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UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE - Ipef

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<strong>UNIVERSIDAD</strong> <strong>AUSTRAL</strong> <strong>DE</strong> <strong>CHILE</strong><br />

FACULTAD <strong>DE</strong> CIENCIAS FORESTALES<br />

MAGÍSTER EN CIENCIAS MENCION SILVICULTURA<br />

RENDIMIENTO Y BIOMASA <strong>DE</strong> Eucalyptus nitens<br />

CON ALTERNATIVAS NUTRICIONALES PARA UNA<br />

SILVICULTURA SUSTENTABLE EN UN SUELO ROJO<br />

ARCILLOSO<br />

Profesor Guía: Dr. Víctor Gerding Salas<br />

Tesis para optar al Grado de Magíster en Ciencias<br />

JORGE LUIS APARICIO<br />

VALDIVIA - <strong>CHILE</strong><br />

2001


COMISION EVALUADORA<br />

Juan Schlatter Renato Grez<br />

Profesor informante Profesor informante<br />

FECHA <strong>DE</strong> EXAMEN <strong>DE</strong> GRADO:<br />

6 de junio de 2001<br />

Víctor Gerding<br />

Profesor patrocinante


A Claudia, el amor de mi vida.<br />

A mis queridos hijos Romina, Juan Martín, Tomás y Facundo.


AGRA<strong>DE</strong>CIMIENTOS<br />

Quiero expresar mi gratitud y reconocimiento al profesor Víctor Gerding por su<br />

orientación invalorable y estimulo permanente para la realización de esta tesis.<br />

Asimismo, quiero agradecer la predisposición y los valiosos aportes de los profesores<br />

Juan Schlatter y Renato Grez, además, al profesor Moisés Osorio por la orientación y<br />

el apoyo brindado en la elaboración del proyecto de tesis.<br />

Agradezco a las autoridades del INTA (Instituto Nacional de Tecnología<br />

Agropecuaria, República Argentina) que hicieron posible mis estudios, a la Dirección de<br />

Investigación y Desarrollo (UACh) por el apoyo financiero para la realización del<br />

proyecto y quiero manifestar mi reconocimiento a la empresa Pürstinger-Ludwig y Cía.<br />

Ltda., en particular al señor Gerardo Ludwig, por brindar la propiedad para que se lleve<br />

a cabo esta experiencia y apoyar con la mejor disposición las actividades realizadas.<br />

También deseo agradecer a aquellas personas que aportaron sus conocimientos y<br />

colaboración en el desarrollo del trabajo. Entre ellas destaco a Eduardo Silva por la<br />

disposición en las actividades de terreno, a Claudia Díaz Quijano y Elda Brandt por la<br />

dedicación y el esmero en las tareas de acondicionamiento de los materiales en el<br />

laboratorio, a Cecilia Ruiz (Laboratorio de Entomología Forestal, UACh) por la<br />

identificación de los invertebrados, y a todo el equipo del Laboratorio de Nutrición y<br />

Suelos Forestales (UACh) por su predisposición, apoyo, colaboración y afecto.


<strong>DE</strong>CLARACIÓN<br />

Yo, Jorge Luis Aparicio, declaro que soy el autor del presente trabajo, que lo he<br />

realizado en su integridad y no lo he publicado para obtener otros grados o títulos o en<br />

revistas especializadas. Declaro que no he contado con la colaboración de alguna<br />

persona.


INDICE <strong>DE</strong> MATERIAS<br />

CAPITULO PAGINA<br />

1. INTRODUCCION 1<br />

2. REVISION BIBLIOGRAFIA 4<br />

2.1 CARACTERIZACIÓN <strong>DE</strong> Eucalyptus nitens MAI<strong>DE</strong>N 4<br />

2.2 ESTUDIOS NUTRICIONALES EN <strong>CHILE</strong> 5<br />

2.3 CARACTERÍSTICAS <strong>DE</strong> LOS SUELOS ROJOS ARCILLOSOS 6<br />

2.4 PRODUCTIVIDAD CON ESPECIES <strong>DE</strong> CRECIMIENTO RÁPIDO 6<br />

2.5 REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES <strong>DE</strong> LOS EUCALIPTOS 8<br />

2.5.1 Fertilización al establecimiento de la plantación 8<br />

2.5.2 Estrategias de fertilización 10<br />

2.6 RELACION ENTRE PRODUCTIVIDAD Y BIOMASA 11<br />

2,7 FERTILIZACIÓN Y <strong>DE</strong>NSIDAD <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA 16<br />

2.8 REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES <strong>DE</strong> Eucalyptus nitens 17<br />

3 MATERIAL Y METODOS 20<br />

3.1. UBICACION <strong>DE</strong>L ENSAYO 20<br />

3.2 CARACTERIZACION <strong>DE</strong>L ENSAYO 21<br />

3.2.1 Preparación del terreno 21<br />

3.2.2 Fertilización base preplantación 21<br />

3.2.3 Plantación 22<br />

3.2.4 Control de malezas posplantación 22<br />

3.2.5 Fertilización posplantación 23<br />

3.3 TRATAMIENTOS EVALUADOS 26<br />

3.4<br />

DISEÑO EXPERIMENTAL, MEDICIÓN <strong>DE</strong> VARIABLES Y<br />

RECOLECCIÓN <strong>DE</strong> MUESTRAS<br />

28<br />

3.4.1 Diseño experimental 28<br />

3.4.2 Medición de variables de rendimiento 30<br />

3.4.3 Muestras de biomasa aérea 30<br />

3.4.4 Muestras de biomasa de raíces 32<br />

3.4.5 Muestras de mantillo 33<br />

3.4.6 Muestras de hojarasca 34<br />

3.4.7 Muestras de suelo 34<br />

3.5 ANALISIS <strong>DE</strong> DATOS 35<br />

3.5.1 Evaluación de la productividad de los tratamientos fertilizados 35


3.5.2 Cantidades de biomasa y elementos nutritivos del vuelo 36<br />

3.5.3 Estimación de la biomasa en función del DAP 37<br />

3.5.4<br />

Cuantificación de la hojarasca y sus cantidades de elementos<br />

nutritivos 37<br />

3.5.5 Acumulación de elementos nutritivos en el mantillo 38<br />

3.5.6<br />

Determinación del peso seco del suelo y cantidades de elementos<br />

nutritivos 38<br />

3.5.7<br />

Determinación de la densidad básica de la madera y relación con<br />

las alternativas nutricionales 39<br />

4 RESULTADOS 40<br />

4.1 RENDIMIENTO 40<br />

4.1.1 Sobrevivencia 40<br />

4.1.2 Rendimiento en diámetro y en área basal 41<br />

4.1.3 Rendimiento en altura y longitud de la copa 50<br />

4.1.4 Rendimiento en volumen 52<br />

4.2 <strong>DE</strong>NSIDAD BASICA <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA 57<br />

4.3 BIOMASA 59<br />

4.3.1 Biomasa aérea 59<br />

4.3.2 Biomasa de raíces 70<br />

4.3.3 Hojarasca 75<br />

4.3.4 Mantillo 78<br />

4.4 CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS 80<br />

4.4.1 Biomasa aérea 80<br />

4.4.2 Biomasa de raíces 86<br />

4.4.3 Hojarasca 88<br />

4.4.4 Mantillo 89<br />

4.5 CANTIDAD <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS 92<br />

4.5.1 Biomasa aérea 92<br />

4.5.2 Raíces 102<br />

4.5.3 Mantillo 106<br />

4.6<br />

<strong>DE</strong>MANDA <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS AL CIERRE <strong>DE</strong><br />

COPAS<br />

109<br />

4.7 CARACTERIZACION <strong>DE</strong>L SUELO 114<br />

4.8 BALANCE NUTRICIONAL AL CIERRE <strong>DE</strong> COPAS 119


5. DISCUSION 125<br />

5.1 RENDIMIENTO 125<br />

5.2 <strong>DE</strong>NSIDAD BASICA <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA 128<br />

5.3 BIOMASA, HOJARASCA y MANTILLO 128<br />

5.4 CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS 133<br />

5.5<br />

<strong>DE</strong>MANDA <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS AL CIERRE <strong>DE</strong><br />

COPAS<br />

136<br />

5.6 CARACTERIZACION <strong>DE</strong>L SUELO 140<br />

5.7 BALANCE NUTRICIONAL AL CIERRE <strong>DE</strong> COPAS 141<br />

6 CONCLUSIONES 145<br />

7 RESUMEN 149<br />

8 SUMMARY 150<br />

9 BIBLIOGRAFIA 151<br />

ANEXOS<br />

Anexo 1 (Rendimiento)<br />

Anexo 2 (Densidad básica de la madera)<br />

Anexo 3 (Biomasa aérea)<br />

Anexo 4 (Concentración y cantidad de elementos)<br />

Anexo 5 (Análisis de suelo)<br />

Anexo 6 (Precipitaciones)


INDICE <strong>DE</strong> FIGURAS<br />

Figura Nº Página<br />

1. Plano de ubicación del predio Pichimaule 20<br />

2. Plano del ensayo con la ubicación de los tratamientos de fertilización<br />

base preplantación 22<br />

3. Plano del ensayo con la ubicación de las subparcelas de fertilización en<br />

cada tratamiento de fertilización base preplantación 23<br />

4. Plano del ensayo con la ubicación de la subparcelas fertilizadas en<br />

setiembre de 1997 en cada grupo de subparcelas fertilizadas en octubre<br />

de 1996 y en el grupo control 25<br />

5. Plano del ensayo con la ubicación de la fertilización aplicada en<br />

1999 en cada tratamiento de fertilización base preplantación 26<br />

6. Plano del ensayo con la ubicación de los tratamientos evaluados<br />

en el presente estudio 28<br />

7. Ubicación de las subunidades experimentales en cada unidad<br />

experimental (U.E.) 29<br />

8. Esquemas de la división de la copa para extracción de hojas y ramas,<br />

y de corte del fuste y extracción de rodelas 31<br />

9. Características y ubicación de las muestras de suelo en las<br />

líneas de plantación y entre las líneas para el estudio de raíces 32<br />

10. Esquema de extracción de muestras de mantillo 34<br />

11. Sobrevivencia de los 11 tratamientos a los cuatro años de edad 40<br />

12. DAP medio y área basal de los tratamientos fertilizados, a) con<br />

Bifox en preplantación y sin fertilización preplantación; b) con<br />

Bifox, con cal y sin fertilización preplantación 41<br />

13. DAP medio y área basal promedios de los tratamientos<br />

agrupados según esquema de fertilización 44


14. DAP y área basal de todos los tratamientos en los años 1999 y<br />

2000, clasificados según el porcentaje de incremento de cada<br />

tratamiento 44<br />

15. Distribución diamétrica del total y de los quinientos árboles por<br />

hectárea de mayor DAP; a) y b) tratamientos agrupados según<br />

fuente de fertilización preplantación; c) tratamientos agrupados<br />

según esquema de fertilización<br />

16. Area basal por clase diamétrica del total de arboles y de los<br />

quinientos árboles de mayor DAP; a) y b) tratamientos agrupados<br />

según fuente de fertilización preplantación; c) tratamientos<br />

agrupados según esquema de fertilización<br />

17. a) Altura total del T1 y del T11según clases de DAP; b) Altura<br />

media total del T1 y del T11 en los años 1999 y 2000 e<br />

incremento en altura (ICA); (c) Relación altura/DAP del T1 y del<br />

T11. (d) Longitud de copa y altura al inicio de la copa de ambos<br />

tratamientos 51<br />

18. Volumen medio individual según fertilización aplicada en<br />

preplantación 53<br />

19. Volumen medio individual de los tratamientos agrupados según<br />

año de fertilización 56<br />

20. Densidad básica media de la madera y variación entre árboles a<br />

distintas alturas del fuste en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar) 57<br />

21. a) Biomasa aérea de cada componente de la biomasa (t ha -1 ) y<br />

b), proporción (%) de cada componente de la biomasa con<br />

relación a la biomasa total, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar) 60<br />

22. a) Biomasa aérea media (kg árbol -1 ) por clase diamétrica y<br />

b) biomasa aérea total (t ha -1 ) con la proporción (%) por clase<br />

diamétrica, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 61<br />

47<br />

48


23. Distribución (%) de la biomasa de cada componente según tercio<br />

del árbol y clase diamétrica, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar) 63<br />

24. Relación hojas:ramas vivas (kg árbol -1 ) en a) por tercio del árbol<br />

y b) por estrato de árboles, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar) 65<br />

25. Ecuaciones de ajuste de los distintos componentes de la<br />

biomasa y de la biomasa total con el DAP 69<br />

26. a) Biomasa de raíces: según tamaño y total; b) cantidad de<br />

raíces gruesas y raíces finas a distintas profundidades y c)<br />

proporción de raíces gruesas y raíces finas a distintas<br />

profundidades, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar). 71<br />

27. Distribución espacial (kg ha -1 ) de las raíces gruesas y las raíces<br />

finas, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 73<br />

28. Biomasa aérea y de raíces en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar)<br />

29. Proporción de la caída de hojarasca durante las cuatro<br />

estaciones climáticas del año en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar) 76<br />

30. Caída mensual de hojarasca (kg ha -1 ) en el T1 (fertilizado) y el<br />

T11 (sin fertilizar). Período setiembre 1999 - agosto 2000 77<br />

31. a) Espesor del mantillo (cm) a 0-70 cm, a 70-140 cm y a 140-<br />

210cm desde la línea de plantación; b) total de mantillo (kg ha -1 )<br />

y proporción (%) a 0-70 cm, a 70-140 cm y a 140-210 cm desde<br />

la línea de plantación, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 79<br />

32. Concentración media de los elementos nutritivos en cada<br />

componente de la biomasa, y relación N:P en las hojas, en el T1<br />

(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 82<br />

75


33. Concentración media de elementos nutritivos en la hojarasca en<br />

las cuatro estaciones del año, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar) 89<br />

34. Variación espacial de la concentración de los macroelementos<br />

(%) en el mantillo y relación nitrógeno:fósforo, en el T1<br />

(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 90<br />

35. Cantidad de elementos nutritivos (g àrbol -1 ), promedio general,<br />

en los componentes e la biomasa aérea, en el T1 (fertilizado) y el<br />

T11 (sin fertilizar) 93<br />

36. Cantidad de macroelementos (g árbol -1 ) en las hojas y en la<br />

madera según las clases diamétricas, en el T1 (fertilizado) y el<br />

T11 (sin fertilizar) 95<br />

37. Cantidad de biomasa (kg árbol -1 ) producida en las hojas, las<br />

ramas vivas y las ramas muertas por gramo de elemento<br />

nutritivo, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 96<br />

38. Cantidad de biomasa (kg árbol -1 ) producida en la madera y en la<br />

corteza por gramo de elemento nutritivo, en el T1 (fertilizado) y el<br />

T11 (sin fertilizar) 97<br />

39. Cantidad de microelementos (mg árbol -1 ) en los componentes de<br />

la biomasa, del T1 (fertilizado) y del T11 (sin fertilizar) 99<br />

40. Distribución de los microelementos en la biomasa aérea del T1<br />

(fertilizado) y del T11 (sin fertilizar) 101<br />

41. Cantidad de macroelementos (kg ha -1 ) en las raíces principales,<br />

las raíces gruesas, las raíces finas y el total de raíces, en el T1<br />

(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 103<br />

42. Cantidad de microelementos (kg ha -1 ) en las raíces del T1<br />

(fertilizado)y del T11 (sin fertilizar) 105<br />

43. Cantidad de macro y microelementos (kg ha -1 ) en el mantillo y<br />

coeficiente de variación (%) de la distribución espacial de los<br />

elementos nutritivos en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 107


44. Cantidad total (kg ha -1 ) de nitrógeno, fósforo y potasio, y<br />

proporción acumulada en cada componente de la biomasa del<br />

T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 110<br />

45. Cantidad total (kg ha -1 ) de calcio y magnesio, y proporción<br />

acumulada en cada componente de la biomasa del T1<br />

(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 111<br />

46. Contenidos de fósforo en la línea de plantación, a un metro de la<br />

línea de plantación y en el centro de la entrelínea (2 m), en el T1<br />

(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 117<br />

47. Cantidad de macro y microelementos en la biomasa, el mantillo y<br />

el suelo hasta 30 cm de profundidad (nitrógeno total, fósforo<br />

disponible, potasio, calcio y magnesio, extractable y reservas<br />

suministrables; hierro, manganeso, cobre, zinc y boro,<br />

exractable), en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 120<br />

48. Indice de Reserva de Vegetación de los macro y<br />

microelementos, según las reservas suministrables y la fracción<br />

extractable del suelo hasta los 30 cm de profundidad, en el T1<br />

(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 123


INDICE <strong>DE</strong> CUADROS<br />

Cuadro Nº Página<br />

1. Fertilizantes aplicados como fertilización base preplantación y<br />

superficie de las parcelas en cada tratamiento, incluido el<br />

control 21<br />

2. Fertilización aplicada en las parcelas de fertilización base preplantación<br />

y en el control (octubre de 1996) 23<br />

3. Fertilización con N, P y K en 2 subparcelas de cada grupo de<br />

subparcelas fertilizadas en octubre de 1996, ubicados en las<br />

parcelas de fertilización base y en el control (setiembre de<br />

1997) 24<br />

4. Fertilización aplicada en agosto de 1999 en una de las subparcelas<br />

fertilizadas en setiembre de 1997, ubicadas en las parcelas de<br />

fertilización pre-plantación con Roca Fosfórica Bifox, Cal y en el control 25<br />

5. Tratamientos evaluados en el presente estudio 27<br />

6. Métodos analíticos para material vegetal 31<br />

7. Clasificación de los tratamientos por crecimiento en DAP, según<br />

la prueba de diferencias significativas mínimas (DMS) 42<br />

8. Clasificación de los tratamientos por crecimiento en área basal,<br />

según la prueba de diferencias significativas mínimas (DMS) 43<br />

9. Clasificación de los tratamientos según el DAP medio de los 500<br />

árboles de mayor crecimiento, según la prueba de diferencias<br />

significativas mínimas (DMS) 45<br />

10. Clasificación de los tratamientos según el área basal por<br />

hectárea de los 500 árboles de mayor crecimiento, según la<br />

prueba de diferencias significativas mínimas (DMS)<br />

46


11. Clasificación de los tratamientos por crecimiento en volumen<br />

individual, según la prueba de diferencias significativas mínimas<br />

(DMS)<br />

12. Clasificación de los tratamientos por crecimiento en volumen<br />

medio individual, de los 500 árboles mayores según la prueba<br />

de diferencias significativas mínimas (DMS) 55<br />

13. Correlación entre la densidad básica media y la densidad básica<br />

a distintas alturas del árbol en el T1 (fertilizado) 58<br />

14. Correlación entre la densidad básica media y la densidad básica<br />

a distintas alturas del árbol en el T11 (sin fertilizar) 59<br />

15. Coeficiente de variación de la proporción de los componentes<br />

de la biomasa aérea en las clases diamétricas para cada tercio<br />

del árbol, en el T1 (fertilizado) y el T11(sin fertilizar) 63<br />

16. Coeficientes de correlación entre el DAP (cm), el DARV (cm),<br />

los componentes de la biomasa (kg arbol -1 ) y la biomasa aérea<br />

total (kg arbol -1 ) del T1 (fertilizado) 67<br />

17 Coeficientes de correlación entre el DAP (cm), el DARV (cm),<br />

los componentes de la biomasa (kg arbol -1 ) y la biomasa aérea<br />

total (kg arbol -1 ) del T11 (sin fertilizar) 67<br />

18. Coeficiente de variación (%) de la media mensual de la caída de<br />

hojarasca en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar). Período<br />

setiembre 1999 - agosto 2000 77<br />

19. Concentración de macroelementos en los componentes de la<br />

biomasa aérea del T1 (fertilizado) y del T11(sin fertilizar) 81<br />

20. Concentración de microelementos en los componentes de la<br />

biomasa aérea del T1 (fertilizado) y del T11 (sin fertilizar) 85<br />

21. Concentración de elementos nutritivos en las raíces, en el T1<br />

(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 87<br />

54


22. Concentración media de los microelementos (mg kg -1 ) en el<br />

mantillo, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 91<br />

22. Cantidades totales de microelementos (kg ha -1 ) y distribución en<br />

la biomasa del T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 113<br />

23. Valores de pH, carbono total y nitrógeno total del suelo al<br />

establecimiento de la plantación (1996) y al cuarto año de edad,<br />

en el T1(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 115<br />

24. Contenidos (mg kg -1 ) de fósforo, potasio, calcio, magnesio y<br />

aluminio del suelo durante la época establecimiento de la<br />

plantación (1996) y al cuarto año de crecimiento, en el T1<br />

(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 115<br />

25. Características químicas del suelo en la línea de plantación, al<br />

cuarto año de crecimiento, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar) 116<br />

26. Contenido (mg kg -1 ) de azufre, boro, hierro, manganeso, cobre<br />

y zinc en la línea de plantación, al cuarto año de crecimiento, en<br />

el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar)<br />

27. Reservas suministrables (mg kg -1 ) de fósforo, potasio, calcio y<br />

magnesio del suelo en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 118<br />

117


1 INTRODUCCIÓN<br />

La producción de madera con especies de crecimiento rápido está alcanzando un gran<br />

protagonismo, sobre todo en los países del hemisferio Sur. Así lo señala en estos países la<br />

presencia creciente del sector maderero en sus economías. La finalidad es complementar<br />

y sustituir maderas de bosques naturales en los mercados propios y mundiales. Sin<br />

embargo, las estrategias de los países para liderar los mercados dependerán, en gran<br />

parte, del desarrollo de tecnologías que transformen ventajas económicas comparativas en<br />

ventajas competitivas. Entre ellas se destaca la aplicación de una silvicultura que apunte a<br />

promover la productividad basada en un sistema sustentable.<br />

Las metas para lograr estos objetivos deben asegurar que la productividad y la calidad<br />

de sitio no disminuyan en las sucesivas rotaciones. Sin embargo, los sistemas<br />

productivos con especies de crecimiento rápido causan traslados importantes de<br />

elementos nutritivos desde el suelo a la biomasa, que en parte desaparecen del<br />

sistema con la madera extraída durante la cosecha . En rotaciones cortas la remoción<br />

de elementos nutritivos puede superar los aportes naturales que recibe el suelo, con lo<br />

cual, sin la adición de fertilizantes disminuye el estatus nutritivo del sitio y por<br />

consiguiente la producción rentable y sostenible de madera.<br />

Las mayores demandas nutricionales ocurren en la primera fase de crecimiento,<br />

desde la plantación al cierre de copas, donde predomina la formación de tejidos<br />

productores de clorofila. Sin embargo, el manejo nutricional debe continuar durante<br />

toda la rotación. En este contexto, las bases de la silvicultura exigen la integración de<br />

materiales mejorados con técnicas de establecimiento, manejo (podas y raleos),<br />

cosecha y uso de residuos, que permitan conservar o mejorar las condiciones físicas y<br />

químicas del suelo<br />

A su vez, en Chile, a pesar de que numerosas plantaciones presentan síntomas de<br />

deficiencias nutricionales, la intensificación de la fertilización está limitada por la<br />

carencia de una base experimental sólida, que permita un análisis con resultados<br />

ciertos y una proyección en el tiempo. La mayoría de la información se limita a la<br />

fertilización de establecimiento. Sin embargo, no se han publicado resultados de<br />

estudios nutricionales que permitan elaborar esquemas de manejo nutritivo,<br />

1


especialmente para la etapa en que culmina la primera fase de crecimiento (cierre de<br />

copas), donde se produciría la mayor demanda de elementos nutritivos desde el suelo<br />

mineral.<br />

Por su parte, Eucalyptus nitens (Dean et Maiden) Maiden, es la especie de mayor<br />

expansión en el sur de Chile (CELHAY et al., 1999). La mayor parte de las plantaciones<br />

se encuentran en las primeras fases de crecimiento, lo que acentúa la oportunidad de un<br />

estudio que permita cuantificar la demandas nutricionales para este período. Coincidente<br />

con ello, el Instituto de Silvicultura de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad<br />

Austral de Chile, junto con la empresa Pürstinger-Ludwig y Cía. Ltda., desarrollan desde<br />

1996 un ensayo de fertilización de E. nitens, en un suelo rojo arcilloso. Los esquemas de<br />

fertilización incluyen fósforo con diferente solubilidad, encalado, nitrógeno, potasio y<br />

micronutrientes aplicados en distintos períodos de la primera fase de crecimiento<br />

Respecto a lo anterior, entre los aspectos más importantes se destaca la necesidad de<br />

identificar las exigencias nutricionales de E. nitens, su relación con la oferta nutritiva del<br />

suelo sobre la base de diferentes esquemas de fertilización, el estado nutritivo de las<br />

plantaciones y las características de arraigamiento de la especie. Al respecto, un estudio<br />

de biomasa posibilita relacionar el crecimiento con los requerimientos nutricionales,<br />

interpretar la evolución del ciclo bioquímico a partir del análisis de los componentes de la<br />

biomasa (hojas, ramas, corteza, madera y raíces) y del ciclo biogeoquímico en la fase de<br />

crecimiento con mayor demanda de elementos nutritivos desde el suelo.<br />

Con relación a lo expuesto, es esencial evaluar, al finalizar la primera fase de<br />

crecimiento, el efecto de las alternativas de manejo nutricional planteadas al inicio de la<br />

experiencia, con el fin de dar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿la fertilización<br />

combinando fósforo de distinta solubilidad y cal con fósforo responden mejor a los<br />

requerimientos de E. nitens que la aplicación de fósforo soluble solo?, ¿E. nitens<br />

desmejora las condiciones del suelo si no se fertiliza en la primera fase de<br />

crecimiento?, ¿la fertilización afecta la densidad básica de la madera? ¿ E. nitens es<br />

una especie de alta demanda de elementos nutritivos? ¿el fósforo es el único elemento<br />

deficiente para el crecimiento de E.nitens en los suelos rojo arcillosos?. En este<br />

sentido, con el presente estudio se pretende identificar el esquema de manejo<br />

nutricional que brinde mejor respuesta a las demandas de E. nitens considerando el<br />

2


impacto sobre los niveles nutricionales del suelo, el cual resulta una herramienta<br />

esencial en la producción sustentable de madera. Así, los objetivos desarrollados en el<br />

estudio fueron los siguientes:<br />

General<br />

- Evaluar opciones de manejo nutritivo en E. nitens sobre un suelo rojo arcilloso y sus<br />

efectos en la etapa de cierre de copas<br />

Específicos<br />

- Comparar el rendimiento de E. nitens con diferentes esquemas de fertilización.<br />

- Caracterizar el suelo y establecer sus reservas nutritivas.<br />

- Identificar el arraigamiento de E. nitens en un suelo rojo arcilloso.<br />

- Deducir la demanda nutritiva de E. nitens en la etapa de cierre de copas con<br />

diferentes esquemas de fertilización.<br />

- Relacionar la densidad básica de la madera con los esquemas de fertilización.<br />

- Evaluar el balance nutritivo al cierre de copas.<br />

3


2 REVISION BIBLIOGRÁFICA<br />

2.1 CARACTERIZACIÓN <strong>DE</strong> Eucalyptus nitens MAI<strong>DE</strong>N.<br />

Eucalyptus nitens, conocido en su zona de origen como “shining gum”, se ubica<br />

taxonómicamente dentro del subgénero Symphyomyrtus, el cual agrupa a la mayoría<br />

de las especies de Eucalyptus utilizadas en plantaciones industriales en el mundo<br />

(Turnbull et al., 1993). La especie crece en forma natural en zonas montañosas del<br />

sudeste de Australia entre los 30 y 38º S, con un rango de altitud entre 600 m s.n.m.<br />

en Victoria y 1500 m s.n.m. en New South Wales. En las zonas más bajas forma<br />

bosques extensos, que se transforman en rodales aislados en zonas de relieve mas<br />

elevado (Hillis y Brown, 1978).<br />

El clima del área de distribución de E. nitens es templado de altura, con abundantes<br />

heladas y presencia de nieve. Las temperaturas medias, que en verano oscilan entre<br />

21 y 26º C, en invierno disminuyen a –5 y 2º C. Las lluvias anuales varían entre los<br />

750 y 1750 mm (Purnell y Lunquist, 1986).<br />

Los mejores crecimientos de E. nitens se han detectado en suelos arcillosos bien<br />

drenados y profundos y en suelos francos. No obstante en el área de dispersión crece<br />

en una gran variedad de condiciones edáficas (Hillis y Brown, 1978)<br />

Entre los atributos favorables de la especie, se reconocen: crecimiento inicial rápido,<br />

tolerancia alta a las heladas, tolerancia al manejo de las plantas a raíz libre en vivero,<br />

aparente inmunidad al daño producido por roedores y capacidad de rebrotar. A su vez,<br />

la principal desventaja es la producción tardía de semilla (Frederick et al., 1984).<br />

En Australia, particularmente en Tasmania, E. nitens es la especie latifoliada más<br />

plantada, debido a su alta tasa de crecimiento (Turnbull et al., 1997). Las plantaciones<br />

se ubican casi exclusivamente en sitios sobre los 300 m de altitud (Cromer, 1996).<br />

Aunque en menor escala, E. nitens también se planta en Sudáfrica, los criterios de<br />

crecimiento óptimo utilizados, son: profundidad efectiva de raíces mayor a 75 cm,<br />

4


precipitaciones anuales mayores a 900 mm y temperatura media anual entre 13,5 y 15<br />

º C (Herbert, 1996).<br />

En Chile, debido a la tolerancia al frío y al buen crecimiento, E. nitens se planta en<br />

forma intensiva desde fines de la década anterior, sobre todo entre las Regiones VIII y<br />

X (Jayawickrama et al., 1993; Celhay et al., 1999). Se estima una superficie plantada<br />

de alrededor de 100.000 ha (Paz y Perez, 1999). Hasta el presente, las plantaciones<br />

de E. nitens se manejan con objetivos de producción de madera para la fabricación de<br />

pulpa (Espinoza et al., 1999). Sin embargo, en el madiano plazo, la especie aparece<br />

atractiva para la producción de madera noble, como sustituta de latifoliadas del bosque<br />

natural y de Eucalyptus globulus (Celhay et al., 1999).<br />

2.2 ESTUDIOS NUTRICIONALES EN <strong>CHILE</strong><br />

A pesar que numerosas plantaciones presentan síntomas de deficiencias<br />

nutricionales (Carrasco et al., 1998), la intensificación de la fertilización en Chile está<br />

limitada por la carencia de una base experimental sólida, que permita un análisis con<br />

resultados ciertos y una proyección en el tiempo (Alvarez et al., 1998). Con relación a<br />

ello, estos autores iniciaron estudios en Pinus. radiata D. Don, relacionando<br />

productividad, componentes de biomasa y contenidos de elementos nutritivos, a partir<br />

del período de establecimiento de las plantaciones.<br />

Por su parte, en Eucalyptus sp., de acuerdo con Toro (1995), la fertilización en Chile<br />

es más generalizada, aunque muy variable y se usan mezclas de nitrógeno, fósforo,<br />

potasio, azufre, magnesio y boro, con dosis de 70 a 350 g por planta. Esta gran<br />

variación refleja modalidades específicas de las empresas mas que estimaciones de<br />

requerimientos nutricionales de las especies. También se han iniciado experiencias con<br />

fertilizantes líquidos en plantaciones de E. globulus (Fuentes y Rebolledo, 1999).<br />

Sin embargo, no se han publicado resultados de estudios nutricionales que<br />

relacionen productividad con el contenido de elementos nutritivos en la biomasa y la<br />

oferta nutritiva del suelo. Al respecto, según Prado y Toro (1996) la corrección de<br />

deficiencias nutricionales en plantaciones de Eucalyptus sp. no es usual en Chile.<br />

5


2.3 CARACTERÍSTICAS <strong>DE</strong> LOS SUELOS ROJO ARCILLOSOS.<br />

De acuerdo con la caracterización realizada por Besoain (1985) y Schlatter et al.<br />

(1995), los suelos rojos arcillosos se formaron a partir de cenizas volcánicas antiguas,<br />

a veces mezcladas con otros materiales. En la zona sur es frecuente encontrarlos<br />

sobre morrenas glaciales, areniscas y rocas metamórficas. La textura es franco-<br />

arcillosa a arcillosa, con densidad aparente de media a alta. Son suelos de profundidad<br />

moderada a profunda, la cual está asociada, conjuntamente con el drenaje interno, a<br />

las características del relieve. El drenaje interno es más restringido en los terrenos de<br />

menos pendiente, como los llanos bajos y las planicies en las cumbres.<br />

Entre las limitantes de los suelos rojo arcillosos se destaca los bajos niveles de<br />

fertilidad (Bonelli y Schlatter, 1995; Schlatter y Gerding, 1998). Se caracterizan por una<br />

baja disponibilidad de fósforo, agravada por la fijación que producen niveles altos de<br />

aluminio intercambiable y extractable. Este efecto negativo puede ser mitigado<br />

incorporando fuentes solubles de fósforo en forma fraccionada, incorporando fuentes<br />

de fósforo menos solubles, o combinando ambas fuentes (Hunter y Hunter, 1991,<br />

Barros y Novais, 1996). Asimismo, en general los niveles de elementos esenciales<br />

como nitrógeno, potasio y boro son bajos (Schlatter et al., 1995).<br />

2.4 PRODUCTIVIDAD CON ESPECIES <strong>DE</strong> CRECIMIENTO RÁPIDO.<br />

La notable expansión mundial de las plantaciones con especies de crecimiento<br />

rápido, como los Eucalyptus sp., responde a características particulares en cuanto a<br />

tasa de crecimiento, adaptabilidad a diversos sitios y capacidad de rebrotar. Estas<br />

características permiten, mediante una silvicultura intensiva, satisfacer una amplia<br />

gama de demandas del mercado (leña, pulpa, postes, tableros, chapas y madera<br />

aserrada) en turnos cortos de aprovechamiento (Attiwill y Adams, 1996).<br />

Sin embargo, los sistemas productivos intensivos de madera producen traslados<br />

importantes de elementos nutritivos desde el suelo a la biomasa, que en parte<br />

desaparecen del ecosistema con la madera extraída durante la cosecha (Wise y<br />

Pitman, 1981; Drumond et al., 1997). En rotaciones cortas la remoción de elementos<br />

6


nutritivos puede superar los aportes naturales que recibe el suelo, con lo cual, sin la<br />

adición de fertilizantes disminuye el estatus nutritivo del sitio (Judd, 1996; Wang y<br />

Zhou, 1996; Gonçalvez y Barros, 1998), y, por consiguiente, la producción rentable y<br />

sostenible de madera.<br />

Por otra parte, debido a la velocidad alta de crecimiento de los Eucalyptus sp., las<br />

fases de crecimiento se completan en períodos cortos de tiempo, a expensas de un<br />

mayor consumo de elementos nutritivos del suelo (Rodriguez et al., 1984; Grove et al.,<br />

1996).<br />

Las mayores demandas ocurren en la primera fase, donde en la biomasa predomina<br />

la formación de tejidos productores de clorofila (Negy y Sharma, 1996). Al inicio del<br />

crecimiento prevalecen las exigencias de fósforo y nitrógeno (Cromer et al, 1981,<br />

Kriedeman y Cromer, 1996). A su vez, al aumentar el volumen de biomasa foliar crecen<br />

las demandas de potasio y magnesio (Rodriguez et al. 1984; Bellote y Ferreira, 1995).<br />

Por su parte, en la segunda fase de crecimiento, cuando aumenta la formación de<br />

madera y corteza, aumenta el consumo de calcio (Gosz, 1984; Pereira et al., 1989 y<br />

1996). Es decir, elementos nutritivos más demandados en la primera fase pueden ser<br />

cubiertos con menores cantidades en fases posteriores y viceversa (Turner y Lambert,<br />

1983; Miller, 1984).<br />

Al respecto, de acuerdo a lo señalado por Toro (1995), el manejo nutricional de las<br />

plantaciones no finaliza en la etapa de establecimiento, por el contrario, debe continuar<br />

durante toda la rotación. En este contexto, la silvicultura exige la integración de<br />

materiales mejorados con técnicas de establecimiento, manejo y cosecha de madera<br />

que conserven o mejoren los recursos físicos y químicos del suelo (Herbert y<br />

Robertson, 1991). Un seguimiento nutricional a lo largo de la rotación combinado con<br />

control de malezas, esquemas de manejo (podas y raleos) y uso de residuos, son las<br />

bases de una silvicultura integral (Alvarez y Sandoval, 1999). El manejo nutricional<br />

debería finalizar con una adecuada planificación de la cosecha para evitar un deterioro<br />

irreversible del recurso, el cual es esencial para mantener la sostenibilidad del sistema<br />

en las sucesivas rotaciones (Toro, 1995).<br />

7


Entre los factores que más aportan a una producción sustentable con especies de<br />

crecimiento rápido, se destaca la estimación del manejo del balance nutricional del<br />

sistema. Para ello se debe determinar las exigencias de las especies en las fases del<br />

crecimiento, la oferta del sitio (desde los horizontes orgánicos y minerales), el éxodo de<br />

elementos en la extracción de madera y las pérdidas en los cambios de rotación<br />

(Raison, et al., 1982; Bowen y Nambiar, 1984; Jorgensen y Wells, 1986; Melo et al.,<br />

1995; Silva et al.,1998).<br />

El balance nutricional depende de la interacción de la especie en cuestión con<br />

factores del suelo, del clima y del manejo silvicultural (Gerding y Schlatter, 1998;<br />

Schumacher, 1998). También la estabilidad nutritiva del sitio es un aporte importante<br />

para estimar la oferta del suelo en el mediano y largo plazo (Melo et al., 1995; Gerding<br />

y Schlatter, 1998).<br />

Las metas generales para lograr estos objetivos deben asegurar que la<br />

productividad y la calidad de sitio no disminuyan en las sucesivas rotaciones (Nambiar,<br />

