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15 / 04 / 12<br />
Campañas 2.1: El PRI entrena a su ejército virtual<br />
Rodrigo Flores-Roux, el perfumista mexicano en NY<br />
www.eme-equis.com.mx | 02.abr.12<br />
¡<strong>Préndeles</strong> <strong>fuego</strong>,<br />
pinches secuestradores!<br />
Cómo quemaron vivos a tres inocentes en San Mateo Huitzilzingo
| eMeeQuis | 02 de ABRIL de 2012<br />
02<br />
Premio de<br />
Periodismo Rey<br />
de España 2011<br />
Premio Nacional<br />
de Periodismo<br />
Rostros de la<br />
Discriminación<br />
2011<br />
Premio Nacional<br />
de Periodismo y<br />
Literatura 2011<br />
Premio Nacional<br />
de Periodismo<br />
2010<br />
Premio Nacional<br />
de Periodismo<br />
2009<br />
Premio Nacional<br />
de Periodismo<br />
Rostros de la<br />
Discriminación<br />
2009<br />
Premio Nacional<br />
de Periodismo<br />
2008<br />
Premio Every<br />
Human Has<br />
Rights 2008<br />
Primer Premio<br />
Iberoamericano<br />
de Periodismo<br />
Joven 2008<br />
Premio Nacional<br />
de Periodismo<br />
Rostros de la<br />
Discriminación<br />
2008<br />
Premio Nacional<br />
de Periodismo<br />
Cultural Fernando<br />
Benítez 2007<br />
Premio Nacional<br />
de Periodismo<br />
2007<br />
Premio Nacional<br />
de Reportaje sobre<br />
Biodiversidad<br />
2007<br />
Premio<br />
Latinoamericano<br />
de Periodismo<br />
Biodiversidad 2007<br />
Premio<br />
Latinoamericano<br />
de Periodismo<br />
PNUD-IPS 2007<br />
Premio Nacional<br />
de Periodismo<br />
2006<br />
Premio Nacional<br />
de Reportaje sobre<br />
Biodiversidad<br />
2007<br />
Del 02 al 15 de abril de 2012<br />
índice<br />
Director general Ignacio Rodríguez Reyna<br />
Subdirectora de edición<br />
y editora de en línea Viétnika Batres<br />
Subdirector de planeación editorial Jacinto Rodríguez<br />
Munguía<br />
Editora de entrada x salida Tatiana Maillard<br />
Reporteros Carlos Acuña, Mónica Cruz, Zorayda Gallegos,<br />
Vanessa Job, Diego Mendiburu, Humberto Padgett, Patricia Vega<br />
Fotografía Eduardo Loza, coordinador; Christian Palma<br />
Diseño y arte digital Marcos González, coordinador;<br />
Daniela Rodríguez Soriano<br />
Corrección Guadalupe Ramírez Reséndiz<br />
Colaboradores Sergio Aguayo Quezada, Mardonio Carballo,<br />
Jaime Cárdenas, Daniel Cazés, Dulce Colín, Salvador del Toro<br />
Chavo, Martín Durán, Frik, Luis Fernando, Marisol Gasé, Enrique<br />
Hernández Alcázar, Juan Luis Hernández, Eduardo R. Huchim,<br />
Eduardo Limón, Eduardo Lliteras Sentíes, Manuel López San<br />
Martín, Claudia Macedo, Ana Francis Mor, Manuel Mora, Humberto<br />
Musacchio, José Quintero, Juan Francisco Reyes del Campillo,<br />
Fernando Rivera Calderón, Aníbal Santiago, Ignacio Solares,<br />
Raúl Trejo Delarbre, Francisco Turón, Ana Vásquez Colmenares,<br />
Armando Vega-Gil, Heriberto Yépez, Rodolfo Zárate<br />
En el extranjero Fabio Castillo, Leila Guerriero, Juan Pablo<br />
Meneses, Daniel Riera<br />
Publicidad Ricardo Hernández. Tel: 2455 9862 y 72<br />
correo: r_hbecerril@hotmail.com y publicidad@m-x.com.mx<br />
Suscripciones Justo Rodríguez Munguía y José Antonio López<br />
Tel: 2455 9862 y 68<br />
suscripciones@m-x.com.mx<br />
Consejo editorial Gilberto Aceves Navarro, Nicolás Alvarado,<br />
Roger Bartra, Pascal Beltrán del Río, Marcela Briz Garizurieta, Jaime<br />
Cárdenas, Daniel Cazés, Julieta Fierro, Mauricio Flores, Edgardo<br />
Ganado Kim, Rafael Giménez, Ciro Gómez Leyva, Miguel Ángel<br />
Granados Chapa †, Juan N. Guerra, Eduardo Huchim, José Agustín,<br />
Eugenia León, Ana Magaloni, Jesús Mena, Élmer Mendoza, María<br />
de la Luz Mijangos, Humberto Musacchio, El Nieto de El Santo,<br />
Verónica Ortiz, Guillermo Osorno, Octavio Paredes, Víctor Hugo<br />
Rascón Banda †, Juan Francisco Reyes del Campillo, Rius, Juan<br />
Soriano† y Rafael Vergara.<br />
Auxiliares de redacción Rodrigo Yépez Padilla, Sandra Carrasco<br />
Patiño<br />
Diseño página web Desarrolladores Digitales<br />
es una publicación catorcenal de Medios y Proyectos<br />
Ciudadanos, SA de CV. Baja California 165, Primer Piso, colonia<br />
Roma Sur, CP. 06760. Teléfono 2455 9862. Fax: 5264 8539. Editor<br />
responsable: Ignacio Rodríguez Reyna. Número de certificado de<br />
reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor:<br />
04-2005-102619271000-102. Número de certificado de Licitud<br />
de Título: 13388. Número de certificado de Licitud de Contenido:<br />
10961. Distribuida por la Unión de Voceadores y Expendedores de<br />
Periódicos y Revistas. Locales cerrados: Intermex. Impresión en los<br />
talleres de Servicios Profesionales de Impresión SA. de CV. ISSN: en<br />
trámite. Tiraje: 50,000 ejemplares. Todos los derechos reservados.<br />
Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de<br />
emeequis, sin autorización expresa de los editores. El contenido de<br />
columnas y artículos de opinión es responsabilidad de sus autores.<br />
buzón 4<br />
suave patria<br />
A temblar, clientes 6<br />
purgatorio<br />
¡Quiero ser presidente! 7<br />
en eL aJo<br />
Más intelectuales<br />
apoyan a Josefina 8<br />
MostraDor<br />
Las peras, el olmo<br />
Por Raúl Trejo Delarbre 9<br />
El plan perfecto<br />
Por Sandra Rodríguez Nieto 30<br />
cáscara De La historia<br />
Los candidatos cartujos<br />
Por Eduardo R. Huchim 42<br />
56<br />
10<br />
Campañas 2.1:<br />
El PRI entrena a<br />
su ejército virtual<br />
Por Vanessa Job<br />
Rodrigo Flores-Roux:<br />
La nariz privilegiada de<br />
un perfumista mexicano<br />
Por Patricia Vega
¡<strong>Préndeles</strong> <strong>fuego</strong>,<br />
pinches secuestradores!<br />
Por Humberto Padgett<br />
Las cuotas de género<br />
Por Juan F. Reyes del Campillo 43<br />
Inelegibilidades<br />
y chapulines<br />
Por Jaime Cárdenas 44<br />
Y la Iglesia católica<br />
mostró su músculo<br />
político<br />
Por Juan Luis Hernández 45<br />
El hombre<br />
que le robó las<br />
palabras al Gabo<br />
y a Vargas Llosa<br />
Por Eliezer Budasoff 46<br />
64<br />
18<br />
IlustracIón: Manjarrez<br />
ManuaL De La buena<br />
Lesbiana<br />
Cómo pasa la veda<br />
electoral una buena<br />
lesbiana<br />
Por Ana Francis Mor 68<br />
La 69<br />
Se resisten<br />
Por Viétnika Batres 69<br />
eso Que yo sé<br />
Jorge Volpi:<br />
”No creo en nada,<br />
dudo de todo”<br />
Por Carlos Acuña 70<br />
etiQueta y Más<br />
Cómo contribuir<br />
a un ambiente<br />
laboral sano<br />
Por Ana Vásquez Colmenares 72<br />
Las pLuMas<br />
De La serpiente<br />
México, flor sin raíz<br />
Por Mardonio Carballo 73<br />
sonoraMa<br />
Denominación<br />
de origen<br />
Por Martín Durán 74<br />
perManencia<br />
invoLuntaria<br />
Indiferencia<br />
Por Armando Vega-Gil 75<br />
ocioLogía 76<br />
Muerte QueriDa 79<br />
suMario<br />
Los del lío<br />
de Lía Limón 80<br />
Sonidos urbanos<br />
Molotov: Here they<br />
kum... otra vez<br />
Por Tatiana Maillard
Sobre andar en bici, caminar<br />
e ignorar estereotipos<br />
Leí la entrega “Cómo se va de rodada una buena lesbiana” de<br />
la columna El manual de la buena lesbiana (emeequis 276)<br />
y creo que simplemente recorrer esta hermosa ciudad sin la<br />
premura de llegar del punto A al punto B ya es un placer.<br />
Yo no voy en bici porque mi hijo está en esa edad en que<br />
no cabe en una silla y no sabe todavía andar en bici y lo que<br />
hacemos es caminar (este sábado, por ejemplo, del Metro<br />
Chilpancingo al Auditorio), y se siente exactamente lo mismo<br />
que describe Ana Francis Mor con la bici: libertad, poder de<br />
observación, control de la situación.<br />
Pero a diferencia de lo que dice la autora, no es el estereotipo<br />
el que se quiere romper, es la solidaridad la que se debe fomentar,<br />
con equidad. Si se cae un tipo de la bici yo sí le ayudo<br />
a levantarse y no porque sea mujer y él hombre. A mí sí me ha<br />
tocado cederle el asiento a los señores que llevan a sus bebés<br />
a la guardería en las mañanas y no me da pena :) o me siento<br />
muy macha por hacerlo o los voy cuidando, es por seguridad<br />
de todos y por solidaridad. Saludos.<br />
Natalia Olvera<br />
natalia_olvera67@hotmail.com<br />
Ex policía desempleado<br />
por honesto pide la ayuda<br />
de Roberto Hernández<br />
Hola, soy una persona que hasta hace un año estaba trabajando<br />
como policía municipal en Capulhuac, Estado de México.<br />
Siendo el quinto al mando, me di cuenta de que los mandos<br />
superiores estaban realizando actividades ilícitas y estaban<br />
extorsionando a los elementos, entre otras cosas. Ellos, mis<br />
jefes, al darse cuenta de que yo sabía a lo que se estaban dedicando,<br />
trataron de involucrarme. Al negarme yo, me empezaron<br />
a amenazar, me destituyeron de mi puesto, me mandaron<br />
de vacaciones y me pusieron que había faltado.<br />
Yo argumenté que había sido un error que me dieran de<br />
baja, pero no sólo fue eso sino que con todo el dolo me boletinaron<br />
en el Registro Nacional de Servidores Públicos, afectando<br />
mi reputación, y a un año de esto no he podido entrar a<br />
trabajar en ningún lado.<br />
Al subdirector de Seguridad Pública, uno de los mandos<br />
que me fastidiaron, lo detuvieron el año pasado por el delito<br />
de secuestro. Otro, el director, entregó el cargo y se fugó. Este<br />
año detuvieron al actual director, pero pagó 250 mil y lo dejaron<br />
libre, con ayuda del presidente municipal. Y al técnico<br />
operativo, como no pagó nada lo dejaron recluso.<br />
El caso es que por no querer pertenecer a un grupo de policías<br />
deshonestos estoy sin trabajo y sin poder darle a mi familia<br />
lo que necesita. El contralor interno no quiso ayudarme<br />
cuando le solicité documentos para probar que había sido injustamente<br />
despedido y ya no estar boletinado.<br />
¿Qué puedo hacer, abogado? Espero me pueda sugerir<br />
algo, estoy desesperado.<br />
Ernesto Guzmán Reyes<br />
titoyburbuja@live.com.mx<br />
Escribe a buzon@m-x.com.mx<br />
En Twitter<br />
buzón<br />
@ghdagnino: Felicidades a Dalia Martínez<br />
y Humberto Padgett por su Premio<br />
Internacional de Periodismo Rey<br />
de España por publicación en @emeequis<br />
@LiriMiri: Felicidades a @emeequis a HUmberto<br />
PAdgett y Dalia Martínez por el premio Rey de<br />
España por la república Marihuanera... Arrasan<br />
con todo!!!!<br />
@TallerArteluz: Muchas felicidades @emeequis y a<br />
su director Ignacio Rodríguez Reyna por el Premio<br />
de Periodismo Rey de España que recibe hoy.<br />
HugoJuarez: @emeequis ¡felicidades! el mejor periodismo<br />
de investigación en México (a veces creo<br />
que el único).<br />
@FelitaCif: @emeequis felicidades se merecen este<br />
premio y mas su revista siempre me ha gustado<br />
sigan por ese camino hoy mas que nunca<br />
@NeTBOXPRO: @emeequis Compartimos su alegría<br />
y éxito, cuando nos dejan festejarlos?? Saludos<br />
de sus amigos de netbox.pro<br />
@emeequis: Si tener feminidad significa usar tacones,<br />
¿las que no los usamos no tenemos feminidad?<br />
Por @anafrancismor http://t.co/POQTZVvv<br />
@JarrinCecilia: @emeequis ya no uso tacones, pero<br />
soy muy femenina!!<br />
@emeequis: Rompe Benedicto XVI el protocolo y<br />
saluda a fieles en León http://t.co/tZYcbxBG 7<br />
@chomchom97: es lo minimo que puede hacer no??<br />
Ahora resulta que esta pegado al protocolo?? No<br />
mams!!<br />
@emeequis: Bernardo Barranco: la visita papal es<br />
política. No hay neutralidad en su discurso, politiza<br />
los valores morales http://t.co/mPO7NSf3<br />
@bdasociados: IGUAL QUE AMLO, NO?<br />
@emeequis: La madre de Juan Camilo Mouriño es<br />
registrada como suplente de un candidato a senador<br />
por el PAN http://t.co/gP70Hw3Z<br />
@QK_Meza: ay dios! Leo las listas de los partidos,<br />
veo a l@s candidat@s y pienso ¿Qué hemos hecho<br />
para merecer esto?<br />
| EMEEQUIS | 02de ABRIL de 2012<br />
05
suave patria<br />
Tras el éxito obtenido en las redes sociales, la cadena ha<br />
anunciado una nueva campaña, en la que otra vez mostrará<br />
sensibilidad y buen gusto al momento de utilizar eventos<br />
coyunturales para su promoción.<br />
Vean:<br />
A temblar, clientes<br />
Después del sismo de 7.4 grados que afectó diversos estados del país,<br />
la cadena de supermercados Walmart publicó en su cuenta de Twitter:<br />
“Ahora sí pusimos a temblar a las otras<br />
tiendas con nuestros precios”<br />
¡Nuestros precios bajos te<br />
harán perder la cabeza!<br />
Libérate… de la depresión.<br />
¡Prozac al 50%! Hasta mayo 30<br />
¿Eres coqueto? ¡Aprovecha<br />
nuestras rebajas en cosméticos!<br />
Rafagueamos los altos<br />
precios de nuestros rivales
Sí… bueno… los que hacemos esta sección<br />
desearíamos ser astronautas.<br />
Pero la vida es cruel, Juanito. Cruel.<br />
Justo cuando ya te habías<br />
olvidado de que existía…<br />
¡ESTÁ DE REGRESO!<br />
Rafael Acosta Juanito en<br />
purgatorio<br />
¡Quiero ser Presidente!
La gran poetisa hindú<br />
Rabina Gran Tagore<br />
El inconfundible<br />
José Luis Borgues<br />
Más intelectuales<br />
apoyan a Josefina<br />
Ante las burlas desatadas por la atribución errada del “Premio<br />
Nobel de la Paz” por parte del equipo de Josefina Vázquez<br />
Mota al peruano Mario Vargas Llosa, escritores<br />
allegados al PAN manifestaron su respaldo a la<br />
candidata, aconsejándole hacer caso omiso de la<br />
sorna en su contra. He aquí quienes le apoyan.<br />
A mí Fox también<br />
me dio un Nobel,<br />
¡qué amable!<br />
El poeta Ricardo Arjona<br />
La colombiana<br />
Isabel Restrepo<br />
Lástima que ninguno de ellos existe… salvo Arjona, que pa'l caso es lo mismo.
Sería injusto, pero además iluso, esperar campañas atractivas<br />
con un elenco tan escaso.<br />
Una mujer formada en la ignorancia práctica de los<br />
libros de autoayuda, con un desempeño anodino cuando<br />
fue secretaria de Estado y legisladora, con tan escasa<br />
destreza política que no manifiesta sonrisa, ni frase, ni<br />
ofrecimiento que parezcan auténticos.<br />
Un personaje estancado en el fundamentalismo acerca<br />
de sí mismo, que después de arruinar parte de su propio<br />
capital político quiere parecer distinto; con un discurso<br />
tan demagógico como el anterior pero que no se aparta<br />
un ápice del caudillismo (valga la redundancia) autoritario<br />
que algunos despistados siguen considerando de<br />
izquierda.<br />
Un candidato sin relevantes méritos propios pero<br />
arropado en el oropel mediático que, sin embargo, no<br />
disfraza las formas (y el fondo) de la vieja política priista;<br />
su oferta de eficacia se contradice con una gestión harto<br />
controvertible en el Estado de México: tráfico de influencias,<br />
inseguridad creciente, justicia estancada, atonía en<br />
la vida parlamentaria, desdén por los ciudadanos.<br />
Josefina Vázquez Mota padece el dilema de todos los<br />
candidatos de un partido en el gobierno. No puede deslindarse<br />
de la jactancia y los deslices del presidente Calderón,<br />
pero tampoco puede avalarlos. Sin embargo, sus<br />
problemas cardinales los sobrelleva ella misma. Carente<br />
de proyecto político digno de ese nombre, se desenvuelve<br />
al vaivén de la coyuntura. Quisiera estar a la caza de<br />
pifias de su contendiente priista para enfrentarlo en los<br />
medios pero la tienen entretenida sus propios errores.<br />
Y no son pocos, porque padece una curiosa propensión<br />
a decir antes de pensar. La debilidad en el discurso la<br />
atempera mimetizándose con sus audiencias. A fuerza<br />
de asumir perfiles de otros, carece del suyo propio.<br />
Andrés Manuel López Obrador es demostración palmaria<br />
de aquella máxima acerca de la tragedia y la comedia.<br />
El mismo que, derrotado ya, alegó un fraude<br />
que jamás pudo demostrar y amenazó incendiar al país,<br />
ahora prodiga melaza y mimos. No se trata de un discurso<br />
nuevo sino únicamente de otras formas de retórica<br />
autocomplaciente: el bueno, el infalible, el preclaro, el<br />
iluminado soy yo. Personaje y discurso reeditan modos<br />
del siglo XIX sin que nadie le haga el servicio de<br />
avisarle que ya estamos en el XXI. También es atávico<br />
el paternalismo con el que trata lo mismo a feligreses<br />
en los mítines que a secuaces de las tribus en las que<br />
se fragmenta el PRD.<br />
Enrique Peña Nieto tiene la ventaja de una mayoría<br />
irrefutable, cultivada lo mismo en las ganas de ilusionarse<br />
aunque sea en la comodinería del malo por conocido, que<br />
en el desencanto de la sociedad fastidiada con las torpe-<br />
Por Raúl Trejo Delarbre<br />
Las peras, el olmo<br />
Una mujer con<br />
formación de<br />
libros de auto-<br />
ayuda y labor<br />
anodina en<br />
puestos públicos.<br />
Un personaje<br />
que tras<br />
arruinar parte<br />
de su capital<br />
político quiere<br />
parecer distinto.<br />
Un candidato sin<br />
relevantes méritos<br />
propios pero<br />
arropado en el<br />
oropel mediático.<br />
No, no hay<br />
mucho que<br />
esperar...<br />
mostrador<br />
zas de los gobiernos panistas. Pero lo que<br />
ofrece por sí mismo es exiguo. No tiene experiencia<br />
probada para tomar decisiones<br />
importantes. No ha podido acreditar habilidad<br />
para la negociación, que siempre es<br />
cardinal en el quehacer político, por mucha<br />
maña que puedan tener en esos menesteres<br />
algunos de quienes le rodean. No<br />
está equipado con ideas propias aunque<br />
resulte exagerado considerar que no es<br />
más que polichinela de Televisa.<br />
Las campañas serán de auto defensa.<br />
En los tres meses que tienen por delante,<br />
los candidatos querrán socavar estereotipos<br />
que sus propias acciones han contribuido<br />
a erigir. La candidata de Acción<br />
Nacional buscará mostrarse como una<br />
política juiciosa, pero a cada paso le gana<br />
la frivolidad. En la conversación telefónica<br />
con uno de sus asistentes, lo más relevante<br />
no fue la acusación de espionaje contra<br />
el secretario de Seguridad Pública sino la<br />
proclividad de Vázquez Mota a burlarse<br />
como si fuera adolescente.<br />
El candidato del PRD intentará convencer<br />
de que no es políticamente viejo aunque<br />
ni su comportamiento, ni su discurso,<br />
ni la mayoría de sus adherentes lo sean.<br />
Querrá sacudirse la etiqueta de peligroso<br />
y radical; en ese empeño comprometerá<br />
algunas de sus propuestas. Pero no hay<br />
que ser clarividente para suponer que le<br />
ganará (forma es fondo) el temperamento<br />
intolerante.<br />
Los asesores de Peña Nieto pretenderán<br />
enfrentar la imagen de rusticidad<br />
intelectual —por decirlo de manera elegante—<br />
que predomina no en la apreciación de<br />
la sociedad pero sí en la opinión publicada.<br />
Además les será muy difícil conseguir que<br />
prescinda del teleprompter.<br />
Con esos candidatos no hay mucho<br />
que esperar. El olmo, ya se sabe, no es<br />
peral. Habrá pocas ideas pero abundante<br />
murmuración, demasiados spots y escasa<br />
miga. Y un tedio sordo, enfadoso,<br />
estéril.
La ciberpolítica electoral hace su debut en México<br />
Campañas 2.1:<br />
El PRI entrena a su ejército virtual
; Es hora de preparar el ataque, de desenfundar los teléfonos<br />
inteligentes, las tabletas o las computadoras y alistarse para el<br />
enfrentamiento cibernético que los candidatos presidenciales<br />
de México van a experimentar por primera vez. Porque en 2012<br />
la batalla por la conquista de Los Pinos se dará en tres frentes:<br />
tierra, aire y ciberespacio.<br />
Las redes sociales son el nuevo ingrediente del proceso<br />
electoral, están jugando un papel relevante, aunque nadie sabe<br />
bien a bien qué tanto influirán en los resultados finales.<br />
Irónicamente es el PRI, el partido más identificado con lo<br />
vetusto, el que parece mejor preparado —hasta el momento— en<br />
la arena virtual. Es el que está armando a un ejército de tuiteros<br />
para contener las críticas a su candidato, Enrique Peña Nieto,<br />
y tratar de posicionar sus mensajes de campaña.<br />
Los priistas dicen estar ya atrincherados en una amplia<br />
estructura digital. El líder de la campaña en línea del PRI,<br />
@SergioJose habla con emeequis de la estrategia con que<br />
buscarán salir vencedores.<br />
Por Vanessa Job vanessa@m-x.com.mx<br />
Fotografías: Eduardo Loza
En los primeros días del pasado diciembre un<br />
inesperado espectáculo-debate estalló en el ciberespacio.<br />
El origen, un tropezón del candidato<br />
del PRI a la Presidencia de la República, Enrique<br />
Peña Nieto, cuando en la Feria Internacional del<br />
Libro de Guadalajara no pudo citar tres libros<br />
que hubieran “marcado su vida”. Las cosas ya<br />
estaban mal, pero se pondrían peor cuando su<br />
hija Paulina dio RT a un mensaje de su novio:<br />
“@Pau_95Pena… un saludo a toda la bola de pendejos,<br />
que forman parte de la prole y solo critican<br />
a quien envidian!… (sic)”.<br />
El desacierto de Peña Nieto, los mensajes y su<br />
efecto político resultaron en una caída del priista<br />
en las preferencias electorales. Según el encuestador<br />
Roy Campos, de Consulta Mitofsky, le costó<br />
tres puntos porcentuales, que equivalen a cerca<br />
de millón y medio de votos.<br />
Ya no hubo manera de detener reacciones en<br />
Twitter al error del ex gobernador del Estado de<br />
México.<br />
Entre el 3 y el 6 de diciembre, los usuarios de<br />
esta red social hicieron uso de la parodia, la crítica<br />
mordaz y de un ácido humor expresados a través<br />
de sus tuits.<br />
Así, La insoportable levedad del gel (en lugar de<br />
La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera)<br />
fue mencionado como el libro más leído por el<br />
abanderado del PRI, conocido por el copete bien<br />
embadurnado que es parte de su identidad mediática.<br />
Y “Martín Burger King” (en alusión a Martin<br />
Luther King, líder del movimiento antirracista<br />
en Estados Unidos) se convirtió en autor leído por<br />
Peña Nieto.<br />
Los tuiteros crearon además hashtags (etiquetas<br />
para agrupar mensajes con el mismo<br />
tema) como #LibreríaPeñaNieto, #SoyProle y<br />
#ProleForever, donde se multiplicaron chistes,<br />
burlas, críticas, pronunciamientos políticos y<br />
hasta anuncios que imitaban la campaña publicitaria<br />
de la librería Gandhi con mensajes como:<br />
‹‹Soy prole ctura››.<br />
‹‹Mi abuela decía: “Si no lees, vas a dar Pena<br />
Nieto”››.<br />
‹‹La ignorancia no sólo es un error, también da<br />
Pena››.<br />
‹‹No le regalen su voto a Peña Nieto, mejor<br />
regálenle un libro”.<br />
‹‹Ninel: no estás sola. Con amor, Enrique›› (en<br />
referencia a Ninel Conde, actriz que ha tenido varios<br />
desaciertos en sus comentarios públicos. Por<br />
ejemplo, cuando confundió un fenómeno natural<br />
como el tsunami con la pasta de pescado llamada<br />
surimi).<br />
José Merino, politólogo y especialista en redes<br />
sociales, dice que con ese tropiezo se rompió<br />
la idea de “invulnerabilidad” con la que hasta entonces<br />
había navegado Enrique Peña Nieto.<br />
“Este sería el primer ejemplo de cómo Twitter<br />
sí podía afectar el voto para el candidato priista.<br />
Claro que no todo es atribuible a esta red social,<br />
pero dejó de ser un elemento menor. Peña Nie-<br />
to podía perder puntos en las encuestas por sus<br />
errores. Dejó de ser intocable”, explica el profesor<br />
del Instituto Tecnológico Autónomo de México<br />
(ITAM).<br />
El caso demostró la importancia que han cobrado<br />
las redes sociales como espacio natural para<br />
las batallas por la Presidencia de la República, que<br />
se suma a los otros frentes tradicionales: por tierra,<br />
tocando de puerta en puerta para convencer<br />
a indecisos; por aire, bombardeando con spots en<br />
los medios electrónicos.<br />
Según los encargados del frente virtual del<br />
PRI, ellos serán el blanco a vencer en la contienda<br />
electoral por tener en este momento al candidato<br />
puntero en las encuestas. Para enfrentar los embates,<br />
afirman tener listo a su ejército, encabezado<br />
por quien se identifica con el nombre virtual de<br />
@SergioJose.<br />
En la vida real, el presidente del Movimiento<br />
Nacional de Cibernautas del PRI responde al<br />
nombre de Sergio José Gutiérrez. Nacido en Nuevo<br />
León, este hombre de 38 años, tez blanca y cabello<br />
corto, se describe como “ciberactivista de<br />
izquierda progresista” y “buscador de ciudadanía<br />
que se dedica a informar, involucrar y sincronizar”.<br />
Su cuenta en Twitter es seguida por casi 36<br />
mil personas y ha emitido alrededor de 9 mil 500<br />
tuits desde el 1 de enero de 2009.<br />
Fue a partir de ese año cuando empezó a diseñar<br />
las tácticas del PRI en internet —con énfasis<br />
en las redes sociales—, que puso en marcha en 21<br />
de las 24 campañas a gobernador que ha habido.<br />
Fue el estratega de las campañas juveniles<br />
de los candidatos José Natividad González Parás<br />
(Nuevo León, 2003), Enrique Peña Nieto (Estado<br />
de México, 2005), Beatriz Paredes (DF, 2006) e<br />
Ivonne Ortega (Yucatán, 2007).<br />
El líder de los ciberactivistas priistas es un urbanista<br />
de profesión, con posgrados en la Universidad<br />
de Dinamarca, la Universidad de Barcelona<br />
(en línea) y Harvard en los temas de planeación<br />
urbana y uso de tecnologías de la información.<br />
Fue observador internacional en las campañas<br />
electorales en internet de José Luis Rodríguez Zapatero<br />
en España, de Segolène Royal en Francia y<br />
Barack Obama en Estados Unidos.<br />
La entrevista con Sergio José Gutiérrez se realiza<br />
en la Fundación Colosio. Apasionado del tema,<br />
explica que el Movimiento Nacional de Cibernautas<br />
del PRI está organizado en una especie de<br />
nodos y que él es el responsable de integrarlos a<br />
todos.<br />
Toma el cuaderno y dibuja varios círculos<br />
que representan a 10 organizaciones de activistas<br />
desde donde se activa el movimiento masivo de<br />
los priistas en línea.<br />
Un círculo para cada una de las confederaciones:<br />
la Nacional de Organizaciones Populares, la<br />
Nacional Campesina, la de Trabajadores de México;<br />
otro para el Movimiento Territorial, otro para<br />
el Instituto de Capacitación y Desarrollo Político,<br />
| EMEEQUIS | 02 dE abRIL dE 2012<br />
13
uno más para la Fundación Colosio; el Organismo<br />
Nacional de Mujeres también tiene su círculo, hay<br />
otro para la Federación Nacional de Municipios en<br />
México y algunos para los diputados locales, las<br />
organizaciones adherentes y el PRI.<br />
En cada uno de estos nodos existe un dirigente<br />
cibernauta que coordina a un gran número de<br />
priistas en los 32 estados del país. A Sergio José le<br />
toca ponerse de acuerdo con todos los coordinadores<br />
en las acciones a emprender para la campaña<br />
en línea.<br />
—¿De qué tamaño es el ejército del PRI en las<br />
redes sociales?<br />
—Lo estamos articulando, no tenemos el número<br />
todavía. Lo tendremos claro para dentro de<br />
un mes, mes y medio.<br />
—¿Cuántos tienen ya en esa plataforma?<br />
—Vamos en miles. Y el reto es lograr en internet<br />
la misma fuerza que el partido tiene en tierra,<br />
pero sin los mismos mecanismos y prácticas.<br />
—¿Sin acarreo?<br />
—Definitivamente sin acarreos, si es que existen<br />
en otras partes. A lo que voy yo es que la estrategia<br />
de un partido en aire consiste en difundir mensajes;<br />
la estrategia de un partido en tierra es ir casa<br />
por casa, y la estrategia del equipo en línea debe ser<br />
distinta por dos razones.Una, el ejercicio territorial<br />
tiende a homogeneizar sectores, internet no: todos<br />
somos diferentes aunque tengamos algunas coincidencias.<br />
Dos, los priistas en línea tienen entre 18<br />
y 45 años. La mitad son jóvenes. Son la gente más<br />
estudiada de mi partido, la más urbana, la más global<br />
y la gente con menos miedo al cambio. Eso nos<br />
obliga a hacer una estrategia diferente.<br />
Hay quienes esperan que la estrategia del PRI<br />
en línea sea avasalladora y nos acusan de querer<br />
marcar la agenda siempre. Pero no. No es por ahí.<br />
Nuestra estrategia, que no hemos acabado de<br />
definir —reconoce— y que estará lista en abril, es<br />
de escuchar e ir y preguntar.<br />
Desde hace tres meses Sergio José se ha dedicado<br />
a agrupar a la comunidad de priistas en<br />
ciberactivistas.org.mx, una plataforma parecida a<br />
Facebook.<br />
Ese sitio, al que se entra previo registro, forma<br />
parte de la red priista del país. El mecanismo<br />
es sencillo: por registrarse, el usuario accede al<br />
nivel uno y dependiendo de cuántas personas va<br />
convenciendo de sumarse, va subiendo de nivel<br />
y teniendo una mayor participación en las tareas<br />
de campaña y más proximidad con Enrique Peña<br />
Nieto.<br />
En el nivel uno se puede ver un timeline (TL,<br />
historial de mensajes) donde los priistas se saludan,<br />
se echan porras, hacen<br />
comunidad, conversan y<br />
se recomiendan cuentas de Twi-<br />
tter para seguir.<br />
Por ejemplo, el 28 de febrero<br />
Gustavo Martínez Pérez pidió:<br />
“Amigos priistas ayúdenme a seguir esta cuenta<br />
de twitter es en apoyo a nuestro candidato EPN @<br />
Twitver_epn trabajamos de la mano con ectivismo<br />
(sic) y observatorio PRI. Pido su ayuda para<br />
tener mas seguidores, un abrazo”.<br />
Esa cuenta pertenece a los priistas veracruzanos<br />
que apoyan a Peña Nieto. La estrategia de<br />
Sergio José es conformar un gran contingente de<br />
tuiteros priistas que “le entren al debate y a escuchar”<br />
y se aguanten las constantes críticas que<br />
reciben. Eso no es fácil: el propio dirigente admite<br />
que tiene que esforzarse por no contestar a los críticos<br />
algo que pueda sonar inapropiado.<br />
Sergio José cuenta que además, como parte de<br />
la estrategia, los candidatos van a comprometerse<br />
a cumplir con una agenda digital.<br />
“Habrá candidatos a senadores y diputados de<br />
nuestro partido, y de partidos que vayan en alianza<br />
con nosotros, que tomarán un curso y se comprometerán<br />
a ciertas cosas. Les vamos a dar un<br />
sello y deberán firmar compromisos de impulsar<br />
el derecho al conocimiento, a la información y a la<br />
conectividad como garantía constitucional”.<br />
El periodo intercampañas ha sido aprovechado<br />
por los cibernautas del PRI para realizar ejercicios<br />
de articulación y probar qué tan efectivos<br />
pueden ser ante los ataques antipriistas que van a<br />
vivir durante la campaña electoral.<br />
El primero lo hicieron a propósito del 83 aniversario<br />
de su partido. Ese domingo 4 de marzo<br />
acordaron preguntarle a la gente #quePRIquieres.<br />
El tema empezó a ser retomado por la comunidad<br />
tuitera y —según el reporte interno del PRI— a las<br />
16 horas, con la “activación masiva de estructura<br />
cibernauta”, apareció entre los temas más populares<br />
junto con otros hashtags.<br />
“No salimos a decir los logros que tenemos<br />
como partido, ni salimos a defender los errores<br />
que hemos cometido. No, salimos a preguntar<br />
a los priistas, a nuestros amigos, rivales y sobre<br />
todo a nuestros críticos ¿qué PRI quieren?”, expone<br />
Sergio José.<br />
Cuenta que su intención no era generar un<br />
trend topic (TT, tema del momento) pero que sucedió<br />
porque, asegura, “todo el priismo estaba<br />
preguntando”.<br />
En el reporte de actividad se lee que como resultado<br />
obtuvieron “propuestas personales” de<br />
tuiteros, “la mayoría a favor y algunos tweets en<br />
contra”.<br />
Sin embargo, la impresión de usuarios de<br />
Twitter no priistas es que la mayoría de los comentarios<br />
eran negativos. El tono de muchos<br />
mensajes fue semejante a éstos:<br />
@james_j_storm: #ElPRIqueQuiero no está<br />
en mis opciones de voto en este 2012 @EPN has<br />
(sic) un favor a México y desaparece.<br />
@VeritoGmz: Oigan a las cuántas veces de<br />
taggear #ElPRIqueQuiero me llega mi despensa?<br />
El hashtag obtuvo un total de 18 mil 750 im-
presiones, de acuerdo con el reporte, el cual establece<br />
que hasta las 19 horas de ese domingo 5 mil<br />
986 personas habían leído un tuit con esta etiqueta<br />
y 925 personas leyeron más de siete tuits.<br />
Días después, para recordar el Día Internacional<br />
de la Mujer, el equipo de Sergio José impulsó el<br />
hashtag #lamujerdehoy en un intento, dice, por<br />
conocer lo que la gente tiene que decirles y saber lo<br />
que está pasando.<br />
Para analizar los resultados tomaron una<br />
muestra aleatoria de 60 tuits en tres momentos<br />
del monitoreo, donde 90 por ciento son menciones<br />
positivas. En total lograron que participaran 6 mil<br />
356 cuentas y que se generaran más de 15 mil tuits.<br />
José Merino divide la estrategia electoral del PRI<br />
en fases. En la primera, el PRI hacía uso de bots,<br />
robots cibernéticos que simulando el comportamiento<br />
humano tratan de posicionar mensajes en<br />
Twitter.<br />
“Los dejaron de usar porque los empezamos<br />
a detectar”, dice el especialista, quien promovió<br />
que los usuarios de Twitter denunciaran la existencia<br />
de los bots.<br />
En la segunda etapa, sigue Merino, se coordinaban<br />
en lo que parecía un ejercicio coreográfico,<br />
donde les daban indicaciones de hora y mensaje a<br />
posicionar.<br />
“Vieron que la estrategia no estaba funcionando<br />
porque no estaban logrando afectar a nadie.<br />
El tema de redes sociales es efectivo si y sólo si<br />
logras, mediante las conexiones que las personas<br />
tienen en Twitter, transmitir información o contagiar<br />
