UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE - Ipef
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<strong>UNIVERSIDAD</strong> <strong>AUSTRAL</strong> <strong>DE</strong> <strong>CHILE</strong><br />
FACULTAD <strong>DE</strong> CIENCIAS FORESTALES<br />
MAGÍSTER EN CIENCIAS MENCION SILVICULTURA<br />
RENDIMIENTO Y BIOMASA <strong>DE</strong> Eucalyptus nitens<br />
CON ALTERNATIVAS NUTRICIONALES PARA UNA<br />
SILVICULTURA SUSTENTABLE EN UN SUELO ROJO<br />
ARCILLOSO<br />
Profesor Guía: Dr. Víctor Gerding Salas<br />
Tesis para optar al Grado de Magíster en Ciencias<br />
JORGE LUIS APARICIO<br />
VALDIVIA - <strong>CHILE</strong><br />
2001
COMISION EVALUADORA<br />
Juan Schlatter Renato Grez<br />
Profesor informante Profesor informante<br />
FECHA <strong>DE</strong> EXAMEN <strong>DE</strong> GRADO:<br />
6 de junio de 2001<br />
Víctor Gerding<br />
Profesor patrocinante
A Claudia, el amor de mi vida.<br />
A mis queridos hijos Romina, Juan Martín, Tomás y Facundo.
AGRA<strong>DE</strong>CIMIENTOS<br />
Quiero expresar mi gratitud y reconocimiento al profesor Víctor Gerding por su<br />
orientación invalorable y estimulo permanente para la realización de esta tesis.<br />
Asimismo, quiero agradecer la predisposición y los valiosos aportes de los profesores<br />
Juan Schlatter y Renato Grez, además, al profesor Moisés Osorio por la orientación y<br />
el apoyo brindado en la elaboración del proyecto de tesis.<br />
Agradezco a las autoridades del INTA (Instituto Nacional de Tecnología<br />
Agropecuaria, República Argentina) que hicieron posible mis estudios, a la Dirección de<br />
Investigación y Desarrollo (UACh) por el apoyo financiero para la realización del<br />
proyecto y quiero manifestar mi reconocimiento a la empresa Pürstinger-Ludwig y Cía.<br />
Ltda., en particular al señor Gerardo Ludwig, por brindar la propiedad para que se lleve<br />
a cabo esta experiencia y apoyar con la mejor disposición las actividades realizadas.<br />
También deseo agradecer a aquellas personas que aportaron sus conocimientos y<br />
colaboración en el desarrollo del trabajo. Entre ellas destaco a Eduardo Silva por la<br />
disposición en las actividades de terreno, a Claudia Díaz Quijano y Elda Brandt por la<br />
dedicación y el esmero en las tareas de acondicionamiento de los materiales en el<br />
laboratorio, a Cecilia Ruiz (Laboratorio de Entomología Forestal, UACh) por la<br />
identificación de los invertebrados, y a todo el equipo del Laboratorio de Nutrición y<br />
Suelos Forestales (UACh) por su predisposición, apoyo, colaboración y afecto.
<strong>DE</strong>CLARACIÓN<br />
Yo, Jorge Luis Aparicio, declaro que soy el autor del presente trabajo, que lo he<br />
realizado en su integridad y no lo he publicado para obtener otros grados o títulos o en<br />
revistas especializadas. Declaro que no he contado con la colaboración de alguna<br />
persona.
INDICE <strong>DE</strong> MATERIAS<br />
CAPITULO PAGINA<br />
1. INTRODUCCION 1<br />
2. REVISION BIBLIOGRAFIA 4<br />
2.1 CARACTERIZACIÓN <strong>DE</strong> Eucalyptus nitens MAI<strong>DE</strong>N 4<br />
2.2 ESTUDIOS NUTRICIONALES EN <strong>CHILE</strong> 5<br />
2.3 CARACTERÍSTICAS <strong>DE</strong> LOS SUELOS ROJOS ARCILLOSOS 6<br />
2.4 PRODUCTIVIDAD CON ESPECIES <strong>DE</strong> CRECIMIENTO RÁPIDO 6<br />
2.5 REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES <strong>DE</strong> LOS EUCALIPTOS 8<br />
2.5.1 Fertilización al establecimiento de la plantación 8<br />
2.5.2 Estrategias de fertilización 10<br />
2.6 RELACION ENTRE PRODUCTIVIDAD Y BIOMASA 11<br />
2,7 FERTILIZACIÓN Y <strong>DE</strong>NSIDAD <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA 16<br />
2.8 REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES <strong>DE</strong> Eucalyptus nitens 17<br />
3 MATERIAL Y METODOS 20<br />
3.1. UBICACION <strong>DE</strong>L ENSAYO 20<br />
3.2 CARACTERIZACION <strong>DE</strong>L ENSAYO 21<br />
3.2.1 Preparación del terreno 21<br />
3.2.2 Fertilización base preplantación 21<br />
3.2.3 Plantación 22<br />
3.2.4 Control de malezas posplantación 22<br />
3.2.5 Fertilización posplantación 23<br />
3.3 TRATAMIENTOS EVALUADOS 26<br />
3.4<br />
DISEÑO EXPERIMENTAL, MEDICIÓN <strong>DE</strong> VARIABLES Y<br />
RECOLECCIÓN <strong>DE</strong> MUESTRAS<br />
28<br />
3.4.1 Diseño experimental 28<br />
3.4.2 Medición de variables de rendimiento 30<br />
3.4.3 Muestras de biomasa aérea 30<br />
3.4.4 Muestras de biomasa de raíces 32<br />
3.4.5 Muestras de mantillo 33<br />
3.4.6 Muestras de hojarasca 34<br />
3.4.7 Muestras de suelo 34<br />
3.5 ANALISIS <strong>DE</strong> DATOS 35<br />
3.5.1 Evaluación de la productividad de los tratamientos fertilizados 35
3.5.2 Cantidades de biomasa y elementos nutritivos del vuelo 36<br />
3.5.3 Estimación de la biomasa en función del DAP 37<br />
3.5.4<br />
Cuantificación de la hojarasca y sus cantidades de elementos<br />
nutritivos 37<br />
3.5.5 Acumulación de elementos nutritivos en el mantillo 38<br />
3.5.6<br />
Determinación del peso seco del suelo y cantidades de elementos<br />
nutritivos 38<br />
3.5.7<br />
Determinación de la densidad básica de la madera y relación con<br />
las alternativas nutricionales 39<br />
4 RESULTADOS 40<br />
4.1 RENDIMIENTO 40<br />
4.1.1 Sobrevivencia 40<br />
4.1.2 Rendimiento en diámetro y en área basal 41<br />
4.1.3 Rendimiento en altura y longitud de la copa 50<br />
4.1.4 Rendimiento en volumen 52<br />
4.2 <strong>DE</strong>NSIDAD BASICA <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA 57<br />
4.3 BIOMASA 59<br />
4.3.1 Biomasa aérea 59<br />
4.3.2 Biomasa de raíces 70<br />
4.3.3 Hojarasca 75<br />
4.3.4 Mantillo 78<br />
4.4 CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS 80<br />
4.4.1 Biomasa aérea 80<br />
4.4.2 Biomasa de raíces 86<br />
4.4.3 Hojarasca 88<br />
4.4.4 Mantillo 89<br />
4.5 CANTIDAD <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS 92<br />
4.5.1 Biomasa aérea 92<br />
4.5.2 Raíces 102<br />
4.5.3 Mantillo 106<br />
4.6<br />
<strong>DE</strong>MANDA <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS AL CIERRE <strong>DE</strong><br />
COPAS<br />
109<br />
4.7 CARACTERIZACION <strong>DE</strong>L SUELO 114<br />
4.8 BALANCE NUTRICIONAL AL CIERRE <strong>DE</strong> COPAS 119
5. DISCUSION 125<br />
5.1 RENDIMIENTO 125<br />
5.2 <strong>DE</strong>NSIDAD BASICA <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA 128<br />
5.3 BIOMASA, HOJARASCA y MANTILLO 128<br />
5.4 CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS 133<br />
5.5<br />
<strong>DE</strong>MANDA <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS AL CIERRE <strong>DE</strong><br />
COPAS<br />
136<br />
5.6 CARACTERIZACION <strong>DE</strong>L SUELO 140<br />
5.7 BALANCE NUTRICIONAL AL CIERRE <strong>DE</strong> COPAS 141<br />
6 CONCLUSIONES 145<br />
7 RESUMEN 149<br />
8 SUMMARY 150<br />
9 BIBLIOGRAFIA 151<br />
ANEXOS<br />
Anexo 1 (Rendimiento)<br />
Anexo 2 (Densidad básica de la madera)<br />
Anexo 3 (Biomasa aérea)<br />
Anexo 4 (Concentración y cantidad de elementos)<br />
Anexo 5 (Análisis de suelo)<br />
Anexo 6 (Precipitaciones)
INDICE <strong>DE</strong> FIGURAS<br />
Figura Nº Página<br />
1. Plano de ubicación del predio Pichimaule 20<br />
2. Plano del ensayo con la ubicación de los tratamientos de fertilización<br />
base preplantación 22<br />
3. Plano del ensayo con la ubicación de las subparcelas de fertilización en<br />
cada tratamiento de fertilización base preplantación 23<br />
4. Plano del ensayo con la ubicación de la subparcelas fertilizadas en<br />
setiembre de 1997 en cada grupo de subparcelas fertilizadas en octubre<br />
de 1996 y en el grupo control 25<br />
5. Plano del ensayo con la ubicación de la fertilización aplicada en<br />
1999 en cada tratamiento de fertilización base preplantación 26<br />
6. Plano del ensayo con la ubicación de los tratamientos evaluados<br />
en el presente estudio 28<br />
7. Ubicación de las subunidades experimentales en cada unidad<br />
experimental (U.E.) 29<br />
8. Esquemas de la división de la copa para extracción de hojas y ramas,<br />
y de corte del fuste y extracción de rodelas 31<br />
9. Características y ubicación de las muestras de suelo en las<br />
líneas de plantación y entre las líneas para el estudio de raíces 32<br />
10. Esquema de extracción de muestras de mantillo 34<br />
11. Sobrevivencia de los 11 tratamientos a los cuatro años de edad 40<br />
12. DAP medio y área basal de los tratamientos fertilizados, a) con<br />
Bifox en preplantación y sin fertilización preplantación; b) con<br />
Bifox, con cal y sin fertilización preplantación 41<br />
13. DAP medio y área basal promedios de los tratamientos<br />
agrupados según esquema de fertilización 44
14. DAP y área basal de todos los tratamientos en los años 1999 y<br />
2000, clasificados según el porcentaje de incremento de cada<br />
tratamiento 44<br />
15. Distribución diamétrica del total y de los quinientos árboles por<br />
hectárea de mayor DAP; a) y b) tratamientos agrupados según<br />
fuente de fertilización preplantación; c) tratamientos agrupados<br />
según esquema de fertilización<br />
16. Area basal por clase diamétrica del total de arboles y de los<br />
quinientos árboles de mayor DAP; a) y b) tratamientos agrupados<br />
según fuente de fertilización preplantación; c) tratamientos<br />
agrupados según esquema de fertilización<br />
17. a) Altura total del T1 y del T11según clases de DAP; b) Altura<br />
media total del T1 y del T11 en los años 1999 y 2000 e<br />
incremento en altura (ICA); (c) Relación altura/DAP del T1 y del<br />
T11. (d) Longitud de copa y altura al inicio de la copa de ambos<br />
tratamientos 51<br />
18. Volumen medio individual según fertilización aplicada en<br />
preplantación 53<br />
19. Volumen medio individual de los tratamientos agrupados según<br />
año de fertilización 56<br />
20. Densidad básica media de la madera y variación entre árboles a<br />
distintas alturas del fuste en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar) 57<br />
21. a) Biomasa aérea de cada componente de la biomasa (t ha -1 ) y<br />
b), proporción (%) de cada componente de la biomasa con<br />
relación a la biomasa total, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar) 60<br />
22. a) Biomasa aérea media (kg árbol -1 ) por clase diamétrica y<br />
b) biomasa aérea total (t ha -1 ) con la proporción (%) por clase<br />
diamétrica, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 61<br />
47<br />
48
23. Distribución (%) de la biomasa de cada componente según tercio<br />
del árbol y clase diamétrica, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar) 63<br />
24. Relación hojas:ramas vivas (kg árbol -1 ) en a) por tercio del árbol<br />
y b) por estrato de árboles, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar) 65<br />
25. Ecuaciones de ajuste de los distintos componentes de la<br />
biomasa y de la biomasa total con el DAP 69<br />
26. a) Biomasa de raíces: según tamaño y total; b) cantidad de<br />
raíces gruesas y raíces finas a distintas profundidades y c)<br />
proporción de raíces gruesas y raíces finas a distintas<br />
profundidades, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar). 71<br />
27. Distribución espacial (kg ha -1 ) de las raíces gruesas y las raíces<br />
finas, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 73<br />
28. Biomasa aérea y de raíces en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar)<br />
29. Proporción de la caída de hojarasca durante las cuatro<br />
estaciones climáticas del año en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar) 76<br />
30. Caída mensual de hojarasca (kg ha -1 ) en el T1 (fertilizado) y el<br />
T11 (sin fertilizar). Período setiembre 1999 - agosto 2000 77<br />
31. a) Espesor del mantillo (cm) a 0-70 cm, a 70-140 cm y a 140-<br />
210cm desde la línea de plantación; b) total de mantillo (kg ha -1 )<br />
y proporción (%) a 0-70 cm, a 70-140 cm y a 140-210 cm desde<br />
la línea de plantación, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 79<br />
32. Concentración media de los elementos nutritivos en cada<br />
componente de la biomasa, y relación N:P en las hojas, en el T1<br />
(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 82<br />
75
33. Concentración media de elementos nutritivos en la hojarasca en<br />
las cuatro estaciones del año, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar) 89<br />
34. Variación espacial de la concentración de los macroelementos<br />
(%) en el mantillo y relación nitrógeno:fósforo, en el T1<br />
(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 90<br />
35. Cantidad de elementos nutritivos (g àrbol -1 ), promedio general,<br />
en los componentes e la biomasa aérea, en el T1 (fertilizado) y el<br />
T11 (sin fertilizar) 93<br />
36. Cantidad de macroelementos (g árbol -1 ) en las hojas y en la<br />
madera según las clases diamétricas, en el T1 (fertilizado) y el<br />
T11 (sin fertilizar) 95<br />
37. Cantidad de biomasa (kg árbol -1 ) producida en las hojas, las<br />
ramas vivas y las ramas muertas por gramo de elemento<br />
nutritivo, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 96<br />
38. Cantidad de biomasa (kg árbol -1 ) producida en la madera y en la<br />
corteza por gramo de elemento nutritivo, en el T1 (fertilizado) y el<br />
T11 (sin fertilizar) 97<br />
39. Cantidad de microelementos (mg árbol -1 ) en los componentes de<br />
la biomasa, del T1 (fertilizado) y del T11 (sin fertilizar) 99<br />
40. Distribución de los microelementos en la biomasa aérea del T1<br />
(fertilizado) y del T11 (sin fertilizar) 101<br />
41. Cantidad de macroelementos (kg ha -1 ) en las raíces principales,<br />
las raíces gruesas, las raíces finas y el total de raíces, en el T1<br />
(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 103<br />
42. Cantidad de microelementos (kg ha -1 ) en las raíces del T1<br />
(fertilizado)y del T11 (sin fertilizar) 105<br />
43. Cantidad de macro y microelementos (kg ha -1 ) en el mantillo y<br />
coeficiente de variación (%) de la distribución espacial de los<br />
elementos nutritivos en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 107
44. Cantidad total (kg ha -1 ) de nitrógeno, fósforo y potasio, y<br />
proporción acumulada en cada componente de la biomasa del<br />
T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 110<br />
45. Cantidad total (kg ha -1 ) de calcio y magnesio, y proporción<br />
acumulada en cada componente de la biomasa del T1<br />
(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 111<br />
46. Contenidos de fósforo en la línea de plantación, a un metro de la<br />
línea de plantación y en el centro de la entrelínea (2 m), en el T1<br />
(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 117<br />
47. Cantidad de macro y microelementos en la biomasa, el mantillo y<br />
el suelo hasta 30 cm de profundidad (nitrógeno total, fósforo<br />
disponible, potasio, calcio y magnesio, extractable y reservas<br />
suministrables; hierro, manganeso, cobre, zinc y boro,<br />
exractable), en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 120<br />
48. Indice de Reserva de Vegetación de los macro y<br />
microelementos, según las reservas suministrables y la fracción<br />
extractable del suelo hasta los 30 cm de profundidad, en el T1<br />
(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 123
INDICE <strong>DE</strong> CUADROS<br />
Cuadro Nº Página<br />
1. Fertilizantes aplicados como fertilización base preplantación y<br />
superficie de las parcelas en cada tratamiento, incluido el<br />
control 21<br />
2. Fertilización aplicada en las parcelas de fertilización base preplantación<br />
y en el control (octubre de 1996) 23<br />
3. Fertilización con N, P y K en 2 subparcelas de cada grupo de<br />
subparcelas fertilizadas en octubre de 1996, ubicados en las<br />
parcelas de fertilización base y en el control (setiembre de<br />
1997) 24<br />
4. Fertilización aplicada en agosto de 1999 en una de las subparcelas<br />
fertilizadas en setiembre de 1997, ubicadas en las parcelas de<br />
fertilización pre-plantación con Roca Fosfórica Bifox, Cal y en el control 25<br />
5. Tratamientos evaluados en el presente estudio 27<br />
6. Métodos analíticos para material vegetal 31<br />
7. Clasificación de los tratamientos por crecimiento en DAP, según<br />
la prueba de diferencias significativas mínimas (DMS) 42<br />
8. Clasificación de los tratamientos por crecimiento en área basal,<br />
según la prueba de diferencias significativas mínimas (DMS) 43<br />
9. Clasificación de los tratamientos según el DAP medio de los 500<br />
árboles de mayor crecimiento, según la prueba de diferencias<br />
significativas mínimas (DMS) 45<br />
10. Clasificación de los tratamientos según el área basal por<br />
hectárea de los 500 árboles de mayor crecimiento, según la<br />
prueba de diferencias significativas mínimas (DMS)<br />
46
11. Clasificación de los tratamientos por crecimiento en volumen<br />
individual, según la prueba de diferencias significativas mínimas<br />
(DMS)<br />
12. Clasificación de los tratamientos por crecimiento en volumen<br />
medio individual, de los 500 árboles mayores según la prueba<br />
de diferencias significativas mínimas (DMS) 55<br />
13. Correlación entre la densidad básica media y la densidad básica<br />
a distintas alturas del árbol en el T1 (fertilizado) 58<br />
14. Correlación entre la densidad básica media y la densidad básica<br />
a distintas alturas del árbol en el T11 (sin fertilizar) 59<br />
15. Coeficiente de variación de la proporción de los componentes<br />
de la biomasa aérea en las clases diamétricas para cada tercio<br />
del árbol, en el T1 (fertilizado) y el T11(sin fertilizar) 63<br />
16. Coeficientes de correlación entre el DAP (cm), el DARV (cm),<br />
los componentes de la biomasa (kg arbol -1 ) y la biomasa aérea<br />
total (kg arbol -1 ) del T1 (fertilizado) 67<br />
17 Coeficientes de correlación entre el DAP (cm), el DARV (cm),<br />
los componentes de la biomasa (kg arbol -1 ) y la biomasa aérea<br />
total (kg arbol -1 ) del T11 (sin fertilizar) 67<br />
18. Coeficiente de variación (%) de la media mensual de la caída de<br />
hojarasca en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar). Período<br />
setiembre 1999 - agosto 2000 77<br />
19. Concentración de macroelementos en los componentes de la<br />
biomasa aérea del T1 (fertilizado) y del T11(sin fertilizar) 81<br />
20. Concentración de microelementos en los componentes de la<br />
biomasa aérea del T1 (fertilizado) y del T11 (sin fertilizar) 85<br />
21. Concentración de elementos nutritivos en las raíces, en el T1<br />
(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 87<br />
54
22. Concentración media de los microelementos (mg kg -1 ) en el<br />
mantillo, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 91<br />
22. Cantidades totales de microelementos (kg ha -1 ) y distribución en<br />
la biomasa del T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 113<br />
23. Valores de pH, carbono total y nitrógeno total del suelo al<br />
establecimiento de la plantación (1996) y al cuarto año de edad,<br />
en el T1(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 115<br />
24. Contenidos (mg kg -1 ) de fósforo, potasio, calcio, magnesio y<br />
aluminio del suelo durante la época establecimiento de la<br />
plantación (1996) y al cuarto año de crecimiento, en el T1<br />
(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 115<br />
25. Características químicas del suelo en la línea de plantación, al<br />
cuarto año de crecimiento, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar) 116<br />
26. Contenido (mg kg -1 ) de azufre, boro, hierro, manganeso, cobre<br />
y zinc en la línea de plantación, al cuarto año de crecimiento, en<br />
el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar)<br />
27. Reservas suministrables (mg kg -1 ) de fósforo, potasio, calcio y<br />
magnesio del suelo en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) 118<br />
117
1 INTRODUCCIÓN<br />
La producción de madera con especies de crecimiento rápido está alcanzando un gran<br />
protagonismo, sobre todo en los países del hemisferio Sur. Así lo señala en estos países la<br />
presencia creciente del sector maderero en sus economías. La finalidad es complementar<br />
y sustituir maderas de bosques naturales en los mercados propios y mundiales. Sin<br />
embargo, las estrategias de los países para liderar los mercados dependerán, en gran<br />
parte, del desarrollo de tecnologías que transformen ventajas económicas comparativas en<br />
ventajas competitivas. Entre ellas se destaca la aplicación de una silvicultura que apunte a<br />
promover la productividad basada en un sistema sustentable.<br />
Las metas para lograr estos objetivos deben asegurar que la productividad y la calidad<br />
de sitio no disminuyan en las sucesivas rotaciones. Sin embargo, los sistemas<br />
productivos con especies de crecimiento rápido causan traslados importantes de<br />
elementos nutritivos desde el suelo a la biomasa, que en parte desaparecen del<br />
sistema con la madera extraída durante la cosecha . En rotaciones cortas la remoción<br />
de elementos nutritivos puede superar los aportes naturales que recibe el suelo, con lo<br />
cual, sin la adición de fertilizantes disminuye el estatus nutritivo del sitio y por<br />
consiguiente la producción rentable y sostenible de madera.<br />
Las mayores demandas nutricionales ocurren en la primera fase de crecimiento,<br />
desde la plantación al cierre de copas, donde predomina la formación de tejidos<br />
productores de clorofila. Sin embargo, el manejo nutricional debe continuar durante<br />
toda la rotación. En este contexto, las bases de la silvicultura exigen la integración de<br />
materiales mejorados con técnicas de establecimiento, manejo (podas y raleos),<br />
cosecha y uso de residuos, que permitan conservar o mejorar las condiciones físicas y<br />
químicas del suelo<br />
A su vez, en Chile, a pesar de que numerosas plantaciones presentan síntomas de<br />
deficiencias nutricionales, la intensificación de la fertilización está limitada por la<br />
carencia de una base experimental sólida, que permita un análisis con resultados<br />
ciertos y una proyección en el tiempo. La mayoría de la información se limita a la<br />
fertilización de establecimiento. Sin embargo, no se han publicado resultados de<br />
estudios nutricionales que permitan elaborar esquemas de manejo nutritivo,<br />
1
especialmente para la etapa en que culmina la primera fase de crecimiento (cierre de<br />
copas), donde se produciría la mayor demanda de elementos nutritivos desde el suelo<br />
mineral.<br />
Por su parte, Eucalyptus nitens (Dean et Maiden) Maiden, es la especie de mayor<br />
expansión en el sur de Chile (CELHAY et al., 1999). La mayor parte de las plantaciones<br />
se encuentran en las primeras fases de crecimiento, lo que acentúa la oportunidad de un<br />
estudio que permita cuantificar la demandas nutricionales para este período. Coincidente<br />
con ello, el Instituto de Silvicultura de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad<br />
Austral de Chile, junto con la empresa Pürstinger-Ludwig y Cía. Ltda., desarrollan desde<br />
1996 un ensayo de fertilización de E. nitens, en un suelo rojo arcilloso. Los esquemas de<br />
fertilización incluyen fósforo con diferente solubilidad, encalado, nitrógeno, potasio y<br />
micronutrientes aplicados en distintos períodos de la primera fase de crecimiento<br />
Respecto a lo anterior, entre los aspectos más importantes se destaca la necesidad de<br />
identificar las exigencias nutricionales de E. nitens, su relación con la oferta nutritiva del<br />
suelo sobre la base de diferentes esquemas de fertilización, el estado nutritivo de las<br />
plantaciones y las características de arraigamiento de la especie. Al respecto, un estudio<br />
de biomasa posibilita relacionar el crecimiento con los requerimientos nutricionales,<br />
interpretar la evolución del ciclo bioquímico a partir del análisis de los componentes de la<br />
biomasa (hojas, ramas, corteza, madera y raíces) y del ciclo biogeoquímico en la fase de<br />
crecimiento con mayor demanda de elementos nutritivos desde el suelo.<br />
Con relación a lo expuesto, es esencial evaluar, al finalizar la primera fase de<br />
crecimiento, el efecto de las alternativas de manejo nutricional planteadas al inicio de la<br />
experiencia, con el fin de dar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿la fertilización<br />
combinando fósforo de distinta solubilidad y cal con fósforo responden mejor a los<br />
requerimientos de E. nitens que la aplicación de fósforo soluble solo?, ¿E. nitens<br />
desmejora las condiciones del suelo si no se fertiliza en la primera fase de<br />
crecimiento?, ¿la fertilización afecta la densidad básica de la madera? ¿ E. nitens es<br />
una especie de alta demanda de elementos nutritivos? ¿el fósforo es el único elemento<br />
deficiente para el crecimiento de E.nitens en los suelos rojo arcillosos?. En este<br />
sentido, con el presente estudio se pretende identificar el esquema de manejo<br />
nutricional que brinde mejor respuesta a las demandas de E. nitens considerando el<br />
2
impacto sobre los niveles nutricionales del suelo, el cual resulta una herramienta<br />
esencial en la producción sustentable de madera. Así, los objetivos desarrollados en el<br />
estudio fueron los siguientes:<br />
General<br />
- Evaluar opciones de manejo nutritivo en E. nitens sobre un suelo rojo arcilloso y sus<br />
efectos en la etapa de cierre de copas<br />
Específicos<br />
- Comparar el rendimiento de E. nitens con diferentes esquemas de fertilización.<br />
- Caracterizar el suelo y establecer sus reservas nutritivas.<br />
- Identificar el arraigamiento de E. nitens en un suelo rojo arcilloso.<br />
- Deducir la demanda nutritiva de E. nitens en la etapa de cierre de copas con<br />
diferentes esquemas de fertilización.<br />
- Relacionar la densidad básica de la madera con los esquemas de fertilización.<br />
- Evaluar el balance nutritivo al cierre de copas.<br />
3
2 REVISION BIBLIOGRÁFICA<br />
2.1 CARACTERIZACIÓN <strong>DE</strong> Eucalyptus nitens MAI<strong>DE</strong>N.<br />
Eucalyptus nitens, conocido en su zona de origen como “shining gum”, se ubica<br />
taxonómicamente dentro del subgénero Symphyomyrtus, el cual agrupa a la mayoría<br />
de las especies de Eucalyptus utilizadas en plantaciones industriales en el mundo<br />
(Turnbull et al., 1993). La especie crece en forma natural en zonas montañosas del<br />
sudeste de Australia entre los 30 y 38º S, con un rango de altitud entre 600 m s.n.m.<br />
en Victoria y 1500 m s.n.m. en New South Wales. En las zonas más bajas forma<br />
bosques extensos, que se transforman en rodales aislados en zonas de relieve mas<br />
elevado (Hillis y Brown, 1978).<br />
El clima del área de distribución de E. nitens es templado de altura, con abundantes<br />
heladas y presencia de nieve. Las temperaturas medias, que en verano oscilan entre<br />
21 y 26º C, en invierno disminuyen a –5 y 2º C. Las lluvias anuales varían entre los<br />
750 y 1750 mm (Purnell y Lunquist, 1986).<br />
Los mejores crecimientos de E. nitens se han detectado en suelos arcillosos bien<br />
drenados y profundos y en suelos francos. No obstante en el área de dispersión crece<br />
en una gran variedad de condiciones edáficas (Hillis y Brown, 1978)<br />
Entre los atributos favorables de la especie, se reconocen: crecimiento inicial rápido,<br />
tolerancia alta a las heladas, tolerancia al manejo de las plantas a raíz libre en vivero,<br />
aparente inmunidad al daño producido por roedores y capacidad de rebrotar. A su vez,<br />
la principal desventaja es la producción tardía de semilla (Frederick et al., 1984).<br />
En Australia, particularmente en Tasmania, E. nitens es la especie latifoliada más<br />
plantada, debido a su alta tasa de crecimiento (Turnbull et al., 1997). Las plantaciones<br />
se ubican casi exclusivamente en sitios sobre los 300 m de altitud (Cromer, 1996).<br />
Aunque en menor escala, E. nitens también se planta en Sudáfrica, los criterios de<br />
crecimiento óptimo utilizados, son: profundidad efectiva de raíces mayor a 75 cm,<br />
4
precipitaciones anuales mayores a 900 mm y temperatura media anual entre 13,5 y 15<br />
º C (Herbert, 1996).<br />
En Chile, debido a la tolerancia al frío y al buen crecimiento, E. nitens se planta en<br />
forma intensiva desde fines de la década anterior, sobre todo entre las Regiones VIII y<br />
X (Jayawickrama et al., 1993; Celhay et al., 1999). Se estima una superficie plantada<br />
de alrededor de 100.000 ha (Paz y Perez, 1999). Hasta el presente, las plantaciones<br />
de E. nitens se manejan con objetivos de producción de madera para la fabricación de<br />
pulpa (Espinoza et al., 1999). Sin embargo, en el madiano plazo, la especie aparece<br />
atractiva para la producción de madera noble, como sustituta de latifoliadas del bosque<br />
natural y de Eucalyptus globulus (Celhay et al., 1999).<br />
2.2 ESTUDIOS NUTRICIONALES EN <strong>CHILE</strong><br />
A pesar que numerosas plantaciones presentan síntomas de deficiencias<br />
nutricionales (Carrasco et al., 1998), la intensificación de la fertilización en Chile está<br />
limitada por la carencia de una base experimental sólida, que permita un análisis con<br />
resultados ciertos y una proyección en el tiempo (Alvarez et al., 1998). Con relación a<br />
ello, estos autores iniciaron estudios en Pinus. radiata D. Don, relacionando<br />
productividad, componentes de biomasa y contenidos de elementos nutritivos, a partir<br />
del período de establecimiento de las plantaciones.<br />
Por su parte, en Eucalyptus sp., de acuerdo con Toro (1995), la fertilización en Chile<br />
es más generalizada, aunque muy variable y se usan mezclas de nitrógeno, fósforo,<br />
potasio, azufre, magnesio y boro, con dosis de 70 a 350 g por planta. Esta gran<br />
variación refleja modalidades específicas de las empresas mas que estimaciones de<br />
requerimientos nutricionales de las especies. También se han iniciado experiencias con<br />
fertilizantes líquidos en plantaciones de E. globulus (Fuentes y Rebolledo, 1999).<br />
Sin embargo, no se han publicado resultados de estudios nutricionales que<br />
relacionen productividad con el contenido de elementos nutritivos en la biomasa y la<br />
oferta nutritiva del suelo. Al respecto, según Prado y Toro (1996) la corrección de<br />
deficiencias nutricionales en plantaciones de Eucalyptus sp. no es usual en Chile.<br />
5
2.3 CARACTERÍSTICAS <strong>DE</strong> LOS SUELOS ROJO ARCILLOSOS.<br />
De acuerdo con la caracterización realizada por Besoain (1985) y Schlatter et al.<br />
(1995), los suelos rojos arcillosos se formaron a partir de cenizas volcánicas antiguas,<br />
a veces mezcladas con otros materiales. En la zona sur es frecuente encontrarlos<br />
sobre morrenas glaciales, areniscas y rocas metamórficas. La textura es franco-<br />
arcillosa a arcillosa, con densidad aparente de media a alta. Son suelos de profundidad<br />
moderada a profunda, la cual está asociada, conjuntamente con el drenaje interno, a<br />
las características del relieve. El drenaje interno es más restringido en los terrenos de<br />
menos pendiente, como los llanos bajos y las planicies en las cumbres.<br />
Entre las limitantes de los suelos rojo arcillosos se destaca los bajos niveles de<br />
fertilidad (Bonelli y Schlatter, 1995; Schlatter y Gerding, 1998). Se caracterizan por una<br />
baja disponibilidad de fósforo, agravada por la fijación que producen niveles altos de<br />
aluminio intercambiable y extractable. Este efecto negativo puede ser mitigado<br />
incorporando fuentes solubles de fósforo en forma fraccionada, incorporando fuentes<br />
de fósforo menos solubles, o combinando ambas fuentes (Hunter y Hunter, 1991,<br />
Barros y Novais, 1996). Asimismo, en general los niveles de elementos esenciales<br />
como nitrógeno, potasio y boro son bajos (Schlatter et al., 1995).<br />
2.4 PRODUCTIVIDAD CON ESPECIES <strong>DE</strong> CRECIMIENTO RÁPIDO.<br />
La notable expansión mundial de las plantaciones con especies de crecimiento<br />
rápido, como los Eucalyptus sp., responde a características particulares en cuanto a<br />
tasa de crecimiento, adaptabilidad a diversos sitios y capacidad de rebrotar. Estas<br />
características permiten, mediante una silvicultura intensiva, satisfacer una amplia<br />
gama de demandas del mercado (leña, pulpa, postes, tableros, chapas y madera<br />
aserrada) en turnos cortos de aprovechamiento (Attiwill y Adams, 1996).<br />
Sin embargo, los sistemas productivos intensivos de madera producen traslados<br />
importantes de elementos nutritivos desde el suelo a la biomasa, que en parte<br />
desaparecen del ecosistema con la madera extraída durante la cosecha (Wise y<br />
Pitman, 1981; Drumond et al., 1997). En rotaciones cortas la remoción de elementos<br />
6
nutritivos puede superar los aportes naturales que recibe el suelo, con lo cual, sin la<br />
adición de fertilizantes disminuye el estatus nutritivo del sitio (Judd, 1996; Wang y<br />
Zhou, 1996; Gonçalvez y Barros, 1998), y, por consiguiente, la producción rentable y<br />
sostenible de madera.<br />
Por otra parte, debido a la velocidad alta de crecimiento de los Eucalyptus sp., las<br />
fases de crecimiento se completan en períodos cortos de tiempo, a expensas de un<br />
mayor consumo de elementos nutritivos del suelo (Rodriguez et al., 1984; Grove et al.,<br />
1996).<br />
Las mayores demandas ocurren en la primera fase, donde en la biomasa predomina<br />
la formación de tejidos productores de clorofila (Negy y Sharma, 1996). Al inicio del<br />
crecimiento prevalecen las exigencias de fósforo y nitrógeno (Cromer et al, 1981,<br />
Kriedeman y Cromer, 1996). A su vez, al aumentar el volumen de biomasa foliar crecen<br />
las demandas de potasio y magnesio (Rodriguez et al. 1984; Bellote y Ferreira, 1995).<br />
Por su parte, en la segunda fase de crecimiento, cuando aumenta la formación de<br />
madera y corteza, aumenta el consumo de calcio (Gosz, 1984; Pereira et al., 1989 y<br />
1996). Es decir, elementos nutritivos más demandados en la primera fase pueden ser<br />
cubiertos con menores cantidades en fases posteriores y viceversa (Turner y Lambert,<br />
1983; Miller, 1984).<br />
Al respecto, de acuerdo a lo señalado por Toro (1995), el manejo nutricional de las<br />