1995). En este sentido, el conocimiento de las características nutricionales de las<br />

especies y la cuantificación de los requerimientos en las distintas etapas de<br />

crecimiento son un aporte importante para el desarrollo de un manejo silvícola<br />

sustentable. Al respecto, muchos sitios con segunda o tercera rotación muestran<br />

mermas importantes de productividad debido a prácticas inapropiadas de este manejo<br />

(Will, 1984; Toro et al., 1998).<br />

2.5 REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES <strong>DE</strong> Eucalyptus sp.<br />

2.5.1 Fertilización al establecimiento de la plantación.<br />

La necesidad de fertilizar al establecimiento de la plantación se debe a que, en<br />

general, el suelo no tiene la capacidad de proveer en forma continua todos los<br />

elementos nutritivos requeridos para un crecimiento adecuado. Incluso, según los<br />

requerimientos de la especie, la humedad del suelo, la disponibilidad de elementos<br />

nutritivos y los objetivos silviculturales, aún en los suelos más fértiles es posible<br />

incrementar el crecimiento por medio de la fertilización (Gonçalvez y Barros, 1998).<br />

8


Cuando los factores relacionados a clima, física del suelo, agua disponible, calidad<br />

de planta y competencia de malezas, se acercan a las condiciones óptimas para el<br />

crecimiento, la adición de elementos nutritivos se convierte en el medio más directo<br />

para potenciar y mantener la productividad desde el inicio de las plantaciones. Según<br />

lo señalado por Schönau (1984) y Peñaloza (1997), la forma más común de elevar o<br />

restablecer la productividad de un sitio es a través de la fertilización.<br />

Los elementos nutritivos considerados esenciales para el crecimiento de las plantas<br />

suman alrededor de 16 (Rodríguez, 1993). Sin embargo, las mayores demandas en el<br />

establecimiento de las plantaciones se concentran en unos pocos elementos. Las<br />

respuestas son generalizadas a la adición de fósforo y en menor proporción al<br />

nitrógeno; aunque la mayoría de las veces se produce una acción sinérgica a la<br />

incorporación en conjunto (Will y Hodgkiss, 1977; Cromer et al., 1981; Mead, 1990;<br />

Allen y Colbert, 1998; Aparicio et al., 1999). Con respecto al potasio, en general las<br />

demandas ocurren cuando aumenta el crecimiento en biomasa (Bellote y Ferreira,<br />

1995), las mayores respuestas se verifican en suelos con varios turnos de cosecha,<br />

efectos similares también se han detectado con el calcio (Gonçalvez y Barros, 1998).<br />

De acuerdo con lo determinado por Barros y Novais (1996) en rotaciones de E.<br />

grandis de 8 años de edad, la acumulación de calcio en la biomasa puede alcanzar<br />

hasta 770 kg ha -1 . Como consecuencia, en suelos con bajos niveles de calcio<br />

intercambiable, la concentración en el suelo puede aproximarse a cero para el período<br />

de cosecha de la madera. De hecho, en estos suelos se han detectado hasta un 20%<br />

de incremento en volumen de fuste con la aplicación de cal, principalmente en suelos<br />

con más de una rotación de Eucalyptus sp. Con relación al nitrógeno y al potasio, las<br />

concentraciones en la biomasa alcanzan hasta 1300 y 700 kg ha -1 respectivamente, sin<br />

embargo, estos elementos nutritivos, en conjunto con el fósforo, son incluidos en todos<br />

los programas de fertilización de Eucalyptus sp.<br />

A su vez, las deficiencias de microelementos más frecuentes son de boro y en<br />

menor medida de zinc (Ballard, 1978; Mead 1990; Olykan et al., 1995; Toro, 1995;<br />

Gonçalvez y Barros, 1998), aunque en suelos fertilizados con dosis altas de nitrógeno y<br />

de fósforo se ha detectado deficiencia de cobre, cuando el suelo tiene niveles bajos del<br />

microelemento (Turnbull et al., 1994).<br />

9


2.5.2 Estrategias de fertilización<br />

La capacidad de entrega de elementos nutritivos desde el suelo debe coincidir con<br />

las demandas nutricionales de los árboles. Para ello, es recomendable dividir las dosis<br />

de fertilizante, parte se puede incorporar cuando se realiza la plantación y el resto en<br />

una o varias aplicaciones, antes del cierre de las copas (Gonçalvez y Barros, 1998).<br />

Por otra parte, esta forma de adicionar el fertilizante reduce las pérdidas de elementos<br />

nutritivos por volatilización, lixiviación, inmovilización y erosión.<br />

Para la adición del nitrógeno y del potasio, Gonçalvez y Barros (1998) recomiendan<br />

aplicar entre un 20% y un 40% de la dosis cuando se realiza la plantación y el 60-80%<br />

restante en 2 a 4 aplicaciones, con preferencia en el primer período de crecimiento,<br />

durante la expansión del área foliar.<br />

Con relación a los requerimientos altos de fósforo en la primera fase de crecimiento,<br />

una estrategia para mejorar la eficiencia de la aplicación, principalmente en suelos con<br />

alta capacidad de fijación del elemento, puede ser la combinación de fuentes solubles<br />

en agua con fuentes de liberación más lenta, como las rocas fosfóricas. Estas pueden<br />

suministrar fósforo por un período que se prolonga mas allá de la fase de<br />

establecimiento. Al respecto, en Brasil se comparó en E. grandis la adición de una<br />

fuente soluble sola y combinada con roca fosfórica y el crecimiento en volumen a los 5<br />

años de edad fue de 97 y 182 m 3 ha -1 respectivamente (Gonçalvez y Barros, 1998).<br />

Por su parte, resultados preliminares publicados por Gerding et al. (1999) de la<br />

experiencia que motiva el presente estudio, señalaron mayor crecimiento en aquellos<br />

tratamientos fertilizados con fuentes de fósforo de liberación lenta, aunque el<br />

crecimiento de E. nitens se relacionó directamente con la solubilidad de la fuente de<br />

fósforo aplicada en la fertilización base. A su vez, la respuesta importante a la<br />

fertilización en el segundo período, de aquellos árboles que no recibieron fósforo como<br />

fertilización base, permitió detectar que los árboles crecen con deficiencias<br />

nutricionales cuando no reciben una adición de fósforo inicial. Por otro lado, en<br />

aquellos árboles que sólo recibieron fósforo posplantación, la fertilización al segundo<br />

año mejoró en forma significativa el crecimiento, exhibiendo mayor eficiencia en el<br />

10


aprovechamiento del fósforo al subdividir las dosis cuando se aplican fuentes solubles<br />

en agua.<br />

Con relación a la respuesta a la aplicación de cal, de acuerdo a lo señalado por<br />

Gerding et al. (1999), habría mejorado el régimen nutricional del suelo pero no mostró<br />

un efecto significativo en el crecimiento de E. nitens. Los resultados coinciden con lo<br />

concluido por Schönau (1977), Herbert (1983) y Romeny (1997), en cuanto a que con<br />

especies tolerantes a la acidez, como la mayoría de los Eucalyptus, no se justifica la<br />

aplicación de cal para corregir la acidez y neutralizar el exceso de aluminio en el suelo.<br />

Sin embargo, Pereira et al. (1996) señalaron que las cantidades de calcio<br />

acumuladas en la biomasa y en el mantillo de E. globulus pueden superar entre dos y<br />

cuatro veces al calcio intercambiable de los primeros 70 cm de suelos de baja<br />

fertilidad. En consecuencia, al final de la rotación la extracción de calcio del suelo<br />

puede resultar mayor a los aportes provenientes de las precipitaciones, la<br />

meteorización del suelo y la mineralización del mantillo. En este sentido,<br />

comparativamente con otros bioelementos como el nitrógeno y el fósforo, los<br />

requerimientos y la movilización del calcio en el ciclo biogeoquímico de los Eucalyptus<br />

sp. han sido menos evaluados (Turner y Lambert, 1996).<br />

2.6 RELACIÓN ENTRE PRODUCTIVIDAD Y BIOMASA<br />

La forma corriente de evaluar las exigencias nutricionales, en especies de<br />

crecimiento rápido, es a través de la respuesta productiva a la adición de fertilizantes al<br />

establecimiento de la plantación (Flinn et al. 1979; Ballard, 1984; Schönau, 1984;<br />

Neilsen, 1996). Sin embargo, es poco conocido el impacto nutricional de la silvicultura<br />

intensiva de rotaciones cortas (Herbert y Robertson, 1991; Knight y Nicholas, 1996), el<br />

cual puede ser muy variable, según las características de fertilidad de cada sitio (Wise<br />

y Pitman, 1981; Turnbull et al., 1994).<br />

Estudios que integren productividad y biomasa (producción de materia seca)<br />

otorgan bases más sólidas para interpretar las exigencias nutricionales de las especies<br />

en las fases de crecimiento y su relación con el sitio (Ferreira et al.,1984; Judd, 1996a;<br />

11


Turner y Lambert, 1996). Ello posibilita ajustar para cada especie, en cada sitio y en<br />

cada período de crecimiento, los elementos nutritivos demandados por cada unidad de<br />

madera producida (Poggiani et al., 1983; Herbert, 1996; Barros y Novais, 1996;<br />

Scatolini et al., 1998). A su vez, al cuantificar la biomasa y los elementos nutritivos en<br />

los componentes (hojas, ramas, madera, raíces) permite reconocer el rol de cada uno<br />

en la acumulación y en la transferencia de bioelementos entre componentes, de<br />

importancia vital para relacionar los ciclos bioquímicos y biogeoquímicos (Cromer,<br />

1984; Khanna y Ulrich, 1984; Melo et al., 1995; Barros et al., 1995; Albaugh et al.,<br />

1998).<br />

Comparativamente con otras especies arbóreas, se atribuye a Eucalyptus sp. mayor<br />

eficiencia para regular la tasa de crecimiento, mayor aprovechamiento de los<br />

elementos nutritivos dentro de los tejidos a través del ciclo bioquímico y mayor<br />

retención de elementos nutritivos en el árbol. Según Grove et al. (1996), la mayor<br />

capacidad de Eucalyptus sp. en la utilización de elementos nutritivos obedece a un<br />

eficiente mecanismo de transferencia de elementos móviles desde tejidos seniles a<br />

tejidos nuevos.<br />

El mayor aporte del ciclo bioquímico de Eucalyptus sp. es la transferencia de<br />

elementos nutritivos durante la transformación de la corteza, y de la albura en duramen<br />

(Silva et al., 1998). En estos procesos, a diferencia de lo que ocurre en las hojas, se<br />

produce un movimiento radial de elementos nutritivos poco móviles, como el calcio,<br />

hacia los tejidos de crecimiento. Asimismo, durante la formación de duramen los<br />

Eucalyptus sp. son especialmente eficientes en la transferencia de fósforo (Grove et<br />

al., 1996). Las concentraciones de calcio también son menores en el duramen, aunque<br />

en la corteza se concentra más calcio en Eucalyptus sp. que en otras especies. Estas<br />

variaciones evidencian la necesidad de cuantificar la proporción albura-duramen en las<br />

evaluaciones de distribución de elementos nutritivos en los estudios de biomasa (Silva<br />

et al., 1998).<br />

Sin embargo, la eficiencia en la utilización de elementos nutritivos puede ser muy<br />

variable entre especies de Eucalyptus sp. En este sentido, en un estudio realizado en<br />

Brasil en plantaciones de 8 años de edad, Morais et al. (1990), citados por Barros y<br />

Novais (1996), determinaron que E. cloezina fue más eficiente que E. grandis, E.<br />

12


saligna y E. citriodora en la utilización de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio<br />

para producir biomasa del fuste. A su vez, E. citriodora fue el menos eficiente en la<br />

utilización de nitrógeno y potasio. En tanto que E. grandis y E. saligna mostraron baja<br />

eficiencia en la utilización de calcio. Con relación al calcio acumulado, en general es<br />

muy variable entre especies. No obstante las especies que descortezan<br />

periódicamente almacenan cantidades altas de calcio, acumulando la mayor parte en la<br />

corteza (Judd et al., 1996a).<br />

La eficiencia del uso de nitrógeno y de fósforo en Eucalyptus sp. de crecimiento<br />

rápido se explica en parte por la capacidad ilimitada de formar primordios foliares a<br />

partir de los meristemas apicales y axilares, provocando un desarrollo indefinido y<br />

oportunista del follaje, cuando las condiciones ambientales y de sitio lo permiten. Al<br />

respecto, Kriedmann y Cromer (1996) evaluaron la respuesta de E. grandis a la adición<br />

de nitrógeno y fósforo a través del desarrollo del índice de área foliar (síntesis de la<br />

densidad y la distribución espacial del área foliar). A los 16 meses el índice de área<br />

foliar de los árboles fertilizados superó en un 500% al índice de los árboles no<br />

fertilizados. A su vez, al comparar el crecimiento en biomasa, los árboles fertilizados<br />

(11,5 t ha -1 ) superaron en un 1750 % al crecimiento de los árboles sin fertilizar (0,62<br />

t/ha -1 ).<br />

Birk y Turner (1992) 1 , citados por Grove et al. (1996), evaluaron en E. grandis de 9,5<br />

años de edad, el efecto de la adición de nitrógeno y de fósforo en el crecimiento de los<br />

componentes de la biomasa y la cantidad de elementos nutritivos acumulados en cada<br />

componente, con relación a un control (sin fertilizar). La biomasa total aumentó un 46%<br />

con la adición de los elementos nutritivos, acumulando un 35% más de nitrógeno y un<br />

138% más de fósforo respecto al control. Por su parte, la producción de madera (albura<br />

más duramen) representó aproximadamente un 72% en la biomasa de ambos<br />

tratamientos, aunque la proporción de albura fue un poco menor en la biomasa con<br />

adición de elementos nutritivos.<br />

Por otra parte, el follaje en los árboles fertilizados aumentó un 60% más que en el<br />

control, acumulando 70% más de nitrógeno y 150% más de fósforo. A su vez, la<br />

1 BIRK,E.M.y J. TURNER. 1992. Response of flooded gum (E. grandis) to intensive cultural<br />

treatments: biomass and nutrient content of eucalypt plantations and native forests.<br />

Forest Ecology and Management 47: 1-28.<br />

13


iomasa de las ramas fue un 76% superior, con 37% más de nitrógeno y 285% más de<br />

fósforo. En este sentido, en las ramas se concentró más fósforo que en la albura y el<br />

duramen en conjunto.<br />

En cuanto a la corteza, ésta aumentó un 36% (8 t ha -1 ) en los árboles fertilizados,<br />

acumulando un 53% más de nitrógeno y 96% más de fósforo. En este aspecto, la<br />

corteza resultó un componente importante en el almacenamiento de elementos<br />

nutrtitivos, ya que acumuló más nitrógeno que la albura y la misma cantidad de fósforo<br />

que el conjunto de albura y duramen. En consecuencia, un sistema de<br />

aprovechamiento de madera sin descortezado en el terreno representa un éxodo<br />

importante de elementos nutritivos, incluyendo el alto contenido de calcio que<br />

caracteriza a la corteza de Eucalyptus sp. (Fölster y Khanna, 1997; Gonçalves y<br />

Barros, 1998)<br />

Con respecto a la albura en los árboles fertilizados, según lo informado por Grove et<br />

al., 1996, se observó un aumento de un 33%, con un contenido similar de nitrógeno<br />

que los no fertilizados y un 87% más de fósforo. Sin embargo, lo más destacable fue la<br />

relación de elementos nutritivos entre albura y duramen, mostrando la eficiencia de los<br />

Eucalyptus sp. para la transferencia de fósforo entre estos componentes. En este<br />

sentido, el contenido de fósforo del duramen representó un 5% y un 8% del contenido<br />

de fósforo de la albura, en los Eucalyptus sp. fertilizados y sin fertilizar<br />

respectivamente.<br />

En experiencias realizadas en Brasil, Barros y Novais (1996) evaluaron los<br />

requerimientos nutricionales de E. grandis a partir de estudios de biomasa y contenidos<br />

de elementos nutritivos en rodales comerciales próximos a la edad de corta (8-10 años)<br />

Se relacionó la concentración de bioelementos para cada componente de la biomasa<br />

como “coeficiente de utilización de nutrientes” o CNU (kilogramo de biomasa por<br />

kilogramo de bioelemento). Con el CNU óptimo para cada bioelemento en el fuste o en<br />

la biomasa se determinó la cantidad de bioelemento requerido para alcanzar el<br />

crecimiento en volumen o en biomasa en sitios de distinta productividad. A partir de la<br />

expectativa de producción para cada sitio, se realizó un seguimiento para evaluar el<br />

estado nutricional de los rodales en diferentes edades y situaciones, de modo de definir<br />

14


las necesidades de fertilización en los primeros años de crecimiento con relación a una<br />

nutrición estandarizada para cada sitio (Scatolini et al., 1998).<br />

Con relación a la biomasa de raíces, comparativamente con la biomasa aérea, los<br />

estudios realizados son menores. Ladeira et al. (1998) en Brasil evaluaron la biomasa<br />

de tres Eucalyptus sp. de 7 años de edad. Las principales conclusiones referidas a la<br />

biomasa de raíces señalaron que en E. camaldulensis y en E. pellita, el sistema<br />

radicular representó un 33,6% de la biomasa total, mientras que en E. urophilla la<br />

proporción disminuyó al 25%.<br />

Mello et al. (1998) evaluaron en Brasil la distribución de raíces finas de materiales<br />

genéticos de E. grandis, concluyendo que la extensión de raíces finas es una<br />

característica intrínseca del genotipo, la cual está relacionada estrechamente con el<br />

comportamiento nutricional, potencial productivo y capacidad de adaptación a las<br />

condiciones de estrés ambiental. Más del 90% de las raíces finas de los materiales<br />

comparados tenían un milímetro ó menos. A su vez, la densidad de las raíces finas en<br />

el mantillo fue muy superior a la observada en el suelo mineral.<br />

Smethurst y Wang (1998) evaluaron a los 18 meses de edad de E. nitens el efecto<br />

de la fertilización con nitrógeno y fósforo sobre el crecimiento de las raíces finas en un<br />

suelo con alta fijación de fósforo. Se constató un incremento significativo en el<br />

crecimiento de las raíces finas. Al respecto, el fósforo proveniente de la fertilización<br />

lixivió al menos 300 mm desde el punto de aplicación, a pesar de las características<br />

fijadoras del suelo. Puesto que las raíces proliferan en esa zona fértil, la aplicación del<br />

fertilizante fue efectiva para mantener la disponibilidad de fósforo para E. nitens.<br />

Con respecto a los aportes de bioelementos al ciclo de nutrientes, la lluvia, el lavado<br />

del follaje y el lavado del fuste, según Negi y Shamara (1996) son unas de las<br />

principales fuentes. El aporte de las lluvias varía con las distancias a los centros<br />

industriales. Sin embargo el principal aporte de elementos nutritivos proviene del<br />

mantillo, su contenido varía con la producción de follaje y la concentración de los<br />

bioelementos. La mayor producción de mantillo ocurre en sitios fértiles con buenas<br />

condiciones de humedad y temperatura, que favorecen la actividad de los<br />

microorganismos que actúan en la descomposición de la hojarasca (Gosz, 1984).<br />

15


Parece que la producción de mantillo en Eucalyptus sp. está en función de la<br />

producción de hojas nuevas que aceleran la senescencia y caída de las hojas adultas.<br />

Este proceso en particular predomina en suelos fértiles y facilita la transferencia de<br />

elementos nutritivos hacia los tejidos jóvenes (Negi y Sharma, 1996).<br />

En Eucalyptus sp., emulando experiencias realizadas en Pinus sp. para detectar<br />

deficiencias nutricionales, se relacionó el crecimiento con la concentración de<br />

bioelementos en el follaje durante la estación de crecimiento. Sin embargo, en<br />

Eucalyptus sp. generalmente los mayores crecimientos se producen a expensas de<br />

una dilución de elementos nutritivos en estos tejidos (Boardman y Simpson, 1981;<br />

Frederick et al., 1986; Pereira et al., 1989; Neilsen, 1996; Cromer, 1996), sobre todo al<br />

aumentar la edad de la plantación (Judd et al., 1996a).<br />

Por otra parte en Sudáfrica, Schönau (1981) y Schönau y Herbert (1982)<br />

determinaron en ensayos de fertilización de E. grandis de 6 a 36 meses de edad que<br />

los niveles foliares de nitrógeno y de fósforo, y la relación de ambos bioelementos<br />

explicaron entre el 42 y el 74% la variación de crecimiento en altura. Sin embargo, los<br />

porcentajes disminuyeron cuando aumentó la edad de la plantación, concluyendo que<br />

las mejores respuestas se obtuvieron en la estación de crecimiento posterior al primer<br />

año de la plantación. No obstante, estos resultados señalaron la efectividad de la<br />

fertilización más que valores críticos de concentración de elementos nutritivos bajo los<br />

cuales puede reducirse el crecimiento (Herbert, 1996).<br />

Por consiguiente, la correlación no siempre permite un buen ajuste del crecimiento<br />

sobre la base de la concentración de bioelementos en las hojas nuevas. De acuerdo<br />

con van den Driessche (1984), la inclusión de hojas de diferente edad provee mejor<br />

información. Al respecto, estudios realizados por Powers (1983) y Correa (1991),<br />

señalaron mejor precisión del diagnóstico nutricional incluyendo en el análisis hojas del<br />

último año y del año anterior.<br />

2.7 FERTILIZACIÓN Y <strong>DE</strong>NSIDAD <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA<br />

En este aspecto, la bibliografía no brinda información concluyente. De acuerdo con<br />

Zobel (1992) cualquier efecto silvicultural puede modificar el modelo de crecimiento de<br />

16


un árbol. En términos de propiedades de la madera, los cambios producidos como<br />

respuesta de los árboles, no son previsibles. La única manera de conocerla es someter<br />

a los árboles a las condiciones de crecimiento que quieren evaluarse. Por lo general, el<br />

crecimiento adicional producido por la fertilización con nitrógeno en Pinus sp. de alta<br />

densidad, reduce la densidad de la madera (Zobel, 1992).<br />

Por su parte, Schönau y Boden (1981) detectaron una disminución ligera en la<br />

densidad de la madera de E. nitens cuando aumentó el tamaño del árbol. A su vez<br />

Barker (1978) reportó que la densidad de la madera es reducida por la fertilización,<br />

pero es más que compensada por el incremento de crecimiento en volumen. En tanto<br />

que Bevege (1984) señaló que, en general, la fertilización en Eucalyptus sp. no<br />

diminuye la densidad básica de la madera.<br />

2.8 REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES <strong>DE</strong> Eucalyptus nitens<br />

En una experiencia realizada por Frederick et al. (1986) en Nueva Zelandia, se<br />

estimó la acumulación de los principales elementos nutritivos en los componentes de<br />

la biomasa de E. nitens de 5 años de edad, con un ritmo de crecimiento de 30 t ha -1 .<br />

Durante los diez meses analizados la plantación acumuló casi 200 kg de calcio, 60 Kg<br />

de nitrógeno y de potasio, 12 kg de magnesio y 7,5 kg de fósforo. Un tercio del<br />

nitrógeno se almacenó en el follaje (productor de fotosíntesis) y un 20% en la madera;<br />

un 60% del potasio se almacenó en la madera y un 20% en la corteza; a su vez el<br />

calcio se acumuló principalmente en la corteza y las ramas con el 36% y el 33%<br />

respectivamente, por su parte el magnesio y el fósforo se distribuyeron en forma más<br />

uniforme entre los componentes de la biomasa. La madera acumuló cantidades<br />

importantes de nitrógeno y principalmente de potasio. Contrariamente, la cantidad de<br />

calcio almacenada fue mínima. Sin embargo, la acumulación de elementos nutrtitivos<br />

en las hojas, ramas y corteza, señala que gran parte vuelve al suelo a través de la<br />

hojarasca.<br />

En cuanto a la producción estacional de hojarasca durante el año. En el verano se<br />

produjo la máxima caída de hojas (90% del total de la hojarasca) con una disminución<br />

gradual hasta ser mínima al final del invierno. A su vez, las hojas caídas representaron<br />

17


el 77% del peso medio del follaje de la plantación, indicando un promedio de vida de<br />

las hojas entre 1 y 2 años (Frederick et al., 1986). Por su parte, el desprendimiento de<br />

ramas fue similar en todas las estaciones del año, excepto a fines de la primavera que<br />

concentró un cuarto de la caída total de ramas, no obstante la mayoría de las ramas<br />

secas permanecieron adheridas a los árboles sin formar parte de la hojarasca<br />

(Frederick et al., 1986).<br />

En general la cantidad de elementos nutritivos acumulados en el mantillo fue dos a<br />

cuatro veces superiores al aporte anual de la hojarasca. A excepción del potasio,<br />

donde las pérdidas por lixiviación hacen que la cantidad acumulada en el mantillo se<br />

asimile al aporte anual de la hojarasca (Frederick et al., 1986)<br />

Por otro lado, al comparar la cantidad de elementos nutritivos absorbidos por la<br />

biomasa durante la estación de crecimiento con la cantidad de bioelementos del<br />

mantillo, se detectó que el nitrógeno acumulado en el mantillo duplicó la cantidad de<br />

nitrógeno anual almacenada por la biomasa de la plantación, a su vez las cantidades<br />

de fósforo, calcio y magnesio fueron similares entre biomasa y mantillo, con contenidos<br />

levemente inferiores de calcio y magnesio en el mantillo. Sin embargo, la acumulación<br />

de potasio en la biomasa durante la estación de crecimiento fue cinco veces superior al<br />

potasio presente en el mantillo, caracterizando a E. nitens como una especie con<br />

aparentes demandas importantes de potasio para su crecimiento. No obstante, los<br />

resultados sólo marcan una tendencia, considerando que corresponden a un solo sitio<br />

y al período de una sola estación de crecimiento.<br />

Por su parte, Herbert (1996) comparó la producción de biomasa y la acumulación de<br />

elementos nutritivos en los componentes de biomasa de diez Eucalyptus sp. de 7 años<br />

de edad, en cinco sitios de Sudáfrica, incluyendo en el estudio a E. nitens. Al respecto,<br />

en promedio, la producción de biomasa de E. nitens superó las 200 t ha -1 , acumulando<br />

417 kg de nitrógeno, 34,5 kg de fósforo, 499 kg de potasio, 574 kg de calcio y 152 kg<br />

de magnesio, lo que representa la utilización de 2 kg de nitrógeno, 0,17 kg de fósforo,<br />

2,4 kg de potasio, 2,8 kg de calcio y 0,7 kg de magnesio por tonelada de biomasa<br />

producida. A su vez, la acumulación de bioelementos en los componentes de la<br />

biomasa y la proporción de bioelementos, considerando el árbol entero, fue uniforme<br />

entre todas las especies.<br />

18


Respecto a la concentración foliar de elementos nutritivos, evaluaciones realizadas<br />

por Judd et al. (1996a) en 26 plantaciones de E. nitens creciendo en un rango de sitios<br />

del norte de Tasmania y del este de Victoria permitieron determinar que la tasa<br />

nitrógeno:fósforo que mejor se relacionó con el crecimiento en diámetro se situó<br />

próxima a 15. Asimismo, Turnbull et al. (1994) determinaron en Tasmania importantes<br />

deformaciones en el fuste y en las ramas de plantas de E. nitens de 21 meses de edad,<br />

cuando la concentración foliar de cobre fue inferior a 1,4 mg kg -1 . El grado de<br />

malformación de las plantas se incrementó significativamente cuando aumentaron los<br />

niveles de fertilización de nitrógeno y de fósforo. Las deformaciones redujeron<br />

seriamente el valor comercial de la madera, inclusive para destino de las industrias de<br />

triturado.<br />

19


3.1 UBICACIÓN <strong>DE</strong>L ENSAYO<br />

3 MATERIAL Y MÉTODO<br />

El ensayo se instaló en el predio Pichimaule, propiedad de Pürstinger-Ludwig y Cía.<br />

Ltda., ubicado en la comuna de Fresia, provincia de Llanquihue, tal como se señala en<br />

la Figura 1. La altitud aproximada es de 200 m s.n.m.<br />

PREDIO PICHIMAULE<br />

(41º 01’ S – 73º 27’ )<br />

OCEANO PACIFICO<br />

Figura 1. Plano de ubicación del predio Pichimaule.<br />

El clima del sector corresponde al de costa occidental con influencia mediterránea<br />

de acuerdo a la clasificación de Köppen (Donoso, 1992). A su vez, Mella y Kühne<br />

(1985) señalan un régimen de temperaturas mésico. En este sentido, Schlatter et al.<br />

(1995) refieren una frecuencia de 20-30 heladas anuales, con un período libre de<br />

heladas en el año de 150-200 días y una temperatura mínima de -6 ºC. El régimen de<br />

humedad anual es moderado, con una precipitación de 1.600 a 2.000 mm anuales lo<br />

que marca un excedente para el consumo de la vegetación (índice de humedad anual,<br />

20


IHA= 2,5 - 3), no obstante, en verano aumenta la evapotranspiración, por lo cual el IHA<br />

disminuye a 0,5 - 0,8.<br />

El suelo corresponde a la serie Crucero, ubicada en una fisiografía de transición<br />

entre la Depresión Intermedia y la Cordillera de la Costa. El relieve presenta<br />

pendientes de 5 al 10%. El material parental pertenece a cenizas volcánicas antiguas,<br />

con textura arcillosa (Mella y Khüne, 1985). A través de reconocimientos con bastón<br />

pedológico y calicatas representativas se constató que el suelo es muy homogéneo en<br />

toda la superficie del ensayo 2 . Con anterioridad a la experiencia el predio se destinaba<br />

a ganadería extensiva con praderas naturales, aunque presenta un historial agrícola<br />

previo.<br />

3.2 CARACTERIZACION <strong>DE</strong>L ENSAYO<br />

3.2.1 Preparación del terreno<br />

Se inició en marzo de 1996 con aplicaciones de herbicidas en la totalidad de la<br />

superficie del ensayo (32,7 ha). Se utilizaron los siguientes productos comerciales:<br />

Garlón 4, Roundup, Gesatop, MCPA y Li 7.000. En mayo se subsoló a 50 cm de<br />

profundidad en las líneas de plantación.<br />

3.2.2 Fertilización base preplantación<br />

En junio de 1996, se establecieron tres áreas experimentales con fuentes de fósforo<br />

de baja solubilidad, un área experimental con encalado y un área experimental de<br />

control (sin fertilizar), tal como se detalla en el Cuadro 1 y en la Figura 2.<br />

Cuadro 1. Fertilizantes aplicados como fertilización base preplantación y superficie de<br />

las áreas experimentales en cada tratamiento, incluido el control.<br />

Fertilizante aplicado<br />

Dosis (kg ha -1 )<br />

Producto P Ca<br />

Superficie de<br />

aplicación (ha)<br />

Roca fosfórica Carolina del Norte 400 54 137 6,1<br />

Bifox 600 48 125 8,0<br />

Superfos 300 53 74 5,8<br />

Cal (Catamutún) 2.000 --- 760 4,2<br />

Control (Sin fertilizar) --- --- --- 8,6<br />

2 Comunicación personal del Profesor Víctor Gerding, Instituto de Silvicultura,<br />

Universidad Austral de Chile.<br />

21


N<br />

BIFOX<br />

CONTROL<br />

ROCA<br />

FOSFÓRICA<br />

CAL<br />

SUPERFOS<br />

0 500 m<br />

FERTILIZCIÓN PRODUCTO FÓSFORO<br />

BASE kg ha 1<br />

kg ha -1<br />

ROCA FOSFÓRICA 400 54<br />

CAROLINA <strong>DE</strong>L NORTE<br />

30,5 % P 2O 5<br />

BIFOX 18,5 % P 2O 5 600 48<br />

SUPERFOS 40 % P 2O5 300 53<br />

CAL CATAMUTÚN 2000 0<br />

>90 % CaCO 3<br />

CONTROL 0 0<br />

Aplicación preplantación,<br />

junio 1996.<br />

Figura 2. Plano del ensayo con la ubicación de los tratamientos de fertilización base<br />

preplantación (Predio Pichimaule).<br />

La cal se distribuyó al voleo en toda la superficie, el resto de los productos se<br />

aplicaron en una banda de 1,1 m de ancho sobre la línea de plantación y se<br />

incorporaron al suelo con rotocultivador hasta los 10 cm de profundidad.<br />

3.2.3 Plantación<br />

Se realizó en junio de 1996 a una densidad de 1.626 plantas ha -1 (4,1 m de distancia entre las<br />

líneas y 1,5 m entre plantas en la línea de plantación) con plantas producidas en contenedores.<br />

Se utilizó semilla proveniente de Macalyster (Victoria Central, Australia). Previo a la plantación las<br />

plantas se seleccionaron por altura (25-30 cm), diámetro de cuello (4 mm) y sin problemas<br />

sanitarios.<br />

3.2.4 Control de malezas posplantación<br />

Se realizó un control químico de malezas con Galant plus, Lontrel y Gesatop en octubre de<br />

1996. En los meses de enero y febrero de 1997 y 1998 las malezas se controlaron en forma<br />

manual.<br />

22


3.2.5 Fertilización posplantación<br />

En octubre de 1996, tanto en las áreas experimentales de fertilización base preplantación<br />

como en el área original del control, se aplicaron tratamientos de fertilización posplantación,<br />

incluido un control. Para ello, las áreas experimentales iniciales se subdividieron en 16 parcelas,<br />

las cuales se congregaron en cuatro grupos. Cada grupo de parcelas recibió una de las<br />

aplicaciones de fertilización señaladas en el Cuadro 2. Por su parte, en la Figura 3 se brinda en<br />

detalle la agrupación de las parcelas de fertilización posplantación y el control, en cada<br />

tratamiento de fertilización base y en el control preplantación.<br />

Cuadro 2. Fertilización aplicada en las áreas experimentales de fertilización base preplantación y<br />

en el control (octubre de 1996).<br />

Fertilizante<br />

Dosis<br />

g planta -1 kg ha -1<br />

N<br />

(kg ha -1 )<br />

P<br />

(kg ha -1 )<br />

K<br />

(kg ha -1 )<br />

NPK (20:25:5) + micronutrientes 135 219 44,0 24,1 9,0<br />

NPK (20:12:5) + micronutrientes 155 207 41,3 13,3 10,4<br />

N<br />

BIFOX<br />

NPK (20:25:5) 180 240 48,0 32,1 17,6<br />

Control (Sin fertilizar) 0 0 0 0 0<br />

ROCA FOSFÓRICA<br />

CONTROL<br />

CAL<br />

0 500 m<br />

SUPERFOS<br />

F E R T IL IZ A C IÓ N D O S IS<br />

E S T A B L E C IM IE N T O g /p lan ta<br />

NPK + m icroelem entos (20:25:5) 135<br />

NPK + m icroelem entos (20:12:5) 155<br />

NPK (20:12:5) 180<br />

Control<br />

T ti<br />

Aplicación posplantación<br />

Octubre 1996.<br />

Figura 3. Plano del ensayo con la ubicación de las parcelas de fertilización en cada tratamiento<br />

de fertilización base preplantación (Predio Pichimaule).<br />

El fertilizante se incorporó en dos bandas de 40 cm de largo, 5 cm de ancho y 5 cm de<br />

profundidad, a 5-10 cm de distancia de las plantas. Como fuente de nitrógeno se usó urea, como<br />

23<br />

0


fuente de fósforo se usó superfosfato triple y como fuente de potasio, sulfato de potasio. Los<br />

micronutrientes, aplicados fueron zinc y cobre como sulfatos y boro como boronatrocalcita.<br />

En setiembre de 1997, dos subparcelas de cada grupo de parcelas fertilizadas en octubre de<br />

1996 y en el grupo control, se fertilizaron con nitrógeno, fósforo y potasio, tal como se detalla en<br />

el Cuadro 3, las otras dos parcelas de cada grupo quedaron como control. Las dosis de<br />

fertilización se determinaron sobre la base del resultado de un análisis de la oferta de elementos<br />

nutritivos del suelo, de la fertilización previa y de la demanda esperada desde la plantación, en<br />

función del crecimiento cuantificado 3 .<br />

Cuadro 3. Fertilización con N, P y K en dos subparcelas de cada grupo de parcelas<br />

fertilizadas en octubre de 1996, ubicados en las áreas experimentales de fertilización<br />

base y en el control (setiembre de 1997)*.<br />

Fertilización base<br />

Preplantación<br />

Roca Fosfórica<br />

Carolina del Norte<br />

UREA<br />

(kg ha -1 )<br />

N<br />

(kg ha - )<br />

SFT**<br />

(kg ha -1 )<br />

P<br />

(kg ha -1 )<br />

KCl<br />

(kg ha -1 )<br />

K<br />

(kg ha -1 )<br />

100 45 240 48 20 10<br />

Bifox 100 45 240 48 20 10<br />

Superfos 100 45 96 19 20 10<br />

Cal (Catamutún) 100 45 480 96 20 10<br />

Control 100 45 480 96 20 10<br />

(*) La fertilización incluyó 4,8 kg ha -1 de B (boronatrocalcita), 1, 25 kg ha -1 de Cu y 1,15 kg ha -1 de Zn ( ambos como sulfatos) Los<br />

fertilizantes se aplicaron al voleo, en fajas junto a las hileras de árboles. (**) Superfosfato triple<br />

Por su parte, en la Figura 4 se destacan las dos subparcelas fertilizadas en 1997 en cada<br />

grupo de parcelas fertilizadas en octubre de 1996 y en el grupo control.<br />

3 Comunicación personal del Profesor Víctor Gerding, Instituto de Silvicultura,<br />

Universidad Austral de Chile.<br />

24


N<br />

BIFOX<br />

0 500 m<br />

ROCA FOSFÓRICA<br />

CONTROL<br />

CAL<br />

SUPERFOS<br />

FERTILIZACIÓN N P K<br />

1997 Kg ha -1 Kg ha -1 Kg ha -1<br />

Roca Fosfórica 45 48 10<br />

Carolina del Norte<br />

30,5 % P 2O 5<br />

Bifox 18,5 % P 2O 5<br />

Superfos 40 % P 2O 5<br />

Cal Catamutún<br />

>90 % CaCO 3<br />

Control<br />

45 48 10<br />

45 19 10<br />

45 96 10<br />

45 96 10<br />

Aplicación posplantación<br />

Setiembre 1997<br />

Aplicación posplantación<br />

Setiembre 1997<br />

Figura 4. Plano del ensayo con la ubicación de la subparcelas fertilizadas en setiembre de 1997<br />

en cada grupo de parcelas fertilizadas en octubre de 1996 y en el grupo control (Predio<br />

