de trabajo”, comenta el delegado de San Juan<br />

Tezompa.<br />

“Si tenía medio kilo de bisteces —ejemplifica su hermana<br />

Verónica—, me hablaba: ‘Vente carnala, vente con<br />

tus hijos’. Nunca escatimaba en ese tipo de cosas. Le<br />

gustaba que todos estuviéramos en la mesa”.<br />

Verónica camina hacia la recámara de su hermano.<br />

Vuelve con una fotografía y se sienta en la salita de la<br />

casa. Muestra la imagen de un hombre de 1.70 metros de<br />

estatura, cercano a los 80 kilos de peso, con una evidente<br />

barriga. Moreno claro, ojos grandes y cafés. Cejas pobladas<br />

y juntas. La boca pequeña, el cabello lacio y corto,<br />

con un bigote que se dejaba crecer como una sombra sobre<br />

el labio superior.<br />

—Tenía su porte mi hermano —dice orgullosa–. ¿Usted<br />

le ve cara de ladrón, secuestrador o violador? —pregunta<br />

con tono indignado sin esperar respuesta.<br />

* * *<br />

Del limitado vestuario de Pepe, una era su prenda favorita:<br />

la playera del Cruz Azul. Hijo de un albañil que<br />

siempre hablaba de las glorias pasadas de ese equipo de<br />

futbol, y él mismo un albañil en ciernes, no podía ser más<br />

que fan del equipo de la cementera.<br />

Cuando abandonaron el Peñón de los Baños, Faustino<br />

reunió a sus dos hijos menores y los llevó, después<br />

de más de dos años de no hacerlo, al Distrito Federal.<br />

Atravesaron toda la ciudad para ver, en el Estadio Azul,<br />

un juego de su equipo. Ya nadie recuerda el rival ni el resultado,<br />

sólo la emoción del chavalo que para entonces<br />

había cumplido 12 años.<br />

“¡Soy Norberto Scoponi! ¡Soy El Conejo Pérez!”,<br />

anunció a voz en cuello apenas regresó del partido a Tezompa<br />

y se encontró con una pelota, buscando quién lo<br />

retara a chutar unos penaltis e invocando a quienes acababa<br />

de ver jugar.


Pepe nunca volvió al estadio, pero eso no impidió que<br />

cada dos sábados vistiera la casaca azul y una gorra blanca<br />

con la cruz azul. Religiosamente prendía la tele cada que<br />

transmitían partido de su equipo. Pronto se acostumbró<br />

a que el Cruz Azul hiciera la mejor de todas las temporadas<br />

regulares para luego quedar eliminado en la recta<br />

final del torneo.<br />

No tuvo tiempo de ser un hombre de muchos gustos:<br />

le faltó conocer el mar, nunca llevó a su familia al cine,<br />

rara vez compraba ropa y si lo hacía, la pagaban en abo-<br />

una fábrica papelera. Ambos jóvenes eran<br />

solteros y de ellos en Tezompa sólo hablan<br />

bien. Nadie recuerda conflicto alguno en su<br />

pueblo o en Huitzilzingo y, al igual que Pepe,<br />

no tenían antecedentes penales.<br />

* * *<br />

Huitzilzingo, un pequeño pueblo del oriente<br />

mexiquense, no se distingue demasiado de<br />

los pobres poblados que lo rodean, salvo en<br />

Ninguno de los cinco homicidios ha sido aclarado. No hay sospechosos<br />

ni alguien que haya sido detenido. Nadie puede asegurar que la<br />

calma volverá a San Mateo Huitzilzingo, comunidad rural hasta hace<br />

unos años y hoy parte de la mancha urbana de la Ciudad de México.<br />

nos.<br />

“Cuando tenía trabajo, andábamos con mil pesos a la<br />

semana. Cuando no, con 50 pesos diarios debíamos comer<br />

los niños, él y yo. Cuando le iba mejor y me daba para<br />

el gasto, yo guardaba aunque fuera un poquito y lo sacaba<br />

en los tiempos difíciles. Yo vendía dulces o elotes cocidos<br />

para completar. ¿De dónde sacan que era secuestrador?”,<br />

se pregunta Arely.<br />

* * *<br />

Otra parte de la vida de Pepe se hallaba marcada por la<br />

religión. Él y su mujer fueron elegidos por sus vecinos<br />

del pueblo como mayordomos del Niño Dios durante tres<br />

años consecutivos, el último de los cuales concluyó en<br />

diciembre pasado.<br />

Como mayordomos hospedaban en su casa la imagen<br />

del Niño Dios durante dos meses, organizaban una fiesta<br />

en su honor y lo entregaban a otra casa. Cada 12 de diciembre,<br />

día dedicado a la Virgen de Guadalupe, la pareja<br />

convocaba a otra celebración.<br />

Además de su visita a la Villa de Guadalupe —la ocasión<br />

en que se obsequiaron los anillos—, Pepe y Arely sólo<br />

viajaron una vez más: para bailar ante el Señor de Chalma.<br />

Los miércoles de ceniza, al inicio de la Cuaresma, él<br />

subía a la bicicleta y pedaleaba durante dos o tres días<br />

enteros hasta llegar al sitio de peregrinaje. O caminaba,<br />

tres o cuatro días, cruzando entre los cerros.<br />

Aparte de la amistad, a Pepe lo unía otro vínculo con<br />

Luis Alberto: fue su padrino de primera comunión. La<br />

ceremonia se realizó en Tezompa el 24 de julio, día de<br />

la fiesta del pueblo dedicada a San Juan Bautista. Pepe y<br />

Arely compraron el traje del niño, los zapatos, la Biblia<br />

y el rosario. Luego hicieron una fiesta, con una modesta<br />

comida a cargo de los padres del pequeño.<br />

La cercanía de Pepe no sólo era con Luis Alberto, sino<br />

también con Raúl. La buena relación era tanta que cuando<br />

finalmente nació el hijo de Pepe, al que bautizó como<br />

José Kevin, los muchachos trataban a éste como si fuera<br />

su hermano menor, tal como Pepe había hecho con ellos.<br />

Así que no fue nada extraño que Luis Alberto y Raúl<br />

trabajaran como ayudantes de albañilería de José Manuel,<br />

aunque Raúl pronto iba a dejarlo: dos semanas antes<br />

del linchamiento se había empleado como obrero en<br />

una cosa: los brotes de violencia criminal.<br />

A principios de este año, el 9 de enero,<br />

tres jóvenes del pueblo fueron ejecutados<br />

a tiros mientras bebían afuera del panteón<br />

local. Nadie se explica por qué, pero la madrugada<br />

se quebró por la ráfaga de un arma<br />

automática.<br />

Dos días después, otros dos jóvenes de<br />

ahí fueron secuestrados. Sus cadáveres aparecieron<br />

horas más tarde en un baldío del vecino<br />

municipio de Tlalmanalco. Los torturaron<br />

antes de darles el tiro de gracia.<br />

Ninguno de los cinco homicidios ha sido<br />

aclarado. No hay sospechosos ni alguien que<br />

haya sido detenido. Nadie puede asegurar<br />

que la calma volverá a San Mateo Huitzilzingo,<br />

comunidad rural hasta hace unos años y<br />

hoy parte de la mancha urbana de la Ciudad<br />

de México.<br />

Por eso la desconfianza ante la presencia<br />

de cualquier extraño. Por eso, cuando un<br />

grupo de hombres, supuestamente emparentados<br />

entre sí por el apellido Campa, ven circular<br />

la tarde de ese viernes 10 de febrero una<br />

vieja camioneta color café, miran a sus tres<br />

ocupantes con recelo. Los abordan y se hacen<br />

de palabras. Se empujan. Los Campa someten<br />

a Pepe, Luis Alberto y Raúl, se los llevan<br />

a la delegación municipal, en el centro de San<br />

Mateo, junto a la iglesia del lugar, el auditorio<br />

del comisariado ejidal y la escuela primaria,<br />

la Cristóbal Colón.<br />

Esa austera construcción es la sede de la<br />

autoridad municipal de Chalco. Se compone<br />

de dos pisos, un aula en cuyo pizarrón alguien<br />

garrapateó anotaciones de álgebra, una<br />

biblioteca habilitada en un espacio que no rebasa<br />

el tamaño de un salón escolar, la oficina<br />

del delegado y un mínimo cuarto en donde<br />

encierran a los borrachos escandalosos. La<br />

celda da a la plaza y se puede mirar de un lado<br />

al otro a través de una ventanita.<br />

Pepe, Luis Alberto y Raúl son encerra-<br />

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dos allí; los acusan de ser rateros. Nadie dice<br />

exactamente qué han robado, pero el delegado<br />

los recibe y los encierra.<br />

Pocas horas más tarde —algunos testimonios<br />

dicen que cerca de las siete de la noche—<br />

los Campa regresan. Exigen que les entreguen<br />

a los prisioneros. Han dejado de ser ladrones,<br />

ahora se les atribuye ser secuestradores.<br />

El rumor de que son parte de una banda de<br />

plagiarios corre como luz de pólvora. De boca<br />

en boca, corren versiones cada vez más estrafalarias.<br />

“Se querían llevar a una muchacha”.<br />

“Son violadores”. “Ellos son los asesinos del<br />

panteón”. “Y también secuestraron a los muchachos<br />

muertos”.<br />

La gente se aglomera. El barullo de las decenas<br />

de habitantes aumenta, alguien propone<br />

hacerse justicia por mano propia y evitar<br />

que sigan cometiendo asesinatos.<br />

La turba se inquieta. Un último infundio<br />

termina de agitar el ambiente: “Los quieren<br />

soltar”.<br />

Esto excita los ánimos de los presentes.<br />

Nadie sabe qué han hecho esos tres muchachos,<br />

pero de seguro ha sido grave. La rabia se<br />

apodera de las voces, todos gritan, se quejan,<br />

insultan a las autoridades, no van a permitir<br />

que suelten a los secuestradores. Ya están<br />

hasta la madre de los corruptos que protegen<br />

a los criminales. No van a permitir que los<br />

dejen ir. Faltaba más.<br />

No se sabe si el delegado avisa o no a sus<br />

superiores que han llevado a tres presuntos<br />

delincuentes. Antes de las ocho de la noche,<br />

una multitud vociferante y ansiosa urge a los<br />

policías municipales a que avisen a la alcaldía<br />

de Chalco, pero nada pasa.<br />

La exaltación crece. El enojo también.<br />

Cómo es posible que los vayan a soltar, ya se<br />

pusieron de acuerdo con los policías y el delegado.<br />

Ni madres, no lo vamos a permitir.<br />

Siempre quieren hacer lo mismo.<br />

Transcurren decenas de minutos y el aire<br />

se ha ido enturbiando. La situación está a<br />

punto de salirse de control. Hasta entonces,<br />

a las nueve y cuarto de la noche, los policías<br />

piden auxilio a la Secretaría de Seguridad Estatal.<br />

Las televisoras, radiodifusoras y portales<br />

de internet ya reportan desde hace un rato los<br />

hechos. Poco antes de las 10, la turba somete<br />

a los policías. Ya no habrá marcha atrás.<br />

* * *<br />

Apenas en diciembre pasado, para mejorar<br />

sus condiciones de trabajo, Pepe había podido<br />

comprar una camioneta usada —una Ford<br />

Explorer café modelo 1994— gracias a que se<br />

la vendieron con descuento y tenía el dinero<br />

que le dieron a cuenta de una obra, más un<br />

crédito aún no finiquitado.<br />

El vehículo tenía dos detalles: carecía de<br />

tapones en las llantas, lo que poco importa-<br />

ba pues Pepe ni siquiera lavaba la camioneta; y sus anteriores<br />

dueños habían dejado de pagar la tenencia años<br />

atrás.<br />

—¿Cómo lo resuelvo, cuñado? —le preguntó Pepe a<br />

Rodrigo, esposo de Verónica.<br />

Con el número de placas, consultaron en internet si la<br />

camioneta tenía más adeudos. No encontró nada que lo<br />

alarmara, así que siguió manejándola casi todos los días,<br />

incluido ese viernes 10 de febrero por la mañana, cuando<br />

la usó para ir a hacer un trabajo cerca del pueblo. Se fue<br />

temprano y llegó poco antes de la hora de la comida. Platicó<br />

con Arely un rato y salió de nuevo a comprar dulces<br />

para su hijo José Kevin. Regresó y tomó un baño. Se deslizó<br />

una sudadera gris, un pants negro con una raya azul<br />

a los lados y se calzó unos tenis negros con blanco.<br />

Más tarde comieron caldo de pollo con pasta, uno de<br />

los platos favoritos de José Manuel. Hablaron sobre algo<br />

rutinario: la escuela de los niños. Al atardecer se colocó<br />

su gorra blanca de beisbolista y salió a la calle. Debía ir<br />

hacia Huitzilzingo a cargar gasolina, pues a la mañana<br />

siguiente trabajaría desde temprano: quería cobrar el<br />

trabajo de los días anteriores.<br />

Pero esta vez, a diferencia de la mayoría de las ocasiones,<br />

no lo acompañaron su mujer y sus hijos. Luis y<br />

Raúl lo esperaban afuera. Los tres subieron a la camioneta<br />

y tomaron camino.<br />

* * *<br />

A Vianey Óscar Vargas Medina nadie le llama así. En<br />

Huitzilzingo todos lo conocen como El Perra, un ex policía<br />

del Distrito Federal, de 33 años de edad y gesto adusto,<br />

cuyo rostro es dividido por una arruga profunda y<br />

vertical en la frente. Tiene bigote ralo, una pelusa negra<br />

rodea su mentón, se une a las patillas largas y a un cabello<br />

negro y rizado que domestica con abundante gel.<br />

El Perra maneja una Combi blanca. Su vehículo, decorado<br />

con alerones diseñados para los autos deportivos,<br />

no tiene papeles, y el servicio de transporte de pasajeros<br />

que ofrece es irregular.<br />

Se dirige a su casa cuando se percata de la multitud<br />

reunida y de la ira a punto de explotar: media docena de<br />

personas intentan volcar la camioneta café de Pepe. Estaciona<br />

su vehículo en casa y camina a la plaza. Se encuentra<br />

con un hombre identificado como El Güero.<br />

—Acompáñame a comprar gasolina. Quiero quemar<br />

esa camioneta —propone El Güero y señala la Ford Explorer<br />

1994.<br />

—Sí, vamos —acepta El Perra y regresa a su casa por<br />

un garrafón azul de tres litros para cargar el combus-<br />

tible.<br />

Pronto se les suman en la tarea dos personajes más:<br />

El Pollo y El Chirris.<br />

El Perra va por su Combi blanca y todos suben al vehículo.<br />

Se dirigen a la gasolinera ubicada en la carretera<br />

Chalco-Mixquic. Detienen la marcha frente a la primera<br />

bomba despachadora. El Perra busca entre sus ropas y<br />

halla un billete de 50 pesos. Pide esa cantidad de combustible,<br />

poco más de cinco litros, que le despachan en<br />

dos envases: el garrafón azul y una botella de Coca Cola<br />

que contiene litro y medio.<br />

Regresan a la plaza y atraviesan la aglomeración.<br />

El Perra entrega el garrafón azul a El Güero y se queda con<br />

la botella de refresco.


Los separos de la delegación municipal de San Mateo Huitzilzingo, donde vivieron sus últimas horas las tres víctimas del linchamiento.<br />

Explanada de la delegación, donde se aprecia el tocón sobre el cual fue incinerado por la turba uno de los linchados.<br />

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* * *<br />

Poco después de las ocho de la noche, Arely,<br />

Verónica y el esposo de ésta, Rodrigo, se preguntan<br />

por la ausencia de Pepe y los muchachos.<br />

Están preocupados. Encienden la televisión<br />

y se paralizan: ven la escena que ocurre<br />

en esos momentos en el pueblo vecino.<br />

“Vecinos del pueblo de San Mateo Huitzilzingo<br />

han detenido a tres secuestradores”,<br />

transmite en vivo un reportero. Rodrigo<br />

se inquieta. Busca una computadora con<br />

internet y revisa los portales de noticias. Ya<br />

han subido una fotografía: la camioneta Ford<br />

Explorer a la que le faltaban los tapones de los<br />

rines. Rodrigo hace un esfuerzo por ver las<br />

placas de la camioneta. Sí: son las mismas<br />

que meses atrás había rastreado.<br />

Intuyen que los tres hombres detenidos<br />

y acusados de secuestradores son Pepe, Luis<br />

Alberto y Raúl. Se dirigen a “Huitzi”.<br />

* * *<br />

A las 9:45 de la noche la decena de policías<br />

que resguardan la delegación de San Mateo<br />

Huitzilzingo ha cedido ante la multitud. José<br />

Manuel Mendoza Gil, Raúl y Luis Alberto, los<br />

dos muchachos de 16 años que toda la vida se<br />

le han pegado a Pepe como si fuera su hermano<br />

mayor, han podido ver y escuchar todo.<br />

“¡Queremos justicia!”, protestan afuera.<br />

La policía estatal ya recibió el aviso de lo<br />

que ocurre; sabe que la decena de oficiales<br />

uniformados están rebasados por completo.<br />

Que nada podrán hacer ante 300 vecinos furibundos.<br />

Han pasado dos horas desde que el<br />

gentío se empezó a reunir en la delegación para<br />

evitar que suelten a los de Tezompa; quieren<br />

hacerse justicia por mano propia, pero nadie,<br />

ni en el gobierno del Estado de México ni en el<br />

municipio de Chalco, hace nada.<br />

“¡Hijos de la chingada, secuestradores!”.<br />

“¡Los quieren dejar ir!”. “¡Ya se vendieron!”.<br />

“¡Ahorita se los va a cargar la chingada!”,<br />

zumban las voces anónimas que impregnan<br />

el aire de una muy mala vibra.<br />

Una piedra revienta la ventanita del cuarto.<br />

Están cerca. Las cabezas asoman. “¡Hijos<br />

de su pinche madre, ahorita vamos a ver si<br />

son tan chingones!”.<br />

Otro vidrio se hace añicos. Y otro y otro.<br />

Las patadas sobre la puerta de la delegación<br />

se encadenan e integran un ruido uniforme.<br />

“¡Los vamos a matar, cabrones!”.<br />

El gentío irrumpe en la celda. Entre 15 y 25<br />

hombres y mujeres se encuentran en su camino<br />

con el cartel de una campaña contra la<br />

violencia: “Hay huellas que no se borran”, se<br />

lee en él.<br />

Giran hacia la izquierda y miran, a un lado,<br />

la oficina del delegado. De la pared cuelga una<br />

fotografía del ex gobernador Enrique Peña<br />

Nieto, vestido de oscuro, con corbata roja y una<br />

sonrisa que es línea horizontal de tan amplia.<br />

Mujeres, algunas de ellas mayores, se muestran especialmente<br />

rabiosas. Seis de ellas —según contarán las<br />

autoridades posteriormente— exigen justicia con vehemencia.<br />

Tienen la plena seguridad de que el propósito<br />

verdadero de esos “secuestradores” es robar niñas, quizá<br />

a las suyas.<br />

“¡Justicia, queremos justicia!”, se exalta una mujer<br />

de rebozo, que no falta a misa y nunca deja de cantar en<br />

ella. “¡Justicia!”, reclama Otilia Sánchez.<br />

La muchedumbre avanza hacia el cuarto contiguo.<br />

Pepe, Raúl y Luis se apretujan en un rincón. No hay posibilidad<br />

de escape. El cuarto no mide más de seis metros<br />

de ancho por tres de largo.<br />

La golpiza arranca. Pepe resiste, es fuerte. Dos, tres,<br />

cuatro hombres lo someten. Le atan las manos. Cae. Lo<br />

patean y arrastran. Lo zarandean, intenta levantarse, lo<br />

llevan a rastras. Da dos o tres pasos antes de caer de nuevo.<br />

Lo alzan y decenas de manos se disputan el espacio<br />

para golpearlo. Se derrumba frente a la delegación. Está<br />

bañado en su propia sangre.<br />

Uno de los muchachos se tropieza y cae. Intenta gatear<br />

sobre las rosadas losetas del piso y meterse al fondo<br />

del edificio. Le pegan con puños, lo patean, lo voltean<br />

bocarriba. No resiste demasiado. Sólo tiene 16 años y no<br />

es tan fuerte. El Chirris lo toma de un tobillo y lo jala hacia<br />

la plaza.<br />

—¡Secuestradores! ¡Asesinos! ¡Perra, échales la gasolina!<br />

—grita alguien de la turba… o la turba entera—.<br />

¡<strong>Préndeles</strong> el cerillo!<br />

Una piedra, palo, ladrillo o tubo alcanza la cabeza de<br />

Luis Alberto y recibe un golpe contundente. Es el primero<br />

en morir.<br />

—¡Ya, pinche Perra, aviéntales la gasolina! —rugen<br />

las voces desde la multitud.<br />

Otro grupo de los vecinos continúa el martirio contra<br />

Pepe y Raúl. Uno queda junto al tocón del único árbol que<br />

emerge en la plazoleta. En línea recta, a unos 50 metros,<br />

es posible seguir la escena desde el altar de la iglesia. Este<br />

es un pueblo fervoroso cuyo santo patrono es San Mateo,<br />

pero también alaba a un Cristo sangrante, torturado por<br />

su pueblo, llamado Dulce Nombre de Jesús, y al Señor de<br />

la Misericordia.<br />

No obstante, aquí no hay quien invoque a la piedad.<br />

El cura del pueblo está en la casa parroquial, a 30 metros<br />

del linchamiento. No escucha los gritos de furia o dolor,<br />

encerrado en su habitación. Se concentra en la música.<br />

—¡Pinche secuestrador! —se oye una y otra vez.<br />

“Alguien” destapa el envase de plástico de Coca Cola<br />

y lo vacía sobre Pepe. El líquido oloroso, medio cristalino,<br />

diluye un poco la sangre que comienza a hacerse costra<br />

en su rostro. Está empapado.<br />

—¡Échales el cerillo!<br />

Y alguien —las autoridades insisten en que una mujer<br />

de apellido Carrillo— saca la cajita de cerillos. Enciende<br />

uno y lo arroja. Hace lo mismo con los tres.<br />

Los cuerpos arden como fogatas.<br />

La muchedumbre se aquieta, hipnotizada por las<br />

llamas.<br />

Al fin llega el silencio.<br />

* * *<br />

Rodrigo, el marido de la hermana de Pepe, acompaña<br />

a Arely y Verónica a Huitzilzingo. Les pide que es-


Arely define a quien fuera su compañero durante 11 años: "Era buena gente, cariñoso. Se daba a querer". Y se pregunta: "¿De dónde sacan que era secuestrador?".<br />

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peren a la entrada del lugar. Ven pasar<br />

un convoy de patrullas y camiones<br />

de bomberos. No se explican por qué los<br />

bomberos.<br />

Mantienen la necesaria distancia con la<br />

turba. Se preguntan si es conveniente aclarar<br />

que son familiares del hombre al que acusan<br />

de secuestrador, pues así se ha dicho por la<br />

televisión, y si de algo servirá decir que no es<br />

más que un pobre albañil.<br />

La agitación es demasiada y tienen miedo<br />

de acercarse.<br />

—Vamos a la casa. Nos dormimos y mañana<br />

vemos qué pasa —propone Rodrigo. Las<br />

mujeres están de acuerdo. Creen que si los<br />

detenidos son Pepe y los muchachos, en el<br />

peor de los casos será un asunto de golpes y<br />

ya.<br />

Pero cuando regresan a su hogar y se<br />

sientan frente a la televisión, ven en el noticiario<br />

nocturno de Televisa imágenes de una<br />

camioneta quemada. Los reportes en vivo<br />

aseguran que dos de las tres personas han<br />

muerto y que la tercera ha sido llevada a un<br />

hospital.<br />

“Los quemaron vivos”, insiste con asombro<br />

el conductor.<br />

Verónica y Arely tratan de obtener datos<br />

por teléfono. Nadie les dice nada. En la madrugada<br />

se les une Faustino, padre de Pepe.<br />

Se presentan en el hospital y se enteran de<br />

que el último de los tres ha muerto apenas. Y<br />

no es Pepe.<br />

Se dirigen a la agencia del Ministerio Público.<br />

Suplican por información, pero se las<br />

niegan. Un vendedor de servicios fúnebres<br />

les ofrece ayuda para conseguirla. A cambio,<br />

queda entendido, la familia contratará a su<br />

funeraria. El vendedor de ataúdes entra con<br />

los funcionarios públicos y al poco tiempo<br />

regresa.<br />

—¿Quién tiene credencial de elector?<br />

—pregunta.<br />

—Yo... aquí la tengo —se adelanta don<br />

Faustino.<br />

Camina por pasillos iluminados con luz<br />

blanca. Lo guían a una plancha y descubren<br />

un cuerpo medio calcinado.<br />

—Sí, sí es mi hijo —tartamudea, conmocionado,<br />

el hombre.<br />

Pepe, al igual que Raúl, no fallece por las<br />

quemaduras. La autopsia revela algo más doloroso:<br />

se asfixió con los gases desprendidos<br />

de la combustión de su propio cuerpo.<br />

* * *<br />

Es miércoles de ceniza y El Perra está por<br />

conocer a la jueza que lleva su caso, Catalina<br />

Aparicio, quien aparece en la sala de audiencias<br />

cubierta con una toga negra; unos<br />

discretos aretes y una delgada cadena de oro<br />

aliviaban la solemnidad del atuendo.<br />

El edificio en que se lleva a cabo el juicio se<br />

ubica a un lado de la cárcel estatal construida años atrás,<br />

justo a la orilla del propio pueblo de Huitzilzingo. En esa<br />

prisión están detenidos El Perra y 19 vecinos más. Todos<br />

van y vienen por los juzgados con una cruz tiznada en la<br />

frente.<br />

El juicio de los presuntos linchadores ocurre bajo el<br />

novedoso formato oral. La audiencia es presidida por la<br />

jueza, cuyo ingreso al recinto hace que los asistentes automáticamente<br />

se pongan de pie. La jueza Aparicio golpea<br />

con el mazo una madera e inicia la sesión. Intervienen<br />

los fiscales y responde la defensa.<br />

El Perra se sienta dentro de una vitrina de acrílico<br />

colocada al interior de la sala, a donde se llega por los túneles<br />

de la cárcel. Él también debe ponerse de pie ante el<br />

anuncio de la llegada de la juez Aparicio. La observa con<br />

el ceño apretado. La arruga vertical de su entrecejo se ve<br />

especialmente profunda.<br />

—Se inicia la sesión para resolver si se somete a proceso<br />

al ciudadano Vianey Óscar Vargas Medina por el<br />

delito de homicidio triple. ¿Entiende usted de qué se le<br />

acusa? —pregunta al detenido.<br />

El hombre, ya sentado, se reclina hacia adelante y<br />

aprieta el botón del intercomunicador para que su voz se<br />

escuche fuera de la vitrina.<br />

—Sí, su señoría —responde el imputado.<br />

La jueza pide a los fiscales, sentados frente a ella, exponer<br />

sus argumentos.<br />

—Vianey Óscar Vargas Medina, El Perra, compró con<br />

su dinero 50 pesos de gasolina que le despacharon en un<br />

envase de Coca Cola y en un garrafón azul. Luego regresó<br />

al pueblo y, según su propio dicho, prendió el cerillo para<br />

provocar el <strong>fuego</strong> que terminó con las tres vidas, por lo<br />

que pedimos a usted se le procese por los delitos de homicidio<br />

—expone, básicamente, el fiscal Jesús Antonio<br />

Martínez.<br />

Para entonces el acusado ya se ha retractado de la<br />

confesión videograbada y divulgada por la procuraduría<br />

mexiquense. Argumentó que habló bajo tortura y amenazas.<br />

Catalina Aparicio llama entonces a que la defensa,<br />

sentada junto a la pecera transparente en la que aguarda<br />

el acusado, presente argumentos a favor de su cliente.<br />

—Esta acusación ocurre de manera temeraria e ilógica,<br />

pues nunca, en ningún momento, la fiscalía demuestra<br />

que mi cliente haya encendido el cerillo y lo haya<br />

arrojado. Si mi cliente adquirió la gasolina fue con el<br />

único propósito de que otros sujetos incendiaran una camioneta,<br />

por lo que, suponiendo sin conceder, habría de<br />

acusársele, en todo caso, de la relación que pudiera tener<br />

con daños en propiedad ajena, por lo que pido a usted,<br />

señoría, determine su absoluta e inmediata libertad.<br />

La jueza admite que se continúe el proceso, pero desecha<br />

los elementos presentados por la fiscalía y desbarata,<br />

específicamente, la acusación de que El Perra es<br />

el autor material del triple homicidio. Los funcionarios<br />

buscan explicar el móvil del triple homicidio, pero siempre<br />

tropiezan, se enredan, se confunden.<br />

En realidad nadie sabe por qué inmolaron a esos dos<br />

muchachos y a un buen hombre.<br />

* * *<br />

A la fecha, 23 habitantes de Huitzilzingo han sido detenidos<br />

y sometidos a proceso penal. Veinte de ellos, mayo


es de edad, están presos en una cárcel construida junto a<br />

su propio pueblo. Los tres menores fueron internados en<br />

una correccional situada a las faldas del volcán Nevado de<br />

Toluca.<br />

El procurador del Estado de México, Alfredo Castillo,<br />

ha informado a la prensa que uno de los muchachos de<br />

Tezompa —no está claro si Luis Alberto o Raúl— mantenía<br />

un romance o buscaba tenerlo con una chica de la<br />

preparatoria de Huitzilzingo. Y, según dice, un joven que<br />

también pretendía a la chica fue retado por los albañiles<br />

el día previo al linchamiento.<br />

El joven evitó el encuentro. Antes de irse, continúa la<br />

explicación del funcionario, los tres de Tezompa lo amenazaron<br />

con regresar al día siguiente, así que los esperó…<br />

acompañado de un grupo de amigos, quienes golpearon a<br />

los forasteros, los entregaron en la delegación, para luego<br />

reclamarlos, sacarlos por la fuerza y asesinarlos.<br />

Esta versión tiene algunos flancos débiles: no existe<br />

la joven enamorada ni tampoco el rival. Solamente es un<br />

rumor iniciado en una escuela. La segunda hipótesis de<br />

la fiscalía mexiquense es que los albañiles efectivamente<br />

cometieron un robo el día anterior al triple asesinato.<br />

Pero los agentes del MP ni siquiera tienen idea a quién y<br />

de qué habrían despojado.<br />

¿Y qué de las vidas de Raúl y Luis Alberto?<br />

Sus familiares no dicen una sola palabra. No hablan<br />

de puro miedo. Sus madres abren la puerta, miran con<br />

desconfianza. Procuran mostrarse amables, se disculpan<br />

por no romper el silencio durante su duelo.<br />

En casa, Verónica aclara por qué las madres no quie-<br />

"A nadie acusamos. Sólo queremos seguir con nuestras vidas", es el triste epitafio de los deudos.<br />