comportamientos, algo que ocurre todo<br />
el tiempo en Twitter. Como cuando alguien dijo<br />
#quitemosunanuncio: se transmitió la información,<br />
se contagió el comportamiento y veías gente<br />
organizada en las calles retirando la propaganda<br />
electoral”.<br />
Lo que querían los priistas, destaca Merino,<br />
“era replicar esos efectos fingiendo la existencia<br />
de una red social de gente que espontánea y genuinamente<br />
estaba apoyando a Peña Nieto. Y eso<br />
no ocurría. Los tuiteros se daban cuenta y reaccionaban<br />
negativamente”.<br />
Por eso, los hashtags tipo #EPNypormucho<br />
“no funcionaron, los tuiteros se apoderaron<br />
del espacio y la mayoría de la menciones eran<br />
negativas”.<br />
En esta tercera etapa, evalúa Merino, los priistas<br />
han cambiado de estrategia e intentan entablar<br />
un diálogo con los tuiteros a través de preguntas.<br />
“Se dieron cuenta de que la estrategia de los<br />
bots y de las coreografías era incorrecta y que el<br />
éxito puede estar en cogenerar contenidos en<br />
torno a la campaña. Si ellos preguntan ‘qué PRI<br />
queremos’ evidentemente van a tener muchas<br />
menciones negativas, pero también van a tener<br />
respuestas genuinas por parte de muchos tuite-<br />
Breve<br />
glosario<br />
para no<br />
iniciados*<br />
Follower, seguidor.-Persona que está suscrita a<br />
Twitter y sigue la cuenta de otro usuario.<br />
Hashtag.- Etiqueta de Twitter formada por el símbolo<br />
# y una palabra o frase (escrita sin espacios intermedios),<br />
por ejemplo: #Elecciones2012. Twitter concentra<br />
los tuits que contienen el mismo hashtag, y así éste<br />
funciona como motor de búsqueda.<br />
Retweet, retuit, RT.- Se da un RT (abreviatura de<br />
retuit) cuando un usuario reenvía a los seguidores de<br />
su cuenta el tuit de otro.<br />
Timeline, TL.- Es el historial de los tuits de una cuenta<br />
o de varias, clasificadas en diversas formas.<br />
Trending Topic, TT / Trends /<br />
Temas del Momento.- Las 10<br />
palabras de Twi-<br />
t ter con mayor<br />
número de seguidores<br />
participantes.<br />
Se supone que es<br />
resultado de un<br />
complejo algoritmo<br />
que muestra<br />
las palabras más mencionadas<br />
en los tuits,<br />
aunque ha habido casos<br />
que han despertado<br />
sospechas sobre<br />
la manipulación o<br />
censura de temas,<br />
como WikiLeaks<br />
y la detención de<br />
su líder, Julian assange,<br />
a los que<br />
se les sacó o bajó<br />
de los TT.<br />
Twitteros, tuiteros.- Usuarios<br />
de Twitter.<br />
Tweet, tuit.- Cada mensaje de hasta<br />
140 caracteres que publica un usuario<br />
en Twitter.<br />
*Fuente: blog esTwitter<br />
| EMEEQUIS | 02 dE abRIL dE 2012<br />
15
os, que van a sentirse escuchados. Así generas un<br />
grado de confianza y efectividad mucho mayor al<br />
que te puede dar estar mandando 140 caracteres<br />
totalmente inocuos”.<br />
Sergio José, dirigente de ciberactivistas del<br />
PRI desde hace dos años, asegura que ellos nunca<br />
han usado robots en su campaña. “Los partidos<br />
no requieren bots. El PRI no cree en los bots. En<br />
nuestro caso estoy seguro de que nos los siembran<br />
y luego nos acusan. Tampoco es una estrategia del<br />
PRD ni algo que yo haya leído en el PAN recientemente.<br />
Es una cuestión de compañías que quieren<br />
verse necesarias a la hora de vender sus servicios,<br />
pero hay que desbotizar a México”.<br />
Cuando se le pregunta al líder cibernético sobre<br />
el antipriismo que se percibe en las redes sociales,<br />
replica que es causado por bots y por líderes<br />
de opinión más identificados con la izquierda.<br />
“Aproximadamente 70 por ciento de los que<br />
nos pegan tienen menos de cinco seguidores. Y<br />
hay una parte importante que nos golpea de las<br />
izquierdas, donde parecieran dogmáticos. Y yo<br />
les digo que nos den chance. Toleren a esta parte<br />
del PRI que está en redes, donde vamos haciendo<br />
ejercicios de escuchar, de reflexión y de<br />
autocrítica”.<br />
Sergio José piensa que en las redes sociales deben<br />
seguir una estrategia que sirva para convencer<br />
a México de que se involucre en el cambio social.<br />
“Nosotros representamos el cambio. No es Josefina,<br />
no es el PAN. No creemos que AMLO sea el<br />
cambio. Le admiramos virtudes, pero no creemos<br />
sea el momento de Andrés Manuel”.<br />
—¿Cómo le va a hacer para que la gente le crea?<br />
—Vamos a seguir preguntando en la redes y<br />
nos van seguir acusando de usar bots y de que tenemos<br />
trending topics.<br />
—¿Cuál es la diferencia de la estrategia del PRI<br />
en Facebook y en Twitter?<br />
—En Facebook vamos muy leve porque es mucho<br />
más sencillo y es mucho menos abierto. En<br />
Twitter te puede seguir quien quiera, en Facebook<br />
tienes 5 mil amigos y ya. Tú mundo está cerrado.<br />
Facebook es una estrategia de fotografías más que<br />
nada. Twitter es un debate, es activismo.<br />
Ahora, ya como candidato formal a la Presidencia,<br />
Enrique Peña Nieto y el ciberactivismo<br />
priista tienen un gran reto por delante, pues<br />
a pesar de su ejército y sus líneas de acción, el<br />
mexiquense sigue siendo trending topic y no de<br />
forma positiva. Hace un par de semanas era la<br />
comidilla en Twitter por usar teleprompter en su<br />
toma de protesta, hecho del que surgieron los<br />
hashtags #EPNTeleprompter y<br />
#Teleprompter.<br />
En las redes sociales ninguno<br />
de los candidatos presidenciales está a salvo.<br />
Josefina Vázquez Mota ya pasó por el bullying<br />
cibernético cuando fue inventado el hashtag<br />
#PartidoAloneNacional después de que tomó<br />
protesta como candidata presidencial del PAN con<br />
el Estadio Azul semi vacío.<br />
También le llovieron críticas, que se reunieron<br />
en #JosefinainsultaalaUNAM, por un fragmento<br />
de su tesis en el que dice que la UNAM dejó<br />
de cumplir con su función hace mucho tiempo y<br />
se convirtió “en un monstruo que alberga más<br />
de medio millón de estudiantes que lamentablemente<br />
no tienen ningún interés en su preparación<br />
profesional”.<br />
Antes ya había tenido un tropezón. El miércoles<br />
14 de marzo, en un encuentro con estudiantes<br />
del Instituto Tecnológico Autónomo de México<br />
(ITAM), mientras hacía un recuento de sus estudios<br />
en escuelas públicas, Vázquez Mota remató<br />
con una frase desafortunada: “Y bueno, como<br />
nadie es perfecto, pues después me fui a estudiar<br />
Economía en la Ibero” (Universidad Iberoamericana).<br />
La reacción en Twitter fue inmediata:<br />
@Yleananava: ‘No soy perfecta, estudié en la<br />
Ibero’ O sea cómo? Los de la Ibero son una bola de<br />
imperfectos?<br />
@CowboyJunkye: Ibero Ahora resulta que JVM<br />
se siente mal por estudiar en la uia.... le da pena. he<br />
renegado de muchas cosas, pero no de la uia.<br />
@Temin9: Cero y van 2 Chepinita. La Ibero y<br />
ahora la UNAM. Ya mejor insulta a todas las universidades<br />
en general.<br />
Desde su cuenta @JosefinaVM, la panista trató<br />
de reaccionar: “Lamento que algunas personas<br />
deseen desvirtuar un comentario que jamás tuvo el<br />
propósito de lastimar a mi alma máter”.<br />
Pero era demasiado tarde. Sus palabras ya habían<br />
generado un huracán de comentarios, se había<br />
convertido en un TT.<br />
Igual pasó con la supuesta grabación donde<br />
acusaba de espionaje al titular de Seguridad Pública<br />
federal y a la vocera de Presidencia, Alejandra<br />
Sota: “Un saludo cariñoso para Genaro García<br />
Luna que nos graba en lugar de grabar al Chapo.<br />
Y un saludo muy amoroso a Alejandra Sota, que<br />
filtra todas nuestras llamadas telefónicas. Pinche<br />
Sota, o sea”. Los tuiteros se dieron vuelo.<br />
Aunque con frecuencia es centro de críticas y<br />
duros comentarios, el candidato de las izquierdas,<br />
Andrés Manuel López Obrador, todavía no ha tenido<br />
su momento estelar de bullying cibernético.<br />
Es cuestión de tiempo.<br />
Las campañas apenas han arrancado y las batallas<br />
por la Presidencia de la República en el ciberespacio<br />
seguirán dejando saldos inesperados<br />
para los candidatos. ¿Quién será el mejor jugador<br />
en este terreno? Nadie se atrevería a apostar en<br />
este momento, pero es un juego que no habrá que<br />
perderse.
| EMEEQUIS | 02 dE abRIL dE 2012<br />
17
IlustracIón: Manjarrez
¡Aviéntales<br />
el<br />
cerillo,<br />
son secuestradores!
Un rumor se esparce como flama tras un chispazo: tres hombres<br />
querían secuestrar a unas jóvenes. Ya es demasiado. Hace poco<br />
mataron en el panteón a tres muchachos y luego a otros dos.<br />
“¡Agárrenlos y llévenlos a la cárcel!”.<br />
Gente del pueblo lo hace. Ahí los guardan hasta que alguien<br />
grita: “Los van a soltar”. Hay decenas de habitantes que no están<br />
dispuestos a tolerarlo, sea o no cierto. Así que sacan a los<br />
acusados: los jalan, los insultan, les pegan, les gritan, los patean.<br />
Los receptores de tanta furia no entienden por qué. No importa.<br />
De una persona a otra se pasan un garrafón azul y una botella<br />
de Coca Cola. Ambos con gasolina.<br />
La turba ruge, enloquecida. “¡Pinches secuestradores!”.<br />
Los amenazan, los apalean, los empapan de combustible.<br />
Una mano hace lo impensable: presiona un cerillo contra la<br />
lija de la cajita, los dedos lo lanzan al aire y éste viaja,<br />
inexorablemente, hacia los cuerpos en el suelo. La noche se<br />
enciende durante un instante. Arde el <strong>fuego</strong> en silencio.<br />
Dos muchachos y un buen hombre mueren linchados.<br />
Ninguno tenía que ver con robos o raptos. Eran inocentes.<br />
Por Humberto Padgett<br />
padgett@m-x.com.mx • @HumbertoPadgett<br />
Fotografías: Eduardo Loza
Chalco, Estado de México.- Una mano sacude el empaque<br />
de cartón para constatar que, en su interior, existen<br />
suficientes cerillos. El minúsculo cajón se desliza hacia<br />
afuera y, en su interior, prevalece el desorden entre las<br />
varitas de papel encerado de tres centímetros y medio de<br />
largo con punta inflamable. Es la noche del viernes 10 de<br />
febrero de 2012 y aquí, en San Mateo Huitzilzingo, esos<br />
pabilos son un arma mortal.<br />
El índice y el pulgar de la otra mano escogen un fósforo,<br />
lo extraen y cierran la cajita.<br />
La multitud contiene el aire. Espera. Vibra. Exige.<br />
“¡Ya préndanles <strong>fuego</strong>, cabrones!”, ruge “alguien”.<br />
No es una voz de alguien en particular, pero ahí está, insistente.<br />
La cajita gira y muestra su canto de lija.<br />
En la plaza pública de este pueblo dos hombres abatidos<br />
en el suelo se quejan. Respiran aún. Los bañan con<br />
gasolina. El tercero, casi un niño, está tendido a pocos<br />
metros. Ya ni golpean su bulto. No tiene caso, está muerto.<br />
De todas formas también lo impregnan con combustible.<br />
“¡Ya aviéntenles el cerillo!”, demanda la turba.<br />
La cabeza del cerillo raspa la superficie áspera de<br />
la lija. El jalón es firme. El agregado de azufre respira y<br />
traslada las partículas necesarias de oxígeno para que el<br />
compuesto de fósforo, hecho para ganar calor de inmediato,<br />
se incendie. Minúsculas explosiones ocurren en la<br />
cabeza coloreada, como una melena pelirroja sacudida<br />
por el viento.<br />
El recubrimiento de parafina del cerillo se prende. Es<br />
una pequeña antorcha. No hace falta más.<br />
Los dedos sacuden el pabilo, estabilizan el <strong>fuego</strong>. El<br />
codo se flexiona, lleva la mano con dirección al hombro.<br />
La multitud se repliega para asegurar sus propios cuerpos,<br />
pero se mantiene lo suficientemente cerca para ver<br />
el momento ansiado.<br />
El brazo hace el resorte y los dedos sueltan e impulsan<br />
a la vez el cerillo para que éste viaje con la trayectoria de<br />
parábola necesaria. La flama viaja hacia uno de los cuerpos<br />
tirados; la tenue temperatura de la noche evapora la<br />
gasolina. Y la luz ardiente la toca.<br />
***<br />
José Manuel Mendoza Gil, a quien todos conocen como<br />
Pepe, nació el 12 de mayo de 1985 en el Distrito Federal;<br />
era el último de los cuatro hermanos que crecieron en el<br />
barrio de Peñón de los Baños, al oriente de la ciudad.<br />
Faustino, su padre, se dedicó siempre a la albañilería.<br />
Su salario apenas daba para mitigar el hambre familiar,<br />
así que su esposa no tuvo más remedio que trabajar en un<br />
puesto callejero de comida. Por eso, porque debía pasar<br />
buena parte del día fuera de casa, la verdadera madre de<br />
crianza de José Manuel fue su hermana mayor, Verónica.<br />
“Cuando fue la primera guerra en Irak —cuenta Verónica—,<br />
Pepe iba al kínder. Un día tuvieron una excursión<br />
a la fábrica de pan Bimbo. Él me abrazaba con mucho<br />
miedo. No se me quería apartar”.<br />
—¡No me dejes, manita! ¡No me dejes! —suplicaba el<br />
niño.<br />
—Pero vas a hacer pan, mi amor —le acarició la cabeza<br />
Verónica.<br />
–No quiero ir, me van a llevar a la guerra y tengo mu-<br />
cho miedo. No quiero morir —lloró Pepe con<br />
pleno convencimiento de que algo malo le<br />
ocurriría.<br />
—No, manito, ¿cómo crees? Yo aquí te<br />
voy a esperar. Cuando regreses —recuerda<br />
Verónica y se quiebra en llanto al contar la<br />
anécdota— te voy a comprar una paleta de limón,<br />
de las que te gustan —la mujer jala aire,<br />
aprieta los hombros, mira al techo—. Pero te<br />
tienes que portar bien.<br />
—Tengo miedo de que me maten.<br />
Poco después de que Pepe cumpliera 10<br />
años, su padre ya no pudo pagar el alquiler de<br />
una casa. Y como tampoco tenía manera de<br />
comprar un terreno en esa zona empobrecida<br />
del DF, se internó con su familia en el Estado<br />
de México, en un pueblo de tierra y hierba del<br />
municipio de Chalco, un lugar llamado San<br />
Juan Tezompa.<br />
Carecía de drenaje, de agua potable corriente<br />
y de energía eléctrica. Las calles no<br />
estaban pavimentadas. Era extraño que pasara<br />
el servicio de recolección de basura, pero<br />
más lo era el avistamiento de una patrulla<br />
policiaca.<br />
Dieciséis años después, todo continúa<br />
igual.<br />
* * *<br />
No entiende nada. No hay modo de que pueda<br />
hacerlo. La marea de brazos lo saca violentamente,<br />
lo arrastra desde la reducida celda<br />
para borrachos en que ha pasado las últimas<br />
horas. Pepe intenta asirse de algo, pero no hay<br />
nada, sólo un frío piso de cemento aplanado.<br />
Aúlla, lucha inútilmente, grita con desesperación.<br />
Pero este viernes 10 de febrero<br />
nada logrará. Alguien, un “alguien” absolutamente<br />
indeterminado, abre una botella de<br />
Coca Cola llena de gasolina y la vacía sobre su<br />
cara y su cuerpo. Pepe no entiende. Nadie le<br />
explica nada. Lo patean. Lo apalean. Un puñetazo<br />
le lastima la cara. “¡Secuestrador!”, le<br />
gritan casi a coro. No ha dejado de escuchar<br />
esa palabra durante toda la tarde. “¡Secuestrador,<br />
te vamos a matar!”.<br />
Lo sacan y lo dejan caer a la entrada del<br />
edificio delegacional de San Mateo Huit-<br />
zilzingo, en Chalco, Estado de México.<br />
Está empapado. Imposible saber si es por<br />
el sudor frío, por su propia sangre o por la gasolina<br />
con que lo han bañado.<br />
—¡Ya, pinche Perra, échales el cerillo!<br />
—¡Perra, no seas maricón y préndelos!<br />
—conmina otra voz en medio de la mul-<br />
titud.<br />
El Perra mira alrededor. La muchedumbre<br />
jadea, exhausta después de golpear ininterrumpidamente<br />
durante 15 minutos a Pepe,<br />
un albañil de 26 años de edad, y a Raúl y a<br />
Luis Alberto, dos jóvenes de 16 años.<br />
La noche se incendia por un instante.<br />
| EMEEQUIS | 02 DE ABRIL DE 2012<br />
21
| EMEEQUIS | 02 DE ABRIL DE 2012<br />
22<br />
* * *<br />
Pepe concluyó la primaria y estudió la escuela<br />
secundaria en Tezompa, pero no pudo<br />
continuar con la preparatoria ante el agobio<br />
de la pobreza. En los terregosos llanos del<br />
pueblo, que delimitaban con cal y en cuyos<br />
extremos colocaban tres palos para formar<br />
las porterías del campo de juego, encontró<br />
su pasión: el futbol. También ahí se ena-<br />
moró.<br />
Cuando la familia Mendoza Gil se mudó<br />
al Estado de México, los pocos vecinos le encontraron<br />
a Faustino Mendoza parecido con<br />
un jugador de futbol de la época, apellidado<br />
Gómez. Faustino se convirtió entonces en<br />
El Tío Gómez, y su hijo menor, Pepe, en<br />
El Gómez Chico.<br />
A los 15 años Pepe conoció a Arely, una<br />
muchacha de su edad, a la que al poco tiempo<br />
“se robó”, como en la tradición pueblerina<br />
se explica el hecho de que, con la aprobación<br />
de la “robada”, pero sin el consentimiento de<br />
sus padres, ella se vaya a vivir a casa de su<br />
novio o, más precisamente, a la de sus suegros.<br />
Arely se mantuvo así los 11 años de su<br />
relación. Nunca se casaron y siempre compartieron<br />
la vivienda con los padres de él.<br />
Se llamaban entre sí, afectuosamente,<br />
Gordo y Gorda.<br />
“De él me gustaba su forma de ser. Era<br />
buena gente, cariñoso. Se daba a querer. Me<br />
regalaba detalles. Una vez me llevó a la Villa<br />
de Guadalupe. Nos compramos un anillo,<br />
cada uno tenía escrito el nombre del otro.<br />
Eran de metal, muy sencillos. Baratos. Y yo lo<br />
quise mucho por dármelo. Me gustaban sus<br />
ojos y su boca. Su mirada… cuando platicábamos<br />
y nos veíamos”, llora Arely.<br />
“Mi marido siempre estaba aquí, conmigo.<br />
Del trabajo a la casa. Salíamos juntos<br />
a todos lados. Siempre llegaba a dormir. Si<br />
íbamos a una fiesta o un baile, llegábamos<br />
juntos y nos salíamos juntos. No veo de dónde<br />
pudiera sacar dinero para darle atenciones<br />
a otra mujer, porque andan diciendo que pasó<br />
lo que pasó porque andaba con otra y que se la<br />
quiso robar. Eso no es cierto.<br />
“A él siempre le gustaba que sus hijos estuvieran<br />
bien. A mi hija le hacía sus fiestas<br />
de cumpleaños. Una vez hizo el esfuerzo de<br />
traerle una botarga de Hello Kitty. Y en otra<br />
ocasión les regaló una imagen de la Virgen de<br />
Guadalupe con el nombre de la niña, y una de<br />
Cristo con el nombre del niño”.<br />
Pepe trabajó como repartidor de cilindros<br />
de gas; aprendió el oficio de moldurero o colocador<br />
de hule en los marcos de puertas y ventanas<br />
de autos, y finalmente tomó el camino<br />
de su padre y se hizo albañil. Su vivienda no<br />
tenía losa. El techo estaba armado con láminas<br />
de cartón. Poco a poco, y para mejorar la<br />
estancia, él mismo construyó el techado.<br />
Un año después de haberse unido a Arely,<br />
llegó su primera hija. Nació el día que el calendario de<br />
la Iglesia católica dedica a Santa Laura. Era un nombre<br />
demasiado simple, así que Pepe buscó una solución para<br />
que su hija se distinguiera: la encontró en una canción<br />
del brasileño Roberto Carlos. La bautizó “Lady Laura” y<br />
hoy tiene 10 años de edad.<br />
Aunque Pepe estaba ilusionado con tener un hijo varón,<br />
las limitaciones económicas impedían que la pareja<br />
considerara ni por asomo un nuevo embarazo. Así que él<br />
suplía la carencia de un hijo con la amistad y cercanía que<br />
había entablado con dos muchachos vecinos, Luis Alberto<br />
y Raúl, a quienes vio crecer desde pequeños, desde que<br />
él y su familia llegaron a Tezompa.<br />
* * *<br />
En Tezompa no hay persona que no haya contratado a El<br />
Gómez Chico para colar un techo, levantar una barda o<br />
construir una casa. No se encuentra a alguien que expresa<br />
la mínima queja en su contra. El dueño de la tienda<br />
de materiales de construcción jamás tuvo un problema<br />
con él. No tenía enemigos ni le gustaba armar pleitos con<br />
nadie.<br />
Y no era de los que abusan a la hora de cobrar. “Mi<br />
trabajo me recomienda. No necesito cobrar ni más ni<br />
menos”, le agradaba decir con orgullo y autoridad.<br />
“Era de las personas que por un buen amigo se quitaba<br />
la camisa”, resume un vecino. “Eran buenas gentes,<br />
personas de trabajo”, comenta el delegado de San Juan<br />
Tezompa.<br />
“Si tenía medio kilo de bisteces —ejemplifica su hermana<br />
Verónica—, me hablaba: ‘Vente carnala, vente con<br />
tus hijos’. Nunca escatimaba en ese tipo de cosas. Le<br />
gustaba que todos estuviéramos en la mesa”.<br />
Verónica camina hacia la recámara de su hermano.<br />
Vuelve con una fotografía y se sienta en la salita de la<br />
casa. Muestra la imagen de un hombre de 1.70 metros de<br />
estatura, cercano a los 80 kilos de peso, con una evidente<br />
barriga. Moreno claro, ojos grandes y cafés. Cejas pobladas<br />
y juntas. La boca pequeña, el cabello lacio y corto,<br />
con un bigote que se dejaba crecer como una sombra sobre<br />
el labio superior.<br />
—Tenía su porte mi hermano —dice orgullosa–. ¿Usted<br />
le ve cara de ladrón, secuestrador o violador? —pregunta<br />
con tono indignado sin esperar respuesta.<br />
* * *<br />
Del limitado vestuario de Pepe, una era su prenda favorita:<br />
la playera del Cruz Azul. Hijo de un albañil que<br />
siempre hablaba de las glorias pasadas de ese equipo de<br />
futbol, y él mismo un albañil en ciernes, no podía ser más<br />
que fan del equipo de la cementera.<br />
Cuando abandonaron el Peñón de los Baños, Faustino<br />
reunió a sus dos hijos menores y los llevó, después<br />
de más de dos años de no hacerlo, al Distrito Federal.<br />
Atravesaron toda la ciudad para ver, en el Estadio Azul,<br />
un juego de su equipo. Ya nadie recuerda el rival ni el resultado,<br />
sólo la emoción del chavalo que para entonces<br />
había cumplido 12 años.<br />
“¡Soy Norberto Scoponi! ¡Soy El Conejo Pérez!”,<br />
anunció a voz en cuello apenas regresó del partido a Tezompa<br />
y se encontró con una pelota, buscando quién lo<br />
retara a chutar unos penaltis e invocando a quienes acababa<br />
de ver jugar.
Pepe nunca volvió al estadio, pero eso no impidió que<br />
cada dos sábados vistiera la casaca azul y una gorra blanca<br />
con la cruz azul. Religiosamente prendía la tele cada que<br />
transmitían partido de su equipo. Pronto se acostumbró<br />
a que el Cruz Azul hiciera la mejor de todas las temporadas<br />
regulares para luego quedar eliminado en la recta<br />
final del torneo.<br />
No tuvo tiempo de ser un hombre de muchos gustos:<br />
le faltó conocer el mar, nunca llevó a su familia al cine,<br />
rara vez compraba ropa y si lo hacía, la pagaban en abo-<br />
una fábrica papelera. Ambos jóvenes eran<br />
solteros y de ellos en Tezompa sólo hablan<br />
bien. Nadie recuerda conflicto alguno en su<br />
pueblo o en Huitzilzingo y, al igual que Pepe,<br />
no tenían antecedentes penales.<br />
* * *<br />
Huitzilzingo, un pequeño pueblo del oriente<br />
mexiquense, no se distingue demasiado de<br />
los pobres poblados que lo rodean, salvo en<br />
Ninguno de los cinco homicidios ha sido aclarado. No hay sospechosos<br />
ni alguien que haya sido detenido. Nadie puede asegurar que la<br />
calma volverá a San Mateo Huitzilzingo, comunidad rural hasta hace<br />
unos años y hoy parte de la mancha urbana de la Ciudad de México.<br />
nos.<br />
“Cuando tenía trabajo, andábamos con mil pesos a la<br />
semana. Cuando no, con 50 pesos diarios debíamos comer<br />
los niños, él y yo. Cuando le iba mejor y me daba para<br />
el gasto, yo guardaba aunque fuera un poquito y lo sacaba<br />
en los tiempos difíciles. Yo vendía dulces o elotes cocidos<br />
para completar. ¿De dónde sacan que era secuestrador?”,<br />
se pregunta Arely.<br />
* * *<br />
Otra parte de la vida de Pepe se hallaba marcada por la<br />
religión. Él y su mujer fueron elegidos por sus vecinos<br />
del pueblo como mayordomos del Niño Dios durante tres<br />
años consecutivos, el último de los cuales concluyó en<br />
diciembre pasado.<br />
Como mayordomos hospedaban en su casa la imagen<br />
del Niño Dios durante dos meses, organizaban una fiesta<br />
en su honor y lo entregaban a otra casa. Cada 12 de diciembre,<br />
día dedicado a la Virgen de Guadalupe, la pareja<br />
convocaba a otra celebración.<br />
Además de su visita a la Villa de Guadalupe —la ocasión<br />
en que se obsequiaron los anillos—, Pepe y Arely sólo<br />
viajaron una vez más: para bailar ante el Señor de Chalma.<br />
Los miércoles de ceniza, al inicio de la Cuaresma, él<br />
subía a la bicicleta y pedaleaba durante dos o tres días<br />
enteros hasta llegar al sitio de peregrinaje. O caminaba,<br />
tres o cuatro días, cruzando entre los cerros.<br />
Aparte de la amistad, a Pepe lo unía otro vínculo con<br />
Luis Alberto: fue su padrino de primera comunión. La<br />
ceremonia se realizó en Tezompa el 24 de julio, día de<br />
la fiesta del pueblo dedicada a San Juan Bautista. Pepe y<br />
Arely compraron el traje del niño, los zapatos, la Biblia<br />
y el rosario. Luego hicieron una fiesta, con una modesta<br />
comida a cargo de los padres del pequeño.<br />
La cercanía de Pepe no sólo era con Luis Alberto, sino<br />
también con Raúl. La buena relación era tanta que cuando<br />
finalmente nació el hijo de Pepe, al que bautizó como<br />
José Kevin, los muchachos trataban a éste como si fuera<br />
su hermano menor, tal como Pepe había hecho con ellos.<br />
Así que no fue nada extraño que Luis Alberto y Raúl<br />
trabajaran como ayudantes de albañilería de José Manuel,<br />
aunque Raúl pronto iba a dejarlo: dos semanas antes<br />
del linchamiento se había empleado como obrero en<br />
una cosa: los brotes de violencia criminal.<br />
A principios de este año, el 9 de enero,<br />
tres jóvenes del pueblo fueron ejecutados<br />
a tiros mientras bebían afuera del panteón<br />
local. Nadie se explica por qué, pero la madrugada<br />
se quebró por la ráfaga de un arma<br />
automática.<br />
Dos días después, otros dos jóvenes de<br />
ahí fueron secuestrados. Sus cadáveres aparecieron<br />
horas más tarde en un baldío del vecino<br />
municipio de Tlalmanalco. Los torturaron<br />
antes de darles el tiro de gracia.<br />
Ninguno de los cinco homicidios ha sido<br />
aclarado. No hay sospechosos ni alguien que<br />
haya sido detenido. Nadie puede asegurar<br />
que la calma volverá a San Mateo Huitzilzingo,<br />
comunidad rural hasta hace unos años y<br />
hoy parte de la mancha urbana de la Ciudad<br />
de México.<br />
Por eso la desconfianza ante la presencia<br />
de cualquier extraño. Por eso, cuando un<br />
grupo de hombres, supuestamente emparentados<br />
entre sí por el apellido Campa, ven circular<br />
la tarde de ese viernes 10 de febrero una<br />
vieja camioneta color café, miran a sus tres<br />
ocupantes con recelo. Los abordan y se hacen<br />
de palabras. Se empujan. Los Campa someten<br />
a Pepe, Luis Alberto y Raúl, se los llevan<br />
a la delegación municipal, en el centro de San<br />
Mateo, junto a la iglesia del lugar, el auditorio<br />
del comisariado ejidal y la escuela primaria,<br />
la Cristóbal Colón.<br />
Esa austera construcción es la sede de la<br />
autoridad municipal de Chalco. Se compone<br />
de dos pisos, un aula en cuyo pizarrón alguien<br />
garrapateó anotaciones de álgebra, una<br />
biblioteca habilitada en un espacio que no rebasa<br />
el tamaño de un salón escolar, la oficina<br />
del delegado y un mínimo cuarto en donde<br />
encierran a los borrachos escandalosos. La<br />
celda da a la plaza y se puede mirar de un lado<br />
al otro a través de una ventanita.<br />
Pepe, Luis Alberto y Raúl son encerra-<br />
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dos allí; los acusan de ser rateros. Nadie dice<br />
exactamente qué han robado, pero el delegado<br />
los recibe y los encierra.<br />
Pocas horas más tarde —algunos testimonios<br />
dicen que cerca de las siete de la noche—<br />
los Campa regresan. Exigen que les entreguen<br />
a los prisioneros. Han dejado de ser ladrones,<br />
ahora se les atribuye ser secuestradores.<br />
El rumor de que son parte de una banda de<br />
plagiarios corre como luz de pólvora. De boca<br />
en boca, corren versiones cada vez más estrafalarias.<br />
“Se querían llevar a una muchacha”.<br />
“Son violadores”. “Ellos son los asesinos del<br />
panteón”. “Y también secuestraron a los muchachos<br />
muertos”.<br />
La gente se aglomera. El barullo de las decenas<br />
de habitantes aumenta, alguien propone<br />
hacerse justicia por mano propia y evitar<br />
que sigan cometiendo asesinatos.<br />
La turba se inquieta. Un último infundio<br />
termina de agitar el ambiente: “Los quieren<br />
soltar”.<br />
Esto excita los ánimos de los presentes.<br />
Nadie sabe qué han hecho esos tres muchachos,<br />
pero de seguro ha sido grave. La rabia se<br />
apodera de las voces, todos gritan, se quejan,<br />
insultan a las autoridades, no van a permitir<br />
que suelten a los secuestradores. Ya están<br />
hasta la madre de los corruptos que protegen<br />
a los criminales. No van a permitir que los<br />
dejen ir. Faltaba más.<br />
No se sabe si el delegado avisa o no a sus<br />
superiores que han llevado a tres presuntos<br />
delincuentes. Antes de las ocho de la noche,<br />
una multitud vociferante y ansiosa urge a los<br />
policías municipales a que avisen a la alcaldía<br />
de Chalco, pero nada pasa.<br />
La exaltación crece. El enojo también.<br />
Cómo es posible que los vayan a soltar, ya se<br />
pusieron de acuerdo con los policías y el delegado.<br />
Ni madres, no lo vamos a permitir.<br />
Siempre quieren hacer lo mismo.<br />
Transcurren decenas de minutos y el aire<br />
se ha ido enturbiando. La situación está a<br />
punto de salirse de control. Hasta entonces,<br />
a las nueve y cuarto de la noche, los policías<br />
piden auxilio a la Secretaría de Seguridad Estatal.<br />
Las televisoras, radiodifusoras y portales<br />
de internet ya reportan desde hace un rato los<br />
hechos. Poco antes de las 10, la turba somete<br />
a los policías. Ya no habrá marcha atrás.<br />
* * *<br />
Apenas en diciembre pasado, para mejorar<br />
sus condiciones de trabajo, Pepe había podido<br />
comprar una camioneta usada —una Ford<br />
Explorer café modelo 1994— gracias a que se<br />
la vendieron con descuento y tenía el dinero<br />
que le dieron a cuenta de una obra, más un<br />
crédito aún no finiquitado.<br />
El vehículo tenía dos detalles: carecía de<br />
tapones en las llantas, lo que poco importa-<br />
ba pues Pepe ni siquiera lavaba la camioneta; y sus anteriores<br />
dueños habían dejado de pagar la tenencia años<br />
atrás.<br />
—¿Cómo lo resuelvo, cuñado? —le preguntó Pepe a<br />
Rodrigo, esposo de Verónica.<br />
Con el número de placas, consultaron en internet si la<br />
camioneta tenía más adeudos. No encontró nada que lo<br />
alarmara, así que siguió manejándola casi todos los días,<br />
incluido ese viernes 10 de febrero por la mañana, cuando<br />
la usó para ir a hacer un trabajo cerca del pueblo. Se fue<br />
temprano y llegó poco antes de la hora de la comida. Platicó<br />
con Arely un rato y salió de nuevo a comprar dulces<br />
para su hijo José Kevin. Regresó y tomó un baño. Se deslizó<br />
una sudadera gris, un pants negro con una raya azul<br />
a los lados y se calzó unos tenis negros con blanco.<br />
Más tarde comieron caldo de pollo con pasta, uno de<br />
los platos favoritos de José Manuel. Hablaron sobre algo<br />
rutinario: la escuela de los niños. Al atardecer se colocó<br />
su gorra blanca de beisbolista y salió a la calle. Debía ir<br />
hacia Huitzilzingo a cargar gasolina, pues a la mañana<br />
siguiente trabajaría desde temprano: quería cobrar el<br />
trabajo de los días anteriores.<br />
Pero esta vez, a diferencia de la mayoría de las ocasiones,<br />
no lo acompañaron su mujer y sus hijos. Luis y<br />
Raúl lo esperaban afuera. Los tres subieron a la camioneta<br />
y tomaron camino.<br />
* * *<br />
A Vianey Óscar Vargas Medina nadie le llama así. En<br />
Huitzilzingo todos lo conocen como El Perra, un ex policía<br />
del Distrito Federal, de 33 años de edad y gesto adusto,<br />
cuyo rostro es dividido por una arruga profunda y<br />
vertical en la frente. Tiene bigote ralo, una pelusa negra<br />
rodea su mentón, se une a las patillas largas y a un cabello<br />
negro y rizado que domestica con abundante gel.<br />
El Perra maneja una Combi blanca. Su vehículo, decorado<br />
con alerones diseñados para los autos deportivos,<br />
no tiene papeles, y el servicio de transporte de pasajeros<br />
que ofrece es irregular.<br />
Se dirige a su casa cuando se percata de la multitud<br />
reunida y de la ira a punto de explotar: media docena de<br />
personas intentan volcar la camioneta café de Pepe. Estaciona<br />
su vehículo en casa y camina a la plaza. Se encuentra<br />
con un hombre identificado como El Güero.<br />
—Acompáñame a comprar gasolina. Quiero quemar<br />
esa camioneta —propone El Güero y señala la Ford Explorer<br />
1994.<br />
—Sí, vamos —acepta El Perra y regresa a su casa por<br />
un garrafón azul de tres litros para cargar el combus-<br />
tible.<br />
Pronto se les suman en la tarea dos personajes más:<br />
El Pollo y El Chirris.<br />
El Perra va por su Combi blanca y todos suben al vehículo.<br />
Se dirigen a la gasolinera ubicada en la carretera<br />
Chalco-Mixquic. Detienen la marcha frente a la primera<br />
bomba despachadora. El Perra busca entre sus ropas y<br />
halla un billete de 50 pesos. Pide esa cantidad de combustible,<br />
poco más de cinco litros, que le despachan en<br />
dos envases: el garrafón azul y una botella de Coca Cola<br />
que contiene litro y medio.<br />
Regresan a la plaza y atraviesan la aglomeración.<br />
El Perra entrega el garrafón azul a El Güero y se queda con<br />
la botella de refresco.
