Consejo Editorial Reunión de Grupo San Pablo Manuel Aguilar Ramírez Ernesto Aguilera Luna Marco A. Barba Vázquez J. Jesús González Ruvalcaba P. Rigoberto González Sosa Francisco Javier Hernández Villanueva Manuel Meade Castañeda Mario J. Lagunes Huerta Hugo Valdez Ruiz Es una revista bimestral al servicio de la comunidad cursillista. El contenido es responsabilidad exclusiva de sus autores. Se permite la reproducción de los artículos mencionando la fuente y el autor. Colaboradores Mario Gómez Delgadillo -Envíos- ía Impresión: EUREKA IMPRESOS SA DE CV Edición: Rubí Montelongo Esteban Diseño: LD Carolina Castellanos Editorial Hemos llegado al final de un ciclo mas de este apostolado. Iniciamos una nueva etapa, en este periodo de Adviento, agradeciendo sinceramente a todos los que <strong>ha</strong>n hecho posible llegar <strong>ha</strong>sta aquí: ¡GRACIAS!... Gracias • Señor, por ser luz, camino y guía. • A todos nuestros colaboradores. • A todos los que <strong>ha</strong>n contribuido a la distribución de la misma. • A los doctores de la ley, por <strong>ha</strong>cer vida el evangelio y poner a prueba nuestros talentos. • Gracias fariseos del siglo XXI, por impulsarnos a ser mejores cada <strong>día</strong>. • Por sus oraciones, por sus palabras de aliento, de afecto, por todos sus correos y llamadas telefónicas ofreciendo su apoyo y amistad. • A todos nuestros lectores, por su preferencia, por creer y apoyar nuestro proyecto, compartiendo en sus ambientes estos mensajes de buena voluntad; sin ustedes esto no sería posible. El Adviento resuena, un mensaje lleno de esperanza El Señor, en el Adviento, dijo el Papa Benedicto XVI, quiere “<strong>ha</strong>blar al corazón de su pueblo, y a través de él, a la humanidad entera, para anunciar la salvación. También hoy se eleva la voz de la iglesia: “En el desierto preparad el camino del Señor”. Para los pueblos agotados por la miseria y el <strong>ha</strong>mbre, para las multitudes de prófugos, para cuantos sufren graves y sistemáticas violaciones de sus derechos, la iglesia se pone como centinela sobre el monte alto de la fe y anuncia: “Aquí está vuestro <strong>Dios</strong>. Mirad, el Señor <strong>Dios</strong> viene con poder”. “Este anuncio profético -dijo- se <strong>ha</strong> realizado en Jesucristo. Él, con su predicación, y después con su muerte y resurrección, <strong>ha</strong> llevado a cumplimiento las antiguas promesas, revelando una perspectiva más profunda y universal. Ha inaugurado un éxodo ya no sólo terreno, histórico y como tal, provisional, sino radical y definitivo: el paso del reino del mal al reino de <strong>Dios</strong>, del dominio del pecado y de la muerte al del amor y la vida. Por tanto, la esperanza cristiana va más allá de la legítima esperanza de una liberación social y política, porque lo que Jesús <strong>ha</strong> iniciado es una humanidad nueva, que viene “de <strong>Dios</strong>”, pero al mismo tiempo germina en esta tierra nuestra, en la medida en que se deja fecundar por el Espíritu del Señor”.