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QUE DE LA EDUCACIÓN
CUÁNTICA?
NATALIA MENDOZA FLORES
RESUMEN
Los argumentos que se plantean tienen como propósito propiciar la reflexión crítica,
de tal forma que a partir de sí mismo se visualice el sinergismo que puede darse entre las
habilidades de la inteligencia múltiple, la inteligencia emocional y el pensamiento irradiante,
que en los procesos internos de la naturaleza misma producen campos de energía que
impulsan el desarrollo del pensamiento complejo que normalmente le denominamos potencial
intelectual.
INTRODUCCIÓN
Tal vez los planteamientos que se abordan nos lleven a recordar lo que en repetidas ocasiones
hemos dicho o escuchado “somos materia y energía”, somos cuerpo, mente y espíritu, en fin,
frases hechas que poco reflexionamos. La educación cuántica nos lleva a descubrir el enorme
potencial que tenemos dentro y fuera de nosotros, una prueba de ello son los grandes avances
de la ciencia y la tecnología que cada vez más nos llenan de asombro, pero a la vez, nos llevan
a detenernos en aquello que en su momento no le dimos importancia, cómo es que Clavius
(siglo XVI) en sus 48 años de vida académica marcó el rumbo de la educación de su tiempo;
“Formar hombres brillantes y eminentes”, y qué pretendemos hoy con la calidad educativa?
La educación cuántica induce a que dejemos de teorizar, hay que trabajar en forma sinérgica
el encuentro con uno mismo, desarrollar todo tipo de habilidades, aplicar y adecuar las
técnicas motivacionales, despertar la emoción, hacer que se aprovechen al máximo las
potencialidades, propiciar interrelaciones, crear espacios de reflexión, impulsar el desarrollo
creativo, valorar los logros, así como fomentar el amor por la naturaleza y todo cuanto forma
parte dentro y fuera del entorno socioeducativo y cultural.

Es importante que como personas y como educadores trabajemos de manera conjunta para
que la educación cuántica no la veamos como un slogan más, es momento de actuar, los
climas escolares, familiares y los que vivimos en el contexto social, reclaman de todos nuestra
participación comprometida con el bien común, acciones que afirmen que la solución somos
todos, fortalecernos en todos los ordenes, garantizar un desarrollo sustentable y sostenible
manteniéndonos en esa lucha constante por superar todo aquello que nos impide lograr una
auténtica realización que conlleva el respeto por la dignidad humana.
Sin duda, los postulados de la Educación Cuántica (EC) todos nos llevan a repensar los
planteamientos de la vida misma, en particular, lo relativo a la educación y lo que tenga que
ver con acontecimientos de la vida misma nos llevan a repensar la educación cuántica. Nos
damos cuenta de que tenemos ante nosotros todo un camino, lleno de posibilidades y
cambios. Camino que transitamos a lo largo de nuestra existencia, mismo que incursionamos
para involucrarnos en cualquiera de los ámbitos del macrouniverso. Gozamos de la libertad
para decidir qué queremos, qué rumbo tomar para lograr nuestra propia realización. Es por
ello que debemos crear espacios y hacer todos los altos requeridos para reflexionar y lograr un
encuentro con uno mismo, porque las ideas que tenemos sobre las cosas, equivalen a una
primera percepción de la realidad. A veces, primero vemos a través del pensamiento,
¡Cuidado! si el pensamiento es confuso, nuestra visión de las cosas serán confusas. Platón
decía que primero se formó el mundo de las ideas y luego el de la realidad; por tanto, vemos lo
que pensamos.
Así como vemos lo que pensamos, lo mismo nos ocurre cuando pensamos en todo aquello que
vemos, porque lo propiciamos con nuestro pensamiento; en otras palabras, ya sea mental o
emocionalmente moldeamos a imagen y semejanza lo que pensamos y sentimos, de tal forma
que dentro de la infinita gama de sucesos posibles, hacemos afirmaciones de todo aquello
posible, sin pasar por alto nuestra realidad.