plantaciones no finaliza en la etapa de establecimiento, por el contrario, debe continuar<br />
durante toda la rotación. En este contexto, la silvicultura exige la integración de<br />
materiales mejorados con técnicas de establecimiento, manejo y cosecha de madera<br />
que conserven o mejoren los recursos físicos y químicos del suelo (Herbert y<br />
Robertson, 1991). Un seguimiento nutricional a lo largo de la rotación combinado con<br />
control de malezas, esquemas de manejo (podas y raleos) y uso de residuos, son las<br />
bases de una silvicultura integral (Alvarez y Sandoval, 1999). El manejo nutricional<br />
debería finalizar con una adecuada planificación de la cosecha para evitar un deterioro<br />
irreversible del recurso, el cual es esencial para mantener la sostenibilidad del sistema<br />
en las sucesivas rotaciones (Toro, 1995).<br />
7
Entre los factores que más aportan a una producción sustentable con especies de<br />
crecimiento rápido, se destaca la estimación del manejo del balance nutricional del<br />
sistema. Para ello se debe determinar las exigencias de las especies en las fases del<br />
crecimiento, la oferta del sitio (desde los horizontes orgánicos y minerales), el éxodo de<br />
elementos en la extracción de madera y las pérdidas en los cambios de rotación<br />
(Raison, et al., 1982; Bowen y Nambiar, 1984; Jorgensen y Wells, 1986; Melo et al.,<br />
1995; Silva et al.,1998).<br />
El balance nutricional depende de la interacción de la especie en cuestión con<br />
factores del suelo, del clima y del manejo silvicultural (Gerding y Schlatter, 1998;<br />
Schumacher, 1998). También la estabilidad nutritiva del sitio es un aporte importante<br />
para estimar la oferta del suelo en el mediano y largo plazo (Melo et al., 1995; Gerding<br />
y Schlatter, 1998).<br />
Las metas generales para lograr estos objetivos deben asegurar que la<br />
productividad y la calidad de sitio no disminuyan en las sucesivas rotaciones (Nambiar,<br />
1995). En este sentido, el conocimiento de las características nutricionales de las<br />
especies y la cuantificación de los requerimientos en las distintas etapas de<br />
crecimiento son un aporte importante para el desarrollo de un manejo silvícola<br />
sustentable. Al respecto, muchos sitios con segunda o tercera rotación muestran<br />
mermas importantes de productividad debido a prácticas inapropiadas de este manejo<br />
(Will, 1984; Toro et al., 1998).<br />
2.5 REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES <strong>DE</strong> Eucalyptus sp.<br />
2.5.1 Fertilización al establecimiento de la plantación.<br />
La necesidad de fertilizar al establecimiento de la plantación se debe a que, en<br />
general, el suelo no tiene la capacidad de proveer en forma continua todos los<br />
elementos nutritivos requeridos para un crecimiento adecuado. Incluso, según los<br />
requerimientos de la especie, la humedad del suelo, la disponibilidad de elementos<br />
nutritivos y los objetivos silviculturales, aún en los suelos más fértiles es posible<br />
incrementar el crecimiento por medio de la fertilización (Gonçalvez y Barros, 1998).<br />
8
Cuando los factores relacionados a clima, física del suelo, agua disponible, calidad<br />
de planta y competencia de malezas, se acercan a las condiciones óptimas para el<br />
crecimiento, la adición de elementos nutritivos se convierte en el medio más directo<br />
para potenciar y mantener la productividad desde el inicio de las plantaciones. Según<br />
lo señalado por Schönau (1984) y Peñaloza (1997), la forma más común de elevar o<br />
restablecer la productividad de un sitio es a través de la fertilización.<br />
Los elementos nutritivos considerados esenciales para el crecimiento de las plantas<br />
suman alrededor de 16 (Rodríguez, 1993). Sin embargo, las mayores demandas en el<br />
establecimiento de las plantaciones se concentran en unos pocos elementos. Las<br />
respuestas son generalizadas a la adición de fósforo y en menor proporción al<br />
nitrógeno; aunque la mayoría de las veces se produce una acción sinérgica a la<br />
incorporación en conjunto (Will y Hodgkiss, 1977; Cromer et al., 1981; Mead, 1990;<br />
Allen y Colbert, 1998; Aparicio et al., 1999). Con respecto al potasio, en general las<br />
demandas ocurren cuando aumenta el crecimiento en biomasa (Bellote y Ferreira,<br />
1995), las mayores respuestas se verifican en suelos con varios turnos de cosecha,<br />
efectos similares también se han detectado con el calcio (Gonçalvez y Barros, 1998).<br />
De acuerdo con lo determinado por Barros y Novais (1996) en rotaciones de E.<br />
grandis de 8 años de edad, la acumulación de calcio en la biomasa puede alcanzar<br />
hasta 770 kg ha -1 . Como consecuencia, en suelos con bajos niveles de calcio<br />
intercambiable, la concentración en el suelo puede aproximarse a cero para el período<br />
de cosecha de la madera. De hecho, en estos suelos se han detectado hasta un 20%<br />
de incremento en volumen de fuste con la aplicación de cal, principalmente en suelos<br />
con más de una rotación de Eucalyptus sp. Con relación al nitrógeno y al potasio, las<br />
concentraciones en la biomasa alcanzan hasta 1300 y 700 kg ha -1 respectivamente, sin<br />
embargo, estos elementos nutritivos, en conjunto con el fósforo, son incluidos en todos<br />
los programas de fertilización de Eucalyptus sp.<br />
A su vez, las deficiencias de microelementos más frecuentes son de boro y en<br />
menor medida de zinc (Ballard, 1978; Mead 1990; Olykan et al., 1995; Toro, 1995;<br />
Gonçalvez y Barros, 1998), aunque en suelos fertilizados con dosis altas de nitrógeno y<br />
de fósforo se ha detectado deficiencia de cobre, cuando el suelo tiene niveles bajos del<br />
microelemento (Turnbull et al., 1994).<br />
9
2.5.2 Estrategias de fertilización<br />
La capacidad de entrega de elementos nutritivos desde el suelo debe coincidir con<br />
las demandas nutricionales de los árboles. Para ello, es recomendable dividir las dosis<br />
de fertilizante, parte se puede incorporar cuando se realiza la plantación y el resto en<br />
una o varias aplicaciones, antes del cierre de las copas (Gonçalvez y Barros, 1998).<br />
Por otra parte, esta forma de adicionar el fertilizante reduce las pérdidas de elementos<br />
nutritivos por volatilización, lixiviación, inmovilización y erosión.<br />
Para la adición del nitrógeno y del potasio, Gonçalvez y Barros (1998) recomiendan<br />
aplicar entre un 20% y un 40% de la dosis cuando se realiza la plantación y el 60-80%<br />
restante en 2 a 4 aplicaciones, con preferencia en el primer período de crecimiento,<br />
durante la expansión del área foliar.<br />
Con relación a los requerimientos altos de fósforo en la primera fase de crecimiento,<br />
una estrategia para mejorar la eficiencia de la aplicación, principalmente en suelos con<br />
alta capacidad de fijación del elemento, puede ser la combinación de fuentes solubles<br />
en agua con fuentes de liberación más lenta, como las rocas fosfóricas. Estas pueden<br />
suministrar fósforo por un período que se prolonga mas allá de la fase de<br />
establecimiento. Al respecto, en Brasil se comparó en E. grandis la adición de una<br />
fuente soluble sola y combinada con roca fosfórica y el crecimiento en volumen a los 5<br />
años de edad fue de 97 y 182 m 3 ha -1 respectivamente (Gonçalvez y Barros, 1998).<br />
Por su parte, resultados preliminares publicados por Gerding et al. (1999) de la<br />
experiencia que motiva el presente estudio, señalaron mayor crecimiento en aquellos<br />
tratamientos fertilizados con fuentes de fósforo de liberación lenta, aunque el<br />
crecimiento de E. nitens se relacionó directamente con la solubilidad de la fuente de<br />
fósforo aplicada en la fertilización base. A su vez, la respuesta importante a la<br />
fertilización en el segundo período, de aquellos árboles que no recibieron fósforo como<br />
fertilización base, permitió detectar que los árboles crecen con deficiencias<br />
nutricionales cuando no reciben una adición de fósforo inicial. Por otro lado, en<br />
aquellos árboles que sólo recibieron fósforo posplantación, la fertilización al segundo<br />
año mejoró en forma significativa el crecimiento, exhibiendo mayor eficiencia en el<br />
10
aprovechamiento del fósforo al subdividir las dosis cuando se aplican fuentes solubles<br />
en agua.<br />
Con relación a la respuesta a la aplicación de cal, de acuerdo a lo señalado por<br />
Gerding et al. (1999), habría mejorado el régimen nutricional del suelo pero no mostró<br />
un efecto significativo en el crecimiento de E. nitens. Los resultados coinciden con lo<br />
concluido por Schönau (1977), Herbert (1983) y Romeny (1997), en cuanto a que con<br />
especies tolerantes a la acidez, como la mayoría de los Eucalyptus, no se justifica la<br />
aplicación de cal para corregir la acidez y neutralizar el exceso de aluminio en el suelo.<br />
Sin embargo, Pereira et al. (1996) señalaron que las cantidades de calcio<br />
acumuladas en la biomasa y en el mantillo de E. globulus pueden superar entre dos y<br />
cuatro veces al calcio intercambiable de los primeros 70 cm de suelos de baja<br />
fertilidad. En consecuencia, al final de la rotación la extracción de calcio del suelo<br />
puede resultar mayor a los aportes provenientes de las precipitaciones, la<br />
meteorización del suelo y la mineralización del mantillo. En este sentido,<br />
comparativamente con otros bioelementos como el nitrógeno y el fósforo, los<br />
requerimientos y la movilización del calcio en el ciclo biogeoquímico de los Eucalyptus<br />
sp. han sido menos evaluados (Turner y Lambert, 1996).<br />
2.6 RELACIÓN ENTRE PRODUCTIVIDAD Y BIOMASA<br />
La forma corriente de evaluar las exigencias nutricionales, en especies de<br />
crecimiento rápido, es a través de la respuesta productiva a la adición de fertilizantes al<br />
establecimiento de la plantación (Flinn et al. 1979; Ballard, 1984; Schönau, 1984;<br />
Neilsen, 1996). Sin embargo, es poco conocido el impacto nutricional de la silvicultura<br />
intensiva de rotaciones cortas (Herbert y Robertson, 1991; Knight y Nicholas, 1996), el<br />
cual puede ser muy variable, según las características de fertilidad de cada sitio (Wise<br />
y Pitman, 1981; Turnbull et al., 1994).<br />
Estudios que integren productividad y biomasa (producción de materia seca)<br />
otorgan bases más sólidas para interpretar las exigencias nutricionales de las especies<br />
en las fases de crecimiento y su relación con el sitio (Ferreira et al.,1984; Judd, 1996a;<br />
11
Turner y Lambert, 1996). Ello posibilita ajustar para cada especie, en cada sitio y en<br />
cada período de crecimiento, los elementos nutritivos demandados por cada unidad de<br />
madera producida (Poggiani et al., 1983; Herbert, 1996; Barros y Novais, 1996;<br />
Scatolini et al., 1998). A su vez, al cuantificar la biomasa y los elementos nutritivos en<br />
los componentes (hojas, ramas, madera, raíces) permite reconocer el rol de cada uno<br />
en la acumulación y en la transferencia de bioelementos entre componentes, de<br />
importancia vital para relacionar los ciclos bioquímicos y biogeoquímicos (Cromer,<br />
1984; Khanna y Ulrich, 1984; Melo et al., 1995; Barros et al., 1995; Albaugh et al.,<br />
1998).<br />
Comparativamente con otras especies arbóreas, se atribuye a Eucalyptus sp. mayor<br />
eficiencia para regular la tasa de crecimiento, mayor aprovechamiento de los<br />
elementos nutritivos dentro de los tejidos a través del ciclo bioquímico y mayor<br />
retención de elementos nutritivos en el árbol. Según Grove et al. (1996), la mayor<br />
capacidad de Eucalyptus sp. en la utilización de elementos nutritivos obedece a un<br />
eficiente mecanismo de transferencia de elementos móviles desde tejidos seniles a<br />
tejidos nuevos.<br />
El mayor aporte del ciclo bioquímico de Eucalyptus sp. es la transferencia de<br />
elementos nutritivos durante la transformación de la corteza, y de la albura en duramen<br />
(Silva et al., 1998). En estos procesos, a diferencia de lo que ocurre en las hojas, se<br />
produce un movimiento radial de elementos nutritivos poco móviles, como el calcio,<br />
hacia los tejidos de crecimiento. Asimismo, durante la formación de duramen los<br />
Eucalyptus sp. son especialmente eficientes en la transferencia de fósforo (Grove et<br />
al., 1996). Las concentraciones de calcio también son menores en el duramen, aunque<br />
en la corteza se concentra más calcio en Eucalyptus sp. que en otras especies. Estas<br />
variaciones evidencian la necesidad de cuantificar la proporción albura-duramen en las<br />
evaluaciones de distribución de elementos nutritivos en los estudios de biomasa (Silva<br />
et al., 1998).<br />
Sin embargo, la eficiencia en la utilización de elementos nutritivos puede ser muy<br />
variable entre especies de Eucalyptus sp. En este sentido, en un estudio realizado en<br />
Brasil en plantaciones de 8 años de edad, Morais et al. (1990), citados por Barros y<br />
Novais (1996), determinaron que E. cloezina fue más eficiente que E. grandis, E.<br />
12
saligna y E. citriodora en la utilización de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio<br />
para producir biomasa del fuste. A su vez, E. citriodora fue el menos eficiente en la<br />
utilización de nitrógeno y potasio. En tanto que E. grandis y E. saligna mostraron baja<br />
eficiencia en la utilización de calcio. Con relación al calcio acumulado, en general es<br />
muy variable entre especies. No obstante las especies que descortezan<br />
periódicamente almacenan cantidades altas de calcio, acumulando la mayor parte en la<br />
corteza (Judd et al., 1996a).<br />
La eficiencia del uso de nitrógeno y de fósforo en Eucalyptus sp. de crecimiento<br />
rápido se explica en parte por la capacidad ilimitada de formar primordios foliares a<br />
partir de los meristemas apicales y axilares, provocando un desarrollo indefinido y<br />
oportunista del follaje, cuando las condiciones ambientales y de sitio lo permiten. Al<br />
respecto, Kriedmann y Cromer (1996) evaluaron la respuesta de E. grandis a la adición<br />
de nitrógeno y fósforo a través del desarrollo del índice de área foliar (síntesis de la<br />
densidad y la distribución espacial del área foliar). A los 16 meses el índice de área<br />
foliar de los árboles fertilizados superó en un 500% al índice de los árboles no<br />
fertilizados. A su vez, al comparar el crecimiento en biomasa, los árboles fertilizados<br />
(11,5 t ha -1 ) superaron en un 1750 % al crecimiento de los árboles sin fertilizar (0,62<br />
t/ha -1 ).<br />
Birk y Turner (1992) 1 , citados por Grove et al. (1996), evaluaron en E. grandis de 9,5<br />
años de edad, el efecto de la adición de nitrógeno y de fósforo en el crecimiento de los<br />
componentes de la biomasa y la cantidad de elementos nutritivos acumulados en cada<br />
componente, con relación a un control (sin fertilizar). La biomasa total aumentó un 46%<br />
con la adición de los elementos nutritivos, acumulando un 35% más de nitrógeno y un<br />
138% más de fósforo respecto al control. Por su parte, la producción de madera (albura<br />
más duramen) representó aproximadamente un 72% en la biomasa de ambos<br />
tratamientos, aunque la proporción de albura fue un poco menor en la biomasa con<br />
adición de elementos nutritivos.<br />
Por otra parte, el follaje en los árboles fertilizados aumentó un 60% más que en el<br />
control, acumulando 70% más de nitrógeno y 150% más de fósforo. A su vez, la<br />
1 BIRK,E.M.y J. TURNER. 1992. Response of flooded gum (E. grandis) to intensive cultural<br />
treatments: biomass and nutrient content of eucalypt plantations and native forests.<br />
Forest Ecology and Management 47: 1-28.<br />
13
iomasa de las ramas fue un 76% superior, con 37% más de nitrógeno y 285% más de<br />
fósforo. En este sentido, en las ramas se concentró más fósforo que en la albura y el<br />
duramen en conjunto.<br />
En cuanto a la corteza, ésta aumentó un 36% (8 t ha -1 ) en los árboles fertilizados,<br />
acumulando un 53% más de nitrógeno y 96% más de fósforo. En este aspecto, la<br />
corteza resultó un componente importante en el almacenamiento de elementos<br />
nutrtitivos, ya que acumuló más nitrógeno que la albura y la misma cantidad de fósforo<br />
que el conjunto de albura y duramen. En consecuencia, un sistema de<br />
aprovechamiento de madera sin descortezado en el terreno representa un éxodo<br />
importante de elementos nutritivos, incluyendo el alto contenido de calcio que<br />
caracteriza a la corteza de Eucalyptus sp. (Fölster y Khanna, 1997; Gonçalves y<br />
Barros, 1998)<br />
Con respecto a la albura en los árboles fertilizados, según lo informado por Grove et<br />
al., 1996, se observó un aumento de un 33%, con un contenido similar de nitrógeno<br />
que los no fertilizados y un 87% más de fósforo. Sin embargo, lo más destacable fue la<br />
relación de elementos nutritivos entre albura y duramen, mostrando la eficiencia de los<br />
Eucalyptus sp. para la transferencia de fósforo entre estos componentes. En este<br />
sentido, el contenido de fósforo del duramen representó un 5% y un 8% del contenido<br />
de fósforo de la albura, en los Eucalyptus sp. fertilizados y sin fertilizar<br />
respectivamente.<br />
En experiencias realizadas en Brasil, Barros y Novais (1996) evaluaron los<br />
requerimientos nutricionales de E. grandis a partir de estudios de biomasa y contenidos<br />
de elementos nutritivos en rodales comerciales próximos a la edad de corta (8-10 años)<br />
Se relacionó la concentración de bioelementos para cada componente de la biomasa<br />
como “coeficiente de utilización de nutrientes” o CNU (kilogramo de biomasa por<br />
kilogramo de bioelemento). Con el CNU óptimo para cada bioelemento en el fuste o en<br />
la biomasa se determinó la cantidad de bioelemento requerido para alcanzar el<br />
crecimiento en volumen o en biomasa en sitios de distinta productividad. A partir de la<br />
expectativa de producción para cada sitio, se realizó un seguimiento para evaluar el<br />
estado nutricional de los rodales en diferentes edades y situaciones, de modo de definir<br />
14
las necesidades de fertilización en los primeros años de crecimiento con relación a una<br />
nutrición estandarizada para cada sitio (Scatolini et al., 1998).<br />
Con relación a la biomasa de raíces, comparativamente con la biomasa aérea, los<br />
estudios realizados son menores. Ladeira et al. (1998) en Brasil evaluaron la biomasa<br />
de tres Eucalyptus sp. de 7 años de edad. Las principales conclusiones referidas a la<br />
biomasa de raíces señalaron que en E. camaldulensis y en E. pellita, el sistema<br />
radicular representó un 33,6% de la biomasa total, mientras que en E. urophilla la<br />
proporción disminuyó al 25%.<br />
Mello et al. (1998) evaluaron en Brasil la distribución de raíces finas de materiales<br />
genéticos de E. grandis, concluyendo que la extensión de raíces finas es una<br />
característica intrínseca del genotipo, la cual está relacionada estrechamente con el<br />
comportamiento nutricional, potencial productivo y capacidad de adaptación a las<br />
condiciones de estrés ambiental. Más del 90% de las raíces finas de los materiales<br />
comparados tenían un milímetro ó menos. A su vez, la densidad de las raíces finas en<br />
el mantillo fue muy superior a la observada en el suelo mineral.<br />
Smethurst y Wang (1998) evaluaron a los 18 meses de edad de E. nitens el efecto<br />
de la fertilización con nitrógeno y fósforo sobre el crecimiento de las raíces finas en un<br />
suelo con alta fijación de fósforo. Se constató un incremento significativo en el<br />
crecimiento de las raíces finas. Al respecto, el fósforo proveniente de la fertilización<br />
lixivió al menos 300 mm desde el punto de aplicación, a pesar de las características<br />
fijadoras del suelo. Puesto que las raíces proliferan en esa zona fértil, la aplicación del<br />
fertilizante fue efectiva para mantener la disponibilidad de fósforo para E. nitens.<br />
Con respecto a los aportes de bioelementos al ciclo de nutrientes, la lluvia, el lavado<br />
del follaje y el lavado del fuste, según Negi y Shamara (1996) son unas de las<br />
principales fuentes. El aporte de las lluvias varía con las distancias a los centros<br />
industriales. Sin embargo el principal aporte de elementos nutritivos proviene del<br />
mantillo, su contenido varía con la producción de follaje y la concentración de los<br />
bioelementos. La mayor producción de mantillo ocurre en sitios fértiles con buenas<br />
condiciones de humedad y temperatura, que favorecen la actividad de los<br />
microorganismos que actúan en la descomposición de la hojarasca (Gosz, 1984).<br />
15
Parece que la producción de mantillo en Eucalyptus sp. está en función de la<br />
producción de hojas nuevas que aceleran la senescencia y caída de las hojas adultas.<br />
Este proceso en particular predomina en suelos fértiles y facilita la transferencia de<br />
elementos nutritivos hacia los tejidos jóvenes (Negi y Sharma, 1996).<br />
En Eucalyptus sp., emulando experiencias realizadas en Pinus sp. para detectar<br />
deficiencias nutricionales, se relacionó el crecimiento con la concentración de<br />
bioelementos en el follaje durante la estación de crecimiento. Sin embargo, en<br />
Eucalyptus sp. generalmente los mayores crecimientos se producen a expensas de<br />
una dilución de elementos nutritivos en estos tejidos (Boardman y Simpson, 1981;<br />
Frederick et al., 1986; Pereira et al., 1989; Neilsen, 1996; Cromer, 1996), sobre todo al<br />
aumentar la edad de la plantación (Judd et al., 1996a).<br />
Por otra parte en Sudáfrica, Schönau (1981) y Schönau y Herbert (1982)<br />
determinaron en ensayos de fertilización de E. grandis de 6 a 36 meses de edad que<br />
los niveles foliares de nitrógeno y de fósforo, y la relación de ambos bioelementos<br />
explicaron entre el 42 y el 74% la variación de crecimiento en altura. Sin embargo, los<br />
porcentajes disminuyeron cuando aumentó la edad de la plantación, concluyendo que<br />
las mejores respuestas se obtuvieron en la estación de crecimiento posterior al primer<br />
año de la plantación. No obstante, estos resultados señalaron la efectividad de la<br />
fertilización más que valores críticos de concentración de elementos nutritivos bajo los<br />
cuales puede reducirse el crecimiento (Herbert, 1996).<br />
Por consiguiente, la correlación no siempre permite un buen ajuste del crecimiento<br />
sobre la base de la concentración de bioelementos en las hojas nuevas. De acuerdo<br />
con van den Driessche (1984), la inclusión de hojas de diferente edad provee mejor<br />
información. Al respecto, estudios realizados por Powers (1983) y Correa (1991),<br />
señalaron mejor precisión del diagnóstico nutricional incluyendo en el análisis hojas del<br />
último año y del año anterior.<br />
2.7 FERTILIZACIÓN Y <strong>DE</strong>NSIDAD <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA<br />
En este aspecto, la bibliografía no brinda información concluyente. De acuerdo con<br />
Zobel (1992) cualquier efecto silvicultural puede modificar el modelo de crecimiento de<br />
16
un árbol. En términos de propiedades de la madera, los cambios producidos como<br />
respuesta de los árboles, no son previsibles. La única manera de conocerla es someter<br />
a los árboles a las condiciones de crecimiento que quieren evaluarse. Por lo general, el<br />
crecimiento adicional producido por la fertilización con nitrógeno en Pinus sp. de alta<br />
densidad, reduce la densidad de la madera (Zobel, 1992).<br />
Por su parte, Schönau y Boden (1981) detectaron una disminución ligera en la<br />
densidad de la madera de E. nitens cuando aumentó el tamaño del árbol. A su vez<br />
Barker (1978) reportó que la densidad de la madera es reducida por la fertilización,<br />
pero es más que compensada por el incremento de crecimiento en volumen. En tanto<br />
que Bevege (1984) señaló que, en general, la fertilización en Eucalyptus sp. no<br />
diminuye la densidad básica de la madera.<br />
2.8 REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES <strong>DE</strong> Eucalyptus nitens<br />
En una experiencia realizada por Frederick et al. (1986) en Nueva Zelandia, se<br />
estimó la acumulación de los principales elementos nutritivos en los componentes de<br />
la biomasa de E. nitens de 5 años de edad, con un ritmo de crecimiento de 30 t ha -1 .<br />
Durante los diez meses analizados la plantación acumuló casi 200 kg de calcio, 60 Kg<br />
de nitrógeno y de potasio, 12 kg de magnesio y 7,5 kg de fósforo. Un tercio del<br />
nitrógeno se almacenó en el follaje (productor de fotosíntesis) y un 20% en la madera;<br />
un 60% del potasio se almacenó en la madera y un 20% en la corteza; a su vez el<br />
calcio se acumuló principalmente en la corteza y las ramas con el 36% y el 33%<br />
respectivamente, por su parte el magnesio y el fósforo se distribuyeron en forma más<br />
uniforme entre los componentes de la biomasa. La madera acumuló cantidades<br />
importantes de nitrógeno y principalmente de potasio. Contrariamente, la cantidad de<br />
calcio almacenada fue mínima. Sin embargo, la acumulación de elementos nutrtitivos<br />
en las hojas, ramas y corteza, señala que gran parte vuelve al suelo a través de la<br />
hojarasca.<br />
En cuanto a la producción estacional de hojarasca durante el año. En el verano se<br />
produjo la máxima caída de hojas (90% del total de la hojarasca) con una disminución<br />
gradual hasta ser mínima al final del invierno. A su vez, las hojas caídas representaron<br />
17
el 77% del peso medio del follaje de la plantación, indicando un promedio de vida de<br />
las hojas entre 1 y 2 años (Frederick et al., 1986). Por su parte, el desprendimiento de<br />
ramas fue similar en todas las estaciones del año, excepto a fines de la primavera que<br />
concentró un cuarto de la caída total de ramas, no obstante la mayoría de las ramas<br />
secas permanecieron adheridas a los árboles sin formar parte de la hojarasca<br />
(Frederick et al., 1986).<br />
En general la cantidad de elementos nutritivos acumulados en el mantillo fue dos a<br />
cuatro veces superiores al aporte anual de la hojarasca. A excepción del potasio,<br />
donde las pérdidas por lixiviación hacen que la cantidad acumulada en el mantillo se<br />
asimile al aporte anual de la hojarasca (Frederick et al., 1986)<br />
Por otro lado, al comparar la cantidad de elementos nutritivos absorbidos por la<br />
biomasa durante la estación de crecimiento con la cantidad de bioelementos del<br />
mantillo, se detectó que el nitrógeno acumulado en el mantillo duplicó la cantidad de<br />
nitrógeno anual almacenada por la biomasa de la plantación, a su vez las cantidades<br />
de fósforo, calcio y magnesio fueron similares entre biomasa y mantillo, con contenidos<br />
levemente inferiores de calcio y magnesio en el mantillo. Sin embargo, la acumulación<br />
de potasio en la biomasa durante la estación de crecimiento fue cinco veces superior al<br />
potasio presente en el mantillo, caracterizando a E. nitens como una especie con<br />
aparentes demandas importantes de potasio para su crecimiento. No obstante, los<br />
resultados sólo marcan una tendencia, considerando que corresponden a un solo sitio<br />
y al período de una sola estación de crecimiento.<br />
Por su parte, Herbert (1996) comparó la producción de biomasa y la acumulación de<br />
elementos nutritivos en los componentes de biomasa de diez Eucalyptus sp. de 7 años<br />
de edad, en cinco sitios de Sudáfrica, incluyendo en el estudio a E. nitens. Al respecto,<br />
en promedio, la producción de biomasa de E. nitens superó las 200 t ha -1 , acumulando<br />
417 kg de nitrógeno, 34,5 kg de fósforo, 499 kg de potasio, 574 kg de calcio y 152 kg<br />
de magnesio, lo que representa la utilización de 2 kg de nitrógeno, 0,17 kg de fósforo,<br />
2,4 kg de potasio, 2,8 kg de calcio y 0,7 kg de magnesio por tonelada de biomasa<br />
producida. A su vez, la acumulación de bioelementos en los componentes de la<br />
biomasa y la proporción de bioelementos, considerando el árbol entero, fue uniforme<br />
entre todas las especies.<br />
18
Respecto a la concentración foliar de elementos nutritivos, evaluaciones realizadas<br />
por Judd et al. (1996a) en 26 plantaciones de E. nitens creciendo en un rango de sitios<br />
del norte de Tasmania y del este de Victoria permitieron determinar que la tasa<br />
nitrógeno:fósforo que mejor se relacionó con el crecimiento en diámetro se situó<br />
próxima a 15. Asimismo, Turnbull et al. (1994) determinaron en Tasmania importantes<br />
deformaciones en el fuste y en las ramas de plantas de E. nitens de 21 meses de edad,<br />
cuando la concentración foliar de cobre fue inferior a 1,4 mg kg -1 . El grado de<br />
malformación de las plantas se incrementó significativamente cuando aumentaron los<br />
niveles de fertilización de nitrógeno y de fósforo. Las deformaciones redujeron<br />
seriamente el valor comercial de la madera, inclusive para destino de las industrias de<br />
triturado.<br />
19
3.1 UBICACIÓN <strong>DE</strong>L ENSAYO<br />
3 MATERIAL Y MÉTODO<br />
El ensayo se instaló en el predio Pichimaule, propiedad de Pürstinger-Ludwig y Cía.<br />
Ltda., ubicado en la comuna de Fresia, provincia de Llanquihue, tal como se señala en<br />
la Figura 1. La altitud aproximada es de 200 m s.n.m.<br />
PREDIO PICHIMAULE<br />
(41º 01’ S – 73º 27’ )<br />
OCEANO PACIFICO<br />
Figura 1. Plano de ubicación del predio Pichimaule.<br />
El clima del sector corresponde al de costa occidental con influencia mediterránea<br />
de acuerdo a la clasificación de Köppen (Donoso, 1992). A su vez, Mella y Kühne<br />
(1985) señalan un régimen de temperaturas mésico. En este sentido, Schlatter et al.<br />
(1995) refieren una frecuencia de 20-30 heladas anuales, con un período libre de<br />
heladas en el año de 150-200 días y una temperatura mínima de -6 ºC. El régimen de<br />
humedad anual es moderado, con una precipitación de 1.600 a 2.000 mm anuales lo<br />
que marca un excedente para el consumo de la vegetación (índice de humedad anual,<br />
20
IHA= 2,5 - 3), no obstante, en verano aumenta la evapotranspiración, por lo cual el IHA<br />
disminuye a 0,5 - 0,8.<br />
El suelo corresponde a la serie Crucero, ubicada en una fisiografía de transición<br />
entre la Depresión Intermedia y la Cordillera de la Costa. El relieve presenta<br />
pendientes de 5 al 10%. El material parental pertenece a cenizas volcánicas antiguas,<br />
con textura arcillosa (Mella y Khüne, 1985). A través de reconocimientos con bastón<br />
pedológico y calicatas representativas se constató que el suelo es muy homogéneo en<br />
toda la superficie del ensayo 2 . Con anterioridad a la experiencia el predio se destinaba<br />
a ganadería extensiva con praderas naturales, aunque presenta un historial agrícola<br />
previo.<br />
3.2 CARACTERIZACION <strong>DE</strong>L ENSAYO<br />
3.2.1 Preparación del terreno<br />
Se inició en marzo de 1996 con aplicaciones de herbicidas en la totalidad de la<br />
superficie del ensayo (32,7 ha). Se utilizaron los siguientes productos comerciales:<br />
Garlón 4, Roundup, Gesatop, MCPA y Li 7.000. En mayo se subsoló a 50 cm de<br />
profundidad en las líneas de plantación.<br />
3.2.2 Fertilización base preplantación<br />
En junio de 1996, se establecieron tres áreas experimentales con fuentes de fósforo<br />
de baja solubilidad, un área experimental con encalado y un área experimental de<br />
control (sin fertilizar), tal como se detalla en el Cuadro 1 y en la Figura 2.<br />
Cuadro 1. Fertilizantes aplicados como fertilización base preplantación y superficie de<br />
las áreas experimentales en cada tratamiento, incluido el control.<br />
Fertilizante aplicado<br />
Dosis (kg ha -1 )<br />
Producto P Ca<br />
Superficie de<br />
aplicación (ha)<br />
Roca fosfórica Carolina del Norte 400 54 137 6,1<br />
Bifox 600 48 125 8,0<br />
Superfos 300 53 74 5,8<br />
Cal (Catamutún) 2.000 --- 760 4,2<br />
Control (Sin fertilizar) --- --- --- 8,6<br />
2 Comunicación personal del Profesor Víctor Gerding, Instituto de Silvicultura,<br />
Universidad Austral de Chile.<br />
21
N<br />
BIFOX<br />
CONTROL<br />
ROCA<br />
FOSFÓRICA<br />
CAL<br />
SUPERFOS<br />
0 500 m<br />
FERTILIZCIÓN PRODUCTO FÓSFORO<br />
BASE kg ha 1<br />
kg ha -1<br />
ROCA FOSFÓRICA 400 54<br />
CAROLINA <strong>DE</strong>L NORTE<br />
30,5 % P 2O 5<br />
BIFOX 18,5 % P 2O 5 600 48<br />
SUPERFOS 40 % P 2O5 300 53<br />
CAL CATAMUTÚN 2000 0<br />
>90 % CaCO 3<br />
CONTROL 0 0<br />
Aplicación preplantación,<br />
junio 1996.<br />
Figura 2. Plano del ensayo con la ubicación de los tratamientos de fertilización base<br />
preplantación (Predio Pichimaule).<br />
La cal se distribuyó al voleo en toda la superficie, el resto de los productos se<br />
aplicaron en una banda de 1,1 m de ancho sobre la línea de plantación y se<br />
incorporaron al suelo con rotocultivador hasta los 10 cm de profundidad.<br />
3.2.3 Plantación<br />
Se realizó en junio de 1996 a una densidad de 1.626 plantas ha -1 (4,1 m de distancia entre las<br />
líneas y 1,5 m entre plantas en la línea de plantación) con plantas producidas en contenedores.<br />
Se utilizó semilla proveniente de Macalyster (Victoria Central, Australia). Previo a la plantación las<br />
plantas se seleccionaron por altura (25-30 cm), diámetro de cuello (4 mm) y sin problemas<br />
sanitarios.<br />
3.2.4 Control de malezas posplantación<br />
Se realizó un control químico de malezas con Galant plus, Lontrel y Gesatop en octubre de<br />
1996. En los meses de enero y febrero de 1997 y 1998 las malezas se controlaron en forma<br />
manual.<br />
22
3.2.5 Fertilización posplantación<br />
En octubre de 1996, tanto en las áreas experimentales de fertilización base preplantación<br />
como en el área original del control, se aplicaron tratamientos de fertilización posplantación,<br />
incluido un control. Para ello, las áreas experimentales iniciales se subdividieron en 16 parcelas,<br />
las cuales se congregaron en cuatro grupos. Cada grupo de parcelas recibió una de las<br />
aplicaciones de fertilización señaladas en el Cuadro 2. Por su parte, en la Figura 3 se brinda en<br />
detalle la agrupación de las parcelas de fertilización posplantación y el control, en cada<br />
tratamiento de fertilización base y en el control preplantación.<br />
Cuadro 2. Fertilización aplicada en las áreas experimentales de fertilización base preplantación y<br />