ren hablar: en el pueblo donde mataron a su<br />

hermano y a los hijos de sus vecinas se esparció<br />

el rumor de que ellas, familiares y vecinos<br />

planean una incursión a Huitzilzingo para<br />

secuestrar a los familiares de los supuestos<br />

asesinos, llevarlos a Tezompa, rociarlos de<br />

gasolina y prenderles <strong>fuego</strong>. Pero jura que eso<br />

no es cierto, que ni saben quiénes fueron, ni<br />

por qué lo hicieron.<br />

“A nadie acusamos. Nada más queremos<br />

seguir con nuestras vidas, olvidar”.<br />

* * *<br />

La noche del 10 de febrero de 2012 se incendia<br />

por un instante. Los cuerpos de José Manuel,<br />

Luis Alberto y Raúl arden. La multitud, antes<br />

furiosa, se deja hipnotizar con las llamas.<br />

Al fin, el silencio lo cubre todo. <br />

nota: Para la elaboración de este texto<br />

fueron entrevistados el fiscal encargado<br />

del caso, Jesús Antonio Martínez; el<br />

subprocurador jurídico del Estado de<br />

México, Alejandro Gómez Sánchez, así<br />

como vecinos, policías, el párroco de<br />

Huitzilzingo, y familiares y vecinos de<br />

José Manuel Mendoza Gil.<br />

| EMEEQUIS | 02 DE ABRIL DE 2012<br />

29


El plan<br />

perfecto


; Inteligente, autoritario, delgado, de cabello corto, Vicente,<br />

un “chavillo normal”, asesinó a sus padres y a su hermana mayor<br />

cuando tenía 16 años. Lo hizo porque podía, según declaró luego,<br />

y porque estaba seguro de que ahí, en su natal Ciudad Juárez, como<br />

en todo México, la corrupción manda y nadie investiga nunca.<br />

Así que —pensó él— tenía garantizada la impunidad.<br />

Tres meses después de salir de la cárcel, a los 21 años, fue<br />

baleado en la calle. Nadie reclamó su cadáver. El caso de Vicente<br />

anunciaba el surgimiento en Juárez de una generación que<br />

asumía el caos del narco y la violencia como un río revuelto en<br />

el que cada quién podía hacer lo que le viniera en gana, “una<br />

generación dispuesta a matar por cualquier cosa”.<br />

Esta es la historia contada por Sandra Rodríguez Nieto,<br />

periodista de El Diario de Juárez reconocida en 2011 con los<br />

premios Internacional de Periodismo, entregado por el rotativo<br />

español El Mundo , y el Mary Moors Cabot de la Universidad de<br />

Columbia, e incluida en la lista “Héroes de los medios de comunicación”<br />

publicada por el diario Los Angeles Times.<br />

De su libro La fábrica del crimen, ofrecemos este fragmento<br />

con la autorización de la editorial Planeta, bajo cuyo sello ya<br />

se encuentra en circulación.<br />

Por Sandra Rodríguez Nieto


Los claxonazos provenientes del Camino a la Rosita lo despertaron<br />

alrededor de las 10 de la mañana de ese viernes 21 de<br />

mayo. La luz del sol se reflejaba de lleno contra los muros grises<br />

de la casa número 5824.<br />

Vicente se levantó de la cama de sus padres, se dirigió a su<br />

recámara y se vistió con una bermuda beige tipo cargo y una<br />

playera negra. El pequeño C.E. dormía aún en el colchón, en<br />

cuyo reverso la sangre ya se había oscurecido. Todo había salido<br />

perfecto. Ahí estaban afuera otra vez Eduardo y Uziel, que<br />

le pitaban desde la Cherokee para que saliera y les diera una<br />

tarjeta telefónica con la cual llamarían a su familia materna<br />

para pedir el rescate, como habían quedado. Seguían convencidos<br />

de que era su deber ayudarlo.<br />

Vicente les resultaba un amigo complejo. Sabían que era<br />

déspota, burlón y muy grosero, pero por otro lado era bromista<br />

y estaba siempre dispuesto al relajo. Les contagiaba su desenfado<br />

ante las reglas, que en él era evidente desde la camisa<br />

del uniforme que usaba desfajada hasta el frecuente abandono<br />

de las clases, incluido el consumo de alcohol y de drogas.<br />

Ninguno de los dos pudo explicar después, sin embargo,<br />

cómo fue que los convenció de cometer uno de los crímenes<br />

más horrendos en la historia de una de las ciudades más violentas<br />

del mundo.<br />

Vicente sí lo sabía. Había notado que, por alguna razón,<br />

sus amigos trataban de agradarlo sin que él hiciera un solo<br />

esfuerzo. Se lo atribuía a su inteligencia, que consideraba superior,<br />

aunque no tuviera mejores calificaciones que ellos. Lo<br />

mismo había notado uno de los orientadores de la escuela,<br />

quien, después de un examen, encontró que el coeficiente intelectual<br />

de Vicente era de los más altos de la clase pese a que<br />

su promedio no pasara de siete. No obstante, lo que más había<br />

llamado la atención del psicólogo eran las respuestas que<br />

dio el estudiante en un cuestionario sobre valores personales,<br />

cuando le preguntaron qué salvaría en caso de un incendio en<br />

su casa y contestó que sus discos compactos y el reproductor<br />

de los mismos. La mayoría de los alumnos, en cambio, respondió<br />

que rescataría a los miembros de su familia. Al mismo<br />

orientador le intrigó también que Vicente respondiera “Yo<br />

sólo sé que no sé nada” a la pregunta sobre qué cambiaría de<br />

su vida, frase que acompañó con el dibujo de un libro abierto<br />

y, en las páginas, un par de signos de interrogación.<br />

A Vicente le gustaba más la lectura, y la comprensión de<br />

contenidos era una de las pocas actividades escolares en las<br />

que destacaba, como demostró al contestar un examen abierto<br />

sobre un texto titulado “La pedantería”, del que logró identificar<br />

elementos como el método “argumentativo” en el que<br />

estaba escrito y la técnica de “narración en tercera persona” a<br />

través de una voz “omnisciente e indirecta”. La lectura, analizada<br />

pocos meses antes del crimen —y tomada del libro El perfil<br />

del hombre y la cultura en México, de Samuel Ramos—, explica<br />

que la pedantería es una actitud surgida en personas cuyas<br />

capacidades son tan inferiores a sus ambiciones, que deciden<br />

aparentar superioridad a fin de ocultar el conflicto interno. El<br />

texto añade que los pedantes son “rabiosos individualistas,<br />

incapaces de comprender los valores ajenos y renuentes a todo<br />

esfuerzo de cooperación”. Al requerir el cuestionario una opinión<br />

sobre tal comportamiento y quienes lo asumen, Vicente<br />

respondió que respetaba a esas personas porque la pedantería<br />

“es un estilo de vida para algunas” y porque “algunas sí saben<br />

de lo que están hablando”.<br />

Hablaba por él, evidentemente. Él se sentía de ese tipo.<br />

Aquella mañana del 21 de mayo estaba convencido de que sabía<br />

lo que hacía, de que había cometido un crimen perfecto,<br />

de que al estar los cuerpos calcinados nadie sospecharía<br />

jamás que él había sido el asesino. Todo<br />

sería cuestión de reportar a sus padres desaparecidos.<br />

¿Cuántos casos no había ya en Juárez y<br />

nadie los investigaba? ¿Quién, además, iba a dudar<br />

de un adolescente hijo de una familia en la que<br />

había madre y padre —circunstancia por demás<br />

inusual en Juárez— y que incluso asistía a la escuela?<br />

Porque de él se podría pensar que era vago e<br />

indisciplinado, pero nunca un criminal de importancia.<br />

Para la mayoría de sus compañeros y familiares,<br />

Vicente era un chico silencioso, “normal” y<br />

discreto. Imposible detectar la crueldad de sus<br />

intenciones. En las características de su entorno<br />

inmediato, además, no había tampoco síntomas<br />

de peligro. Era un menor de edad en el Juárez de<br />

principios del siglo XXI, cuando las escuelas de<br />

nivel medio empezaron a ser insuficientes y la mitad<br />

de la población de entre 15 y 18 años, decenas<br />

de miles, se quedó sin estudiar, de manera que él,<br />

inscrito en bachillerato, era incluso afortunado.<br />

Vivía además en una amplia propiedad que su<br />

abuelo materno le había legado a su madre Alma<br />

Delia cuando ésta se casó con Vicente León Negrete,<br />

entonces un joven de 24 años nacido en San<br />

Cristóbal, Guanajuato, y a la postre dueño de un<br />

taller de carrocería y pintura de vehículos importados<br />

de Estados Unidos que reparaba en el amplio<br />

espacio de su casa en La Rosita.<br />

Vicente era también de los pocos adolescentes<br />

que habían crecido con su madre en casa. Alma<br />

Delia, oriunda de Juárez de tercera generación<br />

—otra situación inusual en una ciudad de inmigrantes—,<br />

dejó sin ejercer su título de licenciada<br />

en Administración de Empresas por la Universidad<br />

Autónoma de Ciudad Juárez para dedicarse<br />

a su rol de madre, lo cual situaba a Vicente en<br />

otra posición de ventaja. De su generación son los<br />

miles de niños juarenses que empezaron a crecer<br />

prácticamente solos en los noventa debido a que<br />

sus madres —muchas veces solteras— tenían que<br />

trabajar en las maquiladoras o en otros giros y no<br />

había guarderías suficientes, por lo que muchos<br />

terminaron adquiriendo su visión del mundo a<br />

través de extraños o en las calles, ya desde entonces<br />

llenas de actividades ilícitas.<br />

La familia León Chávez, en cambio, era “normal”<br />

y, al mismo tiempo, privilegiada, porque estaba<br />

completa, porque no vivía hacinada y porque<br />

tenía a los hijos en la escuela. Y Vicente, como me<br />

dijo la abuela en una muy breve entrevista, aparentaba<br />

también ser un adolescente “normal”, que<br />

estudiaba. ¿Qué problema podría crear, si estaba<br />

en la preparatoria?<br />

El perfil criminal de Vicente, con todo, no se<br />

gestó precisamente en sus carencias afectivas o<br />

en su núcleo inmediato. Los criminólogos determinarían<br />

semanas después que el detonante de<br />

su delito se encontraba en un ámbito más amplio<br />

que el de la casa, como la escuela o la ciudad misma,<br />

y que lo había conducido a la certeza de que<br />

la violencia era un medio que se podía imponer<br />

para lograr casi cualquier propósito y, sobre todo,<br />

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33


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34<br />

que quienes recurrían a ella no sufrían una sola<br />

consecuencia.<br />

Así, decidió que podía cometer el crimen y fácilmente<br />

hacerlo pasar por un ajuste de cuentas<br />

una tarde de finales de abril de 2004, apenas unas<br />

semanas atrás, cuando vio a un grupo de hombres<br />

llegar con armas a su casa y discutir con su padre,<br />

en cuyo negocio de carrocería era común recibir<br />

presiones de personas que pedían generar compartimentos<br />

en los vehículos —los llamados “clavos”—<br />

para esconder droga y después cruzarla a<br />

Estados Unidos. Luego de unos gritos, los hombres<br />

armados se llevaron unos automóviles del<br />

taller y se fueron. Era obvio, pensó Vicente, que<br />

se trataba de unos “narcos”. Fue en ese momento<br />

cuando, además del odio que sentía por su familia,<br />

comprendió lo más importante para cometer<br />

el crimen: que podría hacerlo. Si él los mataba,<br />

todos iban a pensar que habían sido los “narcos”.<br />

¿Quién iba a tomarse la molestia de investigarlo?<br />

Entonces le contó el plan a Eduardo, una tarde<br />

a principios de mayo durante un receso entre<br />

las clases en el Bachilleres, mientras conversaban<br />

en una de las bancas cercanas a las canchas<br />

deportivas.<br />

—Tengo una idea para ganar mucho dinero…<br />

—le dijo Vicente repentinamente, mirándolo de<br />

reojo y pausando la voz.<br />

—¿Qué? ¿Vas a pasar un carro con droga o algo<br />

así? —preguntó Eduardo.<br />

—No.<br />

—¿Entonces?<br />

—A lo mejor piensas que estoy loco…<br />

—Ya dime, ¿qué plan tienes?<br />

—Voy a secuestrar a un familiar…<br />

—¿A quién?<br />

—¿A quién crees?<br />

—A un primo…<br />

—No. A mis papás.<br />

A Eduardo le causó risa la respuesta. Vicente<br />

también sonrió ligeramente al ver la reacción de<br />

su amigo.<br />

—Estás bien loco —le dijo Eduardo.<br />

—Vámonos a otro lado.<br />

Los dos se dirigieron a una banca más alejada<br />

del resto de los alumnos. De lejos no eran más que<br />

un par de estudiantes platicando en un receso.<br />

Imposible adivinar la gravedad de lo que estaban<br />

discutiendo.<br />

—Tengo pensado, si se puede, matar a mis papás.<br />

Pero necesito que alguien me ayude para pedir<br />

el rescate —le dijo Vicente, con una media sonrisa<br />

ante la expresión de incredulidad de Eduardo,<br />

quien en todo momento, aseguró más tarde, le<br />

respondió como si se tratara de una broma.<br />

La conversación quedó para después al sonar<br />

el timbre que los hizo volver a clases. No tocaron<br />

el tema durante unos días, pero en las siguientes<br />

dos semanas hablarían de eso casi a diario luego<br />

de que Vicente le pidiera ayuda para comprar una<br />

pistola y juntos empezaran a recorrer calles buscándola,<br />

sin éxito.<br />

Vicente consiguió el arma finalmente en la<br />

preparatoria, con un alumno con el que también había coincidido<br />

en la primaria pero a quien apenas conocía. No recordaba<br />

siquiera sus apellidos. Algo en él, sin embargo, le indicaba<br />

que podría tener una pistola en casa; quizá era la actitud<br />

envalentonada con la que se conducía, o la forma bravucona<br />

en la que hablaba de su familia, del poder de su padre o de<br />

“su abogado”. Se llamaba Alejandro R.A. y tenía entonces<br />

17 años. Vicente lo abordó la tarde del miércoles 19 de mayo<br />

durante un receso, y le preguntó si tenía una pistola porque<br />

quería balacear a unos “chavalos” de la avenida Jilotepec que<br />

se habían peleado con uno de sus primos, motivo por el que<br />

su padre había sufrido un infarto. También le dio a entender<br />

que él, Alex, era su última esperanza y que ya había buscado en<br />

vano preguntando entre los maleantes de la colonia Melchor<br />

Ocampo.<br />

Alejandro aceptó conseguirle el arma y lo citó para el día<br />

siguiente, la mañana del jueves 20, cuando Vicente lo vio entrar<br />

y salir en pocos minutos de su casa en otro de los fraccionamientos<br />

de la zona. Alex regresó con la calibre .38 fajada<br />

en la ancha cintura de su pantalón, oculta bajo la camisa. Se la<br />

entregó a plena luz del día, en la calle, y le dijo que se la rentaría<br />

en mil pesos. Vicente le dio el dinero que había juntado<br />

desde días antes con Eduardo, regresó a su casa, guardó el<br />

arma en su recámara y se fue a la escuela.<br />

En cuanto vio a Eduardo, le dijo que quería hablar con él<br />

porque ya tenía todo listo. Las clases terminaron temprano<br />

ese jueves, alrededor de las seis, y ambos se fueron a La Rosita<br />

en un Intrepid color guinda de la madre de Eduardo. Vicente<br />

entró un momento a su recámara y salió con la pistola fajada<br />

sin que alguien en su casa notara sus movimientos. De ahí, los<br />

dos se dirigieron a la colonia Satélite a recoger a Uziel, quien<br />

después sostendría que fue sólo entonces cuando se enteró del<br />

plan de Vicente. Eduardo, sin embargo, dijo haber creído que<br />

su otro amigo estaba enterado desde días antes. En lo que sí<br />

coincidieron durante las entrevistas posteriores fue en que<br />

Vicente hacía mucho énfasis en que el crimen debía cometerse<br />

con arma de <strong>fuego</strong> para que pareciera un ajuste de cuentas<br />

más del crimen organizado.<br />

—Les voy a disparar cuando se duerman —les dijo Vicente<br />

mientras iban los tres en el Intrepid que conducía Eduardo; él<br />

en el asiento del copiloto y Uziel en el de atrás.<br />

—Ustedes lo único que van a hacer es ayudarme a sacarlos<br />

de la casa y a subirlos a un carro para tirarlos. Yo manejo otro<br />

carro con los cuerpos y ustedes me siguen. Luego alguien le<br />

habla a mi abuela y le dice que tienen a mis papás y a mi hermana<br />

secuestrados, y pide 200 mil dólares. Eso es lo que cubre<br />

el seguro.<br />

Vicente hablaba con naturalidad de lo que tenía en mente,<br />

como si les estuviera repartiendo una tarea de la escuela que<br />

tenían que hacer en equipo y como si él hubiera sido nombrado<br />

jefe. La rápida secuencia que planteaba, como si matar no<br />

le fuera a costar ningún trabajo, hacía parecer la propuesta<br />

como algo sumamente fácil y ventajoso. Doscientos mil dólares<br />

eran más de 700 mil pesos para cada uno. Todos podrían<br />

comprarse finalmente un vehículo propio.<br />

Uziel y Eduardo no dijeron palabra por algunos segundos.<br />

Dudosos y al mismo tiempo intrigados por la extravagante<br />

propuesta, sólo se vieron a los ojos. Estaban entre indecisos y<br />

temerosos, pero Vicente ya esperaba ese silencio y se jugó entonces<br />

la carta definitiva de su estrategia de convencimiento.<br />

—Va a quedar como si los hubieran matado los narcos… Mi<br />

papá tiene muchos enemigos. Nunca van a sospechar de mí…<br />

En eso estaban de acuerdo los tres. Habían pasado apenas


cuatro meses desde el hallazgo de cuerpos en Las Acequias, y<br />

ese destape de la descomposición policiaca había sido uno de<br />

los más escandalosos en la historia de Ciudad Juárez. La difusión<br />

de los homicidios de mujeres era también ya de dimensiones<br />

mundiales, y en el ambiente dominaba la convicción de<br />

que tan ciertas como la violencia eran la corrupción y la incapacidad<br />

del Estado para imponer algún castigo a los asesinos.<br />

Mientras las policías trabajaban al servicio del cártel, secuestrando<br />

y asesinando personas, las estadísticas mostraban su<br />

casi total ineficacia a la hora de procurar justicia: más de 34<br />

mil delitos denunciados y sólo 13 por ciento de probabilidades<br />

de que se encontrara a un posible responsable. Así, por cada<br />

víctima cuyo caso avanzaba había una mayoría sufriendo el<br />

crimen adicional que representa la impunidad, sin contar la<br />

gran cantidad de personas detenidas sin pruebas.<br />

Pero la mayor evidencia del estado de barbarie era cada<br />

homicidio, la casi natural perpetuación en la ciudad de un exterminio<br />

tan atroz como frecuente y que, desde 1993, había<br />

costado la vida de más de 2 mil 500 personas. Tan sólo en esa,<br />

la tercera semana de mayo de 2004, habían asesinado a nueve;<br />

cuatro de ellas al estilo del narco. El martes 18, un hombre<br />

había sido acribillado con más de 40 impactos de ametralla-<br />

conducía a casa de una adolescente que le gustaba<br />

y que era en realidad quien ocupaba la mayor parte<br />

de sus pensamientos.<br />

Alrededor de las ocho y media de la noche, los<br />

tres llegaron al exterior de la casa de S., una chica<br />

de 18 años que era tía de la amiga de Eduardo y<br />

quien, al asomarse por la ventana del auto a saludarlos,<br />

vio a Vicente sentado en el lugar del copiloto<br />

con la pistola negra en las manos, intentando<br />

ponerle una bala.<br />

—¿Qué chingados ves? —le preguntó Vicente<br />

de manera brusca.<br />

—¿Para qué quieres esa pistola? —reviró la joven,<br />

intrigada.<br />

—Mañana te vas a enterar —le respondió el<br />

adolescente.<br />

A su estatura, que rebasaría ya los 1.80 metros,<br />

a su esbeltez y a sus facciones finas, Vicente<br />

agregaba movimientos de las manos que parecían<br />

estudiados y que acompañaba con el tono<br />

de su pretendida inteligencia superior. Así le había<br />

respondido a S., así le hablaba a la mayoría<br />

—Pues si nomás te vamos a ayudar a echarlos en el carro y a tirarlos,<br />

bueno —dijo finalmente Uziel.<br />

—Además, no son nuestros papás —agregó Eduardo.<br />

dora AK-47, o cuerno de chivo, en el estacionamiento de una<br />

tienda Del Río ubicada frente al Galgódromo de Juárez. Un par<br />

de horas después, un grupo de pistoleros intentó matar a un<br />

presunto contacto entre el cártel de Juárez y el de Medellín —de<br />

nombre Raúl Ortega Saucedo, quien murió días después—,<br />

pero en el intercambio de balazos sobre la avenida Abraham<br />

Lincoln, frente a la PGR, mataron a una madre de familia de<br />

36 años y a un empleado de un restaurante de la zona. El miércoles<br />

siguiente se registró un homicidio en una colonia del<br />

poniente, en un aparente pleito entre pandillas. Más tarde se<br />

encontró a una mujer estrangulada en el límite de un dique<br />

de aquel mismo sector; luego acribillaron a un bolero… todos<br />

eran crímenes que estaban quedando impunes.<br />

—Nadie va a investigar nunca —concluyó Vicente ante<br />

Eduardo y Uziel mientras recorrían en el Intrepid las polvorientas<br />

calles de La Rosita.<br />

El argumento tuvo efecto. Los tres podrían haber crecido<br />

en familias con diferentes grados de integración y tener valores<br />

personales distintos sobre conceptos como responsabilidad<br />

o vida humana, pero si algo compartían era la certeza de<br />

que lo que había dicho Vicente era completamente cierto. En<br />

México, y en particular en Juárez, se podía cometer cualquier<br />

ilícito sin que ocurriera absolutamente nada.<br />

—Pues si nomás te vamos a ayudar a echarlos en el carro y<br />

a tirarlos, bueno —dijo finalmente Uziel.<br />

—Además, no son nuestros papás —agregó Eduardo.<br />

Lejos de inquietarlos, la idea de tirar unos cuerpos humanos<br />

se les antojaba tan sencilla que ambos parecieron olvidarse<br />

del tema durante los minutos siguientes. Uziel empezó<br />

a dormitar en la parte trasera del Intrepid mientras Eduardo<br />

de las mujeres y así se dirigía a Uziel y a Eduardo<br />

con regularidad.<br />

La actitud le había dado resultado. Sus amigos<br />

habían asesinado a sus padres bajo sus órdenes la<br />

madrugada del viernes 21 y, por la mañana, ahí<br />

estaban de nueva cuenta, pitándole desde la Cherokee<br />

afuera de su casa para completar el plan.<br />

Al salir aprisa y medio adormilado por la<br />

puerta del patio, Vicente apenas si notó a uno de<br />

los empleados de su padre que había llegado desde<br />

las siete de la mañana y se encontraba lijando uno<br />

de los vehículos.<br />

—¿Dónde está su papá, güero? —le preguntó el<br />

trabajador.<br />

—No sé.<br />

Vicente respondió con indiferencia en su acelerado<br />

paso al Camino a la Rosita, donde Uziel y<br />

Eduardo lo esperaban en la camioneta que se habían<br />

llevado unas horas antes. Ahí trataron de<br />

ponerse de acuerdo en lo que harían hasta que<br />

decidieron entrar en la casa, donde Vicente tenía<br />

ya lista una tarjeta telefónica y el número de su<br />

abuela escrito en una hoja de cuaderno para hacer<br />

la llamada. Eduardo y Uziel le dijeron que luego se<br />

irían a nadar a Las Anitas.<br />

—¿No vas a ir? —le preguntó Uziel a Vicente.<br />

—Les caigo si puedo.<br />

—Antes pasamos a ver si todavía está la<br />

Explorer —agregó el primero.<br />

Vicente asintió y se quedó en casa. Se dirigió a<br />

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la recámara de sus padres y abrió las cortinas para<br />