Pichimaule).<br />

En el mes de agosto de 1999 se realizó una nueva fertilización en las parcelas de fertilización<br />

base con Bifox, Roca Fosfórica Carolina del Norte, y en la parcela control. La fertilización<br />

consistió en aplicar dosis de nitrógeno y fósforo en una de las subparcelas fertilizadas en 1997,<br />

tal como se detalla en el Cuadro 4 y en la Figura 5. En la determinación de las dosis se<br />

utilizaron los mismos criterios que en la fertilización realizada en 1997.<br />

Cuadro 4. Fertilización aplicada en agosto de 1999 en una de las subparcelas fertilizadas en<br />

setiembre de 1997, ubicadas en las parcelas de fertilización preplantación con Roca Fosfórica<br />

Bifox, Cal y en el control.<br />

Tratamiento base Supernitro<br />

Preplantación<br />

(kg ha -1 N<br />

) (kg ha -1 Superfosfato triple<br />

)<br />

(kg ha -1 )<br />

Roca fosfórica Carolina del Norte 920 230 500 100<br />

P<br />

(kg ha -1 )<br />

Bifox 920 230 560 112<br />

Cal (Catamutún) ---- ---- 560 112<br />

Control (Sin fertilizar) 920 230 560 112<br />

25


N<br />

BIFOX<br />

ROCA FOSFÓRICA<br />

TESTIGO<br />

CAL<br />

SUPERFOS<br />

0 500 m<br />

FERTILIZACIÓN N P<br />

1999 kg ha -1<br />

kg ha -1<br />

FERTILIZACIÓN N P<br />

1999 kg ha -1<br />

kg ha -1<br />

Roca Fosfórica<br />

Carolina del Norte<br />

30,5 % P2O5 P2O5<br />

230 100<br />

Bifox 18,5 % P2O5 P2O5 230 100<br />

Superfos 40 % P2O5 P2O5 0 0<br />

Cal Catamutún<br />

>90 % CaCO3 CaCO3<br />

0 112<br />

Testigo 230 112<br />

Figura 5. Plano del ensayo con la ubicación de la fertilización aplicada en 1999 en cada<br />

tratamiento de fertilización base preplantación (Predio Pichimaule).<br />

3.3 TRATAMIENTOS EVALUADOS<br />

La combinación de la fertilización base preplantación realizada en cada parcela con<br />

las fertilizaciones realizadas en 1996, 1997 y 1999, posibilitó la formación de múltiples<br />

alternativas nutricionales (ANEXO 1). Con relación a ello, se seleccionaron para su<br />

evaluación en el presente estudio los tratamientos detallados en el Cuadro 5.<br />

La fertilización en preplantación con Bifox aporta fósforo de baja solubilidad en agua<br />

lo cual disminuye el fenómeno de fijación inicial rápido, propio de los suelos ácidos,<br />

favoreciendo el suministro de fósforo a mediano plazo. Al respecto, el esquema de<br />

fertilización con Bifox (fuente de fósforo a mediano plazo) y de superfosfato triple<br />

(fuente de fósforo soluble), favorece la continuidad del suministro de fósforo a lo largo<br />

de la rotación. Asimismo, la fuente de Bifox, aunque en cantidades bajas, aporta calcio<br />

al suelo (Cuadro 1).<br />

26


En cuanto a la aplicación de cal, su finalidad es neutralizar la acidez del suelo, con<br />

ello se disminuye la posible toxicidad producida por la actividad del aluminio, hierro y<br />

manganeso, y se aumentan los niveles de fósforo, potasio, calcio y magnesio del suelo.<br />

En este sentido, el esquema de fertilización con cal asociada a la fuente de fósforo<br />

soluble en agua es una práctica corriente en los cultivos y praderas que se realizan en<br />

la Región.<br />

Respecto al grupo de tratamientos evaluados sin fertilización preplantación (SFP),<br />

éste responde más a la práctica aplicada en forma habitual en las plantaciones de<br />

eucaliptos y pinos. Sin embargo, además de su finalidad como grupo de control,<br />

permite evaluar la respuesta a los fertilizantes solubles aplicados más en función de las<br />

demandas nurtricionales que como técnica operativa de plantación.<br />

Cuadro 5. Tratamientos evaluados en el presente estudio.<br />

Fertilización base<br />

Preplantación<br />

Bifox<br />

49 Kg ha -1 de P<br />

Cal<br />

760 kg ha -1 de<br />

Ca<br />

Control<br />

sin fertilización<br />

preplantación<br />

(SFP)<br />

Octubre 1996<br />

Kg ha -1<br />

36 N, 19,6 P, 5,6 K<br />

+ micronutrientes<br />

Fertilización posplantación<br />

Setiembre 1997<br />

Kg ha -1<br />

45 N, 48 P 10 K<br />

Agosto 1999<br />

Kg ha -1<br />

Tratamiento<br />

230 N + 100 P T1<br />

4,8 B, 1,25 Cu 1,15 Zn Sin fertilizar T2<br />

Sin fertilizar Sin fertilizar T3<br />

Sin fertilizar Sin fertilizar Sin fertilizar T4<br />

36 N, 19,6 P, 5,6 K<br />

45 N, 96 P, 10 K<br />

4,8 B, 1,25 Cu 1,15 Zn<br />

Sin fertilizar T5<br />

+ micronutrientes Sin fertilizar Sin fertilizar T6<br />

Sin fertilizar Sin fertilizar Sin fertilizar T7<br />

36 N, 19,6 P, 5,6 K<br />

+ micronutrientes<br />

45 N, 96 P, 10 K<br />

230 N + 112 P T8<br />

4,8 B, 1,25 Cu 1,15 Zn Sin fertilizar T9<br />

Sin fertilizar Sin fertilizar T10<br />

Sin fertilizar Sin fertilizar Sin fertilizar T11<br />

En la Figura 6 se puede observar el plano general del ensayo, donde se resalta la<br />

ubicación de los tratamientos evaluados en el presente estudio.<br />

27


BIFOX<br />

T3<br />

T2<br />

T1<br />

T11<br />

N<br />

T4<br />

T8<br />

T6<br />

CONTROL<br />

T5<br />

T7<br />

CAL<br />

T9<br />

T10<br />

0 500 m<br />

SIN FER T IL IZ AR<br />

FER T ILIZ AC IO N 1996<br />

FER T ILIZ AC IO N 1997<br />

FER TILIZ AC IO N 1999<br />

Figura 6. Plano del ensayo con la ubicación de los tratamientos evaluados en el<br />

presente estudio.<br />

3.4 DISEÑO EXPERIMENTAL, MEDICIÓN <strong>DE</strong> VARIABLES Y RECOLECCIÓN <strong>DE</strong><br />

MUESTRAS<br />

3.4.1 Diseño experimental<br />

La distribución de las unidades experimentales (U.E.) en el ensayo responde a un<br />

diseño dirigido en bloques (Figuras 2 a la 6). Con la elección del diseño se priorizó la<br />

inclusión de mayor cantidad de alternativas nutricionales en superficies que semejan el<br />

tamaño de un rodal, en detrimento de algunas condiciones básicas de la<br />

experimentación, como la repetición y la aleatorización 3 . Para ello, se realizó un control<br />

estricto de los componentes físicos y químicos de la fertilidad del suelo, la preparación<br />

del terreno y la competencia de malezas, consideradas las tres fuentes de mayor<br />

variación en ensayos de fertilización. En consecuencia, las posibles diferencias entre<br />

tratamientos deben atribuirse a un efecto de los fertilizantes más que a factores no<br />

controlados. No obstante, lo anterior se corroboró con evaluaciones de rendimiento en<br />

parcelas temporarias, que se ubicaron próximas a las U.E. evaluadas en el estudio.<br />

En cada tratamiento indicado en el Cuadro 5 se instalaron U.E. en forma de<br />

rectángulo de 28,7 x 42m, con una superficie de 1.205,4 m 2 . Cada U.E. estuvo<br />

compuesta por 150 árboles aproximadamente. A su vez, para incorporar al modelo de<br />

3 Comunicación personal del Profesor Víctor Gerding, Instituto de Silvicultura, Universidad Austral de Chile.<br />

28


evaluación la variabilidad no controlada en la determinación de las variables de<br />

crecimiento (estimación del error experimental), en cada U.E. se instalaron 4<br />

sub-unidades experimentales, las cuales se ubicaron en las líneas de plantación<br />

(Figura 7). Cada sub-unidad experimental estuvo conformada por 23 árboles, incluidos<br />

los árboles faltantes y árboles muertos.<br />

4,1 m<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ 28,7 ○ m○<br />

○ ○ ○ ○ Arbol de la U.E.<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Arbol de la Sub-unidad<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ experimental<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Arbol de borde<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ U.E. ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />

42 m<br />

1,5 m<br />

Figura 7. Ubicación de las subunidades experimentales en cada unidad experimental<br />

(U.E.).<br />

29


3.4.2 Medición de variables de rendimiento<br />

En cada sub-unidad experimental se medió con forcípula, en todos los árboles, el<br />

diámetro del fuste a 1,3 m del suelo (DAP). Con relación a la medición de la altura total,<br />

no se realizó con instrumentos de medición debido a que la alta densidad de plantación<br />

y la superposición de las copas no permitió identificar los ápices de los árboles. En<br />

forma alternativa, se midió la altura total de los árboles talados en el T1 y el T11 para la<br />

evaluación de biomasa. Se registraron árboles muertos y faltantes para la estimación<br />

de la sobrevivencia. También se registró la presencia de árboles bifurcados. Las<br />

mediciones se realizaron en el mes de abril del año 2000. El volumen se determinó a<br />

través de un programa computacional elaborado por la empresa Pürstinger-Ludwig y<br />

Cía. Ltda, con la base de datos de las plantaciones de E. nitens<br />

3.4.3 Muestras de biomasa aérea<br />

Se realizó en el T1 (fertilización base preplantación con Bifox más fertilización en<br />

1996, 1997 y 1999) y en el T11 (control sin fertilizar), se extrajeron 10 árboles por<br />

tratamiento. La selección de los árboles se realizó en cinco clases de tamaño,<br />

considerando el diámetro cuadrático medio (DMC) ± 1 y 2 desvíos estándar. Se extrajeron dos<br />

árboles de cada clase. Una vez talados los árboles, se midió el diámetro a la altura de la primera<br />

rama viva (DARV), luego los componentes de la copa se separaron en tercios: inferior, medio y<br />

superior (Figura 8).<br />

A continuación en el terreno se pesó en forma conjunta las ramas y las hojas de<br />

cada tercio de la copa para determinar peso húmedo y se extrajeron muestras<br />

representativas para su separación en laboratorio. El peso de las muestras, como<br />

mínimo, fue de un 20 % del peso total de las ramas y hojas de cada tercio de la copa.<br />

Asimismo, la selección de las ramas para las muestras se realizó considerando la<br />

distribución del diámetro en la zona de inserción. En laboratorio se separaron las<br />

ramas y las hojas de las muestras y se ponderó el peso húmedo de las muestras de<br />

cada componente al peso total determinado en terreno. Las muestras se<br />

acondicionaron para determinar peso seco y composición química (Cuadro 6); para el<br />

análisis químicos se formaron muestras mezcla de los dos árboles que formaron cada estrato.<br />

30


El fuste se cortó y pesó en trozos de 2 m. De cada trozo se extrajeron muestras para<br />

determinar peso seco y composición química de la madera y la corteza (Cuadro 6). Las<br />

muestras consistieron en rodelas con corteza, de un grosor de 8-10 cm, extraídas de los<br />

extremos del primer trozo y del extremo más agudo de los trozos restantes (Figura 8). En cada<br />

rodela se midió diámetro con y sin corteza. Las rodelas se extrajeron hasta un diámetro mínimo<br />

de fuste con corteza de 2 cm, el resto del fuste se incluyó en la biomasa como rama. La<br />

recolección de muestras de biomasa se realizó en el mes de mayo del año 2000.<br />

Tercio<br />

inferior<br />

Tercio<br />

medio<br />

2 m<br />

Tercio<br />

superior<br />

Figura 8. Esquemas de la división de la copa para extracción de hojas y ramas, y de corte del<br />

fuste y extracción de rodelas.<br />

Cuadro 6. Métodos analíticos para material vegetal (*).<br />

Elemento Método Procedimiento<br />

N Kjeldahl Digestión con H2SO4 ,determinación colorimétrica<br />

P y B<br />

Mufla a 500 ºC y digestión (HCl 10%), determinación por<br />

Calcinación y digestión<br />

colorimetría<br />

K, Ca, Mg,<br />

Fe, Mn, Cu<br />

y Zn<br />

Mufla 500 ºC y digestión (HCl 10%), determinación por<br />

Calcinación y digestión<br />

espectrofotometría de absorción atómica<br />

Cenizas Calcinación Mufla a 500 ºC<br />

*Metodología utilizada por el Laboratorio de Nutrición y Suelos Forestales, Universidad Austral de Chile.<br />

En laboratorio, la mitad de cada rodela se destinó a la determinación de la densidad<br />

básica de la madera. Para ello, en cada muestra de madera, una vez saturada con<br />

agua, se determinó el volumen por el principio de Arquímides. Posteriormente, cada<br />

31


componente se depositó en estufa a 103 ºC hasta peso constante para determinar<br />

peso anhidro. Con la relación peso seco/volumen se obtuvo la densidad básica de la<br />

madera (Instituto Nacional de Normalización de Chile, 1986).<br />

3.4.4 Muestras de biomasa de raíces<br />

En cada tratamiento donde se recolectaron muestras de biomasa aérea se ubicó el<br />

árbol medio talado y se construyó una calicata transversal a la entrelínea, hasta las<br />

proximidades de los árboles vecinos. En cada calicata se extrajeron ocho monolitos<br />

con las características y la ubicación que se indica en la Figura 9.<br />

Ubicación de los monolitos<br />

en las calicatas<br />

Tocón<br />

PROFUNDIDAD (cm)<br />

10 cm<br />

0<br />

10<br />

20<br />

30<br />

40<br />

50<br />

70<br />

90<br />

110<br />

10 cm<br />

Monolito de suelo para<br />

muestra de raíces<br />

Figura 9. Características y ubicación de las muestras de suelo en las líneas de<br />

plantación y entre las líneas para el estudio de raíces.<br />

Las muestras de raíces y suelo del T1 se extrajeron hasta una profundidad de 110<br />

cm y en el T11 hasta los 90 cm, debido a la presencia de agua a esa profundidad del<br />

perfil. Los monolitos, hasta los 50 cm de profundidad, se separaron en muestras de 1<br />

32


dm 3 y a partir de los 50 cm de profundidad las muestras fueron de 2 dm 3 . Las muestras<br />

de raíces y suelo se ubicaron en bolsas de polietileno y se colocaron en cámara de frío<br />

a 4 ºC hasta su separación en laboratorio. Las raíces, una vez separadas del suelo, se<br />

clasificaron por tamaño en finas (≤ 2 mm) y gruesas (> 2 mm). Luego se<br />

acondicionaron de acuerdo a los procedimientos del Laboratorio de Nutrición y Suelos<br />

Forestales de la Universidad Austral de Chile (Grez et al., 1995) y se colocaron en<br />

estufa a 65 ºC hasta peso constante para la determinación del peso seco. Se evaluó la<br />

biomasa de raíces por tamaño y ubicación en el perfil del suelo. De cada tamaño se<br />

extrajeron muestras para la determinación de la composición química (cuadro 6).<br />

En cuanto a las raíces principales, en cada tratamiento se extrajo la perteneciente al<br />

árbol medio (Figura 9). La extracción se realizó excavando con pala hasta la<br />

profundidad alcanzada por la raíz en cada tratamiento, también se excavaron las raíces<br />

secundarias y terciarias hasta a 1,5 m de distancia desde la raíz principal. La<br />

extracción de la raíz principal desde el suelo se realizó con cable de acero y aparejo,<br />

sostenido en un trípode, por encima de la raíz. Las raíces secundarias se cortaron en<br />

la zona de inserción a la raíz principal. Una vez aislada cada raíz principal, se<br />

determinó el peso húmedo y se extrajo una rodela de la zona media de cada una. En<br />

cada rodela se determinó peso húmedo y se llevó a estufa a 65 ºC hasta peso<br />

constante, para determinar peso seco. Por relación peso seco:peso humedo se<br />

determinó el peso seco total de cada raíz principal. Cada rodela se acondicionó para<br />

determinar composición química (Cuadro 6). Para ello se extrajo la corteza (menor a 2<br />

mm), a efectos de evitar una posible contaminación de elementos nutritivos, presentes<br />

en el suelo adherido a la corteza.<br />

3.4.5 Muestras de mantillo<br />

Se recolectaron muestras en el T1 y en el T11. Para la recolección se utilizó una<br />

parcela circular de 0,10 m 2 . En cada tratamiento se extrajeron muestras en forma<br />

estratificada: en la línea de plantación, a un metro de la línea de plantación y a dos<br />

metros de la línea de plantación a efectos de determinar la variación espacial de la<br />

cantidad de mantillo (Figura 10). Para cada estrato se recolectaron tres muestras,<br />

conformando un total de nueve muestras para cada tratamiento. Previo a la extracción<br />

de cada muestra se midió el espesor del mantillo y se determinó en forma visual la<br />

33


presencia de horizonte Oe. El mantillo, en su totalidad, estuvo conformado por hojas.<br />

De cada posición espacial del mantillo, con respecto a la línea de plantación, se<br />

formaron muestras mezcla para determinar peso seco y composición química (Cuadro<br />

6).<br />

Extracción de muestras<br />

Figura 10. Esquema de extracción de muestras de mantillo.<br />

3.4.6 Muestras de hojarasca<br />

La recolección se realizó en el T1 y el T11 utilizando 6 cajones de 50 cm x 50 cm,<br />

con fondo de malla plástica, ubicados a 0,3 m del suelo. Los cajones se distribuyeron<br />

en forma equidistante en los diagonales de cada U.E. Se realizaron recolecciones<br />

mensuales durante un año, a partir de octubre de 1999. Todas las muestras recolectadas<br />

durante el año estuvieron conformadas por hojas. El material recolectado en forma mensual en<br />

cada cajón se llevó a laboratorio para la determinación de peso seco. Con los materiales de cada<br />

estación del año (verano, otoño, invierno, primavera) se realizó análisis químico (Cuadro 6).<br />

3.4.7 Muestras de suelo<br />

En los tratamientos que se abrieron calicatas para el estudio de raíces, se realizó una<br />

descripción de los perfiles siguiendo la metodología sugerida por Schlatter et al. (1981). A su vez,<br />

en cada tratamiento, las muestras de suelo provenientes de los monolitos para muestras de<br />

34


aíces se mezclaron de acuerdo a su posición en la calicata y a su igual ubicación en el perfil.<br />

Para mezclar las muestras de acuerdo a la posición en la calicata se determinaron tres<br />

posiciones: la línea de plantación, a un metro desde la línea de plantación y al centro de la<br />

entrelínea. A su vez, en cada posición las muestras se mezclaron de acuerdo a la ubicación en el<br />

perfil (0-10 cm, 10,20 cm, 20-30 cm, 30-40 cm, 40-50 cm, 50-70 cm, 70-90 cm y 90-110 cm). Al<br />

respecto se conformaron 24 muestras de suelo en el tratamiento fertilizado y 21 muestras en el<br />

control.<br />

En cada muestra se determinó pH (en agua y kCl 0,1 N); C total, N total (Kjeldahl), P (Olsen),<br />

Na, K, Ca, Mg, Al, Fe, Mn, Cu y Zn (Acetato de amonio 1M - DTPA, a pH 4,8); Al intercambiable<br />

(KCl, 1M) y B (agua en ebullición). En todas las muestras se determinó la concentración de<br />

reservas suministrables para P, K, Ca y Mg a través de una solución extractora de HCl al 3 %.<br />

3.5 ANÁLISIS <strong>DE</strong> LOS DATOS<br />

3.5.1 Evaluación de la productividad en los tratamientos de fertilización<br />

En el T7 se excluyeron dos repeticiones debido a que alcanzaron un crecimiento<br />

comparativo menor, respecto al resto de los tratamientos. La causa del menor<br />

crecimiento puede ser atribuible a la competencia de malezas en la fase inicial del<br />

ensayo (Leiva, 2000). Para el análisis de la sobrevivencia se realizó una<br />

transformación angular de los datos, de acuerdo a lo propuesto por Sokal y Rohlf,<br />

(1979). Los datos fueron sometidos a la prueba de Kolmogorov-Smirnov, a efectos de<br />

comprobar diferencias significativas respecto a una distribución normal (Zar, 1974;<br />

Sokal y Rohlf, 1979). Asimismo, se analizó la homogeneidad de varianzas mediante la<br />

prueba de Barlett (Zar, 1974; Sokal y Rohlf, 1979).<br />

Las variables dasométricas (DAP, área basal, volumen y sobrevivencia) se<br />

compararon mediante análisis de varianza de F, según el siguiente modelo:<br />

Donde:<br />

Yij = µ + ti + rj + eij<br />

35


Y= media del tratamiento i en la repetición j<br />

µ= media del ensayo<br />

t= tratamiento i<br />

r= repetición j<br />

e= error aleatorio del tratamiento i en la repetición j.<br />

La comparación de medias, de aquéllas variables que se diferenciaron en forma<br />

significativa entre tratamientos, se realizó mediante la prueba de diferencias mínimas<br />

significativas (DMS), asimismo, las diferencias entre esquemas de fertilización (ej: Bifox<br />

vs SFP, Bifox vs cal) se analizó mediante prueba de contrastes (Zar, 1974; Sokal y<br />

Rohlf, 1979; Mize y Shultz, 1985).<br />

3.5.2 Cantidad de biomasa y elementos nutritivos en el vuelo<br />

La estimación de la biomasa total (aérea y de raíces) en el T1 (fertilizado) y el T11<br />

(sin fertilizar) se realizó a través de la suma de los componentes (hojas, ramas vivas,<br />

ramas muertas, corteza, fuste, raíces finas, raices gruesas y raíz principal), los cuales<br />

se obtuvieron de la relación peso seco/peso húmedo. Los datos de los árboles por<br />

estratos de crecimiento permitieron una estimación más ajustada de la biomasa total.<br />

Los valores de biomasa total y por componentes se ponderaron a toneladas por<br />

hectárea.<br />

La cantidad de elementos nutritivos en los componentes de la biomasa se determinó<br />

mediante la siguiente función:<br />

Qij= Bj * Cij * Fi<br />

Donde:<br />

Qij= cantidad del bioelemento i en el componente j (kg ha -1 ).<br />

Bj= biomasa del componente j (kg ha -1 )<br />

Cij= concentración de bioelemento i en el componente j (%, ppm= mg kg -1 ).<br />

Fi= factor de conversión para el bioelemento i según la unidad de expresión<br />

de Ci. Cuando Ci (%), Fi= 1/100; Cuando Ci (mg/kg): F= 1/1.000.000<br />

36


Las concentraciones y cantidades de elementos nutritivos de los componentes de la<br />

biomasa del T1 y el T11 se compararon mediante prueba de contrastes (Mize y Shultz,<br />

1985).<br />

En el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar), se determinó la eficiencia en el uso de<br />

elementos nutritivos, como la producción de biomasa por unidad de elemento nutritivo<br />

(Raison y Crane, 1982).<br />

3.5.3 Estimación de la biomasa en función del DAP<br />

A partir de la información de biomasa total y de los componentes extraída del T1<br />

(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar), se ajustaron modelos de regresión para estimar la<br />

biomasa total y por componentes en función del DAP, por ser ésta una variable<br />

predictora de fácil medición. Las funciones convergieron con el conjunto de datos de<br />

los dos tratamientos para hojas, ramas vivas, madera, corteza y biomasa total. A su<br />

vez, la función para ramas secas sólo convergió con los datos del T1. El modelo<br />

alométrico de mayor convergencia respondió a la siguiente función:<br />

Donde:<br />

Y= a*DAP b<br />

Y= Peso seco del componente de la biomasa de un árbol (kg)<br />

DAP= Diámetro del árbol a 1,3 m desde el suelo (cm)<br />

b y c= Parámetros de la función.<br />

Se determinó la relación madera:hojas de los árboles del T1 y del T11 y se comparó<br />

mediante prueba de contrastes (Mize y Shultz, 1985).<br />

3.5.4 Cuantificación de la producción de hojarasca y sus cantidades de<br />

elementos nutritivos<br />

Con los datos mensuales de hojarasca del T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) y su<br />

relación peso seco/peso húmedo se determinó la producción mensual y anual de<br />

hojarasca, y su distribución espacial en el terreno. Con la aplicación de la función<br />

37


señalada en 3.5.2, se determinó la cantidad de elementos nutritivos. La cuantificación<br />

de la hojarasca permitió relacionar la transferencia de bioelementos entre los<br />

componentes de la biomasa.<br />

3.5.5 Acumulación de bioelementos en el mantillo<br />

La acumulación de bioelementos del mantillo en las alternativas nutricionales (T1,<br />

fertilizado y T11, sin fertilizar), se estimó mediante la función:<br />

Qij= PMj * Cij * Fi<br />

Donde:<br />

Qij= cantidad del bioelemento i en el subhorizonte j (kg ha -1 ).<br />

PMj= peso seco del subhorizonte j (kg ha -1 )<br />

Cij= concentración de bioelemento i en el subhorizonte j (%, mg kg -1 ).<br />

Fi= factor de conversión para el bioelemento i según la unidad de expresión<br />

de Ci. Cuando Ci (%): Fi= 1/100. Cuando Ci (mg kg -1 ): F= 1/1.000.000<br />

La comparación de las concentraciones de elementos nutritivos de ambos<br />

tratamientos se realizó mediante prueba de contrastes (Mize y Shultz, 1985).<br />

Por otra parte, con el cuociente entre la cantidad de un elemento nutritivo en la<br />

biomasa, más el mantillo y la cantidad de ese elemento en el suelo, se determinaron<br />

los Indices de reserva de la vegetación (IRV), de acuerdo a lo propuesto por<br />

Fassbender y Bornemisza (1987) y Gerding y Schlatter (1998). Los índices se<br />

determinaron con las reservas suministrables y la fracción extractable del suelo hasta<br />

los 30 cm de profundidad.<br />

3.5.6 Determinación del peso seco del suelo y cantidades de elementos nutritivos<br />

Para el cálculo del peso seco del suelo se utilizó la siguiente ecuación:<br />

PSj= 100.000 *Ej * DA * (1-EQj /100)<br />

38


Donde:<br />

PSj= Peso seco del suelo horizonte j (kg ha -1 ).<br />

Ej= Espesor del suelo en el horizonte j (kg ha -1 )<br />

Daj= Densidad aparente del suelo en el horizonte j (g/cm 3 ) ( 5 )<br />

Eqj= Esqueleto del suelo en el horizonte j (%)<br />

La determinación de la cantidad de cada elemento nutritivo se realizó mediante la<br />

siguiente ecuación:<br />

Qij= PSj * Cij * EQj<br />

Donde<br />

Qij = Cantidad del elemento i en el horizonte j (kg ha -1 )<br />

PSj= Peso seco del horizonte j (kg ha -1 )<br />

EQj= factor de conversión para el bioelemento i según la unidad de expresión<br />

de Ci. Cuando Ci (%): Fi= 1/100. Cuando Ci (mg kg -1 ): F= 1/1.000.000<br />

La cantidad neta de elementos nutritivos correspondiente a las reservas<br />

suminstrables se obtuvo restando la fracción extractable del suelo a la cantidad inicial<br />

determinada para la fracción de reserva.<br />

3.5.7 Determinación de la densidad básica de la madera y la relación con las<br />

alternativas nutricionales<br />

El efecto de la fertilización en la densidad de la madera se determinó comparando<br />

mediante prueba de contrastes la densidad media de los diez árboles de cada<br />

tratamiento (Mize y Shultz, 1985). Asimismo, en ambos tratamientos se determinó la<br />

relación de la densidad media y la densidad a distintas alturas del árbol mediante<br />

análisis de correlación ( Sokal y Rohlf, 1979).<br />

5 Tomado de Leiva (2000).<br />

39


HIERRO (mg árbol -1 )<br />

HIERRO (mg árbol -1 )<br />

HIERRO (mg árbol -1 )<br />

HIERRO (mg árbol -1 )<br />

3,0<br />

2,5<br />

2,0<br />

1,5<br />

1,0<br />

0,5<br />

0,0<br />

0,40<br />

0,35<br />

0,30<br />

0,25<br />

0,20<br />

0,15<br />

0,10<br />

0,05<br />

0,00<br />

0,50<br />

0,45<br />

0,40<br />

0,35<br />

0,30<br />

0,25<br />

0,20<br />

0,15<br />

0,10<br />

0,05<br />

0,00<br />

0,7<br />

0,6<br />

0,5<br />

0,4<br />

0,3<br />

0,2<br />

0,1<br />

0,0<br />

A A<br />

A A<br />

T1 T11 T1 T11<br />

18<br />

15<br />

12<br />

9<br />

6<br />

3<br />

0<br />

MANGANESO (mg árbol -1 )<br />

COBRE (mg árbol -1 )<br />

0,07<br />

0,06<br />

0,05<br />

0,04<br />

0,03<br />

0,02<br />

0,01<br />

0,00<br />

A<br />

A<br />

A<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

HIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />

HOJAS<br />

3,0<br />

0,06<br />

A A A A<br />

2,5<br />

2,0<br />

1,5<br />

1,0<br />

0,05<br />

0,04<br />

0,03<br />

0,02<br />

A A<br />

A A<br />

A A<br />

0,5<br />

0,01<br />

0,0<br />

0,00<br />

T1 T11 T1 T11<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

HIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />

A A<br />

A A<br />

T1 T11 T1 T11<br />

4,0<br />

3,5<br />

MANGANESO (mg árbol -1 )<br />

COBRE (mg árbol -1 )<br />

0,08<br />

0,07<br />

RAMAS VIVAS<br />

2,5<br />

2,0<br />

1,5<br />

1,0<br />

0,5<br />

0,0<br />

MANGANESO (mg árbol -1 )<br />

0,08<br />

0,07<br />

0,06<br />

0,05<br />

0,04<br />

0,03<br />

0,02<br />

0,01<br />

0,00<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

HIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />

aA A<br />

A A<br />

7,0<br />

6,0<br />

5,0<br />

4,0<br />

3,0<br />

2,0<br />

1,0<br />

COBRE ( mg árbol -1 )<br />

MA<strong>DE</strong>RA<br />

MANGANESO (mg árbol -1 )<br />

0,0<br />

0,000<br />

T1 T11 T1 T11<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

HIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />

COBRE (mg arbol -1 )<br />

CORTEZA<br />

0,018<br />

0,016<br />

0,014<br />

0,012<br />

0,010<br />

0,008<br />

0,006<br />

0,004<br />

0,002<br />

A<br />

B<br />

A<br />

A<br />

A<br />

A<br />

A<br />

A<br />

A<br />

A A<br />

Figura 39. Cantidad de microelementos (mg árbol -1 ) en los componentes de la<br />

biomasa, del T1 (fertilizado) y del T11 (sin fertilizar). En cada microelemento, columnas<br />

con igual letra no se diferencian en forma significativa (p>0,05)<br />

99<br />

A<br />

B<br />

A<br />

A<br />

0,35<br />

0,30<br />

0,25<br />

0,20<br />

0,15<br />

0,10<br />

0,05<br />

0,00<br />

0,14<br />

0,12<br />

0,10<br />

0,08<br />

0,06<br />

0,04<br />

0,02<br />

0,00<br />

0,16<br />

0,14<br />

0,12<br />

0,10<br />

0,08<br />

0,06<br />

0,04<br />

0,02<br />

0,00<br />

0,09<br />

0,08<br />

0,07<br />

0,06<br />

0,05<br />

0,04<br />

0,03<br />

0,02<br />

0,01<br />

0,00<br />

ZINC y BORO (mg árbol -1 )<br />

ZINC y BORO (mg árbol -1 )<br />

ZINC y BORO (mg árbol -1 )<br />

ZINC y BORO (mg árbol -1 )


En cuanto a la distribución de los microelementos en los componentes de la biomasa,<br />

como se observa en la Figura 40, la mayor cantidad se agrupó en la copa, en particular<br />

en las hojas. En este sentido, resalta la proporción de hierro en las hojas, con un 55 %<br />

del total en el T1 y un 70 % en el T11. La proporción de manganeso en las hojas también<br />

fue elevada, superior al 50 % en los dos tratamientos. A su vez, para ambos<br />

microelementos, sobresale la proporción acumulada en la corteza de los dos<br />

tratamientos, la cual, en todos los casos, duplicó o triplicó a la cantidad depositada en la<br />

madera.<br />

Con relación al cobre, la copa acumuló el 50 % en el T1 y más del 60 % en el T11. Sin<br />

embargo, a diferencia de los que ocurrió con el hierro y el manganeso, la proporción<br />

entre las hojas y las ramas vivas fue más equilibrada. Asimismo, en comparación con el<br />

resto de los microelementos, el cobre fue el que se acumuló en mayor proporción en la<br />

madera, en particular en el T1. A su vez, la proporción de cobre acumulada en la corteza<br />

fue inferior al resto de los microelementos.<br />

Respecto al zinc, también la mayor parte se acumuló en la copa, con un 60 % en el<br />

T1 y más del 70 % en el T11. A su vez la distribución del zinc en la copa del T1 fue<br />

proporcional para las hojas y las ramas vivas, en tanto que en el T11 la mayor parte se<br />

depositó en las hojas. Respecto a la proporción de zinc acumulada en el fuste, fue mayor<br />

en el T1 que en el T11, con una proporción parecida entre la madera y la corteza en<br />

ambos tratamientos.<br />

En cuanto a la distribución de boro, la proporción más alta se acumuló en las hojas,<br />

con un 40 % en el T1 y más del 50 % en el T11. A su vez, si se incluyen las ramas vivas<br />

y las ramas muertas, entre el 65 % y el 70 % del boro se depositó en la copa. Respecto<br />

al boro acumulado en el fuste, la proporción entre madera y corteza, con supremacía de<br />

la primera, fue similar en ambos tratamientos.<br />

100


HIERRO (%)<br />

COBRE (%)<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

T1 T11<br />

T1 T11<br />

BORO (%)<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

MANGANESO (%)<br />

ZINC (%)<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

T1 T11<br />

0<br />

T1 T11<br />

T1 T11<br />

RAMAS MUERTAS<br />

MA<strong>DE</strong>RA CORTEZA RAMAS VIVAS HOJAS<br />

Figura 40. Distribución de los microelementos en la biomasa aérea del T1 (fertilizado) y<br />

del T11 (sin fertilizar).<br />

101


4.5.2 Biomasa de Raíces<br />

Los macroelementos cuantificados en las tres clases de raíces mostraron variaciones<br />

entre tratamientos (Figura 41). En general, el T11 acumuló más fósforo que el T1 en las<br />

tres clases de raíces. A su vez, para las cantidades de nitrógeno, potasio, calcio y<br />

magnesio la superioridad entre tratamientos alternó para las tres clases de raíces. Por<br />

otra parte, al comparar la cantidad de macroelementos acumulada, en general las raíces<br />

finas acumularon más macroelementos que las otras dos clases de raíces. En particular<br />

las raíces finas superaron a la suma de las raíces principales y las raíces gruesas en<br />

las cantidades de calcio y magnesio.<br />

Los macroelementos cuantificados en las raíces principales señalaron una<br />

superioridad del T11 respecto al T1 (Figura 41). En este sentido, la biomasa del testigo<br />

acumuló más nitrógeno, fósforo, calcio y magnesio que la biomasa del tratamiento<br />

fertilizado. Las diferencias entre tratamientos para los cuatro elementos fueron, en forma<br />

respectiva, de 43 %, 47 %, 40 % y 24 %. Respecto al potasio, los dos tratamientos<br />

acumularon cantidades similares. Con relación a las raíces gruesas, el T11 acumuló un<br />

18 % más de fósforo que el T1. A su vez, éste acumuló un 30 % más de nitrógeno, un<br />