Aquello que pensamos o experimentamos en todo momento, trátese de hechos, situaciones,
acontecimientos, sucesos, emociones agradables o desagradables, por lo general, de manera
consciente, sólo prestamos atención a uno(a). A decir de muchos el potencial inconsciente
forma parte del sueño, estado que nos ayuda a comprender un poco más de lo que somos
capaces. Es decir, dentro de nosotros hay un vasto universo, más vasto y más grande que el
que nos rodea, porque así como se proyecta el espacio, así lo hace el tiempo; dilatándose o
contrayéndose, fuera y dentro de nosotros.
Santiago Quintero, (2009) afirma: Todo es asunto de vibraciones, de mensajes de frecuencia
que muchas veces no sintonizamos, porque estamos habituados a no escuchar, a no observar,
a no darnos un momento de paz para oír los maravillosos sonidos del inconmesurable espacio
interior que desconocemos. Pongamos por ejemplo la “danza”, aún aquella que consideramos
inanimada emite vibraciones que hablan a través de ella, pero la gran mayoría de nosotros no
la percibe, conscientemente porque no se nos ha educado para ello. Si tuviéramos
fotorreceptores diferentes, pudiéramos percibir la luz que vemos como monótona, en realidad
es un maravilloso arco iris. Si tuviéramos oídos más sensibles, pudiéramos escuchar la música
de las esferas celestes (Pitágoras). Todo eso es energía. En otras palabras, nos estamos
refiriendo a las emisiones de “fotones” que generan una gran comunicación universal, que

ponen en contacto la luz y la materia e intercambian contenidos. La Física Cuántica está allí, ha
estado siempre a la espera de que nos diéramos cuenta de su existencia. Cuando damos algo a
alguien, lo estamos haciendo con nosotros mismos. Cuando lo negamos, a quien negamos es a
nuestro propio ser.
Nuestra proyección física y nuestra acción son igualmente cuánticas al igual que nuestras
emociones que se traducen en reacciones bioquímicas en nuestro organismo. Cuando
deseamos el bien a alguien, ese bien regresa multiplicado de bienestar a nosotros. Cuando
deseamos el mal a alguien, ese mal lo regresamos a nosotros mismos multiplicado de
malestar. Porque todo inicialmente está en el pensamiento, donde se inicia todo lo que somos.
Por eso, es que la educación cuántica debe tomar espacio para hacernos comprender la
incertidumbre de Heissenberg y el entrelazamiento de Schroedinger. Pero fundamentalmente
para enseñarnos a comprender cómo trabaja el universo que se encuentra en cada uno de
nosotros y poner a trabajar efectivamente sus conexiones con el mundo exterior que también
es parte de nosotros. Porque somos cuerpo, pensamiento, mente y espíritu, que pone en
juego la inteligencia emocional.
Es por ello que el ser humano da su mejor rendimiento en ambientes estimulantes,
característicos de carga positiva, ambientes cordiales, cálidos, empáticos, donde campea el
optimismo, la fe, la esperanza, la armonía, la amistad, la comprensión, la solidaridad y el amor,
factores cargados positivamente. Por tanto, los docentes en el plano de la educación cuántica
deben dirigir el proceso de enseñanza aprendizaje, creando ambientes de amor. Es decir los
académicos deben caracterizarse como líderes en el trabajo cotidiano, líderes como
enseñantes y líderes como aprendices; pero líderes siempre resonantes.
El profesorado debe poseer una energía infatigable con la posibilidad que les lleve a poner en
práctica con sus grupos los cuatro valores básicos, para ejercer su propio liderazgo, valores que
se identifican plenamente con la esencia de la educación cuántica: a) el conocimiento de sí
mismo, descubrir fortalezas, áreas de oportunidad y poner en práctica los valores propios del
ser humano; b) despertar el ingenio, (espíritu creativo cuya innovación responda al mundo
cambiante); c) educar en el amor (trabajar y valorar las actitudes y valores positivos); d)
demostrar heroísmo, despertar en los grupos humanos el espíritu de servicio, entendido como
la entrega de uno mismo sin reservas.