que entrara la luz por la ventana. Sobre la cama<br />

seguía el único ser que consideraba digno de su<br />

afecto. Le puso enfrente un abanico eléctrico de<br />

pedestal y aspas de plástico para mitigar el calor<br />

de ese casi mediodía. Se sentó junto a él y lo observó.<br />

Se sintió en paz por primera vez en muchos<br />

años. No tenía aprehensiones ni miedo alguno.<br />

Sólo le importaba ser por fin libre, sin alguien que<br />

se interpusiera en su búsqueda de satisfacciones<br />

rápidas. No soportaba que alguien tratara de imponerle<br />

barreras a sus decisiones ni a sus deseos.<br />

No creía en ninguna autoridad ni en ninguna ley,<br />

ni creía que alguien tuviera la calidad moral o la<br />

intención real de aplicarlas. Sus impulsos serían a<br />

partir de ahora su única regla.<br />

Uziel y Eduardo volvieron a casa de Vicente<br />

inesperadamente, unos 20 minutos después. Habían<br />

ido a revisar el Camino a Zaragoza y encontrado<br />

sólo los restos de los cordones amarillos de<br />

la policía, sin la camioneta. Los agentes de la entonces<br />

llamada judicial del estado habían llegado<br />

desde las 6:20 al lugar del incendio, cuando encontraron<br />

la Explorer completamente quemada,<br />

sin vidrios y con los tres cuerpos irreconocibles<br />

en la parte trasera.<br />

Antes de las 10 de la mañana ya habían terminado<br />

de levantar las evidencias, por lo que no<br />

coincidieron con el par de homicidas que habían<br />

vuelto a la escena final de su delito. Uziel y Eduar-<br />

atentado de la Lincoln, frente a la PGR. La imagen de una habitación<br />

con personas orando y al fondo un féretro cubierto con<br />

flores, bajo un crucifijo, parece ahora el presagio del temor<br />

generalizado que se instalaría en una comunidad que años<br />

después quedó totalmente expuesta al cruce de balas.<br />

La racha de ajustes posterior al hallazgo de Las Acequias,<br />

aún más aparatosa que la de finales de 1997, no había penetrado<br />

tanto en la conciencia colectiva sino hasta ese martes<br />

18, cuando alcanzó a Muller, madre de tres hijas, cuyo único<br />

error había sido hacer un alto frente al semáforo del cruce<br />

entre las avenidas Hermanos Escobar y Lincoln. Lugar y hora<br />

equivocados. El hecho causó tal impacto que los compañeros<br />

de clase de las tres huérfanas salieron a la calle dos días<br />

después a exigir paz y un castigo para los homicidas. Una crónica<br />

de la manifestación citó al esposo de Muller, tan preciso<br />

en su diagnóstico como desoído en su reclamo. “Apenas terminamos<br />

una cosa y comenzamos otra vez. A ver si por medio<br />

de esto hay una presión para las autoridades, para que de una<br />

buena vez atrapen a los criminales”, dijo el viudo.<br />

No los capturarían, pero no porque las autoridades no<br />

supieran investigar. De hecho, entre agentes del Ministerio<br />

Público de Juárez se decía desde entonces que no hay un solo<br />

crimen perfecto. Y pese a que miles de homicidios han quedado<br />

sin resolver, no ha sido pericia en la investigación lo que ha<br />

hecho falta. Ese mismo 2004 quedaría demostrado que, cuando<br />

los policías del estado no protegían o no eran los autores de<br />

los crímenes, los agentes del Ministerio Público sí podían dar<br />

con los autores de un asesinato y, sobre todo, aprehenderlos.<br />

Todos dejan pistas, sabían. La diferencia entre la impunidad y<br />

la justicia consiste básicamente en seguirlas, y lo antes posi-<br />

No tenía aprehensiones ni miedo alguno. Sólo le importaba ser<br />

por fin libre, sin alguien que se interpusiera en su búsqueda de<br />

satisfacciones rápidas. No soportaba que alguien tratara de<br />

imponerle barreras a sus decisiones ni a sus deseos.<br />

do no se alertaron al ver que no estaba la Explorer,<br />

pero prefirieron tratar de averiguar qué pasaba y<br />

se les ocurrió comprar el periódico, una edición de<br />

El Diario de Juárez con la que regresaron a la casa<br />

de La Rosita.<br />

—La prensa todavía no se entera. Todavía podemos<br />

cobrar el dinero —les dijo Vicente al revisar<br />

rápidamente el ejemplar—. De aquí a que identifiquen<br />

los cuerpos…<br />

La portada de El Diario que compraron esa<br />

mañana no podía reflejar de mejor manera el ambiente<br />

de violencia e impunidad que prevalecía en<br />

la ciudad y que el encabezado principal resumía en<br />

cuatro palabras: “Sin esclarecer, 23 ejecuciones”.<br />

El texto indicaba que las víctimas habían sido<br />

asesinadas en 16 hechos distintos en lo que iba<br />

de 2004 y que éstos tenían en común indicios de<br />

estar relacionados entre sí y con el crimen organizado.<br />

El cuarto párrafo de la nota aclaraba que la<br />

estadística no incluía los 12 cadáveres descubiertos<br />

en el patio de la casa de Las Acequias, mientras<br />

que la fotografía principal ilustraba el funeral de<br />

Irma Muller, la madre de familia acribillada en el<br />

ble, así las víctimas estén totalmente calcinadas.<br />

Pero los adolescentes estaban convencidos de que los policías<br />

encontrarían los tres cuerpos en la camioneta y, sin más,<br />

como parecía que hacían con los miles de homicidios que se<br />

registraban en la ciudad, dejarían el caso sin resolver. De eso<br />

Vicente estaba más que convencido. Todo sería cuestión de<br />

seguir actuando de manera normal y avisar al resto de su familia<br />

sobre la desaparición de sus padres.<br />

—Márcale a mi abuela ya, pero de un teléfono público —le<br />

dijo a Uziel al terminar de revisar el periódico.<br />

Cuando se quedó solo de nuevo, Vicente despertó a su<br />

hermano, le puso unos huaraches, tomó 300 pesos que había<br />

sobre la mesa, subió al niño al Honda que le habían comprado<br />

a Laura y salió con él a la calle en dirección a la casa de sus<br />

abuelos maternos, quienes vivían a unos metros del Puente<br />

Internacional Zaragoza, en la colonia Moreno. Al llegar a la<br />

espaciosa vivienda, los encontró desayunando en la cocina<br />

con algunos de sus tíos. El pequeño C.E. chupaba una paleta<br />

que su hermano mayor le había comprado en el camino.<br />

—Mis papás se fueron anoche al cine y no han vuelto<br />

—empezó a narrar Vicente—. Eran como las 11 de la noche<br />

cuando se fueron. Se llevaron también a Laura, pero C.E. se<br />

quedó conmigo porque estaba dormido. Yo me quedé des


pierto como hasta las tres con unos amigos, pero mis papás<br />

no volvieron, o no sé si se fueron hoy temprano… Yo iba a ir<br />

con mis amigos a un día de campo, pero no fui porque no han<br />

llegado —agregó.<br />

Vicente llevaba consigo el celular de su padre, que timbró<br />

en ese momento. Uno de sus tíos se paró de la mesa entre preocupado<br />

y escéptico y se lo pidió para tomar él la llamada.<br />

—Tenemos secuestrados a Vicente León y a Alma Delia<br />

Chávez. Queremos 200 mil dólares —escuchó el tío decir a<br />

Uziel desde el otro lado de la línea.<br />

El matrimonio de la familia Chávez Márquez estaba conformado<br />

por dos oriundos de Juárez que vivían del trabajo que<br />

él tenía como transportista de materiales entre los agricultores<br />

de esa zona del Valle Bajo del Río Bravo. Alma Delia fue<br />

la menor de siete hijos, y era también la más querida. Fue por<br />

eso que su padre le había regalado la propiedad en la que vivía<br />

con su marido en La Rosita. Al que casi no conocían era a su<br />

nieto Vicente, pese a que lo veían cada semana cuando iban a<br />

comer en familia.<br />

Ese viernes, empero, algo en el relato del chico les pareció<br />

sospechoso desde un principio. ¿Cómo que sus padres<br />

se habían ido al cine a las 11 de la noche, si a esa hora no hay<br />

funciones? Pese a la incongruencia, que compartieron entre<br />

ellos sólo una vez que se fue Vicente, decidieron convocar a<br />

toda la familia y avisar que Alma Delia y Laura Ivette estaban<br />

desaparecidas. Vicente les dijo también que su padre tenía un<br />

amigo que podría ayudarlos porque conocía agentes de la judicial<br />

del estado y, con el pretexto de contactarlo, salió de la<br />

casa para buscar a Eduardo y a Uziel para que insistieran en el<br />

cobro del rescate.<br />

De la colonia Moreno a Las Anitas hay sólo unos cuantos<br />

metros. El elemento dominante en cualquier trayecto es el<br />

Puente Internacional Zaragoza y luego el bordo del río, junto<br />

al que se encuentra el balneario en el que Vicente esperaba encontrar<br />

a sus cómplices. No habían llegado. Vicente los halló<br />

por fin en casa de Uziel, en Satélite, donde los dos conversaban<br />

a un lado de la Cherokee, que todavía estaban usando.<br />

—Ya toda mi familia está enterada; le hablaron a la policía<br />

—les dijo Vicente cuando se les acercó, al bajarse del Honda—.<br />

Ya nada más vuélveles a llamar para decirles que ya los van a<br />

matar por haberle hablado a la policía —le dijo a Uziel.<br />

Uziel declararía después al Ministerio Público haber seguido<br />

aún con esa última instrucción, sin imaginar cómo le<br />

pagaría el que consideraba su mejor amigo. A eso de las seis<br />

de la tarde, cuando él y Eduardo ya nadaban en una alberca<br />

de Las Anitas, algunos compañeros se les acercaron para preguntarles<br />

qué le pasaba a Vicente.<br />

—¿Por qué? —les respondió Eduardo, aún entre el agua.<br />

—Porque viene rodeado de muchos señores —les dijo el<br />

otro estudiante.<br />

Ni Eduardo ni Uziel vieron cuando llegó Vicente, y ni aun<br />

en ese momento se alertaron. Eduardo sólo decidió tomar<br />

precauciones y le dijo a Uziel que mejor se fueran caminando a<br />

su casa. Antes, todavía se preocupó por regresarle a su mejor<br />

amigo lo último que guardaba de él.<br />

—Dale estas llaves a Vicente, por favor —le pidió a una<br />

amiga mientras se vestía con una playera y la bermuda.<br />

—Vámonos caminando —le dijo a Uziel.<br />

De Las Anitas a Quintas del Valle, donde vivía Eduardo, se<br />

hacen unos 20 o 30 minutos tomando atajos, como el Camino<br />

a Zaragoza. Para ese momento ya los estaban buscando,<br />

pero nada de lo que los dos amigos hicieron en las tres horas<br />

siguientes sugiere que hayan tocado el tema de lo que habían<br />

hecho esa madrugada o que hayan considerado<br />

la posibilidad de ser detenidos. La idea del crimen<br />

había sido por completo de Vicente; ellos sólo<br />

accedieron a tirar los cuerpos. Que lo agarraran<br />

a él, pensaban. Lo que les interesaba realmente<br />

era la fiesta que tendrían en la noche y las chicas,<br />

así que, al llegar a su casa, Eduardo se cambió de<br />

ropa, tomó el Intrepid, llevó a Uziel a la suya y ahí lo<br />

esperó unos 20 minutos a que él también se vistiera.<br />

En ese momento pensó en marcarle a Vicente,<br />

pero fue él quien recibió primero la llamada.<br />

—¿Qué onda? ¿Te agarraron o qué? —le preguntó<br />

Eduardo apenas contestó.<br />

—No. Pásame a Uziel —le ordenó Vicente.<br />

—¿Te agarraron? —insistió también Uziel a través<br />

del teléfono, sin escuchar respuesta.<br />

—¿Te agarraron? —repitió Uziel.<br />

—Sí —respondió finalmente Vicente.<br />

—¿Y ahora nos quieres dar torzón a nosotros?<br />

—Sí.<br />

Ni aun con esa información Uziel y Eduardo<br />

tuvieron una mínima idea de lo que sería un castigo<br />

por haber acabado con tres vidas humanas.<br />

Al declarar sobre la secuencia de lo que hicieron<br />

la madrugada del viernes, Eduardo recordó de<br />

manera espontánea ante la policía que Vicente les<br />

había dicho que nunca iban a sospechar de ellos y<br />

que él pensaba quedarse con todas las propiedades.<br />

Con la certeza de que no sería detenido, incluso<br />

después de haber hablado con Vicente, la<br />

atención de Eduardo siguió puesta en la chica que<br />

le gustaba, por quien todavía pasó en el Intrepid y<br />

a quien, junto con Uziel, llevó a comer hamburguesas<br />

en un puesto callejero. De ahí pasaron por<br />

S. y más tarde, a eso de las ocho y media de la noche,<br />

el grupo se dirigió a la fiesta.<br />

Las muestras de amor, reconocimiento y apoyo<br />

que Eduardo había recibido de su familia en toda<br />

su vida dieron pie en ese momento, tal vez al calor<br />

de alguna bebida, a la primera sensación parecida<br />

a un remordimiento, por lo que, aunque a medias<br />

y con una historia falsa, compartió su inquietud<br />

con S. cuando él y Uziel iban a llevarla a su casa.<br />

—Unos cholos balacearon a un amigo, y luego<br />

nosotros le disparamos a uno de ellos. No sabemos<br />

si está vivo o muerto —le dijo Eduardo a la<br />

chica, a quien no alcanzó a terminar de narrarle<br />

su cuento porque, al llegar a la casa, un grupo de<br />

agentes de la Policía Judicial del estado ya los estaba<br />

esperando.<br />

La investigación había sido relativamente<br />

sencilla. El ovillo se empezó a desenredar después<br />

de las siete de la mañana, cuando elementos<br />

de la Unidad Especializada en la Investigación de<br />

Homicidios, encabezados por el agente del Ministerio<br />

Público Jesús Torres Macías, acudieron a<br />

recolectar evidencia en la escena del crimen. Para<br />

ese 2004, la presión internacional por las fallas forenses<br />

en las investigaciones de los homicidios de<br />

mujeres había logrado que al menos esa etapa de<br />

la práctica ministerial registrara ciertos avances,<br />

por lo que el levantamiento de los restos de la familia<br />

León Chávez quedó reportado con detalle,<br />

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desde la forma y la posición en la que fue encontrada<br />

cada víctima hasta los restos de tela y demás<br />

pertenencias que se lograron recuperar.<br />

A uno de los cuerpos femeninos, escribió el<br />

agente Torres, le había quedado enterrada en el<br />

vientre una hoja de cuchillo de 15 centímetros de<br />

largo por dos de ancho. Otro cuerpo, el masculino,<br />

tenía la extremidad cefálica completamente destruida<br />

por la acción del <strong>fuego</strong>, así como las piernas<br />

y los brazos. Al segundo cadáver femenino, que era<br />

el de la pequeña Laura, también le había estallado<br />

la cabeza por las llamas. En la camioneta, además,<br />

había restos de lo que parecía ser una sábana color<br />

claro a rayas. Ahí estaba también una cartera negra<br />

extraordinariamente a salvo del <strong>fuego</strong> y, dentro,<br />

una identificación, a la postre la pista más importante<br />

de esas primeras horas: “Vicente León<br />

Negrete. Camino a la Rosita 5824”.<br />

Torres, quien encabezó la unidad de investigación<br />

de homicidios en Juárez hasta 2005, acudió<br />

a la propiedad a las dos de la tarde con otros<br />

dos elementos de su equipo. Entraron por el patio,<br />

donde a la luz del día lo primero que notaron<br />

fueron los vehículos estacionados bajo el techo<br />

metálico del taller. Torres apuntó también que<br />

sobre parte del piso de concreto había un goteo<br />

de manchas color oscuro que procedían de la<br />

puerta de la casa. Había además huellas de rodadas<br />

de llantas impresas en una parte del terreno<br />

que estaba cubierta de lodo. Luego vieron el trapeador<br />

de hilo todavía húmedo, recargado en<br />

una de las ventanas.<br />

Al entrar en la casa notaron en el piso los<br />

mismos rastros pardos de la sangre adelgazada<br />

con agua. En una de las cómodas de la cocina<br />

vieron un cuchillero con tres espacios vacíos.<br />

Había también sangre en la base de la llave derecha<br />

del fregador y en el trastero. En la primera<br />

recámara visible desde el pasillo, la de Vicente,<br />

había además dos pantalones grises, uno marca<br />

Dickies y el otro Dockers, que eran de los uniformes<br />

de Eduardo y Uziel. También de eso tomaron<br />

nota, al igual que de las manchas de sangre en la<br />

pared del pasillo y en la perilla de la puerta de la<br />

habitación del hijo… El reporte fue tan detallado<br />

que, en alrededor de una hora, el agente Torres<br />

describió incluso las impresiones de las huellas<br />

de zapatos que había en el piso de la recámara<br />

principal y que debían ser, dijo, de tenis, ya que<br />

tenían líneas y círculos. Torres reportó también<br />

el hallazgo de un trozo negro de plástico, al parecer<br />

el mango de un cuchillo, y rastros de sangre<br />

en la base del colchón, en el buró y en el respaldo<br />

de la cama. Las gotas incluso habían salpicado la<br />

pared y el piso de la recámara principal. El abanico<br />

de pedestal que Vicente encendió para proteger<br />

el sueño de su pequeño hermano del inclemente<br />

clima juarense estaba todavía prendido.<br />

En el patio, Torres notó incluso el trozo de lona<br />

de plástico azul desgarrada de un lado…<br />

El agente recibió en eso una llamada de las<br />

oficinas del entonces llamado Departamento de<br />

Averiguaciones Previas de la Subprocuraduría.<br />

Les pedían permanecer en el domicilio y seguir recopilando<br />

datos, porque había una familia que denunciaba el secuestro<br />

de tres personas, una de ellas con el nombre de la víctima cuya<br />

credencial había sido hallada por la mañana en la Explorer, y<br />

uno de sus hijos, además, estaba cayendo en muchas contradicciones.<br />

La familia de Vicente había concluido que el adolescente<br />

ocultaba algo desde que, por la mañana, saliera de casa de sus<br />

abuelos diciendo que buscaría al amigo de su padre. Cuando<br />

volvió después de uno de los rondines que hizo por Las Anitas,<br />

sus primos y uno de sus tíos ya lo estaban esperando.<br />

—Vamos a ir a la Judicial —le dijeron.<br />

Las oficinas de la Subprocuraduría General de Justicia<br />

del Estado de Chihuahua Zona Norte se ubicaban desde entonces<br />

en una vialidad que lleva el nombre del cantante Juan<br />

Gabriel, en el poniente de Juárez. El edificio era entonces una<br />

descuidada construcción de dos pisos con oficinas en las que<br />

se amontonaban los también deteriorados escritorios de los<br />

agentes del Ministerio Público. La familia Chávez fue conducida<br />

al Departamento Antisecuestros para que interpusiera<br />

la denuncia y, sin que Vicente se diera cuenta, los tíos dijeron<br />

a los agentes que sospechaban que el joven estaba relacionado<br />

con la desaparición de su hermana. Los de antisecuestros<br />

contactaron entonces a los de homicidios, donde ya tenían el<br />

nombre de las víctimas.<br />

—A ver, Vicente, ¿qué fue lo que pasó? —preguntó el investigador<br />

de homicidios al huérfano, que ya ocupaba una silla<br />

frente a él.<br />

—Ayer como a las 11 mis papás se fueron al cine con mi hermanita.<br />

Yo me quedé con mi otro hermano y me acosté a dormir.<br />

Luego hoy que me desperté me di cuenta de que no estaba<br />

ninguno de los tres…<br />

—¿No se te hace muy tarde como para que tus papás se hayan<br />

ido al cine? —inquirió el agente.<br />

Vicente notó en el tono de la pregunta la sospecha abierta<br />

en su contra.<br />

Sólo entonces empezó a ponerse nervioso.<br />

—No sé… —alcanzó a responder.<br />

—¿Tienes problemas con tus papás, Vicente? —siguió el<br />

investigador.<br />

—No, pero mi papá sí tiene problemas con algunas gentes…<br />

La mirada del que lo interrogaba era de total escepticismo.<br />

Él empezó a frotarse las manos.<br />

—¿No se te hace que estás muy sospechoso? —siguió el<br />

agente, a punto de concluir uno de los pocos casos de homicidio<br />

que se resolvieron en ese 2004.<br />

Vicente comprendió entonces<br />

que nadie creía lo que estaba<br />

diciendo. Por alguna<br />

razón que no le interesó<br />

en ese momento preguntar,<br />

su convicción<br />

de que no sería jamás<br />

atrapado cedió con<br />

un poco de presión<br />

y, con tal de no sentirla,<br />

decidió confesar<br />

todo, con lujo<br />

de detalles.<br />

—Está bien, ya no<br />

aguanto. Yo y mis amigos<br />

los matamos, a mis padres y<br />

a mi hermana. <br />

¡Promoción!<br />

Por cortesía de editorial Planeta,<br />

tenemos tres ejemplares<br />

del libro La fábrica del crimen .<br />

Si quieres llevarte uno, basta que<br />

seas de los primeros en enviar un<br />

correo a ociologia@m-x.com.mx<br />

y decirnos cuál es el medio de comunicación<br />

en el que trabaja la<br />

autora de este texto.


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Omnia<br />

la cáscara<br />

de la historia<br />

* Periodista y<br />

escritor. De 1999<br />

a 2006 fue miem-<br />

bro del Consejo<br />

General del IEDF<br />

erhm45@gmail.com<br />

Twitter:<br />

@EduardoRHuchim<br />

Candidatos<br />

cartujos<br />

Por Eduardo R. Huchim*<br />

La reforma constitucional y legal de 2007-<br />

2008 en materia electoral ha sido duramente<br />

cuestionada desde antes de su aprobación y<br />

desde entonces ha enfrentado la hostilidad<br />

del llamado duopolio televisivo, que no olvida<br />

que, al prohibirse la compra de tiempos<br />

para propaganda electoral, dejó de recibir<br />

importantes recursos, si bien ahora percibe<br />

No todas las encuestas ubican en el tercer<br />

sitio a Andrés Manuel López Obrador.<br />

Un simulacro electoral organizado por<br />

Pedro Jaimez en la Universidad Pedagógica<br />

Nacional, obtuvo estos resultados: AMLO,<br />

720 votos (72.36%); Josefina Vázquez<br />

Mota, 93 (9.35%); Enrique Peña Nieto, 89<br />

(8.74), y Gabriel Quadri, 10 (1.81%).<br />

más del gobierno federal, cuyo gasto en comunicación social<br />

ha crecido en forma desmesurada:<br />

En 2010, por ejemplo, el gasto en publicidad aumentó 300<br />

por ciento respecto de lo que fue aprobado en el presupuesto<br />

de ese año, y para el ejercicio fiscal de 2011 se le asignaron mil<br />

939 millones pero terminó gastando 5 mil millones (Armando<br />

Estrop, Reforma, 24/12/11). Fue tan escandaloso el crecimiento<br />

que la Auditoría Superior de la Federación realizó una<br />

revisión a esos gastos y los calificó de excesivos e irregulares.<br />

La mencionada reforma electoral es virtuosa, pero no perfecta.<br />

Uno de sus aspectos discutibles es el relativo al llamado<br />

periodo intercampañas, también conocido como de veda propagandística.<br />

Si bien se le ha querido caracterizar como periodo<br />

de reflexión, lo cierto es que resulta absurdo el conjunto<br />

de limitaciones impuestas a los candidatos, para un lapso de<br />

45 días (del 15 de febrero al 30 de marzo).<br />

Cuando los candidatos tienen el legítimo apremio de salir<br />

en busca del voto de sus conciudadanos, impedírselos resulta<br />

un acto contra natura. Pretender candidatos con disciplina de<br />

monjes cartujos durante mes y medio es un despropósito que,<br />

con una poco afortunada interpretación de la Constitución<br />

y de la ley, las autoridades electorales impusieron sin pensar<br />

suficientemente en la posibilidad de interpretaciones menos<br />

estrictas y más lógicas.<br />

Debe tenerse presente que ni la Constitución ni el Código<br />

Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe)<br />

fijan explícitamente un periodo de limbo propagandístico,<br />

pero como sólo se establece un periodo de precampaña y<br />

otro de campaña, resulta que la propaganda no puede hacerse<br />

en la etapa intercampañas. El Instituto Federal Electoral<br />

(IFE) tornó más complejas las cosas de lo que son al publicar<br />

un desplegado sobre lo que podían hacer los candidatos en la<br />

llamada “veda”, pero lo difundió antes de que el Consejo General<br />

conociera y discutiera el asunto, que en realidad podría<br />

resumirse de forma sencilla: los candidatos no pueden hacer<br />

actos de campaña que están definidos en el artículo 228 del<br />

Cofipe:<br />

“Reuniones públicas, asambleas, marchas y en general<br />

aquellos en que los candidatos o voceros de los partidos políticos<br />

se dirigen al electorado para promover sus candidaturas”.<br />

Bajo la presión de la tv y su Cámara Nacional de la Industria<br />

de la Radio y Televisión (CIRT), los consejeros entraron<br />

en un prolongado debate entre sí y con los representantes de<br />

partidos y del Poder Legislativo. (Por cierto, es hora de preguntarse<br />

si en el IFE deben estar presentes, además de los<br />

partidos, representantes del Congreso de la Unión, porque las<br />

intervenciones de hasta 23 personas con tres rondas de participación<br />

en cada asunto, además de las interpelaciones, hacen<br />

innecesariamente prolongadas las sesiones de un órgano que,<br />

sobre todo en proceso electoral, debe ser dinámico).<br />

Al final prevaleció una interpretación restrictiva de la ley,<br />

pero en la discusión se soslayó que, tal como están, las disposiciones<br />

admiten otras interpretaciones menos limitativas.<br />

Como quiera, es obvia la necesidad de revisar la Constitución<br />

y la ley que, tal como están, convierten a los candidatos en<br />

cartujos sometidos a un obligado voto de semisilencio.<br />

Por lo pronto, la etapa intercampañas de este proceso comicial<br />

ha concluido y las campañas han comenzado, aunque<br />

en un entorno poco favorable a causa de la Semana Santa, que<br />

comenzó el domingo 1 de abril, y las vacaciones que la acompañan.<br />

De ese modo, el ya de suyo limitado periodo de campaña<br />

se reduce todavía más en la práctica, debido al asueto<br />

cuaresmal y pascual.