27 % más de potasio y un 35 % más de calcio que el testigo.<br />

Por otra parte, en las raíces finas las diferencias entre tratamientos se localizaron en<br />

el nitrógeno, el fósforo y el magnesio. En este sentido, el T1 agrupó un 19 % más de<br />

nitrógeno y un 29 % más de magnesio, en tanto que el T11 acumuló un 40 % más de<br />

fósforo y un 26 % más de potasio. A su vez, la cantidad acumulada de calcio fue similar<br />

en ambos tratamientos.<br />

En cuanto a la cantidad total de macroelementos en las raíces, las mayores<br />

diferencias entre tratamientos se situaron en el fósforo. El T11 acumuló un 40 % más de<br />

fósforo que el T1, como consecuencia de la mayor acumulación de este elemento en las<br />

tres clases de raíces. Asimismo, las raíces del T1 acumularon más nitrógeno y<br />

magnesio, aunque las diferencias entre tratamientos sólo fueron de un 10 % y un 13 %<br />

respectivamente. Por su parte las cantidades acumuladas de potasio y calcio fueron<br />

similares en los dos tratamientos.<br />

102


NITROGENO (kg ha -1 )<br />

NITROGENO (kg ha -1 )<br />

NITROGENO (kg ha -1 )<br />

NITROGENO (kg ha -1 )<br />

28<br />

24<br />

20<br />

16<br />

12<br />

8<br />

4<br />

0<br />

40<br />

36<br />

32<br />

28<br />

24<br />

20<br />

16<br />

12<br />

8<br />

4<br />

0<br />

45<br />

40<br />

35<br />

30<br />

25<br />

20<br />

15<br />

10<br />

5<br />

0<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

T1 T11 T1 T11<br />

NITROGENO FOSFORO<br />

2,8<br />

2,4<br />

2,0<br />

1,6<br />

1,2<br />

0,8<br />

0,4<br />

0,0<br />

FOSFORO (kg ha -1 )<br />

POTASIO y CALCIO (kg ha -1 )<br />

18<br />

16<br />

14<br />

12<br />

10<br />

8<br />

6<br />

4<br />

2<br />

0<br />

RAICES PRINCIPALES<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

2,0<br />

18<br />

1,8<br />

16<br />

1,6<br />

14<br />

1,4<br />

12<br />

1,2<br />

1,0<br />

0,8<br />

0,6<br />

0,4<br />

10<br />

8<br />

6<br />

4<br />

0,2<br />

2<br />

0,0<br />

0<br />

T1 T11 T1 T11<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

T1 T11 T1 T11<br />

FOSFORO (kg ha -1 )<br />

POTASIO y CALCIO (Kg ha -1 )<br />

RAICES GRUESAS<br />

3,6<br />

3,2<br />

2,8<br />

2,4<br />

2,0<br />

1,6<br />

1,2<br />

0,8<br />

0,4<br />

0,0<br />

FOSFORO (kg ha -1 )<br />

POTASIO y CALCIO (kg ha -1 )<br />

24<br />

21<br />

18<br />

15<br />

12<br />

9<br />

6<br />

3<br />

0<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

RAICES FINAS<br />

10<br />

50<br />

9<br />

45<br />

8<br />

40<br />

7<br />

35<br />

6<br />

30<br />

5<br />

25<br />

4<br />

20<br />

3<br />

15<br />

2<br />

10<br />

1<br />

5<br />

0<br />

0<br />

T1 T11 T1 T11<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

FOSFORO (kg ha -1 )<br />

POTASIO Y CALCIO (kg ha -1 )<br />

TOTAL <strong>DE</strong> RAICES<br />

Figura 41. Cantidad de macroelementos (kg ha -1 ) en las raíces principales, las raíces<br />

gruesas, las raíces finas y el total de raíces, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />

103<br />

1,8<br />

1,6<br />

1,4<br />

1,2<br />

1,0<br />

0,8<br />

0,6<br />

0,4<br />

0,2<br />

0,0<br />

1,8<br />

1,6<br />

1,4<br />

1,2<br />

1,0<br />

0,8<br />

0,6<br />

0,4<br />

0,2<br />

0,0<br />

8<br />

7<br />

6<br />

5<br />

4<br />

3<br />

2<br />

1<br />

0<br />

10<br />

9<br />

8<br />

7<br />

6<br />

5<br />

4<br />

3<br />

2<br />

1<br />

0<br />

MAGNESIO (kg ha -1 )<br />

MAGNESIO (kg ha -1 )<br />

MAGNESIO (kg ha -1 )<br />

MAGNESIO (kg ha -1 )


Con relación a la cantidad de microelementos, como se observa en la Figura 42, la<br />

mayor parte se concentró en las raíces finas. Al respecto, en promedio para los dos<br />

tratamientos, las raíces finas acumularon el 80 % del hierro, el 50 % del manganeso, el<br />

60 % del cobre y del zinc y el 68 % del boro. Por su parte, en general el T1 acumuló más<br />

microelementos que el T11, las mayores diferencias entre tratamientos se localizaron en<br />

las raíces principales y gruesas. Por el contrario, las diferencias entre tratamientos en las<br />

raíces finas fueron menores, aunque en general con supremacía del T1 sobre el T11.<br />

En las raíces principales y gruesas, las cantidades acumuladas en el T1, con relación<br />

al T11, fueron mayores para todos los microelementos. En este sentido, el T1 acumuló<br />

un 450 % más de hierro, un 45 % más de manganeso, un 70 % más de cobre, un 50 %<br />

más de zinc y un 14 % más de boro. En cuanto a las diferencias entre tratamientos, en<br />

particular para el hierro y el cobre, las mismas se deben atribuir a la concentración de<br />

los elementos (Anexo 4) más que a diferencias en la biomasa de ambas clases de<br />

raíces.<br />

Las diferencias en las cantidades de microelementos depositados en las raíces finas<br />

fueron más moderadas entre tratamientos que las detalladas en las raíces principales y<br />

las raíces gruesas. Las mayores diferencias se localizaron en la cantidad de cobre y de<br />

zinc, un 26 % y un 22 % superior respectivamente en el T1. A su vez la cantidad de<br />

manganeso fue superior, aunque en forma leve, en el T11.<br />

Con referencia a las cantidades totales en ambos tratamientos, en general estuvieron<br />

marcadas por la acumulación de los microelementos en las raíces finas. En este sentido,<br />

el T1 almacenó respecto al T11 un 26 % más de hierro, un 14 % más de manganeso, un<br />

40 % más de cobre, un 27 % más de zinc y un 12 % más de boro (Figura 42).<br />

104


HIERRO (kg ha -1 )<br />

HIERRO (kg ha -1 )<br />

HIERRO (kg ha -1 )<br />

3,0<br />

2,7<br />

2,4<br />

2,1<br />

1,8<br />

1,5<br />

1,2<br />

0,9<br />

0,6<br />

0,3<br />

0,0<br />

12<br />

10<br />

8<br />

6<br />

4<br />

2<br />

0<br />

16<br />

14<br />

12<br />

10<br />

8<br />

6<br />

4<br />

2<br />

0<br />

T1 T11 T1 T11<br />

HIERRO MANGANESO<br />

T1 T11 T1 T11<br />

HIERRO MANGANESO<br />

T1 T11 T1 T11<br />

HIERRO MANGANESO<br />

2,0<br />

1,8<br />

1,6<br />

1,4<br />

1,2<br />

1,0<br />

0,8<br />

0,6<br />

0,4<br />

0,2<br />

0,0<br />

MANGANESO (kg ha -1 )<br />

COBRE Y BORO (kg ha-1)<br />

0,08<br />

0,07<br />

0,06<br />

0,05<br />

0,04<br />

0,03<br />

0,02<br />

0,01<br />

0,00<br />

RAICES PRINCIPALES Y GRUESAS<br />

1,8<br />

1,5<br />

1,2<br />

0,9<br />

0,6<br />

0,3<br />

0,0<br />

COBRE (kg ha -1 )<br />

0,08<br />

0,07<br />

0,06<br />

0,05<br />

0,04<br />

0,03<br />

0,02<br />

0,01<br />

0,00<br />

RAICES FINAS<br />

4,0<br />

3,5<br />

3,0<br />

2,5<br />

2,0<br />

1,5<br />

1,0<br />

0,5<br />

0,0<br />

MANGANESO (kg ha -1 )<br />

MANGANESO (kg ha -1 )<br />

COBRE y BORO (kg ha -1 )<br />

0,20<br />

0,18<br />

0,16<br />

0,14<br />

0,12<br />

0,10<br />

0,08<br />

0,06<br />

0,04<br />

0,02<br />

0,00<br />

TOTAL <strong>DE</strong> RAICES<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

COBRE ZINC BORO<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

COBRE ZINC BORO<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

COBRE ZINC BORO<br />

Figura 42. Cantidad de microelementos (kg ha -1 ) en las raíces del T1 (fertilizado) y del<br />

T11 (sin fertilizar).<br />

105<br />

0,16<br />

0,14<br />

0,12<br />

0,1<br />

0,08<br />

0,06<br />

0,04<br />

0,02<br />

0<br />

0,24<br />

0,21<br />

0,18<br />

0,15<br />

0,12<br />

0,09<br />

0,06<br />

0,03<br />

0,00<br />

0,40<br />

0,35<br />

0,30<br />

0,25<br />

0,20<br />

0,15<br />

0,10<br />

0,05<br />

0,00<br />

ZINC (kg ha-1)<br />

ZINC y BORO (kg ha -1 )<br />

ZINC (kg ha -1 )


4.5.3 Mantillo<br />

En ambos tratamientos, el horizonte orgánico estuvo conformado en su totalidad por<br />

la caída de hojas. En este sentido, hasta el cuarto año de crecimiento las ramas muertas<br />

permanecieron en la biomasa aérea. Asimismo tampoco se constató en el mantillo la<br />

presencia de corteza y de frutos. Por otro lado, como se detalló al analizar la<br />

concentración de los elementos nutritivos, los niveles de cenizas detectados en el<br />

mantillo señalaron un efecto del suelo mineral en la cantidad de los macro y<br />

microelementos. En este sentido, el mayor efecto se habría producido en el T1, si se<br />

considera que el porcentaje de cenizas determinado en este tratamiento fue<br />

significativamente mayor que en el T11 (Anexo 4).<br />

Por otro lado, el efecto residual de la fertilización aplicada en la primavera de 1999 en<br />

el T1, habría incidido en los contenidos de nitrógeno y fósforo en el mantillo. Asimismo, si<br />

se considera la movilidad de ambos elementos en el suelo, el efecto residual de la<br />

fertilización sería más notorio en el fósforo que en el nitrógeno. Al respecto, el mantillo<br />

del T1 acumuló un 48 % más de nitrógeno y un 106 % más de fósforo que el T11 (Figura<br />

43). Sin embargo, la mayor cantidad de mantillo en el T1 y las concentraciones similares<br />

en la hojarasca de ambos tratamientos, permite inferir que parte de las diferencias entre<br />

tratamientos se pueden atribuir a la productividad de cada uno.<br />

Por otra parte, pese a la mayor producción de mantillo en el T1 respecto al T11, las<br />

cantidades de potasio, calcio y magnesio fueron similares en ambos tratamientos. Al<br />

respecto, la mayor concentración detectada en el T11 para los tres elementos (Figura<br />

34), habría equiparado los niveles cuantificados en ambos tratamientos.<br />

La mayor cantidad acumulada de calcio en ambos tratamientos, en particular respecto<br />

al potasio, se debe atribuir a las características opuestas que tienen ambos en cuanto a<br />

su movilidad en los tejidos vegetales. Referente a ello, como se ilustró en la Figura 29,<br />

parte del potasio fue reabsorbido en la biomasa, en tanto que el total del calcio se<br />

incorporó al mantillo a través de la hojarasca. Asimismo, la mayor movilidad del potasio<br />

en el suelo respecto al calcio, habría permitido una liberación más rápida desde el<br />

mantillo hacia el suelo mineral, para reingresar al ciclo biogeoquímico o perderse por<br />

lixiviación.<br />

106


NITROGENO (kg ha -1 )<br />

POTASIO y MAGNESIO (kg ha -1 )<br />

CV (%)<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

11<br />

10<br />

0<br />

9<br />

8<br />

7<br />

6<br />

5<br />

4<br />

3<br />

2<br />

1<br />

0<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

T1 T11 T1 T11<br />

9<br />

8<br />

7<br />

6<br />

5<br />

4<br />

3<br />

2<br />

1<br />

0<br />

FOSFORO (kg ha -1 )<br />

HIERRO (kg ha -1 )<br />

140<br />

120<br />

100<br />

80<br />

60<br />

40<br />

20<br />

0<br />

T1 T11 T1 T11<br />

NITROGENO FOSFORO HIERRO MANGANESO<br />

T1 T11 T1 T1 T1 T11<br />

POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

110<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

N P K Ca Mg<br />

0<br />

CALCIO (kg ha -1 )<br />

T1<br />

COBRE (kg ha -1 )<br />

0,35<br />

0,30<br />

0,25<br />

0,20<br />

0,15<br />

0,10<br />

0,05<br />

0,00<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

COBRE ZINC BORO<br />

35<br />

30<br />

25<br />

20<br />

15<br />

10<br />

5<br />

0<br />

0,7<br />

0,6<br />

0,5<br />

0,4<br />

0,3<br />

0,2<br />

0,1<br />

0,0<br />

Fe Mn Cu Zn B<br />

Figura 43. Cantidad de macro y microelementos (kg ha -1 ) en el mantillo y coeficiente de<br />

variación (%) de la distribución espacial de los elementos nutritivos en el T1 (fertilizado) y<br />

el T11 (sin fertilizar).<br />

CV (%)<br />

107<br />

T11<br />

MANGANESO (kg ha -1 )<br />

ZINC y BORO (kg ha -1 )


Con relación a la cantidad de microelementos en el mantillo (kg ha -1 ), en general, los<br />

niveles fueron altos, en particular en el T1. Referente a ello, se destaca la cantidad de<br />

hierro en el T1, superior a la de nitrógeno y a la de calcio. Asimismo, la cantidad de<br />

manganeso, en ambos tratamientos, fue superior a las cantidades de potasio y<br />

magnesio. En este sentido, los niveles altos de hierro y manganeso confirman el efecto<br />

del suelo mineral mezclado con el mantillo. La gran actividad de ambos microelementos,<br />

es propia de las condiciones de acidez que caracteriza a estos suelos y de la capacidad<br />

de absorción elevada de los Eucalyptus sp. en forma pasiva, sin que se produzcan<br />

síntomas de toxicidad.<br />

En general, entre tratamientos, se detectaron diferencias importantes en las<br />

cantidades de microelementos, con supremacía del T1 respecto al T11. Las cantidades<br />

de hierro y manganeso fueron, en forma respectiva, un 40 % y un 27 % superiores en el<br />

T1. Sin embargo, las mayores diferencias se detectaron en el cobre y en el zinc, en estos<br />

microelementos las cantidades del T1 fueron un 57 % y un 54 % superiores<br />

respectivamente, respecto al T11. En cuanto al boro, la cantidad del T1 fue un 33 %<br />

superior a la del T11.<br />

Por otra parte, los coeficientes de variación brindados en la Figura 43 señalaron una<br />

diferencia importante entre tratamientos en la distribución espacial del contenido de<br />

elementos nutritivos en el mantillo. A su vez, en ambos tratamientos, en general la<br />

variación espacial fue mayor en los macroelementos que en los microelementos. En este<br />

sentido, las diferencia entre ambas clases de elementos señalaría mayor efecto del<br />

suelo mineral en el contenido de microelementos en el mantillo, en particular para el<br />

boro.<br />

108


4.6 <strong>DE</strong>MANDA NUTRICIONAL <strong>DE</strong> E. nitens EN LA ETAPA <strong>DE</strong> CIERRE <strong>DE</strong> COPAS<br />

La mayor parte de los elementos nutritivos que demanda una plantación hasta el<br />

cierre de copas provienen de la disponibilidad del suelo mineral y de aquéllos<br />

adicionados mediante fertilización. En este sentido, el T1 (fertilizado desde el<br />

establecimiento) y el T11 (sin fertilizar) representan esquemas opuestos de manejo<br />

nutricional. Al respecto, las cantidades totales de elementos nutritivos acumuladas en<br />

cada tratamiento y su distribución en la biomasa, permitieron comparar la demanda de<br />

E. nitens en un esquema sin restricciones nutritivas y un esquema supeditado a la<br />

capacidad de entrega del suelo mineral.<br />

Como ilustran las Figuras 44 y 45, la cantidad de macroelementos acumulados en la<br />

biomasa del esquema fertilizado, en general, fue superior a la del esquema sin<br />

fertilizar. Las mayores diferencias entre tratamientos se localizaron en las demandas<br />

de calcio y de magnesio. Las cantidades acumuladas en el T1, para ambos elementos<br />

nutritivos, fueron 31 % superiores respecto al T11. Las diferencias mencionadas,<br />

representaron un consumo de 120 kg ha -1 más de calcio y 10,5 kg ha -1 más de<br />

magnesio. Sin embargo, la distribución de calcio y de magnesio en los componentes<br />

de la biomasa, no evidenció diferencias importantes entre tratamientos.<br />

En cuanto a la demanda de los elementos adicionados en las fertilizaciones<br />

(nitrógeno, fósforo y potasio), las cantidades consumidas en el T1 fueron mayores a las<br />

del T11 sólo en un 9,6 %, un 3 % y un 10 % respectivamente. Las diferencias entre<br />

tratamientos, representaron un consumo de 45 kg ha -1 más de nitrógeno, 0,8 kg ha -1<br />

más de fósforo y 28 kg ha -1 más de potasio. En este sentido, las diferencias resultaron<br />

exiguas, si se considera que la productividad en biomasa aérea del T1 fue un 55 %<br />

superior a la del T11 (Figura 21a). Asimismo, las cantidades totales de nitrógeno,<br />

fósforo y potasio acumuladas en la biomasa del tratamiento sin fertilizar, destacan la<br />

buena capacidad de entrega que exhibió el suelo en cuestión.<br />

109


HOJAS<br />

40%<br />

TOTAL = 508,3 kg ha -1 TOTAL = 463,7 kg ha -1<br />

HOJAS<br />

39%<br />

T1<br />

T1<br />

TOTAL= 314,5 kg ha -1<br />

RAMAS<br />

15%<br />

RAMAS<br />

11%<br />

TOTAL= 26,5 kg ha -1<br />

RAMAS<br />

8%<br />

HOJAS<br />

26%<br />

CORTEZA<br />

15%<br />

RAICES<br />

19%<br />

CORTEZA<br />

10%<br />

CORTEZA<br />

13%<br />

MA<strong>DE</strong>RA<br />

20%<br />

RAICES<br />

12%<br />

RAICES<br />

19%<br />

MA<strong>DE</strong>RA<br />

21%<br />

MA<strong>DE</strong>RA<br />

32%<br />

NITROGENO<br />

FOSFORO<br />

HOJAS<br />

41%<br />

HOJAS<br />

36%<br />

RAMAS<br />

11%<br />

T11<br />

TOTAL = 25,7 kg ha -1<br />

RAMAS<br />

9%<br />

CORTEZA<br />

10%<br />

T11<br />

RAICES<br />

19%<br />

CORTEZA<br />

9%<br />

TOTAL= 286,0 kg ha -1<br />

HOJAS<br />

28%<br />

RAMAS<br />

17%<br />

CORTEZA<br />

16%<br />

T1 T11<br />

POTASIO<br />

MA<strong>DE</strong>RA<br />

20%<br />

RAICES<br />

28%<br />

MA<strong>DE</strong>RA<br />

17%<br />

RAICES<br />

13%<br />

MA<strong>DE</strong>RA<br />

26%<br />

Figura 44. Cantidad total (kg ha -1 ) de nitrógeno, fósforo y potasio, y proporción<br />

acumulada en cada componente de la biomasa del T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar).<br />

110


TOTAL= 504,4 kg ha -1<br />

HOJAS<br />

33%<br />

RAMAS<br />

26%<br />

CALCIO<br />

TOTAL= 385,8 kg ha -1<br />

T1 T11<br />

TOTAL= 43,9 kg ha -1<br />

HOJAS<br />

48%<br />

RAMAS<br />

17%<br />

T1<br />

RAICES<br />

8%<br />

MA<strong>DE</strong>RA<br />

6%<br />

CORTEZA<br />

27%<br />

RAICES<br />

7%<br />

MA<strong>DE</strong>RA<br />

7%<br />

CORTEZA<br />

21%<br />

MAGNESIO<br />

HOJAS<br />

38%<br />

HOJAS<br />

55%<br />

RAMAS<br />

24%<br />

RAICES<br />

10%<br />

MA<strong>DE</strong>RA<br />

5%<br />

CORTEZA<br />

23%<br />

TOTAL= 33,4 kg ha -1<br />

T11<br />

RAMAS<br />

14%<br />

RAICES<br />

8%<br />

MA<strong>DE</strong>RA<br />

5%<br />

CORTEZA<br />

18%<br />

Figura 45. Cantidad total (kg ha -1 ) de calcio y magnesio, y proporción acumulada en<br />

cada componente de la biomasa del T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />

Por otro lado, al comparar la distribución proporcional de los elementos nutritivos en<br />

los componentes de la biomasa, en general, no se detectaron variaciones importantes<br />

entre tratamientos. En este sentido, sobresale la similitud en la distribución de<br />

nitrógeno y de potasio en ambos tratamientos. Asimismo, en ambos tratamientos, se<br />

destaca la proporción de elementos acumulados en la copa. Al respecto, alrededor del<br />

50 % del nitrógeno, cerca del 60 % del calcio y más del 65 % de magnesio se<br />

concentraron en esta porción de la biomasa, compuesta por tejidos de alta demanda<br />

nutritiva (Figuras 44 y 45).<br />

111


Por su parte, en la madera, el componente más importante en cuanto a la extracción<br />

de elementos nutritivos fuera del sistema, las demandas de nitrógeno y de fósforo<br />

representaron menos de la mitad de las determinadas en la copa. Sin embargo, fue el<br />

componente que demandó más potasio, cerca del 30 % del consumo total en ambos<br />

tratamientos. Al respecto, el potasio acumulado en la madera alcanzó los 100 kg ha -1<br />

en el T1 y los 75 kg ha -1 en el T11. Por otro lado, las demandas de calcio y magnesio<br />

fueron mínimas en ambos tratamientos.<br />

Respecto a la corteza, el otro componente de importancia en la extracción de<br />

elementos nutritivos fuera del sistema, en general las demandas fueron altas, si se<br />

considera que la corteza representa una proporción baja de la biomasa total. Al<br />

respecto, la demandas de calcio y de magnesio alcanzaron, en forma respectiva, la<br />

cuarta parte y la quinta parte del total acumulado en la biomasa. En el caso particular<br />

del calcio, la cantidad acumulada en la corteza superó los 130 kg ha -1 en el T1, en<br />

tanto que en el T11 se aproximó a 90 kg ha -1 .<br />

En cuanto a las raíces, la demanda de nitrógeno y fósforo fue alta, si se tiene en<br />

cuenta la proporción de las raíces en la biomasa total (Figura 28). Por el contrario, la<br />

demanda de potasio fue menor que en el resto de los componentes de la biomasa.<br />

También fueron bajas las demandas de calcio y magnesio, similares a las estimadas<br />

en la madera. Por otra parte, la distribución de elementos nutritivos en las tres clases<br />

de raíces marcó una superioridad de las raíces finas respecto a las raíces principales y<br />

las raíces gruesas. En este sentido, en el promedio de los dos tratamientos, las raíces<br />

finas acumularon el 40 % del nitrógeno, el 47 % del fósforo, el 27 % del potasio, el 54<br />

% del calcio y el 63 % del magnesio.<br />

Con relación a las demandas de microelementos, como señala el Cuadro 22, en<br />

general las mayores cantidades se acumularon en la biomasa del T1, respecto al T11.<br />

Las diferencias mayores entre tratamientos se situaron en el manganeso y el cobre. En<br />

este sentido, el consumo de ambos elementos en el T1 fue superior al del T11 en un<br />

31 % y un 28 % respectivamente. Con relación a las demandas de hierro, zinc y boro,<br />

las cantidades acumuladas en el T1 fueron en forma respectiva un 10 %, un 10,4 % y<br />

un 15 % superiores a las del T11.<br />

112


Cuadro 22. Cantidades totales de microelementos (kg ha -1 ) y distribución en la biomasa<br />

del T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />

Componente de la Hierro Manganeso Cobre Zinc Boro<br />

biomasa T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

Hojas 2,46 3,52 21,13 18,17 0,07 0,07 0,25 0,28 0,41 0,42<br />

Ramas 0,53 0,60 7,47 4,77 0,08 0,08 0,30 0,30 0,24 0,19<br />

Total copa 2,99 4,12 28,60 22,94 0,16 0,15 0,56 0,57 0,64 0,62<br />

Corteza 0,63 0,96 9,14 6,06 0,02 0,02 0,11 0,09 0,12 0,11<br />

Madera 0,56 0,34 3,06 1,73 0,11 0,07 0,14 0,11 0,21 0,13<br />

Total fuste 1,18 1,30 12,20 7,79 0,14 0,08 0,25 0,20 0,33 0,24<br />

Total Biomasa aérea 4,17 5,42 40,80 30,73 0,29 0,23 0,80 0,77 0,98 0,85<br />

Raíces finas 11,32 10,63 1,51 1,62 0,07 0,06 0,22 0,18 0,13 0,11<br />

Raíces gruesas 1,98 0,37 0,95 0,53 0,03 0,02 0,10 0,06 0,04 0,02<br />

Raíces principales 0,73 0,12 0,60 0,54 0,01 0,01 0,05 0,05 0,02 0,03<br />

Total biomasa raíces 14,02 11,12 3,07 2,70 0,12 0,08 0,37 0,29 0,18 0,16<br />

Total de biomasa 18,20 16,54 43,87 33,43 0,41 0,32 1,17 1,06 1,16 1,01<br />

En cuanto a la distribución de los microelementos en la biomasa, a excepción del<br />

hierro, la mayor proporción se localizó en la copa, en particular en las hojas. De<br />

hecho, este es el componente de la biomasa que demanda mayor cantidad de<br />

microelementos en las funciones específicas de formación de nuevos tejidos. En este<br />

sentido, la cantidad de manganeso, cobre, zinc y boro acumulada en las hojas<br />

representó en forma respectiva, en promedio para los dos tratamientos, un 67%, un<br />

43 %, un 50 % y un 58 % respecto a la cantidad total acumulada en la biomasa.<br />

Con relación al hierro, resalta la acumulación en las raíces finas, las cuales<br />

acumularon el 63 % del total de hierro de la biomasa. En este sentido, si bien la<br />

cantidad acumulada en las raíces finas indica una demanda importante, es posible una<br />

sobrestimación en su determinación. Al respecto, habrían incidido la saturación del<br />

suelo con hierro y la imposibilidad de la eliminación total del suelo mineral en el<br />

acondicionamiento de las muestras. Por otro lado, el hierro acumulado en la copa, en<br />

especial en las hojas, reflejó la demanda de este elemento en la formación de nuevos<br />

tejidos y la capacidad de absorción pasiva de los Eucalyptus sp. En este sentido, la<br />

acumulación de hierro en la copa fue mayor en el tratamiento sin fertilizar.<br />

113


Los microelementos con mayores diferencias, en cuanto a las demandas en los<br />

componentes de la biomasa de los dos tratamientos, en general, resultaron el hierro y<br />

el manganeso. Al respecto, como fue comentado en el párrafo anterior, es posible que<br />

las variaciones respondan más al exceso de actividad de ambos microelementos en el<br />

suelo, que a diferencias de demanda entre tratamientos. Con relación al resto de los<br />

microelementos, en general, la madera del T1 acumuló más cobre, zinc y boro que la<br />

madera del T11. Las mencionadas diferencias deberían ser atribuidas a la mayor<br />

biomasa del T1, si se tiene en cuenta que las concentraciones de esos microelementos<br />

fueron similares en ambos tratamientos (Cuadro 20).<br />

4.7 CARACTERIZACIÓN <strong>DE</strong>L SUELO<br />

El suelo, en general, presenta buenas condiciones físicas para el crecimiento de<br />

E. nitens. En este sentido, se puede caracterizar como profundo, con buena estructura<br />

y consistencia (Anexo 4). La textura es franco-arcillosa en superficie a limo-arcillosa en<br />

profundidad. El contenido de materia orgánica es alto en los primeros 10 cm del suelo y<br />

medio entre los 10 y 40 cm de profundidad. A partir de los 50 cm de profundidad se<br />

detectó, aunque en forma escasa, presencia de concreciones de hierro y manganeso<br />

que señalan procesos de oxido-reducción, debido a la presencia temporaria de agua<br />

estacionada en el perfil. La densidad aparente fue de muy baja en la superficie a baja<br />

en el subsuelo (0,59 g/cm 3 en los primeros 7 cm, 0,8 g/cm 3 desde 0,7 a 105 cm de<br />

profundidad y 1 g/cm 3 a mayor profundidad). La mayor limitación física para el<br />

crecimiento puede estar dada por la capacidad baja de agua aprovechable, sobre todo<br />

ante la presencia de una sequía estival prolongada.<br />

Con relación a las condiciones químicas del suelo, en los cuadros 23 y 24 se<br />

comparan los niveles al inicio de la plantación con aquéllos evaluados al cuarto año de<br />

crecimiento en la línea de plantación (zona de mayor concentración de raíces), en el T1<br />

(fertilizado) y en el T11 (sin fertilizar). En general, las condiciones químicas del suelo al<br />

cuarto año de crecimiento fueron similares a las evaluadas al inicio de la plantación, las<br />

mayores diferencias corresponden a la concentración de fósforo en el T1, por efecto de<br />

la fertilización. En este sentido el nivel de fósforo en los primeros 10 cm de suelo en el<br />

T1 quintuplicó al nivel que tenía el suelo cuando se estableció la plantación. Por su<br />

114


parte, el nivel de fósforo del T11 se mantuvo en los niveles bajos iniciales. Respecto al<br />

pH (KCl), se mantuvo en los valores bajos del inicio de la plantación.<br />

Cuadro 23. Valores de pH, carbono total y nitrógeno total del suelo al establecimiento<br />

de la plantación (1996) y al cuarto año de edad, en el T1(fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar).<br />

Profundidad pH (KCl) Ct (%) N (%) C:N<br />

(cm) 1996 T1 T11 1996 T1 T11 1996 T1 T11 1996 T1 T11<br />

0-20 4,13 4,07 4,03 7,2 5,4 5,8 0,42 0,44 0,41 17,1 13,0 14,1<br />

20-60 4,14 4,15 4,11 2,6 2,0 1,6 0,12 nd nd 21,7 nd Nd<br />

60-100 4,25 4,20 4,17 1,5 0,7 0,6 0,09 nd nd 16,7 nd Nd<br />

nd= no determinado<br />

Cuadro 24. Contenidos (mg kg -1 ) de fósforo, potasio, calcio, magnesio y aluminio del<br />

suelo durante la época establecimiento de la plantación (1996) y al cuarto año de<br />

crecimiento, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />

Profundidad P K Ca Mg Al<br />

(cm)<br />

1996 T1 T11 1996 T1 T11 1996 T1 T11 1996 T1 T11 1996 T1 T11<br />

0-20 2* 10,2** 5,6** 152 175 211 254 488 505 181 153 106 1249 1445 1250<br />

20-60 4 nd Nd 14 80 125 108 81 171 69 56 67 1005 1367 1200<br />

60-100 4 nd Nd 9 31 68 195 173 107 142 91 52 637 1103 1115<br />

* Valores de P de los primeros 5 cm de suelo, ** Valores de P de los primeros 10 cm de suelo, nd= no determinado.<br />

En cuanto a los contenidos iniciales altos de carbono y nitrógeno en los primeros 20<br />

cm de suelo, en general se mantuvieron en los mismos niveles en los dos tratamientos,<br />

con una relación baja entre los dos elementos. En este sentido, se constató una<br />

actividad biológica importante, con presencia abundante de invertebrados en cuanto a<br />

cantidad y diversidad en los dos tratamientos. La mayor presencia se constató en el<br />

suelo superficial, en particular cerca de la línea de plantación, en forma coincidente con<br />

la mayor formación de mantillo. Al respecto, en una muestra de suelo superficial de un<br />

decímetro cúbico tomada en la línea de plantación del T11 (sin fertilizar) se verificó la<br />

presencia de 1113 larvas de dípteros. Sin embargo, en algunas muestras más alejadas<br />

de la línea de plantación o de mayor profundidad en el suelo no se constató presencia<br />

de mesofauna, lo cual señala una gran discontinuidad en su distribución. Con relación<br />

a ello, en el Anexo 5 se detallan los invertebrados identificados en los perfiles de<br />

ambos tratamientos.<br />

115


Respecto a las bases de intercambio, en general, las concentraciones se<br />

mantuvieron en los mismos rangos que al inicio de la plantación, con niveles medios a<br />

altos en los primeros 20 cm de suelo y bajos en el subsuelo, a excepción del magnesio<br />

que mantuvo niveles medios en todo el perfil (Cuadro 24). En cuanto al aluminio,<br />

mantuvo una concentración alta, característica en los suelos de la región, por lo que no<br />

se modificó la capacidad alta de fijación de fósforo por parte de este elemento.<br />

Por otra parte, al analizar en los dos tratamientos en forma más detallada las<br />

características químicas, en la profundidad del suelo, no se detectaron mayores<br />

diferencias entre ellos (Cuadros 25 y 26 y Figura 46). El pH, con valores bajos, se<br />

mantuvo en el mismo rango en los dos perfiles, con un aumento leve en el subsuelo,<br />

sobre todo en el T11. La variación del pH en el subsuelo estaría ligada a la menor<br />

presencia de materia orgánica. En este sentido, el porcentaje de carbono de los<br />

primeros 10 cm, representó una proporción cercana al 40 % del total del carbono en el<br />

perfil de los dos tratamientos. Por otra parte, al comparar el pH determinado en agua<br />

con el pH determinado en KCl, las diferencias entre ambos señalan cierta estabilidad<br />

en cuanto al reemplazo de cationes intercambiables por iones hidrógeno en los<br />

coloides del suelo. Respecto al contenido de nitrógeno, muy ligado a la fracción<br />

orgánica, en los dos tratamientos presentó valores altos a medios hasta los 30 cm de<br />

profundidad.<br />

Cuadro 25. Características químicas del suelo en la línea de plantación, al cuarto año<br />

de crecimiento, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />

Profundidad<br />

(cm)<br />

pH pH C N Sat. Al K Ca Mg<br />

(H2O) (KCl) % mg kg -1<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

0-10 4,7 4,2 4,1 4,0 6,3 7,20 0,8 0,47 21 35 225 245 787 690 205 133<br />

10-20 4,8 4,3 4,1 4,0 4,61 4,50 0,38 0,35 52 52 125 178 189 320 102 80<br />

20-30 4,9 4,5 4,1 4,1 2,71 2,27 0,27 0,23 60 52 103 143 86 220 65 73<br />

30-40 4,9 4,5 4,2 4,1 1,74 1,43 nd nd 60 52 84 131 67 176 48 68<br />

40-50 4,8 4,6 4,2 4,1 1,48 1,19 nd nd 60 61 54 100 90 117 54 60<br />

50-70 4,8 4,6 4,1 4,1 1,25 0,82 nd nd 49 60 46 70 156 106 71 68<br />

70-90 5,0 4,8 4,2 4,2 0,61 0,29 nd nd 37 44 26 66 184 109 92 74<br />

90-110 5,0 nd 4,3 nd 0,36 nd nd nd 27 nd 20 nd 178 nd 109 nd<br />

nd= no determinado.<br />

116


Cuadro 26. Contenido (mg kg -1 ) de azufre, boro, hierro, manganeso, cobre y zinc en la<br />

línea de plantación, al cuarto año de crecimiento, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar).<br />

Profundidad S B Fe Mn Cu Zn<br />

(cm) T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

PROFUNDIDAD (cm)<br />

0-10 11 12 0,9 1,2 244 510 265 233 7,5 6 5,2 4,5<br />

10-20 13 12 1,0 0,8 223 318 216 120 7,5 6,2 1,9 1,6<br />

20-30 9 10 0,6 0,5 208 184 179 33 6,8 4,6 0,6 0,1<br />

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11<br />

0-10<br />

10-20<br />

20-30<br />

P (mg kg -1 )<br />

PROFUNDIDAD (cm)<br />

0-10<br />

10-20<br />

20-30<br />

P (mg kg -1 )<br />

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11<br />

LINEA <strong>DE</strong> PLANTACION A 1 m <strong>DE</strong> LA LINEA <strong>DE</strong> PLANTACION CENTRO <strong>DE</strong> LA ENTRELINEA<br />

T1 T11<br />

Figura 46. Contenidos de fósforo en la línea de plantación, a un metro de la línea de<br />

plantación y en el centro de la entrelínea (2 m), en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />

fertilizar).<br />

Con relación a las bases de intercambio, en general las mayores concentraciones<br />

estuvieron ligadas en forma directa a la materia orgánica. Los niveles de potasio<br />

variaron de altos a medios hasta los 50 cm de profundidad en los dos tratamientos. A<br />

su vez los niveles de magnesio, en ambos tratamientos, fueron altos a medios en todo<br />

el perfil. Respecto al calcio, del cual el género Eucalyptus es gran demandante, sólo<br />

mantuvo valores altos en los primeros 10 cm de suelo, con niveles bajos a partir de los<br />

10 cm de profundidad en el T1 y niveles medios hasta los 30 cm en el T11.<br />

En cuanto al azufre y microelementos estimados en los 30 primeros cm de suelo, en<br />

general, la disponibilidad fue media a alta en los dos tratamientos (Cuadro 26).<br />

Respecto a ello se destacan las concentraciones de hierro y manganeso que indican<br />

117<br />

PROFUNDIDAD (cm)<br />

0-10<br />

10-20<br />

20-30<br />

P (mg kg<br />

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11<br />

-1 )


niveles muy altos de los dos elementos, propio de la dinámica de éstos suelos con pH<br />

ácido.<br />

Con relación al fósforo, la Figura 46 detalla el efecto de la fertilización aplicada en el<br />

T1. La mayor concentración de fósforo se localizó en la línea de plantación, sector<br />

donde se aplicó la proporción más alta de fertilizantes. En este sector el nivel de<br />

fósforo del T1 duplicó al del T11, mientras que al metro de la línea de plantación y en<br />

el centro de la entrelínea el efecto fue menor. La figura también destaca en ambos<br />

tratamientos la mayor concentración de fósforo en los primeros 10 cm de suelo. En<br />

todos los casos los niveles duplicaron o triplicaron al fósforo localizado entre los<br />