El sentido de la educación cuántica nos lleva a hacer renacer en los grupos humanos, una
visión personal, como producto de una reflexión, crítica y profunda. Ante ello, generalmente el
individuo se hace las siguientes interrogantes: ¿Quién soy yo? ¿Qué es lo que busco? ¿Qué
genero? ¿Qué hacer para poder formar parte del mundo que me rodea?. Siguiendo la línea de
la educación cuántica, el conocimiento de sí mismo es permanente y se va fortaleciendo de
manera continua, con la firme esperanza de lograr que a través del autoconocimiento se tenga
la capacidad de explorar nuevas ideas, métodos y culturas; capacidad que permite identificar y
hacer valer el potencial que se tiene como persona.
Si bien los hallazgos de la física cuántica son del siglo XX, sus aplicaciones a las ciencias sociales
se han hecho en las tres últimas décadas. Sin embargo existen muchas teorías
psicopedagógicas que a lo largo de la historia, sin saberlo, se sustentan de alguna manera en
sus postulados.

Christopher Clavius, eminente matemático y astrónomo del siglo XVI; durante 48 años se
desempeñó como maestro universitario del Colegio Romano. Trabajó intensa y firmemente.
Siguiendo la línea académica “Formar hombres brillantes y eminentes” (Clavius). Decía, que es
importante preparar aprendices para un mundo cambiante, solo así serán capaces de
encontrar por sí solos la manera de abrirse camino. Hay que impregnar pasión, porque el acto
intelectual de todo maestro es hacer talentosos aprendices para ser mejores personas,
despertando la voluntad por conocer, aprender y aplicar los saberes considerando la
resolución de problemas hasta su culminación, poniendo de manifiesto el asombro, la
curiosidad y la creatividad. Todo ello influye en la forma de ver el mundo a través de un lente
distinto, y se afirma la confianza que nace por ser capaces de resolver problemas que parecían
insolubles.
Para Goes, Ricci y Clavius. El maestro debe contar con el siguiente perfil:
Apertura para mantenerse en la línea ser enseñante y aprendiz.
Formar seres humanos brillantes y eminentes.
Impulsar el desarrollo de la creatividad.
Trabajar siguiendo luchas por lograr la excelencia.
Estar abiertos a las nuevas ideas.
Influir en los demás.
Convicción personal en la toma de decisiones.
Ejercer un servicio de la más alta calidad.
Apreciarse a sí mismo como persona de talento.
Identificar y aceptar las áreas de oportunidad.
Reconocer el potencial intelectual.
Adquirir el hábito de actualizarse.
Actualizar y profundizar el conocimiento de sí mismo.
Sumergirse en un mundo en permanente evolución.
Esta postura nos invita a reflexionar acerca de que la rapidez de los avances de las ciencias y
las técnicas, conlleva el acelerado cambio social que afecta a los individuos, tanto en su vida
personal como en lo profesional, por lo que actualmente está cobrando importancia la
inteligencia emocional que en la dimensión cuántica, se conoce como (Colapso, función de
onda) que reclama nuestra atención como educadores.

Es decir, cuánticamente se requiere de un académico que se caracterice por la calidad de los
servicios, considerando los niveles de estándares de calidad a partir de sí mismo; que opte por
una educación por competencias, que estime el valor del desarrollo de sentimientos y
habilidades característicos de la educación integral, educación que debe despertar
sinérgicamente la emoción, la pasión por conocer; es decir, saber para ser mejor persona. En
este sentido, nos estamos refiriendo a la inteligencia emocional. A través de la inteligencia
emocional en el plano de la arquitectura natural, se da el justo valor a la filosofía intelectual,
que lleva a la toma de decisiones y basándose en la lógica, se valoran las cosas en función de
un código de carácter racional, plenamente convencidos de la importancia que tienen las
competencias cognitivas para ser capaces de producir e innovar, donde cada emoción juega un
papel singular.