en el control (octubre de 1996).<br />
Fertilizante<br />
Dosis<br />
g planta -1 kg ha -1<br />
N<br />
(kg ha -1 )<br />
P<br />
(kg ha -1 )<br />
K<br />
(kg ha -1 )<br />
NPK (20:25:5) + micronutrientes 135 219 44,0 24,1 9,0<br />
NPK (20:12:5) + micronutrientes 155 207 41,3 13,3 10,4<br />
N<br />
BIFOX<br />
NPK (20:25:5) 180 240 48,0 32,1 17,6<br />
Control (Sin fertilizar) 0 0 0 0 0<br />
ROCA FOSFÓRICA<br />
CONTROL<br />
CAL<br />
0 500 m<br />
SUPERFOS<br />
F E R T IL IZ A C IÓ N D O S IS<br />
E S T A B L E C IM IE N T O g /p lan ta<br />
NPK + m icroelem entos (20:25:5) 135<br />
NPK + m icroelem entos (20:12:5) 155<br />
NPK (20:12:5) 180<br />
Control<br />
T ti<br />
Aplicación posplantación<br />
Octubre 1996.<br />
Figura 3. Plano del ensayo con la ubicación de las parcelas de fertilización en cada tratamiento<br />
de fertilización base preplantación (Predio Pichimaule).<br />
El fertilizante se incorporó en dos bandas de 40 cm de largo, 5 cm de ancho y 5 cm de<br />
profundidad, a 5-10 cm de distancia de las plantas. Como fuente de nitrógeno se usó urea, como<br />
23<br />
0
fuente de fósforo se usó superfosfato triple y como fuente de potasio, sulfato de potasio. Los<br />
micronutrientes, aplicados fueron zinc y cobre como sulfatos y boro como boronatrocalcita.<br />
En setiembre de 1997, dos subparcelas de cada grupo de parcelas fertilizadas en octubre de<br />
1996 y en el grupo control, se fertilizaron con nitrógeno, fósforo y potasio, tal como se detalla en<br />
el Cuadro 3, las otras dos parcelas de cada grupo quedaron como control. Las dosis de<br />
fertilización se determinaron sobre la base del resultado de un análisis de la oferta de elementos<br />
nutritivos del suelo, de la fertilización previa y de la demanda esperada desde la plantación, en<br />
función del crecimiento cuantificado 3 .<br />
Cuadro 3. Fertilización con N, P y K en dos subparcelas de cada grupo de parcelas<br />
fertilizadas en octubre de 1996, ubicados en las áreas experimentales de fertilización<br />
base y en el control (setiembre de 1997)*.<br />
Fertilización base<br />
Preplantación<br />
Roca Fosfórica<br />
Carolina del Norte<br />
UREA<br />
(kg ha -1 )<br />
N<br />
(kg ha - )<br />
SFT**<br />
(kg ha -1 )<br />
P<br />
(kg ha -1 )<br />
KCl<br />
(kg ha -1 )<br />
K<br />
(kg ha -1 )<br />
100 45 240 48 20 10<br />
Bifox 100 45 240 48 20 10<br />
Superfos 100 45 96 19 20 10<br />
Cal (Catamutún) 100 45 480 96 20 10<br />
Control 100 45 480 96 20 10<br />
(*) La fertilización incluyó 4,8 kg ha -1 de B (boronatrocalcita), 1, 25 kg ha -1 de Cu y 1,15 kg ha -1 de Zn ( ambos como sulfatos) Los<br />
fertilizantes se aplicaron al voleo, en fajas junto a las hileras de árboles. (**) Superfosfato triple<br />
Por su parte, en la Figura 4 se destacan las dos subparcelas fertilizadas en 1997 en cada<br />
grupo de parcelas fertilizadas en octubre de 1996 y en el grupo control.<br />
3 Comunicación personal del Profesor Víctor Gerding, Instituto de Silvicultura,<br />
Universidad Austral de Chile.<br />
24
N<br />
BIFOX<br />
0 500 m<br />
ROCA FOSFÓRICA<br />
CONTROL<br />
CAL<br />
SUPERFOS<br />
FERTILIZACIÓN N P K<br />
1997 Kg ha -1 Kg ha -1 Kg ha -1<br />
Roca Fosfórica 45 48 10<br />
Carolina del Norte<br />
30,5 % P 2O 5<br />
Bifox 18,5 % P 2O 5<br />
Superfos 40 % P 2O 5<br />
Cal Catamutún<br />
>90 % CaCO 3<br />
Control<br />
45 48 10<br />
45 19 10<br />
45 96 10<br />
45 96 10<br />
Aplicación posplantación<br />
Setiembre 1997<br />
Aplicación posplantación<br />
Setiembre 1997<br />
Figura 4. Plano del ensayo con la ubicación de la subparcelas fertilizadas en setiembre de 1997<br />
en cada grupo de parcelas fertilizadas en octubre de 1996 y en el grupo control (Predio<br />
Pichimaule).<br />
En el mes de agosto de 1999 se realizó una nueva fertilización en las parcelas de fertilización<br />
base con Bifox, Roca Fosfórica Carolina del Norte, y en la parcela control. La fertilización<br />
consistió en aplicar dosis de nitrógeno y fósforo en una de las subparcelas fertilizadas en 1997,<br />
tal como se detalla en el Cuadro 4 y en la Figura 5. En la determinación de las dosis se<br />
utilizaron los mismos criterios que en la fertilización realizada en 1997.<br />
Cuadro 4. Fertilización aplicada en agosto de 1999 en una de las subparcelas fertilizadas en<br />
setiembre de 1997, ubicadas en las parcelas de fertilización preplantación con Roca Fosfórica<br />
Bifox, Cal y en el control.<br />
Tratamiento base Supernitro<br />
Preplantación<br />
(kg ha -1 N<br />
) (kg ha -1 Superfosfato triple<br />
)<br />
(kg ha -1 )<br />
Roca fosfórica Carolina del Norte 920 230 500 100<br />
P<br />
(kg ha -1 )<br />
Bifox 920 230 560 112<br />
Cal (Catamutún) ---- ---- 560 112<br />
Control (Sin fertilizar) 920 230 560 112<br />
25
N<br />
BIFOX<br />
ROCA FOSFÓRICA<br />
TESTIGO<br />
CAL<br />
SUPERFOS<br />
0 500 m<br />
FERTILIZACIÓN N P<br />
1999 kg ha -1<br />
kg ha -1<br />
FERTILIZACIÓN N P<br />
1999 kg ha -1<br />
kg ha -1<br />
Roca Fosfórica<br />
Carolina del Norte<br />
30,5 % P2O5 P2O5<br />
230 100<br />
Bifox 18,5 % P2O5 P2O5 230 100<br />
Superfos 40 % P2O5 P2O5 0 0<br />
Cal Catamutún<br />
>90 % CaCO3 CaCO3<br />
0 112<br />
Testigo 230 112<br />
Figura 5. Plano del ensayo con la ubicación de la fertilización aplicada en 1999 en cada<br />
tratamiento de fertilización base preplantación (Predio Pichimaule).<br />
3.3 TRATAMIENTOS EVALUADOS<br />
La combinación de la fertilización base preplantación realizada en cada parcela con<br />
las fertilizaciones realizadas en 1996, 1997 y 1999, posibilitó la formación de múltiples<br />
alternativas nutricionales (ANEXO 1). Con relación a ello, se seleccionaron para su<br />
evaluación en el presente estudio los tratamientos detallados en el Cuadro 5.<br />
La fertilización en preplantación con Bifox aporta fósforo de baja solubilidad en agua<br />
lo cual disminuye el fenómeno de fijación inicial rápido, propio de los suelos ácidos,<br />
favoreciendo el suministro de fósforo a mediano plazo. Al respecto, el esquema de<br />
fertilización con Bifox (fuente de fósforo a mediano plazo) y de superfosfato triple<br />
(fuente de fósforo soluble), favorece la continuidad del suministro de fósforo a lo largo<br />
de la rotación. Asimismo, la fuente de Bifox, aunque en cantidades bajas, aporta calcio<br />
al suelo (Cuadro 1).<br />
26
En cuanto a la aplicación de cal, su finalidad es neutralizar la acidez del suelo, con<br />
ello se disminuye la posible toxicidad producida por la actividad del aluminio, hierro y<br />
manganeso, y se aumentan los niveles de fósforo, potasio, calcio y magnesio del suelo.<br />
En este sentido, el esquema de fertilización con cal asociada a la fuente de fósforo<br />
soluble en agua es una práctica corriente en los cultivos y praderas que se realizan en<br />
la Región.<br />
Respecto al grupo de tratamientos evaluados sin fertilización preplantación (SFP),<br />
éste responde más a la práctica aplicada en forma habitual en las plantaciones de<br />
eucaliptos y pinos. Sin embargo, además de su finalidad como grupo de control,<br />
permite evaluar la respuesta a los fertilizantes solubles aplicados más en función de las<br />
demandas nurtricionales que como técnica operativa de plantación.<br />
Cuadro 5. Tratamientos evaluados en el presente estudio.<br />
Fertilización base<br />
Preplantación<br />
Bifox<br />
49 Kg ha -1 de P<br />
Cal<br />
760 kg ha -1 de<br />
Ca<br />
Control<br />
sin fertilización<br />
preplantación<br />
(SFP)<br />
Octubre 1996<br />
Kg ha -1<br />
36 N, 19,6 P, 5,6 K<br />
+ micronutrientes<br />
Fertilización posplantación<br />
Setiembre 1997<br />
Kg ha -1<br />
45 N, 48 P 10 K<br />
Agosto 1999<br />
Kg ha -1<br />
Tratamiento<br />
230 N + 100 P T1<br />
4,8 B, 1,25 Cu 1,15 Zn Sin fertilizar T2<br />
Sin fertilizar Sin fertilizar T3<br />
Sin fertilizar Sin fertilizar Sin fertilizar T4<br />
36 N, 19,6 P, 5,6 K<br />
45 N, 96 P, 10 K<br />
4,8 B, 1,25 Cu 1,15 Zn<br />
Sin fertilizar T5<br />
+ micronutrientes Sin fertilizar Sin fertilizar T6<br />
Sin fertilizar Sin fertilizar Sin fertilizar T7<br />
36 N, 19,6 P, 5,6 K<br />
+ micronutrientes<br />
45 N, 96 P, 10 K<br />
230 N + 112 P T8<br />
4,8 B, 1,25 Cu 1,15 Zn Sin fertilizar T9<br />
Sin fertilizar Sin fertilizar T10<br />
Sin fertilizar Sin fertilizar Sin fertilizar T11<br />
En la Figura 6 se puede observar el plano general del ensayo, donde se resalta la<br />
ubicación de los tratamientos evaluados en el presente estudio.<br />
27
BIFOX<br />
T3<br />
T2<br />
T1<br />
T11<br />
N<br />
T4<br />
T8<br />
T6<br />
CONTROL<br />
T5<br />
T7<br />
CAL<br />
T9<br />
T10<br />
0 500 m<br />
SIN FER T IL IZ AR<br />
FER T ILIZ AC IO N 1996<br />
FER T ILIZ AC IO N 1997<br />
FER TILIZ AC IO N 1999<br />
Figura 6. Plano del ensayo con la ubicación de los tratamientos evaluados en el<br />
presente estudio.<br />
3.4 DISEÑO EXPERIMENTAL, MEDICIÓN <strong>DE</strong> VARIABLES Y RECOLECCIÓN <strong>DE</strong><br />
MUESTRAS<br />
3.4.1 Diseño experimental<br />
La distribución de las unidades experimentales (U.E.) en el ensayo responde a un<br />
diseño dirigido en bloques (Figuras 2 a la 6). Con la elección del diseño se priorizó la<br />
inclusión de mayor cantidad de alternativas nutricionales en superficies que semejan el<br />
tamaño de un rodal, en detrimento de algunas condiciones básicas de la<br />
experimentación, como la repetición y la aleatorización 3 . Para ello, se realizó un control<br />
estricto de los componentes físicos y químicos de la fertilidad del suelo, la preparación<br />
del terreno y la competencia de malezas, consideradas las tres fuentes de mayor<br />
variación en ensayos de fertilización. En consecuencia, las posibles diferencias entre<br />
tratamientos deben atribuirse a un efecto de los fertilizantes más que a factores no<br />
controlados. No obstante, lo anterior se corroboró con evaluaciones de rendimiento en<br />
parcelas temporarias, que se ubicaron próximas a las U.E. evaluadas en el estudio.<br />
En cada tratamiento indicado en el Cuadro 5 se instalaron U.E. en forma de<br />
rectángulo de 28,7 x 42m, con una superficie de 1.205,4 m 2 . Cada U.E. estuvo<br />
compuesta por 150 árboles aproximadamente. A su vez, para incorporar al modelo de<br />
3 Comunicación personal del Profesor Víctor Gerding, Instituto de Silvicultura, Universidad Austral de Chile.<br />
28
evaluación la variabilidad no controlada en la determinación de las variables de<br />
crecimiento (estimación del error experimental), en cada U.E. se instalaron 4<br />
sub-unidades experimentales, las cuales se ubicaron en las líneas de plantación<br />
(Figura 7). Cada sub-unidad experimental estuvo conformada por 23 árboles, incluidos<br />
los árboles faltantes y árboles muertos.<br />
4,1 m<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ 28,7 ○ m○<br />
○ ○ ○ ○ Arbol de la U.E.<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Arbol de la Sub-unidad<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ experimental<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Arbol de borde<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ U.E. ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○<br />
42 m<br />
1,5 m<br />
Figura 7. Ubicación de las subunidades experimentales en cada unidad experimental<br />
(U.E.).<br />
29
3.4.2 Medición de variables de rendimiento<br />
En cada sub-unidad experimental se medió con forcípula, en todos los árboles, el<br />
diámetro del fuste a 1,3 m del suelo (DAP). Con relación a la medición de la altura total,<br />
no se realizó con instrumentos de medición debido a que la alta densidad de plantación<br />
y la superposición de las copas no permitió identificar los ápices de los árboles. En<br />
forma alternativa, se midió la altura total de los árboles talados en el T1 y el T11 para la<br />
evaluación de biomasa. Se registraron árboles muertos y faltantes para la estimación<br />
de la sobrevivencia. También se registró la presencia de árboles bifurcados. Las<br />
mediciones se realizaron en el mes de abril del año 2000. El volumen se determinó a<br />
través de un programa computacional elaborado por la empresa Pürstinger-Ludwig y<br />
Cía. Ltda, con la base de datos de las plantaciones de E. nitens<br />
3.4.3 Muestras de biomasa aérea<br />
Se realizó en el T1 (fertilización base preplantación con Bifox más fertilización en<br />
1996, 1997 y 1999) y en el T11 (control sin fertilizar), se extrajeron 10 árboles por<br />
tratamiento. La selección de los árboles se realizó en cinco clases de tamaño,<br />
considerando el diámetro cuadrático medio (DMC) ± 1 y 2 desvíos estándar. Se extrajeron dos<br />
árboles de cada clase. Una vez talados los árboles, se midió el diámetro a la altura de la primera<br />
rama viva (DARV), luego los componentes de la copa se separaron en tercios: inferior, medio y<br />
superior (Figura 8).<br />
A continuación en el terreno se pesó en forma conjunta las ramas y las hojas de<br />
cada tercio de la copa para determinar peso húmedo y se extrajeron muestras<br />
representativas para su separación en laboratorio. El peso de las muestras, como<br />
mínimo, fue de un 20 % del peso total de las ramas y hojas de cada tercio de la copa.<br />
Asimismo, la selección de las ramas para las muestras se realizó considerando la<br />
distribución del diámetro en la zona de inserción. En laboratorio se separaron las<br />
ramas y las hojas de las muestras y se ponderó el peso húmedo de las muestras de<br />
cada componente al peso total determinado en terreno. Las muestras se<br />
acondicionaron para determinar peso seco y composición química (Cuadro 6); para el<br />
análisis químicos se formaron muestras mezcla de los dos árboles que formaron cada estrato.<br />
30
El fuste se cortó y pesó en trozos de 2 m. De cada trozo se extrajeron muestras para<br />
determinar peso seco y composición química de la madera y la corteza (Cuadro 6). Las<br />
muestras consistieron en rodelas con corteza, de un grosor de 8-10 cm, extraídas de los<br />
extremos del primer trozo y del extremo más agudo de los trozos restantes (Figura 8). En cada<br />
rodela se midió diámetro con y sin corteza. Las rodelas se extrajeron hasta un diámetro mínimo<br />
de fuste con corteza de 2 cm, el resto del fuste se incluyó en la biomasa como rama. La<br />
recolección de muestras de biomasa se realizó en el mes de mayo del año 2000.<br />
Tercio<br />
inferior<br />
Tercio<br />
medio<br />
2 m<br />
Tercio<br />
superior<br />
Figura 8. Esquemas de la división de la copa para extracción de hojas y ramas, y de corte del<br />
fuste y extracción de rodelas.<br />
Cuadro 6. Métodos analíticos para material vegetal (*).<br />
Elemento Método Procedimiento<br />
N Kjeldahl Digestión con H2SO4 ,determinación colorimétrica<br />
P y B<br />
Mufla a 500 ºC y digestión (HCl 10%), determinación por<br />
Calcinación y digestión<br />
colorimetría<br />
K, Ca, Mg,<br />
Fe, Mn, Cu<br />
y Zn<br />
Mufla 500 ºC y digestión (HCl 10%), determinación por<br />
Calcinación y digestión<br />
espectrofotometría de absorción atómica<br />
Cenizas Calcinación Mufla a 500 ºC<br />
*Metodología utilizada por el Laboratorio de Nutrición y Suelos Forestales, Universidad Austral de Chile.<br />
En laboratorio, la mitad de cada rodela se destinó a la determinación de la densidad<br />
básica de la madera. Para ello, en cada muestra de madera, una vez saturada con<br />
agua, se determinó el volumen por el principio de Arquímides. Posteriormente, cada<br />
31
componente se depositó en estufa a 103 ºC hasta peso constante para determinar<br />
peso anhidro. Con la relación peso seco/volumen se obtuvo la densidad básica de la<br />
madera (Instituto Nacional de Normalización de Chile, 1986).<br />
3.4.4 Muestras de biomasa de raíces<br />
En cada tratamiento donde se recolectaron muestras de biomasa aérea se ubicó el<br />
árbol medio talado y se construyó una calicata transversal a la entrelínea, hasta las<br />
proximidades de los árboles vecinos. En cada calicata se extrajeron ocho monolitos<br />
con las características y la ubicación que se indica en la Figura 9.<br />
Ubicación de los monolitos<br />
en las calicatas<br />
Tocón<br />
PROFUNDIDAD (cm)<br />
10 cm<br />
0<br />
10<br />
20<br />
30<br />
40<br />
50<br />
70<br />
90<br />
110<br />
10 cm<br />
Monolito de suelo para<br />
muestra de raíces<br />
Figura 9. Características y ubicación de las muestras de suelo en las líneas de<br />
plantación y entre las líneas para el estudio de raíces.<br />
Las muestras de raíces y suelo del T1 se extrajeron hasta una profundidad de 110<br />
cm y en el T11 hasta los 90 cm, debido a la presencia de agua a esa profundidad del<br />
perfil. Los monolitos, hasta los 50 cm de profundidad, se separaron en muestras de 1<br />
32
dm 3 y a partir de los 50 cm de profundidad las muestras fueron de 2 dm 3 . Las muestras<br />
de raíces y suelo se ubicaron en bolsas de polietileno y se colocaron en cámara de frío<br />
a 4 ºC hasta su separación en laboratorio. Las raíces, una vez separadas del suelo, se<br />
clasificaron por tamaño en finas (≤ 2 mm) y gruesas (> 2 mm). Luego se<br />
acondicionaron de acuerdo a los procedimientos del Laboratorio de Nutrición y Suelos<br />
Forestales de la Universidad Austral de Chile (Grez et al., 1995) y se colocaron en<br />
estufa a 65 ºC hasta peso constante para la determinación del peso seco. Se evaluó la<br />
biomasa de raíces por tamaño y ubicación en el perfil del suelo. De cada tamaño se<br />
extrajeron muestras para la determinación de la composición química (cuadro 6).<br />
En cuanto a las raíces principales, en cada tratamiento se extrajo la perteneciente al<br />
árbol medio (Figura 9). La extracción se realizó excavando con pala hasta la<br />
profundidad alcanzada por la raíz en cada tratamiento, también se excavaron las raíces<br />
secundarias y terciarias hasta a 1,5 m de distancia desde la raíz principal. La<br />
extracción de la raíz principal desde el suelo se realizó con cable de acero y aparejo,<br />
sostenido en un trípode, por encima de la raíz. Las raíces secundarias se cortaron en<br />
la zona de inserción a la raíz principal. Una vez aislada cada raíz principal, se<br />
determinó el peso húmedo y se extrajo una rodela de la zona media de cada una. En<br />
cada rodela se determinó peso húmedo y se llevó a estufa a 65 ºC hasta peso<br />
constante, para determinar peso seco. Por relación peso seco:peso humedo se<br />
determinó el peso seco total de cada raíz principal. Cada rodela se acondicionó para<br />
determinar composición química (Cuadro 6). Para ello se extrajo la corteza (menor a 2<br />
mm), a efectos de evitar una posible contaminación de elementos nutritivos, presentes<br />
en el suelo adherido a la corteza.<br />
3.4.5 Muestras de mantillo<br />
Se recolectaron muestras en el T1 y en el T11. Para la recolección se utilizó una<br />
parcela circular de 0,10 m 2 . En cada tratamiento se extrajeron muestras en forma<br />
estratificada: en la línea de plantación, a un metro de la línea de plantación y a dos<br />
metros de la línea de plantación a efectos de determinar la variación espacial de la<br />
cantidad de mantillo (Figura 10). Para cada estrato se recolectaron tres muestras,<br />
conformando un total de nueve muestras para cada tratamiento. Previo a la extracción<br />
de cada muestra se midió el espesor del mantillo y se determinó en forma visual la<br />
33
presencia de horizonte Oe. El mantillo, en su totalidad, estuvo conformado por hojas.<br />
De cada posición espacial del mantillo, con respecto a la línea de plantación, se<br />
formaron muestras mezcla para determinar peso seco y composición química (Cuadro<br />
6).<br />
Extracción de muestras<br />
Figura 10. Esquema de extracción de muestras de mantillo.<br />
3.4.6 Muestras de hojarasca<br />
La recolección se realizó en el T1 y el T11 utilizando 6 cajones de 50 cm x 50 cm,<br />
con fondo de malla plástica, ubicados a 0,3 m del suelo. Los cajones se distribuyeron<br />
en forma equidistante en los diagonales de cada U.E. Se realizaron recolecciones<br />
mensuales durante un año, a partir de octubre de 1999. Todas las muestras recolectadas<br />
durante el año estuvieron conformadas por hojas. El material recolectado en forma mensual en<br />
cada cajón se llevó a laboratorio para la determinación de peso seco. Con los materiales de cada<br />
estación del año (verano, otoño, invierno, primavera) se realizó análisis químico (Cuadro 6).<br />
3.4.7 Muestras de suelo<br />
En los tratamientos que se abrieron calicatas para el estudio de raíces, se realizó una<br />
descripción de los perfiles siguiendo la metodología sugerida por Schlatter et al. (1981). A su vez,<br />
en cada tratamiento, las muestras de suelo provenientes de los monolitos para muestras de<br />
34
aíces se mezclaron de acuerdo a su posición en la calicata y a su igual ubicación en el perfil.<br />
Para mezclar las muestras de acuerdo a la posición en la calicata se determinaron tres<br />
posiciones: la línea de plantación, a un metro desde la línea de plantación y al centro de la<br />
entrelínea. A su vez, en cada posición las muestras se mezclaron de acuerdo a la ubicación en el<br />
perfil (0-10 cm, 10,20 cm, 20-30 cm, 30-40 cm, 40-50 cm, 50-70 cm, 70-90 cm y 90-110 cm). Al<br />
respecto se conformaron 24 muestras de suelo en el tratamiento fertilizado y 21 muestras en el<br />
control.<br />
En cada muestra se determinó pH (en agua y kCl 0,1 N); C total, N total (Kjeldahl), P (Olsen),<br />
Na, K, Ca, Mg, Al, Fe, Mn, Cu y Zn (Acetato de amonio 1M - DTPA, a pH 4,8); Al intercambiable<br />
(KCl, 1M) y B (agua en ebullición). En todas las muestras se determinó la concentración de<br />
reservas suministrables para P, K, Ca y Mg a través de una solución extractora de HCl al 3 %.<br />
3.5 ANÁLISIS <strong>DE</strong> LOS DATOS<br />
3.5.1 Evaluación de la productividad en los tratamientos de fertilización<br />
En el T7 se excluyeron dos repeticiones debido a que alcanzaron un crecimiento<br />
comparativo menor, respecto al resto de los tratamientos. La causa del menor<br />
crecimiento puede ser atribuible a la competencia de malezas en la fase inicial del<br />
ensayo (Leiva, 2000). Para el análisis de la sobrevivencia se realizó una<br />
transformación angular de los datos, de acuerdo a lo propuesto por Sokal y Rohlf,<br />
(1979). Los datos fueron sometidos a la prueba de Kolmogorov-Smirnov, a efectos de<br />
comprobar diferencias significativas respecto a una distribución normal (Zar, 1974;<br />
Sokal y Rohlf, 1979). Asimismo, se analizó la homogeneidad de varianzas mediante la<br />
prueba de Barlett (Zar, 1974; Sokal y Rohlf, 1979).<br />
Las variables dasométricas (DAP, área basal, volumen y sobrevivencia) se<br />
compararon mediante análisis de varianza de F, según el siguiente modelo:<br />
Donde:<br />
Yij = µ + ti + rj + eij<br />
35
Y= media del tratamiento i en la repetición j<br />
µ= media del ensayo<br />
t= tratamiento i<br />
r= repetición j<br />
e= error aleatorio del tratamiento i en la repetición j.<br />
La comparación de medias, de aquéllas variables que se diferenciaron en forma<br />
significativa entre tratamientos, se realizó mediante la prueba de diferencias mínimas<br />
significativas (DMS), asimismo, las diferencias entre esquemas de fertilización (ej: Bifox<br />
vs SFP, Bifox vs cal) se analizó mediante prueba de contrastes (Zar, 1974; Sokal y<br />
Rohlf, 1979; Mize y Shultz, 1985).<br />
3.5.2 Cantidad de biomasa y elementos nutritivos en el vuelo<br />
La estimación de la biomasa total (aérea y de raíces) en el T1 (fertilizado) y el T11<br />
(sin fertilizar) se realizó a través de la suma de los componentes (hojas, ramas vivas,<br />
ramas muertas, corteza, fuste, raíces finas, raices gruesas y raíz principal), los cuales<br />
se obtuvieron de la relación peso seco/peso húmedo. Los datos de los árboles por<br />
estratos de crecimiento permitieron una estimación más ajustada de la biomasa total.<br />
Los valores de biomasa total y por componentes se ponderaron a toneladas por<br />
hectárea.<br />
La cantidad de elementos nutritivos en los componentes de la biomasa se determinó<br />
mediante la siguiente función:<br />
Qij= Bj * Cij * Fi<br />
Donde:<br />
Qij= cantidad del bioelemento i en el componente j (kg ha -1 ).<br />
Bj= biomasa del componente j (kg ha -1 )<br />
Cij= concentración de bioelemento i en el componente j (%, ppm= mg kg -1 ).<br />
Fi= factor de conversión para el bioelemento i según la unidad de expresión<br />
de Ci. Cuando Ci (%), Fi= 1/100; Cuando Ci (mg/kg): F= 1/1.000.000<br />
36
Las concentraciones y cantidades de elementos nutritivos de los componentes de la<br />
biomasa del T1 y el T11 se compararon mediante prueba de contrastes (Mize y Shultz,<br />
1985).<br />
En el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar), se determinó la eficiencia en el uso de<br />
elementos nutritivos, como la producción de biomasa por unidad de elemento nutritivo<br />
(Raison y Crane, 1982).<br />
3.5.3 Estimación de la biomasa en función del DAP<br />
A partir de la información de biomasa total y de los componentes extraída del T1<br />
(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar), se ajustaron modelos de regresión para estimar la<br />
biomasa total y por componentes en función del DAP, por ser ésta una variable<br />
predictora de fácil medición. Las funciones convergieron con el conjunto de datos de<br />
los dos tratamientos para hojas, ramas vivas, madera, corteza y biomasa total. A su<br />
vez, la función para ramas secas sólo convergió con los datos del T1. El modelo<br />
alométrico de mayor convergencia respondió a la siguiente función:<br />
Donde:<br />
Y= a*DAP b<br />
Y= Peso seco del componente de la biomasa de un árbol (kg)<br />
DAP= Diámetro del árbol a 1,3 m desde el suelo (cm)<br />
b y c= Parámetros de la función.<br />
Se determinó la relación madera:hojas de los árboles del T1 y del T11 y se comparó<br />
mediante prueba de contrastes (Mize y Shultz, 1985).<br />
3.5.4 Cuantificación de la producción de hojarasca y sus cantidades de<br />
elementos nutritivos<br />
Con los datos mensuales de hojarasca del T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) y su<br />
relación peso seco/peso húmedo se determinó la producción mensual y anual de<br />
hojarasca, y su distribución espacial en el terreno. Con la aplicación de la función<br />
37
señalada en 3.5.2, se determinó la cantidad de elementos nutritivos. La cuantificación<br />
de la hojarasca permitió relacionar la transferencia de bioelementos entre los<br />
componentes de la biomasa.<br />
3.5.5 Acumulación de bioelementos en el mantillo<br />
La acumulación de bioelementos del mantillo en las alternativas nutricionales (T1,<br />
fertilizado y T11, sin fertilizar), se estimó mediante la función:<br />
Qij= PMj * Cij * Fi<br />
Donde:<br />
Qij= cantidad del bioelemento i en el subhorizonte j (kg ha -1 ).<br />
PMj= peso seco del subhorizonte j (kg ha -1 )<br />
Cij= concentración de bioelemento i en el subhorizonte j (%, mg kg -1 ).<br />
Fi= factor de conversión para el bioelemento i según la unidad de expresión<br />
de Ci. Cuando Ci (%): Fi= 1/100. Cuando Ci (mg kg -1 ): F= 1/1.000.000<br />
La comparación de las concentraciones de elementos nutritivos de ambos<br />
tratamientos se realizó mediante prueba de contrastes (Mize y Shultz, 1985).<br />
Por otra parte, con el cuociente entre la cantidad de un elemento nutritivo en la<br />
biomasa, más el mantillo y la cantidad de ese elemento en el suelo, se determinaron<br />
los Indices de reserva de la vegetación (IRV), de acuerdo a lo propuesto por<br />
Fassbender y Bornemisza (1987) y Gerding y Schlatter (1998). Los índices se<br />
determinaron con las reservas suministrables y la fracción extractable del suelo hasta<br />
los 30 cm de profundidad.<br />
3.5.6 Determinación del peso seco del suelo y cantidades de elementos nutritivos<br />
Para el cálculo del peso seco del suelo se utilizó la siguiente ecuación:<br />
PSj= 100.000 *Ej * DA * (1-EQj /100)<br />
38
Donde:<br />
PSj= Peso seco del suelo horizonte j (kg ha -1 ).<br />
Ej= Espesor del suelo en el horizonte j (kg ha -1 )<br />
Daj= Densidad aparente del suelo en el horizonte j (g/cm 3 ) ( 5 )<br />
Eqj= Esqueleto del suelo en el horizonte j (%)<br />
La determinación de la cantidad de cada elemento nutritivo se realizó mediante la<br />
siguiente ecuación:<br />
Qij= PSj * Cij * EQj<br />
Donde<br />
Qij = Cantidad del elemento i en el horizonte j (kg ha -1 )<br />
PSj= Peso seco del horizonte j (kg ha -1 )<br />
EQj= factor de conversión para el bioelemento i según la unidad de expresión<br />
de Ci. Cuando Ci (%): Fi= 1/100. Cuando Ci (mg kg -1 ): F= 1/1.000.000<br />
La cantidad neta de elementos nutritivos correspondiente a las reservas<br />
suminstrables se obtuvo restando la fracción extractable del suelo a la cantidad inicial<br />
determinada para la fracción de reserva.<br />
3.5.7 Determinación de la densidad básica de la madera y la relación con las<br />
alternativas nutricionales<br />
El efecto de la fertilización en la densidad de la madera se determinó comparando<br />
mediante prueba de contrastes la densidad media de los diez árboles de cada<br />
tratamiento (Mize y Shultz, 1985). Asimismo, en ambos tratamientos se determinó la<br />
relación de la densidad media y la densidad a distintas alturas del árbol mediante<br />
análisis de correlación ( Sokal y Rohlf, 1979).<br />
5 Tomado de Leiva (2000).<br />
39
HIERRO (mg árbol -1 )<br />
HIERRO (mg árbol -1 )<br />
HIERRO (mg árbol -1 )<br />
HIERRO (mg árbol -1 )<br />
3,0<br />
2,5<br />
2,0<br />
1,5<br />
1,0<br />
0,5<br />
0,0<br />
0,40<br />
0,35<br />
0,30<br />
0,25<br />
0,20<br />
0,15<br />
0,10<br />
0,05<br />
0,00<br />
0,50<br />
0,45<br />
0,40<br />
0,35<br />
0,30<br />
0,25<br />
0,20<br />
0,15<br />
0,10<br />
0,05<br />
0,00<br />
0,7<br />
0,6<br />
0,5<br />
0,4<br />
0,3<br />
0,2<br />
0,1<br />
0,0<br />
A A<br />
A A<br />
T1 T11 T1 T11<br />
18<br />
15<br />
12<br />
9<br />
6<br />
3<br />
0<br />
MANGANESO (mg árbol -1 )<br />
COBRE (mg árbol -1 )<br />
0,07<br />
0,06<br />
0,05<br />
0,04<br />
0,03<br />
0,02<br />
0,01<br />
0,00<br />
A<br />
A<br />
A<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
HIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />
HOJAS<br />
3,0<br />
0,06<br />
A A A A<br />
2,5<br />
2,0<br />
1,5<br />
1,0<br />
0,05<br />
0,04<br />
0,03<br />
0,02<br />
A A<br />
A A<br />
A A<br />
0,5<br />
0,01<br />
0,0<br />
0,00<br />
T1 T11 T1 T11<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
HIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />
A A<br />
A A<br />
T1 T11 T1 T11<br />
4,0<br />
3,5<br />
MANGANESO (mg árbol -1 )<br />
COBRE (mg árbol -1 )<br />
0,08<br />
0,07<br />
RAMAS VIVAS<br />
2,5<br />
2,0<br />
1,5<br />
1,0<br />
0,5<br />
0,0<br />
MANGANESO (mg árbol -1 )<br />
0,08<br />
0,07<br />
0,06<br />
0,05<br />
0,04<br />
0,03<br />
0,02<br />
0,01<br />
0,00<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
HIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />
aA A<br />
A A<br />
7,0<br />
6,0<br />
5,0<br />
4,0<br />
3,0<br />
2,0<br />
1,0<br />
COBRE ( mg árbol -1 )<br />
MA<strong>DE</strong>RA<br />
MANGANESO (mg árbol -1 )<br />
0,0<br />
0,000<br />
T1 T11 T1 T11<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
HIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />
COBRE (mg arbol -1 )<br />
CORTEZA<br />
0,018<br />
0,016<br />
0,014<br />
0,012<br />
0,010<br />
0,008<br />
0,006<br />
0,004<br />
0,002<br />
A<br />
B<br />
A<br />
A<br />
A<br />
A<br />
A<br />
A<br />
A<br />
A A<br />
Figura 39. Cantidad de microelementos (mg árbol -1 ) en los componentes de la<br />
biomasa, del T1 (fertilizado) y del T11 (sin fertilizar). En cada microelemento, columnas<br />
con igual letra no se diferencian en forma significativa (p>0,05)<br />
99<br />
A<br />
B<br />
A<br />
A<br />
0,35<br />
0,30<br />
0,25<br />
0,20<br />
0,15<br />
0,10<br />
0,05<br />
0,00<br />
0,14<br />
0,12<br />
0,10<br />
0,08<br />
0,06<br />
0,04<br />
0,02<br />
0,00<br />
0,16<br />
0,14<br />
0,12<br />
0,10<br />
0,08<br />
0,06<br />
0,04<br />
0,02<br />
0,00<br />
0,09<br />
0,08<br />
0,07<br />
0,06<br />
0,05<br />
0,04<br />
0,03<br />
0,02<br />
0,01<br />
0,00<br />
ZINC y BORO (mg árbol -1 )<br />
ZINC y BORO (mg árbol -1 )<br />
ZINC y BORO (mg árbol -1 )<br />
ZINC y BORO (mg árbol -1 )
En cuanto a la distribución de los microelementos en los componentes de la biomasa,<br />
como se observa en la Figura 40, la mayor cantidad se agrupó en la copa, en particular<br />
en las hojas. En este sentido, resalta la proporción de hierro en las hojas, con un 55 %<br />
del total en el T1 y un 70 % en el T11. La proporción de manganeso en las hojas también<br />
fue elevada, superior al 50 % en los dos tratamientos. A su vez, para ambos<br />
microelementos, sobresale la proporción acumulada en la corteza de los dos<br />
tratamientos, la cual, en todos los casos, duplicó o triplicó a la cantidad depositada en la<br />
madera.<br />
Con relación al cobre, la copa acumuló el 50 % en el T1 y más del 60 % en el T11. Sin<br />
embargo, a diferencia de los que ocurrió con el hierro y el manganeso, la proporción<br />
entre las hojas y las ramas vivas fue más equilibrada. Asimismo, en comparación con el<br />
resto de los microelementos, el cobre fue el que se acumuló en mayor proporción en la<br />
madera, en particular en el T1. A su vez, la proporción de cobre acumulada en la corteza<br />
fue inferior al resto de los microelementos.<br />
Respecto al zinc, también la mayor parte se acumuló en la copa, con un 60 % en el<br />
T1 y más del 70 % en el T11. A su vez la distribución del zinc en la copa del T1 fue<br />
proporcional para las hojas y las ramas vivas, en tanto que en el T11 la mayor parte se<br />
depositó en las hojas. Respecto a la proporción de zinc acumulada en el fuste, fue mayor<br />
en el T1 que en el T11, con una proporción parecida entre la madera y la corteza en<br />
ambos tratamientos.<br />
En cuanto a la distribución de boro, la proporción más alta se acumuló en las hojas,<br />
con un 40 % en el T1 y más del 50 % en el T11. A su vez, si se incluyen las ramas vivas<br />
y las ramas muertas, entre el 65 % y el 70 % del boro se depositó en la copa. Respecto<br />
al boro acumulado en el fuste, la proporción entre madera y corteza, con supremacía de<br />
la primera, fue similar en ambos tratamientos.<br />