10-20 cm de profundidad. Asimismo, entre los 20 y 30 cm de profundidad los niveles<br />

bajaron a 2 mg kg -1 con una tendencia a mantenerse constante, en las tres posiciones<br />

evaluadas en los dos tratamientos.<br />

Por otra parte, al evaluar en ambos tratamientos las reservas suministrables de<br />

fósforo, potasio, calcio y magnesio en la línea de plantación, se detectaron variaciones<br />

importantes entre los elementos (Cuadro 27). La mayor limitante del suelo la expresa la<br />

reserva de fósforo, muy baja para los dos tratamientos en todo el perfil. En este<br />

sentido, las concentraciones muy elevadas de aluminio y de hierro, provocarían la<br />

fijación de la mayor parte del fósforo en precipitados de muy baja solubilidad, de<br />

acuerdo al rango de pH del suelo.<br />

CUADRO 27. Reservas suministrables (mg kg -1 ) de fósforo, potasio, calcio y magnesio<br />

del suelo en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />

Profundidad<br />

(cm)<br />

P K Ca Mg<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

0-10 34,8 14,0 270 339 1098 1013 820 839<br />

10-20 28,0 24,0 172 179 346 421 751 867<br />

20-30 41,8 36,0 137 180 179 308 729 985<br />

30-40 43,6 35,0 124 179 141 251 743 967<br />

40-50 44,6 34,6 89 150 159 182 805 964<br />

50-70 48,6 38,6 82 114 232 177 828 772<br />

70-90 47,4 47,2 59 99 234 160 559 493<br />

90-110 53,8 nd 46 nd 224 nd 311 nd<br />

nd= no determinado.<br />

118


En cuanto a los cationes de intercambio, la reserva de potasio, en general, se<br />

encuentra en niveles muy bajos en los dos tratamientos, si se consideran las<br />

diferencias mínimas con la fracción intercambiable, en particular en los primeros 20-30<br />

cm del suelo. Respecto al calcio, en los dos tratamientos los niveles fueron bajos en<br />

todo el perfil. Por su parte el magnesio es el elemento con mayores reservas, en los<br />

dos tratamientos los niveles fueron muy altos en todo el perfil. Asimismo, al comparar<br />

las reservas de fósforo y de los tres cationes a un metro de la línea de plantación y en<br />

el centro de la entrelinea, en general los niveles y las tendencias son similares a las<br />

señaladas para la línea de plantación (Anexo 5).<br />

4.8 BALANCE NUTRICIONAL AL CIERRE <strong>DE</strong> COPAS<br />

Como señala el balance nutricional al cierre de copas (Figura 47), el T1 acumuló<br />

más elementos nutritivos en la biomasa y el mantillo que el T11. Sin embargo, en<br />

general, las proporciones de los elementos nutritivos en los componentes de la<br />

biomasa fueron similares en ambos tratamientos. Como era de esperar, en ambos<br />

tratamientos la mayor proporción de elementos nutritivos se acumuló en la copa, en<br />

particular el nitrógeno, el calcio y el magnesio, no obstante. A su vez, la proporción de<br />

potasio fue más equilibrada entre en la copa y el fuste.<br />

Con relación al mantillo, se destacó el comportamiento del potasio, con una<br />

proporción mínima acumulada, en comparación con el resto de los macroelementos.<br />

En este sentido, en ambos tratamientos, sólo el 2 % del total del potasio se localizó en<br />

el horizonte orgánico. Por su parte, en ambos tratamientos, la proporción de calcio y<br />

magnesio en el mantillo fue cercana al 20 %. En cuanto al nitrógeno y el fósforo, en<br />

particular este último, como fue detallado en 4.5.3, si bien una porción es atribuible a la<br />

mayor productividad del T1 respecto al T11, también se debe contemplar algún efecto<br />

residual de la fertilización aplicada en 1999.<br />

Por otra parte, al analizar las cantidades de elementos nutritivos en el suelo hasta<br />

los 30 cm de profundidad, como era previsible, resalta el nivel alto de nitrógeno total en<br />

ambos tratamientos, asociado en forma directa al contenido alto de materia orgánica<br />

detectado en el suelo.<br />

119


NITROGENO<br />

HIERRO y MANGANESO (kg ha -1 )<br />

(Kg ha -1 )<br />

(t ha -1 )<br />

150<br />

100<br />

50<br />

0<br />

50<br />

100<br />

150<br />

200<br />

250<br />

300<br />

350<br />

400<br />

450<br />

500<br />

550<br />

600<br />

650<br />

700<br />

750<br />

800<br />

700<br />

600<br />

500<br />

400<br />

300<br />

200<br />

100<br />

0<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

6<br />

7<br />

8<br />

9<br />

10<br />

BIOMASA:<br />

T1 T11 T1 T11<br />

NITROGENO FOSFORO<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

10<br />

20<br />

30<br />

40<br />

50<br />

60<br />

70<br />

80<br />

90<br />

100<br />

T1 T11 T1 T11<br />

FOSFORO (kg ha -1 )<br />

a-1)<br />

POTASIO y CALCIO (kg h<br />

COBRE, ZINC y BORO (kg ha -1 )<br />

800<br />

700<br />

600<br />

500<br />

400<br />

300<br />

200<br />

100<br />

0<br />

100<br />

200<br />

300<br />

400<br />

500<br />

600<br />

700<br />

800<br />

900<br />

1000<br />

1100<br />

1200<br />

1300<br />

1400<br />

1500<br />

1600<br />

1700<br />

1800<br />

1900<br />

2000<br />

2<br />

1<br />

0<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

6<br />

7<br />

8<br />

9<br />

10<br />

11<br />

12<br />

13<br />

14<br />

15<br />

16<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

20<br />

10<br />

0<br />

30<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

100<br />

200<br />

300<br />

400<br />

500<br />

600<br />

700<br />

800<br />

900<br />

1000<br />

1100<br />

1200<br />

1300<br />

1400<br />

1500<br />

1600<br />

1700<br />

1800<br />

1900<br />

2000<br />

POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

HIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />

COPA<br />

FUSTE RAICES<br />

MANTILLO<br />

SUELO: NITROGENO TOTAL DISPONIBLE y EXTRACTABLE<br />

RESERVA SUMINISTRABLE<br />

Figura 47. Cantidad de macro y microelementos en la biomasa, el mantillo y el suelo<br />

hasta 30 cm de profundidad (nitrógeno total, fósforo disponible, potasio, calcio y<br />

magnesio extractable y reservas suministrables; hierro, manganeso, cobre, zinc y boro,<br />

extractable ), en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />

120<br />

MAGNESIO (kg ha -1 )


Con relación al fósforo, tanto en la fracción disponible como en la fracción de<br />

reservas suministrables, se aprecia el efecto de la fertilización en el T1 respecto al<br />

T11. En este sentido, el fósforo de reserva en el T1 fue un 41 % superior al del T11.<br />

Sin embargo, en ambos tratamientos, la fracción de fósforo disponible representó sólo<br />

un 27 % del total acumulado en la biomasa y el mantillo, Por su parte, la fracción de<br />

fósforo almacenada como reserva suministrable, en el T1 fue un 85 % superior y en el<br />

T11 un 55 % superior, respecto a las cantidades evaluadas en la biomasa y el mantillo<br />

de ambos tratamientos. En este sentido, si se considera que el consumo anual<br />

promedio de fósforo en el T1 fue de 8,7 kg ha -1 y en el T11 de 7,4 kg ha -1 , ambas<br />

cantidades son similares a las determinadas en la fracción de fósforo disponible. Con<br />

relación a ello, si se tiene en cuenta las características oportunistas de crecimiento de<br />

los Eucalyptus sp., con impulsos de crecimiento y fuerte demanda de elementos<br />

nutritivos cuando las condiciones de humedad y temperatura son favorables, se podría<br />

esperar un posible déficit temporal de fósforo.<br />

Respecto al potasio, resalta la baja proporción localizada en las reservas<br />

suministrables respecto a la fracción intercambiable, con una relación de 3:1 en el T1 y<br />

de 5:1 en el T11. Las mencionadas relaciones señalan un abastecimiento aceptable en<br />

el corto plazo, sin embargo, la baja proporción en las reservas suministrables advierten<br />

posibles deficiencias en el mediano plazo, en particular en el T1. En este sentido, las<br />

diferencias entre tratamientos en el total acumulado en la biomasa y el mantillo sólo<br />

fueron un 10 % superiores en el T1. Sin embargo, la fracción de potasio extractable del<br />

T11 fue un 62 % superior respecto al T1.<br />

Por otro lado, si bien la cantidad de potasio en el suelo del T1 fue un 30 % superior<br />

a la acumulada por la biomasa hasta el cuarto año de crecimiento, se debería esperar<br />

un aumento considerable en el consumo de potasio en los próximos años. Al respecto,<br />

el componente de mayor crecimiento en la biomasa luego del cierre de copas es el<br />

fuste, identificado como el de mayor consumo de potasio. En consecuencia, la mayor<br />

movilidad del potasio acumulado en la fracción extractable respecto a las reservas<br />

suministrables y la mayor demanda desde la biomasa, corroboran la posibilidad de un<br />

déficit en el mediano plazo.<br />

Con relación al calcio, como ocurrió con el potasio, se acumuló mayor cantidad en la<br />

fracción extractable que en las reservas suministrables. Sin embargo, las diferencias<br />

121


entre tratamientos, en la cantidad de calcio acumulada en la fracción extractable,<br />

fueron más marcadas que en el potasio. Al respecto el T11 acumuló en esa fracción un<br />

80 % más calcio que el T1. En este sentido, la fracción extractable del T1 fue similar a<br />

la cantidad acumulada en la biomasa. A su vez, en el T11 la fracción extractable<br />

duplicó al calcio total de la biomasa. De acuerdo con lo expuesto, si bien ambos<br />

tratamientos dependen más de la fracción extractable que de las reservas<br />

suministrables, las condiciones de abastecimiento serían más estables en el T11 que<br />

en el T1. En cuanto al magnesio, las cantidades acumuladas en la biomasa y el<br />

mantillo fueron muy inferiores a las cuantificadas en las dos fracciones de suelo, lo que<br />

asegura un buen abastecimiento a lo largo de la rotación.<br />

Con respecto a los microelementos, como muestra la Figura 47, a excepción del<br />

boro, las cantidades almacenadas en el suelo triplicaron o cuadruplicaron las<br />

cantidades acumuladas en la biomasa y el mantillo. Respecto al boro, en el T1 la<br />

cantidad acumulada en los primeros 30 cm del suelo fue un 50 % superior al total de<br />

boro acumulado en la biomasa. A su vez, en el T11 el boro determinado en el suelo<br />

fue un 80 % superior al acumulado en la biomasa. Asimismo, la cantidad de boro<br />

determinada en el mantillo representó, en promedio para ambos tratamientos, un 30 %<br />

del boro de la biomasa. En este sentido, si bien las reservas de boro en el suelo, en<br />

proporción, son menores a las del resto de los microelementos, serían suficientes para<br />

el abastecimiento de la plantación en el futuro.<br />

Con relación a lo detallado en los párrafos anteriores, en la Figura 51, se brinda<br />

para los macro y microelementos, el Indice de Reserva de Vegetación (IRV), indicador<br />

de la estabilidad nutritiva de cada sitio. En este sentido, corroborando lo ilustrado en la<br />

Figura 47, el IRV del potasio y del calcio fue mayor en las reservas suministrables que<br />

en la fracción intercambiable. En el caso particular del potasio, presentó en ambos<br />

tratamientos los mayores IRV respecto al resto de los elementos. Ello confirma la baja<br />

estabilidad del suelo en los contenidos de potasio y un posible déficit en el mediano<br />

plazo.<br />

Por su parte, el IRV del calcio, el otro elemento que el suelo expresó cierta<br />

inestabilidad, fue mayor en el T1 que en el T11. La diferencia entre tratamientos fue<br />

más marcada que en el potasio. De hecho, el T1 acumuló más calcio en la biomasa<br />

con menor cantidad de calcio en la fracción extractable que el T11 (Figura 48). Sin<br />

122


embargo, las demandas de calcio en el futuro pueden ser menos importantes que las<br />

del potasio, si se considera que la copa, el componente de mayor consumo, alcanzó su<br />

máxima expansión.<br />

FOSFORO, POTASIO y CALCIO<br />

3,5<br />

3,0<br />

2,5<br />

2,0<br />

1,5<br />

1,0<br />

0,5<br />

0,0<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

0,10<br />

0,09<br />

0,08<br />

0,07<br />

0,06<br />

0,05<br />

0,04<br />

0,03<br />

0,02<br />

0,01<br />

0,00<br />

NITROGENO y MAGNESIO<br />

FOSFORO, POTASIO y CALCIO<br />

4,0<br />

3,5<br />

3,0<br />

2,5<br />

2,0<br />

1,5<br />

1,0<br />

0,5<br />

0,0<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

N P K Ca Mg P K Ca Mg<br />

RESERVAS SUMINISTRABLES DISPONIBLE y EXTRACTABLE<br />

HIERRO, MANGANESO, COBRE y ZINC<br />

0,30<br />

0,25<br />

0,20<br />

0,15<br />

0,10<br />

0,05<br />

0,00<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

Fe Mn Cu Zn B<br />

FRACCION EXTRACTABLE<br />

Figura 48. Indice de Reserva de Vegetación de los macro y microelementos, según las<br />

reservas suministrables y la fracción extractable del suelo hasta los 30 cm de<br />

profundidad, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />

Por otro lado, los IRV del nitrógeno, el fósforo y el magnesio señalaron estabilidad<br />

del suelo, como consecuencia de los niveles altos de nitrógeno en el perfil y de fósforo<br />

y de magnesio en las reservas suministrables. Sin embargo, el IRV del fósforo aumentó<br />

en forma considerable en ambos tratamientos para la fracción extractable,<br />

corroborando un posible déficit temporario.<br />

123<br />

0,7<br />

0,6<br />

0,5<br />

0,4<br />

0,3<br />

0,2<br />

0,1<br />

0,0<br />

BORO<br />

0,40<br />

0,35<br />

0,30<br />

0,25<br />

0,20<br />

0,15<br />

0,10<br />

0,05<br />

0,00<br />

MAGNESIO


Con relación a los microelementos, con un IRV, en general, bajo en todos los<br />

elementos, el suelo se mostró más estable para el hierro y el cobre. La estabilidad del<br />

hierro se sustenta en la cantidad acumulada en el suelo, debido a las condiciones<br />

favorables para su disponibilidad. En cuanto al cobre, si bien la fracción extractable en<br />

el suelo fue menor que la del hierro, el consumo de la biomasa fue mínimo. En este<br />

sentido, la relación entre el cobre depositado en la biomasa y el mantillo con el<br />

determinado en el suelo, en ambos tratamientos fue mayor de 20:1. Por su parte, la<br />

misma relación en el boro fue de 1:1 en el T1 y de 1,4:1 en el T11, lo que ratifica la<br />

inestabilidad del suelo, en particular en el tratamiento fertilizado.<br />

124


5.1 RENDIMIENTO<br />

5 DISCUSION<br />

Los resultados señalaron, en general, buena adaptabilidad de E. nitens a las<br />

condiciones del sitio. La sobrevivencia, con un promedio cercano al 97 %, no evidenció<br />

diferencias entre los esquemas de fertilización y el control. Asimismo, en forma<br />

comparativa, la sobrevivencia coincidió con la determinada en la mayoría de las<br />

experiencias realizadas con E. nitens en otras regiones del mundo (Turnbull et al.,<br />

1993; Bennett et al., 1996; Nielsen, 1996; Low y Shelbourne, 1999). En cuanto al<br />

rendimiento, en general, fue superior al determinado en sitios considerados de buena<br />

aptitud para E. nitens (Beadle et al., 1995; Cromer et al., 1995; Bennett et al., 1996;<br />

Nielsen, 1996; Misra et al., 1998a; Pinkard y Beadle, 1998; Low y Shelbourne, 1999;<br />

Jobet 1999).<br />

Respecto a la respuesta a los esquemas de fertilización, los resultados generales<br />

concuerdan con la mayoría de los estudios donde se aplicó fósforo soluble solo o en<br />

conjunto con nitrógeno en la primera fase de crecimiento de E. nitens (Bennett et al.,<br />

1996; Nielsen, 1996; Misra et al., 1998a; Pinkard y Beadle, 1998; Bonomelli y Suarez,<br />

1999). En cuanto a la aplicación de la roca fosfórica y de la cal, en general menos<br />

evaluadas en plantaciones de Eucalyptus sp., no se han publicado resultados en E.<br />

nitens, más allá de los relacionados con el presente estudio.<br />

Con relación a esto último, la respuesta al cuarto año de crecimiento con Bifox en<br />

preplantación más fósforo soluble, a diferencia del resultado evaluado hasta el tercer<br />

año por Gerding et al. (1999) y Staub (2000), no se diferenció en rendimiento del<br />

esquema fertilizado con fósforo soluble solo (Figuras 12 y 18). Sin embargo, Matos<br />

y Maciel (1984) en Brasil, al comparar esquemas de aplicación de roca fosfórica y<br />

fósforo soluble en E. Grandis detectaron rendimientos similares, aunque con<br />

dosis que duplicaron a las aplicadas en el presente estudio. Asimismo, también en<br />

Brasil, Leal et al. (1988) 8 , citados por Gonçalves y Barros (1998), señalaron que<br />

8 LEAL, P.G.L.; BARROS, N.F.; NOVAIS, R.F.; NEVES, J.L.C. y J.L. TEXEIRA. 1988.<br />

Biomassa e conteúdo de nutrientes em Eucalyptus grandis influenciados pela<br />

aplicação de fosfato naturais em solos de cerrado. Revista Arvore. 12: 165-182.<br />

125


combinando dos toneladas de roca fosfórica más fósforo soluble se duplicó el<br />

rendimiento de E. grandis respecto a la fuente de fósforo soluble sola. Por<br />

consiguiente, la respuesta temporal al fósforo menos soluble (Bifox) en el presente<br />

estudio, en parte, se podría atribuir a la magnitud de la dosis. Asimismo, las diferencias<br />

en el nivel de fósforo en el suelo superficial del T1 (fertilizado) y del T11 (sin fertilizar)<br />

señalarían una tasa baja de solubilización en la fuente de liberación prolongada, lo cual<br />

también habría incidido en la respuesta. Al respecto, si bien la cantidad de Bifox triplicó<br />

a la de superfosfato, coincidiendo con lo sugerido por Sierra (1990) para la<br />

combinación de rocas fosfóricas con fósforo soluble, la dosis total de Bifox habría sido<br />

insuficiente para lograr una respuesta prolongada, si se compara a las dosis aplicadas<br />

por Matos y Maciel (1984) y Gonçalves y Barros (1998) en las experiencias realizadas<br />

en Brasil.<br />

Respecto a la aplicación de cal, la respuesta al cuarto año de crecimiento coincidió<br />

con los resultados previos de Gerding et al. (1999) y Leiva (2000). En este sentido, el<br />

rendimiento con cal en preplantación más fósforo soluble no se diferenció respecto al<br />

esquema con Bifox o con fósforo soluble solo (Figuras 12 y 19). Al respecto, Barros y<br />

Novais (1996) y Gonçalves y Barros (1998) coinciden en que la baja respuesta de<br />

Eucalyptus sp. al efecto de la cal en el suelo (aumento de pH y disminución de la<br />

actividad de aluminio) está relacionada con la evolución de la mayoría de las especies<br />

de Eucalyptus en suelos ácidos con fuerte actividad de aluminio. En este sentido,<br />

Romeny (1997) en experiencias realizadas en invernadero con E. nitens, concluyó que<br />

con especies tolerantes a la acidez y al exceso de aluminio no se justifica la aplicación<br />

de cal en el suelo para su corrección.<br />

Sin embargo, respecto a lo anterior, Valeri et al. (1993) en un suelo arenoso de<br />

Brasil, comprobaron un efecto interactivo en el rendimiento de E. grandis hasta los<br />

siete años de edad, con la aplicación de 2,9 t ha -1 de dolomita y 176 kg ha -1 de fósforo<br />

elemento. Por otro lado, Herbert et al.(1982) en Sudáfrica, reportaron un efecto similar<br />

en el rendimiento de E. grandis hasta el final de la rotación con dolomita y una mezcla<br />

de nitrógeno, fósforo y potasio en proporción 2:1:2. La mayor respuesta se logró<br />

cuando aumentó el nivel de potasio en la mezcla de fertilizante, ya que según los<br />

autores, la cal produce una competencia de absorción entre el potasio y el magnesio al<br />

aumentar el nivel de éste. En este sentido, la mezcla de fertilizante soluble aplicada al<br />

establecimiento en el presente estudio fue 4:2:1 (Cuadro 2), lo cual podría haber<br />

126


incidido en la respuesta al encalado. Asimismo, la experiencia realizada por Herbert et<br />

al. (1982) coincide con los resultados de este estudio en cuanto al menor rendimiento<br />

en el tratamiento con cal y sin fertilización soluble (Cuadros 7, 8 y 11). Esta respuesta<br />

indicaría que la aplicación de cal exige ajustar el balance de elementos nutritivos para<br />

lograr algún efecto en su aplicación.<br />

Las diferencias significativas en DAP, área basal y volumen medio individual<br />

producidas por las fertilizaciones al establecimiento y las aplicadas al primer año de<br />

crecimiento (Figuras 13 y 19), confirman los resultados de Gerding et al. (1999), Leiva<br />

(2000) y Staub (2000) respecto a la mayor respuesta lograda cuando se subdividen las<br />

dosis de los fertilizantes. Los resultados coinciden con lo determinado por Bennet et al.<br />

(1996) quienes concluyeron que la mayor respuesta de E. nitens a la fertilización<br />

ocurre con aplicaciones en el primer año, antes del inicio de la segunda estación de<br />

crecimiento. Asimismo, Bennet et al. (1996) señalaron que fertilizaciones a edades<br />

posteriores tienen una respuesta mínima en el crecimiento de E.nitens, lo cual<br />

quedaría reflejado en la baja respuesta a la fertilización realizada en 1999, a pesar de<br />

las dosis altas aplicadas (Cuadro 4).<br />

Las mayores respuestas señaladas por Bennett et al. (1996) se lograron aplicando<br />

una dosis de 200 kg ha -1 de nitrógeno y de fósforo elemento, con una densidad de<br />

plantación de 1000 árboles ha -1 . En tanto que en el presente estudio la dosis de<br />

nitrógeno y de fósforo aplicada en los esquemas con Bifox y sin fertilización<br />

preplantación hasta el inicio de la segunda estación de crecimiento fue de 89 kg ha -1 de<br />

nitrógeno y de 120 kg de fósforo elemento, con una densidad superior a 1600 árboles<br />

ha -1 . La comparación de ambos resultados ratificaría la capacidad productiva del sitio<br />

en cuestión, en el cual se alcanzó rendimientos similares con menores dosis unitarias<br />

de fertilización. En este sentido, Leiva (2000) y Staub (2000) en sus experiencias no<br />

detectaron diferencias significativas al comparar la dosis mencionada con dosis<br />

mayores de fósforo soluble aplicadas al establecimiento.<br />

Por otro lado, el incremento en DAP y área basal entre el tercer y cuarto año de<br />

edad en los tratamientos menos fertilizados, respecto a los más fertilizados señalarían<br />

una competencia fuerte en este último grupo (Figura 14). Al respecto, el efecto de la<br />

fertilización con una densidad de plantación alta, habría anticipado en un período de<br />

127


crecimiento la etapa de cierre de copas, así lo indicaría en esos tratamientos el mayor<br />

incremento medio anual del DAP respecto al incremento corriente anual. Este aspecto<br />

señalaría la necesidad de anticipar las intervenciones silvícolas (podas y raleos), si en<br />

el destino de la madera tiene relevancia el tamaño de las trozas. De lo contrario, por<br />

efecto de la competencia, se disminuirían las ventajas iniciales de concentrar mayor<br />

proporción de madera en las clases diamétricas superiores por efecto de la fertilización<br />

(Figuras 15 y 16).<br />

5.2 <strong>DE</strong>NSIDAD BASICA <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA<br />

Si bien la comparación de la densidad básica de la madera corresponde sólo a diez<br />

árboles de cada tratamiento, las diferencias detectadas entre el T1 (fertilizado) y el T11<br />

(sin fertilizar) permiten inferir que la fertilización no afecta en forma negativa a la<br />

densidad de la madera de E. nitens en los primeros años de crecimiento, por el<br />

contrario, se podría esperar un pequeño incremento de la densidad (Anexo 2). Los<br />

resultados concuerdan con lo determinado por Vigneron et al. (1995) en clones de<br />

híbridos de Eucalyptus. Los autores atribuyeron el aumento de la densidad básica de la<br />

madera, a un incremento de la densidad desde la médula hacia la corteza, el cual en<br />

proporción es mayor en los árboles de crecimiento más rápido por efecto de la<br />

fertilización.<br />

5.3 BIOMASA, HOJARASCA y MANTILLO<br />

Con relación al rendimiento en biomasa, 90,4 t ha -1 en el T1 (fertilizado) y 58,1 t ha -1<br />

en el T11 (sin fertilizar) a los 45 meses de crecimiento, en general, ésta fue superior a<br />

la reportada en otros estudios de E. nitens. Al respecto, en Nueva Zelandia, Madgwick<br />

et al. (1981) determinaron al cuarto año de crecimiento una producción de biomasa de<br />

81,8 t ha -1 , aunque con una densidad de 6670 árboles ha -1 . También en Nueva<br />

Zelandia, Frederick et al. (1986) determinaron, a los cinco años de edad, una<br />

producción de 72,6 t ha -1 , con 1670 árboles ha -1 ; Misra et al. (1998a) en Tasmania,<br />

determinaron a los 34 meses una producción de biomasa cercana a las 25 t ha -1 , con<br />

una densidad de 1430 árboles ha -1 . Asimismo, en un estudio realizado en Chile,<br />

128


Bonomelli y Suarez (1999a) evaluaron en la VIII Región, con y sin fertilización, la<br />

biomasa de E. nitens en un sitio de Precordillera y de E. globulus en un sitio del Valle<br />

Central y un sitio de la Costa. La mayor producción la registraron en el sitio de<br />

Precordillera, de mayor fertilidad y régimen de lluvias que los otros dos. En este caso, a<br />

los tres años la biomasa con fertilización fue cercana a 60 t ha -1 , y sin fertilización se<br />

aproximó a 40 t ha -1 .<br />

Respecto a lo anterior, la tasa de producción de biomasa determinada en el<br />

presente estudio, destaca las condiciones del sitio, el cual, a pesar de tener un suelo<br />

con limitaciones en el régimen de elementos nutritivos, comparativamente presentaría<br />

menores restricciones en el régimen de agua. En este sentido, de acuerdo con<br />

Bonomelli y Bonilla (1999), entre los factores que condicionan el potencial productivo<br />

de un sitio, se destaca el nivel de humedad del suelo, por el impacto que muestra en la<br />

producción de biomasa. En esta misma línea, Gerding y Schlatter (1995) en estudios<br />

con Pinus radiata identificaron a las precipitaciones de primavera y verano entre los<br />

factores más discriminantes entre sitios en la producción de biomasa. Por otro lado,<br />

Andrade et al. (1995) determinaron en E. grandis un aporte significativo de calcio,<br />

magnesio y azufre, a partir del pluviolavado de la copa, asimismo, señalaron una<br />

posible absorción de nitrógeno y fósforo directamente en el dosel, lo cual se<br />

incrementaría en zonas de alta pluviosidad como la correspondiente al presente<br />

estudio.<br />

En cuanto al efecto de la fertilización en la producción de biomasa, al comparar el<br />

T1 (fertilización completa) y el T11 (sin fertilizar), resalta la mayor producción total en el<br />

T1, como indicador directo de productividad (Figura 21). Sin embargo, resulta de mayor<br />

importancia el efecto de la fertilización en la eficiencia de producir madera por unidad<br />

de biomasa foliar. En este sentido, las diferencias entre tratamientos revelaron un 34 %<br />

de mayor producción de madera por unidad de biomasa foliar en el tratamiento<br />

fertilizado (Figura 24 y Anexo 3). El principal efecto de la fertilización, al mejorar la<br />

disponibilidad de elementos nutritivos, se vio reflejado en el aumento de la biomasa<br />

foliar, la cual aporta un equilibrio dinámico entre el medio biofísico y los procesos de<br />

fotosíntesis, con la conversión de energía solar en materia seca y rendimiento en<br />

madera (Beadle, 1997).<br />

129


Con relación a lo anterior, si bien la proporción de los componentes de la biomasa,<br />

con relación a la biomasa aérea total fue similar en ambos tratamientos (Figura 21), el<br />

efecto de la fertilización causó variaciones en la distribución de la masa foliar en los<br />

tercios del árbol y la relación de ésta con la producción de ramas (Figuras 23 y 24). La<br />

diferencia entre tratamientos en la distribución de la biomasa foliar se localizó<br />

precisamente en el tercio superior, donde se produce la mayor demanda de elementos<br />

nutritivos para la formación de nuevos tejidos. En este sentido, la proporción de hojas<br />

en el tercio superior del T1 fue un 140 % superior a la del T11. Asimismo, la proporción<br />

de tejido fotosintético por unidad de producción de ramas en el tratamiento fertilizado<br />

fue mayor en todos los tercios del árbol respecto al control.<br />

Por otro lado, aunque la base de datos fue estrecha, se destaca la fuerte relación<br />

entre el DAP con la biomasa total y la mayoría de los componentes de la biomasa<br />

(Cuadros 16 y 17), en particular con la madera y la corteza, los componentes con<br />

menor variación proporcional entre árboles (Cuadro 15). En general, la relación fue<br />

similar en los dos tratamientos por lo que sobresalen las ventajas del DAP como<br />

variable predictora. Ello permitió ajustar los modelos alométricos con los datos de los<br />

dos tratamientos (Figura 25). Asimismo, de acuerdo a lo señalado por Wang et al.<br />

(2000) el modelo posibilitó un buen ajuste con una base pequeña de datos.<br />

Con relación a la producción de biomasa de las raíces gruesas y finas determinada<br />

en cuatro posiciones del terreno, desde la línea de plantación hacia el centro de la<br />

entrelinea (Figura 27), permitió una buena estimación de la distribución espacial de las<br />

raíces. Sin embargo, la biomasa de la raíz principal se determinó sólo en el árbol medio<br />

de cada tratamiento, por lo que la producción de biomasa se debería considerar sólo<br />

con carácter orientador. Al respecto, Van Lear y Kapeluck (1995) determinaron un<br />

crecimiento exponencial en la biomasa de la raíz principal de Pinus taeda en las clases<br />

diamétricas dominantes y codominantes, respecto a las clases diamétricas intermedias.<br />

Por otra parte, los escasos estudios realizados en la determinación de la biomasa de<br />

raíces de E. nitens (Misra et al. 1998a) y la falta de una metodología en común, no<br />

permitió realizar una comparación detallada con otras experiencias.<br />

130


El general, la mayor cantidad de biomasa se localizó en las raíces gruesas (Figura<br />

26), lo cual coincide con lo determinado por Misra et al. (1998a) en E. nitens, Mello et<br />

al. (1998) en E. grandis y Calderón et al. (1999) en E. globulus. Asimismo, el 60 % de<br />

las raíces gruesas y finas de ambos tratamientos se acumuló en los primeros 20 cm del<br />

suelo, lo cual en general concuerda con lo señalado por Misra et al. (1998a) y Mello et<br />

al. (1998). Al respecto, la concentración de la mayor proporción de raíces en la parte<br />

superficial del suelo tendría relevancia en la planificación de técnicas de preparación<br />

del terreno y fertilización, asimismo, en la interpretación de procesos fisiológicos<br />

relacionados con el balance de agua y nutrición.<br />

Con relación al efecto de la fertilización, la mayor respuesta se concentró en la<br />

biomasa de las raíces gruesas, en particular en los primeros 10 cm del suelo, no<br />

obstante, la biomasa del T1 (fertilizado) fue superior a la del T11 (sin fertilizar) en todo<br />

el perfil, lo cual permite mayor exploración del subsuelo. Al respecto, Misra et al.<br />

(1998a) no detectaron efecto de la fertilización en la producción de raíces gruesas, lo<br />

cual atribuyen a una fuerte variación espacial, que no siempre es controlada por el<br />

muestreo. En cuanto a las raíces finas, en forma coincidente con lo determinado por<br />

Misra et al. (1998a), en el presente estudio no se evidenciaron diferencias tan<br />

marcadas como las señaladas en las raíces gruesas, en particular en la zona<br />

correspondiente al suelo superficial.<br />

Por otra parte, la distribución espacial de las raíces finas en la entrelínea del T1<br />

estuvo asociada a la localización del fertilizante. Al respecto, el 50 % de las raíces finas<br />

se concentraron en los primeros 70 cm desde la línea de plantación. En cambio en el<br />

T11 la distribución fue más homogénea en toda la entrelinea, respondiendo a la<br />

fertilidad natural del suelo, lo cual permitiría un mayor aprovechamiento espacial de los<br />

recursos.<br />

En cuanto a la producción total de raíces, el promedio de los dos tratamientos<br />

duplicó a la determinada por Misra et al. (1998a) a los 32 meses de edad. Asimismo,<br />

las relaciones con la biomasa aérea señalarían una modificación pequeña por efecto<br />

de la fertilización. En este sentido, al comparar el T1 (fertilizado) con el T11 (sin<br />

fertilizar) la proporción de raíces fue menor con relación al total de la biomasa, con un<br />

aumento de la proporción de madera. La tendencia coincide con lo referido por Binkley<br />

131


(1993) en cuanto a que la fertilización y el riego aumentan en mayor proporción la<br />

biomasa aérea respecto a la biomasa de raíces.<br />

Respecto a la caída de hojarasca, la estacionalidad acentuada, con un máximo en la<br />

primavera y verano y un mínimo en invierno, es coincidente con los resultados de<br />

Frederick et al. (1986) en E. nitens a los cinco años de edad y Frederick et al. (1985)<br />

en Eucalyptus regnans en un rango de 4 a 17 años de edad. En cuanto a la caída<br />

anual de hojarasca Frederick et al. (1986) en E. nitens cuantificó 5,3 t ha -1 y Frederick<br />

et al. (1985) en E. regnans estimó un promedio de 5,2 t ha -1 , sin encontrar relación con<br />

la edad de los rodales. Respecto a lo anterior, las cantidades mencionadas se<br />

aproximaron más a la hojarasca cuantificada en el T1 (fertilizado) que a la cuantificada<br />

en el T11 (sin fertilizar), lo cual señalaría en esta última una fuerte sobrestimación<br />

producida por la gran variabilidad espacial (Cuadro 18 y Figura 30). Sin embargo, algún<br />

efecto también podría atribuirse a una mayor pérdida de hojas juveniles en el T11,<br />

características de la especie en esta fase de crecimiento. En este sentido, en<br />

comparación con estudios similares, sería necesario aumentar el número de muestras<br />

y/o la superficie de la unidad de muestreo con relación a la unidad experimental, para<br />

disminuir el efecto de la variabilidad espacial (Gosz et al., 1972; Frederick et al, 1984;<br />

Pereira et al., 1989).<br />

Con relación al mantillo, la variación detectada en la distribución espacial es<br />

coincidente con lo expresado en la caída de hojarasca, sin embargo, la cantidad<br />

acumulada en cada tratamiento se relaciona mejor con la diferencia de productivdad<br />

entre el tratamiento fertilizado y el control sin fertilizar (Figura 31). Asimismo la mayor<br />

cantidad y uniformidad de mantillo en el tratamiento fertilizado señalaría una mayor<br />

evolución del ciclo biogeoquímico, mayor actividad biológica y retención de humedad.<br />

La mayor uniformidad detectada en el T1 respecto al T11, mejora la distribución<br />

espacial de los elementos nutritivos en la liberación hacia el suelo mineral. En este<br />

sentido, la liberación mejor distribuida en el espacio del T1, favorecería la absorción de<br />

elementos nutritivos por las raíces alejadas de la línea de plantación. En cambio la<br />

liberación de elementos nutritivos en el T11 concentrada sólo en el espacio cercano a la<br />

línea de plantación tendría mayor riesgo de pérdida de elementos nutritivos cuando la<br />

mineralización supere a la capacidad de absorción de las raíces.<br />

132


5.4 CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS<br />

En general, los patrones de concentración de los macroelementos en los<br />

componentes de la biomasa aérea no evidenciaron mayores diferencias respecto a lo<br />

señalado en estudios realizados en distintas especies de Eucalyptus. En este sentido,<br />

la secuencia de concentración hojas>corteza>ramas>madera fue reportada por<br />

Rodríguez et al. (1984) en E. grandis; Pereira et al. (1989) en E. globulus, Bargali y<br />

Singh (1991) en E. terenticornis y Misra et al. (1998b) en E. nitens, lo cual señala que<br />

la secuencia de macroelementos en la biomasa aérea se mantendría constante a<br />

través de las diferentes condiciones de suelo, clima y edad de la plantación.<br />

Por otra parte, la variación de la concentración de macroelementos en los tercios del<br />

árbol, en forma coincidente a lo determinado por Pereira et al. (1989) y Correa (1991),<br />

respondió a la movilidad propia de cada bioelemento. De hecho, en las hojas y en las<br />

ramas verdes los macroelementos de mayor movilidad fueron el nitrógeno y el fósforo,<br />

desde la base hacia el ápice del árbol, en relación directa con la demanda de esos<br />

bioelementos en la formación de nuevos tejidos fotosintetizadores. Por otro lado, el<br />

potasio, de poca variación en las hojas, fue el elemento de mayor movilidad en las<br />

ramas vivas, la madera y la corteza, lo cual señalaría su participación en los procesos<br />

de formación de este tejido.<br />

En cuanto a la tendencia a una menor concentración de bioelementos en el T1<br />

(fertilizado) respecto al T11 (sin fertilizar) la misma respondería a un efecto de dilución<br />

generalizado. Al respecto, de acuerdo a lo sugerido Weetman et al. (1989 a y b), Swift<br />

y Brockley (1994) y Binkley (1993), una mayor producción de biomasa con menor<br />

concentración de elementos nutritivos señala que los mismos no fueron limitantes para<br />

el crecimiento. Asimismo, las mayores concentraciones de nitrógeno y de fósforo<br />

detectadas en la biomasa del T11 (sin fertilizar) respecto al T1 (fertilizado), a pesar de<br />

la fertilización aplicada en 1999, se podrían asignar a una demanda fuerte de ambos<br />

elementos en el tratamiento fertilizado. Al respecto, Bennett et al. (1996) detectaron al<br />

cuarto año un aumento significativo en la concentración foliar con la aplicación de<br />

nitrógeno y fósforo, aunque sin diferencias en el crecimiento respecto al control, lo cual<br />

señalaría un consumo de lujo.<br />

133


Al comparar la concentración de los macroelementos en los componentes de la<br />

biomasa con los estudios de Madgwick et al. (1981), Frederick et al. (1985) y Misra et<br />

al. (1998b), las diferencias no mostraron un patrón definido en los distintos<br />

componentes, lo cual concuerda con lo concluido por Judd et al. (1996a), respecto a<br />

que las diferencias en las concentraciones de elementos nutritivos responden más a la<br />

variación de la fertilidad que las propias relaciones taxonómicas. Asimismo, al<br />

comparar las concentraciones de los macroelementos con la media de 37 muestras de<br />

hojas de un análisis de comparación de laboratorios (Judd et al., 1996a), se distingue<br />

una concentración similar para el nitrógeno, menor para el fósforo (0,085 vs 0,13 %),<br />

menor para el potasio (0,64 vs 0,76 %) y muy altas para el calcio y el magnesio, lo cual<br />

sugeriría un consumo de lujo de ambos elementos.<br />

Con relación a las determinaciones realizadas por Bonomelli y Suarez (1999b) a los<br />

tres años de crecimiento de E. nitens en la VIII Región, la concentración de nitrógeno<br />

en las hojas fue similar y en la madera más baja. Respecto a las concentraciones de<br />

fósforo, en general fueron más bajas en el presente estudio, las mayores diferencias se<br />

situaron en la madera, con una concentración de 0,05 % en el sitio de la VIII Región y<br />