Los separos de la delegación municipal de San Mateo Huitzilzingo, donde vivieron sus últimas horas las tres víctimas del linchamiento.<br />
Explanada de la delegación, donde se aprecia el tocón sobre el cual fue incinerado por la turba uno de los linchados.<br />
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* * *<br />
Poco después de las ocho de la noche, Arely,<br />
Verónica y el esposo de ésta, Rodrigo, se preguntan<br />
por la ausencia de Pepe y los muchachos.<br />
Están preocupados. Encienden la televisión<br />
y se paralizan: ven la escena que ocurre<br />
en esos momentos en el pueblo vecino.<br />
“Vecinos del pueblo de San Mateo Huitzilzingo<br />
han detenido a tres secuestradores”,<br />
transmite en vivo un reportero. Rodrigo<br />
se inquieta. Busca una computadora con<br />
internet y revisa los portales de noticias. Ya<br />
han subido una fotografía: la camioneta Ford<br />
Explorer a la que le faltaban los tapones de los<br />
rines. Rodrigo hace un esfuerzo por ver las<br />
placas de la camioneta. Sí: son las mismas<br />
que meses atrás había rastreado.<br />
Intuyen que los tres hombres detenidos<br />
y acusados de secuestradores son Pepe, Luis<br />
Alberto y Raúl. Se dirigen a “Huitzi”.<br />
* * *<br />
A las 9:45 de la noche la decena de policías<br />
que resguardan la delegación de San Mateo<br />
Huitzilzingo ha cedido ante la multitud. José<br />
Manuel Mendoza Gil, Raúl y Luis Alberto, los<br />
dos muchachos de 16 años que toda la vida se<br />
le han pegado a Pepe como si fuera su hermano<br />
mayor, han podido ver y escuchar todo.<br />
“¡Queremos justicia!”, protestan afuera.<br />
La policía estatal ya recibió el aviso de lo<br />
que ocurre; sabe que la decena de oficiales<br />
uniformados están rebasados por completo.<br />
Que nada podrán hacer ante 300 vecinos furibundos.<br />
Han pasado dos horas desde que el<br />
gentío se empezó a reunir en la delegación para<br />
evitar que suelten a los de Tezompa; quieren<br />
hacerse justicia por mano propia, pero nadie,<br />
ni en el gobierno del Estado de México ni en el<br />
municipio de Chalco, hace nada.<br />
“¡Hijos de la chingada, secuestradores!”.<br />
“¡Los quieren dejar ir!”. “¡Ya se vendieron!”.<br />
“¡Ahorita se los va a cargar la chingada!”,<br />
zumban las voces anónimas que impregnan<br />
el aire de una muy mala vibra.<br />
Una piedra revienta la ventanita del cuarto.<br />
Están cerca. Las cabezas asoman. “¡Hijos<br />
de su pinche madre, ahorita vamos a ver si<br />
son tan chingones!”.<br />
Otro vidrio se hace añicos. Y otro y otro.<br />
Las patadas sobre la puerta de la delegación<br />
se encadenan e integran un ruido uniforme.<br />
“¡Los vamos a matar, cabrones!”.<br />
El gentío irrumpe en la celda. Entre 15 y 25<br />
hombres y mujeres se encuentran en su camino<br />
con el cartel de una campaña contra la<br />
violencia: “Hay huellas que no se borran”, se<br />
lee en él.<br />
Giran hacia la izquierda y miran, a un lado,<br />
la oficina del delegado. De la pared cuelga una<br />
fotografía del ex gobernador Enrique Peña<br />
Nieto, vestido de oscuro, con corbata roja y una<br />
sonrisa que es línea horizontal de tan amplia.<br />
Mujeres, algunas de ellas mayores, se muestran especialmente<br />
rabiosas. Seis de ellas —según contarán las<br />
autoridades posteriormente— exigen justicia con vehemencia.<br />
Tienen la plena seguridad de que el propósito<br />
verdadero de esos “secuestradores” es robar niñas, quizá<br />
a las suyas.<br />
“¡Justicia, queremos justicia!”, se exalta una mujer<br />
de rebozo, que no falta a misa y nunca deja de cantar en<br />
ella. “¡Justicia!”, reclama Otilia Sánchez.<br />
La muchedumbre avanza hacia el cuarto contiguo.<br />
Pepe, Raúl y Luis se apretujan en un rincón. No hay posibilidad<br />
de escape. El cuarto no mide más de seis metros<br />
de ancho por tres de largo.<br />
La golpiza arranca. Pepe resiste, es fuerte. Dos, tres,<br />
cuatro hombres lo someten. Le atan las manos. Cae. Lo<br />
patean y arrastran. Lo zarandean, intenta levantarse, lo<br />
llevan a rastras. Da dos o tres pasos antes de caer de nuevo.<br />
Lo alzan y decenas de manos se disputan el espacio<br />
para golpearlo. Se derrumba frente a la delegación. Está<br />
bañado en su propia sangre.<br />
Uno de los muchachos se tropieza y cae. Intenta gatear<br />
sobre las rosadas losetas del piso y meterse al fondo<br />
del edificio. Le pegan con puños, lo patean, lo voltean<br />
bocarriba. No resiste demasiado. Sólo tiene 16 años y no<br />
es tan fuerte. El Chirris lo toma de un tobillo y lo jala hacia<br />
la plaza.<br />
—¡Secuestradores! ¡Asesinos! ¡Perra, échales la gasolina!<br />
—grita alguien de la turba… o la turba entera—.<br />
¡<strong>Préndeles</strong> el cerillo!<br />
Una piedra, palo, ladrillo o tubo alcanza la cabeza de<br />
Luis Alberto y recibe un golpe contundente. Es el primero<br />
en morir.<br />
—¡Ya, pinche Perra, aviéntales la gasolina! —rugen<br />
las voces desde la multitud.<br />
Otro grupo de los vecinos continúa el martirio contra<br />
Pepe y Raúl. Uno queda junto al tocón del único árbol que<br />
emerge en la plazoleta. En línea recta, a unos 50 metros,<br />
es posible seguir la escena desde el altar de la iglesia. Este<br />
es un pueblo fervoroso cuyo santo patrono es San Mateo,<br />
pero también alaba a un Cristo sangrante, torturado por<br />
su pueblo, llamado Dulce Nombre de Jesús, y al Señor de<br />
la Misericordia.<br />
No obstante, aquí no hay quien invoque a la piedad.<br />
El cura del pueblo está en la casa parroquial, a 30 metros<br />
del linchamiento. No escucha los gritos de furia o dolor,<br />
encerrado en su habitación. Se concentra en la música.<br />
—¡Pinche secuestrador! —se oye una y otra vez.<br />
“Alguien” destapa el envase de plástico de Coca Cola<br />
y lo vacía sobre Pepe. El líquido oloroso, medio cristalino,<br />
diluye un poco la sangre que comienza a hacerse costra<br />
en su rostro. Está empapado.<br />
—¡Échales el cerillo!<br />
Y alguien —las autoridades insisten en que una mujer<br />
de apellido Carrillo— saca la cajita de cerillos. Enciende<br />
uno y lo arroja. Hace lo mismo con los tres.<br />
Los cuerpos arden como fogatas.<br />
La muchedumbre se aquieta, hipnotizada por las<br />
llamas.<br />
Al fin llega el silencio.<br />
* * *<br />
Rodrigo, el marido de la hermana de Pepe, acompaña<br />
a Arely y Verónica a Huitzilzingo. Les pide que es-
Arely define a quien fuera su compañero durante 11 años: "Era buena gente, cariñoso. Se daba a querer". Y se pregunta: "¿De dónde sacan que era secuestrador?".<br />
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peren a la entrada del lugar. Ven pasar<br />
un convoy de patrullas y camiones<br />
de bomberos. No se explican por qué los<br />
bomberos.<br />
Mantienen la necesaria distancia con la<br />
turba. Se preguntan si es conveniente aclarar<br />
que son familiares del hombre al que acusan<br />
de secuestrador, pues así se ha dicho por la<br />
televisión, y si de algo servirá decir que no es<br />
más que un pobre albañil.<br />
La agitación es demasiada y tienen miedo<br />
de acercarse.<br />
—Vamos a la casa. Nos dormimos y mañana<br />
vemos qué pasa —propone Rodrigo. Las<br />
mujeres están de acuerdo. Creen que si los<br />
detenidos son Pepe y los muchachos, en el<br />
peor de los casos será un asunto de golpes y<br />
ya.<br />
Pero cuando regresan a su hogar y se<br />
sientan frente a la televisión, ven en el noticiario<br />
nocturno de Televisa imágenes de una<br />
camioneta quemada. Los reportes en vivo<br />
aseguran que dos de las tres personas han<br />
muerto y que la tercera ha sido llevada a un<br />
hospital.<br />
“Los quemaron vivos”, insiste con asombro<br />
el conductor.<br />
Verónica y Arely tratan de obtener datos<br />
por teléfono. Nadie les dice nada. En la madrugada<br />
se les une Faustino, padre de Pepe.<br />
Se presentan en el hospital y se enteran de<br />
que el último de los tres ha muerto apenas. Y<br />
no es Pepe.<br />
Se dirigen a la agencia del Ministerio Público.<br />
Suplican por información, pero se las<br />
niegan. Un vendedor de servicios fúnebres<br />
les ofrece ayuda para conseguirla. A cambio,<br />
queda entendido, la familia contratará a su<br />
funeraria. El vendedor de ataúdes entra con<br />
los funcionarios públicos y al poco tiempo<br />
regresa.<br />
—¿Quién tiene credencial de elector?<br />
—pregunta.<br />
—Yo... aquí la tengo —se adelanta don<br />
Faustino.<br />
Camina por pasillos iluminados con luz<br />
blanca. Lo guían a una plancha y descubren<br />
un cuerpo medio calcinado.<br />
—Sí, sí es mi hijo —tartamudea, conmocionado,<br />
el hombre.<br />
Pepe, al igual que Raúl, no fallece por las<br />
quemaduras. La autopsia revela algo más doloroso:<br />
se asfixió con los gases desprendidos<br />
de la combustión de su propio cuerpo.<br />
* * *<br />
Es miércoles de ceniza y El Perra está por<br />
conocer a la jueza que lleva su caso, Catalina<br />
Aparicio, quien aparece en la sala de audiencias<br />
cubierta con una toga negra; unos<br />
discretos aretes y una delgada cadena de oro<br />
aliviaban la solemnidad del atuendo.<br />
El edificio en que se lleva a cabo el juicio se<br />
ubica a un lado de la cárcel estatal construida años atrás,<br />
justo a la orilla del propio pueblo de Huitzilzingo. En esa<br />
prisión están detenidos El Perra y 19 vecinos más. Todos<br />
van y vienen por los juzgados con una cruz tiznada en la<br />
frente.<br />
El juicio de los presuntos linchadores ocurre bajo el<br />
novedoso formato oral. La audiencia es presidida por la<br />
jueza, cuyo ingreso al recinto hace que los asistentes automáticamente<br />
se pongan de pie. La jueza Aparicio golpea<br />
con el mazo una madera e inicia la sesión. Intervienen<br />
los fiscales y responde la defensa.<br />
El Perra se sienta dentro de una vitrina de acrílico<br />
colocada al interior de la sala, a donde se llega por los túneles<br />
de la cárcel. Él también debe ponerse de pie ante el<br />
anuncio de la llegada de la juez Aparicio. La observa con<br />
el ceño apretado. La arruga vertical de su entrecejo se ve<br />
especialmente profunda.<br />
—Se inicia la sesión para resolver si se somete a proceso<br />
al ciudadano Vianey Óscar Vargas Medina por el<br />
delito de homicidio triple. ¿Entiende usted de qué se le<br />
acusa? —pregunta al detenido.<br />
El hombre, ya sentado, se reclina hacia adelante y<br />
aprieta el botón del intercomunicador para que su voz se<br />
escuche fuera de la vitrina.<br />
—Sí, su señoría —responde el imputado.<br />
La jueza pide a los fiscales, sentados frente a ella, exponer<br />
sus argumentos.<br />
—Vianey Óscar Vargas Medina, El Perra, compró con<br />
su dinero 50 pesos de gasolina que le despacharon en un<br />
envase de Coca Cola y en un garrafón azul. Luego regresó<br />
al pueblo y, según su propio dicho, prendió el cerillo para<br />
provocar el <strong>fuego</strong> que terminó con las tres vidas, por lo<br />
que pedimos a usted se le procese por los delitos de homicidio<br />
—expone, básicamente, el fiscal Jesús Antonio<br />
Martínez.<br />
Para entonces el acusado ya se ha retractado de la<br />
confesión videograbada y divulgada por la procuraduría<br />
mexiquense. Argumentó que habló bajo tortura y amenazas.<br />
Catalina Aparicio llama entonces a que la defensa,<br />
sentada junto a la pecera transparente en la que aguarda<br />
el acusado, presente argumentos a favor de su cliente.<br />
—Esta acusación ocurre de manera temeraria e ilógica,<br />
pues nunca, en ningún momento, la fiscalía demuestra<br />
que mi cliente haya encendido el cerillo y lo haya<br />
arrojado. Si mi cliente adquirió la gasolina fue con el<br />
único propósito de que otros sujetos incendiaran una camioneta,<br />
por lo que, suponiendo sin conceder, habría de<br />
acusársele, en todo caso, de la relación que pudiera tener<br />
con daños en propiedad ajena, por lo que pido a usted,<br />
señoría, determine su absoluta e inmediata libertad.<br />
La jueza admite que se continúe el proceso, pero desecha<br />
los elementos presentados por la fiscalía y desbarata,<br />
específicamente, la acusación de que El Perra es<br />
el autor material del triple homicidio. Los funcionarios<br />
buscan explicar el móvil del triple homicidio, pero siempre<br />
tropiezan, se enredan, se confunden.<br />
En realidad nadie sabe por qué inmolaron a esos dos<br />
muchachos y a un buen hombre.<br />
* * *<br />
A la fecha, 23 habitantes de Huitzilzingo han sido detenidos<br />
y sometidos a proceso penal. Veinte de ellos, mayo
es de edad, están presos en una cárcel construida junto a<br />
su propio pueblo. Los tres menores fueron internados en<br />
una correccional situada a las faldas del volcán Nevado de<br />
Toluca.<br />
El procurador del Estado de México, Alfredo Castillo,<br />
ha informado a la prensa que uno de los muchachos de<br />
Tezompa —no está claro si Luis Alberto o Raúl— mantenía<br />
un romance o buscaba tenerlo con una chica de la<br />
preparatoria de Huitzilzingo. Y, según dice, un joven que<br />
también pretendía a la chica fue retado por los albañiles<br />
el día previo al linchamiento.<br />
El joven evitó el encuentro. Antes de irse, continúa la<br />
explicación del funcionario, los tres de Tezompa lo amenazaron<br />
con regresar al día siguiente, así que los esperó…<br />
acompañado de un grupo de amigos, quienes golpearon a<br />
los forasteros, los entregaron en la delegación, para luego<br />
reclamarlos, sacarlos por la fuerza y asesinarlos.<br />
Esta versión tiene algunos flancos débiles: no existe<br />
la joven enamorada ni tampoco el rival. Solamente es un<br />
rumor iniciado en una escuela. La segunda hipótesis de<br />
la fiscalía mexiquense es que los albañiles efectivamente<br />
cometieron un robo el día anterior al triple asesinato.<br />
Pero los agentes del MP ni siquiera tienen idea a quién y<br />
de qué habrían despojado.<br />
¿Y qué de las vidas de Raúl y Luis Alberto?<br />
Sus familiares no dicen una sola palabra. No hablan<br />
de puro miedo. Sus madres abren la puerta, miran con<br />
desconfianza. Procuran mostrarse amables, se disculpan<br />
por no romper el silencio durante su duelo.<br />
En casa, Verónica aclara por qué las madres no quie-<br />
"A nadie acusamos. Sólo queremos seguir con nuestras vidas", es el triste epitafio de los deudos.<br />
ren hablar: en el pueblo donde mataron a su<br />
hermano y a los hijos de sus vecinas se esparció<br />
el rumor de que ellas, familiares y vecinos<br />
planean una incursión a Huitzilzingo para<br />
secuestrar a los familiares de los supuestos<br />
asesinos, llevarlos a Tezompa, rociarlos de<br />
gasolina y prenderles <strong>fuego</strong>. Pero jura que eso<br />
no es cierto, que ni saben quiénes fueron, ni<br />
por qué lo hicieron.<br />
“A nadie acusamos. Nada más queremos<br />
seguir con nuestras vidas, olvidar”.<br />
* * *<br />
La noche del 10 de febrero de 2012 se incendia<br />
por un instante. Los cuerpos de José Manuel,<br />
Luis Alberto y Raúl arden. La multitud, antes<br />
furiosa, se deja hipnotizar con las llamas.<br />
Al fin, el silencio lo cubre todo. <br />
nota: Para la elaboración de este texto<br />
fueron entrevistados el fiscal encargado<br />
del caso, Jesús Antonio Martínez; el<br />
subprocurador jurídico del Estado de<br />
México, Alejandro Gómez Sánchez, así<br />
como vecinos, policías, el párroco de<br />
Huitzilzingo, y familiares y vecinos de<br />
José Manuel Mendoza Gil.<br />
| EMEEQUIS | 02 DE ABRIL DE 2012<br />
29
El plan<br />
perfecto
; Inteligente, autoritario, delgado, de cabello corto, Vicente,<br />
un “chavillo normal”, asesinó a sus padres y a su hermana mayor<br />
cuando tenía 16 años. Lo hizo porque podía, según declaró luego,<br />
y porque estaba seguro de que ahí, en su natal Ciudad Juárez, como<br />
en todo México, la corrupción manda y nadie investiga nunca.<br />
Así que —pensó él— tenía garantizada la impunidad.<br />
Tres meses después de salir de la cárcel, a los 21 años, fue<br />
baleado en la calle. Nadie reclamó su cadáver. El caso de Vicente<br />
anunciaba el surgimiento en Juárez de una generación que<br />
asumía el caos del narco y la violencia como un río revuelto en<br />
el que cada quién podía hacer lo que le viniera en gana, “una<br />
generación dispuesta a matar por cualquier cosa”.<br />
Esta es la historia contada por Sandra Rodríguez Nieto,<br />
periodista de El Diario de Juárez reconocida en 2011 con los<br />
premios Internacional de Periodismo, entregado por el rotativo<br />
español El Mundo , y el Mary Moors Cabot de la Universidad de<br />
Columbia, e incluida en la lista “Héroes de los medios de comunicación”<br />
publicada por el diario Los Angeles Times.<br />
De su libro La fábrica del crimen, ofrecemos este fragmento<br />
con la autorización de la editorial Planeta, bajo cuyo sello ya<br />
se encuentra en circulación.<br />
Por Sandra Rodríguez Nieto
Los claxonazos provenientes del Camino a la Rosita lo despertaron<br />
alrededor de las 10 de la mañana de ese viernes 21 de<br />
mayo. La luz del sol se reflejaba de lleno contra los muros grises<br />
de la casa número 5824.<br />
Vicente se levantó de la cama de sus padres, se dirigió a su<br />
recámara y se vistió con una bermuda beige tipo cargo y una<br />
playera negra. El pequeño C.E. dormía aún en el colchón, en<br />
cuyo reverso la sangre ya se había oscurecido. Todo había salido<br />
perfecto. Ahí estaban afuera otra vez Eduardo y Uziel, que<br />
le pitaban desde la Cherokee para que saliera y les diera una<br />
tarjeta telefónica con la cual llamarían a su familia materna<br />
para pedir el rescate, como habían quedado. Seguían convencidos<br />
de que era su deber ayudarlo.<br />
Vicente les resultaba un amigo complejo. Sabían que era<br />
déspota, burlón y muy grosero, pero por otro lado era bromista<br />
y estaba siempre dispuesto al relajo. Les contagiaba su desenfado<br />
ante las reglas, que en él era evidente desde la camisa<br />
del uniforme que usaba desfajada hasta el frecuente abandono<br />
de las clases, incluido el consumo de alcohol y de drogas.<br />
Ninguno de los dos pudo explicar después, sin embargo,<br />
cómo fue que los convenció de cometer uno de los crímenes<br />
más horrendos en la historia de una de las ciudades más violentas<br />
del mundo.<br />
Vicente sí lo sabía. Había notado que, por alguna razón,<br />
sus amigos trataban de agradarlo sin que él hiciera un solo<br />
esfuerzo. Se lo atribuía a su inteligencia, que consideraba superior,<br />
aunque no tuviera mejores calificaciones que ellos. Lo<br />
mismo había notado uno de los orientadores de la escuela,<br />
quien, después de un examen, encontró que el coeficiente intelectual<br />
de Vicente era de los más altos de la clase pese a que<br />
su promedio no pasara de siete. No obstante, lo que más había<br />
llamado la atención del psicólogo eran las respuestas que<br />
dio el estudiante en un cuestionario sobre valores personales,<br />
cuando le preguntaron qué salvaría en caso de un incendio en<br />
su casa y contestó que sus discos compactos y el reproductor<br />
de los mismos. La mayoría de los alumnos, en cambio, respondió<br />
que rescataría a los miembros de su familia. Al mismo<br />
orientador le intrigó también que Vicente respondiera “Yo<br />
sólo sé que no sé nada” a la pregunta sobre qué cambiaría de<br />
su vida, frase que acompañó con el dibujo de un libro abierto<br />
y, en las páginas, un par de signos de interrogación.<br />
A Vicente le gustaba más la lectura, y la comprensión de<br />
contenidos era una de las pocas actividades escolares en las<br />
que destacaba, como demostró al contestar un examen abierto<br />
sobre un texto titulado “La pedantería”, del que logró identificar<br />
elementos como el método “argumentativo” en el que<br />
estaba escrito y la técnica de “narración en tercera persona” a<br />
través de una voz “omnisciente e indirecta”. La lectura, analizada<br />
pocos meses antes del crimen —y tomada del libro El perfil<br />
del hombre y la cultura en México, de Samuel Ramos—, explica<br />
que la pedantería es una actitud surgida en personas cuyas<br />
capacidades son tan inferiores a sus ambiciones, que deciden<br />
aparentar superioridad a fin de ocultar el conflicto interno. El<br />
texto añade que los pedantes son “rabiosos individualistas,<br />
incapaces de comprender los valores ajenos y renuentes a todo<br />
esfuerzo de cooperación”. Al requerir el cuestionario una opinión<br />
sobre tal comportamiento y quienes lo asumen, Vicente<br />
respondió que respetaba a esas personas porque la pedantería<br />
“es un estilo de vida para algunas” y porque “algunas sí saben<br />
de lo que están hablando”.<br />
Hablaba por él, evidentemente. Él se sentía de ese tipo.<br />
Aquella mañana del 21 de mayo estaba convencido de que sabía<br />
lo que hacía, de que había cometido un crimen perfecto,<br />
de que al estar los cuerpos calcinados nadie sospecharía<br />
jamás que él había sido el asesino. Todo<br />
sería cuestión de reportar a sus padres desaparecidos.<br />
¿Cuántos casos no había ya en Juárez y<br />
nadie los investigaba? ¿Quién, además, iba a dudar<br />
de un adolescente hijo de una familia en la que<br />
había madre y padre —circunstancia por demás<br />
inusual en Juárez— y que incluso asistía a la escuela?<br />
Porque de él se podría pensar que era vago e<br />
indisciplinado, pero nunca un criminal de importancia.<br />
Para la mayoría de sus compañeros y familiares,<br />
Vicente era un chico silencioso, “normal” y<br />
discreto. Imposible detectar la crueldad de sus<br />
intenciones. En las características de su entorno<br />
inmediato, además, no había tampoco síntomas<br />
de peligro. Era un menor de edad en el Juárez de<br />
principios del siglo XXI, cuando las escuelas de<br />
nivel medio empezaron a ser insuficientes y la mitad<br />
de la población de entre 15 y 18 años, decenas<br />
de miles, se quedó sin estudiar, de manera que él,<br />
inscrito en bachillerato, era incluso afortunado.<br />
Vivía además en una amplia propiedad que su<br />
abuelo materno le había legado a su madre Alma<br />
Delia cuando ésta se casó con Vicente León Negrete,<br />
entonces un joven de 24 años nacido en San<br />
Cristóbal, Guanajuato, y a la postre dueño de un<br />
taller de carrocería y pintura de vehículos importados<br />
de Estados Unidos que reparaba en el amplio<br />
espacio de su casa en La Rosita.<br />
Vicente era también de los pocos adolescentes<br />
que habían crecido con su madre en casa. Alma<br />
Delia, oriunda de Juárez de tercera generación<br />
—otra situación inusual en una ciudad de inmigrantes—,<br />
dejó sin ejercer su título de licenciada<br />
en Administración de Empresas por la Universidad<br />
Autónoma de Ciudad Juárez para dedicarse<br />
a su rol de madre, lo cual situaba a Vicente en<br />
otra posición de ventaja. De su generación son los<br />
miles de niños juarenses que empezaron a crecer<br />
prácticamente solos en los noventa debido a que<br />
sus madres —muchas veces solteras— tenían que<br />
trabajar en las maquiladoras o en otros giros y no<br />
había guarderías suficientes, por lo que muchos<br />
terminaron adquiriendo su visión del mundo a<br />
través de extraños o en las calles, ya desde entonces<br />
llenas de actividades ilícitas.<br />
La familia León Chávez, en cambio, era “normal”<br />
y, al mismo tiempo, privilegiada, porque estaba<br />
completa, porque no vivía hacinada y porque<br />
tenía a los hijos en la escuela. Y Vicente, como me<br />
dijo la abuela en una muy breve entrevista, aparentaba<br />
también ser un adolescente “normal”, que<br />
estudiaba. ¿Qué problema podría crear, si estaba<br />
en la preparatoria?<br />
El perfil criminal de Vicente, con todo, no se<br />
gestó precisamente en sus carencias afectivas o<br />
en su núcleo inmediato. Los criminólogos determinarían<br />
semanas después que el detonante de<br />
su delito se encontraba en un ámbito más amplio<br />
que el de la casa, como la escuela o la ciudad misma,<br />
y que lo había conducido a la certeza de que<br />
la violencia era un medio que se podía imponer<br />
para lograr casi cualquier propósito y, sobre todo,<br />
| EMEEQUIS | 02 DE AbrIL DE 2012<br />
33
| EMEEQUIS | 02 DE AbrIL DE 2012<br />
34<br />
que quienes recurrían a ella no sufrían una sola<br />
consecuencia.<br />
Así, decidió que podía cometer el crimen y fácilmente<br />
hacerlo pasar por un ajuste de cuentas<br />
una tarde de finales de abril de 2004, apenas unas<br />
semanas atrás, cuando vio a un grupo de hombres<br />
llegar con armas a su casa y discutir con su padre,<br />
en cuyo negocio de carrocería era común recibir<br />
presiones de personas que pedían generar compartimentos<br />
en los vehículos —los llamados “clavos”—<br />
para esconder droga y después cruzarla a<br />
Estados Unidos. Luego de unos gritos, los hombres<br />
armados se llevaron unos automóviles del<br />
taller y se fueron. Era obvio, pensó Vicente, que<br />
se trataba de unos “narcos”. Fue en ese momento<br />
cuando, además del odio que sentía por su familia,<br />
comprendió lo más importante para cometer<br />
el crimen: que podría hacerlo. Si él los mataba,<br />
todos iban a pensar que habían sido los “narcos”.<br />
¿Quién iba a tomarse la molestia de investigarlo?<br />
Entonces le contó el plan a Eduardo, una tarde<br />
a principios de mayo durante un receso entre<br />
las clases en el Bachilleres, mientras conversaban<br />
en una de las bancas cercanas a las canchas<br />
deportivas.<br />
—Tengo una idea para ganar mucho dinero…<br />
—le dijo Vicente repentinamente, mirándolo de<br />
reojo y pausando la voz.<br />
—¿Qué? ¿Vas a pasar un carro con droga o algo<br />
así? —preguntó Eduardo.<br />
—No.<br />
—¿Entonces?<br />
—A lo mejor piensas que estoy loco…<br />
—Ya dime, ¿qué plan tienes?<br />
—Voy a secuestrar a un familiar…<br />
—¿A quién?<br />
—¿A quién crees?<br />
—A un primo…<br />
—No. A mis papás.<br />
A Eduardo le causó risa la respuesta. Vicente<br />
también sonrió ligeramente al ver la reacción de<br />
su amigo.<br />
—Estás bien loco —le dijo Eduardo.<br />
—Vámonos a otro lado.<br />
Los dos se dirigieron a una banca más alejada<br />
del resto de los alumnos. De lejos no eran más que<br />
un par de estudiantes platicando en un receso.<br />
Imposible adivinar la gravedad de lo que estaban<br />
discutiendo.<br />
—Tengo pensado, si se puede, matar a mis papás.<br />
Pero necesito que alguien me ayude para pedir<br />
el rescate —le dijo Vicente, con una media sonrisa<br />
ante la expresión de incredulidad de Eduardo,<br />
quien en todo momento, aseguró más tarde, le<br />
respondió como si se tratara de una broma.<br />
La conversación quedó para después al sonar<br />
el timbre que los hizo volver a clases. No tocaron<br />
el tema durante unos días, pero en las siguientes<br />
dos semanas hablarían de eso casi a diario luego<br />
de que Vicente le pidiera ayuda para comprar una<br />
pistola y juntos empezaran a recorrer calles buscándola,<br />
sin éxito.<br />
Vicente consiguió el arma finalmente en la<br />
preparatoria, con un alumno con el que también había coincidido<br />
en la primaria pero a quien apenas conocía. No recordaba<br />
siquiera sus apellidos. Algo en él, sin embargo, le indicaba<br />
que podría tener una pistola en casa; quizá era la actitud<br />
envalentonada con la que se conducía, o la forma bravucona<br />
en la que hablaba de su familia, del poder de su padre o de<br />
“su abogado”. Se llamaba Alejandro R.A. y tenía entonces<br />
17 años. Vicente lo abordó la tarde del miércoles 19 de mayo<br />
durante un receso, y le preguntó si tenía una pistola porque<br />
quería balacear a unos “chavalos” de la avenida Jilotepec que<br />
se habían peleado con uno de sus primos, motivo por el que<br />
su padre había sufrido un infarto. También le dio a entender<br />
que él, Alex, era su última esperanza y que ya había buscado en<br />
vano preguntando entre los maleantes de la colonia Melchor<br />
Ocampo.<br />
Alejandro aceptó conseguirle el arma y lo citó para el día<br />
siguiente, la mañana del jueves 20, cuando Vicente lo vio entrar<br />
y salir en pocos minutos de su casa en otro de los fraccionamientos<br />
de la zona. Alex regresó con la calibre .38 fajada<br />
en la ancha cintura de su pantalón, oculta bajo la camisa. Se la<br />
entregó a plena luz del día, en la calle, y le dijo que se la rentaría<br />
en mil pesos. Vicente le dio el dinero que había juntado<br />
desde días antes con Eduardo, regresó a su casa, guardó el<br />
arma en su recámara y se fue a la escuela.<br />
En cuanto vio a Eduardo, le dijo que quería hablar con él<br />
porque ya tenía todo listo. Las clases terminaron temprano<br />
ese jueves, alrededor de las seis, y ambos se fueron a La Rosita<br />
en un Intrepid color guinda de la madre de Eduardo. Vicente<br />
entró un momento a su recámara y salió con la pistola fajada<br />
sin que alguien en su casa notara sus movimientos. De ahí, los<br />
dos se dirigieron a la colonia Satélite a recoger a Uziel, quien<br />
después sostendría que fue sólo entonces cuando se enteró del<br />
plan de Vicente. Eduardo, sin embargo, dijo haber creído que<br />
su otro amigo estaba enterado desde días antes. En lo que sí<br />
coincidieron durante las entrevistas posteriores fue en que<br />
Vicente hacía mucho énfasis en que el crimen debía cometerse<br />
con arma de <strong>fuego</strong> para que pareciera un ajuste de cuentas<br />
más del crimen organizado.<br />
—Les voy a disparar cuando se duerman —les dijo Vicente<br />
mientras iban los tres en el Intrepid que conducía Eduardo; él<br />
en el asiento del copiloto y Uziel en el de atrás.<br />
—Ustedes lo único que van a hacer es ayudarme a sacarlos<br />
de la casa y a subirlos a un carro para tirarlos. Yo manejo otro<br />
carro con los cuerpos y ustedes me siguen. Luego alguien le<br />
habla a mi abuela y le dice que tienen a mis papás y a mi hermana<br />
secuestrados, y pide 200 mil dólares. Eso es lo que cubre<br />
el seguro.<br />
Vicente hablaba con naturalidad de lo que tenía en mente,<br />
como si les estuviera repartiendo una tarea de la escuela que<br />
tenían que hacer en equipo y como si él hubiera sido nombrado<br />
jefe. La rápida secuencia que planteaba, como si matar no<br />
le fuera a costar ningún trabajo, hacía parecer la propuesta<br />
como algo sumamente fácil y ventajoso. Doscientos mil dólares<br />
eran más de 700 mil pesos para cada uno. Todos podrían<br />
comprarse finalmente un vehículo propio.<br />
Uziel y Eduardo no dijeron palabra por algunos segundos.<br />
Dudosos y al mismo tiempo intrigados por la extravagante<br />
propuesta, sólo se vieron a los ojos. Estaban entre indecisos y<br />
temerosos, pero Vicente ya esperaba ese silencio y se jugó entonces<br />
la carta definitiva de su estrategia de convencimiento.<br />
—Va a quedar como si los hubieran matado los narcos… Mi<br />
papá tiene muchos enemigos. Nunca van a sospechar de mí…<br />