Robert Stemberg (1998) y Thorndike: Descubrieron que las señales provenientes de los
sentidos, permiten a la amígdala explorar cada experiencia en busca de problemas. (LA
AMÍGDALA, es una parte del cerebro de vital importancia en la vida mental, porque discrimina
para reaccionar hacia la red de transporte nervioso). Por tanto cada parte del cerebro provoca
la secreción de las hormonas que facilitan la reacción. El hipocampo y la amígdala son
estructuras límbicas que se ocupan de la mayor parte del aprendizaje y de los recuerdos. La
amígdala es la especialista en asuntos de carácter emocional, su interferencia provoca la
ceguera afectiva, actúa como depósito de la memoria emocional. El neurólogo Joseph Le Houx
(1992), demostró que en la arquitectura del cerebro, a la amígdala cerebral se le concede una
posición privilegiada, como centro emocional. La investigación de Joseph lo llevó a descubrir
que las señales sensoriales (ojos, oídos) en el cerebro, primero viajan al tálamo y saltan
haciendo una única sinapsis con la amígdala cerebral. Las señales provenientes de los sentidos,
permiten que la amígdala exprese cada experiencia, y al discriminar las sensaciones provoca
una reacción. En la arquitectura del cerebro, la amígdala cerebral es comparable con una
compañía de alarmas, donde los operadores están preparados para hacer llamada de
emergencia, un ejemplo de ello es la alarma de tiempo.
La amígdala percibe las sensaciones que selecciona y las tipifica. Un ejemplo sería que en
términos de “temor”, el mensaje que se envía a cada parte importante del cerebro, provoca
secreción de hormonas que originan determinadas respuestas, como puede ser el hecho de
atacar o huir, por tanto, se movilizan los centros del movimiento, poniendo en acción al
sistema cardiovascular, los músculos e intestinos. Otro circuito desde la amígdala, indica la
secreción de la hormona norepinefrina, hormona que eleva la reactividad de zonas claves del
cerebro. Las señales adicionales que llegan desde la amígdala, provocan en el tronco cerebral
otro tipo de reacciones: como es que el rostro exprese angustia, temor, acelerar el ritmo
cardiaco, disminuir la respiración o bien, elevar la presión sanguínea. Si en el proceso se busca
una reacción emocional, los lóbulos frontales trabajando en conjunto con la amígdala y otros
circuitos del cerebro dictan la orden.
Los circuitos existentes que van desde el cerebro límbico a los lóbulos prefrontales, son los
responsables de toda emoción intensa, pueden generar interferencia nerviosa saboteando la
capacidad del lóbulo prefrontal. Es por ello que cuando nos sentimos emocionalmente
alterados decimos que no podemos pensar “correctamen-te”, de tal forma que la perturbación

emocional constante puede crear carencias en las capacidades intelectuales y por tanto se
deteriora la capacidad de aprehender.
Investigaciones realizadas por el Dr. Damasio, (1994), le llevaron a confirmar que se
experimenta una armonía entre emoción y pensamiento, por tanto, es preciso acentuar que el
intelecto no puede operar de manera óptima sin la inteligencia emocional, cuánticamente
conocida como (Unidad del campo electromagnético) personal. En este caso, estamos
refiriéndonos a la importancia que tiene la complementariedad del sistema límbico,
considerando la neocorteza cerebral, la amígdala y los lóbulos prefrontales que se asocian, se
interrelacionan e interactúan de tal forma que si lo hacen en sincronía, aumentan tanto la
inteligencia emocional como la capacidad mental. Dicha complementariedad refleja que las
emociones interdependientes están compuestas de intuición, ilusión, imaginación, creatividad,
razón antítesis, deducción, directrices, propósitos, esperanza, fe, es decir, a través de la
emoción inteligente se llega al conocimiento, valoración, aceptación.