0,01 % en este ensayo. A su vez, la concentración de potasio en las hojas fue mayor<br />

en esta experiencia y en la madera menor. En general, si se tiene en cuenta que las<br />

concentraciones disminuyen desde el primer año de crecimiento hasta estabilizarse en<br />

la fase de cierre de copas, las diferencias entre los dos estudios fueron menores, a<br />

excepción del fósforo en la madera, lo cual se podría atribuir a procesos de reciclaje<br />

interno entre los componentes de la biomasa.<br />

En cuanto a las concentraciones de microelementos, la comparación con la base<br />

estandarizada recopilada por Judd et al. (1996a) señaló una concentración elevada de<br />

hierro y manganeso, propio de las condiciones del suelo, algo menor en cobre (5,3 vs<br />

7,7 mg kg -1 ), similar en zinc y muy elevada en boro, la cual duplicó a la concentración<br />

estandarizada. Al respecto, el único microelemento con cierta inestabilidad en cuanto a<br />

suministro de demandas desde el suelo podría ser el cobre.<br />

Por su parte, la concentración de elementos nutritivos en las raíces fue similar en los<br />

dos tratamientos, lo cual señalaría que no se produjo efecto de la fertilización.<br />

Asimismo, la concentración de elementos se diferenció en la raíz principal y las raíces<br />

134


gruesas respecto a las raíces finas. Las concentraciones en las dos primeras clases de<br />

raíces, en general fueron bajas, asemejándose a los tejidos leñosos de la biomasa<br />

aérea (ramas y madera). Por su parte, las concentraciones en las raíces finas fueron<br />

más parecidas a las determinadas en la corteza para el nitrógeno, fósforo y magnesio y<br />

en la madera para el potasio y el calcio. Las concentraciones de nitrógeno y de fósforo<br />

difieren con lo señalado por Misra et al. (1998b) en E. nitens a los 34 meses de edad,<br />

quienes determinaron diferencias significativas en la concentración de nitrógeno en las<br />

raíces gruesas, medias y finas del tratamiento fertilizado respecto al control, aunque no<br />

se diferenciaron entre tratamientos para la concentración de fósforo. No obstante, las<br />

concentraciones de fósforo de las raíces finas y medias determinadas por Misra et al.<br />

(1998b) fueron las más altas de todos los componentes de la biomasa.<br />

Respecto a la hojarasca, las concentraciones de elementos nutritivos, en ambos<br />

tratamientos, exhibieron variación en las estaciones del año, la cual se podría<br />

relacionar en forma directa con la movilidad de cada elemento y las demandas de los<br />

árboles en su ciclo bioquímico. En este sentido, de acuerdo a Vitousek (1982), Birk y<br />

Vitousek (1986) y Ericcsson (1994), la eficiencia de la plantación en el uso de los<br />

elementos nutritivos está relacionada en forma inversa a la concentración de los<br />

elementos en la hojarasca. Con relación a ello, aunque ambos tratamientos revelaron<br />

el mismo patrón de variación en la concentración de bioelementos en las cuatro<br />

estaciones, la eficiencia en el uso de los elementos varió entre ellos. En esta línea, el<br />

T1 habría sido más eficiente en el uso del potasio, del calcio, del manganeso y del zinc,<br />

en cambio el T11 habría utilizado mejor el fósforo, el hierro y el boro (Figura 37). A su<br />

vez la eficiencia en el uso del nitrógeno y del magnesio sería similar en los dos<br />

tratamientos.<br />

Por otra parte, en forma comparativa con lo reportado por Frederick et al. (1986) en<br />

E. nitens al quinto año de crecimiento, la concentración promedio de los macro y<br />

microelementos en la hojarasca sólo fue inferior en el nitrógeno y el fósforo. Las<br />

mayores diferencias entre ambos estudios se detectaron en la concentración de calcio,<br />

lo cual corroboraría un consumo de lujo en la experiencia local.<br />

Las mayores concentraciones de macro y microelementos en el mantillo respecto a<br />

la hojarasca confirman lo señalado por Bray y Gorham (1964), en cuanto a que el<br />

135


horizonte orgánico siempre está mezclado con una porción de suelo mineral, lo cual<br />

fue corroborado por el análisis de cenizas (Anexo 4). Por otro lado, la fertilización con<br />

nitrógeno y fósforo aplicada en 1999 invalidaría cualquier comparación entre ambos<br />

tratamientos, por un posible efecto residual en el tratamiento fertilizado, de hecho, las<br />

concentraciones de ambos elementos fueron mayores que en el T11 (sin fertilizar).<br />

Asimismo, las bajas concentraciones de potasio, respecto a las otras bases de<br />

intercambio, señalarían un proceso fuerte de lixiviación, el cual agrava la inestabilidad<br />

de dicho elemento en el sistema, si se considera el aporte bajo desde las fracciones<br />

intercambiables y de reservas suministrables del suelo (Figura 43).<br />

5.5 <strong>DE</strong>MANDA <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS AL CIERRE <strong>DE</strong> COPAS<br />

El efecto de la fertilización aplicada en forma gradual fue notorio al comparar el T1<br />

(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) tanto al analizar la biomasa aérea (Figuras 21, 22,<br />

23, 24 y 25) como la biomasa total (Figuras 44 y 45 y Cuadro 22). En este sentido, la<br />

mayor producción de biomasa en el T1 respecto al T11, con un consumo similar de<br />

elementos nutritivos, remarca la conveniencia de ajustar los esquemas de fertilización<br />

en función de los requerimientos de la plantación, buscando un equilibrio con las<br />

técnicas operacionales de aplicación (Binkley, 1993; Bennet et al., 1996; Judd et al.,<br />

1996b; Scatolini et al.,1998; Gonçalves et al., 1997; Leiva, 2000; Staub, 2000). En este<br />

sentido, Gonçalves y Barros (1998) sugieren que además de las ventajas nutritivas<br />

logradas al subdividir la dosis de fertilización, se reducirían pérdidas de elementos a<br />

causa de volatilización, lixiviación, inmovilización y erosión.<br />

Por otro lado, la mayor cantidad de nitrógeno, fósforo y magnesio acumulada en las<br />

ramas y en las hojas del tercio superior del T1 respecto al T11, por efecto de la<br />

fertilización, marca las diferencias entre tratamientos en la zona de mayor actividad<br />

fotosintética (Figura 35), relacionada en forma directa con la producción de biomasa<br />

(Periera et al., 1989; Kriedermann y Cromer, 1996; Beadle, 1997; Kimmins, 1997;<br />

Albaugh et al., 1998). Sin embargo, las mayores diferencias entre tratamientos se<br />

situaron sólo en las clases superiores (Figura 36), donde el crecimiento es menos<br />

afectado por la competencia entre árboles, debido a una mayor capacidad de<br />

intercepción de luz. En este sentido, la semejanza entre tratamientos en las clases<br />

136


intermedias y dominadas sería otro indicio de un exceso de árboles, en especial en el<br />

tratamiento fertilizado, lo cual se visualiza al comparar en ambos tratamientos las<br />

cantidades totales y la distribución en los componentes (Figuras 44 y 45). Referente a<br />

ello, Vose y Allen (1998) sugieren incorporar el área foliar a las decisiones de manejo<br />

como herramienta integradora del tamaño de los árboles, densidad del rodal y<br />

suministro de recursos (agua y elementos nutritivos).<br />

En relación directa con lo anterior, se destacó la mayor eficiencia en el T1 respecto<br />

al T11 en el uso de los elementos nutritivos para la producción de biomasa (Figuras 37<br />

y 38). En este aspecto sobresale la eficiencia en el uso de los elementos incorporados<br />

en mayor proporción con el esquema de fertilización, el nitrógeno, el fósforo y el<br />

potasio. De hecho, los menos abundantes en el suelo y los más demandados en la<br />

primera fase de crecimiento, en especial nitrógeno y fósforo. Asimismo, los<br />

componentes de la biomasa menos eficientes, aquéllos que consumen más elementos<br />

nutritivos por unidad de materia seca producida, resultaron las hojas y la corteza, y el<br />

más eficiente la madera.<br />

Respecto a lo anterior, la copa habría llegado a su máxima expansión (Figura 17) lo<br />

cual señalaría un equilibrio entre la demanda de elementos nutritivos para la formación<br />

de nuevos tejidos y la entrega al sistema mediante la caída de hojarasca y los<br />

mecanismos de reabsorción (Ericcsson, 1994; Gonçalves y Barros, 1998). Sin<br />

embargo, la arquitectura actual se podría modificar si se realizan intervenciones<br />

(raleos), con lo cual se debería esperar un nuevo flujo de demandas nutritivas. Por otro<br />

lado, el fuste (madera + corteza) aumentará en forma continua su proporción en la<br />

composición de la biomasa, incluso se podría acelerar con alguna intervención. En este<br />

sentido, aumentará la demanda de bioelementos, en particular de potasio en la madera<br />

y de calcio en la corteza, los dos elementos que más disminuyeron en sus reservas<br />

hasta la etapa de cierre de copas, lo cual señalaría la necesidad de un monitoreo de la<br />

evolución en el ciclo biogeoquímico.<br />

Con relación a los microelementos, la mayoría se congregó en la copa, en particular<br />

en las hojas, a excepción del hierro y el manganeso y el cobre (Figura 39 y Cuadro 20).<br />

Referente a los dos primeros, resalta la acumulación en las raíces finas, sin embargo,<br />

las cantidades podrían estar sobrestimadas debido a un efecto de "contaminación"<br />

137


como consecuencia de la actividad de ambos elementos en el suelo. Respecto al<br />

cobre, éste se distribuyó en forma más equilibrada entre la copa y el fuste, con<br />

supremacía en la madera, debido a su baja movilidad. Con relación a posibles<br />

deficiencias de microelementos, las concentraciones en los componentes de la<br />

biomasa y en el suelo señalarían un buen suministro. Sin embargo, Turnbull et al.<br />

(1994), identificaron en E. nitens malformaciones importantes en el fuste y las ramas,<br />

causadas por deficiencias de cobre entre los 17 y 22 meses de edad. Los autores<br />

atribuyeron a deficiencias inducidas por tasas altas de fertilización con nitrógeno y<br />

fósforo. En este sentido, de acuerdo a lo reportado por Leiva (2000) y Staub (2000) las<br />

malformaciones detectadas en la presente experiencia, aunque menos pronunciadas<br />

que las descriptas por Turnbull et al. (1994), se localizaron en los tratamientos con<br />

mayores dosis de nitrógeno y fósforo. Con relación a ello, Leiva (2000) y Staub (2000)<br />

atribuyen las malformaciones a un crecimiento acelerado sin un proceso de<br />

lignificación suficiente, aunque no se debería descartar también el efecto de una<br />

deficiencia temporaria de cobre en las causas de las malformaciones.<br />

Respecto a los elementos nutritivos en la biomasa de las raíces, la cantidad<br />

cuantificada en la raíz principal de ambos tratamientos sólo tiene carácter orientador,<br />

de acuerdo con lo mencionado en la sección 5.3. Sin embargo, la cantidad de<br />

elementos nutritivos en la raíz principal representó un porcentaje bajo con relación al<br />

total de bioelementos cuantificados en el total de las raíces (Figura 41).<br />

Por otro lado, si bien no se logró una comparación por clase de raíz con las<br />

determinaciones de Misra et al. (1998b), debido a diferencias en la clasificación del<br />

tamaño de las raíces, la cantidad de nitrógeno (kg ha -1 ) considerando la suma de<br />

raíces gruesas y finas fue similar en los dos estudios. A su vez, la cantidad de fósforo<br />

determinada por Misra et al. (1998b) duplicó a la determinada en este estudio, lo cual<br />

concuerda con los resultados de Ferreira et al. (1984), en cuanto a que las cantidades<br />

de fósforo en las raíces son menores en sitios de mayor fertilidad. En forma<br />

coincidente, el fósforo acumulado en las raíces del T11 (sin fertilizar) fue mayor al<br />

acumulado en el T1 (fertilizado). En cuanto al potasio, el calcio y el magnesio su<br />

acumulación en la biomasa total de raíces no se diferenció entre tratamientos. A su<br />

vez, la diferencia importante entre las raíces finas y las otras dos clases de raíces en la<br />

acumulación de microelementos, principalmente de hierro y manganeso, se debería en<br />

138


gran parte a un efecto de adherencia de restos de suelo en la corteza de las raíces<br />

finas.<br />

En cuanto a la acumulación de elementos nutritivos en el mantillo, una de las claves<br />

del ciclo biogoequímico a partir del cierre de copas, Noble y Herbert (1991) señalan<br />

que si el porcentaje de mineralización del nitrógeno (entre el 1 % y el 3 %) fuera<br />

constante el suministro sería adecuado para las demandas de la vegetación. Sin<br />

embargo, la liberación de los elementos en el mantillo, en particular del nitrógeno y el<br />

fósforo, están influidas por el pH, la humedad, la temperatura, la riqueza nutritiva del<br />

material (relación C:N) y la actividad biológica (Kimmins, 1997). En el caso particular<br />

de E. nitens, Smethurst et al. (1998) analizaron en Tasmania el aumento de la biomasa<br />

microbiana después de fertilizar con nitrógeno y fósforo, concluyendo que el aumento<br />

de la masa microbiana y la inmovilización de nitrógeno no fue un mecanismo<br />

importante para moderar el suministro de nitrógeno en el largo plazo por efecto de la<br />

fertilización. Referente a ello, el efecto de la fertilización con nitrógeno y fósforo<br />

aplicada en 1999 en el tratamiento fertilizado fue notorio respecto a las cantidades<br />

acumuladas en el tratamiento sin fertilizar (Figura 43).<br />

Por otra parte, en comparación con lo determinado por Frederick et al. (1985) en<br />

Eucalyptus regnans con características de crecimiento similares a las del presente<br />

estudio, las cantidades de fósforo y nitrógeno acumulados en el mantillo de E. nitens<br />

fueron mayores en el T1 y similares en el T11, lo cual señalaría una tasa de<br />

descomposición similar en las dos especies. En este sentido, los autores consideraron<br />

que la tasa de descomposición fue más alta que en plantaciones de Nueva Zelandia y<br />

Australia. Con relación a ello, si se tiene en cuenta que la totalidad del mantillo estuvo<br />

compuesto por hojas y las relación nitrógeno:fósforo fue baja en el T1 (fertilizado) y<br />

medias en el T11 (sin fertilizar), se debería esperar una buena tasa de<br />

descomposición, en particular en el T1, debido al efecto de la fertilización. Asimismo, la<br />

mayor uniformidad en la distribución espacial de los elementos nutritivos en el T1,<br />

expresada por los coeficientes de variación, señalarían una mayor evolución en el ciclo<br />

biogeoquímico del tratamiento fertilizado (Figura 43).<br />

139


5.6 CARACTERIZACION <strong>DE</strong>L SUELO<br />

Las buenas condiciones físicas del suelo para el crecimiento de E. nitens, quedaron<br />

reflejadas en la productividad alcanzada en todos los tratamientos hasta el cuarto año<br />

de crecimiento. Lo anterior se sustenta al analizar la profundidad de exploración de las<br />

raíces en los tratamientos antagónicos en cuanto a manejo nutritivo: el T1 (fertilizado) y<br />

el T11 (sin fertilizar). En este sentido, el desarrollo del sistema de raíces, en ambos<br />

tratamientos, respondió a las características naturales de los Eucalyptus sp., con una<br />

concentración preponderante de biomasa en el horizonte superficial, aunque con<br />

presencia de raíces gruesas y finas en todo el perfil (Figuras 26 y 27).<br />

Respecto a las condiciones químicas del suelo, los niveles similares de pH, carbono<br />

total, nitrógeno total y bases intercambiables evaluados al inicio de la plantación y a los<br />

45 meses de crecimiento, en particular en el tratamiento sin fertilizar, señalarían la<br />

capacidad alta de suministro del suelo a expensas de sus reservas (Cuadro 24). La<br />

mayor diferencia respecto a las condiciones iniciales del suelo corresponde al aumento<br />

del nivel de fósforo en el suelo superficial del T1 (fertilizado), el cual quintuplicó al nivel<br />

inicial. Sin embargo, al comparar ambos tratamientos a los 45 meses de crecimiento,<br />

la similitud entre las fracciones de elementos intercambiables y de reservas<br />

suministrables en los niveles de algunos elementos, estarían señalando un descenso<br />

importante en los niveles de reserva (Cuadros 24 y 27). Al respecto, el potasio y el<br />

calcio resultaron más afectados que el magnesio, en particular en los primeros 30-40<br />

cm del suelo, lo cual concuerda con lo señalado por Baeza (1998) al analizar<br />

plantaciones de Pinus radiata en dos suelos rojo arcillosos en la X Región. Asimismo,<br />

Gerding y Schlatter (1998) y Schlatter y Gerding (1998), indicaron resultados similares<br />

en estudios realizados en un suelo rojo arcilloso con plantaciones de Pinus radiata, en<br />

la VIII Región. Los niveles de potasio en la reserva suministrable resultaron bajos lo<br />

cual indicaría un posible déficit en el suministro de las demandas de la plantación en el<br />

mediano plazo, coincidiendo con lo determinado por Baeza (1998).<br />

En cuanto a la alta saturación con aluminio de la capacidad de intercambio de<br />

cationes, fue similar en los dos tratamientos. Sin embargo, la mayoría de las especies<br />

de Eucalyptus han evolucionado en suelos ácidos con alto contenido de aluminio. En<br />

140


este sentido, la actividad del aluminio puede afectar el crecimiento más por la<br />

capacidad de fijación de fósforo que por su toxicidad (Romeny, 1997).<br />

Con relación a las reservas de fósforo, el efecto de la fertilización es notorio en los<br />

primeros 10 cm de suelo, donde los niveles del T1 duplicaron a los del T11, aunque en<br />

general los niveles de fósforo fueron bajos, coincidiendo con lo señalado por Baeza<br />

(1998) en dos suelos rojo arcillosos también de la X Región. En comparación a los<br />

niveles de reserva determinados por Gerding y Schlatter (1998) y Schlatter y Gerding<br />

(1998) en la VIII Región, aún en el tratamiento fertilizado, la fracción de reserva de<br />

fósforo fue muy baja, lo cual expresaría un alto grado de fijación por parte del hierro y<br />

el aluminio. En este sentido, Rodriguez (s/f.) al comparar un grupo de suelos desde la<br />

V Región hasta la X Región, determinó que los suelos rojo arcillosos de la X Región,<br />

junto con los suelos trumaos y los suelos ñadis, presentaron la tasa más alta de<br />

reducción de labilidad del fósforo y la menor efectividad inicial y residual. De acuerdo<br />

con lo anterior, el autor señaló la necesidad de fertilizar este tipo de suelos en forma<br />

continuada con fósforo, hasta alcanzar un nivel de fertilización de mantenimiento.<br />

Por otro lado, se debe considerar que en la primera fase de crecimiento, hasta el<br />

cierre de copas, se produce la mayor demanda de elementos nutritivos desde el suelo<br />

mineral, debido al desarrollo del sistema de raíces y la expansión de la copa, con muy<br />

baja devolución de elementos nutritivos hacia el suelo en el ciclo biogeoquímico. Sin<br />

embargo, al producirse el cierre de copas, la biomasa de las raíces y de la copa tiende<br />

a estabilizarse lo que produce un mayor equilibrio entre las demandas de elementos<br />

nutritivos desde el suelo, el aporte desde la hojarasca y la muerte de raíces (Waring y<br />

Schlesinger, 1985; Kimmins, 1997)<br />

5.7 BALANCE NUTRICIONAL AL CIERRE <strong>DE</strong> COPAS<br />

El rendimiento en biomasa de ambos tratamientos hasta la etapa de cierre de<br />

copas, se produjo a expensas de una fuerte extracción de elementos nutritivos desde<br />

el suelo (Figura 47), en particular de nitrógeno, fósforo, potasio y calcio.<br />

Comparativamente, con otros Eucalyptus sp., E. nitens se caracterizaría por una<br />

extracción elevada de elementos nutritivos en la primera fase de crecimiento. Al<br />

141


especto, en Brasil, Gonçalves y Barros (1998) analizando varias Eucalyptus sp,. con<br />

un promedio de edad de 5,6 años y un rango de rendimiento en madera sin corteza de<br />

54 a 294 m 3 ha -1 , estimó en la biomasa y el mantillo una acumulación de nitrógeno,<br />

fósforo, potasio y calcio un 29 %, 6 % 15 % y 53 % menor respectivamente al<br />

promedio de los dos tratamientos evaluados en el presente estudio.<br />

Con relación a lo anterior la distribución de los elementos nutritivos en el sistema<br />

mostró un efecto diferencial entre tratamientos por efecto de la fertilización, en cuanto a<br />

la proporción extraída desde el suelo, la cantidad acumulada en la biomasa, en el<br />

mantillo y en las fracciones del suelo. En este sentido, aunque la extracción de<br />

nitrógeno y fósforo en el T1 (fertilizado) fue mayor que en el T11 (sin fertilizar), las<br />

cantidades de ambos elementos en el suelo fueron mayores en el tratamiento<br />

fertilizado. Por el contrario, las mayores cantidades extraídas de potasio y calcio en el<br />

T1 (fertilizado) respecto al T11 (sin fertilizar), afectaron en forma directa los niveles de<br />

ambos elementos nutritivos en el suelo, en particular en la fracción extractable. Con<br />

relación al magnesio, las fracciones de reservas suministrables fueron levemente<br />

mayores en el T11 (sin fertilizar) respecto al T1 (fertilizado). Sin embargo, en ambos<br />

tratamientos, la cantidad acumulada en el vuelo y el mantillo fue muy inferior a la<br />

fracción extractable del suelo, lo cual quedó reflejado en los valores del IRV en ambas<br />

fracciones del suelo (Figura 48).<br />

Respecto al nitrógeno, los contenidos analizados en el suelo (Cuadros 25 y 27) y la<br />

estimación del IRV, señalarían una condición de estabilidad. Sin embargo, las<br />

evaluaciones responden al contenido de nitrógeno orgánico mineralizable, el cual es<br />

indicador de la presencia de nitrógeno, más que del nitrógeno disponible por efecto de<br />

la mineralización. En este sentido, en EEUU, Nadelhoffer et al. (1983) no encontraron<br />

correlación significativa entre el nitrógeno total y la mineralización de éste en nueve<br />

rodales de diferentes especies, ubicados en sitios de clima templado con elevada<br />

pluviosidad. Con relación a ello, la menor acumulación de nitrógeno en la biomasa del<br />

T11 (sin fertilizar) y la menor cantidad de nitrógeno total en el suelo, respecto al T1<br />

(fertilizado), señalaría un posible déficit en el suministro de nitrógeno. Asimismo, el<br />

IRV fue más bajo en el T1 (fertilizado) a pesar de la mayor acumulación de nitrógeno<br />

en el mantillo, posiblemente debido a la fertilización aplicada en 1999. Sin embargo,<br />

con el cierre de las copas, la mineralización del mantillo y el reciclaje interno serían<br />

142


fuentes más importantes de elementos nutritivos, en especial de nitrógeno, que los<br />

suministrados en forma directa por el suelo mineral (Turner y Lambert, 1983;<br />

Gonçalves et al., 1998).<br />

En cuanto al fósforo, la baja estabilidad estimada a través de los IRV, en particular<br />

para el fósforo disponible, era predecible, si se considera el déficit generalizado de<br />

fósforo en plantaciones realizadas en sitios con alta actividad de hierro y aluminio<br />

(Flinn, et al., 1979; Cromer et al., 1981 y 1995; Ferreira et al., 1984; Schönau, 1984;<br />

Birk, 1994; Simpson et al., 1998; Aparicio et al., 1999, Gonçalves y Barros, 1998).<br />

Referente a la corrección del déficit de fósforo con una fuente de menor solubilidad, de<br />

acuerdo a Sierra (1990), con las condiciones de acidez y los contenidos bajos de calcio<br />

de los suelos rojo arcillosos de la X Región, se debería lograr buena respuesta a su<br />

aplicación. Sin embargo, Sierra (1993) y Demanet y Mora (1999) no detectaron<br />

diferencias al comparar en praderas esquemas con rocas fosfóricas y fuentes solubles,<br />

aplicando dosis de hasta 100 kg ha -1 de fósforo. No obstante, comparativamente, las<br />

dosis de rocas fosfóricas fueron bajas respecto a las utilizadas en experiencias<br />

forestales con buena respuesta a su aplicación (Gonçalves y Barros, 1998). En este<br />

sentido, considerando la respuesta potencial de acuerdo a las condiciones de los<br />

suelos de la región (Sierra, 1990), sería conveniente el desarrollo de nuevas<br />

experiencias para determinar una posible respuesta a dosis superiores.<br />

Con relación a la acumulación de potasio, las diferencias en el vuelo y el mantillo de<br />

ambos tratamientos (30 kg ha -1 ) fueron mínimas con relación a las diferencias en el<br />

suelo (200 kg ha -1 ), lo cual indicaría una variación espacial importante, si se considera<br />

la distancia que separa a las parcelas fertilizadas y no fertilizadas (Figura 6). Por otro<br />

lado, las cantidades mínimas acumuladas en el mantillo y en las reservas, condicionan<br />

la mayor parte del potasio sólo a la fracción extractable del suelo, con niveles<br />

adecuados de suministro en el corto plazo. Sin embargo, como señalaron los valores<br />

de ambos IRV, la mayor inestabilidad del suelo, respecto a las bases de intercambio,<br />

sería en potasio. De hecho, los resultados coinciden con lo señalado por Baeza (1998)<br />

al analizar siete sitios con plantaciones de Pinus radiata en suelos rojo arcillosos de la<br />

X Región. Asimismo, Gerding y Schlatter (1998) al evaluar cinco sitios con rodales de<br />

Pinus radiata en la VIII Región, incluido un suelo rojo arcilloso, determinaron que los<br />

143


cinco sitios fueron muy inestables respecto al potasio, respondiendo más a una<br />

condición de los suelos, en cuanto a su origen y evolución, que al nivel de<br />

productividad.<br />

De lo expuesto en el párrafo anterior, resalta la necesidad de investigar con mayor<br />

énfasis, en la mayoría de los suelos del sur de Chile, la evolución del potasio en el ciclo<br />

biogeoquímico de sistemas con plantaciones de crecimiento rápido. La mayor prioridad<br />

correspondería a plantaciones de E. nitens, si se consideran las demandas en la<br />

biomasa, en particular en la formación de madera, el componente que exporta los<br />

elementos nutritivos del sistema.<br />

Respecto al calcio, como ocurrió con el potasio, la diferencia en la fracción<br />

extractable de ambos tratamientos fue muy superior a la diferencia acumulada en la<br />

biomasa del T1 (fertilizado) respecto al T11 (sin fertilizar), señalando algún efecto de<br />

variación espacial. Asimismo, los mayores niveles se detectaron en la fracción<br />

extractable. Por consiguiente, los valores del IRV fueron más altos en la fracción de<br />

reserva. Sin embargo, comparativamente con el potasio, el sitio mostró mayor<br />

estabilidad de calcio en el sistema, con mayor acumulación en el mantillo y en la copa,<br />

y menor proporción en la madera.<br />

En cuanto a los microelementos, en general, los valores del IRV fueron bajos, a<br />

excepción del boro. Con respecto al boro, el sitio presentaría algún problema de<br />

estabilidad. Sin embargo, de acuerdo con Schlatter y Gerding (1985), la menor<br />

disponibilidad de boro ocurre en sitios con períodos secos prolongados, baja humedad<br />

atmosférica y un bajo régimen de lluvias, condiciones poco frecuentes en el sito en<br />

cuestión.<br />

144


6. CONCLUSIONES<br />

Las conclusiones se presentan en relación con el orden planteado en los objetivos.<br />

Rendimiento<br />

- El rendimiento y la sobrevivencia de E. nitens en los diferentes esquemas de<br />

fertilización y en el control (sin fertilizar) evidenciaron buena respuesta de la<br />

especie al sitio en cuestión, exhibiendo un potencial importante para la Región.<br />

- Los esquemas de fertilización preplantación con Bifox y con cal no aumentaron el<br />

rendimiento de E. nitens respecto al esquema sin fertilización preplantación.<br />

- La mayor respuesta en rendimiento se logró fertilizando al establecimiento de la<br />

plantación y al segundo año, antes del inicio de la estación de crecimiento.<br />

- El esquema de fertilización aplicada en el tratamiento 1 (Bifox en preplantación,<br />

fertilización al establecimiento, al primer año y al tercer año), aumentó el<br />

rendimiento de todos los componentes de la biomasa aérea, respecto al tratamiento<br />

11 (sin fertilizar).<br />

- El mayor efecto de la fertilización se localizó en la madera del fuste y en el tejido<br />

generador de fotosíntesis, en particular en el tercio superior del árbol, con un<br />

aumento significativo en la eficiencia de producción de madera por unidad de<br />

biomasa foliar.<br />

- La caída de hojarasca evidenció un patrón estacional bien marcado, con un<br />

máximo en primavera y verano, y un mínimo en invierno. Esta caída de hojas<br />

presentó una gran variación en la distribución espacial, en particular en el<br />

tratamiento 11 (sin fertilizar).<br />

- La cantidad y uniformidad del mantillo aumentó en el tratamiento fertilizado<br />

respecto al control.<br />

Caracterización del suelo<br />

- Las buenas condiciones físicas del suelo quedaron reflejadas en el crecimiento de<br />

los árboles en los dos tratamientos, asimismo en el patrón de desarrollo de las tres<br />

clases de raíces en todo el perfil.<br />

- Las condiciones químicas de la fase intercambiable del suelo se mantuvieron<br />

estables respecto a las evaluadas al establecimiento de la plantación.<br />

145


- Los niveles de fósforo se mantuvieron muy bajos en todo el perfil. La fertilización,<br />

debido a la baja movilidad del elemento, aumentó los niveles disponibles y de<br />

reserva sólo en el suelo superficial próximo a la línea de plantación, donde se<br />

localizó el fertilizante.<br />

Arraigamiento de E. nitens<br />

- El patrón de arraigamiento de E. nitens evidenció una concentración de raíces<br />

gruesas y finas superior al 50 % de su biomasa en los primeros 20 cm del suelo.<br />

Ello resalta la importancia del manejo racional de esta fracción del suelo en la<br />

preparación del terreno, suministro de elementos nutritivos, distribución de residuos<br />

y cosecha.<br />

- La fertilización aumentó la biomasa de raíces gruesas y finas, en particular en las<br />

capas más profundas del suelo.<br />

- La concentración de fertilizantes próxima a la línea de plantación afectó la<br />

distribución espacial de las raíces finas en la zona superficial del suelo,<br />

constatándose un 50 % de la biomasa en los primeros 70 cm de la entrelinea.<br />

- La relación biomasa aérea: biomasa de raíces aumentó en el esquema fertilizado<br />

respecto al control.<br />

Demandas nutritivas de E. nitens en la etapa de cierre de copas<br />

- La menor concentración de macro y microelementos en los componentes de la<br />

biomasa del T1 (fertilizado) respecto al T11 (sin fertilizar) señalaron que el mayor<br />

rendimiento en biomasa se produjo a expensas de un efecto de dilución de los<br />

elementos en los tejidos.<br />

- La secuencia de concentración de elementos nutritivos, hojas > corteza > ramas<br />

vivas > ramas muertas > madera y la secuencia tercio superior >tercio medio ><br />

tercio inferior señalaron la capacidad de E. nitens de transferir elementos nutritivos<br />

móviles, como nitrógeno, fósforo y potasio, desde tejidos menos activos a tejidos<br />

más activos en crecimiento.<br />

- La concentración de elementos nutritivos en la raíz principal y en las raíces gruesas<br />

fue baja, similar a la madera. En cambio la concentración en las raíces finas fue<br />

146


similar a la corteza, evidenciando un crecimiento más activo que las otras dos<br />

clases de raíces.<br />

- La concentración de los bioelementos en la hojarasca fue similar en los dos<br />

tratamientos, a excepción de la concentración de potasio, la cual fue menor en el<br />

tratamiento fertilizado, señalando una mayor reabsorción previa a la absición de las<br />

hojas.<br />

- La variación estacional en la hojarasca de la concentración en los elementos<br />

nutritivos móviles coincidió con la demanda para la formación de nuevos tejidos en<br />

la estación de crecimiento.<br />

- La concentración de elementos nutritivos en el mantillo en general duplicó a la<br />

determinada en la hojarasca debido a la mezcla con suelo mineral, producto de la<br />

actividad de los organismos. Sin embargo, la concentración de potasio disminuyó<br />

respecto a la hojarasca, señalando una fuerte movilidad del bioelemento en el<br />

sistema y posibles pérdidas por lixiviación.<br />

- La acumulación de calcio y magnesio en la biomasa del tratamiento fertilizado fue<br />

un 31 % superior respecto al tratamiento sin fertilizar. Sin embargo, la acumulación<br />

de nitrógeno, fósforo y potasio, adicionados en las fertilizaciones, fue similar en<br />

ambos tratamientos.<br />

- La mayor producción de biomasa en el tratamiento fertilizado, con un consumo<br />

similar de nitrógeno, fósforo y potasio, destacó la importancia de hacer coincidir la<br />

mayor oferta de bioelementos con el período de mayor demanda de la plantación,<br />

aplicando en forma fraccionada las dosis de fertilizante.<br />

- Eucalyptus nitens se caracterizó por una fuerte demanda de macroelementos.<br />

Hasta la etapa de cierre de copas acumuló, en promedio para ambos tratamientos,<br />

485 kg ha -1 de nitrógeno, 26 kg ha -1 de fósforo, 300 kg ha -1 de potasio, 450 kg ha -1<br />

de calcio y 38 kg ha -1 de magnesio.<br />

- La copa fue el componente de mayor demanda de elementos nutritivos,<br />

acumulando en promedio para ambos tratamientos, el 50 % del nitrógeno, el 45 %<br />

del fósforo, el 60 % del calcio y el 65 % del magnesio en ambos tratamientos.<br />

- La madera del fuste, el componente de mayor extracción de elementos nutritivos<br />

fuera del sistema, fue el componente que demandó más potasio, acumulando, en<br />

promedio para ambos tratamientos, el 30 % del total de la biomasa.<br />

147


- La corteza, pese a representar menos del 10 % de la biomasa total, acumuló el<br />

15 % del potasio y del magnesio, y el 25 % del calcio, reflejando la utilidad de<br />

realizar descortezado en los raleos y en la corta final.<br />

- Las raíces acumularon, en proporción a la participación en la biomasa total,<br />

cantidades importantes de nitrógeno y fósforo, el promedio de ambos tratamientos<br />

fue, en forma respectiva, de un 19 % y un 23 %.<br />

Densidad básica de la madera<br />

- La densidad básica de la madera aumentó significativamente por efecto de la<br />

fertilización aplicada en el tratamiento 1 (fertilizado) respecto al tratamiento 11 (sin<br />

fertilizar).<br />

- En los dos tratamientos se detectó una variación importante de la densidad básica<br />

entre árboles en cada altura de fuste evaluada, con diferencias de hasta<br />

100 kg/m 3 de madera.<br />

Balance nutritivo al cierre de copas.<br />

- El balance nutritivo junto con el Indice de Reserva de Vegetación, permitieron<br />

identificar que el suelo en general fue más inestable en aquéllos bioelementos más<br />

demandados por E. nitens hasta la etapa de cierre de copas. Ello resalta la<br />

importancia de esta clase de estudios, en particular en especies de crecimiento<br />

rápido con ciclos cortos de cosecha.<br />

- El suelo fue muy inestable en potasio hasta la etapa de cierre de copas, lo cual<br />

plantea la necesidad de un monitoreo periódico de la evolución del elemento en el<br />

ciclo biogeoquímico del sistema.<br />

- A pesar de la cantidad de fósforo aplicado en las fertilizaciones el suelo evidenció<br />

inestabilidad en la fracción disponible, por efecto de la capacidad alta de fijación.<br />

- El suelo evidenció inestabilidad en calcio en las dos fracciones del suelo.<br />

- El suelo fue muy estable en magnesio, con una acumulación en la fracción de<br />

reserva suministrable suficiente para abastecer las demandas de varias rotaciones.<br />

148


7 RESUMEN<br />

Con el objetivo de evaluar opciones de manejo nutritivo en E. nitens en la etapa de<br />

cierre de copas (45 meses de edad), en un suelo rojo arcilloso (serie Crucero) de la X<br />