En eso estaban de acuerdo los tres. Habían pasado apenas
cuatro meses desde el hallazgo de cuerpos en Las Acequias, y<br />
ese destape de la descomposición policiaca había sido uno de<br />
los más escandalosos en la historia de Ciudad Juárez. La difusión<br />
de los homicidios de mujeres era también ya de dimensiones<br />
mundiales, y en el ambiente dominaba la convicción de<br />
que tan ciertas como la violencia eran la corrupción y la incapacidad<br />
del Estado para imponer algún castigo a los asesinos.<br />
Mientras las policías trabajaban al servicio del cártel, secuestrando<br />
y asesinando personas, las estadísticas mostraban su<br />
casi total ineficacia a la hora de procurar justicia: más de 34<br />
mil delitos denunciados y sólo 13 por ciento de probabilidades<br />
de que se encontrara a un posible responsable. Así, por cada<br />
víctima cuyo caso avanzaba había una mayoría sufriendo el<br />
crimen adicional que representa la impunidad, sin contar la<br />
gran cantidad de personas detenidas sin pruebas.<br />
Pero la mayor evidencia del estado de barbarie era cada<br />
homicidio, la casi natural perpetuación en la ciudad de un exterminio<br />
tan atroz como frecuente y que, desde 1993, había<br />
costado la vida de más de 2 mil 500 personas. Tan sólo en esa,<br />
la tercera semana de mayo de 2004, habían asesinado a nueve;<br />
cuatro de ellas al estilo del narco. El martes 18, un hombre<br />
había sido acribillado con más de 40 impactos de ametralla-<br />
conducía a casa de una adolescente que le gustaba<br />
y que era en realidad quien ocupaba la mayor parte<br />
de sus pensamientos.<br />
Alrededor de las ocho y media de la noche, los<br />
tres llegaron al exterior de la casa de S., una chica<br />
de 18 años que era tía de la amiga de Eduardo y<br />
quien, al asomarse por la ventana del auto a saludarlos,<br />
vio a Vicente sentado en el lugar del copiloto<br />
con la pistola negra en las manos, intentando<br />
ponerle una bala.<br />
—¿Qué chingados ves? —le preguntó Vicente<br />
de manera brusca.<br />
—¿Para qué quieres esa pistola? —reviró la joven,<br />
intrigada.<br />
—Mañana te vas a enterar —le respondió el<br />
adolescente.<br />
A su estatura, que rebasaría ya los 1.80 metros,<br />
a su esbeltez y a sus facciones finas, Vicente<br />
agregaba movimientos de las manos que parecían<br />
estudiados y que acompañaba con el tono<br />
de su pretendida inteligencia superior. Así le había<br />
respondido a S., así le hablaba a la mayoría<br />
—Pues si nomás te vamos a ayudar a echarlos en el carro y a tirarlos,<br />
bueno —dijo finalmente Uziel.<br />
—Además, no son nuestros papás —agregó Eduardo.<br />
dora AK-47, o cuerno de chivo, en el estacionamiento de una<br />
tienda Del Río ubicada frente al Galgódromo de Juárez. Un par<br />
de horas después, un grupo de pistoleros intentó matar a un<br />
presunto contacto entre el cártel de Juárez y el de Medellín —de<br />
nombre Raúl Ortega Saucedo, quien murió días después—,<br />
pero en el intercambio de balazos sobre la avenida Abraham<br />
Lincoln, frente a la PGR, mataron a una madre de familia de<br />
36 años y a un empleado de un restaurante de la zona. El miércoles<br />
siguiente se registró un homicidio en una colonia del<br />
poniente, en un aparente pleito entre pandillas. Más tarde se<br />
encontró a una mujer estrangulada en el límite de un dique<br />
de aquel mismo sector; luego acribillaron a un bolero… todos<br />
eran crímenes que estaban quedando impunes.<br />
—Nadie va a investigar nunca —concluyó Vicente ante<br />
Eduardo y Uziel mientras recorrían en el Intrepid las polvorientas<br />
calles de La Rosita.<br />
El argumento tuvo efecto. Los tres podrían haber crecido<br />
en familias con diferentes grados de integración y tener valores<br />
personales distintos sobre conceptos como responsabilidad<br />
o vida humana, pero si algo compartían era la certeza de<br />
que lo que había dicho Vicente era completamente cierto. En<br />
México, y en particular en Juárez, se podía cometer cualquier<br />
ilícito sin que ocurriera absolutamente nada.<br />
—Pues si nomás te vamos a ayudar a echarlos en el carro y<br />
a tirarlos, bueno —dijo finalmente Uziel.<br />
—Además, no son nuestros papás —agregó Eduardo.<br />
Lejos de inquietarlos, la idea de tirar unos cuerpos humanos<br />
se les antojaba tan sencilla que ambos parecieron olvidarse<br />
del tema durante los minutos siguientes. Uziel empezó<br />
a dormitar en la parte trasera del Intrepid mientras Eduardo<br />
de las mujeres y así se dirigía a Uziel y a Eduardo<br />
con regularidad.<br />
La actitud le había dado resultado. Sus amigos<br />
habían asesinado a sus padres bajo sus órdenes la<br />
madrugada del viernes 21 y, por la mañana, ahí<br />
estaban de nueva cuenta, pitándole desde la Cherokee<br />
afuera de su casa para completar el plan.<br />
Al salir aprisa y medio adormilado por la<br />
puerta del patio, Vicente apenas si notó a uno de<br />
los empleados de su padre que había llegado desde<br />
las siete de la mañana y se encontraba lijando uno<br />
de los vehículos.<br />
—¿Dónde está su papá, güero? —le preguntó el<br />
trabajador.<br />
—No sé.<br />
Vicente respondió con indiferencia en su acelerado<br />
paso al Camino a la Rosita, donde Uziel y<br />
Eduardo lo esperaban en la camioneta que se habían<br />
llevado unas horas antes. Ahí trataron de<br />
ponerse de acuerdo en lo que harían hasta que<br />
decidieron entrar en la casa, donde Vicente tenía<br />
ya lista una tarjeta telefónica y el número de su<br />
abuela escrito en una hoja de cuaderno para hacer<br />
la llamada. Eduardo y Uziel le dijeron que luego se<br />
irían a nadar a Las Anitas.<br />
—¿No vas a ir? —le preguntó Uziel a Vicente.<br />
—Les caigo si puedo.<br />
—Antes pasamos a ver si todavía está la<br />
Explorer —agregó el primero.<br />
Vicente asintió y se quedó en casa. Se dirigió a<br />
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la recámara de sus padres y abrió las cortinas para<br />
que entrara la luz por la ventana. Sobre la cama<br />
seguía el único ser que consideraba digno de su<br />
afecto. Le puso enfrente un abanico eléctrico de<br />
pedestal y aspas de plástico para mitigar el calor<br />
de ese casi mediodía. Se sentó junto a él y lo observó.<br />
Se sintió en paz por primera vez en muchos<br />
años. No tenía aprehensiones ni miedo alguno.<br />
Sólo le importaba ser por fin libre, sin alguien que<br />
se interpusiera en su búsqueda de satisfacciones<br />
rápidas. No soportaba que alguien tratara de imponerle<br />
barreras a sus decisiones ni a sus deseos.<br />
No creía en ninguna autoridad ni en ninguna ley,<br />
ni creía que alguien tuviera la calidad moral o la<br />
intención real de aplicarlas. Sus impulsos serían a<br />
partir de ahora su única regla.<br />
Uziel y Eduardo volvieron a casa de Vicente<br />
inesperadamente, unos 20 minutos después. Habían<br />
ido a revisar el Camino a Zaragoza y encontrado<br />
sólo los restos de los cordones amarillos de<br />
la policía, sin la camioneta. Los agentes de la entonces<br />
llamada judicial del estado habían llegado<br />
desde las 6:20 al lugar del incendio, cuando encontraron<br />
la Explorer completamente quemada,<br />
sin vidrios y con los tres cuerpos irreconocibles<br />
en la parte trasera.<br />
Antes de las 10 de la mañana ya habían terminado<br />
de levantar las evidencias, por lo que no<br />
coincidieron con el par de homicidas que habían<br />
vuelto a la escena final de su delito. Uziel y Eduar-<br />
atentado de la Lincoln, frente a la PGR. La imagen de una habitación<br />
con personas orando y al fondo un féretro cubierto con<br />
flores, bajo un crucifijo, parece ahora el presagio del temor<br />
generalizado que se instalaría en una comunidad que años<br />
después quedó totalmente expuesta al cruce de balas.<br />
La racha de ajustes posterior al hallazgo de Las Acequias,<br />
aún más aparatosa que la de finales de 1997, no había penetrado<br />
tanto en la conciencia colectiva sino hasta ese martes<br />
18, cuando alcanzó a Muller, madre de tres hijas, cuyo único<br />
error había sido hacer un alto frente al semáforo del cruce<br />
entre las avenidas Hermanos Escobar y Lincoln. Lugar y hora<br />
equivocados. El hecho causó tal impacto que los compañeros<br />
de clase de las tres huérfanas salieron a la calle dos días<br />
después a exigir paz y un castigo para los homicidas. Una crónica<br />
de la manifestación citó al esposo de Muller, tan preciso<br />
en su diagnóstico como desoído en su reclamo. “Apenas terminamos<br />
una cosa y comenzamos otra vez. A ver si por medio<br />
de esto hay una presión para las autoridades, para que de una<br />
buena vez atrapen a los criminales”, dijo el viudo.<br />
No los capturarían, pero no porque las autoridades no<br />
supieran investigar. De hecho, entre agentes del Ministerio<br />
Público de Juárez se decía desde entonces que no hay un solo<br />
crimen perfecto. Y pese a que miles de homicidios han quedado<br />
sin resolver, no ha sido pericia en la investigación lo que ha<br />
hecho falta. Ese mismo 2004 quedaría demostrado que, cuando<br />
los policías del estado no protegían o no eran los autores de<br />
los crímenes, los agentes del Ministerio Público sí podían dar<br />
con los autores de un asesinato y, sobre todo, aprehenderlos.<br />
Todos dejan pistas, sabían. La diferencia entre la impunidad y<br />
la justicia consiste básicamente en seguirlas, y lo antes posi-<br />
No tenía aprehensiones ni miedo alguno. Sólo le importaba ser<br />
por fin libre, sin alguien que se interpusiera en su búsqueda de<br />
satisfacciones rápidas. No soportaba que alguien tratara de<br />
imponerle barreras a sus decisiones ni a sus deseos.<br />
do no se alertaron al ver que no estaba la Explorer,<br />
pero prefirieron tratar de averiguar qué pasaba y<br />
se les ocurrió comprar el periódico, una edición de<br />
El Diario de Juárez con la que regresaron a la casa<br />
de La Rosita.<br />
—La prensa todavía no se entera. Todavía podemos<br />
cobrar el dinero —les dijo Vicente al revisar<br />
rápidamente el ejemplar—. De aquí a que identifiquen<br />
los cuerpos…<br />
La portada de El Diario que compraron esa<br />
mañana no podía reflejar de mejor manera el ambiente<br />
de violencia e impunidad que prevalecía en<br />
la ciudad y que el encabezado principal resumía en<br />
cuatro palabras: “Sin esclarecer, 23 ejecuciones”.<br />
El texto indicaba que las víctimas habían sido<br />
asesinadas en 16 hechos distintos en lo que iba<br />
de 2004 y que éstos tenían en común indicios de<br />
estar relacionados entre sí y con el crimen organizado.<br />
El cuarto párrafo de la nota aclaraba que la<br />
estadística no incluía los 12 cadáveres descubiertos<br />
en el patio de la casa de Las Acequias, mientras<br />
que la fotografía principal ilustraba el funeral de<br />
Irma Muller, la madre de familia acribillada en el<br />
ble, así las víctimas estén totalmente calcinadas.<br />
Pero los adolescentes estaban convencidos de que los policías<br />
encontrarían los tres cuerpos en la camioneta y, sin más,<br />
como parecía que hacían con los miles de homicidios que se<br />
registraban en la ciudad, dejarían el caso sin resolver. De eso<br />
Vicente estaba más que convencido. Todo sería cuestión de<br />
seguir actuando de manera normal y avisar al resto de su familia<br />
sobre la desaparición de sus padres.<br />
—Márcale a mi abuela ya, pero de un teléfono público —le<br />
dijo a Uziel al terminar de revisar el periódico.<br />
Cuando se quedó solo de nuevo, Vicente despertó a su<br />
hermano, le puso unos huaraches, tomó 300 pesos que había<br />
sobre la mesa, subió al niño al Honda que le habían comprado<br />
a Laura y salió con él a la calle en dirección a la casa de sus<br />
abuelos maternos, quienes vivían a unos metros del Puente<br />
Internacional Zaragoza, en la colonia Moreno. Al llegar a la<br />
espaciosa vivienda, los encontró desayunando en la cocina<br />
con algunos de sus tíos. El pequeño C.E. chupaba una paleta<br />
que su hermano mayor le había comprado en el camino.<br />
—Mis papás se fueron anoche al cine y no han vuelto<br />
—empezó a narrar Vicente—. Eran como las 11 de la noche<br />
cuando se fueron. Se llevaron también a Laura, pero C.E. se<br />
quedó conmigo porque estaba dormido. Yo me quedé des
pierto como hasta las tres con unos amigos, pero mis papás<br />
no volvieron, o no sé si se fueron hoy temprano… Yo iba a ir<br />
con mis amigos a un día de campo, pero no fui porque no han<br />
llegado —agregó.<br />
Vicente llevaba consigo el celular de su padre, que timbró<br />
en ese momento. Uno de sus tíos se paró de la mesa entre preocupado<br />
y escéptico y se lo pidió para tomar él la llamada.<br />
—Tenemos secuestrados a Vicente León y a Alma Delia<br />
Chávez. Queremos 200 mil dólares —escuchó el tío decir a<br />
Uziel desde el otro lado de la línea.<br />
El matrimonio de la familia Chávez Márquez estaba conformado<br />
por dos oriundos de Juárez que vivían del trabajo que<br />
él tenía como transportista de materiales entre los agricultores<br />
de esa zona del Valle Bajo del Río Bravo. Alma Delia fue<br />
la menor de siete hijos, y era también la más querida. Fue por<br />
eso que su padre le había regalado la propiedad en la que vivía<br />
con su marido en La Rosita. Al que casi no conocían era a su<br />
nieto Vicente, pese a que lo veían cada semana cuando iban a<br />
comer en familia.<br />
Ese viernes, empero, algo en el relato del chico les pareció<br />
sospechoso desde un principio. ¿Cómo que sus padres<br />
se habían ido al cine a las 11 de la noche, si a esa hora no hay<br />
funciones? Pese a la incongruencia, que compartieron entre<br />
ellos sólo una vez que se fue Vicente, decidieron convocar a<br />
toda la familia y avisar que Alma Delia y Laura Ivette estaban<br />
desaparecidas. Vicente les dijo también que su padre tenía un<br />
amigo que podría ayudarlos porque conocía agentes de la judicial<br />
del estado y, con el pretexto de contactarlo, salió de la<br />
casa para buscar a Eduardo y a Uziel para que insistieran en el<br />
cobro del rescate.<br />
De la colonia Moreno a Las Anitas hay sólo unos cuantos<br />
metros. El elemento dominante en cualquier trayecto es el<br />
Puente Internacional Zaragoza y luego el bordo del río, junto<br />
al que se encuentra el balneario en el que Vicente esperaba encontrar<br />
a sus cómplices. No habían llegado. Vicente los halló<br />
por fin en casa de Uziel, en Satélite, donde los dos conversaban<br />
a un lado de la Cherokee, que todavía estaban usando.<br />
—Ya toda mi familia está enterada; le hablaron a la policía<br />
—les dijo Vicente cuando se les acercó, al bajarse del Honda—.<br />
Ya nada más vuélveles a llamar para decirles que ya los van a<br />
matar por haberle hablado a la policía —le dijo a Uziel.<br />
Uziel declararía después al Ministerio Público haber seguido<br />
aún con esa última instrucción, sin imaginar cómo le<br />
pagaría el que consideraba su mejor amigo. A eso de las seis<br />
de la tarde, cuando él y Eduardo ya nadaban en una alberca<br />
de Las Anitas, algunos compañeros se les acercaron para preguntarles<br />
qué le pasaba a Vicente.<br />
—¿Por qué? —les respondió Eduardo, aún entre el agua.<br />
—Porque viene rodeado de muchos señores —les dijo el<br />
otro estudiante.<br />
Ni Eduardo ni Uziel vieron cuando llegó Vicente, y ni aun<br />
en ese momento se alertaron. Eduardo sólo decidió tomar<br />
precauciones y le dijo a Uziel que mejor se fueran caminando a<br />
su casa. Antes, todavía se preocupó por regresarle a su mejor<br />
amigo lo último que guardaba de él.<br />
—Dale estas llaves a Vicente, por favor —le pidió a una<br />
amiga mientras se vestía con una playera y la bermuda.<br />
—Vámonos caminando —le dijo a Uziel.<br />
De Las Anitas a Quintas del Valle, donde vivía Eduardo, se<br />
hacen unos 20 o 30 minutos tomando atajos, como el Camino<br />
a Zaragoza. Para ese momento ya los estaban buscando,<br />
pero nada de lo que los dos amigos hicieron en las tres horas<br />
siguientes sugiere que hayan tocado el tema de lo que habían<br />
hecho esa madrugada o que hayan considerado<br />
la posibilidad de ser detenidos. La idea del crimen<br />
había sido por completo de Vicente; ellos sólo<br />
accedieron a tirar los cuerpos. Que lo agarraran<br />
a él, pensaban. Lo que les interesaba realmente<br />
era la fiesta que tendrían en la noche y las chicas,<br />
así que, al llegar a su casa, Eduardo se cambió de<br />
ropa, tomó el Intrepid, llevó a Uziel a la suya y ahí lo<br />
esperó unos 20 minutos a que él también se vistiera.<br />
En ese momento pensó en marcarle a Vicente,<br />
pero fue él quien recibió primero la llamada.<br />
—¿Qué onda? ¿Te agarraron o qué? —le preguntó<br />
Eduardo apenas contestó.<br />
—No. Pásame a Uziel —le ordenó Vicente.<br />
—¿Te agarraron? —insistió también Uziel a través<br />
del teléfono, sin escuchar respuesta.<br />
—¿Te agarraron? —repitió Uziel.<br />
—Sí —respondió finalmente Vicente.<br />
—¿Y ahora nos quieres dar torzón a nosotros?<br />
—Sí.<br />
Ni aun con esa información Uziel y Eduardo<br />
tuvieron una mínima idea de lo que sería un castigo<br />
por haber acabado con tres vidas humanas.<br />
Al declarar sobre la secuencia de lo que hicieron<br />
la madrugada del viernes, Eduardo recordó de<br />
manera espontánea ante la policía que Vicente les<br />
había dicho que nunca iban a sospechar de ellos y<br />
que él pensaba quedarse con todas las propiedades.<br />
Con la certeza de que no sería detenido, incluso<br />
después de haber hablado con Vicente, la<br />
atención de Eduardo siguió puesta en la chica que<br />
le gustaba, por quien todavía pasó en el Intrepid y<br />
a quien, junto con Uziel, llevó a comer hamburguesas<br />
en un puesto callejero. De ahí pasaron por<br />
S. y más tarde, a eso de las ocho y media de la noche,<br />
el grupo se dirigió a la fiesta.<br />
Las muestras de amor, reconocimiento y apoyo<br />
que Eduardo había recibido de su familia en toda<br />
su vida dieron pie en ese momento, tal vez al calor<br />
de alguna bebida, a la primera sensación parecida<br />
a un remordimiento, por lo que, aunque a medias<br />
y con una historia falsa, compartió su inquietud<br />
con S. cuando él y Uziel iban a llevarla a su casa.<br />
—Unos cholos balacearon a un amigo, y luego<br />
nosotros le disparamos a uno de ellos. No sabemos<br />
si está vivo o muerto —le dijo Eduardo a la<br />
chica, a quien no alcanzó a terminar de narrarle<br />
su cuento porque, al llegar a la casa, un grupo de<br />
agentes de la Policía Judicial del estado ya los estaba<br />
esperando.<br />
La investigación había sido relativamente<br />
sencilla. El ovillo se empezó a desenredar después<br />
de las siete de la mañana, cuando elementos<br />
de la Unidad Especializada en la Investigación de<br />
Homicidios, encabezados por el agente del Ministerio<br />
Público Jesús Torres Macías, acudieron a<br />
recolectar evidencia en la escena del crimen. Para<br />
ese 2004, la presión internacional por las fallas forenses<br />
en las investigaciones de los homicidios de<br />
mujeres había logrado que al menos esa etapa de<br />
la práctica ministerial registrara ciertos avances,<br />
por lo que el levantamiento de los restos de la familia<br />
León Chávez quedó reportado con detalle,<br />
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40<br />
desde la forma y la posición en la que fue encontrada<br />
cada víctima hasta los restos de tela y demás<br />
pertenencias que se lograron recuperar.<br />
A uno de los cuerpos femeninos, escribió el<br />
agente Torres, le había quedado enterrada en el<br />
vientre una hoja de cuchillo de 15 centímetros de<br />
largo por dos de ancho. Otro cuerpo, el masculino,<br />
tenía la extremidad cefálica completamente destruida<br />
por la acción del <strong>fuego</strong>, así como las piernas<br />
y los brazos. Al segundo cadáver femenino, que era<br />
el de la pequeña Laura, también le había estallado<br />
la cabeza por las llamas. En la camioneta, además,<br />
había restos de lo que parecía ser una sábana color<br />
claro a rayas. Ahí estaba también una cartera negra<br />
extraordinariamente a salvo del <strong>fuego</strong> y, dentro,<br />
una identificación, a la postre la pista más importante<br />
de esas primeras horas: “Vicente León<br />
Negrete. Camino a la Rosita 5824”.<br />
Torres, quien encabezó la unidad de investigación<br />
de homicidios en Juárez hasta 2005, acudió<br />
a la propiedad a las dos de la tarde con otros<br />
dos elementos de su equipo. Entraron por el patio,<br />
donde a la luz del día lo primero que notaron<br />
fueron los vehículos estacionados bajo el techo<br />
metálico del taller. Torres apuntó también que<br />
sobre parte del piso de concreto había un goteo<br />
de manchas color oscuro que procedían de la<br />
puerta de la casa. Había además huellas de rodadas<br />
de llantas impresas en una parte del terreno<br />
que estaba cubierta de lodo. Luego vieron el trapeador<br />
de hilo todavía húmedo, recargado en<br />
una de las ventanas.<br />
Al entrar en la casa notaron en el piso los<br />
mismos rastros pardos de la sangre adelgazada<br />
con agua. En una de las cómodas de la cocina<br />
vieron un cuchillero con tres espacios vacíos.<br />
Había también sangre en la base de la llave derecha<br />
del fregador y en el trastero. En la primera<br />
recámara visible desde el pasillo, la de Vicente,<br />
había además dos pantalones grises, uno marca<br />
Dickies y el otro Dockers, que eran de los uniformes<br />
de Eduardo y Uziel. También de eso tomaron<br />
nota, al igual que de las manchas de sangre en la<br />
pared del pasillo y en la perilla de la puerta de la<br />
habitación del hijo… El reporte fue tan detallado<br />
que, en alrededor de una hora, el agente Torres<br />
describió incluso las impresiones de las huellas<br />
de zapatos que había en el piso de la recámara<br />
principal y que debían ser, dijo, de tenis, ya que<br />
tenían líneas y círculos. Torres reportó también<br />
el hallazgo de un trozo negro de plástico, al parecer<br />
el mango de un cuchillo, y rastros de sangre<br />
en la base del colchón, en el buró y en el respaldo<br />
de la cama. Las gotas incluso habían salpicado la<br />
pared y el piso de la recámara principal. El abanico<br />
de pedestal que Vicente encendió para proteger<br />
el sueño de su pequeño hermano del inclemente<br />
clima juarense estaba todavía prendido.<br />
En el patio, Torres notó incluso el trozo de lona<br />
de plástico azul desgarrada de un lado…<br />
El agente recibió en eso una llamada de las<br />
oficinas del entonces llamado Departamento de<br />
Averiguaciones Previas de la Subprocuraduría.<br />
Les pedían permanecer en el domicilio y seguir recopilando<br />
datos, porque había una familia que denunciaba el secuestro<br />
de tres personas, una de ellas con el nombre de la víctima cuya<br />
credencial había sido hallada por la mañana en la Explorer, y<br />
uno de sus hijos, además, estaba cayendo en muchas contradicciones.<br />
La familia de Vicente había concluido que el adolescente<br />
ocultaba algo desde que, por la mañana, saliera de casa de sus<br />
abuelos diciendo que buscaría al amigo de su padre. Cuando<br />
volvió después de uno de los rondines que hizo por Las Anitas,<br />
sus primos y uno de sus tíos ya lo estaban esperando.<br />
—Vamos a ir a la Judicial —le dijeron.<br />
Las oficinas de la Subprocuraduría General de Justicia<br />
del Estado de Chihuahua Zona Norte se ubicaban desde entonces<br />
en una vialidad que lleva el nombre del cantante Juan<br />
Gabriel, en el poniente de Juárez. El edificio era entonces una<br />
descuidada construcción de dos pisos con oficinas en las que<br />
se amontonaban los también deteriorados escritorios de los<br />
agentes del Ministerio Público. La familia Chávez fue conducida<br />
al Departamento Antisecuestros para que interpusiera<br />
la denuncia y, sin que Vicente se diera cuenta, los tíos dijeron<br />
a los agentes que sospechaban que el joven estaba relacionado<br />
con la desaparición de su hermana. Los de antisecuestros<br />
contactaron entonces a los de homicidios, donde ya tenían el<br />
nombre de las víctimas.<br />
—A ver, Vicente, ¿qué fue lo que pasó? —preguntó el investigador<br />
de homicidios al huérfano, que ya ocupaba una silla<br />
frente a él.<br />
—Ayer como a las 11 mis papás se fueron al cine con mi hermanita.<br />
Yo me quedé con mi otro hermano y me acosté a dormir.<br />
Luego hoy que me desperté me di cuenta de que no estaba<br />
ninguno de los tres…<br />
—¿No se te hace muy tarde como para que tus papás se hayan<br />
ido al cine? —inquirió el agente.<br />
Vicente notó en el tono de la pregunta la sospecha abierta<br />
en su contra.<br />
Sólo entonces empezó a ponerse nervioso.<br />
—No sé… —alcanzó a responder.<br />
—¿Tienes problemas con tus papás, Vicente? —siguió el<br />
investigador.<br />
—No, pero mi papá sí tiene problemas con algunas gentes…<br />
La mirada del que lo interrogaba era de total escepticismo.<br />
Él empezó a frotarse las manos.<br />
—¿No se te hace que estás muy sospechoso? —siguió el<br />
agente, a punto de concluir uno de los pocos casos de homicidio<br />
que se resolvieron en ese 2004.<br />
Vicente comprendió entonces<br />
que nadie creía lo que estaba<br />
diciendo. Por alguna<br />
razón que no le interesó<br />
en ese momento preguntar,<br />
su convicción<br />
de que no sería jamás<br />
atrapado cedió con<br />
un poco de presión<br />
y, con tal de no sentirla,<br />
decidió confesar<br />
todo, con lujo<br />
de detalles.<br />
—Está bien, ya no<br />
aguanto. Yo y mis amigos<br />
los matamos, a mis padres y<br />
a mi hermana. <br />
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y decirnos cuál es el medio de comunicación<br />
en el que trabaja la<br />
autora de este texto.
| EMEEQUIS | 02 DE AbrIL DE 2012<br />
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Omnia<br />
la cáscara<br />
de la historia<br />
* Periodista y<br />
escritor. De 1999<br />
a 2006 fue miem-<br />
bro del Consejo<br />
General del IEDF<br />
erhm45@gmail.com<br />
Twitter:<br />
@EduardoRHuchim<br />
Candidatos<br />
cartujos<br />
Por Eduardo R. Huchim*<br />
La reforma constitucional y legal de 2007-<br />
2008 en materia electoral ha sido duramente<br />
cuestionada desde antes de su aprobación y<br />
desde entonces ha enfrentado la hostilidad<br />
del llamado duopolio televisivo, que no olvida<br />
que, al prohibirse la compra de tiempos<br />
para propaganda electoral, dejó de recibir<br />
importantes recursos, si bien ahora percibe<br />
No todas las encuestas ubican en el tercer<br />
sitio a Andrés Manuel López Obrador.<br />
Un simulacro electoral organizado por<br />
Pedro Jaimez en la Universidad Pedagógica<br />
Nacional, obtuvo estos resultados: AMLO,<br />
720 votos (72.36%); Josefina Vázquez<br />
Mota, 93 (9.35%); Enrique Peña Nieto, 89<br />
(8.74), y Gabriel Quadri, 10 (1.81%).<br />
más del gobierno federal, cuyo gasto en comunicación social<br />
ha crecido en forma desmesurada:<br />
En 2010, por ejemplo, el gasto en publicidad aumentó 300<br />
por ciento respecto de lo que fue aprobado en el presupuesto<br />
de ese año, y para el ejercicio fiscal de 2011 se le asignaron mil<br />
939 millones pero terminó gastando 5 mil millones (Armando<br />
Estrop, Reforma, 24/12/11). Fue tan escandaloso el crecimiento<br />
que la Auditoría Superior de la Federación realizó una<br />
revisión a esos gastos y los calificó de excesivos e irregulares.<br />
La mencionada reforma electoral es virtuosa, pero no perfecta.<br />
Uno de sus aspectos discutibles es el relativo al llamado<br />
periodo intercampañas, también conocido como de veda propagandística.<br />
Si bien se le ha querido caracterizar como periodo<br />
de reflexión, lo cierto es que resulta absurdo el conjunto<br />
de limitaciones impuestas a los candidatos, para un lapso de<br />
45 días (del 15 de febrero al 30 de marzo).<br />
Cuando los candidatos tienen el legítimo apremio de salir<br />
en busca del voto de sus conciudadanos, impedírselos resulta<br />
un acto contra natura. Pretender candidatos con disciplina de<br />
monjes cartujos durante mes y medio es un despropósito que,<br />
con una poco afortunada interpretación de la Constitución<br />
y de la ley, las autoridades electorales impusieron sin pensar<br />
suficientemente en la posibilidad de interpretaciones menos<br />
estrictas y más lógicas.<br />
Debe tenerse presente que ni la Constitución ni el Código<br />
Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe)<br />
fijan explícitamente un periodo de limbo propagandístico,<br />
pero como sólo se establece un periodo de precampaña y<br />
otro de campaña, resulta que la propaganda no puede hacerse<br />
en la etapa intercampañas. El Instituto Federal Electoral<br />
(IFE) tornó más complejas las cosas de lo que son al publicar<br />
un desplegado sobre lo que podían hacer los candidatos en la<br />
llamada “veda”, pero lo difundió antes de que el Consejo General<br />
conociera y discutiera el asunto, que en realidad podría<br />
resumirse de forma sencilla: los candidatos no pueden hacer<br />
actos de campaña que están definidos en el artículo 228 del<br />
Cofipe:<br />
“Reuniones públicas, asambleas, marchas y en general<br />
aquellos en que los candidatos o voceros de los partidos políticos<br />
se dirigen al electorado para promover sus candidaturas”.<br />
Bajo la presión de la tv y su Cámara Nacional de la Industria<br />
de la Radio y Televisión (CIRT), los consejeros entraron<br />
en un prolongado debate entre sí y con los representantes de<br />
partidos y del Poder Legislativo. (Por cierto, es hora de preguntarse<br />
si en el IFE deben estar presentes, además de los<br />
partidos, representantes del Congreso de la Unión, porque las<br />
intervenciones de hasta 23 personas con tres rondas de participación<br />
en cada asunto, además de las interpelaciones, hacen<br />
innecesariamente prolongadas las sesiones de un órgano que,<br />
sobre todo en proceso electoral, debe ser dinámico).<br />
Al final prevaleció una interpretación restrictiva de la ley,<br />
pero en la discusión se soslayó que, tal como están, las disposiciones<br />
admiten otras interpretaciones menos limitativas.<br />
Como quiera, es obvia la necesidad de revisar la Constitución<br />
y la ley que, tal como están, convierten a los candidatos en<br />
cartujos sometidos a un obligado voto de semisilencio.<br />
Por lo pronto, la etapa intercampañas de este proceso comicial<br />
ha concluido y las campañas han comenzado, aunque<br />
en un entorno poco favorable a causa de la Semana Santa, que<br />
comenzó el domingo 1 de abril, y las vacaciones que la acompañan.<br />
De ese modo, el ya de suyo limitado periodo de campaña<br />
se reduce todavía más en la práctica, debido al asueto<br />
cuaresmal y pascual.