Vaya revuelo que se armó con el incumplimiento de las cuotas<br />

de género por parte de los partidos políticos. La ley dice<br />

que cada género debe estar representado por lo menos con<br />

40 por ciento en las candidaturas de diputados y senadores.<br />

El Instituto Federal Electoral (IFE) corrió los plazos, los<br />

cuales de no ser atendidos por los partidos, podrán causarles<br />

sanciones hasta con la negativa del registro de las candidaturas<br />

correspondientes.<br />

La lucha por la equidad de género en la representación<br />

política en México tiene ya casi dos décadas, tiempo en que<br />

las mujeres han ido avanzando. Algunos partidos han dispuesto<br />

la equidad en sus estatutos, aunque la ley electoral<br />

lo estipula, por ahora, en 40 por ciento. Hace algunos años<br />

los partidos cumplían con las disposiciones ubicando a las<br />

mujeres como candidatas suplentes o dejándoles los últimos<br />

lugares en las listas de las candidaturas plurinominales.<br />

Sin embargo, en las últimas modificaciones a la legislación<br />

se ha insistido en la discriminación positiva, con lo<br />

que se obliga a que las listas se integren con segmentos de<br />

cinco candidaturas en donde debe haber dos candidaturas<br />

de género distinto. Es interesante observar que en las listas<br />

plurinominales que acaban de presentar los partidos para el<br />

Senado, aparecieron alternadamente un hombre y una mujer.<br />

Desde luego, habrá que revisar que los suplentes de las<br />

candidatas mujeres no sean varones, con lo cual podría repetirse<br />

el caso de las “juanitas”.<br />

Fue en las listas de las candidaturas uninominales en<br />

los 300 distritos electorales donde se presentó el problema.<br />

Los partidos aprovecharon un resquicio estipulado en la segunda<br />

fracción del artículo 219 del Código Federal de Instituciones<br />

y Procedimientos Electorales (Cofipe), en donde<br />

se señala que pueden evitar cumplir con el 40 por ciento, en<br />

caso de que las candidaturas sean resultado de un proceso<br />

de elección democrático, conforme a los estatutos de cada<br />

partido. No obstante, el Tribunal Electoral del Poder Judicial<br />

de la Federación (TEPJF) ordenó en enero de este año que<br />

deben registrarse, al menos, 120 candidaturas uninominales<br />

de cada género para la Cámara de Diputados y 26 de 64 en<br />

la de Senadores, con lo cual se debe cubrir obligatoriamente<br />

la cuota del 40 por ciento.<br />

Con esa resolución del Tribunal Electoral las cosas se<br />

complicaron para los partidos. En el caso del PRI, se decidió<br />

resolver las candidaturas mediante el procedimiento de<br />

convención de delegados. Esta fórmula permite evadir un<br />

proceso de selección en el que participe toda la militancia y,<br />

sobre todo, desarrollar filtros e inducciones que facultan a<br />

las élites políticas a decidir las candidaturas. El candado se<br />

establece con el registro interno de las candidaturas, lo cual<br />

permite cerrar el proceso y disponer de un mecanismo para<br />

distribuir las candidaturas entre las organizaciones y los<br />

grupos dirigentes. Con ello, quedaron lejos de cumplir con<br />

las cuotas correspondientes.<br />

En el PAN las cosas resultaron por demás sui generis. En<br />

un principio la dirección nacional, la cual responde en buena<br />

medida a los designios de Los Pinos, pretendió reservarse<br />

la mayoría de las candidaturas a diputados y senadores<br />

mediante el método extraordinario de designación directa.<br />

Como lo anterior provocó mucha inconformidad interna,<br />

hubo militantes que acudieron al Tribunal Electoral para<br />

impugnar la decisión.<br />

El TEPJF le dio la razón a los quejosos y obligó a la comisión<br />

electoral del partido a reponer el procedimiento ordinario<br />

de selección de candidatos. Con ello, los miembros<br />

Las cuotas<br />

de género<br />

Por Juan Francisco Reyes del Campillo*<br />

activos y adherentes fueron a las urnas para<br />

definir a los candidatos.<br />

No obstante, con el proceso interno se rebasó<br />

la cuota de varones en 35 distritos electorales<br />

y en nueve fórmulas de senadores,<br />

por lo cual el IFE ha requerido al partido que<br />

modifique sus listas para ajustarse a las cuotas<br />

de género. El partido argumenta que en<br />

muchos distritos no se registraron mujeres<br />

para competir o que a fin de cuentas no fueron<br />

seleccionadas por la militancia. A pesar<br />

de ello, el PAN deberá cumplir con la cuota<br />

que señala la legislación.<br />

La Coalición Movimiento Progresista<br />

tendrá que sustituir a 35 candidatos para<br />

cumplir con la cuota de género que marca<br />

la ley. La fórmula que estas fuerzas emplearon<br />

para seleccionar a sus candidatos fue la<br />

aplicación de encuestas. Al mismo tiempo,<br />

ciertas candidaturas se establecieron a partir<br />

de la correlación de fuerzas internas, con lo<br />

que se aplicó el dicho “háganse las encuestas,<br />

sí, pero en las mulas de mi compadre”. Por lo<br />

tanto, la dirección perredista planteó a las<br />

corrientes internas del partido que analicen<br />

cuáles candidatos pueden ser sustituidos. <br />

Las cuotas de género son una<br />

conquista que implica abrir la<br />

calidad y la diversidad de la<br />

representación política. Que se<br />

obligue a los partidos a cumplirla<br />

es una forma de ponerle las cerezas<br />

al pastel.<br />

*Ex consejero<br />

electoral del IEDF,<br />

actualmente es<br />

profesor investigador<br />

de la UAM<br />

Xochimilco<br />

juancampillo@<br />

prodigy.net.mx


la la cáscara<br />

de de la la historia<br />

*Doctor en derecho,<br />

ex consejero<br />

electoral del IFE.<br />

Actualmente es<br />

diputado federal<br />

jaicardenas@<br />

prodigy.net.mx<br />

Inelegibilidades<br />

y chapulines<br />

Por Jaime Cárdenas*<br />

Resulta preocupante que en nuestro derecho<br />

constitucional y parlamentario muchos servidores<br />

públicos que debieran estar sujetos a<br />

las inelegibilidades no lo estén, entre ellos los<br />

legisladores federales y locales, a quienes ni el<br />

artículo 55 de la Constitución ni el 7 del Código<br />

Federal de Instituciones y Procedimientos<br />

Electorales (Cofipe) comprenden dentro de<br />

sus supuestos normativos. Así, por ejemplo,<br />

un diputado federal, un senador, un diputado<br />

local o asambleísta del Distrito Federal,<br />

pueden seguir en el cargo de elección popular<br />

que ostentan y aspirar a otro, sin pedir licencia<br />

con tres meses de anterioridad al día de<br />

la elección. Esta circunstancia constituye un<br />

privilegio indebido que significa inequidad<br />

respecto a otros candidatos en las contiendas<br />

electorales federales, debido a la posición<br />

de privilegio que entraña el mantenerse en el<br />

encargo de legislador federal o local al mismo<br />

tiempo que se contiende por un nuevo cargo<br />

de elección federal.<br />

Proponemos que los legisladores federales<br />

y locales, para aspirar al cargo de<br />

diputado federal o de senador, se separen del<br />

encargo 90 días antes al día de la elección.<br />

Pretendemos con ello eliminar situaciones<br />

privilegiadas. Queremos impedir el derecho<br />

de voto pasivo de los legisladores que aspiran<br />

a un cargo de elección popular federal y que no<br />

se separen del que ostentan al menos tres me-<br />

ses antes del inicio de la elección. Es deseable no seguir manteniendo<br />

la discriminación que prevalece hoy en día entre<br />

los contendientes con cargo de elección popular respecto de<br />

otros ciudadanos sin esa posición de privilegio en los procesos<br />

electorales federales.<br />

Las inelegibilidades son requisitos negativos y son condiciones<br />

para el ejercicio del derecho del voto pasivo. Las<br />

causas de inelegibilidad constituyen impedimentos para el<br />

ejercicio del derecho de sufragio pasivo que se fundamentan<br />

en la necesidad de garantizar tanto la libertad del elector<br />

para resguardarlo de toda coacción, directa o indirecta,<br />

como la igualdad de oportunidades de los candidatos contendientes<br />

en la elección.<br />

La Constitución mexicana señala como causas de inelegibilidad<br />

las previstas en las fracciones IV a VII del artículo 55 y<br />

que son: “IV. No estar en servicio activo en el Ejército Federal<br />

ni tener mando en la policía o gendarmería rural en el distrito<br />

donde se haga la elección, cuando menos 90 días antes de<br />

ella; V. No ser secretario o subsecretario de Estado, ni ministro<br />

de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a menos que<br />

se separe definitivamente de sus funciones 90 días antes de<br />

la elección, en el caso de los primeros, y dos años, en el caso<br />

de los ministros. Los gobernadores de los estados no podrán<br />

ser electos en las entidades de sus respectivas jurisdicciones<br />

durante el periodo de su encargo, aun cuando se separen definitivamente<br />

de sus puestos. Los secretarios de gobierno de<br />

los estados, los magistrados y jueces federales o del Estado, no<br />

podrán ser electos en las entidades de sus respectivas jurisdicciones<br />

si no se separan definitivamente de sus cargos noventa<br />

días antes de la elección; VI. No ser ministro de algún<br />

culto religioso; y VII. No estar comprendido en alguna de las<br />

incapacidades que señala el artículo 59”.<br />

El artículo 59 de la Constitución indica: “Los senadores<br />

y diputados al Congreso de la Unión no podrán ser reelectos<br />

para el periodo inmediato. Los senadores y diputados<br />

suplentes podrán ser electos para el periodo inmediato con<br />

el carácter de propietarios, siempre que no hubieren estado<br />

en ejercicio; pero los senadores y diputados propietarios no<br />

podrán ser electos para el periodo inmediato con el carácter<br />

de suplentes”.<br />

El Cofipe en su artículo 7 párrafo 1 incisos del b) al f), establece<br />

como causas de inelegibilidad las siguientes: “b) No ser<br />

magistrado electoral o secretario del Tribunal Electoral del<br />

Poder Judicial de la Federación, salvo que se separe del cargo<br />

dos años antes de la fecha de inicio del proceso electoral de<br />

que se trate; c) No ser secretario ejecutivo o director ejecutivo<br />

del Instituto, salvo que se separe del cargo dos años antes de<br />

la fecha de inicio del proceso electoral de que se trate; d) No<br />

ser consejero presidente o consejero electoral en los consejos<br />

general, locales o distritales del Instituto, salvo que se separe<br />

del cargo dos años antes de la fecha de inicio del proceso electoral<br />

de que se trate; e) No pertenecer al personal profesional<br />

del Instituto Federal Electoral; y f) No ser presidente municipal<br />

o titular de algún órgano político-administrativo en el<br />

caso del Distrito Federal, ni ejercer bajo circunstancia alguna<br />

las mismas funciones, salvo que se separe del cargo tres meses<br />

antes de la fecha de la elección”.<br />

En el derecho mexicano, la acreditación de alguna causa<br />

de inelegibilidad, da lugar a la nulidad de la elección respectiva,<br />

de ahí la importancia de la institución y del asunto.


Sostengo que la Iglesia católica es una institución esencialmente<br />

política que administra una religión. No está de más<br />

recordar que la católica es la única religión centralizada y organizada<br />

por un Estado, la única con un sistema político eclesiástico.<br />

La visita del papa Benedicto XVI a México ha confirmado<br />

de qué está hecha la Iglesia católica como institución y<br />

como actor político: ha mostrado su músculo político.<br />

Como pudo observarse el penúltimo fin de semana de<br />

marzo, la Iglesia católica se erige como la única institución<br />

capaz de reunir en su cancha y con sus reglas a toda la clase<br />

política, de derecha e izquierda. Los candidatos presidenciales<br />

de todos los signos confirmaron con su presencia en una<br />

eucaristía papal que sus aspiraciones políticas necesitan de<br />

esta Iglesia, de sus símbolos y sus masas. Ahí estaba el representante<br />

del partido que durante décadas se ostentaba como<br />

jacobino y heredero de la firmeza del Estado laico. Ahí estaba<br />

también el representante del partido que en la Ciudad de<br />

México ha luchado frontalmente con la agenda de familia de<br />

esa Iglesia. Ahí estaban, afirmando que necesitan de la política<br />

de la Iglesia.<br />

¿Qué partido se benefició más con la visita papal? ¿Qué<br />

candidato sacó mayor raja política del oportunismo religioso<br />

del fin de semana? Son las preguntas que muchos analistas se<br />

hicieron. Pero, además, hay que analizar si existe correlación<br />

entre ganancia electoral y cercanía con el papa y su Iglesia.<br />

Eso aún no se mide y es muy difícil de evaluar. A juzgar por la<br />

presencia de todos los candidatos presidenciales, sus asesores<br />

están convencidos de que no podían no estar en un acontecimiento<br />

religioso que seguramente verían millones y que podrían<br />

mirar con buenos ojos a los políticos que se arrimaran<br />

un poco al terreno místico del poder eclesiástico.<br />

La visita del papa fue ocasión para que la Iglesia evidenciara<br />

ante tirios y troyanos que sigue siendo gran convocante,<br />

de quienes gobiernan este país y de quienes son gobernados.<br />

Las masas que quisieron asistir y ser partícipes de la breve estancia<br />

de Benedicto XVI parecen demostrar que México es un<br />

país “papafílico”, que la grey católica mexicana quiere a los<br />

papas, sean carismáticos o no.<br />

Lo más interesante de la visita del papa fue el discurso<br />

que no dio. Benedicto XVI se guardó la espada de su teología<br />

blandida contra los infieles que han dado cauce a leyes que legitiman<br />

matrimonios entre personas del mismo sexo o que<br />

abortan o que promueven la eutanasia. Eso que hizo hace<br />

unos cuantos meses en España y que ahora claramente decidió<br />

no hacer. El músculo político de la Iglesia en México<br />

se ha movido en un sentido distinto a como decidió hacerlo<br />

en España.<br />

¿Se imagina, amable lector, manifestaciones en la Ciudad<br />

de México contra la visita del papa? ¿Se imagina una coalición<br />

de actores de todos los signos protestando por el dineral público<br />

que gastan los gobiernos en estas visitas papales? Pues<br />

eso pasó en España, la hasta hace no muchos años ultracatólica<br />

España, en cuyo seno ha surgido un fuerte movimiento<br />

anti-Iglesia, un movimiento ateo significativo y una opinión<br />

pública muy crítica del episcopado español. ¿Qué factor ha<br />

alentado la antítesis eclesiástica en España? El propio fundamentalismo<br />

clerical.<br />

Parece que la Iglesia aprendió un poco de la experiencia<br />

española y supongo que buscarán en todo lo posible que México<br />

no sea el siguiente país católico que albergue una minoría<br />

Y la Iglesia<br />

católica mostró su<br />

músculo político<br />

Por Juan Luis Hernández*<br />

jacobina con poder de movilización social y, lo<br />

más importante, que le comience a arrebatar a<br />

la Iglesia su autoridad simbólica.<br />

Esta visita papal se parece a las que hizo<br />

Juan Pablo II en tanto que pretende fortalecer<br />

el enclave católico mexicano, pero también<br />

advierte que sus alfiles en la Iglesia local<br />

—Norberto Rivera, por ejemplo— no están<br />

siendo lo suficientemente inteligentes como<br />

para hacer lo que ha hecho la Iglesia por siglos:<br />

política suave y firme, y con ello avanzar en<br />

sus intereses.<br />

Aquí no ha sido así del todo. La Iglesia ha<br />

mostrado en esta visita papal que las víctimas<br />

de pederastia, particularmente las relacionadas<br />

con Marcial Maciel, no ocupan un lugar<br />

importante en su corazón ni en su agenda. Esto<br />

es ejemplo vivo de que la Iglesia es política, no<br />

religiosa, y hace cálculos políticos sobre si le<br />

conviene o no visibilizar a las víctimas. Política,<br />

mucha política por parte de la Iglesia. <br />

*Politólogo.<br />

Coordinador de<br />

Ciencias Políticas<br />

de la Ibero Puebla.<br />

www.juanluis<br />

hernandez.com.mx<br />

El episcopado dice no conocer a las víctimas<br />

del fundador de los Legionarios de<br />

Cristo, y que éstas no se le han acercado.<br />

Si la Iglesia fuera una institución guiada<br />

por el espíritu iría a buscar a las víctimas,<br />

las acogería y haría suyos sus reclamos.<br />

Pero eso es pedir algo a quien por naturaleza<br />

no puede dar. La Iglesia estará satisfecha<br />

de lo logrado este fin de semana.<br />

Ha mostrado su músculo político, eso que<br />

sí sabe hacer.


El hombre que<br />

le robó<br />

las palabras<br />

al Gabo y a Vargas Llosa<br />

Premio Las Nuevas Plumas 2011<br />

Crónicas inéditas en español


; Esta es la historia de un gran encantador, de un periodista<br />

que se inventó a sí mismo, un indígena mapuche que deslumbró<br />

a varias redacciones de medios argentinos y que llegó a publicar<br />

en ellos páginas y páginas de entrevistas con famosos escritores<br />

y personajes como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa,<br />

Carl Sagan o Juan Carlos Onetti. Con un pequeño detalle: todas<br />

eran ficticias, inventadas. A ese hombre llamado Nahuel Maciel,<br />

aunque no se llama así, fue a buscar el autor de esta crónica,<br />

merecedora del segundo premio Las Nuevas Plumas, convocado<br />

por la Escuela de Periodismo Portátil y siete publicaciones de<br />

España y Latinoamérica, entre ellas emeequis, con el auspicio<br />

de la Universidad de Guadalajara. Que la disfruten.<br />

Por Eliezer Budasoff<br />

Ilustraciones: Manjarrez


El Mesón de Jeremías es un restaurante<br />

que no existe, ubicado en un<br />

punto preciso de la costanera de<br />

Gualeguaychú, frente a la isla Libertad.<br />

Lo inventó Nahuel Maciel,<br />

que no se llama Nahuel Maciel,<br />

para poder escribir sobre cocina<br />

en el diario El Argentino: los<br />

clientes de Jeremías nacían<br />

al llegar al lugar y morían un<br />

párrafo después del proceso de<br />

cocción, una vez agotadas sus historias<br />

de pasiones cotidianas, la receta, el<br />

espacio disponible para el texto.<br />

–Algunos lectores llamaron al diario<br />

para saber cómo podían llegar al restaurante<br />

–dice Maciel, mirando hacia el río. Es de<br />

noche, la orilla está iluminada.<br />

–En un momento llegó a haber como 10 o<br />

15 personas que aseguraban que habían comido<br />

en el Mesón de Jeremías. Era una ficción,<br />

¡un recurso!<br />

Maciel abandona una sonrisa a mitad<br />

de camino y apura el cigarrillo. Lo tira. Lo<br />

pisa.<br />

–Pero claro, algunos ya preguntaban:<br />

“¿Volviste a las andanzas, Nahuel?”.<br />

A principios de los noventa, Nahuel Maciel<br />

se convirtió en leyenda por plagiar e inventar<br />

con eficacia, sin vacilación, largas entrevistas<br />

a personalidades como Gabriel García Márquez,<br />

Mario Vargas Llosa, Juan Carlos One-<br />

tti y Carl Sagan, que fueron publicadas entre<br />

1991 y 1992 por el suplemento de cultura de<br />

El Cronista. Los hechos a los que nos referimos<br />

ocurrieron hace dos décadas, en Buenos<br />

Aires, y se prolongaron algunos años en Paraná,<br />

capital de Entre Ríos, donde se fue a vivir<br />

después del hito más conocido de su pasado, lo<br />

que se considera el punto más elevado al que lo<br />

llevó el ciclo ascendente de la mitomanía:<br />

En 1992, ante una sala repleta de 500<br />

personas, el joven Maciel presentó en la<br />

Feria del Libro de Buenos Aires Elogio de la<br />

utopía, una edición de conversaciones ficticias<br />

o copiadas con García Márquez, prologada<br />

por un texto de Eduardo Galeano que<br />

Galeano nunca escribió, con un prefacio a<br />

cada capítulo plagiado casi literalmente de<br />

un libro del sacerdote argentino Mamerto<br />

Menapace, a cuyos textos les había cambiado<br />

la palabra “Dios” por “utopía”.<br />

Nahuel Maciel tiene 47 o 48 años, y hace<br />

más de 10 que trabaja en Gualeguaychú, una<br />

ciudad entrerriana de 90 mil habitantes, en<br />

el límite con Uruguay, famosa en el país por<br />

sus carnavales.<br />

Un lunes de agosto de 2011 le pregunté si<br />

había nacido en Entre Ríos. Estábamos en su<br />

oficina, en la redacción del diario El Argen-<br />

tino, sin grabadora. “No”,<br />

me dijo, “no sé, no sé”, y su<br />

mirada se tornó esquiva un<br />

instante.<br />

El pasado de Maciel,<br />

como personaje, tiene dis-<br />

tintas versiones. La persona<br />

real, la que corresponde a su<br />

nombre real, está resguardada<br />

debajo de un Nahuel Maciel que<br />

nació hace 20 años. Nahuel Maciel<br />

no se cambió el nombre cuando se fue de<br />

Buenos Aires, después de que su firma pasara,<br />

en menos de un año, de la exposición<br />

máxima en las páginas de El Cronista Cultural<br />

a la desaparición total.<br />

En otra vida llegó a tener varios documentos.<br />

En el de ahora, ha dicho, figura<br />

como Arquímedes Benjamín Maciel. Pero<br />

hace 20 años que firma las notas con el mismo<br />

nombre.<br />

–El pasado te alcanza siempre –me dijo<br />

esa tarde.<br />

Nahuel Maciel no quiere que escriba<br />

sobre él.<br />

–Estoy cansado, flaco.<br />

Suspira.<br />

–Me han matado.<br />

• • •<br />

El último que mató a Nahuel Maciel fue<br />

Eduardo Montes-Bradley, un polemista argentino<br />

que hace documentales, porteño<br />

por adopción, cuya perspectiva particular<br />

de la realidad nacional, en este caso, podría<br />

describirse como la mirada de un turista<br />

extranjero indignado: una señora rica<br />

de Buenos Aires que acaba de volver al país<br />

después de unas largas vacaciones en Miami,<br />

y todo lo que ve a su alrededor le genera<br />

pánico moral y rechazo estético. Así es<br />

como suena. En 2004, Montes-Bradley leyó<br />

una nota sobre Maciel en la revista Noticias<br />

–“El gran simulador”– y se fue a Gualeguay-<br />

chú con una cámara, a buscar una complicidad<br />

que no halló.<br />

“Habla el más exquisito embaucador<br />

del periodismo, tras años de anonimato. La<br />

increíble historia del hombre que inventó<br />

hasta un libro con García Márquez”, decía la<br />

presentación de la nota y llevaba la firma de<br />

Emilio Fernández Cicco, periodista conocido<br />

por postular “una forma salvaje de hacer<br />

crónicas” (el “periodismo border”) basada<br />

en la experiencia directa. Era un diálogo telefónico<br />

grabado a distancia, redactado con<br />

la aparente pretensión de ocultar con sarcasmo<br />

una mirada superficial.<br />

• • •<br />

–¿A vos te costó encontrarme? –pregunta<br />

| EMEEQUIS | 02 dE AbriL dE 2012<br />

49


| EMEEQUIS | 02 dE AbriL dE 2012<br />

50<br />

Nahuel Maciel apenas se sienta en la mesa<br />

del bar. Es la primera vez que nos vemos. La<br />

pregunta es retórica.<br />

–¿Viste? Después sale que estoy escondido.<br />

Que estoy en el anonimato: todas<br />

las semanas firmo mis notas con el mismo<br />

nombre. Trabajo en una empresa que cumplió<br />

100 años. Cada vez que quise contar<br />

que estoy agradecido (porque había que tener<br />

huevos para tomarme entonces, cuando<br />

me tomaron en El Argentino), sale que estoy<br />

escondido.<br />

–Pero yo no pondría esas cosas.<br />

–Sí, todos dicen lo mismo. Yo te puedo<br />

hablar de la mala praxis con nombre y apellido.<br />

Yo te puedo hablar de la confianza,<br />

porque la perdí en mí mismo. Yo escribía<br />

algo y decía: “Pero, ¿esto es mío, o creo que<br />

es mío y lo leí?”. Yo tuve que laburar (trabajar)<br />

mucho la confianza en mí. Y después<br />

tenés que bancarte (soportar) que cualquier<br />

boludo (idiota) venga a cobrarte una factura<br />

y vos ni lo conocés. ¿Y vos quién sos?<br />

• • •<br />

Eduardo Montes-Bradley. Su “documental-ensayo”<br />

(ese de “El gran simulador”)<br />

presentado en Uruguay como No a los papelones,<br />

se estrenó en Punta del Este en<br />

enero de 2007, en pleno conflicto argentino-<br />

uruguayo por la instalación de una inmensa<br />

fábrica de pasta de celulosa en Fray Bentos,<br />

frente a Gualeguaychú, del otro lado del río<br />

Uruguay. Montes-Bradley sale de Buenos<br />

Aires, maneja 226 kilómetros, llega a Gualeguaychú,<br />

se escandaliza porque ve carteles<br />

rotos en las calles, busca a Nahuel Maciel,<br />

se frustra por su modo de reconocer el<br />

pasado, busca polémica entre los ambientalistas,<br />

se escandaliza con la clase media<br />

entrerriana, se burla de sus argumentos<br />

contra la contaminación, busca a Nahuel<br />

Maciel, se frustra porque habla en serio de<br />

sí mismo, filma íconos religiosos en la ruta,<br />

y todo eso lo lleva a concluir que “la simulación<br />

y la impostación en este país son extraordinarias”,<br />

y que sus compatriotas son<br />

unos imbéciles, y todo eso lo escandaliza y<br />

lo frustra muchísimo. Uno no entiende por<br />

qué en las críticas del filme se repiten tanto<br />

las palabras “provocador” y “provocación”.<br />

• • •<br />

–Buscá “prestigio” –dice Maciel,<br />

y me pasa uno de los libros<br />

marrones que forman una pila<br />

en su escritorio, al lado de la<br />

computadora. Es una edición<br />

vieja, en tomos, del<br />

diccionario de la Real Aca-<br />

demia, con tapas semiduras y ribetes desco-<br />

loridos por el uso, por el paso del tiempo.<br />

–“Prestigio: del latín preaestigium…<br />

Engaño, ilusión o apariencia con que los<br />

prestigiadores emboban y embaucan a la<br />

gente…”.<br />

–¿Viste? Cuando te dicen que alguien es<br />

“un prestigioso periodista”, hay que tener<br />

cuidado con lo que están diciendo.<br />

Me mira de reojo.<br />

–Y este no es un diccionario que escribió<br />

Nahuel Maciel, eh.<br />

Nahuel Maciel, que no se llama Nahuel<br />

Maciel, es un personaje trágico y un hombre<br />

feliz.<br />

• • •<br />

–A Paraná cayó a principios de 1993. Nosotros<br />

hacíamos el semanario, pero ya estábamos<br />

con el proyecto del diario. Cayó con los<br />

libros que había publicado con El Cronista:<br />

se conoce el de García Márquez, pero tenía<br />

más, como cuatro o cinco. Vino a preguntar<br />

qué podía hacer. Y yo lo puse a capacitar<br />

gente –dice Daniel Enz, director del Semanario<br />

Análisis de Paraná y ex director de<br />

Hora Cero, el diario donde Maciel empezó a<br />

trabajar cuando se fue de Buenos Aires.<br />

–Justo me faltaba alguien que me ayudara<br />

a preparar gente para la redacción del<br />

Hora Cero. ¿Entendés? Entonces lo puse a<br />

hacer una especie de taller intensivo para<br />

varios, que fue lo que hizo durante tres o<br />

cuatro meses. Y lo hizo bien. Al loco le gusta<br />

enseñar. Además, Nahuel es bueno en eso:<br />

tiene mucha parla.<br />

–Me presentan un tipo morocho, de barba,<br />

flaquísimo, muy locuaz pero a la vez muy<br />

tímido, de gestos muy suaves, de palabras<br />

muy suaves y cuidadosas, muy caballero.<br />

Muy seductor: no sólo con las mujeres sino<br />

con todo el mundo, inclusive con los niños.<br />

Y de veras que tenía una impronta muy diferente<br />

a todos nosotros. Maciel era de una<br />

madera distinta. Pero todo esto lo puedo<br />

ver ahora. Lo puedo leer ahora, después del<br />

paso del tiempo –dice Marcela Canalis, y en<br />

realidad logra que su descripción tenga<br />

el destello de un trance,<br />

que es como recuerda esos<br />

años: con la consistencia<br />

de una atmósfera cálida, un<br />

poco alucinada, que no se diluye<br />

a pesar de los ruidos de<br />

la esquina más transitada de<br />

Paraná un lunes a mediodía.<br />

En 1993, Marcela Canalis<br />

regresó a vivir al litoral argentino<br />

después de pasar ocho años<br />

en Buenos Aires, y Enz la convenció<br />

para que se sumara al proyecto


de Hora Cero, donde terminó al fren<br />

te de las producciones especiales.<br />

Canalis tenía experiencia en gestión<br />

cultural y en televisión, pero<br />

nunca había hecho prensa escrita.<br />

Esos primeros días le pidieron que<br />

ayudara a organizar los talleres<br />

que iba a dar Nahuel Maciel,<br />

un periodista recién llegado,<br />

que venía con credenciales de<br />

Le Monde.<br />

–Él mantenía una distancia con<br />

nosotros. Era un profesor, y realmente lo<br />

era. Asumió ese rol entonces, como luego<br />

asumió un montón de otros roles. En ese<br />

momento, cuando estaba en la cresta de la<br />

ola, él era el personaje que vos querías que<br />

él fuera.<br />

• • •<br />

“¿Un indio mapuche que hace entrevistas<br />

por fax? El concepto no podía ser más fascinante.<br />

Tenía ese contraste que tanto nos seduce<br />

a los periodistas: esa mezcla del mundo<br />

primitivo y la hipercivilización”, escribiría<br />

después Mario Diament, ex director de<br />

El Cronista, en una versión de la historia<br />

que publicó en 1996 en la revista Noticias.<br />

La primera vez que Maciel apareció en la<br />

redacción de El Cronista, cuenta Diament,<br />

fue a finales de 1991, una mañana en que a<br />

la editora de El Cronista Cultural se le había<br />

caído su nota principal: “Se presentó como<br />

un indio mapuche que había escrito artículos<br />

para Le Monde de París y el National<br />

Geographic, algunas de cuyas fotocopias<br />

traía consigo para probarlo. Venía a ofrecer<br />

–dijo– una entrevista con Mario Vargas<br />

Llosa que había realizado vía fax, lo cual,<br />

para una editora que ve pulverizarse la nota<br />

principal del suplemento, caía como maná<br />

del cielo”.<br />

El pasado mítico de Nahuel Maciel (su<br />

crianza o filiación indígena, su conexión<br />

con grandes figuras literarias y con medios<br />

internacionales) operó con la misma eficacia<br />

cuando apareció por primera vez en El<br />

Cronista, en Buenos Aires, y cuando llegó a<br />

Paraná, dos años después.<br />

En Entre Ríos, sin embargo, se reconoce<br />

como un plus, como un atenuante y un rasgo<br />

de genialidad a la vez, el hecho de que la<br />

prensa porteña haya sucumbido primero,<br />

tan voluntariamente, a la figura del descendiente<br />

de mapuches que hacía entrevistas<br />

por fax; el hecho de que Maciel hubiera penetrado<br />

tan limpiamente en las grandes estructuras<br />

de la capital, que se suponen más<br />

evolucionadas e inaccesibles. Una mirada<br />

igualmente improductiva para la realidad<br />

de Nahuel Maciel, que sólo reconoce como<br />

motor íntimo la mezcla<br />

fatal de insatisfacción y<br />

locura que cargaba esos<br />

días.<br />

–Yo tuve mil oportunidades<br />

de zafar en<br />

1992. Podría haber dicho:<br />

“Con esto demostré la<br />

mediocridad, primero, del<br />

mercado cultural argentino,<br />

y segundo la debilidad del sistema,<br />

que cualquier cosa se publica”. Y<br />

quedaba como un capo. Primero me iban<br />

a hacer papilla nacional, pero después<br />

me convertía en un héroe: el caso va a la<br />

universidad y se estudia. Pero era mentira.<br />

Yo sabía que no era sí. Aquello fue<br />

un error. ¿Cuál fue el error? No separar<br />

entre la fantasía y la realidad.<br />

“Error involuntario”, dice Maciel, es<br />

una expresión redundante.<br />

Y pone en marcha el auto.<br />

• • •<br />

En diciembre de 1995, Eduardo Galeano<br />

publicó una nota en el semanario uruguayo<br />

Brecha –titulada “Resignación”–,<br />

en la que narraba el hallazgo del prólogo<br />

que supuestamente había escrito para el<br />

libro de Maciel: se había topado con Elogio<br />

de la utopía por casualidad, en una<br />

biblioteca de Estados Unidos, tres años<br />

después de su publicación.<br />

Galeano, que nunca escribe prólogos,<br />

advertía al comienzo de este prólogo:<br />

“Es tarea y es propio de los maestros<br />

prologar las obras de sus discípulos, pero<br />

lo cierto es que no considero a este joven<br />

periodista como un discípulo, puesto<br />

que casi siempre es él quien me enseña”.<br />

En Argentina los libros se habían<br />

quitado de circulación tiempo después<br />

de la presentación: fueron recuperados y<br />

quemados ante escribano público cuando<br />

el sacerdote Mamerto Menapace envió<br />

a los editores las pruebas del plagio.<br />

En junio de 1996, a seis meses de la<br />

nota de Galeano, Mario Diament publicaba<br />

su versión del paso de Maciel por<br />

la redacción de El Cronista. Allí, en su<br />

texto –“Inventando a Gabo”–, decía lo<br />

siguiente sobre el libro que había derivado<br />

en la ruptura definitiva del idilio<br />

con Maciel: “No pude asistir a la presentación,<br />

pero pregunté al día siguiente<br />

cómo había salido todo, y si Galeano<br />

había estado presente, y todo el mundo<br />

me aseguró que sí”.<br />

Los finales de las relaciones también<br />

tienen un mito de origen. Para Diament,<br />

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por ejemplo, la relación con Maciel se comenzó<br />