Región, se comparó el rendimiento (DAP, área basal y volumen) de once esquemas de<br />

fertilización que combinaron fuentes de fósforo de distinta solubilidad y cal. Asimismo, en<br />

el esquema con mayor aplicación de fósforo y en el control sin fertilizar se determinó la<br />

densidad básica de la madera, la acumulación de biomasa (hojas, ramas vivas, ramas<br />

muertas, corteza, madera y raíces) y mantillo, y la caída anual de hojarasca. En los<br />

componentes de la biomasa, la hojarasca y el mantillo se determinó la concentración y la<br />

cantidad de N, P, K Ca, Mg, Fe, Mn, Cu, Zn y B. También se determinó la concentración<br />

y cantidad de elementos nutritivos de la fracción intercambiable y de reservas<br />

suministrables del suelo, hasta los 30 cm de profundidad. En el esquema fertilizado y en<br />

el control se determinaron las demandas nutritivas, el balance de elementos nutritivos y<br />

el índice de reserva de la vegetación.<br />

La mayor respuesta en rendimiento se detectó en el esquema con fósforo soluble<br />

aplicado al inicio de la plantación y al comienzo de la segunda estación de crecimiento. A<br />

su vez, la baja respuesta al fósforo menos soluble se atribuiría a la magnitud de la dosis,<br />

respecto a la capacidad de fijación de fósforo del suelo. La cal no produjo efectos en el<br />

rendimiento. La densidad básica de la madera aumentó significativamente por efecto de<br />

la fertilización. La biomasa aérea en el esquema fertilizado (90,4 t ha -1 ) fue un 55 %<br />

mayor respecto al control (58,1 t ha -1 ). La hojarasca evidenció una caída estacional<br />

máxima en verano y mínima en invierno. Los niveles de bioelementos en la fracción<br />

intercambiable del suelo fueron similares a los evaluados al inicio de la plantación. La<br />

secuencia de concentración de bioelementos fue hojas > raíces finas > corteza > ramas<br />

> raíces gruesas > madera y en los tercios del árbol, superior >medio > inferior, lo cual<br />

señaló la eficiencia de E. nitens para transferir bioelemntos hacia tejidos más activos. E.<br />

nitens acumuló en la biomasa y el mantillo del esquema fertilizado un 30 % más de Ca y<br />

Mg y un 10 % más de N, P y K respecto al control. El promedio en ambos tratamientos<br />

fue de (kg ha -1 ): 485 N, 26 P, 300 K, 450 Ca y 38 Mg. El balance nutricional y el Indice de<br />

Reserva de la Vegetación identificaron que el suelo es inestable en el contenido de K, P<br />

y Ca y por el contrario, es estable en el contenido de magnesio.<br />

149


8 SUMMARY<br />

With the objective to evaluating options of nutritional management in Eucalyptus<br />

nitens, at the canopy closure (45 months old) in a red clay soils (serie Crucero, X Region,<br />

Chile), the yield (DAP, basal area and volume) of eleven fertilization treatments that<br />

combined sources of phosphorous of different solubility and lime, were compared.<br />

Whereas, in the treatment with more P application and in the control (unfertilized), the<br />

basic wood density, biomass accumulation (leaves, live branches, dead branches, bark,<br />

wood and roots), litter accumulation and the annual litterfall, were determined. In the<br />

biomass components, in the litterfall and in the litter, the concentration and the quantity of<br />

N, P, K Ca, Mg, Fe, Mn, Cu, Zn and B were determined. Likewise, in the fertilized and in<br />

the control treatments, the concentration and nutrients content of soil exchangeable<br />

fraction and soil reserve fraction, until the 30 cm of depth, were determined. In both<br />

treatments, the nutritious balance and the Reservation Vegetation Index were<br />

determined.<br />

The biggest response in yield was detected in the treatment with soluble phosphorous<br />

applied to the beginning of the plantation and the beginning of the second year of growth.<br />

In turn, the drop response to the less soluble phosphorous would be attributed to the<br />

magnitude of the dose, regarding the capacity of fixation of phosphorus of the soil. The<br />

lime didn't produce effects in the yield. The wood basic density increased significantly for<br />

effect of the fertilization. The above-ground biomass in the fertilized treatment (90,4 t ha -1 )<br />

it was 55 % bigger than the control (58,1 t ha -1 ). The litterfall evidenced a fall maxim in<br />

summer and minimum in winter. The nutrient levels in the soil exchange fraction went<br />

similar to those evaluated to the beginning of the plantation. The sequence of nutrients<br />

concentration was leaves > fine roots > bark > branches > coarse roots > wood, and in<br />

the part of the tree, upper > middle > low that which pointed out the efficiency of E. nitens<br />

to transfer nutrients toward more active tissues. Until forty five months old, E. nitens<br />

accumulated in the above-ground biomass and litter of the fertilized treatment 30 % more<br />

than Ca and Mg and 10% more than N, P and K regarding the control. The average<br />

accumulated in both treatments was (kg ha -1 ): 485 N, 26 P, 300 K, 450 kg Ca and 38 Mg.<br />

The nutritious balance and the Vegetation Reserve Index identified that the soil is<br />

unstable in K, P and Ca contents, conversely, the soil is stable in the Mg content.<br />

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170


•<br />

•<br />

•<br />

ANEXO 1<br />

RENDIMIENTO<br />

ESTADIGRAFOS <strong>DE</strong>:<br />

SOBREVIVENCIA, DAP, ALTURA, AREA BASAL Y VOLUMEN.<br />

ANALISIS <strong>DE</strong> VARIANZA<br />

TOTAL <strong>DE</strong> TRATAMIENTOS QUE COMPONEN EL ENSAYO


Estadígrafos de sobrevivencia, DAP, área basal, altura y volumen.<br />

• Sobreviviencia (%)<br />

T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />

r1 95,7 95,7 100,0 100,0 91,3 100,0 87,0 91,3 91,3 100,0 91,3<br />

r2 95,7 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 95,7 82,6 95,7 100,0 100,0<br />

r3 100,0 95,7 100,0 100,0 100,0 95,7 100,0 100,0 95,7 100,0<br />

r4 95,7 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 95,7 100,0 95,7 95,7<br />

Media 96,7 97,8 100,0 100,0 97,8 98,9 91,3 92,4 96,7 97,8 96,7<br />

Error estándar 1,1 1,3 0,0 0,0 2,2 1,1 4,3 3,7 2,1 1,3 2,1<br />

CV 2,2 2,6 0,0 0,0 4,4 2,2 6,7 8,0 4,3 2,6 4,3<br />

• DAP medio (cm)<br />

T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />

r1 12,6 14,0 12,5 12,6 11,7 12,3 12,0 12,8 12,9 11,3 11,7<br />

r2 12,9 11,3 12,2 11,4 12,6 11,8 11,2 13,1 14,0 12,0 12,0<br />

r3 13,0 12,6 13,0 10,3 12,0 11,9 12,8 13,1 11,4 12,0<br />

r4 13,1 11,4 12,0 12,0 13,2 11,8 13,0 13,1 11,5 11,1<br />

Media 12,9 12,4 12,4 11,6 12,4 11,9 11,6 12,9 13,3 11,6 11,7<br />

Error estándar 0,1 0,6 0,2 0,5 0,3 0,1 0,4 0,1 0,2 0,2 0,2<br />

CV 1,9 10,1 3,3 8,1 5,4 2 4,9 1,2 3,5 2,8 3,6<br />

IMA 3,2 3,1 3,1 2,9 3,1 3 2,9 3,2 3,3 2,9 2,9<br />

• DAP medio de los 500 árboles mayores(cm)<br />

T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />

r1 15,1 16,6 15,0 14,6 14,4 14,4 14,8 15,1 17,0 13,1 14,6<br />

r2 14,8 13,7 13,8 15,4 14,7 14,6 13,3 15,3 16,8 14,1 15,7<br />

r3 15,6 15,1 15,7 13,7 14,6 13,8 14,6 15,3 13,1 15,5<br />

r4 15,8 13,3 14,6 14,3 15,0 14,0 15,3 15,7 13,7 13,6<br />

Media 15,3 14,7 14,8 14,5 14,7 14,2 14,1 15,1 16,2 13,5 14,8<br />

Error estándar 0,2 0,6 0,3 0,3 0,1 0,2 0,4 0,1 0,4 0,2 0,4<br />

IMA 3,8 3,7 3,7 3,6 3,7 3,6 3,5 3,8 4,0 3,4 3,7<br />

CV (%) 2,5 8,8 4,6 4,2 1,5 2,2 5,5 2,0 4,5 3,1 5,8<br />

• Area basal (m 2 ha -1 )<br />

T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />

r1 20,2 25,5 20,7 18,3 18,7 21,5 16,2 18,7 21,0 16,8 17,3<br />

r2 21,5 15,9 19,2 17,3 21,3 18,6 14,5 18,7 25,9 19,5 19,1<br />

r3 26,6 20,8 22,8 15,1 19,3 17,7 21,3 21,7 16,4 20,6<br />

r4 21,5 17,5 19,9 18,9 25,2 18,9 21,4 24,1 15,9 15,9<br />

Media 22,5 19,9 20,6 17,4 21,1 19,2 15,4 20,0 23,1 17,1 18,2<br />

Error estándar 1,4 2,1 0,8 0,8 1,5 0,8 0,8 0,8 1,1 0,8 1,0<br />

CV (%) 12,5 21,4 7,5 9,6 13,9 8,5 7,8 7,6 9,7 9,4 11,4


• Area basal de los 500 árboles mayores (m 2 ha -1 )<br />

T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />

r1 9,0 10,8 8,9 7,9 8,4 8,2 8,8 9,0 11,4 6,8 9,7<br />

r2 8,7 7,4 7,6 8,2 8,5 8,3 6,9 9,2 11,2 7,9 9,5<br />

r3 9,5 9,0 9,7 7,5 8,0 7,5 8,3 9,2 6,9 8,9<br />

r4 9,9 6,9 8,4 8,0 8,8 7,7 9,2 9,7 7,4 7,3<br />

Media 9,3 8,5 8,6 7,9 8,4 7,9 7,8 8,9 10,4 7,2 8,9<br />

Error estándar 0,2 0,9 0,4 0,2 0,2 0,2 0,9 0,2 0,5 0,3 0,6<br />

CV (%) 5,7 20,5 10,4 4,0 3,9 4,7 16,6 4,6 10,5 7,0 12,6<br />

• Altura (m)<br />

Clases de DAP<br />

Altura (m)<br />

Tratamiento 1 Tratamiento 11<br />

Menos 2 desvíos estándar 11,8 9,6<br />

Menos 1 desvío estándar 12,9 10,2<br />

DAP medio 13,0 11,7<br />

Mas 1 desvío estándar 14,2 12,7<br />

Mas 2 desvíos estándar 14,3 13,2<br />

MEDIA 13,2 11,4<br />

Error estándar de la media 0,5 0,7<br />

C.V. (%) 7,9 13,6<br />

• Volumen medio individual (dm 3 ).<br />

T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />

r1 54,23 62,78 52,22 50,14 43,16 44,44 47,19 55,20 58,96 41,91 45,67<br />

r2 52,96 41,64 47,99 43,46 51,60 46,98 41,69 57,59 66,65 46,98 50,45<br />

r3 48,76 57,65 55,17 36,15 48,46 46,58 51,60 57,48 43,00 49,05<br />

r4 54,54 41,95 48,22 47,72 56,47 45,50 56,81 54,12 43,57 40,74<br />

Media 52,62 51,00 50,90 44,37 49,92 45,88 44,44 55,30 59,30 43,87 46,48<br />

Error estándar 1,33 5,42 1,72 3,07 2,79 0,57 1,95 1,33 2,65 1,09 2,16<br />

CV (%) 5,06 21,25 6,77 13,82 11,19 2,48 8,75 4,81 8,93 4,99 9,29<br />

• Volumen medio individual de los 500 árboles mayores (dm 3 ).<br />

T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />

r1 74,42 91,16 73,64 64,6 68,2 66,88 72,02 73,94 96,84 53,5 74,28<br />

r2 73,92 59,8 61,12 66,96 70,84 69,54 55,38 76,06 94,9 63,58 80,94<br />

r3 79,04 71,74 79,84 61,44 65,42 61,84 69,12 73,26 55,32 80,60<br />

r4 80,56 54,6 69,72 65,18 70,32 62,72 74,5 79,92 59,68 59,52<br />

Media 76,99 69,33 71,08 64,55 68,70 65,25 63,70 73,41 86,23 58,02 73,84<br />

Error estándar 1,7 8,1 3,9 1,2 1,2 1,8 5,9 1,5 5,7 2,3 5,0<br />

CV (%) 4,3 23,4 11,0 3,6 3,6 5,5 18,5 4,1 13,3 7,8 13,6


Total de tratamientos que componen el total del ensayo (los tratamientos sombreados<br />

se evaluaron en el presente estudio).<br />

Fertilización<br />

base<br />

Junio 1996<br />

BIFOX<br />

49 kg ha -1 de P<br />

ROCA<br />

FOSFORICA<br />

CAROLINA<br />

<strong>DE</strong>L NORTE<br />

54 kg ha -1 de P<br />

SUPERFOS<br />

53 kg ha -1 de P<br />

Fertilización post-plantación<br />

Octubre 1996<br />

(kg ha -1 )<br />

Setiembre 1997<br />

(kg ha -1 )<br />

Agosto 1999<br />

(kg ha -1 )<br />

Tratamiento<br />

36 N, 19,6 P, 4,7 K 45 N, 48 P, 10 K 230 N, 100 P B1<br />

+ micronutrientes<br />

+ micronutrientes<br />

Sin fertilizar<br />

Sin fertilizar<br />

Sin fertilizar<br />

B2<br />

B3<br />

41,3 N, 10,8 P, 5,2 K 45 N, 48 P,10 K Sin fertilizar B4<br />

+micronutrientes Sin fertilizar Sin fertilizar B5<br />

48 N, 26 P, 6,2 K<br />

45 N,48 P, 10 K Sin fertilizar B6<br />

Sin fertilizar Sin fertilizar B7<br />

sin fertilizar<br />

45 N, 48 P, 10 K Sin fertilizar B8<br />

Sin fertilizar Sin fertilizar B9<br />

36 N, 19,6 P, 4,7 K 45 N, 48 P, 10 K 230 N, 100 P R1<br />

+ micronutrientes<br />

41,3 N, 10,8 P, 5,2 K<br />

+ micronutrientes<br />

Sin fertilizar<br />

Sin fertilizar<br />

Sin fertilizar<br />

R2<br />

R3<br />

45 N, 48 P, 10 K Sin fertilizar R4<br />

+micronutrientes Sin fertilizar Sin fertilizar R5<br />

48 N, 26 P, 6,2 K<br />

45 N, 48 P, 10 K Sin fertilizar R6<br />

Sin fertilizar Sin fertilizar R7<br />

sin fertilizar<br />

45 N, 48 P, 10 K Sin fertilizar R8<br />

Sin fertilizar Sin fertilizar R9<br />

36 N, 19,6 P, 4,7 K 45 N, 19 P, 10 K Sin fertilizar S1<br />

+ micronutrientes Sin fertilizar Sin fertilizar S2<br />

41,3 N, 10,8 P, 5,2 K 45 N, 19 P, 10 K Sin fertilizar S3<br />

+micronutrientes Sin fertilizar Sin fertilizar S4<br />

48 N, 26 P, 6,2 K<br />

45 N, 19 P, 10 K Sin fertilizar S5<br />

Sin fertilizar Sin fertilizar S6<br />

sin fertilizar<br />

45 N, 19 P, 10 K Sin fertilizar S7<br />

Sin fertilizar Sin fertilizar S8<br />

Sigue en la próxima página


Fertilización<br />

base<br />

Junio 1996<br />

CAL<br />

760 kg ha -1<br />

de Ca<br />

TESTIGO<br />

(sin fertilizar)<br />

Octubre 1996<br />

(kg ha -1 )<br />

36 N, 19,6 P, 5,6 K<br />

+ micronutrientes<br />

41,3 N, 10,8 P, 6,4 K<br />

Fertilización post-plantación<br />

Setiembre 1997<br />

(kg ha -1 )<br />

45 N, 96 P, 10 K<br />

Agosto 1999<br />

(kg ha -1 )<br />

Tratamiento SIGUE<br />

112 P C1<br />

4,8 B, 1,25 Cu 1,15 Zn Sin fertilizar C2<br />

Sin fertilizar sin fertilizar C3<br />

45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar C4<br />

+micronutrientes Sin fertilizar sin fertilizar<br />

48 N, 26 P, 7,5 K<br />

sin fertilizar<br />

36 N, 19,6 P, 5,6 K<br />

+ micronutrientes<br />

41,3 N, 10,8 P, 6,4 K<br />

C5<br />

no<br />

45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar C6<br />

Sin fertilizar sin fertilizar C7<br />

45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar C8<br />

Sin fertilizar sin fertilizar C9<br />

45 N, 96 P, 10 K<br />

230 N, 112 P T1<br />

4,8 B, 1,25 Cu 1,15 Zn sin fertilizar T2<br />

Sin fertilizar sin fertilizar T3<br />

45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar T4<br />

+micronutrientes Sin fertilizar sin fertilizar<br />

48 N, 26 P, 7,5 K<br />

sin fertilizar<br />

T5<br />

no<br />

45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar T6<br />

Sin fertilizar sin fertilizar T7<br />

45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar T8<br />

Sin fertilizar sin fertilizar T9


ANÁLISIS <strong>DE</strong> VARIANZA <strong>DE</strong> LA SOBREVIVENCIA, DAP, ÁREA BASAL Y<br />

VOLUMEN MEDIO INDIVIDUAL.<br />

• Sobrevivencia (%)<br />

Análisis de la varianza de la sobrevivencia a los 4 años de edad.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

Tratamientos 10 83,015 1,666 0,1340<br />

Error 31 49,815<br />

• DAP (cm)<br />

Prueba de contrastes del DAP medio, entre el grupo de tratamientos fertilizados con<br />

Bifox y el grupo de tratamientos sin fertilización preplantación.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T1-T2-T3-T4 vs. T8-T9-T10-T11 1 0,0253 0,570 0,813<br />

Error 24 0,4436<br />

Prueba de contrastes del DAP medio, entre los grupos de tratamientos fertilizados con<br />

Bifox y con cal en preplantación.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T2-T3-T4 vs. T5-T6-T7 1 0,3571 0,563 0,815<br />

Error 16 0,6343<br />

Prueba de contrastes del DAP medio, entre los grupos de tratamientos fertilizados con<br />

cal preplantación y aquellos sin fertilización preplantación.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T5-T6-T7 vs. T9-T10-T11 1 0,1575 0,672 0,424<br />

Error 16 0,2342<br />

Prueba de contrastes del DAP medio, entre los grupos de tratamientos fertilizados en<br />

preplantación y aquellos fertilizados al establecimiento<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T4-T7 vs. T2-T6-T10 1 0,6410 2,264 0,156<br />

Error 13 0,2831<br />

Prueba de contrastes del DAP medio, entre los grupos de tratamientos fertilizados en<br />

1996 y los fertilizados en 1996+1997.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F (p < F)<br />

T 3-T6-T10 vs. T2-T5-T9 1 4,0016 7,994 0.011<br />

Error 18 0,5005<br />

Prueba de contrastes del DAP medio, entre el grupo de tratamientos fertilizados en<br />

1996 y1997, y los fertilizados en 1996, 1997, y 1999.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F


T 2-T9 vs. T1-T8 1 0,0403 0,725 0,791<br />

Error 15 0,5560<br />

• DAP medio de los 500 árboles mayores.<br />

Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />

tratamientos fertilizados con Bifox y el grupo sin fertilización preplantación.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T1-T2-T3-T4 vs. T8-T9-T10-T11 1 0,0612 0,884 0,768<br />

Error 24 0,6925<br />

Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles mayores, entre los grupos de<br />

tratamientos fertilizados con Bifox y el grupo con cal en preplantación<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T2-T3-T4 vs. T5-T6-T7 1 0,6003 0,812 0,380<br />

Error 16 0,7392<br />

Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles de mayores entre el grupo de<br />

tratamientos fertilizados con cal preplantación y el grupo sin fertilización preplantación.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T5-T6-T7 vs. T9-T10-T11 1 1,5089 3,324 0,087<br />

Error 16 0,4539<br />

Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />

tratamientos fertilizados en preplantación y el grupo fertilizado al establecimiento.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T4-T7 vs. T2-T6-T10 1 0,0502 0,116 0,739<br />

Error 13 0,4333<br />

Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles mayores, entre el grupo de<br />

tratamientos fertilizados en 1996 y el grupo fertilizados en 1996+1997.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T 3-T6-T10 vs. T2-T5-T9 1 6,3037 9,4694 0,006<br />

Error 18 0,6657<br />

Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles mayores, entre el grupo de<br />

tratamientos fertilizados en 1996+1997 y el grupo fertilizado en 1996+1997+ 1999.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T 2-T9 vs. T1-T8 1 0,0013 0,0020 0,964<br />

Error 15 0,6620<br />

• Area basal (m 2 ha -1 )<br />

Prueba de contrastes del área basal, entre el grupo de tratamientos con Bifox<br />

preplantación y el grupo sin fertilización preplantación.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T1-T2-T3-T4 vs. T8-T9-T10-T11 1 0,952 0.167 0.687<br />

Error 24 5,7080


Prueba de contrastes del área basal, entre el grupo de tratamientos con Bifox<br />

preplantación y el grupo de tratamientos con cal preplantación<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T2-T3-T4 vs. T5-T6-T7 1 1,8875 0,283 0,601<br />

Error 16 6,6492<br />

Prueba de contrastes del área basal, entre el grupo de tratamientos con cal<br />

preplantación y el grupo de tratamientos sin fertilización preplantación.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T5-T6-T7 vs. T9-T10-T11 1 4,7534 1,079 0,3314<br />

Error 16 4,4049<br />

Prueba de contrastes del área entre los tratamientos fertilizados en preplantación y los<br />

tratamientos fertilizados al establecimiento.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T4-T7 vs. T3-T6-T10 1 22,4590 7,832 0,015<br />

Error 13 2,8677<br />

Prueba de contrastes del área basal entre los tratamientos fertilizados en 1996 y los<br />

fertilizados en 1996+1997.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T3-T6-T10 vs. T2-T5-T9 1 38,6583 5,849 0,026<br />

Error 18 6,6092<br />

Prueba de contrastes del área basal entre el grupo de tratamientos fertilizados en<br />

1996+1997 y los fertilizados en 1996+1997+1999.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T2-T5-T9 vs. T1-T8 1 0,1038 0,013 0,912<br />

Error 15 8,1600<br />

• Area basal de los 500 árboles mayores.<br />

Prueba de contrastes del área basal de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />

tratamientos con bifox preplantación y el grupo sin fertilización preplantación<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T1-T2-T3-T4 vs.T8-T9-T10-T11 1 0,4244 0.476 0.497<br />

Error 24 0,8912<br />

Prueba de contrastes del área basal de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />

tratamientos con Bifox preplantación y el grupo de tratamientos con cal preplantación<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T2-T3-T4 vs. T5-T6-T7 1 0,3870 0,431 0,521<br />

Error 16 0,8972


Prueba de contrastes del área de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />

tratamientos con cal preplantación y el grupo de tratamientos sin fertilización<br />

preplantación.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T5-T6-T-7 vs. T9-T10-T11 1 2,5051 0,788 0,07<br />

Error 16 0,6612<br />

Prueba de contrastes del área basal de los 500 árboles mayores entre los tratamientos<br />

fertilizados en preplantación y los tratamientos fertilizados al establecimiento<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T4-T7 vs. T3-T6-T10 1 0,1815 0,422 0,840<br />

Error 13 0,4298<br />

Prueba de contrastes del área basal de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />

tratamientos fertilizados al establecimiento (1996) y el grupo fertilizado en 1996+1997<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T3-T6-T10 vs. T2-T5-T9 1 8,2862 8,941 0,008<br />

Error 18 0,9267<br />

Prueba de contrastes del área basal de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />

tratamientos fertilizados en 1996+1997 y los fertilizados en 1996+1997+1999.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T2-T5-T9 vs. T1-T8 1 0,0019 0,002 0,989<br />

Error 15 0,9608<br />

• Volumen medio individual (dm 3 )<br />

Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre el grupo de tratamientos con<br />

Bifox preplantación y el grupo sin fertilización preplantación.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T1-T2-T3-T4 vs. T8-T9-T10-T11 1 18,301 0,629 0,435<br />

Error 24 29,090<br />

Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre el grupo de tratamientos con<br />

Bifox preplantación y el grupo de tratamientos con cal preplantación<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T2-T3-T4 vs. T5-T6-T7 1 20,812 0,543 0,472<br />

Error 16 38,352<br />

Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre el grupo de tratamientos con<br />

cal preplantación y el grupo de tratamientos sin fertilización preplantación.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T5-T6-T-7 vs. T9-T10-T11 1 50,572 3,028 0,101<br />

Error 16 16,700<br />

Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre los tratamientos fertilizados<br />

en preplantación y los tratamientos fertilizados al establecimiento.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T4-T7 vs. T3-T6-T10 1 22,640 1,618 0,226<br />

Error 13 13,995


Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre los grupos de tratamientos<br />

fertilizados en 1996 y los fertilizados en 1996+1997<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T3-T6-T10 vs. T2-T5-T9 1 255,845 7,882 0,011<br />

Error 18 32,458<br />

Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre el grupo de tratamientos<br />

fertilizados en 1996+1997 y los fertilizados en 1996+1997+1999.<br />

Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />

T2-T5-T9 vs. T1-T8 1 1,459 0,382 0,848<br />

Error 15 38,190


Tratamiento 1.<br />

Posición Arbol 1 Arbol 2 Arbol 3 Arbol 4 Arbol 5 Arbol 6 Arbol 7 Arbol 8 Arbol 9 Arbol 10<br />

en el DAP (cm)<br />

fuste 7,8 9,8 10,4 10,6 12,9 13,5 15,7 15,9 16,5 18,3 Media CV EE<br />

(m) Densidad de la madera (kg/m 3 ) (%) (kg/m 3 )<br />

Base 511 430 457 402 494 469 521 464 450 435 463 8 14<br />

2 m 428 473 432 468 531 450 465 447 450 455 460 6 11<br />

4 m 450 424 438 433 547 428 511 501 441 455 463 9 16<br />

6 m 484 443 436 421 504 471 532 516 481 452 474 8 14<br />

8 m 459 470 456 470 602 514 554 546 450 438 496 11 21<br />

10 m<br />

525 477 466 529 513 521 506 470 480 499 5 10<br />

Media 466 461 449 443 535 474 517 497 457 453 475 6 11,6<br />

CV (%) 7 5 3 7 8 7 6 8 3 2<br />

EE (kg/m 3 ) 14,3 9,1 4,8 12,2 17,4 12,1 12,4 14,9 5,8 3,6<br />

Tratamiento 11<br />

Posición Arbol 1 Arbol 2 Arbol 3 Arbol 4 Arbol 5 Arbol 6 Arbol 7 Arbol 8 Arbol 9 Arbol 10<br />

en el DAP (cm)<br />

fustel 6,8 6,8 8,6 9,0 12,4 12,7 15,0 15,2 16,7 17,2 Media CV EE<br />

(m) Densidad de la madera (kg/m 3 ) (%) (kg/m 3 )<br />

Base 439 403 443 448 411 467 492 460 424 420 441 6 10,4<br />

2 m 429 402 422 461 402 486 471 460 412 434 438 7 11,3<br />

4 m 428 392 429 426 454 488 471 484 415 463 445 7 12,0<br />

6 m 450 502 461 434 433 489 497 449 529 466 8 13,6<br />

8 m<br />

446 447 478 457 460 471 460 3 4,9<br />

Media 436 399 449 449 429 464 480 472 432 464 448 5 8,7<br />

CV (%) 2 3 8 4 5 5 2 4 5 9<br />

EE (kg/m 3 ) 5,1 5,5 18,0 8,2 9,9 10,8 3,9 7,3 9,4 17,3


Análisis de varianza de la densidad media de la madera entre el T1 y el T11.<br />

Fuente de variación<br />

Grados de<br />

libertad<br />

Cuadrado<br />

medio<br />

F Valor de p<br />

Tratamientos 1 3726,450 4,989 0,0384<br />

Error 18 746,917


•<br />

•<br />

ESTADIGRAFOS<br />

ANALISIS <strong>DE</strong> VARIANZA<br />

ANEXO 2<br />

<strong>DE</strong>NSIDAD BASICA <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA


TRATAMIENTO 1<br />

Peso seco (kg árbol -1 )<br />

Tercio inferior Tercio medio Tercio supeior<br />

Arbol Madera Corteza Ramas<br />

1 DAP 7,8 cm<br />

Ramas<br />

Hojas Frutos MaderaCorteza<br />

Ramas<br />

Hojas Frutos MaderaCortezaRamas. Hojas Frutos<br />

muertas vivas vivas vivas<br />

6,46 1,31 0,51 0,18 0,18 --- 2,96 0,36 0,71 1,095 --- 0,58 0,097 0,361 0,52 ---<br />

TOTAL<br />

15,34<br />

2 DAP 9,8 cm 11,42 2,20 1,54 1,59 1,52 --- 4,62 0,51 2,42 2,276 --- 0,97 0,149 0,456 0,36 --- 30,04<br />

3 DAP 10.4cm 11,36 1,83 1,82 1,12 0,60 --- 4,56 0,54 2,27 2,503 --- 0,84 0,116 0,522 0,57 --- 28,65<br />

4 DAP 10,6 cm 13,05 2,31 1,33 1,73 1,40 --- 5,13 0,63 2,12 2,124 --- 0,74 0,171 0,703 0,72 --- 32,16<br />

5 DAP 12,9 cm 21,81 4,55 2,44 0,96 0,65 --- 7,86 1,26 3,71 3,603 0,012 0,94 0,140 1,795 1,879 --- 51,69<br />

6 DAP 13,5 cm 22,55 3,81 2,23 1,69 1,84 --- 10,09 1,28 4,49 5,299 --- 0,56 0,247 0,686 1,00 --- 55,77<br />

7 DAP 15,7 cm 32,93 7,68 2,06 2,83 3,63 --- 14,67 2,44 7,43 7,735 0,095 1,87 0,331 1,66 1,82 --- 87,18<br />

8 DAP 15,9 cm 31,64 6,73 3,91 2,83 2,92 0,004 13,73 1,67 6,47 7,603 0,023 1,81 0,266 1,966 3,18 --- 84,80<br />

9 DAP 16,5cm 33,10 8,45 2,70 1,01 0,95 --- 14,44 2,91 5,14 7,548 --- 2,07 0,536 1,595 2,71 --- 83,35<br />

10 DAP 18,3 cm 41,52 9,14 4,61 1,46 1,68 --- 15,56 2,76 12,2 10,19 0,001 1,80 0,277 1,521 0,92 --- 103,71<br />

TRATAMIENTO 11<br />

Peso seco (kg árbol -1 )<br />

Tercio inferior Tercio medio Tercio superior<br />

Arbol Madera Corteza Ramas Ramas<br />

Ramas<br />

Ramas.<br />

Hojas Frutos Madera Corteza Hojas Frutos Madera Corteza Hojas Frutos<br />

muertas vivas vivas vivas<br />

TOTAL<br />

1 DAP 6,8 cm 4,10 0,75 0,62 0,36 0,271 --- 1,90 0,27 0,80 1,12 --- 0,40 0,06 0,19 0,18 --- 11,03<br />

2 DAP 6,8 cm 3,42 0,58 0,40 0,37 0,28 --- 1,45 0,24 1,04 1,402 --- 0,18 0,04 0,14 0,18 --- 9,75<br />

3 DAP 9,0 cm 8,53 1,25 0,22 1,16 1,17 --- 2,92 0,48 1,82 2,542 --- 0,45 0,10 0,18 0,22 --- 21,11<br />

4 DAP 8,3 cm 6,71 1,73 0,50 1,16 1,38 --- 2,73 0,47 1,46 2,16 --- 0,53 0,14 0,39 0,37 --- 19,73<br />

5 DAP 12,4 cm 16,59 2,00 0,70 1,21 0,96 --- 5,72 0,86 3,35 3,89 --- 0,67 0,12 0,44 0,46 --- 36,93<br />

6 DAP 12,7cm 17,91 4,26 0,66 3,70 2,65 --- 6,11 0,96 3,89 3,17 0,001 0,91 0,29 0,24 0,27 --- 45,03<br />

7 DAP 15,2 cm 27,81 4,20 1,00 2,99 3,56 --- 10,74 1,46 8,43 9,67 --- 1,40 0,217 0,53 0,69 --- 72,68<br />

8 DAP 15,0 cm 24,13 4,75 2,81 3,09 2,10 --- 10,16 1,63 7,50 5,85 --- 1,24 0,22 1,04 0,85 --- 65,43<br />

9 DAP 16,7 cm 29,33 5,73 1,23 7,24 6,87 0,007 9,36 1,67 8,54 8,99 0,023 1,20 0,27 0,63 0,87 --- 81,98<br />

10 DAP 17,2 cm 31,35 7,35 3,04 5,15 4,12 0,016 10,63 1,86 7,70 8,37 0,142 1,11 0,22 1,54 1,65 -- 84,27


TRATAMIENTO 1 Peso seco (t ha -1 ).<br />

ARBOLES ha -1<br />

CLASES<br />

DIAMETRICAS<br />

MA<strong>DE</strong>RA CORTEZA RAMAS SECAS<br />

RAMAS<br />

VER<strong>DE</strong>S<br />

(cm) t ha -1<br />

< 2 D.E. 159 1,582 0,280<br />

1 D.E. 318 15,349 3,037<br />

> 2 D.E. 88 4,766 1,058<br />

TOTAL<br />

PORCENTAJE<br />

D.E.= Desvío estándar<br />

TRATAMIENTO 11 Peso seco (t ha -1 ).<br />

CLASES<br />

DIAMETRICAS ARBOLES ha<br />

(cm)<br />

-1<br />

1,081 3,742 6,523 0,0194 29,751<br />

0,332 1,010 1,096 0,0001 8,262<br />

1784 51,445 7,817 3,980 11,869 15,225 0,028 90,364<br />

56,93 8,65 4,40 13,13 16,85 0,03 100,00<br />

MA<strong>DE</strong>RA CORTEZA RAMAS SECAS<br />

< 2 D.E. 194 1,112 0,188<br />

1 D.E. 283 10,682 1,764<br />

> 2 D.E. 53 2,199 0,454<br />

TOTAL 1625<br />

PORCENTAJE<br />

D.E.= desvío estándar<br />

0,544 3,335 3,216 --- 19,542<br />

0,113 0,816 0,818 0,004 4,404<br />

32,152 5,704 1,311 9,396 9,511 0,0045 58,078<br />

55,36 9,82 2,26 16,18 16,38 0,009 100,00


Análisis de varianza de la relación madera:hojas en el T1 y el T11.<br />

Fuente de variación G.L C M Test de F p < F<br />

Tratamientos 1 5,883 12,908 0,002<br />

Error 18 0,456


ANEXO 3<br />

BIOMASA AEREA


•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

ANEXO 4<br />

CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS EN LA BIOMASA AEREA<br />

CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS EN LAS RAICES<br />

CONCENETRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS EN LA HOJARASCA<br />

CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS EN EL MANTILLO<br />

ANALISIS <strong>DE</strong> VARIANZA<br />

Concentración de elementos nutritivos<br />

Cantidad de elementos nutritivos<br />

Eficiencia uso de elementos nutritivos


ANALISIS <strong>DE</strong> VARIANZA <strong>DE</strong> LAS CONCENTRACIONES <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS<br />

EN LOS COMPONENTES <strong>DE</strong> LA BIOMASA AEREA y EL MANTILLO<br />

• Hojas<br />

Concentración de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio en el T1 y el T11.<br />

Fuente<br />

N P K Ca Mg<br />

variación GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,217 1,292 0,266 0,0006 0,868 0,236 0,035 2,887 0,100 0,1763 0,589 0,449 0,00130,935 0,342<br />

Error 28 0,168 0,0075 0,012 0,2991 0,0014<br />

T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

Interacciones entre tratamientos, clases diamétricas y tercios del árbol en la concentración de<br />

nitrógeno, fósforo potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />

Fuente<br />

variación<br />

N P K Ca Mg<br />

GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T x CD 4 0,022 1,555 0,275 0,0003 1,903 0,203 0,0270 5,601 0,019 0,0441 1,851 0,212 0,0021 11,22 0,002<br />

T x PA 2 0,008 0,533 0,606 0,0002 1,054 0,392 0,2784 5,779 0,027 0,0617 2,592 0,135 0,0024 13,10 0,003<br />

CD x PA 8 0,059 0,410 0,885 0,0001 0,441 0,866 0,0023 0,489 0,830 0,0668 2,807 0,082 0,0004 1,995 0,174<br />

Error 8 0,143 0,0001 0,0048 0,0238 0,0002<br />

T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad.; CD= clases<br />

diamétricas; PA= posición del árbol (tercio).<br />

Concentración media de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio según las clases diamétricas,<br />

en el T1 y el T11<br />

N P K Ca Mg<br />

Clases diamétricas<br />

%<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

Menos dos desvíos estándar 1,65 1,88 0,08 0,10 0,53 0,82 1,15 0,89 0,21 0,17<br />

Menos un desvío estándar 1,82 1,93 0,09 0,10 0,56 0,71 1,03 0,90 0,19 0,16<br />

DAP medio 1,60 1,92 0,07 0,09 0,63 0,60 1,48 1,12 0,21 0,17<br />

Más un desvío estándar 1,58 1,75 0,08 0,08 0,72 0,66 1,35 1,44 0,15 0,20<br />

Más dos desvíos estándar 1,61 1,62 0,08 0,07 0,56 0,62 1,48 1,37 0,21 0,20<br />

• Ramas vivas<br />

Concentración de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />

Fuente<br />

variación<br />

N P K Ca Mg<br />

GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,013 0,555 0,462 0,0004 0,914 0,347 0,047 3,169 0,086 0,139 2,195 0,150 0,0003 1,083 0,307<br />

Error 28 0,023 0,0004 0,015 0,063 0,0003


Interacciones entre tratamientos, clases diamétricas y tercios del árbol en la concentración de<br />

nitrógeno, fósforo potasio, calcio y magnesio, en elT1 y el T11.<br />

Fuente<br />

variación<br />

N P K Ca Mg<br />

GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T x CD 4 0,0044 3,080 0,822 0,00007 1,179 0,389 0,0093 3,705 0,054 0,0507 3,703 0,054 0,0002 0,448 0,771<br />

T x PA 2 0,1285 8,921 0,009 0,00001 0,155 0,858 0,0084 3,349 0,088 0,0057 0,417 0,672 0,0001 0,170 0,846<br />