Howrard Gardner (1995) desarrolló las teorías de las inteligencias múltiples, él considera que
lo más característico y saludable para enseñar a los chicos, es lograr que experimenten el
“estado de flujo” o estado cuántico, conlleva toda clase de emociones positivas. Su modelo se
perfila hacia el desarrollo de las capacidades naturales, se sustenta en una cultura de calidad
que se logra cuando se aprovechan al máximo los puntos fuertes, pero además, se apuntalas
las debilidades. Es decir, que siguiendo esa línea de trabajo académico ocurre con toda
naturalidad el acto de aprehender de manera integral. Buscar el “estado de flujo” a través de
la educación integral, es una forma eficaz de ordenar las emociones al servicio de la educación,
para lograr en forma más natural la dimensión humana. Esto es, canalizar las emociones para
creer en uno mismo, controlar los impulsos, recrearse en el saber, disfrutar lo que se hace,
impulsar el desarrollo hacia la productividad competitiva, así como canalizar toda clase de
esfuerzos con el firme propósito de alcanzar el “estado de flujo”. Concretamente, el flujo es el
estado emocional que experimentamos cuando logramos algo a nivel superior, y nos queda
una sensación de sorpresa, de deleite, de agrado o de gozo.
Al respecto, interpretando a Goleman (2002). Es importante hacer referencia a las habilidades
básicas de la inteligencia emocional.
Conocerse a sí mismo (capacidad de reconocer y entender los propios estados de ánimo,
emociones y motivos).
Autodirección, (capacidad de controlar o cambiar la dirección de los impulsos y estados de
ánimo.
Motivación. (experimentar pasión por el trabajo).
Empatía. (Habilidad de entender los estados emocionales de las personas).
Destreza social. (Manejo de relaciones y creación de redes de comunicación para lograr un
buen entendimiento cuántica-mente hablando, se trata del desarrollo humano y espiritual).

Una característica importante de la inteligencia emocional es el amor, porque el amor
descubre talento y une voluntades. Por eso, una sociedad que introniza al amor como piedra
angular, hace posible el descubrimiento de talentos y potencialidades. Con la educación en el
amor: es posible lograr lo siguiente:
Visión, para descubrir el talento, el potencial y se es capaz de valorar la dignidad de cada
persona.
Valor, pasión y compromiso para hacer uso del potencial.
Lealtad y mutuo apoyo, resultantes que vigorizan y unen las mentalidades.
Educar en el amor nos lleva a que además de obtener una visión de la realidad, trabajemos
para hacer de esa visión una realidad viviente. Educar en el amor es tomar la decisión de ir más
allá de desarrollar el potencial humano. Es infundir confianzas, es crear estímulos para cada
persona y para cada situación o momento, es impregnar de energía nuestras acciones, es crear
en los grupos lazos de unión, vínculos fuertes de afecto mutuo. En sí, educar en el amor es
fincar la labor educativa en el talento, el potencial y la dignidad humana.
Por tanto, las actitudes de los profesores que educan en el amor, según Lowney, se
caracterizan por lo siguiente:
Porque no rechazan a ningún talento, o sea a ninguna persona.
Reconocen los talentos y las personas que otros rechazan.
Ponen todo su empeño en él, descubriendo y desarrollando potencialidades en busca de la
perfección.
Propician ambientes movidos por el amor, logrando que todo lo que se haga esté impregnado
de amor. (amor por lo que se hace).
Impulsan el fortalecimiento del equipo o grupo inculcando respeto, autoestima, interés,
bondad, generosidad, lealtad. Consiguiendo armonía y bienestar; todo ello como base del
éxito.