a derrumbar con un muerto: Samuel<br />

Yosef Agnón, escritor israelí que recibió el<br />

Nobel de Literatura en 1966, fallecido en<br />

1970. Una tarde, escribe Diament, cuando<br />

Maciel ya se había convertido en colaborador<br />

permanente de El Cronista, Nahuel se le<br />

acercó en la redacción para preguntarle si le<br />

interesaba “una nota con el Premio Nobel<br />

israelí I. S. Agnón:<br />

“–¿Él quiere hacerla? –le pregunté.<br />

“–Bueno, se puede intentar –me respondió,<br />

masticando su bigote como solía hacerlo–.<br />

Tengo buenos contactos.<br />

“–Tienen que ser muy buenos –le dije–,<br />

porque resulta que Agnón está muerto.<br />

“Se quedó cortado un momento, y luego<br />

murmuró: ‘No lo sabía’”.<br />

Y Diament también cuenta esto: que<br />

después de ese episodio, que había profundizado<br />

sus inquietudes, Maciel publicó en El<br />

Cronista una entrevista más, con Juan Carlos<br />

Onetti –que era conocido por su aversión<br />

a las entrevistas–, antes de que “se impusiera<br />

una veda a la publicación de sus notas”.<br />

• • •<br />

–Yo siempre me peleo con los periodistas<br />

porteños: ninguno hizo nada para ver cómo<br />

lo sacaban adelante a Nahuel. Todos lo condenaban,<br />

pero ninguno hacía nada. Cuando<br />

yo cuento la historia, todo lo que hicimos<br />

con Nahuel y cómo se recuperó, los porteños<br />

no saben dónde meterse. Se meten la<br />

lengua en el ojete –dice Enz–. Y terminan<br />

pidiendo perdón.<br />

Hay tres cosas que cualquier periodista<br />

de Entre Ríos sabe sobre Daniel Enz: que<br />

su furor por el periodismo es ingobernable,<br />

que sus empresas han sido duras pagadoras,<br />

y que su reflejo de protección a quienes con-<br />

sidera en situación de extrema debilidad es<br />

instintivo y está por fuera de todo cálculo.<br />

Para mayo de 1994, cuando comenzó a<br />

salir a la calle Hora Cero, el rango de Maciel<br />

en la estructura de la redacción había<br />

entrado en transición. “Lo puse al frente de<br />

un suplemento de la zona de La Paz (interior<br />

de Entre Ríos). Él coordinaba todo eso y<br />

hacía una contraportada. Ahí encontramos<br />

que su contraportada tenía similitudes con<br />

algunas notas de Soriano. Entonces yo empiezo<br />

a averiguar: ahí me entero”, dice Enz.<br />

Un llamado a un colega en Francia<br />

confirmó que Maciel no trabajaba para<br />

Le Monde, y tendió una soga de pólvora<br />

hasta Buenos Aires, donde estaba anudada<br />

a una bomba con su pasado reciente. Enz se<br />

asesoró, confrontó a Maciel con las pruebas,<br />

le ofreció ayuda profesional, y lo puso a<br />

producir en segundo plano, para que pudiera<br />

seguir escribiendo.<br />

–Nahuel tiene una capacidad de producción<br />

como pocos. Puede escribir un<br />

suplemento de 12 páginas por día, si quiere.<br />

Además, porque le vuela el mate. Y le<br />

encanta jugar así, al límite entre la verdad<br />

y la ficción –dice Enz, mientras su coche<br />

traquetea por calles de tierra, en las afueras<br />

de Paraná, antes de tomar la ruta hacia<br />

Gualeguaychú.<br />

“Él había caído en desgracia y yo necesitaba<br />

gente que escribiera. No podía escribir<br />

un suplemento por día los siete días de la semana:<br />

ni me interesaba ni era mi rol. Entonces<br />

me dieron a Nahuel. Hacíamos un suplemento<br />

que se llamaba Chau chau cocina, y a<br />

lo mejor, ponle, paralelamente, nos tocaba<br />

hacer uno sobre Evita. O sobre Perón. Y él<br />

escribía, desde textos sobre los funerales de<br />

Evita hasta unas notas espectaculares sobre<br />

vinos. Vos pensá que no se podía googlear.<br />

No era que él entraba a una computadora y


se ponía a cortar y pegar. Él se sentaba en<br />

una máquina, te hacía la nota y te la traía,<br />

escrita magistralmente”, recuerda Canalis.<br />

• • •<br />

“Google es el oráculo de los mediocres”,<br />

me dice Nahuel Maciel otro lunes, frente al<br />

mismo río. Es la segunda vez que nos vemos.<br />

Maciel no ha cambiado su opinión respecto<br />

de la nota. No le interesa hablar del pasado.<br />

“No es una película”, dice, “yo al principio<br />

pensé que era una película, pero esto no tiene<br />

final feliz”.<br />

Le digo que su presente parece contradecirlo.<br />

Que se le ve entero. Que parece<br />

feliz.<br />

–Claro, yo soy muy feliz. ¿Para qué tener<br />

una charla, entonces? ¿Para qué pelearme<br />

con un sentimiento, si después sale publicada<br />

cualquier cosa? Yo tengo una actitud<br />

que es reparadora: hacer lo que tengo que<br />

hacer, de la mejor manera posible, sabiendo<br />

que no tengo margen para el más puto error.<br />

Vos podés escribir una crónica y olvidarte<br />

una cita, y no pasa nada. Yo no puedo. ¿Entendés?<br />

No tengo derecho al olvido.<br />

“Hay cosas con las que no podría convivir;<br />

con eso puedo convivir. No sé si está<br />

bien o está mal: a mí me joden otras cosas.<br />

Pero yo vi un veneno terrible. Cuando llegaron<br />

detalles de la situación de él, hubo<br />

gente que hizo causa común. Gente que decía:<br />

‘Nos estafó a todos’. Y yo decía: ‘¿Pero<br />

desde qué lado…?’”, recuerda Alfredo Ibarrola<br />

una mañana de septiembre de 2011,<br />

tres meses antes de ser nombrado secretario<br />

de Cultura de Paraná por su extensísima<br />

experiencia en el área.<br />

Ahora, en la vieja estación de trenes donde<br />

funciona su oficina, Ibarrola regresa a esa<br />

época, hace 17 años, en la que lidiaba con su<br />

separación, con la muerte de su padre y con<br />

la distribución del diario Hora Cero. Durante<br />

algunos meses Ibarrola alojó a Maciel en<br />

una casita que había alquilado en la calle<br />

Misiones, en Paraná. Ambos compartieron,<br />

simultáneamente, el hogar y la intemperie:<br />

los dos asistían entonces al derrumbe de lo<br />

que habían sido sus vidas hasta hace muy<br />

poco. Ibarrola disfrutaba de estar con Maciel,<br />

de su humor ácido y de su conversación,<br />

y no hacía demasiadas preguntas. Tenía suficiente<br />

con sus propios demonios.<br />

–Yo estaba tratando de no caer en la depresión,<br />

mis hijos me daban mucha mano y<br />

Nahuel fue uno de los tipos que estuvo ahí,<br />

que se quedó cerca. Después, en un momento,<br />

tomó su rumbo. Cuando termina el Hora<br />

Cero él se va a Concepción del Uruguay. Ahí<br />

conoce a su actual mujer, tuvo un hijo, tuvo<br />

una hijita. Cuando retomé el contacto, ya<br />

estaba en Gualeguaychú hace varios años.<br />

Lo vi estabilizado como persona, ya fuera<br />

del personaje. Lo que pasa es que yo también<br />

veía que había cosas que lo perseguían<br />

y que lo van a seguir persiguiendo de por<br />

vida.<br />

Me digo que es una exageración: que los<br />

periodistas que llegan a Maciel buscando<br />

ese impostor fabuloso, y lo reconstruyen<br />

tal como necesitan que sea y no como es,<br />

no son enviados por los dioses del olimpo<br />

periodístico a comerle el hígado, como castigo,<br />

cada vez que le crece uno nuevo. Que<br />

haber desafiado –desconocido, burlado,<br />

actuado como si no existieran– los códigos<br />

de un sistema que se propone representar<br />

“la realidad”, no es lo mismo que revelar el<br />

secreto del <strong>fuego</strong>. Que es un despropósito<br />

hablar de Prometeo, o de su análogo Loki,<br />

ese personaje camaleónico de la mitología<br />

nórdica, de maldad atenuada, que se mezcló<br />

libremente con los dioses, los estafó y<br />

fue castigado.<br />

Pero uno a veces necesita recurrir a los<br />

mitos, para que el propio relato no se convierta<br />

en uno. Porque hay una lógica de fábula<br />

que persiste en esta historia si evadimos<br />

la comodidad del maniqueísmo: Nahuel<br />

Maciel, haya sido o no su voluntad, terminó<br />

revelando que ese olimpo también estaba<br />

construido de palabras y de creencias, que<br />

esas proezas y esas jerarquías también eran<br />

obra de unos hombres y de sus ambiciones.<br />

Que también se cree porque se quiere creer.<br />

–Nahuel nos marcó a todos, porque interactuó<br />

con todos. Era tan Zelig, que con<br />

cada uno se relacionaba desde otro lugar.<br />

Era un poco la exacerbación del personaje de<br />

cada uno. Los varones grandes, por ejemplo,<br />

lo tenían allá, a la distancia. Creo que<br />

les puso un espejo a todos. El espejo de la<br />

propia invención que uno hace de uno mismo,<br />

¿no? Todos hacemos un personaje. Y si<br />

no tenés eso más o menos claro… Cuando te<br />

ponen frente a ese espejo, sobre todo a los<br />

varones, a los machos alfa de la redacción,<br />

les provocaba un pánico, un terror.<br />

Canalis tantea su atado de cigarrillos de<br />

arriba de la mesa. Saca uno. Lo enciende.<br />

Exhala.<br />

–Me parece que lo que pasó fue eso:<br />

que fue un espejo para todos. Y los que estábamos<br />

más o menos bien de la cabeza, o<br />

peor, pudimos no asustarnos con ese espejo<br />

–dice y se queda unos segundos en silencio.<br />

Alrededor hay menos ruido. Son casi las dos<br />

de la tarde.<br />

En Paraná, la agitación de mediodía<br />

cede lugar a la siesta. <br />

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El Mesón de Jeremías<br />

Una carta de amor<br />

El Mesón de Jeremías está ubicado en inmediaciones<br />

de la Avenida Costanera, justo<br />

cuando el río se confunde con el cielo, siempre<br />

bajo la tutela de las sombras largas de la isla<br />

Libertad.<br />

Es una esquina ancha, donde también la panorámica<br />

permite dominar el reflejo de lo que<br />

fue el ex frigorífico y donde la ciudad se hace<br />

más extensa por los barrios que se asoman en<br />

la orilla de arroyos y cañadas.<br />

El mesón de Jeremías tiene mesas rústicas,<br />

vestidas de manteles a cuadros que pueden ser<br />

azules o rojos, de acuerdo al turno de la lavandería.<br />

Sillas de respaldo ancho y largo permiten que<br />

los comensales puedan sentirse cómodos.<br />

Los parroquianos llegan al mesón con sus<br />

historias y sentimientos, justamente porque<br />

Jeremías tiene esa rara cualidad de saber equilibrar<br />

las emociones con los sabores.<br />

La historia de hoy remite a ese tiempo donde<br />

los barcos llegaban al puerto y eran un punto<br />

de referencia para acceder a las informaciones<br />

del mundo exterior.<br />

El Tano, como se le dice a don Ángel, llegó<br />

a Argentina desde italia. Lo hizo como tantos<br />

inmigrantes el 27 de julio de 1945, cruzando “la<br />

mar” en el buque Vittoria, que había zarpado<br />

Por Nahuel Maciel<br />

de Génova trayendo a quienes huían de la guerra.<br />

“Mi recuerdo más vivo remite al rostro de<br />

mi abuelo, más triste que sonriente. Abrió su<br />

verdulera y se puso a cantar una vieja canción<br />

para despedir a mis padres que emprendían el viaje<br />

más largo de su historia: emigrar hacia Argentina”,<br />

cuenta El Tano con el peso de los años.<br />

“Luego recuerdo la cubierta del buque, el<br />

viento obligándome a cerrar los ojos y esos pañuelos<br />

agitándose en el puerto y la baranda<br />

del barco que no me dejaba ver la despedida.<br />

Tenía 15 años.<br />

“–El mar es como una tela grande, pero tan<br />

grande que no tiene límites –me decía mi mamá<br />

al saber que mis ojos no alcanzaban a percibir<br />

ese infinito que se perdía detrás del horizonte<br />

líquido de olas y sal.<br />

“Mi madre, que se llamaba Ángela, me preguntaba<br />

si las tierras en Entre ríos eran como<br />

este mar que no tenía límites y llegaba hasta<br />

el infinito.<br />

“–¿Serán los campos inmensos como el mar?<br />

¿Te imaginas un mar de verde pasto, de trigales,<br />

infinitos hasta el horizonte? –me preguntaba con<br />

una sonrisa mientras me revolvía los cabellos<br />

con sus dedos que me transmitían seguridad y<br />

ternura al mismo tiempo“.


El Tano hace una pausa y saca una hoja amarillenta.<br />

“En este papel escribí las cosas que tenía<br />

miedo de olvidar cuando emprendimos este<br />

viaje para siempre“.<br />

Y lee, con voz emocionada pero vigorosa:<br />

plaza, fuente, río, montaña, árbol, casa, aceitunas,<br />

juguetes, amigos y en medio de esas palabras,<br />

un nombre de mujer: Lucrecia.<br />

El Tano viene a El Mesón de Jeremías porque<br />

dice que al estar cerca de la orilla del río<br />

puede viajar a través del agua hasta su Génova<br />

natal.<br />

–Parto todos los viernes desde el mesón por<br />

esta correntada fluvial, llego a la desembocadura<br />

del Gualeguaychú con el río de los Pájaros<br />

y bajo hacia el sur, hacia el río de la Plata y de<br />

allí cruzo el océano hacia Génova y me detengo<br />

en su puerto, justo en el preciso instante<br />

donde las gaviotas se alborotan para saludar<br />

a los viajeros.<br />

El ritual en el mesón siempre es el mismo,<br />

como todos los rituales. El Tano llega más o menos<br />

a las nueve de la noche. Se detiene por un<br />

instante en el umbral del mesón, se saca su<br />

boina y la sostiene con sus dos manos delante<br />

de su cuerpo y saluda a todo el mundo con una<br />

sonrisa que se le dibuja en la mirada.<br />

Jeremías le da la bienvenida y lo invita a sentarse<br />

bien cerca de los ventanales, en una mesa<br />

que siempre le tiene especialmente preparada:<br />

una tabla de queso de campo con salamines en<br />

picado fino, aceitunas negras ya descarozadas<br />

y aceitunas verdes rellenas con morrones. Y la<br />

infaltable jarra con forma de pingüino con ese<br />

vino tinto tan especial, porque se bebe a la hora<br />

donde el cansancio se hace amigo de los pensamientos<br />

más íntimos.<br />

El Tano se sienta frente al ventanal y ordena<br />

con voz ceremoniosa: “Jeremías, lo de siempre”.<br />

“Lo de siempre” es una pizza con fainá (plato<br />

hecho en base de harina de garbanzos, agua,<br />

aceite de oliva, sal y pimienta) o mejor dicho,<br />

fainá con pizza; porque es en ese orden como<br />

le gusta a El Tano.<br />

Para hacer el fainá Jeremías utiliza medio<br />

kilo de harina de garbanzos, un litro y medio<br />

de agua, una cucharadita y media de sal y una<br />

cucharada de aceite.<br />

Jeremías diluye la harina de garbanzos en<br />

un litro y medio de agua y revuelve bien y lo<br />

deja reposar una noche. Al día siguiente retira<br />

todo lo que flota que no es otra cosa que espuma<br />

e impurezas, le agrega una taza de aceite y<br />

sal a gusto y la revuelve bien. Vierte la mezcla<br />

en una asadera aceitada y la mete a un horno<br />

muy caliente.<br />

El secreto de un buen fainá es que no se pegue<br />

a la asadera y para eso hay que aceitarla bien<br />

aceitada y en lo posible precalentada antes de<br />

verter la mezcla.<br />

Jeremías dice que el espesor de la mezcla en<br />

la asadera es un factor crítico, si es muy finito<br />

se pega, pero si es muy grueso ya no se cocina.<br />

Lo ideal es que tenga un espesor de cinco<br />

milímetros.<br />

Luego Jeremías le acerca a El Tano una pi-<br />

zza a la napolitana bien cargada con fainá y lleva<br />

todo en un plato de madera redondo, con la<br />

espátula ya cargada con una porción.<br />

El Tano sigue su relato, porque cuando<br />

piens a en Génova piens a t ambién en<br />

sus raíces y sus alas. Vuelve la mirada sobre<br />

ese papel amarillento donde escribió palabras<br />

que son ideas fuertes, para no olvidar.<br />

Entonces le pide a Jeremías “lo de siempre”. Pero<br />

esta vez, luego del fainá “lo de siempre” no es<br />

otra cosa que hojas para escribir cartas muy<br />

finas, casi transparentes. Jeremías se las acerca<br />

junto con una pluma bic amarilla trazo fino,<br />

previo a retirarle los platos de la mesa.<br />

El Tano se queda en silencio y escribe una<br />

carta de amor con destino a Génova. “Son innumerables<br />

los momentos de amor que hemos<br />

compartido desde que llegué a estas tierras tan<br />

anchas como el mar que nos separa.<br />

“En esta distancia que se mide por su geografía<br />

pero fundamentalmente por el tiempo,<br />

debemos comprender que en el amor nunca<br />

aparece el cansancio. Y a pesar de que el tiempo<br />

me ha hecho olvidar el tono preciso de tu voz,<br />

sigo estremeciéndome ante cada palabra que<br />

me escribes y todo mi ser vuelve a temblar con<br />

sólo imaginarte una y mil veces.<br />

“Cuando te leo te escucho y me olvido de las<br />

penas del mundo.<br />

“Siento alegría por saber que nos amamos.<br />

Porque en ese querer, la vida ya es distinta y hasta<br />

el aire de río tiene el aroma de tu sonrisa.<br />

“El corazón me palpita como un caballo salvaje<br />

y en este sentimiento que siento por ti,<br />

hasta el mundo me ve más bueno.<br />

“Es largo este camino del amor, pero en cada<br />

carta siento que nos tomamos de las manos y<br />

que lo transitamos con alegría.<br />

“bueno querida, hace ya más de 65 años<br />

que no nos vemos, pero seguimos unidos. Vos,<br />

mirando ese mar tan inmenso que nos une, y<br />

yo, labrando los campos floridos para nuestro<br />

encuentro.<br />

“Sé que ahora será distinto. Esta es la última<br />

carta de amor que nos escribimos. después de 65<br />

años volveremos a vernos. Esta vez en una tierra<br />

verde que es tan extensa como la mar. Aguardo<br />

tu llegada como la tierra aguarda la lluvia y como<br />

este amor espera por el encuentro”.<br />

dejó de escribir. Se dejó llevar de nuevo por<br />

el río y sonrío satisfecho. bebió el vaso de vino,<br />

pidió la cuenta con un gesto con la mano y Jeremías<br />

le respondió que esta vez invitaba el<br />

mesón. Se fue caminando despacio hacia los<br />

galpones del puerto, siempre sonriendo y como<br />

todos los viernes, depositó la carta para que la<br />

llevara el río. <br />

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Rodrigo Flores-Roux:<br />

La nariz privilegiada de un<br />

perfumista<br />

mexicano


Picó piedra al crear la fragancia para un shampú medicado contra<br />

los parásitos del vello púbico y para otro destinado a perros.<br />

Hoy Rodrigo Flores-Roux es el único latinoamericano que juega<br />

en las grandes ligas de la alta perfumería internacional.<br />

Su trabajo para compañías de cosméticos como Clinique,<br />

grandes firmas de diseñadores como Tom Ford, Hugo Boss<br />

y Dolce & Gabbana, y celebridades como Halle Berry o Hilary<br />

Duff, lo ha llevado a obtener varios premios FIFI —el Óscar de la<br />

perfumería— otorgados cinco en Estados Unidos y dos<br />

en Alemania y Gran Bretaña.<br />

Rodrigo vive en Nueva York, donde tiene su centro de<br />

operaciones en el corporativo suizo Givaudan. Ahí intenta que<br />

sus perfumes tengan un cierto toque —twist, le llama él— que le<br />

recuerde la infancia que asocia con las posadas y el peculiar olor<br />

de las mandarinas apachurradas al caer de las piñatas.<br />

Porque si bien a sus 44 años ha conquistado renombre<br />

internacional, no olvida sus orígenes: su inspiración parte de los<br />

poemas que Carlos Pellicer dedicó a la naturaleza, de la música<br />

de Agustín Lara y de la plástica mexicana.<br />

Esta es la historia del mexicano conocido en el mundo de<br />

la perfumería como “el rey de los cítricos”.<br />

Por Patricia Vega<br />

patvega@m-x.com.mx • @Patricia__Vega<br />

Fotografías: Eduardo Loza


Hijo de Jacqueline Roux López, bióloga especializada en botánica<br />

ya fallecida, y del destacado físico Jorge A. Flores Valdés,<br />

quien impulsó la creación del Sistema Nacional de Investigadores<br />

(SNI) y del Museo Universum de la UNAM, Rodrigo<br />

Flores-Roux aprendió desde pequeño a apreciar los sabores y<br />

los olores; disfrutaba en particular los aromas de las flores, las<br />

hierbas y los árboles.<br />

Su mamá solía contarle: “un día que tu abuela estaba en<br />

la cocina y traía un delantal con unos bordados de flores tú te<br />

le acercaste, chiquito, a olerle estas flores bordadas como si<br />

fueran de verdad y hacías un gesto de gran placer”.<br />

En esa época, cuando sus abuelos todavía vivían en la<br />

colonia Condesa de la Ciudad de México y él manifestaba la<br />

curiosidad típica de un niño de cinco años, abrió el cajón de<br />

la cómoda de una tía y se topó con un pequeño frasco del perfume<br />

Shocking, de Schiaparelli. Fue tanta su fascinación que<br />

se lo robó, se lo echó a la bolsa de sus shorts pero, sin querer,<br />

se le vació: una mancha amarilla olorosísima lo delató. Aquel<br />

aroma —“uno de los más poderosos e innovadores en la historia<br />

de la perfumería”— quedó grabado en su cabeza y el pantaloncillo<br />

acabó en la basura.<br />

Ahora, 37 años después y sentado en la sala de la casa familiar,<br />

ubicada al sur del Distrito Federal, Rodrigo escarba en<br />

su prodigiosa memoria:<br />

“Empecé a interesarme mucho por los perfumes desde<br />

que conocí la colección de frascos de perfumes de mi amiga<br />

Mathilde Múgica —se conocen desde que tenían tres años de<br />

edad, porque ambos estudiaron en la Escuela Moderna Americana—.<br />

Yo le copié y empecé a pedirle a mis tíos, tías, maestras<br />

y a todo el mundo que cuando se acabaran su perfume me<br />

regalaran el envase”.<br />

Su naciente colección tuvo un efecto no previsto: Rodrigo<br />

empezó a oler y a identificar las diferencias entre perfumes de<br />

distintas marcas y calidades. A los 13 años ya sabía que deseaba<br />

dedicarse a la creación de perfumes y a los 15 escribió en su<br />

cuaderno, de forma intuitiva, toda una genealogía de perfumes.<br />

Como en esa época no había ningún libro de perfumería<br />

disponible, buscó en la Enciclopedia Británica toda la información<br />

relacionada con la palabra “perfume”.<br />

Otra afortunada coincidencia fue que la televisión de<br />

su casa se descompuso cuando Rodrigo tenía ocho años y la<br />

mandaron a componer hasta que él cumplió 18 años. Así que<br />

pasó gran parte de su niñez y adolescencia devorando cuanto<br />

libro de arte había en la biblioteca familiar. Incluso afirma que<br />

aún se los sabe todos de memoria.<br />

“Soy muy visual, me gusta mucho la historia del arte y eso<br />

ayuda mucho en la perfumería. Encuentro mucha inspiración<br />

en las artes plásticas. Te puedo decir, por ejemplo, que tengo<br />

un perfume que huele a un cuadro de Paul Cézanne: sus manzanas<br />

me conmueven hasta las lágrimas”.<br />

Debido a su interés en las plantas aromáticas se decidió por<br />

el estudio de la biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad<br />

Nacional Autónoma de México (UNAM) y con 70 por<br />

ciento de los créditos cubiertos envió una solicitud a Francia<br />

y fue aceptado en el Instituto Superior Internacional de la Industria<br />

de la Perfumería, Cosmética y Aromas Alimenticios<br />

(ISIPCA), la única escuela especializada independiente que<br />

no pertenece a ninguna compañía, con sede en Versalles.<br />

Fue así como en 1989 Rodrigo abandonó la biología, recogió<br />

sus tiliches y se fue a estudiar, durante dos años, a la cuna<br />

de la perfumería.<br />

Perfeccionando el olfato<br />

La clases más importantes que Flores-Roux recibió<br />

en Francia fueron las de olfacción.<br />

La maestra, Isabelle Doyen, daba a cada uno<br />

de los 15 alumnos del grupo un papel secante impregnado<br />

de alguna sustancia y preguntaba: ¿A<br />

qué huele esto?<br />

Cuando se está aprendiendo a oler, lo más importante<br />

es la primera imagen:<br />

“Huele a plancha recién apagada”, “huele a alguna<br />

flor”, “huele a animales”, respondió Rodrigo<br />

en distintas ocasiones.<br />

La maestra le ordenaba: “¡Apúntalo!, porque<br />

esa es tu primera impresión”.<br />

Eso se convierte, explica el perfumista, en<br />

un recuerdo indeleble por la forma en la que funciona<br />

la memoria olfativa que, por cierto, es más<br />

poderosa que la auditiva; por eso un olor, aunque<br />

debilísimo, puede desatar una intensa cadena de<br />

recuerdos.<br />

Ese tipo de descripciones gráficas es lo que<br />

ayuda a crear una memoria y un vocabulario<br />

olfativo.<br />

En las clases, la maestra les decía, por ejemplo:<br />

“Esto es un producto químico, es una molécula<br />

sencilla que se llama acetato de amilo, el componente<br />

más importante del olor frutal del plátano.<br />

Se puede producir sintéticamente y se utiliza tanto<br />

en perfumes como en saborizantes.<br />

“Esta otra sustancia es un absoluto —como se<br />

llama a los extractos de flores— de jazmín egipcio.<br />

Se utiliza sólo en perfumes de alta calidad, cuesta<br />

tanto, se extrae de tal manera, se cultiva en Egipto<br />

y hay una industria creciente en Túnez y en la India”,<br />

etcétera.<br />

Con el paso de los meses los alumnos iban<br />

acumulando pequeñas muestras de soluciones en<br />

alcohol de todas esas materias primas. Tenían que<br />

abrir los frasquitos, oler las sustancias y aprendérselas.<br />

Los exámenes consistían en identificar<br />

los distintos aromas contenidos en papeles secantes,<br />

los cuales podían ser hasta 20 en una sola<br />

prueba.<br />

Secante uno: absoluto de jazmín. Secante dos:<br />

cedrol, parte del extracto de cedro. Secante tres:<br />

acetato de amilo, plátano… y así sucesivamente<br />

hasta que se aprendían todos los ingredientes<br />

y materiales de la perfumería. Los iban distinguiendo<br />

unos de los otros, clasificándolos en familias<br />

y conociendo su velocidad de evaporación<br />

y cómo interactúan entre sí.<br />

La carrera duraba dos años, y ya desde el segundo<br />

los alumnos tenían que conseguir con<br />

quién hacer un internado o práctica pre profesional.<br />

Flores-Roux tuvo la suerte de que en la sede<br />

parisina de la compañía suiza Givaudan lo recibiera<br />

un perfumista muy célebre, Jean-Claude<br />

Ellena, que ahora se dedica únicamente a crear los<br />

perfumes de la casa Hermès.<br />

“Tuve la gran fortuna de ser su alumno inter-<br />

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no tres meses. Me dirigió una especie de tesis y<br />