Vaya revuelo que se armó con el incumplimiento de las cuotas<br />
de género por parte de los partidos políticos. La ley dice<br />
que cada género debe estar representado por lo menos con<br />
40 por ciento en las candidaturas de diputados y senadores.<br />
El Instituto Federal Electoral (IFE) corrió los plazos, los<br />
cuales de no ser atendidos por los partidos, podrán causarles<br />
sanciones hasta con la negativa del registro de las candidaturas<br />
correspondientes.<br />
La lucha por la equidad de género en la representación<br />
política en México tiene ya casi dos décadas, tiempo en que<br />
las mujeres han ido avanzando. Algunos partidos han dispuesto<br />
la equidad en sus estatutos, aunque la ley electoral<br />
lo estipula, por ahora, en 40 por ciento. Hace algunos años<br />
los partidos cumplían con las disposiciones ubicando a las<br />
mujeres como candidatas suplentes o dejándoles los últimos<br />
lugares en las listas de las candidaturas plurinominales.<br />
Sin embargo, en las últimas modificaciones a la legislación<br />
se ha insistido en la discriminación positiva, con lo<br />
que se obliga a que las listas se integren con segmentos de<br />
cinco candidaturas en donde debe haber dos candidaturas<br />
de género distinto. Es interesante observar que en las listas<br />
plurinominales que acaban de presentar los partidos para el<br />
Senado, aparecieron alternadamente un hombre y una mujer.<br />
Desde luego, habrá que revisar que los suplentes de las<br />
candidatas mujeres no sean varones, con lo cual podría repetirse<br />
el caso de las “juanitas”.<br />
Fue en las listas de las candidaturas uninominales en<br />
los 300 distritos electorales donde se presentó el problema.<br />
Los partidos aprovecharon un resquicio estipulado en la segunda<br />
fracción del artículo 219 del Código Federal de Instituciones<br />
y Procedimientos Electorales (Cofipe), en donde<br />
se señala que pueden evitar cumplir con el 40 por ciento, en<br />
caso de que las candidaturas sean resultado de un proceso<br />
de elección democrático, conforme a los estatutos de cada<br />
partido. No obstante, el Tribunal Electoral del Poder Judicial<br />
de la Federación (TEPJF) ordenó en enero de este año que<br />
deben registrarse, al menos, 120 candidaturas uninominales<br />
de cada género para la Cámara de Diputados y 26 de 64 en<br />
la de Senadores, con lo cual se debe cubrir obligatoriamente<br />
la cuota del 40 por ciento.<br />
Con esa resolución del Tribunal Electoral las cosas se<br />
complicaron para los partidos. En el caso del PRI, se decidió<br />
resolver las candidaturas mediante el procedimiento de<br />
convención de delegados. Esta fórmula permite evadir un<br />
proceso de selección en el que participe toda la militancia y,<br />
sobre todo, desarrollar filtros e inducciones que facultan a<br />
las élites políticas a decidir las candidaturas. El candado se<br />
establece con el registro interno de las candidaturas, lo cual<br />
permite cerrar el proceso y disponer de un mecanismo para<br />
distribuir las candidaturas entre las organizaciones y los<br />
grupos dirigentes. Con ello, quedaron lejos de cumplir con<br />
las cuotas correspondientes.<br />
En el PAN las cosas resultaron por demás sui generis. En<br />
un principio la dirección nacional, la cual responde en buena<br />
medida a los designios de Los Pinos, pretendió reservarse<br />
la mayoría de las candidaturas a diputados y senadores<br />
mediante el método extraordinario de designación directa.<br />
Como lo anterior provocó mucha inconformidad interna,<br />
hubo militantes que acudieron al Tribunal Electoral para<br />
impugnar la decisión.<br />
El TEPJF le dio la razón a los quejosos y obligó a la comisión<br />
electoral del partido a reponer el procedimiento ordinario<br />
de selección de candidatos. Con ello, los miembros<br />
Las cuotas<br />
de género<br />
Por Juan Francisco Reyes del Campillo*<br />
activos y adherentes fueron a las urnas para<br />
definir a los candidatos.<br />
No obstante, con el proceso interno se rebasó<br />
la cuota de varones en 35 distritos electorales<br />
y en nueve fórmulas de senadores,<br />
por lo cual el IFE ha requerido al partido que<br />
modifique sus listas para ajustarse a las cuotas<br />
de género. El partido argumenta que en<br />
muchos distritos no se registraron mujeres<br />
para competir o que a fin de cuentas no fueron<br />
seleccionadas por la militancia. A pesar<br />
de ello, el PAN deberá cumplir con la cuota<br />
que señala la legislación.<br />
La Coalición Movimiento Progresista<br />
tendrá que sustituir a 35 candidatos para<br />
cumplir con la cuota de género que marca<br />
la ley. La fórmula que estas fuerzas emplearon<br />
para seleccionar a sus candidatos fue la<br />
aplicación de encuestas. Al mismo tiempo,<br />
ciertas candidaturas se establecieron a partir<br />
de la correlación de fuerzas internas, con lo<br />
que se aplicó el dicho “háganse las encuestas,<br />
sí, pero en las mulas de mi compadre”. Por lo<br />
tanto, la dirección perredista planteó a las<br />
corrientes internas del partido que analicen<br />
cuáles candidatos pueden ser sustituidos. <br />
Las cuotas de género son una<br />
conquista que implica abrir la<br />
calidad y la diversidad de la<br />
representación política. Que se<br />
obligue a los partidos a cumplirla<br />
es una forma de ponerle las cerezas<br />
al pastel.<br />
*Ex consejero<br />
electoral del IEDF,<br />
actualmente es<br />
profesor investigador<br />
de la UAM<br />
Xochimilco<br />
juancampillo@<br />
prodigy.net.mx
la la cáscara<br />
de de la la historia<br />
*Doctor en derecho,<br />
ex consejero<br />
electoral del IFE.<br />
Actualmente es<br />
diputado federal<br />
jaicardenas@<br />
prodigy.net.mx<br />
Inelegibilidades<br />
y chapulines<br />
Por Jaime Cárdenas*<br />
Resulta preocupante que en nuestro derecho<br />
constitucional y parlamentario muchos servidores<br />
públicos que debieran estar sujetos a<br />
las inelegibilidades no lo estén, entre ellos los<br />
legisladores federales y locales, a quienes ni el<br />
artículo 55 de la Constitución ni el 7 del Código<br />
Federal de Instituciones y Procedimientos<br />
Electorales (Cofipe) comprenden dentro de<br />
sus supuestos normativos. Así, por ejemplo,<br />
un diputado federal, un senador, un diputado<br />
local o asambleísta del Distrito Federal,<br />
pueden seguir en el cargo de elección popular<br />
que ostentan y aspirar a otro, sin pedir licencia<br />
con tres meses de anterioridad al día de<br />
la elección. Esta circunstancia constituye un<br />
privilegio indebido que significa inequidad<br />
respecto a otros candidatos en las contiendas<br />
electorales federales, debido a la posición<br />
de privilegio que entraña el mantenerse en el<br />
encargo de legislador federal o local al mismo<br />
tiempo que se contiende por un nuevo cargo<br />
de elección federal.<br />
Proponemos que los legisladores federales<br />
y locales, para aspirar al cargo de<br />
diputado federal o de senador, se separen del<br />
encargo 90 días antes al día de la elección.<br />
Pretendemos con ello eliminar situaciones<br />
privilegiadas. Queremos impedir el derecho<br />
de voto pasivo de los legisladores que aspiran<br />
a un cargo de elección popular federal y que no<br />
se separen del que ostentan al menos tres me-<br />
ses antes del inicio de la elección. Es deseable no seguir manteniendo<br />
la discriminación que prevalece hoy en día entre<br />
los contendientes con cargo de elección popular respecto de<br />
otros ciudadanos sin esa posición de privilegio en los procesos<br />
electorales federales.<br />
Las inelegibilidades son requisitos negativos y son condiciones<br />
para el ejercicio del derecho del voto pasivo. Las<br />
causas de inelegibilidad constituyen impedimentos para el<br />
ejercicio del derecho de sufragio pasivo que se fundamentan<br />
en la necesidad de garantizar tanto la libertad del elector<br />
para resguardarlo de toda coacción, directa o indirecta,<br />
como la igualdad de oportunidades de los candidatos contendientes<br />
en la elección.<br />
La Constitución mexicana señala como causas de inelegibilidad<br />
las previstas en las fracciones IV a VII del artículo 55 y<br />
que son: “IV. No estar en servicio activo en el Ejército Federal<br />
ni tener mando en la policía o gendarmería rural en el distrito<br />
donde se haga la elección, cuando menos 90 días antes de<br />
ella; V. No ser secretario o subsecretario de Estado, ni ministro<br />
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a menos que<br />
se separe definitivamente de sus funciones 90 días antes de<br />
la elección, en el caso de los primeros, y dos años, en el caso<br />
de los ministros. Los gobernadores de los estados no podrán<br />
ser electos en las entidades de sus respectivas jurisdicciones<br />
durante el periodo de su encargo, aun cuando se separen definitivamente<br />
de sus puestos. Los secretarios de gobierno de<br />
los estados, los magistrados y jueces federales o del Estado, no<br />
podrán ser electos en las entidades de sus respectivas jurisdicciones<br />
si no se separan definitivamente de sus cargos noventa<br />
días antes de la elección; VI. No ser ministro de algún<br />
culto religioso; y VII. No estar comprendido en alguna de las<br />
incapacidades que señala el artículo 59”.<br />
El artículo 59 de la Constitución indica: “Los senadores<br />
y diputados al Congreso de la Unión no podrán ser reelectos<br />
para el periodo inmediato. Los senadores y diputados<br />
suplentes podrán ser electos para el periodo inmediato con<br />
el carácter de propietarios, siempre que no hubieren estado<br />
en ejercicio; pero los senadores y diputados propietarios no<br />
podrán ser electos para el periodo inmediato con el carácter<br />
de suplentes”.<br />
El Cofipe en su artículo 7 párrafo 1 incisos del b) al f), establece<br />
como causas de inelegibilidad las siguientes: “b) No ser<br />
magistrado electoral o secretario del Tribunal Electoral del<br />
Poder Judicial de la Federación, salvo que se separe del cargo<br />
dos años antes de la fecha de inicio del proceso electoral de<br />
que se trate; c) No ser secretario ejecutivo o director ejecutivo<br />
del Instituto, salvo que se separe del cargo dos años antes de<br />
la fecha de inicio del proceso electoral de que se trate; d) No<br />
ser consejero presidente o consejero electoral en los consejos<br />
general, locales o distritales del Instituto, salvo que se separe<br />
del cargo dos años antes de la fecha de inicio del proceso electoral<br />
de que se trate; e) No pertenecer al personal profesional<br />
del Instituto Federal Electoral; y f) No ser presidente municipal<br />
o titular de algún órgano político-administrativo en el<br />
caso del Distrito Federal, ni ejercer bajo circunstancia alguna<br />
las mismas funciones, salvo que se separe del cargo tres meses<br />
antes de la fecha de la elección”.<br />
En el derecho mexicano, la acreditación de alguna causa<br />
de inelegibilidad, da lugar a la nulidad de la elección respectiva,<br />
de ahí la importancia de la institución y del asunto.
Sostengo que la Iglesia católica es una institución esencialmente<br />
política que administra una religión. No está de más<br />
recordar que la católica es la única religión centralizada y organizada<br />
por un Estado, la única con un sistema político eclesiástico.<br />
La visita del papa Benedicto XVI a México ha confirmado<br />
de qué está hecha la Iglesia católica como institución y<br />
como actor político: ha mostrado su músculo político.<br />
Como pudo observarse el penúltimo fin de semana de<br />
marzo, la Iglesia católica se erige como la única institución<br />
capaz de reunir en su cancha y con sus reglas a toda la clase<br />
política, de derecha e izquierda. Los candidatos presidenciales<br />
de todos los signos confirmaron con su presencia en una<br />
eucaristía papal que sus aspiraciones políticas necesitan de<br />
esta Iglesia, de sus símbolos y sus masas. Ahí estaba el representante<br />
del partido que durante décadas se ostentaba como<br />
jacobino y heredero de la firmeza del Estado laico. Ahí estaba<br />
también el representante del partido que en la Ciudad de<br />
México ha luchado frontalmente con la agenda de familia de<br />
esa Iglesia. Ahí estaban, afirmando que necesitan de la política<br />
de la Iglesia.<br />
¿Qué partido se benefició más con la visita papal? ¿Qué<br />
candidato sacó mayor raja política del oportunismo religioso<br />
del fin de semana? Son las preguntas que muchos analistas se<br />
hicieron. Pero, además, hay que analizar si existe correlación<br />
entre ganancia electoral y cercanía con el papa y su Iglesia.<br />
Eso aún no se mide y es muy difícil de evaluar. A juzgar por la<br />
presencia de todos los candidatos presidenciales, sus asesores<br />
están convencidos de que no podían no estar en un acontecimiento<br />
religioso que seguramente verían millones y que podrían<br />
mirar con buenos ojos a los políticos que se arrimaran<br />
un poco al terreno místico del poder eclesiástico.<br />
La visita del papa fue ocasión para que la Iglesia evidenciara<br />
ante tirios y troyanos que sigue siendo gran convocante,<br />
de quienes gobiernan este país y de quienes son gobernados.<br />
Las masas que quisieron asistir y ser partícipes de la breve estancia<br />
de Benedicto XVI parecen demostrar que México es un<br />
país “papafílico”, que la grey católica mexicana quiere a los<br />
papas, sean carismáticos o no.<br />
Lo más interesante de la visita del papa fue el discurso<br />
que no dio. Benedicto XVI se guardó la espada de su teología<br />
blandida contra los infieles que han dado cauce a leyes que legitiman<br />
matrimonios entre personas del mismo sexo o que<br />
abortan o que promueven la eutanasia. Eso que hizo hace<br />
unos cuantos meses en España y que ahora claramente decidió<br />
no hacer. El músculo político de la Iglesia en México<br />
se ha movido en un sentido distinto a como decidió hacerlo<br />
en España.<br />
¿Se imagina, amable lector, manifestaciones en la Ciudad<br />
de México contra la visita del papa? ¿Se imagina una coalición<br />
de actores de todos los signos protestando por el dineral público<br />
que gastan los gobiernos en estas visitas papales? Pues<br />
eso pasó en España, la hasta hace no muchos años ultracatólica<br />
España, en cuyo seno ha surgido un fuerte movimiento<br />
anti-Iglesia, un movimiento ateo significativo y una opinión<br />
pública muy crítica del episcopado español. ¿Qué factor ha<br />
alentado la antítesis eclesiástica en España? El propio fundamentalismo<br />
clerical.<br />
Parece que la Iglesia aprendió un poco de la experiencia<br />
española y supongo que buscarán en todo lo posible que México<br />
no sea el siguiente país católico que albergue una minoría<br />
Y la Iglesia<br />
católica mostró su<br />
músculo político<br />
Por Juan Luis Hernández*<br />
jacobina con poder de movilización social y, lo<br />
más importante, que le comience a arrebatar a<br />
la Iglesia su autoridad simbólica.<br />
Esta visita papal se parece a las que hizo<br />
Juan Pablo II en tanto que pretende fortalecer<br />
el enclave católico mexicano, pero también<br />
advierte que sus alfiles en la Iglesia local<br />
—Norberto Rivera, por ejemplo— no están<br />
siendo lo suficientemente inteligentes como<br />
para hacer lo que ha hecho la Iglesia por siglos:<br />
política suave y firme, y con ello avanzar en<br />
sus intereses.<br />
Aquí no ha sido así del todo. La Iglesia ha<br />
mostrado en esta visita papal que las víctimas<br />
de pederastia, particularmente las relacionadas<br />
con Marcial Maciel, no ocupan un lugar<br />
importante en su corazón ni en su agenda. Esto<br />
es ejemplo vivo de que la Iglesia es política, no<br />
religiosa, y hace cálculos políticos sobre si le<br />
conviene o no visibilizar a las víctimas. Política,<br />
mucha política por parte de la Iglesia. <br />
*Politólogo.<br />
Coordinador de<br />
Ciencias Políticas<br />
de la Ibero Puebla.<br />
www.juanluis<br />
hernandez.com.mx<br />
El episcopado dice no conocer a las víctimas<br />
del fundador de los Legionarios de<br />
Cristo, y que éstas no se le han acercado.<br />
Si la Iglesia fuera una institución guiada<br />
por el espíritu iría a buscar a las víctimas,<br />
las acogería y haría suyos sus reclamos.<br />
Pero eso es pedir algo a quien por naturaleza<br />
no puede dar. La Iglesia estará satisfecha<br />
de lo logrado este fin de semana.<br />
Ha mostrado su músculo político, eso que<br />
sí sabe hacer.
El hombre que<br />
le robó<br />
las palabras<br />
al Gabo y a Vargas Llosa<br />
Premio Las Nuevas Plumas 2011<br />
Crónicas inéditas en español
; Esta es la historia de un gran encantador, de un periodista<br />
que se inventó a sí mismo, un indígena mapuche que deslumbró<br />
a varias redacciones de medios argentinos y que llegó a publicar<br />
en ellos páginas y páginas de entrevistas con famosos escritores<br />
y personajes como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa,<br />
Carl Sagan o Juan Carlos Onetti. Con un pequeño detalle: todas<br />
eran ficticias, inventadas. A ese hombre llamado Nahuel Maciel,<br />
aunque no se llama así, fue a buscar el autor de esta crónica,<br />
merecedora del segundo premio Las Nuevas Plumas, convocado<br />
por la Escuela de Periodismo Portátil y siete publicaciones de<br />
España y Latinoamérica, entre ellas emeequis, con el auspicio<br />
de la Universidad de Guadalajara. Que la disfruten.<br />
Por Eliezer Budasoff<br />
Ilustraciones: Manjarrez
El Mesón de Jeremías es un restaurante<br />
que no existe, ubicado en un<br />
punto preciso de la costanera de<br />
Gualeguaychú, frente a la isla Libertad.<br />
Lo inventó Nahuel Maciel,<br />
que no se llama Nahuel Maciel,<br />
para poder escribir sobre cocina<br />
en el diario El Argentino: los<br />
clientes de Jeremías nacían<br />
al llegar al lugar y morían un<br />
párrafo después del proceso de<br />
cocción, una vez agotadas sus historias<br />
de pasiones cotidianas, la receta, el<br />
espacio disponible para el texto.<br />
–Algunos lectores llamaron al diario<br />
para saber cómo podían llegar al restaurante<br />
–dice Maciel, mirando hacia el río. Es de<br />
noche, la orilla está iluminada.<br />
–En un momento llegó a haber como 10 o<br />
15 personas que aseguraban que habían comido<br />
en el Mesón de Jeremías. Era una ficción,<br />
¡un recurso!<br />
Maciel abandona una sonrisa a mitad<br />
de camino y apura el cigarrillo. Lo tira. Lo<br />
pisa.<br />
–Pero claro, algunos ya preguntaban:<br />
“¿Volviste a las andanzas, Nahuel?”.<br />
A principios de los noventa, Nahuel Maciel<br />
se convirtió en leyenda por plagiar e inventar<br />
con eficacia, sin vacilación, largas entrevistas<br />
a personalidades como Gabriel García Márquez,<br />
Mario Vargas Llosa, Juan Carlos One-<br />
tti y Carl Sagan, que fueron publicadas entre<br />
1991 y 1992 por el suplemento de cultura de<br />
El Cronista. Los hechos a los que nos referimos<br />
ocurrieron hace dos décadas, en Buenos<br />
Aires, y se prolongaron algunos años en Paraná,<br />
capital de Entre Ríos, donde se fue a vivir<br />
después del hito más conocido de su pasado, lo<br />
que se considera el punto más elevado al que lo<br />
llevó el ciclo ascendente de la mitomanía:<br />
En 1992, ante una sala repleta de 500<br />
personas, el joven Maciel presentó en la<br />
Feria del Libro de Buenos Aires Elogio de la<br />
utopía, una edición de conversaciones ficticias<br />
o copiadas con García Márquez, prologada<br />
por un texto de Eduardo Galeano que<br />
Galeano nunca escribió, con un prefacio a<br />
cada capítulo plagiado casi literalmente de<br />
un libro del sacerdote argentino Mamerto<br />
Menapace, a cuyos textos les había cambiado<br />
la palabra “Dios” por “utopía”.<br />
Nahuel Maciel tiene 47 o 48 años, y hace<br />
más de 10 que trabaja en Gualeguaychú, una<br />
ciudad entrerriana de 90 mil habitantes, en<br />
el límite con Uruguay, famosa en el país por<br />
sus carnavales.<br />
Un lunes de agosto de 2011 le pregunté si<br />
había nacido en Entre Ríos. Estábamos en su<br />
oficina, en la redacción del diario El Argen-<br />
tino, sin grabadora. “No”,<br />
me dijo, “no sé, no sé”, y su<br />
mirada se tornó esquiva un<br />
instante.<br />
El pasado de Maciel,<br />
como personaje, tiene dis-<br />
tintas versiones. La persona<br />
real, la que corresponde a su<br />
nombre real, está resguardada<br />
debajo de un Nahuel Maciel que<br />
nació hace 20 años. Nahuel Maciel<br />
no se cambió el nombre cuando se fue de<br />
Buenos Aires, después de que su firma pasara,<br />
en menos de un año, de la exposición<br />
máxima en las páginas de El Cronista Cultural<br />
a la desaparición total.<br />
En otra vida llegó a tener varios documentos.<br />
En el de ahora, ha dicho, figura<br />
como Arquímedes Benjamín Maciel. Pero<br />
hace 20 años que firma las notas con el mismo<br />
nombre.<br />
–El pasado te alcanza siempre –me dijo<br />
esa tarde.<br />
Nahuel Maciel no quiere que escriba<br />
sobre él.<br />
–Estoy cansado, flaco.<br />
Suspira.<br />
–Me han matado.<br />
• • •<br />
El último que mató a Nahuel Maciel fue<br />
Eduardo Montes-Bradley, un polemista argentino<br />
que hace documentales, porteño<br />
por adopción, cuya perspectiva particular<br />
de la realidad nacional, en este caso, podría<br />
describirse como la mirada de un turista<br />
extranjero indignado: una señora rica<br />
de Buenos Aires que acaba de volver al país<br />
después de unas largas vacaciones en Miami,<br />
y todo lo que ve a su alrededor le genera<br />
pánico moral y rechazo estético. Así es<br />
como suena. En 2004, Montes-Bradley leyó<br />
una nota sobre Maciel en la revista Noticias<br />
–“El gran simulador”– y se fue a Gualeguay-<br />
chú con una cámara, a buscar una complicidad<br />
que no halló.<br />
“Habla el más exquisito embaucador<br />
del periodismo, tras años de anonimato. La<br />
increíble historia del hombre que inventó<br />
hasta un libro con García Márquez”, decía la<br />
presentación de la nota y llevaba la firma de<br />
Emilio Fernández Cicco, periodista conocido<br />
por postular “una forma salvaje de hacer<br />
crónicas” (el “periodismo border”) basada<br />
en la experiencia directa. Era un diálogo telefónico<br />
grabado a distancia, redactado con<br />
la aparente pretensión de ocultar con sarcasmo<br />
una mirada superficial.<br />
• • •<br />
–¿A vos te costó encontrarme? –pregunta<br />
| EMEEQUIS | 02 dE AbriL dE 2012<br />
49
| EMEEQUIS | 02 dE AbriL dE 2012<br />
50<br />
Nahuel Maciel apenas se sienta en la mesa<br />
del bar. Es la primera vez que nos vemos. La<br />
pregunta es retórica.<br />
–¿Viste? Después sale que estoy escondido.<br />
Que estoy en el anonimato: todas<br />
las semanas firmo mis notas con el mismo<br />
nombre. Trabajo en una empresa que cumplió<br />
100 años. Cada vez que quise contar<br />
que estoy agradecido (porque había que tener<br />
huevos para tomarme entonces, cuando<br />
me tomaron en El Argentino), sale que estoy<br />
escondido.<br />
–Pero yo no pondría esas cosas.<br />
–Sí, todos dicen lo mismo. Yo te puedo<br />
hablar de la mala praxis con nombre y apellido.<br />
Yo te puedo hablar de la confianza,<br />
porque la perdí en mí mismo. Yo escribía<br />
algo y decía: “Pero, ¿esto es mío, o creo que<br />
es mío y lo leí?”. Yo tuve que laburar (trabajar)<br />
mucho la confianza en mí. Y después<br />
tenés que bancarte (soportar) que cualquier<br />
boludo (idiota) venga a cobrarte una factura<br />
y vos ni lo conocés. ¿Y vos quién sos?<br />
• • •<br />
Eduardo Montes-Bradley. Su “documental-ensayo”<br />
(ese de “El gran simulador”)<br />
presentado en Uruguay como No a los papelones,<br />
se estrenó en Punta del Este en<br />
enero de 2007, en pleno conflicto argentino-<br />
uruguayo por la instalación de una inmensa<br />
fábrica de pasta de celulosa en Fray Bentos,<br />
frente a Gualeguaychú, del otro lado del río<br />
Uruguay. Montes-Bradley sale de Buenos<br />
Aires, maneja 226 kilómetros, llega a Gualeguaychú,<br />
se escandaliza porque ve carteles<br />
rotos en las calles, busca a Nahuel Maciel,<br />
se frustra por su modo de reconocer el<br />
pasado, busca polémica entre los ambientalistas,<br />
se escandaliza con la clase media<br />
entrerriana, se burla de sus argumentos<br />
contra la contaminación, busca a Nahuel<br />
Maciel, se frustra porque habla en serio de<br />
sí mismo, filma íconos religiosos en la ruta,<br />
y todo eso lo lleva a concluir que “la simulación<br />
y la impostación en este país son extraordinarias”,<br />
y que sus compatriotas son<br />
unos imbéciles, y todo eso lo escandaliza y<br />
lo frustra muchísimo. Uno no entiende por<br />
qué en las críticas del filme se repiten tanto<br />
las palabras “provocador” y “provocación”.<br />
• • •<br />
–Buscá “prestigio” –dice Maciel,<br />
y me pasa uno de los libros<br />
marrones que forman una pila<br />
en su escritorio, al lado de la<br />
computadora. Es una edición<br />
vieja, en tomos, del<br />
diccionario de la Real Aca-<br />
demia, con tapas semiduras y ribetes desco-<br />
loridos por el uso, por el paso del tiempo.<br />
–“Prestigio: del latín preaestigium…<br />
Engaño, ilusión o apariencia con que los<br />
prestigiadores emboban y embaucan a la<br />
gente…”.<br />
–¿Viste? Cuando te dicen que alguien es<br />
“un prestigioso periodista”, hay que tener<br />
cuidado con lo que están diciendo.<br />
Me mira de reojo.<br />
–Y este no es un diccionario que escribió<br />
Nahuel Maciel, eh.<br />
Nahuel Maciel, que no se llama Nahuel<br />
Maciel, es un personaje trágico y un hombre<br />
feliz.<br />
• • •<br />
–A Paraná cayó a principios de 1993. Nosotros<br />
hacíamos el semanario, pero ya estábamos<br />
con el proyecto del diario. Cayó con los<br />
libros que había publicado con El Cronista:<br />
se conoce el de García Márquez, pero tenía<br />
más, como cuatro o cinco. Vino a preguntar<br />
qué podía hacer. Y yo lo puse a capacitar<br />
gente –dice Daniel Enz, director del Semanario<br />
Análisis de Paraná y ex director de<br />
Hora Cero, el diario donde Maciel empezó a<br />
trabajar cuando se fue de Buenos Aires.<br />
–Justo me faltaba alguien que me ayudara<br />
a preparar gente para la redacción del<br />
Hora Cero. ¿Entendés? Entonces lo puse a<br />
hacer una especie de taller intensivo para<br />
varios, que fue lo que hizo durante tres o<br />
cuatro meses. Y lo hizo bien. Al loco le gusta<br />
enseñar. Además, Nahuel es bueno en eso:<br />
tiene mucha parla.<br />
–Me presentan un tipo morocho, de barba,<br />
flaquísimo, muy locuaz pero a la vez muy<br />
tímido, de gestos muy suaves, de palabras<br />
muy suaves y cuidadosas, muy caballero.<br />
Muy seductor: no sólo con las mujeres sino<br />
con todo el mundo, inclusive con los niños.<br />
Y de veras que tenía una impronta muy diferente<br />
a todos nosotros. Maciel era de una<br />
madera distinta. Pero todo esto lo puedo<br />
ver ahora. Lo puedo leer ahora, después del<br />
paso del tiempo –dice Marcela Canalis, y en<br />
realidad logra que su descripción tenga<br />
el destello de un trance,<br />
que es como recuerda esos<br />
años: con la consistencia<br />
de una atmósfera cálida, un<br />
poco alucinada, que no se diluye<br />
a pesar de los ruidos de<br />
la esquina más transitada de<br />
Paraná un lunes a mediodía.<br />
En 1993, Marcela Canalis<br />
regresó a vivir al litoral argentino<br />
después de pasar ocho años<br />
en Buenos Aires, y Enz la convenció<br />
para que se sumara al proyecto
de Hora Cero, donde terminó al fren<br />
te de las producciones especiales.<br />
Canalis tenía experiencia en gestión<br />
cultural y en televisión, pero<br />
nunca había hecho prensa escrita.<br />
Esos primeros días le pidieron que<br />
ayudara a organizar los talleres<br />
que iba a dar Nahuel Maciel,<br />
un periodista recién llegado,<br />
que venía con credenciales de<br />
Le Monde.<br />
–Él mantenía una distancia con<br />
nosotros. Era un profesor, y realmente lo<br />
era. Asumió ese rol entonces, como luego<br />
asumió un montón de otros roles. En ese<br />
momento, cuando estaba en la cresta de la<br />
ola, él era el personaje que vos querías que<br />
él fuera.<br />
• • •<br />
“¿Un indio mapuche que hace entrevistas<br />
por fax? El concepto no podía ser más fascinante.<br />
Tenía ese contraste que tanto nos seduce<br />
a los periodistas: esa mezcla del mundo<br />
primitivo y la hipercivilización”, escribiría<br />
después Mario Diament, ex director de<br />
El Cronista, en una versión de la historia<br />
que publicó en 1996 en la revista Noticias.<br />
La primera vez que Maciel apareció en la<br />
redacción de El Cronista, cuenta Diament,<br />
fue a finales de 1991, una mañana en que a<br />
la editora de El Cronista Cultural se le había<br />
caído su nota principal: “Se presentó como<br />
un indio mapuche que había escrito artículos<br />
para Le Monde de París y el National<br />
Geographic, algunas de cuyas fotocopias<br />
traía consigo para probarlo. Venía a ofrecer<br />
–dijo– una entrevista con Mario Vargas<br />
Llosa que había realizado vía fax, lo cual,<br />
para una editora que ve pulverizarse la nota<br />
principal del suplemento, caía como maná<br />
del cielo”.<br />
El pasado mítico de Nahuel Maciel (su<br />
crianza o filiación indígena, su conexión<br />
con grandes figuras literarias y con medios<br />
internacionales) operó con la misma eficacia<br />
cuando apareció por primera vez en El<br />
Cronista, en Buenos Aires, y cuando llegó a<br />
Paraná, dos años después.<br />
En Entre Ríos, sin embargo, se reconoce<br />
como un plus, como un atenuante y un rasgo<br />
de genialidad a la vez, el hecho de que la<br />
prensa porteña haya sucumbido primero,<br />
tan voluntariamente, a la figura del descendiente<br />
de mapuches que hacía entrevistas<br />
por fax; el hecho de que Maciel hubiera penetrado<br />
tan limpiamente en las grandes estructuras<br />
de la capital, que se suponen más<br />
evolucionadas e inaccesibles. Una mirada<br />
igualmente improductiva para la realidad<br />
de Nahuel Maciel, que sólo reconoce como<br />
motor íntimo la mezcla<br />
fatal de insatisfacción y<br />
locura que cargaba esos<br />
días.<br />
–Yo tuve mil oportunidades<br />
de zafar en<br />
1992. Podría haber dicho:<br />
“Con esto demostré la<br />
mediocridad, primero, del<br />
mercado cultural argentino,<br />
y segundo la debilidad del sistema,<br />
que cualquier cosa se publica”. Y<br />
quedaba como un capo. Primero me iban<br />
a hacer papilla nacional, pero después<br />
me convertía en un héroe: el caso va a la<br />
universidad y se estudia. Pero era mentira.<br />
Yo sabía que no era sí. Aquello fue<br />
un error. ¿Cuál fue el error? No separar<br />
entre la fantasía y la realidad.<br />
“Error involuntario”, dice Maciel, es<br />
una expresión redundante.<br />
Y pone en marcha el auto.<br />
• • •<br />
En diciembre de 1995, Eduardo Galeano<br />
publicó una nota en el semanario uruguayo<br />
Brecha –titulada “Resignación”–,<br />
en la que narraba el hallazgo del prólogo<br />
que supuestamente había escrito para el<br />
libro de Maciel: se había topado con Elogio<br />
de la utopía por casualidad, en una<br />
biblioteca de Estados Unidos, tres años<br />
después de su publicación.<br />
Galeano, que nunca escribe prólogos,<br />
advertía al comienzo de este prólogo:<br />
“Es tarea y es propio de los maestros<br />
prologar las obras de sus discípulos, pero<br />
lo cierto es que no considero a este joven<br />
periodista como un discípulo, puesto<br />
que casi siempre es él quien me enseña”.<br />
En Argentina los libros se habían<br />
quitado de circulación tiempo después<br />
de la presentación: fueron recuperados y<br />
quemados ante escribano público cuando<br />
el sacerdote Mamerto Menapace envió<br />
a los editores las pruebas del plagio.<br />
En junio de 1996, a seis meses de la<br />
nota de Galeano, Mario Diament publicaba<br />
su versión del paso de Maciel por<br />
la redacción de El Cronista. Allí, en su<br />
texto –“Inventando a Gabo”–, decía lo<br />
siguiente sobre el libro que había derivado<br />
en la ruptura definitiva del idilio<br />
con Maciel: “No pude asistir a la presentación,<br />
pero pregunté al día siguiente<br />
cómo había salido todo, y si Galeano<br />
había estado presente, y todo el mundo<br />
me aseguró que sí”.<br />
Los finales de las relaciones también<br />
tienen un mito de origen. Para Diament,<br />
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52<br />
por ejemplo, la relación con Maciel se comenzó<br />
a derrumbar con un muerto: Samuel<br />
Yosef Agnón, escritor israelí que recibió el<br />
Nobel de Literatura en 1966, fallecido en<br />
1970. Una tarde, escribe Diament, cuando<br />
Maciel ya se había convertido en colaborador<br />
permanente de El Cronista, Nahuel se le<br />
acercó en la redacción para preguntarle si le<br />
interesaba “una nota con el Premio Nobel<br />
israelí I. S. Agnón:<br />
“–¿Él quiere hacerla? –le pregunté.<br />
“–Bueno, se puede intentar –me respondió,<br />
masticando su bigote como solía hacerlo–.<br />
Tengo buenos contactos.<br />
“–Tienen que ser muy buenos –le dije–,<br />
porque resulta que Agnón está muerto.<br />
“Se quedó cortado un momento, y luego<br />
murmuró: ‘No lo sabía’”.<br />
Y Diament también cuenta esto: que<br />
después de ese episodio, que había profundizado<br />
sus inquietudes, Maciel publicó en El<br />
Cronista una entrevista más, con Juan Carlos<br />
Onetti –que era conocido por su aversión<br />
a las entrevistas–, antes de que “se impusiera<br />
una veda a la publicación de sus notas”.<br />
• • •<br />
–Yo siempre me peleo con los periodistas<br />
porteños: ninguno hizo nada para ver cómo<br />
lo sacaban adelante a Nahuel. Todos lo condenaban,<br />
pero ninguno hacía nada. Cuando<br />
yo cuento la historia, todo lo que hicimos<br />
con Nahuel y cómo se recuperó, los porteños<br />
no saben dónde meterse. Se meten la<br />
lengua en el ojete –dice Enz–. Y terminan<br />
pidiendo perdón.<br />
Hay tres cosas que cualquier periodista<br />
de Entre Ríos sabe sobre Daniel Enz: que<br />
su furor por el periodismo es ingobernable,<br />
que sus empresas han sido duras pagadoras,<br />
y que su reflejo de protección a quienes con-<br />
sidera en situación de extrema debilidad es<br />
instintivo y está por fuera de todo cálculo.<br />
Para mayo de 1994, cuando comenzó a<br />
salir a la calle Hora Cero, el rango de Maciel<br />
en la estructura de la redacción había<br />
entrado en transición. “Lo puse al frente de<br />
un suplemento de la zona de La Paz (interior<br />
de Entre Ríos). Él coordinaba todo eso y<br />
hacía una contraportada. Ahí encontramos<br />
que su contraportada tenía similitudes con<br />
algunas notas de Soriano. Entonces yo empiezo<br />
a averiguar: ahí me entero”, dice Enz.<br />
Un llamado a un colega en Francia<br />
confirmó que Maciel no trabajaba para<br />
Le Monde, y tendió una soga de pólvora<br />
hasta Buenos Aires, donde estaba anudada<br />
a una bomba con su pasado reciente. Enz se<br />
asesoró, confrontó a Maciel con las pruebas,<br />
le ofreció ayuda profesional, y lo puso a<br />
producir en segundo plano, para que pudiera<br />
seguir escribiendo.<br />
–Nahuel tiene una capacidad de producción<br />
como pocos. Puede escribir un<br />
suplemento de 12 páginas por día, si quiere.<br />
Además, porque le vuela el mate. Y le<br />
encanta jugar así, al límite entre la verdad<br />
y la ficción –dice Enz, mientras su coche<br />
traquetea por calles de tierra, en las afueras<br />
de Paraná, antes de tomar la ruta hacia<br />
Gualeguaychú.<br />
“Él había caído en desgracia y yo necesitaba<br />
gente que escribiera. No podía escribir<br />
un suplemento por día los siete días de la semana:<br />
ni me interesaba ni era mi rol. Entonces<br />
me dieron a Nahuel. Hacíamos un suplemento<br />
que se llamaba Chau chau cocina, y a<br />
lo mejor, ponle, paralelamente, nos tocaba<br />
hacer uno sobre Evita. O sobre Perón. Y él<br />
escribía, desde textos sobre los funerales de<br />
Evita hasta unas notas espectaculares sobre<br />
vinos. Vos pensá que no se podía googlear.<br />
No era que él entraba a una computadora y
se ponía a cortar y pegar. Él se sentaba en<br />
una máquina, te hacía la nota y te la traía,<br />
escrita magistralmente”, recuerda Canalis.<br />
• • •<br />
“Google es el oráculo de los mediocres”,<br />
me dice Nahuel Maciel otro lunes, frente al<br />
mismo río. Es la segunda vez que nos vemos.<br />
Maciel no ha cambiado su opinión respecto<br />
de la nota. No le interesa hablar del pasado.<br />
“No es una película”, dice, “yo al principio<br />
pensé que era una película, pero esto no tiene<br />
final feliz”.<br />
Le digo que su presente parece contradecirlo.<br />
Que se le ve entero. Que parece<br />
feliz.<br />
–Claro, yo soy muy feliz. ¿Para qué tener<br />
una charla, entonces? ¿Para qué pelearme<br />
con un sentimiento, si después sale publicada<br />
cualquier cosa? Yo tengo una actitud<br />
que es reparadora: hacer lo que tengo que<br />
hacer, de la mejor manera posible, sabiendo<br />
que no tengo margen para el más puto error.<br />
Vos podés escribir una crónica y olvidarte<br />
una cita, y no pasa nada. Yo no puedo. ¿Entendés?<br />
No tengo derecho al olvido.<br />
“Hay cosas con las que no podría convivir;<br />
con eso puedo convivir. No sé si está<br />
bien o está mal: a mí me joden otras cosas.<br />
Pero yo vi un veneno terrible. Cuando llegaron<br />
detalles de la situación de él, hubo<br />
gente que hizo causa común. Gente que decía:<br />
‘Nos estafó a todos’. Y yo decía: ‘¿Pero<br />
desde qué lado…?’”, recuerda Alfredo Ibarrola<br />
una mañana de septiembre de 2011,<br />
tres meses antes de ser nombrado secretario<br />
de Cultura de Paraná por su extensísima<br />
experiencia en el área.<br />
Ahora, en la vieja estación de trenes donde<br />
funciona su oficina, Ibarrola regresa a esa<br />
época, hace 17 años, en la que lidiaba con su<br />
separación, con la muerte de su padre y con<br />
la distribución del diario Hora Cero. Durante<br />
algunos meses Ibarrola alojó a Maciel en<br />
una casita que había alquilado en la calle<br />
Misiones, en Paraná. Ambos compartieron,<br />
simultáneamente, el hogar y la intemperie:<br />
los dos asistían entonces al derrumbe de lo<br />
que habían sido sus vidas hasta hace muy<br />
poco. Ibarrola disfrutaba de estar con Maciel,<br />
de su humor ácido y de su conversación,<br />
y no hacía demasiadas preguntas. Tenía suficiente<br />
con sus propios demonios.<br />
–Yo estaba tratando de no caer en la depresión,<br />
mis hijos me daban mucha mano y<br />
Nahuel fue uno de los tipos que estuvo ahí,<br />
que se quedó cerca. Después, en un momento,<br />
tomó su rumbo. Cuando termina el Hora<br />
Cero él se va a Concepción del Uruguay. Ahí<br />
conoce a su actual mujer, tuvo un hijo, tuvo<br />
una hijita. Cuando retomé el contacto, ya<br />
estaba en Gualeguaychú hace varios años.<br />
Lo vi estabilizado como persona, ya fuera<br />
del personaje. Lo que pasa es que yo también<br />
veía que había cosas que lo perseguían<br />
y que lo van a seguir persiguiendo de por<br />
vida.<br />
Me digo que es una exageración: que los<br />
periodistas que llegan a Maciel buscando<br />
ese impostor fabuloso, y lo reconstruyen<br />
tal como necesitan que sea y no como es,<br />
no son enviados por los dioses del olimpo<br />
periodístico a comerle el hígado, como castigo,<br />
cada vez que le crece uno nuevo. Que<br />
haber desafiado –desconocido, burlado,<br />
actuado como si no existieran– los códigos<br />
de un sistema que se propone representar<br />
“la realidad”, no es lo mismo que revelar el<br />
secreto del <strong>fuego</strong>. Que es un despropósito<br />
hablar de Prometeo, o de su análogo Loki,<br />
ese personaje camaleónico de la mitología<br />
nórdica, de maldad atenuada, que se mezcló<br />
libremente con los dioses, los estafó y<br />
fue castigado.<br />
Pero uno a veces necesita recurrir a los<br />
mitos, para que el propio relato no se convierta<br />
en uno. Porque hay una lógica de fábula<br />
que persiste en esta historia si evadimos<br />
la comodidad del maniqueísmo: Nahuel<br />
Maciel, haya sido o no su voluntad, terminó<br />
revelando que ese olimpo también estaba<br />
construido de palabras y de creencias, que<br />
esas proezas y esas jerarquías también eran<br />
obra de unos hombres y de sus ambiciones.<br />
Que también se cree porque se quiere creer.<br />
–Nahuel nos marcó a todos, porque interactuó<br />
con todos. Era tan Zelig, que con<br />
cada uno se relacionaba desde otro lugar.<br />
Era un poco la exacerbación del personaje de<br />
cada uno. Los varones grandes, por ejemplo,<br />
lo tenían allá, a la distancia. Creo que<br />
les puso un espejo a todos. El espejo de la<br />
propia invención que uno hace de uno mismo,<br />
¿no? Todos hacemos un personaje. Y si<br />
no tenés eso más o menos claro… Cuando te<br />
ponen frente a ese espejo, sobre todo a los<br />
varones, a los machos alfa de la redacción,<br />
les provocaba un pánico, un terror.<br />
Canalis tantea su atado de cigarrillos de<br />
arriba de la mesa. Saca uno. Lo enciende.<br />
Exhala.<br />
–Me parece que lo que pasó fue eso:<br />
que fue un espejo para todos. Y los que estábamos<br />
más o menos bien de la cabeza, o<br />
peor, pudimos no asustarnos con ese espejo<br />
–dice y se queda unos segundos en silencio.<br />
Alrededor hay menos ruido. Son casi las dos<br />
de la tarde.<br />
En Paraná, la agitación de mediodía<br />
cede lugar a la siesta. <br />
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El Mesón de Jeremías<br />
Una carta de amor<br />
El Mesón de Jeremías está ubicado en inmediaciones<br />
de la Avenida Costanera, justo<br />
cuando el río se confunde con el cielo, siempre<br />
bajo la tutela de las sombras largas de la isla<br />
Libertad.<br />
Es una esquina ancha, donde también la panorámica<br />
permite dominar el reflejo de lo que<br />
fue el ex frigorífico y donde la ciudad se hace<br />
más extensa por los barrios que se asoman en<br />
la orilla de arroyos y cañadas.<br />
El mesón de Jeremías tiene mesas rústicas,<br />
vestidas de manteles a cuadros que pueden ser<br />
azules o rojos, de acuerdo al turno de la lavandería.<br />
Sillas de respaldo ancho y largo permiten que<br />
los comensales puedan sentirse cómodos.<br />
Los parroquianos llegan al mesón con sus<br />
historias y sentimientos, justamente porque<br />
Jeremías tiene esa rara cualidad de saber equilibrar<br />
las emociones con los sabores.<br />
La historia de hoy remite a ese tiempo donde<br />
los barcos llegaban al puerto y eran un punto<br />
de referencia para acceder a las informaciones<br />
del mundo exterior.<br />
El Tano, como se le dice a don Ángel, llegó<br />
a Argentina desde italia. Lo hizo como tantos<br />
inmigrantes el 27 de julio de 1945, cruzando “la<br />
mar” en el buque Vittoria, que había zarpado<br />
Por Nahuel Maciel<br />
de Génova trayendo a quienes huían de la guerra.<br />
“Mi recuerdo más vivo remite al rostro de<br />
mi abuelo, más triste que sonriente. Abrió su<br />
verdulera y se puso a cantar una vieja canción<br />
para despedir a mis padres que emprendían el viaje<br />
más largo de su historia: emigrar hacia Argentina”,<br />
cuenta El Tano con el peso de los años.<br />
“Luego recuerdo la cubierta del buque, el<br />
viento obligándome a cerrar los ojos y esos pañuelos<br />
agitándose en el puerto y la baranda<br />
del barco que no me dejaba ver la despedida.<br />
Tenía 15 años.<br />
“–El mar es como una tela grande, pero tan<br />
grande que no tiene límites –me decía mi mamá<br />
al saber que mis ojos no alcanzaban a percibir<br />
ese infinito que se perdía detrás del horizonte<br />
líquido de olas y sal.<br />
“Mi madre, que se llamaba Ángela, me preguntaba<br />
si las tierras en Entre ríos eran como<br />
este mar que no tenía límites y llegaba hasta<br />
el infinito.<br />
“–¿Serán los campos inmensos como el mar?<br />
¿Te imaginas un mar de verde pasto, de trigales,<br />
infinitos hasta el horizonte? –me preguntaba con<br />
una sonrisa mientras me revolvía los cabellos<br />
con sus dedos que me transmitían seguridad y<br />
ternura al mismo tiempo“.