Aceptan que la excelencia no ocurre por accidente. Para lograrlo es preciso que todos hagan
suya la visión de la institución.
Crean una cultura haciendo de la filosofía institucional la filosofía de la vida de cada persona,
que en su conjunto constituye la idea de un solo pensamiento, el pensamiento de todos.
Logran que el personal visualice y viva cada éxito de la institución que es la realización de ellos
mismos.
Consideran que el bienestar de la organización depende de lo que uno hace.
Reconocen y aprecian las ideas de los demás, reflejan madurez, tolerancia al riesgo,
creatividad y firme voluntad.

Estiman que la vida de toda institución educativa está fincada en su propia filosofía: Misión,
visión, valores, políticas y metas. Lowney, (2004:234 -238).
Si en la educación cuántica están implícitas las habilidades intelectuales, la inteligencia
emocional y el hecho de educar en el amor, luego entonces, la educación cuántica es
eminentemente humanista.
Ubicándonos en el ámbito de la física, nos dice que la estructura básica de la naturaleza en el
nivel cuántico, se encuentra mucho más allá de los átomos y las moléculas. Un cuanto o
quantum, se define como unidad elemental de la materia y la energía. Es entre diez y cien
millones de veces más pequeño que el más minúsculo de los átomos. Todos los cuantos están
compuestos por vibraciones invisibles (sombras de energía) que aguardan el momento de
adquirir formas físicas. Se ha comprobado que lo mismo vale para el cuerpo humano: Primero
toma la forma de vibraciones intensas, pero invisibles, llamadas fluctuaciones cuánticas, que
más tarde se fusionan creando impulsos de energía y partículas de materia. Por tanto, el
cuerpo humano mecánico cuántico es la base que sustenta todo lo que somos: intenciones,
pensamientos, emociones, sentimientos, cualquier parte visible o invisible de nuestra persona;
órganos, células, proteínas. De tal forma que el cuerpo humano en el nivel quántico emite
todo tipo de señales invisibles, esperando que uno las reciba. Es decir, tenemos un pulso
cuántico por debajo del pulso físico. En otras palabras, todos los órganos y procesos del cuerpo
poseen un equivalente cuántico.
El cuerpo humano mecánico cuántico no sirve de núcleo si uno no está preparado para
detectarlo. Por fortuna, la conciencia humana es capaz de percibir esas leves vibraciones,
gracias a la increíble sensibilidad de nuestro sistema nervioso. Al respecto, Tony y Barry Buzan
(1996) a partir de los estudios realizados por Roger Sperry (Premio Novel) sobre la corteza
cerebral, así como las investigaciones de Ornstein, Zidal, Bloch y otros, además de confirmar
los hallazgos de Sperry concluyeron en que los dos lados (o hemisferios de la corteza cerebral,
tienden a dividirse entre ellos las principales funciones intelectuales. (Véase representación de
la corteza cerebral).
Aunque cada hemisferio es dominante en ciertas habilidades, los dos están básicamente
capacitados en todas las áreas y de hecho, las habilidades mentales identificadas por Roger
Sperry se hallan por toda la corteza cerebral. Esto nos sirve de punto de partida para abordar
el pensamiento irradiante, que guarda una estrecha relación con la educación cuántica.
(…) El pensamiento irradiante refleja nuestra estructura y nuestros procesos internos. Por
tanto, la única barrera para la expresión y aplicación de todas las habilidades mentales, es el
desconocimiento de cuál es la forma de acceder a ellas, así como del control de todas las
funciones mentales básicas. Es por ello que se dice que la pauta de pensamiento del cerebro
humano, se puede considerar como un súper biordenador con líneas de pensamiento que
irradian virtualmente un número infinito de nodos, de datos. Situación que encuentra una
explicación en la superposición cuántica,

El Dr. Mark Kosenweug, (1202) realizó en París un estudio mediante el cual demostró que si
alimentaba el cerebro con 10 unidades por segundo ya sean palabras o imágenes, en un
periodo de 100 años, no llegaríamos a usar ni la décima parte de nuestra capacidad de
almacenamiento Visión Cuántica que nos ubica en 3 dimensiones: vinculación, conciencia
cuántica y consciencia psicológica.