100
HIERRO (%)<br />
COBRE (%)<br />
100<br />
90<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
0<br />
100<br />
90<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
0<br />
T1 T11<br />
T1 T11<br />
BORO (%)<br />
100<br />
90<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
0<br />
MANGANESO (%)<br />
ZINC (%)<br />
100<br />
90<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
0<br />
100<br />
90<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
T1 T11<br />
0<br />
T1 T11<br />
T1 T11<br />
RAMAS MUERTAS<br />
MA<strong>DE</strong>RA CORTEZA RAMAS VIVAS HOJAS<br />
Figura 40. Distribución de los microelementos en la biomasa aérea del T1 (fertilizado) y<br />
del T11 (sin fertilizar).<br />
101
4.5.2 Biomasa de Raíces<br />
Los macroelementos cuantificados en las tres clases de raíces mostraron variaciones<br />
entre tratamientos (Figura 41). En general, el T11 acumuló más fósforo que el T1 en las<br />
tres clases de raíces. A su vez, para las cantidades de nitrógeno, potasio, calcio y<br />
magnesio la superioridad entre tratamientos alternó para las tres clases de raíces. Por<br />
otra parte, al comparar la cantidad de macroelementos acumulada, en general las raíces<br />
finas acumularon más macroelementos que las otras dos clases de raíces. En particular<br />
las raíces finas superaron a la suma de las raíces principales y las raíces gruesas en<br />
las cantidades de calcio y magnesio.<br />
Los macroelementos cuantificados en las raíces principales señalaron una<br />
superioridad del T11 respecto al T1 (Figura 41). En este sentido, la biomasa del testigo<br />
acumuló más nitrógeno, fósforo, calcio y magnesio que la biomasa del tratamiento<br />
fertilizado. Las diferencias entre tratamientos para los cuatro elementos fueron, en forma<br />
respectiva, de 43 %, 47 %, 40 % y 24 %. Respecto al potasio, los dos tratamientos<br />
acumularon cantidades similares. Con relación a las raíces gruesas, el T11 acumuló un<br />
18 % más de fósforo que el T1. A su vez, éste acumuló un 30 % más de nitrógeno, un<br />
27 % más de potasio y un 35 % más de calcio que el testigo.<br />
Por otra parte, en las raíces finas las diferencias entre tratamientos se localizaron en<br />
el nitrógeno, el fósforo y el magnesio. En este sentido, el T1 agrupó un 19 % más de<br />
nitrógeno y un 29 % más de magnesio, en tanto que el T11 acumuló un 40 % más de<br />
fósforo y un 26 % más de potasio. A su vez, la cantidad acumulada de calcio fue similar<br />
en ambos tratamientos.<br />
En cuanto a la cantidad total de macroelementos en las raíces, las mayores<br />
diferencias entre tratamientos se situaron en el fósforo. El T11 acumuló un 40 % más de<br />
fósforo que el T1, como consecuencia de la mayor acumulación de este elemento en las<br />
tres clases de raíces. Asimismo, las raíces del T1 acumularon más nitrógeno y<br />
magnesio, aunque las diferencias entre tratamientos sólo fueron de un 10 % y un 13 %<br />
respectivamente. Por su parte las cantidades acumuladas de potasio y calcio fueron<br />
similares en los dos tratamientos.<br />
102
NITROGENO (kg ha -1 )<br />
NITROGENO (kg ha -1 )<br />
NITROGENO (kg ha -1 )<br />
NITROGENO (kg ha -1 )<br />
28<br />
24<br />
20<br />
16<br />
12<br />
8<br />
4<br />
0<br />
40<br />
36<br />
32<br />
28<br />
24<br />
20<br />
16<br />
12<br />
8<br />
4<br />
0<br />
45<br />
40<br />
35<br />
30<br />
25<br />
20<br />
15<br />
10<br />
5<br />
0<br />
100<br />
90<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
0<br />
T1 T11 T1 T11<br />
NITROGENO FOSFORO<br />
2,8<br />
2,4<br />
2,0<br />
1,6<br />
1,2<br />
0,8<br />
0,4<br />
0,0<br />
FOSFORO (kg ha -1 )<br />
POTASIO y CALCIO (kg ha -1 )<br />
18<br />
16<br />
14<br />
12<br />
10<br />
8<br />
6<br />
4<br />
2<br />
0<br />
RAICES PRINCIPALES<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
2,0<br />
18<br />
1,8<br />
16<br />
1,6<br />
14<br />
1,4<br />
12<br />
1,2<br />
1,0<br />
0,8<br />
0,6<br />
0,4<br />
10<br />
8<br />
6<br />
4<br />
0,2<br />
2<br />
0,0<br />
0<br />
T1 T11 T1 T11<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
T1 T11 T1 T11<br />
FOSFORO (kg ha -1 )<br />
POTASIO y CALCIO (Kg ha -1 )<br />
RAICES GRUESAS<br />
3,6<br />
3,2<br />
2,8<br />
2,4<br />
2,0<br />
1,6<br />
1,2<br />
0,8<br />
0,4<br />
0,0<br />
FOSFORO (kg ha -1 )<br />
POTASIO y CALCIO (kg ha -1 )<br />
24<br />
21<br />
18<br />
15<br />
12<br />
9<br />
6<br />
3<br />
0<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
RAICES FINAS<br />
10<br />
50<br />
9<br />
45<br />
8<br />
40<br />
7<br />
35<br />
6<br />
30<br />
5<br />
25<br />
4<br />
20<br />
3<br />
15<br />
2<br />
10<br />
1<br />
5<br />
0<br />
0<br />
T1 T11 T1 T11<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
FOSFORO (kg ha -1 )<br />
POTASIO Y CALCIO (kg ha -1 )<br />
TOTAL <strong>DE</strong> RAICES<br />
Figura 41. Cantidad de macroelementos (kg ha -1 ) en las raíces principales, las raíces<br />
gruesas, las raíces finas y el total de raíces, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />
103<br />
1,8<br />
1,6<br />
1,4<br />
1,2<br />
1,0<br />
0,8<br />
0,6<br />
0,4<br />
0,2<br />
0,0<br />
1,8<br />
1,6<br />
1,4<br />
1,2<br />
1,0<br />
0,8<br />
0,6<br />
0,4<br />
0,2<br />
0,0<br />
8<br />
7<br />
6<br />
5<br />
4<br />
3<br />
2<br />
1<br />
0<br />
10<br />
9<br />
8<br />
7<br />
6<br />
5<br />
4<br />
3<br />
2<br />
1<br />
0<br />
MAGNESIO (kg ha -1 )<br />
MAGNESIO (kg ha -1 )<br />
MAGNESIO (kg ha -1 )<br />
MAGNESIO (kg ha -1 )
Con relación a la cantidad de microelementos, como se observa en la Figura 42, la<br />
mayor parte se concentró en las raíces finas. Al respecto, en promedio para los dos<br />
tratamientos, las raíces finas acumularon el 80 % del hierro, el 50 % del manganeso, el<br />
60 % del cobre y del zinc y el 68 % del boro. Por su parte, en general el T1 acumuló más<br />
microelementos que el T11, las mayores diferencias entre tratamientos se localizaron en<br />
las raíces principales y gruesas. Por el contrario, las diferencias entre tratamientos en las<br />
raíces finas fueron menores, aunque en general con supremacía del T1 sobre el T11.<br />
En las raíces principales y gruesas, las cantidades acumuladas en el T1, con relación<br />
al T11, fueron mayores para todos los microelementos. En este sentido, el T1 acumuló<br />
un 450 % más de hierro, un 45 % más de manganeso, un 70 % más de cobre, un 50 %<br />
más de zinc y un 14 % más de boro. En cuanto a las diferencias entre tratamientos, en<br />
particular para el hierro y el cobre, las mismas se deben atribuir a la concentración de<br />
los elementos (Anexo 4) más que a diferencias en la biomasa de ambas clases de<br />
raíces.<br />
Las diferencias en las cantidades de microelementos depositados en las raíces finas<br />
fueron más moderadas entre tratamientos que las detalladas en las raíces principales y<br />
las raíces gruesas. Las mayores diferencias se localizaron en la cantidad de cobre y de<br />
zinc, un 26 % y un 22 % superior respectivamente en el T1. A su vez la cantidad de<br />
manganeso fue superior, aunque en forma leve, en el T11.<br />
Con referencia a las cantidades totales en ambos tratamientos, en general estuvieron<br />
marcadas por la acumulación de los microelementos en las raíces finas. En este sentido,<br />
el T1 almacenó respecto al T11 un 26 % más de hierro, un 14 % más de manganeso, un<br />
40 % más de cobre, un 27 % más de zinc y un 12 % más de boro (Figura 42).<br />
104
HIERRO (kg ha -1 )<br />
HIERRO (kg ha -1 )<br />
HIERRO (kg ha -1 )<br />
3,0<br />
2,7<br />
2,4<br />
2,1<br />
1,8<br />
1,5<br />
1,2<br />
0,9<br />
0,6<br />
0,3<br />
0,0<br />
12<br />
10<br />
8<br />
6<br />
4<br />
2<br />
0<br />
16<br />
14<br />
12<br />
10<br />
8<br />
6<br />
4<br />
2<br />
0<br />
T1 T11 T1 T11<br />
HIERRO MANGANESO<br />
T1 T11 T1 T11<br />
HIERRO MANGANESO<br />
T1 T11 T1 T11<br />
HIERRO MANGANESO<br />
2,0<br />
1,8<br />
1,6<br />
1,4<br />
1,2<br />
1,0<br />
0,8<br />
0,6<br />
0,4<br />
0,2<br />
0,0<br />
MANGANESO (kg ha -1 )<br />
COBRE Y BORO (kg ha-1)<br />
0,08<br />
0,07<br />
0,06<br />
0,05<br />
0,04<br />
0,03<br />
0,02<br />
0,01<br />
0,00<br />
RAICES PRINCIPALES Y GRUESAS<br />
1,8<br />
1,5<br />
1,2<br />
0,9<br />
0,6<br />
0,3<br />
0,0<br />
COBRE (kg ha -1 )<br />
0,08<br />
0,07<br />
0,06<br />
0,05<br />
0,04<br />
0,03<br />
0,02<br />
0,01<br />
0,00<br />
RAICES FINAS<br />
4,0<br />
3,5<br />
3,0<br />
2,5<br />
2,0<br />
1,5<br />
1,0<br />
0,5<br />
0,0<br />
MANGANESO (kg ha -1 )<br />
MANGANESO (kg ha -1 )<br />
COBRE y BORO (kg ha -1 )<br />
0,20<br />
0,18<br />
0,16<br />
0,14<br />
0,12<br />
0,10<br />
0,08<br />
0,06<br />
0,04<br />
0,02<br />
0,00<br />
TOTAL <strong>DE</strong> RAICES<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
COBRE ZINC BORO<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
COBRE ZINC BORO<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
COBRE ZINC BORO<br />
Figura 42. Cantidad de microelementos (kg ha -1 ) en las raíces del T1 (fertilizado) y del<br />
T11 (sin fertilizar).<br />
105<br />
0,16<br />
0,14<br />
0,12<br />
0,1<br />
0,08<br />
0,06<br />
0,04<br />
0,02<br />
0<br />
0,24<br />
0,21<br />
0,18<br />
0,15<br />
0,12<br />
0,09<br />
0,06<br />
0,03<br />
0,00<br />
0,40<br />
0,35<br />
0,30<br />
0,25<br />
0,20<br />
0,15<br />
0,10<br />
0,05<br />
0,00<br />
ZINC (kg ha-1)<br />
ZINC y BORO (kg ha -1 )<br />
ZINC (kg ha -1 )
4.5.3 Mantillo<br />
En ambos tratamientos, el horizonte orgánico estuvo conformado en su totalidad por<br />
la caída de hojas. En este sentido, hasta el cuarto año de crecimiento las ramas muertas<br />
permanecieron en la biomasa aérea. Asimismo tampoco se constató en el mantillo la<br />
presencia de corteza y de frutos. Por otro lado, como se detalló al analizar la<br />
concentración de los elementos nutritivos, los niveles de cenizas detectados en el<br />
mantillo señalaron un efecto del suelo mineral en la cantidad de los macro y<br />
microelementos. En este sentido, el mayor efecto se habría producido en el T1, si se<br />
considera que el porcentaje de cenizas determinado en este tratamiento fue<br />
significativamente mayor que en el T11 (Anexo 4).<br />
Por otro lado, el efecto residual de la fertilización aplicada en la primavera de 1999 en<br />
el T1, habría incidido en los contenidos de nitrógeno y fósforo en el mantillo. Asimismo, si<br />
se considera la movilidad de ambos elementos en el suelo, el efecto residual de la<br />
fertilización sería más notorio en el fósforo que en el nitrógeno. Al respecto, el mantillo<br />
del T1 acumuló un 48 % más de nitrógeno y un 106 % más de fósforo que el T11 (Figura<br />
43). Sin embargo, la mayor cantidad de mantillo en el T1 y las concentraciones similares<br />
en la hojarasca de ambos tratamientos, permite inferir que parte de las diferencias entre<br />
tratamientos se pueden atribuir a la productividad de cada uno.<br />
Por otra parte, pese a la mayor producción de mantillo en el T1 respecto al T11, las<br />
cantidades de potasio, calcio y magnesio fueron similares en ambos tratamientos. Al<br />
respecto, la mayor concentración detectada en el T11 para los tres elementos (Figura<br />
34), habría equiparado los niveles cuantificados en ambos tratamientos.<br />
La mayor cantidad acumulada de calcio en ambos tratamientos, en particular respecto<br />
al potasio, se debe atribuir a las características opuestas que tienen ambos en cuanto a<br />
su movilidad en los tejidos vegetales. Referente a ello, como se ilustró en la Figura 29,<br />
parte del potasio fue reabsorbido en la biomasa, en tanto que el total del calcio se<br />
incorporó al mantillo a través de la hojarasca. Asimismo, la mayor movilidad del potasio<br />
en el suelo respecto al calcio, habría permitido una liberación más rápida desde el<br />
mantillo hacia el suelo mineral, para reingresar al ciclo biogeoquímico o perderse por<br />
lixiviación.<br />
106
NITROGENO (kg ha -1 )<br />
POTASIO y MAGNESIO (kg ha -1 )<br />
CV (%)<br />
90<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
11<br />
10<br />
0<br />
9<br />
8<br />
7<br />
6<br />
5<br />
4<br />
3<br />
2<br />
1<br />
0<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
0<br />
T1 T11 T1 T11<br />
9<br />
8<br />
7<br />
6<br />
5<br />
4<br />
3<br />
2<br />
1<br />
0<br />
FOSFORO (kg ha -1 )<br />
HIERRO (kg ha -1 )<br />
140<br />
120<br />
100<br />
80<br />
60<br />
40<br />
20<br />
0<br />
T1 T11 T1 T11<br />
NITROGENO FOSFORO HIERRO MANGANESO<br />
T1 T11 T1 T1 T1 T11<br />
POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
110<br />
100<br />
90<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
N P K Ca Mg<br />
0<br />
CALCIO (kg ha -1 )<br />
T1<br />
COBRE (kg ha -1 )<br />
0,35<br />
0,30<br />
0,25<br />
0,20<br />
0,15<br />
0,10<br />
0,05<br />
0,00<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
0<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
COBRE ZINC BORO<br />
35<br />
30<br />
25<br />
20<br />
15<br />
10<br />
5<br />
0<br />
0,7<br />
0,6<br />
0,5<br />
0,4<br />
0,3<br />
0,2<br />
0,1<br />
0,0<br />
Fe Mn Cu Zn B<br />
Figura 43. Cantidad de macro y microelementos (kg ha -1 ) en el mantillo y coeficiente de<br />
variación (%) de la distribución espacial de los elementos nutritivos en el T1 (fertilizado) y<br />
el T11 (sin fertilizar).<br />
CV (%)<br />
107<br />
T11<br />
MANGANESO (kg ha -1 )<br />
ZINC y BORO (kg ha -1 )
Con relación a la cantidad de microelementos en el mantillo (kg ha -1 ), en general, los<br />
niveles fueron altos, en particular en el T1. Referente a ello, se destaca la cantidad de<br />
hierro en el T1, superior a la de nitrógeno y a la de calcio. Asimismo, la cantidad de<br />
manganeso, en ambos tratamientos, fue superior a las cantidades de potasio y<br />
magnesio. En este sentido, los niveles altos de hierro y manganeso confirman el efecto<br />
del suelo mineral mezclado con el mantillo. La gran actividad de ambos microelementos,<br />
es propia de las condiciones de acidez que caracteriza a estos suelos y de la capacidad<br />
de absorción elevada de los Eucalyptus sp. en forma pasiva, sin que se produzcan<br />
síntomas de toxicidad.<br />
En general, entre tratamientos, se detectaron diferencias importantes en las<br />
cantidades de microelementos, con supremacía del T1 respecto al T11. Las cantidades<br />
de hierro y manganeso fueron, en forma respectiva, un 40 % y un 27 % superiores en el<br />
T1. Sin embargo, las mayores diferencias se detectaron en el cobre y en el zinc, en estos<br />
microelementos las cantidades del T1 fueron un 57 % y un 54 % superiores<br />
respectivamente, respecto al T11. En cuanto al boro, la cantidad del T1 fue un 33 %<br />
superior a la del T11.<br />
Por otra parte, los coeficientes de variación brindados en la Figura 43 señalaron una<br />
diferencia importante entre tratamientos en la distribución espacial del contenido de<br />
elementos nutritivos en el mantillo. A su vez, en ambos tratamientos, en general la<br />
variación espacial fue mayor en los macroelementos que en los microelementos. En este<br />
sentido, las diferencia entre ambas clases de elementos señalaría mayor efecto del<br />
suelo mineral en el contenido de microelementos en el mantillo, en particular para el<br />
boro.<br />
108
4.6 <strong>DE</strong>MANDA NUTRICIONAL <strong>DE</strong> E. nitens EN LA ETAPA <strong>DE</strong> CIERRE <strong>DE</strong> COPAS<br />
La mayor parte de los elementos nutritivos que demanda una plantación hasta el<br />
cierre de copas provienen de la disponibilidad del suelo mineral y de aquéllos<br />
adicionados mediante fertilización. En este sentido, el T1 (fertilizado desde el<br />
establecimiento) y el T11 (sin fertilizar) representan esquemas opuestos de manejo<br />
nutricional. Al respecto, las cantidades totales de elementos nutritivos acumuladas en<br />
cada tratamiento y su distribución en la biomasa, permitieron comparar la demanda de<br />
E. nitens en un esquema sin restricciones nutritivas y un esquema supeditado a la<br />
capacidad de entrega del suelo mineral.<br />
Como ilustran las Figuras 44 y 45, la cantidad de macroelementos acumulados en la<br />
biomasa del esquema fertilizado, en general, fue superior a la del esquema sin<br />
fertilizar. Las mayores diferencias entre tratamientos se localizaron en las demandas<br />
de calcio y de magnesio. Las cantidades acumuladas en el T1, para ambos elementos<br />
nutritivos, fueron 31 % superiores respecto al T11. Las diferencias mencionadas,<br />
representaron un consumo de 120 kg ha -1 más de calcio y 10,5 kg ha -1 más de<br />
magnesio. Sin embargo, la distribución de calcio y de magnesio en los componentes<br />
de la biomasa, no evidenció diferencias importantes entre tratamientos.<br />
En cuanto a la demanda de los elementos adicionados en las fertilizaciones<br />
(nitrógeno, fósforo y potasio), las cantidades consumidas en el T1 fueron mayores a las<br />
del T11 sólo en un 9,6 %, un 3 % y un 10 % respectivamente. Las diferencias entre<br />
tratamientos, representaron un consumo de 45 kg ha -1 más de nitrógeno, 0,8 kg ha -1<br />
más de fósforo y 28 kg ha -1 más de potasio. En este sentido, las diferencias resultaron<br />
exiguas, si se considera que la productividad en biomasa aérea del T1 fue un 55 %<br />
superior a la del T11 (Figura 21a). Asimismo, las cantidades totales de nitrógeno,<br />
fósforo y potasio acumuladas en la biomasa del tratamiento sin fertilizar, destacan la<br />
buena capacidad de entrega que exhibió el suelo en cuestión.<br />
109
HOJAS<br />
40%<br />
TOTAL = 508,3 kg ha -1 TOTAL = 463,7 kg ha -1<br />
HOJAS<br />
39%<br />
T1<br />
T1<br />
TOTAL= 314,5 kg ha -1<br />
RAMAS<br />
15%<br />
RAMAS<br />
11%<br />
TOTAL= 26,5 kg ha -1<br />
RAMAS<br />
8%<br />
HOJAS<br />
26%<br />
CORTEZA<br />
15%<br />
RAICES<br />
19%<br />
CORTEZA<br />
10%<br />
CORTEZA<br />
13%<br />
MA<strong>DE</strong>RA<br />
20%<br />
RAICES<br />
12%<br />
RAICES<br />
19%<br />
MA<strong>DE</strong>RA<br />
21%<br />
MA<strong>DE</strong>RA<br />
32%<br />
NITROGENO<br />
FOSFORO<br />
HOJAS<br />
41%<br />
HOJAS<br />
36%<br />
RAMAS<br />
11%<br />
T11<br />
TOTAL = 25,7 kg ha -1<br />
RAMAS<br />
9%<br />
CORTEZA<br />
10%<br />
T11<br />
RAICES<br />
19%<br />
CORTEZA<br />
9%<br />
TOTAL= 286,0 kg ha -1<br />
HOJAS<br />
28%<br />
RAMAS<br />
17%<br />
CORTEZA<br />
16%<br />
T1 T11<br />
POTASIO<br />
MA<strong>DE</strong>RA<br />
20%<br />
RAICES<br />
28%<br />
MA<strong>DE</strong>RA<br />
17%<br />
RAICES<br />
13%<br />
MA<strong>DE</strong>RA<br />
26%<br />
Figura 44. Cantidad total (kg ha -1 ) de nitrógeno, fósforo y potasio, y proporción<br />
acumulada en cada componente de la biomasa del T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar).<br />
110
TOTAL= 504,4 kg ha -1<br />
HOJAS<br />
33%<br />
RAMAS<br />
26%<br />
CALCIO<br />
TOTAL= 385,8 kg ha -1<br />
T1 T11<br />
TOTAL= 43,9 kg ha -1<br />
HOJAS<br />
48%<br />
RAMAS<br />
17%<br />
T1<br />
RAICES<br />
8%<br />
MA<strong>DE</strong>RA<br />
6%<br />
CORTEZA<br />
27%<br />
RAICES<br />
7%<br />
MA<strong>DE</strong>RA<br />
7%<br />
CORTEZA<br />
21%<br />
MAGNESIO<br />
HOJAS<br />
38%<br />
HOJAS<br />
55%<br />
RAMAS<br />
24%<br />
RAICES<br />
10%<br />
MA<strong>DE</strong>RA<br />
5%<br />
CORTEZA<br />
23%<br />
TOTAL= 33,4 kg ha -1<br />
T11<br />
RAMAS<br />
14%<br />
RAICES<br />
8%<br />
MA<strong>DE</strong>RA<br />
5%<br />
CORTEZA<br />
18%<br />
Figura 45. Cantidad total (kg ha -1 ) de calcio y magnesio, y proporción acumulada en<br />
cada componente de la biomasa del T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />
Por otro lado, al comparar la distribución proporcional de los elementos nutritivos en<br />
los componentes de la biomasa, en general, no se detectaron variaciones importantes<br />
entre tratamientos. En este sentido, sobresale la similitud en la distribución de<br />
nitrógeno y de potasio en ambos tratamientos. Asimismo, en ambos tratamientos, se<br />
destaca la proporción de elementos acumulados en la copa. Al respecto, alrededor del<br />
50 % del nitrógeno, cerca del 60 % del calcio y más del 65 % de magnesio se<br />
concentraron en esta porción de la biomasa, compuesta por tejidos de alta demanda<br />
nutritiva (Figuras 44 y 45).<br />
111
Por su parte, en la madera, el componente más importante en cuanto a la extracción<br />
de elementos nutritivos fuera del sistema, las demandas de nitrógeno y de fósforo<br />
representaron menos de la mitad de las determinadas en la copa. Sin embargo, fue el<br />
componente que demandó más potasio, cerca del 30 % del consumo total en ambos<br />
tratamientos. Al respecto, el potasio acumulado en la madera alcanzó los 100 kg ha -1<br />
en el T1 y los 75 kg ha -1 en el T11. Por otro lado, las demandas de calcio y magnesio<br />
fueron mínimas en ambos tratamientos.<br />
Respecto a la corteza, el otro componente de importancia en la extracción de<br />
elementos nutritivos fuera del sistema, en general las demandas fueron altas, si se<br />
considera que la corteza representa una proporción baja de la biomasa total. Al<br />
respecto, la demandas de calcio y de magnesio alcanzaron, en forma respectiva, la<br />
cuarta parte y la quinta parte del total acumulado en la biomasa. En el caso particular<br />
del calcio, la cantidad acumulada en la corteza superó los 130 kg ha -1 en el T1, en<br />
tanto que en el T11 se aproximó a 90 kg ha -1 .<br />
En cuanto a las raíces, la demanda de nitrógeno y fósforo fue alta, si se tiene en<br />
cuenta la proporción de las raíces en la biomasa total (Figura 28). Por el contrario, la<br />
demanda de potasio fue menor que en el resto de los componentes de la biomasa.<br />
También fueron bajas las demandas de calcio y magnesio, similares a las estimadas<br />
en la madera. Por otra parte, la distribución de elementos nutritivos en las tres clases<br />
de raíces marcó una superioridad de las raíces finas respecto a las raíces principales y<br />
las raíces gruesas. En este sentido, en el promedio de los dos tratamientos, las raíces<br />
finas acumularon el 40 % del nitrógeno, el 47 % del fósforo, el 27 % del potasio, el 54<br />
% del calcio y el 63 % del magnesio.<br />
Con relación a las demandas de microelementos, como señala el Cuadro 22, en<br />
general las mayores cantidades se acumularon en la biomasa del T1, respecto al T11.<br />
Las diferencias mayores entre tratamientos se situaron en el manganeso y el cobre. En<br />
este sentido, el consumo de ambos elementos en el T1 fue superior al del T11 en un<br />
31 % y un 28 % respectivamente. Con relación a las demandas de hierro, zinc y boro,<br />
las cantidades acumuladas en el T1 fueron en forma respectiva un 10 %, un 10,4 % y<br />
un 15 % superiores a las del T11.<br />
112
Cuadro 22. Cantidades totales de microelementos (kg ha -1 ) y distribución en la biomasa<br />
del T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />
Componente de la Hierro Manganeso Cobre Zinc Boro<br />
biomasa T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
Hojas 2,46 3,52 21,13 18,17 0,07 0,07 0,25 0,28 0,41 0,42<br />
Ramas 0,53 0,60 7,47 4,77 0,08 0,08 0,30 0,30 0,24 0,19<br />
Total copa 2,99 4,12 28,60 22,94 0,16 0,15 0,56 0,57 0,64 0,62<br />
Corteza 0,63 0,96 9,14 6,06 0,02 0,02 0,11 0,09 0,12 0,11<br />
Madera 0,56 0,34 3,06 1,73 0,11 0,07 0,14 0,11 0,21 0,13<br />
Total fuste 1,18 1,30 12,20 7,79 0,14 0,08 0,25 0,20 0,33 0,24<br />
Total Biomasa aérea 4,17 5,42 40,80 30,73 0,29 0,23 0,80 0,77 0,98 0,85<br />
Raíces finas 11,32 10,63 1,51 1,62 0,07 0,06 0,22 0,18 0,13 0,11<br />
Raíces gruesas 1,98 0,37 0,95 0,53 0,03 0,02 0,10 0,06 0,04 0,02<br />
Raíces principales 0,73 0,12 0,60 0,54 0,01 0,01 0,05 0,05 0,02 0,03<br />
Total biomasa raíces 14,02 11,12 3,07 2,70 0,12 0,08 0,37 0,29 0,18 0,16<br />
Total de biomasa 18,20 16,54 43,87 33,43 0,41 0,32 1,17 1,06 1,16 1,01<br />
En cuanto a la distribución de los microelementos en la biomasa, a excepción del<br />
hierro, la mayor proporción se localizó en la copa, en particular en las hojas. De<br />
hecho, este es el componente de la biomasa que demanda mayor cantidad de<br />
microelementos en las funciones específicas de formación de nuevos tejidos. En este<br />
sentido, la cantidad de manganeso, cobre, zinc y boro acumulada en las hojas<br />
representó en forma respectiva, en promedio para los dos tratamientos, un 67%, un<br />
43 %, un 50 % y un 58 % respecto a la cantidad total acumulada en la biomasa.<br />
Con relación al hierro, resalta la acumulación en las raíces finas, las cuales<br />
acumularon el 63 % del total de hierro de la biomasa. En este sentido, si bien la<br />
cantidad acumulada en las raíces finas indica una demanda importante, es posible una<br />
sobrestimación en su determinación. Al respecto, habrían incidido la saturación del<br />
suelo con hierro y la imposibilidad de la eliminación total del suelo mineral en el<br />
acondicionamiento de las muestras. Por otro lado, el hierro acumulado en la copa, en<br />
especial en las hojas, reflejó la demanda de este elemento en la formación de nuevos<br />
tejidos y la capacidad de absorción pasiva de los Eucalyptus sp. En este sentido, la<br />
acumulación de hierro en la copa fue mayor en el tratamiento sin fertilizar.<br />
113
Los microelementos con mayores diferencias, en cuanto a las demandas en los<br />
componentes de la biomasa de los dos tratamientos, en general, resultaron el hierro y<br />
el manganeso. Al respecto, como fue comentado en el párrafo anterior, es posible que<br />
las variaciones respondan más al exceso de actividad de ambos microelementos en el<br />
suelo, que a diferencias de demanda entre tratamientos. Con relación al resto de los<br />
microelementos, en general, la madera del T1 acumuló más cobre, zinc y boro que la<br />
madera del T11. Las mencionadas diferencias deberían ser atribuidas a la mayor<br />
biomasa del T1, si se tiene en cuenta que las concentraciones de esos microelementos<br />
fueron similares en ambos tratamientos (Cuadro 20).<br />
4.7 CARACTERIZACIÓN <strong>DE</strong>L SUELO<br />
El suelo, en general, presenta buenas condiciones físicas para el crecimiento de<br />
E. nitens. En este sentido, se puede caracterizar como profundo, con buena estructura<br />
y consistencia (Anexo 4). La textura es franco-arcillosa en superficie a limo-arcillosa en<br />
profundidad. El contenido de materia orgánica es alto en los primeros 10 cm del suelo y<br />
medio entre los 10 y 40 cm de profundidad. A partir de los 50 cm de profundidad se<br />
detectó, aunque en forma escasa, presencia de concreciones de hierro y manganeso<br />
que señalan procesos de oxido-reducción, debido a la presencia temporaria de agua<br />
estacionada en el perfil. La densidad aparente fue de muy baja en la superficie a baja<br />
en el subsuelo (0,59 g/cm 3 en los primeros 7 cm, 0,8 g/cm 3 desde 0,7 a 105 cm de<br />
profundidad y 1 g/cm 3 a mayor profundidad). La mayor limitación física para el<br />
crecimiento puede estar dada por la capacidad baja de agua aprovechable, sobre todo<br />
ante la presencia de una sequía estival prolongada.<br />
Con relación a las condiciones químicas del suelo, en los cuadros 23 y 24 se<br />
comparan los niveles al inicio de la plantación con aquéllos evaluados al cuarto año de<br />
crecimiento en la línea de plantación (zona de mayor concentración de raíces), en el T1<br />
(fertilizado) y en el T11 (sin fertilizar). En general, las condiciones químicas del suelo al<br />
cuarto año de crecimiento fueron similares a las evaluadas al inicio de la plantación, las<br />
mayores diferencias corresponden a la concentración de fósforo en el T1, por efecto de<br />
la fertilización. En este sentido el nivel de fósforo en los primeros 10 cm de suelo en el<br />
T1 quintuplicó al nivel que tenía el suelo cuando se estableció la plantación. Por su<br />
114
parte, el nivel de fósforo del T11 se mantuvo en los niveles bajos iniciales. Respecto al<br />
pH (KCl), se mantuvo en los valores bajos del inicio de la plantación.<br />
Cuadro 23. Valores de pH, carbono total y nitrógeno total del suelo al establecimiento<br />
de la plantación (1996) y al cuarto año de edad, en el T1(fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar).<br />
Profundidad pH (KCl) Ct (%) N (%) C:N<br />
(cm) 1996 T1 T11 1996 T1 T11 1996 T1 T11 1996 T1 T11<br />
0-20 4,13 4,07 4,03 7,2 5,4 5,8 0,42 0,44 0,41 17,1 13,0 14,1<br />
20-60 4,14 4,15 4,11 2,6 2,0 1,6 0,12 nd nd 21,7 nd Nd<br />
60-100 4,25 4,20 4,17 1,5 0,7 0,6 0,09 nd nd 16,7 nd Nd<br />
nd= no determinado<br />
Cuadro 24. Contenidos (mg kg -1 ) de fósforo, potasio, calcio, magnesio y aluminio del<br />
suelo durante la época establecimiento de la plantación (1996) y al cuarto año de<br />
crecimiento, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />
Profundidad P K Ca Mg Al<br />
(cm)<br />
1996 T1 T11 1996 T1 T11 1996 T1 T11 1996 T1 T11 1996 T1 T11<br />
0-20 2* 10,2** 5,6** 152 175 211 254 488 505 181 153 106 1249 1445 1250<br />
20-60 4 nd Nd 14 80 125 108 81 171 69 56 67 1005 1367 1200<br />
60-100 4 nd Nd 9 31 68 195 173 107 142 91 52 637 1103 1115<br />
* Valores de P de los primeros 5 cm de suelo, ** Valores de P de los primeros 10 cm de suelo, nd= no determinado.<br />
En cuanto a los contenidos iniciales altos de carbono y nitrógeno en los primeros 20<br />
cm de suelo, en general se mantuvieron en los mismos niveles en los dos tratamientos,<br />
con una relación baja entre los dos elementos. En este sentido, se constató una<br />
actividad biológica importante, con presencia abundante de invertebrados en cuanto a<br />
cantidad y diversidad en los dos tratamientos. La mayor presencia se constató en el<br />
suelo superficial, en particular cerca de la línea de plantación, en forma coincidente con<br />
la mayor formación de mantillo. Al respecto, en una muestra de suelo superficial de un<br />
decímetro cúbico tomada en la línea de plantación del T11 (sin fertilizar) se verificó la<br />
presencia de 1113 larvas de dípteros. Sin embargo, en algunas muestras más alejadas<br />
de la línea de plantación o de mayor profundidad en el suelo no se constató presencia<br />
de mesofauna, lo cual señala una gran discontinuidad en su distribución. Con relación<br />
a ello, en el Anexo 5 se detallan los invertebrados identificados en los perfiles de<br />
ambos tratamientos.<br />
115
Respecto a las bases de intercambio, en general, las concentraciones se<br />
mantuvieron en los mismos rangos que al inicio de la plantación, con niveles medios a<br />
altos en los primeros 20 cm de suelo y bajos en el subsuelo, a excepción del magnesio<br />
que mantuvo niveles medios en todo el perfil (Cuadro 24). En cuanto al aluminio,<br />
mantuvo una concentración alta, característica en los suelos de la región, por lo que no<br />
se modificó la capacidad alta de fijación de fósforo por parte de este elemento.<br />
Por otra parte, al analizar en los dos tratamientos en forma más detallada las<br />
características químicas, en la profundidad del suelo, no se detectaron mayores<br />
diferencias entre ellos (Cuadros 25 y 26 y Figura 46). El pH, con valores bajos, se<br />
mantuvo en el mismo rango en los dos perfiles, con un aumento leve en el subsuelo,<br />
sobre todo en el T11. La variación del pH en el subsuelo estaría ligada a la menor<br />
presencia de materia orgánica. En este sentido, el porcentaje de carbono de los<br />
primeros 10 cm, representó una proporción cercana al 40 % del total del carbono en el<br />
perfil de los dos tratamientos. Por otra parte, al comparar el pH determinado en agua<br />
con el pH determinado en KCl, las diferencias entre ambos señalan cierta estabilidad<br />
en cuanto al reemplazo de cationes intercambiables por iones hidrógeno en los<br />
coloides del suelo. Respecto al contenido de nitrógeno, muy ligado a la fracción<br />
orgánica, en los dos tratamientos presentó valores altos a medios hasta los 30 cm de<br />
profundidad.<br />
Cuadro 25. Características químicas del suelo en la línea de plantación, al cuarto año<br />
de crecimiento, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />
Profundidad<br />
(cm)<br />
pH pH C N Sat. Al K Ca Mg<br />
(H2O) (KCl) % mg kg -1<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
0-10 4,7 4,2 4,1 4,0 6,3 7,20 0,8 0,47 21 35 225 245 787 690 205 133<br />
10-20 4,8 4,3 4,1 4,0 4,61 4,50 0,38 0,35 52 52 125 178 189 320 102 80<br />
20-30 4,9 4,5 4,1 4,1 2,71 2,27 0,27 0,23 60 52 103 143 86 220 65 73<br />
30-40 4,9 4,5 4,2 4,1 1,74 1,43 nd nd 60 52 84 131 67 176 48 68<br />
40-50 4,8 4,6 4,2 4,1 1,48 1,19 nd nd 60 61 54 100 90 117 54 60<br />
50-70 4,8 4,6 4,1 4,1 1,25 0,82 nd nd 49 60 46 70 156 106 71 68<br />
70-90 5,0 4,8 4,2 4,2 0,61 0,29 nd nd 37 44 26 66 184 109 92 74<br />
90-110 5,0 nd 4,3 nd 0,36 nd nd nd 27 nd 20 nd 178 nd 109 nd<br />
nd= no determinado.<br />
116
Cuadro 26. Contenido (mg kg -1 ) de azufre, boro, hierro, manganeso, cobre y zinc en la<br />
línea de plantación, al cuarto año de crecimiento, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar).<br />
Profundidad S B Fe Mn Cu Zn<br />
(cm) T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
PROFUNDIDAD (cm)<br />
0-10 11 12 0,9 1,2 244 510 265 233 7,5 6 5,2 4,5<br />
10-20 13 12 1,0 0,8 223 318 216 120 7,5 6,2 1,9 1,6<br />
20-30 9 10 0,6 0,5 208 184 179 33 6,8 4,6 0,6 0,1<br />
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11<br />
0-10<br />
10-20<br />
20-30<br />
P (mg kg -1 )<br />
PROFUNDIDAD (cm)<br />
0-10<br />
10-20<br />
20-30<br />
P (mg kg -1 )<br />
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11<br />
LINEA <strong>DE</strong> PLANTACION A 1 m <strong>DE</strong> LA LINEA <strong>DE</strong> PLANTACION CENTRO <strong>DE</strong> LA ENTRELINEA<br />
T1 T11<br />
Figura 46. Contenidos de fósforo en la línea de plantación, a un metro de la línea de<br />
plantación y en el centro de la entrelínea (2 m), en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin<br />
fertilizar).<br />
Con relación a las bases de intercambio, en general las mayores concentraciones<br />
estuvieron ligadas en forma directa a la materia orgánica. Los niveles de potasio<br />
variaron de altos a medios hasta los 50 cm de profundidad en los dos tratamientos. A<br />
su vez los niveles de magnesio, en ambos tratamientos, fueron altos a medios en todo<br />
el perfil. Respecto al calcio, del cual el género Eucalyptus es gran demandante, sólo<br />