El Tano hace una pausa y saca una hoja amarillenta.<br />
“En este papel escribí las cosas que tenía<br />
miedo de olvidar cuando emprendimos este<br />
viaje para siempre“.<br />
Y lee, con voz emocionada pero vigorosa:<br />
plaza, fuente, río, montaña, árbol, casa, aceitunas,<br />
juguetes, amigos y en medio de esas palabras,<br />
un nombre de mujer: Lucrecia.<br />
El Tano viene a El Mesón de Jeremías porque<br />
dice que al estar cerca de la orilla del río<br />
puede viajar a través del agua hasta su Génova<br />
natal.<br />
–Parto todos los viernes desde el mesón por<br />
esta correntada fluvial, llego a la desembocadura<br />
del Gualeguaychú con el río de los Pájaros<br />
y bajo hacia el sur, hacia el río de la Plata y de<br />
allí cruzo el océano hacia Génova y me detengo<br />
en su puerto, justo en el preciso instante<br />
donde las gaviotas se alborotan para saludar<br />
a los viajeros.<br />
El ritual en el mesón siempre es el mismo,<br />
como todos los rituales. El Tano llega más o menos<br />
a las nueve de la noche. Se detiene por un<br />
instante en el umbral del mesón, se saca su<br />
boina y la sostiene con sus dos manos delante<br />
de su cuerpo y saluda a todo el mundo con una<br />
sonrisa que se le dibuja en la mirada.<br />
Jeremías le da la bienvenida y lo invita a sentarse<br />
bien cerca de los ventanales, en una mesa<br />
que siempre le tiene especialmente preparada:<br />
una tabla de queso de campo con salamines en<br />
picado fino, aceitunas negras ya descarozadas<br />
y aceitunas verdes rellenas con morrones. Y la<br />
infaltable jarra con forma de pingüino con ese<br />
vino tinto tan especial, porque se bebe a la hora<br />
donde el cansancio se hace amigo de los pensamientos<br />
más íntimos.<br />
El Tano se sienta frente al ventanal y ordena<br />
con voz ceremoniosa: “Jeremías, lo de siempre”.<br />
“Lo de siempre” es una pizza con fainá (plato<br />
hecho en base de harina de garbanzos, agua,<br />
aceite de oliva, sal y pimienta) o mejor dicho,<br />
fainá con pizza; porque es en ese orden como<br />
le gusta a El Tano.<br />
Para hacer el fainá Jeremías utiliza medio<br />
kilo de harina de garbanzos, un litro y medio<br />
de agua, una cucharadita y media de sal y una<br />
cucharada de aceite.<br />
Jeremías diluye la harina de garbanzos en<br />
un litro y medio de agua y revuelve bien y lo<br />
deja reposar una noche. Al día siguiente retira<br />
todo lo que flota que no es otra cosa que espuma<br />
e impurezas, le agrega una taza de aceite y<br />
sal a gusto y la revuelve bien. Vierte la mezcla<br />
en una asadera aceitada y la mete a un horno<br />
muy caliente.<br />
El secreto de un buen fainá es que no se pegue<br />
a la asadera y para eso hay que aceitarla bien<br />
aceitada y en lo posible precalentada antes de<br />
verter la mezcla.<br />
Jeremías dice que el espesor de la mezcla en<br />
la asadera es un factor crítico, si es muy finito<br />
se pega, pero si es muy grueso ya no se cocina.<br />
Lo ideal es que tenga un espesor de cinco<br />
milímetros.<br />
Luego Jeremías le acerca a El Tano una pi-<br />
zza a la napolitana bien cargada con fainá y lleva<br />
todo en un plato de madera redondo, con la<br />
espátula ya cargada con una porción.<br />
El Tano sigue su relato, porque cuando<br />
piens a en Génova piens a t ambién en<br />
sus raíces y sus alas. Vuelve la mirada sobre<br />
ese papel amarillento donde escribió palabras<br />
que son ideas fuertes, para no olvidar.<br />
Entonces le pide a Jeremías “lo de siempre”. Pero<br />
esta vez, luego del fainá “lo de siempre” no es<br />
otra cosa que hojas para escribir cartas muy<br />
finas, casi transparentes. Jeremías se las acerca<br />
junto con una pluma bic amarilla trazo fino,<br />
previo a retirarle los platos de la mesa.<br />
El Tano se queda en silencio y escribe una<br />
carta de amor con destino a Génova. “Son innumerables<br />
los momentos de amor que hemos<br />
compartido desde que llegué a estas tierras tan<br />
anchas como el mar que nos separa.<br />
“En esta distancia que se mide por su geografía<br />
pero fundamentalmente por el tiempo,<br />
debemos comprender que en el amor nunca<br />
aparece el cansancio. Y a pesar de que el tiempo<br />
me ha hecho olvidar el tono preciso de tu voz,<br />
sigo estremeciéndome ante cada palabra que<br />
me escribes y todo mi ser vuelve a temblar con<br />
sólo imaginarte una y mil veces.<br />
“Cuando te leo te escucho y me olvido de las<br />
penas del mundo.<br />
“Siento alegría por saber que nos amamos.<br />
Porque en ese querer, la vida ya es distinta y hasta<br />
el aire de río tiene el aroma de tu sonrisa.<br />
“El corazón me palpita como un caballo salvaje<br />
y en este sentimiento que siento por ti,<br />
hasta el mundo me ve más bueno.<br />
“Es largo este camino del amor, pero en cada<br />
carta siento que nos tomamos de las manos y<br />
que lo transitamos con alegría.<br />
“bueno querida, hace ya más de 65 años<br />
que no nos vemos, pero seguimos unidos. Vos,<br />
mirando ese mar tan inmenso que nos une, y<br />
yo, labrando los campos floridos para nuestro<br />
encuentro.<br />
“Sé que ahora será distinto. Esta es la última<br />
carta de amor que nos escribimos. después de 65<br />
años volveremos a vernos. Esta vez en una tierra<br />
verde que es tan extensa como la mar. Aguardo<br />
tu llegada como la tierra aguarda la lluvia y como<br />
este amor espera por el encuentro”.<br />
dejó de escribir. Se dejó llevar de nuevo por<br />
el río y sonrío satisfecho. bebió el vaso de vino,<br />
pidió la cuenta con un gesto con la mano y Jeremías<br />
le respondió que esta vez invitaba el<br />
mesón. Se fue caminando despacio hacia los<br />
galpones del puerto, siempre sonriendo y como<br />
todos los viernes, depositó la carta para que la<br />
llevara el río. <br />
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Rodrigo Flores-Roux:<br />
La nariz privilegiada de un<br />
perfumista<br />
mexicano
Picó piedra al crear la fragancia para un shampú medicado contra<br />
los parásitos del vello púbico y para otro destinado a perros.<br />
Hoy Rodrigo Flores-Roux es el único latinoamericano que juega<br />
en las grandes ligas de la alta perfumería internacional.<br />
Su trabajo para compañías de cosméticos como Clinique,<br />
grandes firmas de diseñadores como Tom Ford, Hugo Boss<br />
y Dolce & Gabbana, y celebridades como Halle Berry o Hilary<br />
Duff, lo ha llevado a obtener varios premios FIFI —el Óscar de la<br />
perfumería— otorgados cinco en Estados Unidos y dos<br />
en Alemania y Gran Bretaña.<br />
Rodrigo vive en Nueva York, donde tiene su centro de<br />
operaciones en el corporativo suizo Givaudan. Ahí intenta que<br />
sus perfumes tengan un cierto toque —twist, le llama él— que le<br />
recuerde la infancia que asocia con las posadas y el peculiar olor<br />
de las mandarinas apachurradas al caer de las piñatas.<br />
Porque si bien a sus 44 años ha conquistado renombre<br />
internacional, no olvida sus orígenes: su inspiración parte de los<br />
poemas que Carlos Pellicer dedicó a la naturaleza, de la música<br />
de Agustín Lara y de la plástica mexicana.<br />
Esta es la historia del mexicano conocido en el mundo de<br />
la perfumería como “el rey de los cítricos”.<br />
Por Patricia Vega<br />
patvega@m-x.com.mx • @Patricia__Vega<br />
Fotografías: Eduardo Loza
Hijo de Jacqueline Roux López, bióloga especializada en botánica<br />
ya fallecida, y del destacado físico Jorge A. Flores Valdés,<br />
quien impulsó la creación del Sistema Nacional de Investigadores<br />
(SNI) y del Museo Universum de la UNAM, Rodrigo<br />
Flores-Roux aprendió desde pequeño a apreciar los sabores y<br />
los olores; disfrutaba en particular los aromas de las flores, las<br />
hierbas y los árboles.<br />
Su mamá solía contarle: “un día que tu abuela estaba en<br />
la cocina y traía un delantal con unos bordados de flores tú te<br />
le acercaste, chiquito, a olerle estas flores bordadas como si<br />
fueran de verdad y hacías un gesto de gran placer”.<br />
En esa época, cuando sus abuelos todavía vivían en la<br />
colonia Condesa de la Ciudad de México y él manifestaba la<br />
curiosidad típica de un niño de cinco años, abrió el cajón de<br />
la cómoda de una tía y se topó con un pequeño frasco del perfume<br />
Shocking, de Schiaparelli. Fue tanta su fascinación que<br />
se lo robó, se lo echó a la bolsa de sus shorts pero, sin querer,<br />
se le vació: una mancha amarilla olorosísima lo delató. Aquel<br />
aroma —“uno de los más poderosos e innovadores en la historia<br />
de la perfumería”— quedó grabado en su cabeza y el pantaloncillo<br />
acabó en la basura.<br />
Ahora, 37 años después y sentado en la sala de la casa familiar,<br />
ubicada al sur del Distrito Federal, Rodrigo escarba en<br />
su prodigiosa memoria:<br />
“Empecé a interesarme mucho por los perfumes desde<br />
que conocí la colección de frascos de perfumes de mi amiga<br />
Mathilde Múgica —se conocen desde que tenían tres años de<br />
edad, porque ambos estudiaron en la Escuela Moderna Americana—.<br />
Yo le copié y empecé a pedirle a mis tíos, tías, maestras<br />
y a todo el mundo que cuando se acabaran su perfume me<br />
regalaran el envase”.<br />
Su naciente colección tuvo un efecto no previsto: Rodrigo<br />
empezó a oler y a identificar las diferencias entre perfumes de<br />
distintas marcas y calidades. A los 13 años ya sabía que deseaba<br />
dedicarse a la creación de perfumes y a los 15 escribió en su<br />
cuaderno, de forma intuitiva, toda una genealogía de perfumes.<br />
Como en esa época no había ningún libro de perfumería<br />
disponible, buscó en la Enciclopedia Británica toda la información<br />
relacionada con la palabra “perfume”.<br />
Otra afortunada coincidencia fue que la televisión de<br />
su casa se descompuso cuando Rodrigo tenía ocho años y la<br />
mandaron a componer hasta que él cumplió 18 años. Así que<br />
pasó gran parte de su niñez y adolescencia devorando cuanto<br />
libro de arte había en la biblioteca familiar. Incluso afirma que<br />
aún se los sabe todos de memoria.<br />
“Soy muy visual, me gusta mucho la historia del arte y eso<br />
ayuda mucho en la perfumería. Encuentro mucha inspiración<br />
en las artes plásticas. Te puedo decir, por ejemplo, que tengo<br />
un perfume que huele a un cuadro de Paul Cézanne: sus manzanas<br />
me conmueven hasta las lágrimas”.<br />
Debido a su interés en las plantas aromáticas se decidió por<br />
el estudio de la biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad<br />
Nacional Autónoma de México (UNAM) y con 70 por<br />
ciento de los créditos cubiertos envió una solicitud a Francia<br />
y fue aceptado en el Instituto Superior Internacional de la Industria<br />
de la Perfumería, Cosmética y Aromas Alimenticios<br />
(ISIPCA), la única escuela especializada independiente que<br />
no pertenece a ninguna compañía, con sede en Versalles.<br />
Fue así como en 1989 Rodrigo abandonó la biología, recogió<br />
sus tiliches y se fue a estudiar, durante dos años, a la cuna<br />
de la perfumería.<br />
Perfeccionando el olfato<br />
La clases más importantes que Flores-Roux recibió<br />
en Francia fueron las de olfacción.<br />
La maestra, Isabelle Doyen, daba a cada uno<br />
de los 15 alumnos del grupo un papel secante impregnado<br />
de alguna sustancia y preguntaba: ¿A<br />
qué huele esto?<br />
Cuando se está aprendiendo a oler, lo más importante<br />
es la primera imagen:<br />
“Huele a plancha recién apagada”, “huele a alguna<br />
flor”, “huele a animales”, respondió Rodrigo<br />
en distintas ocasiones.<br />
La maestra le ordenaba: “¡Apúntalo!, porque<br />
esa es tu primera impresión”.<br />
Eso se convierte, explica el perfumista, en<br />
un recuerdo indeleble por la forma en la que funciona<br />
la memoria olfativa que, por cierto, es más<br />
poderosa que la auditiva; por eso un olor, aunque<br />
debilísimo, puede desatar una intensa cadena de<br />
recuerdos.<br />
Ese tipo de descripciones gráficas es lo que<br />
ayuda a crear una memoria y un vocabulario<br />
olfativo.<br />
En las clases, la maestra les decía, por ejemplo:<br />
“Esto es un producto químico, es una molécula<br />
sencilla que se llama acetato de amilo, el componente<br />
más importante del olor frutal del plátano.<br />
Se puede producir sintéticamente y se utiliza tanto<br />
en perfumes como en saborizantes.<br />
“Esta otra sustancia es un absoluto —como se<br />
llama a los extractos de flores— de jazmín egipcio.<br />
Se utiliza sólo en perfumes de alta calidad, cuesta<br />
tanto, se extrae de tal manera, se cultiva en Egipto<br />
y hay una industria creciente en Túnez y en la India”,<br />
etcétera.<br />
Con el paso de los meses los alumnos iban<br />
acumulando pequeñas muestras de soluciones en<br />
alcohol de todas esas materias primas. Tenían que<br />
abrir los frasquitos, oler las sustancias y aprendérselas.<br />
Los exámenes consistían en identificar<br />
los distintos aromas contenidos en papeles secantes,<br />
los cuales podían ser hasta 20 en una sola<br />
prueba.<br />
Secante uno: absoluto de jazmín. Secante dos:<br />
cedrol, parte del extracto de cedro. Secante tres:<br />
acetato de amilo, plátano… y así sucesivamente<br />
hasta que se aprendían todos los ingredientes<br />
y materiales de la perfumería. Los iban distinguiendo<br />
unos de los otros, clasificándolos en familias<br />
y conociendo su velocidad de evaporación<br />
y cómo interactúan entre sí.<br />
La carrera duraba dos años, y ya desde el segundo<br />
los alumnos tenían que conseguir con<br />
quién hacer un internado o práctica pre profesional.<br />
Flores-Roux tuvo la suerte de que en la sede<br />
parisina de la compañía suiza Givaudan lo recibiera<br />
un perfumista muy célebre, Jean-Claude<br />
Ellena, que ahora se dedica únicamente a crear los<br />
perfumes de la casa Hermès.<br />
“Tuve la gran fortuna de ser su alumno inter-<br />
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60<br />
no tres meses. Me dirigió una especie de tesis y<br />
una disertación sobre la rosa a nivel comercial y<br />
estético”.<br />
Para Rodrigo fue una gran experiencia ser<br />
parte de la perfumería fina en París a principios<br />
de los noventa, cuando el esplendor de la industria<br />
era propicia para el surgimiento de perfumes<br />
extraordinarios.<br />
Al terminar su entrenamiento con Ellena,<br />
Rodrigo se graduó con altos honores en 1991. Entonces<br />
viajó a España con el objetivo específico de<br />
conocer la Alhambra, en Granada, un lugar que<br />
atrae la atención de los perfumistas.<br />
Cuando regresó a París se topó con la novedad<br />
de que una de las casas más tradicionales de<br />
la perfumería francesa había sido absorbida por<br />
Givaudan y como resultado de esas fusiones, recuerda,<br />
“no había chamba, mucha gente se quedó<br />
de patitas en la calle”.<br />
En México, el inicio<br />
El recién graduado regresó a México el 10 de julio<br />
de 1991. Había estado en contacto con Patricio<br />
Henry, director general de la ramal mexicana de la<br />
estadunidense International Flavors & Fragances<br />
(IFF) que era, en esa época, la empresa de perfumería<br />
más grande a nivel mundial.<br />
Invitado por Henry, Rodrigo empezó a trabajar<br />
como perfumista junior en IFF, que tenía<br />
una planta muy grande en Tlanepantla, Estado<br />
de México, donde se fabricaba el perfume para el<br />
jabón 1-2-3 y otros aromas para lavandería de muy<br />
bajo precio.<br />
“La primera fragancia que yo vendí —confiesa<br />
el ahora destacado perfumista— fue el aroma<br />
para un shampú medicado que se vende en todas<br />
las farmacias en México y que es para atacar los<br />
parásitos del vello púbico (liendres). Hice una fragancia<br />
basada en lavanda, un poco a lo Heno de<br />
Pravia, y me lo compró esta compañía”.<br />
Su segundo proyecto fue el perfume para el<br />
Shampoo del perro agradecido, una tarea muy difícil,<br />
pues se tenía que evaluar en perros y cubrir<br />
el olor a creolina, “esa cosa espantosa que huele<br />
entre petróleo y naftalina” que ayuda a controlar<br />
la seborrea en esos cuadrúpedos.<br />
Los dos productos tan poco glamurosos fueron<br />
algunos de sus pininos durante los cinco<br />
años —de 1991 a 1995— que Rodrigo Flores-Roux<br />
trabajó para IFF México. A principios de 1996<br />
lo enviaron a los laboratorios de la compañía en<br />
Nueva York como perfumista en desarrollo de<br />
perfumería fina. En esa época IFF estaba en la<br />
cúspide, tenía en los más prestigiados aparadores<br />
sus perfumes Eternity, de Calvin Klein; Paris,<br />
de Yves Saint Laurent, y Trésor, de Lancôme,<br />
entre otros.<br />
Pero cuando Rodrigo llegó a Nueva York, otro<br />
consorcio suizo les estaba ganando muchos contratos,<br />
y en IFF crecía la tensión. “Yo llegué bue-<br />
Cinco mitos<br />
de la perfumería<br />
Ni las grandes firmas ni las celebridades hacen sus<br />
perfumes. Hasta hace muy poco —menos de 20 años— el<br />
nombre del perfumista no se mencionaba, la mayoría de<br />
los fabricantes incluso negaban su existencia.<br />
El fijador, como tal, no existe. No es que se le añada<br />
un “extra” al perfume, como mucha gente se imagina. La<br />
duración del perfume tiene que ver con su formulación:<br />
hay ingredientes que por ser más pesados se evaporan<br />
más lentamente, mientras que otros son el puro splash,<br />
la frescura, que se evapora rápidamente. Otro elemento<br />
que influye en la evaporación es el grado de concentración<br />
de los ingredientes en el alcohol.<br />
En la perfumería no se utilizan orines ni excrementos<br />
de conejo, gato, zorrillo u otro animal. En la perfumería<br />
clásica se utilizaban cuatro productos de origen animal<br />
que hoy están a discusión porque hay especies de donde<br />
provienen que están en peligro de extinción. Se siguen<br />
usando ciertos olores fecales, como el indol y el escatol,<br />
moléculas que están presentes en la fragancia del jazmín,<br />
sólo que muy dosificadas.<br />
Se han producido perfumes con feromonas, pero es<br />
más bien una cuestión de marketing; no se ha probado<br />
que funcionen a nivel de comunicación sexual.<br />
La perfumería francesa tuvo su origen en Italia. María<br />
de Medicis, al contraer matrimonio con el Rey de Francia,<br />
se llevó a este país a sus perfumistas italianos.<br />
Un consejo útil:<br />
Los peores enemigos de un perfume son la luz, el calor y el<br />
movimiento. La vida media de un perfume antes de que,<br />
por la oxidación, se eche a perder, es menor a un año. Por<br />
eso Rodrigo Flores-Roux recomienda guardar en el refrigerador<br />
los perfumes que ya tienen tiempo.<br />
(Patricia Vega)<br />
no, bonito y barato, y cometieron el gravísimo error de mandarme<br />
a Estados Unidos pagándome cacahuates”.<br />
A pesar de sentirse explotado, en abril de 1996 empezó a<br />
trabajar con mucha dedicación en un “doloroso proyecto de 14<br />
meses” para la casa Clinique. Sin mucho apoyo de la empresa<br />
—“olían conmigo, pero nada más”— en junio de 1997 le avisan<br />
que había ganado el concurso para la creación de Happy, que a<br />
la fecha continúa como uno de los perfumes más vendidos en<br />
Estados Unidos y como un éxito global. Sin embargo “el daño<br />
ya estaba hecho”, y Rodrigo había tomado la decisión de cambiarse<br />
de compañía.<br />
Nunca sabrá si tuvo el peor o el mejor timing del mundo<br />
al haber renunciado el mismo día en que recibió la noticia de
haber ganado un importantísimo proyecto.<br />
De Quest a Givaudan<br />
Quest Internacional era una casa de perfumería más pequeña.<br />
Una compañía angloholandesa que era vista como un<br />
enfant terrible. Ahí se habían inventado Angel, de Thierry<br />
Mugler, y Le Male, de Jean Paul Gaultier, juzgados todavía<br />
como fragancias revolucionarias. Además, la compañía consentía<br />
mucho a su gente y le daba plena libertad.<br />
Lo primero que hizo Rodrigo cuando lo entrevistaron<br />
para ver si lo contrataban o no fue decir “yo soy gay”. En<br />
México había vivido la dolorosa experiencia de perder a su<br />
pareja, el destacado productor de teatro y telenovelas Carlos<br />
Téllez, quien murió de Sida en 1994. El no poderlo<br />
decir, a pesar del apoyo de su familia, había<br />
sido sumamente difícil.<br />
En Quest International trabajó casi 10 años.<br />
Fue un periodo muy interesante para Flores-<br />
Roux, como integrante de un equipo muy pequeño<br />
de perfumistas sumamente creativos. Por<br />
ejemplo, de Quest Nueva York salió J’Adore para<br />
Christian Dior.<br />
—J’Adore está firmado por mi colega Calice<br />
Becker —cuenta Rodrigo—, pero colaboré mucho<br />
en esa fragancia, es un secreto a voces y Calice lo<br />
reconoce.<br />
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62<br />
—¿Por qué no lo firmaron los dos?<br />
—Por políticas de las empresas, algo fuera de<br />
mi control. J’Adore es un perfume extraordinario,<br />
y conste que yo no lo reclamo como mío. Mira,<br />
no está con los míos —dice, y señala tres repisas<br />
ocupadas por los frascos de sus creaciones, en la<br />
biblioteca de la casa de sus padres—, pero siempre<br />
se me ha hecho gracioso que uno de los perfumes<br />
que define a la Francia actual fue creado en Estados<br />
Unidos.<br />
El único latinoamericano<br />
Rodrigo Flores-Roux ha trabajado de manera<br />
muy dedicada para las compañías de Estée Lauder,<br />
específicamente para la marca Donna Karan<br />
(DKNY) y Tom Ford. En 2003 tuvo la oportunidad<br />
de crear el primer perfume para el diseñador John<br />
Varvatos, una referencia en ropa masculina. Desde<br />
entonces el mexicano es el perfumista exclusivo<br />
de Varvatos.<br />
Los años de Quest fueron para Rodrigo como<br />
colaborar en un pequeño grupo de expertos que se<br />
ayudaban en todo. De hecho él fue el responsable<br />
de que su amiga Sophie Bensamou, una perfumista<br />
francesa que residía en México, se fuera a<br />
Nueva York para trabajar con él.<br />
“Quest era un equipo fuerte, brillante, con<br />
mucho tesón… y amenazador, un equipo que había<br />
que disolver”, analiza Rodrigo a la distancia.<br />
En noviembre de 2006, de manera sorpresiva<br />
y mediante una transacción billonaria, Quest es<br />
adquirida por Givaudan y la pandilla de niños terribles<br />
desaparece. La compañía suiza se recoloca<br />
de nuevo a la cabeza de la industria perfumera del<br />
mundo.<br />
De la noche a la mañana, y tras casi 10 años<br />
de haberse unido a las filas de Quest y 15 de haber<br />
sido alumno en Givaudan, en París, Rodrigo Flores-Roux<br />
cierra un ciclo y regresa, sin planearlo,<br />
a sus orígenes. La gran infraestructura automatizada<br />
de Givaudan permitió “la explosión” del<br />
perfumista mexicano, quien por fin contaba con<br />
el respaldo necesario para echar a volar aún más<br />
su imaginación.<br />
A partir de 2007 Rodrigo empieza a ganar todo<br />
tipo de proyectos y premios. Su nombre aparece<br />
por todos lados en el terreno de su especialidad:<br />
crear fragancias para diseñadores y celebridades.<br />
Recibe el pedido de un cliente como Halle Berry<br />
y lo transmite mediante una experiencia olfativa<br />
placentera. Siempre y cuando gane el concurso,<br />
como en el caso de la actriz afroamericana.<br />
Flores-Roux es el único latinoamericano en el<br />
ámbito de la alta perfumería. O como dice él con<br />
una mezcla de orgullo y pudor: “A nivel de marcas<br />
de renombre internacional, el único perfumista<br />
nacido al sur del río Bravo, soy yo”.<br />
Premios, premios y más premios…<br />
Los premios FIFI entregados anualmente por The<br />
Fragance Foundation en la ciudad de Nueva York son como<br />
el Óscar de la perfumería. También existen reconocimientos<br />
equivalentes en Gran Bretaña, Alemania, Italia y Francia.<br />
Sin contar los galardones europeos, Rodrigo Flores-Roux<br />
ha obtenido cinco FIFIS en Estados Unidos: el primero en<br />
1997 por el perfume Happy, de Clinique. En 2007 y 2011 obtuvo<br />
dos más por Champaca Absolute y Azure Lime, de Tom<br />
Ford. En 2011 Pure Orchide, creado para Halle Berry, fue designado<br />
el mejor perfume femenino de alta distribución. Y un<br />
quinto FIFI le llegó por liderar el proyecto SixScents, un grupo<br />
de fashionistas dedicados a conectar jóvenes diseñadores<br />
de moda con perfumistas.<br />
Hay otro premio de mucho prestigio que entrega la asociación<br />
Cosmetic Executive Women (CEW) y que Rodrigo<br />
compara con los Globos de Oro. En 2010 su producto John<br />
Varvatos Artisan fue premiado en la categoría del mejor perfume<br />
masculino.<br />
Artisan surge de una historia entrañable: en un viaje de<br />
trabajo a París, en abril de 2008, estando en la Isla de San Luis<br />
afectado por un tremendo jet lag, el perfumista escribió en<br />
uno de los blocks membretados del hotel De Lutèce el esquema<br />
para una fórmula elaborada a partir de sus recuerdos de las<br />
posadas mexicanas, “de cuando rompes la piñata y las mandarinas<br />
se estrellan contra el piso, ese olor azufrado, como de<br />
cerillo, que sólo la frescura de la mandarina tiene”.<br />
Rodrigo hizo un acorde de siete ingredientes, de cuya mezcla<br />
resulta un olor que estalla dulcemente en la nariz. “Es una<br />
receta muy limpia, sencilla y fresca que se aprobó en su cuarta<br />
modificación. Para Happy tuve que hacer 119 versiones”.<br />
Arquiste: perfumes de nicho<br />
El primer impacto que se recibe cuando Rodrigo Flores-Roux<br />
abre la puerta de la casa paterna es el agradable, placentero,<br />
intenso aroma alimonado que emana de su cuerpo.<br />
Es inevitable saludarlo con un “¡Qué rico hueles!” (y hay<br />
que decir que resulta difícil reprimir el deseo de pegarse a su<br />
cuello para seguir oliendo su piel).<br />