“De esa gigantesca capacidad de procesamiento de información y de aprendizaje, se deriva el
concepto de pensamiento irradiante (de irradiación) en el sentido de dispersarse en diversas
direcciones a partir de un centro determinado. Nos referimos a aquellos procesos de
pensamiento asociado, que proceden de un punto central o se conectan con él”. Esto en la
física cuántica se conoce como (campo de energía e información.
El pensamiento irradial es multidimensional, es la forma natural y virtualmente automática en
que ha funcionado siempre el cerebro humano. En otras palabras, nos estamos refiriendo a la
no-localidad del pensamiento cuántico.
Un cerebro dirigido por el pensamiento irradiante, deberá expresarse de una misma forma,
irradiar energía mental. Ante esto, los pedagogos deben conceder mayor importancia a que
cuanto más se educa el pensamiento irradiante, mayor será el aumento de las redes
asociativas, que no son otra cosa que la irradiación del pensamiento. Los ejercicios de
irradiación revelan el poder ilimitado del cerebro humano, que en el plano cuántico se conoce
como la vinculación conciencia cuántica y consciencia psicológica.
El hecho de entender la naturaleza irradiante de la realidad, nos da la certeza de agudeza y
profundidad de percepción interior, no solo de lo que es entender, sino lo que es interpretar a
juicio personal o no entender. Eso nos invita a evitar muchas trampas tanto emocionales como
lógicas, que complican y muchas veces frustran nuestros instintos. Situación que nos lleva a
referirnos a la luz, en cuanto a energía primigenia, base de toda realidad.
Haber Nicherson. Científico que experimentó la captación de imágenes. Demostró que el
cuerpo humano, tiene una capacidad de memoria casi ilimitada de reconocer imágenes
(memoria cuántica). Las imágenes estimulan una amplísima variedad de corticales, por lo que
somos capaces de percibir colores, formas, líneas, dimensión textura, ritmos visuales, todo
ello estimula a la imaginación. Cuánticamente se trata de la naturaleza holográfica de la
realidad.
En la educación cuántica se hace notar la importancia de la imagen; proviene de la palabra
latina “imaginare” – representación mental que fortalece el pensamiento creativo y la
memoria. Mediante la educación cuántica se puede lograr lo siguiente:
Capacidad de pensar.
Percepción.
Memoria.
Creatividad.
Confianza en sí mismo.

Aumenta el grado de concentración.
Es decir se ponen en práctica los mecanismos del cerebro.
Atención
Percepción
Apercepción
Relación
Evocación
Las ideas ordenadas, básicamente ayudan a configurar, moldear, construir y reconstruir.
Permiten a la mente ejercitar un pensamiento naturalista estructurado.
Nicherson llegó a la conclusión de que la velocidad es increíblemente alta y sin perder la
precisión se provoca lo que se conoce como entrelazamiento cuántico.
CARACTERÍSTICAS: Sin duda, al pensamiento irradiante se le atribuyen algunas características:
Recepción.- De cualquier cosa que incorporemos por cualquiera de los sentidos.
Retención.- Capacidad tanto para almacenar información en la memoria como la capacidad de
acceder a dicha información.
Análisis.- Reconocimiento de papeles y el procesamiento de la información.
Emisión.- Capacidad de emplear varias formas de comunicación, predominando el acto
creativo, cuánticamente se le conoce como colapso cuántico de la función de onda, por lo que
somos capaces de:
Aceptar.
Apelar.
Adaptar.
Aplicar.