CD x PA 8 0,0017 1,162 0,418 0,00002 0,284 0,953 0,0043 1,724 0,229 0,0181 1,319 0,352 0,0003 0,901 0,556<br />

Error 8 0,0014 0,00006 0,0025 0,0137 0,0037<br />

T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad.;<br />

CD= clases diamétricas; PA= posición del árbol (tercio).<br />

Concentración media de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio según clases diamétricas, en el<br />

T1 y el T11.<br />

N P K Ca Mg<br />

Clases diamétricas<br />

%<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

Menos dos desvíos estándar 0,43 0,50 0,02 0,03 0,27 0,45 0,67 0,54 0,08 0,07<br />

Menos un desvío estándar 0,52 0,47 0,02 0,03 0,37 0,41 0,80 0,51 0,06 0,07<br />

DAP medio 0,42 0,49 0,01 0,03 0,36 0,44 0,70 0,56 0,08 0,06<br />

Más un desvío estándar 0,41 0,49 0,02 0,03 0,39 0,37 0,94 0,66 0,08 0,07<br />

Más dos desvíos estándar 0,43 0,48 0,03 0,02 0,41 0,53 0,85 1,02 0,08 0,08<br />

• Ramas muertas.<br />

Concentración de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />

Fuente<br />

variación<br />

N K Ca Mg<br />

GL CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,0225 2,3196 0,166 0,0397 8,791 0,018 0,0360 0,5130 0,494 0,0002 0,5472 0,512<br />

Error 28 0,0010 0,0045 0,0702 0,0005<br />

T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad.<br />

Concentración media de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio según las clases diamétricas,<br />

en el T1 y el T11.<br />

N P K Ca Mg<br />

Clases diamétrericas<br />

%<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

Menos dos desvíos estándar 0,30 0,32 0,02 0,02 0,05 0,35 0,80 0,55 010 0,07<br />

Menos un desvío estándar 0,27 0,23 0,02 0,02 0,08 0,22 0,80 0,64 0,08 0,06<br />

DAP medio 0,26 0,22 0,02 0,02 0,14 0,24 0,85 0,83 0,07 0,07<br />

Más un desvío estándar 0,29 0,23 0,02 0,02 0,08 0,11 0,79 0,96 0,07 0,09<br />

Más dos desvíos estándar 0,27 0,24 0,02 0,02 0,12 0,18 0,80 0,94 0,08 0,08


• Madera<br />

Concentración de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11<br />

Fuente<br />

N P K Ca Mg<br />

variación GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,0403 12,74 0,001 0,000021,088 0,306 0,0208 10,61 0,003 0,0002 1,071 0,309 0,000030,127 0,724<br />

Error 28 0,0032 0,00002 0,0019 0,0002 0,00026<br />

Interacciones entre tratamientos, clases diamétricas y tercios del árbol en la concentración de<br />

nitrógeno, fósforo potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />

Fuente<br />

variación<br />

N P K Ca Mg<br />

GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T x CD 4 0,0022 1,099 0,419 0,000042,874 0,095 0,0016 1,290 0,351 0,00023 1,661 0,251 0,0000030,143 0,961<br />

T x PA 2 0,0021 1,065 0,389 0,000000,000 1,000 0,0008 0,673 0,537 0,00012 1,254 0,336 0,0000231,000 0,410<br />

CD x PA 8 0,0030 1,512 0,286 0,000020,946 0,530 0,0011 0,929 0,540 0,00016 1,644 0,249 0,0000120,501 0,827<br />

Error 8 0,0020 0,00002 0,0012 0,00001 0,000023<br />

T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad.;<br />

CD= clases diamétricas; PA= posición del árbol (tercio).<br />

Concentración media de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio según las clases diamétricas, en<br />

el T1 y el T11.<br />

N P K Ca Mg<br />

Clases diamétricas<br />

%<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

Menos dos desvíos estándar 0,22 0,28 0,01 0,02 0,18 0,26 0,06 0,09 0,02 0,02<br />

Menos un desvío estándar 0,20 0,30 0.01 0,01 0,22 0,22 0,05 0,06 0,02 0,02<br />

DAP medio 0,24 0,35 0,01 0,02 0,22 0,29 0,06 0,06 0,02 0,02<br />

Más un desvío estándar 0,23 0,32 0,01 0,01 0,17 0,24 0,06 0,06 0,03 0,03<br />

Más dos desvíos estándar 0,22 0,23 0,01 0,01 0,24 0,29 0,07 0,07 0,02 0,03<br />

• Corteza<br />

Concentración de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />

Fuente<br />

variación<br />

N P K Ca Mg<br />

GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,0740 2,588 0,119 0,0004 3,058 0,091 0,2184 18,12 0,0002 0,0589 0,592 0,448 0,0004 0,894 0,352<br />

Error 28 0,0286 0,0001 0,0120 0,0995 0,00045


Interacciones entre tratamientos, clases diamétricas y tercios del árbol en la concentración de<br />

nitrógeno, fósforo potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />

Fuente<br />

variación<br />

N P K Ca Mg<br />

GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T x CD 4 0,0065 1.142 0,403 0,000040,830 0,542 0,0079 2,239 0,154 0,1772 3,081 0,082 0,0004 1,312 0,343<br />

T x PA 2 0,0002 0,394 0,961 0,000020,528 0,609 0,0094 2,678 0,129 0,0639 1,111 0,375 0,0002 0,635 0,554<br />

CD x PA 8 0,0047 0,832 0,599 0,000040,887 0,565 0,0042 1,207 0,398 0,0768 1,335 0,346 0,0002 0,745 0,657<br />

Error 8 0,0057 0,00004 0,0035 0,0575 0,0003<br />

T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad.;<br />

CD= clases diamétricas; PA= posición del árbol (tercio).<br />

Concentración media de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio según las clases diamétricas, en<br />

el T1 y el T11.<br />

N P K Ca Mg<br />

Clases diamétricas<br />

%<br />

T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />

Menos dos desvíos estándar 0,55 0,74 0,37 0,50 0.50 0.64 1,63 1,41 0,13 0,16<br />

Menos un desvío estándar 0,71 0,73 0,43 0,50 0.51 0.72 1,23 1,15 0,13 0,13<br />

DAP medio 0,64 0,72 0,43 0,50 0.61 0.78 1,01 1,31 0,10 0,12<br />

Más un desvío estándar 0,59 0,72 0,40 0,50 0.50 0.76 1,66 1,07 0,12 0,13<br />

Más dos desvíos estándar 0,60 0,66 0,50 0,50 0.63 0.70 1,01 1,15 0,13 0,10<br />

Concentración de nitrógeno, fósforo, relación N:P y porcentaje de cenizas.<br />

F.V. GL<br />

CM<br />

N<br />

F p CM<br />

P<br />

F p CM<br />

N:P<br />

F p<br />

% CENIZAS<br />

CM F p<br />

T 1 0,000102 16,05 0,016 0,0037 25,00 0,007 79,21 45,48 0,002 70,04 7,61 0,039<br />

Error 4 0,000006 0,00015 1,74<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

Concentración de potasio, calcio y magnesio<br />

FV GL<br />

CM<br />

K<br />

F p CM<br />

Ca<br />

F P CM<br />

Mg<br />

F p<br />

T 1 79,2067 45,4775 0,0025 0,1261 2,474 0,191 0,0008 1,960 0,234<br />

Error 4 1,7417 0,0510 0,0004<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

Concentración media de los macroelementos, porcentaje de cenizas y relación N:P<br />

TRATAMIENTO N P K Ca Mg Cenizas N:P<br />

T1 0,97<br />

%<br />

0,10 0,83 1,18 0,13 25,9 9,8<br />

T11 0,85 0,05 0,93 1,47 0,15 19,0 17,1


Concentración de fierro, manganeso y cobre<br />

FV GL<br />

Fe Mn Cu<br />

CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 5001414 9,904467 0,035 77520.7 0,67549 0,457 77,04 15,79 0,016<br />

Error 4 504965,5 1147617 4,88<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

Concentración de zinc y boro<br />

FV GL<br />

Zn B<br />

CM F p CM F p<br />

T 1 253,50 23,04545 0,0009 13.50000 0,710526 0,448<br />

Error 4 11,00 19.00000<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad


ANALISIS <strong>DE</strong> LA VARIANZA <strong>DE</strong> LA CANTIDAD <strong>DE</strong> ELEMENTOS POR ARBOL<br />

• Hojas<br />

Gramo de elemento por árbol<br />

FV GL<br />

CM<br />

N<br />

F p CM<br />

P<br />

F p CM<br />

K<br />

F p CM<br />

Ca<br />

F p CM<br />

Mg<br />

F p<br />

T 1 51,92 0,106 0,760 0,077 0,065 0,810 57,20 0,321 0,601 51,91 0,061 0,818 0,0035 0,186 0,688<br />

CD 4 12728 26,13 0,004 30,95 26,39 0,004 2387 13,39 0,014 13876 16,21 0,01 00043 0,233 0,906<br />

Error 4 487,1 1,173 178,28 856,1 0,019<br />

T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />

nivel de probabilidad<br />

Cantidad media (g árbol -1 )<br />

TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

T1 121,87 6,26 48,55 102,32 0,73<br />

T11 126,43 6,07 53,36 106,87 0,69<br />

• Ramas muertas<br />

Gramo de elemento por árbol<br />

N P K Ca Mg<br />

FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 28,51 14,00 0,02 0,0009 13,89 0,02 0,157 0,239 0,650 160,2 13,44 0,02 1,644 22,73 0,009<br />

CD 4 12,95 6,363 0,050 0,0006 9,19 0,27 3,195 4,878 0,077 158,28 13,28 0,014 1,443 19,95 0,006<br />

Error 4 2,03 0,00006 0,655 11,918 0,073<br />

T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />

nivel de probabilidad<br />

Cantidad media (g árbol -1 )<br />

TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

T1 6,07 0,038 2,30 17,82 1,73<br />

T11 2,69 0,019 2,05 9,82 0,92<br />

• Ramas vivas<br />

Gramo de elemento por árbol<br />

N P K Ca Mg<br />

FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 9,04 0,288 0,620 0,004 0,091 0,778 104,4 1,111 0,351 8,761 0,010 0,925 0,070 0,049 0,836<br />

CD 4 824,9 26,29 0,004 2,574 60,499 0,00081046 11,13 0,019 5993 6,862 0,044 31,379 21,98 0,005<br />

Error 4 31,37 0,425 93,99 873,4 1,427<br />

T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />

nivel de probabilidad


Cantidad media (g árbol -1 )<br />

TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

T1 28,51 1,48 26,04 63,21 5,39<br />

T11 30,42 1,45 32,50 65,09 5,23<br />

• Madera<br />

Gramo de elemento por árbol<br />

N P K Ca Mg<br />

FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 1,282 0,009 0,929 0,598 0,456 0,536 1,467 0,020 0,895 52,19 25,77 0,007 13,687 15,80 0,016<br />

CD 4 2964 20,93 0,006 10,056 7,667 0,037 3359 44,83 0,0014 251,74 124,3 0,0001 59,96 69,21 0,0006<br />

Error 4 143,2 1,311 74,94 2,025 0,866<br />

T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />

nivel de probabilidad<br />

Cantidad media (g árbol -1 )<br />

TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

T1 64,3 3,58 60,82 19,14 8,66<br />

T11 65,0 3,10 60,06 14,57 6,32<br />

• Corteza<br />

Gramo de elemento por árbol<br />

N P K Ca Mg<br />

FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 63,18 6,72 0,060 1,272 3,847 0,121 10,79 2,429 0,194 3098,63,428 0,138 9,079 5,457 0,08<br />

CD 4 646,9 68,78 0,0006 5,920 17,90 0,008 920,03 207,14 0,00007 4323,9 4,78 0,079 26,698 16,048 0,01<br />

Error 4 9,40 0,331 4,441 903,7 1,664<br />

T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />

nivel de probabilidad<br />

Cantidad media (g árbol -1 )<br />

TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

T1 30,4 2,50 31,2 87,15 7,10<br />

T11 25,4 1,78 29,1 51,95 5,20


• Hojas<br />

Miligramo de elemento por árbol<br />

FV GL<br />

Fe Mn Cu Zn B<br />

CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 3,88 1,96 0,234 0,029 0,002 0,968 0,0003 0,529 0,507 0,0107 0,870 0,404 0,0092 0,334 0,594<br />

CD 4 6,10 3,11 0,148 250,5 15,14 0,011 0,0025 4,699 0,081 0,0432 3,527 0,125 0,1042 3,779 0,113<br />

Error 4 1,96 16,54 0,0005 0,0122 0,0276<br />

T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />

nivel de probabilidad<br />

Cantidad media por árbol (mg)<br />

TRATAMIENTO FIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />

T1 1,5 13,6 0,042 0,15 0,27<br />

T11 2,7 13,7 0,053 0,22 0,33<br />

• Ramas vivas<br />

Miligramo de elemento por árbol.<br />

Fe Mn Cu Zn B<br />

FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,050 2,888 0,164 1,374 2,646 0,179 0,0004 1,189 0,337 0,0002 0,437 0,845 0,0001 0,221 0,662<br />

CD 4 0,121 7,055 0,042 13,72 26,41 0,004 0,002 5,251 0,068 0,0092 21,85 0,005 0,0145 22,36 0,005<br />

Error 4 0,0172 0,519 0,0004 0,0004 0,0006<br />

T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />

nivel de probabilidad<br />

Cantidad media por árbol (mg).<br />

TRATAMIENTO FIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />

T1 0,23 3,68 0,36 0,11 0,11<br />

T11 0,38 2,94 0,49 0,11 0,12<br />

• Ramas muertas<br />

Miligramo de elemento por árbol.<br />

Fe Mn Cu Zn B<br />

FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,0016 2,965 0,160 0,714 18,19 0,013 0,00002 3,44 0,137 0,00025 4,34 0,106 0,0008 15,5 0,017<br />

CD 4 0,0026 4,945 0,075 0,507 12,94 0,015 0,00007 13,1 0,014 0,00025 4,81 0,078 0,0004 8,14 0,033<br />

Error 4 0,0005 0,039 0,000005 0,00005 0,00005<br />

T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />

nivel de probabilidad


Cantidad media por árbol (mg).<br />

TRATAMIENTO FIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />

BIFOX 0,074 1,07 0,010 0,024 0,033<br />

TESTIGO 0,049 0,53 0,008 0,015 0,015<br />

• Madera<br />

Miligramo de elemento por árbol<br />

Fe Mn Cu Zn B<br />

FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,8438 1,814 0,249 0,949 8,235 0,045 0,00037 4,52 0,100 0,00016 0,53 0,507 0,00207 5,00 0,089<br />

CD 4 0,1088 2,339 0,215 2,819 24,46 0,004 0,0029 35,2 0,002 0,00548 18,3 0,008 0,01238 29,8 0,003<br />

Error 4 0,0465 0,115 0,00008 0,0003 0,00041<br />

T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />

nivel de probabilidad<br />

Cantidad media por árbol (mg).<br />

TRATAMIENTO FIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />

T1 0,43 1,98 0,068 0,086 0,127<br />

T11 0,24 1,36 0,055 0,078 0,098<br />

• Corteza<br />

Miligramo de elemento por árbol.<br />

Fe Mn Cu Zn B<br />

FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,0034 0,046 0,841 13,01 5,277 0,083 0,0002 13,28 0,022 0,00048 5,20 0,085 0,00113 2,85 0,166<br />

CD 4 0,288 3,827 0,111 24,83 10,07 0,023 0,00013 70,68 0,0005 0,00261 28,4 0,003 0,00663 16,7 0,009<br />

Error 4 0,753 0,000002 0,00009 0,00039<br />

T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />

nivel de probabilidad<br />

Cantidad media por árbol (mg)<br />

TRATAMIENTO FIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />

T1 0,51 6,19 0,014 0,066 0,088<br />

T11 0,55 3,91 0,011 0,053 0,067


EFICIENCIA EN LA UTILIZACIÓN <strong>DE</strong> LOS MACROELEMENTOS<br />

• Hojas<br />

FV GL<br />

N P K<br />

CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,000102 9,99021 0,013 0,04976 5,2293 0,051 0,00078 2,61473 0,144<br />

Error 8 0,000010 .009517 0,00030<br />

T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

FV GL<br />

Ca Mg<br />

CM F p CM F p<br />

T 1 0,000111 0,311196 0,592 0,000305 0,050352 0,828<br />

Error 8 0,000357 0,006065<br />

T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

Kilogramo e hoja por gramo de macroelemento.<br />

TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

T1 0,063 1,33 0,16 0,09 0,54<br />

T11 0,057 1,19 0,15 0,10 0,55<br />

• Ramas vivas<br />

FV GL<br />

N P K<br />

CM F P CM F p CM F p<br />

T 1 0,00025 1,19733 0,306 197,658 6,15788 0,038 0,01579 5,35962 0,049<br />

Error 8 0,00021 32,098 0,00295<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

FV GL<br />

Ca Mg<br />

CM F p CM F p<br />

T 1 0,003185 3,183592 0,112 0,113980 5,697042 0,044<br />

Error 8 0,001000 0,020007<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

Kilogramo de rama viva por gramo de macroelemento.<br />

TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

T1 0,24 16,85 0,32 0,14 1,28<br />

T11 0,23 7,96 0,24 0,17 1,49


• Ramas muertas<br />

F GL<br />

N P K<br />

CM F P CM F p CM F p<br />

TV 1 0,006238 6,90009 0,101 0,02967 0,23183 0,643 1,23275 7,49440 0,025<br />

Error 8 .0018154 0,12800 0,16449<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

FV GL<br />

Ca Mg<br />

CM F P CM F p<br />

T 1 0,000245 0,416934 0,536 0,034163 0,819261 0,392<br />

Error 8 0,000587 0,041400<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; P.S.= Posición sociológica;CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p=<br />

nivel de probabilidad<br />

kilogramo de rama muerta por gramo de macroelemento.<br />

TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

BIFOX 0,36 57,6 1,22 0,12 1,24<br />

TESTIGO 0,41 57,5 0,52 0,13 1,35<br />

• Madera<br />

FV GL<br />

N P K<br />

CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,043116 22,3007 0,0015 2,50000 1,0000 0,346 0,02883 7,92252 0.023<br />

Error 8 0,001933 2,50000 0,00364<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; P.S.= Posición sociológica;CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p=<br />

nivel de probabilidad<br />

FV GL<br />

Ca Mg<br />

CM F P CM F p<br />

T 1 0,021864 0,5423676 0,482 0,063839 0,219448 0,652<br />

Error 8 0,040215 0,290906<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

Kilogramo de madera por gramo de macroelemento.<br />

TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

BIFOX 0,47 9,33 0,50 1,69 4,05<br />

TESTIGO 0,34 8,33 0,40 1,64 4,21


• Corteza<br />

FV GL<br />

N P K<br />

CM F p CM F p CM F p<br />

T 1 0,002632 10,0514 0,013 0,33392 4,5314 0,066 0,00713 15,789 0,004<br />

Error 8 0,000262 0,07369 0,00045<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

FV GL<br />

Ca Mg<br />

CM F p CM F p<br />

T 1 0,000018 0,116509 0,742 0,015513 0,863242 0,380<br />

Error 4 0,000155 0,017971<br />

T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />

Kilogramo de corteza por gramo de macroelemento.<br />

TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />

T1 0,18 2,5 0,20 0,09 0,89<br />

T11 0,15 2,1 0,14 0,08 0,81


T1 T11<br />

Posición del árbol N P K Ca Mg N P K Ca Mg<br />

Tercio superior 5 8 13 11 17 10 18 12 18 8<br />

Tercio medio 9 7 9 15 11 8 15 11 26 10<br />

Tercio inferior 7 10 17 23 15 7 10 19 25 16<br />

Ramas<br />

Tercio superior rv 15 22 16 18 13 4 11 13 34 11<br />

Tercio medio rv 12 38 20 20 10 4 28 22 43 24<br />

Tercio inferior rv 3 36 20 18 11 12 62 23 26 3<br />

Tercio inferior rs 6 0 39 3 16 16 1 39 23 17<br />

Madera<br />

Tercio superior 22 37 11 10 21 17 39 13 34 11<br />

Tercio medio 12 37 15 8 20 17 39 20 14 17<br />

Tercio inferior 31 0 18 9 14 21 37 21 22 23<br />

Corteza<br />

Tercio superior 11 16 15 24 14 12 13 13 27 10<br />

Tercio medio 12 12 8 27 8 8 9 7 15 18<br />

Tercio inferior 11 14 18 33 23 11 15 13 19 22


TRATAMIENTO 1 AÑO 2000<br />

RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />

Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />

LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />

Prof (cm) % % mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

4182 Línea plantación 0-10 4,73 4,08 2,53 0,24 10,7 10,2 34,8 1360 129 225 787 205 270 1098 820 244 265 7,5 5,2 0,9 11 163<br />

4183 Línea plantación 10-20 4,76 4,06 4,61 0,38 12,3 2,6 28,0 1530 103 125 189 102 172 346 751 223 216 7,5 1,9 1,0 13 250<br />

4184 Línea plantación 20-30 4,95 4,11 2,71 0,27 10,1 1,8 41,8 1430 90 103 86 65 137 179 729 208 179 6,8 0,6 0,6 9 219<br />

4185 Línea plantación 30-40 4,86 4,16 1,74 43,6 1350 69 84 67 48 124 141 743 172<br />

4186 Línea plantación 40-50 4,85 4,18 1,48 44,6 1320 52 54 90 54 89 159 805 167<br />

4187 Línea plantación 50-70 4,79 4,13 1,25 48,6 1250 52 46 156 71 82 232 828 147<br />

4188 Línea plantación 70-90 5,02 4,22 0,61 47,4 1090 58 26 184 92 59 234 559 104<br />

4189 Línea plantación 90-110 5,04 4,26 0,36 53,8 969 65 20 178 109 46 224 311 70<br />

RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />

Nº Na K Ca Mg<br />

SUMA<br />

<strong>DE</strong><br />

Al- SATURAC.<br />

LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />

meq/100g %<br />

4182 0,56 0,58 3,94 1,69 6,76 1,81 21,13<br />

4183 0,45 0,32 0,95 0,84 2,55 2,78 52,13<br />

4184 0,39 0,26 0,43 0,53 1,61 2,43 60,11<br />

4185 0,30 0,22 0,33 0,39 1,25 1,91 60,47<br />

4186 0,22 0,14 0,45 0,44 1,25 1,85 59,59<br />

4187 0,23 0,12 0,78 0,58 1,70 1,63 48,94<br />

4188 0,25 0,07 0,92 0,76 2,00 1,16 36,66<br />

4189 0,28 0,05 0,89 0,90 2,12 0,78 26,85


RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />

TRATAMIENTO 1 AÑO 2000<br />

Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />

LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />

Prof (cm) % % mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

mg kg -1 mg kg -1 mg kg -1<br />

4190 1 m desde línea plantación 0-10 4,77 4,20 6,53 0,51 12,9 9,8 31,0 1540 142 222 708 201 299 1139 837 258 188 6,9 4,8 0,9 10 170<br />

4191 1 m desde línea plantación 10-20 4,91 4,13 4,67 0,36 13,1 2,2 32,4 1740 139 128 203 103 166 371 731 197 151 7,2 1,4 0,7 8 235<br />

4192 1 m desde línea plantación 20-30 5,03 4,21 6,87 0,49 14,2 2,0 41,0 1560 105 121 137 94 163 229 758 191 165 7,0 0,3 0,4 8 151<br />

4193 1 m desde línea plantación 30-40 4,92 4,22 1,68 1500 66 84 92 60 131<br />

4194 1 m desde línea plantación 40-50 4,94 4,22 1,11 1510 62 54 108 60 123<br />

4195 1 m desde línea plantación 50-70 4,80 4,26 0,95 1400 67 46 179 84 93<br />

4196 1 m desde línea plantación 70-90 4,89 4,30 0,71 1180 51 26 203 104 66<br />

4197 1 m desde línea plantación 90-110 5,10 4,30 0,44 1070 62 20 183 122 53<br />

RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />

Nº Na K Ca Mg<br />

SUMA<br />

<strong>DE</strong><br />

Al- SATURAC.<br />

LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />

meq/100g %<br />

4190 0,62 0,57 3,54 1,65 6,38 1,89 22,84<br />

4191 0,60 0,33 1,02 0,85 2,80 2,61 48,23<br />

4192 0,46 0,31 0,69 0,78 2,23 1,67 42,90<br />

4193 0,29 0,22 0,46 0,50 1,46 1,46 49,97<br />

4194 0,27 0,14 0,54 0,50 1,44 1,37 48,65<br />

4195 0,29 0,12 0,89 0,69 1,99 1,03 34,18<br />

4196 0,22 0,07 1,02 0,86 2,16 0,74 25,43<br />

4197 0,27 0,05 0,92 1,00 2,24 0,59 20,87


RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />

TRATAMIENTO 1 AÑO 2000<br />

Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />

LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />

Prof (cm) % % mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

mg kg -1 mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

4198 2 m desde línea plantación 0-10 4,76 4,13 6,21 0,48 13,0 9,6 23,4 1670 177 167 469 122 224 825 745 258 201 6,9 4,8 1,1 13 213<br />

4199 2 m desde línea plantación 10-20 4,84 4,08 4,34 0,38 11,4 2,8 24,0 1730 125 110 130 64 164 280 698 197 148 7,4 1,2 0,9 10 259<br />

4200 2 m desde línea plantación 20-30 4,97 4,15 2,19 0,25 8,9 1,8 44,2 1610 114 108 73 45 145 145 725 191 136 6,9 0,2 0,7 8 186<br />

4201 2 m desde línea plantación 30-40 5,03 4,21 1,75 1560 73 110 62 46 123<br />

4202 2 m desde línea plantación 40-50 4,69 4,25 1,36 1360 48 107 119 62 109<br />

4203 2 m desde línea plantación 50-70 4,78 4,27 1,15 1200 83 71 196 86 97<br />

4204 2 m desde línea plantación 70-90 4,89 4,29 0,88 1040 54 62 221 109 71<br />

4205 2 m desde línea plantación 90-110 5,16 4,31 0,41 870 61 20 177 116 58<br />

RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />

Nº Na K Ca Mg<br />

SUMA<br />

<strong>DE</strong><br />

Al- SATURAC.<br />

LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />

meq/100g %<br />

4198 0,77 0,43 2,34 1,01 4,55 2,36 34,18<br />

4199 0,54 0,28 0,65 0,53 2,00 2,87 58,93<br />

4200 0,50 0,28 0,37 0,37 1,51 2,07 57,82<br />

4201 0,32 0,28 0,31 0,38 1,29 1,37 51,50<br />

4202 0,21 0,27 0,59 0,51 1,58 1,21 43,24<br />

4203 0,36 0,18 0,98 0,70 2,23 1,07 32,51<br />

4204 0,23 0,16 1,10 0,90 2,40 0,79 24,78<br />

4205 0,26 0,05 0,88 0,96 2,16 0,64 22,85


RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />

TRATAMIENTO 11 AÑO 2000<br />

Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />

LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />

Prof (cm) % % mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

mg kg -1 mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

4206 Línea plantación 0-10 4,21 4,03 7,20 0,47 15,2 5,6 14,0 1130 60 245 690 133 339 1013 839 510 233 6,0 4,5 1,2 12 265<br />

4207 Línea plantación 10-20 4,30 4,02 4,50 0,35 13,0 3,0 24,0 1370 78 178 320 80 179 421 867 318 120 6,2 1,6 0,8 12 300<br />

4208 Línea plantación 20-30 4,51 4,10 2,27 0,23 10,0 1,6 36,0 1170 54 143 220 73 180 308 985 184 33 4,6 0,1 0,5 10 228<br />

4209 Línea plantación 30-40 4,48 4,12 1,43 35,0 1210 25 131 176 68 179 251 967 185<br />

4210 Línea plantación 40-50 4,56 4,11 1,19 34,6 1220 32 100 117 60 150 182 964 207<br />

4211 Línea plantación 50-70 4,64 4,13 0,82 38,6 1170 35 70 106 68 114 177 772 193<br />

4212 Línea plantación 70-90 4,82 4,20 0,29 47,2 1060 54 66 109 74 99 160 493 112<br />

RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />

Nº Na K Ca Mg<br />

SUMA<br />

<strong>DE</strong><br />

Al- SATURAC.<br />

LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />

meq/100g %<br />

4206 0,26 0,63 3,45 1,09 5,43 2,94 35,15<br />

4207 0,34 0,46 1,60 0,66 3,05 3,33 52,20<br />

4208 0,24 0,37 1,10 0,60 2,30 2,53 52,34<br />

4209 0,11 0,34 0,88 0,56 1,88 2,06 52,20<br />

4210 0,14 0,26 0,59 0,49 1,47 2,29 60,93<br />

4211 0,15 0,18 0,53 0,56 1,42 2,14 60,08<br />

4212 0,23 0,17 0,55 0,61 1,56 1,24 44,38


RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />

TRATAMIENTO 11 AÑO 2000<br />

Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />

LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />

Prof (cm) % % mg kg -1 mg kg -1<br />

mg kg -1 mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

4213 1 m desde línea plantación 0-10 4,30 4,10 8,40 0,58 14,5 7,4 11,0 929 65 326 1340 222 389 1827 882 630 336,8 6,1 8,2 1,0 20 152<br />

4214 1 m desde línea plantación 10-20 4,50 4,12 3,14 0,28 11,1 2,4 21,4 1300 44 212 390 95 252 559 869 327 93,1 5,9 0,9 0,6 13 183<br />

4215 1 m desde línea plantación 20-30 4,60 4,14 2,14 0,21 10,4 2,0 34,0 1320 49 204 222 85 247 324 486 217 28,4 4,9 0,1 0,6 13 170<br />

4216 1 m desde línea plantación 30-40 4,66 4,15 1,08 1250 20 181 157 71 181<br />

4217 1 m desde línea plantación 40-50 4,56 4,13 0,66 1270 28 163 128 66 171<br />

4218 1 m desde línea plantación 50-70 4,53 4,15 0,80 1080 32 101 108 69 130<br />

4219 1 m desde línea plantación 70-90 4,83 4,22 0,48 1070 52 66 122 87 84<br />

RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />

Nº Na K Ca Mg<br />

SUMA<br />

<strong>DE</strong><br />

Al- SATURAC.<br />

LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />

meq/100g %<br />

4213 0,28 0,84 6,70 1,83 9,64 1,69 14,91<br />

4214 0,19 0,54 1,95 0,78 3,46 2,03 37,01<br />

4215 0,21 0,52 1,11 0,70 2,55 1,88 42,50<br />

4216 0,08 0,46 0,79 0,58 1,92 2,01 51,15<br />

4217 0,12 0,42 0,64 0,54 1,72 1,89 52,43<br />

4218 0,14 0,26 0,54 0,57 1,51 1,44 48,95<br />

4219 0,23 0,17 0,61 0,71 1,72 0,93 35,08


RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />

TRATAMIENTO 11 AÑO 2000<br />

Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />

LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />

Prof (cm) % % mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

mg kg -1 mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

4220 2 m desde línea plantación 0-10 4,30 4,04 8,05 0,54 14,8 8,0 15,4 927 75 281 1060 196 331 1494 877 505 260 5,7 7,1 1,4 15 176<br />

4221 2 m desde línea plantación 10-20 4,44 4,04 3,85 0,32 12,0 3,0 18,4 1180 58 249 370 108 293 536 885 357 104 6,1 1,6 1,1 13 230<br />

4222 2 m desde línea plantación 20-30 4,65 4,11 1,55 0,20 7,7 2,0 38,4 1130 43 239 210 86 288 304 1000 208 42 4,9 0,1 0,5 17 186<br />

4223 2 m desde línea plantación 30-40 4,64 4,15 1,06 1220 50 268 160 77 148<br />

4224 2 m desde línea plantación 40-50 4,64 4,16 0,63 1150 27 178 130 72 130<br />

4225 2 m desde línea plantación 50-70 4,75 4,16 0,87 1050 58 100 110 73 130<br />

4226 2 m desde línea plantación 70-90 4,90 4,17 0,14 920 65 78 115 81 86<br />

RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />

Nº Na K Ca Mg<br />

SUMA<br />

<strong>DE</strong><br />

Al- SATURAC.<br />

LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />

meq/100g %<br />

4220 0,33 0,72 5,30 1,61 7,96 1,95 19,67<br />

4221 0,25 0,64 1,85 0,89 3,63 2,56 41,34<br />

4222 0,19 0,61 1,05 0,71 2,55 2,06 44,66<br />

4223 0,22 0,69 0,80 0,63 2,34 1,64 41,22<br />

4224 0,12 0,46 0,65 0,59 1,82 1,44 44,28<br />

4225 0,25 0,26 0,55 0,60 1,66 1,44 46,47<br />

4226 0,28 0,20 0,58 0,67 1,73 0,96 35,72


ANALISIS AL INICIO <strong>DE</strong> LA PLANTACIÓN AÑO 1996<br />

RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />

Nº pH pH Ct Nt C/N P Al Na K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />

LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />

Prof (cm) % % mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

mg kg -1<br />

0-20 5,10 4,13 7,2 0,42 17,1 2 1249 54 152 254 181 155 96 5,5 1,4 0,8 --- 168<br />

20-60 4,60 4,14 2,6 0,12 21,7 4 1005 63 14 108 69 103 4 4,5 0,1 0,4 --- 189<br />

60-100 5,05 4,25 1,5 0,09 16,7 4 637 79 9 195 142 49 21 4,9 0,1 0,4 --- 85<br />

RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />

Nº Na K Ca Mg<br />

SUMA<br />

<strong>DE</strong><br />

Al- SATURAC.<br />

LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />

meq/100g %<br />

4220 0,23 0,39 1,27 1,49 3,38 1,87 35<br />

4221 0,27 0,04 0,54 0,57 1,42 2,10 59<br />

4222 0,34 0,02 0,98 1,17 2,51 0,94 27


•<br />

•<br />

•<br />

•<br />

ANEXO 5<br />

ANALISIS <strong>DE</strong>L SUELO REALIZADO EN 1996, PREVIO A LA PLANTACION.<br />

<strong>DE</strong>SCRIPCION <strong>DE</strong>L PERFIL <strong>DE</strong>L SUELO.<br />

ANALISIS <strong>DE</strong> SUELO AL CUARTO AÑO <strong>DE</strong> CRECIMIENTO.<br />

I<strong>DE</strong>NTIFICACION <strong>DE</strong> INVERTEBRADOS EN EL SUELO.


INVERTEBRADOS (LARVAS Y ADULTOS) I<strong>DE</strong>NTIFICADOS EN LOS PERFILES <strong>DE</strong>L SUELO<br />

(T1 Y T11)<br />

PROFUNDIDAD<br />

<strong>DE</strong>L SUELO<br />

(cm)<br />

0-10<br />

10-20<br />

20-30<br />

30-40<br />

40-50<br />

TI T11<br />

Coleóptero<br />

Quelópodo<br />

Diplópodo<br />

Díptero<br />

Nemátodo<br />

Ologochaeta (lumbricidae)<br />

Quelópodo<br />

Diplópodo<br />

Díptero<br />

Coleóptero<br />

Díptero<br />

Nemátodo<br />

Díptero<br />

Nemátodo<br />

Coleóptero<br />

Nemátodo<br />

50-70 -------<br />

70-90 Lepidóptero<br />

Coleóptero<br />

Diplópodo<br />

Díptero<br />

Nemátodo<br />

Ologochaeta (lumbricidae)<br />

Coleóptero<br />

Díptero<br />

Diplópodo<br />

Nemátodo<br />

Ologochaeta (lumbricidae),<br />

Diplópodo<br />

Díptero<br />

Quelópodo<br />

Díptero<br />

Nemátodo<br />

Díptero<br />

Coleóptero<br />

Díptero<br />

Coleóptero<br />

Díptero


Precipitaciones registradas en Osorno y Puerto Montt en los años 1996, 1997, 1998, 1999 y 2000<br />

AÑO 1996 ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE TOTAL<br />

OSORNO<br />

P. MONTT<br />

37,8 50,9 50,9 162,4 182,6 61,4 90,9 226,4 73,0 71,9 70,8 51,0 1130,0<br />

59,4 68,9 121,2 33,0 144,2 46,6 68,5 158,2 226,7 109,1 127,1 120,1 1283,0<br />

AÑO 1997 ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE TOTAL<br />

OSORNO<br />

95,0 78,2 8,1 149,8 38,2 448,8 186,3 157,2 95,0 155 61,4 71,2 1544,2<br />

P. MONTT 152,0 51,6 142,8 223,6 72,9 427,5 266,0<br />

136,4 155,7 180,9 72,0 143,2 2024,6<br />

AÑO 1998 ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE TOTAL<br />

OSORNO<br />

25,5 23,3 41,5 78,9 145,9 99,6 140,8 133,1 74,4 31,5 30,6 25,7 850,8<br />

P. MONTT 28,4 11,2 86,2 69,4 107,6 79,3<br />

191,19 173,4 83,4 66,6 66,6 34,4 997,2<br />

AÑO 1999 ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE TOTAL<br />

OSORNO<br />

P. MONTT<br />

26,9 29,1 70,1 25,6 123,6 259,4 91,3 109,8 203,7 21,7 50,8 54,2 1066,2<br />

36,0 66,6 121,2 61,0 134,2 244,1 140,9 129,8 209,0 23,3 76,4 103,5 1346,0<br />

AÑO 2000 ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE TOTAL<br />

OSORNO<br />

20,5 158,5 40,7 54,9 117,5 375,5 160,2 160,1 125,4 79,1 15,4 87,4 1395,2<br />

P. MONTT 59,8 176,4 74,7 82,4 101,6 336,6<br />

FUENTE= El Diario Austral de Valdivia, información suministrada por la Dirección General Aeronautica Civil.<br />

186,2 145,8 96,2 148,6 16,0 175,2 1599,5


ANEXO 6<br />

PECIPITACIONES<br />

• PRECIPITACIONES ANUALES <strong>DE</strong> OSORNO Y PUERTO MONTT (1996-2000)

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