Rodrigo nos conduce a la sala e inmediatamente confiesa:<br />
“Yo hice este perfume que se llama L’Etrog y me lo puse a<br />
propósito para hablarte de un proyecto padrísimo que inicié<br />
con mi amigo Carlos Huber, un chico brillante que después de<br />
cursar Arquitectura en la Ibero, hizo una maestría en Técnicas<br />
Modernas de Preservación de Monumentos en la Universidad<br />
de Columbia, en Nueva York, donde lo conocí”.<br />
A Carlos, añade Rodrigo, le apasionan los perfumes y<br />
siempre trata de imaginar cómo olía la Basílica de San Marcos<br />
en cierta época o el aroma de las habitaciones privadas de la<br />
reina Maria Antonieta, en el palacio de Versalles.<br />
El joven arquitecto “moría por aprender perfumería” sólo<br />
por el gusto de entender su proceso de creación y encontró en<br />
Rodrigo a un diligente y generoso maestro que le enseñó las<br />
técnicas de olfación y formulación de fragancias, las diversas<br />
materias primas naturales y sintéticas y algunos otros secretos<br />
de la profesión.<br />
Un día Huber decidió abandonar su chamba como asesor<br />
de ambientación histórica de las tiendas de Polo Ralph Lauren<br />
para lanzar su propia línea de perfumería.<br />
Fue en los laboratorios de Givaudan que nació Arquiste,<br />
nombre con el que sintetizaron los ideales de la arquitectura,<br />
la historia y el arte, y que Carlos ideó con la ayuda de Rodrigo
y de otro experimentado colega perfumista, Yann Vasnier.<br />
Hasta ahora han comercializado seis perfumes unisex, “se<br />
venden en muy pocos lugares, son caros” y se venden como el<br />
equivalente “en pocas palabras, del cine de arte”. Pretenden<br />
ser, explica Rodrigo, los retratos olfativos de los momentos<br />
históricos seleccionados.<br />
Una nariz de excepción<br />
Entre los principales clientes de Givaudan está Procter &<br />
Gamble, propietaria de Ariel, Crest y otras marcas de productos<br />
de limpieza e higiene personal, pero esa empresa,<br />
aclara Rodrigo, también tiene un departamento de desarrollo<br />
de perfumería fina y posee marcas muy conocidas: Lacoste,<br />
Gucci, Dolce & Gabbana y Hugo Boss.<br />
En la compleja industria de la perfumería se trabaja a partir<br />
de concursos. Los perfumistas de Givaudan diseñan el olor<br />
de un producto y se lo muestran a sus clientes. Con frecuencia<br />
se invierten meses y hasta años en fragancias que, por diversas<br />
razones, tal vez nunca se lancen al mercado.<br />
Las ideas olfativas se desarrollan conjuntamente con el<br />
personal de mercadotecnia de cada marca y después de un<br />
complicado proceso en que se le dan muchos cambios al perfume,<br />
éste acaba siendo uno de los dos o tres candidatos que<br />
serán sometidos a una prueba de mercado.<br />
“Te dicen: tiene que funcionar bien en Italia, Alemania,<br />
EU y Francia, pero en cada uno de esos mercados se tienen<br />
gustos y necesidades distintas, por lo que ganar se vuelve<br />
muy difícil”, relata Flores-Roux. Además, a la empresa cuyo<br />
perfume pierde la prueba no se le paga nada del proceso de<br />
creación. La competencia es encarnizada.<br />
Rodrigo menciona el caso de un concurso que ganó cuando<br />
estaba en Quest para crear un perfume destinado a Procter<br />
& Gamble, pero nunca llegó a salir al mercado debido a que<br />
la marca del producto en cuestión fue vendida a otro corporativo.<br />
En tres ocasiones sucedió lo mismo, lo que generó un<br />
sentimiento de frustración en el especialista.<br />
Ya en Givaudan, Rodrigo trabajó en un perfume para<br />
hombre que se había originado 10 años antes para un proyecto<br />
internacional. Este perfume entró finalmente a prueba de<br />
mercado, le fue muy bien y acabó siendo Boss Orange, la nueva<br />
fragancia masculina de Hugo Boss. “Es un perfume muy<br />
poderoso con una nota interesante de una madera tropical<br />
llamada bubinga”, revela.<br />
La espera valió la pena: como se trataba de un producto<br />
global, significó un contrato de mucho dinero para<br />
Givaudan.<br />
Así, la “maldición” con Procter & Gamble llegó a su fin.<br />
En enero del 2008 corría el rumor de que se estaba planeando<br />
una colección de perfumes para Dolce & Gabbana.<br />
Por iniciativa propia, y a manera de divertimento, Rodrigo se<br />
puso a trabajar con su inseparable amiga Sophie en un proyecto<br />
de “aquas” —perfumes frescos y ligeros de azahar, higo,<br />
rosa, clementina y mandarina y uno de jazmín— inspiradas en<br />
el Mediterráneo. También les diseñaron un empaque bonito.<br />
Rodrigo viajó a París y pidió audiencia para presentar su<br />
colección de aquas, a pesar de que el equipo de Procter &Gamble<br />
le había dicho que ya tenían listo el proyecto.<br />
A los tres meses el teléfono sonó muy temprano en la<br />
mañana. Era Sophie: “Tienes que ir a desayunar con Enrica<br />
Perrotta —la italiana que se encarga de las marcas euro-<br />
peas de Procter— porque te va a decir algo muy<br />
importante”.<br />
La sorpresa fue enorme.<br />
—“El signor Gabbana ha sido siempre un gran<br />
apasionado del pachuli”, me dijo Enrica extendiéndome<br />
un frasco de aceite de pachulí y añadió:<br />
“él quiere que hagas algo que huela a esto para que<br />
sea el perfume de la casa Dolce et Gabbana. Esta<br />
será la primera vez que damos en exclusiva un<br />
proyecto a un perfumista. Pero me lo tienes que<br />
dar esta noche” —recuerda Rodrigo.<br />
Después de recuperarse de la conmoción,<br />
hizo un acorde muy sencillo de pachuli y maderas<br />
al que le llamó Stefano’s Pachuli. Se lo dio<br />
a Enrica y se sentó a esperar. Pronto recibió un<br />
correo electrónico de Enrica con copia a su jefe:<br />
“El signor Gabbana es muy difícil de satisfacer,<br />
pero está muy contento con el pachuli de Rodrigo.<br />
Considérenlo como un ‘sí’, una fragancia ganada”.<br />
Una semana después llegó otra llamada: “En<br />
Dolce & Gabbana están tan contentos con tu pachuli<br />
y con tu idea del Mediterráneo, que vamos<br />
a expandir la idea y hacer una colección de seis<br />
perfumes. Uno será el pachuli, tal cual; al higo<br />
le tienes que hacer un par de cambios (Rodrigo le<br />
añadió una nota de vetiver); la flor de naranjo y el<br />
jazmín van como están, y necesitamos dos perfumes<br />
más para completar la colección” (uno acabó<br />
siendo un agua de clavel y el otro una fragancia de<br />
madera a la deriva).<br />
De esa forma surgió The Velvet Collection o<br />
La Colección de Terciopelo, una serie de seis perfumes<br />
sumamente costosos, puestos a la venta<br />
en noviembre de 2011 en las boutiques Dolce &<br />
Gabbana y en exclusiva en los almacenes Harrod’s<br />
de Londres y en Saks Fifth Avenue de Nueva<br />
York.<br />
“A pesar de su alto precio —comenta Rodrigo<br />
sorprendido— se están vendiendo como pan<br />
caliente”.<br />
Fue la primera vez en la historia de las marcas<br />
de Procter & Gamble que un proyecto se presentó<br />
al revés: completamente elaborado por fuera,<br />
fue aceptado sin someterlo a pruebas de mercado<br />
previas.<br />
Así, 2011 resultó un año extraordinario para<br />
el mexicano Rodrigo Flores-Roux: demostró que<br />
todavía se puede hacer alta perfumería y celebró,<br />
en su país natal, su vigésimo aniversario como<br />
perfumista, con una gran fiesta organizada por su<br />
familia a la que acudieron sus maestros de primaria,<br />
su primer jefe y muchos amigos que viajaron<br />
desde diferentes lugares para festejar con él sus<br />
logros.<br />
El experto de nariz privilegiada resume su experiencia:<br />
“He logrado en Givaudan cosas que no<br />
se pueden lograr en ningún otro lado. Hacemos<br />
muy buena mancuerna porque yo todo lo hago con<br />
el corazón y Givaudan entiende mis latidos”. <br />
| EMEEQUIS | 02 DE ABRIL DE 2012<br />
63
| EMEEQUIS | 22 de enero de 2009<br />
64<br />
Randy Ebright. Voz y batería<br />
Paco Ayala. Voz y bajo<br />
Miky Huidobro. Voz y bajo<br />
Mikyseñal
Molotov:<br />
Tito Fuentes. Voz y guitarra<br />
Here they kum…<br />
otra vez<br />
Por Tatiana Maillard<br />
tmaillard@m-x.com.mx • @MadameMaillard<br />
Fotografía: Eduardo Loza
| EMEEQUIS | 02 de ABrIL de 2012<br />
66<br />
Un bar. ¿Dónde más podría realizarse una rueda de entrevistas<br />
de Molotov? ¿En un café? ¿Alguien podría imaginarse a Tito,<br />
Miky, Paco y Randy conversando en medio de tazas humeantes<br />
y baguettes? No, a los creadores de rolas como Puto y Chinga<br />
tu madre no se les da sentarse frente a un tazón de té chai<br />
deslactosado. Por eso estamos en el bar Limantour, en martes,<br />
a las 11 de la mañana.<br />
En la escalera que conduce hacia la zona de las mesas se<br />
escucha el monótono sonido de unos pies que aterrizan sobre<br />
cada peldaño, antes de que la figura de Tito Fuentes emerja,<br />
tan alta como es. Lleva una camisa de mezclilla y pantalones<br />
entubados. Lentes oscuros que cubren las ojeras que enmarcan<br />
sus ojos de búho. Saluda y saca una cajetilla de cigarros<br />
nueva. Se queja:<br />
—Me cagan estas imágenes —y señala la fotografía de lo<br />
que queda (casi nada) de una lengua atacada por el cáncer, impresa<br />
en la tapa de las cajetillas para advertir de los estragos<br />
del tabaquismo en la salud.<br />
Hasta las cajetillas regañan a los fumadores.<br />
—Sí. Por eso yo siempre aplico esto…<br />
Con su dedo índice y pulgar desprende la tapa, la arruga y<br />
la deja sobre la mesa. Enciende el primer cigarro, aliviado. Le<br />
espera un día largo, que inició con entrevistas para la radio y<br />
seguirá con otras más para medios escritos. La banda está promocionando<br />
su última producción discográfica con Universal,<br />
lo que prácticamente significa su liberación de una disquera<br />
con la que firmó en 1997 y a la cual Molotov acusa de mantenerlos<br />
casi en la congeladora. Para finalizar su contrato era<br />
obligatorio realizar un disco en vivo y aquí está: Desde Rusia<br />
con amor, un material grabado durante su gira en Rusia en el<br />
verano de 2010, que incluye un dvd.<br />
—¡Por fin se acaba! —exclama Tito, con una exhalación que<br />
puede ser de alivio o de fastidio.<br />
Después de 15 años, desde que se amarró con Universal, la<br />
banda ha sacado seis discos en periodos irregulares que van de<br />
uno hasta cuatro años. Con resultados que también son irregulares.<br />
Y la culpa, según han reiterado siempre a los medios,<br />
es de las restricciones que les impone el contrato.<br />
Sólo un par de entrevistas más, un poco de promoción,<br />
algunas tocadas, la presencia del disco en tiendas… y esto se<br />
acaba. Por fin.<br />
La censura como estrategia<br />
Alrededor de una mesa del Limantour ya están sentados Tito<br />
(voz y guitarra), Miky (voz y bajo), Paco (voz y bajo) y Randy<br />
(voz y batería). Sobre sus cabezas se extiende una densa nube<br />
de nicotina que va creciendo conforme Tito y Randy encienden<br />
sus cigarros. En la mesa se esparcen ceniceros con colillas<br />
y bebidas espirituosas.<br />
El reloj apunta la hora: son las 11:21 de la mañana del martes<br />
20 de marzo. Falta media hora para que tiemble —y fuerte—<br />
en la Ciudad de México y aún no han transcurrido las 130 horas<br />
tras las cuales Molotov se presentará en el escenario principal<br />
del festival Vive Latino 2012. En la mesa del Limantour los<br />
molotovs hablan de su gira en Rusia.<br />
—Hace algunos años tocamos en Alemania y fue una experiencia<br />
distinta —dice Tito—. La gente agarraba la onda de<br />
lo que decíamos. Se sabían las letras. Pero en Rusia, ¡uuuh! no<br />
podíamos platicar con nadie. Ahí nos dimos cuenta de que la<br />
música es un lenguaje —da una calada al cigarro—. Aquí (en<br />
México) pueden llegar a pensar: esos güeyes son unos pelados<br />
y por eso tienen éxito. Pero no. Es porque somos músicos. Ni<br />
escritores ni poetas.<br />
A nadie se le ocurriría confundir a los integrantes de Molotov<br />
con poetas. La banda irrumpió en la escena musical con<br />
un disco que causó escozor a más de uno: ¿Dónde jugarán las<br />
niñas? Era 1997. Las radiodifusoras no ofrecían alternativas<br />
musicales, salvo, quizá, Radioactivo. No se movían las producciones<br />
independientes por internet, ni había redes sociales.<br />
Todavía faltaban tres años para que el Partido Revolucionario<br />
Institucional perdiera por primera vez una elección<br />
presidencial y Siempre en Domingo agonizaba, pero aún era<br />
el maratónico programa musical de Televisa que presentaba<br />
grupos y artistas haciendo playback.<br />
En este ambiente surgió la banda conformada por tres<br />
mexicanos y un gringo que presentaban lo inusual: canciones<br />
que, musicalmente, sonaban a Rage Against the Machine. Una<br />
lírica rabiosa que se movía entre los territorios del hartazgo<br />
social y la necesidad de cambio (Gimme The Power, Voto latino)<br />
hasta lo… digamos… discursivamente incorrecto (Quítate que<br />
Ma’sturbas)<br />
—Al inicio hablábamos así porque estábamos emputados<br />
con algún hecho o con alguna vieja. Lo que sea— interviene<br />
Randy Ebright, el gringo del grupo. Su brazo tatuado se flexiona,<br />
lleva los dedos al nacimiento de su nariz y la talla. Parece<br />
cansado. Ese día su tono de piel no es blanco, es más bien rosado.<br />
Un tono Pantera Rosa que se combina con el color trigo de<br />
su cabello y le brinda un aspecto ligeramente caricaturesco.<br />
Miky, sentado en el extremo opuesto, el cabello que delata<br />
el poco tiempo que ha pasado desde que salió de la ducha,<br />
complementa:<br />
—Pero mucha gente también estaba enojada. Yo creo que<br />
fuimos afortunados. En el 97 no cualquiera grababa un disco<br />
en un estudio digital que, además, representó nuestro primer<br />
encontronazo con la censura. En las tiendas decían: “Está<br />
poca madre su disco, pero no lo vamos a vender porque la portada<br />
(unos calzones colgando de las piernas que asoman de<br />
una falda de colegiala) está muy dura.<br />
—La censura parecía una buena estrategia de ventas —dice<br />
Paco, la voz carrasposa, el acento desparpajado—. La gente<br />
creía que nosotros la provocábamos porque nos funcionaba.<br />
Pero no. Siempre actuamos pensando “hagamos las cosas y<br />
a ver qué pasa”.<br />
Entonces da la impresión de que Paco se enerva. Cuenta<br />
que a principios de 2000, en algunos países le prohibían a<br />
Molotov tocar ciertos temas bajo la amenaza de multarlos “o<br />
meternos al tambo”.<br />
Eran los temas que, según los censores, incitaban a la violencia.<br />
“Bueno, pues explíquenle eso a la gente que viene a<br />
nuestros conciertos. ¿Por qué vamos a callar algo que hicimos<br />
y que está grabado? ¡Nosotros no nos autocensuramos!”, rememora<br />
Paco.<br />
—¿En verdad nunca usaron la controversia como<br />
estrategia? —se les pregunta.<br />
Silencio que dura apenas unos segundos, interrumpido<br />
por el español machacado de Randy:
—Yo podría pensar en un instante, cuando nos contrataron<br />
para hacer una canción para Televisa Deportes.<br />
Año 2007: la televisora, que había sido blanco de las más<br />
iracundas canciones de Molotov (El Carnal de las Estrellas,<br />
Que no te haga bobo Jacobo), encargó al grupo la realización<br />
de un sencillo promocional para Televisa Deportes. El video<br />
contó con la participación de los conductores y comentaristas,<br />
quienes aparecen celebrando los goles que transmite un<br />
aparato de televisión, mientras suena la rola de Molotov que,<br />
básicamente, repite una y otra vez: Queremos ver golazos.<br />
Queremos ver golizas. Queremos ver golear...<br />
No salió al aire en los canales de Televisa, pero los integrantes<br />
de Molotov fueron invitados a El Notifiero, programa<br />
conducido por Brozo —que emite Televisa— para hablar de la<br />
decisión de la televisora de no transmitir el video, una vez que<br />
el titular de Televisa Deportes, Javier Alarcón, notara que la<br />
canción era un albur continuo.<br />
¿Cómo concilian los de Molotov su imagen de críticos furiosos<br />
del sistema, con el hecho de aparecer en Televisa… o en comerciales<br />
de Pepsi?<br />
—El planteamiento más bien debe ser: si las marcas saben<br />
qué es lo que representamos, allá ellos si se animan a invitarnos.<br />
No pasa nada mientras no nos traicionemos ni hagamos<br />
cosas específicas para la marca —explica Tito.<br />
Pero Miky, con una falsa serenidad de monje budista,<br />
ataca.<br />
—Le tiramos a Televisa, pero luego podemos ser invitados<br />
a sus programas. ¿Y? Las canciones son muy específicas. Si a<br />
la gente le falta un cachito de open mind para ver que una cosa<br />
es salir en un comercial y otra es cantar algo como El Carnal de<br />
las Estrellas, entonces no está entendiendo el mensaje —hace<br />
una pausa y saca el enojo—. ¿Te lo repito?<br />
—No es necesario.<br />
—¿O que te lo repita Paco?<br />
Entonces Paco Ayala toma la palabra y desinfla la tensión.<br />
—No puedes quedar bien con todo el mundo. Y no tenemos<br />
que dar explicaciones en los medios de las decisiones que tomamos.<br />
No nos movemos únicamente con mensajes contestatarios.<br />
Nuestras rolas también son desmadrosas, como la de<br />
una persona normal, que vive de noche en el desmadre y tiene<br />
pedos con su chava.<br />
Cliché o no cliché,<br />
that's the question<br />
En unas semanas se estrenará en salas de cine el documental<br />
Gimme the Power, dirigido por Olallo Rubio, que aborda la historia<br />
de Molotov desde su formación como banda, en 1995, y<br />
entreteje su historia con el ambiente social y político del país.<br />
Para ello, la película no sólo cuenta con entrevistas realizadas<br />
a los integrantes de la banda, sino también a escritores como<br />
Juan Villoro, o periodistas como Javier Lozano.<br />
—Nosotros coincidimos con la visión que Olallo tiene de la<br />
banda —comenta Tito—. Nuestra manera de expresarnos proviene<br />
de este país, del hecho de que el gobierno se agandalla,<br />
de que sales de la prepa y sabes que la vida vendrá pesada por<br />
esos güeyes.<br />
—Yo creo que no sólo había censura hace 16 años. Existe<br />
desde siempre — complementa Paco—. Pero en esos años nosotros<br />
manejábamos un perfil rocanrolero muy reprimido.<br />
—Hubo canciones que se volvieron himnos —prosigue<br />
Tito—, ¡pero no lo planeamos así! Si compones para que tu<br />
canción tenga un discurso, la gente lo nota y, en consecuencia,<br />
no la toma. La gente tiene que absorber la rola y eso fue lo que<br />
pasó con nuestras canciones.<br />
—Si, como dicen, sus canciones oscilan entre la crítica<br />
política y “el desmadre”, ¿en qué postura se sienten más<br />
cómodos?<br />
La helada mirada de Tito traspasa sus lentes oscuros.<br />
—En el de compositores. Ninguno de nosotros es líder de<br />
opinión. Aunque nuestras ideas son las mismas: el país está<br />
jodido. La diferencia es que ahora debemos buscar qué palabras<br />
y qué temas usar para que el mensaje no suene trillado.<br />
No queremos ser irrespetuosos, ni caer en un cliché, ni colgarnos<br />
de la situación trágica del país para sacar un disco —dice<br />
Randy.<br />
—¿Y cómo evitan caer en los clichés?<br />
—¡Es difícil! Si quisiéramos quedarnos en eso, como tú<br />
dices, mejor agarramos un plantón en el Zócalo, nos colgamos<br />
de él y armamos un toquín —sugiere Miky, con esa su<br />
hostilidad zen.<br />
—Debemos filtrar los temas —se mete Paco, en tono conciliador—.<br />
¿En qué nos involucramos? A veces podemos salir<br />
a defender una causa y dos semanas después resulta que esa<br />
noticia era un montaje. Para mí, el mejor filtro es estar en la<br />
calle.<br />
—Cuando iniciaron, hubo temas que causaron molestia.<br />
Como Puto en la comunidad gay, pero no fue el único caso.<br />
Ustedes mismos han dicho que les han prohibido tocar en vivo<br />
las que “incitan a la violencia”. Después de 17 años, ¿de qué<br />
canción se arrepienten?<br />
—De todas las que escribe Tito —responde Miky.<br />
—El arrepentimiento es algo en lo que pensaré cuando tenga<br />
60 años —pronostica Randy.<br />
Pero falta para eso. Por lo pronto, dicen, están concentrados<br />
en lo que será su próximo disco, del que aún desconocen si<br />
saldrá al mercado de la mano de “una disquera o una marca de<br />
ropa o de coches… o de forma independiente”.<br />
—Pero volver a firmar un contrato como el que tuvimos<br />
con Universal, ¡jamás! —asegura Tito, contundente.<br />
Randy remata:<br />
—Vamos a contratar un abogado la próxima vez. <br />
Molotov<br />
Año de formación: 1995<br />
Integrantes: Tito Fuentes, Miky Huidobro,<br />
Paco Ayala y Randy Ebright<br />
Suenan a: Rock, rap, funk, punk, cumbia,<br />
ranchero con harta leperada<br />
Discos: ¿Dónde jugarán las niñas? (1997),<br />
Apocalipshit (1999), Dance And Dense<br />
Denso (2003), Con todo respeto (covers,<br />
2004), Eternamiente (2007), Desde Rusia<br />
con amor (en vivo, 2012).
| EMEEQUIS | 02 de ABRIL de 2012<br />
68<br />
manual<br />
de la buena<br />
lesbiana<br />
* Cabaretera<br />
y reina chula<br />
Por Ana Francis Mor*<br />
Twitter: @anafrancismor<br />
Capítulo 118<br />
Cómo pasa la<br />
veda electoral<br />
una buena<br />
lesbiana<br />
En segundo de secundaria tuve una maestra<br />
de Civismo de cuyo nombre no logro<br />
acordarme. Se apellidaba Arciniega. Mis clases<br />
de civismo consistían en memorizar artículos<br />
de la Constitución y quién sabe qué más. Fundamentalmente<br />
era memorizar, memorizar,<br />
memorizar. esta maestra hacía exámenes semanales<br />
que ocurrían en cinco minutos. ella,<br />
parada en el escritorio con borrador en mano,<br />
gritaba la pregunta. Y nosotras, las alumnas<br />
aterrorizadas, escribíamos sólo la respuesta.<br />
No había tiempo de anotar la pregunta ni de<br />
copiar, ni de pensar.<br />
ese es el punto, no había tiempo de<br />
pensar.<br />
Civismo: Se puede entender como la capacidad<br />
de saber vivir en sociedad, respetando<br />
y teniendo consideración al resto de personas<br />
que componen a la sociedad, a partir del<br />
seguimiento de normas conductuales y de<br />
educación, que varían según la cultura del<br />
colectivo en cuestión (Palabra de Wikipedia.<br />
¡Te alabamos, internet!)<br />
Supongo que yo aprendí civismo casero<br />
en mi hogar por una cuestión de sobrevivencia.<br />
Mi padre era un tirano tan absurdo, que<br />
no había manera de que sus tiranías pasaran<br />
como razonables. Al ser la menor de cinco hijas,<br />
y mucho menor que todas —o sea, fui el<br />
pastillazo—, tuve que luchar todos los días por<br />
mis derechos fundamentales: ventana, pierna<br />
de pollo, oreja de bizcocho, ropa nueva y no<br />
la que fueran dejando mis hermanas, mamá<br />
para mi solita… en fin.<br />
Pero en mi casa la más chimuelita mascaba<br />
tuercas, así que me hice una luchadora social<br />
—yo era la sociedad por defender— a partir de<br />
los cinco años. Aprendí de solidaridad, aquella que se necesitaba<br />
para llevar y traer a mi madre al hospital; para sacarla<br />
a pasear cada que el Tirano hacía de las suyas; para entrarle<br />
a trabajar en el negocio que tuvo que poner, porque el Tirano<br />
se gastaba el dinero en choferes y chamacas en vez de<br />
zapatos, ropa y comida.<br />
en casa aprendí a trabajar en equipo, en solidaridad y por<br />
un bien común. También aprendí que siempre hay un tirano<br />
que pretende apropiarse de todo si te descuidas tantito. Y<br />
aprendí a defender lo mío y a las mías con las uñas. Aprendí a<br />
discutir, argumentar, convencer. Como con el Tirano todo era<br />
a base de golpes, entre nosotras todo era a base de acuerdos.<br />
es lo bueno de las tiranías: o te desatarugas o te mueres.<br />
Pero acordar, colaborar, opinar y demás, son ejercicios<br />
ciudadanos que hay que aprender.<br />
en la reciente veda electoral he tenido la oportunidad<br />
de participar en varias conversaciones con candidatos de<br />
izquierda. Como no pueden decir nada, ni pueden darse el<br />
lujo de no salir en la foto, básicamente se presentan y se limitan<br />
a escuchar… Gracias a la veda se aguantan y escuchan.<br />
Y ese es un ejercicio importante de hacer. Hablar, analizar<br />
la realidad, ponerse de acuerdo con otros grupos sociales,<br />
hacer redes, presentar propuestas conjuntas.<br />
Los procesos para transformar las cosas son lentos, intervienen<br />
muchos factores y la manera en que los partidos<br />
políticos (incluyendo los de izquierda) echan a perder la<br />
práctica cívica es de notarse. Pero la verdad es que nuestro<br />
país, lamentablemente educado por elba esther Gordillo,<br />
deja mucho qué desear en educación cívica, en participación<br />
ciudadana, en ejercicio político cuyo fin sea de veras el<br />
bien común y no la pescada del hueso. Nos falta mucho en<br />
tanto ciudadanos para dejar de ser fans del candidato en<br />
cuestión y entrarle al ejercicio de cuestionarle, opinarle,<br />
proponerle y vigilarle. Yo, como votante de izquierda, tengo<br />
que ser crítica, ni pex.<br />
Pienso.<br />
Si mi padre se hizo un tirano en dos patadas, no veo porqué<br />
cualquier persona esté libre de correr con la misma suerte,<br />
incluida una servilleta.<br />
Vigilando y molestando dice el gerundio.<br />
Nota de vigilancia al PRD: ¿Se dan cuenta de que su “onda<br />
grupera” es nada representativa y muy como de política vieja<br />
y chafa? de su lista de candidat@s a diputad@s y senador@s<br />
¿cuántos son cuotas, hijos de alguien, parejas de alguien, y<br />
cuántos de verdad defienden una causa ciudadana?<br />
Nota de molestancia al PAN: estuvo re feo el estadio<br />
vacío, ¿verdad? Ooops. Forever Alone.<br />
Nota de burla al PRI: Y si le ponen a su candidato en el tele-<br />
prompter “Soy un tarugo” —por decirlo elegantemente—,<br />
¿lo leerá sin pensar? Tengo la duda.