El pensamiento irradiante facilita el desarrollo del pensamiento complejo que se identifican
con las aptitudes mentales positivas, por lo que se desbloquea la mente, aumenta la
posibilidad de establecer conexiones espontáneas y mejora la percepción, que al ejercitar la
mente manipulando policategorías, se favorece la capacidad cerebral (describir, analizar,
evaluar, sintetizar).
Otra característica importante del pensamiento irradiante es la intuición que aún sigue siendo
motivo de muchas críticas en el plano neurológico. Es por ello que más bien se le concibe
como “superlógica” (decodificación del ADN de la información cuántica).

En la Universidad de Harvard, se han llevado a cabo estudios que demuestran que personas en
calidad de gerentes, presidentes, diplomáticos del estado mayor, etc., a nivel nacional e
internacional atribuyen, al hecho de haber actuado tomando como base la intuición, los
conocimientos y las experiencia, es decir el éxito se debe a la vinculación de la conciencia
cuántica con la consciencia psicológica (Vinculación conciencia cuántica y consciencia
psicológica).
CONCLUSIÓN
Tal parece que los campos de energía que descubrimos desde pequeños al friccionar
simplemente las manos con algún objeto, o bien como juego frotamos el cuero cabelludo ya
fuera con el peine o cualquier otro objeto; mágicamente nuestros ojos llenos de asombro
veían como flotaban los papelillos. Estas situaciones de niños y acontecimientos mayores que
ha experimentado el hombre, le han llevado a obtener grandes descubrimientos en el campo
de la ciencia en diversas áreas como la tecnología, la medicina, así como llegar a una
explicación científica del comportamiento del DNA y sus relaciones con la propia vida del ser
humano.
Las nuevas tendencias de la física cuántica se han aplicado formalmente en trabajos de
carácter científico, con el propósito de encontrar respuestas válidas acerca del
comportamiento de la energía aplicada a la medicina al comportamiento en animales así como
en estudios serios relacionados con el potencial intelectual y el comportamiento del ser
humano.
La educación cuántica va a crear en el ser humano la imperiosa necesidad de encontrarse a sí
mismo, antes de emprender cualquier proyecto, función, acción o tarea específica.
Los postulados de la educación cuantica dan crédito a la obra de Shuller (1988) en la cual
categóricamente dice: todo es posible si tu así lo quieres, es preciso creer en nosotros mismos,
hay que atrevernos a incursionar nuevos caminos, hay que tomar la decisión de despertar al
gigante dormido que está en nosotros, y seremos capaces de ver con otra óptica todo cuanto
somos, hacemos y queremos ser, sólo entonces, provocaremos un verdadero cambio en
nuestra forma de ser y actuar, porque nos daremos cuenta de la riqueza que tenemos… somos
materia con un gran potencial, con una enorme carga de energía que haciendo uso consciente
del libre albedrío, tomemos conciencia de que lo positivo es lo que genera armonía, bienestar,
felicidad, paz; todo ello como resultado del amor, luego entonces quien no es capaz de amar,
tiene un enorme vacío que se traduce en desesperanza y en todo aquello que por su
negatividad le impiden dejar pasar la maravillosa luz que normalmente ilumina y energiza a las
personas que exploran, renuevan una y otra vez sus potencialidades y estados emocionales,
que en sincronía con sus campos de energía facilitan el desarrollo del pensamiento complejo
que se traduce en logros personales y profesionales, que no es más que el éxito, producto del
esfuerzo que se hace día con día, Usted es esa persona exitosa, siga buscando, siga
construyendo sin final.

BIBLIOGRAFÍA
Buzán, Tony y Barry Busan. (1996). Los libros de los mapas mentales, Barcelona, España,
Editorial Urano.
GOLEMAN, Daniel, et. Al. (2002). El líder resonante, Barcelona, España, Paza Janes Editores.
GOLEMAN, Daniel. (2000). La inteligencia emocional, México, Vergara.
Mns. Calderón Gaytán Rubén (2011) s/p.
Cápsula Pedagógica I