mantuvo valores altos en los primeros 10 cm de suelo, con niveles bajos a partir de los<br />
10 cm de profundidad en el T1 y niveles medios hasta los 30 cm en el T11.<br />
En cuanto al azufre y microelementos estimados en los 30 primeros cm de suelo, en<br />
general, la disponibilidad fue media a alta en los dos tratamientos (Cuadro 26).<br />
Respecto a ello se destacan las concentraciones de hierro y manganeso que indican<br />
117<br />
PROFUNDIDAD (cm)<br />
0-10<br />
10-20<br />
20-30<br />
P (mg kg<br />
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11<br />
-1 )
niveles muy altos de los dos elementos, propio de la dinámica de éstos suelos con pH<br />
ácido.<br />
Con relación al fósforo, la Figura 46 detalla el efecto de la fertilización aplicada en el<br />
T1. La mayor concentración de fósforo se localizó en la línea de plantación, sector<br />
donde se aplicó la proporción más alta de fertilizantes. En este sector el nivel de<br />
fósforo del T1 duplicó al del T11, mientras que al metro de la línea de plantación y en<br />
el centro de la entrelínea el efecto fue menor. La figura también destaca en ambos<br />
tratamientos la mayor concentración de fósforo en los primeros 10 cm de suelo. En<br />
todos los casos los niveles duplicaron o triplicaron al fósforo localizado entre los<br />
10-20 cm de profundidad. Asimismo, entre los 20 y 30 cm de profundidad los niveles<br />
bajaron a 2 mg kg -1 con una tendencia a mantenerse constante, en las tres posiciones<br />
evaluadas en los dos tratamientos.<br />
Por otra parte, al evaluar en ambos tratamientos las reservas suministrables de<br />
fósforo, potasio, calcio y magnesio en la línea de plantación, se detectaron variaciones<br />
importantes entre los elementos (Cuadro 27). La mayor limitante del suelo la expresa la<br />
reserva de fósforo, muy baja para los dos tratamientos en todo el perfil. En este<br />
sentido, las concentraciones muy elevadas de aluminio y de hierro, provocarían la<br />
fijación de la mayor parte del fósforo en precipitados de muy baja solubilidad, de<br />
acuerdo al rango de pH del suelo.<br />
CUADRO 27. Reservas suministrables (mg kg -1 ) de fósforo, potasio, calcio y magnesio<br />
del suelo en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />
Profundidad<br />
(cm)<br />
P K Ca Mg<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
0-10 34,8 14,0 270 339 1098 1013 820 839<br />
10-20 28,0 24,0 172 179 346 421 751 867<br />
20-30 41,8 36,0 137 180 179 308 729 985<br />
30-40 43,6 35,0 124 179 141 251 743 967<br />
40-50 44,6 34,6 89 150 159 182 805 964<br />
50-70 48,6 38,6 82 114 232 177 828 772<br />
70-90 47,4 47,2 59 99 234 160 559 493<br />
90-110 53,8 nd 46 nd 224 nd 311 nd<br />
nd= no determinado.<br />
118
En cuanto a los cationes de intercambio, la reserva de potasio, en general, se<br />
encuentra en niveles muy bajos en los dos tratamientos, si se consideran las<br />
diferencias mínimas con la fracción intercambiable, en particular en los primeros 20-30<br />
cm del suelo. Respecto al calcio, en los dos tratamientos los niveles fueron bajos en<br />
todo el perfil. Por su parte el magnesio es el elemento con mayores reservas, en los<br />
dos tratamientos los niveles fueron muy altos en todo el perfil. Asimismo, al comparar<br />
las reservas de fósforo y de los tres cationes a un metro de la línea de plantación y en<br />
el centro de la entrelinea, en general los niveles y las tendencias son similares a las<br />
señaladas para la línea de plantación (Anexo 5).<br />
4.8 BALANCE NUTRICIONAL AL CIERRE <strong>DE</strong> COPAS<br />
Como señala el balance nutricional al cierre de copas (Figura 47), el T1 acumuló<br />
más elementos nutritivos en la biomasa y el mantillo que el T11. Sin embargo, en<br />
general, las proporciones de los elementos nutritivos en los componentes de la<br />
biomasa fueron similares en ambos tratamientos. Como era de esperar, en ambos<br />
tratamientos la mayor proporción de elementos nutritivos se acumuló en la copa, en<br />
particular el nitrógeno, el calcio y el magnesio, no obstante. A su vez, la proporción de<br />
potasio fue más equilibrada entre en la copa y el fuste.<br />
Con relación al mantillo, se destacó el comportamiento del potasio, con una<br />
proporción mínima acumulada, en comparación con el resto de los macroelementos.<br />
En este sentido, en ambos tratamientos, sólo el 2 % del total del potasio se localizó en<br />
el horizonte orgánico. Por su parte, en ambos tratamientos, la proporción de calcio y<br />
magnesio en el mantillo fue cercana al 20 %. En cuanto al nitrógeno y el fósforo, en<br />
particular este último, como fue detallado en 4.5.3, si bien una porción es atribuible a la<br />
mayor productividad del T1 respecto al T11, también se debe contemplar algún efecto<br />
residual de la fertilización aplicada en 1999.<br />
Por otra parte, al analizar las cantidades de elementos nutritivos en el suelo hasta<br />
los 30 cm de profundidad, como era previsible, resalta el nivel alto de nitrógeno total en<br />
ambos tratamientos, asociado en forma directa al contenido alto de materia orgánica<br />
detectado en el suelo.<br />
119
NITROGENO<br />
HIERRO y MANGANESO (kg ha -1 )<br />
(Kg ha -1 )<br />
(t ha -1 )<br />
150<br />
100<br />
50<br />
0<br />
50<br />
100<br />
150<br />
200<br />
250<br />
300<br />
350<br />
400<br />
450<br />
500<br />
550<br />
600<br />
650<br />
700<br />
750<br />
800<br />
700<br />
600<br />
500<br />
400<br />
300<br />
200<br />
100<br />
0<br />
1<br />
2<br />
3<br />
4<br />
5<br />
6<br />
7<br />
8<br />
9<br />
10<br />
BIOMASA:<br />
T1 T11 T1 T11<br />
NITROGENO FOSFORO<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
30<br />
20<br />
10<br />
0<br />
10<br />
20<br />
30<br />
40<br />
50<br />
60<br />
70<br />
80<br />
90<br />
100<br />
T1 T11 T1 T11<br />
FOSFORO (kg ha -1 )<br />
a-1)<br />
POTASIO y CALCIO (kg h<br />
COBRE, ZINC y BORO (kg ha -1 )<br />
800<br />
700<br />
600<br />
500<br />
400<br />
300<br />
200<br />
100<br />
0<br />
100<br />
200<br />
300<br />
400<br />
500<br />
600<br />
700<br />
800<br />
900<br />
1000<br />
1100<br />
1200<br />
1300<br />
1400<br />
1500<br />
1600<br />
1700<br />
1800<br />
1900<br />
2000<br />
2<br />
1<br />
0<br />
1<br />
2<br />
3<br />
4<br />
5<br />
6<br />
7<br />
8<br />
9<br />
10<br />
11<br />
12<br />
13<br />
14<br />
15<br />
16<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
20<br />
10<br />
0<br />
30<br />
80<br />
70<br />
60<br />
50<br />
40<br />
100<br />
200<br />
300<br />
400<br />
500<br />
600<br />
700<br />
800<br />
900<br />
1000<br />
1100<br />
1200<br />
1300<br />
1400<br />
1500<br />
1600<br />
1700<br />
1800<br />
1900<br />
2000<br />
POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
HIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />
COPA<br />
FUSTE RAICES<br />
MANTILLO<br />
SUELO: NITROGENO TOTAL DISPONIBLE y EXTRACTABLE<br />
RESERVA SUMINISTRABLE<br />
Figura 47. Cantidad de macro y microelementos en la biomasa, el mantillo y el suelo<br />
hasta 30 cm de profundidad (nitrógeno total, fósforo disponible, potasio, calcio y<br />
magnesio extractable y reservas suministrables; hierro, manganeso, cobre, zinc y boro,<br />
extractable ), en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />
120<br />
MAGNESIO (kg ha -1 )
Con relación al fósforo, tanto en la fracción disponible como en la fracción de<br />
reservas suministrables, se aprecia el efecto de la fertilización en el T1 respecto al<br />
T11. En este sentido, el fósforo de reserva en el T1 fue un 41 % superior al del T11.<br />
Sin embargo, en ambos tratamientos, la fracción de fósforo disponible representó sólo<br />
un 27 % del total acumulado en la biomasa y el mantillo, Por su parte, la fracción de<br />
fósforo almacenada como reserva suministrable, en el T1 fue un 85 % superior y en el<br />
T11 un 55 % superior, respecto a las cantidades evaluadas en la biomasa y el mantillo<br />
de ambos tratamientos. En este sentido, si se considera que el consumo anual<br />
promedio de fósforo en el T1 fue de 8,7 kg ha -1 y en el T11 de 7,4 kg ha -1 , ambas<br />
cantidades son similares a las determinadas en la fracción de fósforo disponible. Con<br />
relación a ello, si se tiene en cuenta las características oportunistas de crecimiento de<br />
los Eucalyptus sp., con impulsos de crecimiento y fuerte demanda de elementos<br />
nutritivos cuando las condiciones de humedad y temperatura son favorables, se podría<br />
esperar un posible déficit temporal de fósforo.<br />
Respecto al potasio, resalta la baja proporción localizada en las reservas<br />
suministrables respecto a la fracción intercambiable, con una relación de 3:1 en el T1 y<br />
de 5:1 en el T11. Las mencionadas relaciones señalan un abastecimiento aceptable en<br />
el corto plazo, sin embargo, la baja proporción en las reservas suministrables advierten<br />
posibles deficiencias en el mediano plazo, en particular en el T1. En este sentido, las<br />
diferencias entre tratamientos en el total acumulado en la biomasa y el mantillo sólo<br />
fueron un 10 % superiores en el T1. Sin embargo, la fracción de potasio extractable del<br />
T11 fue un 62 % superior respecto al T1.<br />
Por otro lado, si bien la cantidad de potasio en el suelo del T1 fue un 30 % superior<br />
a la acumulada por la biomasa hasta el cuarto año de crecimiento, se debería esperar<br />
un aumento considerable en el consumo de potasio en los próximos años. Al respecto,<br />
el componente de mayor crecimiento en la biomasa luego del cierre de copas es el<br />
fuste, identificado como el de mayor consumo de potasio. En consecuencia, la mayor<br />
movilidad del potasio acumulado en la fracción extractable respecto a las reservas<br />
suministrables y la mayor demanda desde la biomasa, corroboran la posibilidad de un<br />
déficit en el mediano plazo.<br />
Con relación al calcio, como ocurrió con el potasio, se acumuló mayor cantidad en la<br />
fracción extractable que en las reservas suministrables. Sin embargo, las diferencias<br />
121
entre tratamientos, en la cantidad de calcio acumulada en la fracción extractable,<br />
fueron más marcadas que en el potasio. Al respecto el T11 acumuló en esa fracción un<br />
80 % más calcio que el T1. En este sentido, la fracción extractable del T1 fue similar a<br />
la cantidad acumulada en la biomasa. A su vez, en el T11 la fracción extractable<br />
duplicó al calcio total de la biomasa. De acuerdo con lo expuesto, si bien ambos<br />
tratamientos dependen más de la fracción extractable que de las reservas<br />
suministrables, las condiciones de abastecimiento serían más estables en el T11 que<br />
en el T1. En cuanto al magnesio, las cantidades acumuladas en la biomasa y el<br />
mantillo fueron muy inferiores a las cuantificadas en las dos fracciones de suelo, lo que<br />
asegura un buen abastecimiento a lo largo de la rotación.<br />
Con respecto a los microelementos, como muestra la Figura 47, a excepción del<br />
boro, las cantidades almacenadas en el suelo triplicaron o cuadruplicaron las<br />
cantidades acumuladas en la biomasa y el mantillo. Respecto al boro, en el T1 la<br />
cantidad acumulada en los primeros 30 cm del suelo fue un 50 % superior al total de<br />
boro acumulado en la biomasa. A su vez, en el T11 el boro determinado en el suelo<br />
fue un 80 % superior al acumulado en la biomasa. Asimismo, la cantidad de boro<br />
determinada en el mantillo representó, en promedio para ambos tratamientos, un 30 %<br />
del boro de la biomasa. En este sentido, si bien las reservas de boro en el suelo, en<br />
proporción, son menores a las del resto de los microelementos, serían suficientes para<br />
el abastecimiento de la plantación en el futuro.<br />
Con relación a lo detallado en los párrafos anteriores, en la Figura 51, se brinda<br />
para los macro y microelementos, el Indice de Reserva de Vegetación (IRV), indicador<br />
de la estabilidad nutritiva de cada sitio. En este sentido, corroborando lo ilustrado en la<br />
Figura 47, el IRV del potasio y del calcio fue mayor en las reservas suministrables que<br />
en la fracción intercambiable. En el caso particular del potasio, presentó en ambos<br />
tratamientos los mayores IRV respecto al resto de los elementos. Ello confirma la baja<br />
estabilidad del suelo en los contenidos de potasio y un posible déficit en el mediano<br />
plazo.<br />
Por su parte, el IRV del calcio, el otro elemento que el suelo expresó cierta<br />
inestabilidad, fue mayor en el T1 que en el T11. La diferencia entre tratamientos fue<br />
más marcada que en el potasio. De hecho, el T1 acumuló más calcio en la biomasa<br />
con menor cantidad de calcio en la fracción extractable que el T11 (Figura 48). Sin<br />
122
embargo, las demandas de calcio en el futuro pueden ser menos importantes que las<br />
del potasio, si se considera que la copa, el componente de mayor consumo, alcanzó su<br />
máxima expansión.<br />
FOSFORO, POTASIO y CALCIO<br />
3,5<br />
3,0<br />
2,5<br />
2,0<br />
1,5<br />
1,0<br />
0,5<br />
0,0<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
0,10<br />
0,09<br />
0,08<br />
0,07<br />
0,06<br />
0,05<br />
0,04<br />
0,03<br />
0,02<br />
0,01<br />
0,00<br />
NITROGENO y MAGNESIO<br />
FOSFORO, POTASIO y CALCIO<br />
4,0<br />
3,5<br />
3,0<br />
2,5<br />
2,0<br />
1,5<br />
1,0<br />
0,5<br />
0,0<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
N P K Ca Mg P K Ca Mg<br />
RESERVAS SUMINISTRABLES DISPONIBLE y EXTRACTABLE<br />
HIERRO, MANGANESO, COBRE y ZINC<br />
0,30<br />
0,25<br />
0,20<br />
0,15<br />
0,10<br />
0,05<br />
0,00<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
Fe Mn Cu Zn B<br />
FRACCION EXTRACTABLE<br />
Figura 48. Indice de Reserva de Vegetación de los macro y microelementos, según las<br />
reservas suministrables y la fracción extractable del suelo hasta los 30 cm de<br />
profundidad, en el T1 (fertilizado) y el T11 (sin fertilizar).<br />
Por otro lado, los IRV del nitrógeno, el fósforo y el magnesio señalaron estabilidad<br />
del suelo, como consecuencia de los niveles altos de nitrógeno en el perfil y de fósforo<br />
y de magnesio en las reservas suministrables. Sin embargo, el IRV del fósforo aumentó<br />
en forma considerable en ambos tratamientos para la fracción extractable,<br />
corroborando un posible déficit temporario.<br />
123<br />
0,7<br />
0,6<br />
0,5<br />
0,4<br />
0,3<br />
0,2<br />
0,1<br />
0,0<br />
BORO<br />
0,40<br />
0,35<br />
0,30<br />
0,25<br />
0,20<br />
0,15<br />
0,10<br />
0,05<br />
0,00<br />
MAGNESIO
Con relación a los microelementos, con un IRV, en general, bajo en todos los<br />
elementos, el suelo se mostró más estable para el hierro y el cobre. La estabilidad del<br />
hierro se sustenta en la cantidad acumulada en el suelo, debido a las condiciones<br />
favorables para su disponibilidad. En cuanto al cobre, si bien la fracción extractable en<br />
el suelo fue menor que la del hierro, el consumo de la biomasa fue mínimo. En este<br />
sentido, la relación entre el cobre depositado en la biomasa y el mantillo con el<br />
determinado en el suelo, en ambos tratamientos fue mayor de 20:1. Por su parte, la<br />
misma relación en el boro fue de 1:1 en el T1 y de 1,4:1 en el T11, lo que ratifica la<br />
inestabilidad del suelo, en particular en el tratamiento fertilizado.<br />
124
5.1 RENDIMIENTO<br />
5 DISCUSION<br />
Los resultados señalaron, en general, buena adaptabilidad de E. nitens a las<br />
condiciones del sitio. La sobrevivencia, con un promedio cercano al 97 %, no evidenció<br />
diferencias entre los esquemas de fertilización y el control. Asimismo, en forma<br />
comparativa, la sobrevivencia coincidió con la determinada en la mayoría de las<br />
experiencias realizadas con E. nitens en otras regiones del mundo (Turnbull et al.,<br />
1993; Bennett et al., 1996; Nielsen, 1996; Low y Shelbourne, 1999). En cuanto al<br />
rendimiento, en general, fue superior al determinado en sitios considerados de buena<br />
aptitud para E. nitens (Beadle et al., 1995; Cromer et al., 1995; Bennett et al., 1996;<br />
Nielsen, 1996; Misra et al., 1998a; Pinkard y Beadle, 1998; Low y Shelbourne, 1999;<br />
Jobet 1999).<br />
Respecto a la respuesta a los esquemas de fertilización, los resultados generales<br />
concuerdan con la mayoría de los estudios donde se aplicó fósforo soluble solo o en<br />
conjunto con nitrógeno en la primera fase de crecimiento de E. nitens (Bennett et al.,<br />
1996; Nielsen, 1996; Misra et al., 1998a; Pinkard y Beadle, 1998; Bonomelli y Suarez,<br />
1999). En cuanto a la aplicación de la roca fosfórica y de la cal, en general menos<br />
evaluadas en plantaciones de Eucalyptus sp., no se han publicado resultados en E.<br />
nitens, más allá de los relacionados con el presente estudio.<br />
Con relación a esto último, la respuesta al cuarto año de crecimiento con Bifox en<br />
preplantación más fósforo soluble, a diferencia del resultado evaluado hasta el tercer<br />
año por Gerding et al. (1999) y Staub (2000), no se diferenció en rendimiento del<br />
esquema fertilizado con fósforo soluble solo (Figuras 12 y 18). Sin embargo, Matos<br />
y Maciel (1984) en Brasil, al comparar esquemas de aplicación de roca fosfórica y<br />
fósforo soluble en E. Grandis detectaron rendimientos similares, aunque con<br />
dosis que duplicaron a las aplicadas en el presente estudio. Asimismo, también en<br />
Brasil, Leal et al. (1988) 8 , citados por Gonçalves y Barros (1998), señalaron que<br />
8 LEAL, P.G.L.; BARROS, N.F.; NOVAIS, R.F.; NEVES, J.L.C. y J.L. TEXEIRA. 1988.<br />
Biomassa e conteúdo de nutrientes em Eucalyptus grandis influenciados pela<br />
aplicação de fosfato naturais em solos de cerrado. Revista Arvore. 12: 165-182.<br />
125
combinando dos toneladas de roca fosfórica más fósforo soluble se duplicó el<br />
rendimiento de E. grandis respecto a la fuente de fósforo soluble sola. Por<br />
consiguiente, la respuesta temporal al fósforo menos soluble (Bifox) en el presente<br />
estudio, en parte, se podría atribuir a la magnitud de la dosis. Asimismo, las diferencias<br />
en el nivel de fósforo en el suelo superficial del T1 (fertilizado) y del T11 (sin fertilizar)<br />
señalarían una tasa baja de solubilización en la fuente de liberación prolongada, lo cual<br />
también habría incidido en la respuesta. Al respecto, si bien la cantidad de Bifox triplicó<br />
a la de superfosfato, coincidiendo con lo sugerido por Sierra (1990) para la<br />
combinación de rocas fosfóricas con fósforo soluble, la dosis total de Bifox habría sido<br />
insuficiente para lograr una respuesta prolongada, si se compara a las dosis aplicadas<br />
por Matos y Maciel (1984) y Gonçalves y Barros (1998) en las experiencias realizadas<br />
en Brasil.<br />
Respecto a la aplicación de cal, la respuesta al cuarto año de crecimiento coincidió<br />
con los resultados previos de Gerding et al. (1999) y Leiva (2000). En este sentido, el<br />
rendimiento con cal en preplantación más fósforo soluble no se diferenció respecto al<br />
esquema con Bifox o con fósforo soluble solo (Figuras 12 y 19). Al respecto, Barros y<br />
Novais (1996) y Gonçalves y Barros (1998) coinciden en que la baja respuesta de<br />
Eucalyptus sp. al efecto de la cal en el suelo (aumento de pH y disminución de la<br />
actividad de aluminio) está relacionada con la evolución de la mayoría de las especies<br />
de Eucalyptus en suelos ácidos con fuerte actividad de aluminio. En este sentido,<br />
Romeny (1997) en experiencias realizadas en invernadero con E. nitens, concluyó que<br />
con especies tolerantes a la acidez y al exceso de aluminio no se justifica la aplicación<br />
de cal en el suelo para su corrección.<br />
Sin embargo, respecto a lo anterior, Valeri et al. (1993) en un suelo arenoso de<br />
Brasil, comprobaron un efecto interactivo en el rendimiento de E. grandis hasta los<br />
siete años de edad, con la aplicación de 2,9 t ha -1 de dolomita y 176 kg ha -1 de fósforo<br />
elemento. Por otro lado, Herbert et al.(1982) en Sudáfrica, reportaron un efecto similar<br />
en el rendimiento de E. grandis hasta el final de la rotación con dolomita y una mezcla<br />
de nitrógeno, fósforo y potasio en proporción 2:1:2. La mayor respuesta se logró<br />
cuando aumentó el nivel de potasio en la mezcla de fertilizante, ya que según los<br />
autores, la cal produce una competencia de absorción entre el potasio y el magnesio al<br />
aumentar el nivel de éste. En este sentido, la mezcla de fertilizante soluble aplicada al<br />
establecimiento en el presente estudio fue 4:2:1 (Cuadro 2), lo cual podría haber<br />
126
incidido en la respuesta al encalado. Asimismo, la experiencia realizada por Herbert et<br />
al. (1982) coincide con los resultados de este estudio en cuanto al menor rendimiento<br />
en el tratamiento con cal y sin fertilización soluble (Cuadros 7, 8 y 11). Esta respuesta<br />
indicaría que la aplicación de cal exige ajustar el balance de elementos nutritivos para<br />
lograr algún efecto en su aplicación.<br />
Las diferencias significativas en DAP, área basal y volumen medio individual<br />
producidas por las fertilizaciones al establecimiento y las aplicadas al primer año de<br />
crecimiento (Figuras 13 y 19), confirman los resultados de Gerding et al. (1999), Leiva<br />
(2000) y Staub (2000) respecto a la mayor respuesta lograda cuando se subdividen las<br />
dosis de los fertilizantes. Los resultados coinciden con lo determinado por Bennet et al.<br />
(1996) quienes concluyeron que la mayor respuesta de E. nitens a la fertilización<br />
ocurre con aplicaciones en el primer año, antes del inicio de la segunda estación de<br />
crecimiento. Asimismo, Bennet et al. (1996) señalaron que fertilizaciones a edades<br />
posteriores tienen una respuesta mínima en el crecimiento de E.nitens, lo cual<br />
quedaría reflejado en la baja respuesta a la fertilización realizada en 1999, a pesar de<br />
las dosis altas aplicadas (Cuadro 4).<br />
Las mayores respuestas señaladas por Bennett et al. (1996) se lograron aplicando<br />
una dosis de 200 kg ha -1 de nitrógeno y de fósforo elemento, con una densidad de<br />
plantación de 1000 árboles ha -1 . En tanto que en el presente estudio la dosis de<br />
nitrógeno y de fósforo aplicada en los esquemas con Bifox y sin fertilización<br />
preplantación hasta el inicio de la segunda estación de crecimiento fue de 89 kg ha -1 de<br />
nitrógeno y de 120 kg de fósforo elemento, con una densidad superior a 1600 árboles<br />
ha -1 . La comparación de ambos resultados ratificaría la capacidad productiva del sitio<br />
en cuestión, en el cual se alcanzó rendimientos similares con menores dosis unitarias<br />
de fertilización. En este sentido, Leiva (2000) y Staub (2000) en sus experiencias no<br />
detectaron diferencias significativas al comparar la dosis mencionada con dosis<br />
mayores de fósforo soluble aplicadas al establecimiento.<br />
Por otro lado, el incremento en DAP y área basal entre el tercer y cuarto año de<br />
edad en los tratamientos menos fertilizados, respecto a los más fertilizados señalarían<br />
una competencia fuerte en este último grupo (Figura 14). Al respecto, el efecto de la<br />
fertilización con una densidad de plantación alta, habría anticipado en un período de<br />
127
crecimiento la etapa de cierre de copas, así lo indicaría en esos tratamientos el mayor<br />
incremento medio anual del DAP respecto al incremento corriente anual. Este aspecto<br />
señalaría la necesidad de anticipar las intervenciones silvícolas (podas y raleos), si en<br />
el destino de la madera tiene relevancia el tamaño de las trozas. De lo contrario, por<br />
efecto de la competencia, se disminuirían las ventajas iniciales de concentrar mayor<br />
proporción de madera en las clases diamétricas superiores por efecto de la fertilización<br />
(Figuras 15 y 16).<br />
5.2 <strong>DE</strong>NSIDAD BASICA <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA<br />
Si bien la comparación de la densidad básica de la madera corresponde sólo a diez<br />
árboles de cada tratamiento, las diferencias detectadas entre el T1 (fertilizado) y el T11<br />
(sin fertilizar) permiten inferir que la fertilización no afecta en forma negativa a la<br />
densidad de la madera de E. nitens en los primeros años de crecimiento, por el<br />
contrario, se podría esperar un pequeño incremento de la densidad (Anexo 2). Los<br />
resultados concuerdan con lo determinado por Vigneron et al. (1995) en clones de<br />
híbridos de Eucalyptus. Los autores atribuyeron el aumento de la densidad básica de la<br />
madera, a un incremento de la densidad desde la médula hacia la corteza, el cual en<br />
proporción es mayor en los árboles de crecimiento más rápido por efecto de la<br />
fertilización.<br />
5.3 BIOMASA, HOJARASCA y MANTILLO<br />
Con relación al rendimiento en biomasa, 90,4 t ha -1 en el T1 (fertilizado) y 58,1 t ha -1<br />
en el T11 (sin fertilizar) a los 45 meses de crecimiento, en general, ésta fue superior a<br />
la reportada en otros estudios de E. nitens. Al respecto, en Nueva Zelandia, Madgwick<br />
et al. (1981) determinaron al cuarto año de crecimiento una producción de biomasa de<br />
81,8 t ha -1 , aunque con una densidad de 6670 árboles ha -1 . También en Nueva<br />
Zelandia, Frederick et al. (1986) determinaron, a los cinco años de edad, una<br />
producción de 72,6 t ha -1 , con 1670 árboles ha -1 ; Misra et al. (1998a) en Tasmania,<br />
determinaron a los 34 meses una producción de biomasa cercana a las 25 t ha -1 , con<br />
una densidad de 1430 árboles ha -1 . Asimismo, en un estudio realizado en Chile,<br />
128
Bonomelli y Suarez (1999a) evaluaron en la VIII Región, con y sin fertilización, la<br />
biomasa de E. nitens en un sitio de Precordillera y de E. globulus en un sitio del Valle<br />
Central y un sitio de la Costa. La mayor producción la registraron en el sitio de<br />
Precordillera, de mayor fertilidad y régimen de lluvias que los otros dos. En este caso, a<br />
los tres años la biomasa con fertilización fue cercana a 60 t ha -1 , y sin fertilización se<br />
aproximó a 40 t ha -1 .<br />
Respecto a lo anterior, la tasa de producción de biomasa determinada en el<br />
presente estudio, destaca las condiciones del sitio, el cual, a pesar de tener un suelo<br />
con limitaciones en el régimen de elementos nutritivos, comparativamente presentaría<br />
menores restricciones en el régimen de agua. En este sentido, de acuerdo con<br />
Bonomelli y Bonilla (1999), entre los factores que condicionan el potencial productivo<br />
de un sitio, se destaca el nivel de humedad del suelo, por el impacto que muestra en la<br />
producción de biomasa. En esta misma línea, Gerding y Schlatter (1995) en estudios<br />
con Pinus radiata identificaron a las precipitaciones de primavera y verano entre los<br />
factores más discriminantes entre sitios en la producción de biomasa. Por otro lado,<br />
Andrade et al. (1995) determinaron en E. grandis un aporte significativo de calcio,<br />
magnesio y azufre, a partir del pluviolavado de la copa, asimismo, señalaron una<br />
posible absorción de nitrógeno y fósforo directamente en el dosel, lo cual se<br />
incrementaría en zonas de alta pluviosidad como la correspondiente al presente<br />
estudio.<br />
En cuanto al efecto de la fertilización en la producción de biomasa, al comparar el<br />
T1 (fertilización completa) y el T11 (sin fertilizar), resalta la mayor producción total en el<br />
T1, como indicador directo de productividad (Figura 21). Sin embargo, resulta de mayor<br />
importancia el efecto de la fertilización en la eficiencia de producir madera por unidad<br />
de biomasa foliar. En este sentido, las diferencias entre tratamientos revelaron un 34 %<br />
de mayor producción de madera por unidad de biomasa foliar en el tratamiento<br />
fertilizado (Figura 24 y Anexo 3). El principal efecto de la fertilización, al mejorar la<br />
disponibilidad de elementos nutritivos, se vio reflejado en el aumento de la biomasa<br />
foliar, la cual aporta un equilibrio dinámico entre el medio biofísico y los procesos de<br />
fotosíntesis, con la conversión de energía solar en materia seca y rendimiento en<br />
madera (Beadle, 1997).<br />
129
Con relación a lo anterior, si bien la proporción de los componentes de la biomasa,<br />
con relación a la biomasa aérea total fue similar en ambos tratamientos (Figura 21), el<br />
efecto de la fertilización causó variaciones en la distribución de la masa foliar en los<br />
tercios del árbol y la relación de ésta con la producción de ramas (Figuras 23 y 24). La<br />
diferencia entre tratamientos en la distribución de la biomasa foliar se localizó<br />
precisamente en el tercio superior, donde se produce la mayor demanda de elementos<br />
nutritivos para la formación de nuevos tejidos. En este sentido, la proporción de hojas<br />
en el tercio superior del T1 fue un 140 % superior a la del T11. Asimismo, la proporción<br />
de tejido fotosintético por unidad de producción de ramas en el tratamiento fertilizado<br />
fue mayor en todos los tercios del árbol respecto al control.<br />
Por otro lado, aunque la base de datos fue estrecha, se destaca la fuerte relación<br />
entre el DAP con la biomasa total y la mayoría de los componentes de la biomasa<br />
(Cuadros 16 y 17), en particular con la madera y la corteza, los componentes con<br />
menor variación proporcional entre árboles (Cuadro 15). En general, la relación fue<br />
similar en los dos tratamientos por lo que sobresalen las ventajas del DAP como<br />
variable predictora. Ello permitió ajustar los modelos alométricos con los datos de los<br />
dos tratamientos (Figura 25). Asimismo, de acuerdo a lo señalado por Wang et al.<br />
(2000) el modelo posibilitó un buen ajuste con una base pequeña de datos.<br />
Con relación a la producción de biomasa de las raíces gruesas y finas determinada<br />
en cuatro posiciones del terreno, desde la línea de plantación hacia el centro de la<br />
entrelinea (Figura 27), permitió una buena estimación de la distribución espacial de las<br />
raíces. Sin embargo, la biomasa de la raíz principal se determinó sólo en el árbol medio<br />
de cada tratamiento, por lo que la producción de biomasa se debería considerar sólo<br />
con carácter orientador. Al respecto, Van Lear y Kapeluck (1995) determinaron un<br />
crecimiento exponencial en la biomasa de la raíz principal de Pinus taeda en las clases<br />
diamétricas dominantes y codominantes, respecto a las clases diamétricas intermedias.<br />
Por otra parte, los escasos estudios realizados en la determinación de la biomasa de<br />
raíces de E. nitens (Misra et al. 1998a) y la falta de una metodología en común, no<br />
permitió realizar una comparación detallada con otras experiencias.<br />
130
El general, la mayor cantidad de biomasa se localizó en las raíces gruesas (Figura<br />
26), lo cual coincide con lo determinado por Misra et al. (1998a) en E. nitens, Mello et<br />
al. (1998) en E. grandis y Calderón et al. (1999) en E. globulus. Asimismo, el 60 % de<br />
las raíces gruesas y finas de ambos tratamientos se acumuló en los primeros 20 cm del<br />
suelo, lo cual en general concuerda con lo señalado por Misra et al. (1998a) y Mello et<br />
al. (1998). Al respecto, la concentración de la mayor proporción de raíces en la parte<br />
superficial del suelo tendría relevancia en la planificación de técnicas de preparación<br />
del terreno y fertilización, asimismo, en la interpretación de procesos fisiológicos<br />
relacionados con el balance de agua y nutrición.<br />
Con relación al efecto de la fertilización, la mayor respuesta se concentró en la<br />
biomasa de las raíces gruesas, en particular en los primeros 10 cm del suelo, no<br />
obstante, la biomasa del T1 (fertilizado) fue superior a la del T11 (sin fertilizar) en todo<br />
el perfil, lo cual permite mayor exploración del subsuelo. Al respecto, Misra et al.<br />
(1998a) no detectaron efecto de la fertilización en la producción de raíces gruesas, lo<br />
cual atribuyen a una fuerte variación espacial, que no siempre es controlada por el<br />
muestreo. En cuanto a las raíces finas, en forma coincidente con lo determinado por<br />
Misra et al. (1998a), en el presente estudio no se evidenciaron diferencias tan<br />
marcadas como las señaladas en las raíces gruesas, en particular en la zona<br />
correspondiente al suelo superficial.<br />
Por otra parte, la distribución espacial de las raíces finas en la entrelínea del T1<br />
estuvo asociada a la localización del fertilizante. Al respecto, el 50 % de las raíces finas<br />
se concentraron en los primeros 70 cm desde la línea de plantación. En cambio en el<br />
T11 la distribución fue más homogénea en toda la entrelinea, respondiendo a la<br />
fertilidad natural del suelo, lo cual permitiría un mayor aprovechamiento espacial de los<br />
recursos.<br />
En cuanto a la producción total de raíces, el promedio de los dos tratamientos<br />
duplicó a la determinada por Misra et al. (1998a) a los 32 meses de edad. Asimismo,<br />
las relaciones con la biomasa aérea señalarían una modificación pequeña por efecto<br />
de la fertilización. En este sentido, al comparar el T1 (fertilizado) con el T11 (sin<br />
fertilizar) la proporción de raíces fue menor con relación al total de la biomasa, con un<br />
aumento de la proporción de madera. La tendencia coincide con lo referido por Binkley<br />
131
(1993) en cuanto a que la fertilización y el riego aumentan en mayor proporción la<br />
biomasa aérea respecto a la biomasa de raíces.<br />
Respecto a la caída de hojarasca, la estacionalidad acentuada, con un máximo en la<br />
primavera y verano y un mínimo en invierno, es coincidente con los resultados de<br />
Frederick et al. (1986) en E. nitens a los cinco años de edad y Frederick et al. (1985)<br />
en Eucalyptus regnans en un rango de 4 a 17 años de edad. En cuanto a la caída<br />
anual de hojarasca Frederick et al. (1986) en E. nitens cuantificó 5,3 t ha -1 y Frederick<br />
et al. (1985) en E. regnans estimó un promedio de 5,2 t ha -1 , sin encontrar relación con<br />
la edad de los rodales. Respecto a lo anterior, las cantidades mencionadas se<br />
aproximaron más a la hojarasca cuantificada en el T1 (fertilizado) que a la cuantificada<br />
en el T11 (sin fertilizar), lo cual señalaría en esta última una fuerte sobrestimación<br />
producida por la gran variabilidad espacial (Cuadro 18 y Figura 30). Sin embargo, algún<br />
efecto también podría atribuirse a una mayor pérdida de hojas juveniles en el T11,<br />