una disertación sobre la rosa a nivel comercial y<br />

estético”.<br />

Para Rodrigo fue una gran experiencia ser<br />

parte de la perfumería fina en París a principios<br />

de los noventa, cuando el esplendor de la industria<br />

era propicia para el surgimiento de perfumes<br />

extraordinarios.<br />

Al terminar su entrenamiento con Ellena,<br />

Rodrigo se graduó con altos honores en 1991. Entonces<br />

viajó a España con el objetivo específico de<br />

conocer la Alhambra, en Granada, un lugar que<br />

atrae la atención de los perfumistas.<br />

Cuando regresó a París se topó con la novedad<br />

de que una de las casas más tradicionales de<br />

la perfumería francesa había sido absorbida por<br />

Givaudan y como resultado de esas fusiones, recuerda,<br />

“no había chamba, mucha gente se quedó<br />

de patitas en la calle”.<br />

En México, el inicio<br />

El recién graduado regresó a México el 10 de julio<br />

de 1991. Había estado en contacto con Patricio<br />

Henry, director general de la ramal mexicana de la<br />

estadunidense International Flavors & Fragances<br />

(IFF) que era, en esa época, la empresa de perfumería<br />

más grande a nivel mundial.<br />

Invitado por Henry, Rodrigo empezó a trabajar<br />

como perfumista junior en IFF, que tenía<br />

una planta muy grande en Tlanepantla, Estado<br />

de México, donde se fabricaba el perfume para el<br />

jabón 1-2-3 y otros aromas para lavandería de muy<br />

bajo precio.<br />

“La primera fragancia que yo vendí —confiesa<br />

el ahora destacado perfumista— fue el aroma<br />

para un shampú medicado que se vende en todas<br />

las farmacias en México y que es para atacar los<br />

parásitos del vello púbico (liendres). Hice una fragancia<br />

basada en lavanda, un poco a lo Heno de<br />

Pravia, y me lo compró esta compañía”.<br />

Su segundo proyecto fue el perfume para el<br />

Shampoo del perro agradecido, una tarea muy difícil,<br />

pues se tenía que evaluar en perros y cubrir<br />

el olor a creolina, “esa cosa espantosa que huele<br />

entre petróleo y naftalina” que ayuda a controlar<br />

la seborrea en esos cuadrúpedos.<br />

Los dos productos tan poco glamurosos fueron<br />

algunos de sus pininos durante los cinco<br />

años —de 1991 a 1995— que Rodrigo Flores-Roux<br />

trabajó para IFF México. A principios de 1996<br />

lo enviaron a los laboratorios de la compañía en<br />

Nueva York como perfumista en desarrollo de<br />

perfumería fina. En esa época IFF estaba en la<br />

cúspide, tenía en los más prestigiados aparadores<br />

sus perfumes Eternity, de Calvin Klein; Paris,<br />

de Yves Saint Laurent, y Trésor, de Lancôme,<br />

entre otros.<br />

Pero cuando Rodrigo llegó a Nueva York, otro<br />

consorcio suizo les estaba ganando muchos contratos,<br />

y en IFF crecía la tensión. “Yo llegué bue-<br />

Cinco mitos<br />

de la perfumería<br />

Ni las grandes firmas ni las celebridades hacen sus<br />

perfumes. Hasta hace muy poco —menos de 20 años— el<br />

nombre del perfumista no se mencionaba, la mayoría de<br />

los fabricantes incluso negaban su existencia.<br />

El fijador, como tal, no existe. No es que se le añada<br />

un “extra” al perfume, como mucha gente se imagina. La<br />

duración del perfume tiene que ver con su formulación:<br />

hay ingredientes que por ser más pesados se evaporan<br />

más lentamente, mientras que otros son el puro splash,<br />

la frescura, que se evapora rápidamente. Otro elemento<br />

que influye en la evaporación es el grado de concentración<br />

de los ingredientes en el alcohol.<br />

En la perfumería no se utilizan orines ni excrementos<br />

de conejo, gato, zorrillo u otro animal. En la perfumería<br />

clásica se utilizaban cuatro productos de origen animal<br />

que hoy están a discusión porque hay especies de donde<br />

provienen que están en peligro de extinción. Se siguen<br />

usando ciertos olores fecales, como el indol y el escatol,<br />

moléculas que están presentes en la fragancia del jazmín,<br />

sólo que muy dosificadas.<br />

Se han producido perfumes con feromonas, pero es<br />

más bien una cuestión de marketing; no se ha probado<br />

que funcionen a nivel de comunicación sexual.<br />

La perfumería francesa tuvo su origen en Italia. María<br />

de Medicis, al contraer matrimonio con el Rey de Francia,<br />

se llevó a este país a sus perfumistas italianos.<br />

Un consejo útil:<br />

Los peores enemigos de un perfume son la luz, el calor y el<br />

movimiento. La vida media de un perfume antes de que,<br />

por la oxidación, se eche a perder, es menor a un año. Por<br />

eso Rodrigo Flores-Roux recomienda guardar en el refrigerador<br />

los perfumes que ya tienen tiempo.<br />

(Patricia Vega)<br />

no, bonito y barato, y cometieron el gravísimo error de mandarme<br />

a Estados Unidos pagándome cacahuates”.<br />

A pesar de sentirse explotado, en abril de 1996 empezó a<br />

trabajar con mucha dedicación en un “doloroso proyecto de 14<br />

meses” para la casa Clinique. Sin mucho apoyo de la empresa<br />

—“olían conmigo, pero nada más”— en junio de 1997 le avisan<br />

que había ganado el concurso para la creación de Happy, que a<br />

la fecha continúa como uno de los perfumes más vendidos en<br />

Estados Unidos y como un éxito global. Sin embargo “el daño<br />

ya estaba hecho”, y Rodrigo había tomado la decisión de cambiarse<br />

de compañía.<br />

Nunca sabrá si tuvo el peor o el mejor timing del mundo<br />

al haber renunciado el mismo día en que recibió la noticia de


haber ganado un importantísimo proyecto.<br />

De Quest a Givaudan<br />

Quest Internacional era una casa de perfumería más pequeña.<br />

Una compañía angloholandesa que era vista como un<br />

enfant terrible. Ahí se habían inventado Angel, de Thierry<br />

Mugler, y Le Male, de Jean Paul Gaultier, juzgados todavía<br />

como fragancias revolucionarias. Además, la compañía consentía<br />

mucho a su gente y le daba plena libertad.<br />

Lo primero que hizo Rodrigo cuando lo entrevistaron<br />

para ver si lo contrataban o no fue decir “yo soy gay”. En<br />

México había vivido la dolorosa experiencia de perder a su<br />

pareja, el destacado productor de teatro y telenovelas Carlos<br />

Téllez, quien murió de Sida en 1994. El no poderlo<br />

decir, a pesar del apoyo de su familia, había<br />

sido sumamente difícil.<br />

En Quest International trabajó casi 10 años.<br />

Fue un periodo muy interesante para Flores-<br />

Roux, como integrante de un equipo muy pequeño<br />

de perfumistas sumamente creativos. Por<br />

ejemplo, de Quest Nueva York salió J’Adore para<br />

Christian Dior.<br />

—J’Adore está firmado por mi colega Calice<br />

Becker —cuenta Rodrigo—, pero colaboré mucho<br />

en esa fragancia, es un secreto a voces y Calice lo<br />

reconoce.<br />

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62<br />

—¿Por qué no lo firmaron los dos?<br />

—Por políticas de las empresas, algo fuera de<br />

mi control. J’Adore es un perfume extraordinario,<br />

y conste que yo no lo reclamo como mío. Mira,<br />

no está con los míos —dice, y señala tres repisas<br />

ocupadas por los frascos de sus creaciones, en la<br />

biblioteca de la casa de sus padres—, pero siempre<br />

se me ha hecho gracioso que uno de los perfumes<br />

que define a la Francia actual fue creado en Estados<br />

Unidos.<br />

El único latinoamericano<br />

Rodrigo Flores-Roux ha trabajado de manera<br />

muy dedicada para las compañías de Estée Lauder,<br />

específicamente para la marca Donna Karan<br />

(DKNY) y Tom Ford. En 2003 tuvo la oportunidad<br />

de crear el primer perfume para el diseñador John<br />

Varvatos, una referencia en ropa masculina. Desde<br />

entonces el mexicano es el perfumista exclusivo<br />

de Varvatos.<br />

Los años de Quest fueron para Rodrigo como<br />

colaborar en un pequeño grupo de expertos que se<br />

ayudaban en todo. De hecho él fue el responsable<br />

de que su amiga Sophie Bensamou, una perfumista<br />

francesa que residía en México, se fuera a<br />

Nueva York para trabajar con él.<br />

“Quest era un equipo fuerte, brillante, con<br />

mucho tesón… y amenazador, un equipo que había<br />

que disolver”, analiza Rodrigo a la distancia.<br />

En noviembre de 2006, de manera sorpresiva<br />

y mediante una transacción billonaria, Quest es<br />

adquirida por Givaudan y la pandilla de niños terribles<br />

desaparece. La compañía suiza se recoloca<br />

de nuevo a la cabeza de la industria perfumera del<br />

mundo.<br />

De la noche a la mañana, y tras casi 10 años<br />

de haberse unido a las filas de Quest y 15 de haber<br />

sido alumno en Givaudan, en París, Rodrigo Flores-Roux<br />

cierra un ciclo y regresa, sin planearlo,<br />

a sus orígenes. La gran infraestructura automatizada<br />

de Givaudan permitió “la explosión” del<br />

perfumista mexicano, quien por fin contaba con<br />

el respaldo necesario para echar a volar aún más<br />

su imaginación.<br />

A partir de 2007 Rodrigo empieza a ganar todo<br />

tipo de proyectos y premios. Su nombre aparece<br />

por todos lados en el terreno de su especialidad:<br />

crear fragancias para diseñadores y celebridades.<br />

Recibe el pedido de un cliente como Halle Berry<br />

y lo transmite mediante una experiencia olfativa<br />

placentera. Siempre y cuando gane el concurso,<br />

como en el caso de la actriz afroamericana.<br />

Flores-Roux es el único latinoamericano en el<br />

ámbito de la alta perfumería. O como dice él con<br />

una mezcla de orgullo y pudor: “A nivel de marcas<br />

de renombre internacional, el único perfumista<br />

nacido al sur del río Bravo, soy yo”.<br />

Premios, premios y más premios…<br />

Los premios FIFI entregados anualmente por The<br />

Fragance Foundation en la ciudad de Nueva York son como<br />

el Óscar de la perfumería. También existen reconocimientos<br />

equivalentes en Gran Bretaña, Alemania, Italia y Francia.<br />

Sin contar los galardones europeos, Rodrigo Flores-Roux<br />

ha obtenido cinco FIFIS en Estados Unidos: el primero en<br />

1997 por el perfume Happy, de Clinique. En 2007 y 2011 obtuvo<br />

dos más por Champaca Absolute y Azure Lime, de Tom<br />

Ford. En 2011 Pure Orchide, creado para Halle Berry, fue designado<br />

el mejor perfume femenino de alta distribución. Y un<br />

quinto FIFI le llegó por liderar el proyecto SixScents, un grupo<br />

de fashionistas dedicados a conectar jóvenes diseñadores<br />

de moda con perfumistas.<br />

Hay otro premio de mucho prestigio que entrega la asociación<br />

Cosmetic Executive Women (CEW) y que Rodrigo<br />

compara con los Globos de Oro. En 2010 su producto John<br />

Varvatos Artisan fue premiado en la categoría del mejor perfume<br />

masculino.<br />

Artisan surge de una historia entrañable: en un viaje de<br />

trabajo a París, en abril de 2008, estando en la Isla de San Luis<br />

afectado por un tremendo jet lag, el perfumista escribió en<br />

uno de los blocks membretados del hotel De Lutèce el esquema<br />

para una fórmula elaborada a partir de sus recuerdos de las<br />

posadas mexicanas, “de cuando rompes la piñata y las mandarinas<br />

se estrellan contra el piso, ese olor azufrado, como de<br />

cerillo, que sólo la frescura de la mandarina tiene”.<br />

Rodrigo hizo un acorde de siete ingredientes, de cuya mezcla<br />

resulta un olor que estalla dulcemente en la nariz. “Es una<br />

receta muy limpia, sencilla y fresca que se aprobó en su cuarta<br />

modificación. Para Happy tuve que hacer 119 versiones”.<br />

Arquiste: perfumes de nicho<br />

El primer impacto que se recibe cuando Rodrigo Flores-Roux<br />

abre la puerta de la casa paterna es el agradable, placentero,<br />

intenso aroma alimonado que emana de su cuerpo.<br />

Es inevitable saludarlo con un “¡Qué rico hueles!” (y hay<br />

que decir que resulta difícil reprimir el deseo de pegarse a su<br />

cuello para seguir oliendo su piel).<br />

Rodrigo nos conduce a la sala e inmediatamente confiesa:<br />

“Yo hice este perfume que se llama L’Etrog y me lo puse a<br />

propósito para hablarte de un proyecto padrísimo que inicié<br />

con mi amigo Carlos Huber, un chico brillante que después de<br />

cursar Arquitectura en la Ibero, hizo una maestría en Técnicas<br />

Modernas de Preservación de Monumentos en la Universidad<br />

de Columbia, en Nueva York, donde lo conocí”.<br />

A Carlos, añade Rodrigo, le apasionan los perfumes y<br />

siempre trata de imaginar cómo olía la Basílica de San Marcos<br />

en cierta época o el aroma de las habitaciones privadas de la<br />

reina Maria Antonieta, en el palacio de Versalles.<br />

El joven arquitecto “moría por aprender perfumería” sólo<br />

por el gusto de entender su proceso de creación y encontró en<br />

Rodrigo a un diligente y generoso maestro que le enseñó las<br />

técnicas de olfación y formulación de fragancias, las diversas<br />

materias primas naturales y sintéticas y algunos otros secretos<br />

de la profesión.<br />

Un día Huber decidió abandonar su chamba como asesor<br />

de ambientación histórica de las tiendas de Polo Ralph Lauren<br />

para lanzar su propia línea de perfumería.<br />

Fue en los laboratorios de Givaudan que nació Arquiste,<br />

nombre con el que sintetizaron los ideales de la arquitectura,<br />

la historia y el arte, y que Carlos ideó con la ayuda de Rodrigo


y de otro experimentado colega perfumista, Yann Vasnier.<br />

Hasta ahora han comercializado seis perfumes unisex, “se<br />

venden en muy pocos lugares, son caros” y se venden como el<br />

equivalente “en pocas palabras, del cine de arte”. Pretenden<br />

ser, explica Rodrigo, los retratos olfativos de los momentos<br />

históricos seleccionados.<br />

Una nariz de excepción<br />

Entre los principales clientes de Givaudan está Procter &<br />

Gamble, propietaria de Ariel, Crest y otras marcas de productos<br />

de limpieza e higiene personal, pero esa empresa,<br />

aclara Rodrigo, también tiene un departamento de desarrollo<br />

de perfumería fina y posee marcas muy conocidas: Lacoste,<br />

Gucci, Dolce & Gabbana y Hugo Boss.<br />

En la compleja industria de la perfumería se trabaja a partir<br />

de concursos. Los perfumistas de Givaudan diseñan el olor<br />

de un producto y se lo muestran a sus clientes. Con frecuencia<br />

se invierten meses y hasta años en fragancias que, por diversas<br />

razones, tal vez nunca se lancen al mercado.<br />

Las ideas olfativas se desarrollan conjuntamente con el<br />

personal de mercadotecnia de cada marca y después de un<br />

complicado proceso en que se le dan muchos cambios al perfume,<br />

éste acaba siendo uno de los dos o tres candidatos que<br />

serán sometidos a una prueba de mercado.<br />

“Te dicen: tiene que funcionar bien en Italia, Alemania,<br />

EU y Francia, pero en cada uno de esos mercados se tienen<br />

gustos y necesidades distintas, por lo que ganar se vuelve<br />

muy difícil”, relata Flores-Roux. Además, a la empresa cuyo<br />

perfume pierde la prueba no se le paga nada del proceso de<br />

creación. La competencia es encarnizada.<br />

Rodrigo menciona el caso de un concurso que ganó cuando<br />

estaba en Quest para crear un perfume destinado a Procter<br />

& Gamble, pero nunca llegó a salir al mercado debido a que<br />

la marca del producto en cuestión fue vendida a otro corporativo.<br />

En tres ocasiones sucedió lo mismo, lo que generó un<br />

sentimiento de frustración en el especialista.<br />

Ya en Givaudan, Rodrigo trabajó en un perfume para<br />

hombre que se había originado 10 años antes para un proyecto<br />

internacional. Este perfume entró finalmente a prueba de<br />

mercado, le fue muy bien y acabó siendo Boss Orange, la nueva<br />

fragancia masculina de Hugo Boss. “Es un perfume muy<br />

poderoso con una nota interesante de una madera tropical<br />

llamada bubinga”, revela.<br />

La espera valió la pena: como se trataba de un producto<br />

global, significó un contrato de mucho dinero para<br />

Givaudan.<br />

Así, la “maldición” con Procter & Gamble llegó a su fin.<br />

En enero del 2008 corría el rumor de que se estaba planeando<br />

una colección de perfumes para Dolce & Gabbana.<br />

Por iniciativa propia, y a manera de divertimento, Rodrigo se<br />

puso a trabajar con su inseparable amiga Sophie en un proyecto<br />

de “aquas” —perfumes frescos y ligeros de azahar, higo,<br />

rosa, clementina y mandarina y uno de jazmín— inspiradas en<br />

el Mediterráneo. También les diseñaron un empaque bonito.<br />

Rodrigo viajó a París y pidió audiencia para presentar su<br />

colección de aquas, a pesar de que el equipo de Procter &Gamble<br />

le había dicho que ya tenían listo el proyecto.<br />

A los tres meses el teléfono sonó muy temprano en la<br />

mañana. Era Sophie: “Tienes que ir a desayunar con Enrica<br />

Perrotta —la italiana que se encarga de las marcas euro-<br />

peas de Procter— porque te va a decir algo muy<br />

importante”.<br />

La sorpresa fue enorme.<br />

—“El signor Gabbana ha sido siempre un gran<br />

apasionado del pachuli”, me dijo Enrica extendiéndome<br />

un frasco de aceite de pachulí y añadió:<br />

“él quiere que hagas algo que huela a esto para que<br />

sea el perfume de la casa Dolce et Gabbana. Esta<br />

será la primera vez que damos en exclusiva un<br />

proyecto a un perfumista. Pero me lo tienes que<br />

dar esta noche” —recuerda Rodrigo.<br />

Después de recuperarse de la conmoción,<br />

hizo un acorde muy sencillo de pachuli y maderas<br />

al que le llamó Stefano’s Pachuli. Se lo dio<br />

a Enrica y se sentó a esperar. Pronto recibió un<br />

correo electrónico de Enrica con copia a su jefe:<br />

“El signor Gabbana es muy difícil de satisfacer,<br />

pero está muy contento con el pachuli de Rodrigo.<br />

Considérenlo como un ‘sí’, una fragancia ganada”.<br />

Una semana después llegó otra llamada: “En<br />

Dolce & Gabbana están tan contentos con tu pachuli<br />

y con tu idea del Mediterráneo, que vamos<br />

a expandir la idea y hacer una colección de seis<br />

perfumes. Uno será el pachuli, tal cual; al higo<br />

le tienes que hacer un par de cambios (Rodrigo le<br />

añadió una nota de vetiver); la flor de naranjo y el<br />

jazmín van como están, y necesitamos dos perfumes<br />

más para completar la colección” (uno acabó<br />

siendo un agua de clavel y el otro una fragancia de<br />

madera a la deriva).<br />

De esa forma surgió The Velvet Collection o<br />

La Colección de Terciopelo, una serie de seis perfumes<br />

sumamente costosos, puestos a la venta<br />

en noviembre de 2011 en las boutiques Dolce &<br />

Gabbana y en exclusiva en los almacenes Harrod’s<br />

de Londres y en Saks Fifth Avenue de Nueva<br />

York.<br />

“A pesar de su alto precio —comenta Rodrigo<br />

sorprendido— se están vendiendo como pan<br />

caliente”.<br />

Fue la primera vez en la historia de las marcas<br />

de Procter & Gamble que un proyecto se presentó<br />

al revés: completamente elaborado por fuera,<br />

fue aceptado sin someterlo a pruebas de mercado<br />

previas.<br />

Así, 2011 resultó un año extraordinario para<br />

el mexicano Rodrigo Flores-Roux: demostró que<br />

todavía se puede hacer alta perfumería y celebró,<br />

en su país natal, su vigésimo aniversario como<br />

perfumista, con una gran fiesta organizada por su<br />

familia a la que acudieron sus maestros de primaria,<br />

su primer jefe y muchos amigos que viajaron<br />

desde diferentes lugares para festejar con él sus<br />

logros.<br />

El experto de nariz privilegiada resume su experiencia:<br />

“He logrado en Givaudan cosas que no<br />

se pueden lograr en ningún otro lado. Hacemos<br />

muy buena mancuerna porque yo todo lo hago con<br />

el corazón y Givaudan entiende mis latidos”. <br />

| EMEEQUIS | 02 DE ABRIL DE 2012<br />

63


| EMEEQUIS | 22 de enero de 2009<br />

64<br />

Randy Ebright. Voz y batería<br />

Paco Ayala. Voz y bajo<br />

Miky Huidobro. Voz y bajo<br />

Mikyseñal


Molotov:<br />

Tito Fuentes. Voz y guitarra<br />

Here they kum…<br />

otra vez<br />

Por Tatiana Maillard<br />

tmaillard@m-x.com.mx • @MadameMaillard<br />

Fotografía: Eduardo Loza


| EMEEQUIS | 02 de ABrIL de 2012<br />

66<br />

Un bar. ¿Dónde más podría realizarse una rueda de entrevistas<br />

de Molotov? ¿En un café? ¿Alguien podría imaginarse a Tito,<br />

Miky, Paco y Randy conversando en medio de tazas humeantes<br />

y baguettes? No, a los creadores de rolas como Puto y Chinga<br />

tu madre no se les da sentarse frente a un tazón de té chai<br />

deslactosado. Por eso estamos en el bar Limantour, en martes,<br />

a las 11 de la mañana.<br />

En la escalera que conduce hacia la zona de las mesas se<br />

escucha el monótono sonido de unos pies que aterrizan sobre<br />

cada peldaño, antes de que la figura de Tito Fuentes emerja,<br />

tan alta como es. Lleva una camisa de mezclilla y pantalones<br />

entubados. Lentes oscuros que cubren las ojeras que enmarcan<br />

sus ojos de búho. Saluda y saca una cajetilla de cigarros<br />

nueva. Se queja:<br />

—Me cagan estas imágenes —y señala la fotografía de lo<br />

que queda (casi nada) de una lengua atacada por el cáncer, impresa<br />

en la tapa de las cajetillas para advertir de los estragos<br />

del tabaquismo en la salud.<br />

Hasta las cajetillas regañan a los fumadores.<br />

—Sí. Por eso yo siempre aplico esto…<br />

Con su dedo índice y pulgar desprende la tapa, la arruga y<br />

la deja sobre la mesa. Enciende el primer cigarro, aliviado. Le<br />

espera un día largo, que inició con entrevistas para la radio y<br />

seguirá con otras más para medios escritos. La banda está promocionando<br />

su última producción discográfica con Universal,<br />

lo que prácticamente significa su liberación de una disquera<br />

con la que firmó en 1997 y a la cual Molotov acusa de mantenerlos<br />

casi en la congeladora. Para finalizar su contrato era<br />

obligatorio realizar un disco en vivo y aquí está: Desde Rusia<br />

con amor, un material grabado durante su gira en Rusia en el<br />

verano de 2010, que incluye un dvd.<br />

—¡Por fin se acaba! —exclama Tito, con una exhalación que<br />

puede ser de alivio o de fastidio.<br />

Después de 15 años, desde que se amarró con Universal, la<br />

banda ha sacado seis discos en periodos irregulares que van de<br />

uno hasta cuatro años. Con resultados que también son irregulares.<br />

Y la culpa, según han reiterado siempre a los medios,<br />

es de las restricciones que les impone el contrato.<br />

Sólo un par de entrevistas más, un poco de promoción,<br />

algunas tocadas, la presencia del disco en tiendas… y esto se<br />

acaba. Por fin.<br />

La censura como estrategia<br />

Alrededor de una mesa del Limantour ya están sentados Tito<br />

(voz y guitarra), Miky (voz y bajo), Paco (voz y bajo) y Randy<br />

(voz y batería). Sobre sus cabezas se extiende una densa nube<br />

de nicotina que va creciendo conforme Tito y Randy encienden<br />

sus cigarros. En la mesa se esparcen ceniceros con colillas<br />

y bebidas espirituosas.<br />

El reloj apunta la hora: son las 11:21 de la mañana del martes<br />

20 de marzo. Falta media hora para que tiemble —y fuerte—<br />

en la Ciudad de México y aún no han transcurrido las 130 horas<br />

tras las cuales Molotov se presentará en el escenario principal<br />

del festival Vive Latino 2012. En la mesa del Limantour los<br />

molotovs hablan de su gira en Rusia.<br />

—Hace algunos años tocamos en Alemania y fue una experiencia<br />

distinta —dice Tito—. La gente agarraba la onda de<br />

lo que decíamos. Se sabían las letras. Pero en Rusia, ¡uuuh! no<br />

podíamos platicar con nadie. Ahí nos dimos cuenta de que la<br />

música es un lenguaje —da una calada al cigarro—. Aquí (en<br />

México) pueden llegar a pensar: esos güeyes son unos pelados<br />

y por eso tienen éxito. Pero no. Es porque somos músicos. Ni<br />

escritores ni poetas.<br />

A nadie se le ocurriría confundir a los integrantes de Molotov<br />

con poetas. La banda irrumpió en la escena musical con<br />

un disco que causó escozor a más de uno: ¿Dónde jugarán las<br />

niñas? Era 1997. Las radiodifusoras no ofrecían alternativas<br />

musicales, salvo, quizá, Radioactivo. No se movían las producciones<br />

independientes por internet, ni había redes sociales.<br />

Todavía faltaban tres años para que el Partido Revolucionario<br />

Institucional perdiera por primera vez una elección<br />

presidencial y Siempre en Domingo agonizaba, pero aún era<br />

el maratónico programa musical de Televisa que presentaba<br />

grupos y artistas haciendo playback.<br />

En este ambiente surgió la banda conformada por tres<br />

mexicanos y un gringo que presentaban lo inusual: canciones<br />

que, musicalmente, sonaban a Rage Against the Machine. Una<br />

lírica rabiosa que se movía entre los territorios del hartazgo<br />

social y la necesidad de cambio (Gimme The Power, Voto latino)<br />

hasta lo… digamos… discursivamente incorrecto (Quítate que<br />

Ma’sturbas)<br />

—Al inicio hablábamos así porque estábamos emputados<br />

con algún hecho o con alguna vieja. Lo que sea— interviene<br />

Randy Ebright, el gringo del grupo. Su brazo tatuado se flexiona,<br />

lleva los dedos al nacimiento de su nariz y la talla. Parece<br />

cansado. Ese día su tono de piel no es blanco, es más bien rosado.<br />

Un tono Pantera Rosa que se combina con el color trigo de<br />

su cabello y le brinda un aspecto ligeramente caricaturesco.<br />

Miky, sentado en el extremo opuesto, el cabello que delata<br />

el poco tiempo que ha pasado desde que salió de la ducha,<br />

complementa:<br />

—Pero mucha gente también estaba enojada. Yo creo que<br />

fuimos afortunados. En el 97 no cualquiera grababa un disco<br />

en un estudio digital que, además, representó nuestro primer<br />

encontronazo con la censura. En las tiendas decían: “Está<br />

poca madre su disco, pero no lo vamos a vender porque la portada<br />

(unos calzones colgando de las piernas que asoman de<br />

una falda de colegiala) está muy dura.<br />

—La censura parecía una buena estrategia de ventas —dice<br />

Paco, la voz carrasposa, el acento desparpajado—. La gente<br />

creía que nosotros la provocábamos porque nos funcionaba.<br />

Pero no. Siempre actuamos pensando “hagamos las cosas y<br />

a ver qué pasa”.<br />

Entonces da la impresión de que Paco se enerva. Cuenta<br />

que a principios de 2000, en algunos países le prohibían a<br />

Molotov tocar ciertos temas bajo la amenaza de multarlos “o<br />

meternos al tambo”.<br />

Eran los temas que, según los censores, incitaban a la violencia.<br />

“Bueno, pues explíquenle eso a la gente que viene a<br />

nuestros conciertos. ¿Por qué vamos a callar algo que hicimos<br />

y que está grabado? ¡Nosotros no nos autocensuramos!”, rememora<br />

Paco.<br />

—¿En verdad nunca usaron la controversia como<br />

estrategia? —se les pregunta.<br />

Silencio que dura apenas unos segundos, interrumpido<br />

por el español machacado de Randy:


—Yo podría pensar en un instante, cuando nos contrataron<br />

para hacer una canción para Televisa Deportes.<br />

Año 2007: la televisora, que había sido blanco de las más<br />

iracundas canciones de Molotov (El Carnal de las Estrellas,<br />

Que no te haga bobo Jacobo), encargó al grupo la realización<br />

de un sencillo promocional para Televisa Deportes. El video<br />

contó con la participación de los conductores y comentaristas,<br />

quienes aparecen celebrando los goles que transmite un<br />

aparato de televisión, mientras suena la rola de Molotov que,<br />

básicamente, repite una y otra vez: Queremos ver golazos.<br />

Queremos ver golizas. Queremos ver golear...<br />

No salió al aire en los canales de Televisa, pero los integrantes<br />

de Molotov fueron invitados a El Notifiero, programa<br />

conducido por Brozo —que emite Televisa— para hablar de la<br />

decisión de la televisora de no transmitir el video, una vez que<br />

el titular de Televisa Deportes, Javier Alarcón, notara que la<br />

canción era un albur continuo.<br />

¿Cómo concilian los de Molotov su imagen de críticos furiosos<br />

del sistema, con el hecho de aparecer en Televisa… o en comerciales<br />

de Pepsi?<br />

—El planteamiento más bien debe ser: si las marcas saben<br />

qué es lo que representamos, allá ellos si se animan a invitarnos.<br />

No pasa nada mientras no nos traicionemos ni hagamos<br />

cosas específicas para la marca —explica Tito.<br />

Pero Miky, con una falsa serenidad de monje budista,<br />

ataca.<br />

—Le tiramos a Televisa, pero luego podemos ser invitados<br />

a sus programas. ¿Y? Las canciones son muy específicas. Si a<br />

la gente le falta un cachito de open mind para ver que una cosa<br />

es salir en un comercial y otra es cantar algo como El Carnal de<br />

las Estrellas, entonces no está entendiendo el mensaje —hace<br />

una pausa y saca el enojo—. ¿Te lo repito?<br />

—No es necesario.<br />

—¿O que te lo repita Paco?<br />

Entonces Paco Ayala toma la palabra y desinfla la tensión.<br />

—No puedes quedar bien con todo el mundo. Y no tenemos<br />

que dar explicaciones en los medios de las decisiones que tomamos.<br />

No nos movemos únicamente con mensajes contestatarios.<br />

Nuestras rolas también son desmadrosas, como la de<br />

una persona normal, que vive de noche en el desmadre y tiene<br />

pedos con su chava.<br />

Cliché o no cliché,<br />

that's the question<br />

En unas semanas se estrenará en salas de cine el documental<br />

Gimme the Power, dirigido por Olallo Rubio, que aborda la historia<br />

de Molotov desde su formación como banda, en 1995, y<br />

entreteje su historia con el ambiente social y político del país.<br />

Para ello, la película no sólo cuenta con entrevistas realizadas<br />

a los integrantes de la banda, sino también a escritores como<br />

Juan Villoro, o periodistas como Javier Lozano.<br />

—Nosotros coincidimos con la visión que Olallo tiene de la<br />

banda —comenta Tito—. Nuestra manera de expresarnos proviene<br />

de este país, del hecho de que el gobierno se agandalla,<br />

de que sales de la prepa y sabes que la vida vendrá pesada por<br />

esos güeyes.<br />

—Yo creo que no sólo había censura hace 16 años. Existe<br />

desde siempre — complementa Paco—. Pero en esos años nosotros<br />

manejábamos un perfil rocanrolero muy reprimido.<br />

—Hubo canciones que se volvieron himnos —prosigue<br />

Tito—, ¡pero no lo planeamos así! Si compones para que tu<br />

canción tenga un discurso, la gente lo nota y, en consecuencia,<br />

no la toma. La gente tiene que absorber la rola y eso fue lo que<br />

pasó con nuestras canciones.<br />

—Si, como dicen, sus canciones oscilan entre la crítica<br />

política y “el desmadre”, ¿en qué postura se sienten más<br />

cómodos?<br />

La helada mirada de Tito traspasa sus lentes oscuros.<br />

—En el de compositores. Ninguno de nosotros es líder de<br />

opinión. Aunque nuestras ideas son las mismas: el país está<br />

jodido. La diferencia es que ahora debemos buscar qué palabras<br />

y qué temas usar para que el mensaje no suene trillado.<br />

No queremos ser irrespetuosos, ni caer en un cliché, ni colgarnos<br />

de la situación trágica del país para sacar un disco —dice<br />

Randy.<br />

—¿Y cómo evitan caer en los clichés?<br />

—¡Es difícil! Si quisiéramos quedarnos en eso, como tú<br />

dices, mejor agarramos un plantón en el Zócalo, nos colgamos<br />

de él y armamos un toquín —sugiere Miky, con esa su<br />

hostilidad zen.<br />

—Debemos filtrar los temas —se mete Paco, en tono conciliador—.<br />

¿En qué nos involucramos? A veces podemos salir<br />

a defender una causa y dos semanas después resulta que esa<br />

noticia era un montaje. Para mí, el mejor filtro es estar en la<br />

calle.<br />

—Cuando iniciaron, hubo temas que causaron molestia.<br />

Como Puto en la comunidad gay, pero no fue el único caso.<br />

Ustedes mismos han dicho que les han prohibido tocar en vivo<br />

las que “incitan a la violencia”. Después de 17 años, ¿de qué<br />

canción se arrepienten?<br />

—De todas las que escribe Tito —responde Miky.<br />

—El arrepentimiento es algo en lo que pensaré cuando tenga<br />

60 años —pronostica Randy.<br />

Pero falta para eso. Por lo pronto, dicen, están concentrados<br />

en lo que será su próximo disco, del que aún desconocen si<br />

saldrá al mercado de la mano de “una disquera o una marca de<br />

ropa o de coches… o de forma independiente”.<br />

—Pero volver a firmar un contrato como el que tuvimos<br />

con Universal, ¡jamás! —asegura Tito, contundente.<br />

Randy remata:<br />

—Vamos a contratar un abogado la próxima vez. <br />

Molotov<br />

Año de formación: 1995<br />

Integrantes: Tito Fuentes, Miky Huidobro,<br />

Paco Ayala y Randy Ebright<br />

Suenan a: Rock, rap, funk, punk, cumbia,<br />

ranchero con harta leperada<br />

Discos: ¿Dónde jugarán las niñas? (1997),<br />

Apocalipshit (1999), Dance And Dense<br />

Denso (2003), Con todo respeto (covers,<br />

2004), Eternamiente (2007), Desde Rusia<br />

con amor (en vivo, 2012).


| EMEEQUIS | 02 de ABRIL de 2012<br />

68<br />

manual<br />

de la buena<br />

lesbiana<br />

* Cabaretera<br />

y reina chula<br />

Por Ana Francis Mor*<br />

Twitter: @anafrancismor<br />

Capítulo 118<br />

Cómo pasa la<br />

veda electoral<br />

una buena<br />

lesbiana<br />

En segundo de secundaria tuve una maestra<br />

de Civismo de cuyo nombre no logro<br />

acordarme. Se apellidaba Arciniega. Mis clases<br />

de civismo consistían en memorizar artículos<br />

de la Constitución y quién sabe qué más. Fundamentalmente<br />

era memorizar, memorizar,<br />

memorizar. esta maestra hacía exámenes semanales<br />

que ocurrían en cinco minutos. ella,<br />

parada en el escritorio con borrador en mano,<br />

gritaba la pregunta. Y nosotras, las alumnas<br />

aterrorizadas, escribíamos sólo la respuesta.<br />

No había tiempo de anotar la pregunta ni de<br />

copiar, ni de pensar.<br />

ese es el punto, no había tiempo de<br />

pensar.<br />

Civismo: Se puede entender como la capacidad<br />

de saber vivir en sociedad, respetando<br />

y teniendo consideración al resto de personas<br />

que componen a la sociedad, a partir del<br />

seguimiento de normas conductuales y de<br />

educación, que varían según la cultura del<br />

colectivo en cuestión (Palabra de Wikipedia.<br />

¡Te alabamos, internet!)<br />

Supongo que yo aprendí civismo casero<br />

en mi hogar por una cuestión de sobrevivencia.<br />

Mi padre era un tirano tan absurdo, que<br />

no había manera de que sus tiranías pasaran<br />

como razonables. Al ser la menor de cinco hijas,<br />

y mucho menor que todas —o sea, fui el<br />

pastillazo—, tuve que luchar todos los días por<br />

mis derechos fundamentales: ventana, pierna<br />

de pollo, oreja de bizcocho, ropa nueva y no<br />

la que fueran dejando mis hermanas, mamá<br />

para mi solita… en fin.<br />

Pero en mi casa la más chimuelita mascaba<br />

tuercas, así que me hice una luchadora social<br />

—yo era la sociedad por defender— a partir de<br />

los cinco años. Aprendí de solidaridad, aquella que se necesitaba<br />

para llevar y traer a mi madre al hospital; para sacarla<br />

a pasear cada que el Tirano hacía de las suyas; para entrarle<br />

a trabajar en el negocio que tuvo que poner, porque el Tirano<br />

se gastaba el dinero en choferes y chamacas en vez de<br />

zapatos, ropa y comida.<br />

en casa aprendí a trabajar en equipo, en solidaridad y por<br />

un bien común. También aprendí que siempre hay un tirano<br />

que pretende apropiarse de todo si te descuidas tantito. Y<br />

aprendí a defender lo mío y a las mías con las uñas. Aprendí a<br />

discutir, argumentar, convencer. Como con el Tirano todo era<br />

a base de golpes, entre nosotras todo era a base de acuerdos.<br />

es lo bueno de las tiranías: o te desatarugas o te mueres.<br />

Pero acordar, colaborar, opinar y demás, son ejercicios<br />

ciudadanos que hay que aprender.<br />

en la reciente veda electoral he tenido la oportunidad<br />

de participar en varias conversaciones con candidatos de<br />

izquierda. Como no pueden decir nada, ni pueden darse el<br />

lujo de no salir en la foto, básicamente se presentan y se limitan<br />

a escuchar… Gracias a la veda se aguantan y escuchan.<br />

Y ese es un ejercicio importante de hacer. Hablar, analizar<br />

la realidad, ponerse de acuerdo con otros grupos sociales,<br />

hacer redes, presentar propuestas conjuntas.<br />

Los procesos para transformar las cosas son lentos, intervienen<br />

muchos factores y la manera en que los partidos<br />

políticos (incluyendo los de izquierda) echan a perder la<br />

práctica cívica es de notarse. Pero la verdad es que nuestro<br />

país, lamentablemente educado por elba esther Gordillo,<br />

deja mucho qué desear en educación cívica, en participación<br />

ciudadana, en ejercicio político cuyo fin sea de veras el<br />

bien común y no la pescada del hueso. Nos falta mucho en<br />

tanto ciudadanos para dejar de ser fans del candidato en<br />

cuestión y entrarle al ejercicio de cuestionarle, opinarle,<br />

proponerle y vigilarle. Yo, como votante de izquierda, tengo<br />

que ser crítica, ni pex.<br />

Pienso.<br />

Si mi padre se hizo un tirano en dos patadas, no veo porqué<br />

cualquier persona esté libre de correr con la misma suerte,<br />

incluida una servilleta.<br />

Vigilando y molestando dice el gerundio.<br />

Nota de vigilancia al PRD: ¿Se dan cuenta de que su “onda<br />

grupera” es nada representativa y muy como de política vieja<br />

y chafa? de su lista de candidat@s a diputad@s y senador@s<br />

¿cuántos son cuotas, hijos de alguien, parejas de alguien, y<br />

cuántos de verdad defienden una causa ciudadana?<br />

Nota de molestancia al PAN: estuvo re feo el estadio<br />

vacío, ¿verdad? Ooops. Forever Alone.<br />

Nota de burla al PRI: Y si le ponen a su candidato en el tele-<br />

prompter “Soy un tarugo” —por decirlo elegantemente—,<br />

¿lo leerá sin pensar? Tengo la duda.


84<br />

No quieren. Se resisten. A muchos hombres mexicanos<br />

nomás no les entra en la cabeza que las mujeres somos<br />

tan personas como ellos, ciudadanas con los mismos derechos<br />

y obligaciones, seres humanos con necesidades sexuales,<br />

físicas e intelectuales, como ellos. No pueden aceptar que<br />

cada vez más mujeres son conscientes de ello y actúan en<br />

consecuencia. Y lo peor para ellos: tienen la certeza —como<br />

nosotras— de que es algo irreversible. Por eso entran en pánico,<br />

dan sus patadas de ahogado.<br />

Sienten que se les escapa el poder, que pierden la capacidad<br />

de control. en particular algunos: los de la iglesia<br />

católica, los de la política.<br />

No entienden que no vamos a arrebatarles el bastón de<br />

mando, sino a compartirlo.<br />

No quieren.<br />

darían lo que fuera por vernos de nuevo recluidas en casa,<br />

como en aquel dicho horrible: “la mujer, como el rifle: cargada<br />

y detrás de la puerta”. eso intentan, regresar al tiempo<br />

en que nos la pasábamos pariendo un montón de hijos y no<br />

hacíamos otra cosa más que atenderlos, lavar trastes y ropa,<br />

planchar, barrer y trapear, cocinar, remendar, sin descuidar<br />

las necesidades del marido, especialmente al llegar del trabajo,<br />

cansado, hambriento.<br />

Pero no. Ya sabemos qué sienten ellos cuando estudian,<br />

son productivos —no sólo hacen hijos—, cultivan su espíritu,<br />

aportan a la sociedad, participan en política, tienen el poder<br />

de cambiar los destinos de muchos y obtienen un jugoso<br />

salario por lo que hacen —a diferencia del ama de casa—.<br />

Ya sabemos qué se siente no tener que pedirle al esposo<br />

“para el gasto” y usar el dinero propio en lo que una decida.<br />

¿de verdad piensan que nos vamos a perder eso?<br />

A algunos legisladores nomás no les entra en la cabeza<br />

que estamos en el siglo XXi y que las mujeres somos el 52 por<br />

ciento de la población mexicana, o sea, más de la mitad en el<br />

país, y tan sólo por ese hecho deberíamos tener una mejor<br />

representación de género en el Congreso de la Unión.<br />

Sin embargo, ahí está el diputado del PVeM Jorge Herrera<br />

Martínez, muy preocupado por las “responsabilidades” de las<br />

mexicanas, que les impiden —según él– hacer campaña para<br />

ganar una curul o un escaño, “porque imaginen la disyuntiva<br />

que tendría una mujer de decir voy a separarme de mi familia,<br />

de mis hijos y de mi trabajo durante 90 días para buscar<br />

ganar una elección al Senado de la república”.<br />

¡Aaaaaaaaay, caramba! ¿Pos que no pueden hacerle igual<br />

que los senadores que son padres?<br />

el diputado del partido de las “juanitas” —perdonarán mi<br />

sinceridad— es un obtuso.<br />

Y pensar que hay tantos otros señores políticos que se<br />

preocupan por que las mujeres no se separen de su familia,<br />

de sus hijos y de su trabajo —¿cuál, el doméstico? otro implicaría<br />

esa trágica separación— para hacer una campaña<br />

electoral. Ternuriiiitas.<br />

* * *<br />

en estos días hemos visto cómo los partidos elaboraron sus<br />

listas de candidatos al Senado y a la Cámara de diputados<br />

evitando por todos los medios cubrir la cuota de género que<br />

los obliga a postular al menos 40 por ciento de candidatas<br />

al Congreso.<br />

Sara Castellanos, la representante del PVeM —para no<br />

variar— ante el iFe, incluso se aventó la puntada de decir que<br />

esa medida no consideró “la realidad imperante en la sociedad<br />

mexicana, en donde por cultura política un gran sector<br />

Por Viétnika Batres*<br />

Twitter: @vietnika69<br />

Se resisten<br />

la 69<br />

de la población de mujeres no está interesada<br />

en participar en política”.<br />

Así, a ojo de buena cubera, le calcula ella,<br />

sin estadísticas ni nada.<br />

los del PVeM no fueron los únicos en criticar<br />

esta acción afirmativa cuyo objetivo es<br />

incorporar a cada vez más mujeres a la vida<br />

política nacional en puestos importantes, no<br />

en la base, desde donde siempre han podido<br />

contar con nuestros votos los varones de la<br />

política. en el PAN y en el Prd también hubo<br />

problemas: se preguntaban de dónde iban a<br />

sacar candidatas, cuando las militantes están<br />

ahí, más que a la mano. Ah, pero cómo van a<br />

ceder sus espacios de poder, y menos a unas<br />

mujeres. los del Pri se salieron con la suya:<br />

arguyeron que sus candidatos serían elegidos<br />

en asambleas y ¡sorpresa! que escogen<br />

menos del 40 por ciento de candidatas mujeres.<br />

Chin, pa’la otra.<br />

Sí, todavía estamos lejos del 50/50, pero<br />

para allá vamos. es cosa de tiempo.<br />

Y es de celebrarse que, al menos esta vez,<br />

el iFe no le dio la vuelta al fallo del Tribunal<br />

electoral y puso un ultimátum a los partidos<br />

para que registraran a 120 candidatas con<br />

sus suplentes para diputadas federales y a<br />

26 para el Senado de la república.<br />

Ahora falta que las ya candidatas se tomen<br />

en serio esto de impulsar la inclusión de<br />

las mujeres en la política del país.<br />

No como Josefina Vázquez Mota, la abanderada<br />

presidencial del PAN, quien se la ha<br />

pasado diciendo “voten por mí porque soy<br />

mujer” sin contar con una sola mujer en las<br />

posiciones relevantes de su equipo de campaña.<br />

Ante la obvia omisión, la dirigencia del<br />

blanquiazul llamó a tres mujeres —de nueve<br />

nombramientos que hizo— para ocupar...<br />

cargos menores.<br />

O qué decir de beatriz Paredes, candidata<br />

de Pri-PVeM a la jefatura del gobierno del dF,<br />

quien en su toma de protesta para el Verde<br />

se echó un discurso dedicado a la defensa del<br />

medio ambiente. Y de las reivindicaciones de<br />

las mujeres no dijo ni mu... <br />

| EMEEQUIS | 02 de Abril de 2012<br />

69


eso que<br />

yo sé<br />

Jorge Volpi, premio<br />

Planeta-Casa<br />

de América 2012<br />

“No creo en nada,<br />

dudo de todo”<br />

Por Carlos Acuña @esecarlos<br />

Fotografía: Eduardo Loza


La frustración<br />

Antes de dedicarme a escribir yo quería ser científico. desde<br />

niño quise ser matemático o químico. Pero fui desistiendo<br />

porque tuve pésimos maestros en la secundaria y en la preparatoria.<br />

durante un tiempo también quise ser director de<br />

orquesta, incluso tomé clases de música una temporada hasta<br />

que descubrí que no tenía mucho talento. Soy un científico<br />

frustrado. Soy un músico frustrado. Tal vez por eso escribo.<br />

Jorge Volpi es un ser extraño. Su cabeza rapada<br />

y unos anteojos redondos que agigantan sus<br />

pequeños ojos lo dotan de un aire inhumano.<br />

Si a esto sumamos la frialdad de sus palabras,<br />

además de su voz aguda y penetrante, resulta<br />

desconcertante.<br />

Es más fácil imaginarlo dentro de un laboratorio<br />

que narrando historias, actividad a la que<br />

se ha dedicado casi 30 años de su vida.<br />

Volpi ha hecho del escepticismo su única<br />

bandera. Su último libro, La tejedora de sombras,<br />

merecedora del Premio Iberoamericano<br />

Planeta-Casa de América de Narrativa 2012, es<br />

ejemplo de su estilo: puramente informativo,<br />

frío, lleno de referencias históricas y científicas.<br />

Los protagonistas, dos psicoanalistas estadunidenses,<br />

se ven arrastrados por la locura<br />

que sus propios métodos desencadenan. El<br />

autor juega con sus destinos, aunque él mismo<br />

nunca se pondría en manos de otro, cura<br />

o psicoterapeuta.<br />

“Escribir es mi forma de confesarme, es mi<br />

religión y mi terapia”. Es eso que él sabe.<br />

El ateísmo<br />

No sólo soy agnóstico sino directamente ateo. Mi familia era<br />

católica y yo estudié en escuelas maristas hasta los 18 años.<br />

Creía en dios con cierto fervor. Pero nunca me gustaron las<br />

prácticas religiosas, sobre todo la confesión era algo que no<br />

soportaba. Nunca pude aceptar la manera en que la religión<br />

nos inculcaba la idea de dios. durante mucho tiempo me dediqué<br />

a buscar otra forma de creer, otras maneras de abordar<br />

la espiritualidad. Leí muchos libros de teología y mantenía<br />

discusiones acaloradas con mis maestros al respecto. Un<br />

día, como supongo que les pasa a muchos adolescentes, leí<br />

a Nietzche… fue él quien me convenció de que dios era una<br />

creación cultural, una ficción.<br />

El escepticismo<br />

Si fuera yo uno de mis personajes me definiría como un ser escéptico<br />

pero optimista. No creo al pie de puntillas en nada. dudo<br />

de todo; antes de creer en cualquier cosa intento verificarlo,<br />

buscar pruebas a toda costa. Tampoco creo que exista ningún<br />

valor sólido, ningún absoluto. Sin embargo y, a pesar de esto,<br />

no me abandono al pesimismo: creo que es posible alcanzar<br />

cierta felicidad y mejorar nuestra condición humana.<br />

El amor<br />

en La tejedora de sombras narro el fracaso del amor absoluto.<br />

¿Por qué el fracaso? dostoievsky decía que los amores felices<br />

siempre son iguales, que sólo la tragedia hace distinta una<br />

historia. Yo no podría estar más de acuerdo. No soporto los<br />

finales felices en la literatura.<br />

el problema es que todos seguimos teniendo la idea del<br />

amor absoluto profundamente enraizada en nuestras creencias.<br />

Sabemos que es imposible pero seguimos creyendo. Yo<br />

no creo en el amor como absoluto, no creo en ningún absoluto.<br />

Sin embargo, en mi vida personal sigo siendo optimista: sé<br />

que no existe el amor total pero creo que puede alcanzarse<br />

cierta felicidad en el amor simple y cotidiano.<br />

El psicoanálisis<br />

Nunca me he sometido al psicoanálisis. Cualquier tipo de terapia<br />

psicoanalítica me parece una variante de la confesión religiosa<br />

y, al igual que ésta, creo que puede derivar en un instrumento<br />

de control y dominio. No me agrada la idea de ponerme en<br />

manos de alguien más. en todo caso, escribir es mi forma de<br />

confesarme, escribir es mi religión y mi terapia.<br />

Las contradicciones<br />

La gente me caracteriza como un tipo frío y sí, eso se nota en<br />

mi estilo literario. Incluso mi familia me señala por intentar<br />

buscar siempre respuestas racionales a cualquier cosa. Pero<br />

todos guardamos contradicciones. en realidad, la razón es<br />

una manera de enmascarar que en el fondo soy otra cosa,<br />

un escudo para defenderme del caos que me rodea y de mis<br />

propios instintos.<br />

Las mujeres<br />

durante 12 años mi contacto con las mujeres fue nulo debido<br />

a que en las escuelas maristas sólo se admitían hombres.<br />

Tampoco tengo hermanas, ni primas. Para mí, las mujeres eran<br />

un completo misterio. fue hasta la universidad que pude descubrir<br />

el universo femenino y, de alguna forma, escribir novelas<br />

con protagonistas mujeres también ha sido una forma<br />

de descubrirlas. es curioso: ahora me llevo mucho mejor con<br />

las mujeres que con los hombres.<br />

| EMEEQUIS | 01 de febrero de 2010<br />

51


| EMEEQUIS | 02 dE AbRiL dE 2012<br />

72<br />

etiqueta<br />

y más<br />

* Experta en<br />

comunicación y<br />

branding personal<br />

Por Ana Vásquez Colmenares*<br />

Twitter: @anavasquezc<br />

Cómo contribuir<br />

a un ambiente<br />

laboral sano<br />

Seguramente todos aquellos que diariamente<br />

asistimos a una oficina o pertenecemos<br />

a una empresa, anhelamos tener<br />

un buen ambiente laboral que nos motive<br />

a desempeñar nuestras tareas en armonía.<br />

Aunque las empresas deben proporcionar<br />

los elementos que lo hagan posible, todos<br />

podemos ayudar a lograrlo. Nuestro branding<br />

personal jugará un gran papel en esto, pues<br />

serán nuestras acciones, palabras e imagen<br />

cotidiana las que contribuirán a crear un mejor<br />

ambiente de trabajo.<br />

Algunos consejos para saber cómo hacerlo,<br />

a continuación.<br />

Evita los chismes<br />

Es uno de los problemas más comunes en una<br />

oficina, ya que siempre habrá diferencias al<br />

convivir todos los días con las mismas personas;<br />

por lo tanto la gente busca desahogarse<br />

contándole a su compañero por qué no le<br />

parece la forma de ser de alguien más. Sin<br />

embargo, evita hablar mal de cualquier compañero<br />

de trabajo, ya que eso te generará un<br />

pésimo branding personal, te puede meter<br />

en problemas y hará que pierdas la confianza<br />

de los demás.<br />

Evita la competencia<br />

Esforzarse por lograr más y mejorar está bien,<br />

pero no midas tus éxitos con base en lo que<br />

hacen los demás. Hazlo por ti, por realizar un<br />

mejor trabajo y aportar más a tu empresa, a<br />

tu comunidad. Si te comparas con los demás<br />

todo el tiempo sólo generarás envidias, malentendidos<br />

innecesarios y nunca te sentirás<br />

en paz.<br />

Sé servicial<br />

Si algún compañero te pide ayuda en algo, no<br />

dudes en brindarle tu apoyo. Si alguien está<br />

teniendo dificultades en algo que tú sabes<br />

hacer, díselo y ayúdalo. Recuerda que tú podrías necesitar<br />

ayuda también en algún momento y si eres de las personas<br />

que jamás se detienen a darle la mano a nadie, así se comportarán<br />

contigo.<br />

Descansa<br />

Si trabajas sin parar o nunca descansas, terminarás harto,<br />

haciendo las cosas de mala gana y de mal humor en la oficina.<br />

Cada determinado tiempo despeja tu mente; no es sano que<br />

solamente estés pegado a tu computadora. Procura darte<br />

un receso de 10 minutos cada tres horas, párate de tu lugar,<br />

toma un vaso de agua o algún bocadillo y, sobre todo, aprovecha<br />

para convivir con tus compañeros.<br />

Ten un entorno agradable<br />

El entorno en el que nos encontramos diariamente determina<br />

en gran medida qué tan bien hacemos nuestro trabajo o qué<br />

tan buena actitud tenemos con los demás. Trata de que tu<br />

lugar esté limpio y bien iluminado, de tal modo que te genere<br />

tranquilidad y mantenga tu energía a la vez.<br />

Otro aspecto importante y que influye en el ambiente<br />

de trabajo es la relación jefe-empleado. Es normal que alguna<br />

vez haya disgustos y situaciones en las que se esté<br />

ante una autoridad y surja un desacuerdo con ésta. Lo que<br />

no es prudente ni correcto en cuestiones de branding personal<br />

y etiqueta social es pelearse, ser irrespetuoso o pasar<br />

ciertos límites con una persona de mayor jerarquía. Estas<br />

situaciones traen como consecuencia un clima laboral pesado<br />

para todos.<br />

Para evitar problemas con los superiores, toma en<br />

cuenta lo siguiente:<br />

Tu jefe no es tu amigo<br />

No le cuentes tus problemas personales ni intentes formar<br />

un vínculo amistoso con él/ella. Una cosa es ser cortés y otra<br />

cosa es querer intimar. Está bien preguntarle cómo le fue el<br />

fin de semana, pero no hacer planes con él/ella para el sábado<br />

en la tarde, a menos que exista una relación de amistad<br />

previa. Aun así, hay ciertos límites que es mejor seguir respetando;<br />

si llegaran a pelearse o disgustarse, eso afectaría<br />

su relación laboral.<br />

No le reclames o corrijas en público<br />

Si hizo o dijo algo que no te pareció, está bien hablarlo pero<br />

con tacto y de manera privada. Cuestionar sus ideas o corregirlo<br />

puede molestarle, y más si es frente a otros. Hazlo<br />

de forma adecuada: “No sé qué opine, pero creo que una<br />

buena opción…” o “En mi opinión, podríamos mejorar…”. Así<br />

te verá como alguien seguro pero educado y cortés al momento<br />

de decir las cosas, e incluso te tomará en cuenta para<br />

futuras decisiones.<br />

Respeta su privacidad para que respeten la tuya<br />

Estar en contacto por medio de las redes sociales es algo muy<br />

común actualmente, pero lo recomendable es no enviar a tu<br />

jefe una solicitud de amigo en Facebook. Para mantener la<br />

privacidad, tanto de tu jefe como tuya, es mejor que no se<br />

agreguen en las redes sociales; te evitarás conflictos y no<br />

afectarás tu imagen laboral; además, ninguno se sentirá<br />

invadido en su vida personal.<br />

Valora tu ámbito privado, en el trabajo no tienen por qué<br />

saber todo de ti… ni tú de tu jefe o tus compañeros.