84<br />
No quieren. Se resisten. A muchos hombres mexicanos<br />
nomás no les entra en la cabeza que las mujeres somos<br />
tan personas como ellos, ciudadanas con los mismos derechos<br />
y obligaciones, seres humanos con necesidades sexuales,<br />
físicas e intelectuales, como ellos. No pueden aceptar que<br />
cada vez más mujeres son conscientes de ello y actúan en<br />
consecuencia. Y lo peor para ellos: tienen la certeza —como<br />
nosotras— de que es algo irreversible. Por eso entran en pánico,<br />
dan sus patadas de ahogado.<br />
Sienten que se les escapa el poder, que pierden la capacidad<br />
de control. en particular algunos: los de la iglesia<br />
católica, los de la política.<br />
No entienden que no vamos a arrebatarles el bastón de<br />
mando, sino a compartirlo.<br />
No quieren.<br />
darían lo que fuera por vernos de nuevo recluidas en casa,<br />
como en aquel dicho horrible: “la mujer, como el rifle: cargada<br />
y detrás de la puerta”. eso intentan, regresar al tiempo<br />
en que nos la pasábamos pariendo un montón de hijos y no<br />
hacíamos otra cosa más que atenderlos, lavar trastes y ropa,<br />
planchar, barrer y trapear, cocinar, remendar, sin descuidar<br />
las necesidades del marido, especialmente al llegar del trabajo,<br />
cansado, hambriento.<br />
Pero no. Ya sabemos qué sienten ellos cuando estudian,<br />
son productivos —no sólo hacen hijos—, cultivan su espíritu,<br />
aportan a la sociedad, participan en política, tienen el poder<br />
de cambiar los destinos de muchos y obtienen un jugoso<br />
salario por lo que hacen —a diferencia del ama de casa—.<br />
Ya sabemos qué se siente no tener que pedirle al esposo<br />
“para el gasto” y usar el dinero propio en lo que una decida.<br />
¿de verdad piensan que nos vamos a perder eso?<br />
A algunos legisladores nomás no les entra en la cabeza<br />
que estamos en el siglo XXi y que las mujeres somos el 52 por<br />
ciento de la población mexicana, o sea, más de la mitad en el<br />
país, y tan sólo por ese hecho deberíamos tener una mejor<br />
representación de género en el Congreso de la Unión.<br />
Sin embargo, ahí está el diputado del PVeM Jorge Herrera<br />
Martínez, muy preocupado por las “responsabilidades” de las<br />
mexicanas, que les impiden —según él– hacer campaña para<br />
ganar una curul o un escaño, “porque imaginen la disyuntiva<br />
que tendría una mujer de decir voy a separarme de mi familia,<br />
de mis hijos y de mi trabajo durante 90 días para buscar<br />
ganar una elección al Senado de la república”.<br />
¡Aaaaaaaaay, caramba! ¿Pos que no pueden hacerle igual<br />
que los senadores que son padres?<br />
el diputado del partido de las “juanitas” —perdonarán mi<br />
sinceridad— es un obtuso.<br />
Y pensar que hay tantos otros señores políticos que se<br />
preocupan por que las mujeres no se separen de su familia,<br />
de sus hijos y de su trabajo —¿cuál, el doméstico? otro implicaría<br />
esa trágica separación— para hacer una campaña<br />
electoral. Ternuriiiitas.<br />
* * *<br />
en estos días hemos visto cómo los partidos elaboraron sus<br />
listas de candidatos al Senado y a la Cámara de diputados<br />
evitando por todos los medios cubrir la cuota de género que<br />
los obliga a postular al menos 40 por ciento de candidatas<br />
al Congreso.<br />
Sara Castellanos, la representante del PVeM —para no<br />
variar— ante el iFe, incluso se aventó la puntada de decir que<br />
esa medida no consideró “la realidad imperante en la sociedad<br />
mexicana, en donde por cultura política un gran sector<br />
Por Viétnika Batres*<br />
Twitter: @vietnika69<br />
Se resisten<br />
la 69<br />
de la población de mujeres no está interesada<br />
en participar en política”.<br />
Así, a ojo de buena cubera, le calcula ella,<br />
sin estadísticas ni nada.<br />
los del PVeM no fueron los únicos en criticar<br />
esta acción afirmativa cuyo objetivo es<br />
incorporar a cada vez más mujeres a la vida<br />
política nacional en puestos importantes, no<br />
en la base, desde donde siempre han podido<br />
contar con nuestros votos los varones de la<br />
política. en el PAN y en el Prd también hubo<br />
problemas: se preguntaban de dónde iban a<br />
sacar candidatas, cuando las militantes están<br />
ahí, más que a la mano. Ah, pero cómo van a<br />
ceder sus espacios de poder, y menos a unas<br />
mujeres. los del Pri se salieron con la suya:<br />
arguyeron que sus candidatos serían elegidos<br />
en asambleas y ¡sorpresa! que escogen<br />
menos del 40 por ciento de candidatas mujeres.<br />
Chin, pa’la otra.<br />
Sí, todavía estamos lejos del 50/50, pero<br />
para allá vamos. es cosa de tiempo.<br />
Y es de celebrarse que, al menos esta vez,<br />
el iFe no le dio la vuelta al fallo del Tribunal<br />
electoral y puso un ultimátum a los partidos<br />
para que registraran a 120 candidatas con<br />
sus suplentes para diputadas federales y a<br />
26 para el Senado de la república.<br />
Ahora falta que las ya candidatas se tomen<br />
en serio esto de impulsar la inclusión de<br />
las mujeres en la política del país.<br />
No como Josefina Vázquez Mota, la abanderada<br />
presidencial del PAN, quien se la ha<br />
pasado diciendo “voten por mí porque soy<br />
mujer” sin contar con una sola mujer en las<br />
posiciones relevantes de su equipo de campaña.<br />
Ante la obvia omisión, la dirigencia del<br />
blanquiazul llamó a tres mujeres —de nueve<br />
nombramientos que hizo— para ocupar...<br />
cargos menores.<br />
O qué decir de beatriz Paredes, candidata<br />
de Pri-PVeM a la jefatura del gobierno del dF,<br />
quien en su toma de protesta para el Verde<br />
se echó un discurso dedicado a la defensa del<br />
medio ambiente. Y de las reivindicaciones de<br />
las mujeres no dijo ni mu... <br />
| EMEEQUIS | 02 de Abril de 2012<br />
69
eso que<br />
yo sé<br />
Jorge Volpi, premio<br />
Planeta-Casa<br />
de América 2012<br />
“No creo en nada,<br />
dudo de todo”<br />
Por Carlos Acuña @esecarlos<br />
Fotografía: Eduardo Loza
La frustración<br />
Antes de dedicarme a escribir yo quería ser científico. desde<br />
niño quise ser matemático o químico. Pero fui desistiendo<br />
porque tuve pésimos maestros en la secundaria y en la preparatoria.<br />
durante un tiempo también quise ser director de<br />
orquesta, incluso tomé clases de música una temporada hasta<br />
que descubrí que no tenía mucho talento. Soy un científico<br />
frustrado. Soy un músico frustrado. Tal vez por eso escribo.<br />
Jorge Volpi es un ser extraño. Su cabeza rapada<br />
y unos anteojos redondos que agigantan sus<br />
pequeños ojos lo dotan de un aire inhumano.<br />
Si a esto sumamos la frialdad de sus palabras,<br />
además de su voz aguda y penetrante, resulta<br />
desconcertante.<br />
Es más fácil imaginarlo dentro de un laboratorio<br />
que narrando historias, actividad a la que<br />
se ha dedicado casi 30 años de su vida.<br />
Volpi ha hecho del escepticismo su única<br />
bandera. Su último libro, La tejedora de sombras,<br />
merecedora del Premio Iberoamericano<br />
Planeta-Casa de América de Narrativa 2012, es<br />
ejemplo de su estilo: puramente informativo,<br />
frío, lleno de referencias históricas y científicas.<br />
Los protagonistas, dos psicoanalistas estadunidenses,<br />
se ven arrastrados por la locura<br />
que sus propios métodos desencadenan. El<br />
autor juega con sus destinos, aunque él mismo<br />
nunca se pondría en manos de otro, cura<br />
o psicoterapeuta.<br />
“Escribir es mi forma de confesarme, es mi<br />
religión y mi terapia”. Es eso que él sabe.<br />
El ateísmo<br />
No sólo soy agnóstico sino directamente ateo. Mi familia era<br />
católica y yo estudié en escuelas maristas hasta los 18 años.<br />
Creía en dios con cierto fervor. Pero nunca me gustaron las<br />
prácticas religiosas, sobre todo la confesión era algo que no<br />
soportaba. Nunca pude aceptar la manera en que la religión<br />
nos inculcaba la idea de dios. durante mucho tiempo me dediqué<br />
a buscar otra forma de creer, otras maneras de abordar<br />
la espiritualidad. Leí muchos libros de teología y mantenía<br />
discusiones acaloradas con mis maestros al respecto. Un<br />
día, como supongo que les pasa a muchos adolescentes, leí<br />
a Nietzche… fue él quien me convenció de que dios era una<br />
creación cultural, una ficción.<br />
El escepticismo<br />
Si fuera yo uno de mis personajes me definiría como un ser escéptico<br />
pero optimista. No creo al pie de puntillas en nada. dudo<br />
de todo; antes de creer en cualquier cosa intento verificarlo,<br />
buscar pruebas a toda costa. Tampoco creo que exista ningún<br />
valor sólido, ningún absoluto. Sin embargo y, a pesar de esto,<br />
no me abandono al pesimismo: creo que es posible alcanzar<br />
cierta felicidad y mejorar nuestra condición humana.<br />
El amor<br />
en La tejedora de sombras narro el fracaso del amor absoluto.<br />
¿Por qué el fracaso? dostoievsky decía que los amores felices<br />
siempre son iguales, que sólo la tragedia hace distinta una<br />
historia. Yo no podría estar más de acuerdo. No soporto los<br />
finales felices en la literatura.<br />
el problema es que todos seguimos teniendo la idea del<br />
amor absoluto profundamente enraizada en nuestras creencias.<br />
Sabemos que es imposible pero seguimos creyendo. Yo<br />
no creo en el amor como absoluto, no creo en ningún absoluto.<br />
Sin embargo, en mi vida personal sigo siendo optimista: sé<br />
que no existe el amor total pero creo que puede alcanzarse<br />
cierta felicidad en el amor simple y cotidiano.<br />
El psicoanálisis<br />
Nunca me he sometido al psicoanálisis. Cualquier tipo de terapia<br />
psicoanalítica me parece una variante de la confesión religiosa<br />
y, al igual que ésta, creo que puede derivar en un instrumento<br />
de control y dominio. No me agrada la idea de ponerme en<br />
manos de alguien más. en todo caso, escribir es mi forma de<br />
confesarme, escribir es mi religión y mi terapia.<br />
Las contradicciones<br />
La gente me caracteriza como un tipo frío y sí, eso se nota en<br />
mi estilo literario. Incluso mi familia me señala por intentar<br />
buscar siempre respuestas racionales a cualquier cosa. Pero<br />
todos guardamos contradicciones. en realidad, la razón es<br />
una manera de enmascarar que en el fondo soy otra cosa,<br />
un escudo para defenderme del caos que me rodea y de mis<br />
propios instintos.<br />
Las mujeres<br />
durante 12 años mi contacto con las mujeres fue nulo debido<br />
a que en las escuelas maristas sólo se admitían hombres.<br />
Tampoco tengo hermanas, ni primas. Para mí, las mujeres eran<br />
un completo misterio. fue hasta la universidad que pude descubrir<br />
el universo femenino y, de alguna forma, escribir novelas<br />
con protagonistas mujeres también ha sido una forma<br />
de descubrirlas. es curioso: ahora me llevo mucho mejor con<br />
las mujeres que con los hombres.<br />
| EMEEQUIS | 01 de febrero de 2010<br />
51
| EMEEQUIS | 02 dE AbRiL dE 2012<br />
72<br />
etiqueta<br />
y más<br />
* Experta en<br />
comunicación y<br />
branding personal<br />
Por Ana Vásquez Colmenares*<br />
Twitter: @anavasquezc<br />
Cómo contribuir<br />
a un ambiente<br />
laboral sano<br />
Seguramente todos aquellos que diariamente<br />
asistimos a una oficina o pertenecemos<br />
a una empresa, anhelamos tener<br />
un buen ambiente laboral que nos motive<br />
a desempeñar nuestras tareas en armonía.<br />
Aunque las empresas deben proporcionar<br />
los elementos que lo hagan posible, todos<br />
podemos ayudar a lograrlo. Nuestro branding<br />
personal jugará un gran papel en esto, pues<br />
serán nuestras acciones, palabras e imagen<br />
cotidiana las que contribuirán a crear un mejor<br />
ambiente de trabajo.<br />
Algunos consejos para saber cómo hacerlo,<br />
a continuación.<br />
Evita los chismes<br />
Es uno de los problemas más comunes en una<br />
oficina, ya que siempre habrá diferencias al<br />
convivir todos los días con las mismas personas;<br />
por lo tanto la gente busca desahogarse<br />
contándole a su compañero por qué no le<br />
parece la forma de ser de alguien más. Sin<br />
embargo, evita hablar mal de cualquier compañero<br />
de trabajo, ya que eso te generará un<br />
pésimo branding personal, te puede meter<br />
en problemas y hará que pierdas la confianza<br />
de los demás.<br />
Evita la competencia<br />
Esforzarse por lograr más y mejorar está bien,<br />
pero no midas tus éxitos con base en lo que<br />
hacen los demás. Hazlo por ti, por realizar un<br />
mejor trabajo y aportar más a tu empresa, a<br />
tu comunidad. Si te comparas con los demás<br />
todo el tiempo sólo generarás envidias, malentendidos<br />
innecesarios y nunca te sentirás<br />
en paz.<br />
Sé servicial<br />
Si algún compañero te pide ayuda en algo, no<br />
dudes en brindarle tu apoyo. Si alguien está<br />
teniendo dificultades en algo que tú sabes<br />
hacer, díselo y ayúdalo. Recuerda que tú podrías necesitar<br />
ayuda también en algún momento y si eres de las personas<br />
que jamás se detienen a darle la mano a nadie, así se comportarán<br />
contigo.<br />
Descansa<br />
Si trabajas sin parar o nunca descansas, terminarás harto,<br />
haciendo las cosas de mala gana y de mal humor en la oficina.<br />
Cada determinado tiempo despeja tu mente; no es sano que<br />
solamente estés pegado a tu computadora. Procura darte<br />
un receso de 10 minutos cada tres horas, párate de tu lugar,<br />
toma un vaso de agua o algún bocadillo y, sobre todo, aprovecha<br />
para convivir con tus compañeros.<br />
Ten un entorno agradable<br />
El entorno en el que nos encontramos diariamente determina<br />
en gran medida qué tan bien hacemos nuestro trabajo o qué<br />
tan buena actitud tenemos con los demás. Trata de que tu<br />
lugar esté limpio y bien iluminado, de tal modo que te genere<br />
tranquilidad y mantenga tu energía a la vez.<br />
Otro aspecto importante y que influye en el ambiente<br />
de trabajo es la relación jefe-empleado. Es normal que alguna<br />
vez haya disgustos y situaciones en las que se esté<br />
ante una autoridad y surja un desacuerdo con ésta. Lo que<br />
no es prudente ni correcto en cuestiones de branding personal<br />
y etiqueta social es pelearse, ser irrespetuoso o pasar<br />
ciertos límites con una persona de mayor jerarquía. Estas<br />
situaciones traen como consecuencia un clima laboral pesado<br />
para todos.<br />
Para evitar problemas con los superiores, toma en<br />
cuenta lo siguiente:<br />
Tu jefe no es tu amigo<br />
No le cuentes tus problemas personales ni intentes formar<br />
un vínculo amistoso con él/ella. Una cosa es ser cortés y otra<br />
cosa es querer intimar. Está bien preguntarle cómo le fue el<br />
fin de semana, pero no hacer planes con él/ella para el sábado<br />
en la tarde, a menos que exista una relación de amistad<br />
previa. Aun así, hay ciertos límites que es mejor seguir respetando;<br />
si llegaran a pelearse o disgustarse, eso afectaría<br />
su relación laboral.<br />
No le reclames o corrijas en público<br />
Si hizo o dijo algo que no te pareció, está bien hablarlo pero<br />
con tacto y de manera privada. Cuestionar sus ideas o corregirlo<br />
puede molestarle, y más si es frente a otros. Hazlo<br />
de forma adecuada: “No sé qué opine, pero creo que una<br />
buena opción…” o “En mi opinión, podríamos mejorar…”. Así<br />
te verá como alguien seguro pero educado y cortés al momento<br />
de decir las cosas, e incluso te tomará en cuenta para<br />
futuras decisiones.<br />
Respeta su privacidad para que respeten la tuya<br />
Estar en contacto por medio de las redes sociales es algo muy<br />
común actualmente, pero lo recomendable es no enviar a tu<br />
jefe una solicitud de amigo en Facebook. Para mantener la<br />
privacidad, tanto de tu jefe como tuya, es mejor que no se<br />
agreguen en las redes sociales; te evitarás conflictos y no<br />
afectarás tu imagen laboral; además, ninguno se sentirá<br />
invadido en su vida personal.<br />
Valora tu ámbito privado, en el trabajo no tienen por qué<br />
saber todo de ti… ni tú de tu jefe o tus compañeros.
Vuelo VII<br />
Cuenta V<br />
(chikome patlaniliztli, makuili poali )<br />
México,<br />
flor sin raíz<br />
A Pablo Boullosa<br />
¿ Cómo se puede rescatar lo que no se ha perdido? ¿Por qué<br />
tanta nostalgia por el pasado? ¿Será que el romanticismo<br />
—inofensivo, chauvinista, fatuo, pernicioso e inútil— que nos<br />
enseñaron en las escuelas por el “México prehispánico” nos<br />
ha hecho tanto daño que no nos permite mirar lo obvio?<br />
Nos hacen poner en altares la grandeza de la piedra, sin<br />
respetarla, sin respeto a quienes las labraron y siguen sobre<br />
ellas dando cuenta de su superficie. Con los muertos no hay<br />
derechos que asumir, tampoco vergüenza...<br />
Acteal, Aguasblancas, Inés y Valentina, Chiapas, Cherán,<br />
Wirikuta, Atenco, Copala, Ostula, don Trino y varios más son<br />
sólo un recordatorio del pasado tan presente que nos recorre.<br />
de la sangre que nos recorre. Asumir el presente como<br />
continuación del pasado es necesario. La memoria pues.<br />
La separación de pasado y presente es lo que nos han<br />
vendido: alguna vez hubo culturas grandes, nos han dicho.<br />
¿Y los pueblos indígenas que han sobrevivido más de 500<br />
años, pese al acoso de toda índole, no dan cuenta, en su<br />
resistencia y aportes, de su grandeza? María Sabina con su<br />
canto puede construir o derribar una pirámide. Los cantos<br />
también vienen de las piedras, y éstas también se subordinan<br />
ante el pasado.<br />
¿Qué es la flor sino la raíz? La flor, sin ser raíz, da cuenta<br />
de su savia en sus colores y perfume: no hay ruptura entre<br />
flor y raíz, bejuco del tiempo. Pistilos y corolas que algunos<br />
no quieren ver. Ciegos nos han dejado. Ciegos nos hemos<br />
quedado. Ciegos. Pero cierto es que hay quien prefiere y<br />
diviniza a la raíz sin mirar a las flores, no quiere, no puede:<br />
nos han hecho creer que la raíz no da flores, nos rompieron<br />
la historia, y de eso hasta aquí. Ciegos nos han dejado. Ciegos<br />
nos hemos quedado. Ciegos.<br />
La raza cósmica, la raza de bronce, ese invento que ha<br />
borrado nuestro real pasado, dando paso a “nuestro glorioso<br />
pasado prehispánico” no es fin sino principio. Ventana<br />
y límite. de ahí hasta aquí, de ahí hasta hoy. Habrá que<br />
partir de ahí.<br />
Por Mardonio Carballo<br />
las<br />
plumas de<br />
la serpiente<br />
¿Cómo se puede rescatar lo que no se ha perdido?<br />
¿Por qué tanta nostalgia por el pasado? ¿Será<br />
que el romanticismo —inofensivo, chauvinista,<br />
fatuo, pernicioso e inútil— que nos enseñaron<br />
en las escuelas por el “México prehispánico” nos<br />
ha hecho tanto daño que no nos permite mirar<br />
lo obvio?<br />
Acudimos a la piedra sin mirar su sangre. Pulcros,<br />
sin sangre, también nosotros. Acudimos por<br />
no dejar y por dejar. Para no dejar de ser pero dejando<br />
de ser en el camino. La renuncia sin dolor es<br />
lo que nos han vendido. es lo que hemos comprado.<br />
La piedra renunciará un día a su canto silencioso<br />
y nos dirá lo que no queremos ver. Lo que<br />
no pudimos oír. Su espíritu de chispa dará cuenta<br />
de nuestro espíritu grosero. Su canto repetido y<br />
silenciado hasta el hartazgo y hasta la posibilidad<br />
nos dirá un día lo que, desde el interior de la<br />
piedra nos ha querido decir. Invocar a la piedra<br />
sin asumir el peso de su tinta vital y su grito de<br />
estrella terrenal tiene su precio. Un día vendrán<br />
por ella sus antiguos dueños, despreciados…<br />
ya lo vimos un día ellos caminando sobre ella. Lo<br />
veremos más… de seguir así.<br />
Habrá que apresurar el paso. Caminar juntos<br />
nos hace más fuertes. Ignorar un pie es caminar<br />
saltando en un solo pie: invocar a la piedra sin asumir<br />
el peso de su tinta vital y su grito de estrella<br />
terrenal tiene su precio. Un día vendrán por ella<br />
sus antiguos dueños, despreciados. Ya lo vimos<br />
un día. Lo veremos más… de seguir así.<br />
¿Relegar a los pueblos originarios de México<br />
a una condición folclórica y piramidal no es usufructuar<br />
la condición indígena para maldita sea la<br />
cosa? Orgullo y vergüenza en un mismo acto.<br />
Acudimos a la piedra sin respetar a sus dueños.<br />
Nos hacen poner en altares la grandeza de<br />
la piedra, sin respetarla, sin respetar a quienes<br />
las labraron y siguen sobre ellas dando cuenta de<br />
su superficie. Si hemos de ir a la piedra, devolvámosle<br />
a ella su grandeza de canto y madre: Acteal,<br />
Aguasblancas, Inés y Valentina, Chiapas, Cherán,<br />
Wirikuta, Atenco, Copala, Ostula, don Trino y varios<br />
más son sólo un recordatorio del pasado tan<br />
presente que nos recorre. de la sangre que nos<br />
recorre. Asumir el presente como continuación<br />
del pasado es necesario. La memoria pues. La<br />
flor es la punta final de la raíz.<br />
Tlaskamati miak. <br />
| EMEEQUIS | 02 de ABRIL de 2012<br />
73
Son loS mejoreS cantanteS, dice rolling Stone<br />
1. Aretha Franklin<br />
La reina del gospel, la<br />
señorona del soul. La<br />
suya es una voz con<br />
una fuerza que se manifiesta<br />
en interpretaciones<br />
que se volvieron<br />
estandartes del feminismo y la<br />
igualdad. Al escuchar canciones<br />
como Think o el clásico Respect,<br />
interpretadas por Franklin, dan<br />
ganas de alzar el puño y gritar:<br />
We got the power!... Ok, no.<br />
2. Ray Charles<br />
La voz, el estilo, el piano, la<br />
maestría en la improvisación y<br />
una sutil pero muy perceptible<br />
sexualidad en la interacción con<br />
las coristas femeninas que lo<br />
acompañaban. Ya saben: él gime<br />
“Hey!” y ellas responden “Hey”.<br />
Él gruñe: “¡Ho!” y ellas le devuelven<br />
el gesto. ¿Qué le hace falta<br />
a Ray Charles? Nada.<br />
3. Elvis Presley<br />
El niño blanco metido al rythm<br />
and blues negro con resultados<br />
extraordinarios. Su estilo condensa<br />
el espíritu de la década de<br />
los cincuenta, inyecta energía a<br />
todos los géneros que marcaron<br />
esa época: rockabilly, country,<br />
rock and roll. Por su personal<br />
y electrizante forma de cantar<br />
clásicos como Jailhouse Rock<br />
merece ser siempre El Rey.<br />
4. Sam Cooke<br />
Hijo de un reverendo evangélico,<br />
Cooke trasladó el sello del<br />
gospel a sus composiciones,<br />
como en Wonderful World, de<br />
una sencillez pegajosa: No sé<br />
mucho de geografía, de trigonometría<br />
ni de álgebra, pero sé<br />
que uno y uno es dos. Y esos podríamos<br />
ser nosotros. Y hay que<br />
ver sus videos para apreciar que<br />
en el escenario Cooke emanaba<br />
la elegancia de un dandy.<br />
5. John Lennon<br />
¡Qué manera de manifestar estados<br />
de ánimo. Si la canción es<br />
desgarradora, también lo es su<br />
voz. ¿A quién no se le ha erizado<br />
la piel cuando escucha cantar<br />
Mother/you had me, but I never<br />
had you? Una voz que sabe ser<br />
sutil, dulce, calmada. Imagine y<br />
Woman son ejemplos de ello.<br />
(T. Maillard)<br />
sonorama<br />
Por Martín Durán*<br />
*Músico coqueto y loco, bajista de El<br />
Palomazo Informativo y Monocordio;<br />
colaborador de El Weso en W Radio<br />
Denominación de origen<br />
Yo no soy un gran experto en vinos. Lo<br />
único que puedo opinar sobre ellos es que<br />
me parece increíble que siendo algunos<br />
tan parecidos a simple vista, sean tan diferentes<br />
en sus sabores, olores y quizás<br />
hasta efectos. Si nos clavamos un poco, el<br />
vino habla de la región de donde proviene,<br />
su historia y sus orígenes. Al probarlo se<br />
puede percibir el medio que rodeaba a la<br />
uva en su vida pero, insisto, no sé mucho<br />
de vinos. Lo que me gusta es la música y me<br />
atrevo a asegurar que en muchos aspectos<br />
la música y el vino se hermanan, pues<br />
uno puede degustar una buena canción y<br />
saber en qué lugar nació y se cultivó; o de<br />
dónde vienen las mezclas culturales que<br />
llevaron a éste u otro sonido.<br />
Con la música nos podemos embriagar,<br />
ponernos festivos, amorosos e incluso<br />
obtener un dolor de cabeza. Siempre encontraremos<br />
en ella al misterio, esa parte<br />
de la ecuación que lanza toda teoría por<br />
la borda, el gen incógnito y aleatorio que<br />
pesa sobre el fractal del universo, la magia<br />
de crear algo nuevo que pueda jugar con<br />
nuestras soberbias predicciones.<br />
Un ejemplo: si les dijeran que van a escuchar<br />
a un grupo sudafricano, de reciente<br />
creación, con un gran cantante y letras de<br />
contenido político, ¿qué esperarían recibir<br />
en sus oídos? ¿Percusiones resonantes e<br />
interminables guitarras arpegiadas, acompañadas<br />
de músicos vestidos de colores<br />
verde, amarillo y rojo? Podría ser acertada<br />
esta percepción, pero nada es lo que parece<br />
y esto se confirma con el sudafricano<br />
Spoek Mathambo.<br />
Este artista, especie de rapero y diseñador<br />
gráfico, se autoincluye en el llamado<br />
afrofuturismo, una especie de…<br />
de sonidos electrónicos… ritmos pares y<br />
nones… bajos sin pies ni cabeza… voces<br />
de ultramacumba… o algo así. Es difícil<br />
definir una corriente que —me parece—los<br />
nuevos representantes del arte africano<br />
se empeñan en dejar ir.<br />
Las raíces africanas son innegables,<br />
penetran en la átmosfera y se suman a<br />
este extraño elíxir de tintes hipnóticos<br />
que podrían llevar a más de un perdido<br />
al malviaje sin retorno. Peligrosos ritmos<br />
antiguos en perfecto sincretismo con la<br />
tecnología, jóvenes con sangre hirviendo<br />
y lo mejor de todo, con algo qué decir,<br />
algo qué gritar.<br />
Así es que si ustedes son de esos paladares<br />
que soportan lo exótico y poco<br />
conocido de un arriesgado platillo musical,<br />
no duden en buscar más de este extraño<br />
vino de penetrante textura y sabores conocidos<br />
mezclados con uvas de otras latitudes.<br />
Vino que canta y baila, vino que sólo<br />
existe si es bebido y celebrado… Perdón:<br />
¿dije vino? Quise decir música.<br />
http://www.spoekmathambo.<br />
com/
* Músico, cineasta y<br />
escritor. Fundador<br />
de Botellita de Jerez<br />
y conductor de Radio<br />
Cinema Paradiso en<br />
Código DF, estación<br />
de radio por internet<br />
Este salón de clases es una batalla, y aunque<br />
no hay vencedores, la guerra de esta<br />
escuela está perdida, eso lo sabemos todos,<br />
lo reconocemos ellos y nosotros:<br />
los alumnos, los maestros. La derrota es<br />
nuestra, es una certidumbre por supuesto<br />
más real, más contundente que los gritos<br />
(murmullos) que aullamos (balbuceamos)<br />
los pobres profesores que estamos aquí<br />
para tratar de salvar a los heridos de esta<br />
lucha ciega y sorda, los enseñantes que<br />
creemos estar aquí para conducir a nuestros<br />
destrozados pelotones no a ganar<br />
sino a cruzar el campo minado de la vida,<br />
a aprobar el laboratorio del porvenir que<br />
significa este colegio amenazado.<br />
¿Lo creemos? ¿Será que, a pesar de<br />
las bajas, el miedo y la desorientación en<br />
los bajos fondos que palpitan lejanos bajo<br />
nuestras capas de Indiferencia, creemos<br />
que nuestra experiencia podrá salvar a<br />
estos chicos del mundo, de sí mismos, salvarlos<br />
de sus padres, de nosotros? Tras las<br />
marejadas de desesperación y fracasos,<br />
no nos queda más que volvernos cirujanos<br />
fríos, enfermeros desalmados que tratan<br />
a sus pacientes con guantes de látex y<br />
palabras de aliento repetitivas, con esa<br />
distancia que los mantiene a salvo de involucrarlos<br />
con sus criaturas, porque eso<br />
Por Armando Vega-Gil*<br />
@ArmandoVegaGil permanencia<br />
involuntaria<br />
IndIferencIa<br />
EU, 2011<br />
Dir. Tony Kaye<br />
Con Adrien Brody<br />
y Marcia Gay Harden<br />
Indiferencia<br />
significaría enfermarse, sufrir con ellos;<br />
y los maestros debiéramos tener esa distancia<br />
para poder tomar decisiones correctas,<br />
para guiar a los desplazados por<br />
la oscuridad... sin volvernos oscuridad.<br />
Pero una proeza así es imposible: los<br />
maestros no somos héroes, no somos mártires,<br />
y viene entonces la Indiferencia para<br />
salvarnos, porque nosotros también estamos<br />
enfermos, también vamos por la<br />
vida derrotados, y quizás en nuestra casa<br />
una niña de la calle nos espera con una<br />
cena fría, tal vez en el asilo de ancianos<br />
nuestro abuelo agoniza en los delirios de<br />
la demencia senil, y en nuestra cabeza el<br />
recuerdo de la propia madre, yaciendo<br />
desnuda con un frasco de barbitúricos en<br />
la mano y un vómito tóxico en la comisura<br />
de la boca, nos persigue y nos da alcance.<br />
Estas pesadillas cotidianas nos definen y<br />
no tenemos más remedio que llevarlas a<br />
la escuela y nuestros alumnos lo reconocen,<br />
porque se ven a sí mismos en nuestro<br />
cuerpo hecho de espejos.<br />
Los maestros no somos héroes ni mártires,<br />
no, pero sí somos héroes y mártires,<br />
y los alumnos viven en pie de guerra, buscándose,<br />
jamás encontrándose. Y en esta<br />
guerra perdida, hay soldados que gritan<br />
e insultan y sobreviven por el despliegue<br />
de sus flacas fuerzas, fuerzas al fin y al<br />
cabo brutales y peligrosas en su alcance<br />
inofensivo, ofensivo y de vez en vez mortal;<br />
hay víctimas que, antes de l suicidio,<br />
se atrincheran tras el pupitre y lloran en<br />
el tiroteo de la impotencia y miran hacia<br />
el futuro, pero no atisban dicho provenir<br />
en medio de la escandalera porque, como<br />
Benedetti decía, la infancia puede ser un<br />
paraíso milagroso o un infierno de mierda;<br />
y hay desplazados que no tienen a dónde<br />
ir, y que nos buscan, y que anhelan el refugio<br />
de nuestros brazos... pero, ¿cómo?,<br />
si nosotros también estamos huyendo,<br />
rotos, huérfanos.<br />
Bueno, ya estamos aquí, y aquí debemos<br />
ser, nosotros los pobres profesores<br />
que a pesar de comprobarnos tan lejanos,<br />
de sentirnos abrumados por la Indiferencia,<br />
estamos —decía Camus— más presentes<br />
que nunca en el mundo. Y en el mundo<br />
siempre hay un atisbo de belleza para ellos<br />
y para nosotros. <br />
Tournée: arriba el telón<br />
Dirigida y protagonizada<br />
por Mathieu Amalric,<br />
Tournée narra la historia<br />
de un productor<br />
de televisión francés<br />
que un día abandona<br />
todo y viaja a Estados<br />
Unidos. Ahí conocerá<br />
a un grupo de mujeres con quienes<br />
montará un espectáculo de<br />
striptease y cabaret con el humor<br />
y la creatividad como principales<br />
características. Aclamada en Ca-<br />
nnes, divertida, sexy y con una banda<br />
sonora de ¡10!<br />
El prodigio<br />
Corren los años sesenta<br />
en China cuando Li<br />
Cunxin es rescatado de<br />
la pobreza por los delegados<br />
culturales de Mao<br />
Tse Tung y enviado a estudiar<br />
ballet a Pekín. Con<br />
el tiempo, Li se convierte<br />
en uno de los mejores bailarines de<br />
su país, el más grande del planeta.<br />
Sin embargo, será acusado de traición<br />
a la patria cuando se enamore<br />
de una mujer estadunidense y se<br />
confronte a todo el sistema comunista<br />
chino. Una nueva versión de<br />
Elliot, pero con tintes ideológicos.<br />
Y ustedes que creían que la Guerra<br />
Fría había terminado...<br />
Días de gracia<br />
Tres copas mundiales de futbol y<br />
una ola de secuestros alrededor de<br />
la Ciudad de México. La ópera prima<br />
de Everardo Gout resultó la más<br />
galardonada de la Feria Internacional<br />
de Cine de Guadalajara. Se trata<br />
de un thriller en donde el amor por<br />
el deporte se entrelaza con la violencia<br />
cada vez más cruda e insertada<br />
en la cotidianidad, junto con<br />
la corrupción que azota a nuestro<br />
país en todos los niveles.<br />
(Carlos Acuña)<br />
Pelis de Primavera
ociología<br />
del 02 al 17 de abril<br />
Por Carlos Acuña | ociologia@m-x.com.mx<br />
Les Luthiers<br />
regresa a México<br />
El humor de Les Luthiers es ya leyenda. Escuela. Una marca. Esta vez,<br />
el clan cómico más fino de Argentina regresa a México con el espectáculo<br />
Lutherapia, un show que aborda el tema de la terapia psicoanalítica y<br />
que, siguiendo la tradición del singular grupo, rebosa de experimentaciones<br />
sonoras y juegos de lenguaje. Vale la pena ver en vivo a estos veteranos<br />
de la comedia. Así que no esperes, ¡lánzate ya por tus boletos porque<br />
se acaban! 20, 21 y 22 de abril. De $400 a $1000. Auditorio Nacional.<br />
Paseo de la Reforma 50, Chapultepec Polanco, DF.
TEATRO<br />
La Palmera<br />
Cuentos y mentiras para todos<br />
Un obra para niños y adolescentes que mezcla el teatro<br />
con música y pintura realizadas en vivo en el escenario,<br />
y a cuya constante metamorfosis contribuyen también<br />
talentosos multinstrumentistas. Increíble proeza de velocidad,<br />
sincronía y precisión. $100. Hasta el 22 de abril.<br />
Domingos, 13 horas. Foro La Gruta, Centro Cultural<br />
Helénico. Av. Revolución 1500, Guadalupe Inn, DF.<br />
Comedia infernal<br />
El productor y director estadunidense John Malkovich<br />
viene a México, ahora en su faceta de actor, para presentar<br />
esta obra con tintes operísticos. Al lado de las<br />
sopranos Sophie Klubmann y Marie Annet, así como de<br />
una orquesta de cuerdas que interpreta música barroca,<br />
Malkovich da vida a un poeta asesino que decide dejar<br />
su confesión por escrito. Jueves, 20 horas. Viernes,<br />
20 horas. Sábado, 19 horas. Domingo, 18 horas. Sólo<br />
del 12 al 15 de abril. De $500 a $1800. Teatro de la<br />
Ciudad Esperanza Iris. Donceles 36, Centro Histórico<br />
de la Ciudad de México.<br />
MÚSICA<br />
MGMT<br />
El quinteto de Brooklyn regresa a México para<br />
ofrecer dos noches de luces y sintetizadores.<br />
Un poco de electro-pop psicodélico para fresear<br />
y rockear al mismo tiempo.<br />
Miércoles 11 de abril.<br />
Zona preferente $750. Pista $480.<br />
Palacio de los Deportes. Av. Río Churubusco<br />
y Añil s/n, Granjas México, DF.<br />
Jueves 12 de abril.<br />
Desde $400.<br />
Campo de Béisbol Pirámides de Cholula,<br />
Puebla.<br />
La Santanera cumpleañera<br />
La Única e Internacional Sonora Santanera<br />
festejará su 57 años de carrera con un concierto<br />
digno de la ocasión. Perfuuume de gardeeenias,<br />
tiene tu boooca... ¡A bailar!<br />
Miércoles 18 de abril, 21 horas.<br />
Desde $250.<br />
Teatro Metropólitan<br />
Independencia 90, Centro Histórico de la Ciudad<br />
de México.<br />
Tianguis musical<br />
El Museo Diego Rivera Anahuacalli organiza<br />
este tianguis en el que podrás encontrar a<br />
la venta instrumentos musicales, cds de sellos<br />
independientes, libros y publicaciones sobre<br />
música de todo el mundo. Estará amenizado<br />
con bandas en vivo de jazz, funk, reggae y<br />
blues. Sábados, de 11 a 17 horas. Entrada libre.<br />
Museo 150, San Pablo Tepetlapa, Coyoacán, DF.
ExpOSICIOnES<br />
El lente de Mariana Yampolski<br />
Con motivo del décimo aniversario luctuoso de la legendaria fotógrafa<br />
y coleccionista, se presenta Mirada que cautiva la mirada, extensa<br />
retrospectiva de la obra de esta estadunidense que se enamoró de México<br />
de tanto recorrerlo, retratarlo y vivir sus tradiciones, hasta el punto de<br />
convertirse ella misma en parte de sus paisajes. $40 estudiantes. Entrada<br />
libre maestros, personas con discapacidad, mayores de 60 años, indígenas<br />
y artesanos. Hasta el 27 de mayo. Museo de Arte Popular. Revillagigedo<br />
11 esquina Independencia, Centro Histórico de la Ciudad de México.<br />
Formando el cuerpo de una nación<br />
Exploración visual sobre el significado del deporte en los años posteriores<br />
a la Revolución. Con obra de muralistas y artistas pictóricos de la época,<br />
esta muestra intenta desentrañar los símbolos con que se intentó fomentar<br />
la actividad física como parte de la identidad mexicana. $12. Hasta el 10<br />
de junio. Museo Estudio Diego Rivera. Diego Rivera esquina Altavista,<br />
San Ángel Inn, DF.<br />
Hiperrealismo mexicano con sabor a NY<br />
Difícil creer que no son fotografías. Las pinturas de Víctor Rodríguez tienen<br />
vida propia. Después de 10 años de su última expo en el DF, Rodríguez<br />
regresa con Normandía, una selección del trabajo producido en 2011<br />
durante su estancia en Nueva York. Lienzos de más de dos<br />
metros de altura que ocupan muros enteros de las galerías<br />
y a los que sólo les falta moverse. Hasta el 1 de junio. Central<br />
Art Proyects. General León 48, San Miguel Chapultepec,<br />
DF.<br />
Casi nada<br />
Con la ambientación sonora de Manuel Rocha Iturbide se<br />
inaugura el Espacio de Experimentación Sonora (EES)<br />
del MUAC. Paisajes construidos con sonidos de una nitidez<br />
tan diáfana que engaña a los oídos. El artista pretende<br />
aprovechar las condiciones estructurales y acústicas del<br />
EES que permiten la espacialización de sonidos en tres dimensiones.<br />
Hasta el 22 de junio. Museo Universitario de<br />
Arte Contemporáneo, Centro Cultural Universitario.<br />
Insurgentes Sur 3000, DF.<br />
Forma incompleta<br />
Bajo la idea de que todos estamos incompletos, Kenta<br />
Torii, artista gráfico mexicano japonés, desarrolló esta<br />
nueva serie de 20 piezas con la pretensión de dar forma a<br />
las emociones que surgen ante la nostalgia o la ambición<br />
de la totalidad. Hasta el 31 de mayo. Film Club Café. Blvd.<br />
Manuel Ávila Camacho 1695 sótano, fraccionamiento<br />
La Florida, Naucalpan, Estado de México.<br />
CIRCO<br />
Circo hecho a mano<br />
Intercalando el teatro y la danza con diferentes técnicas<br />
circenses, como el malabarismo o la acrobacia,<br />
Dfectuoso Producciones nos presenta su nuevo<br />
espectáculo La fábrica: Circo hecho a mano. Un<br />
digno intento para darle al circo su valor artístico más<br />
allá del mero espectáculo y sin maltrato animal de por<br />
medio. Sábados y domingos, 12:30 horas. Hasta el 10<br />
de junio. Centro Cultural del Bosque. Paseo de la<br />
Reforma y Campo Marte, Chapultepec Polanco, DF.
| EMEEQUIS | 02 de abril de 2012<br />
80<br />
sumario<br />
Por la pandilla de cuatreros<br />
Los del lío de Lía Limón<br />
Maléfica Amy Winehouse Pájaro dodo Lía Limón<br />
Eric del Castillo AMLO Leslie Nielsen<br />
Demetrio<br />
Sodi<br />
Miguel Galván Carnitas Charly<br />
Valentino<br />
Obdulio Dávila<br />
Nelson Billy Corgan Pug Mariana Gómez<br />
del Campo<br />
Kingpin Botija Tony Soprano Miguel Errasti<br />
Mamá Lucha Lois Griffin Wallace Isabel Miranda<br />
de Wallace