características de la especie en esta fase de crecimiento. En este sentido, en<br />
comparación con estudios similares, sería necesario aumentar el número de muestras<br />
y/o la superficie de la unidad de muestreo con relación a la unidad experimental, para<br />
disminuir el efecto de la variabilidad espacial (Gosz et al., 1972; Frederick et al, 1984;<br />
Pereira et al., 1989).<br />
Con relación al mantillo, la variación detectada en la distribución espacial es<br />
coincidente con lo expresado en la caída de hojarasca, sin embargo, la cantidad<br />
acumulada en cada tratamiento se relaciona mejor con la diferencia de productivdad<br />
entre el tratamiento fertilizado y el control sin fertilizar (Figura 31). Asimismo la mayor<br />
cantidad y uniformidad de mantillo en el tratamiento fertilizado señalaría una mayor<br />
evolución del ciclo biogeoquímico, mayor actividad biológica y retención de humedad.<br />
La mayor uniformidad detectada en el T1 respecto al T11, mejora la distribución<br />
espacial de los elementos nutritivos en la liberación hacia el suelo mineral. En este<br />
sentido, la liberación mejor distribuida en el espacio del T1, favorecería la absorción de<br />
elementos nutritivos por las raíces alejadas de la línea de plantación. En cambio la<br />
liberación de elementos nutritivos en el T11 concentrada sólo en el espacio cercano a la<br />
línea de plantación tendría mayor riesgo de pérdida de elementos nutritivos cuando la<br />
mineralización supere a la capacidad de absorción de las raíces.<br />
132
5.4 CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS<br />
En general, los patrones de concentración de los macroelementos en los<br />
componentes de la biomasa aérea no evidenciaron mayores diferencias respecto a lo<br />
señalado en estudios realizados en distintas especies de Eucalyptus. En este sentido,<br />
la secuencia de concentración hojas>corteza>ramas>madera fue reportada por<br />
Rodríguez et al. (1984) en E. grandis; Pereira et al. (1989) en E. globulus, Bargali y<br />
Singh (1991) en E. terenticornis y Misra et al. (1998b) en E. nitens, lo cual señala que<br />
la secuencia de macroelementos en la biomasa aérea se mantendría constante a<br />
través de las diferentes condiciones de suelo, clima y edad de la plantación.<br />
Por otra parte, la variación de la concentración de macroelementos en los tercios del<br />
árbol, en forma coincidente a lo determinado por Pereira et al. (1989) y Correa (1991),<br />
respondió a la movilidad propia de cada bioelemento. De hecho, en las hojas y en las<br />
ramas verdes los macroelementos de mayor movilidad fueron el nitrógeno y el fósforo,<br />
desde la base hacia el ápice del árbol, en relación directa con la demanda de esos<br />
bioelementos en la formación de nuevos tejidos fotosintetizadores. Por otro lado, el<br />
potasio, de poca variación en las hojas, fue el elemento de mayor movilidad en las<br />
ramas vivas, la madera y la corteza, lo cual señalaría su participación en los procesos<br />
de formación de este tejido.<br />
En cuanto a la tendencia a una menor concentración de bioelementos en el T1<br />
(fertilizado) respecto al T11 (sin fertilizar) la misma respondería a un efecto de dilución<br />
generalizado. Al respecto, de acuerdo a lo sugerido Weetman et al. (1989 a y b), Swift<br />
y Brockley (1994) y Binkley (1993), una mayor producción de biomasa con menor<br />
concentración de elementos nutritivos señala que los mismos no fueron limitantes para<br />
el crecimiento. Asimismo, las mayores concentraciones de nitrógeno y de fósforo<br />
detectadas en la biomasa del T11 (sin fertilizar) respecto al T1 (fertilizado), a pesar de<br />
la fertilización aplicada en 1999, se podrían asignar a una demanda fuerte de ambos<br />
elementos en el tratamiento fertilizado. Al respecto, Bennett et al. (1996) detectaron al<br />
cuarto año un aumento significativo en la concentración foliar con la aplicación de<br />
nitrógeno y fósforo, aunque sin diferencias en el crecimiento respecto al control, lo cual<br />
señalaría un consumo de lujo.<br />
133
Al comparar la concentración de los macroelementos en los componentes de la<br />
biomasa con los estudios de Madgwick et al. (1981), Frederick et al. (1985) y Misra et<br />
al. (1998b), las diferencias no mostraron un patrón definido en los distintos<br />
componentes, lo cual concuerda con lo concluido por Judd et al. (1996a), respecto a<br />
que las diferencias en las concentraciones de elementos nutritivos responden más a la<br />
variación de la fertilidad que las propias relaciones taxonómicas. Asimismo, al<br />
comparar las concentraciones de los macroelementos con la media de 37 muestras de<br />
hojas de un análisis de comparación de laboratorios (Judd et al., 1996a), se distingue<br />
una concentración similar para el nitrógeno, menor para el fósforo (0,085 vs 0,13 %),<br />
menor para el potasio (0,64 vs 0,76 %) y muy altas para el calcio y el magnesio, lo cual<br />
sugeriría un consumo de lujo de ambos elementos.<br />
Con relación a las determinaciones realizadas por Bonomelli y Suarez (1999b) a los<br />
tres años de crecimiento de E. nitens en la VIII Región, la concentración de nitrógeno<br />
en las hojas fue similar y en la madera más baja. Respecto a las concentraciones de<br />
fósforo, en general fueron más bajas en el presente estudio, las mayores diferencias se<br />
situaron en la madera, con una concentración de 0,05 % en el sitio de la VIII Región y<br />
0,01 % en este ensayo. A su vez, la concentración de potasio en las hojas fue mayor<br />
en esta experiencia y en la madera menor. En general, si se tiene en cuenta que las<br />
concentraciones disminuyen desde el primer año de crecimiento hasta estabilizarse en<br />
la fase de cierre de copas, las diferencias entre los dos estudios fueron menores, a<br />
excepción del fósforo en la madera, lo cual se podría atribuir a procesos de reciclaje<br />
interno entre los componentes de la biomasa.<br />
En cuanto a las concentraciones de microelementos, la comparación con la base<br />
estandarizada recopilada por Judd et al. (1996a) señaló una concentración elevada de<br />
hierro y manganeso, propio de las condiciones del suelo, algo menor en cobre (5,3 vs<br />
7,7 mg kg -1 ), similar en zinc y muy elevada en boro, la cual duplicó a la concentración<br />
estandarizada. Al respecto, el único microelemento con cierta inestabilidad en cuanto a<br />
suministro de demandas desde el suelo podría ser el cobre.<br />
Por su parte, la concentración de elementos nutritivos en las raíces fue similar en los<br />
dos tratamientos, lo cual señalaría que no se produjo efecto de la fertilización.<br />
Asimismo, la concentración de elementos se diferenció en la raíz principal y las raíces<br />
134
gruesas respecto a las raíces finas. Las concentraciones en las dos primeras clases de<br />
raíces, en general fueron bajas, asemejándose a los tejidos leñosos de la biomasa<br />
aérea (ramas y madera). Por su parte, las concentraciones en las raíces finas fueron<br />
más parecidas a las determinadas en la corteza para el nitrógeno, fósforo y magnesio y<br />
en la madera para el potasio y el calcio. Las concentraciones de nitrógeno y de fósforo<br />
difieren con lo señalado por Misra et al. (1998b) en E. nitens a los 34 meses de edad,<br />
quienes determinaron diferencias significativas en la concentración de nitrógeno en las<br />
raíces gruesas, medias y finas del tratamiento fertilizado respecto al control, aunque no<br />
se diferenciaron entre tratamientos para la concentración de fósforo. No obstante, las<br />
concentraciones de fósforo de las raíces finas y medias determinadas por Misra et al.<br />
(1998b) fueron las más altas de todos los componentes de la biomasa.<br />
Respecto a la hojarasca, las concentraciones de elementos nutritivos, en ambos<br />
tratamientos, exhibieron variación en las estaciones del año, la cual se podría<br />
relacionar en forma directa con la movilidad de cada elemento y las demandas de los<br />
árboles en su ciclo bioquímico. En este sentido, de acuerdo a Vitousek (1982), Birk y<br />
Vitousek (1986) y Ericcsson (1994), la eficiencia de la plantación en el uso de los<br />
elementos nutritivos está relacionada en forma inversa a la concentración de los<br />
elementos en la hojarasca. Con relación a ello, aunque ambos tratamientos revelaron<br />
el mismo patrón de variación en la concentración de bioelementos en las cuatro<br />
estaciones, la eficiencia en el uso de los elementos varió entre ellos. En esta línea, el<br />
T1 habría sido más eficiente en el uso del potasio, del calcio, del manganeso y del zinc,<br />
en cambio el T11 habría utilizado mejor el fósforo, el hierro y el boro (Figura 37). A su<br />
vez la eficiencia en el uso del nitrógeno y del magnesio sería similar en los dos<br />
tratamientos.<br />
Por otra parte, en forma comparativa con lo reportado por Frederick et al. (1986) en<br />
E. nitens al quinto año de crecimiento, la concentración promedio de los macro y<br />
microelementos en la hojarasca sólo fue inferior en el nitrógeno y el fósforo. Las<br />
mayores diferencias entre ambos estudios se detectaron en la concentración de calcio,<br />
lo cual corroboraría un consumo de lujo en la experiencia local.<br />
Las mayores concentraciones de macro y microelementos en el mantillo respecto a<br />
la hojarasca confirman lo señalado por Bray y Gorham (1964), en cuanto a que el<br />
135
horizonte orgánico siempre está mezclado con una porción de suelo mineral, lo cual<br />
fue corroborado por el análisis de cenizas (Anexo 4). Por otro lado, la fertilización con<br />
nitrógeno y fósforo aplicada en 1999 invalidaría cualquier comparación entre ambos<br />
tratamientos, por un posible efecto residual en el tratamiento fertilizado, de hecho, las<br />
concentraciones de ambos elementos fueron mayores que en el T11 (sin fertilizar).<br />
Asimismo, las bajas concentraciones de potasio, respecto a las otras bases de<br />
intercambio, señalarían un proceso fuerte de lixiviación, el cual agrava la inestabilidad<br />
de dicho elemento en el sistema, si se considera el aporte bajo desde las fracciones<br />
intercambiables y de reservas suministrables del suelo (Figura 43).<br />
5.5 <strong>DE</strong>MANDA <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS AL CIERRE <strong>DE</strong> COPAS<br />
El efecto de la fertilización aplicada en forma gradual fue notorio al comparar el T1<br />
(fertilizado) y el T11 (sin fertilizar) tanto al analizar la biomasa aérea (Figuras 21, 22,<br />
23, 24 y 25) como la biomasa total (Figuras 44 y 45 y Cuadro 22). En este sentido, la<br />
mayor producción de biomasa en el T1 respecto al T11, con un consumo similar de<br />
elementos nutritivos, remarca la conveniencia de ajustar los esquemas de fertilización<br />
en función de los requerimientos de la plantación, buscando un equilibrio con las<br />
técnicas operacionales de aplicación (Binkley, 1993; Bennet et al., 1996; Judd et al.,<br />
1996b; Scatolini et al.,1998; Gonçalves et al., 1997; Leiva, 2000; Staub, 2000). En este<br />
sentido, Gonçalves y Barros (1998) sugieren que además de las ventajas nutritivas<br />
logradas al subdividir la dosis de fertilización, se reducirían pérdidas de elementos a<br />
causa de volatilización, lixiviación, inmovilización y erosión.<br />
Por otro lado, la mayor cantidad de nitrógeno, fósforo y magnesio acumulada en las<br />
ramas y en las hojas del tercio superior del T1 respecto al T11, por efecto de la<br />
fertilización, marca las diferencias entre tratamientos en la zona de mayor actividad<br />
fotosintética (Figura 35), relacionada en forma directa con la producción de biomasa<br />
(Periera et al., 1989; Kriedermann y Cromer, 1996; Beadle, 1997; Kimmins, 1997;<br />
Albaugh et al., 1998). Sin embargo, las mayores diferencias entre tratamientos se<br />
situaron sólo en las clases superiores (Figura 36), donde el crecimiento es menos<br />
afectado por la competencia entre árboles, debido a una mayor capacidad de<br />
intercepción de luz. En este sentido, la semejanza entre tratamientos en las clases<br />
136
intermedias y dominadas sería otro indicio de un exceso de árboles, en especial en el<br />
tratamiento fertilizado, lo cual se visualiza al comparar en ambos tratamientos las<br />
cantidades totales y la distribución en los componentes (Figuras 44 y 45). Referente a<br />
ello, Vose y Allen (1998) sugieren incorporar el área foliar a las decisiones de manejo<br />
como herramienta integradora del tamaño de los árboles, densidad del rodal y<br />
suministro de recursos (agua y elementos nutritivos).<br />
En relación directa con lo anterior, se destacó la mayor eficiencia en el T1 respecto<br />
al T11 en el uso de los elementos nutritivos para la producción de biomasa (Figuras 37<br />
y 38). En este aspecto sobresale la eficiencia en el uso de los elementos incorporados<br />
en mayor proporción con el esquema de fertilización, el nitrógeno, el fósforo y el<br />
potasio. De hecho, los menos abundantes en el suelo y los más demandados en la<br />
primera fase de crecimiento, en especial nitrógeno y fósforo. Asimismo, los<br />
componentes de la biomasa menos eficientes, aquéllos que consumen más elementos<br />
nutritivos por unidad de materia seca producida, resultaron las hojas y la corteza, y el<br />
más eficiente la madera.<br />
Respecto a lo anterior, la copa habría llegado a su máxima expansión (Figura 17) lo<br />
cual señalaría un equilibrio entre la demanda de elementos nutritivos para la formación<br />
de nuevos tejidos y la entrega al sistema mediante la caída de hojarasca y los<br />
mecanismos de reabsorción (Ericcsson, 1994; Gonçalves y Barros, 1998). Sin<br />
embargo, la arquitectura actual se podría modificar si se realizan intervenciones<br />
(raleos), con lo cual se debería esperar un nuevo flujo de demandas nutritivas. Por otro<br />
lado, el fuste (madera + corteza) aumentará en forma continua su proporción en la<br />
composición de la biomasa, incluso se podría acelerar con alguna intervención. En este<br />
sentido, aumentará la demanda de bioelementos, en particular de potasio en la madera<br />
y de calcio en la corteza, los dos elementos que más disminuyeron en sus reservas<br />
hasta la etapa de cierre de copas, lo cual señalaría la necesidad de un monitoreo de la<br />
evolución en el ciclo biogeoquímico.<br />
Con relación a los microelementos, la mayoría se congregó en la copa, en particular<br />
en las hojas, a excepción del hierro y el manganeso y el cobre (Figura 39 y Cuadro 20).<br />
Referente a los dos primeros, resalta la acumulación en las raíces finas, sin embargo,<br />
las cantidades podrían estar sobrestimadas debido a un efecto de "contaminación"<br />
137
como consecuencia de la actividad de ambos elementos en el suelo. Respecto al<br />
cobre, éste se distribuyó en forma más equilibrada entre la copa y el fuste, con<br />
supremacía en la madera, debido a su baja movilidad. Con relación a posibles<br />
deficiencias de microelementos, las concentraciones en los componentes de la<br />
biomasa y en el suelo señalarían un buen suministro. Sin embargo, Turnbull et al.<br />
(1994), identificaron en E. nitens malformaciones importantes en el fuste y las ramas,<br />
causadas por deficiencias de cobre entre los 17 y 22 meses de edad. Los autores<br />
atribuyeron a deficiencias inducidas por tasas altas de fertilización con nitrógeno y<br />
fósforo. En este sentido, de acuerdo a lo reportado por Leiva (2000) y Staub (2000) las<br />
malformaciones detectadas en la presente experiencia, aunque menos pronunciadas<br />
que las descriptas por Turnbull et al. (1994), se localizaron en los tratamientos con<br />
mayores dosis de nitrógeno y fósforo. Con relación a ello, Leiva (2000) y Staub (2000)<br />
atribuyen las malformaciones a un crecimiento acelerado sin un proceso de<br />
lignificación suficiente, aunque no se debería descartar también el efecto de una<br />
deficiencia temporaria de cobre en las causas de las malformaciones.<br />
Respecto a los elementos nutritivos en la biomasa de las raíces, la cantidad<br />
cuantificada en la raíz principal de ambos tratamientos sólo tiene carácter orientador,<br />
de acuerdo con lo mencionado en la sección 5.3. Sin embargo, la cantidad de<br />
elementos nutritivos en la raíz principal representó un porcentaje bajo con relación al<br />
total de bioelementos cuantificados en el total de las raíces (Figura 41).<br />
Por otro lado, si bien no se logró una comparación por clase de raíz con las<br />
determinaciones de Misra et al. (1998b), debido a diferencias en la clasificación del<br />
tamaño de las raíces, la cantidad de nitrógeno (kg ha -1 ) considerando la suma de<br />
raíces gruesas y finas fue similar en los dos estudios. A su vez, la cantidad de fósforo<br />
determinada por Misra et al. (1998b) duplicó a la determinada en este estudio, lo cual<br />
concuerda con los resultados de Ferreira et al. (1984), en cuanto a que las cantidades<br />
de fósforo en las raíces son menores en sitios de mayor fertilidad. En forma<br />
coincidente, el fósforo acumulado en las raíces del T11 (sin fertilizar) fue mayor al<br />
acumulado en el T1 (fertilizado). En cuanto al potasio, el calcio y el magnesio su<br />
acumulación en la biomasa total de raíces no se diferenció entre tratamientos. A su<br />
vez, la diferencia importante entre las raíces finas y las otras dos clases de raíces en la<br />
acumulación de microelementos, principalmente de hierro y manganeso, se debería en<br />
138
gran parte a un efecto de adherencia de restos de suelo en la corteza de las raíces<br />
finas.<br />
En cuanto a la acumulación de elementos nutritivos en el mantillo, una de las claves<br />
del ciclo biogoequímico a partir del cierre de copas, Noble y Herbert (1991) señalan<br />
que si el porcentaje de mineralización del nitrógeno (entre el 1 % y el 3 %) fuera<br />
constante el suministro sería adecuado para las demandas de la vegetación. Sin<br />
embargo, la liberación de los elementos en el mantillo, en particular del nitrógeno y el<br />
fósforo, están influidas por el pH, la humedad, la temperatura, la riqueza nutritiva del<br />
material (relación C:N) y la actividad biológica (Kimmins, 1997). En el caso particular<br />
de E. nitens, Smethurst et al. (1998) analizaron en Tasmania el aumento de la biomasa<br />
microbiana después de fertilizar con nitrógeno y fósforo, concluyendo que el aumento<br />
de la masa microbiana y la inmovilización de nitrógeno no fue un mecanismo<br />
importante para moderar el suministro de nitrógeno en el largo plazo por efecto de la<br />
fertilización. Referente a ello, el efecto de la fertilización con nitrógeno y fósforo<br />
aplicada en 1999 en el tratamiento fertilizado fue notorio respecto a las cantidades<br />
acumuladas en el tratamiento sin fertilizar (Figura 43).<br />
Por otra parte, en comparación con lo determinado por Frederick et al. (1985) en<br />
Eucalyptus regnans con características de crecimiento similares a las del presente<br />
estudio, las cantidades de fósforo y nitrógeno acumulados en el mantillo de E. nitens<br />
fueron mayores en el T1 y similares en el T11, lo cual señalaría una tasa de<br />
descomposición similar en las dos especies. En este sentido, los autores consideraron<br />
que la tasa de descomposición fue más alta que en plantaciones de Nueva Zelandia y<br />
Australia. Con relación a ello, si se tiene en cuenta que la totalidad del mantillo estuvo<br />
compuesto por hojas y las relación nitrógeno:fósforo fue baja en el T1 (fertilizado) y<br />
medias en el T11 (sin fertilizar), se debería esperar una buena tasa de<br />
descomposición, en particular en el T1, debido al efecto de la fertilización. Asimismo, la<br />
mayor uniformidad en la distribución espacial de los elementos nutritivos en el T1,<br />
expresada por los coeficientes de variación, señalarían una mayor evolución en el ciclo<br />
biogeoquímico del tratamiento fertilizado (Figura 43).<br />
139
5.6 CARACTERIZACION <strong>DE</strong>L SUELO<br />
Las buenas condiciones físicas del suelo para el crecimiento de E. nitens, quedaron<br />
reflejadas en la productividad alcanzada en todos los tratamientos hasta el cuarto año<br />
de crecimiento. Lo anterior se sustenta al analizar la profundidad de exploración de las<br />
raíces en los tratamientos antagónicos en cuanto a manejo nutritivo: el T1 (fertilizado) y<br />
el T11 (sin fertilizar). En este sentido, el desarrollo del sistema de raíces, en ambos<br />
tratamientos, respondió a las características naturales de los Eucalyptus sp., con una<br />
concentración preponderante de biomasa en el horizonte superficial, aunque con<br />
presencia de raíces gruesas y finas en todo el perfil (Figuras 26 y 27).<br />
Respecto a las condiciones químicas del suelo, los niveles similares de pH, carbono<br />
total, nitrógeno total y bases intercambiables evaluados al inicio de la plantación y a los<br />
45 meses de crecimiento, en particular en el tratamiento sin fertilizar, señalarían la<br />
capacidad alta de suministro del suelo a expensas de sus reservas (Cuadro 24). La<br />
mayor diferencia respecto a las condiciones iniciales del suelo corresponde al aumento<br />
del nivel de fósforo en el suelo superficial del T1 (fertilizado), el cual quintuplicó al nivel<br />
inicial. Sin embargo, al comparar ambos tratamientos a los 45 meses de crecimiento,<br />
la similitud entre las fracciones de elementos intercambiables y de reservas<br />
suministrables en los niveles de algunos elementos, estarían señalando un descenso<br />
importante en los niveles de reserva (Cuadros 24 y 27). Al respecto, el potasio y el<br />
calcio resultaron más afectados que el magnesio, en particular en los primeros 30-40<br />
cm del suelo, lo cual concuerda con lo señalado por Baeza (1998) al analizar<br />
plantaciones de Pinus radiata en dos suelos rojo arcillosos en la X Región. Asimismo,<br />
Gerding y Schlatter (1998) y Schlatter y Gerding (1998), indicaron resultados similares<br />
en estudios realizados en un suelo rojo arcilloso con plantaciones de Pinus radiata, en<br />
la VIII Región. Los niveles de potasio en la reserva suministrable resultaron bajos lo<br />
cual indicaría un posible déficit en el suministro de las demandas de la plantación en el<br />
mediano plazo, coincidiendo con lo determinado por Baeza (1998).<br />
En cuanto a la alta saturación con aluminio de la capacidad de intercambio de<br />
cationes, fue similar en los dos tratamientos. Sin embargo, la mayoría de las especies<br />
de Eucalyptus han evolucionado en suelos ácidos con alto contenido de aluminio. En<br />
140
este sentido, la actividad del aluminio puede afectar el crecimiento más por la<br />
capacidad de fijación de fósforo que por su toxicidad (Romeny, 1997).<br />
Con relación a las reservas de fósforo, el efecto de la fertilización es notorio en los<br />
primeros 10 cm de suelo, donde los niveles del T1 duplicaron a los del T11, aunque en<br />
general los niveles de fósforo fueron bajos, coincidiendo con lo señalado por Baeza<br />
(1998) en dos suelos rojo arcillosos también de la X Región. En comparación a los<br />
niveles de reserva determinados por Gerding y Schlatter (1998) y Schlatter y Gerding<br />
(1998) en la VIII Región, aún en el tratamiento fertilizado, la fracción de reserva de<br />
fósforo fue muy baja, lo cual expresaría un alto grado de fijación por parte del hierro y<br />
el aluminio. En este sentido, Rodriguez (s/f.) al comparar un grupo de suelos desde la<br />
V Región hasta la X Región, determinó que los suelos rojo arcillosos de la X Región,<br />
junto con los suelos trumaos y los suelos ñadis, presentaron la tasa más alta de<br />
reducción de labilidad del fósforo y la menor efectividad inicial y residual. De acuerdo<br />
con lo anterior, el autor señaló la necesidad de fertilizar este tipo de suelos en forma<br />
continuada con fósforo, hasta alcanzar un nivel de fertilización de mantenimiento.<br />
Por otro lado, se debe considerar que en la primera fase de crecimiento, hasta el<br />
cierre de copas, se produce la mayor demanda de elementos nutritivos desde el suelo<br />
mineral, debido al desarrollo del sistema de raíces y la expansión de la copa, con muy<br />
baja devolución de elementos nutritivos hacia el suelo en el ciclo biogeoquímico. Sin<br />
embargo, al producirse el cierre de copas, la biomasa de las raíces y de la copa tiende<br />
a estabilizarse lo que produce un mayor equilibrio entre las demandas de elementos<br />
nutritivos desde el suelo, el aporte desde la hojarasca y la muerte de raíces (Waring y<br />
Schlesinger, 1985; Kimmins, 1997)<br />
5.7 BALANCE NUTRICIONAL AL CIERRE <strong>DE</strong> COPAS<br />
El rendimiento en biomasa de ambos tratamientos hasta la etapa de cierre de<br />
copas, se produjo a expensas de una fuerte extracción de elementos nutritivos desde<br />
el suelo (Figura 47), en particular de nitrógeno, fósforo, potasio y calcio.<br />
Comparativamente, con otros Eucalyptus sp., E. nitens se caracterizaría por una<br />
extracción elevada de elementos nutritivos en la primera fase de crecimiento. Al<br />
141
especto, en Brasil, Gonçalves y Barros (1998) analizando varias Eucalyptus sp,. con<br />
un promedio de edad de 5,6 años y un rango de rendimiento en madera sin corteza de<br />
54 a 294 m 3 ha -1 , estimó en la biomasa y el mantillo una acumulación de nitrógeno,<br />
fósforo, potasio y calcio un 29 %, 6 % 15 % y 53 % menor respectivamente al<br />
promedio de los dos tratamientos evaluados en el presente estudio.<br />
Con relación a lo anterior la distribución de los elementos nutritivos en el sistema<br />
mostró un efecto diferencial entre tratamientos por efecto de la fertilización, en cuanto a<br />
la proporción extraída desde el suelo, la cantidad acumulada en la biomasa, en el<br />
mantillo y en las fracciones del suelo. En este sentido, aunque la extracción de<br />
nitrógeno y fósforo en el T1 (fertilizado) fue mayor que en el T11 (sin fertilizar), las<br />
cantidades de ambos elementos en el suelo fueron mayores en el tratamiento<br />
fertilizado. Por el contrario, las mayores cantidades extraídas de potasio y calcio en el<br />
T1 (fertilizado) respecto al T11 (sin fertilizar), afectaron en forma directa los niveles de<br />
ambos elementos nutritivos en el suelo, en particular en la fracción extractable. Con<br />
relación al magnesio, las fracciones de reservas suministrables fueron levemente<br />
mayores en el T11 (sin fertilizar) respecto al T1 (fertilizado). Sin embargo, en ambos<br />
tratamientos, la cantidad acumulada en el vuelo y el mantillo fue muy inferior a la<br />
fracción extractable del suelo, lo cual quedó reflejado en los valores del IRV en ambas<br />
fracciones del suelo (Figura 48).<br />
Respecto al nitrógeno, los contenidos analizados en el suelo (Cuadros 25 y 27) y la<br />
estimación del IRV, señalarían una condición de estabilidad. Sin embargo, las<br />
evaluaciones responden al contenido de nitrógeno orgánico mineralizable, el cual es<br />
indicador de la presencia de nitrógeno, más que del nitrógeno disponible por efecto de<br />
la mineralización. En este sentido, en EEUU, Nadelhoffer et al. (1983) no encontraron<br />
correlación significativa entre el nitrógeno total y la mineralización de éste en nueve<br />
rodales de diferentes especies, ubicados en sitios de clima templado con elevada<br />
pluviosidad. Con relación a ello, la menor acumulación de nitrógeno en la biomasa del<br />
T11 (sin fertilizar) y la menor cantidad de nitrógeno total en el suelo, respecto al T1<br />
(fertilizado), señalaría un posible déficit en el suministro de nitrógeno. Asimismo, el<br />
IRV fue más bajo en el T1 (fertilizado) a pesar de la mayor acumulación de nitrógeno<br />
en el mantillo, posiblemente debido a la fertilización aplicada en 1999. Sin embargo,<br />
con el cierre de las copas, la mineralización del mantillo y el reciclaje interno serían<br />
142
fuentes más importantes de elementos nutritivos, en especial de nitrógeno, que los<br />
suministrados en forma directa por el suelo mineral (Turner y Lambert, 1983;<br />
Gonçalves et al., 1998).<br />
En cuanto al fósforo, la baja estabilidad estimada a través de los IRV, en particular<br />
para el fósforo disponible, era predecible, si se considera el déficit generalizado de<br />
fósforo en plantaciones realizadas en sitios con alta actividad de hierro y aluminio<br />
(Flinn, et al., 1979; Cromer et al., 1981 y 1995; Ferreira et al., 1984; Schönau, 1984;<br />
Birk, 1994; Simpson et al., 1998; Aparicio et al., 1999, Gonçalves y Barros, 1998).<br />
Referente a la corrección del déficit de fósforo con una fuente de menor solubilidad, de<br />
acuerdo a Sierra (1990), con las condiciones de acidez y los contenidos bajos de calcio<br />
de los suelos rojo arcillosos de la X Región, se debería lograr buena respuesta a su<br />
aplicación. Sin embargo, Sierra (1993) y Demanet y Mora (1999) no detectaron<br />
diferencias al comparar en praderas esquemas con rocas fosfóricas y fuentes solubles,<br />
aplicando dosis de hasta 100 kg ha -1 de fósforo. No obstante, comparativamente, las<br />
dosis de rocas fosfóricas fueron bajas respecto a las utilizadas en experiencias<br />
forestales con buena respuesta a su aplicación (Gonçalves y Barros, 1998). En este<br />
sentido, considerando la respuesta potencial de acuerdo a las condiciones de los<br />
suelos de la región (Sierra, 1990), sería conveniente el desarrollo de nuevas<br />
experiencias para determinar una posible respuesta a dosis superiores.<br />
Con relación a la acumulación de potasio, las diferencias en el vuelo y el mantillo de<br />
ambos tratamientos (30 kg ha -1 ) fueron mínimas con relación a las diferencias en el<br />
suelo (200 kg ha -1 ), lo cual indicaría una variación espacial importante, si se considera<br />
la distancia que separa a las parcelas fertilizadas y no fertilizadas (Figura 6). Por otro<br />
lado, las cantidades mínimas acumuladas en el mantillo y en las reservas, condicionan<br />
la mayor parte del potasio sólo a la fracción extractable del suelo, con niveles<br />
adecuados de suministro en el corto plazo. Sin embargo, como señalaron los valores<br />
de ambos IRV, la mayor inestabilidad del suelo, respecto a las bases de intercambio,<br />
sería en potasio. De hecho, los resultados coinciden con lo señalado por Baeza (1998)<br />
al analizar siete sitios con plantaciones de Pinus radiata en suelos rojo arcillosos de la<br />
X Región. Asimismo, Gerding y Schlatter (1998) al evaluar cinco sitios con rodales de<br />
Pinus radiata en la VIII Región, incluido un suelo rojo arcilloso, determinaron que los<br />
143
cinco sitios fueron muy inestables respecto al potasio, respondiendo más a una<br />
condición de los suelos, en cuanto a su origen y evolución, que al nivel de<br />
productividad.<br />
De lo expuesto en el párrafo anterior, resalta la necesidad de investigar con mayor<br />
énfasis, en la mayoría de los suelos del sur de Chile, la evolución del potasio en el ciclo<br />
biogeoquímico de sistemas con plantaciones de crecimiento rápido. La mayor prioridad<br />
correspondería a plantaciones de E. nitens, si se consideran las demandas en la<br />
biomasa, en particular en la formación de madera, el componente que exporta los<br />
elementos nutritivos del sistema.<br />
Respecto al calcio, como ocurrió con el potasio, la diferencia en la fracción<br />
extractable de ambos tratamientos fue muy superior a la diferencia acumulada en la<br />
biomasa del T1 (fertilizado) respecto al T11 (sin fertilizar), señalando algún efecto de<br />
variación espacial. Asimismo, los mayores niveles se detectaron en la fracción<br />
extractable. Por consiguiente, los valores del IRV fueron más altos en la fracción de<br />
reserva. Sin embargo, comparativamente con el potasio, el sitio mostró mayor<br />
estabilidad de calcio en el sistema, con mayor acumulación en el mantillo y en la copa,<br />
y menor proporción en la madera.<br />
En cuanto a los microelementos, en general, los valores del IRV fueron bajos, a<br />
excepción del boro. Con respecto al boro, el sitio presentaría algún problema de<br />
estabilidad. Sin embargo, de acuerdo con Schlatter y Gerding (1985), la menor<br />
disponibilidad de boro ocurre en sitios con períodos secos prolongados, baja humedad<br />
atmosférica y un bajo régimen de lluvias, condiciones poco frecuentes en el sito en<br />
cuestión.<br />
144
6. CONCLUSIONES<br />
Las conclusiones se presentan en relación con el orden planteado en los objetivos.<br />
Rendimiento<br />
- El rendimiento y la sobrevivencia de E. nitens en los diferentes esquemas de<br />
fertilización y en el control (sin fertilizar) evidenciaron buena respuesta de la<br />
especie al sitio en cuestión, exhibiendo un potencial importante para la Región.<br />
- Los esquemas de fertilización preplantación con Bifox y con cal no aumentaron el<br />
rendimiento de E. nitens respecto al esquema sin fertilización preplantación.<br />
- La mayor respuesta en rendimiento se logró fertilizando al establecimiento de la<br />
plantación y al segundo año, antes del inicio de la estación de crecimiento.<br />
- El esquema de fertilización aplicada en el tratamiento 1 (Bifox en preplantación,<br />
fertilización al establecimiento, al primer año y al tercer año), aumentó el<br />
rendimiento de todos los componentes de la biomasa aérea, respecto al tratamiento<br />
11 (sin fertilizar).<br />
- El mayor efecto de la fertilización se localizó en la madera del fuste y en el tejido<br />
generador de fotosíntesis, en particular en el tercio superior del árbol, con un<br />
aumento significativo en la eficiencia de producción de madera por unidad de<br />
biomasa foliar.<br />
- La caída de hojarasca evidenció un patrón estacional bien marcado, con un<br />
máximo en primavera y verano, y un mínimo en invierno. Esta caída de hojas<br />
presentó una gran variación en la distribución espacial, en particular en el<br />
tratamiento 11 (sin fertilizar).<br />
- La cantidad y uniformidad del mantillo aumentó en el tratamiento fertilizado<br />
respecto al control.<br />
Caracterización del suelo<br />
- Las buenas condiciones físicas del suelo quedaron reflejadas en el crecimiento de<br />
los árboles en los dos tratamientos, asimismo en el patrón de desarrollo de las tres<br />
clases de raíces en todo el perfil.<br />
- Las condiciones químicas de la fase intercambiable del suelo se mantuvieron<br />
