Untitled - Libr@rsi

— sos —
este dia por el Sr. fiscal de esta real audiencia, en que habiendo sa-
lido por incitativa del Sr. obispo, representando las reales cedidas que
previenen la atención con que deben estar los superiores magistrados
para en los casos de permitir el uso de las bulas conservatorias.
&c. &c. &c.
Mientras que en México por parte del fiscal de S. M., del Exmo. Sr.
virey, del Sr. arzobispo, del santo tribunal de la fé, del Rmo. comisa-
rio de S. Francisco y otras muchas graves personas por tan diversos
respetos y caminos se deseaban y procuraban los medios dé paz, el
Illmo. Sr. D. Juan de Palafbx, que, como dijimos, habia rotulado por
públicos excomulgados á los maestros que en el colegio del Espíritu
Santo ensenaban gramática y retórica, aunque habia ya antes conforme
al concilio Tridentino y cédulas de S. M. erigido el seminario de
S. Pedro, cuyos colegiales y aun los mismos familiares de S. I. cursaban
las escuelas de la Compañía; sin embargo, instituyó cátedras en
otro nuevo colegio de S. Juan Evangelista, y destinó maestros que
acudiesen á la enseñanza, así de los colegiales de dicho colegio como
de los del Seminario de S. Pedro. A este efecto promulgó el dia 21 de
mayo un edicto prohibiendo só pena de excomunión mayor, laiae sentp.iiliae
una pro trina canónica moniíione praemissa, y de dos mil duca-
dos, que ninguna persona de cualquier estado, calidad ó condición que
sea, por sí ni por interpuesta persona se atreva á impedir que todas las
personas que quisieren ayudar al dicho colegio á ser*enscñados, ni tam-
poco se atrevan á molestar, afligir ni causar daño alguno en las personas
y padres de familia que envían á sus hijos ú dicho colegio, ni en sus
bienes directa ni indirectamente, ni con título ó color alguno. Este
edicto cargado de semejantes penas en una materia en que no parecían
necesarias, dio desde luego algún cuidado á los jesuitas, y el efecto
mostró después que no fueron vanos sus recelos. Si algún joven de
nuestros estudios quería pasar á los nuevos de S. Juan y no querían sus
contra ellos como ¡li-
padres, incurrían en las censuras y se procedía
curgos en la excomunión y pena pecuniaria, camino por donde mu-
chos honrados vecinos afectos á la Compañía tuvieron mucho que pa-
decer y quedaron espuestos á los resentimientos del provisor y otros
oficiales del Illmo., de quienes al mismo tiempo se esperimentaron
grandes vejaciones en los estudiantes de la Compañía, cuyos negocios
sin otra causa tenían lo bastante para salir mal despachados. Entre tan-
to tomando cada dia mayor cuerpo las Mferencir.s, habia parecido ne«