Vuelo VII<br />

Cuenta V<br />

(chikome patlaniliztli, makuili poali )<br />

México,<br />

flor sin raíz<br />

A Pablo Boullosa<br />

¿ Cómo se puede rescatar lo que no se ha perdido? ¿Por qué<br />

tanta nostalgia por el pasado? ¿Será que el romanticismo<br />

—inofensivo, chauvinista, fatuo, pernicioso e inútil— que nos<br />

enseñaron en las escuelas por el “México prehispánico” nos<br />

ha hecho tanto daño que no nos permite mirar lo obvio?<br />

Nos hacen poner en altares la grandeza de la piedra, sin<br />

respetarla, sin respeto a quienes las labraron y siguen sobre<br />

ellas dando cuenta de su superficie. Con los muertos no hay<br />

derechos que asumir, tampoco vergüenza...<br />

Acteal, Aguasblancas, Inés y Valentina, Chiapas, Cherán,<br />

Wirikuta, Atenco, Copala, Ostula, don Trino y varios más son<br />

sólo un recordatorio del pasado tan presente que nos recorre.<br />

de la sangre que nos recorre. Asumir el presente como<br />

continuación del pasado es necesario. La memoria pues.<br />

La separación de pasado y presente es lo que nos han<br />

vendido: alguna vez hubo culturas grandes, nos han dicho.<br />

¿Y los pueblos indígenas que han sobrevivido más de 500<br />

años, pese al acoso de toda índole, no dan cuenta, en su<br />

resistencia y aportes, de su grandeza? María Sabina con su<br />

canto puede construir o derribar una pirámide. Los cantos<br />

también vienen de las piedras, y éstas también se subordinan<br />

ante el pasado.<br />

¿Qué es la flor sino la raíz? La flor, sin ser raíz, da cuenta<br />

de su savia en sus colores y perfume: no hay ruptura entre<br />

flor y raíz, bejuco del tiempo. Pistilos y corolas que algunos<br />

no quieren ver. Ciegos nos han dejado. Ciegos nos hemos<br />

quedado. Ciegos. Pero cierto es que hay quien prefiere y<br />

diviniza a la raíz sin mirar a las flores, no quiere, no puede:<br />

nos han hecho creer que la raíz no da flores, nos rompieron<br />

la historia, y de eso hasta aquí. Ciegos nos han dejado. Ciegos<br />

nos hemos quedado. Ciegos.<br />

La raza cósmica, la raza de bronce, ese invento que ha<br />

borrado nuestro real pasado, dando paso a “nuestro glorioso<br />

pasado prehispánico” no es fin sino principio. Ventana<br />

y límite. de ahí hasta aquí, de ahí hasta hoy. Habrá que<br />

partir de ahí.<br />

Por Mardonio Carballo<br />

las<br />

plumas de<br />

la serpiente<br />

¿Cómo se puede rescatar lo que no se ha perdido?<br />

¿Por qué tanta nostalgia por el pasado? ¿Será<br />

que el romanticismo —inofensivo, chauvinista,<br />

fatuo, pernicioso e inútil— que nos enseñaron<br />

en las escuelas por el “México prehispánico” nos<br />

ha hecho tanto daño que no nos permite mirar<br />

lo obvio?<br />

Acudimos a la piedra sin mirar su sangre. Pulcros,<br />

sin sangre, también nosotros. Acudimos por<br />

no dejar y por dejar. Para no dejar de ser pero dejando<br />

de ser en el camino. La renuncia sin dolor es<br />

lo que nos han vendido. es lo que hemos comprado.<br />

La piedra renunciará un día a su canto silencioso<br />

y nos dirá lo que no queremos ver. Lo que<br />

no pudimos oír. Su espíritu de chispa dará cuenta<br />

de nuestro espíritu grosero. Su canto repetido y<br />

silenciado hasta el hartazgo y hasta la posibilidad<br />

nos dirá un día lo que, desde el interior de la<br />

piedra nos ha querido decir. Invocar a la piedra<br />

sin asumir el peso de su tinta vital y su grito de<br />

estrella terrenal tiene su precio. Un día vendrán<br />

por ella sus antiguos dueños, despreciados…<br />

ya lo vimos un día ellos caminando sobre ella. Lo<br />

veremos más… de seguir así.<br />

Habrá que apresurar el paso. Caminar juntos<br />

nos hace más fuertes. Ignorar un pie es caminar<br />

saltando en un solo pie: invocar a la piedra sin asumir<br />

el peso de su tinta vital y su grito de estrella<br />

terrenal tiene su precio. Un día vendrán por ella<br />

sus antiguos dueños, despreciados. Ya lo vimos<br />

un día. Lo veremos más… de seguir así.<br />

¿Relegar a los pueblos originarios de México<br />

a una condición folclórica y piramidal no es usufructuar<br />

la condición indígena para maldita sea la<br />

cosa? Orgullo y vergüenza en un mismo acto.<br />

Acudimos a la piedra sin respetar a sus dueños.<br />

Nos hacen poner en altares la grandeza de<br />

la piedra, sin respetarla, sin respetar a quienes<br />

las labraron y siguen sobre ellas dando cuenta de<br />

su superficie. Si hemos de ir a la piedra, devolvámosle<br />

a ella su grandeza de canto y madre: Acteal,<br />

Aguasblancas, Inés y Valentina, Chiapas, Cherán,<br />

Wirikuta, Atenco, Copala, Ostula, don Trino y varios<br />

más son sólo un recordatorio del pasado tan<br />

presente que nos recorre. de la sangre que nos<br />

recorre. Asumir el presente como continuación<br />

del pasado es necesario. La memoria pues. La<br />

flor es la punta final de la raíz.<br />

Tlaskamati miak. <br />

| EMEEQUIS | 02 de ABRIL de 2012<br />

73


Son loS mejoreS cantanteS, dice rolling Stone<br />

1. Aretha Franklin<br />

La reina del gospel, la<br />

señorona del soul. La<br />

suya es una voz con<br />

una fuerza que se manifiesta<br />

en interpretaciones<br />

que se volvieron<br />

estandartes del feminismo y la<br />

igualdad. Al escuchar canciones<br />

como Think o el clásico Respect,<br />

interpretadas por Franklin, dan<br />

ganas de alzar el puño y gritar:<br />

We got the power!... Ok, no.<br />

2. Ray Charles<br />

La voz, el estilo, el piano, la<br />

maestría en la improvisación y<br />

una sutil pero muy perceptible<br />

sexualidad en la interacción con<br />

las coristas femeninas que lo<br />

acompañaban. Ya saben: él gime<br />

“Hey!” y ellas responden “Hey”.<br />

Él gruñe: “¡Ho!” y ellas le devuelven<br />

el gesto. ¿Qué le hace falta<br />

a Ray Charles? Nada.<br />

3. Elvis Presley<br />

El niño blanco metido al rythm<br />

and blues negro con resultados<br />

extraordinarios. Su estilo condensa<br />

el espíritu de la década de<br />

los cincuenta, inyecta energía a<br />

todos los géneros que marcaron<br />

esa época: rockabilly, country,<br />

rock and roll. Por su personal<br />

y electrizante forma de cantar<br />

clásicos como Jailhouse Rock<br />

merece ser siempre El Rey.<br />

4. Sam Cooke<br />

Hijo de un reverendo evangélico,<br />

Cooke trasladó el sello del<br />

gospel a sus composiciones,<br />

como en Wonderful World, de<br />

una sencillez pegajosa: No sé<br />

mucho de geografía, de trigonometría<br />

ni de álgebra, pero sé<br />

que uno y uno es dos. Y esos podríamos<br />

ser nosotros. Y hay que<br />

ver sus videos para apreciar que<br />

en el escenario Cooke emanaba<br />

la elegancia de un dandy.<br />

5. John Lennon<br />

¡Qué manera de manifestar estados<br />

de ánimo. Si la canción es<br />

desgarradora, también lo es su<br />

voz. ¿A quién no se le ha erizado<br />

la piel cuando escucha cantar<br />

Mother/you had me, but I never<br />

had you? Una voz que sabe ser<br />

sutil, dulce, calmada. Imagine y<br />

Woman son ejemplos de ello.<br />

(T. Maillard)<br />

sonorama<br />

Por Martín Durán*<br />

*Músico coqueto y loco, bajista de El<br />

Palomazo Informativo y Monocordio;<br />

colaborador de El Weso en W Radio<br />

Denominación de origen<br />

Yo no soy un gran experto en vinos. Lo<br />

único que puedo opinar sobre ellos es que<br />

me parece increíble que siendo algunos<br />

tan parecidos a simple vista, sean tan diferentes<br />

en sus sabores, olores y quizás<br />

hasta efectos. Si nos clavamos un poco, el<br />

vino habla de la región de donde proviene,<br />

su historia y sus orígenes. Al probarlo se<br />

puede percibir el medio que rodeaba a la<br />

uva en su vida pero, insisto, no sé mucho<br />

de vinos. Lo que me gusta es la música y me<br />

atrevo a asegurar que en muchos aspectos<br />

la música y el vino se hermanan, pues<br />

uno puede degustar una buena canción y<br />

saber en qué lugar nació y se cultivó; o de<br />

dónde vienen las mezclas culturales que<br />

llevaron a éste u otro sonido.<br />

Con la música nos podemos embriagar,<br />

ponernos festivos, amorosos e incluso<br />

obtener un dolor de cabeza. Siempre encontraremos<br />

en ella al misterio, esa parte<br />

de la ecuación que lanza toda teoría por<br />

la borda, el gen incógnito y aleatorio que<br />

pesa sobre el fractal del universo, la magia<br />

de crear algo nuevo que pueda jugar con<br />

nuestras soberbias predicciones.<br />

Un ejemplo: si les dijeran que van a escuchar<br />

a un grupo sudafricano, de reciente<br />

creación, con un gran cantante y letras de<br />

contenido político, ¿qué esperarían recibir<br />

en sus oídos? ¿Percusiones resonantes e<br />

interminables guitarras arpegiadas, acompañadas<br />

de músicos vestidos de colores<br />

verde, amarillo y rojo? Podría ser acertada<br />

esta percepción, pero nada es lo que parece<br />

y esto se confirma con el sudafricano<br />

Spoek Mathambo.<br />

Este artista, especie de rapero y diseñador<br />

gráfico, se autoincluye en el llamado<br />

afrofuturismo, una especie de…<br />

de sonidos electrónicos… ritmos pares y<br />

nones… bajos sin pies ni cabeza… voces<br />

de ultramacumba… o algo así. Es difícil<br />

definir una corriente que —me parece—los<br />

nuevos representantes del arte africano<br />

se empeñan en dejar ir.<br />

Las raíces africanas son innegables,<br />

penetran en la átmosfera y se suman a<br />

este extraño elíxir de tintes hipnóticos<br />

que podrían llevar a más de un perdido<br />

al malviaje sin retorno. Peligrosos ritmos<br />

antiguos en perfecto sincretismo con la<br />

tecnología, jóvenes con sangre hirviendo<br />

y lo mejor de todo, con algo qué decir,<br />

algo qué gritar.<br />

Así es que si ustedes son de esos paladares<br />

que soportan lo exótico y poco<br />

conocido de un arriesgado platillo musical,<br />

no duden en buscar más de este extraño<br />

vino de penetrante textura y sabores conocidos<br />

mezclados con uvas de otras latitudes.<br />

Vino que canta y baila, vino que sólo<br />

existe si es bebido y celebrado… Perdón:<br />

¿dije vino? Quise decir música.<br />

http://www.spoekmathambo.<br />

com/


* Músico, cineasta y<br />

escritor. Fundador<br />

de Botellita de Jerez<br />

y conductor de Radio<br />

Cinema Paradiso en<br />

Código DF, estación<br />

de radio por internet<br />

Este salón de clases es una batalla, y aunque<br />

no hay vencedores, la guerra de esta<br />

escuela está perdida, eso lo sabemos todos,<br />

lo reconocemos ellos y nosotros:<br />

los alumnos, los maestros. La derrota es<br />

nuestra, es una certidumbre por supuesto<br />

más real, más contundente que los gritos<br />

(murmullos) que aullamos (balbuceamos)<br />

los pobres profesores que estamos aquí<br />

para tratar de salvar a los heridos de esta<br />

lucha ciega y sorda, los enseñantes que<br />

creemos estar aquí para conducir a nuestros<br />

destrozados pelotones no a ganar<br />

sino a cruzar el campo minado de la vida,<br />

a aprobar el laboratorio del porvenir que<br />

significa este colegio amenazado.<br />

¿Lo creemos? ¿Será que, a pesar de<br />

las bajas, el miedo y la desorientación en<br />

los bajos fondos que palpitan lejanos bajo<br />

nuestras capas de Indiferencia, creemos<br />

que nuestra experiencia podrá salvar a<br />

estos chicos del mundo, de sí mismos, salvarlos<br />

de sus padres, de nosotros? Tras las<br />

marejadas de desesperación y fracasos,<br />

no nos queda más que volvernos cirujanos<br />

fríos, enfermeros desalmados que tratan<br />

a sus pacientes con guantes de látex y<br />

palabras de aliento repetitivas, con esa<br />

distancia que los mantiene a salvo de involucrarlos<br />

con sus criaturas, porque eso<br />

Por Armando Vega-Gil*<br />

@ArmandoVegaGil permanencia<br />

involuntaria<br />

IndIferencIa<br />

EU, 2011<br />

Dir. Tony Kaye<br />

Con Adrien Brody<br />

y Marcia Gay Harden<br />

Indiferencia<br />

significaría enfermarse, sufrir con ellos;<br />

y los maestros debiéramos tener esa distancia<br />

para poder tomar decisiones correctas,<br />

para guiar a los desplazados por<br />

la oscuridad... sin volvernos oscuridad.<br />

Pero una proeza así es imposible: los<br />

maestros no somos héroes, no somos mártires,<br />

y viene entonces la Indiferencia para<br />

salvarnos, porque nosotros también estamos<br />

enfermos, también vamos por la<br />

vida derrotados, y quizás en nuestra casa<br />

una niña de la calle nos espera con una<br />

cena fría, tal vez en el asilo de ancianos<br />

nuestro abuelo agoniza en los delirios de<br />

la demencia senil, y en nuestra cabeza el<br />

recuerdo de la propia madre, yaciendo<br />

desnuda con un frasco de barbitúricos en<br />

la mano y un vómito tóxico en la comisura<br />

de la boca, nos persigue y nos da alcance.<br />

Estas pesadillas cotidianas nos definen y<br />

no tenemos más remedio que llevarlas a<br />

la escuela y nuestros alumnos lo reconocen,<br />

porque se ven a sí mismos en nuestro<br />

cuerpo hecho de espejos.<br />

Los maestros no somos héroes ni mártires,<br />

no, pero sí somos héroes y mártires,<br />

y los alumnos viven en pie de guerra, buscándose,<br />

jamás encontrándose. Y en esta<br />

guerra perdida, hay soldados que gritan<br />

e insultan y sobreviven por el despliegue<br />

de sus flacas fuerzas, fuerzas al fin y al<br />

cabo brutales y peligrosas en su alcance<br />

inofensivo, ofensivo y de vez en vez mortal;<br />

hay víctimas que, antes de l suicidio,<br />

se atrincheran tras el pupitre y lloran en<br />

el tiroteo de la impotencia y miran hacia<br />

el futuro, pero no atisban dicho provenir<br />

en medio de la escandalera porque, como<br />

Benedetti decía, la infancia puede ser un<br />

paraíso milagroso o un infierno de mierda;<br />

y hay desplazados que no tienen a dónde<br />

ir, y que nos buscan, y que anhelan el refugio<br />

de nuestros brazos... pero, ¿cómo?,<br />

si nosotros también estamos huyendo,<br />

rotos, huérfanos.<br />

Bueno, ya estamos aquí, y aquí debemos<br />

ser, nosotros los pobres profesores<br />

que a pesar de comprobarnos tan lejanos,<br />

de sentirnos abrumados por la Indiferencia,<br />

estamos —decía Camus— más presentes<br />

que nunca en el mundo. Y en el mundo<br />

siempre hay un atisbo de belleza para ellos<br />

y para nosotros. <br />

Tournée: arriba el telón<br />

Dirigida y protagonizada<br />

por Mathieu Amalric,<br />

Tournée narra la historia<br />

de un productor<br />

de televisión francés<br />

que un día abandona<br />

todo y viaja a Estados<br />

Unidos. Ahí conocerá<br />

a un grupo de mujeres con quienes<br />

montará un espectáculo de<br />

striptease y cabaret con el humor<br />

y la creatividad como principales<br />

características. Aclamada en Ca-<br />

nnes, divertida, sexy y con una banda<br />

sonora de ¡10!<br />

El prodigio<br />

Corren los años sesenta<br />

en China cuando Li<br />

Cunxin es rescatado de<br />

la pobreza por los delegados<br />

culturales de Mao<br />

Tse Tung y enviado a estudiar<br />

ballet a Pekín. Con<br />

el tiempo, Li se convierte<br />

en uno de los mejores bailarines de<br />

su país, el más grande del planeta.<br />

Sin embargo, será acusado de traición<br />

a la patria cuando se enamore<br />

de una mujer estadunidense y se<br />

confronte a todo el sistema comunista<br />

chino. Una nueva versión de<br />

Elliot, pero con tintes ideológicos.<br />

Y ustedes que creían que la Guerra<br />

Fría había terminado...<br />

Días de gracia<br />

Tres copas mundiales de futbol y<br />

una ola de secuestros alrededor de<br />

la Ciudad de México. La ópera prima<br />

de Everardo Gout resultó la más<br />

galardonada de la Feria Internacional<br />

de Cine de Guadalajara. Se trata<br />

de un thriller en donde el amor por<br />

el deporte se entrelaza con la violencia<br />

cada vez más cruda e insertada<br />

en la cotidianidad, junto con<br />

la corrupción que azota a nuestro<br />

país en todos los niveles.<br />

(Carlos Acuña)<br />

Pelis de Primavera


ociología<br />

del 02 al 17 de abril<br />

Por Carlos Acuña | ociologia@m-x.com.mx<br />

Les Luthiers<br />

regresa a México<br />

El humor de Les Luthiers es ya leyenda. Escuela. Una marca. Esta vez,<br />

el clan cómico más fino de Argentina regresa a México con el espectáculo<br />

Lutherapia, un show que aborda el tema de la terapia psicoanalítica y<br />

que, siguiendo la tradición del singular grupo, rebosa de experimentaciones<br />

sonoras y juegos de lenguaje. Vale la pena ver en vivo a estos veteranos<br />

de la comedia. Así que no esperes, ¡lánzate ya por tus boletos porque<br />

se acaban! 20, 21 y 22 de abril. De $400 a $1000. Auditorio Nacional.<br />

Paseo de la Reforma 50, Chapultepec Polanco, DF.


TEATRO<br />

La Palmera<br />

Cuentos y mentiras para todos<br />

Un obra para niños y adolescentes que mezcla el teatro<br />

con música y pintura realizadas en vivo en el escenario,<br />

y a cuya constante metamorfosis contribuyen también<br />

talentosos multinstrumentistas. Increíble proeza de velocidad,<br />

sincronía y precisión. $100. Hasta el 22 de abril.<br />

Domingos, 13 horas. Foro La Gruta, Centro Cultural<br />

Helénico. Av. Revolución 1500, Guadalupe Inn, DF.<br />

Comedia infernal<br />

El productor y director estadunidense John Malkovich<br />

viene a México, ahora en su faceta de actor, para presentar<br />

esta obra con tintes operísticos. Al lado de las<br />

sopranos Sophie Klubmann y Marie Annet, así como de<br />

una orquesta de cuerdas que interpreta música barroca,<br />

Malkovich da vida a un poeta asesino que decide dejar<br />

su confesión por escrito. Jueves, 20 horas. Viernes,<br />

20 horas. Sábado, 19 horas. Domingo, 18 horas. Sólo<br />

del 12 al 15 de abril. De $500 a $1800. Teatro de la<br />

Ciudad Esperanza Iris. Donceles 36, Centro Histórico<br />

de la Ciudad de México.<br />

MÚSICA<br />

MGMT<br />

El quinteto de Brooklyn regresa a México para<br />

ofrecer dos noches de luces y sintetizadores.<br />

Un poco de electro-pop psicodélico para fresear<br />

y rockear al mismo tiempo.<br />

Miércoles 11 de abril.<br />

Zona preferente $750. Pista $480.<br />

Palacio de los Deportes. Av. Río Churubusco<br />

y Añil s/n, Granjas México, DF.<br />

Jueves 12 de abril.<br />

Desde $400.<br />

Campo de Béisbol Pirámides de Cholula,<br />

Puebla.<br />

La Santanera cumpleañera<br />

La Única e Internacional Sonora Santanera<br />

festejará su 57 años de carrera con un concierto<br />

digno de la ocasión. Perfuuume de gardeeenias,<br />

tiene tu boooca... ¡A bailar!<br />

Miércoles 18 de abril, 21 horas.<br />

Desde $250.<br />

Teatro Metropólitan<br />

Independencia 90, Centro Histórico de la Ciudad<br />

de México.<br />

Tianguis musical<br />

El Museo Diego Rivera Anahuacalli organiza<br />

este tianguis en el que podrás encontrar a<br />

la venta instrumentos musicales, cds de sellos<br />

independientes, libros y publicaciones sobre<br />

música de todo el mundo. Estará amenizado<br />

con bandas en vivo de jazz, funk, reggae y<br />

blues. Sábados, de 11 a 17 horas. Entrada libre.<br />

Museo 150, San Pablo Tepetlapa, Coyoacán, DF.


ExpOSICIOnES<br />

El lente de Mariana Yampolski<br />

Con motivo del décimo aniversario luctuoso de la legendaria fotógrafa<br />

y coleccionista, se presenta Mirada que cautiva la mirada, extensa<br />

retrospectiva de la obra de esta estadunidense que se enamoró de México<br />

de tanto recorrerlo, retratarlo y vivir sus tradiciones, hasta el punto de<br />

convertirse ella misma en parte de sus paisajes. $40 estudiantes. Entrada<br />

libre maestros, personas con discapacidad, mayores de 60 años, indígenas<br />

y artesanos. Hasta el 27 de mayo. Museo de Arte Popular. Revillagigedo<br />

11 esquina Independencia, Centro Histórico de la Ciudad de México.<br />

Formando el cuerpo de una nación<br />

Exploración visual sobre el significado del deporte en los años posteriores<br />

a la Revolución. Con obra de muralistas y artistas pictóricos de la época,<br />

esta muestra intenta desentrañar los símbolos con que se intentó fomentar<br />

la actividad física como parte de la identidad mexicana. $12. Hasta el 10<br />

de junio. Museo Estudio Diego Rivera. Diego Rivera esquina Altavista,<br />

San Ángel Inn, DF.<br />

Hiperrealismo mexicano con sabor a NY<br />

Difícil creer que no son fotografías. Las pinturas de Víctor Rodríguez tienen<br />

vida propia. Después de 10 años de su última expo en el DF, Rodríguez<br />

regresa con Normandía, una selección del trabajo producido en 2011<br />

durante su estancia en Nueva York. Lienzos de más de dos<br />

metros de altura que ocupan muros enteros de las galerías<br />

y a los que sólo les falta moverse. Hasta el 1 de junio. Central<br />

Art Proyects. General León 48, San Miguel Chapultepec,<br />

DF.<br />

Casi nada<br />

Con la ambientación sonora de Manuel Rocha Iturbide se<br />

inaugura el Espacio de Experimentación Sonora (EES)<br />

del MUAC. Paisajes construidos con sonidos de una nitidez<br />

tan diáfana que engaña a los oídos. El artista pretende<br />

aprovechar las condiciones estructurales y acústicas del<br />

EES que permiten la espacialización de sonidos en tres dimensiones.<br />

Hasta el 22 de junio. Museo Universitario de<br />

Arte Contemporáneo, Centro Cultural Universitario.<br />

Insurgentes Sur 3000, DF.<br />

Forma incompleta<br />

Bajo la idea de que todos estamos incompletos, Kenta<br />

Torii, artista gráfico mexicano japonés, desarrolló esta<br />

nueva serie de 20 piezas con la pretensión de dar forma a<br />

las emociones que surgen ante la nostalgia o la ambición<br />

de la totalidad. Hasta el 31 de mayo. Film Club Café. Blvd.<br />

Manuel Ávila Camacho 1695 sótano, fraccionamiento<br />

La Florida, Naucalpan, Estado de México.<br />

CIRCO<br />

Circo hecho a mano<br />

Intercalando el teatro y la danza con diferentes técnicas<br />

circenses, como el malabarismo o la acrobacia,<br />

Dfectuoso Producciones nos presenta su nuevo<br />

espectáculo La fábrica: Circo hecho a mano. Un<br />

digno intento para darle al circo su valor artístico más<br />

allá del mero espectáculo y sin maltrato animal de por<br />

medio. Sábados y domingos, 12:30 horas. Hasta el 10<br />

de junio. Centro Cultural del Bosque. Paseo de la<br />

Reforma y Campo Marte, Chapultepec Polanco, DF.


| EMEEQUIS | 02 de abril de 2012<br />

80<br />

sumario<br />

Por la pandilla de cuatreros<br />

Los del lío de Lía Limón<br />

Maléfica Amy Winehouse Pájaro dodo Lía Limón<br />

Eric del Castillo AMLO Leslie Nielsen<br />

Demetrio<br />

Sodi<br />

Miguel Galván Carnitas Charly<br />

Valentino<br />

Obdulio Dávila<br />

Nelson Billy Corgan Pug Mariana Gómez<br />

del Campo<br />

Kingpin Botija Tony Soprano Miguel Errasti<br />

Mamá Lucha Lois Griffin Wallace Isabel Miranda<br />

de Wallace

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