estables respecto a las evaluadas al establecimiento de la plantación.<br />
145
- Los niveles de fósforo se mantuvieron muy bajos en todo el perfil. La fertilización,<br />
debido a la baja movilidad del elemento, aumentó los niveles disponibles y de<br />
reserva sólo en el suelo superficial próximo a la línea de plantación, donde se<br />
localizó el fertilizante.<br />
Arraigamiento de E. nitens<br />
- El patrón de arraigamiento de E. nitens evidenció una concentración de raíces<br />
gruesas y finas superior al 50 % de su biomasa en los primeros 20 cm del suelo.<br />
Ello resalta la importancia del manejo racional de esta fracción del suelo en la<br />
preparación del terreno, suministro de elementos nutritivos, distribución de residuos<br />
y cosecha.<br />
- La fertilización aumentó la biomasa de raíces gruesas y finas, en particular en las<br />
capas más profundas del suelo.<br />
- La concentración de fertilizantes próxima a la línea de plantación afectó la<br />
distribución espacial de las raíces finas en la zona superficial del suelo,<br />
constatándose un 50 % de la biomasa en los primeros 70 cm de la entrelinea.<br />
- La relación biomasa aérea: biomasa de raíces aumentó en el esquema fertilizado<br />
respecto al control.<br />
Demandas nutritivas de E. nitens en la etapa de cierre de copas<br />
- La menor concentración de macro y microelementos en los componentes de la<br />
biomasa del T1 (fertilizado) respecto al T11 (sin fertilizar) señalaron que el mayor<br />
rendimiento en biomasa se produjo a expensas de un efecto de dilución de los<br />
elementos en los tejidos.<br />
- La secuencia de concentración de elementos nutritivos, hojas > corteza > ramas<br />
vivas > ramas muertas > madera y la secuencia tercio superior >tercio medio ><br />
tercio inferior señalaron la capacidad de E. nitens de transferir elementos nutritivos<br />
móviles, como nitrógeno, fósforo y potasio, desde tejidos menos activos a tejidos<br />
más activos en crecimiento.<br />
- La concentración de elementos nutritivos en la raíz principal y en las raíces gruesas<br />
fue baja, similar a la madera. En cambio la concentración en las raíces finas fue<br />
146
similar a la corteza, evidenciando un crecimiento más activo que las otras dos<br />
clases de raíces.<br />
- La concentración de los bioelementos en la hojarasca fue similar en los dos<br />
tratamientos, a excepción de la concentración de potasio, la cual fue menor en el<br />
tratamiento fertilizado, señalando una mayor reabsorción previa a la absición de las<br />
hojas.<br />
- La variación estacional en la hojarasca de la concentración en los elementos<br />
nutritivos móviles coincidió con la demanda para la formación de nuevos tejidos en<br />
la estación de crecimiento.<br />
- La concentración de elementos nutritivos en el mantillo en general duplicó a la<br />
determinada en la hojarasca debido a la mezcla con suelo mineral, producto de la<br />
actividad de los organismos. Sin embargo, la concentración de potasio disminuyó<br />
respecto a la hojarasca, señalando una fuerte movilidad del bioelemento en el<br />
sistema y posibles pérdidas por lixiviación.<br />
- La acumulación de calcio y magnesio en la biomasa del tratamiento fertilizado fue<br />
un 31 % superior respecto al tratamiento sin fertilizar. Sin embargo, la acumulación<br />
de nitrógeno, fósforo y potasio, adicionados en las fertilizaciones, fue similar en<br />
ambos tratamientos.<br />
- La mayor producción de biomasa en el tratamiento fertilizado, con un consumo<br />
similar de nitrógeno, fósforo y potasio, destacó la importancia de hacer coincidir la<br />
mayor oferta de bioelementos con el período de mayor demanda de la plantación,<br />
aplicando en forma fraccionada las dosis de fertilizante.<br />
- Eucalyptus nitens se caracterizó por una fuerte demanda de macroelementos.<br />
Hasta la etapa de cierre de copas acumuló, en promedio para ambos tratamientos,<br />
485 kg ha -1 de nitrógeno, 26 kg ha -1 de fósforo, 300 kg ha -1 de potasio, 450 kg ha -1<br />
de calcio y 38 kg ha -1 de magnesio.<br />
- La copa fue el componente de mayor demanda de elementos nutritivos,<br />
acumulando en promedio para ambos tratamientos, el 50 % del nitrógeno, el 45 %<br />
del fósforo, el 60 % del calcio y el 65 % del magnesio en ambos tratamientos.<br />
- La madera del fuste, el componente de mayor extracción de elementos nutritivos<br />
fuera del sistema, fue el componente que demandó más potasio, acumulando, en<br />
promedio para ambos tratamientos, el 30 % del total de la biomasa.<br />
147
- La corteza, pese a representar menos del 10 % de la biomasa total, acumuló el<br />
15 % del potasio y del magnesio, y el 25 % del calcio, reflejando la utilidad de<br />
realizar descortezado en los raleos y en la corta final.<br />
- Las raíces acumularon, en proporción a la participación en la biomasa total,<br />
cantidades importantes de nitrógeno y fósforo, el promedio de ambos tratamientos<br />
fue, en forma respectiva, de un 19 % y un 23 %.<br />
Densidad básica de la madera<br />
- La densidad básica de la madera aumentó significativamente por efecto de la<br />
fertilización aplicada en el tratamiento 1 (fertilizado) respecto al tratamiento 11 (sin<br />
fertilizar).<br />
- En los dos tratamientos se detectó una variación importante de la densidad básica<br />
entre árboles en cada altura de fuste evaluada, con diferencias de hasta<br />
100 kg/m 3 de madera.<br />
Balance nutritivo al cierre de copas.<br />
- El balance nutritivo junto con el Indice de Reserva de Vegetación, permitieron<br />
identificar que el suelo en general fue más inestable en aquéllos bioelementos más<br />
demandados por E. nitens hasta la etapa de cierre de copas. Ello resalta la<br />
importancia de esta clase de estudios, en particular en especies de crecimiento<br />
rápido con ciclos cortos de cosecha.<br />
- El suelo fue muy inestable en potasio hasta la etapa de cierre de copas, lo cual<br />
plantea la necesidad de un monitoreo periódico de la evolución del elemento en el<br />
ciclo biogeoquímico del sistema.<br />
- A pesar de la cantidad de fósforo aplicado en las fertilizaciones el suelo evidenció<br />
inestabilidad en la fracción disponible, por efecto de la capacidad alta de fijación.<br />
- El suelo evidenció inestabilidad en calcio en las dos fracciones del suelo.<br />
- El suelo fue muy estable en magnesio, con una acumulación en la fracción de<br />
reserva suministrable suficiente para abastecer las demandas de varias rotaciones.<br />
148
7 RESUMEN<br />
Con el objetivo de evaluar opciones de manejo nutritivo en E. nitens en la etapa de<br />
cierre de copas (45 meses de edad), en un suelo rojo arcilloso (serie Crucero) de la X<br />
Región, se comparó el rendimiento (DAP, área basal y volumen) de once esquemas de<br />
fertilización que combinaron fuentes de fósforo de distinta solubilidad y cal. Asimismo, en<br />
el esquema con mayor aplicación de fósforo y en el control sin fertilizar se determinó la<br />
densidad básica de la madera, la acumulación de biomasa (hojas, ramas vivas, ramas<br />
muertas, corteza, madera y raíces) y mantillo, y la caída anual de hojarasca. En los<br />
componentes de la biomasa, la hojarasca y el mantillo se determinó la concentración y la<br />
cantidad de N, P, K Ca, Mg, Fe, Mn, Cu, Zn y B. También se determinó la concentración<br />
y cantidad de elementos nutritivos de la fracción intercambiable y de reservas<br />
suministrables del suelo, hasta los 30 cm de profundidad. En el esquema fertilizado y en<br />
el control se determinaron las demandas nutritivas, el balance de elementos nutritivos y<br />
el índice de reserva de la vegetación.<br />
La mayor respuesta en rendimiento se detectó en el esquema con fósforo soluble<br />
aplicado al inicio de la plantación y al comienzo de la segunda estación de crecimiento. A<br />
su vez, la baja respuesta al fósforo menos soluble se atribuiría a la magnitud de la dosis,<br />
respecto a la capacidad de fijación de fósforo del suelo. La cal no produjo efectos en el<br />
rendimiento. La densidad básica de la madera aumentó significativamente por efecto de<br />
la fertilización. La biomasa aérea en el esquema fertilizado (90,4 t ha -1 ) fue un 55 %<br />
mayor respecto al control (58,1 t ha -1 ). La hojarasca evidenció una caída estacional<br />
máxima en verano y mínima en invierno. Los niveles de bioelementos en la fracción<br />
intercambiable del suelo fueron similares a los evaluados al inicio de la plantación. La<br />
secuencia de concentración de bioelementos fue hojas > raíces finas > corteza > ramas<br />
> raíces gruesas > madera y en los tercios del árbol, superior >medio > inferior, lo cual<br />
señaló la eficiencia de E. nitens para transferir bioelemntos hacia tejidos más activos. E.<br />
nitens acumuló en la biomasa y el mantillo del esquema fertilizado un 30 % más de Ca y<br />
Mg y un 10 % más de N, P y K respecto al control. El promedio en ambos tratamientos<br />
fue de (kg ha -1 ): 485 N, 26 P, 300 K, 450 Ca y 38 Mg. El balance nutricional y el Indice de<br />
Reserva de la Vegetación identificaron que el suelo es inestable en el contenido de K, P<br />
y Ca y por el contrario, es estable en el contenido de magnesio.<br />
149
8 SUMMARY<br />
With the objective to evaluating options of nutritional management in Eucalyptus<br />
nitens, at the canopy closure (45 months old) in a red clay soils (serie Crucero, X Region,<br />
Chile), the yield (DAP, basal area and volume) of eleven fertilization treatments that<br />
combined sources of phosphorous of different solubility and lime, were compared.<br />
Whereas, in the treatment with more P application and in the control (unfertilized), the<br />
basic wood density, biomass accumulation (leaves, live branches, dead branches, bark,<br />
wood and roots), litter accumulation and the annual litterfall, were determined. In the<br />
biomass components, in the litterfall and in the litter, the concentration and the quantity of<br />
N, P, K Ca, Mg, Fe, Mn, Cu, Zn and B were determined. Likewise, in the fertilized and in<br />
the control treatments, the concentration and nutrients content of soil exchangeable<br />
fraction and soil reserve fraction, until the 30 cm of depth, were determined. In both<br />
treatments, the nutritious balance and the Reservation Vegetation Index were<br />
determined.<br />
The biggest response in yield was detected in the treatment with soluble phosphorous<br />
applied to the beginning of the plantation and the beginning of the second year of growth.<br />
In turn, the drop response to the less soluble phosphorous would be attributed to the<br />
magnitude of the dose, regarding the capacity of fixation of phosphorus of the soil. The<br />
lime didn't produce effects in the yield. The wood basic density increased significantly for<br />
effect of the fertilization. The above-ground biomass in the fertilized treatment (90,4 t ha -1 )<br />
it was 55 % bigger than the control (58,1 t ha -1 ). The litterfall evidenced a fall maxim in<br />
summer and minimum in winter. The nutrient levels in the soil exchange fraction went<br />
similar to those evaluated to the beginning of the plantation. The sequence of nutrients<br />
concentration was leaves > fine roots > bark > branches > coarse roots > wood, and in<br />
the part of the tree, upper > middle > low that which pointed out the efficiency of E. nitens<br />
to transfer nutrients toward more active tissues. Until forty five months old, E. nitens<br />
accumulated in the above-ground biomass and litter of the fertilized treatment 30 % more<br />
than Ca and Mg and 10% more than N, P and K regarding the control. The average<br />
accumulated in both treatments was (kg ha -1 ): 485 N, 26 P, 300 K, 450 kg Ca and 38 Mg.<br />
The nutritious balance and the Vegetation Reserve Index identified that the soil is<br />
unstable in K, P and Ca contents, conversely, the soil is stable in the Mg content.<br />
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170
•<br />
•<br />
•<br />
ANEXO 1<br />
RENDIMIENTO<br />
ESTADIGRAFOS <strong>DE</strong>:<br />
SOBREVIVENCIA, DAP, ALTURA, AREA BASAL Y VOLUMEN.<br />
ANALISIS <strong>DE</strong> VARIANZA<br />
TOTAL <strong>DE</strong> TRATAMIENTOS QUE COMPONEN EL ENSAYO
Estadígrafos de sobrevivencia, DAP, área basal, altura y volumen.<br />
• Sobreviviencia (%)<br />
T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />
r1 95,7 95,7 100,0 100,0 91,3 100,0 87,0 91,3 91,3 100,0 91,3<br />
r2 95,7 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 95,7 82,6 95,7 100,0 100,0<br />
r3 100,0 95,7 100,0 100,0 100,0 95,7 100,0 100,0 95,7 100,0<br />
r4 95,7 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 95,7 100,0 95,7 95,7<br />
Media 96,7 97,8 100,0 100,0 97,8 98,9 91,3 92,4 96,7 97,8 96,7<br />
Error estándar 1,1 1,3 0,0 0,0 2,2 1,1 4,3 3,7 2,1 1,3 2,1<br />
CV 2,2 2,6 0,0 0,0 4,4 2,2 6,7 8,0 4,3 2,6 4,3<br />
• DAP medio (cm)<br />
T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />
r1 12,6 14,0 12,5 12,6 11,7 12,3 12,0 12,8 12,9 11,3 11,7<br />
r2 12,9 11,3 12,2 11,4 12,6 11,8 11,2 13,1 14,0 12,0 12,0<br />
r3 13,0 12,6 13,0 10,3 12,0 11,9 12,8 13,1 11,4 12,0<br />
r4 13,1 11,4 12,0 12,0 13,2 11,8 13,0 13,1 11,5 11,1<br />
Media 12,9 12,4 12,4 11,6 12,4 11,9 11,6 12,9 13,3 11,6 11,7<br />
Error estándar 0,1 0,6 0,2 0,5 0,3 0,1 0,4 0,1 0,2 0,2 0,2<br />
CV 1,9 10,1 3,3 8,1 5,4 2 4,9 1,2 3,5 2,8 3,6<br />
IMA 3,2 3,1 3,1 2,9 3,1 3 2,9 3,2 3,3 2,9 2,9<br />
• DAP medio de los 500 árboles mayores(cm)<br />
T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />
r1 15,1 16,6 15,0 14,6 14,4 14,4 14,8 15,1 17,0 13,1 14,6<br />
r2 14,8 13,7 13,8 15,4 14,7 14,6 13,3 15,3 16,8 14,1 15,7<br />
r3 15,6 15,1 15,7 13,7 14,6 13,8 14,6 15,3 13,1 15,5<br />
r4 15,8 13,3 14,6 14,3 15,0 14,0 15,3 15,7 13,7 13,6<br />
Media 15,3 14,7 14,8 14,5 14,7 14,2 14,1 15,1 16,2 13,5 14,8<br />
Error estándar 0,2 0,6 0,3 0,3 0,1 0,2 0,4 0,1 0,4 0,2 0,4<br />
IMA 3,8 3,7 3,7 3,6 3,7 3,6 3,5 3,8 4,0 3,4 3,7<br />
CV (%) 2,5 8,8 4,6 4,2 1,5 2,2 5,5 2,0 4,5 3,1 5,8<br />
• Area basal (m 2 ha -1 )<br />
T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />
r1 20,2 25,5 20,7 18,3 18,7 21,5 16,2 18,7 21,0 16,8 17,3<br />
r2 21,5 15,9 19,2 17,3 21,3 18,6 14,5 18,7 25,9 19,5 19,1<br />
r3 26,6 20,8 22,8 15,1 19,3 17,7 21,3 21,7 16,4 20,6<br />
r4 21,5 17,5 19,9 18,9 25,2 18,9 21,4 24,1 15,9 15,9<br />
Media 22,5 19,9 20,6 17,4 21,1 19,2 15,4 20,0 23,1 17,1 18,2<br />
Error estándar 1,4 2,1 0,8 0,8 1,5 0,8 0,8 0,8 1,1 0,8 1,0<br />
CV (%) 12,5 21,4 7,5 9,6 13,9 8,5 7,8 7,6 9,7 9,4 11,4
• Area basal de los 500 árboles mayores (m 2 ha -1 )<br />
T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />
r1 9,0 10,8 8,9 7,9 8,4 8,2 8,8 9,0 11,4 6,8 9,7<br />
r2 8,7 7,4 7,6 8,2 8,5 8,3 6,9 9,2 11,2 7,9 9,5<br />
r3 9,5 9,0 9,7 7,5 8,0 7,5 8,3 9,2 6,9 8,9<br />
r4 9,9 6,9 8,4 8,0 8,8 7,7 9,2 9,7 7,4 7,3<br />
Media 9,3 8,5 8,6 7,9 8,4 7,9 7,8 8,9 10,4 7,2 8,9<br />
Error estándar 0,2 0,9 0,4 0,2 0,2 0,2 0,9 0,2 0,5 0,3 0,6<br />
CV (%) 5,7 20,5 10,4 4,0 3,9 4,7 16,6 4,6 10,5 7,0 12,6<br />
• Altura (m)<br />
Clases de DAP<br />
Altura (m)<br />
Tratamiento 1 Tratamiento 11<br />
Menos 2 desvíos estándar 11,8 9,6<br />
Menos 1 desvío estándar 12,9 10,2<br />
DAP medio 13,0 11,7<br />
Mas 1 desvío estándar 14,2 12,7<br />
Mas 2 desvíos estándar 14,3 13,2<br />
MEDIA 13,2 11,4<br />
Error estándar de la media 0,5 0,7<br />
C.V. (%) 7,9 13,6<br />
• Volumen medio individual (dm 3 ).<br />
T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />
r1 54,23 62,78 52,22 50,14 43,16 44,44 47,19 55,20 58,96 41,91 45,67<br />
r2 52,96 41,64 47,99 43,46 51,60 46,98 41,69 57,59 66,65 46,98 50,45<br />
r3 48,76 57,65 55,17 36,15 48,46 46,58 51,60 57,48 43,00 49,05<br />
r4 54,54 41,95 48,22 47,72 56,47 45,50 56,81 54,12 43,57 40,74<br />
Media 52,62 51,00 50,90 44,37 49,92 45,88 44,44 55,30 59,30 43,87 46,48<br />
Error estándar 1,33 5,42 1,72 3,07 2,79 0,57 1,95 1,33 2,65 1,09 2,16<br />
CV (%) 5,06 21,25 6,77 13,82 11,19 2,48 8,75 4,81 8,93 4,99 9,29<br />
• Volumen medio individual de los 500 árboles mayores (dm 3 ).<br />
T1 T2 T3 T4 T5 T6 T7 T8 T9 T10 T11<br />
r1 74,42 91,16 73,64 64,6 68,2 66,88 72,02 73,94 96,84 53,5 74,28<br />
r2 73,92 59,8 61,12 66,96 70,84 69,54 55,38 76,06 94,9 63,58 80,94<br />
r3 79,04 71,74 79,84 61,44 65,42 61,84 69,12 73,26 55,32 80,60<br />
r4 80,56 54,6 69,72 65,18 70,32 62,72 74,5 79,92 59,68 59,52<br />
Media 76,99 69,33 71,08 64,55 68,70 65,25 63,70 73,41 86,23 58,02 73,84<br />
Error estándar 1,7 8,1 3,9 1,2 1,2 1,8 5,9 1,5 5,7 2,3 5,0<br />
CV (%) 4,3 23,4 11,0 3,6 3,6 5,5 18,5 4,1 13,3 7,8 13,6
Total de tratamientos que componen el total del ensayo (los tratamientos sombreados<br />
se evaluaron en el presente estudio).<br />
Fertilización<br />
base<br />
Junio 1996<br />
BIFOX<br />
49 kg ha -1 de P<br />
ROCA<br />
FOSFORICA<br />
CAROLINA<br />
<strong>DE</strong>L NORTE<br />
54 kg ha -1 de P<br />
SUPERFOS<br />
53 kg ha -1 de P<br />
Fertilización post-plantación<br />
Octubre 1996<br />
(kg ha -1 )<br />
Setiembre 1997<br />
(kg ha -1 )<br />
Agosto 1999<br />
(kg ha -1 )<br />
Tratamiento<br />
36 N, 19,6 P, 4,7 K 45 N, 48 P, 10 K 230 N, 100 P B1<br />
+ micronutrientes<br />
+ micronutrientes<br />
Sin fertilizar<br />
Sin fertilizar<br />
Sin fertilizar<br />
B2<br />
B3<br />
41,3 N, 10,8 P, 5,2 K 45 N, 48 P,10 K Sin fertilizar B4<br />
+micronutrientes Sin fertilizar Sin fertilizar B5<br />
48 N, 26 P, 6,2 K<br />
45 N,48 P, 10 K Sin fertilizar B6<br />
Sin fertilizar Sin fertilizar B7<br />
sin fertilizar<br />
45 N, 48 P, 10 K Sin fertilizar B8<br />
Sin fertilizar Sin fertilizar B9<br />
36 N, 19,6 P, 4,7 K 45 N, 48 P, 10 K 230 N, 100 P R1<br />
+ micronutrientes<br />
41,3 N, 10,8 P, 5,2 K<br />
+ micronutrientes<br />
Sin fertilizar<br />
Sin fertilizar<br />
Sin fertilizar<br />
R2<br />
R3<br />
45 N, 48 P, 10 K Sin fertilizar R4<br />
+micronutrientes Sin fertilizar Sin fertilizar R5<br />
48 N, 26 P, 6,2 K<br />
45 N, 48 P, 10 K Sin fertilizar R6<br />
Sin fertilizar Sin fertilizar R7<br />
sin fertilizar<br />
45 N, 48 P, 10 K Sin fertilizar R8<br />
Sin fertilizar Sin fertilizar R9<br />
36 N, 19,6 P, 4,7 K 45 N, 19 P, 10 K Sin fertilizar S1<br />
+ micronutrientes Sin fertilizar Sin fertilizar S2<br />
41,3 N, 10,8 P, 5,2 K 45 N, 19 P, 10 K Sin fertilizar S3<br />
+micronutrientes Sin fertilizar Sin fertilizar S4<br />
48 N, 26 P, 6,2 K<br />
45 N, 19 P, 10 K Sin fertilizar S5<br />
Sin fertilizar Sin fertilizar S6<br />
sin fertilizar<br />
45 N, 19 P, 10 K Sin fertilizar S7<br />
Sin fertilizar Sin fertilizar S8<br />
Sigue en la próxima página
Fertilización<br />
base<br />
Junio 1996<br />
CAL<br />
760 kg ha -1<br />
de Ca<br />
TESTIGO<br />
(sin fertilizar)<br />
Octubre 1996<br />
(kg ha -1 )<br />
36 N, 19,6 P, 5,6 K<br />
+ micronutrientes<br />
41,3 N, 10,8 P, 6,4 K<br />
Fertilización post-plantación<br />
Setiembre 1997<br />
(kg ha -1 )<br />
45 N, 96 P, 10 K<br />
Agosto 1999<br />
(kg ha -1 )<br />
Tratamiento SIGUE<br />
112 P C1<br />
4,8 B, 1,25 Cu 1,15 Zn Sin fertilizar C2<br />
Sin fertilizar sin fertilizar C3<br />
45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar C4<br />
+micronutrientes Sin fertilizar sin fertilizar<br />
48 N, 26 P, 7,5 K<br />
sin fertilizar<br />
36 N, 19,6 P, 5,6 K<br />
+ micronutrientes<br />
41,3 N, 10,8 P, 6,4 K<br />
C5<br />
no<br />
45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar C6<br />
Sin fertilizar sin fertilizar C7<br />
45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar C8<br />
Sin fertilizar sin fertilizar C9<br />
45 N, 96 P, 10 K<br />
230 N, 112 P T1<br />
4,8 B, 1,25 Cu 1,15 Zn sin fertilizar T2<br />
Sin fertilizar sin fertilizar T3<br />
45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar T4<br />
+micronutrientes Sin fertilizar sin fertilizar<br />
48 N, 26 P, 7,5 K<br />
sin fertilizar<br />
T5<br />
no<br />
45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar T6<br />
Sin fertilizar sin fertilizar T7<br />
45 N, 96 P, 10 K sin fertilizar T8<br />
Sin fertilizar sin fertilizar T9
ANÁLISIS <strong>DE</strong> VARIANZA <strong>DE</strong> LA SOBREVIVENCIA, DAP, ÁREA BASAL Y<br />
VOLUMEN MEDIO INDIVIDUAL.<br />
• Sobrevivencia (%)<br />
Análisis de la varianza de la sobrevivencia a los 4 años de edad.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
Tratamientos 10 83,015 1,666 0,1340<br />
Error 31 49,815<br />
• DAP (cm)<br />
Prueba de contrastes del DAP medio, entre el grupo de tratamientos fertilizados con<br />
Bifox y el grupo de tratamientos sin fertilización preplantación.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T1-T2-T3-T4 vs. T8-T9-T10-T11 1 0,0253 0,570 0,813<br />
Error 24 0,4436<br />
Prueba de contrastes del DAP medio, entre los grupos de tratamientos fertilizados con<br />
Bifox y con cal en preplantación.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T2-T3-T4 vs. T5-T6-T7 1 0,3571 0,563 0,815<br />
Error 16 0,6343<br />
Prueba de contrastes del DAP medio, entre los grupos de tratamientos fertilizados con<br />
cal preplantación y aquellos sin fertilización preplantación.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T5-T6-T7 vs. T9-T10-T11 1 0,1575 0,672 0,424<br />
Error 16 0,2342<br />
Prueba de contrastes del DAP medio, entre los grupos de tratamientos fertilizados en<br />
preplantación y aquellos fertilizados al establecimiento<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T4-T7 vs. T2-T6-T10 1 0,6410 2,264 0,156<br />
Error 13 0,2831<br />
Prueba de contrastes del DAP medio, entre los grupos de tratamientos fertilizados en<br />
1996 y los fertilizados en 1996+1997.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F (p < F)<br />
T 3-T6-T10 vs. T2-T5-T9 1 4,0016 7,994 0.011<br />
Error 18 0,5005<br />
Prueba de contrastes del DAP medio, entre el grupo de tratamientos fertilizados en<br />
1996 y1997, y los fertilizados en 1996, 1997, y 1999.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F
T 2-T9 vs. T1-T8 1 0,0403 0,725 0,791<br />
Error 15 0,5560<br />
• DAP medio de los 500 árboles mayores.<br />
Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />
tratamientos fertilizados con Bifox y el grupo sin fertilización preplantación.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T1-T2-T3-T4 vs. T8-T9-T10-T11 1 0,0612 0,884 0,768<br />
Error 24 0,6925<br />
Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles mayores, entre los grupos de<br />
tratamientos fertilizados con Bifox y el grupo con cal en preplantación<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T2-T3-T4 vs. T5-T6-T7 1 0,6003 0,812 0,380<br />
Error 16 0,7392<br />
Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles de mayores entre el grupo de<br />
tratamientos fertilizados con cal preplantación y el grupo sin fertilización preplantación.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T5-T6-T7 vs. T9-T10-T11 1 1,5089 3,324 0,087<br />
Error 16 0,4539<br />
Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />
tratamientos fertilizados en preplantación y el grupo fertilizado al establecimiento.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T4-T7 vs. T2-T6-T10 1 0,0502 0,116 0,739<br />
Error 13 0,4333<br />
Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles mayores, entre el grupo de<br />
tratamientos fertilizados en 1996 y el grupo fertilizados en 1996+1997.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T 3-T6-T10 vs. T2-T5-T9 1 6,3037 9,4694 0,006<br />
Error 18 0,6657<br />
Prueba de contrastes del DAP medio de los 500 árboles mayores, entre el grupo de<br />
tratamientos fertilizados en 1996+1997 y el grupo fertilizado en 1996+1997+ 1999.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T 2-T9 vs. T1-T8 1 0,0013 0,0020 0,964<br />
Error 15 0,6620<br />
• Area basal (m 2 ha -1 )<br />
Prueba de contrastes del área basal, entre el grupo de tratamientos con Bifox<br />
preplantación y el grupo sin fertilización preplantación.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T1-T2-T3-T4 vs. T8-T9-T10-T11 1 0,952 0.167 0.687<br />
Error 24 5,7080
Prueba de contrastes del área basal, entre el grupo de tratamientos con Bifox<br />
preplantación y el grupo de tratamientos con cal preplantación<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T2-T3-T4 vs. T5-T6-T7 1 1,8875 0,283 0,601<br />
Error 16 6,6492<br />
Prueba de contrastes del área basal, entre el grupo de tratamientos con cal<br />
preplantación y el grupo de tratamientos sin fertilización preplantación.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T5-T6-T7 vs. T9-T10-T11 1 4,7534 1,079 0,3314<br />
Error 16 4,4049<br />
Prueba de contrastes del área entre los tratamientos fertilizados en preplantación y los<br />
tratamientos fertilizados al establecimiento.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T4-T7 vs. T3-T6-T10 1 22,4590 7,832 0,015<br />
Error 13 2,8677<br />
Prueba de contrastes del área basal entre los tratamientos fertilizados en 1996 y los<br />
fertilizados en 1996+1997.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T3-T6-T10 vs. T2-T5-T9 1 38,6583 5,849 0,026<br />
Error 18 6,6092<br />
Prueba de contrastes del área basal entre el grupo de tratamientos fertilizados en<br />
1996+1997 y los fertilizados en 1996+1997+1999.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T2-T5-T9 vs. T1-T8 1 0,1038 0,013 0,912<br />
Error 15 8,1600<br />
• Area basal de los 500 árboles mayores.<br />
Prueba de contrastes del área basal de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />
tratamientos con bifox preplantación y el grupo sin fertilización preplantación<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T1-T2-T3-T4 vs.T8-T9-T10-T11 1 0,4244 0.476 0.497<br />
Error 24 0,8912<br />
Prueba de contrastes del área basal de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />
tratamientos con Bifox preplantación y el grupo de tratamientos con cal preplantación<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T2-T3-T4 vs. T5-T6-T7 1 0,3870 0,431 0,521<br />
Error 16 0,8972
Prueba de contrastes del área de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />
tratamientos con cal preplantación y el grupo de tratamientos sin fertilización<br />
preplantación.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T5-T6-T-7 vs. T9-T10-T11 1 2,5051 0,788 0,07<br />
Error 16 0,6612<br />
Prueba de contrastes del área basal de los 500 árboles mayores entre los tratamientos<br />
fertilizados en preplantación y los tratamientos fertilizados al establecimiento<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T4-T7 vs. T3-T6-T10 1 0,1815 0,422 0,840<br />
Error 13 0,4298<br />
Prueba de contrastes del área basal de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />
tratamientos fertilizados al establecimiento (1996) y el grupo fertilizado en 1996+1997<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T3-T6-T10 vs. T2-T5-T9 1 8,2862 8,941 0,008<br />
Error 18 0,9267<br />
Prueba de contrastes del área basal de los 500 árboles mayores entre el grupo de<br />
tratamientos fertilizados en 1996+1997 y los fertilizados en 1996+1997+1999.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T2-T5-T9 vs. T1-T8 1 0,0019 0,002 0,989<br />
Error 15 0,9608<br />
• Volumen medio individual (dm 3 )<br />
Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre el grupo de tratamientos con<br />
Bifox preplantación y el grupo sin fertilización preplantación.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T1-T2-T3-T4 vs. T8-T9-T10-T11 1 18,301 0,629 0,435<br />
Error 24 29,090<br />
Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre el grupo de tratamientos con<br />
Bifox preplantación y el grupo de tratamientos con cal preplantación<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T2-T3-T4 vs. T5-T6-T7 1 20,812 0,543 0,472<br />
Error 16 38,352<br />
Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre el grupo de tratamientos con<br />
cal preplantación y el grupo de tratamientos sin fertilización preplantación.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T5-T6-T-7 vs. T9-T10-T11 1 50,572 3,028 0,101<br />
Error 16 16,700<br />
Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre los tratamientos fertilizados<br />
en preplantación y los tratamientos fertilizados al establecimiento.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T4-T7 vs. T3-T6-T10 1 22,640 1,618 0,226<br />
Error 13 13,995
Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre los grupos de tratamientos<br />
fertilizados en 1996 y los fertilizados en 1996+1997<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T3-T6-T10 vs. T2-T5-T9 1 255,845 7,882 0,011<br />
Error 18 32,458<br />
Prueba de contrastes del volumen medio individual, entre el grupo de tratamientos<br />
fertilizados en 1996+1997 y los fertilizados en 1996+1997+1999.<br />
Fuente de variación G L C M Prueba de F p < F<br />
T2-T5-T9 vs. T1-T8 1 1,459 0,382 0,848<br />
Error 15 38,190
Tratamiento 1.<br />
Posición Arbol 1 Arbol 2 Arbol 3 Arbol 4 Arbol 5 Arbol 6 Arbol 7 Arbol 8 Arbol 9 Arbol 10<br />
en el DAP (cm)<br />
fuste 7,8 9,8 10,4 10,6 12,9 13,5 15,7 15,9 16,5 18,3 Media CV EE<br />
(m) Densidad de la madera (kg/m 3 ) (%) (kg/m 3 )<br />
Base 511 430 457 402 494 469 521 464 450 435 463 8 14<br />
2 m 428 473 432 468 531 450 465 447 450 455 460 6 11<br />
4 m 450 424 438 433 547 428 511 501 441 455 463 9 16<br />
6 m 484 443 436 421 504 471 532 516 481 452 474 8 14<br />
8 m 459 470 456 470 602 514 554 546 450 438 496 11 21<br />
10 m<br />
525 477 466 529 513 521 506 470 480 499 5 10<br />
Media 466 461 449 443 535 474 517 497 457 453 475 6 11,6<br />
CV (%) 7 5 3 7 8 7 6 8 3 2<br />
EE (kg/m 3 ) 14,3 9,1 4,8 12,2 17,4 12,1 12,4 14,9 5,8 3,6<br />
Tratamiento 11<br />
Posición Arbol 1 Arbol 2 Arbol 3 Arbol 4 Arbol 5 Arbol 6 Arbol 7 Arbol 8 Arbol 9 Arbol 10<br />
en el DAP (cm)<br />
fustel 6,8 6,8 8,6 9,0 12,4 12,7 15,0 15,2 16,7 17,2 Media CV EE<br />
(m) Densidad de la madera (kg/m 3 ) (%) (kg/m 3 )<br />
Base 439 403 443 448 411 467 492 460 424 420 441 6 10,4<br />
2 m 429 402 422 461 402 486 471 460 412 434 438 7 11,3<br />
4 m 428 392 429 426 454 488 471 484 415 463 445 7 12,0<br />
6 m 450 502 461 434 433 489 497 449 529 466 8 13,6<br />
8 m<br />
446 447 478 457 460 471 460 3 4,9<br />
Media 436 399 449 449 429 464 480 472 432 464 448 5 8,7<br />
CV (%) 2 3 8 4 5 5 2 4 5 9<br />
EE (kg/m 3 ) 5,1 5,5 18,0 8,2 9,9 10,8 3,9 7,3 9,4 17,3
Análisis de varianza de la densidad media de la madera entre el T1 y el T11.<br />
Fuente de variación<br />
Grados de<br />
libertad<br />
Cuadrado<br />
medio<br />
F Valor de p<br />
Tratamientos 1 3726,450 4,989 0,0384<br />
Error 18 746,917
•<br />
•<br />
ESTADIGRAFOS<br />
ANALISIS <strong>DE</strong> VARIANZA<br />
ANEXO 2<br />
<strong>DE</strong>NSIDAD BASICA <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA
TRATAMIENTO 1<br />
Peso seco (kg árbol -1 )<br />
Tercio inferior Tercio medio Tercio supeior<br />
Arbol Madera Corteza Ramas<br />
1 DAP 7,8 cm<br />
Ramas<br />
Hojas Frutos MaderaCorteza<br />
Ramas<br />
Hojas Frutos MaderaCortezaRamas. Hojas Frutos<br />
muertas vivas vivas vivas<br />
6,46 1,31 0,51 0,18 0,18 --- 2,96 0,36 0,71 1,095 --- 0,58 0,097 0,361 0,52 ---<br />
TOTAL<br />
15,34<br />
2 DAP 9,8 cm 11,42 2,20 1,54 1,59 1,52 --- 4,62 0,51 2,42 2,276 --- 0,97 0,149 0,456 0,36 --- 30,04<br />
3 DAP 10.4cm 11,36 1,83 1,82 1,12 0,60 --- 4,56 0,54 2,27 2,503 --- 0,84 0,116 0,522 0,57 --- 28,65<br />
4 DAP 10,6 cm 13,05 2,31 1,33 1,73 1,40 --- 5,13 0,63 2,12 2,124 --- 0,74 0,171 0,703 0,72 --- 32,16<br />
5 DAP 12,9 cm 21,81 4,55 2,44 0,96 0,65 --- 7,86 1,26 3,71 3,603 0,012 0,94 0,140 1,795 1,879 --- 51,69<br />
6 DAP 13,5 cm 22,55 3,81 2,23 1,69 1,84 --- 10,09 1,28 4,49 5,299 --- 0,56 0,247 0,686 1,00 --- 55,77<br />
7 DAP 15,7 cm 32,93 7,68 2,06 2,83 3,63 --- 14,67 2,44 7,43 7,735 0,095 1,87 0,331 1,66 1,82 --- 87,18<br />
8 DAP 15,9 cm 31,64 6,73 3,91 2,83 2,92 0,004 13,73 1,67 6,47 7,603 0,023 1,81 0,266 1,966 3,18 --- 84,80<br />
9 DAP 16,5cm 33,10 8,45 2,70 1,01 0,95 --- 14,44 2,91 5,14 7,548 --- 2,07 0,536 1,595 2,71 --- 83,35<br />
10 DAP 18,3 cm 41,52 9,14 4,61 1,46 1,68 --- 15,56 2,76 12,2 10,19 0,001 1,80 0,277 1,521 0,92 --- 103,71<br />
TRATAMIENTO 11<br />
Peso seco (kg árbol -1 )<br />
Tercio inferior Tercio medio Tercio superior<br />
Arbol Madera Corteza Ramas Ramas<br />
Ramas<br />
Ramas.<br />
Hojas Frutos Madera Corteza Hojas Frutos Madera Corteza Hojas Frutos<br />
muertas vivas vivas vivas<br />
TOTAL<br />
1 DAP 6,8 cm 4,10 0,75 0,62 0,36 0,271 --- 1,90 0,27 0,80 1,12 --- 0,40 0,06 0,19 0,18 --- 11,03<br />
2 DAP 6,8 cm 3,42 0,58 0,40 0,37 0,28 --- 1,45 0,24 1,04 1,402 --- 0,18 0,04 0,14 0,18 --- 9,75<br />
3 DAP 9,0 cm 8,53 1,25 0,22 1,16 1,17 --- 2,92 0,48 1,82 2,542 --- 0,45 0,10 0,18 0,22 --- 21,11<br />
4 DAP 8,3 cm 6,71 1,73 0,50 1,16 1,38 --- 2,73 0,47 1,46 2,16 --- 0,53 0,14 0,39 0,37 --- 19,73<br />
5 DAP 12,4 cm 16,59 2,00 0,70 1,21 0,96 --- 5,72 0,86 3,35 3,89 --- 0,67 0,12 0,44 0,46 --- 36,93<br />
6 DAP 12,7cm 17,91 4,26 0,66 3,70 2,65 --- 6,11 0,96 3,89 3,17 0,001 0,91 0,29 0,24 0,27 --- 45,03<br />
7 DAP 15,2 cm 27,81 4,20 1,00 2,99 3,56 --- 10,74 1,46 8,43 9,67 --- 1,40 0,217 0,53 0,69 --- 72,68<br />
8 DAP 15,0 cm 24,13 4,75 2,81 3,09 2,10 --- 10,16 1,63 7,50 5,85 --- 1,24 0,22 1,04 0,85 --- 65,43<br />
9 DAP 16,7 cm 29,33 5,73 1,23 7,24 6,87 0,007 9,36 1,67 8,54 8,99 0,023 1,20 0,27 0,63 0,87 --- 81,98<br />
10 DAP 17,2 cm 31,35 7,35 3,04 5,15 4,12 0,016 10,63 1,86 7,70 8,37 0,142 1,11 0,22 1,54 1,65 -- 84,27
TRATAMIENTO 1 Peso seco (t ha -1 ).<br />
ARBOLES ha -1<br />
CLASES<br />
DIAMETRICAS<br />
MA<strong>DE</strong>RA CORTEZA RAMAS SECAS<br />
RAMAS<br />
VER<strong>DE</strong>S<br />
(cm) t ha -1<br />
< 2 D.E. 159 1,582 0,280<br />
1 D.E. 318 15,349 3,037<br />
> 2 D.E. 88 4,766 1,058<br />
TOTAL<br />
PORCENTAJE<br />
D.E.= Desvío estándar<br />
TRATAMIENTO 11 Peso seco (t ha -1 ).<br />
CLASES<br />
DIAMETRICAS ARBOLES ha<br />
(cm)<br />
-1<br />
1,081 3,742 6,523 0,0194 29,751<br />
0,332 1,010 1,096 0,0001 8,262<br />
1784 51,445 7,817 3,980 11,869 15,225 0,028 90,364<br />
56,93 8,65 4,40 13,13 16,85 0,03 100,00<br />
MA<strong>DE</strong>RA CORTEZA RAMAS SECAS<br />
< 2 D.E. 194 1,112 0,188<br />
1 D.E. 283 10,682 1,764<br />
> 2 D.E. 53 2,199 0,454<br />
TOTAL 1625<br />
PORCENTAJE<br />
D.E.= desvío estándar<br />
0,544 3,335 3,216 --- 19,542<br />
0,113 0,816 0,818 0,004 4,404<br />
32,152 5,704 1,311 9,396 9,511 0,0045 58,078<br />
55,36 9,82 2,26 16,18 16,38 0,009 100,00
Análisis de varianza de la relación madera:hojas en el T1 y el T11.<br />
Fuente de variación G.L C M Test de F p < F<br />
Tratamientos 1 5,883 12,908 0,002<br />
Error 18 0,456
ANEXO 3<br />
BIOMASA AEREA
•<br />
•<br />
•<br />
•<br />
•<br />
•<br />
•<br />
•<br />
ANEXO 4<br />
CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS EN LA BIOMASA AEREA<br />
CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS EN LAS RAICES<br />
CONCENETRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS EN LA HOJARASCA<br />
CONCENTRACION <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS EN EL MANTILLO<br />
ANALISIS <strong>DE</strong> VARIANZA<br />
Concentración de elementos nutritivos<br />
Cantidad de elementos nutritivos<br />
Eficiencia uso de elementos nutritivos
ANALISIS <strong>DE</strong> VARIANZA <strong>DE</strong> LAS CONCENTRACIONES <strong>DE</strong> ELEMENTOS NUTRITIVOS<br />
EN LOS COMPONENTES <strong>DE</strong> LA BIOMASA AEREA y EL MANTILLO<br />
• Hojas<br />
Concentración de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio en el T1 y el T11.<br />
Fuente<br />
N P K Ca Mg<br />
variación GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,217 1,292 0,266 0,0006 0,868 0,236 0,035 2,887 0,100 0,1763 0,589 0,449 0,00130,935 0,342<br />
Error 28 0,168 0,0075 0,012 0,2991 0,0014<br />
T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
Interacciones entre tratamientos, clases diamétricas y tercios del árbol en la concentración de<br />
nitrógeno, fósforo potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />
Fuente<br />
variación<br />
N P K Ca Mg<br />
GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T x CD 4 0,022 1,555 0,275 0,0003 1,903 0,203 0,0270 5,601 0,019 0,0441 1,851 0,212 0,0021 11,22 0,002<br />
T x PA 2 0,008 0,533 0,606 0,0002 1,054 0,392 0,2784 5,779 0,027 0,0617 2,592 0,135 0,0024 13,10 0,003<br />
CD x PA 8 0,059 0,410 0,885 0,0001 0,441 0,866 0,0023 0,489 0,830 0,0668 2,807 0,082 0,0004 1,995 0,174<br />
Error 8 0,143 0,0001 0,0048 0,0238 0,0002<br />
T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad.; CD= clases<br />
diamétricas; PA= posición del árbol (tercio).<br />
Concentración media de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio según las clases diamétricas,<br />
en el T1 y el T11<br />
N P K Ca Mg<br />
Clases diamétricas<br />
%<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
Menos dos desvíos estándar 1,65 1,88 0,08 0,10 0,53 0,82 1,15 0,89 0,21 0,17<br />
Menos un desvío estándar 1,82 1,93 0,09 0,10 0,56 0,71 1,03 0,90 0,19 0,16<br />
DAP medio 1,60 1,92 0,07 0,09 0,63 0,60 1,48 1,12 0,21 0,17<br />
Más un desvío estándar 1,58 1,75 0,08 0,08 0,72 0,66 1,35 1,44 0,15 0,20<br />
Más dos desvíos estándar 1,61 1,62 0,08 0,07 0,56 0,62 1,48 1,37 0,21 0,20<br />
• Ramas vivas<br />
Concentración de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />
Fuente<br />
variación<br />
N P K Ca Mg<br />
GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,013 0,555 0,462 0,0004 0,914 0,347 0,047 3,169 0,086 0,139 2,195 0,150 0,0003 1,083 0,307<br />
Error 28 0,023 0,0004 0,015 0,063 0,0003
Interacciones entre tratamientos, clases diamétricas y tercios del árbol en la concentración de<br />
nitrógeno, fósforo potasio, calcio y magnesio, en elT1 y el T11.<br />
Fuente<br />
variación<br />
N P K Ca Mg<br />
GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T x CD 4 0,0044 3,080 0,822 0,00007 1,179 0,389 0,0093 3,705 0,054 0,0507 3,703 0,054 0,0002 0,448 0,771<br />
T x PA 2 0,1285 8,921 0,009 0,00001 0,155 0,858 0,0084 3,349 0,088 0,0057 0,417 0,672 0,0001 0,170 0,846<br />
CD x PA 8 0,0017 1,162 0,418 0,00002 0,284 0,953 0,0043 1,724 0,229 0,0181 1,319 0,352 0,0003 0,901 0,556<br />
Error 8 0,0014 0,00006 0,0025 0,0137 0,0037<br />
T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad.;<br />
CD= clases diamétricas; PA= posición del árbol (tercio).<br />
Concentración media de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio según clases diamétricas, en el<br />
T1 y el T11.<br />
N P K Ca Mg<br />
Clases diamétricas<br />
%<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
Menos dos desvíos estándar 0,43 0,50 0,02 0,03 0,27 0,45 0,67 0,54 0,08 0,07<br />
Menos un desvío estándar 0,52 0,47 0,02 0,03 0,37 0,41 0,80 0,51 0,06 0,07<br />
DAP medio 0,42 0,49 0,01 0,03 0,36 0,44 0,70 0,56 0,08 0,06<br />
Más un desvío estándar 0,41 0,49 0,02 0,03 0,39 0,37 0,94 0,66 0,08 0,07<br />
Más dos desvíos estándar 0,43 0,48 0,03 0,02 0,41 0,53 0,85 1,02 0,08 0,08<br />
• Ramas muertas.<br />
Concentración de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />
Fuente<br />
variación<br />
N K Ca Mg<br />
GL CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,0225 2,3196 0,166 0,0397 8,791 0,018 0,0360 0,5130 0,494 0,0002 0,5472 0,512<br />
Error 28 0,0010 0,0045 0,0702 0,0005<br />
T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad.<br />
Concentración media de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio según las clases diamétricas,<br />
en el T1 y el T11.<br />
N P K Ca Mg<br />
Clases diamétrericas<br />
%<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
Menos dos desvíos estándar 0,30 0,32 0,02 0,02 0,05 0,35 0,80 0,55 010 0,07<br />
Menos un desvío estándar 0,27 0,23 0,02 0,02 0,08 0,22 0,80 0,64 0,08 0,06<br />
DAP medio 0,26 0,22 0,02 0,02 0,14 0,24 0,85 0,83 0,07 0,07<br />
Más un desvío estándar 0,29 0,23 0,02 0,02 0,08 0,11 0,79 0,96 0,07 0,09<br />
Más dos desvíos estándar 0,27 0,24 0,02 0,02 0,12 0,18 0,80 0,94 0,08 0,08
• Madera<br />
Concentración de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11<br />
Fuente<br />
N P K Ca Mg<br />
variación GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,0403 12,74 0,001 0,000021,088 0,306 0,0208 10,61 0,003 0,0002 1,071 0,309 0,000030,127 0,724<br />
Error 28 0,0032 0,00002 0,0019 0,0002 0,00026<br />
Interacciones entre tratamientos, clases diamétricas y tercios del árbol en la concentración de<br />
nitrógeno, fósforo potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />
Fuente<br />
variación<br />
N P K Ca Mg<br />
GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T x CD 4 0,0022 1,099 0,419 0,000042,874 0,095 0,0016 1,290 0,351 0,00023 1,661 0,251 0,0000030,143 0,961<br />
T x PA 2 0,0021 1,065 0,389 0,000000,000 1,000 0,0008 0,673 0,537 0,00012 1,254 0,336 0,0000231,000 0,410<br />
CD x PA 8 0,0030 1,512 0,286 0,000020,946 0,530 0,0011 0,929 0,540 0,00016 1,644 0,249 0,0000120,501 0,827<br />
Error 8 0,0020 0,00002 0,0012 0,00001 0,000023<br />
T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad.;<br />
CD= clases diamétricas; PA= posición del árbol (tercio).<br />
Concentración media de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio según las clases diamétricas, en<br />
el T1 y el T11.<br />
N P K Ca Mg<br />
Clases diamétricas<br />
%<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
Menos dos desvíos estándar 0,22 0,28 0,01 0,02 0,18 0,26 0,06 0,09 0,02 0,02<br />
Menos un desvío estándar 0,20 0,30 0.01 0,01 0,22 0,22 0,05 0,06 0,02 0,02<br />
DAP medio 0,24 0,35 0,01 0,02 0,22 0,29 0,06 0,06 0,02 0,02<br />
Más un desvío estándar 0,23 0,32 0,01 0,01 0,17 0,24 0,06 0,06 0,03 0,03<br />
Más dos desvíos estándar 0,22 0,23 0,01 0,01 0,24 0,29 0,07 0,07 0,02 0,03<br />
• Corteza<br />
Concentración de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />
Fuente<br />
variación<br />
N P K Ca Mg<br />
GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,0740 2,588 0,119 0,0004 3,058 0,091 0,2184 18,12 0,0002 0,0589 0,592 0,448 0,0004 0,894 0,352<br />
Error 28 0,0286 0,0001 0,0120 0,0995 0,00045
Interacciones entre tratamientos, clases diamétricas y tercios del árbol en la concentración de<br />
nitrógeno, fósforo potasio, calcio y magnesio, en el T1 y el T11.<br />
Fuente<br />
variación<br />
N P K Ca Mg<br />
GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T x CD 4 0,0065 1.142 0,403 0,000040,830 0,542 0,0079 2,239 0,154 0,1772 3,081 0,082 0,0004 1,312 0,343<br />
T x PA 2 0,0002 0,394 0,961 0,000020,528 0,609 0,0094 2,678 0,129 0,0639 1,111 0,375 0,0002 0,635 0,554<br />
CD x PA 8 0,0047 0,832 0,599 0,000040,887 0,565 0,0042 1,207 0,398 0,0768 1,335 0,346 0,0002 0,745 0,657<br />
Error 8 0,0057 0,00004 0,0035 0,0575 0,0003<br />
T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad.;<br />
CD= clases diamétricas; PA= posición del árbol (tercio).<br />
Concentración media de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio según las clases diamétricas, en<br />
el T1 y el T11.<br />
N P K Ca Mg<br />
Clases diamétricas<br />
%<br />
T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11 T1 T11<br />
Menos dos desvíos estándar 0,55 0,74 0,37 0,50 0.50 0.64 1,63 1,41 0,13 0,16<br />
Menos un desvío estándar 0,71 0,73 0,43 0,50 0.51 0.72 1,23 1,15 0,13 0,13<br />
DAP medio 0,64 0,72 0,43 0,50 0.61 0.78 1,01 1,31 0,10 0,12<br />
Más un desvío estándar 0,59 0,72 0,40 0,50 0.50 0.76 1,66 1,07 0,12 0,13<br />
Más dos desvíos estándar 0,60 0,66 0,50 0,50 0.63 0.70 1,01 1,15 0,13 0,10<br />
Concentración de nitrógeno, fósforo, relación N:P y porcentaje de cenizas.<br />
F.V. GL<br />
CM<br />
N<br />
F p CM<br />
P<br />
F p CM<br />
N:P<br />
F p<br />
% CENIZAS<br />
CM F p<br />
T 1 0,000102 16,05 0,016 0,0037 25,00 0,007 79,21 45,48 0,002 70,04 7,61 0,039<br />
Error 4 0,000006 0,00015 1,74<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
Concentración de potasio, calcio y magnesio<br />
FV GL<br />
CM<br />
K<br />
F p CM<br />
Ca<br />
F P CM<br />
Mg<br />
F p<br />
T 1 79,2067 45,4775 0,0025 0,1261 2,474 0,191 0,0008 1,960 0,234<br />
Error 4 1,7417 0,0510 0,0004<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
Concentración media de los macroelementos, porcentaje de cenizas y relación N:P<br />
TRATAMIENTO N P K Ca Mg Cenizas N:P<br />
T1 0,97<br />
%<br />
0,10 0,83 1,18 0,13 25,9 9,8<br />
T11 0,85 0,05 0,93 1,47 0,15 19,0 17,1
Concentración de fierro, manganeso y cobre<br />
FV GL<br />
Fe Mn Cu<br />
CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 5001414 9,904467 0,035 77520.7 0,67549 0,457 77,04 15,79 0,016<br />
Error 4 504965,5 1147617 4,88<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
Concentración de zinc y boro<br />
FV GL<br />
Zn B<br />
CM F p CM F p<br />
T 1 253,50 23,04545 0,0009 13.50000 0,710526 0,448<br />
Error 4 11,00 19.00000<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad
ANALISIS <strong>DE</strong> LA VARIANZA <strong>DE</strong> LA CANTIDAD <strong>DE</strong> ELEMENTOS POR ARBOL<br />
• Hojas<br />
Gramo de elemento por árbol<br />
FV GL<br />
CM<br />
N<br />
F p CM<br />
P<br />
F p CM<br />
K<br />
F p CM<br />
Ca<br />
F p CM<br />
Mg<br />
F p<br />
T 1 51,92 0,106 0,760 0,077 0,065 0,810 57,20 0,321 0,601 51,91 0,061 0,818 0,0035 0,186 0,688<br />
CD 4 12728 26,13 0,004 30,95 26,39 0,004 2387 13,39 0,014 13876 16,21 0,01 00043 0,233 0,906<br />
Error 4 487,1 1,173 178,28 856,1 0,019<br />
T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />
nivel de probabilidad<br />
Cantidad media (g árbol -1 )<br />
TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
T1 121,87 6,26 48,55 102,32 0,73<br />
T11 126,43 6,07 53,36 106,87 0,69<br />
• Ramas muertas<br />
Gramo de elemento por árbol<br />
N P K Ca Mg<br />
FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 28,51 14,00 0,02 0,0009 13,89 0,02 0,157 0,239 0,650 160,2 13,44 0,02 1,644 22,73 0,009<br />
CD 4 12,95 6,363 0,050 0,0006 9,19 0,27 3,195 4,878 0,077 158,28 13,28 0,014 1,443 19,95 0,006<br />
Error 4 2,03 0,00006 0,655 11,918 0,073<br />
T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />
nivel de probabilidad<br />
Cantidad media (g árbol -1 )<br />
TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
T1 6,07 0,038 2,30 17,82 1,73<br />
T11 2,69 0,019 2,05 9,82 0,92<br />
• Ramas vivas<br />
Gramo de elemento por árbol<br />
N P K Ca Mg<br />
FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 9,04 0,288 0,620 0,004 0,091 0,778 104,4 1,111 0,351 8,761 0,010 0,925 0,070 0,049 0,836<br />
CD 4 824,9 26,29 0,004 2,574 60,499 0,00081046 11,13 0,019 5993 6,862 0,044 31,379 21,98 0,005<br />
Error 4 31,37 0,425 93,99 873,4 1,427<br />
T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />
nivel de probabilidad
Cantidad media (g árbol -1 )<br />
TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
T1 28,51 1,48 26,04 63,21 5,39<br />
T11 30,42 1,45 32,50 65,09 5,23<br />
• Madera<br />
Gramo de elemento por árbol<br />
N P K Ca Mg<br />
FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 1,282 0,009 0,929 0,598 0,456 0,536 1,467 0,020 0,895 52,19 25,77 0,007 13,687 15,80 0,016<br />
CD 4 2964 20,93 0,006 10,056 7,667 0,037 3359 44,83 0,0014 251,74 124,3 0,0001 59,96 69,21 0,0006<br />
Error 4 143,2 1,311 74,94 2,025 0,866<br />
T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />
nivel de probabilidad<br />
Cantidad media (g árbol -1 )<br />
TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
T1 64,3 3,58 60,82 19,14 8,66<br />
T11 65,0 3,10 60,06 14,57 6,32<br />
• Corteza<br />
Gramo de elemento por árbol<br />
N P K Ca Mg<br />
FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 63,18 6,72 0,060 1,272 3,847 0,121 10,79 2,429 0,194 3098,63,428 0,138 9,079 5,457 0,08<br />
CD 4 646,9 68,78 0,0006 5,920 17,90 0,008 920,03 207,14 0,00007 4323,9 4,78 0,079 26,698 16,048 0,01<br />
Error 4 9,40 0,331 4,441 903,7 1,664<br />
T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />
nivel de probabilidad<br />
Cantidad media (g árbol -1 )<br />
TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
T1 30,4 2,50 31,2 87,15 7,10<br />
T11 25,4 1,78 29,1 51,95 5,20
• Hojas<br />
Miligramo de elemento por árbol<br />
FV GL<br />
Fe Mn Cu Zn B<br />
CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 3,88 1,96 0,234 0,029 0,002 0,968 0,0003 0,529 0,507 0,0107 0,870 0,404 0,0092 0,334 0,594<br />
CD 4 6,10 3,11 0,148 250,5 15,14 0,011 0,0025 4,699 0,081 0,0432 3,527 0,125 0,1042 3,779 0,113<br />
Error 4 1,96 16,54 0,0005 0,0122 0,0276<br />
T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />
nivel de probabilidad<br />
Cantidad media por árbol (mg)<br />
TRATAMIENTO FIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />
T1 1,5 13,6 0,042 0,15 0,27<br />
T11 2,7 13,7 0,053 0,22 0,33<br />
• Ramas vivas<br />
Miligramo de elemento por árbol.<br />
Fe Mn Cu Zn B<br />
FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,050 2,888 0,164 1,374 2,646 0,179 0,0004 1,189 0,337 0,0002 0,437 0,845 0,0001 0,221 0,662<br />
CD 4 0,121 7,055 0,042 13,72 26,41 0,004 0,002 5,251 0,068 0,0092 21,85 0,005 0,0145 22,36 0,005<br />
Error 4 0,0172 0,519 0,0004 0,0004 0,0006<br />
T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />
nivel de probabilidad<br />
Cantidad media por árbol (mg).<br />
TRATAMIENTO FIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />
T1 0,23 3,68 0,36 0,11 0,11<br />
T11 0,38 2,94 0,49 0,11 0,12<br />
• Ramas muertas<br />
Miligramo de elemento por árbol.<br />
Fe Mn Cu Zn B<br />
FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,0016 2,965 0,160 0,714 18,19 0,013 0,00002 3,44 0,137 0,00025 4,34 0,106 0,0008 15,5 0,017<br />
CD 4 0,0026 4,945 0,075 0,507 12,94 0,015 0,00007 13,1 0,014 0,00025 4,81 0,078 0,0004 8,14 0,033<br />
Error 4 0,0005 0,039 0,000005 0,00005 0,00005<br />
T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />
nivel de probabilidad
Cantidad media por árbol (mg).<br />
TRATAMIENTO FIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />
BIFOX 0,074 1,07 0,010 0,024 0,033<br />
TESTIGO 0,049 0,53 0,008 0,015 0,015<br />
• Madera<br />
Miligramo de elemento por árbol<br />
Fe Mn Cu Zn B<br />
FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,8438 1,814 0,249 0,949 8,235 0,045 0,00037 4,52 0,100 0,00016 0,53 0,507 0,00207 5,00 0,089<br />
CD 4 0,1088 2,339 0,215 2,819 24,46 0,004 0,0029 35,2 0,002 0,00548 18,3 0,008 0,01238 29,8 0,003<br />
Error 4 0,0465 0,115 0,00008 0,0003 0,00041<br />
T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />
nivel de probabilidad<br />
Cantidad media por árbol (mg).<br />
TRATAMIENTO FIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />
T1 0,43 1,98 0,068 0,086 0,127<br />
T11 0,24 1,36 0,055 0,078 0,098<br />
• Corteza<br />
Miligramo de elemento por árbol.<br />
Fe Mn Cu Zn B<br />
FV GL CM F p CM F p CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,0034 0,046 0,841 13,01 5,277 0,083 0,0002 13,28 0,022 0,00048 5,20 0,085 0,00113 2,85 0,166<br />
CD 4 0,288 3,827 0,111 24,83 10,07 0,023 0,00013 70,68 0,0005 0,00261 28,4 0,003 0,00663 16,7 0,009<br />
Error 4 0,753 0,000002 0,00009 0,00039<br />
T= tratamiento, CD= Clase diamétrica, GL= grados de libertad, CM= cuadrado medio, F= prueba de F, p=<br />
nivel de probabilidad<br />
Cantidad media por árbol (mg)<br />
TRATAMIENTO FIERRO MANGANESO COBRE ZINC BORO<br />
T1 0,51 6,19 0,014 0,066 0,088<br />
T11 0,55 3,91 0,011 0,053 0,067
EFICIENCIA EN LA UTILIZACIÓN <strong>DE</strong> LOS MACROELEMENTOS<br />
• Hojas<br />
FV GL<br />
N P K<br />
CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,000102 9,99021 0,013 0,04976 5,2293 0,051 0,00078 2,61473 0,144<br />
Error 8 0,000010 .009517 0,00030<br />
T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
FV GL<br />
Ca Mg<br />
CM F p CM F p<br />
T 1 0,000111 0,311196 0,592 0,000305 0,050352 0,828<br />
Error 8 0,000357 0,006065<br />
T= tratamientos; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
Kilogramo e hoja por gramo de macroelemento.<br />
TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
T1 0,063 1,33 0,16 0,09 0,54<br />
T11 0,057 1,19 0,15 0,10 0,55<br />
• Ramas vivas<br />
FV GL<br />
N P K<br />
CM F P CM F p CM F p<br />
T 1 0,00025 1,19733 0,306 197,658 6,15788 0,038 0,01579 5,35962 0,049<br />
Error 8 0,00021 32,098 0,00295<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
FV GL<br />
Ca Mg<br />
CM F p CM F p<br />
T 1 0,003185 3,183592 0,112 0,113980 5,697042 0,044<br />
Error 8 0,001000 0,020007<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
Kilogramo de rama viva por gramo de macroelemento.<br />
TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
T1 0,24 16,85 0,32 0,14 1,28<br />
T11 0,23 7,96 0,24 0,17 1,49
• Ramas muertas<br />
F GL<br />
N P K<br />
CM F P CM F p CM F p<br />
TV 1 0,006238 6,90009 0,101 0,02967 0,23183 0,643 1,23275 7,49440 0,025<br />
Error 8 .0018154 0,12800 0,16449<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
FV GL<br />
Ca Mg<br />
CM F P CM F p<br />
T 1 0,000245 0,416934 0,536 0,034163 0,819261 0,392<br />
Error 8 0,000587 0,041400<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; P.S.= Posición sociológica;CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p=<br />
nivel de probabilidad<br />
kilogramo de rama muerta por gramo de macroelemento.<br />
TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
BIFOX 0,36 57,6 1,22 0,12 1,24<br />
TESTIGO 0,41 57,5 0,52 0,13 1,35<br />
• Madera<br />
FV GL<br />
N P K<br />
CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,043116 22,3007 0,0015 2,50000 1,0000 0,346 0,02883 7,92252 0.023<br />
Error 8 0,001933 2,50000 0,00364<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; P.S.= Posición sociológica;CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p=<br />
nivel de probabilidad<br />
FV GL<br />
Ca Mg<br />
CM F P CM F p<br />
T 1 0,021864 0,5423676 0,482 0,063839 0,219448 0,652<br />
Error 8 0,040215 0,290906<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
Kilogramo de madera por gramo de macroelemento.<br />
TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
BIFOX 0,47 9,33 0,50 1,69 4,05<br />
TESTIGO 0,34 8,33 0,40 1,64 4,21
• Corteza<br />
FV GL<br />
N P K<br />
CM F p CM F p CM F p<br />
T 1 0,002632 10,0514 0,013 0,33392 4,5314 0,066 0,00713 15,789 0,004<br />
Error 8 0,000262 0,07369 0,00045<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
FV GL<br />
Ca Mg<br />
CM F p CM F p<br />
T 1 0,000018 0,116509 0,742 0,015513 0,863242 0,380<br />
Error 4 0,000155 0,017971<br />
T= tratamiento; GL= grados de libertad; CM= cuadrado medio; F= prueba de F; p= nivel de probabilidad<br />
Kilogramo de corteza por gramo de macroelemento.<br />
TRATAMIENTO NITROGENO FOSFORO POTASIO CALCIO MAGNESIO<br />
T1 0,18 2,5 0,20 0,09 0,89<br />
T11 0,15 2,1 0,14 0,08 0,81
T1 T11<br />
Posición del árbol N P K Ca Mg N P K Ca Mg<br />
Tercio superior 5 8 13 11 17 10 18 12 18 8<br />
Tercio medio 9 7 9 15 11 8 15 11 26 10<br />
Tercio inferior 7 10 17 23 15 7 10 19 25 16<br />
Ramas<br />
Tercio superior rv 15 22 16 18 13 4 11 13 34 11<br />
Tercio medio rv 12 38 20 20 10 4 28 22 43 24<br />
Tercio inferior rv 3 36 20 18 11 12 62 23 26 3<br />
Tercio inferior rs 6 0 39 3 16 16 1 39 23 17<br />
Madera<br />
Tercio superior 22 37 11 10 21 17 39 13 34 11<br />
Tercio medio 12 37 15 8 20 17 39 20 14 17<br />
Tercio inferior 31 0 18 9 14 21 37 21 22 23<br />
Corteza<br />
Tercio superior 11 16 15 24 14 12 13 13 27 10<br />
Tercio medio 12 12 8 27 8 8 9 7 15 18<br />
Tercio inferior 11 14 18 33 23 11 15 13 19 22
TRATAMIENTO 1 AÑO 2000<br />
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />
Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />
LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />
Prof (cm) % % mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
4182 Línea plantación 0-10 4,73 4,08 2,53 0,24 10,7 10,2 34,8 1360 129 225 787 205 270 1098 820 244 265 7,5 5,2 0,9 11 163<br />
4183 Línea plantación 10-20 4,76 4,06 4,61 0,38 12,3 2,6 28,0 1530 103 125 189 102 172 346 751 223 216 7,5 1,9 1,0 13 250<br />
4184 Línea plantación 20-30 4,95 4,11 2,71 0,27 10,1 1,8 41,8 1430 90 103 86 65 137 179 729 208 179 6,8 0,6 0,6 9 219<br />
4185 Línea plantación 30-40 4,86 4,16 1,74 43,6 1350 69 84 67 48 124 141 743 172<br />
4186 Línea plantación 40-50 4,85 4,18 1,48 44,6 1320 52 54 90 54 89 159 805 167<br />
4187 Línea plantación 50-70 4,79 4,13 1,25 48,6 1250 52 46 156 71 82 232 828 147<br />
4188 Línea plantación 70-90 5,02 4,22 0,61 47,4 1090 58 26 184 92 59 234 559 104<br />
4189 Línea plantación 90-110 5,04 4,26 0,36 53,8 969 65 20 178 109 46 224 311 70<br />
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />
Nº Na K Ca Mg<br />
SUMA<br />
<strong>DE</strong><br />
Al- SATURAC.<br />
LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />
meq/100g %<br />
4182 0,56 0,58 3,94 1,69 6,76 1,81 21,13<br />
4183 0,45 0,32 0,95 0,84 2,55 2,78 52,13<br />
4184 0,39 0,26 0,43 0,53 1,61 2,43 60,11<br />
4185 0,30 0,22 0,33 0,39 1,25 1,91 60,47<br />
4186 0,22 0,14 0,45 0,44 1,25 1,85 59,59<br />
4187 0,23 0,12 0,78 0,58 1,70 1,63 48,94<br />
4188 0,25 0,07 0,92 0,76 2,00 1,16 36,66<br />
4189 0,28 0,05 0,89 0,90 2,12 0,78 26,85
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />
TRATAMIENTO 1 AÑO 2000<br />
Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />
LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />
Prof (cm) % % mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
mg kg -1 mg kg -1 mg kg -1<br />
4190 1 m desde línea plantación 0-10 4,77 4,20 6,53 0,51 12,9 9,8 31,0 1540 142 222 708 201 299 1139 837 258 188 6,9 4,8 0,9 10 170<br />
4191 1 m desde línea plantación 10-20 4,91 4,13 4,67 0,36 13,1 2,2 32,4 1740 139 128 203 103 166 371 731 197 151 7,2 1,4 0,7 8 235<br />
4192 1 m desde línea plantación 20-30 5,03 4,21 6,87 0,49 14,2 2,0 41,0 1560 105 121 137 94 163 229 758 191 165 7,0 0,3 0,4 8 151<br />
4193 1 m desde línea plantación 30-40 4,92 4,22 1,68 1500 66 84 92 60 131<br />
4194 1 m desde línea plantación 40-50 4,94 4,22 1,11 1510 62 54 108 60 123<br />
4195 1 m desde línea plantación 50-70 4,80 4,26 0,95 1400 67 46 179 84 93<br />
4196 1 m desde línea plantación 70-90 4,89 4,30 0,71 1180 51 26 203 104 66<br />
4197 1 m desde línea plantación 90-110 5,10 4,30 0,44 1070 62 20 183 122 53<br />
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />
Nº Na K Ca Mg<br />
SUMA<br />
<strong>DE</strong><br />
Al- SATURAC.<br />
LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />
meq/100g %<br />
4190 0,62 0,57 3,54 1,65 6,38 1,89 22,84<br />
4191 0,60 0,33 1,02 0,85 2,80 2,61 48,23<br />
4192 0,46 0,31 0,69 0,78 2,23 1,67 42,90<br />
4193 0,29 0,22 0,46 0,50 1,46 1,46 49,97<br />
4194 0,27 0,14 0,54 0,50 1,44 1,37 48,65<br />
4195 0,29 0,12 0,89 0,69 1,99 1,03 34,18<br />
4196 0,22 0,07 1,02 0,86 2,16 0,74 25,43<br />
4197 0,27 0,05 0,92 1,00 2,24 0,59 20,87
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />
TRATAMIENTO 1 AÑO 2000<br />
Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />
LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />
Prof (cm) % % mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
mg kg -1 mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
4198 2 m desde línea plantación 0-10 4,76 4,13 6,21 0,48 13,0 9,6 23,4 1670 177 167 469 122 224 825 745 258 201 6,9 4,8 1,1 13 213<br />
4199 2 m desde línea plantación 10-20 4,84 4,08 4,34 0,38 11,4 2,8 24,0 1730 125 110 130 64 164 280 698 197 148 7,4 1,2 0,9 10 259<br />
4200 2 m desde línea plantación 20-30 4,97 4,15 2,19 0,25 8,9 1,8 44,2 1610 114 108 73 45 145 145 725 191 136 6,9 0,2 0,7 8 186<br />
4201 2 m desde línea plantación 30-40 5,03 4,21 1,75 1560 73 110 62 46 123<br />
4202 2 m desde línea plantación 40-50 4,69 4,25 1,36 1360 48 107 119 62 109<br />
4203 2 m desde línea plantación 50-70 4,78 4,27 1,15 1200 83 71 196 86 97<br />
4204 2 m desde línea plantación 70-90 4,89 4,29 0,88 1040 54 62 221 109 71<br />
4205 2 m desde línea plantación 90-110 5,16 4,31 0,41 870 61 20 177 116 58<br />
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />
Nº Na K Ca Mg<br />
SUMA<br />
<strong>DE</strong><br />
Al- SATURAC.<br />
LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />
meq/100g %<br />
4198 0,77 0,43 2,34 1,01 4,55 2,36 34,18<br />
4199 0,54 0,28 0,65 0,53 2,00 2,87 58,93<br />
4200 0,50 0,28 0,37 0,37 1,51 2,07 57,82<br />
4201 0,32 0,28 0,31 0,38 1,29 1,37 51,50<br />
4202 0,21 0,27 0,59 0,51 1,58 1,21 43,24<br />
4203 0,36 0,18 0,98 0,70 2,23 1,07 32,51<br />
4204 0,23 0,16 1,10 0,90 2,40 0,79 24,78<br />
4205 0,26 0,05 0,88 0,96 2,16 0,64 22,85
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />
TRATAMIENTO 11 AÑO 2000<br />
Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />
LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />
Prof (cm) % % mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
mg kg -1 mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
4206 Línea plantación 0-10 4,21 4,03 7,20 0,47 15,2 5,6 14,0 1130 60 245 690 133 339 1013 839 510 233 6,0 4,5 1,2 12 265<br />
4207 Línea plantación 10-20 4,30 4,02 4,50 0,35 13,0 3,0 24,0 1370 78 178 320 80 179 421 867 318 120 6,2 1,6 0,8 12 300<br />
4208 Línea plantación 20-30 4,51 4,10 2,27 0,23 10,0 1,6 36,0 1170 54 143 220 73 180 308 985 184 33 4,6 0,1 0,5 10 228<br />
4209 Línea plantación 30-40 4,48 4,12 1,43 35,0 1210 25 131 176 68 179 251 967 185<br />
4210 Línea plantación 40-50 4,56 4,11 1,19 34,6 1220 32 100 117 60 150 182 964 207<br />
4211 Línea plantación 50-70 4,64 4,13 0,82 38,6 1170 35 70 106 68 114 177 772 193<br />
4212 Línea plantación 70-90 4,82 4,20 0,29 47,2 1060 54 66 109 74 99 160 493 112<br />
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />
Nº Na K Ca Mg<br />
SUMA<br />
<strong>DE</strong><br />
Al- SATURAC.<br />
LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />
meq/100g %<br />
4206 0,26 0,63 3,45 1,09 5,43 2,94 35,15<br />
4207 0,34 0,46 1,60 0,66 3,05 3,33 52,20<br />
4208 0,24 0,37 1,10 0,60 2,30 2,53 52,34<br />
4209 0,11 0,34 0,88 0,56 1,88 2,06 52,20<br />
4210 0,14 0,26 0,59 0,49 1,47 2,29 60,93<br />
4211 0,15 0,18 0,53 0,56 1,42 2,14 60,08<br />
4212 0,23 0,17 0,55 0,61 1,56 1,24 44,38
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />
TRATAMIENTO 11 AÑO 2000<br />
Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />
LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />
Prof (cm) % % mg kg -1 mg kg -1<br />
mg kg -1 mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
4213 1 m desde línea plantación 0-10 4,30 4,10 8,40 0,58 14,5 7,4 11,0 929 65 326 1340 222 389 1827 882 630 336,8 6,1 8,2 1,0 20 152<br />
4214 1 m desde línea plantación 10-20 4,50 4,12 3,14 0,28 11,1 2,4 21,4 1300 44 212 390 95 252 559 869 327 93,1 5,9 0,9 0,6 13 183<br />
4215 1 m desde línea plantación 20-30 4,60 4,14 2,14 0,21 10,4 2,0 34,0 1320 49 204 222 85 247 324 486 217 28,4 4,9 0,1 0,6 13 170<br />
4216 1 m desde línea plantación 30-40 4,66 4,15 1,08 1250 20 181 157 71 181<br />
4217 1 m desde línea plantación 40-50 4,56 4,13 0,66 1270 28 163 128 66 171<br />
4218 1 m desde línea plantación 50-70 4,53 4,15 0,80 1080 32 101 108 69 130<br />
4219 1 m desde línea plantación 70-90 4,83 4,22 0,48 1070 52 66 122 87 84<br />
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />
Nº Na K Ca Mg<br />
SUMA<br />
<strong>DE</strong><br />
Al- SATURAC.<br />
LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />
meq/100g %<br />
4213 0,28 0,84 6,70 1,83 9,64 1,69 14,91<br />
4214 0,19 0,54 1,95 0,78 3,46 2,03 37,01<br />
4215 0,21 0,52 1,11 0,70 2,55 1,88 42,50<br />
4216 0,08 0,46 0,79 0,58 1,92 2,01 51,15<br />
4217 0,12 0,42 0,64 0,54 1,72 1,89 52,43<br />
4218 0,14 0,26 0,54 0,57 1,51 1,44 48,95<br />
4219 0,23 0,17 0,61 0,71 1,72 0,93 35,08
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />
TRATAMIENTO 11 AÑO 2000<br />
Nº pH pH Ct Nt C/N P P Al Na K Ca Mg K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />
LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA HCl 3% Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />
Prof (cm) % % mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
mg kg -1 mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
4220 2 m desde línea plantación 0-10 4,30 4,04 8,05 0,54 14,8 8,0 15,4 927 75 281 1060 196 331 1494 877 505 260 5,7 7,1 1,4 15 176<br />
4221 2 m desde línea plantación 10-20 4,44 4,04 3,85 0,32 12,0 3,0 18,4 1180 58 249 370 108 293 536 885 357 104 6,1 1,6 1,1 13 230<br />
4222 2 m desde línea plantación 20-30 4,65 4,11 1,55 0,20 7,7 2,0 38,4 1130 43 239 210 86 288 304 1000 208 42 4,9 0,1 0,5 17 186<br />
4223 2 m desde línea plantación 30-40 4,64 4,15 1,06 1220 50 268 160 77 148<br />
4224 2 m desde línea plantación 40-50 4,64 4,16 0,63 1150 27 178 130 72 130<br />
4225 2 m desde línea plantación 50-70 4,75 4,16 0,87 1050 58 100 110 73 130<br />
4226 2 m desde línea plantación 70-90 4,90 4,17 0,14 920 65 78 115 81 86<br />
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />
Nº Na K Ca Mg<br />
SUMA<br />
<strong>DE</strong><br />
Al- SATURAC.<br />
LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />
meq/100g %<br />
4220 0,33 0,72 5,30 1,61 7,96 1,95 19,67<br />
4221 0,25 0,64 1,85 0,89 3,63 2,56 41,34<br />
4222 0,19 0,61 1,05 0,71 2,55 2,06 44,66<br />
4223 0,22 0,69 0,80 0,63 2,34 1,64 41,22<br />
4224 0,12 0,46 0,65 0,59 1,82 1,44 44,28<br />
4225 0,25 0,26 0,55 0,60 1,66 1,44 46,47<br />
4226 0,28 0,20 0,58 0,67 1,73 0,96 35,72
ANALISIS AL INICIO <strong>DE</strong> LA PLANTACIÓN AÑO 1996<br />
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN RELACION PESO/PESO<br />
Nº pH pH Ct Nt C/N P Al Na K Ca Mg Fe Mn Cu Zn B S Al-<br />
LAB. I<strong>DE</strong>NTIFICACION H2O KCl Olsen Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA KCl<br />
Prof (cm) % % mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
mg kg -1<br />
0-20 5,10 4,13 7,2 0,42 17,1 2 1249 54 152 254 181 155 96 5,5 1,4 0,8 --- 168<br />
20-60 4,60 4,14 2,6 0,12 21,7 4 1005 63 14 108 69 103 4 4,5 0,1 0,4 --- 189<br />
60-100 5,05 4,25 1,5 0,09 16,7 4 637 79 9 195 142 49 21 4,9 0,1 0,4 --- 85<br />
RESULTADOS ANALITICOS EXPRESADOS EN MILIEQUIVALENTES<br />
Nº Na K Ca Mg<br />
SUMA<br />
<strong>DE</strong><br />
Al- SATURAC.<br />
LAB. Acetato de Amonio pH 4.8 - DTPA BASES KCl ALUMINIO<br />
meq/100g %<br />
4220 0,23 0,39 1,27 1,49 3,38 1,87 35<br />
4221 0,27 0,04 0,54 0,57 1,42 2,10 59<br />
4222 0,34 0,02 0,98 1,17 2,51 0,94 27
•<br />
•<br />
•<br />
•<br />
ANEXO 5<br />
ANALISIS <strong>DE</strong>L SUELO REALIZADO EN 1996, PREVIO A LA PLANTACION.<br />
<strong>DE</strong>SCRIPCION <strong>DE</strong>L PERFIL <strong>DE</strong>L SUELO.<br />
ANALISIS <strong>DE</strong> SUELO AL CUARTO AÑO <strong>DE</strong> CRECIMIENTO.<br />
I<strong>DE</strong>NTIFICACION <strong>DE</strong> INVERTEBRADOS EN EL SUELO.
INVERTEBRADOS (LARVAS Y ADULTOS) I<strong>DE</strong>NTIFICADOS EN LOS PERFILES <strong>DE</strong>L SUELO<br />
(T1 Y T11)<br />
PROFUNDIDAD<br />
<strong>DE</strong>L SUELO<br />
(cm)<br />
0-10<br />
10-20<br />
20-30<br />
30-40<br />
40-50<br />
TI T11<br />
Coleóptero<br />
Quelópodo<br />
Diplópodo<br />
Díptero<br />
Nemátodo<br />
Ologochaeta (lumbricidae)<br />
Quelópodo<br />
Diplópodo<br />
Díptero<br />
Coleóptero<br />
Díptero<br />
Nemátodo<br />
Díptero<br />
Nemátodo<br />
Coleóptero<br />
Nemátodo<br />
50-70 -------<br />
70-90 Lepidóptero<br />
Coleóptero<br />
Diplópodo<br />
Díptero<br />
Nemátodo<br />
Ologochaeta (lumbricidae)<br />
Coleóptero<br />
Díptero<br />
Diplópodo<br />
Nemátodo<br />
Ologochaeta (lumbricidae),<br />
Diplópodo<br />
Díptero<br />
Quelópodo<br />
Díptero<br />
Nemátodo<br />
Díptero<br />
Coleóptero<br />
Díptero<br />
Coleóptero<br />
Díptero
Precipitaciones registradas en Osorno y Puerto Montt en los años 1996, 1997, 1998, 1999 y 2000<br />
AÑO 1996 ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE TOTAL<br />
OSORNO<br />
P. MONTT<br />
37,8 50,9 50,9 162,4 182,6 61,4 90,9 226,4 73,0 71,9 70,8 51,0 1130,0<br />
59,4 68,9 121,2 33,0 144,2 46,6 68,5 158,2 226,7 109,1 127,1 120,1 1283,0<br />
AÑO 1997 ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE TOTAL<br />
OSORNO<br />
95,0 78,2 8,1 149,8 38,2 448,8 186,3 157,2 95,0 155 61,4 71,2 1544,2<br />
P. MONTT 152,0 51,6 142,8 223,6 72,9 427,5 266,0<br />
136,4 155,7 180,9 72,0 143,2 2024,6<br />
AÑO 1998 ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE TOTAL<br />
OSORNO<br />
25,5 23,3 41,5 78,9 145,9 99,6 140,8 133,1 74,4 31,5 30,6 25,7 850,8<br />
P. MONTT 28,4 11,2 86,2 69,4 107,6 79,3<br />
191,19 173,4 83,4 66,6 66,6 34,4 997,2<br />
AÑO 1999 ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE TOTAL<br />
OSORNO<br />
P. MONTT<br />
26,9 29,1 70,1 25,6 123,6 259,4 91,3 109,8 203,7 21,7 50,8 54,2 1066,2<br />
36,0 66,6 121,2 61,0 134,2 244,1 140,9 129,8 209,0 23,3 76,4 103,5 1346,0<br />
AÑO 2000 ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBRE TOTAL<br />
OSORNO<br />
20,5 158,5 40,7 54,9 117,5 375,5 160,2 160,1 125,4 79,1 15,4 87,4 1395,2<br />
P. MONTT 59,8 176,4 74,7 82,4 101,6 336,6<br />
FUENTE= El Diario Austral de Valdivia, información suministrada por la Dirección General Aeronautica Civil.<br />
186,2 145,8 96,2 148,6 16,0 175,2 1599,5
ANEXO 6<br />
PECIPITACIONES<br />
• PRECIPITACIONES ANUALES <strong>DE</strong> OSORNO Y PUERTO MONTT (1996-2000)